LA VOZ DE LOS NIÑOS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL

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LA VOZ DE LOS NIテ前S SOBRE EL TRABAJO INFANTIL

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LA VOZ DE LOS NIÑOS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL. PERCEPCIONES Y VIVENCIAS DE ESTA PROBLEMÁTICA

Resumen del estudio

Giselle Silva Panez, Ph.D

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LA VOZ DE LOS NIテ前S SOBRE EL TRABAJO INFANTIL

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Índice

Presentación

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Objetivos y metodología

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Los resultados...................................................................................... 12

1. Motivos por los que los niños trabajan......................................... 2. Edad de inicio laboral y tolerancia hacia el trabajo infantil ... 3. Tipos de actividades laborales que realizan los niños............... 4. Condiciones laborales......................................................................... 5. La distribución del tiempo del niño trabajador............................ 6. Situación escolar................................................................................... 7. Relaciones familiares........................................................................... 8. Peligros y riesgos................................................................................... 9. Experiencias positivas ......................................................................... 10. Estado emocional ............................................................................... 11. Autoestima............................................................................................ 12. Anhelos y temores del niño trabajador......................................... 13. Aspiraciones y visión de futuro........................................................ 14. Soluciones anheladas por los niños trabajadores......................

¿Qué nos dicen los resultados?

¿Qué condiciona el trabajo infantil?...................................................... La auto percepción del niño trabajador................................................ El bienestar y la felicidad de los niños trabajadores......................... Diferencias de género................................................................................ La valoración de los estudios...................................................................

12 14 17 20 22 25 28 29 31 32 34 35 37 38

40 40 42 46 47 48

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Presentación El trabajo infantil es un problema social de gran envergadura. La cifra de niños involucrados en actividades productivas va en aumento a nivel mundial; actualmente en el Perú llega a más de dos millones. Esta realidad -asociada a la pobreza estructural de la sociedad- ha generado la aparición progresiva de movimientos que buscan controlar o restringir el trabajo infantil en pos de proteger a los niños y niñas de presiones y responsabilidades prematuras para su edad y potencialmente dañinas para su desarrollo integral. Así, no sólo se generan acuerdos internacionales que buscan normar este fenómeno social, sino que también se desarrollan conceptualizaciones y posiciones diversas y controversiales sobre lo que es el trabajo infantil y lo que supone para un infante trabajar. A los niños se les escucha poco; incluso, en muchos espacios sociales no se les escucha nunca. Los discursos sobre la situación de la niñez son escasos y provienen generalmente de la perspectiva de los adultos. Leemos, oímos y conocemos lo que los adultos opinan sobre los problemas que aquejan a los menores, pero rara vez oímos lo que piensan los mismos niños sobre este tema; por ello tampoco se actúa en función de sus percepciones, opiniones y vivencias. Así, lo que siente un niño trabajador, cómo entiende la realidad que lo circunda y lo que ocurre en su mundo interno no es conocido ni tomado en cuenta. Este estudio persigue el propósito de dar voz a los niños trabajadores, preguntándoles sobre sus opiniones y vivencias acerca de un tema que los afecta directamente. Siguiendo la voluntad de conocer desde ellos mismos la profundidad de este problema, sus condicionantes, implicancias y consecuencias en sus vidas y desarrollo integral, los niños y niñas de cuatro departamentos del Perú expresan su sentir y pensar sobre el trabajo infantil. Ellos mismos nos cuentan sobre su realidad laboral y el impacto del trabajo en sus cortas vidas.

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Objetivos y metodología Esta investigación tiene como objetivo conocer las percepciones y vivencias de los niños trabajadores sobre el trabajo infantil. Para ello se explora los motivos, necesidades y efectos que esta actividad tiene sobre sus vidas a nivel personal, familiar, social y escolar. ¿Qué piensan y sienten los niños y niñas trabajadores sobre el trabajo infantil?, ¿cuáles son, según ellos mismos, los motivos por los cuáles van a trabajar?, ¿cómo se sienten trabajando?, ¿cómo combinan trabajo y estudio?, ¿cómo ven su presente y qué sueñan sobre su futuro? Estas son algunas de las preguntas que guiaron el presente estudio en el afán de dar voz legítima y válida a los niños sobre un problema que los incumbe directamente. Para responder estas preguntas se empleó una metodología mixta como estrategia de investigación que permitiera conseguir información cuantitativa y cualitativa. A través de tres técnicas complementarias de recopilación los mismos niños se convirtieron en informantes. Éstas consistieron en una encuesta acerca de la historia laboral y la vida actual del niño trabajador, un cuestionario sobre las representaciones sociales del concepto “niños que trabajan” y un dibujo proyectivo sobre un niño trabajando acompañado por una encuesta. Asimismo, se entrevistó a profundidad a un grupo de 24 niños seleccionados. El conjunto de estrategias que integran el trabajo de campo se llevaron a cabo en julio de 2008, con el apoyo de una asistente de investigación. Se definió como universo de la muestra a los niños, niñas y adolescentes de 7 a 17 años, beneficiarios del programa Proniño en cuatro departamentos. La muestra estuvo conformada por 384 participantes distribuidos en 9 colegios de dos comunidades de la zona rural de Moro, en Ancash; un distrito de la zona urbano marginal de Chiclayo; dos distritos de la zona urbano marginal de Arequipa y dos distritos de la zona urbano marginal de Lima. La muestra fue seleccionada de manera intencional y por conveniencia del investigador, tomando en consideración las variables de edad, sexo, lugar de procedencia, condición laboral actual y tiempo de permanencia en el programa Proniño. La selección de participantes se realizó mediante el método de cuotas por sexo y edad. El tipo de muestreo fue polietápico y estratificado por tipo de lugar de residencia del participante. Para las entrevistas semi-estructuradas se seleccionó a 24 menores, 6 de cada departamento, que estuvieron dispuestos a brindar sus testimonios sobre su situación como niños trabajadores. Sus declaraciones fueron registradas en audio y video. En todos los casos la participación de los niños fue voluntaria y contó con la autorización de las personas adultas a cargo de ellos.

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Tabla 1 PERFIL DE LOS PARTICIPANTES DE ACUERDO A ZONA GEOGRテ:ICA DE PROCEDENCIA Porcentajes verticales Zona geogrテ。fica Caracterテュsticas de la muestra

Total %

Lima

La Libertad

Arequipa

Ancash

7-10

22,7

18,5

33,0

29,7

3,8

11-13

36,7

48,9

30,1

30,6

39,7

14 a 17

40,6

32,6

36,9

39,6

56,4

Hombre

51,6

43,5

50,5

50,5

64,1

Mujer

48,4

56,5

49,5

49,5

35,9

Ex trabajador

25,5

21,8

63,1

9,0

3,8

Trabajador actual

74,5

78,3

36,9

91.0

96,2

Nuevo

47,6

38,0

33,0

34,2

97,4

Antiguo

52,3

62.0

67,0

65,8

2,6

Edad

Sexo

Condiciテウn laboral

Tiempo en programa

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Los resultados 1. Motivos por los que los niños trabajan Si bien en la mayoría de hogares (75,3%) de los niños participantes vive el padre, quien mantiene el hogar con ayuda de la madre y otros miembros (67,7%), la insuficiente situación económica familiar motiva a los pequeños a trabajar (77,1%) y persistir en ello (69.9%), pues ayudar a la familia y aportar al sustento del hogar es una razón importante para ocupar un espacio reconocido en la familia. Las mujeres (82.8%) tienden a declarar con mayor frecuencia que los hombres (71,1%) que ayudar a la familia es la razón principal del trabajo infantil, aunque en ambos casos el porcentaje es alto. Otras motivaciones que aparecen en menor grado son ganar dinero propio (13%) y aprender un oficio (7%).

Tabla 2 Motivos, Persistencia e Intención Laboral Porcentajes verticales Zona geográfica Total %

Lima

La Libertad

Arequipa

Ancash

Ayudar económicamente a familia/necesidad

77,1%

78,3%

74,8%

78,4%

76,9%

Ganar dinero propio

13,0%

12,0%

12,6%

13,5%

14,1%

Aprender un oficio

7,0%

6,5%

9,7%

6,3%

5,1%

Obligación Familiar

1,6%

1,1%

2,9%

0,9%

1,3%

No menciona

1,3%

2,2%

0%

0,9%

2,6%

Ayudar económicamente/ necesidad

66,9%

73,9%

56,3%

70,3%

67,9%

Porque me gusta

29,4%

20,7%

38,8%

28,8%

28,2%

Obligación Familiar

1,8%

2,2%

1,9%

0,9%

2,6%

No menciona

1,8%

3,3%

2,9%

0%

1,3%

Por cuenta propia

56,0%

66,3%

75,7%

56,8%

16,7%

Padres

35,2%

21,7%

19,4%

28,8%

80,8%

Otros

8,8%

12,0%

4,8%

14,4%

2,6%

Motivos de inicio laboral

Persistencia Laboral

Intención Laboral

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En este dibujo de un niño de Huachipa expresa que debe trabajar para ser alimentado por su padre. El padre lo condiciona, según la perspectiva del dibujante.

Aunque más de la mitad de los participantes (56%) reporta que fueron ellos mismos los que decidieron trabajar, la influencia de la familia en esta decisión es fundamental. Son pocos los niños de la zona urbana (X=23,3%) que lo admiten, mientras que en la zona rural más del 80% de participantes declara que fueron sus padres quienes los introdujeron en el trabajo. El testimonio a continuación pone en evidencia que la menor toma la decisión de trabajar y la madre permite y respalda con una emoción positiva la ayuda recibida.

Empezando a trabajar ¿Cómo comenzaste a trabajar? Yo sola quise trabajar. Me dije: voy a ayudarle a mi mamá. Y empecé a limpiar la casa de mi prima y mi mamá se puso contenta de que le ayudara. Angela, 10 años, 5to grado, Arequipa Hay familias en las que se presenta un conflicto de posiciones respecto al trabajo infantil, aún así, son los padres quienes siempre toman la decisión final sobre el tema.

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Mi papá no quería, mi mamá sí quería… ¿En qué trabajabas? -En ladrillera. Canteando, trayendo arena, así nomás trabajaba. ¿Cuántos años tenías cuando empezaste a trabajar? -Desde los 9 u 8 años. Mi papá no quería que nosotros trabajemos. ¿Quién te mandaba a trabajar? -No, los dos me decían que no debía trabajar más, nos deberíamos dedicar a nuestros estudios. Mi papá era el que más nos decía así. Mi mamá decía “Tienen que ayudar porque no nos alcanza para comprarles ropa”. Mi mamá decía “Tienen que ayudar ustedes también”. Mi papá decía “Ustedes van a ayudar en los quehaceres de la casa, nosotros vamos a trabajar”. María Pía, 15 años, 3ero de secundaria, Huachipa, Lima 2. Edad de inicio laboral y tolerancia hacia el trabajo infantil La iniciación laboral de los niños se presenta a temprana edad. La mayoría (>75 %) manifiesta haber comenzado su experiencia laboral antes de los 11 años y más de la mitad (56.5%) lo hizo entre los 7 y 10 años de edad. El 19.8 % de los participantes empezó antes de los 7 años, pero si se distingue a los niños de esta edad de zona rural, el porcentaje asciende a 35.9%.

Tabla 3 Historia Laboral Porcentajes verticales Zona geográfica

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Edad de inicio

Total %

Lima

La Libertad

Arequipa

Ancash

Antes de los 7 años

19,8%

17,4%

22,3%

8,1%

35,9%

Entre 7 y 10 años

56,5%

59,9%

57,3%

59,5%

50,0%

Entre 11 y 14 años

21,6%

19,6%

20,4%

29,7%

14,1%

A partir de los 15 años

2,1%

3,3%

0%

2,7%

0%


A pesar del inicio prematuro en la vida laboral, un 55,8% de los menores entrevistados considera que los niños podrían empezar a trabajar a partir de los 11 años y no antes. El juicio valorativo y la permisividad hacia el trabajo infantil están muy influenciados por la zona de procedencia de los participantes. La mayoría de niños de las zonas urbano marginales considera que es malo que un niño trabaje (X= 65%) y no permitiría que sus hijos trabajen (X=88%), además sostienen que el trabajo debe iniciarse a partir de los 15 años (X=43,2).

Este niño de Arequipa de 12 años muestra su representación sobre el niño que trabaja: un niño andrajoso, agobiado, descalzo y cadenciado. La imagen es contundentemente negativa.

En contraste, en la zona rural la valoración del trabajo infantil es positiva. El 75,6% considera que es bueno que un niño trabaje. La mitad permitiría que sus hijos pequeños lo hagan y 69,2% piensa que los niños pueden empezar a trabajar antes de cumplir 11 años de edad. Un alto porcentaje de participantes de la zona rural (56,4%) desvaloriza y censura a los niños que no trabajan. Los ven como “ociosos”, “haraganes”, “engreídos”, y afirman que “deberían ayudar a sus padres”. En cambio, en la zona urbano-marginal se idealiza la situación del niño que no trabaja. Más del 63% de niños de Arequipa, La Libertad, y Lima considera que estos niños son “felices”, “afortunados”, “ricos”, “están bien”, tienen el apoyo y protección de sus padres o les irá bien en el futuro y la vida.

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Esta niña de 12 años de la zona de Pichiu, Ancash nos muestra su percepción del trabajo infantil. Este se realiza en un contexto donde la actividad agrícola, la escuela, la comunidad, los animales y la naturaleza están integrado. Trabajar es parte de la socialización, es positivo y natural.

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Tabla 4 VALORACIÓN DEL TRABAJO INFANTIL Porcentajes verticales Zona geográfica Total %

Lima

La Libertad

Arequipa

Ancash

Bueno

30,7%

16,3%

22,3%

18,9%

75,6%

Malo

55,5%

73,9%

69,9%

51,4%

20,5%

Depende

11,2%

6,8%

6,8%

24,3%

2,6%

No sabe/ No contesta

2,6%

2,2%

1,0%

5,4%

1,3%

Son felices/ Afortunados/ Están bien/Son ricos

58,1%

70,7%

79,7%

63,1%

9,0%

Esta mal/Son ociosos/ Vagos/ Deben ayudar

25,3%

17,4%

14,6%

19,8%

56,4%

No tienen plata/ No comen/ No tienen experiencia

7,1%

2,2%

2%

9,9%

15,4%

No sabe/ No contesta

9,6%

9,8%

4,9%

7,2%

19,2%

¿Es bueno o malo que un niño trabaje?

¿Qué opinas de los niños que no trabajan?

3. Tipos de actividades laborales que realizan los niños Las actividades laborales que realizan los entrevistados son muy diversas y se asocian a la zona geográfica y al género del niño. Las más comunes son el comercio de bienes de consumo (X= 33.1 %), el trabajo agropecuario (20,6% en la ciudad y >64% en la zona rural), el trabajo doméstico y cuidado de niños (16.6%), el trabajo en ladrilleras (6.6%), la construcción y carga (6%) y el reciclaje de residuos sólidos (5,4%). El tipo de actividad laboral representada en los dibujos de un niño trabajando sigue patrones similares a los que se declaran en la vida real y es influenciada por la procedencia de los participantes. Los dibujos del 89,5% de niños de la zona rural representan el trabajo agrícola. En Chiclayo la ilustración de la venta minorista de productos llega al 78% y en Arequipa al 41,7%. En este último departamento el trabajo doméstico es representado por el 12% de la muestra. En Lima las actividades dibujadas se distribuyen de manera equitativa entre el trabajo en ladrilleras (29,7%), el comercio ambulatorio (24,2%) y el trabajo agrícola (28,6%).

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Empecé a trabajar a los 9 años y era feo ¿Desde qué edad te pusiste a trabajar? -Yo me puse a trabajar más o menos a los 9 años por primera vez. Fue cuando llegue acá a San Francisco. ¿Cuál fue tu primer trabajo? -Canteando ladrillos y labrando para los señores. ¿Cómo recuerdas ese trabajo? -Era matado, te tenías que levantar temprano, hacer el barro, preparar todo con el agua toda fría. Era feo, tenias que hacer el ladrillo y después cantearlo y nos pagaban 25 soles, 20 soles por mil ladrillos. -¿Y con quien trabajabas ahí? Yo trabajaba con unos vecinos. Mi papá era taxista y yo trabajaba por mi propia cuenta. ¿Qué hacías con la plata? -Ayudaba a mi familia. ¿Tu papá sabía que trabajabas? -Si sabía, mi papá sabía. Todos nos íbamos, mis hermanitos también a cantear ladrillos, ayudar en la labranza, entre vecinos era. ¿Y qué decía tu papá de que vayas a trabajar? -No decía nada, decía “Cuidado nomás”. Andrés, 15 años, 3ero de secundaria, Huachipa, Lima Entre los hombres hay una mayor cantidad de actividades laborales reportadas, siendo las actividades de venta y agricultura las que concentran el mayor porcentaje (27.8% y 27.3% respectivamente), seguidas por el trabajo en ladrilleras (11.1%). En el caso de las mujeres, la actividad predominante es la venta de bienes de consumo (38.7%), seguida por el trabajo doméstico (24.2%) y la actividad agrícola (13.4%).

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Tabla 5 TIPO DE ACTIVIDADES LABORALES Porcentajes verticales Zona geográfica Total %

Lima

La Libertad

Arequipa

Ancash

Hombres

Mujeres

32.0%

26,1%

51,5%

42,3%

3,9%

27,8%

38,7%

Trabajo agropecuario

20,6%

29,3%

1,9%

0,9%

62.8%

27,3%

13,4%

Trabajo domestico en casa o restaurante y cuidado de niños

18,7%

17,4%

2,9%

22,8%

28,2%

3,5%

32,8%

Fabricación de ladrillos y explotación de canteras

6,5%

8,7%

2,9%

12,6%

0%

11,2%

1,6%

Reciclaje de basura

5,4%

5,4%

2,9%

10,8%

1,3%

6,6%

4,3%

Construcción y carga

6,0%

8,7%

6,8%

5,4%

2,6%

11,2%

0,5%

Otros: Lustrabotas, lavado de carros, pesquería, transporte público, espectáculo

3,2%

2,2%

2,9%

6,3%

0%

5%

1,1%

Ninguna, no menciona

8,6%

2.2%

28,2%

0,9%

1,3%

7,6%

9,7%

Tipo de Actividad Venta/ Comercio de productos o alimentos

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Esta niña de Chiclayo nos muestra el trabajo que realiza como vendedora de helados. Se representa más grande que otra niña que no trabaja, pero juega con una pelota.

4. Condiciones laborales La mayoría de niños trabaja con algún miembro de la familia nuclear (66.4%), sobretodo con la madre (40,9%). Según sus declaraciones (82,3%), reciben un buen trato de parte de estas personas. Sólo un 13.3% reportó trabajar para un empleador.

Tabla 6

TRATO DEL EMPLEADOR Porcentajes verticales Zona geográfica Total %

Lima

La Libertad

Arequipa

Ancash

Para mi papá

25,5%

26,1%

20,4%

19,8%

39,7%

Para mi mamá

40,9%

38,0%

43,7%

34,2%

50,0%

Para otro pariente

14,8%

15,2%

14,6%

21,6%

5,1%

Para un empleador

13,3%

10,9%

12,6%

22,5%

3,8%

Para mí mismo

5,5%

9,8%

8,7%

1,8%

1,3%

Características de la muestra ¿Para quién trabajas?

¿Cómo te trata esa persona?

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Bien

82,3%

80,4%

77,7%

83,8%

88,5%

Más o menos

13,8%

14,1%

16,5%

15,3%

7,7%

Mal

1,3%

2,2%

1,0%

0%

2,6%

No sé

2,6%

3,3%

4,9%

0,9%

1,3%


Más de tres cuartas partes de los participantes (79.7%) manifiesta recibir remuneración, sobre todo en las zonas urbano marginales, y estar conformes con ésta (70,8%). El pago que se entrega a la mayoría de niños oscila entre 1 y 5 soles diarios. En la zona rural la situación es distinta, la mayoría no recibe remuneración.

En el campo el trabajo es ayuda ¿Sus padres les dan algún dinero por trabajar? -Cuando vienen al colegio les dan 50, 20 céntimos, pero por trabajar no, ellos ayudan. ¿Has visto niños que trabajan para otra persona y no para su familia? -A veces trabajan ayudando a otras personas y les dan propinita de un sol o dos soles. ¿Qué trabajos hacen? -Cargar leña, pastear ovejas. ¿Y sus padres saben que han ido a trabajar para otras personas? -Sí, porque aquí en la sierra hay necesidades económicas. A veces aquí los padres tienen 5 o 6 niños y no alcanza el dinero y por eso los chicos empiezan a trabajar. Aniceto, 17 años, 5to año de secundaria, Ancash

En el campo el trabajo es percibido como ayuda a la familia.

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LA VOZ DE LOS NIÑOS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL 5. La distribución del tiempo del niño trabajador Más de la mitad de los encuestados (57%) comparte su tiempo entre el trabajo y el estudio y continúa laborando durante las vacaciones, sobretodo en Arequipa, Lima y Ancash. Aquellos que trabajan sólo en vacaciones constituyen el 39.1% de la muestra y se concentran en Chiclayo, donde se encuentra el más alto porcentaje de niños con mayor tiempo de permanencia en el programa Proniño.

Tabla 7 EPOCA DEL AÑO QUE TRABAJAN Porcentajes verticales Zona geográfica Época Laboral

Total %

Lima

La Libertad

Arequipa

Ancash

Solo en vacaciones

39,1%

30,4%

72,8%

8,1%

51,3%

Solo en época escolar

3,1%

1,1%

3,9%

6,3%

0%

Época escolar y vacaciones

57,8%

68,5%

23,3%

85,6%

48,7%

Un alto porcentaje de menores trabaja entre cinco y seis días a la semana (>62%). Sólo un tercio dedica únicamente los fines de semana a las actividades laborales (>38.%). En cuanto al número de horas que trabajan los infantes, más de la mitad destina entre una y seis horas por día, mientras que el resto emplea más de 6 horas diarias, sobretodo en la zona rural de Ancash. Se pudo constatar que mientras los niños van creciendo aumenta el número de horas laborales. Los menores que llevan más tiempo en el programa Proniño trabajan en promedio menos horas que aquellos que ingresaron al programa después. La mayoría (79%) declara que en su vida cotidiana tiene tiempo suficiente para realizar sus tareas escolares. Esta afirmación cambia cuando se solicita al niño expresar esta vivencia a través del niño imaginario del dibujo, prevaleciendo la percepción de falta de tiempo para el estudio (> 50% a 75%). Contrariamente, en la zona rural, la gran mayoría (80,3%) percibe que sí cuenta con tiempo para estudiar.

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La falta de tiempo del niño que trabaja es muy severa. No tiene tiempo para descansar y además está expuesto a una serie de abusos y riesgos en la calle.

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LA VOZ DE LOS NIÑOS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL En cuanto a la recreación y el juego, más de dos tercios (65.1%) afirma tener suficiente tiempo libre en su vida cotidiana. Sin embargo, en la proyección de la situación imaginaria del niño dibujado emerge una respuesta opuesta: la mayoría (61,6%) expresa la vivencia del menor trabajador sin tiempo suficiente para el juego y la diversión. En Ancash ocurre un fenómeno diferente: más de la mitad de los menores (>55%) declara que en la vida real no tiene tiempo para recrearse, mientras que en la proyección del niño representado la mayoría refiere que éste dispone de tiempo para el juego. El siguiente testimonio muestra la sobre exigencia que esta niña experimenta en relación al uso de su tiempo y la combinación de trabajo y estudio que debe realizar.

Madrugar y laborar 5 horas diarias de lunes a viernes: 30 horas semanales de trabajo exigente ¿Qué es lo malo de trabajar? -Que te hacen despertar temprano. ¿A qué hora te despiertas? -A las 3 de la mañana. ¿Quién te despierta tan temprano? -Mi hermano. Cuando te despiertas, ¿qué tienes que hacer? Ir con él al trabajo. ¿A qué hora empieza tu trabajo? A las 5 de la mañana. ¿Y hasta qué hora trabajas? Hasta las 10 de la mañana. ¿Qué haces después? Voy a mi casa a cambiarme para ir al colegio. ¿Llegarás cansada? -Sí. ¿A qué hora regresas a tu casa Carmen Rosa? -Del colegio a las 7, de ahí las tareas, comemos y dormimos. Carmen Rosa, 11 años, 5to grado, Huachipa, Lima. Trabaja en una ladrillera canteando, arrumando y cargando arena. Estudia en el turno tarde. Conforme el niño trabajador va creciendo, percibe que dispone de menos tiempo para estudiar y recrearse. Se puede observar la siguiente progresión de cifras: el 39,7% de los menores entre 8 y 10 años estima no disponer de tiempo para estas actividades; la misma respuesta es dada por el 49,7%

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del grupo entre 11 y 13 años y de los 14 a los 17 el porcentaje que piensa así aumentó hasta llegar al 61,9%. De acuerdo a la variable de género, son más las mujeres (56%) que reportan en mayor que al trabajar el tiempo no es suficiente para estudiar ni para recrearse. Sólo el 44% de los varones comparte esta percepción. Los niños ex trabajadores consideran tener más tiempo libre que los que trabajan y estudian simultáneamente. La diferencia entre ambas percepciones supera el 19%. En lo que respecta a sus vivencias se observa otra diferencia: el 69,6% de menores ex trabajadores afirma que el tiempo para estudiar y jugar es menor para los niños que trabajan en comparación con aquellos que no lo hacen. Este mismo grupo reporta que juega y practica más deporte que los niños que trabajan y estudian simultáneamente, los porcentajes en cada caso son de 49.5% y 36%. El siguiente testimonio muestra cómo los estudios se ven afectados por el trabajo y la falta de tiempo para hacer las tareas escolares, influyendo no sólo en el niño sino también en su entorno.

La falta de tiempo para estudiar y el fracaso escolar ¿Crees que tu trabajo afecta tus estudios? -Si, un poco. ¿Por qué lo afecta? -Porque a veces no tengo tiempo para hacer mis tareas. ¿Alguna vez has pensado dejar el colegio, dejar de estudiar? -Cuando repetí 1er año ya no quería estudiar, mi papá tampoco quería que estudie. Qué vas a estudiar, me decía, pero mi mamá hablo con mi papá, mi tía también habló y me dejó. ¿Luego quisiste seguir estudiando? -Sí. Frank, 16 años, 3ero de secundaria, Huachipa, Lima 6. Situación escolar A pesar de que muchos niños (60.2%) manifiestan sentirse cansados durante las clases, casi dos tercios de la muestra (65.6%) afirma que prefiere trabajar y estudiar simultáneamente, sólo un tercio (32.8%) desearía únicamente a estudiar. De acuerdo a las diferencias de género, ellas declaran en mayor proporción que los hombres su preferencia por la dedicación exclusiva al estudio, los porcentajes respectivos son 42.5% vs. 23.7%.

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LA VOZ DE LOS NIÑOS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL El esfuerzo que los niños trabajadores hacen para compatibilizar trabajo y estudio es mayoritario: 88% de los encuestados manifiesta que no tuvo que dejar la escuela por trabajar, llevando a cabo ambas actividades de manera paralela. Más de la mitad (55.5%) señala que nunca falta a clase, aunque un 42.7% refiere haber faltado alguna vez, sobretodo por motivos de salud (22.9%), laborales (12%) o como consecuencia del trabajo (sentirse muy cansado: 8%). La mitad de los menores (50.3%) considera que obtiene buenas notas, mientras que los demás dicen tener calificaciones regulares (48.4%). No obstante, es preciso observar que hay un porcentaje importante de repitencia escolar (27,1%), sobretodo en Ancash (55.1%).

Tabla 8 RENDIMIENTO ESCOLAR Porcentajes verticales Edad

Zona

Geográfica Rendimiento escolar

Total %

7 a 10

11 a 13

14 a 17

Lima

La Libertad

Arequipa

Ancash

¿Tienes suficiente tiempo para hacer tus tareas? Sí

79,2%

93,1%

86,5%

64,7%

77,2%

86,4%

76,6%

75,6%

No

20,8%

6,9%

13,5%

35,3%

22,8%

13,6%

23,4%

24,4%

¿Sueles sentirte cansado durante las clases? Siempre

10,2%

13,8%

9,2%

7,8%

5,4%

9,7%

1,8%

28,2%

Algunas veces

60,2%

52,9%

56,0%

68,6%

68,5%

52,4%

73,9%

41,0%

Nunca

29,7%

33,3%

34,8%

23,5%

26,1%

37,9%

24,3%

30,8%

¿Cómo consideras tus notas en el colegio?

26

Buenas

50,3%

70,9%

61,0%

30,1%

50,0%

57,3%

31,8%

67,9%

Regulares

48,4%

29,1%

38,3%

67,3%

48,9%

42,7%

65,5%

30,8%

Malas

1,3%

0%

0,7%

2,6%

1,1%

0%

2,7%

1,3%


Esta niña arequipeña de 16 años expresa con mucha claridad el conflicto y la tensión que le causa trabajar y estudiar simultáneamente.

La relación con la escuela y los estudios es altamente positiva entre los participantes. El 92,3% declara que a los infantes representados a través del dibujo les gusta ir a la escuela. El 66,7% de participantes proyecta en sus ilustraciones que el niño trabajador va a la escuela, lo que revela en qué medida la idea de estudiar y trabajar simultáneamente ha sido incorporada al modo de vivir y pensar. Esta proyección está influenciada por el lugar de procedencia y la condición laboral. Los niños de Ancash proyectan esta realidad en mayor número (86,8%), mientras que los de Lima en menor proporción (53,8%). El 73,1% de participantes que actualmente trabajan y estudian declara que el niño dibujado sí asiste a la escuela, mientras que los dibujantes ex trabajadores declaran lo mismo sólo en un 47,8%. Esto revela que los ex trabajadores tienen mayor conciencia de los obstáculos que trae el trabajo a la escolaridad y no consideran compatible realizar ambas actividades simultáneamente.

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LA VOZ DE LOS NIÑOS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL Tabla 9 SITUACIÓN ESCOLAR DEL NIÑO TRABAJADOR Porcentajes verticales Zona geográfica Preferencia entre estudio y trabajo

Género

Total %

Lima

La Libertad

Arequipa

Ancash

Hombres

Mujeres

Sólo estudiar

32,8%

32,6%

59,2%

17,1%

20,5%

23,7%

42,5%

Sólo trabajar

1,6%

2,2%

1,9%

0,9%

1,3%

2,5%

0,5%

Estudiar y trabajar

65,6%

65,2%

38,8%

82,0%

78,2%

73,7%

57,0%

¿Qué te gusta más?

Una figura maternal que carga un bebé en brazos presiona a un niño a trabajar, mientras éste expresa que quiere estudiar. El rostro de la mujer representada es hostil. Se muestra una relación cargada de agresión, abuso y explotación.

7. Relaciones familiares La mayor parte de menores (73,5%) declara sentirse querido por su familia; simultáneamente, más de la mitad refiere ser castigado por sus padres (53%), generalmente por tres motivos: (a) causas genéricas como desobedecer, hacer travesuras o incumplir tareas (38,6%); (b) causas asociadas a la actividad laboral desempeñada (25%), ya sea por engaños sufridos, no traer suficiente dinero al hogar o incumplir las expectativas laborales de la familia, como no hacer bien el trabajo o no trabajar; y (c) castigo injusto asociado a fallas de los padres como errores de percepción o juicio, desinterés, apreciación equivocada del niño y su desempeño o vicios como el alcoholismo (X=< 8%).

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8. Peligros y riesgos Más de la mitad de niños (51,6%) declara que existen peligros para la salud en su lugar de trabajo. Un 45.8% manifiesta haberse enfermado debido a las condiciones laborales a las que se ve expuesto y un tercio (31%) manifiesta haber resultado herido mientras laboraba. Además, la mayoría de niños (60.7%) no usa ningún tipo de protección durante su trabajo.

Me atropellaron vendiendo gelatina -Una vez, vendiendo gelatina por el Modelo, una moto me chancó mis piernas, me aventó por allá, hasta el puente. Estaba trabajando y me aventó. Era moto lineal. ¿Después qué hicieron? -Me querían llevar al doctor para que me corten las piernas y me iba a quedar sin piernas. Mi mamita me recetó un remedio y me curé. Ir al médico es peor porque te cortan tu pierna. Katty, 8 años, Chiclayo, 3er grado En el nivel de las representaciones sociales, casi todos los participantes (96,5%) describieron experiencias negativas a las que están expuestos los niños trabajadores. Los peligros reportados atentan contra la integridad física, emocional y moral: enfermedades, accidentes o muerte, abuso y acoso sexual, secuestros, robos, asaltos y estafas. En la zona rural los peligros están asociados a accidentes frecuentes en dicho sector geográfico y no a acciones dañinas hechas por otras personas.

Los peligros del campo ¿Cuando los niños se van a trabajar hay algún peligro para ellos? -Si, a veces cuando trabajan mucho se pueden caer por los abismos. Aniceto 17 años 5to año de secundaria Ancash El abuso perpetrado por otra persona a través del engaño, explotación, presión o maltrato es la experiencia negativa de mayor incidencia (24,1%). El cansancio físico y la falta de tiempo para realizar lo que se desea son también experiencias negativas (21,2%).

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LA VOZ DE LOS NIÑOS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL

Este dibujo muestra el abuso perpetrado a un niño trabajador por un adulto. El adulto explota, maltrata. La vivencia de “cárcel” es evidente.

El trabajo en sí mismo, es decir el tipo de actividad que el niño debe realizar al trabajar, es señalado por 14,3% de niños como negativo. Faltar a clases, perjudicarse en los estudios y sufrir excesivo frío o calor durante la faena son algunas de las respuestas que integran un 25,7% de percepciones negativas o de riesgo en torno al trabajo. En menor medida (7,5%) se menciona el reconocimiento de consecuencias potencialmente negativas para la vida, como la deserción y el fracaso escolar y los problemas en el desarrollo ulterior.

Tabla 10 RIESGOS LABORALES Y SEGURIDAD Porcentajes verticales Zona geográfica Riesgos para la salud

Total %

Lima

La Libertad

Arequipa

Ancash

¿Hay peligros para tu salud en donde trabajas? Sí

48,4%

47,8%

47,6%

35,1%

69,2%

No

51,6%

52,2%

52,4%

64,9%

30,8%

¿Alguna vez te has enfermado por trabajar? Sí

45,8%

38,0%

37,9%

39,6%

74,4%

No

54,2%

62,0%

62,1%

60,4%

25,6%

¿Alguna vez te has herido por trabajar? Sí

31,0%

33,7%

16,5%

27,0%

52,6%

No

69,0%

66,3%

83,5%

73,0%

47,4%

¿Usas alguna protección cuando trabajas?

30

39,3%

29,3%

48,5%

45,0%

30,8%

No

60,7%

70,7%

51,5%

55,5%

69,2%


9. Experiencias positivas A pesar de los peligros y experiencias negativas, un alto porcentaje de niños (66,2%) tiene la capacidad de encontrar aspectos positivos en la experiencia de trabajar: ganar dinero (26,6%), cultivar vínculos con otras personas, recibir su apoyo y reconocimiento (21,7%) y ganar experiencia y aprendizaje (15,6%) son algunos. Aprender un oficio, aprender sobre las personas, conocer nuevos lugares y saber cómo enfrentar la vida son también aspectos positivamente valorados, aunque en menor medida.

Tabla 11 EXPERIENCIAS POSITIVAS DEL NIÑO TRABAJADOR Porcentajes verticales ¿Qué cosas buenas les pasan a los niños que trabajan?

Total %

Ganar dinero

26,6%

Experiencia y Aprendizaje

15,6%

Reconocimiento y afecto de padres/ familia

8,6%

Ayuda con bienes tangibles o intangibles

8,9%

Elevación de autoestima

2,6%

Cultivan buenas amistades y relaciones con sus jefes

1,6%

No hay nada bueno

26,6%

No sabe/ No contesta

7,3%

Lo bueno de trabajar es que en Navidad te regalan juguetes ¿Qué es lo bueno de trabajar? -Que cuando llega navidad te regalan juguetes. ¿Quién te regala juguetes? -El dueño. ¿En todos los trabajos regalan juguetes o sólo en el de ustedes? -En labranza nomás. Talía, 10 años, 5to grado, Huachipa, Lima

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LA VOZ DE LOS NIÑOS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL 10. Estado emocional La mayoría de participantes considera que el estado emocional del niño trabajador es predominantemente negativo (62,7%), se asocian a él emociones como la tristeza, depresión, cólera, ansiedad, preocupación, apatía, aburrimiento y agotamiento mental y físico. Esta misma tendencia se refleja en la proyección menos consciente forjada a través del dibujo, en el que la mayoría expresa que ese niño no es feliz (58,7%).

El dibujo de esta niña de Huachipa expresa el pesar que le significa trabajar. Las lágrimas y la expresión de infelicidad traducen un estado de ánimo muy negativo.

Los menores de las zonas urbano marginales expresan un nivel alto de infelicidad. En Lima, el 81,6% manifiesta los niveles más altos de vivencias negativas, lo que se corrobora en la proyección ilustrada (75.8%).

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No sólo cansada, también avergonzada -Como yo estaba cansada a veces me avergonzaban porque me quedaba dormida en la mesa y yo me sentía mal porque te avergüenzan que en la clase del profesor estás durmiendo. Si a veces no había tiempo para lavar su uniforme bien y decía “¿Por qué vienes sucia? Los niños deben venir con el uniforme limpio, los zapatos bien brillosos y no estar durmiéndose en las carpetas”. Y eso duele. Betty, 15 años, 3ero de secundaria, ex trabajadora, vendedora de condimentos, Chiclayo En contraste con las cifras correspondientes a la ciudad, el 75.8% de los participantes de la zona rural de Ancash proyectan en sus dibujos un alto nivel de felicidad como condición estable del niño representado. Sin embargo, cuando se les pregunta directamente, esta tendencia sólo aparece en el 44,9% de casos. El 50% de menores ancashinos reporta experiencias negativas en la vida del niño trabajador. Desde la perspectiva de la variable de género, los hombres reportaron un mayor porcentaje (26,8%) de vivencias positivas que las mujeres (17,2%). La edad también influye en el nivel de felicidad proyectada. Los niños pequeños son los que reportan mayor satisfacción (60,2%), mientras que los púberes (32,8%) y adolescentes (34,2%) reconocen menos situaciones de bienestar en sus vidas.

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LA VOZ DE LOS NIÑOS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL

Los clientes nos trataban mal -Años atrás, cuando mi papá falleció en el 2002, me fui con mi mamá a Lambayeque a huaquear. Íbamos a las 6 de la mañana y regresábamos a las 7 de la noche. Nos pagaban 20 soles y nos servía para comer. ¿Y como te sentías con ese trabajo? -Yo me sentía toda triste porque no tenía un trabajo bonito. Cuando me iba a Olmos salía desde las 4 de la mañana y regresábamos a las 6 de la tarde. ¿Y qué tal era ese trabajo? -Más o menos porque la gente de allá en Motupe te recibe. No te avergüenza como en Olmos. Me trataban bien, cuando no te compraban, ellos te daban alguna fruta. Comíamos ahí con mi mamá y mis dos hermanos. ¿Qué pasó en Olmos? -Nos íbamos a vender por la sección de pescados y nos botaban y nos arrochaban. ¿Qué les decían? -No, no fuera, por allá, yo no quiero comprar. Y nos sentíamos mal. Betty, 15 años, 3ero de secundaria, ex trabajadora, vendedora de condimentos y ajos 11. Autoestima La mayoría de niños (66,1%) piensa que el trabajo que desempeña es importante, mientras que el 28,6% lo desestima. El grado de importancia que le otorga cada menor a la labor realizada varía según el contexto en el que se ubica: un alto porcentaje de infantes (>75%) de la zona rural otorga un nivel alto de importancia a su trabajo, mientras que los de Lima lo hacen en menor medida (57%).

La importancia de trabajar en el campo ¿Es importante trabajar para un chico? - Sí, nos sentimos bien. Aquí en la sierra si no trabajamos no conseguimos plata. ¿Los niños se sienten bien cuando trabajan? - Unos se sientes cansados, con pereza y otros se sienten felices. ¿En qué casos se sienten felices? - Cuando reciben 2 o 3 soles. Otros trabajan con sus tíos y no les dan y se sienten tristes, cansados. Aniceto, 17 años 5to año de secundaria Ancash

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La mayoría de entrevistados (70,9%) considera que el niño representado en el dibujo del trabajador infantil es inteligente; sin importar la zona de procedencia, los menores se perciben a sí mismos con recursos intelectuales adecuados y capacidades individuales para resolver problemas y retos. Tanto en la zona rural como en la urbano marginal, la mayoría de niños (58%) siente que el rol desempeñado no corresponde con su momento evolutivo y edad; se presenta la vivencia de estar “adultificado”. El tamaño de las representaciones gráficas de los niños trabajadores corrobora esta idea. En la mayoría de casos se observa que el niño trabajador es de mayores dimensiones que los otros niños o posee un rostro adulto a pesar de su tamaño pequeño.

Me dicen que soy una buena hermana ¿Te gustaría sólo estudiar o estudiar y trabajar? -Estudiar y trabajar para cumplir mis sueños. ¿Cuáles son tus sueños? -Llegar a ser policía. ¿Te gusta tu trabajo? -Si, me gusta mucho cuidar bebés. ¿Cómo se dio la oportunidad de trabajar cuidando un bebé? -Hablé con mis hermanos y les dije que yo les podía apoyar y me dijeron que sí. ¿Qué opinan tus hermanos de que trabajes? -Me dicen que soy una buena hermana, pero siento que hago muy poco para ayudar a mis hermanos, me gustaría hacer un poco más. Vanessa 13 años, 1ero de secundaria, Arequipa 12. Anhelos y temores del niño trabajador Estudiar se presenta como el deseo más importante de los niños trabajadores (68%). Si no tuvieran que trabajar, 67,1% de niños declara que le gustaría estudiar más y mejor y superarse a través de esta vía.

Mi deseo principal es ser una profesional (…) Ser una profesional, ayudarle a mi mamá porque no tiene plata, quiero ayudarle a ella. Yo la quiero harto y mis hermanos a veces cuando le mandan algo, mi mamá se va a vender al modelo y mi hermano William también trabaja pero tengo otro hermano que es haragán, no quiere trabajar y mi mamá a veces lo para castigando. Mi mamá veces lo manda para que saque para sus propinas y no quiere. Sonia, 8 años, 3er grado, Chiclayo, trabaja como vendedora ambulante 35


LA VOZ DE LOS NIÑOS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL Otros anhelos citados se asocian a la vida cotidiana de los niños: dinero para vivir sin carencias; comprarse cosas; tiempo libre para el juego y el descanso; amor, unión y armonía familiar; ser feliz y concretar los sueños propios.

Algunos adolescentes expresan sus anhelos materiales como ropa de temporada, dinero para asistir a discotecas y asocian el trabajo con la posibilidad de conseguir recursos para ello.

Quisiera más tiempo para jugar partido ¿Y en tu tiempo libre qué haces? - Mi tiempo libre solamente es domingo, si es que ningún vecino me llama para trabajar, el domingo lavo mi ropa y limpio mi cuarto. A veces salgo a pasear. No juego mucho. ¿Tienes tiempo para divertirte? - No, no mucho. Cuando salgo a pasear a veces salgo solo, no hay nadie con quien ir y en mi barrio juegan a veces fútbol los adultos y algunas veces entro yo. Yo quisiera tener más tiempo para jugar partido. Andrés, 15 años, 3ero de secundaria, Huachipa, Lima Los temores preponderantes entre los niños trabajadores pueden sintetizarse en cuatro categorías: (a) Sufrir daños ocasionados por otros durante el trabajo, como la explotación, el maltrato, robos, engaños, violaciones o secuestros (32,3%). (b) Sufrir enfermedades, accidentes o muerte a raíz del trabajo (20,4%). (c) Miedo a no salir adelante y ansiedad asociada al desarrollo personal, como no realizar sus sueños, no culminar los estudios, entre otras (16,4%). Este miedo es más constante entre los adolescentes de 14 a 17 años (25,4%). (d) Miedos diversos a animales, desastres naturales, la oscuridad, entre otros (14,6%).

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13. Aspiraciones y visión de futuro La mayoría de niños trabajadores (74,7%) visualiza que en el futuro llegará a ser un profesional (doctor, ingeniero, profesor) o pertenecerá a las fuerzas armadas o policiales. Muy pocos manifiestan querer dedicarse a actividades como las que realizan ellos o sus padres en el presente. En Ancash hay una visión de futuro más centrada en la zona de origen. El porcentaje de niños que quieren ser profesionales y los que quieren trabajar en la chacra es la misma, 21% en cada caso.

Este niño comerciante expresa esperanzado su aspiración de ser profesional en contraposición a su actividad como vendedor de frutas.

¿Qué cosas les gustaría hacer cuando sean grandes? -A mí me gusta cantar. -A mí ingeniera de sistemas. Ingenieros que mandan para construir casas. O sino enfermera también me gustaría. -A mí ser policía. ¿Dónde vas a estudiar para ser policía? -Acá. ¿Qué te gusta de ser policía? -Lo que hacen los policías, agarran los rateros. -Pero allá los tratan muy feo, mi primo es cachaco y si no se levanta temprano lo ahogan en el agua. Niños y niñas trabajadores de 8 años de Chiclayo, trabajan en comercio ambulatorio en el mercado.

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LA VOZ DE LOS NIÑOS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL Tabla 12 ASPIRACIONES Y VISIÓN DE FUTURO Porcentajes verticales Zona geográfica

Tiempo en el

Programa Total %

Lima

La Libertad

Arequipa

Ancash

Nuevo

Antiguo

Profesiones

74,7%

75,0%

89,3%

84,7%

41,0%

64,2%

84,6%

Oficios

16,9%

12,0%

9,7%

14,4%

35,9%

24,0%

10,0%

No sabe

8,3%

13,0%

1,0%

0,9%

23,1%

11,7%

5,4%

¿Qué tipo de trabajo te gustaría realizar de grande?

Voy a ganar dinero para estudiar ¿Y tú qué vas hacer cuando termines el colegio? -Voy a trabajar para ganar dinero y poder estudiar, prepararme para ingeniería civil. Cuando salgas ¿en qué vas a trabajar para ganar tu dinero? -En cualquier cosa. Puede ser construcción, o ayudando a vender fruta a un amigo. Harry, 15 años, 3ero de secundaria, Chiclayo 14. Soluciones anheladas por los niños trabajadores Cuando se les pregunta sobre el tipo de soluciones que darían al problema del trabajo infantil, sin incidencia del lugar de procedencia, el 39,5% de niños tiene una respuesta de tipo compensatorio ante las carencias materiales: recibir apoyo económico, artículos para la casa y la escuela y juguetes. Un 28,1% plantea una solución política asociada a la erradicación del mismo: disposiciones para que los niños no trabajen y una ley contra el trabajo infantil. En Lima este porcentaje llega a 42,4% mientras que en Ancash esta solución sólo es relevante para un 10,3% de participantes. La solución asociada a la dotación de educación aparece en un bajo porcentaje en toda la muestra (12,2%), pero es significativa.

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No estoy de acuerdo con que trabajen ¿Tú estas de acuerdo con que los niños trabajen o no? -Yo no estoy de acuerdo porque ni yo misma estoy de acuerdo con que yo trabaje. Sino que algunos niños lo necesitan. Pero si yo fuera la presidenta no los dejaría a los niños trabajar. Sino los ayudaría a estudiar, porque si no trabajan y no estudian se dedican a la vagancia mejor estudiar que otra cosa. -Si no trabajan ni estudian se dedican a la vagancia, ¿tú has visto casos así? Si, los jóvenes. Ahorita hay un montón de jóvenes que son drogadictos, son vaguitos, se agarran a fumar, asaltan. Giovanna, 14 años 3ro de secundaria, Chiclayo. Trabajadora actual en cevichería los fines de semana, gana para sí misma.

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LA VOZ DE LOS NIÑOS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL

¿Qué nos dicen los resultados? El estudio “La Voz de los Niños sobre el trabajo infantil” nos brinda imágenes muy claras de lo que los mismos niños y niñas opinan, creen y sienten sobre el problema social que los involucra directamente. Las imágenes son contundentes, pero también presentan contradicciones aparentes que encubren vivencias complejas, necesarias en la comprensión de este fenómeno. ¿Qué condiciona el trabajo infantil? Dos factores que cruzan los testimonios de todos los niños son pobreza y familia. En todos los ámbitos los niños se identifican como pobres y atribuyen el trabajo que realizan a este factor. En segundo lugar, el trabajo se produce en el marco de la dinámica familiar de cada niño. Una tercera condición surge de la interrelación entre los dos factores: la pobreza determina la necesidad de responder a las expectativas de la familia; los menores utilizan su mano de obra para garantizar la supervivencia de los miembros. A pesar de estas premisas comunes, las realidades de las zonas urbanas y rurales son diferentes y definen valores sociales también diversos en los niños y sus familias. Los menores de la zona rural han incorporado el trabajo infantil como un valor social positivo que forma parte del proceso de socialización. Lo consideran bueno aunque reporten los costos que esta actividad supone -el cansancio, la falta de tiempo para jugar y la exposición a problemas de salud y accidentes. No trabajar resulta ser un anti valor: los niños que no trabajan son vistos como ociosos, haraganes o vagos. Es preciso recordar que de acuerdo a los alcances de este estudio, la naturaleza de las actividades laborales del campo son agropecuarias y los niños se mantienen cerca de sus padres en un entorno mucho más seguro que el de la zona urbana. Es así que los niños declaran sin conflicto, extrañeza o condena, que sus propios padres los introdujeron en el trabajo de manera temprana. Es propio de esta zona que los estilos disciplinarios sean tradicionales y autoritarios, por lo que un número significativo de menores manifiesta que eventualmente sienten que sus padres los obligan a trabajar. No obstante, se vislumbra la aparición de nuevos patrones de pensamiento en la niñez y juventud de las zonas rurales. Si bien la mayoría de niños y niñas opina que si ellos fueran padres permitirían que sus hijos trabajaran desde temprana edad, existe un 40% que no lo admitiría. A diferencia de los niños de la zona rural, los de la zona urbana no ven en el trabajo infantil un valor positivo. Así, laborar desde pequeño es un mal necesario que deben ejecutar para sobrevivir y apoyar la supervivencia de su familia. Ellos manifiestan que en el contexto urbano las condiciones laborales exponen a los niños a peligros mucho más amenazantes que los que aparecen en la zona rural. El trabajo infantil en la ciudad se realiza en la calle u otros contextos hostiles donde se desarrollan situaciones de violencia y daño potencial a la integridad física, emocional y moral.

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Para un niño de la zona rural el trabajo infantil está bien visto. Es parte de su socialización y el trabajo integra, une a las familias y a sus miembros.

El trabajo es feo porque te pesa - (…) Que no deben trabajar. El trabajo es feo porque te pesa, ni siquiera tienes ánimo para nada, es un trabajo cansado y algunos a veces no comen. Por trabajo hacen rápido y tienen que venirse de frente y no tienen tiempo ni para comer, pero también algunos lo hacen por necesidad. Los padres deben darse cuenta que los niños no están para eso y algunos les pegan cuando no ayudan, son chibolitos todavía. Yo veo a chiquitos cuando trabajan, me da pena. Mi papá también se da cuenta. Una vez hablando estábamos recordando así y todos se ponían a llorar. Y por eso mi papa dijo: -Ya no los hay que hacer trabajar, ustedes tienen que estudiar, salir adelante, tienen que ser alguien en la vida, ya que nosotros no pudimos hacer nada pero siquiera nosotros les vamos a dar apoyo. Solamente nosotros queremos que ustedes sean grandes y que nunca nos dejen. Mi mamá también se pone a pensar así. Los dos dialogan menos mal. María Pía, 15 años, 3ero de secundaria, Huachipa, Lima

Los niños de la zona urbana consideran negativo que los infantes trabajen y lo dicen con mucha contundencia. Bajo esta escala de valores, trabajar es un sobreesfuerzo físico y emocional. Ellos cargan con una responsabilidad incorporada como un deber en sus conciencias. La vida es una carga pesada, ellos pueden serlo también si no aportan al sustento familiar. La pobreza pesa sobre la espalda de

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LA VOZ DE LOS NIÑOS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL todos los miembros de la familia. La adversidad debe ser compartida y los niños no se resisten a ello, sino que lo asumen, en algunos casos con responsabilidad, en otros con resignación y casi siempre con solidaridad.

El trabajo en la zona urbana es para los niños un antivalor. Trabajar es peligroso y los niños no deben estar expuestos a ello.

La auto percepción del niño trabajador ¿Cómo se ve a sí mismo el niño trabajador? Uno de los aspectos más interesantes que se derivan de este estudio es la posibilidad de conocer cómo se mira a sí mismo el niño en su rol de trabajador. Lo que encontramos es una imagen confusa y contradictoria, cargada simultáneamente de aspectos de valoración y desvalorización de sí mismo. Por un lado, el niño siente que su trabajo es importante para su familia y por ende para sí mismo pues cumple un rol destacado y hace algo necesario. Se siente, además, competente, capaz e inteligente, “grande” en muchos aspectos porque hace cosas propias de los adultos y obtiene, eventualmente, un pago por sus servicios. No obstante, en otros momentos se siente pequeño, expuesto e indefenso, sometido a amenazas que no puede afrontar solo. A veces se visualiza como un “adulto pequeño” y otras como “un niño adultificado”, lo que aparece patente y claro en sus testimonios y dibujos. En su calidad de proveedor prematuro adelanta etapas de vida y a la vez está imposibilitado de atravesar con plenitud por las etapas que le corresponden como infante.

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¿Adulto pequeño? O ¿niño adultificado? Este dibujo de un niño trabajador de Chiclayo nos muestra el conflicto que se da la interior de él respecto a la vivencia que tiene de sí mismo.

El trabajo que no es considerado trabajo ¿Trabajas actualmente? -No. Sólo le ayudo a mi tía a cuidar un bebé de año y medio. -¿A qué hora comienzas a ayudar a tu tía? -Desde las 7 hasta las 11 de la mañana. De ahí vengo al colegio a las 12:30 hasta las 6:10 y de ahí me voy a mi casa y hago mi tarea y luego me duermo. Mariluz, 13 años, 1ero de secundaria, Arequipa En esta dimensión aparece un conflicto interno: para el niño es importante proveer a la familia, pero también ser niño, estudiar y jugar. La solución al conflicto aparece entonces en una respuesta forzada que integra ambas posibilidades: “A mí me gusta hacer las dos cosas, trabajar y estudiar”. Este estudio reconoce dicha respuesta como forzada porque los testimonios de la mayoría de niños evidencian que ellos no quisieran verse obligados a trabajar, sino que anhelan dedicar su tiempo a asistir a la escuela y jugar.

Niña arequipeña de 9 años nos muestra el conflicto que experimenta con relación a sí misma. El rostro de la protagonista representada luce confuso entre el deseo de jugar, estudiar y trabajar. Al lado de ésta se representan dos niños contentos jugando.

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LA VOZ DE LOS NIÑOS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL

Nos gusta trabajar y estudiar ¿Les gusta solamente estudiar o les gusta trabajar y estudiar? -Trabajar y estudiar, ambas. A ti Talía, ¿por qué te gusta trabajar? -Porque ahí encuentras amigos. ¿Y a ti Carmen Rosa? -Para ayudar a mis hermanitos, para que coman, para ganar dinero. Talía, ¿en el trabajo encuentras amigos y qué hacen? -Juego. ¿A qué juegas? -Mundo. ¿Les deja jugar el dueño? -Cuando haces barro nomás. Talía y Carmen Rosa, 10 y 11 años respectivamente, 5to grado, Huachipa, Lima Otro tema que emerge es la valoración que la sociedad da al niño trabajador y la que éste se da a sí mismo desde su rol. La mayoría de niños entrevistados declara estar conforme con recibir entre 1 y 5 soles diarios por varias horas de trabajo en labores esforzadas por las que los adultos reciben más dinero. Los testimonios indican que la imagen construida por los niños trabajadores parecería ser la siguiente: como somos chicos nos corresponde una remuneración chica. Así, el adulto, por ser “grande”, merece una remuneración “más grande” y su trabajo, a pesar de ser el mismo, vale más. Se evidencia de esta forma una suerte de desvalorización de la etapa de la niñez por parte de los mismos niños y también de los adultos: ser niño vale menos que ser adulto. Esta noción se observa también en el comportamiento de los empleadores adultos que contratan niños y les pagan remuneraciones irrisorias. La “desvalorización etárea” aparece como un problema social derivado del trabajo infantil.

El maltrato del empleador ¿Y los ladrilleros cómo tratan a los niños? -Algunos los tratan mal, otros bien. La mayoría los trata mal. “Tienes que hacer rápido”,”eres un holgazán” les dicen. ¿Tú has visto eso también? -Sí, cuando trabajaba. ¿Y los explotan? -Sí, algunos los explotan, les hacen trabajar duro y les pagan poco, algunos le pegan también. María Pía, 15 años, 3ero de secundaria, Huachipa, Lima 44


Si bien la conciencia familiar de los niños está teñida de responsabilidad, este compromiso coexiste con una mirada crítica sobre los padres. La posición cuestionadora de los niños y adolescentes entrevistados se posa sobre los progenitores que obligan, explotan, descuidan, castigan o sobre exigen a sus hijos. Los niños saben y sienten que sus padres los quieren, pero también son concientes de las debilidades y fallas de ellos, de su impotencia para dar sustento completo al hogar. En ese sentido, en muchos casos los niños no sólo ayudan a sus progenitores, sino también los protegen y se convierten en “padres de sus padres”, lo que resulta perjudicial para su desarrollo psicológico.

Ayudar a los padres Yo pensaba que hacer ladrillos era un trabajo bien acabado. A mi papá le salió hongos en la mano y a mi mamá le salió en los pies en la ladrillera. Y también por el frío le dolía los huesos a mi papá, ya está acabado mi papá. Pero no se ha acabado sólo por eso, más se ha acabado por el alcohol, mucho tomaba bastante, antes que nosotros naciéramos, con mi mamá, como no se llevaban, no había diálogo entre ellos y se peleaban. De ahí recién entró a la ladrillera cuando ya tenía su primer hijo, de ahí mejoró. Luego lo llevaron para que trabaje en Ferrero. Ahora mi papá es chofer, maneja y carga y le pagan bien ahora. Pero no alcanzaba igual porque éramos 6 nosotros. Mi mamá decía “quiero buscar trabajo”, y se iba a limpiar y nos llevaba a nosotros los sábados, los domingos, para que le ayudemos. Íbamos llevando nuestro almuerzo para no gastar en comida y ahora le pagan poco, no le alcanza porque también se cansa, le duelen sus huesos, ahora se queja. Por eso tenemos que trabajar todos, por eso empecé a trabajar yo. María Pía, 15 años, 3ero de secundaria, Huachipa, Lima Es interesante observar que en las zonas urbano marginales los niños no reconocen fácilmente que sus padres decidieron su suerte laboral y los indujeron a trabajar. ¿Cómo nos explicamos esta renuencia a señalar a los padres como parte protagónica de la decisión? La explicación se asocia a los valores. El trabajo infantil en la zona urbano marginal es un anti valor y no es percibido por los niños como algo natural, sino como un mal necesario. Por esta razón optan por asumir la responsabilidad de la decisión y no atribuirla a sus padres. Esto parece estar relacionado con la tendencia de los niños a cuidar una imagen positiva de sus padres ante sí mismos y los demás. No buscan ocultar una verdad sino acomodar la realidad a una versión en la que la imagen de los padres queda preservada: “Trabajo porque yo mismo lo decidí”. Día a día cada niño reitera su decisión por que la responsabilidad que ha recibido es grande, porque la familia necesita de su aporte. Además bajo esta versión elaborada, ellos ganan en sentimiento de autonomía: “Nadie me obliga, lo hago porque quiero”.

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LA VOZ DE LOS NIÑOS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL Es un hecho que ellos asumen el trabajo con aceptación y desde la propia voluntad, y no es posible dejar de reconocer que existen circunstancias en las que efectivamente los padres no influenciaron la decisión; no obstante, en la mayoría de casos los padres inducen a los niños a la vida la laboral y los mantienen en ésta.

Por cuenta propia, pero a mí no me pagan, sino a mi papá ¿En qué trabajas? -Cargando arena. ¿Dónde trabajas cargando arena? -No me acuerdo su nombre pero…de mi casa más abajito. ¿Quién te manda a trabajar? -Nadie, por mi cuenta propia. ¿Tú misma conseguiste el trabajo? -No, mi papá que estaba trabajando me dijo. ¿Tu papá te avisó que había ese trabajo? -Sí. ¿Y cuánto te pagan ahí? -A mí no me pagan, a mi papá le dan esa plata y compra víveres. Rosita ,11 años, 6to grado, Huachipa, Lima El bienestar y la felicidad de los niños trabajadores Un tema clave que toda sociedad debería tratar respecto a sus niños es el de su bienestar, tanto objetivo (necesidades básicas cubiertas garantizadas) como subjetivo (sensación de estar bien y ser feliz). ¿Qué determina que un niño se sienta feliz?, ¿tener sus necesidades básicas cubiertas o algo más? Una pregunta que nos interesó explorar a lo largo de este estudio fue qué grado de bienestar o malestar experimenta un niño que trabaja. La zona de procedencia nos abre una puerta de ingreso para indagar sobre la percepción del propio bienestar en los menores. A partir de esta variable fue posible comprender que es necesario dejar de atribuir a la pobreza el origen exclusivo de la infelicidad y el malestar de los niños. Los resultados mostraron que el estado de felicidad no está asociado a la cobertura de las necesidades básicas. Tanto los menores de la zona rural como los de los sectores marginales de la ciudad son y se perciben como pobres y carecen objetivamente de los recursos elementales para satisfacer sus necesidades básicas de manera adecuada. Sin embargo, en el campo la mayoría de infantes (75%) manifiesta ser feliz, aunque pueda experimentar emociones negativas en su rol de niño trabajador (50%). Por tanto, la concepción de infelicidad estaría asociada a algo más que las emociones derivadas de los aspectos estresantes del trabajo que realiza el niño. ¿A qué se asocia entonces la felicidad proyectada del niño rural? En este estudio, la experiencia de la felicidad apareció relacionada a los valores. En el campo el trabajo es valorado y visto positivamente,

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el menor no entra en conflicto con sus valores al realizar esta actividad, sino que los reafirma y actúa acorde a ellos. Esto genera el estado de ser feliz. El niño trabajador de la ciudad generalmente proyecta que el menor de edad que labora no es feliz. De acuerdo a lo investigado, esto ocurre porque los valores de la urbe le indican que no debería ir a trabajar. Así, cuando los participantes de las zonas urbanas opinan sobre los niños que no trabajan sostienen que “son afortunados, felices y tienen un buen porvenir”. En oposición, los niños del campo manifiestan que los niños que no trabajan son “haraganes” y “ociosos”, anti valores en el que no desearían caer. El entorno en el que trabajan es también parte de esta vivencia: en el campo los niños viven y trabajan en un entorno menos hostil o violento, con menos peligros ocasionados por personas malignas como ocurre en las ciudades. En este sector los peligros se asocian a aspectos de la naturaleza, riesgos de enfermedad o accidentes. En cambio, los niños de zonas urbano marginales reportan de manera abrumadora que están expuestos a personas que atentan contra su dignidad personal y su integridad física, emocional y moral, situación que contribuye a la vivencia de malestar.

Los niños trabajadores de la zona urbana experimentan malestar asociado al trabajo que deben realizar. Este dibujo presenta una atmósfera sombría y carga de indiferencia hacia el niño trabajador.

Diferencias de género En comparación con los hombres, las mujeres son las que expresan menor satisfacción personal y felicidad como condiciones estables. También experimentan menos suficiencia de tiempo para estudiar y recrearse. Estas diferencias se relacionan con la realidad cultural y los roles de género tradicionales. A la mujer se le exige mayor participación en las labores domésticas desde temprana edad. Además de laborar y estudiar, la niña trabajadora debe ayudar en el hogar y por eso percibe que tiene menos tiempo y siente más insatisfacción que los hombres.

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LA VOZ DE LOS NIÑOS SOBRE EL TRABAJO INFANTIL Las mujeres son menos permisivas que los hombres en cuanto a la edad de inicio laboral y también expresan en mayor medida que ellas preferirían sólo estudiar y no realizar ambas actividades de manera simultánea. Los hombres, en cambio, aceptan en mayor medida que las mujeres el doble rol de estudiante y trabajador. Esto se asocia al rol que los varones desarrollan de manera temprana, según el cual el trabajo otorga identidad de proveedor, rasgo típicamente masculino. La niña tiene mayor conciencia de las consecuencias negativas del trabajo, acaso porque las experimenta en mayor medida que los hombres o debido a su mirada analítica de los problemas que acarrea la pobreza en la familia. Esto la hace más sensible y crítica que los hombres. La valoración de los estudios Un tema que irrumpe por su fuerza es la alta valoración que los niños trabajadores otorgan a la educación como vía de progreso personal y superación de la pobreza. Sus deseos más profundos se asocian a tener la posibilidad de estudiar pues están convencidos de que estudiando pueden “llegar a ser alguien”. Así, los infantes declaran que les gusta ir al colegio y encuentran en esta institución fuente nutricia de conocimientos y vínculos personales. Se esfuerzan por poder compatibilizar el trabajo con su deseo de forjarse como estudiantes, y a pesar del agotamiento que el trabajo supone, dedican mucho esfuerzo a salir airosos en su rendimiento escolar. Esta fuerza positiva de los niños trabajadores lleva a pensar en los recursos internos que desarrollan, aún cuando es evidente que el costo es demasiado alto.

Alguna pensé dejar de estudiar ¿Alguna vez consideraste dejar la escuela por trabajar? -Una vez lo pensé, porque pensé que el trabajo era más importante que el estudio, pero me di cuenta que el estudio era más importante porque cuando entré a la ladrillera vi que no era bueno para mí y que era mejor que estudiara. ¿Los maestros te apoyaron de alguna manera? -Sí, a veces cuando no entendía me explicaban. Como no sabía multiplicar me decía que tenía que aprender y me iba a su casa para que me enseñara y aprendí. Después me iba a la casa de un amigo a hacer mis tareas, y fueron yendo más amigos hasta formar un grupo y ahora estudiamos en conjunto. Hugo, 15 años, 3ero de secundaria, Chiclayo, trabaja sábados y domingo en una ladrillera Es notable la resiliencia en los niños entrevistados, sobretodo en los casos de las áreas urbanas. Sorprende en ellos la capacidad para encontrar los aspectos positivos del trabajo infantil y el sentido útil de sus experiencias. En medio de la adversidad surge el deseo de progresar e imaginar un futuro mucho más prometedor.

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Este es un llamado de atención a los decisores de políticas públicas para que escuchen la voz de los niños: ellos quieren cumplir sus sueños, la mayoría anhela ser profesional. Desean tener una ubicación social y económica que los libere de la pobreza en la que actualmente viven. Son sueños legítimos pero, lamentablemente, sabemos que aún no tienen soporte social para ser concretados desde las políticas vigentes, las mismas que deberían estar orientadas a la realización vocacional y personal de los jóvenes. A la vez, es importante reflexionar sobre el despertar de la conciencia de los niños ex trabajadores participantes en el estudio. Ellos declaran en alta proporción que los niños no deberían trabajar, que se cansan mucho y que prefieren sólo estudiar. Su tolerancia y permisividad hacia el trabajo infantil es baja en comparación con los menores que actualmente laboran. Los niños ex trabajadores saben lo que es trabajar y dejar de hacerlo. Esto les brinda un conocimiento singular y auténtico sobre esta realidad, el del infante adultificado que ha vuelto a ser esencialmente niño, sin tomar el camino de la reinvindicación que lo transforma en un ser político. Esto nos lleva a pensar que el reto es reconocer a la niñez en su esencia infantil, sin buscar transformarla nuevamente en “niños adultificados reinvidicadores de derechos” que no es sino el otro lado de la moneda de los “niños adultificados explotados”. La solución parece encontrarse en mirar al niño como lo que es: un ser en desarrollo con características, necesidades y vivencias particulares distintas a las de los adultos. Atenderlos desde esa perspectiva es la clave de toda intervención social.

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