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La docencia universitaria: la profesión que forma a los profesionistas del mañana

Por L.C.E. Kevin Manuel Acuña Aréchiga*

Históricamente, la educación universitaria ha sido objeto de múltiples cambios en su función y organización, remontándonos a los orígenes de las primeras universidades en la edad media, las cuales se basaban en los ideales de la educación griega que cimentó la escolástica, definida como la “rama de la filosofía que buscaba por medio del raciocinio, conciliar el conocimiento de los clásicos con la Biblia” (Alonso, 2012, p. 63).

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Con el paso de los años (y de épocas como el Renacimiento y la Ilustración), la universidad adquirió una mayor responsabilidad social, lo cual derivó en la creciente exploración de nuevas tendencias en los métodos de enseñanza, pasando de lo magistral a lo dinámico, de lo conductual a lo constructivista, y de la memorización a la significatividad de la información.

Ante la creciente profesionalización de las diversas disciplinas y la creciente demanda educativa existente en la comunidad, así como la búsqueda permanente de la calidad educativa, el principal reto de las instituciones de educación superior (IES) públicas y privadas es contar con plantillas docentes cuya experiencia profesional solvente las necesidades de los planes y programas de estudio. No obstante, existe una tendencia negativa a recurrir a profesionistas cuya experiencia y/o capacitación en docencia es escasa o nula, impactando en cierta medida en el desarrollo operativo de los planes y programas de estudio.

La práctica de la docencia se puso al alcance de prácticamente todos los profesionistas, quienes, a pesar de no haber sido instruidos como docentes, buscan estar inmersos dentro del campo laboral, situación que ha conllevado un gran desafío en los esfuerzos por garantizar la educación de calidad y en cumplir con el aseguramiento de las competencias profesionales.

¿Cómo incide la docencia universitaria en la sociedad?

La función social de la educación superior no se centra exclusivamente en aportar profesionistas aptos para desempeñarse en diversos campos laborales, su función cuenta con una mayor proyección socioeconómica y cultural, partiendo de la formación integral del alumnado, la consolidación de la formación como ciudadano comprometido con su entorno inmediato y su sociedad, así como la oportunidad del emprendimiento, y la constante necesidad de especialización en una determinada área disciplinar, requiriendo de docentes cuya profesión se oriente a dichas necesidades para abonar a la formación del alumnado.

Particularmente, la docencia universitaria cuenta con la gran posibilidad de identificar las necesidades sociales para aterrizarlas dentro del salón de clases, coadyuvando en la búsqueda de soluciones a través de discusiones, y estableciendo estudios de caso para su análisis y posterior resolución. Con esto, se incentiva la utilización del método científico, la colaboración entre alumnos y la argumentación de soluciones viables.

¿Cuáles han sido los principales desafíos?

Generalmente, la docencia ha sido una de las profesiones más afectadas en múltiples ámbitos, desde los lineamientos y disposiciones gubernamentales, hasta la falta de reconocimiento social, denigrando la labor del docente y demeritando su función en el proceso educativo.

La contingencia sanitaria agravó esta situación, ante lo cual fueron múltiples y reiteradas las quejas y comentarios despectivos hacia la labor docente, siendo una de las profesiones con mayores repercusiones ante la precariedad de la infraestructura tecnológica (tomando en consideración el nivel básico) y la falta de capacitaciones previas en el manejo de plataformas educativas como complemento de la práctica docente.

La contingencia sanitaria agravó esta situación, ante lo cual fueron múltiples y reiteradas las quejas y comentarios despectivos hacia la labor docente

Específicamente, la docencia universitaria ha tenido múltiples concepciones: desde una profesión de tiempo completo hasta una profesión complementaria a la actividad económica principal, siendo ésta última aquella que genera mayor inquietud en los docentes, quienes generalmente no dominan el ámbito pedagógico y tienden a recurrir a prácticas tradicionales y a una enseñanza magistral, afectando el proceso de enseñanzaaprendizaje del alumnado y provocando desinterés en la asignatura y/o en los contenidos curriculares.

¿Qué características debe poseer el docente universitario?

Existe una amplia gama de características o cualidades que coadyuvan a garantizar la calidad educativa. Ante esto, Zabalza (2009) identifica 10 competencias que delimitan el perfil del profesorado universitario:

• Planificar el proceso de enseñanzaaprendizaje.

• Seleccionar y presentar contenidos disciplinares.

• Ofrecer informaciones y explicaciones de manera comprensible.

• Manejar didácticamente las nuevas tecnologías.

• Gestionar las metodologías de trabajo didáctico y las tareas de aprendizaje.

• Tener una relación constructiva con los alumnos.

• Llevar a cabo acciones de tutoría con los alumnos y, si se requiere, con los colegas.

• Evaluar los aprendizajes y los procesos con los que fueron adquiridos.

• Reflexionar e investigar sobre la enseñanza.

• Implicarse institucionalmente.

De igual forma, Cano (2005) identifica las siguientes competencias y habilidades del ‘nuevo docente’:

• Capacidad para planificar y organizar el propio trabajo.

• Competencias comunicativas (con respecto a la comunicación oral y escrita).

• Capacidad de trabajar en equipo.

• Habilidades interpersonales para resolver conflictos.

• Capacidad de utilizar de manera significativa las nuevas tecnologías de la información y comunicación.

• Generar un autoconcepto que sirva como base del propio trabajo.

• Autoevaluar el propio trabajo como área de mejora.

Así mismo, el docente universitario no sólo requiere de poseer los conocimientos básicos de la asignatura, también debe buscar la significatividad de los contenidos con relación al mercado laboral vigente para aportar sus experiencias profesionales, así como investigar la situación actual de la profesión para contextualizar a los alumnos.

A manera de reflexión

Quien se ha dedicado a la docencia universitaria ha contado con la valiosa experiencia de formar a los futuros profesionistas, teniendo una gran responsabilidad social en su método de enseñanza para formar a quienes serán los futuros médicos, enfermeros, profesores, psicólogos, nutriólogos, optometristas, arquitectos, diseñadores, administradores, abogados, criminalistas, mercadólogos, comunicólogos; esta experiencia, además de ser gratificante económicamente hablando, brinda una satisfacción personal.

El futuro de las profesiones dependerá no sólo de los planes y programas de estudio, sino también de los docentes universitarios, gracias a su experiencia y formación profesional/pedagógica que tendrá incidencia en las futuras generaciones; así mismo, la incorporación de las tecnologías para el aprendizaje y el conocimiento (TAC), la aparición de tendencias como las tecnologías del empoderamiento y la participación (TEP), las tecnologías online colaborativas (TOC), tecnologías de investigación y publicación (TIP), así como el flipped classroom (aula invertida) y metodologías como la microenseñanza facilitan la labor del docente y el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Con esto, se pretende que la ‘tríada didáctica’ (docente-alumno-conocimiento) cuente con metodologías innovadoras y eficientes, capaces de generar mayores conocimientos a través de la practicidad de los contenidos, del máximo aprovechamiento de los recursos físicos y digitales por parte del docente, y de la concentración, disposición, y colaboración del alumno tanto con el docente como con sus compañeros.

*Auxiliar de Desarrollo Curricular en la Dirección de Planeación y Desarrollo Académico (DPDA) de Universidad Xochicalco.

Bibliografía: Acuña, K. M. (2021). Calidad de la docencia universitaria: análisis de la plantilla docente de la Licenciatura en Nutrición de la Universidad Autónoma de Durango, campus Ensenada, ciclo enero-abril 2021. Memorias del Congreso Internacional de Investigación Academia Journals Puebla 2021 (pp. 5-11). Puebla. Academia Journals. Recuperado de https://www.academiajournals. com/s/Tomo-01-Memorias-del-Congreso-Internacional-AJ- Puebla-2021.pdf Alonso, J. (2012). Historia general de la educación. México: Red Tercer Milenio. Recuperado de http://www.aliat.org.mx/ BibliotecasDigitales/economico_administrativo/Historia_general_ de_la_educacion.pdf Cano, E. (2005). Cómo mejorar las competencias de los docentes. Guía para la autoevaluación y el desarrollo de las competencias del profesorado. Barcelona: Editorial GRAÓ. Zabalza, M. A. (2009). Ser profesor universitario hoy. La cuestión universitaria, 5, pp. 68-80.

Ilustración: L.D. Rodolfo Cota Martínez

fotografías: Freepik.com

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