dos semovientes, pero al fallarle los frenos la unidad se fue
tras el conductor de la camioneta se comprometió a pagar los daños ocasionados.
CASI TERMINA arriba del techo de la vivienda
Los crímenes de
El Chalequero Francisco Guerrero
En México, el primer caso de un asesino serial, según registros periodísticos, fue a finales del siglo XIX
E
l Chalequero era un conocido Tahúr del barrio de Peralvillo, pasaba sus días en la pulquería ‘Los Coyotes’, donde las prostitutas le daban dinero por sus favores sexuales, ya que se rumoraba que era un buen amante. A pesar de tener a varias mujeres a su lado, Francisco Guerrero sentía la necesidad de matar a las que no fueran fieles a sus esposos. El modus operandi de “El Chalequero” era un tanto similar al que utilizó 50 años después Gregorio Cárdenas y en los sesentas el llamado “Jack mexicano”. Los tres operaban en la Ciudad de México, tenían especial predilección por las prostitutas y las mataban después de tener relaciones sexuales. En el caso
de “El Chalequero”, se deshacía de los cuerpos de sus víctimas por los alrededores del Río Consulado; Gregorio Cárdenas los enterraba en el jardín de su casa, y el “Jack mexicano” dejaba recados con lápiz labial en los cuartos de hotel donde retaba a las autoridades a capturarlo. Durante los años 80, Francisco Guerrero (otras versiones lo llaman Antonio Prida), mejor conocido como “El Chalequero”, debido a su peculiar vestimenta de pantalones estrechos, fajas multicolores y chalecos con agujetas o sus chaquetas charras, cometió más de 20 crímenes violentos contra mujeres que trabajaban como prostitutas en las calles de la ciudad de México. El modus operandi de Guerrero era sencillo, abordaba a las mujeres y les proponía, sin más rodeos, un encuentro sexual, posteriormente, dependiendo de la disposición de cada víctima para satisfacer los deseos del homicida, Guerrero las violaba, apuñalaba y degollaba, tirando sus restos en los alrededores de Río Consulado. La policía no descansó hasta el momento en que logró capturar al matador tras su última fechoría: Murcia Gallardo retó al Chalequero a que se hicieran «bolas» en la Calzada de Guadalupe. Tras su desaparición, un vecino lo denunció, y con el testimonio de varias mujeres fue atrapado, enjuiciado y condenado a muerte.
del c
rime
n
Archivo Muerto El multiasesino era descrito como «guapo, elegante, galán y pendenciero». Generalmente vestía con pantalón de casimir gris, chaqueta negra, sombrero ancho y zapatos negros, gozaba de una colección de pantalones estrechísimos y por supuesto de chalecos, con agujetas y chaquetas charras, con vivos de cuero. La gente decía que tales elegantes ropajes no le costaban un centavo, pues era sostenido por una de sus amantes, conocida como la Burra Panda; además, Francisco Guerrero era mantenido por un grupo de prostitutas. Hacia 1888, la lista de mujeres que aparecieron degolladas en los márgenes del Río Consulado había crecido escandalosamente.
nómico 1055, quien fue denunciado en la Agencia Especializada en Delitos Sexuales y Contra la Familia a petición de los pa-
la trasladaba a un lote baldío, donde abusó sexualmente de ella, mencionando la jovencita que éste la sujetó de las manos
lado al Cereso regional de esta ciudad, donde quedó a disposición de las autoridades correspondientes.
De acuerdo con lo establecido en el expediente 412/2012 del juzgado tercero, los hechos se suscitaron cuando la menor
tendrá que aportar pruebas que puedan demostrar su inocencia, de lo contrario le será dictado el auto de formal prisión.
Los crímenes de
El Chalequero Francisco Guerrero
El primer caso de un asesino serial del siglo XIX Continuación
del
n e m i cr
R
eapareció en 1908 después de otro homicidio por los mismos rumbos, haciendo eco del viejo adagio: el asesino siempre vuelve al lugar del crimen. El 28 de abril apareció el cadáver de una anciana degollada en las márgenes del Río Consulado. Un reportero de El Imparcial concluyó que las huellas del cuchillo que presentaba el cadáver correspondían a la cuchillada de borrego y exactamente al estilo del Chalequero. Esta información llenó de pavor a la población. A diferen-
cia de otros criminales históricos, El Chalequero nunca trató de ocultar su verdadera identidad. El 13 de junio de 1888, tras varios años de burlar a la justicia y mientras en Londres Jack el destripador conmocionaba al mundo; Francisco Guerrero fue finalmente arrestado y condenado a muerte en México; sin embargo el presidente Díaz cambió la sentencia a sólo 20 años en la prisión de San Juan de Ulúa, quedando en libertad en 1904. Fue nuevamente arrestado el 13 de junio de 1908, exactamente 20 años después de la primera aprensión, por el asesinato y decapitación de una anciana, características típicas en los crímenes de “El Chalequero”, fue sentenciado a muerte en septiembre de ese año pero falleció de tuberculosis en el Hospital Juárez en noviembre de 1910, a 4 meses de su ejecución. Su cuerpo fue enterrado en una fosa común. Asesina a mujeres a quienes después degüella y eviscera, abandonándolas cerca de un río. Mata a 20 antes de ser detenido. Es sentenciado a 20 años de prisión. Es liberado por error en 1904, lo cual aprovecha para reiniciar su carrera delictiva, matando a una anciana prostituta. Recapturado, es sentenciado a muerte, pero fallece a causa de una embolia en el hospital, cuatro meses antes de su ejecución.
Archivo Muerto Victimas identificadas: Murcia Gallardo, alias “La Burra Panda” Emilia Gutiérrez Candelaria Mendoza María Martínez María López Soledad González Candelaria García Margarita Rosas Francisca Yerbas Nicolasa García Lorenza Urrutia (sobreviviente)