Manual para Padres Comprender e Intervenir a los hijos con trastorno de dĂŠficit de atenciĂłn e hiperactividad
Guillermo Suco
Manual para Padres Comprender e Intervenir a los hijos con trastorno de dĂŠficit de atenciĂłn e hiperactividad Guillermo Suco
Poliestudios Guayaquil, 2016
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Presentación Guillermo Suco Licenciado en Psicología Atlantic International University Ex - Gerente de Proyectos GBA Ships
Si bien el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) imbrica un gran espectro de áreas que deben ser intervenidas para la correcta adaptación del niño o niña que lo padece a la sociedad, el sistema familiar— entendido por el autor como el grupo de personas en el que el individuo se desarrolla—supone el primer estadio a ser intervenido para el correcto desarrollo personológico y no meramente conductual del ser. La familia es el primer grupo social en el que se desarrolla el individuo y son los adultos de este medio quienes insertan al niño o niña a la sociedad y propician la internalización de la realidad y la adquisición del conocimiento y desarrollo del uso de la herramientas, generando la participación proactiva de los menores con el ambiente que les rodea, siendo el desarrollo cognoscitivo fruto de un proceso colaborativo. Así, la intervención familiar significa un área fundamental para el correcto funcionamiento del sistema familia, entendiendo al grupo familiar como un todo y no solamente como la suma de sus miembros—generando un acercamiento individualista y, por ende, reduccionista, en vez de propiciar el desarrollo conjunto de la familia en el caso del TDAH. El presente manual pretende ayudar a los padres de familia a comprender el mundo interior del niño que padece TDAH. Porque un trastorno presenta un padecimiento para quien es portador de éste. Y el trabajo multidisciplinario coadyuvará a aliviar los síntomas y a la integración del niño a su medio familiar y, por ende, a sus otros medios de interacción. Cabe resaltar que no todo lo que encontrarán a continuación es completamente de mi autoría. Todo lo que se conoce debajo del sol ya ha sido escrito. Muchas cosas han sido ya descubiertas a lo largo del desarrollo de la Ciencia Psicológica. Muchos autores, investigadores, profesionales han hecho sus aportes en cuanto a este tema y alimentan el conocimiento de quienes somos o psicólogos o psicopedagogos o profesores y, mucho de ello, ha sido incluido en este texto. Se espera que este manual sea un buen aporte y de gran ayuda a quienes dan un vistazo a las siguientes páginas y que conteste al menos una de las tantas preguntas que la familia se pregunta en cuanto a su niño que, tal vez, es un signo de interrogación para todos quienes lo rodean. Sin embargo, la comprensión, apoyo pero también firmeza y compromiso en el tratamiento, dará resultados en la inclusión del niño y su adaptación al medio social.
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Disfruten el reto de viajar a través de la aventura que representa el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad. El Autor
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Tabla de Contenidos
1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9.
Presentación Tabla de Contenidos Índice de Tablas ¿Qué es el trastorno de déficit de atención e hiperactividad o TDAH? Clasificación Diagnóstica Trastornos Comórbidos Impactos del TDAH a largo plazo Evaluación, diagnóstico y recomendaciones generales Tratamiento Multidisciplinario del TDAH Estrategias de Apoyo en la Escuela Estrategias de Apoyo en Casa Estrategias de Apoyo en el Área Social Conclusiones Referencias
1 5 5 7 7 11 13 13 14 15 18 19 21 22
Índice de Tablas TABLA 1: Criterios Diagnósticos del TDAH TABLA 2: Trastornos Comórbidos TABLA 3: Factores familiares y ambientales que originan cuadro similar al TDAH
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hiperactvidadComprender e Intervenir a los hijos con
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Manual para Padres
¿Qué es el trastorno de déficit de atención e hiperactividad o TDAH?
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El TDAH es un trastorno común de la infancia y puede afectar a los niños de distintas maneras. El TDAH hace que a un niño le sea difícil concentrarse y prestar atención. Algunos niños pueden ser hiperactivos o tener problemas para tener paciencia. El TDAH puede hacer que a un niño le resulte difícil desempeñarse bien en la escuela o comportarse en su casa. Debemos entonces recordar que es un trastorno que comprende un patrón persistente de conductas de desatención, hiperactividad e impulsividad y está presente cuando estas conductas tienen mayor frecuencia e intensidad de lo que es habitual según la edad y el desarrollo de la persona. Conceptos Básicos El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) viene definido por la presencia de tres síntomas fundamentales: 1. Disminución de la atención. 2. Impulsividad. 3. Hiperactividad. No existen marcadores biológicos que nos permitan diagnosticar el TDAH. El diagnóstico es meramente clínico. Asimismo, en necesario tomar en cuenta que el síntoma aparece siempre ligado a otros trastornos. Es poco frecuente la presentación aislada del trastorno. Éste puede confundirse o esconderse con otros como depresión, angustia, etc.
Clasificación Diagnóstica La evaluación del TDAH debe incluir: 1. Un examen médico completo para evaluar la salud general del niño y descartas problemas de tipo visual, auditivo, anemias o la falta de componentes vitales para su salud. 2. Una evaluación psicológica profesional para tener una idea clara de la condición emocional del niño, incluyendo pruebas de capacidad intelectual y de desarrollo cognitivo. 3. Una evaluación familiar para la cual se utilizan las escalas de comportamiento. 4. Una evaluación escolar que incluya la historia académica y de comportamiento del niño en el aula. En la actualidad, las dos clasificaciones de los trastornos mentales más ampliamente utilizados son la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en su décima edición (CIE-10) y la Clasificación de la Asociación Psiquiátrica Americana (APA) en su Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, quinta edición (DSM-V); ambas describen el trastorno de forma similar, con algunas variaciones sobre los criterios exigidos para el diagnóstico y la adaptación de los distintos tipos. (Tabla 1) Ambas clasificaciones señalan los 7 años como límite superior para el inicio de los síntomas, cuya frecuencia e intensidad deberá ser excesiva para la edad y el nivel mental del niño, debiendo persistir al menos seis meses y con repercusión clínica significativa sobre la actividad social, académica o
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laboral. Asimismo, varios síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos deben estar presentes en dos o más contextos (por ejemplo, en casa, en el colegio o el trabajo; con los amigos o familiares; en otras actividades); y los síntomas no deben producirse exclusivamente durante el curso de la esquizofrenia o de otro trastorno psicótico y no se explican mejor por otro trastorno mental (por ejemplo, trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo, trastorno de la personalidad, intoxicación o abstinencia de sustancias). TABLA 1: Criterios Diagnósticos del TDAH Inatención o Déficit de Atención DSM-V
CIE-10
a. Con frecuencia falla en prestar la
1. Frecuente incapacidad para prestar
debida atención a los detalles o por
atención a los detalles junto a errores
descuido se cometen errores en las
por descuido en las labores escolares y
tareas escolares, en el trabajo o durante
en otras actividades.
otras actividades (por ejemplo, se pasan
2. Frecuente incapacidad para mantener
por alto o se pierden detalles, el trabajo
la atención en las tareas o en el juego.
no se lleva a cabo con precisión).
3. A menudo aparenta no escuchar lo
b. Con frecuencia tiene dificultades para
que se le dice.
mantener
4.
la
atención
en
tareas
o
Imposibilidad
persistente
actividades recreativas (por ejemplo,
cumplimentar
tiene
asignadas u otras misiones.
dificultad
para
mantener
la
las
tareas
para
escolares
atención en clases, conversaciones o
5. Disminución de la capacidad para
lectura prolongada).
organizar tareas y actividades.
c. Con frecuencia parece no escuchar
6.
cuando se le habla directamente (por
marcadamente incómodo ante tareas
ejemplo, parece tener la mente en otras
como
cosas, incluso en ausencia de cualquier
requieren
distracción aparente).
mantenido.
d.
Con
frecuencia no
menudo los
evita
deberes un
o
se
siente
escolares,
esfuerzo
que
mental
las
7. A menudo pierde objetos necesarios
instrucciones y no termina las tareas
para unas tareas o actividades, como
escolares,
material escolar, libros, etc.
lo3s
sigue
A
quehaceres
o
los
deberes laborales (por ejemplo, inicia
8. Fácilmente se distrae ante estímulos
tareas pero se distrae rápidamente y se
externos.
evade con facilidad).
9. Con frecuencia es olvidadizo en el
e. Con frecuencia tiene dificultad para
curso de las actividades diarias.
organizar
tareas
y
actividades
(por
ejemplo, dificultad para gestionar tareas secuenciales; dificultad para poner los
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materiales y pertenencias en orden; descuido
y
desorganización
en
el
trabajo; mala gestión del tiempo; no cumple los plazos). f. Con frecuencia evita, le disgusta o se muestra
poco
entusiasta
en
iniciar
tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (por ejemplo tareas escolares o
quehaceres
adolescentes preparación
domésticos;
mayores de
y
informes,
en
adultos, completar
formularios, revisar artículos largos). g.
Con
frecuencia
pierde
cosas
necesarias para tareas o actividades (por
ejemplo,
materiales
escolares,
lápices, libros, instrumentos, billetero, llaves, papeles de trabajo, gafas, móvil). h.
Con
frecuencia
se
distrae
con
facilidad por estímulos externos (para adolescentes mayores y adultos, puede incluir pensamientos no relacionados). i. Con frecuencia olvida las actividades cotidianas tareas,
(por
hacer
ejemplo, las
hacer
las
diligencias;
en
adolescentes
mayores
devolver
llamadas,
las
y
adultos,
pagar
las
facturas, acudir a las citas). Hiperactividad a. Con frecuencia juguetea o golpea con
1. Con frecuencia muestra inquietud con
las manos o los pies o se retuerce en el
movimientos
asiento.
removiéndose en su asiento.
b.
Con
frecuencia
situaciones
en
que
se
levanta
se
espera
de
manos
o
pies,
o
en
2. Abandona el asiento en el aula o en
que
otras situaciones en las que se espera
permanezca sentado (por ejemplo, se
que permanezca sentado.
levanta en clase, en la oficina o en otro
3. A menudo corretea o trepa en exceso
lugar de trabajo, en situaciones que
en situaciones inapropiadas.
requieren mantenerse en su lugar.
4. Inadecuadamente ruidoso en el juego
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c. Con frecuencia corretea o trepa en
o tiene dificultades para entretenerse
situaciones
tranquilamente en actividades lúdicas.
en
las
que
no
resulta
apropiado. (Nota: En adolescentes o
5. Persistentemente exhibe un patrón de
adultos,
actividad
puede
limitarse
a
estar
excesiva
que
es
por
los
inquieto.).
modificable
d. Con frecuencia es incapaz de jugar o
requerimientos del entorno social.
de
ocuparse
tranquilamente
sustancialmente
no
en
actividades recreativas. e.
Con
frecuencia
está
“ocupado”,
actuando como si “lo impulsara un motor” (por ejemplo, es incapaz de estar o se siente incómodo estando quieto durante un tiempo prolongado, como en restaurantes, reuniones; los otros
pueden
intranquilo
o
pensar que
le
que
está
resulta
difícil
seguirlos). Impulsividad f. Con frecuencia habla excesivamente.
1. Con frecuencia hace exclamaciones o
g.
responde antes de que se le hagan las
Con
frecuencia
responde
inesperadamente o antes de que se
preguntas completas.
haya
(por
2. A menudo es incapaz de guardar
ejemplo, termina las frases de otros; no
turno en las colas o en otras situaciones
respeta el turno de conversación).
en grupo.
h. Con frecuencia le es difícil esperar su
3. A menudo interrumpe o se entromete
turno (por ejemplo, mientras espera una
en los asuntos de otros.
cola).
4. Con frecuencia habla en exceso sin
i.
concluido
Con
una
frecuencia
pregunta
interrumpe
o
se
contenerse ante las situaciones sociales.
inmiscuye con otros (por ejemplo, se mete en las conversaciones, juegos o actividades; puede empezar a utilizar las cosas de otras personas sin esperar o recibir permiso; en adolescentes y adultos,
puede
inmiscuirse
o
adelantarse a lo que hacen los otros). Nota:
Nota:
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El DSM-V establece que seis (o más) de los síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades sociales y académicas/laborales.
En función de presentaciones:
los
resultados
se
La CIE-10 establece que para realizar el diagnóstico de TDAH, el paciente cumpla: - 6 de los síntomas descritos en el apartado “Déficit de Atención”. - 3 de los síntomas descritos en el apartado “Hiperactividad”. - 1 de los síntomas descritos en el apartado “Impulsividad”.
podrán
clasificar
las
siguientes
Presentación combinada: Si se cumplen el criterio Inatención e HiperactividadImpulsividad durante los últimos seis meses
Presentación predominante con falta de atención: Si se cumple el Criterio Intención pero no se cumple el criterio hiperactividadimpulsividad
Presentación predominante hiperactiva/impulsiva: Si se cumple el Criterio HiperactividadImpulsividad) y no se cumple el Criterio inatención
Trastornos Comórbidos Existe una serie de características que suelen acompañar en mayor o menor número y con carácter más o menos severo a los tres criterios diagnósticos del TDAH. Durante algunos años se consideraron como expresiones de carácter físico-psicológico-conductual que no entraban dentro de la normalidad, pero que tampoco correspondían a una psicopatología concreta, aunque los sujetos, especialmente adultos, que mostraban algunas de estas características recibían una denominación específica (ej: los individuos inquietos e irresponsables recibían el nombre de “psicópatas inestables”). Estas alteraciones, consideradas durante muchos años como patología no asociada al TDAH, pero con la que debía hacerse el diagnóstico diferencial, se denomina actualmente trastornos comórbidos. Estos trastornos no tienen todos la misma importancia sino que constituyen signos de muy diversa trascendencia para el comportamiento y el porvenir de las personas que los presentan. El hecho de denominarse “comórbidos” ya indica el añadir factores desfavorables a los tres signos fundamentales del TDAH. Los trastornos comórbidos con el TDAH reconocidos actualmente (aunque podrían añadirse algunos más) quedan expuestos en la Tabla 2.
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No obstante, deben tenerse en cuenta siempre los criterios diagnósticos mostrados en la Tabla 1 ya que hay circunstancias puntuales que pueden desestabilizar emocionalmente a los individuos y manifestar signos (Tabla 3) que pueden recordar a los que tienen los sujetos con TDAH. TABLA 2: Trastornos Comórbidos Trastorno de conducta: negativista desafiante, disocial. Trastornos afectivos: Ansiedad y depresión ( no dan besos, sólo ponen la cara). Dificultades para el lenguaje y aprendizaje: fracaso escolar. Trastornos de tics, trastorno de Gilles de la Tourette: Los tics son movimientos o producciones vocales, bruscos, repetitivos y estereotipados y de carácter involuntario. Trastornos de la coordinación motriz (más fuerza que habilidad). Cambios de humor y síndrome bipolar. Abuso de sustancias tóxicas.
TABLA 3: Factores familiares y ambientales que originan cuadro similar al TDAH Muerte de un familiar o amigo muy querido. Madre con trastorno mental. Familia numerosa. Padre alcohólico, drogadicto, delincuente o en paro. Peleas de los padres. Clase social baja con ambiente poco afectuoso. Vivir en un barrio conflictivo. Vivir fuera del hogar y sin afecto. Cambio brusco de mejor a peor nivel económico y social.
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Impactos del TDAH a largo plazo
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Aislamiento social Actividad delictiva Atención educaciona l
Dependenci a de sustancias Tasas de suicidio
Activid y funci familia Aislam soci
TDAH
Relaciones adversas entre padres e hijos Dificultades maritales
Evaluación, diagnóstico y recomendaciones generales El diagnóstico del TDAH está basado principalmente en la evaluación clínica, tomando en cuenta los criterios diagnósticos descritos previamente y un sistema holístico que incluye entrevista con los padres sobre la diferentes etapas de desarrollo del infante y su comportamiento, un examen directo con el menor, una revisión de la información que proviene del profesor o profesora de la escuela. Se requiere una historia clínica completa (antecedentes familiares, personales, patológicos e historia del desarrollo), así como conocer cuándo inter-consultar a un especialista y cuándo referirlo a otro nivel de atención. Además de la impresión global de los consultados sobre la presencia de los síntomas del trastorno, se debe obtener (sobre todo en niños) descripciones de conductas específicas en diversas situaciones, como durante la realización de tareas estructuradas o no estructuradas, trabajo en grupo o individual y actividades de ocio o académicas.
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Los estudios psicológicos son complementarios para el diagnóstico, evolución y tratamiento del TDAH y las pruebas neuropsicológicas son importantes para detectar si tiene compromiso en algunas funciones cerebrales y para saber si tiene problemas de aprendizaje.
Tratamiento Multidisciplinario del TDAH Debido a que los problemas conductuales asociados al TDAH son muy diversos y crónicos, se requiere la implementación de una gran variedad de tratamientos. Para ello, es necesaria la intervención de profesionales de diversas disciplinas y distintos niveles de atención, como médicos generales y familiares, pediatras, psiquiatras generales, psiquiatras de niños, neurólogos, psicólogos, psicopedagogos, trabajadores sociales y profesores. Cada uno de ellos aporta su experiencia para abordar problemas específicos. Actualmente se busca enfocar el tratamiento enfocado a reducir los síntomas claves. Los tratamientos para el TDAH son prolongados, controlan y disminuyen los síntomas, pero no curan. Las intervenciones que han demostrado ser más efectivas son: farmacoterapia, psico-educación, modificación conductual, tratamiento cognitivo-conductual y orientación a padres y profesores. La intervención psicopedagógica en el marco educativo es imprescindible debido a que es en el ámbito escolar donde los niños con TDAH van a encontrar su mayores dificultades, por su falta de atención y de control de impulsos, un mal seguimiento de las instrucciones escritas y orales, trabajos de peor calidad y dificultad para organizar y planear actividades que requieren varios pasos. Estas dificultades aumentan su vulnerabilidad hacia el fracaso escolar si no reciben el tratamiento educativo apropiado. Su objetivo es mejorar las habilidades académicas del niño, prevenir y superar posibles dificultades de aprendizaje, mejorar la conducta ante las exigencias académicas, mejorar la motivación ante el estudio, mejorar su auto-concepto académico y fomentar la adquisición de hábitos de estudio. El tratamiento psicológico suele incidir en los aspectos conductuales y emocionales así como en el entrenamiento familiar en el abordaje del trastorno. Proporciona información sobre el TDAH, estrategias de manejo de la conducta y de comunicación para mejorar las relaciones familiares y entrenará al niño para mejorar su propio autocontrol, en técnicas específicas de mejora de la atención y la reflexividad.
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Estrategias de Apoyo en la Escuela Los profesores desempeñan un papel muy importante dentro del aula. El maestro es muy necesario para el niño afectado, tanto para que le ayude en lo académico, como en el terreno afectivo. El niño pasa muchas horas en escuela y debe sentirse a gusto, querido e integrado con sus iguales. El maestro tiene una tarea vital con el niño con TDAH dentro del aula; debe guiarle en las actividades, adaptarlas a su nivel curricular siempre que sea necesario, se deben utilizar diferentes estrategias de aprendizaje para que el niño comprenda los contenidos, informar a los padres de la evolución y comportamiento, reforzar positivamente sus logros y mantener informados al equipo de orientación tanto del trabajo realizado, como de la respuesta obtenida por el niño. Es necesario que el docente conozca en profundidad el diagnóstico y el informe psicopedagógico del niño para que sepa qué conductas se deben de modificar, cuál es su nivel académico y qué nivel de atención presenta. De acuerdo a la Dirección General de Educación del Gobierno de La Rioja, en caso de que existan dificultades que afecten al rendimiento académico del alumno al comportamiento o a su relación con los demás, el orientador iniciará un proceso de valoración de necesidades que permita determinar la existencia de síntomas de TDAH. 1. La recogida inicial de datos puede incluir: la observación directa del alumno, una entrevista con la familia, una entrevista con el profesorado, y la utilización de cuestionarios y/o pruebas específicas con la finalidad de valorar la existencia de indicadores de inatención y de problemas de inquietud e impulsividad, en el ámbito familiar y en el escolar y que repercutan de forma negativa en su desarrollo, siguiendo los criterios del DSM-IV. En el supuesto de que la familia aporte un diagnóstico sanitario de TDAH se continuará con la evaluación psicopedagógica en el ámbito educativo. 2. En caso de que esta valoración no confirme la existencia de síntomas se le comunicará a la familia y se revisará la hipótesis diagnóstica. 3. En caso de que esta valoración confirme la existencia de indicadores suficientes de algún subtipo de TDAH se dará a los padres la información obtenida y se les indicará la necesidad de acudir a los servicios sanitarios especializados para la realización de un diagnóstico clínico. Para facilitar este paso se dará a los padres una nota de derivación para el pediatra. Es conveniente dar también a la familia una copia del cuestionario específico aplicado para la detección con la finalidad de agilizar el proceso diagnóstico. Si los servicios sanitarios solicitaran (a través de la familia) la cumplimentación de cuestionarios por parte del profesorado, será el tutor o el profesor que más horas pase con el alumno quien deba realizar esta tarea. Es preferible que estos cuestionarios los rellene un solo profesor. 4. Una vez que la familia haya recibido el diagnóstico se le pedirá que lo haga llegar al orientador para poder conocer las conclusiones del mismo, así como el tratamiento indicado. Solo así los docentes podrán realizar una labor educativa eficaz. Se recabará su permiso para trasladar al profesorado la información necesaria para que puedan cumplir con su función educativa. Es necesario que el
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profesor/tutor y personal del centro que trabaja con el alumno sean especialmente diligentes con la información disponible y accedan solo a los datos estrictamente relevantes y necesarios para el desempeño de sus funciones. Esta información afecta a la intimidad del alumno y de su familia por lo que debe ser tratada como información sensible y confidencial. El orientador completará la evaluación psicopedagógica del alumno con aquellos datos que considere necesarios y que todavía no haya explorado: inteligencia general, atención, estilo de aprendizaje, funcionamiento ejecutivo, dificultades de aprendizaje, nivel de competencia curricular, problemas de conducta. Cada orientador elegirá aquellas pruebas y cuestionarios que mejor se adapten a las características del alumno y de su momento evolutivo. El proceso debe completarse con la elaboración de un Informe Psicopedagógico, que incluirá como mínimo los siguientes elementos: datos personales, datos de la evaluación psicopedagógica con las técnicas empleadas y los resultados obtenidos, necesidades específicas de apoyo educativo con indicación del diagnóstico clínico y orientaciones para la propuesta curricular. Este informe puede incluir otros datos como historia educativa, nivel de competencia curricular, estilo de aprendizaje, influencia del medio social o familiar u otros, a criterio del orientador. Se trasladará a la familia toda la información relativa a la evaluación psicopedagógica y se darán orientaciones para el tratamiento de las dificultades en el ámbito familiar. Es importante que la comunicación entre los profesores y la familia sea fluida y que exista coordinación en las actuaciones en los dos ámbitos. El orientador junto con el tutor y el resto del equipo docente establecerán las medidas curriculares y metodológicas necesarias para la atención educativa del alumno. Así mismo se establecerán los mecanismos de coordinación entre los distintos profesionales educativos para que las actuaciones con el alumno se desarrollen de forma coherente y sistemática.
Tips para el docente 1. Para la realización del trabajo en clase se debe adaptar el entorno a las necesidades que demande el niño, mantener su atención el máximo tiempo posible, establecer normas del comportamiento, premiar la atención y la buena conducta, evitar situaciones desagradables para el niño y en ocasiones, trabajar en grupos reducidos y/o parejas para que pueda interaccionar y generar empatía con sus compañeros. 2. Para que el trabajo planteado sea fructífero, el niño debe estar situado estratégicamente cerca del profesor para que pueda estar controlado en todo momento y estar alejado de elementos que puedan llegar a desviar su atención (puerta, ventana, murales, juegos, computador etc.). 3. Las tareas que se le planteen no pueden ser abundantes, ya que perdería interés. Si hay poca actividad y abarcable el niño se motiva, si hay mucha y no llega abarcarlo, se da por vencido, pierde rendimiento y se dispersa. 4. Cuando se hagan actividades en voz alta, se debe llamar su atención, hay que colocarse cerca de él e intentar que no pierda interés por lo
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que se está enseñando, además, debemos motivarle y hacerle partícipe de la situación para que pueda sentirse protagonista y miembro integrado del grupo clase. En cuanto a la organización de asignaturas, libros, cuadernos etc., estarán asignados por un color para que no surja error a la hora de organizarse el trabajo en casa. Es fundamental el uso sistemático de la agenda, en la que se pueda apuntar las tareas y que sirva de mensajería con los padres y pueda existir un contacto diario. Es conveniente que si ha trabajado bien en clase o no se ha distraído, en casa también sea premiado por ello, lo ayuden y motiven para que siga teniendo ese comportamiento a través de refuerzo positivo. Para levantarse o ir al baño es necesario que en todo momento pida permiso. El niño dispone de total libertad para moverse por el aula, pero siempre y cuando sea con un fin, hay que evitar situaciones de despistes en el espacio. En definitiva, establecen un sistema de normas para que las respete y las interiorice, al igual que sus compañeros de aula. Para ir concluyendo, podemos decir que para el buen tratamiento de este tipo de alumnos en el aula, el profesor debe ser informado previamente para poder adoptar las estrategias y alternativas adecuadas. Es necesario que sus tareas estén organizadas, se deben establecer tiempos para el control de éstas, reforzar al niño para motivarle en posibles actuaciones y realizar adaptaciones curriculares siempre que sea oportuno.
Trabajar con un niño con TDAH en el aula, puede llegar a ser muy gratificante para todos si existe una coordinación perfecta entre los padres y la escuela, de lo contrario todos los esfuerzos realizados por ambas partes no harán que el niño avance como debe.
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Estrategias de Apoyo en Casa El tener a un niño con TDAH es una tarea complicada, ya que muchas veces por desconocimiento o por falta de paciencia los padres no saben cómo actuar ante ciertas situaciones de la vida cotidiana. La familia es un apoyo muy importante para todos los niños, pero para este tipo de colectivo, especialmente, ya que necesitan alguien que les ayude y les proteja de forma incondicional cuando surgen actividades que no pueden realizar por sí mismos. Algunas pautas orientativas para padres son las siguientes: 1. Prestar atención al niño escuchándole y hablándole con paciencia, comprendiendo su patrón de conducta y explicándoles los planes para ayudarle. 2. Que el niño no vea discordancias entre los padres respecto a las pautas de actuación. 3. No actuar con él de forma excesivamente permisiva. Es conveniente que le proporcionen pocas normas de conducta pero que éstas sean claras y coherentes. 4. Utilizar los intereses del niño y emplearlo como motivación para ayudarle a aprender de forma más eficaz. 5. Aumentar su autoestima y confianza en sí mismo, ponderando sus éxitos por modestos que sean, no resaltando sus fracasos o afeando su conducta de forma reiterada. Para que el niño con TDAH y su familia, tengan una convivencia normal, no exista frustración, el niño mejore y se sienta feliz en casa, los padres deben tener en cuenta, que es necesario establecer unas normas y ponerlas en práctica siempre. Además, se debe utilizar técnicas de modificación de conductas eficaces, ayudar al niño en el ámbito académico, reforzar positivamente sus logros y méritos para que siempre tenga alta su autoestima, y fomentar las habilidades sociales en todo momento, para evitar que los problemas se agraven.
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Estrategias de Apoyo en el Área Social Los niños que padecen TDAH, pueden llegar a presentar dificultades en cuanto a las habilidades sociales se refiere, ya que este problema está relacionado con la sintomatología del TDAH o con los trastornos asociados: 1. 2. 3. 4.
Mala lectura de las situaciones sociales. Dificultad para interiorizar las normas. Dificultad en el control de las emociones. Problemas a la hora de cumplir promesas, guardar secretos o hacer favores. 5. Dificultad para respetar los límites. Es necesario crear un programa, desde el cual se trabajen las competencias que demanden estos niños, como problemas en las relaciones sociales, dificultad en las conductas disruptivas y desadaptativas, problemas en la adaptación al medio escolar y social, baja autoestima, mal comportamiento, agresividad etc. El desarrollo de estas actividades, ayudará al niño en todos los ámbitos, pero sobre todo en sus habilidades sociales. De este modo, aprenderá nuevas fórmulas para dirigirse a los demás, expresarse de forma natural, adquirir habilidades y destrezas para su vida diaria, mediar con sus compañeros de clase, contar al resto lo que piensa y siente, y actuar de forma autónoma. Entrenamiento en habilidades sociales Los programas de entrenamiento de Habilidades Sociales para niños con TDAH, tienen como objetivo fomentar las relaciones sociales con buen comportamiento y disminuir aquellas conductas sociales que perjudican al niño o a las personas de su entorno. A través de los siguientes aspectos, observaremos cual es el modo de trabajar este entrenamiento:
Conocer e identificar las normas de comportamiento adecuadas al entorno en el que nos encontramos. Saber cuál es el proceso de socialización. Aprender las diferentes técnicas de interacción social. Descubrir el comportamiento social y cuáles son las consecuencias. Identificar las habilidades sociales y las aptitudes en los demás. Desarrollar la empatía como solidaridad y manejar la asertividad ante conflictos. Mejorar la expresión emocional y aprender a utilizar las técnicas de juego de roles. Practicar la expresión verbal y no-verbal para llevar a cabo una comunicación con las personas que forman nuestro medio.
Todo esto se lleva a cabo a través de diferentes actividades planteadas con el resto de compañeros, de tal forma, que será más fácil que el niño interiorice los objetivos y poner en práctica lo que se quiere trabajar.
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Conclusiones 1. El TDAH es un padecimiento que se caracteriza por tres síntomas: inatención, hiperactividad e impulsividad. 2. El TDAH es una enfermedad que no se cura, sólo se controla. 3. El tratamiento del TDAH es multimodal: farmacológico y psicosocial, con la intervención de psicopedagogo, profesores y familia. 4. Los padres y maestros pueden aprender estrategias de afrontamiento contra los síntomas. 5. El TDAH presenta altas tasas de comorbilidad con trastornos internalizados (depresión y ansiedad) y otros externalizados.
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Referencias 1. Vásquez MJ, Cárdenas EM, Feria M, Benjet C, Palacios L, De la Peña F. (2010). Guía Clínica para el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Ed. Shoshana Berenzon, Jesús del Bosque, Javier Alfaro, Ma. Elena Medina-Mora: Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente. (Serie: Guías Clínicas para la Atención de Trastornos Mentales). 2. Dirección General de Educación. Protocolo de Intervención Educativa con el Alumnado con TDAH. Gobierno de la Rioja. 3. Torrecilla López, Teresa (2014). Los alumnos con TDAH, intervención en el ámbito educativo, familiar y social. Facultad de Educación y Trabajo Social.
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