Programa Concierto

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Consejo de Administración Presidente

Jesús Fernández Pelayo

Vicepresidente

Rolando Ciancaglini

Secretario

Ricardo Dinger

Tesorero

Ricardo Verdaguer

Protesorero

María Laura Filippello

Vocal Titular

Graciela Barral

Vocal Titular

Mario Cricca

Vocal Titular

Alejandro Caldarelli

Vocal Suplente

Roberto Tetamanti

Vocal Suplente

Ignacio Forconi

Highland Park Country Club


Sinfonía N°9 en re menor op. 125 De Ludwig van Beethoven

Interpretada por la Orquesta Sinfónica de Buenos Aires y el Coro Polifónico de Buenos Aires.

Solistas: Daniela Tabernig, soprano Alejandra Malvino, mezzosoprano Carlos Manuel Ullan, tenor Leonardo Pablo Estévez, barítono Dirección: Carlos Vieu Director del Coro: Guillermo Raúl Tesone Producción Musical: Daniel López


Ludwig van Beethoven Hijo de Johann Beethoven y María Magdalena Keverich, Ludwig nació el 16 de diciembre de 1770. Con apenas tres años de edad, sufrió la muerte de su abuelo, auténtico tutor de la familia. A partir de ese momento la situación moral y económica de sus padres se deterioró rápidamente. Su madre fallece en 1787 a los cuarenta años. Johann se percató pronto de las dotes musicales de Ludwig y se aplicó a educarlo con férrea disciplina en la intensión de convertirlo en un niño prodigio, a la manera de Mozart. En 1778 el niño llamó la atención del anciano organista Van den Eeden, que se ofreció a darle clases gratuitamente. Un año más tarde, Johann decidió encargar la formación musical de Ludwig a su amigo Tobias Pfeiffer, músico mucho mejor dotado aunque anárquico y desordenado. Los testimonios de estos años muestran un sombrío retrato del niño, abandonado y resentido, hasta que el destino lo cruzó con Christian Neefe, músico que tomó a su cargo no sólo su educación musical, sino también su formación integral. En junio de 1784, a los catorce años de edad, fue nombrado segundo organista de la corte. Tras la muerte de su madre en 1787, se sintió apoyado por un círculo de excelentes amigos. En esos tiempos, el propio Mozart le había dispensado alabanzas.


Pese a sus arranques de mal humor y carácter adusto, Beethoven siempre encontró amigos fieles, mecenas e incluso amores en la nobleza austríaca que le resultaba esquiva al amable Mozart. Su amistad con el conde Waldstein le permitió establecerse en Viena en noviembre de 1792, centro indiscutible del arte musical y escénico. Allí recibió la protección del príncipe Lichnowsky, quien lo hospedó en su casa, y también pudo recibir lecciones de importantes músicos y compositores incluyendo al maestro dramático Antonio Salieri. Seguro de su propio valor, consciente de su genio y poseedor de un carácter explosivo y obstinado, despreciaba las normas sociales y las leyes de la cortesía, que juzgaba hipócritas y cursis. La gran crisis moral de Beethoven estalló hacia 1802 en que la progresión de la sordera fue tal, que el doctor Schmidt le ordenó un retiro campestre en Heiligenstadt. Beethoven no logró recuperarse y se sumió en la más profunda de las depresiones. Enfermo y decepcionado por fracasos sentimentales, el músico creyó acabada su carrera y su vida al punto de que se despidió de sus hermanos con el llamado Testamento de Heiligenstadt. La mayoría de críticos coinciden en señalar que el período 1802 a 1815, corresponde al de su madurez. Técnicamente consiguió de la orquesta unos recursos insospechados sin modificar la composición tradicional de los instrumentos y revolucionó la escritura pianística. Pese a su carácter adusto, imprevisible y misantrópico, ya no ocultaba su sordera como algo vergonzante. Desde 1814 dejó de ser capaz de mantener un simple diálogo, por lo que empezó a llevar siempre consigo un "libro de conversación" en el que hacía


anotar a sus interlocutores lo que querían decirle. Su rostro se hizo cada vez más sombrío y sus accesos de cólera comenzaron a ser insoportables. En 1815 murió su hermano Karl y hasta 1819 no volvió a embarcarse en ninguna composición ambiciosa. Su producción musical entre 1815 y 1826, es comparativamente más escasa. Beethoven se desvinculó de todas las tradiciones musicales, abordando las mayores dificultades técnicas de la composición. Si en su segundo período Beethoven expresó musicalmente el mundo material, en este tercero buscó el consuelo espiritual. Es de este período la composición de la novena sinfonía, en 1824, con su imperecedero movimiento coral con letra de la Oda a la alegría de Schiller. En 1826 cayó afectado por una dolorosísima dolencia que un diagnóstico actual tal vez habría calificado de cirrosis hepática. Ningún familiar le visitó en su lecho de enfermo; sólo lo hicieron algunos de sus más grandes amigos. La tarde del 26 de marzo de 1827 dejó de existir.


Novena Sinfonía Escrita entre noviembre de 1823 y febrero de 1824, la obra lleva por título Sinfonía y coro final sobre la oda de Schiller a la Alegría, para gran orquesta, cuatro voces de solo y cuatro voces de coro. Dedicada al rey Federico Guillermo III de Prusia, y musicalmente supuso una ruptura con las normas del sinfonismo que el mismo Beethoven había ayudado a generar. En efecto, no resultaba concebible que la voz humana, acotada a los repertorios sacros y dramáticos, tuviese alguna participación posible en una sinfonía. La obra fue estrenada el 7 de mayo de 1824, con un Beethoven ya totalmente sordo al frente de cantantes y músicos. Sin embargo, las crónicas sugieren que su presencia fue casi simbólica, y que fue otro el director ejecutante, situado en un pedestal ubicado algo más atrás. Esto resulta muy probable, dado que Beethoven ya había tenido grandes problemas para manejarse en los dos ensayos previos, con lo que se hizo evidente que le sería imposible dirigir los cambios de secciones de la orquesta. En estos ensayos, el coro no era capaz de hacerse escuchar por debajo de la música y suplicaba que las notas altas se bajaran un poco. Todo el mundo pedía cambios en la partitura, pero Beethoven rechazó cualquier modificación. Más allá del tiempo que Beethoven utilizó para su elaboración formal, su novena sinfonía fue un proyecto gestado muy largamente. El ideario de esta sinfonía está influido por las corrientes racionalistas que recorrían Europa en aquel entonces, que alentaron ese espíritu romántico que, incluso sin renegar de las concepciones religiosas, colocaban al ser humano en el centro del mundo. Esto puede leerse claramente en la obra del pensador y poeta alemán Fiedrich Schiller (1759-1805), autor de la Oda a la Alegría referida por Beethoven en el título de esta obra, que le sirvió de inspiración y como base de su movimiento final. Hay que decir que la composición poética de Schiller se llama Oda a la Libertad (en alemán, Odeund die Freiheigt), pero la censura imperante en la época obligó a cambiar "Libertad" por "Alegría" (Freude), palabras que en alemán tienen una pronunciación similar. Beethoven aceptó esta alteración, pues comprendió que de este modo los contenidos de hermandad y humanismo de la obra quedaban a salvo. Muchos años más tarde, esta Oda a la Alegría sería adoptada como himno oficial de la Europa comunitaria. “Deseo la redención de toda miseria para quien penetre el sentido de mi música -dejó escrito Beethoven. Ningún mal puede provenir de ella. Quien la comprenda se librará de los males que arrastran a los hombres.”


Carlos Vieu Director de orquesta nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1966. Egresó de la Universidad Nacional de La Plata, graduado como Profesor en Música de Cámara y Licenciado en Dirección Orquestal en 1992, también se formó en los Conservatorios Nacional y Municipal en Buenos Aires, y se ha perfeccionado en diversas áreas tanto en el país y en el exterior. Ganó por concurso la dirección de la Banda Sinfónica de Buenos Aires (1995/98) y la titularidad por unanimidad del jurado de la Orquesta Sinfónica de Mar del Plata (1998/2004). En 2008 fue Director Musical de la Orquesta Estable del Teatro Colón de Buenos Aires. Dirige como huésped las más prestigiosas orquestas de nuestro país (Sinfónica Nacional, Filarmónica de Buenos Aires, Estable del Teatro Colón de Buenos Aires y del Teatro Argentino de La Plata) así como la Sinfónica del SODRE y Filarmónica de Montevideo en Uruguay, Sinfónica de Concepción, Antofagasta y de la USACH en Chile, Nacional del Perú, del Vallés en Barcelona (España), de Lara y Llanos Occidentales en Venezuela, de la Ópera Nacional y de la Radio y TV de Armenia. En 2010 tuvo el honor de dirigir el primer concierto en la restaurada sala del Teatro Colón de Buenos Aires, previo a su reapertura oficial, frente a sus cuerpos estables, con la 9ª Sinfonía de Beethoven. Es premio 2005 como mejor director de orquesta argentino instituido por la Asociación de Críticos Musicales, premio Camu-Unesco a la difusión del repertorio Argentino (Mar del Plata 2000) y Premio Konex a la trayectoria en Dirección Orquestal (2009).




Guillermo Raúl Tesone Licenciado en Música en las especialidades: Dirección Coral y Dirección Orquestal, otorgados por la Facultad de Artes y Ciencias Musicales de la Universidad Católica Argentina “Santa María de los Buenos Aires”. Efectuó numerosos cursos de especialización, destacándose los realizados en el Conservatorio Nacional de Música Carlos López Buchardo, en el Centro Cultural General San Martín, en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón de Buenos Aires. En 1992 ganó una Beca de estudios en dirección coral en Tennessee, Estados Unidos de Norteamérica. Ha dictado Cursos y Talleres sobre Música Coral Contemporánea para diferentes instituciones como La Plata Cantat, y la Asociación de Directores de Coro de la República Argentina. También fué convocado como jurado en numerosos concursos corales a nivel nacional e internacional. En 1997 fue nombrado ciudadano ilustre del Partido de Morón por su trayectoria al frente del Coro de Cámara del Municipio de Morón. Se ha desempeñado como Director en las orquestas, Sinfónica de la Universidad Nacional de San Juan, Camerata Bariloche, y de Cámara la Universidad de Morón. Asimismo fue profesor titular en la Escuela de Oficiales para Directores de Banda del Colegio Militar de la Nación, en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata y en la Universidad Nacional de San Juan. También se desempeñó entre los años 2003 y 2005 como Director del Coro Universitario de San Juan. Actualmente se encuentra al frente de la cátedra de Dirección Coral del Conservatorio Superior de Música “Manuel de Falla”. Como Director, ha realizado numerosas giras internacionales, recibiendo 12 Primeros Premios al frente de sus coros, en concursos Nacionales e Internacionales, tales como los de Arezzo, Tours, Grecia, Tolosa y Torrevieja; en éste último se hizo acreedor del Premio a la Mejor Dirección en el año 2001. Actualmente se desempeña como Director del “Coro Polifónico de la Universidad de Morón; Director del Coro de Cámara del Municipio de Morón y Director del Coro del Liceo Francés “Jean Mermoz”.





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