Revista electronica

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NOVELA


¿Acaso no fue suficiente? Personajes: Sofía 21 años, Diego 24 años CAPÍTULO I Primer encuentro 31 de enero del 2020 Recuerdo los abrazos, las falsas caricias, aun puedo sentir el peso de tu cuerpo y tus puños sobre mí… Siempre solías decirme que me querías, que sin mí no podrías vivir, que como yo no hay ni habría ninguna otra con quien quisieras estar. Pero, parece que no fui lo suficientemente buena como para evitar recibir tal grado de sufrimiento, desprecio, humillación, maltrato… Y me pregunto, ¿Qué fue lo que hice mal para merecer todo eso? Me hubiera gustado darme cuenta a tiempo la clase de persona que eras… Supongo que aun recuerdas el primer día en que nos conocimos, aquel otoño del 2017 un día por la tarde, mientras el viento movía y arrastraba las hojas de los árboles, mismo que soplaba ligeramente mi cabello, aunque no puedo describirlo con exactitud pues no era ni cálido ni frío, más bien estaba en un punto intermedio… Sabías tú muy bien desde ese entonces que estar al aire libre era mi pasatiempo favorito, sobre todo el caminar por el parque, esa época siempre fue mi favorita ya que nuestros caminos se cruzaron y de pronto hicimos ¨Click¨, puede sonar cursi o incluso algo tonto pero, así fue, es lo que sentimos en el momento en que nos conocimos, o al menos, yo lo sentí. -¿Cuál es tu nombre? Preguntaste. -Sofía, ¿y el tuyo? -Diego, mucho gusto. De inmediato me hablaste, no dudaste ni un segundo en pedirme que saliéramos juntos, incluso a pesar de no conocernos. Me pareció algo tierno así que acepte,


acepte salir contigo. Fue ahí cuando me di cuenta que no eras un tipo común. Y no lo digo de mala forma, de verdad, es solo que tenías algo que me hacía necesitar ser tu novia, hasta el día de hoy, sigo sin saber qué fue. Nuestra primera cita fue en ese parque, me pediste recorrerlo a tu lado, pasamos aquella fuente la cual tenía un Ángel en el centro y parecía ser el ¨lugar de los enamorados¨ pues se veían por doquier parejas demostrando su afecto sin importar que los vieran todos los demás. Después nos acercamos al área de juegos, donde no había muchos niños pues empezaba a oscurecer. Fue entonces cuando me convenciste de subir a los juegos, para después acercarme al tobogán que estaba ahí, en el momento mientras yo estaba arriba y tu abajo, dijiste que bajara para seguir con el recorrido, pero no sin antes decir: ¨Yo te atraparé¨. No pude evitar sonreír al bajar por el tobogán, mientras tanto tú levantabas los brazos para atraparme. Yo levantando los míos para que pudieras hacerlo. Cuando por fin me atrapaste, nos miramos a los ojos por unos segundos, abrazados, tan cerca y, de repente… ¡Me besaste! Y termino siendo uno de los besos más hermosos de mi vida. Espero que aun recuerdes ese día, porque fue ahí donde nuestra historia inicio…


CAPÍTULO II Cuento de hadas o historia de amor Después de aquella primera cita, le siguieron muchas más y con el paso del tiempo más nos íbamos conociendo. Cuando te conocí yo tenía 18 años y tú tenías 21, algo que siempre me decías y nunca dejaste de hacer era que yo era muy madura para mi edad, nunca entendí bien por qué lo decías pero siempre me genero dudas. Creo yo, que, hablo por ambos al decir que los primeros meses juntos e incluso el primer año no fue más que felicidad pura, repleta de amor. Siempre te mostrabas atento, cariñoso, amable, tierno… En cada oportunidad que tenías me enviabas cartas de amor, rosas, regalos, llegabas de sorpresa por mí a la escuela, salíamos a pasear, todo era muy romántico. El parque siempre fue un punto neutro para nosotros, lleno de amor, paz y armonía, solíamos ir a pasear, leer juntos e, inclusive para nuestro primer aniversario decidimos ir ahí… Recuerdo bien que esa mañana llegaste a mi casa, listo para preparar las cosas para nuestro picnic por la tarde, cocinamos juntos un par de sándwiches, rebanamos unas cuantas frutas e hicimos unas brochetas de jamón con aceitunas y de bebida un delicioso jugo de naranja. Por la tarde al llegar al parque, caminamos por unos minutos mientras buscábamos el lugar perfecto, después colocamos una manta sobre el pasto, justo entre un par de árboles frondosos que lograban cubrirnos del sol, aunque dejando entrar ligeros rayos de luz. Hubo muchos días con grandes momentos llenos de felicidad, como cuando celebramos mi cumpleaños número 19 juntos, este día tan especial desperté a la 7 a.m. llena de emoción por saber que era mi cumpleaños, entusiasmada baje las escaleras y mi madre tenía listo un desayuno especial, para entonces tú ya le habías pedido que me distrajera por un par de horas, mientras tu adornabas y decorabas todo antes de que yo llegara, con algunas fotos nuestras, globos y detalles que sabías que me gustarían. Cuando regresamos, subí a mi habitación y al entrar me lleve una gran sorpresa. Todo lucía tan hermoso y perfecto para mí, algunos globos


flotaban sobre mi cama dejando caer un listón rojo, en la pared se encontraban fotografías de momentos especiales que formaban un corazón y sobre la cama estaba un hermoso vestido con una nota que decía: ¨Pasaré por ti a las 8 bonita, te amo¨. Después me llevaste a cenar a mi restaurante favorito, todo fue perfecto. Todo parecía salir como de un cuento de hadas…


CAPÍTULO III El día en que comenzó todo Un día como cualquier otro, recibí un mensaje tuyo en el cual me invitabas a ir al cine, me gustaba pasar tanto el tiempo contigo que no dude en decirte que si, a lo cual respondiste que pasabas por mí en una hora que estabas muy emocionado de verme, estaba feliz de salir contigo, quería verme bonita para ti , pero nada de lo que estaba en mi armario me convencía, pase un buen rato decidiendo que ponerme, de último momento vi la camisa a cuadros que llevaba puesta en nuestra primera cita y supe que ese sería el atuendo perfecto, lo tome y rápidamente me lo puse ya que mi mamá me había avisado que ya estabas ahí desde hace un momento. Baje las escaleras, me despedí de ella, tome mi chaqueta y me dirigí a la puerta, al salir note en tu expresión que estabas un poco molesto, durante el camino te mostraste un poco indiferente pero al llegar al cine me tomaste de la cintura, me diste un beso en la mejilla y me dijiste lo hermosa que me veía y que te recordó nuestra primera cita. Durante la función nos la pasamos muy bien, ya que la película era de nuestro género favorito, terminando la película al salir de la sala, me tomaste de la mano y empezamos a caminar hacia la salida, en el pasillo íbamos jugueteando, me diste una vuelta y choque con alguien, esa persona se disculpó conmigo pero al voltearla a ver, me di cuenta que era un ex compañero de la secundaria, emocionada lo salude pues hacía mucho tiempo que no lo veía, más no pensé que eso fuera a molestarte, el tomarme de la mano de forma bonita se convirtió en un jalón, lo cual me desconcertó un poco ya que solo fue un saludo sin mucha importancia, pero para ti fue algo más que eso, no logro entender qué fue lo que hice mal más sin embargo, me disculpe contigo, puesto que tu tono de voz se tornó un poco agresivo. De camino a mi casa no nos dirijamos palabra alguna, pues no quería decir algo que te enojara más, baje del auto esperando que te despidieras, pero no lo hiciste…


La pesadilla comenzó poco a poco con esas pequeñas acciones, primero empezaste a molestarte porque solía tener bastante tarea entre semana y no tenía el tiempo suficiente que tu necesitabas, después me dejabas plantada con cualquier pretexto, no podías porque tu madre necesitaba que la llevaras a un mandado, no podías porque tenías trabajo que hacer, para todo encontrabas una excusa perfecta para no salir conmigo. Esas pequeñas acciones se fueron convirtiendo en una gran tormenta…


CAPÍTULO IV La tormenta continúa Después de aquel día las cosas fueron empeorando pues tu actitud era cada vez más agresiva e indiferente hacia mí, a pesar de todo eso yo seguía estando ahí para ti sin importar tus insultos y humillaciones. Uno de los días que más me duele recordar fue ese en el que me invitaste a tu graduación, me sentí importante y quise verme deslumbrante, ya que era un día especial para ti, la mañana de ese día me levanté muy temprano y emocionada, le pedí a mi madre que me acompañara a la estética, pues quería estar segura de verme bien para la ocasión. Después de la estética llegue a mi casa a terminar de alistarme, descolgué el vestido del armario el cual era color rojo con un toque de destellos, en la parte frontal tenía un escote sensual pero discreto, así transcurrieron las horas, cuando vi el mensaje en donde me decías que estabas afuera esperando por mí, los nervios me invadieron y al mismo tiempo una gran emoción recorría todo mi cuerpo, baje rápidamente las escaleras y salí a tu encuentro, tu cara al verme fue de sorpresa pero pronto tu expresión cambió, pues al parecer el escote de mi vestido no fue de tu agrado, y lo único que pudo salir de tu boca fue: -¡Quítate eso, no pienso llevarte así! Desconcertada te pregunte la razón por la cual querías que me cambiara pues yo no le encontraba nada malo, a lo que respondiste que estaba loca que no permitirías que los hombres me vieran así, yo me moleste bastante pues me pase todo el día arreglándome para ti y en vez de halagarme recibí maltratos e insultos de tu parte. Las cosas se pusieron bastante tensas comenzamos a levantarnos la voz hasta el punto de gritarnos. -¡No voy a cambiarme, si no quieres llevarme así, pues me quedó! Con un tono aún más agresivo y tomándome fuertemente del brazo respondiste:


-¡No!, ahora vas porque vas y ve cámbiate. -¡Ya dije que no me voy a cambiar ¿estas tonto o que no entiendes? y si no te gusta pues vete! Aun puedo recordarlo perfectamente, estaba muy enojada y alterada, al mismo tiempo trate de zafarme de ti, pero no esperaba tal respuesta… Me golpeaste. Tú quien creía que jamás me lastimaría, te atreviste a golpearme. Mis ojos se llenaron de lágrimas, todo el amor que sentía por ti en ese momento ya no era nada, con más fuerza me solté de ti me di la vuelta y entré a mi casa con el corazón hecho pedazos. Después de ese día nada volvió a ser como antes, pues las cosas nunca volvieron a estar del todo bien, los problemas cada vez se hacían más grandes, los insultos y humillaciones de tu parte estaban cada vez más presentes y, solo por el simple hecho de no quedarme callada llegaste a golpearme repetidas ocasiones, sin embargo, seguía contigo, cegada por el gran amor que te tenía, no quería darme cuenta de todo el mal que me hacías, evitaba la verdad e incluso, me llegué a sentir culpable y merecedora de dicho maltrato, no hubo un día en que no me sintiera fatal por culpa tuya. Y así es como día con día la tormenta continuaba…


CAPÍTULO V Se acerca el adiós… Te parecerá extraño el saber por qué decidí escribir esta carta, ¿no?, pues créeme, ni yo lo sé, pero creo que por fin me he dado cuenta de todo el dolor por el cual me has hecho pasar y, poco a poco voy teniendo el valor o como dirías tú: ¨las agallas¨, para enfrentarte de una vez por todas. Aunque, debo admitirlo, tú produces un miedo en mí tan grande que, a veces pienso que jamás podré lograrlo… No quiere decir que no te quiera, claro que no, pues estaría mintiendo. Aún te quiero, aún creo que puedes cambiar, necesitas ayuda, necesitamos ayuda y, si tú me lo permites te ayudare, podemos ser mejores, podemos cambiar. Me asusta la idea de entregarte esto, pues lo he estado escribiendo para ti, para hacerte ver lo mal que me has hecho sentir, y no es con el afán de culparte por todo, pues yo también cometí el error de no detenerte a tiempo o en el momento exacto. No sé qué es lo que haya pasado por tu cabeza en todos esos actos de crueldad, yo creía que los dos estábamos destinados a estar juntos, pero tal vez, no lo sé…

Hola Diego, permíteme acabar esta carta por mi pequeña Sofí… Así es, como podrás darte cuenta Sofía nunca logro terminar de escribirte, ¿conoces la razón? Pues, yo no, realmente tenía muchas preguntas sobre lo que le pasó a mi amada hija, pero ahora al encontrar esta carta y leerla se han aclarado muchas dudas y creo que finalmente pude ver con claridad la clase de persona que eres. Siento un profundo odio y coraje en este momento, no puedo creer que hayas sido capaz de lastimar a la mujer que decías ¨amar¨, mi Sofí, pero aún más me duele el haber permitido que entraras en nuestras vidas, sobre todo en la de ella.


Probablemente te preguntes: ¿Qué tengo que ver con lo que le pasó a Sofía? Pues verás, justo en cuanto encontré y leí las cartas fui directo a la policía cuando para mi sorpresa, me dijeron que habían encontrado nuevas pistas con respecto a su drástico asesinato… En la escena del crimen se encontró una pulsera de plata, no a más de 10 metros. Cuando el oficial me la mostró no hubo dudas sobre mi e inmediatamente dije: ¨¡Sé quién lo hizo, sé quién mató a mi pequeña!¨ Por supuesto que se tuvieron que realizar algunas pruebas más, para confirmarlo y, como era de esperarse… Todo apuntaba a ti. Como en las películas, claro, primero se investiga a la pareja de la víctima pues, podría ser el presunto culpable, obviamente al principio la policía fue directamente contigo, pero al parecer, tenías todo planeado, la coartada perfecta. -¨Ese día yo estaba haciéndole un favor a mi madre, me pidió que llevara unos papeles a su oficina¨. Respondiste. Con una expresión de sorpresa y un tanto nerviosa. Sin más que decir, tu madre corroboró tú coartada, al parecer era cierto. Ese día estuviste en el trabajo de tu madre, pero no fue lo único que hiciste ¿o sí?… En este momento, estas terminando de leer la carta y probablemente la pregunta: ¿ahora qué hago?, pase por tu cabeza, déjame decirte que, les pedí a los oficiales que, te dieran el tiempo suficiente para poder terminar esta carta. Aún cuando intentes escapar, no te servirá de mucho pues, están afuera de tu casa, esperándote…

Fue ahí donde las noticias se desataron.

¨Sofía de 21 años de edad, fue asesinada por su pareja, un hombre de 24 años, quien le dio repetidos golpes hasta, dejarla inconsciente¨.

¨Una discusión que inició con una escena de celos, le costó la vida a una mujer de la manera más cruel¨.


¨Mujer de 21 años es hallada en el bosque, envuelta en una bolsa de plástico, con golpes y, sin vida¨. ¨Diego, quien era la pareja de Sofía, fue el culpable de la muerte de su pareja, no cabe duda que, las personas que menos esperamos, son aquellas que son capaces de llegar a lastimarnos¨.

¨En la escena del crimen, a no más de 10 metros, fue encontrada, una pulsera de plata, que al parecer pertenecía a la pareja de la víctima. La madre de Sofía fue quien declaró que, esa pulsera se la había regalado su hija a su novio y hasta tenía sus iniciales justo en la parte de atrás, fue ahí donde se confirmó al culpable¨.


AUTOBIO GRAFIA


AUTOBIOGRAFIA Mi nombre es María Guadalupe Carrillo Gutiérrez, nací el 14 de enero del 2000, en Jerez Zacatecas, mis padres son María Guadalupe Gutiérrez Dávila y José Luis Carrillo Espinoza+, desde pequeña fui una niña muy querida por mis papas pues fui la última integrante de mi familia, me gustaba mucho jugar a ser veterinaria y a ser maestra, mis perritos eran mis pacientes y alumnos a la vez. A la edad de 4 años ingresé al “Jardín De Niños Juan de la Barrera”, en una pequeña colonia llamada del valle, fui la abanderada durante los dos años que estuve en el preescolar y me gustaba mucho participar en los bailables y cantos que organizaban las maestras, a los 6 años de edad salí del preescolar y mis papas me inscribieron a la escuela primaria “Francisco García Salinas” ubicada en el centro histórico de Jerez Zacatecas, todas las mañanas salíamos desde muy temprano de casa para llegar a la escuela pues mi papá trabajaba de intendente en la misma, mis primeros años dentro de esta escuela fueron buenos pues tenía muy buenos maestros y compañeros pero de 4to año en adelante todo torno un poco gris pues comenzaron a surgir rumores sobre una compañera y comenzamos a tener menos clases debido a que demandaron al maestro y no teníamos quien nos atendiera, se podría decir que en ese periodo de tiempo tuve una educación un tanto deficiente pues la mayoría del tiempo estábamos solos, al final de todo concluimos el año con muchas trabas y esfuerzos pues no nos podían dejar reprobados a todos. Concluí mis estudios y fui inscrita en la secundaria “Ramón López Velarde”, para mí fue una de las mejores etapas de mi vida pues todo eran risas y diversión, y un poco de estrés, en tercer año de secundaria me eligieron como jefa de grupo por lo que tuve un tanto más de responsabilidades en cuanto al grupo pero al final todo salió muy bien, estaba inscrita en el taller de dibujo arquitectónico que aunque no llamaba mucho mi atención al final me termino gustando mucho pues el maestro era una persona muy amable, en esta etapa conocí a muchas personas de las cuales siguen siendo muy buenas amigas, termine la secundaria y fue una decisión difícil para mí pues no sabía a cuál preparatoria inscribirme, al final por influencia de mi grupo de amigas decidí inscribirme a la preparatoria “Francisco García Salinas” ubicada en la


colonia Álamos, la cual me quedaba bastante retirado pues solía irme en bicicleta o caminando y recorría 3 kilómetros y medio de ida y de regreso, todo comenzó muy bien pues aunque mi grupo no era el mejor, sabíamos organizarnos y sacábamos los proyectos adelante, en tercer año tenía que elegir mi bachillerato, no sabía a cuál ingresar pero termine eligiendo sociales, me gusto bastante pues conocí a grandiosas personas que aún conservo actualmente en mi vida fue otra de las etapas más bonitas pues viví muchas experiencias inolvidables al lado de mis amigos, me gustaban mucho las clases con el Maestro Rocha pues nos ponía a hacer mucho ejercicio y eso me gustaba mucho, siempre nos animaba para que siguiéramos aunque ya no pudiéramos más. En tercer año también tuve un gran tiempo de tristeza pues en el mes de abril mi padre enfermo y tuvieron que trasladarlo a zacatecas al ISSTE ya que su situación empeoro, mi mamá y hermana mayor tuvieron que irse a zacatecas mientras yo en casa me hacía responsable de todas las tareas, saliendo de la escuela me dirigía al trabajo de mi hermana para relevar a mi cuñado y él se fuera a trabajar, salía del trabajo y regresaba a casa para hacer de comer y ayudar a mi sobrina con sus tareas, para luego regresar de nuevo al trabajo de mi hermana, ahí realizaba mis tareas y salía a las 8 de la noche regresaba a casa y alistaba todo para el día siguiente así fue durante todo un mes, fue un duro y largo mes para mí. Un 8 de mayo del 2015 por la noche recibí la noticia más triste de mi vida, ya estaba lista para dormir cuando sonó el teléfono, atendí la llamada y con voz quebrada mi hermana mayor me dijo que m i papá había fallecido, no dije nada solo colgué el teléfono y salí de casa para avisarle a mi hermana, fue un duelo muy duro pues los trámites para trasladar a mi papá tuvieron un pequeño problema por lo que tuvimos que velar a mi padre un 9 de mayo y el 10 de mayo en lugar de encontrarnos festejando a mi madre nos encontrábamos camino al cementerio para darle el último adiós a mi padre, así paso pues esta mala racha, concluí mis estudios y me esperaba una gran decisión. Estaba realmente confundida pues no estaba segura de que era lo que quería estudiar, decidí hacer examen en la “Benemérita Escuela Normal Manuel Ávila


Camacho” saqué mi ficha para ingresar a la licenciatura en educación preescolar y solo faltaba esperar las fechas para el examen y posteriormente los resultados me encontraba muy nerviosa pues fue en la única institución en la que presente examen para ingresar y si no pasaba el examen no sabría qué hacer, al final de tanta espera recibí la grandiosa noticia de que si había pasado el examen fui el lugar número 17 de la lista. Actualmente me encuentro estudiando el 4to semestre de la licenciatura en educación preescolar a distancia debido a la pandemia que se encuentra actualmente (Covid-19), aunque me ha resultado, algo estresante pues en ocasiones nos dejan tareas solo por cumplir, sin mostrar un poco de interés por nuestro aprendizaje, esto es solo por parte de algunos maestros, pero aquí seguimos echándole ganas con la esperanza de regresar nuevamente a ver a mis amigas y de regresar a mi Benemérita Escuela Normal Manuel Ávila Camacho.


CRÓNICA


Pequeño Corazón Miré hacia el lado izquierdo por la ventana del autobús rumbo al municipio de Calera, el cielo estaba poco a poco siendo iluminado por los rayos provenientes del sol. Al llegar al Jardín de Niños Leobardo C. Ruiz sentí que el nerviosismo empezaba a recorrer por todo mi pequeño cuerpo. Era el segundo día de nuestra jornada de observación y ayudantía, recuerdo muy bien la fecha: 26 de marzo del 2019, principalmente me encontraba algo preocupada ya que las maestras titulares de cada grupo tendrían que salir a observar a una guardería por la mañana y regresar a la hora de receso, obviamente nosotras las estudiantes de la Licenciatura en Educación Preescolar seríamos las encargadas de impartir clase a los pequeños. Antes de partir, la maestra conversó con sus alumnos –Como les conté ayer la maestra Erika será la que hoy les de clase, quiero que le hagan caso y se porten bien, pronto regresaré con ustedes- los niños, en manera de coro, respondieron con un –si maestra-. Era la hora, sería mi primera vez frente a grupo, admito que seguía algo nerviosa. Observé al redor del salón antes de comenzar con el nombre del tema y las preguntas introductorias, todos los ojos de los pequeños niños estaban mirándome fijamente lo cual causó que olvidara por un momento aquello con lo que iba a iniciar. Traté de relajarme poco a poco, después de la introducción todo el sentimiento de inseguridad se esfumó. El tema que se trató fue las figuras geométricas. Para la tercera actividad a los niños se les repartió un juego de figuras en donde contenían cuadrados, círculos, rectángulos y triángulos, con ayuda de pegamento construirían una casa en una hoja de papel blanco. Comencé por el lado derecho dando a cada uno sus materiales –Con estas figuras vamos a construir una casa- les decía mientras caminaba por cada lugar, los niños rápidamente iniciaron sin tener que ayudarles. Cuando estaban a punto de terminar 3 niñas y 1 niño se levantaron de su banca, caminaron a una mesa en donde la maestra guardaba todas las crayolas y se llevaron algunas, me acerqué a ellos, estaban dibujando el cielo, el sol, árboles y algunas flores para decorar a fuera de la casa, después de tiempo casi todos los niños realizaron lo mismo, caminaron hacia la canasta y agarraron algunas crayolas, aproximadamente 4 niños se quedaron sentados, uno de ellos estaba en una mesa que se encontraba en la esquina del salón, Carlos. Mientras realizaba algunas preguntas y escuchaba los comentarios de los niños para concluir el tema, se escucharon varias voces con un tono más fuerte provenientes del fondo del salón, era un grupito de 3 niños, caminé hacia ellos –Vamos a guardar silencio porque si no lo hacen no les voy a dar una estrellita, ¿Quieren una estrellita verdad? - esa fue la primera llamada de atención. Luego de algunos minutos, en esa misma mesa un alumno empezaba a subirse arriba de la silla, fui rápido a él pidiéndole que por favor se bajara porque podría caerse, mi voz se transformó mientras decía eso, era un poco más fuerte de lo normal. Aquel niño era Carlos. -Ya no te quiero- esas tristes palabras salieron de sus diminutos labios, bajó de la silla, cruzó sus brazos y guardó silencio. Di por terminada la clase y salieron al receso. La maestra titular había llegado, el tema del que se trataría la clase era los números, ya que se tenía que reforzar. Desde que terminó el receso sentía algo extraño dentro de mí, tal vez tristeza por las palabras dichas por Carlos así que decidí observarlo durante el resto de clase para saber la razón de


su comportamiento, él preguntaba algo, pero la maestra, por hacerle caso a otros niños, no le prestaba atención, en ese momento caminé hacia él –¿Quieres preguntar algo? – me miró fijamente y dudó un poco en responder –Anda, dime, te escucho – le dije, funcionó y habló conmigo. Volvió a suceder algo parecido, él comentó algo, pero la maestra no le respondió, agachó su cabeza, me acerqué a él y le dije –¿Quisieras platicarme un poco más acerca de lo que acabas de decirle a tu maestra? - . El 27 de marzo de 2019 era el último día en que asistiríamos al Jardín de niños. Un poco antes de las 12:00 p.m. la maestra comentó que sería mi último día con ellos, sus reacciones las consideré muy bellas –No te vayas maestra-, -quédate siempre con nosotros-, -llévame a tu casa-. Un niño rápidamente corrió hacia mi dándome un abrazo, era Carlos, sus ojos parecían que contenían lagrimas –te quiero maestra. Me di cuenta de que lo que él necesitaba era atención, alguien con quien hablar, alguien que no lo ignorara, la maestra y yo habíamos cometido un pequeño error al inicio, ignorar sus comentarios. Aprendí que nosotros como docentes trabajamos con niños tenemos una gran responsabilidad, que con un pequeño error los podemos lastimar su pequeño corazón.


CUENTO


¿Es bueno lavarse las manos, Pepito? Había una vez, un niño llamado Pepito, él es un niño muy alegre y amable, su color favorito es el rojo. Hay días en que le gusta mucho ayudarle a su mamá con el jardín, en él se encuentran muchos árboles que dan frutas, pasto verde y flores de muchos colores. Pero algo que no le gusta a Pepito es… lavarse las manos.

Un día su mamá le dijo a Pepito que si le podría ayudar con el jardín, a lo que Pepito contestó: -Si mamá, está bien. Estando en el jardín la mamá le preguntó a Pepito: -¿Te gustaría plantar las flores rojas o las flores blancas? Pepito contestó: -Las rojas, porque es mi color favorito. Empezaron a plantar las flores, cuando terminaron de plantar las flores Pepito se dio cuenta de que sus manos estaban muy sucias por la tierra que agarró.

Cuando entraron a la casa su mamá le dijo: -Lávate las manos, porque las tienes sucias. Pepito respondió:


-Sí mamá, ahorita me lavo las manos. Pero hubo un problema, a Pepito se le olvidó lavarse las manos. Su mamá al entrar a la casa, se lavó las manos, y decidió picar fruta para que Pepito pudiera comer. Pepito estaba comiendo la fruta con las manos sucias porque no quiso lavarse las. Pero Pepito en la noche no podía dormir, le dolía su estómago, ¿Por qué? Porque no obedeció a su mamá y no se lavó sus manos antes de comer. Su mamá fue a su cama preguntándole a Pepito por qué no podía dormir, él le dijo: -Mamá mi estómago duele mucho, es que no me lavé las manos cuando comí fruta.

Su mamá le respondió: -Hijo debes de lavarte muy bien las manos antes de comer, ¿Te gustaría que te enseñara los pasos para lavarte las manos? Pepito muy emocionado se dirigió al baño con su mamá donde le explicaría cómo lavarse sus manos. -Primero Pepito, tienes que mojar tus manos con agua limpia y tibia para después poder aplicar una pequeña cantidad de jabón en la palma de tu mano.

-¿Así está bien mami? -Si Pepito, muy bien. -Luego tienes que frotar tus palmas entre sí, pero fuera del agua, para crear espuma.


-Mucha espuma. Listo mamá. -Muy bien Pepito, ahora frota tus dedos y los espacios que hay entre ellos, sin olvidar el pulgar. -Después tienes que frotar tus uñas contra las palmas, al igual que tus muñecas. -Por último frota el dorso de cada mano y enjuaga tus manos con agua limpia. Pepito contestó: -Sí, no puedo usar agua sucia, porque si no, no me estoy lavando bien las manos.


-Así es Pepito, después de enjuagar tus manos, ya puedes secarlas con una toalla de papel limpia.

-Listo mamá, ya puedo lavarme las manos yo solo. Gracias por enseñarme. -Muy bien hecho, Pepito. Lavarse las manos es muy importante, porque ayuda a detener la propagación de los gérmenes que causan enfermedades. Recuerda que siempre debemos lavarnos las manos: ● Antes de comer cualquier alimento. ● Luego de ir al baño. ● Antes de ayudar en la preparación de cualquier comida. ● Después de estar en el exterior. ● Después de tocar algún animal, incluyendo las mascotas. -Así que no lo olvides Pepito, lavarse las manos ayuda a prevenir gérmenes y enfermedades. Pepito respondió: -Tienes razón mamá, me voy a lavar las manos siempre que se necesite.


HISTORI ETA





BENEMÉRITA ESCUELA NORMAL MANUEL ÁVILA CAMACHO. Licenciatura en Educación Preescolar. REVISTA ELECTRÓNICA TIPOS DE TEXTOS NARRATIVOS. Curso: Producción de textos narrativos y académicos.

Docente: Zilia Verónica Martínez Alumnas: Ma. Guadalupe Carrillo. Ana Isabel Carrillo Sandoval. Erika López Raudales. Sharon Lizeth Macías Talamantes. Heydi Cristina Martínez. Magdalena Rodríguez Arellano. 4° Semestre.

Viernes 26 junio 2020


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