Soy especial, n
Los centros de Elche han mejorado sus instalaci Ana Belén Ramos, Jonatan Moya, Yolanda Sánchez, Henar Pérez En 1960 el sector educativo ilicitano contaba con grandes infraestructuras y con profesionales de la enseñanza, pero a su vez sufría carencias considerables. Algunas personas quedaban fuera de la enseñanza en Elche, siendo inexistentes para la gran mayoría de la sociedad. En los años posteriores, la educación acogió a un nuevo campo y lo bautizó como educación especial. Después de este gran descubrimiento, la ciudad ofrecía una solución formativa a aquellos niños con dificultades psíquicas, físicas o sensoriales. La evolución en el campo educativo ha trazado una línea ascendente desde 1980 hasta la actualidad. La apuesta política, tanto del ayuntamiento ilicitano como de los diferentes gobiernos a nivel nacional que han ejercido el poder en las tres últimas décadas, ha favorecido a los estudiantes con minusvalías. “En 1980 no existía más que un centro experimental con dos aulas destinadas a la educación especial”, afirma el técnico de la Concejalía de Educación de Elche, Pau Llop. Las personas discapacitadas no tenían cabida en ninguna escuela. En 36 años, Elche ha conseguido integrar a casi todos los discapacitados. La ciudad cuenta con 91 centros: 15 escuelas infantiles, 56 colegios y 20 institutos. “En ellos estudian 39.100 alumnos, 10.080 son discapacitados”, sentencia Llop. La mayoría de las escuelas infantiles, los colegios e institutos de Elche han sabido adaptarse para que todos los niños puedan asistir a clase sin impedimentos, pero todavía queda mucho camino por
recorrer. Todos estos avances no se podrían haber conseguido sin los profesionales capacitados para ello, como los orientadores, fisioterapeutas o profesores de apoyo. Los niños de secundaria que presentan alguna discapacidad leve, estudian sin ningún problema en los diferentes institutos de Elche. Sin embargo, los estudiantes que presentan más dificultades realizan sus estudios en el centro Tamarit. Gracias al esfuerzo de los padres y al compañerismo de los niños, estos alumnos consiguen tener una educación integral y sin ningún tipo de discriminación. La figura de una psicóloga u orientadora en un instituto es muy importante, ya que de esa forma se consigue que todos los alumnos se integren correctamente y no haya ningún tipo de bulling. En Elche casi todos los centros están adaptados para los alumnos que sufren alguna discapacidad leve. El colegio mejor preparado es el Mariano Benlliure donde se encuentra una fisioterapeuta para atender a los niños en la medida que sea necesaria, además de múltiple material. Respecto a los institutos, el Tirant lo Blanc y el Nit de l’Albà son los que más destacan. El Tirant lo Blanc sobresale porque todos los niños escolarizados con problemas motóricos, síndrome de down y asperger, al terminar el colegio se matriculan ahí y después si lo necesitan, van a otro centro más especializado. El Instituto Nit de l´ Albà,
“Todos los niños están integrados”, alega la fisio Sellers
El IES Tirant Lo Blanc está adaptado a todos los alumnos sin embargo despunta en su buena accesibilidad (rampas, ascensores,etc) y al personal especializado Igualdad e integración Elche tiene un total de 56 colegios, centros para escolares de entre tres y doce años, de los cuales solo tres están adaptados para los niños con discapacidad severa. Se ha adelantado mucho estos últimos años, adaptando las viejas escuelas y acondicionando lo máximo posible los nuevos centros. A pesar de ello, queda mucho por hacer. Uno de los colegios más adaptados es el Mariano Benlliure especializado para niños con discapacidad motora. Irene Sellers, la fisioterapeuta del Benlluire, realiza un seguimiento alumno por alumno para tratar de la mejor forma posible su dolencia. Además de atender a los estudiantes de esta escuela también lo hace de los centros de la zona, ya sean institutos o colegios. “El número de alumnos con estos requisitos no es suficiente para que cada centro tenga su propio fisioterapeuta, por eso los alumnos que lo necesitan tienen que venir hasta aquí para que lleve su seguimiento”, afirma Sellers. Una de las reglas del centro es la integración de todos los alumnos. “Tener una discapacidad no implica nada. Todos los alumnos están juntos desde los tres años, por lo que están bien integrados desde el primer mo-
mento”, manifiesta la fisioterapeuta. Las excursiones están muy presentes en el centro e intentan adaptadas con todas las medidas necesarias para que todo el alumnado pueda asistir. Tirant lo Blanc: día a día El instituto Tirant lo Blanc abre sus puertas a las 8 de la mañana. Todos los niños entran y suben sin muchas ganas las escaleras para empezar las clases. Gloria Sanchís, la psicóloga de este
Las instalaciones del Mari Instituto desde hace 23 años, comienza su jornada y empieza a ayudar a todos los alumnos que lo necesitan hasta el cierre. “En este trabajo no hay horarios. Si encuentras a un niño en el pasillo con cualquier tipo de problema, evidentemente, tratas de ayudarle y de buscar una solución aunque no forme parte de tus horas de atención a alumnos”, argumenta Sanchís. La adolescencia es un