Revista
ISSN 0718-7149
Herencia
Estudios literarios, lingüísticos y creación artística Publicación Semestral - Año 1 - Volumen 1 - Primavera 2009 - Santiago de Chile.
Creada por Grupo Herencia, alumnos de Pedagogía en Lengua Castellana y Literatura.
Revista Herencia Vol. 1 Primavera MMIX Publicada por FACULTAD DE EDUCACIÓN de UNIVERSIDAD DE LAS AMÉRICAS, Chile.
Grupo Herencia Editor General, diseño y diagramación: David Gallardo Matus. Editora: Alejandra Palacios Godoy. Directora: Nickols Valdivia Ibáñez. Comité editorial: Angélica Pulgar Nuñez. Sofía Valencia Urtubia. Fernando Vera Oliva. Ilustrador: Juan Rodríguez Salinas.
ISSN: 0718-7149 Registro de propiedad intelectual: Nº 183.509. Producción: Gráfica Metropolitana.
Escriben para Revista Herencia Invitados:
Profesores:
Alumnos:
Antonio Sarabia
Mariana Berrios Rodas
Jorge Matamala Cid
Escritor mexicano. Autor de Amarillis y Troya al atardecer, entre otras obras.
René Ramírez V.
Docente de la carrera de Publicidad UDLA.
Alejandro Ibáñez González Alumno de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.
Nikolaus Vivallo Alumno Campvs College.
Directora de Escuela de Pedagogía en Castellano. Dr. (c) en Didáctica de la Lengua y la Literatura. Universidad de Barcelona.
Rosita Acevedo Fuentes
César García Álvarez
Daniela Contreras Pavez
Profesor de Castellano. Dr. en Literatura, Universidad de Chile. Miembro de la Sociedad Chilena de Estudios Clásicos.
Manuel Peña Muñoz
Escritor y profesor de Castellano. Dr. en Filología Hispánica, Universidad Complutense de Madrid.
Gloria Favi Cortés
Profesora de Castellano. Dr. en Literatura Hispanoamericana, Universidad de Chile.
Miguel Bargetto Fernández Profesor de Castellano, Mgtr. en Lingüística, Universidad de Chile.
Mario Baeza Cartagena
Profesor de Castellano, Mgter. en Lingüística, Universidad de Chile.
Natalia Pavez Valdivia Miguel Campos Faúndez Jean Pierre Frederick Sofía Valencia Urtubia Nickols Valdivia Ibáñez Alejandra Palacios Godoy Angélica Pulgar Nuñez
Cristián Basso Benelli
Poeta y profesor de Castellano. Mgter. en Literatura, Universidad de Chile.
Fernando Vera Oliva
Juan Pablo Segovia
Juan Rodríguez Salinas
Profesor de Castellano. Magíster en Orientación y Relaciones Humanas, Universidad Mayor.
David Gallardo Matus
Alejandra Tobar Maturana
Licenciada en Lengua y Literatura Hispánica, Universidad de Chile.
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Herencia
Índice ✵Presentación.
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✵Maestro de excelencia.
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✵Columna de opinión.
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Ensayos ✵De musas, arte y literatura.
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✵Lingüística y poética. La inteligencia práctica en la ciencia del lenguaje.
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✵El concepto de dignidad en la obra de Manuel Rojas.
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✵La seducción del texto en un cuento de Julio Cortázar: Axolotl.
24
✵Los héroes de La Araucana.
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✵El humor de hoy.
32
✵El caos en El Paseo Ahumada de Enrique Lihn.
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✵El pensamiento social de Nikos Kazantzakis.
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Artículos ✵El haberlo conocido.
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✵Buscando a la Maga: Julio Cortázar en el vigésimo quinto aniversario de su muerte.
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✵El desierto florido de Hernán Rivera Letelier.
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✵Una lectura deconstructivista del poemario El infierno musical de Alejandra Pizarnik.
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✵Desde el inicio, es difícil comenzar.
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✵ La historieta como instrumento ideológico. Un caso chileno: El Manque.
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✵17 cuentos no tan simples: Nadine Alemán y la sorpresa de la sencillez.
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✵Comidas y bebidas en la poesía de Pablo de Rokha.
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Índice
Herencia
Cuentos ✵1998.
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✵Ray.
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✵La respuesta.
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✵Femme Canelle.
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✵Marchando, don Santiago, marchando.
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Poesía ✵Te recuerdo igual que ayer. Quise mirar atrás.
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✵Desierto desflorido. ¿Y si un día?
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✵Maestro de maestros. Pinceladas de amor.
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✵Para ella.
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✵Puesta de sol. Rompeolas.
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✵Buró del recuerdo. Cruel intenso. Un alma a la ventana.
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Extensión
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Índice
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Herencia
Presentación Saludamos
la aparición de este número de revista Herencia en la seguridad que recoge la variedad significativa de escritores, analistas y críticos de nuestra carrera para poner el diálogo sobre la lectura en el centro de la conversación, donde convergen la creatividad, la interpretación y la construcción de sentido a través de la explotación de la plasticidad de nuestra lengua. Le damos la bienvenida a esta producción de nuestros docentes y alumnos y con una satisfacción cierta aplaudimos la iniciativa de compartir sus reflexiones y creaciones en Herencia de septiembre de 2009.
Hugo Nervi Decano Facultad de Educación
Revista
Herencia, ofrece en su primer número de primavera septiembre de 2009, más de cien páginas plenas de vida manifestada a través de sentimientos, pensamientos, sensaciones, emociones que adquieren forma gracias a las diversas posibilidades que la Literatura nos ofrece con sus variados géneros como lo son, el ensayo, cuento, poesía y la crítica literaria. En ella, poetas y escritores usan el lenguaje literario para comunicarse con otros y comentar sobre la sociedad en que viven. Benditos creadores que han nacido en Chile, tierra bendecida con el don de la Literatura. Tierra de poetas que siempre seguirá produciendo calidad y cantidad. Crear puentes puede ser una tarea tediosa y difícil pero a la vez gratificante. Ver tantas personas reunidas, apreciando el poder que la Literatura ejerce en la sociedad, ver publicadas las obras en que han participado docentes y estudiantes es el gran valor que prueba una y otra vez el poder de la fuerza creativa congregada. Esta revista ha querido dar a conocer lo nuestro y junto con ello plantear una idea: difundir la tierra de poetas entre nosotros mismos y entre las otras naciones. No hay escritores latinos y “otros” escritores. Sólo hay escritores y su herencia. De este modo, nuestra revista quiere estar orientada a todo público, tanto a quienes no leen demasiado como a eruditos, aun a riesgo de defraudar a unos y complacer a otros. Es el vértigo del riesgo lo que valida nuestra tarea, de ahí nuestro nombre. Congruente con el espíritu universitario, por su ánimo pluralista, universal e incluyente, la publicación ha sido acogida por la Universidad de las Américas, por tratarse de un proyecto de calidad extraordinaria que se inscribe claramente en el programa editorial de esta casa de estudios. El cuidado editorial estará a cargo de David Gallardo, creador de Herencia, quien velará por convertirla en una revista de rigor literario, una publicación perecedera y de colección.
Mariana Berrios Rodas Directora de Escuela Pedagogía en Castellano 8
Presentación
Herencia
¿Cómo
poder expresar lo que ha significado un año de trabajo para la realización de este proyecto? ¿Cómo explicar lo difícil que fue tocar infinitas puertas que nunca se abrían por completo? ¿Cómo explicar, además, lo satisfechos que nos sentimos en este momento cuando tenemos en nuestras manos el fruto de tan arduo trabajo, descubrimiento y aprendizaje, en donde hemos sido apoyados incondicionalmente por profesores, compañeros, y más importante aún, por nuestras familias? Ha sido difícil: escuchando palabras que llevadas por el viento eran olvidadas, pero que atrapábamos para no dejar escapar este sueño. Pero así es como fuimos motivando a nuestros compañeros a participar, y así es como hemos sentido el apoyo constante de nuestros profesores que nos han aconsejado y motivado a no perder este proyecto, este sueño. Pero hoy estamos contentos, y quizás aún ese adjetivo sea pobre para expresar todos los sentimientos que nos embargan, pues Herencia ha sido creada en su totalidad por nosotros, por alumnos, desde la idea, pasando por el proyecto en sí, para llegar al diseño de la revista, donde además pudimos complementarlo con un Blog creado en diciembre de 2008 que ahora se ha transformado en página Web, cumpliendo así otro anhelo, entregando lo mejor de Herencia a nuestros lectores. Y hemos logrado una revista de calidad, pues partimos soñando con 40 páginas y tenemos 100; comenzamos soñando con unos cuantos escritos y contamos ahora con la colaboración de todos nuestros profesores y compañeros, además de invitados muy especiales. Hoy es un gran día. Quisiera dedicar este primer ejemplar a todos aquellos compañeros que siempre nos dieron su apoyo: María Paz, Daniela, Carla, Miguel, Johanna, Dattis, Karina y Karen; a los amigos y profesores por sus sabios consejos; pero más importante aún, a nuestras familias, a aquellos que se han marchado; y a todas las personas que han apoyado de una u otra manera este proyecto.
“Que
con esfuerzo todo se consigue” es lo que nos han inculcado nuestros padres, que constantemente nos han recordado nuestros profesores, compañeros, amigos y que ahora, nosotros aseveramos con gran firmeza después de un largo año de trabajo, durante el cual muchas puertas se cerraron, logramos abrir ventanas, sin perder nunca la fe, sin dejar nunca de lado las ganas de luchar y de trabajar en este desafío. Agradecemos y dedicamos este trabajo a todas las personas que nos han acompañado y sobre todo, a quienes creyeron en este sueño, que hoy es una realidad que ha superado cualquiera de nuestras humildes expectativas. Gracias a nuestras familias, amigos, profesores, compañeros, directora de escuela y a todos quienes ayudaron y aportaron en su construcción. De forma especial y también personal, queremos dedicar con mucho respeto y amor, esta primera edición a dos de las varias personas que lucharon con nosotros y por nosotros, los que por mera coincidencia, partieron un gris día de verano: el señor Fernando Vera y el señor Eugenio Pulgar A., Q.E.P.D., pues creemos que desde donde están, han aportado su granito de arena, nos han apoyado y nos han dado fuerzas para seguir adelante con este proyecto. ¡Por fin lo logramos! Demostrando que podíamos y que esto no era sólo un capricho, al contrario, que es un trabajo de calidad, en equipo, realizado por todos y para todos. Esperamos que todo el esfuerzo realizado no quede plasmado sólo en esta primera edición, sino que también las generaciones venideras puedan seguir construyendo y aportando a este legado que hemos iniciado, con profundo cariño. Que disfruten su lectura. Es un día feliz.
Sobre los contenidos, no diré nada, pues los textos hablarán por sí solos. Hoy es un gran día.
David Gallardo Matus
Presentación
Angélica Pulgar Núñez
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Herencia
Maestro de Excelencia* Alejandra palacios Godoy
Es difícil partir este ensayo, ya que hablar de los “méritos” de un maestro de maestros, como lo es el profesor César García Álvarez, es una tarea muy larga y compleja; estamos seguros de que muchas cosas se nos quedarán sin decir y desde ahora pedimos disculpas por eso. En primer lugar, tenemos que decir que el profesor César García es doctor en Filosofía con mención en Literatura, título otorgado por la Universidad de Chile. Ha sido profesor en la Universidad de Chile, en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, en la Universidad de las Américas y en otras universidades privadas. Además, tiene numerosas e importantes publicaciones, entre las que se cuentan: Lecciones sobre la tragedia griega; Cuentos griegos de hoy; Yorgos Seferis: El poeta; El ensayista (en colaboración con Miguel Castillo Didier); Kavafis, cinco poemas esenciales. Del mismo modo, ha publicado numerosos ensayos sobre Literatura en diversas revistas y ha presentado sus trabajos en importantes congresos y seminarios dentro y fuera del país. Sin embargo, el profesor García es mucho más que eso: Es un hombre dedicado por entero a la docencia, es un apasionado de la literatura y por generaciones ha traspasado ese amor a cientos de alumnos; es sorprendente descubrir que la mayoría de nuestros profesores más jóvenes han sido sus alumnos y todos ellos concuerdan con nosotros al decir que la experiencia de la Literatura Española enseñada por el profesor César García ha sido fundamental en sus vidas. El profesor García ha sido nuestro profesor de Literatura Española, desde nuestro segundo semestre en la universidad (aunque para los alumnos que ahora están en segundo año lo ha sido desde el primer semestre). Cuando llegamos a su primera clase de literatura Española Medieval, el silencio llenó la sala, nos encontrábamos frente a un verdadero maestro... un profesor de edad indescifrable, que imponía respeto sólo de mirarlo; apenas comenzó la clase descubrimos por su acento que no era chileno, sino español, lo que hacía que la clase de Literatura española, a su cargo, tomara un cariz distinto. Nos sorprendió recitando de memoria sus versos favoritos, o los pasajes fundamentales de la historia del idioma español, nos hizo aprender de memoria el primer texto castellano, y más de algún poema, pues dijo que el profesor debía entregarse a sus alumnos y recitar de memoria los versos fundamentales de la literatura universal... en ese momento fue terrible cuando nos comentó que preguntaría de memoria las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique (y realmente las preguntó en el examen), pero ahora, mirándolo a la distancia, todos se lo agradecemos mucho, sabemos que podremos estar delante de un curso con la confianza de que tuvimos al mejor maestro de literatura no sólo de nuestra universidad sino que de Santiago. Luego vendría el turno de Literatura Española Moderna y Literatura Española Contemporánea, eje de nuestra carrera y todas impartidas por el profesor García. Cuando se terminaron las literaturas españolas nos invadió una tremenda pena, por lo que nuestro curso le preparó un desayuno para despedirlo (pensamos que sería nuestro último ramo con él), pero la energía del profesor es inagotable y partió con nosotros la aventura de descubrir América en Literatura Hispanoamericana Colonial... sus conocimientos son inagotables. Capítulo aparte merecen sus clases del “El Quijote”, realmente nos hizo entrar en el libro, en la aventura, en los ideales del caballero andante; le entusiasmaba tanto hacer esa clase que muchas veces nos quedamos sin receso por escucharlo. La lectura de “El Quijote” guiada por el profesor García a muchos nos cambió la vida, así de radical... aprendimos mucha literatura, pero también aprendimos del amor por Dulcinea Encantada, de la lucha sin cesar por alcanzar los sueños, del valor de la amistad y la sencillez... del honor que tenemos de ser profesores de humanidades a través de la literatura. Para el profesor García la clase es sagrada, en los tres años que nos ha hecho clases no ha faltado nunca; a las 7 de la mañana ya se encuentra en la sala de profesores y sólo lo hemos visto enojado, en realidad furioso, con los alumnos que no asisten a su clase, pues muchas veces nos ha dicho “una clase conmigo es irrecuperable” y esa frase es verdadera en el amplio el sentido de la palabra. El profesor García es un visionario, un adelantado, y con su inmensa sabiduría nos ha sumergido en la literatura vanguardista y nos ha mostrado su valor, valor que muchos críticos modernos han menospreciado; es imposible dudar de su sabiduría al momento de analizar un poema o un nuevo ensayo, todo en él es sensibilidad y rigor. ¿Quiénes somos nosotros, humildes estudiantes de Pedagogía en Lengua Castellana y Literatura para presentarlo a un premio, si ya grandes de la literatura universal como Nicanor Parra o el mismísimo Camilo José Cela lo han distinguido con su amistad? El profesor César García, merece este premio y todos los premios disponibles para los buenos maestros; esos que no sólo pasan el contenido, sino que la viven, la disfrutan, la llevan en la sangre y la traspasan a sus alumnos; esos que forman a otros maestros que seguirán su ejemplo con orgullo; esos maestros que se sienten orgullosos de su profesión; esos maestros que se levantan temprano a cambiar el mundo... Los maestros que cambian la vida de aquellos a quienes se encuentran, sólo por el hecho de haber conocido a un Maestro de Excelencia. *Premio otorgado por los alumnos, a los mejores profesores de cada facultad, en la sede Santiago Centro. Noviembre de 2009. 10
Maestro de Excelencia
Herencia
Columnas de opinión Tecnología en el Aula Alejandro Ibáñez González ¿Cómo enfrentamos este cambio, el cual no da opción alguna de tiempo ni espera para una posible o necesaria adaptación? Este es el gran reto que debemos intentar dilucidar a la hora de intentar establecer mejoras que se relacionen con la tecnología y la aparición de un tipo de aprendizaje individualista. Para llevar a efecto de la mejor manera posible nuestro propósito, es necesario realizar un análisis que nos permita conocer de forma imparcial cuáles son las virtudes y los defectos de nuestro atributo a analizar. Este es el objetivo en torno al cual pretendemos reflexionar. Las tecnologías de la información tienen un gran potencial en todos los ámbitos de la educación, desde básica a universitaria, incluyendo educación continua y capacitación técnica, ya sea presencial o a distancia. Sin embargo, tal como otros medios de comunicación, no aprovechamos toda su capacidad e insistimos en agregar tecnología sin repensar en el proceso educativo. Uso de Tecnología a Nivel Universitario Chile ha sido uno de los pioneros en Latinoamérica en el uso de computadores y redes a nivel primario y secundario por el conocido Proyecto Enlaces (www.enlaces.cl). Sin embargo, el proceso educativo en escuelas y liceos no ha cambiado radicalmente. Algo similar ocurre a nivel universitario. En este caso podemos distinguir el uso de tecnologías para apoyar la educación presencial al interior de la institución o apoyar la educación dirigida a profe-
Columna de opinión
sionales, ya sea presencial o a distancia. Uno de los casos más conocidos es el del Instituto tecnológico de Estudios de Monterrey que cuenta con decenas de sedes en todo el país. Todos los cursos del ITESM tienen información en línea a través de una Intranet. El uso de este sistema es obligatorio tanto en estudiantes como en profesores. Además de los laboratorios computacionales tradicionales, cuentan con una red inalámbrica a la cual tanto alumnos como profesores pueden tener acceso, o si se prefiere, pueden conectarse desde cualquier lugar desde donde ellos lo deseen. Para que esto se realice es necesario que tanto docentes como estudiantes estén provistos de un notebook, lo que permite el uso de éste en el lugar que ellos lo requieran. Esto soluciona el problema del espacio físico de trabajo y de infraestructura computacional. Empero la desventaja es que se exige a los estudiantes el poseer un notebook. Esto, evidentemente, va en desmedro del nivel económico de los estudiantes estableciendo de manera clara una limitación, y porque no decirlo, un factor de discriminación, aunque el ITESM provee un mecanismo para comprar un computador portátil a plazo. Por otro lado, también resulta necesaria la habilitación de una guardería de notebooks para los alumnos que no deseen llevarse el computador a su hogar. Sin embargo, este tema abre el debate acerca de la importancia que adquiere la educación en el aula, ya que no debemos dejar de ver este tipo de implementaciones como un estilo de educación a distancia. Por ejemplo, en la ITESM, hay clases presenciales, se exigen actividades preparatorias antes de las clases o se reservan espacios para clases de contexto
social, lo que hace suponer que los alumnos se encuentren cerca del campus, aunque la lógica supone que se encuentran dentro de la misma ciudad. Una buena excusa para la implementación de una política docente de esta índole podría llegar a ser la loca geografía de nuestro país. Porque resulta muy importante el notar que la educación a distancia es muy similar a la autoeducación y la voluntad del estudiante juega un papel fundamental en el momento de comprometerse a la responsabilidad del duro proceso de aprender. Sin embargo, al detenerse a meditar en el costo de oportunidades que representa el uso de tecnologías, como lo es el del caso anteriormente mencionado, nos llama de manera inmediata a una reflexión ineludible que va más allá del uso de la computación, entre otros mecanismos tecnológicos, y que tiene directa relación con la globalización, a la cual nos hemos tenido que habituar, ya que ésta ha irrumpido en nuestras vidas sin mayores preámbulos y, sin duda, hay que detenerse un momento a meditar en el impacto que ella tiene y tendrá en el futuro desarrollo de nuestra educación. ¿Qué es la globalización? Llamamos globalización al proceso político, económico, social y ecológico que está teniendo lugar actualmente a nivel planetario, por el cual hay una cierta pérdida de la identidad y en el cual comienza a liderar la idea de la aldea global. En el plano de la educación, y directamente relacionado con el concepto de globalización, es en donde aprecio quizás un número importante de desventajas para el actual sistema docente superior chileno. 11
Herencia Es precisamente en este plano en el cual nos encontramos en un momento delicado, por el efecto que en el sistema han de producir lo TLC que abren al país a la globalización y en los cuales la educación es considerada desde un punto de vista sustantivamente mercantilizada. Es hora de decisiones acerca del destino de la educación superior, y por sobretodo del destino de la educación pública en este ámbito. Empero, debemos ser enfáticos en objetivar que la proliferación de Universidades privadas no es vista con malos ojos, ni se constituye en un ente maligno en sí mismo, ya que es indudable que alguna de estas instituciones han logrado alcanzar un estándar bastante alto en el campo laboral, así como también en el docente. Lo que resulta realmente preocupante en relación con este tema es la falta de políticas, la escasa supervisión estatal y la evolutiva decadencia producida por el abandono de los establecimientos de educación superior pública. La universidad debería ser, por definición, un cuerpo, una comunidad pensante, pero la rápida apertura de nuestro país al orden globalizado tiende a anticipar cualquier iniciativa que busque la manera de compatibilizar democracia y desarrollo. Ya no es posible pensar en una institución universitaria que pueda auto-abastecerse y nos encontramos en presencia de esta evolución que puede cuantiarse en la transformación de lo que nosotros conocíamos antiguamente como “el claustro”, el que se transforma cada día más, y a pasos agigantados, en una “comunidad virtual”. Perdemos aceleradamente la capacidad de auto determinación, al paso que nos incorporamos sin reparos, a la división internacional del trabajo intelectual. Todo se transforma, y al parecer en el ámbito de la educación estamos llegando a un límite que podría denominarse 12
como “el libre mercado de la educación superior”, sin embargo, el nuestro no tiene nada de libre. Hoy, hasta los estudios públicos son asunto de instituciones privadas, las cuales resultan difíciles de imaginar involucrándose por mera filantropía en este tipo de asuntos, y esto se debe en gran medida a que Chile carece de un verdadero sistema de educación superior. Y vemos atónitos cómo se cierran las puertas para los jóvenes con deseos de surgir en la vida, ya que las estadísticas relativas a la procedencia de estratos sociales más bajos, dejan en evidencia una progresiva exclusión de los sectores de menores recursos. No debemos dejar de ver este tipo de implementación como un estilo de la denominada “Educación a Distancia” la cual se realiza en la internet, utilización de video-conferencias, información vía web, etc. En todos estos casos lo que se intenta es desarrollar un modelo que se asemeje de la mejor manera a un estilo presencial, pero con la salvedad de la distancia física. No cabe duda de que una buena educación presencial es siempre mejor, ya que aparte del contenido leva intrínseco un contexto, un proceso que es el que en definitiva hace la diferencia.
Educación de la expresión oral Mario Baeza Cartagena En el mundo estudiantil tanto a nivel de Enseñanza Básica y Media como a nivel universitario, es opinión común entre los profesores que la mayoría de los alumnos no utiliza una buena redacción ni expresión oral. Así ocurre especialmente en el ámbito universitario dentro del área de la formación de profesores, pues para ellos, con especial énfasis, se hace imprescindible un desarrollo de estas habilidades para albergar esperanzas de enmendar el rumbo de futuras generaciones en cuanto al uso de la lengua materna. Como profesor de la asignatura de Expresión Oral y Escrita durante más de diez años en distintas instituciones y en distintas carreras, me atrae la atención el tema particular de la expresión oral, más aún desde que trabajo en la cátedra de Metodología de la Especialidad en Pedagogía en Lengua Castellana y Literatura de nuestra universidad. Desde este ámbito de reflexión, junto a mis alumnos hemos revisado aspectos didácticos sobre el particular de algunos consagrados autores tanto nacionales como españoles, nombremos al menos a Felipe Alliende y a su fallecida esposa Mabel Condemarín; a los españoles Antonio Mendoza Fillola y Daniel Cassany. Asimismo, tras la revisión de los planes y programas de los subsectores de Lenguaje y Comunicación en Enseñanza Básica y Lengua Castellana en Enseñanza Media, no se encuentra un desglose merecido de los aspectos referidos a las habilidades específicas de la comunicación oral. No obstante la asunción de los contenidos de la comunicación paraverbal y no verbal, no aparece un continum de conductas que los alumnos deberían desarrollar a lo largo de sus años de estudio, de modo tal que unas sean las conductas de entrada salida y otras sean las conductas de entrada esperadas para caColumna de opinión
Herencia cada uno de los sub-ciclos de nuestro sistema de educación. En otras palabras, pareciera que los planes y programas de educación del Ministerio plantean la importancia de la expresión oral, pero falta el despliegue metodológico que tendrían que realizar los departamentos de Lenguaje de los colegios en forma particular. La pregunta, entonces, sería la siguiente: ¿Los colegios están desarrollando una actividad pertinente a los objetivos propuestos en esta área y reclamados al menos, como ya señalara, por las instancias superiores de educación formal? En mi trabajo como profesor de Metodología y de Práctica Profesional, he vivido la experiencia de visitar una serie de colegios de Santiago de Chile de los distintos estratos socio-económicos y mi percepción clara del tratamiento brindado a la expresión oral en dichos colegios es de una pobreza que dista mucho de la expectativa de superación del actual nivel exhibido por las últimas generaciones de estudiantes. ¿Qué hacer? ¿Cómo proceder para hacerse cargo del desafío? Digamos, en primer lugar, que siendo la comunicación dialógica y oral la manera más genuina de comunicación humana -prueba de ello son las instancias iniciales de lenguaje manifestadas por un bebé que dirige sus balbuceos a su madre para conseguir algunos de sus requerimientos como alimento, protección o cualquier otra necesidad- parece del todo necesaria su debida atención pedagógica, más aún cuando ya hace bastante tiempo, Ferdinand de Saussure, padre de la Lingüística moderna, sentara la necesidad de atender a su estudio. En un segundo término, agreguemos la importancia que representa el desarrollo de esta habilidad comunicativa primaria y base para una expresión escrita que, como bien es sabido, debe su origen a un desarrollo cultural superior. ¿Cómo pretender, entonces, estimados profesores y estudiantes, una expresión escrita de calidad sin la debida atención a su predecesor inmediato y natural? Por cierto, estimados colegas actuales y futuros, un importante reColumna de opinión
enfoque de nuestra querida asignatura de lengua castellana dice relación con la mayor atención, estudio y dedicación de tiempo sistemático al trabajo de expresión oral desde primer año de Enseñanza Básica hasta cuarto año de Enseñanza Media. Un ejemplo muy decidor podría ser el cuestionamiento acerca de algún contenido programático del área de la literatura, el romanticismo, por ejemplo; o en el área de la gramática, los tipos de sujeto. Ambos contenidos aparecen claramente definidos en los planes y programas del Ministerio de Educación, tercero medio y séptimo básico respectivamente. Sin embargo, ¿cuándo evaluaremos el uso de espacio físico por parte de un comunicador frente a un grupo de personas? ¿En qué subciclo de enseñanza, exigiremos pronunciación, volumen y ritmo de habla? Específicamente, los fundamentales elementos de comunicación paraverbal y no verbal son desatendidos por la asignatura que nos compete. Estamos desaprovechando los mejores años de la enseñanza formal para el cultivo de estas habilidades, a saber, los primeros años de escolaridad. Profesores de Lengua castellana, tomemos cartas en el asunto. Con alumnos acostumbrados a hablar en voz alta y clara, conscientes de que se les escucha para recibir un mensaje, contaremos el día de mañana con jóvenes capacitados para emprender un proceso de redacción superior, digno de cualquier profesional que nuestra sociedad espera. Por favor, profesores, no dejemos balbucear nuestra lengua castellana, no. Exijamos, que se la hable, enseñemos su pronunciación, generemos esas unidades temáticas ignoradas hasta el momento. No olvidemos que nuestra asignatura tiene la particularidad de usar como vehículo de transmisión el mismo medio que es materia de conocimiento y evaluación a la vez, la lengua misma, como lo señalara el citado Mendoza Fillola en su Didáctica de la Lengua y la Literatura. Finalmente, conscientes de que en materia de educación los objetivos
son a mediano y largo plazo, los que profesamos la pedagogía en lengua castellana hagámonos partícipes en los años de escolaridad primaria, apoyando a nuestros colegas que educan a los niños y niñas de Chile, ganando así valiosos años de práctica de un buen decir. Desde la perspectiva de la metodología, cabe resaltar la necesidad imperiosa de asumir de una buena vez la tarea de planificar el trabajo de expresión oral, desglosando los contenidos de comunicación para-verbal y no verbal en cuanto a competencias observables y medibles desde la óptica de los módulos de evaluación, especialmente, el no lingüístico y el fónico que nos señala Mendoza Fillola. A modo de ejemplo, podemos proponer como conducta de salida para el segundo subciclo de Enseñanza Básica la pronunciación correcta de todos los fonemas españoles de acuerdo con nuestra modalidad chilena culta y formal.
Referencias - Mendoza Fillola. Didáctica de la Lengua y la Literatura. Prentice Hall, 2006, Madrid. - Mabel Condemarin - Mariana Chadwick. La Enseñanza de la escritura. Visor. http://www.upf.edu/pdi/dtf/daniel_ca ssany/
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“El habla es la segunda posesión nuestra, después del alma, y tal vez no tengamos otra posesión sobre la Tierra” Gabriela Mistral – “Colofón con Cara de Excusa”
Ensayos
Herencia
De musas, arte y literatura Juan Rodríguez salinas
Musas… ¿Por qué sólo mujeres? Es normal que al mencionar la palabra “Musa”, se traslade fácilmente la significación al concepto “arte”. Es algo comprensible porque este concepto es clásico, de los griegos y de la época del mito. En la actualidad posee muchas manifestaciones, porque, como es sabido, un mismo concepto puede cambiar de nombre a través del tiempo. Un ejemplo de esto es, que hoy también se le conozca como “inspiración artística”. Esto porque los griegos antiguos no conocían o no poseían conceptos como los que hoy se manejan, ya sea por su falta de ciencia o por no necesitarlos. Los griegos antiguos no tenían conceptos como “la conciencia y sus niveles”; “la psicología”; “variados géneros de manifestación” (como el ensayo, los manifiestos filosóficos como los del s. XIII, corrientes nihilistas, etc.) Los griegos antiguos en sus ciudades estados (polis) consensuaban aunque fueran distintas sus leyes en cada polis, que el ser humano era un animal “político”, como parte de una comunidad, y por eso “un ser moral”. El origen de las musas es confuso, pero interesante. No es el fin de este material el decidir cual es la mejor versión de su origen o genealogía, pero como se dijo que eran griegas, mitológicas y funcionales en una sociedad moral, se llega al acuerdo que son nueve canónicas: Caliope (de la bella voz o como decir, especialidad en la poesía épica); Clío (la que celebra, especialista en historia); Erato (amorosa, especialista en lírica y poesía amorosa); Euterpe (la del deleite, especialista en poesía lírica y música); Melpómene (del canto, especialista en tragedia); Polimnia (himnos varios, especialista en poesía sacra y geometría); Talía (florecer, experta en comedia); Terpsícore (deleite, versada en el baile); Urania (celestial, astronomía y astrología). Como puede verse, las musas son la representación de las artes del “decir” o “manifestar”, con belleza, coherencia y trascendencia. Tanto es así, que tuvieron culto y son importantemente mencionadas por destacados autores en la historia de la humanidad como: Platón, Solón, Homero, Dante, Shakespeare, Góngora, entre otros. Pero decir esto es aburrido y poco práctico. Pasemos, entonces, a su funcionalidad en el medio actual.
De musas, arte y literatura
Sin duda una pregunta capciosa, porque requiere ser astuto al responder, sin ser sexista ni idealista. Pero recurriendo al sentido común, la ciencia y registros, este servidor intentará no caer en convencionalismos. *Para los griegos antiguos, el factor de belleza principal eran los varones, pudiéndose notar en el protagónico de sus mitos, esculturas y jerarquía gubernamental. Solo las diosas y seres de gran valía, podían ser de modalidad femenina, las cuales eran extremadamente valientes y sin temor de morir haciendo lo “justo”, es decir, “valores masculinos impuestos en féminas”. En el teatro, no podían participar las mujeres, eran todos hombres disfrazados con máscaras. Kant presenta en su ensayo de Lo bello y lo sublime, las caracterizaciones de los gustos de los dos sexos. Después Nietzsche hace su obra filológica El nacimiento de la tragedia, donde expone los valores apolíneos (masculinos) y dionisiacos (femeninos) interactuando en nuestra cultura a través de la historia. Otros autores han incursionado en el tema, pero pocos, tal vez, se alejan de estos dos clásicos esencialmente. Los valores femeninos, por lo general son generativos y se inclinan a la preservación, aunque vistos desde la perspectiva masculina, son permisivos. Sin ir demasiado lejos, es difícil encontrar una mujer que hable de muerte, desolación y destrucción; a menos que tenga algún problema. Gustan de la sociabilidad y son afables por su poco gusto a la violencia (aunque no poco gusto por la emoción). En un varón es más comprensible, por su gusto a la violencia, que sea inclinado a pretender acabar y erradicar ciertas cosas, siendo sólo la calidad expositiva o la cantidad de valores acogidos en sus discursos lo que lo separa de un loco o un héroe. La ciencia ha descubierto que la hormona testosterona es la causante del gusto por la violencia, los estudios neurológicos han afirmado encontrar diferencias en el funcionamiento de los cerebros, comparativamente, sin afectar la capacidad intelectual. Pero pararé aquí, porque no es intención formular un manifiesto diferenciador de los sexos. Las musas, por lo tanto, según la inclinación clásica, pueden ser concebidas como la manifestación necesaria de creación e innovación en la sociedad, como un catalizador de la ley natural en la ley positiva. Esto gracias a su naturaleza divina, que como es sabido de los griegos, eran dioses interactuando con humanos. Pero con características “femeninas”, ya que los que hacían las obras eran humanos inspirados por estas. 15
Herencia Si se pretende ver el factor artístico en lo masculino, no hay que ir demasiado lejos tampoco, ya que el vocablo “arte” viene del latín “ars” y este a su vez del griego “aesthesis” y ambos son “lo creado en el reino humano”, hay según los griegos “dioses”, que amparan y dictan muchas de las actividades tales como la guerra, la mensajería, el conocimiento, algún oficio, etc. Hay para muchas tareas dioses y diosas. Pero como el arte en sí requiere de cambios, ser estudioso y constante, poco rígido y siempre mirando la belleza… ¿qué mejor que unas diosas que hagan este oficio?
Musas, inspiración con inteligencia Hoy, sociedad del siglo XXI, podemos notar gracias a los avances de nuestra ciencia, que el arte es bastante elaborado en cuanto a forma, popular (pop) y, en muchos casos, con mucho sentido. Para un público más letrado: “Bello y sublime”; para alguien menos letrado: “Bueno, barato, fácil de adquirir y degustar”. Pero, ¿dónde está la musa? Sin duda las cosas de hoy son mucho más masivas y bellas que los clásicos, y sobre todo en el ámbito del entretenimiento. Las películas con todos sus efectos especiales, trabajos de escenografía y fotografía, los descubrimientos psicológicos y sociológicos de las necesidades humanas usadas por la comercialización (como ciencia y disciplina), hacen que la musa en sí, ya pierda este nombre y pase a formar parte de un “imaginario de necesidad”.
*La psicología principalmente ha aportado, sacando a relucir los “múltiples tipos de inteligencia”, que principalmente son de índole física, auditiva y visual. Con distintas variantes en cuanto al campo emocional, práctico, entre otros. Los intereses en cuanto a los grupos, referentes a edad, sexo, clase social, nivel cultural, etc. Sin tomar en cuenta, además, las características de los individuos en cuanto a carácter: melancólico, sanguíneo, colérico, etc. Con sus inclinaciones: obsesos, limítrofes, dementes, etc. Siendo todo esto un conglomerado, que tomado por el mercado para poder extender la cultura y hacerla retro-alimenticia, no puede poner la musa más que como necesidad de llegada con los nombres de: “Bienestar”, “placer y belleza”, logro y complacencia”, “estar a la moda”, etc. En esta oportunidad, dejaremos fuera la percepción Kantiana, Fenomenológica, y religiosa, temas que podrán ser tomados en otra ocasión.
Pero este concepto expuesto aquí debe ser probado, por lo que se pasará a relacionar con el aporte de las musas. Si no gusta el nombre, puede cambiarse, ya que lo importante aquí siguen siendo ellas, aunque se hayan camuflado en el medio de las necesidades humanas y el arte que satisface estas necesidades. *Los descubrimientos antropológicos, por parte de la filosofía, psicología, filología y demás acólitos del humanismo, no descartan el arte como expresión material dentro de la sociedad para satisfacer las necesidades espirituales de la cultura. Por lo que pueden justificarse así los distintos enfoques y tendencias o simplemente modas al momento de preferir el “pop art”. Un vídeo clip, un libro juvenil o una pintura masiva excesivamente copiada, gusta tanto a un individuo no culto como a uno muy culto una interpretación clásica de piano en un teatro, una pintura de Velázquez o un libro clásico citable. Las musas en este caso son explotadas en cuanto a formas sin nombre, se explota la forma de manera que guste a los sentidos, cause efectos catatónicos y que en lo posible puedan ser “enviciadores”. Las musas no poseen nombre porque el arte ya no sigue a una moral específica ni una sola directriz de pensamiento, sino que es múltiple y opcional, siempre que sea legal.
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De musas, arte y literatura
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Lingüística y Poética (La inteligencia práctica en la ciencia del lenguaje)
Miguel Bargetto Fernández Introducción La filosofía clásica es un vastísimo cuerpo de ideas que abarca desde el siglo VI a.C hasta el siglo V d.C., es decir, mil años de pensamiento. Son los griegos los que inician el camino de la filosofía porque tiene como principal mérito el no tener una tradición previa. Esto quiere decir que las circunstancias históricas son las que condicionan la especulación en una necesidad hasta el punto de constituirse en una actividad nueva y desconocida llamada filosofar. La historia de la filosofía clásica, tal como se ha dicho mas arriba, se extiende por lo menos durante mil años y la especulación filosófica contempla muchísimos temas, desde el mundo en el cual el hombre griego está inserto hasta temas metafísicos sorprendentemente abstractos para la mentalidad común de esa época. En el afán de acotar el tema de la filosofía clásica, en estas páginas nos centraremos en la “inteligencia práctica” y su relación con la verdad, que es el tema angular de la filosofía griega. Aplicaremos el tema de la inteligencia práctica y su relación con la verdad a la obra de Aristóteles, específicamente a la Poética. Esta relación podría aparecer casi como inconexa; sin embargo, una muestra de la inteligencia práctica es la teorización de aspectos que posiblemente no converjan, en la discusión metafísica, pero que se constituyen en la materia de actividades de ejecución diaria para el griego de esa época. La justificación de este trabajo se extiende más allá de lo meramente anecdótico en el campo de la incursión filológica de Aristóteles; este trabajo prende explicitar la forma como los conceptos aristotélicos han cimentado los estudios posteriores tanto en Lingüística como en Filología. Esta relación la efectuaremos a partir de una lectura detallada de la Poética y dividida en secciones según sea el tema abordado. 1.- Los presocráticos y el inicio de la inquietud filosófica Quienes inician el desarrollo de la filosofía occidental y grecolatina en particular son los llamados filósofos presocráticos, quienes son los encargados de preparar el camino para la filosofía posterior que en Sócrates encuentra la maduración. Los últimos presocráticos son contemporáneos de Sócrates y son ellos lo que, según la materia de especulación, hablan de la naturaleza. Aristóteles los llama fusiologoi, pues hacen de la física un método filosófico. La preLingüística y poética
gunta angular del filósofo presocrático es ¿qué es todo esto? Y la forma de conectarla con la naturaleza es por medio de la noción de movimiento (cinesij). La palabra en griego no tiene la misma connotación que en español, pues tiene una acepción mucho más amplia que abarca las ideas de cambio y variación en cuatro puntos de vista (Marías, 1966: 12): a) Movimiento local, entendido como cambio de lugar. b) Movimiento cuantitativo en el sentido de aumento o disminución. c) Movimiento cualitativo o alteración. d) Movimiento sustancial, es decir, generación y corrupción. De todos, el último es el más perturbador para el griego, pues le vuelven problemático el ser de las cosas y lo sumen en la incertidumbre. Este asunto hará que el filósofo se pregunte por lo que hay en el ser de las cosas, que va más allá de sus múltiples realizaciones y apariencias. Dentro de los filósofos presocráticos, destacan Parménides y Heráclito, cada uno con un mérito específico dentro de la filosofía de su tiempo y que de alguna forma, continúan el desarrollo de la especulación filosófica desde la física hacia la metafísica. El problema filosófico que lleva a los griegos a la metafísica es el problema de la verdad, la al’qeia. Este concepto tiene como característica principal que la verdad se devela y como producto de ese develamiento, el hombre puede vivir en la verdad del entorno que lo rodea. En este sentido, Parménides tiene un papel importante en la aparición de la metafísica, pues la preocupación pasará de hablar sobre las cosas a hablar sobre las cosas en cuanto son. Será en Parménides donde la filosofía encontrará su método. En el poema, Parménides habla de tres vías para acceder al conocimiento y señala que la opinión (doxa) es uno de los métodos que se mueve entre la verdad y el error, pues se atiene a las informaciones del mundo: Ni te fuerce hacia este camino la costumbre muchas veces intentada De dirigirte con la mirada perdida y con el oído aturdido Y con la lengua, sino juzga con la razón el muy debatido argumento. (Parménides, Frag. 946) 17
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En este fragmento, Parménides expone que la opinión no es confiable completamente. Un argumento, por muy debatido que sea, siempre debe ser juzgado por medio de la razón, pues está contaminado con la opinión de los otros, específicamente –según Parménides- de los mortales. La opinión, según el filósofo, está condicionada a las sensaciones que son perecederas. Lo anterior implica que los juicios que los humanos expresan, están contaminados por su imperfección misma y, por consiguiente, no es posible acceder a la verdad. De ahí que las cosas se muestren al hombre según diferentes características. De esta forma, un árbol podrá ser joven, viejo, grande, chico, etc., pero si las cosas son consideradas según el pensamiento, presentan una cualidad absoluta: el ser. Así, antes de manifestar una cualidad sensible al hombre, las cosas son. En este punto, aparece la primera dicotomía ontológica que postula la filosofía clásica: la esencia de las cosas y su manifestación en el mundo sensible, en palabras de Parménides, la verdad y la apariencia. Esta dicotomía se profundizará en la reflexión que Parménides realiza de la doxa. Tal como ya se había señalado, la doxa se sostiene en las informaciones del mundo, que son muchas y cambiantes y señala que la doxa entiende el cambio como un proceso para llegar al ser. De esta forma, la doxa no es método filosófico ni una categoría que sea comparable a la del Ser. Es simplemente una vía de acceso al conocimiento, pero es una vía imperfecta, pues se limita solo a la percepción por medio de los sentidos, por lo tanto, esa percepción siempre será engañosa, pues estará siempre condicionada a la imperfección de los órganos humanos. Se deduce, por lo tanto, que la doxa no tiene nous, que es lo único divino, en cuanto lo único que goza de esencia. Heráclito es otro de los presocráticos que mayor relevancia tiene en la historia de la Filosofía. Su ideario filosófico, a diferencia de Parménides, no está centrado en lo inmutable, sino que en el devenir, sin embargo, al igual que éste, lo sabio señala que es uno que siempre es. Sobre la doxa, señala que existe un mundo de sueños, donde todo es cambio y devenir. En este punto encaja la célebre frase: la naturaleza gusta de ocultarse. El filósofo que desee descubrir la verdad del mundo debe apartarse del mundo para poder así distinguir con cuidado la doxa del nous. De este devenir y de la dicotomía entre el doxa y nous, Heráclito señala que existen dos clases de hombres: aquellos que están despiertos y los que están dormidos, pues cada uno se desenvuelve en un mundo específico: el hombre despierto vive en un mundo único y común, mientras que el dormido vive en uno particular, es decir, vive en uno conforme a la opinión, a la doxa. Tanto Heráclito como Parménides consideran que el acceso a la verdad y al ser de las cosas necesita de un camino específico que está afectado por la opinión. Es esta opinión la que de alguna forma ocultará la verdad. En los 18
sofistas, la opinión tendrá un lugar importante dentro de las ideas que desarrollarán. 2.- Los sofistas y la doxa Las ideas de los sofistas escandalizaron sobremanera a Sócrates y Platón, quienes sostenían que ellos no eran filósofos, sino que aparentaban serlo (Marías: 1968). No obstante, ellos hacían filosofía y atendían a la reflexión sobre problemas filosóficos. Uno de los temas que los mantuvo ocupado era el de la verdad y su revelación en el hombre común. De los sofistas más connotados, debemos hacer mención a Gorgias, pues tiene el mérito de haber resuelto el problema del ser negándolo. Esto sucede porque él visualizó la contradicción en la que cayeron los presocráticos en sus juicios frente al problema ontológico. El argumento que Gorgias utilizó fue: “No existe ningún ente, que si existiera no sería cognoscible para el hombre y si fuera cognoscible, no sería comunicable” (Marías: 1968). Entonces, a partir de este razonamiento Gorgias centra su discusión en el logos como único objeto de estudio verdadero en cuanto es el único real (Frías: 2008). No obstante, el tercer argumento es el centro de la justificación retórica en Gorgias: al no existir la posibilidad de comunicar la esencia del ser, cualquier ejercicio lingüístico está restringido a la individualidad de quien lo emite: no es posible ser objetivo, pues los juicios sobre las cosas se construyen en la medida de la experiencia de quien los diga. Esto derivará en la conclusión de Protágoras que señala que es imposible alcanzar un universo de significaciones comunes, sino que cada cual significa cosas distintas con ellas. El razonamiento de Gorgias prosigue señalando que la palabra tiene la potestad de cambiar los estados de ánimo: llevar a la pena, a la aflicción, producir alegría. Es un instrumento muy poderoso que conviene aprender a usarlo para la dominación y el poder, pues “el logos actúa –haciéndolas cambiar a voluntad- sobre las débiles opiniones humanas” (Frías: 2008,10). Se puede concluir, entonces, que para Gorgias, el ser es imposible de delimitar pues las palabras son imprecisas para tal fin y cuando se construye un logos determinado, este no es más que representativo de quien lo emite. De ahí que la palabra se constituya en un poderoso vehículo de persuasión. 3.- Aristóteles y la filosofía Aristóteles es una de las figuras más importantes de la filosofía griega. Es el creador de la lógica, como disciplina; ha descubierto hondas consideraciones metafísicas. Fue el maestro de Alejandro, con quien se dice cuanto a que al historiador le corresponde narrar lo que hizo o le ocurrió específicamente a cierta persona. De lo anterior, se Lingüística y poética
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discutía sobre la conveniencia de fusionar la cultura griega con la oriental (Marías: 1968). Este hecho, no es menor, pues de alguna forma, también demuestra que la visión de mundo griega no es compatible con la de otras comunidades. Aristóteles divide sus obras en teóricas, prácticas y poéticas: las poéticas, provienen del vocablo poiesis, que significa “producción”. Lo que la caracteriza es que es una actividad que no tiene un fin en sí mismo. Corresponde a un “manual de instrucciones”. Las obras prácticas son obras de acción. El fin está en ella misma. Finalmente, las obras teóricas son aquellas que, siendo un modo de praxis, corresponde a la “contemplación”. Un hombre teórico solo necesita su mente para ejercitar su actividad. Así, la teoría es la actividad más elevada de las tres. 4.- La Poética de Aristóteles La Poética se considera una obra de corte científico, de tema técnico, diferente de las otras que acaso estaban destinadas a un público más variado. La obra ha llegado, hasta nuestros días, incompleta, pues en lo que conocemos, Aristóteles abordó la construcción de la epopeya y de la tragedia, mientras que en la parte perdida -posiblemente el libro segundo-, la de la comedia y la poesía yámbica. Aristóteles comienza su exposición señalando que tanto la tragedia como otros tipos textuales artísticos se constituyen en imitaciones. Aristóteles expone que la imitación es connatural al ser humano desde la primera edad, pues goza con las imitaciones. Este goce se explica de la siguiente forma (Aristóteles, 1987:24) “Prueba de ello es lo que ocurre en la realidad: cosas que vemos con desagrado en el original nos causa placer cuando las contemplamos en imágenes lo más fieles posibles, como ocurre, por ejemplo, con la representación de los animales más repugnantes o con animales muertos” Aristóteles (1987: 24), incluso, señala que la imitación tiene una finalidad didáctica, por cuanto: “Nos complacemos en la contemplación de las imágenes porque, al mirarlas, se aprende de ellas y de ellas se deduce lo que cada cosa representa [...] Y si uno no ha visto previamente el objeto representado, la obra de arte causará deleite no en la medida en que sea una imitación, sino por la mera ejecución, por el color o por alguna otra razón de este tipo” Esta consideración aristotélica sobre la imitación nos lleva a pensar que la imitación podría constituirse en la proyección y el deseo de aspirar a concepciones ideales del mundo. De alguna forma, la aspiración a la mimesis es una Lingüística y poética
aspiración a la verdad o a lo ideal, según sean los términos presocráticos o platónicos los usados. La imitación, por lo tanto, se reducirá a personajes “buenos” o “malos”, pues sostiene que los caracteres humanos son reducibles a estos dos extremos: se imita a personas superiores, inferiores o iguales que se diferencian por la virtud o los vicios. Según sea el vicio o la virtud el objeto de imitación, surgirán las obras satíricas y la tragedia. Aristóteles define, por ejemplo, la comedia como la imitación de personas de calidad inferior, específicamente de lo risible, pues “lo risible es un defecto y una fealdad sin dolor ni perjuicio” (Aristóteles, 1987: 27). Por otra parte (Aristóteles, 1987:29) la tragedia la concibe como: “...la imitación de una acción elevada y completa, de cierta amplitud, realizada por medio de un lenguaje enriquecido con todos sus recursos ornamentales, cada uno usado separadamente en las distintas partes de la obra; imitación que se efectúa con personajes que obran, y no narrativamente y que con el recurso de la piedad y el terror, logra la expurgación de tales pasiones” En esta última, encontramos una completa definición de las imitaciones que exige la tragedia, pues Aristóteles no solo se limita a señalar que las virtudes o los vicios son objeto de imitación, sino que la acción, el lenguaje y personajes son moldeados idealmente. 5.- La tragedia: relación entre filosofía, historia y poesía Aristóteles sostiene que la función del poeta no es contar los hechos que han sucedido –como lo hace el historiador-, sino aquellos que pueden suceder. Así, la poesía se convierte en un ideal: lo que narra es aquello que es posible según la verosimilitud o la necesidad. En este punto, la corrección de la mirada de lo verdadero se corrige no hacia lo históricamente verdadero, sino que a lo idealmente verdadero. Pensamos que en este punto que la opinión se convierte en piedra angular para la articulación de lo verosímil dentro de la tragedia, pues, aunque la poesía cante a lo universal, lo universal es parcial debido a que se limita a la doxa del poeta, quien juzga si lo que expone es verosímil o no. Aristóteles dice (1987:35): “Lo universal consiste en que a determinado tipo de hombre corresponde decir o realizar determinada clase de cosas según la verosimilitud o la necesidad” En la última parte de la cita, es posible apreciar la subjetividad de lo universal, aun cuando Aristóteles señala que lo universal consiste en actuar de determinada forma, según le corresponde a cierto tipo de persona. Lo universal de la poesía se diferencia de lo particular de la historia en 19
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cuanto deduce que la poesía es más filosófica que la historia por cuanto aquella busca imitar lo más universal. 6.- Consecuencias de la imitación: los efectos de la tragedia El efecto que busca la tragedia es la compasión. Aristóteles señala que se produce porque alguien que no merece ser desdichado lo es. Este paso de la felicidad a la desdicha se produce como resultado de algún error, lo que produce que derive de un estado de gloria y prosperidad a uno peor. Para los efectos de la tragedia, debe haber un paso verosímil entre la felicidad y la desdicha y lo anterior está dado por una serie de hechos que en la acción de la imitación causan compasión. Según Aristóteles, la compasión no la produce la muerte entre enemigos o entre individuos que no se conocen, excepto que la acción sea patética 2, sino que se produce entre personas que se aman, como hermanos o padre e hijo.
7.- Tragedia e inteligencia práctica Ya hemos dicho que la filosofía griega centra su gran problemática en la verdad y su descubrimiento. Desde esta perspectiva, la doxa, el nous y el ser se tornan en puntales angulares de la especulación filosófica. Al parecer en la tragedia aristotélica -que no es más que la sistematización de la técnica de producción de la tragedia en general- la verdad filosófica no se considera como un eje indispensable en su construcción. Al contrario, la verdad filosófica se limita a la verosimilitud en cuanto es conveniente o no para el desarrollo de la obra. Consecuentemente, no es fuerza en la obra dramática mostrar la verdad. Para Aristóteles, los nombres no se deben cambiar ni la trama de los mitos debe ser alterada sustancialmente, pues conviene para la verosimilitud que las acciones y los personajes se ajustan a lo que el público conozca comúnmente. Desde esta perspectiva, no existe conflicto en la producción literaria y el descubrimiento de la verdad, por cuanto la verdad va a estar condicionada a la verosimilitud y esta, a su vez, estará condicionada a la doxa que predomine en el inconsciente colectivo al que es destinada la obra, por cuanto el poeta no es historiador y cuenta los hechos como podrían haber sucedido, de modo general y en función de lo bueno y lo malo que se desee representar. Esta representación de lo (absolutamente) bueno o malo está condicionada a:
a) La culpa trágica: Los personajes afectados por el dolor no son culpables directos de los acontecimientos, sino que en ellos se manifiesta la ira de los dioses por los pecados de sus antecesores (padres, abuelos, etc.) que excede el sentido de culpable o inocente de la acción, sino de una culpa que excede el dominio de su libertad y voluntad y, por lo tanto, producirá el sentimiento de compasión. b) Nobleza: la nobleza se refiere a la descendencia real y divina en muchos casos. En este caso, la nobleza es necesaria para que el sentimiento de compasión se manifieste de forma más intensa, pues el espectador común al ver la diferencia de status y la desgracia en el rey o en el príncipe, genera mayor piedad. Desde una perspectiva más contemporánea, el semiólogo italiano Umberto Eco expone una visión particular de la estructura de la tragedia: en su ensayo El Mensaje Estético indica que la estructura significativa de esta expresión artística radica en la conjunción de la verosimilitud y la paradoja. Esto quiere decir que en una buena tragedia, por una parte, los hechos deben ajustarse a la doxa, es decir, que sean posibles y, por otra parte, para el desarrollo trágico, debe haber un suceso que se aparte de la doxa común, por lo tanto, se convierte en un suceso increíble. En ambos casos, el trágico debe adaptar los hechos a la opinión común, considerando lo bueno y lo malo. Pone por ejemplo la tragedia de Edipo: Eco sostiene que es increíble que un hombre asesine a su padre y se case con su madre. Este suceso es, sin duda, paradojal, es decir, se aleja de la opinión común y normal. Sin embargo, si este hombre es abandonado cuando niño y crece sin saber quiénes son sus verdaderos padres, el hombre que mate en un camino será su padre y cuando llegue a Tebas se case con su madre sin saberlo. Esta disposición de los acontecimientos hace que sean posibles y creíbles. Ahí está actuando la verosimilitud. TRAGEDIA PARADOJA Suceso alejado de la opinión común
VEROSIMILITUD Credibilidad de los sucesos
Por lo tanto, podemos deducir que la inteligencia práctica –entendida como al’qeia- está centrada en la doxa. Sin embargo, la opinión no puede ser el método para descubrir la verdad. La verdad es descubierta por medio de observación y el arrebatamiento del mundo de las sombras, tal como lo considera Platón. La opinión siempre estará sesgada por el enfoque de la comunidad y eso se puede explicar desde la lingüística.
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Lo patético es caracterizado por Aristóteles como una acción destructora y que provoca reacciones dolorosas.
Lingüística y poética
Herencia La discusión de sofistas y filósofos sobre la verdad y su modo de encontrarla estaba centrado en que el ser no podía ser aprehendido por una cuestión lingüística. De esta forma, los sofistas solucionan el problema, negándolo, pues al ser imposible verbalizar el ser, la discusión acaba. Platón, por su parte, argumenta que el problema del ser y de su aprehensión se corrige por medio del punto de vista. Este punto de vista será retomado por la Lingüística: el desarrollo de los estudios etnolingüísticos busca comprender las diversas variaciones semánticas, léxicas, morfológicas y sintácticas dentro de una misma lengua o bien, descubrir lo particular que una lengua tiene respecto de las otras. El estudio de la etnolingüística generalmente se ha centrado en lenguas que no tienen escritura o bien en las llamadas lenguas “primitivas”, en oposición a las lenguas occidentales o aquellas que gozan de prestigio por ser las habladas por las civilizaciones históricamente más importantes. El estudio del etnógrafo difiere del filósofo griego clásico por cuanto aquel no busca descubrir la verdad de las cosas del mundo para su mejor comprensión, como este, sino que precisamente se centra en la búsqueda de las diferencias que existen en las configuraciones que cada lengua adopta para describir el mundo. Según esto, el etnolingüista se parece más al sofista que al filósofo porque el mundo como tal no se puede aprehender de una única forma debido a que cada lengua moldea el mundo según el entorno. Se forma, así, una relación de interdependencia entre el mundo y la lengua. Captar el ser de las cosas está gravemente condicionado a la lengua y al entorno del que reflexiona. Aparece, por lo tanto, un tercer elemento en el análisis: el pensamiento. Este está condicionado por el ambiente y por el lenguaje, de tal modo que los miembros de una comunidad lingüística dada no pueden pensar de otra forma como se lo permita el idioma; no pueden concebir un mundo diferente al que viven y no pueden expresar cosas que no hayan visto. Lo anterior es lo que configura la visión de mundo.
Entonces, la visión de mundo es la manifestación de la doxa, pues es variable y está sujeta al devenir.
Lingüística y poética
9.- La tragedia como manifestación determinada visión de mundo
de
una
Ya hemos señalado que la tragedia se cimienta en la doxa y la paradoja. Ambas son fundamentales en la constitución de la verosimilitud. Aristóteles hablaba de que la verosimilitud estaba condicionada a lo universal. Sin embargo, el concepto de universal, sin duda, estaba restringido al mundo griego. Era universal en tanto no era desconocido para los griegos; era universal porque se adaptaba a la visión de mundo griega. Por esa razón Aristóteles señala en la Poética que los personajes trágicos no debían cambiar su nombre, aun cuando representaran personajes arquetípicos. Ahora, el arquetipo de todas formas está condicionado a la visión de mundo, por lo tanto el concepto universal del que habla Aristóteles se ve relativizado. Por ejemplo, en una obra como La casa de Bernarda Alba, que es una tragedia, el personaje arquetípico de Bernarda –la madre de carácter fuerte- no se encuentra del mismo modo en una tragedia como Agamemnón, donde Clitemestra es una mujer de carácter fuerte que no controla a sus hijos, pero sí controla soterradamente a su amante y a su marido. Por otra parte, el carácter universal de la tragedia también se relativiza en los personajes, que según Aristóteles deben ser superiores –de casta noble-. En Romeo y Julieta, la nobleza no está dada por el parentesco real de los personajes, sino que por su alta posición social: los Montesco y los Capuleto son de familias “iguales en abolengo”, que puede ser desde descendencia real, hasta simplemente tener un apellido o antepasados de respeto. También es conveniente señalar que en tragedia la doxa se manifiesta de acuerdo con los requerimientos de la comunidad: la mayoría de las tragedias griegas son estructuradas de acuerdo con la mitología conocida, mientras que en Shakespeare conviven personajes inventados y personajes históricos que son modificados intencionalmente por el autor, pero que en lo sustantivo son conocidos por el público que observará la representación. Podemos concluir, entonces, que la doxa ha cambiado conforme han pasado los siglos y ese cambio está condicionado a las necesidades de la verosimilitud de su momento de producción. Hemos señalado que la presencia de la paradoja es esencial para que la tragedia se constituya como tal. No obstante, los sucesos paradojales cambiarán porque la doxa está condicionada al devenir, tal como lo plantearon los presocráticos: en el caso de una obra como Bodas de sangre, lo paradojal es que una novia no se case; en La casa de Bernarda Alba lo paradojal es el odio entre hermanas y entre madre e hijas.
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Herencia Finalmente, sobre la imitación, que es la esencia de la obra poética, es indudable que está supeditada a la doxa, pues solo se imita lo que se percibe y es esta percepción lo que constituye la visión de mundo, por lo tanto, cualquier imitación está condicionada a ella. Las obras literarias no son de carácter universal porque el tratamiento del tema sea aceptable por todas las culturas y todos los tiempos, sino que son universales porque existe en el acervo cultural la explicación del contexto de producción, que permite entender medianamente el mensaje, aunque para un sofista sería imposible de comprender
Bibliografía - Aristóteles (1987) Poética. Barcelona: Bosch. Texto, noticia, traducción y notas de José Alsina Ferrer. - Eco, Umberto (1986) La estructura Ausente (introducción a la semiótica), Barcelona, Lumen. - Frías, Rodrigo (2008) Verdad e inteligencia práctica: historia de un problema. Apunte para desarrollo de la clase “Historia del pensamiento clásico”. - García Morente, Manuel (1968). Lecciones preliminares de Filosofía. Buenos Aires: Losada.
Conclusiones Los griegos son los que originan la filosofía como tal. Los problemas que consideran los presocráticos son los de la esencia de las cosas, la verdad y el mundo. Los sofistas, por su parte, señalan que el ser no es posible de ser aprehendido ni manifestado lingüísticamente. Platón, en cambio, señala que para comprender el ser es necesario que muestre desde otro punto de vista –superior, por supuesto y a la luz- la esencia de las cosas.
- Los filósofos presocráticos (2003) Fragmentos I. Barcelona: RBA Coleccionables. - Marías, Julián (1966). Historia de la Filosofía. Madrid: Manuales de la Revista de Occidente.
La doxa no debe ser considerada como medio para acceder al ser porque está sujeta al devenir. Por lo tanto, depende de los patrones mentales de quienes la tienen. La tragedia es, según Aristóteles, una obra poética y no histórica porque imita la realidad y no la representa. Este punto es fundamental pues delimita el carácter ficticio de la tragedia respecto de la historia. La verosimilitud debe ajustarse a la necesidad. Es posible extrapolar esta necesidad a la doxa, debido a que la obra es concebida para ser representada ante un cierto público. La doxa y la verosimilitud producirán, en este caso, personajes que representan virtudes o vicios, según la concepción del autor. Por consiguiente, la literatura, según las inferencias hechas de la concepción aristotélica, no es apropiada para hacer filosofía, porque no busca el ser sino imitarlo. Como anexo, se deduce que los conceptos que se desarrollan en la tragedia son verosímiles en la medida que se adecuan a la doxa, y esa doxa, según la concepción presocrática, es variable. La variabilidad se explica de acuerdo con la visión de mundo de una determinada comunidad. La Lingüística es la ciencia que puede explicar la doxa, pues mediante la Etnolingüística, se comprueba que la doxa para los filósofos griegos, equivale a la visión del mundo del etnolingüísta. Según este enfoque, la búsqueda del ser queda condicionada a la visión de mundo y a la doxa que una comunidad tenga. Esa opinión se manifiesta en la verosimilitud de la tragedia griega.
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Lingüística y poética
Herencia
El concepto de dignidad en la obra de Manuel Rojas Nickols Valdivia Ibáñez ¿Qué podría decir de Manuel Rojas que aún no se haya dicho? ¿Cómo pensar en su obra sin mencionar los rasgos autobiográficos? Se me hace complicado encontrar aquél punto, aquella arista del escritor que aún no se haya agotado del todo. Y tratando de ver más allá de lo evidente, pienso que la potencia de su creación literaria, se encuentra primero en la sutileza que emplea al describir a sus personajes, en las características y los valores que poseen los marginados, los desamparados, los huérfanos, los delincuentes, los lisiados, los “otros” como diría Gabriela Mistral, la gente poco decente, esa que no encaja en esta sociedad de la producción, la de los hombres-máquina, la de los trabajólicos y estresados, aquellos que no están aquí para pensar ni cuestionar, sino que para asumir una vida industrializada y, por lo tanto, ese es el único valor que se les adjudica, su potencial productivo. Por el contrario, los personajes que poblaron el mundo creado por Rojas, son hombres que en su precaria condición ya sea económica o educacional, conservan un tesoro inextinguible, que está situado en sus almas, y se compone en la mayoría de los casos, por la dignidad, el espíritu y el orgullo. Sí, el orgullo. Muchos se preguntarán: ¿Orgullosos de qué? De ser personas, de su humildad y sencillez, de que si pueden dar, no lo hacen por recibir una recompensa distinta a una sonrisa, ellos no necesitan aparentar frente a nadie, ni una felicidad material, concreta ni tangible, ya que se sienten realizados porque son capaces de ponerse en el lugar del otro, quizás del que ha sufrido más injusticias que ellos, y porque aún pueden confiar en los demás; creen en la palabra y no necesitan comprobarlo por medio de un documento legal: “- Quisiera sacar libreta de embarque. - ¿Nacionalidad? - Argentino. - ¿Certificado de nacimiento? - No tengo. - ¿Lo ha perdido? - Nunca tuve uno. - ¿Cómo entró a Chile? - En un vagón lleno de animales.” ¿Qué es lo legal entonces? Podría haberse preguntado Aniceto Hevia, en Hijo de Ladrón, ¿Qué más auténtico y legal que este cuerpo, para rectificar mi existencia? Esto me hace pensar que el mundo no estuvo ni está preparado para El concepto de dignidad en la obra de Manuel Rojas
recibir a los “otros”, puesto que lo que se admira y destaca, es lo estéticamente agradable, luego el éxito, en especial si es económico, por lo tanto se piensa que al poseerlo no necesitamos nada más para ser felices. Esta no es la realidad que viven los desamparados en el mundo de Manuel Rojas; recordemos entonces al joven de El vaso de leche: “Hacía tres días justos que no comía, tres largos días, y más por timidez y vergüenza que por orgullo […] esperando de la generosidad de los marineros, algún paquete que contuviera restos de guisos y trozos de carne. No podía hacerlo, no podría hacerlo nunca […] cuando alguno le ofrecía sus sobras, las rechazaba heroicamente, sintiendo que la negativa aumentaba su hambre”. Algunos podrían suponer que la forma de vida de los marginados de Rojas gira en torno al conformismo, puesto que es impensado aceptar que la felicidad se pueda encontrar tomando un vaso de leche con vainillas; o que al salir de la cárcel, Aniceto, en su desesperación y soledad, sienta deseos de regresar a ese lugar, porque es ahí donde está su hogar; o como ocurre en El mendigo, donde un hombre que a duras penas podía caminar y, sin proponérselo, comenzó a recibir limosna de la gente que pasaba a su lado, pues al verlo harapiento lo convirtieron en lo que es, un mendigo. Mas ellos son seres simples, si bien no en un sentido peyorativo, sino que son personas que disfrutan de la sencillez de la vida, de un “lecho nada de blando y nada de cómodo, a tres centímetros del suelo, oliente a paja y a tierra, y a hombre extraño, sin sábanas, sin fundas […] pero era una cama…” (Hijo de ladrón), aunque sus vidas estén determinadas por las circunstancias, no se sienten olvidados por Dios, pues sin ellos sería imposible atravesar la frontera entre Manuel Rojas, el escritor, y Manuel Rojas, el hombre, quien demostró su grandeza y naturalidad de manera transversal, exigiéndonos valorar y respetar a los “otros”, pero no a los de su mundo, sino a los que golpean diariamente a nuestra puerta. 23
Herencia
La seducción del texto en un cuento de julio Cortázar: Axolotl Gloria Favi Cortés Axolotl es uno de los cuentos que forma parte del texto Final de Juego publicado por Julio Cortázar en 1964. La secuencia lógica y temporal del relato parece configurar, en sus primeras líneas, la previsible monotonía de un hecho cotidiano, alguien nos relata sus infatigables visitas al acuario "Jardín des Plantes", en París y descubre a los Axolotl, “formas larvales, provistas de branquias del género amblistoma”, según informa el Diccionario de la Biblioteca de Saint-Genoviéve: “Hubo un tiempo en que yo pensaba mucho en los Axolotl. Iba a verlos al acuario del “Jardín des Plantes”, nos cuenta el narrador, y luego, sin contemplaciones, juntos ingresamos en la proyección equívoca de una conciencia invadida; Ahora soy un Axolotl, afirmamos, prisioneros inocentes en este juego de terror y abismo, nuestra entrada secreta en la realidad fantástica del texto.
Pero no entregaré informaciones históricas sobre la filiación azteca de los Axolotl, mi fin es literario, daré cuenta de la seducción del cuento, de sus movimientos internos, sus gestos y ritos secretos para atraernos hacia un tiempo y un espacio imposible. Hablaré de la materialidad fantástica de sus movimientos (“una pata vino a rozarme la cara”), la interpelación muda de sus gritos (“¡Sálvanos! ¡Sálvanos!”) su reflexión sin esperanza (“Yo era un Axolotl y sabía ahora instantáneamente que ninguna comprensión era posible”).
Sabemos que la literatura genera una realidad posible sólo en el espacio fantasmal de la lectura, así, este ritual se convierte en una interacción constante, una reacción que nos abre vagas intuiciones sobre nuestra oscilante situación en el mundo real.
“Detrás de esas caras aztecas, inexpresivas y sin embargo de una crueldad implacable ¿qué imagen espera su hora?”
El Axolotl, nuestra lectura, configuraría una alteración y un sobresalto para nuestra experiencia cotidiana, entonces este desajuste nos empuja hacia la incertidumbre y al cruce impreciso entre el mundo real y lo ilusorio, espacio final para la única realidad posible en esta seducción que el texto ejerce sobre nosotros, el presente de nuestra lectura.
Los relatos sagrados de los aztecas, nos cuentan de Tláloc y Chalchiuthlicue (la de la falda de jade) divinidades del agua que antes de morir, desvanecidas por del diluvio, salvaron a los hombres metamorfoseándolos en peces. Antes el sol había sido destruido cuatro veces, pero los dioses de la Cuarta Edad realizaron un nuevo intento y se sacrificaron para crear el Quinto Sol, Sol de movimiento y según esta concepción circular de construcción y destrucción del tiempo, este sol también deberá ser aniquilado.
En el texto, el protagonista es un asistente asiduo al acuario “Jardín des Plantes” en París, debido a la atracción que los peces ejercen sobre él. Esta fascinación irresistible produce la magia de la transformación, su individualidad es interferida y sustituida por una nueva identidad: “Ahora soy un Axolotl”. Esta afirmación fantástica es ahora verdadera, la oquedad mezquina de un acuario es su destino (sólo yo puedo saber cuan angosto y mezquino) y la opacidad fantasmal de un texto es nuestra reflexión desesperada (mi rostro obsesionado sobre las líneas). El presente, es este designio incomprensible que nos obliga a descifrar secretas e inexplicables conexiones y arrancar el significado a las sombras, mientras en el interior del texto se realizan ritos y equívocas estrategias para vencer nuestra resistencia..En este punto disociamos la ilusión incómoda de los bastidores escénicos; París, sus calles verde-grisáceas y el engañoso visitante se esfuman lentamente como en una gastada proyección cinematográfica y desde un nuevo nivel de la realidad, los Axolotl me contemplan desde la profundidad opaca del texto y en este juego de vigilancias y afinidades (mis ojos sobre las líneas) me interrogo sobre la magia que postula el vínculo inevitable con estos seres distantes: “Que eran mexicanos lo sabía ya por ellos mismos, por sus pequeños rostros rosados aztecas”
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Pero mi pensamiento es un pensamiento fuera del acuario (texto); entonces inicio desde la orilla, junto a mi doble, los torpes, los inútiles gestos para atraer su atención: “era inútil golpear con el dedo en el cristal delante de sus caras; jamás advertía la menor reacción (mis dedos acariciando las líneas)”.
No obstante, hablaré de los Axolotl, pero sólo de lo verdadero, del mito, la nostalgia infinita.
Este desvaído sustrato histórico que escapa entre los silencios y vacíos del texto va construyendo, intratextualmente, una voluntad tiránica y cruelmente dirigida. Comprendemos entonces que alguien será la víctima y que la condición necesaria para mantener este juego implacable de voluntades es el sometimiento, el sacrificio y la muerte.
“Oscuramente me pareció comprender su voluntad secreta, abolir el espacio y el tiempo con su inmovilidad indiferente” “Sus ojos sobre todo me obsesionaban me decían de la presencia de una vida diferente, de otra manera de mirar” (...) “Pegando mi cara al vidrio buscaba ver mejor los puntos áureos, esa entrada al mundo infinitamente lento y remoto de las criaturas rosadas (...) Eso miraba y sabía. Eso reclamaba. No eran animales...” La indeterminación se convierte en la mayor efectividad del relato, el cruce entre lo real y lo ilusorio, la disyunción de la identidad que permite activar la imagen de un mundo ajeno al texto, esta creación desajustada que ahora realizó, la seducción que ejerce el cuento, oscilación que me permite interferir la individualidad del visitante y en este juego vacilante de realidades convierto su obsesión en mi obsesión: La seducción del texto en un cuento de Julio Cortázar: Axolotl
Herencia “Los ojos de oro seguían ardiendo con su dulce, terrible luz; seguían mirándome desde una profundidad insondable que me daba vértigo (mis labios contraídos sobre las líneas)”. Estos vagos indicios, deseos imposibles, ecos y resonancias fragmentadas se transforman en la apelación implacable desde ese mundo secreto que permanece en el interior del cuento y desde ese espacio alguien nos espía y nos llama hacia un remoto reino aniquilado y una voluntad cruel y tiránica (Axolotl) nos va estrechando en un círculo de sortilegios que lentamente desvanece los bordes. “¡Sálvanos! ¡Sálvanos!” nos interpela. Entonces sin transición, sin sorpresas, perdidos los últimos destellos de lucidez, (“mis dedos temblorosos sobre las líneas”), ingresamos en el tiempo infinito, atrapados en un texto (acuario), retrocedemos a los orígenes legendarios, cuando nosotros, los Axolotl, éramos dioses: AHORA SOY UN AXOLTL, pienso desde mi acuario (texto), mis dedos desesperados sobre las líneas.
Bibliografía - Borges, Jorge Luis: El arte Narrativo y la magia. - Cortázar, Julio: (Discusión) EMECE Editores. - Cortázar, Julio: Final de Juego. Edit. Sudamericana. - Lemann, Henri: Las Culturas Precolombinas. Eudeba. Edit. Universitaria, Buenos Aires, Argentina. - Van Dijk, Teum: Estructuras y Formas del Discurso. Siglo XXI Editores. - Von Haren, Víctor: Los Aztecas. Joaquín Mortiz. México. - Von Haren, Víctor: Imágenes, imágenes. - Von Haren, Víctor: Introducción a la Literatura Fantástica. - Von Haren, Víctor: La vuelta al Día en Ochenta Mundos. Cap. "El Sentimiento de lo Fantástico".
El eterno presente, mi nombre y la revelación de mi Ser, Axolotl, conjuro y hechizo arrebatado a las sobras, la forma que me ha entregado Tlalóc. El hombre efímero (yo, el anónimo lector) ahora tengo un nombre, con resonancia de aguas, ríos y dioses vengativos. Pero, en esta eterna soledad inmóvil, comprendo que la nostalgia fue una trampa y que en este Tiempo Sagrado no existe salvación posible, el retorno ha sido una condena, la eterna lucidez sin esperanzas. Alguien transmigra hacia la superficie y toma mi forma, sin nombre, fantasma que pronto olvida, pero no su crueldad. Entonces no hablará sobre nosotros, los Axolotl, no escribirá un cuento, hablará de una maldición, un extraño maleficio que le permitirá, conjurando mi nombre escapar eternamente. Yo, anónimo lector, ahora vivo un eterno presente, atrapado en la forma y en la esencialidad de un nombre. “Ahora soy un Axolotl”, rito sagrado que me unifica y sepulta en un espacio estrecho, indescifrable, sin esperanzas, construido y destruido eternamente por la inexplicable seducción de mi lectura. Pero me consuela pensar que en estas múltiples posibilidades para conjurar las sombras (nuestras distintas lecturas) alguna vez será él el perdedor. Entonces ella, creyendo salvarse y comprenderlo todo, escribe un testimonio de su seducción.
La seducción del texto en un cuento de Julio Cortázar: Axolotl
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Herencia
Héroes de la Araucana Johanna Castillo
La Araucana, el bello canto épico de Ercilla, nos muestra la fruición de sus coplas históricas en tres unidades fundamentales; la primera parte está constituida por la valentía y la fuerza arrasadora del pueblo Araucano entre los capítulos I y XIV, en la segunda parte el poeta nos canta poéticamente el coraje de los españoles tras la derrota de los araucanos entre los capítulos XIV y XXXIV y la tercera parte constituye la conquista del rey Felipe en Portugal, los viajes y la copla del llanto del autor en los capítulos XXXV, XXXVI y XXXVII. Esta obra maestra es historia en poesía, es el sentimiento del canto de Ercilla, es el imaginario profundo desde una perspectiva espiritual. Por lo tanto, su imaginario esta constituido principalmente por los “Héroes Españoles y Araucanos” basado en la valentía y la fuerza, a pesar de su derrota los hombres luchan hasta la muerte, las sombras de su vida se manifiestan en la oscuridad de la batalla con catorce héroes españoles que por juntarse con Valdivia, en Tucapel, son emboscados por una gran cantidad de araucanos entre los cuales, está el gran Lautaro. Los catorce españoles ante esta situación empuñan sus espadas con absoluta valentía conscientes de que esta batalla será su último aliento.
Entre los héroes épicos de La Ilíada encontramos a Héctor, príncipe troyano, esposo de Andrómaca y padre de Astiánax, es el personaje antagónico de Aquiles, fue un hombre valiente, con una gran fuerza para resistir a los enemigos. Gracias a estas virtudes se convierte en el guerrero troyano más temido. Fue un hombre capaz de superar la adversidad y de enfrentar grandes rivales como Áyax Telamón en una batalla que dura todo el día sin victoria. Es tanto el honor de estos guerreros que al terminar el duelo cada uno de ellos admira la habilidad y la fuerza de su contrincante. “Nueve griegos se ofrecen y sortean quién de entre ellos se enfrentará al troyano. Áyax Telamón es elegido y lucha con Héctor durante todo el día, siendo ambos incapaces de obtener la victoria. Al terminar el duelo, cada rival expresa su admiración por el valor y la habilidad del contrincante. Héctor regala su espada a Áyax (que acabaría usándola para suicidarse), y éste hace lo propio con su cinto”. (Homero, La Ilíada, libro VII.)
“Vienen catorce españoles por concierto a juntarse con Valdivia en la fuerza de Tucapel; hallan a los indios en la emboscada, con los cuales tuvieron un porfiado encuentro. Llega Lautaro con gente de repuesto: mueren siete españoles y todos los amigos que llevan;”(Pehuén Editores, 2001). En cuanto a la tradición literaria, Ercilla es deudor y admirador de Homero, de Virgilio, y de los poetas épicos italianos como Tasso y Ariosto. Me refiero a Homero, ya que nos recuerda a los héroes épicos y porque su obra integra los mitos de tradición oral con el contexto histórico real como la guerra de Troya. Así como ocurre con La Araucana que presenta la historia de Chile, su descripción, costumbres y los modos de guerras verídicos ocurridos entre españoles y araucanos. Guerras Históricas Españoles contra Araucanos Pasa recio Valdivia y va furioso que con Ongolmo más no se detiene, y adonde Leucotón, mozo animoso, estaba en una gran pendencia, viene; que contra Juan de Lamas y Reinoso sólo su parte y opinión mantiene; el cual con su destreza y mucho seso la guerra sustentaba en igual peso.
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Troyanos contra Aqueos Los troyanos ponen en crítica situación a los Aqueos. Héctor mata a dos guerreros, que iban en un mismo carro; lo que impresiona a Ayax y le lleva a tomar venganza y arrojar un dardo que hiere a Anfio, hijo de Selagos.
HÉCTOR Y ÁYAX La Ilíada como esencia tiene esta conexión heroica, donde el arma de los hombres es la valentía y la virtud. Existe un fuerte enlace en este ámbito en La Araucana según la visión de Ercilla y sus héroes, ya que para el autor no existe un sólo héroe sino que tanto “Los Españoles y Araucanos” son los héroes en el duro combate de Chile como ocurre con Lautaro, el cacique Colocolo, los catorce españoles, etc. Esta misma comparación de héroes se observa en la batalla de Héctor y Áyax y nuevamente en la representación del valeroso personaje Héctor quién es un héroe, un príncipe y el hombre más valeroso de Troya que muere en combate contra Aquiles, Héctor es el hijo más amado del rey de Troya, por su pueblo, compañeros y los dioses de La Ilíada. Héroes de La Araucana
Herencia La Araucana
La Ilíada
La admiración de Ercilla en el Héroe Lautaro
“Fue Lautaro industrioso, sabio, presto, de gran consejo, término y cordura, manso de condición y hermoso gesto, ni grande mi pequeño de estatura: el animo en las cosas grandes puesto, de fuerte trabazón y compostura”
La admiración de Homero en el Príncipe troyano Héctor
“El ilustre Héctor se inclina al niño, que le evita asustado por la armadura y el penacho de crines del yelmo”.
La Araucana
La Ilíada
Los catorce héroes españoles.
Héctor héroe de Troya, el amado de los dioses.
“Almagro, Cortés, Córdoba, Nereda, Morán, Gonzalo Hernández, Maldonado Peñalosa, Vergara, Castañeda, Diego García, Herrero el arriscado, Pero Niño, Escalona, y otro queda con el cual el número es acabado: don Leonardo Manrique es el postrero, igual en el valor, siempre al primero”.
“Héctor el más querido de mis hijos, amado de los dioses que te cuidaron hasta en la muerte”. “El banquete ritual unió a todos en la morada de Príamo, y éstos fueron los postreros honores tributados a Héctor”.
(La Ilíada, Homero, colección (La Araucana, Editorial Pehuén, juvenil Zig-Zag, enero de 1992, canto vigésimo cuarto, página 165 capítulo IV, página 48) y 166.)
La Araucana
Lautaro
Héroes de La Araucana
Virgilio aparece en La Araucana con la historia de Euricio perteneciente al canto V de La Eneida de Virgilio donde se cuenta la hazaña de Euricio o Euritión:
La Araucana y Euricio
La Eneida de Virgilio
”Como el troyano Euricio, que volando la tímida paloma por el cielo, con gran presteza el corvo arco flechando la atravesó en la furia de su vuelo, que retorciendo el cuepo y revolando como redondo ovillo vino al suelo, así el herido mozo en descubierto dentro del hondo foso cayó muerto”.
“Entonces Euritión, que tenía desde hacía tiempo la flecha preparada y El arco armado, invocó a su hermano Pándaro, y siguiendo con la mirada Por el anchuroso cielo, a la alegre paloma que batía las alas, la alcanzó bajo la negra nube. La paloma cayó inanimada; Había dejado la vida en los celestes astros, Y traía clavada la flecha”.
(La Araucana, Editorial Universitaria, 1969, capítulo XIX, página 125)
(La Eneida, Canto V)
Ilíada
Pedro de Valdivia
Aquiles
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Herencia La Araucana es un canto épico de gran cultura literaria, gracias a la riqueza histórica y por la relación y presencia literata que existe entre Homero y Ercilla. Por lo tanto, podríamos decir que son autores universales, capaces de integrar en sus obras la fantasía con absoluto esplendor. Homero es el creador de La Ilíada y La Odisea, integrando la mitología fantástica con hechos históricos de la antigua Grecia. Es decir, que Homero posee la capacidad de incorporar la mitología de los dioses griegos en el mundo del hombre. Los Dioses manifiestan una tendencia de favoritismo con los seres humanos como Hera y Atenea, Diosas adversarias de Troya, de Zeus y Afrodita quiénes están a favor de los troyanos, capaces de intervenir en el destino de los humanos como ocurre con Zeus que interviene en la batalla, enviando unos vientos poderosos a las naves enemigas, amedrentando a los Aqueos para ayudar al príncipe Héctor de Troya.
La Araucana y la historia imaginaria de Tegualda
“Yo, por usar de toda cortesía Que es lo que a las mujeres perfecciona, le dije que el anillo recebía y más la voluntad de tal persona; en esto toda aquella compañía hecha en torno de mí espesa corona, del ya agradable asiento me bajaron, y a casa de mi padre me llevaron.”
La Ilíada y la integración de la mitología griega en el mundo del hombre. (Fantasía esplendorosa) Hera y Atenea:
“Murmura Atenea y Hera, que quieren causar daño a los troyanos. La segunda no puede dominarse: -¿Qué has dicho?¿Por qué tratas de inutilizar mis penosos trabajos? Puedes hacer lo que quieres; pero los dioses no aprobaremos tu actitud. Indignado Zeus, responde: -Dime, diosa del infierno, ¿Qué te ha hecho Príamo para que te ensañes con la ciudad de Troya?”
Dioses La Ilíada
Dios Zeus
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La Araucana
Dios de los españoles
Pillán, Dios de los Araucanos
Así como Homero logra fantasear con la mitología griega también lo hace Alonso de Ercilla con la historia de Tegualda en el canto XX (en las citas anteriores). Recordemos esta historia imaginaria con mayor detalle: Tegualda es hija del cacique Bancol, es una mujer bella y solicitada en matrimonio por muchos hombres como Gualebo, el robusto joven Mareguano y el joven Crepino, un extranjero valeroso y de linaje conocido quién se convierte en su esposo, Tegualda es feliz junto a su esposo, hasta que fallece y la bella esposa sufre el lamento de la pérdida. Esta historia fantástica tiene una semejanza en La Ilíada con Andrómaca, esposa de Héctor, quien sufre el mismo lamento de Tegualda con la pérdida de su amado esposo. La Araucana y el lamento de Tegualda
La Ilíada y el lamento de Andrómaca
“Yo soy Tegualda, hija desdichada, Del cacique Brancol desventurado, De muchos por hermosa en vano amada, libre un tiempo de amor y de cuidado; pero muy presto la fortuna, airada, turbo de tal manera mi alegría que al fin muero del mal que no temía”
“Los Cantores guiaron las lamentaciones de las mujeres, entre ellas Andrómaca, que lloró teniendo en las manos la cabeza de Héctor: -Marido mío, has pedido la vida y me dejas viuda en el palacio, cuando es muy pequeño aún el hijo que tú y yo hemos traído a la vida. Temo no llegue a la adolescencia; antes será destruida la ciudad, ya que ha desaparecido el defensor que la librada de dificultades.”
De Tegualda pasamos a la historia imaginaria de La Araucana, donde Ercilla integra nuevamente la fantasía en su canto épico con la historia del heroico padre de Gualemo (canto XXI), quien lucha hasta la muerte con un caballo marino para recuperar a su amada esposa. En esta historia existe el canto poético de Ercilla tras la revelación de la historia fantástica, al mencionarnos que no sabe si es fábula. Por lo tanto, Ercilla en la copla XXI nos menciona una historia no verdadera pero que tiene una fantasía heroica digna de cantar. En La Ilíada también existe una leyenda mitológica griega que comienza en la boda del héroe Peleo y la novia Tetis, diosa del mar. En este matrimonio no fue invitada la diosa Eris, quién por el desaire en venganza dejó en el banquete de la boda una manzana de oro con la inscripción que decía: “Para la mejor y más bella entre las diosas”. Por esta razón, las diosas comenzaron inmediatamente a disputar la manzana de oro y sólo tres de ellas quedaron finalistas que fueron Hera, Atenea y Afrodita, quienes deciden que Paris, príncipe de Troya, escoja la más bella de las diosas, Paris escoge a Afrodita a cambio del regalo ofrecido por la diosa, que es Helena, la mujer más hermosa del Egeo y quien provoca la guerra de Troya. Sin duda la fábula de Gualemo y la leyenda de la manzana de oro, contienen una fantasía asombrosa dignas de admirar.
Héroes de La Araucana
Herencia
La Araucana y la fábula de Gualemo
“...un poco atrás del cual iba Gualemo, cubierto de una piel dura y pelosa de un caballo marino, que su padre había muerto en defensa de la madre”
Ercilla acepta que esta historia no es verdadera
“Cuentan, no sé si es fábula, que estando bañándose en el mar, algo apartada, un caballo marino allí arribando, fue del súbitamente arrebatada, y el marino a las voces aguijando de la cara mujer, del pez robada, con el dolor y pena de perdella, al agua se arrojó luego tras ella”.
La Ilíada y la leyenda de la manzana de oro “Eris colocó, en el lugar donde se
celebró el banquete de bodas, una manzana de oro con una inscripción que decía, “Para la mejor y más bella entre las diosas”. Las diosas comenzaron inmediatamente a disputar por el derecho de quedarse el siempre polémico fruto y tras de ellas quedaron finalistas.”
La Ilíada
“No las damas, amor, no gentilezas de caballeros canto enamorados, ni las muestras, regalos y ternezas de amorosos afectos y cuidados; mas el valor, los hechos, las proezas, de aquellos españoles esforzados, que a la cerviz de Arauco no domada, pusieron duro yugo por la espada”.
“El padre de los dioses tomó su balanza de oro y colocó en los platillos dos símbolos representativos de la Muerte, uno para los troyanos, el otro para los Aqueos. Luego suspendió la balanza y vio cómo bajaba la aguja en contra de los Aqueos, mientras el otro extremo se elevaba a favor de los troyanos. El Dios tronó desde el monte y un relámpago corrió sobre las tropas aqueas, que se sobrecogieron de temor”.
Cuando se acepta que la historia de la manzana de oro es una leyenda “Cuenta la leyenda que a la boda del héroe griego Peleo con la diosa del mar, Tetis, no fue invitada la quisquillosa Diosa Eris. Esta, enojada por el divino desaire, ideó una peculiar venganza cuyo “imprevisto” desenlace dio lugar a una sangrienta historia. Eris colocó, en el lugar donde se celebró una manzana de oro con una inscripción que decía, “para la mejor y mas bella entre las diosas”
La historia de La Ilíada con los dioses y su intervención en el mundo del hombre en la guerra de Troya, la leyenda de la manzana de oro, la historia de Tegualda y Gualemo son imaginarias pero sin duda logran impresionar y encantar al lector. El juicio de Ercilla en La Araucana y de Homero en La Ilíada El juicio en La Araucana, se divide en dos perspectivas: la primera se refiere al juicio de los héroes de Ercilla y el segundo es el juicio interno del propio autor. En La Ilíada Homero traspasa el juicio a los Dioses, quiénes son los jueces del destino del hombre en la guerra de Troya. El juicio de los héroes de Ercilla no está enfocado a un único héroe, sino más bien, a un heroísmo equilibrado entre españoles y araucanos, donde ambos bandos son fuertes, valerosos y luchan hasta la muerte. Una muestra del juicio de Ercilla hacia los héroes españoles se presenta en el primer canto de La Araucana. En cambio para Homero el juicio está en los dioses con una especie de favoritismo hacia los humanos donde intervienen y juzgan a los hombres para decidir quien vive o muere.
Héroes de La Araucana
La Araucana
Las armas y su juicio El bello canto de La Araucana nos manifiesta el esfuerzo y la valentía de los españoles a través de la espada para conquistar Chile con honor, como también ocurre con La Ilíada a través de los dioses, por ejemplo: el dios Zeus, quién interviene y enjuicia a los aqueos de no ganar la guerra de Troya. Sin duda, la espada para los españoles representa el coraje español y el juicio de su propio destino denominado “Vida o Muerte”, conscientes de que al combatir con la espada se combate también por la vida, teniendo el mismo significado la lanza de los Araucanos quienes combaten hasta morir. Entre las armas más poderosas y enjuiciadoras de La Ilíada está el trueno de Zeus, quien representa el juicio sobre los hombres para sentenciar a los Aqueos y cuidar a los Troyanos. La Araucana
“...de aquellos españoles esforzados, que a la cerviz de Arauco no domada, pusieron duro yugo por la espada”.
La Ilíada
“El Dios tronó desde un monte y un relámpago corrió sobre las tropas aqueas, que se sobrecogieron de temor”.
De las armas y su juicio nos dirigimos a Ercilla y los Araucanos para el autor, ya que el hombre araucano es sabio como el cacique Colocolo, poseen un gran liderazgo, son robustos de físico, de carácter fuerte como Tucapel y héroes llenos de coraje capaces de dar la vida ante la conquista española. Lo mismo ocurre en La Ilíada donde la sabiduría es representada con Ulises, carácter fuerte y de liderazgo como Aquiles y héroes que dan la vida con absoluta valentía para proteger su pueblo como el príncipe Héctor.
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Herencia
El sabio de La Araucana
“Colocolo, el cacique más anciano, a razonar así tomó la mano”. “Caciques del estado defensores: codicia de mandar no me convida a pesarme de veros pretensores de cosa que a mí tanto era debida; porque, según mi edad, ya veis, señores, que estoy al otro mundo de partida; mas el amor que siempre os he mostrado, a bien aconsejaros me ha incitado”.
El Sabio de la Ilíada
“Era un verdadero estrago y los aqueos se habrán acogido a las naves si Ulises no hubiese movido el celo de Diómedes”. “Ulises y Diómedes se lanzaron a la pelea y dominaron pronto a varios notables enemigos”.
Liderazgo en La Araucana
Liderazgo en la Ilíada
“Peteguelén, cacique señalado, que el gran valle de Arauco le obedece por natural señor, y así el Estado”.
“Furioso, Aquiles dijo a Patroclo: -¡Ánimo, jinete Patroclo! Veo ráfagas de un incendio en los navíos. ¡Hay que evitar que se apoderen de ellos! Ponte Patroclo obedeció la orden, y Aquiles hizo armar a los mirmidones y los aniñó con sus palabras”.
Tucapel, el de carácter fuerte
“Tucapel se llamaba aquel primero que al plazo señalado había venido; éste fue de cristianos carnicero, siempre en su enemistad endurecido: tiene tres mil vasallos el guerrero, de todos como rey obedecido”. “Angol luego llegó, mozo valiente: gobierna cuatro mil, lucida gente”.
Ayax, el de carácter fuerte
“Ayax avanzó protegido por el escudo de pieles de todos; se cubrió el pecho al detenerse cerca de Héctor y le dijo amenazador: -Vas a saber ahora, Héctor, que todavía hay guerreros de valor entre los dánaos”.
El segundo juicio de Ercilla es más interno, tiene una fuerte cercanía con el sentir propio del autor, sufre, se decepciona del rey Felipe y renuncia a la copla de La Araucana para transformarla en llanto. El sentir de Alonso cambia al terminar su vida. Recordemos su atracción por América ante la muerte de Pedro de Valdivia en Chile, y por cierto motín habido en Perú. Pero esencialmente porque en América está su alma y corazón, cuyo canto épico es dedicado a su señor, el rey Felipe II a quien alaba y enjuicia positivamente. Homero y el juicio interno lo manifiesta nuevamente con los Dioses como ocurre con Zeus, se siente atraído por la Diosa Hera, vuelven los recuerdos del pasado cuando sentía verdadero amor por su esposa Hera, quien más tarde se convertirá en el juicio interno del desengaño de Zeus. En La Araucana y La Ilíada se presenta un cambio profundo del juicio de Ercilla y de Homero a través del Dios Zeus, ya que para Ercilla todo cambia con el tiempo porque comprende la fuerte separación que existe entre el rey y él, se acaba la estima y la gloria porque su juicio es ahora más 30
interno, con una perspectiva más profunda, ya que su rey le da una vida miserable. El mismo cambio ocurre para Zeus quien sufre el engaño de Hera en La Ilíada, Zeus recuerda el inmenso amor que sentía por su hermana Hera, y comprende que todo es un engaño, hay una separación entre los dos, el Dios Zeus enjuicia a su esposa Hera, quien lo engaña para que Troya pierda en la batalla. Ercilla y el desengaño
Zeus y el desengaño
“Que el disfavor cobarde, que me tiene arrinconado en la miseria suma, que suspenda la mano y la detiene haciéndome que pare aquí la pluma”.
“Zeus se despierta al lado de Hera y, levantándose de un salto, vio a los troyanos en derrota y a los aqueos persiguiéndolos, entre ellos Poseidón. A Héctor lo descubrió tendido en la llanura. Respiraba penosamente; le falta el aliento y vomitaba sangre”.
Ercilla en el canto XXXVII de La Araucana no sufre una miseria material sino que se refiere a una manifestación de desagrado, enjuicia a su rey negativamente y lo rechaza ante las malas vigencias que el rey Felipe II había impuesto en la vida española de aquella época. Por esta razón, el autor siente el lamento, la decepción y juzga al rey quien ya no merece la hermosa copla épica de La Araucana. Así como ocurre en La Ilíada cuando Zeus se decepciona de Hera, se da cuenta de que es engañado que ese amor verdadero que sentía en su profundo ser fue apócrifo y juzga a la diosa Hera a través del desengaño. Ercilla y el juicio negativo hacia el Rey
Zeus y el juicio negativo hacia Hera
“...que suspende la mano y la detiene “¿Te has olvidado de cuando te haciéndome que pare aquí la pluma”. colgué con dos pesas en los pies y te até las manos con una cadena irrompible? Debes renunciar a tus malas artes y pensar si te servirá de algo engañarme”.
El juicio más profundo es el de Alonso de Ercilla, pues no existe rey para el autor; donde el pueblo español tiene malas vigencias, Ercilla se juzga a sí mismo como cobarde, pecador, con un claro sentido de la vida y de la muerte, la vida referida a que le ha dado al mundo los mejores momentos de su vida, como La Araucana dedicada a su rey, y la muerte es porque vive el luto de la decepción de su rey que olvida el espíritu y las costumbres de su pueblo. Ercilla siente que le ha fallado a Dios, comienza el lamento, porque su juicio, espíritu y sentir más profundo se encuentra en la última estrofa de La Araucana donde el hermoso canto de Ercilla se transforma en el llanto de la poesía épica. El juicio de La Ilíada tiene un sentido entre la vida y la muerte a través de Aquiles y el rey Príamo. Aquiles lo comprende con la muerte de su querido amigo Patroclo, entiende este sentido de vida y muerte, ya que es consciente de que morirá después de matar a Héctor, donde los Héroes de La Araucana
Herencia
vencedores son los Aqueos, gracias a la astucia de Ulises y por la fuerza de liderazgo de Aquiles al invadir la ciudad de Troya. Aquiles finalmente muere por una flecha lanzada por Paris. Por lo tanto, La Ilíada es una tragedia con un final fatal donde el sentido de la vida y de la muerte es la guerra de Troya, ya que de la vida se traspasa a la muerte, el vencedor se convierte en el vencido y acaban lamentándose al momento de morir, como ocurre con la muerte de Héctor quién fue vencido por Aquiles, este vence y asesina a Héctor y Aquiles es vencido por Paris donde finalmente muere. El juicio del espíritu forma parte del rey Príamo y de Aquiles al sentir la pérdida del ser querido en la guerra, se lamentan, sufren, entienden el significado efímero de la vida quién nos guía a la muerte, este sentir es el mismo que siente Ercilla porque sufren y juzgan desde el espíritu como lo hace el autor de La Araucana con su rey, como el rey Príamo que siente el dolor desde lo más profundo del espíritu al perder a su amado hijo Héctor y juzga negativamente a sus hijos por cobardes por ser hombres con falta de coraje, se da cuenta de que Troya pierde un pilar al morir Héctor. En cambio Aquiles se lamenta con la muerte de Patroclo, sufre y juzga con la sentencia de la muerte a Héctor príncipe de Troya. Ercilla y su juicio
El juicio de Príamo
“Y yo que tan sin rienda al mundo he dado el tiempo de mi vida más florido, y siempre por camino despeñado mis vanas esperanzas he seguido; visto ya el poco fruto que he sacado, y lo mucho que a Dios tengo ofendido, conociendo mi error, de aquí adelante será razón que llore y que no cante”.
“Llamó a los otros hijos y les recriminó su cobardía, lamentando no hubiesen muerto en lugar de Héctor”.
El juicio de Aquiles
“Aquiles interpeló así a Héctor: -¡Una vez más, perro, te libras de la muerte! En otra ocasión acabaré contigo; por el momento mataré a todo troyano que se me ponga delante”.
La similitud de Ercilla en Homero impresiona. Recordemos que Ercilla admiraba a Homero, de hecho su nombre esta presente en algunas coplas referentes a La Ilíada, cuando nos canta la guerra de Troya en las páginas de La Araucana. Se siente la inspiración de la Ilíada y sus personajes heroicos en Ercilla, ya que para ambos los héroes son aquellos hombres valientes que luchan hasta morir como ocurre en La Araucana con los catorce héroes españoles Almagro, Cortés, Córdoba, Nereda, Morán, Gonzalo Hernández, Maldonado, Diego García, Herrero el arriscado, Peñalosa, Vergara, Castañeda y don Leonardo Manrique y
Héroes de La Araucana
de los héroes de La Ilíada como Héctor, Aquiles y Ulises el sabio. Ambos autores poseen la capacidad de involucrar mundos imaginarios de manera sorprendente, como ocurre en la Ilíada al involucrar la mitología griega a través de los Dioses, quienes se convierten en los propios jueces del hombre y como Ercilla involucra la historia imaginaria de Tegualda y el padre de Gualemo. Estos autores abarcan hechos históricos verídicos de manera sorprendente, Homero a través de la guerra de Troya y Ercilla en la guerra contra los Españoles y Araucanos dan un nuevo enfoque a la literatura donde Homero entrega la maravillosa mitología griega, sucesos históricos y reales ocurridos en Troya que inspiran a Ercilla a tratar ciertos rasgos de La Ilíada que son semejantes en La Araucana. El juicio de Ercilla se divide en dos formas: el juicio de los héroes y el juicio interno del propio autor. En Homero el juicio traspasa a los dioses, quiénes son los jueces del destino del hombre en la guerra de Troya y el juicio de los hombres en el sentido de la vida y de la muerte como ocurre con el rey Príamo y Aquiles. Sin duda, para Ercilla Homero es admiración, fuente de inspiración, sabiduría e historia donde La Ilíada es una obra digna de admirar y de cantar. Ercilla trata de seguir las huellas de Homero, porque convierte su literatura en trascendental. En cada hoja de La Araucana y de La Ilíada, se siente el deleite épico capaz de llegar al espíritu del hombre para demostrarnos sucesos de la historia, La Ilíada es el recuerdo de la ostentosa Grecia, con una mitología esplendorosa, sabia y cultural dignas de admirar y La Araucana es el canto épico de Chile donde los españoles luchan por el ideal de la conquista y lo araucanos por la libertad de su pueblo.
“Ideal de conquista y lucha por la libertad Españoles y Araucanos que entre la espada y la lanza han perecido por la tierra Y por el espíritu de lucha” Para los valientes héroes de La Araucana.
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Herencia
El humor de hoy
Mariana Berrios Rodas EL HUMOR DE HOY “El humor de hoy”, es de carácter ensayístico y pretende explicar la naturaleza del esquema humorístico posmoderno. El primer subcapítulo argumenta que la sensibilidad posmoderna es ironista, y ensaya una explicación de cómo los cambios en el esquema de pensamiento propio de la época producen tal proclividad hacia la ironía. El segundo subcapítulo provee ejemplos de obras que se adecuan al esquema humorístico posmoderno, para anclar la teoría en textos concretos. El presente ensayo pretende probar que el discurso de la serie televisiva “Los Simpson” presenta una fuerte crítica de la sociedad contemporánea mediante la articulación de dos recursos, la comicidad, la gracia, la humorada y la intertextualidad. El segundo recurso opera en función del primero, es decir, la intertextualidad está al servicio de la comicidad. En este primer apartado abordaremos el tema de lo cómico en la posmodernidad. Definir la configuración del esquema humorístico de la posmodernidad es necesario para elucidar, despejar los mecanismos mediante los cuales el objeto de la investigación logra abordar la crítica social. Presentaremos un panorama general del humor posmoderno, exponiendo el argumento de la sensibilidad posmoderna como ironista, mordaz. Los dibujos animados y películas, si bien no tienen intención explícitamente crítica, sí caen dentro del género de la comedia, y sirven para graficar el esquema humorístico moderno. Ironía y risa en la posmodernidad En el libro What is Post-Modern, Charles Jencks, provee una lista de setenta referencias a la posmodernidad. El listado comienza en 1870 con John Watkins Chapman y Rudolf Pannwitz, y termina con Zygmunt Bauman a mediados de 1990; que la discusión sobre la posmodernidad arrancara antes de que ésta se concretara sugiere que la propia modernidad estaba atenta a su evolución, a sus contradicciones y tensiones internas. Las épocas históricas no se suceden mediante cortes quirúrgicos, claramente definidos; las transiciones se comportan más bien como los estuarios. La modernidad no puede ser percibida como una etapa histórica homogénea. A pesar de ello, se caracterizó, por su pretensión de proyecto unitario. El ideal de la Ilus32
tración era el de la sociedad justa, universalmente humanista, alcanzada mediante la supremacía de la racionalidad y su instrumento por excelencia, la ciencia. La modernidad tenía fe en el progreso, que conduciría inevitablemente a la emancipación de la humanidad, al bienestar generalizado. Lyotard, considera a la posmodernidad como una ruptura con la modernidad, quiebre causado por el incumplimiento de sus expectativas. Se debe agregar además que se dieron cambios en los paradigmas económicos e informático. La lógica capitalista impera en el mundo, y la producción cultural se ha asimilado a ella. Además, el caudal de conocimiento que ha traído consigo el advenimiento de la posmodernidad ha conducido a una especialización del saber que ha anulado toda posibilidad de una metateoría o metatexto que unifique todos los campos del saber. La verdad de la razón y la ciencia no trajo consigo fraternidad, igualdad y libertad. Los contornos de la sociedad posmoderna empiezan a perfilarse con el fin de la Segunda Guerra Mundial y se definen claramente en la década de los setenta. La posmodernidad es la era del desencanto. Si bien el flujo de las transiciones no puede cortarse con un filo, sí hay hitos simbólicos que marcan un antes y un después. Consideramos que el episodio que inauguró la posmodernidad fue la detonación de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki, y el que la consolidó fue la muerte de las revoluciones culturales de fines de 1960. Dos eventos desesperanzadores. La fe y la confianza en la emancipación de la humanidad a través de la razón y la ciencia se vaporizaron junto con las dos ciudades japonesas arrasadas por la bomba. La bomba se convirtió en una especie suicida. Que el instrumento privilegiado del racionalismo, la ciencia, se pusiera al servicio de un objeto tan absurdamente irracional como la propia aniquilación minó la fe de la humanidad en sí misma. La razón podía servir a la sinrazón. La conciencia de la omnipotencia autodestructiva tuvo un profundo impacto en la psiquis de la humanidad, se convirtió en una especie potencialmente suicida. Si bien, la violencia, la crueldad, y la destrucción eran dolorosamente familiares para los hombres, la bomba inauguró el non plus ultra del potencial destructivo. Ya ni siquiera se necesitaba a Dios para provocar el Apocalipsis; la humanidad se procuró los medios para su holocausto secular. La modernidad proponía, aparejado al desarrollo científico, una ética humanista de fraternidad universal: tal era la idea del progreso. Resulta paradójico que el sistema que propuso la universalidad de los derechos humanos terminara construyendo el método de holocausto colectivo más eficaz de todo. La noción de que el progreso racionalista conduciría inevitablemente a una sociedad mejor colapsó. El humor de hoy
Herencia Naturalmente, la bomba atómica no constituye el único hecho que contribuyó al descrédito del proyecto modernista. Sin embargo, es un buen símbolo del fracaso de sus promesas de bienestar. Una civilización que desarrolla el potencial para su autodestrucción no puede ser otra cosa que escéptica, en cuanto a sí misma y a sus posibilidades para construirse un futuro mejor. Con el desarrollo de la bomba atómica la humanidad demostró la limitación de su propia racionalidad. Crespi, en su libro Modernidad, La ética de una edad sin certezas, denomina la desaparición del telos, que es “la imposibilidad de asignar a la existencia individual a la evolución o a la historia, un fin intrínseco absoluto” 1. Esto implica el fin del determinismo, de la progresión lineal de la experiencia hacia un único objeto, y el reconocimiento de la contingencia arbitraria de la existencia. La emergencia de las minorías y las reinterpretaciones históricas que éstas han elaborado demuestran que la historia que estaba siendo impresa en mayúsculas provenía en gran medida de una perspectiva occidental. “La ausencia de una fundamentación exhaustiva del ser, a causa de la imposibilidad, de hacer referencia a fundamentos absolutos o a fines últimos, deja en suspenso el interrogante sobre el sentido de la existencia y la contradicción entre el deseo ilimitado del hombre y los espacios finitos de significados de su experiencia”. (Crespi 1989:232) Los aspectos que propone Crespi no son simplemente conceptos que flotan en el éter de la discusión académica: tienen consecuencias concretas en la vida cotidiana de la gente común, dan cuerpo a una sensibilidad, a un esquema mental. La duda es un legado de la modernidad. Pero en la posmodernidad la duda se radicaliza y se vuelve absoluta: pretender en estos tiempos ser dueño de la verdad es signo de fanatismo. Es por esta razón que se la acusa de relativista y permisiva: la era todo vale. Sin el apoyo de fundamentos absolutos y causas y fines últimos, las dicotomías pierden legitimidad. La sensibilidad posmoderna es plástica, fragmentaria y plural, muchas veces contradictoria; la lógica de la identidad y el tercio excluido no funcionan. El avance moral a las minorías también ha propiciado un clima de tolerancia irrestricta a los diferentes mundos posibles y a las formas de la experiencia. Aceptar que hay personas con convicciones radicalmente diferentes a la propia involucra un ejercicio de distanciamiento de las propias convicciones. Si en la modernidad se creía que todos los hombres son iguales, en la posmodernidad se subraya que todas las personas gozan de iguales derechos a pesar de sus diferencias.
Tomemos el caso de una persona religiosa, ejemplo que sirve muy bien a nuestros propósitos porque trata una creencia que escapa a la razón. Un católico posmoderno – que aparentemente es un oxímoron – está dispuesto a conceder que las otras religiones son también un camino legítimo para llegar a Dios. Un católico posmoderno vendría a ser un católico progresista, lo contrario a un ultraconservador. Es un católico que se ve en la necesidad de utilizar métodos anticonceptivos, se divorcia sin problemas de conciencia y habiéndose casado de nuevo, comulga. Es un católico que practica la meditación trascendental, yoga, puede leer textos budistas, interpreta cartas astrales, y, construye su casa según el Feng Shui. Es un católico que profesa su fe, aunque se encuentre en franca contradicción con las condiciones objetivas de su existencia. La relativización de la propia fe requiere que la persona reconozca que su criterio religioso no es absoluto ni universal. El católico posmoderno no es, entonces, un católico al cien por cien, y elige del menú religioso aquello que puede realizar y descarta lo que no. Por lo tanto, este católico hipotético logra distanciarse objetivamente de sus preceptos morales, cree con seriedad pero, paradójicamente, no se toma demasiado en serio. Elige creer en su fe, pero deja al prójimo en libertad de profesar otra religión o ninguna. Lo opuesto a un ironista es un fundamentalista, aquél que está convencido de poseer la verdad con mayúsculas, y que está dispuesto a matar por su causa. El nudo de la sensibilidad posmoderna se encuentra en esa duda absoluta, en el cuestionamiento permanente de las propias convicciones. El sentido de contingencia de la posmodernidad se encuentra en ejemplos tan peregrinos como en los consejos expertos sobre la comida y la salud. Cada mes las revistas proveen recetas contradictorias: un mes hay que anular las carnes rojas por el colesterol, y al siguiente hay que incluirlas religiosamente en las dietas porque prolongan la vida según el último estudio científico. La sociedad posmoderna es el escenario de la incertidumbre, y de la aceptación de la incertidumbre y la impermanencia como hechos objetivos de la existencia. La ausencia de telos, a la que se refiere Crespi es un aspecto estructural de la posmodernidad. Sin embargo, esta sensación de precariedad existencial no es una novedad. Las obras artísticas mejor logradas del modernismo tematizan el vacío existencial, la angustia metafísica. El angst 2 es su leit motiv por excelencia. Lo que diferencia a la sensibilidad moderna de la posmoderna es la manera con que lidia con el sentimiento de vacío existencial. Si no hubiera angustia en la posmodernidad, no se podría explicar las estadísticas enormes de depresión y el auge de los antidepresivos. El espíritu contemporáneo sublima la angustia mediante la risa y el escapismo de la diversión. El espíritu posmoderno considera que lo único que vale una arruga, el
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Crespi: 1989:231. miedo, temor.
2 Angst:
El humor de hoy
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Herencia avejentamiento epidérmico, es la risa, y no el llanto. Cada persona es libre de otorgarle a su existencia el sentido que desee. La fórmula posmoderna tras el cinismo o no creer en nada, el hedonismo o persecución del placer y el narcisismo o egolatría, es que todo da igual, que la humanidad estaba mal encaminada desde un principio, y que cuando intentó rectificarse falló miserablemente. Si la especie no consigue autodestruirse por vía química, lo hará destruyendo su casa planetaria. En este sentido, la desesperanza no provendría del hecho de que el hombre sea naturalmente malo, sino irremediablemente estúpido.
instrumento por excelencia para combatir la angustia existencial.
A pesar de su ingenuidad bobalicona, la monótona canción “Don´t worry, be happy” 3, o también la frase de Bruce Lee, ocupada últimamente en anuncios publicitarios, “Be wather my friend” 4, ilustra perfectamente esta ética despreocupada. La gente está cansada de sentir miedo, de ver las catástrofes diarias propaladas en tiempo real por la televisión; y esto causa que se repliegue a su mundo privado, que deserte de la acción social, porque la esfera privada sí está bajo control. El exceso de drama termina por saturar y se revierte a la comedia: el drama se convierte en una tragicomedia. Las únicas tragedias que dejan una profunda huella emocional son las personales, y esto se debe a que la cotidianeidad de la tragedia colectiva la torna insoportable. A fuerza de repetición, pierde su poder conmovedor, la gente se insensibiliza. El mundo se ha vuelto irreal, y por ello, plausible de ser objeto de burla.
El humor facilita la recepción de los mensajes, la industria publicitaria ha gastado sumas millonarias en estudios que así lo prueban. Sin embargo, una cosa es vender jabones mediante un código humorístico, y otra muy distinta es vender ideas polémicas por el mismo medio. Cuando el humor se ejerce en función de la crítica, se produce una triple ventaja, porque captura la atención de la audiencia, ridiculiza al objeto de la crítica, y simultáneamente asume una posición lúdica, que se presta a la polémica. La risa es un argumento invencible, pero quien la ejerce debe aceptar la regla del fair play humorístico.
“La risa libera al aldeano del miedo al diablo, porque en la fiesta de los tontos también el diablo parece pobre y tonto, y por tanto, controlable. Pero este libro podría enseñar que liberarse del miedo al diablo es un acto de sabiduría. Y de este libro podría saltar la chispa luciferina que encendería un nuevo incendio en todo el mundo; y la risa sería el nuevo arte, ignorado incluso por Prometeo, capaz de aniquilar el miedo” (Eco 1984:575) La cita anterior se encuentra en la novela de Humberto Eco, El nombre de la rosa. El extracto del diálogo le pertenece a Jorge Burgos, que como cualquier fundamentalista religioso aborrece la risa porque ésta puede volverse contra Dios y ridiculizarlo. La risa tiene el poder de empequeñecer al objeto que la causa, desacraliza, rebaja, y en esta operación libera el respeto. Por lo general, las personas prefieren ser víctimas de la ira antes de que de la burla, porque la primera implica que se le está tomando en serio, mientras que mediante la segunda se le resta importancia. La risa ubica a quien la ejerce en una posición de superioridad. Paradójicamente, ahora que caducó el miedo a lo supraterrenal, y que éste sumió una forma terrenal y posible, la risa se ha generalizado. En la posmodernidad es lícito reírse de todo, puesto que la risa se ha convertido en el
La risa ha acompañado a la humanidad desde siempre, pero es con el advenimiento de la sociedad posmoderna que la capacidad de reír se eleva al rango de virtud cardinal. Es una risa que encuentra su fundamento en la incapacidad de tomarse a uno mismo demasiado en serio. No vale reír de lo ajeno si no se es incapaz de reír de lo propio. Tal es la regla del fair play del código humorístico posmoderno.
La caricatura puede ser un género de opinión pavorosamente efectivo, porque como explica Eco: “Nada resulta más revelador que una caricatura, precisamente porque parece el objeto caricaturizado, sin serlo” 5. Frente a la deslegitimación de los discursos circunspectos, a la generalización del código humorístico como práctica social y al afán de entretenimiento, la caricatura se ha convertido en uno de los géneros favoritos de la sociedad posmoderna. Cuando se constituye en vehículo para la crítica, la caricatura disloca, lo ilumina con una perspectiva diferente. Terminemos la presente sección diciendo que la permanente ironización, la incapacidad de tomarse las cosas muy en serio, es una manera de poner fin al dogmatismo. “Tomarse los problemas en serio y luchar, de acuerdo; pero sin perder el sentido del humor; la austeridad militante ya no se impone tan necesariamente como antes, el relajamiento de las costumbres hedonistas y psicologistas se inmiscuye hasta en el orden de las acciones sociales que no por ello excluyan confrontaciones a veces duras” (Lipovetsky 1998:165)
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Don´t worry, be happy: No preocupe, esté contento. Be wather my friend: Sea el agua, mi amigo. 5 Eco 1999:86. 4
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El humor de hoy
Herencia Si bien hemos dicho que la sensibilidad posmoderna es hedonista y cínica, esto no quiere decir que se haya renunciado a asumir una posición crítica. Sin embargo, es el tenor de la crítica lo que ha mutado; aquellos que critican no pueden darse el lujo de tomar su crítica demasiado en serio, con esto queremos decir que la crítica puede ser ácida, pero que nunca abogará por la destrucción del contrincante. El menosprecio del nivel simbólico del juego hermenéutico de la comunicación al que se refería Crespi. El que pierde el sentido del humor al defender una causa, por mas noble que ésta sea, es susceptible de perder los estribos. El sentido del humor es una garantía para mantener el panorama amplio, y la actitud ironista es un ejercicio de permanente cuestionamiento que permite el intercambio y la defensa de ideas civilizadamente. No es gratuito que los afectos a las verdades carezcan, por lo general, de sentido de humor. Ejemplos de la comedia posmoderna Las generaciones posmodernas han crecido viendo dibujos animados, muchas veces su primer contacto con la comedia se da a través de este género. A diferencia de los clásicos cuentos infantiles, son muy pocos los dibujos animados que contienen moralejas edificantes e incluso en aquellos que son aparentemente inocuos, inofensivos se descubre un subtexto a veces perverso. Cualquier niño asiduo a He – Man se daba cuenta de que entre él y She Ra había una atracción, a pesar de que eran hermanos (posible alusión a la tragedia griega). Se podría deducir que Los Pitufos representaban a seis de los siete pecados capitales: Gruñón, Perezoso, Glotón, Sabiohondo, Pitufina (lujuria), y vanidoso. Lady Oscar era una “drag king”. Betty Boop se contoneaba en su breve minifalda y a la vez resistía el asedio de los admiradores. La Warner Brothers es responsable de varias versiones, del cuento de la Caperucita Roja, bastantes subidas de tono. Con la posmodernidad se borra la distinción entre el mundo de los adultos y el de los niños. Lo lúdico ya no es patrimonio exclusivo de la niñez. Es normal que un adulto se entusiasme viendo La pantera rosa o jugando videojuegos. Esto ha tenido un impacto en la configuración del fenómeno de recepción en las audiencias actuales. Si a toda obra estética narrativa se le exige coherencia y correspondencia interna, y no una correspondencia con el mundo de los objetos reales, los dibujos animados inauguran un nuevo umbral de humor fantástico, absurdo y sin sentido gratuitos. En los dibujos animados esa fantasía irrestricta se tolera porque son eso, dibujos animados, pero cuando lo absurdo se traslada a una película con personajes de carne
y hueso, muchas personas reclaman un sentido trascendente, una narrativa que desemboque en la cordura. La filmografía de Quentin Tarantino representa también un buen ejemplo de comedia posmoderna. Sus críticos objetan que sus películas glamorizan la violencia, lo cual – en nuestra modesta opinión- representa un despropósito, dado que esta ficción se da en el seno de una sociedad que televisa guerras y matanzas. Lo cool 6 de sus personajes evoca ese cinismo, esa actitud de estar de vuelta de todo que marca el espíritu posmoderno. Sus diálogos son ya legendarios. Diálogos que versan sobre temas tan triviales como la diferencia entre las hamburguesas europeas y norteamericanas. Las tres primeras películas (Reservior Dogs, Pulp Fiction y Jackie Brown) de Tarantino tienen tramas absolutamente peregrinas que se enriquecen por los quiebres de la temporalidad. En sus películas Kill Bill, volúmenes 1 y 2, la primera es un homenaje a las películas de bajo presupuesto de artes marciales; la segunda también, aunque además celebra la tradición al western. Sin embargo, los homenajes de este director nunca son del todo serios; son burlones, se construyen desde una distancia irónica. Por ejemplo Shao Lin de la serie Kung Fu, aparece viejo y arrugado. Pareciera que Tarantino quiere afirmar que los héroes también tienen sus debilidades. La visión de Tarantino presenta el reverso de las idealizaciones, el sueño americano, la tradición de las artes marciales, el western. Esa actitud subversiva está en consonancia con la sensibilidad posmoderna y su jugueteo perpetuo, con la irreverencia humorística que se resiste a considerar, incluso aquello que se respeta, con seriedad circunspecta. Tarantino practica un recurso generalizado en la estética posmoderna, que es el recurso de la intertextualidad. La intertextualidad entendida como la inclusión de textos anteriores, en un texto. Y precisamente la intertextualidad que nos interesa examinar se adecua al modelo de este cineasta; una referencia a textos precedentes con el objetivo explícito de manipularlos, subvertirlos y comentarlos. He aquí que vincularemos este nuevo concepto de intertextualidad con el concepto de ironismo que examinamos en el primer subcapítulo. Si el ironismo es la incapacidad de tomarse en serio, entonces la intertextualidad ironizante es aquella que bromea sobre las referencias externas que incluye en el texto. Funcionan como un guiño como una seña dirigida al espectador, y fundan una relación de complicidad burlona. Recapitulando, podemos decir que la posmodernidad se instaló a fines de la segunda guerra mundial, consolidándose en la década de 1970, marcada por eventos que
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El término “cool” es de aquellos que se muere cuando se intenta definirlo. No obstante se puede intentar describir como que se sabe lo que es, pero escapa a la definición. El humor de hoy
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Herencia minaron la fe de la humanidad en construir un mundo mejor, como fue la bomba atómica y el fracaso de la revoluciones de 1960. La posmodernidad representa un quiebre con el ideal totalizador de la modernidad, el progreso hacia una sociedad universalmente justa mediante la racionalidad y la ciencia. Son cuatro los aspectos estructurales del esquema posmoderno según Crespi: 1- la atomización de los campos de saber a parcelas autoreferenciales que no pueden dar cuenta de una realidad total; 2- la ausencia de fundamento, es decir, el reconocimiento de que las prácticas y significados sociales no tienen mayor sustento que en la intersubjetividad, y que ninguna tiene mayor valor relativo que las demás; 3- la ausencia de telos, o fin de la idea que existe un fin supremo que guía el devenir de la humanidad, y; 4- la irreconciliabilidad de la situación existencial y social, que plantea el problema de asignar un sentido a la existencia individual y colectiva basándose en fundamentos contingentes. Debido a este esquema mental, la sensibilidad posmoderna, se muestra incapaz de formular criterios rígidos para clasificar jerárquicamente las experiencias y prácticas sociales. Debido a que duda de todo, incluso de sus propias convicciones, el ironista no puede tomarse nada en serio; puede relativizar hasta sus creencias más arraigadas. El fracaso de las utopías y grandes ideales produce una sensación de precariedad existencial que, a diferencia de la sensibilidad moderna y angustia pesimista, se sublima mediante la risa. La sensibilidad posmoderna acepta alegremente la contingencia y el sinsentido de la existencia. No espera cambiar el mundo; a lo sumo, batalla porque el desencanto no termine por destruirlo. Seguimos la noción de Lipovetsky, quien afirma que la sociedad posmoderna es humorística, a saber que el código humorístico impregna todas las prácticas sociales. A pesar de ello, esto no quiere decir que la risa se haya tornado políticamente correcta en todos los casos; todavía quedan discursos satíricos y críticos, aunque éstos se valen de la comicidad para llegar a sus mensajes. De esta manera, la comedia se erige en el género por excelencia de la posmodernidad. Dentro de este esquema, la caricatura se torna un arma indispensable para la crítica a la misma sociedad, porque facilita la recepción de mensajes muchas veces duros. Polemiza con economía efectiva, sin perder el sentido del humor y la capacidad de relativizar la misma crítica. Este ejercicio de distanciamiento de las propias creencias ayuda a limitar el dogmatismo, a que las confrontaciones se resuelvan simbólicamente. Finalmente, como la sensibilidad ironista, no se toma ni siquiera a sí misma demasiado en serio, y no pretende hacer grandes obras de arte ni dramatizar la profundidad de las pasiones humanas, recurre, como estrategia discursiva, a la intertextualidad ironizante. En suma, constituyen un ejemplo de sociedad cool, donde los contrastes, las antinomias duras se resuelven por medio del humor, perdiendo consistencia, en la que existen únicamente verdades parciales y continentes. La sensibilidad posmoderna es humorís36
tica a fuerza de ser irónica: una sociedad que logra burlarse incluso de su propio relajamiento. Bibliografía - Álvarez, Rosa (1999) La comedia enlatada. Barcelona. Gedisa. - Ausubel, David (1995)Psicología Educativa. Un punto de vista cognoscitivo, Trillas, México. - Barthes, Roland (1967) Ensayos críticos; [traducción de Carlos Pujol] (pág. 897). Barcelona: Seix Barral - Barthes, Roland y otros, (1986). Análisis estructural del relato, Puebla: Premiá. - Crespi, Franco (1989) Modernidad: La ética de una edad sin certezas. En: El debate modernidad- posmodernidad. Buenos Aires. Puntosur. - Culler, Jonathan. Sobre la deconstrucción: teoría y crítica después del estructuralismo. Madrid: / Jonathan Culler ; [traducción de Luís Cremades] Cátedra, 1984. - Culler, Jonathan. “La estética de la recepción” Teoría de la literatura. Columna Barcelona. - Eco, Umberto (1966) Obra abierta. Barcelona. Seix Barral. - Eco, Umberto (1984) Postscript to the Name of the Rose. New York: Harcourt Brace- Javanovich. - Eco, Umberto (1992) Interpretación y sobre interpretación. Ed. Cambridge University Press New York. - Eco, Umberto (2000) Los límites de la interpretación. 3ª edición Barcelona. Lumen. - Fish, S. “La literatura en el lector: estilística efectiva”. Ed. Visor Madrid, 1989. - Genette, Gérard (1988). "Géneros, «tipos», modos", en Garrido, M. A. (1988), Teoría de los géneros literarios, Madrid: Arco Libros, pags. 183 - 233. - Glowinsky, Michael (1994) Acerca de la intertextualidad (:185208) En Criterios, La Habana, Nº32. - Groening, Matt (1998) The Simpson Gude to Springfield. New York: Harper Collins. - Groening, Matt (2002) The Ultimate Simpson in a Big Ol’ Box: A Complete Guide to Our. - Iser, Wolfgang (1987). El acto de leer. Editorial Taurus, Madrid. - Jencks, Charles (1996) What is Post- Modernism? London Academy. - Lipovestky, Gilles (1998) La era del vacío. 10 ed. Barcelona Anagrama. - Lottam, Iuri (1979) Semiótica de la cultura. Madrid Cátedra. - Lyotard, Jean (1994) La condición posmoderna. 5ª ed. Madrid. Cátedra. - Mukarovsky, Jan (1971) Arte y semiología. Alberto Corazón, DL. - Pfister, Manfred (1994) Concepciones de la intertextualidad: 83-108 Criterios, La Habana, Nº 31.
El humor de hoy
Herencia
El caos en El paseo ahumada de Enrique Lihn* David Gallardo Matus Introducción En 1983, es publicada El Paseo Ahumada, una de las obras más importantes del poeta Enrique Lihn, y que, además, sería una de las que mejor reflejaría la sociedad chilena en medio de la crisis económica de aquellos años. Como escribiera Rodrigo Cánovas para el diario La Época en 1989, Enrique Lihn profesa “el oficio de la transgresión”, pues sus obras van más allá de una preocupación por el estilo clásico en la poesía, él busca decir aquello que nadie más se atreve a decir, aquello que todos vemos, pero frente a lo cual nadie se detiene a reflexionar. Y El paseo Ahumada es justamente eso, es obligar al lector a detenerse y apreciar el caos que existe en el lugar más concurrido del país y que refleja todo lo malo y extraño de la cultura chilena.
El caos en El paseo Ahumada La pregunta a responder en este ensayo es ¿Porqué es “El Paseo Ahumada” un caos? Enrique Lihn debía buscar la manera de representar aquel ritmo de vida acelerado, aquella decadencia, aquel estado de recesión económica que se refleja en personas vagabundas, pobres y miserables, que han caído en desgracia y que son víctimas de una cultura de mirar siempre al frente para no apreciar lo que no queremos ver. El libro comienza así: “Su limosna es mi sueldo Dios se lo pague Un millón y medio de subempleados mendigos subscribirían el lema Si los dejaran chillar como a éste y a otros tantos pocos en el Paseo Ahumada...” Lihn nos da el primer esbozo de este caos, pues nos presenta a un millón y medio de personas, de mendigos, quienes deben vivir de la caridad, y de los que algunos se instalaban en aquellos años para vender productos a bajo costo traídos desde Taiwán para poder sobrevivir. Pero ¿Cómo representar a estos mendigos? Con un personaje emblemático por aquellos años: El Pingüino. Él reflejará no sólo la pobreza extrema, el abandono y la enfermedad (flagelos siempre insuperables del ser humano) sino que ______________________________
además reflejará al símbolo de la pobreza: Cristo. El Pingüino será para Lihn la reencarnación de aquel Cristo crucificado, de aquel Cristo que vivió en la pobreza material pero no espiritual, y le dirá Lihn a este personaje: “...Dime si este es un reino y por dónde se va a él y quién estaría detrás de ti, porque tú eres su reverso A los pies de quién -a qué clase de pies- conduce el Paseo Ahumada esta carretera real menesterosamente parecida al Gran Teatro del Mundo [...] Todos los mendigos confluyen en ti y tú tendrías que confluir en el rey...” El Pingüino representa la pobreza que no se podrá superar jamás, que es una marca establecida en la sociedad, pues siempre habrá un mendigo que, como el Pingüino, tocará su tambor de mala manera para ganarse algunas monedas para comprar algo de comer. Pero Lihn no lo desprecia, al contrario, lo alaba, se siente parte de ese sector de la sociedad abandonado, en esa época, por el decaimiento de la economía, y dice que el Paseo Ahumada es una Cámara de Tortura, un recipiente donde se ve lo peor de la sociedad, un lugar donde ellos, por primera y única vez, serán el centro de atención que no se quiere ver, su “estreno en sociedad” como dice el poeta, donde sus sobras, nuestras sobras, serán lucidas como la mayor de las reliquias pues “...Su zapato derecho es mi zapato izquierdo doce años después...”, sus sobras son todo lo que yo tengo, nos quiere decir el poeta, y por eso poco le importa la rima y el ritmo en la poesía, pareciera que los aborrece, pues no le sirven para mostrar el caos de esta sociedad reflejada en un sector en especial, no le sirven los estilos clásicos para expresar aquello que es sufrimiento, que es abandono, que es un estado de decepción constante del espíritu y que quiere ser tapado por la Introducción a la Estética del Vivac: “...La estética del Vivac salpica a sus mirones Son fuentes que mantienen el orden y la ley del chorro en el Paseo Ahumada...” Haciendo referencia a las fuentes de agua que alguna vez se instalaron en el Paseo Ahumada, para adornar y, a su vez, ser un método disuasivo que moleste a los mendigos, a los cantantes con sus instrumentos Yamaha. Poco a poco, la lectura nos lleva de mostrarnos una realidad a criticar y, quizás, sugerir soluciones entre líneas, pues duros son sus dichos en el poema Noticias de un astronauta del futuro candidato a la presidencia del mundo,
*Ponencia presentada en el I Congreso Nacional de Estudiantes de Castellano, agosto de 2009. Universidad Metropolitana de las Ciencias de la Educación
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Herencia donde deja entrever lo alejado que se encuentran los gobernantes del pueblo necesitado, y argumenta: ”...El astronauta se defiende de la soberbia -pecado de angelismo- porque él es sólo un miembro -el mejor dotado- de la élite de los superhombres [...] Basta de todas esas farsas opulentas Al hoyo negro con todos los emblemas, información y no profecías queremos, y que aterrice, por fin ese azote...” Fortuna tuvo Enrique Lihn el no ser considerado nunca como uno de aquellos que alteraban el orden, y quizás también tuvo la fortuna de ser mucho más inteligente, pues aunque su obra no buscaba enfrentamientos políticos, este poema sí descarga toda esa queja contra quienes son para él los causantes de esta mendicidad que trasciende la dignidad. Pero este camino de introducción al caos en el cual nos lleva Enrique Lihn, es sólo para enfrentar el poema cumbre de esta obra que buscará atacar todas las aristas de este caos. Canto General será su desahogo particular de cada cosa que el poeta ve como lo errado de toda esta situación caótica, lo errado de una sociedad decadente y entristecida: “...Mi Canto particular (que te interprete, pingüino), producto de la recesión y de otras restricciones Soy un cantante limitado, un minusválido de la canción[...] Canto General de esta toma parcial de la naturaleza muriente de Santiago...” Minusválido como los que piden limosna en el Paseo Ahumada; canto general es el pensamiento de todos que nadie puede expresar y Lihn lo toma y lo hace su canto particular. “...Fíjese usted en la cantidad de palabras que vamos a necesitar para leer de corrido una página del diccionario ¿Dónde están? En la lista de los desaparecidos ¿Detrás de qué eufemismos se esconden? ¿Con qué máscaras recorren el Paseo Ahumada? Escribir por ejemplo Democracia Ahora significó un enorme costo social en el Estrato Bajo a esa frase ingresaron cantidad de muertos casuales muchos de ellos niños algunos, qué se yo, y tan fácil que parecía repetirla...” ¿Qué quiere Enrique Lihn? ¿Contra qué lucha? ¿Contra quién? Quizás nos dirá lo que el resto nos dice: “...Los muertos de nuestro tiempo acostumbran a suicidarse...”
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Resulta ser bastante claro lo que pretende decir. “Canto General a los héroes, que caen como grandes actores desconocidos en el campo del simulacro defendiendo a sus ajusticiadores de la luz pública[...] Canto General y no caso por caso[...] la muerte de sus nombres en el mar anonimato en grande y for ever” Pero no, no es un poema político, es un poema humano, que hace un alegato contra los que faltan, los olvidados, los desaparecidos, pues Lihn se pregunta: “¿Para qué escribo? Para ponerle letra a ese repiqueteo” (Toca el tambor a cuatro manos), y es esa su propia respuesta a este caos poético. Lihn, y hay que ser enfático en esto, escribe lo que todos piensan, de la manera en que nadie piensa. En un entrevista realizada por César Calvo en 1970 en Caretas, Enrique Lihn comenta: “Personalmente tengo la impresión de que en lugar de escribir, describo”. Y lo hace de una manera abrumadora en el poema Se apareció Cristo en el Paseo Ahumada está bueno de jodé: “...Cristo Ahumada, saltando en su nombre santo ¡Gloria a Dios! [...] Cristo que apareció muerto bajo otro nombre [...] Cristo bajo la mira en el campo de fuego [...] Cristo dejado de la mano de Dios [...] Cristo del cobre sin un cristo en la mina [...] Cristo a la parafina ardiendo como un bonzo por la libertad de sus hijos [...] Cristo al que matan en su población por haberse negado a gritar viva Chile [...] Cristo que estaba bueno de jodé” La obra El Paseo Ahumada comienza su decadencia dentro de su propio caos, pues comienzan los detalles, las historias puntuales y anécdotas que buscan llegar de manera más directa al lector (si se puede algo más directo que Se apareció Cristo en el Paseo Ahumada está bueno de jodé) pues el poema Muérete de gusto en una clínica particular es una conversación con el Pingüino, recomendaciones que buscan burlarse de la sociedad adinerada y, a la vez, profundizar aún más en la decadencia de la pobreza: “...Si te enfermas de gravedad muérete de gusto en uno de esos Sheraton [...] y una eficiente masa de enfermeras te dejan como nuevo Sólo por unos cien mil pesos Supongamos que ahorrar veinte pesos al día cinco mil días bastarán para cancelar esa deuda más cinco o seis mil días de reajuste en el supuesto que te admitan la prórroga con unos 25 años de esforzada mendicidad volverías a tu punto inicial”
El caos en El paseo Ahumada de Enrique Lihn
Herencia Finalmente, el poemario busca expresar cómo las personas y la sociedad comienzan a olvidar su pasado, y desconociendo el pasado, perdemos el rumbo hacia el futuro. El poeta nos dice en Nacionales: el desmemorizador: un aparato de primera necesidad: “Cualquier cosa que cambia me inquieta...” pues él también olvida sin querer hacerlo: “¿Puedo identificar los edificios que bordean el famoso paseo?”. Pero no olvida a los mendigos, pues versos como: “Dejad que los mendigos vengan a mí”, “Y ¿dónde -pienso- lavan la ropa sucia los sin casa...”, “De los pobres de espíritu será el reino de la calle” nos remueven la sensibilidad para darnos cuenta de nuestra sociedad, de nuestros valores perdidos, de que no debemos caminar con la vista derecha sino mirar al necesitado. Su obra termina con los siguientes versos, que evocan la nostalgia, y que mira, de alguna manera, hacia el futuro: “No como el desvelado pingüino de los hielos eternos no como el sofocado pájaro bobo que se eterniza en el Ahumada Como el locústido me hubiera gustado ser ese reloj indesechable autodespertador y de una mágica exactitud Como el locústido que duerme 17 años en su refugio subterráneo antes de emerger en un día especial del mes de mayo quizá el primero de mayo justo a la hora en que empieza esta fiesta de primavera en que estallan los fuegos artificiales tanto como en los juegos naturales”
Ahumada no ha cambiado, sigue siendo foco de miseria y de dinero, de edificios olvidados, hoteles y cafés desaparecidos y transformados, en un mar de gente que transita día tras día con una urgencia que desconcierta y sin llegar realmente a ningún lugar. Y ese es el verdadero caos en El Paseo Ahumada. Referencias - Lihn, Enrique. El Paseo Ahumada. Ediciones Minga, 1983. - Calvo, César. Enmarcando a Lihn. Caretas. Nº 425, (noviembre de1970), pag. 23 y 26. - Filebo. El rincón de los libros: El Paseo Ahumada. Las Últimas noticias. Santiago. Talleres El Mercurio, 1902- v. (18 de diciembre de1983), pag. 14. - Marín, Germán. Enrique Lihn, líneas para un prólogo. El Mercurio. Santiago: Talleres El Mercurio, 1900- v. cuerpo E, (27 de abril de 1997), p. 22-23. - Cánovas, Rodrigo. Lihn: el oficio de la transgresión. La Época. Santiago: Impresiones y Comunicaciones, 19871998 (Santiago: Impasa) 273 v. (17 de septiembre de 1989), pag. 3.
Conclusiones El poemario, El Paseo Ahumada, busca ser un fiel reflejo del caos que se vivía por los años de su publicación al auténtico Paseo Ahumada, pero, resulta ahora, veinticinco años después, una fotografía aún más perfecta del caos más profundo, pues aunque el Pingüino ya no existe como tal, existen otros que siguen su legado, como el que no posee piernas y pide dinero en el exterior de la Catedral Metropolitana, los humoristas de la Plaza de Armas, los tarotistas, pintores, vendedores de música y películas ilegales y, por supuesto, ladrones y el pastor evangélico que pretende llegar al cielo acusándonos de pecados varios. A Enrique Lihn (quien murió en 1988) quizás le entristecería ver que veinticinco años después de la publicación de uno de sus libros más emblemáticos, el Paseo El caos en El paseo Ahumada de Enrique Lihn
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El pensamiento social de nikos kazantzakis* César García Álvarez “¿Cómo puede uno solo salvar en la tierra su alma si juntas no se salvan las almas todas? Un niño en el mundo sin pan y nosotros de hambre perecemos; un hombre alza la mano para un crimen perpretar; y todos alzamos nuestras manos y todos somos asesinos; una sola raíz todos criamos y en un alma sola florecemos”.
(Cristo a Odiseo. Rapsodia, XXI) Una revisión de la amplísima bibliografía dedicada a Kazantzakis, nos arroja sobre el tema social un espacio muy poco estudiado. Kazantzakis ha sido considerado, como se sabe, desde las perspectivas existencialistas, bergsonianas, nietzchianas, budistas, cristianas, frecuentemente siguiendo el propio itinerario fijado por él, en Carta al Greco. Reviso la bibliografía casi exhaustiva, registra 181 obras, presentada por Roberto Quirós en su obra Nikos Kazantzakis. Dimensiones de un poeta pensador 1 y no encuentro título alguno sobre Kazantzakis que vaya en la dirección social. Hay alusiones a su periodo “comunista” en M. L. Bidal Baudier 2, pero apenas 12 páginas; falta una revisión del pensamiento social completo. Nikos Pouliopoulos escribe Les idées politiques de Kazantzakis, un estudio interesante, pero referido solamente a la cuestión de política interna de Grecia 3. Una segunda observación previa: al estudiar temas similares a éste, con frecuencia los autores fijan hitos evolutivos, marcados por la aparición de cada obra. No es este el caso de Kazantzakis que emprendía una o más obras a la vez: entre 1922 y 1928, por ejemplo, el autor griego redactó tres obras. He aquí una muestra de cronologías superpuestas de las obras más citadas en este trabajo: Ascética se inicia en 1922 y sólo se concluye en 1928, obra a la que añade en 1945, El Silencio; con respecto a La Odisea, Kazantzakis redacta las cinco primeras rapsodias en 1925 y en 1938 el autor hace la séptima corrección; la Odisea (tragedia) se inicia en 1922 y se concluye en 1928; Todo Raba es de 1928; Zorba, el griego es una obra que se concluyó en 1943, pero recoge resonancias de su viaje a Rusia de 1925 a 1927; España, dos rostros da cuenta de la experiencia de la guerra civil española, 1936-1939; de 1948 son El pobre de Asís y Cristo de nuevo crucificado, cada una de ellas nace de experiencias directas; Carta al Greco, que de algún modo resume su itinerario espiritual y social, es de 1945.
En resumen, observamos que entre 1922 y 1928, Kazantzakis se dedicó, por ejemplo a redactar tres obras a la vez. 1. Desde la ladera del Greco El pensamiento de Kazantzakis obedece a una dialéctica histórica irrenunciable. Abrir las páginas de Carta al Greco (1945), así como las demás obras, es recorrer la aventura del hombre de acción que levanta mitos, se le caen al suelo, los inaugura de nuevo, los quiebra, los vuelve a levantar…; al final, halla uno en qué confiar: Es la justicia, que con pasión iza, proclama, ensalza, teniendo como divisa a Lenin, Nietzsche, San Francisco, Colón, el Quijote, Odiseo. Kazantzakis, es el hombre de las múltiples vidas condensadas, todas inquietas, todas esperanzadas, todas con la mira hacia el horizonte de la historia donde, duramente la paz se hace justicia. Pensar que cada obra de Kazantzakis es una nueva máscara del autor, una repetición de lo dicho, es desconocer la evolución e integración de ideas que todo gran autor tiene. La sociología en Kazantzakis presupone una antropología: responder al fuego, a la llamada, al impulso de cada día para ser más que uno mismo con lo demás. Si tuviésemos que elegir dos de estas obras, una antropológica y la otra sociológica, sin duda que la primera sería Ascética (1922-1928) 4 y la segunda la Odisea 5, obra en la que pone en acción lo que Ascética es en contemplación. Comentaba un día Kazantzakis la superior hazaña de don Quijote, cita en la Segunda Parte del libro de Cervantes: se encontró el Hombre de la Mancha con un carro que transportaba tres leones para el Emperador. Pidió al carretero le abriese las puertas de atrás para dar fin a la superior hazaña. Ruegos y súplicas del dueño de la carreta y de Sancho, fueron inútiles para detener el intento de una lucha contra los leones, hambrientos de ocho días, y… carretero y Sancho pusieron los pies en polvorosa. La puerta, ahora, abierta. Los leones acostados. Don Quijote parado ante ellos con la lanza en ristre para atravesar al primero que se le lanzase. Uno, el que estaba más adelante, se despereza, abre los ojos, lento, lentísimo se lengüetea; relajado alza una pata, después la otra; y ya de pie -don Quijote siempre con la lanza orientada hacia la
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* El presente ensayo recibió el primer premio en el concurso de ensayos organizado por la Universidad de La Habana para conmemorar los 50 años de la muerte del poeta y novelista griego Kazantzakis. 1 Quiroz Pizarro, Roberto, tesis de licenciatura aprobada con la máxima calificación en la Universidad de Chile, 2003, editada por el Centro de Estudios Griegos, Bizantinos y Neohelénicos de la Universidad de Chile, 2003. 2 Bidal Baudier, M.L. Nikos Kazantzakis. Como el hombre se hace inmortal. Buenos Aires, Carlos Lohlé, 1978. 3 Pouliopoulos, N. Les idées politiques de Kazantzakis, en Le Regard Cretois, Revue de la societe des amis de N. Kazantzakis. Nº14, diciembre de 1996, pág. 23. El autor ha escrito “N. Kazantzakis y las grandes preocupaciones políticas mundiales”, 1972 y 1975, estudios de historia política más que de filosofía política y sociología. 4 En 1945 corrige y añade “El silencio”, y en este año se publica en Atenas. 5 La Odisea (en 1925 compone ya las rapsodias 1 a 5; en 1938 hace la séptima corrección. Esta obra es distinta de la tragedia con el mismo nombre, obra de 1922 y que se publica en Atenas en 1928. 40
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Herencia bestia- el león mira a derecha e izquierda y “dándole las traseras partes, se acostó”. El heroísmo a la altura del aparato fecal. Reflexión de don Quijote: “Los magos podrán quitarme la aventura, pero el esfuerzo y el ánimo, no”. Reflexión de Kazantzakis en El jardín de las rocas: “Combatimos sin certidumbre y nuestra virtud, al no estar segura de una recompensa, adquiere una extremada nobleza”. La Edad de Oro de la justicia igualitaria llegará, según Kazantzakis 6, no como meta primera, los leones podrán volver a acostarse. La Edad de Oro, es la Aventura que nos hemos implantado en el corazón; esta fue la primera justicia de don Quijote, de Odiseo, de San Francisco, de Zorbas y todos los personajes de Kazantzakis, pues quien se aventura, cosechará ventura; lo habían expresado los latinos en aquel aforismo: “Audaces fortuna iuvat”. Kazantzakis regresa a Grecia tras una estadía de compromiso social en Rusia (1925-1927); pero Rusia regresa con él 7. Es cierto que hubo en Kazantzakis una desafección al comunismo. Pero La Unión Soviética no supuso una antinomia con el pensamiento de Kazantzakis: El amor a la justicia, la revolución por el pobre, el compromiso con la sociedad, ya nunca desaparecerá ni en él, ni en su obra, particularmente Apología, Capodistria, Constantino Paleólogo, Toda Raba, El jardín de las rocas, Ascética, Simposio, Cristo de nuevo crucificado, la Odisea; Rusia será, desde ahora, aunque con visión crítica, vertiente esencial de su pensamiento. 2. Lo que vi en Rusia, Todo Raba 8 (1928) y Jardín de las rocas (1936) El viaje y experiencia de Kazantzakis en Rusia, no fue un apresuramiento. Vio la pobreza e injusticia en las calles de Berlín y se sintió responsable de ello, el problema social se le hizo crisis de conciencia 9. Lo había escrito en Ascética: “Ama la responsabilidad. Di: yo solo tengo el deber de salvar la Tierra. Si no se salva es culpa mía”. Buda sí –era su etapa anterior- pero después que el hombre haya cumplido con sus responsabilidades sociales. La religión debe operar sobre los imponderables de la existencia, pero no sobre los deberes. El comunismo se vivía entonces como una religión, y Kazantzakis insertó esta filosofía de Marx en su filosofía de ascenso de la humanidad. Escribe a propósito del décimo aniversario de la Revolución en Moscú, al que asiste como invitado: “Vi que las fronteras se desmoronaban, los hombres, los países y las razas desaparecían; el hombre se reunía con el hombre…¡un relámpago
había iluminado el espíritu de los hombres: habían visto que todos eran hermanos”. Era la época mística del comunismo, después vendrá la otra: la de la resistencia capitalista que llama a la lucha. Es 1936. Kazantzakis refugiado en la isla de Egina escribe El jardín de las rocas, su experiencia por el mundo de la China llama a la acción directa, estas son sus ideas: 1. La tarea esencial de nuestra época es la organización de dos campos opuestos. 2. Hombre viviente es hoy aquel que toma parte activa en esta organización. 3. ¿A la derecha? ¿A la izquierda? Esto no tiene más que una importancia secundaria. 4. Los dos campos, a sabiendas o no, colaboran. Son la tesis y la antítesis que crean, al chocar entre sí, la síntesis del mañana. 5. Cuanto más violento sea el choque, mayor será la posibilidad de una síntesis rica. Pero también se multiplican más los peligros. Nada es seguro. 6. Vivir esta incertidumbre trágica, sentir que las fuerzas se reduplican ante esta incertidumbre, es en nuestra época, la actitud más digna del hombre y la más fecunda. 7. Renunciar por el momento a divisiones más vastas. Concentrar sobre un solo punto nuestros esfuerzos. Limitarse. Obedecer. Obrar. Ya se jugará después” 10 Pero Kazantzakis, como todo ser que se aprecie de tal, es un ser en camino. Poco a poco su pensamiento evoluciona. No negará el leninismo, lo superará más allá de sus programas económicos y purgas, para Kazantzakis inaceptables 11. Si para el comunismo la revolución era sociológica y económica, para Kazantzakis era aquello, pero más que aquello, también metafísica. “No es Rusia lo que me interesa –escribe a Pandelís Prevelakis- sino la llama que devora a Rusia. Mejoramiento del nivel de vida, felicidad, justicia, virtud: cebos populares a los que no me apego. Sólo una cosa me importa: la busco por doquier y la persigo con la mirada, con miedo y con alegría: el hilo rojo que horada y atraviesa como una ristra a los cráneos, a los hombres. Yo no amo sino ese hilo rojo. Mi única felicidad es sentirlo horadar y atravesar mi cráneo, partiéndolo. Cualquier otra cosa es efímera, necia, filantrópica y vegetariana, sin valor para un alma liberada de toda esperanza” 12. Con el tiempo, el pensamiento del comunismo y Kazantzakis se distanciarán más: el comunismo se quedará con las leyes históricas, Kazantzakis con un impulso mayor, el ascenso de la humanidad. El dionisismo kazantkiano
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El pensamiento social del autor griego se construye a lo largo de toda su vida. Véase Bidal Baudier, M. L. o.cit. pág.70, 1987. 8 Moscou acrié fue el primer título de Todo Raba. 9 Ya Kazantzakis, con apenas 16 años –en 1906- había escrito un artículo en la prensa titulado La enfermedad del siglo, en el que acusa la erosión de la civilización occidental; con un sentido más filosófico, pero no menos crítico, un nuevo artículo sobre La bancarrota de la ciencia, tenía entonces 19 años. 10 Kazantzakis, N. El jardín de las rocas, Barcelona, Ed. Planeta Obras Selectas, vol. II1, pág. 289, 1962. 11 Kazantzakis sufrió la amarga experiencia de saber que sus amigas Itka y Rosa, dos amigas conocidas en Berlín, habían muerto en la Siberia. 12 Citado por George Stassinakis en Nikos Kazantzakis un pensador de nuestro tiempo, publicado en el anuario del Centro de Estudios Griegos, Bizantinos y Neohelénicos de la Universidad de Chile, Byzantión Nea Hellás, números. 17-18, pág. 112, 1998,1999. 7
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Herencia no cabía en forma plena en las doctrinas de Marx y Lenin. Tenemos dos registros concretos del pensamiento de esta primera parte en Kazantzakis: Lo que vi en Rusia, de exaltado descubrimiento de la revolución y Toda Raba obra crítica. La Odisea, que se inicia en 1925 y concluye en 1938, será la decantación y síntesis de todas sus experiencias. Recojo un relato extraído de Toda Raba: Azad pronuncia un discurso: “Azad alza los puños y grita: -¡Una nueva revolución! - ¿Qué? ¿Está loco? Los personajes importantes se agitan, los obreros yerguen la cabeza. Azad no ve a nadie ya. El vértigo se adueña de su cerebro. Grita, ya no puede dominar sus palabras: Lanzo el grito 13 de alarma. Viejos combatientes, jóvenes obreros, hombres y mujeres honrados: ¡estamos perdidos! El materialismo entorpece, ahoga nuestra alma. Producción, industrialización, el trigo, el carbón, el petróleo… no son sino medios. El fin es otro, más alto: el alma. La revolución se salvará no con las cooperativas, las colectivizaciones, las máquinas y las oficinas, sino con el alma”. Kazantzakis lanza, entonces, un anatema contra la “civilización”, que es el predominio de la producción e industrialización sobre el hombre y no al servicio del hombre. Cuando esta civilización se instala, la cultura pierde el alma. 14 M.L. Bidal Baudier es claro en señalar la significación última del comunismo en el sistema de pensamiento de Kazantzakis: “Este episodio revolucionario […] fue la rama nueva que ensanchó y enriqueció al árbol, pues la savia provenía del corazón mismo del poeta” 15. 3. La herencia rusa: Zorba “Contraté en mi mente obreros, para que emprendiéramos el mismo trabajo, comiéramos juntos el mismo alimento, usáramos las mismas ropas, para que no hubiera un patrón y obreros, que no fueran obreros sino colaboradores, que gozaran de los mismos derechos que yo”. Fue entonces –parece que el Destino tenía ganas de ______________________________
divertirse- cuando conocí a un viejo obrero minero, Zorba” 16. Este obrero, Zorba, es el alma limpia del revolucionario: “El que hace ver sin cesar el universo cada mañana por primera vez e infunde virginidad a los elementos eternos y cotidianos –el viento, el mar, el fuego, la mujer, el pan- una mano segura (…); cuando brotaba su risa, podía él derribar, y derribaba de hecho, todos los muros –moral, religión, patria- que el hombre, miserable y miedoso, ha erigido alrededor para caminar, cojeando, con seguridad, a lo largo de su pobre vida” 17. Pero no todo se puede decir con palabras, cuando algo nuevo se quiere inaugurar –la revolución y la inmortalidad-, no hay alternativa o se inaugura un lenguaje nuevo o, como Zorba, “se erguía de un salto sobre las rocas de la playa y se ponía a bailar… bailaba, aullaba, golpeaba la playa con sus pies y rociaba su cara con agua de mar”. Kazanzakis se confiesa, ante Zorbas, aburguesado “… y yo permanecía inmóvil, fatigado (...) nunca me avergoncé tanto de mi alma como delante de Zorba” 18. Zorba es el Maestro, Kazantzakis, al lado de él, un novicio discípulo: ¡Qué importa la mina y el lignito: “nosotros, patrón –me llamaba patrón reventando de risa- tenemos otras metas, metas más elevadas. -¿Qué metas, Zorba? –le preguntaba. - Nosotros cavamos para ver qué demonios llevamos dentro”. La primera revolución para Kazantzakis es la de la persona, hecha ésta, la social estará allanada. El gran fracaso de muchos intentos de revolución social, obedece precisamente al desprecio por la educación. La mina de Zorba fue para el griego la gran escuela que nunca olvidará. Pero Zorba ha desaparecido, y el último lamento de Kazantzakis, con tono de elegía, es éste: “… hagamos todo lo posible para que viva un poco más este maravilloso tragón, bebedor, trabajador incansable, mujeriego, vagabundo. El bailarín, el guerrero. El alma más amplia, el cuerpo más seguro, el grito más libre que he conocido en mi vida…” 20. El autor de Carta al Greco dedica varias páginas más para hablar sobre aquella herencia que Zorbas dejó en el corazón del autor griego: “Todo lo que escribía, poema,
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El “grito”, como expresión de lo revolucionario, es muy frecuente en las obras de Kazantzakis, y se repite allí donde el tema social emerge angustioso. El tema merecería un estudio particular. Recojo este pequeño texto de Carta al Greco, con siete gritos, que subrayo: “Todo hombre tiene un grito que lanzar antes de morir, su grito. Hay que darse prisa para tener tiempo de lanzarlo. Ese grito puede dispersarse, ineficaz, en el aire (…) No eres un carnero, eres un hombre; y hombre quiere decir algo que no está cómodamente instalado, sino que grita, ¡grita tú, pues! Mi alma íntegra es un grito y mi obra íntegra es la interpretación de ese grito! 14 Así manifestaba en 1928, después de un viaje al Asia soviética: “Desgraciadamente ambos países – se refiere a Samarcanda y Bukhara- van hoy hacia su decadencia, comienzan a civilizarse…”. 15 Bidal Baudier, M.L. o. cit. Pág. 131.En un momento radical del pensamiento radical del comunismo, las obras e Kazantzakis fueron prohibidas en la Unión Soviética. 16 Kazantzakis, N. Carta al Greco. Barcelona, Edición Planeta, 1968, vol. III, pág. 544. Hay que tener en cuenta que Zorba, el griego fue terminada de componer en 1943, cuando el comunismo no era ya el mismo, en entusiasmo e idealismo, que aquél que vivió Kazantzakis en sus viajes a la Unión Soviética: octubre de 1925 a abril de 1927; invitado oficial al Décimo Aniversario de la Revolución 1927 y, tercer viaje, 1929 año en el que recorrió gran parte de Rusia. 17 Carta al Greco, o. cit. pág. 545. 18 Carta al Greco, o. cit. pág. 546. 19 Carta al Greco, o. cit. pág. 547. 20 Carta al Greco, o. cit. pág. 563. 42
El pensamiento social de Nikos Kazantzakis
Herencia teatro, novela, cobraba siempre, sin que yo la advirtiera claramente, una estructura y un movimiento dramáticos. Todo estaba lleno de fuerzas que chocaban de frente, lleno de angustias, todo no era sino búsqueda de un equilibrio perdido, cólera y rebelión… Conservaba siempre la esperanza de reconciliar las fuerzas tenebrosas y las fuerzas luminosas que entonces se hallaban en estado de guerra, y de llegar a ser la armonía futura” 21. “La preocupación que me sacudía no era tanto la del hombre actual, en vías de descomposición, como la del hombre futuro, que empieza a componerse y a nacer” 22 … quería liberarme de las tinieblas que estaban en mi para que se hiciera la luz, de mis terribles antepasados que rugían para transformarlos en seres humanos. 23 2. España en revolución 1936-1939: Las fuerzas atávicas y la injusticia social Kazantzakis se encuentra ahora en España, en la España trágica de la guerra civil (1936-1939), una guerra social-religiosa ¿Qué hacer? ¿Ser sólo un espectador? ¿El reportero que ha de responder al insípido qué, cuándo, dónde y por qué? Es difícil someter a este ciclón de pensamiento y vida que es Kazantzakis, a los simples cánones de la rutina periodística. Si en Carta al Greco el yo kazantzakiano, insatisfecho, inquirió e impuso una respuesta al itinerario de los espacios sociales –Creta, Asís, Rusia- ahora, la dialéctica es inversa, la realidad injusta, se impondrá severa al yo del escritor: “Porque de este modo no solo llegamos a conocernos a nosotros mismos. Lo que es muchísimo más importante, somos capaces de trascender nuestro propio yo, lleno de un estúpido orgullo, sumergiéndolo y templándolo en el atormentado itinerario del ejército humano (…) Todos mis viajes, fuere cual fue su causa o su resultado, supusieron en mí mismo algún tipo de crisis interna, en ellos sentí una sensación de agobio, de no poder hallar ninguna salida, excepto la de morir como un héroe en el sitio de Missolonghi. Creo que si soy capaz de captar todo esto en palabras podré ayudar a aliviar la agonía de otros espíritus afines que sigan el mismo camino” 24. Rescato y destaco: “Trascender el yo sumergiéndolo en el atormentado itinerario del ejército humano… ayudar a aliviar la agonía de otros espíritus afines que sigan el mismo camino”. El yo y el nosotros vivos, dramáticamente vivos, es la única condición, a la luz del pensamiento de Kazantzakis, para que la revolución social perviva. Las revoluciones que han perdido su energía vitalizante y justifican su cobardía con el apodo de “renovados”, son los que perdieron esa dialéctica entre el yo y el tú, entre antropología y sociología, cobijándose bajo una hipócrita democra______________________________
cia del capital, porque en el juego “igualitario” de la democracia, el trabajo no podrá competir nunca con el capital; ante ello “el hombre futuro empieza a componerse y a nacer”, comenta Kazantzakis. La pupila estética del autor griego, observa ahora la España social de los múltiples matices: Gentes que se mueven, los grises de sus paisajes, las catedrales misteriosas, hasta la Andalucía chispeante de arabismo, toda la historia aglomerada de iberos, celtas, visigodos, árabes, judíos; el autor de España, dos rostros sintetiza todo ello en el prototipo de la revolución hispánica, don Quijote, aquél que en su Discurso de la Edad Dorada, proclamó por primera vez y para siempre, no hay ya más “tuyo ni mío”. Con don Quijote, dice Kazantzakis: “Sobrevino en la historia de España el punto álgido místico, la síntesis profunda –hegeliana, añado yo- el héroe de todo este país que fundió todos aquellos rostros efímeros y sin conjuntar en un perfil eterno, de modo que España quedara representada ante los grandes comicios del tiempo y el espacio: el santo mártir don Quijote” 25. Pero, a esa España de 1936 no llegó la Edad de Oro comunitaria que su héroe proclamó hacía ya cuatro siglos: robaron su tumba curas, venteros, bachilleres y barberos, como dice Unamuno, y hay que organizar una cruzada para rescatar la tumba de don Quijote. La España de la guerra civil, es la España de la cruzada social por rescatar la tumba del que dijo: Ni mío, ni tuyo, siempre lo nuestro. No importan los resultados inmediatos, en este caso adversos: se perdió la guerra; en la dialéctica de la historia, lo justo y lo trascendente antropológico, inserto en el Derecho Natural, podrá ser contrariado, hollado, crucificado de mil modos y maneras, pero nunca abolido: Absorto en estas reflexiones, miraba como pasaba España por mi compartimiento del tren; a la derecha y a la izquierda, las piedras, los campos y las míseras aldeas quedaban encajonadas entre las rocas. De vez en cuando, se alzaba un campanario, dominando las casas. De vez en cuando, un pastor, ajado por el sol y la lluvia, inmóvil, con la barbilla apoyada en su alto cayado y la mirada infinita y eterna vigilando cómo sus escuálidas ovejas buscaban en vano por entre las rocas grises cubiertas de cardos” 26. Y Kazantzakis se introduce ahora en el interior de la guerra civil. España, dos rostros: es la teoría de la revolución desde la revolución. El cronista griego percibe en Cáceres, primera estadía, gritos falangistas de ¡Viva la muerte! 27. Repulsivo para él este grito, y para el español no comprometido que (la escena es en una cocina donde hay cuatro personas): “Se limitaban a escuchar en silencio, encorvándose inmóviles sobre el suelo, como personajes de una antigua tragedia. Los dos coros y el mensajero. La vida sin cambio; los temas eternos; la rutina inmortal y cotidiana” 28. El pueblo no está en la guerra, ve pasar la
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Carta al Greco, pág. 549. Carta al Greco, o. cit. pág. 551. 23 Carta al Greco, o. cit. pág. 553. 24 Kazantzakis, N. España, dos rostros. Buenos Aires, Carlos Lohlé, pág. 7-8, 1985. 25 España, dos rostros, o. cit. pág. 14. 26 España, dos rostros, o. cit. pág. 15. 27 España, dos rostros, o. cit. pág. 159. 28 España, dos rostros, o. cit. pág. 163. 22
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Herencia guerra, él es el sujeto de la contienda entre dos facciones, derecha e izquierda. La derecha que prometió una justicia de siglos, que nunca dio; la izquierda, que es toda esperanza. Salamanca, segunda etapa. Bullicio nuevamente de derechas. Kazantzakis visita a Unamuno, como visitaría a la Pitonisa de Delfos pidiendo una respuesta. La contestación que recibe, también es ambigua: “Escuche. Preste mucha atención a lo que voy a decirle:¡todo esto ocurre porque los españoles no creen en nada!” 29. “No me he convertido en un hombre de derechas. No haga caso de lo que diga la gente...no soy fascista, ni tampoco bolchevique: ¡Estoy solo!” 30. Los españoles no creen en nada, esta es la herencia deshumanizante del capital, que pensó antes en el dinero que en las personas. Un ejemplo más: “En lo alto de la torrecilla del Ayuntamiento de Vargas, dos obreros desatornillaban una placa grabada en grandes letras de oro: PLAZA DE LA DEMOCRACIA. Se habían encaramado a una pared para quitarla, riendo frenéticamente, como si estuvieran destrozando a la democracia con sus propias manos. -¿Qué van a poner ustedes ahora? –les pregunté. -¿Qué dice usted? -¿Qué van a poner ustedes en su lugar?...¿Alfonso… Franco…la Virgen María? -Aún no lo sabemos –contestaron los trabajadoresmientras se afanaban furiosamente en arrancarla- ¡todavía no han traído la nueva…!” 31. Madrid es otro punto de reflexión de sociología-vital de Kazantzakis. La capital de España se encuentra bajo el dominio socialista. El escritor griego pregunta a un oficial fascista -están a las puertas de Madrid- si no siente lástima por la destrucción de una ciudad luminosa bajo el dominio de los rojos. Contestación: - Es roja. Me sentí avergonzado. Durante largo rato miré insaciablemente al Madrid socialista como si le estuviera diciendo adiós para siempre (…) y esto antes de mañana. O con seguridad antes de pasado mañana, en que las bombas, los aeroplanos y todos esos poderes sombríos de la derecha, vendrán, y la destruirán. Un eclipse… Vemos con nitidez y llenos de tormento cómo las negras alas se despliegan envolviendo al espíritu en tinieblas 32. Y Madrid fue destruido. Nuevamente aparece el rostro del protagonista anónimo, el pueblo, aquél ajeno a la contienda: “Entonces apareció un campesino en su asno, cargado con dos cestos de uvas. Llenamos nuestras manos de uvas negras y agrias y nos sentimos refrescados” 33. Antes de regresar de ese Madrid a Toledo, un soldado falangista hizo entrega al cronista griego un papel im-
preso, encontrado en la mochila de un soldado rojo muerto. Era su decálogo. Rescato dos mandamientos: 1. “Defender tus libertades con uñas y dientes, hasta el último instante. 2. Luchar con denuedo contra la falsedad y la esclavitud”. Contrasta este decálogo con el otro, el de los requetés y falangistas, papeles también recogidos por Kazantzakis al lado de dos muertos; en éstos no existe alusión alguna a la libertad, el trabajo o la esclavitud; todo se centran en la obediencia y disciplina, obediencia y disciplina ¿para qué obediencia y disciplina, si son sólo un medio, no un fin? Y un documento más: el secreto grito de una niña de seis años que escribía a su papá enrolado –seguramente a la fuerza- en las tropas fascistas: “Por favor, vuelve papito, ¡por favor, por favor! Nuestra gata ha tenido cuatro gatitos. Ven a verlos. Te besa. Carmen López”. Francisco López, que así se llamaba el papá, no volvería más a casa, su cadáver yacía a las afueras de Getafe; en su bolsón asomaba esta carta recién leída que Kazantzakis rescató. El cronista de España, dos rostros tuvo acceso a otros miles de testimonios escritos; ¿por qué eligió estos tres? Porque seleccionar es ya compartir. En el ideario social de Kazantzakis, está por sobre todo la paz, y en esto censura con acritud a ambos bandos españoles; lo explica: “Todos ellos se han puesto sus máscaras –unas rojas, otras azules y han saltado a la arena. Se han puesto la máscara, se han emborrachado y han cambiado su naturaleza. Cuando los salvajes se ponen la máscara de guerra, lo que desean es matar. Cuando se ponen la máscara de la danza, sus pies se vuelven alados y bailan. Y cuando se colocan la máscara de la muerte, lloran… y tras la máscara del enemigo nadie ve el rostro de su propio hermano” 34. Una conclusión para España, dos rostros. Para Kazantzakis la guerra española brota de un atavismo ancestral de fuerzas primitivas desbocadas que llaman a matar, pero en la antropología del hombre español, más arriba, se encuentra el detonante, la injusticia social: “… también intervienen otras fuerzas sombrías, sobre todo dos: el hambre y la injusticia. En España la injusticia social es intolerable… pero entonces, un día todos los agraviados y los hambrientos se alzaron haciéndose con el poder, en las elecciones del pasado febrero (1936), pero los vencedores contra el enemigo común empezaron a luchar contra ellos: comunistas, socialistas, anarquistas… las fuerzas centrales de las oposición -católicos, monárquicos, militares y patriotas- se organizaron. El 18 de julio estalló la revolución, quien venza deberá implantar en España disciplina y justicia social. El
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España, dos rostros, pág. 168. España, dos rostros, o. cit. pág. 171. 31 España, dos rostros, o. cit. pág. 175. 32 España, dos rostros, o. cit. pág. 194. 33 España, dos rostros, o. cit. pág. 197. 34 España, dos rostros, o. cit. pág. 203. 30
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Herencia campesino debe emanciparse del señor feudal y debe tener suficiente comida. Deberán promulgarse leyes favorables a los trabajadores. El pueblo deberá ser educado. ¿Querrán –o tendrán tiempo- los futuros vencedores – que fueron las derechas- de llevar a cabo todo esto? Si mi opinión personal tuviera algún valor, no dudaría en responder: NO” 35. La herencia rusa expresada críticamente en Toda Raba, continuada en Zorba, el griego alargada en España, dos rostros y complementada con su participación en la creación de la Unión Socialista de los Trabajadores de Grecia, tuvo una expresión política más en la vida de Kazantzakis al recibir en 1956 en Viena el Premio Internacional de la Paz; si bien, debemos hacer notar su natural y a veces airado rechazo a la política ortodoxa rusa. Rusia será en adelante una vertiente social esencial de su pensamiento, pero no única, que se enriquecerá con otras que vamos a estudiar. Adelantemos, por ejemplo, la proyección historicista, religiosa y social, asimilada del judaísmo en los años de su estadía en Berlín 36, cuya proyección doctrinal se encuentra en Ascética. 1. Ascética (1923) Quedó señalado, Ascética y la Odisea constituyen el eje central del pensamiento de Kazantzakis. Lo confesaba su esposa Helena Kazantzakis en 1923 con estas palabras: “Un libro pequeño que más tarde servirá de llave para comprender bien su obra”. No sería exagerado decir que todo Kazantzakis asciende hacia estas obras y, alcanzadas, todo deriva de ellas. Con razón ha señalado Asiz Izzet: “La Ascética es el esqueleto y el corazón de la obra entera del gran escritor griego” 37. Ascética y la Odisea conviven incluso en los años de redacción: Ascética se terminó en 1923 y la Odisea se inició en 1925 (escribe este año 6 rapsodias; en 1935 Kazantzakis se aboca a la quinta redacción y en 1937 a la séptima, siendo publicada al año siguiente). El pequeño desfase entre la redacción de ambas obras, Ascética y Odisea, es significativo: sin la primera no se daría la segunda o sería de otra manera. Un tercer factor nos ayudará a configurar el pensamiento social de Kazantzakis
entre esos 1923 y 1938: entre Ascética y Odisea, tiene lugar la experiencia de la revolución rusa, de la que se nos da cuenta en forma exultante en Lo que vi en Rusia, en forma crítica en Toda Raba y en forma aplicada en España, dos rostros. Si la revolución rusa tomó, al menos en los primeros años, la emoción de una religión, Kart Kerenyi dirá a su vez de Ascética: “Ni una obra de arte, ni de filosofía… En realidad es una obra sobre una nueva religión; un llamado a la realización de un mito, como lo demuestra el subtítulo salvadores Dei, que se tradujo al alemán como Rettet Gott, Salvad a Dios” 38. La Ascética, no obstante la acentuada visión idealista y religiosa, es una obra con un fuerte compromiso social 39. No es exagerado decir que, si el Manifiesto del Comunismo constituyó en un primer momento una adhesión kazantzakiana, Ascética fue adhesión y, mucho más, permanencia en el escritor griego. Kazantzakis admiraba a Lenin como “uno de los raros hombres de la historia, igual que Mahoma, que Nietzsche, que habían hecho saltar una de las pesadas envolturas del hombre, una de las máscaras que le ocultaban a Dios” 40. Existe una coincidencia más entre doctrina (Ascética) e ideología (Manifiesto del Comunismo), la valoración de la acción que, en forma paradigmática recogerá la Odisea. Señala su amigo Sikelianos 41: “El árbol florecido de Buda devino en el árbol de fuego florecido sobre el universo –última etapa de la marcha del Invisible”, fuego que Ascética convertirá en doctrina. Ana Martínez Arancón, estudiosa de Kazantzakis, no dudará en calificar el libro Ascética, a la luz de éstas y otras ideas, como un manual para la acción 42. La estructura de Ascética contempla cinco apartados: Preparación, la Marcha, la Visión, la Acción y el Silencio, siendo la Marcha y la Acción allí donde se condensa la mayor energía revolucionaria de Kazantzakis. He algunos textos: “El grito que oíste no procede de ti solo. No eres tú el que hablas. Innumerables antepasados hablan también por tu boca. No eres tú solo el que deseas: innumerables generaciones de descendientes desean ya en tu corazón” 43. “Así la salvación del universo es al mismo tiempo nuestra
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España, dos rostros, o. cit. pág. 233. En la Rapsodia X de la Odisea Rala aparece contra la esclavitud de Egipto: “Tocando con fuerza el tambor, con la cabeza erguida, con cabellos fulgurantes y blanquísimo velo, tocaba y sus ojos resplandecían, llenos de caballos e incendios y hombres que tienen hambre y fortalezas que caen”. Rachel Minc fue su guía en estos estudios de cultura hebrea; Kazantzakis llegó a creer incluso que los cretenses habían pertenecido a la guardia del Rey David. 36 En la obra del escritor griego Libertad o Muerte, cuyo tema es la lucha por la libertad contra los turcos, aparece en Creta una judía, Noemí, de quien dice Kosmás: “Es ella quien me enseñó a amar a todas las naciones y a comprender las ideas por las cuales yo combatía. Nosotros somos todos semejantes en nuestro anhelo de libertad”. Es frecuente encontrar en varias obras de Kazantzakis la presencia de una judía, luchadora por la justicia social, nacional o universal, en unos casos se llamará Noemí, en otros Raquel, en la Odisea Rala. 37 A. Izzet: “Introducción” a N. Kazantzakis, Ascética, pág. 956. 38 K. Kerenyi “Nikos Kazantzakis, sinejistís tu Nietzsche stin Helada”, en Nea Hestía, 1959. 39 Debemos entender que la Odisea es un retrato del hombre y sus aventuras, a veces enloquecidas, Odiseo se entrega en ocasiones a crímenes sangrientos, como reflejo de la historia del hombre; qué duda cabe que la historia ha sido con frecuencia sanguinaria. La Odisea es el reflejo del hombre, lo que fue, lo que es, lo que debe ser. Cuando ponemos el acento en lo religioso y social de esta obra, no es lo exclusivo, sí lo propositito. Recordemos que en 1924 publicó en la revista Anaghénisi una idea de lo que sería su magna obra, la revista significa Renacimiento en una clara idea de positividad. 40 A. Izzet, o. cit. pág. 948. 41 Sikelianós acompañó a Kazantzakis al Monte Athos (1914), y testimonia la presencia de las ideas de Ascética en la mente del escritor griego. 42 Martínez Arancón, Ana, Sobre la Astitikí de Kazantzakis, en Olga Omatos (Ed.): Tras las huellas de Kazantzakis, Ed. Athos.Pérgamo, Granada, 1999, pág. 137. 43 Kazantzakis, N. Ascéticas. Salvadores Dei. Traducción de Enrique de Obregón, Introducción de Asís Izez, en Obras Selectas III, Planeta, Barcelona, 36
1968, pág. 977. El pensamiento social de Nikos Kazantzakis
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Herencia salvación, la solidaridad entre los hombres no es lujo para corazones tiernos, sino una necesidad, una profunda necesidad de autodefensa. Como en la batalla, la salvación de tu vecino es también tuya” 44. Se lee pocas páginas más adelante: “No eres tú el que has gritado. Tampoco es tu estirpe la que ha gritado en tu frágil pecho. Tampoco son las generaciones de los hombres blancos, amarillos o negros, los que han gritado en tu corazón. Es la tierra entera con sus ríos y sus árboles, sus hombres y sus dioses, la que se impone en tu pecho y grita” 45. La naturaleza tiene un puesto esencial en el pensamiento social de Kazantzakis: él, el escritor, no ama el ruido de las ciudades con su cemento y anonimato de las gentes, sí la sencillez del campo que acompaña al campesino como su primer hermano. Existen en Ascética dos capítulos dedicados a esta hermandad natural de hombre-naturaleza: Tierra que mira hacia atrás y revive la ascensión y Relación del hombre con la naturaleza. Las largas caminatas en las tardes, en la isla de Egina, donde se consagró particularmente a la redacción de la Odisea, eran todos los días un rito de comunión con la naturaleza y conversación con los isleños; ahí, en el espacio natural y contemplación del mar, tomaba aliento Kazantzakis para seguir escribiendo, al día siguiente, más rapsodias. El espacio en la obra del escritor griego es más que un paisaje, se convierte en un sentimiento, sentimiento de la naturaleza que interioriza y, de este modo, se inserta en su pensamiento 46. Nos debe alertar esto la gran unidad en el pensamiento de Kazantzakis, unidad que es antropológica, sociológica y cosmológica, tres líneas que buscan el Uno, al que tanto aspiraba. En Zorba, el griego distingue Kazantzakis tres clases de hombres, es el grupo tercero el que interpreta el pensamiento del autor griego: son aquellos cuyo objetivo de vida es vivir la vida del universo entero: todos, hombres, animales, plantas, astros, formamos una unidad; no somos sino una misma substancia que desarrolla el mismo terrible combate ¿Qué combate? Transformar la materia, y la materia en espíritu48. Kazantzakis no es claro en señalar cómo ha de ser ese final de las transformaciones; puede ser leído en varias claves: bergsoniana, el cumplimiento del élan vital; en términos nietzschianos, lograr el Superhombre; pensar en el mundo como Voluntad de Schopenhauer; la Cristogénesis
de que habla Teilhard de Chardin. Preferimos, a la luz de la línea sociológica que venimos persiguiendo y la fecha revolucionaria rusa en que se inserta Ascética, hablar más bien de un llamado a la necesaria unidad humana, anticipo de la Edad sin Clases, que transformará también el universo; así parece demostrar este texto “Tu primer deber, en este relámpago de tu alma sobre la tierra, es el de alargar tu yo a fin de vivir tu propia marcha eterna, visible e invisible (…). Tu raza (estirpe) es tu gran cuerpo: pasado, presente y futuro. Tu primer deber, cumpliendo tu servicio en las filas de tu raza (estirpe), es sentir en ti todos los antepasados. Tu segundo deber es aligerar su impulso, proseguir y acabar su obra. Tu tercer deber es enseñar a tus hijos la necesidad de superarte” 49. Un texto complementario, aunque mucho más agrio, es Simposio 50. Simposio es el vómito de la cultura occidental en estado de decrepitud y que hay que sustituir, aunque sea con la violencia:”¿Dónde estás, Señor? ¡No te quiero con un lirio angelical en tu mano, sino con una espada! ¡Basta de misericordia y de bondad! El mundo está podrido hasta las raíces y tú debes sembrar uno nuevo. Y si cinco hombres justos, o incluso diez, deben perderse, no tengas compasión de ellos (…) Dentro de mi corazón terrenal griego, siento una nueva civilización, clara y simple, y todos los días lucho en esta empinada roca, lejos de todos los corazones putrefactos de occidente, para distinguir y apresar el nuevo aspecto de la suprema Esperanza” 51. 2. Cristo de nuevo crucificado (1948) Escrita en 1948 y publicada el mismo año de El pobre de Asís; tal vez, una de las obras más impresionantes de Kazantzakis. El contexto tiene que ver con la misión diplomática del autor griego (1919) para repatriar a 150 mil griegos sobrevivientes de la llamada “Catástrofe del Asia Menor”. El pueblo de Licovrisí, la mayoría griegos, no se unió al ejército heleno de liberación de las tierras en dominio turco. Vivían, entonces, sin represalias. Este pueblo debía representar cada siete años la Pasión de Cristo; los
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Ascesis, o. cit. pág. 1014. Ascesis, o. cit. pág. 998. 46 Discours prononce par N. Kazantzakis a Vienne le 28 juin 1956 lors de la remise du prix internacional de la paix: Insiste en las fuerzas regenerativas ocultas en la materia. Véase Le Regard Cretois. Nº.11, julio de 1995. 47 Debo enmendar aquí algunas ideas expresadas por mí en El pobre de Asís. Sentido y forma de una novela de Kazantzakis, artículo publicado en Burgense (43/1 (2002), Facultad de Teología de la Universidad de Burgos. Expresaba allí la negación que hace Kazantzakis del Uno. En verdad, a Kazantzakis no se le puede juzgar con criterios de rigor escolástico, es un filósofo-poeta y en esta tesitura debe ser entendido. No en otra. 48 Suenan aquí las ideas de Teilhard de Chardín, aunque Kazantzakis no lo conoció. Sobre ello véase Bidal Baudier, o.cit. capítulo final. Parece de mayor influencia el conocimiento del pensamiento judío, orientado por Rachel Mine. Véase “El judaísmo en la obra de Kazantzakis”, en Byzantion Nea Hellás, Nº16, 1977 Homenaje a Nikos Kazantzakis, pág. 19. 49 Ascética, o. cit. págs. 981-982. Hemos señalado “así lo pareciera señalar”; Kazantzakis resulta a veces contradictorio, hace suyas en la Rapsodia XV, verso 821, las palabras de Nietzsche:”¿A dónde vamos?¿Venceremos alguna vez? ¿Qué sentido tiene el combate? – Calla. Nunca preguntan los combatientes”. 50 Simposio. Buenos Aires, Editorial Carlos Lohlé, 1978, es un diálogo “platónico” redactado en 1922 (Viena) y comienzos de 1923; fue traducido al alemán este mismo año por Kare Dietrich; se tradujo al griego en 1927, en Atenas. La segunda versión es de 1951, presentada en Atenas y en Aix-en Provence en 1957; la traducción fue revisada, corregida y levemente cambiada por el propio Kazantzakis. No obstante, esta obra fue postergada por Kazantzakis, acaso la consideró un mero borrador. El manuscrito fue dado a conocer por Helena Kazantzakis en 1971, catorce años después de muerto su autor. 51 Simposio, o. cit. pág. 41. 46 El pensamiento social de Nikos Kazantzakis 45
Herencia papeles estaban entregados, Manolios debía representar a Cristo; otros, otros personajes. Mientras Manolios y los futuros personajes de Juan, Pedro y Santiago meditaban a la orilla de un lago cómo hacer bien sus papeles, se escucharon entre salmos y sollozos una turba que se acercaba: “Son cristianos, hermanos nuestros –gritó Manolios- vamos a darles la bienvenida”. La escena no es para explicar: en verdad eran despojos de un pueblo griego expulsado por los turcos, que se arrastraba cansado, hambriento, los niños llorando, los enfermos cayendo a un lado y a otro del camino esperando la muerte; llevaban en unos sacos hasta los restos de sus difuntos y unas palas para enterrarlos en tierra de paz. Manolios y sus compañeros de representación, los saludan y se dan cuenta que ahí empieza la escena de la Pasión, en vivo. Los ricos de ese pueblo se levantan, entonces, contra los allegados y se desata la violencia cuando el San Juan de la representación regaló al pueblo de griegos desplazados una propiedad donde pudiesen descansar. Manolios, el Cristo de la representación, es perseguido y excomulgado. El choque entre allegados y vecinos de Licovrisí es sangriento. Es, entonces, cuando el Judas de la representación, Panayotaros, entrega a Manolios a los turcos, acusándolo de bolchevique, éstos lo envían a los griegos amigos de los turcos para que le den muerte: quedó en el suelo con los brazos en cruz. El pueblo errante vela el cuerpo de Manolios antes de darle sepultura e inician la marcha sin destino, mientras se anuncia la llegada de la revolución bolchevique. El texto tiene tres lecturas: una histórica, el desplazamiento de los griegos expulsados por los turcos (1918,1919): medio millón de griegos murieron: parte resistiendo, muchos huyendo por mar, otros en los caminos; un millón y medio perdieron sus hogares y bienes; Kazantzakis fue nombrado Director del Ministerio de Socorro Público, con la misión específica de prestar ayuda a 150.000 griegos sobrevivientes, expulsados del Cáucaso: la segunda lectura es religiosa, la Pasión de Cristo no fue un hecho pasado, todos los años se actualiza mística o socialmente, Manolios arrastra a sus compañeros a vivir el Evangelio con compromiso de vidas; la tercera lectura, vinculada con la anterior, es social, los pobres no pueden esperar, porque son fruto de revolución; los bolcheviques que ingresaron a Licovrisí, no fue un grupo de idealistas revolucionarios, su acción respondió a injustas causas sociales.
2. San Francisco de Asís (1954) o la revolución dentro de la Iglesia San Francisco es uno más de este ejército espiritual, el guía, si se quiere; cuenta el Hermano León que llevaba un apodo: “cesta agujereada”; la metáfora del yo que no se cansa nunca de dar al otro; por los pobres dejó un día San Francisco hasta los cielos y se apareció al Hermano León, pidiendo amparo; las palabras las mismas: “tengo frío, tengo frío y hambre, busco dónde posar mi cabeza (…) Francisco vaga por la tierra, sin fuego ni techo. ¡Hazle una morada!” 52. San Francisco es para el imaginario de Kazantzakis el símbolo del eternamente desamparado, pero también la llama que llama a la revolución más allá de ella misma; he aquí su ideario: “Padre Francisco –le gritaba yo- vas a quemar el mundo”. Dios es un incendio, Hermano León. Arde y nosotros ardemos con él” 53. He tomado la decisión, la sangre de mi madre grita en mí. Sé que será muy difícil. ¿Me ayudarás Hermano León? 54 “La Iglesia está en peligro. El mundo se desmorona, Cristo está en peligro. Levántate, Francisco, sostén el mundo para que no caiga... Callé. Pero mi corazón latía con fuerza porque sentía que ese sueño de Francisco venía de Dios y se trataba de un mensaje secreto y terrible. Sabía que cuando Dios se apodera de un hombre, lo arrastra inexorablemente de cima en cima, hasta destrozarlo en mil pedazos” 55. En verdad, nuestra marcha no era una marcha de paz. Parecíamos un ejército: el joven señor –Francisco-; el mendigo –el Hermano León-; y Dios a la cabeza, al asalto…” 56. “Hermano León –dijo con voz resuelta- ¿no habíamos dicho que los dos éramos un ejército y que partíamos para liberar el Santo Sepulcro? No sonrías. Ten fe… y cuando estén hechas las cosas grandes, emprenderemos las imposibles” 57. “Reanuda la marcha. Oirás el sonar de un cascabel. Será un leproso. Soy yo quien te lo envía. Arrójate sobre él, bésalo… Encontraron al leproso. Francisco se arrojó sobre él, lo abrazó y lo besó en los labios” 58.
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El pobre de Asís, o. cit. págs. 689-690. El pobre de Asís, o. cit. pág. 691. 54 El pobre de Asís, o. cit. pág. 717. 55 El pobre de Asís, o. cit. pág. 718. 56 El pobre de Asís, o. cit. pág. 721. 57 El pobre de Asís, o. cit. pág. 725. 58 El pobre de Asís, o. cit. págs. 752-754. 53
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Herencia “Qué vergüenza y nosotros que nos quedamos inactivos aquí, en Rávena, vagando y mendigando, en vez de correr para rescatar la tumba de Cristo” 59. “Dentro de nosotros están las alas y la espada, y si queremos entrar en el Paraíso tenemos que dar el salto” 60. “El hombre verdadero es el que supera los límites del ser humano” 61. “Y bien Hermano León –me dijo- ¿Estás dispuesto? ¿Te has revestido de tu armadura de guerra, tu cota de malla, tus rodilleras y tu yelmo con plumas blancas?”. Hasta ahora -dijo- se han empleado muchos nombres para glorificar a Dios. Yo he descubierto otros: Lo llamaré Abismo, Insondable, Insaciable, Implacable, Infatigable, Insatisfechos… el que nunca ha dicho a un desdichado ser humano: Basta ya” 62. Otro protagonista de la historia de estas reivindicaciones, es el Hermano León; también rescatado de la mendicidad. Sólo quien haya masticado la pobreza, podrá hablar de justicia social. El Hermano León: “se cansó de llamar a las puertas para mendigar, todo el mundo se burlaba de mí, me zarandeaban, me expulsaban. Ya no podía más” 63. El tercer protagonista en esta historia de San Francisco, es Sabatiño. Enseñó que una de las primeras condiciones para instalar la historia justa, es romper con la tradición y costumbres, quedando desnudo, en sinceridad con la naturaleza. “Sabatiño era un mocetón con cara de rata y tez olivácea”, se fue a Spoleto para adquirir gloria personal, fama personal, vanidad personal, vio a San Francisco y, después, le hicieron esta canción de desnudamiento: A Spoleto se marchó en busca de su armadura; de Spoleto regresó tal como lo hizo natura. Al lado de estas figuras de alta significación religiosa y social, los otros, “esos pingües burgueses que han encontrado en la tierra a un Dios conforme a sus deseos” 64. Contra ellos vino San Francisco, Sabatiño, el Hermano León y Cristo y sus discípulos, todos hombres de piedad y violencia. Recordemos las palabras extremas de Jesús a sus discípulos en el drama Cristo 65:
“¡Nadie se ha de librar de mi amor! ¡Y yo no pregunto la opinión de los hombres! ¡Fuerza, tú, mi fiel ayudante, -se refiere a Felipe, que quiere huir antes que llegue la batalla- levántate! He aquí las almas que o pueden negarse:¡golpéalas! - Me habéis de seguir todos, temblando y gimiendo: ´Rabí, ¡no quiero!´; pero como un águila tengo en mis garras vuestros cráneos. Os traigo la paz, pero sus altísimos pies están sumidos en sangre hasta las tibias. Os traigo amor, pero para que os lo ciñáis a modo de espada. ¡Señor!, gritará desescamándose la carne, ¡tengo sed!; y yo hundiré una brasa encendida en vuestros labios. ¡Tengo hambre!, y yo mandaré piedras como panes redondos que humeen al ardor del sol”. 3. Odiseo (1924 a 1938): no hay paz sin aventura “Cuanto más avanzaba Odiseo, más se dilataba su yo, haciendo estallar el nuevo mundo: yo, familia, patria, raza y lo sentía identificarse cada vez más con el impulso misterioso e indestructible que se manifiesta en nuestro planeta en forma de vida” (Carta al Greco). La Odisea es la epopeya del hombre moderno y, si del hombre moderno, también la epopeya de las luchas por la justicia, y la primera justicia es saber ¿qué es el hombre? Odiseo es la obra central de Kazantzakis, la síntesis de su pensamiento, el mito de la aventura humana de ascenso sin descanso, el héroe que derramará a la sociedad, a la cultura y a la historia en general, los dones de haberse ofrecido por lo más alto que el hombre puede desear: ser él mismo para dignificación de toda la humanidad. El motor de esta dignificación es la acción sin descanso. No es posible plantearse fines en este mar –puertos- no es dado al hombre saber la Verdad, la Bondad, el Bien y la Belleza en forma absoluta; ante ello, sí se le ha dado al hombre la pequeña barca de su cuerpo con el timón de la inteligencia y el viaje por el mar de la historia, justificándose… en el propio navegar 66. El puerto es la conciencia de estar cumpliendo con la búsqueda. Suenan aquí los versos de Calderón: “Obrad bien, aunque sea en sueños”. En este sentido, la Odisea se vincula con una de sus obras más sociales Todo Raba, cuando dice: “Lo que me interesa no es el hombre, ni la tierra, ni el cielo, sino la llama que devora al hombre, a la tierra y al cielo”. ¿Un quiebre conceptual, entonces, en la sociología pragmática de Kazantzakis? No pareciera. Algo similar se lee en el Evangelio:”Buscad el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura”.
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El pobre de Asís, o. cit. pág. 760. El pobre de Asís, o. cit. pág. 764. 61 El pobre de Asís, o. cit. pág. 772. 62 El pobre de Asís, o. cit. pág. 776. 63 El pobre de Asís. Ed. Planeta, 1968, vol. I. pág. 680. 64 El pobre de Asís, o. cit. pág. 683. 65 Cristo es una obra teatral de ambiente bizantino, véase Teatro. Tragedias de temas bizantinos, Ed. Difros, 1956, Atenas. Kazantzakis, anota Miguel Castillo Didier, quiso que Cristo figurase en primer lugar en este volumen. 66 Ahora captamos la Odisea como una epopeya trágica. Prevelakis ha estudiado el tema en El poeta y el poema de la Odisea, Atenas, 1958. 60
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Herencia Kazantzakis va a lo nuclear, no a las soluciones sociológicas y económicas fáciles 67- no renuncia a ellas- pero las ve como “añadiduras”. No gustan al autor griego las llegadas: cualquier avance o consecución social debe ser reconocido y sentido como un paso, no como un fin; el ejemplo es Odiseo, llegó, pacificó su isla y después de pacificarla: subió a un alto monte y desde ahí exclamó: “Ésta es la roca, el árido peñasco que tanto deseé volver a ver; me gusta – murmuró. Y de sus grandes párpados las lágrimas cayeron. Kavafis expresa el mismo concepto en su poema Itaca: Siempre en tu pensamiento ten a Ítaca. Llegar hasta allí es tu meta. Pero no abrevies el viaje en absoluto. Mejor que muchos años dure: Y viejo ya que ancles en la isla, rico por cuanto ganaste en el camino, sin esperar qué riquezas te dé Ítaca. Sobre dos coordenadas se mueve el hombre: el espacio y el tiempo, el mar y la aventura; de las dos coordenadas, Kazantzakis poco a poco se fue dando cuenta que no son las preocupaciones del espacio las más perentorias, siendo necesarias, sino el tiempo. Dice un no, así pues, al espacio de su querida Ítaca y pronuncia un sí al tiempo mar en el que el hombre se autoconoce como persona y como ser social 68. Pero, ¿qué significa “ser social” en la Odisea? Esta es la respuesta: ser revolucionario social es ser un asceta. Las cosas valen menos que las personas; la justicia social llegará haciendo suyo el principio ascético de los monjes: “más vale no desear, que tener”. La inoculación de los deseos de tener, son el arma más peligrosa que blandee el capitalismo, el sistema que envilece al hombre creándole necesidades fútiles y con ello haciéndole objeto de consumo. Kazantzakis, sin pretenderlo, entra aquí en la vieja doctrina agustiniana que distingue uti et frui, usar y gozar. Lo primero, sí; lo segundo, no. El mar de la civilización del consumo siempre presentará a Odiseo las tentaciones del “progreso” y “calidad de vida”: bellas palabras bajo las cuales se ocultan Cíclopes, Sirenas, Escila y Caribdis y también personajes como Menelao a quien encuentra Odiseo convertido en “ansioso propietario que solo podía ver en el ancho mundo ganancias y granos, lo que es tuyo, lo que es mío” 69. El disgusto de Odiseo fue manifiesto, y partió. La divisa última de Odiseo es la del desprendimiento, incluso de las cosas más caras como el remo y el mar, hasta entrar en la soledad. Recibe al final el nombre de El Solita-
rio, nuevamente el libro de la Ascesis o la antropología como sustentación y base de la sociología. La Rapsodia X, bajo la imagen de una revolución social en Egipto, se encuentra una clara alusión a la revolución rusa; los términos en que se describe, la opresión hecha a los pobres, es de tragedia; sin embargo, pese a que Odiseo participa y rechaza tal situación, no se queda ahí: él es hijo del mar. Hay que buscar causas más allá de estas causas sociales, aunque no se encuentren. ¿Un Kazantzakis desgarradamente nihilista, entonces? No pareciera. Kazantzakis es el interrogador de los fundamentos, y menester del hombre es buscarlos, aun en la seguridad que no se encuentren; como en el mito de Borges, también en Kazantzakis al final de una galería siempre se encuentra otra, siendo la última la de la muerte70. Sin embargo, mientras se cruza el mar del tiempo, Odiseo no elude los imperativos sociales. La Rapsodia XX dedicada al Quijote, nos habla precisamente de esto: del esfuerzo y momentáneo fracaso; no El Fracaso, con mayúscula. El Capitán-Uno, que así lo llama Kazantzakis, salió porque oyó el clamor de los humillados. Nada lo disuadirá, ni las lágrimas de su madre: a los lamentos de su progenitora, responde don Quijote: “¡Madre, ama el corazón y no pregunta, y llama! Madre, al hombre compadezco y no quiero la injusticia; ¿parto a llevar la libertad y pan y amor a los humanos” 71. Es cierto que la cruzada de don Quijote fracasa momentáneamente, pues cae en manos de los antropófagos, los devoradores de hombres. ¿Quiénes son los “devoradores de hombres”? Cuando todo está listo para quemarlo, llega Odiseo a salvarlo, y éstas son las palabras de justicia de Don Quijote: ¡Enhorabuena viniste hacia nosotros, mi hermano igual a mí! Vamos a partir nosotros dos a fin de salvar al mundo; Yo caeré delante con mi espada y te abriré camino; Romperé yo las cadenas de la esclavitud, destruiré las fortalezas 72. Más adelante, ante una observación de Odiseo, don Quijote nuevamente responde en términos de justicia: Yo no estoy desarmado; la justicia es mi broquel. Imperfecto salió el mundo de manos del Señor.
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El pensamiento de Kazantzakis coincide con el de Camus, Kafka, Hesse, Jünger, Unamuno y tantos otros que sin fe, sin puerto, han perdido la brújula, pero no el mar, ni la barca, ni el remo y… el deseo de responder las preguntas metafísicas. Odiseo es un hombre de nuestro tiempo. 68 El motivo del tiempo ha sido estudiado desde otras perspectivas por Miguel Castillo Didier, así en “El tiempo, la muerte y la palabra en la Odisea de Kazantzakis”, en Bizantino Nea Hellás , vol. III-IV, Santiago de Chile, 1973 y en Introducción a su versión de la Odisea, o. cit. pág. 49. 69 Rapsodia IV. 70 El alma laberíntica de Odiseo queda expresada, entre otros en los siguientes epítetos dados por Kazantzakis:”poliprósopos” (el de los múlti-
ples rostros). 71 72
Odisea, Rapsodia XX, v.89-91. Odisea, Rapsodia XX, v.191-4.
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Herencia Y yo debo partir, solo, para perfeccionarlo. En tanto la injusticia, el temor, la esclavitud, al mundo tiranicen, ¡he jurado la espada nunca dejar libre, hermano mío! 73. Odiseo viaja por el mundo, es el registrador del mundo, el hombre cuya ley es avanzar impulsado por el fuego de una nueva humanidad. Todo lo demás, leyes –positivas, morales, derecho de gentes, culturas, identidades, razas, programas y sistemas… - o expresan este deber ser hambriento del hombre y lo cumplen para beneficio del hombre mismo en la sociedad o ha de hacerse caso omiso de ellas. Este sentido social de su obra lo expresó en estas palabras al concluir la Odisea: “Ahora he terminado mi trabajo, ahora cualquiera puede firmarla por mí”. La aventura de Odiseo, que supone un derrumbamiento de estructuras antropológicas y sociales, hubo de ser revelada al escritor: sintió un día que sus páginas reflejaban su rostro, pero sorpresivamente vio aparecer sobre la página en blanco el rostro del Compañero de ruta. Doce años siguió Kazantzakis las aventuras de este Odiseo y sus compañeros, mirando sus rostros, componiendo, y seis veces enmendando los 33.333 versos de Odisea 74; trabajó en ella además quince horas por día. Odiseo examina el mundo desde Creta a las llanuras polares, desde la Rusia comunista al oriente, sin dejar nunca de caminar; era “el hombre del corazón vasto como el mar”; es ilustrativa la imagen que Karandonis nos da de la Odisea:”La estudiamos sin buscar el detalle, es decir, no con el microscopio, sino con el telescopio, que muestra, en cierto modo, más en relieve las magnitudes y nos acerca más los volúmenes principales, las líneas generales y los grandes conjuntos que de ella se separan. Tratamos así de percibir el eco general que brota de ese mundo de astros…” 75. La aventura no es fácil, antes bien, muy difícil, por eso todo revolucionario lleva en su mochila un puñado de canciones para la subsistencia. En la Edad Media cumplía con este oficio el Romancero. Las canciones de guerra, han sido siempre, con las de amor, las más inspiradas. Odiseo en sus desventuras canta, como lo hizo Zorba y San Francisco; así se inicia la epopeya: “Partamos a la conquista del mundo, amigos, con el canto” (Prólogo) 76. Y Kazantzakis en sus desventuras, escribe, canta, hace arte, porque “cuando escribo mi meta no es la belleza, es la redención” y la redención se canta, no se cosecha, que ni San Francisco, ni Colón, ni Zorba, ni don Quijote, ni Jesús, ni Odiseo, ni el propio Kazantzakis dejaron bienes materiales alguno. No era esta su lucha sino la Ascesis y la glorificación del instinto dionisíaco que sólo lo sacia lo Infinito, lo Insondable, el Abismo del ser.
El alma de Odiseo, como aventura de la humanidad para salir de la desventura de una civilización decrépita, se condensa en estas reflexiones: “¿Cómo llamarte, alma del hombre, cómo narrarte? Te comparo a una ligera nao. Avanzas a toda vela por las aguas sombrías de la desesperación, con la Muerte como capitán. Tú lo sabes, no hay mar, no hay puerto, sólo un negro torbellino que te arrastra y te hace girar. Remas, luchas, alma del hombre, por volver hacia atrás. Y, cuando comprendes, por fin, que no hay salvación, cruzas noblemente, como brazos, tus dos remos ruidosos. Erguida por encima el abismo, finalmente sin esperanzas y sin temor, entonas en el desierto una canción marcial, gozosa. Tiendes tus manos insaciables, alma, tus manos sin fondo, para beber el agua de la inmortalidad, la muerte, y saciarte”. Alguien podrá objetar y ¿dónde se encuentra en estos textos la acción social? El mundo social en Kazantzakis se encuentra en su obra en forma explícita o recatada, pero siempre está. En este sentido, el Kazantzakis que recibe el Premio Internacional de la Paz en 1956, es el mismo que llama incluso a la guerra, si preciso fuere, y no por agresión sino por defensa. Leemos en Alexis Zorba: “Yo, con permiso tuyo, al jefe de nuestra raza lo llamo Akritas. Esta palabra me agrada más; es más austera y más guerrera. En cuanto la escucho, se yergue en mí, toda en armas, la Grecia eterna, que combate sin tregua ni respiro en los confines, en las fronteras. En todas las fronteras: nacionales, intelectuales y espirituales. Y si se le agrega la palabra Diyenís, se describe todavía más a fondo a nuestra raza, esta maravillosa síntesis de Oriente y Occidente”. Estas palabras de Zorba convocan, como observamos, a la lucha en todas las fronteras, también las intelectuales y espirituales. Kazantzakis es un intelectual, pero un intelectual que se siente convocado a la acción social. En Carta al Greco distingue tres tipos de intelectuales: Los que miran hacia atrás románticamente añorando otros tiempos. Los que miran a su alrededor y se quedan lamentando “¡qué mal está el mundo!”, y un tercer grupo, el de Odiseo, el del propio Kazantzakis, el de aquéllos que miran a lo lejos, al futuro, y que luchan desde el presente para distinguir el rostro de la civilización futura, para crear la matriz donde se originará la realidad que vendrá, para concebir también la estructura económica futura de la sociedad, a sabiendas que “la Muerte es el Capitán”. La idea de la futilidad de la vida humana, sin atenuantes, se halla en el libro de los Eclesiastés en la Biblia, la diferencia está en
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Odisea, Rapsodia XX, 290-4. La versión más extensa tiene 42.500 versos. 75 Citado por Miguel Castillo Didier, o. cit. pág. 23. 76 Miguel Castillo Didier abre así la traducción de la Odisea: “Obra gigantesca, proteica, poliédrica; extraordinariamente compleja y, sin embargo, llana a veces como un sencillo romance o canto popular”, pág. 11, vol. IV de las Obras Selectas, editadas por Planeta, 1975. Destaco la intuición de “canto popular”, pues el receptor de las epopeyas, fue siempre el pueblo; epopeya vale decir tanto como decir: texto de educación popular; paideia, lo llamo W. Jäeger; y una nueva idea, la significación del arte en el pensamiento de Kazantzakis, leemos en la Odisea: “La única llama inmortal es el canto valeroso del hombre”, y en otra parte: “la función del arte es transformar lo efímero en eterno”. La misma idea se encuentra en Unamuno y en Malraux. 74
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Herencia cómo la vive un creyente y cómo la vive un agnóstico, como Kazantzakis. Para el creyente, el mar de los derrumbamientos de las construcciones humanas tiene un puerto en la otra vida; para Kazantzakis, el puerto es más angustioso, el puerto es la aventura por la aventura,”seguir la línea roja” de la estrella que marca la altura, pues después vendrá la Muerte. Sartre también maneja la imagen del hombre como surcador del océano, una diferencia, no obstante, la señala P.H.Simon: “Sartre arroja al hombre al océano de la existencia como un navegante sin brújula bajo un cielo sin estrellas, como un navegante que ni siquiera sabe adónde va y sólo presiente apenas lo que busca” 77. Dos palabras definen a estos dos existencialistas, en uno “caída”, en el otro, en el griego “ascenso” 78. Cuando hay ascenso, los compromisos sociales son coadyuvantes, no desvinculantes como en Sartre. Zorbas, activo, optimista ante el mundo es hermano de Odiseo. Los dos son espiritualmente cretenses, hermanos de la lucha, siempre en estado de combate, poniendo el absurdo de la existencia en entredicho. Kazantzakis señaló el fundamento religioso de esta lucha: “Yo hice el mundo –dice Dios al hombre- pero no lo he terminado. Te dejo la mitad hecha; tú debes continuar la creación: quema el mundo, conviértelo en fuego y devuélvelo así a mí. Yo haré con él la luz” (Carta al Greco). En El pobrecillo de Asís, comenta San Francisco al Hermano León, al ver pasar unos bueyes: “´¡Qué nobleza! Ellos son colaboradores de Dios y grandes combatientes´. Se acercó, acarició los anchos flancos y los bueyes se volvieron para mirarlo con expresión humana. -´Si yo fuera Dios, me dijo riendo, permitiría a los bueyes entrar en el Paraíso con los santos” 79. Ascenso, lucha, sin recompensa, que un griego no puede vivir si no cantando, por eso la Odisea se abre con un Prólogo que invita a cantar: “Alerta, expulsad las penas. Abrid los oídos. Yo canto los sufrimientos y los tormentos del renombrado Odiseo”, y la Odisea se cierra invitando al canto: “La fuente de la vida es el fuego, y el fuego la última tumba, y entre dos altas llamas danzamos y lloramos”. (Rapsodia XXIII). La belleza, expresada en la danza, es inmortal. Cantar llorando es el eterno destino del hombre, la tragedia, supremo arte para Nietzsche y Kazantzakis. Asoma Platón a través de ese trascendental que es la belleza. En el mito de la Caverna, hay sombras de belleza que solicitan al hombre desplazarse hacia ella, ser navegante del ritmo y de la danza, hasta llegar al Mundo de las Formas platónicas. No deja de ser sorprendente que, este nuevo Odiseo de los viajes sin fin que fue Kazantzakis, encuentre su muerte al final de uno de sus viajes más queridos por los mares de lo social: había emprendido en 1957 una nueva ruta por la Unión Soviética y China, siempre con el plectro
de su pluma presto sobre las cuerdas de su lira; regresó enfermo y murió ese mismo año en Friburgo, un 26 de octubre. Conclusión Las primeras simientes sociales kazantzakianas datan de 1906, de su artículo en la prensa “La enfermedad del siglo”, tenía 23 años, y “La bancarrota de la ciencia”, del año 1909. En 1928, matriculado en el Colegio de Francia, ya aparecen en el horizonte de Kazantzakis dos ideas centrales de su pensamiento: el sentido historicista de la vida y la lucha por la “cumbre”, influencia de Bergson, Nietzsche, y su reciente experiencia hacia la Edad sin Clases en Rusia (1925 a 1927). El amor a la justicia, la revolución por el pobre, el compromiso con la sociedad y la dialéctica ascensional del hombre en la historia, desde este momento, ya nunca desaparecerán en su obra, particularmente Apología, Capodistria, Constantino Paleólogo, Toda Raba, El jardín de las rocas, Ascética, Simposio, El pobre de Asís, Cristo de nuevo crucificado y la Odisea. Rusia, que en un momento constituyó casi religión de su vida, será, desde ahora, vertiente sociológica de su pensamiento, que junto a la espiritualista o antropológica y más adelante la cosmológica, impulsaran al barquero, que es el hombre, a llevar el Universo hacia el Uno. Como expresión de esta visión holística, aparecerán en el friso del pensamiento de Kazantzakis los hombres ejemplares: Lenin, Zorba, don Quijote, Colón, Cristo, San Francisco, Odiseo… Se cuestiona entre los críticos qué sea este Uno, que en otras partes llama el Abismo, lo Insondable, lo Imposible y qué sentido tiene la Muerte, Capitán de Odiseo. Kazantzakis no es Sartre, ni Camus, ni Malraux, no es un existencialista puro. En el horizonte del pensamiento de Kazantzakis hay un humanismo positivo: propio del hombre es ser navegante sin puerto, porque el hombre se justifica en el esfuerzo por el ascenso y los compromisos que le acompañan, no por los resultados humanos, que siempre serán pobres.
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P.H.Simon, L´Homme en procès,pág. 91. Es 1932, escribe desde España: “Hay algo terrible en el alma humana, una lanza de fuego y de luz que traspasa la inmensa pesadez de la materia y de las tinieblas”, en Elena Kazantzakis, Le Dissident, Plon, 1968, pág. 263. 79 Véase: Charles S.Taylor, La fidelidad a la tierra en el Odiseo de Kazantzakis, en el anuario Bizantino Nea Hellás. Centro de Estudios Griegos, Bizantinos y Neohelénicos de la Universidad de Chile, págs. 35 a 56. Santiago de Chile, Nº 7-8. El autor salva a Odiseo en el “cantar”. No he visto un estudio serio sobre la función del arte, concretamente la música, como forma de salvación en Kazantzakis. El Prólogo de la Odisea se inicia con una invitación a cantar, y Odiseo muere cantando (Rapsodia XXIII). 78
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“La más noble función de un escritor es dar testimonio, como acta notarial y como fiel cronista, del tiempo que le ha tocado vivir.”
Camilo José Cela
Artículos
Herencia
El haberlo conocido Sofía Valencia Urtubia Para abordar la poesía, debemos familiarizarnos con ella, frecuentar la vida y obra del creador de carne y hueso, ese que se oculta en un hablante lírico para expresarnos el sentido del poema; al creador de tan bella obra de arte buscando expresar sus sensaciones, emociones, sentimientos, angustias, deseos y tantas cosas, de las que no llegamos a percibir hasta encontrarnos con un poema. Los estilos que tiene cada autor son increíbles, pues cada uno posee una forma especial para decirnos algo. Oscar Hahn es el hombre que menos me esperaba, el que no creí que conocería, pero cada vez que sabía más sobre él, me sorprendía aún más. Este es el hombre de carne y hueso que conocí, del que extraigo algunos poemas para interpretar, comentar, profundizar y narrar, algunas de sus obras. Es por ello que quisiera hablarle solamente a usted, pues es la forma más cercana para mostrarles a todos cómo es, lo que piensa, la sensibilidad que trae a flor de piel y lo sensato que es como persona. Acá va un desarrollo muy singular, único, simple. El haberlo conocido No ha sido tan difícil conocerle, pues gracias a estos aparatos tecnológicos encontré muchas cosas respecto a usted. Quisiera preguntarle tantas cosas ahora que lo conozco: ¿Por qué siempre en sus fotografías aparece tan serio, sin una sonrisa que le acompañe? Les contaré que Oscar Hahn es chileno nacido en Iquique: “Tierra de Campeones”, en 1938. Lo declaran de la época del ´50, pues se sabe que le gustaba mucho escribir, inspirarse por todas la cosas nuevas que entraban al país, como el Rock and Roll, con exponentes como Elvis Presley, The Rolling Stones, The Beatles, y tantos otros. También le gustaba mucho la ficción que entregaba la televisión, para usted era otro mundo. Pasando a sus obras, dice usted que siempre, en todo momento, al preguntarle por su forma de escribir, responde que son apariciones, que no se pone a escribir dedicadamente, sólo nace y ya. También agrega que sus poemas en Chile El haberlo conocido
aún no se han tomado o interpretado como usted lo propone, que no son preconcebidos totalmente, pues se leen con una visión nerudiana, incluso lo asemejan a Parra, siendo esto incorrecto. Ha afirmado, además, que los escritores chilenos se basan en Walt Whitman y que algunos poemas de Neruda poseen frases muy semejantes, declarando así que la fuente de los escritores chilenos es whitmaniana. Su poesía es la otra cara de esta moneda que no posee un lenguaje de exuberancia verbal, propone lo contrario: las virtudes de lo conciso, del equilibrio, incluso las posibilidades del silencio. Confesó que en su juventud, mientras todos leían a Neruda y Mistral, leía usted autores extranjeros; desde siempre ha sido llamado por lo foráneo; será por eso es que no se vendría a su país natal (vive en Iowa, EEUU, desde 1974, y actualmente es ciudadano). En esos años se fue de Chile cuando el país pasaba por un momento de conflictos cuando quedó sin trabajo (se desempeñaba como maestro en la Universidad de Iquique), lo tomaron detenido y lo trataron de forma cruel e inhumana, siendo en Estados Unidos acogido después de vivir una época hostil. Su nueva casa ahora es en Iowa, denominada como “antichile”, pues es un lugar en donde no hay océanos ni montañas y se encuentra usted tan a gusto, que ejerce su profesión en la universidad de esta ciudad, siendo catedrático de Literatura Hispanoamericana. Por eso el haberle conocido ha sido un orgullo para mí. Su poesía es de carácter Su tema recurrente, lo fantástico, al haber sido influido desde pequeño con las historias que le contaba su niñera, historias fantásticas que ella presentaba como verdaderas, poniendo a sus familiares como personajes. Mucho mas tarde publicó dos libros con cuentos hispanoamericanos fantásticos, un estudio y una antología. La muerte: Eso pasó de un tema literario a un tema personal. Al escribir sobre la muerte era muy joven y no deslumbró el sentido del porqué escribir sobre este tema, justificándolo con sus apariciones, pues no veía la muerte como algo cercano, mas ahora confiesa a sus setenta y tantos que sí le toma importancia. El amor: también es uno de los temas que se plasma en sus obras, como lo veremos más adelante. Pero falta un tema importante: la guerra, pues ese tema es complejo, incluso creo que doloroso para usted, el haber tenido alumnos que fueron a la guerra y volvieron en ataudes... Siempre se ha preguntado ¿Cómo es posible
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Herencia que personas civilizadas -supuestamente civilizadas- validen algo como la guerra, que consiste en matar a otras personas? Es algo que no le cabe en la cabeza al igual que a las personas que les queda un poco de sensibilidad. Su poesía, a modo general, se caracteriza por la creación literaria europea, con especial énfasis en lo transversal y pluralista, acontecimientos sociales y políticos contemporáneos, el amor, la muerte (como ya se ha dicho) y asuntos de índole fantástica. Incluso podríamos incluir que el vivir en Estados Unidos le ha afectado de forma positiva, pues considera que en la poesía estadounidense abunda una especie de informalismo: no es una poesía con corbata, sino con bluejeans. El aire suelto, informal de algunos poemas suyos, viene posiblemente de ahí. Poemas destacados Escrito en tiza Uno le dice a Cero que la nada existe Cero replica que uno tampoco existe Porque el amor nos da la misma naturaleza Cero mas Unos somos dos le dice Y se van por el pizarrón tomados de la mano Dos se besan debajo de los pupitres Dos son Uno cerca del borrador agazapado Uno es Cero mi vida Detrás de todo gran amor la nada acecha.
Expresando el tema del amor, se nos presenta una historia en que una pareja se necesita mutuamente. Escrito con tiza porque al escribir en un pizarrón algo tan importante como el amor, al borrarlo desaparece; así como llega el amor se va, sencillamente se va… Es una forma novedosa y entretenida de expresar algo tan complejo, sobre todo cuando el amor se va, ya que “Detrás de todo gran amor la nada acecha”, se busca un pizarrón para decir que la nada existe, para explicar algo tan doloroso como la pérdida del amor.
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Hotel de las nostalgias Música de Elvis Presley Nosotros los adolescentes de los años 50 los del jopo en la frente y el pucho en la comisura los bailatines de rock and roll al compás del reloj los jóvenes coléricos maníacos discomaníacos dónde estamos ahora que la vida es de minutos nada más asilados en qué Embajada en qué país desterrados enterrados en qué cementerio clandestino Porque no somos nada sino perros sabuesos Nada sino perros.
Alude al recuerdo de la juventud. Recuerda en qué quedaron esos jóvenes del ´50 que disfrutaban de sus años de primavera, ¿Dónde quedaron y a qué lugar marcharon? ¿Qué país los acogió tras el exilio? Ahora sólo son perros sabuesos, personas que aún buscan su vida, así como un perro busca su comida. El olvido, el olvido de aquellas personas como Oscar Hahn, quien marchó hace mucho tiempo atrás.
El haberlo conocido
Herencia
Una noche en el café Berlioz Yo he visto su cara en otra parte le dije cuando entró en el Café Berlioz
Narrándonos una triste historia de amor, nos muestra el recuerdo de su amante a la que amó y luego confundió, reflejada en algo o alguien en el momento en que entró al café Berlioz; el recuerdo predomina en un hombre que amó y que fue abandonado por una mujer a quien añora.
Soy de otra dimensión contestó sonriendo y avanzó hacia el fondo del salón Ella finge escribir en su mesa de mármol pero me observa de reojo Desde mi mesa veo su cuello desnudo Como un aerolito cruzó mi mente el rostro de Muriel mi amante muerta Usted es zurda le dije acercándome Hacemos la pareja perfecta Tomé su lápiz y escribí «te amo» con mi mano derecha en la servilleta Rey del lugar común respondió sin mirarme mientras le echaba azúcar al té Me ha clavado una estaca en el corazón Me ha lanzado una bala de plata Me ha ahorcado con una trenza de ajo Volví confundido a mi mesa con la cola de diablo entre las piernas En este punto las sombras de los clientes pagaron y se fueron del Café Berlioz Váyanse espíritus les dije furioso agitando mi paraguas chamuscado ¿Hay alguna Muriel aquí? gritó la mesera desde el umbral Cuando ella caminó hacia la puerta vi que tenía una rosa en la mano
¿Por qué escribe usted? Porque el fantasma porque ayer porque hoy: Porque mañana porque sí porque no Porque el principio porque la bestia porque el fin: Porque la bomba porque el medio porque el jardín Porque Góngora porque la tierra porque el sol: Porque San Juan porque la luna porque Rimbaud Porque el claro porque la sangre porque el papel: Porque la carne porque la tinta porque la piel Porque la noche porque me odio porque la luz: Porque el infierno porque el cielo porque tú Porque casi porque nada porque la sed Porque el amor porque el grito porque no sé Porque la muerte porque apenas porque más Porque algún día porque todos porque quizás. Utiliza una palabra clave para dar énfasis a su intención porque el título siempre tiene mucho que ver con el poema, que en este caso alude a una pregunta clave para interpretar el poema, ya que el hablante lírico no llega a una conclusión establecida del porqué, ya que este autor, considera que son sólo apariciones, y es por eso que no sabe cómo responder a esta pregunta, porque para escribir no hay motivos, es solo un sentimiento.
Le agradezco, Oscar, haberme mostrado, y regalado, tan bellos poemas, que hoy puedo hacer míos al leerlos una y otra vez. El haberlo conocido... me confirma que, al menos en su caso, poeta y poesía son uno, el poema tiene mucho que ver con la forma de ser del poeta. El haberlo conocido... ha sido más que una aparición.
Por favor tráiganme la cuenta que ya está por salir el sol La lluvia penetra por los agujeros de mi memoria Muriel Muriel ¿por qué me has abandonado?
El haberlo conocido
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Herencia
Buscando a la maga: julio cortázar en el vigésimo quinto aniversario de su muerte
Antonio SArabia “Yo llegué a París buscando a la Maga”, le oí decir hace unos días a mi amigo Daniel Mordzinski en el “Hay Festival” de Cartagena de Indias, donde ambos estuvimos invitados. Él aún vive en París. En lugar de la Maga encontró a su hermosa e incomparable Viviana, pero sus palabras rozaron un arrinconado diapasón en mi memoria. París había significado tantas cosas en mi adolescencia que yo también llegué ahí buscando huellas: de d’Artgnan a Lagardere, de Jean Valjean a Montecristo, de Auguste Dupin al inspector Maigret, de Esmeralda a la Maga. Del convento de las Carmelitas Descalzas, a cuyas espaldas se batían los mosqueteros y el atrio de Notre Dame, donde bailaba la gitanilla, hasta el quai de Conti y el Pont des Arts, donde Oliveira distinguía a la Maga “a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua”. Sí, yo también llegué a París buscando a la Maga y me encontré con que ahí fallecería Julio Cortázar (Bruselas, Bélgica, 1914-1984) unos meses después de mi llegada. Yo no lo conocí. Mi primera novela no sería publicada sino hasta siete años más tarde y yo, ilustre desconocido, no me atreví a llamarle por teléfono y confesarle cuánto le admiraba. Hice mal. Me lo han dicho ahora amigos, algunos muy queridos, que lo conocieron y trataron en la intimidad. Sin embargo, en los quince años que luego pasaría en la capital de Francia lo visité a menudo en su última morada del cementerio Montparnasse, en la tumba que comparte junto a su querida Carol Dunlop. Cuando mi gran amigo el chileno Luis Sepúlveda estaba en la ciudad íbamos a hacerle compañía. Le encendíamos un cigarrillo bien acomodado sobre el mármol y, fumando también nosotros, conversábamos los tres hasta que Julio concluía el suyo. Agrego, para obviar dudas sobre la salud mental de Lucho y mía, que aunque le sabíamos presente en el coloquio jamás le oímos responder. Participaba en la conversación, diría Borges, intercalando silencios significativos mientras chupaba placenteramente su tabaco hasta consumirlo. A veces, intuyendo que no bastaba uno le prendíamos otro y, ¿por qué no?, hasta un tercer cigarrillo del insomnio -él fue siempre un enorme fumador- y continuábamos la charla. Al final apagábamos las colillas, nos despedíamos y ya solos, 56
sintiéndonos medio desamparados, rematábamos la tarde en cualquier café del bulevar. En otra ocasión, junto con mis dos queridos futuros compinches de Primeras Noticias de Noela Duarte, José Ovejero y José Manuel Fajardo, acompañados -no podía ser menos- por el mismo Daniel Mordzinski, hice un viaje a Bruselas en busca del preciso lugar de nacimiento del gran Julio quien vio la luz ahí durante la primera guerra mundial, con la ciudad recién ocupada por las tropas alemanas, y que narré en mi página Los Convidados: Encontramos el edificio y la placa conmemorativa. Gracias a la generosidad de un vecino, y a su repentina, absoluta, y francamente inconcebible confianza en cuatro desconocidos, dos de ellos extracomunitarios, que bien podrían haberlo asaltado, entramos a un departamento que pudo ser el del propio Cortázar porque no se sabe con certeza en qué piso vivió. Sin embargo, subimos y bajamos por el mismo elevador que de seguro usó él de niño. Añado, una de las fotos que Daniel tomó del viaje. Para los cuatro fue una experiencia formidable. Ahora escribo estas líneas en vísperas del vigésimo quinto aniversario de su muerte, que se cumple este jueves catorce de febrero. Ese día, esta semana, todos los medios de información verterán carretadas de merecidos elogios sobre quien es considerado ya uno de los pocos clásicos de nuestro tiempo. Si he narrado algunas de mis correrías con Sepúlveda, Fajardo, Ovejero y Mordzinski en torno a Cortázar, ha sido solo para ilustrar la afición, la adhesión, la devoción, la admiración y muchos otros ciones más que él supo despertar en las generaciones de escritores que le siguieron. Sé de algunos que incluso solían dibujar con tiza una rayuela en la rue de l’Hirondelle y la saltaban cada aniversario. Sí, todos nos sentimos abrumados ante Cien Años de Soledad, pero ninguna otra novela nos hizo soñar, sentir y reflexionar lo que Rayuela. Nunca fuimos a Macondo. Todos, de un modo u otro, hemos estado en París buscando a la Maga. Cortázar fue, además, uno de los grandes maestros del cuento. Tanto La autopista del sur como El Perseguidor son relatos cumbre de la literatura universal. Nos dejó varios ensayos sobre ese género en el que tanto excedió. Mi favorito es el que reproduzco más abajo. El mejor Cortázar en un texto casi de preceptiva literaria. Que lo disfruten. * *Para leer el ensayo Del cuento breve y sus alrededores, visita la página del autor o de la revista.
Buscando a la Maga
Herencia
El desierto florido de Hernán rivera letelier angélica pulgar Nuñez
En nuestra tierra, resaltan muchos y destacados nombres; existen variados temas compartidos y entrelazados; muchos lugares comunes, ideales y soñados. Cada uno de nuestros autores ha descrito, a su manera, una parte de nuestra historia, de nuestro ser, destacando diversas épocas, movimientos, idiosincrasias, parajes, experiencias de vida, etc. Cada uno de nuestros novelistas chilenos ha descrito, con pasión, con gracia, cada idea creada, llevándonos a recorrer y a conocer una parte de ellos y de su visión de mundo. Cada historia leída deja algo de sí en nosotros, aunque sea un toque mínimo; una palabra, una frase, un lugar, un sentimiento, un recuerdo. Una de las zonas de las que mucho se ha narrado y de la cual provienen también originales y reconocidas plumas nacionales es la zona norte, ese desierto que a muchos impresiona y que a otros intimida. El norte chileno además de ser cuna de muchos, fue el lugar de nacimiento de nuestra primera poesía política, la que surgió con las historias de las luchas obreras provenientes de la industria salitrera, la que fue seguida por corrientes como el anarquismo y el comunismo. En cuanto a poesía, esta zona ha colaborado con muchísimos y destacados nombres: Gabriela Mistral, Andrés Sabella, Romeo Murga, Oscar Hahn, Stella Díaz Varín, Braulio Arenas, Tomás Harris y Teresa Calderón, entre otros. En cuanto a la narrativa, el ensayo y el periodismo se destacan figuras como: Lenka Franulic, Martín Cerda, Sady Zañartu, Mario Bahamonde y Hernán Rivera Letelier; es de este último de quien hablaremos a continuación. Pluma, Historia y Ser Hernán Rivera Letelier nació en Talca el año 1950, pero ha pasado la mayor parte de su vida en Antofagasta, valiéndose de su propio trabajo para sobrevivir. A sus cortos 11 años, comenzó a trabajar en las oficinas salitreras vendiendo diarios, de mensajero y eléctrico; trabajó en las empresas Anglo Lautaro, Mantos Blancos y Pedro de Valdivia, entre otras. Realizó su séptimo y octavo año en una escuela nocturna y su licencia de enseñanza media la obtuvo en Inacap. Trabajó como obrero en las salitreras hasta el momento en que éstas cerraron sus puertas.
El desierto florido de Hernán Rivera Letelier
Hombre sincero, sencillo, leal; nunca se ha trastornado con el éxito que han tenido sus novelas; todo lo contrario: esto lo ha impulsado a seguir escribiendo, a perfeccionar su pluma y ha tener más seguridad de si mismo. Un ser humilde que nunca ha negado sus raíces y que se enorgullece de lo vivido, ya que todo lo ha conseguido a base de esfuerzo. No se cree escritor, pero vive y disfruta la escritura. Amante de la literatura hispanoamericana de los años sesenta, anhela poseer un estilo literario que mezcle lo mágico de Juan Rulfo, lo maravilloso de García Márquez, lo lúdico de Cortázar y la inteligencia de Borges. Lo lúdico y lo mágico son características que se pueden apreciar en su obra. Su mano ligera, logra mantener una dinámica en cada obra, sabe como acentuar la tensión dramática y busca el valor estético en la escritura: escribe y corrige hasta que encuentra la estructura que busca, evitando el aburrimiento del lector. En sus propias palabras: “Aparte de historia y estructura, trabajo la musicalidad, frases, párrafos, páginas, capítulos y la obra completa, pues trato de que sea una sinfonía. Corrijo mucho, pues el arte está ahí, en una forma que hay que encontrar". En resumen, es un poeta que escribe novelas, que ama las palabras y el lenguaje. El escenario principal de sus novelas es la zona norte. Diferentes son los pueblos que dan lugar a sus historias. Lo elige no sólo porque conozca, ame y sea parte de la realidad que allí se vive, sino también, porque asegura que el desierto es una fuente de inspiración por antonomasia, ya que “obliga a encontrarnos con nosotros mismos. A escucharnos. Recuerda que Cristo antes de evangelizar a su pueblo, se internó en el desierto por varios días”. La pobreza, la sacrificada y a veces solitaria vida del obrero salitrero – y del nortino en general- la muerte, el amor, la justicia, la amistad y la dignidad humana son los principales temas y valores que desarrolla. En cada historia apela a lo más profundo de nuestro ser; con sus detalladas descripciones y su mágica forma de relato, logra acercarnos y sentir empatía, logra provocar en nosotros sentimientos y emociones, nos hace parte de la historia, como si estuviésemos allí, observando de cerca. En su obra refleja el diario vivir, lo bueno y lo malo, y afirma “No me gusta contar historias sólo por contarlas, lo que quiero es que la gente viva lo que está leyendo”. 57
Herencia Su trabajo al igual que su vida, ha sido esforzado y a pesar de ser bastante criticado por un par de escritores nacionales por no tener estudios superiores que avalen su trabajo, él hace caso omiso, ya que ha trabajado duro adquiriendo técnica y oficio y señala que “este trabajo es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración”. Y aun cuando no tiene aquellos estudios superiores, sus obras han sido reconocidas y reeditadas tanto en Chile como en otros países, traducidas a distintos idiomas, y premiadas:
Esta novela rompió con los esquemas. Aquí las heroínas son las prostitutas. Relata lo difícil, sacrificada y solitaria que es la vida en las oficinas salitreras, destacan los burdeles y sus mujeres, las que él ama: “Son mujeres que amo, porque si ser prostituta ya es fuerte, serlo en el desierto raya en lo heroico”.
•Mención de Honor del Premio de la Municipalidad de Santiago: 1994 •Premio de Novela Inédita otorgado por el Consejo Nacional del Libro: 1994 – 1996 •Premio Municipal de Novela: 1998 •Premio José Nuez Martín: 2001 •Arzobispo Juan de San Clemente: 2001 •Fue nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura de Francia: 2001.
Su segunda novela, publicada en 1996 y obra con la cual recibe su segundo premio por parte del Consejo Nacional del Libro. Esta es la historia de un joven que ve, revisa y analiza la vida desde su difícil existencia o supervivencia. Habla de una lucha tenaz por salir adelante.
Él, hombre de raíces humildes, es vivo ejemplo del esfuerzo que se encuentra en sus conmovedores relatos, historias que tocan fondo y que muestran que todo se logra con esfuerzo, que también existe la injusticia, el amor, la pobreza y una realidad que a veces se olvida que existe y que es parte de nuestro vivir. Él, un obrero que dejó su oficio para convertirse en un amante de la palabra. Su Jardín en el Desierto Poemas y pomadas Es su primer libro, auto publicado en 1988, en el cual incursiona tímidamente en la poesía. En sus versos predomina la ironía o el humor negro. Simple, inspirado en hechos y situaciones comunes. Cuentos breves y cuesco de brevas Es su primer libro de cuentos, publicado en 1990 y del cual se extrajeron varios textos para su publicación en las Antologías "Catorce poetas fuera del juego" y “Andar con cuentos" ambos publicados en 1991 y en 1992 respectivamente. La Reina Isabel cantaba rancheras Es su primera novela y además, su consentida. Publicada en 1994, fue la obra que lo llevó a la fama y por la cual fue premiado por primera vez por el Consejo Nacional del Libro además por la cual obtuvo una Mención de Honor del Premio de la Municipalidad de Santiago.
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Himno del ángel parado en una pata
Fatamorgana de amor con banda de música Publicada en 1998, es una de las que más le gusta a su autor. Al igual que las anteriores novelas, el escenario principal es el desierto, en el que se desarrolla una hermosa, frágil y conmovedora historia de amor. Donde mueren los valientes Publicada en 1999, es una agrupación de relatos que se puede leer como una sola narración. Aquí la muerte se desliza de distintas formas, desfachatada y natural. Instantes expresados a través de la ironía, la marginalidad, el humor y una infinita ternura. Los trenes se van al purgatorio Es publicada el año 2000. Ambientada durante los años del auge salitrero, da paso a un viejo tren apodado Longino, que recorría la pampa llevando obreros a las salitreras y en el que también se mezclaban distintos sueños, historias y objetivos. Un tren y un desierto en los que el tiempo parecen detenerse. Santa María de las flores negras Publicada el año 2002, es una obra conmovedora y emblemática. Aquí, con su delicada pluma nos cuenta sobre la cruel matanza ocurrida en la Escuela Santa María de Iquique en diciembre de 1907; en la que la injusticia y el dinero pasó por sobre los obreros hasta matarlos. Pero no solo se narra la matanza, sino que también nos habla de la amistad y del amor inocente que se genera durante la lucha y el recorrido de los obreros por el desierto.
El desierto florido de Hernán Rivera Letelier
Herencia
El Fantasista
Canción para caminar sobre las aguas Publicado el 2004, nace a raíz de su propia experiencia, cuando a sus 18 años parte a vivir el movimiento hippie. Se ambienta en plenos años sesenta, y su historia transcurre entre los diversos cambios que sufren el mundo y nuestro país, como el gobierno de Allende, la conquista de los Beatles, etc. Romance del duende que me escribe las novelas Fue publicada en 2005 y es la novela más intima de este autor, ya que relata parte de su vida, evocando su infancia. Entre realidad y ficción nos cuenta sobre la muerte de algunos de sus hermanos y de su madre. Aparece también ese duende que lo impulsa a seguir sus sueños y que lo ayuda a vencer al destino. Un relato hermoso y conmovedor.
Publicado el 2007, nace también de su experiencia personal, de sus recuerdos de adolescencia vividos en la ya extinguida salitrera Coya Sur, que era una pequeña oficina salitrera de seis calles. “Allí vivíamos de una manera amable y solidaria en medio del desierto más inhóspito del mundo”. Obra dedicada a su mayor entretención, el deporte. Mi nombre es Malarrosa Publicada el recién pasado 2008, es hasta ahora su última novela. Aquí vuelve a los años dorados del salitre, en un pueblo llamado Yungay. Temas recurrentes en esta novela son las orientaciones sexuales, el alcohol, las apuestas y también la masacre de San Gregorio, hecho real. Todo esto entrelazado con la historia de Malvarrosa o Malarrosa, como erróneamente la inscribieron y que pasó a ser el sello de su destino.
Santiago Gamboa, Luis Sepúlveda, Anne Marie Métailié, Hernán Rivera Letelier, Antonio Sarabia y Mario Delgado Aparaín. Fotografía: Daniel Mordzinski.
El desierto florido de Hernán Rivera Letelier
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Herencia
Una lectura deconstructivista del poemario “El infierno musical” de Alejandra Pizarnik
Cristián Basso Benelli A Maximiliano Basso Benelli “Las metáforas de asfixias se despojan del sudario: el poema” (Alejandra Pizarnik: Endechas, “Poema IV”)(1) Situarse en la órbita poética de un autor y, especialmente en la de Alejandra Pizarnik, es un desafío que presenta diversos cuestionamientos por el ser de la poesía y la misteriosa conexión entre vida y literatura, como también el imbuirse en las revelaciones y entrecruzamientos discursivos que ostenta el poeta en su lenguaje capaz de asir el mundo enigmático que lo puebla. Dicotomías que originan la obra de arte, pero que también supeditan la interpretación y la crítica textual. La teoría crítica actualizada ha ido ampliando el campo de estudio e incorporando acercamientos críticos provenientes de la filosofía y otras ramas de las humanidades. La textualidad se hace susceptible de ser analizada a través de diversos enfoques críticos, cada vez más centrados en el modo personal de asumir la lectura como conexión entre lo dicho en el texto y lo leído. Es así como surge el replanteamiento de la poesía como discurso que, a su vez constituye “una aprehensión intuitiva del ser”. En poesía “todo lo significado y designado por el lenguaje se convierte a su vez en significante, cuyo significado es el sentido del texto” (2) Sentidos que promueven nuevos sentidos. Diferencias que surgen entre lo poético y la poética. La propia autora incluso señaló en una entrevista para Alberto Lagunas en 1965: “Hay inmensas diferencias. El sol es poético y no es literario. Cualquier objeto y cualquier sujeto pueden ser poéticos sin ser literarios”. Por otra parte, hay que distinguir entre lo poético y el poema, como así también entre lo literario y la literatura. O sea, lo poético y lo literario son atributos inmanentes de sujetos y objetos variados. La alquimia poética o la alquimia literaria puede hacerlos ‘visibles’ como diría Paul Klee, y es esta una de las razones por las que la poesía y la literatura son apasionantes”. (3) Palabra y mundo se conjugan en la poesía de Pizarnik, caracterizada por un decir poético breve, intenso, trá60
gico y cambiante, en un lenguaje que evidencia la negación de sí mismo por parte del sujeto, aspectos que asediaron la propia vida de la mítica poetisa de origen judío. Como afirma Cristina Piña (4), su familia emigró de la lejana Ucrania con costumbres y dolores arrastrados de las secuelas que les dejó la Segunda Guerra Mundial. Luego de una breve estancia en París, huyendo y abandonando un pasado a fuerza de masacres y exterminios, viajaron al Nuevo Continente. La escasez y la pérdida se atenuaron con la música de Piaf, Brel o un Greco, que su padre constructor oía a su llegada al Buenos Aires próspero de la década del 40, donde la poeta encontraría su segunda patria, el germen de su extranjería que transversalmente nutre toda su poesía, desde su nacimiento en abril de 1936, año emblemático para la historia de la literatura, hasta su abrupta muerte en 1972. Desde su primer libro, el renegado por ella misma por lo inmaduro de su escritura, La tierra más ajena (1955) como en los posteriores a él: La última inocencia (1956), Las aventuras perdidas (1958), Árbol de Diana (1962, prólogo de Octavio Paz), Los trabajos y las noches (1965), Extracción de la piedra de locura (1968), La condesa sangrienta (1971) hasta el último publicado en vida El infierno musical (1972), conforman un corpus que no presenta antecedentes en la poesía argentina. En su prólogo a la Antología consultada de la joven poesía argentina, publicada en Buenos Aires en 1968, la poeta aduce que: “La poesía es el lugar donde todo sucede. A semejanza del amor, del humor, del suicidio y de todo acto profundamente subversivo, la poesía se desentiende de lo que no es su libertad o su verdad” (Pizarnik: 1999, p.367) (5) Dicha afirmación nos orienta a desandar un territorio donde las posibles lecturas de una poética se multidireccionan en dos cauces nutricios e imbricados: la experiencia y la escritura. Al parecer, ambos albergan fuerzas contradictorias que interactúan en un orden simbólico, el que Jacques Derrida nos llama a romper para deconstruir aquello construido en lo dicho. Por ende, un modo de acercarnos a la lógica secreta en la que habitan uno o variados sujetos en situación de conflicto. Una especie de desmantelamiento de la subjetividad, desacostumbrar la costumbre de la lectura premeditada, surgir al texto como se surge al develamiento, al desalado “momento lingüístico” que oficia de satori o iluminación de lo indecible para los poetas orientales, cultivadores del hai-ku. “Locura poética” para Derrida, más cercana a la Razón, como él mismo lo señala: “La locura poética quizás sea más racional que lo que la metafísica occidental llama “Razón”, porque está más cerca de lo instintivo y mantiene una relación –aunque difícil de explicar- con la fuerza de la vida” (6) Una lectura deconstructivista
Herencia 2. Del misterio a la antesala del fin: El infierno musical El infierno musical es el último poemario que Alejandra Pizarnik edita en vida, un año antes de que suicidara la autora en Buenos Aires en 1972, y con el cual concluye la serie de libros de poemas que conforman un largo proceso de deconstrucción del sujeto poético (y por qué no, personal) que intenta desesperadamente arrancar de la muerte como condena humana. La obra lleva el título de uno de los detalles de la obra pictórica El Infierno de Hieronymus Bosch (8), llamado por el artista “El infierno musical”. Bosch es un pintor medieval que recreó en una serie de cuadros, escenas del purgatorio, el paraíso y el infierno dantescos. El poemario se estructura en cuatro partes, cada una de las cuales expresa en forma creciente el recorrido del sujeto hacia su propia desintegración como identidad que no encuentra sino en el autoexterminio la salida a su duda de ser como asimismo el acceso a una posible concepción de sí mismo en el hallazgo de su auténtico yo esencial. Dichas partes se denominan sucesivamente: “Figuras del presentimiento” (Parte I, 9 poemas), “Las uniones posibles” (Parte II, 5 poemas), “Figuras de la ausencia” (Parte III, 5 poemas) y “Los poseídos entre lilas” (Parte IV, 1 poema subdivido en cuatro textos poéticos). Desde los primeros textos, el sujeto poético construye un sustrato de enunciación a partir de la configuración del poema llamado “Piedra Fundamental”, desde el cual comunica su desgarradora certeza de que ante el ser sólo es lícito el trayecto, viaje o recorrido hacia el no ser donde se guarece el yo esencial, en torno al cual una voz que dirija su destino se hace insuficiente, multiplicándose en varias voces que hablan de su estado de precariedad ante la tenebrosa y amenazante respuesta que intuye y encuentra cada vez más cerca: su propia muerte y separación definitiva de su vida, ya que no existe otro escape para el no ser que la propia disgregación de sí mismo. La concentración de su trayecto hacia la decisión de conseguir a toda costa el develamiento de su noción de ser se patentiza en el primer poema de la serie de la primera parte, titulado en inglés: Cold in hand blues, que puede traducirse en dos sentidos: uno literal y otro metafórico. El primero de ellos hace alusión a un estado de tristeza producto de la frialdad de las manos de un sujeto como también a la idea de escasez o necesidad que tienen dichas manos; el segundo, se relaciona con una expresión que han interpretado los seguidores del Blues como forma musical melancólica que hace referencia a una noción de falta que puede interpretarse en un sentido de profundo desamparo o abandono. Dentro del viaje que realiza el yo poético desde su personalidad como un tú responsable del recorrido, existe una descripción apocalíptica de la existencia de sí mismo en su condición de yo itinerante. Una lectura deconstructivista
Parte el recorrido con la idea del presentimiento del fin, en que el yo establece un diálogo consigo mismo desdoblado en un tú como destinatario, indicándole tres preguntas o dudas existenciales fundamentales que he estructurado para efectos de este análisis en tres códigos de interpretación deconstructivista: 2.1. Código verbal La obra comienza con el diálogo entre los dos fragmentos de la personalidad del sujeto, el yo cuestiona al tú en su etapa del presentimiento, antecediendo al último instante de su existencia del ser, es aquí donde se dejan entrever una serie de elementos figurativos del misterio y de lo espiritual. Se refiere a la formalización del pensamiento y la acción del sujeto tú en la penúltima etapa de su recorrido hacia la muerte, el vacío y la ausencia inquebrantable y agobiadora, tal como se ilustra en la pintura homónima que apoya el imaginario del libro. El primer poema, “Cold in hand blues”, que como he señalado, concentra la problemática de la identidad del sujeto poético es el siguiente: “y qué es lo que vas a decir voy a decir solamente algo y qué es lo que vas a hacer voy a ocultarme en el lenguaje y por qué tengo miedo” (Pizarnik: Op. Cit., p.103) Surge de esta manera la primera duda ante el pánico y la agonía indicada como la forma de expresión más directa e inmediata hacia un yo que se reconoce como un “yo creador” desconocido, pero que irremediablemente pasará a formar parte de una única realidad absoluta: el silencio. Nace así la intención de advertencia del yo espectador (carnal) hacia el tú (yo espiritual) de que ha llegado la hora del abismo, es decir, de enfrentar la caída en el no ser que yace tras la muerte de sí mismo. El infierno musical es la antesala del abismo. De ahí que la primera parte se llame “Figuras del Presentimiento”: el yo poético encarnado en un tú toma conciencia del último suspiro de la vida versus la muerte. Para ello, lo que devela su constitución de ser radica en las respuestas que da en el poema dialogado. 2.2. Respuesta del yo-tú: El primer cuestionamiento en torno a lo que denomino “código verbal”, en que se hace alusión al inicio del fin, está dado por una sensación de vacío en que el yo-tú responde, diciendo que el código que empleará para el plano 61
Herencia de lo dicho será “solamente algo”, lo que quiere decir que la primera respuesta al aspecto fundamental no es posible de contestarse ya que está supeditada a un acontecimiento sorpresivo del cual es imposible desentenderse o tener certeza de lo que se va a decir. 2.4 Código de la acción: En este presentimiento final del suplicio del alma, entendida como el trayecto que hace el yo espiritual en esta especie de condena y pérdida en la oscuridad es necesario hacer mención a la estrategia de acción que el tú ha de realizar como un modo concreto de precisar “el cómo” se procederá en este último y definitivo viaje. El yo-tú responderá de la siguiente manera que se explica a continuación: 2.4.1. Respuesta del yo-tú: Como método de acción posible plantea claramente el ocultarse en el lenguaje como una forma de incorporarse al escenario tangible e intangible; esto es, uno que se encuentre más adentro de los elementos figurativos, en movimiento o en pausa, en claroscuros, en fragmentos de un todo caótico, despedazante, triste, anecdótico, de sufrimiento agónico donde el pecado consiste en vivir, y el desconcierto del alma flagelada intenta escabullirse para evitar toda manifestación de dolor, de desamparo, de vacío y de una constante apocalíptica que conlleva la pérdida total del rumbo de la vida en seres autodestructivos, sometidos a la tortura, rotos por la eterna desazón de lo terrible y frente a la cual no existe escape alguno. Se desprende el yo poético, por tanto, de lo externo a las leyes del equilibrio y la belleza, de todo indicio de felicidad para acceder a lo carente, al universo infernal donde los sonidos, los quiebres y el fuego son categorías simbólicas que rodean al yo-tú hacia lo incomprensible de su propia naturaleza donde además hay otras almas que comparten su misma condición. Las almas perdidas son llevadas hacia la tiniebla donde el sufrimiento eterno y la desesperanza del caos trae consigo un castigo infernal. El yo-tú responde a la usanza del imaginario de Bosch –o El Boscoen un contexto de itinerancia apocalíptico. 2.5 Código de la justificación: Este último código al que recurre el yo poético en un estado de agonía y desesperación para continuar su viaje hacia el yo esencial, da cuenta de que vivifica el tú que se encuentra perdido; además, el lo increpa para que éste explique el por qué del ocultamiento en el lenguaje. Sin duda, existe la intención de saber la razón de la acción anteriormente expresada. Con esto, se completa la trilogía de qué, el cómo y el por 62
qué. Tres situaciones básicas y complementarias a la vez, que resultan necesarias de cuestionarse al momento de emprender la última partida, el último hálito de vida, la última palabra expresada, enunciada en la locura del abismo en que ha caído el alma creadora. 2.5.1 Respuesta final: Aquí se exterioriza el más profundo sentimiento de desconcierto del alma y del terror de vivir ineludiblemente lo que parece más infernal en toda la obra. El yo-tú declara con la máxima emoción su estado íntimo de miedo. Con esto, y enfrentado a la tremenda realidad del dolor, sólo queda el temor mediante el cual se prefiere el ocultamiento del ser en las palabras, posibilidad última e intangible de la construcción identitaria del sujeto poético, de existir sin apariencias, sin cuerpo, evitando ser visto o alcanzado por la llaga del infierno y evitar la tortuosa realidad que se viene. Posteriormente a la muestra de los tres códigos cifrados en el poemario, basados en el decidor poema que oficia de preámbulo al recorrido del yo hacia su esencialidad, el sujeto tú, representando el alma, comienza haciendo una descripción de los espacios vividos de las sensaciones primigenias de sus miedos, del infierno, del rol de la palabra, del dolor permanente y de los símbolos que oscilan en las imágenes infernales del terror, donde los fenómenos se hacen entender a través de toda la escritura, de la oscuridad, de la desventura, de la noche, del estremecimiento humano ante su naturaleza como sujeto en tránsito, del silencio, de la nada, del desconsuelo, de la soledad y de las sombras, tal como aparece en la secuencia de los versos transcritos que pertenecen al poema homónimo de la obra: “Nada se acopla con nada aquí Y de tanto animal muerto en el cementerio de huesos filosos de mi memoria Y de tantas monjas como cuervos que se precipitan a hurgar entre mi piernas La cantidad de fragmentos me desgarra Impuro diálogo Un proyectarse desesperado de la materia verbal Liberada a sí misma Naufragando en sí misma” (Pizarnik: Op. Cit., p.268) 2.6. Descripción del escenario infernal que recorre el sujeto poético Las imágenes que se entretejen para configurar el entorno de errancia del sujeto poético están compuestas por ecos de voces que provienen de su propia angustia existencial, acompañados de otras cuyo origen sólo puede estar en las presencias o figuraciones de extrema violencia donde la Una lectura deconstructivista
Herencia lamentación sostenida del sujeto lo deriva a su propia desintegración. Dichas presencias se pueden categorizar del siguiente modo:
luye en la angustia hasta desaparecer:
2.6.1. Presencia de la voz y el canto:
•La pérdida del sujeto y el poema como fracaso de posibilidad de ser.
Lo primero que se enuncia en los poemas es el carácter fragmentario de su condición de sujeto. Dicha escisión es concordante con la partición de la voz en otras porque la única voz se ha roto y multiplicado para generar nuevos cantos de desesperación: “No puedo hablar con mi voz, sino con mis voces” (Pizarnik: Op. Cit., p. 264). El canto permite al sujeto avanzar en su recorrido y constatar mediante la palabra su estado de: “Vacío gris es mi nombre, mi pronombre”, dirá en el poema, “Ojos primitivos” de la primera parte. Entendido como la imagen en que se suceden los atisbos del fin inminente, el canto se convierte gracias a la voz en un túnel: “Un canto que atravieso como un túnel” (Pizarnik: Op. Cit., p.264). En este túnel le hablan voces y figuras inquietantes por obra de un lenguaje que da cuenta de los horrores que significa acceder a su propia esencialidad: “Signos insinúan temores insolubles” (Pizarnik: Op. Cit. p.264). En ambas situaciones se comienza una trepidación de los fundamentos que sustentan el viaje hacia el abismo y la pérdida del ser; de los cimientos generando los desequilibrios del sujeto e indicando que: “Aquello que me es adverso desde mí conspira toma posesión de mi terreno baldío No, he de hacer algo No he de hacer nada” (Pizarnik: Op. Cit., p.264) Finalmente, el yo espectador anuncia en los versos que rematan el poema Piedra fundamental: “Algo en mí no se abandona a la cascada de cenizas que me arrasa” (Pizarnik: Op. Cit., p.264), indicando con claridad que el yo espectador y el tú itinerante son una misma persona en género femenino: “Dentro de mí con ella que es yo / conmigo que es ella que soy yo / indeciblemente distinta de ella” (Pizarnik: Op. Cit., p.264). 3. Variables de construcción identitaria: En este inicio del viaje final toman preponderancia las siguientes variables de construcción identitarias que caracterizan tanto al espacio de itinerancia del tú hacia sí mismo como al sujeto en cuanto a su integridad que se diUna lectura deconstructivista
•La noche como el escenario en que se encuentra inmerso el tú itinerante.
•La pérdida del rumbo que conduce a lo estéril de la búsqueda de su yo esencial. •La fragmentación de la identidad producida por la angustia existencial, el desamparo y la enajenación. •La desilusión ante una posible respuesta que se pretende hallar en el aquí inmediato, pero que se encuentra en el misterio de la muerte y el misterio de vida a los cuales no puede acceder mediante su única vía que es el lenguaje materializado en voz y canto. •La frustración en la relación del autor y su obra: “Yo quería entrar en el teclado para entrar adentro de una música para tener una patria” (Pizarnik: Op. Cit., p.265). La música entendida como el poema: “Pero la música se movía, se apresuraba” (Pizarnik: Op. Cit., p.265). Quiere asir la noción de ser a través del poema, pero el poema es música, por ende, se hace imposible conseguir el objetivo que se ha propuesto. Visualiza el lenguaje como posible salvación; sin embargo, no lo consigue y su desintegración es inminente. Dice en el poema Nombres y figuras: “No se espera otra cosa que música y deja, deja que el sufrimiento que vibra en formas traidoras y demasiado bellas llegue al fondo de los fondos. Hemos intentado hacernos perdonar lo que no hicimos, las ofensas fantásticas, las culpas fantasmas. Por bruma, por nadie, por sombras, hemos expiado. Lo que quiero es honorar a la poseedora de mi sombra: la que contrae de la nada nombres y figuras” (Pizarnik: Op. Cit., p.272) En la secuencia de poemas de la segunda parte, Las uniones posibles, como lo indica el título, el sujeto se propone en su recorrido hallar formas para asir a través del lenguaje su naturaleza como yo esencial. Una de las uniones posibles puede estar en el silencio, pero aún así es el ruido el que se impone, la marca sonora que ensordece y no permite el encuentro. Explica en el poema Signos:
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Herencia Todo hace el amor con el silencio. Me habían prometido un amor como un fuego, una casa de silencio. De pronto el templo es un circo y la luz un tambor.” (Pizarnik: Op. Cit., p.276) En el espacio infernal se queda gravitando el sujeto poético. Su reconocimiento de inevitable abandono de sí mismo no le permite sino la locura de la interpretación de la vida cotidiana. En “Los poseídos entre lilas”, al concluir el ciclo de poemas de la obra, el hablante lírico exacerba su visión de la realidad cotidiana para transfigurarla, deformarla y acceder a las preguntas que no tienen respuestas porque no sólo el silencio es posible para hallarlas sino que se ha dejado de ser en la duda y se ha quedado consumido en la no-respuesta: “-¿Qué hice del don de la mirada? - Una lámpara demasiado intensa, una puerta abierta, alguien fuma en la sombra, el tronco y el follaje de un árbol, un perro se arrastra, una pareja de enamorados se pasea despacio bajo la lluvia, un diario en una zanja, un niño silbando… - Proseguí. - (En tono vengativo) Una equilibrista enana se echa al hombro una bolsa de huesos y avanza por el alambre con los ojos cerrados. - ¡No! - Está desnuda pero lleva sombrero, tiene pelos por todas partes y es de color gris, de modo que con sus cabellos rojos parece la chimenea de la escenografía teatral de un teatro para locos. Un gnomo desdentado la persigue mascando las lentejuelas…” (Pizarnik: Op. Cit., p.293) En la parte final del libro, y también escrito al modo de prosa poética, desligándose incluso de la forma versal del inicio del poemario, el sujeto reconoce en una suerte de confesión o clarividencia previa a la secuencia de preguntas con que finaliza su discurso, que “las palabras hubieran podido salvarme / pero estoy demasiado viviente” (Pizarnik: Op. Cit., p.295). Y culmina con la constatación de su muerte, de su propia partida. Es decir, el viaje conduce a otro viaje, a un nuevo movimiento que ha producido la huida hacia la noción de ser, pese a que no “quiera cantar muerte”, la única realidad posible s encuentra en otra parte, en otro estado que puede darse en el silencio de la muerte, 64
en la pregunta abierta que en su caída el sujeto reconoce sin respuesta porque el yo esencial no está en su inmediatez, sino que se reconstruye a sí mismo para rehacerse una y otra vez en la duda existencial, en el completo abandono, en la postergación de su propia identidad desconocida: “No, no quiero cantar muerte. Mi muerte… el lobo gris… la matadora que viene de la lejanía… ¿No hay un alma viva en esta ciudad? Porque ustedes están muertos. ¿Y qué espera puede convertirse en esperanza si están todos muertos? ¿Y cuándo vendrá lo que esperamos? ¿Cuándo dejaremos de huir? ¿Cuándo ocurrirá todo esto? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Cuánto? ¿Por qué? ¿Para quién?” (Pizarnik: Op. Cit., p.295-96) Finalmente, el cuadro inspirador del título de la obra, El infierno musical habla por sí solo en cuanto al escenario o espacio de desenvolvimiento o recorrido del yo cuya vagancia termina en la muerte. Es el infierno de no saber quién se es y no poder responder sino con imágenes apocalípticas como las de la pintura misma. A mi juicio es en la pintura de Bosch donde Alejandra Pizarnik encuentra las imágenes que describen mejor su estado emocional y de contacto con el mundo inmediato. 4. Pintar el poema o del poema a la pintura La obra pictórica en la que Alejandra Pizarnik (Buenos Aires, 1936-1972) apoya la escritura de su poemario nos remite al artista holandés medieval Juan Jerónimo Van Aken (conocido como Bosch)(7), cuya vida transcurre entre los años 1450-1516, período en el cual el cristianismo toma vital preponderancia en la concepción de mundo, estableciendo claramente las diferencias entre una vida dedicada a las leyes bíblicas o judeo-cristianas y la vida profana encarnada en el pecado y lo diabólico, alejada del espíritu inspirador de la entrega del ser humano a la presencia de Dios en la tierra, tal como se indica a en el estudio de la obra escrito por Walter Boeing (8) “Sus imágenes visuales sirvieron para dar una forma más vívida a los ideales religiosos y a los valores que habían mantenido durante siglos a la cristiandad en el arte del Bosco, la Edad Media fulguró con una nueva brillantez, en medio de su agonía, antes de desaparecer para siempre. [. . .] De esta manera, el espectáculo de pecado y locura y los horrores cambiantes del infierno se unen a las imágenes de sufrimiento de Jesucristo y a las del santo que permanece firme en su fe, contraponiéndose a los embates del mundo, de la carne y del diablo” (Bosing: Op. Cit., p.96) La obra que Bosch ha creado cae en la oscuridad, en una respuesta no existente porque necesita de una respuesta que no se hace presente a la luz de las facultades humaUna lectura deconstructivista
Herencia nas. Es lamentable. Qué posibilidad cabe entonces en este tomar conciencia que nuestra propia capacidad cognoscitiva y de raciocinio no es factible de esclarecer. Sólo se dice lo obvio. El lenguaje estaría basado en aquello. Por más ejercicio que el artista haga en su recorrido por la obra y su existencia, llegaría a lo mismo, a entender que el hombre y su capacidad creadora es limitada. Que existe una gran verdad y que es su propia limitación humana. Somos eso. Acaso la obra de Pizarnik encierre entonces una inquietante búsqueda de la esencialidad de su ser en que se han perdido los símbolos o códigos entregados por el lenguaje, escasos e ineficaces, sin sentido, sin realidad, donde el pecado es más cercano y condenable. Sin duda, un escenario que queda sumergido en un verdadero infierno musical. 4.1. La estructura de la imagen pictórica: otra forma de decir lo indecible La composición pictórica se basa en un recorrido del ojo en distintas direcciones, se jerarquiza una figura central que hace a la vez de hombre, animal -objeto, a medio hacer- que simula uno de los aspectos más fundamentales e intrínsecos de la existencia humana: el castigo a los pecados del propio ser humano. Se intenta describir simbólicamente el infierno a través de instrumentos musicales que en su concepción fueron creados para el deleite y el placer de los sentidos. Ahora convertidos en elementos torturadores del pecado, donde el carácter del desequilibrio en las aversiones humanas toma sentido. 4.1.1. De la pintura al poema: presencia de Bosch en Pizarnik Dentro de los primeros elementos que son posibles de interpretar como situaciones motivacionales del poema en la obra El infierno musical de Pizarnik están los aspectos ligados al protagonismo de la oscuridad de la noche, de la penumbra, en donde con paisajes gélidos y demoníacos se intenta describir la realidad despedazadora de las almas perdidas, atormentadas y flageladas, en que la tortura constante en las tinieblas someten la espiritualidad del ser en la caída agónica del final. El carácter musical puede entenderse como una fuerza dinámica que aporta lo lúdico como eje de la tortura musical La pintura tiene como elemento focal el hombre-árbol cimentado sobre la base de una escena putrefacta y terrorífica en que el rostro humano se jerarquiza, personificando al propio autor de la obra. En este caso, el protagonista mira hacia el vacío sobre una escena angustiante poblada de cuerpos desnudos abatidos por el dolor, de monstruos que pretenden a través de los fragmentos humanos presentes dar cuenta del hacinamiento y del desorden en la lujuria. Este contraste dramático se va subdividiendo en imágenes dentro de un todo fragmentario, en especies de Una lectura deconstructivista
máquinas destinadas a hacer sufrir a los condenados. Se evidencia el terror de las víctimas de los pecados terrenales, subyugados por los cuchillos, por los instrumentos musicales transformados en objetos de tortura. Las formas demoníacas asimilables a animales con poderes de sometimiento van configurando en una lectura vertical de la imagen, la tiniebla de los cielos al protagonismo de los cuerpos heridos y sentenciados en un decrecimiento que proviene del cielo y se dirige a la tierra donde subyace una suerte de inframundo. En toda la escena cabe destacar la desesperanza y los temores que reflejan los defectos y flaquezas de la existencialidad del ser que se entrega a la tentación. Entre las acciones que sobresalen como representación de lo pútrido en la acción de defecar, orinar, vomitar y expeler van dando cualidades repugnantes también como castigo. El hedor manifestado en todo su esplendor a través de figuras como perros devorando humanos, pájaros defecando seres, aguas estancas y putrefactas, cuerpos en descomposición rodeados de fuego, sectorizados en incendios. Es decir, cada fragmento podría representar los siete pecados capitales, partiendo por la lujuria. El carácter musical puede entenderse como una fuerza dinámica que aporta lo lúdico como eje de la tortura musical, al incorporarse dentro del cuadre el detalle de instrumentos martirizadores de los afligidos seres que no pueden escapar. Por otra parte, los detalles expresados como formas punzantes que atraviesan la carne y la hieren se ven potenciados por la existencia del claroscuro provocando puntos de luz y de interés que recrean una atmósfera donde todos los sentidos se encuentran inmersos en la agonía, en las estructuras superpuestas del castigo eterno. Finalmente, el caos se apodera de lo escalofriante del recorrido del alma pecadora donde todo intersticio es sinónimo de una especie de subpresencia escénica con autonomía formal en que cada detalle toma relevancia generando formas irregulares e irrepetidas como un collage de seres demoníacos en constante festín del padecimiento humano. 4.1.2 Del poema a la pintura: presencia del imaginario de Bosch como intertexto del universo del sujeto poético en el poemario de Pizarnik A partir de la segunda parte del poemario, “Las uniones posibles”, comienzan a aparecer signos que se relacionan con aspectos temáticos que Bosch utiliza en su afán por retratar la condena del pecador. Dice en el segundo verso de “Signos”: “Me habían prometido un silencio como un fuego, una casa de silencio / de pronto el templo es un circo y la luz un tambor” (Pizarnik: Op. Cit., p.276), 65
Herencia aludiendo a un instrumento musical y al símbolo del fuego con que tradicionalmente se asocia al infierno. También agrega en el poema Del otro lado: “Estoy triste en la noche de colmillos de lobo / cae la música en la música / como mi voz en mis voces” (Pizarnik: Op. Cit., p.278). La secuencia total de los poemas es correspondiente a detalles que se encuentran en la pintura de Bosch. Literalmente, el sujeto poético recurre a la enunciación de las imágenes para configurar su universo de peregrinaje. En lo sucesivo, probaré con los fragmentos de la pintura original aquellas correspondencias con el imaginario en el cual el sujeto poético realiza su recorrido identitario. Las imágenes son evidentes como también la presencia del sujeto poético en su desdoblamiento con “los puentes” que entrelazan imagen pictórica con imagen poética. En suma, se aplica la deconstrucción y la asociación de lo visto y lo oído. Sorprende ver tales coincidencias. Reviso el siguiente detalle de la obra y su consonancia con el poemario, a la luz de descubrimientos personales que he podido aportar para los fines de este estudio, ya que en mi proceso investigativo no me encontré sino con una sola alusión (9) de la relación existente entre dicha pintura de Bosch y el poemario de Pizarnik. Por supuesto que no se agota el tema en estudio y se postula una revisión que tienen estricta consonancia con los sentidos que se desprenden de la lectura crítica de los poemarios de Alejandra Pizarnik: Parte II, “Las uniones posibles”:
“El ritmo de los cuerpos ocultaba el vuelo de los cuervos”(Pizarnik: Op. Cit., p.279) En el poema “Lazo mortal”:
“Palabras emitidas por un pensamiento a modo de tabla del náufrago” (Pizarnik: Op. Cit., p.279)
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Parte III, “Figuras de la ausencia”:
“La luz del lenguaje me cubre como una música, imagen mordida por los perros del desconsuelo” (Pizarnik: Op. Cit., p. 284) Parte IV, “Los poseídos entre lilas”:
“El cielo como de una materia deteriorada” (Pizarnik: Op. Cit., p.293) Parte IV, “Poema I”:
“El tronco y el follaje de un árbol, un perro se arrastra” (Pizarnik: Op. Cit., p.293) Parte IV, “Poema II”:
“! Pero mira!, el gitano más joven está decapitando con sus ojos de serrucho a la niña de la paloma…” (Pizarnik: Op. Cit., p.295)
Una lectura deconstructivista
Herencia Parte IV, “Poema II”:
La pérdida del espacio en que se desenvuelven los acontecimientos de itinerancia del ser reconoce un no reconocimiento, algo así como un ser sustituto del ser que no se alcanza. El trasfondo de este proceso de identidad es la concertación del desconcierto del sujeto y la aceptación de los fragmentos que se suman en su discurso. De este modo, el final de los poemas deja en suspenso la posibilidad de un desenlace.
“Los perros son como la muerte: quieren huesos. Los perros comen huesos” (Pizarnik: Op. Cit., p.294)
NOTAS
De la revisión de las correspondencias anteriores, se concluye que el sujeto poético es parte integrante del infierno musical de Bosch, haciendo alusiones expresas a imágenes de la pintura original. En dicho imaginario visual el sujeto se confunde entre los personajes agónicos que la componen, efectuando su errancia hasta morir porque el yo esencial se ha perdido, se ha abismado, se ha desintegrado. La muerte es el resultado de ese viaje, el recorrido ha sido finalmente la deconstrucción de su identidad. No responde sino con preguntas. La respuesta final está en las preguntas; es decir, regresa al inicio ya que lo comenzó con una pregunta y termina del mismo modo:
1. Pizarnik, Alejandra. Poesía Completa. Ed. Ana Becciú. Buenos Aires: Lumen, 2002.
“Hablo con la voz que está detrás de la voz y emito los mágicos sonidos de la endechadora. Una mirada azul auroleaba mi poema. Vida, mi vida, ¿qué has hecho de mi vida?”
4. Es importante destacar las menciones que al respecto realiza Cristina Piña que, a fines del año 55, comienza en Buenos Aires una verdadera renovación, lenta al principio, pero que se desarrolla cada vez con más envergadura. Es un auténtico renacer a nivel político y cultural. Influye, en este clima de compromiso, el triunfo de la revolución cubana de Fidel Castro en 1959, y su visita a la Argentina, a fines de ese mismo año. Es una visita triunfal y que conmociona el ámbito universitario. Es un momento en que la Universidad está dirigida por Risieri Frondizi y su grupo, todos intelectuales de izquierda y que vuelven a Buenos Aires luego de la revolución de 1955 trayendo la experiencia y el equipaje intelectual que les había dado los años pasados en Estados Unidos, enseñando en diferentes universidades. Llegan a crear un nuevo clima intelectual. Los estudiantes ven terminar una época, y se lanzan con pasión renovada a asimilar las ideas que los expresen. Se agrupan en torno al grupo de Risieri Frondizi, Gino Germani y José Luis Romero, y abrazan el código del escritor políticamente comprometido.
(Pizarnik: Op. Cit., p.290) Conclusión La obra de la gran autora argentina Alejandra Pizarnik nos deja un enorme legado en cuanto a los referentes motivacionales de problemáticas que se vienen repitiendo a través de los últimos treinta y cinco años en las sociedades modernas. Un universo de grandes conflictos internos del ser humano producto de la modernización y de los avances de la tecnología, en que la obra poética de la autora argentina logra transmitir de generación en generación la angustia de sentimientos olvidados, de la pérdida de los factores emocionales más intrínsecos a la existencia de la humanidad, a una especie de tortura interior en que el vacío en que se sumergen los valores espirituales y de la existencia de vivir cobran gran relevancia. La obra poética de Alejandra Pizarnik sintetiza la búsqueda de un yo esencial. En dicha búsqueda, surge un sujeto itinerante y desmembrado que necesita enfrentar el develamiento de su ser. Sin embargo, se confunde entre las fronteras de lo real y lo irreal, al no distinguir entre uno y otro, lo que trae consigo un conflicto de identidad que deriva en sufrimiento, miedo, autodestrucción, cansancio, anulación de sí mismo y muerte como categorías simbólicas, que resuelven su posibilidad ontológica. Una lectura deconstructivista
2. Fernández Pedemonte, Damián. La producción del sentido en el discurso poético. Buenos aires: Edicial, 1996. 3. El autor especifica al inicio de la entrevista: “Tanto las preguntas como las respuestas fueron hechas por escrito, de manera que la palabra de la poeta se presenta sin ninguna alteración.”Lagunas, Alberto. “Dos palabras para un reportaje.” Sololiteratura.com. Ed. Francisco Robles. 3 Sep 2005. http://www.sololiteratura.com/piz/pizentralberto.htm
5. Aira, César: Alejandra Pizarnik. Rosario: Beatriz Viterbo, 2004. 6. Derrida propone deconstruir una organización tradicional del mundo, del lenguaje y del tiempo a partir de la deconstrucción de la linealidad del símbolo. La escritura es no lineal, pluridimensional. En ella el sentido no está sometido a la sucesión o a la temporalidad irreversible del sonido, pertenece a otra capa de experiencia histórica no reductible al pensamiento lineal (Fernández: Op. Cit., p.175).
7. El Bosco o Hieronymus Bosch (de aquí en adelante Bosch),
pintor holandés nacido en 1450 y fallecido en 1516. Su obra pictórica se manifiesta en imágenes apocalípticas entre las que se cuentan Los siete pecados capitales (Museo del Prado, Madrid), Las bodas de Caná (Museo Boymans van Beuningen, Amster67
Herencia dam), El jardín de las delicias (Museo del Prado, Madrid), Cristo con la cruz a cuestas (Museo voor Schone Kunsten, Gante). Me referiré a la obra de Bosch como “El infierno musical”, a partir de ahora. 8. Bosing, Walter. El Bosco: Entre el cielo y el infierno. Colonia: Taschen, 2000. 9. Dicha alusión se refiere a una mención que hace Bernardo Ezequiel Koremblit en Todas las que ella era: Ensayo sobre Alejandra Pizarnik, Op. Cit.
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Una lectura deconstructivista
Herencia
Desde el inicio, es difícil comenzar Fernando Vera Oliva Desde el inicio, es difícil comenzar, porque el proceso de composición nos dice que el apogeo de la calidad creadora se encuentra justamente cuando hemos de crear el clímax de nuestra obra, es decir, hacia el final de la obra. Entonces, ¿qué ocurre al principio? Cuesta, y cuesta bastante comenzar, no obstante, existen seres dotados de ese “no sé qué”, de una cualidad extraordinaria, el de contarnos una historia que es maravillosa de principio a fin, aún cuando sea difícil empezar, aún cuando el inicio es la piedra de tope para triunfar.
“¿Cómo empezaré? ¿Qué puedo decir, o explicar, si cuanto anote en estas páginas estará dirigido a mí? Sin embargo, por eso estoy acá. Para explicarme y entenderme. Pero no sé cómo empezar. Cómo iniciar una lucha con la certeza de la derrota”. Guillermo Blanco, Gracia y el forastero Notable. Saber y conocer la presencia de la derrota y aún así enfrentarla, no es más que sinónimo de fuerza y gallardía, hay quienes ni siquiera lo intentan al ver un escenario tan complicado; esta no es la ocasión, todo lo contrario, es un llamado interno, intenso dispuesto a darlo todo, pero con la certeza de la derrota. Notable. ***
“¿Cómo y por qué llegué hasta allí? Por los mismos motivos por los que he llegado a tantas partes. Es una historia larga y, lo que es peor confusa. La culpa es mía: nunca he podido pensar como pudiera hacerlo un metro, línea tras línea, centímetro a centímetro, hasta llegar a cientos o a mil”. Manuel Rojas, Hijo de ladrón Locura tal vez, nada tal vez. Yo sé porque estoy aquí y sé que soy consecuencia de. Creí que todos lo sabían, me di cuenta de que no, cuando abrí Hijo de ladrón; es triste la vida Venancio, me lo recuerda el temucano, y lo leo en estas líneas, no saber quién uno es, refleja esa carencia de afecto, la falta de importancia hacia nosotros mismos, que poco vale el protagonista, nunca ha podido pensar. Es confuso, se avecina una tormenta de tormentos, una vida llena de suplicios, será probable una locura, tal vez, o nada. ***
“Hoy ha muerto mamá. O quizás ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: “Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias”. Pero no quiere decir nada. Quizás haya sido ayer”. Albert Camus, El extranjero Misterio y enigma. Desde ya, se comienza a dibujar un futuro “quizás” no tan auspicioso, pues no podemos decir tanto de tan sólo tres líneas, pero sabemos mucha información: a muerto su madre, no sabe bien cuándo, ni tampoco hay una completa seguridad de la información, lo que sí sabemos es que comienza una lucha con el “quizás”, con la incertidumbre; ha muerto mamá y parece no importar, han de ser contados quienes no les importe mamá. Aquí encontramos uno y su vida debe ser un misterio y un enigma. ***
“Se puso el sol. Tras el breve crepúsculo vino tranquila y oscura la noche, en cuyo negro seno murieron poco a poco los últimos rumores de la tierra soñolienta, y el viajero siguió adelante en su camino, apresurando su paso a medida que avanzaba el de la noche”.
Benito Pérez Galdós, Marianela Serenidad en vías de extinción. El paisaje es ameno y tranquilo, se nos muestra una panorámica incluso ideal, pero el cambio es drástico, se nos advierte sobre la muerte de un día más, sobre la oscuridad que amenaza, y el camino apresurado que se avecina por parte del viajero, caminar de noche, me parece que no es bueno, independiente del lugar, la noche es reflejo de muerte, y falta mucho para que vuelva a ponerse el sol. Algo ocurrirá, es esa la conclusión que se puede extraer, naturalmente algo sucederá, y la serenidad de seguro se irá. ***
Desde el inicio, es difícil comenzar
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Herencia “En un día brillante y frío de abril, a la una de la tarde, Winston Smith, se desplazó rápidamente por entre las puertas de cristal de las Casas de la Victoria. El viento soplaba con fuerza”. George Orwell, 1984 Seguro, conciso, un narrador informado y objetivo. No hay indicios de sugerencia, la clave es la pulcritud de la información, la seguridad de estar informado me mantiene deseoso de seguir, el viento sopla con fuerza y cuando sopla con fuerza algo puede pasar y el narrador de seguro lo sabrá a la perfección y lo narrará de la misma manera, sin embargo no pasa inadvertido el que sea un día brillante y exista un frío de abril, raro, qué será las casas de la Victoria, raro. ***
“Érase el mejor y el peor de los tiempos; la época de la sabiduría y la época de la locura; la era de la fe y la era de la incredulidad; la edad de la luz y la edad de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Poseíamos todo, pero nada teníamos, caminábamos directamente hacia el cielo y nos precipitábamos en el abismo”. Charles Dickens, Historia de dos ciudades Magistral, excelente inicio: poderoso, tajante, fuerte, sabio, luso, el resumen de una época, ¿cuál?, no sé aún, pero de seguro la obra estará inscrita en esta era y, por lo mismo, será de suma dificultad; qué tiempo más desgraciado, porque tenerlo todo y tener nada, es nada, no se puede concebir un mundo de contrastes tan marcados, no se puede germinar la vida en un ambiente a estas alturas hostil, es el mejor y a la vez el peor de los tiempos, es la presentación de una obra que no pasará inadvertida, es la crónica de una muerte anunciada. ***
“Estoy sentado junto a las alcantarillas aguardando a que salgan las ranas. Anoche, mientras estábamos cenando, comenzaron a armar el gran alboroto y no pararon de cantar hasta que amaneció. Mi madrina también dice eso: que la gritería de las ranas le espantó el sueño. Y ahora ella bien quisiera dormir”. Juan Rulfo, El llano en llamas - Quién se sienta junto a las alcantarillas. - Quién aguarda a las ranas. - En donde las ranas forman una gritería. - En donde las ranas cantan toda la noche. - Mágico, un escenario inaudito, un ambiente tranquilo pero con mucho que entregar, una suma de situaciones no comunes. Falta información, pero alimenta un interés en alto grado, una explosión de hechos que fomentan muchas cosas, entre otras el sueño de la madrina, porque existen estas ranas, quienes son, deben identificarse, luego, dan ganas de saber más, sabemos muy poco de lo esencial, sabemos bastante de lo banal, pero esto último es un ingrediente más que sabroso, mágico.
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“Amanecía, y el nuevo sol pintaba de oro las ondas de un mar tranquilo. Chapoteaba un pesquero a un kilómetro de la costa cuando, de pronto, rasgó el aire la voz llamando a la Bandada de la Comida y una multitud de mil gaviotas se aglomeró para regatear y luchar por cada pizca de pitanza. Comenzaba otro día de ajetreos”. Richard Bach, Juan Salvador Gaviota La costa, el puerto, un muelle. Para los amantes de la naturaleza, para quienes gozan de un fin de semana en la playa, existen estas cuatro primeras líneas, un chapoteo de gaviotas en el mar en busca de comida y el inicio de una nueva jornada de seguro con ajetreo incluido; hasta ahí algo “soft” y “light”, algo débil, la última no es la mejor; he decidido castigar a Juan Salvador Gaviota con este último espacio; castigar sólo el inicio, porque en su integridad es una gran obra, pero en esta primera entrega de inicios de obras, Bach, no supo ganar. ***
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Desde el inicio, es difícil comenzar
Herencia
LA historieta como instrumento ideológico Un caso chileno: El manque
René ramirez v. Introducción En el texto “Desafíos democráticos del periodismo chileno”, el autor Héctor Vera V. argumenta que existen seis grandes visiones respecto al papel social que cumple el periodismo. Éstas son la teoría de la objetividad, la teoría psicosocial, las teorías estratégicas, la teoría de la alienación cultural, la teoría de la interacción simbólica y la teoría de la acción comunicativa. Para los efectos de este trabajo sólo diremos que la teoría de la objetividad sitúa al periodista como un “traductor de una realidad desconocida y compleja que éste hace accesible a un público lejano que ignora lo que sucede, mediante la difusión de una información” 1 , una especie de mediador de realidades ignoradas, las que pone a disposición de los grandes públicos. En otra perspectiva se sitúan las teorías estratégicas, que ven al periodismo como un “instrumento de acción social, con influencia en el curso de los acontecimientos y en la formación de opinión 1 pública 2 ”. Eje de los seguidores de esta teoría es la convicción que los medios no sólo transmiten una realidad sino que la forman y elaboran, cuando no la transforman, de acuerdo con las líneas editoriales entregadas por las planas ejecutivas de éstos. Porque existen poderes e intereses que se juegan en cada edición de un medio. Porque el emisor no es un ente amorfo ni etéreo, sino un organismo que traspasa toda su intencionalidad al texto que pide que escriban sus periodistas. Porque al pasar por el tamiz personal, la objetividad deja de existir. Como el mismo autor escribe más adelante: “Esto significa entender al periodismo más como una acción de propaganda, como lo señala Chomsky, que como una instancia de dar a conocer hechos” 3 .
Justificación Tomando como base lo anterior, la función ideológica que cumplen los medios debe entenderse presente en cualquier manifestación mediatizada, independiente del formato que ésta utilice. La podemos encontrar en los contenidos informativos de los medios tradicionales: el diario, las revistas y la televisión, como en otros vehículos aparentemente inocuos como el cine, las historietas y la música. El enfrentamiento global de los dos grandes sistemas económicos, políticos y sociales a partir de los inicios del siglo XX, comienza con el triunfo de la Revolución Rusa (1917). La construcción del socialismo, iniciada en las re______________________________ 1 2 3
públicas soviéticas, manifiesta la posibilidad de construir sociedades con énfasis en el bienestar de las mayorías, sobre la base a las actividades de un Estado centralizador y planificador de las decisiones de producción y distribución, junto a una activa participación y control de parte del pueblo organizado. Este nuevo sistema de organización se opone en lo más profundo al sistema capitalista, en que lo principal son las decisiones basadas en el accionar independiente de los individuos, su capacidad de emprendimiento y definiendo al mercado como gran ente regulador de la economía (la “mano invisible” de Adam Smith). Luego de que ambos sistemas (más bien sus países referentes: EEUU y la Unión Soviética) enfrentaran en conjunto la amenaza hitleriana y dieran fin a la Segunda Guerra Mundial, distribuyeron sus áreas de influencia. No obstante el dominio ideológico mundial, que perseguían ambos sistemas, da origen a la Guerra Fría, enfrentamiento no bélico que se desarrolla en todo el globo entre los defensores y propulsores de ambos métodos de organización política. Chile no se encontraba ajeno al asunto, ni mucho menos. La constante evolución de las luchas sociales y la generación de condiciones políticas nunca expresadas, permiten que el 4 de septiembre de 1970, los ciudadanos chilenos elijan como su futuro presidente al candidato Salvador Allende, que se transformaría de esta manera, en el primer mandatario de raigambre marxista, en toda Latinoamérica. En nuestro país, las dos ideologías predominantes en los años 70 – capitalismo y socialismo – cuyo objetivo era satisfacer las demandas y reivindicaciones económicas y sociales de la población, encontrarían sus altavoces en todo aquello que permitiera, o prometiera, asentar o modificar las convicciones de los sectores que influirían en su mantención o en el cambio de ellas. Y en este marco se ubicarán todos los medios de comunicación: la televisión, la prensa, la radio, el cine y, también, las “inocentes” historietas. El gobierno de la coalición de la Unidad Popular (UP), conformada por partidos obreros y de la clase media, debía enfrentar entonces una de las más enconadas disputas ideológicas que se tuviera en el país, hasta esa fecha. En medio de campañas del terror, fuga de capitales hacia el exterior y otras medidas inspiradas en el presidente del gobierno de los EEUU, que llamara a “ahogar” financieramente a Chile, la UP transformaba a Zig Zag en la editorial Quimantú, responsable de la impresión y distribución de material que debía tender a una mayor comprensión del proceso que se vivía: desde textos de economía y educación política, relatos de la realidad social del país,
Vera Vera, Desafíos democráticos del periodismo chileno, página 34. Ibíd., página 51. Ibíd., página 60.
La historieta como instrumento ideológico. Un caso chileno: El Manque
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Herencia revistas juveniles, a historietas, por cierto, nada de inocentes. Dentro de éstas, “El Manque” -historieta juvenil que relata las vivencias de un afuerino del campo chileno- cuyo objetivo era transmitir los valores de una nueva forma de hacer y pensar. Objetivos de la investigación Demostrar que la aparición de títulos, de la Editorial Quimantú, constituyen la respuesta desde la ideología socialista, a una batería de ediciones que entregaban contenidos orientados a hacer prevalecer las formas competitivas, individualistas, por sobre las maneras solidarias, de intereses grupales, que propugnaba el nuevo gobierno.
Preguntas de investigación ¿Es posible evidenciar que antes de 1970, se usaran las historietas como instrumentos ideológicos? Si fuese así, ¿es posible demostrar que dicha penetración ideológica provenía desde los países representantes del sistema capitalista? ¿Existía la producción nacional, orientada al mismo objetivo? ¿Circulaban ediciones que postularan otra forma de organización social? Temas y subtemas - Las historietas clásicas y su contenido ideológico. - Los grupos editoriales norteamericanos. - La historieta nacional hasta 1970. - El proyecto Quimantú. - Análisis de contenidos de El Manque. Antecedentes previos Las ideas básicas de Adam Smith, padre intelectual del sistema capitalista, pasan por la condición “natural” del individuo de emprender negocios, hacer cosas en beneficio personal, asumiendo los riesgos que estas acciones comprometen. A partir de ello, se estructura un sistema económico que se funda en el mercado no regulado, de libre competencia, de beneficios personales como premio a la iniciativa de la misma naturaleza. Smith encomienda la regulación de los recursos a “la mano invisible” del mercado. La libertad de contratar mano de obra para el incremento de la producción, la condición “egoísta” a la que apelara Smith traducida en contratación de operarios al menor costo posible, haría que necesariamente aparecieran posturas contrapuestas a esta propuesta. En 1842, parte de la Liga de los Justos, organización obrera alemana de carácter secreto, a quienes habían tras72
mitido sus ideas, solicitó a Carlos Marx y Federico Engels, la redacción de un documento que reflejara sus postulados, para ser presentados a un próximo congreso de esta Liga. Estos postulados se traducirían prontamente en el “Manifiesto Comunista”. El fantasma que recorría Europa mostraba sus cartas. Partiendo de la contradicción de intereses que enfrentan el mundo asalariado y aquél dueño de los medios de producción, Marx y Engels teorizan respecto a una sociedad más justa, en que los excedentes de la producción tuviesen fines sociales solidarios, en que el Estado con la economía controlada en forma centralizada, tuviera la capacidad de redistribuir los ingresos de la nación en la mayoría de la población, garantizando la cobertura de las necesidades básicas. La primera manifestación concreta de estos postulados se hizo realidad en el triunfo de la Revolución Soviética, en 1917, que marca el inicio del enfrentamiento entre las dos visiones de sociedad, en tanto establece la “segunda opción” de desarrollo económico y social, frente al sistema capitalista, de mayor expansión en el mundo. “Finalmente, frente al mundo capitalista, se encuentra la República Socialista Rusa, un Estado obrero y campesino colocado fuera del mundo capitalista y que representa para el imperialismo victorioso un enorme peligro social, el peligro de que todos los resultados de su victoria se derrumben bajo el asalto de la revolución mundial”. V. I. Lenin Fin de la Segunda Guerra Mundial y reparto del mundo La conflagración entre los aliados, representados en lo medular por Estados Unidos, Francia, Inglaterra y la Unión Soviética, y el eje formado por Alemania, Italia y Japón, previo al término de la Segunda Guerra Mundial, supuso de parte de los aliados la necesidad de acordar los pasos siguientes al término de las acciones bélicas. Entre ellos, la distribución del mundo, luego de ser derrotado el ejército nazi y sus aliados. En 1947 el conflicto entre las dos más grandes potencias triunfadoras del conflicto mundial tomó mayor consistencia. El deterioro en las relaciones de los antiguos aliados, se encuentra inserta en la realidad incuestionable que la URSS y EEUU representan dos modelos de organización muy diferentes: • Bajo la ideología de gobierno socialista, para la Unión Soviética la organización política del Estado debe priorizar por la garantía de igualdad de oportunidades y justicia social. Luego de establecidas tales garantías sociales, se considerarían las libertades individuales de los ciudadanos. Con el apoyo del Ejército Rojo y de las fuerzas organizadas del Partido Comunista, la URSS influye sobre Polonia, Rumania, Hungría, Checoslovaquia, Bulgaria, Albania, Yugoslavia y Alemania Oriental. La historieta como instrumento ideológico. Un caso chileno: El Manque
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• Para EEUU, de acuerdo con su ideología capitalista, los gobiernos de una nación deben resguardar el ejercicio de las libertades individuales, la existencia de organizaciones políticas y sindicales, la libertad ideológica y el funcionamiento de un mercado libre de las intervenciones estatales. Estados Unidos controlaba, fundamentalmente con su poder económico al resto del mundo capitalista y el hemisferio occidental. El inicio de la “Guerra Fría” se manifiesta, a partir de este período en conflagraciones menores, fuera de las fronteras de sus países, básicamente en las antiguas colonias, especialmente en África y en el Oriente Medio. Lo que resulta más evidente en esta conflagración oculta, son los sucesivos golpes de estado, guerras civiles, ocupación e invasión de países, etc.: las acciones militares, seguidas de implementación de sistemas económicos correspondientes a una ú otra de las visiones de sociedad imperantes. Lo menos evidente, y por tanto, menos conocida es la necesidad de los sistemas económicos de hacer que la población sea la que avale estos modelos: la penetración ideológica, cultural, es la salvaguarda para proyectar sus sociedades en el futuro, o defenderla de sus enemigos declarados. Refiriéndose a las historietas, Armand Mattelart dice que “esta misma singularidad permite que la historieta se convierta en la mejor ilustración del carácter histórico de los mensajes de la cultura de masas. Revela así que las funciones que cumplen los héroes de esta cultura están supeditadas a las necesidades de la sociedad que les inspira”. 4 Parte de esta función estará cubierta por el rol que pueden cumplir los medios de comunicación. Por una parte aquellos destinados a propaganda política sin tapujos y por otra, aquellas emisiones que encubiertas en ropajes inocentes, portan los mensajes más profundos de la cultura hegemónica: su cuerpo de valores y creencias.
transmitían en árabe, francés y ruso, para las brigadas internacionales, Por su parte, desde 1922, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas emitía en más de 10 lenguas y multitud de dialectos. 5 El hecho de haber entrado tarde a las emisiones radiales durante la Segunda Guerra Mundial a cargo de emisoras privadas de radio, como las mencionadas CBS y NBC, con propósitos básicamente políticos y militares, no es óbice para que en paralelo implemente la globalización de sus modelos de vida (el “american way of life”), a través de medios de comunicación de forma más sutil. Mattelart cita en el libro referido, una declaración de 1953, en que, el presidente Eisenhower lanza un llamamiento a todas las fuerzas vivas de la nación para defender la libertad: "La lucha en la que está hoy comprometida la libertad es, literalmente, una lucha total y universal [...] Es una lucha política [...] Es una lucha científica [...] Es una lucha intelectual [...] Es una lucha espiritual [...] Porque lo que se pone en juego en esta lucha total, en su sentido más profundo, no es ni el suelo, ni los alimentos, ni el poder, sino el alma misma del hombre". 6 ¿Y por qué el mercado infantil? La primera respuesta se orienta a explicar la fragilidad de la conciencia imberbe, la mayor facilidad con que un mensaje puede penetrar en las conciencias infantiles y luego, permanecer en ella. Como lo explica Manuel Alcides Jofré: “Un momento de extraordinaria fertilidad ideológica lo es sin duda la infancia. El sujeto está en un proceso de constitución de su identidad; exhibe una alta capacidad para asimilar valores; su aparato racional y crítico no está aún desarrollado. El niño recibe por una parte una visión de mundo a través de la escuela, la educación formal, y luego, en el ámbito de la educación extra-sistemática, junto al aparataje ideológico entregado por Ía familia, aparece un input hegemónico talvez más poderoso y permanente: el sistema de las comunicaciones sociales masivas” 7 .
Los medios de comunicación y las ideologías Quizás haya sido Estados Unidos, el país (modelo económico y político) que haya entendido con más tardanza la necesidad de establecer la emisión de mensajes al mundo como parte de su estrategia de expansión, al transformar el papel que cumplían 6 compañías privadas movilizadas desde 1940 – entre las que se encontraban CBS y NBC – para crear la radio La Voz de América. Ya en 1933, el partido nazi emitía en onda corta hacia Estados Unidos, en inglés y alemán. En 1935, el fascismo italiano hacía lo propio hacia África y el Cercano Oriente, en lengua árabe. En 1936, Francisco Franco implementó transmisiones en árabe para impedir que los moros se sumasen a las fuerzas republicanas. Éstas, a su vez,
Las historietas en Chile desde 1930 Resumiremos, en lo posible, la realidad editorial de nuestro país con relación a las revistas dirigidas a los segmentos infantiles y juveniles, por ser el objetivo de este trabajo indagar sobre los esfuerzos no evidentes de influir en la conducta política de los individuos. Entre las claramente políticas se encuentra la revista Topaze, de gran importancia durante una buena parte de la vida republicana de Chile, terminó de circular el 28 de octubre de 1970 (un mes y medio después del triunfo de Salvador Allende). Asimismo, fuera del período señalado, no puede quedar ausente la mención de El Peneca, fundado el 23 de noviembre de 1908 y cuya última edición fuera a fines de 1960. Aunque ya extinta hace 50 años, hay personas que la
______________________________ 4 Armand
Mattelart, La cultura como empresa multinacional, 1974, Armand Mattelart, Historia de las ideas y de la estrategia, 2003. 6 Íbid. 7 Manuel Alcides Jofré. La historieta en Chile en la última década. Junio de 1983. 5
La historieta como instrumento ideológico. Un caso chileno: El Manque
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Herencia recuerdan con algo de nostalgia. Su concepción de ser una revista “de los lectores y para los lectores” es, seguramente la responsable. La permanente publicación de trabajos y actividades infantiles, entre ellas las celebraciones a que llamaba la revista, fueron parte de esas acciones. Noviembre de 1934: Aparece El abuelito. Originada en el programa de radio Hucke, en su primer número rinde homenaje al presidente Arturo Alessandri Palma. Abril de 1936: Chascón contra Tarzán. Aparecen Mickey, Los tres chanchitos y Episodios de la historia de Chile. Junio de 1937: aparece Álbum Mickey, para Todos los Niños de América. Cobijó principalmente productos de la línea Disney. Julio de 1938: Pulgarcito: Semanario Infantil, suplemento del diario La Nación. En sus páginas se publicaron famosos personajes del cómic internacional: Popeye, Henry, Mandrake, Brick Bradford, Fantasma, Ratón Miguelito, Tío Remus, Pomponio, Maldades de dos pilluelos, Roy Rogers, Roldán el temerario, Ben Bolt, Aventuras de Aguilucho, El príncipe Valiente, etc. Septiembre de 1941: El viaje a Chile de Walt Disney en preparación de su película Saludos amigos, en que nuestro país es representado por un avioncito llamado Pedrito (en honor de Pedro Aguirre Cerda) motiva a Pepo a dibujar a Condorito. El mismo mes nacería Cachupín, personaje de la revista Estadio, que se publicaría hasta mediados de 1970. Un mes después, el 8 de octubre, e inspirada en El Peneca, nace El Cabrito, publicación destinada a los niños de aparición semanal editada por Zig-Zag. La emisión regular de la revista llegó hasta el número 362 (29/9/48). 6 de agosto de 1949: Okey, revista semanal de Editorial Zig-Zag dedicada exclusivamente a los cómics, especialmente los importados. Cobijó desde un comienzo las páginas de Condorito. Algunos de los cómics extranjeros que desfilaron por las páginas de esta revista fueron: Robin Hood, Tarzán, Guillermo Tell, Flash Gordon, Big Ben Bolt, Justiciero secreto («Lone Ranger»), Mandrake, Brick Bradford, Tiempos modernos, Juan el Intrépido, Jim de la Selva, Red Canyon, además de muchos otros cómics de diversos géneros traídos principalmente de Europa y Estados Unidos, junto a unos pocos argentinos. En el resto de la prensa también se da cabida a otros trabajos norteamericanos como Batman y Tarzán- Llegan regularmente las revistas mexicanas con material norteamericano.
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tivo.
En 1951: Nace Barrabases, revista de cómic depor-
El 2 de enero de 1957: nace Mampato, como suplemento del diario El Mercurio que publica historietas extranjeras: Pillín, Archie, Pomponio, Juan el intrépido, El reyecito, El Gran Ben Bolt, entre el material del exterior. El suplemento aparecería hasta mediados de la década del sesenta. 4 de marzo de 1959: Pandilla, revista de Editorial Zig Zag. Además de los cómics estaban novelas seriadas como Panne en la noche, El tío misterioso, La sorpresa de Julia, y cuentos como La pandilla de Marcela Paz. Desde el 27 de julio de 1962: circula Disneylandia, editada por Zigzag. En 1963: Comienza a aparecer la tira Artemio en El Mercurio, no obstante su crítica a la burocracia. Abril de 1964: Fue el mes que vio las primeras ediciones de Aventuras Disney, El Zorro y Fantasías, todas de la mano de la editorial Zig zag. En octubre de 1965, sale a la calle el primer número de El Jinete Fantasma, también de Editorial Zig-zag. En febrero de 1966, la misma Zig Zag edita U2, S. O. S. y Trinchera, ambientadas en situaciones bélicas de la Segunda Guerra Mundial. 20 de junio de 1966: Aparece El Capitán Júpiter, erróneamente conocido como el primer superhéroe chileno. Julio de 1966. Bajo licencias de King Features Syndicate, Editorial Lord Cochrane publica Popeye, El gato Félix, Mandrake, Paquita la traviesa, Henry, Jim de la selva. En 1967, King Features Syndicate publica a través de Lord Cochrane: Agente Secreto X-9 y de Fleetway. Ae publica Jet Logan. Tribilín se agrega a la larga lista de títulos Disney, junto a Tesoros Disney, 1968: Se inicia con la publicación de Garra de Acero, de la editorial británica Fleetway. En octubre, bajo licencia de Laban Internacional, aparece 007, James Bond. Desde el punto de vista del contenido, el no exhaustivo listado precedente muestra, en general, a las casas editoriales chilenas reproduciendo material que circula a nivel mundial, procedente de King Features, Fleetway o licencias Disney, con la participación de numerosos dibujantes chilenos. Los esfuerzos por editar producción nacional se encuentran concentrados en historietas de corte claramente político o de contenido erótico, quizás el más combatido por la pacata sociedad de los ‘60. La excepción más relevante de producción nacional es Mampato, editada por Lord Cochrane. Desde el punto de vista de las editoriales, concentran el mercado editor, Zig-zag y Editorial Lord Cochrane, los firmantes de convenios con las empresas editoras multinacionales. La historieta como instrumento ideológico. Un caso chileno: El Manque
Herencia Lo anterior permite configurar un panorama de alta hegemonía (si no dominación absoluta) de contenidos que no ponen en duda el status quo –no obstante la algidez de la discusión política y social desde mediados de los 60- o que, subrepticiamente, avala la permanencia de éste, a través de la multiplicación de los juicios y valores que acompañan a cualquier sistema, en este caso, al liberalismo capitalista.
Análisis de los contenidos de los comics El aporte de Umberto Eco Probablemente los documentos más conocidos referidos al análisis crítico del cómic sean los trabajos de Humberto Eco – Apocalípticos e integrados – y de Ariel Dorfman que, en conjunto con Armand Mattelart, escribiera Cómo leer al Pato Donald. Eco analiza en primer lugar la historieta protagonizada por Steve Canyon, editada luego del término de la Segunda Guerra Mundial. Steve es un piloto amigo de la policía; informal, espontáneo y gentil con las damas y los niños. Un perfecto “human relations”. Lo llaman "capitán", sugiriendo un grado militar anterior. Canyon es rubio, alto y de pelo ondulado. Cuando se ve su rostro, éste es duro y tenso, maduro y vigoroso. Finalmente, el piloto se ha descubierto en todo su potencial: anglosajón, exitoso, respetado y, desde ya, “del lado de la ley”. En este caso, se pretende relacionar a un hombre de mediana edad, aliado de la Justicia y la Ley con los conceptos de valentía y valores humanos. También sobresale el hecho de que sea blanco, de inequívoca apariencia "estadounidense" y veterano de guerra 8 . Continúa su trabajo con Superman. Lo que se sabe de éste, es que no es humano, que procede de un planeta llamado Kriptón, que posee poderes extraordinarios que usa en el combate a los delincuentes y criminales. Su lado débil -cuando es Superman- es la kriptonita, mineral verde de Kripton. Cuando es Clark Kent, periodista de El Planeta, es cuando su debilidad, torpeza, sumisión y timidez es mayor. Representa, según Eco, al ser humano normal, promedio, gris, incapaz de defenderse, menos aún de amenazas de otros seres humanos o externas. Para ello, necesita a alguien, o algo, superior. En esta perspectiva, nos hace falta Superman. “El estatismo de Superman y la repetitividad de la trama, así como la sucesiva presentación de fenómenos aislados, sugieren la idea de que el superhéroe puede re-
parar los pequeños males, pero de ninguna manera modificar el conjunto de la sociedad. Hay una relación entre la forma de contar y la ideología conservadora que transmite. Destinado a los sectores populares, pero orientado a la conservación de la estructura social, Superman resume la ambigüedad y las múltiples posibilidades de los productos surgidos de los medios masivos de comunicación” acota Humberto Eco. Posteriormente define el comportamiento de Superman como un reflejo de su propuesta ideológica: a) el mal está representado por truhanes de pequeña monta, cuando más ladrones de bancos; b) siempre el delito es contra la propiedad privada; c) el bien sólo es caridad; d) sólo se ocupa de lo puntual, de lo anecdótico. Nunca del orden político, social o económico que subyace en los actos de “maldad” Ariel Dorfman El trabajo principal de Dorfman fue el referido al Pato Donald. 9 El extenso trabajo adicionalmente a reconocer en las tiras el modelo capitalista de desarrollo y su exacerbado interés por los bienes materiales como el oro, el dinero, delata otras características un tanto extrañas: la ausencia de relaciones filiales directas – sólo existen tíos, sobrinos, abuelas y amigos. No hay padres-, trabajo infantil propiciado por los mayores –los sobrinos vendiendo limonada para hacerse de dinero-, etc. En el plano de la gente que muestra el cómic como universo de sus protagonistas, destaca la constante ausencia de perfiles presentes en toda sociedad, incluida la norteamericana. Salvo para obtener beneficio de ellos, las revistas Disney no muestran proletarios, no existen los sin casa, los inmigrantes. Y no podría ser de otra manera, la sociedad “ideal” promovida es de clase media. Y de allí no se mueve. Como muestra la lámina siguiente, lo que deben ser en el futuro los sobrinos del Pato Donald, pasa por funciones en la banca o el comercio. Curiosamente, nunca en el sistema productivo. La mofa a los movimientos reivindicativos es parte de su trabajo ideológico. La dispersión de una manifestación callejera es posible de realizar con el reparto gratuito de limonada. Así de fácil es tratar con la disidencia. Cuando no están en Patolandia, es posible encontrar a Donald, Tío Rico o los sobrinos en lejanas tierras, usualmente con habitantes de bajísimo nivel cultural, al que debe redimirse a cambio de sus riquezas. Sí se muestra el mejor nivel técnico de Patolandia (EE UU).
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Umberto Eco. Apocalípticos e integrados, 1985. Dorfman y Armand Mattelart. Para leer al Pato Donald. 1972.
9 Ariel
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Herencia ce la presidencia de una isla remota amenazada por una nave invasora. Los “salvadores” de la isla deben combatir y, derrotar, a tal nave, cuyo estandarte muestra el símbolo soviético (la hoz y el martillo). Tan evidente como la participación de todos los su-
Otros datos Ariel Dorfman desmenuza, en otro trabajo, la historia de Babar. La tira nacida en 1939 llega a su apogeo después de la Segunda Guerra, época en que se produce la independencia de las colonias africanas. Babar, elefante africano, pierde a su madre y huye, siendo amparado por una mujer de habla inglesa, quien le enseña el idioma, lo educa, lo pone de pié, lo viste, lo hace una “persona”. Es lo que pueden lograr los nativos si aceptan la “colaboración” extranjera. Cuando vuelve a su tierra natal, los lugareños descubren los tremendos y positivos cambios que ha hecho la sociedad en Babar y le nombran rey, para que les enseñe lo que la metrópoli extranjera puede hacer. Como dice Dorfman “no es necesario esclavizarlos, es preciso europeizarlos” 1 0 . Casos similares de penetración ideológica pueden encontrarse sólo “leyendo” otras famosas historietas. Por ejemplo Tarzán. Hijo de aristócratas ingleses cae fortuitamente en África (ex colonias británicas). Es el único ser blanco que, criado por monos, impone la ley y el orden. El blanco por sobre el nativo. No obstante la existencia milenaria de los aborígenes, nunca han aprendido a transportarse en lianas. ¿Hay alguien que sepa hacerlo?, Tarzán. Cuando es necesario comunicarse con exploradores o buscadores de marfil, pocos saben hacerlo aparte de Tarzán. Obvio. Pero… cómo habrá aprendido inglés, si se crió junto a los aborígenes. Licencias de la historieta. Similar es el caso de El Fantasma, de la Isla de la Calavera. Es el europeo dominador de la situación, que enseña a los naturales cómo se debe combatir a la delincuencia. Es su modelo. Tin Tin es un niño explorador belga que no sólo es superior a los nativos. Además les enseña que su patria (la de ellos) es Bélgica. Los Halcones Negros Esperable es, por su parte, la receta que entregan estos militares. A ellos, en una de las ediciones, se les ofre______________________________
perhéroes en la “defensa de la democracia” frente al enemigo nazi. Los editores ponen a sus personajes Batman, Robin, Superman, Mujer Maravilla, Capitán Maravilla Jr., Capitán América, a defender la patria norteamericana. Cuidando, obviamente que este mensaje llegue a todos los países en que ejercen influencias. El proyecto Quimantú El 12 de febrero de 1971, luego de un conflicto que enfrentó la editora Zig Zag con sus trabajadores que incluyó un paro de actividades en diciembre de 1970 (ya electo Salvador Allende), se firmó el compromiso de compra de los activos de la editorial por parte del gobierno de la Unidad Popular. La naciente editorial se propuso dos objetivos primordiales. Primero, poner el libro al alcance de todo el pueblo chileno, mediante una política de producción, distribución y tiraje que abaratara costos de edición y venta. Segundo, concebir el libro como un elemento emancipador de conciencias para el Nuevo Chile que nacía bajo el gobierno de Salvador Allende. De este modo, Quimantú representó un papel fundamental en la masificación de información ideológica, social, económica y cultural, ampliando el alcance de sus libros a distintos sectores sociales y privilegiando la refundación de una nueva identidad. Las principales ediciones de la nueva empresa Quimantú (sol del saber, en mapudungún) fueron las colecciones Nosotros los chilenos, Minilibros, Cordillera –de narrativa-, Cuadernos de Educación Popular, Camino Abierto, Clásicos del Pensamiento Social y Cuncuna. Comenzó también la edición de las revistas Cabrochico, Onda, Paloma, La Quinta Rueda, La Firme, Chile Hoy, Ahora, Mayoría, Estadio e Historietas Q. Asimismo se estableció a los kioscos como canal de libros y series, además de la tradicional distribución de revistas. Para el gobierno de la UP éste era un proyecto estratégico. Hacer todo lo posible para que el ciudadano común accediera por fin a material cultural. El tipo de elementos que le fuera vedado, fundamentalmente por la variable precio, y que le mantuviera por
10 Ariel
Dorfman, Inocencia y Neocolonialismo, un caso de dominio ideológico en la literatura infantil. 11 http://www.memoriachilena.cl/temas/dest.asp?id=quintaruedaquimantu 76
La historieta como instrumento ideológico. Un caso chileno: El Manque
Herencia un tiempo alejado de las expresiones del arte y la cultura. Estas políticas no sólo se verificaron en la industria del libro y las publicaciones sino también en el acceso a museos, al Teatro Municipal, acceso a la música, etc. El fenómeno de la música quedó plasmado en el movimiento denominado La Nueva Canción Chilena, en las voces de Víctor Jara, Ángel e Isabel Parra, Héctor Pavéz, Payo Grondona, Patricio Manns, Inti Illimani, Rolando Alarcón, Quelentaro, Tito Fernández y Quilapayún, entre muchos otros, aún suenan como referentes del desarrollo musical logrado en esa época. Abril de 1971: Comienza a editarse La Firme, revista de información popular, como continuación de La Chiva, pero más orientada a la información mediante cómics de una clara compromiso con el gobierno de la Unidad Popular. Aparecen regularmente Supercauro, Pancho Moya, y Los privilegiados. Hacia mediados de 1971, las historietas nacionales provenientes de Editorial Zig-Zag presentaban disímiles situaciones. Las series que seguirían en las mismas condiciones serían: Mawa y El doctor Mortis. Las que se modificarían eran Mizomba y El jinete fantasma. Nuevas series: Patrullera 205 (policías chilenos), El Manque (campesino afuerino), Los intrépidos de la Aurora, CONU (historias de la Marina), Ovni, Al margen de la ley, La legión blanca (institución armada nacional exploradora antártica) y Manuel Rodríguez, El Guerrillero. Julio: Aparece Cabrochico, una revista para el niño de hoy, revista de la División de Publicaciones Educativas de la Empresa Editora Nacional Quimantú, con la colaboración del Departamento de Educación Preescolar de la Universidad de Chile. Incluyó El caleuche espacial, en que un grupo de terrestres viajaba por distintos planetas interviniendo en medio de crisis sociales, Se consagraron Mañungo, un niño campesino, Año 2000, Estos cabros y El zorro y la codorniz. 17 de septiembre: Onda, revista juvenil al estilo de Ritmo, producida con la Dirección Nacional de Centros Juveniles, Consejería del Desarrollo Social, Odeplan y el Departamento de Educación de la Universidad de Chile, 29 de octubre: Se lanza Ramona revista de Editorial Quimantú y Sociedad de Impresores Horizonte de aparición semanal (Horizonte perteneció al Partido Comunista). Abril de 1972: Editorial Quimantú vuelve a cambiar el enfoque en las revistas compradas a Editorial Zig-Zag. Los títulos son remplazados al igual que el protagonismo de los personajes, situación que se ha explicado en cada título reseñado. El método de creación también se modifica: los guiones eran sometidos a juicio en talleres donde los potenciales lectores evaluaban las historias de prueba y con ello definir un guión y un producto que aseguraría la venta. En lo que a material extranjero se refiere, se eliminaban las viñetas que parecieran ofensivas o perturbadoras La historieta como instrumento ideológico. Un caso chileno: El Manque
y las palabras que tuvieran connotación negativa. También las portadas eran intervenidas. 13 de septiembre: Artemio, en su revista nº. 1 de Editorial Quimantú, presenta un personaje que nace de la experiencia de oficina y burocracia del dibujante de profesión contador, vivencia que traslada a las simpáticas tiras. El Manque - Edición 225 Historia inicial. El Manque: Afuerino desde siempre, El Manque se encuentra trabajando en un lavadero de oro de Arroyo Dorado, pero con la intención de cruzar la cordillera para estar unos días en Argentina. Enterado el capataz, le comunica que está preparando una tropilla para traer ganado desde allá. Enlistado, comienza el viaje. Pasado el lavadero, dos hombres parecen esperar la tropilla. Son dos personas que roban oro del lavadero en cantidades menores, encargados por el capataz. Entregado el oro a la tropilla, encargada del contrabando, se reinicia el camino a Argentina. El Manque nada sabe. El cruce de la cordillera no es fácil. Los arrieros conocen el peligroso sendero. Pero con lluvia y nieve, la cosa es mucho peor. El caballo de Lucho tropieza y cae al barranco. El Manque baja los peñascos y lo encuentra moribundo. Sólo alcanza a entregar una alforja de oro, pidiendo que entregue la mitad a su esposa que vive en Molina y a confesarle que roban y contrabandean. Se instala el dilema en El Manque: no está de acuerdo con la acción pero no puede hacer mucho. Pero debe hacerlo antes de cruzar a Argentina ya que luego de ello, será cómplice. Antes de cruzar, otro arriero avisa a la tropilla de la presencia de carabineros, por lo que deberían cambiar de ruta. En la confusión, El Manque decide huir y avisar a la policía. Al escapar le disparan unos tiros que también son escuchados por carabineros, que se acercan al lugar. Se suspende la persecución a El Manque y se prepara una emboscada a Carabineros. El Manque participará en la refriega, a las espaldas de los arrieros. Al término del tiroteo, Carabineros apresa a la banda de contrabandistas. El oficial a cargo dice “Estos gallitos querían llevarse el oro que pertenece a nuestro país”. El Manque responde “¡Parece mentira que sean chilenos!”. Historia dos: Perico Ñeque. También una historia de contrabando, en esta oportunidad de pescado, desbaratada por el héroe, un joven porteño. Historia tres: Los 5 de la Aurora. Historia de un barco pesquero que recala en Puerto Edén en vías de capturar choros desde el fondo del mar. Llegando al bar del lugar son saludados por el dueño de este local, a quien consultan por su amigo Illanes. Don Raúl, el tendero, les cuen77
Herencia ta que hace unos días Illanes pidió a Danilo, en una tormentosa y peligrosa noche, llevarle a la isla de la vieja Josefa. En el viaje, una ola dio vuelta el bote. Illanes se perdió, mientras Danilo regresó a duras penas al poblado. Mientras dormían la noche anterior al buceo, se sintieron ruidos extraños en el barco, sin lograr identificarlo. Durante la mañana siguiente y ya cerca del momento de bajar al agua, los buzos sintieron gritos cercanos. Don Raúl, desde su bote les pedía que no bajaran a mariscar, De vuelta en el muelle, don Raúl es descubierto como autor del atentado a las mangueras de los buzos, pero… él mismo les había avisado que no bajaran. De algún modo les había salvado la vida, luego de atentar contra su equipamiento. Las dudas se disipan al aparecer Illanes, quien no murió en el accidente sino que fue a la isla a recibir atención médica de parte de la vieja Josefa. Viene en compañía de dos carabineros que apresan al tendero. El Manque – Edición 226 La historia principal se inicia con la visita de un par de oficiales de ejército a la casa patronal del fundo en que trabaja El Manque, propiedad de la familia Santa Cruz. Se trata del hijo mayor del patrón en compañía de su amigo oficial Martín Quelmaitén. Desde que se conocen surge un sentimiento entre Martín y la hija de los patrones, Soledad. A ella no le importa su origen araucano, sólo se fijó en que al oficial mapuche le gusta Neruda. La relación, no cuenta con la aprobación de la conservadora familia que decide darle un escarmiento. El Manque, enterado de lo que sucederá prepara su accionar. Luego de hacer fracasar la golpiza que se preparaba en contra del joven oficial, Soledad se percata de la maniobra y advierte a su padre que no seguirá más en el fundo y se trasladará a casa de Martín. “¿A una ruca india?” Pregunta el padre. La respuesta de Soledad es categórica: “Sin lujos también se puede ser feliz”. La segunda historia, de Los 5 de la Aurora, el barco pesquero, se inicia con un alacalufe huyendo por las calles de Puerto Montt. Al día siguiente zarpa el Aurora con rumbo a Puerto Edén. Se agregan tres marinos a la tripulación. A mitad del viaje, un patrullero guardacostas les solicita revisar el barco ya que se encuentran buscando a quien asesinó a Joaquín Mendoza. Los oficiales no descubren nada, excepto a los 3 marinos, dormidos por la borrachera, pero ninguno parece alacalufe. A poco andar, un tripulante descubre a un polizón… el asesino de Joaquín Mendoza, quien confiesa su homicidio y explica que lo hizo porque él y alguien más, borrachos, asaltaron su casa y violaron a su esposa. El capitán decide tenerlo bajo arresto y volver a Puerto Montt a en78
tregarlo a la justicia. Mientras de algún modo, el asesino logró descubrir en uno de los marinos agregados a la tripulación al segundo malhechor que violentó a su esposa. Al enterarse, la tripulación corre a buscar a este segundo truhán. Duerme plácidamente. El alacalufe había perdonado. La tercera historia es de Perico Ñeque, que llega con su padrino a Isla de Pascua. Al intentar dormir esa noche, escuchan ruidos que provienen de la conversación de dos toromiros, Estos son extraterrestres que deben anunciar con una linterna a naves que, recibido el aviso, comenzarán la invasión a la tierra que ha esperado 25 siglos. Deberán esperar un período igual en caso de no recibir esas señales. Perico desbarata el plan. Padrino y ahijado deciden no avisar nada a nadie, para “no estropear el turismo en la isla”. El Manque – Edición 236 La primera historia muestra a Joaquín Martínez, “Joaco”, regresando al fundo “Lo Hermida” en la provincia de Cautín. La pena calaba los rostros de los habitantes. La madre de Joaco había muerto. Las explicaciones que da el patrón Durán están demás. No ha solicitado la atención médica que la señora necesitaba. Le dio lo mismo. Furioso, Joaquín golpea al patrón en la vía pública. El “valiente” patrón acusa la agresión de Joaquín ante la policía uniformada, de quienes consigue la promesa de captura. Poco tiempo después de su partida de Cautín, el padre había muerto. Las ocho horas trabajando bajo la lluvia, para reparar una acequia, lo habían hecho fallecer. Lo mismo a su señora, que no soportó aquella soledad. De regreso a la casa de sus padres, encuentra a un hippie en su interior quien ofrece disculpas por haber entrado sin autorización. Decide compartir un rato con él. Mientras conversan, la policía llega y para evitar ser aprehendido, alguien huye. Al rato, El Manque se cruza con el hippie, en quien descubre “la personalidad de hombre honrado” luego que éste le pidiera llevarle a la casa patronal, en su caballo. Ha sido engañado. Lo comprueba al sentir la pistola en su espalda, junto a la solicitud de entrega del animal. El plan era más complejo. El hippie necesitaba el caballo para que fuese a él a quien persiguiese la policía, dando tiempo a Joaquín para que huyese. “Y yo que pensé que hombres como él no existían” reflexiona Joaco. Mientras Durán también busca a Joaquín para tomarse venganza de la golpiza, el hippie libera al caballo que ha conseguido engañando a El Manque. La huida de Joaco no duró mucho. Se cruzó casualmente con Durán, quien en compañía de otra persona le detienen y comienzan a dañarlo. “Tengo el poder y la fuerza a mi lado” grita el patrón mientras le golpea. En el ínterin, la poLa historieta como instrumento ideológico. Un caso chileno: El Manque
Herencia cía apresa al hippie. Le llevaran detenido a la comisaría. Una nueva casualidad sitúa a El Manque en el lugar en que Durán golpea al huérfano. Su intervención termina con una nueva golpiza a Durán, esta vez por parte del afuerino. La historia de Perico Ñeque de este número se relaciona con la pesca ilegal, con el uso de un “submarino factoría” que trabajaba a orillas de playa. La sagacidad de Perico logra que el submarino sea atrapado por el guardacostas. El episodio de Los 5 de la Aurora, en esta oportunidad es una historia de amor imposible entre un marino del Aurora e Hilda, con cuya madre han cuidado a Pablito, el joven marino durante una enfermedad. Los agradecimientos de Hilda a Pablo por sus obsequios, expresados en un beso en la mejilla le han confundido. Peor aún, cuando se da cuenta de que ella tiene su pareja. Los arrestos, mal humor, mal comportamiento y pendencias se transforman en algo usual en el despechado enamorado. Tanto que arma trifulcas entre sus compañeros de navío, sin razones aparentes. Sólo el desamor. El conflicto acaba con la intervención del capitán que hace entrar en razón al enamorado a quien, al llevárselo al barco, dice: “Tú iniciaste esta pelea, hijo. Es necesario que te disculpes ante tus compañeros”. A modo de conclusión La estrategia de “chilenización” de las historietas de Quimantú, encontraba su reflejo en una serie de características tanto de los personajes como de las aventuras revisadas. En el plano de los personajes: El Manque, afuerino (lo que hoy llamaríamos “temporero”), Perico Ñeque, pescador artesanal y Los 5 de la Aurora, tripulación de un barco pesquero, todos representan labores productivas en el campo y costa chilenas. Las locaciones ya no corresponden a los grandes edificios y urbes de las historietas extranjeras. En estas revistas, destacan reconocibles lugares chilenos como los pueblos mineros del norte, Cautín y un fundo del centro del país, en el caso de El Manque. Valparaíso e Isla de Pascua, en las aventuras de Perico Ñeque, y Puerto Montt y Puerto Edén, en el caso de la tripulación marina. Desde el ángulo de la participación de las fuerzas armadas y carabineros destaca que en los tres capítulos del primer número se encuentra presente la policía uniformada, como solucionadora o ejecutora de la justicia. Se debe recordar que Carabineros es la institución armada que se encuentra más cercana a la población, tanto por el origen de su personal como por las tareas que desarrolla. En esta revista cubre papeles en la cordillera, tareas en el puerto de Valparaíso y en Puerto Edén. El Objetivo del gobierno de la UP era, también, ganarse la simpatía de este sector. El segundo número revisado contiene apelaciones étnicas. Destaca el valor como persona del araucano y la capacidad de perdón del alacalufe. Quizás lo menos lograLa historieta como instrumento ideológico. Un caso chileno: El Manque
do sea la historia que debe haber pretendido destacar algún aspecto de los habitantes de Isla de Pascua. Desde el punto de vista de contenidos, destacan las frases condenatorias al contrabando de oro, de pescado, las muestras de actos solidarios y de compañerismo, la búsqueda de justicia, el reconocimiento de valores en las personas diferentes (el hippie), la denuncia del maltrato patronal. Todos ellos elementos constitutivos de la nueva forma de ver las relaciones entre pares y la actitud de defensa del gobierno allendista. Bibliografía - Dorfman, Ariel y Mattelart, Armand. 1979. Para leer al Pato Donald. Siglo Veintiuno Editores S.A. Decimoctava edición. México DF. - Eco, Humberto. 1998. Traducción de Helena Lozano. Entre mentira e ironía. Editorial Lumen S.A. Barcelona. España. - Eco, Humberto. 1985. Apocalípticos e integrados, Editorial Lumen, Barcelona, España. - Jofré, Manuel Alcides. 1983. La historieta en Chile en la última década. CENECA. En http://www.memoriachilena.cl//temas/documento_detalle.asp?id =MC0037616 - Mattelart Armand, Piccini Mabel y Mattelart Michelle. 1976. Los medios de comunicación de masas. Schapire y El Cid Editores. Buenos Aires, Argentina. - Mattelart, Armand. 1974. La cultura como empresa multinacional. Editorial Galerna. Buenos Aires, Argentina. - Mattelart, Armand. 2003. Historia de las ideas y la estrategia. Siglo XXI Editores. México. - Soto Ángel. 2003. Caricatura y agitación política en Chile durante la UP. Revista Bicentenario. Vol. 2 Nº 2. Santiago, Chile. - Tello Nerio y Sanguliano Héctor. 2001. Umberto Eco para principiantes. Editorial Era Naciente SRL. Buenos Aires. Argentina. - Vera, Héctor, 1998. Desafíos democráticos del periodismo chileno. Editorial de la Universidad de Santiago de Chile, Primera edición. - Ulibarri Luisa. 1972. Caricaturas de ayer y de hoy. Colección Nosotros, los chilenos. Editorial Quimantú. Santiago. Chile.
Revistas - El Manque – revistas Nº 225, 226 y 236.
Páginas Web (Confirmadas al15.06.2009) - http://documentosquimantu.blogspot.com/ - http://www.elperiodista.cl/newtenberg/1809/article-70459.html http://www.ergocomics.net/foros/viewtopic.php?start=0&t=6033 http://www.meliwaren.cl/?tema=http://www.meliwaren.cl/articul o.php?id_articulo=13
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Herencia
17 cuentos no tan simples: Nadine Alemán y la sorpresa de la sencillez
David Gallardo Matus De todas las características que podría mencionar sobre 17 simples cuentos, de la escritora argentina Nadine Alemán, que en octubre visitará nuestra universidad para la presentación de su nuevo libro Letal Intensidad (poemas y tangos), la que definitivamente no posee es la simpleza. Desde la primera línea hasta la última de este maravilloso viaje de sencillas palabras e historias que podrían haber sido contadas en la Nadine Alemán: 17 parada de un bus, o escritas en las Cuentos Simples, De paredes del baño, deslumbra el conlos cuatro vientos junto de relatos por la sensibilidad y Editorial, Buenos Aires, 2006, 72 p. la sorpresa que nos deparan los cierres de cada cuento. Nadine Alemán sabe cumplir su objetivo de manera asombrosa, entregando con sabia delicadeza en menos de 70 páginas, 17 historias que viajan desde lo real a lo maravilloso casi como si estuvieran unidas por las mismas palabras, pero sin llegar a lo irreal. Pero no es mi intención contar las historias en él contenidas ni explicar su significado último, pues sumergirse en él resulta una experiencia sumamente personal que no muestra una sociedad decadente en vías de extinción, sino aquello que vemos todos los días en nosotros y en nuestro entorno, es decir, aquel juego de sucesos que a veces resultan tragicómicos y otras veces llaman a profundas reflexiones de cómo manejamos la vida, lo mismo que sucede al leer cuentos como Una mujer digna o Cortésmente, donde la hermosa necesidad de una mujer mayor de sentirse plena, la lleva a tomar decisiones que resultan tan urgentes como temerosas en el caso de Una mujer digna, para luego viajar a la atormentadora inocencia de un niño-hombre que no logra dimensionar la realidad y no puede parar (no les explicaré su significado para no “matar” la belleza de la historia) como ocurre en Cortésmente, en donde el recurso estilístico de utilizar palabras comunes nos acerca a un mundo literario que cautiva en su complejidad.
a Anselmo y el maestro Celis, siendo uno el otro y el otro siendo uno, y que La Aúca nos lleve con pesar a la llegada de la muerte que encontramos en la puerta 202 del edificio, que resulta tan eterno como la espera en El vestido, pues la mente humana resulta difícil de comprender cuando Las larvas se mueven como hombres que traicionan y degollan El cordero, ya que El señor F nunca tarda demasiado en llegar frente a Una mujer digna, que busca y que necesita sentirse como tal para que a Rogelio y las piedras no lo creamos tan tímido y tengamos cuidado cuando creemos Cortésmente que Bianca Encierra sus penas y su destino, donde pienso y escribo que Quiero ser agua, pues si La Lucía sigue su vida de soltera terminará viendo hologramas como en La entrevista y hablando con los gatos, con el tiempo y opinando de La desaparición según doña Eloisa, donde sabemos que, finalmente, las penas, rabias y temores, los llevamos bajo La piel. Si quieres un adelanto de Letal Intensidad (poemas y tantos) o quieres leer alguno de los 17 cuentos simples, visita el Blog de la autora (http://nadinealeman.blogspot.com), antes de su presentación en Universidad de las Américas.
Editorial Urano, Buenos Aires, 2009.
¿Qué necesitamos saber sobre 17 cuentos simples? Lo siguiente: Los pasos marcados deben ser borrados para que nuevas huellas lleguen a otros lugares donde encontrar 80
17 cuentos no tan simples: Nadine Alemán y la sorpresa de la sencillez
Herencia
Comidas y bebidas en la poesía de Pablo de rokha Manuel Peña Muñoz La poesía de Pablo de Rokha, Premio Nacional de Literatura en 1965, ha sido revalorizada últimamente. Numerosos críticos concuerdan en que se trata de una de las obras poéticas más notables y originales que se hayan escrito en nuestro país. Por otro lado, destacan también la atormentada y avasalladora personalidad del poeta. Acaso la fuerza tremenda de su carácter opacó en su tiempo su obra literaria. No tenía en verdad Pablo de Rokha un sentido de la medida. Todo en él era fuego y pasión. Fue un ser desbordado cuyo temperamento neurótico y volcánico le acarreó una serie de problemas y controversias. Una personalidad conflictiva Había nacido en Licantén, en la provincia de Curicó, el 22 de marzo de 1894, a orillas del río Mataquito, en el seno de una familia de campesinos. De ese lugar natal dirá años más tarde: “Me acuerdo de la casa aquélla, como de polvo, con duraznos, con membrillos, con naranjos, con un farol en la esquina de la noche y con palomas”. Su verdadero nombre era Carlos Díaz Loyola y se enorgullecía de ser descendiente de Ruiz Díaz de Vivar, el Mío Cid Campeador, por parte de su padre, y de Ignacio de Loyola, por parte de su madre, lo que era otra de sus mitomanías personales. Después de todo, cada poeta tiene licencia para elaborar su propia leyenda. Y en este caso, correspondía en parte a la verdad, porque seguramente de sus antepasados españoles heredó esa voluntad férrea y terca de temperamento que caracteriza al pueblo vasco. Su seudónimo lo toma de su aldea natal: Licantén, que en lengua indígena quiere decir “lugar donde nacen los hombres de piedra”. Y efectivamente, él era uno de esos hombres de piedra, un poeta “de roca”, duro y consistente en su palabra y en su personalidad. Claro que la ortografía la toma de las lenguas mapuche y aimará que admiraba porque era un hombre que valoraba nuestras raíces culturales y étnicas. Con su padre conoció el mundo de los arrieros, cordillera adentro, de los comerciantes en ganado, de los bandoleros de carabina cruzada y puñal al cinto. Con él recorrió a caballo todos los vericuetos de los valles por donde se internaban los contrabandistas. Conoció aventureros de toda especie, domadores de potros, vaqueros de rodeos, jugadores de riñas de gallos, apostadores de la hípica, matarifes, salteadores de camino, dueños de pilastras en el mercado. Estos fueron los personajes con quienes convivió en su infancia y serán los prototipos de su contenido poético, ya que aparecerán de manera recurrente en su obra. Junto a ellos compartió bajo un peumo o en casas de campo chilenas, con paredes de adobe y pilares de patagua. En sombríos comedores olorosos a membrillo, comió con ellos piernas de cordero, “el chunchul trenzado como cabellera de señorita”, empanadas “caldúas”, arrollados huasos, Comidas y bebidas en la poesía de Pablo de Rokha
pancutras y costillares aliñados con puré picante. También digüeñes, esas callampas rosáceas, semi-anaranjadas, que crecen en primavera en los robles del río Vergara, en Nacimiento. De todo ello hablará más tarde en sus escritos, porque las comidas campesinas tendrán un papel muy importante en su poesía. Sus primeras incursiones literarias De niño, debió seguir estudios en pequeñas escuelas rurales de Iloca y de Curicó hasta que continúa la enseñanza superior en el Seminario Conciliar de Talca donde lo expulsan por leer libros prohibidos por el colegio. En ese tiempo se consideraban autores inmorales a Balzac y a Voltaire que eran los escritores preferidos por el poeta. Esto trajo como consecuencia el que tuviera que radicarse en Santiago en 1911 donde comenzó verdaderamente su carrera literaria. Escribió desde muy temprano y publicó sus libros de manera artesanal, siempre en imprentas de barrio. Estos libros los comercializaba personalmente, vendiéndolos entre sus amigos y conocidos. Cuando se acababan los clientes, Pablo de Rokha, premunido de varios paquetes de libros y cuadros de amistades, se iba a recorrer Chile de norte a sur para ofrecer tan especial mercancía a profesores y tinterillos de abogados de cada pueblo. Por eso, como dice el poeta Jaime Quezada: “Es más fácil dar con uno de sus libros en algún abandonado estante de un notario de provincia, que en los anaqueles de nuestras bibliotecas públicas”. El escritor Mario Ferrero que lo acompañó muchas veces en uno de estos inusuales viajes, cuenta la experiencia en San Rosendo, un pueblo donde nadie parecía estar interesado en la literatura o en el arte. “Sin embargo, compraron libros el jefe de estación, el cochero, el dueño del hotel, los dos abogados, el alcalde, los dentistas, la Compañía de Bomberos, los escasos funcionarios públicos, el farmacéutico y un número increíble de gente sin oficio que transitaba alrededor de la plaza donde habíamos establecido nuestro cuartel general”. Algunas de estas obras han sido Los Gemidos, en 1922, Ciclo de Piedra, en 1925, Heroísmo sin Alegría, en 1927, Escritura de Raimundo Contreras, en 1929, Temperatura, en 1937, Morfología del Espanto, en 1942, Fuego Negro, en 1953, Acero de Invierno, en 1961, como también numerosos escritos de corte político en diarios y revistas.
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Herencia Una de sus publicaciones más interesantes es la Epopeya de las Comidas y Bebidas de Chile que lo refleja en una de sus facetas más interesantes, ya que al viajar por el país, pudo conocer directamente de la fuente al pueblo chileno, con sus platos regionales y sus expresiones idiomáticas que aprovechó para su literatura. Escritor polémico con sus iguales Se dice que prácticamente Pablo de Rokha se comió y se bebió todo Chile. Su personalidad extraña, irascible y violenta lo llevó a enemistarse con muchos de sus coetáneos, a los que desprestigiaba por la prensa, tratándolos de la peor manera. Larga y sostenida fue la pelea que sostuvo con Vicente Huidobro a través de los diarios de la época, insultándose mutuamente. Pablo de Rokha lo trataba de “pequeño gran burgués, patrocinio literato, ocioso millonario y viñatero”. A Rosamel del Valle lo trató de “caracol con cara de guagua de peluquero”; a Eduardo Anguita de “sacristán, monaguillo y paniagudo del Sumo Pontífice”. De Salvador Reyes dijo que su “juego del romanticismo mediocre de lo marino a la manera de D´Halmar babea sus novelerías y marinerías”. De Juvencio Valle dijo: “Yo no he afirmado jamás que Juvencio Valle escribe versos para señoritas porque eso sería ofender a las señoritas y yo no ofendo a las señoritas. Lo que afirmé fue que Juvencio Valle escribe versos de señorita y entonces es él quien las ofende”. Más adelante, refiriéndose siempre a Juvencio Valle dice que: “Es lamentable el hecho de que sea un títere de ese ventrílocuo que se llama Neruda”. Y de Nicanor Parra dice que es: “Un snob plebeyo o populachero, no popular, un versificador en niveles abominables de oportunista”. También atacó a los críticos. A Alone lo llamaba Felone; a Edmundo Concha y a Fidel Araneda Bravo los llamaba “criticastrejos”; a Raúl Silva Castro, Raúl Silva Costra; a Romera, crítico de arte, lo llama Ramera; y su seudónimo que era Critilo, se lo cambiaba por Cretin. Nadie se salvaba de este terrible resentimiento y amargura que irradiaba hacia todos los autores que lo rodeaban. Su peor preferido blanco de injurias por la prensa fue Pablo Neruda, con quien sostuvo una larga antagonía a lo largo de muchos años. Lo acusó de haberle copiado el nombre de Pablo y lo insultó llamándolo “tremendo piojo del sur”. Eran tan terribles las blasfemias que llegó a autoeditarse un libro llamado “Neruda y yo” en 1955 en el que lo acusa de plagio, de oportunista, de burgués emboscado en las filas de izquierda. Tres años más tarde, Neruda contesta en un largo poema terrible titulado Tráiganlo pronto. Hoy, sorprende estas rivalidades literarias que los lectores seguían por la prensa asombrándose de estas polémicas causadas por las injurias en verso y en prosa de Pablo de Rokha. Sin embargo, el paso del tiempo ha hecho justicia y desaparecidos los tristes rencores, ha perdurado la obra pura que continúa sorprendiendo. Al leerla hoy día, notamos su originalidad, su fuerza tremenda y su avasalladora e increíble modernidad. No cantó a nuestro pueblo con el verso dulzón de la 82
tonada, sino con un verso vigoroso. Hoy, parece escritura contemporánea y sorprende ver cómo el poeta tuvo de musas a las comidas y bebidas de Chile para escribir una parte fundamental de su obra literaria. La devoradora ansiedad de los escritores No es, desde luego, original en este aspecto. Ya Santa Teresa de Ávila había escrito que: “Dios anda también entre los pucheros”. Los escritores franceses fueron exquisitos en el arte de comer. Allí está Francois Rabelais, creador de Gargantúa, increíble gigante comilón y bebedor. Los escritores han sido proclives a la buena mesa. Gustave Flaubert prefería siempre el pescado a la mantequilla blanca, en tanto que Marcel Proust abunda en descripciones de platos finísimos en su obra En busca del Tiempo Perdido. Por otro lado, nuestro poeta Vicente Huidobro que radicaba en París comía la “bouillabaise”, la gran sopa oceánica de los pescadores del sur de Francia. ¿Y qué decir de Pablo Neruda, degustador de los mariscos, pescados y carnes de Chile? Las comidas y bebidas han inspirado desde siempre a los escritores y ya Horacio había dicho que no sobrevivirán los versos de los poetas que beben agua. Bebedores compulsivos han sido Ernest Heminway, Edgar Allan Poe y William Faulkner que era adicto al whisky de cebada o de centeno preparado en el sur de Estados Unidos. Otros han sido -como Pablo de Rokha- más proclives a la comida, sin descuidar, claro, los buenos vinos y licores. Jorge Edwards señala: “Es probable que las comilonas de los escritores sean un elemento compensador y equilibrador de la ansiedad, de la inquietud, de la insatisfacción, rasgos que son inherentes al espíritu creador, que sólo se apaciguan en los instantes más bien escasos de la creación lograda”. Si algunos autores necesitan comer y beber para sentirse bien y en armonía consigo mismo y con el mundo, otros utilizan las comidas y bebidas como objetos de inspiración y escriben sobre platos y vinos generosos. En nuestro país, Enrique Lafourcade es un buen “gourmand” y “gourmet”. Sabe de comidas chilenas, españolas e internacionales. Cocinarlas, probarlas y escribir sobre ellas. Es también el caso entre los latinoamericanos de la mexicana Laura Esquivel, cuya novela Como agua para chocolate se inspira justamente en una serie de recetas de cocina. La autora parece probar que en la preparación de la comida hay algo más que la elaboración de un plato. Desde luego, una serie de sentimientos también están en juego. Acaso preparar un guiso lentamente y comerlo después en forma compartida sean también actos de amor. Desde la ventana de un viejo Hotel Atrincherado en el Hotel Bristol de la Estación Mapocho, Pablo de Rokha contempla desde la ventana del mundillo popular que hormiguea allá abajo. Con ánimo melancólico, observa los viajeros que se alejan por la Comidas y bebidas en la poesía de Pablo de Rokha
Herencia estación de trenes y también los muertos que enfilan al cementerio por la avenida de La Paz. Baja a almorzar a La Vega y a las cocinerías del Mercado Central que son verdaderos muestrarios de la cocina chilena. Comiendo en una mesa con mantel de hule y degustando carbonadas, ajiacos, causeos, patitas al matico y cazuelas de ave con una lluvia de perejil, escribe la Rotología del Poroto en un lenguaje extraño, de complicada sintaxis. En su descripción poética de nuestras comidas, va mezclando su sentido de observación del plato, con una serie de asociaciones sensuales. El gusto y el olfato se le despiertan al poeta. Saborea y huele la comida. Luego, escribe en su libreta: “El poroto con cochayuyo y cuero de chancho se come en las cocinerías fragantoso a hembra chilena, ajisoso y cebolloso”. Describe el poroto y sus nombres: coscorrón y burrito. De paso, nos informamos acerca del origen de esta legumbre en Chile, pues las crónicas señalan que el indio lo comía mezclado con mote mei o mote de maíz que venía de Perú y anteriormente de México. El maíz constituye la base de la dieta indoamericana y llega a Chile mezclándose a las comidas y formando después platos chilenos típicos como las humitas, el pastel de choclos o la pastelera fragante a albahaca. “Echando sol por todos los poros del verano, sudando como caballo galopado / del mar a la cordillera, bramando / polvo de oro, remonta el pastel de choclos a la chilena”. El indio mezclaba los porotos con mazamorra o maíz en polvo. Más tarde, los españoles introdujeron el trigo con el que los indios prepararon el trigo mote dando origen al chilenísimo mote con huesillos que es una bebida refrescante característica de nuestros veranos. La ritualidad de la matanza del cerdo El mapuche comía el poroto con “tregua”, palabra indígena que designa al cuero de chancho. La matanza de este animal constituye todavía en nuestro país una ceremonia en torno a la carne que se va comer. Esto tiene una reminiscencia española, pues en los pueblos castellanos se desarrolla la matanza del cerdo en el que participa toda la familia en un antiguo rito ancestral. En Chile, es común en los campos. El animal se va trozando y se utiliza prácticamente todo, hasta la sangre que, mezclada con arroz, da origen a las famosas prietas que en el campo se comen con papas cocidas, especialmente en la zona de Chillán adentro. En la novela De Amor y de Sombra de Isabel Allende hay un capítulo extenso ambientado en una matanza del chancho en el campo chileno. También José Donoso se inspira en este tema cuando vive en Barcelona, en el pueblo costero de Sitges, y asiste a una característica matanza del cerdo. En su único libro de poesías dedica precisamente un poema a esta ritualidad. El cuero de chancho es aprovechado para freírlo y hacer chicharrones que se incorporan al pan amasado. Con el tiempo, los porotos con zapallo se mezclaron con tallarines en las cárceles porque resultaba más nutritivo y económico. Comidas y bebidas en la poesía de Pablo de Rokha
De las cárceles pasó al pueblo y este es el origen de los “porotos con riendas”. Esto, claro, no es latinoamericano, pues en Perú, Colombia y en general, en los países del área del Caribe, el poroto (que es predominantemente negro) se acompaña con arroz blanco que es la base de la dieta Centroamericana. Los bares de la vieja bohemia En ese mismo hotel, Pablo de Rokha escribe la Tonada a la Posada de Lucho Contardo y hace también una apología a los lugares donde en Chile se come la auténtica comida criolla, es decir, en las posadas de los caminos, en las cocinerías y fritanguerías, en los mercados de los puertos, en los restaurantes de barrio, en los bares que están cerca del cementerio, en las fondas dieciocheras y en las quintas de recreo, que el poeta solía frecuentar junto con otros escritores de la bohemia santiaguina. En Valparaíso acudía al famoso Bar Pajarito que ya no existe y pedía un mariscal, una paila marina con picorocos, piures y choritos, un plato de erizos, almejas, ostiones con limón, machas al vapor o unos erizos con un buen vino blanco bien frío. Observando la pizarra con el menú del día, escribió en su libreta mientras le traían el pedido: “Cuando en Chile se come el poroto con mote y tocino ha de servirse sabroso y furioso de picante”. Luego, recuerda los porotos de verano: la ensalada de “porotitos verdes” y “los granados con choclo picado y con albahaca, en la gran ramada en las que chercanes y pidenes se escuchan acarreando sacos de canto y de lágrimas de toronjil en su ancha carreta chancha”. Más que una pura descripción de la comida nacional, hay una cosmogonía porque el poeta describe lo que el alimento lleva consigo: la amistad, la camaradería, el acto de compartir, la valoración de lo auténticamente chileno: “Es riquísimo el mate con carne y de rescoldo bien tostadas las hallullas / porque cuando llueve a cántaros es frita la papa salada la que nos impone su / apetitoso régimen de aguardiente, / se platica la amistad nacional...” También aprecia todo lo que conlleva la comida: las ollas de greda, el “humilde plato de barro”, las ensaladeras, las fuentes, las cucharas de palo para revolver el guiso, los cachos labrados para beber la chicha: “Yo sostengo que la cazuela de ave requiere aquellas piezas soberbias y asoleadas de los pueblos costinos, el mantel ancho y blanco y la gran botella definitiva y redonda, que se remonta a los tiempos copiosos de la abundancia familiar”. También en una comida con los amigos bajo los árboles, está presente la naturaleza con sus plantas, hierbas y pájaros que rodean un asado campestre. En todo ello hay un ambiente que el escritor rescata para su poesía. “He buscado lo heroico, lo trágico y lo dionisiaco” dice el poeta que apura la vida al seco hasta la muerte. 83
Herencia Recuerdos de un viaje a China Viaja, trasnocha, goza hasta hartarse de las comidas y de los buenos vinos chilenos como un sibarita. En una picada de esas sureñas, con olor a minero y a pescador, a aserrín mojado y a ropas húmedas por la lluvia, escribe: “Al causeo de patitas, póngale unos porotos frescos, no guisados, sancochaditos -que al combinar con el sabor colosal- de los limones y el chancho en piedra de añadidura a la aceituna y la malaya a la caballería asada, dan una tónica azul a la madrugada de los trasnochadores”. Extraña literatura, enredada sintaxis, compleja construcción idiomática de vuelo poético. Pablo de Rokha rompió los convencionalismos sociales y gramaticales. En una oportunidad, fue invitado por el Gobierno de China para escribir un libro sobre las costumbres e idiosincrasia del país que visitaba, pero el poeta sugirió que en vez de escribir unas memorias de viajes, iba a escribir un libro de poesías porque esta forma se aproximaba más a su naturaleza. Le aceptaron la proposición, pero el resultado fue fatal porque el traductor chino se vio en serias dificultades a la hora de traducir en ese idioma los versos del poeta. El embajador de Chile en China en esos años, señor Matus, cuenta con entrañable cariño la visita del escritor al Oriente y señala los problemas que tenía con el traductor, quien le preguntaba con frecuencia: “Poeta, en esta oración ¿dónde está el sujeto?” No era tan ogro devorador Pablo de Rokha como se le ha creído ver. Tenía también ternura y cariño hacia la infancia. En diversas fotografías se lo ve con niños en brazos o sentados en la mesa donde está comiendo. Tenía una sobrina adoptiva de nombre Sandra a quien cuidaba y protegía. Estando en China, solía recordarla con frecuencia. Y de regreso a Chile, estando con la niña en la casa de la calle Valladolid, en la comuna de San Miguel, y escribiendo su Canto a China, fue que se suicidó con el mismo revólver que meses antes había empuñado su hijo con el mismo fin. El poeta estaba pasando por una crisis de angustia y debía acudir a un hospital psiquiátrico para continuar un tratamiento, ya que atravesaba profundas depresiones, lo que al parecer era de origen hereditario. Carlos, uno de sus hijos, se suicidó ingiriendo veneno. Otro hijo, Pablo, se quitó la vida también arrojándose al vacío desde un balcón. Una de las hermanas del poeta, Laura, se arrojó a las aguas del río Mapocho y Carmen se arrojó al vacío desde un edificio de altura. A Pablo de Rokha en realidad lo mataron la indiferencia nacional frente a su obra, el medio gris, la pacatería, el snobismo, la falta de comprensión. Había estado sometido durante toda su vida a un aislamiento absurdo. Su paso demoledor por los diferentes círculos sociales y literarios le crearon una serie de antipatías, convirtiéndolo en un hombre temido.
sus obras más representativas: la Epopeya de las Comidas y Bebidas de Chile que, publicado en 1949 con el subtítulo Ensueño del Infierno, se había llamado originalmente Teogonía y Cosmología del Libro de Cocina. El libro contiene además el Canto del Macho Anciano que es un doloroso autorretrato en el que expresa su soledad ante la pérdida de Winnet de Rokha, su esposa, con quien había tenido muchos hijos y quien había sido su permanente apoyo. Pablo de Rokha la recordó siempre. Fue un poeta viudo que escribió mucho en torno a su esposa y al dolor que le causó su muerte. En realidad, ella se llamaba Luisa Anabalón Sanderson y fue su verdadera musa. La editorial Universitaria comprendió que estos dos extensos poemas constituían la obra más acabada del autor y decidieron publicarlos en una cuidada edición que incluía además un disco de 45 R.P.M. con la voz del poeta leyendo sus versos. Hoy, con los modernos adelantos tecnológicos, no se graban las voces de los poetas. Resulta encomiable esa preocupación de los editores de los años 60 por dejar impresa la huella de la voz de poetas como Pablo Neruda o Pablo de Rokha a quienes podemos oír con sus particularísimas formas de leer su propia obra, cada uno de ellos con su especial entonación. Mucho antes se había grabado la voz de Gabriela Mistral y resulta emotivo oírla con el correr del tiempo. Hoy día, este libro-disco de Pablo de Rokha es una rareza bibliográfica y resulta increíble pensar que en librerías no están las obras del que se considera uno de los cuatro grandes poetas de Chile junto con Pablo Neruda, Gabriela Mistral y Vicente Huidobro. El poeta español radicado en México en esos años, León Felipe, estuvo en nuestro país y señaló que Pablo de Rokha no era solamente un gran poeta chileno, sino el gran poeta de las letras españolas del siglo XX. A juicio de muchos, será uno de los poetas que permanecerá. Otros, desaparecen porque se han sostenido en modas pasajeras. La Epopeya de las Comidas y Bebidas de Chile es una verdadera guía poética y gastronómica de Chile, ya que nuestros
Una guía poética y gastronómica de Chile Cuando en 1965 obtiene el Premio Nacional de Literatura, la editorial Universitaria se apresta a publicarle una de 84
Comidas y bebidas en la poesía de Pablo de Rokha
Herencia tros vinos y alimentos constituyeron una obsesión vital en el sentir del poeta. Como muchos de su generación, hizo poesía de la trivialidad. Nadie osaba escribir un poema a un plato de sopa, hasta que Pablo Neruda escribió la Oda al Caldillo de Congrio en sus Odas Elementales: “...mientras tanto, se cuecen con el vapor los regios camarones marinos y cuando ya llegaron a su punto cuando cuajó el sabor en una salsa formada por el jugo del océano y por el agua clara que desprendió la luz de la cebolla, entonces, que entre el congrio y se sumerja en gloria que en la olla se aceite se contraiga y se impregne...” En la Epopeya, Pablo de Rokha traza un perfil de lo que en Chile se come y se bebe, de norte a sur del país. Claro que no es una lista de los platos típicos chilenos, sino un texto poético, una apología sui generis de nuestra cultura culinaria. Especialmente notable es la descripción de las comidas y bebidas de la zona huasa que conoce tan bien por ser oriundo de esas tierras. En el fondo, esta Epopeya es, en definitiva, un autorretrato del poeta en el que traza su idiosincrasia dionisiaca y sensual ante la vida. Significado humano y poético de las comidas No solamente anota las comidas, sino el lenguaje que estas comidas suscita, es decir, las frases y modismos que el pueblo acuña. Así, el ajiaco “espanta la mona, aligera la lengua, quita el dolor de cabeza, hace circular la sangre y endereza la columna”. Agudo observador de las costumbres y refranes de la cocina chilena, anota: “El ulte sirve para aparejar el cutis y sostener los dientes”. También: “El vino navegado de Talcahuano, con clavos de olor, naranjas y canela es bueno para el reuma, el embarazo, el empeine y la tortícolis”. Con Alfonso Alcalde, otro triste suicida de la literatura chilena -como Joaquín Edwards Bello- estudia modos, decires y expresiones idiomáticas de los chilenos en sus hábitos gastronómicos. Alfonso Alcalde era de Tomé y en la editorial Quimantú escribió en 1972 un libro muy interesante sobre las Comidas y Bebidas de Chile. El libro es de carácter descriptivo y es notable el acercamiento al tema en la zona de Concepción, Talcahuano, Lota y Coronel, lugares tan familiares a Alcalde. Además se complementa con fotografías de platos, restauranComidas y bebidas en la poesía de Pablo de Rokha
tes del pueblo, cocinerías y personajes en torno a las comidas regionales. Sabedor de secretos sureños, Alfonso Alcalde escribe: “Son pocos los que saben que la mejor longaniza de Chile se comía a bordo del vapor fluvial Venus, del recorrido entre Valdivia y los pequeños puertos lecheros del río Calle Calle. El viajero compraba una larga tira en el mercado, o a pocos metros del embarcadero, y luego, ya iniciado el viaje, les pedía al capitán y sus tripulantes que la doraran al vapor de la caldera, enroscada alrededor de la chimenea. Había que tener paciencia, porque el proceso era largo. Hasta que aparecía en el fuentón, la fabulosa longaniza sureña bañada en oro. Previamente y como aperitivo, se tomaba la chicha de manzana, que el mismo capitán mandaba a buscar a caballo, deteniendo su embarcación en el puerto más oportuno”. Pablo de Rokha, en cambio, se apoya en estas observaciones para hacer una poesía original en torno al tema, elevándose de la cotidianeidad para dar un tono surrealista y propio. A veces, se trata de una poesía desconcertante que establece las bases de cierta chilenidad de cuño auténtico. Ya desde las primeras estrofas de esta Epopeya, el poeta valora la toponimia chilena, con esos nombres extraños, a menudo poéticos, de origen indígena o español, como de país de fábula, para designar el pueblo o la aldea. Aquí están los nombres propios convertidos en palabra poética: Quirihue, Cauquenes, Licantén, Linderos, San Javier de Linares. También los nombres poéticos de nuestros árboles: el quillay, el litre, el avellano, el raulí, el ulmo, la lenga, el canelo... Es un ecólogo, sin saberlo, porque ama su suelo y su paisaje. En estas primeras estrofas, están ya anunciadas las comidas chilenas, su modo de prepararlas, las canciones que se escuchan mientras se cocinan, el ambiente del momento y los hombres y mujeres que toman parte alrededor de ellas. Las comidas y bebidas tienen, entonces, una dimensión humana: “Y ¿qué me dicen ustedes de un costillar de chancho con ajo, picantísimo, / asado en asador de maqui, en junio, a las riberas del peumo o la / patagua o el boldo que resumen la atmósfera dramática del atardecer / lluvioso de Quirihue o de Cauquenes, / o de la guañaca en caldo de ganso, completamente talquino o licantenino de parentela?” No, la codorniz asada a la parrilla se come, lo mismo que se oye El Martirio: “En las laderas aconcagüinas, y la lisa frita en el Maule, en el que el pejerrey salta a la paila sagrada de gozo, completamente fino / de río, enriquecido en la lancha maulina, mientras las niñas Carreño, como sufriendo, le hacen empeño a “lo humano” y a “lo divino”, en la de gran antigüedad familiar vihuela”. La comida, la bebida, los árboles de Chile y el amor en una sola frase doliente: “Los pavos grandazos que huelen a verano y son otoños de nogal o de castaño / casi humano, los como en todo el país y en Santiago los beso,/como a las tinajas en donde suspira la chicha como la niña más linda de Rancagua”. 85
Herencia Beber hasta apurar la copa Las bebidas de Chile están presentes: Primeramente las “agüitas” con hierbas del campo. La agüita de ruda, paico, llantén, menta, boldo, manzanilla o poleo. La “agüita de luna”, la de cedrón, la de cascarita de naranja, la de canela. “Si tiene mucha pena y poca plata, tómese una tal / agüita de toronjil con aguardiente / y abríguese como un imbécil porque ha ser invierno / o un vinito al vapor con limón en monedas, pues también es muy rico el de substancia puro,/tomado con cigarros de hoja, paseándose por el corredor de los antepasados / y el con ruda o ajo o guindas o hinojo, sin dulce alguno, / seco y varonil, como cacería de leones”. Junto a las agüitas está el mate que se toma en el campo, en la zona austral limítrofe con Argentina y en las cárceles. Hay mates de calabaza, de loza y de greda. Y la hierba mate se prepara de diversas maneras, cada una con un significado. El mate amargo es para los hombres. El mate dulce con azúcar quemada es para las damas. Hay un sentido muy hermoso en el modo social de tomar el mate, pasando la calabaza de mano en mano para que se vaya tomando de la bombilla metálica. Uno de los amigos puestos en círculo en torno al brasero de cobre, va “cebando” el mate vertiendo agua de la tetera puesta al fogón... En la época colonial había hermosos mates de plata labrada que hoy son buscados por los coleccionistas de antigüedades. Pablo de Rokha toma el mate en el campo, al aire libre o en casonas de adobe, a la orilla del brasero, “contando cómo nos topamos con el diablo en el Pajonal de los Canelos”. También están poetizados el vino tinto grueso de Pocoa que es “enorme y oscuro en el atardecer”, la chicha de manzana, el ponche de culén, el chacolí con naranjas amargas, la refrescante aloja, el mote con leche y “la bien llamada y dulce chupilca”. En Santa Cruz prueba la chicha de uva, los mostos y aguardientes, en tanto que en el campo, a la siesta de un parrón, bebe harina tostada con agua de pozo o ulpo bien espeso con leche y azúcar. El poeta es también -y sobre todo- un fino catador de los vinos chilenos. Prueba el Pintatani en Codpa, al interior de Arica que es rubio y dulce. Degusta el pipeño de Chépica, el “generoso y navegado ámbar viejo de las cepas abuelas del Maipo” y el colemono de las Fiestas Patrias y de Navidad con clavo de olor y nuez moscada. Desde luego, no es un bebedor solitario. Comparte la jarra de sangría y los vasos con “amigos comerciantes en animales, con toneleros, talabarteros, carniceros o profesores primarios completamente seguros del buen gaznate”. También con escritores de la provincia, conversa de poesía mientras prueba “el imperial e invernal gloriado, cabezoncito y olorosito a huertas antiguas”, el “madrugador Pipiritiuque” y la “enorme chicha bautismal de doña Rosa Díaz, la tía del Mataquito” “La chichita bien madura brama en las bodegas como una gran vaca sagrada, / y San Javier de Linares ya estará dorado, como un asado a la parrilla, en / los caminos ensangrentados de abril, la guitarra / del otoño llorará como una 86
mujer viuda de un soldado, / y nosotros nos acordaremos de todo lo que no hicimos y pudimos y debimos / y quisimos hacer, como un loco / asomado a la noria vacía de la aldea,/mirando con desesperado volumen, los caballos de la juventud en la ancha / ráfaga del crepúsculo, / que se derrumba como un recuerdo en un abismo”. Y no se olvida de las bebidas antiguas, de la mistela colonial, del vino de misa, añejo y oloroso, de los licores caseros como el guindado, el apiado dulce para las señoras o el aguardiente de chañar o de membrillo servido en copitas finas. Y aún va más atrás. A las costumbres ancestrales de los indígenas que bebían ñachi, esa bebida mapuche que es la sangre caliente del cordero. Se bebe directamente del chorro que se vierte en un jarro y se mezcla con sal, cebolla picada a cuadritos y perejil. Ñachi es una palabra indígena que significa sangre precisamente. “Y el ñachi lo toman caliente, bebiéndolo del degüello más tremendo, como en los espantosos sacrificios religiosos de la fe arcaica, horrorosamente ensangrentada, con la naturaleza y la sangre, como dioses”. Hay una oscura y desgarrada filosofía en estas descripciones de las bebidas de Chile traspasadas de nostalgia y de una inmensa tristeza. El testimonio de Jorge Teillier La poesía de Pablo de Rokha influyó notoriamente en los jóvenes poetas de su generación y es indiscutible su influencia en la poesía de Jorge Teillier, quien confiesa su estima hacia el poeta. En un artículo, Jorge Teillier cuenta una visita que le hiciera Pablo de Rokha a Lautaro, su pueblo natal, a comienzos de los años 60: “Era el tiempo de las vacaciones y solíamos caminar con mi padre y mi hermano Iván hasta el puente Cautín y luego cumplir el rito de jugar brisca y tomar unas cervezas en el Club Conservador o donde el “pato Arévalo”. Ahora bien, en medio del paseo, siento un brusco rechinar de frenos e inesperadamente surge de un auto Pablo de Rokha diciéndome: “Amigo Teillier, vengo desde Los Ángeles muerto de ganas de comerme unas patitas de vaca”. Hechas las presentaciones del caso, mi padre me llamó aparte: “Donde doña Margarita llegaron unas patitas, pero no creo que sea un lugar para llevar a un poeta”. “Para él no hay otro mejor”, respondí. “Ya verás”. Y partimos. (...) Doña Margarita era famosa por su buena mano para la cocina. Mientras sus hijos vendían frutas y verduras, ella atendía en la trastienda a los “gourmands” del pueblo, desde el gobernador al alcalde y hasta el sargento de Carabineros encargado de controlar el expendio clandestino de comidas y
Comidas y bebidas en la poesía de Pablo de Rokha
Herencia clandestino de comidas y bebidas. Doña Margarita siempre nos acogía con una gentileza que se acrecentó cuando le informamos que estaba en presencia de una de las glorias de las letras chilenas y de su yerno, gran pintor argentino que vendía sus cuadros, además de Juan Francisco González, Pacheco Altamirano, Gordon, entre otros. No sólo nos ofreció patitas, sino también pancoras y -en secreto- un salmón recién pescado (estábamos en época de veda) y chicha fuerte de manzana de don Nicolás Van der Moler, la mejor de la región. “Se ve el horizonte”, exclamó con su mejor vozarrón don Pablo y pidió, a modo de aperitivo, una damajuana de chicha junto a una pichanga “para preparar el ingreso a conversar”. La pichanga, (a la cual llamaba también “causeo criaturero”) contó con su gran aprobación. Traía toda clase de cecinas de cerdo “sureño y oceánico” preparado en casa, queso de campo, aceitunas de Azapa, cebollas escabechadas en vinagre y ají cacho de cabra. La dueña de casa nos sirvió una fuente para seis personas, pero don Pablo, con su servilleta anudada al cuello a la manera de los viejos demócratas, se expropió para él solo la fuente. Doña Margarita, sin decir palabra, nos trajo la misma cantidad a cada uno. En la tácita competencia me di por vencido tras comer enormes cantidades de pancoras, sin poder llegar hasta el salmón al horno. Todo esto era acompañado por un pipeño que corría “más ligero que un alguacil” al decir del Arcipreste. Recuerdo que el poeta lautarino Gabriel Barra recitó unos versos tabernarios de Serguei Esenin con gran alegría de don Pablo que, asimismo, acompañó con tamboreo y huifa unas cuecas chilotas cantadas por el profesor Mancilla, bailadas por doña Margarita con el notario de Pillanlelbún, León Ocqueteaux, hasta que el paso del tren de las cuatro nos indicó que era hora de terminar la reunión, pues con él se despertaba el dueño de casa. Por la mañana siguiente, acompañé a don Pablo para vender su libro “Idioma del Mundo” por la localidad. Lo vi practicar el trueque. Por un volumen autografiado, recibía un quintal de harina, un saco de papas o enormes ristras de ajo que embarcaba a la capital, a su familia. El poeta estaba invitado a almorzar a casa de mis padres. Ante el espanto de mi madre, dereté que debía haber un almuerzo de acuerdo con los cánones rokhianos. El aperitivo consistió en una chupilca con harina tostada recién hecha, la cual, el vate acompañó -por cuenta propia- de dos cebollas crudas de nuestra huerta que devoró como pomelos. Vino después un plato de pancutras fiembres preparadas la noche anterior (“componedoras de cuerpo”) y un ganso con ajo y arvejitas nuevas. De postre, una tajada de sandía para cada comensal, y una entera para don Pablo. La comida había sido preparada en la cocina económica y con fragante leña de ulmo, lo que contó con la entusiasta aprobación del poeta. Luego pidió permiso para dormir siesta, bajo la vieja parra de la casa, eso sí, en un sillón. Nos explicó que: “Uno de los secretos de su buena salud, era la de dormir sentado” Este recuerdo de Jorge Teillier nos retrata muy bien la personalidad del poeta, su manera de vivir, de comer y de viajar. Comidas y bebidas en la poesía de Pablo de Rokha
Preferencias en la mesa popular: Neruda y De Rokha En cuanto a las carnes, Pablo de Rokha prefiere “adobado el lomo aliñado en Lautaro o Galvarino o Temuco, obteniéndolo con cerdo sureño, oceánico,/y una gran cazuela de pavita en Lonquimay / o el cordero lechón asado en brasas de horno, con quideñes agarrados en la gran montaña del copihual araucano, en Traiguén, / en Nacimiento, en Mulchén, Angol y Los Angeles / o a la misma orilla del río Vergara o en Cañete o en el ilustre golfo de Arauco, / como por ejemplo, en Lebu y aún en el espinazo de la Cordillera de Nahuelbuta”. También valora el “picante de guatitas a la talquina”, y los causeos en grandes cantidades. Jorge Edwards señala: “El escritor chileno más comilón que he conocido, además de apologista en verso y en prosa de las comidas y las bebidas de Chile, fue Pablo de Rokha. Para De Rokha importaba mucho la cantidad, la superabundancia: un centenar de ostras, dos centenares de cholgas, varias docenas de chuletas de cordero, grandes fuentes de patitas de chancho, ensaladas variadas, causeos interminables. De Rokha fue nuestro Rabelais”. Como Neruda, el autor de la famosa Epopeya, era un auténtico “gourmand” de la cocina popular. Jorge Edwards señala que había diferencias: “Neruda era un comedor un poco más selectivo y curioso que De Rokha, aficionado a probar cocinas diferentes y capaz de organizar viajes gastronómicos de mediana y hasta de larga distancia”. Jorge Edwards recuerda los restaurantes que frecuentaba en París con Pablo Neruda y dice: “También íbamos al boulevard de Belleville a comer los couscous de los países árabes, regados con vinos gruesos de Marruecos. El sentido nerudiano de la diversidad, de la exploración, de la aventura gastronómica, era inagotable. Los domingos por la noche, en Chile, practicábamos el rito de ir al Centro Vasco, en Santiago, o a un restaurant de El Quisco, “Chez Camilo”, si nos encontrábamos en la costa”. A Pablo de Rokha le interesa más la valoración de la mesa popular chilena: “En Tutuquén se condimenta un valdiviano tan quemante, que arrastra el trago / muy largo y al cual, como a los porotos fiambres, se le aliña con / limón y brotes de cebolla de invierno, / todo lo cual, encima del mantel, florece, con tortillas de rescoldo y también / las papas asadas y la castaña, como en Concepción, cuando se / produce sopa de choros, o en Santiago chunchules o cocimiento del Matadero, a plena jornada invernal, o en Valparaíso choros, absolutamente choros, choros crudos o asados en brasa y de peumo...” Un comedor insaciable y compulsivo Es tan insólito su caso dentro de la literatura chilena que cuando obtiene el Premio Nacional, exclama: “La plata es poca. Me servirá para comer”. Y de inmediato llama al carnicero del barrio y le ordena que le lleven a la casa 160 metros de longaniza. Enseguida pidió corderos y vinos. Se 87
Herencia gastó todo el dinero del premio en comer y beber con las amistades en toda clase de banquetes. Y cuando le pidieron los periodistas que se auto definiera en un solo verso, expresó: “Soy el fierro de las ollas para freír sopaipillas”. Enrique Lafourcade lo visita y queda impresionado con lo que ve. Entrando a la casa “había dos jarros de vidrio tapados con una tabla. En cada uno, cabían exactamente cinco litros de vino. Media docena de empanadas “caldúas” (por nuca) era un modesto “tentempié” o “matahambre”, antes de que aparecieran las chanfainas, las sopas de ojos de cordero, las lisas en mantequilla, los porotos con yuyo, el arrollado a la chilena envuelto en ají, como en una bandera, el queso de cabeza, las prietas con puré picante y chicha, las codornices en escabeche. Pajaritos mayores y menores (pichones, palominos, codornices y aún perdices y gorriones, eran triturados enteros por De Rokha, en medio de gran sonajera de huesos). Por otro lado, el escritor Mario Ferrero cuenta asimismo su testimonio en torno a la increíble voracidad del poeta: “Viajando en ferrocarril en carro de tercera, instalados lo mejor posible en los durísimos asientos de madera, con el tren atestado de un público abigarrado y expectante, entre vendedores de naipes y de peinetas, ciegos cantores que bebían como condenados y rubicundas madonas premunidas de termos y gallinas fiambres, Pablo era un ser absolutamente feliz. Antes de llegar a Rancagua, ya habíamos consumido tres botellas de vino, un causeo de papas, un conejo escabechado, media docena de tortillas y una cantidad impresionante de huevos duros. Como el tren iba demasiado lleno y el viaje se hacía insoportable, Pablo propuso o más bien dispuso, que nos bajáramos a almorzar en San Rosendo...” El duelo de los dos titanes Era increíble. Un verdadero caso clínico. El escritor Oreste Plath opina que a Pablo de Rokha habría que estudiarlo desde un punto de vista médico y psiquiátrico. No era posible que un ser humano ingiriera tal cantidad de comida. ¡Y que hiciera poesía con ella! La felicidad para Pablo de Rokha consistía en comer. Así, dice: “Dichosos son quienes se comiesen de perniles calientes cinco o más kilos, / medio a medio del invierno de San Felipe, si el invierno está tronado / y cruzado de relámpagos e inundaciones...” Enrique Lafaorcade cuenta un duelo gastronómico que hubo entre dos escritores: Pablo de Rokha y Armando Cassigoli: “Una vez, el novelista y cuentista Armando Cassigoli (hace ya muchos años) cayó por la casa de De Rokha (vivía entonces en unos cuartos en Bellavista). Cassigoli andaba “huido de su casa” y hacía como tres días que no comía. Sería algo más del medio día y el poeta despertaba, movilizando a hijos, yernos y conmilitones a la Vega, el Mercado, las botillerías próximas. El napolitano Cassigoli echaba agua por la boca. Comenzaron a llegar condumios. Medio saco de almejas, varios kilos de carne. Quesos y chorizos. Hacia las dos 88
de la tarde se inició el banquete. De Rokha exigió que los dejaran solos con Cassigoli, frente a frente ambos. “-¡Comamos en silencio, compañero!-” fue su orden. Y en el cuarto en penumbras, se inició la ceremonia. Hacia las seis de la tarde, seguían mascando y bebiendo. La parentela corría a traer más provisiones. Perniles rosados, chunchules a las brasas, cazuela de pavita con chuchoca, mazamorra de cochayuyo. Y en los “huecos”, un mariscal al estilo Talcahuano y tortillas con chicharrones. Al cuarto se asomaban a veces, temerosas cabezas para llenar jarros con vino o traer y llevar platos. De Rokha sacaba de los bolsillos de su chaquetón marino más dinero: “-¡Tomen el vil billete y vayan a comprar más menestras, que el compañero sigue con hambre!-” Como a las 10 de la noche, De Rokha daba unos quejidos. Cassígoli muy colorado, seguía devorando. Dicen las lenguas de ese barrio que el duelo de los dos titanes duró toda la noche. Al amanecer, De Rokha propuso ir al Mercado, pero no se pudo levantar de su silla. Estrechó la mano de Cassígoli, le dio un “abrazo oceánico” y confesó entre resoplidos y regüeldos su derrota. “-¡Ya nos volveremos a encontrar, compañero!-" le explicó, amenazador. Hasta el fin de sus días, le guardó una enorme admiración”. Las comidas en la geografía de Chile En la Epopeya figuran los tres frentes geográficos de Chile: el norte, la zona central y el sur. De la zona norte no es muy explícito, pero señala algunos platos, siempre relacionando la sensualidad de la comida con el amor: “¡Ah! felices quienes conocen lo que son caricias de mujer morena / y lo que son rellenos de erizos de Antofagasta o charqui de guanaco de Vallenar / o de Chañaral, paladeándolo y saboreándolo / como a una chicuela de quince abriles, en la sierra minera, / entre mineros fuertes y heroicos...” De Valparaíso escribe: “Es natural un caldo de cabeza, aclarando los domingos de Valparaíso, / sobre el Puerto brumosamente viejo”. Mientras más adelante se refiere al centro del país con sus tradiciones de rodeos y mediaslunas. La comida aparece insertada en un ambiente humano de gran camaradería social: “Los huasos ladinos y remoledores / de Doñihue o Machalí o San Vicente de Tagua-Tagua o Peumo/ o Quivolgo, comen asada la criadilla, con pellejo, / medio a medio del rodeo de octubre, entre el quillay / o el raulí florido de las “medias lunas”, estremecidas por el bramido nacional de las vacadas, estremecidas por el coraje de los jinetes rurales y el sol sonoro...” En la Epopeya predomina siempre un entusiasmo por la zona curicana de donde conoce hasta las rivalidades que existen entre las familias por el procedimiento de preparar tal o cual comida. Cosa similar ocurre en España donde la Comidas y bebidas en la poesía de Pablo de Rokha
Herencia gastronomía es tan importante y forma parte del diario vivir. En los campos colchagüinos predominan todavía hoy costumbres españolas ancestrales en la preparación de las comidas. Hay una cultura en la elaboración de los platos, un tiempo que se toma en la cocción de un guiso, un gusto al paladear diferentes quesos, mieles o vinos. La comida maulina tiene también sus características. Es la zona mágica de Marta Brunet, de Mariano Latorre y de Maité Allamand. Dice Pablo de Rokha en su Epopeya: “Dicen los curillincanos / que nadie entiende cómo se asa la malaya al estandarte / bañada en harina tostada y orégano, sino los curillincanos / y aún los más baqueanos y acampados, pero los sanclementinos, / si son Ramírez, les desmienten y agregan la molleja y el pecho de ternera / con hartos abundantes tallos y vinagre / y bajan la panzada con guarapón de Curtiduría / y avellanas bien retostadas del Culenar maulino, Maule abajo, o con queso asado, / de aquel que huele a coironal cuyano o a "triste" cantado por arriero, / allá por el "Resguardo de Las Lástimas", a lo cual contesta el viviente de Pichamán / con medio ternero al rastrojo del alambique / y el paisano de Tanguao o de Huinganes/ con chanchitos muy rellenos de tórtolas en la brasa primaria y criminal / de los roces de mayo, que son como el rescoldo de los antepasados y los primeros incendios del mundo”. ¡Qué belleza poética hay en estos versos extraños hechos de una materia tan sencilla como lo es la comida rural! Pablo de Rokha rompió con su voz potente esa poesía melancólica de señoritas tristes y de rosas que se deshojaban en un lago con crepúsculo. Esta era una poesía vigorosa, apegada a las cosas, a lo que el hombre come y bebe en su diario vivir. Una poesía terrena y pujante, llena se sensualidad. Había en ella algo del hombre que ama su tierra y quiere darla a conocer en todos sus matices. También observa la zona sur: “Si se prefiere ganso con ajo y arvejitas, cómase en la provincia de Cautín / y el curanto en Chiloé y en Osorno o Puerto Montt o en Carahue, / para la época "santa" de las Candelarias, en días nublados, / indefectiblemente nublados, / mientras tiritan las hojas caídas en la agua inmensa”. Sorprende que se refiera al curanto, esa comida chilota que, sin embargo, procede de la Polinesia. En diversas islas de los Mares del Sur se preparan también comidas similares en hoyos cavados. Aquí va la receta poetizada: “Primero nos elaboramos / una como olla en la tierra sangrada del patio de los naranjos, / la recalentamos con incendio de canelos y piedras ardientes, / embelleciéndola con hojas de nalca / como a una desnuda y feliz muchacha, / a la cual cantando le echamos choros, / perdices, locos, cabezas de chancho, malayas de buey y ternera, / patos, pavos, gansos, longanizas, queso, criadillas, / corvinas y sardinas, sellándola y besándola como una tinaja de mosto, / colocándole una gran centolla / en toda la boca e invitando como aguinaldo al curanto...” Visión del campo chileno Comidas y bebidas en la poesía de Pablo de Rokha
En sus recorridos, observa las construcciones y las asocia a la arquitectura española. Va registrando casas patronales, comidas campesinas, personajes criollos, música lugareña y geografía local: “Una poderosa casa de adobe con patio cuadrado, con naranjos, con corredor / oloroso a edad remota, / y en donde la destiladera canta, gota a gota, el sentido de la eternidad en el agua, rememorando los antepasados con su trémulo péndulo de cementerio, / existe, lo mismo en Pencahue, que en Villa Alegre o Parral o Caleu o Putú, / aunque es la aldea grande de Vichuquén la que se enorgullece, como de la batea o la callana, del solar español, cordillerano, de toda la costa / y son las casas-tonadas del colchagüino y el curicano, quienes la expresan en lengua tan inmensa, / comiendo arrollado chileno”. Su visión de la tierra chilena es amable, cariñosa, risueña. Hay también una mirada tierna -y machista- hacia los personajes femeninos a quienes siempre trata de manera condescendiente. Son las mujeres que cantan en la quinta de recreo, las niñas que tocan guitarra y sirven las mesas con coquetería campesina. “Porque si es preciso el hartarse con longaniza chillaneja antes de morirse, / en día lluvioso, acariciada con vino áspero, de Auquinco o Coihueco, / en arpa, guitarra y acordeón bañándose, dando terribles saltos / o carcajadas, saboreando el bramante pebre cuchareado y la papa parada, / también lo es paladear la prieta tuncana en agosto, cuando los chanchos / parecen obispos, y los obispos parecen chanchos o hipopótamos, / y bajar la comida con unos traguitos de guindado, / sí...en Guallaco las pancutras se parecen a las señoritas del lugar: son / acinturadas y tienen los ojos dormidos, pues, cosquillosas y regalonas, / quitan la carita para dejarse besar en la boca, interminablemente...” Sopaipillas, empanadas y aceitunas ¿Quién no ha comido sopaipillas en tiempos de lluvia? La sopaipilla proviene del Perú, traída por los quechuas. Nuestro país no es azucarero de modo que la chancaca proviene del norte, de países ricos en azúcar de caña. La sopaipilla preparada con harina y zapallo se come en Chile, pasada o sin pasar, en días de invierno. En el sur son grandes como platos y se sirven con almíbar de chancaca al igual que los picarones. También registra Pablo de Rokha estas comidas de lluvia en su Epopeya, lo mismo que la empanada de pino, “la olorosa empanada colchagüina, que agranda de caldo la gargante / y clama, de horno, floreciendo los rodeos flor de durazno”. “...Y la empanadita fritita, picantoncita y la sopaipilla, que en tocino ardiente / gimieron, se bendice entre trago y trago, al pie de los pellines del Bío Bío, en los que se enrolla el trueno con anchos látigos”. Nada se iguala tampoco al “causeo de patitas, que debe comerse en Codegua, no después de beber bastante chacolí con naranjas amargas, sino tomando vino de Linderos”. Tampoco deja pasar la aceituna, tan característica de España, tan propia de Andalucía donde se ven los extensos olivares. La aceituna verde, sevillana, adorna la mesa españo89
Herencia la y forma parte de la cultura gastronómica de España. En Chile, la hay abundante y negra en el valle de Azapa, aunque Pablo de Rokha prefiere “la olorosa aceituna de Aconcagua, / con la cual sólo es posible saborear los patos borrachos con apio / y bien cebados y regados con cien botellas, / la olorosa aceituna de Aconcagua se macera en salmuera de las salinas de Iloca, únicamente...” Apología del tritre Es también un observador agudo de los procedimientos para ahumar el pescado de manera artesanal. El tritre se ahuma en la provincia de Arauco y en los pueblos costeros de Concepción y Talcahuano. Este es un pescado muy feo de aspecto, pero muy sabroso. Incluso los niños, tan poco entusiastas en Chile hacia el pescado, gustan del tritre porque tiene un sabor “dulcecito”. Muy sabroso es este pescado sureño, aunque de muchas espinas, de allí que en esa región se diga: “Te demoraste más que si te hubieras comido un tritre”. Este pescado no se ofrece en los restaurantes, lamentablemente, porque el chileno no es muy orgulloso de sus platos genuinos. Es más fácil encontrar en Santiago un restaurant japonés, tailandés o árabe, que uno que ofrezca un bien preparado plato de charquicán con charqui (y no con carne molida, que entonces es carnicán) o una carbonada de piure , una ensalada de ulte o un guiso de cochayuyo. El esquivo tritre se ahuma con humo de eucaliptos y aserrín mojado por ocho horas. En el norte, se le conoce como machuelo o machete, y tiene la apariencia y el sabor del arenque que los europeos y principalmente nórdicos, comen con salsa de champagne, mostaza, vino y salsa de rábano picante. En Chile hay que ir a una casa de pescadores para comer estas exquisiteces de nuestro mar, acompañadas con los sabrosos concones que son unas especies de pancutras (o “tírame a la olla”) en forma de moñitos. Lo más interesantes es ir a una de esas casas de mariscadores en Lirquén donde las mujeres cocinan pastel de jaibas o la especialidad de la aldea que es un gran plato de cholgas -o “cholguas”- con pollo y longaniza, todo al vapor. El traje de buzo, puesto boca abajo a secar en la puerta de la casa, indica que en esa morada se acaba de preparar esa comida característica y que el vecino o el visitante puede acudir a comprarla o a compartir directamente con ellos en el comedor humilde que mira al mar. Pablo de Rokha estudia el folklore alimentario de los pueblos costeros del sur y observando los ahumaderos de pescado, dice que el tritre “se ahuma con humo, pero con humo de ulmo en La Frontera”. Sabor a yodo El piure le llama también la atención, ese ojo rojo, sensual y encendido que se extrae de una piedra después de ser partida con una pequeña sierra y que, como el erizo, tiene ese inconfundible sabor a yodo. También del piure hay una 90
expresión idiomática que proviene del pueblo, ya que los pescadores dicen que: “Es sumamente criaturero, bueno para la tos y la funcia de los nervios”. Un restaurant de Coronel ofrece empanadas de piure. Pablo de Rokha anota en su libreta: “En Lota, en Constitución o en Banco de Arenas, / el piure se tajea a cuchilladas, / bañándolo en limones de la costa y vino blanco, / tanto vino blanco como es blanco el vino blanco, / mientras la presencia del pejerrey-cauque asoma su sol sangriento / como polvoroso oro en campos de batalla”. En tanto que Andrés Sabella, escribe en el mercado de Lota Bajo su poema Porción de Piures que incluye en el libro Chile, fértil provincia y que dice: “Estalla su coral oceánico. Entre el verde puro del cilantro, la cebolla ríe, trizando su plata. ¡Estoy bebiendo sangre de mar en el jugo de los piures!”. Todo en los pueblos costeros de Concepción tiene la fragancia salina del mar: las jaibas moras, los choros maltones, las cholgas, la sierra y el lenguado que en Penco se comen a la parrilla, como las machas, que se ofrecen ensartadas en junquillos, ahumadas o cocidas y coloreadas de ají... Gastronomía popular de Concepción Conocedor de esta zona, Pablo de Rokha come sobre todo en el Mercado. Es cliente de las cocinerías donde prueba el sabroso conejo escabechado, las cazuelas de gallina con zapallo y porotitos verdes, amarillas de aceitosas, con bastante perejil picado. En Coronel come el auténtico valdiviano con carne de caballo, plato que comían los españoles en tiempos de Pedro de Valdivia. También come las longanizas de Carampangue que rivalizan con las de Chillán. Le gustan el chupé de guatitas, el costillar de Penco pasado a orégano y el chicharrón molido con ajo crudo que se sirve bien caliente. Va a Los Copihues a comer el causeo de patas trozadas, ají en pasta y aliñado con aceite de pata. En “El Castillo” come un congrio a lo pobre, con papas, huevos y cebolla, todo frito. En el “Palermo” prueba el charquicán y los perniles con papas cocidas, el pebre cuchareado y los tallarines con pajaritos de la zona. Oreste Plath, gran conocedor del floklore alimentario, indica que en Concepción “se come el ulte cocido, la parte gruesa del cochayuyo, cortado en dados con cebolla picada, aceituna y aliñado con bastante limón. Con agrado se saborea la nalca en ensalada con cilantro, sal y limón, o los digüeñes con naranjas picadas”. También señala que en esta zona, la rosa mosqueta se convierte en mermelada aromática. Son los niños quieres la recolectan, pasando a la conservería casera. El hombre congregado alrededor de la comida Nuestras comidas no son sólo alimento. Están presentes en una determinada situación social: en el rodeo, en la trilla, en la vendimia, en las topeaduras del 18, en la rayuela Comidas y bebidas en la poesía de Pablo de Rokha
Herencia del domingo, en la pichanga del estadio, en el funeral. Pablo de Rokha las rescata “in situ” y escribe sobre el ambiente y el tono humano en el momento de comer o de brindar: “Si fuera posible, sirvámonos la empanada, bien caliente, / bien caldúa, bien picante, debajo del parrón, / sentados en enormes piedras, / recordando y añorando lo copretérito y deningrando a los parientes, / cacho a cacho de cabernet talquino / y la sopaipilla lloviendo, con poncho, completamente mojados, / entre naranjas y guitarras, / acompañados del cura párroco y borrachos”. Aquí hay un ejemplo de la comida en un velorio: “Cuando un “cristiano” de Rauco se muere, lo primero que debe hacerse / es tomarse un taco bien largo del asoleado, / y enviar a la familia / una gran cabeza de chancho para el velorio, / ir a visitar a los compadres del difunto / e ir tomando y tomando por el finado, / suspirar mirando las vigas penosas de la casa, / tomando a la tuncana, por la salud de la viuda / y los niños, por los tiempos pasados / y los recuerdos más añejos que el añejo, / por la comadre, / tomando por todos los muertos del lugar, / añorándolos, entre trago y trago”. En el rodeo, escribe: “Para el rodeo, aún quedará algún membrillo / y la aloja traerá de los soberados de invierno / el verso del muerto y sus acordeones”. Es un vividor. Y un tomador. Le gustan “los bautizos y también los santos y los casorios, las remoliendas, en general, las tomateras, los esquinazos, malones, cuchipandas y alharacas”. Y siempre está presente tomando “vino mucho tinto, pero más de bastante y mucho, cuando ojalá se celebre el onomástico del carnicero o el santo del paco de la comuna”. Sensualidad y color en las fiestas campesinas Con una gran capacidad de evocación, Pablo de Rokha hace vivir en los versos de la Epopeya las fiestas populares del campo y las actividades recreativas, como el tiro a la rana, la pichanga, la rayuela o la partida de brisca: “Hacia la rayuela del domingo van el Juez y el Alcalde, el Cura, el Oficial Civil, el Gobernador, / don Custodio, don José Tomás, don Clorindo, don Anacleto, / don Rosauro, las Peralta, las Díaz, las Correa, las González, / las Montero, las Ramírez, las Pacheco, las Mardones / y las Loyolas, porque la fritanga de la Carmen Chávez brilla, / como un templo en el crepúsculo de abril”. El cromatismo de una fiesta campesina está presente en esta Epopeya. Sensaciones, ruidos, gritos, música. Toda la sensualidad de Pablo Rokha registra un ambiente de gran vitalidad. En una trilla colchagüina toma nota de la comida, los aperos de los huasos, los nombres de los pueblos y los personajes vigorosos llenos de polvo y sudor: “Como la más acrisolada trilla a yeguas florece en Linares, / por Longaví, Colbún, San Javier, Yerbas Buenas, Curanipe, / Loncomilla, cuando los huasos chapados a la manera de antes, / con arreos de plata y aperos de resonante Comidas y bebidas en la poesía de Pablo de Rokha
correaje formidable, / trenzado en Pelarco, galopan por El Callejón de las Diucas, / levantando un cataclismo de polvo, están las bestias en la era y llega el patrón, que no es ladrón, / don Acricio Montero, con la Rosita al anca / y los guainas bien montados, y el rucio Caroca / pega la primera guargüereada de ponche de culén golpeado y azotado, / como es menester, deslumbran choclos cocidos y la empanada / está gritando caldo santo, ¡ah! yegua...a...a...las guitarras rompen el galope dionisiaco, / el cielo fragante a heno sonoro, / ríe como gordito y gozoso a las espigas pisoteadas, / pues el mundo de enero / es un antiguo rey de España / hecho con pueblo y trigo de catástrofes, que resuena, / bajo los cascos sagrados de los caballos y el día inmenso, / tráguese el pipiritiuque y no se atore". Recuerdos de un pregón colonial La Epopeya registra también los personajes populares de la época colonial que aún perviven en las calles polvorientas de la provincia. Todavía hoy, por las subidas empedradas de Valparaíso pasa el vendedor de mote mei con su farol, pregonando en las noches de invierno: “Mote mei... calentito el mote mei...” Pablo de Rokha los recuerda y escribe: "El farol del pequenero llora por Carrión adentro, / en Santiago, picante y fragante a cebolla, chileno, / como la inmensa noche del hombre tranquilo del Mercado, / hombre del hombre, / y el pregón bornea la niebla mugrienta como una gran sábana negra". Las catástrofes nacionales y las comidas Chile es un país de cataclismos. Tenemos el alma curtida de terremotos, inundaciones, maremotos, temblores e incendios. Pablo de Rokha percibe esta característica nacional y dice lo que el hombre chileno come en estas situaciones: “Cuando los arrasó la inundación y el huracán, / a tempestad eléctrica oloroso, / los azotó con palos de fuego, impiadosamente, / los huasos costinos lagrimean el poroto con chorizos / que su mujer distinguió en la vieja y de greda callana negra, entre el desastre / y las pilchas llovidas, a los ...
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Herencia que alegró con infinitos y ardientes / huevos tremendamente fritos y de gran cebolla brotes, / comiéndolo con el puñal a la cintura y revólver de catástrofes..." Sentido dramático de la comida
Ahora que ha pasado el tiempo, la lectura de la poesía trágica y desesperada de Pablo de Rokha nos remece y conmueve. Tal vez sería hora de rescatarlo de la ausencia y de volverlo a actualizar como un modelo de verdad y pasión para las jóvenes generaciones de poetas.
Para Pablo de Rokha, la comida es una vía de escape, una evasión de la angustia que lo atormentaba. Las comidas chilenas se presentan en la Epopeya como si fueran recetas populares contra las enfermedades y los males del espíritu, aún como paliativos de la muerte: “Si usted se presenta malo del cuerpo, tómese una gran chupilca de madrugada / y frótese las manos de gusto, / cómase un ajiaco de pancutras, fiambres y el trago no bébalo puro, bébalo / puro y con torrejas de naranja de la más agriácida que encuentre, / naturalmente en el naranjo más anciano de la aldea, / báñese en chacolí fuertón y corajudo / y váyase a echar esa última cana al aire mucho antes de que la pelada / le coloque la espalda contra la eternidad y el pecho frente a frente a frente al cielo”. También la comida es una compensación de la soledad, como lo es el vino y el alcohol: “Si murieron por ejemplo, sus relaciones y sus amistades de la infancia y usted / retorna a la provincia despavorida y funeral, arrincónese. Solo en lo solo / cómase un caldillo de papas, que es lo más triste que existe y da más soledad / al alma, / y beba vinillo, no vino, el vinillo oloroso y aterrado que le darán a los que van a fusilar, los carceleros o el fraile infame que lo azotará con / el crucifijo ensangrentado”. Ya Pablo de Rokha siente que la muerte está próxima. Sus últimos versos están traspasados de dolor. Así, escribe: “Es triste vivir cuando todas las brújulas están rotas”. Y también: “Pálidos, como pájaros de abril, huyeron los días dichosos de antaño”. Jorge Teillier le devuelve la visita que muchos años antes, le hiciera Pablo de Rokha a su pueblo natal. Apenas lo ve, Teillier se sorprende: “Mientras me incitaba a seguir comiendo prietas y a tomar vino áspero de Cauquenes Maule, él tomaba agua mineral y probaba apenas una sopa de verduras. Estaba herido de muerte”. El poeta Jaime Quezada escribe en El Mercurio del 20 de marzo de 1994 un artículo de homenaje a Pablo de Rokha. Dirá que es un poeta “terriblemente blasfematorio, pero también terriblemente dramático”. Efectivamente, un día de septiembre de 1968, “definitivamente viudo, definitivamente solo, definitivamente viejo, ejecutando la hazaña desesperada de sobrepujarme” decide poner fin a su vida con un tiro de aquella fatídica Smith Wesson. Humberto Díaz Casanueva lo llamó “el padre violento” y el poeta Gonzalo Rojas igualmente lo reconoce en un poema memorial. Allí quedaron sobre el escritorio del poeta aquellos versos trágicos de despedida: “Agarro mi tristeza y voy a tocarla a la otra esquina del cielo, para que Dios me perdone la manera y el grito”.
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Comidas y bebidas en la poesía de Pablo de Rokha
“La literatura es siempre una expedición a la verdad.”
Franz Kafka
Cuentos
Herencia
1998
Jean Pierre Frederick Moisés Villarroel toma vuelo por el costado derecho y mira de reojo el área del rival. Los defensas italianos prevén el tiro y se aprestan en el área grande a no despegarse de los cabeceadores chilenos, quizás Fuentes también sube para ampliar las posibilidades. Entonces Villarroel patea el balón equilibrándose con el brazo izquierdo y dándole con toda la fuerza del cuerpo, pero con la comba suficiente para que éste baje en el momento correcto. El liviano balón Adidas se eleva y los jugadores intentan adivinar el lugar exacto donde caerá. Corren. Se acercan al área chica. El arquero italiano se inquieta. Todos cuidan a Zamorano, los italianos conocen su fama de cabeceador, Zamorano sabe que conocen su fama, eso le gusta. La pelota empieza a decantar en su trayecto. Algunos saltan, pero antes que el esférico esté a la altura de sus cabezas; va pasado al segundo palo. Rossi está seguro de que despejará el envío. Salta a la italiana: seguro. Tras él, Salas se eleva también. Rossi lo siente en su espalda, se tocan. El chileno contornea su cuerpo, dobla su cuello de manera colosal. Rossi no le da a la pelota y siente en su oreja el testazo de Salas. Salas conecta. Con el parietal izquierdo. Su pelo negro, en contraste con la camiseta roja, siente el golpe y se mueve bruscamente. La pelota obedece al golpe y cambia su trayecto hacia el pórtico, que está a menos de dos metros de la izquierda de los dos jugadores. El arquero italiano salta, es mayor su esfuerzo por elevarse que por desplazarse hacia su derecha. La pelota se dirige al arco pero con demasiada altura, no va directo hacia un punto, más bien es impreciso el lugar por donde entrará en el umbral del arco. Al nivel del horizontal, la pelota comienza a bajar, va en línea paralela con el vertical derecho del pórtico. Parece que el guardapalos la alcanzará a tocar. El balón pasa a centímetros de los dedos del arquero, le huele el olor a goma de sus guantes. El arquero cae y la pelota ingresa. Salas, naturalmente corre hacia un extremo de la cancha: el corner opuesto al extremo donde cabeceó. Los italianos miran el arco, algunos miran a Salas. Los chilenos siguen la dirección del once. Zamorano, ya casi llegando al banderín de la esquina del campo de juego, mira a Salas. Lo mira. Le grita. Lo mira. Zamorano lo mira extraño, le da una palmadita en el hombro y sonríe. Esa es la historia de la literatura chilena; por cierto, Chile no gana ese partido. Ese mismo año se publican Los Detectives Salvajes.
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1998
Herencia
Ray
Miguel Campos Faúndez Ya no pudo contener ni un minuto más su desgracia. Entregado a los deliberados sueños y al noctámbulo devenir de los días, era imposible recuperar lo perdido. Tomábase la cabeza, sus ojos aún cerrados, sentado en la silla de mimbre cubierto hasta la nuca, meditaba una y otra vez. El mate que sorbe se le enfría. Sus manos, que eran blancas, estaban cambiando de color. Su mente estaba corrompida. Los deseos de destruirse estaban cada vez más cerca, no así luchaba en vano para poder lidiar el sueño. Todas las noches eran un cúmulo demacrado de ojeras y una montaña de ideas sin cometer. Exasperado en el cuatro por tres daba con su cabeza de un lado a otro, zigzagueando daba duro hasta sangrar y, al verse desvanecer, caía de golpe. Remataba siempre con el velador o con la tasa de baño. Pesadamente se levantaba y sumergía su sangrante cabeza en la tina, que preparaba todas las noches como parte de su rutina nocturna. Si bien lo hacia con cierta lucidez, horas más tarde su mente era incapaz de recordarlo. Semanas, acaso meses, eran suficientes para una sentencia. Si los cambios de la vida no fueran tan sorpresivos, uno podría prever el dolor, evitar la angustia y la melancolía, pero esa es precisamente la idea, sufrir, sufrir física y moralmente, a tal punto, que se sienta en lo más profundo del ser el hálito de la muerte. Se levantó, caminó a la ventana, volaron las enjutas palomas grises que llevaban en sus magulladas alas el nefasto desenlace. Miró hacia abajo el súbito viaje y vio los pequeños autos... Tintineaba ya la campanilla del minimarket y en los bolsillos del abrigo las manos comenzaron a sudar. El rostro había dejado de fluir sangre. Paseaba distraído por los angostos pasillos como si fuese a comprar algún refresco, pero no, claramente no era su intención. Luego tomó con mano trémula un jugo de los mejores, de esos energizantes con sabor a fruta exótica. No quería levantar sospechas. Paso a paso se acercaba a la caja. Su mano, la que tomaba la botella, húmeda, la otra, apretaba firmemente la empuñadura del punto treinta y ocho. Tintineaba ya la campanilla del minimarket y el cajero devolvía el excedente a un pequeño anciano, sobre éste clavó su perspicaz mirada, en el hombre del abrigo gris, miró velozmente su reloj: 12:15 y de inmediato el termómetro que estaba detrás de sí, éste marcaba lo suficiente para llevar camisa. La pequeña deducción lo llevó al mesón del costado y observándolo de revés, sin quitar un ojo de encima, aparentaba hacer alguna tarea necesaria. Inquieto lo veía pasearse por un pasillo y por otro, y él seguía en su aparente trabajo, hasta que pasó lo que sospechaba: el hombre se acercaba. Decidido, abría cuidadosamente el cajón. Su espalda transpiraba y sus manos sudaRay
das tomaban con suma preocupación un revólver. Si la temperatura era de 29, ya en su cuerpo comenzó a subir. El hombre del mesón pensaba no dudar en apretar gatillo y hacer estallar la cabeza de aquel tipo. Ya estaba a cinco pasos de él... En su mano derecha la botella, la otra en el bolsillo. Tintineaba ya la campanilla del minimarket cuando de pronto una hermosa mujer al cruzar la puerta tropezó y cayó bruscamente al suelo golpeando con la cerámica. Tendida e inconsciente, la sangre comenzó a aparecer. Los dos hombres se miraron confundidos y ninguno atinaba a decir palabra, hasta que el sujeto del abrigo guardó su revolver y se dispuso a atender a la joven mujer. Se abrieron las puertas del hospital y velozmente entraba la camilla con la muchacha inconsciente. Raymundo se hizo pasar por su pareja y la acompañó en la ambulancia desde al minimarket hasta el Centro de Urgencias. Al ver la belleza de la joven y movido como por algo que no se explicó en el minuto, la acompañó sin reparar en nada. Ray sufría trastornos incontrolables y vivía atormentado. Había perdido hace algún tiempo a el que fue su única mujer. Ella viajaba en tren hacia el sur, pero el descarrilamiento del vagón terminó por truncar su viaje dejándola sepultada bajo los escombros. El hecho fue noticia en el país. Ray no creía lo sucedido y sin poder contener su dolor, decidió alejarse y vivir por un tiempo en una pequeña habitación. El aislamiento lo transportaba a un maravilloso pasado junto a su adorada Isabel. En la sala de espera quedó el del abrigo gris, Raymundo. Sentado meditaba sobre el deseo impetuoso que experimentó cuando se detuvo en la ventana de su habitación a mirar fijamente los autos. Sentía que todo estaba fuera de lugar y que cada día transcurría sin sentido desde que Isabel se fue para siempre. “Nada de esto es para mí”, pensaba. Mientras dormitaba la enfermera le dio la noticia de la muchacha. Le dijo que ella se encontraba bien y que ahora le darían de alta. Estaba nervioso al no saber cómo reaccionaría la joven después de verlo. Evidentemente, jamás se habían cruzado. Ella, frente a una ventanilla firmaba un pequeño papel y Ray se encontraba presto a saludarla cuando volteara. Acabó de firmar. La miraba él sin articular palabra. La enfermera presentaba al muchacho que la había traído y ella con una dulce sonrisa daba la mano y miraba fijamente a Ray con gesto de gratitud. Cuando sintió la piel, su cuerpo se estremeció. Sintió la suavidad y aquella caricia evocó un recuerdo vivo. No sabiendo cómo reaccionar, soltó la mano de la mujer. Ella le preguntó su nombre y éste respondió tímidamente: “Ray, Raymundo es mi nombre”, y ella con la belleza de una bailarina de Degas, le respondió: “Isabel, Isabel el mío”. Ray 95
Herencia sintió como se contraía su cuerpo y su corazón al oír aquel nombre. Ray e Isabel caminaron juntos hasta la salida sin decir nada. Calladamente llegaron a la puerta principal y ella le agradeció el gesto humano de haberla traído al hospital. Ray preguntó si se verían nuevamente y ella dijo que tal vez. Caminó, tomó el taxi y éste quedó parado pensando profundamente en aquella hermosa mujer.
“¡Ayúdenme, ayúdenme!”, decía tendido sobre las hojas que había dejado el otoño. Reptaba para poder apoyarse y ponerse de pie, pero era casi imposible. Le faltaba el aire y su cuerpo estaba dolorido. Cuando el cansancio y la embriaguez lo abatieron, entró en un profundo sueño. Vio que una mujer se acercaba desde el bosque y le tendía su mano. Hizo un esfuerzo y logró levantarse. Ella lo guió por entre los árboles y se perdieron en el bosque dejando entre las hojas el cuerpo de Ray.
La nostalgia que sobrellevaba la ahogaba en alcohol mirando la noche desde su cuarto. A las 21:45 luego de llegar del hospital, abrió una botella de ron y comenzó la rutina nocturna. Esta vez fue diferente porque había pasado como un rayo la imagen de aquella curiosa mujer. Se hacía extrañas preguntas sin tener respuesta alguna. Miraba un punto en la oscuridad tratando de descifrar el enigma de aquella mujer. Sentía en ella algo superior, algo divino. Recordó cuando tocó su mano y cómo su cuerpo sintió un placer inexplicable. Sorbo a sorbo daba preguntas y respuestas inconclusas. Estaba ebrio cuando sintió un golpe en la puerta. Asustado dio media vuelta y caminó lentamente a ver quién interrumpía sus pensamientos. Tomó la perilla y giró suavemente; miró por el espacio y no vio a nadie. Sacó completamente su cabeza, y nada. Cerró de golpe y no prestando atención tomó de la botella un gran sorbo de ron. Se sentó y pensó que quizá sus preocupaciones eran las que habían provocado ese ruido en la puerta. Luego retomó sus cavilaciones y recordó la intención de asaltar el minimarket al verse miserable por haber dejado todo después de la muerte de Isabel, y el minuto en que se prestaba a hacerlo cuando cayó de bruces la muchacha. Todo esto lo estaba volviendo inquieto. Intentaba darle algún sentido, algo que tuviera explicación lógica. Estaba en esto cuando nuevamente sonó un golpe, pero ya no en la puerta, sino detrás de él, dentro de la habitación. Se quedó quieto y pensando que hacer. Volvió a sonar un leve golpe. No cabía duda de que era adentro. Tomó aire y despreocupado producto de la embriaguez se levantó bruscamente y comenzó dar gritos injuriosos, como si estuviera seguro de que alguien había entrado en la habitación. Después de un momento todo quedaba en silencio. El ron lo había tumbado en la silla y pensó que algo podía haber sucedido: cuando el abrió la puerta para ver quién golpeaba, alguien aprovechó esa oportunidad para entrar. Este pensamiento lo sacudió y creyó que alguien lo observaba. La habitación no tenía luz. Estaba en absoluta oscuridad y comenzó a experimentar el miedo a lo extraño. Quedó mirando fijamente en la oscuridad y vio que algo comenzaba a aparecer. Estaba nervioso y sus manos sudaban. En la penumbra se veía la silueta de una mujer vestida con un largo vestido blanco que arrastraba por el suelo. Se acercaba a Ray y este, temeroso, retrocedía. Ella daba pasos lentos y Ray no se percató que estaba por llegar a la ventana. De un segundo a otro la mujer estaba frente a él sin poder revelar su rostro completamente. Retrocedió un pasó más y sin poder sujetarse, calló por la ventana ... 96
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Herencia
La respuesta
Alejandra Tobar Maturana
Tal vez ella quiso que él la quisiera y él no quiso. Como siempre ocurre en estos casos, ella lloró y lloró y simplemente se cambió de casa. - Ven a verme. -dijo ella. - ... -dijo él. Y ella siguió llorando hasta que los ojos se le pusieron rojos. - Ven a verme. -dijo ella. - … -dijo él. Colgó el teléfono. Ella lloró. Y se quedó en su cama un día entero, un año entero. - Ven a consolarme. -dijo ella. - No puedo. -dijo él. Y volvió a colgar. Y ella siguió llorando. Siguió llorando hasta que la garganta se le secó por los gemidos. Lloró un año o dos, lloró mucho. - Ven a abrazarme. -dijo ella. - No puedo. -dijo él. Y ella se quedó muda, sin lágrimas. - ... -dijo ella. - ¿Qué ocurre? -dijo él. Pero ella no tenía palabras. - ¿Qué ocurre? -volvió a decir. No colgó el teléfono, insistió, pero ella sólo dijo. -…Ya era muy tarde. Ella colgó. Y él se quedo esperando.
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Herencia
Femme Cannelle
Nickols Valdivia Ibáñez Canela, velas, la mesa preparada, el vino blanco esperando ser destapado, el salmón se gratina a fuego lento en el horno, mientras Francesca afina los últimos detalles de la cena que prepara para su esposo. Mientras observa cómo se llena la tina con agua, incorpora canela en rama, cáscaras de manzana y clavos de olor, ya que estos aromas despertaban en Piero gran fascinación. Decidió sumergirse en el agua tibia, quedándose inmóvil, con los poros dispuestos a ser impregnados con ese dulce y suave perfume. Al salir del agua, lentamente seca su cuerpo, al mismo tiempo que observa las prendas que la esperan sobre la cama: una blusa de seda violeta, ropa interior tan blanca como la cordillera nevada que se aprecia desde el comedor, unas pantys oscuras al estilo bucanera, una falda negra que cubre sus rodillas y, como olvidar las puntillas Gacel, que combinan tan bien con esa blusa. Una vez vestida, coge finamente su largo cabello anochecido, para hacerse una cola. Todo está dispuesto para que la velada sea perfecta, cuando siente la voz de su amado llamándola, corre escaleras abajo para besarlo, él la abraza vigorosamente y le entrega el ramo de Lilas que le llevaba de regalo. Durante la comida se miraban con fascinación, bien se diría que la sutil mixtura de aromas que flotaban en el aire, provocaba cierto grado de hipnosis en la joven pareja.
Una vez que abrió sus ojos, la mecedora se detuvo, al mismo tiempo que daba un hondo suspiro, sin dejar de mover sus palillos, recuerda cada detalle de aquella tarde sublime, con una excitante satisfacción. Ahora su atención se centra en la vista del comedor; luego de un instante, abandona su tejido, se desprende del tiempo, va raudamente hacia la ventana en la que está Piero disfrutando de esa nevada cordillera que los acompañó hace treinta años, cuando sus rostros aún eran tersos, con facciones joviales y cuerpos más vigorosos. Aunque ahora en la chimenea, el fuego consume poderosamente la leña, ellos están tan enamorados como antes, siguen disfrutando de bellos momentos juntos, de atardeceres inolvidables, junto a la ventana, entre los árboles y plantas de su jardín… entre sus locas historias. Y aunque el intenso color de los cabellos de Francesca se haya esfumado, ella aun conserva el majestuoso perfume a canela y manzana.
Una vez terminada la comida, Piero toma la mano de Francesca, sin dejar de mirarla, comienza a besarla y es ahí cuando percibe su suave perfume, ese toque sensual que adquirió a canela y manzana. La nariz de él, recorre lentamente el brazo, luego el cuello, bajando por su pecho, inhalando con intensidad cada espacio del cuerpo de Francesca. Ahora ambos duermen en su habitación, rodeados de aroma frutal y toques de canela. Piero sigue donde se concentra la canela, ahí justo en el cuello de Francesca. ***
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Femme Cannelle
Herencia
Marchando, don Santiago, Marchando David Gallardo Matus
I
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Se sirve un vinito, Pepe. Sí, gracias. Y… ¿cómo llegó? Marchando, don Santiago, marchando – dijo tras beber todo el vino. II
Invierno. José se encontraba en el terminal de buses, muy temprano, esperando el que lo llevaría a Concepción. Llegar de noche no estaba permitido. Él lo sabía, todos lo sabían, ya que era mucho el riesgo. Por fortuna, el viaje estaba calculado para llegar a las cinco de la tarde. Sería un viaje al tope de la capacidad del bus. Todos jóvenes mostrando una euforia que oculta el temor del viaje; todos jóvenes con sus maletas de época; todos jóvenes tomando sus asientos y mirando constantemente el reloj. Al final del bus, un grupo de amigos entonaban canciones populares, guitarra en mano, sobre la libertad, el amor, la vida; una joven madre con su niño ocupaban los primeros asientos, el pequeño bailaba alegre al ritmo de la música. José subió en último lugar, el niño rió al mirar su bigote veinteañero; se sentó dos asientos más atrás de la joven. Cuando abrió los ojos ya habían pasado por Talca. Llevaban cuatro horas de viaje y la lluvia comenzaba a aparecer como compañero de aquellas personas completamente desconocidas entre sí. La música había cesado, y el niño dormía mientras la madre leía un libro. Se comenzaba ya a sentir el nerviosismo en el bus. En algún lugar entre Talca y Chillán los detendrían los militares para inspeccionarlos, revisar sus equipajes, registrarlos, para luego continuar su camino. No ocultaban nada, entonces, ¿por qué temían? Era inevitable. Sabido era por todos la arbitrariedad y crueldad con que a veces actuaban los uniformados, ante el menor signo de sospecha de ser del género subversivo. ¿Música, libros, bigotes y melenas largas? Todo era signo de aquello, pero siempre va a depender del ánimo de los que mandan. La explosividad de la juventud (y porqué no decirlo, la libertad) había impedido que tomaran las debidas precauciones de evitar cualquier signo que indicara rebeldía. José se dirigía a visitar a su novia. No era la primera vez que hacía este viaje, por lo que no sentía demasiada preocupación por el tema. No creía que le ocurrirían de esas historias que terminas contando a los hijos y a los nietos, recuerdos blanco y negro con aroma a pasado-humedad, fugaces momentos de la vida, como una vorágine que viene y va, dejando su huella en un instante. La lluvia era ya más intensa, y la oscuridad luchaba por arrebatarle a la luz su espacio. Las nubes eran tan neMarchando, don Santiago, marchando
gras como el temor de los viajeros; y el temor, para Pedro, el de la guitarra, fue tan grande que a pocos kilómetros de Chillán arrojó su vieja compañera por la ventana; la joven madre, ante el alboroto provocado por este suceso, arrojó Fuenteovejuna; y fueron muchos los que arrojaban la revista Ritmo o algún libro de la editorial Quimantú. El conductor del bus y su ayudante, reían como si ya conocieran la rutina, como si supieran exactamente qué sucedería más adelante y disfrutaban de su cierta inmunidad por ya ser conocidos y bien identificados; pero jamás fueron soplones, sólo disfrutaban del “espectáculo”. Fue entonces que el viejo Carlos Arancibia, casi llegando a Chillán Viejo, hizo estacionar a un lado de la carretera el bus, y esperó a que los ya varias veces nombrados aparecieran. La histeria de varios de los ocupantes fue inmediata (al menos de aquellos que viajaban por primera vez por esa ruta). José, en cambio, continuaba impávido en su asiento, mirando hacia el camino, pensando en el frío Concepción, en Edith, y en los muchos vasos de vino que se vería obligado a consumir por no rechazar al insigne marino retirado y las empanadas fritas de la señora Elba. Los ánimos se fueron calmando a medida que pasaba el tiempo. La espera ya era de más de una hora, y la lluvia, el cielo, truenos y relámpagos, parecían no querer detenerse, adornar el cuadro, hacerse sentir con furia, mezclar sus sonidos con los de disparos al aire y tanque y camión y miedo. Cada uno de los ocupantes del bus se alegraba de haber tirado en el camino aquellas pertenencias consideradas prohibidas. Pedro se comía las uñas. José… respiraba.
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¡Abre la puerta, mierda! Adelante, suba no más – dijo en voz baja el ayudante.
Fusil en mano, mirada penetrante, cejas gruesas, empapado por la lluvia, eran las características del hombre que nuevamente alzó la voz, dirigiéndose ahora a los jóvenes ocupantes.
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¡Se me bajan todos del bus ahora mismo! ¡Ahora! – no alcanzó a decir la última palabra, cuando ya estaban todos descendiendo con sus respectivos equipajes de mano, y formándose uno junto al otro a espaldas del bus sin haber recibido esa instrucción. – ¡Escuchen con atención! ¡Darán un paso al frente al escuchar su nombre, dirán ocupación y razón del viaje!
Acto seguido, un joven de 18 años recién cumplidos, recolectó las identificaciones de cada uno y procedió a nombrarlos. - ¡Carvajal, Soledad! 99
Herencia -
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Acá – dio un paso al frente – Mi hijo y yo viajamos a ver a su padre. No tengo oficio. Así que sin oficio – era el sargento Medina quien hablaba – ¡Vagos, son todos unos vagos, en vez de servir a la patria! ¡El que sigue! ¡Neder, José! Yo – mientras se trataba de secar el agua del rostro, avanzó.- Me dirijo a visitar a unos parientes. Trabajo.- mintió, decir que estudiaba arte no era exactamente algo bueno. ¡Rubio, Marcelo! – continuó el llamado.- ¡Rubio, Marcelo! ¡Marcelo Rubio! – gritó el sargento Medina. ¡Arréstenlo! ¡A vos yo te conozco! ¡Este es subversivo! ¡Pa` dentro, mierda!
Sin demora, otros uniformados tomaron, o mejor dicho, arrastraron al susodicho al interior del camión, entre insultos y gritos de ambas partes, y llantos del niño de Soledad.
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¡Las reglas son claras, acá mando yo, y se hace lo que yo diga! -Amenazante mirada, intimidaba con su fusil, con su voz, con su caminar.- ¡Cabo Ramírez, saque todas las maletas de estos sediciosos, las registra una por una, y también las de mano, y ante cualquier sospecha, me avisa inmediatamente! ¡Sí, mi sargento! – dijo el joven que había recolectado los documentos.
La interminable lluvia lograba disimular perfectamente las lágrimas que muchos derramaban por temor. Soledad y su hijo fueron llevados al interior del bus para cobijarse de la lluvia, mientras el resto, todos hombres, debían permanecer uno junto al otro, sin moverse, sin hablar, sin pensar siquiera, sólo esperar a que la revisión acabara para poder continuar su rumbo. El tiempo pasaba. Los militares no tenían prisa. Revisaban, el cabo Ramírez junto a otros más, con abismante tranquilidad cada espacio, cada rincón de las maletas, adueñándose de todos los objetos que creían valiosos, y de su dignidad; pero al llegar a la maleta de uno de los amigos de Pedro, los nervios vencieron, ganaron la batalla al cuerpo, y éste reacciono corriendo, arrancando a toda prisa, entre posas de aguas y oscuridad, esperando que el miedo lo tapara entre los matorrales y el espacio abierto sin luz. Medina, con un duro gesto en sus ojos, indicó, pensamiento invisible, su persecución; Pedro comenzó a gritar que corriera, corriera y luego que se detuviera, salió de la fila para que su grito, su ruego se escuchara más lejos, más profundo, mientras sólo se veían en la oscuridad las luces de las linternas moverse como si tuvieran vida, a lo lejos. Su amigo había huido por el simple hecho de temerle al miedo. Se escucharon entonces dos disparos, quizás uno de cada fusil, quizás dos de un fusil. Pedro ya no gritó, sí tembló, todos temblaron. Un nuevo disparo. Pedro volvió a la fila. Medina, con ojos ensangrentados de rabia, golpeó a Pedro con la culata del fusil 100
en el estómago, quien cayó ahogado, un sudor frío recorría su espalda. No existía más ruido que el que hacían los adornos de aquel cuadro. Con un gesto hacia el cabo Ramírez, le ordenó revisar el bolso de mano de Pedro.
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¡Mi Sargento, acá hay una funda para guitarra! ¡¿Guitarra?! ¡No decía yo que estos son todos unos vagos! ¿Y tu guitarra? – Pedro no respondió.- ¡¿Y tu guitarra?! III
Once de la noche eran cuando el bus llegó finalmente a Concepción. ¿Qué harían ahora que el toque de queda había comenzado? “Marchen”, les había dicho Arancibia, “Marchen en fila india, por la mitad de la calle y no se detengan por ningún motivo, pase lo que pase”. El primero en la fila fue José, le seguía la hermosa Soledad con su hijo, y a continuación el resto de los ocupantes del bus. El niño lloraba, y tanto lloraba que tras unas pocas cuadras del terminal Collao, se quedó dormido en brazos de su madre, y los hombres se iban turnando al pequeño de adelante hacia atrás y de atrás hacia delante, llevándolo en sus espaldas. Las maletas eran ahora casi como el aire. Marchaban, entonces, tal y como se les había dicho: sin detenerse y sin mirar hacia ninguna parte que no fuera adelante. El frío calaba profundo. Sólo se escuchaban pasos, los continuos pasos de los caminantes, que marchaban y marchaban, sin detenerse bajo ninguna circunstancia, ni siquiera cuando pasaron ante un grupo armado que tenía en el suelo, a un costado de la calle, a cuatro hombres con las manos en la cabeza; ni cuando llegando a la estación de trenes, una 4x4 con un cañón punto cincuenta, dirigido por cascos blancos, los siguió por más de una hora, antes de dar media vuelta y desaparecer. José, cansado, le devolvió a Soledad su hijo. Llevaban más de dos horas caminando, agotados ya, arrastrando pies, dolor y humillación. No sabía cuantos de sus compañeros de marcha quedaban. No escuchaba ya pasos ni respiración, sólo pensaba una cosa: pasar la Laguna Redonda y llegar finalmente al departamento. Entre neblina, decidió finalmente voltearse y saber quién quedaba, pero grande fue su sorpresa al notar que era el único en la fila. Eran ya casi las dos de la madrugada. José no se movía, estaba casando, muy cansado, por lo que por unos instantes dejó que la brisa nocturna suavizara su rostro, lo acariciara, le diera fuerzas para continuar. La neblina era espesa. Su rostro inexpresivo, recordaba cuando Pedro fue vendado y subido al camión; Medina ya no gritaba, sonreía. Apenas notó cuando momentos después se encontraba a las afueras del departamento. La neblina ahora estaba en su mente cansada, sus ojos.
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¡Pepe, pepe! Estábamos tan preocupados. ¡Qué pasó! – Edith decía mientras lo abrazaba. Nada, nada. En Chillán se retrasó un poco el viaje.
Marchando, don Santiago, marchando
Herencia José venía sudado, mojado, sin saber exactamente porqué, si por la lluvia o por el temor. Tras colgar su abrigo y dejar la maleta en el pasillo, Santiago le invitó a sentarse al comedor. Descorchó una botella de vino y dejó sobre la mesa un frasco con harina tostada.
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Se sirve un vinito, Pepe. Sí, gracias. Y… ¿cómo llegó? Marchando, don Santiago, marchando – dijo tras beber todo el vino.
Dedicado a mis padres
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“No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta, enmudeció la lira: podrá no haber poetas pero siempre habrá poesía.”
Gustavo Adolfo Bécquer
Poesía
Herencia
Poesía
Daniela Contreras Pavez Te recuerdo igual que ayer Te recuerdo igual que ayer, tu silueta delgada, tus ojos tristes, tu cara llena de ilusión, tu corazón lleno de heridas.
Quise no mirar atrás, pensar que todo había sido olvidado pero el pasado me llamaba, ansiaba que fuera con él y caí en la tentación, no pude ser fuerte y seguir en el presente.
Te recuerdo igual que ayer y no es que quiera recordarte, la verdad he querido olvidarte y la vida me ha clavado una espina que no puedo quitarme.
Me fui con el pasado a un mundo lejano, un mundo que quizás no fue feliz, tampoco recuerdo que haya mejorado, donde conocí el amor y tuve que dejarlo, donde la vida me mostró un nuevo atardecer y mi compañera fue la tristeza.
Te recuerdo igual que ayer si hasta parece que el tiempo no pasara, que la vida ha quedado botada y que mi alma no ha querido borrarte, que los sueños se han marchitado, que tu vida peor no ha estado y que al fin haz borrado el pasado. Te recuerdo igual que ayer y a pesar que no quisiera hacerlo me alegré mucho al verte, quise correr a tus brazos mas logré controlarlo, me dolió mucho tu ignoro y pensar que todo ha sido borrado, después de eso es tiempo de borrar el pasado, lo que ya pasó es un caso cerrado.
Poesía
Quise no mirar atrás
Quise no mirar atrás, pero insistentemente me llamaba el pasado mas no pude no mirarlo. Quise tratar de no seguirlo, me llevaba con una fuerza abominable lo peor no es haberlo mirado, mucho menos haberlo seguido, me quedé atada en él para nunca más volver.
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Herencia
Poesía
Rosita acevedo
Desierto desflorido Un noche cualquiera, quisiera invitarte a mi desierto desflorido, en donde nadie sabe lo que soy ni lo que escondo, donde las mentiras que dije alguna vez, son las verdades más profundas, que he querido vivir. Sé que para nadie soy algo, y para muchos, soy el constructo de una vida que ellos quisieron tener. Sabes… me he dado cuenta que soy una mentira, una tan verdadera que cada noche la creo real, cada noche sueño con escapar de mí, cada noche sueño con ser esa verdad. Tal vez aún no sepas quién soy no te culpo… tampoco lo sé. No pido que lo entiendas, ni que lo intentes siquiera. Sólo acompáñame a mi desierto desflorido, gonde quizás encuentres una palabra del alma. Ahí quizás sea verdadera, ahí quizás me ayudes a florecer.
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¿Y si un día? Y si un día me encontraras, qué hermosa fantasía, el vernos de pronto y abrazarnos. Que me digas que no he cambiado, que la luna sigue envidiando mi rostro… Y si un día me encontraras y dijeras que no me has olvidado, que aún recuerdas mi sonrisa ingenua, mis palabras sonoras, y mis noches sin letargo el primer día que nos besamos… Y si un día me encontraras, porque no me has olvidado me pidieras volver contigo, porque son tus días muy largos, porque sigo siendo tuya.
Poesía
Herencia
Poesía
Juan Pablo Segovia
Maestro de maestros Padre y amigo sabio, reflejo de tus ancestros. Forjador incansable de talentos nuestros. De figura amable y andar sencillo. Tu sombra es infinita. Eres cielo y estrellas. Sembrador de sueños, eterno peregrino, que caminas por la tarde de un largo camino.
Pinceladas de amor
Yo sigo tras tus huellas confiado y sin pesar, con tu fiel ejemplo siempre te voy a recordar.
Tú que pintas sueños en el mar con colores del alma y dulce mirar. Deja que vuelen tus manos en libertad. Tus pinceles recogen semblanzas antiguas, amores pasados, alegrías y penas. Es el clarooscuro de la vida que fluye como torrente hacia el mar.
Tú eres alfarero bueno, de arcilla viva modelaste nuestras almas; con fuego ardiente templaste mis palabras.
Tus mejores obras crecen junto a ti con sonrisas, caricias y besos infinitos. ¿Qué somos, sino creaciones de Dios? No dejes que tu alma se seque, confía firme en tus sueños.
Por eso Padre generoso, hoy quiero cantar contigo; y decirte con cariño, que soy maestro orgulloso, vigía de nuestros destinos.
Sigue adelante con paso seguro, regala generosa el don Divino de la enseñanza, el don Divino de la madre, el don Divino de la hermana.
Soñador incansable, vencedor de grandes molinos. Maestro de maestros, eres vid de buenos vinos.
Que hoy quise regalarte una pincelada del color más puro... De mi corazón.
Maestro de maestros, tu dulce mirar se apaga en el mar de la bondad, como una dulce daga clavada en la humildad.
Poesía
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Herencia
Poesía
Nikolaus Vivallo Todos los años en nuestro querido colegio Campvs College, desarrollamos un concurso de creación poética patrocinado por el Departamento de Lenguaje y Comunicación, y desarrollado al interior de cada curso en la asignatura de Lenguaje, donde el alumno encuentra el espacio y el canal para desarrollar su talento en la creación literaria, apoyado por su profesor de Lenguaje, quién con su consejo, dedicación y cariño, va guiando y entregando las herramientas necesarias para que el acto creativo ocurra. Así hemos descubierto talentos literarios, llenos de ímpetu y pasión que fluyen de manera innata en algunos alumnos. El año 2008, el joven de 15 años, Nikolaus Vivallo, escribió un poema para el concurso Gabriela Mistral y ganó con PARA ELLA, que aborda el tema del amor platónico en la visión de un adolescente, expresado con gran emoción y talento. Prof. Juan Pablo Segovia
Para ella Ha llegado silenciosa la lluvia, mi eterna y solemne compañera, de mi profundo dolor testigo y mensajera, esparce por mi destrozada alma su amor y su siempre viva calma. ¿Llora el cielo conmigo, acaso porque tu esencia está distante? ¿Lloran los astros guardianes por el amor ausente con que me amaste? ¿Lloran las grises nubes porque mi corazón a gritos te llama? ¿O llora la madre noche, porque aunque esté lejos, sabe que aún me amas? Recuerdos vienen y van, vienen para irse y sin quedarse se van, dejándole a mi alma el sabor de la soledad. ¿En qué momento, amor, mi lado tuviste que abandonar? ¿O es que estás conmigo, pero no te puedes mostrar? ¿Por qué me has dejado solo con un beso en mi boca, puesto a secar? ¿No ves que muero solo, poco a poco y lleno de pesar? De repente la lluvia cesa, y mi amor, conmigo estás, 106
te abrazo, te miro, me besas la vida ha vuelto a aflorar, y en mi cansado pecho mi corazón vuelve a palpitar. Tus labios dulces como la miel, rojos como el amor que te profeso, rozan los míos de amor presos, y en un solo beso ya no hay más sabor a hiel. Pero la realidad es cruel, y el dolor realmente nunca se fue y me deja anhelando iluso, tu dulce sabor a miel.
de mi profundo dolor testigo y pregonera, deja en su camino, vida renovada, pero yo, que sin tu amor no valgo nada, que sin tu amor mi vida ya no quisiera, he entregado mi vida a la lluvia, mi amante y compañera. Y me ha llevado con ella para estar contigo siempre, que al llover en mí pienses, porque hecho y vivo estaba para ti y para tu amor, mi amada ahora soy sólo una estrella en el cielo que he creado para ella.
Un sueño ha sido, y por real que se haya sentido, mis labios no han sido tocados solo es la lluvia, quien los ha rozado. No hay calor, no hay luz, como la lluvia en mi cabello mi calurosa felicidad se ha escurrido, y todo lo que fue bello, simplemente no ha ocurrido. ¡Severo castigo, la vida es sin tu amor la vida, inútil es! Sólo la muerte quiero esta vez, sólo mi amada lluvia me verá otra vez. Ya cesa silenciosa la lluvia, mi eterna y solemne compañera,
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Herencia
Poesía
Natalia Pavez Valdivia
Puesta de Sol El atardecer está próximo, pero nada es más encantador que tu mirada, resplandor efervescente que inunda todo. Sueños y placeres se funden en un solo abrazo tierno y despejado, que encarna el gozo y tus rayos idos en la espesura. Yo miro esta puesta de sol y con ella me hundo. La luz es cada vez más tenue, en el mar donde los peces bailan y las ilusiones se renuevan, para dar paso a la luna que extiende su luz hacia aquel milagro de la naturaleza que llena las almas perdidas.
Rompeolas Marejadas espumeantes estallan en un abrazo fuerte, en las sombrías rocas, ondeantes erosiones candentes, opacan tu voz que simula un encuentro locuaz. El viento ondea tus sonidos, tu efervescente rocío que empaña trémulo mi abrazo cálido que envuelve mi cuerpo. Sentir cada oleaje desmedido, ahoga mis sentidos en blancas llamas, desnuda mis latidos en aquellos roqueríos pacientes que se dejan envolver sabiamente, soportando el estruendoso oleaje, la marea sobrepasa tus goces en un rompeolas que sutilmente recoge.
¿Cómo no observar cada segundo?
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Poesía
Jorge Matamala Cid
Buró del recuerdo En aquel buró de mis recuerdos te encuentro mitigando mi sed furtiva que en caminos de besos cuerdos regalan pasión masiva. Rozaré tu cuerpo humilde y sereno gastado del tiempo, desdeño efigie, opaco durmiendo en terreno que acostumbra a ignominiosos olores sin dueño. Cantando me iré por tus pasos embusteros donde queda olvidado en un pueblo heleno el sin sabor de tus ósculos reflejos. Perdido en la noche, empero mitigar recuerdos añejos no quiero, veneno suntuoso, derrama el pretérito viejo.
Cruel Intenso Si me hablaras, entendería el por qué de tus razones para amarme mas, me quedo con lo complejo y lo exhaustivo de tu silencio. Si hicieras tan solo un bostezo, mi cuerpo resistiría el clamor de tus besos y podría dormirme, desnudo, entre tus pechos.
Un alma a la ventana Un alma a la ventana, refleja suntuosos destellos que invaden paisajes floreciendo en alturas, extremos sentidos carcomen el tallo de mi cuerpo y baja colérico, el amanecer del cielo. Manadas de estrellas, susurran cometas longevos. Un alma a la ventana de loriga cubierto el cuerpo, su lozanía alegra la noche intrépida que combate molinos de viento.
Ven, abrázame en esta fría noche de otoño, quiero ser Nerón en tu cuerpo y marearme con el looping eterno de tu cabello longevo. Magnánimo me siento al oírte sollozando tu primer estruendo, con el que una lagrima serena derrama un cruel te quiero.
¿Dónde mira aquella alma? ¿A quién espera dichosa ánima? No lo sabe el sol cansado de preguntarse. Un alma a la ventana habla con la luna almagre ¿Qué dice en su insania el sentimiento escondido? No lo sabe la luna intrusa, cubierta de nieve. Será aquella, Penélope aguardando a su amado o Nereida pidiendo a Mercurio un mensaje. ¡Basta ya! Alma inmigrante, recuerda que Cronos volverá a buscarte. Un alma a la ventana espera serena, un beso pedante. 108
Poesía
Herencia
Extensión Premiación “Maestro de Excelencia” 2008. Profesor César García Álvarez.
I Velada Poética de otoño, 2009. Sandra Cortés. Hugo Nervi. Manuel Peña. César García.
Cristián Basso.
Extensión
Jorge Chahuán. Mariana Berrios.
Prof. César García junto a sus alumnos.
Cristián Basso y familia.
Jean Pierre Frederick.
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Herencia
David Gallardo y Nickols Valdivia.
Manuel Peña y César García.
Profesores y alumnos organizadores y participantes de la I Velada Poética.
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Agradecimientos: A todos los amigos, compañeros y familiares que nos entregaron la fuerza necesaria para trabajar con ahínco. A nuestros profesores por mostrar un gran entusiasmo ante el proyecto y motivarnos constantemente, con especial dedicación a Mariana Berrios Rodas, Cristián Basso Benelli y Manuel Peña Muñoz. Agradecimientos especiales: Al escritor Antonio Sarabia, por facilitarnos la fotografía tomada por Daniel Mordzinski para el artículo sobre Hernán Rivera Letelier.
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