SIRIA, UN CAMPO DE GUERRA DE ALIANZAS E INTERESES CRUZADOS: DE LA PRIMAVERA ÁRABE AL INTERMINABLE OSCURO INVIERNO SIRIO
Autor: Harley Espinoza Morales1
Resumen El presente artículo tiene por objetivo analizar el conflicto bélico en la República Árabe Siria como un fenómeno geoestratégico en la región del Medio Oriente. Si bien, en los primeros meses del año 2011 el conflicto manifestaba el furor de una ciudadanía que, cansada de tantas represiones, demandaba reformas liberales al gobierno de Bashar al - Asad: libertad y democracia eran los objetivos principales. Dichas demandas, las cuáles fueron canalizadas por el Ejército Libre Sirio, son bastante válidas y razonables dentro de un contexto moderno de Estado - Nación. Sin embargo, con el transcurrir del tiempo, a estas demandas se sumaron otras de distintos frentes que terminaron por generar un escenario de guerra de alianzas e intereses cruzados. Por ejemplo, occidente, a través de los Estados Unidos, Inglaterra y Francia –utilizando la categoría que nos proporciona Carl Schmitt–, construyó un discurso del enemigo en la figura de Al – Asad. Por su parte, Rusia y China, esta última de manera cautelosa, defienden la propuesta de restablecer el estatus quo y la paz en la zona. Sin duda, dicha propuesta obedece a sus intereses geoestratégicos internacionales. Asimismo, el autodenominado Estado Islámico –nuevo actor internacional– suma sus cartas en el conflicto. Así también, para efectos de rigurosidad académica, el análisis sugiere detener la mirada en la región. En este sentido, la lucha por la hegemonía entre Irán y Arabia Saudí son dos puntos claves para entender el conflicto. Por consecuencia, el conflicto interno Sirio evolucionó en una guerra geoestratégica de carácter regional e internacional: Siria vive un interminable oscuro invierno de alianzas e intereses cruzados.
Palabras claves Siria – Conflicto – Guerra – Geoestratégico – Alianzas e intereses cruzados
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Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú). Investigador en la Línea de Diplomacia y Relaciones Internacionales en el Instituto de Estudios Políticos Andinos (IEPA). Actualmente estudia un semestre académico en la Universidad de Guadalajara (México). Además, colaborador en el Observatorio de Análisis Internacional “Observanto” (Argentina).
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Introducción Desde la rebelión de Túnez —catalogada como el inicio de la primavera árabe2— diferentes países de la región del Medio Oriente y del norte de áfrica pasaron a sufrir manifestaciones exorbitantes que tuvieron como desenlace la destitución de sus respectivos gobernantes. Regímenes dictatoriales como los de Túnez (Zine El Abidine Ben Ali), Egipto (Hosni Mubarak.) y Libia (Muamar el Gadafi), fueron depuestos violentamente por corrientes heterogéneas de manifestantes organizados —que conectaban razones económicas y políticas—. Este contexto es usualmente conocido por occidente, en Política Internacional, como la “primavera árabe”, puesto que estas diferentes experiencias del mundo árabe tuvieron como variable común el destituir regímenes autócratas dictatoriales. Estos procesos, que han puesto fin a regímenes que parecían eternos, como los de Mubarak, Ben-Ali y Gadafi, al margen de las especificidades de los contextos socio-políticos y culturales de cada uno de los estados donde se han desarrollado, tienen como mínimo común denominador las demandas de una mayor redistribución de la riqueza, una mayor participación de la ciudadanía en la vida política de estos estados, la eliminación de la corrupción propia de las dinastías políticas que acaparan el poder y el fin de los abusos de las fuerzas de seguridad contra la población. (Marrero Rocha, 2013: 128) De esta forma, occidente3 alegaba que la ciudadanía, cansada de tantas represiones, se organizó y terminó por derrocar a los diversos regímenes dictatoriales y autoritarios en los diferentes países mencionados. En efecto, la ciudadanía reclamaba demandas liberales: principalmente, libertad y democracia eran los requerimientos que habían cobrado importancia. Sin embargo, lo que occidente no menciona es que estos sumaron sus cartas a los diferentes conflictos. De tal manera que los países occidentales—Los Estados Unidos de América, Inglaterra, y Francia— jugaron un papel importante en el desenlace de las colisiones; primero, apoyando y financiando a los grupos armados rebeldes y; segundo, interviniendo en el campo de batalla. Así, sucedió en Egipto y Libia. El caso de este último es peculiarmente interesante, ya que Muamar el Gadafi, en tiempos pretéritos, había mantenido muy buenas relaciones con occidente, particularmente con Francia; no obstante, con el pasar del tiempo, las relaciones acabaron por enfriarse, puesto que bajo un razonamiento de teoría juegos Gadafi ya no era importante para los intereses occidentales, en general, y franceses, en particular. De tal manera que la OTAN hizo de Libia un escenario de ruinas. El Siguiendo a Marcelo Javier de los Reyes la “Primavera árabe” es “[...] un estallido político y social” que tuvo como principal objetivo el derrocamiento de regímenes dictatoriales en los países árabes – musulmanes. Asimismo, fue un conjunto de cambios paradigmáticos en las esferas política y social en sintonía con los nuevos tiempos en territorios arabófonos. 3 El trabajo entiende por “occidente” a los países que, además de caracterizarse por su organización social de producción capitalista, comparten el mismo sistema normativo. Estos, principalmente son: libertad individual y democracia liberal. Además, especialmente, se hace alusión a ciertos países de la Unión Europea —como Inglaterra y Francia—, y los Estados Unidos de América. 2
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desenlace de los acontecimientos son conocidos mundialmente: Captura y posterior muerte, bajo un juego cruzado por parte de los rebeldes, de Gadafi. De este modo, este contexto encierra, a los ojos de occidente, un gran cambio conceptual y práctico en territorios asolados por regímenes autoritarios. El hecho de ser derrumbados en medio de un mundo musulmán plagado por tradiciones poco modernas implica, virtualmente, dos cambios fundamentales. Por un lado, el concepto de la democracia había empezado a cobrar vida ante las ideas del islamismo fuerte. Por otro lado, las personas apostaban por un gobierno que garantice los Derechos básicos, como por ejemplo: Libertad individual, redistribución de la riqueza, mayor participación en los espacios públicos, entre otros. De esta forma, se evidencia un aire fresco en territorios donde antes había existido un gobierno de carácter autoritario – dictatorial. Con el pasar del tiempo, las revueltas árabes empezaron a expandirse por otros territorios. Este es el caso de Siria4, un país geoestratégico y relativamente alejado —en el aspecto económico— de los Estados Unidos y la Unión Europea. Su posición geográfica se ubica en el medio oriente próximo: Al norte limita con Turquía; al sur con Israel y Jordania; al oeste con el mediterráneo y el Líbano; y finalmente, al este con Irak. Siria es un país que se ha destacado por ser bastante productivo y próspero frente a los demás países de su región. De hecho, antes del inicio de la revuelta árabe era considerado uno de los países mejor estables en el Medio Oriente.
Fuente: Reflexiones sobre Medio Oriente y el Mundo. Siria: su importancia geoestratégica en Medio Oriente (2013) 4
El 90% de los 22 millones de sirios son árabes, con minorías kurdas, armenias y turcas. Según un informe del Departamento de Estado de EE UU, en 2006 el 87% de la población es musulmana. El 74% pertenece a la rama suní, mientras que la chií, la alauí y la ismailí, suman el 13% del total. Los cristianos son el 10% y los drusos (una secta de origen islámico), un 3%. En una herencia del Gobierno colonial francés, las minorías religiosas tienen una importancia sobredimensionada en el Gobierno sirio, especialmente los alauíes. (El País (28 de agosto de 2013) “La claves de la guerra civil en Siria”)
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Así también, es un país que se ha caracterizado por mantener relaciones poco cercanas con occidente, de tal manera que en política exterior mantuvo un distanciamiento con estos países, puesto que estuvo influenciado por la perspectiva nacionalista del Partido Ba'ath Árabe Socialista. No es casual que en territorios como Irak –este también estuvo dirigido por el mismo partido– los Estados Unidos de América, dirigido por una política exterior fuerte de George w. Bush (hijo), terminó por invadirlo alegando que Hussein escondía armas químicas. Para legitimar el ataque, el gobierno de Estados Unidos trató de movilizar a la opinión pública global apelando a principios fundamentales, como los derechos humanos de los iraquíes, la justicia y la ley universales, de la misma forma que ya había hecho en la Guerra del Golfo. Además, como novedad, empleó el concepto de los intereses nacionales al afirmar que Irak era una base de operaciones para organizaciones terroristas islamistas. Otro argumento que tuvo más peso que el anterior entre la comunidad internacional fue la afirmación desde Washington de que aquel país estaba violando una resolución de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de 1991 y poseía armas de destrucción masiva que podían ser utilizadas contra Estados Unidos. (Palomo Garrido, 2012: 167) También, no es imprevisto que, con una política de doble rasero, irrumpiera Afganistán, a partir del suceso del 11 S, argumentando que este ocultaba y apoyaba al grupo terrorista- yihadista Al Qaeda. Así, el 18 de septiembre de 2001, el congreso estadounidense aprueba la Resolución conjunta de la “Autorización para el uso de la fuerza militar contra terroristas”, por la cual autoriza al presidente estadounidense a recurrir a cualquier medio que sea necesario y útil con el fin de obstaculizar a todas aquellas naciones, organizaciones o personas, que él considere que han planificado, autorizado o favorecido los ataques terroristas del 11- S. Con esto, el 06 de octubre de 2001, se da inicio a la primera fase de la “Guerra contra el terrorismo” que tuvo por teatro de operaciones a Afganistán, pues Al Qaeda y el régimen talibán fueron definidos como un mismo objetivo estratégico. (Reyes Parra, 2008:128) A la luz de estos hechos, y en honor a la objetividad, la pregunta inevitable que se nos cruzara por la mente sería la siguiente: ¿Acaso los países occidentales provocaron la crisis que hoy vive Siria? Algunos, a juzgar por los internacionalistas, de manera inexcusable sostendrían que los EE.UU. y compañía son los principales responsables en el conflicto, puesto que buena parte de los enfrentamientos en el Medio Oriente tienen sus orígenes en la intromisión extranjera. De tal manera que, siguiendo el análisis, el régimen de Al – Asad sería una suerte de víctima de los malévolos intereses imperiales. Desde luego, los intereses imperiales cobran mucha fuerza en territorios donde abundan, principalmente dos materias primas fundamentales para el desarrollo de la sociedad y economía capitalista. Estos, a saber, son el petróleo y el agua. Este último es uno de los recursos que pulula en Siria. De ahí que algunos 4
análisis hayan anotado a este como uno de los motivos por el cual países foráneos intenten un eventual control de la zona. Lo anterior no deja de llevar razón; sin embargo, para efectos de rigurosidad académica, nos detenemos en observar el caso Sirio con mucho más detenimiento en cada acontecimiento del mismo. De esta forma, el estudio propone un análisis en tres dimensiones: local, regional, e internacional. Asimismo, gracias a las herramientas que nos brindan las ciencias sociales, se discute la evolución del conflicto y sus repercusiones en perspectiva regional e internacional. Adicionalmente, de manera osada, el artículo se propone argüir la viabilidad del régimen de Al – Asad en una Siria desolada por una nefasta guerra.
El inicio de un conflicto anunciado A inicios del mes de marzo del año 2011 empezaron a surgir movimientos que reclamaban reformas en materia de derechos liberales. De estos, muchos terminaron por canalizar sus demandas a través de mecanismos de protestas sociales. Así también, recordemos que en estos tiempos, en el mundo árabe, se vivía una atmósfera de cambios en lo político. De esta manera, muchos de estos grupos que alzaban sus voces por cambiar el régimen de Damasco, estuvieron influenciados por lo acontecido en estos países arabófonos. Fue precisamente la detención y posterior tortura de jóvenes que habían realizados pintas en una escuela de la ciudad de Daraa lo que indignó en desmedida a la ciudadanía. En respuesta, se originó grandes protestas en la mencionada ciudad. No obstante, el desenlace fue la represión por parte de las fuerzas del régimen y el posterior establecimiento del Estado de Emergencia por 48 horas. Posteriormente, Damasco decidió prolongar el Estado de Emergencia de manera indeterminada alegando que la convulsión social lo ameritaba. Según denunciaron en distintos sitios de Internet dirigentes opositores, decenas de cadáveres se veían en las calles. Asimismo, aseguran que el objetivo del operativo es reprimir la oposición en Daraa, uno de los principales focos de las protestas contra el régimen del presidente Bashar al Assad. (Página 12, 2011). Tiempo después, las manifestaciones se extendieron por otras partes del país, de tal manera que llegaron a ciudades importantes de Siria, hasta alcanzar a Damasco. La represión fue pétrea durante estos tiempos, violándose los Derechos Humanos por parte de las fuerzas del orden. Esto lo sabemos por los múltiples videos en Facebook y Youtube. Además, es indudable que internet jugó un papel importante en la difusión de contenidos que tenían como principal tarea la concientización de las personas. En cierta forma, internet, a través de sus múltiples aplicaciones, ya no es solo un «lugar» donde esta juventud puede encontrar información, eventualmente política; es en realidad mucho más que eso, es de hecho el lugar de la política, 5
aquel donde a menudo, a falta de alternativa, de posibilidades más materiales de intercambio, se construye a pesar de todo un espacio público alternativo. (Gonzales – Quijano, 211: 118). Desde entonces, y al fulgor de las diferentes represiones y encarcelamientos de los líderes, se originó una suerte de radicalización en el movimiento revolucionario ciudadano democrático. Este contexto trajo como resultado muchas muertes de civiles, puesto que el ejército regular de Siria contestaba con dureza a cualquier medida. Asimismo, con el transcurrir del tiempo, algunos militares desertores del ejército de la República de Siria pasaron a formar el conocido Ejército Libre Sirio. Como es sabido, esta se compone fundamentalmente por militares que decidieron retirarse de las filas del orden para pasar a defender la causa de la revolución ciudadana. El líder de este grupo armado es Jamal Maruf, ex oficial que ahora cuenta con respaldo internacional. En agosto de 2011, y tras cinco meses de matanzas por parte del régimen, un grupo de desertores crea el Ejército Libre Sirio (ELS) con el propósito de defender a la población civil, organizada en torno de las Coordinadoras Locales, y derribar el régimen. (Alba Rico, 2015: 79). De esta forma, el conflicto Sirio adquirió una característica mucho más confrontacional, puesto que este contexto se compone, principalmente, por dos polos fuertemente definidos. El primero, el poder gubernamental con un ejército regular, preparado para enfrentamientos de carácter convencional; el segundo, un grupo de ex militares alzados en armas que cuentan con amparo de la comunidad internacional. Adicionalmente, hay otros grupos pequeños que también bregan por la caída del régimen de Bashar Al – Asad, empero no tienen la suficiente fuerza y apoyo que obtuvo el Ejército Libre Sirio. Sin duda, el conflicto, en este panorama, no ha dejado de ser un problema Sirio. El hecho de que una ciudadanía organizada, cansada de tantas represiones, y posteriormente sectores revolucionarios alzados en armas hayan puesto en jaque al régimen de la familia alauita de Al – Asad se circunscribe en un problema propiamente Sirio. No obstante, con el pasar del tiempo, el problema se complejiza por la intromisión de actores extranjeros a la tabla de ajedrez llamada Siria. Un ejemplo que grafica mejor la situación es la experiencia de la suministración de armas por parte de occidente. Así, en el marco de este contexto se confirmó que: Un grupo de empleados de la CIA se encuentra en Turquía, no lejos de la frontera siria, y ayuda a definir a qué grupos opositores es razonable suministrar armas. Así lo revela la publicación New York Times citando una fuente de la Administración de EE. UU. (RT, 2012). Además, otra fuente señala que, efectivamente, los Estados Unidos de América empezó a financiar a los rebeldes sirios. 6
Armas financiadas por Estados Unidos han empezado a llegar a los rebeldes sirios, le dijo un funcionario estadounidense a CNN. El funcionario confirmó los detalles que fueron reportados inicialmente por el Washington Post, pero no puede dar las declaraciones de manera pública. [...] La artillería proporcionada fue descrita como armas ligeras, algunas armas anti-tanques y municiones. Esto es una adición a la ayuda no letal que Estados Unidos ha estado suministrando. (CNN, 2013). A partir de entonces, se expone los intereses occidentales, de manera clara y evidente, en la situación Siria. Aunque, como lo hemos mencionado, los países occidentales siempre tuvieron una fuerte intención por desestabilizar Siria; sin embargo, siguiendo una actitud positivista, los hechos tendrían que hablar por sí solos. En efecto, los hechos terminaron por esclarecer los malévolos intereses extranjeros en el fenómeno geoestratégico Sirio.
Alianzas e intereses cruzados: una mirada a la región y a la esfera internacional A mediados del 2013, cuando la prensa internacional mencionaba el ataque con gases químicos a la población de siria por parte del gobierno de Al – Asad, occidente decidió tomar el caso con mucha más seriedad, arguyendo que Bashar al – Asad había cruzado la línea roja. En este sentido –y de acuerdo con Carl Schmitt–, occidente terminó por construir la figura del enemigo absoluto en la persona de Bashar al- Asad. Siguiendo a Martini y Francisco Estébanez: EE.UU., Inglaterra, y Francia construyeron un discurso del enemigo absoluto en la figura del presidente de Siria. [...] el enemigo absoluto es aquel al que se rebaja “tanto en lo moral como en las demás categorías” haciendo “de él un monstruo inhumano que no solo debe ser repelido sino exterminado”. De esta forma, se asiste a la transformación del enemigo de sujeto político en algo inhumano y apolítico, que vendría a ser juzgado y combatido fuera de los márgenes del juego político para ser aniquilado en el ámbito de la moral. (Martini y Estébanez, 2015, 37). De tal manera que, revisando los discursos de los líderes políticos de occidente —Barack Obama, David Cameron y, François Holland—, se revela una edificación discursiva del inhumano personaje de Damasco. A su vez, esta característica imposibilita todo diálogo con las partes, puesto que Al – Asad, mediante esta categoría, ya habría sido exterminado, por occidente, en el terreno de lo moral. Es atinado recordar que, y del cual no despegar la mirada, el problema es inminentemente político. Entonces, bajo esta perspectiva, y de acuerdo con Chantal Mouffe, el problema debería de ser resuelto en esta esfera. El hecho de trasladarlo a la esfera moral terminaría por despolitizar el conflicto, y por consecuencia el desenlace sería la deshumanización del líder alauita de 7
Damasco, lo cual implica una escena no dialógica entre las partes para un posible acuerdo de paz. En otras palabras, el mensaje es claro, intervenir Siria y terminar con el régimen de Al – Asad por la fuerza. No hay posibilidad alguna de diálogo, ya que con personajes insidiosos no existe contingencia alguna de diálogo. En efecto, las prácticas en el ámbito militar pueden revelar la predisposición de occidente por derrocar al régimen de Al – Asad. Ejemplos como la composición, por parte de extranjeros europeos al Ejército Libre Sirio, de alguna manera, indican la influencia y el apoyo de Occidente. “Según el IAC5, los mercenarios pertenecen a 87 nacionalidades, de los cuales 12.760 son estadounidenses y europeos”. (Marcha, 2014). Otro ejemplo que grafica mejor el escenario es la utilización de armas de origen occidental por parte de las fuerzas del Ejercito Libre Sirio. Todo ello ha llevado a pensar que, y no es tan descabellado, la principal fuerza militar de oposición es un ejército, principalmente, de mercenarios apoyados por los intereses geoestratégicos de occidente. Así también, un factor por el cual Occidente se ha reservado una posible intervención a Siria es gracias a la oposición de China y Rusia desde el Consejo de Seguridad de la ONU. Estos dos países también juegan sus cartas en el conflicto, puesto que a ambos no les conviene una eventual intervención occidental en la zona. Para ello, recordemos que Rusia tiene una base naval en la ciudad costera de Tartus. Esta instalación militar está establecida desde el tiempo de la Guerra Fría, mediante un acuerdo bilateral firmado en 1971. Adicionalmente, Siria es un país geoestratégico a los ojos de Rusia, puesto que está frente al mediterráneo, y por consecuencia con acceso a Europa, ante un posible eventual enfrentamiento convencional. A su vez, Siria cuenta con grandes depósitos de fuentes de agua, un recurso que, por cierto, será disputado más adelante. Ante un escenario de equilibrio hegemónico en el Sistema Internacional, Rusia prefiere estar garantizando espacios no conflictivos que respondan a sus intereses, así poder, de esta manera, estar a la expectativa ante un contexto de guerra. Entonces, estas son las razones que nos podrían ayudar a comprender por qué Rusia apoya y proporciona armas a las fuerzas leales de Bashar AlAsad. Sin duda, una vez más, lo que verdaderamente importa en el Real Politik no son más que los intereses. Por otro lado, deteniendo la mirada en la región, percibimos que países como Arabia Saudí e Irán mueven sus piezas en el escenario hostil sirio. Aunque este problema encuentra sus raíces en rivalidades sectarias entre sunitas y chiitas; no obstante, es un problema patente a la luz de la comunidad internacional. De hecho, es preciso destacar que dicho problema sectario no se agota en el aspecto religioso; sino más bien tiene una carga política bastante férrea.
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Por sus siglas del inglés International Action Center.
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De este modo, es evidente que el problema entre estos dos estados, árabe y persa, respectivamente, se localiza en el terreno del dominio político geoestratégico en estas zonas del Medio Oriente. Con ello, el análisis deslinda de los argumentos que sostienen que el problema es estrictamente sectario – religioso. La disputa por la sucesión del Profeta y el liderazgo de la Umma generó una fisura entre quienes consideraban a su primo y yerno, Ali Ibn Abi Talib, y a sus descendientes como los únicos legitimados para el cargo por ser de la Familia de la Casa, y quienes sostenían la necesidad de la deliberación para la designación del sucesor, el Califa, entre los compañeros fieles de Mohammad. El desencuentro inicial se expresó en asesinatos, traiciones y enfrentamientos. (DerGhouGassian, 2015). Primero, Arabia Saudí6 es un país que se caracteriza por estar compuesta, en el aspecto religioso, principalmente por musulmanes sunitas: una de las ramas del Islam que representa la mayor proporción en el mundo musulmán. Asimismo, la monarquía Al Saud es conocida por proporcionar apoyo a fuerzas yihadistas sunitas en alrededor del mundo. De hecho, el régimen de Riad exporta un islam wahabita que se impone de manera violenta en zonas donde existen vacíos de poder, ante una virtual desintegración y colapso de un Estado fallido. En este sentido, apoya y financia a ramas islamistas en Siria, con el propósito de desestabilizar al gobierno alauita (perteneciente a una rama del Islam chiita) y, por consecuencia, implantar un gobierno de carácter sunita. “[...] Igualmente, Arabia Saudita es el país que más extranjeros envió a Siria para combatir, con un total de 19.700, de los cuales cuatro mil cayeron en combate contra el Ejército sirio”. (Marcha, 2014). Segundo, Irán7, por su parte, financia y apoya a grupos chiitas en diferentes partes del Medio Oriente. Por ejemplo, apoya al Hezbolá (partido de Dios), grupo armado del Líbano; asimismo, apoya con armas a las fuerzas leales al gobierno de Al – Asad. De tal manera que tiene una fuerte influencia en el terreno bélico de Siria, puesto que un eventual derrocamiento del gobierno de Bashar al – Asad sería contraproducente a sus intereses regionales. En este sentido, si nos figuramos un escenario de tal magnitud, es evidente que los sunitas de Siria, ante el vacío de poder, y con el apoyo apremiante de la monarquía Al Saud, terminarían por tomar represalias contra los chiitas en general, y los alauitas en 6
Arabia Saudí: Está compuesta por, en una clasificación religiosa, musulmanes sunitas y chiitas (85% y 14%, respectivamente) y, cristianos 1%. Así también, étnicamente, se compone por árabes, africanos y, asiáticos. De todos estos, los árabes alcanzan alrededor del 90% en todo el Estado Saudí. 7
Irán: reúne, en una separación religiosa, diferentes grupos. Estos, a saber, son: musulmanes chiíes y sunitas (los primeros, en gran proporción), cristianos, entre otras minorías; mientras que, étnicamente, está compuesta por persas, árabes, kurdos, azeries, armenios, entre otras minorías étnicas.
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particular del derrocado régimen. Para efectos perspectivos de alianzas entre Irán – Siria – Hezbolá (musulmanes chiitas), no es de nada favorable un escenario con un gobierno sunita en Siria, puesto que resultaría adverso al equilibrio de poder en la región del Medio Oriente. De modo que existe una suerte de competencia indirecta entre ambos países por la influencia y el control de esta parte del Oriente Próximo. Bajo este criterio, Siria no ha dejado de ser una excepción en este juego de intereses de Arabia Saudí e Irán. Así también, otro actor internacional –más no sujeto de Derecho Internacional– se presenta ante la arena de combate sosteniendo y defendiendo con el fusil la eliminación del viejo acuerdo Sykes-Picot (1916). De esta manera, lo que propone este nuevo actor internacional es romper con todas las fronteras que, con una conducta arbitraria, dividieron artificialmente el Medio Oriente y el norte del África. En un primer momento, cuando tuvo origen en el año 2003 en Irak, producto la invasión estadounidense, se denominó Yama’at al-Tawhid walYihad (Comunidad del Monoteísmo y la Yihad)8. Es precisamente que en el 2006 pasaron a denominarse “Estado Islámico de Irak”. Más adelante, después de los primeros momentos de conflicto en Siria, ingresa a esta última rompiendo una parte de las fronteras que las dividía. Es en este contexto en que su nombre cambia, pues se pasa a autodenominar, en el año 2013, “Estado Islámico de Irak y el Levante”. Esto último tiene una connotación, al referirnos al Levante, mucho más amplia, dado que se hace alusión a la Gran Siria cultural. Esta, como es sabido, abarca los territorios que hoy comprenden: Palestina, Israel, Jordania, Siria, y parte de Irak. Es solo cuestión de tiempo para que, en 2014, su nombre nuevamente cambie a “Estado Islámico” a secas. Por supuesto, esta denominación es bastante profunda, y por lo tanto implica, para efectos prácticos, grandes transformaciones en el mundo. Pues bien, precisamente este sujeto internacional, luego de romper con el Frente Al – Nusra (Base de Al Qaeda en Siria), ha decidido combatir frente a fuerzas del régimen alauita. Asimismo, también pelea con los grupos del Ejército Libre Sirio y, a la vez, no es bien visto ante los ojos de occidente. Por consecuencia, nos encontramos con un escenario donde ciertos actores en algunas oportunidades cooperan, cuando sus intereses coinciden, y en otras luchan, cuando sus intereses difieren. Es este escenario, ciertamente aciago, lo que el análisis denomina como “campo de guerra de alianzas e intereses cruzados”. Pues, los actores involucrados Posteriormente, “[...] El primer cambio se dio en octubre de 2004, cuando pasaron a denominarse Tanzim Qa’idat al-Yihad fi Bilad al-Rafidayn (Organización de la Base de la Yihad en el País de los Dos Ríos). En enero de 2006, el grupo se unió con otros grupos terroristas independientes y se pasó a llamarse Consejo de la Shura de los Muyahidines. En octubre de 2006 volvieron a cambiar el nombre por Dawlat al-’Iraq al-Islamiyya, Estado Islámico de Irak (EII). Finalmente, en abril de 2013, el grupo amplió su nombre a Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), denominación que ha sufrido los cambios anteriormente mencionados. (Pérez Ventura, 2014) 8
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actúan de acuerdo con un razonamiento de Teoría de Juegos: La cooperación para defender sus intereses coincidentes es la clave para sobrevivir en el campo de batalla.
Circunstancias distintas: juegos diferentes
El problema de las armas químicas RÉGIMEN SIRIO OCCIDENTE
No cooperación
EI9 OCCIDENTE
Cooperación
Fuente: Elaborado por el autor
Posible intervención a Siria OCCIDENTE RUSIA
No cooperación
Fuente: Elaborado por el autor
Luchar contra el derrocamiento del Régimen Sirio ELS10 OCCIDENTE
Cooperación
EI OCCIDENTE
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Cooperación
Estado Islámico Ejército Libre Sirio.
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RUSIA OCCIDENTE
No cooperación
EL ELS
Cooperación
Fuente: Elaborado por el autor
Lucha contra el terrorismo del EI OCCIDENTE RUSIA
Cooperación
OCCIDENTE RÉGIMEN SIRIO
Cooperación
EI OCCIDENTE
No cooperación
Fuente: Elaborado por el autor
De forma complementaria, se perciben tres grandes esquemas de juego en el terreno bélico. Estos, a juzgar, se establecen por: Rusia y Occidente (dimensión internacional), Arabia Saudí frente Irán (dimensión regional) y, finalmente, el Régimen de Bashar Al- Asad contra el Ejército Libre Sirio (dimensión local). De esta manera, el análisis proyecta cuatro escenarios distintos en cada esquema de juego, de tal modo que de los cuatro, dos son juegos de suma cero. Estos últimos, a juicio del presente estudio, son los que cuentan con mayor probabilidad fáctica. El primero, comprende el acuerdo de paz que –ceñido por el Derecho Internacional o el principio regulador del “tercero sobre las partes” del Sistema Internacional Modelo de Naciones Unidas– restablezca el orden y la seguridad
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internacional en la zona. En este supuesto de hecho, ambos jugadores resultan ganadores (Ojo, no es un juego de suma cero). El segundo y el tercero, asimismo, contienen una posible victoria de cualquiera de los jugadores, mientras que, por un efecto inverso, la derrota del otro. (Juego de suma cero). El cuarto, por su parte, se figura en un escenario con nulo rasgo de probabilidad dentro de la contienda bélica.
ACTORES LOCALES ELS
SIRIA
Gana Pierde
Gana Acuerdo Internacional 0,1
Pierde 1, 0 Escenario no probable
Fuente: Elaborado por el autor
ACTORES REGIONALES
ARABIA SAUDÍ (Bloque Sunita)
IRÁN (Bloque Chiita)
Gana Pierde
Gana
Pierde
Acuerdo Internacional 0, 1
1, 0
Fuente: Elaborado por el autor
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Escenario no probable
ACOTORES INTERNACIONALES
OCCIDENTE
Gana RUSIA Pierde
Gana
Pierde
Acuerdo Internacional 0, 1
1, 0 Escenario no probable
Fuente: Elaborado por el autor
De otro lado, en materia de Derechos Humanos, el conflicto sirio, desde sus inicios en febrero de 2011 hasta la actualidad, ha dejado muchas pérdidas humanas y materiales en el escenario hostil. De hecho, según el informe del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, se estima que existen unos 250124 muertos que comprende entre blancos blandos y duros (Gráfico 1). Además de ello, existen muchos desplazados dentro de Siria y alrededor del mundo. Así, de acuerdo con Amnistía Internacional “[...] más de 4 millones de refugiados de Siria (el 95 por ciento) en sólo cinco países: Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto. (Amnistía Internacional, 2015). (Gráfico Nº 2). De este modo, es evidente que los países de la región son los que más refugiados han recibidos, destacando entre ellos el país del antiguo Imperio Otomano. (Gráfico Nº 3). Asimismo, se han hecho llegar cuantiosos pedidos de asilo a diferentes países europeos, de los cuáles muchos de estos han sido rechazados, aunque algunos han tenido éxitos. De todos los países europeos, Alemania, Suecia y Hungría, son los países que, respectivamente, más pedidos de asilo han obtenido. (Gráfico Nº 4). También, el Gráfico Nº 5 presenta la evolución de la cantidad de refugiados recibidos por los Estados Unidos de América. Por ejemplo, en el 2011 recibió 23 asilados, luego en el 2013 aceptó 45 y hasta la fecha de este año 1119 refugiados sirios han sido admitidos en terreno estadunidense. Adicionalmente, el Gráfico Nº 6 mide el tránsito del índice de Desarrollo Humano (IDH) desde el año 1980 al 2013 que, en conformidad con Naciones Unidas, comprende tres variables: a) Esperanza de vida al nacer: Promedio de edad de personas fallecidas en un año. b) Educación: alfabetización y nivel (primario, secundaria, superior). c) PIB per cápita: el acceso a recursos económicos como variable necesaria para tener un nivel de vida digna. 14
De esta manera, el índice de Desarrollo Humano clasifica valores entre 0 y 1. De tal modo que 0 es la clasificación más baja y 1 la más alta. En este sentido, el indicador señala claramente que, desde 1980 a 2010, el IDH sirio creció progresivamente, aunque desde el 2005 empieza a crecer de modo más lento; sin embargo, mantuvo su ascenso. Es a partir del año 2011 donde el Índice de Desarrollo Humano, producto de la guerra, empieza a estancarse. De modo que, en el año 2013 (año hasta donde llega el estudio) Siria empieza a tener un Índice de Desarrollo Humano de 0,658. En función de la cuantificación de Naciones Unidas, Siria estaría al borde de lo que se considera como países con bajo Índice de Desarrollo Humano. Es más, si hacemos un análisis prospectivo a 5 años desde el 2013, Siria se ubicaría muy por debajo de los países con bajo IDH. Ciertamente, esta lectura cuantitativa refleja la gran profunda crisis Siria respecto de las condiciones humanas y materiales para un futuro desarrollo de la ciudadanía. De tal forma que, quien salga victorioso de esta nefasta guerra tendrá la enorme tarea de recomponer las condiciones económicas, sociales y políticas del territorio sirio. De hecho, si ocurriera un posible tratado de paz, y a la vez una virtual victoria del régimen sirio, que es lo más probable y acaso el mejor, Bashar Al Asad tendría un camino bastante difícil pero no imposible para restaurar las estructuras del frágil Estado Sirio.
Graf. Nº1 Cantidad de muertes: blancos duros (militares y milicianos) y blancos blandos (civiles) desde el 2011 al octubre de 2015 300000 250124
250000
200000
175698
150000 100000
74426
50000 0 MUERTES Total
Blancos duros
Blancos blandos
Fuente: Elaboración propia a partir de “The Syrian observatory for Human Rights”
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Graf. Nº 2 Refugiados sirios alrededor del mundo (2011 – sept. 2015) A: Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto
Refugiados: 4 millones
5%
A
B
B: Otros países
95%
Fuente: Elaboración propia a partir de Amnistía Internacional
Graf. Nº 3 Países que aceptan refugiados sirios en mayor cantidad (2011 – sept. 2015)
2000000
1900000
1800000 1600000
1400000 1200000 1200000 1000000 800000
650000
600000 400000
249463 132375
200000 0 LÍBANO
JORDANIA
TURQUÍA
IRAK
Fuente: Elaboración propia a partir de Amnistía Internacional 16
EGIPTO
Graf. Nº 4 Países europeos que han recibido solicitudes de asilo (2011 – sept. 2015)
HUNGRÍA
18800 DINAMARCA 11300 REINO UNIDO 7000 FRANCIA 6700 SUECIA
64700
ALEMANIA
98700 0
10000
20000
30000
40000
50000
60000
70000
80000
90000 100000
Fuente: Elaboración propia a partir de CNN México.
Graf. Nº 5 Evolución de la cantidad de refugiados sirios en los Estados Unidos de América (2011 – sept. 2015) 1200
1119
1000
800
600
400 249
200 23
41
45
2011
2012
2013
0
Fuente: Elaboración propia a partir de CNN México
17
2014
Sept. 2015
Graf. Nº 6 Trayectoria del Índice de Desarrollo Humano Sirio (1980 - 2013)
0,7 0,653
0,658
0,662
0,662
0,662
0,658
2005
2008
2010
2011
2012
2013
0,65 0,605 0,6 0,55
0,57 0,528
0,5 0,45 0,4 1980
1990
2000
Trayectoria
Fuente: Expansión / Datosmacro.com
De acuerdo con Naciones Unidas, los países se clasifican: Con Alto desarrollo Humano: El IDH superior de 0,80. Con Medio desarrollo Humano: El IDH oscila entre 0,50 y 0,80. Con Bajo desarrollo Humano: El IDH es menor de 0,50
Puesto del IDH sirio frente a los países del mundo (1980 – 2013) AÑO
IDH
RANKING IDH
2013
0,658
118º
2012
0,662
114º
2011
0,662
113º
2010
0,662
113º
2008
0,658
102º
2005
0,653
97º
2000
0,605
97º
1990
0,570
89º
1980
0,528
69º
Fuente: Expansión / Datosmacro.com 18
Conclusión El escenario de guerra que vive Siria responde principalmente a un conflicto de carácter geoestratégico. Es por ello que los diferentes actores involucrados – regionales e internacionales– no abandonan el campo de batalla, puesto que, bajo un razonamiento de juego de suma cero, a ninguno les combine dejar que el “otro” termine por controlar la zona. Como se manifestó en un principio, el conflicto dejó de ser un problema estrictamente Sirio, y pasó a considerarse un conflicto de carácter regional e internacional con repercusiones globales a la seguridad internacionales. Es esta lógica bélica la que no permite el cese al fuego por parte de los actores involucrados. Por un lado, entre los actores internacionales, occidente, encabezado por la administración Obama de los Estados Unidos, apoya y financia a los rebeldes del Ejército Libre Sirio. De la misma manera, financia, aunque no queda del todo claro, a las fuerzas del mal llamado EI con el objetivo de desestabilizar la fuerza gubernamental Siria, y por consecuencia, intervenirlo arguyendo un discurso humanitario. Por otro lado, Rusia pelea por mantener el statu quo en la zona, puesto que Siria es un aliado geoestratégico y geopolítico para los intereses rusos, ya que desde el contexto de la Guerra Fría Rusia cuenta con una fuerza naval en Siria, algo que no tiene en otros lugares del mundo que no hayan sido parte de la ex URSS. Además, en materia económica, Rusia tiene salida de sus productos al mediterráneo gracias al gobierno de la familia Al – Asad. Así también, deteniéndonos en la región, encontramos, primordialmente, la rivalidad de dos estados musulmanes que bregan por el control del Próximo Oriente. Estos, como se mencionó anteriormente, son: Arabia Saudí e Irán. Los dos perseveraran por controlar más espacios de influencia en la zona. De hecho, si ocurriera un eventual derrocamiento del régimen chiita sirio, como resultado tendríamos el aislamiento regional geoestratégico de Irán, y a su vez, el Hezbollah terminaría, para efectos geopolíticos y geoestratégicos, apartado geográficamente en la región. También, aunque algunos analistas han señalado la presencia activa de Turquía e Israel en el desenvolvimiento del conflicto; no obstante, no son tomados en cuanta como actores principales en el presente, puesto que no son actores que juegan directamente. En todo caso, son actores que cooperan con ciertos jugadores para poder obtener cierta estabilidad a su favor en la región y así beneficiarse de ello. De hecho, Israel y Turquía, lo han hecho perfectamente, tanto así que algunos señalan que apoyan con material logístico a fuerzas contrarias al régimen de Bashar al – Asad. Como se mencionó al inicio, sin embargo, el análisis comprende estrictamente a actores claramente identificados en el terreno de lucha. Adicionalmente, sumamos al EI y al Frente Al- Nusra, quiénes en un primer momento eran parte de Al Qaeda, luego, no obstante, el EI terminó por romper con la agrupación de Ayman al Zawahiri por discrepancias en su modus operandi. Como resultado se generó una lucha intensa entre estos dos grupos 19
que antaño fueron hermanos. Si bien, en algunas circunstancias cooperan, empero, por lo general han luchado por hacerse con espacios de poder en la zona. Finalmente, y hasta la fecha en que se culmina el artículo, la comunidad internacional ha sido testigo de innumerables sufrimientos del pueblo Sirio. De hecho, una de las más grandes migraciones, después de la Segunda guerra Mundial, ha sido causada por la tragedia que se vive en Siria. Crisis que se debe al contenido complejo del conflicto gracias a la intromisión de una serie de actores regionales e internacionales que, influenciados por sus intereses estrictamente racionales, han hecho de Siria un campo de guerra de intereses cruzados, donde hasta el momento no se avizora buen puerto en medio del crudo e inacabable invierto sirio.
Referencia Bibliográfica:
ARTÍCULOS ACADÉMICOS
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