Arnaldo Pangrazzi
Corazones al servicio de las fragilidades humanas Voluntarios, testigos de esperanza
Sal Terrae
Título del original:
Cuori a servizio delle fragilità umane. Volontari testimoni di speranza © 2016 – Arnaldo Pangrazzi argi847@libero.it
Trad. esp.: M. M. Leonetti © Editorial Sal Terrae, 2017 Grupo de Comunicación Loyola Polígono de Raos, Parcela 14-I 39600 Maliaño (Cantabria) – España Tfno.: 34 942 369 198 / Fax: 34 942 369 201 info@gcloyola.com www.gcloyola.com Imprimatur: X Manuel Sánchez Monge Obispo de Santander 20-12-2016 Diseño de cubierta: Félix Cuadrado Basas, Sinclair Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com: 91 702 19 70 / 93 272 04 47). Impreso en España. Printed in Spain ISBN: 978-84-293-2625-3 Depósito Legal: SA-736-2016 Impresión y encuadernación: Grafo, S.A. – Basauri (Vizcaya) www.grafo.es
Í ndice
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Preámbulo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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1. Radiografía de una galaxia . . . . . . . . . . . . . . . . . Un fenómeno de vastas proporciones . . . . . . . . . . . Voluntarios en el mundo de la salud . . . . . . . . . . . .
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2. Teselas fundamentales del voluntariado . . . . . . . Las motivaciones para el servicio . . . . . . . . . . . . . . Sembradores de esperanza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Itinerarios formativos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sanadores heridos junto al que sufre . . . . . . . . . . . Juntos para servir mejor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El grupo: de la individualidad a la comunión . . . . .
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3. La visita al enfermo: corazón del servicio . . . . . Tras las huellas del buen Samaritano . . . . . . . . . . . Humanizar los centros sanitarios . . . . . . . . . . . . . . Caleidoscopio de presencias sanadoras . . . . . . . . . La geografía del sufrimiento humano . . . . . . . . . . . Cultivar la competencia relacional . . . . . . . . . . . . . Cultivar la competencia emotiva . . . . . . . . . . . . . . Las trampas que obstaculizan el espíritu del voluntariado . . . . . . . . . . . . . . . .
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4. Junto a las diversas fragilidades . . . . . . . . . . . . . Voluntarios junto a los discapacitados . . . . . . . . . . Voluntarios junto a los ancianos . . . . . . . . . . . . . . . Voluntarios junto a los enfermos psíquicos . . . . . . Voluntarios junto a los enfermos graves y los moribundos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Voluntarios junto al que está en duelo . . . . . . . . . .
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Te doy las gracias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135 índice
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Preámbulo
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Según los datos del Istat (Istituto di Statistica), en poco más de 20 años, el porcentaje de italianos1 que se dedican al voluntariado ha pasado del 6,9 al 10%, con más de 5 millones de personas comprometidas a aliviar las estrecheces y los sufrimientos del prójimo. El mayor incremento se registra en las franjas de edad de los jóvenes y los ancianos, sobre todo en los de más de sesenta años. De todos modos, la participación en el voluntariado anda todavía lejos de los valores registrados en otros países europeos como Holanda, Suecia y el Reino Unido, donde el porcentaje supera el 40%. En cualquier caso, los datos del Istat ilustran una tendencia positiva que habla a favor de una socie1. Según http://www.plataformavoluntariado.org/guia-voluntaria do.php, todavía no tenemos capacidad para estudiar la cifra referente a España, por varios motivos: 1) Cada entidad puede tener un concepto muy diferente sobre lo que es voluntariado y considerar como tal algo que otra organización no tiene en cuenta; 2) las organizaciones no disponen de ninguna herramienta para enviarnos sus datos concretos sobre el voluntariado de que disponen en sus proyectos; 3) la labor se dificulta dada la gran rotación de personal voluntario que suele haber en los proyectos. (NdT). preámbulo
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dad fuertemente comprometida con la vertiente de la solidaridad y del altruismo. De los pequeños riachuelos que eran hace algunas décadas, los voluntarios se han transformado en grandes ríos que están penetrando y transformando las instituciones, el tejido social, el mundo eclesial. Sus intervenciones se extienden desde el sector educativo hasta la protección civil, desde el mundo socio-asistencial hasta las instituciones sanitarias, desde la tutela medioambiental hasta la promoción cultural. El ámbito sanitario incluye a más del 26% del voluntariado, con más de treinta mil asociaciones implicadas en diversas actividades, entre las que podemos citar: la asistencia sanitaria, el apoyo moral, la escucha y el acompañamiento de enfermos, el transporte de personas con movilidad limitada, la tutela de los derechos de los enfermos. Más allá de la especificidad de cada grupo, existe un ingrediente esencial en el voluntariado que tiene que ver con la aptitud para la relación de ayuda como medio de acogida, comprensión y acompañamiento de las personas afectadas por diferentes fragilidades. Este libro quiere ser una pequeña contribución a la formación de las personas inscritas en las diferentes asociaciones de voluntariado, en particular las que trabajan en las instituciones sanitarias. En los diferentes capítulos nos iremos ocupando de temas de particular relieve, como la distribu-
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ción geográfica del voluntariado, las motivaciones que inducen a las personas a entregarse a los otros, los objetivos y el espíritu de la asociación a la que pertenecen, los itinerarios formativos para habilitar al servicio, la función del grupo en el crecimiento de sus miembros, los valores que hay en el corazón del testimonio, el mapa de las presencias junto a las diversas fragilidades humanas, las competencias requeridas para trabajar con profesionalidad, las trampas que pueden obstaculizar el espíritu del voluntariado. En primer lugar, el servicio de los voluntarios se dirige a personas con diferentes necesidades: el destinatario principal de su intervención es el mismo enfermo, que se encuentra en el corazón de su opción. El voluntario se abre, a través de su visita, al don de la reciprocidad, favorece el diálogo, aprende lecciones gratuitas sobre el arte de vivir y de padecer, crea un clima de acogida y alivia la soledad. En segundo lugar, su atención se dirige, asimismo, a los familiares del enfermo, que pueden vivir momentos estresantes en el cuidado diario de un familiar con capacidad limitada o encamado, o incluso experiencias angustiosas en la sala de reanimación o en la unidad de traumatología o al lado de un moribundo amado. En algunas ocasiones, parte de su tiempo está dedicado también al personal sanitario, estresado a veces por la carga de trabajo o por problemas personales o familiares que repercuten en su tarea profesional. Un preámbulo
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horizonte que no se debe descuidar tiene que ver con la ayuda recíproca entre los voluntarios como miembros de una familia o asociación en la que se crece, se conocen unos a otros, existe una confrontación constructiva, se ayudan mutuamente, sobre todo cuando alguien se ha visto golpeado por adversidades (enfermedades, problemas relacionales, la muerte) que imposibilitan su servicio.
Ser girasoles junto a los sauces llorones2 Una sugerente metáfora del significado de la presencia del voluntario es percibirlo como un girasol que lleva su luz y su sonrisa a los enfermos (sauces llorones) que viven la estación de la enfermedad. Querría volver a proponer esta imagen recuperándola de un texto mío anterior, con la conciencia de que en cada uno de nosotros habita tanto el girasol como el sauce llorón, y de que el mundo de la salud necesita muchos girasoles: «Se quiera o no, es imposible arrancar de la vida los sauces llorones. Antes o después, el dolor llama a nuestra propia puerta; para algunos con el semblante del sufrimiento físico o mental; para otros con el sabor amargo de heridas persona2. A. Pangrazzi, Sii un girasole accanto ai salici piangenti, Ed. Camilliane, Torino 1999, 187-188 (trad. esp.: Girasoles junto a sauces: en diálogo con los enfermos, Sal Terrae, Santander 2002, 229-230). 10
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les nunca cicatrizadas; y para otros mediante la aridez del espíritu o la falta de ideales. En primer lugar: la vida interpela a cada sauce a ahondar en sus raíces para encontrar y despertar a su propio médico interior. A la sombra de cada sauce hace guardia un girasol, lo mismo que detrás de cada problema se esconde un don. Ningún rostro está tan lleno de lágrimas que no le quede espacio para una sonrisa; ninguna tragedia es tan grave que no deje algún hilo de esperanza a lo largo de su recorrido, como ninguna noche es tan larga que no venga seguida de un nuevo día. El llanto del sauce no anula la presencia del girasol, que vive en el mismo jardín. Solo quien está en contacto con su propio girasol sabe cantar a la esperanza. En segundo lugar: el mundo tiene mayor necesidad de girasoles que de sauces. Sauces no son solo los enfermos, sino también quienes ven la realidad con los ojos del pesimismo, quienes critican todo lo que no se corresponde con sus expectativas, quienes se sienten víctimas de la injusticia de la vida, quienes no se sienten contentos si no están descontentos. Las imágenes de aflicción y negatividad reclaman la presencia de los girasoles que transmitan sol, luz y resurrección. Girasoles son quienes se acercan al dolor sin minimizarlo o banalizarlo, sino derramando el óleo de la curación y alimentando la esperanpreámbulo
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za en el corazón de quien sufre. Girasoles son quienes contrapesan los días lluviosos con el arco iris de la compresión y los rayos luminosos de la amabilidad y la bondad. El girasol tiene una historia que contar: no pretende crecer él solo, sino que vive feliz en comunión, sin competir por el espacio o por la luz, pues para todos hay sol y alimento suficientes. El girasol no es egoísta ni avaro; acoge en la trama de su rostro abejas, mariposas y otros insectos que necesitan su linfa y sus dones. El girasol no contempla la realidad desde arriba para dominarla, sino para iluminarla con su luz y besarla con su sonrisa. Se confía al sol para recibir energía y vida, pero también sabe inclinarse ante la noche para aceptar la otra dimensión de la existencia. En el mundo de la salud son símbolos de esperanza todos los que honran la vida como el girasol. El girasol no se hace ilusiones de que los dones que posee, las sonrisas que dirige, la luz que ofrece, el aceite que segrega... sean mérito suyo: por eso se mantiene en constante adoración del Sol que le da la vida y le alimenta. En el corazón de cada girasol hay un canto de alegría dirigido a Dios, dador de todo bien». Arnaldo Pangrazzi
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