![](https://assets.isu.pub/document-structure/230314143011-ac1d732adf45253ca0e77e20c0f46fb2/v1/6019005ad21fdff38c473c382fb83945.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
1 minute read
Cuento de la “ »¤”
from Leer 1
¿Recordáis que Aurelio había preparado su famosa sopa de letras y nuestros amigos se la estaban comiendo muy contentos? Como hacía un día precioso, estaban al aire libre. Para el postre, Úrsula sacó una gran cesta llena de uvas súper ricas. –¡Uf!, ¡estoy llenísima! –suspiró Úrsula después de tomar un puñado de uvas.
Todavía quedaba un poco de sopa, pero todos habían repetido ya y no les cabía más.
De pronto, oyeron una voz desde el cielo que decía: –¡Uuuuuuum, qué bien huele! ¿Alguien está tomando sopa de letras y dulces uvas?
Después, la misma voz gritó:
–¡Uy, uy, uy, uy, uy! ¡Que me mato!
Y en ese momento, vieron caer en picado un pájaro negro y blanco que, ¡PUTUPÚM!, se chocó contra un montículo de flores. Todos corrieron a ver qué había pasado.
Entre las flores encontraron a Uma, la urraca, un poco mareada.
Para que todos pudieran volar y asistir al concierto, Aurelio, que es un poco mago, cogió unas cuantas flores de letras que ya estaban maduras y escribió con ellas:
Sube, sube con la “u”. A la nube subes tú. JU, JU, JU. Y así, por arte de magia, todos llegaron volando a la nube azul en un periquete. Allí estaban ya los músicos de la orquesta vestidos con un bonito uniforme azul marino, y pronto empezó el concierto.
Uma tocaba el ukelele, que es como una guitarra pequeñita; el urogallo Uro tocaba otra especie de guitarra llamada laúd; y Uli, el búho, cantaba con su preciosa voz, mientras los demás le hacían los coros diciendo: Uuuuuuuu, u-u-uuuuuuu, u-u-uuuuuuuuu.
¡Qué gran espectáculo!
![](https://assets.isu.pub/document-structure/230314143011-ac1d732adf45253ca0e77e20c0f46fb2/v1/559f3df52340ef1b2ab0a7c76d19b2dc.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
![](https://assets.isu.pub/document-structure/230314143011-ac1d732adf45253ca0e77e20c0f46fb2/v1/559f3df52340ef1b2ab0a7c76d19b2dc.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
![](https://assets.isu.pub/document-structure/230314143011-ac1d732adf45253ca0e77e20c0f46fb2/v1/2a0c657e7ea704c4ef997d5c89d4e248.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
–¡Ya estamos llegando! –anunció Ana al cabo de un rato. –¿Cómo lo sabes? –le preguntó Emilio, porque el avión todavía estaba atravesando las nubes y no se podía ver nada. –Pues, porque puedo olerlo –dijo Ana. Claro, es que a veces sus amigos se olvidaban de que Ana podía oler mucho mejor que los demás, ¿os acordáis? Así que, desde el cielo, ya sentía el aroma de los almendros, el azahar, las amapolas, los albaricoques del albaricoquero, las aceitunas del olivo y los arándanos del arandanedo… Porque, ¿sabéis?, en el Jardín de Pata y Pato hay flores y frutas durante todo el año.