Dossier de Prensa
EN EL CORAZÓN DE ESTA HISTORIA, LA FIEBRE Y LA MUERTE SUBEN COMO COTIZACIONES DEL METAL MÁS PRECIADO.
Juana Salabert, nacida en París y licenciada en Letras Modernas por la universidad de Toulouse-LeMirail, es novelista y traductora. En 1996 publicó, casi simultáneamente, Varadero y Arde lo que será, finalista del premio Nadal. En 1998 apareció Mar de los espejos y un año después los relatos reunidos en Aire nada más y el libro de viajes Estación central. En 2001 obtuvo el premio Biblioteca Breve con su novela Velódromo de invierno, actualmente en Alianza Editorial. En 2004 publicó la novela La noche ciega y en 2005 el ensayo testimonial Hijas de la ira. En 2007 ganó el Premio de Novela Fernando Quiñones con El bulevar del miedo. Es autora asimismo de la novela infantil La bruja marioneta y de diversos cuentos recogidos en varias antologías. En 2011 publicó La faz de la tierra (Alianza Editorial). Algunas de sus novelas y relatos se han traducido al francés y al húngaro.
Con la contundencia narrativa que caracteriza a Juana Salabert, la escritora nos brinda, a través de esta misteriosa serie de crímenes y de una galería de personajes versátiles y psicológicamente complejos, una audaz semblanza de la España del momento. La regla del oro es una trepidante y estremecedora novela policíaca.
ABRIL
30 Navidades de 2012, Madrid. Un joyero, centrado últimamente en la compraventa del modesto oro familiar de los asfixiados por la crisis, aparece degollado entre unos contenedores de reciclaje con un acusador mensaje encima. No es el primero. Semanas antes, otros «comprooro» fueron asesinados de modo similar en una capital vapuleada por los recortes y el miedo al porvenir inmediato, cuyo clima es el de una explosiva ciclogénesis social por debajo de las luces, enseñas y adornos festivos. ¿Nos hallamos acaso ante un asesino en serie, empecinado en una obsesiva «misión» de ajuste de cuentas contra quienes a diario sacan provecho de la creciente penuria ajena? Se encarga de la investigación el inspector Alarde, un joven y perspicaz policía empeñado en darle la espalda a sus propios fantasmas y traumas del ayer. Abierto e intuitivo, sensible y observador, no desdeñará tirar de ningún hilo de esta telaraña en pos del cabo oculto originario, del canto auténtico de la moneda.
Juana Salabert
La regla del oro ALIANZA NEGRA
15,50 x 23,00 cm 240 páginas Rústica ISBN 978-84-9104-005-7 Código 3472492
€ 17,00 EBOOK 978-84-9104-006-4
Entrevista con Juana Salabert Toda novela es una indagación. En La regla del oro, cada uno de los personajes tiene una historia personal compleja. ¿Es la novela negra el instrumento más eficaz para profundizar en el conocimiento de los seres humanos? Bueno, eso se podría decir de cualquier novela, policíaca o no; la novela es el género más libre que existe porque admite una infinidad de variaciones y es, por supuesto, indagación de vida, de las vidas. Como novelista, siento que a través de los personajes, de su psique y andanzas, de sus conflictos, razones o sinrazones, me acerco un poco más a los misterios de la condición humana.
No hay mayor código que el de que tus personajes resulten creíbles, verosímiles en medio de una trama. Tienen que “estar” vivos sobre la página, en tu mente y en la de los lectores. Y hablando de novela negra, género en el que se estrena, ¿se ha sentido cómoda? ¿O han constreñido los códigos del género su libertad a la hora de escribir? Siempre que te “estrenas” en algo afrontas retos, y el de la novedad resulta aún más apasionante. He leído mucha novela negra durante toda mi vida, me encanta el género policíaco, que tiene unas posibilidades amplísimas, diversas y en absoluto rígidas. He disfrutado escribiéndola y lo he hecho
con absoluta libertad. Simenon dijo en una ocasión: “Hacer que sea más verdadero que la verdad, todo consiste en esto”. Me parece una apreciación de extraordinaria agudeza porque no hay mayor código que el de que tus personajes resulten creíbles, verosímiles en medio de una trama. Tienen que “estar” vivos sobre la página, en tu mente y en la de los lectores. El mundo de los “comprooro” que salpican nuestras ciudades y han proliferado a la sombra de la crisis está en el centro de la historia. ¿Ha querido usarlos como espejo de toda una época? Bueno, son el símbolo, a mi juicio, de la crisis actual, del derrumbe de, por ejemplo, las clases medias y de la destrucción programada del llamado estado de bienestar europeo, que en España nunca pasó del “medio estar”. De hecho, la novela se me ocurrió en un cruce callejero; era mediodía y un hombre con un llamativo cartelón publicitario a la espalda me ofreció la típica hojita amarilla de propaganda que rezaba “Compramos su oro al máximo precio”. De la noche a la mañana, esos repartidores por cuenta ajena estaban por todas partes... Y unos pocos se forraban, a pequeña o gran escala, a costa de quienes de pronto empezaban su caída en picado mientras los mandamases y burócratas de la Troika peroraban, aquí o en Bruselas, en su jerga orwelliana. Así nació La regla del oro, que en el fondo es una novela sobre la codicia y la avaricia. ¿Y no cree que hemos sufrido todos una especie de fiebre del oro? ¿Hay vencedores y vencidos en todo esto?
Desde luego que hay vencedores y vencidos en esta gran estafa tildada de “crisis”: un 99% de vencidos y un 1% de vencedores. Vencedores máximos, que aumentan su patrimonio a costa del desastre ajeno... ¿Acaso no ha aumentado el consumo de artículos de lujo a la vez que se deslocalizan empresas y se venden incluso las viviendas de protección oficial, construidas con dinero público, a los llamados “fondos buitre”? Y entretanto, se “riñe” a la gente a la que se expolia acusándola de haber vivido por encima de sus posibilidades... No, la “fiebre del oro” es la de unos pocos aprovechados y sin escrúpulos. Ni yo, ni muchísima gente como yo, hemos padecido otra fiebre que la del estupor e indignación recientes.
Los “comprooro” son el símbolo, a mi juicio, de la crisis actual, del derrumbe de, por ejemplo, las clases medias y de la destrucción programada del llamado estado de bienestar europeo. No deja títere con cabeza: preferentes, recortes o “ajustes”, como prefieren llamarlo algunos, ERES. Mis personajes, como el inspector Alarde, que me resulta entrañable y protagonizará otras novelas, viven inmersos en una realidad de pesadilla, tienen que escuchar a diario los mazazos a las vidas a golpe de decreto, enterarse a cada paso de nuevos escándalos, quiebras y estafas. La novela arranca en las navidades del 2012, con la rabia por la eliminada paga extra a los funcionarios
(de la que, en el país de la amnistía fiscal, sólo se ha devuelto el 25%) y el miedo a los despidos como telón de fondo en un ambiente de aliento contenido más que de fiesta. ¿El criminal que asesina a “comprooros” es un loco, un asesino en serie? ¿Qué resuena de “verdad” bajo las cantinelas y los villancicos? ¿Y quién descabeza a quién y por qué? ¿Y qué deparará el Año Nuevo luego de las locas profecías sobre ese 2012 a punto de irse a campanadas?
La familia es el germen; nadie proviene de la nada, incluidos los criminales y sus víctimas. Conocer el origen de un asesinado como “Cabezudo” le ayuda al inspector Alarde en su investigación, del mismo modo que conocer el pasado y la historia nos ayuda a entender nuestro presente. El propio Alarde proviene de una historia complicada y dolorosa... La familia y sus secretos cuentan en esta trama policíaca como cuentan en las vidas, por supuesto.
La “fiebre del oro” es la de A través de la novela unos pocos aprovechados policíaca se puede y sin escrúpulos. Ni yo, ni desentrañar perfectamente muchísima gente como el lado oscuro de las yo, hemos padecido otra sociedades, su reverso fiebre que la del estupor e invisible y palpitante. indignación recientes. Y cuál es el papel del escritor en todo esto. ¿No cree que en estos tiempos que se miden en 140 caracteres, la voz reposada del escritor ha sido desplazada? ¿Ha de dar el escritor testimonio de su época? Yo escribo novelas, no panfletos; no tengo más papel que el de volcar mundos al papel de todos. Imagino, narro, cuento y quien me lee saca sus propias conclusiones. Los 140 caracteres no compiten con la tarea del escritor, no tienen nada que ver con su voz, sea ésta reposada o no. Son vehículo de comunicación, no escritura. Sí creo, sin embargo, que a través de la novela policíaca se puede desentrañar perfectamente el lado oscuro de las sociedades, su reverso invisible y palpitante. Y la familia también está muy presente para explicarnos y entendernos.
Háblenos de los personajes. ¿Cuál le ha resultado más entrañable? El asesinado “Cabezudo”, por ejemplo, no cuenta con mi simpatía, pero como novelista era un deber “entenderle”. Al inspector Alarde sí le he cobrado gran afecto. Es honesto, sensible y lúcido, muy leal y en absoluto “trepa”. También a su amiga, la psicóloga y criminóloga Berta, o a Almudena, la joven periodista de sucesos a la que apodan cariñosamente sus compañeros la “Hoyitos”. O a Javier Mendizábal, un personaje que tiene muchos rasgos de ironía. Con ellos y con otros me iría tranquilamente a dar una vuelta, a tomar algo y conversar a gusto por Madrid. Otros serían amistades mucho más “peligrosas”... Pero entender su oscuridad, su inquina o sus recelos forma parte de la intriga y el esplendor de escribir.
Al leer la novela, pese al dramatismo de los hechos narrados, parece que se ha divertido escribiéndola. Sí, me lo he pasado muy bien metida en la piel de los personajes. Y estoy contenta porque creo que la trama está bien armada y la escritura es muy ágil. Espero que la disfrute toda clase de lectores, los enamorados del género policíaco y el resto.
Juana Salabert en Alianza editorial
Juana Salabert en Alianza Editorial
“El 20 de junio de 1945, la prensa francesa se hizo eco de una noticia española de sucesos. Con fecha del 17 de junio, la policía española halló en un campo próximo a la carretera Madrid-Burgos, a unos treinta kilómetros de Madrid, el cadáver carbonizado de un hombre, enseguida identificado como supuesto residente en la capital española bajo documentación falsa. Sus restos fueron apresuradamente adjudicados, a través de una muy cuestionada ficha antropológica, a uno de los más famosos colaboracionistas integrantes del llamado “Service Otto”, dedicado a las compraventas ilegales de todo tipo de mercancías y al tráfico de bienes y arte expoliado durante la Ocupación nazi en París”. Así comienza El bulevar del miedo, una sugestiva novela que transcurre en dos tiempos y dos espacios, el miserable Madrid de la posguerra y el convulso París de mayo del 68. Por ambos transita Federico Fernet, hijo de un pintor republicano “El 20 de junio 1945,malogrado la prensa francesa hizo desaparecido y de artista a su vez,sequien eco una noticia española delasucesos. fecha tuvodedurante su adolescencia no tan Con oportuna del 17 de de junio, la policía española halló en un cam-a “suerte” acceder al mundo de los privilegiados po próximo a la carretera Madrid-Burgos, a unos través de un grupo de extranjeros afincados en Matreinta kilómetros de Madrid, el cadáver carbonidrid y vinculado a los poderes fácticos del régimen zado de un que hombre, enseguida como franquista, traficaba con lasidentificado obras expoliadas supuesto residente la capital española dopor los nazis en laen Europa ocupada. Losbajo confliccumentación Sus restos su fueron apresuradatos morales defalsa. tal experiencia, ambigua relación mente adjudicados, a través de una cuestionaentre represores y represaliados, asímuy como su fascida ficha antropológica, a uno de los más famosos nación y amour fou por una Venus de leyenda que colaboracionistas del llamado “Service encarna a sus ojosintegrantes los misterios de la feminidad, Otto”, dedicado a las ycompraventas determinarán la intriga el inquietanteilegales rumbo de de todo tipo de mercancías y al tráfico de bienes arte su vida hasta la sorprendente vuelta de tuercayfinal. expoliado durante la Ocupación nazi en París”. Así comienza El bulevar del miedo, una sugestiva novela que transcurre en dos tiempos y dos espacios, el miserable Madrid de la posguerra y el convulso París de mayo del 68. Por ambos transiLG001419_dossier_salabert.indd 6 ta Federico Fernet, hijo de un pintor republicano desaparecido y artista malogrado a su vez, quien tuvo durante su adolescencia la no tan oportuna “suerte” de acceder al mundo de los privilegiados a través de un grupo de extranjeros afincados en Madrid y vinculado a los poderes fácticos del régimen franquista, que traficaba con las obras expoliadas por los nazis en la Europa ocupada. Los conflictos morales de tal experiencia, su ambigua relación entre represores y represaliados, así como su fascinación y amour fou por una Venus de leyenda que encarna a sus ojos los misterios de la feminidad, determinarán la intriga y el inquietante rumbo de su vida hasta la sorprendente vuelta de tuerca final.
En julio de 1942 las autoridades francesas y alemanas de la Ocupación nazi recluyeron a miles de familias judías en el parisiense Velódromo de invierno antes de su envío al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. La llamada «gran redada del velódromo de invierno» constituye el punto de partida y la piedra angular de esta magnífica novela de Juana Salabert estructurada en dos tiempos. El encuentro, cincuenta años después, entre el hijo de Ilse Landerman, la niña judía alemana que logró huir del espanto del velódromo donde quedaron atrapados los suyos, y el sefardí Sebastián Miranda, ex brigadista internacional en España y resistente en suelo francés, donde impulsó una precaria red de salvamento de niños a través de los Pirineos, aúna memoria y devenir, duelo y esperanza. Un viaje, allende la Noche y Niebla nazis, al dolor de los supervivientes. En julio de 1942 las autoridades francesas y ale-
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familias judías en el parisiense Velódromo de in368 páginas vierno antes de su envío al campo de exterminio I.S.B.N.: 978-84-206-6261-9 de Auschwitz-Birkenau. La llamada «gran redada Código: 3466061 del velódromo de invierno» constituye el punto de PVP: 9,90 euros partida y la piedra angular de esta magnífica novela de Juana Salabert estructurada en dos tiemVelódromo de invierno pos. El encuentro, cincuenta años después, entre el 336 páginas hijo de Ilse Landerman, la niña judía alemana que I.S.B.N.: 978-84-206-8443-7 logró huir del espanto del velódromo donde quedaron atrapados Código: 3466101 los suyos, y el sefardí Sebastián Miranda, ex brigadista internacional en España y PVP: 9,90 euros resistente en suelo francés, donde impulsó una precaria red de salvamento de niños a través de los Pirineos, aúna memoria y devenir, duelo y esperanza. Un viaje, allende la Noche y Niebla nazis, al dolor de los supervivientes. 13/10/11 11:40
El bulevar miedo La faz de ladel tierra
368 páginas 240 páginas I.S.B.N.: 978-84-9104-005-7 978-84-206-6261-9 I.S.B.N.: Código: 3472492 3466061 Código: PVP: 17,00 9,90 euros PVP: euros BOLSILLO 978-84-206-8755-1 Velódromo de invierno EBOOK 978-84-9104-006-4 336 páginas I.S.B.N.: 978-84-206-8443-7 Código: 3466101 PVP: 9,90 euros
De ella ha dicho la crítica
«Juana tiene una gran capacidad para penetrar en los sueños, en los sentimientos, en los realismos... y ése es el más luminoso de sus aciertos. Su prosa es un exquisito regalo que da vida a unos personajes inolvidables, auténticos, explorados con delicadeza...» JOSEFINA ALDECOA «Hay, en las historias de Salabert, en sus novelas… escombros de memoria, despojos de naufragios, cenizas del pasado, recuerdos que hieren como espejos hechos añicos…» JAVIER GOÑI, El País - Babelia «… una de las voces más potentes de la actual narrativa española…» EMMA RODRÍGUEZ, El Mundo «Juana Salabert ha dado sobradas muestras de talento desde su primera novela, Varadero, una obra exigente y plena en la que ya estaban presentes los dos rasgos más salientes de su escritura: el rigor en la prosa y la inteligencia…» HORACIO VÁZQUEZ-RIAL, Abc Cultural «… el brillo estilístico ha caracterizado a esta autora desde su primera novela…» FERNANDO COBO, Lateral «… una autora rigurosa y literalmente ambiciosa… una prosa tensa, envolvente y llena de matices… un gran dominio de las técnicas narrativas…» LUIS GARCÍA JAMBRINA, Abc Cultural «… una escritura intensa y dramática y un entusiasmo fabulador imprescindible para un novelista…» SANTOS SANZ VILLANUEVA, La Esfera «Juana Salabert publica una novela sobre la avidez económica y los malos tratos en una familia contemporánea. La faz de la tierra es un dardo envenenado hacia la imagen desgastada de la familia feliz.» PAULA CORROTO, Público «Y con su última obra, La faz de la tierra, ha conseguido alcanzar una obra maestra de introspección y sensibilidad.» JOAQUÍN ARNÁIZ, La Razón
Se encarga de la investigación el inspector Alarde, un joven y perspicaz policía empeñado en darle la espalda a sus propios fantasmas y traumas del ayer. Abierto e intuitivo, sensible y observador, no desdeñará tirar de ningún hilo de esta telaraña en pos del cabo oculto originario, del canto auténtico de la moneda. De su curso de voluntades codiciosas y desatinos cruentos emergerán las dos caras de la verdad. Porque en el corazón de esta historia, ambientada al sur del eurocontinente regido por fúnebre regla de oro constitucional, los latidos se desbocan, la fiebre y la muerte suben como cotizaciones del metal más preciado y las campanas doblan por doquier. Con la contundencia narrativa que caracteriza a Juana Salabert, la escritora nos brinda, a través de esta misteriosa serie de crímenes y de una galería de personajes versátiles y psicológicamente complejos, una audaz semblanza de la España del momento. La regla del oro es una trepidante y estremecedora novela policíaca.
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Diseño de cubierta: Elsa Suárez Girard / www.elsasuarez.com
Navidades de 2012, Madrid. Un joyero, centrado últimamente en la compraventa del modesto oro familiar de los asfixiados por la crisis, aparece degollado entre unos contenedores de reciclaje con un acusador mensaje encima. No es el primero. Semanas antes, otros “comprooro” fueron asesinados de modo similar en una capital vapuleada por los recortes y el miedo al porvenir inmediato, cuyo clima es el de una explosiva ciclogénesis social por debajo de las luces, enseñas y adornos festivos. ¿Nos hallamos acaso ante un asesino en serie, frente a algún demente “lobo solitario”, empecinado en una obsesiva “misión” de ajuste de cuentas contra quienes a diario sacan provecho de la creciente penuria ajena? ¿Qué vincula entre sí a muertos tan dispares, más allá del ejercicio de su profesión?