Número: 209 209 - Fecha: 11/12 11/12/2010 /12/2010
QUERIDO HERMANO… En mi corazón están tu nombre, tu vida y el recuerdo de estos años compartidos en fraternidad, misión, amistad e ilusión vocacional. Ya llegó el momento de decir “ADIOS”. Me suena como una palabra pequeña, casi innecesaria… pero quiero explicarte qué siento al decir “ADIÓS”.También al decir “¡Hola!” ¡ADIÓS!...es una palabra difícil en algunas circunstancias de la vida. También lo es para mí ahora. Significa despedida, distancia, separación, en definitiva CAMBIO. Es evidente nuestra resistencia a cambiar y hablo principalmente por mí, que ya se me van endureciendo los huesos y acumulo alguna maleta de más…
¡HOLA!...decir «hola» es la capacidad de estrenar realidad y acogerla. Envejecemos cuando ya no podemos estrenar la vida y lo siento con más fuerza pues veo el don de los 50 años de vida religiosa que cumplo el 2 de julio de 2011. ¡Hola! es como una la posibilidad de cambio para seguir siendo nosotros mismos de una manera más nueva o más viva. Decir «hola» es tender puentes, abrir puertazo darnos una nueva oportunidad; es expresión de disponibilidad y de acogida, de mano tendida. Algo que, en poco o en mucho, aún no sé, supondrá “desprogramarme” y acoger “mi nueva tierra” con libertad. Pienso, sobre todo desde la vivencia interior de los signos y propuestas del XXI Capítulo General, que en mí ha sido muy fuerte, que decir