DIRECCIÓN artística y Fotografías Alejandro Núñez TEXTOS Minerva Del Risco RETOQUE DIGITAL Y Cuidado de Edición Paula Valverde dirección de arte editorial y Diseño de Portada Mabel Manzano Casasnovas Foto de portada Balcones vistos desde la Calle El Conde Impreso en Serigraf Santo Domingo, República Dominicana 2016
I.s.b.n 978-9945-08-710-9
Un pueblo que no olvida su historia es un pueblo con futuro. Así, Santo Domingo de Guzman cuenta la suya. Su gran historia compuesta de muchas pequeñas historias encriptadas en hierro forjado y piedra que a los ojos del artista y de cada uno, cobran sentido y se enlazan con vívidos recuerdos, memorias impregnadas de olores, voces, personajes y estampas que se resisten a perder vigencia y que merecen ser descubiertas una y otra vez, ofreciendo cada día un relato distinto, como si los siglos no pesaran. Con entusiasmo, el Grupo Mejía Arcalá invita al pueblo a transitar la ruta que con talento, Alejandro Nuñez, quien dotado de una sensibilidad especial para captar el alma de nuestra Ciudad Colonial, nos toma de la mano para un paseo entre imágenes, en el que, más allá de la imponencia del monumento emblemático, logra sublimar la sencillez de lo cotidiano, conferir emoción a lo trivial y hacer que renovemos los votos por “la zona”, y hacerla deseada. En este homenaje a la Ciudad Primada de América, proponemos este libro no sólo como un hermoso compendio de arte fotográfico, sino como el inicio de acciones que llevarán tal densidad cultural a nuestra gente, como un espejo en el que puedan descubrir el porqué de nuestras riquezas y aquellas cosas que nos hacen únicos de cara al mundo.
Grupo Mejía Arcalá
Un paseo a través de sus ojos
Alejandro Núñez, enamorado de esta zona histórica, de sus adoquines y muros empedrados, de sus parques, de sus cúpulas sagradas y de sus murales, ha dirigido sus pasos a través de sus calles caminando entre ruinas y memorias quebradas, entre la penumbra permanente de arcos y columnas, entre el silencio de iglesias y capillas antiguas, entre imponentes portales de hierro y madera, para plasmar con su arte y captar con su lente la vida de los que en ella habitan, de sus alegrías, sus tristezas, su música, su esencia, su arquitectura y su belleza. Nuestra ciudad colonial es uno de los bienes culturales más importantes que forman parte de nuestra isla. Es la zona donde nació nuestra historia y donde monumentos, fachadas coloridas y casas coloniales hacen de este hermoso entorno uno de los lugares más esplendorosos e interesantes de la nueva geografía citadina de Santo Domingo. Estas fotografías surgen de la búsqueda de lo imprevisto, de la aventura y de la necesidad de revelar imágenes urbanas que representen lo que acontece en las esquinas, en los callejones oscuros, en los pasadizos estrechos, en esos momentos únicos, insospechados e irrepetibles que suceden cotidianamente a través del arte, la poesía, la música o de la gente. En este recorrido por la zona colonial te encuentras con una nueva interpretación de su geografía y su urbanidad, te encuentras con sus perros sucios, sus patios antiguos pero ahora modernos, con sus muros blancos adornados con el toque azul brillante de las nuevas bicicletas, te encuentras con colores amarillos y matices tenues formando un sepia cobrizo y eternamente bello. Alejandro Núñez nos regala la más hermosas de las zonas, nos regala “Mi Ciudad Colonial”, la que soñó secretamente, la que dibujó en sus horas calladas, para compartirlo intima y visualmente con todos los que amen la fotografía y la poesía. Estas páginas son como un viaje mágico a través de rostros diversos que retratan la ciudad colonial y la convierten en luz, sombra, permanencia, en estas imágenes hermosas que son parte del ayer y del hoy, que es nuestra historia y es también nuestro presente. Les invito a hacer este viaje inmenso y descubrirla desde la perspectiva y la mirada experta, humana y sensible de Alejandro, quien nos muestra nuestra ciudad colonial desde una nueva óptica.
Minerva Del Risco
Dedicatoria
Dedico este libro a mis padres Pedro Núñez del Risco y Josefína Frómeta de Núñez, personas claves y determinantes en mi vida que me enseñaron a ver la luz y los colores. Y en memoria a mi gran amigo Diego Meyreles, compañero de jornada durante mis caminos y andanzas por esta ciudad colonial, un alma libre, amigo leal quien fue en busca de más luz y hoy descansa en paz.
Detrรกs de los colores habita mi alma
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Calle Padre Billini
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Lámparas…
suspendidas
como acróbatas del sol en busca de un trapecio.
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Calle El Conde Página siguiente
Detalle de La Catedral Primada de América
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Una lluvia de olivos detuvo su vuelo de alas grises,
como cuentas sagradas en un laberinto de aguas secas.
Parque Duarte
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...Sus alas abiertas y coloridas se asomaban a las ventanas, se mostraban felices y hermosos con sus picos, sus plumas y sus ligeras garras.
Desfilaban con garbo en su vuelo y en su canto, con su manto erguido y esbelto como bailarines bajo una lluvia de lรกgrimas livianas
Parque Colรณn
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Se eleva sublime por esa pasarela limpia y ancha donde dejรณ la huella de su revoloteo ingenuo
y simple.
Parque Duarte
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Te descubro entre mis pasos...
donde te veo volar junto a pequeĂąas historias de marionetas y fantasmas, de caballos alados, de estrellas de mar...
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Detalles de La Catedral Primada de AmĂŠrica
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Llegaste a esta hora de รกngeles
repart ida en su cuerpo
repet ida en sus huellas
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Se abren
verso a vers o
igual que un poema que nace
Calle Beller
de palabras y silencios.
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Tus alas detenidas me escoltan la maĂąana. el silencio repet ido
Calle Hostos
Me guardan
de los muros y el color dormido de los aĂąos.
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El
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Ruinas del Hospital San Nicolás de Bari Página siguiente
Mural en el Barrio Santa Bårbara
viento me dejó desnuda,
me deshojó el alma
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La tarde se detuv
o entre sus pasos,
guardรณ su ritmo perfecto, sus voces, su silbido.
La tarde quedรณ suspendida para regalarle sus huellas a la noche.
Calle El Conde
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En esta pรกgina
Calle El Conde
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La tarde le desnuda la silueta al dĂa
y descubre el rastro que deja e l silencio cuando la tristeza se queja de la historia.
Parque Duarte
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Conde Peatonal
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U
n barrendero se salió de mi cuento, recitaba versos y cantaba boleros,
me miró con ojos grandes de tristeza y con una fatiga jadeante pegada a sus pestañas. Me miró con el luto que le dejó su canción ida a destiempo. No hubo mas entraña ni mas viento, ni mas odas, no hubo mas garganta con que afinar las palabras. Me habló con el duelo de una plegaria lenta, como los rezos en las noches de un ramadán de lunas ocultas, como el eco de una súplica en un callejón oscuro, como el silbido que recorre los peldaños de la muerte. No, no era el hueco en su voz, ni la convexidad de sus brazos, era el mordido canto difónico de un barrendero que recitaba versos, era el paso sonante de su doblado cuerpo, era su mirada perdida en la espuma que no toca, en la sal prohibida, en el agua que va y que viene como ola inútil, como mar que no ha salido de mi cuento, el mismo mar que se llevó clandestinamente sus besos. Se sentó en el muro frio tarareando un olvido que no llega y sus lágrimas caían como brasas de un carbón que no se cansa de arder, con la nostalgia del que no cesa de esperar. Un pedazo de brisa levantó su silueta, la vio volar plateada y ausente buscando horas pasadas, buscando un olor sepia que no se fue a la otra orilla condenada, un olor enterrado y pisado en la arena vieja junto al último adiós, buscando los versos de un bolero olvidado.
Un barrendero se fue con el mar, detrás de su silueta.
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Calle El Conde
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Parque Duarte
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Nos queda una sonrisa
que deambula entre calles y pasillos
gastada como huella
entre lo cot idiano y absurdo.
Calle Arzobispo MeriĂąo
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Mis puertas de luces y de sueĂąos, De sombras y
de
olvidos.
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Nos llueve l a luz nos incendia, callada‌
nos descubre la vida como un lunes cualquiera.
Faroles de la Calle El Conde
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Detrás de estas nubes y puntos cardinales nace el perfil azúl de las mañanas.
Parque Duarte
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Eres infancia, trayecto y t iempo.
Eres espacio
que transgrede la distancia
verdad imprecisa
ingenuidad cรกlida que habita en esta pรกgina.
Calle El Conde
E scuch o las pisadas, el lamento,
las hojas arrugadas, la mirada alegre
y la angustia hĂşmeda
de los pasos.
E scucho el es panto.
E scucho el mied o.
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Las calles se inundan de preguntas turbulentas. Las calles no responden.
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Desde estos balcones descubro la ciudad y los balaústres desteñidos.
Desde estos balcones descubro la vida…
Calle Isabel La Catรณlica
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Se asoman los días tardíos
de luces cetrinas y soñolientas.
Se asoman las hojas caídas bajo
tenues adoquines manchados de hojas Secas.
Parque Billini
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Como remolino de mar. Como torbellino de recuerdos.
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Catedral Primada de AmĂŠrica
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Alcázar de Colón En esta página
Plaza de España
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Catedral Primada de AmĂŠrica
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Alcรกzar de Colรณn
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Parque Colรณn
Plaza de EspaĂąa
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Lo que importa no es descolgarle
a la tarde su traje mĂĄs bello, es sonreĂrle a esta ciudad, es escribirle versos.
Bailadores de Son en BonyĂŠ
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Calle Duarte
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Malabaristas del alma.
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Iglesia De Nuestra SeĂąora De Las Mercedes
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El
otoño cayó sobre mis años con sus ligeras arrugas, con su pequeño temblor seco,
con su voz lejana de hojas mudas.
Calle Arzobispo Meriño
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E
nt re arcos
y columnas se esconde
el viento.
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Calle Hostos
Palacio Consistorial visto desde el Parque Colรณn
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Caminas
lentamente como camina el día hacia la noche,
igual que se pierde la luz bajo las rendijas de las puertas.
Vas con tu paso escaso y tímido sobre el asfalto oscuro, sobre las losas empedradas, sin el rumbo que sugiere el acelerado torrente de la prisa. Conoces los sonidos que te avisan que la noche ya no es noche y que termina. Es el chirrido de los dedos del niño cuando se arrastra en los viejos contenes, es el lamento del borracho que sostiene en su mirada el último sorbo de su botella sucia, es aquel violín solitario que se escapa de la orquesta para acompañarte raudo en tu sosiego, eres tú que transitas cabizbajo oyendo un golpeteo febril, un quejido profundo, un rugido suplicante, como si fuera un preludio de la vida.
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Le dibujas bordes a las sombras y recoges contornos de los adoquines rancios y escabrosos para llevarlas contigo y cargarlas en tu espalda, para no dejar que ese pequeño retazo de tiempo se pierda entre las piedras. Un olor a pez trinchado por la muerte regresa a tu memoria mientras el mar cubre tus ojos de azul y su espuma corre por tu rostro delgado, envejecido, mustio. Tus peces mueren como muere tu luz y tus tinieblas, como vas muriendo tú por estas calles llenas de gente, de perros y cartones usados en zaguanes sombríos, por estas calles donde lo único inmortal es el olor a orines mezclado con el café de la mañana. Tus peces mueren contigo, como muere el sol,
bajo las rendijas de las puertas.
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Calle Isabel La Catรณlica
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Calle Padre Billini
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La historia yace en sus paredes, en sus murales, sus colores‌
su luz
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AjedrĂŠz en la Calle El Conde
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Parque Colรณn
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De este instante quedas t Ăş, cubierto de colores y silencio.
Arte urbano en la Calle El Conde
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Peq ueño presente,
minúsculos sueños donde se esconden mis palabras,
pequeño presente donde nace cot idianamente
un pincel, un verso, una canción… … donde muere lo inút il.
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E sta es tu vida, son tus fl ores y tu historia de arrugas urbanas. Carnaval de rostros y de estatuas donde nacen trazos y colores, Donde nace una canciĂłn. Donde naces t Ăş.
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Arcos y bรณvedas descansan en estas piedras del pasado y del presente. E n las fachadas,
en el bosque de piedra, en el tronco del รกrbol.
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Fortaleza Ozama
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Ruinas del Monasterio de San Francisco
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Prefiero abotonar
la tarde con tus gestos y
colocarte en el borde adulto
CafeterĂa El Conde
de los besos.
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Palacio Consistorial
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E sta es tu vida, este muro sepia, estas flores, esta estructura impotente donde habitas, donde puedo encontrar tus manos, tu historia, tu ausencia.Â
Parque Duarte
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Parque Duarte
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Museo Memorial de la Resistencia Dominicana
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Callejรณn de Regina
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En esta pรกgina
Faroles en la Calle El Conde
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Nos descubre la vida dando saltos inút iles
como buscanco fantasmas como buscando angeles… como buscándonos
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Calle Palo Hincado
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Plazoleta Museo De Las Casas Reales
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Chu Chu Colonial
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En la Calle Hostos
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A sรณmate a mi alma.
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E l recuerdo de hoy sobre la historia del ayer.
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Palacio Consistorial
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Balcones vistos en Parque Duarte
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ArmonĂa.
Museo Memorial De La Resistencia Dominicana
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Calle Arzobispo MeriĂąo
Parque Colรณn
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Detalles de La Catedral Primada de AmĂŠrica
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Museo de La Catedral Primada de AmĂŠrica
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Alrededores De La Catedral Primada de AmĂŠrica
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E sta es tu vida, este carnaval de rostros marchitos y de estatuas
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Iglesia Regina Angelorum
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Gracias por venir
Impreso en Serigraf Santo Domingo, RepĂşblica Dominicana 2016