Feliz de ser malvado

Eva Díaz Moreno

Argentino de nacimiento, mexicano por adopción y ahora malvado por convicción, así es Juan Martín Jáuregui, quien en Eternamente amándonos, telenovela que se estrenó el pasado 27 de febrero, hace la vida de cuadritos a más de uno.

¿Cómo te sientes con el estreno de Eternamente amándonos? La verdad es que estoy más que agradecido con Silvia Cano, la productora, porque ha puesto un personajazo en mis manos. Al principio, cuando me lo ofrecieron, dije que sí, pero cuando empecé a leerlo me aterré con la complejidad y lo que significa interpretar a Ignacio Cordero.

¿Cómo es?

Aunque no lo creas es muy humano. Es de esos personajes que se la pasan dañando a todo el mundo, pero también sufre mucho a lo largo de la historia.

¿Cuál es su objetivo?

Tiene un pasado muy oscuro, escabroso. Ha crecido sin padre y al lado de una madre que no ha sabido cuidarlo ni darle un amor sano; peor aún, tuvo un padrastro que abusó de él toda su infancia; crece con muchos fantasmas, inseguro, va cometiendo errores por alcanzar su felicidad, y por eso hace mucho daño.

La química con tus compañeros, ¿cómo se ha dado?

Es la segunda vez que trabajo con la productora. La verdad tiene una gran cualidad: hace que trabajemos en un ambiente familiar; eso es increíble para los actores porque es muy importante la relajación, sentirse contento y con gente tan querida. Son de las mejores circunstancias para trabajar. A Marcus Ornellas no lo conocía, pero es increíble, es un gran tipo, un compañero muy generoso, y a Ale (Robles Gil) ya la conocía.

Y con primeros y primeras actrices…

¿Tienes algo más en puerta?

Antes de esta telenovela hice una peli que seguramente se estrenará entre abril y julio, es de Corazón Films; ahí compartí con Itatí Cantoral, Paty Manterola y Alicia Machado. Es una comedia de humor negro que van a disfrutar mucho.

Redes Sociales

Como parte de sus deseos de estar al día, Ernesto Laguardia se actualiza en las cuestiones tecnológicas. ¿Cómo te llevas con las redes sociales?

Cada vez mejor, aprendo y experimento todos los días. Ya tengo muchísimas personas que me siguen, me quieren, me mandan recados y estamos en constante comunicación. Para mí siempre es un gusto recibir todas esas comunicaciones y confidencias porque después de 45 años el público se vuelve como una familia.

Tus hijos, supongo, son de usar las redes sociales, ¿cómo lo manejas?

No, no te creas. Mis hijos son pequeños, son de 10, 12 y 14 años, son niños muy sanos en muchos aspectos. Su mamá y yo estamos conscientes de que no es el momento para que tengan redes sociales. Es nuestra decisión como padres, respetamos la de cualquier otro papá, pero sentimos que los niños pueden ser negativamente influenciados. En muchos lugares del mundo están prohibiendo los filtros por esta falsa aspiración de los niños de verse perfectos.

Tengo 28 años haciendo esto y pocas veces he trabajado con el calibre de Ana Bertha Espín y Diana Bracho. La verdad es que tienen una gran humildad. Es el mismo caso de Otto Sirgo, quien es una eminencia, un gran primer actor, y afortunadamente compartimos muchas escenas. Sólo queda aprender de ellos y absorber todo, son fuente de inspiración y de aprendizaje permanente.

Ya eres mexicano por adopción… Claro, ya tengo 23 años en este hermoso país, soy tan feliz. Desde el primer día que lo conocí sabía que me traería sólo cosas bonitas, claro, a fuerza de trabajo. Estoy más que agradecido.