Unidas 167

Año XLVIII – Junio 2011 – Nº 167

FEDERACIÓN DE LA INMACULADA MONJAS DOMINICAS TORRENTTORRENT-VALENCIA (ESPAÑA) (ESPAÑA)

Índice Página ¡Ven, Espíritu!

Agenda Federal Beatificación de Juan Pablo II Crónica de un Encuentro Cursillo de Formación en Catamarca (Argentina) Así vieron y vivieron el Cursillo: Nos reunimos en tu Nombre y te hemos encontrado, Señor Ved qué paz y qué alegría convivir los hermanos unidos Ministerio del servicio: Desde las cacerolas Se acercaron mientras íbamos de camino Alegrías especiales en la Octava de Pascua Noviciado Federal en Mendoza (Argentina) Eterno ahora Comunidad de São Roque - Brasil Nuestros difuntos

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Edita: Federación de la Inmaculada Concepción Apartado 20 46900 – TORRENT (Valencia) ESPAÑA IMPRIME: Federación de la Inmaculada Concepción Depósito Legal, V.733/1989 Junio, 2011 E-mail: secrefeinma@infonegocio.com Tel. 96-158 96 15

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–VEN, ESP¸RITU! ¡Quémame, Lengua de Fuego! ¡Sopla después sobre las hachas incendiadas y espárcelas por el mundo para que tu llama se propague! ¡Transfórmame en tus brasas para que yo queme también como Tú quemas, para que yo marque también como Tú marcas!

¡Deshazme con tu tempestad, Espíritu violento y dulcísimo, y rehazme cuando Tú quieras, y ciégame para que los prodigios de Dios se realicen, e ilumíname para que tu gloria se irradie!

Devórame, renuévame, aguza mi intuición, descansa en mis pupilas, agita mi lentitud. ¡Desátame, Espíritu Paráclito! ¡Corta mis lazos!

Lléname de tu verdad.

Dame tu fecundidad sobrenatural, tu heroicidad y tu luz.

Espíritu Paráclito, perfora mis ojos para que vea más, para que penetre la unidad que Tú eres, para que suba de mi pequeñez y me abata en Ti. ¡Ven, Consolador bonísimo! ¡Ven, Paz del corazón! ¡Ven y sálvanos!

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Agenda Federal ACTIVIDADES DE LA PRIORA FEDERAL - Día 29 de abril, preside el 30º Consejo Federal en la Casa de Espiritualidad de los PP. Dominicos de El Vedat-Torrent (Valencia).

- Días 30 de abril y 1 de mayo, participa en la Reunión con el Maestro de la Orden, Fr. Bruno Cadoré.

- El día 20 de mayo asiste al Encuentro de Prioras y Abadesas de la Diócesis de Valencia, en la Casa de Retiro de la Purísima de Alacuás.

PROFESIÓN TEMPORAL Sor Mª Rosa Pérez Pulido, el 8 de mayo, en el Monasterio de Ntra. Sra. de la Consolación en Xàtiva (Valencia).

PRIORATOS Sor Mª de Sales Gimeno Rocher, ha sido reelegida Priora en la Cdad. de la Inmaculada del Maule, Yerbas Buenas-Linares (Chile), el día 17 de mayo.

OTRAS NOTICIAS Reunión con el Maestro de la Orden de Predicadores Fray Bruno Cadoré, Maestro de la Orden, casi recién comenzado su mandato, ha querido tener un encuentro con las prioras de los monasterios de monjas dominicas contemplativas de las tres Federaciones de España: Santo Domingo, Nuestra Señora del Rosario y la Inmaculada Concepción. Asistió también la priora de Lisboa (Portugal). La reunión se celebró en la Casa de Espiritualidad de los PP. Dominicos de El Vedat-Torrent (Valencia), los días 30 de abril y 1 de mayo.

Cursillo de formación en Catamarca En la Comunidad de Catamarca (Argentina), se celebró un Cursillo de formación sobre algunos temas importantes de la Regla de San Agustín y la Constitución Fundamental de las monjas, que fue dirigido por el P. Guillermo Juárez, op. Asistieron hermanas de las Comunidades de Argentina y Chile.

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Beatificaci贸n del Papa Juan Pablo II El 1 de mayo, II Domingo de Pascua y fiesta de la Divina Misericordia, fue beatificado el Papa Juan Pablo II. Ha reflejado en su vida a Jesucristo, viviendo heroicamente las virtudes.

Estamos gozosos de que la Iglesia lo haya reconocido como tal y damos gracias a Dios por poder invocarlo como amigo, como intercesor ante Dios.

Hna. Mar铆a Sim贸n-Pedro Religiosa curada por Juan Pablo II

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CRÓNICA DE UN ENCUENTRO DÍA 29 DE ABRIL A lo largo de la tarde, fueron arribando a la Casa de Espiritualidad de los hermanos Dominicos en Torrent-Valencia, las diferentes hermanas, desde todos los puntos del mapa hispánico.

Desde las tres Federaciones de España y uno de los Monasterios de Portugal, acudimos a El Vedat, ejerciendo nuestro ser parte de la Orden y manifestando nuestra escucha a su llamada.

Como cuentas esparcidas por la geografía, nos fuimos congregando en torno a la convocatoria del Maestro de la Orden, fray Bruno Cadoré.

Sin saber concretamente el contenido de su invitación, todas intuimos el motivo de esta reunión. Sabemos que hay caminos que recorrer y nada mejor que sentir la fuerza de la Pascua para emprenderlos juntas y descubrir Su paso concreto en esta hora.

A las 7,30 horas, faltando todavía por llegar parte de las hermanas de la Federación de España y también fray Bruno, nos juntamos para orar Vísperas con la Eucaristía, presidiendo la celebración fray Brian Pierce.

En su predicación destacó la fuerza que se ejerce en la limitación, cuando la asumimos juntos y no la caminamos solos.

Fray Brian indicó que nuestras situaciones precarias pueden ser una oportunidad en la que se manifieste el actuar de Dios, si sabemos ver y reconocer el paso del Señor en ellas. Indicó que tal vez este encuentro sea una ocasión de conjugar nuestras impotencias y debilidades y creer que juntas podemos vivirlas como Gracia.

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A las 10,30, llegaron las últimas hermanas de la Federación de España y fueron acogidas gozosamente por Sor Mª Teresa Gil y los hermanos Asistentes, poco a poco se fueron acomodando y retirando para un merecido descanso.

Fray Bruno fue el último en llegar, pues su avión llegaba a Valencia muy entrada la noche.

DÍA 30 DE ABRIL Iniciamos el día con la oración compartida, celebrando Laudes y Eucaristía. Presidió la celebración el Promotor de las Monjas, fray Brian Pierce y concelebraron con él, el Maestro de la Orden y los dos Asistentes de las Federaciones, Fray Antonio García y Fray Luis G. Matamoro.

Fray Brian en la homilía subrayó el mensaje de que el Señor Resucitado no se apareció a personas individualmente, sino a personas congregadas, que estaban juntas.

En la primera asamblea, fray Bruno agradeció la acogida de su convocatoria y su deseo de aprender cómo las monjas participan en la misión de la Orden.

Instándonos a vivir nuestra vocación de predicadoras de la Pascua.

Cada hermana se presentó e indicó su lugar de procedencia para que el Maestro tuviera una visión global de la ubicación de nuestras comunidades.

Después de esta primera intervención de fray Bruno, nos plantearon tres preguntas para dialogar en los grupos y posteriormente exponerlas en la Asamblea conjunta.

Las cuestiones a dialogar eran las siguientes: -

¿Cuál es la misión de las monjas en la Orden?

Dificultades que encontramos para vivir esta misión ¿Cómo nos puede ayudar el Maestro a vivir esta misión?

Tras hora y media de diálogo retornamos a la sala de los encuentros plenarios, y las distintas representantes de los grupos fueron exponiendo de modo sucinto lo que se había comentado y sugerido.

Coincidiendo en puntos clave: 6

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La oración como elemento constitutivo de participar en la misión de la Orden.

La situación precaria de las Comunidades que dificulta la experiencia dominicana en sus elementos esenciales.

El concepto erróneo que se tiene de ser autónomas.

El servicio del Maestro como fuente de aliento y lucidez en el caminar de las hermanas.

Después que terminaron las distintas aportaciones de los grupos, el Maestro puntualizó algunos aspectos: - Promover juntos la misión de la Orden, preparar juntos el futuro de la misión, en la cual las monjas tienen su tarea que hacer.

- La oración como celebración del misterio de la presencia de Cristo, como manifestación de la compasión del corazón.

El corazón de la predicación es la liturgia, una liturgia que es el espacio de acogida de la humanidad, el espacio de la alianza de Dios con la humanidad. Desde este punto de vista es desde el que oramos por los hermanos e intercedemos.

La vida común está ordenada a celebrar esta liturgia. El testimonio de la vida común es también predicación.

También desde esta perspectiva se acoge a las personas que se acercan a nuestras comunidades, compartiendo la fe, ayudando a celebrar y vivir la Palabra.

Fray Bruno expresó su modo de entender el estudio, como poner la inteligencia al mismo nivel del corazón y el corazón al mismo nivel de la inteligencia.

Manifestó la necesidad del silencio para acoger la Verdad y dejarla ser presencia entre nosotros, sin poseerla, sino dejarla sencillamente acontecer.

Al inicio de la tarde, fray Bruno planteó a la asamblea otras dos cuestiones para reflexionar en los grupos, eran las siguientes: -

¿Qué concepto de autonomía nos ayudaría a preparar la misión de la Orden en el futuro? ¿Cómo las Federaciones pueden ayudar en comisiones comunes?

Se volvió a trabajar por grupos y nuevamente a exponer en la asamblea las conclusiones de cada uno de ellos.

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El Maestro escuchó cada aportación y matizó lo que él quería expresar cuando hablaba de autonomía como obediencia al Maestro de la Orden. No se refiere a una mera obediencia a su persona, no, sino a recibir la Orden al participar de sus prioridades y acoger sus necesidades, subordinando el interés personal al bien común, sabiendo que el bien común es el más logrado bien personal.

Seguidamente celebramos juntos las Vísperas y también la mesa, posteriormente tuvimos un tiempo de recreo todos juntos, aliñado con abundantes chistes y un precioso ambiente de fraternidad.

Este clima de fluidez y comunicación marcó la tónica a lo largo de estos días, interrelacionándonos entre las diferentes federaciones y comunidades de un modo sencillo, cordial y fecundo.

DÍA 1 DE MAYO La celebración de la Eucaristía con Laudes fue presidida por el Asistente de las Federaciones de España y la Bética, fray Luis G. Matamoro. Concelebraron con él, fray Bruno, fray Brian, fray Antonio y Fr. Francisco Femenía, hermano de la Comunidad de Torrente.

En la predicación fray Brian hizo una hermosa contemplación sobre la posibilidad de experimentar la fuerza de la Resurrección en las mismas heridas de la vida, fue un canto a la potencialidad del amor que asume y transfigura en orden al crecimiento y a la confianza vital.

Apresuramos el horario para poder compartir el resto del tiempo que tenía fray Bruno para estar con nosotras antes de regresar a Roma.

El Maestro inició la sesión manifestando su grata impresión por el trabajo realizado, y afirmó su importancia, dado que las monjas de España significamos una tercera parte de todas las de la Orden y lo que hagamos o dejemos de hacer, será relevante para el futuro de nuestra familia dominicana.

Fray Bruno planteó cómo se podría reflexionar y trabajar a nivel interfederal. Sugirió la posibilidad de crear comisiones interfederales que abordasen diversas cuestiones, que 8

analizasen realidades, que pudiesen canalizar también el compartir las diferentes experiencias y que pudiesen ofrecer propuestas para todas.

Fray Bruno indicó algunos posibles temas a tratar por estas comisiones: - Formación permanente - Formación inicial - Realidades pastorales en este momento de nueva evangelización - El cuidado de las hermanas mayores - El diálogo con los frailes, que están preparando también el futuro - ¿Cuáles son las condiciones necesarias para asegurar una calidad de vida humana, creyente y dominicana de las hermanas?

- ¿Qué pedimos cuando solicitamos una Visita canónica? ¿Qué esperamos de ella?

Seguidamente volvimos a reflexionar estas propuestas en los grupos pequeños y después de media hora regresamos a la sala común donde iniciamos el compartir, y a mitad de la exposición el Maestro se despidió breve y discretamente para no detener la reunión y siguió fray Brian moderando las intervenciones en compañía de los dos Asistentes.

Con esta asamblea finalizamos el encuentro y algunas de las hermanas ya iniciaron su viaje de

regreso al inicio de la tarde. Las hermanas de la Federación de España permanecieron toda la

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tarde en Valencia y aprovecharon para visitar el Monasterio Federal de Torrente y hacer un breve periplo por la ciudad, acompañadas por la amable acogida y disponibilidad de unos hermanos seglares dominicos —Pepe, Rosa y María José—.

Con el gozo de todo lo vivido y compartido regresamos a nuestras comunidades, dando testimonio de lo experimentado en estas intensas jornadas y sabiendo que se inicia un camino apasionante, en el cual la luz del Resucitado marca el rumbo.

Sor Miria Gómez Monasterio de Vivero-Lugo

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ENCUENTRO DE Formación En

CATAMARCA

«Un solo corazón y una sola alma hacia Dios» Fuimos llegando como peregrinas desde tierras lejanas. Traíamos en nuestros cuerpos y en nuestros párpados algunas horas de viaje: dos, diez, trece, veinticuatro, según las latitudes de donde procedíamos… Sin embargo, el corazón nos ardía por dentro, sabiendo que Jesús el Señor nos esperaba en San Fernando del Valle de Catamarca. El monasterio de nuestras monjas, ubicado camino al Jumeal, muy cerquita de la Cueva de Choya, donde se apareciera siglos atrás la Santísima Virgen a unos aborígenes del lugar, era el “cenáculo” que nos albergaría. Se trataba del Encuentro de Formación para las comunidades de Chile y Argentina, tan esperado por todas. Conformábamos un grupo blanco y negro, bien numeroso, entre monjas pertenecientes a los monasterios de Copiapó y Linares (Chile); y de San Justo, Concepción, Córdoba, Goya, Mendoza y Catamarca (Argentina). En total treinta y siete hermanas.

La Providencia quiso que este encuentro fuese predicado por el Moderador del Centro de Estudios de la Orden de Predicadores en Argentina, Fray Guillermo Andrés Juárez, quien tanto en sus homilías como en las charlas ofreció un profundo y rico caudal de contenidos, inspirándose, ante todo, en la Sagrada Escritura, San Agustín y el Magisterio de la Iglesia.

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Verdaderamente, la presencia de María nos rodeó durante estos días de oración, estudio y fraternidad, a modo de un nuevo Pentecostés. El Encuentro se abrió con la Eucaristía en las segundas vísperas de la solemnidad de Nuestra Señora de Luján, Patrona de la República Argentina, que este año se celebró el nueve de mayo. Finalmente, el día trece, Nuestra Señora de Fátima, concluyeron por la tarde las actividades previstas. Si la liturgia de la Virgen de Luján, centrada en el misterio de la Inmaculada, nos invitaba a rezar por nuestra Federación, la de la Virgen de Fátima nos urgía a renovar nuestra entrega por la salvación del mundo.

Las jornadas del Encuentro alternaban entre las exposiciones de Fr. Guillermo y los trabajos grupales de las monjas. Siguiendo un programa muy simple que constaba de dos exposiciones y un trabajo en grupos por día, se logró un clima estupendo, donde los temas

vistos en las exposiciones eran dialogados e interiorizados en los grupos. El tema que nos convocaba era el de la vida comunitaria según nuestras Constituciones. Las reflexiones de fr.

Guillermo se centraron sobre la frase de la Regla de San Agustín «un solo corazón y una sola alma hacia Dios». Una explicación bíblica de los “sumarios” de Los Hechos de los Apóstoles en los que San Lucas presenta la vida de la comunidad de Jerusalén movida por el Espíritu de Pentecostés dio lugar a una reflexión teológica sobre la comunidad religiosa como expresión de la koinonía eclesial y participación de la koinonía trinitaria a la luz de algunos pasajes muy luminosos de Vida Fraterna en Comunidad, Vita consecrata y Christifideles Laici.

Luego fr. Guillermo hizo un recorrido “a vuelo de pájaro” de la influencia que tuvieron los relatos de la vivencia de la comunidad de Pentecostés en la vida cenobítica desde Pacomio hasta San Agustín, reflexión que culminó con la explicación de las expresiones “un solo

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corazón y una sola alma” y “hacia Dios” en la enseñanza del Obispo de Hipona. La explicación de la koinonía religiosa continuó con la exposición de la mutua interacción de los elementos más visibles y más invisibles que la caracterizan y que explican la expresión “vida fraterna en común”. Esta reflexión y las que siguieron nos permitieron comprender mejor el sentido y la riqueza que comportan nuestras observancias vividas con amor.

La reflexión posterior de fr. Guillermo se centró sobre algunos de los elementos que conforman el aspecto más invisible de la vida comunitaria: la mirada de fe que descubre la presencia de Cristo en cada hermana y en toda la comunidad, la vivencia auténtica del mandamiento del amor, la ascesis de la vida fraterna, el perdón mutuo y la corrección fraterna. En fin, la liturgia de la Palabra de esa semana, centrada sobre el capítulo 6 del Evangelio según San Juan, provocó que las homilías estuvieran centradas sobre el misterio de la Eucaristía, fuente de la que renace, cada día, nuestra vocación y misión.

El trabajo en grupos se iniciaba con una pequeña guía, preparada por fr. Guillermo y culminaba con una síntesis que cada secretaria de grupo presentaba al inicio de la exposición de la tarde. Los grupos habían sido previamente establecidos y estaban integrados por monjas de distintas comunidades. El hecho de que fueran siempre los mismos permitió ahondar en el conocimiento mutuo y el compartir experiencias, ilusiones y desafíos. Las “devoluciones” diarias de las síntesis de los trabajos en grupos fueron tomando cada vez mayor relieve y tuvieron su punto culminante en el plenario con el que cerramos el Encuentro.

Al compartir tantas experiencias y sueños, gozos y desafíos, pudimos percibir una clara unidad de criterios, fruto de una Federación que avanza y crece al unísono con el sentir de la Iglesia.

Una alegría serena nos invadió a lo largo de este Encuentro que el Señor quiso regalarnos, no sólo a nosotras sino también a las hermanas que desde nuestras comunidades lo hicieron posible. La Liturgia preparada con esmero, la acogida, los más finos detalles: todo es motivo de acción de gracias, particularmente a nuestras monjas de Catamarca. Durante las recreaciones no faltó el canto y el baile: guitarra y bombo en mano, nuestras hermanas interpretaron algunas piezas típicas. Hubo además danza española, y hasta un vals de bodas… Esto último, a propósito de los veinticinco años de Profesión 13

Religiosa de Sor Martha Fernández, que ella ya había festejado en marzo pasado en la comunidad de San Justo a la que pertenece. Los arreglos florales en la capilla y el refectorio (claveles rosados, crisantemos blancos…) hablaban ese día de aquella inolvidable fiesta de bodas. Fueron recreos divertidos y pintorescos, en que brilló la frescura de unas, el silencio elocuente de otras, la espléndida madurez de las mayores y, en todas, el deseo de seguir creciendo en el amor, el mismo que alumbraba el corazón de Santo Domingo. Es de subrayar además la atención en el servicio de las mesas: tanto en el desayuno, las colaciones, los almuerzos y las cenas había “abundancia de dones, dulces y salados”, muchos de los cuales fueron obsequiados por bienhechores de la comunidad de Catamarca. Vaya para ellos, también, nuestro cariño y agradecimiento.

El Padre Guillermo compartía las comidas con nosotras… Sin embargo, la Madre María Jesús era la anfitriona principal y logró que estuviera siempre sentado a su mesa. Ella arregló su rosario, dejándolo como nuevo, y participó con entusiasmo de todas las actividades. Cabe destacar que este Encuentro de Estudio fue apoyado por nuestra Madre Federal, quien se hizo presente desde España con sus oraciones y una llamada telefónica antes de la conclusión del mismo. También recibimos correos del Provincial de la Provincia Argentina de San Agustín, Fr. Pablo Sicouly y de las prioras de nuestras comunidades.

Gracias por su cercanía y calidez.

Nuestras hermanas enriquecieron además con sus guitarras y sus voces el momento de la exposición y reserva del Santísimo. Ellas han expresado la gozosa experiencia de fraternidad que han tenido a lo largo de estos días.

No podemos dejar de mencionar a Madre María Ángeles, Vicaria de Madre Federal para Argentina y Chile.

Gracias por invitarnos a predicar la belleza de una vida contemplativa dominicana desde la plegaria y el “beso a las llagas de Cristo” en cada uno de nuestros hermanos.

Muchas cosas llevamos en el corazón y en el recuerdo. Muchas cosas que es preciso meditar, a imitación de María Santísima. Su presencia

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silenciosa y discreta nos habla del amor esponsal que la invade. Ella, Modelo y Madre de los consagrados, puede guiarnos hacia Cristo, el Pan Vivo bajado del Cielo, y hacer de nosotras mujeres eucarísticas.

En la homilía del día trece de mayo, Fray Guillermo predicó sobre el pasaje de Jn. 6, 51-58. En un momento hizo alusión a la Vida Eterna, que es “la vida total, simultánea y perfecta posesión de la Vida interminable (…) Si a Dios le entregamos nuestras vidas en el culto, a los hermanos, en el servicio. Y es Jesús quien nos da su Cuerpo Viviente, pleno de la vida de Dios”. Alimentémonos entonces de este Amor Crucificado, Viviente, Esponsal, Único, Eterno. Que la doble dimensión del misterio pascual que estamos viviendo, muy próximas ya a Pentecostés, sea una maravillosa realidad en nuestras vidas y comunidades, que son templos de Dios animados por el Espíritu.

«Un solo Corazón y una sola alma hacia Dios». Una existencia penetrada toda de Cristo. Una mirada trinitaria, enamorada, y el festín de los místicos que nos espera y que ya desde ahora celebramos en el corazón de la Iglesia, en el silencioso predicar de una monja dominica.

Sor Paola Telles, O. P. Mendoza, Argentina

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¡OH ESPÍRITU! Tú eres el amigo para el que queremos tener atención interior servicio reverencial escucha dócil devoción afectuosa amor fuerte.

Ven, Espíritu Santo, renueva la faz de la tierra.

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Así vieron y vivieron el Cursillo… «…Nos reunimos en tu Nombre, y te hemos encontrado, Señor...»

Sor Mª Esperanza Olivero, op.

Queremos compartir con todas ustedes lo maravilloso y hermoso que fue el encuentro de monjas aquí en nuestra casa, sin duda alguna ha sido EL PASO DE DIOS POR NUESTRAS VIDAS COMO COMUNIDAD y también para cada una desde su propia experiencia.

Fueron días de preparación intensa, antes del encuentro. Realmente había momentos en que creíamos que no se llegaba con todo, pero “las aguas torrenciales no pudieron apagar el amor ni anegarlo los ríos”. A pesar de ser pocas en casa, pudimos apreciar cómo Dios de una manera providencial fue abriendo los caminos e iluminando el sendero, Él nos ayudó especialmente a “quitar las arañas de sus guaridas” y una de sus mayores manifestaciones visibles fue la fraternal ayuda de nuestra hermana Sor Eva, de la Comunidad de Concepción. Llegó a nuestra comunidad tres días antes del encuentro, ni se imaginan ¡cómo trabajó!, fue una gran satisfacción para nosotras verla comer mucho más que cuando llegó. Les estamos muy agradecidas a Madre Adriana y la Comunidad de Concepción por tanta generosidad.

Trabajamos hasta el domingo antes del encuentro. Madre Mª Jesús nos decía: “nunca

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en mi vida he visto en el Monasterio trabajar en domingo”. Nosotras respondimos a una voz: “Madrecita, este domingo es especial”. A lo que ella respondió: “Bueno, bueno, no digo nada más”. También ha sido una gracia de la misericordia de Dios haber participado todas las venezolanas en este encuentro ya que para nosotras era novedad, pues era la primera vez que teníamos oportunidad de participar en algo tan bonito y beneficioso. Estamos muy agradecidas a Madre Federal por haber querido que todas nosotras participáramos. Sin duda alguna nunca nos arrepentiremos de que haya sido así. Nuevamente, gracias por su delicadeza y atención.

He querido llamar a este relato del encuentro: “NOS REUNIMOS EN TU NOMBRE Y TE HEMOS ENCONTRADO”. Porque ha sido ésa nuestra experiencia. Fue increíble la confianza, la apertura, el amor y la delicadeza de unas para con las otras, la unión, la fraternidad se respiraba en el ambiente y aunque algunas no nos conocíamos era como si desde siempre nos hubiésemos conocido. Realmente se sentía la presencia viva de nuestro Señor Resucitado entre nosotras. Gracias a todas por su colaboración; en los quehaceres de la casa nunca faltaron manos para ayudar. Fue hermoso y gratificante el poder compartir diversos testimonios de nuestras vidas y ver cómo cada corazón de nuestras hermanas acogían todas las preocupaciones, dolores y alegrías con sincero amor y respeto. De verdad, hermanas, Dios les pague con creces el bien que han hecho en nuestra comunidad en esos inolvidables días.

Son momentos en los que volvemos a decir ¡VALE LA PENA SEGUIR A CRISTO JESUS! en esta, nuestra vida dominicana, llena de alegría más allá de las cruces que se van presentando a medida que avanzamos en el camino. Dios está y nunca nos deja. Aunque existan ocasiones en que no le sintamos, Él camina a nuestro lado. Os pedimos abundantes oraciones para nuestra comunidad, especialmente en estos momentos. Nosotras rogamos a Dios por cada una de sus vidas y por vuestras comunidades.

Unidas siempre en el Sagrario y hasta cada Eucaristía.

«LAS AGUAS TORRENCIALES NO PUDIERON APAGAR EL AMOR, NI ANEGARLO LOS RÍOS» También agradecemos a Fray Guillermo por todo lo que hizo por nosotras.

Finalmente, no olviden, hermanas, que las puertas de Catamarca estarán siempre abiertas para todas ustedes. Dios las bendiga.

Sor Mª Esperanza Olivero, op.

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«Ved qué paz y qué alegría, convivir los hermanos unidos…»

(Salmo 132) Sor María Laura de la Cruz op.

Con este versículo del salmo, quiero empezar a compartir lo experimentado en estos días de convivencia de monjas de los monasterios de Argentina y Chile, ya que este salmo resume lo vivido en estos días.

Como parte de la comunidad anfitriona, pude ser testigo de cómo la paz y la alegría fue ganando espacio en nuestros corazones una vez pasados los primeros sustos al tomar conciencia del acontecimiento a que nos habíamos ofrecido.

En un recreo, Madre Priora, pidió que comenzáramos a decir una lluvia de ideas sobre cómo queríamos recibir a nuestras hermanas, cómo nos organizaríamos, qué sería necesario para acondicionar la casa…, en fin, ir preparando entre todas lo que íbamos a vivir en comunidad. Como nunca, la lluvia de ideas fue inmediata y pasados dos recreos, Madre Priora tuvo que suspender la solicitud ya que esto se estaba transformando en una inundación, debido al entusiasmo con que cada una iba aportando para que todo saliera lo mejor posible…

Poco a poco fuimos preparando la casa, suspendimos los trabajos habituales para dedicarnos lo más posible a los preparativos. Mientras las jóvenes limpiábamos, nuestras hermanas mayores preparaban lo siguiente: -

M. María Jesús, confeccionaba servilletas y servilleteros.

Sor Teresita y Sor Regina-Madre Subpriora, preparaban desde la ropería lo necesario para las celdas.

Madre Priora, se dedicó de lleno a preparar la Liturgia.

Sor Graciela María, a suplirnos en los turnos de cocina.

Sor Rosario ayudaba a cualquier requerimiento.

Sor María Silvia, a preparar el servicio desde la sacristía.

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El tiempo fue pasando rapidísimo, y cuando menos lo pensamos la convivencia era inminente. Una vez más agradecemos al Señor por manifestar su Providencia por medio de tantos bienhechores, que nos ayudaron con sus bienes materiales y espirituales, también agradecemos a las comunidades de Concepción y Mendoza por la ayuda de los días previos y posteriores, respectivamente.

En cuanto a los días compartidos con las hermanas experimenté la paz y la alegría de convivir los hermanos unidos. Era como si fuéramos una sola comunidad.

Muchas ya nos conocíamos y el reencuentro volvía a fortalecer los lazos de fraternidad que ya vivíamos y a crear nuevos con las hermanas que no conocíamos.

Valoro especialmente cómo fue tratando los temas Fray Guillermo y los aportes de los grupos en las pequeñas exposiciones y en la plenaria final. Particularmente me vi muy enriquecida con el aporte de nuestras hermanas mayores, debido a que con experiencia y sabiduría dada por el Señor, y acumulada con el paso de los años, era un aporte valiosísimo para el encuentro, ya que en su mayoría estaba compuesto por monjas con pocos años de profesión, siendo así un pregón lleno de esperanza sobre las “maravillas que Dios realiza en la frágil humanidad de las personas llamadas “(Vita Consecrata, 20) Doy gracias a la Federación, especialmente a Madre Teresa y a Madre Vicaria, Sor Mª Ángeles, por haber hecho posible estos días de formación y fraternidad.

También a todas las comunidades gracias por sus oraciones, saludos, y por habernos suplido en los oficios comunitarios, lo que permitió que algunas pudiéramos participar.

Que María Santísima, en su devoción del Valle, y nuestro Padre Santo Domingo, intercedan por nosotras, para que viviendo con un solo corazón y una sola alma, demos gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, y seamos las monjas que la Iglesia, la Orden y el mundo necesitan.

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Ministerio del servicio …desde las cacerolas

Si, también se puede participar desde las cacerolas. En este hermoso encuentro de monjas lleno de la presencia de Dios, que con su mano providente se hizo presente cada día, mi misión fue el ministerio del servicio desde la cocina; tener todo a punto para que las hermanas se sintieran a gusto y en casa.

Agradezco a tantas hermanas que se acercaron por la cocina desde el primer día, y colaboraron alegremente, gracias a ellas también yo pude participar de algunas platicas y plenarias que renovaron mi corazón al comprobar que éramos un «sólo corazón y una sola alma» en todo momento.

Agradezco de modo particular a Madre Mª Ángeles que al final de cada almuerzo y cena se acercaba al grupito de segunda mesa y nos alentaba con su palabra siempre amable.

Son innumerables las anécdotas que quedan en el tintero, con las que se enriquece nuestra vida fraterna, porque son signos de confianza y cercanía.

Finalmente, gracias a Madre Federal y a todas las comunidades que hicieron posible, alentaron y nos acompañaron con la oración, para que fuera posible esta convivencia de estudio y oración. Permítanme también agradecer a mi Madre Priora por alentarnos y animarnos en todo momento.

Un abrazo.

Sor Graciela María Cazalá, op.

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Se acercaron mientras íbamos de camino… camino…

Queridas Hermanas todas: Apenas unas letras para agradecer al Señor por tanto bien recibido en estos bellos días de convivencia fraterna. Gracias también a todas las comunidades por la confianza, y gracias por vuestra acogida, sí, es bello sentirse también acogida, especialmente en los momentos en los que el Señor nos hace sentir su Pascua de una manera nueva y distinta, porque en esos momentos son los hermanos los que agigantan nuestra fe y nos permiten ver que los mismos motivos que teníamos para no ver, son los mismos que se nos dan para ver… como a los discípulos de Emaús, que hizo falta que un peregrino caminara al lado para sentir que ardía el corazón… y reconocer el paso del Resucitado.

Gracias a todas… si quieren, pueden volver, sigue habiendo lugar, es más, parecería que el espacio incluso se ha ensanchado. Un abrazo.

Sor Mª Teresa Pérez, op

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Gozos especiales en la OCTAVA DE PASCUA Los acontecimientos de la Octava de Pascua de este año para nuestra comunidad han sido especiales. Para prepararnos a celebrar el Triduo Santo, tuvimos un Acto Penitencial dirigido por nuestros dos confesores: P. Gerardo Sánchez op, y Padre Jesús Villa op, atendiéndonos en confesión particular con esmerada dedicación.

Todo el Triduo fue muy intenso. El Sábado Santo nos dirigió una meditación sobre la Virgen el P. José Luis Ruiz op. invitándonos a ser imitadoras de María «guardando todos los acontecimientos en el corazón». Durante la Vigilia Pascual la presencia del Señor Resucitado se nos hacía viva en nuestro celebrante, el P. Gerardo y, hasta nuestras voces tomaban nuevo impulso y se intensificaban… A esta Vigilia asistieron fieles no habituales del mundo de la política, amigos de la comunidad, junto con los fieles que nos suelen acompañar en estas fechas y que, según decía alguien, “presagiaban” las especiales visitas que íbamos a seguir teniendo a lo largo de la Octava… Efectivamente, se sucedieron los encuentros significativos y gratificantes. Así, el lunes de la Octava, sorpresivamente, vino a celebrar el P. Provincial, Esteban Pérez, después de la Eucaristía pasamos al locutorio a saludarle estando con él un buen rato, el tema se centró sobre el proyecto que las Provincias de la Península Ibérica están llevando a cabo en vistas a formar una única Provincia dominicana y los pasos que ya se están dando para

ello.

Por la tarde de ese mismo día, previo anuncio, se presentaron las Siervas de la Asociación “Hogar de la Madre” con el Fundador, Padre Rafael Alonso y la Madre General, M. Ana Mª Campos y parte del grupo que durante la Semana Santa han estado haciendo retiro en nuestro antiguo Monasterio de Belén, cedido a ellas — alrededor de 150 personas, matrimonios, niños y jóvenes de distintas edades y de 22

diversas nacionalidades—. Tanto en el locutorio como después en la Eucaristía con Vísperas nos hizo recordar la experiencia del primer Pentecostés hablando en «diversas lenguas de las maravillas de Dios». Se alternaron en los distintos momentos los cantos de ellos y los nuestros, uniendo las voces para proclamar, como en otro Cenáculo, el gozo inmenso de la Resurrección de Jesucristo.

Siguiendo con la semana de la Octava… llegó el martes, en que recibimos una llamada del Sr. Arzobispo, Mons. Carlos Osoro, preguntando si podía venir al día siguiente por la tarde a celebrar la Eucaristía con nosotras. Se armó un gozoso revuelo comunitario cuando la M. Priora lo comunicó y nos dispusimos para recibirlo lo mejor que supimos. Así, el miércoles, día 27 de abril, a las 5 de la tarde abrimos nuestras puertas para recibir al Pastor de la diócesis, le acompañaba el Vicario de esta Zona, Don Javier Llopis. Después de saludarlo nos dirigimos hacia el coro donde oró unos minutos y poco después se iniciaba la Eucaristía acompañado en el altar por el Vicario que concelebró con él. Las lecturas de ese día eran: Hch 3, 1-10: la curación del paralítico del templo, y el Evangelio de Lc 24, 13-35: los discípulos de Emaús.

Inició su homilía dando gracias a Dios por poder celebrar la Eucaristía esa tarde con nosotras, nos dijo que aunque llevaba ya dos años en la diócesis y no nos había

visitado hasta ahora, sin embargo había sentido nuestra oración y cercanía y pensaba que le habría sido imposible llevar adelante su misión de Pastor sin el acompañamiento de personas que están entregando su oración y su vida para poner a todos en las manos de Dios.

Refiriéndose a los textos bíblicos de ese día nos dijo que justamente esta página del Evangelio ha sido elegida como hilo conductor del Itinerario Diocesano de Renovación con la que han leído la situación en la que vive nuestra Archidiócesis de Valencia y la necesidad que todos nosotros tenemos de encontrarnos con Cristo, como se encontraron los discípulos de Emaús, para salir corriendo a anunciar al Señor Resucitado y decir a todos que la Salvación y la Vida están en Ntro. Señor Jesucristo.

Y siguió diciéndonos que nosotras, como las mujeres del grupo de los discípulos de Jesús que traía el texto del evangelio (Cf. Lc 24, 22-23), hemos de ser anunciadoras de que Cristo está Vivo, porque la vida contemplativa es como un

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grito fuerte que se oye en toda la tierra, diciendo al mundo entero que Cristo ha resucitado, que Cristo es la Verdad, que Cristo es la Vida. Y este grito es esencial en la historia de los hombres y esto no sería posible si no tuviéramos la experiencia del encuentro con el Cristo que está vivo. Prosiguió ampliando y desglosando estas ideas y terminó diciéndonos que es una bendición que en la diócesis haya monasterios de contemplativas y nos animó a estar contentas y felices porque Dios nos ha llamado a vivir el núcleo mismo de la vida cristiana, a vivir en el corazón de la iglesia, a ser corazón de esta tierra aun para aquellos que no saben ni conocen a Jesucristo, «estáis para ser corazón que late y da vida, que

da fuerza al mundo».

Después de la acción de gracias salimos a la sala de comunidad para compartir. Se entabló un animado coloquio y nuestro Arzobispo y su Vicario respondieron a nuestro interés por saber cómo se va desarrollando el llamado Itinerario de Renovación en nuestra diócesis y los grupos que se reúnen a escrutar la Palabra de Dios en forma de lectio, para luego poder ser testigos de esas vivencias y transmitirlas desde la vida. Otro tema fue el de las fusiones, se habló del antiguo Monasterio de Belén cedido a una nueva Fundación de la cual se están recogiendo ya los frutos en nuestra iglesia diocesana, y nos animó a cultivar y acrecentar la esperanza. Muchos otros temas salieron en la distendida tertulia y que nos sirvieron para comentar en nuestra recreación. La comunidad nos despedimos y Don Carlos se quedó hablando con M. Federal y M. Priora y según supimos, para proponerles “nuevos proyectos de vida” que en su momento se sabrán.

Y siguiendo con la “agenda de la Octava”… también en las Eucaristías de esos días nos sorprendían nuestros hermanos dominicos, pues hubo mucha variación, P. José Luis, P. Gerardo, P. Arturo, P. Feliciano y cada uno de ellos poniendo lo mejor de si mismo en la Celebración.

En lo cotidiano se percibía una laboriosa actividad por parte de M. Federal y su equipo preparando el encuentro de las Prioras con el Maestro de la Orden en la Casa de Espiritualidad de los dominicos de El Vedat. Se nos había anunciado que las hermanas que venían de Bética, de la Federación de Ntra. Señora del Rosario, antes de subir al Vedat harían “escala” en la Comunidad de la Inmaculada… y el viernes 29, a un toque de “arrebato” de campana bajamos todas a la portería para

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recibirlas… ¡abrazos y bienvenidas efusivas! Hay una especial relación con las hermanas de esta Federación por el hecho de que desde el año 1969 hasta 1979 a sus formandas las traían al Noviciado de Torrente, con lo cual se crearon lazos muy profundos y duraderos. Mientras saludábamos cariñosamente a nuestras hermanas de Bética, aparecieron también haciendo “escala” otras Prioras de nuestra Federación y la Priora de Lisboa, Sor Mª Teresa. Igualmente saludos y la alegría siempre nueva de volvernos a ver. La M. Priora de Vivero, Miria Gómez, estuvo también este día comiendo con nosotras.

Pero todas, al cabo de un rato se iban marchando, hasta que quedó sola la comunidad. ¡Con el “sueño” de poder de alguna manera ver al Padre Maestro…! ¡Nos costaba pensar que lo íbamos a tener a 15 minutos de distancia… y no verlo! Pero sólo fue posible tener alguna información de lo fenomenal que estaba resultando el encuentro. Y en su momento Fr. Bruno Cadoré, voló a nuevos destinos. Nos habíamos quedado sin verlo… A él no le vimos, pero pudimos “verle” en las

hermanas. Sí, un nuevo encuentro y esta vez con las hermanas de la Federación de Santo Domingo, la Federación de España, como también la llamamos. Esta visita no estaba prevista, pensábamos que no sería posible y por lo tanto ¡aún más contentas y agradecidas de que vinieran a saludarnos y a pasar un rato en la Casa Federal! Fue un gesto muy significativo y alguien decía que la visita del sucesor de Ntro. Padre Santo Domingo ya estaba dando sus frutos de gozosa fraternidad.

Este primer día de mayo, tan lleno de acontecimientos, desde la beatificación en Roma de Juan Pablo II que pudimos seguir a través de la televisión, hasta una Primera Comunión que tuvo lugar en nuestra iglesia, que se llenó de niños acompañando a la amiguita que comulgaba por primera vez. Todo sabía a Presencia nueva de Jesús Resucitado que se va manifestando en nuestro caminar a través de mediaciones y que sabe a “mañana de luz y de alegría” como dice un canto pascual.

Así fue trascurriendo la mañana y la tarde de ese día en que concluía la “Octava de Pascua 2011”, pero antes de terminar el día, las Madres y hermanas de nuestra comunidad que habían asistido a la reunión de El Vedat, quisieron contarnos algunas de las primicias de este encuentro tenido con el Maestro de la Orden, el Promotor de las Monjas, Fr. Brian Pierce op. y los PP Asistentes de cada Federación, P. Antonio García op. y P. Luis G. Matamoro op. Todas las

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escuchábamos con gran interés y atención en espera de que en los días sucesivos podríamos tener una información más completa y detallada a través de las grabaciones en DVD y sus concretas explicaciones o aclaraciones. Nos retiramos a descansar rumiando frases elocuentes y sabiendo que hay “tareas” para poner en marcha “Ya”… y todo ello para que nuestra vida de dominicas contemplativas no pierda vigor y creatividad y se renueve continuamente, para poder seguir inyectando vida en el corazón de la Orden y de la Iglesia.

Comunidad de La Inmaculada-Torrente (Valencia) ______________________________________________

Hacer el bien…

Pasar por la vida como el agua pura de fuente escondida que brinda frescura sin que la mirada de nadie la vea, y aunque va ignorada, todo lo recrea, con manto de flores que presta a la vega; con suaves olores que a ninguno niega…

Pasar por la vida con el alma llena, toda enriquecida, para todos buena de Luz, de Consuelo, de Amor, de Dulzura…

Que sea tu cielo la santa locura de dar, sin que nada a cambio recibas, y siempre ignorada, dando siempre, vivas.

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Queridas hermanas:

Nos acercamos a ustedes por medio de esta crónica, para compartirles lo vivido en estos meses en nuestro Noviciado Federal de Mendoza.

Somos 10 formandas: 7 novicias y 3 profesas, procedentes de los Monasterios de Chile y Argentina: Santiago de Chile (2); Yerbas Buenas-Linares (1); Copiapó (2); San JustoBuenos Aires (2); Córdoba (1) y Concepción-Tucumán (2).

Este año, las novicias comenzaron el 1º de febrero, mientras que las profesas llegaron el 1º de marzo, día en que oficialmente dimos comienzo a este curso. Ese día recibimos también a Madre Ángeles que vino acompañando a una de sus novicias, y que en uno de los recreos compartidos tuvo un hermoso detalle: regaló al Noviciado una Virgen Niña con un rosario que pertenecía al Noviciado de Copiapó y que quiso que estuviera aquí en Mendoza. Ahora la tenemos en nuestra sala de labor ya que es, después del coro, el lugar en el que las novicias compartimos la mayor parte del tiempo.

Al inicio de este año, Madre Maestra, siguiendo el camino que la Orden nos propone hacia el 2016, nos invitó a profundizar en nuestra predicación comunitaria, en el don que es cada hermana y en lo que recibimos de Dios a través de cada una. Y a dejarnos penetrar por la Palabra, para que dé fruto en nuestras vidas, ya que en esto consiste principalmente nuestra predicación: “en ser piedras vivas que reflejen la palabra de Dios” como nos lo enseñan nuestras constituciones: «Las monjas, escuchando la Palabra, celebrándola y guardándola, anuncian el evangelio de Dios con el ejemplo de su vida.» (nº 96).

El 9 de marzo, miércoles de ceniza, dimos comienzo a un retiro que duraría hasta el sábado por la tarde, como preparación para este tiempo de cuaresma. Fueron días para aquietar el corazón y disponerlo a la escucha. Posteriormente compartimos lo reflexionado en estos días de mayor silencio, sobre este tiempo de gracia que el Señor nos concedía vivir, ayudadas por la liturgia y la carta para la cuaresma del Papa Benedicto XVI.

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Del 21 al 25 de marzo, tuvimos un curso sobre sacramentos con Fray José María Cabrera, OP. Cuando llegó el turno de hablar del sacramento del Orden, ya era el último día del curso, en el tiempo del recreo, vimos una película que el Padre nos había traído, titulada “La última cima”, sobre Pablo Domínguez, un sacerdote español con una vida ejemplar. Realmente ¡hay tantos sacerdotes buenos y santos en la Iglesia! La impresión que nos dejó el testimonio

de su vida nos hizo tener más presente a los sacerdotes en nuestra oración.

Este curso fue muy provechoso para conocer y profundizar en aquello que nos da nuestra identidad cristiana, nutre nuestra vida espiritual y a través de los cuales Dios, principalmente, nos manifiesta su amor.

Los días 11, 12 y 13 de abril vinieron tres frailes a dar unas pláticas a la comunidad, como preparación para este tiempo de cuaresma, y a ellas nos sumamos las novicias.

La primera titulada «De la cabeza a los pies», la dio Fray Pablo Condrac, OP. Partiendo de la imposición de la ceniza (la cabeza), hasta el lavatorio de pies, fue desarrollando temas en torno a la compasión, el perdón, la caridad, el servicio y la fraternidad.

En la segunda, recorrimos con Fray Domingo Cosenza OP, varios pasajes de la Escritura relacionados con el Siervo doliente de Yahvé.

Y en la tercera, Fray Agustín Sánchez OP, nos habló sobre la penitencia, según Santo Tomás.

El domingo 17 de abril, llegó el Padre Antonio Artola para predicarnos durante la Semana Santa. Es un sacerdote realmente de Dios que, desde la centralidad de la Eucaristía, nos iluminó cada día con sus prédicas, adentrándonos en el Misterio Pascual.

Gozamos mucho de su presencia, de su amor a la Santa Misa y a los signos de la liturgia tan significativos en este tiempo pascual.

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Vivimos el Triduo Pascual unidas a toda la Iglesia que se llenaba de un profundo gozo por el amor ilimitado del Señor. Fue una alegría ver el Viernes santo a tantas personas, sobre todo los jóvenes, manifestar su fe y su amor a Cristo crucificado, en el momento de la adoración de la cruz. Y también, en la Vigilia pascual y el Domingo de Pascua, exultar de gozo con el triunfo de Cristo resucitado, manifestado en el tañer de las campanas y los cantos nuevos que habíamos preparado para esta ocasión.

El jueves de la Octava de Pascua, recibimos a los frailes del Convento de Mendoza que vinieron a celebrar la Pascua con nosotras. Este es un hermoso encuentro que año tras año, entre risas, historias, anécdotas y chistes, confirma y aumenta nuestra fraternidad.

Para coronar estos acontecimientos, el 1º de mayo, tuvimos la dicha de poder seguir por televisión la Misa de Beatificación de Juan Pablo II, uniéndonos a esta inmensa alegría de toda la Iglesia. Nos dejó inundadas de su amor y entrega a la Iglesia, deseosas de vivir esa relación profunda que él tenía en todo momento con el Señor.

El domingo 8 de mayo despedimos a las monjas que partían para Catamarca al curso de formación permanente que tendría lugar allí. Tanto las que iban como las que nos quedábamos en casa teníamos una gran ilusión por este encuentro que puede ser el impulso para una fraternidad mas intensa entre nuestras comunidades. Allá partieron, cargadas de cartas, pequeños obsequios y detalles para las hermanas, y de allá volvieron cargadas otro tanto con cosas para las novicias y, sobre todo, felices de haber participado y deseosas de vivir el «ved qué delicia convivir los hermanos unidos » .

En el Noviciado seguimos con las clases de Madre Maestra y esperamos para julio un curso sobre Escatología.

Nos encomendamos a sus oraciones para que el Señor nos siga bendiciendo y sepamos caminar con docilidad a su voluntad. Que el amor inmaculado de María nos guarde en el corazón de Jesús, Sus Hermanas del Noviciado Federal

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Sor Amada y sor Concepción, se llaman. Tienen 86 y 83 años, respectivamente. Dominicas por convicción, por misericordia recibida y otorgada.

Cabalgan las horas sostenidas por sus andadores, aclimatadas al silencio, siempre pertrechadas por el rosario mientras peregrinan el tiempo, acomodadas en ese eterno ahora que es su hábitat, tan diferente del carpe diem sin horizonte, ni pasado.

Han superado la esclavitud del reloj para alojarse en la confianza ejercida en lo inmediato.

La agilidad de su acogida del acontecer, de cada realidad, suple la falta de su memoria y la sonrisa de la aceptación, sus pasos torpes.

Siempre juntas en su debilidad, siempre acompasadas, siempre orantes.

Ellas devuelven al claustro del Monasterio su talante contemplativo, con sus “procesiones” previsibles y pausadas, con su predicación elocuente en el brillo de sus miradas, con su presencia frágil y maravillosa.

Cada uno de sus pasos es una intercesión y cada uno de sus latidos un gemido inefable de esperanza.

Ellas son nuestro tesoro, la cuna de nuestra ternura, su desvalimiento nos madura y nos ennoblece, su testimonio pujante implicado en lo cotidiano, en lo sencillo, en el no claudicar de vivir, nos alienta y fortalece.

Ellas son nuestra bonanza, esa sabiduría escondida y sin pretenderlo evidente, esa paz florecida sin alardes, ese abandono discreto y gradual.

Ellas son la frescura del asombro, la vitalidad de lo transparente, la fortaleza de la entrega sin recortes, la alegría de dar vida hasta el final.

Ellas son la lozanía de la Pascua, el dulce tacto de la Gracia rozando nuestros corazones.

Comunidad de Valdeflores- Vivero

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Nuestras hermanas de la Comunidad de Cristo Rei en São Roque – Brasil, agradecen las aportaciones que han recibido para la construcción de la iglesia de su monasterio, e invitan a participar en la consagración de la misma.

As Monjas Dominicanas do Mosteiro Cristo Rei sentir-se-ão felizes com a presença de Vossa Senhoria e família para participarem da consagração da igreja do Mosteiro.

Presidirá a cerimônia Sua Excia. Revma. Dom Walter Michael Ebejer, OP.

São Roque, 6 de Agosto de 2011 às 15 h Mosteiro Cristo Rei Rua Walter de Filipo, 57 - Cambará Tel.: +55 11 4712.2808

“Que alegria, quando ouvi que me disseram: vamos à casa do Senhor.” (Sl 121) Que a oferta de todos para a construção desta casa do Senhor encontre sua recompensa no Coração do Cristo Rei.

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Vamos a la Casa del Señor

Familiares - D. Hugo Lacamoira, hermano de Sor Regina, de la Comunidad de Catamarca, falleció el Jueves Santo, día 21 abril.

- Dª Olga Dolores Luján, hermana de Sor Cristina, en Córdoba (Argentina), el día 28 de abril.

- Dª Carmen Lorente, hermana de Sor Pilar Mª, Priora de la Comunidad de Daroca-Zaragoza, el día 15 de mayo de 2011.

Recordamos también con cariño y gratitud a: Mons. Agustín García Gasco El día 1 de mayo, beatificación del Papa Juan Pablo II y día de la Divina Misericordia, nos sorprendió la noticia del fallecimiento repentino, ocasionado por una crisis cardiaca, del arzobispo emérito de Valencia, Mons. Agustín García Gasco.

Natural de Corral de Almaguer (Toledo) había cumplido recientemente los 80 años. Fue arzobispo de Valencia entre 1992 y 2009, y en 2007 fue creado cardenal por Benedicto XVI. Que Jesús resucitado premie su entrega a la Iglesia y le haga partícipe para siempre de su felicidad y su vida inmortal.

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