MIS PENSAMIENTOS Estaba sentada en mi escritorio pensando sobre lo que podía escribir. Pensativa, observando el mar a través de las rejas, la luz se reflejaba en el papel blanco, vacío de letras. En el silencio solo se escuchaba el movimiento del bolígrafo negro sobre mis dedos. Veía la carretera, coches de diferentes marcas y colores a toda velocidad subiendo la cuesta alta. Desde mi ventana se divisaban el cielo oscuro, la luna llena y pequeñas estrellas brillantes, edificios altos a lo lejos y señales de tráfico señalando dónde ir. La calle oscura estaba alumbrada por la alta farola. Abrí la ventana y vi una extraña sombra negra. Salí al balcón para mirar qué podría ser esa extraña luz, pero no encontré nada. Entré otra vez en mi dormitorio para seguir escribiendo… De repente, un sonido agudo entró por mis oídos, algo me llamó la atención. Era la sirena de los bomberos, ese camión alargado, alto y rojo que ocupaba toda la calle con esa escalera gris. Había dos o tres hombres con sus uniformes. Vestían monos rojos y reflectantes; llevaban una mascarilla para no inhalar aquel olor insoportable provocado por el fuego. Un edificio blanco se había transformado en negro. El fuego era ardiente y llamas de dos metros quemaban las habitaciones de pisos pequeños. En el centro de la ciudad todo permanecía oscuro salvo aquel desastre. El humo gris provocaba una enorme nube contaminante. Todos los vecinos se sentían asustados sin saber qué decir. Había sido un caos, inolvidable. Ancianos, bebés, embarazadas desalojadas de sus casas durante esa noche, días o quizá meses… Los bomberos neutralizaron el fuego, ya nadie corría peligro. Llegó la policía con cintas amarillas, poniéndolas alrededor del edificio donde se podía leer ``NO PASAR´´. La policía científica investigó minuciosamente todas las pistas posibles para llegar a la clave de lo que podría haber provocado aquel enorme fuego. Todo había sucedido en el piso 3ºA, donde vivía un anciano de 80 años. Tras la investigación surgieron cuatro hipótesis posibles sobre la causa del fuego: -La estufa. - La campana de la cocina. -La explosión de la bombona.
-O yo misma. Sí, como escuchaban. Cuando finalizó la tragedia descubrí que en mi diario, esos folios que supuestamente estaban en blanco, se abrían de páginas relatando lo sucedido. No recordaba cómo había escrito aquello. Tenía fecha del día anterior. ¿Acaso tendría el poder de la premonición? Por eso me da miedo cada vez que me encuentro en silencio con mis pensamientos.