(1,1) -1- La vida de Cristo.indd 7/21/08 3:17:01 PM
Rh on a To m m a s o
Davi e s
y
d’I n c al c i
LA VIDA DE
CRISTO
L A V I DA D E
CRISTO R h o n a
D a v i e s
Ilustrado por
To m m a s o
d ’ I n c a l c i
Contenido María y el ángel Sabios lo adoran Perdido en Jerusalén Juan el Bautista Tentación en el desierto Doce amigos especiales Una boda en Galilea Enseñanza en la montaña Pecados perdonados El siervo del soldado La hija de Jairo El milagro de los panes y los peces Jesús camina sobre el agua La mujer del pozo de agua El cuento del granjero rico El cuento de la oveja perdida El cuento del hombre rico y Lázaro El hombre que dio gracias El juicio final Jesús llora Jesús es ungido Jesús, siervo y rey Oraciones en el huerto La corona de espinas Jesús carga su cruz Se quita la piedra Desayuno de resurrección Jesús regresa a su Padre
6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 30 32 34 36 38 40 42 44 46 48 50 52 54 56 58 60
Lucas 1.26-38
María
y el ángel
D
Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, una ciudad de Galilea, a una joven llamada María. María hacía planes para casarse con José, el carpintero del pueblo, que era de la familia del rey David. «Hola María», le dijo el ángel. «Tú eres una joven muy especial y Dios tiene grandes planes para ti. No tienes por qué asustarte. Pronto descubrirás que estás encinta. Darás a luz a un niñito a quien llamarás Jesús». «Pero no tengo marido», dijo María. «¿Cómo puede suceder esto?» «El niño será fruto del Espíritu Santo», respondió el ángel. «Él será el Hijo de Dios. Fíjate en tu prima Elisabet. Ella no es una mujer joven y todos pensaron que era incapaz de tener un niño. Pero ella también está encinta. Para Dios nada es imposible». «Quiero lo que Dios quiera», contestó María. «Yo estoy aquí para servirlo». Entonces el ángel Gabriel dejó a María.
7
M at e o 2 . 1 - 1 2
Sabios
lo adoran
U
Un poco más tarde, María y José viajaron a Belén. Cuando se encontraban allí, nació el niñito de María. Ella le hizo una cuna en un pesebre porque no había lugar para ellos en la posada. Hombres sabios del Oriente vieron una nueva estrella en el cielo. Como sabían que un bebé rey había nacido, partieron a buscarlo. «¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos?», preguntaron cuando llegaron a Jerusalén. «Hemos venido a adorarlo». El rey Herodes reunió a unas personas para que lo ayudaran y les preguntó dónde habían dicho los profetas que iba a nacer el Cristo. «En Belén de Judea», le respondieron. «Vayan y busquen al niño en Belén», dijo Herodes a los sabios. «Pero avísenme cuando lo encuentren para que yo también vaya y lo adore». Los sabios siguieron la estrella hasta que pareció detenerse sobre una casa de Belén. Encontraron al niño con su madre María y le ofrecieron regalos de oro, incienso y mirra. Pero no volvieron al rey Herodes. Se les avisó en un sueño que regresaran a su tierra por otro camino.
8
9
Lucas 2.41-52
Perdido
en
A
Jerusalén
A medida que Jesús crecía, iba cada año con sus padres a Jerusalén donde celebraban la fiesta de la Pascua. El año en que Jesús cumplió doce años, María y José regresaron del festival con sus amigos y parientes. Ya había pasado un día antes de que se dieran cuenta de que Jesús no estaba con ellos. Preguntaron ansiosamente a todo el mundo si lo habían visto, después volvieron a la ciudad para buscarlo. Al tercer día encontraron a su hijo. Jesús había permanecido en Jerusalén en los patios del templo. María y José vieron a un grupo de maestros rodeándolo, lo escucharon hacer preguntas, y vieron que los maestros estaban asombrados de que él supiera tanto. «¿Dónde has estado?», le preguntó su madre. «¡Estábamos tan preocupados! ¿Cómo pudiste ser tan desconsiderado?» «Sin lugar a dudas, ¿no se han dado cuenta de que necesitaba estar aquí?», Jesús respondió. «Esta es la casa de mi Padre». Sus padres apenas podían comprender su respuesta. Jesús no quiso preocuparlos. Había querido simplemente aprender todo lo que era preciso saber acerca de Dios, su Padre.
10
11