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Los jóvenes Perfil de los jóvenes creyentes actuales J esús R ojano M artínez *
Fecha de recepción: enero de 2018 Fecha de aceptación y versión final: febrero 2018
Resumen No es fácil trazar un perfil de los jóvenes creyentes en España por la enorme variedad de posturas que se encuentra en ellos. Aquí se parte de dos encuestas recientes hechas con competencia, la de la Fundación Santa María Jóvenes 84-17 y una síntesis de las respuestas de jóvenes españolas al cuestionario previo al Sínodo de octubre de 2018 sobre Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. Después el autor destaca algunos rasgos desde su experiencia pastoral y pedagógica. Palabras clave: católico, creencias, Iglesia, papa Francisco, pastoral juvenil.
Profile
of modern - day young believers
Summary It is not easy to profile young believers in Spain due to the extensive range of views that exist within this collective. This conclusion is based on two recent surveys conducted by experts: a report by the Fundación Santa María on Young People from 1984-2017; and a summary of the answers given by Spanish youths to the *
Director de la revista Misión Joven. Profesor en el Instituto Superior de Pastoral y en el CES Don Bosco (Madrid). jrojano@cesdonbosco.com
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questionnaire issued prior to the Synod of October 2018 on Young People, Faith and Vocational Discernment. The author then highlights several characteristics drawing from personal experience in a pastoral and pedagogical context. Key words: catholic, beliefs, Church, pope Francis, youth ministry.
Cuando me puse a escribir estas líneas me encontré con esta homilía del papa Francisco de la tarde del 31 de diciembre de 2016, y he querido empezar con ella: «Mirando el pesebre nos encontramos con los rostros de José y María… Rostros jóvenes que miran hacia delante con la no fácil tarea de ayudar al Niño-Dios a crecer. No se puede hablar de futuro sin contemplar estos rostros jóvenes y asumir la responsabilidad que tenemos para con nuestros jóvenes; más que responsabilidad, la palabra justa es deuda, sí, la deuda que tenemos con ellos… Hemos creado una cultura que, por un lado, idolatra la juventud queriéndola hacer eterna pero, paradójicamente, hemos condenado a nuestros jóvenes a no tener un espacio de real inserción, ya que lentamente los hemos ido marginando de la vida pública obligándolos a emigrar o a mendigar por empleos que no existen o no les permiten proyectarse en un mañana… Esperamos y les exigimos que sean fermento de futuro, pero los discriminamos y “condenamos” a golpear puertas que en su gran mayoría están cerradas. Mirar el pesebre nos desafía a ayudar a nuestros jóvenes para que no se dejen desilusionar frente a nuestras inmadureces y estimularlos a que sean capaces de soñar y de luchar por sus sueños. Capaces de crecer y volverse padres de nuestro pueblo»1.
No creo exagerar si digo que podrían aplicarse estas palabras a los jóvenes creyentes, parafraseándolas, por ejemplo, así: «A veces en la Iglesia idolatramos la juventud (en las JMJ, por ejemplo); pero, paradójicamente, 1. Homilía del Santo Padre Francisco primeras vísperas de la solemnidad de Santa María, Madre de Dios y Te Deum de acción de gracias, en línea, https://w2.vatican.va/ content/francesco/es/homilies/2016/documents/papa-francesco_20161231_ te-deum.html (Consulta el 1 de enero de 2018). Sal Terrae | 106 (2018) 263-276
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hemos condenado a nuestros jóvenes a no tener un espacio de real inserción en la praxis pastoral y eclesial». Lo vino a reconocer el propio papa Francisco en Evangelii gaudium 105: «Nos cuesta escucharlos con paciencia, comprender sus inquietudes o sus reclamos, y aprender a hablarles en el lenguaje que ellos comprenden. Por esa misma razón, las propuestas educativas no producen los frutos esperados». No obstante, hay un deseo evidente de que esto no sea así: en el párrafo siguiente, Francisco señala «la urgencia de que ellos tengan un protagonismo mayor» (EG 106). La misma convocatoria del Sínodo de octubre de 2018, con los cuestionarios dirigidos a los jóvenes, indica el deseo de escuchar y dar protagonismo a los jóvenes en la Iglesia. 1. Lo que dicen los datos Con frecuencia los que trabajamos en la praxis pastoral somos reacios a aceptar las encuestas sociológicas. Solemos decir que no retratan a las personas concretas y sus matices, y que el cocimiento directo de los/as jóvenes de nuestro entorno es más fiable que las encuestas. Creo que esa actitud es una equivocación, y que la pastoral juvenil no debe ignorar los datos proporcionados por los sociólogos (tampoco absolutizarlos, evidentemente). Recientemente se han presentado dos encuestas que merece la pena tener en cuenta a la hora de hablar de los jóvenes creyentes españoles. 1.1. Resultados en España del cuestionario previo al Sínodo El pasado 12 de diciembre de 2017 el director del Departamento de Pastoral de Juventud de la Conferencia episcopal española, Raúl Tinajero, presentó en Madrid una síntesis2 de las respuestas enviadas por 5.253 jóvenes españoles al cuestionario del Documento Preparatorio del Sínodo3. La inmensa mayoría de estos jóvenes son creyentes, y proceden de grupos parroquiales, movimientos, grupos en colegios, universidades, 2. http://www.conferenciaepiscopal.es/sintesis-de-las-aportaciones-enviadas-a-lacee-para-el-sinodo-sobre-los-jovenes (Consulta 12 de enero de 2018). 3. http://www.vatican.va/roman_curia/synod/documents/rc_synod_doc_20170113_ documento-preparatorio-xv_sp.html (Consulta 12 de enero de 2018). Sal Terrae | 106 (2018) 263-276
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congregaciones, etc. 3.977 han sido encuestados a través de las Diócesis, 1.004 a través de los Movimientos y 272 a través de las Congregaciones religiosas. Destaco los elementos más llamativos de la síntesis citada, copiando o resumiendo el texto citado en la nota 2: –
Los jóvenes valoran el esfuerzo de la Iglesia por escucharlos y agradecen la labor de los que ocupan su tiempo en escuchar. De hecho, más de un 60% de los jóvenes afirman en la encuesta que se sienten escuchados por la Iglesia, aunque el porcentaje baja cuando se refiere a ser comprendidos y cuando se refiere a recoger sus aportaciones. Se demanda tiempo y personas para escuchar y salir fuera de las estructuras eclesiales. También proponen promover nuevos espacios, más apertura y acoger sin enjuiciar. En general, los jóvenes no se sienten escuchados y tomados en cuenta por las distintas realidades de la sociedad de hoy.
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Para estos jóvenes creyentes, resulta un gran desafío llegar a los jóvenes alejados de la Iglesia. También lo es tener un futuro con garantías. Se reclama escucha, dedicación, acompañamiento, acogida y formación de verdaderos referentes para los jóvenes; generar comunidades cristianas acogedoras y propositivas; y promover el protagonismo real de los jóvenes dentro de la pastoral juvenil.
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En cuanto a las oportunidades que nuestro tiempo ofrece, señalan la participación social, la promoción de la justicia, el cuidado de la ecología, la búsqueda de la paz y la solidaridad con los pobres, así como la búsqueda de sentido a sus vidas, la búsqueda de espiritualidad, que a veces es una búsqueda difusa. También destacan la necesidad de relaciones con educadores auténticos y creíbles. Y presentan como una oportunidad la cultura cotidiana, las redes sociales o el deporte educativo.
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Los jóvenes le piden a la Iglesia que se les escuche. También reclaman que tenga una actitud de cercanía y apertura hacia el mundo de hoy: que se comprometa proponiendo con más claridad el Evangelio de Jesús; aceptación de las diferencias, tolerancia, diálogo y claridad evangélica; que acoja, que sea inclusiva, misericordiosa y samaritana; más moderna, que se comunique mejor, con un lenguaje de hoy, que renueve sus Sal Terrae | 106 (2018) 263-276
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mensajes, que conecte con las ideas de hoy, que no sea excesivamente moralista y que proponga una liturgia más viva y cercana; que sea fiel a Jesucristo y a su Evangelio, comprometida con la justicia, con la solidaridad, con el cuidado del planeta; que los laicos tengan más formación para ser cada día más conscientes de su misión y corresponsabilidad; y que los pastores estén más cercanos a los jóvenes. Personalmente me llama mucho la atención este listado de peticiones. El párrafo que he puesto en cursiva lo incluiría directamente en las conclusiones del Sínodo. Me hace pensar que los jóvenes creyentes no están nada despistados al describir lo que necesita cambiar ahora mismo la Iglesia… –
Valoran las Jornadas Mundiales de la Juventud, al igual que otros eventos nacionales o internacionales, como un elemento crucial para despertar la fe o reanimar la pastoral agotada o dormida. Según los encuestados, estos eventos causan un gran impacto en los jóvenes y proporcionan un encuentro intenso con Jesucristo. Además, dan una imagen mejor, más joven, alegre, dinámica y abierta de la Iglesia. Son encuentros que, en distintos casos, han contribuido a decisiones vocacionales, cambios de actitudes, implicación mayor en la iglesia, o en los grupos de jóvenes. También suelen ser la puerta de entrada a formar parte en un grupo, o un momento de culminación de un proceso de discernimiento vocacional, académico o social. Sin embargo, los eventos no pueden ser el motivo de la pastoral juvenil, sino un medio para afianzar el trabajo ordinario de la pastoral juvenil.
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Son numerosas las iniciativas para ayudar a los jóvenes en el discernimiento vocacional: es fundamental crear una cultura del acompañamiento en la pastoral juvenil, y que ésta desemboque siempre en el discernimiento vocacional.
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Muchos de estos jóvenes manifiestan interés por encauzar el potencial de desafío y protesta propio de su generación, para que se transforme en propuesta y colaboración, con una mayor formación sobre la Doctrina Social de la Iglesia y presentando la gran cantidad de propuestas de voluntariado, modos concretos de transformación de la realidad. Una de las preocupaciones que manifiestan
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