JUDITH MECCE. EL ESTUDIO DEL DESARROLLO DEL NIÑO (páginas 37-40).
Los recuerdos que tengamos en la memoria, van a depender del número de veces que las
neuronas repitan la interpretación de alguna imagen o sonido al cerebro. El tamaño de la cabeza del niño le indica a los pediatras el desarrollo del cerebro, y éste
dependerá de la genética pero también del ambiente. Las neuronas están programadas para recibir cierta estimulación y al no recibirla es cuando
van muriendo. El cerebro humano tiene mayor plasticidad (capacidad de cambiar) que el de los animales.
La plasticidad permite aprendizajes rápidos. El cerebro funciona como el músculo; si se ejercita debidamente seguirá creciendo. A los dos años de edad, los niños comienzan a tener preferencia por un lado de la mano, se cree que esto es porque uno de los lados del hemisferio comienza a predominar más que
el otro. Percepción auditiva; los niños saben reconocer todos los sonidos además de los que ya les
son familiares. El gusto; los niños prefieren las cosas dulces y les disgustan las cosas amargas o ácidas. Se
sienten atraídos por la leche de la madre. El olfato; se encuentra presente desde el momento del nacimiento, y pueden reconocer el
olor de la madre comparado con el de otras a la hora de amamantarlo. Tacto y dolor; los recién nacidos reaccionan al contacto físico. El desarrollo motor es la habilidad de desplazarse y controlar los movimientos corporales.