Año L – Junio 2013 – nº 175
FEDERACIÓN DE LA INMACULADA MONJAS DOMINICAS TORRENT–VALENCIA (ESPAÑA)
ÍNDICE Página Poema: Esparcir tu fragancia
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Agenda Federal
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Encuentro con el Maestro de la Orden
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Nuevo Santo en la Orden de Predicadores
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Sor Dominica Granados
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Convivencias de Prioras en Zaragoza
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P. José Antonio Martínez Puche, op
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Año de la FE:
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- Comprensión de la Fe
20
- Las dominicas y el Año de la Fe- Encuentro con Cristo
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De nuestras comunidades:
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- Sant Cugat del Vallès (Barcelona)
32
- Córdoba (Argentina)
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- Torrent (Valencia)
43
- Manresa (Barcelona)
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Con las hermanas de Ecuador
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Profesión Solemne en Córdoba (Argentina)
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Noviciado Federal en Mendoza (Argentina)
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Nuestros difuntos
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__________________________________ Edita: Federación de la Inmaculada Concepción Apartado 20 46900 – TORRENT (Valencia) ESPAÑA IMPRIME: Federación de la Inmaculada Concepción Depósito Legal, V.733/1989 Junio, 2013 E-mail: sfeinma@gmail.com Tel. 96-158 96 15
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John Henry Newmann
ESPACIR TU FRAGANCIA
Jesús mío: ayúdame a esparcir tu fragancia dondequiera que vaya; inunda mi alma con tu espíritu y tu vida; penetra todo mi ser y toma de él posesión de tal manera que mi vida no sea en adelante sino una irradiación de la tuya. Quédate en mi corazón en una unión tan íntima que las almas que tengan contacto con la mía puedan sentir en mí tu presencia; y que al mirarme olviden que yo existo y no piensen sino en Ti. Quédate conmigo. Así podré convertirme en luz para los otros. Esa luz, oh Jesús, vendrá toda de Ti; ni uno solo de sus rayos será mío. Te serviré apenas de instrumento para que Tú ilumines a las almas a través de mí. Déjame alabarte en la forma que te es más agradable: llevando mi lámpara encendida para disipar las sombras en el camino de otras almas. Déjame predicar tu nombre sin palabras… con mi ejemplo, con mi fuerza de atracción con la sobrenatural influencia de mis obras, con la fuerza evidente del amor que mi corazón siente por Ti.
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AGENDA FEDERAL ACTIVIDADES DE LA PRIORA FEDERAL
- Los días 17 y 18 de abril visita a las hermanas de la Comunidad de Albarracín (Teruel). - Del 19 al 21 de abril visita las Comunidades de Santo Domingo y Santa Mª del Pilar- Zaragoza. - Del 13 al 15 de mayo preside las Convivencias de Prioras en la Casa de Ejercicios de las Religiosas Angélicas en Zaragoza. - El día 24 de mayo asistió en la Casa de Ejercicios de la Purísima de Alaquás, al encuentro anual de Prioras y Abadesas de las Contemplativas de la Diócesis de Valencia, con el Sr. Arzobispo, Mons. Carlos Osoro. Por ser el Año de la Fe toda la dinámica giró alrededor de este tema. - El día 1 de junio participó en Caleruega en el encuentro con el Maestro de la O. Fr. Bruno Cadoré. PRIORATOS: Sor Marta Fonseca Acevedo, de la Comunidad de Concepción-Tucumán (Argentina), es elegida Priora de la Comunidad de Catamarca (Argentina), el día 8 de mayo. MOVIMIENTO VOCACIONAL: Profesión Solemne Sor María Belén Gigena, el día 4 de mayo, en la Comunidad de Córdoba (Argentina) Tomas de hábito Clara Hilda Chaves Valencia, el día 6 de abril, en la Comunidad de Esplugas (Barcelona) Mª Antonia Martínez Galera, el día 7 de junio, en la Comunidad de Esplugas (Barcelona) CELEBRACIONES: Bodas de Plata: Sor Mª Soledad Martínez Oller, el día 7 de abril, en la Cdad. de Torrent (Valencia) Bodas de Oro: Sor Carmen Mª Martínez Gilabert, el día 12 de mayo, en la Cdad. de Copiapó (Chile) Convivencias de Prioras: Se celebraron los días 13 al 15 de mayo en la Casa de Ejercicios de las Religiosas Angélicas de Zaragoza. Encuentro con el Maestro de la Orden: Los tres Consejos Federales de dominicas de España, los Asistentes Religiosos y las hermanas de la CIM se reunieron el día 1 de junio en Caleruega, con Fr. Bruno Cadoré, Maestro de la Orden.
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Encuentro con el
Maestro de la Orden
Cuando alguien se adentra en las añejas calles de Caleruega siente la experiencia profunda de acariciar el tiempo y entrar en un sueño sin fronteras, a no ser las que el mismo deseo hace brotar para acariciar siquiera algo de la nostalgia que recorre sus calles cubiertas de silencios y soledades. Las raíces de la historia son tan fuertes como la vida misma. Injertan savia y colorean el día a día de sencillez, dan un sentido amplio y abren el horizonte hacia el infinito. Con estos sentimientos en el corazón amaneció el día 31 de mayo. Era la fecha prevista para el viaje hacia Caleruega, la vasta tierra castellana, que hizo de Domingo de Guzmán el predicador incansable de la gracia. Después del encuentro que tuvieron con el Padre Maestro de la Orden, Fray Bruno Cadoré, en junio del año 2012 los Consejos de las tres Federaciones de dominicas existentes en España, Fray Bruno pidió para el año 2013 un nuevo encuentro donde se evaluarían los desafíos propuestos el año anterior. Si bien ésta era la razón primera del viaje, se aprovechó el acontecimiento para compartir la marcha con las monjas que también viajaban a Caleruega para el curso sobre los Místicos Renanos que impartirían la Hermana Silvia Bara, dominica de la Congregación Romana y Fray Brian Pierce OP, promotor de la Monjas. A las 7,14 de la mañana el autobús nos recogió, como ya viene siendo habitual en estos encuentros, en el Monasterio Federal de Torrent. Habían llegado bien temprano nuestras hermanas de Xàtiva y Orihuela, que forman parte del Consejo Federal y de la Comisión Internacional de Monjas, y las que se unían para el curso de los Místicos, así como Fray Antonio García OP, Asistente de la Federación. En el Monasterio de Santa Catalina, en Paterna, se unieron dos monjas más, con lo cual iniciábamos la marcha 12 pasajeros/as.
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Los ojos del corazón escudriñaban cada recodo del camino, como atisbando en los verdes trigales turolenses un espacio personal de presencia, algo que nos hablaba de belleza, como la brisa suave que acariciaba las espigas y nos hacía sentir humana y espiritualmente felices. Los ribazos del camino adornados con el rojo intenso de la multitud de amapolas que entremezcladas con margaritas blancas y en la lejanía del llano siempre ofrecían un horizonte amplio, muy amplio. Sobre las 12,30 nos encontrábamos en las puertas del Monasterio de Santo Domingo, en Zaragoza, muy rápidamente, aunque la rapidez no impidió ni los saludos, ni el exquisito “tente en pie”, que con delicadeza nos habían preparado, volvimos al autobús, esta vez con tres hermanas más que se incorporaban al viaje. Las montañas aragonesas y el paisaje castellano de Soria fueron durante varias horas nuestros compañeros de camino. Ya en la provincia de Burgos y cerca de Caleruega nos adentramos en
el desfiladero de La Yecla, inmensos cerros abriendo paso a un paisaje construido como para un relato medieval, rocas firmes como el tiempo que las mantiene erguidas y bellas, de un colorido sólido y relajante, claro los acantilados o precipicios no lo eran tanto, pero la mirada 5
hacia la altura siempre esconde la esperanza de alcanzar la meta, es como en la vida real, los miedos nos empujan a mirar el abismo y el precipicio, pero la fe nos asegura el camino hacia la cumbre, hacia la altura, hacia la meta, y nuestra meta estaba ya por llegar. La emoción de la proximidad de Caleruega nos hizo recordar a la Madre, quizá la firmeza de su fe tallada en el abandono, como las rocas del desfiladero, nos recordaron que Ella está en nuestro camino como la mejor compañera, así que espontáneamente las que se sentían catalanas comenzaron a cantar El Virolai, el reclamo vino enseguida de las valencianas que también le cantaron a la Verge del Desamparats y ¿cómo no?, las de Zaragoza se agarraron al Pilar y también la Pilarica tuvo su himno, entre tanto alguna decía pero “aquí cantemos el O Lumen que le pega más ”… en éstas estábamos cuando ante nuestras miradas apareció Caleruega, algo por dentro nos invitaba a sentirnos en casa, eran aproximadamente las 5,15 de la tarde. Nos recibieron algunas hermanas de la Federación de Santo Domingo y una vez colocadas en nuestras habitaciones y adecuado todo, nos reunimos en la capilla de los frailes para la celebración de la Eucaristía con Vísperas. Como la comunidad de frailes llegaba a la capilla para su encuentro comunitario de oración decidimos salir y ver qué plan había para la cena y con algún interrogante sobre cuándo llegaría el Padre Maestro; a una hermana le pareció ver en la oscuridad del claustro a Fray Bruno, -“¡parece que ya ha llegado! ¡está ahí!”, exclamó una de nosotras – “que no, mujer, que es otro fraile, advirtió otra”, y… sorpresa ¡sí, era el Padre Maestro!, allí en la casa de santo Domingo, con la sencillez y humildad que le caracteriza, se encontraba su sucesor, no sé qué sentiría él al verse en el lugar donde Domingo intentó discernir el sueño de Dios sobre su vida. Con su cálida sonrisa saludó a nuestro pequeño grupo. Entre tanto, ya en el comedor nos pudimos saludar todas o casi todas.
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A las 8 de la mañana, en la iglesia de la comunidad de monjas del Monasterio de Caleruega, nos encontramos para la celebración de Laudes y Eucaristía. Presidió el Promotor de las monjas, fray Brian Pierce, concelebraron Fray Bruno, fray José Luis Matamoros, Asistente religioso de las Federaciones de Santo Domingo y de Ntra. Sra. del Rosario, fray Antonio García, Asistente de nuestra Federación y la comunidad de frailes del convento de Caleruega. Fray Brian nos invitó a mirar nuestra misión de predicadores/as dando prioridad no al triunfalismo, sino más bien a la identificación con la realidad de Aquél a quien seguimos: “Jesús, un pobre que fue crucificado”. Desde esta perspectiva nuestra predicación será luz para la humanidad. Su homilía fue profunda y muy actual. A las 10 de la mañana, de acuerdo a lo sugerido por fray Brian, todas reunidas en la sala para el diálogo abierto con fray Bruno. Si hay algo que se respiró en el ambiente fue sinceridad y fraternidad, un deseo profundo de vislumbrar el paso de Dios por la historia de cada comunidad y Federación. El camino recorrido se percibía en las respuestas y aportaciones, es cierto que hay miedos, ilusiones, interrogantes, pero sobre todo existe una convicción irrefutable, de la que todas somos testigos “experienciales”: Las Federaciones son obra del Espíritu, forman parte del sueño de Dios sobre Domingo de Guzmán. Si Domingo fue el sueño de Dios para la Iglesia del siglo XIII, el sueño de Domingo para el siglo XXI, somos nosotros/as, la familia dominicana, nuestras comunidades, nuestras Federaciones. Somos o debemos ser para nuestra época el paso suave del Espíritu con aroma de resurrección, para ello Fray Bruno nos invitó a mirar el futuro como una responsabilidad común, de cada monja, de ahí brota la Mística de la Gracia de la Palabra, ya que ésta es fruto de la obediencia a la gracia de Dios, a su proyecto en cada monja, en cada comunidad, en cada Federación. La prioridad está en saber discernir el paso del Espíritu y para ello propuso unas pautas que deben ser dialogadas en cada comunidad y trabajadas por los capítulos conventuales, debemos discernir: La realidad de nuestras comunidades, mayores, enfermas etc. Tratar sobre la formación permanente, sobre todo de la generación intermedia. Ver caminos comunes para una formación inicial cualificada, para ello buscar cómo se puede formar a las formadoras, a las prioras. De la información para el trabajo comunitario se encargarán de sintetizar lo tratado las tres monjas de la Comisión Internacional presentes en el encuentro, ellas informarán a las Prioras 7
Federales y cada una a sus respectivos monasterios. El próximo año nos volveremos a reunir con Fray Bruno con aportaciones o soluciones concretas. Y el término del encuentro también llegó, el domingo día 2, solemnidad de Corpus Christi, presidió la Eucaristía el Padre Maestro, era una solemnidad que resumía en sí misma lo que las tres Federaciones habíamos intentado vivir, trabajar o expresar en estos días: lograr un camino que aúne nuestros esfuerzos para colocarnos frente al futuro no con derrotismos de muerte sino con esperanza de Vida, de resurrección. Ello implica vida partida y compartida, vida que muere en el surco como un camino hacia la plenitud, las comunidades cerradas o fusionadas no mueren, han comenzado un camino de plenitud, de transformación en el surco donde durante siglos germinaron regadas por la gracia, ahora germinan con otras hermanas en su camino hacia la VIDA DEFINITIVA. Hizo una comparación profunda de este día y mencionó que nos recuerda “la procesión de Jesús al Gólgota”. Esta es la verdad contenida en el Sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo, una procesión hacia el Gólgota y desde el Gólgota hacia la vida de cada ser humano. “La salvación viene de recibir este Pan de la Gracia y ser incorporado a mi Cuerpo”. Con este sabor a familia, con esa serenidad y espiritualidad que irradia fray Bruno y que nos trasmitió a todas, llegó el momento de la partida. Caleruega se abre en nuestra verdad dominicana actual como el tesoro escondido desde siglos y como la historia que nos verifica que tenemos raíces. Nos invita a andar de puntillas sobre sus piedras para no arrancarle ni uno sólo de sus recuerdos y poder dejar constancia de que la antorcha de la fe de Domingo se mantiene encendida en todos sus hijos e hijas.
Sor Mª Ángeles Martínez Moreno, op Monasterio de la Inmaculada Torrent-Valencia
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SAN ALESSANDRO LONGO Con el grupo de los 800 mártires de Otranto ((Lecce – Italia), que fueron canonizados por el Papa Francisco, el día 12 de mayo, figura un dominico, Fr. Alessandro Longo. Día de gran alegría y acción de gracias al Señor, para la Orden de Predicadores. Fr. Vito T. Gómez, Postulador General de la Orden, nos facilita esta información.
El 28 de julio de 1480 los ejércitos turcos, queriendo ocupar el reino de Nápoles, desembarcaron en la región italiana de Apulia y asediaron la ciudad de Otranto. El convento dominicano dedicado a Santa María de la Candelaria, por su situación fuera de las murallas, fue el primer edificio que saqueó y ocupó la artillería turca. Los frailes se refugiaron en la ciudad. El 12 de agosto, los turcos, tras 14 días de asedio y de bombardeo de las murallas, lograron entrar en la ciudad y atacaron tanto a los defensores como a los ciudadanos más indefensos. En contra de las costumbres de la época, entraron en la Catedral donde se había refugiado el arzobispo, eclesiásticos y gran número de fieles. Muchos de ellos fueron asesinados en el mismo lugar y otros el día siguiente, 13 de agosto, en la colina llamada de la Minerva, tras haberse negado a abjurar de la fe en Cristo. No se sabe exactamente cuántas personas cayeron en la defensa de la ciudad ni cuántas fueron puestas, por Ahmet Paşa, ante la alternativa de
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renegar de su propia fe para obtener la libertad o perder la vida. La tradición afirma que un grupo de 800 personas se mantuvo fiel a su fe hasta el final. Aunque no se sabe el nombre de muchos de ellos, su martirio fue entendido como un signo del compromiso de toda la comunidad en defensa de la fe. En la única lista fiable desde un punto de vista histórico se recogen algunos cuantos nombres. Entre los primeros mencionados aparece el Maestro Alessandro Longo, dominico. Sabemos que aquel día murieron también otros dominicos, pero hasta ahora no se conocen sus nombres. Fray Alessandro Longo, el fraile cuyo martirio aparece documentado, nació en Otranto hacia 1425 y se hizo fraile en el convento de Lecce o de Nardó. Fue ordenado sacerdote en Bolonia el 30 de mayo de 1450. En 1451 fue nombrado “Maestro de estudios” en el estudio general de Santo Domingo de Nápoles. Fundador en 1458 del convento de Otranto, en 1474 obtiene del Maestro de la Orden la facultad de dar el hábito dominicano y de recibir a la profesión a frailes y hermanas. En 1475 fue asignado definitivamente a Otranto para organizar y consolidar el naciente convento. Dando muestras de una gran apertura mental fue capaz de elaborar una cultura refinada que sintetiza la tradición griega de su tierra natal con la tradición latina aprendida en las escuelas de Bolonia y de Nápoles. Sabemos que es el autor de un comentario a las comedias de Aristófanes. La Orden Dominicana, por su parte, tuvo siempre una gran devoción hacia los 800 mártires de Otranto. En 1574 algunos cuerpos de estos mártires fueron llevados a Nápoles y puestos bajo el altar de Santa María del Rosario en la iglesia dominicana de Santa Catalina de Formiello. En el Capítulo General de Roma de 1629, el título de prior de Otranto fue otorgado al socio del prior provincial de Apulia. Éste solicita y obtiene en 1694 de la Congregación de Ritos la facultad de celebrar el oficio y la misa de los beatos mártires para todos los conventos de la Orden.
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Nuestra hermana,
Sor Mª Dominica Granados, del Monasterio de La Inmaculada de Torrent (Valencia), recibió, emocionada, unas letras y varias estampas de parte del Papa Francisco, como respuesta a su felicitación al ser elegido Vicario de Cristo y Sucesor de San Pedro.
Nos gozamos con ella, y encomendamos al Señor el servicio apostólico del Papa Francisco.
La fe se transparenta en las actitudes del Papa Francisco… Sobrecoge su gesto sencillo y humildad evangélica, su sonrisa…
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Convivencias de Prioras Sor Mª Ángeles Martínez Moreno, op Monasterio Inmaculada- Torrent (Valencia)
Imagino que cuando Julio Verne escribió sus fantásticas novelas, en lo más profundo de su corazón abrigaba la esperanza de ver sus sueños hechos realidad. Viaje al centro de la tierra. Veinte mil leguas de viaje submarino, etc. Supuestos todos, de un mundo que en aquella época parecía inverosímil, seguramente de haber vivido en el siglo XXI nos habría transportado a realidades mucho más lejanas. Toda realidad que pasa por el deseo, no siempre es alcanzable histórica, material o realmente, pero lo cierto es que el deseo es capaz de romper cualquier frontera y sumergir al ser humano en la más apasionante experiencia. La vida humana parte de un amor Trinitario incontenible, porque el amor es en sí mismo incontenible, de un profundo diálogo eterno plasmado en el tiempo a través de la primera “palabra” de comunión que se pronunció en la esencia de Dios: “hagamos” y la vida fue. Desde entonces la vida tiene su centro, su referencia, su armonía, su punto o lugar de encuentro. Toda realidad gira alrededor de un nexo central que la dinamiza, que le da consistencia y la embellece. Cuando se pierde el centro se genera desorden y muerte. La misma cohesión molecular parte de un vínculo polarizado por partículas alrededor de un núcleo. Quizá el mismo anhelo de Julio Verne por llegar al centro de algo, de un espacio, de un tiempo, quizá el centro anhelado y buscado fuera la eternidad, Dios mismo. No vamos a describir la novela ni a relatar nada fantástico, simplemente compartir un viaje hacia un centro y
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con un fin. No todos los preámbulos conducen a una certeza (y el preámbulo de este articulo ha sido largo), pero cuando acabéis de leer estas líneas habrá surgido una verdadera certeza, no lo dudéis. El día 13 de mayo a las 7,30 de la mañana nos esperaba en la puerta del Monasterio Federal el autobús, con el chófer, que nos conduciría hacia nuestro destino. Se habían reunido con anterioridad a la hora fijada para la salida, nuestras hermanas de los Monasterio de Xàtiva y de Orihuela, que participarían en el encuentro. La reunión era para prioras pero también fueron convocadas las consejeras que residen en España y la Ecónoma federal. Transcurrida más o menos media hora nos encontrábamos en la puerta del Monasterio de Paterna, donde se incorporaban dos hermanas más y el Padre Antonio García, Asistente Religioso de la Federación. El viaje tranquilo, saboreando el bello paisaje primaveral que enmarca las regiones de Valencia, Teruel y Zaragoza. A las 11,45 nos encontrábamos ya en las puertas del Monasterio de Santa María del Pilar, en Zaragoza. Alegría mutua de vernos, saludos, risas, todo el marco propio de quienes llevan el gozo escrito en el corazón. Después de tomar un buen refresco que con tanto cariño nos habían preparado y visitar algunas dependencias del monasterio, salimos ya hacia el destino definitivo: la Casa de Ejercicios de las Religiosas Angélicas, situada muy cerca de nuestro Monasterio de Santo Domingo. El lugar es plácido, contemplativo, acogedor y muy adecuado para el fin que llevábamos. Después de acomodar todo en las habitaciones, preparadas con detalles delicados y fraternos por nuestras hermanas de Santo Domingo, rezamos Sexta y bajamos al comedor para darle también un poco de respiro al estómago que, después de un viaje largo, bien merecido se lo tenía. La tarde se presentaba densa, nada menos que asuntos económicos. El Asesor contable de la Federación desde hace muchos años, Don Francisco Gabás, expuso con mucho detalle y claridad un informe sobre el contexto económico de España, situándolo en la complicada realidad europea. Sin dramatismos pero con realismo, pasamos a revisar la situación económica de la Federación. Una vez más pudimos constatar que lo que se escribe desde el amor y la comunión no se extingue sino que florece. Tantos años compartiendo vida no pueden llevar más que a la verdadera VIDA. Se dialogó, se aclararon aspectos, se confrontaron ideas y al final se tomaron decisiones fraternas que van más allá
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de números, cifras y cantidades. Varias comunidades siguieron la exposición de don Francisco Gabás, con el sistema de video-conferencia. Algunos fallos técnicos no lograron que la audición adquiriese la nitidez deseada, pero aun así la gran mayoría siguió el tema con atención. Al final del día en el silencio de la capilla, acompañadas por la presencia de QUIEN renueva nuestra existencia desde la suya, compartimos la celebración de la Eucaristía y Vísperas. Aquí no valen las deducciones ni las previsiones. Cuando María aceptó la propuesta del ángel, el único cálculo seguro fue su pequeñez y desde esa pequeñez Dios construyó una morada para su Hijo y en el Hijo por el Espíritu la nuestra. La morada de Dios son los recodos más periféricos de nuestra existencia, allí donde la obra sólo es suya,
es la experiencia del profeta Nehemías (Neh, 8,10) que nos invita a “saborear” el gozo en el Señor como nuestra fortaleza. Sólo existe gozo cuando se da la apertura y Dios puede escribir su historia en la nuestra. Y como la historia continua, el día 14 amaneció con un vasto horizonte por delante. Después del desayuno, a las 9,45 el Padre Antonio García impartió una conferencia sobre la fe (la insertamos a continuación). El tema central lo desarrolló desde dos ángulos: - Comprensión de la fe - Fe y conversión En el AT, explicó, no encontramos la definición de fe. Del griego PISTIS, la fe comporta seguridad, porque es a la vez confianza. «Creed en Dios y creed también en Mí» (Jn 14,15) es la invitación de Jesús a romper fronteras y a caminar hacia el verdadero centro que es el Padre. Por ello la fe viene acompañada de conversión, que es en definitiva “volver-se” hacia alguien que va a dar más
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consistencia a mi vida, que la va a colocar en una órbita nueva, que la va a transformar en un don. La conversión de la fe nos empuja a dejar a Dios que sea Dios. Pues para no hacer caso omiso de toda la experiencia que nos trasmitió el Padre Antonio, salimos camino al Monasterio de Santo Domingo, donde se nos había invitado a comer y cuyo fin principal era visitar el proyecto de enfermería que la comunidad tiene ya funcionando varios años. Allí, en el entorno comunitario de tantas vidas entregadas desde el gozo de la fe, pudimos vislumbrar miradas llenas de vida, sonrisas repletas de esperanza y sobre todo mucho amor. Aquí, en nuestras hermanas mayores y enfermas, leímos la práctica de la fe y entendimos que la vida sin lectura humana no puede ser vivida ni acariciada como don. La sabiduría de la fe sólo la conocen los sencillos, por eso el Reino no es para quien intenta comprarlo sólo con esfuerzo, sino para quien lo busca y lo anhela porque lo necesita. Si hay algo que nos debe hacer felices es la capacidad de saber leer la vida con el lenguaje de Dios, entonces cada etapa de la existencia se vuelve el mejor libro de lectura y la mejor expresión de gratitud. Eso brotaba de nuestro corazón cuando mirando los rostros de nuestras hermanas mayores encontramos vida. Los detalles de todas y cada una de las monjas fueron hermosos. Compartimos la comida y una buena sobremesa, después rezamos Nona y regresamos a la Casa de Ejercicios, donde en la tarde se abrió un amplio diálogo sobre la revisión de las propuestas que nos dejó la IX Asamblea Federal del 2012 y que están reflejadas en las Actas de dicha Asamblea. Hablamos, proyectamos y sobre todo vivimos algo tan fundamental como es la trayectoria federal y la constatación de la madurez que hemos logrado en ese camino. No todas las opiniones eran afines pero los deseos de bien sí, de ahí que pudiéramos expresar con sinceridad lo que pensábamos y a la vez aceptar con libertad lo acordado o proyectado, la sinceridad y la transparencia es lo único que puede llevarnos a la libertad que es sinónimo de fraternidad, se es 15
fraterno cuando se aprende a ceder y se cede cuando se escucha y se aprende a leer el corazón del otro/a. Pues leyendo corazones, comenzamos el día 15 intentando leer el de Dios que nos acogía nuevamente en la intimidad de la oración y en el marco de la celebración Eucarística, para después del desayuno retomar el diálogo que se había comenzado el día anterior. Y así, casi sin darnos cuenta, llegó la hora de regresar. Nos había convocado el deseo de ser fieles al proyecto de Dios en este momento concreto de la historia, donde como dominicas contemplativas tenemos la urgente necesidad de escuchar, valorar y afrontar el futuro con esperanza. No habíamos viajado al centro de la tierra pero sí
al corazón de la Federación y allí nos encontramos con un único rostro, el rostro de Dios llamando a la puerta de nuestros monasterios esperando la respuesta desafiante de quienes viven la audacia de la fe. Con esta audacia en el corazón decidimos pasar por el Santuario del Pilar para poner a los pies de María todo lo gestado en estos días. Alguna de nosotras estaba deseosa de pasar a besar el Pilar, “¿besaremos el Pilar?”- claro, era la respuesta de todas, ¡pasaremos a besar el Pilar! Reunidas en el altar, allí al lado de María, intentando interiorizar todo los vivido, cuando nuestros corazones comenzaban a exultar de gozo, como exulta una hija sabiendo que la acoge su madre, se escuchó un tremendo ruido en la Basílica, y pensamos —“pobre, algún anciano se ha caído”…—, nuestras miradas no salían de su asombro cuando tendida en el suelo, a unos metros del altar y ya para dar la vuelta hacia el lugar donde se besa el Pilar, se encontraba una piadosa hermana nuestra. Hasta aquí llegó la “mística de la visita al Pilar”, la levantamos, con la elegancia que le caracteriza, en medio del dolor que le produjo la caída y el daño que le hacía brazo y hombro, se arrodilló y besó el Pilar. La solución era ir a un hospital y ver qué le había pasado a su brazo. Al llegar la comitiva de monjas al centro médico, porque eso sí, nosotras todas juntas, que para eso somos comunitarias, se pueden imaginar las miradas y los interrogantes de pacientes y personal sanitario. Todo transcurrió bien, nuestra hermana tenía el hombro dislocado y había que llevarla a quirófano para tratar de colocar cada hueso en su lugar. Al resto de monjas nos enviaron a la sala de espera de pediatría y entre risas y sonrisas a los
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niños que también esperaban en esa sala, llegó la Madre Federal que acompañaba a la hermana de “aterrizaje forzado” y nos dijo que había salido de quirófano, estaba bien y regresaba con nosotras a Valencia. Casi casi fue la única que llegó al centro de la tierra, sólo que se quedó en el centro del suelo. Ya bastante anochecido llegamos a Valencia, pero con una gran seguridad en el corazón que “para los que aman a Dios todo les sirve para el bien”. Esta situación corroboró algo muy importante y necesario, los momentos de la vida son los espacios en los que podemos experimentar dónde tenemos colocado nuestro centro y hacia dónde camina nuestra vida. En la ribera de Dios siempre hay otra orilla y en esa otra orilla dos únicas realidades: Él y la humanidad. Con ellas no existe pérdida en el trayecto y aun los momentos de ocaso se pueden vislumbrar como caminos de plenitud. Porque Dios siempre está ahí, en la otra orilla.
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¡Qué hermoso… los hermanos unidos….! Desde Costa de Marfil y con fecha 9 de abril, recibimos estas letras del P. Puche, que nos llenan de alegría y agradecemos sinceramente.
Muy queridas Hermanas: Tengo un montón de cosas en la agenda de hoy, aquí, en la habitación-celda-despachoconsultorio-confesionario... del Director Espiritual del Seminario Internacional (12 nacionalidades) de Abidjan-Yopougon (Costa de Marfil-África). Pero al abrir el correo electrónico y ver UNIDAS, he pensado abrirlo, darle un vistazo y comenzar con lo que me espera. Creo que ya sabéis que, con permiso del Prior Provincial de Aragón y su Consejo, me vine a este Seminario incipiente (comenzó a funcionar el curso pasado), en el que no había más sacerdote que el Rector: un polaco de cuarenta años, y necesitaba al menos otro para ocuparse de la formación y dirección espiritual. Los seminaristas son todos veintiañeros: ninguno menor de 20 años (esperamos a un colombiano este mismo mes, de 18 años) y ninguno supera los 30. Ah, y una novedad de anteanoche: el Señor nos regaló un ¡seminarista catecúmeno! Sí, catecúmeno de veintipocos años, aunque en el Camino Neocatecumenal: ya asistía y sigue asistiendo a las clases de primero de filosofía con los seminaristas en la Universidad Católica. Y ahora, aun sin bautizar, ya es miembro de nuestro Seminario Diocesano Misionero "Redemptoris Mater": ¡Un seminarista cuyo bautismo todos esperamos con inmensa ilusión: será en la Vigilia de Pentecostés, el 18/19 de mayo! Él, y otro seminarista que se bautizó en 2009, nos dieron su experiencia escalofriante de su primera juventud completamente alejados de Dios, que se fijó en ellos, los llamó a su servicio, y están encantados. Toda una lección de vida y de fe —y de un cariño inmenso a la Madre en el día de la Anunciación—, para los "viejos" cristianos.
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He comenzado a ojear UNIDAS y luego a leer y a emocionarme de lo que contáis desde España y América. Conozco los monasterios de España y me alegra ver la vitalidad de Sant Cugat, le leído con emoción la preciosa "última página" de mi amigo Don Victorio Oliver para mis queridas hermanas de Albarracín en su dolorosa recta final como comunidad después de cuatro siglos, el presente y perspectivas de Santa Catalina de Paterna, la incorporación de distintas hermanas a los monasterios de América, las notas necrológicas tan entrañables en especial la de Sor María del Pilar de Santo Domingo de Zaragoza... "la Esperanza" de mis años jóvenes. Todo, de la cruz a la raya. Y al terminar, doy gracias a Dios por esta comunión con mis hermanas que me ha regalado el Señor Resucitado esta mañana de martes segundo de Pascua. ¿Qué importa que no termine hoy lo que tenía previsto? Ese contacto vivo con la vida, la fe y el amor a la Orden, de las hermanas, va a llenar mi jornada. Ah, y enhorabuena por lo bien presentado y maquetado que os sale UNIDAS. Algo de eso sabemos los periodistas, aunque esté retirado. Aprovecho para que, si alguna hermana lee estas líneas, ponga ante el Señor los muchos problemas que traen a la Iglesia "los que vienen de la gran tribulación a lavar sus túnicas en la Sangre del Cordero": son muchos los días en que me cuentan los profundos problemas que tienen sus familias, que aquí están la inmensa mayoría rotas. Sólo el Señor puede curar las heridas y cerrar las cicatrices de la ausencia de una familia cristiana. Y sólo cuando he palpado esta dolorosa realidad comienzo a valorar lo que significa tener nueve hermanos del mismo padre y la misma madre, que nos transmitieron la vida y la fe y alentaron la vocación dominicana de sus dos hijos mayores. Eso: cuento con vuestras oraciones, por estos chicos que el Señor ha puesto en mi vida, y por mí: que mi vida pueda servirles de estímulo, y mi palabra oriente siempre sus pasos en la única dirección de la felicidad: Jesucristo, el Señor. Vuestro hermano fray José Antonio Martínez Puche, o.p. Abidjan-Costa de Marfil
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AÑO
DE
LA
FE
Comprensión de la Fe Fr. Antonio García Lozano, op
1).- En el A.T. En el A.T. no encontramos propiamente una definición de la fe. Los términos griegos pistis y pisteuin que traducimos por fe corresponden a una gran variedad de conceptos hebraicos. Estos contenidos de los términos hebraicos nos permiten descubrir que la fe comporta: Seguridad. a).- Asentar la vida sobre algo firme, seguro, cierto. b).- Estar seguro de que no hay otra realidad que ofrezca estas características más que Dios. c).- Decir amén a Dios. Es decir, creer en Dios, fundar la existencia en Dios: «Si no os afirmáis en Mí no podréis subsistir» (Is 7,9). d).- Realizar una entrega confiada a Dios, siempre fiel, que reclama al hombre entero. 2).- En los Evangelios: Los evangelios ponen de manifiesto, que la respuesta de fe del hombre a Dios, es fruto de la acción de Dios (Jn 6, 4-45). La fe es don y gracia de Dios. Los Evangelios reclaman esta fe en Dios y en su enviado Jesucristo. «Creed en Dios y creed también en Mí» (Jn 14,1). En los Evangelios se subraya: a).- Que la fe es la actitud de acogida que los pobres ofrecen al anuncio de la salvación. Así lo reconoce María en el Magnificat (Lc 1, 46-55). b).- Que la fe es la condición para que Jesús realice su acción salvadora: «Tu fe te ha curado» (Lc 8, 48). c).- Que la fe es la acogida de Jesús como Mesías enviado por el Padre (Jn 20,31). 3).- En S. Pablo (Salvación-Filiación). Profundizando en su experiencia religiosa nos describe la fe como: a).- Un volverse al Dios vivo y verdadero (I Tes 1,8 ss).
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b).- La actitud que hace posible recibir la salvación de Dios, pues Dios no salva por la obras de la ley, sino por la fe (Rom 3,28). c).- Una nueva disposición interior que se traduce en un estilo de vida regida por la ley del Espíritu, que nos hace hijos de Dios (Gal 4,6-7). En Síntesis: La fe implica dos dimensiones: A).- Un don, una gracia, una llamada de Dios: «Nadie puede venir a Mí si el Padre no lo trae» (Jn 6,44). * En el acto de fe y entrega a Dios, es Dios quien tiene la iniciativa. Es Él mismo quien toma la iniciativa de manifestarse al ser humano. Por esta razón la fe es una virtud sobrenatural y teologal y no sólo porque el objeto de la fe es Dios mismo sino también porque el acto de fe religiosa es un don, una gracia del Espíritu de Dios. *Una llamada que directamente o a través de mediaciones se dirige a lo más hondo del corazón humano, lo más profundo de nuestro ser. * Es una iluminación, una inspiración, una solicitud del Dios-Amor: «Me sedujiste Señor y me dejé seducir» (Jer 20,7). * Esta llamada adquiere diferentes matices en cada persona. B).- Una respuesta humana personal y comprometida. - En esta respuesta se produce el encuentro con Dios y lo llamamos fe. - En esta respuesta a Dios la persona experimenta un profundo cambio al que llamamos conversión. En efecto, una persona que hasta entonces había vivido girando en tomo a sí misma, a su propio yo, experimenta que su vida comienza a descentrarse de su propio yo y girar en torno a Dios y el Reino. Esta experiencia de descentramiento del propio yo S. Pablo la traduce en la expresión «No vivo yo... es Cristo quien vive en mí» (Gal 2,20). - El N.T. recogiendo el contenido del A.T. concreta esta actitud de fe en una afirmación: Creer en Jesucristo y en el Dios de Jesús. Creer en Dios y creer en Jesucristo es el objeto fundamental de la fe. Para el cristiano creer en la verdad y las palabras de Jesús son la verdad, pues son las palabras de Dios mismo (DV. 4). - La fe es un acto personal, mediante el cual una persona se entrega a otra, movido por la confianza que esa persona despierta en ella. Fe es entregarse al tú de otra persona para encontrarse con ella, conocerla y abandonarse. - Cuando alguien dice con sinceridad "creo en ti”, está abriendo su corazón y su vida, está entregándose a otra persona, está poniendo su confianza y descansando en esa otra persona, está aportando todo lo que uno tiene y es por la otra persona que ha sido capaz de suscitar este profundo movimiento de confianza y entrega. - Creer es fiarse de alguien que ha llegado a tocar el núcleo personal de nuestro ser: la inteligencia y el corazón. - Un modelo ejemplar de fe en el A.T. es Abraham. Dios le pide salir de su casa y de su tierra y ponerse en camino hacia la tierra que Dios le promete. Dios le va a constituir en padre de una nación grande. La respuesta de Abraham (padre de la fe, Gn 12, 1-4) es ponerse en manos de Dios, confiar en él, aunque le pida el sacrificio de su hijo. - La fe implica: respuesta, compromiso y entrega.
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* Entrega total a la persona de Dios que se revela. * Aceptación del contenido de esa revelación. La aceptación de los contenidos concretos de la fe se basa en la entrega total, entera y sin reservas al Dios que se le comunica y revela. * La respuesta de la fe pone en juego y actividad la realidad más profunda del ser humano. No es un puro asentimiento intelectual, ni un puro acto de voluntarismo. Es una respuesta que implica a la totalidad del ser humano. *La fe religiosa es entendida como un compromiso humano con el Dios vivo que sale al encuentro, antes de ser entendida como una aceptación de las verdades reveladas. En el acto de fe íntegra, en la persona del creyente se han de dar las dos dimensiones: La aceptación de Dios y la aceptación de sus palabras. * El Teólogo Walter Kasper nos da esta descripción del acto de creer: “Creer significa decir amén a Dios, afianzarse y basarse en Él. Creer significa dejar a Dios ser totalmente Dios, o sea, reconocerlo como la única razón y sentido de la vida. La fe es pues el existir en la receptividad y en la obediencia. Poder creer y tener esa posibilidad es gracia y salvación porque es en la fe donde el hombre encuentra apoyo y base, sentido y meta, contenido y plenitud. Y es en ella donde en consecuencia es salvado de su carencia de apoyo, de su falta de objetivos, del vacío de existir. En la fe puede y tiene la posibilidad de aceptarse a sí mismo, porque ha sido aceptado por Dios, por eso en la fe hemos sido aceptados como hijos de Dios siendo destinados a participar de la esencia y figura de su Unigénito”. (Rom 8,29) (W. Kasper, “Jesús el Cristo”, Sígueme, Salamanca, 1982).
Fe y Conversión ٭Convertirse significa volverse, cambiar de una situación vital a otra situación opuesta. En lenguaje humano se habla de una persona que se ha convertido cuando cambia de vida. Por ejemplo, un drogadicto abandona la droga, cuando un bebedor deja la bebida. ٭En lenguaje religioso cuando hablamos de conversión podemos hablar de una triple dimensión de la conversión: + Del ateísmo a la fe religiosa cristiana. + De un cristianismo de bautizado en la niñez, pero sin práctica religiosa, a la vivencia y práctica de la fe. + De un cristianismo vivido en la frecuencia del pecado, a un cristianismo auténtico, con vivencia profunda. ٭En el caso de la conversión religiosa, podemos hablar de fe y conversión como de un binomio correlativo, de dos aspectos de la misma realidad. Al no tratarse más que de una misma realidad, habrá que considerar que la fe y la conversión son las dos caras de una misma moneda. En la fe como llamada de Dios y respuesta de la persona humana se da el encuentro con Dios. Y en este encuentro el ser humano se afirma a sí mismo, entregándose libremente a Dios y a partir de ese momento de la conversión sitúa a Dios como centro-eje de su vida. ٭J. Martín Velasco explica así la conversión religiosa: “Hacer de la fe la sustancia de lo que se vive comporta una radical conversión, que desaloja del hombre un corazón vuelto sobre sí mismo y que tiende a convertirse en centro y medida de todo, para poner en su lugar el Espíritu de Dios, que lleve a ese corazón a realizarse no en el dominio y la 22
posesión, sino en la autodonación y la entrega. Una conversión así, transforma la vida toda del creyente en manifestación de ese corazón nuevo, de ese nuevo espíritu y hace de esa vida su permanente irradiación hacia el mundo”. (J. Martín Velasco: "Increencia y evangelización. Del diálogo al testimonio". Sal Terrae. Santander 1988, pág. 132). ٭El acto de entrega constituye lo que llamamos fe y el descentramiento constituye lo que llamamos conversión. Y ambas dimensiones son dos dimensiones de la misma realidad: el encuentro personal con Dios. ٭En esta línea aparece con claridad que el acto de la fe-conversión, sólo puede ser verdaderamente comprendida desde la clave del amor. Aparece en toda su dimensión la gratuidad del amor. El amor nos descentra de nuestro egoísmo y pone su nuevo centro en Dios y en el amor al prójimo. Ya no se vive más para sí sólo. El amor nos ha centrado en Dios y en su proyecto del Reino. Y este nuevo centramiento nos hace felices y da sentido a nuestra vida. Algo similar ocurre en el enamoramiento humano. ٭En la conversión religiosa se da siempre un proceso de compromiso y entrega a Dios, un itinerario religioso. Características de la conversión primera: La conversión primera no sucede de la misma forma en las personas bautizadas de niños v educadas en la fe que en las personas convertidas y bautizadas de adultos. Aunque tal conversión sólo es posible en personas que han llegado a una cierta madurez, a una capacidad de autoposesión y decisión, los presupuestos y la experiencia vital antecedentes pueden ser muy distintos en una y otra situación. Las características de la conversión son idénticas en los casos, pero el itinerario y la realización son distintos. Podemos describirla en la forma siguiente: La conversión indica cambio de vida; dejar el comportamiento y la vida anterior para emprender una nueva. Prescindir de la búsqueda egoísta de uno mismo, para abrirse al amor y comunión con Dios, para vivir desde su Espíritu y vida divina (T. Goffi). La conversión implica: * Un cambio profundo en la vida personal. * Una opción fundamental por Jesús y el Reino. * Un horizonte de sentido: Las perspectivas del Reino. El Espíritu de Jesús. Espiritualidad. Proceso de la conversión primera: La conversión es un don de Dios, que nos llama a vivir en comunión de amor con Él. El punto de partida puede estar en un encuentro personal, interior y profundo con Él, y desde Él un encuentro con nosotros y desde ellos surge la necesidad del cambio. El punto de partida, puede ser inverso: desde nuestro encuentro personal, interior y profundo con nosotros y nuestra realidad, la necesidad de ser salvados, de cambiar, y buscar en el Señor, en el encuentro con Él, la ayuda y gracia para el cambio. Cuando la experiencia del amor de Dios y la experiencia de la propia condición humana se encuentran, entonces se produce el milagro de la conversión. En la conversión se dan los siguientes pasos: • El «encuentro» personal con el Dios vivo de Jesucristo Dios se convierte en un TÚ Personal, que centra y da sentido a la vida. Cuya llamada, cercanía, irrupción en la propia historia, viene a convulsionar el ser de tal manera que, transformando al
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hombre de forma total (en su pensar, sentir y querer), es percibido en experiencia inmediata como aquel que ofrece el verdadero sentido de vida y a quien merece la pena seguir por encima de todo. Dios se convierte en el centro del corazón y del mundo afectivo, que orienta y unifica todas las energías en una dirección. Mantiene la identidad de la persona y le confiere sentido y dirección a su vida. • La «des-centración» del propio yo Poniendo así en crisis los valores o apoyaturas sobre los que se está construyendo el propio proyecto de vida, o que son propuestos por el entorno para comenzar a decidir sobre su destino y su vida. • La «re-unificación» personal, psicológica y social del convertido En torno a unos valores dominantes y polarizadores que concentran la propia personalidad, descubren nuevos sentidos de vida y articulan el comportamiento o acción moral. • La “identificación” e integración con la comunidad de los creyentes Aceptando la fraternidad cristiana como forma de estar, compartir y convivir con los demás, a través de un sentimiento afectivo y efectivo de pertenencia, que le lleva no sólo a aceptar unas formas externas de comportamiento o unas normas de vida, sino también la responsabilidad y tareas que le competen en la edificación de la comunidad eclesial. • El compromiso con el Reino. La misión. El proceso de conversión a la fe implica también la fecundidad, la entrega, el servicio a la misión. Jesús llamó para estar con Él y para predicar. Al encontrarnos y fundamentarnos en Dios Padre, encontramos nuestra base, identidad y sentido. La conversión, por lo menos en su último tramo, está conectada con una experiencia configuradora, que hace de detonante del cambio. Signos y frutos de la conversión: • La persona se siente transformada por dentro, desde lo profundo del corazón. • Cambia su talante y modo de entender y abordar la vida. • Integra en su persona sus zonas oscuras, reprimidas y ambiguas. • Se ha dado un nuevo horizonte y sentido a su existencia. • La fe ha dejado de ser ideología, para ser una forma existencial de vivir. • La propia historia se divide en dos, antes y después de la conversión. • Siente la vida como un don de Dios, un regalo gratuito. La conversión interior, personal y profunda al Reino. Así aparece en los profetas, en Juan, en Jesús. Las primeras palabras en Marcos, a modo de sumario son: «El tiempo se ha cumplido... convertíos y creed». Creer es convertirse. La fe no dice sólo relación con la verdad, sino con una actitud de vida. Dios nos llama a seguir a Jesús conducidos por el Espíritu. Nuestra respuesta que es la espiritualidad, comienza por la fe que animada por el amor, desencadena la conversión.
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A).- La conversión es siempre una ruptura, un cambio: * Un cambio de mentalidad: comenzamos a guiarnos por los criterios de la fe y el Evangelio y no por los criterios del "mundo" y de la "carne". * Un cambio de actitudes y de práctica: Comenzamos a actuar a imitación de Cristo y no según el egoísmo, los ídolos y las pasiones. Más profundamente, la conversión cristiana es "nacer de nuevo" según la vida del Espíritu que nos reviste de Cristo. B).- La conversión cristiana es una decisión: crisis y ruptura inicial - Pero es igualmente un largo proceso que toma toda la vida, en coherencia con el mismo proceso del seguimiento de Jesús. La conversión es el proceso de la opción por Jesús y su Evangelio. Es cristiana porque nos convertimos en primer lugar a Cristo y a través de él a la justicia, al amor, al hermano, al pobre y al reino de Dios. La conversión cristiana es la conversión a un Dios inseparable del amor al hermano. La conversión se da como un proceso y crecimiento inacabado. Al buscar la plenitud del Espíritu hace de la conversión una tarea permanente. - El proceso de conversión tiene momentos críticos, etapas de nuevas opciones donde debemos volver a elegir a Cristo, pasa por crisis de maduración y crecimiento. Todo ello forma parte de la "purificación del fondo de nuestro espíritu para adecuamos a Dios" (S. Juan de la Cruz), de modo que la experiencia de fe y la motivación del amor lleguen a ser los factores predominantes de nuestro itinerario espiritual. - No debemos comparar etapas de nuestra vida. Normalmente la generosidad, la oración, el compromiso van evolucionando y purificándose. De un apoyo en la buena voluntad se madura a un apoyo en la palabra de Cristo y en las exigencias del Evangelio, asumidas en la fe. La verdadera conversión cristiana es en la fe. Es dejarse conducir por Jesús en la fe, en la cruz y en la esperanza. Es ver las cosas que nos atrajeron en un principio desde una nueva luz: la de Cristo resucitado (Cfr. Jn 21: relación Jesús-Pedro). C).- La conversión es también camino de la madurez humana - La madurez cristiana consiste en la consecución del estado del "hombre perfecto" (Ef. 4,13), en el revestimiento del "hombre nuevo". La experiencia de fe, la esperanza y la caridad cristiana y la actividad progresiva del Espíritu contribuyen también a la maduración de las facultades humanas, sin sustituir la autonomía de la psicología. Jesús alcanzó la perfección de su humanidad en la "donación" suprema de la cruz, pues lo que nos hace hombre o mujer es precisamente el amor. - La espiritualidad no resuelve los problemas psicológicos ni sus desequilibrios, pero en la medida que integra las facultades humanas (psicología) en el amor y las arranca del egoísmo nos ayuda a vivir en paz con nosotros mismos y hacer de los conflictos y limitaciones psicológicas un camino de crecimiento. El amor es el eje de nuestra vida y el que hace madurar nuestra psicología. Debemos madurar en todos los aspectos de nuestra vida humana y cristiana, desde la madurez biológica, intelectual, afectiva, hasta la madurez de la fe. - Hay ciertas áreas psicológicas donde la maduración es más difícil que en otras y donde la experiencia de fe puede contribuir significativamente a la maduración humana. Por ejemplo, la madurez afectiva. No es fácil encontrarla. El mandamiento de Cristo al amor coincide con el proceso a la madurez de la
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afectividad. La madurez afectiva consiste en la capacidad de darse por encima de la necesidad de recibir; en la capacidad de aceptar, sin frustrarse ni disminuir nuestra donación, las no respuestas a nuestros amores y entregas; en la capacidad para ser objetivos y emocionalmente libres ante las situaciones, para tener juicios y apreciaciones justas. Es decir, pasar de un amor egocéntrico a un amor de reciprocidad y desembocar a un amor de oblación. - La búsqueda de identidad personal concluye con la conversión, y ésta a su vez consiste en la identidad realizada. El yo social, ha sido transcendido por el yo personal, el cual ha encontrado la fuente de su ser, en el Dios vivo, para desde él asumir una nueva identidad social y vocacional. En esto se diferencia la conversión fundamentada teologalmente de la conversión de conducta, la cual no desencadena un proceso de transformación y unificación de la persona, sino que se limita a internalizar ideas y valores en la conciencia (asimilación), y crear unos hábitos correspondientes. No hay conversión profunda, conversión del corazón. La conversión a Dios: - Estructura el deseo, abriendo a la persona a los valores incondicionales. - Unifica el deseo, en el amor de Dios. - Fundamenta el deseo, en el amor de Dios Padre. La unificación del deseo significa: - Experiencias de incondicionalidad y consistencia de los deseos. - Evolución y maduración del deseo dentro de la identidad personal. - El deseo se integra en el proyecto. - Dios se convierte en el ideal que da sentido a la vida, que la centra y orienta desde la relación personal con un Tú Absoluto. Dios es vivido, integrado en el mundo afectivo, como Padre de amor y misericordia infinita, fuente de vida y fundamento y consistencia de la vida personal. -Cuando la conversión es interior y profunda, fundamentada en Dios, la propia historia se divide en dos: La vida anterior y la vida posterior a la conversión. Fe adulta y conversión permanente: • La fe es un don destinado a crecer en el corazón de los creyentes. La adhesión a Jesucristo y el centramiento de la vida en Él con el consiguiente seguimiento, da lugar a un proceso continuo de conversión permanente y maduración en la fe que dura toda la vida y se va convirtiendo en una fe adulta. • Quien accede a la fe es como un niño recién nacido que poco a poco va creciendo hasta convertirse en una persona adulta y madura en su fe. Llegar a la adultez en la fe requiere un tiempo de profundización que posibilite vivir responsablemente su fe y dar testimonio de la misma. Características de una fe adulta: • Una fe que permite al creyente conocer con lucidez en quién cree y por qué cree. • Una fe que conduce al creyente a pasar de un asentimiento genérico y difuso a una entrega personal, profunda y responsable a Jesucristo. • Una fe enraizada en la comunidad de los creyentes y que vincula al cristianismo con la comunidad de la Iglesia. • Una fe que acoge el mensaje cristiano en su integridad pero que excluye la reducción de su horizonte a la mera repetición de unas fórmulas de unos mandamientos y prohibiciones y se 26
abre permanentemente a la llamada de Dios. • Una fe que es capaz de superar la separación tan frecuente entre lo que uno cree y confiesa y lo que vive en su realidad práctica, lo cual es motivo de escándalo. «El divorcio entre la fe y la vida, debe ser considerado como uno de los más graves errores de nuestra época» (GS. 43). • Una fe que enraíza al creyente en Cristo como nos dice S. Pablo, «hasta llegar a constituir el hombre perfecto... en Cristo» (Ef 4,12-15). Como fe adulta confesante y testimoniante: • Una fe que sea eje y centro de la vida personal, no un valor junto a otros valores sino el valor supremo y nuclear. • Una fe profundamente experienciada y vivida, no un simple asentimiento a unas verdades que Dios revela, la Iglesia enseña y recitamos en el Credo. • Una fe que no sea un mero cumplimiento de prácticas cultuales y morales, sino una experiencia de encuentro personal con Jesús que se traduce en una forma de vida, que sigue sus pasos. • Una fe expresada y anunciada que se vive en el interior del corazón y se confiesa con los labios (Rom 10,9) a la que se expresa el gesto y la voz que se encama en el espacio y el tiempo. • Una fe en diálogo permanente con los hombres y mujeres de nuestro tiempo capaz de compartir y comunicar en forma inculturada el inmenso amor de Dios manifestado en Jesús. • Una fe coherente que se atreve a manifestar y testimoniar lo que ha visto y experimentado con la palabra y con el propio testimonio de vida. • Una fe encarnada, y humanizada al servicio de los más pobres y necesitados al ejemplo de Jesús, luchando desde sus posibilidades contra la injusticia y las estructuras deshumanizantes. • Llegar a esta adultez y madurez de la fe es tarea de toda la vida. Por lo tanto: Fe y Conversión en clave de Amor...
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Las Dominicas y el Año de la Fe ¡Encuentro con Cristo!
En plena celebración del Año de la Fe, debemos preguntarnos: ¿Qué está suponiendo para mí, para nosotras, la celebración de este “Año de la Fe” a la que el Papa emérito Benedicto XVI nos invitaba ya en el año 2011? ¿Está siendo para cada una en particular y para cada comunidad un tiempo especial de revisión, de revitalización de nuestra fe… de una mayor adhesión a la persona de Jesucristo? Porque se puede dar el caso de que tengamos “fe” en muchas cosas…, personas…, instituciones…, ideas… Cada quién —en un ámbito muy general y abierto—puede poner su confianza, su apoyo, su “fe”, en múltiples “cosas, valores, acontecimientos, ideales”… sin embargo es claro que a lo que nos invita el Papa es a «redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo» (Porta Fidei). ¡Encuentro con Cristo! Pienso que en estas palabras está la clave de nuestro vivir, no sólo como cristianos sino también como monjas, como personas totalmente dedicadas, consagradas a Él en cuerpo y alma. Es lo que nos pide el Papa, pero de una determinada manera no de cualquier modo, sino con un “entusiasmo renovado” para que cada día actualicemos, vivifiquemos nuestra adhesión y nuestro compromiso, nuestro sabernos ser de Cristo y actuar en Cristo, para que en verdad lo pongamos a Él no sólo en el centro de nuestra existencia, sino en todas las dimensiones de nuestro vivir… Que no pongamos los ojos en nada ni en nadie más; sólo Él es el que tiene que seguir llenando cada día nuestras vidas, sólo vivir de Él y para Él, que no busquemos otras compensaciones, otras recompensas, no nos marquemos otros objetivos, ni tengamos otras motivaciones sino el ser fieles a lo que hemos sido llamadas, que no es a otra cosa sino a «estar con Él» (Mc 3,14), para que así nuestra vida tenga sentido, sea creíble y nos colme en plenitud. No nos auto-engañemos dando por sabido y por supuesto este vivir a tope nuestro cotidiano “encuentro con Cristo”, pues como el mismo Papa afirma en el nº 2 de la Porta Fidei hablando
del “actual entramado social”, este presupuesto de la fe también en nuestras vidas consagradas puede haberse adormecido… El Papa exhorta a todos a «redescubrir el gusto por el pan de la Palabra y de la Eucaristía», ¿no son éstos los pilares fundamentales que han de alimentar y sostener cada día nuestra vida contemplativa dominicana? ¿No ha de ser la escucha y celebración de la Palabra y de la Eucaristía las que han de sostener nuestra vida consagrada a Dios en la Orden de Predicadores, junto con el estudio, la convivencia fraterna, el trabajo y los demás elementos característicos de nuestro carisma dominicano? En este tiempo de profundas crisis —también vocacionales—, tenemos el deber de plantearnos seriamente, ¿qué podemos hacer para mostrar a nuestros coetáneos la fuerza y la belleza de nuestra vocación, lo que nos mueve a seguir a Cristo al estilo de Domingo de Guzmán 800 años después… y lo que cada día nos sostiene en este empeño...? Hemos de encontrar el modo y la manera de hacer ver y entender a todos que el amor de Cristo, que un día nos sedujo al poner sus ojos sobre cada una de nosotras…, es Él quien nos sigue llamando, sigue confiando en nosotras para lo cual llena nuestros corazones y da sentido y valor a nuestras vidas. La presencia de nuestros monasterios en medio de nuestros pueblos y ciudades ha de convertirse en un modo significativo, convincente y silencioso de anunciar a Cristo. «Nuestra vida está escondida con Cristo en Dios» afirma San Pablo (Col. 3,3) y como monjas de la Orden de Predicadores debemos vivir siendo testimonio creíble de la presencia real y viva de Dios en medio de nuestro mundo. Si la fe crece, arraiga y se expande cuando se vive coherentemente, también debe ser cierto que la vocación se contagia cuando se vive en plenitud... Es a Él a quien han de ver cuando miren hacia nuestros monasterios. Nosotras sólo somos «pequeños siervos que hacen lo que deben hacer…» (Lc.17, 10).
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Parafraseando a San Agustín podemos decir que “la vida monástica continúa su peregrinación en medio de las dificultades de este mundo y de los consuelos de Dios” (De civitate Dei, XVIII, 51, 2). Y «la fe actúa por el amor» nos dirá San Pablo (Gal.5, 6). Si quitamos el amor, si dejamos que se enfríe, si no lo cuidamos, si no lo potenciamos, nuestra vida se volverá vacía, insípida, sosa, no servirá para nada ni para nadie, ni aún para nosotras mismas, no tendrá sentido ¡y esto es triste…! De ahí nuestra gran responsabilidad de tratar de actuar cada día impulsadas por una fe viva y una caridad ardiente que dé valor y vigor a nuestro testimonio silencioso. Que grite a los cuatro vientos, de un modo suave, como un susurro… que « ¡Dios está aquí, Dios me ama y te ama!» Y esto irá cambiando nuestra vida, haciéndola más coherente con el mensaje de Jesús expresado en el Evangelio. Y esto dará fecundidad a nuestras vidas entregadas confiadamente a la bondad de Dios en la soledad y silencio de nuestra voluntaria clausura contemplativa. La vida de fe no es para nosotras el cumplimiento de unas normas sino la vivencia cotidiana del encuentro personal con Cristo, al que nos impulsa por puro don y gracia el Espíritu Santo que vive en medio de la Iglesia y que actúa en aquellos que libremente lo aceptan y acogen con docilidad. Este Año de la Fe debe ser para nosotras un acicate para intensificar nuestro conocimiento de Dios, objeto primero y último de nuestra vida, dejándonos ayudar por todos los medios que la Iglesia y la Orden ponen a nuestro alcance, como son entre otros, la oración litúrgica y personal, el estudio de la Sagrada Escritura y de los contenidos de la fe, el compartir fraterno, nuestras observancias y todo lo que conlleva nuestra vida consagrada, pues todo debe ayudarnos a profundizar e intensificar la personal y comunitaria acogida y vivencia de nuestra adhesión a Jesucristo, por quien con fe y por fe un día lo dejamos todo para «estar con Él». Que nuestra vida resplandezca y nuestras comunidades sean auténticos focos de fe, amor y esperanza donde los hombres puedan encontrarse con Cristo. No dejemos que la sal de nuestra fe se vuelva sosa y su luz se oscurezca. Que nuestras vidas provoquen en muchos el
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hambre de Dios y el deseo de una vida auténticamente entregada a la causa del Evangelio, aunque para eso tengamos que pasar por la puerta estrecha del sufrimiento y de la cruz. ¡Jesús ha resucitado y va delante de nosotros! Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Que este Año de la Fe sea para todas un auténtico “tiempo de gracia” en el que sepamos descubrir y reconocer las muchas maravillas que Dios va haciendo en favor nuestro y como María, la Madre buena, la Mujer creyente, la Virgen fiel, cantemos sin cesar un himno de gratitud y de alabanza.
Sor Inmaculada Ocaña Gutiérrez, O.P. Monasterio Madre de Dios Sanlúcar de Barrameda (Cádiz)
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DE NUESTRAS COMUNIDADES: Sant Cugat del Vallés (Barcelona)
REFLEJARON LA GLORIA DEL SEÑOR SE OR
En nuestros monasterios todas habremos comprobado que el contacto con la virtud de ciertas personas, acontecimientos eclesiales o circunstancias estimulantes en la vida espiritual, dejan un clima y un vigor, al que llamamos gracia, y nos ayuda a ser mejores. Nos indica, además, hasta qué punto la virtud irradia, comprendiendo mejor el atractivo e imán de Jesús a las gentes que le asediaban y apretujaban buscando “la virtud que sanaba a todos”. Hoy Jesús sigue transmitiendo esa misma irradiación a los que se dejan vivir por Él, canonizados o no. Algo así hemos experimentado en nuestra comunidad, a través de dos momentos distintos. Os lo compartiremos afectuosamente, extractando la Crónica del Monasterio.
SOR MARÍA LOURDES SALA O.P.
Desde julio de 2008 en que la comunidad de Vic integró la fundación del Monasterio de Sto. Domingo en Sant Cugat del Vallès, deseábamos trasladar los restos de esta venerable hermana a nuestro monasterio actual. Se había incoado el Proceso de Canonización en aquel obispado y, por lo tanto, se necesitaban gestiones eclesiásticas y civiles para el deseado traslado, y que el Obispado de Terrassa, al que pertenecemos, aceptara la colocación de sus restos en la 32
iglesia de un monasterio de su demarcación diocesana. La sencillez de esta bendita monja contrasta con lo complicado de las gestiones de los humanos que deseamos que se le llegue a tributar el culto debido para gloria de Dios y obtención de gracias, siendo ya tantas las que por su intercesión se han obtenido, tanto en España como en el extranjero. Quienes habéis leído su biografía, especialmente la del P. Lorenzo Galmés, O.P. titulada “SILENCIO HEROICO”, os habréis percatado que ciertamente la santidad es la meta normal en una persona bautizada, que llegue a vivir la vocación de hijo de Dios con fidelidad al cotidiano deber, sin más añadidos pintorescos o extranormales. Ella así lo hizo, con una alegría contagiosa en sus primeros tiempos y con manifiesto silencio y heroísmo en la prueba que la llevó a terminar su vida a los 32 años. Sin hechos extraordinarios, pero con extraordinaria fidelidad en el sufrimiento, en la incomprensión y en la soledad en que murió. Sí que dijo en una ocasión que más tarde “su verdad sería conocida”. Y se conoció, gracias a que un hermano suyo oyó providencialmente una conversación del médico equivocado en el diagnóstico. Pero pasaron años hasta que sus monjas de Vic se sintieron movidas interiormente a reflexionar sobre ella, a rememorar hechos, dichos, actitudes heroicas que no se pueden dar sin estar invadida un alma por el Espíritu de Dios. Por fin pudimos conseguir traerla, con los documentos de ambos obispados al corriente, y eso ocurría el día el 9 de julio de 2012. Por la mañana, ante el Sr. Obispo de Vic, Mons. Romà Casanova, se dieron cita el Delegado del mismo para este acto, el Promotor de Justicia, el Delegado episcopal para las Causas de los Santos, la Notaria-Actuaria, el albañil que colocó en su día la urna con los restos de Sor Mª Lourdes en la iglesia del convento de Vic, y debía proceder ahora a su apertura; además del arquitecto que en ese mismo día dirigió el primer traslado a la iglesia. Por parte de nuestro 33
monasterio, la Priora de la Federación, Sor Mª Teresa de Jesús Gil, en este caso Actora del proceso, la Priora y Subpriora del Monasterio de Sant Domènec, en Sant Cugat, Sor Dolores Mª Gallego y Sor Mª Carmen Horrillo, respectivamente; Fr. Juan José Gallego Salvadores, O.P., de la comunidad de Dominicos de Barcelona; y una monja de las que pertenecieron a la comunidad de Vic, Sor Inés Valls. Todos se encaminaron a la iglesia del convento para esperar al Delegado para las Causas de los Santos del Obispado de Terrassa, que el Sr. Obispo Mons. Josep Ángel Saiz Meneses, nombró para recibir los restos de la Sierva de Dios; y el Rvdo. Notario-Actuario para esa entrega, que presentaron los documentos que les acreditaban como tales. Tras las plegarias iniciales, la extracción de la urna, lectura de actas, juramentos de autenticidad, y firma de documentos preparados al efecto, se hizo la entrega de la urna, cuyos sellos estaban intactos, tomándola a su cargo el Delegado del Obispado de Terrassa, Mn. Francisco Xavier Aróztegui, y emprendieron el viaje al Monasterio de Sant Cugat en dos coches, seguidos por otro en el que quiso acompañarles el Delegado para las Causas de los Santos del Obispado de Vic, Mn. Josep María Mas Busqué. Todas las monjas esperaban en el coro, en cuyo centro estaba colocada una mesita para la colocación de la urna y cuando entraron los acompañantes, al entonar el canto coral del salmo 117 “Este es el día en que actuó el Señor”, el Delegado del Obispo de Terrassa, Mn. Aróztegui, visiblemente emocionado la colocó en la mesa preparada, y con una sonrisa y expresión radiante leyó el documento pertinente. Al concluir prosiguió el coro con otras estrofas del salmo mencionado, y de nuevo tomó la urna para abrir la procesión hacia el lugar donde debía colocarse eventualmente, hasta que el Sr. Obispo de Terrassa le fijara el lugar a ocupar en la iglesia. La imagen de N.P. Sto. Domingo, junto a la puerta por el que pasó la urna hacia el interior, parecía dar la bienvenida a la hija que faltaba reunir en Sant Cugat y que tantas gracias había obtenido ya del Señor para sus moradoras. Los pasillos, atrios, y lugar donde se la colocó, estaban estéticamente adornados, dando la bienvenida a la querida y virtuosa hermana. Se le había destinado una celda vacía en
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el primer piso, justo a la salida de la puerta del ascensor, y allí la colocó con su sonrisa y expresión radiante Mn. Aróztegui. Era una actitud que parecía dar una gozosa bienvenida a la primera Sierva de Dios que ingresa en esta joven diócesis e intercederá por los frutos de su dinámica nueva evangelización, mientras prosigue el proceso de canonización iniciado. Siguieron preces y cantos de la Salve dominicana, el O lumen y el Virolai, procediendo después a sellar la celda y entregando la llave a la Madre Priora, para ser abierta solamente para su traslado a la iglesia, una vez el prelado fije su lugar. Fue un día de fiesta, con ese halo que deja la santidad por donde pasa y que incluso nos impulsó a leer nuevamente su biografía en la sala de labor. Es lo que comentábamos al principio y lo que comprobamos también que ocurría durante la comida de todos los sacerdotes que, juntos en el locutorio, departieron con alegría y emoción sobre lo vivido y el interés común en que todo siguiera adelante con rapidez. Recordemos que toda gracia obtenida ha de recogerse por escrito y enviarlo a la Federación.
Mª BENEDICTA DAIBER HEYNE
Tal como nos había anunciado previamente, el P. Vito T. Gómez, O.P. llegó a nuestro monasterio el día 6 de febrero de 2013, para intervenir en el Arzobispado de Barcelona, como Postulador, en el inicio de la Causa de Canonización de María Benedicta Daiber Heyne. Le acompañaban Emilia García, colaboradora incansable de la Sierva de Dios, y Fr. Xavier Catalá Sellés, O.P., Vicepostulador. Después de comer los tres en el locutorio, dedicaron la tarde a preparar los actos para los dos días siguientes. Nuestro monasterio se sintió muy honrado de poder colaborar en este proceso como sencillo hospedaje, pero sobre todo orando para que todo llegue a buen fin, ya que el relato hagiográfico de Mª Benedicta es todo un himno de alabanza al poder, misericordia y misteriosos designios de Dios. Por la noche, después de cenar pasamos al locutorio, donde el P. Vito nos informó ampliamente, así como en días sucesivos, de los contenidos de esta misión: A lo largo del día 7 se tendrían contactos con cuantas personas debían intervenir jurídicamente en la apertura de la Causa de Beatificación, que precisamente por no ser acontecimiento demasiado frecuente, se necesita la orientación de quien tenga experiencia, como es nuestro Postulador de la Orden. El día 8, a las 17 horas, en la Sala Noble del Palacio Episcopal de Barcelona, presidiendo el Cardenal Arzobispo, Mn. Luis Martínez Sistach, estarían presentes el Canciller-Secretario, Juez Delegado y demás oficiales del proceso. Una vez realizado lo programado y sucesivos encuentros con la asociación “Amigos de Mª Benedicta”, y demás personas que promueven con gran interés esta causa, en la tarde del 35
día 8, como se apunta más arriba, el P. Vito T. Gómez, Postulador, presentó la demanda al Sr. Cardenal de la apertura de la Causa, leyendo el documento del que, sintéticamente, resumimos lo siguiente: “También un 8 de febrero de 1987, fallecía en Barcelona, hace 26 años la Sierva de Dios María Benedicta Daiber Heyne, que a los 49 años de edad llegó a Barcelona, después de una larga senda evangelizadora, iniciada desde su conversión. Nacida en Stuttgart, Alemania, en 1904, fue bautizada en el seno de la Iglesia Evangélica en 1905. Su padre, médico, se había alejado de la fe, al igual que su esposa, y asentado en un ateísmo radical. De la ciudad suiza de Basilea, se trasladaron a Chile, donde la niña Hildegarda (que cambió su nombre por el de Mª Benedicta más tarde) fue educada en el ambiente de ateísmo militante y combativo que reinaba en su hogar. Desde los 13 años decidió estudiar a fondo la religión católica para poder combatirla más eficazmente, pero en sus estudios universitarios ciertos amigos y sacerdotes influyeron para que en su interior se creara una especial atracción hacia Jesús Eucaristía y la Virgen María, que culminó en su conversión al catolicismo, cuando tenía 18 años. Y comenzó una etapa totalmente distinta. Torrentes de gracia inundaron su vida, profundizando de tal forma en la Sagrada Escritura, que su inteligencia le permitió llegar a leerla en sus lenguas originales. Asimismo, en latín, la teología sistemática, con centenares de notas de la Suma de Santo Tomás de Aquino, y a numerosos Padres de la Iglesia. Todo ello la llevó a una asidua participación fervorosa en la Liturgia de la Iglesia, insistiendo en su oración por la conversión de sus padres, cuya gracia le fue concedida por el Señor. A partir de la Biblia desarrolló una intensa actividad apostólica en numerosos países de Sudamérica, siempre guiada por la jerarquía eclesiástica. El último recorrido de su vida, tras la llegada a Barcelona en 1954, duró 33 años más. Fueron comienzos difíciles porque en ciertos ambientes no se veía normal que una mujer enseñara la Biblia. Con todo no se dejó vencer por el desaliento, aun en medio de una absoluta pobreza y sin más provisiones que la heroica confianza en la Providencia. En Barcelona, fundó la “Obra de Cursillos Bíblicos” y el “Movimiento Pro Ecclesia Sancta” acogiendo el mensaje del Concilio Vaticano II, según el n. 42 de la Lumen Gentium. Dio infinidad de conferencias y cursillos a seglares, religiosas de vida contemplativa y apostólica, también a sacerdotes, nutriendo este apostolado en la oración, a la que dedicaba de 4 a 5 horas diarias. Tras una enfermedad de sólo cuatro días, murió en Barcelona, el 8 de febrero de 1987, con gran paz, viendo realizado al fin 36
el ardiente deseo de encontrarse para siempre con Cristo, su gran AMOR. Muchos se encomiendan a su intercesión y comunican los favores que reciben. La “Asociación de Amigos de María Benedicta” ha asumido el papel de Actora en la Causa de Canonización y me han nombrado Postulador, en nombre de los cuales pido, y a la vez agradezco a V. E. Rvdma. que acepte esta súplica en orden a realizar un Proceso Diocesano…………” Siguieron las formalidades prescritas para el acto, nombrando los cargos para el Proceso —que el Sr. Cardenal inició y aprobó—, terminando el Prelado con unas palabras de vivo interés para que a mayor gloria de Dios culminara en el reconocimiento por parte de la Iglesia de la santidad de la sierva de Dios. En estos días de gracia, ya que los santos irradian aquella de la que el Señor les inundó, siguió el P. Vito narrando en nuestro locutorio otros datos respecto al Proceso de Sor Mª Benedicta, que estaba iniciándose. También tuvo más contactos en la Vicaría de nuestro monasterio con Emilia García y Fr. Xavier Catalá O.P., para las orientaciones y aclaraciones necesarias en la delicada tarea que han de seguir realizando. Nosotras quedamos todas muy estimuladas espiritualmente al conocer tantos hechos narrados por Emilia, de los que fue testigo, y que no están todos contenidos en la biografía de la Sierva de Dios “María Benedicta, Apóstol de la Palabra”, escrito por Jacinto Forment Costa. También contribuyó a este impacto espiritual la alta valoración que el P. Vito tenía de Mª Benedicta, de la que no le extrañaría que, una vez incluida por la Iglesia entre los santos canonizados, fuera en su día declarada la primera Doctora laica de la Iglesia. Por si a alguna de vosotras interesara conocer esta biografía, los pedidos se han de realizar a Fundación Obra Cultural, calle Roger de Lluria, 4 – 08022-Barcelona. Ciertamente, esa lectura es una demostración estimulante de lo unidas que van la Fe y la Ciencia. ***** Respecto a estas dos Siervas de Dios, parece que se puede aplicar con una ligera adaptación lo que nos dice Pablo en 2Co. 3, 18: “Reflejaron la gloria del Señor, y se fueron transformando en su imagen con resplandor creciente”. Monasterio de Sant Domènec Monjas Dominicas de Sant Cugat-Barcelona
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CÓRDOBA (Argentina)
A través de esta crónica, queremos compartir con ustedes, queridas hermanas, algunos acontecimientos que han transcurrido en este tiempo de gracia que estamos viviendo: un Año de la Fe para toda la Iglesia, el Jubileo por los 400 de la fundación de esta casa de oración, un Año para contemplar, como dice el lema pastoral de nuestra Arquidiócesis. El 8 de marzo, monseñor José María Arancibia, Arzobispo emérito de Mendoza y actual capellán de la comunidad, presidió una Eucaristía con ocasión del camino hacia el aniversario de los 400 años. En la homilía precisó, cómo el Monasterio, después de cuatro siglos, sigue siendo “signo y súplica, para que la belleza de la vida cristiana se realice”. Al finalizar la celebración, en el Día Internacional de la Mujer, la Licenciada en Turismo Religioso, Blanca Peralta, realizó una visita guiada por el templo, y luego a los locutorios donde estaban expuestos los trabajos que realizamos: encuadernación, restauración de imágenes, ornamentos. El 11 de marzo se realizó en la iglesia del monasterio, una Vigilia de Oración, organizada por la Renovación Carismática, y auspiciada y transmitida por Radio María, para rezar por el Cónclave. Nuestro arzobispo inició esta noche de oración, con una reflexión y la Exposición del Santísimo. Monseñor dijo: ”Mientras la sede de Pedro está vacante, la Iglesia no deja de orar”. Como se imaginarán, ¡hemos vivido con intensidad y emoción la elección del Papa Francisco! El día 16 de marzo, monseñor Ñañez, predica en nuestra iglesia el Retiro Arquidiocesano, que es transmitido por Radio María Argentina. Se sirvió del episodio de la samaritana para desarrollar las meditaciones, marcando como decisivo para la vida cristiana “el encuentro con Cristo”. En las primeras Vísperas de la solemnidad de San José, recibieron la Ordenación Sacerdotal cuatro Diáconos del clero. Monseñor en la homilía, hizo una breve alusión al Año Jubilar del monasterio y a nuestra presencia contemplativa en la Arquidiócesis. 38
El viernes 5 de abril, el Pbro. Lic. Carlos Ponza disertó sobre: “Leonor de Tejeda y Mirabal”. Con su acostumbrada claridad, expuso sobre la vida de la Madre Fundadora y los inicios del monasterio en la Córdoba del siglo XVII, que era apenas una aldea, pero que contaba con personas de grandes ideales. Terminada la conferencia, se invitó a los presentes a participar de las Vísperas. La Renovación Carismática Católica de Córdoba solicita nuestra iglesia para celebrar los segundos domingos de mes una Misa a las 17 h. El Templo se llena de fieles en dicha celebración. Están muy agradecidos a la comunidad. Llegamos a los días previos a la Profesión Solemne de nuestra hermana, Sor María Belén de la Cruz, y a la vez que intensificamos los preparativos la acompañamos con la oración en sus días de retiro. El día 27 de abril, recibió la Ordenación Sacerdotal en la iglesia del monasterio, fray Sebastián Cima op, fraile de la Provincia de San Agustín, nacido en Córdoba. Antes de comenzar la celebración ingresa la imagen peregrina de Nuestra Señora del Rosario del Milagro, Patrona de la Arquidiócesis, cuya imagen está en la Basílica Santo Domingo, de nuestros hermanos dominicos. Fue hermoso ver entrar a la Madre, mientras el coro cantaba la Salve. Presidió la celebración nuestro Arzobispo, monseñor Carlos José Ñañez, y concelebraron diez frailes y dos diáconos, entre ellos: el Padre Prior Provincial, fray Pablo Sicouly, y fray Carlos Azpiroz Costa, Prior de Córdoba. El coro estaba formado por frailes estudiantes, por las Hermanas dominicas de San José, y algunos jóvenes del Grupo Universitario “Pier Giorgio Frassatti”, que se ubicaron en el coro alto y tocaron el órgano de tubo. En la homilía, monseñor se refirió, entre otras cosas, a la gracia del ministerio sacerdotal que iba a recibir fray Sebastián, y que lo capacita a predicar “con amabilidad, a consolar, a animar, según el espíritu de Santo Domingo”. 39
Terminada la hermosa celebración, se les ofreció a los presentes, familiares, amigos, bienhechores, miembros de la Fraternidad Laical, y jóvenes, pasar al patio de la portería, a compartir un ágape fraterno. Nosotras fuimos al locutorio a saludar. El día 29 de abril, celebramos la solemnidad de Santa Catalina, precedida por la novena. La Misa conventual de 7 h. la presidió nuestro capellán, Monseñor José María Arancibia, que en su homilía destacó el amor de Catalina a la Iglesia, con sus debilidades y caídas; un amor tan grande que la llevó a dar su vida por ella. Por la tarde, a las 19 h., presidió la Eucaristía fray Sebastián Cima op, y concelebraron fray Carlos Azpiroz Costa op, fray Joao Xerri op (de San Pablo, Brasil) y Monseñor Zapia, Vicario general de la Diócesis de Cruz del Eje. La homilía estuvo a cargo de fray Carlos, que nos dejó un hermoso mensaje: La figura de Catalina, como Madre que “congrega”, puede decirnos a todos una palabra. En una Carta del M.O. P. Aniceto Fernández, cuando Pablo VI anunció la proclamación como doctora de la Santa, dijo: ’En Catalina parece haber pasado toda el alma de Domingo’. La primera nota que resaltó fue, ‘el sentido de familia en Catalina’. Características de una familia son: la solicitud por el otro, la solidaridad, la acogida, el diálogo, la confianza, la apertura, la corrección fraterna. Catalina era “fuego” ¿por qué? Como mujer joven ella interpela en el corazón de los problemas a la comunidad eclesial, con dulzura. Luego hizo algunas consideraciones sobre el Diálogo, en sus tres canales principales, la misericordia de Dios, la Providencia, la Doctrina que “no es mía”. El viernes 3 de mayo, a las 18 hs, fray Alberto Justo op, brindó una conferencia en la iglesia, sobre “La vida contemplativa”, como vocación y llamado de ver y conocer a Dios. En una exposición amena y accesible, presentó la vida contemplativa como un camino de búsqueda, de simplificación, de unificación interior hacia “lo único necesario”. Al finalizar, invitamos a los presentes a participar de la oración de Vísperas. 40
El sábado 4 de mayo, vivimos con mucho gozo, la consagración total a Dios, de nuestra hermana Sor María Belén de la Cruz op, que realizó la Profesión Solemne como monja dominica contemplativa. El sábado 11 de mayo, recibimos a monseñor José Ángel Rovai, Obispo emérito de la Diócesis de Villa María, que reside en la capellanía junto con monseñor José María Arancibia y concelebraron la Eucaristía conventual de la comunidad. Al comenzar el Año Jubilar, Madre Sandra nos propuso, para el estudio comunitario, abordar personalmente algún tema que tenga relación con 400 años de vida del monasterio, para compartir semanalmente a modo de exposiciones. Surgieron los siguientes temas: Las Visitas Canónicas realizadas en el monasterio, la historia de la construcción del templo, las monjas que murieron por la epidemia del cólera, la celebración del Tercer Centenario, la historia de la Federación y cómo la comunidad se insertó en ella y algunas vidas de monjas que se distinguieron por su santidad. Para ello, sacamos datos del Archivo, del tiempo al que nos referíamos. En este mes concluimos estas clases, fue una experiencia enriquecedora, no sólo por lo que la historia nos enseña, sino porque a través de ella contemplamos la obra del Espíritu que a través de tantos acontecimientos realiza la salvación. Aún más, ¡Dios se vale de nuestra pequeñez, para realizar su Plan de Amor! El pasado 16, 17 y 18 de mayo realizamos el Triduo y Retiro de Pentecostés. Las meditaciones estuvieron a cargo del capellán, monseñor Arancibia, quien nos propuso reflexionar sobre la Secuencia del Espíritu Santo. Contemplar, como es propio de nuestra vocación, y suplicar el don del Espíritu para la Iglesia. El viernes 17, la Renovación Carismática Católica, realiza en la iglesia la Vigilia de Pentecostés. Toda la noche, entre oración, cantos, charlas de sacerdotes, confesiones, con la participación de una multitud de fieles que perseveraron con fervor, pidiendo el Don del Espíritu e intercediendo por la Iglesia.
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La Vigilia culminó con la celebración de la Eucaristía a las 4:30 de la madrugada, de la cual
participamos. Mientras tanto, transcurren los preparativos para el cierre del Jubileo el próximo 2 de julio, en el cual tendremos la grata visita del Padre Maestro de la Orden fray Bruno Cadoré, y la Reunión de Prioras y delegadas. Seguimos confiándonos a María Inmaculada, cuyo silencio “escucha” y hace florecer la Palabra, para que Ella nos regale esa fecundidad que engendra nuevos hijos a la Iglesia y así experimentar, como dice nuestro querido Papa Francisco, ”la dulce y confortadora alegría de evangelizar” viviendo con intensidad nuestra vocación. Reciban nuestra cercanía orante y fraterna, en Cristo, María y Nuestro Padre Santo Domingo, Predicador de la gracia.
Sus hermanas de la Comunidad de Córdoba Monasterio Santa Catalina de Siena
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ENCUENTRO DE PR PRIORAS Y ABADESAS Sor Ana Mª Albarracín Monasterio de la Inmaculada-Torrent (Valencia)
El viernes 24 de mayo, previo a la Jornada Pro-Orantibus, nos reunimos en la Casa de Ejercicios “La Purísima” de la localidad valenciana de Alaquás, alrededor de 60 monjas de casi todos los 29 monasterios de vida contemplativa de nuestra archidiócesis. Es un encuentro que se repite anualmente desde tiempos de Mons. García Lahiguera. Nosotras llegamos a las 9,40 hs. Ya estaban allí las hermanas de Xàtiva y Paterna. Además de otras muchas hermanas de distintas Órdenes: rostros conocidos y queridos. Abrazos, besos, saludos, preguntas. Mucho cariño y muchos recuerdos de acontecimientos compartidos La convocatoria era a las 10 hs. Nos reunimos en la sala de conferencias presididas por el Vicario Episcopal para la Vida Consagrada de la Diócesis, P. José María Ciller Vera CMF, quien nos acogió cordialmente y resumió en tres palabras el desarrollo de la jornada: convivencia, formación e información. Hicimos una breve memoria de las hermanas que en este año pasaron a la Casa del Padre, acogiéndonos a su cordial intercesión. También el P. Ciller dio razón de algunas comunidades que no han podido hacerse presentes.
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La mañana fue dedicada a la formación. El P. Ciller presentó a fray Vicente Botella Cubells, op., Vicedecano de la Facultad de Teología de Valencia, y explicó la modalidad del trabajo a realizar: exposición del tema, apoyada por un power point y ronda de preguntas al final. Fr. Vicente impartió la conferencia “La fe, teología y espiritualidad”. Un tema que interesa particularmente en el marco de la celebración del Año de la Fe, y que nos interpela a nosotras que vivimos la fe desde nuestras distintas espiritualidades. Fe, espiritualidad y teología son realidades diferentes pero cercanas ya que todas ellas versan sobre un mismo hecho: la relación entre Dios y el ser humano. Parten de un mismo hecho: la experiencia personal de Dios. Se sustentan en una única espiritualidad: el seguimiento de Jesús, que se actualiza en los distintos carismas. Cada carisma es un modo de vivir la comunión, porque todos son manifestación de un único Espíritu. Y la teología, que es un segundo momento, es la reflexión sobre la experiencia vital de la fe y la vivencia de un carisma. La disertación se realizó en dos etapas, intercaladas a las 11 hs., con un café. Claro que el café iba acompañado de unos zumos, bocadillos dulces y salados y, lo mejor de todo, el compartir fraterno. A las 11,36 seguimos con la exposición y concluimos con la ronda de las preguntas que por su profusión manifestó el interés que provocó el tema y su clara exposición. Pasamos a la capilla a prepararnos para la Eucaristía, que iba a presidir el Sr. Arzobispo, Mons. Carlos Osoro, y que se inició a las 13,30hs. Concelebraron con el Sr. Arzobispo el P. Ciller y Don Manuel. En su homilía el Sr. Arzobispo se centró en primer lugar 44
en la antífona del salmo responsorial: «Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!» Explicó cómo este “Señor, dueño nuestro” es tan significativo en relación a nuestro testimonio vital: porque Él es nuestro dueño, nosotras vivimos así. Y porque vivimos así testimoniamos que es admirable su Nombre en toda la tierra. Comentó brevemente la epístola y el evangelio que eran los de la Eucaristía del domingo de la Santísima Trinidad. Y nos dejó tres palabras que deben marcar nuestro servicio a la Iglesia: novedad, comunión, misión. Concluida la Misa, pasamos al comedor. Nos sentamos en mesas de seis personas, lo que facilitó el dialogo. Disfrutamos de una sencilla comida, muy apetitosa: ensaladas, arroz al horno, y postre. Una de las hermanas amenizó la sobremesa con unos chistes. A las 16 hs pasamos nuevamente a la sala de conferencias. Esta vez presidía el Sr. Arzobispo acompañado igualmente por el P. Ciller. Después de una breve introducción del P. Ciller, Mons. Osoro inició su exposición comentando lo importante que es para él la oración de los contemplativos como sustento de su acción apostólica y la de toda la diócesis. Y pasando a la realidad de los monasterios en Valencia dijo que es “nueva evangelización” buscar una utilidad religiosa a los monasterios cerrados por la falta de vocaciones. Luego nos contó del ITINERARIO DIOCESANO DE RENOVACIÓN, que está ya en su tercer año, y que renueva la vida de las personas que en él participan, ya que la escucha de la Palabra implica “posicionarse de modo distinto en la vida”. El año próximo el tema es “SERÉIS MIS TESTIGOS”, supone salir a la misión, hay que buscar a los que no están en casa, porque no estamos para nosotros, estamos para servir a los hombres y permanecer en el 45
Corazón de Cristo. Además los días 8 y 9 de noviembre habrá un Congreso sobre Parroquia y Nueva Evangelización. Contó muchas cosas más y, a pesar de que el P. Ciller le recordaba que tenía que irse porque tenía otro compromiso a continuación, prolongó hasta las cinco su presentación. Y cerramos la Jornada acordando con el P. Ciller crear una línea de comunicación– información entre los monasterios de la archidiócesis. Nos invitó a comunicar las noticias y novedades en el periódico Paraula, que tiene una sección dedicada a la vida religiosa. Y presentó a dos hermanas “Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará”, rama contemplativa de la Congregación del Verbo Encarnado.
Casa de Ejercicios “La Purísima” de Alaquás (Valencia)
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FIESTA DOMINICANA EN MANRESA
La tarde del 25 de mayo se reunió en el Monasterio de Ntra. Sra. de los Ángeles y Santa Clara de Manresa, un grupo de Hermanas y seglares dominicos de Barcelona para celebrar la fiesta de nuestro Padre Santo Domingo. El P. Juan José Gallego op, compartió con casi un centenar de asistentes, el itinerario de nuestra Familia Dominicana a través de los Capítulos Generales. Es bueno, dijo, no olvidarnos del tronco del que fuimos tallados para hundir mejor nuestras raíces y poder crecer y dar el fruto que la Iglesia nos pide y el mundo necesita de nosotros. La misión de la Orden, tal como la vivió y soñó Santo Domingo, tiene una vigencia
impresionante en nuestros días. En una sociedad en crisis, desde nuestra fraternidad, nuestra búsqueda conjunta de la verdad y nuestro compromiso con los más pobres, no podemos dejar de predicar y anunciar la Buena Noticia de la Salvación, no podemos dejar de hacerlo desde comunidades fraternas y acogedoras. La Eucaristía la presidió el P. Toni Miró op, que comunicó su palabra profética, su fuerza evangélica y sus ideas clarividentes, dando la bendición en lengua guaraní. Un grupo de voluntarios y amigos de las hermanas del monasterio acompañaron con guitarras, dando un tono muy festivo al encuentro, contagiando alegría y dando vida a cada una de las partes de la celebración. Al finalizar se degustó una rica merienda, preparada por las monjas, en un ambiente distendido y fraterno.
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CON LAS HERMANAS DE ECUADOR
En el marco de la formación permanente que están realizando los cuatro monasterios del Ecuador: Santa Catalina de Siena, Santísimo Rosario, Sagrada Familia y Venerable Madre Catalina Herrera, la Providencia me concedió estar con ellas en el Monasterio del Santísimo Rosario en Caranqui (Ibarra) desde el 17 al 27 de mayo, donde se habían reunido para compartir algunos cursos de formación. Juntas pudimos volver sobre temas tan fundantes para nuestra vida contemplativa como es la celebración litúrgica, desde los documentos de la Iglesia, el Catecismo, algo de historia de la Liturgia, órgano y mucha práctica en lo que se refiere a la celebración musicalizada de Domingo Cols. Por supuesto que tampoco faltó el asado, pero a la ecuatoriana, que gustamos en una glorieta rodeada de la exuberante vegetación del país. La acogida sencilla y alegre, además del interés y la participación de las hermanas, hicieron de esos días un eslabón más en la unidad tan deseada de nuestras comunidades contemplativas latinoamericanas. Por todo ello damos gracias a Dios y a Nuestro Padre Domingo, y se lo compartimos a nuestras hermanas que hoy les toca ser semilla que se entierra y fecunda con sus propias renuncias, para que puedan también
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contemplar las florecillas pequeñas y coloridas que en otras latitudes renuevan el añoso tronco dominicano. Sor María Patricia Lucero Monasterio de Santa Catalina de Siena Córdoba - Año Jubilar
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PROFESIÓN SOLEMNE «Enséñame a cumplir tu voluntad ya que Tú eres mi Dios…»
En el marco del Año de la Fe y dentro del Año Jubilar de nuestro monasterio con motivo de los 400 años de su fundación, el Señor me concedió la gracia de consagrarme a ÉL por la Profesión solemne. El 26 de abril comencé el retiro, fueron para mí días en los que traté, con la ayuda de Dios, de meditar en las lecturas que elegí para la profesión. Aunque el Señor siempre me regalaba otras frases de los evangelios, como por ejemplo: cuando empecé decía: “NO SE INQUIETEN” es que Él me conoce bien… y también me invitaba a reconocerlo como “CAMINO, VERDAD Y VIDA”. El sábado 27 tuvimos la Ordenación Sacerdotal de fray Sebastián Cima op, fue otro regalo para mí, ya que nunca había estado en la Ordenación de un hermano nuestro. Ese día trajeron la imagen de la Virgen peregrina de Nuestra Señora del Rosario del Milagro, patrona de la Arquidiócesis de Córdoba. Es muy hermosa y se quedó por pedido de Madre Sandra hasta mi profesión. Yo aproveché su presencia durante el retiro para ir a rezarle ¡ES TAN LINDO SENTIR LA COMPAÑÍA DE LA MADRECITA! Así fueron pasando estos días que fueron para mí muy lindos, aunque debo confesar que por momentos caminaba por los techos… esto lo digo porque salía a la terraza a rezar el rosario. 50
¡Y por fin llegó el sábado 4! Mis hermanas pusieron música para despertar y antes del desayuno me saludaron en el refectorio donde pusieron sus obsequios y los que me habían mandado el Noviciado y la comunidad de Mendoza. La Eucaristía la presidió nuestro Arzobispo Carlos José Ñañez y fue concelebrada por monseñor José María Arancibia, Arzobispo emérito de Mendoza y actual capellán de la comunidad y 14 sacerdotes, entre los cuales se encontraban fray Carlos Azpiroz Costa, fray Miguel Guevara, Fray Sebastián Maza y fray Lisandro Noguera que acolitó. Los demás sacerdotes pertenecientes al clero de Córdoba. Fue para mí una alegría ver tantos sacerdotes. En la Misa, estaban presentes familiares de las monjas, amigos, conocidos de la comunidad y por supuesto mi numerosa familia y vecinos. En primera fila mis sobrinas más chiquitas, todas estrenando vestidos. Se portaron bien aunque una de ellas dijo: “Mamá ¿cuándo termina esto?” En su homilía, monseñor hizo alusión a la maternidad virginal, maternidad auténtica vivida desde la intercesión permanente. “Nuestras inquietudes—dijo—, están presentes en nuestras hermanas”. También me dijo que tendré que vivir desde el corazón esta entrega. Entrega que empieza
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por la comunidad que me acoge y recibe definitivamente, e invitó a todos a acompañarme y a rezar por mí para que cumpla mi misión para gloria de Dios.
Quiero contarles que el canto de las letanías, cuando emití la profesión, el cambio de velo y la entrega de la alianza con todo lo que ello significa, fueron momentos que disfruté mucho y en los que me sentí muy acompañada por todas, especialmente por mi comunidad, a la que agradezco de corazón todo lo que hizo y hace por mí. Aprovecho para agradecer a Sor Estela, a Sor Lucía Mª y a todas las formandas que fueron pacientes conmigo los dos años de noviciado (ellas entienden bien por qué lo digo). Finalmente les digo gracias a cada una de ustedes por su cercanía a través de la oración, que el Señor les recompense como sólo Él sabe hacerlo. Sigan rezando por mí para que ahora que dejo de ser una profesa simple, comience a ser una simple profesa.
Sor María Belén de la Cruz Gigena, op Monasterio Sta. Catalina de Siena- Córdoba (Argentina)
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NOVICIADO FEDERAL Mendoza Muy queridas hermanas: Nos dirigimos a ustedes a través de esta breve crónica para compartirles un poco de lo vivido en estas primeras semanas de noviciado. Este año el curso tuvo dos comienzos. El 1 de marzo se incorporaron Sor Natalia de San Justo y Sor Ana Carolina de Concepción. Junto a la nueva Maestra, Sor Lucía María y a la nueva Submaestra, Sor María Sofía, tuvieron un mes de adaptación muy provechoso, un tiempo para conocerse, para ubicarse y comenzar con sus clases de Vida Religiosa y para compartir y vivir con la comunidad los días del Triduo Santo y la Vigilia Pascual. Un mes más tarde, el día 4
de abril, después de unas largas vacaciones en nuestras respectivas comunidades, llegamos 53
las profesas temporales: Sor Mariana, de la comunidad de Copiapó (Chile), Sor Florencia, de Concepción (Tucumán), Sor Patricia, de San Justo (Buenos Aires), Sor Adriana, de Santiago (Chile) y Sor Verónica, de Yerbas Buenas (Chile). Como ocurre cada año, fuimos muy bien recibidas por la Comunidad de Mendoza en la cual el gozo pascual resonaba por todos los rincones. Este año el Señor nos invita a agrandar aún más el corazón. Una vez que se hubo completado el número de los miembros del noviciado, la comunidad volvió a abrir los brazos para acoger a cuatro hermanas venidas de los cuatro monasterios de Ecuador: Sor Elvia, Sor Teresita, Sor Claudia y Sor Myriam. Ellas están ya participando de las clases y cursos de formación. Valoramos mucho esta oportunidad de tenerlas entre nosotras para enriquecernos mutuamente con todo lo que el Señor quiera regalarnos a través de ellas. En los recreos, hemos gozado escuchándolas contar la historia de sus monasterios y la vida de sus comunidades así como la historia de su vocación y de sus familias. Este intercambio fraterno nos ensancha la mirada y nos hace vivir con más entusiasmo el carisma de nuestro Padre Santo Domingo que quiso desde un principio la colaboración y ayuda mutua entre nuestros monasterios para una única misión al servicio de la Orden y de la Iglesia universal. El primer cursillo de este año fue sobre la Gracia 54
y lo impartió Sor Patricia Lucero, de la Comunidad de Córdoba (Argentina). Seguimos valorando el beneficio que reporta para nosotras contar entre nuestros profesores con monjas, que unen a los nuevos conocimientos el testimonio personal de sus vidas. Varias reuniones nos han ocupado en este tiempo la elaboración del proyecto comunitario, dándonos ocasión para conocernos mejor y buscar juntas la voluntad de Dios. Una de las iniciativas surgidas y que ya está en marcha, es pedir con más insistencia por la santificación de nuestras comunidades y por el aumento de sus vocaciones. Esto lo concretamos en un momento comunitario de adoración al Santísimo Sacramento, cada quince días. En los primeros días tuvimos también nuestra merienda de inicio de curso en la que compartimos la experiencia del tiempo de verano en nuestras comunidades y los últimos acontecimientos eclesiales: la despedida de su Santidad Benedicto XVI y la alegre sorpresa de nuestro nuevo Papa Francisco. Tan inesperadas noticias tuvieron una repercusión especialísima entre todas. 55
Sin duda alguna, este Año de la Fe le está dando una connotación especial a todo lo que estamos viviendo, y esperamos que redunde en bien de toda la Iglesia. Nos preparamos ahora para nuestro próximo cursillo de Cristología que lo dará nuestro hermano fray José María Cabrera, OP. Para el mismo hemos podido profundizar previamente, con la ayuda de Sor María Sofía, en la parte que a este tema dedica el Catecismo de la Iglesia Católica. Con Madre Maestra, también hemos empezado a tener clases de Vida Religiosa profundizando en la observancia regular. Antes de despedirnos, queremos que sepan que nos hace bien conocer la realidad de nuestros monasterios en España en el momento actual. El testimonio de fidelidad y búsqueda del bien común que lleva siempre a salir de nosotras mismas es lo que nos transmiten sus crónicas. Gracias por esto y desde aquí nos unimos a ustedes en la oración a la vez que les agradecemos su apoyo a nuestra formación inicial. Y con el gozo de haber recibido al Espíritu en este nuevo Pentecostés, deseamos seguir caminando en la presencia del Señor, de la mano de María, nuestra Madre y Modelo. Sus hermanas del Noviciado Federal
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ARRIBADA… Piensa lo que será: saltar a “tierra” ¡y ver que es cielo ya! pasar de la borrasca de la vida ¡a la paz sin medida!... de un brazo asir y ver, al irle en pos, ¡que es el brazo de Dios!, beber a ancho pulmón un aire fino… ¡y es el aire divino! ebrios de dicha, oír a un querubín: “¡es la dicha sin fin!”... abrir los ojos, inquirir qué pasa, y oír decir a Dios: “¡ya estás en CASA!” ¡Oh, el inmenso placer de abismarse en tu mar!... cerrar los ojos y empezar a VER, pararse el corazón ¡y echarse a AMAR! ____________________________________ - Sor Rosario de María Llaver Reta, de la Comunidad de la Inmaculada del Valle en Catamarca (Argentina), falleció el día 10 de abril. Tenía 85 años de edad, y ha vivido 67 años consagrada al Señor por la Profesión religiosa. - Dª Pilar, hermana de Sor Mª Socorro Giménez, de la Cdad. de Orihuela (Alicante), falleció el día 18 de mayo.
¡Que gocen de la dicha del Señor…! 57