En un principio sólo las golpeaba y violaba antes de matarlas, pero al final a una mujer la destazó y le sacó el corazón
A
gustín Salas del Valle (nacido en 1964 en la Ciudad de México) fue un supuesto asesino en serie, pues se cree que asesinó a más de 20 mujeres en la zona Centro del DF entre 1989 y 1993; aunque sólo se le condenó por uno de estos homicidios. Mediáticamente fue conocido por los sobrenombres de “el Estrangulador de mujeres”, “Jack, el estrangulador” y “el Matameretrices”. Interceptaba a sus víctimas en las calles (todas ellas mujeres, de entre 20 y 40 años de edad, en su mayoría sexoservidoras) y las conducía a hoteles de la zona Centro. Alquilaba una habitación y ahí las amagaba, golpeándolas para posteriormente violarlas y luego asesinarlas por estrangulación con objetos improvisados que se encontraran en la habitación (prendas del asesino, prendas de la propia víctima, cordones de las cortinas, cables de los electrodomésticos, etcétera), aunque en ocasiones las apuñalaba. Éste dejaba abandonados los cuerpos semidesnudos en la habitación o los envolvía en colchas y los ocultaba bajo la cama. A finales de 1989, aparece en el “Hotel Magnolia”, de la calle Magnolia, colonia Guerrero, el cadáver de una mujer estrangulada. El crimen fue considerado un hecho aislado, pero en poco tiempo, a comienzos de 1990, aparece una segunda mujer muerta en condiciones muy similares; le siguieron otras 2 en septiembre de ese mismo año. Era evidente la relación entre los crímenes. Éstos continuaron sucesivamente hasta 1993, cuan-
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Estrangulador
do Salas del Valle fue detenido por el homicidio de una sexoservidora, posterior a su arresto los homicidios cesaron, por lo que se convirtió en el principal sospechoso de todos los casos, pero jamás se le pudo comprobar su responsabilidad en un total de 27 casos, de los 30 atribuidos a “Jack, el estrangulador”. En un principio a las mujeres sólo las golpeaba, violaba o estrangulaba, pero en ocasiones aparecieron apuñaladas y cortadas, pues entre sus víctimas destaca el homicidio de una sexoservidora encontrada en Iztapalapa, a la que mutiló, y cercenó las manos y los pies. Los asesinatos de Agustín Salas del Valle cada vez superaban el sadismo del anterior, por eso la policía pudo descartar a imitadores que fueron apareciendo durante la investigación. El 5 de enero de 1991, el asesino hizo un cambio en la ejecución de su crimen, escribió con lápiz labial en una de los espejos de la habitación las siglas: “LMB”. Nunca antes había mostrado interes en dar un mensaje, ahora era completamente hedonista. El afán de protagonismo y de ser identificado como “asesino en serie” son rasgos característicos, más no exclusivos, de los copycats o asesinos imitadores. Claro que esto jamás se comprobó. En 1992 aparecieron nueve víctimas. El 2 de septiembre con la sexta víctima del año, el perpetrador volvió a dejar un mensaje; nuevamente escribió con pintalabios en un espejo de la habitación la leyenda: “Volveré”. (continúa mañana)
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Agustín Salas del Valle
Estrangulador
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Agustín Salas del Valle
CONTINUACIÓN antes de la aprehensión de Agustín Salas, la policía detuvo a varios hombres que consideró como el estrangulador. El primero se llamaba Jaime Meza Roque; fue detenido tras golpear a una prostituta pero jamás se comprobó su participación en los crímenes. Además, estando preso el “Estrangulador de mujeres” siguió atacando. Otro caso más obvio de los imitadores que surgieron, fue cuando encontraron el cuerpo de una sexoservidora en un hotel. El asesino cometió errores de novato, pues el crimen era una copia cínica del primero del “Estrangulador de mujeres”; fue encontrado exactamente
en el mismo hotel (el Hotel Magnolia) y la escena del crimen era plagio evidente. Además, ese mismo día otra mujer había sido asesinada en un punto lo bastantemente lejano como para haber sido perpetrado por el mismo asesino. 13 días después del crimen fue detenido José Enrique Martínez Morales, quien declaró ser “el Estrangulador de mujeres”, pero por más que trató de demostrarlo no pudo, ya que sólo conocía los detalles de los crímenes dados en los medios de comunicación. No era más que un simple y patético asesino imitador ansioso por reconocimiento. Fue condenado sólo por el homicidio mencionado. El 6
de abril de 1993 fue encontrado en un hotel el cadáver de otra sexoservidora. Los detalles de la escena eran espeluznantes: la mujer fue brutalmente golpeada y apuñalada, violada, y asesinada por estrangulación con una corbata (que posteriormente se comprobó pertenecía al asesino). También le extirparon el corazón con una precisión quirúrgica. El asesino abandonó el cuerpo sobre la cama con las piernas y brazos extendidos cubierto con cobijas, además dibujó un pentagrama adscrito en un círculo, junto con las siglas “CO”, y varios garabatos. Testigos dieron una descripción del
Salas del Valle jamás confesó, ni se le pudo comprobar su relación con algún otro de los asesinatos, pero el crimen de abril 6 fue suficiente para condenarlo a 50 años de prisión hombre que entró junto con ella. El 7 de agosto de 1993, después de que el estrangulador hubiera matado a otras 2 víctimas más, fue detenido Agustín Salas del Valle, estudiante de contaduría de 29 años. Testimonios afirmaban que entró junto con la mujer al hotel y se fue solo, pues los exámenes forenses también hundieron a Salas, quien terminó por aceptar su culpa. Jamás confesó, ni se le pudo comprobar su relación con algún otro de los asesinatos, pero el crimen de abril 6 fue suficiente para condenar a Salas a 50 años de prisión. Lo interesante es que posterior a su detención los crímenes cesaron.
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