el mar nos pelea esa pregunta que no podemos guardar ni en la voz mĂĄs oscura de nuestra niĂąez en maĂąana de cuentas la dejamos ir precisa en su ronca manera de ser otra
nunca fue la vela condición de éxito si la luz hizo añicos la sospecha del fuego esta creencia aún quiebra el sello de la sombra
sobre qué suelo qué río qué marca encontrar la calma
el agujero negro de lo dicho
una puerta puede ser la vĂa hacia la luz al torbellino a la espesura una sola sacudida sin oleaje la pĂŠrdida del mundo una condena la Ăşnica respuesta a esa plegaria
la entrega de la ruina despeja espacio de muros contraĂdos
esfuerzo por reducir el ruido rastro de materia muda torrente en su viaje coral hacia silencio
alguien puede en lo oscuro nombrar para dejarnos ver
la luz mayor anuncia falsedad de cielo abajo su voz desde las vĂas confirma noche en casa de abuelos otro tren que pasa y el premio de ser niĂąa todavĂa
su cuerpo baila para anunciar el cambio sol contra sol descubre el movimiento de una vida ni el viento puede rozar el ritmo de su vena espejo perfecto de esta travesĂa
salir de la casa con pasos precisos hasta ver la primera o última huella en tierra húmeda antes del límite del día el raspón en la rodilla que resume la entrega a las heridas iniciales esa mueca que anticipa la caída
una perfecta cruz del sur al desamparo
si pudiera atravesar por fin esa distancia y no ser mรกs afuera o mรกs bien borrarme para todas esas otras cabezas que me piensan deshacer la costumbre de palabras todas cada palabra sin duda y no decir ya no decir sin el silencio
Valeria Cervero nació en Buenos Aires en 1972. Publicó el libro de poemas cadencias (2011) y, en coautoría con Vivi Chaves, el libro-álbum escondidas (Ediciones del Eclipse, 2013). Algunos de sus poemas fueron publicados en varias antologías y en distintos blogs y publicaciones virtuales. Su blog es mordiscos: www.vc-mordiscos.blogspot.com