DOSIER DE PRENSA
MAÑANA, CUANDO YO MUERA MANUEL GARCÍA
LOS PERSONAJES ¿Pero Ganivet no era un hombre preocupado solo por cuestiones de tipo político e histórico? En contra de lo que los manuales de literatura cuentan de Ganivet y lo que el canon franquista dice de este escritor, al que retratan como un personaje sesudo, preocupado únicamente por cuestiones históricas referentes a España y la pérdida del imperio colonial, esta novela, basada en abundante documentación consultada, incluido el epistolario del escritor, descubre a un personaje mucho más humano, preocupado especialmente por su relación con las mujeres, aficionado a las lenguas (hablaba ruso, finlandés, francés, inglés, alemán) y extrañamente escéptico, ensimismado y cosmopolita. Lo que Ganivet hacía en Finlandia era sobre todo conocer a mujeres y aprender idiomas.
15,50 x 20,00 cm 316 páginas | Rústica 978-84-9189-071-3 2961304
€ 20,00
*HYYEZB|890713] EBOOK 978-84-9189-072-0
FOTO: M.ª JESÚS CASERMEIRO
¿Los personajes son históricos?
MANUEL GARCÍA (Huéscar, 1966), es poeta, ensayista, traductor, crítico literario, encuadernador, editor y violagambista. Tiene publicados los poemarios: Estelas (1995), Sabor a sombras (1999), Cronología del mal (2002), Poemas para perros (2007), Manual de Cordura (2007), De bares y de tumbas (2011), La sexta cuerda (2014) y Es conveniente pasear al perro (2017); además de varios ensayos de crítica literaria y traducciones. Es experto en la vida de Ganivet en Helsinki y Riga, siendo el único traductor de los poemas franceses (dedicados a Mascha Diakovsky), de Ganivet en Finlandia. Mañana, cuando yo muera es su primera novela.
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Sí. Los personajes de la novela se encuentran envueltos en una encrucijada histórica compleja: Finlandia pertenecía a Rusia en calidad de Gran Ducado, y la mayoría de amigos de Ganivet allí eran conspiradores antirusos, que eran vigilados por la policía en un momento en que el movimiento independentista finlandés se intensifica debido a un intento de rusificación que estaban llevando a cabo las autoridades. Todos los personajes existieron y fueron claves, cada uno en su sitio, en el devenir histórico de Finlandia desde su situación de dependencia de Rusia hasta su posterior independencia. Y Ganivet, al llegar allí se ve envuelto en medio de esta trama histórica. ¿Escribió mucho Ganivet en Finlandia? Sí. Escribió en poco menos de dos años, entre Helsinki y Riga, lo más importante de su obra: sus Cartas finlandesas y Los trabajos del infatigable creador Pío Cid, aparte de una obra de teatro y sus poemas franceses. También escribió ensayos sobre escritores del norte: sus Hombres del norte. Su actividad literaria era febril, igual que su desorden mental y vital, ocasionado por su obsesión por las mujeres. Por eso escribió tanto. No dejaba de enviar material a España, a sus editores. Trabajaba y escribía sin parar, con una actitud obsesiva, que debilitó mucho su salud física y mental e intensificó su carácter introvertido, poco sociable. Cuando llegó a Riga, este trabajo obsesivo se agudizó en forma de euforia creativa, debido a una oscura enfermedad que condicionó sus últimos días.
ÁNGEL GANIVET era un hombre alto, moreno, corpulento, de mirada penetrante y actitud firme: decidido en lo que hacía y seguro siempre de sus palabras. Era escritor, había estudiado Derecho y Filosofía y letras y, tras trabajar en diversos oficios como el de traductor, aprobó las oposiciones a la carrera diplomática. Llegó a Helsinki con 31 años para ocupar la plaza de cónsul de España. Venía de ser vicecónsul en Amberes. Pasó primero por San Petersburgo para recibir instrucciones de la embajada y llegó a Helsinki en febrero de 1896. En pocos días resolvió varios asuntos pendientes, buscó una casa para el consulado en el mejor sitio de Helsinki (el barrio de Brunnsparken, donde todavía hoy está la embajada española) y se dedicó a partir de ahí a aprender idiomas y a tratar con mujeres finlandesas: Mascha Diakovsky (su joven profesora de ruso), la pintora Hanna Rönnberg y las amigas que se reunían en casa de Hanna: las dos hermanas Waenerberg, y Ella Sahlberg, todas de menos de 30 años. En invierno el consulado tenía una actividad mínima, debido a que el puerto estaba cerrado por el frío. Y Ganivet se dedicaba a estar ensimismado escribiendo y aprendiendo idiomas con sus amigas, sin tener relación con los otros cónsules, el sueco, el alemán o el francés. Era un diplomático absurdo, sin apenas vida diplomática. Y después de cuatro meses, en junio de 1896 llegó a Helsinki su mujer española, Amelia Roldan, con su hijo Ángel Tristán, y alteró las relaciones de Ganivet con su entorno finlandés, creándose un difícil equilibrio y competencia entre dos mujeres y una gran confusión dentro de la cabeza del escritor. Su estado mental alternaba momentos de euforia y euforia creativa con momentos de depresión cercanos a la locura. En los poco más de dos años de ese periodo, Ángel Ganivet escribió a un ritmo trepidante sus libros esenciales: Cartas finlandesas, Hombres del norte, Los trabajos del infatigable creador pío Cid…
fue una morena racial y temperamental, con la belleza de los trópicos. Conoció a Ganivet en 1892 y pronto quedó embarazada de él. Y de ese amor nació una niña que murió a los pocos días. Tras ese infortunio, la pareja de fortaleció y tuvieron un segundo hijo, Ángel Tristán, que los unió. Ganivet nunca quiso casarse. Pero ella vivía en París y él trabajada de vicecónsul en Amberes, yendo a verla cuando tenía días de permiso.
MASCHA DIAKOVSKY. Cuando conoció Ganivet tenía 25 años y ya era viuda, la viuda de Bergmann. Ganivet la conoció por el anuncio de un periódico en que se ofrecía a dar clases de idiomas (sueco y ruso). Era rubia y de ojos azules, muy bella, hija de un médico ruso que se suicidó. Presentó a Ganivet a su selecto grupo de amigos, todos independentistas finlandeses: al escritor Wentzel Hagelstam, al músico Sibeluis o al pintor August Edelfet, que le hizo varios retratos, entre otros. También fue admirada, en sus estancias por Francia e Italia camino del exilio, a Monet y a Giovanni Papini. Estudió Filosofía y letras, escribía, tocaba el piano de forma profesional, hablaba varios idiomas, estaba rodeada de intelectuales. Era una mujer de fuertes convicciones feministas, precursora del feminismo finlandés. Todo Helsinki consideraba que Mascha y Ganivet eran pareja, cuando se presentó en Helsinki de forma inesperada Amelia Roldán. Entonces Mascha hizo un viaje por Europa (Italia, Suiza, Francia), para no coincidir allí con Amelia, la mujer española de Ganivet.
Ganivet llegó solo a Helsinki en febrero de 1896. Y, cuando estableció una serie de relaciones allí, especialmente con su joven profesora de ruso, entonces llamó a Amelia, que se presentó en Helsinki en junio. Amelia siempre sospechó que Ganivet la engañaba y, cuando descubrió una evidencia, tuvo una reacción violenta y se volvió a España con su hijo, dejando a Ganivet solo otra vez en Helsinki. Pero al año siguiente lo perdonó y volvió de nuevo a estar con él. La relación entre ambos fue siempre tormentosa, volvían a unirse y a separarse, tenían tremendas discusiones por los celos, ambos se engañaban. Amelia especialmente era aficionada al mundo del canto y de la ópera, y conoció a un tenor de Barcelona, Jaime Bachs, de sobrenombre artístico Ángelo Angioletti, con el que tuvo una relación especial... ¿Se enteró Ganivet de esta relación? ¿Aprovechó el tiempo que estuvo solo en Helsinki y en Riga para intentar volver con Mascha?
ALBERT EDELFET. Fue el pintor más importante de su tiempo en Finlandia, y uno de los mejores pintores europeos de finales del XIX. Era de un estilo realista, con ciertas insinuaciones de impresionismo, siendo especialmente valorado por sus retratos y paisajes. El retrato que le hizo a Mascha Diakovsky al óleo se conserva actualmente en el museo del Hermitage de San Petersburgo. Fue uno de los hombres que amo a Mascha, y la pintó tres veces. También conoció a Ganivet y se relacionó con el grupo de los conspiradores contra el poder ruso.
Durante el viaje Ganivet y Mascha se escribieron cartas y, debido al envío de un retrato de Mascha desde Suiza, ocurrió un importante altercado en la casa de Ganivet de Helsinki, entre Ángel y Amelia, que condicionó los hechos posteriores. A la vuelta de su viaje, la relación entre Mascha y Ganivet fue distinta.
ANGELO ANGIOLETTI (JAIME BACHS). Fue un importante tenor y empresario de ópera español de finales del XIX, experto en Wagner. Dio clases de canto a Amelia Roldán y tuvo con ella una importante relación sentimental. En esas clases de canto se refugió Amelia Roldán cuando volviò a España, despechada por los engaños de Ganivet. Su relación con Amelia Roldán condicionaría de forma determinante el futuro de Ángel Ganivet.
Después de enviudar la primera vez, cuando ya dejó de ver a Ganivet, Mascha Diakovsky se casó tres veces más, siempre con intelectuales y hombres importantes de su tiempo. Fue una de las divas y una de las mujeres más influyentes en la Finlandia de finales del XIX e inicios del siglo XX.
AMELIA ROLDÁN. Hija de padre cubano y madre de la isla de Santa Cruz, nació en Valencia y
Durante los dos años que estuvo Ganivet en Helsinki, Hagelstam, siempre atento a la actualidad literaria, habló con Ganivet de escritores del norte de Europa y se interesó por los poemas y por los artículos que estaba escribiendo el español sobre Finlandia. Cuando se enteró de su muerte, le hizo un homenaje y publicó obras suyas que estaban en poder de Mascha Daikovsky, traducidas al sueco.
HANNA RÖNNBERG Y SUS AMIGAS DEL BARRIO DE BRUNNSPARKEN. Hanna, la pintora, era vecina de Ganivet y tenía casi todos los días en su casa una tertulia a la que asistían solo mujeres jóvenes. Se hablaba de cultura, de libros, de viajes... Y Ganivet, que daba más importancia a esa reunión que a otros eventos diplomáticos de la ciudad, era uno de los invitados diarios. WENTZEL HAGELSTAM. Fue un periodista y escritor, que fundó la revista Ateneum, que fue el órgano cultural más importante de la joven Finlandia. En sus artículos es muy crítico con el poder ruso, lo que le ocasionó muchos problemas con las autoridades, hasta el punto en que tuvo que exilirse a París cuando, algunos años después de muerto Ganivet, ya estaba casado con Mascha Diakovsky.
OTTOMAR VON HAKEN. Fue un prestigioso médico de Riga que trató a Ángel Ganivet y conoció bien sus problemas de salud. Su hermana Margarita le dio clases de ruso a Ganivet. Tanto él, como el cónsul alemán en Riga, fueron los protectores de Ganivet en Riga y le acompañaron a él y a Amelia en los acontecimientos finales decisivos de su vida.
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MAÑANA, CUANDO YO MUERA: UNA HISTORIA DE AMOR La novela cuenta los últimos años de la vida de Ganivet, que transcurrieron en Helsinki y Riga, marcados por una intensa historia de amor que tuvo con dos mujeres, la hispano-cubana Amelia Roldán, que había sido madre de dos hijos suyos, morena racial y apasionada, y la rusa Mascha Diakovsky, su joven profesora de idiomas en Helsinki, rubia glacial, de una hermosura inquietante. El enamoramiento de Ganivet de su profesora de ruso le descuadró completamente y empezó a tomar una serie de decisiones contradictorias, siempre en referencia a esta pasión que le asolaba por dentro y siempre en contradicción frente a las dos mujeres, hasta conseguir el traslado de su consulado desde Helsinki a Riga y hasta llegar a su precipitado y trágico final.
Una voz que, manteniendo una fuerte impronta personal, ha ido desdibujando ese artificio que debe de tener todo buen texto literario, hasta hacerlo fuerza y sutileza a la vez.
Manuel García ha hecho de la escritura una forma de fijarse en el mundo. Y también una impecable gimnasia para la decencia. JOSÉ MARÍA RONDÓN DIARIO DE SEVILLA
Si deseas más información y/o entrevistar al autor: PAULA MARTÍN Comunicación y prensa Algaida (t) 91 393 8785 / 626 365 897 (e) pmartinb@anaya.es novela.algaida.es
Cubierta: José Luis Paniagua. Dosier: proyectos gráficos PGA
INMACULADA LERGO EL IMPARCIAL