Algo, ahí fuera. Bruno Arpaia. Alianza editorial

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BRUNO ARPAIA

ALGO, AHÍ FUERA ALIANZA LITERARIA (AL) 15,50 x 23,00 cm 216 páginas | Rústica 978-84-9104-500-7 3472548

€ 16,00 EBOOK 978-84-9104-501-4

es un conocido novelista y periodista napolitano, además de asesor editorial y traductor al italiano de literatura en lengua española. Sus obras se han traducido a numerosos idiomas. Ha cosechado numerosos reconocimientos a lo largo de su carrera como el premio Hammett Italia 1997 por Tiempo perdido; el Selezione Campiello 2001 y el Alassio Centolibri-Un autore per l'Europa 2001 por L'angelo della storia; el Napoli y el Giovanni Comisso 2006 por Il passato davanti a noi; el Merck Serono por L'energia del vuoto, con la que igualmente quedó finalista en el Strega 2011. Es también autor de La última frontera, Per una sinistra reazionaria y Prima della battaglia; y coautor de La cultura si mangia!, con Pietro Greco; de L'avventura di scrivere romanzi, con Javier Cercas; y de una conversación con Luis Sepúlveda, Raccontare, resistere.

Bruno Arpaia©EFE

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«Un planeta arrasado por la descoordinación de las políticas medioambientales, una Europa no solo dividida sino enfrentada, unas instituciones inexistentes o inoperantes, la definitiva liquidación de los valores democráticos asociados a la civilización occidental… una novela estupenda: dura y hermosa.» IGNACIO MARTÍNEZ DE PISÓN

«Si la gran literatura puede servir no sólo para entretenernos sino también instruirnos, la admirable novela de Bruno Arpaia puede leerse como una lúcida, aterradora e inteligente advertencia final: ésta es nuestra última oportunidad para cambiar de vida.»

Bruno Arpaia©EFE

Llanuras agrietadas, riberas de barro seco, ríos áridos, polvo amarillento, casas y naves industriales abandonadas. En la Europa que se aproxima, devastada por el cambio climático, decenas de miles de «emigrantes ambientales» marchan en dirección a Escandinavia, que, junto con las otras naciones cercanas al círculo polar ártico, se ha convertido en el territorio de clima más favorable para los asentamientos humanos. Livio Delmastro, viejo profesor de neurociencia, es uno de esos miles de «emigrantes». Dio clases en Stanford, tuvo una compañera excelente y fue padre, pero al final se vio obligado a regresar a una Italia casi desertizada y azotada por grandes desórdenes sociales y políticos, por la corrupción y por los enfrentamientos étnicos y la violencia en las calles. Allí pasó dieciséis años, solo en un mundo que se desmoronaba, sin ganas de vivir, pero sin valor para quitarse la vida. Luego, como muchos otros miles, tuvo que pagar a exploradores y guías, y ahora, víctima del hambre, la sed y los saqueadores, camina en una columna humana, entre turbas de desesperados, a través de tierras estériles, valles calcinados y ciudades en ruinas, por un continente trastornado e irreconocible…, hacia un norte enrocado, temeroso de perder sus privilegios.

ALBERTO MANGUEL

Algo, ahí fuera es una novela visionaria y actualísima, a caballo entre dos tiempos, que nos obliga a vivir las consecuencias extremas del cambio climático ya en marcha. Con una brillante capacidad de penetrar y recrear distintos mundos, Bruno Arpaia combina en esta novela la tripleta ciencia, arte y filosofía que, como sostenía Italo Calvino, constituye la vocación más profunda de la mejor literatura italiana. alianzaeditorial.es

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EUROPA, EL FUTURO QUE NOS ENCIERRA AHÍ FUERA EN SU NUEVO LIBRO ALGO, AHÍ FUERA, EDITADO EN ITALIA POR GUANDA Y PRÓXIMAMENTE EN CASTELLANO POR ALIANZA EDITORIAL, BRUNO ARPAIA IMAGINA UN CONTINENTE DESERTIFICADO Y A FUGITIVOS EN MARCHA HACIA UNA ESCANDINAVIA BLINDADA.

por Carlo Rovelli. Corriere della Sera Imagine all the people, sharing all the world - cantaba Lennon en el 71 - You may say I´m a dreamer, but I’m not the only one. Era cierto, no era el único: cantaba el futuro de paz y comunidad que soñaba una generación. Hay épocas en que se sueña con un futuro mejor, otras en las que se tiene miedo al futuro. Pocos años antes de las notas mágicas de Lennon, el mundo vivió la pesadilla de la inminente catástrofe nuclear. Lo recuerda bien Isabel Allende en el comienzo de su libro de memorias, cuando dice que ha transcurrido la mayor parte de su juventud a la espera de que alguien, apretando distraídamente un botón, hiciese explosionar las bombas atómicas y saltar por los aires todo el planeta. Es cierto que la humanidad mira al futuro de modo alterno, ya con esperanza ya con temor. ¿Y hoy? Hoy el sueño de construir un mundo más justo y equilibrado parece lejano y renace la pesadilla: el planeta se calienta, las especies vivas están siendo diezmadas, puede que vayamos hacia una catástrofe. ¿Son exagerados las esperanzas y temores de la humanidad? Yo no lo creo, no son exageradas las esperanzas. No todas las utopías se realizan, pero en el curso de los siglos XVII y XVIII, por citar un solo ejemplo entre tantos, la fuerza de imaginar un mundo diferente cambió realmente la faz del planeta, echó por tierra privilegios seculares, abolió la esclavitud, ofreció una vida digna a millones de desposeídos, difundió la democracia, condujo a la declaración universal de los derechos humanos, liberando a las mujeres, la mitad del mundo, de la sumisión. Cuanto hay de bueno en el mundo de hoy día es el producto de jóvenes que soñaron con un mundo mejor, y los sueños pueden aún hoy cambiar el mundo. Pero no son exagerados tampoco los temores. Las civilizaciones desaparecen, muchas veces en la devastación, la mayoría de las veces a consecuencia de guerras o catástrofes ecológicas. Del esplendor

de los reinos Maya, no quedan más que ruinas en el bosque. Roma contaba con un millón y medio de habitantes bajo los Antoninos, reducidos a cincuenta mil en los siglos posteriores. De las grandes bibliotecas del mundo antiguo no nos queda más que algún libro, para dar testimonio de un saber liquidado. El riesgo de la catástrofe atómica se alcanzó realmente, y fue probablemente evitado sólo gracias a la sangre fría y a la lucidez de algunos, como los Kennedy y Kruschev, o el coronel Stanislav Petrov, quien violando el protocolo evitó por muy poco el apocalipsis.

«EN ALGO, AHÍ FUERA, EL PROTAGONISTA ES EL FUTURO, PERO NO ES UNA NOVELA DE CIENCIA FICCIÓN NI DE FANTASÍA: EN EL ESTILO DE ARPAIA, ESTÁ CONSTRUIDO SOBRE UN ESTUDIO EXHAUSTIVO DE LA LITERATURA CIENTÍFICA.» Pero si se ha conseguido evitar el desastre nuclear hasta el momento, ha sido también gracias a las innumerables voces que se alzaron altas y claras en aquellos años en distintos sectores de la sociedad: científicos y poetas, religiosos e hippies, clamando que la humanidad estaba cometiendo una locura basándose en un equilibrio tan inestable y arriesgado. ¿Recordáis a Gregory Corso leído en Italia por Gassman? “Yo te canto, bomba extravagante de la Muerte jubileo de la Muerte...” Numerosas voces, asustadas y aterradoras, cordiales, profundamente racionales, han contribuido a crear la conciencia del riesgo tremendamente real de la catástrofe nuclear, y a impulsar a la política a dar pasos importantes para reducir dicho riesgo. Nos encontramos en una situación similar. No tenemos certezas, sino que el riesgo de una catástrofe ecológica por el calentamiento global es real e inminente. Los nuevos datos que nos llegan no hacen

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sino confirmarlo. Como en los tiempos de la bomba H, las mentes más abiertas se están esforzando para advertir al mundo de que hay que tomar el riesgo en serio, cada uno con sus armas: los científicos estudiando, los políticos más perspicaces buscando el consenso incluso para decisiones que resultan costosas, y una vez más, los artistas más iluminados, proporcionándonos las palabras para decir las cosas. Por todo ello, he leído con desesperación y una mezcla de esperanza el nuevo libro de Bruno Arpaia: Algo, ahí fuera. Un libro intenso y adictivo centrado en el riesgo de la catástrofe ecológica ante nosotros. La novela está ambientada en un futuro próximo, en el momento en que el desastre del calentamiento global se manifiesta con toda su fuerza. El relato discurre entre dos líneas paralelas como suele ocurrir en los libros de Arpaia, y en dos tiempos distintos. En el primero, encontramos a un joven en el momento en que se abre a la vida, en el tiempo de las discusiones con los amigos sobre los problemas climáticos. En el segundo seguimos al mismo personaje, muchos años después, en el curso de un viaje dantesco por una Europa devastada por la sequía, sin orden ni ley, donde turbas de desesperados sobreviven entre la violencia. Una caravana de prófugos, armada con fusiles y desesperación, trata de alcanzar las regiones escandinavas, protegidas del calentamiento global, encerradas en una gigantesca fortaleza, y que luchan para mantener fuera a los fugitivos. La magia de la escritura de Arpaia se encuentra en la descripción del horror que se nos presenta como absurdo e improbable, hasta el momento en el que nos percatamos de que es solamente la descripción de acontecimientos que ya están en curso: a lo largo de las rutas de África hacia las puertas cerradas de Europa. La escritura de Arpaia tiene el poder de penetrar y recrear mundos, y en todos sus libros tiene un papel extraño y ambiguo el tiempo, como si Arpaia estuviese siempre a la búsqueda de sus misterios. Las novelas anteriores, traían a la vida, momentos pasados de la úl-

tima gran tragedia europea, del reciente pasado italiano, o del mundo actual a mí grato, de la física. En Algo, ahí fuera, el protagonista es el futuro, pero no es una novela de ciencia ficción ni de fantasía: en el estilo de Arpaia, está construido sobre un estudio exhaustivo de la literatura científica. Que nos cuenta que en el estadio actual del conocimiento este horror resulta ser el escenario más probable, si no hacemos lo suficiente para evitarlo. Pero la diferencia de impacto entre las áridas cifras de los científicos y la vívida realidad descrita por un escritor de calidad resulta ser enorme. Por esto el libro debería ser leído, a mi modo de ver, por muchos, para que cualquiera pueda descifrar claramente lo que significan las alertas sobre los estudios del clima.

«UN LIBRO INTENSO Y ADICTIVO CENTRADO EN EL RIESGO DE LA CATÁSTROFE ECOLÓGICA ANTE NOSOTROS.» Al igual que el poema de Gregory Corso no era una balada enloquecida sino una llamada a la población contra la locura, del mismo modo Algo, ahí fuera, no es una profecía oscura, sino un grito de alarma. Por esta razón empieza con largas discusiones acerca del clima entre cínicos y alarmistas. El propósito de este crudo relato es contribuir a que no se convierta en realidad. Hay medidas que pueden ser adoptadas para alejarnos del riesgo. El mundo no está haciendo lo suficiente.(…) Mucho dependerá de nuestras elecciones, de lo que hoy decidamos, digamos, escribamos, votemos. Hay que darle las gracias a Bruno Arpaia por haber escrito este libro. Leámoslo y exijamos a la política que tome las decisiones correctas. No hemos conseguido transformar el mundo en el sueño de Lennon, la hermandad de los hombres sin estados, religiones, propiedad, que vive en paz compartiendo la faz de la tierra… Podemos al menos tratar de dejar a las generaciones futuras un mundo en el que se pueda vivir. El futuro depende de nuestras decisiones.

¿Qué es la cli-fi? Me he dado cuenta de que existía un nuevo filón literario que, intercambiando el término de Science en Sciencefiction por la palabra Climate, podríamos llamar Climatefiction, Cli-fi. Es un género literario que se encarga de narrar sucesos a partir de escenarios que tienen como base el cambio climático. Ahora se ha convertido en una etiqueta importante. Hay muchos autores que se inspiran en este género. Lo ha inventado un señor llamado Dan Bloom, después lo retuiteó Margaret Atwood.

Se ha convertido en un hashtag, en una tendencia de gran éxito. Y es un género aparte, diferente de la ciencia ficción, ya que si esta puede imaginar cualquier escenario, la Climate-fiction parte, en cambio, de un estudio atento de la producción científica sobre el tema. Por tanto, los escenarios que inventan no solamente son posibles, sino que son probables. Creo que la Cli-fi es también un excelente modo de comunicar al gran público el cambio climático. BRUNO ARPAIA

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Diseño de cubierta: Elsa Suárez Girard / www.elsasuarez.com. © H&D. Zielske/Look/Gtresonline


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