Personalidad Psicopática

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Personalidad Psicopática J. GUILLERMO SUCO1 Poliestudios Ecuador guillermo.suco.g@gmail.com

Abstract La psicopatía ha sido concebida generalmente desde el punto de vista de los asesinos en serie, en gran parte por la influencia de la televisión y la prensa en general, con sus reportajes sensacionalistas y amarillistas. Este artículo pretende presentar un acercamiento al estudio de la psicopatía como un tipo de personalidad, ahondando en cierta medida en el tema de personalidad, necesidades y una correlación entre lo atípico y lo social en la interacción del psicópata con su complementario en la sociedad.

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l tema de la Psicopatía es uno que rodea la cultura en general. Tanto en la cotidianidad de la agitada vida, como en manifestaciones artísticas, la Psicopatía produce una curiosidad tal que ha llegado al punto de usarse como término peyorativo en los calificativos que se les da a las personas. Y es que la Psicopatía, como término cultural y cotidiano, posee en sí un sentido de morbo, provisto en su gran mayoría por la televisión, los diarios y por quienes transmiten la tradición oral. Como se manifestó en el primer párrafo, el término “psicópata”, llegó a convertirse en un calificativo para todos aquellos que cometen acciones fuera de lo normal. Si acaso un vecino, un día común y corriente, gritó, aventó las cosas y amenazó con matar a su vecino por chocar su carro, es considerado como un psicópata en su barrio. Así, el

término psicopatía tiene una connotación de malo, fuera de lo normal, agresivo y asesino, en la concepción de las personas comunes. Antes de definir el término, podemos percibir que la asociación que se hace de la Psicopatía está relacionada con las manifestaciones conductuales de quien es considerado como psicópata. A ello, se la añaden expresiones asociadas con el psicópata: “no aprenden con la experiencia”, incapaces de sentir culpa”, “incapacidad de amar”, etc. Todas ellas referenciadas a las manifestaciones objetivas de su conducta… de su manera de ser. Definición de Personalidad De acuerdo al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la personalidad es un “conjunto de rasgos y cualidades que configuran la manera de ser de una persona y la diferencian de las demás”.

1 Guillermo Suco es Licenciado en Psicología en la Escuela de Estudios Sociales y Humanos de Atlantic International University. Es asimismo Experto en Trastornos de la Niñez y la Adolescencia y se encuentra cursando una formación continua en Psicología Forense.

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Dado que la personalidad es un concepto básico dentro de la Psicología, ella ha recibido un sinnúmero de definiciones a lo largo de la Historia. El término proviene del latín persona el cual se le atribuía a la máscara que usaban los actores en el teatro romano, para representar a sus personajes. Sin embargo, ya ahí se hablaba de distintas personas, indicando las múltiples características, roles y cualidades que envolvían a los diferentes personajes que representaban las máscaras. Gordon Allport argumenta que la personalidad es “la organización dinámica de los sistemas psicofísicos que determina una forma de pensar y de actuar, única en cada sujeto en su proceso de adaptación al medio”. Para él, esta definición se puede descomponer de la siguiente manera: 1. La organización representa el orden en que se halla estructurada las partes de la personalidad de cada sujeto. 2. Lo dinámico se refiere a que cada persona se encuentra en un constante intercambio con el medio que sólo se interrumpe con la muerte. 3. Los sistemas psicofísicos hacen referencia a las actividades que provienen del principio inmaterial (fenómeno psíquico) y el principio material (fenómeno físico). 4. La forma de pensar hace referencia a la vertiente interna de la personalidad. 5. La forma de actuar hace referencia a la externa de la personalidad que se manifiesta en la conducta de la persona. 6. Y es única en cada sujeto por la naturaleza caótica en que el cerebro organiza la sinapsis.

Por su parte, Kotler (1996) define a la personalidad como “las características psicológicas y distintivas de una persona que conducen a respuestas a su ambiente relativamente consistente y permanente”. En ambas definiciones podemos ver que sus autores coinciden en que la personalidad define características distintivas de una persona que determinan su forma de pensar y actuar. Así, dejando de la lado el largo debate en torno al término, para propósitos de este trabajo y, siguiendo a Marietán (2004), definiremos a la personalidad como “una forma de ser”. Este autor añade: «Est[a] [definición] descarta lo circunstancial, es decir, “la manera de estar” en función del medio en un tiempo dado, no es una “manera de mostrarse”. Una manera de ser implica permanencia de los rasgos conductuales a través de la vida del individuo. Son los rasgos permanentes que significan un estilo de acción, una diferenciación entre el individuo y los otros, una adaptación a las circunstancias, una historicidad y una proyección.» El concepto de necesidad No existiría voluntad si no existieran necesidades. Toda necesidad que el ser humano siente, se originan en el mundo externo o material. Desde la necesidad de comer (la cual se genera por el conocimiento que la persona tiene de que la comida satisface su necesidad biológica), hasta la necesidad de completar una carrera o la misma necesidad sexual, son concebidas como “necesidades”, debido a la internalización (producto del intercambio de conocimiento del adulto

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hacia el niño) que la persona hace a través del aprendizaje. Dicha necesidad, provoca en el sujeto que genere una acción de satisfacerla. En el caso del hambre, mueve a la persona a buscar alimento; en el caso de la carrera, mueve a la persona a buscar una especialización o estudiar. Toda necesidad, por tanto, es satisfecha por el accionar de la voluntad. Del mismo modo, existen necesidades especiales. Las necesidades especiales son necesidades per se que necesitan ser satisfechas en el marco de la anormalidad. Así, la Psicopatía como tal es una forma de ser psicópata. La personalidad psicopática es definida como una variedad de individuos con necesidades especiales y recursos atípicos para satisfacerlas.

nosotros tenemos necesidad de ser alimentados y cuando nos enfrentamos a esta necesidad, buscamos satisfacerla, el psicópata o “extravagante”, siente necesidad de alimentarse de carne humana, por ejemplo, y busca la manera de satisfacer esta necesidad atípica. Así como una persona normal escoge los alimentos o el corte de carne que se ajuste a su gusto o preferencia que satisfaga su necesidad en general, el psicópata buscará determinados rasgos en su víctima. No necesariamente para devorarlo o comerlo, pero en general, ya sea el estafador que busque una víctima en especial a la cual estafar o a la persona que volverá dependiente de sí.

Vimos en la definición anterior que el psicópata hace uso de recursos atípicos para satisfacer sus necesidades especiales.

Para el psicópata su víctima no es más que una cosa que satisfará sus necesidades especiales. El único vínculo que existirá entre el psicópata y su complementario, será en la medida que éste satisfaga las necesidades del psicópata. A esto se lo considera como cosificación. El otro pierde su valor como persona y es reducido a una mera cosa que el psicópata usará y desechará cuando no lo necesite más.

Para el observador normal (dentro de la definición estadística de normalidad, la cual toma como como valor directriz el término medio, el grueso de una población y define como normal el “cómo es” una población), esta necesidades y recursos son atípicos, porque no calzan dentro del grueso de la población ni el qué ni el cómo. Para el terapeuta, al igual que para la persona común, entender la psicopatía como una personalidad (una manera de ser) no encuentra lógica alguna, porque las necesidades especiales del psicópata no pueden ser entendidas como necesidad. Digamos que hablamos de Armin Meiwes, el caníbal alemán. Al igual que

En esta dinámica entre el psicópata y los otros y la satisfacción de sus necesidades especiales, nos enfrentamos al aspecto legal y social de las interacciones y uso de los recursos atípicos del psicópata, tales como violación de derechos, códigos y leyes en la consecución de sus objetivos. No obstante, no existe violación de derechos o leyes si acaso éstas no han sido internalizadas como tal. Cuando nacemos somos insertados en la sociedad por los adultos que nos rodean y ellos imponen o transmiten en nosotros las leyes, derechos que gobiernan la sociedad y la permiten ser estable como tal. Si nosotros le

Lo atípico en lo social

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añadimos un valor de verdad a ello, las internalizamos como tales, pero vivimos por aquellas leyes que aceptamos como códigos propios. Son esos códigos propios los que gobernarán nuestras decisiones y los que determinarán cuáles leyes son aceptas por nosotros. El psicópata ha desarrollado códigos propios que justifican la consecución de sus necesidades especiales. Y es el carácter especial de sus necesidades lo que catapulta la extravagancia de sus códigos propios y de sus acciones. Discutiendo los tipos de psicópatas Es necesario tener en cuenta lo hasta aquí discutido cuando entramos a clasificar a los psicópatas. Algunos autores encuentran tres tipos de psicópatas: 1. Psicópata primario. 2. Psicópata desestabilizado. 3. Psicópata secundario. El primario es entendido como aquél que “más se ajusta a la definición del término psicópata”, definición que es entendida como “psicológicamente dañado”. La característica principal de este tipo de psicópata es una desviación de su temperamento muy difícil de dominar ya desde la infancia. Aquí se le atribuye un peso al medio social en que se desarrollaron, pudiendo llegar a ser tanto psicópatas como sociópatas. El error en esta clasificación, sin embargo, cae sobre el hecho de considerar al psicópata como un trastornado o psicológicamente dañado y no entender su forma de ser como una personalidad psicopática. La raíz del error en esta clasificación es el profundo enfoque criminal que la televisión le da a los psicópatas, sin considerar al “psicópata cotidiano”: la mujer sufrida, por ejemplo, que llega a consulta pareciendo soportar sobre sus hombros

el peso de su familia disfuncional (padre fumador, hijos peleando constantemente), cuando después del estudio, se deduce que la madre es manipulativa, mitómana, haciendo girar a su familia alrededor suyo como un sol negro, absorbiendo la vida de todos. El desestabilizado es entendido como aquél que padece un trastorno orgánico que, al manifestarse, los desequilibra al punto de ser considerados como menos responsables de la conducta antisocial en la que incurrirán dentro de dicho episodio. Aquí sin embargo, se está dejando por sentado que existe un trastorno provocado por la noxa. La persona poseía ya una personalidad distintiva la cual es trastornada por el daño orgánico. Es decir, existe la personalidad antes de la noxa (P), luego el daño orgánico (N), lo que provoca una personalidad trastornada (T), con su consecuente particularidad. A ello se lo puede considerar como psudopsicopatía y no como un tipo de psicopatía. El secundario es similar al primario en cuanto a impulsividad, agresividad y baja socialización, pero con una marcada tendencia a la culpa y retraimiento. Sin embargo, cuestionamos esta clasificación en la tendencia a la culpa. Volvamos al punto discutido anteriormente con respecto a los códigos propios del psicópata. No es que éste sea impulsivo a la hora de actuar, violando las reglas al no poder inhibirse. Sus necesidades especiales lo llevan a crear códigos propios que justifican su accionar. Si no se aceptan los códigos comunes como tales, no existe culpa. Los códigos propios del psicópata justifican ya sus acciones. El psicópata experimenta frustración y culpa cuando no ha podido cumplir con sus objetivos. Ésta es otra característica 4


de los psicópatas: baja tolerancia a la frustración. De hecho, cuando ellos mismos han violado uno de sus códigos propios y no cumplido con sus objetivos, llegan a tal punto de frustración que se dejan capturar o se autolesionan como medio de purgación. El caso de Simon Goldman Lynn Barber es una periodista inglesa quien ha trabajado para varios diarios y que ahora escribe para The Sunday Times. Ella estudió en Lady Eleanor Holles School donde mantuvo una relación de dos años con un hombre significativamente mayor a ella a quien conoció como Simon Goldman, pero que también se hacía llamar Simon Prewalski, quien engañó tanto a Barber como a su familia. Este episodio de su

vida llevó a Barber a escribir sus memorias, las cuales sirvieron como base para filmar la película An Education. Dado que la personalidad psicopática está ya muy relacionada con asesinos en serie, quiero usar este espacio para analizar el caso de un “psicópata cotidiano”, uno que no está relacionado con asesinatos, violaciones, canibalismo o necrofilia. Para ello me basaré en la película An Education y usaré el descriptor de rasgos psicopáticos del Dr. Hugo Marietán. El análisis de esta película ha sido publicado por el anteriormente citado doctor en su sitio web y puede ser accedido en el siguiente link.

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Bibliografía 1. Grandío, A., Tipos de psicópatas: el agresivo, el desestabilizado y el retraído.-

¿Cuáles son las distintas tipologías asociadas a la psicopatía? www.psicologiaymente.net. 2. Marietán H., Curso sobre Psicopatía, Ed. Ananké. Buenos Aires, Argentina, 2004. 3. Paniagua G., Definición de Personalidad: Conceptos de Personalidad según varios autores (Kotler, Allport, Freud y Eysenk). www.psicologosenlinea.net. 4. Suco, G., Llamado y Propósito Parte 1, artículo inédito, 2014.


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