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EL PUENTE
Para reconectar el Santuario con el Mar, se plantea un puente, logrando generar un corredor patrimonial que nace desde la ruta arqueológica del Santuario hacia el mar. Este será el articulador de todo el frente marino.
Creando un sistema de transporte público, Convirtiéndose en un puente multifuncional, en el cual, teniendo la cercanía del tren, y el futuro plan metropolitano de conectar Lima Sur con trenes, se aprovecharía la gran afluencia de personas para ubicar una ESTACIÓN DE TREN de la Línea 1, paradero de buses y un sistema de vías vehiculares que permitan abastecer los servicios básicos del parque y los estacionamientos.
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Este puente será el punto clave, para recuperar la continuidad territorial cortada por la carretera. Donde el parque vuelve protagonista a la huaca, incrementando la superficie de uso público.
El puente nace como una superficie verde que se eleva de la panamericana sur con la intención de experimentar en las personas la sensación de que el parque se eleva con ellos.
Lo importante es cuando las personas tienen el primer contacto visual con el Santuario, saliendo desde la rampa. Se va enmarcando el Templo del Sol, conectando a los visitantes con el
Se propone un dispositivo de carácter público en los límites del frente marino del Santuario. Un dispositivo que genere un contrapeso respecto al paseo desde el Templo del Sol hacia la playa. Como un equilibrio y polo de atracción entre el Santuario y su frente marino.
Se reinterpreta la tipología de la Kancha PREHISPÁNICA, donde el vacío le dé forma a la intervención arquitectónica. En la manera en que este vacío organice y gestione las dinámicas y flujos de las personas en sus actividades frente a las orillas del mar. Reconociendo el valor y potencial del vacío para tomar postura acerca de la manera de emplazamiento en el paisaje.
Una KANCHA contemporánea que condense a las personas que vienen del corredor patrimonial. Albergando y fusionando la multiculturalidad a través del vacío. En búsqueda de una permeabilidad para generar un espacio que cobije y enmarca el paisaje ancestral desde el vacío. Condensándolo desde su interior como una pieza geométrica. Coexistiendo con el paisaje en sus 360 grados.
Los espacios servidores están en función a equipar el vacío de la Kancha. En las mañanas se colocan las mesas y sillas para un espectáculo, luego en las tardes se guardan y se abre el puesto de bebidas, creando un espacio multifuncional gestionado por las instituciones públicas del Santuario de Pachacámac.
Con la intención de exhibir la multiculturalidad a través del vacío. Desde la mañana con una jarana criolla, marinera, caballos de paso, por las tardes en una plaza lúdica de agua y por las noches en un espacio gastronómico y colectivo. Enmarcando el paisaje a través del vacío.
Se crea una segunda piel. Y así, lograr una cobertura que permite el acceso, el cobijo y el espacio de encuentro, integrando el paisaje en su interior. Disolviendo la dicotomía entre la cultura y natura a través de la arquitectura.
La flexibilidad y sensibilidad del espacio, genera una dualidad entre lo construido y lo natural. A través de los planos en series, se crea una atmósfera de rayos de luces en el espacio público, donde las ondulaciones de las vigas van dilatando y comprimiendo el espacio, creando una tensión visual con el paisaje.
La naturaleza y el cuerpo se mezclan, creando relaciones materiales que tengan un impacto en las sensaciones corpóreas. Las personas sentirán, como esta segunda piel, se fusiona con la naturaleza, actuando directamente en el caminar de los visitantes.
Perspectiva tomada Diagrama