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BUEN COM ER Un placer sensorial en el Caribe

Araceli Calva

IG: @arita_cg

En los años 70, los japoneses nos llegaron, a la generación X, a través de bocados televisivos como Señorita Cometa y Ultraman, entre otras series que figuraban en nuestro menú diario de entretenimiento, mientras que en los 80 nos enloquecieron con mangas como Candy Candy, esa niña rubia que nos hizo soñar con Alfred y llorar a mares por la muerte de Anthony. Ahora las referencias japonesas son mucho más cercanas y palpables, como es la gastronomía, que en nuestro país ha sido un boom en los últimos años, con su mezcla de sabores y opciones de pescado crudo o semicrudo.

Y para disfrutar de la comida nipona sólo basta con buscar un buen restaurante japonés en nuestro derredor y ya está. Pero ojo, para que sea una comida que realmente se apegue a la cultura del sol naciente, hay que saber elegir.

Hace unos días visité Tatsugoro -ubicado en el primer piso del Hotel St. Regis-, y para vivir la experiencia al máximo nos inclinamos por el Omakase, que significa “la selección del chef”, porque él es quien decide lo que se sirve en el plato, aunque también hay servicio a la carta.

La experiencia comenzó desde que accedimos a Tatsugoro, donde lo primero que se percibe es sofisticación y delicadeza gracias al diseño minimalista del lugar; en la entrada destaca el punto focal: una elegante barra para apenas nueve comensales, que tiene como fondo la fuente de Diana la Cazadora y la avenida Reforma con su ir y venir de automóviles.

Detrás de la barra el equipo de cocina, liderado por el chef Toshi Narita, trabaja como máquina de reloj, cada uno sabe qué hacer y lo hace puntual para que nada esté fuera de lugar al momento del servicio, para que cada plato fluya sin ningún inconveniente y todo funcione a la perfección para goce del comensal.

En el Omakase, uno está frente al chef, lo que nos permite interactuar fácilmente con él, además de observar cómo prepara cada plato en tiempo real. La experiencia de verlo hacer su magia al preparar cada plato es un espectáculo único que se adereza con la explicación personal que nos da de la preparación.

Nuestro menú se conformó de una entrada fría y otra caliente, una selección de sashimi de tres tipos, diversos nigiris (bolas de arroz cubiertas con un trozo de pescado crudo), un cono de alga marina, sopa miso y un postre.

Una de las características de la cocina japonesa es su alta calidad de producto, el cual es manejado con precisión y con mucho respeto por los cocineros, quienes transforman el ingrediente en un bocado de sabores impecables, y que se disfruta al máximo en un ambiente sereno.

En la carta también encontramos una gran variedad de sakes japoneses y nacionales que puedes pedir por copa, por garrafa o botella, o si prefieres puedes acompañar tu Omakase con algún coctel, vino o destilado.

No te puedes perder esta experiencia, es sin menú, el Omakase lo tienes que solicitar al llegar al restaurante, así, el chef elegirá lo que servirá en tu plato en función de la temporalidad del producto.

Tatsugoro se encuentra en el interior del Hotel St. Regis, en Paseo de la Reforma 439.

Araceli Calva

Vive un viaje increíble en el Caribe mexicano, que constantemente ofrece novedades y experiencias a sus visitantes para el disfrute de sus escenarios paradisíacos como la Riviera Maya, en donde la naturaleza y el clima se conjuntan con las atracciones turísticas, pero sobre todo con la gastronomía.

Y con este motivo es que los hoteles Paradisus llevan a cabo la segunda jornada gastronómica

The Epicure, que consiste en que un chef invitado hace mancuerna con el chef anfitrión para que los comensales disfruten de una gran velada con sabores y aromas que te trasladarán a otro nivel del “todo incluido”.

En esta ocasión fue el chef Juantxo Sánchez quien llegó al restaurante Epicure, del Hotel Meliá

La Perla, en la Riviera Maya, para cocinar, junto con el chef ejecutivo del hotel, Apolinar Gómez, una cena de ocho tiempos en la que los comensales degustamos platillos con ingredientes locales y otros traídos de otras latitudes, como los percebes, cuya recolección en México se hace en el mar de Baja, alrededor de las costas de Ensenada, y que esa noche fueron parte del menú del chef asturiano.

El maridaje con diversos vinos como Chardonnay, Cabernet Franc y Serie A Torrontés, de la familia Zuccardi, que conjugaron perfectamente con los sabores de los platillos, como la lubina con royal de alcachofa, de Apolinar Gómez, y el toro de aleta azul con chamorro de cerdo pelón estofado, con cremoso de coliflor y trufa negra de invierno, de Juantxo Sánchez, redondearon la experiencia sensorial.

“Es una gran experiencia recibir al chef Juantxo como invitado en una de nuestras jornadas gastronómicas en el Hotel Paradisus. Esta jornada se realiza una vez cada tres meses en alguna de las diferentes sedes, es una iniciativa de Meliá para realzar la gastronomía mexicana en el país”, indicó Apolinar Gómez.

Añadió que para la creación de la cena recibieron con antelación los platos elegidos por Juantxo, y él y su personal se encargaron de balancear el menú con otros platos, pero siempre con la firma del chef invitado, para que los comensales pudieran apreciar la cocina y el estilo, en este caso, de Juantxo Sánchez.

Tras el éxito de la primera edición de The Epicure regresa por segundo año consecutivo para convertirse en un referente de turismo gastronómico gracias a la colaboración de los chefs cuidadosamente seleccionados con trayectorias sobresalientes.

Así, durante este año The Epicure abre sus puertas en las diferentes sedes de Paradisus a talentosos y reconocidos chefs nacionales e internacionales como Marcelino Castro, Maricela Zorrilla, Daniela Soto Inés, Abel Hernández, Federico López, Gerardo Vázquez Lugo y Josefina López, para que deleiten a los amantes de la gastronomía que deseen ser parte de estas experiencias.

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