AÑO XLVI, Nº 157, OCTUBRE 2008
Federación de La Inmaculada Monjas Dominicas Torrent-Valencia (ESPAÑA)
ÍNDICE
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Agenda Federal……………………………………………. Nuestras Venerables ……………………………………… Nuevas Fundaciones ……………………………………… o En Aragón ………………………………………… o En Cataluña ………………………………………. De nuestros Noviciados ………………………………….. o Copiapó (Chile) ………………………………….. o Mendoza (Argentina) …………………………..... Recordando la Fundación del Monasterio de Copiapó ….. Desde Orihuela nos cuentan… ………………………….. Descansan en el Señor …………………………………..
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Edita: Federación de la Inmaculada Concepción Apartado 20 46900-TORRENT (Valencia) ESPAÑA IMPRIME: Federación de la Inmaculada Concepción Depósito Legal, V.733/1989 Octubre, 2008 E-mail: secrefeinma@infonegocio.com Tel. 96-158 96 15
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... Era priora y verdadera alma de Alfaro, la M. Araceli Muñoz, corazón generoso y magnánimo que no sólo concedió las religiosas pedidas para ayuda de Santa Catalina de Valencia, sino que, previendo la dificultad y la grandeza de la nueva empresa, ofreció para dirigirla a su propia hermana, Sor Mª Teresa, Maestra de Novicias en Alfaro, cuyas dotes excepcionales de orden divino y humano eran ya notorias en la comunidad. (“Orígenes de la Federación”, p. 358)
M. ARACELI MUÑOZ, op.
… “Ya saben que estamos dispuestas a ayudarlas y nuestro deseo es poder hacerles felices dando gloria a Dios y a Ntro. Padre y haciéndoles gozar de la verdadera vida, cual es la vida de comunidad de las religiosas dominicas de clausura. Aunque es natural nos cuesta sacrificio dejar, aunque temporalmente, esta comunidad tan floreciente, tan llena de satisfacciones, pensando que haremos gozar a nuestras hermanas, que haremos que ese Convento resucite de la pena, haciéndole florecer, dándole vida… pensando esto, toda pena se mitiga y el sacrificio se convierte en satisfacción. Estamos, pues, muy animadas a cumplir la voluntad de Dios y esperamos los mandatos de nuestros superiores para obedecerles y con alegría, unidas a todas ustedes, queridas hermanas, trabajar para que el Convento de Santa Catalina de Valencia sea un jardín lleno de flores cuyo perfume se perciba por toda la Provincia y por toda la Orden…” (De una carta de la M. Araceli a la M. Pilar, priora del Convento de dominicas de Valencia - Cfr. «Orígenes de la Federación», p. 330)
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AGENDA FEDERAL
ERECCIÓN CANÓNICA DE TRES NUEVAS FUNDACIONES: El día 25 de julio tuvo lugar la erección canónica de los Monasterios de Santa María del Pilar y Santo Domingo de Guzmán, en la ciudad de Zaragoza. El 2 de agosto, en Sant Cugat del Vallés (Barcelona), se erigió canónicamente el Monasterio de Santo Domingo de Guzmán.
ACTIVIDADES DE LA PRIORA FEDERAL -El día 27 de julio, acompaña a las hermanas de Alcañiz en la Eucaristía de despedida de la ciudad. -El día 28 de julio se reúne con el capítulo del Monasterio de Santo Domingo de Guzmán, de Zaragoza. -El 29 de julio se reúne con el Capítulo del Monasterio de Santa María del Pilar-Zaragoza. -El día 31 de julio acompaña a la Comunidad de Vic (Barcelona), en la Eucaristía de despedida de la ciudad. -El día 1 de agosto, re reúne con el Capítulo del Monasterio de Sto. Domingo de Guzmán, en Sant Cugat del Vallés (Barcelona). -El día 2 de agosto, asiste, en la Comunidad de Sant Cugat del Vallés, a la erección del nuevo Monasterio de Santo Domingo de Guzmán. -El día 2 de septiembre participa en Roma en la reunión convocada por la CIVC y SVA, para escuchar de las mismas monjas la problemática concerniente a los Monasterios en dificultad y sus posibles pistas de solución. -El día 5 de septiembre asiste a la reunión de la Comisión de Prioras y Abadesas de la Diócesis de Valencia, que preside el Vicario Episcopal, P. José Mª Ciller Vera, CFM, con el objeto de preparar la próxima reunión anual de prioras y abadesas de la Diócesis con el Sr. Cardenal. -El día 16 de septiembre visita a Mn. Romá Casanova, obispo de Vic (Barcelona). -El día 19 de septiembre, acompaña a las hermanas de la Comunidad de Palma de Mallorca, en la Eucaristía de despedida de la ciudad. -El día 26 de septiembre, visita a las hermanas de la Comunidad de Vila Real (Castellón). -Día 29 de septiembre, visita la Comunidad de Manresa (Barcelona). -Día 1 de octubre, llega a la Comunidad de Palma de Mallorca, al día siguiente visita junto con Sor Mª José Noguera y Sor Mª Rosario Botella al Sr. Obispo de Palma. Posteriormente acompaña a las hermanas al Monasterio de Santo Domingo de Guzmán, en Sant Cugat del Vallés, su nuevo Monasterio. -Días 3 al 5 de octubre, permanece con las hermanas de la Comunidad de Sant Cugat del Vallés (Barcelona). -Del 10 al 12 de octubre participa con otras cuatro hermanas, en un Simposio que se celebra en Madrid sobre «El servicio de la autoridad y la obediencia», organizado por el ITVR. -Día 12 de octubre, celebra con las hermanas de Santa Mª del Pilar- Zaragoza, su primera fiesta titular. -El día 13 de octubre visita la Comunidad de Santo Domingo de Guzmán en Zaragoza. -El día 29 de octubre participa en la reunión de economía celebrada en la Casa de Espiritualidad de los PP. Dominicos en El Vedat de Torrent.
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PRIORATOS El Maestro de la Orden, Fray Carlos Azpiroz, realizó los días 4 y 9 de octubre, el nombramiento de las primeras prioras de las nuevas fundaciones. Las elegidas han sido las que ejercían el cargo de Vicarias: Sor Mª Inmaculada Franco Martínez Priora de la Comunidad de Santo Domingo de Guzmán - Zaragoza Sor Mª José Almárcegui Lobera Priora de la Comunidad de Santa Mª del Pilar - Zaragoza Sor Dolores Mª Gallego García Priora de la Comunidad de Santo Domingo de Guzmán, en Sant Cugat del Vallés (Barcelona).
MOVIMIENTO VOCACIONAL Postulantado Patricia Soledad López, en la Comunidad de San Justo-Buenos Aires (Argentina), el día 21 de septiembre. Toma de hábito Viviana Karamatich, en la Comunidad de Concepción-Tucumán (Argentina), el día 4 de octubre. Salida Sor Verónica Rodríguez Neira, Profesa Temporal de la Comunidad de Vic (Barcelona), el día 24 de septiembre. La Santa Sede concedió a Sor Dominique Célèry Espinosa, de la Comunidad de Santiago (Chile), la secularización, el 18 de agosto de 2008.
OTRAS NOTICIAS Y CELEBRACIONES En Roma se celebró, el 2 de septiembre, una reunión convocada por la CIVC y SVA, para escuchar de las mismas monjas la problemática concerniente a los Monasterios en dificultad y sus posibles pistas de solución. Fue invitada a participar en la misma, la Priora Federal, M. Mª Teresa Gil, op. También en septiembre de 2008, organizado por el obispado de Copiapó (Chile), y en el marco de la celebración de los 50 años de la fundación de la diócesis, tuvo lugar un simposio titulado “Entre memoria y esperanza”, en el que Sor Carmen Mª Martínez Gilabert op, fundadora y expriora del Monasterio de La Inmaculada de Atacama, tuvo una ponencia explicando la fundación de dicho monasterio. Del 10 al 12 de octubre, se celebró un Simposio en Madrid sobre «El servicio de la autoridad y la obediencia», organizado por el ITVR. Asistieron la Priora Federal y varias Consejeras. El día 29 de octubre, tuvo lugar en la Casa de Espiritualidad de los PP. Dominicos de El Vedat de Torrent (Valencia), una reunión de las prioras y ecónomas de la Federación en España. El profesor D. Francisco Gabás asesoró sobre la situación financiera actual. Los Padres Antonio García, —nuestro Asistente Religioso— y Javier Pose, Socios del Maestro de la Orden, para la Península Ibérica, y Latinoamérica y el Caribe, respectivamente, visitaron nuestros monasterios chilenos de Yerbas Buenas, Santiago y Copiapó, los días 22, 24, 25 y 26 de Octubre.
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Nuestras Venerables
El 27 de septiembre de 2008, el Padre Vito Tomás Gómez, Postulador General de la Orden, nos comunicó el reconocimiento, por parte de la Comisión de teólogos, de las virtudes heroicas de la M. Teresita Pérez de Iriarte.
M. Teresita Pérez de Iriarte
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También se elevó la petición al arzobispado de Valencia del traslado de los restos de la M. Inés de Sisternes y Oblites, del Monasterio de Belén al de La Inmaculada-Torrent, y el reinicio de su Proceso de canonización del que hay una Copia Pública en el Archivo General de la Orden. En el año 1924, dirigieron muchas Cartas Postulatorias, obispos, comunidades religiosas y asociaciones, apoyando este Proceso. Hay firmas de los Beatos Luis Urbano, M. Inés de Sisternes y Oblites Francisco Calvo, Jacinto Serrano, Santiago Meseguer…
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NUEVAS FUNDACIONES..... EN ARAGÓN “Yo siempre estaré contigo, Tú agarras mi mano derecha; me guías según tus planes y me llevas a un destino glorioso…” (Salmo 72)
Era el domingo, 27 de julio. Las hermanas del Monasterio de San Gregorio Magno, de Alcañiz (Teruel), se despiden de la ciudad con una solemne Eucaristía. Varios periódicos locales y de la provincia, se hicieron eco de este acto. Dejemos que la cronista del monasterio nos lo cuente: «Comienza la crónica de un acontecimiento de muerte y de vida en el que hemos participado hermanas de tres comunidades de Aragón. Un sueño de todas, un sueño fraterno que ya se hizo realidad. San Gregorio Magno de Alcañiz (Teruel) El domingo 27 de julio de este año del Señor de 2008, muy de mañana, llegó al Monasterio de San Gregorio Magno de Alcañiz, la Madre Federal, sor María Teresa de Jesús Gil Martínez op, acompañada de un numeroso grupo de hermanas de las Comunidades de Santa Inés y de Ntra. Sra. de la Esperanza de Zaragoza. Después de los saludos, hacia las 10,30 hs.
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subimos juntas la cuesta desde el Monasterio hasta la Iglesia parroquial de Santa María la Mayor. El templo, abarrotado de fieles, lucía ese día sus mejores galas. Presidió la Eucaristía el Señor Arzobispo de Zaragoza, D. Manuel Ureña Pastor y concelebraron 19 sacerdotes: del clero diocesano, religiosos de la Orden de la Merced y de las Escuelas Pías. Lentamente avanzó la procesión de entrada, acompañados por el canto de la Coral Polifónica Alcañizana, y los acordes del órgano recientemente instalado, donado por las monjas dominicas “gregorias” a la Parroquia. Luego del saludo inicial, D. Jesús Arduña, Vicario Episcopal de la zona V, dio lectura al rescripto por el que se ejecutó la supresión del Monasterio de San Gregorio Magno de la ciudad de Alcañiz. Fue un momento de intensa emoción para la
comunidad que, unánime, renovó así con alegría y esperanza su entrega total al Señor de la Vida. En la homilía, refiriéndose al Evangelio de ese domingo sobre la perla preciosa y el tesoro escondido, D. Manuel definió la vida religiosa como la existencia de aquellas personas que habiendo encontrado el tesoro escondido que es Cristo, se consagran a Él totalmente, enteramente a Él. Más adelante añadió que «las monjas dominicas han rezado intensamente por las angustias y gozos de los alcañizanos» y afirmó que seguirán haciéndolo desde Zaragoza. Dijo también que «lo que es difícil de digerir es la supresión
del Monasterio, pero así lo quiere la Providencia».
Antes de la bendición final, el párroco, D. Jesús Jaime, agradeció la vida de las dominicas en Alcañiz con la alegoría de las luciérnagas, que con su tenue lucecilla impiden que las tinieblas se impongan del todo en las noches de verano. A continuación una ex-alumna de la escuela que las Madres dominicas mantuvieron abierta desde 1835 a 1963 en esta ciudad, expresó su gratitud en nombre de tantos hombres y mujeres que ellas no sólo formaron en las letras y en la doctrina religiosa, sino que les ayudaron a ser personas de bien, firmemente arraigados en sus convicciones. Posteriormente tomó la palabra una integrante de los Equipos del Rosario que, en Alcañiz, surgieron en el locutorio del monasterio y que hoy conocen un pujante desarrollo. Ellas también pidieron emocionadas que las monjas las sigan acompañando con su oración y su amistad.
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Seguidamente, el concejal José Ángel Gracia agradeció, en nombre del Ayuntamiento, a las monjas su labor contemplativa durante 415 años, e hizo entrega de una placa conmemorativa a Sor Mª Isabel Rivasés Cerdán op, Priora cesante del Monasterio de San Gregorio Magno. Finalmente una de las dominicas, en nombre de toda la comunidad expresó su reconocimiento con estas palabras:
«Queridos hermanos: ¡Gracias! ¡Gracias por estar aquí! Las monjas dominicas nos sentimos profundamente agradecidas a cada uno de vosotros por vuestra presencia, por vuestra amistad firme, por vuestra fe y vuestro amor. Esta presencia de vuestra amistad que hoy experimentamos tan hondamente no es un hecho aislado. Es una cadena de AMOR que nos ha unido a los fieles cristianos de Alcañiz y a las monjas dominicas, porque vosotros habéis visto, a través del signo de las “encerradas”, como nos llamáis, la vivencia de la fe en Dios, amado sobre todas las cosas de este mundo. Hemos gritado desde nuestro silencio durante estos 415 años: ¡Dios nos ama! Vale la pena confiar en su Amor, orar, hablar con Él desde el fondo de la vida de cada día. Vale la pena adorarlo, glorificarlo, bendecirlo, agradecerle su infinita ternura, su dulce misericordia. Vivir a su vera, ¡vale la pena! ¡Vosotros lo habéis visto! Con humildad y sencillez, escondidas con Cristo en Dios, continuaremos siendo el pararrayos de nuestro pueblo, aunque cambiemos de comunidad. No os dejamos solos. Os llevamos en el corazón, que ya sabéis que late al ritmo del tambor alcañizano. Damos gracias a nuestra comunidad parroquial, porque siempre hemos vivido intensamente unidas a ella a través del tiempo. Pero hoy, especialmente: ¡gracias por el mimo con que han preparado esta Eucaristía! Han sabido transformarla en una verdadera fiesta de acción de gracias a Dios, Uno y Trino. Gracias a las tres comunidades de hermanos y hermanas que hoy, como siempre, nos acompañan. Como diría San Pablo a los Corintios, «estamos unidos para vida y para muerte».
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Gracias al Ayuntamiento que en el año 1593 gestionó, lleno de fe, nuestra fundación. Siempre nos han prestado su ayuda y protección generosamente. Y también agradecemos la atención eficiente y respetuosa recibida en el resto de organismos e instituciones privadas y públicas, particularmente del Hospital de Alcañiz y del Centro de Salud. ¡Gracias! Que Dios les ayude a creer, a esperar, a amar con coherencia, firmemente asidos, con el Rosario, a la mano de nuestra Madre, la siempre Virgen, Nuestra Señora de Pueyos».
Cada una de estas intervenciones, al final de la Eucaristía, fue calurosamente aplaudida. Ese cariño se desbordó luego en la hora siguiente, en la puerta del Templo, donde tantos amigos manifestaron largamente su pesar por esta despedida.
Acompañadas por hermanas y algunos familiares, regresamos al Monasterio, ya sin clausura... Luego de disfrutar de una comida de bocadillos, cerramos definitivamente nuestra casa y nos encaminamos en varios coches al Santuario de Nuestra Señora de Pueyos para despedirnos, emocionadas, de la Patrona tan amada de la ciudad de Alcañiz, que abandonamos siguiendo unánimes la inspiración del Espíritu Santo. Ya en Zaragoza, nos dirigimos en primer lugar al Monasterio de Ntra. Señora de la Esperanza, donde nos recibieron con las campanas echadas al vuelo. Allí, después de un breve refrigerio, las monjas de la desaparecida comunidad de Alcañiz nos separamos, con dolor y esperanza. Sí, es este un signo del paso pascual que hemos vivido, misterio de muerte y vida. Seis de las monjas partieron para integrarse al Monasterio de Santa Inés. Las otras diez las despedimos sabiendo que esta separación, por amor a Dios y a la Federación, no es división, es un gesto fraterno que agrada a Dios Padre, es una realidad destinada a sembrar la Vida en la Federación, en la Iglesia, la paz y la salvación del mundo entero. Santo Domingo de Guzmán, de Zaragoza Al día siguiente, lunes 28 de julio, en un marco distinto, en la celebración de las Vísperas, y en la casi total intimidad, se realizó la supresión de la Comunidad de Nuestra Señora de la Esperanza, fundada en Alfaro en el año 1500, para dar paso a la erección, en el mismo edificio, del nuevo MONASTERIO DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN. Por la tarde, a las 18,00 horas las monjas realizamos un Capítulo, donde la Madre Federal, sor María Teresa de Jesús nos leyó el documento por el cual nombra su Vicaria al frente de la nueva comunidad, a sor María Inmaculada Franco Martínez, op. Luego nos exhortó a seguir construyendo la unidad en la caridad, afirmando que el amor, «aunque no se sienta, es una decisión de la voluntad» que debe animarnos constantemente.
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La celebración de Vísperas, a las 19,30 horas, presidida por el Sr. Vicario General de la diócesis, D. Francisco Martínez García, contó con la presencia del capellán, D. Eduardo Carrasco, de los hermanos dominicos, fray Miguel Sureda Sureda y fray Jesús Azagra Dúcar y de algunos amigos. Fue numerosa y alegre, la presencia de las hermanas de Santa Inés. Luego de leídos los rescriptos de supresión y de erección respectivamente, D. Francisco leyó la lista de las monjas que integran la nueva Comunidad. Realizada la Lectura breve, D. Francisco, nos dijo que «yo sueño con que este Monasterio,
que recobra la titularidad de su fundador, sea un rescoldo de amor a los hombres, una encarnación de Cristo donde vosotras os sumerjáis en Él».
Agregó que Dios utiliza siempre la pedagogía de lo débil. Y siempre se siguen realidades nuevas, pues es preciso renovarnos. A veces la misma vida se encarga de renovarnos cuando nosotros no nos prestamos
voluntariamente. En la Lectura breve, se repiten las palabras conocimiento, sabiduría, inteligencia. «Entendí no entendiendo», pues no es lo mismo discernir que ser iluminados por Dios. Con esa Luz hemos decidido formar dos comunidades nuevas, suprimiendo tres. Después de felicitarnos, nos animó a recordar que el número de monjas no hace un monasterio, « ¡una Comunidad la hace la fuerza del Amor!». Cristo quiso hacernos a todos contemporáneos de su entrega y su salvación, y cristalizó su Presencia en la Eucaristía. Cristo vive, está hoy en el mundo como lo estuvo ayer y lo estará siempre. Somos sus contemporáneos. Así como un día el Verbo tomó a Jesús, hoy nos toma a nosotros para que seamos visibilidad de Dios. Cristo está presente para darse y para que nos demos. No se puede celebrar la Eucaristía sin compartirse. «Vosotras sois las especialistas de ese Amor. Sois testigos del futuro
anticipado, prestáis un servicio de maternidad espiritual. Vivir la vida religiosa con pasión es lo único que autentifica la fe. Amad al mundo desde vuestra clausura, con un amor alegre en las dimensiones más profundas del hombre: virginidad de la ilusión, testigos de lo infinito. Que Cristo sea vuestro amor, que Cristo sea vuestra pasión. Mi vivir es Cristo. Recordad que cristiano es aquel que se consagra a la alegría de los demás, es el que ama a los hombres con el mismo amor con que ama a la Eucaristía.».
Santa María del Pilar, de Zaragoza Al día siguiente, martes 29 de julio de 2008, se realizó la última etapa en la constitución del Proyecto Federal de Aragón. Por la tarde las monjas celebramos un Capítulo en el que la Madre Federal nos leyó el nombramiento de su Vicaria en la persona de sor María José Almárcegui Lobera op, dirigiéndonos después una entrañable exhortación a la unidad.
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A las 18,30 comenzaron las Vísperas, presididas por el Vicario General de la archidiócesis de Zaragoza, D. Francisco Martínez García, contando además con la presencia de nuestro hermanos, fray Miguel Sureda Sureda op, y fray Jesús Azagra Dúcar op, de la Comunidad Cardenal Xavierre, y con la presencia de varias monjas del nuevo Monasterio de Santo Domingo de Guzmán y de otras personas amigas. En ese marco de serena oración, nuestro Vicario General dio lectura a los dos rescriptos: uno por el que se suprime el Monasterio de Santa Inés, virgen y mártir, después de 708 años de existencia en la ciudad de Zaragoza, y otro por el que se erige, en el mismo lugar, el MONASTERIO DE SANTA MARÍA DEL PILAR. Después leyó la lista de las monjas que pasan a integrar la nueva comunidad. Seguidamente, D. Francisco compartió con nosotras su pensamiento acerca de que «en la
Iglesia nada muere, pues se sigue cumpliendo un misterio de permanente actualización, aún en estos momentos en que vivimos una crisis de la Esperanza. ¡Detrás de Cristo no hay nada! La eternidad está injertada en el tiempo». Afirmó que «se pierden cosas efímeras que la condición psicológica puede superar. Dios, para demostrarnos su amor omnipotente ha seguido siempre la pedagogía de lo pobre, de lo sencillo. Pedagogía difícil de aprender. El mismo Dios se despojó y encarnado se volvió a despojar. Sabiduría de la Cruz: encontrar el sentido no basado en el poder…, no querer estar nunca por encima de…, amar en la humillación… Cristo murió en la Cruz y demostró un amor inédito, que ama apasionadamente a los pecadores. No protestar. No quejarnos. Un gran amor es la Cruz que empequeñece el dolor. En muchas épocas de la Iglesia hay crisis. El pequeño rebañito es “re-insurgente”. La reducción de lo pequeño es su gloria: «Yo estaré contigo». De tres comunidades hacemos dos. Eso es un dato positivo, porque lo hacemos en las manos de Dios. El carisma dominicano está llamado a sobrevivir, porque los Predicadores fueron fundados por Santo Domingo en tiempos de crisis de la Iglesia, cuando la herejía amenazaba la paz y la estabilidad de la Iglesia. Embrujo de los Santos: con él surgió una teología arrodillada que hace posible la presencia de la Palabra viva que es Cristo. El Dios que la inspiró, inspira la Predicación, siempre la Orden será pionera en la Evangelización. Un carisma en torno a la Evangelización de los pueblos, un servicio callado que no muere. Hemos hecho una opción de eternidad. Es preciso que haya gente que organice evangélicamente su corazón. Cristo nos hace contemporáneos de su entrega, incandescencia de su amor. No es posible la manducación de la Eucaristía sin la manducación de la Palabra. Lo que en el Pan es Vida, en la Palabra es Luz. Que quienes vengan aquí, penetren en una dimensión nueva de la Eucaristía y de la Palabra. La Eucaristía es un morir de amor, haciéndonos pan para los hermanos. Somos lo que recibimos. Hemos sido elegidas para revelar a Dios con el testimonio de una vida alegre y dichosa. Tenemos la ocasión de visibilizar a Dios».
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Terminó sus palabras, con el deseo de que la Virgen María nos aumente el deseo de engendrar a Cristo en las almas.
EPÍLOGO Y aquí termina la crónica de la primera parte del Proyecto Federal en Aragón. Al redactarla debemos aclarar que una de nuestras hermanas, Sor Mª Teresa Cubero Rico, que siguió desde su lecho de enferma la erección de la nueva comunidad de Santo Domingo, hoy intercede desde el Cielo por nosotras, junto con otras cinco hermanas recientemente fallecidas y que formaban parte de este Proyecto. Comienza la etapa actual, la de la vivencia enamorada de cada una de las monjas de las dos nuevas comunidades. Estas son las súplicas y alabanzas que surgen ahora de nuestro corazón de monjas dominicas:
Te pedimos, Señor nuestro Jesucristo, que tu Presencia resplandezca en la unidad de estas nuevas comunidades. Te suplicamos, Señor Nuestro Jesucristo, que tu Espíritu Santo fortalezca en nosotras la obediencia humilde y el amor fraterno. Te alabamos, Señor nuestro Jesucristo, porque nos has elegido especialmente y desde toda la eternidad a cada una de nosotras para formar estas nuevas comunidades. Te agradecemos, Señor Jesucristo, porque nos rodeas de paz y alegría en este tiempo de gracia al iniciar juntas esta nueva vida fraterna que sólo busca tu gloria y la salvación de la humanidad. Te alabamos, Señor Nuestro Jesucristo, por la vida tan generosamente entregada de las seis hermanas que ya gozan sin velos de la belleza de tu Rostro. Escucha siempre su intercesión por estas nuevas comunidades.
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NUEVA FUNDACIÓN..... EN CATALUÑA Despedida de las hermanas de Vic (Barcelona) Salimos del Monasterio de Ntra. Sra. de los Ángeles de Sant Cugat del Vallés (Barcelona), hacia el Monasterio de Santa Clara de Vic, a las 16,15 horas, M. Federal, Sor Mª Teresa de Jesús Gil; M. Priora de Sant Cugat, Sor Mª Carmen Horrillo; Sor Dolores Mª Gallego y Sor Mª Jesús Izquierdo. Sor Mª Carmen Horrillo conducía el coche, era una tarde espléndida, gozamos de las montañas que nos hablaban de las maravillas de Dios, todo el trayecto. ¡Qué grande eres, Señor, cuántas obras hermosas y magníficas has hecho…! Llegamos a Vic a la hora prevista. Las monjas de Santa Clara nos recibieron con mucha alegría, sólo ellas podrían contar lo que llevaban en el corazón, tanto lo vivido en la comunidad y en la ciudad de Vic, como en el momento de dejarlo todo. Lo cierto es que estaba todo muy bien preparado. Aún tuvimos tiempo de recorrer el jardín y contemplar una bella escultura de Ntro. Padre Domingo que a todas nos cautivó y que deseábamos trasladar a la nueva Casa. La Eucaristía comenzó a las 19 horas. Nos acompañaban muchas religiosas de vida activa, entre ellas las Hermanas Dominicas de la Inmaculada, conocidas como las «dominicas de Jarauta», autoridades de la ciudad y un gran número de conocidos y amigos, pues las hermanas son muy queridas en la ciudad. La Eucaristía fue presidida por el Sr. Obispo de Vic, Mons. Romá Casanova, y los cantos fueron interpretados por la coral de Vic, tocando el órgano del monasterio, Mª Carmen, organista del Santuario de Ntra. Sra. de Nuria. M. Mª Araceli Abós, hizo una monición de entrada dando la bienvenida a todos los asistentes y agradeciendo su presencia. Dijo así: «Bienvenidos todos. Hoy es una jornada histórica para el Monasterio de Santa Clara. La preside para realizar el decreto de la Sta. Sede, nuestro Sr. Obispo y nos honran con su asistencia las autoridades locales, las de nuestra Federación y tantos amigos y bienhechores que habéis querido acompañarnos. Gracias. En 1956, el Monestir de la Mare de Deu dels Angels, de Barcelona, envió un pequeño grupo de monjas para fundar en la ciudad de Vic una comunidad de dominicas, y lo hizo en un monasterio que fue antes de clarisas. Fue dar un pedazo de vida para que naciera otra vida en Osona. Hoy, se va a clausurar esa fundación y va a retornar a su origen, el que fue Monestir dels Angels, actualmente ubicado en Sant Cugat del Vallés, que se clausura también. Ambos mueren, el fundador y el fundado, pero la vida sigue brotando, pues se une otro más, el de Palma de Mallorca, cuya titularidad —Santa Catalina de Siena—, también muere, y se integran en una nueva fundación que se llamará de Sant Doménec de Guzmán, el fundador de las monjas dominicas en el año 1206, cuyo octavo centenario nos movió a apostar de nuevo por la vida, aunque —como el grano de trigo enterrado en el surco, han de morir— para llegar a espiga bien granada. 13
Todos vais a ser testigos de este proceso vital. También de una espiga se hizo pan que vamos a comer todos dentro de poco y que es Jesucristo, Camino, Verdad y Vida. Ese alimento nos dará fuerza y nos mantendrá unidos a este Vic querido, entrañable, donde dejamos tanto bien recibido y siempre recordado. La oración no tiene lugar determinado, ni espacio, ni tiempo, lo cubre todo, lo une todo y lo beneficia todo, como Aquel a quien se dirige, por eso en Él seguiremos unidos y queriéndonos, y beneficiándonos con su gracia, que nos llegará en directo, cada día, gracias a Él. Por eso esta Misa, más que de despedida es de lazo eterno entre todos y con todos». El Sr. Obispo, en su homilía dio gracias a Dios por el don de las hermanas en la ciudad de Vic: «Ha sido un don de Dios la presencia de la Comunidad de hermanas dominicas en esta ciudad, desde aquel lejano 1596 hasta hoy, en diferentes lugares, desde el antiguo Monasterio de Santa Clara el viejo, al de la calle Manlleu, y en este de la plaza de Malla desde 1939. Ha sido una respuesta de siglos con la continuidad de la comunidad…». Pidió también perdón por no haber trabajado lo suficiente para potenciar el monasterio con nuevas vocaciones y expresó su deseo y su esperanza de que «otra generación de Vic, tenga el gozo de celebrar, en nuestra ciudad, la apertura de un nuevo monasterio dominicano». Llegó el momento de leer el decreto de supresión del monasterio de Santa Clara. El dolor era muy grande, pero también lo era la paz del corazón… Es un paso del Señor, lleno de gracia y de esperanza. Al terminar la celebración y después de agradecer una vez más a todos los presentes su asistencia, M. Mª Araceli les obsequió con un sobre que contenía una estampa de Virgen de la Buena Suerte, de mucha devoción en Vic; una reliquia de San Martín de Porres y la nueva dirección de la Comunidad, en Sant Cugat del Vallés (Barcelona). Y después se invitó a todos a un refrigerio, en el locutorio, donde pudieron dialogar con las hermanas y expresarles su cercanía y cariño. Sin duda Sor Mª Lourdes Sala, —cuyos restos descansan en la iglesia del monasterio—, desde Dios, nos acompañó en todo nuestro caminar; de su intercesión esperamos mucho, ella que vivió su entrega incondicional al Señor nos ayuda en estos momentos que requieren valentía y fe, ¡sabemos de quién nos hemos fiado! Al día siguiente recibiríamos en Casa, su nueva Casa, a nuestras hermanas de Vic, con los brazos abiertos.
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SANTO DOMINGO DE GUZMÁN, Funda un Monasterio a principios del Tercer Milenio en Sant Cugat del Vallés (Barcelona)
Me ha parecido oportuno titular así la Crónica del nacimiento de nuestro Monasterio, porque reflexionando sobre todos los acontecimientos vividos, así parece ser a todas luces. La luz de Dios suele ser a veces tan potente que deslumbra. Algo de eso nos acontece. Pero su forma de actuar y hacerse presente es la suavidad. Santo Domingo, sin duda, ha conducido a todas las hermanas por aquella senda de persuasión, constancia y paciencia, convenciéndonos con la autoridad de su santidad, ilusionándonos a «llevar vida religiosa y bajar las escaleras de la humildad», renovando la ilusión de aquel comienzo juvenil, y todo con una confianza absoluta en el Señor, porque: « ¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables son sus caminos! Porque de Él, por Él y para Él son todas las cosas». (Rom 11, 33. 35). Aun sin concluirse el año, después de aquella reunión en la que la M. Federal, Mª Teresa Gil, convocó a las monjas de Cataluña-Baleares en el entonces Monasterio de Ntra. Sra. de los Ángeles, —11 de julio de 2007—, la Santa Sede nos concedió el Decreto de Erección Canónica del Monasterio y la supresión de las tres comunidades que íbamos a formar parte —como fundadoras—, concretamente el 29 de mayo. Cada Comunidad fue recibiendo el Decreto de Supresión en fechas sucesivas. El Obispo de Mallorca, D. Jesús Murgui, firmó el Decreto de Supresión, el 11 de julio, festividad de San Benito, Patrono de Europa y Padre del monacato en Occidente, un año justo después de aquella reunión. En esa misma reunión ya se soñó con el nombre de la nueva comunidad de Predicadoras. Otras hermanas sugirieron que para la próxima fiesta de Santo Domingo estuviésemos reunidas, cosa que, en parte, así fue. Cada una de las tres comunidades se fue despidiendo de sus respectivas Diócesis, según conveniencia y posibilidades de cada Obispo. Pareció bien para la Erección Canónica de la Comunidad de Santo Domingo de Guzmán elegir la fecha del 2 de agosto. Las hermanas se desplazaron de Vic el día anterior. Las hermanas de Mallorca llevábamos otro ritmo más lento, y fuimos en representación de todas, Sor Mª Fátima Alomar y Sor Mª Rosario Botella. La Madre Federal llegó también el día anterior. La encontramos feliz, sonriendo. Recientemente estuvo acompañando a nuestras hermanas de Aragón que han dado los mismos pasos que nosotras y allí estuvo ella junto a todas las hermanas, cuidando todos los detalles, apoyando con su presencia aquellos momentos decisivos. Se lo agradecemos, porque nosotras también lo hemos visto. Siempre ha estado a nuestro lado. Ha sido muy generosa. Gracias.
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Desde el primer momento de nuestra llegada vimos discurrir serena la alegría, esa que brota, generosa, de la obediencia de la fe. A la hora prevista y acordado ya el ceremonial, la Comunidad en forma procesional salió del monasterio cantando el salmo 121: «Qué alegría cuando me dijeron: ¡vamos a la casa del Señor!». La Eucaristía tenía un sabor especial, algo de largo alcance que se escapaba a nuestros pobres ojos, y a la intuición del corazón humano, seguras, sin embargo, de que esta obra estaba en buenas manos. No podíamos menos de pensar en los afanes del Obispo Diego y de Domingo, con las hermanas de Prulla, y más tarde, él solo, en su laboriosa y paciente obediencia al Papa, de reunir a las hermanas romanas en un monasterio. Todas conocemos cuánto costó aquella obra. Acaso, ¿no estaría ahora Domingo entre sus hermanas que no habían escatimado esfuerzos para secundar la respuesta que el Señor esperaba de nosotras? Sin duda que sí. Y hacia él se dirigía la plegaria de nuestro corazón: «Cumple, Padre, lo que prometiste, socorriéndonos con tus plegarias». Con nuestro Obispo, Mn. José Ángel Saiz Meneses, concelebraron el Vicario General de la Diócesis, Mn. Fidel Catalá Catalá, su Secretario personal, Mn. Manuel Coronado Porcillo. El Secretario personal del Obispo de Vic, Mn. Oriol. El P. Gabriel Bauzá, OP. y un estudiante dominico.
Antes de dar comienzo a la Eucaristía, el Obispo de Terrassa, Mn. José Ángel Saiz Meneses, leyó el Decreto de Supresión del Monasterio de Ntra. Sra. de los Ángeles y Pie de la Cruz, y el Decreto de Erección Canónica del Monasterio de Santo Domingo de Guzmán en Sant Cugat del Vallés (Barcelona), y nuestra pertenencia a la Federación de la Inmaculada. Somos ahora la comunidad más joven de la Federación. Terminada la lectura de los Documentos mencionados, se concluyó con un vivo y apretado: «Demos gracias a Dios». Todos los esfuerzos de nuestros Superiores —cómo no recordar a Fr. Carlos, Maestro de la Orden, que con tanto tacto y amor fraterno nos ha acompañado. Todas conocemos algo de lo mucho que ha trabajado a favor nuestro, pero no menos podemos decir del P. Vito que durante tantos años ha sido nuestro Asistente, tampoco él ha ahorrado esfuerzos ni sacrificios por la Federación, ni la M. Inmaculada Franco que también, incansable, estuvo al servicio de todas y cada una, velando por el bien de la Federación, imposible no pensar en todos los pasos dados con anterioridad valiente y pacientemente—, que secundando el sentir de la Iglesia, acababan de cristalizar. La palabra dada, en la vida del día a día; la responsabilidad de dejar a la gracia ser fecunda en nuestras vidas, pasaba a nuestras manos. Pero no tememos, porque no nos sabemos solas. Concluida la Eucaristía, nuestro Obispo accedió bondadoso y feliz, a bendecir las dependencias de la Casa. Todos los que nos acompañaron en este día memorable pasaron al comedor de la Casa de oración a tomar un refrigerio muy bien presentado, hacía calor. Poco a poco nos fuimos quedando solas. La alegría confiada afloraba entre nosotras, sobre todo la paz de haber dado una respuesta al Señor que reorientaba la historia de nuestras
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comunidades y les marcaba un rumbo claro: vivir con total fidelidad la gracia del carisma, al servicio generoso de la Palabra de Dios, desde nuestra vida contemplativa, teniendo como centro la celebración litúrgica, la oración personal, la lectio divina, la orientación de todo a la evangelización, a que el Evangelio sea conocido y aceptado a lo largo y ancho del mundo. Lo nuestro, lo profesado, el ser Hermanas Predicadoras, pero de modo nuevo. También el refectorio se vistió de fiesta. Santo Domingo lo hubiera hecho igual, pasándonos la copa de vino que no se acaba... Nosotras regresamos a Mallorca al día siguiente y les contamos a las monjas todo lo que habíamos visto y oído.
HOMILÍA de
Mons. José Ángel Saiz Meneses Queridos sacerdotes concelebrantes, P. Prior, monjas Dominicas de este Monasterio recién constituido canónicamente de Santo Domingo de Guzmán, religiosos, hermanos y hermanas, familiares y amigos, laicos que participáis en esta Eucaristía: Hoy es un día grande e importante, me parece que el salmo 125 resume bien el sentimiento que nos embarga: «El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres». Ese es nuestro sentimiento. Esa es nuestra actitud. Podemos decir que el Señor ha estado grande con nosotros, estamos alegres porque nos ha ayudado a resolver las dificultades y —Él mismo ha llevado a cabo como una nueva creación, no es una fusión—, eso lo hablábamos en el obispado: de tres Monasterios, de tres Comunidades, ha resultado una nueva creación, una nueva realidad, y esto es importante para que lo tengamos en cuenta, para comenzar de nuevo y para ser conscientes de que el Señor hace nuevas todas las cosas. Comenzamos de la mano de María, hoy celebramos una fiesta mariana, Nuestra Señora de los Ángeles, y hemos escuchado el relato de la Anunciación en el Evangelio. La oración colecta nos hablaba también de nuestra relación filial con María, yo quisiera decir una breve palabra sobre cómo hemos de vivir esa relación y cómo hemos de fijarnos en María en todas las circunstancias en las que nos toque vivir. A veces hacemos discursos muy derrotistas, muy pesimistas… y eso no es cristiano ni es evangélico, porque está falto de esperanza. Puede haber circunstancias de cambios, según los tiempos y lugares, pero no podemos nunca nosotros hacer un discurso derrotista jamás. Por un lado yo diría que debemos fijarnos en María que es siempre modelo y referencia, y vivir nuestra relación filial respecto a Ella. En la Anunciación, el momento más grande de la historia, Dios, el Eterno, entra en el tiempo, el Infinito, se hace finitud y se encarna, haciéndose igual que nosotros en todo, excepto en el pecado. El Omnipotente, se hace debilidad.
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Es el momento crucial de la historia, y María con toda confianza se abandona en manos de Dios y da un sí, que debe ser la actitud de todo discípulo suyo, y de todo hijo suyo, por eso nosotros también hoy tenemos que dar un sí en esta nueva etapa que comenzamos. Ella es consciente de que acepta el plan de Dios, y su vida, de alguna manera, se le complica a partir de entonces y comienza un camino de fe, que ya el capítulo VIII de la “Lumen Gentium” recoge muy bien, y lo mismo la encíclica “Redemptoris Mater” de Juan Pablo II, que trata admirablemente el camino de fe de María. Ella tuvo sus dificultades, sus oscuridades, sus problemas… Pero se mantuvo siempre fiel a la palabra dada al Señor y confió siempre en el Señor que la llamó a esa misión tan importante de ser la colaboradora principal de Cristo en la obra de la salvación. Por tanto ha de ser siempre como una referencia muy actual para nosotros que a veces también pasamos por dificultades personales, o dificultades institucionales, que nos pueden dar la sensación de que no podemos resistir o de que nos quedamos solos… Confiar siempre en Dios, y mantenernos fieles y firmes a la palabra dada. Y todo ello no sólo contemplando el ejemplo de María sino viviendo nuestra filiación, en el día a día: hijos de Dios e hijos de María. Hijos de María. Eso es muy importante. Porque eso es lo que nos da seguridad y confianza. Cuando en una casa un niño pequeño está en su habitación trabajando o jugando, y su mamá está en la cocina o por la casa trabajando, haciendo sus tareas, el niño no necesita repetirse a cada momento: «Mi mamá está en casa, mi mamá está en casa», pero él tiene conciencia de que no está solo. Su mamá está en casa y no le va a pasar nada, porque si tiene algún problema acudirá a su madre, que se lo resolverá. Pues algo así nos ha de pasar a nosotros en nuestra vida, dentro de la imperfección de los ejemplos, pero que nos pueden ayudar. María está presente en nuestra casa, en nuestra vida. María siempre está presente, y por eso no hemos de temer y hemos de afrontar el futuro siempre con esperanza, con confianza y de la mano de María, Madre que nunca falla y que nos acompaña en el camino y es Maestra que nos enseña también. Por eso le pedimos al Señor que nos ayude a crecer en conciencia filial respecto a María. Que seamos dignos hijos y discípulos de esta Madre. El Papa Benedicto, en la encíclica sobre la Esperanza habla de que necesitamos en nuestra vida estrellas que nos señalen el camino y que nos guíen. La Estrella, la Luz, es Cristo. Pero participando de la luz de Cristo, hay también otras estrellas: los santos, y especialísimamente, María. En segundo lugar yo haría también una referencia al Patrono de este Monasterio que acaba de nacer, a Santo Domingo. Hay un aspecto que a mí me gusta mucho, y me llama la atención de él y de algunos otros fundadores. Yo recuerdo —aquí en intimidad y en familia lo puedo explicar—, cuando estaba en el seminario en la época de estudio y de formación, los dos santos a los que tenía como más devoción, —devoción a todos, pero siempre hay como una mayor cercanía—, eran Santo Tomás de Aquino y San Juan de la Cruz. Uno por la parte, digamos, más académica e intelectual, y el otro por la espiritualidad. Una vez entrado en la vida activa, en el apostolado, en el ministerio sacerdotal, para mí cobra mayor importancia, por ejemplo, San Pablo, que es el primer gran evangelizador, y el que en el siglo primero y con los medios de trasporte y de comunicaciones de aquella época, evangeliza la cuenca del Mediterráneo. Y también cobran como más peso, los grandes fundadores: Santo Domingo, San Ignacio, San Juan Bosco… estas personas que han dado
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respuesta, en un momento de la historia y de la Iglesia, a las necesidades concretas, siguiendo —claro está— el don de Dios y la llamada de Dios. La figura de Santo Domingo es grande, es importante, yo subrayo este aspecto: en un momento dado de la historia y de la Iglesia, él capta las necesidades, el Espíritu Santo le ilumina para que las capte, el Señor lo llama, pero él responde a lo que la Iglesia necesitaba en aquel momento concreto. Este verano pasado tuve la gracia de visitar Caleruega, estuve en aquellos lugares santos para los dominicos y dominicas y de alguna manera hice alguna reflexión sobre su figura y su significación en aquel momento de la historia y en el momento presente. Este Monasterio, esta Comunidad, ¿a qué está llamada, en esta joven Diócesis, en esta Europa Occidental, en esta España también secularizada…? Si el corazón de la Diócesis es el Seminario, las comunidades contemplativas son también el corazón de la Diócesis. La primera actividad pastoral es la oración. Y por eso las Comunidades contemplativas desempeñan un papel importantísimo en la vida diocesana y si las cosas van avanzando es porque hay muchas personas que rezan. Las otras ayudas, las materiales, son sustituibles, la oración es lo más importante, es la clave, es el corazón. Pidamos al Señor por esta comunidad de vida contemplativa que comienza con veintisiete miembros. Es grande, es importante, es bello este comenzar. Que Dios les conceda vivir intensamente esta vocación, vivir apasionadamente esta vocación, y comenzar de nuevo ahora. Y den respuesta, también, como hizo Santo Domingo en su momento y en su vida, a la llamada del Señor; una respuesta significativa, que sea fecunda y que ayude a evangelizar esta iglesia local nuestra. Un tercer punto y con esto acabo. Tenemos mucha esperanza, también, en un renacer vocacional. Decíamos que no conviene ni es aceptable un discurso derrotista. En el aspecto vocacional, ¿a qué hemos de aspirar...? ¿Es que el Señor ya abandona a su Iglesia, o es que ya no está llamando a los jóvenes…? No, el Señor sigue llamando. El problema de los jóvenes o de los adolescentes, en este tema vocacional, será, si acaso, de sordera. ¿En qué va a consistir nuestra pastoral juvenil? Pues simplemente en ayudarles a vivir intensamente su vida como personas y como cristianos, y a hacer un poco de silencio, interior y exterior, y a madurar en la fe, y como llegará el momento de elegir un estado de vida, que cada uno escuche la llamada del Señor, que posiblemente a la mayoría llamará para el matrimonio, pero habrá una parte que llamará para el sacerdocio, para la vida consagrada, para la vida contemplativa. Yo tengo mucha esperanza de que en la Diócesis habrá un renacer vocacional. Y eso ya se va viendo —gracias a Dios— en el seminario, pues llevamos el tercer curso, y en cada curso ha entrado un grupo de seminaristas, un grupo de candidatos. Pues lo mismo ha de pasar en la vida activa y en la vida contemplativa, ésa es mi esperanza, y no son palabras más o menos bonitas dichas en un día especial como éste, para dar moral a la comunidad, no, lo creo firmemente, profundamente, y confío en el Señor, y estoy convencido, pero todos nos hemos de aplicar con mucha fe, con mucha esperanza, y lo hemos de pedir al Señor, y a la vez hemos de vivir con tal intensidad que nuestra vida sólo sea explicable desde el seguimiento de Cristo y del Evangelio, y lo hemos de vivir con tanta firmeza que provoquemos preguntas en los jóvenes, que se pregunten qué es lo que explica una vida tan distinta a la que 19
la sociedad de consumo nos ofrece, y entonces podremos ofrecer una respuesta y decir: «Es que el Señor es el lote de mi heredad y mi copa, me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad». Como Cristo vive en mi corazón, no hay nada ni nadie en el mundo que lo pueda llenar. Él me ha llamado y yo sigo su llamada, me da una plenitud afectiva y una plenitud en todos los sentidos, que llena totalmente mi existencia. Y eso se vive en las misiones, en la vida activa, en una ciudad, o tras los muros de un convento. La llamada de Cristo es tan fuerte, y el encuentro con Cristo fascina de tal manera y atrae de tal manera, que nada ni nadie puede ofrecer algo parecido. Por eso pidamos al Señor también para que esta nueva realidad que hoy comienza se vea enriquecida por nuevas vocaciones que vayan hermoseando a la Iglesia, que vayan también haciendo crecer la Comunidad. Se lo pedimos al Señor por intercesión de Santo Domingo, titular de este nuevo Monasterio, y también por intercesión de María, nuestra Madre y Maestra. Que así sea.
UN PROYECTO QUE COMIENZA A SER REALIDAD PALMA DE MALLORCA
El traslado de nuestras hermanas impedidas, desde Palma de Mallorca al nuevo Monasterio de Santo Domingo en San Cugat del Vallés (Barcelona), se tuvo que hacer en una avioneta. El día elegido: el 17 de septiembre. Preparamos todo el equipaje con gran cuidado y detalle. Terminada la Misa conventual el P. Braulio González, op. subió a la enfermería y dio la bendición a las hermanas que en breves momentos saldrían de viaje. Para ello recitó una oración del libro de la Orden en la que se oraba por la citada intención. Sor Mª Francisca Devis, con su sonrisa habitual que la caracteriza, acogió la noticia del traslado con gozo y serenidad. A las 9 horas ya estaba en Casa la ambulancia que nos llevaría al aeropuerto. Acompañó a Sor Mª Francisca, Sor Mª Fátima y Pablo el ATS. Llegados al lugar de embarque nos esperaban el piloto y copiloto. Tras un saludo muy cordial de bienvenida, introdujeron a nuestra hermana en la avioneta. Pablo se dispuso a tomarle la tensión y vigilar su estado de salud. Enseguida entablamos una agradable conversación sobre su trabajo, su familia… Al ser la avioneta de pequeñas dimensiones pudimos contemplar muy bien el paisaje y dar gracias al Señor por sus maravillas. Hacía un sol espléndido. El copiloto nos preguntó si estaba bien la temperatura del avión a lo que respondimos afirmativamente. Casi sin darnos cuenta, ya estábamos en Barcelona. Nos esperaba la M. Dolores Mª Gallego, nuestra Vicaria, con la ambulancia. Pablo nos indicó que nada más llegar al monasterio iría a buscar a las
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otras hermanas. Sor Mª Dolores viajó a Palma para acompañar a la última viajera, gesto que la Comunidad agradeció enormemente. Hacia las tres de la tarde llegaba Sor Mª Ascensión con Sor Mª Rosario Botella, que nos refirió que Sor Mª Ascensión se dio cuenta de que algo pasaba y que en un momento se le saltaron las lágrimas, Sor Mª Rosario, como fiel acompañante, la tranquilizó. A las 8 de la noche llegaba al nuevo Monasterio de Sant Doménec, la última viajera, Sor Mª Victoria, acompañada de la Madre Vicaria. ¡Ya estaban las tres hermanas en Casa! En la recreación era patente la alegría de todas. Gracias a Dios todo había ido muy bien, un viaje inmejorable. Nos atendieron espléndidamente. Pablo al despedirnos nos dijo que se sentía muy contento de habernos conocido y de que las hermanas estuvieran tan bien cuidadas. La Madre nos dijo que conversando con el copiloto le contó que tenía una tía monja dominica, y resultó ser Sor Isabel Lora, del Convento de Nuestra Señora del Rosario de Daroca. Sor María Fátima Alomar, op.
Sor María Fátima me pasa la pluma para que continúe narrándoos cómo fue la salida de nuestro querido convento de santa Catalina de Siena de Palma, casi en vísperas de celebrar los 350 años —concretamente el 4 de diciembre de 1658—, de la llegada de las cuatro fundadoras procedentes del convento de santa Catalina de Siena de Valencia, tras una travesía muy azarosa debido a un fuerte temporal, a punto estuvo el barco de zozobrar. En el archivo se conservan cuidadosamente los documentos previos, y la carta del P. Provincial, concediendo los debidos permisos para iniciar la fundación que nació precisamente porque los estudiantes dominicos del convento de santo Domingo de la ciudad representaron la vida de santa Catalina. La vida de la santa sienense impresionó mucho a la sociedad mallorquina de la época y a partir de este hecho surgieron —una tras otra—, varias iniciativas que consolidaban la incipiente devoción que los palmesanos profesaban a Catalina de Siena. Al frente de los proyectos estuvieron los Padres dominicos, P. Julián Font y Roig y el P. Miquel Sorell. La cercanía de esta fecha junto con los eventos vividos que preparaban nuestra marcha marcaron fuertemente nuestro ánimo, haciéndonos reflexionar sobre el sentido de esta nueva puesta en marcha de las diez hermanas que formábamos la comunidad, porque dar el paso —a ninguna de vosotras se le oculta— ha sido costoso, entonces: ¿Cómo leer este acontecimiento de gracia en definitiva, para nosotras, a la luz del aniversario de la llegada de las primeras monjas fundadoras, cuando estábamos a punto de clausurar lo que ellas con tanto esfuerzo habían levantado, es decir, una casa de predicación?... Creímos ver a la luz de la fe que aquélla semilla que ellas depositaron en la tierra de la iglesia que peregrina en Mallorca, no moría. Habíamos escuchado la voz del Señor que nos hablaba a través de los acontecimientos, de las hermanas, de nuestros Superiores,
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a través del sentir de la Iglesia. Se nos indicaba una ruta a seguir, un terreno donde trasplantar aquel retoño del árbol de Domingo, se nos decía: «Sal de tu tierra, y ve a la tierra que Yo te indique...» Aunque difícil, era un paso simple, se trataba de retomar una nueva dirección en el camino que antaño tomaron las fundadoras, se trataba de hacer lo mismo, implantar la vida. El día 18 de septiembre llegó M. Federal. El día siguiente era el día de la despedida de Palma, el Padre Antonio García, Asistente Religioso de la Federación, llegó a mediodía. Nuestra Vicaria envió en representación suya y de la Comunidad de Santo Domingo a Sor María Araceli Abós y a Sor Mª Carmen Horrillo. Muy puntuales se presentaron en nuestra iglesia el Archimandrita Makary de la Iglesia Ortodoxa del Patriarcado de Moscú, junto con otro miembro de su iglesia. Eran aproximadamente las 20 horas cuando llegó nuestro Obispo, D. Jesús Murgui, que saludó afectuosamente a la Madre Federal y todas las hermanas. Se hicieron presentes algunos periodistas, D. Jesús posó con agrado con las monjas, quiso estar entre todas. Puntualmente comenzó la procesión hasta el altar, de nuestro Obispo con todos los concelebrantes, doce presbíteros, entre ellos el Vicario General, D. Lluc Riera, nuestros hermanos dominicos, P. Braulio González, nuestro capellán, y Fr. José Manuel Milán, P. Antonio García, como representante del Maestro de la Orden y como Asistente religioso, P. Gabriel Bauzá, hizo presente al Prior Provincial, P. Esteban Pérez, que pese a anunciar su asistencia, un imprevisto le impidió venir a estar con nosotras. Franciscanos de la T.O.R., entre ellos el P. Francisco Batle, antiguo Vicario General de Vida Religiosa. Por no alargar no nombramos a todos los sacerdotes asistentes, muchos de ellos muy allegados a la comunidad y que tanto han demostrado quererla. Destacamos la presencia de nuestra querida Sor María Rigo, Delegada de la Vida Religiosa que nos ha acompañado con su discreción, además de alentarnos en el camino emprendido. Nos escribió una hermosa carta. D. Jesús en su homilía se notaba que sentía lo que decía. Hubo un momento de silencio que delató su emoción. Al final de la Eucaristía, el Sr. Obispo leyó el Decreto de supresión del monasterio. Momento muy emotivo, en que se unían dolor y gozo… pero sobre todo paz, por saber que estábamos secundando el querer de Dios. Nos acompañaron en esta celebración, muchos amigos y bienhechores de la comunidad haciéndonos patente su cariño y los vínculos que nos han unido a ellos y, en ellos, a la querida diócesis de Mallorca. Terminada la Eucaristía la gente amiga nos rodeó con muestras de afecto, parecía que querían prolongar nuestra estancia evitando marcharse pronto. Ya muy tarde, cenamos. El cansancio y la emoción vivida, aconsejaba retirarnos. La Casa era un elocuente testimonio de lo que estaba sucediendo. Llegó el domingo 21 de septiembre en el que partieron junto con Sor Mª Araceli y Sor Mª Carmen Horrillo, Sor Mª Antonia Gelabert y Sor Mª Rosario Abraham. Para su viaje solicitamos un servicio de asistencia apropiado para que no se fatigaran y viajaran cómodas. El día anterior marcharon la M. Federal y el P. Antonio García, siempre atendidos por la nunca desmentida servicialidad del P. Braulio. Quedamos en el convento cinco hermanas, había que ultimar, pero ya con fecha para partir. A la M. Federal le pareció que era un día muy bonito la memoria de la Ángeles Custodios, 2 de octubre. Ella vino para estar con nosotras y acompañarnos en lo últimos momentos y en nuestro viaje hasta nuestra nueva Comunidad de Santo Domingo que, con esperanza, dolor y alegría habíamos alumbrado entre todos sus miembros. Ese mismo día nos recibió a la M. Federal, a Sor Mª José y a Sor Mª Rosario, en audiencia D. Jesús Murgui, en el Palacio Episcopal. Allí estaba el mar Mediterráneo, tan azul. El día era espléndido. La entrevista resultó cordial y
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entrañable, le acompañó el Vicario General, D. Lluc, que se mostró muy amable, interesándose por detalles importantes que habíamos de tener en cuenta. D. Jesús nos comprometió a que siguiéramos orando por la diócesis de Mallorca —que seguimos llevando en el corazón—, pero insistió en que oráramos de forma personal por él, pero no quería una oración «genérica, en la que cabe todo el mundo», no. Esperaba de nosotras una intensa oración, personal, comprometida. Se lo prometimos. Comimos por última vez juntas en nuestro querido monasterio. Se cuidaron los detalles, el refrigerio era excelente, sin embargo y aunque nadie lo manifestaba, la emoción del momento era intensa y desplazaba cualquier otro interés. El P. Braulio en la breve homilía de nuestra última Eucaristía conventual —él no la quiso definir como tal— nos confidenció su modo particular de vivir este momento de despedida. Él ha sabido estar a nuestro lado de forma tan incondicional, discreta y tan hermano a la vez, con ese sello que sabe dar a su forma de ser y de querer. Nos emplazó a ser puntuales. Y él lo fue, como siempre. Nos acompañaba, además, nuestra fiel e incondicional María Oliver, que ha demostrado querernos más allá de lo previsible. El Señor le pagará con creces cuanto ha hecho por nosotras, por todas y cada una de las monjas. También estuvieron el Sr. Walter Vinicio, su señora y sus hijos, todos nos acompañaron al aeropuerto. Embarcamos y el despegue, sin retrasos. El viaje fue bueno, pese a las turbulencias meteorológicas que previó el comandante de la nave, pero ni siquiera fueron notables. El día seguía radiante, pero la luz ya iba de caída. Pronto nos vimos —casi sin darnos cuenta— en la puerta de nuestro nuevo hogar dominicano. Allí estaba la Comunidad feliz de poder abrazarnos y comenzar a caminar juntas en esta aventura de ser fieles al Señor, a su voz, a ese volver a las fuentes de nuestro carisma y forma de vida. Nuestra alegría y esperanza están puestas en el Señor, y también en las hermanas en las que todas hemos confiado, unas con otras nos hemos confiado, porque todas soñamos ese vivir en fidelidad lo que prometimos ilusionadas en nuestra juventud. También confiamos en vosotras, hermanas de la Federación que nos habéis acompañado con vuestro cariño y oración, no dejéis de hacerlo. Nosotras desde aquí también oramos por todas y cada una. Gracias por todas las muestras de afecto que nos habéis hecho llegar. Sor Mª Rosario Botella, op. Homilía de Mons. Jesús Murgui, Obispo de Mallorca, en la Eucaristía de despedida de las dominicas de Palma «Queridas hermanas y hermanos todos en el Señor: «Sal de tu tierra y de la casa de tu padre al país que yo te indicaré», hemos oído en la primera lectura, que Dios le comunicaba a Abraham. Era salir hacia lo desconocido, pero de la mano de las promesas de Dios como el mismo texto nos daba a conocer a continuación. En las manos de Dios nunca estamos solos ni en territorio completamente desconocido, ya que «del Señor es la tierra y cuanto la llena». En el relato de la vocación de Abraham podemos ver todos, nuestra propia vocación, que siempre es un salto, un desarraigo de la situación precedente, pero que se realiza en paz, en la paz de
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Dios, esa paz que nos decía Jesús en el evangelio que «no es como la da el mundo». Cierto, ni en cantidad, «porque supera toda imaginación y todo deseo», ni en calidad, porque es de una naturaleza completamente distinta, no sujeta a mudanzas ni variaciones de fortuna, pues «su diestra siempre nos salva», como cantábamos en el salmo. ¡Qué oportuna para nuestra reflexión esta palabra de Dios que hemos proclamado y escuchado! La comunidad de este monasterio histórico, de nuestra ciudad, está a punto de empezar una nueva etapa. Y digo la comunidad, porque es lo central del monasterio. No lo son, obviamente, las paredes ni los edificios, por históricos y artísticos que sean, por recuerdos y reliquias, incluso de santidad, que atesoren. Todo ello pasará «con la representación de este mundo que termina». Pero la comunidad viva, permanece con todas las riquezas y las obras maravillosas que el Señor, con su Santo Espíritu, ha obrado en ella a lo largo de tres siglos y medio: en el antiguo edificio del carrer de Sant Miquel, con su monumental templo, testigo elocuente de vida dominicana que continuará hablando sin palabras a las generaciones futuras, y en este del camí vell de Bunyola, testimonio del arte moderno digno para la celebración de la Liturgia. En diferentes emplazamientos y edificios, la comunidad sigue siendo la misma. Y en otro monasterio de la Provincia de la Orden hará presente el valioso tesoro de bienes espirituales destinados a permanecer para siempre, en la eternidad. Pensemos en su hija más ilustre, la “venerable” Anna María del Santíssim Sagrament. En su “Exposició dels càntics del Beat Ramón”, nos muestra que sus experiencias místicas tienen lugar casi siempre en las celebraciones litúrgicas, “quam dèiem la missa cantada”, al cantar o proclamar los salmos, que cita abundantemente como base de su alimento espiritual y fuente de gracias y de conocimiento, en el coro y en la iglesia, lugar de la alabanza divina y del tabernáculo de la presencia real y sustancial del Señor Jesús, donde experimenta la eficacia de la Palabra de Dios en su vida (¡qué oyente tan perfecta en la escuela de María, su Madre, y de Domingo, su padre!), con la que responde a Dios mismo en perfecta docilidad a las mociones de su Espíritu. Su ejemplo nos enseña a vivir la Liturgia, en la Liturgia y por la Liturgia, y concretamente por la Palabra de Dios en ella. Y eso no termina ni se interrumpe nunca, amadísima comunidad, ni en esta tierra ni en la eternidad, donde sólo cambiarán las formas. No celebramos, por tanto, aunque sea con solemnidad, ninguna interrupción, no clausuramos ni damos por concluidos siglos de gloria con homenajes a un pasado que no puede volver. Simplemente inauguramos una nueva etapa, como la peregrinación de Abraham, en las manos de Dios. Queridísimas hermanas, sé que mantendréis vuestro espíritu y la vinculación con la Iglesia de Mallorca dondequiera que estéis, el espíritu de la “venerable”, de la que hemos comentado algo. Sé que lo aportaréis al monasterio que os acoge y que, por la misteriosa pero bien real comunión de los santos, éste se unirá a nuestra Iglesia para sentir con ella en sus necesidades, para vivir sus gozos y esperanzas. Como nosotros lo haremos con la joven Iglesia de Terrassa, de la que seremos, gracias a vosotras, un poco más hermanos de lo que ya éramos. Encomendémonos a María, la “estrella del mar”, la “guía de los navegantes” en este mundo y en esta vida inciertos. También Ella conoció la invitación que le dirigía el salmo: «Escucha, hija, mira, inclina el oído, olvida tu pueblo y la casa de tu padre…, pues a cambio de tus padres tendrás hijos que nombrarás príncipes por toda la tierra». Y su «peregrinación de la fe» ciertamente culminó con la maternidad espiritual del cuerpo místico de los discípulos de su Hijo, todos nosotros y nuestros hermanos en la fe diseminados realmente por toda la tierra. Que quepan en nuestro corazón como en el suyo, pedimos por su intercesión, la de la “venerable” Anna María y de las monjas que cantaron las divinas alabanzas en esta comunidad y siguen haciéndolo en el cielo, y que respondamos prontamente a la llamada de Dios cada día de nuestra vida, en el sacrificio de acción de gracias y de comunión que celebramos, el memorial vivo de la pasión, muerte y resurrección del Señor Jesús. Así sea»
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DELEGACIÓ DOCESANA D’ INSTITUTS VIDA CONSAGRADA I SOCIETATS VIDA AOOSTÓLICA CARRER DEL SEMINARI, 4 07001 – PALMA
Palma, 24 de septiembre de 2008 Madre Priora, Mª José Noguera y Comunidad del Monasterio
Muy queridas Hermanas: En primer lugar un cariñoso saludo a cada una de vosotras, seguido de una sentida acción de gracias por todo el bien que, gratuitamente, habéis sembrado en Mallorca. Desde vuestro silencio y humildad. Desde vuestra oración y alabanza al Señor. Acción de gracias que hago extensiva en nombre de cada uno de los miembros de la Delegación y propio. Tengo la seguridad de que la peregrinación, ya iniciada, hacia otro lugar, obedece a uno de los principios generales de renovación indicados por el Decreto “Perfectae Caritatis”: «La adecuada renovación de la vida religiosa comprende un retorno constante a las fuentes de vida cristiana». Porque desde el primer momento he visto en vosotras sólo una búsqueda de Dios. Un retorno a las exigencias de la auténtica vida contemplativa. Dejáis atrás siglos de presencia en Mallorca, afrontáis circunstancias no fáciles ni cómodas. Cambiáis cierta seguridad por lo desconocido, que siempre lleva consigo riesgo y sufrimiento. Pero lo afrontáis con fe y hasta con ilusión. Es el momento de vivir en profundidad la sentencia de San Pablo: « ¿Quién nos separará del amor de Cristo?» Agradecemos vuestra noble actitud cuando decís: «No nos vamos, quedamos en Mallorca». Así, unidas y en comunión, continuamos en la búsqueda del querer de Dios y enraizadas en su amor que es lo único que da sentido a nuestra vocación. En Mallorca siempre las recordaremos con afecto. Y quedáis porque formáis parte de nuestra Historia. Con un fuerte abrazo para todas y cada una de las hermanas.
Fdo. Sor María Rigo
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Cercanía y felicitación del P. Maestro y P. Brian Querida Sor María Teresa: Desde Asunción del Paraguay vaya un saludo a todas las monjas de esa querida Federación, especialmente a las que pertenecían a las comunidades que ahora han fundado otras... (porque «si el grano de trigo no cae en tierra y muere, no da fruto»). Son tiempos de poda, pero Dios los permite y provoca para que haya frutos nuevos ¡de vida!... Por ello vuelvo a repetirme y repetirte las palabras de un poema que me ayuda... «No tengas miedo a la poda, cuando es verde tu madera. Dios no busca lo que saca, le interesa lo que queda». (Mamerto Menapace, OSB). Dios es un viñador, un hortelano y no un leñador que saca del árbol lo que queda de él -madera secapara hacer fuego... o quién sabe qué cosa... A él le interesa el árbol, la madera verde... para que brote con nuevas fuerzas y esperanza. Dios bendiga a la Federación y sus proyectos. Que Santo Domingo las acompañe y permita que todos estos pasos, fundaciones, sean vividos con sencillez, pobreza y alegría... como él vivía las cosas de Dios y de los hombres. Fraternalmente en María Inmaculada. fray Carlos op
Muy queridas Sor Maria Teresa Gil, Sor Inmaculada Franco y todas las hermanas involucradas en este "paso pascual" dado en estos días al pasar (como los Israelitas en Egipto) de vuestros amados monasterios de San Gregorio Magno, Santa Inés y La Esperanza, a los monasterios de Santo Domingo de Guzmán y Santa María del Pilar en Zaragoza; y Santa Catalina de Siena, Santa Clara y Nuestra Sra. de Los Ángeles, a Santo Domingo en Sant Cugat del Vallés. Este Éxodo es un paso hacia la vida como el primer Éxodo de nuestros antepasados. Aunque no he podido estar con vosotras personalmente, quiero que sepáis que os acompaño con mi oración, pero sobre todo con mi acción de gracias. En nombre del Maestro de la Orden, agradezco enormemente este paso de valentía y de vida pascual. Sor Mª Clotilde citó en una carta las palabras del Santo Padre que son una maravillosa descripción de vuestra más reciente entrega: «Sin morir, sin que naufrague lo que es sólo nuestro, no hay comunión con Dios ni redención». Vuestro ejemplo, vuestro testimonio de Esperanza, no puede menos que ser una santa predicación para toda la Orden en España y en el mundo entero. Como vemos en las parábolas de San Mateo en estos días, son las semillas más insignificantes, las más pequeñas, las que llegan a ser signos del Reino. Estas cosas no las entienden los grandes; son gestos que son entendidos por los llamados y llamadas por el Maestro de la Vida, el Arquitecto del Universo. De nuevo, gracias y compartid por favor mis saludos y los del Maestro (que está terminando una visita canónica en Brasil en estos días) a las hermanas de las nuevas comunidades, como también a toda la Federación. Aprovechando que pronto celebraremos la Solemnidad de Nuestro Padre, Santo Domingo, os envío a todas un fraterno saludo y abrazo de cariño. fray Brian Pierce, OP Promotor General de la Monjas de la Orden de Predicadores
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DE NUESTROS NOVICIADOS...…
COPIAPÓ (Chile) “Os recogeré de entre las naciones… por donde están dispersadas...” (Ez. 37,21) Al comenzar nuestro compartir de este segundo semestre, queremos hacerlo con esta hermosa frase, elegida en el proyecto de vida de nuestro Noviciado, que hemos ido haciendo realidad durante este tiempo. En primer lugar dar gracias a Dios, porque su presencia ha estado en medio de nosotras: en las alegrías y dificultades, en los desafíos que se nos iban planteando, en las actividades y celebraciones realizadas... «El Señor ha estado grande con nosotras y estamos alegres...», esa alegría que nace desde el fondo del alma, cuando hemos descubierto que su amor y misericordia han sido nuestro baluarte. El mes de julio «mes de los santos», como muchas veces le llamamos, la celebración central fue la «Solemnidad de nuestra Señora del Carmen, Reina y Patrona de Chile»... La Virgen adornó este mes y también su intercesión estuvo muy presente en quienes este día celebraban su onomástico, entre ellas nuestra Madre Maestra. Durante los meses anteriores todas íbamos preparando algún regalo, como también cantos y bailes para su día, todo ello con especial cariño y agradecimiento, porque ha sido guía, formadora, testimonio, alegría, ejemplo con su vida, haciéndonos sentir, porque así lo vive ella, que «Dios es el único tesoro... nuestro único tesoro» y a Él debe tender nuestra vida, esperanza y amor en cada instante... ¡Gracias, Madre Maestra, por su vida, disponibilidad y entrega! En este mes también iniciamos un curso con Fray Giovanni Pazmiño, op. (ecuatoriano, que está terminando su doctorado en Roma) desde España, por video-conferencia. Nos habló sobre «Fray Luis de Granada: su Vida y obras más conocidas», de manera especial, «Guía de Pecadores». Fue un estudio intenso y muy enriquecedor, del 23 al 31 de julio, dándonos muchas luces de cómo vivir en mayor fidelidad nuestro seguimiento a Cristo desde nuestro carisma. Nuestra Madre Priora, Madre Pilar Mª Abós Ara, op., nos ha dado la oportunidad de conocerla un poquito más, compartiendo con nosotras la fe y dones que Dios le ha regalado, a través de clases de vocalización y reflexionar juntas nuestra vida religiosa, teniendo como
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telón de fondo la reflexión del P. Severino María Alonso, impartida a las monjas contemplativas de la diócesis de Valencia, sobre la vida fraterna. Mes de agosto, para nosotras tremendamente significativo, celebración de nuestro Padre «SANTO DOMINGO DE GUZMÁN», hubo muchas instancias para profundizar su vida y carisma, todo nos hablaba de él, y a través de él nos encontramos con DIOS, desde el silencio y el diálogo, desde la oración y la acción de gracias... Nos ayudó el P. Manolo Blanquer Planells, op., que nos predicó, a nosotras y a las hermanas de Santiago y Linares, el triduo de nuestro Padre Domingo desde Panamá, del 5 al 7 de agosto, invitándonos a ser portadoras de esperanza, contemplando con los ojos de Dios la realidad de nuestros pueblos, al estilo de nuestro Padre: hombre de esperanza, firme voluntad, prudencia... de oración y atento a los signos de los tiempos. Habíamos iniciado el mes acompañadas con nuestra Madre María, en un curso sobre «El Rosario», ya que del 30 de julio al 25 de agosto, sor Cristina Buendía Romero, op., de la comunidad de Xátiva -Valencia, también vía internet, nos fue adentrando en los misterios de Jesús y de María. En la primera parte nos habló de cómo fue gestándose el rosario desde el siglo IV hasta hoy, el rol tan importante que tuvo en todo este florecer evangelizador Santo Domingo y la Orden de Predicadores. Fue muy iluminador para nuestra formación y vida contemplativa. Agradecemos infinitamente este tiempo de gracia, que nos ha hecho descubrir que con María, nuestra Madre, el clamor de nuestra humanidad llega a su Hijo y a través de Él a Dios. Durante estas semanas previas a la celebración de nuestro Padre, como Comunidad y Noviciado preparamos la novena, después de vísperas íbamos orando y reflexionando su vida, su acción y contemplación... su realidad evangelizadora que hizo nacer la Orden de Predicadores, su amor a las monjas y el deseo infinito de nunca desampararlas... Con sus frailes que lloraron su muerte, orábamos «cumple Padre lo que prometiste... ser más útil desde el cielo a quienes te dio el Señor...». Con esta infinita confianza celebramos, el día 8, la Eucaristía muy dominicana. Desde las primeras Vísperas, estaba ambientado el coro, refectorio, claustros y salas diversas con frases, símbolos y su paternal presencia... En la tarde finalizamos todo lo vivido poniéndolo bajo el amparo de María —a quien Domingo nos enseñó a amar y acudir—, mediante un rosario itinerante, en cada uno de los misterios íbamos incluyendo los gestos tan propios de nuestro Padre hacia Jesucristo y a su Madre... Fue un día en que nos sentimos muy unidas a toda la Orden, a toda la Iglesia, a toda la humanidad. Continuamos en este ambiente mariano, preparándonos para la «Solemnidad de la Asunción» y en Chile, celebración del día de la vida religiosa. El día 10, la Conferre (Conferencia de Religiosos de la Diócesis), se unió a nosotras realizando un retiro en nuestro monasterio. Para todas fue un paso de Dios y momento de gracia, reflexionamos juntos, oramos, compartimos la vida, inquietudes, sueños y por supuesto la comida... Finalizamos el día con la oración de Vísperas y agradecimientos mutuos; así estuvimos preparadas para celebrar el día 15 con un motivo más de gozo, ya que renovó su profesión temporal nuestra hermana Sor Angélica Barahona Vera, op., de la comunidad de la Venerable Catalina de Jesús – Durán (Ecuador). Septiembre, mes en que florece la vida, el canto y la danza... La Iglesia chilena lo dedica al «mes de la Biblia» y también es el «mes de la Patria» y nuestra diócesis prepara diversas actividades por la celebración de los “50 años” de vida pastoral. Pasaron por nuestro monasterio muchos sacerdotes que venían de Valencia para el jubileo diocesano, conocimos especialmente a Monseñor Enrique Benavent, Vicario de la diócesis de Valencia. Cuántos motivos para agradecer a Dios y elevar nuestra mirada al cielo acogiendo todas las bendiciones que Él nos quiera enviar... que son abundantes... como las estrellas del cielo y las arenas del mar. Durante este mes, del 14 al 26, también tuvimos entre nosotras al P. Diego Correa, op., que vino de Argentina para ayudarnos a conocer con mayor profundidad «La vida de san
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Agustín. Las Confesiones». Un estudio muy interesante, cuestionador, vivencial y lleno de matices de un hombre que supo descubrir en su vida el gran amor y misericordia de Dios, haciendo realidad el sueño de Dios a través de él a lo largo de los siglos, porque quien lee su vida, no queda indiferente, sino que anhela como él «descansar en Dios»... «Fiestas Patrias»... fechas que no pasan inadvertidas, ni para las chilenas ni para quienes entre nosotras estaban... Los días 18 y 19, en el monasterio hubo “fonda” (ramada), comida típica, chicha y empanada, bailes típicos y para no desentonar también música de nuestras hermanas extranjeras... todo era fiesta... Chile se vistió de tricolor: blanco, azul y rojo... todo ayudaba a que esta fiesta tuviera un tinte dieciochero... entre nosotras de alabanza y acción de gracias a Dios por su presencia en nuestra tierra y en nuestra historia... Así se termina este mes... en donde las flores y las aves tienen su canto propio, el canto de nuestro Creador. Llegamos al mes de octubre. Para la Iglesia, mes de las misiones; para la Orden, mes del Rosario... María sigue siendo protagonista en nuestra Liturgia... Quédate con nosotras, esta es tu Casa, este tu monasterio, Virgen María de mil nombres, porque donde vas, te quedas y donde te quedas acoges con amor gozoso el nombre que quieran darte... «Nuestra Señora del Rosario, del Pilar, de la Candelaria...», todos son tuyos y tu oído está siempre atento al clamor y a la plegaria; antes de que escuches tu nombre estás ya a nuestro lado, llevando nuestra oración a tu Hijo y a Dios, nuestro Padre... Desde esta filial confianza, le dedicamos este mes, profundizando de manera muy especial en el rosario diario su incondicional presencia silenciosa junto al Hijo de sus entrañas... María fiel, contemplativa, fuerte, confiada..., así fuimos descubriéndola cada día, en que distintas hermanas nos invitaban en el rosario a orar con ella en cada misterio. Acogiendo al mismo tiempo y unidas a la Diócesis, el paso por nuestro monasterio de «Nuestra Señora de la Candelaria», que estuvo aquí el día 14, con ella agradecemos a Dios estos años de peregrinación pastoral... de presencia en esta tierra de Atacama, donde el desierto nos habla de vida silenciosa e impregnada de esperanza.... «Día del Noviciado»: 9 de octubre. ¿Cómo lo pasaríamos?... En el mural de las monjas decía: «actividades lúdicas, a cargo de la comunidad». Efectivamente, nos hicieron gozar mucho. En la Eucaristía, presentamos a Dios todo lo vivido durante estos meses... cantos y signos acompañaron este momento. El almuerzo fue preparado por las monjas, el recreo también,... concurso y premios, reventando globos. ¡Cómo no agradecer a Dios... bendecir su paso y las muestras de cariño de las hermanas…! ¡Gracias, hermanas, por esta hermosa sorpresa que nos hace estar más unidas... sabiéndonos queridas y acogidas por todas ustedes! El día 19, especialmente unidas a la Iglesia que ora por la evangelización de todos los pueblos (DOMUND). En la Eucaristía, al dar inicio a ella se presentaron signos alusivos a cada continente: flores: América; incienso: Asia; agua: Oceanía; frutas: África; y cirio: Europa; incluyendo en cada uno de ellos su realidad, sufrimientos y esperanzas... Durante el rezo del rosario, presentamos ante el altar instrumentos propios de cada uno de ellos, poniendo nuestra humanidad bajo la protección de nuestra Madre, primera discípula y evangelizadora.
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Finalizamos este mes recibiendo con gran alegría a fray Antonio García, op., Socio del P. Maestro para la Península Ibérica y a fray Javier Pose, op., socio para América Latina y el Caribe, quienes del 20 al 28 del presente mes realizaban la visita canónica al Vicariato de «San Lorenzo Mártir», y visitaron también los tres monasterios de Chile. A nuestra comunidad arribaron el día 25 y partieron al día siguiente; hemos tenido la oportunidad de conocer, los proyectos, desafíos, preocupaciones de la Orden, disfrutamos fraternalmente compartiendo juntos recuerdos, anécdotas... se hacía realidad el salmo «ved que paz y que alegría, convivir los hermanos unidos...», porque así fue, su paso: una gracia de Dios y una presencia fuerte de la Orden... un gozo y un decir: «Dios nuestro, ¡qué grande eres... tus obras son magníficas!... ». Nos queda poco tiempo de curso, por eso ya vamos finalizando las clases que nos está dando Madre Maestra: a las novicias de primer año, después de la Regla de San Agustín continuó con los temas de «Doctrina sobre la oración y contemplación»; las profesas hemos
podido profundizar sobre «La dimensión psicológica de los votos», tomando conciencia de que la base para una consagración plena y responsable, es nuestra madurez humana. Sólo podemos elegir la «perla preciosa» cuando hemos sabido descubrirla entre todas las demás... Vamos concluyendo las clases de «Teología de los Sacramentos» que nos imparte la Hna. Ángela Pérez, religiosa del Sagrado Corazón, ha sido una riqueza valorar la presencia de Dios en nuestra vida a través de ellos, Cristo sigue siendo presente y eternidad a través de ellos... Dios mediante desde el 11 al 18 de noviembre tendremos los Ejercicios Espirituales con la Comunidad y hacia el final del mes terminamos el curso regresando a nuestros monasterios. Como pueden darse cuenta estos meses han sido llenos de vida, de fructificar en la fe, vivir la fraternidad... alabando, bendiciendo, agradeciendo... predicando en el silencio, que se hizo murmullo y predicación... ¡Agradecemos a Dios nuevamente su paso en nuestra vida, en nuestra historia, en nuestro Noviciado internacional! Que tu palabra Señor, siga siendo «lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro sendero». Cuando llegue ésta crónica estaremos de grandes fiestas, por eso les deseamos: ¡Feliz día de la Inmaculada en el Jubileo de nuestra Federación! Nos despedimos hasta el próximo curso. Noviciado Federal de Copiapó
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NOVICIADO DE MENDOZA (Argentina) Muy queridas hermanas: Paz y gracia de parte de Dios… Con inmensa alegría les escribimos para compartirles lo vivido en estos meses. El curso comenzó con nuevas “hermanitas”, ya que se incorporaron al Noviciado sor Silvana del Sagrado Corazón Lohrmann (de la comunidad de San Justo-Buenos Aires), sor María Viejobueno (de Concepción-Tucumán) y sor Verónica Rodríguez Neira (de Vic - Barcelona). El martes 4 de marzo ofrecimos la Misa por el curso que iniciábamos. Luego tuvimos Capítulo con Madre Maestra. Primero nos hizo una linda exhortación, en la que nos habló de Moisés y la carpa del encuentro, invitándonos a «conversar –como él- con el Señor cara a cara, como lo hace un hombre con un amigo», viendo la Sagrada Escritura como tienda del encuentro, especialmente en este año dedicado a la Palabra… Lo relacionó también con el evangelio de ese domingo (4° de cuaresma), el ciego de nacimiento y con la parábola de la semilla que cae en tierra fértil, tomando como elementos importantes para reflexionar, la pobreza y la humildad. De Moisés se dice que era el hombre más humilde de la tierra; y así la Palabra de Dios produce fruto abundante en los corazones pobres y humildes. Después nos dio los oficios, y al terminar el Capítulo aprovechamos el tiempo libre que nos quedaba por la mañana para meditar y poner en manos del Señor este nuevo año. Por la tarde tuvimos una rica merienda que aprovechamos para conocernos un poquito. Invitamos a Madre Amalia y Madre Adriana, que había venido a acompañar a su novicia, para compartir también con ellas. El lunes 10 de marzo, comenzamos el curso con María del Carmen Oro sobre el Evangelio de san Mateo. Lo aprovechamos muchísimo y fue una linda preparación para la Semana Santa, ya que sus clases son siempre como una lectio. El Triduo Pascual fue muy intenso y cargado de signos. La Vigilia estuvo muy hermosa. La iglesia estaba impregnada de un exquisito perfume a nardo que un bienhechor había regalado a la comunidad. Hacía unos pocos días que la Liturgia nos había traído la escena evangélica de María ungiendo los pies del Señor con este perfume, anunciando así su sepultura; esa noche, el mismo perfume anunciaba su Resurrección. La Misa del día la celebró fr. Juan Pedro Gómez, prior del convento de nuestros frailes, y predicó muy hermoso sobre la amistad divina, homilía que era el fruto de la reflexión de él y los frailes de su comunidad. El jueves 27 tuvimos el gran almuerzo de Pascua con los frailes, como es costumbre entre las dos comunidades, y de paso despedíamos a fr. Pablo Condrac que fue designado por el capítulo Provincial del 2007 como secretario del Provincial. Después de comer hicimos dos equipos de frailes y monjas y jugamos al piccionary con temas dominicanos; nos divertimos mucho. Fue un encuentro muy fraterno. También tuvimos de regalo unos ricos huevos de pascua. Retomamos la clase de costura con Elia, nuestra profesora. Nuestras hermanitas pequeñas se lanzaron con ilusión a la nueva aventura, totalmente desconocida para ellas.
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También comenzamos las clases de órgano con Marizul Ibáñez y de canto con Ana Gloria. El jueves 24 de abril tuvimos las «Bodas de Oro» de nuestras hermanas sor Pilar y sor Ascensión. Comenzamos en las primeras Vísperas viendo todas, junto a los familiares de nuestras hermanas que habían venido de España para esta ocasión, un video muy bonito preparado durante largo tiempo por la Madre Priora. Al día siguiente, durante Laudes hicieron la renovación de la Profesión en manos de Madre Priora. Después de la oración tuvimos un desayuno muy fraterno en el que saludamos a nuestras hermanas. A las 10 hs. tuvimos la Santa Misa, celebrada por nuestros frailes, después de la cual recibimos en el locutorio a familiares, hermanos y amigos, y allí tuvimos un pequeño festejito con sanguchitos, jugo y torta. Al mediodía fue el gran festejo con la comunidad en el refectorio. Por la noche fuimos a saludar a los familiares que habían venido de España, y gozamos mucho con ellos. En mayo, el sábado 24, tuvimos la Profesión Solemne de sor Paola Telles. La Misa estuvo muy solemne. Estuvo presidida por el Padre Provincial, fr. Pablo Sicouly, y algunos frailes. Un detalle muy lindo fue que las monjas hicieron hacer un traje nuevo a la Virgen del Rosario con el vestido del cumpleaños de 15 de sor Paola, así es que hasta Ella estaba muy solemne... ¡cómo no! Todo estaba muy hermoso, el arreglo floral, los cantos... A lo largo de estos meses hemos recibido otros cursos más, como el del Evangelio de San Lucas, Hechos y Cartas Católicas con la hermana Cecilia del Instituto Mater Dei; y «Los misterios de Cristo» con fr. José María Cabrera. Los disfrutamos muchísimo y, además de conocer más al Señor y amarlo más, y sobre todo de sernos de gran utilidad para llevarlo todo a la oración, nos divertimos otro poco, ya que tanto la Hermana como el Padre tienen un gran sentido del humor y una gran capacidad para decir cosas muy profundas para elevar el espíritu y a la par hacernos reír. Como todos los años, no podían faltar las típicas preguntas desafiantes del Padre que nos ayuda mucho a hacer trabajar la cabeza… Compartimos con él algunos recreos en el locutorio donde nos siguió alegrando con sus cuentos y anécdotas. Bueno, hermanas, es siempre una alegría estar unidas de esta manera y poder hacerles partícipes de nuestra vida en el Noviciado. Que el Señor nos siga ensanchando el corazón en caridad de unas con otras. Nos seguimos encomendando a sus oraciones y nos encontramos en cada Eucaristía.
Fraternalmente en María y Domingo, sus hermanas del Noviciado Federal
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RECORDANDO LA FUNDACIŁN DEL MONASTERIO DE COPIAPŁ Con motivo de un Simposio que ha celebrado la diócesis de Copiapó, en sus 50 años de fundación, la Comunidad ha realizado un trabajo sobre la historia de la fundación de su Monasterio, en esta región de Atacama. Lo insertamos a continuación. ¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬
OBISPADO DE COPIAPÓ SIMPOSIO «ENTRE MEMORIA Y ESPERANZA» Septiembre 2008 FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE LA INMACULADA DE ATACAMA MONJAS DOMINICAS – COPIAPÓ (CHILE) 11 DE FEBRERO DE 1986 Expone: Sor Carmen Mª Martínez Gilabert, OP. Fundadora y expriora
P. Obispo, D. Gaspar, Mons. Enrique Benavent, hermanos y hermanas: Pueden imaginar lo significativo y emocionante que es para mí estar esta tarde aquí en fechas tan señaladas, me siento en medio de Vds. como el Monasterio en medio de la Diócesis y la Comunidad en medio del pueblo de Atacama; como Jesús en medio de nosotros, como la que sirve, porque esa es nuestra vida, un servicio orante de vida y amor humilde, total y plenamente entregado y confiado en la bondad misericordiosa de Dios y a favor de los hombres. Se me ha pedido que exponga por qué y cómo se llevó a cabo la fundación del Monasterio de la Inmaculada de Atacama, de monjas dominicas y cuál es su realidad hoy en medio de nuestro pueblo, y su significación. No es tarea fácil, pero con la ayuda del Señor, de las detalladas crónicas y documentos de la Comunidad y, sobre todo, de los recuerdos que conservo en la memoria del corazón, lo intentaré; en principio lo que no puedo evitar en este momento al hablarles, es recordar aquel 25 de marzo de 1986, fecha señalada por Mons. Ariztía para nuestra presentación oficial en la Diócesis; D. Fernando, que así es como lo llamamos todos, después de la Misa crismal anticipada a ese día, martes santo, hizo ante los fieles nuestra presentación como comunidad orante incardinada en la Diócesis de Copiapó; dijo que nuestro quehacer primordial era «orar por el mundo, orar por la Iglesia y por las necesidades del pueblo de Atacama». Al terminar él de hablar lo hicimos nosotras brevemente. Desde ese día quedó establecida la clausura en la casita de Punta Negra y en ella entraron para no salir más, las vivencias, las experiencias propias y ajenas y las vidas de todo el pueblo y Diócesis que previamente habíamos recorrido subiendo a los cerros con sus parronales y bajando a la mina, entrando en el Valle y en la ciudad, en casitas de adobe y orando en la capillas; nos sumergimos e hicimos propio lo que sacerdotes y consagradas, muchos de ellos hoy presentes aquí, mujeres, hombres y jóvenes nos contaron como realidad o como deseo y, en esta itinerancia dominicana nuestra, desde entonces, vamos del Corazón de Cristo y el Corazón del Padre, al corazón de nuestras gentes, instituciones y familias para volver de nuevo al Corazón de la Trinidad con el peso de ese amor, gozoso, doloroso o luminoso que espera ser glorificado.
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Fue una experiencia tal que la han repetido algunas de las monjas, muchas, que por períodos más o menos largos han venido para completar la Comunidad original. Desde ese momento la clausura de las Dominicas ha sido pura acogida; las Crónicas del Monasterio son un rosario de nombres propios comunicándonos su vida, alentándonos, rogándonos, celebrando juntos, etc. El teléfono, no sería exagerar decir que no ha pasado un solo día en que alguien no solicite la oración intercesora de las monjas, por todo tipo de asuntos: enfermedad, problemas familiares y de relación, dificultades morales o económicas, falta de fe, o para dar gracias. Todo lo que ha de crecer armónicamente en el ser humano como hombre e hijo de DIOS, es objeto de oración. Hay quien después de un tiempo nos comunica el resultado, el desenlace, la mejora, la gracia obtenida, por supuesto que es gratificante que esto ocurra, pero no es necesario que nos enteremos para saber que la oración todo lo alcanza según el mandato de Cristo: «Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo concederá». Es aquél, pedid y se os dará. La fe es la que obra el milagro, muchas veces lo dice Jesús en los Evangelios. Y nosotras creemos que es así, especialmente cuando lo pedimos en las celebraciones litúrgicas porque entonces es toda la Iglesia, Cristo mismo, quien ora en nosotras. ORÍGENES Pero vamos a los orígenes de la fundación. El P. Juan Sanchís en su bello libro «Hemos visto florecer el desierto», enmarca perfectamente los orígenes y la fundación del Monasterio dentro de las celebraciones del XXV aniversario de colaboración misionera entre las iglesias de Valencia y Copiapó porque en mayo de 1983, Monseñor Fernando Ariztía, Obispo de Copiapó, visitaba Valencia con motivo de dichas celebraciones y pidió al Sr. Arzobispo D. Miguel Roca Cabanellas, monjas contemplativas para una fundación en su diócesis; el P. Alfredo Amat, jesuita, y Vicario en esas fechas, le sugirió que fuera al Monasterio de la Inmaculada de monjas dominicas que estaba en Torrente. Y él fue y le hizo personalmente la misma petición a la M. Federal, Sor Ana Mª Primo Yúfera que ya tenía conocimiento de este deseo por medio del P. Jesús Oyarzabal que había estado quince años misionando aquí, en Copiapó, lo cierto es que dos Obispos y una monja que ardían en celo misionero se encontraron y se entendieron muy bien. La Archidiócesis de Valencia contaba en esos momentos con 44 monasterios de vida contemplativa. Durante algún tiempo hubo un intercambio frecuente de cartas con sugerencias, posibilidades y tal vez alguna dificultad. Pero la Madre Federal aceptó en principio la petición. También solicitó el parecer sobre la fundación de un nuevo Monasterio en tierras de misión a los 26 Monasterios de la Federación, que acogieron la propuesta ofreciendo su colaboración. Como primer pasó, pues, y tal vez el más importante, fue la visita de M. Ana Mª y su Secretaria, Sor Mª Araceli Abós, OP. a la ciudad de Copiapó durante los días 2 y 23 de abril de 1985. Recorrieron la ciudad y algunos poblados circundantes y conocieron el terreno donde podría emplazarse el futuro Monasterio que estaría enclavado en una propiedad que entonces pertenecía a la Parroquia de la Stma. Trinidad, en Punta Negra. Este terreno fue adquirido por el Obispado y posteriormente donado para edificar en él el actual Monasterio. Durante la estancia de las Madres en Copiapó tuvieron encuentros con las "mamás catequistas”, con grupos de jóvenes, con las señoras de Población Rosario, con sacerdotes, religiosas y diversos grupos, ellas les hablaron del carisma dominicano y de la vocación contemplativa. La extraordinaria recepción de las Madres fue emocionante. Las gentes captaron con profunda intuición que las Hermanas Dominicas les traerían una especial presencia de Dios y de oración por ellos. Conocidos los ambientes y la buena acogida, las Madres dieron por terminada su estancia en Copiapó, y a su regreso a España dieron comienzo los trámites en Roma solicitando permiso de fundación, teniendo ya la petición oficial escrita de D. Fernando y que dice así: «Fernando Ariztía Ruiz, Obispo de Copiapó, saluda cordialmente a la Priora Federal de la Federación de la Inmaculada de Monjas Dominicas, Sor Ana Mª Primo Yúfera, y tiene el agrado
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de solicitar en nombre de esta Iglesia particular la fundación de un Monasterio de Monjas Contemplativas en la ciudad de Copiapó, situada al inicio de la región norte de Chile. Este Obispo, junto con el presbiterio, religiosos y pueblo cristiano con quienes se ha consultado, estiman que la realización de una fundación de Religiosas de clausura, responde a la necesidad de contar —dentro de la jurisdicción de esta Iglesia— con esta expresión visible de la vida contemplativa. Se estima que no habiendo ninguna fundación de esta naturaleza actualmente dentro de la Diócesis, será verdaderamente enriquecedora para el conjunto del pueblo creyente, y ayudará enormemente a un mejor descubrimiento de la fundamental importancia de la vida de oración para los cristianos. Se considera que la alabanza y las diversas formas de oración que brotarán de esa Comunidad serán fuente de esperanza en medio de la angustia y sufrimiento de los pobres; serán un acompañamiento que dará mayor eficacia a los generosos esfuerzos evangelizadores con que sacerdotes, religiosas y muchos seglares tratan de comunicar la Buena Noticia; y ayudará mucho a interrogarse sobre el misterio y grandeza de Dios a aquellos que lo ignoran. Es por ello que, con la confianza puesta en el Señor Jesús y en su Madre, expreso hoy por escrito esta petición verbalmente manifestada desde hace cerca de dos años». Firmado: Fernando Ariztía Ruiz Obispo de Copiapó Copiapó, 27 de mayo de 1985
Pocos días después, en junio de ese mismo año, se celebraron en el Monasterio Federal de Torrente (Valencia)-España, las Convivencias anuales de Prioras de los Monasterios de la Federación y en el Consejo Federal celebrado al final de las mismas se eligieron ya las seis monjas que compondríamos la expedición fundacional. He aquí nuestros nombres: -Sor Carmen Mª Martínez Gilabert OP, del Monasterio de Sta. Catalina de Valencia, servidora, que primero sería Vicaria de la M. Federal y más tarde Priora durante dieciocho años. - Sor Presentación Laparra Montoya OP, del Monasterio de Santa Inés, Zaragoza. -Sor Mª Teresa Rius Claus OP, del Monasterio de la Sgda. Familia de Burriana (Castellón), y que sería años más tarde fundadora de otro Monasterio en la Diócesis de Linares. -Sor Mª Catalina Tello OP, del Monasterio de la Virgen del Rosario, Daroca, (Zaragoza), muerta el 3 de abril de 1987 sin entrar en la tierra prometida del nuevo recinto monástico. Ella fue la primera que cayó en el surco como sementera prefiriendo morir y ser enterrada en este desierto chico diciendo que desde él también se resucita. -Sor Felicidad Granell Andrés OP, del Monasterio del Corpus Christi, Carcagente (Valencia), que también será fundadora en Linares. -Y Sor Inmaculada Alcubierre OP, del Monasterio de Ntra. Sra. de la Esperanza - Zaragoza. M. Federal fue comunicándonos la noticia que todas recibimos con suma alegría y agradecimiento al Señor por haberse fijado en nosotras para implantar el primer monasterio de vida contemplativa en esta porción del Señor. El tiempo avanzaba y hubo que pensar en el proyecto de lo que posteriormente sería el Monasterio. Se elaboró, pues, un pequeño boceto que pudiera servir de base y orientación para el proyecto definitivo. Este fue enviado a Mons. Fernando Ariztía para que él a su vez lo entregara a un arquitecto capaz y competente para llevarlo a cabo. Dicho proyecto fue entregado a Dña. Diana Baccaro, nunca suficientemente agradecida. Ella lo amplió y dio forma. Este primer plano fue devuelto a España para el
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Vº Bº de la M. Federal que tuvo que cambiar y modificar algunas cosas para el mejor funcionamiento del Monasterio. Varias veces fueron enviados y remitidos los planos de Copiapó a España y viceversa, suponiendo esto un gran inconveniente para llegar a un acuerdo y un ajuste exacto en la distribución de las dependencias que tanto puede facilitar o entorpecer la vida comunitaria en clausura. En primer lugar se pensó edificar una pequeña parte de Monasterio, lo indispensable para poder albergarnos las seis monjas fundadoras. Desde allí nosotras mismas podríamos revisar el resto de la edificación. Otra solución acertadísima la tuvo el Sr. Obispo: Las fundadoras podríamos viajar a Copiapó en breve; para albergarnos nos fue cedida la casita adosada a la parroquia de la Stma. Trinidad de Punta Negra, que hasta el momento había sido utilizada como pre-seminario y que estaba habitada por el P. Casiano Rojas y el joven pre-seminarista Daniel Paunic, que marcharon a vivir a Estación Paipote a fin de dejarla a la Comunidad por que así podríamos entrevistarnos con la arquitecto y revisar y dar forma adecuada a los planos. Aceptada esta proposición del Sr. Obispo como solución acertada se fijó la fecha del viaje. Se hicieron los trámites requeridos para el pasaporte etc. La fecha del vuelo hacia Chile quedó fijada para el 5 de febrero de 1986. Mientras tanto la noticia de una nueva fundación en la diócesis chilena se divulgaba entre sacerdotes y amistades. En distintos días pasaron por el locutorio de Torrente el P. Rafael Calatayud, Párroco de Chañaral (Atacama) que pasaba unos días de vacaciones en Valencia, su tierra natal. M. Elías Sánchez, General de los Hermanos de la Doctrina Cristiana, con la Hna. Chilena, Amparo Ros, que en breve vendría a Copiapó para ejercer su apostolado en el poblado Tierra Amarilla. También nos visitaron los sacerdotes P. Rafael Albert y P. Jesús Oyarzabal. Ambos misionaron anteriormente en dicha Diócesis y para los preparativos nos ayudaron eficazmente. Y muchos más. Un día grande y señalado en la historia de la fundación fue el 10 de octubre en que fue aprobada por la Sgda. Congregación para la Vida Consagrada, el proyecto de fundación, por tres años. El día 12, fiesta de la Virgen del Pilar, desde la Curia de la Orden, el Procurador General, P. Moya, le comunicaba a la M. Federal dicha aprobación. En los últimos días del mes de diciembre, la expedición fundacional habíamos de estar ya reunidas en el Monasterio Federal y prepararnos para una verdadera convivencia fraterna que duraría hasta nuestra venida. La M. Federal nos organizó como una verdadera Comunidad y cada mañana nos reuníamos con ella para algo imprescindible: Imponernos en el conocimiento del estilo chileno: costumbres, religiosidad, pastoral diocesana, condiciones ambientales para el mensaje contemplativo etc. Fecha muy importante para nosotras y de gran relieve fue la del 18 de enero de 1985, día de Sta. Margarita de Hungría OP, porque el Sr. Arzobispo de Valencia, D. Miguel Roca Cabanellas vino, invitado por la M. Ana Mª, para la Imposición de crucifijos. A este acto, tan significativo para todos, se sumó el Párroco de la parroquia de la Asunción, Torrente- (Valencia), D. Miguel Lluch, que también vivió varios años el ministerio sacerdotal en América latina. Concelebraron con el Sr. Arzobispo el P. Asistente P. Vito Tomás Gómez, OP, el Secretario del Sr. Arzobispo, D. Víctor Arias; D, Miguel Lluch; los PP. Dominicos: Marceliano Llamera, Jesús Azagra, Gerardo Sánchez y Antonio García, otros sirvieron al altar y muchos familiares, amigos y bienhechores nos acompañaban. En la homilía nos dijo entre otras cosas: «La Iglesia no es empresa humana, es obra de Dios. Por eso se construye desde nuestra pobreza, desde el desierto de nuestras incapacidades, desde la oración. Es Dios quien edifica…. Vais al Desierto de Atacama. Allí daréis vuestro mensaje a unas tierras y a unas gentes hermanas ya con Valencia. Vais con la fuerza del Espíritu que ama a todos los hombres…». Al final nos impuso los crucifijos… Inolvidable.
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¡Cuántos nos habían dicho ya el motivo de nuestra venida y qué esperaba el Señor de esta Casa de Oración y Predicación! Lo cierto es que en toda la Federación había un clima misionero muy acusado y las monjas sentían el mismo afán que los Obispos y la M. Federal. Contribuyó mucho a ello el que, con motivo de la conmemoración de los 20 años de la promulgación del Decreto “Ad gentes”, en todos los Monasterios federados estábamos estudiando «La dimensión Misionera de la Iglesia» ya que en el Decreto se nos decía en concreto a las monjas (Cfr. nº 18): «Se debe alentar de manera especial la fundación en las nuevas Iglesias de comunidades entregadas a la contemplación, dado que la vida contemplativa pertenece a la plenitud de la presencia de la Iglesia». Para estimular en el tiempo nuestra determinación, si fuera necesario, años más tarde en “Vita consecrata” se nos recordará casi con idénticas palabras: «La vida contemplativa pertenece a la plenitud de presencia de la Iglesia. Por ello es necesario establecerla en todas las iglesias nuevas.». Y últimamente en Aparecida se insiste en el mismo deseo de la Iglesia cuando nos dice: «De manera especial América Latina y El Caribe necesitan de la vida contemplativa, testigo de que sólo Dios basta para llenarla de vida, de sentido y de gozo” (Cfr. nº 221). Así, pues, en ese último Adviento de 1985, antes de venir a Chile, los textos de Isaías propios de la Liturgia tenían una resonancia especial en nuestro interior y venían henchidos de profetismo tan verdadero que en poco tiempo lo veríamos hecho realidad espiritual: «La estepa estalla en flor y se regocija hasta lanzar gritos de júbilo... Serán alumbrados en el desierto aguas y torrentes. Se trocará la tierra abrasada en estanque y el país árido en manantial de agua”. Atacama, se alegraría porque allí habría una senda y un camino, vía sacra se la llamará…» (Is. 35). La gente tan buena de Copiapó tendría quien viviera sólo para quemar sus vidas en la presencia de Dios, hablándole de sus problemas y necesidades y ofreciendo esa «vía sacra» a quienes quisieran orar y transitar por ella hacia Dios. El 8 de diciembre de ese 1985 curiosamente la Federación celebraría su 25 aniversario de vida y consagración a María Inmaculada y se deseaba que ese día estuviéramos ya en Copiapó, pero Ntra. Señora tenía otra fecha preparada: Sería el día 11 de febrero de 1986, fiesta de la Virgen de Lourdes, día en que la Virgen se reveló como la Inmaculada Concepción el preferido por Ella; así pues ese día pusimos pie en Copiapó conducidas por la que desde entonces llamaríamos, Inmaculada de Atacama y que daría nombre para siempre al Monasterio que se construiría en estas tierras. Desde ese 11 de febrero la Iglesia de Copiapó ora ininterrumpidamente con la voz y el corazón de las monjas, voz de Cristo y corazón de Cristo, voz del pueblo y corazón del pueblo, voz de la Iglesia Esposa y corazón de la Iglesia Madre; voz con resonancias de bramador y color de granate, voz de parronales y corazón minero, voz de río Copiapó seco hoy, linde de nuestro Monasterio, recordándonos constantemente que la Creación entera gime también en nosotras su oración. Muy larga ha sido esta descripción es cierto, pero todos sabemos la importancia que tienen los nueve meses de gestación para una nueva vida. Bien, el 12 de octubre de 1986 se comenzaron las obras de construcción del Monasterio y se dio por terminado el 27 de octubre de 1987. El 5 de noviembre se fija como fecha para el traslado definitivo de la Comunidad de la casita de Punta Negra donde hemos vivido tantas y tan gratificantes experiencias, a la que será la Casa de Oración de la Diócesis. Y este es el momento adecuado para dar gracias a dos personas en concreto, aparte del Sr. Obispo, D. Fernando, por supuesto; dos personas en las que queremos representar a todas; pero ellas merecen mención especial: nuestra gratitud hacia Jan Truyen, franciscano belga, hermano nuestro en religión, será imperecedera; él llegó a ser la persona de nuestra confianza; él se encargó voluntaria y desinteresadamente de administrar la economía de la edificación, de la búsqueda de personal y la adquisición de materiales, etc. buscando siempre lo más favorable y de mayor rendimiento; no se perdonó sacrificios, desvelos y trabajos para que todo resultara aceptable y hasta perfecto. Su disponibilidad fue total y su entrega máxima.
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En el primer libro de Crónicas del Monasterio esta gratitud está frecuentemente anotada y por eso es preciso, para ser justos, decirlo aquí y ahora. De igual forma podría hablar de la M. Josefa Vila, de la Congregación de la Sgda. Familia de Urgell, Superiora del Hogar de Belén que nos hizo de Madre con su palabra y sus obras, ¡cuánto nos ayudó! Y muchos fueron los sacerdotes, religiosas y seglares que se desvivieron por ayudarnos a establecernos y para que nos sintiéramos acogidas e integradas en la Diócesis y en este hermoso país. Y lo consiguieron. Ahora sigamos. Sabemos que si todo va bien, la vida suele ir por delante de los papeles oficiales, y por eso, sin estar erigido el Monasterio canónicamente, un hermosísimo día 3 de mayo, Monseñor Ariztía consagró la iglesia y bendijo el recinto monástico y la hospedería. Estaba presente y feliz, la M. Ana Mª, que hablaría en su momento a la Asamblea, y la acompañó Sor Mª Araceli Abós; concelebraron con el Sr. Obispo el presbiterio de la Diócesis y tres dominicos; asistieron religiosas, religiosos y fieles en gran número en esa Liturgia tan bella como es la de la Dedicación de un templo; el templo del Monasterio de Copiapó está dedicado a la Virgen Inmaculada de Atacama y bajo su mirada transcurre toda la jornada y la vida, no solo de las monjas, sino del pueblo y la Iglesia entera; Inca de Oro, Potrerillos y Caldera; Domeyko, Huasco y San Félix, las pesqueras y las escuelas, los jóvenes con sus grandes problemas y frustraciones…todo, todo estará presente ante el Señor a través de la oración continua de las hermanas. Las aprobaciones de erección canónica del Monasterio vendrían todas en septiembre de 1989: El día 2 llegó la aprobación de la Congregación para la Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica. El día 4 la firmada por D. Fernando y D. Salvador Bacardít, pbro. Y el día 7, la del Maestro de la Orden de Predicadores, P. Damian Byrne OP, y D. Fernando con un delicadísimo gesto, tan propio de él, hizo en el documento una mención especial de Sor Catalina Tello, OP; la vida dominicana contemplativa ya había echado raíces en la eternidad, desde ella Sor Catalina uniría su voz a la nuestra en la alabanza divina y en la intercesión por los hermanos. Las fundadoras, definitivamente seríamos las mismas que llegamos de Torrente, pero al morir Sor Catalina, Sor Mª Pilar Marco, una joven monja de su misma Comunidad de origen, Daroca, se ofreció para ocupar su lugar. También se nos unió Sor Myriam Acevedo Salas, porque tenían que ser ocho —y con dispensa de una—, los miembros de la Comunidad. ****************************************** En este momento tendríamos ya que hablar de lo que ha sido la vida de la Comunidad y su desarrollo que en este caso ha sido bastante peculiar. Lo lógico hubiera sido que con el paso de los años —ya hace veintidós años que llegamos a Copiapó— el Monasterio contase con bastantes miembros de esta Iglesia, al menos de Atacama, que le dieran estabilidad y fueran su futuro netamente chileno; pero no ha sido así. Lo que el Señor tenía preparado para el Monasterio de Copiapó ha sido bien distinto. Sor Mª Pilar Marco, la más joven y la última en llegar, fue nombrada Maestra de Novicias del Monasterio y lo continuó siendo después de que el 9 de enero de 1990 se convirtiera en Noviciado Federal de Copiapó, que se inauguró el 19 de marzo de 1990. Y esto porque queremos sentir con la Iglesia que cree como más conveniente que las vocaciones se formen en su misma cultura y constituyan comunidades en su lugar de origen, si es posible. El Noviciado empezó a funcionar con tres vocaciones chilenas, pero, y aquí entran ya los planes de Dios, en el 2002 se convirtió en Noviciado Internacional al empezar a enviar Argentina, Venezuela, Brasil y Ecuador a algunas de sus novicias, profesas temporales o profesas solemnes para el ciclo completo de formación o para actualizar y completar su formación inicial. En estos 18 años de andadura, han pasado por el Noviciado Federal unas 51 hermanas, de cinco nacionalidades: Chile, Argentina, Brasil, España, Ecuador y Venezuela. Han sido nombras tres Maestras Federales.
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¿Por qué señalo estos datos? Para hacer resaltar la acción de Dios en nuestra historia. Porque en Copiapó, después de más de veinte años, sólo tres hermanas han llegado a la profesión solemne y han perseverado, aunque han entrado muchísimas, sin embargo, como nos dice Vita consecrata: «La audacia con que se anuncia al Señor Jesús debe estar acompañada de la confianza en la acción de la Providencia, que actúa en el mundo y que hace que todas las cosas, incluso los fracasos del hombre, contribuyan al bien de la Iglesia». ¿Es que consideramos un fracaso que sólo haya habido tres profesiones? No, porque aunque sólo hubiera habido una, es tan grande el don del Espíritu a la Iglesia con una vocación contemplativa que hubiera estado justificado todo el esfuerzo; más aún, aunque no hubiera habido ninguna, la existencia de un Monasterio contemplativo en la Diócesis de Copiapó tendría pleno sentido como parte de esa plenitud de presencia de la Iglesia. Los planes de Dios nos superan, y si el desierto es árido incluso para florecer en vocaciones, todo sirve indefectiblemente para los designios de Dios más altos que los nuestros, y así el 19 de marzo de 1993, Mons. Alejandro Roig que predicaba un retiro a los sacerdotes de Copiapó, nos comentó a las monjas si sería posible una fundación dominicana en el sur de Chile, tal vez Talca o Valdivia, por supuesto con la venia de los dos Obispos… El tema no cayó en saco roto en el corazón de las monjas que necesitamos poco para sentirnos espoleadas por el celo misionero y consultamos esa posibilidad con la M. Ana Mª, que ya sabemos cómo cree que la tienda ha de extender sus clavijas…, y porque un aguijón no nos deja vivir hasta ver sembrados todos los pueblos de la tierra de hogares de oración, de focos de contemplación, de voces que rasguen todos los vientos del orbe glorificando a Dios. Así que ella, entre el 4 y el 29 de junio llamó y habló telefónicamente con Mons. Carlos Camus, Obispo de Linares, que aprobó, aceptó como suyo el proyecto de fundación e hizo la petición escrita solicitándola, ya que en su Diócesis tampoco había un Monasterio de vida contemplativa. El terreno donado para la fundación está a 11 Kms. de Linares y se encuentra en el término denominado Yerbas Buenas. Las fundadoras salieron de Copiapó el 9 de agosto de 1994 y llegaron a Linares el 14, entre ellas iban tres monjas de nuestra Comunidad. A D. Fernando le costó ver claro esta fundación nacida tan tempranamente y tener que dejar marchar a tres hermanas, pero como hombre de Dios y como amaba tanto a la Iglesia, consintió, y Sor Mª Teresa Rius partió como Vicaria de la M. Federal acompañada de Sor Felicidad Granell y Sor Mª Dolores Isern con dos monjas mayores de la Comunidad de Santiago de Chile, Sor Rosa Aramayo Alcérreca y Sor Josefina García Núñez que quisieron así manifestar su amor a Cristo y su fidelidad hasta las últimas consecuencias. El Monasterio que se llama «Inmaculada del Maule» fue erigido canónicamente el 4 de mayo de 2000. Ya han hecho la profesión solemne tres monjas, más dos que se incorporaron, aún formandas, a Santiago de Chile y a Copiapó; y tiene tres profesas temporales en nuestro Noviciado…. La Inmaculada de Atacama apenas tiene vocaciones propias, pero ha sido muy fecunda por la gracia de Dios y según sus propios proyectos. El Noviciado Federal e Internacional y la fundación en Linares fueron dos acontecimientos de gracia en estos 22 años de andadura, como lo fue la celebración del 8º Centenario de la Fundación del primer Monasterio de Monjas Contemplativas Dominicas por Sto. Domingo en Prulla (Francia) que muchos de Vds. recordarán. En la jornada de apertura del Gran Jubileo con motivo del Centenario, que fue el 2 de diciembre de 2007, tuvimos el gozo añadido y enorme de tener en nuestra iglesia hasta el día 8, a la Virgen de la Candelaria que por primera vez salía para estar fuera de su Santuario. Fue de una dulce emoción saberla entre nosotras y bajo nuestro techo. El altar para la celebración eucarística se colocó en la explanada delante de la iglesia. Celebró el Padre Obispo, D. Gaspar Quintana, tan a nuestro lado siempre y en todo, acompañado en concelebración por numerosos sacerdotes diocesanos, y religiosos; asistieron gran número de religiosas, de fieles, la Fraternidad de Seglares Dominicos, cuya existencia es otro regalo del Señor; todos, pues, nos reunimos para celebrar el gran Misterio de nuestra Fe y para acoger al final la indulgencia plenaria que el Sto. Padre había concedido a todo el que visitara un monasterio de la Orden durante el Año Jubilar. Siempre que hemos tenido un hecho importante en la Comunidad nos hemos sentido acompañadas por la Diócesis y por nuestros Obispos, lo que es muy importante para la Comunidad y de lo que
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damos gracias a Dios. Especialmente porque en el acontecimiento central de nuestra vida como es la participación en la celebración de la Eucaristía diaria, jamás hemos pasado hambre del Cuerpo de Cristo ni sed de beber su Sangre ni de alimentarnos de su Palabra, solemnemente proclamada y muchas veces predicada. Asimismo se nos ha atendido en los demás Sacramentos y celebraciones, litúrgicas o no, y muchas veces nos hemos beneficiado de distintos miembros de la Diócesis para la formación permanente de la Comunidad y para algunos cursos del Noviciado. Y HOY, ¿CUÁL ES LA REALIDAD ACTUAL DEL MONASTERIO? ¿DE QUÉ ESPERANZA VIVE? Nuestra vida es el Señor y Él mismo nuestro futuro, nuestro gozo, y toda nuestra esperanza está puesta sólo en Él, sabiendo que por la acción del Espíritu seguirá obrando, misteriosamente, pero misericordiosa y constantemente en las almas; por eso intentamos vivir de forma consciente y en comunión con la Iglesia Diocesana, lo que el espíritu nos ha dicho en Aparecida: Vivir en estado de permanente conversión personal y comunitaria. El inicio de la Gran Misión Continental lo comenzamos solemnizándolo mucho para que también las formandas tomaran conciencia de lo que tenemos que vivir, desde ahora hasta el final, por nuestro bien y por el de los hermanos que nos han sido confiados. Hace algo más de dos años, el actual Maestro de la Orden, el P. Carlos Azpiroz Costa, OP, dirigió a todos los Monasterios de España una impresionante Carta que supondría un golpe de gracia fuerte y transformante, como hemos visto por los resultados finales; esa carta tenía un encabezado que rezaba así: «PARA QUE TENGAN VIDA Y VIDA ABUNDANTE» Es el mismo lema del Documento final de Aparecida que dice: «PARA QUE EN ÉL TENGAN VIDA» (Jn 10, 10) También fue el texto del recordatorio de nuestro querido D. Fernando. Pues en esa Carta, el P. Maestro, nos invitaba, entre otras posibilidades, a ir a fundar a otros países donde poder dar vida renovando y reavivando las brasas y rescoldos que van quedando en las Comunidades muchas veces seculares de España y reviviendo el amor inicial, aquel amor primero que nos hizo dejarlo todo para seguirle a Él. Aunque nosotras en Chile no estamos en las mismas circunstancias que en España, Aparecida, como a Casa de Formación que es el Monasterio, nos dice que «Las casas y centros de formación de la Vida religiosa son también espacios privilegiados de discipulado y formación de los misioneros y misioneras según el carisma propio de cada instituto» (Cfr. nº 327) En las monjas dominicas vida orante y misión evangelizadora se unifican, por eso intentamos ser cada vez más conscientes de que nos convertiremos en verdaderos miembros de Cristo cuando nos consagremos totalmente a ganar almas; a imitación del Señor Jesús, el Salvador de todos, que se entregó totalmente a sí mismo para nuestra salvación. En la Orden de Predicadores la misión de frailes, hermanas y seglares es «evangelizar por todo el mundo el nombre de Nuestro Señor Jesucristo». Pero la de las monjas contemplativas es «buscarle en el silencio, pensar en Él e invocarle, de tal manera que la palabra que sale de la boca de Dios no vuelva a Él vacía, sino que prospere en aquellos a quienes ha sido enviada» (Cfr. Is 55, 10). Pero aunque estemos destinadas por voluntad de Dios especialmente a la oración, como nos recordaba la “Venite Seorsum”, no quedamos excluidas de todo ministerio, pues escuchando la Palabra, celebrándola y guardándola (Lc 2, 18), anunciamos el Evangelio de Dios. «El campo de la Misión ad gentes se ha ampliado... los verdaderos destinatarios son en definitiva los corazones...» (Cfr. Ap. 375). «Todas las transformaciones se fraguan y se forjan en el corazón de las personas e irradian en todas las dimensiones de su existencia y convivencia» (Cf. Ap. 538). Pues es allí donde solo el Espíritu puede operar milagros de conversión, de transformación, de gracia y de vida; y ahí sí puede hacer mucho la plegaria silenciosa, la oración litúrgica de la Esposa de Cristo y la oblación reparadora de la vida de las monjas. Quiero terminar dando gracias nuevamente a Vd. Padre Obispo, D. Gaspar, porque nos sentimos muy queridas; y para todo el Pueblo de Dios que peregrina por esta tierra tan sufrida y sencilla, tan amante de María y tan deseosa y merecedora de un mundo nuevo y mejor, sus monjas sólo deseamos que el Señor nos conceda, por amor a ellos, ser por nuestra vida escondida con Él en Dios, un «anuncio profético de que Cristo es la única bienaventuranza, al presente por la gracia y en el futuro por la gloria». Para alcanzar esta gracia también nos acogemos a la bondad de sus plegarias.
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Desde Orihuela nos cuentan... La tarde del 26 de septiembre Doña Paloma Gómez Borrero, corresponsal de la cadena COPE en Roma y periodista del Vaticano, visitó a las monjas del Monasterio de la Santísima Trinidad de Orihuela. La comunidad, por intermedio de amistades comunes ya tenía alguna relación con Paloma, que esa tarde, de paso para Torrevieja donde participaría en un homenaje a un periodista, quiso parar en la ciudad de Orihuela y allí pidió conocer personalmente a las monjas dominicas. Se conversó de la realidad española, del hoy de la Iglesia. Especialmente nos habló de Juan Pablo II, de Benedicto XVI. Compartió su experiencia del viaje del Papa a la Jornada Mundial de la Juventud en Australia, nos contó también de su familia. Luego adelantó el tema que desarrollaría en el programa de radio del siguiente domingo en la COPE, con su característica simpatía y profundidad en los comentarios. Fue un momento eclesial muy jugoso que se nos pasó rapidísimo. Le obsequiamos un ejemplar del libro de las Santas y Beatas de la Orden que elogió y agradeció. Nos comprometimos a rezar por la hermosa misión que desempeña en los medios de comunicación social.
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La Comunidad de frailes del “Pocito” pasa por Orihuela El domingo 21 de septiembre, la Comunidad de San Alberto Magno (de la Casa Natalicia de San Vicente Ferrer, calle del Pouet de Sant Vicent), de Valencia, Casa de Formación de los dominicos españoles en la etapa de teologado, se movilizaría en pleno para acompañar a dos de sus estudiantes. Fray Francisco Pujante Pellicer realizaba su profesión solemne y Fray Samuel Leiva Morón su renovación de votos. La ceremonia se desarrollaría en el Monasterio de Dominicas “Santa Ana” de la ciudad de Murcia y estarían allí todos. Como nuestro Monasterio de Orihuela les quedaba de camino vinieron a comer a nuestra casa. ¡Qué inmensa alegría! Como estamos en el límite de la provincia dominicana de Aragón, no les es fácil a los frailes visitarnos; un encuentro así era toda una fiesta para nosotras. Les preparamos la comida más rica que se nos ocurrió pero sobre todo lo hicimos con mucho cariño. El grupo lo formaron el P. Prior Fray Vicente Botella, el P. Maestro de estudiantes fray Alfonso Esponera, el P. Manolo Gómez Cacho y cuatro estudiantes teólogos, fray Vicente Benedito Morán, fray Alejandro López Ribao, fray Julio Carpio Gallego y fray Ángel Romo Fraile. Fue un momento en el que Nuestro Padre Santo Domingo gozaría al contemplarnos. Estábamos todos radiantes, contando anécdotas, recordando, compartiendo preocupaciones y alegrías de la predicación, hablamos de los estudios, del apostolado, de las etapas que están viviendo. ¡Encuentro de hermanos y hermanas! Damos gracias a Dios por el regalo de la fraternidad y pedimos por nuestros estudiantes, para que el Señor siga guiando sus pasos y los haga cada día más contemplativos servidores de la Palabra.
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Descansan en el Señor Sor Mª José Borrás Capella, de la Comunidad de Burriana (Castellón). Tenía 77 años de edad, y ha vivido 50 años consagrada al Señor por la Profesión religiosa. Sor Catalina Gelabert Fullana, de la Comunidad de Burriana (Castellón). Tenía 85 años de edad, y ha vivido 65 años consagrada al Señor por la Profesión religiosa.
FAMILIARES D. Joaquín García Vivó, hermano de Sor Desamparados, de la Comunidad de Santa Catalina de Paterna (Valencia), el día 6 de abril. Dña. María del Carmen Caballero Vidal, hermana de la M. Sylvia, Priora del Monasterio de Concepción (Argentina), el día 24 de abril. D. Luis Fernando Sánchez Servet, hermano de Sor Ana Carmen, de la Comunidad de Santa Catalina de Siena, Valencia, el día 5 de julio. Dña. Angelina Pons, tía de Sor Mª Encarnación Monfort, de la Comunidad de Vila Real (Castellón), el día 27 de julio. Dña. María Inmaculada, hermana de Sor Esperanza Mª Valdizán de la Comunidad de Santo Domingo, de Zaragoza, el día 3 de septiembre. D. Manuel Bort, hermano de Sor Inmaculada, de la Comunidad de Vila Real, el día 5 de octubre. Dña. Elba Rosa Gallardo, hermana de Sor Norma, de la Comunidad de Córdoba (Argentina), el día 23 de octubre. Dña. María García Gómez, hermana de Sor Francisca, de la Comunidad de Vila Real (Castellón), el día 27 de octubre.
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