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Los recuerdos y el tiempo. El tiempo me dice que ya fue sombras que tenues se desvanecen se agarran a las mentes dejando huellas en el alma que se extienden para la eternidad. Sucesos que se entrelazan en universos distantes y cercanos, unidos por palabras y sentimientos, un recuerdo. Y hallan la puerta del ser extendiéndose así a todo su alrededor llegando a ser parte de mi definiéndome, limitándome, extendiéndome. De ellos se alimentan los sentimientos los devoran y los vomitan, los arrasan los adornan, los quieren conservar para siempre. Los recuerdos definen cárceles, abren puertas, me dicen quién soy y quien puedo ser. Cuando los vi nacer eran hermosos, pequeños inofensivos, pero crecen en el mundo de los sentimientos y quieren gobernar la vida. El tiempo es su aliado y su enemigo. Viven en castillos de muchos nombres: temor, ansiedad, orgullo, bienestar.
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Forman ejércitos con aliados de otro mundo seres que los ven y los usan y ellos se dejan usar, llevando cautivo y siendo cautivos. Temen la verdad, se esconden ante ella queriendo no ser descubiertos, marcando su territorio con avisos de: Alerta, no entrar si no se es invitado! otros escriben: Solo es un espejismo nada real! Solo aquel que los lleva a la cruz de Cristo y los deja allí podrá ser libre de ellos. Solo el Señor destruye su influencia y deshace estos castillos y fortalezas en el interior del hombre.
Henry Padilla Londoño