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Valor del Mes:
Misión
Lema del Mes:
“Anuncia la misericordia que el Señor ha hecho contigo” (Mc 5,19)
Plan de Pastoral Octubre 2016
Acción Significativa del Sector: Campaña de Promoción de la alfabetización Apoyo a la Escuela del Sector. Visitas con el Rosario con enseñanza Bíblica Acción Significativa Familiar: Rezar el Rosario en familia. Velar por la tarea escolar de sus hijos.
Índice Primera Parte: Encuentros de Evangelización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 Acción Significativa del Sector: Visita a los Hogares con el Rosario . . . . . 12 Taller para los Misioneros de la Jornada Misionera. . . . . . . . . . . . . . . . . . 19 Segunda Parte: Celebraciones Dominicales, Lecturas de la Palabra de cada día y Meditación diaria del Evangelio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 Tercera Parte: Organicemos la Misión de la Misericordia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .89 Colaboradores: Glennys Mirabal, Comunidad Cuerpo de Cristo: Luis José Camilo, Johnny Guzmán, Ignacio Miranda Cubilette, Enmanuel Hernández, Héctor Olivier, Sagrario Tejeda de Olivier, Miguel Ángel Justo, David Cruz, Willy Cruz, Franchy Soto, José Arturo Batista, P. Valerio Baines Sanz, oar, y Pbro. Daniel Lorenzo Vargas Salazar (Santo Domingo) Coordinación: Eugenia López Diagramación y Arte Final: Jesús Pérez Portadas: John Williams Castillo Impresión: Editora Amigo del Hogar Manuel María Valencia No. 4, Santo Domingo, D. N. / Tel.: 809.548.7594 Para contacto Vicaría de Pastoral,Correo Electrónico: guiamensual.vipastoral@arzsd., guiamensual.vipastoral@gmail.com Teléfonos: 809-682-0815, 809-685-3141 ext. 261-262, 809-221-3126 Redes Sociales: www.facebook.com/VicariadePastoralSantoDomingo
Plan de Pastoral - Octubre 2016
Mes de octubre: Mes del Rosario, mes de las Misiones El mes de Octubre es muy especial en nuestra Iglesia. Por eso, dejamos que sea Monseñor Rafael Felipe, Administrador Apostólico de San Pedro de Macorís y Obispo Emérito de Barahona, como Presidente de la Comisión de las Misiones, en nuestro país quien inicie esta GUIA MENSUAL de OCTUBRE con esta hermosa invitación:
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Anuncia la misericordia que el Señor ha hecho contigo
Primer Encuentro de Evangelización Semana 3-8 de Octubre del 2016
Acoger, cultivar y promover la misericordia Orientaciones para la preparación de este Encuentro: Como hacemos en todos los primeros Encuentros de cada mes, colocamos los carteles del lema y el tema del mes en lugares visibles de todas las personas participantes. Sería conveniente adornar el salón con tres carteles que digan: Acoger la Misericordia, Cultivar la Misericordia y Promover la Misericordia. Además, se pueden colocar imágenes con personas que tienen las manos abiertas hacia el Señor; el Padre abrazando al hijo pródigo; dos personas perdonándose. También imágenes de personas en oración. Se puede llevar una planta de un arbolito que esté bien cuidada. Poner una lista con las 14 obras de misericordia…. 1. Cantos de acogida: Mientras llega la comunidad se pueden poner unos cantos sobre la misión, sabemos muchos de ellos; y otros sobre la misericordia. Por ejemplo: Como el Padre me amó. El amor es nuestro canto. Antes que te formaras. Yo quiero ser testigo del amor de Dios. Yo siento, Señor, que tú me amas. La mies. Barcas y redes. Testigos. Tú me llamas, Señor. Mi mayor acierto. Perdónanos nuestras culpas. 2. Oración inicial: Recemos juntos: Jesús no tiene manos, Tienes solo nuestras manos para construir un mundo donde habite la justicia. Jesús, no tienes pies. Tienes solo nuestros pies para poner en marcha la libertad y el amor. Jesús, no tienes labios. Tienes solo nuestros labios para anunciar la Buena Noticia de los pobres. Jesús, no tienes medios. Tienes solo nuestra acción para lograr que todos los hombres y mujeres seamos hermanos. Jesús, nosotros somos tu Evangelio, el único Evangelio que la gente puede leer, si nuestras vidas son acciones y palabras eficaces. Amén Canto: Alma misionera 3. Centrando el tema. El Instituto Nacional de Pastoral, por medio de la Comisión Nacional de la Misión Continental Permanente y Comunidades ha publicado un libro
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titulado Misión de la Misericordia, y con el subtítulo; Acoger, Cultivar y Promover la Misericordia. Lo consideramos como una herramienta de trabajo imprescindible en este mes de la Misión. Pueden adquirirlo en la Vicaría de Pastoral de su Diócesis. Con ese libro podemos realizar el valor de este mes que es la Misión con ese hermoso lema: “Anuncia la misericordia que el Señor ha hecho contigo” (Mc 5,19). Como el libro es completo, no vamos a poner materiales nuevos en la Guía de este mes de Octubre. Para preparar este Encuentro de Evangelización resumiremos la parte del libro que hace referencia a esos tres verbos: acoger, cultivar y promover la misericordia. No es tarea fácil porque el material está bueno y es largo. Pondremos algunos textos copiados del libro, pero no citaremos las páginas. Primer paso: Acoger la Misericordia Sabemos que Dios nos ama, sabemos que Dios es amor y misericordia, lo sabemos de cabeza, de conocimiento, de teoría. El tema de acoger la misericordia de Dios nos invita a abrirnos a sentir ese amor y esa misericordia en la vida, en momentos importantes, fuertes, y en todos los momentos de nuestra vida. Porque esa misericordia es de siempre y para siempre. Vivimos con temor; hay ocasiones en que sentimos a Dios lejos, y nos sentimos lejos de Dios, bien sea porque hemos hecho algo con lo que no estamos conformes, o hemos actuado mal; bien sea porque no oramos suficiente, no participamos en las celebraciones. Sentimos frialdad, indiferencia. En esos momentos y en todos es necesario abrirnos a Dios, a su amor; es necesario dejarnos amar por la misericordia de Dios, dejarnos mirar por Él y mirarle. No nos quiere porque lo merezcamos, o porque nos lo hayamos ganado; si fuese así no sería misericordia; nos quiere sin méritos propios, por su amor gratuito. Acojamos la misericordia de Dios sobre todo en su perdón, y cambiemos la vida, emprendamos una vida nueva. Acoger esa misericordia de manera especial en el sacramento del perdón y con todas las oportunidades que se nos están brindando en este año Santo de la Misericordia. “En la misericordia tenemos la prueba de cómo Dios ama. Él da todo sí mismo, por siempre, gratuitamente y sin pedir nada a cambio. Viene en nuestra ayuda cuando lo invocamos. Es bello que la oración cotidiana de la Iglesia inicie con estas palabras: « Dios mío, ven en mi auxilio; Señor, date prisa en socorrerme » (Sal 70,2). El auxilio que invocamos es ya el primer paso de la misericordia de Dios hacia nosotros. Él viene a salvarnos de la condición de debilidad en la que vivimos. Y su auxilio consiste en permitirnos captar su presencia y cercanía. Día tras día, tocados por su compasión, también nosotros llegaremos a ser compasivos con todos” (MV 14). Escuchemos la Palabra: Mateo 18,21-35 ¿Cuántas veces nos perdona el Señor? ¿Qué nos perdona el Señor? ¿Cuánto perdonamos a las demás personas? Canto: El amor del Señor es maravilloso (Puede ser otro que hable del amor de Dios).
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Anuncia la misericordia que el Señor ha hecho contigo
Para aclarar el tema El texto que hemos leído arriba es un buen resumen de todo el contenido de la Misericordia: Dios nos ama, nos perdona, es misericordioso con nosotros sin que tengamos méritos por nuestra parte; nos ama gratuitamente, porque Él es bueno. Pero después esa misericordia de Dios en nosotros necesita ponerse en práctica, transmitirla a los demás con acciones concretas de perdón, acogida, respeto y amor. Por tanto, se trata de acoger la misericordia de Dios y después Cultivarla y Promoverla en nosotros y en el mundo. Segundo Momento
¿Cómo cultivar la Misericordia de Dios?
Hay muchas maneras de cultivar la misericordia. Veamos algunas que son muy importantes: A. Contemplando a Jesús, rostro de la Misericordia del Padre. Esto lo hacemos con la oración. Es importante que cultivemos la oración para poder ser misericordiosos, estar en paz con Dios y actuar con serenidad ante tantas amenazas que existen contra quienes quieren ser misericordiosos. Solo quien reza puede amar de verdad, perdonar de corazón, pasar por encima de las ofensas que nos ocasionen los demás. B. Mirando con ojos sinceros al hermano: la misericordia es “la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida” (VM 2)… Cuando practico misericordia supero la mirada negativa, el juicio por apariencias y las impresiones superficiales y sentimentales. Tener esos ojos sinceros me hacen captar lo valioso que hay en la otra persona: sus valores, sus posibilidades y ver que sus debilidades, sus actitudes y sus negatividades no pueden ahogar lo que de Dios hay en ella. C. No juzgando ni condenando: “Dice, ante todo, no juzgar y no condenar. Si no se quiere incurrir en el juicio de Dios, nadie puede convertirse en el juez del propio hermano. Los hombres ciertamente con sus juicios se detienen en la superficie, mientras el Padre mira el interior. ¡Cuánto mal hacen las palabras cuando están motivadas por sentimientos de celos y envidia! Hablar mal del propio hermano en su ausencia equivale a exponerlo al descrédito, a comprometer su reputación y a dejarlo a merced del chisme. No juzgar y no condenar significa, en positivo, saber percibir lo que de bueno hay en cada persona y no permitir que deba sufrir por nuestro juicio parcial y por nuestra presunción de saberlo todo” (MV 14). D. Perdonando: “Dejar caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices. Acojamos entonces la exhortación del Apóstol: « No permitan que la noche los sorprenda enojados » (Ef 4,26). Y sobre todo escuchemos la palabra de Jesús que ha señalado la misericordia como ideal de vida y como criterio
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de credibilidad de nuestra fe. «Dichosos los misericordiosos, porque encontrarán misericordia» (Mt 5, 7) es la bienaventuranza en la que hay que inspirarse durante este Año Santo. E. Dando: “No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo que impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo” (MV 15). F. Viviendo y practicando las obras de misericordia: Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina. La predicación de Jesús nos presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos. (MV 15) Canto: Misericordiosos como el Padre Tercer Momento
Promover la Misericordia
Al estilo de Jesús, el Rostro de la Misericordia del Padre, nos toca promover la misericordia como Iglesia y como personas cristianas. Esto lo haremos: A. Anunciando el Evangelio: “La Iglesia tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio, que por su medio debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona. La Esposa de Cristo hace suyo el comportamiento del Hijo de Dios que sale a encontrar a todos, sin excluir ninguno. En nuestro tiempo, en el que la Iglesia está comprometida en la nueva evangelización, el tema de la misericordia exige ser propuesto una vez más con nuevo entusiasmo y con una renovada acción pastoral”. (MV12) B. Promoviendo la ternura: ¡cómo deseo que los años por venir estén impregnados de misericordia para poder ir al encuentro de cada persona llevando la bondad y la ternura de Dios! A todos, creyentes y lejanos, pueda llegar el bálsamo de la misericordia como signo del Reino de Dios que está ya presente en medio de nosotros” (MV 5). C. Anunciando y dando el perdón: Se trata de promover la cultura del perdón y los actos de reconciliación entre los hermanos y hermanas, que
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Anuncia la misericordia que el Señor ha hecho contigo
implica comprender las debilidades propias y las de los demás. Saber tener paciencia y dejar un lenguaje agresivo e intolerante. D. Siendo misericordiosos con los alejados: “por su bien, les pido cambiar de vida. Se lo pido en el nombre del Hijo de Dios que si bien combate el pecado nunca rechaza a ningún pecador. No caigan en la terrible trampa de pensar que la vida depende del dinero y que ante él todo el resto se vuelve carente de valor y dignidad. ¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón. Ante el mal cometido, incluso crímenes graves, es el momento de escuchar el llanto de todas las personas inocentes depredadas de los bienes, la dignidad, los afectos, la vida misma. (MV19). E. Trabajando por los valores del Reino: sobre todo los valores de justicia y misericordia: Ambos son necesarios para vivir un verdadero amor. Como todos conocemos la pobreza injusta, la acumulación de riquezas en pocas manos, la desigualdad de oportunidades, la debilidad y parcialidad de los organismos judiciales, la situación de tantos migrantes indocumentados, crea una situación cada vez más trágica para la mayoría de la población de nuestro país y del mundo entero. Tocar la carne de Jesucristo que se hace “visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga...” (MV 15). Y lo haremos anunciando y dando el perdón y trabajando por unas Obras de Misericordia prácticas y comprometidas con el bien de la persona, la familia, la Iglesia y la Sociedad. Canto: Cuando el pobre nada tiene y aún reparte 4. Reflexión comunitaria Supongamos que la misericordia es una semilla, nosotros y nosotras la tierra: • ¿Cómo y cuándo acogemos la semilla? • ¿Cómo y cuándo la cultivamos? • ¿Cómo y cuándo producimos fruto o la promovemos? Podemos hacer tres grupos y uno reflexiona sobre el acoger, otro el cultivar y el otro sobre el promover, al final se hace una puesta en común y se trata de sacar conclusiones y compromisos tanto personales como comunitarios. 5. Oración final Primero hacemos una oración en unos minutos de silencio en los vemos cómo acogemos, cultivamos y promovemos la misericordia. Después podemos hacer la oración que sacamos del libro La Misión de la Misericordia: Se concluye con esta oración que parafrasea la oración de San Francisco:
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Señor, hazme instrumento de tu misericordia. Señor, donde haya hambre, les lleve el pan; Donde haya sed, lleve yo el agua; Donde haya un forastero, pueda yo acogerlo; Donde haya un desnudo, pueda yo vestirlo; Donde haya un enfermo, pueda asistirlo; Donde haya internos, pueda visitarlos; Donde haya un difunto, yo pueda acompañarlo con mi oración hasta su morada. Señor que no busque ser comprendido, sino comprender, que no busque ser amado sino amar, porque dando es como recibimos y muriendo en ti es como llegamos a la vida eterna. Amen. Padre Nuestro, Ave María y Gloria. 6. Canto final
Segundo Encuentro de Evangelización Semana 10-15 de Octubre
“Enseñar al que no sabe” “Les enseñaba con autoridad” (Mc 1,22) Ambientación: El lugar de reunión debe invitar a entender los distintos aspectos que centran las actividades y reflexiones del mes. Lo hacemos por medio de carteles y también de otros signos. Carteles con las palabras Misión, Rosario, Misericordia, Enseñar…. Un cartel completo con la obra de misericordia del mes: “Enseñar al que no sabe”. Además de poner un Rosario Grande, unas sandalias, un bastón, un libro de la Misión, unos libros de los usados en la campaña de alfabetización…. 1. Cantos de ambientación: Mientras se reúne la comunidad se escuchan cantos de acogida, de entrada, de la presencia de Dios 2. Saludo y acogida: Alguien de la casa, si se hace en un hogar, o una personas elegidas con tiempo, da la bienvenida a la reunión y acoge con afecto a todas las personas participantes. 3. Oración inicial: Se inicia con una invocación al Espíritu Santo para que abra las mentes para entender sus enseñanzas, y abra las vidas para ponerlas en práctica. Canto: Búscalo (Cristo te ama en espíritu y verdad, ¡Búscalo, Búscalo!)
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4. Centrando el tema de “Enseñar al que no sabe” Un refrán corto de nuestra lengua se dice de dos formas distintas: “Nadie nace sabiendo” o “Nadie nace aprendido”. Lo ponemos al comienzo de la reflexión sobre la obra de misericordia “Enseñar al que no sabe” porque nos sirve para reconocer la necesidad que tuvimos todos y todas de una gran cantidad de personas que nos han enseñado las cosas más complicadas y también las más elementales como el caminar, hablar, contar, escribir, comer, leer, etc. En nuestra vida ha habido muchas personas que han ejercido esta obra de misericordia. Tomar conciencia de esta experiencia de ser enseñados debe ser el comienzo de ir a practicar con las demás personas la obra de misericordia de este mes de octubre, y lo haremos, como mínimo, para compensar a aquellas personas que un día la cumplieron con nosotros y nosotras. Al hablar de aprender y enseñar recordamos enseguida a nuestros papás, maestros, profesores, catequistas; aquellas personas que nos han enseñado tantas cosas para el presente y para el futuro. Pero al recordar esta Obra de Misericordia Espiritual, nos acordamos del Maestro, de Jesús, de Cristo, que vino a enseñarnos cómo vivir esta vida para ser felices y tener sentido en cuanto hacemos. Por tanto, cumplir esta obra de misericordia es parte de la misión del Cristiano ya que debe seguir, imitar y practicar cuanto el Maestro le ha enseñado: Enseñar al que no sabe es ser maestro o maestra al estilo del Maestro. 5. Escuchemos la Palabra: Marcos 1, 21-28 ¿Cómo enseña Jesús? ¿Qué enseña Jesús? Con palabras y con acciones. Con el hecho de curar a esa persona poseída por el mal nos dice que la enseñanza sirve para sacar lo malo de las personas y para llevarlas a una vida nueva, fuera del error. ¿Hoy día, quién tiene autoridad para enseñar? ¿Qué podemos y debemos enseñar? ¿Todas las personas pueden enseñar algo? Canto: Amar así 6. Para aclarar el tema El texto leído arriba nos habla de Jesús: “porque enseñaba con autoridad, no como los escribas”. Para enseñar ¿se debe ser persona de autoridad?, ¿se debe ser sabio, tener títulos de estudios superiores…? Una cosa es ser profesor y maestro de escuela o de universidad y otra cosa es cumplir con esta obra de misericordia de “enseñar al que no sabe”. Si el maestro y profesor enseña porque con ello se gana la vida, y nada más que por ello, no cumple con la obra de misericordia; como tampoco la cumple con la de “dar de comer al hambriento”, quien posee un comedor o restaurante y alimenta solo a quienes le pagan. Esta obra de misericordia, como todas, es para ser cumplida por todas las personas, cuando menos para todas las personas creyentes en Cristo. Es para la persona más sabia y para la analfabeta, para el campesino y quien vive en la ciudad, para el obispo y los laicos, para todos y todas.
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Porque cuando hablamos de enseñar no nos referimos solo ni principalmente a charlas, conferencias, clases, magisterios, debates, etc. Podemos instruir y enseñar de muchas maneras, sin palabras, y principalmente con el ejemplo, “más vale una acción que mil palabras”, se dice como refrán y como realidad. “Predica siempre y a veces habla”. A lo largo de la vida a todas las personas se nos presentan muchas oportunidades de enseñar; los padres de familia tienen una tarea fundamental en esta área, como la tienen los catequistas, los maestros y profesores cuando además de enseñar materias enseñan valores y virtudes. En nuestra República Dominicana, con la Campaña de alfabetización se nos presenta una gran oportunidad de cumplir con esta obra de misericordia; pero además debemos enseñar a vivir, a vivir con dignidad, con sentido en la propia vida. ¡Cuántos valores y virtudes debemos enseñar a vivir cada día!, y comenzar a hacerlo con el ejemplo de la propia vida. Por supuesto que esta obra se refiere a enseñar el bien, lo bueno, no lo malo. Si enseñamos lo malo, en vez de una obra de misericordia estaremos enseñando una obra de corrupción, de maldad; estaríamos escandalizando a los demás. Esto también hace pensar en el mal ejemplo que damos con nuestro obrar y nuestras malas acciones. En esta obra de misericordia debemos también insistir en el enseñar la fe, transmitirla de palabras, conocimientos y obras. Es este un deber de las familias y de los catequistas; también lo será de las escuelas, sobre todo de las escuelas y colegios cristianos. No podemos dejar de enseñar a orar, esta enseñanza no es que aprendan a decir cosas bonitas, sino enseñar a encontrarse con Dios en la vida, a tenerlo presente y a poder relacionarse con él como con un amigo. Podemos leer el texto de Hechos 8,29-31: El Espíritu dijo a Felipe: “Acércate a ese carro y quédate pegado a su lado.” Y mientras Felipe corría, le oía leer al profeta Isaías. Le preguntó: “¿Entiendes lo que estás leyendo?” El etíope contestó: “¿Cómo lo voy a entender si no tengo quien me lo explique?” En seguida invitó a Felipe a que subiera y se sentara a su lado”. La fe hay que transmitirla, y para ello está la enseñanza; San Agustín decía: “nada se ama si no se conoce”. No se podrá amar la fe, ni al Señor Jesús si no lo conocen; por ello nos corresponde la enseñanza de la fe. Enseñar no es solo una obra de misericordia, es una obra de justicia y de compromiso por mejorar las personas y el país; es por tanto una obra de compromiso social por el desarrollo personal y de la patria. Una persona formada en valores es difícil de explotar, de manipular, de hacer con ella cuanto se quiera, porque conoce sus derechos, su valor y su importancia. Como decía Nelson Mandela: “La educación es el arma más poderosa que existe para cambiar el mundo”. La educación está, o debería estar al alcance de todos y todas. La edad, la clase social, los grados escolares o universitarios (o la carencia de ellos) no es una barrera ni dificultad ni para enseñar ni para aprender. Instruir en la sabiduría humana y en los conocimientos de la fe es preparar a las personas para un futuro mejor para ellas, sus familias y el país.
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Sin educación no puede haber ni progreso, ni desarrollo personal ni social. Una labor importante del cristiano es enseñar a las demás personas a ser críticas en la vida. Críticas constructivas; críticas ante la información, la formación, ante los medios de comunicación, ante la situación del país, de la Iglesia…ante las imposiciones que nos vienen de dentro y de fuera. Para terminar, recordemos en este año de la misericordia que nadie nace sabiéndolo todo, por tanto, todas las personas debemos estar abiertas a aprender, pero también todas las personas tenemos algo que enseñar a los demás, algo bueno y constructivo. Y en este mes de octubre, el mes de la misión, podemos aceptar como una misión importante en la vida de todo cristiano y cristiana el enseñar a los demás, porque así estamos imitando al Maestro que nos enseñó para que enseñáramos. Canto: María, la Madre buena (Tantas cosas en la vida nos enseñan plenitud…) Reflexión comunitaria Nos ponemos en diálogo, y vamos expresando quiénes han sido las personas que más nos han enseñado en la vida. Después hablamos de las personas que nos han enseñado lo más importante de la vida, y juntos de damos gracias a Dios por esas personas. Continuamos el diálogo viendo qué podemos enseñar a las demás personas. Todos y todas tenemos algo para enseñar. Y nos comprometemos en enseñarlo a quienes están a nuestro lado y a quienes lo necesitan. Oración final: Podemos terminar de distintas maneras, 1.) Hacemos una oración de los fieles de manera voluntaria y acabamos con el Padre Nuestro. 2.) Hacemos la oración del Papa Francisco para el Año de la Misericordia. 3.) Rezamos juntos el Salmo de la Misericordia, el 136. 4.) Podemos rezar el rosario ya que estamos en el mes dedicado a este rezo. Canto final: (Uno de acción de gracias al Señor)
Visita casa por casa con el Rosario En el mes de las Misiones
Iglesia misionera, testigo de la misericordia Introducción El rezo del Rosario es una de las tradiciones más antiguas y más extendidas en nuestra Iglesia. Entre nosotros, también es una tradición dedicar el mes de octubre a rezar el Rosario casa por casa. Si a esto le sumamos que el mes de octubre es el de la Misión, y que este año 2016 está dedicado todo él a la Misericordia…
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como que se nos suman demasiadas tareas. Para simplificarlas, deseamos dedicar el Mes del Rosario del año 2016 a rezarlo con devoción por la Misión y por la Misericordia. El libro Misión de la Misericordia, publicado por El Instituto Nacional de Pastoral, propone realizar una visita casa por casa con la Misión de anunciar la Misericordia del Padre. Consideramos oportuno juntar las dos visitas, la del rezo del rosario y la de la Misión de la Misericordia. En esta visita rezaremos el Rosario y haremos la reflexión correspondiente al día de la Misión de la Misericordia. Quien dirija la reunión y el Rosario debe haber leído con tiempo el tema y hacer el rosario en relación al contenido del material. Se puede rezar el Rosario normal o el Rosario Misionero. Este mes de octubre tiene muchas actividades; pero no podemos dejar de rezar el rosario casa por casa. Por eso animamos a realizar estos rosarios en casa de las personas enfermas, ancianas, imposibilitadas de salir a la calle, familias que han tenido algún problema o algún difunto… Esas personas están necesitadas de oración y de consuelo por medio de la Misericordia. Esas personas están necesitadas de esta visita con el Rosario y con la Misión de la Misericordia del Padre. PRIMERA VISITA DIOS TE AMA CON MISERICORDIA Al llegar a la casa se saluda diciendo: La misericordia del Señor sea en esta casa y en los que en ella habitan. La familia responde: Gracias Padre porque es eterna tu misericordia. Motivación: Hoy venimos en nombre del Señor a visitar su hogar para traerles su misericordia y para decirles con Jesús: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa” (Lc 19,9). Les invitamos a recibir esa misericordia. También les invitamos a orar a María, la Madre de Misericordia, y lo hacemos con el rezo del Santo Rosario, en este mes de octubre, mes dedicado de manera especial al rezo de esta devoción mariana. Después de rezar el Rosario, escucharemos la Palabra de Dios y abriremos nuestra mente y corazón para que Dios nos llene de su amor. Rezo del Santo Rosario. (Podemos rezar el Rosario con los misterios correspondientes a este día, o podemos rezar la Coronilla de la Misericordia) Texto Bíblico: (Terminado el rezo del Rosario, pasamos a la lectura de los textos bíblicos correspondientes a este día de la visita a los hogares con la Misión, que son los siguientes): Isaías 49, 14-16. 1 Juan 4 ,9-10 Comentario: Dios ha tenido misericordia con nosotros. La palabra MISERCORDIA viene del latín y junta dos palabras: miseri que quiere decir miseria, es decir, necesidad, debilidad, defectos de una persona o de un grupo. Cordia, por su parte, quiere decir corazón. De ahí que misericordia es mirar con el corazón la miseria de los demás, sus necesidades corporales, espirituales, económicas, sociales, culturales y morales. Así nos mira Dios a cada uno de nosotros, desde su corazón misericordioso.
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Anuncia la misericordia que el Señor ha hecho contigo
En la Biblia la palabra misericordia tiene dos significados y viene de dos palabras. La primera significa “vientre materno”, “entrañas de madre”, que indica el amor de madre que es bondad, ternura, paciencia, comprensión y disposición para perdonar. El otro concepto utilizado en la Biblia es bondad, amor y gracia. Es un amor fiel que es capaz de perdonar las ofensas y seguir amando aunque la persona amada sea infiel. En este sentido, misericordia es amor fiel como el amor de una madre. A una madre se le hace muy difícil, por no decir imposible, abandonar a su hijo, condenarlo, olvidarlo, juzgarlo de tal manera que cierre las puertas de su corazón hacia su hijo. En la Biblia, Dios a la hora de darse a conocer se define como misericordioso, como aquel que tiene misericordia hacia sus criaturas, hacia sus hijos. Podemos decir que el nombre de Dios es misericordia. Él tiene un corazón de madre que se conmueve ante nuestras necesidades; que nos perdona cuando somos infieles y siempre nos da un chance para que nos convirtamos a Él. Esa misericordia del Padre tantas veces manifestada, mencionada, cantada, celebrada en el Antiguo Testamento se muestra totalmente y de manera definitiva en su Hijo Jesucristo. Como dice el Papa Francisco: “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret” (MV 1). Su persona no es otra cosa sino amor. Un amor que se dona y ofrece gratuitamente. Sus relaciones con las personas que se le acercan dejan ver algo único e irrepetible. Los signos que realiza, sobre todo hacia los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes llevan consigo el distintivo de la misericordia. En El todo habla de misericordia. Nada en Él es falto de compasión. Oremos juntos agradeciendo la Misericordia que el Padre tiene con nosotros: Se quedan en silencio y abren sus manos hacia Dios, dándole gracias por la misericordia que Dios ha tenido con nuestra familia. Se ora por los enfermos. Se concluye con el Padre Nuestro, Ave María y Gloria y la Salve. SEGUNDA VISITA: FAMILIA ACOGE LA MISERICORDIA DEL SEÑOR Al llegar a la casa se saluda diciendo: La misericordia del Señor sea en esta casa y en los que en ella habitan. La familia responde: Gracias Padre porque es eterna tu misericordia. Motivación: Hoy venimos en nombre del Señor a visitar su hogar para traerles su misericordia y para decirles con Jesús: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa” (Lc 19,9). Les invitamos a recibir esa misericordia. También les invitamos a orar a María, la Madre de Misericordia, y lo hacemos con el rezo del Santo Rosario, en este mes de octubre, mes dedicado de manera especial al rezo de esta devoción mariana. Después de rezar el Rosario,
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escucharemos la Palabra de Dios y abriremos nuestra mente y corazón para que Dios nos llene de su amor. Rezo del Santo Rosario. (Podemos rezar el Rosario con los misterios correspondientes a este día, o podemos rezar el Rosario de la Misericordia). Texto Bíblico: (Terminado el rezo del Rosario, pasamos a la lectura de los textos bíblicos correspondientes a este día de la visita a los hogares con la Misión, que son los siguientes) * • Lector 1: «No he venido a llamar a los justos sino a los pecadores» (Mateo 9,13). • Lectora 2: «¡Alégrense conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido» (Lucas 15,6). • Lector 3: «Sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho» (Lucas 7,47). • Lector 1: «¡Ánimo, hijo!, tus pecados te son perdonados» (Mateo 9,2). • Lector 2: «Celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado» (Lucas 15, 23-24). • Lectora 3: «Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido» (Lucas 19,9-10). • Lectora 4: «Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lucas 23,34). Comentario: Acoge el perdón de Dios en tu vida. Déjate amar por Él. Abandónate en sus brazos. Acoge su misericordia escuchando su Palabra que te invita a recibirla. Acércate al Sacramento de la reconciliación y déjate inundar de su amor con sus indulgencias en este Jubileo. Canto: Me he decidido seguir a Cristo u otro parecido. Oremos juntos acogiendo la Misericordia del Padre: Se quedan en silencio y abren sus manos hacia Dios. Cada uno pide la misericordia del Señor por sí mismo, por su familia, por el Sector, por el país. Como el hijo pródigo acércate al Padre y pídele el don de arrepentirte de todos tus pecados. Digan conmigo: Señor, Tú que devolviste la vista a los ciegos, sanaste a los enfermos y perdonaste a Pedro después de su traición, concédeme la gracia de un sincero arrepentimiento por todos mis pecados y el deseo de volver a Ti. Proponte enmendar tu vida y sanar las heridas que hayas podido ocasionar. Pídele al Señor conmigo: Señor, concédeme la gracia de hacer siempre el bien, / la voluntad firme de luchar contra toda clase de mal / y el propósito decidido de trabajar en todo momento por la verdad, por la justicia y por la paz. / Ayúdame a defender y cuidar de la creación. Pide al Señor que te ayude a emprender una nueva vida: Ante todo y sobre todo te pido, Señor, que me ayudes a vivir como vivías Tú, a mirar como mirabas Tú, a amar como amabas Tú. A Ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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Se pide perdón a Dios diciendo: Yo confieso ante Dios Todopoderoso… Se ora por los enfermos. Se concluye con el Padre Nuestro, Ave María, Gloria y la Salve. TERCERA VISITA FAMILIA CULTIVA LA MISERICORDIA DEL SEÑOR Al llegar a la casa se saluda diciendo: La misericordia del Señor sea en esta casa y en los que en ella habitan. La familia responde: Gracias Padre porque es eterna tu misericordia. Motivación: Hoy venimos en nombre del Señor a visitar su hogar para traerles su misericordia y para decirles con Jesús: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa” (Lc 19,9). Les invitamos a recibir esa misericordia. También les invitamos a orar a María, la Madre de Misericordia, y lo hacemos con el rezo del Santo Rosario, en este mes de octubre, mes dedicado de manera especial al rezo de esta devoción mariana. Después de rezar el Rosario, escucharemos la Palabra de Dios y abriremos nuestra mente y corazón para que Dios nos llene de su amor. Rezo del Santo Rosario. (Podemos rezar el Rosario con los misterios correspondientes a este día, o podemos rezar el Rosario de la Misericordia) Texto Bíblico: (Terminado el rezo del Rosario, pasamos a la lectura de los textos bíblicos correspondientes a este día de la visita a los hogares con la Misión, que son los siguientes): Lucas 6, 36-38 Comentario: El Señor nos “dice, ante todo, no juzgar-no condenar. Si no se quiere incurrir en el juicio de Dios, nadie puede convertirse en el juez del propio hermano. Los hombres ciertamente con sus juicios se detienen en la superficie, mientras el Padre mira el interior. ¡Cuánto mal hacen las palabras cuando están motivadas por sentimientos de celos y envidia! Hablar mal del propio hermano en su ausencia equivale a exponerlo al descrédito, a comprometer su reputación y a dejarlo a merced del chisme. No juzgar y no condenar significa, en positivo, saber percibir lo que de bueno hay en cada persona y no permitir que deba sufrir por nuestro juicio parcial y por nuestra presunción de saberlo todo” (MV 14). Luego, sigue: perdonar, es decir, “ser instrumentos del perdón, porque hemos sido los primeros en haberlo recibido de Dios” (id.). El perdón de las ofensas deviene la expresión más evidente del amor misericordioso y para nosotros cristianos es un imperativo del que no podemos prescindir. ¡Cómo es difícil muchas veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón” (MV 9).
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Y, después: Dar, compartir lo que somos, tenemos, sabemos, podemos. “Ser generosos con todos sabiendo que también Dios dispensa sobre nosotros su benevolencia con magnanimidad” (MV 14). Para esto, es necesario que cultivemos la misericordia abriendo el corazón a cuantos viven en las periferias rompiendo la barrera de la indiferencia. Oremos unos por otros para que cultivemos la misericordia: Se hacen peticiones al Señor para pedirle que nos ayude a ser misericordiosos como Él diciéndole: Danos un corazón misericordioso como el tuyo. Se concluye con el Padre Nuestro, Ave María y Gloria y la Salve. CUARTA VISITA EN FAMILIA PRACTIQUEMOS LAS OBRAS DE MISERICORDIA Al llegar a la casa se saluda diciendo: La misericordia del Señor sea en esta casa y en los que en ella habitan. La familia responde: Gracias Padre porque es eterna tu misericordia. Motivación: Hoy venimos en nombre del Señor a visitar su hogar para traerles su misericordia y para decirles con Jesús: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa” (Lc 19,9). Les invitamos a recibir esa misericordia. También les invitamos a orar a María, la Madre de Misericordia, y lo hacemos con el rezo del Santo Rosario, en este mes de octubre, mes dedicado de manera especial al rezo de esta devoción mariana. Después de rezar el Rosario, escucharemos la Palabra de Dios y abriremos nuestra mente y corazón para que Dios nos llene de su amor. Rezo del Santo Rosario. (Podemos rezar el Rosario con los misterios correspondientes a este día, o podemos rezar el Rosario de la Misericordia). Texto Bíblico: (Terminado el rezo del Rosario, pasamos a la lectura de los textos bíblicos correspondientes a este día de la visita a los hogares con la Misión, que son los siguientes): Mateo 25, 31-40. Comentario: La misericordia no consiste en palabras bonitas, sino que se manifiesta con obras concretas. Por eso, el Papa Francisco en este Jubileo de la Misericordia nos insiste: “Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos”. Practiquemos estas obras de misericordia en nuestras familias en primer lugar y juntos como familia practiquemos estas obras de misericordia con los vecinos, con el Sector, en nuestra Parroquia y en nuestro país. Oremos unos por otros para que practiquemos las obras de misericordia: Se van diciendo cada una de las obras de misericordia y se responde: “Señor, ayúdanos a practicarla”. Se concluye con el Padre Nuestro, Ave María y Gloria y la Salve.
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QUINTA VISITA EN NUESTRA FAMILIA PROMOVAMOS LA MISERICORDIA Al llegar a la casa se saluda diciendo: La misericordia del Señor sea en esta casa y en los que en ella habitan. La familia responde: Gracias Padre porque es eterna tu misericordia. Motivación: Hoy venimos en nombre del Señor a visitar su hogar para traerles su misericordia y para decirles con Jesús: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa” (Lc 19,9). Les invitamos a recibir esa misericordia. También les invitamos a orar a María, la Madre de Misericordia, y lo hacemos con el rezo del Santo Rosario, en este mes de octubre, mes dedicado de manera especial al rezo de esta devoción mariana. Después de rezar el Rosario, escucharemos la Palabra de Dios y abriremos nuestra mente y corazón para que Dios nos llene de su amor. Rezo del Santo Rosario. (Podemos rezar el Rosario con los misterios correspondientes a este día, o podemos rezar el Rosario de la Misericordia). Texto Bíblico: (Terminado el rezo del Rosario, pasamos a la lectura de los textos bíblicos correspondientes a este día de la visita a los hogares con la Misión, que son los siguientes): Lucas 4, 16-21. Comentario: Como vemos en este texto: “un año de gracia”: es esto lo que el Señor anuncia y lo que deseamos vivir. Este Año Santo lleva consigo la riqueza de la misión de Jesús que resuena en las palabras del Profeta: llevar una palabra y un gesto de consolación a los pobres, anunciar la liberación a cuantos están prisioneros de las nuevas esclavitudes de la sociedad moderna, restituir la vista a quien no puede ver más porque se ha replegado sobre sí mismo, y volver a dar dignidad a cuantos han sido privados de ella” (MV 16). “La Iglesia está para ser” el eco de la Palabra de Dios que resuena fuerte y decidida como palabra y gesto de perdón, de soporte, de ayuda, de amor. Nunca se canse de ofrecer misericordia y sea siempre paciente en el confortar y perdonar. Promovamos la misericordia cultivando la ternura. De ahí ese deseo profundo del Papa que la Iglesia realice la revolución de la ternura: “¡cómo deseo que los años por venir estén impregnados de misericordia para poder ir al encuentro de cada persona llevando la bondad y la ternura de Dios! A todos, creyentes y lejanos, pueda llegar el bálsamo de la misericordia como signo del Reino de Dios que está ya presente en medio de nosotros” (MV 5). Entonces, hagámonos promotores de la cultura del encuentro, de la comprensión, de un lenguaje respetuoso, cariñoso, de la amabilidad, de la serenidad al tratar las diferencias y de la paz en la justicia y en la verdad. En este sentido, la Iglesia está llamada a convertirse en un oasis de misericordia en medio del desierto del mundo implica crear un ambiente donde todos se sientan incluidos, amados, esperados, acogidos y atendidos con gran cariño. De ahí que la palabra adecuada, respetuosa y amorosa es su mejor expresión. El Papa Francisco destaca tres palabras para vivir en armonía: “gracias, por favor, perdón”.
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Como dice el Documento de Aparecida número 384: “Ser discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos, en Él, tengan vida, nos lleva a asumir evangélicamente y desde la perspectiva del Reino las tareas prioritarias que contribuyen a la dignificación de todo ser humano, y a trabajar junto con los demás ciudadanos e instituciones en bien del ser humano”. Y en el número 385 dice: “se requiere que las obras de misericordia estén acompañas por la búsqueda de una verdadera justicia social, que vaya elevando el nivel de vida de los ciudadanos, promoviéndolos como sujetos de su propio desarrollo”. Oremos unos por otros para que seamos promotores de la misericordia en nuestra familia y en nuestro ambiente creando la revolución de la ternura. Se concluye con el Padre Nuestro, Ave María y Gloria y la Salve. Se dan todas las personas participantes un alegre saludo de paz.
Taller para los Misioneros de la Jornada Misionera Del 23 de Octubre del 2016
“Anuncia la misericordia que el Señor ha hecho contigo” (Mc 5,19) El próximo 23 de Octubre celebraremos el Domingo Misionero (DOMUND) uniéndonos así toda la Iglesia en el mundo que ese día ora de manera especial por todos los misioneros que dejándolo todo por Cristo dejan casa y patria para anunciarlo y trabajar por su Reino y realiza una Colecta para ayudarlos en su obra misionera. Nosotros todos como cristianos deseamos en este Mes de Octubre realizar una misión casa por casa llevando el Evangelio a los hogares. Esta acción misionera se puede hacer de varias maneras. Les proponemos las siguientes: • 5 visitas en el mes a las mismas casas, llevando un tema en casa visita como se nos presenta en esta Guía Mensual y el libro de la Misión de la Misericordia. • Una Jornada de Misión: un día de visita casa por casa de dos en dos durante todo el día para anunciar el Evangelio. Esta visita puede hacerse al estilo de Mateo 10,1-34, sin llevar nada para el camino; sólo al Señor y su Palabra. • Elegir un lugar con mucha afluencia de gente, como esquinas de mucho tránsito vehicular donde haya semáforos; Plazas, Parques, Peatonales u otro paseo público concurrido; Hospital, Colegio público u otro lugar donde consideren que sería valioso su testimonio de Fe.
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Para prepararse para vivir los misioneros les proponemos este Taller para ser realizado en un horario matutino de 9am-1pm; o dos o tres noches de 6:30pm-9:30 pm. El programa es el siguiente: I. Momento de oración 1. Invocación del Espíritu Santo 2. Lectura de Marcos 5, 1- 20 Silencio. Cada uno lee el texto y lee el versículo que más le ha llegado. Breve comentario del facilitador 3. Oraciones espontáneas a partir del texto. 4. Canto misionero. II. Estudio del Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de las Misiones (DOMUND) del 2016 1. Se lee el Mensaje del Papa Francisco Queridos hermanos y hermanas: 1. El Jubileo extraordinario de la Misericordia, que la Iglesia está celebrando, ilumina también de modo especial la Jornada Mundial de las Misiones 2016: nos invita a ver la misión ad gentes como una grande e inmensa obra de misericordia tanto espiritual como material. En efecto, en esta Jornada Mundial de las Misiones, todos estamos invitados a «salir», como discípulos misioneros, ofreciendo cada uno sus propios talentos, su creatividad, su sabiduría y experiencia en llevar el mensaje de la ternura y de la compasión de Dios a toda la familia humana. En virtud del mandato misionero, la Iglesia se interesa por los que no conocen el Evangelio, porque quiere que todos se salven y experimenten el amor del Señor. Ella «tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio» (Bula Misericordiae vultus, 12), y de proclamarla por todo el mundo, hasta que llegue a toda mujer, hombre, anciano, joven y niño. 2. La misericordia hace que el corazón del Padre sienta una profunda alegría cada vez que encuentra a una criatura humana; desde el principio, él se dirige también con amor a las más frágiles, porque su grandeza y su poder se ponen de manifiesto precisamente en su capacidad de identificarse con los pequeños, los descartados, los oprimidos (cf. Dt 4,31; Sal 86,15; 103,8; 111,4). Él es el Dios bondadoso, atento, fiel; se acerca a quien pasa necesidad para estar cerca de todos, especialmente de los pobres; se implica con ternura en la realidad humana del mismo modo que lo haría un padre y una madre con sus hijos (cf. Jr 31,20). El término usado por la Biblia para referirse a la misericordia remite al seno materno: es decir, al amor de una madre a sus hijos, esos hijos que siempre amará, en cualquier circunstancia
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y pase lo que pase, porque son el fruto de su vientre. Este es también un aspecto esencial del amor que Dios tiene a todos sus hijos, especialmente a los miembros del pueblo que ha engendrado y que quiere criar y educar: en sus entrañas, se conmueve y se estremece de compasión ante su fragilidad e infidelidad (cf. Os 11,8). Y, sin embargo, él es misericordioso con todos, ama a todos los pueblos y es cariñoso con todas las criaturas (cf. Sal 144.8-9). 3. La manifestación más alta y consumada de la misericordia se encuentra en el Verbo encarnado. Él revela el rostro del Padre rico en misericordia, «no sólo habla de ella y la explica usando semejanzas y parábolas, sino que además, y ante todo, él mismo la encarna y personifica» (Juan Pablo II, Enc. Dives in misericordia, 2). Con la acción del Espíritu Santo, aceptando y siguiendo a Jesús por medio del Evangelio y de los sacramentos, podemos llegar a ser misericordiosos como nuestro Padre celestial, aprendiendo a amar como él nos ama y haciendo que nuestra vida sea una ofrenda gratuita, un signo de su bondad (cf. Bula Misericordiae vultus, 3). La Iglesia es, en medio de la humanidad, la primera comunidad que vive de la misericordia de Cristo: siempre se siente mirada y elegida por él con amor misericordioso, y se inspira en este amor para el estilo de su mandato, vive de él y lo da a conocer a la gente en un diálogo respetuoso con todas las culturas y convicciones religiosas. 4. Muchos hombres y mujeres de toda edad y condición son testigos de este amor de misericordia, como al comienzo de la experiencia eclesial. La considerable y creciente presencia de la mujer en el mundo misionero, junto a la masculina, es un signo elocuente del amor materno de Dios. Las mujeres, laicas o religiosas, y en la actualidad también muchas familias, viven su vocación misionera de diversas maneras: desde el anuncio directo del Evangelio al servicio de caridad. Junto a la labor evangelizadora y sacramental de los misioneros, las mujeres y las familias comprenden mejor a menudo los problemas de la gente y saben afrontarlos de una manera adecuada y a veces inédita: en el cuidado de la vida, poniendo más interés en las personas que en las estructuras y empleando todos los recursos humanos y espirituales para favorecer la armonía, las relaciones, la paz, la solidaridad, el diálogo, la colaboración y la fraternidad, ya sea en el ámbito de las relaciones personales o en el más grande de la vida social y cultural; y de modo especial en la atención a los pobres. 5. En muchos lugares, la evangelización comienza con la actividad educativa, a la que el trabajo misionero le dedica esfuerzo y tiempo, como el viñador misericordioso del Evangelio (cf. Lc 13.7-9; Jn 15,1), con la paciencia de esperar el fruto después de años de lenta formación; se forman así personas capaces de evangelizar y de llevar el Evangelio a los lugares más insospechados. La Iglesia puede ser definida «madre», también por los que llegarán un día a la fe en Cristo.
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Espero, pues, que el pueblo santo de Dios realice el servicio materno de la misericordia, que tanto ayuda a que los pueblos que todavía no conocen al Señor lo encuentren y lo amen. En efecto, la fe es un don de Dios y no fruto del proselitismo; crece gracias a la fe y a la caridad de los evangelizadores que son testigos de Cristo. A los discípulos de Jesús, cuando van por los caminos del mundo, se les pide ese amor que no mide, sino que tiende más bien a tratar a todos con la misma medida del Señor; anunciamos el don más hermoso y más grande que él nos ha dado: su vida y su amor. 6. Todos los pueblos y culturas tienen el derecho a recibir el mensaje de salvación, que es don de Dios para todos. Esto es más necesario todavía si tenemos en cuenta la cantidad de injusticias, guerras, crisis humanitarias que esperan una solución. Los misioneros saben por experiencia que el Evangelio del perdón y de la misericordia puede traer alegría y reconciliación, justicia y paz. El mandato del Evangelio: «Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado» (Mt 28,19-20) no está agotado, es más, nos compromete a todos, en los escenarios y desafíos actuales, a sentirnos llamados a una nueva «salida» misionera, como he señalado también en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium: «Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio» (20). 7. En este Año jubilar se cumple precisamente el 90 aniversario de la Jornada Mundial de las Misiones, promovida por la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe y aprobada por el Papa Pío XI en 1926. Por lo tanto, considero oportuno volver a recordar la sabias indicaciones de mis predecesores, los cuales establecieron que fueran destinadas a esta Obra todas las ofertas que las diócesis, parroquias, comunidades religiosas, asociaciones y movimientos eclesiales de todo el mundo pudieran recibir para auxiliar a las comunidades cristianas necesitadas y para fortalecer el anuncio del Evangelio hasta los confines de la tierra. No dejemos de realizar también hoy este gesto de comunión eclesial misionera. No permitamos que nuestras preocupaciones particulares encojan nuestro corazón, sino que lo ensanchemos para que abarque a toda la humanidad. 8. Que Santa María, icono sublime de la humanidad redimida, modelo misionero para la Iglesia, enseñe a todos, hombres, mujeres y familias, a generar y custodiar la presencia viva y misteriosa del Señor Resucitado, que renueva y colma de gozosa misericordia las relaciones entre las personas, las culturas y los pueblos.
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Cada uno lee el Mensaje en silencio y va marcando las frases que más les interesan. Luego, el que quiera destaca la frase que más le ha llegado a su corazón. El facilitador hace un comentario general. III. Estudio del contenido del anuncio misionero Para la Visita se deben tener en cuenta estas instrucciones: • Los misioneros van vestidos adecuadamente con ropa que muestre la alegría de haber sido misericordiados por Dios al que se encuentre con nosotros. • Al llegar a la casa: saludamos con cariño y nos identificamos diciendo que somos católicos que venimos a compartir la misericordia que el Señor ha tenido conmigo. • Familiarizarse con la persona: Se presentan, dicen sus nombres, de dónde vienen y dicen porque están visitándolos. Se interesan por conocer sus nombres. • Uno de los misioneros o misioneras da su propio testimonio de la misericordia que Dios le ha regalado al encontrarse con Él. Es importante recordar que a las personas le interesan más nuestras vivencias que nuestras palabras. Puede seguir este modelo: Hoy hermano(a) vengo a compartir contigo la alegría que hay en mi corazón por la misericordia que Dios ha tenido conmigo (decir cuál ha sido esa misericordia que el Señor ha tenido). Desde ese día he experimentado que Dios me ama, personalmente, de manera incondicional. El Padre Dios me ha regalado conocer a su Hijo único amado y creer en El recibiendo su misma vida en mí; vida que es vida eterna; por eso Él murió en la cruz por ti y por mí, pagando a precio de sangre nuestra salvación. Por eso te invito a participar de esta alegría creyendo en Jesús y dejándote llenar de su misericordia para que liberado por El cambie tu vida, tu corazón, tu mente, tu manera de ser y de actuar. Para lograrlo sólo necesitas que te abras al Espíritu Santo para que actúe en ti. Esa misericordia que el Señor te regala te llevará a compartirla con las otras personas que también la recibieron y a vivirla junto con otros en su Iglesia. Recibe la misericordia del Señor y vuélvete tú también misericordioso como el Padre. • Se puede invitar a la persona o a la familia a orar juntos diciéndole: ¿Quiere usted que oremos juntos para pedir para Usted y su familia la misericordia que viene del Señor? • Si alguna persona no acepta la Visita despedirse con cariño. Nunca establecer discusiones religiosas o de otra clase ni responder a burlas ni ataques.
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Hagamos un ensayo de nuestra visita misionera Algunos misioneros hacen delante de todos una Visita. Todos observan para felicitarlos y para corregir las fallas. Luego, se forman grupos de 6 personas para que practiquen entre ellos y se den ideas para la Visita misionera. IV: ORGANICEMOS LA JORNADA MISIONERA del 23 de Octubre del 2016 Antes de la Misión de la Misericordia Para que podamos realizar esta Visita Misionera es necesario prepararla con la oración, la formación y una adecuada organización. Por esto les proponemos algunas ideas. 1. Organizar la logística de esta Visita Misionera con el Párroco, Consejo Parroquial, Equipo Parroquial de Animación Pastoral, Comisión de Misión Continental Permanente y Pequeñas Comunidades programando todos los detalles de la misma. Elijamos la manera cómo haremos esta Misión: si 4 días, una vez a la semana dejando la hojita. Si será un solo día de 8am-5pm. Si será tipo de concierto, distribución de hojas, un can misionero. Elegir los que coordinarán la Jornada Misionera. Hacer el listado de misioneros. Formar los que irán de dos en dos. Determinar los Sectores a visitar y quiénes harán las visitas. 2. Realizar dos tardes o dos noches de preparación de los Misioneros y Misioneras para lo que le servirá el cuarto y quinto encuentro de la Semana Misionera. Ese día pueden concretarse el número de visitantes de dos en dos, su distribución en el Sector, día del Envío. 3. Un momento de oración intensa pidiendo la luz y fuerza del Espíritu Santo para este trabajo y por todas las personas a las que llevaremos el amor y el mensaje del Señor. 4. Visita preliminar al Sector a visitar para conocer y ultimar detalles. 5. Preparar la logística de la Misión de la Misericordia 6. Envío de los misioneros y misioneras de parte del Párroco. Durante la Misión de la Misericordia Se reúnen en la Parroquia o en un centro o Capilla para hacer un rato de adoración al Señor a partir de Marcos 5, 1-20. Se lee despacio. Se deja media hora de silencio. Se hace un momento de presentación de las personas que encontraremos. Se concluye con el Padre Nuestro y Avemaría y un canto misionero. Visitas a las casas de dos en dos. Si se descubre que un día no dará para cubrir toda la Parroquia se pueden incluir otros días. Lo importante es llegar a todos y a todas. Después de las Visitas Reunirse en la Parroquia o en los Sectores para compartir la experiencia vivida y evaluar la Visita Misionera. IV. Oración final
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Lecturas y meditaciones de Octubre 2016 Las lecturas están tomadas del Calendario Litúrgico 2016 de la Conferencia del Episcopado Dominicano Memoria Obligatoria: 1 Santa Teresa del Niño Jesús, Virgen, Doctora de la Iglesia Sábado Blanco Lectura del libro de Job 42,1-3.5-6.12-16 Job respondió al Señor: «Reconozco que lo puedes todo, y ningún plan es irrealizable para ti, yo, el que te empaño tus designios con palabras sin sentido; hablé de grandezas que no entendía, de maravillas que superan mi comprensión. Te conocía solo de oídas, ahora te han visto mis ojos; por eso, me retracto y me arrepiento, echándome polvo y ceniza.» El Señor bendijo a Job al final de su vida más aún que al principio; sus posesiones fueron catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil borricas. Tuvo siete hijos y tres hijas: la primera se llamaba Paloma, la segunda Acacia, la tercera Azabache. No había en todo el país mujeres más bellas que las hijas de Job. Su padre les repartió heredades como a sus hermanos. Después Job vivió cuarenta años, y conoció a sus hijos y a sus nietos y a sus biznietos. Y Job murió anciano y satisfecho. Palabra de Dios. Salmo Responsorial 118 R/. Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo Enséñame a gustar y a comprender, porque me fío de tus mandatos. R/. Me estuvo bien el sufrir, así aprendí tus mandamientos. R/. Reconozco, Señor, que tus mandamientos son justos, que con razón me hiciste sufrir. R/. Por tu mandamiento subsisten hasta hoy, porque todo está a tu servicio. R/. Yo soy tu siervo: dame inteligencia, y conoceré tus preceptos. R/. La explicación de tus palabras ilumina, da inteligencia a los ignorantes. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 10,17-24 En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron muy contentos y dijeron a Jesús: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.» Él les contestó: «Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Miren: les he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del enemigo. Y no les hará daño alguno. Sin embargo, no estén alegres porque se les someten los espíritus; estén alegres porque sus nombres están inscritos en el cielo.» En aquel momento, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar.» Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven! Porque les digo que muchos profetas y reyes
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desearon ver lo que ven ustedes, y no lo vieron; y oír lo que oyen, y no lo oyeron.» Palabra del Señor. Meditación Hoy iniciamos el mes de las misiones, el mes del Rosario, y la celebración de la Jornada Mundial de las Misiones (Domund), con el lema “Anuncia la Misericordia que el Señor ha hecho contigo (Mc. 5, 19). Dentro del Jubileo de la Misericordia estamos llamados a practicar la Obra de Misericordia de Enseñar al que no Sabe. En el pasaje del evangelio de hoy vemos a unos discípulos que regresan muy regocijados, después de haber sido enviados por Jesús a una gran misión apostólica a diferentes lugares. A los 72 discípulos los envió de dos en dos, para que se protegieran y apoyaran mutuamente en el camino y por el encargo tan importante que les había encomendado. Pocas cosas producen tanta alegría, como cuando se es confiada una gran misión y la cumples a cabalidad conforme a lo que se te ha pedido. Eso significa que con humildad la realizaste de acuerdo a los que se te había pedido. Y más aún cuando son cosas que ni te imaginabas podías hacer en el nombre de Dios. En la vida nosotros necesitamos tener propósitos para vivir y una misión que cumplir. Cuando vamos en pos de cumplir una misión, necesitamos entender con claridad en qué consiste, qué se nos está pidiendo y sobre todo, qué se necesita para llegar a tan noble fin. Es necesario pues tener una relación estrecha con aquel que nos envía (Jesús), creer en lo que se nos pide y abrazar ese llamado con la confianza en quien me está enviando. Eso sucedió con los discípulos, se ve que siguieron al pie de la letra lo que Jesús les había pedido y fueron testigos de los resultados. Esto implicó salir fuera de ellos mismos, de su comodidad, lejos del maestro, de sus familias, de su entorno, para llevar la buena noticia. El agradar a Dios con lo que hacemos, nos lleva a un crecimiento acelerado, a una mayor intimidad con Jesús, nos edifica interiormente y nos saca de nosotros mismos, para que nos enfoquemos más en el prójimo. Esta es una buena manera de despojarnos del egoísmo que puede haber en nosotros. Los discípulos también pudieron contactar la supremacía del nombre de Jesús que está sobre todo nombre y sobre las potestades del mal. Que cuando actúan con fe en el nombre de Jesús, el enemigo cae, los demonios se someten. Pero todavía, había algo más importante para los discípulos que la misión que habían cumplido y era saber que sus nombres estaban escritos en los cielos. Y esto sí es una fuente de verdadero gozo, el saber que un día estaremos cara a cara con aquel que nos amó primero y que envió a su único hijo a morir por nuestros pecados, en un sacrificio puro y sin mancha, para darnos acceso a una vida plena y eterna en presencia de todos los santos.
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XXVII Domingo del Tiempo Ordinario
III Semana Liturgia de las Horas
Verde
Con fe viva anunciemos con fuerza la misericordia de Dios Orientaciones para la Celebración: Colocar el lema del mes en un cartel grande “Anuncia la Misericordia que el Señor ha hecho contigo (Mc. 5, 19. También se lleva un rosario grande, que se puede poner en el mismo altar-atril en que se tenía la Biblia el mes pasado; se puede dejar también la Biblia y añadirle el rosario. Este es el mes de las misiones, por tanto, se pude poner algún signo de las misiones: sandalias, bastón, redes. Se coloca un letrero grande o varios letreros con la palabra FE. En la procesión de entrada y la de las ofrendas pueden participar algunos misioneros de nuestra comunidad que se entregan de verdad. Se puede llevar una rama de palmera como signo de la fe que hace crecer. Monición ambiental Hermanos y hermanas: Estamos iniciando Octubre, el mes que la Iglesia lo dedica a la Misión. Por eso, se nos invita a anunciar la palabra y dar testimonio de la fe y del amor de Dios a todos nuestros hermanos y a nuestra comunidad con el lema “Anuncia la misericordia que el Señor ha hecho contigo” (Mc 5,19). También este mes está dedicado de manera especial al Santo Rosario, a través del cual, somos invitados a salir con María a anunciar la esperanza y el amor de Dios, especialmente a los hermanos que están alejados. Igualmente estamos llamados al sacrificio y a colaborar con las necesidades de los misioneros de la Iglesia, especialmente, con los que están en las tierras donde el Evangelio no es conocido o los cimientos de la Iglesia es débil. La palabra principal y clave de este Domingo es la FE que todo lo puede, que nada espera a cambio, que lleva a tomar parte de los duros trabajos del Evangelio haciéndonos testigos y misioneros de la misericordia. Unámonos de corazón en oración a la iglesia universal y preparémonos para recibir a Cristo que llega a nosotros a presidir esta Eucaristía a través de su ministro. Primera Lectura: Profecía de Habacuc1, 2-3; 2,2-4 Las palabras del profeta Habacuc nos fortalecen en la misión del Reino ante la dura realidad de nuestro pueblo, ya que nos aseguran que pase lo que pase y digan lo que digan el justo vivirá por su fe. Escuchemos.
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Lectura de la profecía de Habacuc 1,2-3; 2,2-4 ¿Hasta cuándo clamaré, Señor, sin que me escuches? ¿Te gritaré: «Violencia», sin que me salves? ¿Por qué me haces ver desgracias, me muestras trabajos, violencias y catástrofes, surgen luchas, se alzan contiendas? El Señor me respondió así: «Escribe la visión, grábala en tablillas, de modo que se lea de corrido. La visión espera su momento, se acerca su término y no fallará; si tarda, espera, porque ha de llegar sin retrasarse. El injusto tiene el alma hinchada, pero el justo vivirá por su fe.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 94, R/. Ojalá escuchen hoy la voz del Señor: «No endurezcan su corazón» Vengan, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. R/. Entren, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R/. Ojalá escuchen hoy su voz: «No endurezcan el corazón como en Meribá, como el día de Masa en el desierto; cuando sus padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras.» R/. Segunda lectura: 2 Timoteo 1,6-8.13-14 San Pablo nos invita a renovar nuestra fe y amor en Cristo Jesús para que podamos dar testimonio de su misericordia sin miedo y tomando parte de los duros trabajos del Evangelio. Escuchemos. Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo Querido Hermano: Reaviva el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio. No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y de mí, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios. Ten delante la visión que yo te di con mis palabras sensatas y vive con fe y amor en Cristo Jesús. Guarda este precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros. Palabra de Dios. Aleluya 1 Pedro 1,25 La palabra del Señor permanece eternamente; y esa palabra es el Evangelio que les anunciamos Evangelio: Lucas 17, 5-10 Nuestra fe siempre necesita ser aumentada por el Señor, para así entregarnos al anuncio de la misericordia, es decir, al servicio al Reino sin esperar mayor recompensa que haber sido elegidos y cumplido nuestra misión. Con el canto aclamemos a Jesús quien nos habla en el santo Evangelio. Lectura del Evangelio según Lucas En aquel tiempo, los apóstoles le pidieron al Señor: —«Auméntanos la fe.» El Señor contestó: —«Si tuvieran fe como un granito de mostaza, dirían a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar.” Y les obedecería.
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Supongan que un criado de ustedes trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de ustedes le dice: “En seguida, ¿ven y ponte a la mesa”? ¿No le dirán: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, ¿y después comerás y beberás tú”? ¿Tienen que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo ustedes: Cuando hayan hecho todo lo mandado, digan: «Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer.» Palabra del Señor. Meditación En las lecturas y en el Evangelio de hoy encontramos una palabra pequeña, y a la vez grande, que es la pieza común o la clave para hoy: FE. La primera lectura concluye: “El injusto tiene el alma hinchada pero el justo vivirá por su fe”. Llama la atención que el injusto, el no creyente, tiene su ego inflado, sus ojos puestos en otros ídolos, como el placer, el tener y el poder. La vida se le va persiguiendo sueños de perdición. El justo, el creyente… nosotros, viviremos por nuestra fe en el Señor. Creemos que él obra en esta vida, en los retos de cada día, pero también confiamos en que él nos espera para la vida eterna en la casa del Padre. Esperamos esto confiados porque hemos creído en Jesús y le hemos creído a él. Lo más sorprendente para mí es que la fe es un don, un regalo que nos da el mismo Dios. No es algo que nosotros construimos o fabricamos. No depende de nosotros, así que podemos decir que “gracias a Dios, creemos en Dios”. A veces, en estos caminos de la fe, nos sentimos cansados y/o desanimados. Si estás pasando por alguna prueba o dificultad en tu vida diaria o en el trabajo dentro de la iglesia, escucha la invitación que te hace la segunda lectura, a renovar la gracia que has recibido del Señor mismo y a vivir con fe y amor en Cristo. En el bautismo y la confirmación hemos recibido un espíritu de valentía, de fortaleza y de templanza. La fuerza del mismo espíritu que creó el mundo y que resucitó a Jesús de entre los muertos, la hemos recibido nosotros. Nos hace avanzar contra las tempestades de la vida y nos ayuda a salir adelante, la que nos impulsa al esfuerzo misionero. A proclamar con valentía que Jesús está vivo. Los discípulos pidieron: “auméntanos la fe”. Esta oración es válida también para nosotros. Si la fe es un don, entonces el Señor puede concedernos el crecimiento de nuestra fe. Pero debemos aspirar a crecer hasta la fe expectante. No solo la fe que me hace reconocer que hay un Dios que me ama, que existe el cielo y el infierno, etc. Sino la fe que espera que el Señor actúe de manera ordinaria pero también extraordinaria. La fe que nos permite ver cómo al orar por un amigo este se alivia de un dolor de cabeza, pero también el cómo oramos por un enfermo de cáncer y el Señor le sana. Jesús explica que si tenemos un poco de fe expectante seremos testigos grandes de cosas. Esto es muy bueno, pero conlleva un peligro. El que creamos que nosotros somos los que hacemos los milagros. Jesús sabía que a través
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de los discípulos se harían grandes signos y prodigios. Por eso los invitó, igual que a nosotros hoy, a mantenernos humildes. No nos confundamos, solo somos siervos que hacen su trabajo. La obra la hace el Señor. Oración de los fieles El que preside: Oremos, hermanos, por las necesidades de la santa Iglesia de Cristo y encomendemos especialmente a los misioneros y misioneras de todo el mundo y digámosle: Aumenta, Padre, nuestra fe. Por la Iglesia y sus pastores, el Papa, los obispos, presbíteros y diáconos para que llenos de fe siga sembrando por el mundo la semilla del Reino y conduzca al mundo por el camino de la paz. Oremos. Por los gobernantes de las naciones, especialmente el de nuestro país, para que sean servidores que realicen lo que Dios les ha pedido hacer a favor de su pueblo. Oremos. Por los enfermos, los encarcelados, los que sufren necesidades, los pobres de Dios, para que el Señor aumente su fe y escuche su oración y que por medio de nosotros llegue a ellos la misericordia y la caridad a los más necesitados. Oremos. Por todos nosotros, pueblo santo de Dios para que el Señor nos aumente la fe, nos llene de misericordia y así podamos ser testigos de la verdad y del amor que hacen visible el Reino de Dios. Oremos. Por los que han perdido su fe, para que por la misericordia de Dios y el testimonio de todos los cristianos vuelvan a Jesús fuente de vida y salvación. Oremos. El que preside: Padre acepta con bondad nuestras oraciones. Aumenta nuestra fe que nos haga mover tantas montañas que impiden avanzar. Haznos siervos generosos que no buscan recompensa y danos la fuerza de tu Espíritu para que con alegría y valentía seamos testigos de tu misericordia. Por Cristo nuestro Señor. 3 Lunes
Feria o Memoria libre de San Francisco de Borja, Presbítero Verde o Blanco
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 1,6-12 Me sorprende que tan pronto hayan abandonado al que los llamó a la gracia de Cristo, y se hayan pasado a otro evangelio. No es que haya otro evangelio, lo que pasa es que algunos se turban para volver del revés el Evangelio de Cristo. Pues bien, si alguien les predica un evangelio distinto del que les hemos predicado –seamos nosotros mismos o un ángel del cielo–, ¡sea maldito! Lo he dicho y lo repito: Si alguien les anuncia un evangelio diferente del que recibieron, ¡sea maldito! Cuando digo esto, ¿busco la aprobación de los hombres o la de Dios? ¿Trato de agradar a los hombres? Si siguiera todavía agradando a los hombres, no sería siervo de Cristo. Les notifico, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo. Palabra de Dios.
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Salmo Responsorial: 110 R/. Doy gracias al Señor de todo corazón Doy gracias al Señor de todo corazón, en compañía de los rectos, en la gran asamblea. Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman. R/. Justicia y verdad son las obras de sus manos, todos sus preceptos merecen confianza: son estables para siempre jamás, se han de cumplir con verdad y rectitud. R/. Envió la redención a su pueblo, ratificó para siempre su alianza, su nombre es sagrado y temible. La alabanza del Señor dura por siempre. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 10,25-37 En aquel tiempo, se presentó un letrado y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?» Él le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?» Él contestó: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo.» Él le dijo: «Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida.» Pero el letrado, queriendo justificarse, preguntó a Jesús: «¿Y quién es mi prójimo?» Jesús dijo: «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo. Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo: “Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la vuelta.” ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?» Él contestó: «El que practicó la misericordia con él.» Díjole Jesús: «Anda, haz tú lo mismo.» Palabra del Señor. Meditación Interesante… muy interesante cómo vemos la “buena radicalidad” en estos pasajes de hoy. Luego de que San Pablo les hubiera predicado a los Gálatas el evangelio de Cristo, algunos adversarios empezaron a enseñar cosas distintas y a confundir a los cristianos. San Pablo ataca de manera directa, sin rodeos, este problema. • Primero, les deja ver claro que los confundidos se están alejando de Dios Padre cuando les dice: “…hayan abandonado al que los llamó a la gracia de Cristo”. • Segundo, critica que los gálatas se dejen confundir fácilmente. • Tercero, es muy estricto en aclarar que no hay dos evangelios, solo hay uno y este es el que él les predicó, el evangelio de Cristo.
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• Cuarto, enseña que el cristianismo es una religión espiritual pero también de autoridad. La gente no puede ir interpretando por ahí libremente la doctrina. Se me parece a lo que enfrentamos los cristianos de hoy. Mucha gente nos ataca y quiere que “cambiemos” el evangelio que hemos recibido. Quieren que aceptemos el divorcio como una opción, el aborto como un derecho, el matrimonio homosexual, el que la gente se cambie de sexo… Nos dicen que los católicos tenemos una “mente atrasada” y que si no cambiamos desapareceremos. Creo que la mejor respuesta nos la da el mismo San Pablo cuando explica que él no busca agradar a los hombres sino a Dios. Nosotros tampoco. Esto no significa que salgamos a crear problemas y discusiones estériles, pero sí que estemos firmes en nuestra conversión a Cristo y a la verdad de su palabra. Por supuesto, que también estemos dispuestos a dar testimonio de él (no rehuyamos las conversaciones sobre la fe). El verdadero reto es responder con “radicalidad misericordiosa” o un amor radical como nos muestra Jesús en la lectura del evangelio de hoy. Jesús le responde a un maestro de la ley, a una autoridad, que si él hace lo que contestó (Amar al Señor con todo su corazón y con toda su alma y con todas sus fuerzas y con todo su ser. Y al prójimo como a sí mismo) tendría la vida eterna. Sin embargo, al poner el ejemplo del buen samaritano, critica duramente a aquellos que conocen la teoría, pero no practican la misericordia. Por eso indica que un sacerdote y un levita (sacerdote al servicio del templo) pasaron de largo y no atendieron al herido. Eran perfectamente conocedores de la teoría, pero no practicaban la misericordia. Sin embargo, un samaritano (de los cuáles los judíos no querían saber mucho y menospreciaban), es quien hace obras de misericordia y se porta como verdadero prójimo. Abramos los ojos a los “heridos” (prójimo) que están a nuestro alrededor. Personas necesitadas de nuestro perdón, de reconciliación, de comida, de medicina, de amor, de compasión. Imitemos al Samaritano y dejemos que, en este año de la misericordia, el Señor haga su obra en ellos, a través de nosotros. Invitación: Seamos radicalmente firmes en nuestras convicciones y radicalmente misericordiosos en nuestro actuar. 4 Martes
Memoria Obligatoria: San Francisco de Asís Blanco
Lectura de la carta del apóstol Pablo a los Gálatas 1,13-24 Han oído hablar de mi conducta pasada en el judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba, y me señalaba en el judaísmo más que muchos de mi edad y de mi raza, como partidario fanático de las tradiciones de mis antepasados. Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles, en seguida, sin consultar con hombres, sin subir a Jerusalén a ver a los apóstoles anteriores a mí, me fui
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a Arabia, y después volví a Damasco. Más tarde, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Pedro, y me quedé quince días con él. Pero no vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el pariente del Señor. Dios es testigo de que no miento en lo que les escribo. Fui después a Siria y a Cilicia. Las Iglesias cristianas de Judea no me conocían personalmente; solo habían oído decir que el antiguo perseguidor predicaba ahora la fe que antes intentaba destruir, y alababan a Dios por causa mía. Palabra de Dios. Salmo Responsorial 138 R/. Guíame, Señor, por el camino eterno Señor, tú me sondeas y me conoces; me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. R/. Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente, porque son admirables tus obras. R/. Conocías hasta el fondo de mi alma, no desconocías mis huesos. Cuando, en lo oculto, me iba formando, y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 38-42 En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.» Pero el Señor le contestó: «Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; solo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán.» Palabra del Señor. Meditación Dios en su inmenso amor nos hace un llamado al encuentro personal con Él, nos llama aun sabiendo nuestra naturaleza humana, donde la carne lucha diariamente contra nuestro espíritu, penetra profundamente en esa nuestra esencia, la que viene dada por Él al momento de crearnos, para llevarnos a sus caminos y formar en nosotros sus propósitos. El vacío de nuestra vida solo puede ser llenado por la presencia poderosa y amorosa de Dios en nosotros, que a través de su Hijo Jesús y de la nueva alianza hizo que para nosotros nos permita encontrarnos con esa mirada que nos sana, que nos transforma, que nos sondea, penetrando en la más profundo de nuestro ser, de nuestros sentidos y con amor, pero con poder quiere arrebatarnos de las manos de las tinieblas, llevarnos por sus senderos y que recibamos la promesa, la herencia de vida eterna, cambiar nuestra tristeza por mil alegrías, aferrándonos a su mano fuerte que nos levanta. Dejar que el Señor cure nuestras heridas, que nos dé las fuerzas para levantarnos y caminar firme por sus caminos, ese debe ser nuestro anhelo,
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lo que aspiremos, saber que el camino no es fácil, pero el que nos conoce y sabe nuestras debilidades, también conoce nuestras fortalezas y quiere decirnos hoy que cuando se acaban nuestras fuerzas y nos abandonamos a Él, entonces viene a nosotros su fuerza infinita, la que nos da la gracia, la que nos da la seguridad, de que no importa cuán difícil sea el camino, si Él va a nuestro lado, venceremos. Ese llamado a la victoria es un llamado de amor, dejándonos amar por Él, ese amor es el motor, es el que nos hace querer estar con Él, en oración diaria, sacando tiempo en nuestra vida para estar cerca de Él, para que siga penetrando en todo lo que somos, estar con Él en las cosas del día a día, poniéndolo delante de todo lo que hacemos, desde que nos levantamos, hasta que nos acostamos, poniéndolo en cada una de las cosas de nuestro día, en nuestra relación con El, con la familia, con los amigos, en fin en todo. Esa la fuerza es la que nos empuja, la que no deja que seamos egoístas, por eso aun sabiendo que estar con Él es los más importante, su amor nos lleva a compartirlo con los demás y nos sumerge en el verdadero servicio de amor, “Si tú, siervo de Dios, estás preocupado por algo, inmediatamente debes recurrir a la oración y permanecer ante el Señor hasta que te devuelva la alegría de su Salvación”, Francisco de Asís. Permítele a Dios que transforme hoy y cada día tu vida y déjate amar profundamente por Él, que sane tus heridas, que su mano poderosa te levante, que en sus brazos encuentres protección, recuerda que nadie puede amarte como Él, solo espera pacientemente que tomes sus manos y le veas a los ojos, hoy pude ser ese día. 5 Miércoles
Témporas de Acción de Gracias y Petición Blanco
Lectura del libro del Deuteronomio 8,7-18 Habló Moisés al pueblo, diciendo: «Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y veneros que manan en el monte y la llanura, tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares y de miel, tierra en que no comerás tasado el pan, en que no carecerás de nada, tierra que lleva hierro en sus rocas, y de cuyos montes sacarás cobre, entonces comerás hasta hartarte, y bendecirás al Señor, tu Dios, por la tierra buena que te ha dado. Pero cuidado, no te olvides del Señor, tu Dios, siendo infiel a los preceptos, mandatos y decretos que yo te mando hoy. No sea que, cuando comas hasta hartarte, cuando te edifiques casas hermosas y las habites, cuando críen tus reses y ovejas, aumenten tu plata y tu oro, y abundes de todo, te vuelvas engreído y te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres, para afligirte y probarte, y para hacerte el bien al final. Y no digas: “Por mi fuerza y el poder de mi brazo
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me he creado estas riquezas.” Acuérdate del Señor, tu Dios: que es él quien te da la fuerza para crearte estas riquezas, y así mantiene la promesa que hizo a tus padres, como lo hace hoy.» Palabra de Dios. Interleccional: 1Cro 29 R/ “Tu eres Señor de universo” Bendito eres, Señor, Dios de nuestro padre Israel, por los siglos de los siglos R/. Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, la gloria, el esplendor, la majestad, porque tuyo es cuánto hay en cielo y tierra. R/. Tú eres rey y soberano de todo. De ti viene la riqueza y la gloria. R. Tú eres Señor del universo, en tu mano está el poder y la fuerza, tú engrandeces y confortas a todos. R/. Lectura de la segunda carta a los Corintios 5,17-21 Hermanos: El que es de Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado. Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el ministerio de la reconciliación. Es decir, Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuentas de sus pecados, y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación. Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo los exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo les pedimos que se reconcilien con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios. Palabra de Dios. Lectura del santo evangelio según san Mateo 7,7-11 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de ustedes le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre del cielo dará cosas buenas a los que le pidan!». Palabra del Señor. Meditación Somos hijos de las promesas de Dios, frutos de su inmensa misericordia, desde la creación hemos vivido por esas promesas, hace desde ese momento un pacto con nosotros, que es renovado a través de la nueva alianza firmada con la sangre de su Hijo Jesús, en el Salmo 89,34 nos dice, “No olvidaré mi pacto, ni mudaré lo que ha salido de mis labios”. Confiar en las promesas de nuestro Dios, para nosotros y para los nuestros debe ser nuestro anhelo, reconociendo en nuestro corazón y en toda nuestra alma las palabras de nuestro pastor, escuchar al Dios de lo imposible, pero escucharle con verdadera fe es un acto de renuncia y de entrega, de permitirle que tome nuestros corazones
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de piedra y los transforme en corazones de carne, que nos cambie el corazón, que nos regale un corazón nuevo, donde Él ponga su Espíritu, solo así podremos encontrar y disfrutar de sus promesas, permitiendo que Él borre nuestros anhelos humanos y egoístas y dejándonos llenar por los suyos. La gran promesa es el perdón, sabernos perdonados y que nuestras vidas tienen el precio de la sangre de Jesús es nuestro mayor regalo, es por eso que Dios nos invita a no vivir más como esclavos y prisioneros, de nuestros pecados, de nuestros temores, de nuestras dudas, la verdadera libertad viene del abandono a sus promesas, de confiar plenamente en lo que quiere regalarnos, pero sobre todo, permitirle a Él que nos transforma, para que confiando, creyendo y abandonándonos a sus promesas, podamos hacer de ellas y con ellas sus propósitos en nosotros, para eso es necesario dejarnos transformar en nuestros espíritu, pero sobre todo en nuestra carne. En Lucas 11,13 Dios nos dice: “Pues si ustedes, siendo malos, saben dar buenas dádivas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” y en el evangelio de hoy nos lo recuerda, pero muchas veces no sabemos pedir, aun habiendo escuchado y recibido sus promesas, es por eso que nuestra mente debe ser transformada, rompiendo con la naturaleza humana que ha sido formada a través de los años para vivir en lo material, nuestras aspiraciones deben ser más altas, nuestros anhelos eternos, por eso confiar en aquel que nos ha llamado a ser santos, hijos adoptivos por medio de Jesucristo, es tener la certeza que todo es posible para aquel que cree y confía en Dios, porque quiere hacer de nosotros nuevas creaturas y eso solo es posible abandonándonos a sus promesas. Hoy Dios te llama a confiar, a creer, a abandonarte en sus promesas, vivir conforme a ellas, sabiendo que Él está contigo, a una oración, a una petición de distancia, saca de tu mente la duda, los temores y ocupa su lugar por sus promesas, el gran día del Señor en tu vida es hoy, hoy Él quiere y va a cumplir sus promesas en ti. 6 Jueves
Feria o memoria libre: San Bruno, presbítero Verde o Blanco
Lectura de la carta de san Pablo a los Gálatas 3, 1-5 ¡Insensatos gálatas! ¿Quién los ha embrujado? ¡Y pensar que ante sus ojos presentamos la figura de Jesucristo en la cruz! Contéstenme a una sola pregunta: ¿recibieron el Espíritu por observar la ley, o por haber respondido a la fe? ¿Tan estúpidos son? ¡Empezaron por el espíritu para terminar con la carne! ¡Tantas magníficas experiencias en vano! Si es que han sido en vano. Vamos a ver: Cuando Dios los concede el Espíritu y obra prodigios entre ustedes, ¿por qué lo hace? ¿Porque observan la ley, o porque responden a la fe? Palabra de Dios.
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Interleccional, LC.1,69-75 R./ “Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado a su pueblo” Nos ha suscitado una fuerza de salvación / en la casa de David, su siervo, / según lo había predicho desde antiguo / por boca de sus santos profetas. R/. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos / y de la mano de todos los que nos odian; / realizando la misericordia / que tuvo con nuestros padres, / recordando su santa alianza. R/. Y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. / Para concedernos que, libres de temor, / arrancados de la mano de los enemigos, / le sirvamos con santidad y justicia, / en su presencia, todos nuestros días. R/. Lectura del evangelio según san Lucas 11, 5-13 En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Si alguno de ustedes tiene un amigo y viene a medianoche para decirle: “Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle”, y, desde dentro, el otro le responde: “No me molestes; la puerta está cerrada, mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos”. Si el otro insiste llamando, yo les digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. Pues así les digo a ustedes: Pidan y se les dará, busquen y hallarán, llamen y se les abrirá; porque quien pide, recibe; quien busca, halla, y al que llama, se le abre. ¿Qué padre entre ustedes, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes, pues, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?”. Palabra del Señor. Meditación La gran batalla que libramos cada día es contra nuestra naturaleza humana y pecadora, nuestra carne se hace más fuerte en la medida en que nos alejamos más del Señor, cuanto menos le dedicamos a Él nuestras primicias nuestra humanidad se alimenta de nuestras debilidades, a diario si nos alimentamos de la indiferencia cosecharemos dudas y olvido, espiritualmente nos hacemos más débiles y eso hace que la ingratitud y la indiferencia llenen nuestra vida. El llamado que Dios te hace hoy es que no te apartes de la fe, del primer llamado, de la esencia del amor que Dios pone en tu corazón; a veces nos dejamos llevar de falsas enseñanzas, dentro y fuera de la vida de la iglesia; es el Espíritu Santo el que nos da el discernimiento para alcanzar por la fe el llamado de Dios, el verdadero llamado, el que te lleva a vivir por y en el amor, a no dejarnos llenar de las falsas promesas de mundo, a no dejarnos llenar el corazón por cosas vanas y humanas, a que nuestras aspiraciones sean eternas, sostenidas por Dios y afianzadas por su Espíritu. La fe está basada en una promesa que tiene el precio de la cruz, no solo en la enseñanza y en cumplir por una obligación, la fe nos mueve a confiar y a dejarnos moldear, transformar, implica una renuncia viva,
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una renuncia que nos lleva a dejarnos quebrantar, es por eso que somos llamados a dejar que sean las manos del alfarero las que nos cambien; la transformación que Dios nos pide tiene tres etapas, la primera, la que nos enamora en el encuentro con el Señor, esa que está ligada a los sentimientos, que es el primer paso para dejarnos amar por Él, como seres humanos lo primero que nos mueve son las sensaciones y estas están atadas a lo que sentimos, por eso cuando Dios nos toca, nuestros sentimientos son rebosados y abrimos la puerta para que Él entre. El segundo paso es la razón, no podemos quedarnos en los sentimientos, ya que estos nos variables y cambiantes, es necesario creer con nuestra mente, estar convencidos de que ese contacto con Dios puede transformarnos, cambiarnos, pero lo que mueve esa transformación está en nuestra mente, en creer con nuestros sentidos y con nuestra mente que Dios quiere transformarnos. Por último, el más importante, nuestro corazón, nuestra alma, nuestro espíritu, dejar que Dios penetre a nuestra esencia, que llegue a nuestra alma, esto es lo que nos permite confiar plenamente, nos hace moldeables, transformables, suaves en manos del alfarero, si no debemos ser quebrantados, rotos y ser hechos de nuevo. Es ese el llamado que Dios nos hace, a dejarnos transformar por medio de la fe, la fe que nos mueve los sentimientos, pero que es empujada por la razón para que Dios penetre en nuestra alma, hoy déjate alcanzar por el Señor, por medio de la fe y déjale penetrar profundamente en tu vida y recibirás sus promesas. 7 Viernes
Memoria Obligatoria: Nuestra Señora del Rosario Blanco o Azul
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 1,12-14 Entonces se volvieron a Jerusalén desde el monte de los Olivos, que dista de Jerusalén tan solo lo que la ley permite caminar en día sábado. Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Santiago, y Juan y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago hijo de Alfeo, y Simón Zelotes, y Judas hermano de Santiago. Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos. Palabra de Dios. Responsorial: Lc. 1 R/ “El Poderoso ha hecho obras grandes en mi: su nombre es santo” Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador. R/ Porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo. R/ Y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón. R/
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Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. R/ Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. R/ Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 26-38 En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: -«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: -«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: - «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: -«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: - «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel. Palabra del Señor. Meditación En nuestro caminar como cristiano muchas veces nos hemos visto en situaciones difíciles que no sabemos cómo reaccionar, y nuestra madre María nos ensena qué debemos hacer cuando descubrimos que el Señor nos tiene una misión. 1. El espíritu santo se posará sobre ti y te capacitará 2. El señor está contigo 3. Hacer la voluntad de Dios 4. No tengas Miedos. Si el señor ha puesto su mirada en ti te capacitará, no temas, donde está el temor no está el amor. Amemos a nuestra madre María, ella dijo, sí, aun sin comprenden el mensaje, ella no titubeó y su fe siguió firme y después de confiar viene la recompensa una hermosa bendición. No tengas Miedo, TEN FE. En el salmo de hoy repetimos El Poderoso ha hecho obras grandes en mí; su nombre es santo, a veces se nos olvida todo lo que el Señor nos ha regalado en el transcurso de nuestra vida y pensamos que solo los grandes milagros de resucitar un muerto, de sanar un cáncer y demás son testimonios fuertes y no es así, el don de la vida, el don de la familia, el tener un trabajo, una casa, un techo, una cama para dormir también forman
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parte del plan maravilloso del Señor en tu vida. Por eso nuestra fe debe siempre estar acompañada de acciones de gracias porque si nos ponemos a contar y ver son muchas las maravillas que el Poderoso ha hecho por nosotros sus hijos. María es nuestro modelo a seguir, nuestra madre en la Fe, dijo SÍ sin ver; madre en humildad, Hágase en MÍ según tu voluntad. Hoy revisemos nuestra vida y digamos SÍ, levantemos nuestras manos en señal de gratitud y con la certeza de que tenemos un Dios poderoso que rompe toda cadena del temor para que seamos libres. A nuestros hijos y familiares de nuestro alrededor debemos fomentarle lo importante que es creer, y depender del Señor ya que Él nos dará la fortaleza necesaria de seguir hacia delante en nuestro caminar en la Fe. ¿A qué le temes? , ¿qué cosas hay en ti que crees que son más fuerte que tu propio ser? Abandónate en los brazos amorosos de Jesús y María te cubrirá con su santo manto y llegará la certeza de que el miedo se desaparecerá. Dios está contigo. Ánimo. 8 Sábado
Feria Verde
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3, 22-29 Hermanos: La Escritura presenta al mundo entero prisionero del pecado, para que lo prometido se dé por la fe en Jesucristo a todo el que cree. Antes de que llegara la fe estábamos prisioneros, custodiados por la ley, esperando que la fe se revelase. Así, la ley fue nuestro pedagogo hasta que llegara Cristo y Dios nos justificará por la fe. Una vez que la fe ha llegado, ya no estamos sometidos al pedagogo, porque todos son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Los que se han incorporado a Cristo por el bautismo se han revestido de Cristo. Ya no hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres, hombres y mujeres, porque todos son uno en Cristo Jesús. Y, si son de Cristo, son descendencia de Abrahán y herederos de la promesa. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 104 R/ “El Señor se acuerda de su alianza eternamente”. Cántenle al son de instrumentos, / hablen de sus maravillas; / gloríense de su nombre santo, / que se alegren los que buscan al Señor. R/. Recurran al Señor y a su poder, / busquen continuamente su rostro. / Recuerden las maravillas que hizo, / sus prodigios, las sentencias de su boca. R/. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo; / hijos de Jacob, su elegido! / El Señor es nuestro Dios, / él gobierna toda la tierra. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 11, 27-28 En aquel tiempo, mientras hablaba a las turbas, una mujer de entre el gentío levantó la voz diciendo: “¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron!” Pero él repuso: “Mejor: ¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!”. Palabra del Señor.
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Meditación En este versículo de Lucas queda claro, que Jesús dejó de lado el gran milagro que decidió el Padre a través de María, para su nacimiento y se enfocó en algo, que de ser cumplido por el ser humano, servirá para construir en el mundo un reino de paz; FELICES LOS QUE ESCUCHAN LA PALABRA DE DIOS Y LA PONGAN EN PRACTICA. Supone entronizar en el corazón y hacerla vida, el resultado feliz lo promueve, el AMOR, el SILENCIO INTERIOR, la ENTREGA, la OBEDIENCIA Y SOBRE TODO LA FIDELIDAD. Ojalá nos decidamos a la docilidad del silencio interior, para grabar lo que el Espíritu Santo nos proponga para la salud espiritual nuestra y del mundo entero. En este evangelio tan corto se describe lo que debemos hacer todo aquel que ha decidido caminar junto a Jesús. Dichosos los que oyen la palabra de Dios y la ponen en práctica. No basta solo alzar la voz como aquella mujer y hablar y hablar, debemos accionar. En nuestro caminar como cristianos a veces tomamos una postura muy cómoda de ir a los retiros, charlas, convivencias y demás y lo que hacemos es engordar y engordar y nos quedamos con toda esa información y mandatos del Señor para nosotros mismos y no debe ser así, llegará el momento que tienes que comenzar a dar y servir porque tus palabras y tu testimonio son valiosos para muchos, aunque no lo creas, eres necesario para la construcción del reino. Escuchar la voz del Señor en los momentos de oración personal, en la Eucaristía, en la visita al santísimo y después tener una actitud de ponerse en pie de guerra y cumplir con el mandato divino que el Señor nos revelará. Vamos a descubrir en cuales momentos el Señor nos habla, puede ser a través de un sueño, bañándonos, cocinando, en nuestro trabajo o en el colegio, abriendo la biblia, a través de mis padres, de mis hijos, de la naturaleza, el Señor se nos presenta de muchas maneras, solo debemos abrir nuestros corazones y entenderemos el mensaje de amor que Él nos tiene. Dejemos de tanto hablar y vamos a comenzar a dar los pasos de fe para que podamos dar frutos, frutos de amor, de paz y de alegría y así todo nuestro alrededor será bendecido con nuestra presencia. La voz del Señor nos hará fuerte y nos da seguridad que vamos por el camino indicado. ADELANTE HERMANOS, el Señor nos escucha, vamos a darle la oportunidad de dejarnos embriagar de su Palabra. 9
XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario
IV Semana del Tiempo Ordinario
Verde
Agradezcamos al Señor anunciando su misericordia. Orientaciones para esta Celebración: Se coloca el título de este Domingo. Se pueden entregar papeles de diferentes colores en los que cada uno y
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cada una escriben alguna misericordia que el Señor les ha hecho en su vida. Todas se colocan en una canasta que se lleva en la procesión de ofrendas. Al momento de llevarla todos se ponen de pie y cantan un canto de acción de gracias. Se pueden llevar banderas de varios países para destacar que la misericordia del Señor no tiene diferencia de nacionalidad. Destacar la Plegaria Eucarística como la gran Plegaria de Acción de Gracias de la Iglesia. Se puede dramatizar el Evangelio. Monición ambiental Hermanos y hermanas: El Señor nos ha reunido en esta fiesta de su misericordia que es el banquete del Señor. Nos reunimos en comunidad y con espíritu misionero para dar gloria a Dios y celebrar este acontecimiento tan importante de nuestra fe, que es la Eucaristía. El mensaje de la Palabra de hoy destaca dos extranjeros: el sirio Naamán y el samaritano que recibiendo misericordia muestran su gratitud al Señor. Es una invitación a reconocer que Dios nos ama a todos por igual sin importar la nación ni la raza. Dios acepta el agradecimiento que nace de la fe sincera y el corazón sencillo. En este mes de la Misión mostremos nuestro agradecimiento al Señor por la misericordia que ha tenido con cada uno de nosotros, comunicando con alegría a todos y a todas, el testimonio de nuestra fe en El, como lo hizo de modo extraordinario el Apóstol Pablo. Dispongamos nuestros corazones para agradecer el gran regalo de su misericordia que es Jesucristo, Señor y Salvador nuestro. Con El, por El y en El en la unidad del Espíritu Santo demos gloria al Padre Todopoderoso en esta Eucaristía que es bendición y acción de gracias. Primera lectura: 2 Reyes 5, 14-17 El agradecimiento que quiere Dios ante la misericordia que tiene con nosotros es la decisión por servirle solo a Él y de anunciar a otros lo que El Señor hizo con El, como hizo el sirio Naamán, que aun siendo extranjero recibió misericordia gratuitamente. Escuchemos. Lectura del segundo libro de los Reyes En aquellos días, Naamán de Siria bajó al Jordán y se bañó siete veces, como había ordenado el profeta Eliseo, y su carne quedó limpia de la lepra, como la de un niño. Volvió con su comitiva y se presentó al profeta, diciendo: —«Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que el de Israel. Acepta un regalo de tu servidor.» Eliseo contestó: —«¡Vive Dios, a quien sirvo! No aceptaré nada.» Y aunque le insistía, lo rehusó. Naamán dijo: —«Entonces, que a tu servidor le dejen llevar tierra, la carga de un par de mulas; porque en adelante tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses fuera del Señor.» Palabra de Dios.
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Salmo responsorial: Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4 “El Señor revela a las naciones su salvación” Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R/. El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R/. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera, griten, vitoreen, toquen. R/. Segunda lectura: 2 Timoteo 2,8-13 Pablo nos recuerda que una vez recibió la misericordia de Dios de conocer a Jesucristo y recibir la salvación, agradecido se dedicó a proclamarlo sin importarle sufrimientos ni la prisión, seguro de que El es siempre fiel. Escuchemos. Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo Querido hermano: Haz memoria de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David. Éste ha sido mi Evangelio, por el que sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada. Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación, lograda por Cristo Jesús, con la gloria eterna. Es doctrina segura: Si morimos con él, viviremos con él. Si perseveramos, reinaremos con él. Si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo. Palabra de Dios. Aleluya 1 Tim 5,18 Den Gracias en toda ocasión: esta es la voluntad de Dios, en Cristo Jesús, respecto de ustedes Monición al Evangelio: Lucas 17,11-19 Al recibir del Señor misericordia, como les ocurrió a los diez leprosos, es muy importante agradecer al Señor como hizo aquel extranjero samaritano, porque al hacerlo manifestamos nuestra fe en El, al reconocer su amor y su poder. Agradecidos cantemos al Señor que nos habla en este Santo Evangelio. + Lectura del santo Evangelio según san Lucas Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: —«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros». Al verlos, les dijo: —«Vayan a presentarse a los sacerdotes.» Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo: —«¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿Dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?». Y le dijo: —«Levántate, vete; tu fe te ha salvado». Palabra del Señor.
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Meditación ¡Cuánto provecho espiritual y humano logró el mundo a través de la resurrección de Jesús! Esta salida a su encuentro por parte de la necesidad de sanación de los diez leprosos, que a cierta distancia le gritaban JESÚS, MAESTRO, ten compasión de nosotros, evidencia que ellos sabían que Él podía sanarlos, ya que se les consideraban impuros y no podían estar entre la multitud. Jesús reconoció ese grito que muchas veces nosotros mismo tenemos, a lo mejor no por la lepra si no por nuestros pecados. No obstante, produciendo el milagro de la sanación en el mismo trayecto, solo uno se adelantó en el acto a rendirse a los pies de Jesús para darle las gracias, siendo este un extranjero. Alguien que a lo mejor ni siquiera conocemos, el más pequeño, el que no se distingue entre muchos, ese se devolvió para dar gracias, acción que le favoreció ya que recibió una recompensa de parte de Jesús, el premio de la SALVACIÓN.El agradecimiento es una virtud relevante y hermosa que produce en el ser humano sosiego y salud espiritual y mental y es por eso que el agradecimiento es hermano del amor. El Señor conoce la voz de sus hijos cuando están en necesidad, entre tanto ruido en este mundo, a pesar de que a veces queremos alejarnos, que nos sentimos indignos, que nuestra fe nos falta, solo una mirada de ese Dios misericordioso nos libera, nos sana, nos devuelve la vida. ¿En tu vida, donde necesitas ser mirado por Dios? ¿Cuáles áreas has identificado de tu lepra: aquel pecado que te hace gritar desde lejos, Jesús ayúdame y te haces sentir indigno de su presencia? Este es el momento de pedir, de clamar y decirle a nuestro Señor: Ten COMPASIÓN de mí. Es tiempo, es ahora, no te quedes esperando que otro lo haga, El Señor espera por ti, porque te ama y porque tu grito Él lo quiere convertir en baile. Gánate ese premio HOY, el premio de la SALVACIÓN. Cuando el Señor toca nuestros corazones no solo nos sana las dolencias físicas también las espirituales y por nuestra fe nos da la salvación. ¡Qué bueno es Dios! Oración de los fieles: El que preside: Invoquemos a Dios pastor supremo de la Iglesia, para que se digne escuchar nuestras oraciones y en comunión con todo su pueblo fiel digámosle: Te damos gracias Padre y te pedimos misericordia. Derrama Señor tu Santo Espíritu e ilumina con tu gracia al Papa Francisco, a nuestros obispos, sacerdotes y diáconos para que sepan como Jesús evangelizar a todas las personas sin distinción. Oremos. Concede Señor abundantemente tu Espíritu a los que gobiernan las naciones, en especial a los de nuestro país, para que sepan acoger a los inmigrantes de otras naciones y tratarlos con dignidad y justicia. Oremos. Por las más pobres que nosotros, para que puedan recibir siempre del Señor su misericordia, que les llega por medio de nosotros. Oremos. Por todos nosotros aquí presentes frente al Altar, para que sepamos ser agradecidos por las maravillas que el Padre ha realizado en nosotros y la proclamemos en todas partes. Oremos.
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Por los misioneros, que lo han dejado todo y se han marchado de su tierra para continuar tu obra salvadora y de misericordia en otras naciones, para que como Pablo perseveren hasta el final. Oremos. El que preside: Recibe, Padre, estas oraciones que llenos de amor te presentamos llenos de gratitud por todo el bien que nos has hecho y sigues haciéndonos al regalarnos a tu Hijo, nuestro Señor y Salvador. Gracias y alabanza a Ti, por los siglos de los siglos. 10 Lunes
Feria o Memoria Libre: Santo Tomás de Villanueva Verde o Blanco
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 4,22-24.26-27.31–5,1 Hermanos: En la Escritura se cuenta que Abrahán tuvo dos hijos, uno de la esclava y otro de la libre; el hijo de la esclava nació de modo natural, y el de la libre por una promesa de Dios. Esto tiene un significado: Las dos mujeres representan dos alianzas. Agar, la que engendra hijos para la esclavitud, significa la alianza del Sinaí. La Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre, como dice la Escritura: «Alégrate, estéril, que no das a luz, rompe a gritar, tú que no conocías los dolores de parto, porque la abandonada tiene más hijos que la que vive con el marido.» Resumiendo, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la mujer libre. Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado. Por tanto, manténganse firmes, y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud. Palabra de Dios. Salmo Responsorial 112 R/. Bendito sea el nombre del Señor por siempre Alaben, siervos del Señor, alaben el nombre del Señor. Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre. R/. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos. R/. ¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono y se abaja para mirar al cielo y a la tierra? Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,29-32 En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.» Palabra del Señor.
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Meditación “Manténganse firmes, y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud” San Pablo nos invita a vivir en la libertad de los hijos de Dios, una libertad que se nos regala sin merecimiento, una libertad que se nos regala gracias al sacrificio de Jesús. Una libertad que muchos hemos experimentado en algún momento, ese abandonarnos a Dios, a su voluntad, a su guía, a su protección, a su providencia. Y experimentamos una felicidad y una paz indescriptible. Entonces ¿por qué perdemos la paz? ¿Por qué perdemos la felicidad? ¿Por qué perdemos la confianza de que todo va a salir bien? Y la respuesta es que frecuentemente olvidamos de quien somos hijos, volvemos al hombre viejo que se cree hijo de la esclava y que por tanto tiene un destino de esclavo. Un esclavo no puede pensar en un reino que mana leche y miel; un esclavo no puede entender que aun siendo pecador Dios hecho hombre se sacrifique por él, lo libre de la muerte y le lleve a la vida eterna en la Jerusalén celestial; un esclavo no comprende la Gracia inmerecida que perdona los pecados, que olvida las fallas y que es Infinitamente misericordioso. Dios nos invita en este día a confiar en su Gracia, a dejarnos llenar de su Misericordia y a no dudar que Él quiere ayudarnos en nuestras luchas de cada día, ayudarnos a superar los obstáculos y las barreras que nos impiden avanzar; Él quiere hacerlo, aunque nos sintamos hijos de la esclava, recayendo en nuestras fallas y debilidades, porque Su Misericordia y su Amor no dependen de nosotros. EL nos invita a romper con el círculo vicioso del pecado (sí se puede), nos invita a dejar atrás la tristeza, la depresión, el sentimiento de soledad y abandono. Que cuando te sientas que el yugo de la esclavitud se posa sobre ti, tú le digas que “para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado”. No es coincidencia que estés leyendo esta reflexión, Dios te quiere libre, para que puedas guiar a otros a la libertad que Cristo nos da. Cuantas personas que nunca han tomado una biblia y necesitan escuchar de ti, que no son esclavos y que cuentan con la Madre Iglesia y la Madre Celestial que intercede por nosotros. Madre Santa, querida Virgen María, enséñanos a confiar en que Dios quiere y puede romper con las cadenas que nos esclavizan, que no importa las veces que caigamos Dios estará presto a liberarnos y a levantarnos haciéndonos cada vez más fuertes, y sobre todo a confiar en que El nos capacita para continuar la Misión que Cristo nos dejó de llevar el mensaje de Su misericordia a todos los que nos rodean. 11 Martes
Feria o Memoria Libre: Santa Soledad Torres Acosta y San Juan XXIII, Papa Verde o Blanco
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 5,1-6 Hermanos: Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado. Por tanto, manténganse firmes, y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud. Miren lo que les digo yo, Pablo: si se circuncidan, Cristo no les servirá de nada. Lo
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afirmo de nuevo: el que se circuncida tiene el deber de observar la ley entera. Los que buscan la justificación por la ley han roto con Cristo, han caído fuera del ámbito de la gracia. Para nosotros, la esperanza de la justificación que aguardamos es obra del Espíritu, por medio de la fe, pues, en Cristo Jesús, da lo mismo estar circuncidado o no estarlo; lo único que cuenta es una fe activa en la práctica del amor. Palabra de Dios. Salmo Responsorial, 118 R/. Señor, que me alcance tu favor Señor, que me alcance tu favor, tu salvación según tu promesa. R/. No quites de mi boca las palabras sinceras, porque yo espero en tus mandamientos. R/. Cumpliré sin cesar tu voluntad, por siempre jamás. R/. Andaré por un camino ancho, buscando tus decretos. R/. Serán mi delicia tus mandatos, que tanto amo. R/. Levantaré mis manos hacia ti recitando tus mandatos. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,37-41 En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa. Él entró y se puso a la mesa. Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: «Ustedes, los fariseos, limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosan de robos y maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Den limosna de lo de dentro, y lo tendrán limpio todo.» Palabra del Señor. Meditación Pablo nos recuerda que nuestra salvación está en Cristo y no en nuestro propio esfuerzo, no en el cumplimiento de leyes. ¿Está mal cumplir con las leyes de Dios? Por supuesto que no. Sin embargo, si pretendemos cumplirlas con nuestras propias fuerzas, si pretendemos ganarnos el cielo con nuestro saber y nuestro hacer, nos llevaremos una gran decepción al final de nuestras vidas. “Al final de la vida me evaluarán en el Amor”, confirmando las palabras de Dios a través de Pablo cuando nos dice que “lo único que cuenta es una fe activa en la práctica del amor”. La única forma en que podemos decir que conocemos a Cristo y que lo hemos aceptado como nuestro salvador es si nuestra Fe es activa en la práctica del Amor. Es bueno instruirnos leyendo la Palabra de Dios, pero si no practicamos el amor al prójimo no pasaremos la evaluación final. Es bueno profesar la Fe en Dios, pero si no practicamos el amor con los pequeños, los necesitados, no entendimos el mensaje. Jesús nos advierte de no caer en la tentación, de cuidarnos por fuera y descuidarnos por dentro. No caigamos en la tentación de querer parecer fuertes y sabios, querer aparentar ser los más puros y los más santos, porque si no tenemos a Jesús como centro de nuestro corazón, aunque engañemos al Sacerdote, a Dios nunca lo vamos a engañar. Presentémonos ante Dios humildes, pidámosle mantenernos limpios por
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dentro, pidámosle su Gracia que nos purifica a través del sacramento de la confesión, pidamos su Gracia que nos mueve a practicar el amor, con nuestros familiares, nuestros vecinos, con los enfermos, los encarcelados, con todos los necesitados. Su Gracia que nos mueve a tocar los corazones de los pecadores. Jesús nos enseñó que vino en busca de los enfermos y por eso comía en casa de recaudadores de impuestos y fariseos, además de compartir con pecadores. A ellos les hablaba del Amor de Dios Padre, les sanaba las heridas del cuerpo y las heridas del alma, les perdonaba sus pecados y los hacía nuevas criaturas. Nuestro querido Papa Francisco desde el inicio de su pontificado nos muestra el correcto modo de predicar, al igual que Cristo hacía, a través del ejemplo. A través de nuestro actuar, que nuestras palabras y nuestras obras vayan en consonancia con el mensaje de Cristo. Pidamos el auxilio del Espíritu Santo para enfocarnos en alcanzar lo más importante que es Jesús Señor de nuestro interior y seguro que las obras del exterior vendrán sin mucho esfuerzo. 12 Miércoles
Memoria Obligatoria: Nuestra Señora del Pilar Azul o Blanco
Lectura del primer libro de las Crónicas, 15,3-4,15-16; 16,1-2 En aquellos días, David congregó en Jerusalén a todos los israelitas, para trasladar el arca del Señor al lugar que le había preparado. Luego reunió a los hijos de Aarón y a los levitas. Luego los levitas se echaron los varales a los hombros y levantaron en peso el arca de Dios, tal como lo había mandado Moisés por orden del Señor. David mandó a los jefes de los levitas organizar a los cantores de sus familias, para que entonasen cantos festivos acompañados de instrumentos, arpas cítaras y platillos. Metieron el arca de Dios y la instalaron en el centro de la tienda que David le había preparado. Ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión a Dios y, cuando David terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en nombre del Señor. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 26 R/ “El Señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? .R/. Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me siento tranquilo. R/. Lo único que pido, lo único que busco, es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia. R/. El me protegerá en su tienda el día del peligro; me esconderá en lo escondido de su morada, me alzará sobre la roca. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,27-28 En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer entre el gentío levantó la voz diciendo: “Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron. “Pero él repuso: “Mejor dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.” Palabra del Señor.
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Meditación ¿Estoy poniendo en práctica las palabras de Jesús? Es la pregunta que nos debemos hacer todos los días, en nuestra oración personal. ¿Estoy haciéndole caso al Señor de mi vida? ¿Con mis acciones demuestro que Jesús es el Señor de mi vida? La respuesta es muy sencilla de identificar, ¿A qué le dedicas más tiempo? ¿A las cosas de Dios o a las tuyas? El evangelio de hoy es muy claro al llamar dichoso al que escucha la palabra de Dios y la cumple, dichoso porque no solo la escuchó, también la entendió. Ser cristiano no es solo ir a misa, no es solo rezar un rosario o ir a una actividad de la iglesia, ni si quiera es donar dinero o pagar el diezmo. Es hacer todo eso con la convicción de que Jesús me lo está pidiendo y yo lo hago por amor a Él y al prójimo, tal como dice Pablo en 1 Cor 13, cuando nos habla de que aún tengamos una gran Fe o hagamos muchas obras, si no lo hacemos con Amor y desde el Amor de Dios de nada sirve, es como si no hubiéramos entendido la Palabra de Dios. El que cumple la Palabra de Dios es una persona que pone su confianza en el Señor, aquel que puede decir que no le teme a nada, ya que tiene al Dios de los ejércitos de su lado. El que cumple la palabra de Dios es aquel que está consciente que no puede alcanzar la gloria sin aceptar que Jesús es el Señor. El mundo está necesitado de paz, de misericordia y de amor, hay muchas personas intentando confundir, crear caos, enemistar, dividir, enojar y nosotros estamos llamados a escuchar la palabra de Dios y llevarla a los necesitados. Si nos quedamos en leer la biblia y llenarnos de sabiduría, todas esas bendiciones se quedarán dentro de nosotros y seremos gorditos espirituales. Jesús habló muy claro en Mat 28, 19 enviándonos a llevar el evangelio a todo el mundo y hacer discípulos. Hoy más que nunca esta misión necesita de guerreros valientes que la lleven a cabo, que pongan en práctica lo que el Señor Jesús nos envió “Ámense los unos a los otros como Yo los he amado” “…Porque me diste de comer, …de beber,…me vestiste,…me visitaste enfermo y encarcelado” “Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación” Si escuchamos su palabra y la entendimos sabremos que solo con el auxilio del Espíritu Santo podremos llevar a cabo esta misión, pues con nuestras propias fuerzas nos quedaríamos cortos. En mi comunidad hay un dicho que cita que Dios no se deja ganar en generosidad, como diciéndonos si obedecemos y entregamos nuestra vida a aquel que la entregó primero, Él nos recompensará con el 100 por 1. 13 Jueves
Feria Verde
Comienzo de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1,1-10 Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús, que residen en Éfeso. Les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. Bendito sea Dios, Padre de nuestro
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Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra. Palabra de Dios. Salmo responsorial 97 R/. El Señor da a conocer su victoria Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R/. El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R/. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclamen al Señor, tierra entera; griten, vitoreen, toquen. R/. Toquen la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con clarines y al son de trompetas, aclamen al Rey y Señor. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,47-54 En aquel tiempo, dijo el Señor: «¡Ay de ustedes, que edifican mausoleos a los profetas, después que sus padres los mataron! Así son testigos de lo que hicieron sus padres, y lo aprueban; porque ellos los mataron, y ustedes les edifican sepulcros. Por algo dijo la sabiduría de Dios: “Les enviaré profetas y apóstoles; a algunos los perseguirán y matarán”; y así, a esta generación se le pedirá cuenta de la sangre de los profetas derramada desde la creación del mundo; desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, que pereció entre el altar y el santuario. Sí, se lo repito: se le pedirá cuenta a esta generación. ¡Ay de ustedes, maestros de la Ley, que se han quedado con la llave del saber; ustedes, que no han entrado y han cerrado el paso a los que intentaban entrar!» Al salir de allí, los escribas y fariseos empezaron a acosarlo y a tirarle de la lengua con muchas preguntas capciosas, para cogerlo con sus propias palabras. Palabra del Señor. Meditación Hoy, la Palabra nos pone a pensar seriamente si nuestra vida es lo que Dios espera de nosotros: por un lado, vemos el “¡Ay!”, la maldición pronunciada por Jesucristo contra las autoridades religiosas, maestros de la Ley, “que se han quedado con la llave del saber” “que no han entrado y han cerrado el paso a los que intentaban entrar” y, por otro lado, las grandes bendiciones que recibimos al aceptar la salvación y someternos
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al señorío de Jesús: “Dios… nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales”. “Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto, hasta que descanse en ti”, decía san Agustín. San Pablo, en el inicio de la carta a los gálatas dice que Dios “nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia... redunde en alabanza suya.” ¿Te has detenido a saborear este texto de la Escritura? Tres palabras dan el sentido de la frase: hijos, gloria y gracia. Gracia (tiene la misma raíz que gratis) significa regalo. Según el diccionario es un “favor que se hace sin merecimiento particular”. La gracia, el regalo de Dios en Jesucristo es que “por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.” Nosotros no lo merecíamos, pero Dios, por su bondad y misericordia, nos lo ha dado. Hijo, en la mentalidad del escritor bíblico no es el niño protegido sino el adulto que tiene derecho a la herencia del padre y que, poco a poco, va tomando responsabilidad en los asuntos de la familia y llega a representar y hasta tomar el puesto del padre. Dios ha querido que tú y yo recibamos la herencia de la vida eterna y vayamos tomando parte en la misión de llevar la salvación a todos los seres humanos y seamos representantes de Dios ante los demás. Solo el que cree en Jesucristo es hijo (en este sentido) de Dios: Cristo, Palabra de Dios “a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.” Gloria es majestad, esplendor. Él nos ha destinado, en la persona de Cristo, a ser sus hijos (dueños del Reino, sus representantes ante el mundo, siendo canales de bendición y salvación) para que la gloria (la majestad, el esplendor) de su gracia (su regalo de redención, de perdón de nuestros pecados, sin mérito nuestro) rebose en alabanza (cumplido, agasajo, elogio, loor) suya.” Esa es la llave del saber que Dios nos ha dado para que entremos y abramos la puerta a los que intenten entrar y a los que anunciemos la buena noticia para que entren. Esa es la victoria de nuestro Dios, que han contemplado los confines de la tierra. Está en tus manos… 14 Viernes
Feria o memoria libre: San Calixto I, Papa y Mártir Verde o Rojo
Lectura de la carta de san Pablo a los Efesios 1, 11-14 Hermanos: Por medio de Cristo hemos heredado también nosotros, los israelitas. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria. Y también ustedes, que han escuchado la palabra de verdad, el Evangelio de salvación, en que creyeron, han sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido, el cual es prenda de nuestra herencia, para liberación de su propiedad, para alabanza de su gloria. Palabra de Dios.
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Salmo Responsorial: 32. R/ “Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.” Aclamen, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos. Den gracias al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas. R/. Que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R/. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como heredad. El Señor mira desde el cielo, se fija en todos los hombres. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 1-7 En aquel tiempo, miles y miles de personas se agolpaban hasta pisarse unos a otros. Jesús empezó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: “Cuidado con la levadura de los fariseos, o sea, con su hipocresía. Nada hay cubierto que no llegue a descubrirse, nada hay escondido que no llegue a saberse. Por eso, lo que digan de noche se repetirá a pleno día, y lo que digan al oído en el sótano se pregonará desde la azotea. A ustedes les digo, amigos míos: no tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer más. Les voy a decir a quién tienen que temer: teman al que tiene poder para matar y después echar al infierno. A éste tienen que temer, les digo yo. ¿No se venden cinco gorriones por dos cuartos? Pues ni de uno solo se olvida Dios. Hasta los pelos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo: no hay comparación entre ustedes y los gorriones”. Palabra del Señor. Meditación En la primera lectura, el apóstol San Pablo, nos habla del plan amoroso del Padre, que se va cumpliendo paso a paso en el Hijo. Y es por fin el Espíritu Santo la expresión viva del amor entre el Padre y el Hijo, la prenda de nuestra herencia. Este es el proyecto de Dios, antes escondido y ahora revelado en el hijo en la muerte y resurrección de Cristo, para alabanza de su gloria. El salmista nos llama dichosos, bendecidos, favorecidos porque el Señor nos ha escogido como sus herederos. Tenemos un Padre que vela con especial cuidado por cada uno de nosotros, sus hijos. Que no lleva cuenta de nuestros pecados, sino que es justo y misericordioso. Por eso debemos alabar y bendecir al Señor en todo momento y en todo tiempo por sus bondades y bendiciones en nuestras vidas, por Él nos ha regalo su Santo Espíritu, porque es a través de Espíritu Santo que Dios Padre nos regala el don del discernimiento para que podamos cuidarnos de la levadura de los fariseos. Vivimos en un mundo lleno de fariseísmo, la práctica totalmente desligada de la palabra y el Señor nos llama a cuidarnos de las personas, lugares o situaciones que puedan lesionar nuestra vida espiritual. De todo aquello que puede arrasar la dignidad del ser humano.
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No llenarnos del ruido del mercado del mundo que vive gritando y vendiéndonos sus necias ideas. El individualismo en que vivimos afecta todas nuestras cosas, afecta hasta la visión de lo que hacemos y de nosotros mismos. Causa ceguera espiritual porque andamos en nuestra verdad. No en la verdad real, sino en la acomodada a nuestros gustos. El mensaje del cristianismo no es ambiguo, es uno solo y Cristo tiene sus criterios bien establecidos. Lo contario de la verdad es la mentira y la mentira siempre esta disfrazada de empaques bonitos, tales como el individualismo y las explicaciones propias. Estamos en un mundo donde el que se dice creyente vive nadando en dos aguas, tenemos miedo porque no vivimos en la verdad. Si los criterios de Cristo no han cubierto todos los aspectos de nuestra vida significa que el Espíritu Santo no está haciendo su trabajo en nosotros, no está realizando el trabajo que está llamado a hacer. ¿Por qué no lo hace? Porque encuentra resistencia y esa resistencia solo la podemos vencer nosotros. Pidámosle a Dios que nos ayude a echar hacia adelante, echar hacia arriba, hacia la verdad, la verdad plena. La verdad viene de Dios. Por eso es que Jesús nos dice: no tengan miedo, vivan en la verdad. Vivir en la verdad no como si se tratase de una idea, no como un ejercicio mental o moral, sino vivir en la verdad. La verdad no es, si no es vivida; porque la verdad no es un concepto, la verdad es Dios. 15 Sábado
Memoria Obligatoria: Santa Teresa de Jesús, Virgen y Doctora de la Iglesia Blanco
Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 1, 15-23 Hermanos: Yo, que he oído hablar de su fe en el Señor Jesús y de su amor a todos los santos, no ceso de dar gracias por ustedes, recordándolos en mi oración, a fin de que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de su corazón, para que comprendan cuál es la esperanza a la que nos llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no solo en este mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia, como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos. Salmo Responsorial: 8 “Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.” Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra! Ensalzaste tu majestad sobre los cielos. De la boca de los niños de pecho has sacado una alabanza. R/.
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Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? R/. Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos. R/. Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 12, 8-12 En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios. Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando los conduzcan a la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de lo que van a decir, o de cómo se van a defender. Porque el Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que tengan que decir”. Palabra del Señor. Meditación Dar testimonio del amor de Cristo en estos tiempos es muy arriesgado, desde los tiempos de Jesús hasta nuestra época están matando a los cristianos solo por seguir a Cristo. En el Evangelio de hoy Jesús dice a sus discípulos: si uno se pone de mi parte antes los hombres el hijo del hombre se pondrá de su parte antes los ángeles de Dios. Y si uno me reniega antes los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios. Jesús nos invita a que demos testimonio no importa lo peligroso que sea o que seamos mártires, Jesús quiere que anunciemos a toda garganta la victoria ante el maligno. El que sigue a Jesús es enviado delante de él como mensajero del reino, pero tiene dudas para seguirlo, es esclavo de sus propias interpretaciones y estilo de vida. Se nos presentarán situaciones en que nuestra fe desfallezca, pero tenemos que confiar en Jesús no importa la situación que estemos, debemos siempre estar firmes, listo para la batalla, aunque la tempestad esté sobre nosotros, hay que seguir confiando en Jesús, si no confiamos le pediremos a Jesús que abra las puertas y él les dirá que no los conoce, ahí vendrá el rechinar de dientes. El hombre será juzgado por su comportamiento ante los peligros. Hay que preocuparse no tanto de los que pueden “matar el cuerpo”, sino tener en el corazón el temor de Dios que juzga y corrige. ¿Es menos grave la blasfemia contra el Hijo del hombre que la que va contra el Espíritu Santo? El lenguaje de Jesús puede resultar un poco fuerte para el lector del evangelio de Lucas: a lo largo del evangelio ha visto a Jesús mostrando la actitud de Dios que va en búsqueda del pecador, que es exigente, pero sabe esperar el momento de la vuelta a Él y la madurez del pecador. En Marcos y en Mateo, la blasfemia contra el Espíritu Santo
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es la falta de reconocimiento del poder de Dios. Pero en Lucas significa el rechazo consciente y libre del Espíritu profético que actúa en las obras y enseñanzas de Jesús, es decir, el rechazo del encuentro con el obrar misericordioso y salvífico del Padre ¿Has renegado a Jesús? Si es así reconciliarte, ya que Jesús es amor. Si te sientes atacado y no sabes cómo defenderte, no te preocupes por eso porque el Espíritu Santo pondrá palabras en ti. 16
XXIX Domingo del Tiempo Ordinario
Primera Semana Liturgia de las Horas
Verde
Con la fuerza de la oración seamos misioneros de la misericordia Orientaciones para la Celebración: Se coloca el título de este Domingo. Se puede adornar el lugar con manos levantadas, unidas en oración. Se pueden colocar papelitos a la entrada para que cada uno escriba una petición por alguna necesidad que tenga y se colocan en una canasta que se colocarán junto al altar en el momento de la presentación de las ofrendas. En la oración de los fieles levantar las manos como Moisés mientras se ora por una dificultad especial. Monición de Entrada Queridos hermanos y hermanas: El Señor nos invita a redescubrir la fuerza de la oración para realizar nuestra misión en medio de las adversidades, oposiciones y contrariedades que se nos presenten. Sólo con las manos levantadas hacia el Padre como Moisés y con la insistencia constante de la viuda del Evangelio de hoy, podremos vencer y alcanzar la victoria y realizaremos la misión de la misericordia en nuestras familias, en nuestro ambiente, en todo momento y en todo lugar. No tenemos excusas para no actuar, ni para dejarnos derrotar por las dificultades. El Señor va con nosotros y está atento a nosotros. Sólo nos pide confianza en El, mostrada en la oración confiada y constante. Llenos de fe, oremos en esta celebración de manera especial por todos los misioneros y misioneras de la Iglesia, para que perseveren en la misión, fortalecidos con la oración. Iniciemos esta gran oración que es la Eucaristía aclamando con el canto a Jesucristo, quien viene a presidirla a través de su ministro. Primera lectura: Éxodo 17, 8-13 La oración alcanza de Dios su misericordia para su pueblo y lo lleva a vencer todas las adversidades que se presentan en la misión que El le encomienda, como hizo con Moisés que lleno de fe oró por la victoria. Escuchemos.
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Lectura del libro del Éxodo 17,8-13 En aquellos días, Amalec vino y atacó a los israelitas en Rafidín. Moisés dijo a Josué: «Escoge unos cuantos hombres, haz una salida y ataca a Amalec. Mañana yo estaré en pie en la cima del monte, con el bastón maravilloso de Dios en la mano.» Hizo Josué lo que le decía Moisés, y atacó a Amalec; mientras Moisés, Aarón y Jur subían a la cima del monte. Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel; mientras la tenía baja, vencía Amalec. Y, como le pesaban las manos, sus compañeros cogieron una piedra y se la pusieron debajo, para que se sentase; mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así sostuvo en alto las manos hasta la puesta del sol. Josué derrotó a Amalec y a su tropa, a filo de espada. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 120,1-2.3-4.5-6.7-8 R/. El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R/. No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; no duerme ni reposa el guardián de Israel. R/. El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche. R/. El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre. R/. Segunda lectura: Timoteo 3, 14 - 4,2 En este mes de las Misiones estas palabras de San Pablo nos animan a que anunciemos en todo momento y lugar la gran misericordia que el Padre ha tenido con nosotros, que es Jesucristo su Hijo que nos conduce a la salvación. Con atención escuchemos. Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 3,14–4,2 Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado, sabiendo de quién lo aprendiste y que desde niño conoces la sagrada Escritura; ella puede darte la sabiduría que, por la fe en Cristo Jesús, conduce a la salvación. Toda Escritura inspirada por Dios es también útil para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud; así el hombre de Dios estará perfectamente equipado para toda obra buena. Ante Dios y ante Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venida en majestad: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta, con toda paciencia y deseo de instruir. Palabra de Dios. Aleluya Heb. 4,12 La Palabra de Dios es viva y eficaz, juzga los deseos e intenciones del corazón Evangelio: Lucas 18,1-8 Oremos siempre sin desanimarnos llenos de fe y de confianza en el Señor que está dispuesto a escucharnos, siguiendo el ejemplo de esta viuda que insistió e insistió hasta lograr justicia. Aclamemos con el canto a Jesucristo quien nos dirige su Palabra. Escuchemos.
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Lectura del santo evangelio según san Lucas 18,1-8 En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario.” Por algún tiempo se negó, pero después se dijo: “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara.”» Y el Señor añadió: «Fíjense en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?; ¿o les dará largas? Les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?» Palabra del Señor. Meditación En el evangelio de hoy, Jesús instruye a sus discípulos de cómo orar siempre sin desanimarse, hay que tener una oración fuerte, no importa la adversidad o nuestro estado de ánimo, debemos tener una oración constante, esa comunicación que es lo que nos ayuda a tener esa cercanía con nuestro padre amoroso, que anhela tengamos unos minutos para hablar con él En esta parábola Jesús nos presenta a un Juez sin escrúpulo que no tiene ningún tipo de temor por Dios ni por los hombres, nos narra que en la misma ciudad vivía una mujer viuda, la cual solía ir donde el Juez a pedirle que le hiciera justicia frente a sus adversarios; pero el Juez no le hacía caso, hasta que un día decidió hacerle justicia. Ante esto, el mismo Jesús pregunta ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche? ¿O les dará larga? Les digo que les hará justicia sin tardar. El mensaje que les dio Jesús a sus discípulos, a través de la parábola, nos deja como enseñanza que debemos hacer siempre justicia sin esperar nada a cambio, y que debemos mantenernos orando para que en el tiempo de Dios se cumplan nuestras peticiones. Hermanos, todo lo que le pidamos a Jesús y se lo pedimos con Fe, Jesús nos los dará sin tardar, solamente hay que confiar, no importa la adversidad saldremos victorioso, porque tenemos de nuestro lado al rey de reyes y al señor de señores. ¿Alguna vez has sentido que tus oraciones no son contestadas? ¿No has tenido ánimo para orar? ¿Tienes mucho tiempo sin orar? Dios es un padre lleno de amor, solamente tienes que tener la actitud para orar y dejarte guiar por su espíritu y verás cómo tu relación con Dios cambiará. La oración es la base para todo cristiano y para poder fortalecer la relación con Dios. Si confiamos y tenemos fe, veremos que todas y cada una de nuestras peticiones serán cumplidas, Dios nos hará justicia día y noche, no estamos solos. En la oración está la base de nuestra creencia, es donde tenemos intimidad con el padre, es ahí que vemos cumplidos nuestras peticiones.
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Jesús viene a decirnos que Dios quiere que lo cansemos” con nuestras súplicas; que Él quiere que insistamos en la oración y no nos preocupemos si podemos resultarle cansones, pues así sea. Oración de los fieles: El que preside: Invoquemos a Dios que ha infundido la esperanza en nuestros corazones y digámosle: Padre, escucha nuestra oración. Por la Iglesia Universal y sus pastores, para que invocando con toda confianza al Señor en la oración puedan vencer los obstáculos que se les presenten en su misión. Oremos. Por los que dirigen todas las naciones, para que eleven sus súplicas al Señor y así puedan vencer la pobreza, las injusticias y las desigualdades que existen en sus pueblos. Oremos. Por los enfermos, encarcelados, abandonados, por los que han perdido la fe para que confiando a Dios sus problemas través de la oración encuentren solución a sus problemas y la solidaridad de otros. Oremos. Por nosotros aquí reunidos, para que el Señor nos dé la fe necesaria para realizar su misión hasta el final y llenos de su fuerza venzamos todo mal. Oremos. Por todos los misioneros que han venido de otras tierras y los nuestros que se han ido dejando su patria, para que encuentren el consuelo y la alegría de su consagración al servicio de Dios y de los pobres. Oremos. El que preside: Escucha, Padre, nuestra oración confiada para que podamos a tiempo y a destiempo anunciar y comunicar tu misericordia a tu pueblo. Por Jesucristo nuestro Señor. 17
Memoria Obligatoria: San Ignacio de Antioquía, Obispo y Mártir
Lunes
Rojo
Lectura de la carta de san Pablo a los Efesios 2,1-10 Hermanos: Hubo un tiempo en que estaban muertos por sus delitos y pecados, cuando seguían la corriente del mundo presente, bajo el jefe que manda en esta zona inferior, el espíritu que ahora actúa en los rebeldes contra Dios. Antes procedíamos nosotros también así; siguiendo los deseos de la carne, obedeciendo los impulsos de la carne y de la imaginación; y, naturalmente, estábamos destinados a la reprobación, como los demás. Pero Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó: estando muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo, por pura gracia estamos salvados, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él. Así muestra a las edades futuras la inmensa riqueza de su gracia, su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque están salvados por su gracia y mediante la fe. Y no se debe a ustedes, sino que es un don de Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir. Somos, pues, obra suya. Nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que él nos asignó para que las practicásemos. Palabra de Dios.
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Salmo Responsorial: 99 R/ “El Señor nos hizo y somos suyos”. Aclama al Señor, tierra entera, sirvan al Señor con alegría, entren en su presencia con vítores. R/. Saben que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño. R/. Entren por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con himnos, dándole gracias y bendiciendo su nombre. R/. «El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades.» R/. Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12,13-21 En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.» Él le contestó: «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre ustedes?» Y dijo a la gente: «Miren: guárdense de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.» Y les propuso una parábola: «Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: “¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha.” Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida.” Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?” Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.» Palabra del Señor. Meditación El evangelio de hoy nos habla de una manera muy actual de la forma que estamos viviendo nuestras vidas, tratando de acumular riquezas en la tierra. Vemos cómo las personas son reconocidas por lo que tienen, no por lo que son. Pues vivimos en una cultura del consumismo y la acumulación de bienes. ¿Cuántas familias se han destruido por la ambición del tener y no ser para el Señor? ¿Cómo el dinero nos corrompe no importando a quienes destruimos y engañamos? Este cáncer llamado dinero vemos continúa haciendo más pobre a aquellos que menos tienen y más rico a los que más pueden. Vemos un mundo donde hermanos no tiene que comer, que vestir, donde vivir. Una cultura de indiferencia hacia el necesitado sigue produciendo un abismo entre Dios y los hombres. Jesús nos dice claramente “su vida no depende de sus bienes”. Y eso me recuerda en mis momentos donde conocí de una manera especial al Señor: Pues mi vida se basaba en lo que yo tenía. Lo que podía ostentar a los demás. Comprando lo que quería, viajando donde quería y disfrutando del mundo como muchos hoy en día viven. Entonces un día tuve la dicha de perderlo todo: el trabajo, el carro, el dinero, los supuestos amigos. Y en ese momento pensé que todo estaba
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perdido. En mi desesperación de buscar una respuesta me detuve en una iglesia y entré al santísimo. Aquí de rodillas frente a Él le conté la situación por la que estaba pasando. Y entonces escuché su palabra “tu vida no depende de tus bienes” tu vida depende de mí. En ese instante lloré con una indignación pasmosa, pues había entendido que Jesús tenía otros planes en mi vida y que al humillarme delante de Él todos mis problemas desaparecerían. Hay un dicho que dice que al Señor se le conoce en el Amor o en el Dolor. En todos estos años que tengo caminando en el Señor pude analizar que lo conocí en el Amor. Pues El, por el amor que me tiene me quitó todo lo que me apartaba de su gracia, todo lo que de alguna manera me condenaría. Hoy mi única riqueza es estar sirviéndole a Dios y saber que su Amor es infinito para nosotros los hombres. Dios nos llama hoy para que dejemos de seguir al mundo y busquemos la verdadera riqueza, que es la de estar a los pies del Señor. Hemos llegado a este mundo sin nada y de la misma manera nos iremos. 18 Martes
Fiesta: San Lucas, Evangelista Rojo
Lectura de la segunda carta de san Pablo a Timoteo 4, 9-17a Querido hermano: Dimas me ha dejado, enamorado de este mundo presente, y se ha marchado a Tesalónica; Crescente se ha ido a Galacia; Tito, a Dalmacia; sólo Lucas está conmigo. Coge a Marcos y tráetelo contigo, ayuda bien en la tarea. A Tíquico lo he mandado a Éfeso. El abrigo que me dejé en Troas, en casa de Carpo, tráetelo al venir, y los libros también, sobre todo los de pergamino. Alejandro, el metalúrgico, se ha portado muy mal conmigo; el Señor le pagará lo que ha hecho. Ten cuidado con él también tú, porque se opuso violentamente a mis palabras. La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió. Que Dios los perdone. Pero el Señor me ayudó y me dio salud para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran los gentiles. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 144 R/ “Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.” Que todas tus criaturas te den gracias, Señor; que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R/. Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R/. El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente. R/. Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 10, 1-12.17-20 En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir. Y
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les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos: Rueguen, pues, al dueño que mande obreros a su cosecha. ¡Pónganse en camino! Miren que los mando como corderos en medio de lobos. No lleven bolsa, ni morral, ni sandalias; no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, digan primero: Paz a esta casa. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos su paz; si no, volverá a ustedes. Quédense en esa casa, coman y beban de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No anden cambiando de casa. Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman lo que les pongan, curen a los enfermos que haya, y digan: Está cerca de ustedes el Reino de Dios. Pero si entran en un pueblo y no los reciben bien, salgan a la plaza y digan: Hasta el polvo de su pueblo que se nos ha pegado a los pies, lo sacudimos sobre ustedes en señal de protesta. Pero sepan de todas formas que está llegando el Reino de Dios. Les digo que el día del juicio será más tolerable para Sodoma que para ese pueblo». Palabra del Señor. Meditación Hoy celebramos la Fiesta de San Lucas, el evangelista de la Misericordia, médico de profesión y que acompañó a Pablo en sus viajes apostólicos. Es el autor del tercer Evangelio y del libro de los Hechos de los Apóstoles. En la primera lectura, Pablo escribe lo que todo ser humano hace cuando pierde de vista al Señor en su vida ¨se retira¨, buscando en otras cosas la felicidad. Cuando somos discípulos del Señor se manifiesta en nuestro caminar momentos de soledad y de abandono. En los cuales quisiéramos tirar la toalla. En el momento que conocí al Señor muchos de mis amigos y familiares dejaron de juntarse conmigo, pues consideraban que yo no les sumaba a las cosas que ellos deseaban en sus vidas. No podían entender como una persona que vivía en el pecado podía de repente hablar de Jesús como su salvador y comentar su palabra en todo momento. Convirtiéndome en un Saulo más en el Señor, de perseguidor a perseguido. Y para las personas que han estado en nuestras vidas desde temprana edad se les hace difícil entender los misterios que hace el Señor en aquellos que encuentran su verdad. Nuestra Iglesia de hoy es la misma que fue fundada hace 2000 años. Sigue siendo atacada por aquellos que desean hacer su voluntad con los que menos tienen, con los desvalidos, con los indigentes, con los rechazados. Y a pesar de sus pecados continúa llevando el mensaje a todas las naciones. Porque Dios es misericordioso. Por eso en el Evangelio Jesús nos dice “Miren que los mando como corderos en medio de lobos”, donde nos sentiremos acorralados y solos. Muchas veces me sentí de esa manera. Siendo juzgado, apedreado, rechazado, como muchos de los discípulos de Jesús se sintieron en esos momentos también. Y en esos momentos decidimos ser cristianos cuando nos conviene, pero cuando no nos conviene dejamos a Jesús en una caja para que no salga.
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Todo cristiano pasa por momentos de aridez, pues hasta Pedro negó que era seguidor del Señor. Y ese es el llamado que tenemos como creyentes de la Palabra. Predicar su enseñanza sin importar lo que vestiremos, comeremos o donde dormiremos. ¿Cuantas veces antes de ir a predicar su palabra preguntamos si el lugar es bonito, tiene aire acondicionado o si habrá que comer? Jesús quiere que nos ensuciemos las manos de su gracia. Desea que nos enlodemos nuestro cuerpo de amor. Que tengamos sed para que vayamos a beber de su agua bendita. Nuestra única misión es ir y compartir con los demás lo que Dios está haciendo en nuestras vidas. Feria o Memoria libre: San Pedro de Alcántara, Presbítero o San Juan Brebeuf y San Isaac Jogues, Presbíteros y Compañeros Mártires o de San Pablo de la Cruz, Presbítero Miércoles Verde, Blanco o Rojo
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Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 3, 2-12 Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios que se me ha dado en favor de ustedes. Ya que se me dio a conocer por revelación el misterio, del que les he escrito arriba brevemente. Léanlo y verán cómo comprendo yo el misterio de Cristo, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, como ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la promesa de Jesucristo, por el Evangelio, del cual yo soy ministro por la gracia que Dios me dio con su fuerza y su poder. A mí, el más insignificante de todos los santos, se me ha dado esta gracia: anunciar a los gentiles la riqueza insondable que es Cristo, aclarar a todos la realización del misterio, escondido desde el principio de los siglos en Dios, creador de todo. Así, mediante la Iglesia, los Principados y Potestades en los cielos conocen ahora la multiforme sabiduría de Dios, según el designio eterno, realizado en Cristo Jesús, Señor nuestro, por quien tenemos libre y confiado acceso a Dios, por la fe en él. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: Interleccional: Isaías 12 R/ “Sacarán aguas con gozo de las fuentes de la Salvación”. Él es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Y sacarán aguas con gozo de las fuentes de la salvación. R/. Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es excelso. R/. Tañan para el Señor, que hizo proezas, anúncienlas a toda la tierra; griten jubilosos, habitantes de Sión: “Qué grande es en medio de ti / el santo de Israel.” R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 39-48 En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Comprenden que, si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete.
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Lo mismo ustedes, estén preparados, porque a la hora que menos piensen viene el Hijo del hombre”. Pedro preguntó: “Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?” El Señor le respondió: “¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo al llegar encuentre portándose así. Les aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si el empleado piensa: “Mi amo tarda al llegar”, y empieza a pegarle a los mozos y a las muchachas, a comer y deber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. El criado que sabe lo que su amo quiere, y no está dispuesto a ponerlo por obra, recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá. Palabra del Señor. Meditación ¡Qué difícil se nos hace obedecer la Palabra de Dios! ¿Será que somos tercos por nacimiento o definitivamente al momento de leer esta lectura no estamos conscientes que Jesús es nuestro salvador? Jesús nos invita a que vivamos el Presente y que dejemos el pasado atrás. Que vivamos el Presente y que dejemos el Futuro, pues no ha llegado. El Presente es lo que Dios quiere para nosotros. Que lo contemplemos hoy, que amemos al desvalido hoy, que llevemos su palabra hoy, que alabemos su nombre hoy, que perdonemos al que nos ha hecho daño hoy. Pues el Pasado ya no existe y el Futuro no ha llegado. Recuerdo el testimonio de una joven cuya madre sufría de depresión. Debido a esta enfermedad su mamá discutía mucho con ella, a veces sin ningún sentido. Esto trajo como consecuencia que la hija no quisiera estar con su madre y tanto así que comenzó a despreciarla. Decía que no la quería y que ya no aguantaba seguir viviendo con ella, que deseaba el día que ella como hija pudiera irse de su casa. Un día ella llama a la casa para preguntarle a su mamá algo. Nadie toma el teléfono y ella insiste en las llamadas con frecuencia. Ella siente en su corazón que ha pasado algo, e inmediatamente se va para su casa. Al llegar y abrir la puerta llama a la mamá y ve la misma no se encuentra. Al abrir la habitación de ella, nota que no puede abrirla totalmente, pues su madre yacía en el piso y las piernas de la misma no la dejaban abrirla por completo. Y si hermano, su madre había decidido quitarse la vida. Y en una nota que le dejó decía: Tu eres lo mejor que me ha pasado en mi vida, pero entiendo que yo no soy digna de hacerte feliz. Perdóname. Ella lloró amargamente pues entendió que no fue la hija amorosa y cariñosa que su madre necesitaba. Y solo tenía la tristeza del tiempo que dejó de darle cariño y el que ya nunca podrá ser. Por eso deja que Jesucristo administre tu vida. Sin importar en el pasado o el mañana. Pues Jesús te quiere hoy. Si vivimos siempre su Presente estaremos listos el momento que seamos llamado a su encuentro.
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20 Jueves
Feria Verde
Lectura de la carta de san Pablo a los Efesios 3, 14-21 Hermanos: Doblo las rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, pidiéndole que, de los tesoros de su gloria, les conceda por medio de su Espíritu robustecerlos en lo profundo de su ser, que Cristo habite por la fe en sus corazones, que el amor sea su raíz y su cimiento; y así, con todos los santos, lograrán abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano. Así llegarán a su plenitud, según la plenitud total de Dios. Al que puede hacer mucho más sin comparación de lo que pedimos o concebimos, con ese poder que actúa entre nosotros, a él la gloria de la Iglesia y de Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén. Palabra del Señor. Salmo Responsorial: 32 R/ “La misericordia del Señor llena la tierra”. Aclamen, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos. Den gracias al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas. R/. Que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R/. Pero el plan del Señor subsiste por siempre, los proyectos de su corazón, de edad en edad. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como heredad. R/. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 49-53 En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Piensan que he venido a traer al mundo la paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra”. Palabra del Señor. Meditación Jesús ha venido a traer fuego al mundo para que arda. Este no es un fuego físico, sino que es espiritual: es el fuego del Espíritu Santo que todo lo crea, y lo renueva. Es el fuego capaz de transformar y calentar nuestros corazones para hacernos capaces de amar al hermano y agradar a Dios, y también nos da la capacidad de perdonar a aquella persona
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que no tenemos fuerza de perdonar por medios humanos. Este fuego que recibimos en el Bautismo, nos purifica, nos renueva, e incendia nuestras miserias, egoísmos y pecados, en otras palabras, este fuego nos va santificando poco a poco. Sin este fuego y este ardor, seríamos cristianos tibios o fríos, incapaces de hacer la Voluntad de Dios. Solo mediante la Gracia de Dios que recibimos por medio del Espíritu Santo, somos hechos capaces de vivir la fe de un modo sobrenatural. Como cuando ponemos una greca de café al fuego, este saca su mejor aroma y sabor, y lo hace agradable al paladar. Lo mismo ocurre con la presencia del Espíritu Santo en nuestro interior, en nuestra casa, en nuestro trabajo y en la Iglesia, cuando pedimos al Señor que mande su Espíritu. ¿Cuándo fue la última vez que pediste la ayuda del Espíritu Santo frente a una necesidad o ante una tentación? Te aseguro que si pides su auxilio en el momento de la prueba, Él vendrá sin hacerse esperar, y en tu interior se renovará la fuerza y el deseo de santidad. Tal como el café cuando se calienta en el fuego. Esto es lo maravilloso de ser Cristiano: todo lo que el Señor nos pide hoy es que nos dejemos arropar y calentar en el fuego de su Espíritu. Luego Jesús nos dice que ha venido a traer “división” al mundo. ¿Cómo entender esto, si el Señor es el Príncipe de Paz? ¿A qué división se refiere Jesús? ¡Si Jesús mismo pidió al Padre que todos seamos UNO! La respuesta a esto es que el mensaje del Evangelio provoca división: división entre quienes lo aceptan y quienes lo rechazan. Es normal que quienes aceptan la Palabra del Señor, y que intentan dejarse guiar por los caminos del Espíritu, encuentren Resistencia y a veces hasta rechazo por parte de los que aún no conocen a Jesús (y a veces hasta incomprensión dentro de la Iglesia, como le ha pasado a muchos santos en la historia). Pero esto no debe desanimarnos, más bien debe motivarnos a seguir dando testimonio de que Jesús vive hoy, y usar estas dificultades para crecer en la santidad y en el ejercicio de las virtudes. Jesús dijo que en el mundo encontraríamos dificultades, pero que tengamos ánimo, porque ya Él venció al mundo, así que no tenemos nada que temer. 21 Viernes
Feria Verde
Lectura de la carta del apóstol san Pablo Efesios 4, 1-6 Hermanos: Yo, el prisionero por el Señor, les ruego que anden como pide la vocación a la que han sido convocados. Sean siempre humildes y amables, sean comprensivos, sobrellévense mutuamente con amor; esfuércense en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que han sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. Palabra del Señor.
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Salmo Responsorial: 23 R/ “Éste, Señor, es el grupo que busca tu presencia.” Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos. R/. ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos. R/. Ése recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. Éste es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 54-59 En aquel tiempo decía Jesús a la gente: “Cuando ven subir una nube por el poniente, dicen enseguida: “Chaparrón tenemos”, y así sucede. Cuando sopla el sur dicen: “Va a hacer bochorno”, y lo hace. ¡Hipócritas!: si saben interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no saben juzgar ustedes mismos lo que se debe hacer? Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él mientras van de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo”. Palabra del Señor. Meditación La Palabra de Dios hoy nos recuerda que como hijos de Dios tenemos una vocación a mantener la unidad en el Espíritu, a ser amables, comprensivos, y todo esto con el vínculo de la paz. De hecho, el mismo San Pablo dirá en otro momento, en su carta a los Corintios, que mientras existan entre ellos chismes y divisiones, los consideraba poco crecidos en la fe, como niños, espiritualmente hablando. ¿Cómo podemos saber si estamos creciendo en la Fe y en los frutos del Espíritu? En la medida en que vamos abandonando las rivalidades y los pleitos sin sentido, y vamos aprendiendo a aceptarnos unos a otros, y somos buscadores de la paz, estamos creciendo. Alguien podría decir “he crecido mucho, ya soy un maestro, me sé la Biblia y el Catecismo completos, y nadie me puede discutir sobre temas de doctrina”. Y esto es muy bueno y útil, pero la madurez se muestra más claramente a medida que nos vamos haciendo compasivos con los demás, y vamos abandonando las divisiones. Esto no quiere decir que tenemos que estar siempre de acuerdo con todos, o que nunca denunciemos las injusticias “para mantener la paz”. Al contrario, en ocasiones la búsqueda de la Paz requiere que enfrentemos las injusticias con decisión y coraje. Y haciendo esto, a menudo vamos a entrar en conflicto con algunas personas, pero aún ahí, seguimos siendo agentes de la Paz. Es lo que ocurre cuando, por ejemplo, la Iglesia defiende la dignidad de la Vida humana en todas sus etapas, y se opone al Aborto. En ese momento, la Iglesia entra en conflicto con algunos intereses, pero lo que la Iglesia hace en ese momento es procurar la paz y la justicia, en este caso, hacia los más pequeños. Algunos no la comprenden del todo,
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pero la Iglesia sabe que está defendiendo a los indefensos, que son los predilectos del Señor. Durante 2,000 años la Iglesia católica ha sabido mantener el depósito de la Fe y ha superado todas las crisis, pecados internos y herejías que han intentado desviarla. Esto es una muestra de que Dios guía a la Iglesia, y es un motivo para darle gracias por este don, y además nos anima a permanecer fieles al Señor en el refugio seguro que es su Iglesia. Esto no es tarea fácil. Note que la misma Palabra dice: “esfuércense en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz”. Es decir, que tenemos que poner empeño para mantener la unidad. Hoy pedimos al Señor que nos permita seguir creciendo en amabilidad, en comprensión de los demás y en amor, y que nos haga agentes más perfectos de la paz y la unidad en el Espíritu. Amén. 22 Sábado
Feria o Memoria Libre: San Juan Pablo II, Papa Verde o Blanco
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4,7-16 Hermanos: A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo. Por eso dice la Escritura: «Subió a lo alto llevando cautivos y dio dones a los hombres.» El «subió» supone que había bajado a lo profundo de la tierra; y el que bajó es el mismo que subió por encima de todos los cielos para llenar el universo. Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelizadores, a otros, pastores y maestros, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud. Para que ya no seamos niños sacudidos por las olas y llevados al retortero por todo viento de doctrina, en la trampa de los hombres, que con astucia conduce al error; sino que, realizando la verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas hacia él, que es la cabeza: Cristo, del cual todo el cuerpo, bien ajustado y unido a través de todo el complejo de junturas que lo nutren, actuando a la medida de cada parte, se procura el crecimiento del cuerpo, para construcción de sí mismo en el amor. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 121 R/. Llenos de alegría vamos a la casa del Señor ¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. R/. Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor. R/. Según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 13,1-9 En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les
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contestó: «¿Piensan que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Les digo que no; y, si no se convierten, todos perecerán lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿piensan que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Les digo que no; y, si no se convierten, todos perecerán de la misma manera.» Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?” Pero el viñador contestó: “Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas.”» Palabra del Señor. Meditación La Paciencia del Señor para con nosotros no tiene comparación. Más fácilmente dejamos nosotros mismos de creer en nosotros, en nuestra posibilidad de superación o de conversión, que nuestro Dios. Más fácilmente nos desesperamos con nuestros hijos o nuestros vecinos, que Dios. A veces queremos que Dios envíe un rayo desde el cielo que acabe con aquella persona que nos molesta, pensando que esa persona no tiene la oportunidad de cambiar, o peor aún, que no la merece. Pero nuestro Señor no actúa así. En el Evangelio de hoy vemos que algunas personas le fueron a contar a Jesús sobre unos galileos que fueron asesinados por Pilato. La lógica les indicaba que esos galileos sufrieron una muerte espantosa como pago por sus pecados. Y que los que se portaban “bien” no iban a sufrir, como pago a su buen comportamiento. Jesús les dijo que estos hombres no fueron asesinados como pago por sus pecados, porque Dios no actúa así. Dios le da la oportunidad a todos los hombres de que se conozcan la verdad y se Salven. Pero luego les explicó, que los que no se convierten, van a morir de la misma manera. Se refería a la muerte espiritual, que sufren aquellos que se resisten al Amor de Dios hasta el final de sus vidas. En la misma línea va la parábola de la higuera sin fruto. En ella vemos que año tras año el dueño iba a verificar el árbol y nunca encontraba fruto, por lo que la higuera estaba desaprovechando terreno productivo. Lo más lógico era cortarla, y ceder ese espacio a otro árbol más fértil. Eso hacemos nosotros cuando tenemos un empleado ineficiente, o cuando tenemos un estudiante con mala conducta, o cuando hacemos un negocio donde nos va mal. Si Dios actuara así con nosotros, estaríamos todos reprobados, y “quemados”, por las tantas veces que fallamos. La Buena Noticia es que Dios es misericordioso y paciente con nosotros, y cada día nos da nuevas oportunidades de corresponder a su Amor. Incluso, cuando no damos los frutos esperados, Dios no se desespera y nos poda, nos abona y alimenta, para impulsarnos hacia adelante. Y esto lo hace día por día, aún a pesar de nuestras infidelidades, hasta el día en que nos llame a su presencia, donde seremos “cortados”.
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El Señor nos invita hoy a no perder la calma, a tener paciencia con nuestro propio proceso de conversión, y también a tener paciencia con el proceso de conversión de los demás. Todo es paso a paso, Casi nada ocurre de la noche a la mañana, así que, si damos pequeños pasos, vamos avanzando hasta obtener victorias importantes. Tengamos paciencia con nuestra pareja, con nuestros amigos, con nuestros hermanos, con nuestros hijos, con nuestro párroco, etc. y presentemos sus vidas en oración al Señor, para que, llegado el momento de la cosecha, pueda encontrar abundantes frutos para su gloria. 23
XXX Domingo del Tiempo Ordinario
II Semana Liturgia de las Horas
Verde
“Discípulos misioneros, testigos de misericordia”. Orientaciones para la celebración Hoy es el Domingo Mundial de las Misiones, por tanto, debemos destacar este tema. Para ello escribimos en una cartulina o en un cartel grande el lema del Domund “Discípulos Misioneros, Testigos de la Misericordia.”. Lo llevamos en procesión y lo colocamos en lugar visible. Llevamos en la procesión de entrada a los misioneros de la comunidad que van vestidos de los cinco colores del Continente: unos de rojo (América), azul (Oceanía), blanco (Europa), amarillo (Asia) y verde (África) representando los diferentes Continentes. Llevan el nombre de su continente en su pecho. Y los colocamos en un lugar preferente. Al final de la celebración se hace una bendición o un envío de los misioneros. Monición ambiental Muy queridos hermanos y hermanas, sean todos bienvenidos a esta celebración dominical en el que la Iglesia universal celebra la Jornada Mundial de las Misiones. Por eso este Domingo lo llamamos DOMUND, que quiere decir Domingo Mundial. El Papa nos anima a “salir” de misión como discípulos misioneros. En el Año Jubilar de la Misericordia, la misión para llevar el Evangelio a todas las gentes, especialmente, a las que no conocen a Cristo en otras naciones o todavía la Iglesia es muy débil, es una grande e inmensa obra de misericordia espiritual y material. Unidos al Papa vibramos con el lema de nuestra jornada: “Discípulos misioneros, testigos de misericordia”. En esta Jornada la iglesia nos invita a la oración, sacrificio y ofrenda. El Papa nos anima a realizar hoy este gesto de comunión eclesial misionera
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para que llegue a todos el evangelio. Nuestro aporte económico unido a la oración nos hace testigos de la misericordia. Con el mandato de Jesús: ““¡anuncia la misericordia que el Señor ha hecho contigo!” (Mc 5,19), que es el lema de este mes,” la Iglesia envía a todos los discípulos misioneros a anunciar el Evangelio. Unidos con las Obras Misionales Pontificias que animan a la misión “ad gentes” (a las gentes que no conocen el Evangelio de otros países) y a la misión permanente que con sus discípulos misioneros salen casa por casa, en el sector o comunidad a anunciar el evangelio, vivamos con gozo esta Celebración y cantando recibimos a Jesucristo que se hace presente a través de su ministro. Primera lectura: Eclesiástico 35, 15b-17-20-22a Como misioneros del Señor estamos llamados a promover la justicia y la equidad, siempre atentos a escuchar el grito de los pobres y a presentarlos al Dios juez justo. Escuchemos con atención. Lectura del libro del Eclesiástico El Señor es un Dios justo, que no puede ser parcial; no es parcial contra el pobre, escucha las súplicas del oprimido; no desoye los gritos del huérfano o de la viuda cuando repite su queja; sus penas consiguen su favor, y su grito alcanza las nubes; los gritos del pobre atraviesan las nubes y hasta alcanzar a Dios no descansan; no ceja hasta que Dios le atiende, y el juez justo le hace justicia. Palabra de Dios. Salmo Responsorial 33 R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R/. El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias. R/. El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él. R/. Segunda Lectura: 2 Timoteo 4, 6-8. 16-18 Como el apóstol San Pablo todo misionero o misionera está llamado a combatir el buen combate de la fe y así poder sentir la alegría de la misión cumplida con perseverancia hasta el final. Escuchemos Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo Estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no solo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida. La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió. Que Dios los perdone. Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles.
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Él me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Palabra de Dios. Aleluya 2 Cor 5, 19 Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, y a nosotros nos ha confiado la palabra de reconciliación Evangelio: Lucas 18, 9-14 La oración es uno de los medios más eficaces que tiene un misionero para anunciar al Señor y para expresar misericordia. Pero, sólo la actitud humilde y misericordiosa del orante hace que su oración sea escuchada por Dios y quedar justificados por El. Con el canto aclamemos al Señor que nos habla en este santo Evangelio. Lectura del santo evangelio según san Lucas 18,9-14 En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola: «Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo.” El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; solo se golpeaba el pecho, diciendo: “¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador.” Les digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.» Palabra del Señor. Meditación ¿Quiénes eran los Fariseos? Eran religiosos y llevaban sus vidas al extremo buscando obedecer las leyes, eran estricto con su forma de ser y muy críticos con los demás. Mientras que a los publicanos se les conocía como inmorales. Explotaban a las personas que le cobraban. La mayoría los odiaba. Luego de leer quiénes eran cada quien, ¿podríamos decir quién llevaba una vida más centrada en Cristo?, ¿Sí? Es aquí donde viene la lección: ¿hacemos las cosas porque son leyes o porque realmente creemos en ellas y si creemos en ellas actuamos o somos sinceros con nuestros actos? Nuestra mente, nuestro corazón y nuestras obras, deben ir de la mano; lo que dice tu boca, no puede contradecir lo que hacen tus manos. ¡Cuántas veces justificamos nuestros pecados y los minimizamos! No tengo que confesarme, yo no he matado a nadie, no he sido infiel a mi esposa, amo a mi prójimo… con orgullo decimos yo tengo 15 años en la iglesia, yo soy el más duro… ¡cuidado, alerta, mucho ojo Fariseo! El orgullo, creerse más que los demás nunca será el camino correcto, debemos estar claro que somos instrumentos de Dios y los resultados de eso son gracias al mismo Dios. ¿Viste hermano? Oré por aquel hombre y lo sané. ¿Qué pasa?, ¿Que tú qué? Dios lo sanó. Dios hizo el milagro en ese hombre y lo sanó.
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No perdamos la visión: Dios es quien actúa a través del Espíritu Santo. No reconocer nuestros pecados debe ser una alerta que algo está mal, profundicemos en nosotros mismo y busquemos donde está el fallo, no es para decirte tienes 325 fallos en la vida, es para que ese pecado sea vencido por ti, para siempre. Reconocer que hemos fallado, es el primer paso para obtener la reconciliación con Dios, no apartemos nuestra mira de Jesús. Dice la palabra en Santiago 4: 6 “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes”. La humildad de cristiano, siempre será exaltada. Nunca dejemos que la confianza en nosotros mismos, sea tan grande, que nos olvidemos que solo somos instrumentos, guerreros y que el resultado final, siempre será por la gloria de Dios. Hagamos lo nuestro y dejemos que Dios haga el resto. Esta lectura nos invita a meditar cuáles áreas de nuestras vidas se parecen al fariseo, andamos alardeando todos los sacrificios que hacemos para Dios; y en cual no parecemos al publicano, aquel que pide perdón esperando en la misericordia de Dios. ¿Dónde te inclinas? Mantengamos la vida de oración cotidiana y veremos que el fariseo se va saliendo del hombre viejo. Oremos por los corazones de cada cristiano para que siempre estén llenos de humildad y el orgullo nunca tenga espacio para estar. Oración de los Fieles El que preside: Oremos al Padre del cielo que oye el grito de los humildes, y digámosle unidos a todos los misioneros y misioneras del mundo: Padre, que seamos misioneros de tu misericordia. • Por el Papa, los obispos, presbíteros y diáconos, para que, con su testimonio de humildad y cercanía con todos los hombres y mujeres, sean testigos del amor misericordioso como el Padre. Oremos. • Por los gobernantes de las naciones y por los servidores públicos, especialmente los de nuestro país, para que escuchen los gritos de los pobres y les hagan justicia. Oremos. • Por los enfermos, prisioneros y necesitados que sufren para que vean en los misioneros el rostro de la misericordia de Dios. Oremos. • Por cada uno de nosotros, para que seamos misioneros, que conscientes de nuestras propias debilidades sepamos ser humildes y misericordiosos con quienes han caído en el pecado y así seamos testigos de la misericordia. Oremos. • Por los misioneros y misioneras, para que fieles a su vocación y con gran humildad proclamen por el mundo el amor misericordioso de Jesús en medio de los pobres y pecadores. Oremos. • Por las Obras Misionales Pontificias y sus agentes de pastoral para que promuevan el espíritu misionero y apertura a la misión universal de la Iglesia. Oremos. Quien preside: Padre, recibe nuestras oraciones por todos tus misioneros y misioneras, testigos de la Misericordia de Jesús, a fin de que cercanos a tu pueblo y en medio de el sean sus servidores. Por Jesucristo nuestro Señor.
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24 Lunes
Feria o Memoria Libre: San Antonio María Claret, Obispo Verde o Blanco
Lectura de la carta de san Pablo a los Efesios 4, 32-5, 1-8 Hermanos: Sean buenos, comprensivos, perdonándose unos a otros como Dios los perdonó en Cristo. Sean imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivan en el amor como Cristo los amó y se entregó por ustedes a Dios como oblación y víctima de suave olor. Por otra parte, de inmoralidad, indecencia o afán de dinero, ni hablar; es impropio de santos. Y nada de chabacanerías, estupideces o frases de doble sentido; todo eso está fuera de sitio. Lo de ustedes es alabar a Dios. Métanse bien esto en la cabeza: nadie que se da a la inmoralidad, a la indecencia o al afán de dinero, que es una idolatría, tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios. Que nadie se engañe con argumentos especiosos; estas cosas son las que atraen el castigo de Dios sobre los rebeldes. No tengan parte con ellos; porque en otro tiempo eran tinieblas, ahora son luz en el Señor. Caminen como hijos de la luz. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 1. R/ “Seamos imitadores de Dios, como hijos queridos”. Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche. R/. Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin. R/. No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 13, 10-17 Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga. Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y andaba encorvada, sin poderse enderezar. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: “Mujer, quedas libre de tu enfermedad”. Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la gente: “Seis días tienen para trabajar: vienen esos días a que los curen, y no los sábados”. Pero el Señor, dirigiéndose a él, dijo: “Hipócritas: cualquiera de ustedes, ¿no desata del pesebre al buey o al burro, y lo llevaba a abrevar, aunque sea sábado? Y a está, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no había que soltarla en sábado?”. A estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba de los milagros que hacía. Palabra del Señor. Meditación Notemos algo muy interesante: la mujer en la sinagoga, no fue a pedir su sanación, ella fue a orar, ella no es quien va donde Jesús y le pide ser
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sanada, es el mismo Jesús que la mira, imagínate la multitud que había ahí, y Jesús se fijó en ella, ve su situación y decide sanarla, a Él solo le importa ponerle fin al sufrimiento de esta mujer y de liberarla de la opresión de los malos espíritu. Jesús no la llamó para entrevistarla: ¿cómo te sientes? ¿Qué te duele?, ¿a qué viniste? ¿Qué quieres que haga por ti?, ¿por qué?, Él sabía lo que ella necesitaba, lo que era bueno para ella, lo que estaba enfrentando, sabía que necesitaba ayuda para vencer a su adversario, en su plan estaba sanarla, Jesús impuso sus manos y le dijo: “Mujer, quedas libre de tu enfermedad” Ahora bien, por el lado de la mujer ¿qué pasó?, recuerden una multitud, una mujer encorvada, situación que hace que sea más difícil de ver, y Jesús no solo la ve, sino que la llama. Aquí es donde viene el aporte del ser humano, Hombre o Mujer, cuando Jesús te llama: Escucharle o hacerte el sordo; creerle o dudar, eso no es a mí, indiferencia; imagínate ¿cuántas mujeres no había alrededor?, el no dijo nombre: María, Juana, Josefina; ¡o mujer doblada ven, NO!!, dice Jesús la llamo, ella lo reconoció y FUE HACIA él, la libero y ¿qué hizo después?, continuó alabando y glorificando a Dios. ¿Será sábado, lunes o domingo?, solo Dios tendría esa respuesta. Mientras, mantente firme en tu oración, no te canses de orar, tu clamor, es escuchado; ya paso una semana, un mes, un años o 18 años ¿por qué no se ha resuelto, por qué no he sanado? Porque no ha llegado la hora según el plan de Dios. Mantente firme, no dejes que el tiempo debilite tu fe, Dios está actuando, escúchalo, en su Palabra serás fortalecido y verás que las situaciones no son tan grandes como parecen; no permitamos que las pruebas nos debiliten, hagamos de las pruebas nuestras fortalezas, activemos las armas que tenemos, intensifiquemos la oración, la lectura de la palabra, la visita al santísimo, etc. Cuando el señor nos mira nos regala su misericordia, como le paso a esta mujer enferma. Muchas veces pasamos años cometiendo los mismos pecados y nos apartamos de la mirada de Dios. Hoy el señor nos dice, que no importa el tiempo que llevas con tu enfermedad espiritual, que solo con una mirada bastará para sanar y salvar tu vida. El Padre es el dueño del tiempo, no te dejes engañar por el enemigo, para Él no hay un día específico para sanarte o liberarte, es AHORA y es para Ti. ¡Hey! Sí a ti, DÉJATE MIRAR POR DIOS y al escuchar su llamado corre hacia Él; para Él no eres indigno, eres su hijo amado al que está llamado, corre a su encuentro. Dios te LLAMA; Escúchalo y Camina a su encuentro. 25 Martes
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Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 5,21-33 Hermanos: Sean sumisos unos a otros con respeto cristiano. Las mujeres, que se sometan a sus maridos como al Señor; porque el marido es cabeza
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de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Pues como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo. Maridos, amen a sus mujeres como Cristo amó a su Iglesia. Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para colocarla ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son. Amar a su mujer es amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. «Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.» Es éste un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia. En una palabra, que cada uno de ustedes ame a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete al marido. Palabra de Dios. Salmo Responsorial 18 R/. Dichosos los que temen al Señor Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R/. Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. R/. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sion, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 13,18-21 En aquel tiempo, decía Jesús: «¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas.» Y añadió: «¿A qué compararé el reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.» Palabra del Señor. Meditación La mostaza, una semilla pequeñísima casi insignificante, ¿En qué se puede comparar un grano de mostaza a lo inmenso que es el reino de los cielos?, sencillo cuando leemos la Palabra de Dios, cuando escuchamos la prédica de un hermano, cuando nuestros padres nos hablan de Dios, en ese momento estamos recibiendo el mensaje en forma de grano de mostaza en nuestro corazón, el cual representa la tierra donde será sembrada. Esa tierra, al llegar la semilla, puede encontrase: húmeda, suelta, arada, preparada, abonada o tal vez seca, dura, sin abono, llena de yerbas alrededor; a pesar de todo eso, la semilla llega al corazón; una vez dentro, inicia su proceso de crecimiento, es aquí donde los agricultores debemos trabajar e iniciar la misión a la que hemos sido llamados.
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Entonces ¿cuál sería la misión, para que esa semilla germine y crezca?; ahí es donde Dios toma el teléfono, chatea y escribe, enviando un mensaje a todo su ejército de agricultores, con un objetivo, hacer que la semilla germine y crezca; ¿qué debemos de hacer?; sencillo lo que todo agricultor haría, desyerbar, descubrir la tierra, ver qué le falta, agua, abono y seguimiento, ¡ves que fácil! Solo hay que proveer todo lo que le falta. Una vez que esa semilla se convierte en árbol, les servirá a muchos y vendrán en busca de descanso, protección y sombra. Y ahí es donde recibirán su semilla para iniciar el proceso de ser árboles frondosos. Agricultor es hora de hacer tu trabajo y cumplir tu misión, ¿estás dispuesto? ¡Vamos arriba! ¿La levadura en que se parece a nuestras vidas?, dice la Palabra “Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta”; entendemos que con una porción pequeña puede hacer la diferencia para que toda la masa se transforme en una gran masa. Cuántas veces nos sentimos que no somos capaces para hablar de Jesús, hacer una charla, si yo nunca he hecho eso, para leer una lectura en la misa, para hacer una oración en mi lugar de trabajo, es ahí donde debemos ser la levadura que fermente toda la masa, pero es que yo no sé hacer eso, ¿otra vez vas a hacer el mismo comentario?; abre tu boca y verás fermentados a todos tus compañeros, no porque tú tienes un mensaje para ellos, es Dios que quiere hablarles a través de ti; aprende a ser levadura y permite que toda la masa pueda ser transformada por el espíritu santo. Estamos llamados a dar a conocer este reino de Dios a todos. Piensa en quien cerca de ti, necesita conocer del Señor y llévalo a su presencia a través de tu testimonio. Entonces, dime: ¿Serás Agricultor o Panadero?; lo que decidas hazlo con amor y entrégate de lleno, recuerda que si no estás el trabajo pasa de ser grande a grandísimo, solo porque TU no estás, somos menos si ti. 26 Miércoles
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Lectura de la carta de san Pablo a los Efesios 6, 1-9 Hijos, obedezcan a sus padres como el Señor quiere, porque eso es justo. “Honra a tu padre y a tu madre” es el primer mandamiento al que se añade una promesa: “Te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra.” Padres, ustedes no exasperen a sus hijos; críenlos edúquenlos y corríjanlos como haría el Señor. Esclavos, obedezcan a sus amos según la carne con temor y temblor, de todo corazón, como a Cristo. No por las apariencias, para quedar bien, sino como esclavos de Cristo que hacen lo que Dios quiere; con toda el alma, de buena gana, como quien sirve al Señor y no a hombres. Sepan que lo que uno haga de bueno, sea esclavo o libre, se lo pagará el Señor. Amos, correspóndanles dejándose de amenazas; saben que ellos y ustedes tienen un amo en el cielo y que ése no es parcial con nadie. Palabra de Dios.
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Salmo Responsorial: 144 R/ “El Señor es fiel a sus palabras”. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R/. Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R/. El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 13, 22-30 En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando. Uno le preguntó: “Señor, ¿serán pocos los que se salven?” Jesús les dijo: “Esfuércense en entrar por la puerta estrecha. Les digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, se quedarán fuera y llamarán a la puerta diciendo: “Señor ábrenos” y él les replicará: “No sé quiénes son” Entonces comenzarán a decir: “Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas”. Pero él les replicará: “No sé quiénes son. Aléjense de mí, malvados”. Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando vean a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios y ustedes se vean echados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios. Miren: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos”. Palabra del Señor. Meditación Dentro de pocos días, si Dios quiere, comenzamos el mes de la familia, parece que la primera lectura de hoy la han puesto como introducción a ese mes de la familia. También podemos analizar esta lectura como continuación del tema de los días anteriores en la carta a los Efesios, donde se nos pedía ser buenos y comprensivos. Esa bondad y comprensión, Pablo, la pide hoy a los padres con los hijos, a los hijos con los padres, a los siervos con sus señores y a los señores con sus siervos. A todos pide que en su actuar tengan en cuenta cómo actuaría el Señor, y que se realicen las acciones como el Señor quiere. Siempre la perspectiva de la presencia del Señor en la vida. En toda la relación con las demás personas partamos del consejo de Pablo: ¿cómo lo haría Jesús? ¿Cómo quiere él que trate a mis padres, a mis hijos, a mis empleados, a mis jefes, a mis compañeros y hermanos…? Si seguimos estos consejos, seguro que somos más misericordiosos con las demás personas. Uno, es decir cualquiera persona creyente de aquel tiempo y también de hoy, le pregunta a Jesús sobre el número de los que se van a salvar. En definitiva, la pregunta es ¿yo me voy a salvar? Y preguntamos ¿junto conmigo se van a salvar muchos, porque, en fin, no se van a salvar todos, ni siquiera se van a salvar muchas personas… verdad? Jesús, inteligente, como siempre, responde algo mucho más importante, no dice cuántos se van a salvar, sino que nos invita a salvarnos nosotros y
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nosotras. Para salvarnos lo primero que nos pide: esfuércense. La salvación no es cuestión fácil, supone esfuerzo y entrar por la puerta estrecha. No estaban salvados por ser del pueblo judío, ni por escuchar a los profetas, ni siquiera por escuchar a Jesús; no estamos salvados por pertenecer a la Iglesia, ni a no sé cuántos grupos de oración y adoración; sino por el esfuerzo diario, por la superación de cada día, por “escuchar y cumplir los mandamientos de Cristo”; por entrar por la puerta estrecha. Sí, serán muchos los salvados, porque la fuerza de la redención traída por Cristo tiene poder para salvar a muchos mundos como el nuestro; es más, la salvación de Cristo abarca a la gente de otras razas y religiones, de otras culturas y tradiciones, como dice el mismo Cristo: “vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios”. Cristo dice que se van a sentar en el Reino, y será con nosotros o sin nosotros. Nuestra salvación depende de cumplir con cuanto sabemos que Cristo vivió y nos mandó a vivir. La salvación está realizada, cada persona debe aceptarla, también nosotros y nosotras la debemos aceptar personalmente con los actos de cada día. 27 Jueves
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Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 6,10-20 Hermanos: Busquen su fuerza en el Señor y en su invencible poder. Pónganse las armas que Dios les da, para poder resistir a las estratagemas del diablo, porque nuestra lucha no es contra hombres de carne y hueso, sino contra los principados, autoridades y poderes que dominan este mundo de tinieblas, contra las fuerzas sobrehumanas y supremas del mal. Por eso, tomen las armas de Dios, para poder resistir en el día fatal y, después de actuar a fondo, mantener las posiciones. Estén firmes, repito: abróchense el cinturón de la verdad, por coraza pónganse la justicia; bien calzados para estar dispuestos a anunciar el Evangelio de la paz. Y, por supuesto, tengan embrazado el escudo de la fe, donde se apagarán las flechas incendiarias del malo. Tomen por casco la salvación y por espada la del Espíritu, es decir, la palabra de Dios, insistiendo y pidiendo en la oración. Oren en toda ocasión con la ayuda del Espíritu. Tengan vigilias en que oren con constancia por todos los santos. Pidan también por mí, para que Dios abra mi boca y me conceda palabras que anuncien sin temor el misterio contenido en el Evangelio, del que soy embajador en cadenas. Pidan que tenga valor para hablar de él como debo. Palabra de Dios. Salmo responsorial 143 R/. Bendito el Señor, mi Roca Bendito el Señor, mi Roca, que adiestra mis manos para el combate, mis dedos para la pelea. R/. Mi bienhechor, mi alcázar, baluarte donde me pongo a salvo, mi escudo y mi refugio, que me somete los pueblos. R/.
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Dios mío, te cantaré un cántico nuevo, tocaré para ti el arpa de diez cuerdas: para ti que das la victoria a los reyes, y salvas a David, tu siervo. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 13,31-35 En aquella ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle: «Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte.» Él contestó: «Vayan a decirle a ese zorro: “Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios; pasado mañana llego a mi término.” Pero hoy y mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la clueca reúne a sus pollitos bajo las alas! Pero no han querido. Su casa se les quedará vacía. Les digo que no me volverán a ver hasta el día que exclamen: “Bendito el que viene en nombre del Señor. Palabra del Señor. Meditación Parece que Pablo leyó con nosotros el evangelio de ayer y nos da una serie de consejos para aplicar a la práctica aquellas palabras: “Esfuércense por entrar por la puerta estrecha”. Leamos otra vez el párrafo de la carta a los Efesios, ahora lo leemos con este sentido y nos aplicamos esas armas: ¿cuántas y qué armas de esfuerzo nos pone san Pablo?: cinturón, coraza, calzado, escudo, casco, espada; pero estas armas son una metáfora, es decir, una comparación o una figura, de las verdaderas armas espirituales que nos las señala enseguida: la verdad, la justicia, la paz, la fe, el Espíritu, la palabra de Dios, la oración... Hoy día, con el progreso de las armas, la armadura de los soldados o de los grandes súper héroes de las películas son completamente distintas a las de la época de Pablo; sin embargo, las armas espirituales siguen siendo las mismas, y si no las usamos, no entraremos por la puerta estrecha. Hoy día, como en aquellos tiempos, estamos viviendo una lucha contra el mal, el apóstol nos dice que solos no podemos, necesitamos la fuerza y el poder de Dios. Pero el Señor cuenta con nuestro esfuerzo. Este texto de hoy del evangelio de san Lucas es uno de los párrafos más difíciles de entender de todo el Evangelio. Destacamos dos aspectos, primero que las amenazas de muerte no le dan miedo a Jesús ni le van a impedir continuar con su misión. Esto nos sirve para ver la valentía de Cristo y su fidelidad a la misión encomendada por el Padre. Segundo, el ejemplo de la gallina y las alas que recogen a los polluelos es uno de los párrafos más expresivos de la misericordia de Cristo con su pueblo. No importa que el pueblo, o la mayoría no lo acepte y hasta lo rechace, él sigue teniendo misericordia con el pueblo, los sigue protegiendo y defendiendo como hace una madre con sus hijos, como la gallina con sus polluelos. En este mes de octubre, el mes de la misión, después de escuchar este evangelio nos vienen a la mente una serie de preguntas. A ejemplo de Jesús, ¿estamos dispuestos a dedicar tiempo a la misión, aunque seamos rechazados, aunque no nos hagan mucho caso? ¿Estaríamos dispuestos
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a volver a misionar a aquellas personas que nos han rechazado? ¿Las defendemos ante Dios, oramos por ellas a pesar del rechazo? ¿Tenemos entrañas de misericordia, una misericordia de madre, para dedicarnos al trabajo de misionar? ¿Tenemos miedo ante las dificultades (los Herodes de hoy) y nos echamos atrás? No estamos solos, tenemos a Dios de nuestra parte que nos regala sus armas para esta lucha de cada día. 28 Viernes
Fiesta: San Simón y San Judas, Apóstoles Rojo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2,19-22 Hermanos: Ya no son extranjeros ni forasteros, sino que son ciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Están edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se ha levantado hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también ustedes se van integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 18 R/ “A toda la tierra alcanza su pregón”. El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra. R/ Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 6,12-19 En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que se puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Zelotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos. Palabra del Señor. Meditación La Iglesia celebra hoy la fiesta de dos apóstoles, san Simón y san Judas. Estos dos apóstoles “han tenido mala suerte” porque al tener otros dos “tocayos” tan famosos, ellos han quedado en segundo plano.
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Este Simón, que hoy celebramos, se le apoda o apellida el Zelotes y alguna vez el Cananeo, lo llaman así para distinguirle de Simón Pedro. Le llaman Zelotes porque debía pertenecer a un grupo con ese nombre, que eran muy apegados a su religión y costumbres, y las defendía hasta con la fuerza, eran lo que hoy llamaríamos unos fanáticos. Judas, no el Iscariote, no el traidor, este Judas que celebramos hoy, apellidado Tadeo, parece ser que era el “pariente del Señor”; a él se le atribuye la carta que lleva su nombre. A este san Judas Tadeo se le tiene mucha devoción en gran parte del mundo y se le considera “patrono de las situaciones desesperadas o muy difíciles”. No importa que sean dos de los últimos de la lista de los apóstoles, lo importante es que fueron elegidos por Jesús, ellos le siguieron, aprendieron en su compañía, fueron discípulos y después se convirtieron en misioneros para llevar el mensaje a lugares lejanos. Además, amaron tanto al Señor, fueron tan fieles a su misión que dieron la vida por defender y propagar la fe. Las lecturas de hoy han sido elegidas para la fiesta de estos santos apóstoles y hacen referencia a la misión. No sabemos con exactitud donde predicaron estos apóstoles después de la venida del Espíritu Santo. Pero la primera lectura la aplicamos aquellos pueblos que conocieron a Cristo por la predicación de Simón y Judas, y nos la aplicamos a nosotros: estamos edificados en Cristo a través de la predicación apostólica; Cristo es la piedra angular, la central, el cimiento, la zapata, y sobre Cristo han edificado los apóstoles. Gracias a ellos nos ha llegado la fe y nos mantenemos en ella. Este mismo Cristo es quien ha buscado a los apóstoles, quien ha buscado sus colaboradores e intermediarios, eso nos ha contado el evangelio del día de hoy. Estamos muy contentos de formar parte de una Iglesia que tiene por base y fundamento a Cristo y al Espíritu Santo; también estamos llenos de alegría porque esa Iglesia es apostólica, está construida sobre los apóstoles y sus sucesores, los obispos. A lo largo de todo el año, cada vez que celebramos la fiesta de alguno de los apóstoles se nos recuerda esta verdad, y se nos invita a vivir la unidad dentro de la iglesia. Hoy día, estos apóstoles Simón y Judas, los últimos de la lista, nos invitan a ser misioneros y misioneras, sin necesidad de tener puestos de honor, sin que se nos vea mucho; debemos saber colaborar también desde la sombra, sin estar en un lugar de mucha visibilidad. Los últimos serán los primeros. 29 Sábado
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Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 1,18b-26 Hermanos: Con tal que se anuncie a Cristo, yo me alegro, y me seguiré alegrando, porque sé que esto será para mi bien, gracias a sus oraciones y al Espíritu de Jesucristo que me socorre. Lo espero con impaciencia, porque en
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ningún caso saldré derrotado; al contrario, ahora, como siempre, Cristo será glorificado abiertamente en mi cuerpo, sea por mi vida o por mi muerte. Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir. Pero, si el vivir esta vida mortal me supone trabajo fructífero, no sé qué escoger. Me encuentro en este dilema: por un lado, deseo partir para estar con Cristo, que es con mucho lo mejor; pero, por otro, quedarme en esta vida veo que es más necesario para ustedes. Convencido de esto, siento que me quedaré y estaré a su lado, para que avancen alegres en la fe, de modo que el orgullo que sienten por mí en Jesucristo rebose cuando me encuentre de nuevo entre ustedes. Palabra de Dios. Salmo Responsorial 41 R/. Mi alma tiene sed del Dios vivo. Como busca la cierva corriente de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío. R/. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? R/. Recuerdo como marchaba a la cabeza del grupo hacia la casa de Dios, entre cantos de júbilo y alabanza, en el bullicio de la fiesta. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 14,1.7-11 En aquel tiempo, entró Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso esta parábola: «Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que los convidó a ti y al otro y te dirá: “Cédele el puesto a éste.” Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: “Amigo, sube más arriba.” Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.» Palabra del Señor. Meditación Amor a Dios, ansias de gozarse para siempre en la presencia de Dios, confianza en el poder del Espíritu Santo y de la oración de intercesión de los hermanos, conciencia de ser instrumento de Dios para el bien de la comunidad, disposición de subordinar los deseos personales a las necesidades del pueblo de Dios brotan del corazón del apóstol san Pablo en su carta a los filipenses. Nos llama poderosamente la atención las expresiones de este hombre de Dios, que está escribiendo desde la prisión, en peligro de morir por ser fiel al Señor Jesucristo y su misión, con la seguridad de que “en ningún caso saldré derrotado… sea por mi vida o por mi muerte” y de que “ahora como siempre, Cristo será glorificado abiertamente”. En estas circunstancias lo que san Pablo quiere para sí mismo es “partir para estar con Cristo, que es por mucho lo mejor”. En el apóstol, se hace vida las palabras del salmista “Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo”.
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Este deseo de san Pablo nos recuerda las palabras del Señor Jesús a Marta de que María, su hermana “escogió la mejor parte”. La lectura nos muestra a un hombre alegre de vivir, fortalecido por la oración, pleno, útil, que sirve y da vida a toda la comunidad, y, al mismo tiempo, con deseos sinceros y profundos de morir, para estar para siempre al lado del Dios vivo, porque eso es “ganancia” y “con mucho, lo mejor”. Sin embargo, san Pablo no le pide a Dios que complazca su deseo personal, sino que se da cuenta de que “quedarme en esta vida veo que es más necesario para ustedes” “para que avancen alegres en la fe”, por lo que renuncia a su deseo para trabajar en favor de sus hermanos más pequeños en la fe, subordinando su bienestar al bienestar de la comunidad. Se nota que el apóstol aprendió y vivió a plenitud la enseñanza del Señor Jesús de que de los mandamientos… “El primero es: ‘Escucha Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas’. El segundo es: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. No existe otro mandamiento mayor que éstos” (Marcos 12, 29-31). Sobre el Evangelio, en el que Cristo nos enseña, con una parábola, el valor de la humildad en las relaciones con los demás, me limito a repetir las palabras de san Cirilo de Alejandría: “Si alguno de ustedes quiere estar por encima de otros… que supere a los demás dando testimonio de excelentes virtudes”; y las de san Agustín: “Si te elevas, Dios te abate; si tú te abates, Dios te eleva. La afirmación es del Señor: nada se le puede añadir ni quitar.” Señor, permite que, en lo que llega el momento de vivir eternamente contigo, mi vida sea fuente de vida y bendición para otros. Amén. 30
XXXI Domingo del Tiempo Ordinario
III Semana de la Liturgia de las Horas
Verde
Anunciemos con hechos la misericordia que Dios ha tenido con nosotros. Orientaciones para la celebración: Es el último domingo del mes del Rosario y de la Misión. En la procesión de entrada van las personas que participaron en la Misión. Se pude llevar un Rosario grande y se va pasando de banco en banco por toda la asamblea. En un momento de la celebración se da algún testimonio de lo sucedido en la semana de la Misión o de las visitas casa por casa con el Rosario y la Misión. Se puede dramatizar el Evangelio. Monición ambiental Hermanas y hermanos: En este último Domingo de Octubre, mes del Rosario y de las Misiones, presentamos al Señor todo lo que hemos realizado anunciando la misericordia que Dios ha tenido con cada uno de nosotros.
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Como corona de esta misión de la misericordia la Palabra de Dios nos presenta en este Domingo ese desborde de misericordia del Señor que se ha manifestado en la historia humana con todas sus creaturas. Zaqueo es un ejemplo que se nos presenta como modelo a seguir ante la misericordia divina, mostrando con hechos concretos que ha acogido la misericordia del Señor, practicando la justicia y la misericordia con otros. Celebremos con alegría, la generosa y abundante misericordia del Señor con nosotros y comprometámonos a proclamarla más con una vida digna del Señor. De pie, y cantando recibimos a Jesucristo, quien preside nuestra celebración a través de su ministro. Primera lectura, Sabiduría 11,22-12.2 ¡Qué bonita y de cuánto contenido para este año de la Misericordia contiene esta oración del sabio! El hecho de haber sido creados ya es una muestra del amor de Dios con toda la humanidad. Anunciemos con gozo esta misericordia de Dios que perdona en todo momento. Lectura del libro de la Sabiduría Señor, el mundo entero es ante ti como un grano de arena en la balanza, como gota de rocío mañanero que cae en la tierra. Te compadeces de todos, porque lo puedes todo y no te fijas en los pecados de los hombres, para que se arrepientan. Amas a todos los seres y no odias nada de lo que ha hecho; si hubieras odiado alguna cosa, no la habrías creado. ¿Cómo podrían existir los seres, si tú no lo hubieras querido? ¿Cómo podrían conservarse, si tú no lo ordenaras? Tú tienes compasión de todos, porque todos, Señor, te pertenecen y amas todo lo que tiene vida, porque en todos los seres está tu espíritu inmortal. Por eso, a los que pecan los corriges y reprendes poco a poco, y les haces reconocer sus faltas, para que apartándose del mal crean en ti, Señor. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 144 R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás. Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. R/. El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R/. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R/. Te ensalzaré, Dios mío, mi rey. El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. R/. Segunda lectura: 2 Tesalonicenses 1,11–2,2 San Pablo nos recuerda que nuestra manera de vivir y actuar es el mejor anuncio, que podemos hacer de la misericordia que Dios ha tenido con nosotros y nos advierte de no dejarnos engañar con los falsos avisos de que llega el final del mundo. Escuchemos. .
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Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses Con este fin oramos siempre por ustedes, pidiendo a nuestro Dios que los tenga por dignos de haber sido llamados por él, y que cumpla con su poder todos sus buenos deseos y los trabajos que realizan impulsados por la fe. De esta manera el nombre de nuestro señor Jesús será honrado por su causa, y él los honrará conforme a la bondad de nuestro Dios y del señor Jesucristo. Ahora, hermanos, en cuanto al regreso de nuestro señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, les rogamos que no cambien fácilmente de manera de pensar ni se dejen asustar por ningún mensaje espiritual, discurso o carta que reciban, como si fuera nuestra, diciendo que el día del Señor ya ha llegado. Palabra de Dios. Aleluya Jn3, 16 Tanto amó Dios al mundo que entregó a su hijo único. Todo el que cree en EL tiene vida eterna Evangelio: Lucas 19,1-10 Anunciemos a otros la misericordia que el Señor ha tenido con nosotros haciendo lo que hizo Zaqueo siendo justo, devolviendo lo que es de otros y siendo misericordiosos, compartiendo con los más pobres. Escuchemos. Lectura del santo evangelio según san Lucas: Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad. Vivía en ella un hombre rico llamado Zaqueo, jefe de los que cobraban impuestos para Roma. Quería conocer a Jesús, pero no conseguía verle, porque había mucha gente y Zaqueo era de baja estatura. Así que, echando a correr, se adelantó, y para alcanzar a verle se subió a un árbol junto al cual tenía que pasar Jesús. Al llegar allí, Jesús miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja en seguida porque hoy he de quedarme en tu casa.» Zaqueo bajó aprisa, y con alegría recibió a Jesús. Al ver esto comenzaron todos a criticar a Jesús, diciendo que había ido a quedarse en casa de un pecador. Pero Zaqueo, levantándose entonces, dijo al Señor: «Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes; y si he robado algo a alguien, le devolveré cuatro veces más.» Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque este hombre también es descendiente de Abraham. Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido.» Palabra del Señor. Meditación La liturgia de este domingo es una proclamación de la buena noticia del amor de Dios, compasivo y misericordioso, que perdona nuestras faltas y pecados, nos regala salvación y nos llama a vivir en comunión con Él para que tengamos vida, vida eterna, plena y abundante, en la persona de su Hijo, Jesús. La lectura del libro de la Sabiduría nos revela que Dios ama “a todos los seres”, “todo lo que tiene vida”. “El Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas”, repite el salmo. No es una declaración impersonal:
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Dios te ama personalmente. Él es tu Padre. La Escritura está llena de declaraciones de amor de Dios para ti: “Yo te amé con un amor eterno, por eso te atraje con fidelidad” (Jeremías 31,3); “No temas… te he llamado por tu nombre, tú me perteneces… tú eres de gran precio a mis ojos, porque eres valioso, y yo te amo… No temas, porque yo estoy contigo” (Isaías 43,5) Pero, muchas veces, no sentimos este amor que Dios nos está declarando. Es culpa del pecado de cada uno de nosotros. El pecado te hace esclavo y te aleja del amor de Dios. “Porque no hay ninguna distinción: todos han pecado y están privados de la gloria de Dios”. (Romanos 3,22-23). Pero el pecado y la muerte no tienen la última palabra. La respuesta de Dios a mi pecado y al tuyo es regalarnos la vida de su Hijo para que tengamos vida. La primera lectura inicia diciendo a Dios “Tú de todos tienes compasión, porque lo puedes todo y no te fijas en los pecados de los hombres para que se arrepientan”. Jesucristo es la Salvación de Dios. En el libro del Apocalipsis, el Señor Jesucristo nos promete: “Yo estoy a la puerta y llamo: si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos” (3,20). Por la fe en Jesucristo eres salvo: “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado.” (Romanos 10,9). Zaqueo recibió a Jesús y la salvación llegó a su casa. También a ti, te dice el Señor en el Evangelio: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa… Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido.” Zaqueo recibió al Señor Jesús en su casa y la Salvación llegó a su casa. “Por eso, a los que pecan los corriges y reprendes poco a poco, y les haces reconocer sus faltas, para que apartándose del mal crean en ti”, seguimos leyendo en la primera lectura. “Conviértete y cree en el Evangelio” (cf. Marcos 1,15) porque “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos y purificarnos de toda maldad”. (1 Juan 1,9) Camina hacia Jesús: Él te dará Nueva Vida, por la acción de su Espíritu Santo. Oración de los fieles Quien preside: Necesitamos de la fuerza y presencia de Dios, por eso le presentamos nuestras oraciones de petición con la esperanza de ser atendidos. A cada oración respondemos: Señor, hospédate en nuestra casa, en nuestro mundo. 1. Por el Papa Francisco, para que el Señor le conceda salud, y lo guíe en sus decisiones para llevar la Iglesia por los caminos que Él quiere. Oremos. 2. Por la Iglesia de nuestra República Dominicana, para que esté abierta a la Palabra de Dios, sea misionera de puertas abiertas y sea misericordiosa con quienes están en todo tipo de necesidades. Oremos. 3. Por quienes tienen el poder en nuestro país, para que trabajen por hacer desaparecer la corrupción, la violencia y la impunidad, y logren el desarrollo de todos, principalmente de los más pobres y necesitados. Oremos.
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4. Por quienes estamos en esta celebración, para que nos dejemos amar por Dios y llevemos la misericordia a los más abandonados. Oremos 5. Por las misioneras y misioneros del mundo, principalmente por los de la Iglesia de nuestro país, y los de nuestras comunidades, para que no se cansen en su labor y continúen siempre siendo discípulos y misioneros. Oremos. 6. Para que tengamos verdadera devoción a María, ella interceda por nuestras familias y nuestra patria y nos conceda por su Hijo, ser verdaderos misioneros de la misericordia. Oremos. Quien Preside: Acoge Padre Santo nuestras suplicas y haz que seamos verdaderos Discípulos Misioneros, Testigos de tu Misericordia. Te lo pedimos por tu hijo Jesucristo. 31
Feria
Lunes Verde 7º Aniversario de la muerte de Mons. Roque Adames Rodríguez, Obispo Emérito de Santiago de los Caballeros. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2,1-4 Hermanos: Si quieren darme el consuelo de Cristo y aliviarme con su amor, si nos une el mismo Espíritu y tienen entrañas compasivas, denme esta gran alegría: manténganse unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obren por rivalidad ni por ostentación, déjense guiar por la humildad y consideren siempre superiores a los demás. No se encierren en sus intereses, sino busquen todo el interés de los demás. Palabra de Dios Salmo Responsorial 130 R/. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad. R/. Sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre. R/. Espera Israel en el Señor ahora y por siempre. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 14,12-14 En aquel tiempo, dijo Jesús a uno de los principales fariseos que le había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.» Palabra del Señor. Meditación El Señor nos pide acercarnos, con corazón misericordioso, a los que más nos necesitan. A nuestro alrededor hay muchos “pobres, lisiados,
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cojos y ciegos”. Ahí están todos los que tienen limitaciones físicas y económicas, por los que el Señor Jesús mostró un amor especial en su ministerio y sigue teniéndolo hoy, y espera que tú y yo seamos sus manos, pies, voz y medio de hacer efectivo el amor de Dios para ellos. Pero también están los que tienen necesidades afectivas y espirituales. Sobre ellos, Orígenes reflexiona: “En sentido espiritual, el que evita la vanagloria llama a los pobres a un convite espiritual (esto es, a los ignorantes) para enriquecerlos. A los débiles (o a los que tengan la conciencia dañada) para curarlos. A los cojos (o a los que se apartan de la recta razón) para que enderecen sus caminos. A los ciegos (esto es, a los que carecen de la contemplación de la verdad) para que vean la verdadera luz.” Es la invitación del Papa Francisco en este año santo de la misericordia: enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que lo necesita, corregir al que está en error, consolar al triste, rogar a Dios por vivos y difuntos…, llevar la buena nueva de la salvación en Jesucristo. La recompensa está en el cielo. La Escritura está llena de pasajes que nos invitan a amar al prójimo: “ama a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19,18), “todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos” (Mateo 7,12). Junto a este mandato general de amor al prójimo, hay un mandato de amar a los hermanos en la fe: “hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la fe” (Gálatas 6,10), “Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros… En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros.” (Juan 13,34-35) La comunidad cristiana se construye con los vínculos de amor de los hermanos, al punto de que cada uno se haga siervo de los demás, velando por su interés y bienestar. No se trata solo de amarse sino de ser “perfectamente uno” como Cristo y el Padre son uno, para que el mundo crea que el Padre envió al Señor Jesucristo para que lo salve (cfr. Juan 17,21-23). La unidad de los cristianos ha sido ordenada por Dios como signo de su presencia en la Iglesia y garantía de la autenticidad del mensaje de salvación. Señor, dame un corazón como el tuyo, para que sepa amar y servir a las personas con las que me relaciono, a los que necesitan de mí y llegue a vivir plenamente la comunión con mis hermanos en la fe, para ser señal de tu amor y tu presencia en este mundo. Amén.
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Organicemos la MISIÓN DE LA MISERICORDIA El Papa Francisco nos pide que dentro del programa del Jubileo se “organicen en las Diócesis “misiones para el pueblo” (MV 18) de modo que se llegue a todos y todas con el anuncio de la misericordia del Señor con cada persona, con cada familia y con cada sector y corra sin parar el río de la misericordia de Dios en medio de nuestro pueblo (MV 25). En otras palabras, no se trata de dar temas bonitos, sino de compartir una experiencia vivida; de modo, que quieran que les pase a los otros lo que ha pasado con ellos al experimentar la misericordia de Dios en sus vidas. Toda la Misión gira alrededor de la Misericordia con el propósito de animar a los participantes a: • ACOGER LA MISERICORDIA • CULTIVAR LA MISERICODIA • PROMOVER LA MISERICORDIA La Misión puede organizarse de varias maneras, como pueden ser: • Cinco encuentros seguidos durante 5 días. • Dos encuentros semanales • Un encuentro semanal • Un fin de semana Cada Parroquia lo organiza de acuerdo a su realidad y a sus posibilidades. Es muy recomendable que se hagan intercambios entre las Parroquias de una misma Zona, de forma que se despierte el espíritu misionero y se cultive la comunión interparroquial y zonal. PRIMER MOMENTO DE LA MISION DE LA MISERICORDIA DIOS TIENE MISERICORDIA DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN Orientaciones para este momento: En este primer momento de la Misión de la Misericordia lo que se pretende es que los participantes redescubran el significado de la misericordia, como “el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro; la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida y la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados no obstante el límite de nuestro pecado” (cfr MV 2). Es importante que las personas experimenten ese gran amor de Dios para con cada uno y cada una así como para toda la humanidad. Es necesario decorar el lugar de la Misión de modo atractivo para que de inmediato los participantes entren en ambiente y se abran al mensaje que se les transmitirá. Se pueden colocar un gran corazón; o una imagen o dibujo del Señor con las manos abiertas o brazos abiertos o abrazando una persona o de la Divina Misericordia; dibujar una puerta abierta iluminada y con huellas de pisadas entrando por ella. Imagen de la Magdalena lavando
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los pies de Jesús. Jesús dándole las manos al hombre que se hunde en el agua. Imagen de un penitente que recibe el sacramento de la Reconciliación. Una persona ayudando a un necesitado o dando de comer al hambriento o practicando una obra de misericordia. Se coloca un gran letrero que diga MISERICORDIA. Se puede poner el letrero en forma vertical, de modo que se le pueda añadir las palabras que se digan para cada letra. 1. Acogida: El Equipo de acogida recibe con un saludo cariñoso a los que llegan a la Misión. 2. Animación con cantos y dinámicas: Se ensaya el Himno de la misericordia hasta que todos aprendan la respuesta: Misericordiosos como el Padre. Otros cantos posibles: ¡Qué detalle Señor has tenido conmigo!, Yo siento Señor que tú me amas. Tan cerca de mí que hasta te puedo tocar, Amémonos de corazón. 3. Dinámica de presentación: Iniciemos saludándonos unos a otros diciéndose el nombre y por qué hemos venido a esta Misión de la Misericordia. Nota: Algunos pueden pasar al micrófono a decir su nombre, el Sector donde vive y por qué ha venido. Si el grupo es pequeño se deja que cada uno haga su presentación. El que le toca animar este paso presenta al Equipo de Misioneros que animarán esta Misión de la Misericordia. Luego, les da una gran bienvenida con gran amor. 4. Invocación al Espíritu Santo cantada con mucha unción, para que descienda sobre toda la asamblea reunida y sobre los misioneros. Se concluye con esta oración: Padre misericordioso, te alabamos y te bendecimos porque eres rico en misericordia, siempre dispuesto a perdonar nuestros delitos y a renovar tu amor en nuestros corazones. Te damos gracias porque nos permites reunirnos en esta Misión de la Misericordia para recordar y celebrar la gran misericordia con nosotros de generación en generación. Te pedimos que envíes la luz de tu Santo Espíritu a fin de que experimentemos con abundancia tu gran misericordia en esta Misión y para que a quienes has elegido para hablar en tu nombre puedan comunicarnos tu amor misericordioso. Por Jesucristo nuestro Señor. 5. Introducción general a la Misión de la Misericordia: El Papa Francisco ha convocado a toda la Iglesia y a todo el mundo a un Jubileo Extraordinario de la Misericordia, un año de gracia en el que se redescubra la misericordia de Dios y nos dejemos empapar por ese río de misericordia que brota sin parar de su corazón (VM 25) para que seamos nosotros misericordiosos como El en un mundo donde aumenta la violencia, la dureza de corazón, el descartar a las personas más débiles y más pobres (cfr. VM 2).
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En esta Misión de la Misericordia les invitamos en el nombre del Señor a que juntos demos tres pasos que son: • Acoger La Misericordia • Cultivar la Misericordia • Promover la Misericordia (Se invita a que todos repitan estos tres pasos hasta que lo repitan de memoria). Iniciemos esta Misión de la misericordia conociendo más sobre el significado de la misericordia. Lo primero que debemos indicar es que el amor tiene dos pies para caminar. Nosotros tenemos dos pies. (Sonemos nuestros dos pies). Esos dos pies son la justicia y la misericordia. Hoy día somos muy sensibles a la justicia entendida como el derecho que me corresponde como personas, como familias y como pueblo. En este sentido, la justicia es dar a cada lo que le corresponde. La justicia es el primer pie del amor, ya que implica el respeto a la dignidad y a los derechos de la persona amada. El segundo pie es la misericordia, que va más allá de la justicia, pero la presupone y la completa. Veamos entre todos que significa la palabra misericordia. Para esto vamos a usar las letras de la palabra MISERICORDIA. A cada letra le añadiremos una palabra que exprese el significado de la palabra misericordia. Si el grupo es grande formaremos grupos de 6 o de 12 personas. Si es de 6 personas le asignamos dos letras y si es de 12 personas a cada uno le asignamos una sola letra. En cada grupo, a partir de lo que cada uno haya pensado o escrito, se elige la palabra que mejor exprese lo que es misericordia y un secretario o secretaria lo escribe para presentarlo a los demás. Si el grupo es pequeño lo hacemos todos juntos. M I S E R I C O R D I A
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Nota: Luego, se pide a los secretarios o secretarias de cada grupo que digan las palabras elegidas para cada grupo. En plenario se van eligiendo la que más corresponda. que digan las palabras elegidas para cada grupo. En plenario se van eligiendo la que más corresponda. 6. Canto: Pon tu corazón en el amor de Dios o Yo soy testigo del amor de Dios 7. Mensaje de hoy: A. SIGNIFICADO DE LA PALABRA MISERICORDIA Entre todos hemos presentado muchas palabras que expresan el significado de misericordia. En este momento, veamos lo que esta palabra quiere decir en sus raíces. En primer lugar, la palabra M I S E R I C O R D I A viene del latín y junta dos palabras: MISERI que quiere decir miseria, es decir, necesidad, debilidad, defectos de una persona o de un grupo. CORDIA, por su parte, quiere decir corazón. De ahí que misericordia es mirar con el corazón la miseria de los demás, sus necesidades corporales, espirituales, económicas, sociales, culturales y morales. En otras palabras, es tener corazón solidario con aquellos que tienen necesidad. Pongamos un ejemplo para comprenderlo mejor: En nuestro Sector vive una anciana sola, con grandes necesidades desde la comida, limpieza, ropa y compañía. Si yo la miro con la cabeza, es decir con la razón, yo lo primero que le pregunto es: ¿Cuántos hijos tiene usted? ¿Dónde viven? ¿Ellos se ocupan de usted? ¿Le traen algo? Ella nos podrá decir que tiene 5 hijos; que viven lejos de ella; que son pobres como ella y tienen su familia. Y, la razón nos llevará a esta conclusión: “a sus hijos es que le toca atenderla; a mí no me corresponde resolver esa situación; yo no le voy a hacer trabajo a otro”. Pero, si la miro con misericordia, desde el corazón, la conclusión es diferente: “aunque sus hijos no se ocupen ella tiene necesidad y la ayudaré; le visitaré, le llevaré comida, estaré atenta a ella”. En segundo lugar, en la Biblia la palabra misericordia tiene dos significados y viene de dos palabras. La primera está asociada a una palabra “rahaim” que significa “vientre materno”, “entrañas de madre”, que indica el amor de madre que es bondad, ternura, paciencia, comprensión y disposición para perdonar. El otro concepto utilizado en la Biblia es “hesed” que puede ser traducido como bondad, amor y gracia. Es un amor fiel que es capaz de perdonar las ofensas y seguir amando aunque la persona amada sea infiel. En este sentido, misericordia es amor fiel como el amor una madre se le hace muy difícil, por no decir imposible, abandonar a su hijo, condenarlo, olvidarlo, juzgarlo de tal manera que cierre las puertas de su corazón hacia su hijo.
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Digámoslo con un ejemplo: Una madre pasa por la tristeza de que su hijo se ha desviado y se ha unido a los delincuentes. Un día lo agarra preso la Policía en la madrugada junto a su grupo que venían en un carro lleno de mercancías robadas. En la Policía y la Fiscalía le prometen que si lleva una carta de la Iglesia le sueltan a su hijo. Ella va al sacerdote de su Parroquia con esa intención. Cuando se le pregunta qué pasó con su hijo ella responde: “Es un muchacho bueno. Pero, la Policía le ha cogido con él y lo metieron preso”. Se le cuestiona sobre la hora del apresamiento y ella dice: “en la madrugada”. Se le sigue cuestionando y lo más que dice esa madre es: “Él tiene su problema. Pero si le damos un chance él se arreglará”. Ese es el amor fiel de la madre: “Él se arreglará. Vamos a darle un chance”. En el Nuevo Testamento, para hablar de misericordia utiliza la palabra griega “eleos” que quiere decir “piedad”. Así se expresa el sentimiento de amor lleno de compasión que se experimenta ante una necesidad o debilidad de otra persona o de un grupo. B. DIOS ES MISERICORDIA En la Biblia, Dios a la hora de darse conocer se define como misericordioso, como aquel que tiene misericordia hacia sus criaturas, hacia sus hijos. Podemos decir que el nombre de Dios es misericordia. Así se presenta a Moisés: “Yahvé, Yahvé es un Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y en fidelidad. 7 El mantiene su benevolencia por mil generaciones y soporta la falta, la rebeldía y el pecado, pero nunca los deja sin castigo; pues por la falta de los padres pide cuentas a sus hijos y nietos hasta la tercera y la cuarta generación.” (Exodo 34, 6:). Y, a través de Isaías dirá a su pueblo: “¡Cielos, griten de alegría! ¡Tierra, alégrate! / Cerros, salten y canten de gozo / porque Yahvé ha consolado a su pueblo / y se ha compadecido de los afligidos. y Sión decía: “Yahvé me ha abandonado y el Señor se ha olvidado de mí.” / Pero, ¿puede una mujer olvidarse del niño que cría, o dejar de querer al hijo de sus entrañas? / Pues bien, aunque alguna lo olvidase, yo nunca me olvidaría de ti. / Mira cómo te tengo grabada en la palma de mis manos” (Isaías 49, 13-16). Y, aún cuando su pueblo, como esposa que le hace lo malo a su marido, se prostituye y se va detrás de otros amores El seguirá detrás de su pueblo, lo conquistará de nuevo, lo purificará, lo vestirá de fiesta y renovará su amor hacia él: “Por eso, ahora la voy a conquistar, la llevaré al desierto y allí le hablaré a su corazón. Le devolveré sus viñas, convertiré el valle de la Mala Suerte en un lugar de esperanzas. Y allí ella me responderá como cuando era joven, como en los días en que subió de Egipto. Aquel día, dice Yahvé, ya no me llamarás más “Señor mío”, sino que me dirás “Marido mío”. Sacaré de su lengua los nombres de los baales, para que ya no se acuerde de esos nombres. Ese día haré un pacto con las fieras salvajes, con las aves de rapiña y las serpientes de la tierra, para que no le hagan daño. Romperé
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el arco y la espada, alejaré de su tierra la guerra, y haré que la gente duerma segura ahí. Yo te desposaré para siempre. Justicia y rectitud nos unirán, junto con el amor y la ternura. Yo te desposaré con mutua fidelidad, y conocerás quién es Yahvé. En ese día, palabra de Yahvé, responderé a los cielos y ellos responderán a la tierra. La tierra responderá al trigo, al vino nuevo y al aceite, y éstos harán honor al nombre de Jezrael. Yo sembraré para mí en el país, tendré compasión de No Amada y diré a No mi Pueblo: “Tú eres mi pueblo”; y él me contestará: “Tú eres mi Dios.” (Oseas 2,16-25). Como hermosamente dice el Papa Francisco en su Bula de convocación del Jubileo de la Misericordia: “Paciente y misericordioso” es el binomio que a menudo aparece en el Antiguo Testamento para describir la naturaleza de Dios. Su ser misericordioso se constata concretamente en tantas acciones de la historia de la salvación donde su bondad prevalece por encima del castigo y la destrucción. Los Salmos, en modo particular, destacan esta grandeza del proceder divino: « Él perdona todas tus culpas, y cura todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de gracia y de misericordia » (103, 3-4). De una manera aún más explícita, otro Salmo testimonia los signos concretos de su misericordia: «Él Señor libera a los cautivos, abre los ojos de los ciegos y levanta al caído; el Señor protege a los extranjeros y sustenta al huérfano y a la viuda; el Señor ama a los justos y entorpece el camino de los malvados» (146,7 -9). Por último, he aquí otras expresiones del salmista: «El Señor sana los corazones afligidos y les venda sus heridas […] El Señor sostiene a los humildes y humilla a los malvados hasta el polvo» (147,3.6). (MV 6). “Eterna es su misericordia”: es el estribillo que acompaña cada verso del Salmo 136 mientras se narra la historia de la revelación de Dios. En razón de la misericordia, todas las vicisitudes del Antiguo Testamento están cargadas de un profundo valor salvífico. La misericordia hace de la historia de Dios con su pueblo una historia de salvación” (MV 7). Así pues, la misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la cual Él revela su amor, que es como el de un padre o una madre que se conmueven en lo más profundo de sus entrañas por el propio hijo. Vale decir que se trata realmente de un amor “visceral”. Proviene desde lo más íntimo como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de perdón” (MV 8) . Canto: Misericordiosos como el Padre. C. JESÚS, ROSTRO MISERICORDIOSO DEL PADRE, MANIFESTACIÓN PLENA DE LA MISERICORDIA Esa misericordia del Padre tantas veces manifestada, mencionada, cantada, celebrada en el Antiguo Testamento se muestra totalmente y de manera definitiva en su Hijo Jesucristo. Como dice el Papa Francisco: “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto
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viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret” (MV 1). Ya que “quien lo ve a Él ve al Padre (cfr Jn 14,9). Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios” (id.). Por eso, “con la mirada fija en Jesús y en su rostro misericordioso podemos percibir el amor de la Santísima Trinidad. La misión que Jesús ha recibido del Padre ha sido la de revelar el misterio del amor divino en plenitud. «Dios es amor» (1 Jn 4,8.16), afirma por la primera y única vez en toda la Sagrada Escritura el evangelista Juan. Este amor se ha hecho ahora visible y tangible en toda la vida de Jesús. Su persona no es otra cosa sino amor. Un amor que se dona y ofrece gratuitamente. Sus relaciones con las personas que se le acercan dejan ver algo único e irrepetible. Los signos que realiza, sobre todo hacia los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes llevan consigo el distintivo de la misericordia. En El todo habla de misericordia. Nada en Él es falto de compasión. Jesús, delante a la multitud de personas que lo seguían, viendo que estaban cansadas y extenuadas, pérdidas y sin guía, sintió desde lo profundo del corazón una intensa compasión por ellas (cfr Mt 9,36). A causa de este amor compasivo curó los enfermos que le presentaban (cfr Mt 14,14) y con pocos panes y peces calmó el hambre de grandes muchedumbres (cfr Mt 15,37). Lo que movía a Jesús en todas las circunstancias no era sino la misericordia, con la cual leía el corazón de los interlocutores y respondía a sus necesidades más reales” (MV 8). Escuchemos estos textos que nos hablan de esta misericordia: La llamada de Mateo: Marcos 2, 13-17 La mujer adúltera: Juan 8, 1-11 Nota: Se pueden dramatizar estos textos. D. MISERICORDIOSOS COMO EL PADRE Como hemos visto, el Señor tiene misericordia con cada uno de nosotros de modo tal que podemos decir con el Apóstol Pablo: “Él se entregó por mí”. Pero, esta misericordia que Dios ha tenido con cada uno nos vuelve misericordiosos con los demás: “Jesús afirma que la misericordia no es solo el obrar del Padre, sino que ella se convierte en el criterio para saber quiénes son realmente sus hijos. Así entonces, estamos llamados a vivir de misericordia, porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado misericordia” (MV 9). Por eso, Jesús “ha señalado la misericordia como ideal de vida y como criterio de credibilidad de nuestra fe. «Dichosos los misericordiosos, porque encontrarán misericordia» (Mt5, 7)… Como ama el Padre, así aman los hijos. Como Él es misericordioso, así estamos nosotros llamados a ser misericordiosos los unos con los otros” (id.) Esa es la razón por la que el Papa Francisco ha elegido como lema de este Jubileo de la Misericordia: “misericordiosos como el Padre” (Lc 6,36).
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Anuncia la misericordia que el Señor ha hecho contigo
8. Canto animado sobre la misericordia de Dios: El amor de Dios es maravilloso u otro parecido. 9. Testimonio personal: uno de los misioneros de su experiencia de la misericordia que Dios ha tenido con él o con ella. 10. Canto: ¡Qué detalle has tenido conmigo!” u otro parecido. 11. Compartamos entre nosotros: Se forman pequeños grupos de 8 personas para compartir su vivencia de la misericordia de Dios. (Donde haya misioneros suficientes cada grupo es acompañado y dirigido por uno de ellos). Primero, se dicen sus nombres y dónde viven. Se contestan entre todas estas preguntas: ¿En qué momentos de tu vida has experimentado que Dios ha tenido misericordia contigo? ¿Cómo has respondido a esa misericordia que Dios ha tenido contigo? Nota: Cada misionero anota los nombres y teléfonos o medios digitales de los que forman su grupo. 12. Canto: Yo siento Señor que tú me amas 13. Oración Cada uno en silencio da gracias a Dios por su gran misericordia con él o ella. Recuerda aquellos momentos que Dios le ha manifestado su misericordia. Fija tus ojos en Jesús y pídele que manifieste más y más la misericordia de Dios en tu vida, en tu familia, en tu Sector, en tu país y en el mundo. Luego en los grupos hacen oración compartida entre todos y todas dando gracias al Señor y pidiendo su misericordia. 14. Avisos 15. Comuniquémonos la misericordia en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo Ahora: Todos se dan tres abrazos fraternos unos con otros diciéndose: En nombre del Padre misericordioso / En nombre del Hijo rostro misericordioso del Padre / En nombre del Espíritu Santo que nos hace sentir la misericordia divina. En tu casa: haz lo mismo con los tuyos. En tu Sector: muéstrate cercano con algún necesitado. 16. Canto alegre. 17. Reunión del Equipo Misionero para evaluación Nota: Los otros momentos de la Misión de la Misericordia puede encontrarlo en el Libro titulado Misión de la Misericordia, que está siendo distribuido en la Vicaría de Servicios Pastorales de cada Diócesis.
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