Nº 48
septiembre / 2014
Bogotá, Colombia
issn- 2215-8332
Economía neoliberal Comentarios sobre el Presupuesto General de la Nación para 2015 Conflicto y solución política Territorio, poder y autodeterminación: Necesidades en el camino hacia la paz · La historia del conflicto armado: Píldoras para la memoria y la reconstrucción de la verdad Subversiones intelectuales Notas sobre el fetichismo de la información Capitalismo en crisis Cómo enfrentar a los fondos buitre y al imperialismo financiero · Fractura hidráulica (fracking) Crisis capitalista y neoliberalismo energético Nuestra América Los límites del modelo productivo en Argentina Editorial Acerca de un discurso engañoso
Jairo Estrada Álvarez Director Jesús Gualdrón Sandoval Jefe de redacción Álvaro Vásquez del Real, Daniel Libreros Caicedo, César Giraldo Giraldo, Frank Molano Camargo, Jorge Gantiva Silva, María Teresa Cifuentes Traslaviña, Nelson Fajardo Marulanda, Patricia Ariza, Ricardo Sánchez Ángel, Sergio De Zubiría Samper, Víctor Manuel Moncayo Cruz Consejo editorial Beatriz Stolowicz (México), Julio Gambina (Argentina), Ricardo Antunes (Brasil), Antonio Elías (Uruguay) Consejo asesor internacional Las opiniones emitidas por los autores no comprometen al Consejo Editorial de la Revista. Tatianna Castillo Reyes Diseño y diagramación
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Espacio Crítico Ediciones Publicación auspiciada por Espacio Crítico Centro de Estudios www.espaciocritico.com ISSN-2215-8332 Nº 48, Septiembre de 2014. Bogotá, Colombia
Economía neoliberal 4
Comentarios sobre el Presupuesto General de la Nación para 2015 Daniel Munévar
Conflicto y solución política 10
Territorio, poder y autodeterminación: Necesidades en el camino hacia la paz José Honorio Martínez
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La historia del conflicto armado: Píldoras para la memoria y la reconstrucción de la verdad Santos Alonso Beltrán Beltrán
Subversiones intelectuales 26
Notas sobre el fetichismo de la información Renán Vega Cantor
Capitalismo en crisis 34
Cómo enfrentar a los fondos buitre y al imperialismo financiero Eric Toussaint
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Fractura hidráulica (fracking) Crisis capitalista y neoliberalismo energético José Francisco Puello-Socarrás
Nuestra América 48
Los límites del modelo productivo en Argentina Julio C. Gambina
Editorial 52
Acerca de un discurso engañoso Jesús Gualdrón
Comentarios sobre el Presupuesto General de la Nación para 2015 Economía Neoliberal
Daniel Munévar Máster en Políticas Públicas Universidad de Texas en Austin
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ras más un mes de haber sido presentado oficialmente ante el Congreso de la República, el proyecto del Presupuesto General de la Nación (PGN) ha empezado a generar debate. El título oficial del documento es “Prioridades sociales para el tiempo de la paz”. El gobierno ha señalado que el proyecto de PGN para 2015 muestra su compromiso con el gasto social en general y con las partidas de víctimas y educación en particular. Esto al mismo tiempo que se mantiene el estricto cumplimiento de los principios de sostenibilidad fiscal. Sin embargo, un análisis independiente del PGN muestra por un lado el afán del Gobierno de cumplir con los compromisos clientelistas asumidos durante la reciente campaña presidencial y por el otro su incapacidad de contener las serias presiones fiscales que se han venido acumulando en los últimos años. Para comprender las razones detrás de los pronunciamientos del Gobierno, así como las críticas a este, es necesario desagregar el PGN. De acuerdo al proyecto presentado, el cual aun debe ser tramitado y modificado por el Congreso, el PGN de 2015 alcanza 216 billones de pesos en gastos. De esta cifra, el gasto social alcanza los 116 billones de pesos, o 69,6% del presupuesto (sin incluir deuda)1. Este incluye partidas en los 1 Gasto público social se encuentra definido como “aquel cuyo objetivo es la solución de las necesidades básicas insatisfechas de salud, educación, saneamiento ambiental, agua potable, vivienda, y las tendientes al bienestar general y al mejoramiento de la calidad de vida de la población, programados tanto en funcionamiento
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renglones de Trabajo y Seguridad Social (61 billones), Educación (24 billones), Salud (22 billones), Agua Potable (3 billones), Vivienda (3 billones) y Cultura (1 billón). Si bien esta cifra representa en términos absolutos el gasto social más alto de la historia, en términos relativos mantiene estable la misma participación en el presupuesto que se observa desde el año 2010. Este comportamiento obedece a lo que establecen los estatutos presupuestales donde se indica que este componente no puede ver reducida su participación en el presupuesto. En otras palabras, el Gobierno está resaltando de manera pública un supuesto compromiso con el gasto social que en términos técnicos es en realidad una estricta obligación legal. Con respecto al presupuesto asignado a las víctimas ocurre una situación similar. El Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, ha resaltado que los recursos destinados a posconflicto y víctimas (7 billones) y el sector agrícola (5 billones) representan la cuota inicial de la paz2. Sin embargo, en contra de lo que induce a pensar la declaración del Ministro, dichos recursos no representan recursos adicionales a compromisos ya adquiridos con anterioridad por el Gobierno. En el caso de las víctimas, los CONPES 3712 de 2011 y 3726 de 2012 claramente definen los compromisos presupuestales asociados con la implementación de la Ley de Víctimas de 2011. En efecto el CONPES 3712 establece un gasto de 6,3 billones pesos para 2015. Esta cifra es cercana a la incluida en el proyecto de PGN y cuyo margen de diferencia se debe atribuir no a la generosidad del Gobierno sino a
http://www.elespectador.com/noticias/temadeldia/ red-de-salud-publica-imagen-294545
como en inversión”. Ver: Ministerio de Hacienda de Colombia. (2011). Aspectos Generales del Proceso Presupuestal Colombiano. Visitado en septiembre 02, 2014, http://www. minhacienda.gov.co/portal/pls/portal/PORTAL.wwsbr_ imt_services.GenericView?p_docname=5822818.PDF&p_ type=DOC&p_viewservice=VAHWSTH&p_searchstring= 2 Revista Dinero. (2014, julio 24). “Las cuentas de Cárdenas”. Visitado en septiembre 02, 2014 en http://www.dinero. com/edicion-impresa/caratula/articulo/planes-economicos-del-ministro-hacienda-mauricio-cardenas/198875 Nº 48, Septiembre de 2014 · Bogotá, Colombia
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incrementos marginales en los costos de la implementación de la Ley de Víctimas que se han venido presentando desde 2012. Mientras tanto, en el sector agro, el gasto responde a los compromisos asumidos en el pacto agrario de 2013. Los agravantes en este caso responden a 3 elementos interrelacionados. Primero, a diferencia de las víctimas, el Gobierno no cuenta con un plan de largo plazo para atender las necesidades del campo3. Segundo, la falta de dicho plan se traduce en el hecho de que la mayoría de los recursos se encuentran destinados a subsidios de corto plazo. Por si mismos, estos no tienen la capacidad de mejorar la competitividad del sector en el largo plazo. Adicionalmente, es necesario recordar que este tipo de programas tienen un carácter fuertemente clientelista que permite entender su popularidad en el Congreso de la República. Tercero, los recursos con los que cuenta el sector también tienen un carácter temporal, toda vez que han dependido, y van a seguir haciéndolo, de la continuación del Gravamen a los Movimientos Financieros (GMF). En su conjunto, la incoherencia de la política para el campo colombiano se ve reflejada en que a julio de 2014, la ejecución de recursos en el sector se encuentra por debajo del promedio del resto del presupuesto4. Para 2015 se puede esperar más de lo mismo, pues a falta de un plan claro de largo plazo es poco probable que se den mejoras reales en la situación del campo colombiano. Por otra parte, la situación de la cartera de educación es ligeramente diferente. Como bien ha señalado el Gobierno, 2015 representa la primera ocasión en la historia donde el gasto en educación, con un total de 28 billones de pesos, ha superado el gasto en defensa. Teniendo en cuenta las tensiones recientes observadas entre los altos mandos militares y el Gobierno con ocasión de los diálogos de paz, esta situación no representa un logro menor, que es necesario reconocer. Sin embargo, como ocurre con el sector agrícola, el Gobierno no cuenta con una estrategia 3 En enero de 2014 se comisionó a José Antonio Ocampo para liderar una ¨Misión Rural¨ con el objetivo de diseñar un plan estratégico para el campo colombiano para los próximos 20 años. Aún no se ha anunciado cuándo la misión entregará sus resultados. Ver: Presidencia de la República. (2014). “Misión Rural estructurará políticas para el campo colombiano para los próximos 20 años”. Visitado en septiembre 03, 2014, en http://wsp.presidencia.gov.co/Prensa/2014/Enero/ Paginas/20140127_01-Mision-Rural-estructurara-politicas-para-el-campo-colombiano-para-los-proximos-20-anos.aspx 4 Ministerio de Hacienda de Colombia. (2014). Informe de Ejecución Presupuestal, agosto de 2014. Visitado en septiembre 03, 2014, en http://www.minhacienda.gov. co/portal/page/portal/HomeMinhacienda/presupuestogeneraldelanacion/EjecucionEPGN/2014/Acumulado a Julio 2014.pdf
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para el largo plazo. Tras los malos resultados obtenidos por el país en las pruebas Pisa, no se ha anunciado de manera clara como se puede mejorar la política educativa. Así mismo, a principios de este año el Gobierno comunicó su intención de volver a discutir una reforma a la educación superior siguiendo los lineamientos de la polémica Ley 30 de 2011. Como ocurrió en 2011 es de esperar que el retorno a dicha iniciativa produzca un fuerte conflicto con la comunidad universitaria. Es difícil vislumbrar entonces como recursos adicionales pueden solucionar los acuciantes problemas del sector. Los problemas y contradicciones del PGN se extienden también a las fuentes de su financiamiento. De esta forma, para financiar los 216 billones del presupuesto se requiere de una Ley especial de financiamiento que permita recaudar, de manera adicional a la estructura actual de ingresos del Estado, otros 12,5 billones de pesos. Los recursos adicionales no se requieren porque se haya dado un crecimiento inusitado del PGN. En efecto, el presupuesto de 2015 crece un 6,4% con respecto al presupuesto de 2014. De hecho, dicha cifra incluye un ligero recorte a la inversión con respecto al año anterior, lo cual contradice el mensaje del Gobierno de seguir aumentando la inversión. Así mismo la tasa de crecimiento del PGN es inferior a la de presupuestos en años anteriores5. Esta cifra también es inferior al crecimiento nominal de la economía en 2015 (8.1%). ¿Cómo es posible entonces explicar que en un contexto en el cual la economía colombiana está creciendo cerca a su
5 El crecimiento del presupuesto para los años anteriores fue: 2012 (9,5%), 2013 (14,1%), 2014 (7,5%). Ver: Ministerio de Hacienda de Colombia. (2014). Bitácora de Cifras Presupuestales 2000 - 2014. Visitado septiembre 03, 2014, en http://www.minhacienda.gov.co/HomeMinhacienda/presupuestogeneraldelanacion/ cifrasHistoricas Nº 48, Septiembre de 2014 · Bogotá, Colombia
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Tomada en su conjunto, esta discusión muestra que el Gobierno de Juan Manuel Santos continúa con su estrategia de dar prioridad a las tensiones asociadas a sus maniobras políticas en el corto plazo. Esto a costa de proveer una visión clara y coherente de largo plazo para el país. Mientras tanto, el tiempo sigue pasando y los problemas en áreas claves, como la paz, y los sectores de agricultura, educación, salud, justicia y pensiones se siguen acumulando. Al parecer para este Gobierno, como señalaba Mafalda, y como queda reflejado en este presupuesto, lo urgente no deja tiempo para lo importante.
potencial, mientras el gasto crece a un ritmo inferior a la economía, se presente un faltante por un monto tan elevado? La respuesta se encuentra en los problemas generados por la reforma tributaria de 2012 y la reducción en la renta petrolera. La señalada reforma redujo el recaudo efectivo del Gobierno con respecto al esquema anterior. Así se explica, como ya se señalo en un articulo anterior6, que el Gobierno haya indicado de manera implícita en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) 2014 su intención de mantener tanto el impuesto al patrimonio como el GMF y aumentar el recaudo en al menos otros 4 billones de pesos a partir de 20157. Por otra parte, la caída en la producción de petróleo, aunada a la reducción de su precio, está causando serios problemas en términos de financiamiento en el orden de 1 o 2 billones de pesos. En la medida que una parte importante del aumento en el presupuesto destinado a inversión en los últimos años provino de la renta petrolera, la viabilidad de mantener los niveles actuales de inversión sin un aumento significativo del recaudo tributario se presenta como un gran 6 Munévar, D. (2014, Agosto). Reforma Tributaria y Paz en Colombia. Revista Izquierda. Visitado en septiembre 03 http://www.espaciocritico.com/sites/all/files/izqrd/ n0047/izq0047_a05.pdf 7 La cifra ha sido confirmada de manera independiente por Fedesarrollo. En días recientes señalaron que el faltante, tras extender los impuestos mencionados, es de 5 billones de pesos. Ver: El Tiempo. (2014, agosto 28). “Controversia por presupuesto para 2015”. Visitado en Septiembre 03 http://www.espaciocritico.com/sites/all/ files/izqrd/n0047/izq0047_a05.pdf
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interrogante. De ahí la necesidad de ratificar, en contra de lo que ha señalado el Gobierno, que la reforma tributaria en ciernes es mucho mas significativa de lo que se quiere hacer pensar a la opinión pública. En este sentido, el Gobierno esta utilizando una estrategia política basada en los incentivos perversos que existen dentro del esquema presupuestal colombiano. De manera específica está utilizando promesas de gasto incluidas en el presupuesto para asegurar los votos requeridos para aprobar la reforma tributaria. El mecanismo es relativamente sencillo y se encuentra asociado a la ya mencionada Ley de financiamiento. El Gobierno esta incluyendo gastos, asociados a los compromisos adquiridos en la campaña presidencial, para los cuales no cuenta con financiamiento. Para lograrlo, señala al Congreso que a menos de que se apruebe la Ley de financiamiento, la cual incluiría la reforma tributaria, no se aprobarían dichas partidas de gasto. De esta forma se crea un incentivo directo para que los parlamentarios aprueben un aumento en el recaudo tributario en términos favorables al Gobierno. Así, este logra cumplir con los compromisos clientelistas que permitieron la reelección y aplaca temporalmente las tensiones fiscales. Tomada en su conjunto, esta discusión muestra que el Gobierno de Juan Manuel Santos continúa con su estrategia de dar prioridad a las tensiones asociadas a sus maniobras políticas en el corto plazo. Esto a costa de proveer una visión clara y coherente de largo plazo para el país. Mientras tanto, el tiempo sigue pasando y los problemas en áreas claves, como la paz, y los sectores de agricultura, educación, salud, justicia y pensiones se siguen acumulando. Al parecer para este Gobierno, como señalaba Mafalda, y como queda reflejado en este presupuesto, lo urgente no deja tiempo para lo importante.
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Territorio, poder y autodeterminación: Conflicto y solución política
Necesidades en el camino hacia la paz
José Honorio Martínez Profesor Departamento de Ciencia Política Universidad Nacional de Colombia
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a vigencia del latifundismo y el empuje del extractivismo a partir de la constante desposesión de las comunidades rurales, del monopolio del poder político en manos de unas cuantas familias agrupadas en torno a los partidos liberal y conservador (y sus satélites) y la inscripción del Estado colombiano en la geopolítica norteamericana han sido tres grandes improntas del origen y desarrollo del conflicto social y armado en Colombia. En el presente artículo se describen algunos hechos denotativos de cada una de ellas y se esboza la hipótesis de que estas han dado lugar a un constante e incompleto proceso de acumulación primitiva, al ejercicio de una política de contrarrevolución permanente y configurado un Estado profundamente dependiente en términos geopolíticos. La superación de tales tendencias implica la recuperación del territorio, la democratización del poder político y la afirmación de la independencia, tales aspectos resultan esenciales en la construcción del camino hacia la paz.
1. Territorio entre el latifundismo y el extractivismo En Colombia nunca se desarrolló una reforma agraria, ni siquiera de corte liberal desarrollista; en las dos ocasiones (1936, 1961) en la que hubo intentos reformista estos fueron frustrados ante el peso del poder latifundista y la geopolítica norteamericana1. En ambas oportunidades 1 José Honorio Martínez, “La reforma agraria como deuda histórica”, Cali, octubre 25 de 2013. http://www.prensarural.org/spip/spip.php?article12480
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prevalecieron los intereses gremiales del latifundismo, la agroindustria y los mandatos norteamericanos de la Alianza para el progreso. El discurso reformista fue empleado para legitimar el despojo y la concentración de la tierra e impulsar procesos de expansión de la frontera agrícola mediante el auspicio de programas de colonización. De acuerdo con un balance de la CEPAL: “En un poco menos de 40 años de reforma agraria se han redistribuido apenas 1.5 millones de hectáreas. Adicionalmente se titularon 15 millones de hectáreas de tierras baldías. Al interior de la frontera agrícola el índice de concentración de la propiedad no cambió en forma significativa”2. Después del Pacto de Chicoral el concepto de reforma agraria fue desaparecido de las agendas públicas y se abonó el terreno para el avance del neoliberalismo, en dicho marco se intensificó el despojo territorial, según González, entre los años 1980 y 2010 fueron arrebatadas al campesinado 8.056.978 hectáreas3. La concentración de la tierra como fruto de un proceso violento de desposesión se repite continuamente, al punto que puede hablarse de un constante e incompleto proceso de “acumulación primitiva”. Constante en cuanto a la regularidad con que acontece e incompleto en el sentido de que, a diferencia del “proceso clásico” descrito por Marx, en Colombia el reiterado despojo rural no se ha traducido históricamente ni en la proletarización de los desposeídos ni en el eslabonamiento de tal proceso con la constitución de una agricultura capitalista, de un mercado interno o la formación de capital industrial4.
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2 Colombia: alcances y lecciones de su experiencia agraria, Cepal, Chile 2001, p.46. 3 Camilo González Posso, “La verdad de la tierra: más
de ocho millones de hectáreas abandonadas”, Razón Pública, abril 11 de 2011.
4 Carlos Marx, “La llamada acumulación originaria”, Capítulo 24, El Capital, Fondo de Cultura Económica, México 2001. Nº 48, Septiembre de 2014 · Bogotá, Colombia
Conflicto y solución política
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La concentración de la tierra como fruto de un proceso violento de desposesión se repite continuamente, al punto que puede hablarse de un constante e incompleto proceso de “acumulación primitiva”. Constante en cuanto a la regularidad con que acontece e incompleto en el sentido de que, a diferencia del “proceso clásico” descrito por Marx, en Colombia el reiterado despojo rural no se ha traducido históricamente ni en la proletarización de los desposeídos ni en el eslabonamiento de tal proceso con la constitución de una agricultura capitalista, un mercado interno o la formación de capital industrial.
Durante las últimas dos décadas el problema de la tierra ha trasmutado en el problema del territorio, ya que al histórico latifundismo se ha sumado la dinámica extractivista que ha tendido a propiciar una vasta reconfiguración del territorio rural. Es decir, las comunidades rurales que durante décadas fueron desposeídas por el latifundio ahora lo son también y en gran proporción por el intenso despliegue del modelo de desarrollo primario exportador financiarizado.
2. El poder político y la estrategia de la contrarrevolución permanente La clase dominante ha sido profundamente celosa respecto a la posibilidad que las clases dominadas ingresen a disputarle espacios en la conducción del aparato estatal. En tal sentido, el Estado se ha administrado como patrimonio familiar que apalanca el proceso de acumulación de la burguesía “nacional”. El dominio _12
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monopólico del poder estatal ha sido posible mediante el ejercicio permanente de la arbitrariedad, la fuerza y violencia sobre la oposición política. Un año después del asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, desde 1949 y hasta 1974, la clase dominante ratificó el cierre del espectro político a los sectores populares. En el lapso de estos 25 años, se combinaron dictadura civil (Ospina-Gómez), dictadura militar Rojas Pinilla) y frente nacionalismo (Valencia, Lleras Camargo, Lleras Restrepo y Pastrana) como formas de dominio exclusivo del poder político por parte de la clase dominante. Mediante el uso sistemático del “estado de sitio” los distintos gobiernos ejercieron orondos el más feroz terrorismo de Estado5. Fue en este período en el que surgieron las guerrillas como forma de
5 Jorge Villegas Arango, El libro negro de la represión, Comité de solidaridad con los presos políticos, Bogotá 1974.
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Durante las últimas dos décadas el problema de la tierra ha trasmutado en el problema del territorio, ya que al histórico latifundismo se ha sumado la dinámica extractivista que ha tendido a propiciar una vasta reconfiguración del territorio rural. Es decir, las comunidades rurales que durante décadas fueron desposeídas por el latifundio ahora lo son también y en gran proporción por el intenso despliegue del modelo de desarrollo primario exportador financiarizado.
defensa de la vida, de resistencia al despojo rural y única posibilidad de ejercer la oposición política. El régimen político fue sostenido fundamentalmente a través del ejercicio de la violencia militar y paramilitar6. Al concluir el Frente Nacional, los gobiernos recurrieron decididamente a mecanismos propios del “estado de excepción”. En 1978, el gobierno Turbay expidió el “Estatuto de seguridad” que facultaba a las Fuerzas Militares para aplicar la censura a informaciones relacionadas con la protesta popular y para juzgar sumariamente, además, se fijaban penas de prisión de hasta cinco años para quienes participaran en manifestaciones y se establecía el arresto de hasta por un año a quienes ocuparan lugares públicos. El Estatuto facultó a las Fuerzas Militares para ejercer funciones ejecutivas, legislativas y judiciales, hasta constituirlas en un Estado dentro del Estado. En 1983, el cumuló de inconformidades sociales y el auge de las luchas populares condujo al gobierno de Belisario Betancur a buscar salidas al conflicto armado por la vía del diálogo. Uno de los acuerdos alcanzados entre las FARC y el gobierno Betancur señalaba que la insurgencia podía organizarse como un partido político, de inmediato los acuerdos fueron repudiados por los gremios económicos y saboteados por las Fuerzas Militares. El 30 de abril de 1985, los gremios económicos afirmaron en un comunicado: “necesitamos un despertar de las consciencias frente a estos peligros representados en la pretensión de algunos grupos, que al amparo de los acuerdos y la apertura política que se ésta buscando, aspiran a darle el zarpazo final a nuestras instituciones para abrir paso a la anarquía y el totalitarismo”7. El comunicado fue firmado por 6 Javier Giraldo, “El paramilitarismo en Colombia, ayer y hoy”, Medellín, Marzo 19 de 2003. http://www.javiergiraldo.org/ IMG/pdf/El_Paramilitarismo_en_Colombia_ayer_y_hoy.pdf 7 Laura Restrepo, Historia de una traición (titulado posteriormente Historia de un entusiasmo), Plaza & Janés, Bogotá 1986.
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la Asociación Nacional de Industriales (ANDI), la Asociación Colombiana de Pequeños Industriales (ACOPI), la Federación de Ganaderos (FEDEGAN), La Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), la Federación Nacional de Comerciantes (FENALCO), por Acoplásticos, Analdex, Camacol, Fasecolda, y la Asociación de Exportadores de Café. A pesar de la reacción de la clase dominante y del estamento militar, la insurgencia y amplios sectores del movimiento popular avanzaron en la conformación de la Unión Patriótica (UP). En las elecciones de marzo de 1986, la UP obtuvo una votación que le permitió ocupar 14 curules en el Congreso de la República, 18 diputaciones en asambleas departamentales y 335 escaños en concejos municipales. En las elecciones presidenciales del mismo año alcanzó 330.000 votos. La UP entró a disputarle el poder político al monopolio bipartidista y en esa medida representó una posibilidad de cambio social que la clase dominante no estuvo dispuesta a asumir. Entre 1985 y 1989, más de 3000 miembros de la UP fueron desaparecidos o asesinados por las Fuerzas Militares y paramilitares, entre ellos, los candidatos presidenciales Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa. El genocidio de la UP significó la desaparición de una generación completa de dirigentes sociales y políticos que contaban con la capacidad y la voluntad para producir relevos generacionales y transformaciones políticas en la orientación del Estado. En los años posteriores, con la expedición de la Constitución Nacional de 1991, se generaron expectativas de modernización, descentralización y participación, sin Nº 48, Septiembre de 2014 · Bogotá, Colombia
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embargo, luego de más de dos décadas se ha constatado que dichos discursos fungieron más como cortinas de humo y dispositivos de legitimación que como derroteros para la reforma democrática del Estado. En el contexto neoliberal, la democracia ha sido reducida al ejercicio electoral en el cual solamente tienen cabida las grandes empresas electorales de las familias que durante décadas han ostentado el monopolio del poder político.
3. La independencia endosada a la geopolítica norteamericana A diferencia de otros estados de América Latina, la clase dominante en Colombia nunca tuvo iniciativa en generar independencia frente a los Estados Unidos. El sometimiento de la clase dominante ante las políticas emanadas por ese país fue continuo durante el siglo XX. En el desenvolvimiento de esta geopolítica durante el siglo XX y XXI se cuentan numerosos acontecimientos, entre los que se pueden enunciar Conflicto y solución política
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los siguientes: la sustracción territorial de Panamá, la fraudulenta apropiación de los yacimientos petrolíferos por parte de la Troco (Tropical Oil Company), la aceptación y obediencia de los dictados monetarios y financieros de la Misión Kemmerer8, la ejecución de la masacre de las bananeras para complacencia de la United Fruit, la obsecuente suscripción del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), el envío del batallón Colombia bajo el mando estadounidense a la invasión de Corea, la fidelidad a los anticampesinos consejos de la Misión Currie, la implementación de la anticomunista Operación LASO (Latin American Security Operation), la adscripción a la Doctrina contrainsurgente de la Seguridad Nacional, el paramilitarismo y la formación de las Fuerzas Militares bajo el pensamiento estratégico y los métodos genocidas del Departamento de Defensa, la postración ante la moralina e hipócrita política antidrogas y la renuncia al ejercicio soberano de la justicia mediante la aceptación de la extradición de connacionales, la implementación del Consenso de Washington y el neoliberalismo y, al despuntar el siglo XXI, el desenvolvimiento del criminal Plan Colombia, el posicionamiento de bases militares norteamericanas, el ingreso en la Alianza del Pacífico y la suscripción del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos en 2012. La dominación estadounidense sobre Colombia ha sido tan sostenida, vasta y profunda que cabe preguntar si la 8 Fred Rippy, El capital norteamericano y la penetración imperialista en Colombia, Oveja Negra Bogotá 1970.
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paz que reclama Colombia es la que está dispuesto a apoyar el gobierno norteamericano. Con el pretexto del combate a las drogas, Colombia se convirtió en uno de los centros neurálgicos del intervencionismo global estadounidense9. Los Estados Unidos pusieron en marcha el Plan Colombia, el cual ha sido obsecuentemente ejecutado por parte de los gobiernos de Andrés Pastrana, Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos. Las fumigaciones desarrolladas en el marco del Plan Colombia dieron grandes dividendos a las industrias militares y químicas y empujaron los cultivos de coca y amapola hacia territorios más inhóspitos. El Plan Colombia y la política de “seguridad democrática” crearon las condiciones para el fortalecimiento del poder militar estadounidense en Colombia y América Latina. El actual debate sobre la paz implica la pregunta por la autodeterminación y la independencia, ya que mientras la clase dominante se mantenga sujeta a la geopolítica norteamericana es poco probable que se den pasos sustantivos en el logro de las condiciones que reclama la paz de Colombia.
9 Jules Dufour, “La red mundial de bases militares de los Estados Unidos”,
Global Research, septiembre 24 de 2010. http://www.globalresearch.ca/ index.php?context=va&aid=21173
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Conflicto y solución política
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La historia del conflicto armado: Conflicto y solución política
Píldoras para la memoria y la reconstrucción de la verdad Santos Alonso Beltrán Beltrán
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Profesor Ciencia Política Universidad Nacional ESAP
a violencia en Colombia se ha convertido en más que una categoría histórica. En el recuento de los periodos de la historia de nuestro país, la violencia política no solo ha sido una característica de las relaciones de poder, por el contrario, ha sido tal su relevancia que el periodo comprendido entre la muerte de Gaitán, abril de 1948, y el nacimiento de las guerrillas, en los años de 1964 y 1965, se conoce como la gran violencia, o La Violencia, así con mayúsculas. Para algunos analistas, la violencia en el país se ubica solamente hacia mediados de siglo. Con esto parecen sugerir que el periodo inicial del siglo XX colombiano, la Hegemonía Conservadora, y aun el periodo subsiguiente, la Republica Liberal, se caracterizaron por la ausencia de la confrontación o por lo menos por una calma pesada en la que las disputas políticas se gestionaron a través de los canales civilizados de la democracia y los procesos electorales. En algunas ocasiones se señala que el siglo XIX fue un siglo de guerras civiles, de violencia desenfrenada y cruel, pero que la Regeneración y finalmente la Guerra de los Mil Días, serian la culminación de este periodo de guerras para dar inicio a la construcción institucional pacifica del Estado-nación colombiano. Por supuesto estas imágenes no se acercan a la realidad de la historia nacional. Si bien el siglo XIX fue un siglo de guerras en el que las diferentes facciones de las clases dominantes se enfrentaron con el fin de definir la hegemonía de un sector político sobre otro, el inicio del siglo XX no fue en lo absoluto un periodo de calma en la confrontación sino _18
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que desde sus inicios la violencia fue una acompañante estructural de los procesos históricos. La historia nacional nos muestra cómo, desde muy temprano, la clase obrera sufría la persecución y el asesinato de sus líderes durante la temprana administración de Marco Fidel Suarez. Además, en los primeros años del siglo XX, la violencia contra los campesinos era una constante en las disputas por la propiedad de la tierra; el culmen de estas acciones contra las clases populares se vivió durante la agresión contra el movimiento obrero que se gestó en la zona bananera, la Masacre de las Bananeras. Así, es claro que la violencia política en Colombia se ubica desde el inicio de la vida republicana del país y que su relación con la génesis y desarrollo de la construcción institucional es incontestable. La gran violencia, La Violencia, que se desató con el asesinato de Gaitán, fue una conflagración que abrazó buena parte del territorio nacional. Los partidos políticos tradicionales vehiculizaron su diferencias mediante la hostilidad abierta de sus bases sociales que fueron llevados rápidamente a la sevicia del asesinato mutuo, mientras que los líderes de los partidos siguieron su vida civilizada en la repartición del poder burocrático del Estado. La Violencia se concentró de manera notoria en las regiones donde el campesinado pobre estaba peleando por la propiedad de la tierra contra los terratenientes, que habían incorporado a sus propiedades las mejoras hechas por los campesinos, y eliminado los tímidos avances de la Revolución en Marcha de López Pumarejo. La violencia bipartidista de mediados de siglo fue la forma en que avanzó de manera violenta la contrarreforma agraria de los hacendados. Una estrategia que utilizarían de manera corriente en la historia del país. A la violencia posterior al Bogotazo le sucede la violencia revolucionaria de las guerrillas de primera generación. La constante en este periodo sigue siendo la disputa violenta entre las clases dominantes y sectores emergentes organizados en torno a proyectos Nº 48, Septiembre de 2014 · Bogotá, Colombia
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Conflicto y solución política
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El papel que han jugado las clases dirigentes en el desarrollo del conflicto armado, y la anuencia del Estado y sus fuerzas armadas en la espiral de violencia que ha bañado de sangre el país durante los últimos cincuenta años, son responsabilidades históricas que deben ser reconocidas de manera abierta y pública para alcanzar la verdad histórica sobre esta guerra.
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guerrilleros, y adscritos, a su vez, a diversos espectros ideológicos de izquierda. La violencia revolucionaria orquestada desde los proyectos guerrilleros se estrelló con la respuesta ampliada del Estado y de grupos al margen de la ley organizados desde la institucionalidad, que con la orientación la Doctrina de la Seguridad Nacional se ensañaron no solo contra los armados, sino contra las organizaciones sociales que consideraban cercanas a los procesos insurgentes. Luego, la violencia guerrillera surgida en los sesenta se mezcló con la irrupción de la violencia de los narcotraficantes interesados en construir sus propios emporios económicos para disfrutar su nueva riqueza, resultado de sus actividades delictivas. La violencia del narcotráfico en los años ochenta, que en principio se dirigió a asegurar el disfrute de la riqueza de los líderes de los carteles, luego mutó hacia la consolidación de zonas de influencia política en donde los proyectos e intereses de los narcotraficantes se pudieran desarrollar. En la defensa y aseguramiento de los intereses económicos de los narcotraficantes, las viejas clases dominantes regionales rápidamente se aliaron con estos nuevos ricos y dirigieron con ellos la presión violenta contra quienes percibían como sus enemigos naturales: las guerrillas, que iniciaron un proceso de extorsión económica en las regiones donde hacían presencia, y los movimientos sociales reivindicativos que se enfrentaban al afán narcotraficante de aumentar su dominio latifundista. Esta violencia fue el resultado de la combinación funesta entre las elites delincuenciales del narcotráfico, las elites regionales de la vida política y la institucionalidad regional que rápidamente fue cooptada y puesta al servicio de los dueños del capital legal e ilegal. Por supuesto, el papel que jugó la fuerza pública en el escalamiento de la violencia fue notorio. El ejército nacional, la policía y otras fuerzas se aliaron en lo regional con los ejércitos privados que estaban construyendo los narcotraficantes y las elites regionales, y en la lógica de “el enemigo de mi enemigo, es mi amigo”, y en tanto
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que el capital mafioso, y aun el capital legal, podía comprar su lealtad, la fuerza pública nacional se convirtió en vagón de cola de la estrategia mafiosa de consolidación política y económica territorial. Los campesinos, los sectores obreros y populares y las organizaciones sociales fueron rápidamente pasto de esta violencia. Hacia los años noventa el avance de la para-institucionalidad era tal que los ejércitos privados no solo lograron la consolidación en lo territorial, local y regional, sino que fueron capaces de proyectarse hacia lo nacional. La violencia paramilitar, que reseña este momento de la historia nacional, llegó a extremos de crueldad y sevicia, pero a diferencia de los periodos anteriores tuvo también una dimensión nacional, en la que la sistematicidad llegó al extremo de convertirla en una industria de la muerte con hornos crematorios, fosas comunes, desaparición de cuerpos por desmembramiento, mutilación, etc. Esta dimensión nacional y la sistematicidad de su actuación no habrían sido posibles sin la colaboración expresa de las estructuras nacionales de la fuerza pública, la anuencia de las autoridades locales y el financiamiento de los poseedores de capital. En este periodo, la violencia se ensañó especialmente contra los campesinos, habitantes de zonas alejadas, donde las perspectivas de desarrollo de infraestructura o de proyectos extractivos minero-energéticos las hicieron rápidamente atractivas para el capital, pero también en zonas de importancia geoestratégica para la circulación de drogas ilícitas, tráfico de combustibles, personas, o cualquier actividad ilegal. La política Nº 48, Septiembre de 2014 · Bogotá, Colombia
Conflicto y solución política
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La paz debe cimentarse en la verdad, y esta en la aceptación de la responsabilidad del Estado y sus gobernantes, de los militares y de los grupos económicos. Las víctimas demandan que esto sea el paso inicial para la reconstrucción de la verdad, y esta, a su vez, el primer peldaño de la paz duradera que deberá completarse con los cambios institucionales que garanticen la superación de las condiciones sociales, económicas y políticas que permitieron el desarrollo de la violencia contra las clases populares.
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nacional fue permeada de manera acelerada, y la representación política electoral de lo regional fue solo el primer momento del alcance nacional: alcaldes, gobernadores y miembros de los órganos colegiados de representación local fueron colonizados por estas fuerzas y puestos a su servicio, luego representantes y senadores, y finalmente el ejecutivo nacional, que fue cooptado por los ejércitos privados y sus financiadores. Para la primera década del siglo XXI, en Colombia los ejércitos privados financiados por el gran capital y los poderes mafiosos regionales, tolerados y en consonancia con el poder local y en contubernio con las fuerzas armadas, llevaron su acciones de las regiones apartadas a las grandes ciudades y, con ello, el paramilitarismo se convirtió en un actor de envergadura nacional con capacidad de hacerse escuchar en todos los ámbitos del poder: en la economía lograron consolidar dinámicas de acumulación de propiedad, bienes y recursos e iniciar grandes negocios de capital e impuestar al capital legal; en lo político, se hicieron contar en las elecciones mediante la amenaza, el desplazamiento y la eliminación física de los opositores políticos; en lo social, el paramilitarismo fue capaz de instaurar una moral tolerante con la violencia desenfrenada, la riqueza fácil y la corrupción institucional. El paso siguiente fue la colonización del poder nacional mediante el patrocinio directo de la elección del presidente de la Republica. Los gobiernos de la Seguridad democrática, los periodos de Uribe y Santos, son producto de esta dinámica de construcción para-institucional. Aquí la violencia contra las clases populares llegó a su culmen. Como elementos novedosos al desplazamiento de
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población, la eliminación física de los líderes populares, los crímenes de las fuerzas paramilitares y la exclusión social producida por el modelo imperante, se sumó la comisión de asesinatos por las fuerzas militares que fueron presentados como bajas en combate, cuando en realidad eran asesinatos aleves contra personas civiles en indefensión, discapacitados o delincuentes, militantes de las organizaciones subversivas desarmados o capturados, líderes sociales, etc. Estos asesinatos fueron conocidos de manera eufemística como “falsos positivos”, su frecuencia fue tal que las cifras oficiales sobre bajas de los grupos insurgentes se inflaron de manera exagerada con estos crímenes de Estado.
La responsabilidad del Estado y las clases dirigentes: un paso hacia la reconstrucción de la verdad El papel que han jugado las clases dirigentes en el desarrollo del conflicto armado, y la anuencia del Estado y sus fuerzas Nº 48, Septiembre de 2014 · Bogotá, Colombia
armadas en la espiral de violencia que ha bañado de sangre el país durante los últimos cincuenta años, son responsabilidades históricas que deben ser reconocidas de manera abierta y pública para alcanzar la verdad histórica sobre esta guerra. Las fuerzas militares que debieron oponerse de manera directa y radical a la formación de las funestas estructuras para-institucionales de la violencia, no solo las toleraron sino que las apoyaron abiertamente y operaron de manera conjunta en las regiones. Los partidos tradicionales en las regiones cohonestaron con estos nuevos actores y se apalancaron en ellos para poder alcanzar mayor figuración regional y, luego, para asegurar su influencia nacional. Los medios masivos de comunicación abrieron sus espacios de formación de opinión para que el paramilitarismo y esa clase política emergente se bañaran de legitimidad y pudiera labrarse un lugar de aceptación en la dinámica de la confrontación política y armada. El capital Conflicto y solución política
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legal e ilegal patrocinó de manera abierta a estas estructuras y se benefició de sus acciones para garantizar la seguridad de sus inversiones y para allanar el camino cuando las organizaciones sociales o lo habitantes se oponían a su ingreso. La responsabilidad en este sentido no puede ser evadida ni difuminada. El Estado debe garantizar que los miembros de la fuerza pública que estuvieron envueltos en la estructuración, actuación y tolerancia del paramilitarismo reconozcan su culpa, pidan perdón a la sociedad y paguen por los crímenes cometidos. Los grupos económicos deben reconocer también su participación y restaurar las comunidades que fueron afectadas, regresar los territorios usurpados e indemnizar a las víctimas, además de comprometerse económicamente a financiar los proyectos de restauración del tejido social y económico de las comunidades. Los partidos tradiciones no solo deben aceptar su culpa sino que deben garantizar la restitución de los cupos de representación política que perdieron las fuerzas de oposición víctimas del asedio militar y de la exclusión política que los detentadores del poder orquestaron contra ellos en las regiones. La posibilidad de resarcimiento de las víctimas por parte de los medios de comunicación parte por reconocer su responsabilidad, pero, además, por comprometerse a reproducir la verdad y rectificar los infundios que propalaron contra las organizaciones de izquierda y los líderes populares. La paz debe cimentarse en la verdad, y esta en la aceptación de la responsabilidad del Estado y sus gobernantes, de los militares y de los grupos económicos. Las víctimas demandan que esto sea el paso inicial para la reconstrucción de la verdad, y esta, a su vez, el primer peldaño de la paz duradera que deberá completarse con los cambios institucionales que garanticen la superación de las condiciones sociales, económicas y políticas que permitieron el desarrollo de la violencia contra las clases populares. La paz debe estar construida sobre la verdad, la justicia, la reparación integral de las víctimas y sus comunidades, pero, y fundamentalmente, sobre la justica social.
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Notas sobre el fetichismo de la información Renán Vega Cantor Profesor Universidad Pedagógica Nacional
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n el mundo contemporáneo se usan en forma indiscriminada como si fueran sinónimos los términos de información y conocimiento, con el objeto de implantar la transmisión de datos como la razón de ser de los procesos educativos, incluyendo los que se desarrollan en la universidad. Es evidente que puede accederse a información sobre muchas cosas, estupideces incluidas, pero eso no significa tener conocimiento de algo. Por si hubiera dudas, no es sino sufrir la tortura cotidiana de leer un periódico convencional, escuchar la radio o, la peor de todas, ver un telenoticiero. En todos esos medios nos bombardean con miles de datos informativos sobre una guerra, una epidemia, una catástrofe, un crimen, un romance y al final no se entiende qué sucedió ni por qué. En el ámbito de la información ninguna otra sociedad había llegado a un nivel tan enfermizo de manejar datos, cifras, chismes, como la actual, pero tampoco ninguna había estado menos capacitada para analizar e interpretar esa información. La información es importante si es el punto de partida para generar saber y conocimiento, de lo contrario, en sí misma, no significa mucho, salvo “capacitarnos” para llenar crucigramas y ocuparnos con “profundidad” de los chismes de fútbol o farándula. Antes del capitalismo actual, en la mayor parte de los casos la información era única e irrepetible, porque no existían medios para acumularla y, sobre todo, para replicarla muchas veces. Eso es cosa del pasado, porque ahora a la información se la guarda y reproduce, gracias a los aparatos tecnológicos y en especial al _26
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computador. Por eso, se pueden formatear los datos y duplicarlos de manera mecánica y serial, sin que eso implique mucho esfuerzo. Eso es lo que hacen, justamente, los noticieros de radio y televisión, sin que se pregunten qué representa esa información ni ayuden a clarificar su sentido. El saber es algo más complejo que la información porque supone un aprendizaje que puede ser doble: operativo (saber-hacer), para enfrentar algún problema concreto (un panadero que hace bizcochos, un mecánico que arregla el desperfecto de una cañería, un chofer que conduce con destreza un camión…), o actitudinal para “saber ser” o “saber-vivir”. A este último en inglés se le denomina el know-how, un saber acumulado, producto de una experiencia específica. En un tercer nivel se encuentra el conocimiento sistémico, entendido como la capacidad de comprender en forma exhaustiva un asunto o un problema, de tal forma que eso posibilite generar nuevos conocimientos. Desde luego, no existe una separación de estos tres niveles, aunque el máximo nivel es el conocimiento sistémico, no porque sea superior en el sentido discriminatorio del término, sino porque expresa una “capacidad de abstracción capaz de generar una visión efectivamente sistémica, no codificable en procedimientos estándar”. Es también un conocimiento tácito, porque es el resultado “de un proceso de aprendizaje y aculturación personal y social, que no se puede separar ni expropiar de quien lo posee”. Por su parte, el saber debe ser comprendido como un tipo de conocimiento más especializado, más concreto y restringido, que se ubica “a medio camino entre el aprendizaje operativo, que se transmite por el lenguaje a través de procedimientos codificados, y el desarrollo de nociones conductuales que tienen su origen en comportamientos sociales de tipo imitativo (aprendizaje mimético)”. Mientras que, a su vez, la información “es expresión de un saber que no tiene valor por
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Hoy existe un volumen impresionante y esquizofrénico de información que nada tiene que ver con el conocimiento, ya que en su conjunto la sociedad es cada vez más ignorante, aunque hayan más titulados y especialistas, y los datos mismos se han convertido en un simple recurso que es controlado y apropiado por las corporaciones transnacionales, que beneficia a una minoría insignificante.
sí mismo, sino que es necesario para alcanzar una forma de saber codificado”1. En síntesis, la información importa si se usa para algo, pero como tal no es suficiente en el proceso del conocimiento o, para ser más exactos, se ubica en el primer peldaño, que tiene significación siempre y cuando pasemos a otro peldaño, al del saber, o al del conocimiento tácito. Dicho de otra forma: “Si el conocimiento sistémico es comprensión, y potencialmente acción, el saber es la aplicación operativa material y/o inmaterial. La información es el instrumento que permite la difusión. En otras palabras el conocimiento engloba el saber, y este último engloba la información como su correa de transmisión” 2. La diferenciación señalada adquiere una importancia adicional si la situamos en el nivel de profundidad, de una parte, y su velocidad de difusión, de otra, puesto que existe una correlación inversa entre esas dos propiedades del conocimiento. En efecto, entre más profundo sea el conocimiento, menor va a ser su velocidad de difusión, al tiempo que esta velocidad de difusión también depende del soporte técnicomecánico y de la posibilidad de generar procesos de codificación y estandarización que permitan su comunicación. En la medida en que el conocimiento sea más simple, por ejemplo pura información, es más fácil empaquetarlo en soportes de transmisión, como lo vemos a diario con un partido de futbol, que no requiere de ninguna comprensión específica y puede ser fácil y rápidamente difundido a través de la televisión. Es algo más complicado codificar el saber, pues requiere ciertos niveles de formación y especialización, pero se logra, como se demuestra, por ejemplo, con los cursos de cocina, carpintería y otros saberes que se difunden a través de manuales de enseñanza. A diferencia de los dos anteriores niveles, 1 Andrea Fumagalli, Bioeconomía y capitalismo cognitivo. Hacia un nuevo paradigma de acumulación, Traficantes de Sueños, Madrid, 2010, pp. 96-97. 2 Ibíd., p. 98.
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el conocimiento propiamente dicho por su profundidad y carácter complejo es mucho más difícil de transmitir en forma rápida y mecánica. Por ello, “la transmisión de este conocimiento puede darse principalmente en la comunicación directa entre sus portadores, esto es, por medio del cerebro humano y no de máquinas codificadoras”, porque justamente se trata de conocimiento tácito. Como ejemplo, puede señalarse que es casi imposible aprender algo sobre física teórica a través de Internet3. A la larga, las diferencias mencionadas entre conocimiento, saber e información pueden reducirse a la contraposición entre conocimiento tácito y conocimiento codificado, una dicotomía que se explica no tanto por su profundidad sino por la capacidad y velocidad de transmisión. Si el conocimiento se considera como un flujo, involucra a muchos individuos, a una comunidad y adquiere, a su vez, una dimensión personal y social. Esto añade un nuevo elemento a los hasta aquí contemplados, que puede denominarse como la socialidad. Las características de estos tres niveles de conocimiento se muestran en el siguiente esquema: Niveles de conocimiento Grado de profundidad
Grado de difusión
Grado de socialidad
Alto
Conocimiento
Información
Información
Medio
Saber
Saber
Saber
Bajo
Información
Conocimiento
Conocimiento
Fuente: Andrea Fumagalli, Bioeconomía y capitalismo cognitivo. Hacia un nuevo paradigma de acumulación, Traficantes de Sueños, Madrid, 2010, p. 99.
3 Ibíd. Nº 48, Septiembre de 2014 · Bogotá, Colombia
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La aclamada sociedad de la información (o era de la información) es, al mismo tiempo, la época de la más terrible desinformación, porque el exceso de datos y mensajes que se producen a diario desmoviliza, desconcierta y apabulla. Ese volumen de información crece en forma exponencial y se duplica al cabo de pocas semanas, lo cual en lugar de ayudar a que se reflexione sobre un problema lo oculta, ya que no genera tiempo ni elementos de discernimiento para meditar con calma. Ante la falta de una capacidad crítica que discierna esa información no se puede hablar de conocimiento, sino más bien de ignorancia.
A partir de lo planteado, puede concluirse que el concepto de conocimiento ha sido reducido a información y acumulación de datos, y no es considerado como contextual y situado históricamente, lo cual sólo es posible por la existencia de un sujeto conocedor. El conocimiento es un proceso de elaboración en el que se obtiene un resultado que se deriva del trabajo del cerebro que procesa la información a la que se accede a través de los sentidos. El conocimiento reside en el cerebro y el fruto de complejos procesos mentales de los seres humanos, en razón de lo cual todo lo que proviene del exterior puede considerarse como información. Decir esto riñe con la falacia tecnocrática de que las máquinas pueden conocer, como si no fueran los seres humanos los que piensan, crean, aplican el conocimiento, para lo cual actúa el intelecto que procesa y relaciona datos, a partir de determinados intereses y fines.
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Hoy existe un volumen impresionante y esquizofrénico de información que nada tiene que ver con el conocimiento, ya que en su conjunto la sociedad es cada vez más ignorante, aunque hayan más titulados y especialistas, y los datos mismos se han convertido en un simple recurso que es controlado y apropiado por las corporaciones transnacionales, que beneficia a una minoría insignificante. La aclamada sociedad de la información (o era de la información) es, al mismo tiempo, la época de la más terrible desinformación, porque el exceso de datos y mensajes que se producen a diario desmoviliza, desconcierta y apabulla. Ese volumen de información crece en forma exponencial y se duplica al cabo de pocas semanas, lo cual en lugar de ayudar a que se reflexione sobre un problema lo oculta, ya que no genera tiempo ni elementos de discernimiento para meditar con calma. Ante la falta de una capacidad crítica que discierna
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esa información no se puede hablar de conocimiento, sino más bien de ignorancia. Al ser aplastados por los volúmenes crecientes de información se genera una infoxicación, que es un poco la contradicción lógica entre lo que aparece como infinito e inconmensurable –la información– y la finitud de cada uno de nosotros. Jorge Luis Borges plantea claramente esta contradicción, cuando habla de la biblioteca de Babel: La primera impresión fue de extravagante felicidad. Todos los hombres se sintieron señores de un poder intacto y secreto. No había problema personal o mundial, cuya elocuente solución no existiera. […] A la desaforada esperanza, sucedió, como es natural, una depresión excesiva. La certidumbre de que algún anaquel en algún hexágono encerraba libros preciosos y de que esos libros preciosos eran inaccesibles, pareció casi intolerable4.
En realidad, las denominadas sociedad de la información y sociedad del conocimiento son un artificio conceptual urdido con la explícita finalidad de oscurecer la existencia de las relaciones capitalistas, profundamente injustas y desiguales, dejando de lado el análisis de esas relaciones y centrándose en forma fetichista en la función de unos nuevos artefactos tecnológicos, a los que se concibe como revolucionarios. A estos artefactos se les atribuye vida propia y se les dota de una capacidad inherente de solucionar los grandes problemas de la humanidad, que ha acentuado el capitalismo, entre ellos el de la educación. Este fetichismo tecnológico no solo oculta, sino que al mismo tiempo legitima la conversión de 4 Jorge Luis Borges, “La biblioteca de Babel”, en Obras Completas, Editorial EMECE, Buenos Aires, 1974, p. 468. Nº 48, Septiembre de 2014 · Bogotá, Colombia
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todo lo existente en mercancía y exalta las supuestas virtudes liberadoras y emancipadoras de los computadores como instrumentos aparentemente neutros que a todos nos va a beneficiar. En el plano específico del conocimiento, se le confunde con la información, y la educación como proceso es socavada de tal forma que se le reduce a ser una simple instancia en la cual se difunde información. La brecha digital y la brecha cognitiva en lugar de disminuirse con la explosión de la información tienden a acentuarse, por la sencilla razón que no se explican a partir de la información misma, sino algo más de fondo: la desigualdad de base que existe en la estructura social, y que no se remedia con darle artefactos tecnológicos a los pobres, como se demuestra con la proliferación de teléfonos celulares. ¿Será que la posesión de un móvil, aparte de generar un culto esquizofrénico a la comunicación, ha servido para reducir la diferencia de clase, la opresión de género o el racismo? Existe, además, un culto a la novedad de las Tecnologías de la Información como si fueran lo mejor y lo único extraordinario que le ha sucedido a la humanidad, y como si antes no hubiera acontecido nada digno de interés. Este culto solipsista por el presente como algo sin parangón lleva a sobrevalorar lo que se produce hoy y a desconocer, en una muestra de amnesia histórica cada vez más generalizada, los procesos históricos que nos antecedieron, en los cuales a su modo fue importante la información y el conocimiento. Peter Watson lo ha planteado en forma rotunda: El año 2005 no puede competir con 1905 en términos de innovaciones importantes. El anuncio de la semana pasada de que científicos británicos y coreanos habían clonado con éxito embriones humanos no hace sino reforzar este punto […] Nos congratulamos por vivir en una época interesante, pero ¿no es éste un ejemplo más de la ceguera particular que nuestra era solipsista tiene sobre sí misma, una forma más grave por la cual la princesa Diana puede ser calificada como la británica más importante (¿o era la segunda más importante?) de todos los tiempos?5
5 Citado en Antoni Brey, “La sociedad de la ignorancia. Una reflexión sobre la relación del individuo del conocimiento en el mundo hiperconectado”, en Goncal Mayos y Antoni Brey (Editores), La Sociedad de la ignorancia, Editorial Península, Barcelona, 2011, p. 47.
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Cómo enfrentar a los fondos buitre y al imperialismo financiero* Capitalismo en Crisis
Eric Toussaint Presidente del CADTM (Comité Internacional para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo) Profesor titular de la Universidad de Lieja (Bélgica)
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oy a comenzar inmediatamente el tema, a partir de una mirada sobre los “fondos buitre”. En primer lugar, diría que los “fondos buitre” son la versión extrema del capitalismo financiero. La versión extrema, es decir, que es la vanguardia y detrás están los batallones, que se llaman Goldman Sachs, Santander, J. P. Morgan, BBVA, City Bank, etc. La sentencia del juez Griesa intenta hacer retroceder a América Latina a la situación de final del siglo XIX y de la primera parte del siglo XX, cuando Estados Unidos tenía la posibilidad de intervenir, al igual que otros acreedores, de manera directa para forzar el pago de la deuda. Así, pues, es un desafío muy importante haber previsto el tema en el programa, como lo hicieron los organizadores, en términos de alternativa de la doctrina Drago1. * Discurso pronunciado el 19 de septiembre de 2014 en Caracas (Venezuela) en el Foro Internacional: “Alternativas al imperialismo financiero y los fondos buitre”. Fuente: www.cadtm.org/Como-enfrentar-a-los-fondos-buitre,10675 (ligeramente editado). 1 La doctrina Drago recibe su nombre por el ministro de Relaciones Exteriores argentino, Luis María Drago, quien la anunció en 1902. El motivo fue el bloqueo naval contra Venezuela llevado a cabo por las armadas de Reino Unido, Alemania e Italia ante el impago de la elevada deuda externa acumulada por Venezuela, cuyo presidente, Cipriano Castro, se negaba a pagar. Pese a que la doctrina Monroe lo exigía, Estados Unidos se negó a defender a Venezuela con el argumento de que no ayudaría en casos de negativa de pagos de deuda. Frente a esto, la doctrina Drago
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Hay en realidad dos doctrinas: la Doctrina Drago y la Doctrina Calvo2. Ambos eran juristas argentinos. Calvo, el primero que emitió la doctrina, dijo que los países de América Latina tenían que arreglar los litigios con extranjeros por la vía de su jurisdicción nacional y no podían delegar a la justicia de EE.UU. o de otro país dictar una sentencia sobre un litigio. Drago, que en 1902 ejercía como ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, retomó una parte de la doctrina Calvo, la hizo suya y añadió que no se podía utilizar la fuerza militar para exigir el pago de una deuda externa. En la época supuso todo un debate diplomático porque, por supuesto, EE.UU estaba totalmente en contra, tanto de la doctrina Drago como de la doctrina Calvo. Mientras tanto, los países de América Latina en los años veinte y treinta comenzaron a adoptar e incorporar en sus constituciones nacionales elementos de las dos doctrinas. Y todo el tema de la ofensiva neoliberal desde los años ochenta por estas tierras ha sido destruir la aplicación de esa doctrina, lo que hace que, por ejemplo, que en la Constitución argentina esté todavía claramente presentes las doctrinas Drago y Calvo. Pero, en la práctica, a partir de la dictadura cívico-militar de 1976, Argentina renuncia en los contratos de emisión de bonos de deuda a su soberanía y a su inmunidad. Y desde entonces delega en la justicia de EE.UU. la posibilidad de dictar sentencia.
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estableció que ningún país extranjero podía utilizar la fuerza para hacer pagar una deuda. Si bien la doctrina Drago se inspiró en la también argentina doctrina Calvo, ambas no deben ser confundidas. 2 La doctrina Calvo de Derecho Internacional hace referencia al jurista argentino Carlos Calvo (1824-1906). Ésta señala que quienes viven en un país extranjero deben realizar sus demandas ateniéndose a la legislación local de ese país, sin recurrir a presiones diplomáticas ni intervenciones armadas. En cuanto a las vías diplomáticas internacionales, no podría recurrirse a ellas hasta que no se hubieran agotado las vías jurídicas locales. Varias Constituciones de América Latina recogen esta doctrina Calvo. Nº 48, Septiembre de 2014 · Bogotá, Colombia
Capitalismo en Crisis
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La deuda externa se convierte, nuevamente, en un poderoso instrumento para tratar de subordinar a los pueblos de América Latina, para tratar de obligar en los años venideros a volver a políticas neoliberales, como se está haciendo en Europa, que hoy en día es el epicentro de la ofensiva del capital contra el trabajo; de los acreedores contra los deudores.
Lo que está ocurriendo con el juez Griesa claro que debemos condenarlo. Tenemos que condenar esa injerencia de EE.UU. y del juez en asuntos de Argentina. Pero, para enfrentar esta injerencia es necesario para los países de América Latina volver a poner en la práctica las doctrinas Calvo y Drago. Es decir, cuando los países de América Latina emiten bonos deben poner en el contrato que en caso de litigio es la justicia local, la justicia nacional, la que tiene que dictar sentencia. Esto es fundamental, sería un primer paso para enfrentar la situación actual y evitar una extensión de la ofensiva tipo Griesa contra otros países de América Latina. Creo también que, hablando de alternativas es importante convencer a otros países de América Latina acerca de seguir el camino elegido por Bolivia, Venezuela y Ecuador, que decidieron salir del tribunal del Banco Mundial3. Estos tres gobiernos, comenzando por Bolivia, que tomó esa decisión en 2008, decidieron renunciar a su participación como parte del tribunal del Banco Mundial sobre litigios en materia de inversiones. Y sería muy bueno para América Latina que un país como Argentina tomara esa misma decisión. Brasil la había tomado antes, ya que no reconoce la competencia del CIADI. Quizá Brasil es de los países de América Latina que, por tradición como superpotencia regional, es el que afirma más su soberanía y firma pocos tratados que deleguen su soberanía a otras jurisdicciones. Pero más allá de esto… como lo subrayó Luis Bilbao, abordar la problemática de los “fondos buitre” nos obliga a volver sobre el tema de la deuda externa. Una deuda externa que en gran parte es deuda ilegítima. Una parte de la deuda contratada que paga hoy Argentina es una herencia de la deuda contratada por la Junta militar entre 1976-1983. Es una herencia de la deuda contratada por Carlos Menem en los años 3 Este tribunal del Banco Mundial es el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones, CIADI.
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http://www.notimundo.in/2013_06_09_archive.html
noventa, cuando implementó una política neoliberal brutal. Es una herencia del Megacanje organizado por Domingo Cavallo en el año 2001 cuando era ministro de Economía del gobierno de De La Rúa… quien cayó bajo la presión de la calle… “ de la rúa”, en diciembre de 2001. ¿Qué hizo el presidente Rodríguez Saa, presidente durante una semana, la última semana de diciembre de 2001? Decide una suspensión unilateral del pago de la deuda, manifestando (si mal no recuerdo) que: “mientras no haya pleno empleo en el país, suspendo el pago de la deuda”. Se suspendió el pago de una deuda comercial por unos 90 mil millones dólares durante el período que va de 2001 a 2005. Gracias a esto Argentina logró recuperar el nivel económico y, aprovechando el aumento de los precios de sus exportaciones, a partir de 2003, pudo invertir en desarrollo económico y tener una verdadera recuperación. Hubo entonces la reestructuración de deuda, a partir de 2005, mediante la cual Argentina realizó un canje de deuda, logrando con ello una quita importante de ésta, pero, al mismo tiempo, aceptó Nº 48, Septiembre de 2014 · Bogotá, Colombia
reconducir la delegación de la jurisdicción y la renuncia a la soberanía, y consintió la inmunidad en los nuevos contratos. Y, luego en 2010 reabrió el canje de deuda, con iguales características. Entonces, claro, denunciamos a los “fondos buitre”. Pero hay que darse cuenta de que si nosotros mismos cometemos errores, los enemigos van a aprovecharse de ellos. Pueden apoyarse en estos errores de estrategia o de táctica para imponer, en la práctica, sus intereses. Quiero volver al tema de la deuda, ya que se convierte, nuevamente, en un poderoso instrumento para tratar de subordinar a los pueblos de América Latina, para tratar de obligar en los años venideros a volver a políticas neoliberales, como se está haciendo en Europa, el lugar de donde vengo, y que hoy en día es el epicentro de la ofensiva del capital contra el trabajo; de los acreedores contra los deudores. Creo que no es descartable una nueva crisis de la deuda externa en los años venideros, que puede afectar a América Latina por dos razones: EE.UU va a aumentar la tasa de interés a nivel internacional. Es ya una Capitalismo en Crisis
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¿Por qué no actuar de manera soberana unilateral, pero fundado en argumentos de derecho internacional, para respetar la deuda social contratada con el pueblo y combinar esto con acelerar, en América Latina, la activación del Banco del Sur, instituir el control del movimiento de capitales donde no exista, mantener o instituir el control cambiario, atacar a la banca privada para socializarla y decretar el monopolio público sobre comercio exterior?
decisión, lo anunció. Lo hace por etapas y, si bien todavía la tasa de interés es muy baja, el aumento va a venir en los próximos meses y años: es absolutamente claro. Y la otra razón es la reducción de los precios de las materias primas. Eso también es una posibilidad para el futuro. Si coincide un aumento de la tasa de interés internacional y una baja en los precios de las exportaciones de petróleo, de soja (de Argentina), de minerales, etc., otra vez América Latina puede caer en la trampa de la deuda pública soberana como ocurrió en los años ochenta. Y para salir de esto creo que hay que combinar varias estrategias. Estamos aquí discutiendo alternativas. Creo que lo que nos demuestra la historia es que, a través de actos soberanos unilaterales basados en el derecho internacional, un país puede obtener el respeto de los intereses de su pueblo. Y eso remonta ya al siglo XIX, cuando el primer presidente de raíz indígena de América Latina, Benito Juárez, indígena zapoteca, decidió en 1861 como presidente de México suspender el pago de la deuda con Francia y Londres, lo que implicó luego una intervención militar francesa para imponer al emperador _38
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Maximiliano, que fue más tarde derrumbado por la resistencia del pueblo mexicano y la victoria de Benito Juárez. Ese emperador impuesto por Napoleón III fue ejecutado en 1867 por el ejército mexicano victorioso contra Francia. Hay que recordar también, porque estoy haciendo un poco de historia, que Carlos Marx escribió (en 1867) en el capítulo 31 de Libro I de El Capital lo siguiente: “la Deuda Pública, en otros términos, es la alienación del Estado ya sea despótico, constitucional o republicano, marca con su impronta la era capitalista. La deuda pública opera como uno de los agentes más enérgicos de la acumulación primitiva. Con las deudas públicas nace un sistema de crédito internacional que oculta a menudo una de las fuentes de la acumulación primitiva capitalista”. Volvemos de nuevo a la deuda pública, que puede transformarse en los años venideros en un instrumento de dominación. Pero pasando al siglo XX debemos recordar que, cuando se inició la revolución mexicana, en 1914, una de las primeras decisiones de Emiliano Zapata y Pancho
Villa fue la suspensión del pago de la deuda4. México suspendió el pago entre los años 1914 y 1942 y logró imponer a los acreedores una quita de la deuda del 90% tal como existía en 1914, es decir, sin ningún interés agregado. Una victoria total que demuestra la importancia de un acto soberano unilateral frente a los acreedores. En los años treinta, catorce países de América Latina suspendieron los pagos de su deuda externa: Cuba, en 1933; Brasil con Getulio Vargas organizó en 1933 una auditoria de la deuda y logró a partir de la misma una quita del 60% a través de una reestructuración en 19435. Y si se hace una comparación entre los países que suspendieron el pago de la deuda en los treinta y los que siguieron pagando, son aquellos que suspendieron el pago los que, a pesar de represalias, lograron un crecimiento más alto que los demás países. En los últimos años, tomemos el caso de Ecuador. Formé parte de la Comisión Presidencial de Auditoría de la Deuda creada por el presidente Rafael Correa en 20076. La misma estuvo integrada por 18 personas, 12 de las cuales fueron ecuatorianos y 6 de ellas internacionales. Alejandro Olmos Gaona de Argentina, entre otros. Esta Comisión analizó la deuda contratada por Ecuador entre 1976 y 2006 y luego de 14 meses de trabajo remitió el resultado al gobierno de Rafael Correa7 que, en noviembre de 2008, decidió suspender el pago de manera unilateral de una
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=176215
4 Ver Eric Toussaint, “México: El escándalo silencioso de la deuda externa y del modelo neoliberal”, publicado en julio de 2002, http://cadtm.org/Mexico-El-escandal... 5 Eric Toussaint. “Retorno al pasado: puesta en perspectiva de la crisis de la deuda”. En el libro: La bolsa o la vida. Las finanzas contra los pueblos. Eric Toussaint. CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Buenos Aires, Argentina. 2004. p. 448. ISBN: 987-1183-04-6 Disponible en la World Wide Web: http://bibliotecavirtual.clacso.org... 6 Ver http://www.auditoriadeuda.org.ec/in... 7 Ver el informe final de la CAIC http://www.auditoriadeuda. org.ec/in... Nº 48, Septiembre de 2014 · Bogotá, Colombia
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parte de la deuda comercial. Tenía el dinero para pagar pero dijo: “Es una deuda ilegítima, no hay razón para pagar una deuda ilegítima”, y logró imponer a los acreedores, basado en el resultado de la auditoria, una quita de 70% en junio de 2009. Aquí hubo una diferencia entre las decisiones que se tomaron en la Argentina de los años 2000 y Ecuador, que hizo una auditoría y, a partir del resultado de la misma, una recompra de títulos de deuda externa (no un canje) a 30 centavos de dólar. De esta manera, no existió la posibilidad de que Ecuador fuese enjuiciado por EE.UU., ya que los títulos dejaron de existir. No hubo canje. De lo que cabe sacar una importante lección. Tercer ejemplo: Europa se ha convertido, como ya se mencionó, en el epicentro de una brutal ofensiva neoliberal capitalista de los últimos años. Grecia se convirtió en un país similar a los de América Latina o de Asia de los años ochenta y noventa. Es decir, sometido a los dictámenes del FMI y de los acreedores. Pero, hay una experiencia poco conocida tanto en Europa como en el resto del mundo, y es el caso de Islandia que en 2008 vio la bancarrota total de su sistema bancario como lo había conocido Ecuador en 1999. Islandia, con una movilización popular muy fuerte, decidió no pagar su deuda externa al Reino Unido y los Países Bajos. Reino Unido protestó de manera muy ruidosa contra la decisión unilateral de no pago y consideró a Islandia como un país terrorista equivalente a Al Qaeda, congelando los haberes de Islandia en Reino Unido. A pesar de esto, a partir de una movilización popular y de dos referéndums, la población de este país obligó a su gobierno a no pagar la deuda desde 2008 hasta la fecha, tanto a Reino Unido como a Países Bajos, convirtiéndose en un acto soberano unilateral, que permite a Islandia un crecimiento económico mayor que el del resto de Europa. Y podemos comparar a Islandia, que se rebeló frente a los acreedores, con Grecia, que aceptó su dominación, y que como consecuencia tiene una caída del PIB del 20% comparable a la que tuvo Argentina entre 1999 y final de 2001 e inicio de 2002. Entonces, un argumento muy fuerte es que los países tienen el derecho de adoptar o tomar actos soberanos unilaterales. Imaginar que una justicia internacional va a dar la razón a Venezuela, a Argentina, a Ecuador es soñar con un mundo que todavía no existe. Se deben tomar actos soberanos unilaterales. EE.UU. lo hace todos los días. Toma actos soberanos unilaterales cada día, por malas razones: embargo contra Cuba o apoyo a Israel, por ejemplo. Israel multiplica
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http://www.semana.com/nacion/galeria/marcha-contra-la-reforma-de-la-salud/362811-3
los actos soberanos unilaterales, que lo llevan casi al genocidio del pueblo palestino. Y, sin embargo, no ocurre nada… ¿Por qué no actuar de manera soberana unilateral, pero fundado en argumentos de derecho internacional, para respetar la deuda social contratada con el pueblo y combinar esto con acelerar, en América Latina, la activación del Banco del Sur, instituir el control del movimiento de capitales donde no exista, mantener o instituir el control cambiario, atacar a la banca privada para socializarla y decretar el monopolio público sobre comercio exterior? Creo que Luis Bilbao terminó diciendo: no hay solución sin programa o revolución socialista. Esto forma parte de la reivindicación socialista transitoria hacia el Socialismo. Es preciso ir más allá de la denuncia del imperialismo a nivel retórico y de los “fondos buitre” para pensar cómo hacer la integración de los pueblos y volver al camino indicado por Hugo Chávez, cuando llamaba a la construcción del Banco del Sur, a la integración de los Pueblos y a la institución de mecanismos de integración en favor de los Derechos Humanos.
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Fractura hidráulica (fracking) Crisis capitalista y neoliberalismo energético Capitalismo en Crisis
José Francisco Puello-Socarrás Universidad Nacional de San Martín (UNSAM - Argentina) Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (FISyP - Argentina)
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a crisis energética hoy en curso: la escasez absoluta y relativa de las fuentes y reservas fósiles no renovables y minerales (dicho sea de paso: insumos decisivos para el modo de producción capitalista, empezando por el petróleo, el carbón, las llamadas “tierras raras”, etcétera) se constituye en una de las dimensiones claves que convergen en el cuadro de complejidades que exhibe actualmente la Crisis del capitalismo de época. De hecho, la crisis energética en particular reproduce fractalmente las características esenciales y orgánicas de la Crisis en general y, en este sentido, resulta ser también una crisis de carácter estructural, global y de largo plazo tanto desde el punto de vista retrospectivo como –más grave aún– prospectivo. De allí que revelar las especificidades y el rol que implica la cuestión energética dentro de esta Crisis es un ejercicio político trascendental. En la anterior Crisis capitalista, más conocida como La Gran Depresión, los problemas energéticos nunca llegaron a ser críticos. Tampoco fueron política, económica ni socialmente problematizados. Ciertamente, no había razones concretas ni realidades materiales para que la cuestión energética se tornara un componente que preocupara demasiado. Una cuestión muy diferente, por el contrario, se plantearía con esta Crisis la cual –no hay que olvidarlo– debuta precisamente, entre otras razones, con una “crisis (mundial) del petróleo” (1968-1973), un suceso que progresivamente se actualiza hasta nuestros días con el anuncio para
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el año 2006 del Pico (global) [Peak Oil ]1, es decir, “el punto máximo de la oferta petrolera sin alcanzar a satisfacer la demanda que crece sin cesar”2. La Agencia Internacional de Energía (AIE), por ejemplo, en un informe reciente (2013) y que cubre las perspectivas en este terreno, indicaba que “la extracción de petróleo en las actuales explotaciones petroleras [caería] en más de 40 millones de barriles diarios hasta 2035.” (http://bit.ly/1wG75rv) En este marco y más específicamente en lo relacionado con el petróleo y el gas –insistimos, “ la savia que mueve al mundo contemporáneo” (Vega Cantor)– es donde surge a gran escala el (aún relativamente desconocido) método de extracción de petróleo y gas no convencional o “fractura/fraccionamiento hidráulico” ( fracking)3, el cual más allá de ser simplemente una técnica emergente de explotación de hidrocarburos aparece como un síntoma económico-político fruto de la crisis energética y que sintetiza paradigmáticamente los detalles más 1 Un grupo de científicos reunidos alrededor del Berlin-based Energy Watch Group (EWG) habían sugerido el año 2006 como el año del Pico del Petróleo, y desde 2008, anticipaban el declive productivo. La “teoría de Olduvai” (Richard Duncan) ratificaba que en julio de 2008 se habría alcanzado “la máxima producción de todos los tiempos” y pronosticaba un “declive final inminente”. Cfr. Renán Vega Cantor, “Crisis de la civilización capitalista: mucho más que una breve coyuntura económica” en Estrada Álvarez, Jairo, Crisis capitalista, economía, política y movimiento, Bogotá: Espacio Crítico, 2009, p. 74.
http://www.san-juan-de-dios.com/ | Fotografía: Nicolás van Hemelryck
2 Wim Dierckxsens, Antonio Jarquín y Paulo Campanario, Siglo XXI: crisis de una civilización ¿Fin de la historia o el comienzo de una nueva historia? Quito: Editorial IAEN, 2011, p. 22. 3 “Al igual que con el método tradicional, se comienza por excavar un pozo vertical, y a partir de allí, se extienden perforaciones horizontales, que penetran a lo largo de la roca madre, por donde se inyecta a presión una mezcla de agua, arena y químicos que fractura la roca liberando el gas y el petróleo que antes resultaba inaccesible. Los químicos ayudan a la liberación de las sustancias, mientras que la arena cumple la función de llenar las grietas y apuntalar las cavidades para que no se cierren” (http://bit.ly/1r0JA93) Nº 48, Septiembre de 2014 · Bogotá, Colombia
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significativos que expresa esta Crisis del capitalismo contemporáneo.
Neoliberalismo energético, crisis e integración imperialista Palabras más, palabras menos, el fracking representa la neoliberalización energética al exacerbar las lógicas de explotación y depredación tanto de los recursos naturales como de las ecologías humanas y geografías social-populares en diferentes espacios y territorios de la economía-mundo. Los altos costos económicos y socioambientales que representa el fracking son evidentes pues, en todo caso, resulta ser más costoso –desde ambos puntos de vista– si se lo compara con las explotaciones del método tradicional. Sin embargo, el contexto mundial más reciente en el cual los precios de los commodities y especialmente del petróleo y el gas se han mantenido en niveles inusualmente altos, han incentivado que este tipo de operaciones no convencionales todavía resulten siendo “rentables”. Ante la evolución de la crisis energética, la cuestión del fracking encuentra hoy tanto defensores como contradictores. Cada uno de ellos presenta variados argumentos que se vienen debatiendo y polemizando en distintos foros públicos y, en otros casos inclusive, han llegado a instancias de deliberación gubernamental, sobre la conveniencia o no de acoger la fractura hidráulica como una “alternativa” ya sea para afrontar la crisis de energía de países y/o regiones en particular o, dentro de la lógica global, capitalizar ganancias rápidamente bajo el oportunismo que generan estos “nuevos mercados”. No obstante, una aproximación al tema desde un análisis económico-político _44
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Palabras más, palabras menos, el fracking representa la neoliberalización energética al exacerbar las lógicas de explotación y depredación tanto de los recursos naturales como de las ecologías humanas y geografías socialpopulares en diferentes espacios y territorios de la economía-mundo.
despeja cualquier tipo de dudas sobre el significado de fondo en un tema que más allá de ser una cuestión de método o técnica es una cuestión política involucrada con la crisis capitalista en general y con los ruidos en la hegemonía usamericana en particular. Por ello, uno de los impulsores más incisivos en extender e intensificar la utilización del fracking a nivel mundial es Estados Unidos. No resulta una casualidad ni mucho menos que con la profundización de la crisis capitalista, en especial desde el año 2008, el fracking ya no sea tenido simplemente como una técnica adicional de extracción sino que sea visto como una política estatal clave y haya sido elevada incluso a un problema de seguridad nacional para la potencia norteamericana. Al interior de los Estados Unidos la fractura hidráulica viene siendo interpretada como la oportunidad no sólo para resolver
su propia crisis energética y posicionarse estratégicamente en este negocio sino, aún más allá, como la manera de solucionar esta Crisis, y con ello recomponer los inconvenientes que viene teniendo con el creciente cuestionamiento de su posición de potencia imperialista hegemónica. Empezando porque –según los discursos recurrentes de los auspiciadores de esta polémica– en términos económicos, el fracking significaría la activación y expansión de la industria (especialmente, la agroquímica) y, a su vez, la reducción del déficit comercial ya que además de disminuir las importaciones de gas y petróleo implicaría grandes oportunidades de exportación; adicionalmente, en términos geo-energéticos, la progresiva sustitución de los hidrocarburos desde fuentes no convencionales de energía, máxime provenientes –es bueno recordarlo– desde regiones como el Medio Oriente, e incluso Venezuela, donde la estabilidad sociopolítica se hace cada vez más espinosa e incierta y menos manejable para los Estados Unidos, se estarían asegurando el autoabastecimiento y la soberanía e independencia energéticas. Hoy los Estados Unidos figuran como “líderes” en la industria de fracking y según el reporte World Energy Outlook (2012), los usamericanos superarían en el año 2020 a Arabia Saudita como el primer productor de petróleo. De hecho, durante 2013 el fracking fue la única industria “en crecimiento”, según el reporte del Departamento de Energía de ese país. De otra parte –y contrario al paraíso de mermelada que han propuesto sobre todo los discursos de los políticos más entusiastas al interior de los Estados Unidos, empezando por el presidente Obama, quien planteó que EE.UU. tendría gas natural para los próximos 100 años–, paralelamente se ha anticipado otro escenario el cual, según sus fuentes de análisis y respaldos científicos, resulta ser más verosímil y realista. Al mismo tiempo, y por otro lado, permite también develar las verdaderas pretensiones y estrategias
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http://www.radiosantafe.com/2014/09/20/espera-en-urgencias-nodebe-pasar-de-2-horas-en-todos-los-hospitales-del-pais-santos/
http://directobogota.com/revista/wp-content/ uploads/2013/04/Marcha-Salud-019.jpg
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Los altos costos económicos y socioambientales que representa el fracking son evidentes pues, en todo caso, resulta ser más costoso – desde ambos puntos de vista– si se lo compara con las explotaciones del método tradicional. Sin embargo, el contexto mundial más reciente en el cual los precios de los commodities y especialmente del petróleo y el gas se han mantenido en niveles inusualmente altos, han incentivado que este tipo de operaciones no convencionales todavía resulten siendo “rentables”.
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político-económicas que supone el fracking a nivel global desde las perspectivas usamericanas. Distintos reportes, para el caso del gas no convencional, aseguran que las reservas anunciadas serían “inciertas” (US Energy Information Administration, EIA 2013). Incluso, anteriormente, un artículo del New York Times ya había revelado (abril 2011) un documento interno de la EIA donde los propios funcionarios de esta Oficina de Información Energética expresaban sus dudas y preocupaciones sobre “las realidades económicas en la producción de gas de esquisto” (http://nyti.ms/1rdh7NF). Gerardo Honty con base en David Hughes, un especialista en el tema, anotaba recientemente en torno a la burbuja ideológica y financiera de la mentada “revolución del shale”: “los yacimientos de shale que hoy producen el 80% del gas natural estadounidense alcanzaron su meseta de producción en 2011 y están todos en franco declive. En conjunto el gas y el petróleo no convencional requieren la perforación de 8.600 pozos cada año, a un costo de más de USD 48 mil millones, para compensar los descensos. La producción de petróleo, según Hughes alcanzará su pico en el año 2017 con 2,3 millones de barriles por día, para 2019 caerá a los niveles de 2012 y se agotará definitivamente hacia 2025” (http://bit.ly/1ASQwGi). Las evidencias documentales y los estudios científicos que respaldan juicios como el anterior permiten afirmar entonces que el fracking no detendrá el Pico del Petróleo (es decir, no solucionaría la crisis energética; ni la usamericana ni alguna otra) y, antes que solucionar la Crisis capitalista, la profundizaría, a partir de la “fiebre” que se está generando en los mercados financieros especulativos. Ahora bien, de aquí se desprende una pregunta central: ¿por qué la insistencia de EE.UU. en consolidar, por ejemplo, proyectos como la Iniciativa Global de Gas de Esquiso (lanzada en 2010 por el Departamento de Estado), la cual tiene como objetivo “ayudar a los países interesados a identificar y desarrollar en forma segura
http://www.elespectador.com/noticias/bogota/no-sera-tan-facil-articulo-354911
y económica sus recursos no convencionales de gas natural”, uno de los tantos programas en el marco de la Alianza de Energía y Clima de las Américas secundados por organismos como la OEA, el BID y el Grupo del Banco Mundial? La respuesta a este interrogante es bastante obvia: ya que EE.UU. no puede solucionar sus problemáticas por sí mismo, le es preciso “acudir” (anexar, sería más preciso) otros territorios para mantener los niveles de este tipo de producción energética que garantizarían, bajo una relación subordinada, sus objetivos estratégicos globales. Por esa razón, Obama ha sido insistente en que “este es exactamente el tipo de alianza que necesitamos [Nota: la Alianza de Energía y Clima de las Américas]: vecinos que se unen a vecinos para dar rienda suelta al progreso que ninguno de nosotros puede lograr solo”. Argentina 4 y más recientemente Colombia –entre otros– se han incorporado, bajo la figura de las Alianzas Público-Privadas entre sus empresas cuasi-estatales de hidrocarburos y empresas privadas respaldadas por el gobierno usamericano, a esta “lógica de integración” (imperialista) la cual sólo representa una alternativa para que EE.UU. procure salir de su crisis.
4 En 2009, APACHE (¡qué ironía!), una compañía usamericana utilizó el fracking por primera vez en América Latina en territorios mapuches de la Patagonia argentina. En 2011, un estudio ordenado por la Administración de Información Energética de los EE.UU. calificó a la Argentina como uno de los “líderes globales” en hidrocarburos no convencionales estimando un potencial de 774 trillones de pies cúbicos de gas, sólo seguido por China y los propios EE.UU. (más recientemente a este club se une Rusia). Hoy, las asociaciones entre YPF y Chevrón explotan el yacimiento de Vaca Muerta (provincia de Neuquén) “fracturando” territorios indígenas ancestrales. Nº 48, Septiembre de 2014 · Bogotá, Colombia
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Los límites del modelo productivo en Argentina Julio C. Gambina
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Profesor de la Universidad Nacional de Rosario Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (Fisyp) Argentina
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os datos del crecimiento argentino desde 2002 se explican en buena parte por la expansión de la producción sostenida en alza de los precios internacionales de los productos primarios de exportación y el efecto de la modernización derivada de las inversiones externas de años anteriores en los sectores más dinámicos del sector industrial, especialmente el extranjerizado sector automotriz. Es un rumbo que define la dependencia de la Argentina al orden capitalista en tiempos de transnacionalización. Ahora existe la preocupación de la desaceleración productiva y la ausencia de divisas para sostener una diversidad de problemas económicos, mientras se generan propuestas de política económica que profundizan el rumbo de la dependencia de un modelo productivo de inserción transnacionalizada que alimenta un patrón consumista para el desarrollo. Los precios internacionales ya no presentan la tendencia ascendente de los últimos años y en el blog del FMI sobre temas económicos de América Latina se sostiene que “Luego de una década de crecimiento excepcional, los precios de los commodities tocaron techo a mediados de 2011. Aunque siguen elevados, los precios han caído algo y esto le puede quitar brillo a las perspectivas económicas de América Latina1”. En el citado artículo y para la Argentina se destacan precios a futuro entre 2014 y 2019 más parecidos a los expresados entre 1970 y 2001 1
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Bertrand Gruss. América Latina: Creciendo sin la locomotora de los commodities. En: http://blog-dialogoafondo.org/?p=3991
que a los de 2002 a 2011. En ese marco se destaca la retención de la producción en los campos y silobolsas a la espera de nuevas devaluaciones que compensen la caída de precios de venta. Es un debate sobre el carácter privado o social del producto agrario, entre los que los mantienen con fines especulativos, mientras el Estado necesita el ingreso de divisas. Un debate adicional es el uso estatal de las divisas, disputadas por los acreedores de deuda, los importadores y la sociedad con diversidad de demandas socioeconómicas. La desaceleración golpea en el sector industrial, especialmente en la industria del automotor, con la que el gobierno negocia liberación de divisas para importación de partes y facilitar la producción y comercialización de automotores ante la caída del consumo y la afectación del empleo. Las automotrices denuncian deudas millonarias por importaciones de unidades terminadas, insumos y partes componentes que explicitan el carácter dependiente y subordinado del sector automotriz a la dinámica transnacional impuesta por las terminales del automotor. Para la Argentina y según un artículo del diario Página 122 “El año pasado las terminales registraron un rojo comercial de 4 mil millones de dólares, se acumulan 33 mil millones desde 2003.” En ese contexto, el oficialismo impulsa el consumo individual del transporte automotor. No solo las automotrices mantienen ese perfil subordinado de la industria local, más orientada a la armaduría con dependencia de insumos y partes que a la fabricación de los tiempos de la industrialización con sustitución de importaciones. El componente nacional de los autos armados en el país apenas alcanza el 25%, menor a lo que registra el sector automotor del Brasil. La burguesía local más que “nacional” confirma su carácter de burguesía importadora, compradora, dependiente y subordinada a la lógica 2
http://www.san-juan-de-dios.com/ | Fotografía: Nicolás van Hemelryck
Javier Lewkowicz. Medidas diseñadas para calentar los motores. http://www.pagina12.com.ar/diario/ economia/2-255248-2014-09-13.html
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La burguesía local más que “nacional” confirma su carácter de burguesía importadora, compradora, dependiente y subordinada a la lógica de la transnacionalización de la economía, con lo cual resulta imposible asignarle alguna posibilidad de articular un proyecto nacional y menos liderarlo con perspectiva para la emancipación.
de la transnacionalización de la economía, con lo cual resulta imposible asignarle alguna posibilidad de articular un proyecto nacional y menos liderarlo con perspectiva para la emancipación. Eso impone la discusión sobre el modelo productivo en curso, la necesidad de su transformación y especialmente sobre los sujetos económicos y políticos para liderar un proceso de producción primario e industrial para la independencia y la satisfacción soberana de las necesidades populares.
Política económica en debate En esas condiciones se transita la disputa por la orientación de la política económica, y la burguesía empuja la devaluación y variadas formas de subsidios para mejorar la rentabilidad de las empresas. En ese sentido apuntan las flexibilizaciones al encaje bancario logradas por la banca para favorecer la _50
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venta con tarjetas en 12 cuotas sin intereses y sostener el alicaído consumo. Por su parte, los trabajadores desde el conflicto social intentan morigerar el impacto regresivo de las condiciones de desaceleración y recesión agravadas por una evolución de los precios que oscila entre el 30 y el 40%, según sea la proyección oficial o de otras mediciones de precios. Vale considerar que no alcanza con luchas defensivas de reivindicaciones democráticas, especialmente el ingreso popular, y se requiere constituirse como sujeto en lucha por un programa de transformaciones que alejen al país de la dependencia, y por ello, programa anticapitalista y antiimperialista. La aprobación de un nuevo canje de deuda bajo la denominación de “pago soberano” de la nueva ley sostenida con el voto oficialista y legisladores de cercanía habilita un compás de espera en la discusión con los bonistas no ingresados a los canjes 2005 y 2010, con capítulos próximos a fines de septiembre ante un nuevo vencimiento por 200 millones de dólares; la expectativa por la decisión de la Cámara de apelaciones de Nueva York ante la restricción sobre los 539 millones de dólares depositados en junio en el Banco Mellon de Nueva York, los avatares hasta fin de año y el vencimiento de la cláusula RUFO. La oposición sistémica delegó el costo potencial de la ley de nueva renegociación en el oficialismo, más dispuesta a facilitar el pago y la reinserción en el mercado financiero mundial, por lo que la crítica fue contenido en el seno del Parlamento y no se manifestó en movilizaciones, algo a lo que recurre el movimiento popular bajo la consigna “suspensión de pagos e investigación de la deuda”. En ese ámbito no satisface la conformación de la
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comisión bicameral investigadora de la deuda con 180 días de plazo para pronunciarse, pues además de las consideraciones del límite temporal para investigar, la efectividad de la medida supone la participación social más allá del Parlamento y la suspensión de pagos por la totalidad de la deuda y liberar recursos para fines alternativos. En la nueva legislación se mantiene la prórroga de jurisdicción, ahora con Francia, como si los países capitalistas desarrollados de Europa garantizaran la soberanía negada en otros tribunales extranacionales. En el mismo sentido, más allá de las buenas intenciones de cambios en la esfera mundial, poco se puede esperar de la ONU en materia de soberanía por la cuestión de la deuda, especialmente ante la hegemonía del capital expresado en los organismos internacionales. No se trata de proponer inmovilidad de política exterior, sino de precisar los ámbitos de iniciativa para un cambio de la correlación de fuerzas a escala mundial y para generar nuevas relaciones internacionales, más proclives en el orden regional y con Nº 48, Septiembre de 2014 · Bogotá, Colombia
agenda precisa, especialmente en materia financiera y productiva. Ello supone avances en la conformación de un Banco del Sur para una producción alternativa en alimentos y energía, dos sectores importantes de las condiciones productivas en América Latina. No se trata de ser pesimistas sobre el accionar de la institucionalidad mundial, sino de los límites que el poder del capital impone, más proclive a impulsar mecanismos de liberalización de la economía que un orden global favorable a los más vulnerables y necesitados. El cambio del orden mundial requiere de proyectos que apunten a la ruptura de la dominación capitalista en el ámbito localnacional y local-regional. Por eso es que fracasa todo intento de nueva arquitectura del poder financiero o económico y convoca a iniciativas sociales y política de confrontación con el orden establecido, que en materia de deuda pública sigue remitiendo a una renovada consigna por el No Pago y claro que no alcanza con no pagar, por eso es que se necesita superar los límites del modelo productivo que impone el capital transnacional. Nuestra América
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Acerca de un discurso engañoso Jesús Gualdrón
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Editorial
l discurso que pronunció el presidente Santos el 24 de septiembre pasado en las Naciones Unidas aparentemente rebosa de optimismo en relación con la concreción de un acuerdo para el cese de la confrontación interna, llegando al punto de expresar su aspiración de que “el fin del conflicto sea la buena noticia que traiga el Presidente de Colombia en un año a esta asamblea”1, aunque para no exagerar y liberase de entrada de cualquier responsabilidad, advierte que “la paciencia del pueblo colombiano no es infinita”. Procede, entonces, a desplazar prácticamente toda la responsabilidad de lograr el objetivo de un acuerdo de paz al campo de las FARC-EP, como si estas constituyeran el obstáculo para avanzar en ese proceso: “Las guerrillas tendrán que decidir si optan por una paz honorable y duradera, o si reinciden en la guerra”. Para dejar más clara la idea, enumera a continuación las medidas que constituyen el marco que el establecimiento colombiano ha creado y que, en su concepto, habría allanado ya el camino para que la guerrilla transite sin obstáculos hacia su desmovilización: en primer lugar, que “Colombia […] ha logrado avances sin precedentes en los últimos años en materia de seguridad, de lucha contra la pobreza y de desempeño económico”. A continuación informa que su gobierno “promovió el más ambicioso proyecto de ley que se conozca para atender y reparar a las 1 Las citas del discurso del presidente Santos ante las Naciones Unidas son tomadas de: http://www.caracol.com.co/noticias/actualidad/este-es-el-discurso-del-presidente-santos-ante-la-asamblea-general-de-la-onu/20130924/nota/1977900.aspx
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víctimas en medio de un conflicto” y que adoptó “una estrategia integral de justicia transicional que atiende los principios de verdad, justicia, reparación y no repetición, que esperamos nos permita hacer el tránsito a la paz”. Y como el narcotráfico no puede ser soslayado en un escenario que tiene los ojos puestos sobre nuestro país, dado su lugar en la cadena del ilícito negocio, agrega como colofón que “Una Colombia sin coca y sin conflicto era un sueño imposible que ahora podemos hacer posible, para bien de los colombianos y del mundo entero”. Por supuesto, achacándole de nuevo la responsabilidad a la insurgencia: “Si logramos que la guerrilla, una vez desmovilizada, cambie de lado y se convierta en aliada del Estado para poner un dique al narcotráfico y terminar los cultivos ilegales, ¡imagínense lo que eso significaría!”. Se trata, pues, de un discurso doblemente engañoso. Por un lado, libera al Estado y a la elite que ha detentado tradicionalmente el poder recurriendo a la violencia y al despojo de las responsabilidades históricas que les competen en relación con el conflicto social y armado y, por otro, prepara a la opinión pública nacional e internacional para culpabilizar de antemano a las FARC-EP por la “demora” en la tramitación de un acuerdo definitivo o por los escollos que puedan surgir en el marco de las conversaciones en La Habana. Pero, además, de boca del Presidente no sale ni una palabra sobre reformas democráticas políticas o económico-sociales, ni una sola alusión a la necesidad imperiosa de un cese bilateral de fuegos para facilitar la negociación y aclimatar la idea de la paz, ni la más mínima referencia al modelo de exacción que su gobierno y los anteriores –de los que él formó parte– han aplicado en el país al servicio de los intereses del capital transnacional y sus socios colombianos. En contraposición a semejante postura, el comandante de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, escribe
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http://www.semana.com/nacion/galeria/marchacontra-la-reforma-de-la-salud/362811-3
Editorial
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en un texto publicado por la Revista virtual Rebelión2: “La paz es un asunto demasiado serio como para permitir su envoltura en truculencias encaminadas a desinformar y manipular la opinión pública. De repente la mentalidad de los colombianos resulta invadida por la idea persistente de que la paz consiste, de modo exclusivo, en la desmovilización y entrega de armas por parte de las FARC-EP, y lo que es más grave, que esa eventualidad es prácticamente un hecho tan consumado como el triunfo de Nairo en España”. En el artículo citado, el comandante de las FARC-EP se refería también a algunos de los temas que posteriormente fueron tratados por el presidente Santos en la intervención que comentamos. Sus consideraciones plantean una profunda contradicción con la visión oficial y traslucen la idea de que el Gobierno está jugando con cartas marcadas con el propósito de poner a la insurgencia ante hechos cumplidos, soslayando así su obligación de respetar las condiciones acordadas para el desarrollo de las conversaciones en la Habana: “Es evidente que el Estado colombiano, con participación de los tres poderes, estuvo construyendo, a espaldas de la Mesa y sin tener en cuenta absolutamente nuestras posiciones, que ni siquiera habíamos podido exponer porque no se había abordado aún el punto, un paquete sobre justicia transicional y cuestiones afines, para presentárnoslo como un hecho cumplido al cual debíamos asentir”. En su opinión, el Gobierno actúa “Como si la Mesa de La Habana hubiera sido instalada para que las FARC-EP llegáramos a ella a preguntar dónde había que estampar la firma sobre el listado de imposiciones del Estado. En ninguna parte del Acuerdo General se contempla eso. Y ninguna persona, con un mínimo de ecuanimidad en sus análisis, puede considerar valedera una actitud que desconoce por completo a la contraparte”. Ahí tenemos, pues, el panorama. La actitud optimista de Santos no pareciera basarse en una aplicación leal del Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera, firmado en agosto de 2012, sino en la confianza en su estrategia de poner a su contraparte ante hechos cumplidos y forzarla a aceptar sus términos. Bien harían las Naciones Unidas en leer con lupa la intervención del Presidente colombiano ante su Asamblea General.
2 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=189199&titular=esperamos-que-no-seaas%ED-santos-
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DATOS IMÁGENES Las imágenes presentadas en este número fueron tomadas de las fuentes indicadas en cada pie de foto. *Portada: http://www.elnuevoherald.com/
*Bandera: http://directobogota.com/revista/wp-content/uploads/2013/04/Marcha-Salud-019.jpg
*Página actual: http://www.elespectador.com/noticias/cultura/san-juan-sin-dios-articulo-319237 | Fotografía original: Nicolás van Hemelryck
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