Unidas 177

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Año L – Diciembre 2013 – N. 177

Más que tú, sólo Dios…

FFEED DEERRAACCIIÓ ÓNN D DEE LLAA IINNM MAACCUULLAAD DAA M MO ONNJJAASS D DO OM MIINNIICCAASS TTO ORRRREENNTT––VVAALLEENNCCIIAA ((EESSPPAAÑÑAA))


Índice

Poesía: Inmaculada Agenda Federal Encuentro en Copiapó (Chile) Ecos de veneración: Sor Mª Lourdes Sala Las comunidades nos cuentan: Orihuela Santiago (Chile) Burriana Córdoba (Argentina) Albarracín Santo Domingo-Zaragoza Profesión Solemne: Sor María Viejobueno Noviciado Federal Profesión Solemne: Sor Fresia Rojas 70 años de Profesión – Sor Mª Concepción Sánchez Se fue: Sor Ascensión Valero Nuestros difuntos

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__________________________________ Edita: Federación de la Inmaculada Concepción Apartado 20 46900 – TORRENT (Valencia) ESPAÑA IMPRIME: Federación de la Inmaculada Concepción Depósito Legal, V.733/1989 Diciembre, 2013 E-mail: sfeinma@gmail.com Tel. 96-158 96 15

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INMACULADA Aurora virginal, celeste Aurora de tiernas rosas y de luz vestida, Arca del Sol, Cancel de nuestra vida, ¡Apresura, adelanta, que es tu hora! Aún es noche en el valle. Aún hay quien llora ciego en las sombras. Pero ya, vencida al filo de tu luna, aplasta, herida la sierpe atroz, tu pie de vencedora. ¡Levántate, Fanal de la alborada! Vuelve al cristal del agua su alegría, su verdor al almendro y su mirada al alma ciega. Y mientras viene el día, sé Tú nuestra esperanza iluminada, ¡Alba del Sol, purísima María!

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Ag e n d a Federal

A Ac ct tiiv viid da ad de es s d de e lla a P Pr riio or ra a F Fe ed de er ra all - El día 11 de octubre, participó en la reunión convocada por el P. José Mª Ciller CFM, Vicario Episcopal de Valencia, para preparar el encuentro anual del Sr. Arzobispo con las prioras y abadesas. - Del 17 de octubre al 3 de noviembre asistió al curso de formación para las hnas. de Argentina y Chile que se celebró en la Cdad. de Copiapó, y posteriormente a las convivencias de prioras y delegadas. - El día 6 de noviembre viajó a Albarracín para acompañar a las hermanas en su despedida de la ciudad, que tuvo lugar el día siguiente. Después marchó con ellas a Zaragoza. - El día 15 de noviembre asistió en Madrid a la presentación oficial del “Plan de Formación Teológica para la Vida Contemplativa Sapientia amoris”, invitada por la CEE. - Del 21 al 24 de noviembre participó en el Curso de economía organizado por la Federación de España en Valladolid, impartido por Fr. Fernando Manero op, prior de Alcobendas-Madrid.

P Pr ro of fe es siió ón n S So olle em mn ne e - Sor María Viejobueno, el día 28 de septiembre, en la Cdad. de Concepción-Tucumán (Argentina)

T Tr ra an ns sf fiilliia ac ciio on ne es s Sor Ángeles Mª Güémez Sáiz, a la Comunidad de Orihuela (Alicante), en septiembre. Sor Enriqueta Porcar Garcés, a la Comunidad de Burriana (Castellón), en septiembre.

S Se e iin nc co or rp po or ra a a a s su u c co om mu un niid da ad d Sor Mª Carmen Horrillo, desde la Cdad. de Esplugas vuelve a su Cdad. de Sant Cugat (Barna), en junio.

E Ex xc clla au us st tr ra ac ciió ón n Sor María Mora Espinoza, de la Comunidad de Yerbas Buenas-Linares (Chile), el 12 de septiembre.

O Ot tr ra as s C Ce elle eb br ra ac ciio on ne es s - Del 21 al 24 de octubre, Fr. Carlos Azpiroz op, impartió un Curso sobre “Los religiosos en el Derecho Canónico”, a hermanas de las Comunidades de Argentina y Chile, en Copiapó (Chile). - Del 25 al 28 del mismo mes, las prioras y delegadas de estas mismas comunidades celebraron convivencias presididas por la Priora Federal, Sor Mª Teresa de Jesús Gil op, a las que también asistió Sor Adriana Mª Colombres, como Vicaria para Argentina y Chile. - Sor Mª Asunción García, de la Cdad. de Mendoza (Argentina) celebró su 60 aniversario de Profesión religiosa, el día 17 de agosto. - Sor Mª Concepción Sánchez, de la Cdad. de Copiapó (Chile), celebró sus Bodas de Diamante de Profesión, el 24 de octubre. - Sor Mª Lourdes Decoud, de la Cdad. de San Justo-Buenos Aires, celebró sus Bodas de Oro de Profesión el día 12 de noviembre. 3


M Má ás s n no ot tiic ciia as s - Del 27 de agosto al 8 de septiembre se celebraron los Capítulos Electivos de las Provincias de Ntra. Sra. del Rosario, Bética, Aragón y España. Fueron elegidos Priores Provinciales:

Fr. Martín Gelabert Fr. Miguel de Burgos Fr. Javier Carballo

Fr. Javier González

¡Enhorabuena! ¡Les deseamos una feliz y eficaz gestión!

D Do os s n nu ue ev vo os s B Be ea at to os s d do om miin niic co os s El Santo Padre Benedicto XVI el 10 de mayo de 2012, en audiencia concedida al Cardenal Ángelo Amato, Prefecto, autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos la publicación del oportuno decreto de martirio de los Siervos de Dios Raimundo Castaño González op, y José Mª González Solís op, que se convirtieron así en «Venerables», en espera de la fijación de fecha para la beatificación. El Papa Francisco, hacia el final del «Año de la Fe», decretó que el domingo 13 de de octubre de 2013 se celebrara en Tarragona su beatificación, junto con 520 mártires de la persecución religiosa del siglo XX en España.

¡Damos gracias a Dios!

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Encuentro en Copiapó (Chile) En aquel singular espacio del sur del mundo, donde kilómetros de la más árida creación, con una belleza propia que dibuja de manera caprichosa colores en los cerros y la tierra, trazos de las más sutiles tonalidades en el horizonte, allí donde las estrellas se ven más cerca y más claras que en ningún otro cielo, allí nos dio cita la Providencia para el profundo y hermoso encuentro que nos estaba reservado celebrar a finales de octubre. Y sí, celebramos juntas, las prioras y delegadas de los monasterios de Chile y Argentina, más “la comunidad anfitriona” un hermoso encuentro de hermanas. Encuentro pleno de momentos tan alegres, distendidos y fraternos como de momentos profundos, francos y veraces, todos ellos disponibles a la gracia que nos asistía en este momento “predestinado” para nosotras. . En el desierto de Atacama, donde Copiapó se abre a la vida minera, permitiendo que de sus entrañas los hombres extraigan riquezas escondidas desde siempre y donde también el mundo entero vivió el milagro de éste, tantas veces inclemente yacimiento, que devolvió a la vida a treinta y tres de sus hijos, en este desierto de Atacama se pueden ver aún más prodigios. Uno de ellos ocurre cada cierta cantidad de años, y se le conoce como “Desierto florido”. Es una paradoja, y es una realidad: se trata ni más ni menos de ¡un desierto que florece! En una revista científica se explica este fenómeno, único en el mundo, así: «El Desierto florido, supone un ecosistema efímero y frágil: efímero de una corta duración de tiempo, y frágil por que puede ser atacado por comportamientos climáticos, que se da específicamente en la Región de Atacama cuando caen de manera ocasional las precipitaciones». Los mismos estudiosos agregan que las semillas de las variadas especies que viven en este desierto tienen la singular capacidad de soportar sequedad y aridez por tiempo muy prolongado, hasta que un poco de agua, que ellas absorben con vertiginosa rapidez, 5


temperatura adecuada y varios otros elementos naturales, las hace emerger en un proceso tan veloz (supliendo meses de gestación) que florecen en conjunto a pocas semanas de su frágil contacto con el agua, dando lugar a un espectáculo al que ni Pablo Neruda pudo sustraerse: « ¿Cómo a la oscuridad llegó el rocío y ascendió con la tierna llamarada de la flor repentina hasta que se tejieron gota a gota, hilo por hila, las regiones secas, y por luz rosada pasó el aire esparciendo la fragancia, como si allí naciera de pura tierra seca y abandono fecundidad florida, frescura por amor multiplicada?» (Fragmento de “Alstroemeria”)

Pues bien, nosotras, como las Añañucas, Amancay, Pakare o Alstroemeria esperábamos el rocío del Agua Viva para emerger a este momento de gracia que ya se había preparado largamente en nuestras comunidades.

La reflexión de dos preguntas compartidas y oradas con antelación fue el centro de la puesta en común: - ¿Queremos una Federación propia para Argentina y Chile? -¿Cómo vemos el presente y futuro de nuestras comunidades? Las respuestas han quedado impresas no sólo en la Carta y el Acta que se ha enviado a las comunidades, ha quedado impresa en los corazones de las asistentes a este encuentro. Si para que florezca esa bella vegetación en el desierto de Atacama se requieren muchos elementos naturales armónicamente conjugados, para abrirse al dialogo fraterno, auténtico, caritativo y sincero se contaba con esa armonía que sólo puede dar el Espíritu y que encontró la semilla largamente preparada en la tierra de la oración personal y comunitaria. Nos habíamos beneficiado también con cuatro días previos de formación a cargo de nuestro hermano Fr. Carlos Azpiroz op, con el tema de “Los religiosos en el derecho canónico”. Para quienes no habíamos visto a nuestro Ex Maestro, fue una alegría encontrarlo tan repuesto. Con su estilo particular, la profundidad de sus conocimientos, la claridad de su exposición y la amenidad de sus clases. Cuatro días, con pláticas, mañana y tarde, que ayudaron a iluminar un tema muy rico en contenido y matices. 6


Además, celebramos comunitariamente dos momentos muy bellos: el cumpleaños de Sor Emilia y las Bodas de diamante de Madre María. Eso entre otros muchos momentos inolvidables vividos en fraternidad, como un improvisado paseo para conocer el extinto río que colindaba con el monasterio, paseo que dio lugar a una sesión de fotos y videos tan lindos como graciosos, en el recreo de la noche. La visita de Monseñor Gaspar Quintana, siempre atento y cercano, que celebró la Eucaristía y luego compartió el desayuno con todas las presentes. La visita de la familia dominicana de Copiapó que visitó el monasterio para saludarnos. Lo cierto es que no sería posible enumerar ni en la extensión ni en su valor, los mil detalles que las hermanas del Monasterio Inmaculada de Atacama tuvieron en su acogida y organización. La Liturgia cuidadosamente preparada en cantos, en textos, en arreglos florales ¡Y qué gozo escuchar el canto de los salmos y los himnos con tantas voces unidas en una sola voz! De las comidas, qué decir lo exquisitas que fueron y la finura con que fuimos atendidas; efectivamente, no es posible enumerar tanta delicadeza en la acogida, sólo repetir una vez más ¡Gracias Madre Carmen Chorén y gracias a cada una de las hermanas por todos sus esfuerzos y desvelos por coordinar este encuentro! Como en el desierto florido, todo aquello que se gestó en el tiempo de la preparación, dio fruto abundante en hermosas flores, sólo que a diferencia de los brotes naturales, las flores que nos fue dado ver y hacer germinar no son efímeras, son flores de fraternidad y cohesión que exhalan aroma de eternidad. Efectivamente “Desierto-Florido” es una paradoja, dos contrarios unidos en una misma realidad. Y es posible que para las asistentes a este encuentro haya sido una paradoja doble.

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- «¡Este año, como no ha caído nada de agua, el desierto no floreció!» Fue uno de los comentarios con que nos ilustraba un amable profesor que nos trasladaba al monasterio cuando llegamos a Copiapó. Y es que el profesor no sabía, como tampoco lo sabíamos nosotras, que si bien el desierto no arrojaría flores silvestres para asombro y gozo de los turistas, ese desierto florecería para nosotras, Monjas Dominicas de la Federación de la Inmaculada. Y aunque los informes de ciertos estudiosos de este fenómeno, lamenten que entre los meses de septiembre a noviembre del año 2013, el desierto guardó silencio y mantuvo la tensión para los años venideros, nosotras las comunidades de Chile y Argentina estamos ciertas de que en octubre hubo un desierto que floreció en Copiapó, y este año sólo para las monjas dominicas. Sor Carmen Gloria Guíñez, op Comunidad de Santiago (Chile)

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ECOS DE VENERACIÓN

Deseamos seguir informando sobre la Sierva de Dios Sor Mª Lourdes Sala Bigas, op, ya que sigue haciéndose evidente su intercesión a medida que el tiempo transcurre, y ello nos demuestra el proyecto de Dios sobre los humildes, del que nos hablan con evidencia los textos de la Escritura del domingo XXII del tiempo ordinario, ciclo C. «Hijo, actúa siempre con dulzura, y serás amado por los que agradan a Dios… porque el poder del Señor es grande, pero acepta que lo honren los humildes» (Eclo 3,17) «Vosotros os habéis acercado… a los que viviendo rectamente, han alcanzado la meta, a Jesús, el mediador de la nueva alianza» (Heb 12,23) «Cuando alguien te invite a una boda, no te pongas en el lugar de preferencia… y luego venga con otro el que te invitó y te diga ´Cédele a este el sitio´…» (Lc 14, 8).

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Sor Mª Lourdes, por su vocación invitada al banquete de bodas desde los 20 años, terminó sus días 12 años después no precisamente en un lugar de preferencia, pero los hechos posteriores, lentamente, nos fueron diciendo el lugar previsto para ella en las Bodas eternas. En estos momentos, desde esta Secretaría estamos procesando documentos y dándoles la configuración que las Causas de los Santos reclaman para el pronunciamiento vaticano, que nos dicen que, explícitamente, hasta 2.013, esta humilde monja dominica es ya conocida en tres continentes, de los que tenemos testificaciones en varias regiones de España, de Italia, Francia, Alemania, Bélgica, República Checa, Guinea Ecuatorial, Argentina, Chile, Bolivia, Perú, México y EE. UU.

La información a nuestras hermanas y lectores del boletín UNIDAS, tiene por objeto indicar que prosiguen llegando datos que pueden ser incluidos en el epígrafe “Fama de Santidad” cuyo contenido es muy importante que no se haya interrumpido desde el inicio de la Causa. Un detalle anecdótico que os deseamos compartir es el de una de las testificaciones que se remonta al año 1987, y que decía: “Tengo un sobrino de 23 años, que enfermó psíquicamente, con la obsesión de que todo estaba contaminado. No quiso seguir estudiando. Comenzó a trabajar y cambiaba de trabajo continuamente. Estaba siempre triste y sin deseos de salir de casa. El psiquiatra le dijo a mi hermana, que procuraran no contrariarlo, pues el grado de su enfermedad podía derivar en el suicidio. Yo comencé una novena a Sor Mª Lourdes Sala y antes de terminarla encontró un trabajo en el que se fue normalizando, recuperó la ilusión, los deseos de conducir y portarse como antes de su enfermedad. Esto ocurrió en el verano del año pasado, aunque sigue tomando alguna medicación para precaver. Demos gracias a Dios, que nos concedió esta gracia por mediación de esta Hermanita, a quien tengo gran devoción y admiración, con el deseo de verla pronto beatificada”. Hasta aquí la primitiva información. Pero hay una segunda parte respecto al mismo caso, que ha llegado de la misma remitente en este año 2013. “Sor Mª Lourdes realiza una intercesión de forma muy completa. Mi alegría es grande al saber que mi hermana, ya anciana e imposibilitada, está muy bien cuidada por aquel hijo que ella cuidó tanto en su terrible enfermedad. Se recuperó tanto que comenzó una vida de piedad de Misa y Comunión diarias. Al cabo de un tiempo inició un noviazgo con una joven que 10


asistía a Misa a la misma hora, y siguen en su práctica piadosa diariamente, pero mi sobrino espera a casarse, pues considera que no podría cuidar a su madre con el esmero que lo hace, teniendo que compaginarlo con su trabajo y las obligaciones de un hogar. Estoy segura que Sor Mª Lourdes seguirá protegiéndole.” Terminamos la información comunicando que el Obispado de Vic, donde se inició el Proceso, está en muy buenas disposiciones para que prosigan los trámites requeridos e incluso delegados o compartidos con el Obispado de Terrassa (Barcelona), al que pertenece el Convento de Dominicas de Sant Cugat, y en el que están depositados actualmente los restos de la Sierva de Dios. Rogamos que cualquier noticia sobre favores concedidos por intercesión de Sor Mª Lourdes se comunique a:

Secretariado Sor Mª Lourdes Sala Bigas, O.P. Monasterio de la Inmaculada – MM. Dominicas Ap. 20 - 46900-TORRENT (VALENCIA)-ESPAÑA E-mail: sm.lourdes.op@gmail.com

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Las comunidades nos cuentan…

ORIHUELA Compartiendo nuestras vivencias

Queridas Hermanas: Hace bastante tiempo, cuando acababa de llegar al monasterio, recibí una tarjeta en la que un sacerdote que me conocía mucho escribió la siguiente frase: «No creas que has llegado, la meta está más allá…». Sí, después de cada momento de gozo, de cruz, incluso de esos instantes de resurrección en los que paladeamos mínimamente el sabor a gloria ¡La meta está más allá…! Lo que voy a compartiros no es precisamente una crónica de nuestra comunidad, más bien recibidla como una carta de una de las monjas de Orihuela a cada una de vosotras, para comunicaros algunas de las vivencias que nos acercan y a la vez nos impulsan a seguir hasta la meta. Ante todo y a manera de presentación para las que no nos conocen y de “puesta al día” para las que ya saben de nosotras, en nuestro Monasterio de la Stma. Trinidad situado en la ciudad de Orihuela, en la diócesis de Orihuela-Alicante, seguimos siendo siete profesas solemnes. Es una comunidad pequeña y aunque el nº 7 es signo de plenitud, cuánto quisiéramos que esta plenitud se plenificara con el don de nuevas vocaciones. Las deseamos, las pedimos y las esperamos; mientras, nos ocupamos de llevar a plenitud la que tenemos entre manos, nuestra propia consagración en la vida fraterna en comunidad en el seno de la Orden y en medio de la Iglesia. 12


Por ahora nuestro ritmo diario nos permite dedicar parte de la mañana o de la tarde, según los oficios que realicemos, a la formación permanente. En este Año de la Fe estamos estudiando comunitariamente el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica mediante 33 fichas preparadas por la Subcomisión Episcopal de Catequesis. La finalidad que pretendemos es la de profundizar personalmente y en comunidad el don de nuestra fe, para vivirla mejor. Por lo general la tarde de los lunes la dedicamos a esta actividad, para lo que tenemos necesariamente que desconectar timbre y teléfono; de esta forma no somos interrumpidas en este espacio dedicado al estudio y diálogo fraterno. Por gracia de Dios, a pesar de que nuestros ingresos han disminuido notablemente en este tiempo de crisis, seguimos cubriendo nuestras necesidades con el fruto de nuestro trabajo y en muchas ocasiones hasta podemos compartir con los que más necesitan. Después de esta introducción os contaré lo que acabamos de vivir el mes de agosto pasado. En los últimos años nos preparábamos para la solemnidad de nuestro Padre Santo Domingo con el rezo de una novena que generalmente estaba a cargo de la gran creatividad de la encargada de la Liturgia, por ello M. Priora nos sorprendió con la idea de realizar este 2013 sólo un triduo preparatorio que consistió en tres fecundas reuniones comunitarias en las que, una monja cada vez, exponía los temas que previamente nos había

dado para preparar: «Los evangelios dominicanos», es decir, los primeros textos acerca de los comienzos de la Orden; «Las etapas de esplendor y decadencia en nuestra historia» y «La Orden según las cartas de los últimos Maestros Generales». Quedamos contentísimas con esta experiencia que nos ayudó a recordar, profundizar y reflexionar, en definitiva a renovar el amor inicial, esa preciosa gracia que es nuestra vocación personal inserta en la grande y secular familia de Domingo. 13


Así llegamos al día 8 en el que celebramos a Santo Domingo. La Eucaristía estuvo presidida por nuestro capellán y concelebrada por tres sacerdotes muy cercanos a la comunidad. Después de la homilía en la que el predicador nos contagió de hambre y sed del fervor con que vivía Domingo, del fervor de los santos, pasamos una jornada marcada por la alegría y sencillez del encuentro con Dios y con los hermanos. Desde comienzo de año teníamos pendiente con el P. Emilio Barcelón Maicas, el concretar la fecha de nuestro retiro anual. Por fin logramos una semana en la que él y nosotras podíamos reunirnos. Comenzamos los Ejercicios el día 17 de agosto por la noche, el 19 a la tarde llegó el Padre a nuestro monasterio y el 20 empezó a compartirnos lo que había preparado para estos días. Nos habló de «Permanecer en el Padre» y «Lo que significa ser monja dominica hoy», ambos temas fueron tratados conjuntamente y en armonía. Con ello nos demostró ser un verdadero maestro en el aterrizaje del Evangelio en la vida cotidiana del consagrado. Para quienes conocen al P. Emilio, sigue con la acertada metodología de contar uno o dos chistes antes de entrar en el tema propiamente dicho. Nos hizo reír muchísimo y disfrutar de su buen sentido del humor. Todo nos ayudó a constatar que estamos de camino, que la meta nos sigue atrayendo, y aún más ¡nos seduce más que al comienzo! Está dentro de nosotras, y en medio de nosotras y también está más allá. Terminamos nuestros días de retiro dando gracias por tantos dones con que nos colma el Señor y esto ¡gratuitamente! Sólo porque nos ha creado para llenarnos de ellos y enseñarnos que esa es la forma en que desea que nos tratemos entre los hermanos. Y para terminar una última buena noticia, otro regalo de este agraciado agosto 2013, Sor Irene Benavente que durante un tiempo estuvo cuidando a sus padres ancianos y cada vez más enfermos, se incorporó por unos meses a nuestra Comunidad. Ella en la medida de sus posibilidades sigue ocupándose de nuestra página web y de la elaboración de un libro que recogerá la historia de cada uno de los monasterios de nuestra Federación y la biografía de algunas de nuestras hermanas que han sobresalido en la práctica de las virtudes. Las dejo en las manos entreabiertas de la Inmaculada, que Ella nos ayude a permanecer en Dios, caminando alegremente hacia la meta. Reciban de parte de toda la Comunidad un fraterno y cariñoso saludo.

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SANTIAGO (Chile)

ENTREVISTA Sor Imelda Campos Riffo:

«LAS VOCACIONES NACEN EN LAS FAMILIAS Y LAS FAMILIAS HOY NO TIENEN TIEMPO PARA DIOS» Entrevista realizada a Sor Imelda Campos op, por la Srta. Orietta Marfull, redactora de la revista “Chile Misionero”. Con más de 60 años como monja de clausura, la religiosa se declara “inmensamente feliz” y evoca con nostalgia los tiempos en que se vivía más pobremente y en claustros abarrotados de novicias. Aquí su historia y sus enseñanzas.

Una caja de sorpresas, risueña, delicada y muy lúcida es a sus 85 años la Hermana Imelda Margarita Campos Riffo, religiosa de clausura dominica de Santa Rosa, un monasterio fundado en 1680 en la calle Rosas con Amunátegui, fundado nada menos que por una dominica prima de Santa Rosa de Lima, que llegó desde el Perú hace más de 250 años a enriquecer con su misión la Iglesia chilena. Sor Imelda nació en Chillán, y lleva más de 60 años dedicada a una vida monástica que comenzó cuando tenía 24, pero de la que tuvo claridad y certeza desde su adolescencia. “A los 13 años yo interiormente sentía que Dios me pedía algo y la verdad es que no quería nada con monjas, porque a mí me gustaba mucho estudiar, quería ser médico, pero al finalizar el 15


sexto año de preparatoria me pasó como a San Pablo… Dios me tiró del caballo, hablé con mi mamá y le dije que quería ser una de esas religiosas que no salen nunca”, recuerda. Entró al convento en 1952, “justo el año que murió el P. Alberto Hurtado”, y tras conversar largamente con su director espiritual, afirma: “Le di mi sí al Señor sin retroceder. Todo era de una pobreza absoluta y eso nos hacía felices. Subsistíamos con nuestro trabajo, entregábamos 60 mil hostias semanales, hacíamos el lavado de la ropa de los Padres de Santo Domingo, bordábamos mantelerías, juegos de cama, en fin, todo era para subsistir, por esos años éramos más de 30 novicias”. • ¿Cómo ha sido su vida en el monasterio? Es como si siempre hubiese vivido aquí, esta era mi vida, sin lugar a dudas. Me levanto a las 5 de la mañana y a las 6,15 comenzamos con nuestros rezos, después viene la Misa, todo en el coro (iglesia), desayuno, oración personal, después vamos a arreglar las celdas y comenzamos a trabajar en nuestras labores. Todo el día uno está en silencio orando, y cuando cambiamos de actividad siempre decimos… ‘Dejar a Dios por Dios’. Cuando llega la hora de recreo al mediodía es como si lo pájaros cantaran… nunca me ha cansado el silencio y a mis 85 años puedo seguir sirviendo al mundo con mi humilde oración. Llevo más de 60 años como monja de clausura y puedo decir, gracias a Dios, que soy inmensamente feliz. • ¿Cómo ve nuestro país? Todo está muy convulsionado, muy lejos de Dios y eso se refleja también en la falta de vocaciones que hoy existe aquí y en el mundo. Pareciera que la mayoría de las familias no tienen tiempo para Dios, porque las vocaciones nacen allí, en las familias. • ¿Usted desde su vida monástica, se siente misionera? Absolutamente, somos misioneras universales por la oración. La oración nuestra es personal, comunitaria, constante, y oculta, pero que llega hasta el fin del mundo. Nuestra vida es oración. Ya ve Santa Teresa del Niño Jesús, sin salir de la clausura sólo por la oración llegó a ser la Patrona de las Misiones. La oración es el fundamento de nuestra vida como monasterio, para eso fuimos fundadas y debería serlo también para el mundo. • Ustedes son de Eucaristía diaria… Gracias a Dios sí, la Eucaristía es lo que nos da vida, es lo que nos mueve, nos comunica la fuerza y la humildad del Señor. Es la escuela donde uno aprende a perdonar, sólo así se puede vivir la misericordia de Dios, perdonando. LA MARAVILLA DE INTERNET Y LA SENCILLEZ DEL NUEVO PAPA En la comunidad actualmente son 10 hermanas, la mayor es Sor Margarita, 89 años de edad, Sor Gema tiene 86 y Sor Inés 84, se valen por sí mismas y todas trabajan. El resto de las hermanas son más jóvenes y forman una gran familia donde como en todo grupo humano, de repente existen algunos disgustos, pero abunda el amor, los cuidados y la alegría. Sor Imelda actualmente es ayudante de la ropería de las hermanas, y dice de la actual priora, Sor Carmen Gloria, “como es muy joven está llenando todo de luz, de colores claros, flores, atenciones para nosotras y para las nuevas vocaciones que vendrán, porque aunque la vocación es iniciativa de Dios, uno tiene que dar una manito”. 16


• Hermana y… ¿qué me cuenta de internet? Sonríe tímidamente, “esta herramienta bien usada, es una maravilla, a nosotras nos permite estar conectadas con el mundo y ofrecer nuestro trabajo espiritual. Muchos nos escriben pidiendo oraciones por algún enfermo o necesidades que tienen; aunque no salgamos, estamos conectadas, comunicadas con las personas”. • ¿Está contenta con el nuevo Papa? Me encanta, a todas acá nos gusta mucho, somos sus fans por su sencillez, su franqueza y porque nos da la esperanza de que hará las reformas que hoy necesita nuestra Iglesia. Nosotras rezamos mucho para que el Espíritu Santo le dé la fuerza, sabiduría y protección necesarias. • ¿Cómo ve el mundo de hoy? Soy una convencida de que está como está porque se ha alejado de Dios, pareciera que nada le hace feliz… ver tanto dolor, menosprecio de las personas mayores, búsqueda de poder, desigualdad, tanta incapacidad para vivir en paz… a uno le hace llorar también y le pide al Señor que tenga misericordia y que nos perdone. Por eso si yo volviera a nacer, volvería a ser religiosa contemplativa para seguir rezando por las necesidades del mundo. Soy feliz de estar al servicio de la humanidad a través de nuestro trabajo espiritual que es orar por todos, y por cada uno en particular. • Ustedes salen del claustro sólo por temas de salud y se les permiten visitas familiares apenas una vez al mes… ¿Tanta restricción duele? Al principio sí, pero forma parte de nuestra opción y lo vivimos por amor. Para mí levantarme temprano por la mañana es un sacrificio y lo ofrezco con amor por las vocaciones y por el Santo Padre. Esto nos falta como Iglesia… SANTA TERESITA DE LISIEUX: “MI MAESTRA” La doctrina espiritual de Santa Teresita del Niño Jesús emociona hasta las lágrimas a Sor Imelda, la grandeza de esta joven que vivió en un convento hasta su temprana muerte, a los 24 años de edad, ha dejado un maná escondido que ella ha podido saborearlo en el tiempo. “Yo la quiero mucho, por su espiritualidad, por su doctrina, la considero como si hubiese sido mi maestra de novicia. Su vida me llena, su entereza, humildad, sencillez, un hermoso camino que abre puertas. Uno tiene que ayudarse con el ejemplo de los santos, generalmente dan fuerza en la propia debilidad”. Sor Imelda piensa un momento y agrega: “Algunas hermanas religiosas de Santa Teresita del Niño Jesús decían que cuando muriera no tendrían nada que escribir de ella y mire lo que pasó, hoy es la Patrona Universal de las Misiones y Doctora de la Iglesia. Ella deseó volar como las águilas: ser carmelita, esposa de Jesús y madre de las almas; ser guerrera, dar la vida por la Iglesia, ser misionera, mártir, todo por amor a Jesús” El 1º de octubre celebramos a Santa Teresita de Lisieux, Patrona Universal de las Misiones y el día 20, la Jornada del Domingo Universal de las Misiones. En esta entrevista hemos pedido a Sor Imelda que nos acompañe con sus oraciones, a lo que respondió con prontitud: “Lo hacemos y lo seguiremos haciendo todos los días, por las misiones, por los misioneros, por las

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vocaciones, por el Santo Padre y por la paz del mundo. Siempre he rezado también por las necesidades de la India, ¿por qué? no lo sé, me nace y lo hago con mucho amor”. Al despedirnos, sonriendo, me dice “recuerde lo de internet” y así lo hago al finalizar esta interesante entrevista, señalando la página web de este monasterio que ofrece su trabajo espiritual a la humanidad: www.monjas dominicas.cl

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Desde Burriana «… Vuestro completo abandono en las manos de Cristo, es un anuncio fuerte y claro de la presencia de Dios, con un lenguaje comprensible para nuestros contemporáneos» (Homilía de S.S. Benedicto XVI. X Jornada de la Vida Consagrada, 2 de febrero de 2006)

«En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo», con estas palabras iniciamos cada uno de nuestros actos litúrgicos, evocando un Misterio insondable, inalcanzable para el ser humano, incluso para unas almas contemplativas. Pidamos al Señor que nos enseñe a comprender que nada hay en el mundo comparable a la alegría de gastar la vida en su servicio. Invocamos a la Santísima Trinidad queriendo y deseando ser alcanzadas por el Padre, por el Hijo y por el Espíritu Santo: «Gloria a ti, Dios Padre, a ti me sacrifico; Gloria a ti, Dios Hijo, Jesucristo, contigo me identifico; Gloria a ti, Dios Espíritu Santo, por ti me santifico» El titular de nuestra comunidad es la Sagrada Familia, una “trinidad de personas” en la tierra. Dios nos propone a la Familia de Nazaret como un ejemplo maravilloso; a Él le pedimos gozar de los premios eternos mientras en esta vida vamos imitando sus virtudes domésticas y su unión en el amor. Las monjas nos queremos con un amor fraternal y «donde hay amor, está Dios, y donde está Dios, hay futuro». En julio tuvimos nuestro retiro anual con D. Rafael Vicent, salesiano, que exhortándonos a «ser luz del mundo y sal de la tierra” (Mt 5,13-14) y con la acostumbrada charla de introducción a los Ejercicios Espirituales y con reflexiones del Año de la fe, propició un ambiente de mayor silencio. Con unas meditaciones acompañadas de la oración que reorienta la vida estuvimos citadas por la mañana y por la tarde durante ocho intensos días. Profundizamos en la oración del Padrenuestro, que es la principal entre todas las oraciones y nos la enseñó el mismo Cristo, siendo en verdad 19


la oración perfecta, ya que en ella pedimos a Dios las cosas que realmente nos convienen y así cumplir aquella admirable súplica que dice: «para que nos concedas lo que pedimos, haz que pidamos lo que te agrada». Para terminar nos preparó un pequeño programa de vida espiritual para los próximos meses, a nivel personal, reavivando el fuego de la consagración, meditando la Palabra de Dios, viviendo durante el día la presencia de Jesús Eucaristía; y a nivel de comunidad, ejercitándonos en actitudes positivas y ayudar y rezar por las hermanas ancianas o enfermas. Siguiendo las indicaciones evangélicas celebramos el día de la reconciliación, recibiendo cada una el perdón de los pecados y la paz que serena el alma y, experimentando la ternura de Dios y la alegría de poder abrazarlo. En la Eucaristía de clausura de los Ejercicios recibimos la Unción de enfermos “por la misericordia de Jesucristo”, quedando sanas corporal y espiritualmente. Dios ha iluminado a su Iglesia con los méritos y doctrina de nuestro bienaventurado Padre Santo Domingo. Su solemnidad la celebramos acompañadas de varios sacerdotes: el Vicario episcopal para la vida religiosa de la diócesis, D. Joaquín Guillarmón que presidió la Eucaristía y concelebraron con él, D. Amado Segarra, nuestro capellán, D. Miguel Díaz, párroco de Ntra. Sra. de los Desamparados, P. Alfredo, prior de los padres Carmelitas y D. Pascual, párroco de Ntra. Sra. de la Merced, Parroquia de los Salesianos, y dos Diáconos permanentes. Asistieron gran cantidad de amigos de la Comunidad; el coro gregoriano “Resurrexit” nos acompañó con sus cantos. Al finalizar la gran fiesta dominicana disfrutaron todos de un ágape fraterno. El tres de septiembre atravesó el umbral de la VIDA nuestra querida y recordada Sor Mª Carmen López Enciso. Tenía 83 años de edad y 58 de vida consagrada al Señor por la Profesión religiosa en nuestra Orden dominicana. En los últimos meses, vivió su enfermedad con entrega generosa y a todo aquel que compartió con ella algún momento, le llamaba la atención su alegría serena y su paz, destacando la sonrisa que estaba siempre en su rostro. Quizá el Señor está haciendo los conventos en el cielo, muchas hermanas marchan a vivir con Dios la vida eterna, y nosotras tenemos que confiar en sus designios y pedirle su sabiduría para discernir su voluntad en este tiempo. Esto nos hace tener más fe y decirnos: «Dios es suficiente para nosotras». Es evidente que con el paso

de los años, la comunidad va disminuyendo en número y creciendo en edad. Reconocer la debilidad que se manifiesta sobre todo en el envejecimiento y en la disminución numérica, tiene que conducirnos a buscar la fuerza en quien es la fuerza: el mismo Dios. En tiempos de exhibición de poder, la debilidad evangélica tiene una fortaleza insospechada. El Santo Padre Benedicto XVI nos invita «a una fe que sepa reconocer la sabiduría de la debilidad» (Homilía 2-2-2013). Hay una comunidad en plenitud ¡somos mujeres de fe! Queremos afirmarnos en la configuración con Jesús, 20


raíz de nuestra consagración, sobre todo abrazando la minoridad de manera creativa y fecunda. ¡Estos momentos son tiempo de gracia en el desierto! En este mismo mes comenzaron “las fiestas de las peñas” y de las corridas de toros, en honor a la Mare de Déu de la Misericòrdia, Patrona de Burriana, cuya imagen se venera en la primera iglesia románicogótica del antiguo Reino de Valencia, la Iglesia del Salvador, que fue elevada a Basílica menor por el Papa Francisco, el 17 de mayo de este año, día de San Pascual Bailón, Patrono de la Diócesis de Segorbe-Castellón. Burriana organizó una peregrinación entre el 12 y el 17 de septiembre hasta Roma, en acción de gracias por la concesión de este nuevo título «que establece un peculiar vínculo de El Salvador con la Iglesia de Roma y el sumo Pontífice con diversas prerrogativas, tareas y obligaciones». Y en noviembre festejaremos a San Martín de Porres, muy querido también en la ciudad; mucha gente se encomienda a él y como un continuo goteo, incesante, sin descanso, entran y salen de la Iglesia pidiendo su ayuda. Viene a nuestra memoria el salmo 120 que nos recuerda que «el Señor te guarda de todo mal, Él guarda tu alma, el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre», y es cierto que guarda nuestras entradas y salidas y las compensa constantemente, pues entran al convento gran cantidad de alimentos de primera necesidad, que llegan por la generosidad de los ciudadanos, y que no tardan en volver a salir por el torno. Durante todo el año muchas personas son atendidas por la comunidad a diario, tanto en lo material como en lo espiritual. Si hacemos un inventario de los bienes que recibimos, viviremos con mayor alegría y optimismo ¡nosotras agradecemos lo que ya tenemos! Que la Virgen María nos ayude a caminar con los ojos fijos en Jesucristo, con un corazón agradecido a su misericordia y abiertas a su voluntad. Un abrazo fraterno de vuestras Hermanas de Burriana 21


“ALGUIEN TE AMA… VEN Y VERÁS”

Este fue el lema del “Expo-carisma” organizado por la Pastoral Vocacional y la Junta de Religiosas y Religiosos de Córdoba (Argentina). Se realizó en la Plaza del Fundador de Córdoba (Jerónimo Luis de Cabrera) en el área peatonal ubicada frente al monasterio los días 6 y 7 de septiembre. Se expusieron 42 stands desde las 10 a las 21 hs. Su objetivo fue presentar de manera creativa los diferentes carismas, espiritualidades, movimientos. Nuestro Arzobispo, Carlos José Ñañez, abrió este evento con unas palabras y una oración, a partir de ese momento en un escenario se presentaron los diversos carismas y grupos de animación.

La presencia de los consagrados, de sacerdotes, formandos, seminaristas en el centro de la ciudad fue de hecho un anuncio, muchos fueron sorprendidos por esta presencia eclesial en medio de las calles. En dos momentos se realizó un gesto misionero, consistiendo el mismo en ir de dos en dos distribuyendo por las calles de la ciudad una cruz e ilustración, realizada con antelación por alumnos de colegios y de otras comunidades. En esta experiencia hubo posibilidad de dialogar con los peatones sobre los temas relacionados con la Iglesia y la fe. Al mismo tiempo nuestra Iglesia permaneció con las puertas abiertas y el Santísimo expuesto. Distintos religiosos, religiosas y miembros de grupos y movimientos prepararon momentos de oración y cantos por las vocaciones y por los frutos del Expo-carisma. Nosotras compartimos la Liturgia de las Horas. Como comunidad presentamos nuestra vida contemplativa en el stand de la Familia Dominicana en sus diversas expresiones: Monjas, Hermanas Dominicas de San José, los Frailes y los distintos grupos: Fraternidad laical, Cofradías del Rosario y Guardia de Honor, Grupo Misionero Santo Domingo y el Grupo de jóvenes universitarios “Beato Pier Giorgio Frassati”. El sábado 7, Monseñor Carlos Ñañez presidió una Eucaristía que se ofreció por tres motivos: cierre del Expo-carisma, por la Vida Consagrada en vísperas de la fiesta de la Natividad de la Virgen y para rogar por la Paz, uniéndonos a la Jornada de oración y de ayuno pedida por el Papa Francisco. Esto hizo que nuestro templo estuviera lleno, con jóvenes, religiosos y fieles en general. Desde la Basílica de Santo Domingo se organizó un rosario y procesión al monasterio con la imagen de Nuestra Señora del Rosario del Milagro por esta última intención.

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EXPO-CARISMA 2013 C贸rdoba (Argentina)

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Como acto de cierre un grupo de jóvenes ofreció una puesta en escena de la vida del Cura Brochero. Una vez más experimentamos el gozo de sabernos llamadas y de participar desde nuestra misión orante en el corazón de los acontecimientos de la arquidiócesis, siendo una presencia discreta pero abierta a los requerimientos pastorales que surgen.

Sus hermanas de la Comunidad de Córdoba (Argentina)

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Y ah ra e tres e t s e re at de s ti s ac teci ie t s vivid s p r uestras her a as de a C u idad de A barrac (Terue )

ALBARRACÍN El verano, para nosotras, ha sido rico en manifestaciones de cariño y de amistad. Me limitaré a contar, como me sale desde el corazón, sólo lo ocurrido en el mes de agosto. La fiesta de nuestro Padre Santo Domingo, como siempre, ha hemos celebrado solemnemente. La comunidad intentó prepararse lo mejor posible, y ese día 8 la Eucaristía fue presidida por el Sr. Obispo, Mons. Carlos Manuel Escribano Subías, que comenzó diciendo: «Celebramos con alegría la fiesta de Santo Domingo, aunque este año con cierta nostalgia también, pues será el último aquí…» Eso hizo llorar a muchas personas. Estaba la iglesia abarrotada de gente. Concelebraban con el Sr. Obispo 28 sacerdotes, más un dominico, el P. José Antonio Martínez Puche y un Padre Escolapio. Seguidamente hubo una comida fraterna, en la que todos disfrutamos mucho. Terminamos el día contentas y agradecidas, deseando responder a la voluntad de Dios como se presente cada día. El día 15, fiesta de la Asunción de la Virgen, hacia las 4,30 de la tarde, aparecieron las Prioras de las dos Comunidades de Zaragoza, Sor Mª Agustina Valenzuela op, Priora de Santo Domingo de Guzmán, y Sor Mª José Almárcegui op, de Santa Mª del Pilar, acompañadas de

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otras monjas: Sor Matilde, Sor Antonia y Sor Carmen. Os podéis imaginar la alegría tan grande que tuvimos, no sabíamos qué hacer… abrazos y más abrazos. Pudimos compartir nuestras cosas mientras merendábamos, charlamos tranquilamente y gozamos muchísimo, la tarde se nos hizo corta. Cantamos juntas las Vísperas y ante el Señor le dimos gracias por este detalle fraterno que nos llenó de contento… ¡Gracias, hermanas! Hay cosas que no tienen precio ni se pagan con nada… Otra jornada inolvidable la del 16 de agosto, con nuestros dos capellanes al frente desde las siete de la mañana… Pero esto os lo cuenta otra hermana. Este mes ha sido muy lleno. Muchas visitas, mucho cariño de todos los conocidos y amigos… detalles que nos hacen vislumbrar lo que nos quieren y cómo les duele nuestra marcha… La Hermanitas del Asilo de Teruel vinieron un día a comer con nosotras. Y… trajeron la comida hecha. Todo un detalle de amor fraterno. Y… algo más. Nos visitaron los medios de comunicación. El director del periódico de Teruel. La Cadena Ser de Radio. La televisión. Sintiendo nuestra marcha y deseando saber el por qué. Está claro: la falta de vocaciones y el poder ayudarnos entre las hermanas. Mientras tanto, nosotras recogiendo y haciendo paquetes, pero con mucha paz, tranquilas y dando gracias a Dios por tener familia y sabernos unidas fraternalmente. Os pedimos vuestra oración para que vaya adelante el proyecto que deseamos sobre el Convento. No es nuevo, tiene 400 años y es grande. Esperamos que el Señor acabe su obra en nosotras y nos alcance también para esto una solución positiva. Vuestras hermanas de la Comunidad de Albarracín (Teruel)

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Santo DomingoDomingo-Zaragoza

REFORZANDO VÍNCULOS

Si, digo bien, reforzando. Porque nuestras comunidades se conocen desde hace muchos años. Casi puede decirse que los vínculos que las unen nacieron con la Federación y el correr de los años no ha hecho sino afianzarlos en el común aprecio en el que se vieron envueltas desde su nacimiento.

Inmersas como estamos, mejor, ya casi finalizando el Año de la Fe, los acontecimientos que nos está tocando vivir quedan perfectamente enmarcados en su LOGO. Fiadas en el Señor, seguras de que es Él quien dirige los acontecimientos de nuestro diario vivir nos embarcamos en una aventura que sólo puede tener un final feliz si, movidas desde el Único Amor que gestiona nuestra vida, nos encontramos unidas en un amor fraterno que, por vocación dominicana, nos ayuda a caminar hacia la meta. Como diría el P. I. Congar: «¿Qué sería de mi fe sin mis hermanos?» Trabajando pues, desde hace tiempo nuestra mente y nuestro corazón en esa dirección llegó el día 26 de agosto programado desde hace tiempo para un encuentro entre nuestras comunidades. Albarracín se movía. Las dos comunidades de Zaragoza las esperábamos con enorme ilusión. Se programó el día completo: salida de Albarracín en los coches y acompañadas por “sus dos curas”: D. Juan Pablo y D. Javier. Llegada al Monasterio de Santa Mª del Pilar–Zaragoza hacia las 10, 30 y a las 11 más o menos una Eucaristía a la que ya habían acudido todas las hermanas posibles del Monasterio de Santo Domingo de Guzmán.

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La celebración fue sencilla pero hermosa y profunda. La escucha de la Palabra y sus reflexiones nos animaban a ir hacia delante por encima de nuestros individualismos. Una frase se me quedó especialmente grabada: «Tan importante es saber de dónde venimos como a dónde vamos. Vamos hacia el océano infinito de Dios que nos pide claridad, autenticidad, coherencia...» Realmente en el desarrollo de nuestra vida nosotras programamos algo, pero a quien le hemos entregado las riendas de todo es al Señor...« y aunque camine por cañadas oscuras nada temo, porque Tú, Señor, vas conmigo» (Sal 22). Y a veces el amor mal entendido es, como reza una copla aragonesa hablando de los políticos, (perdonad, somos todas mañas): «...son los amos de mi tierra: ni se atreven a salvarla ni nos dejan defenderla». Y es que, hermanas, Dios a través de las circunstancias nos está pidiendo que dejemos los pequeños individualismos de lado y sintamos con el corazón de nuestras hermanas que es sentir con el corazón de Dios. En esta aventura sabemos que estamos embarcadas. Nuestras hermanas de Albarracín con una participación mucho más dolorosa pues han de dejar su monasterio con todo lo que ese monasterio supone en toda la diócesis y en todo el entorno. Para los monasterios de Zaragoza supone un reto, de otra manera, pero un reto muy importante: ensanchar nuestro corazón para que ellas encuentren en esta su nueva casa “el alma dominicana” que siempre han anhelado y en este su ambiente, heredar ¡ojalá lo logremos!, el carisma de Albarracín: ser foco de apoyo, ser cobijo, ser nido para los sacerdotes y todo el que necesite una palabra de fe y una oración de fortaleza. Todos estos sentimientos y por supuesto muchos más se mezclaron en la Eucaristía de este día 26 de agosto. Y luego de un rato de acción de gracias— mientras la “Martas” de turno preparaban la comida— 28


en el claustro central, comimos. Siempre se agradece la buena comida, cierto, pero lo que más enriquece es el ambiente de comunión fraterna, de compartir... Fue un rato precioso en el que «todas éramos una». Dejados los platos de lado se cerró el corro y a charlar... Testimonio de ello son algunas de las fotografías que incluimos. ¿Quién no recuerda a Sor Esther? Pues mírenla, al lado de su querido Javier, este joven cura que ya tenemos estudiando Moral en Roma.

ALBARRACIN... SANTA Mª DEL PILAR… SANTO DOMINGO…

Así, pronto se hizo la hora de ir a “tomar el te” a la Comunidad de Santo Domingo. Lo del te es un decir, porque Zaragoza no es Londres… De nuevo un efusivo recibimiento por las que se quedaron a “guardar la casa”. La ronda por la enfermería, ya que la visita a las enfermas era uno de los momentos más entrañables. Mostrar toda la casa a las hermanas que no habían estado nunca... visita al cementerio, a la celda de M. Mª Teresa Muñoz... Eran muchos los recuerdos y emociones revividos que para sosegarlos requerían un espacio sereno... la pérgola de la huerta, al aire de un hermoso y agradable cierzo y como el “ambiente interior” estaba tan caldeado un helado de limón, de café, leche merengada, y todo lo que a la procuradora se le ocurriera.

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¿Que dónde nos cabía? Pues no lo sé, pero charlando, charlando, dimos buena cuenta de todo, o para ser más justas, de casi todo. Y entre tanto seguía la charla llegando en ella a “nuestros orígenes”. Era imprescindible que hablando del camino que estábamos recorriendo llegáramos, como nos habían dicho en la homilía, al punto del que nacimos. El Papa Francisco diría que quien olvida a sus mayores, es un árbol sin raíces... Y eso, volvimos a nuestras raíces, y dimos inmensas gracias a Dios por la Federación, por nuestra formación común, por nuestras Prioras con un alma tan grande y generosa y para muestra de ello teníamos a la M. Milagros que en esto de “federal” es uno de los pocos emblemas que van quedando. Y dimos gracias a Dios por nuestras comunidades que tan misericordiosamente nos acogieron. Esperamos no defraudar ni echar en olvido nuestra memoria histórica. Y ahí se nos hicieron las siete y media, hora pasada de Vísperas. 30


Pero era igual, estábamos en una órbita en la que ni el tiempo ni el espacio contaban para nosotras. Fueron unas Vísperas en las que la gratitud y la alabanza al Señor se desbordaban con el lenguaje de los salmos. Y al hilo de la Palabra que celebrábamos pusimos nuestro corazón, junto con el de la Virgen Madre del Rosario, en el de Jesús, para mediante su Espíritu poder decirle una vez más y de verdad: «Heme aquí... Hágase» Así terminó este día memorable de nuestras comunidades. Preludio de otros tan intensos y esperamos que tan bonitos como éste.

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ERA UN 7 DE NOVIEMBRE FIESTA DE TODOS LOS SANTOS DE NUESTRA ORDEN

«… Ha llegado el momento señalado, aunque nunca deseado…» ¿Y a quién no le ha pasado en el transcurso de su vida? Tienes una aspiración, una meta…¡Y la logras! No sin dolor has alcanzado algo que marca tu vida para siempre; con sangre, eso sí, pero ¿cómo no si la meta merece la pena? La vislumbras como una opción determinante, pero para alcanzarla has de dejar muchas cosas atrás, has de soltar amarras, liberarte del lastre… ¡y eso duele! Este mensaje era el que nos transmitía nuestra entrañable Madre Milagros en la mañana del 7 de noviembre en Santa Mª de Albarracín… Firme y emocionada. Certera. Seguras estamos de que cumplirá su promesa de llevarnos siempre en su corazón, ¡Es tan grande! Y por eso mismo los desgarrones que lleva consigo la liberación duelen más. Para vivir unidas este día tan señalado habían acudido a Albarracín nuestra Madre Federal, M. Mª Teresa Gil, monjas de las Comunidades de Zaragoza y de Torrent, así como frailes dominicos e innumerables sacerdotes. Siendo esta Comunidad un foco de atracción que aglutinaba a todos los que a ella se acercaban, eran pues, muchos los motivos que en ese día convergían para compartir nuestras vivencias: reconocimiento, gratitud, apoyo, fraternidad… un intentar apoyar con nuestra cercanía a estas hermanas que han tenido la valentía de enfrentarse con la realidad y tomar una decisión dura pero liberadora. Como Abraham, han dejado su tierra, su cuna, para ir a donde la voluntad del Señor las guiaba: porque esa era la realidad. Ante la situación de precariedad de su comunidad, han sabido ver que su vida, junto a la de otras hermanas, tenía mucho que decir todavía. Y se han puesto en marcha.

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Dios pasaba por ahí, y en ellas, afortunadamente no se ha cumplido el temor de San Agustín cuando nos dice: «tengo miedo de que Dios pase,no sea que pase y yo no me entere». Ellas, valientes y generosas como lo fueron siempre, han seguido el paso de Jesús, como María, paso que, hermanas, no tiene su fin en la muerte sino en la Resurrección. Llevaban días, meses, recibiendo ya visitas de despedida. La víspera llegaba Madre Federal que, recién llegada de un largo viaje, acudía sin demora al encuentro con estas hermanas. A las 10,30 de la mañana del día 7 llegaba el autobús con las hermanas de Zaragoza encontrándonos con las venidas de Torrente que habían llegado antes con los PP. Dominicos que desde Valencia acudieron. El equipo de TV ARAGÓN andaba a la caza de manifestaciones de

sentimientos: Abrazos, ánimos, alguna que otra lágrima, todo lo captaban con avidez y es normal, cumplían con su trabajo. Así, entre saludos y ánimos llegó la hora de la Eucaristía en la cual todo se iba a transformar en vivencia Pascual. Por fortuna el autobús era lo suficientemente capaz para llevarnos a todas las monjas y lo suficientemente pequeño para subir sin dificultad por las estrechas calles que llevan a Santa María. De este modo la subida fue más llevadera, llegando al templo a la vez que se escuchaba el toque de campanas de todas las iglesias de Albarracín. Saludos de nuevo en la explanada, y una cierta inquietud bien planeada.

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Había muy poca gente, claro era día y hora de trabajo, era eso lo que pensamos. Cuando se nos dió la orden de pasar al interior del mismo, un atronador aplauso estremeció nuestro corazón: el templo, lleno a rebosar, puesto en pie, mostraba su gratitud y su pena con estos sonoros y largos aplausos. Entre ellos pasamos a los primeros bancos y nuestras hermanas de Albarracín fueron colocadas en el lado derecho del presbiterio. Si tuviera que calificar de algún modo la celebración de esta Eucaristía, sería de ENTRAÑABLE. Porque arropando el dolor que la misma llevaba consigo, estaba un fuerte calor humano, una inmensa gratitud, un “saber y querer estar siempre cerca” que sobrepasaba con creces el dolor de la despedida. Entrañable Madre Milagros con sus palabras de gratitud a todos, palabras que no bastaban para expresar lo que su corazón a duras penas contenía. Entrañable y cercano el Señor Obispo, Don Carlos Escribano, que, con dolor, reconocía en su homilía lo necesario del paso que la comunidad de monjas dominicas de Albarracín estaba dando y la pérdida que suponía para la diócesis de Teruel

por las características de la misma y por la idiosincrasia de la Comunidad que los dejaba.. «... vuestras vidas desde el silencio, como el discurrir del río Guadalaviar, han dado vida a muchos turolenses. Con vuestro silencio, que está proyectado para escuchar la Palabra ; con vuestra soledad, que no es vacío sino plenitud de Vida en Dios; con vuestra vida fraterna que siempre nos recuerda que tenemos un Padre común...» Sus palabras eran el eco de los sacerdotes concelebrantes que con los PP. Dominicos que se hicieron presentes pasaban de treinta. 34


ENTRAÑABLE LA Parroquia al completo y sus fieles, que todos colaboraron para obsequiar a sus “monjitas”. Entrañable la juventud dominicana… Entrañable y cordial el Sr. Alcalde, que no reza mucho porque “ya lo hace Sor Ester por él”, y que con un gesto simpático quiso, en nombre de toda la ciudad, abrazar una a una a las ocho monjas de la Comunidad… Y entrañable y cercana estuvo Madre Federal, poniendo su corazón y su alma en las palabras que a todos nos dirigió: eran momentos duros, cierto, pero momentos cargados de Esperanza. Es muerte, pero para dar vida. Lo cierto es que todos los participantes vivimos momentos en esta Acción de gracias Eucarística de profunda intensidad. La preparación de la misma a cargo del Vicario Don Juan Pablo Ferrer fue llevada a cabo con mucho mimo y esmero. Quiso expresar en la misma —y lo logró—el cariño y gratitud hacia las monjas. Broche final de la celebración fue el canto de la Salve dominicana y la Antífona O Lumen a Nuestro Padre cantados exclusivamente por las monjas y los frailes allí presentes a la vez que íbamos en procesión al altar de Santo Domingo que fue incensado por el Sr. Obispo. Yo sé de buena tinta que en este momento se abrieron “las compuertas difícilmente mantenidas” a lo largo de toda la celebración. Y es que terminábamos la celebración como se termina la jornada y se termina la vida en la Orden de Predicadores. ¿Fue o no fue entrañable? Era el momento de despedirnos de la mayor parte de los asistentes. Despedida larga y difícil. ¡Arrancón! Por fin, en el autobús, al hotel Albarracín, donde se nos había preparado una sobria comida: “de monjas”, pero claro, de monjas de Albarracín. Para llegar al hotel tuvimos que dejar el autobús unos 500 metros antes ya que esta vez no cabía por las cuestas… Y ahí estamos, animadas emprendiendo la subida. Y es que, de verdad, Albarracín no está hecha para recorrerla en coche, sino para pasearla. ¡Qué maravilla de ciudad! Dios la ha hecho preciosa y los hombres 35


saben conservarla. Aunque la subida era empinada la saboreamos bien, aunque, como podéis comprobar, hubo alguien que se tuvo que detener a descansar… Llegadas al hotel y situadas… Bueno, no sé si habéis comido muchas veces en un hotel, pero os diré que es lo más opuesto que existe a la comida en un monasterio. Y no por los manjares que ya os he dicho que “eran solo aptos para monjas” sino porque se habla, se habla mucho, muchísimo; entre plato y plato el tiempo suficiente para hacer la digestión del anterior, como no hay que ir a fregar, no se escatiman platos, ni cubiertos, ni copas… en fin, un derroche. Y menos mal que todos los presentes pertenecíamos al mismo gremio, Obispo incluido y a nadie le extrañaba que nos extrañáramos. ¡Tal vez los camareros! En fin, fueron dos horas distendidas, que relajaron los ánimos lo suficiente para emprender con serenidad la última parte de la jornada.

Los primeros en despedirse fueron nuestros hermanos los frailes que habían de volver a Valencia y con ellos nuestras hermanas de Torrent, pero a continuación todos iniciamos la marcha… Últimas y emocionadas despedidas, bendiciones del Sr. Obispo y de todos los sacerdotes, y ahora, camino del autobús para en él pasar por el monasterio y vivir el último momento: cerrar las puertas. Y lo que queda por contar se hace muy difícil, Es más para guardarlo en el corazón y ponerlo en el corazón de Dios que es nuestro Padre.

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Ya más silenciosas llegamos al monasterio, no descendiendo del autobús más que las exclusivamente necesarias. Dar una vuelta por todo constatando que lo que queda, queda en orden y… ¡SALIR! Ahí van unas fotografías de Madre Milagros que son lo suficientemente expresivas del momento que estábamos viviendo. SALIENDO DEL MONASTERIO Y CERRANDO LA IGLESIA ¡IMPRESIONA VERLA!

Lleva sobre sus hombros el peso de 392 años de historia, de vida, que en estos momentos acaba de colocar en el paterno corazón de Dios. ¡Que el Señor nos la bendiga por su generosa entrega! Terminados estos cometidos solo queda volver a Zaragoza. El autobús nos espera y las monjas en los monasterios también. Comienza para todas una nueva etapa de vida dominicana.

Vuestras hermanas de la Comunidad de Santo Domingo-Zaragoza

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Así viví mi Profesión Solemne

Muy queridas hermanas: Es para mí una inmensa alegría compartir con ustedes un momento tan grande en mi vida. Ya lo es el bautismo que todas hemos recibido, en su gran mayoría inconscientemente, como un don en el que la vida de la gracia se encuentra como en germen; podríamos decir que este segundo bautismo, profesado voluntariamente y con total libertad, es uno de sus frutos más deliciosos que hemos acogido —también inmerecidamente— porque Él nos ha llamado a este seguimiento tan estrecho y radical que comporta siempre nuevos desafíos, renuncias y entregas... exigencias todas éstas de un amor que pide crecer más y más. Este pensamiento me ha acompañado especialmente. Mi Profesión estuvo precedida por los tradicionales 8 días de retiro, y anteriormente por el retiro anual, dos semanas antes. Parece que el Señor estaba empeñado en que tuviéramos un buen espacio de intimidad, y no lo dudo… pues la ocasión así lo requería. Acepté gozosa esta solicitud suya como un gesto de delicadeza y una muestra más de su amor, emprendiendo así este camino de la mano de María, que es para mí, Madre y Maestra, modelo acabado de vida consagrada. Mientras tanto, mis queridas hermanas de comunidad se dedicaron a preparar todo con esmerada dedicación y cariño; además quisieron acompañarme durante el retiro alargando un poco la oración personal vespertina, lo cual implicaba hacer algunas pequeñas modificaciones en los horarios comunitarios. Esto lo he valorado y agradecido muchísimo, y estoy segura que ha sido lo que permitió que todo se viviera en un clima de mucha paz y fraternidad. Y llegó el gran día. Era una hermosa mañana de primavera. La naturaleza estaba revestida de nueva vida, y también el Señor me invitaba a mí a una nueva vida: una vida que Le pertenecería ya para siempre. Las monjas creyeron haberme “despertado” (con un bonito canto, por cierto)… pero en realidad ya estaba despierta desde muy tempranas horas de la madrugada. Y entre alegrías y emociones, cuando me di cuenta, las campanas ya redoblaban para comenzar la Misa. Entonces, lo único que sentí, fue una paz inmensa. Nos acompañaban una linda y vasta representación de frailes: casi todos los del convento de Tucumán, incluidos los estudiantes, y algunos otros que se encontraban allí debido a la reciente reunión del Consejo de Provincia, entre ellos estaba el Padre Provincial, Fray 38


Pablo C. Sicouly, quien tuvo el detalle y la delicadeza de adelantar la reunión para poder compartir con nosotras este momento. También se contaban entre los concelebrantes tres sacerdotes de la diócesis, uno de la diócesis de San Miguel Tucumán (tío mío), un sacerdote de Fasta, un seminarista, algunos acólitos, y Monseñor José María Rossi, nuestro Padre Obispo, quien presidió la Eucaristía. La Iglesia estaba colmada de gente. Mis padres y mis hermanos (estos con sus respectivas familias) estaban todos. Las familias de mis padres, muy numerosas ambas, imposible reunirlos a todos, y sin embargo hacían un muy buen número, junto con mis amistades y allegados a nuestra comunidad… en fin, gente cercana a mi corazón que me dio una enorme alegría volver a encontrar después de tanto tiempo, algunos desde que había ingresado, hacía ya ocho años; ahora participábamos todos en un acontecimiento de gracia no sólo para mí, para toda la Iglesia. Esto me hizo pensar en la admirable comunión de los santos y oré por todos, también por los que me acompañaban espiritualmente, pidiéndole al Señor que nos concediera el don maravilloso de la salvación. La ceremonia estuvo bellísima en cada detalle. Los cantos, preparados con tanto esmero, hacían pensar en la Liturgia celestial… todo transportaba a una realidad más allá, trascendente. No hubo persona que no se admirara y se sintiera fascinada por el encanto propio que tiene en sí esta

celebración, les habrá pasado seguramente, y que es parte de la riqueza de nuestra vida —aún cotidiana— y que no debemos perder ni “licuar” (en palabras del Papa Francisco) porque así lo reclama la vocación recibida de ser signos de la vida futura, transmitiendo desde lo oculto y silenciosamente “la Belleza” misma de Dios. No obstante, un acontecimiento simpático y profético nos hizo notar que el cielo no es una realidad lejana sino que está unida a la tierra, y por lo mismo nada en nuestra vida es accidental. Una de mis sobrinitas salió tras su mamá (mi hermana), que estaba en el ambón leyendo la segunda lectura. Gracias a Dios nadie hizo nada por detenerla. Mi hermana, impávida, terminó de leer mientras la niña permanecía a su lado; y cuando hubo acabado, como si nada la tomó en sus brazos y se la llevó. Todos los ojos estaban puestos en la tan tierna escena, y a mí (aunque días más tarde) me hizo pensar en nuestra actitud de “niños” ante Dios... ¡Cuánto debemos aprender de ellos! En efecto, Rosarito, mi sobrinita de dos años, no se paralizó ante la multitud de gente que la observaba, pues “ni cuenta se dio”, sólo pensaba en su mamá y allá fue, con su meta fija, subiendo con valeroso y esmerado esfuerzo los escalones; cuando la encontró se quedó a su lado, sin moverse de allí, hasta que ella la tomó en sus brazos. ¡Cuánta paz habrá sentido! Ese tiene que ser nuestro camino hacia Dios: buscarle, ir tras Él, con la mirada fija en su amor, sin que otras miradas u cositas intercepten nuestro camino; y una vez que hemos subido los escalones y le hemos encontrado, permanecer a su lado hasta que Él 39


mismo nos tome en sus brazos y ya nada nos aparte de su amor eterno. Quizá esto es todo lo que Dios esperaba de mí en unos pocos momentos: abandonarme totalmente en sus manos, y era todo lo que yo deseaba. Como hecho novedoso, cuando hubo acabado el rito de la Profesión, es decir, luego de las insignias, dejé el lugar central que hasta entonces estaba ocupando en el coro para volver a mi lugar de siempre. Me gustó mucho este gesto que quisieron incluir las monjas como signo de mi total y definitiva incorporación en la comunidad. Además ahora venía la parte más importante de la Misa y había que dejar visiblemente la primacía al Señor. El ofertorio lo hice acompañada de mis padres. Quise presentar al Señor sencillamente el “agua”. Al respecto el Padre Philipón, en su libro “Los Sacramentos”, tiene una reflexión muy bonita que quiero compartir con ustedes. Dice textualmente: «¿Cuál es la mejor manera de asistir a Misa? La Iglesia nos lo indica en un gesto litúrgico de simbolismo maravillosamente evocador y tradicional: como la gotita de agua del cáliz, desaparecer en el alma de Cristo, perderse en los sentimientos íntimos del Verbo encarnado, y allí, como la Virgen al pie de la cruz, “por Él, con Él y en Él” ofrecerse como hostia de alabanza a la adorable Trinidad». Tal vez en este signo y en estas palabras encontraba el sentido profundo de mi consagración y quería expresarlo. El resto de la Misa continuó como siempre. Y cuando hubo acabado, alguien tuvo la brillante inspiración de comenzar a aplaudir… era el júbilo que había en el corazón de todos y ahora explotaba. Yo sólo atiné a sonreír nerviosa y tímidamente. Luego, ya en el locutorio, continuó la fiesta, hasta que quedamos solas, en comunidad, compartiendo este hermoso momento que se prolongó a la tarde. Hermanas, ante todo quisiera agradecer al Señor, Autor de todo bien, por esta llamada a seguirle más estrechamente en la familia de Domingo, a quien profeso especial afecto y devoción. Una de las cosas que daba vueltas en mi corazón cuando en ese día ya todo había decantado es la 40


“grandeza del Señor” que se fija en nuestra pequeñez y la ama. Verdaderamente ¡Qué grande es el Señor! Y qué grande ha estado en mi vida. Tal vez poco a poco podemos introducirnos y profundizar en este misterio tan extraordinario que Dios nos ha querido comunicar con el don de la vocación por pura gratuidad. Quiera Él concederme la gracia de no olvidar nunca sus beneficios, y para ello me encomiendo a sus oraciones. Agradezco también a mi comunidad que ha estado en cada detalle; a mis padres, hermanos, cuñados y sobrinos que tanto amo y me aman; a toda la familia dominicana, que es ya el “ciento por uno”; a tantos seres queridos que han estado cerca de mí física y espiritualmente; y todos cuantos me han acompañado desde los inicios de mi vocación hasta este paso tan importante en mi vida. A todos ¡Gracias! Y que Dios los bendiga. Sor María Viejobueno, O.P. Monasterio Concepción-Tucumán (Argentina)

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NOVICIADO FEDERAL Queridas hermanas: Llegando al final de este curso, muy agradecidas al Señor por todo lo que nos ha regalado en este tiempo, acompañándonos y ayudándonos a crecer en la fe, la esperanza y la caridad, queremos compartirles a través de esta crónica algunas de nuestras vivencias. En el mes de junio, más exactamente el día 7 por la noche, Madre Lucía nos preparó una sorpresa: llegó a nuestra sala de labor y de recreo con una caja y en ella, varias bolsas. Repartió una bolsa para cada una mientras intentábamos adivinar lo que había dentro. Nos alegramos al ver el contenido: ¡tela polar de diferentes colores: celeste, rosa, azul y verde! La propuesta de la Madre Maestra era unirnos a la colecta de Caritas nacional. Así fue que durante varios sábados por la tarde confeccionamos ropa para regalar a niños pobres. Las telas se transformaron en abrigos, camperas, buzos, gorritos, pantalones, guantes y bufandas. Todo lo destinamos a la Parroquia donde vive el Padre Oscar Terán (hermano de Sor María Sofía), con el deseo de que al menos algunos niños no pasaran tanto frío este invierno. Al mismo tiempo en el rosario durante el trabajo rezamos por ellos y sus familias. Fue una experiencia gozosa: ceder nuestro tiempo y acercarnos a ellos desde el silencio y la oración. A mediados de este mes tuvimos una revisión de vida sobre la Lectio Divina guiadas por algunos puntos del Libro de las Constituciones y un artículo de Enzo Bianchi y además ayudadas por la lectura de la sala sobre el mismo tema. Esta revisión nos ayudó a señalar los aspectos que pueden favorecer nuestra lectio dominicana, tanto personal como comunitaria. Esta última la hacemos todos los sábados, pero este año, además nos propusimos, un lunes, cada 15 días hacer la lectio ante el Santísimo expuesto con la intención de rogar por nuestras comunidades, pidiendo por cada una de nuestras hermanas como por nuevas vocaciones. 42


Para nosotras es un gesto de comunión y de gratitud por la confianza de enviarnos a formarnos al noviciado federal. Desde el lunes 5 al miércoles 7 de agosto tuvimos el Triduo de preparación a la Solemnidad de Nuestro Padre, durante el cual, fray Fernando Reta, prior del convento de Mendoza, nos ayudó a meditar sobre «la predicación, la santidad y la paternidad de Santo Domingo». El día de la solemnidad presidió la santa Misa Mons. Sergio Buenanueva, y concelebró el Padre Fernando. En su homilía, Mons. Sergio se refirió, a la importancia del anuncio del Evangelio en nuestro tiempo, poniendo como ejemplo a Santo Domingo, predicador celoso de la salvación de las almas. También compartió, brevemente sobre su experiencia e impresiones de la Jornada Mundial de la Juventud. Al mediodía compartimos el almuerzo con nuestros hermanos los frailes de Mendoza en el locutorio, como es tradición cada año. Con sencillez ellos nos compartieron cómo habían conocido a Santo Domingo y a la Orden. Finalizamos el día, junto a las monjas, con un alegre y fraterno recreo donde no faltó el baile de algunas hermanas. Continuamos este mes dominicano con un estudio comunitario, dirigido por Sor Mariana y Sor Verónica. Se trataba de un repaso dinámico de todas las clases impartidas en años anteriores acerca de historia y espiritualidad de la Orden. Nos reuníamos una vez por semana dando un toque distinto a cada encuentro iniciándolo con una oración a nuestro Padre y tres letanías aplicadas a su obra y misión. El primer encuentro estuvo dedicado a Santo Domingo, en los encuentros siguientes seguimos estudiando según la sucesión de los siglos. La sala de clases estaba muy bien ambientada, todo preparado para dicha ocasión. Los ordenadores tenían una carpeta que contenía fotos dominicanas de cada siglo, de las cuales nos podíamos valer para responder a las preguntas que se nos hacían. Nos valíamos de algunos juegos didácticos tales como: crucigramas, sopa de letras, acertijos, etc. El último encuentro lo terminamos con un “Ludomingo” es decir, un ludo dominicano. Las dos novicias debieron hacer un curso acelerado de dominicanismo ya que ninguna quería perder; gracias a Dios esto no ocurrió ya que nos dividimos en dos grupos: negro y blanco y los dos salieron empatados.

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El sábado 17 compartimos con la comunidad de monjas el festejo por el 60º aniversario de consagración religiosa de Sor María Asunción, quien significa para nosotras un ejemplo de

fidelidad y entrega. Las hermanas mayores son siempre para nosotras una fuente de sabiduría, de alegría, de estímulo para “mirarnos” en ellas y aprender a ser monjas dominicas. Damos gracias al Señor por su testimonio tan valioso para quienes estamos en la formación inicial. Y siguiendo con el espíritu dominicano la última semana de agosto tuvimos una convivencia sobre la “Itinerancia” ayudándonos para la reflexión con algunos extractos de una carta del año 2003 del entonces Maestro de la Orden, fray Carlos Azpiroz. Dialogamos acerca de los rasgos de la itinerancia: cambio radical de espíritu y mentalidad, desapego de un lugar para ir a otro en vista al desapego de sí mismo y de todas las tendencias egoístas para pertenecer más a Dios. Para no quedarnos sólo en la reflexión concretamos con un “desplazamiento”: la Madre Maestra nos comunicó algunos cambios de oficio y cambio de celda. Nosotras, muy sorprendidas, pero disponibles y con alegría, asumimos sin demora este llamado a la itinerancia. Durante la semana del 1 al 8 de septiembre tuvimos el retiro anual predicado por fray Marco Foschiatti op, quien eligió algunos salmos como fuente de oración. Todas las pláticas fueron muy profundas, ayudándonos a contemplar el sentido cristológico de los salmos y mostrándonos cómo ellos con su riqueza humana y espiritual son un camino, una pedagogía de Dios, para que el Espíritu pueda suscitar en nosotros una única palabra: ¡Abba! ¡Padre! Unos días después del retiro tuvimos una convivencia para compartir la experiencia de esos días y no faltó una rica y sobria merienda. El sábado 14 nos unimos espiritualmente a la Beatificación del Padre José Gabriel del Rosario Brochero, mejor conocido como el “cura Brochero” o el “cura gaucho”. También en preparación a la beatificación, durante el trabajo leímos su biografía, escrita por Sor Nora Díaz Cornejo, op. del Monasterio de Santa Catalina de Siena, Córdoba. 44


El viernes 20 el Padre Provincial, Fray Pablo Sicouly op. nos presentó la carta encíclica Lumen Fidei aportándonos elementos de reflexión que nos animaron a continuar leyendo y profundizando en nuestro camino de creyentes y a seguir viviendo con intensidad el año de la fe, in medio Eclessiae. A fines de septiembre revisamos nuestro Proyecto Comunitario. Vemos la importancia del mismo para afianzar lo esencial de nuestra vida y mantener vivo nuestro anhelo constante de ser fieles tanto en los pequeños pasos cotidianos como en las decisiones más importantes. Uno de los aspectos revisados que fue valorado especialmente fue el trabajo en equipo, pues este año, desde el principio hemos priorizado la dimensión comunitaria de nuestro trabajo, atendiendo a lo que nos enseña San Agustín en la Regla: «Que todos vuestros trabajos sean para beneficio común, con mayor solicitud y con alegría más asidua que si cada una trabajase para sí». Aunque hay una encargada que organiza las tareas, entre todas, hemos asumido los diferentes oficios. Esto, a la vez que significa renuncias en orden al bien común, ha favorecido a nuestro conocimiento y al deseo de ayudarnos unas a otras, fortaleciendo la comunión fraterna. El mes de octubre llegó de la mano de Nuestra Señora del Rosario. El domingo 6 la celebramos como Patrona de la Arquidiócesis de Mendoza y al día siguiente como titular de nuestro monasterio. Durante el rezo del rosario en el coro nos ayudó mucho meditar cada día uno de los misterios contemplados, preparado por distintas monjas y formandas. El miércoles 9, festejamos el día del Noviciado iniciando la mañana con música para levantarnos. En la misa las “blanquitas” presentaron los dones de pan y vino, y las plegarias fueron especialmente a favor nuestro. Como siempre la comunidad nos saludó con gran

cariño y detalles fraternos. También Madre Lucía y Sor Mª Sofía nos prepararon regalos útiles para cada una. Durante la mañana salimos al campo y caminando rezamos un rosario meditado, con intenciones especiales y canto con guitarra, concluyendo esta oración frente al sagrario en el corito del noviciado. A este acto piadoso le siguió un tentempié del cual hicimos 45


partícipes, con alguna cosita rica, a las monjas, que estaban trabajando. A la tarde compartimos la merienda y durante el recreo de la noche la comunidad nos obsequió un divertido y elegante baile. En este mes también revisamos otro de los elementos esenciales de nuestra vida: la Liturgia. Tomamos la enseñanza de los “Documentos Preliminares a la Liturgia de las Horas”, algunos puntos de las Constituciones y un texto del Beato Dom Columba Marmión. En la puesta en común cada una expresó cómo le iluminaron estos textos, su vivencia personal. Y entre todas fuimos aportando algunas ideas que nos pueden ayudar a adentrarnos más en la celebración del Misterio, cada día. Además, por ser octubre el mes de las misiones, nos unimos a la oración de toda la Iglesia asignándonos por sorteo una región del mundo para llevarlos esos días especialmente en el santuario de nuestra compasión.

Durante la última semana de octubre nos quedamos “huérfanas” ya que Madre Lucía y Sor María Sofía participaron del encuentro en Copiapó. Las acompañamos a todas con mucha oración. Ya llegando al final de este curso miramos con agradecimiento al Señor, a nuestras hermanas y profesores que nos han instruido a través del estudio. Emprendimos el estudio con un tratado sobre La Gracia que nos dio Madre Patricia Lucero y luego fray José María Cabrera nos llevó por los Misterios de la Vida de Cristo. Este curso nos ayudó para concretar nuestro deseo de acercarnos en este año de la Fe a los misterios del Señor desde la propia oración e investigación, por lo que cada formanda eligió uno de los misterios del Señor para hacer “visible” el compartir la fe con los hermanos. Las fuentes de estudio fueron: La Palabra, el Catecismo, Santo Tomás y otros autores espirituales. Madre Lucía nos dio varias clases sobre el tema del “Trabajo monástico”, y más al final del año sobre “Vida Fraterna en Comunidad” y “Vida Religiosa”. Sor María Sofía nos fue ilustrando en el camino de la “Ascesis cristiana y monástica”. También tuvimos con la hermana Cecilia del Instituto Mater Dei, dos cursos: uno sobre el Evangelio de San Juan y otro sobre el Apocalipsis. Adentrarnos en la Palabra de Dios tiene siempre un sentido 46


especial para nosotras dominicas, como nos recordaba el Maestro de la Orden al decirnos: «La Palabra de Dios tiene un lugar central: su escucha, su celebración, su meditación y su estudio. La Palabra de Dios es central dentro de la escucha que hace posible una vida fraterna. Nuestros hermanos nos han sido dados como portadores de la Palabra». No queremos dejar de mencionar la alegría que ha significado recibir la visita de las familias de algunas de nosotras: de Madre Maestra, de Sor Natalia, Sor Ana Carolina y Sor Verónica. Vamos aprendiendo que la familia de una de nosotras se hace también familia de todas. Hermanas, después de compartir con ustedes algunos acontecimientos de nuestra comunidad del noviciado, nos despedimos y nos encomendamos a sus oraciones, deseándoles a todas un hermoso día en la solemnidad de Nuestra Madre Inmaculada. Un abrazo en Jesús y María. Comunidad del noviciado federal

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Cantaré eternamente l as misericordias del Señor Como siempre el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres. Me llena de gozo poder compartir con Vds. lo que me ha regalado el Señor en estos días. En primer lugar les cuento que me fue un poco difícil encontrar la fecha adecuada, pues del 8 de agosto se trasladó al 15 solemnidad de la Asunción de la Virgen para que pudieran estar todos los miembros de mi familia, pero eso significó que al P. Obispo Mons. Gaspar Quintana le fuera imposible asistir por tener un compromiso en una localidad de la región llamada El Tránsito. También a algunos sacerdotes amigos que conocí de seminaristas se les complicó porque el 15 de agosto es la fiesta de la Candelaria chica, con bailes religiosos, Misas y confesiones todo el día, pero días antes o después me manifestaron su cariño y cercanía. Mi preparación para ese gran día venía ya de hacía tiempo, pero durante los cinco meses previos a la Profesión me acompañó un sacerdote de la diócesis y a la distancia mi director espiritual que no reside en Chile. Los días más hermosos fueron los del retiro, llenos de gracia y bendiciones, María Stma., Madre del Redentor, me acompañó desde el principio, todos los días me enseñaba algo nuevo y profundo para mi vida de consagrada. 48


Y amaneció el día de la Asunción, con regalos, saludos, detalles fraternos, todo preparado, los cantos, la iglesia, el refectorio con la delicadeza y cariño de las hermanas. A la celebración asistió mi padrino de bautismo, el P. Juan Barraza, quien presidió la Eucaristía; el P. Alejandro Castillo, Vicario pastoral de la diócesis con nueve acólitos de su parroquia; también nos acompañaron los padres franciscanos conventuales; los dos sacerdotes valencianos que están sirviendo nuevamente en estas tierras de Atacama y un diácono permanente dominico. Gracias a Dios estuvieron mis papás y todos mis hermanos con mis sobrinitos, también asistieron tías y primos por parte de mi papá que no conocía. Mis sobrinitos se ve que lo pasaron bien durante la celebración, porque algunos jugaban con otros niñitos y otra por ahí hacía movimientos rítmicos mientras cantaban las letanías. Mis papás llevaron las ofrendas y mi hermana leyó una lectura. Nos acompañaron la Fraternidad laical dominicana, religiosas y amigos. Entre estos amigos estaba la hija de los abuelitos que yo cuidaba en Santiago antes de ingresar, para ella era una experiencia nueva, se veía muy contenta y emocionada. En cuanto a mí, estaba tranquila, llena de gozo, viviendo cada instante con intensidad, aunque eso no impedía que en algunos momentos estuviera nerviosa. Los que estaban visiblemente emocionados eran mi papá y el P. Juan que durante la homilía por lo menos dos veces se quedó en silencio por la emoción. Les transcribo un pedacito de la homilía, me decía:

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«Desde el corazón del desierto has sido invitada a ser testigo del amor infinito de Dios… Dichosa tú que has creído” (Lc 1,45) en este Dios que cuenta contigo para mostrar la grandeza de su ternura. Déjate siempre llenar del Espíritu de Dios, para que tu propio espíritu no cese nunca de estar en movimiento, saltando de gozo y dispuesto a confesar sin cesar, que Dios se sigue acordando de su pueblo… como María nunca dejes de tenerles presente en tus cantos, oraciones y preocupaciones, porque con ellos y contigo Dios seguirá haciendo proezas». Estoy muy agradecida al Señor, porque sin merecerlo se dignó poner sus ojos en mí ya desde el seno materno, «me cubrió con su manto y me dijo vive»… (Ez 16,6) Pequeña aún, descubrí su llamado, pero sólo «a la edad del amor» (Ez 16,8), a los 18 años, conocí a Jesús de Nazaret que iluminó mi vida, la transformó… Agradecida estoy a mi Señor porque me regaló en el Jubileo del año 2000 mi primera consagración y ahora en el año de la Fe me concede la gran bendición de desposarme con Él para siempre mediante lo votos solemnes. «Me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad» (Sal 15) y pido al Señor, dador de todos los bienes, ser un instrumento útil para dar a conocer su Nombre y su amor misericordioso a todos. Les agradezco a cada una/o sus oraciones y saludos, Dios les bendiga y les pido que me sigan acompañando con sus oraciones para que las gracias derramadas den fruto abundante de vida eterna, les tendré presente en el Sagrario. Sor Fresia de la Stma. Trinidad, OP Monasterio de Copiapó (Chile)

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«Tu fidelidad es grande…» Sor Mª Concepción Sánchez Carreón, op - COPIAPÓ El 24 de octubre celebramos en Copiapó los 70 años de consagración de Sor María… Hay una canción de Jesús Adrián Romero que empieza así: “Grande es tu fidelidad, Señor “… Nuestra querida Sor María ingresó a la vida religiosa el año 1941 en el monasterio de Sta. Catalina (Zafra) Granada, emitiendo su primera Profesión el 27 de junio de 1943 y la solemne el año 1947. En el año 1964 fue a ayudar a la Comunidad de Sta. Catalina de Arequipa (Perú), permaneciendo allí hasta el año 1977 donde nuevamente es solicitada para un nuevo servicio, esta vez en Venezuela... Allí conocí a la M. María Concepción. En los Teques, cerca de mi casa, estaba ubicado el Monasterio “del Rosario“. Recuerdo que de pequeñas, Eilin, Juleinis, Mª Lourdes y yo Elizabeth, íbamos con nuestra mamá a Misa a la capilla de las Madres Dominicas y allí la M. María tuvo en brazos a Eilin Zambrano (Sor Mª del Mar). El Señor fue haciendo su camino con ella y nosotras. Ingresé al Monasterio en el año 1996, desde entonces pude constatar la vivencia de su vida religiosa, me maravillaba su vida ejemplar, la primera en llegar al coro y estar allí delante del Señor intercediendo por la humanidad y por nuestra comunidad, primera en el trabajo, ”ora et labora“. En los recreos no se cansaba de darse porque sabía que lo que daba era don de Dios: amor recibido de su Amado. Fue también mi M. Priora y emitimos la Profesión solemne en sus manos Sor María Lourdes y

yo (Sor María José). Nos animaba a ser fieles hasta la muerte; estoy segura que Sor Mª Belén, Sor María del Mar, Sor María Esperanza, Sor María Lourdes, Sor Mariana y yo, tenemos 51


mucho que contar de ella, es el tesoro que Dios nos ha dado como ejemplo de fidelidad en el seguimiento del Señor a pesar de las dificultades de la vida. Aunque ahora estemos físicamente lejos, espiritualmente seguimos unidas. En esta etapa de madurez humana y espiritual el Señor le regaló la pertenencia a esta Comunidad de la Inmaculada de Atacama en Copiapó, mi comunidad y también de Sor Mariana Rodríguez. Aquí la M. María es feliz de vivir en la Orden su vocación contemplativa. Ahora tiene 87 años, y como es natural algunas cosas no las recuerda pero es impresionante ver cómo responde en el coro a las diversas oraciones o cantando los himnos de las Horas. ¡Grande ha sido la fidelidad del Señor! Su mirada irradia paz, transparenta amor, unión con Dios. Recibe diariamente cuidados de su enfermera, Sor Fresia, manifestándole su reconocimiento y gratitud. Estoy segura que hace suyas las palabras del salmo 23: «Habitaré en la casa del Señor por años sin término». La M. Federal nos compartía que es la mayor en Profesión religiosa de la Federación. Fue hermoso este 24 de octubre cuando celebramos su aniversario, acompañadas de Fr. Carlos Azpiroz, M. Federal, M. Adriana, monjas de Chile, Argentina, España, Ecuador, Venezuela, Perú… Gozamos al ver la felicidad de la M. María, que esperaba con ilusión este día. Quiero manifestar mi gratitud en su nombre a la M. Federal, Mª Teresa de Jesús Gil, a las MM. Prioras que la recibieron y acompañaron en este nuevo plan de Dios para su vida, su transfiliación. Gracias M. Mª Pilar Abós, M. Mª Ángeles Martínez y a nuestra Madre María Carmen Chorén por acogerla. Gracias a mi Comunidad de la Inmaculada de Atacama por abrirnos las puertas no sólo de la casa sino también las del corazón, porque sé que ella se siente amada de cada una de sus hermanas. Gracias porque acogiéndola nos acogen a nosotras: Sor Mª Belén, Sor Mª del Mar, Sor Mª Esperanza, Sor Mª Lourdes y Sor Mariana, que nos sentimos orgullosas de nuestra M. María. Sor María José Zambrano, op.- Copiapó (Chile) 52


SE FUE ... SOLA: EN SU EQUIPAJE EQUIPAJE PREPARADO NO CABÍA NADIE MÁS. Y entonces vio la luz. La luz que entraba por todas las ventanas de su vida. Vio que el dolor precipitó la huida y entendió que la muerte ya no estaba. Morir sólo es morir. Morir se acaba. Morir es una hoguera fugitiva. Es cruzar una puerta a la deriva y encontrar lo que tanto se buscaba. Acabar de llorar y hacer preguntas; ver al Amor sin enigmas ni espejos; descansar de vivir en la ternura; tener la paz, la luz, la casa juntas y hallar, dejando los dolores lejos, la Noche-Luz tras tanta noche oscura.

1 DE OCTUBRE DE 2013

Cuando has vivido toda tu vida en el monasterio al lado de una monja de esas que dejan huella; que has podido depositar en su corazón todas tus inquietudes y rebeldías; que ha aguantado tus impertinencias; que te ha acompañado en todos los momentos de la vida más con su gesto que con su palabra, porque al final son esos los que quedan, los gestos, se hace muy difícil transcribir en palabras los sentimientos que llenan tu corazón si en el momento decisivo de su vida tienes la

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suerte de acompañarla, depositándola en los amorosos brazos de Dios, Nuestro Padre. Y así fue en el no muy lejano 1 de octubre de 2013. ¡Morir sólo es morir! Dispuesta... Con el equipaje preparado y embarcándose sola en ese viaje final que la había de llevar al encuentro con Aquél al que tanto amaba. Parece muy poético este relato pero fue así, sencillamente: -“Sor Ascensión, ¡hay que preparar el equipaje!” “LO TENGO YA PREPARADO! -“¿Me mete a mí en su equipaje? “NO...VOY CONTENTA, SERENA, EN PAZ” Y de ese modo llegó la nave al puerto, con la serenidad del arribo en un atardecer diáfano. No se me ocurre una imagen mejor para describir la PASCUA de Sor Ascensión Pascual. Su vida, la conocéis, fue de una entrega sin paliativos. Monja muy detallista en su vivir, de exquisita delicadeza de conciencia. De joven fue maestra de novicias. Más tarde Priora en diversos Monasterios, siendo doce años en el Monasterio de Nuestra Señora de la Esperanza... Temperamento recio, como buena riojana, era amante de su comunidad y amante, ejemplarmente amante, del vivir y penar de la Federación. A ella se entregó a sí misma “viva o muerta”, y entregó sucesivamente a varias de sus monjas. Terminó su entrega a la comunidad siendo el alma de la enfermería en el Monasterio de la Esperanza durante más de quince años hasta que en agosto de 2008 su salud se quebró. Padeció siempre, aunque no se supiera, de úlceras de duodeno que en ocasiones desencadenaban fuertes hemorragias. En estos días de 54


agosto ante una muy fuerte es preciso ingresarla, transfundirla, extirparle algún pequeño tumor... acciones médicas a las que ella, como buena enfermera, colaboraba ejemplarmente. Una vez dada de alta en el hospital volvió a casa muy débil y ya no recuperó sus fuerzas completamente. El reposo continuado le hizo perder abundante masa muscular y ya nunca volvió a caminar. Comenzaba así la última y tal vez más fecunda etapa de su vida. Porque si no se puede olvidar su generosidad y entrega mientras pudo hacerlo, lo que impresiona todavía más es saber vivir estos cinco últimos años con el temple con que lo ha hecho: Centrada plenamente en Dios, hecho este que se leía en su mirada azul... transparente, (así dice el P. Maestro que es la mirada de los contemplativos... ¿no?) ya que normalmente no comunicaba su vida interior. Como mucho, si le preguntabas si estaba contenta con la voluntad de Dios para ella, su respuesta invariable era: “¡Mucho! Es lo único necesario”. Siempre serenamente alegre... siempre agradecida. “Todo me lo hacen bien”, “me tratan con mucho cariño”, solía decir. Su convento era precioso, su Iglesia una maravilla... Habiendo sido la artífice de la comunidad durante tantos años, ha vivido los cambios profundos que ha habido en la misma con total normalidad, aunque no dejara de sentir el desgarrón de algunos acontecimientos. Y por supuesto y como siempre, ese desgarrón sólo se leía en la expresión de su mirada. Su día, desde la silla de ruedas, se desarrollaba en la sala de labor en la que rezaba el rosario y asistía a la lectura, que dicho sea de paso, no podía oír por su progresiva sordera de la que nunca se quejaba, su Misa en 13 TV, Sexta y el rosario. Comer con la comunidad; recreo y a las 3 de la tarde a acostarse. No dormía siesta empleando la tarde en rezar el Breviario: “¡Tengo mucho que rezar!” solía decir. Y así hasta una hora antes de morir. Tengo para mí que fue una predilecta del Señor, porque aunque sus constantes vitales daban para todo lo contrario, hasta el último momento pudo 55


vivir su Misa, pudo vivir en su comunidad y pudo rezar su Breviario ¡Compañero inseparable! Y ello plenamente consciente. El médico que la asistió en sus breves momentos finales no entendía cómo, estando su saturación de oxígeno en sangre tan extremadamente baja, podía estar con tanta lucidez y con tanta serenidad. Tal vez él no entendiera que el PASO del Señor es así: suave, dulce... tal vez. ¡Cómo al ver el desarrollo de los últimos acontecimientos se vislumbra una intimidad ininterrumpida con su Dios y Señor que la lleva a una Entrega final en la PAZ dejándonos a todos ese mismo sentimiento. En verdad que merece la pena el intento constante de vivir en plenitud todos los aconteceres de nuestra vida para llegar al abrazo final de ese modo. Lo que decía el Papa Francisco en su homilía del día 18 de octubre lo vivimos nosotras día a día: “Nuestras ancianas son santuarios de santidad y de apostolicidad”. Lo vemos día a día en ellas y lo constatamos en el modo en que se despiden de nosotras. No me queda sino, como reflexión final, deciros que es un privilegio muy grande vivir en esta comunidad en la que el paso del Señor se desarrolla de esta manera. Y una gratitud inmensa a Dios y a las que en mi vida en la Esperanza y Santo Domingo han sido y son para mí sus mediaciones.

Sor Mª Rosario Hernández, op Monasterio Santo Domingo-Zaragoza

______________________________________ Nota: Perdonad que lo escrito vaya de una manera tan directa. Es muy personal pero a la vez sé que interpreto el sentir de la comunidad. Gracias.

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NUESTROS DIFUNTOS

de la Comunidad de la Sagrada Familia de Burriana (Castellón), falleció el día 3 de septiembre del año 2013. Tenía 83 años de edad y ha vivido 58 años consagrada al Señor por la Profesión religiosa.

SOR Mª ASCENSIÓN PASCUAL SIGÜENZA de la Comunidad de Santo Domingo de Guzmán de Zaragoza, falleció el día 1 de octubre de 2013. Tenía 87 años de edad y ha vivido 64 años consagrada al Señor por la Profesión religiosa.

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FAMILIARES - D. Luis, hermano de Sor Carmen María Martínez Gilabert, de la Comunidad de Copiapó (Chile), falleció el día 18 de agosto. - Dª Marina, hermana de Sor Eva Mª Vallejo, de la Comunidad de Concepción-Tucumán (Argentina), falleció el día 18 de agosto. - Dª Purificación, madre de Sor Enriqueta Porcar, Priora de la Comunidad de Burriana (Castellón), falleció el día 16 de septiembre. - D. Vicente, hermano de Sor Mª Nieves Pachés, de la Comunidad de La Inmaculada de Torrent (Valencia), falleció el día 28 de septiembre. - Dª Remedios, hermana de Sor Mª Ángeles Calleja, de la Comunidad de Santa Catalina, Paterna (Valencia), falleció el día 9 de octubre. - D. Daniel, padre de Sor Mª Ángeles Calleja, de la Comunidad de Santa Catalina, Paterna (Valencia), falleció el día 22 de octubre. - Dª Pilar, hermana de Sor Mª Lourdes Plumed, de la Comunidad de Daroca (Zaragoza), falleció el día 28 de octubre. - D. Antonio, hermano de Sor Magdalena Lucero, de la Comunidad de Santiago (Chile), falleció el día 3 de noviembre. - Dª Rosa Irene, madre de Sor Bernardita Mardones, de la Comunidad de Yerbas Buenas (Chile), falleció el día 17 de noviembre.

¡Descansen en paz!

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