Trastornos de la alimentacion

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Psicología psicoanalítica 2do año

2018

“Trastornos de alimentación, Imagen corporal en adolescentes”

Profesor: Rey Melisa

Alumnos: Block, Melany Hildebrand, Cristina Paredes, Viviana Sommadossi, Johanna


Justificación Mediante esta investigación, pretendemos conocer sobre la problemática de trastornos de alimentación en la adolescencia, para identificar sus posibles causas y cuáles son los factores que influyen para desencadenarlos, buscaremos conocer también, que variables biológicas y sociales intervienen. Resultará de mucha importancia, buscar y seleccionar información acerca de cómo se transita la enfermedad, para identificar las conductas alimentarias que ponen en riesgo la salud, y los distintos tipos de trastornos que se pueden presentar. Así mismo, pondremos énfasis, en la complejidad del trastorno, y en su relación con la autoestima, la autoimagen y la influencia de determinados estándares culturales. Finalmente, consideramos imprescindible conocer, sobre las investigaciones científicas que se realizan, los estudios sociales, las psicoterapias y medicamentos que puedan llegar a utilizarse, es decir, todo tipo de trabajo que se realice para contribuir a la prevención y tratamiento de este trastorno, tan frecuente en la etapa adolescente.


Hipótesis Antes de empezar a investigar, surgen los siguientes interrogantes: ¿Qué es la adolescencia? ¿Cómo se define un trastorno de alimentación? ¿Cuáles son las causas de los trastornos de alimentación? ¿Qué importancia tiene la actitud de los padres frente a la enfermedad? ¿Como reconocer problemas alimenticios en los adolescentes? ¿Cómo ayudar a una persona que este transitando algún trastorno alimenticio? ¿Cuánto influencian los medios de comunicación? ¿Qué rol juegan los amigos, los pares? ¿Cuáles son los criterios de diagnostico? ¿Cómo y cuáles son los recursos de recuperación?


Investigaciรณn


La adolescencia La OMS define la adolescencia como el periodo de crecimiento y desarrollo humano que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y los 19 años. Se trata de una de las etapas de transición más importantes en la vida del ser humano, que se caracteriza por un ritmo acelerado de crecimiento y de cambios, superado únicamente por el que experimentan los lactantes. Esta fase de crecimiento y desarrollo viene condicionada por diversos procesos biológicos. El comienzo de la pubertad marca el pasaje de la niñez a la adolescencia. Los determinantes biológicos de la adolescencia son prácticamente universales; en cambio, la duración y las características propias de este periodo pueden variar a lo largo del tiempo, entre unas culturas y otras, y dependiendo de los contextos socioeconómicos. La adolescencia es un periodo de preparación para la edad adulta durante el cual se producen varias experiencias de desarrollo de suma importancia. Más allá de la maduración física y sexual, esas experiencias incluyen la transición hacia la independencia social y económica, el desarrollo de la identidad, la adquisición de las aptitudes necesarias para establecer relaciones de adulto y asumir funciones adultas y la capacidad de razonamiento abstracto. Aunque la adolescencia es sinónimo de crecimiento excepcional y gran potencial, constituye también una etapa de riesgos considerables, durante la cual el contexto social puede tener una influencia determinante. Antecedentes La anorexia nerviosa fue uno de los primeros trastornos alimentarios que encontró reconocimiento a fines del siglo XIX, bajo un origen psiquiátrico, donde su tratamiento consistía en aislar a los pacientes, separándolos de sus familias. Hacia 1960 el estudio de la neurosis va a servir como base para brindarle explicaciones psicopatológicas, dándole un lugar de interés en el área en la Medicina y en la Psiquiatría. En 1980 va a aparecer por primera vez la anorexia nerviosa, en el Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales en su tercera versión, DSM III, en un principio, bulimia va a aparecer como un subtipo, pero en una segunda revisión del DSMIII, en 1987, se le agrega al termino de bulimia el origen psicológico de la enfermedad –Bulimia nerviosa- apareciendo de este modo como entidad nosológica independiente. Estos cambios, pudieron darse gracias a los aportes de los estudios de Russell y Brunch, quienes propusieron además, los criterios diagnósticos para estas. Grandes cambios van a surgir en 1994, con la aparición del DSM IV, donde los trastornos van a ser divididos en dos grandes grupos, los que son considerados de la infancia (incluyo los trastornos de Pica, Rumiación, Trastorno de ingestión alimentaria de la infancia o d la niñez) y los de inicio de la adolescencia. Este último grupo, estaría a su vez, dividido en específicos – incluyendo anorexia y bulimia nerviosa- y los no específicos, o TCANE, que incluyeron a los cuadros subclínicos, y al Trastorno por atracón, con una serie de criterios diagnósticos.


Dichas psicopatologías, van a volver a encontrar un gran cambio en el 2013, con la aparición del DSM V. Aquí se elimina la concepción de Trastorno de la infancia y de la adolescencia, quedando integrados los Trastornos de Pica, Rumiación, Trastorno de la ingestión alimentaria de la infancia o de la niñez, Anorexia nerviosa y Bulimia nerviosa, así como también otro trastorno alimentario o de la ingestión de alimentos especificado y no especificado. Estos cambios en los DSM incluyen cambios en criterios de evaluación, que nos ayudan a la hora de diagnosticar, el DSM V, incluye es esta definición más amplia de los trastornos, la posibilidad de incluir el comportamiento alimentario y la absorción de los alimentos, contemplando áreas de deterioro significativo, lo cual nos permite ampliar el espectro del diagnostico a cualquier edad. Otro cambio importante, es la denominación de otro trastorno de la conducta alimentaria o de la ingesta de alimentos especificado (antes solo estaba no especificados), donde se indica específicamente el criterio que falta para cumplir todo el cuadro clínico de uno de los trastornos alimentarios, incluyendo de esta forma el trastorno de anorexia nerviosa atípica y trastorno por purgas, entre otros. También se agrega en el DSM V, todos los datos a referir por el clínico en todos los trastornos y el señalamiento de su gravedad. Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) Los TCA son trastornos mentales caracterizados por un comportamiento patológico frente a la ingesta alimentaria y una obsesión por el control de peso. Son trastornos de origen multifactorial, originados por la interacción de diferentes causas de origen biológico, psicológico, familiar y sociocultural. Son enfermedades que provocan consecuencias negativas tanto para la salud física como mental de la persona. Los TCA más conocidos son la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa, pero también existen otros, como el trastorno por atracón, la ortorexia (la obsesión por la comida sana) y la vigorexia (la obsesión por el ejercicio físico). Los TCA son enfermedades graves pero se pueden curar si la persona hace tratamiento con un equipo de médicos y psicólogos especializados en TCA. Son tratamientos largos y complejos. Un rasgo habitual de estos trastornos es la falta de conciencia de enfermedad por parte de la persona afectada. Esto quiere decir que la persona afectada no es capaz de identificar las consecuencias negativas del trastorno, ni de la necesidad de hacer tratamiento, ni tampoco los beneficios de este. Este hecho dificulta la adherencia al tratamiento en algunos casos. Si esto, el papel de la familia es especialmente importante para intentar que la persona afectada reciba el tratamiento que necesita aunque no colabore en recibirlo.

Diferentes tipos de trastornos de la alimentación Anorexia nerviosa Muchas personas con anorexia nerviosa piensan que pesan demasiado, incluso cuando claramente están por debajo del peso normal. La comida, el control de peso y comer se vuelven una obsesión. Las personas con anorexia nerviosa suelen pesarse una y otra vez, medir la comida cuidadosamente, y comer cantidades muy pequeñas de solo ciertos alimentos específicos. Sin


embargo, algunas personas con anorexia nerviosa también pueden tener episodios de atracones seguidos por dietas extremas, ejercicio excesivo, vómitos que ellas mismas provocan, o uso inadecuado de laxantes, diuréticos o enemas. Bulimia nerviosa Las personas con bulimia nerviosa tienen episodios recurrentes y frecuentes de comer cantidades inusualmente grandes de comida. Suelen sentir una pérdida de control sobre estos episodios de atracones. A estos atracones les siguen comportamientos para compensar por el exceso de comida, como vómitos forzados, uso exagerado de laxantes o diuréticos, ayunos, ejercicio excesivo, o una combinación de éstos. A diferencia de la anorexia nerviosa, las personas con bulimia nerviosa suelen mantener lo que se considera un peso saludable o normal, y algunas hasta pesan un poco más de lo debido. Sin embargo, al igual que las personas con anorexia nerviosa, a menudo, tienen miedo de aumentar de peso, quieren desesperadamente perder peso, y están muy inconformes con el tamaño y la forma de su cuerpo. Por lo general, estas conductas relacionadas con la bulimia suceden en secreto, ya que suelen ir acompañadas de sentimientos de asco o vergüenza. Los ciclos de atracones y purgas pueden ocurrir desde varias veces a la semana hasta varias veces al día. Trastorno por atracón Las personas con el trastorno por atracón pierden el control sobre su alimentación. A diferencia de la bulimia nerviosa, a los episodios de atracones no les siguen conductas como purgas, exceso de ejercicio o ayunos. Por esta razón, las personas con trastorno por atracón, a menudo, tienen exceso de peso u obesidad. Las personas con trastorno por atracón que son obesas tienen un mayor riesgo de tener enfermedades cardiovasculares o presión arterial alta. También tienen sentimientos de culpa, vergüenza o angustia por su comportamiento, lo que puede llevar a más atracones. Síntomas Los síntomas de la anorexia nerviosa son:      

Peso extremadamente bajo Alimentación extremadamente restringida Intentos constantes por adelgazar y no querer mantener un peso normal o saludable Miedo intenso a subir de peso Imagen corporal distorsionada y autoestima fuertemente influenciada por las percepciones del peso y la forma del cuerpo, o negación de la gravedad de tener un peso muy bajo Ausencia de la menstruación en las niñas y las mujeres. Algunas personas con anorexia nerviosa se recuperan con tratamiento después de un solo episodio. Otras mejoran, pero tienen recaídas, y aún otras tienen una forma más crónica o prolongada de anorexia nerviosa, en la que su salud empeora mientras luchan contra la enfermedad.


Otros síntomas y complicaciones médicas que pueden presentarse con el tiempo son:             

Pérdida de masa ósea (osteopenia u osteoporosis) Cabello y uñas quebradizas Piel seca y amarillenta Crecimiento de vello en todo el cuerpo (lanugo) Anemia leve, pérdida de masa muscular y debilidad Estreñimiento grave Presión arterial baja, o respiración y pulso lentos Daño en la estructura y el funcionamiento del corazón Daño cerebral Insuficiencia o fallo de varios órganos a la vez Disminución de la temperatura corporal interna, lo que hace que la persona sienta frío todo el tiempo Letargo, lentitud o cansancio constante Infertilidad. Otros síntomas incluyen:

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Dolor e inflamación crónica de la garganta Inflamación de las glándulas salivales en la zona del cuello y la mandíbula Esmalte dental desgastado y mayor sensibilidad en los dientes, así como caries como resultado de la exposición al ácido del estómago Reflujo ácido y otros problemas gastrointestinales Malestar e irritación intestinal debido al uso inadecuado de laxantes Deshidratación grave por la purga de líquidos Desequilibrio de electrolitos con niveles demasiado bajos o demasiado altos de sodio, calcio, potasio y otros minerales, lo que pueden llevar a un ataque al corazón o ataque cerebral. Las metas básicas del tratamiento son volver a una nutrición adecuada y a un peso saludable, reducir el exceso de ejercicio, y detener los atracones y las purgas. Ciertas formas de psicoterapia o terapia de diálogo, los enfoques cognitivo-conductuales, han demostrado ser útiles para el tratamiento de ciertos trastornos de la alimentación. La evidencia también indica que los medicamentos antidepresivos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) pueden ayudar con la bulimia nerviosa, y también pueden ser eficaces en el tratamiento de la ansiedad o la depresión que ocurren al mismo tiempo que algunos trastornos de la alimentación. Tratamientos Con frecuencia, los planes de tratamiento se adaptan a las necesidades individuales y pueden incluir una o más de las siguientes alternativas:

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Psicoterapia individual, de grupo o familiar Atención y control médicos


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Asesoramiento nutricional Medicamentos (por ejemplo, antidepresivos). Algunos pacientes quizá tengan que hospitalizarse para tratar las complicaciones que pueden surgir por la desnutrición o para asegurarse de que coman lo suficiente en los casos de un peso muy por debajo de lo normal. Sin embargo, es posible lograr una recuperación completa. Factores incidentes Los investigadores están descubriendo que los trastornos de la alimentación son causados por una interacción compleja de factores genéticos, biológicos, psicológicos y sociales. Factores psicológicos que pueden contribuir a los trastornos alimenticios:

Baja autoestima

Sentimientos de insuficiencia o falta de control de su vida

Depresión, ansiedad, enojo y soledad Factores interpersonales que pueden contribuir a los trastornos alimenticios:

Relaciones personales y familiares problemáticas

Dificultad para expresar sentimientos y emociones

Haber sido fastidiado o ridiculizado basado en su talla o peso

Historia de abuso físico o sexual Factores sociales que pueden contribuir a los trastornos alimenticios:

• Presiones culturales que glorifican la “delgadez” y le dan un valor a obtener un “cuerpo perfecto”

Definiciones muy concretas de belleza que incluyen solamente mujeres y hombres con ciertos pesos y figuras

Normas culturales que valorizan a la gente en base a su apariencia física y no a sus cualidades y virtudes internas Factores biológicos que pueden contribuir a los trastornos alimenticios: Los científicos todavía se encuentran investigando las posibles causas bioquímicas o biológicas de los trastornos alimenticios. En algunos individuos con trastornos alimenticios, se ha encontrado que ciertas substancias químicas del cerebro (llamadas neurotransmisores) que controlan el hambre, el apetito y la digestión se encuentran desbalanceados. El significado exacto y las implicaciones de estos desbalances aún se encuentran en investigación.


Los trastornos de la conducta alimenticios usualmente se presentan en familias. Los estudios actuales nos indican que la genética contribuye de manera significativa en los trastornos alimenticios. La importancia de ser tratados: Las investigaciones indican que los trastornos en la alimentación son uno de los problemas psicológicos que tienen menos probabilidades de ser tratados. Los trastornos en la alimentación con frecuencia no desaparecen por sí solos, y dejarlos sin tratamiento puede acarrear consecuencias graves. De hecho, el Instituto Nacional de la Salud Mental estima que uno de cada diez casos de anorexia termina en muerte por hambre, suicidio o complicaciones médicas como ataques al corazón o insuficiencia renal. Los trastornos en la alimentación pueden aniquilar al cuerpo. Los problemas físicos asociados con trastornos de la alimentación incluyen anemia, palpitaciones, pérdida del cabello y masa ósea, caries, esofagitis e interrupción de la menstruación. Las personas con el trastorno de comer compulsivamente pueden desarrollar presión arterial elevada, diabetes y otros problemas asociados con la obesidad. Los trastornos en la alimentación también están asociados con otros trastornos mentales como la depresión. Los investigadores todavía no saben si los trastornos en la alimentación son síntomas de dichos problemas o si los problemas se desarrollan debido al aislamiento, estigma y cambios fisiológicos causados por los trastornos en la alimentación en sí. Lo que queda claro es que las personas con trastornos de la alimentación tienen mayores índices de tener otros trastornos mentales, que incluyen depresión, trastornos en ansiedad y abuso de sustancias, que otras personas. La actitud de los padres frente al trastorno: es probable que el hablar con el adolescente sobre sus preocupaciones de que pueda tener un trastorno de la alimentación sea difícil, el adulto debe estar preparado ya que probablemente negará que tenga un problema. Dedicarle un tiempo para hablar con el adolescente y abrir la conversación de una manera amable y afectuosa, Evitando acusaciones o juicios, pero ser persistente en expresar preocupaciones. A menudo, simplemente hacerle saber que está allí para ayudarlo y apoyarlo es de gran ayuda. Teniendo en cuenta que el chico enfrenta muchos cambios y presiones sociales. Los padres podrían ayudar a su adolescente a desarrollar una actitud saludable hacia la comida y el ejercicio:   

Proporcionándole el mejor ejemplo que pueda con sus propios hábitos de alimentación y ejercicio saludables. Mostrándole a su adolescente que acepta su propio cuerpo. No se queje de su propio peso o se refiera a usted mismo como gordo. mostrando aceptación hacia diferentes formas y tamaños corporales.


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Enseñándole que los medios de comunicación no son la vida real. Los medios solo muestran modelos delgados y personas “perfectas” cuando las personas reales vienen en todas las formas y tamaños. Charlar sobre los beneficios de la actividad física para mantenerse saludable y fuerte, no para perder peso. Desarrollar la autoestima y el respeto propio de su adolescente. Felicitando a su hijo adolescente por su esfuerzo.

Los amigos tienen un papel muy importante a la hora de darle soporte y apoyo a una persona afectada por un trastorno de la conducta alimentaria. 

Escuchar la persona y mostrarse comprensivo con su situación. Aunque te pueda parecer que no es mucho, saber escuchar a la persona es una gran ayuda para ella.

Animar a la persona a que pida ayuda profesional. Esto es fundamental porque una persona se puede recuperar de un trastorno de la conducta alimentaria siempre y cuando haga tratamiento con profesionales especializados. Por la forma en cómo se desarrollan estos trastornos es habitual que la persona no acceda a recibir tratamiento. Si se encuentra en esta situación insiste en la necesidad de que reciba ayuda profesional. Si a pesar de insistir en la necesidad de que reciba tratamiento la persona continúa negándose lo mejor que se puede hacer es decirle que se vea en la obligación de hablar con sus familiares, especialmente si la persona afectada es menor de edad, para que busquen ayuda profesional. Seguramente la familia también habrá identificado las señales de alerta, pero siempre es conveniente que reciba información de parte de los amigos del afectado/a. Dando este paso es muy probable que la persona se moleste con nosotros, pero más adelante lo entenderá y lo nos agradecerá sinceramente. Si tenés la sospecha de que habla con "amigos/as" por Internet con los que conversa sobre cómo adelgazar, disimular delante los padres, etc., es muy importante que vosotros sí sois amigos de verdad porque lo que queréis no es que adelgace, sino que lo que queréis es que tenga salud y bienestar. También es necesario que sus padres se enteren de estas "amistades" virtuales para que las puedan alejar. La importancia del autoestima en la relación cuerpo, comida y adolescencia El concepto que tenemos de nosotros mismos y de nuestro cuerpo, va a hacer fundamental en todas las etapas de nuestra vida, en especial en la adolescencia, ya que es en este momento donde se producen importantes cambios corporales y biológicos (llegada de la menstruación, crecimiento del pecho, ensanchamiento de las caderas en las chicas, vello y cambio de voz en los chicos). Todos estos cambios son vividos de manera estresante para los adolescentes, ya que no solo tienen que adaptarse a los cambios sino que también tienen que dejar de ser niños, con todo lo que esto implica a nivel social, educacional y familiar. En este proceso son los padres pilares fundamentales para ayudarlos a generar una imagen y percepción de sí mismos lo más integrada y coherente posible, y a aprender a tolerar la frustración. Para los padres esta es una tarea sumamente difícil, ya que los adolescentes en este tránsito de grandes cambios, mayormente no se encuentra a gusto con su propio cuerpo.


La comunicación en casa y el respeto a los espacios y a la intimidad de los chicos, son cosas que ayudan a los padres a que brindarle a los chicos las herramientas para aceptar su cuerpo y sentirse como con él. Creencias falsas sobre los Trastornos de la Conducta Alimentaria 

La anorexia y la bulimia son los únicos TCA FALSO. Además de la anorexia y la bulimia, existen otros TCA como el trastorno por atracón, o el trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE).

La anorexia es el trastorno más frecuente FALSO. Tal y como refleja la Guía de Práctica Clínica sobre Trastornos de la Conducta Alimentaria elaborada por el Ministerio de Salud y Consumo, se diagnostican más casos de bulimia y trastorno de la conducta alimentaria no especificado que anorexia.

Siempre que alguien sufre un TCA está muy delgado FALSO. En muchos casos la apariencia física de la persona que sufre un TCA es normal. Es decir, no necesariamente está delgada o excesivamente delgada. Creer erróneamente que todo el mundo que sufre un TCA está delgado puede dificultar la detección de éste.

Los TCA no se curan nunca del todo FALSO. Tal y como refleja la Guía de Práctica Clínica sobre Trastornos de la Conducta Alimentaria elaborada por el Ministerio de Salud y Consumo, alrededor del 50-60% de los casos se recupera totalmente, un 20-30% lo hace parcialmente, y sólo un 10-20% cronifica la enfermedad. Lo que es imprescindible para la recuperación de un TCA es la realización de un tratamiento médico y psicológico especializado.

Alguien que sufre un TCA lo tiene porque "lo ha buscado" FALSO. Los TCA son trastornos mentales que nadie elige sufrir. Son trastornos que provocan un intenso sufrimiento tanto a la persona afectada como a su entorno familiar. Siempre tienen un origen multicausal en el que intervienen varios factores de tipo individual, familiar y social, por lo que el resultado final es que hay personas más o menos vulnerables de sufrir un TCA, nunca personas que deciden sufrirlo.

Los TCA son cosa sólo de chicas jóvenes FALSO. Aunque los TCA son más habituales en mujeres (9 de cada 10 casos son mujeres), afectan a ambos sexos. También se diagnostican en personas de todas las edades. Lo que sí es habitual es que la edad de inicio de la enfermedad se sitúe en la adolescencia, y una vez ha aparecido, la enfermedad acompaña a la persona hasta que ésta se pone en tratamiento.

Los atracones propios de la bulimia y el trastorno por atracón son un problema de fuerza de voluntad FALSO. Cuando hablamos de bulimia y trastorno por atracón hablamos de trastornos mentales que se caracterizan por el hecho de que la persona afectada no tiene la capacidad de controlar su ingesta. De ninguna manera se trata de falta de voluntad.


Anexo


LA NACION | SOCIEDAD

Casi el 30% de los adolescentes porteños sufren desórdenes alimentarios

El estudio sobre desórdenes alimenticios se realizó en colegios de Capital Federal Fuente: Archivo Así surgió de un estudio de la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia; el porcentaje creció respecto del año pasado 11 de abril de 2016 • 15:17 Un estudio de la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (Aluba) en colegios secundarios del área metropolitana arrojó que casi un 30 por ciento de los adolescentes sufren algún tipo de desorden alimentario. El trabajo estadístico se realizó sobre 1000 jóvenes de 19 escuelas secundarias de la Capital Federal y el gran Aires, y concluyó que el 28, 25% de los jóvenes sufren desórdenes. La cifra creció respecto del año pasado, cuando el mismo estudio había dado un 25%. Según el trabajo de Aluba, el problema de la bulimia y la anorexia genera preocupación también en la población de adolescentes que presentan un patrón normal de alimentación. Entre los encuestados, un 55,64% de las mujeres manifestaron que les "atemoriza" ser gordas, mientras que un 55,08 por ciento confesó "pensar en la comida, cuándo comerá y cómo lo comerá". Además, un 40,65 dijo que se sentiría mejor "si fuese más delgada" y un 33,44% aseguró verse "gorda aunque los demás afirmen que se ve normal o con bajo peso. Entre los hombres las cifras son menores, pero también significativas. Me atemoriza la posibilidad de subir de peso: 35,44% indicó que le "atemoriza la posibilidad de subir de peso". Resultado preocupante "Sabemos que su humor y sus conductas pueden estar modificados por la percepción de su imagen corporal y la opinión del otro. Si a esto entonces le agregamos la presión social, tanto de sus pares como del mundo en general, obtenemos un resultado preocupante", señala el Lic. Marcelo Bregua, Psicólogo Clínico y Coordinador General de Aluba. "Estos indicadores tienen que llamar a la reflexión para elaborar una estrategia de cambio, donde la prevención se centre en lo familiar [la educación dentro del hogar], la instrucción en los establecimientos educativos y leyes que legislen sobre la protección de la salud", agregaron desde la institución en un comunicado.


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Trastornos de la conducta alimentaria: cómo detectarlos y qué hacer al respecto En el Día Mundial de Acción contra los TCA hablamos con una especialista para aprender sobre ellos. Última modificación 02/06/2018, 14:49hs.

En Argentina, el 37% de las mujeres de entre 15 y 20 años sufren algún trastorno alimentario.

Quizás, si leemos “trastornos de la conducta alimentaria (TCA)” no sepamos bien de qué se trata; pero si nos dicen que los principales son la bulimia y la anorexia entramos en un terreno (un poco más) conocido. Hoy, en el Día Mundial de Acción contra los TCA, consultamos a la Dra. Virginia Busnelli, médica especialista en nutrición y directora del CRENYF (M.N. 110351), para saber todos los detalles. ¿Qué son la anorexia y la bulimia? Existen criterios diagnósticos para determinar cuándo una persona padece alguno de estos trastornos. En el caso de la anorexia: - adelgazamiento (existe un rechazo a mantener el peso corporal por encima del que corresponde por edad y estatura), - temor a aumentar de peso, - anomalía en la percepción del cuerpo, - excesiva autoevaluación e influencia de la imagen, - negación de la gravedad que implica un descenso de peso tan pronunciado, - piel muy seca y caída de cabello, - frecuencia cardíaca baja y síntomas de síncope (debido a una baja de presión), - menorrea (en el caso de las mujeres), - irritabilidad, alteraciones del sueño, debilidad muscular, cefaleas, dolor abdominal. La bulimia, por su parte, se diagnostica cuando los pacientes comen una cantidad de alimento mayor a la que pueden soportar, y tienen la sensación de pérdida de control. Esto se conoce como “atracón”, y provoca que quienes la padecen tomen medidas compensatorias, ya sean purgativas (ingiriendo diuréticos, laxantes o provocándose el vómito) o no purgativas (realizando mucha actividad física o ayuno).

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¿Cuáles son las consecuencias de padecer estos trastornos? “Los pacientes con anorexia son casos complicados con consecuencias severas. Pueden iniciar con un dolor abdominal y terminar en el quirófano; o presentar problemas renales, gastrointestinales y complicaciones cardiovasculares, entre otros”, indica la especialista. “Quienes padecen bulimia tienen, generalmente, las manifestaciones del mecanismo compensatorio que utilicen. Por ejemplo, al inducirse el vómito pueden aparecer callosidades en los nudillos de las manos, hipertrofia parotidea –cachetes más grandes–. erosiones dentales, caries, etc.”, completa. ¿Qué podemos hacer al respecto? Las señales para prestar atención son las pérdidas importantes de peso, supresiones alimentarias con períodos de ayuno o mecanismos compensatorios inapropiados para la cantidad de comida ingerida. Es importante tener en cuenta que estos trastornos se presentan con mayor frecuencia en mujeres y en etapas de vulnerabilidad como la adolescencia (de 11 a 23 años). Para ponerlo en números, en Argentina, el 37% de las mujeres de entre 15 y 20 años sufren algún trastorno alimentario. “Es fundamental que el paciente sea atendido por un equipo multidisciplinario, aprobado por la Sociedad Argentina de Nutrición. Además, es preciso realizar una revisión completa de su salud y proveer un acompañamiento psicológico para abandonar ciertos hábitos y adaptarse a los cambios de su cuerpo, producto del aumento de peso”, advierte Busnelli. De todas formas, el compromiso para disminuir la cantidad de personas que los padecen y acompañarlos tiene que ser asumido, de acuerdo a la doctora, por toda la sociedad. “Hay que hacer más real el uso de la imagen corporal, dejando de lado lo inalcanzable. Porque si para entrar en el mercado tenés que gustar, y para eso es necesario adelgazar hasta parecernos a esa imagen imposible, perdemos el amor por nosotros mismos y dejamos de alimentarnos o nos hacemos daño”, sentencia la especialista. “Otro problema es la proliferación de información, sin estar avalada por especialistas, y la abundancia de soluciones rápidas para la pérdida de peso. Tanto el comercio generado alrededor de la obesidad, los párrafos y párrafos que se publican sin saberes sobre la nutrición, o las cuentas en redes sociales que aconsejan desde el desconocimiento lastiman a la población y, sobre todo, a quienes tienen un aparato psíquico vulnerable”, explica Busnelli. “La única forma es encontrar un patrón alimentario que se pueda sostener en el tiempo. Que sea completo, oportuno (para tener todos los nutrientes, vitaminas y minerales necesarios para poder vivir) y algún tipo de ejercicio físico. Nada es mágico en la vida pero mucho menos hay magia en esto”, concluye. Enlace de la noticia: https://tn.com.ar/salud/lo-ultimo/trastornos-de-la-conducta-alimentariacomo-detectarlos-y-que-hacer-al-respecto_872862


Argentina: Se triplicaron casos de bulimia y anorexia en adolescentes en las últimas décadas En la década de los 90, en Argentina uno de cada diez jóvenes presentaba indicios de bulimia o anorexia, mientras que en la actualidad esa cifra se ubica en tres de cada diez

Salud.- La Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (ALUBA) realizó un llamado, ya que considera que por la enorme presión que imponen a los adolescentes los modelos físicos aceptados por nuestra sociedad, los casos de bulimia y anorexia nerviosa se han triplicado a lo largo de las últimas décadas en Argentina. Aunado a la presión social, ALUBA asoció el incremento de los casos a la ausencia de programas preventivos que pongan freno a lo que consideran una epidemia de la juventud. En este sentido, la doctora Mabel Bello, consultora médica y fundadora de la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia asegura que “mientras que en nuestros primeros estudios registrábamos que uno de cada diez jóvenes padecía bulimia o anorexia, actualmente estamos registrando que son tres de cada diez”. Para las autoridades de ALUBA, el incremento de estos casos es alarmante, por lo que sostienen lo necesario de campañas de prevención y concientización. En este sentido, y dado a lo que califican como ausencia de iniciativas a nivel estatal,ALUBA viene sosteniendo encuentros con las autoridades de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, para poner en marcha campañas de prevención y concientización en escuelas.

Por su parte, el Defensor del Pueblo Adjunto de la Provincia, Walter Martello, recordó que los distintos proyectos que apuntaban a crear un Programa Provincial de Prevención y Control de los Trastornos Alimentario naufragaron tras perder estado parlamentario en la Legislatura, acción que a su juicio llevó al vacío normativo que existe en torno a estos trastornos en la actualidad.


Ante este panorama, la fundadora de ALUBA resalta que el gran desafío frente al avance de la anorexia y la bulimia pasa hoy por “crear las herramientas que permitan prevenirlas y atender adecuadamente a quienes las padecen”. A la doctora Bello, no le cabe la menor duda de que no se trata tanto de un problema de información como de consciencia, porque los jóvenes saben de la enfermedad, pero “igualmente se pegan el atracón o no comen. Por eso resulta tan importante alertar a los maestros y profesores”. Señales de alerta La anorexia y la bulimia, dos de los trastornos de conducta alimentaria (TCA), se presentan por lo general en la adolescencia. Los peligrosos TCA pueden ser prevenidos siempre y cuando los padres, familiares, amigos e incluso profesores los detecten a tiempo y tomen acciones. Los TCA son trastornos mentales caracterizados por un comportamiento patológico frente a la ingesta alimentaria y una obsesión por el control de peso. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), nueve de cada 10 pacientes con algún trastorno de conducta alimentaria, son mujeres entre los 10 y 19 años.

Entre esas señales más visibles, que pueden alertar sobre la presencia de algún TCA, se encuentran la pérdida de peso injustificada, kilos extras, y Amenorrea o desaparición del ciclo menstrual durante, por lo menos, tres meses consecutivos Enlace a la noticia: http://segundoenfoque.com/argentina-se-triplicaron-casos-de-bulimia-yanorexia-en-adolescentes-en-las-ultimas-decadas-2018-06-12


Testimonio... “Con voluntad y apoyo se puede salir adelante”: La historia de Daniela, la joven que sufrió Bulimia nerviosa durante años

13/07/2018 - 19:00 Plena adolescencia. Cumples de quince y más cumples de quince. Fiestas, salidas, vestidos, amigos. Comida. Mientras tanto, el estereotipo o modelo que la tele imponía era de hombres y mujeres irreales. Imágenes de personas de cuerpos hiperflacos y muy alejados del día a día verdadero, de nuestro día a día.

Fue en ese contexto en que Daniela Saavedra Bovier comenzó a sentirse gorda. Entendía que ninguna ropa le quedaba. Que ninguna prenda era para ella. Para no mirarse, tapó todos los espejos de la casa. No quería verse. No quería sentirse. Comenzó a restringirse las comidas. Primero dejó las harinas y más temprano que tarde directamente se alejó de los alimentos. Evitaba salidas con amigas y lugares donde se viera obligada a comer. “El límite fue que después de un tiempo, ya no quería comer prácticamente nada. Nada”, remarca ahora Dani. Preocupados, sus papás Lili y Marito decidieron pedir ayuda profesional. Primero probaron con Médicos; luego con Psicólogos. Pero todo seguía igual. “Lo que me decían los profesionales, me entraba por un oído y me salía por el otro”, reconoce la joven. “A muchos chicos y adolescentes, la consulta con psicólogos los ya ayudado. Pero no fue mi caso”, explica. Dani comenzó a alejarse de sus amigos, de su círculo íntimo y hasta de su familia. “Uno se aleja de todos para no escuchar lo que no querés escuchar y que sabés te van a decir”. Un día, alguien les comentó a sus papás la existencia de ALUBA (Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia), actualmente llamado “Fundación Centro”. Allí le hicieron una entrevista y


al cabo de unas semanas le diagnosticaron “Bulimia nerviosa”, por lo que comenzó a concurrir todos los días. Como por entonces asistía a la escuela secundaria, debía salir antes de clases para asistir a ALUBA. De lunes a viernes se retiraba de la Escuela Técnica para viajar a Paraná y por la noche otra vez a su casa en Viale. Así, durante buena parte de su escuela secundaria. En el medio, altibajos, recaídas, crisis, enojos. Y otra vez volver a empezar. “Hay veces que no tenés ganas ni de vivir”, me cuenta. Y sus palabras retumban en las cuatro paredes donde ahora estamos charlando. “Llegas hasta ese punto límite”. “Sin embargo, después de tantas tormentas y crisis, hoy puede decir: „Recibí el alta en mi tratamiento; me casé; estoy por recibirme; tengo una hija hermosa y un esposo que siempre me ha apoyado, así como también amigos que me ayudaron a salir adelante”. “Por eso yo les digo a los padres que no se dejen estar. Que ante cualquier síntoma que adviertan en sus hijos, que consulten de inmediato. Si notan que sus chicos comienzan con restricciones en las comidas, se fijan mucho en el cuerpo o que se prueban mucha ropa y que consideran que ninguna les queda bien, son síntomas para estar alertas y hacer una consulta”, aconseja la joven. Fundamental La joven subraya a lo largo de nuestra charla dos conceptos fundamentales para poder salir adelante: Propia voluntad y contención familiar. “Yo, muchas veces, quise dejar y abandonar todo. Pero mis padres se pusieron firmes para decirme: „Tenés que seguir”. “Durante mucho tiempo, mi situación personal me generó enojos severos de mi parte hacia mis padres. Pero hoy debo agradecerles todo lo que en su momento hicieron para que yo pudiera salir adelante”, se sincera. “Jamás me soltaron y siempre me contuvieron. Si hubiese sido por mí, quizás hubiese dejado todo cuando comencé a sentirme mejor y considerarme curada. Pero no es así. Por algo, el tratamiento lleva su tiempo. Y ese tiempo no es el mismo para todos”. Sin celu a la hora de comer Desde que pasó lo que le pasó, varias cosas cambiaron en la vida diaria de Daniela y su familia. Hoy, a la hora de comer, todos apagan sus teléfonos y no se mira televisión. “Ese momento lo usamos para charlar entre nosotros y no estar pendientes de un mensaje o de lo que pasan en la tele”, explica. Algo tan básico como charlar, o mirarse a la cara. Cosas que hemos ido perdiendo todos en este mundo tan acelerado, tan tecnológico. “De esta se sale. Es mucha constancia, voluntad de uno y apoyo familiar. Pero hay salida”. Y sus palabras se convierten de pronto en una luz de esperanza. Su rol hoy: Dar testimonio de vida Actualmente, Daniela Saavedra Bovier sigue ligada a ALUBA. Pero ya no como paciente, sino para dar su testimonio de vida. “Cada vez que hay ingresos de chicos o adolescentes, suelo ir a dar charlas para contar mi experiencia. También para los papás, ya que hay muchos padres que desconocen o directamente no saben de qué se trata la enfermedad”, cuenta Dani hoy sobre su rol dentro de la institución de la cual durante años concurrió para mejorar su salud. “Lo que yo siempre les cuento es que de esta se puede salir adelante. El hecho de poder ir y brindar mi testimonio de vida, me llena personalmente porque en su momento, yo recibí mucha ayuda”Enlace: http://www.fundacioncentro.com.ar/noticias/283-con-voluntad-y-apoyo-se-puedesalir-adelante-la-historia-de-daniela-la-joven-que-sufri-bulimia-nerviosa-durante-aos


Trastornos alimenticios: claves para identificar si un niño o adolescente los padece Según la OMS, representan la tercera enfermedad crónica más común entre los jóvenes Por Martina Stutz Dohmen 18.04.2018 • 17.00hs •HEALTH & TECH Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son enfermedades de salud mental complejas, multicausales y que afectan principalmente a adolescentes y personas jóvenes. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), representan la tercera enfermedad crónica más común entre las jóvenes llegando a una incidencia del 5%. A su vez, la institución ha ubicado a los TCA entre las enfermedades mentales de prioridad para los niños y adolescentes dados que implican un riesgo alto para la salud, tanto física como mental. El diagnóstico más frecuente entre adolescentes es el Trastornos Alimentario No Especificado (TANE), seguido por el de anorexia nerviosa y, finalmente, el de bulimia nerviosa. Todos ellos abarcan factores psicológicos, físicos, y elementos del ambiente que rodea al paciente. Asimismo, comparten síntomas centrales, tales como la insatisfacción con la imagen corporal o una influencia anormal de ésta en la valoración personal, preocupación persistente e interferente por la comida, peso y/o forma corporal y el uso de medidas no saludables para controlar o reducir el peso, las que derivan en un deterioro significativo del bienestar psicosocial y físico de quienes los sufren. La mayoría de los padres conoce las rutinas y costumbres de sus hijos. Es por eso que, en general, son los más indicados para detectar cambios preocupantes en su conducta alimentaria. Las personas que padecen trastornos alimenticios presentan una serie de indicios que ayudar a su entorno a identificar la patología y, en consecuencia, poder ayudarlo. En primer lugar, suelen restringir crecientemente el tipo de alimentos que ingieren. En general, suelen empezar rechazando las comidas con mayor contenido de grasas o hidratos de carbono, aunque en los estadios más avanzados también pueden rechazar otros tipos de comida. Además, algunos suelen prolongar mucho el tiempo dedicado a comer y “jugar” con la comida en el plato hasta que el resto de comensales hayan abandonado la mesa y puedan deshacerse con facilidad de la comida sobrante. En muchos casos después de haber comido prefieren salir a caminar o a hacer algún tipo de actividad física para poder eliminar las calorías que acaban de ingerir. Esta conducta se puede manifestar también con idas al baño -en los casos de bulimia- donde las personas se inducen el vómito para eliminar la comida. Sus intereses suelen orientarse a la búsqueda de información sobre dietas, ejercicio físico, formas de bajar de peso en poco tiempo, recetas de cocina light, entre otros temas. Es frecuente que una persona con algún trastorno alimenticio se obsesione con este tipo de información, al punto de hacer de ello su único tema de conversación.


Uno de los aspectos más importantes que se deben considerar al momento de hablar de trastornos alimenticios es que no solo afectan a la población femenina. De hecho, los especialistas estiman que en los últimos años ha aumentado el número de varones que los padece. En ambos sexos, además, vemos que los síntomas aparecen de forma más precoz que en décadas precedentes. ¿Cuáles son las características de los trastornos diagnosticados más frecuentemente? - Trastorno de la conducta alimentaria no especificado: son habitualmente cuadros incompletos de anorexia nerviosa o bulimia nerviosa. En muchos casos, suelen presentarse con características de ambos, por lo que no encajan en el diagnóstico de uno de los dos. - Anorexia nerviosa: se caracteriza por una restricción alimentaria considerable, por encima de las necesidades del sexo y edad de la persona, debido al miedo a engordar. En ocasiones, está acompañada de episodios como provocación de vómitos, aunque este tipo de acciones se presentan más frecuentemente en la bulimia. Esencialmente, la persona presenta un rechazo a mantener el peso por encima del límite inferior considerado como normal. - Bulimia nerviosa: es un trastorno caracterizado por la excesiva y recurrente ingesta de comida (los llamados atracones), que, en ocasiones, se acompaña de conductas compensatorias posteriores (provocación del vómito). De forma paralela, puede haber tendencia a la impulsividad, conductas obsesivas o depresión. Enlace de la noticia: http://www.iprofesional.com/health-tech/2018/04/18/trastornos-alimenticiosalimentarios-tca-claves-para-identificar-nino-adolescente-padece-anorexia-bulimia-nerviosavigorexia-obsesion-ejercicio-delgadez-comida-enfermedades-mentales-oms-jovenes/

Así se tratan la bulimia y la anorexia en Mendoza Suelen aparecer en la adolescencia y pueden provocar la muerte. En nuestra provincia hay alternativas para el tratamiento con grupos de autoayuda y atención psicoterapéutica.


Puede que jamás necesitemos saberlo, sin embargo la mayoría tiene un caso conocido y es bueno saber adónde recurrir. Los trastornos alimentarios aparecen sin discriminar, de manera silenciosa, mayoritariamente en adolescentes, cuyos tratamientos resultan fundamentales para poder mejorarse y tener una vida normal el resto de sus vidas. La obsesión por alimentarse saludablemente, una marcada preocupación por el aspecto físico puede desembocar en un trastorno de alimentación. Esto provoca cambios de humor, depresión, baja autoestima, desmotivación, tristeza, sentimiento de culpa y descontrol. Ante la aparición de estos signos se recomienda pedir ayuda.

Si bien en Mendoza, existen clínicas privadas y en el Hospital Notti hay tratamientos específicos, hoy te contamos que ALDA, una asociación que se dedica a esta temática cuenta con dos sedes: en San Rafael y en Guaymallén. En Dorrego actualmente tienen cerca de 28 pacientes quienes asisten al tratamiento multidisciplinario que se propone, que incluye talleres y capacitaciones, además de varias comidas al día, que deben realizar de manera obligatoria. Tratamientos de día para trastornos alimentarios "ALDA es un asociación civil sin fines de lucro, nuestros objetivos son prevenir patologías relacionadas con trastornos alimentarios, hacer atención a aquellas personas que padecen la patología con la modalidad de hospital de día en grupos de autoayuda. Trabajamos en San Rafael, que es la que da inicio al programa y en el Gran Mendoza" explica la nutricionista de la institución Antonella Tornaghi.


Alba Mendoza surge por iniciativa de los padres que viajaban Eduardo Garzuci que traiga la Fundación al Gran Mendoza hace más de 12 años, ubicado en la calle Balcarce en Dorrego Guaymallén, entre el bulevar y Remedios de Escaladas. La mayoría de los pacientes son adolescentes, que es la edad donde están en la búsqueda de la identidad cuando arrancan estas patología, también hay pacientes adultos. No hay internación hospitalaria, la modalidad es hogar de día donde se trabaja en restaurar hábitos alimentarios, se trabaja mucho con las familias, y desde la parte psicoterapia con la autoestima y la personalidad. ¿Cuándo tienen que alertarse y pensar en este tipo de alternativa? Hay signos conductuales, sobre todo en la adolescencia que es una edad difícil, las escuelas no colaboran porque tienen poco tiempo para almorzar, compran comida por ahí... A veces los chicos comienzan a bajar de peso, hay cambios en las conductas alimentarias, dejan de comer con ellos, se empiezan a aislar, empiezan a chequear mucho las figuras en las redes sociales, empiezan a hacer dieta...siempre el desencadenante es una dieta para bajar de peso. Hay chicas que lograr bajar de peso y se ponen muy selectivas a la hora de elegir alimentos, hay otras que por el contrario no pueden bajar y se frustran, empiezan con atracones, métodos compensatorios porque les da culpa lo que han comido. La patología se diversifica en anorexia y bulimia que tiene puntos de encuentros y de desencuentros. ¿Qué es lo más grave que puede pasar? Durante mucho tiempo la patología suele ser silenciosa, los padres suelen no darse cuenta, lo que sucede es que la persona lleva una carga de angustia porque deja de hacer sus actividades normales propias de la edad, siempre esas actividades están relacionadas a como se sienten con su cuerpo, con su vestimenta con su alimentación, suelen angustiarse mucho, lo único que piensan durante el día es cómo evitar la comida y el resto de la vida pasa en blanco. El riesgo más grave es la vida porque puede llevar a la muerte. Enlace de la noticia: https://www.mdzol.com/nota/791968-asi-se-tratan-la-bulimia-y-la-anorexiaen-mendoza/

Video de YouTube https://www.youtube.com/watch?v=w2O4Tqd5ldc


CONCLUSIONES

Cristina Hildebrand


Antes de comenzar a investigar sobre trastornos de la alimentación en la adolescencia, consideraba que en parte, estos tenían que ver con gustos, ideas, percepciones personales, construidas y con bases genéticas, digamos, hijos de padres obesos, también obesos, o personas que consumen determinado estereotipo de belleza. Claramente creía, quizás de manera inconsciente, que tener un trastorno de alimentación, era algo dado biológicamente o adquirido culturalmente, como si fuera una elección. Más allá de reconocer que es una enfermedad, tenía la idea de cierto control y disfrute, por parte de quienes la padecen. Durante la investigación, mientras buscábamos, leíamos y seleccionábamos, iba apareciendo información sobre investigaciones científicas, reflexiones culturales, estudios psicológicos, causas, procesos, historias… comencé a desarrollar una especie de empatía, con las personas que padecen estos trastornos, fue como abrir los ojos a un mundo que nunca había pensado profundamente, que pasaba hasta ahora desapercibido, aceptado, un mundo para mi, simplemente dado. Reconozco ahora, que hay distintos factores que pueden incidir en el desarrollo de la enfermedad, que hay variedad de tipos de trastornos, que hay lineamientos para el diagnóstico, considerados por el DSM V, que hay síntomas específicos que son tenidos en cuenta, pero fundamentalmente reconozco la importancia de la subjetividad de las personas, del momento histórico en el que les toca transitarlos, la adolescencia. Es finalmente allí donde converge mi aprendizaje, en lograr considerar que son personas, en una etapa de transición, atravesando un duelo por el niño que ya no es, y en la búsqueda de su identidad, que se consolidará en la adultez. Esta transición de la que hablo, no resulta menos importante por no ser definitiva, sino por lo contrario, es una etapa de construcción permanente, en la que la autoestima y la imagen que tienen de sí mismos, es fundamental para el desarrollo de su personalidad. Es aquí donde las personas significativas para el sujeto juegan un importante papel, esa imagen que le devuelven, se va configurando a través de gestos, experiencias, interacciones, que determinan fehacientemente, cómo el sujeto afrontará los trastornos. Es así, que llego a la conclusión, luego de haber leído diversidad de información sobre el tema, de que si bien, lo innato es un factor facilitador del trastorno, lo adquirido y construido mediante interacciones en la infancia y adolescencia es absolutamente fundante y preponderante para que la enfermedad se desencadene. Por lo tanto, considero, prioritario el trabajo con la cultura que medias las relaciones sociales, primarias y secundarias y el fortalecimiento de los vínculos basados en el respeto, la empatía y la solidaridad, como pilares necesarios para la prevención de los trastornos de alimentación.

Melany Block


A partir de investigar a cerca de los trastornos de alimentación y todo lo que estos desencadenan. Pude ampliar mis conocimientos sobre el mismo y comprender de una manera más amplia toda la información. Encuentro importante remarcar el hecho de que muchas veces no se toma consciencia de este tipo de trastornos que llevan en este caso al adolescente a sentirse de alguna manera aislada del propio mundo en el cual se desarrolla, tomando cada una de las actitudes que desencadenan de este trastorno como algo totalmente común y de forma cotidiana. Como ya se dijo la causa de estos trastornos devienen de una interacción de factores sociales, psicológicos y biológicos que afectan de una forma casi exclusiva a los adolescentes ya que se presentan de alguna formas más vulnerables, porque existen muchos factores que inciden como: una gran sensibilidad a la opinión de los demás, una cierta inseguridad respecto a lo que les gusta y lo que quieren, cambios físicos que les hacen dudar de su aspecto, etc. Sin un apoyo sobre las relaciones sociales, lo emocional como psicológico no podría ser transitado de la mejor manera posible, teniendo en cuenta que el adolescente se encuentra en una etapa de transición, de duelo ya que se va despojando de la niñez para adentrarse en la etapa de la adultez. A si como también a la vez va formando su propia identidad, el diferenciarse del resto de las personas, en función de la imagen que uno tiene de sí mismo, producto de las experiencias de éxito y fracaso, rendimiento personal, familiar, escolar, individual y social. Creo que lo más importante es que implemente más acompañamiento por parte de la escuela ya que en esta etapa como en la niñez la mayoría de los chicos pasan la mayor parte de sus días en la misma, por eso sería según mi opinión de gran ayuda la guía, el brindar información así como también trabajar con un grupo interdisciplinario que pueda aportar datos y realizar actividades grupales que posibiliten el conocimiento sobre el tema. Teniendo en cuenta que el trabajar en conjunto siempre trae buenos resultados ya que la mayoría de los adolescentes buscan quizá esconder los que les sucede a nivel emocional y se sienten más seguros mediante esta acción. El realizar este tipo de trabajo de investigación fue de gran ayuda porque además de expandir nuestros conocimientos también posibilito de alguna forma el comprender a la persona que transita estos tipos de trastornos los cuales muchas veces se los ve como un capricho o elección de esa persona sin tener en cuenta cuales fueron los factores que hicieron que se produzca.

Gabriela Viviana Paredes


Luego de haber realizado la investigación sobre los diferentes trastornos alimenticios en la adolescencia, me di cuenta que no existe mucha información al respecto, sobre todo en lo que conlleva a los tratamientos y en ayudar a los padres a guiar u acompañar a sus hijos en este proceso, así como tampoco hay demasiada información para los padres y mismo para los adolescentes de todos los cambios que se dan en esta etapa. Muchas veces, los adolescentes no llegan a tener trastornos alimenticios y esto no quiere decir que no presenten dificultades en este tránsito y que no tengan problemas alimenticios que no llegan a ser considerados trastornos. Que no se pueda diagnosticar, porque no cumple con todos los criterios, no significa que no se dé una problemática que necesita ser abordada. Muchos factores sociales, biológico y familiares, llevan a los adolescentes a no sentirse bien con uno mismo, y encuentran un resguardo en sus pares y en sus habitaciones, donde generan, su mundo y donde pocos pueden intervenir, no saben bien que les sucede y tratan de pasar esta instancia de la mejor manera posible, aunque no siempre sea la mejor. Las causa de estas problemáticas pueden ser varias desde factores sociales y culturales, donde la delgadez es una moda; factores biológicos, no solo por los cambios en su cuerpo, sino también por cambios en los deseos y las relaciones sexuales que toman gran importancia y son de suma influencia, el cómo me veo para un otro; y factores familiares, donde el adolescente muchas veces no encuentra un lugar en donde se lo entienda, y sobre todo el lugar desde donde se lo debe acompañar en este proceso. Aquí voy a centrar algo que me llamo mucho la atención, no existe mucha información de la importancia de la familia como significante de este niño que comienza a ser adulto. En esta etapa de transito donde el niño debe abandonar una imagen y comenzar a armar una imagen de él mismo diferente a lo que era, es de suma importancia el seno familiar, ya que es éste él que, con sus palabras, mirada, cuidados y con todo lo que respecta al cotidiano familiar, va a brindarle al adolescente que visión tener de sí mismo, que va a ser la base fundamental desde la cual este niño no solo va a adquirir una imagen de sí mismo, sino que también va a hacer frente a estas nuevas cuestiones. Trabajar en los significados (en qué lugar los posicionamos) le damos a los adolescentes, creo que es un punto donde hay que hacer hincapié y brindar información, para comenzar a ayudarlos a que este transito sea más placentero.

Johanna, Sommadossi


Tras haber realizado el trabajo de investigación acerca de los trastornos de alimentación en la adolescencia, considero que sería fundamental abordar dicha problemática, ya que año tras año se va incrementando el porcentaje de jóvenes que padecen dicha enfermedad por sentirse inconformes con su propio cuerpo. Creo que la escuela debería brindar mayor información tanto para los adolescentes como para sus familias, ya que la adolescencia es una etapa de transición en la cual se atraviesan diversos cambios, tanto físicos como psicológicos y muchas veces las familias no saben cómo acompañar a sus hijos en esta transición, la cual marcará su vida adulta. Los adolescentes se encuentran en una etapa de vulnerabilidad, donde son influenciados por el medio que los rodea, y considero que uno de los factores que más peso tiene al desencadenar este trastorno es social y cultural, en los medios de comunicación día a día podemos observar miles de publicidades y programas incluidos aquellos que se encuentran destinados a niños y adolescentes que fomentan un determinado estereotipo de belleza, el cual lleva al éxito. Esto genera que muchos adolescentes se sientan inseguros con su cuerpo, que posean baja autoestima, que tengan temor a no ser aceptados tal cual son, lo cual muchas veces desencadena en presentar trastornos en su alimentación. Considero que hay que brindarle una mayor importancia a la adolescencia, y no verla sólo como una etapa de rebeldía, sino entender que éstos jóvenes se encuentran transitando múltiples cambios físicos, emocionales, y psicológicos, que necesitan contar tanto con información como con un espacio donde poder comunicar abiertamente lo que les sucede, sienten y piensan y puedan sentirse contenidos, con el fin de prevenir trastornos relacionados con la alimentación.


BIBLIOGRAFÍA


“Salud de los adolescentes”: www.who.int/.../topics/adolescence/dev/es

“¿Que causa un trastorno alimenticio?”: www.nationaleatingdisorders.org/que-causa-un-trastorno-alimenticio

“Para los padres: trastornos alimenticios en adolescentes” : https://es.familydoctor.org/para-los-padres-trastornos-alimenticios-en-adolescentes/

“Los Adolescentes con Desórdenes de Alimentación”: https://www.aacap.org/AACAP/Families_and_Youth/Facts_for_Families/FFF-Spanish/LosAdolescentes-con-Desordenes-de-la-Alimentacion

“Trastornos alimenticios en la adolescencia”: http://aps.isss.gob.sv/familia/adolescencia/Trastornosalimenticiosenladolescencia

“trastornos en la alimentación”: http://www.apa.org/centrodeapoyo/alimentacion.aspx

“Guía de Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva”: http://www.salud.gob.mx/unidades/cdi/documentos/guiatrastornos.pdf


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