AÑO XLIX – octubre 2012 – Nº 172
FEDERACIÓN DE LA INMACULADA MONJAS DOMINICAS TORRENT-VALENCIA (ESPAÑA)
Índice Página “Tú” - Poema Agenda Federal Año de la FE Calendario del Año de la Fe 40 años de vida orante en Mendoza (Argentina) Entrevista a las hermanas españolas de la Comunidad de Mendoza Desde Santiago de Chile ¿A quién iremos…? - Profesión solemne en Yerbas Buenas (Chile) Experiencia de Dios- Paterna (Valencia) Memoria agradecida – Santo Domingo-Zaragoza Un regalo de bodas – Hna. Inés Di Marco ¿Qué queréis, Señor, de mí? – Santo Domingo-Zaragoza Nuestros difuntos
__________________________________ Edita: Federación de la Inmaculada Concepción Apartado 20 46900 – TORRENT (Valencia) ESPAÑA IMPRIME: Federación de la Inmaculada Concepción Depósito Legal, V.733/1989 Octubre, 2012 E-mail: sfeinma@gmail.com Tel. 96-158 96 15
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tú
Señor, Señor. Tú antes, Tú después, Tú en la inmensa hondura del vacío y en la hondura interior… Tú en la aurora que canta y en la noche que piensa… Tú en la flor de los cardos y en los cardos sin flor… Tú en el zenit a un tiempo y en el nadir… Tú en todas las transfiguraciones y en todo el padecer… Tú en la capilla fúnebre y en la noche de bodas… ¡Tú en el beso primero, Tú en el beso postrero! Tú en los ojos azules y en los ojos oscuros… Tú en la frivolidad quinceañera, y también en las grandes ternezas de los años maduros… Tú en la más negra cima, Tú en el más alto edén… Si la ciencia engreída no te ve, yo te veo; si sus labios te niegan, yo te proclamaré. Por cada hombre que duda, mi alma grita: ¡yo creo! ¡Y con cada FE muerta, se agiganta mi FE!
Amado Nervo
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Agenda federal Actividades de la Priora Federal - El día 17 de septiembre presidió el tercer Consejo Federal del sexenio 2012-2018. - Los días 20 al 23 de septiembre visitó la Comunidad de Albarracín. - Del día 24 al 26 de septiembre visitó la Comunidad de Santo Domingo-Zaragoza. - Del 27 al 30 de septiembre visitó las Comunidades de Ntra. Sra. del Pilar-Zaragoza; Calatayud (Zaragoza) y Daroca (Zaragoza). - El día 21 de septiembre delegó en la 1ª Consejera, Sor Mª Agustina Valenzuela, la asistencia a la reunión convocada por el P. José Mª Ciller CFM, Delegado Episcopal de la diócesis de Valencia, para preparar el encuentro anual del Sr. Arzobispo con las prioras y abadesas.
Prioratos Sor Mª Pilar Marco Moreno, fue elegida Priora de su Comunidad de la Inmaculada-Torrent (Valencia), el día 7 de septiembre. Sor Teresa Mª Gazzano Cricel, de la Cdad. de Córdoba (Argentina), fue elegida Priora de Esplugues de Llobregat (Barcelona), el día 10 de septiembre. Sor Mª Carmen Choren Martínez, de la Comunidad de Concepción-Tucumán (Argentina) fue elegida Priora de la de Copiapó (Chile), el día 12 de septiembre.
Traslado — Transfiliació ón Sor Mª Teresa del Hierro Irigoyen, de la Comunidad de Santiago (Chile), a la Comunidad de Santo Domingo-Zaragoza, en agosto de 2012. Sor Dominica González Esteve, de la Comunidad de Paterna (Valencia), ha sido transfiliada a la de Bayona (Pontevedra), donde residía desde el año 2005, en agosto de 2012.
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Incorporación a su comunidad Sor Mª Ángeles Martínez Moreno, se incorporó a su Comunidad de la Inmaculada-Torrent (Valencia), el día 18 de agosto de 2012.
Celebraciones Sor Mª Emilia Pastor Tomás, de la Comunidad de Copiapó (Chile), celebró sus Bodas de Oro de Profesión, el día 12 de agosto. Sor Delia Mª Bonpadre Auciello, de la Comunidad de San Justo-Buenos Aires (Argentina), celebró sus Bodas de Plata de Profesión, el día 3 de septiembre. Sor Mª Rosario Hernández Obón, de la Comunidad de Santo Domingo en Zaragoza, celebró el 15 de septiembre el 50 aniversario del comienzo de su Vida Religiosa.
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AÑO DE LA FE
El objetivo primero de este Año de la FE es ayudarnos a redescubrir el núcleo de la fe, el fundamento de la fe, que es el encuentro personal con Cristo, que nos ama, nos sostiene, nos perdona, nos anima y nos muestra un futuro feliz. «… Es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo, redescubriendo los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida y rezada. La fe es decidirse a estar con el Señor para vivir con Él. Y este «estar con Él» nos lleva a comprender las razones por las que se cree. Durante este tiempo, tendremos la mirada fija en Jesucristo, «que inició y completa nuestra fe» (Hb 12, 2), en Él encuentra su cumplimiento todo afán y todo anhelo del corazón humano. Que todos los miembros de la Iglesia seamos testigos creíbles, capaces de indicar la puerta de la fe a quienes buscan la Verdad». (Cf. Carta Apostólica “Porta fidei”. Benedicto XVI, 11 octubre 2011)
SÍNODO LA NUEVA EVANGELIZACIÓN para la transmisión de la fe cristiana Volviendo la mirada a nuestros orígenes vemos que la primera comunidad dominicana se llamó “LA SANTA PREDICACIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO”. Dios suscitó al varón 5
apostólico Santo Domingo para esa tarea específica, y a cada uno de los que conformaron y conformamos la Orden, nos ha regalado ese mismo carisma como don y tarea. Por ello nos concierne muy particularmente, como cristianas y como monjas dominicas la Nueva Evangelización que va a emprender en todo el mundo el Pueblo de Dios congregado en su Iglesia.
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Hermanas, indudablemente que nos enriquecerá a todas el conocimiento de lo que vamos viviendo y celebrando en las comunidades a lo largo de este importantísimo año. Podéis enviar vuestras aportaciones a Secretaría y las publicaremos en UNIDAS. Gracias.
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Calendario del Año de la Fe La Santa Sede hizo público, el día 21 de junio, en rueda de prensa, el Calendario de los eventos relativos a la celebración del Año de la Fe, que se extenderá del 11 de octubre del presente año al 24 de noviembre del 2013. Ofrecemos aquí aquellos en los que estará presente el Papa Benedicto XVI. XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se celebrará en el Vaticano del 7 al 28 de octubre de 2012, con el tema “La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana“. En la Misa de apertura del Sínodo se proclamarán “Doctores de la Iglesia” a San Juan de Ávila y Santa Hildegarda de Bingen. La solemne apertura del Año de la Fe en la plaza de San Pedro el 11 de octubre de 2012, con motivo de los cincuenta años del inicio del Vaticano II: Será una Misa concelebrada por todos los PP. Sinodales, los Presidentes de las Conferencias Episcopales del mundo y los PP. conciliares aún vivos que puedan participar. El 21 de octubre de 2012, tendrá lugar la Canonización de seis mártires y confesores de la fe: Jacques Barthieu sacerdote jesuita, mártir misionero en Madagascar (1896); Pedro Calungsod laico catequista, mártir en Filipinas (1672); Giovanni Battista Piamarta, sacerdote testigo de la fe en la educación de la juventud (1913); M. Marianne (Bárbara Cope) testigo de la fe en el leprosario de Molokai (1918); María del Monte Carmelo Sallés, religiosa en España (1911); Catalina Tekakwitha, laica indígena mohawk de Canadá, primera santa piel roja, convertida a la fe católica (1680), y Anna Schäffer, laica bávara, testigo del amor de Cristo desde su lecho de sufrimiento (1925). 25 de enero de 2013. Celebración ecuménica en la Basílica de San Pablo Extramuros con un carácter solemne. Sábado 2 de febrero. Celebración para los consagrados al Señor en religión, en la Basílica de San Pedro. Domingo de Ramos, el 24 de marzo, dedicado a los jóvenes que se preparan a la Jornada Mundial de la Juventud. Domingo 28 de abril, dedicada a todos los jóvenes que recibieron la Confirmación. El Santo Padre la conferirá a un pequeño grupo de jóvenes. Domingo 5 de mayo. Será dedicado a la fe en la piedad popular, una forma peculiar de fe del pueblo y la vida de las cofradías. La vigilia de Pentecostés, el 18 de mayo, está dedicada a todos los Movimientos, antiguos y nuevos, con la peregrinación a la tumba de San Pedro. "En la plaza de San Pedro 7
pediremos al Señor nos envíe su Espíritu para que se renueven los prodigios como en los primeros tiempos de la Iglesia naciente". La fiesta del Corpus Christi, domingo 2 de junio, con una Solemne Adoración Eucarística que será simultánea en todo el mundo. El domingo 16 de junio: el testimonio del ‘evangelio de la vida’ en defensa de la dignidad de la persona desde la concepción hasta su muerte natural. Domingo 7 de julio. En San Pedro, conclusión de la peregrinación de los seminaristas, las novicias y novicios y los que están en camino. Del 23 al 28 de julio. La Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro. El 29 de septiembre, dedicado a los catequistas, recordará también los veinte años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica. Domingo 13 de octubre, con la presencia de todas las realidades marianas, para indicar que la Virgen María, Madre de Dios, puede realizar auténticas maravillas. Domingo 24 de noviembre. Será celebrada la Jornada conclusiva del Año de la Fe. Se realizarán muchas otras iniciativas, como las de los Dicasterios, que celebrarán los cincuenta años del Concilio con diversos Congresos e iniciativas culturales. No faltarán grandes eventos de carácter cultural, en el arte, la literatura y en la música, donde tantos hombres y mujeres han expresado su genialidad y su fe. Entre éstos, la exposición en el Castillo del Santo Ángel del 7 de febrero al 1 de mayo, con obras particulares sobre la figura del Apóstol Pedro y un gran concierto en la Plaza de San Pedro el sábado 22 de junio.
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Más allá del horizonte, donde se juntan el cielo y la tierra…
40 años de vida contemplativa dominicana en Mendoza La mirada serena de Domingo, acostumbrada a la geografía lineal que apunta al infinito, a la luz y a la sequedad de los campos de Castilla, hoy se vuelve y se detiene complacida. Sigue las huellas del Sembrador, que abre su mano providente y fecunda arrojando la simiente en tierra americana. Son “hermosas y maduras” las manos de Jesús en el surco y en la mies, y Domingo las contempla porque quiere que esas semillas sean raíces y que el árbol continúe floreciendo, más allá del horizonte. Corría el año 1970. Nuestras hermanas fundadoras tenían delante de sí un horizonte enorme, donde se juntan el cielo y la tierra. Sin conocer qué había detrás, zarparon rumbo a América. Dejaban la tierra que las vio nacer, su amada España, para seguir e imitar a Jesús, siempre obediente a la voluntad del Padre. Sabían muy bien que el grano de trigo que cae en tierra y muere, da mucho fruto. Y se ponían en las manos del Señor, quien les había pedido ser semilla, comunidad fecunda en otro campo, en otra “plantación” o “campo de Dios, que es la cristiandad de Mendoza”, como les escribía el Padre Llamera en una carta. En 1972 pudieron establecerse en el convento construido para ellas, en El Borbollón. Era el día 2 de julio y en la santa Misa de inauguración, el entonces arzobispo de Mendoza, Monseñor Olimpo Santiago Maresma decía: «Hoy ha llegado la bendición, la salvación a esta casa, a nuestra ciudad, a nuestra arquidiócesis, a toda la zona de Cuyo, con la venida de estas religiosas que tienen la misión en la Iglesia de hacer presente a Jesús orando en el monte. (…) La Iglesia, Cuerpo místico de Cristo, necesita apóstoles, pero sobre todo necesita de almas que continúen la misión de Jesús orante, de Jesús adorador del Padre, de Jesús haciendo penitencia por nosotros los hombres. Y estas religiosas vienen a cumplir en nuestra Diócesis esta misión: oración y penitencia». 9
Hoy, después de cuarenta años, estamos celebrando intensamente estos acontecimientos en comunidad. Los festejos comenzaron el 2 de julio. En la Eucaristía de ese día elevamos nuestra profunda acción de gracias al Señor porque «ha estado grande con nosotras» y porque es Él quien lleva adelante esta obra. Por la tarde, la comunidad y el noviciado nos reunimos para compartir una merienda fraterna, en la cual Sor Pilar, Sor Asunción y Sor Presentación nos refirieron cómo vivieron aquellos años de Forcall, cuando la voluntad de Dios iba marcando otro sendero: el del éxodo. Fue muy hermoso escucharlas decir con sencillez: «Si nos hubiéramos quedado en España, seríamos ahora sólo tres, las que estamos». Hubo lágrimas, risas, recuerdos. ¡Cómo no recordar, pues, a nuestras monjas fundadoras que ya partieron a la Casa del Padre y que con tanto fervor nos inculcaban a las monjas más jóvenes el amor a la Orden, a la Federación y a la comunidad! No sólo mereció la pena, sino también la alegría, y con esa profunda alegría deseamos seguir siendo semillas en las manos del Agricultor Divino, JESÚS.
La celebración oficial se llevó a cabo el domingo 29 de julio. La Eucaristía fue presidida por nuestro Padre Obispo, Monseñor José María Arancibia. Concelebraron con él el P. Prior del convento de Mendoza, Fr. Fernando María Reta, OP.; Fr. Carlos María Izaguirre, OP.; y dos sacerdotes del clero: los PP. Diego Resentera y José Antonio Álvarez, éste último Terciario dominico. Acolitaron, además, Ignacio y Eduardo, dos jóvenes seminaristas de la diócesis. Durante su homilía, Monseñor volvió a recordar a la comunidad lo que le dijera en 1997, al cumplirse el 25º aniversario: «Como actual Obispo, quiero ofrecer de corazón al Monasterio un singular regalo: las confidencias espirituales de una iglesia particular en marcha; porque todos confiamos —más que nunca— en el carisma de las monjas de esta Orden, dedicadas al testimonio y a
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la oración constante por la evangelización; mediante este carisma se enriquece la vida de la Diócesis, en su constante peregrinar». Después de la celebración eucarística saludamos a nuestros amigos y bienhechores en el locutorio. Llegaron, además, nuestros hermanos del convento, quienes por coincidir los horarios, no pudieron asistir a la Misa. Ellos eran Fr. Juan Pedro Gómez, OP.; Fr. Domingo Cosenza, OP. y Fr. Juan José Baldini, OP. Con ellos y los demás frailes, compartimos el almuerzo en un clima muy hermoso de fraternidad. Es motivo de acción de gracias la presencia cercana y cotidiana de los frailes en nuestro Monasterio: su predicación, su vida y ministerio muy vinculados a nuestra misión en la Orden. Un verdadero don que, como dice una de las monjas fundadoras, es «regalo del Señor por todos los años que pasamos en Forcall sin poder ser asistidas por ellos, debido a las grandes distancias que nos separaban». Todavía queda, dentro del cronograma de celebraciones, el homenaje a nuestras fundadoras… Detrás del horizonte, donde se juntan el cielo y la tierra, las esperaba la Vida. La savia del árbol hoy corre suave y fecunda, a impulsos de un solo corazón y una sola alma en Dios. Sentado al pie de la Cruz, nuestro Padre Santo Domingo contempla el inmenso horizonte, rebosante de luz. La geografía sigue apuntando al infinito, al Cielo, hacia donde vamos en peregrinación comunitaria. Mientras tanto, un altar y un cáliz que se eleva todos los días POR ÉL, CON ÉL Y EN ÉL. Expresión del Único Amor que nos reúne: JESUCRISTO. Comunidad de Mendoza (Argentina)
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Entrevistamos a las hermanas españolas de la Comunidad:
SOR MARÍA ASUNCIÓN GARCÍA ¿Qué supuso para ti el marchar de España a Mendoza? Un sueño, en el que nos pusimos en las manos de Dios.
En toda esta “divina” aventura que habéis vivido ¿Hay algo que ha quedado más grabado en ti, bien como una alegría o quizá como un sufrimiento? La alegría y acción de gracias por cumplir la voluntad de Dios.
¿Crees que ha sido positivo este trasplante de la vida dominicana contemplativa de Forcall (Castellón) a Argentina? Sí, ha sido positivo.
¿Qué te gustaría decirles a las hermanas que viven en España? Que estamos felices por todo lo que hemos recibido y felices por haber respondido siempre a lo que los superiores nos iban manifestando como expresión de la voluntad de Dios. 12
SOR PILAR CARRERA
¿Qué supuso para ti el marchar de España a Mendoza? Como ser humano, de momento mucho sufrimiento, pero como el Señor nunca se deja ganar en generosidad, nos ha recompensado ya en esta vida, dándonos el ciento por uno en bienes espirituales y materiales.
En toda esta “divina” aventura que habéis vivido ¿Hay algo que ha quedado más grabado en ti, bien como una alegría o quizá como un sufrimiento? En esta “divina” aventura que hemos vivido, les puedo decir que lo que más me ha quedado grabado es que la felicidad consiste en aceptar y hacer la voluntad de Dios; en nuestro caso, por medio de los superiores, y así lo he vivido todo con mucha paz, alegría y agradecimiento a Dios y a los superiores que lo han hecho posible, es por eso que el sufrimiento no ha tenido cabida, ni he añorado las cebollas de Egipto.
¿Crees que ha sido positivo este trasplante de la vida dominicana contemplativa de Forcall (Castellón) a Argentina? Creo que ha sido muy positivo, en su momento no lo comprendía, pensaba que lo mismo era rezar desde España. Pero ahora creo que la presencia nuestra en estas tierras, donde no había vida contemplativa, ha sido y sigue siendo muy positiva, ha sido motivo de muchas vocaciones argentinas, que son la esperanza de la comunidad.
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¿Qué te gustaría decirles a las hermanas que viven en España? A las hermanas de España, les digo que pido mucho al Señor por todas, por la situación que están viviendo. A las más jóvenes, que sean valientes y generosas si el Señor las llama para alguna fundación.
SOR Mª PRESENTACIÓN CAÑUETO
¿Qué supuso para ti el marchar de España a Mendoza? Un gran desprendimiento, veníamos a un lugar lejano y desconocido.
En toda esta “divina” aventura que habéis vivido ¿Hay algo que ha quedado más grabado en ti, bien como una alegría o quizá como un sufrimiento? Alegría de venir y encontrarnos con hermanas que nos acogieron y alegría porque unas y otras buscábamos al Señor.
¿Crees que ha sido positivo este trasplante de la vida dominicana contemplativa de Forcall (Castellón) a Argentina? Sí, porque aquí no había vida contemplativa dominicana.
¿Qué te gustaría decirles a las hermanas que viven en España? ¿No les gustaría venir a la Argentina? Aquí estamos muy bien y muy contentas.
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DESDE SANTIAGO DE CHILE Comunidad de Santa Rosa
Un año pleno, en el sentido más amplio de la palabra. Tantos momentos previstos por la Providencia para nuestra comunidad, que ha sabido leer el paso del Señor en ellos y gozarse de todo lo que acontece. En mayo parten a la Asamblea Federal, M. María Soledad y la Delegada Sor Carmen Gloria. Iban con regalos en las maletas y con abrazos guardados en el corazón para todas las hermanas con que allí compartirían. Al regresar nos trajeron cartas, saludos y “noticias frescas” sobre cada una de las hermanas que desde España recordaban su paso por nuestra casa de Santiago con la misma alegría con que nosotras las recordamos a ellas. Traían también el gozo de compartir nuevos encuentros, diálogos, anécdotas y la certeza de que pese a las distancias y los silencios somos siempre hermanas entre hermanas. Después de su regreso, en julio, hemos celebrado la Profesión temporal de Sor Adriana Sanhueza. En un frío día de invierno, nuestro templo era todo calidez con la presencia de los familiares y amigos, hermanos neocatecumenales y concelebrantes que se hicieron presentes para compartir la Eucaristía. Juntos, alabamos la misericordia del Padre que nos ha llamado para Sí. 15
El “gran mes de agosto” es para la comunidad especialmente solemne. Comenzamos con la celebración de nuestro Padre Santo Domingo. Ese día la Eucaristía, preparada con especiales detalles que introdujeran a la numerosa asamblea que nos acompaña diariamente, a esta fiesta de familia, fue concelebrada por el Padre Provincial y tres de nuestros frailes. Una bella Misa de la que hablamos hasta muchos días después en el recreo. Después de la Eucaristía compartimos un desayuno estilo “colombiano”, en honor de los hermanos recién llegados de ese país. Momentos de gran fraternidad que crean y fortalecen lazos de “sabroso” compartir. Un acontecimiento también muy significativo fue el viaje de nuestra hermana, Sor Teresa del Hierro a su tierra natal, España. Ella viajó el 9 de agosto. Y su viaje no tendría tanto de particular si no fuera porque era sin regreso a Chile. Después de 60 años en Chile y 53 en nuestra casa, creyó oír la voz del Amado que la llamaba y partió. La recibieron nuestras hermanas del Monasterio de Santo Domingo de Zaragoza. Y con la cálida acogida, el generoso servicio, la bellísima casa y las queridas hermanas, no cabe duda que cuando se la oye decir lo bien que está, no falta en lo más mínimo a la verdad. Un domingo, el tercero del mes, llegó a las puertas de nuestro templo, en procesión, una gran cantidad de jóvenes, con un sacerdote presidiendo todas las manifestaciones de devoción, nos traían de visita la famosa “camioneta verde”. Es la camioneta que usaba el Padre Hurtado cuando iba por las noches a rescatar a los niños que dormían bajo los puentes. Y es que en este mes, que en Chile se conoce como “el mes de la solidaridad”, la camioneta de este gran santo hace un recorrido por las calles de la diócesis para fomentar el espíritu fraterno y de sensibilidad social para ir en ayuda de los más desposeídos. Y el día 30 celebramos la solemnidad de Santa Rosa, nuestra Patrona. De parte de Ella, sin duda, habíamos recibido una semana antes, un triduo predicado por el P. José María Cabrera OP, hermano argentino que cada vez que viene a Chile nos ofrece el generoso obsequio de su tiempo y sabiduría. El día mismo de la solemnidad contamos otra vez con la concelebración de nuestros frailes para la Misa, donde quedó de manifiesto el por qué somos y nos reconocen como la “Orden de Predicadores”. Este día, después de la Misa invitamos a la numerosa feligresía a tomar un chocolate caliente y un pedazo de torta en el locutorio. Lo consideraron un linda sorpresa, pero la verdad es que era una invitación esperada, pues se viene haciendo ya tres años, y nuestro chocolate ha adquirido muy buena fama entre los asistentes! La que sí dio otra sorpresa fue Santa Rosa. Esa misma mañana del 30 llega Radio María, a entrevistarnos con intención de dar a conocer un poco más la figura de la Santa Patrona de Latinoamérica y su relación con este Monasterio, fundado por su prima, a pocos años de su Pascua, 1758. Tuvimos también la oportunidad de grabar otro programa que daba cuenta de los elementos más propios de nuestra vocación y carisma, programa que ha tenido varias repercusiones insospechadas y muy positivas, de las que en otro momento podremos compartirles. Se continuó la celebración y así, disfrutamos, el sábado de esa semana, de una Cantata en honor de Santa Rosa. Intérpretes de música cristiana muy conocidos en al ámbito juvenil se dieron cita en nuestro Monasterio para cantar en su honor ante el público compuesto por nuestra feligresía que habían sido previamente invitados. Un encuentro que tuvo momentos de música, otros de profunda 16
oración comunitaria, otro de compartir alegre y distendido. Todo en el marco del estilo dominicano que ha hecho a más de uno de los asistentes y a alguno de nuestros frailes interesarse en una repetición. Para terminar, hemos hecho, como comunidad, una experiencia muy bonita, también recogida de las sugerencias que nos fueron transmitidas por las asambleístas, y es la orientación a una mayor apertura a la vida eclesial. Tal es así que en septiembre realizamos un encuentro que llamamos de “acompañamiento espiritual”. Jornada de un día, en que se da un tema de formación cristiana, se realizan momentos de oración personal y comunitaria y se practica la Lectio divina. Por los frutos que se vieron se organizó el segundo encuentro para octubre. Estamos también recibiendo en nuestra hospedería, como un servicio fraterno, a un grupo de oración del Padre Larrañaga que se reúne allí una vez por semana para fortalecerse en su carisma. Y se atiende a un grupo de los laicos dominicos que desean profundizar su vivencia de fe, asistidos por una hermana que les orienta en la práctica de la Lectio. Es posible que para cuando se lea esta crónica haya más cosas que compartir, quedarán para el próximo boletín. Lo que no queda pendiente en absoluto es el cariño y la oración con que nuestra comunidad les desea todas las bendiciones que el Señor les tiene reservadas. Vuestras hermanas de la Comunidad de Santiago de Chile
LA FE SE FORTALECE DÁNDOLA, COMUNICÁNDOLA, COMPARTIÉNDOLA…
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¿A A qui n iremos? quién Tú tienes palabras de vida eterna Sor Bernardita Mardones Salvo Monasterio de Yerbas-Buenas (Chile)
«Amar es preferir… elegir. Y elegir entre dos bienes. La verdadera elección no se define nunca por lo que uno “deja”, sino por lo que uno “elige”; por lo que uno prefiere. El religioso, la religiosa no es un ser decepcionado del mundo, sino enamorado/a de Cristo. No abraza este modo de vida por un desencanto, sino por una ilusión, por una auténtica fascinación, porque ha experimentado la seducción de esa Persona viva y vivificante, absolutamente única e inconfundible, que se llama JESÚS…» (“Amistad y Consagración en la Vida Religiosa”- Severino Mª AlonsoMadrid 1991, p.229) Quisiera agradecer y compartir con ustedes lo que han sido estos días de acción de gracias, desde que comencé mi retiro el 5 al 12 de julio, y en especial el día de mi Profesión Solemne, paso definitivo de la vida apostólica (16 años), a la vida contemplativa (5 años). La frase introductoria tomada del Evangelio de San Juan, me ha acompañado desde que le dije SÍ a Dios en la vida contemplativa. Cuando se ha vivido años o muchos años en la vida contemplativa, quizás no siempre se percibe todo lo que hay en ella… como peces en el mar, pero cuando se viene de una vida envuelta en este mundo que nos lleva a la actividad y al hacer, se valora mucho más el silencio, la soledad, la vida fraterna, el estudio, se valora a las personas de forma más profunda, se tiene tiempo para contemplar, estar en el presente y disfrutar de ello, gozar en Dios… “estar”, “permanecer”… mirar más allá, buscando en todo a Dios, dejándose “envolver en su ternura, en su misericordia”… no mirar tanto a los demás, sino la propia pobreza, y seguir creyendo que detrás de las nubes hay un sol radiante que de un momento a otro 18
aparecerá. Así fueron estos días de retiro, un volver continuo al amor de Dios, que es lo único que cuenta, y ese amor reflejado en el rostro de mis hermanas. Se iba así acercando el día y notándose en el ambiente con la llegada de dos monjas de Copiapó, quienes vinieron a ayudarnos en todos los preparativos: Sor Margarita y Sor Fresia. También a través de saludos cariñosos de distintas comunidades, los cuales agradezco de todo corazón… correos electrónicos, llamadas telefónicas de personas significativas y… un corazón unido, como ha sido el de mi comunidad. Fui despertada con un hermoso canto por mis hermanas: “Magnificat”, que se escuchaba precioso… La fecha elegida fue el 16 de julio, “Solemnidad de Nuestra Señora del Carmen”, Reina y Madre de Chile. Aire chileno que no podía faltar, por ser como somos ¡chilenas! Muy de nuestra patria. (Quien viene a Chile en septiembre, todo lo verá tricolor: blanco, azul y rojo, de norte a sur). La Eucaristía la presidió nuestro Obispo, Monseñor Tomislav Koljatic, acompañado por el Vicario Pastoral, P. Luis Fuentealva y un diácono en tránsito, Rodrigo Núñez, y los frailes Alejandro Valbuena y Adrián Cisterna. Estaba presente en la celebración mi familia: mamá, hermanos/as, cuñado y sobrinos (tres),
tíos y tías también, y en ello agradezco a la comunidad, nueve Hermanas de mi anterior Congregación de Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia, también jóvenes del MJD y fieles de Yerbas Buenas. Antes de iniciar la ceremonia pedí a Dios que me ayudara a vivir este momento centrada en Él, y así me lo concedió. Desaparecieron todos o más bien ¿fui yo la que desaparecí? No lo sé… sólo puedo decir que no hubo tiempo, sino vida… percibir la presencia amorosa de Dios fue todo luz. Y es aquí en donde el rostro maternal de María, en su advocación de “Nuestra Señora del Carmen” volvió sus ojos misericordiosos… Así también lo hizo notar nuestro 19
Obispo en su hermosa homilía, en ella destacó el rol de María en nuestra historia y su ser de Madre que no olvida a sus hijos, relacionándolo con nuestra misión contemplativa, desde el carisma dominicano; la importancia y valor de nuestra vocación en la Iglesia; el llamado a la santidad y a la fidelidad en el amor. Continuamos luego con el rito de la Profesión pidiendo la “misericordia de Dios y la vuestra”, compromiso de obediencia a Dios desde nuestra vida contemplativa. El abrazo de acogida de M. María de Sales, Priora, en nombre de la comunidad y la Orden, la bendición de nuestro Obispo, para seguir con la Eucaristía. Al final, después del canto de la Salve y el O Lumen, saludé a las monjas, familiares y fieles. Pasamos al locutorio, en donde mi familia se quedó para almorzar. Nosotras, junto a nuestro Obispo, sacerdotes, frailes y hermanas continuamos camino hacia la sala, que estaba bellamente preparada y listo todo para servirnos una deliciosa “paella valenciana”, preparada por M. María de Sales… ¡Todos felices! Fue un compartir vivido en alegría y fraternidad, en familia, para continuar dando gracias a Dios. Yo iba de la sala al locutorio, del locutorio a la sala, me serví un poco de “paella” y todo lo demás… cariño y amor para llenar el corazón. Poco a poco fueron partiendo los invitados que venían de Santiago, Chillán, Concepción y Pitrufquén (mi ciudad natal), muy agradecidos por el cariño, la acogida y platos deliciosos.
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Llegada la hora rezamos Vísperas, oración y Completas, para seguir compartiendo y celebrando «Dios ha estado grande con nosotras y estamos alegres» (Salmo 125). ¿Qué mas decir? Ahora seguir haciendo camino, con ilusión, esperanza y amor. Un SÍ que tengo que renovar cada mañana delante de Dios y hacerlo vida en mi comunidad, con mis hermanas. Pido a Él que me ilumine y «me espabile el oído como a los iniciados» (Is. 50, 4b) para poder estar atenta a su voz, a su suave brisa que pasa y en la que se hace presente. Espero siempre contar con sus oraciones, para ser fiel a la misión que tenemos como Monjas de la Orden de Predicadores: «Buscarle en el silencio, pensar en Él e invocarlo… » (CFM § 2) y sólo se puede “buscar, pensar e invocar” a quien se ama y a quien nos ama desde toda la eternidad, por ello, que esa oración sea desde el AMOR, amor que se da por entero al Amado, amor que se acoge, amor que rebalsa en nuestra vida y fluye como torrente a nuestro alrededor…
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EXPERIENCIA DE DIOS Sor Mercedes Mª Vicente Mas Paterna (Valencia)
No es fácil hablar y menos escribir sobre la experiencia de Dios y de cómo la vivimos las contemplativas. En primer lugar hemos de señalar que todo comienza por la iniciativa divina. Antes de conocer y experimentar a Dios una es conocida y amada por Él. Es un misterio de elección. Ciertamente, por el bautismo tuvimos acceso a los bienes de la salvación: la participación en el Espíritu Santo, la palabra del Evangelio asimilada por la fe, etc. Toda nuestra vida se fue configurando con Cristo resucitado, hasta que llegó el momento de la elección que, como es obvio, había sido preparado por elecciones anteriores. La experiencia de la elección fue la de un destino diferente del de las otras personas que nos rodeaban, debida a una iniciativa deliberada y soberana de Dios, la que aceptamos ayudadas por su Espíritu. Esta experiencia de Dios bien podríamos denominarla contemplación: conocimiento profundo del Misterio de Dios y amor a su Persona, que es lo que define a las contemplativas. «La función de las contemplativas es la de ser espejos de la imagen de Dios entre los hombres, las custodias de su gracia y de su amor, porque es amando como reflejan la Imagen y reciben el amor» (Del Diario de Raïsa Maritain). En las Constituciones de las Monjas de la Orden de Predicadores se nos señala con toda claridad el ser y el quehacer de nuestra vida contemplativa, que es el marco en donde vivimos la experiencia de Dios, a la que nos estamos refiriendo. Dicen así: «La misión de las monjas consiste en buscarle en el silencio, pensar en Él e invocarlo, de tal manera que la palabra que sale de la boca de Dios no vuelva a Él vacía, sino que prospere en aquellos a quienes ha sido enviada» (C. F. II). «Imitando a la Iglesia congregada en Jerusalén por la predicación de los Apóstoles y por la cotidiana y unánime oración, las monjas ofrecen en la presencia de Dios el sacrificio de alabanza, principalmente en la celebración de la liturgia. Perseverado en la oración con María, la Madre de Jesús, desean ardientemente la plenitud del Espíritu Santo para que, a cara descubierta, puedan contemplar la gloria del Señor y transformarse en su misma imagen, de claridad en claridad, como movidas por el Espíritu del Señor» (CFM. § IV).
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Es así como las contemplativas experimentamos al Señor cada jornada, siendo en el corazón de la Iglesia el amor que fecunda al pueblo de Dios.
Gregorio de Nisa nos señala una pauta para los que seguimos a Cristo y deseamos experimentarlo. Dice: «Seguir a alguien es verle por la espalda. Moisés deseaba ardientemente ver el rostro de Dios, aprende cómo se ve a Dios: seguir a Dios a dondequiera que Él conduzca, eso precisamente es ver a Dios».
«Tú crees porque has visto; felices los que creen sin haber visto» Jn 20, 29
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MEMORIA AGRADECIDA 15 DE SEPTIEMBRE 19621962-2012
Bueno, tendré que presentarme, porque ciertamente no me conoceréis por la fotografía. Sí, soy Sor Mª del Rosario Hernández OP., del Monasterio de Santo Domingo de Guzmán de Zaragoza y he sido invitada a compartir con vosotras los sentimientos que suscita en mí la celebración de mis 50 años de caminar en la Vida religiosa. Y sinceramente, cuando echo la mirada al pasado, no puedo sino lanzarme en un grito de adoración y acción de gracias. Os cuento: Nací en Agreda (Soria), un 29 de noviembre del ya lejano 1944. Fui bautizada el dos de diciembre siguiente, y confirmada el 21 de agosto de 1946. Ésa no es la Pila Bautismal en la que recibí el Don de la filiación divina, es la que en arreglos posteriores la ha sustituido. De mi Confirmación sólo sé que el Obispo que me confirmó, Mons. Mutiloa, era un santo. Y no es que os esté haciendo mi D.N.I. de vida cristiana, os lo cuento sencillamente porque siempre he tenido la convicción de que desde ese inicio de mi vida recibí también del Señor la gracia de la vocación religiosa. El Espíritu Santo tuvo prisa de apoderarse de mí, se adueñó de mi vida antes de que yo le pudiera poner resistencia. Y desde que recuerdo, cuatro o cinco años, siempre supe que quería ser religiosa. ¿Qué podía hacer una niña, adolescente, joven, en su vivir diario? Lo normal: trastadas, impertinencias, mis hermanas me dicen que era muy caprichosa. ¡Puede ser! O tal vez sean apreciaciones de hermanas mayores. También, que hacía el vago en los estudios… y 24
de eso sí que doy fe, de que no me esforzaba más que lo justo para contentar a mis papás. Como en una ocasión me diría el famoso P. Luis Mª Heras OP, me conformaba con lo justo. Aprendí a rezar el Rosario en los hombros de mi padre cuando yo tendría unos tres años y desde el fallecimiento del mismo, a mis doce años, el acudir a Misa diariamente se impuso en mi casa. Por mi parte, me las ingeniaba para compaginar el estudio, los juegos y diversiones con un rato diario de oración por la tarde. Asumiendo el hueco que dejaba la falta de mi padre en casa, tuve una infancia y juventud feliz, muy feliz. Sólo tenía prisa por cumplir los 17 años, pues yo sabía que, a esa edad, las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, en cuyo colegio estudiaba, me recibirían como postulante. Lo logré el mismo 24 de diciembre, fecha en la que inicié mi postulantado que finalizó el 15 de septiembre de 1962, día en el que tomé el Hábito de la Congregación e inicié mi noviciado. Noviciado feliz también, que no puedo recordar sino con mucha gratitud. Madre Felisa Solanes, Maestra de novicias, nos dio una sólida formación para lo que se acostumbraba en aquellos tiempos. Dos años de noviciado y salida ya a una comunidad concreta para iniciar una actividad que orientara mi futuro trabajo apostólico: la enseñanza. ¡Y también aquí me sentí feliz! Feliz, si, PERO… Este PERO cambiaría el rumbo de mi vida. Seguí en mi trabajo, con éxito, no tengo por qué negarlo. Retomé mis estudios universitarios, pero ya no era feliz. Había un vacío dentro de mí que no llenaban ni el trato con las alumnas, ni los logros en los estudios, ni nada. Yo, con 22 y 23 años y aún después, era el mismo torbellino que había sido siempre. Pero así y todo comencé a pensar en la vida contemplativa que, por otro lado, no me era desconocida. Por supuesto que cuando lo expuse trataron muy seriamente de hacérmelo olvidar. No era para mí. Y lo que se lograba era que mi vacío fuera cada vez más hondo y también mi desorientación. Eran los años del postconcilio, y yo, estudiando en la Universidad, hacía lo que vulgarmente se dice, de mi capa un sayo. 25
Clases, prácticas, estudio, se me comían el tiempo quedando la oración algo más que relegada. Me encontraba al borde de un precipicio, y soy consciente de que sólo la Misericordia del Señor pudo mantener mi lámpara encendida sin que se apagara definitivamente la llama de mi vocación. Así llegó el tiempo de mi Profesión Perpetua que hice convencida de que “no traicionaba al Señor”. Era el mismo Señor el que ponía en mí esa inquietud. Mi pregunta constante era: « ¿Qué quiere el Señor de mí?». «¿Cuál es su voluntad sobre mi vida?». Si en el intento de seguirle arriesgaba y tomaba un rumbo equivocado, como el deseo de seguir su querer era verdadero en mí, nunca habría un fracaso. Cuando me preguntaban qué buscaba en la vida contemplativa que no tuviera en la vida activa, mi respuesta era siempre la misma: «No busco nada, solo busco su voluntad y en ella encontraré TODO». Porque yo era feliz en la Congregación, la quería y quiero mucho, pero a los 25 años no se puede vivir con esas inquietudes, necesariamente hay que despejar incógnitas. Muchas veces he dicho que “arriesgué” aquel 15 de agosto de 1970. Que fue un salto en el vacío… No, el que arriesgó y se lo jugó todo por mí, como siempre, fue el Señor. Es esa encrucijada era preciso discernir, dónde. ¿Por qué dominica? Sí, las conocía, como podía conocer otras Órdenes. Pero hubo dos cosas que hicieron que me decidiera por la Orden Dominicana: • La formación • La vida común Llevaba nueve años en la vida religiosa y ya había aprendido lo que forja y enriquece la vida común. Era consciente de que para mi modo de ser era imprescindible esa forja. Y así fui. Y así me recibieron. No era consciente de lo que implicaba la vida contemplativa en sí, pero sí sabía que el Señor era el que día a día me lo iría descubriendo. Si yo me dejaba, Él haría su obra en mí. 26
Años más tarde, en un misterioso sueño, el P. Llamera OP, me impulsaba a «bogar mar adentro». Esa es mi vida: una barca con unos anhelos insaciables, lanzada a la inmensidad del mar de la Vida divina. He vivido momentos de todo calibre, etapas en las que el viento del Espíritu manejaba con fuerza mi vida, y entonces a velas desplegadas, caminaba confiada y sin temor. Y momentos en los que la tormenta me obligaba a arriar las velas, a arrojar el lastre de mi barca y, en medio de la oscuridad y la tormenta, permanecer confiada en que es el SEÑOR el que va en el fondo. Hubo otro momento clave en mi vivir que, como veis, está jalonado de etapas decisivas. Fue en 1997, junio, cuando me llamaron de San Justo para acompañar a la Comunidad del Monasterio de Santa Catalina de Siena desde el servicio de Priora. Mi primer impulso fue negarme, cierto. Pero cuando lo expuse a la consideración de mi director espiritual y me dijo que “Dios pasaba por allí”, ¿qué podía responder? Siempre mi inquietud había sido seguir la voluntad de Dios, ¿Cómo negarme ahora? Acepté. Y viendo estos años con la perspectiva de la fe tengo que reconocer que fueron, en mi camino hacia Dios, muy interesantes y positivos. Mi corazón se hizo aún más grande; veo las cosas con una mirada más universal y tengo allá unas hermanas a las que recuerdo con inmenso cariño. ¿Y creéis que con esto acabó mi navegación? Pues no. Faltaba pulir la obra. Y para ello un acontecimiento especial fue la supresión del Monasterio de Ntra. Sra. de la Esperanza y fundación del de Sto. Domingo de Guzmán. En verdad dijo Machado: «Caminante no hay camino, se hace camino al andar Al andar se hace camino y, al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar». Este acontecimiento supuso para mí personalmente un momento de LIBERACÍON. En la Vida religiosa, día a día se nos va pegando aunque sólo sea el polvo del camino: usos, costumbres, estilos… Cierto que no dejé mi Monasterio, Pero el ir dejando poco a poco todas las cosas y “mis monjas” en manos de otras hermanas… Eso es un “heme aquí” continuado, mantenido. Pero no tengáis miedo a este momento. Lleva como recompensa un sentimiento de liberación impresionante. El lastre de mi barca poco a poco va fuera de borda. La mirada de mi corazón se ha agrandado en el tiempo y en el espacio. Creo sinceramente que, en mí hay 27
un vacío mayor, un vacío que le corresponde llenar sólo al Señor. La clave de todo: DISPONIBILIDAD ante el Señor y ante sus mediaciones. Ahora, después de cincuenta años de este caminar que, como veis, ha dado para mucho, pensando ya que está cercano el momento en que se rompa “la tela” que me separa del encuentro definitivo —desconocemos nuestra fecha de caducidad—, sólo cabe en mi alma la adoración y la gratitud. ADORAR… Que como diría Teilhard de Chardin: «Es perderse en el INSONDABLE; Hundirse en el inagotable; pacificarse en lo incorruptible; es ofrecerse a la acción del fuego y la trasparencia. Es darse a fondo a Quien no tiene fondo ». En el otoño de mi vida, con tantas hojas caídas que, en definitiva, embellecen el paisaje, no me queda sino orar con él: «Energía de mi Señor, fuerza irresistible y viviente: Puesto que de nosotros dos eres Tú infinitamente el más fuerte, a Ti es a quien compete el papel de quemarme en esta unión que ha de fundirnos juntos» Y hasta aquí. Ya basta. Si he sido excesivamente larga; si he contado demasiados detalles personales, ¡Perdonad! La memoria de mi corazón agradecido es muy prolija. Simplemente, ayudadme a dar gracias a Dios y rogad por mí para que siempre PERMANEZCA a la escucha. Un saludo fraterno Sor Mª del Rosario Hernández Obón Comunidad Santo Domingo-Zaragoza
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UN REGALO DE BODAS «A ÉL, ALABANZA, GLORIA Y HONOR»
Al celebrar mis 50 años de Consagración Religiosa, pedí a mis superiores hacer un retiro largo, de un año, y hacerlo si fuera posible, en uno de los Monasterios de nuestras monjas dominicas. Quería compartir con ellas: la fraternidad, la liturgia, la oración, el estudio y el trabajo. Esta idea ya la iba dialogando con el Padre Brian Pierce, dominico y Promotor de las monjas a nivel de la Orden. Obtenido el permiso de mis superiores, el Padre hizo los trámites necesarios y las monjas del Monasterio de la Inmaculada Concepción, en Concepción-Tucumán, aceptaron mi pedido, gracias a Dios. Llegué al Monasterio el día 27 de septiembre del 2011. La Madre Adriana y todas las monjas me acogieron con los brazos y el corazón abiertos, me hicieron sentir en casa desde el primer momento. Me encontré bien con todas y con cada una, siempre atentas y delicadas en todo. Me inserté en la vida comunitaria sin dificultades y sin negar que algunas cosas me costaron más y otras menos, normal, creo que por venir de un ritmo de vida muy diferente al del Monasterio. 29
Pude participar y gustar la riqueza de la vida fraterna, de la vida de oración, del estudio y del trabajo. Gocé muchísimo el gran silencio de la vida monástica que dispone el alma a la contemplación de los Misterios, al estudio de la Palabra, a la reflexión. Después de 50 años de entrega a Dios y a mis hermanos en las actividades apostólicas- misioneras y en los diversos oficios encomendados por mis superiores, por el Bien Común de la Familia Religiosa, sentí fuertemente la necesidad de parar un poco y celebrar el Año Jubilar a solas con el Señor y volver a experimentar conscientemente las palabras del profeta Oseas: «TE LLEVARÉ AL DESIERTO Y TE HABLARÉ AL CORAZÓN». Qué bello volver allí, en el mismo lugar donde inició esta noble historia de Amor y quedarse a contemplar, sin mirar el reloj y sin medir el tiempo, la obra que Dios, en su infinita bondad, ha ido haciendo en su criatura a lo largo de estos 50 años de entrega. Todo ha sido gracia, pura gracia de Dios. A ÉL SEA LA GLORIA Y EL HONOR PARA SIEMPRE. El recordar, el contemplar y el agradecer a tiempo pleno, por un año, era imposible hacerlo en mi propia comunidad, sea por las exigencias que implica la vida apostólica (los hnos. siempre piden más), que por la reducción de miembros en comunidad (por falta de vocaciones), por eso la necesidad de buscar un lugar favorable.
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Queridísimas monjas, mil gracias por tanta vida compartida en cada celebración litúrgica, en cada gesto, palabras, diálogo, mirada, delicadeza, servicio, sonrisa, recreación. Realmente me han hecho vivir un tiempo de Alabanza y de Gratuidad que jamás olvidaré. La vocación contemplativa es verdaderamente un gran don de Dios a su Iglesia, y es para aquellas almas que Él llama, para estar a solas con Él, intercediendo y alabándolo en nombre de todos los hombres. A mí el Señor me ha reconfirmado en mi vocación Contemplativa – Apostólica. Amén. Mis Hermanas, ruego a Dios para que las puertas de vuestro Monasterio estén siempre abiertas para compartir la riqueza de vuestra vida a quien la valore de verdad y le ayude a recuperar las energías del espíritu. Y así, recreada por el Espíritu, continuar la marcha tras las huellas del MAESTRO, para seguir sembrando semillas del Reino, en el campo de Dios. A Dios, en primer lugar, y luego, a cuantos hicieron posible la vivencia del Año Jubilar de este modo, INFINITAMENTE GRACIAS. Que el Señor y Su Madre, Nuestra Señora del Rosario, les paguen con creces todo lo bueno recibido. Yo simplemente seguiré rezando por cada uno/a y por siempre los llevaré en el corazón. Que nuestro Padre Santo Domingo nos siga asistiendo con su gracia para poder responder a nuestra vocación con fidelidad y santidad de vida hoy y siempre. Hna. Inés Di Marco, OP Dominica de Sta. Catalina
«FE ES CREER LO QUE NO SE VE; Y LA RECOMPENSA RECOMPENSA ES VER LO QUE UNO CREE»
San Agustín
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¿Qué queréis, Señor, de mí?
Buena pregunta ésta que, tarde o temprano, muchas nos formulamos cuando el Señor nos coloca en una encrucijada vital. No soy fácil para transmitir mis sentimientos, pero se me ha pedido y no quiero negarme a ello porque los dones de Dios, además de enriquecernos a nosotras mismas, pueden ser beneficiosos para quienes los comparten. Ante la circunstancia en que se encuentra mi Comunidad de Santa Rosa de Lima en Santiago de Chile, y que todas la conocéis, mi planteamiento era: ¿Qué quiere Dios de todo esto? Y lo recé, y lo consulté y el Señor me dio la luz y la fuerza para llevar a cabo una determinación seria: Yo volvería a un Monasterio de España por más que toda mi vida religiosa había transcurrido en Santiago de Chile. Mi M. Priora, Sor Mª Soledad Cordero, al volver de la Asamblea Federal de junio, pasó por el Monasterio de Santo Domingo de Guzmán de Zaragoza y pudo constatar que su estilo de vida podía llenar mis aspiraciones. Así pues, con esos datos, pedí el traslado formal a dicha Comunidad, petición que fue atendida sin problemas. 32
Aprovechando que un hermano mío viajaba a España en agosto, hice el viaje con él. El día 14 llegaba a la comunidad que ya era la mía. Por supuesto que los primeros días fueron bastante desorientadores. Todo nuevo: costumbres, comidas, horarios… TODO, hasta el idioma, que con ser el castellano, los giros, las expresiones, no se parecen en nada. Eso, unido a mi dificultad en la visión me lo ponía más serio. Pero he de estimar en lo que vale la atención de mis nuevas hermanas, que con la mayor normalidad estaban pendientes de mis necesidades de cualquier tipo. Hoy, a casi dos meses de mi estancia aquí, puedo deciros con toda verdad que me encuentro perfectamente integrada en la marcha de la comunidad. Asisto con toda normalidad y mucha alegría a todos los actos comunitarios, desde el Coro, a secar cubiertos, pasando por el trabajo en la sala y todos los recreos. Y por el estudio… os hablaba de mi dificultad en la visión. Es muy seria, cierto, pero cuando hay buena voluntad, para todo hay solución. Y si no, miradme frente a la pantalla del “magnificador”, aparato que traje desde Santiago y que mediante un sencillo “mouse”, hace que yo pueda leer los textos que quiera con una extraordinaria ampliación. Este método me permite pasar las tardes leyendo y estudiando lo que crea conveniente. No me alargo más, ya os dije que no era muy dada a expresar mis sentimientos, sólo quiero repetir que, cuando se busca de verdad la voluntad de Dios, Él no se deja ganar en generosidad. Puedo deciros que, hoy por hoy, hasta mi salud ha mejorado. Sor Mª Teresa del Hierro OP. Santo Domingo-Zaragoza
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« …Y por las horas que
te traigo muertas, Tú me darás una mañana viva…»
Sor Mª Isabel Pablo Pablo, de la Comunidad de Calatayud (Zaragoza), falleció el día 2 de septiembre. Tenía 81 años de edad, y ha vivido 54 años consagrada al Señor por la Profesión religiosa.
Familiares - D. Juan, hermano de Sor Mª Dolores Boix, de la Comunidad de Manresa (Barcelona), falleció el día 23 de agosto. - Dª Josefa, hermana de Sor Felicidad Granell, de la Comunidad de Yerbas Buenas-Linares (Chile), falleció el día 5 de septiembre. - D. Jesús, hermano de Sor Ascensión Pascual, de la Comunidad de Santo Domingo-Zaragoza, falleció el día 8 de septiembre. 34