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Raíces y un Sauce Llorón
Madam Petra del Bosque
El árbol simboliza la vida del cosmos, crecimiento, proliferación, fortaleza y regeneración. Se ha convertido en un simbolismo social imprescindible, desde la conexión entre lo espiritual y lo terrenal hasta simplificar nuestro pasado genealógico con ramas que brotan de mil lados. ¿Qué tipo de árbol es en donde crece tu familia? ¿Acaso es un fresno, abedul o un manzano?¿Qué tamaño tiene? ¿Conoces cada rama?
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Desde hace unos meses me he dado a la tarea de diseñar mi árbol genealógico, darle una clase, pulirlo- Y fue así que decidí que mi árbol sería un Sauce Llorón. Con un aspecto de melancolía y tristeza por sus ramas largas y hojas verdes pequeñas. que cuelgan hacia el suelo, lo he elegido por la diversidad de significados culturales; en Oriente, por ejemplo, el sauce llorón, posee un significado de muerte pero también de permanencia y continuidad. Mientras que en la mitología griega, el sauce llorón era símbolo de magia y misterio, no olvidemos a la diosa Perséfone, diosa de la primavera y reina de los muertos, quien tenía un bosque de sauces llorones en el averno. Una mezcla perfecta de significados para representar mi ascendencia. Después de haberlo nombrado, fue más fácil para mí reconocerme, y elegir a quienes iban a estar dentro de él. La importancia de decidir quién entra y sale fue sencilla, porque sí, hay que aceptarlo, dentro de la familia también hay gente tóxica. Entonces, podarlo fue bastante simple, y mientras lo hacía recordaba a la abuela cuando me contaba que las ramas muertas y con plaga, se eliminan para que no enfermen los árboles, y no puedo contradecir la sabiduría de aquella chamana.
Pero... después, ¿qué sucede? Bien, cuando mi sauce empezó a tener mucha más luz y vida, noté algo muy peculiar en la parte inferior, así es, las raíces… Me di cuenta que por más magnífico que se vea por fuera,
me estaba olvidando del interior, de donde realmente nació este árbol. Mi árbol se alimenta de las raíces que cada integrante de la familia ha creado. ¿Serán raíces sanas? ¿Estarán podridas, secas, muertas? ¿Cuántas veces nos hemos encargado de revisar y cuidar esas raíces?
Viene a mi cabeza una frase que me repetía mi madre:”- los trapos sucios se lavan en casa”, y la verdad es que me desagrada de sobremanera, sólo por una razón, no quiero que esa agua contaminada de malicia, misoginia, machismo, violencia; agresiones, costumbres absurdas, críticas, limitaciones, alimenten nuestras raíces, las raíces que nos sostienen, porque sí, las raíces también se podan. Al contrario, quiero que sea agua pura que nos nutra y cuide de adentro hacia afuera.
Sí, decidí quién va a estar en mi árbol, pero también seré la responsable de arrancar cada raíz que no sea fructífera para las nuevas ramas que crecerán en este sauce llorón.