*
J
POB
JORGE EBERS TRADUCCION DIRECTA DEL ALEMAN
POR EL
EXCMO. SR.
D.
ANTONIO BERGNES DE LAS CASAS REVISADA Y CORREGIDA POR
DOS CAYETANO VIDAL DE VALENCIANO LETRAS DE LA HISTORIA DE ESPAÑA E N LA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y CATEDRATICO QUE HA SIDO DE GEOGRAFÍA HISTÓRICA V HOY DE UNIVERSIDAD DE BARCELONA
EDICION
MONUMENTAL
ENRIQUECIDA CON 2 CARIAS ILUSTRADA CON 63 O GRABADOS INTERCALADOS EN EL TEXTO Y Y 2 4 MAGNÍFICAS IMITACIONES DE LAS GEOGRÁFICAS TIRADAS Á TRES TINTAS, I PORTADA EN COLORES ARTÍSTICAS ACUARELAS DEL REPUTADO PINTOR
CARLOS WERNER
TOMO PRIMERO
UNIVERSITARIA V
SEVILLA _ .
BARCELONA
ESPASA Y COMPAÑÍA, EDITORES 223,
CALLE DE LAS CORTES, 223
1
La traducción de
esta obra es propiedad de Espasa y Compañía, editores. Queda Lecho el depósito que previene la ley,
7
se reservan todos los derechos que la
misma concede.
-
%
'
*
i
•
Ol
e dónde proviene
el
poderoso atractivo que encierra
el
antiguo imperio
¿Cómo se explica que su nombre, su historia, su v sus monumentos nos interesen de una manera muy
de los Faraones?
modo
dé ser
distinta
No sino también los entero, conoce
Antes que
el
que
los de otras naciones de la antigüedad”?
sólo la parte instruida y culta de los pueblos occidentales,
hombres todos, sea
la
que se quiera su condición, es decir,
el
mundo
Egipto y los antiquísimos caractéres que de los demás países le distinguen. niño conozca el nombre del rey ó del príncipe de su país, ha oido hablar, y no el
poco, del Faraón bueno y del malo; ántes que haya encomendado á la memoria los nombres de los ríos que cruzan su patria, oyó hablar del Nilo, en cuyas riberas, cubiertas de cañaverales,
fué encontrado por la compasiva princesa el cestito de juncos,
tierno Moisés.
edades de
la vida,
su salvación
Pero
la
¿Quién no conoce va desde niño
la
del virtuoso
la
historia,
que encerraba
al
embelesadora para todas las
y prudente José, y aquel venerable Egipto, en que encontró
Madre de Dios con su
hijo
Jesús?
Sagrada Escritura, que nos habla especialmente del
valle del Nilo,
nada nos dice
de las Pirámides, ni de las otras obras humanas, que con estar sujetas á destrucción
como
PRÓLOGO
VIII
las
demás cosas
permanecer eternamente.
dijérase haber sido levantadas para
terrestres,
hablar de aquellos monumentos á los sin embargo, ¿quién, ya de niño también, no ha oido del mundo » cuales aplicaron los griegos el pretensioso dictado de «maravillas
Y
i
menudo en la naturaleza un cuerpo matemático que lleva el nombre de «pirámismo nombre recibieron los monumentos egipcios que afectan dicha forma;
Preséntase á
mide», v este
árdua, y por demas «laberíntico» llamamos nosotros á todo lo revuelto y enmarañado, y «jeroglífico» se la salida del palacio real que edificaron los reyes egipcios;
enrevesada era
llama también entre nosotros, según
No
velado por su forma mística.
la
antigua escritura de los egipcios, todo pensamiento
pasa dia ni hora en que, sin advertirlo, directa ó indirec-
tamente, no nos refiramos á algo que tenga que ver con la tierra de los Faraones, ó con
sus representaciones v objetos. K1 papel sobre la
mente
el
cual se escriben estas palabras, íetiae a
papirus egipcio, que también se llamaba
el
biblos,
y de biblo^ saheion
la
palabia
griega biblos, libro, y por antonomasia nuestra Biblia. Cientos de palabras é ideas parecidas pudiéramos citar, que en Egipto tuvieron su origen y si nos fuera lícito ahondar la materia ,
evidenciaríamos la necesidad y del saber del Occidente profundizar en esta de- volver una y otra vez sobre Egipto. Mas no es propio de este sitio
y exponer
las raíces de las artes
,
cuestión.
Nosotros invitamos sencillamente
historia,
misma manera que en
mismo
el
como en
bres, así
apénas
si
más
la
cosas raras y notables
clima de Egipto tiene condiciones extraordinarias; que
el
y que sus habidemas hombres, en costum-
leyes.
El Nilo, con sus fecundantes otras
Rodeado
tiempos del padre de
país se diferencia, por su naturaleza, de todos los otros rios;
tantes se diferencian también, casi bajo todos conceptos, de los
como
los
que, como es sabido, dice del valle del Nilo, que encierra
que otra región alguna; que rio del
á que nos .siga al Egipto de hoy dia.
al lector
de inmensos atractivos subsiste de la
muchas
ha podido
cosas, el
son
los
inundaciones regulares;
mismos que nos
tiempo arrebatar
al
el
clima de aquella región así
describe Herodoto, y hasta hoy dia
Egipto ninguna de sus propiedades naturales.
completamente, y sólo al investigador y las costumbres han cambiado atento es dado encontrar en los actuales usos y costumbres restos y reminiscencias del tiempo
En cambio
las leyes
antiguo.
A la
la
dominación
del Islam, que, sin consideración ni piedad, trastorna cuanto encuentra. Cierto
que actual-
época faraónica siguió
mente ocupa
el
la
griega; á ésta la
la
cultura europea
1 ;
y á
y á ésta
mas no debe perderse de
casquivana hija de la cultura de Occidente,
calles
cristiana,
trono de Egipto un soberano que, no sin éxito procura introducir en su
pueblo mahometano
con su odio á
romana y
la
vista que la acicalada y llamada civilización, ha penetrado en Egipto
roba á las y característico; y con su desatentado afan igualatario, en las aldeas y en las ciudades, el encanto que desde la antigüedad les
lo original
las plazas,
i Ismail-Bajá. Puede decirse que su afición á las cosas europeas fué el pretexto para la conjuración que lo arrojó del trono, en cual pusieron los descontentos al que hoy le ocupa, con el nombre de Tewfik-Bajá.
el
PRÓLOGO
IX
era propio; y al suelo su estilo oriental, y á las casas la antigua y grandiosa división del espacio, estableciendo en cambio la fría y calculadora utilización del terreno; y despoja á los
hombres de
las
mujeres
el
la magnificencia de sus vestiduras y de sus armas; é introduce entre anhelo de las galas, que apenas saben vestir, de sus envidiadas hermanas
europeas. El silbido de diríasé
locomotora que cruza volando las tierras labradas y el desierto, la fuerza del sufrido y dócil camello y de la febril rapidez del
la
que hace escarnio de
caballo árabe dentales.
:
el
uniforme de los soldados vá pareciéndose cada dia más
Verdad que
grandes ciudades empieza á ahuyentar
al
de las tropas occi-
han conservado su carácter propio; pero en
las fiestas populares
las
coche á los jinetes, y las bandas militares egipcias tocan piezas de Ricardo Wagner y de Verdi. En las casas árabes acomodadas, los sofáes y las cómodas de Europa van ocupando el lugar de los divanes y otros muebles orientales
hermosamente labrados: ya no
se
el
toma
el
café en el Jingan de metal ricamente cincelado,
sino en tazas de porcelana debidas á la industria de Alemania.
Todas
las
particularidades de Oriente , así las grandes
como
las
pequeñas, vanse eclip-
sando y arrinconando y aun corren peligro de desaparecer completamente dentro de algunos años: con todo, ninguna de ellas se ha borrado completamente: todavía encuentra el ojo del artista,
en ciudades y aldeas; en
las calles
y en
las casas; debajo del azulado cielo
y en
la
tienda; entre los grandes, los mercaderes, los industriales, los campesinos y los hijos del
en los regocijos, en los duelos, en las fiestas religiosas; en el trabajo y en el descanso de los habitantes del valle del Nilo, las formas antiguas bizarras, pintorescas, desierto;
atractivas y bellas en su género: todavía se conservan en Egipto los magníficos restosde tres grandes épocas artísticas, la antigua egipcia, la griega y la arábiga. Estas últimas,,
indudablemente
,
pueden contar con mayor estabilidad
habrá desaparecido una gran parte
,
lo
más
típico
;
pero de lo peculiar á la vida oriental
dentro de un decenio, y no poco dentro-
,
de un lustro; y todo quizás cuando empiece el nuevo siglo. Por esto se encargó el que con mucho placer escribe estos renglones, y que ama y conoce el Egipto oriental, de reunir,
para enseñanza de los hombres de nuestro tiempo y de los venideros, todo lo bello y veneque se ve en el antiguo y nuevo Egipto, pudiendo
rable, lo pintoresco, peculiar é interesante
añadir que les servirá cuando ménos de instructivo entretenimiento
el libro
para su estudio
redactado, ya que las pinturas é imágenes que llenan sus páginas, tienen, en su género,
un
Nuestros artistas más distinguidos y más profundos Oriente ofrece digno de la pintura, nos las han facilitado gus-
mérito no sobrepujado hasta ahora.
conocedores de todo
lo
tosos, y de aquí que
es y
como
lo
que
el
podamos presentar nosotros
reproduce
el
el
Egipto en esta obra, no sólo
aparato del fotógrafo, sino también cual se refleja en
el
como
alma
del
artista.
Para
la descripción
de las fiestas que celebran los habitantes del Cairo y la reproducción
de los cuentos que narran, nos ha proporcionado cario del Jetife, sus apreciabilísimos trabajos:
el
doctor Spitta, de Hildesheim, bibliote-
además
el
doctor J. Goldzihir, de Buda-Pest,
sabio bien conocido de todos los orientalistas, que fué otro de los estudiantes de El Azhar, ** EGIPTO. TOMO I.
PKÓLOGO
X
escribiendo para* esta obra un hermoso universidad del Cairo, nos ha favorecido también, mahometana en el Cairo.» capítulo sobre «las fuentes de la vida y de la ciencia estas imágenes y cuadros, siquiera El que conozca el Egipto volverá á encontrar en mismo terreno: el que se proponga trasfigurado por la magia del genio lo que él vio en el ,
visitar
más
adelante
el valle del
Nilo, puede aprender en esta obra lo que ha de ver y
cómo
ha-
los venerables sitios de la de verlo: y los que sin poder salir de sus hogares deseen conocer las Mil y una noches; el de cuentos los de teatro el profanar! como sagrada historia, así verán satisfecho su anhelo de arte v la magia de Oriente v el ser y la vida de los orientales
«.O
saber, gozando al par
,
un
placer puro y desinteresado.
JORGE EBERS
EL JETIFE TEWFIK
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ALEJANDR
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ALEJANDRÍA ANTIGUA El
habitante del Norte y del Occidente que
visita el Egipto, el
empieza generalmente por pisar
suelo de Alejandría. Cansado del largo viaje •
por
mar y de
las
imágenes sui generxs que se
mente en aquella extraña
lian ofrecido á su
región, procura ante todo aprovechar
canso que
le
el
des-
ofrece el silencio de la noche, y cierra los ojos
pensando en su hogar
mas
;
á deshora interrumpe aquella
solemne calma una voz robusta y penetrante que se difunde por la inmensidad de los espacios. Es la voz del muezin que llama á los
fieles
á
la oración;
es
el
hombre,
al dilatarse
corazón de los que
campana
tañido de la
de los orientales que puesta por la naturaleza en
el
pecho del
en sonoras vibraciones, resuena en la
oyen: es
el
el
muezin que con sones
retumbantes y profundos envia sus palabras á la ciudad dormida que se extiende á sus pies. «Más vale la oración que el al desvelado, y resuena potente y estremece— dora su voz, cuando una vez y otra y otra repite: «No hay más Dios que Dios,» ó la bellísima plegaria que empieza con
sueño,» grita
estas palabras:
«¡Oh Señor, Señor. Señor!»
Antes de levantarnos
del lecho
para estudiar
la
actual
Alejandría, umbral europeo del valle del Nilo, volvamos el FARO DE ALEJANDRIA
ciudad griega de Egipto, EGIPTO.
TOMO
I.
sitio el
pensamiento atrás y tratemos de bosquejar una imágen de la más famoso de la antigüedad y el ménos distante de nosotros. I
ALEJANDRIA ANTIGUA
2
Fué Alejandría una de
más
brillantes
las ciudades
y grandiosas.
La
de su comercio allá se van con
hace
el
más
de las grandes ciudades del
esplendoroso florecimiento de los dones
al
saber, no hay ciudad alguna que con
¿Debe acaso
ella
antiguo,
par que una de las
al
más
pero, por lo que
Nuevo Mundo;
preciados de
la
humanidad,
el arte
el
y
pueda parangóname.
gran ciudad comercial y
la
mundo
bellas del
población y rapidez de su crecimiento, la importancia de su
su rápido desenvolvimiento a su
literaria
feliz
situación? se hace deducirlo, juzgando por el resultado
Arduo
que produce
la
primera ojeada que
sobre ella se dirige.
La
tiene de bello; y si bien las costa del Egipto septentrional es llana, uniforme, y nada no se presentan aquí ménos azuladas que en las riberas que acari-
olas del
mar Mediterráneo
cian las auras que
embalsaman con sus aromas
bosques de naranjos de Sorrento y del
los
soleado golfo de Málaga, no son pocos, en cambio,
que ofrecen
los peligros
al
navegante, los
escollos que existen en el puerto de Alejandría.
A pesar es
de los rayos luminosos que despide á gran distancia
hoy posible á ninguna embarcación entrar de noche en artificial, abierto
canal de
Mahmud
los pozos,
La
faro de
el
Ras-et-Tm, no ese
puerto alejandrino.
le
allí
de por Mohamed-Alí fundador del viremato, al cual dio el nombre ningún brazo en obsequio del sultán que reinaba por aquel tiempo; pero puede buscar en término de la ciudad, ni da agua potable, la que tampoco se
un canal
del Nilo riega el
el
por ser salobre
,
el
suelo de Egipto.
meses de invierno; y el cielo, cu\o limpio azul no ménos revuelto en invierno que
costa alejandrina es borrascosa en los
aquí tan raras veces está velado en el Cairo, se presenta
en
las penínsulas de
la
Europa meridional. Además,
levantar una ciudad que entregase
al
comercio del
sitio
el
mundo
que
eligió
Alejandro para
los productos de Egipto
y
los
colocó al extremo noroeste de la costa de la tesoros y portentos de la Arabia y de la India, se la ruta que siguen las caravanas que enlade apartado muy sólo por consiguiente, no Delta,
zan
el
y Egipto con la Siria, sino también de
la
que siguen
las
que marchan hácia
el
mar
Rojo.
único Y. sin embargo, el sitio exigirse para la ciudad que aquel moen Egipto que reunia todas las condiciones que debian importantes del mundo, y á la cual narca fundó con el intento de que fuera una de las más elegido por
la
penetrante mirada del gran Alejandro, es
el
forma que juzgó más conveniente al efecto. reunir en gran ciudad greco— egipcia habia de llenar, en su sentir, estos dos objetos: procedentes del Sur por el mar puerto las producciones del valle del Nilo y las mercancías
dio en consecuencia, la
Una
su
Rojo, para entregarlas desde verso: y avivar en el
allí
dorosa. Alejandro habia hallado seculares.
En
por
el
intermedio de traficantes helenos
nuevo emporio y en
Alejandría
el
debia
era indispensable quebrantar
el
v hacer del estado bárbaro de
el
al
antiguo reino de los Faraones tan yerto
encontrar
comercio del uni-
Egipto, la vida helénica tan floreciente y esplen-
el
espíritu
como sus momias
griego una nueva patria: para ello
yugo que durante miles de años habia oprimido aquella región,
las riberas
del Nilo,
un miembro
inteligente y activo para el
EL ÜUEZIN
ALEJANDRIA ANTIGUA
o
robusto cuerpo de aquel
griego
imperio
cuyo
establecimiento miraba
Alejandro como objeto principal de su heroica
carrera
Al costa
Oriente egipcia
situados
de
la
estaban
antiguos
los
Perusio y
puertos de
Tanis, á orillas de los brazos del Nilo del mis-
mo nombre la
;
mas no
para fundar-
los eligió
nueva ciudad griega,
pues no se ocultó á su mirada,
penetrante
á la de los sabios le
acompañaban
la
corriente
Oriente
Este del
al
que
,
que
ó
que
,
del
mar
Mediterráneo, lava sin cesar la costa egipcia, arrastra consigo el cieno que, en su inundación anual, conduce
Nilo al mar, cegando los puertos situados
De que en
más
el
á levante.
esto no se equivocó es testimonio el tiempo; pues en
tanto que al presente llegan todos los años miles de buques á la rada
de Alejandría, hace largos siglos que están cegados por portanto
inutilizados,
los
famosos
puertos
de
el cieno, y Perusio y Ascalon,
Sidon y Tiro.
En
el
año 332 ántes de Cristo fundó Alejandro
la
ciudad, y según
no faltaron sueños y presagios que le alentaran en su propósito, y prometieran á la nueva ciudad un porvenir brillante.
la tradición,
En
frente del puerto egipcio de Rhakotis, al Norte de la antigua
aldea egipcia, y en las inmediaciones de la costa, estaba situada la isla
de Faro, famosa desde
la
más remota
su lado meridional, extendíase
brazo occidental del Nilo por medio de canales
mar que separaba EGIPTO.
TOMO
la isla del I.
el
antigüedad: detrás de ella, por
lago Mareótico, que estaba unido al
artificiales fáciles
de ensanchar.
El brazo del
continente, tenia suficiente capacidad para proporcionar abrigo á 2
.
ALEJANDRIA ANTIGUA numerosos buques; v en
el
ciudad levantada entre
lago podían encontrar la
isla
cómodo fondeadero miles de
lago reunía, pues, las mejores
el
botes del Kilo.
condenes
as,
para
y belén, ca pudo desencomo para el de exportación, y la vida el comercio de importación importante era la poblacon ménos cuanto desembarazadamente, volverse aquí tanto más
Una
reemplazai egipcia que estaba llamada á (a, 354-3oo). habia dicho ya en La Odisea:
Homero
Nr^oc
fc'-'á
'ZKg
Bañada por
el
mar
Frente al Egipto
Según
1
ivi tÓ'/tü),
Jgcz
iwpouápoiB*
—
os s vj.'xAy,c¿olc-v.
de innúmeras o'leadas, álzase
una isla.— Faro
Alejandro tradición antiquísima, hallándose
que se bras de boca de un venerable anciano,
le
es su
nomúre.
en Rhakotis, oyó en sueños estas pala-
a apareció en tanto se hallaba entregado
descanso.
RUINAS DE LAS MURALLAS DE ALEJANDRIA
Dinócrates recibió el encargo medición y examen del terreno, y el arquitecto griego, ó inmediatamente dió á éste la figura de un manto ó escudo habían de seguir las calles y la que dirección la determinar Para obra. 5e p UJj mano á la esparciendo plazas, trazáronse los lincamientos sembrando y figura que debian afectar las concluyera del suelo en el terreno llano; mas como ésta se
Ordenóse levantar
:lc
la
un plano;
blanca creta sobre la superficie
dispuestos para los echando mano de los grandes acopios de harina se habia echado la harina en el suelo, apenas que tradición la cuenta Aquí jornaleros. bandadas de pájaros para gozar de aquel regalo, y vinieron por los aires innumerables rápido los huéspedes alados como feliz agüero del de aparición la saludó que Alejandro suplióse
su
falta
riquezas de la ciudad. florecimiento y de las futuras *
Asi llama
Homero
al Kilo.
Hesiodo fué
el
primero que
le dió el
nombre que
lleva actualmente .- (Nota del Traductor).
EGIPCIA SACANDO
AGUA DE UN POZO
ALEJANDRIA ANTIGUA
^
cn afreto:
asi
como
9
se abatieron los pájaros sobre la harina, acudieron también,
inme-
diatamente, a aquel sitio, de todas las comarcas de Grecia, numerosos emigrados ganosos de trabajar, mercaderes y prófugos de Siria y de Judea, y jornaleros del Egipto; de manera que cuando el aguerrido general de Alejandro, Tolomeo, hijo de Lago, conocido en la historia con el nombre de Sóter ( Salvador), como virey al principio, más adelante como soberano, y
estableció aquí su residencia: cuando sus inmediatos sucesores Filadelfo y
como su
antecesor de gran talento, no sólo dieron
y á su comercio y riquezas, sino que se afanaron
en
mayor impulso al
al
Evergeles,
dotados
poder exterior de Egipto
propio tiempo en convertir á Alejandría
foco de toda la vida espiritual de su tiempo, vióse afluir á aquel centro á los sabios del
Oriente y del Occidente rapidísimamente.
,
v
al
comercio v á
la ciencia rivalizar
en emulación v desarrollarse
EL FARO NUEVO DE ALEJANDRÍA
De ninguna sin
y
ciudad de los tiempos antiguos poseemos tantas noticias
embargo, de ninguna de
En vano buscaríamos una
ellas
han quedado menos
como de
Alejandría;
vestigios.
sola de las islas existentes en otros siglos delante de la ciudad,
con todo y subsistir aún la isla de Faro. Los Tolomeos la habían unido á tierra firme por medio de un dique de piedra
sillar;
y como este puente inmensísimo media siete estadios l recibió el nombre de Heptastádion. Sobre él pasaban los acueductos que conducian el agua á la isla, y el mismo dividía el puerto ,
en dos cuencas, existentes aún, de
las
cuales
inservible, se conoció en la antigüedad con el
llamada
al
presente Puerto
el actual virey de Egipto
viejo,
1
la
oriental.
Puerto nuevo
.
.
actualmente la occidental,
cual aporta el viajero procedente de Europa, v que
ha ensanchado considerablemente, llevaba en
nombre de Puerto de Eunosto
el
en
la
nombre de Puerto Mayor: y
— que era
el
del
marido de
la hija
los
tiempos griegos
que Tolomeo Sóter habia
El estadio griego vale 125 pasos. — (Xotci del Traductor).
EGIPTO.
TOMO
I.
O
ALEJANDRIA ANTIGUA
10
tenido de Thais,
—
el
cual conservó durante
mucho
tiempo, pues se tenia por de buen augur w,
ya que tanto vale como: ¡Felá regreso! los cuales se le\ untaban
Los dos puertos estaban enlazados por medio de diques sobre diversos puentes, obstruidos hace
bamiento de aquellos, tales
mucho tiempo por
de los puentes levantados por la
el
derrumbamientos acrecentados por
artificiales,
han dado lugar á
La mayor
el
la
cieno y los escombros:
mano
del
hombre, y
los arrastres del oleaje, al par
derrum-
el
los restos
de
que por otros medios
formación de una ancha lengua de tierra.
moderna Alejandría
parte de las casas de la
se hallan emplazadas en el sitio
CATACUMBAS DE ALEJANDRÍA
en que se levantaba
el
antiguo Heptastádion
,
siendo su
suelo
el
primero que pisa
el
extranjero que aquí desembarca, ya que junto á su orilla occidental fondean los grandes
vapores procedentes de las regiones del Mediodía.
La
isla
de Faro constituye pues
la
lengua de tierra que termina por
nueva especie. En
el
extremo occidental de
esta península de
un
faro de construcción
los
tiempos antiguos, cuyo nombre, que es
para señales nocturnas, opuesta de
que
les
la isla.
moderna: en cuanto
le
pro venia del
al
misma
erigido por Sóstrato, de tanta celebridad en
mismo que damos á
sitio
la parte del Norte,
se levanta al presente
nuestras torres marítimas
en que se levantaba, hallábase en
Dicho monumento tenia por objeto indicar á los navegantes
importaba seguir para evitar
del puerto, y filé
el
la
comprendido en
el
y
el
choque contra
las rocas
catálogo de las maravillas,
SLYHi.A
que dificultaban
la parte
el
camino
la
entrada
no sólo de Alejandría sino
ALEJANDRIA ANTIGUA también de
la
y sm embargo, merced actual, con ser
alcanzaba ántes
mandólo
Sn
antigüedad.
á los medios que
mucho más la
labrar de
altura era superior en
que se encendía en
mármol blanco por
á la de la pirámide de Cheops;
hoy nos proporciona
baja, extiéndese á distancia
del fuego
11
mucho
la
cima
luciente estuco, sobre
el
idea de que cuando con
quedara
la
Tolomeo
del antiguo.
la torre
Filadelfo
El célebre arquitecto
piedra, seguido de una inscripción, y cubrió el conjunto
cual trazó el
de
aquella á que
Sustrato de Ivnidos, y lo consagró á sus padres,
deificados después de su muerte según la ridicula costumbre gentílica.
grabó su nombre sobre
la luz
la física,
mucho mayor que
el del ilustre
de
soberano, procediendo de esta suerte con la
transcurso de los años viniera
al
suelo la débil capa de revoque,
descubierto su nombre, v
al
patente con
ello
á las futuras gene-
raciones.
Y
ahora volvamos á
busquemos
tierra firme
principales, de las calles tantes, de los edificios
El barrio entre los
más
el
más impor-
más
rico
suntuosos.
y más
muchos en que
ciudad, era
y
los vestigios de los barrios
bello,
se dividía la
Bruchium, que bañaban
las olas del gran puerto, se unia á la
parte
más
antigua de la ciudad llamada
Rhakotis, y era en la antigüedad el sitio donde se abrigaban las embarcaciones.
Este barrio estuvo siempre
habitado casi exclusivamente por egipcios, y por lo tanto ya se deja comprender que no podía faltarle su necrópolis.
MUJER SENTADA SOBRE LAS RUINAS DE LA ANTIGUA ALEJANDRIA
Hallábase ésta situada casi en su extremo occidental: pues así como
de su diurna carrera, desaparece por
el
ocaso,
peregrinación terrenal, deben desvanecerse hácia vida, se dilata sin término, y en
el
cual se halla
el el
el
sol
después
de la propia suerte las almas, tras su
lugar donde
imperio de
la
el
desierto,
Á
muerte.
egipcios, los colonizadores sepultaron también aquí sus muertos hasta
enemigo de toda imitación de los
época cristiana, y el que al presente visita las cercanías de la columna de Pompeyo y vagando á lo largo de la playa se adelanta hácia occidente, encuentra grutas abiertas en los peñascos de la costa, y
más
léjos,
penetrando en
el
interior,
catacumbas de gran magnitud.
procedencia egipcia embalsamaban sus muertos,
costumbre de su país, procedían á
Los judíos
la
al
la
Los habitantes de
paso que los griegos observando
la
cremación de sus cadáveres.
vivían en la parte oriental del
Bruchium, en un barrio
ó cuartel especial y
sostenian estrechas relaciones con sus hermanos de Palestina: distinguíanse por sus riquezas
ALEJANDRÍA ANTIGUA y por su
verdadero motivo, tuvieron que sufrir crueles persecuciones. de calles, á Estos barrios estaban enlazados entre sí por medio de una red cuales discurrían principales que
se
con
carruajes y jinetes
entrecruzaban.
dirigía desde la ciudad de los
y no sin
clases de la población; pero en ocasiones,
demás
influjo de todas las
La más
muertos hasta
toda
larga, el
lo
largo de las
comodidad, afluyendo á otras dos vías
que iba del sudoeste
al
nordeste, se
barrio de los judíos, y terminaba á levante
cerca de la puerta Ivanópica, que en
en
el dia lleva el
nombre de puerta
de Roseta: la otra, que la cortaba estaba situada
en ángulo recto,
entre dos puertas, la del Sol y la de la
Luna. Cierta capa de humus ó que se ha encontrado
tierra vegetal
recientemente debajo de los restos
un empedrado parece indicar que estaba adornada de plantade
,
Ambas
ciones.
anchura,
eran de insólita
— catorce metros de un lado á
bellas sobre todo encarecimiento.
pedrado de granito
desahogadamente,
liso,
el
—
em-
podían circular libre y
al lado
ricos, los carromatos en
otro,
Sobre
de los trenes de los
que se hacia
el tráfico,
regresaban y los escuadrones de caballería que del hipódromo por la puerta Kanópica; y en caso de que molestaran los rayos del sol ó cayeran fuertes chaparrones, los pedestres encontraban sombra protectora ó abrigo contra
la
inclemencia en las anchas
aceras porticadas y embellecidas con numerosas estatuas. Al presente, hace ya muchísimo tiempo que desaparecieron así la
puerta del Sol
v nuevas capas de
tierra
cubren
el
como
la
de la Luna: las columnas yacen derribadas,
antiguo empedrado: en cambio los conductos que corren
debajo del mismo, con gasto insignificante, habría sido posible, hace pocos años, devolverlos
De
á su antiguo destino. conservado: con todo,
el
las
casas de los antiguos moradores, poquísimo es lo que se ha
que se toma
la
pena de buscar, con que
se aleje de los barrios
que
europeos acomodados, y se dirija á los que habitan los egipcios al occidente de la ciudad, como siga la ribera del mar, ó salga á campo raso por la puerta de Roseta, ve
ocupan
los
recompensado su trabajo con abundantes vestigios de casas antiguas ó de construcciones
no menos importantes.
Para
se afanaría en vano quien se
mas en cambio
ello
basta con tener los ojos abiertos.
Dicho se está que
empeñara en descubrir monumentos de notable valor
artístico;
es frecuente tropezar con cisternas de tiempos remotísimos, con paredones de
JOVEN EGIPCIA
EGIPTO.
TOMO
I
4
-
ALEJANDRIA ANTIGUA
15
templos y de palacios, con jambas y dinteles de puertas, con fragmentos de arquitrabes de mármol; en el interior de las mezquitas, con columnas lindamente labradas, procedentes de destruidos templos griegos; y en las encrucijadas y junto á los caminos, con restos de preciosos sarcófagos convertidos en abrevaderos en los cuales apaga su sed el pacífico
jumento, ó con fustes y capiteles de estriadas columnas que sirven de asiento á la humilde madre árabe para amamantar á su hijo, en tanto descansa en medio de la hierba del desierto.
La
vida comercial de los alejandrinos agitábase entre
mar, yendo y viniendo incesantemente. principales al Bruchium, donde estaban
encerraba
el
los
los
palacios
dias
Mareó tico y
puerto del lago
el
de los reyes, con
cadáver de Alejandro
el
Grande;
el
Circo y el Teatro,
con su pista de forma meándrica, y otros muchos
Museo y su Soma, que
el
Gimnasio,
el
edificios públicos
el
ganosa de placeres y diversiones. Teócrito nos hace asistir casi como testigos presenciales á
muchedumbre que
Dos amigas, Gorgo y Praxínoa,
se estrujaba
en
Hipódromo
á los cuales acudían con
afan los altos funcionarios, los doctos y los artistas, la espléndida juventud y
ofrece el espectáculo de la
el
por las calles
dirigíanse
festivos,
bellos de los dioses griegos; el Mausoleo, llamado
más
biblioteca; los templos
En
la fiesta
las calles
la
multitud
de Adonis, y nos
en
el
dia referido.
consortes de dos siracusanos establecidos en Alejandría, se
dirigen á la fiesta y según se expresan no parece sino que nacieron
,
no en
el
siglo tercero
ántes de Jesucristo, sino en este en que vivimos.
Llega Gorgo, y Praxínoa dice á la criada Trae una silla, Eunoa. ¡Vivo! ponle una almohada.» :
«
—
Gorgo se
— ¡Ay!
«
pues viene muy cansada, y luego exclama: corazón! ¡cuánta fatiga para llegar hasta aquí huyendo, amiga
sienta, resollando apenas,
¡cómo
me
late el
mia, del gentío y de los vehículos! Sólo he visto hombres que calzan botas y visten uniformes ¡Ay! ¡cuánto he tenido que andar! ¿Pero por qué vivimos tan lejos una de otra?» Quéjase Praxínoa del gaznápiro de su marido que ha alquilado tan modesta habitación
militares.
«al extremo del
«
—
mundo.» (Quizás en
Pero
Por
vecindad de
la
puerta del Sol).
Gorgo
la
aconseja
tales
muchacho
el
Bien sabido
«
la
términos del padre en presencia del niño, y dice en alta voz á éste: Ove, Zopirion, querido hijo, no hablo de tu padre.»
que no hable en
fin.
es
muy
y la tía Gorgo juzga del caso añadir: duda; bueno, muy bueno es papá.»
listo,
lo tienes sin
Praxínoa acaba de vestirse con ayuda de su doncella, que no por esto se libra
de sus regaños, y prorumpe Gorgo en estas palabras: « ¡Que bien te sienta esta túnica! ¡lindo broche, elegantes pliegues!
Praxínoa,
tal
¿A
cuánto
te sale,
cual está?»
su amiga 1 de plata contante y sonante 0 q U iero pensarlo! Por más me sale de dos minas costura.» con los adornos; sin contar que me he estado desojando en la
Á
lo cual contesta ,j\t
i
Moneda de
oro griega que valia
muy
cerca de 18 pesos fuertes .- (Nota del Traductor).
ALEJANDRIA ANTIGUA
16
luego encargando el niño esto se hace traer la manteleta y el precioso sombrerillo; y que hagan entrar el perro á casa, que cierren bien la puerta, y sale corriendo
En
manda
al aya,
con su amiga á
camino
la calle,
Bruchium junto
del
al palacio íeal.
mismo: pero aquí Sin novedad llegan entrambas, á pesar del gentío, hasta la puerta del son mucho mayores
la
confusión y
las apreturas, tanto
que Praxínoa
grita:
Eunoa, cógete de Eutiquis y no la sueltes ni te separes de nosotras si no quieres extraviarte! Entremos todas juntas. No te separes, Eunoa. ¡Ay de mí. me han rasgado el velo, Gorgo! Por Júpiter, si no quieres experimentar desgracia^ arrogante mancebo, haz por no estropear mi manteleta.»
«-¡Dame
la
mano, Gorgo, y
tú,
El gálan así interpelado pide mil perdones, y en cuanto ha penetrado
Eunoa
interior, «
— Magnífico,
Sigamos á
al fin
y dice: estamos dentro, como dice
las siracusanas
por
el
oriente del puerto, á la izquierda del al
Sur
los
el
que encierra á
Lágidas, esto es,
Museo
el
la
desposada.»
Preciosos jardines rodeaban las
que hoy apenas se distingue.
del cabo Lochias,
Si nuestras siracusanas
más
célebre de la dinastía
con su biblioteca, situado á continuación de
habían partido realmente de
hácia levante por la calle de Ivanopa.
las
mismas.
las cercanías de la puerta del Sol,
él dirigirse
después durante breve espacio
Después tomando una
calle á la izquierda, llegarían á
debieron por fuerza atravesar el mercado, y desde
las
el
Bruchium, y por el palacio real. Levantábase éste al sitio donde se eleva actualmente la aguja de Cleopatra,
habitaciones de los Tolomeos, las cuales contenían la fundación
de
comitiva en
la
se echa á reir
inmediaciones del Circo del anfiteatro, donde se
les ofrecerían
tarjetas
con
el
programa
de las piezas que se habían de representar, y billetes escritos sobre cuerno ó marfil para la
Empero
función.
situados en la
resistieron
montaña
semejante tentación, prefiriendo descansar en
El cadáver del gran fundador de la ciudad había sido llevado
primer Tolomeo, que
encerró en un sarcófago de oro, en
lo
soberano degenerado
de
la
los jardines
Soma, mausoleo de Alejandro.
artificial del
de
dinastía
los
Lágidas,
el
allí
desde Babilonia por
cual permaneció hasta que
mandó
fundir
precioso
el
el
un
metal,
sustituyendo aquel por una caja de vidrio.
Las siracusanas se dirigirían probablemente por través del
vamente á
Bruchium conducía desde los cortesanos.
el
por cuanto
la acera,
Llamábase Via Real, era amplia y espaciosa y ,
indudablemente Euclides cuando instado por Tolomeo Sóter para que
que
le
permitiera comprender
«En matemáticas no
la
más
calzada que á
palacio real á la gran vía, estaba destinada exclusi-
fácilmente sus teoremas,
le
le
á ella se referia
indicara
un medio
contestó ingeniosamente:
existe via real.»
El Gimnasio, situado á la derecha de la via, estaba desierto en aquel momento, por la sencillísima razón de estar de vacación la juventud alejandrina con motivo de la festividad del dia.
También reinaba
invitado á su
En
mesa
el
silencio en los patios y salones del Museo, por cuanto el rey había
á los habitantes
más
distinguidos.
cuanto á nuestras siracusanas penetrarían hasta
el
vestíbulo
del
palacio,
donde,
ALEJANDRIA ANTIGUA
17
rodeado de preciosos jardines, descansaba la estatua de Adonis sobre un lecho de plata, ° t0 de ma 8 m'ficos tapices, viéndose la graciosa Venus en un lecho no menos espléndido y suntuoso.
^
mno fesTÍ '° de noble cantora que en el año anterior habia lucido di\ino arte; pero hubieron de retirarse temprano á casa, por cuanto
^ "
o de Goi & o se hallaba todavía en ayunas, y según dice ella, «Diocleidas en ayunas
un verdadero Así como mujeres síacas ,
al
basilisco.»
la fiesta
de Adonis atraía á las la llamada las Dioni-
Bruchium,
que era
la
más
notable de las fiestas
que se celebraban en Alejandría, llevaba á todos los hombres á las cercanías del palacio i
cal
,
sima
donde con mayor regocijo, con muchí-
mas suntuosidad,
menos
sentido estético
pero también con
que en Atenas,
se
celebraban las fiestas consagradas á Baco.
Los Tolomeos hacian en sus abundantes riquezas culto a los
ellas ostentación de
y cuantos prestaban placeres de la vida v á los goces ,
do
la
ni
consideración alguna
sensualidad podian entregarse sin freno á
los
más
actos
tumultuosos é inmundos, seguros do que no habían de encontrar quien en la
mano,
allí
donde
la
ello les fuera
sensatez y
eran consideradas como crimen, y
chium
se convertía en teatro de
la
á
sobriedad
la
Bru-
el
disolución
m ás monstruosa Sólo la parte
más
distinguida de
la
pobla-
ción podia asistir á los espléndidos banquetes
que se daban en la celebración
el
palacio real: pero durante
de las grandes fiestas,
el
pueblo
todo, sin distinción de clases, participaba de la
ostentosa munificencia de los Tolomeos.
Lo que de dichas fiestas nos refiere Calixeno como testigo ocular, con parecer cuento de hadas merece entero crédito, siquiera deba acaso rebajarse un tanto en las cifras que consigna.
Las representaciones que constituían
procesión tenían por asunto
el
mito de Baco,
bien que con dejos v reminiscencias de costumbres y espectáculos egipcios.
El séquito de
la
los pasos mitológicos debía ser interminable: EGIPTO,
TOMO
I.
pues ante
los ojos
de
lo
absorta y admirada 5
ALEJANDRIA ANTIGUA
18
muchedumbre, desfilaban unas en pos de otras, como en tiempo de los reyes nacionales, las de los habitantes las imágenes de los diosos v de los faraones egipcios, \ en pos de ellas del Olimpo,
las de los príncipes
y
Con
hijo Filadelfo.
propósito
el
macedonios Alejandro de aumentar
Grande, Tolomeo Sóter, y su
el
regocijo
el
y
animación, celebrábanse
la
juegos y justas de destreza en las cuales se galardonaba á los vencedores y hasta al mismo rey con coronas de oro. De ocho á doce millones de pesetas gastaron los Tolomeos en un solo dia, con ocasión de
una do
estas fiestas.
De
aquí puede deducirse
invertir en el sosten de sus flotas
sumas que debían
,
—
anclados ochocientos bajeles del Vilo, ricamente exornados, del
Museo v de
— de
su ejército, de
córte,
la
la
de los Lagidas, especialmente
época de los primeros Tolomeos.
la
Tolomeo Sóter,
al principio
como
virey ó gobernador de Alejandro
calidad de soberano independiente, fué
el
II,
más
tarde en su
iniciador de los magníficos edificios del
Bruchium,
En el adorno de su buena la máxima que profesaba
parte de los cuales completó ó terminó su hijo Filadelfo.
mayor
palacio fué parco sobre todo encarecimiento, haciendo con ello
de que, ántes que á
sí
propio, debe
á los demás.
un rey enriquecer
sobrio é inteligente, pudiendo decirse de
v
las
dinastía alguna de aquellos tiempos que en abundancia de riquezas, y en saber
No hav
la
enorme de
la Biblioteca.
emplear con provecho sus tesoros pueda compararse con durante
lo
sólo en el lago Mareotico tenían
él
de cuantos edificios habían de contribuir á
las bases
circunstancia de haberse transmitido hasta á los
más
Era un soberano enérgico,
los cimientos de todas las instituciones
que echó
la
grandeza de Alejandría, con
la
abyectos y depravados de sus sucesores
aquella su ingénita inclinación á fomentar las ciencias y las artes.
Secundando religiosas,
las
los
y
conseguido, y
miras de Alejandro, dejó á
mantuvo en
si
no
espíritu helénicos,
él,
si
la
los egipcios sus antiguas leyes
sus descendientes, despertar en todo
con
la
y sus creencias
obediencia por medio de colonias militares; y acaso habría
mira de mantener pura
la
el valle
del Nilo la vida
y
el
sangre de los colonos, no hubiese
privado del derecho de ciudadanía á los hijos provenientes de casamientos mixtos. Ello es que
con existir en Alejandría muchísimas familias no griegas, es decir, de origen bárbaro,
asamblea del pueblo era invariablemente llamada con Pero en
lo
que Sóter puso especial atención fué en
el
la
nombre de «Varones macedónicos.»
el
fomento del comercio.
A este
efecto
ensanchó y mejoró los puertos de la ciudad; llamó de la Fenicia ocho mil constructores de buques, é importó muchísimos cedros del Líbano para emplearlos en las construcciones
La
navales. egipcios,
falta de
moneda, elemento mercantil completamente desconocido de
que saldaban sus transacciones dando
propósito, desapareció le
los
ofrecían
monedas de del trabajo
que en
merced
al
al
acuerdo del soberano que, inspirándose en
diversos estados de la metrópoli helénica,
y de
la ejecución, especialmente las de
campean,
ejemplo que
el
mandó acuñar en
oro, de plata y de cobre, tan acabadas y tan perfectas bajo
ellas
los antiguos
peso anillos de oro fundidos á este
el
Alejandría
punto de vista
metales preciosos, que por los bustos
retratos acabadísimos todos ellos, puede decirse que
conocemos á
los
ALEJANDRIA ANTIGUA miembios de
la ilustie dinastía
pertenecieion
el
19
Lágida. Al círculo de sabios que reunió Sóter en torno suyo,
matemático Euclides; los médicos Erasistrato y Herófilo;
Demedio Falo eo, al cual llamó el rey á su consejo en mds tai d° confeiido el encargo de reunir una
colección de libros.
historia de las guerras de Alejandro,
desgraciadamente se ha perdido.
ateniense
el
calidad de jurisconsulto, habiéndole
El
mismo compuso una
que
De
los
que durante su tiempo y bajo su dirección trabajaron en Alejandría,
artistas
citaremos únicamente á Apeles v á su rival el escultor Antifilo.
Mucho había que construir en lanueva ciudad; mucho que beneficiar y gozar en aquel mercado al cual afluían incesantemente los productos y tesoros de todo
mundo
el
MONEDA DE TOLOMEO SÓTER
¡Qué mucho,
conocido.
pues, que Alejandría atrajese artistas de todas partes y en todos los géneros, los griegos, maestros en
si
arte de edi-
el
y ganosos de goces y de provecho,
ficar
veian que en aquel punto en que
el
tendían
la
Oriente v
el
Occidente
se
ti
mano,
los
primeros en
reyes eran los
su apoyo, y la córte, á su
facilitarles todo
ejemplo, hacia cuanto estaba en su
en
lo tocante
á rodear
la
mano
vida de
todo
aquello que ofrecía atractivos ó belleza
La primera mujer hetaira
de Sóter fué la
Thais; fué su segunda esposa
1
macedónica Doren ico
la
2
aprendieron las Alejandrinas distinguía á los Griegos, con
el
el
arte de
hermanar
el
sentimiento delicado de
lo bello,
que
gusto por la magnificencia y la ostentación que caracterizaba
á los pueblos orientales. Las joyas
1
MONEDA DE ALEJANDRO EL GRANDE
de las cuales
,
más
preciosas que hasta nosotros lian llegado son las
entre La palabra hetaira (cortesana) expresaba generalmente
los áticos lo contrario de
mujer casada, esto
es, querida,
y
así fué
manceba, barragana, hasta rebajarse á prostituta y á lo que tan sentido moral, vino á significar concubina, locuciones filies de joie y füles folies de leur corps. £1 estado de !a vida doméstica y tróficamente expresa la lengua francesa con las entre los atenienses no envolviese la palabra hetaira ninguna idea injuriosa. matrimonial de aquel tiendo hizo, sin embargo, que no dejaron de influir en política, y sirvieron de modelo á los más célebres Hubo entre ellas mujeres hermosísimas y de gran talento que (Afrodita, hija de la espuma del mar, según la tradición;. Las más célebres fueron escultores para representar la diosa del amor, Vénus Teodota, y sobre todo Friné de Tespia, que sirvió de modelo á Praxiteles para sus incomAspasia Tais, Mirrina Lamia, Lais, Leaina, (A ota del traductor). parables representaciones de la madre de Cupido. formado las lenguas romanas los vocablos barniz, cast.: cernice , ital.; cernís, fran. y cat. La lengua ,
como defendiendo
el
.
.
De alemana
en
palabra Berenice han tiene procedente de la misma
la
,
,
la
voz Bernstein, con la cual expresa lo que la castellana con los de
ambar
-V
ó succino,
.
ALEJANDRIA ANTIGUA
20
la época de los Tolomeos; y de las fábricas de Cos procedían aquellos delicados cendales de gasa trasparente (bombijx) con que las hermosas
que se labraron para las mujeres de
alejandrinas, sin ocultarlas, velaban sus formas bellísimas y seductoras.
Dejaremos para lugar más oportuno Sótcr, limitándonos
tiempos de su reinado, asocióse en
importante de
ciudad, faltando únicamente,
la
decirse, lo accesorio y de
fuera; pues dotado de
mera ornamentación.
ménos
la
entusiasta de de
1
donde no
ciencia,
la
existia,
se
le
á
puede
así
si
Y avino
bien que así
lo
que era propio de
gracia
la
belleza, el discípulo de Estrato y de Fílelas, el
inclinaciones era el
y esplendor
últimos
los
energía que su padre, bien que con
grandes condiciones para todo elegancia v
que en
gobierno á Filadelfo, que
el
Encontré) éste casi terminada la parte
había tenido en Berenice.
más
hablar de las guerras de
el
presente á consignar
al
que carecía de fuerza para sacar
merced
á
hombre que
sus conocimientos sé necesitaba para
lo
,
la
amigo grande
1
y especiales
comunicar
brillo
que se distinguía ya por su grandeza. De aquí que
lo
haya comparado con Salomón,
así
ú su padre con David. La comparación Durante su reinado llegó Alejandría
como
se había
es de las al
más
parangonado
felices.
apogeo de su grandeza.
Excepción hecha de Cleopatra, no ha habido individuo alguno
de
1
su familia que haya alcanzado mayor renombre, debiéndose éste ALEJANDRINA
más que
CON TÚNICA DE SEDA TRASPARENTE
á
sus empresas bélicas, á las provechosas obras de paz que
llevó á cabo en el dilatado período de treinta y tres años que duró
su reinado, para
cual le ofrecieron medios bastantes los exorbitantes tesoros que afluían á
lo
sus arcas. Según se cuenta, en su tiempo se llevó á cabo conocida con la tradición
distintos,
el
nombre de Versión de
los
la
traducción
Setenta , perteneciendo
al
al
griego de
dominio de
la Biblia,
leyenda
la
de los setenta intérpretes que, á pesar de trabajar aisladamente y en lugares
entregaron traducciones enteramente idénticas.
importante por sus consecuencias, que atención que puso en
el
registra,
la
El hecho
historia
más grande,
de su tiempo, es
engrandecimiento del Museo, que ya en sus dias llegó
ál
y
más
la
especial
más
elevado
punto de esplendor. El grandioso edificio
en
cual tenían acogida los sabios
más eminentes de
época,
al
objeto de que, libres do
todo cuidado material, juntos y á solas pudieran consagrarse á
la
enseñanza y
de
al
cultivo
Componíase de una vasta percibiéndose en
el
el
la
ciencia, estaba situado en. el barrio de los palacios reales.
série de patios á los cuales
centro de
la
ellos el
daban sombra árboles frondosísimos,
murmurio de juguetonas
fuentes.
En
los
anchurosos
pórticos que flanqueaban una larga avenida descubierta, guarecíanse contra la intemperie las
eminencias que en ellos se congregaban, habiendo en los mismos espacio suficiente para
disertar,
discutir
y aleccionar á
sus numerosos discípulos.
En
otro
edificio
no ménos
ALEJANDRIA ANTIGUA
21
grandioso hallábanse constantemente dispuestas en un vasto salón abundantes y regaladas mesas, junto á las cuales se echaban para comer. pues los griegos comían echados,
—
los
miembros de aquel
permanecía junto
sabio instituto, agrupándose por escuelas: de suerte que
al aristotélico,
y
el
platónico se juntaba con
el
platónico.
el aristotélico
Cada grupo
debía nombrar su presidente, y éstos reunidos constituían un senado, cuyas sesiones dirigía un pontífice neutral nombrado por el gobierno.
El edificio era inmenso: rico y artístico el mueblaje de sus salas y patios; y tal la independencia de que disfrutaban los sabios que en el mismo se alojaban, que les era dable
ensenar ó estudiar en
Durante
la vida
y en
el
silencio
de Filadelfo fué
el
Museo
el retiro
más el
completos.
foco al cual convergían todos los rayos de la
vida intelectual, y se explica perfectamente, pues en parte alguna existían los elementos
que
rey había puesto á disposición de los sabios.
el
biblioteca fundada
por su padre, prodigando á este
apropiados á su ordenación, tanto que
Filadelfo se afanó en fin
en
No hay
la
caudal de aquel riquísimo depósito, vino á ser
el
con justicia celebrado por sus 400,000 manuscritos, como biblioteca de toda la antigüedad.
aumentar
medios más conducentes y
los
para que decir que
la la
primera y más aventajada se fué enriqueciendo
misma
sucesivo, existiendo motivos fundados para suponer que en tiempo de César, en el
lo
cual estos tesoros, debidos á la aplicación y á la constancia de tantos sabios alejandrinos, fueron pasto de las llamas, la biblioteca de los Tolomeos se componía de 900,000 manuscritos.
Todos pero
los
ramos
del saber fueron en el
más importante y
lo
cultivados; impulsadas todas las disciplinas:
Museo
trascendental; lo que tuvo mayores consecuencias, fué lo que se
campo de la gramática; de la filología, tal cual hoy comprendemos esta rama A los esfuerzos y vigilias de los alejandrinos somos las ciencias naturales. de saber, y griega, no teniendo porque encadeudores de la conservación de los tesoros de la literatura del
hizo en
el
recer
grandísimo influjo que
el
la
misma ha
ejercido en la cultura del Occidente.
Por
lo
que
desconocer que el brillante desarrollo que en concierne á las ciencias naturales, no cabe gran parte á las tradiciones y sobre todo al en debido es alcanzado, han tiempo nuestro
método establecido por no ha
los sabios de Alejandría.
sido en rigor otra cosa
más que
la
En suma,
la restauración
de las ciencias
restauración de los cánones alejandrinos.
los eruditos, y esforzábanse en reunir en los Tolomeos en el trato con en saber que existían en aquellos tiempos. Se han á todos los hombres superiores célebre poeta cómico de Atenas, Menandro, yá diferentes cartas atribuidas al
el
Gozábanse
Museo
conservado
de ello. Una existe en la cual el poeta se expresa en su querida, que dan testimonio rey de Egipto, varias misivas, por medio de las Tolomeo, de recibido estos términos: «He me ofrece montes de. oro, y me invita, con mucho encarecicuales con regia liberalidad, Filemon. Éste hará lo que mejor le parezca; por lo que á miento lo mismo que á mi amigo siempre, sólo tú, Glicera mia, has de ser ahora, como has sido Glicera
mí
toca
,
á nadie pido consejo: todo.» areopagita, mi Heliea, mi
mi consejo
EGIPTO.
TOMO
I.
A
cuyas frases contestó Glicera:
«En
cuanto
ALEJANDRIA ANTIGUA
22
llegó á
mis manos en Kalligeneia, en cuyo templo
enviaste, díme á leerla con verdadero afan:
el
me
me
hallo ahora, la carta del rey, que tú
gozo que su lectura
me
proporcionaba era tan
intenso que á duras penas lograba ocultarlo á los presentes.
Conmigo estaban mi madre, mi
hermana segunda Eufronita, y una amiguita mia á quien
tú conoces, las cuales viendo
pintado
el
que por
esta
mis mejillas y radiantes mis ojos de alegría, exclamaron: «¿Qué dicha es puertas se te ha entrado, querida Glicerita, que no parece sino que te estás
júbilo en las
bañando en agua de rosas, tanta
ménos que
la
Menandro á que
cual contesté: «El
y
le
ofrece poco
Tales palabras prenunciólas en alta y sonora voz, á fin de
mitad de su reino.
mi corazón, y poniendo luego de manifiesto,
allí
la carta,
se encontraban, estrechando contra
autorizada con
el sello real.»
suponiendo apócrifas dichas cartas, revelan, cuando ménos,
eran recibidas por los griegos
lo
se traslade á su córte,
que pudieran comprenderlas perfectamente cuantos
Aun
A
satisfacción brilla en tu semblante?»
rey de Egipto Tolomeo invita á mi
más
el
entusiasmo con que
distinguidos de aquel tiempo las invitaciones para
Museo. En cuanto á Menandro no pudo
salir de
el
Atenas; pero en cambio no faltaron poetas
y sabios que, aceptando la invitación de Tolomeo, encontraron en la ciudad de Alejandría una nueva patria que, no sólo entonces, sino también mucho tiempo después de haberse extinguido
el
esplendor de la casa de los Lágidas, les dispensó la
más
grata y entusiasta
acogida.
Á por
Sóter y á Filadelfo sucedió
el hijo
de éste Evergetes, que con sus guerras ensanchó
de Oriente los límites de Egipto, y tuvo al
la parte
voluntad bastantes para que no perdiera Alejandría
mismo tiempo
monopolio de
el
fuerza, espacio
las artes, del
y
comercio
y del saber.
Perdida por los Egipcios de
romano de dia
más
la tutela del rey.
sensible
el
influjo
reinado de Evergetes MONEDA DE TOLOMEO
V,
EPIFANES
la batalla
de Paneas, y siendo
menor edad Tolomeo V, Epifanes, encargóse
II
Desde
este
momento
el
senado
hízose cada
romano en Alejandría, hasta
(Fiscon), cuya
mano
el
criminal, ente-
reza de carácter v alta capacidad, lograron contener, bien que * 1 '
sólo por breve tiempo, la completa ruina de su dinastía dege-
nerada.
En
los últimos tiempos, relativamente tranquilos, de su
comunicar nueva vida por completo
lo
al
tormentoso reinado, logró
comercio de Alejandría; pero sus inmediatos sucesores destruyeron
que todavía podía haberse salvado. El romano Pompeyo fué nombrado tutor
de Cleopatra y de su
hermano y marido Tolomeo XIII, y después de
murió asesinado por orden de su regio pupilo, junto á dias, aportó César en Egipto, apoderóse del
la batalla
las playas egipcias.
Bruchium, en
el
de Farsalia
Pasados breves
cual se hizo fuerte contra
un
enemigo mucho más poderoso, y con la ayuda de Mitridates logró derrotar completamente á sus adversarios egipcios. En un combate librado contra los romanos, en uno de los brazos de la Delta del Xilo,
entonces
el
pereció
Tolomeo ahogado en
el
interior del
Egipto y la Alejandría pertenecieron á los
buque que montaba, y desde
Romanos por más que
Cleopatra y su
ALEJANDRIA ANTIGUA
hermano que con
ella
cuando contaba apena*
la
23
— del cual aquella se deshizo cabo de -poco edad de doce anos, — siguieran ciñendo doble corona
compartía
el cetro.
al
tiempo
del Egipto
la
superior é inferior.
Recoi demos aliena que en tanto que César se defendía en
el Bruchium, Cleopatra que anos, habíase hecho introducir en el palacio real envuelta en una alfombia usada, a espalda* de un esclavo, cual si fuera un bulto de mercancías; que con
tenia entonces diez y
u
l 1(
im °suia
\
,
siete
pihilegiado talento supo cautivar en poco tiempo el corazón del gran que, éste en lugar de dar al olvido, enajenado por las caricias
Romano, y digamos también
de esta mujer sus deberes y su nombradla, cual hiciera
más
tarde Antonio entregado por
completo á los goces y á los placeres, jamás mostró mejor sus dotes militares y el esfuerzo de su ánimo que en la defensa del palacio de Alejandría. En esos dias aciagos fue pasto de las llamas la biblioteca del
Museo. Más adelante procuró Cleopatra reparar en parte aquella
pérdida, recabando de Antonio autorización para trasladar á Alejandría los 200,000 critos de la biblioteca de
Pérgamo, con
lo cual, así
como con
manus-
otros actos llevados por ella á
cabo, continuó las tradiciones de su familia, encaminadas á la protección de las ciencias y á la
de aquellos que á su cultivo se dedicaban.
médico Dioscórides, y
el
Durante su reinado escribió sus obras
astrónomo alejandrino Sosígenes, profundo conocedor de
el
famoso
la división
ALEJANDRIA ANTIGUA
24
del
año egipcio, cooperó con César en
nosotros con
pueblo
la
el
la
obra de
la
nombre de Juliano.
Más
Roma, pudo contemplar
el
faro de Alejandría; y una reproducción del de los conjurados, puñal el bajo sucumbía Dictador ambicioso
magnífica estatua que representa
el Nilo,
y cuando tres años después el Cleopatra habitaba con Cesarion, hijo de ambos,
márgenes
introducción del calendado que conocemos
Al entrar César triunfante en
la
magnífica quinta que
le
pertenecía en las
del Tibor.
tarde, es decir,
después de
la batatalla
de Filipos, Cleopatra, que contaba entonces
comertiilo veinticinco años, logró con sus encantos fascinar á Antonio, que debía juzgarla, y
cuyos en esclavo sumiso y obediente; y aprisionándolo con los lazos de un amor novelesco, volvieron efectos experimentó ella misma, indújole á seguirla á Alejandría, con cuyo motivo regocijos. á brillar para Bruchium los antiguos tiempos de sus espléndidas fiestas y animados
CLEOPATRA EX EL RIO CYDNO YENDO AL ENCUENTRO DE ANTONIO
La deslumbradora magnificencia de remontara
la
la
chalupa en que
la
encantadora soberana del Nilo
corriente del Cydno, para salir al encuentro del general
romano;
la irresistible
seducción de sus encantos y de su belleza, y la sin par cultura de aquella mujer, que podia hablar en su idioma respectivo con los guerreros de las naciones más distintas debieron de ,
ejercer verdadera fascinación, si
hemos.de creer á Plutarco, que menudamente
lo
puntualiza
en una descripción tan brillante y acabada, que Shakespeare, para pintar la primera entrevista de los célebres amantes, consideró que no debía hacer más que transcribir literal-
mente
la
narración del historiador.
La navecilla que
la llevaba, cual solio refulgente dijérase arder sobre las
aguas. La popa era de oro batido; de púrpura
perfumes, que
el
mismo ambiente
el
velamen, y tan impregnado de Los remos
parecía enagenado de amor.
argentados movíanse acompasadamente
al
son de dulces flautas, y obligaban al
agua, por ellos azotada, á que marchara en su seguimiento con mayor rapidez,
como enamorada de sus
golpes.
deficiente: recostada bajo
En cuanto
á Cleopatra, toda descripción seria
holgado pabellón de oro y sederías; más bella que
la
ALEJANDRIA ANTIGUA
25
CLEOPATRA INTRODUCIDA EN EL PALACIO REAL
EGIPTO,
TOMO
I
7
ALEJANDRIA ANTIGUA
26
famosa estatua de Yénus en excede á la
“belleza.
A
la cual
podemos contemplar cuanto
imaginación
la
cada uno de sus lados, cual otros tantos Traviesos Cupi-
el erguíanse hermosos rapaces armados de abanicos de mil colores; y por ellos despertado inflamaba las delicadas mejillas que pretendía
dillos,
blando
céfiro
refrigerar, deshaciendo así la obra en
que se empleaba, bus damas todas atavia-
das de Nereidas, cual otras tantas sirenas, prontas á obedecer á la
menor
señal,
en la servían de ornamento al buque con las graciosas curvas de su cuerpo: veíase una sirena que aparentaba gobernar. Las séricas estofas crujían
popa
bajo la suave presión de las
cumplían su
oficio.
De
la
cuyos efluvios inundaban
manos semejantes
á flores, que con toda perfección
lancha desprendíase embriagador, sin par perfume, los
muelles adyacentes. La ciudad envió fuera de las
puertas, delante de ella, sus habitantes todos, en tanto que Antonio sobre su trono,
permanecía abandonado en medio de
la plaza del
Mercado.
La vida de deleites que llevaron Antonio y Cleopatra ha pasado á ser proverbial lo que derrochó esa enamorada pareja en proporcionarse no imaginados placeres, en la invención en la realización de prodigalidades inauditas, excede á cuanto de goces siempre nuevos :
y buenamente puede encarecerse: no sensualidad. Las mesas de
existe otro ejemplo de tan insaciable afan de lujuria
los festines alzábanse sobre
un mar de hojas de
y
rosa: invertíanse
millones en vasos de excepcional rareza y en
manjares exquisitos, y no satisfechos con desenfrenadas orgías de que eran testigo
las los
lechos del palacio, recorrían disfrazados á la luz de aromáticas antorchas las calles silenciosas
de la ciudad que vacia entregada al descanso.
En
los juegos,
en
las
orgías, en las cacerías,
en los paseos en coche, todo era músicas, cantos, costosos perfumes.
Los tesoros de que
disponian parecían inagotables. el
imaginó disolver en
una
hasta el último
punto
disipación, juzgó
podía demostrarse VASIJA ALEJANDRINA
él
cpie ,
el
Cleopatra fué la
valor do
primera que, para elevar
un
brebaje,
perla, y llevando
refinamiento de la
modo mejor
de ningún
que gastando sumas enormes
en perfumes costosísimos, ya que
si
las
cosas
todas tienen por su permanencia un valor relativo, las esencias de subido precio que se han
empleado en lavarse
las
manos, nada dejan cuando
se
ha desvanecido en
el
aire el último
átomo de su aroma. El despertar de aquella loca embriaguez fue terrible. naval de Accio, abandonó cobardemente
el
poderosa infantería, dando completamente
campo de al
Antonio, vencido en
el
combate
batalla, sin llevar siquiera á la pelea su
olvido el valor de que tantas pruebas tenia
ALEJANDRIA ANTIGUA
29
dadas, encerrándose después de tan vergonzosa fuga en cierta torre que se levantaba en una
lengua de tierra lamida por
Timonium, nombre
del
las
aguas del gran puerto de Alejandría, á
misántropo ateniense acerca del cual
de Alejandría, Callímaco, habia compuesto
En medio
el
reino de la muerte?
la
más
poeta
cual apellidó su
célebre del
Musco
siguiente epigrama:
el
Timón, tú que vives muerto, habla:
O bien
el
¿.Qué detestas más, la vida
Este.
La noche contiene no pocos de
vosotros.
de tanta desdicha, Antonio, solo, abandonado, entregóse con Cleopatra á
la
más
depravada disolución. Hubo un momento en que en un combate contra Octavio dió muestras de su antiguo valor; mas
el
El vencedor sólo pudo
destino acabó con él y con su amada.
apoderarse de los cadáveres
ambos amantes:
de
él
mano
echando
de
la
espada,
ella
haciéndose morder por una serpiente venenosa, se sustrajeron á las pruebas de un porvenir desprovisto de toda esperanza.
Cuando Octavio subió
al
trono de los emperadores,
el
Egipto depuso su cetro sin la
Los Césares que
quedando convertido en provincia romana.
resistencia,
le
menor
sucedieron
fueron apellidados por los sacerdotes autócratas ó soberanos absolutos y recibieron los honores divinos de los faraones hasta en los santuarios más recónditos de la Catarata y do los Oasis del desierto.
En
la
llanura situada al oeste de Alejandría, en
Antonio fué vencido por Augusto, fundó éste
romanos que de
le
el
lugar en que
sucedieron, continuaron embelleciendo con suntuosos edificios
Los alejandrinos edificaron en honor de Tiberio
Egipto.
el
arrabal de Nicópolis, y los emperadores
Sebasteion, junto al gran puerto, en el sitio
de Cleopatra, que
la
mismo en que
ciudad de Trieste pretende poseer.
se levanta
la
capital
monumento llamado hoy la llamada Aguja
el
El otro obelisco, que durante largos
años yació derribado, háse de levantar en Londres, no habiendo llegado al Támesis sino después de una larga y peligrosa navegación del extraño buque que á este efecto se mandó
Pero ninguno de estos obeliscos tuvo nunca que ver cosa alguna con Cleopatra: tampoco que esta reina mandase levantar el Sebasteion en honor de César
construir.
no siendo
cierto
después del nacimiento de Cesarion. la sencilla la
El obelisco de que se trata ha tomado su nombre
razón de ser éste uno de los pocos de
memoria de
las
la
pol-
antigüedad que se han conservado en
generaciones posteriores, las cuales los han enlazado con las grandiosas
obras de tiempos que fueron. El famoso obelisco se sacó de
de compañero de
él
de
Sebasteion.
la
antigua Heliópolis (ciudad del Sol), para que sirviese
Mide ÍZ6 metros de
para siempre, pues Mahomed-Alí se
las orillas del
en
al
la la
Támesis, como en otro tiempo
Concordia de París. época
revistiendo de
magnifican
de
El rey Thutmosis
esplendor
del
Egipto,
altura y su
hermano, gemelo separado
lo regaló á los ingleses, se levantará
se levantó el obelisco de
III fué
mandó
una plancha de plata dorada de su nombre.
la
quien, en labrar
la
el siglo
un
Luksor en
xví ántes de Jesucristo,
llamada Aguja de Cleopatra,
cúspide de la
misma y
los jeroglíficos
la gloria
EGIPTO,
TOMO
I.
dia en
la plaza
8
que
ALEJANDRIA ANTIGUA
30
Estos monumentos, cuyo granito y planchas de oro pulimentado reflejaron en otro tiempo los rayos solares, estaban consagrados á Ra, dios del Sol. Junto al Sebasteion, delante do
cuyas puertas se levantaban, extendíanse bellísimos jardines y vastas columnatas adornadas de pinturas y estatuas. En una revuelta de los gentiles contra los cristianos, acaecida el
año 366, fue dicho
edificio pasto de las llamas: reedificóse
más
tarde, pero nos es imposible
consignar en qué circunstancias y por quién se llevó á cabo su definitiva ruina. Al presento un picapedrero tiene establecido allí su taller: el silbido de las locomotoras que recorren la
cercana
vi a
monumento
férrea de Ramleli,
que
los objetos
distrae
viajero
al
que
lo
examina:
el
obelisco, venerable
de un pasado que no existe, no produce efecto alguno, degradado le
rodean, y sólo contemplándolo desde
el
mar
como
está por
recobra su pintoresco atractivo
y recuerda la desvanecida grandeza de la ciudad griega.
La
vista de la
famosa columna de Pompevo nos traslada también á
emperadores romanos. Hállase situada
al suroeste
la
Alejandría de los
de la ciudad, y señala
el sitio
en
el
cual
se levantó el Serapeion en el punto de unión de la Necrópolis y el barrio egipcio de Rakotis.
No
era solamente
una divinidad ante
como
la
Serapeion
el
llevaron á Egipto, con
lo
el
el
templo consagrado á Serapis por los Tolomeos, que
propósito de que
el
pueblo mixto sobro
el
cual imperaban, tuviera
cual pudieran postrarse con idéntica devoción así la raza indígena
los representantes de la nacionalidad griega: era
también, val propio tiempo, uno de
Tenia diferentes anexos, y andando los años fue uno de los centros en que se alimentó el misticismo de las diferentes comunidades religiosas, por demás los centros del saber.
abundantes en Alejandría, en
la
época de los emperadores.
primer lugar después del Capitolio romano.
Por su magnificencia ocupaba
rodeaba: una ancha via, perfectamente pavimentada, permitía llegar en carruaje
le
el
Descollaba singularmente sobre todo cuanto
mismo, y una escalinata de cien peldaños, que se ensanchaban aproximaban á la base, facilitaba el ascenso á los pedestres. Llegábase del
al al
al pié
compás que se pórtico después
de haber pasado debajo de una cúpula que sostenian cuatro columnas y al cabo se llegaba al templo propiamente dicho, en el cual se veian obeliscos, fuentes, cámaras habitaciones subterráneas;
una
biblioteca
que
y volúmenes, y salas y columnas y aún desde el mar. La magnificencia de las
encerraba
gigantescas que se distinguían ya de léjos
300,000
pinturas y el brillo y esplendor de los metales preciosos y do la pedrería, deslumbraban las
atónitas
penetraba en la
miradas del espectador, que se sentía poseido de fervor piadoso en cuanto el
Sancta Sancionan, en
estatua de la divinidad.
el
cual, esculpida acaso por Rrvaxis, se ostentaba
Labrada de madera, desaparecia ésta completamente debajo de
planchas de ricos metales, que dispuestas con gran arte, de los pies á ceñía sus sienes veíase echado
el
la
cabeza la cubrían:
kalathos y á sus plantas, que con sus anillos rodeaba una culebra,
un Cancerbero con
triple
cabeza de león, de lobo y de perro. Merced á una
abertura hábilmente calculada, en medio de la senrí oscuridad del santuario, penetraba en interior del
en
mismo un rayo
los labios.
En
de luz que caia sobre la boca del dios, cual
tiempo de Marco Aurelio fué
el
Serapium presa de
si
el
quisiera besarlo
las llamas, salvándose
ALEJANDRIA ANTIGUA ^in
embargo
tiempo, con
la estatua
más
y
la biblioteca: lo destruido fué
esplendor
si
con todo reedificado
31 al
cabo de breve
cabe; pues Alejandría mostrábase orgullosa con llamarse ciudad
COLUMNA DE POMPEYO
de Serapis, y esta divinidad, como la egipcia en todas las del vastísimo imperio romano.
En
Isis,
había tenido sacerdotes y adoradores casi
tiempo de Aureliano (273 años después de Jesucristo), fué completamente destruido
ALEJANDRIA ANTIGUA
32 el
Bruchium y con
Museo: con
los edificios del
él
punto de reunión de
Más
gente docta.
la
tempranas y hondas raíces en Egipto, amenazó promulgado su edicto contra las imágenes de
cristianismo,
el
Nada más sorprendente que
la
Teodosio hubo y en cuanto paganas, dheofilo, arzobispo
las divinidades
mismo, disponiéndose
ejecución del
la
demolición del Serapium, y con ella
la
de la estatua de
la
el
cuerpo sagrado de
divinidad, cielos y tierra saltarían de su asiento:
la
por
ella
empuñando una poderosa hacha de armas. La sangre
temerario.
la
cristianos
no
las
todas
tenían
no
faltó, sin
muchedumbre
consigo viendo
uno de
y como
el
los
decisión
del
la
un tremendo
estampido del trueno, ni conmovió
el
valiente continuara descargando
la estatua, precipitáronla al
suelo los
como
la tierra el si tal
cosa.
hachazo tras hachazo, á cada
planchas, y deshechos en astillas los
volaban á pedazos las metálicas
los cuales
miembros de
venas de
abrió los ojos y aguzó el oido, ni vio que cruzara el firmamento
fragor del terremoto, y en cambio el sol continuó brillando tan tranquilo lo cual,
embargo,
de la estatua que vino al suelo con tremendo estrépito: pero por
el rostro
relámpago alguno, ni escuchó retumbar
Por todo
mismos que ántes temblaban de pavura,
por las calles con grande algazara, hasta dar con y echándole una soga, arrastráronla
en
el
Anfiteatro, donde
De
aquella
derribados por
la
suelo,
ella
arrojaron á las llamas.
nada más queda que rotos fragmentos que yacen
fábrica suntuosísima el
la
,
se heló en las
Éste, en cambio, no bien se halló á conveniente altura asestó
hachazo contra
más que
los
pueblo
una escalera y trepar
del valor indispensable para arrimar á la estatua
espectadores y hasta
el
sacrilega osara ponerse sobre el
mano
creencia de que en
un soldado dotado
divinidad.
la
Abrigaba
historia de semejante destrucción.
punto y hora en que una
Serapium en
el
que había echado
del dios:
el culto
de Alejandría, procedió con frenético entusiasmo á
en consecuencia
motivo convirtióse
este
adelante
y
la
célebre
columna de Pompeyo que
se
mantiene erguida en
medio de tanta ruina. Las tumbas y sepulcros de un cementerio árabe cubren hoy el terreno en que se levantara el magnífico edificio, y los que con duelo en el corazón y palmas en las manos visitan el lugar donde reposan sus deudos y amigos, comunicándose mútuamente el
pesar que embarga sus corazones,
no paran mientes en
los
que sus suspiros
ecos
despiertan, los cuales repiten una vez y otra que todo es perecedero sobre la superficie de la tierra.
de Pompeyo, postrer testigo de
La columna
v solitaria sobre
el
la
cultura clásica, dibújase
aún enhiesta
fondo azul del firmamento: las injurias del tiempo apenas han hecho
mella en las diferentes partes que
la
constituyen
,
pudiendo decirse que es
la
única obra de
gusto genuinamente griego, cuya grandeza puede competir con los titánicos trabajos de
época de los faraones, proporción.
Labrada en
sobre que apea y
el
con ser
un acabado modelo
sienita, ó granito rojo de la
capitel corintio
;
la
una verdadera obra maestra de
primera catarata, con
el
zócalo cuadrado
medio destruido, ó acaso nunca terminado que forma ,
su remate, y que en otro tiempo sirvió de pedestal á una estatua; mide 31’8 metros, debiendo su nombre no al gran Pompeyo que en virtud de orden dictada por su pupilo Tolomeo fué sacrificado en las playas egipcias, sino á
un
prefecto
romano
del propio
nombre, que según
EGIPTO,
TOMO
9 I
ALEJANDRIA ANTIGUA expíela
la inscripción
Dioeleeiano,
que en
la
35
misma campea, mandóla
en honor del emperador
erigir
Genio tutelar de la ciudad, para demostrarle su gratitud por
el
el trigo
con que
socorriera á los de Alejandría.
Otio
monumento
levantaron los alejandrinos en obsequio del propio emperador:
de bronce de un caballo,
al
la
cual tenían con efecto porqué mostrarse agradecidos.
estatua
Un
tal
Aquileo &e alzó en rebelión, proclamándose emperador contra Dioeleeiano: los alejandrinos se pusieron de su parte el legítimo emperador vióse precisado á poner sitio á la ciudad de la :
,
cual sólo logró apoderarse al cabo de ocho meses, y cuando habia muerto ya Aquileo. Para castigar á los rebeldes ordenó el César que se fueran degollando vencidos hasta tanto que su
sangie
llegara
á las
adelantó montado dio
un
corvas
de
su
lugar del suplicio
al
en rigor cumplida: púsose término perpetuar sus sentimientos de
en tiempo de Caracalla. alejandrinos;
mas como
la
los
las rodillas.
al degüello,
la
matanza;
el caballo
La
emperador se
el
un cadáver,
á la vista de
sentencia del emperador quedaba
los alejandrinos, agradecidos, quisieron
y
Xo
manera que dejamos consignada.
escaparon tan bien
Éste fué perfectamente recibido y soberbiamente festejado por los llegaran á sus oidos ciertos cueniecillos y chistes epigramáticos
que contra su persona se permitieron
dominaba, invitó á
mas asustándose
manchó de sangre
bote, cayó, y se
Comenzóse
caballo. ;
los
ancianos á un
magnates de
la ciudad,
disimulando
reunió á los jóvenes en
festín;
la ira
que
le
Gimnasio; y
el
haciéndolos atacar traidoramente, no se dió por satisfecho hasta después de tres dias de
saqueo y de matanza. La sangre enrojeció las aguas del puerto, y el número de las víctimas fué tal, que no atreviéndose el emperador á revelárselo al Senado, en la misiva que le remitió dándole cuenta del hecho, limitábase á decirle, con falaz hipocresía, que habia pasado aquellos dias en ejercicios de devoción, habiendo ofrecido en ellos á los dioses sacrificios de
hombres con
las víctimas ordinarias.
Después hizo construir á
No
dejaron recuerdos tan
Césares.
desagradables
Adriano se dignó discutir con
gratitud con las frases
más
las
visitas
la
propia
flor era
mano en
producto de la sangre de un león el
ciudad una
le
demostraron por
lisonjeras, haciéndole el poeta Pancrates presente de
de loto, roja, de singular rareza, acompañada de una dedicatoria, en
que dicha
la
obediencia pasiva.
hechas anteriormente por otros
Museo, que
los sabios del
de
lo largo
robusta muralla provista de torres, á fin de reducir á los habitantes á
desierto de Libia.
,
la cual se
que habia muerto
el
ello
una
su
flor
consignaba:
emperador por su
Cierto que por aquel tiempo las plazas del
Museo
habíanse convertido en verdaderas prebendas, que disfrutaban por punto general individualidades indignas, sin otros méritos que el ser rebuscadores de curiosidades ó negociantes
en fruslerías; mas mérito como
el
al
lado de ellas se encontraban también algunos
gramático
Apolonio
sistema planetario prevaleció durante
que en
el
Díscolo,
más
y
el
de mil años, lo
musulmán. Ni desaparecieron completamente
de manera que Alejandría continuó siendo
Ateneo, por
lo
mismo que sus
astrónomo
el
hombres de verdadero
Claudio
mismo en
el
Tolomeo, cuvo
mundo
cristiano
los doctos en los tiempos posteriores;
lugar apropiado para
el
florecimiento
del
individuos estaban al corriente de todas las agudezas y de
ALEJANDRIA ANTIGUA
36
todas las anécdotas de
la
mismo causar sorpresa alguna
antigüedad, no debiendo por lo
que un hombre tan ingenioso y tan profundo conocedor del corazón humano cómo era Luciano, encontrara en él pasto abundante para cultivar su vena satírica.
el
La vida
del espíritu circuló, pues, potente y vigorosa hasta por las venas de los últimos
alejandrinos, pudiendo decirse que
sol de
el
helénica, sedienta siempre de innovaciones, políticas
v
vertiginoso
sociales;
de
el
espíritu
riquezas;
la
de
aquí con mayor rapidez:
latía
de
la
lozanía
movilidad
degeneró en afan insaciable de revoluciones
empresa, en audaz temeridad;
agudeza
pompa y
Egipto hace desarrollar con
cuanto es capaz de crecimiento. La sangre griega
ingenio,
manía
en
en afan
actividad,
la
para
irresistible
la
satira
desvergonzada y liviana, que no pocas veces fue castigada sangrientamente. A pesar de esto las fuentes de la riqueza pública, incesantemente puestas á prueba por sus señores, en especial por los orillas del
Y
sin
romanos, parecían verdaderamente inagotables, hasta
Tíber se pretendía que los alejandrinos poseían
embargo nada había de extraordinario en
como en Occidente,
del Nilo. procedía de sus fabricas: las
punto de que en las
esta riqueza extraordinaria. Disponían para la
exportación de los variados productos del Egipto, verdadero granero de papel se consumía así en Oriente
el
secreto de fabricar el oro.
el
el
la
antigüedad: cuanto
cual se fabricaba con
mercancías del África
interior, tales
el
como
papiros marfil,
ébano, plumas de avestruz, y pintadas pieles de bestias feroces desembarcábanse en el puerto interior del lago Mareótico, desde el cual, ora eran trasladadas en buques por el canal, al
puerto de Eunosto, ora por tierra conducidas
al
mercado
del
Gran Puerto. El comercio
Arabia, riquísima en aromas y especias; con las costas de los Somalí; con Ceylan; con con los puertos del Malabar y de la India, de donde procedían los preciados artículos por los cuales daban los caprichosos romanos cantidades fabulosas, proporcionaban ganancias la
por demás pingües á aquellos activos é inteligentes mercaderes. Lo que mayor estima tenia eran los diamantes; en pos de ellos apreciábanse las perlas: la seda se pagaba á peso de de oro. En la época en que eran las noches más largas abandonaban las flotas las aguas
Mvos-Hormos en
el
Mar
Rojo, para no volver hasta
el
mes
de diciembre: desembarcaban
mercancías en Bereniee, y por medio de convoyes de acémilas las trasladaban á Koptos á orillas del Nilo. v desde dicho punto, en buques, á lo largo del rio, á Alejandría, en cuya las
ciudad esperaban su llegada comerciantes de todos los países y especialmente de El movimiento comercial en los puertos del lago Mareótico era superior los puertos
á
la
marítimos, pues en aquellos
la
exportación excedía en
al
Roma.
que se hacia por
mucho en
valor y cantidad
importación.
Ni era menor
ni
ménos productiva
la actividad industrial.
De
ella
podemos formarnos
idea por una carta que durante su permanencia en Alejandría escribió Adriano á Serviano,
en
la
cual se encuentran datos de gran importancia.
Por
la
misma venimos en conocimiento
de que los cristianos, que no sabia distinguir aún de los adoradores de Serapis, empezaban Después, trazando un fiel retrato de la actividad de los á ejercer gran influencia. alejandrinos, á los cuales pinta
el
emperador como un pueblo
ligero,
frívolo,
amigo
del
37
ALEJANDRIA ANTIGUA regodeo, pendenciero, insustancial y maldiciente, añade:
Ȏ industriosa: todo
el
»allá se teje el lino.
»así
mundo
Todo aquí
como hay pedicuros y
se convierte en industria,
quiragristas
,
al dios
Mammón
1 ,
mas
oficio; }
Aquí no
se presta culto á otra divinidad
por igual judíos y cristianos. Lástima grande que degradada: sin ello, por su importancia y su grandeza,
digna de figurar como capital de todo
menos fundada que sus
se elabora el papel:
al cual sacrifican
»esta ciudad se halle tan corrompida y » seria
allí
no hay quien no tenga
encuéntranse también ciegos y gotosos que ganan su
» subsistencia en el ejercicio de tal ó cual ocupación.
»que
«La
trabaja: aquí se fabrica el vidrio:
ciudad de Alejandría es rica
Con razón
elogios.
el
Egipto.» La censura del emperador no es
dice, pues,
Gibbon de
los alejandrinos,
que
NOCHE Á ORILLAS DEL MAR ROJO
unian
la
vanidad y versatilidad helénicas á
la
superstición y terquedad
propias de los
egipcios.
Con
ocasiones gozó la ciudad el posterioridad á los primeros Tolomeos, en contadas mas con la difusión del cristianismo desapareció por completo,
beneficio de la paz interior;
revuelta ó conmoción popular en aquel pueblo abigarrado y va que para determinar una por su mano una venganza cruel é implacable, eran motivo tomar á di-puerto siempre en los artículos de primera necesidad, la omisión de un poderoso una pasajera escasez que de derecho le era debido, una falta de lo que podríamos llamar saludo á quien juzgaba en los baños públicos, ó una simple disputa sobre asuntos religiosos.
cuestión de etiqueta
1
Voz
riqueza* dinero. siriaca que significa
EGIPTO,
TOMO
(
N. del T. ,
^ I-
ALEJANDRIA ANTIGUA
38
Con
más aún
sorprende
tales antecedentes
lo
que adelantó en
todos los ramos de la industria este pueblo impresionable
,
tornadizo *
y supersticioso. Y cuenta que no hablamos aquí de los prodigios de mecánica que en la paz del Museo llevaron á cabo un Ivtesibio v un Heron
construyendo
licos
autómatas, complicados
ingeniosos
clepsidras ó relojes de agua,
bombas
inapetentes, órganos hidráu-
v otros mecanismos á estos parecidos.
llegó á serles conocida la fuerza del vapor
gozaban merecida fama en todo las groseras
mantas para
que avaloraban
artísticos
el
mundo
Prescindiendo de que
como
potencia mecánica,
sus diversos tejidos, desde
los caballos, hasta los preciosos tapices
bordados representando figuras y paisajes;
desde los finísimos tejidos de algodón, hasta las ricas estofas de sedería, de los
más
El arte de las construcciones
vivos colores.
navales habia llegado en sus
manos
al
colmo de
la perfección
:
i
los
carruajes de lujo, de los cuales se servian los alejandrinos en sus
paseos por
el
interior de la ciudad,
mismo que sus obras
thuya con piés de marfil, por sestercios,
No
gozaban fama universal,
de tablajería.
lo
Mesa hubo, de madera de
la cual se
pagaron hasta 1.400,000
que equivalen á 237,500 pesetas de nuestra moneda.
tenian rival en
el
arte de cincelar los metales, así viles
como
preciosos, pudiendo asegurarse que entre los camafeos que nos ha
legado
la
antigüedad, ningunos son
de fábrica alejandrina. lujo, llegaron
En
más
bellos que los procedentes
joyería, en orfebrería,
donde nadie hasta
ellos.
en armería de
Lo mismo puede
VASO EGIPCIO
decirse,
i
JOYA CON LOS RETRATOS DE TOLOMEO FILADELFO Y
DE ARSINOE, HIJA DE LISÍMACO
t
39
ALEJANDRIA ANTIGUA y más aún
si
cabe, en
el arte
de fabricar
el
vidrio que los italianos tomaron de los de
Alejandría: pues labraban espejos, vidrieras, mosaicos de variados colores
fueron ya conocidos por los egipcios
,
y
artísticos vasos de cristal
,
por medio de graciosas formas y elegantes motivos de ornamentación. dejando para más adelante el ocuparnos de los escultores egipcios,
Y
( millefiori),
que
que procuraban embellecer
así
como de
la
daremos aquí punto á nuestra rápida excursión por la Alejandría pagana, magnífico sepulcro del grande conquistador que al fundarla le legó su nombre.
fabricación del papiro,
G
I
PT O
Las pirámides de Giséh
MUCHACHA COPTA
EGIPTO,
TCMO
I.
1
i
i
! .
i
\ \ -
â&#x20AC;¢%
*
ALEJANDRÍA MODERNA mediados
del sigdo anterior, el viajero
que visitaba por vez primera jandría, comparábala á al
la
un huérfano
más hubiese quedado
cual nada
Norder
ciudad de Aledesvalido, del pingüe
patrimonio de su padre, que un nombre ilustre.
Al presente
el
que aporta á esta rada donde
pululan los vapores de todos los países, con-
templando
las
inmensas construcciones de
puertos nuevos; los
el
los
magnífico barrio franco
lujosos carruajes
y
que' durante la tarde,
se dirigen al campo, saliendo por la puerta de Roseta, antiguamente puerta Kanópica, acaso calificara de inexacta,
Y
por no decir dura,
la calificación,
vez se sentiría inclinado á sospechar que
el pobre huérfano, además del nombre, logró conservar no poco de la herencia de su acaudalado padre. sin embargo,
Y
Norden
tenia
razón: en su tiempo la ciudad contaba
escasamente por centenares,
el
número de habitantes
que en otros siglos había contado por miles:
el comercio único de los puertos en que los europeos estaban autorizados para anclar, ofrecía tan pocas condiciones de seguridad, y se hallaba por otra parte tan descuidado, que habiendo sobrevenido un mediano temporal, en la época en que Volney
decrecía de un día para otro:
visitó el Egipto, hieiéronse
el
pedazos contra los muros de los muelles
más
de veinte buques',
ALEJANDRIA MODERNA
44
=iendo
común
puerto por el
primera.
vez
barcos penetraban en de embarrancar, cuantos
peligro que corrían
el
nombre de Puerto
En
cuanto
al
otro, precisamente
el
que hoy se conoce con
el
tenían el privilegio de fondear, estaba Viejo, en el cual sólo los turcos á la proverbial incuria musulmana que gracias lejano,
llamado & cegarse en un porvenir no consentía á.los capitanes arrojar en
El estado de
agua potable,
si
la
en
él el lastre.
de todo, carecía hasta de población era tan miserable, que por carecer llenado el canal que lo época de la inundación del Nilo no se había la
en su mercado Las casas eran bajas y de mezquina apariencia: ciertos panes redondo» de acopios escasos dátiles de puestos y no se veian más que contados montones de escombros á tortas: las calles veíanse obstruidas por y achatados semejantes buho del graznido el noche y el aullar de los la el silencio de y de basura: turbaban podían encontrarse media docena de chacales: y en las abandonadas murallas apenas si Alejandría, en otros tiempos tan cañones en estado de prestar servicio. La ciudad de al comenzar el presente siglo. Al consunción miseria de perecía poderosa, pujante y y recobrado aquella su salud y su presente, en que éste ha entrado en su último cuarto, ha
enlazaba con la ciudad.
,
un enfermo que convalece
robustez: cierto que es un enfermo aún; pero es
y con gran rapidez. Examinemos ahora el árbol lozano,
sin alternativas
de circunstancias que influyeron en que perdiera sus flores
la serie
para que brotaran las que hoy ostenta. y cuáles han sobrevenido
Ya
en
primero después del nacimiento del Salvador,
siglo
el
difundióse rápidamente
Xo
Alejandría.
el
predicó en dichas regiones se
antigüedad
la
la
,
el
el valle
del Xilo y por
evangelista San
Marcos
nueva doctrina, para cuya aceptación
más bien
hallaban los egipcios
alguno de
cristianismo por
quien dice que
falta
por
lo
dispuestos que
otro
pueblo
mismo que desde épocas remo-
tísimas habíanse acostumbrado á conceder importancia principalí-
sima á
los
asuntos de
la
muerte considerando
la tierra
como mera
,
pasada, y como morada verdaderamente que existe más allá. Los iniciados de entre los
hospedería ó lugar de
digna del hombre,
lo
sacerdotes, veneraban al Dios Único que manifestaban al pueblo I
bajo
nombres y formas múltiples. Simbolizaban el curso de la medio de un mito bellísimo, cuyo héroe triunfaba de
existencia por isis
cox nono
amamantando
de Isis la muerte, de las tinieblas y del pecado: sus imágenes á su tierno hijo Horo, constituyen las primeras representaciones conocidas penitencia, ni sus obras eran para ellos cosa
Nulo:
ni
la
nueva ó desconocida; tanto que en
la
misma
de una Madre de Dios con
el
dependientes del templo de Serapis
,
en
Alejandría encontrábanse aisladas celdas,
las cuales piadosos
solitarios
desencantados del
vida y sus placeres; y un satírico romano hace blanco de sus burlas á las devotas de Isis, que cumplían, sin replicar, las penitencias
mundo, encerrábanse huyendo
la batalla
de
la
ALEJANDRIA MODERNA
45
impuestas por los sacerdotes, aunque fuesen éstas tan duras como sumergirse en
en medio de
los rigores del invierno, para
embargo, semejante docilidad, que tan ridicula poderosísimo para que
israelita
en
existente
mosáico de
la
la
la
Buena Nueva, sazonado
ciudad de Alejandro,
gentil, era
sin
elemento
por
numerosa comunidad
terreno en la lo
mismo que
el
deismo
inflexible
maridaje
feliz
la griega, y no usado por sus maestros los griegos. Fundióse,
que se entregaran sus jefes espirituales, educados á
hablando ni escribiendo otro idioma que en
romano
colonia hebrea, habíase paulatinamente relajado merced á las investigaciones
filosófico—religiosas á
pues,
pareció al
cristianismo hiciera no pocos prosélitos en las márgenes del
el
También encontró
Nilo.
le
Y,
faltas de sensualidad.
purgar veniales
Nilo
el
la
el
Oriente
de
religión
con
la
occidental:
filosofía
la
nueva
doctrina, procedente de la Palestina, fué acogida en las márgenes del Nilo con los brazos abiertos, y sus fugitivas tradiciones, llegadas á Alejandría, la ciudad de los filósofos pensadores y de los intérpretes, sostenedores del método, fueron vaciadas en un molde definitivo y establecidas sobre fundamentos tan sólidos, que el mismo Occidente se dejó vencer por
su encanto, persuadido de que no cabia en manera alguna
Puede
decirse, pues, que el cristianismo nacido
la refutación.
en Palestina, tuvo en Alejandría su
educación v desenvolvimiento.
No tenemos
porqué
tremendas batallas que
referir las
dría debió reñir con sus señores paganos: cristianos, conócense en la historia con el
los
católica, sufrieron su suplicio en Alejandría.
v
si
mueve
comunidad
nombre de época de
de los que vertieron su sangre para dar testimonio de su
el cristianismo á la
la
dias de persecución
fe
en
cristiana de Alejan-
que atravesaron los
los mártires; las
y más de uno
verdades de la Iglesia
Justo es consignar, sin embargo, que elevado
dignidad de religión de Estado, tuvo también sus mártires
á compasión la dulce figura de santa Catalina, no
el
paganismo;
conmueve menos
de la
la
cándida poetisa griega Hypatia, muerta á palos por los fanáticos monjes que obedecieron ciegos las órdenes del obispo Cirilo.
Ya
en
el
siglo tercero el patriarca
iglesia dedicada á la
Virgen María.
vanamente para devolver á
los
Theonas, juzgó conveniente consagrar en
En
dioses
cuarto,
el el
lugar
muerto
el
que ántes ocuparan,
se sometió al cristianismo; empero la doctrina de paz del Salvador del
á calmar el
ardor
el espíritu
de
su
ella
una
apóstata Juliano, que trabajara el
Egipto
mundo no
entero
fué bastante
turbulento y levantisco del abigarrado pueblo alejandrino, ni á enfriar
sangre
bullidora.
El
instinto
comercial
de
aquellos
ciudadanos
tan
impresionables y tan propensos á arrebatarse, falto de objetivo, encontró en el terreno de la fe asunto apropiado para nuevas perturbaciones; y así como en otros tiempos se lanzaban
á la calle con fútiles pretextos y por cuestiones de no nada, cuando se trató de discutir sobre opiniones dogmáticas, empuñaron las armas con el mismo ardimiento y con idéntica decisión.
No
emplearan en
faltaban en la ciudad razonadores, críticos, rebuscadores de palabras que se la
obra de analizar y discutir le naturaleza de Cristo, á la manera que en exámen detenido y minucioso los sistemas filosóficos, las
otro tiempo habian sometido á EGIPTO, TOMO I.
12
ALEJANDRIA MODERNA
4o
ofrece este pueblo,
Espectáculo al par sublime y lamentable, el que incontrovertible hasta qué punto en ya que demuestra de una manera
aquel tiempo estaba
la
históricos. formas gramaticales y los datos
De
tales
vida penetrada y
controversias las
más
como poseida
del sentimiento religioso.
célebres é importantes, las que
más
trascendentales
cuestión encaminada á averiguar si Jesús consecuencias encerraban fueron las relativas á la substancia; si debía creerse en dos naturalezas en Cristo, era semejante ó igual á Dios en creencia en una sola naturaleza, defendida por Eutiques, ó bien en una sola, la divina. La do Alejandría , y por todos sus diocesanos, peí o fue patriarca Dióscoro, por adoptada fué
COPTO
anatematizada por herética en
dominaban entonces combatieron
el
el
el
concilio de Calcedonia.
Los emperadores de Bizancio que
Egipto, y se habian sometido á las decisiones del concilio indicado,
error de la doctrina monofisita
,
es decir, de los que veian
una
sola naturaleza
en Cristo: pero los egipcios se aferraron en su creencia, y no contentos con esto todavía, motejaron á los partidarios de la fe ortodoxa llamándolos melikitas, como si dijéramos «criados del rey.»
nombre de Coptos
Al presente
los cristianos egipcios, indígenas,
ó Koptos, continúan perteneciendo á la
Los funcionarios públicos y
que conocemos con
el
comunión monofisita.
las tropas del César ortodoxo trataron
con gran dureza á los
súbditos heterodoxos: éstos se opusieron al cambio y deposición de sus obispos y de aquí
ALEJANDRIA MODERNA
49
resultaran combates sangrientos, de que fueron teatro las calles, en los cuales los legionarios solían
llevar
mejor parte, resultando de
la
ellos
diezmada
población de Alejandría.
la
Encerraba ésta por aquel tiempo un nuevo elemento de discordia, no menos turbulento y dispuesto á arriesgar la existencia en defensa de sus creencias: tal era el verdadero ejército de monjes y anacoretas procedentes de todas las regiones del Egipto, que. desde fines del siglo cuarto, era el país
más abundante en conventos y monasterios.
Podría imaginarse en vista de religioso había cedido su puesto,
menos que
lo
expuesto, que en la época que nos ocupa,
en
la
comunidad
cristiana, á la
manía
el
principio
dogma. Nada
del
que hay es, quedos historiadores contemporáneos á quienes tan vasto asunto ofrecían para su narración las grandiosas fundaciones y conversiones: los mártires; las visiones y las luchas en defensa de la fe, sostenidas con la palabra y con la espada, no esto: lo
tuvieron en sus libros espacio suficiente para describir la vida interior de la casa y de la familia cristiana, ó para pintarnos la condición del eremita y del penitente que sometían
su cuerpo á todas las privaciones, se abandonaban á todas las exaltaciones del espíritu,
buscaban en
calma y en
la
la rectitud
de su conciencia
la
salvación del
alma v su redención «J
y con frecuencia daban al mundo adiós eterno para hundirse en las soledades del yermo, abandonando sus riquezas á los indigentes, puesto el pensamiento en ganar el
en
la otra vida,
paraíso celestial á fuerza de plegarias y mortificaciones.
La ortodoxa Roma; pues no
Bizancio fué
más
fatal
para Alejandría de
sólo exigió de sus ciudadanos
que
le
lo
que
lo
había sido
la
pagana
dieran sus vidas v sus haciendas, sino '
*j
que procuró sustituirla literario
que constituyera
como el
más
centro
científico
del
mundo, y despojarla
preciado de sus títulos de gloria.
en Alejandría habían vivido en tiempo de nismo: Clemente, Atanasio, Orígenes; mas
los Césares, las la
esplendor
del
Sin hablar de los paganos,
mayores lumbreras
del cristia-
vida del espíritu y la aspiración á las elevadas
regiones del pensamiento fueron extinguiéndose paulatinamente.
Todas
las
calamidades pesaron sobre
la
ciudad de Alejandro. Las guarniciones bizantinas,
sobrado escasas para hacer frente á las acometidas de las tribus del desierto, no podían impedir las depredaciones provenientes de su ingénita rapacidad, en tanto que los gobermás atentos á su propio interés que al del país que les estaba encomendado, tenian
nadores,
abandonados todos en
los servicios, especialmente el riego, de lo cual resultó notable
y como consecuencia precisa, reducción en industrial. Para colmo de males presentóse
las cosechas,
completa. en la
desnudez: vino
la
peste
en pos de
alzamientos de las clases menesterosas
la el
hambre en toda su espantosa
y como resultado de la misma sediciones v exasperadas por las privaciones contra las familias
ella, ,
acomodadas. Ni eran muchas en número
.
las
que habían logrado conservar
al cristianismo,
patrimonio
el
de sus mayores: entre ellas debe hacerse, sin embargo, especial mención de
Urbib, convertido
disminución
vida mercantil y paralización
la del
judío
que con liberalidad de príncipe mitigó con su fortuna los
padecimientos de sus compatricios.
Según dejamos expuesto, de Bizancio, EGIPTO,
TOMO
I.
es decir, de los melilotas, tenian recibidos los T
^
)
ALEJANDRIA MODERNA
50
o e inva sorprendernos pues, que habiendo alejandrinos los mayores agravios: no debe una de las huestes que Mahoma, de muerte la de después tiempo valle del Nllo, poco >
egipcios, el conquistador los enseña del Profeta, hicieran causa común con se sometieran al general Benjamín, obispo su de consejo el siguiendo que eran monofisitas, y denominación griega. del Califa, para poner término á la odiada quien el Egipto, Mukaukas, fue El gobernador que en nombre del César administraba escrito por el emperador le reconviniera por dio mal ejemplo á sus correligionarios; y como siquiera conducir contra haberse sometido á pagar tributo al vencedor, sin haber intentado disponía, contestóle con el que de hombres mil cien los á batalla, darles para árabes, los
tremolaban
la
estos árabes, vive Dios, con ser pocos, valen
mayor cinismo: «Porque
»que nosotros con ser muchos: porque cada uno de »pues buscan ajustó con
la
el
egipcio; pero
muerte que tienen en más que
vale por ciento de nosotros,
En
virtud del tratado de paz que
la vida. »
general del Califa, obligóse á pagar dos denares
con
mas y pueden más
ellos
1
cada
de capitación poi
con condición expresa de que en adelante no podia haber paz
la
lors
propiedades declaiadas griegos, en tanto no se hallaran todos reducidos á esclavitud, y sus única considei ación la decía, ésta, era que ya presa, buena tal botin de guerra y como obstante título merecían. Cumple consignar, sin embargo, que los griegos, no vergonzosa defección de los coptos, opusieron valerosa resistencia, singularmente en Alejandría que se hallaba defendida por una robusta muralla flanqueada de torres que se
que á justo la
Pero
protegían mútuamente.
Moharram
del
la
al
cabo
ciudad cayó en poder de los arabes
la
el sitio
de
la
ciudad
Entre
deramente sorprendentes por
lo
elevadas
israelitas
mil judíos que escaparon de
y doscientos mil griegos: cifras verda-
no siéndolo ménos
,
de algunos egipcios ricos de aquella época.
haber revelado á
1.
tocara á su término, contaba todavía seiscientos mil habitantes.
que sobrevivieron habia cuarenta mil
la fortuna
el
Hegira (10 de Diciembre del año 611).
las crónicas la población, sin contar setenta
Según
ántes de que los
año 20 de
sumas que
constituían
copto, á quien se acusa de
puntos débiles de las posiciones musulmanas, se dice que
los griegos los
poseia trece millones de denares
las de las
De un
;
siendo de doce millones de
la
propia
moneda
la
fortuna
de otro llamado Petras.
En
lo
vencidos.
que no cabe dudar es en que Amr, general del
La
Alejandría,
especie, repetida hasta la saciedad, de
fueron
calentados,
«Ó
posterior;
con moderación á los
los cuatro mil
se hallan en contradicción con
caso son perjudiciales, ó de acuerdo con
muy
Califa, trató
baños públicos de
durante seis meses consecutivos, con los libros de
bibliotecas, por haber dicho Ornar:
de época
que
pues cuando
la
el
mismo, y por tanto
el
Coran y en
inútiles,» es
una
sus este
tradición
ciudad fué tomada por los árabes, hacia ya
mucho
tiempo que las grandes bibliotecas públicas estaban deshechas, por haber sido trasladados á Constantinopla los libros
’
De denarius, monedilla de
moneda.
—
(
N. del T.
oro,
más
preciosos.
que valia 25 denarios de plata ó 100 sestercios, y tenia un valor equivalente a 24 reales de nuestra
ALEJANDRIA MODERNA
51
Constantino ántes de resignarse á la pérdida completa de Egipto y Alejandría, intentó un último esfuerzo, enviando una flota á la embocadura del Nilo. No falta quien sostiene
qne los griegos
la
reclamaron á consecuencia de haber contestado
magistrado de una de
las ciudades,
Amr
que preguntaba á cuánto ascendería
lo
siguiente, al
la capitación
que
PATIO DE OXA CASA EGIPCIA DEL TIEMPO DE LOS CALIFAS
se Ies exigía. »iglesia,
«Aun cuando me
dieras, dijo
Amr,
un monton de monedas de oro que desde
indicándole
una de
las
paredes de una
los cimientos se elevara hasta el techo,
»no diría basta. Vosotros sois nuestro tesoro: cuando necesitamos mucho dinero tomamos »mucho; cuando hemos? menester poco, tomamos poco.» Trabóse, pues, la pelea cerca de Nakjus, y aun cuando
el
árabe alcanzó
la victoria,
sólo fue después de haber vertido
ALEJANDRIA MODERNA
51
Constantino ántes de resignarse á la pérdida completa de Egipto y Alejandría, intentó un último esfuerzo, enviando una flota á la embocadura del Nilo. No falta quien sostiene
qne los griegos
la
reclamaron á consecuencia de haber contestado
magistrado de una de
las ciudades,
Amr
que preguntaba á cuánto ascendería
lo
siguiente, al
la capitación
que
PATIO DE OXA CASA EGIPCIA DEL TIEMPO DE LOS CALIFAS
se Ies exigía. »iglesia,
«Aun cuando me
dieras, dijo
Amr,
un monton de monedas de oro que desde
indicándole
una de
las
paredes de una
los cimientos se elevara hasta el techo,
»no diría basta. Vosotros sois nuestro tesoro: cuando necesitamos mucho dinero tomamos »mucho; cuando hemos? menester poco, tomamos poco.» Trabóse, pues, la pelea cerca de Nakjus, y aun cuando
el
árabe alcanzó
la victoria,
sólo fue después de haber vertido
ALEJANDRIA MODERNA
52
de la ciudad, cuyos
apoderarse no poca sangre; mas al cabo logré hecho, de dejar para cumplir el juramento que tenia
como
vil prostituta.
casa de
Desde aquel momento en
él
muros mandé derrabar
lados á Alejandría accesible por todos
el
^ los árabes, penetran o Egipto quedó completamente sometido á
profundamente en aquel una nueva cultura que, arraigando
suelo, creció y desarrollóse
con gran rapidez.
.
del Islam tiempo brevísimo que invertieron los sectarios pocas fueron no que Cierto característicos del país conquistado.
Causa verdadera maravilla ver en asimilarse
los
elementos
el
su antigua fe con una obstinación comunidades coptas que permanecieron fieles á escasas las que adoptaron las máximas verdaderamente egipcia; pero tampoco fueron cenobios y las capillas, y los esbeltos alminares religiosas del Profeta. Cayeron con esto los
las
que ostentaban
la
brevemente por comercio y
la
de Europa los de
tal
media luna, descollaron sobre
los países
difundiéndose
las enhiestas torres cristianas, el arte y robusta vida:
musulmanes una nueva
la ciencia, el
y
á influir en el modo de ser industria cobraron nueva animación, llegando aquella civilización original, grandes progresos realizados en esa época por efectos se sienten
manera que sus
envidiable privilegio de marchar á
aún hoy
dia.
Cupo una vez más
al
Egipto
el
concercabeza de las otras naciones orientales, en lo Alejandría el espíritu; siquiera no fuese ya la ciudad de
la
niente á los fines más elevados del su poder. centro donde se encontraban su fuerza y de Amr (Fostat) había brotado tienda la rodeó que campamento
el
Cairo,
Del
y Omar
á su juicio la turbulenta colonia griega impropia habla pronunciado su sentencia contra por los califas, nombrados valíes Los Egipto. de señor un la residencia de
para constituir
y aún
los califas
mismos, establecieron, pues, su córte en
desde aquel lugar de descanso las caravanas que
momento
el Cairo,
y en
el
Cairo teman
se consagraran al comercio de
del comercio Alejandría, sin embargo, continuó siendo el imperio
Oriente y de Occidente.
los nuevos mercados árabes, y los puertos del marítimo del Norte y del Mediodía, siquiera que en poco tiempo habían alcanzado Venecia, Genova y Mediterráneo, especialmente
grandísima importancia,
en
los beneficios.
le
adjudicara arrebataran la parte del león, que hasta entonces se encontró se cual lo con Esperanza, Buena de el cabo
Doblado más tarde
americano, disminuyó en gran y descubierto el continente buques que frecuentaban sus puertos semi destruidos, y los otro la insolente nobleza mamelucá, después de la beyes de Turquía por un lado, y por imperio otomano, la redujeron á tal 'extremo, que era incorporación del Egipto al vastísimo
nuevo camino para
manera
el
sólo pálida
las Indias,
número de
sombra de
los
lo
que fue en otros siglos, cuando desembarcó en
ella
el
ejército
de las Pirámides la importante victoria que le hizo francés. Bonaparte alcanzó delante francesa cerca de las riberas dueño del Egipto, y Nelson destruyó la poderosa escuadra Aboukir. orientales de dominación francesa, con tan buenos Conocidos son los hechos de la breve época de la auspicios
comenzada,
como desgraciadamente concluida.
Aun
así
fué
de
provechosos
ALEJANDRIA MODERNA resultados; pues no sólo la
empujó por nuevos senderos
53
los destinos de Egipto, sino
que llamó
atención de los sabios de la culta Europa sobre la antigua patria de los faraones, y
sobre los
monumentos gigantescos que, contando numerosos
siglos de existencia, podían
proporcionar elementos valiosísimos para estudiar bajo todos sus aspectos, en todas sus manifestaciones, y según sus tendencias todas una de las civilizaciones
que en su historia registra
más
antiguas ó importantes
humanidad, despertándola á nueva vida cual
la
pudiera hacerse con un hombre sepultado vivo.
PLAZA DE MOHAMED-ALÍ
Entre los
oficiales
subalternos enviados en
1802 por los turcos contra los franceses,
encontrábase un hombre cuya actividad prodigiosa, cuya decisión exenta de contemplaciones y cuyas excepcionales dotes de hombre de Estado bastaron para que
experimentara una transformación completa. los franceses, ó
que registra pertenece
el
el
Mohamed-Alí, según presente
le
valle
como
apellidan los alemanes,. es uno de los
Conocido es como fundador de
siglo.
el
El nombre de Mehemet-Alí,
la
del le
Nilo
llaman
más famosos
noble dinastía á que
virev Ismail-Bajá, no habiendo quien ignore lo que habría sido del trono de
los sultanes de Constantinopla ,
merced
de las potencias europeas; pero EGIPTO,
TOMO
lo
al arrojo
de este héroe, sin
que saben pocos es
lo
la
oficiosa intervención
mucho que
hizo
en pro del
I. ]
4
ALEJANDRIA XODERNA
54
El
desenvolvimiento interior de Egipto.
país
le
es deudor del
gusto por todas las in-
bu riqueza Providencia, constituyen ai picante novaciones que como una bendición de la especialmente le debe cuanto es, y Alejandría porvenir. para lo v forman sus esperanzas podía de gratitud, de que en justicia no no ha hecho más que manifestarle un testimonio ecue&ti e la magnifica estatua su con embelleciendo dispensarse bautizando con su nombre y ,
,
,
plaza del barrio franco, tan rica
en hermosas
calles.
á cumplida
imposible llevar Mohamed-Alí comprendió que había de serle completamente infatigable, sin api o\ echai&e de genio su agitaban que proyectos grandiosos realización los la civilización occidental
que la y de los medios de acción
misma
le ofrecía.
Apresuróse,
PUERTO VIEJO DE ALEJANDRÍA
europeos, puesta la mente en que se pues, á llamar en su auxilio ingenieros y arquitectos el Puerto Viejo, abierto de nuevo á los robustecer ensanchar profundizar, de trataba y técnicos pudo llevar adelante buques de todas las naciones. Con el auxilio de distinguidos convenciéndole la experiencia, al gobernaba que país del al riego encaminados sus planes, el vuelo que él mismo deseaba, cabo de breve tiempo, de que para que Alejandría tomara por medio de un canal que la potables, aguas abundantes era indispensable surtirla de ,
enlazara con
el
Xilo.
Señor de vidas y haciendas en á
los
el
terreno que gobernaba, hizo un llamamiento general
aldeanos de las diferentes comarcas de Egipto, y con
un -canal
el
concurso de los mismos abrió
navegable, que, describiendo una ancha curva rodeaba
el
lago de
Edku, enlazándose
ORILLA DEL CANAL DE MOHAMED
V'
*
> .
.
'
/
¿é
ALEJANDRIA MODERNA
Fum—el-Mahmudije
cerca de
concurrieron a
la realización
con
o
brazo de Roseta.
el
i
Doscientos cincuenta mil felahes
de semejante empresa, y
si
bien es digna de compasión
la
muerte de esos desgraciados, que por falta de alimento y exceso de fatiga murieron á miles,
no cabe desconocer
importancia de
la
la
obra por ellos realizada, ni olvidar que con
la
misma
se alcanzó el fin apetecido, consistente en que penetraran de nuevo en el puerto de Alejandría las
producciones de Egipto
habitantes
en que desapareciera
;
más importante
el
Recorriendo
la
aridez del suelo
y en que tuvieran sus
,
de todos los medios de subsistencia.
presente las orillas del canal, parece imposible que hayan transcurrido
al
apenas cincuenta anos desde que se dio
primer golpe de piqueta.
el
á corta distancia de
las
egipcios,
erguidas sombrosas
levántanse
orillas,
en que atracan unos
En
las colinas situadas
lado de otros
al
numerosos botes
pal-
meras; y en las cercanías de la ciudad, en el en que al lado de los barcos achatados carac-
sitio
de aquella comarca, se ven fondeadas
terísticos
en que realizan los poten-
las lujosas dahabijes
barcazas
tados sus viajes de recreo,
llenas
de
mercancías y remolcadores de vapor; distínguense magníficos palacios, y lindísimas y numerosas quintas, la
mayor parte rodeadas de
los cuales crecen
jardines, en
las plantas
y florecen
de todas
las zonas.
Las pingües riquezas proporcionadas por canal
á la ciudad,
tarde punto
un tiempo poderosa
menos que reducida
y
este
más
á la indigencia,
todavía se aprecian mejor cuando saliendo á las
primeras horas de Roseta,
se
tarde por
la
marcha
á
lo
puerta de
la
sus
largo de
orillas. RIEGO DE LAS GALLES
El viernes y
el
domingo especialmente,
dias
de descanso para los árabes y para los cristianos respectivamente, pulula por las calles
regadas por jornaleros negros, y á pesar de esto siempre polvorientas, un gentío inmenso, ávido
En
de diversiones,
tales dias
entre el cual
se
distinguen
arrogantes jinetes y lujosos carruajes.
v en semejantes horas los atajados cocheros piden, y
por sus lindos coches de plaza, doble y triple alquiler que
demás, v los sais ó andarines,
marchan corriendo ante
los
cuando los fogosos troncos que ocupan
descalzos,
trenes
marchen
de al
los carruajes, visten á la
los
pero arreados millonarios,
galope detrás de
europea, del
con
sin ellos.
lo
que es más obtienen,
fijado
el
sus
en
la tarifa
más
para los
lujosos trajes,
parar y sin fatigarse,
Las damas y
mismo modo que
aun
los caballeros
los pedestres;
pero
el
consiste en un casquete tarbux árabe más comunmente conocido con el nombre de fez, que borla negra, hace la competencia al sombrerito de fieltro. rojo adornado con una larga EGIPTO,
TOMO
I-
X
5
ALEJANDRIA MODERNA
58
Los que usan lugar de dejar
primero jamás se
el
la
saludo levantando
calva al
un poco
lo
descubierto
la
mano
quitan de la cabeza, ni aun para saludar; pues en para semejante menester, dirigen al conocido un
derecha.
oro y los diamantes y mácense sitios en que se exhiben al público las bellas alejandrinas.
Cruje la seda, brillan
el
las. flores
Ni
faltan
cuyos maridos, sin mavor inconveniente, pueden encargar á París
y las plumas en los entre ellas algunas los
ricos
que
trajes
lucen sus esposas; á Viena ó á Milán los lujosos coches en
que pasean
,
y aun tomar palco funciones de
asistir á las
para
ópera italiana que se dan en el teatro Zizinia.
que
La verdad
es
guerra de América creó
la
aquí fortunas inmensas
hov mismo
el
pero
,
comercio marí-
timo proporciona pingües beneficios á los entendidos comerciantes que aquí residen,
como
prueba
lo
hecho de
el
puerto de
haber visitado
el
Alejandría en
estos
últimos
años, nada menos que tres mil
por
buques,
La
término
medio.
exportación de una mercan-
cía,
relativamente
nueva,
el
algodón, constituye una de las
bases más importantes comercio, y no
lo
las operaciones de
del
son ménos
banca lleva-
das á cabo por las sociedades SAIS EL
huerfanillo
ANDARIN
ha reconquistado su
perdida
y riqueza,
proviene principalmente de los manantiales
En
este
el
los particulares.
bienestar
y que llenaron
el
tesoro
de sus antepasados.
mercado, totalmente desprovisto en tiempo de Norden, encuéntrase
cuanto puede apetecer
el
más exigente europeo y
el oriental
más
El mísero
que hoy experimenta,
sibarítico.
al
presente
Los vendedores
entre los de frutas y verduras son por punto general de procedencia egipcia: en cambio faltando una no condiciones, clases europeos de todas pocos no distínguense compradores y
que otra siniestra
ama
de casa, elegante y rica,
sombra su criado ,
más negro que
de blanca y rosada tez, á el
mismísimo ébano.
la
cual sigue
como
—
ALEJANDRIA MODERNA Excepción hecha, de Abbas-Bajá, cuyo carácter era de
Mohamed-Alí han seguido
en provecho de Alejandría,
empeño en
especial
con
el
el
ejemplo que les diera
las conquistas realizadas
fomento de cuanto podía
el
59
hostil á los extranjeros, lo el
fundador de
por
facilitar
la
sucesores
la dinastía, utilizando
cultura europea, y poniendo
sus comunicaciones con Europa y
resto de Egipto.
Said-Bajá
predecesor de Ismail, hizo limpiar y dar mayor profundidad al canal de se había obstruido, facilitando la corriente de sus aguas por medio de grandes obras de fábrica; terminó la Via férrea de Alejandría al Cairo, ,
Mahmudijeh, que
y emprendió
construcción de
el
la
red de caminos de hierro, cuyas mallas estrechándose de dia en cha cubren
aproximan
la Delta,
Suez
la
gran puerto
al
de.
puerto del Mediterráneo, y
acercan unas á otras las ciudades
más
importantes de dicha región.
Sai d—Bajá residió casi siempre en
Alejandría, por cuya ciudad sentía predilección especial desde la época en
que,
viviendo aún su
más que
Desde su
cia.
padre,
no era
almirante de la escuadra egipde Gabari,
castillo
rodeado ántes de jardines y convertido hoy en ruina informe, situado en el
—
extremo occidental de
la
ciudad, en
el
lugar en que se hallaba ántes la neeró— poli,
y en
realizan
punto
el
hoy
mismo en que
se
las carreras de caballos á
europea, ese príncipe derrochador,
la
pero no desprovisto
de
talento,
solia DAMA ALEJANDRINA CON SU CRIADO NEGRO
presenciar los ejercicios de sus tropas.
Todavía se distinguen los vestigios del podium de hierro que mandó construir para poder el polvo le molestara, las maniobras militares y el alarde de sus fuerzas, aquí añadiremos por nuestra cuenta, que éstas sufrirían no poco, debiendo marchar
presenciar, sin que
—y
con sus charoladas botas de ordenanza, sobre ese suelo caldeado por un
También mandó enlazar su
sol abrasador.
palacio de verano, llamado Marjut, con Alejandría, por medio
de un ferro-carril, destinado á atender á las necesidades del ejército acampado en las cercanías de aquél: pero dicha via, que media cinco kilómetros y atravesaba un espacio
completamente
desierto,
quedó
al
cabo sin aplicación.
Tales extravagancias y otras á ellas
parecidas, que revelan su carácter caprichoso y amante de
embargo inconveniente, para que las
el
la
prodigalidad, no fueron sin
aprovechado discípulo de Koenig-Bev,
enseñanzas de su maestro habíase puesto
al
corriente de
— que merced á
cuanto han producido de
ALEJANDRIA MODERNA
60
fuera accesible a los pensamiento» y la cultura europea,— proyectos sólo acogió con aplauso los no que jamás olvidará no más elevados. comunicación, en poner de fin á Suez, de istmo de M. de Lesseps, encaminados á romper el segundó las del Mediterráneo, sino que por medio de un canal, las aguas del Mar Rojo con lo> medios proporcionándole francés, la perseverancia del emprendedor el entusiasmo
importante y elevado
La
la civilización
historia
y indispensables para llevar adelante
su
hasta la terminación de una obra que
atrevido pensamiento.
Después de una breve y dolorosa enfermedad
Alejandría.
No
lo
fue concedido
su tanto debia influir en la vida mercantil de falleció
en
el
mmi
amada
mes de mcio
d(
donde linda mezquita de la propia ciudad, 1863. y sus restos fueron sepultados en una cercanos, mas parientes sus á cuanto En fieles. los visitan solamente algunos amigos ejercido, en virtud de la absinda ningún derecho tenían á la dignidad de virey que él había liase' afortunadamente, y en tiempos más cercanos, ley de sucesión que entonces regia y que Ismail-Baja, el glorioso de hijo Ismail, Mohamed-Alí, nieto de el abolido. Fue su sucesor vencedor de Nezib.
de
Alejandría Ismail, jetife o Nie\ ha hecho menos que sus predecesores en favor de poltítulo al soberano del Nilo, dicho reconocido fué le año cuyo en Egipto desde 1867,
la
Puerta Otomana. Por
No
á este
él le
aludir designaremos también nosotros cuantas veces debamos
exento de preocupaciones, hombre cuya prudencia, perseverancia y carácter enérgico y
tan poderosamente ha influido
alcanzado
el
Egipto,
lo
mismo
en
el
sorprendente
bajo el punto
desarrollo
de vista interior
que en
que en el
breves
anos ha
concepto exterior.
idad entrar en más detalles respecto del carácter y de la actn obstáculos de toda naturaleza con nos fijaremos ahora, siquiera de paso, en los obra de reforma que emprendiera á de luchar para llevar á cumplido término la
Y dejando para más adelante del Jetife.
que hubo
fin de elevar la cultura del país.
mas como no decaigan su
No
conseguido: es esto decir que completamente lo haya
no se interpongan en su camino extrañas ha propuesto, con gran provecho para se que punto
fuerza y perseverancia, y
al influencias, llegará indudablemente
Fijémonos ahora en lo que le debe Alejandría. sus pueblos, en un porvenir no lejano. Suez. Las la abertura del istmo de Sobre todo y ante todo, la terminación de poderosallamaron canal, del inauguración la de motivo magníficas fiestas celebradas con de la cual han de reportar empresa, una de respecto entero universo del atención
mente
la
lia realizado, sino también todas las naciones inmensas ventajas no sólo el pueblo en que se atravesado las aguas del canal las hubieron cuanto En mundos. marítimas de los dos por encanto, numerosas compañías de transcomo formáronse, embarcaciones, primeras vapores austríacos, italianos, franceses, ingleses, rusos portes marítimos, y las líneas de un comercio regular: el número de los buques Alejandría con presente al v turcos sostienen Eunostos aumenta de un año para otro, siendo de que penetran en el antiguo puerto de últimamente bajo la inspiración del Jetife, harán esperar que los trabajos emprendidos breve período, uno de los primeros puertos no sólo del de la antigua abra helénica dentro de
Mediterráneo sino
del
mundo
entero.
ALEJANDRIA MODERNA Al suroeste de poi centenal
SG las
0111
la
61
ciudad, cerca de Meks, cense los inmensos talleres en que se elaboran,
de miles, los bloques destinados á estas obras, al paso que numerosos obreros
P ean cn
la
extracción de inmensos peñascos procedentes de las canteras existentes en
abruptas montañas de
de la
isla del
la orilla. El espigón que se distingue delante de la punta oeste Faro que formando ángulo obtuso se dirige hacia Meks, cn una extensión de
MEZQUITA
más de
tres
reducidísimo
kilómetros,
constituye
!>F.
SAID-BAJÁ
una obra
número de construcciones de
la
de millones de toneladas de piedra natural y
cuya importancia sobrepuja tan sólo un época faraónica: incalculable es
artificial
que en
ella
el
número
se lian empleado.
Un
segundo espigón no menos importante, siquiera su extensión no pase de un kilómetro, enlazado con el antiguo sitio destinado al paso de las caballerías: así como una línea de muelles últimamente construidos EGIPTO, TOSIO
I.
al oeste del
antiguo Heptastadion, proporcionan I
al
6
puerto
ALEJANDRIA MODERNA
62
extensión y seguridad como jamás
tales
haya tenido, ni aún en
las
misma época de
la
los
Tolomeos.
Mucho
ha hablado en Europa de
se
enormes sumas que
las
gobierno egipcio ha
el
la imprevisión invertido en los últimos diez años, con
y amor
al
realización de las obras fausto propios del carácter oriental, en la
han puesto mientes en en que nos estamos ocupando; mas no se que con el resultados los en lo costosas que son de suyo, ni en olvido los que transcurso del tiempo deben producir, echando las bellotas el que alcanza el tal decian que no es quien siembra el ca^o las encinas, con la circunstancia de que, en
que rinden
fruto
una prosperidad supei ioi
presente, aseguran aquellas a Alejandría á -
¿cómo acabará todo eso?
•
que pueden prometerse otras ciudades. porte en Aquí fondean con toda seguridad los buques de mayor
la
los
temporales obras robustísimas,
los ataques de los
hombres muy bien entendidas
Lm puerto qué protegen" contra
con gran inteligencia dispuestas y contra
,
,
fortificaciones. las
enlazan la ciudad comercial con aquí parten todos los ferro-carriles que
°De
no menos importantes de
ponen
el
con todo
que Cairo, Suez y Roseta, y los alambres telegráficos
el
Egipto en comunicación instantánea el
mundo
y hasta con
civilizado
Un
interior de Africa.
el
sistema completo y hábil-
mente calculado de canales y alcantarillas
sui
te
población. de aguas potables las casas todas de la
Hasta
las
más
calles
gas;
siendo únicamente
tortuosas del barrio
europea se se
del
lejanas
las
árabe
ha vencido aún
la
la
más estrechas y que de
las
hallan privadas,
centro de
alumbrado por
del
el beneficio
ciudad disfrutan
acaso
la
luz
porque no
preocupación de aquellas
gentes que contemplaron con sorpresa, no desprovista de
terror, una innovación paia ellos
maravillosa y hasta incomprensible.
más importantes vistas de
espaciosas aceras.
siasmo por jetife
la
plantación de
El gusto y entu-
árboles,
ismail parece haber heredado
Mohamed-Alí;
Las vias
ludíanse adoquinadas y pro-
que'- el
de su abuelo
IGLESIA PROTESTANTE EX ALEJANDRÍA '
ha-sido igualmente de -'gran
provecho para Alejandría, que para atender á -
-
las
necesidades- de
además con un numeroso y entendido consejo especial de sanidad. El sentimiento de caridad, que no es exclusivo de la religión
su higiene,
cuenta
•
cristiana, sino propio
â&#x20AC;¢r
-
' -
-
ALEJANDRIA MODERNA también de
pítales, siendo dable observar, hasta
genuinamente egipcios, s0 ^°
P°i
el espíritu
en
la erección
de orden importado de Occidente, que basta á multiplicar
valor de los donativos debidos á las personas caritativas. ,
varse la cruz que remata
en
brilla
alminar de
la
agudo chapitel de
el
En
y recorriendo
las iglesias
y
la
ellos se
encuentran
ciudad puede obser-
capillas cristianas, al lado de la
cúspide del
las mezquitas.
de diferentes líos
de los establecimientos do beneficencia
el interior
ejerciendo su oficio médicos de las diferentes religiones
luna que
65
dado como consecuencia inmediata
la islamítica, lia
,
Coptos
y griegos de ambas confesiones,
romanos,
católicos
protestantes,
comuniones anglicanas y presbiterianas,
todas
las
religiones
y
creencias tienen aquí sus templos,
y hasta
los judíos se
entregan en
magníficas sinagogas á las cere-
monias de su insignificante
lestados
el
más
temor á verse
mo-
culto
por
,
sin
musulmanes,
los
cuyas mezquitas
muv
ofrecen
poco de notable.
Para
constituye
título de gloria
no sólo
verdaderamente
de su culto á
en.
el
no
ejercicio
facilitado la erec-
templos ó iglesias,
mediante
la
terrenos.
Mohamed-Alí
los católicos
hecho, de
más importante
el,
aún, de haber sus
el
los colonos de otras
creencias, sino
de
legítimo
notable,
haber molestado
ción
Moha-
los sucesores de
med— Alí,
concesión de vastos regaló á
romanos numerosos
y extensos solares
:
la
SARRAF Ó CAMBISTA
pequeña y
linda iglesia protestante construida cerca
que se levantaba
el
antiguo
Bruchium
congregación de alemanes, se eleva en Said-Bajá.
Aquí debemos
consignar
el
que
del
orilla
la
y en
,
la
cual
Puerto nuevo
emplazamiento cedido á para
los
en
,
los terrenos er
un pastor aloman predica ante una protestantes
los
no
evangelistas
pertenecen á ninguna de las sectas inglesas, se predica también en francés hospitalario templo fué consagrado EGIPTO. TOMO I.
en 1866
el
dia
cumpleaños
del
por
alemanes que no
y que el emperador Guillermo, ,
.
ALEJANDRIA MODERNA
66
de
contribuido
habia
que
no menos liberalmente que
románico, proyectado y dirigido por
estilo
M.
por los amantes del arte egipcio.
el.
Jetife
el
á la erección del edificio,
Erbkam, por demas conocido
arquitecto
Lüttke, autor del libro titulado «Los tiempos nuevos »del Egipto,» fue el primero que en él Dios,
dejó oir la palabra de
contribuido
haber
á la realización
con
legítimo
dé
» pequeño
edificio
largueza
notoria
la
obra, de
»así decirse,
dea »
é
de la
CEMENTERIO ÁRABE
» ondas »
tananza
,
»y hasta
cual,
ocupaba en los
«La
elegancia de este
junto á y su situación
»la orilla, en el punto en que, el
la
se
orgullo
siguientes términos:
después de
con
si
puede
antiguo puerto se redon-
hincha su seno; frente por frente llanura del
mar cuyas azuladas
vense mecer hasta remota
Ion—
saludable. Más de un viajero ilustre, producen una impresión encantadora y con motivo de su visita á Alepríncipe imperial de Alemania, que
mismo
el
entrar en
»jandría hecha en 1869, se dignó
la
capilla
han experimentado
,
la
referida
de palabras de entusiasmo.» » impresión, que han expresado por medio
Según dejamos expuesto, una verdadera patria en
mueven con omnímoda el
los
pueblos de todas crecen
cual
la
libertad
,
la
material;
vida
preciso
siendo
que
siquiera nos cause pena decirlo,
barga
por completo las fuerzas
casi
de los extranjeros como país. Vivir con
idea; del
luchar
espíritu
;
ennoblecieron
el
para
la
cultivar
de
arte
y
mopolita.
a
.
campo
confesar, ésta
em-
todas así
defender
la
una
bienes
ciencia
que
entre
lo»
que
renacimiento de la ciudad cos-
al
Y
/
han encontrado en Alejandría
antigua Alejandría, sentimientos
la
son que se buscarían en vano
han presidido
el
conquista de los el
a
naturales del
los
de
propósito
las creencias
mismo en
lo
terreno de la vida religiosa, que en
de
y
se
sin
embargo
el
espectáculo
ASOMADITA Á LA VENTANA DEL HAREM
que
en cierto modo reproduce en más ciudad moderna nos encanta y maravilla, y ciudad antigua. En efecto, así como de un concepto ciertos rasgos de la fisonomía de la los bárbaros, hoy ha logrado en otro tiempo supo mantenerse griega en medio de
ofrece la
librarse
del
puntos del musulmán que da constantemente en ojos en los demás aveneuropeos de inmigración la mil años, dos hace Al presente, como
sello
valle del Nilo.
ALEJANDRIA MODERNA tureros ficante
so
,
en una ciudad cosmopolita, en
(‘pujado
i
67
especialmente griegos ó italianos, ha transformado una localidad egipcia insigni— la cual
por los elementos extranjeros:
población de Alejandría consiste en
el
hoy,
elemento indígena se halla con
mucho
como
que
entonces,
puede decirse
una abigarrada mescolanza de
la
de la Europa
tipos
meridional, á
la cual pueden aplicarse perfectamente las palabras de Adriano á Servia no «no conoce más que un solo Dios, Mammón,» (el dinero): tanto es lo que se afanan
mdS c e ^ os negociantes y mercaderes aquí establecidos, para realizar en breve tiempo una gran fortuna, siquiera para ello deban arriesgarse en empresas temerarias y l° s
^
especulaciones atrevidas, y tan poco trabajo constante y
lo
que
les
mueve una
posición modesta, hija de
un
nunca interrumpido.
PALACIO DEL JETIFE
Cierto
que no
faltan
personas dignísimas de todo aprecio y consideración, inglesas,
francesas, alemanas, suizas, griegas
mas también
y levantinas, entre
es preciso consignar que
las
que se dedican
aventurándose en los centros de
la
al
comercio;
colonia griega
de juego y de corrupción, se encuentra una población hedionda, y en sus numerosas casas corrompida, repugnante y desenfrenada, tal cual no podría encontrarse igual ó parecida
en
las ciudades
La lo
más
familia judía
desempeñó en
ricos
,
populosas.
desempeña también papel importante en
la antigua.
Entre
los individuos
que
la
la
Alejandría moderna
componen
los
,
como
hay inmensamente
pudiendo decirse que por sus manos pasa la parte más importante de los negocios. ello basta con leer la razón social de la mayor parte de las casas de
Para convencerse de
ALEJANDRIA MODERNA
68
comercio, y con echar una ojeada sobre los numerosos cambistas fSarraf) que sentados detrás de sus mesillas, en las esquinas de las calles, ofrecen sus servicios al primero que los reclama.
Pero
el
que quiera conocer
del comercio internacional,
y diríjase hacia
el
el
Oriento, no se detenga
ya que no
sud, en busca de la
halla relegado á los barrios
más
muy
poco; tanto que en su
hermosa ciudad de
lie
esta metrópoli
sus bártulos cuanto antes
los califas.
lejanos y miserables, siendo no
Aquí
el
árabe se
menos abundantes que
sus mayores. Hasta los mismos turcos significan
éstos los cementerios en que descansan
aquí
mucho tiempo en
de encontrarlo, sino
lia
mayor
parte viven en la isla del Faro en casas que
si
EUNUCO
bien de apariencia modesta, son
dominadas por ras
el
(Ras-et-Tioz)
muy cómodas
majestuoso palacio del Jetife, por Mohamed-Alí,
muy
y están
bien dispuestas,
construido sobre
el
hallándose
cabo do las Higue-
y restaurado por Ismail-Bajá. Es ésta una servil el mar, semejante edificio,
imitación del Serrallo de Constantinopla; pero apesar do bañarlo
desprovisto de estilo, el
la
apenas nos recordaría
harem que rodean frondosos
mirada de unos ojos rasgados
celosías;
mas
de
fijo
se
El
jardines.
que
hallará con
le
el
Oriente,
europeo
si
no
se
levantara cerca de
curioso podrá no
contempla á través del velo y de esos eunucos que en todas
uno de
él
encontrarse con las espesas las
casas
8
EGIPTO,
TOMO
I
1
ALEJANDRIA MODERNA
71
PALMERAS
principales
egipcias
se
emplean en
la
guarda de
las
mujeres, y que en
imperios orientales elevábanse á los mayores puestos del estado
los
antiguos
1 .
Los musulmanes que en tiempo de los primeros califas, concedieron á las mujeres un lu"ar muy distinguido en la sociedad, tomaron de los Bizantinos esta costumbre abominable. Éstos á su vez la liabian tomado de los orientales, pudiendo decirse por lo tomara. Sea como tanto, que el Oriente la devolvió con creces al Oriente de quien la quiera liacc oficial. i
mucho tiempo que
los
eunucos han sido excluido» de todo puesto de
caí actci
Pertenecen en su casi totalidad á las razas negras que habitan las comarcas baña-
La palabra eunuco
se
formó de euné, lecho: y echo, tener, guardar.— fX. del T.¡
;,
ALEJANDRIA MODERNA
72
das por vista
el
Nilo superior; y
poco recomendables,
si
bien su aspecto repugnante y soñoliento los hace á primera confesar que se distinguen por su prudencia y honra-
es justo
maravilla y que desempeñan á confia. Apenas si se encuentran en
dez,
veremos, abundan mucho en
el
régimen y dirección de
las
calles
la
casa cuyo cuidado se les
de Alejandría; pero en cambio, y según
el Cairo.
por acaso imagina
Si
viajero hallarse en
el
Oriente, en cuanto da unos pasos sale de su
cuanto
pues
ilusión;
á Europa, y esto á
mucho
la
vida
rodea
le
tal
los
últimos
vestigios de
hayan derrumbado hasta
del postrero
embargo
la
cuando
vida oriental. Cuando esto se realice; se
en
borrado
occidental habrá
Alejandría hasta
recuerda
le
extremo, que antes de
los últimos restos
quedarán sin
de sus alminares,
dos objetos que recuerden su origen:
uno perteneciente
al reino vegetal
,
la
palmera
otro al reino animal, el camello.
Imposible es pensar en Egipto sin recordar al
propio tiempo sus palmeras, esos hermosos
elegante» árboles que, cual robustas v al par
coronadas columnas, elévanse majestuosamente cimbreantes palmas, que como de gallardas y techo protector dispensan á
lo lejos
bienhechora, comunican valor á del
su sombra fertilidad
la
agradablemente la fatiy rompen ¡Cuan grato e» desierto. del monotonía
suelo,
gosa COSECHA DE DÁTILES
reposar debajo
de su
Su gracioso
sombra!
»u»
brisa, al pié de penacho se mece blandamente acariciado por la más débil encantadores bosquecillos los sitios en que crecen agrupadas formando
m la
luz
con las sombras en cambiantes á
Honrad
» suelo »
la
del
más
caprichosos.
Do
quieia
unco.
-
ha
peno
lo ha dicho. palmera: y es que el mismo Piofeta del pedie & o»o materna, tia una que y lo palmera, puesto que es para vosotros á cual má» hecho brotar una fuente abundante de done»
trado el Islam ;<
cual
ti
juguetea ,
allí
le
desierto
ha seguido
la
ha
preciado! L>
Los Mahometanos
la
misuicoidin veneran como don inestimable que Dios, en »u
arab naturalmente la mas joven, es entre los I Según se echa de ver por esta expresión de Mahoma, la tia materna, C misma palabra teta se empleara ace - a dS eta (tieta) para los catalanes; siendo más de notar aún que esta imaginar que sta de habta ¿Quién !V, 412. Riada, verse en la puede n el mismo sentido por los jonios, según e ni en otra lengua a 0 una n el catalan vulgar, que no tiene equivalente que sepamos en el castellano,
q
™
empleada
J^VZmara
iarte
del
repertorio clasico-homérico?
— (N. delT.)
ALEJANDRIA MODERNA infinita,
ha querido otorgar á
intencionalmente
No
ti
los fieles
una palmera
en
los lugares
en que se establecen:
maltratar
seria considerado grave delito.
en Oriente don alguno de la Providencia más útil é importante que el palmera; y de aquí que no nos sorprenda que uno de sus poetas, por medio de un ingenioso letruécano haya formulado en proverbio el incomparable valor que conceden los orientales á dichos objetos, diciendo: existe
camello y
la
1
La palma Sí,
es el camello
mei ecidas son tantas y
y
el
camello
tales alabanzas:
la
palma del
desierto.
de la raíz á la cima no tiene este árbol
parte alguna que caiezca de \erdadera utilidad. Regiones
hay en Oriente que no disponen
de otra madera de construcción que la que les proporciona
el
mismo; con su
tronco del
corteza filamentosa lábranse cuerdas y esteras; sus ramas se emplean en la construcción
camas,
de techos, de
cantidad
racimos de dátiles natural
el
y no hay para que hablar de la prodigiosa y regalado alimento que producen en otoño los pingües que brotan á raíz del penacho de sus ramas. Explícase, pues, por jaulas y cestos;
sillas,
sano
nutritivo,
esmero que ponen
los árabes
en
el
cuidado de esos árboles de sexo distinto,
conocidos ya por los antiguos egipcios con los nombres de palmera padre y palmera madre, y la atención con que auxilian artificialmente á la naturaleza, espolvoreando con el
polen de
palmera macho
la
Así como
el
tañas, de la propia suerte
cimbrear de
la
las flores de la
.
airosa
árabe se juzga desterrado cuando no distingue
el
palma.
Por eso
pudiendo vivir en su nueva patria sin traer
palmera hembra
suizo en país extraño suspira tristemente recordando sus agrestes
primer
Ommiada que
reinó
en España, no favorito, se hizo
de la Siria un tierno plantón que colocó por su propia
Ruzafa, cerca de Córdoba, dispensándole
mon-
gallardo
sombra protectora de su árbol
el
la
el
las
más
mano en su
alquería de
y no satisfecho
cariñosas atenciones;
con esto todavía, escribió en honor de su querida palmera una sentida é inspirada composición en la cual, con candorosa sencillez y amorosa ingenuidad, revela los sentimientos
que excitaba en su alma
la
contemplación del árbol predilecto de su país.
Tú también eres ¡ob palma! En este suelo extranjera. Llora, pues; mas, siendo muda,
¿Cómo has de Tú no
llorar
mis penas?
sientes, cual yo siento
le
da
A el
A
tus
hermanas de Oriente
las
tristes
palmas que
quejas el
Eufrates
Con sus claras ondas riega; Pero tú olvidas la patria
A
El martirio de la ausencia.
1
A
Mandarías
par que
me
la recuerdas;
Si tú pudieras sentir
La patria de donde Abbás
Amargo
Y
llanto vertieras.
el
hado adverso
me
alejan
comarcas de España en que se cultiva semejante operación, que practican también los labriegos, en las expresivo
nombre de machear
.
—
la
palmera, se
.
2 A la versión castellana que, ajustándose al texto aleman de A. F. Schack en su eruditísimo libro sobre la Poesía y Arte de los Arabes en España y Sicilia, dio, de la tierna composición del Beni-Omeya Abderrahman, nuestro respetable maestro don A. Bergnes, hemos sustituido la debida á la elegante y castiza pluma de nuestro distinguido amigo el Sr. D. JuanValera, que con
;
:
ALEJANDRIA MODERNA
76
raíz de los hermosos palmares Este árbol cantado por tan poética manera, fue tronco y en Alicante y Murcia, y especialmente España, de Mediodía del provincias las que en acariciadas por las brisas del mai E sobre todo en Elche, mecen blandamente sus ramas A nosotros los modernos, acostumbrados á contemplar el Egipto bajo el aspecto que no sabemos concebirlo sin hoy ofrece, no nos es fácil imaginarlo sin camellos, como
oriundo de las riberas del palmeras; y sin embargo, el paciente natío del desierto no es tarde. En la época faraónica no se Xilo. en cuyas comarcas no se naturalizó hasta muy
empleaba como acémila
le
,
no obstante hallarse mencionado en
los
monumentos
antiguos,
paso los afortunados conv á pesar de que debieron encontrarle frecuentemente ante su septentrional y aun en las quistadores del Asia occidental. En el mismo resto del África
que no podemos concebir sin
solitarias regiones del Sahara,
introducido hasta
mucho tiempo
en estas materias, ha demostrado que el
desierto en diferentes
la existencia del
camello, no fue
corrido de la era cristiana. El célebre Barth, tan entendido
de Cartago, cuyas caravanas cruzaban
los fenicios
cuadiúpedo. direcciones, no se valían para el tráfico del giboso
Es cosa averiguada que penetró en numerosos rebaños en
las
regiones del Nilo con
por lo obra de Schack. Esta composición era ya muy conocida en España, verdadero cariño y paciente elaboración tradujo al es pañol la los árabes José Antonio Conde en su Historia de la dominación de menos entre la gente de letras, por la traducción que dió de ella D. en los siguientes términos:
Tú también insigne palma — eres aquí forastera De Algarbe las dulces auras — tu pompa halagan y besan En fecundo suelo arraigas, — y al cielo la cima elevas; ,
,
Tristes lágrimas lloraras,
—
si
:
cual yo sentir pudieras. como yo, de suerte aviesa;
Tú no sientes contratiempos, — A mí de pena y dolor — continuas lluvias me anegan Con mis lágrimas regué — las palmas que el Forat (*) riega; ,
las palmas y el rio — se olvidaron de mis penas. Cuando mis infaustos hados, — y de Alabas la fiereza. Me forzaron á dejar — del alma las dulces prendas. A tí de mi patria amada — ningún recuerdo te queda: Pero yo triste no puedo — dejar de llorar por ella.
Pero
para los lectores composición no ménos sentida, que por el interés que ofrece Al propio árbol dedicó el apasionado Abderrahman otra texto de Valera: Ebers, ponemos á continuación valiéndonos del españoles, á los cuales va dirigida la presente edición de la obra de ,
En el jardín de Ruzafa, Una palma hermosa vi Que, de otras palmas ausente, Bien parecía gemir. Y la dije: «Te apartaron
De tus hermanas, y á mí De amigos y de parientes
Me aparta el hado infeliz. Muy lejos yo de los mios. Y tú en extraño país, Mi suerte es como la tuya Mi imagen eres aquí. Que inunde para borrarla La lluvia todo el jardín Que las estrellas del cielo ,
,
;
Se desplomen sobre *
tí.
El Eufrátes.
por su
todavía una palmera muy nombrada , En una huerta situada en la costa poniente á media legua de Alicante , existe forman otras tantas grueso tronco, del cual como de un eje, salen cuatro robustas ramas que reza, pues consta de un alto y e c e y produce el territorio e palmeras, cuanto En suelo. á del palmeras tan corpulentas como las vecinas que arrancan presenta, al Sur de a sobre todo, ejemplares tan robustos, productivos y lozanos, como los otros pueblos cercanos, Callosa X. ul-.l T.) significa tierra de las palmas. que Beluchistan, llamada de las patria palmeras, región cordillera del Atlas, la
,
ALEJANDRIA MODERNA los ejércitos árabes á los
tiempos modernos, demuestra
reúnen
condiciones
las
acontecido
con
después de
la
los
para su
que habiendo
tártaros,
que se naturaliza en
existencia;
las
historia de
comarcas que
siendo testimonio
emigrado con sus camellos á
la
de ello lo
Dobrutka,
guerra de Crimea, aclimatáronse tan fácilmente dichos animales en
Egipto
y para dar vueltas
á.
se sirve de él en sus cacerías;
lomo
llanuras del desierto; y
en
Galatz
el
país
carretas
hielo, arrastradas por los camellos.
el
emplea como acémila,
el
peregrino
las
como animal
de
tiro
solitarias
generoso bruto
el
dueño que de
al
visto
noria; el beduino
la
atraviesa sobre su
que M. de Kremer ha
,
cuadrúpedo se
giboso
el
primera
Danubio sobre
tártaras atravesar el
proporciona
facilidad con
la
indispensables
en que penetraban por vez
En
77
La
cuales siguió en sus expediciones al Occidente.
los
se sirve,
él
leche abundante con que nutrirse, y copioso
que puede labrar
con
pelo
tejidos
bastos y suaves que le sirven luego para
confeccionar sus vestiduras.
Muchas llo
en
veces encontraremos
excursiones
entonces
y
,
came-
el
camino durante nuestras
nuestro
ocasión
será
oportuna para ocuparnos de nuevo en
él.
Digamos pues ahora solamente, que en Alejandría
se
en cuyo punto
verano
de todos modos:
utiliza
le
que cerca de Ramlek se
propiedad
de
al este
un
levanta del
Jetife,
la
ciudad,
palacio de al
y
cual
se trasladaban los alejandrinos durante los
meses más calurosos las
brisas
del
,
á
fin
de respirar
Mediterráneo,
acampan
periódicamente ciertas tribus de beduinos que. después de esquilar
venden y á
el
allí
sus camellos,
BORDADORA DE SEDA
precioso lanaje á los mercaderes
los tejedores de las cercanías,
dedicaron, no han conservado
En tiempo explicándonos
de los Califas su
semejante
Oriente las prendas
más
que de
más que
hecho
las variadas industrias á
el arte
que en otros tiempos se
de bordar con sutiles y delicados filamentos.
habilidad en esto había alcanzado la el
que
los
príncipes
ricas de sus vestiduras. El
europeos
manto que
el
se
mayor
perfección;
proporcionaran
en
César romano germánico
usaba el dia de su coronación, el cual puede contemplarse todavía en el tesoro de Yiena. había sido labrado por obreros árabes, que no olvidaron bordar en él el tiraz- conjunto EGIPTO.
TOMO
I.
20
:
!
ALEJANDRIA MODERNA la dignidad de relieve, el nombre y dibujos contenían, puesto do arabescos cuyos artísticos trabajo. el de la persona que encargara seda. en Alejandría sus estolas de Vcnecia y Genova se proporcionaban proceres y a» i » los que en épocas las Europa, en de oro que se consumía en según donde, Oriente, de ceremonia, iprocedía trates ajes ele de ceremon t , r,nti usaban ricamente bordados s u, hullas cortado» mtestmos recubriendo preparaban después se ha averiguado, se e esta mercancta importante retorcían. El depilo mds delgadísimas, que después se ‘ ~ en con», las Alejandría en él se procuraba estaba en la isla de Chipre, y asegurar s. Sa.d-Baja, p, podemos No bordados. que habia menester para sus gala, que, con u aquí su magnífica tienda de ,
,
mandó fabricar muchos centenares de personas,
Jetife,
del
para
quiera que sea,
el tejido
y
el
á artes orientales, dedicándose flores
más
Ponemos Vibran
delicadas de
la
era
toda
de
laso
ncamente
bordado constituyen aún hoy dia que ellas lo mismo los hombres
poesía
lírica
01
perfectas de las
las
mús
las
mujcic»
árabe está dedicada á una
muchacha
tejedoia.
estrofas: á continuación las últimas
los hilos tenues,
se alargaba ¡Ob! cuando el ondulante tejido tejedor, Bajo los dedos mágicos del bello hube de compararla ¡Ob! cuántas veces, cuántas,
cuando su mano airosa
oscilación La lanzadera impulsa en rauda amante Cual del poeta vibra el corazón amor. inspirado escribe sus cánticos de ,
corazón Al destino que juega con nuestro
Cuando
A veces ai mirarla velada entre el urdimbre Un corzo perseguido se me antojó tal vez ansioso, Que huyendo de la cierva, de libertad
red h Del cazador artero cayó bajo la pertenecen á la poesía dedicada por aleman de Schack en la obra citada, vertidas por Bergnes del texto Las estrofas que preceden que hizo de la misma: del modo siguiente en la traducción pone Valeria que tejedora, Ar-Rusafl ¿ una ,
,
Olvida tus amores. dicen los amigos;
Me
es digna la muchacha De todo tu cariño. Yo siempre les respondo
No
Vuestro consejo admito; Mas seguirle no puede
Mi corazón cautivo. De su dulce mirada
Me retiene el hechizo, Y el olor que en sus labios Entre perlas respiro. Si echa la lanzadera, Brincan todos los hilos Y mi corazón brinca
Y
versos Si en
la dedico.
telar sentada,
el
Forma un
bello tejido,
parece que nuda Y. trama mi destino.
Me
Mas
si
entre las madejas
Trabajando la miro, Me parece una corza Que en la red ha caído.
ALEJANDRIA MODERNA
Los que
el
tejidos orientales
bordado, distan
79
son tenidos aún en grande estimación; y sin embargo, lo mismo de ser lo que fueron. Con todo, no debe temerse que
mucho
completamente desaparezcan
,
en tanto conserven
los
árabes su
gusto
especial
por los
pintorescos y ricos trajes y las muelles alfombras, y sus mujeres hagan como si dijéramos punto de honra, el calzar su breve pié con lindísimas babuchas, en las cuales, junto al oro, se distingue
Y
el
fulgor de nitidísima perla, ó
ahora étenos ya llegados á
ciudad semi-europea,
marchemos
resueltos
la
el brillo
refulgente de
una piedra preciosa.
puerta del misterio oriental: no es en Alejandría,
donde esa puerta debe abrirse para nosotros. Adelante pues, y á través
según expresión de un poeta,
de la Delta, brilla
el
ese
abanico de verdura,
en cuyo
Cairo cual diamante de singular valor.
remate,
G
Espasa y
Comp^
1
—
PT O
Editores.
—
Barcelona.
Un café en el Cairo
1
A TRAVÉS DE LA DELTA
¡¡¡¡¡I
a
silbato
el
máquina
de la
desliándonos sobre Sud.
el
á
la
Las casas y
derecha;
las
han expedido en tendidos junto á
almohadones sobre los billetes
los
que nos
despacho; los delgados alambres
la via,
hombre
el
el
de partida, y
marchamos hacia
quintas que distinguimos
muelles
los
la señal
férrea
permanecemos sentados;
cuales
nica
la vi a
mediante
los cuales se
comu-
gran distancia sus pensamientos,
á
de la propia suerte que los carriles aproximan sus habitaciones; la forma de las locomotoras, todo, todo es
europeo.
Sí,
hasta
los
alimentados con carbón, con
hogares de el
las
máquinas están
negro carbón que nosotros cono-
cemos, y no con fragmentos y restos de momia según les contaba hace poco á sus lectores un viajero americano! Y sin embargo
estamos en Oriente. Aquí se cimbrean allá esbeltos
alminares que ostentan
en mayor abundancia de
la
la
las
palmeras: elóvanse
media luna:
polvo que,
el
que fuera menester, penetra en
los
coches, es polvo auténtico y legítimo del desierto: el tarbux y
atezado
rostro
del
revisor
portezuela, no son en
de
billetes,
que se asoma
manera alguna europeos; y con
por
el
la
llevar
dichos billetes las indicaciones puestas en lengua francesa, tienen á su lado letras y cifras árabes. carriles ofrecen
en maderas EGIPTO.
TOMO
un aspecto
Las traviesas que sostienen
particular, debido á
el valle del Vilo,
han debido fabricarse de hierro. 2
I
los
que siendo pobre
A de
DE LA DELTA
A TRAVÉS
82 la izquierda se distingue
Mahmudijeh
salobre
paso que,
al
,
en
los
más
ellas viñedos y
«Aquí está
el
brisa,
del
centenares
de
fondeadero
de aquella Alejandría
tiempos
buenos
hemos procurado
que.
levantábanse quintas y mas quintas y entre
en tanto que sobre sus orillas
bosquejar,
la
aguas del canal
las
agítanse a la deiecha las
cuyos puertos hallaban seguro
en
Mareótico,
lago
embarcaciones,
por
acariciadas
que surcan
los barcos
velamen de
el
viñedos.
vino fásico;
más
allá
Virgilio.
blanco de Marca,» canta
el
Strabon dice
de él, celébralo Ateneo, diciendo en su elogio que cuenta por siglos su edad, y después la del topacio, su fragancia que lo ha bebido en más de un festin; que su trasparencia es
su sabor sin. igual,
exquisita,
También canta Horacio
el
y que ligero
zumo
saludable jamás se sube
y
cepas mareóticas, que, como
de las
de los más famosos vinos egipcios, crecían lozanas en los
no alcanzaban
las
aguas
limo
ni el pegajoso
la
á la
ribereños,
sitios
cabeza.
mayor allí
parte
donde
Nilo.
del
ANTIQUÍSIMA REPRESENTACION DE VENDIMIA SACADA DE UN SEPULCRO DE SALARA
En
las criptas de
podemos
En
la
venir en
representaciones por las cuales
más remota antigüedad encuéntranse
conocimiento de
que reproducimos,
sin
lo
que
perjuicio
era entre los egipcios
de
las
un grupo de vendimiadores que están cogiendo en tanto que otra sección, afianzándose en pisan aquellas para hacer
el
un
cultivo
el
de la vid.
que encontraremos más adelante, la
uva de
las cepas
vese
podadas en espaldera
barrote transversal y cogidos unos de otros,
mosto. Los jeroglíficos trazados encima dicen «cosecha de
»la uva;» y el dueño de la hacienda era
un
tal
Ptha-hotep que andaba por estos mundos
hace unos 6000 años, es decir, en tiempo de los reyes constructores de pirámides. Actual-
mente no se cultiva
la vid
en las riberas del lago Mareótico; pero aquí y allá encuéntranse
informes restos de derruidos paredones,
nombre de «prensas.» En la uva, procedente,
que es de
la
á
los
diferentes puntos
del
frutas, las
la
se cultivaban el
en
precepto
la
árabes dan
ricas y sabrosas
por
tradición
el
madura perfectamente ,
es decir de parras,
época de los Faraones; pero como se puede
del
confección de semejante líquido,
muy
los
no de menudas cepas, sino de vides espaldonadas
manera como
comprender teniendo en cuenta emplean en
cuales
resto de la Delta,
Coran, que veda sino que
se
que están en plena sazón en
el
uso del vino, no se
venden como una de tantas los
meses de junio y
julio.
A TRAVES DE LA DELTA
83
\ olamos de nuevo y no tardamos en distinguir á nuestra izquierda el anchuroso terso cristal que
y
forman
las
aguas del lago Abukir, así llamado de una
miserable aldea de pescadores, situada en una lengua de tierra dación,
oeste de Alejandría,
al
Agosto
de
de
en que
de
Inglaterra,
la
República
No
es las
aquella batalla la
escuadra
la
armada de
mandada por
el
no
oportuna
ocasión
esta
ménos
más desdichado, almirante Brueys!
si
de
vicisitudes
memoria
;
anonadó heroicamente
teniendo por teatro
la
él, el dia l.°
combate naval
el
gran Nelson, general de
exponer
para
al
guerra memorable que,
la
Egipto, se hicieron Inglaterra
el
y Francia: con todo á
efecto
presenció aquel siglo
el
francesa,
valiente, pero
lector
tuvo
1798,
más grande que titánica
v digno de recor-
como pocos, ya que delante de
vista del lago
la
Abukir retrae
aquellos sangrientos combates en que
vencidos y vencedores alcanzaron cosecha pingüe de
y tantas vidas se perdieron,
laureles inmarcesibles,
primeramente en tierra
con ocasión del
firme,
ingleses á
más
mar;
el
lugares
aldeas desaparecieron de la sobre haz de
con
la
misma
el ejército
la
y
tierra,
con que se borra por medio
rapidez
de la esponja una frase trazada
en cuanto
por los
puesto
cincuenta
Ciento
Alejandría.
en
tarde, en 1801,
sitio
sobre
británico logró
el
romper
encerado, el
dique
que, no lejos de Abukir, protegía el suelo cultivado,
aguas, cual de formi-
las salobres
aprovechándose de
dable aliado, para invadir
el
territorio
que resultaba
indefenso.
Los lagos han desaparecido: orillas
de
la
via
ostenta de
antigua
ciudad
de
griegos,
los
de
en
el
apeadero de
Hopo, la
la
cual
gobernador (Mondir) de una
,
pequeña Apolinopolis reside
fértil \
actualmente
el
dilatada pio\ineia.
una loma de mediana casas de distínguense agrupadas numerosas
Al otro lado de altura,
campiña en ambas
La locomotora se detiene Damanhur la
su alfombra de verdura.
para hacer aguada en
la
cada vez más intensa
la via,
sobre
ALMINAR DE LA MEZQUITA DE VERDAXI EN EL CAIRO
A TRAVES DE LA DELTA
86
viento y Alquilamos un bote y empujados por el con gran rapidez arrastrados por la corriente, avanzamos hacia la Delta propiamente a lo largo del brazo de Roseta, con razón el padre de dicha, cuyo suelo, como ha dicho verdadero don del Nilo. De el Viene la
es
historia,
que
un
hombre hace más de siempre del mismo modo,
aprovechándose
no
seis mil anos, bien
el
acomodándose
sino
época ha traido consigo. á las nuevas necesidades que cada Hubo un tiempo en que las derivaciones del rio abríanse plantas acuáticas paso entre marjales y macizos cubiertos de iban surgiendo al paso que trascurrían los siglos maleza y lenguas de tierra de aquellos lodazales inmensos islotes y á los variados agentes atmosmerced á la humedad :
y
que,
féricos,
cubríanse de la vegetación frondosa
que vemos representada la
cual creciendo á
más
al
y apretada,
vivo en los antiguos sepulcros,
formaba extensos setos y mejor,
plantíos, en medio de los cuales pastaban, y anchurosos cocodrilos, sin que nadie les molestara, hipopótamos y
colosales reptiles y animales de toda especie. De las regiones del sud llegaron hasta las riberas del
Nilo
al
Mandeb,
través de la Arabia y
del
estrecho
de
Bab-el-
que se diferentes pueblos de procedencia semítica, -
establecieron á
aplicaron
como colonos en la
el
se y desde luego bosques, hacer
país,
tarea de descuajar
los
feroces, navegables las corrientes, y destruir los animales á cultivo, recom— Y como los terrenos elevados, reducidos
pensaban con creces ZARZAL ANTIQUÍSIMO REPRESENTADO EN UN
SEPULCRO
13E
BENIHASAN
pantanos
y
resultaran Lira el
iraones
se
el
provechosas para
desagüe del rio estableciéronse nuevos cauces, los
que conducían sus aguas
MONEDA DEL NOMO LEONTOPOLITES
al
trabajo invertido, desecáronse
canalizaron
mar.
No
las
los
aguas
mancia
los
que
intereses del agricultoi
siendo siete,
transcurrió
de
en
la
época de los
mucho tiempo
MONEDA DEL NOMO DE MENDES
antes de
A TRAVÉS DE LA DELTA que el
se levantaran sobre estos brazos ciudades
«J
en veinticuatro nomos ó circunscripciones,
suelo
89
hermosas v al
florecientes,z
frente
de
la
cada una de las cuales se puso un Sat ó nomatra. Esta división de hasta
los
tiempos
de
conservado, que en
nomo gozaba para altivo
el
la
dominación
las
«j
administración de la
Delta subsistió
monedas que
se
han
período comprendido entre Trajano y Domiciano, cuando menos, cada derecho de acuñar moneda. Bastaría el hecho que acabamos de consignar el
comprender que era rasgo espíritu
romana, revelándonos
v se distribuvera ^
de
independencia,
distintivo
pero
en
de
cada una de
apoyo
de
ello
dichas
demarcaciones un
podemos aducir además
la
circunstancia de que tenian un ciclo especial de divinidades á las cuales tributaban culto
SEPULCRO DE UN JEQUE DEL TIEMPO DE LOS CALIFAS
sagrados que adoraban sosteniendo en sus templos ejemplares y de animales de los mismos llevábanse respetuosamente en las selectos de los mismos. Las imágenes grabaron en las monedas á guisa de timbre ó procesiones, y andando el tiempo se del cabrón sagrado, tenian impreso un mache ciudad Mendes, escudo. Así las piezas de del León, la figura del rey de las selvas, que tomara cabrío; las de Leontópolis, el nomo los enemigos de su padre Osiris, en las cercanías de Sal, el dios Horo para vencer á
singular,
la
ciudad de los leones. del cual navegamos, corresponde á la antigua boca El brazo de Roseta á lo largo de todas las corrientes que cruzaban En sus orillas, lo mismo que en las
bolbitfnica.
EGIPTO,
TOMO
I.
^ 2°
A TRAVES DE LA DELTA
90
Delta, cultivábase cuidadosamente
la
papiro, abrién-
el
dose sobre su superficie las flores del loto, ornamento
sus aguas y planta alimenticia, consumían frecuentemente los pobres,
de
la
médula ó meollo
casi
del
todo
el
Sud,
á
Egipto
encontrándose
,
cuya región
abundancia en
cocodrilos
en
también
encontraban
también de
embargo en
sin
el
ha refugiado, pues crece en
se
cercanías
las
Los
Nilo azul.
sino
Delta,
la
semilla
mismo que
ha desaparecido
papiro. Éste
del
no sólo de
todo,
cuya lo
del los
y
Nilo blanco y del hipopótamos que se
Delta en
la
tiempo
de
la
dominación árabe, han marchado en pos del papiro, siendo escasos en
que
se
misma
flor
de
acuáticas,
galas de
el alto
de
era
que constituía
la
aquella vegetación;
forma
bizarra la
que
loto,
ejemplares de aquellos
los
Egipto: hasta la
todas las
plantas
la
más
la
que había elegido
preciada de las el
joven Horo para surgir con vida de su cáliz, y cuya
ORILLAS DEL BRAZO DE ROSETA
de
número
encuentran en
reptiles
época faraónica, hase hecho por demás
sirvió veces mil
rara.
de modelo á los artistas
Encuéntranse sin embargo todavía
cercanías y en número prodigioso lotos blancos y lotos azules en los canales de las de Roseta y Rohr-bach asegura haber visto á los indígenas comer las semillas de su fruto ,
parecidas á las de la adormidera.
La Delta cambio, los
sólo
fue califas
cultivada
mediante una bien entendida el riego:
sitios
más
la
el
la
dominación bizantina.
En
cultivo,
canilizos
para
aislada existe, en aquellos
en los cuales raras veces alcanza
que dan testimonio de
de
disposición
una construcción
de
durante
imperfectamente
y sus gobernadores realzaron
planta del europeo,
la
vida y de la actividad que en ellos
reinara en los mejores tiempos del Islam.
Después de
la
caída de los Fatimitas y de
gran Saladino (Salakh-ed-din), bajo y,
más
tarde,
después de
imperio otomano,
incorporación
la
hecha por Schin,
trativa de los bajaes
y de
los
la
los sultanes
la
muerte
del
mamelucos, Egipto
del
rapacidad
al
adminis-
beyes turcos redujo de dia en
día la porción cultivada de la Delta.
Los puntos de desagüe PINTURA DECORATIVA ÁRABE
viéronse obstruidos por grandes las
masas de fango;
el
curso de
aguas encontró nuevos obstáculos, y el Nilo debió abrirse lecho nuevo y más profundo. encontró en la rama sebenítica y por Damieta una buena
El brazo oriental ó pelusíaco,
A TEAYES DE LA DELTA desembocadura: tiempo por
la
La» ramas
el
mano
occidental del
ó canópico,
hombre, y formó
principales,
existentes
deslizóse
el
91
por
la
bolbitínica,
brazo de Roseta en
en otros tiempos, han
el
en otro
abierta
cual nos encontramos.
completamente: algunas de las ramas secundarias, relativamente modernas, enriqueciéronse con el caudal de aquéllas, siendo hoy dia casi las únicas por medio de las cuales las del Nilo llegan al mar.
La
red de los canales de la Delta ha cambiado hasta
época de
los
extenderse á loto
la
es
vegetación á que daban vida,
poco lo
punto con posterioridad á
tal
ménos
que
que decimos de
la
desconocida; debiendo las
aguas: no sólo
papiro, sino también los abundantes cereales que en la comarca crecian,
el
y
Romanos, que actualmente
desaparecido
cedido su lugar á nuevas plantas, y hoy sobre aldeas y caminos proyéctase la
el
han
sombra
ALDEA DE LA DELTA
de
árboles
de
nuevas especies.
considerando que todo
ha
reconquistado
sido
familia y
tración
del
el
invadiría
jetife
el
país
por las
Ismail.
La
Debemos
sin
arrebatado al previsoras frase
de
embargo cultivo
consolarnos de tales pérdidas
por los mamelucos y los turcos,
administraciones
Bonaparte
de
de
Mohamed—Alí,
de
su
que con una buena adminis-
el desierto, y con una administración desacertada el desierto ha encontrado realización completa. Actualmente cuando se recorre
Nilo rechazaría el
en Octubre
Nilo, la
comarca vecina á Damanhur,
sorprende agradablemente
el
espectáculo
de frondosos maizales, que sembrados nueve semanas antes, ostentan ya sus doradas panojas,
en disposición de ser arrancados,
en los lugares
mismos en que
francés, en medio del desierto, experimentaba la escasez, por no decir el
el
ejército
hambre.
A TRAVÉS DE LA DELTA
g2
Una
favorable brisa del
sud hincha
en tanto que acurrucados sobre
la
la vela triangular de
nuestra modesta embarcación,
nuestras cubierta según usanza turca, deslízanse ante
que no el sentimiento de lo pintoresco, miradas campos y praderas, aldeas y lugares. Ya A cada paso que avanzamos. satisfacerse abundante con que la curiosidad encuentra pasto á nuestras miradas un grupo ofrécese rio del recodo un doblar al Sin embargo A veces
NORIA
que en
de palmeras lindamente dispuesto, ó las mujeres de una aldea allá y en todas regocijada comitiva descienden á la orilla para proveer de agua; y aquí y
de arbustos y
partes
sobre
distínguense el
cual
hombres, mujeres y muchachos ocupados en las tareas del campo, que lo baña el sol con sus primeros rayos, hasta
permanecen desde que
éstos se ocultan tras los límites del occidente lejano.
No
existen en la tierra
comarcas más
feraces que las que
hoy
dia recorremos: siendo
A TRAVÉS DE LA DELTA de
muy
lijo
aguas de
pocas las que puedan poner
más
93
prueba
á
la industria del
labrador.
Las
inundación temperan y abonan solamente una porción del suelo, que se distingue con el nombre de tierras rayah; en cuanto á los terrenos elevados (sharaki) no sólo exigen un año con otro un riego artificial, sino también que se las abone. En el Egipto superior constituya un espectáculo frecuente el del felah manejando el shaduf: la
en cambio aquí se riegan los campos por medio ciertas 'sasijas á
modo
Y se con ocen con
nombre de
el
de ruedas á las cuales hállanse fijadas
de cántaros, (scikiyeh) ó de norias radiadas, que forman depósitos,
Los búfalos y
tabut.
los camellos
ponen en movimiento
se percibe á gran distancia;
no siendo sin embargo
tales armatostes, cuy'o
monótono gruñir
caso extraordinario
que se mezclen á tan desapacible son,
el
una bomba de vapor establecida junto á la Aquí se saca el agua para regar los
orilla
L
pies
del
algodonero
correspondiente, de flores parecidas á las del rosal silvestre:
campos que cubren
trigo,
el
que es como llaman
lino
el
y
,
allí
cubierto
en
época
la
para dar tempero á los
«El padre del sueño» (abri-u-num),
indigo.
el
acompasados golpes de
los
árabes á la adormidera, matiza con sus flores blancas, rojas y purpúreas extensas porciones del terreno; y da gozo ver las doradas esferas y los verdes los
cilindros, que ruedan por el suelo
La mayor con
tres,
parte de los
en
las eras
sembradas de calabazas, pepinos y melones. al año; no siendo pocos los que dan
campos rinden dos cosechas
que se establezca verdadera rotación, y en determinados períodos se les
tal
deje en barbecho.
Al
nos aproximamos á
presente
un
lugarcillo
construido
que,
á
la
orilla,
parece
invitarnos á desembarcar.
Un muro
hecho con barro del Nilo; un techo labrado con troncos y ramas de palmera,
sobre las cuales se extiende una capa de tierra, constituye la cabaña de un felah pobre:
en cuanto á secados
los
al sol;
labradores acomodados se guarecen en casas construidas con ladrillos
y por
lo
que se
refiere
con adobes perfectamente cocidos. de
mayoría de
la
las puertas,
óvalos y espirales: platos
No
á
la
gente de pro, dispone ya de viviendas hechas
existe ventana alguna con vistas á la calle:
sencillos
aquí se ha tomado
como elemento
una combinación de
ducción del rey de los animales; en otra parte
la
allí
decorativo
una
prolija
del desierto, sirvieron
la casa,
la
la
y minuciosa repro-
de vehículo al dueño de
Meca. Tales pinturas decorativas pertenecen
decir á escuela de que forman parte los chiquillos que dibujan por inspiración, es
mamarrachera, de
la
losanges,
pintarrajeada representación del vapor ó
del camello que, á través del
á
encima
tales
de porcelana (faenzas) de vivísimos colores;
Mar Rojo y cuando hizo su peregrinación á
como
motivos de ornamentación
encontraremos abundantes ejemplares en
la cual
la
misma
capital.
Montones de inmundicias, sobre los cuales crece la hierba y se revuelven los perros que, r furiosamente, buscan huesos y piltrafas con que alimentarse, obstruyen las ladrando i
involuntariamente á Rayah, sharaki, shaduf, palabras todas que retraen
secani, catuful, en uso en la lengua catalana
EGIPTO,
TOMO
I.
.
—
la
memoria
las voces regar, secáno,
arcaduz,
cast.;
.
24
y regar,
A TEA YES DE LA DELTA
94 calles;
no siendo cosa rara ver en
ellas la
y cabañas hállanse diseminadas debajo el
más
bello de los
palmeras
gallardas
de
carroña de un asno en descomposición. Casas
un alminar:
cimbrean sus elegantes ramas; y
agradable perfume de sus flores desmayadas. verde;
el
Acá y
sicómoros que constituyen
En medio aldeas;
de
pero
las frondosas
acacias
las
envían
acullá se divisan
retorcido algarrobo cargado de fruto; el sont espinoso
que de pocos años á esta parte, han encontrado en
tales
los
adornos del lugar, mecen sobre los techos
y
lo
el
á
copas; las lo
lejos
el
tamarisco siempre
lebaks de la Judea,
Egipto una segunda patria.
el
su pobreza raras veces se encuentran
también seria excusado buscar en
la
ellas
miseria y la mendicidad el
debería esperarse, dadas las condiciones de este suelo feracísimo.
bienestar campestre
La mayor
en
que
parte del país
RUINAS DE SAIS
pertenece
ó
al jetife,
al bajá ó
como simple jornalero ,
las rentas si
y
al si
bey: llega
el
felah sólo labra
á ser propietario
que percibe, las gabelas que debe satisfacer:
las tierras ,
el
consume
en calidad de colono la
casi
totalidad
de
mísero aldeano se somete cual
fuera irresistible ley de la naturaleza á la terrible opresión que pesa sobre él desde la
fundación del imperio faraónico,
y esta opresión que llegó hasta su más alto punto en época de los mamelucos y de los beyes, subsiste todavía, no obstante haber el gobierno invertido millones y más millones para introducir mejoras é innovaciones, que deben redundar en beneficio de la riqueza agrícola del país. la
Llegados en
el
al
interior.
término del primero de nuestros viajes, dejamos
el buque y penetramos Poco camino recorrido, ofrécese á nuestras miradas una nueva aldea:
A TRAVÉS DE LA DELTA algo
más
ellas
un diminuto lago, en cuyas
reales
hacia
lejos,
plateadas,
el
norte,
95
verdaderas colinas de ruinas y escombros, y al pié de orillas se
que dejan que á
cigüeñas y una bandada de garzas aproximemos antes de volver la graciosa
divisan
nos
ellas
curva de su cuello y de remontarse por los aires, para nítida blancura,
hacia la región del Nilo.
dirigirse,
Sait, la magnífica residencia de los Faraones; la ciudad por
una escuela no ménos cuya mezquita
á
conserva
las ruinas,
el
las ruinas
demás docta donde
de
floreció
La mísera
célebre entre los Egipcios que entre los Griegos.
levanta junto
se
formando una nube de
Nos encontramos en medio de
aldea
nombre de Sais
pretencioso
bajo la forma de Sa, ó Sa-el-Haguer.
Hace ya algunos años, para siempre jamás de
la
intenté
reconstruir
sobre haz de la tierra,
mentalmente tal
la
antigua Sais
1
borrada
,
cual era en los tiempos de su
mayor
pujanza,
devolviendo á los templos sus sacerdotes y animales sagrados, á las calles y plazas su abigarrada muchedumbre, á sus palacios los príncipes y la grandeza. Difícil me es aquí expresar los sentimientos que asaltaron mi espíritu en el momento en que
fueme dado poner por vez primera
sumergirme en
el
muertos. Por más
la planta
sobre
suelo
el
de esta ciudad venerable,
seno de tiempos por demás remotos, barrer las ruinas y resucitar los que recorrí en todas direcciones aquellos campos de soledad; aquellos
me
no
collados de ruinas,
fué dable
descubrir
una
siquiera de aquellos edificios
sala
suntuosos; un aposento, una columna: sólo logré distinguir una de aquellas vastísimas
murallas cuyas colosales dimensiones no tenian semejante ni aún en Hállase
enormes adobes secados
construida con
esta ciudad en otro tiempo tan famosa. el
y
al
el
lago sagrado, sobre
mismo
Sobre uno de esos oteros elevaríanse
palacio de los Faraones: el estanque situado al
constituye
el
Egipto.
y ciñe los informes restos de
sol,
norte, junto á
la
el
castillo
muralla exterior,
cual, durante las primeras horas de la noche, repre-
el
sentábase encima de suntuosas barcas, con gran esplendidez, no desprovista de misterio, la historia
de Isis y Osiris. El lago era indudablemente
Neith, la madre divina,
el
representación de la Naturaleza netrable para
el hijo
una dependencia
principio femenino de la vida del ,
mundo y
del templo de
del
hombre;
es
cuya obra misteriosa debe ser constantemente arcano impe-
de la tierra. Su estatua llevaba al pié
la siguiente inscripción:
»todo, pasado, presente, porvenir: mortal alguno ha levantado jamás
el
velo que
me
«Lo soy oculta.»
Tales son las palabras que inspiraron á Schiller su bella poesía á «la velada imágen de » Sais » :
el
debajo de
joven que osó levantar
el
espeso cendal, jamás ha revelado lo que descubrió
él.
Desvanecido, inerte, anonadado Los sacerdotes al otro dia le encontraron
Cabe las plantas de la madre Isis; Mas lo que sus ojos sobre la misma vieron Jamás los labios suyos revelaron.
1
En
la obra titulada
La Hija
del
Rey de Egipto.
,
A TRAVÉS DE LA DELTA
96
Aquí, como en otros lugares, grado,
la
imagen de
la
diosa ó del animal que le estaba consa-
la
sacado de las canteras de
primera catarata, en
la
lo
hijo
consagró á
la diosa de
como
quien se llamaba hijo,
de Neith. Este gigantesco monolito, los obeliscos,
capiteles en
forma de palmeras,
testigos dignos de fe,
y los
adornaban
que los palacios reales
las
,
particulares
indica su sobrenombre de Si-nit , esfinges,
otro
M.
columnas con
las
tiempo, según manifiestan
sepulcro de
el
y
,
mismo
el
Osiris
y de
monumentos de
piedra encontrados
Mariette sólo han puesto en
en estos
y conservados en
sitios
Europa. Sabemos sin embargo por otros documentos, que
florecimiento
saisita.
Justo es pues que nos mostremos
con
agradecidos
la
número
A i
ha
que
casualidad,
el
museos de
hwwa
dinastía
la
reyes
evidencia
escultura egipcia alcanzó
la
nuevo
bajo
los
destino
los
escasos objetos dignos de mención, siendo reducido sobre todo encarecimiento
de
enorme
el
de 940,000 kilogramos,
santuario de la divinidad, han tenido
el
casas
Las excavaciones practicadas por
saisitas.
ménos
las
que en
colosos
Amasis había
sola piedra.
extremo sud de Egipto,
el
bloque de granito, cuidadosamente labrado, que no pesaría
y
una
vaca, hallábase colocada en una nave formada de
proporcionado á la colección del Vaticano
una estatua por medio de
cual
la
podemos
á los acontecimientos
más impor-
tantes de la ciudad de Sais,
durante los
asistir
dias
que siguieron á
la conquista llevada
á cabo por los persas.
acompaña nos
la
La
inscripción que
Cambises
que
revela
después de haberse apoderado de la ciudad, procedió con
mucha
benevolencia con
la
CHAPITEL DE PALMERA
sacerdotal y se hizo
clase
misterios de Neith.
que nos pinta
la
Más
tarde fué
historia.
cuando
el
iniciar
en los
hijo de Ciro se convirtió
Mucho tiempo después
de
él,
en ese loco furioso
los sabios de la escuela de Sais
continuaron gozando la elevada consideración que tenían conquistada desde
más
remota.
La más
medicina entre los egipcios, á
ellos
se
de
podemos deducir nomía,
gracias
tierra,
la
y,
por
lo
que nos
profundos conocimientos
los
á
antigüedad
la
continuada
la
debe, y á ellos debió Solon las noticias que nos
dá de la Atlántida, de ese continente desaparecido, occidentales
la
importante de las obras que han llegado hasta nosotros, sobre
observación
que existió un dia en
refiere
Platón
respecto
las
del
regiones
particular,
que aquellos tenian adquiridos en astroque
hicieron
del
firmamento.
Herodoto
instruyóse á su lado, y la tradición hace salir de Sais á Cecrops el fundador de Atenas.
Todos
los
griegos conocían á Neith
derecha á izquierda pueblos de
la
da
(A)nh©(A).
Athena y ha podido notarse que aghna
Esta diosa,
Libia, representábase
á
la
cual
prestaban
también
leído
culto
de los
llevando sobre la cabeza una lanzadera de tejedor,
A TRAVES DE LA DELTA y sabida es
y
la justa
fama que alcanzaron en
las preciosas estofas elaboradas
En
tiempo alguno alcanzó
en
la
la
99
antigüedad los tejidos de lino, los tapices
ciudad de Sais.
Egipto la prosperidad material, de que son elocuente
el
testimonio sus numerosas ciudades y su grandísima población, que en la época en fué gobernado
espectáculo
de las desiertas llanuras y de las
do quiera se dirige
la
mirada,
el
que
¿Pero y después? Ante el tristísimas ruinas que contempla el ojo
amiga de
por la dinastía saisita,
los Griegos.
corazón se llena de duelo. Durante los primeros siglos
de la era cristiana Sais tenia todavía importancia, tanto que era residencia de un obispo:
más
adelante no encontramos mención siquiera de su existencia: en cuanto á su pasado
memoria de
vivirá eternamente en la
Conducidos por
la
hombres.
los
lancha nos alejamos en dirección
Norte. El crepúsculo de la tarde
al
va tendiendo su velo sombrío, y dejando vagar la fantasía nos representamos en la imaginación aquella fiesta nocturna de la Neith de Sais, conocida con el nombre de fiesta de lámparas, durante
las
dia.
cada uno de los habitantes encendía su antorcha, y una
la cual
iluminación espléndida, en
la cual
Después de una travesía de
población,
la
hospitalaria
tomaba parte
tres
el
Egipto entero, cambiaba
horas echamos anclas en
la
noche en
puerto de una lindísima
el
Desuk. El sueño es poco grato sobre
los
duros lechos del
buque, y difícilmente puede resistirse al prematuro despertador del sol de Egipto. Los beduinos que se dirigían -al mercado de camellos habían plantado sus tiendas junto al desembarcadero, y en cuanto amaneció
su fuerza y esplendor, disipó
las
abandonaron para rezar su oración matutina
firmamento, y en cuanto el disco solar, en toda débil bruma, viniéronseme por vez primera á la memoria
vuelta la faz hácia Oriente. Enrojecíase la
el
estos sublimes versículos de la Biblia, que después he repetido tantas cuantas veces he
contemplado en estas regiones
el
El sol ha levantado su tienda sobre
comenzar
el
la luz de
un nuevo
En su
firmamento:
dia
victoriosa carrera.
un extremo
Salido de
De ella sale lo mismo que desposado De su cámara nupcial
Avanza hácia
Y regocíjase,
Llenando
cual héroe poderoso
Personas existen en
Oriente
que se entregan
que duerma mucho; pues prescribiéndoles sol, tiénese
por poco saludable que
de que las horas frescas de la
el
el
el
el
del cielo
extremo opuesto
mundo con
muy temprano
á la oración: ninguna
precepto religioso el rezar á la salida del
astro del dia bañe la frente de
mañana son indudablemente
las
más
aquí que encontremos á los árabes ocupados en su primera ablución
como
En los
dicen en su pintoresco lenguaje, pueda distinguirse este
dia
se
celebra
beduinos instalados ante
y retozando unos con
su esplendor.
«un
á
más
gratas del dia.
De
un dormilón:
mucho
antes de que,
hilo blanco de otro negro.»
en Desuk mercado semanal de camellos. Los la
otros.
aldeanos y mezquita del santón Ibrahim hacen su negocio, charlando
La majestuosa cúpula
de
la
Gama
(mezquita)
ha sido
A TRAVÉS DE LA DELTA
100
pasados de recientemente p.ntada, pees ocho dias
de Tantah, debe celebrarse con
la feria
Koran, feria anual, danzas y otros públicos regocijos, funciones religiosas, recitaciones del santón de Desuk, cuyo rela natividad (molid) del á ninguna cede, en todo
nombre
Egipto, sino a la
el
del santón Sejjid-el-Beduí de Tantah.
impreso
damente
el
genuino
mujeres que conducen
Entre las
sello oriental.
mercado hortalizas ó
volatería,
animados grupos van á proveer de agua para
ó en las
al
profun-
lleva
Cuanto aquí descubren nuestros ojos
necesidades domésticas, alguna se distingue verdala atención
deramente digna de llamar de
para
ella
en
fijarnos
realmente Desuk en
mas
la
desviamos
¿Levántase
en que en otro tiempo
sitio
el
;
pregunta:
esta
Neukratis?
se alzó
Pero ¿qué era Neukratis?
La ciudad precursora en
Egipto
de
la
cual
establecerse
permitido
de Alejandría; la única ciudad
durante
,
largos
á los Griegos,
siglos
oposición á sus operaciones mercantiles: para FUA
la
Nilo
partido de la
mented
los
una como
liga hanseática,
(Juno); los Milesios, otro á Apolo otro
continuó
con
la
á
La
Júpiter.
el
Helenion en derredor del cual ,
los
Egí-
colonia
contribuyó con su dinero á
como huéspedes á
política
y
les reunia,
relaciones mercantiles
en estrechas
metrópoli;
,
potentado
de la las construcciones públicas cibió
mútua-
Dorios y Eolios aliáronse' cada uno con. especial representación y
Elera
á
templo
del
Japón
en verdad que los helenos supieron sacar buen
un santuario común que á todos
samiotas levantaron un
netas
el
concesión que se les otorgara. Jonios,
estableciendo
todos con
Y
de Desima.
factoría [holandesa
fuéles
el valle
que fué durante mucho tiempo para
lo
,
sin y dedicarse
desterraba de
los
la
Gi ecia y
i
ciudadanos que
patria,
e
la
ofreciéndoles
pudieran una vida rodeada de atractivos cual carecia de tenerla en ella misma. Neukratis en la en la hermosura de sus flores y rival
belleza de sus
mujeres
,
entre las cuales sobre-
ANTE LAS PUERTAS DE RESCHID (ROSETA)
Rhodopis, que tomó por esposa Baraxo, hermosura alabó hermano de la poetisa Safo cuya soberana
salió
Grecia entera, y cuya
la
,
memoria celebraban aún,
al
cabo de muchos años,
la
tradición
y
los cantos populares.
A TRATES DE LA DELTA Donde
se
103
hoy Desuk, debió levantarse en otro tiempo
asienta
mas nos afanaríamos en vano buscando algún fragmento
de
nomo
al
Desuk, en
célebre Neukratis;
pasados tiempos:
un
ni
cerámica, ni una insignificante piedra en apoyo
de semejante presunción. perteneció
de los
resto
la
No
saitico;
dirección
al
cabe dudar que la colonia griega pero hallábase algo
Oeste.
Fijar
de
más
lejos
que
un modo preciso
el
punto en que se encontraba, es imposible de todo punto; pues
no existe dato alguno que sirva de base sólida á semejante hipótesis.
Adelante pues: sigamos nuestro camino marchando hácia
el
Roseta, y apresurémonos, si es que deseamos visitar (Reshid) y llegar oportunamente á Tantah, para asistir al
Norte,
comienzo de
Un
la
gran
feria.
hincha
favorable
viento
nuestras
velas:
á
la
derecha
izquierda y aseada villa de Fera, y á la de Fum— el-Mahmudijeh en cuyo punto se hallan instaladas
dejamos
la
linda
la
las
,
•
U'
•
máquinas de vapor que aspiran
CASA CON BALCON EN ROSETA
el
el
canal que enlaza Alejandría con
agua el
del rio para alimentar
Nilo.
Uno
en pos de otro
alminar, ofrécense á nuestras miradas pequeños lugares agrupados en derredor de esbelto
que desaparecen
al
cabo en medio de inmen-
sas tierras de labor perfectamente cultivadas.
A
la
calda de la tarde
pasamos delante de
Abu-Mandur, que coronan
colina de
la
gallardas
palmeras, y preséntase de improviso el puerto de Roseta cuajado de embarcaciones árabes.
La
casa del general en jefe de las fortificacio-
nes de
la costa,
quistó
un nombre
secesión),
(un americano que se conilustre
durante
la
por y al otro dia, acompañados bravo militar, visitamos las calles, las
guerra de
nos ofrece hospitalario albergue,
mezquitas y los jardines de
hijo
el
del
los bazares, la ciudad.
Numerosas columnas y pilastras griegas restan aún de la antigua Bolbitina, utilizadas unas
en
mezquitas
subsistentes
derribadas en ni
una
el
ó
casas
particulares
á campo raso,
otras
suelo; pero ni
inscripción
de
un
pié
ó
edificio,
de época anterior.
TABLA DE ROSETA
Gran número de casas de muy
bella
apariencia,
exterior casi completamente europeo, son testimonio de dos y tres pisos, con balcones y
A TRAVÉS DE LA DELTA
104
tiempos anteriores ha tenido Rojeta En efecto, en especial el trafico de los alejandrino comercio conquistar una gran parte del productos naturales del Egipto; mas al
elocuente logró
que
de la importancia
.
en
,
ceder
debió
cabo rival,
el
del canal de las
su
Mahmudijeh, restableciéronse
comunicaciones entre Alejandría y
Kilo.
La impresión que
recorriendo sus calles
un
preeminencia á
la
dia en que gracias á la apertura
,
se
el
experimenta
es la que produciría
antiguo palacio cuyas vastas habita-
ocupara
ciones familias
de
la
un reducido número de clase
media:
mucha
es
ciudad para veinte mil habitantes.
Como
quiera que sea debe convenirse en que sus jardines son deliciosos y están esmer adámente cuidados. El nombre de la ciudad
en lenguaje copto es Ti Rashit, que puede ventanas del harem
por
la
Saliendo traducirse ciudad de los regocijos.
puerta del Norte se encuentran algunas obras de defensa,
de San Julián, el cual se levanta en los
franceses,
Buchard, le
"
el
.capitán
construir
al
previniera
,
dió
punto en que, en
el
entre
otras
el
fueite
año 1799, en tiempo de
ingenieros
reducto que se
el
con
de
el
la
famosa piedra
que debía inmortalizar su nombre y co-
municar
al
de
Roseta nuevo brillo y es-
plendor. Difícilmente
persona ilustrada
existirá
que no haya oido hablar de la piedra, ó mejor de
la clave
monumento que tintas
de Roseta; del venerable lleva
inscripciones,
anticuarios europeos los
arcanos de
grabadas
tres
medio
por cuyo
dislos
han podido penetrar
la esfinge egipcia,
que per-
manecieron ocultos durante largos
siglos,
han
logrado
ó hablando en otros términos, descifrar
los jeroglíficos
de las batallas puso en
egipcios. El azar
manos de
ses esa joya inapreciable,
PUERTA DE UNA CASA ÁRABE
los ingle-
que se conserva hoy del modo debido, es
de gran valor en las galerías del Museo Británico.
Más
decir,
como
adelante, cuando nos
objeto
ocupemos
ZENAB
EGIPTO,
TOMO
I.
A TRAVÉS DE LA DELTA en
la
al
cual
descripción de otro
hanse
monumento
confirmado
plenamente
tendremos ocasión de
existente
referirle
lector
al
los
107
hoy en Bulak, cerca
resultados
por
obtenidos
de qué manera,
merced
del Cairo,
egiptólogos;
los
por medio de las inscripciones
en lengua egipcia, y de la traducción de la misma en la griega, que se encuentran en la piedra, se llegó al descubrimiento de los misterios encerrados en los jeroglíficos.
Aquí
que
únicamente,
diremos
ángulos
la
piedra
incompleta;
está
que constituiría un hallazgo de inapreciable
y
pues
valor
falta
uno
invención
la
sus
de
de
dicho
fragmento.
Pero harto nos hemos detenido en esta excursión hácia de un nuevo dia, deshagamos
el sol
tomamos
de nuevo
el
en nuestro viaje, en
vagón de
el
y pues
Norte,
brilla
ya
camino recorrido y retrocedamos á Desuk. Aquí y alcanzamos
la via férrea,
momento
el
el
en que comienza la
que nos propusiéramos
el fin
feria.
Tantah es una ciudad egipcia de mediana extensión, residencia
del
mudir ó gobernador
de una provincia importante. Delante del parador de la via férrea, ábrese una calle de
hermosas casas construidas según
un
cia de
europeo
estilo
cuartel, siendo tan espacioso
como
:
el
palacio del virey tiene toda la aparien-
feo: el polvo
está ardiendo bajo la influencia de los rayos
del sol
blanquecino que tapiza las calles
del
medio
dia.
Tomamos
por una
de las calles estrechas, frescas y sombrías que guian al interior de la ciudad, y que como todas las árabes sólo ofrecen una larga serie de paredes completamente desnudas, inter-
rumpiendo únicamente acá y acullá tanta monotonía, uno que otro muxarabieh, ó balcón la sombría pared, ó las delicadas labores de las jambas ó esto, más perfecto y abundante encontraremos no poco de puerta. Más una del arco de saledizo que se destaca sobre
en
el
Cairo.
Al cabo hemos llegado Difícil
de
todos
delante
cuales
por todo extremo
es
los
de
puntos,
uno
de
exhiben los
v los
al el
más
bazar
principal,
abrirse difícil
el
paso entre
todavía
mercado (sok) de
gran la
conquistar
á
menguados tenduchos levantados
mercaderes
sus diversos
podríamos adquirir, comparado con
lo
géneros.
la
ciudad.
apiñada muchedumbre que aflu\e fuerza
uno
Mas ¿qué
mucho y bueno que
de
junto
puños un lugai á
significa
se encuentra
en
otro, en
los
lo
que aquí
la
ciudad de
los califas?
Dejándonos llevar por la oleada de la gente, no tardamos en hallarnos ante la de sus formas mezquita nueva. Es grande y está bien conservada; pero la incorrección visitante, que convierte en cambio influye en que solo medianamente quede satisfecho el al templo, la cual constituye una placentera la mirada en la medreseh (escuela) adherida
encantadora construcción del tiempo antiguo. los pintarrajeados botes Frente por frente de aquélla, brillan los tersos cristales, y establecimiento de todo punto indispensable en una ciudad la botica,
redomas de
y un entendido farmacéutico aleman, que encierra un gran hospital. Es dueño de la misma prestado a su país mu\ hombre de instrucción no común, que ha viajado mucho y
A TRAVÉS DE LA DELTA
108
podrían tomar
Hémenos en
Muchas son las farmacias europeas que como verdadero modelo de deslumbrante pulcritud. que misma é fin de contemplar la abigarrada muchedumbre por la mañana, mañana presenciar mezquita, la interior de y naturales.
servicios á las ciencias
buenos
botica
la
instalado en
la
penetra en
el
dia
tal
referida
la
que estaremos á viernes,
solemne procesión que
á
inauguración
de
sirve
feria,
la
sepulcro del santón Sejjid—el—Beduí.
el y termina en No hay en todo
sitio.
los
peregrinos se
conocida con el
el
En
el
nombre de gran Molid,
Por supuesto que no
de Enero y del equinoccio de primavera, pero en la que tiene lugar á fines de Agosto en la cual se conmemora el natalicio del Santón,
mes
las del
cuentan por millares;
ellos se acerca
número de
concurridas que las que se celebran en este
más
Egipto romerías
Tres se realizan cada año.
á medio millón.
es
únicamente
el
que mue\ e á
el
sentimiento religioso
tale&
los que los llevan á Tantah. Las transacciones gentes: otros completamente profanos son mercantiles se realizan en gran escala duiantc la tena,
y no
necesita
se
más para comprender que ha
en romería á
la
Ateca
manes.
Aquí
llegan
no olvidan
,
que por otra parte no
interés
el
comer cial
prohibido á los
está
les
de ser
áun dirigiéndose
quienes,
poderoso incentivo para
éste
Musul-
rebaños numerosos caballos y
en
camellos, bueyes y ovejas que se ponen en venta, no siendo ménos importante el valor de las transacciones
que se hacen
en
sitios
mercados
en' artículos del país, las cuales se verifican
más importantes sino por
extraordinaria,
al industrial trabajando
ducho, por
como
determinados,
lo
el
nosotros,
entre
año,
del
contrario
muy
se da
más
los
cosa
frecuente, ver
afanosamente detrás de
mismo que
en
siendo
no
su ten-
valor á los artículos
VENDEDOR DE PAN DE DÁTILES
de primera mano, y de cuya solidez y perfección puede maestro que los elaboró. Que los figones se hallan incesantemente atestados, ellos, no hay para que decirlo; sin embargo las gentes de viso no ponen los pies en que contentándose con un pedazo de pan de dátiles, que compran á modo de golosina, y responder
el
una pasta formada con
consiste en
mente
el
más que
cuesco, al
incesante y
A
la
muy
comprador atrae á
y^
la
carne
estrujada.
las
del dátil,
Y
del
cual
se
ha quitado prévia-
aquí cumple decir que
moscas, contra
las cuales
el
pan susodicho
debe sostener
el
vendedor
recia batalla.
manera que
los rateros
prensada
las
aves de rapiña marchan en pos de las bandadas de aves viajeras,
siguen como su propia sombra á los concurrentes á
la
feria;
por cuyo motivo
deber en aconsejar á sus amigos, y dirigirles mil recomendaciones y saludables advertencias antes de que vayan á la extensa plaza en
los habitantes de
la
ciudad se hacen un
EGIPTO,
TOMO
28 I
'
.
A TRAVES DE LA DELTA que tiene lugar
el
tiempos encierra
el
mercado de
111
caballos, en la cual se ofrecen al peregrino cuantos pasa-
Oriente.
Pero no es tan sólo en dicha plaza donde están concentradas
las
diversiones:
todos
profusamente iluminados; y desde fuera se perciben los agudos música árabe que suena en su interior, un tanto apagados por el ruido de
los cafés de la ciudad están
sones de
la
y los bravos (Ya SalámJ
las castañuelas
1
de oyentes y espectadores. Aquí acuden cuantas
bailadoras, cantoras y cortesanas aderezadas y arreboladas encierra el valle del Nilo, y así se explica que encontráramos en Tantah una Ghazijeh (bailarina) que habíamos admirado
en
las
más remotas comarcas
del Nilo superior,
en
la
casa del agente consular de
Alemania
almeas y cantadoras más famosas del Cairo: mas no se crea por esto que escaseen, entre las que aquí se hallan, consumadas, artistas y mujeres de peregrina belleza. Por punto general pertenecen á una raza parresidente en Luksor.
Las únicas que no concurren son
ticular,
distinta de la egipcia
una de
las cuales,
las
propiamente dicha, y cuentan con maestras directoras, á el nombre de Machbuba— Bey. Ocasión
acaso por chanza oímos dar
tendremos de verlas más despacio y en círculo más reducido cuando nos hallemos en Said, su vestido la riqueza de sus y entonces nos ocuparemos en describir la elegancia de aderezos y la naturaleza del arte que profesan. En tanto dura la feria de Tantah doquiera convierte el viajero la mirada distingue mujeres de esta clase y además famosos bailarines ,
de mujer, charlatanes y juglares que lucen sus habilidades al aire libre, en medio de un apretado círculo de embobados espectadores, que presencian el espectáculo acurrucados en el suelo. Aquí es donde mejor que en parte alguna puede estudiarse la vestidos
sencillez é ingenuidad de los orientales.
creer sin verlo, la bondadosa complacencia con que los adultos hacen
Difícil se haría
lugar á los niños y los colocan en primera
fila
;
y los más crecidos y
los
hombi e& se
colocan en segundo y tercer lugar para que los menores y las mujeres puedan \ei mejoi saltimbanqui empuña su con el horror que se dibuja en todos los semblantes cuando el
trahecho puñal
pronuncia
el
:
profundo respeto con que todo
el
nombre
del
Omnipotente,
el
el
concurso se inclina cuando
nombre de Alá.
las
el
charlatán
ingenuas caicajadas y geneial
^ y de Ah— Kaka, siquitia sea de alma, que asistan á tales espectáculos, mujeres é-
regocijo que excitan los chistes y ocurrencias de Karagjuz
lamentar, y lo
lamentamos con toda
inocentes rapaces
3
el
.
De cuanto llevamos
dicho se desprende que no es simplemente
el
sentimiento religioso-
sin embargo, que la inmensa único que lleva á los peregrinos á Tantah: justo es confesar, al sepulcro que encierra losjunto orar deseo de ardiente su de impulsos mayoría obra á
lo
i
i
Tendría en esta palabra su origen
el
Salaa y Resalaa de Andalucía?
entre los Karamnz es entre los musulmanes, lo que el polichinela del Karagjuz, puede ver el desee más notSias sobre las representaciones .
fi
V. italianos; pero
mas
_
cínico,
_
mas
soez y
mas desenfrenado. Quien En Mondo
libro Constant inopia, de E. de Amicis, publicado en
Ilustrado que dan a luz los ed t °^ e “ ^' que ofrece CQm posicion en verso del poeta Willibald Winkler, describiendo la animación ¡er Suprimimos por inneees consignados por el autor, pierde, traducida p0 rque sobre no añadir nuevos detalles á los plaza de Tantah con motivo de eso* la rima y e condonante. comunicarle pueden que todo interés prosa, el '
la en.
A TRAVES DE LA DELTA
114
miles,
y
á
lo
largo del
escena que nos trajo á
la
canal
de
memoria
praderas apacentando sus rebaños.
Tantah tuvimos ocasión de presenciar más de una los
tiempos en que los hijos de Jacob recorrían estas
FATME (FATTMA )
i-
y
>
i
C
I
p x o
Cairo visto del Norte
COSEN visto junto á las puertas de
Quien haya Tantah,
la dilatada llanura
donde se
reúnen esos millares de peregrinos, de seguro se le habrán venido á las
mientes los campamentos de los Ju-
Exodo. Palpitantes
díos después de su
de vida se ofrecieron á nuestras miradas las figuras
más
bellas de la Biblia,
haciéndose tangibles,
si
de esta
ma-
nera podemos expresarnos, en cuanto
pudimos contemplar de cerca varones de luengas barbas, de pronunciadas facciones y mirada penetrante, ciñendo el
turbante,
descalzos
de piés y vistiendo la holgada
túnica de los pueblos orientales: pero no desprovistos
merced á una
de dignidad y soltura de movimientos, vestidura que en nada empece su libertad; yendo pende
sativos
ganado;
demás
un
lado para otro; echando
disputando entre
rápido,
ó
sí
ayudando á
un
vistazo
al
en lenguaje breve y por las
mujeres veladas que
llevaban á abrevar los camellos.
Nos hallamos en
los límites del país de
Gosen:
las
imágenes bíblicas reviven en nuestra mente, invitándonos á recorrer venerar en EGIPTO,
TOMO
I
los
nuestros
lugares que
más
tiernos
hemos aprendido á años,
y que según
GOSEN
118
sabemos fueron concedidos por
el
Faraón á su ministro José, para que en
ellos se esta-
blecieran los suyos con sus rebaños.
Empecemos para
por tomar de nuevo
ello,
de coche por primera vez y luego hacemos
Gosen, es
país de
decir,
en
En Benha-l-Assal cambiamos
el ferro-carril.
lo
,
propio en Zagazig.
Nos hallamos ya en pleno
región oriental de la Delta. Para que de su disposición
la
pueda formarse idea, puede decirse que á afecta
lo la
que
alcanza
la
mirada,
una trompa de
figura de
caza, cuyo pabellón abierto hacia el
Oriente,
viniera á terminar
en la
caudalosa via fluvial que separa
el
Asia del África. El canal de agua ya en
dulce existente la TIENDA DE BEDUINOS
po por Mr.
lago Menzaleh
el
bañaba
Lesseps, ;
y
al
Oeste
la el
permanencia de
la
época de
los Israelitas
en
Egipto, restablecido hace poco tiemfrontera por la parte del Sud: en la del Norte existía
antiguo brazo tanítico, reducido hoy á las proporciones
de un estrecho canal.
Por grandes que sean el
país de Gosen,
Doquiera alcanza de agua dulce, al cual
la
rinde las
los
cambios que en
no ha llegado á perder la
inundación del Nilo,
el
transcurso de los siglos ha experimentado
los rasgos lo
que particularmente
mismo que
fecundidad del suelo recompensa abundantemente
más pingües
le
caracterizaban.
á lo largo de las orillas del canal el
trabajo del labrador,
cosechas: en cambio, en las partes elevadas,
hácia la parte del Oriente, extiéndense dilatadas mesetas, en las cuales crece
muy
lejos ya,
una
raquítica
vegetación, apropiada para que en ellas puedan los pastores levantar sus
tiendas al
parecer, el país
hácia
el
cuidado de sus rebaños.
Donde,
al .
ha experimentado más profundos cambios, es
mt
Norte, en la región del lago de Menzaleh: pues en rz
los
sitios
en que en otro
i!
tiempo apacentaban los pastores
Ü'i
semitas sus numerosos rebaños de bueyes, en praderas frescas las aguas amargas y hediondas de y abundantes, vense hoy los pantanos; y allí donde los pacíficos labradores acumulaban el
producto de sus cosechas en numerosas ciudades indus-
redes para que se y florecientes, tienden hoy sus sequen, delante de miserables cabañas, algunos pobres pescadores.
triosas
Por nuestra parte invitamos
al lector
á que se digne seguirnos
al través
de los campos
cultivados y de las soledades del desierto hasta los lagos del país de Gosen. Para emprender nuestra excursión tomamos como punto de partida la antigua Bubastis,
en
el
dia Zagazig,
centro mercantil para
el
comercio del algodón que se cosecha en
la
.
119
GOSEX
empleados del gobierno. Algo y aun y residencia de los principales que ver en la estación que tiene establecida la via en esta población floreciente
provincia oriental,
mucho hay Las
salas de espera, lo
mismo que
los escritorios de los comerciantes,
una pulcritud genuinamente europea; y más de un
viajero
se distinguen por
ha ohidado
el
desavunai»e,
PEREGRINO TUNECINO
absorto en la
contemplación y examen de
que se ven en
este apeadero.
van en peregrinación á
sulmán religión;
la
En primer
los extrañes tipos,
Meca, procedentes de todas
tiene el deber de visitar,
siquiera
sus compañeros de viaje,
lugar se llevan las miradas del europeo los que
una vez en
las
comarcas orientales. Cada
la vida,
mu-
los lugares santos de
han facilitado en gran manera y los vapores y los ferro-carriles
el
su
cumplimiento
121
GOSEX
entiai (Alemania), se dirige completamente sola á las Indias inglesa» paia cuanto sabe, el carácter de institutriz, cargo que le obligará á enseñar
N emsawilanda
en una casa con
y no es poco, á mozalbetes de diferentes edades! Ya se comprenderá, después de lo dicho, que la estación de Zagazig no está de»pro\i»ta
Hubo un tiempo en que semejante
de animación.
un
sitio
no era simplemente, como ahoia,
pasada, sino término de
lugar de
que atraía mayor número
viaje
de peregrinos que otro lugar alguno de todo Egipto.
A
corta distancia de la estación
se distingue
una
colina alta y es-
trecha, formada por las ruinas de la
La populosa
antigua Bubastis.
ciudad ha desaparecido de
haz de ello
la tierra
,
sobre
la
cumpliéndose con
el fatídico vaticinio del
profeta
Ezequiel. «Sus robustos mancebos
espadas, » perecerán al filo de las
y
» sus doncellas serán reducidas á es-
que
»clavitud». Las vitrificaciones
pueden observarse sobre
las ruinas
revelan elocuentemente que la ciu-
dad fué entregada á
mismo que
comedio;
su
taba en
las llamas, lo
templo que se le\an—
el
ese
templo
incomparable del cual habia dicho
que
muchos
haber
Herodoto
le
excedían en riqueza y grandor, pero ninguno que le igualase en elegancia.
árabes
Los
nombre de Bubastis.
con
designan
el
Tell Basta las ruina» oe
En medio
tramos hace
siete
de ellas encon-
años los frag-
mentos de dos estatuas de la dio»a, forma se con cabeza de gata, bajo cuya Sekhet. Represéntase en
mujer:
ella la
la hija del dios Sol,
y castiea á
los culpables
EGIPTO,
TOMO
en
que
peregrinos el padre de ios gatos en la caravana de los
la
prestaba culto con los nombres de Bast y de
irnágen de la pasión ardiente que conduce
lucha á terribles
el infierno: la
el
hombre a
hermosa
Afrodita, finalmente, que
empuñando 0
I.
la
mordiscos con los enemigos de su padre,
GOSEN
120
de semejante prescripción. Aquí afluyen
musulmanes de
tres paites
las
del
mundo. Los
de Túnez, son los que más y los moros venidos en cambio los caballeresco llaman la atención por sus blancos alquiceles y su porte llevan consigo la cafetera rusa con el tártaros cuidan más de sus comodidades, pues saben prescindir ni áun en medio de la cual preparan su té, de cuya bebida no kabylas, procedentes de la Argelia,
:
auxilio de l
ardiente sol del Africa, no dejando para nada as áridas arenas del desierto, ni debajo del
MOMIA DE GATO
ESTATUA DE SECIIET
vigilante guarda de una anciana del mundo y peludos birretes. Aquí, bajo la de dueña, pueden contemplarse las tres mujeres de un turco, que pasea receloso delante acaso imaginando siniestra, á diestra á miradas tremendas fulminando su pequeño harem,
sus altas botas
y
que se ha encontrado con
la
vuestra la de
descubierto el ligero velo turco. á sus
hermanas menos
escoltas,
libres.
la
más joven
de sus mujeres,
que deja
al
bonita y elegante contempla con curiosidad dirian éstas si supieran que esta joven sin velos, sin
Una europea Qué
y sin más amparo que
el
de sus condiciones morales, procedente de la lejana
GOSEN
122
su cetro de flores, preside los placeres del
amor y de
embriaguez y
la
los
regocijos de
representa con cabeza de de esta doble naturaleza unas veces se la las gentes en gran acudían fiestas sus zalamera, gata de la leona enfurecida, otras con las
fiestas.
En
virtud
A
en número. Herodoto habla de 700,000 personas. Amontonábanse mujeres, excediendo en ademanes
buques hombres y
los
rumor de cantor
licenciosos éstas á aquellos. El alegre
acompasadamente servian á ruido de las castañuelas y las palmadas que y músicas, y el tanto duraba la travesía, Al pasai aquellos de acompañamiento, llenaban el espacio en en gritos y vociferaciones, las poblaciones toda aquella muchedumbre prorumpia delante de
hogares, y llegados a Bubastis se insultando groseramente á los que permanecían en sus que durante el resto del año. vino más ellos en hacian grandes sacrificios, consumiendo la fiesta, refieie que los El historiador á quien somos deudores de la descripción de gatos que morian eran embalsamados, y luego enviados á Bubastis donde se les enterraba,
hemos encontrado de los gatos
No
traza alguna de los sepulcros
pero no ha desaparecido por
com-
;
pleto el recuerdo de la antigua santidad de tales
animales; pues no hace invertía
en
en
el
Cairo una
mucho tiempo aún, suma
Meca
á
la
gran caravana de
se veia invariablemente una vieja que
número de dichos anima-
llevaba consigo gran les,
se
importancia
alimentación de los gatos hambrientos;
la
v no hace diez años que en la
de
la cual se
daba por
este
de «madre de los gatos,» que sustituida por
motivo
el
nombre
al presente
un hombre que atiende
al
ha sido propio
menester. Pues bien, esta extraña costumbre debe, en nuestro concepto, su existencia al re-
cuerdo de los gatos que se llevaban á Bubastis, PLANTA DE ALGODON
Cuando
la
con motivo de
las
peregrinaciones á Oriente,
diosa está representada con cabeza de leona, los
monumentos
la
apellidan
también Astarté, y refieren que dispensaba á los pueblos del Asia especial protección. No cabe dudar que desde muy antiguo se encuentran ya semitas entre los habitantes de Bubastis. Los semitas eran
que eran contados
egipcio no tuvieran también
La
capital,
Pa
la
región oriental de la Delta: tanto es así
ya en tiempo de
que,
los faraones,
al
par que
el
nombre
un nombre semítico.
de la cual tomaba el
de José, se llamaba el territorio.
numerosos en toda
los lugares
ó Pha-ivos.
nombre
de «Gosen» la región concedida á la familia
Los hebreos llamábanla Gosen
lo
mismo que
á todo
Al presente se levantan todavía cerca de la aldea árabe llamada Fakus, diversos
montones de ruinas, entre
las cuales
hemos encontrado
el
nombre
del faraón opresor.
125
GOSEN Al presente puede llegarse á Fakus por
el
hierro: en otra ocasión hicimos
camino de
las regiones desiertasá caballo, y de este modo recorrimos las tierras cultivadas y empleados egipcios, los de casa en Delta, habiendo encontrado hospitalaria acogida
el viaje
de
la
lo
mismo que
rurales.
y entre
entre los comerciantes de algodón griegos,
Jamás olvidaremos
la
noche que pasamos en
joven, que después de haber cuidado de
los ricos propietarios
las cercanías de
Fakus con un
ingles
de las máquinas de "vapor de que
la instalación
un bey para despepitar y arreglar el algodón, permanece operaciones y atender á la reparación de los desperfectos. las dirigir para al frente de Dos años hacia que el entendido ingeniero residía en el se sirven en la propiedad de ella,
Egipto, donde
le
había acompañado .su joven y encantadora
esposa, cuidando de las plantaciones y dirigiendo
la
esplota-
cion agrícola industrial del acaudalado turco. Imposible imagi-
nar vida más
Ambos el
que
solitaria
la
de este matrimonio sin hijos.
esposos habían renunciado á los goces presentes, con
propósito de asegurarse los medios indispensables para dis-
frutar
en
Ante sus
lo porvenir,
en su patria, una vida independiente.
ojos tenían constantemente
en cuanto alcanzaran
un
solo objeto,
cantidad que la
la
misma
una
cifra:
representara,
abandonarían los inmensos plantíos que con abrumadora monotonía les rodeaban hasta perderse de vista; pero no antes. Para la
realización de semejante resultado, habíanse impuesto mil
privaciones.
En
los
anchurosos aposentos, pobremente amue-
blados, de su habitación, ficante:
jamás
pertenecían:
se vio
nunca cedieron á
el
adorno más insigni-
mantenía unidos con
la
el
mundo un
de
el
copas que
periódico inglés y
de cartas semi-destrozadas á fuerza de leídas.
das sobre
las
les
perspectiva de los encantos
viaje al Cairo ó á Alejandría;
que podía ofrecerles un les
no se veia
una gota de vino en
Yo
y un
sólo fajo
las vi esparci-
costurero de la dulce joven, cuyo contacto, cual
un réprobo, evitaban
las
mujeres árabes del
villorrio,
el
porque dejaba expuesta á
las
mira-
dijo, que no he y su rostro encantador. «Dos anos hace, me »hablado con una europea: no entiendo á las mujeres árabes y ellas me desprecian con toda »su alma.» Traía conmigo algunas botellas de vino tinto; y pasamos la mitad de la noche
das de los hombres su lindo
talle
hablando y comunicándoles yo diferentes nuevas del mundo; y al otro dia nos despedimos como verdaderos hermanos, en el momento de montar mi soberbio alazan para dirigirme portentos á través de Gosen hasta Zoan, hoy San, la ciudad en la cual realizó Moisés sus
en presencia del Faraón.
Durante la primera parte del camino atravesamos extensas mente cultivadas, v cruzadas en todas direcciones por canales de J
EGIPTO,
TOMO
tierras de labor, perfecta-
riego, que se diferenciaban
«j
1
.
32
GOSEN
126
muy
poco de las
abradores, cuyo fértiles
Roseta. Junto á las casas de que recorriéramos en nuestra excursión á dueños, tuve ocasión de ver muy aspecto revelaba el bienestar de sus
al lado de frondosas palmeras, y de huertas, con numerosos frutales de Europa, espigas me recordaron crecía el trigo egipcio, cuyas robustas
abundantes campos en que el
suelo de la lejana patria; pero al
lleno en
medio
&n concluyó tan grata perspectiva y encontróme de extremo estéril, sólo manchado acá y acullá
del desierto, terreno por todo
salinas que semejaban,
por eflorescencias
heridas por
el
sol,
una tenue capa de
lnelo.
la más completa soledad, y por vez Pasados breves instantes rodeóme por todos lados encanto del aislamiento en medio en mi vida experimenté al par el maravilloso
primera
PASTOR EN EL DESIERTO
del desierto,
á
la
y
la indescriptible
por demás se dan cita
emoción que tan fácilmente
estas tierras desnudas de vida, de
cual pueblan
se
apodera de los árabes, merced
un mundo de séres
fantásticos
y
aquí maravillosos. Aquí habitan y se congregan los duendes de todas clases; los goulos que surcan los aires en las más extrañas los djinus
v se encuentran
cabalgaduras, tales
y
como salta-montes, puerco-espines y
arañas. Los
yentes sostienen su existencia á puño cerrado, fundados en que
de su suerte.
De
ellos
hay muchos que
complácense en atormentar á
Los djinus se remontan hasta
los el
más
mismo
fervorosos cre-
profeta se preocupó
se convirtieron al Islam; otros, de perverso instinto,
hombres, siguiendo cielo
el
con
el
los consejos del
diablo
su señor.
propósito de sorprender sus impenetrables
cuyas ráfagas arcanos; pero los ángeles les impiden la entrada, y las estrellas cadentes
GOSEN
123
luminosas contempla
el viajero
revelan haber sido los
A
acampado en
el
desierto,
son
las
trazas inflamadas
que
precipitados á la tierra.
mismos rechazados y
solemnes de la oración, hiere el oido un veces, al atravesar el desierto en las horas más experto no descubre objeto alguno, y sin embargo
grito penetrante y prolongado: el ojo el
se apodera del viajero un débil temor; son se hace por instantes más agudo. Entonces rodeado de sus cercano cerro que le oculta el horizonte, y contempla
gana á toda prisa reses
Los
el solitario
el
al viento su plegaria. pastor que con toda la fuerza de sus pulmones lanza
espíritus percibirán su voz y
depondrán en su favor
el dia del
tremendo
juicio.
Encara-
acompañados por bandadas mados en sus camellos, rebujados en sus blancos albornoces, y mudos y silenciosos á la avanzar árabes viajeros esos quien contemplara á
de avestruces,
hora del crepúsculo á
lo
tomáralos sin gran largo de los callados senderos del desierto,
esfuerzo por una procesión de espectros.
Tal
es,
si
así
decirlo, la parte terrorífica del desierto;
podemos
mas
justo es confesar
adelante. Aquí la travesía en medio que tiene también sus encantos, que describiremos más fuera de uso encontrarse con otras cosa es no así de la soledad es de breve duración y áun ,
campamentos de que á nosotros toca, tres veces pasamos delante de camello» sus vigilaban y pequeño» beduinos que, descansando bajo sus achatadas tiendas, el sol ganamos la estrecha faja ponerse de antes Poco flaco. rebaños de ganado sumamente
personas. Por
de tierra
regaba
fértil
la
lo
que flanquea
parte
el
antiguo brazo tanítico del Nilo, que en
la
época de los faraones
más considerable de Gosen con mayor abundancia que en
el dia.
Ho}
lle\a
San-el-Ager. Del lado allá del agua se levantan los nombres de canal Mo-’ezz y canal de que llamamos no se presentó cabañas de pescadores de la aldea de San; pero por más las
alma viviente para guiarnos uniera en
el
del que se necesita invitó
al lado
opuesto.
camino, propúsome conducirme
para
decirlo,
pescador de una aldea \ecina que se
través de los pantanos, y en
me
ménos tiempo
fellah, agachóse y me pues sentíame dominado por un terror cuales no los hyksos de San, con las
desnudóse su luenga túnica de
á subir sobre su recia espalda.
inexplicable: parecíame que
Un
al
una de
Yo
vacilé,
las esfinges de
para que sobre ella me enea tardaremos en trabar conocimiento, hubiese resucitado sólo herencia esos pómulos abultados, ramara. ¡Cuántas generaciones se han ido trasmitiendo en
formas pronunciada», que tanto esos labios prominentes, esa robusta musculatura, esas tengase elegancia y esbeltez! tipo nacional egipcio que se distingue por su
Y
difieren del
centenares individuos cuyo aspecto en cuenta que no soy único en haber encontrado por arqueólogo que bajo los auspicios célebre el Mariette, Mr. impresión: ha producido idéntica puesto al alcance del estudio»o tantos del jetife ha sacado de la arena, y devuelto á la luz y
monumentos
sorpresa. egipcios, entre otros los de Tanis, experimentó idéntica
sobre su» descendiente de los hyksos me paso siguieion »u» palafrenero criado mi que aguas, y robustas espaldas al lado opuesto de las diestro los caballos, que ganamos huellas, llevando las sillas de montar en la cabeza, y del agua por la paite infeiioi la orilla opuesta, en seco de medio cuerpo arriba; pero chorreando
No
tengo pues para que decir que
el
,
129
GOSEN y que ya puesto shish.
el sol,
encontré albergue bajo
el
hospitalario techo del digno
Ahmed Back—
schurbe (sopa) no mal condimentada, una gallina rellena de arroz y pasas, y
Una
algo de pescado frito que
supiéronme á
gloria;
me
sirvieron
no menos que
por aquello de que á buen hambre no hay pan duro,
,
el
contenido de la última de mis botellas,
al hijo
de la
casa, el majestuoso Mustafá, el cual, á trueque de festejar y honrar debidamente á su faltó al precepto que prescribe la huésped, renunció á algunos de los goces del paraíso,
y
abstinencia del vino. Pero
si
el
refrán se cumplió en su primera parte, faltó por completo
EXCAVACIONES DE TANIS
en la segunda. teniendo
mis
en
criados
De como
pasé aquella noche vale
cuenta que la pasé
y
no
pocos
pescadores,
más no
acordarse: júzguese lo que seria,
una alfombra tendida en
sobre
y
sin
tener
á
mano mi
el
duro suelo, entre
provisión
de
polvos
En
cuanto
insecticidas.
No hav rayó
el
hijo de
pues para que decir
alba dejé
el
mi huésped á
si
saludé con placer la aparición del crepúsculo.
fementido lecho, bañóme en los restos
el
agua frígidísima
TOMO
I.
y seguí
al
de Tanis.
Al cabo de algunos minutos hallábame en medio de EGIPTO,
del Nilo,
las ruinas.
De muchas de
las ciuda-
33
GOSEN
130
quedan restos muy considerables y mucho mejor conservados; des y templos que visitaremos, que ofrezca tan pintoresco aspecto. Yo vagaba de un de ninguno un conjunto de ruinas exacto del todo, y antes de examinar á otro á fin de formarme concepto situóme sobre una pequeña loma situada al Norte, y v copiar una á una las inscripciones un jeque. Desde este sitio se dominaba me senté en el suelo junto al derruido sarcófago de
monumento
,
ruinas, y en él me coloqué una y muchas veces. cosa que no debe sorprender si se tiene en grandeza, inmensa La ciudad debió ser de
perfectamente
el
vasto
campo sembrado de
más importantes, y centro al par de la cultura y cuenta que era una de las residencias reales igual abundancia de grandes monumentos encuentra civilización del reino. Sólo en Tébas se de granito:
en cambio no existe aquí uno solo
en
estado
de
conservación
suficiente
para que por sus restos pueda restablecerse su disposición geométrica. El gran
Ramses
santuario levantado por faraón que oprimió
ha
cedido
II
,
el
pueblo de Jacob,
pesadumbre.
propia
su
á
al
Hechos pedazos y derribados en indescriptible confusión, en medio de restos
ménos importantes, vense columnas de granito con capiteles en forma de palmera, algunos colosos
y nada ménos que
Una
doce obeliscos hechos pedazos.
consigna
yenda árabe nes eran
una
varilla
gigantes
que
puede dudarse es que poder de un
pasada, que son muchos y como de
los
las
lo
más
que no
se necesitaba el
sido menester
sobrehumano para
sólo,
si
mas
gigante para levantar tales
monumentos, ha
damiento.
le-
farao-
que por medio de
mágica, levantaban
pesadas masas de piedra;
ESFINGE DE HYKSOS
los
No
un poder
reducirlos al
anona-
es esta ocasión oportuna
para describirlos uno á uno; digamos que existen que revisten verdadera im-
portancia.
Cada una de
las
épocas de
la historia
de Egipto, excepción hecha de la
más
antigua,
contemplaba á mi lado, tiene aquí su representación. Solo y sumido en tristes reflexiones, destruidos cimientos de sobre la pendiente de la colina y en medio de informes restos, los las casas particulares,
palacio^, labrados de ladrillo y adobes; á mis piés los templos y los de laboi, lo lejos, en el último término del cuadro, campos
unos sobre otros derrumbados; y á vastas praderas que excitaban en
la
mente imágenes seductoras de tiempos que
fueron.
131
GOSEX
Formando
contraste
enorme con
la tristeza
y soledad de hoy. represémoseme
el
pasado de
Tanis por demás alegre y animado.
En
Thinis, cerca de Abydos en
el
Egipto superior, desarrollóse
el
poder de los faraones.
cieció Las primeras generaciones fundaron Memfis, y la civilización del a alie del Nilo Meditei del orillas las hasta catarata primera la desde con notable rapidez y se propagó
raneo.
Tribus de procedencia semítica, venidas de las regiones del Este, estableciéronse la época de los constructores de
con carácter de permanencia en estos lugares, ya en
De
pirámides. al
presente
mar
el
ellas
unas apacentaban sus rebaños en
los lugares
pantanosos que forman esquifes
lago Menzaleh, en tanto que otras atravesando sobre ligeros
el
proceloso, mirado con horror por los Egipcios, establecían depósitos y factorías en
A
las regiones orientales del Nilo.
principios del siglo trigésimo antes de Jesucristo, los
extranjeros comenzaron á oprimir á los Egipcios, á quienes acabaron por someter
pletamente.
com-
Sus príncipes residían en Heracleópolis, á corta distancia de Tanis, en
frontera oriental del
como señores
las
nomo
la
Sethroite; se apoderaron del trono de los faraones, y rigieron
comarcas del
hasta
valle del Nilo,
el instante
en que los descendientes
de los reyes egipcios destronados consiguieron vencerlos y aniquilarlos.
A
últimos del
vigésimo sexto y principios del vigésimo quinto una familia originaria de Tébas reunió bajo su cetro el Egipto entero inclusos los dominios de esos extranjeros. Los siglo
,
frecuentes ocasiones de hablar, erigieron y Ousertesen, de quienes tendremos en Tanis soberbios santuarios en honor de los dioses egipcios, y en ellos colocaron ante
Amenemha
su trono sus propias estatuas esculpidas en dura piedra: además de esto fortificaron frontera oriental de su país; pero convencidos de su propia fuerza, consintieron
en
el
la
ingreso
Egipto á los inmigrantes semitas que les prestaban homenaje y les ofrecian presentes.
La duodécima do
el
dinastía,
después tan importante, extinguióse en cabeza de una mujer, subien-
trono de los faraones una raza
al
ménos
fuerte,
en los precisos momentos en que una
inmigración semita, procedente del Asia anterior, invadía á pié y á caballo las comarcas del Sud.
taban
;
Los Egipcios trataron de rechazar
mas
superior,
fueron vencidos
hordas salvajes que sobre ellos se precipi-
las
no quedando á sus reyes más recurso que
,
retirarse al Egipto
en tanto que los asiáticos, estableciéndose en las comarcas de
la
Delta, forti-
ficaban sólidamente á Pelusa, llamada también Avaris, y elegían á Tanis para residencia
de sus reyes. Pronto se aliaron con las gentes de su raza que hallaron instaladas en las
márgenes
del Nilo,
en virtud de
las cuales
la cual los
v costumbres del vencido, de su triunfo.
A
esos tales
príncipes de los schosu
no tardaron en experimentar
conquistadores de
ó
el
manera de
país
y se ven forzados a le
conocemos con
el
beduinos; sabiendo,
época han llegado hasta nosotros la
un
al
la
más
los efectos de la ley histórica
civilizado
deben adoptar
usos
los
sumisión como consecuencia precisa
nombre de Hyksos, que
tanto vale
como
por los escasos monumentos que de su
través de los siglos, que se asimilaron completamente
ser egipcia, hasta en aquello que concierne al arte.
propósito de representar simbólicamente su propia persona,
Como
los faiaones,
con
mandaron construir esfinges
GOSEN
132
imágenes &e modelaba tegun con cuerpo de león y cabeza de hombre: el rostro de tales \erdadei os ietiatos. lincamientos de su rostro, de suerte que pueden considerarse Cuando visité Tanis, las más bellas de esas «esfinges hyksos» habían sido ya trasladadas
los
al
medio enterradas en
Cairo: pero todavía se veian algunas
la
arena. ¡Cuánto se parecían
á las gentes que habia visto en San y junto á las orillas del lago Menzaleh! Los Hyksos continuaron durante más de cuatro siglos en posesión del poder. El odio de los vencidos, difamando su
perdonó
memoria,
haber colocado
les
con
nombre de Seth—Tyfon, divinidad
el
el
como
los pintaba
al lado
mente
detestables bandidos, y difícil-
de los antiguos dioses á su Baal, que decoraron
que después de haber sido adorada como
egipcia,
dios de la guerra y de los países extranjeros, acabó por ser perseguida
y rechazada como
fautor de todas las calamidades y contradicciones que se experimentan en la vida de la naturaoposición leza y del hombre. La religión egipcia no conocia la existencia del mal absoluto en al bien: el
mal no
modo que
la
es
estado transitorio que conduce
más que un
muerte no es más que
el
umbral de
al
bien futuro, del
puerta que conduce á
la
mismo
vida ver-
la
dadera, es decir la eterna. Seth recibía en las ciudades de los hyksos las demostraciones
más profundo
del
respeto:
diferentes porciones
su nombre fue otorgado no sólo á los reyes sino también á
territorio,
del
que reunidas constituyeron
confinaba por la parte de oriente con
En
nomo
Hyksos dominaban en
tanto que los
continuaba reinando en
una
el
Egipto superior.
el
el
nomo
Norte del valle del Nilo,
Un
Sethroico,
que
antigua dinastía
la
manuscrito sobre papiro nos revela que
insignificante disputa suscitada sobre la posesión de
dió pretexto á los faraones
el
tanítico.
un
pozo, existente en
para levantarse contra los invasores
el desierto,
con cuyo motivo
asiáticos,
comenzó una guerra de reconquista que duró muchos años y terminó con la toma de Avaris á la cual se puso sitio. Todavía pueden verse en Tell-el-Her las huellas del campamento
fortificado de los
Además
reyes.
hov mismo
los
hyksos, y en Tanis los suntuosos edificios construidos por sus
en los habitantes de la región Nordeste de la Delta pueden reconocerse rasgos característicos de sus remotos antepasados.
Los egipcios vencedores forzaron á emigrar de
la
cual una parte ganó por tierra
el
Asia;
mar de Karpatos, quedando únicamente en
la
al
grueso de la población de los hyksos,
otra
Delta
por la
mar
dirigió
se
que profesaba
á las
las artes
del
islas
de
la
paz.
El pueblo egipcio habia robustecido sus fuerzas en las guerras prolongadas que sostuvo contra
el
extranjero; y así
batadas
al
vemos á
los
faraones de
la
dinastía
XVIII, que residían en
Eufrátes sus armas vencedoras, y henchir con las riquezas arreAsia los tesoros de la ciudad de Ammon. En cuanto á los hebreos pudieron
Tébas, llevar hasta
el
continuar, sin que se les inquietara, apacentando sus rebaños en las fértiles llanuras de
Gosen que
les
concediera
un faraón agradecido. No hay quien ignore
de José, ministro del rey de Egipto, y familia
sente
de
nos
Jacob,
que
hallamos
llegó
en
el
al
el
la
pasaje de la Biblia relativo al
tierna historia
aumento de
extremo de constituir un verdadero pueblo.
teatro
en
que
tuvieron
lugar
los
la
Al
pre-
acontecimientos
que
GOSEX precedieron
inmediatamente
al
Exodo,
ó
135
salida
de
los
israelitas
de
la
tierra
de
Egipto.
Los últimos descendientes de
Ramses
giosas:
Ramses
hijo;
los arrojó
I
los
su nieto, que es
II,
hyksos malgastaron sus fuerzas en querellas
el
de sus descendientes Meneftah, que es
Podemos
Escrituras.
reli-
y sus descendientes inmediatos fueron Seti I su Sesostris de los griegos, habiendo sido el postrero
del trono,
el
faraón del
Exodo de que hablan
las
Sagradas
formarnos
cabal idea de la fisonomía especial
de los
miembros más importantes
de esta dinastía, por los bajo re-
que se con-
lieves y las estatuas
servan,
en los cuales se hallan
La conformación
reproducidos. particular
de su rostro viene en
apoyo de
la
parte
hechos,
La
su
de
por otra
hipótesis,
confirmada
por
diferentes
origen
semítico.
gloria militar de Sesostris
no
ha sido contradicha, gracias á
las
narraciones de los escritores clásicos;
cido
en cambio es ménos conolo
como constructores
que
y su padre. En Tébas tendremos ocasión de admirar los hicieron
él
inmensos
edificios
que fundaron,
y por medio de una inscripción del templo de Karnak vendremos en conocimiento de que Seti había abierto ya
un canal que ponia
Nilo en comunicación con
Rojo, ,
el
el
mar
por medio del cual regái
,
i
i
RAMSES
de la parte meridional de Gosen.
En
las cercanías de
una ciudad fundada por Ramses
las ruinas de
II
SEGUN UÑA ESTATUA DE TURIN
•
banse abundantemente las tierras
II.
su antiguo lecho hanse encontrado
Algo más
léjos,
cerca de Maskhuta,
un monumento de granito, tuvimos ocasión de ver un muro muy robusto cuyos adobes llevaban impreso el nombre del Faraón del Exodo. Iguales á estos encontramos en Tanis. á la cual apellidan los monumentos ciudad de Ramses, y la Biblia simplemente sin hablar de
Ramses. En
ella
la Escritura, es donde los Egipcios emplearon á los y en Pithom, dice «amargándoles la existencia por medio de una terrible
hijos de Israel en trabajos penosos,
GOSEN
136
adobes y cultivar los campos.» » servidumbre ocupándolos en amasar argamasa, labrar En cuanto á Faraón se dirigió á los capataces que vigilaban sus tareas diciéndoles: «De ,
» ninguna >>
antes,
» ellos
manera habéis ya de dar que haga
paja para
mismos
recogerla;
a
» misma cantidad de ladrillos
»nuírsela en nada; » vocean, LADRILLO QUE LLEVA EL NOMBRE DE RAMSES
diciéndose
pues
amasado con
hoy en
el
arcilla
que vayan
exigiréis de ellos la
que hasta ahora,; sin dismi— holgando
están
y por eso
II
del
1
.»
texto que acabamos de citar la tenemos
mezclada con paja, que se encontró en
Museo de
pero
como
pueblo,
al
ladrillos;
unos á otros: Vamos á ofrecer
» sacrificio á nuestro Dios
La prueba más elocuente
los
Berlin, del cual
damos un exacto
en
adobe
el
de Gosen y se conserva
el país
dibujo. Tiene grabado el
nombre
de Ramses, que residía frecuentemente en Tanis, cuya ciudad hizo base de operaciones
TRABAJADORES FORZADOS DE RAZA SEMÍTICA QUE CONSTRUYEN LADRILLOS, SACADO DEL SEPULCRO DE RECH ,MA RA EN TÉRAS
para sus empresas bélicas, habiendo concluido en
ella la
que sostuvo, por medio de un tratado que firmó con
el
más prolongada
más
de las guerras
ilustre de sus adversarios, el
príncipe de los Khetas.
1
Exodo. V, 7 y
8.
Traducción de Torres Amat.
' ;
.
.
.
.
HALLAZGO DE MOISÃ&#x2030;S
EGIPTO,
TOMO
I.
oo
I
139
GOSEX
Contra los pueblos semitas veíase obligado á dirigir con frecuencia sus armas: ¿debe
pues causar extrañeza que cuidara de oprimir y ocupar en penosos trabajos, á los pueblos que dejaba á sus espaldas, establecidos en la Delta? Papirus de
afines á sus enemigos,
notoria antigüedad contienen las noticias que
poniéndonos atendiendo
un inspector de
figurativas de los sepulcros tebanos nos
plena actividad.
amasan
Unos acarrean agua
otros arrancan el
el
jefes,
gobierno sobre los obreros,
par incesantemente, á su bienestar material. Los empleados hacen un entu-
al
siasta elogio de los atractivos del país de Tanis
alberca;
hebreos dirigía á sus
los
de la continua vigilancia que ejercia
al corriente
y de la ponen ante
tierra de
Gosen: y
las representaciones
los ojos las cuadrillas de
obreros en
valiéndose para ello de odres que llenan en
una
otros
arcilla;
barro; éstos fabrican ladrillos
valiéndose de moldes de madera; aqué-
de un
llevan
los
llos
sitio
en tanto que
apilan,
vara en la rostros
sino
mano
allá los
capataz con la
mucho
otros hijos del Asia que,
III
,
el
reinado de Thut-
habían sido llevados á Tébas,
según nos advierten «para que fabricaran
taurar
Sus
vigila los trabajos.
nos dicen que no son judíos,
tiempo antes, en
mosis
el
á otro en
más
cuanto están secos; los de
los
las
inscripciones,
ladrillos
almacenes de
»Ammon.» La
la
para resciudad de
leyenda puesta en
la otra
pintura dice: «Prisioneros que trajo
el
»rev, para los trabajos del templo de su » padre
Ammon.» En
otra inscripción se
hace un caluroso elogio de
la vigilancia .
súplicas á los
provisiones en abundancia.
«Empuño
la
MENEPHTAH
.
y se dirigen dioses para que recompensen
los capataces,
empleada por
Uno
de
los
al rey que se
capataces dice dirigiéndose
los hijos de Judá.
Acaso es obra suya
ciudad de necí sentado horas enteras en Tanis, la
que ayer atravesé, de
la
distribuirles vino
y
á los trabajadores:
vara, conque, no hay que ronceai..»
Imposible contemplar tales objetos sin retraer á
empleaban
ha dignado
la atribulada
el
la
mente
los
penosos trabajos en que se
derrumbado muro sobre
el
cual
perma-
Ramses; acaso en estos mismos charcos
madre de Moisés depuso
cual dormia su tierno hijo. El Faraón ante
el
la sencilla
cuna de mimbres dentro
cual realizó Moisés sus estupendos
rotundamente el Salmista: de aquí salió el grito prodigios residía en Tanis, según expresa esclavizadas; de aquí partió Menephtah con sus de rebelión en que prorumpieron las masas
GOSEN
140
carros y sus caballos en persecución de los fugitivos: hasta podemos mostrar al lector retrato del versátil monarca, que después de haber prestado su consentimiento cuando
dominaba
el
de Bulak se conserva otra representación del
son más afeminados aún que cluye
el
los rasgos de
príncipe,
Con
la
el
le
museo
cuyo rostro
partida de los judíos con-
papel que desempeñó Tanis en la historia de la humanidad. Merced á su grandeza
el siglo
la
más aún,
importancia que gozaba en Egipto:
octavo antes de la era cristiana, dió vida á una nueva dinastía, cuya existencia
embargo efímera; pero después de
fué sin
mismo
del que reproducimos.
el
pudo conservar durante mucho tiempo en
En
temor, retirólo en cuanto se creyó á cubierto de todo peligro.
el
Abandonamos bastón en la
al
cabo
el
mano empezamos
esto nada.
que ocupáramos junto á
sitio
á
tumba
la
del jeque,
y con
el
La mayor parte Ra-Harmakhis. Muchos
recorrer aquellos importantes restos.
de las inscripciones están dedicadas á los dioses
Ammon,
Pftah, ó
fueron los monumentos que llamaron poderosamente nuestra atención; pero en su mayor parte yacen sepultados bajo la arena, estando terminantemente prohibido á los guardianes,
bajo las penas
para ponerlos
más
La
feliz
tores de las excavaciones, era
cual no se habían fijado los direc-
el
un hecho demasiado reciente para que
borrado de su memoria. Dicho monumento, conocido con ó Decreto Canópico, goza ya merecida fama:
con
en
citar, la
nos ocuparemos de
se conserva y allí
como de
en una piedra granujienta parecida ofrece la singularidad de tener el
un
siguió á
á la que en otras partes se
femenino que, como
al alabastro; el torso
al
mi segunda noche pasada en la
como pocos
original
,
amazonas
labradas en
claro, tuve ocasión de observar
en
casa de mi huésped. Pro venia de la
mejor postor, cual suelen hacerlo todos
escena ofrecía era
las
las estatuas sentadas,
puestos en grandes canastos de mimbres, los peces cogidos en esta
II,
derecho; las estatuas
el
numerosos pescadores, que venidos en espaciosos barcos, con
sus costados, vendian
Ramses
colorido brillante; las capillas labradas
pecho izquierdo más turgente que
Tanis una animación desusada, frente por frente de
que
museo de Bulak
coloso, en pórfido, de
el
negras de Sekhet, con cabeza de leona, y finalmente, basalto oscuro ó granito rojo casi purpurino.
llegada de
el
cual corresponde. Contentémonos ahora
de una antigüedad superior
cual se distinguen todavía las huellas de
La mañana que
se hubiese por completo
nombre de Piedra de Tanis,
paso, la grandiosa estela de granito, semi-enterrada entre los escombros,
cual se consignan hechos
el
el
encontraremos en
lo él
consigna, pues se remontan á la época de los Hvksos; sobre
insignificante operación
casualidad que permitió descubrir á Lepsius y sus
acompañantes un monumento importantísimo, sobre
donde
más
severas, que consientan á los extranjeros la
al descubierto.
hasta
el
los
las redes tendidas á
mártes y
los viérnes,
lago Menzaleh. El cuadro
un punto que no
se borrará de
mi memoria.
Nada hay en Egipto tan genuinamente africano como los animales que habitan sus mismos peces que el Senegal: con sus cabezas achatadas,
aguas. El Nilo alimenta los
sus ojuelos imperceptibles, y sus peludas y prolongadas aletas, diríase que pertenecen á
141
GOSEX
una edad del
mundo
anterior á aquella á la cual pertenecen los lindos habitantes de nuestras
aguas dulces. Los que más abundan son pertenece
el
(Ra’ad) y otros de
la
los siluros
que llaman
ellos
karmut, á cuyo género
nombre de torpedo, manchado de negro, al cual llaman propia especie, á los cuales comunican un aspecto repugnante los
que conocemos con
el
largos filamentos que tienen en el vientre y en el lomo. El más extraño de todos es el tetrodon (fahaka) que cuando está hinchado semeja una calabaza panzuda provista de
1IALAPTERUS ELECTRICUS. SILURO ELÉCTRICO (ra’ad)
se está riendo, en la cual brillan cuatro dientecillos blancos, y de
una boquita que parece unos
ojillos
ranillo,
es
muv el
alegres
y
despiertos. El
por pertenecer á una de las especies del sollo,
kannua con su hocico semejante
oxyrrhynico de los antiguos egipcios; siendo de todos
No
(polvpterus).
mundo
ante— histórico,
es que recuerde haberlo visto
la
al
un mar—
de
más
interesante,
de los ganoídeos,
jamás representado en
pero tengo para mí que sirvió de tipo para uno de los caractéres
tetrodox hispidus (fahaka;
el
el
las pinturas,
Cocidos ó
jeroglíficos.
CABEZA DE PIMELODUS AURATUS
mucho mejores y más sustanciosos que pero el flojos. Los he comido de muchas especies; sumamente son que los del Egipto es el que llaman escrúpulo, menor el sin doy la se único que merece mi aprobación, y sabrosa, viéndose algunos individuos de grandes dimenbavád, de carne blanca, dura y son sin disputa asados, nuestros peces del Norte
siones.
La
cautivar en medio de la mayor animación; mereciendo venta se prolongó * EGIPTO,
TOMO
el interés
36
I.
GOSEX
142
de un observador europeo, tanto como
la
mercancía,
aspecto de los compradores.
el
La
—
que sabemos nosotros tener á raya, y los más vivos movimientos del ánimo, merced á la educación que hemos recibido y á las costumbres que nos caracterizan, por irritabilidad
lo
ménos en
la
vida pública.
— campan
aquí por su respeto sin freno ni contradicción de
ninguna
especie,
tal
y
vez
con mayor
libertad que en parte alguna, sobre todo
cuando
¡Que con
el
mente el ¡
piadoso
fin
la voz, á fin
precio
Que
interpone
se
el
interés material.
salvaje gritería la de los pescadores,
de apagarse
que pedian por
terribles
mútua-
de que no se entendiera
miradas
las
la
mercancía!
que unos á otros
se fulminaban con sus ojos negros y penetrantes! ¡Que violencia la que empleaban
en atraer
ALMONEDA DE PESCADO EN SAN
á
sí
cuando era poco ofrecían; y cuantas veces el dignísimo
Ahmed
pececillos pasaron al canasto colocado á sus espaldas;
la
persuasión, ora echando
la
respectivos
canastos
que por su hacienda
les
para hacerlos entrar en razón, blandiendo su
palo de palmera debió decirles: «¡Ojo, ú os sacudo!»
y empleando otras
los lo
mano
Más
mas
de uno y
más
de dos lindos
valiéndose unas veces del rigor,
de las amenazas, ora acogiéndose á
blandura, evitó que las cosas llegaran á mayores. ¡Válgame Dios y los recursos de que
disponen aquellas gentes
para salir adelante
¡Que
con su intento!
inflexiones de voz, que
de
palabras
dulces
melosas para seducir
y al
que se muestra reacio ó indeciso!
dez en
el
mormyrus oxyrrhynchus (kanuma)
¡Que rapi-
diálogo, que
oportunidad en las réplicas!
»no
«¿Pero hombre,
tienes ojos en la
» frente?»
le
dice
por
ejemplo un pescador
comprador cuya
POLYPTERUS
(BISCHIR)
al
ha parecido inaceptable; y éste que se juzga injustamente maltratado contesta sin dilación: «¿Pues no los he de tener? Bien claro me están mostrando que llevas »en la cabeza un turbante de paja,» como si dijéramos: que estás loco. Aquí sigue una
contestación
oferta le
incisiva,
y
el
que es objeto de ella afirma que no se cambia por quien
le
GOSEN
144
denuesta; pero sin vacilar:
Y
el
aludido que tiene tan viva la imaginación
como
suelta la lengua,
no hay animal con joroba que no se tenga por
«Sabido es que
exclama camello.»
así á este tenor.
Terminada
la venta,
los pescadores se
empeñaron en que
les
comprara un pelicano
a
aguas del lago. Su tarea no dos hermosas tanto por sólo tienen sobre los productos un reducido les produjo grandes beneficios, pues del lago de Menzaleh, para pesca la arrendada tiene que el para resto ciento, quedando el garzas reales que
hablan cogido vivos en
las
según me dijeron, paga anualmente 1.500,000 pesetas. lago. Éste es grandísimo, está Conducido por unos pescadores de Matariyeh, visité el lengua de tierra. Su extensión sembrado de islillas y separado del mar por una estrecha la cual,
no es menor que toda especie que
la del le
ducado de Sajonia-Meningen, siendo
pueblan, que según cálculo del sabio
tal el
número de pájaros de
Brehm, no
baja de sesenta mil
han menester para alimentarse. Viéndolo, libras la cantidad de pescado que diariamente del barón de Münchhausen, de quien &e se concibe por verosímil el donoso cuentecillo por distracción dejara metida la baqueta, cual la en escopeta, cuenta que disparando su en la época de la puesta, lo mismo habia ensartado una bandada de patos. Especialmente están materialmente atestados de lago, del cañaverales los la superficie de las islas, que persiguen y se remontan por los aires dando alados habitantes que retozan, juguetean, se el bellísimo fantástico por ó por lo ménos exagerado pues gritos de alegría. No se tome ocas, cigüeñas, garzas reales, pelicanos, dibujo de Gentz que damos en el texto. Patos, donde posan, solo flamencos de pintado plumaje, de cuyos nidos y lugares Abu-moncis
y
Menzaleh, contados cazadores; gaviotas, gotienen conocimiento, entre los habitantes de verdugos de los alados negros y dorados que son londrinas de mar, águilas y aleones bandadas en ese paraíso pajaril. numerosas en reunidos encuéntranse peces, los de asesinos seguro de no gastar pólvora en salva El cazador que navega de una á otra isla puede estar por
más
tiros
que dispare, sobre todo como
rija
más
por
sí
mismo su pequeña
barquilla. El
bajas sólo quedan cubiertas en las épocas
tiene poquísima profundidad y las islas gran cosa, son llamadas por los pesde inundación: en cuanto á las altas, con no serlo
agua
cadores, Gebel, es decir «montañas.» Indelebles imágenes de
un mundo en
el
cual se ven apenas huellas de
la
mano
del
cual pudiera serlo la hombre; representaciones encantadoras de una naturaleza exhuberante rica de vida, asaltaban mi fantasía en tanto todo en tranquila primitivas, épocas las de y conduela de aquí para que un barco pescador de Matariyeh, groseramente dispuesto, me allá sobre la superficie de ese lago,
dia acaso,
ó
mejor indudablemente,
que aún hoy dia es
el
encanto del cazador, y que un
dentro algunas docenas de años,
será reducido
a
tierras de cultivo.
No
presente por las aguas, cabe dudar que grandes espacios del mismo, cubiertos al sus rebano^. fértiles praderas en las cuales el aldeano apacentaba
fueron en otros tiempos
Hoy, no obstante y tener
el
algunas lago comunicación directa con el mar, por medio de
GOSEX
145
estrechas aberturas, va despositándose en su fondo prácticos é inteligentes
han podido formar
el
el
limo procedente del Xilo; y hombres
cálculo de lo que seria preciso invertir en la
desecación, y asegurar que con los medios que tiene á
mano
la
industria
moderna, no
sólo no serian perdidos, sino que resultarían beneficiosos los capitales que en semejante
operación se invertieran.
Muchas son
las islas
en las cuales se distinguen todavía señales de un cultivo que sólo
se extinguió por completo en
Ta-n-Isi,
es
muy
poco
lo
transcurso de
el
muchos
que se conserva en
la
siglos.
isla
De
la
antigua ciudad de
Isis,
de Tenis; sin embargo vense las
informes ruinas de vastos edificios, y los historiadores árabes cuentan que en tiempo de
BARCA DE PESCAR EX EL LAGO MENZALEH
los califas era esta la ciudad de los
damascos,
las
gasas
más
que procedían
más preciosos, de suerte que mayor primor, llamadas de Tenis
los tejidos
delicadas y las tapicerías de
el Oriente, y eran abundante venero de riqueza degradados, ganan hoy á fuerza de profundamente sucesores, cuyos para aquellos isleños, el miserable jornal en que libran su subsistrabajo, con sus redes y sus barquichuelos,
(Tinnys) gozaban legítima fama en todo
tencia.
Y
sin
estas gentes embargo, después de haber establecido relaciones con
sencillas y
ellas sin experimentar verdadera complacencia. francas, no es posible acordarse de
me
Aún
de formas atléticas que en Matariehé, sentábanse parece estar viendo á aquellos hombres EGIPTO.
TOMO
I.
°^
GOSEN
146
mi lado en derredor
hogar; á aquellas mujeres de elegante figura y aire distinguido, que lanzando plañideros lamentos acompañaban un cadáver: á aquellas gentes á
del sencillo
que, á mi parecer, constituyen la raza
en los estados todos del el
sentimiento de
más
perfecta de cuantas he visto en Egipto. Sí,
no existen tipos más varoniles, rostros que mejor reflejen
Jetife
y del valor personal que los que moran en los lugares Hyksos de quienes descienden. En un principio, en la época
propia dignidad
la
,
que un tiempo ocuparon
los
de los faraones, distinguióseles con raza semítica;
más
nombre de Amu, genérico de
el
En
adelante se les llamó Biamitas, (Pi-aum).
Merwan
de nuestra era, dieron no poco en que entender á los califas
nombre de Malakijin con que á
sí
mismos
fieles
á
la
demás fe
y
Mamun.
egipcios aceptaron la doctrina
al
poder de los franceses,
Y sólo de algunos años acá las autoridades han conseguido que sus hijos concurran
La abertura
servicio militar.
un nuevo
Oriente
Y
del canal de
límite, si así
Suez ha
fijado al lago
En
Oeste.
el
embocadura del antiguo brazo
la
Menzaleh por
el
a.
lado de
cabe decirse, tirado á cordel.
ahora prosigamos nuestro camino hácia
(Damyat), junto á
El
ortodoxa llamándose Melkites, es
César.» Jamás llegaron á someterse
decir, «realistas ó súbditos del
noveno y décimo II
se distinguen, les viene de los tiempos en que
pertenecían á la grey cristiana; pues en tanto que los
de Eutiques, los Biamitas permanecieron
todos los asiáticos de
los siglos
cercanías de Damieta
las
hoy brazo de Damieta,
tanítico,
encontramos una comarca que con ser llana y dilatada como el resto de la Delta, ofrece muchos rasgos singulares. Desde luego el europeo puede fijar la atención en los campos en que con gran esmero se cultiva
el
arroz, cuyas principales operaciones tienen lugar
en los meses de Setiembre y Octubre. Dicho cereal no era completamente desconocido por los egipcios que vivían en los tiempos inmediatos á la época de los sucesores macedónicos de Alejandro
que
lo
el
Grande; pero su cultivo fué introducido en
llevaron al Nilo desde las
comarcas de
Poco hay que decir de Damieta, bastante altura, en no
muy buen
la
la India,
dosos jardines,
el
más
país por los árabes
entrada de cuyo puerto, que rodean edificios de
estado de conservación, hállase dificultada por una gran
barra de arena. Su bazar es de inusitada longitud: preciosísimas, procedentes de
el
de donde es originario.
más
en sus mezquitas vense columnas
antiguas construcciones: los arrabales ostentan fron-
notable de los cuales es propiedad del cónsul de Alemania, simpático
y rico levantino apellidado Surur. habitantes. los
árabes
finísimos cristianos:
Damieta cuenta en el dia unos treinta ó cuarenta mil Su celebridad era poco ménos que nula en la antigüedad, y en la época de alcanzó notoria
pieza había que no
cientas pesetas
comprenderse las
importancia merced
brocados enriquecidos con
,
lo
bajaba de
y por consiguiente
á
sus
tejidos,
principalmente
tres cientos dinares,
y teniendo en cuenta
el
que su riqueza significaba. Al prolongado
Cruzadas, que terminó con
historia.
imaginería,
la
toma
de la ciudad, debe
preciosísimas
labrados
como
si
valor de
sitio el
estofas
y
por operarios
dijéramos mil dosla
moneda
puede ,
que sufrió en tiempo de
renombre que goza en
la
GOSEX
üi
147
la* alquerías
de los alrededores de Damieta se ven robustos y frondosos sicómoros, cercanias de * as aldeas difunden su sombra protectora árboles de otras especies:
Y cn
en los jardines florecen estridente
el
melocotonero y otros frutales, y en todas partes se oye el que puestas en movimiento por los búfalos, llenan los
gruñir de las norias,
canalizos y regaderas por cuyo medio se lleva el agua á los campos. El ganado crece á maravilla: los búfalos y los bueyes, el queso y la manteca de Damieta no tienen igual en todo Egipto. El botánico que recorra esta comarca en busca de ejemplares curiosos,
puede abi igar
la seguridad de encontrar en la orilla de los canales los postreros representantes de una íamilia en otro tiempo abundante y numerosa en el Nilo, los lotos blancos y azules, cuyas pepitas, reducidas á polvo, forman parte del alimento de esos
aldeanos.
En
cuanto
al
papiro, que,
si
así
puede decirse, es
el
rey de los productos de
NORIA EN TERRITORIO DE DAMIETA
la Delta, y proporcionaba á sus habitantes inmensas riquezas, no lo ha visto aquí viajero alguno digno de fe; y sin embargo, sobre ese mismo brazo del rio que fertiliza el país,
cultivábase cuidadosamente la
más estimada
de las especies de ese Cyperus
al
cual debe
su nombre nuestro papel, y cuya médula proporcionaba no sólo al Egipto, sino también á otros pueblos civilizados del Mediterráneo, una materia excelente para la escritura. En
tiempo de los Califas, todavía existían en
gamino acabó con
el
la
Delta fábricas de papel:
más
tarde el per-
producto egipcio. Que era artículo de comercio por demás productivo,
no tenemos porque encarecerlo: basta recordar que cuando Alejandrino Firmus, sublevándose contra Adriano, se proclamó César, sacaba de sus fábricas de papel medios suficientes para
el
sosten del ejército.
del pergamino, en
un
La introducción en Europa de nuevas sustancias, y en especial más adelante del papel de trapos, influyó poderosamente
principio, y
GOSEN
143
en que cambiara
la
la Delta: en lugar de fisonomía que hasta entonces había ofrecido sin hojas, mieses fueron llamadas «bosques sin árboles, arbustos
aquellas espesuras que
»en
agua y galas de
el
hoy
arroz,
el
el
maíz,
el
los
el
habitantes de la Delta han perdido casi la
cultívanse
pantanos,»
índigo y
algodón. el
Los
recuerdo de
que cultivaron durante dilatada serie de que Strabon describe exactamente diciendo que
planta
siglos,
El «es un palo mondo, coronado por un penacho.» europeo sólo la conoce por haberla visto en los invernáculos
,
ó
riendo la Italia fijo
en
ha
las
orillas
Anapos
del
,
si
i
ccoi -
visitado la antigua Siracusa; pero de
sin acordarse de que
no pasa un
dia,
y acaso po-
ideas dríamos decir una hora, sin que crucen su mente el papiro en buscarse debe origen palabras, cuyo
y
egipcio.
Papyrus y Byblus no son más que formas de una
misma
salido nuestro (libro).
papel,
Para preparar
nuestra biblia y de la segunda el papiro dividíase en pequeñas
NYMPH.EA LOTUS. FLOR DEL LOTO
tirillas
la
distintas
palabra, de la primera de las cuales ha
médula encerrada en
el
tronco, y después
adherir por medio de la presión y luego de superponerlas en opuesto sentido, hacíaselas glaseaba. Las hojas como diríamos hoy hablando del papel, se las se las pulimentaba, ó
dándose á la á otras por uno de sus extremos, de esta suerte obtenidas, se encolaban unas irimera el
nombre de protoko-
lon, protocolo,
y
argas fojas que, ;e
así resultaban
como
comprende,
fácilmente
para
que
se
conservaran debían tenerse argolladas.
Cada uno de estos
constituía
sabido
m
es
un
libros
«rollo,» rollon, y
que
role,
vale tanto
francés, en lenguaje de bastipapel.
Los antiguos
emplearon ya para
escribir, tin-
dores,
tas
y
como
de dos distintos colores, negro rojo generalmente,
dose la primera para
empleánel
NYMPH.EA SELUMBO. FLOR DEL LOTO CON FRUTO
texto
como el rojo se llama ó cuerpo de la obra y la segunda para el título de los capítulos; y anunciamos el apunto en latín rubrus ha resultado de aquí la voz «rúbricas» con la cual
149
GOSEX de que se trata en un capítulo. Finalmente los romanos dieron al papel
charta ó caria
y de aquí resultan nuestras voces «carta,»
.
el
Varias son las clases que conocemos de papel egipcio; pues unos tomaban
en que se elaboraba, por ejemplo
del lugar
otros de
un
¡imano,
cornelicino
personaje,
verbigracia,
envolver
como
el
etc.
nombre
tanítico;
moda, como
la
á que estaba destinado,
otros del uso
para contraseñas
hicrático,
sciítico,
dijéramos á
si
nombre de
«cartapacio,» «cartón,»
teatro
ele
,
para
Hasta nosotros han llegado en perfecto estado
etc.
de conservación rollos de papiro de grandes dimensiones, siendo de advertir que semejante sustancia fué conocida y
empleada en Egipto desde tiempos se
embargo
sin
nomo, en
la
levanta hoy
junto á
cual nació
es
Alejandría.
cultivado en la
el
nomo
capital de dicho
Manes
Manethon,
ó
se
aldea, situada
una miserable
izquierda del brazo de Damieta, delante de
de
Tantah,
salido de
Mansurah para
de
la
rica
es
Mansurah fia
victoriosa)
del interior de la Delta.
más importante
capital
consumo
hizo
se
la corriente.
Después ciudad
el
historiador
el
Samanhud, que
la orilla
de las Pirámides:
ella
en que estuvo
sitio
el
cual pasamos después de haber
remontar
la
aprecio merecía era
En
remotos, tanto que
la
mayor esplendor de
los del
más
El que Sebenítico.
en que de
siglos
los
corresponden á
la
muy
remonta á una época anterior á
Dakalijeh,
provincia
á
la
Constituye la
cual ha
ingleses, gran número de europeos, especialmente algodón que en alemanes y suizos, el extenso comercio de En rigor puede decirse que es una ciudad
atraído
ella
se
hace.
ordenada poi moderna; á pesar de que su fundación kalifa la
Melek-el-Kamiel
toma de Damieta por
,
data los
del
1220,
cruzados.
En
después dicha
el
de
época
un robusto puente de piedra que del rio: hoy sólo en buque puede
existia en los alrededores
enlazaba las dos orillas
frente por frente de Mansurah, llegarse á Talkha, situada la estación de la via férrea, pero
en cuyo punto se halla existe 'el proyecto de el
construir
un puente de hierro sobre
cual deben pasar dos vías. respecto de la ciudad actual de Poco es lo que puede decirse
Mansurah;
sin
embargo
recuerdos, cuando se visita el modesto aposento en que despiértale en la mente no pocos poderosos reyes de Occidente. Ya duramente muchos años, uno de los más vivió prisionero ^ EGIPTO, TOMO
38 I.
GOSEN
150
IX de Francia, que derrotado bajo los muros de la ciudad por las tropas del joven sultán el Mo’azzam Turanschah, vióse precisado á entregarse á los infieles con su hermano Cárlos de Anjou y la flor de la caballería francesa. El sultán trató al prisionero con la mayor consideración; pero á costa de su vida que dejó en manos se comprenderá que aludimos á Luis
de sus propios soldados.
En
cuanto
rey y sus proceres recobraron la libertad el abandono de Damieta.
al
el
6
de marzo de 1250, mediante un cuantioso rescate y
Con viento favorable puede una de
Hagar,
más
bello,
cultivados,
las
en
llegarse
más importantes
que
durante esta corta travesía, distinguen á
se
ambos lados
para que
creyera
mi camino una que
tinguí en
y arrogantes
ramaje con
mados
me
los el
de
más
bien
vista de
la
del
los
acacias
Xilo,
las
del
tilos
los
gigantesco
de un
muro de
monton de escombros, único
el
de Iseum que dieron á
la
ciudad.
sauces,
los
lebcikhs,
Oriente.
el
del
á
los
siquiera
Nada
la
aldea de
Apenas allá
el
dis-
frondosos
confundiera
su
me
detuve ante los restos, levantaba
un
hermoso templo de Pa-hebit,
«el
en
cuyo
la diosa de
Como
se
si
tamariscos y los arbustos lla-
buen paso,
cerca,
resto
Egipto.
con que diera algunos pasos hacia
en cambio alzábanse aquí y
y
» lugar de la fiesta,» en el cual se prestaba culto
romanos
de
campos, que perfectamente
en Europa que en
bernuf. Al cabo de media hora de andar á
perfectamente determinados,
arruinadas
los
Desembarqué delante de
rio.
otra palmera; pero
álamos blancos,
ciudades
las
El-Vish, junto á un antiguo muelle, bastando interior
tiempo desde Mansurah á Bebhit-el-
breve
entre
en
centro
se
cuyo nombre tomaron los
el resto
del Egipto,
los edificios
G03EX destinados á morada de los dioses,
que de
las
151
las
muchos
injurias de
monton de bloques, fragmentos de columnas, las
templo
siglos.
cual puede contemplárselos, en medio del antiguo recinto del templo, semejan
del techo ó desquiciadas de
resistentes
de suerte que los restos de granito del
tienen todavía solidez suficiente para sufrir
Isis,
más
estaban construidos con materiales
habitaciones de los hombres,
Tal
un inmenso
trozos de arquitrabes, v losas desprendidas
Xada más
escalinatas.
singular que las ruinas de ese
templo, derrumbado cual á impulsos de mágico conjuro, y que de fijo no ha sucumbido á la acción lentamente destructora del tiempo, ni á la poderosa mano del hombre, sino esfuerzo superior é instantáneo de
al
que
el
un terremoto.
que se conserva viva en
laríalo la tradición,
Si
no
lo dijera
memoria de
la
su simple aspecto, reve—
los felahes; del
mismo modo
recuerdo del animal consagrado á la diosa con cabeza de vaca, que durante tanto
tiempo ha recibido aquí
el
más
culto
aún en más
respetuoso, y cuya imágen puede verse
de una de las piedras.
En
tanto descansaba junto
siguiente historia que no
la
» levantábase
»la cual, » mujer
al
derrumbado
aquí un templo magnífico
como cosa sagrada, no podia
y
en
localidad.
la
vivía
él
me
un vecino de Behbit
edificio,
hay quien ignore en
una vaca enviada por Dios, á
humana. Sucedió, pues, que una
tocar persona
que se quedó sin alimento que dar á su hijuelo, pensó aprovecharse de
»y con semejante intento penetró secretamente en » animal;
pero por
más
»sola gota de leche. » terrible
sagrado recinto á
esfuerzos que hizo no consiguió que
En
imprecación;
el
vista de esto,
desesperada
refirió
«En tiempo de Salomón
la
fin
la
postrer
al
sus ubres una
saliera de
el
animal una
palabra,
cuando se
mujer, lanzó contra
mas apenas había pronunciado
la vaca;
de ordeñar
»ovó un tremendo crujido y el edificio se derrumbó con espantoso fragor, quedando »enterrados en sus ruinas la mujer criminal y su inocente hijo. Cuando por la noche golpean las piedras,
»se »
muchas
las
gentes de
ȇ estas ruinas
percíbense claramente los sordos mugidos de la vaca,
Behbit
Hagar gamus
Magnífico debió de ser
el
que sostienen haberlos oido, razón por
(la
la
siendo
cual llaman
piedra de la vaca).»
espectáculo que ofreciera ese templo, cuando
el sol
iluminaba
grandes masas de granito oscuro y ceniciento de que estaba construido. Las inscripciones que se conservan, nos revelan que fué levantado por Tolomeo II, Filadelfo, las
(287 247 a. de J. C.); mas ningún dato existe relativo á la época de su destrucción, no habiendo tampoco esperanza de que pueda reconstruirse, siquiera su planta; pues, como suele decirse, no resta de él piedra sobre piedra. Para dar una vuelta á ese
inmenso túmulo, á cuya cima sólo puede alcanzarse trepando por montaña,
nos fué indispensable contar
terrado
bajo
interior
del
sitio
que
egipcio.
cuatrocientos
pasos.
él
cual
si
Tal vez subsista
fuera una
aún en-
una capa de arena el enlosado del patio del templo; puesto que en recinto sólo crece un poco de trigo junto á una charca existente en
ocupó probablemente
el
lago sagrado,
sitio
indispensable
en todo
el el
santuario
GOSEN
152
Antes de que cerrara fácilmente
debemos
á
las
la
noche regresé á Mansurah, desde cuyo punto puede pasarse
ruinas de Mendes, la ciudad del cordero sagrado: embargo, que no las visitamos, pues sentíamos afan por llegar Egipto. Cairo, donde late en toda su fuerza el corazón de
recien descubiertas
confesar,
á las Pirámides y
sin al
Egipto
t
.
Atoe.
'.---'.i'**'
Espasn y t'ompa
â&#x20AC;&#x201D;
p,|j torcs
-
llarcelona.
Un,' CALLE EN EL CaiK, ).
.
â&#x20AC;¢;
MEMPHIS
LAS PIRÁMIDES
x alas del tren nos acercamos rápidamente á la ciudad de los califas v llegar á
la
antes
estación de Kalyub,
de
vemos
dibujarse en el lejano horizonte la
im-
ponente silueta de las Pirámides, que constituyen Cairo,
el
rasgo
característico
á las cuales van enlazados los hechos
del
más an-
tiguos de la historia de una metrópoli que borrada
hoy
de la sobre haz de la tierra, tiene en la nueva ciudad
su inmediata sucesora. Antes de penetrar en
moderna, trasladémonos, pues, á á los venerables
la
monumentos que
antigua
la
ciudad
Memphis y
se levantan sobre
el
suelo de su necrópolis.
Veces mil se ha dado
nombre de ciudad de no existe en
ella
al
Cairo, y
no
sin razón, el
las pirámides: la verdad es
que
punto alguno un tanto elevado desde
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
156
cual no
el
sólo
son relaciones meramente exteriores las que existen entre
se dilata sobre
la orilla
misma
delante de la
sentara
derecha del Nilo, y los imperecederos gigantes de piedra que mismo que surgió sobre la tierra,
se levantan. El Cairo desde el dia
ha estado contemplando se
formas de tan notables construcciones; y sin embargo la populosa ciudad que
se distingan las sencillas
Pirámides que, en aquel momento, es decir antes de que
las
primera piedra de
la
contaban ya más de
ciudad,
la
cuarenta siglos de
existencia.
La capital con su pretenciosa ciudadela, que allá á gran distancia se distingue, no más que un mortal afortunado encumbrado rápidamente á prodigiosa altura, merced á caída de venerable predecesor.
Memphis cayó y de sus ruinas tomó el Cairo ni más ni ménos: tales palabras deben tomarse
y esplendor que le distinguen: letra. Al paso que iba creciendo en importancia opuesta del rio, emigraron á consigo los
llevando
viejos
ella los
edificios
la
nueva ciudad, fundada por
la
la
grandeza de
al pié
Amr
es
la
á la orilla
habitantes de la antigua residencia de los Faraones,
memphiticos, trasportando para
sus
ello
robustos
echaron los cimientos para nuevas construcciones y levantaron paredones de gran resistencia, en tanto que los monumentos de mármol y alabastro hechos con
sillares,
los cuales
pedazos arrojábanse á los hornos para ser convertidos en de las mezquitas
más
Muchas
cal.
antiguas, proceden de los destruidos templos de
de las columnas
Memphis;
la
antigua
ciudad convertíase en cantera en la cual encontrábanse en abundancia los sillares perfecta-
mente labrados, llegando á
tal
que se procedió, que con ser
extremo el
el abuso que de ello se hizo, y la imprevisión con manantial punto ménos que inagotable, sólo quedan de
la ciudad más antigua y considerable de todo el Egipto, algunos montones de escombros y escasos restos de monumentos casi completamente destruidos. Las calles, las plazas, los palacios, los templos, las escuelas, las fortificaciones donde
durante millares de años alentó, agitóse, trabajó, elevó
al cielo
sus plegarias, sobrellevó
sus amarguras, disfrutó sus placeres, negoció, pensó, consagróse á las artes de y entregóse á sangrientas luchas
La Memphis
de los vivos no existe
cual
crópolis,
si
expresión por medio de
posadas
:
:
en cambio
la
Memphis
de los muertos
la vasta
,
ne-
moran dormidos
ha conservado de un modo sorprendente. Si existe lugar alguno que confirme
Osiris, se
la
»
paz
la
pueblo de Memphis, han desaparecido completamente.
participara de la indestructibilidad de los que en ella
en
terístico del
el
la
cual pretendieron
pueblo egipcio, este es sin la
los.
sus tumbas casas de eterna duración ;
determinar
la
el
rasgo carac-
casas, dijeron,
y es que para ellos
»se reduce á peregrinación brevísima, en tanto que efecto, sus cementerios
griegos
menor duda. «Sus
son meras
la existencia
terrena
muerte es vida perdurable.»
Y
en
han sobrevivido á sus ciudades, y sus sepulcros han prolongado
su existencia hasta nosotros.
No hay cual
realmente en la tierra centro de civilización más venerable que este en el vamos á penetrar; monumentos humanos más antiguos que los que aquí se han
descubierto. Quien pretenda dirigirse á las Pirámides, debe por fuerza atravesar la necró-
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
158
Por nuestra parte arreglaremos
polis.
manera que podamos
las cosas de
modo
de tiempo ni por cuestión de conveniencia debemos proceder de este
él
territorio de
el
conducidos aportaremos á
¡Cómo
Egipto.
no,
si
la
que cruza
arrecife
el
agradable; pues al paso que
los ardores del sol, los efectos de luz al
más populosas esta llanura,
más
del
el
los
bellos de todo
mundo!
constituye
un placer por demás
cimas de
las
más
cual, durante millares
las
palmeras mitiga
que entre sus troncos pueden disfrutarse, quitan
pueda parecer á monotonía.
paisaje cuanto se
suelo sobre
el
sombra proyectada por
la
por razón
preferiremos un barco del Nilo, y por
rodean son indudablemente
sus raíces se hunden en
de años ha existido una de las ciudades
Galopar sobre
Memphis
ni
ó del de
playas de Bedrashein, populosa aldea habitada por los
las
Los frondosos palmares que
felahes. el
que atraviesa
al tren
allá,
estudiar la ciudad
como
de los vivos antes de poner la planta en la ciudad de los muertos, y
Y
cuenta que los árboles innúmeros que
bosques constituyen, semejantes á esbeltas columnas terminadas por gallardo penacho,
tales
cortadas dijérase por un
mismo
patrón, distan
mucho
de ofrecer las individuales diferencias
de nuestras hayas y de nuestras encinas.
En
pequeño puerto de Bedrashein vense grandes montones de
el
fajos de
cadas á las cimas de los troncos; siendo espectáculo por demás curioso
el
palmas, arran-
que ofrecen los
felahes trepando ligeros por los escuetos y elevados tallos con el objeto de cortar palmas,
machear
las flores ó cosechar el dulcísimo fruto de los
pingües racimos de
dátiles.
Detrás de las palmeras distínguense verdes campos perfectamente cultivados. lo alto
del
monton de ruinas más importante que
su extensión
el vasto
A
las pirámides.
de Mit-Rahineh
que queda de
más
hácia
sérvame el
cual
la
al
sud
el
el
la alquería
humildes moradas que forman
de un acaudalado armenio
;
al
sudeste lo
la aldea
árabe
más importante
más hácia el Norte, restos de sus templos magníficos; Ramses II. En una cabaña cercana á ella, con-
derribado coloso de
fragmentos más preciados entre los que descubrió M. Mariette en
existió
Desde
domínase en toda
cual existió en otros tiempos la célebre ciudad de
se distinguen las
antigua ciudad;
Sud,
el
los
;
espacio sobre
un lado
se alza en la llanura,
el sitio
sobre
antigua Memphis. Dirigiendo al Norte la mirada sólo se distinguen
la
palmares y tierras labrantías: con virtiéndola al Oeste, el ojo, que después de haber salvado que traza la cultivada llanura, pugna por abarcar completa la extensión del paisaje
el límite
hasta
el
último confin del horizonte, siéntese retenido por
se pueda imaginar.
La montaña
de calcárea amarillenta,
de ramificaciones, desnuda de vegetación, de
de imponente, de la llanura cual
perfil
menguada
panorama más seductor que
cuya suave ladera desprovista
altura para que merezca el título
harto monótono para que pueda decirse que es agradable, cierra
muro inmenso cuya extensión
donde puede alcanzar
el
la vista
se contara por millas; vese coronada hasta
de pirámides semejantes á pintorescas cúpulas ó abruptos
ventisqueros, que parecen surgidas del suelo con los peñascos donde asientan, y destinadas
á subsistir Si,
lo
como
que estos duren y permanezcan. todo parece indicarlo,
el
palacio de los reyes y la ciudadela de
Memphis
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES estuvieron situados en la cima de
159
loma en que nos encontramos, con exposición
la
poniente, es justo convenir en que no pudo imaginarse mejor emplazamiento.
notar
mismo Lepsius que
el
era este
vez
tal
único
el
sitio
desde
el
Ya
al
hizo
cual se dominaba la
ciudad en toda su extensión, y que por tanto desde él podían los regios constructores seguir paso á paso los progresos de sus respectivas pirámides: hasta el grupo más sep-
Abu-Roasch, podía desde
tentrional ó sea el de
En
se le convirtiera en ruinas.
del septentrión, las grandes pirámides, la
distinguirse perfectamente antes de que
él
sobre
la actualidad sólo se divisan
que llevan
el
el
horizonte, por la parte
nombre de pirámides de Gizeh, de
aldea que cerca de ellas se levanta, y después de éstas,
más
al
Sud, los grupos de
Arjan y de Abusir: hácia la derecha y á muy corta distancia, la orgullosa pirámide escalonada de Sahara con sus mal trechas hermanas, y algo mas al Sud el grupo Zawijet
el
de pirámides de Daschur,
pertenecientes á la especie que se conoce con
Pirámides truncadas. Las situadas más
en que nos hallamos, rigurosamente hablando,
la colina
Memphis; pero aún
de
número de
estos sorprendentes
De
en estos lugares. ó
no baja de ochenta
así,
ménos ricamente
vertientes de la
las
comprenderse
la
que practicadas en
dispuestas,
la
grandeza de
los conocidos,
pirámide de
tensión de setenta
no pertenecen á
necrópolis
la
el
mausoleos que se ven
montaña, ha sepultado
mayor de
el
nombre de
catacumbas con fachadas más
la
hay que hablar: su número es inmenso; cementerio,
el
mediodía, que no pueden columbrarse desde
al
las
arena, no
pues este en
si
él
debe
Medum, mide una ex-
FACHADA DE SEPULCROS
base segura para formarse idea aproximada de y tres kilómetros antigua Memphis y de la duración de su existencia, verdaderamente :
la
excepcional.
Según
la tradición
fundóla Alenes,
el
primero de
procurarse lugar apropiado para llevar á efecto desvió
los reyes de Egipto: su
en egipcio lugar hermoso, siendo de notar que
significa
el
rio,
dividía la
la
el
Faraón, con
el
nombre
construcción de los edificios principales,
abriendo un nuevo cauce que corriendo entre la montaña líbica v
llanura en dos partes iguales. Así se
egipcios al realizar éste su viaje en
el
Men
propósito de
lo
refirieron á
Herodoto
la
arábiga.
los sacerdotes
año 454 antes de nuestra era, según nos
refiere
Los diques de Alenes estaban cuidadosamente vigilados por los gobernadores persas, que anualmente disponían la práctica de las reparaciones necesarias. el
propio historiador.
En cuanto
el
suelo
alcanzó
el
grado
de
endurecimiento indispensable, y se hubieron
practicado las operaciones conducentes á la rectificación de los ribazos del Xilo, Alenes elevó el
un templo
alma de
ella,
al
dios Ptah, que durante los largos siglos en que subsistió la ciudad fué
si
así
podemos expresarnos, santuario que engrandecieron v exornaron
á porfía los faraones todos hasta la época de los emperadores romanos.
A
la
cabeza de las divinidades egipcias,
siendo la primera y
más antigua
de ellas.
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
160
encuéntrase
el
antiguo Ptah de Memphis, llamado
creador de los mundos:
el
el
ser del
cual proceden los gérmenes, las leyes, las condiciones de todo cuanto existe: era ya en principio,
el
y
huevo del cual
fué antes que la luz: había creado el
salieron, en cuanto lo
Luna. Ptah tanto vale como abridor. Ptah-So/rar-Osiris
abrió, el Sol y la
,
que reinaba
Memphis, y de cuyo nombre encontramos manifiesta reminiscencia en Sahara, dispensa al sol que se pone, y á los hombres que mueren las condiciones necesarias, á aquél para que reaparezca, á éstos para que nazcan á la vida eterna del en
la
necrópolis de
buey Apis era
lado allá de' la tumba. El
y en
el
el
animal consagrado á Ptah
templo de este alimentábasele cuidadosamente. Dormía sobre
mullido lecho que cerraba precioso cortinaje de riquísima estofa: eran
su alimento delicadas gachas de flor de harina de cebada, con granos de trigo mondado, cocidas en leche, y además pasteles hechos con
harina y miel; y por último tenia á su disposición un verdadero harem de vacas,
en un
ó edificio especial apropiado al
sitio
Su madre gozaba también singular
efecto.
un establo
consideración, y se la tenia en particular. El EL DIOS PTAH DE MEMPHIS
muv
número de sus
grande: mayor aún
uno de
los visitantes le ofrecía,
base que no
iria
en
un
teníase por de
por buen camino
el
de los que
el
visitaban, pues se. le atribuía la facultad de leer
se le dirigían solamente podía contestar por
sirvientes era
si
ó
el BUEY EL apis buey APIS
le
porvenir; pero á las preguntas que
lo
un
no.
Si
aceptaba
buen augurio; mas
si lo
el
alimento que
rechazaba, juzgá-
asunto que in petto habíasele consultado. El astrónomo
Eudoxo de Knidos juzgóse muerto en cuanto
el
buey, en vez de aceptar
el
alimento que
lamer su vestido, y Germánico pereció poco tiempo después de haberle sido desfavorable el oráculo del buey Apis. Además de éste adorábase una serpiente
le
ofrecía, apresuróse á
sagrada.
En
el lago,
consagradas á
la
que no podía
faltar
en templo alguno egipcio, mecíanse preciosas barcas
divinidad, y en sus orillas crecía
un frondoso bosque sagrado. Cuantos
faraones se hicieron enterrar en las pirámides, sirvieron á Ptah en su
Sam, ocupaba
el
santuario,
cuyo
grado más eminente en la gerarquía sacerdotal, tanto
gran sacerdote
el
que
en diferentes ocasiones confiaron á sus propios hijos semejante dignidad.
los reyes,
Esta sobrevivió á los hvksos, y hasta en la época de mayor esplendor de los faraones, fué desempeñada por Khamus, el heredero de Ramses el Grande, que premurió á su padre. Este poderoso príncipe,
al
con notables monumentos
comunicó
al
templo
cual dieron los griegos el la
inmensa mayoría de
las
suprema magnificencia con
nombre
de Sesostris, que embelleció
ciudades existentes á
los
enormes
colosos
orillas del Nilo,
que hizo
erigir
delante de sus puertas.
Conocemos siguiente.
el
hecho á que se debió semejante consagración, que no es otro que el el gobernador que
Al regresar Sesostris de una de sus expediciones guerreras,
VECINO DE MEMPHIS
EGIPTO,
TOMO
I
41
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
163
dejara en Egipto, que durante su ausencia no había procedido con la
un suntuoso banquete cerca de Pelusina, en un con al
propósito, y aprovechando los
tal
edificio de
momentos en que
el
rey y los suyos se entregaban
Ramses escapó como de milagro, y para demostrar
levantar los referidos colosos junto al templo de Ptah.
monumentos que
Memphis,
restan de
boca á bajo á unos mil pasos
cuya elevación sobrepuja juego junto
La
al
después de
tiempos
muy
la
de ellos, único de los grandes ,
aldea de Mit-Rahineh. Este gigante de piedra,
la
obelisco de Alejandría.
sólo
no vio menguada su importancia con motivo de
la
residencia de los faraones
expulsión de los hyksos, sino que
la
gozando
continuó
el
Menes no
Tébas de
intento que se deja
de siete hombres, es propiedad de los ingleses, para que haga
Támesis con
ciudad de
traslación á
la
el
á los dioses su gratitud, hizo
«la ciudad de los vivos » Oukh-tui, yace derribado
sud de
al
Uno
lealtad, ofrecióle
madera que mandara construir
descanso, después de los excesos del festin, púsole fuego, con
suponer.
mayor
mayor prosperidad
la
hasta
posteriores , debiéndose esto en gran
parte á que su puerto en el Nilo, del cual se hace
frecuente mención en los textos, era el mercado al
y
cual concurrían todos los productos del país, el
centro de contratación
,
no sólo para
sacciones que se operaban en
más
En
allá.
fenicios,
en
factorías, la
él
el
tenían
mucho
especial
los
cual se hallaban establecidas sus
elevándose en
Afrodita ó
un barrio
las tran-
sino
el valle,
Venus
el
mismo
el
templo de
extranjera, Astarté-Ashera
con su correspondiente
bosque sagrado,
en
el
cual se congregaba la juventud para servir á la divinidad.
Dicho
placer: en
cambio en
barrio la
constituía
el
asilo
del
población genuinamente
egipcia vivían los vecinos tranquilos y morige-
CULEBRA SAGRADA DE URAN
rados, que se dedicaban con diligencia y atención al cultivo de las artes manuales, en tanto que la casta sacerdotal se consagraba al estudio de las ciencias. Justa celebridad alcanzaron las escuelas dependientes de los templos de Ptah, de su hijo Imhotep y de otros dioses, de algunos de cuyos alumnos han llegado hasta nosotros notables escritos. El soberano
que residía generalmente en Tébas, trasladábase de cuando en cuando
al palacio real
de
Memphis, cuva ciudadela fué siempre considerada como uno de los más inexpugnables baluartes del imperio. Los griegos la conocían perfectamente bajo el nombre egipcio de Fortificación Blanca,
y así los monumentos como los escritos de los clásicos, hacen sitio sostenido por dicha ciudadela, y de más de un asalto dado
mención de más de un
á las murallas íde la ciudad.
Los
asirios
y
los
persas no se juzgaron señores del Egipto
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
164
Fortificación Blanca, cuyo barrio militar, que completa-
en tanto no fueron dueños de
la
tamente
muy
la
rodeaba, hallábase
poblado.
Memphis no era sólo una de las ciudades más populosas del antiguo mundo sino también una de las más extensas: para formarse idea de su capacidad, basta decir que aún en los ,
tiempos de su decadencia, era indispensable una marcha de media jornada para atravesarla de Norte á Sud. Golpe inmenso recibió sin embargo la
primera piedra para
el
debia constituir, andando
el
dia en que el hijo de Filipo
establecimiento de la ciudad de Alejandría, que,
tiempo, un nuevo centro establecido en
el
puso
como sabemos
Egipto inferior,
el
al
cual debían afluir las corrientes por las cuales circulaba la vida toda del país. Posteriormente
puede decirse que recibió
golpe de gracia de
el
del valle del Niio por la fuerza de las
armas,
manos
del islamismo,
que dueño absoluto
abandonar
vio á sus jefes
las residencias de
Alejandría y de Memphis, para establecerse en la ciudad que edificaran á
en
del rio, la cual
las cercanías del
andando
los
castillo
romano
tiempos había de resultar
escasa importancia á que se redujera la
el
á
mera
el
la orilla
nombre de
opuesta
Fostat, de
Cairo, ciudad que había de concluir con
que tuvo un
la
que
de Babilonia, con
dia la de las pirámides, reduciéndola
ruina, pero ruina de grandeza singular. Siete siglos escasos van corridos desde
la visitó el sabio é infatigable
podemos formarnos idea de »extension de
la
lo
Abd-al— Latif de Bagdad, y por que vio
el
viajero árabe.
«No
lo
que de
ella dejó escrito
obstante la desmesurada
ciudad, dice, y la antigüedad remotísima á que su fundación se remonta; por que ha pasado bajo la influencia de los diferentes
» no obstante las diversas vicisitudes
han hecho
pesado yugo; no obstante los múltiples y variados han hecho, y que se han encaminado á borrar hasta para lo cual no se ha y destruir sus más pequeñas señales, sentir su
»
pueblos que
»
esfuerzos que para anonadarla se
le
»sus más ligeros vestigios,
»omitido nada absolutamente, pues se » materiales
han
de que estaba construida, se
trasladado á otros lugares las piedras y los
han devastado sus
»se han mutilado v hecho trozos las estatuas que eran su »
edificios
más
más importantes, y
preciado ornamento, no
obstante lo que ha de haber auxiliado á tantos elementos de destrucción
»de más de cuatro mil años, sus ruinas ofrecen todavía
al
el
largo transcurso
admirado ojo
del
espectador
cuento que confunden la inteligencia, y que en vano pretendería describir admiración »el hombre dotado de mejor voluntad. Cuanto más se la contempla, mayor es la »que produce, siendo cada nueva mirada que á la vasta ruina se dirige, motivo de nueva » maravillas sin
»y singular admiración.» Por nuestra parte no podemos enumerar uno por uno la
sorpresa y entusiasmo de Abd-al-Latif , por
años que dejaron de ser, á frente,
colosos,
tales
como
los
lo
los
monumentos que
mismo que muchos
excitaron
de ellos hace largos
leones que pudo contemplar levantados aún frente
serian esfinges: el extraordinario número de mutilados y que sin duda alguna entre los cuales debe contarse la estatua de Ramses II de que dejamos hecha
mención, y las ruinas y restos de murallas que literalmente cubrían todo el suelo. Que mucho si con posterioridad á los tiempos en que Abd-al-Latif hizo su viaje, apenas si hubo
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
166
quien se acordara de los restos de Alemphis. Paulatinamente fueron desapareciendo: piedra á piedra pasaron á la orilla opuesta del Nilo, y
en
paroxismo de
el
la
destrucción fué
hecha pedazos más de una estatua venerable por su significación y antigüedad. A mediados del siglo décimo quinto un emir ordenó la demolición de la «Capilla Verde,» motivo constante de admiración, por
más dura que
el
mismo
mismo que
lo
estaba labrada en una mole inmensa de peña
acero, y con todo
completamente cubierta de figuras y
esto
leyendas: la áurea estatua con ojos de piedras preciosas, custodiada en otro tiempo dentro de esta obra altamente maravillosa, consagrada tal vez á
desaparecido hacia
mucho
tiempo.
No
Khonsu,
dios de la
el
Luna, había
debe sorprendernos: Abd-al-Latif, poseído de noble
indignación, nos habla de la sed de oro que
como enfermedad
contagiosa habíase apoderado
de sus contemporáneos, consignando al efecto el hecho de que, doquiera existian ruinas, registrábanse afanosamente por
manos
profanas, que á nada
más
atendían que á propor-
cionarse escondidos tesoros, á cuya posesión se consideraban con derecho indiscutible. El furor,
que no otro nombre merece tan desordenado espíritu de
que fueron arrancadas
las lañas
pillaje, llegó
á
extremo,
tal
de cobre que unian las piedras unas á otras; arrebatados
goznes de bronce existentes en las puertas; y taladrados los colosos en cuyo interior
los
se presumía que habian de encontrarse riquezas.
en
las
hendiduras de
trándose á
lo largo
investigaciones
las
montañas como
de las aberturas,
y en su
dándose
infructuosas,
muchos que contaban con un
capital
el
Los buscadores de tesoros
frenesí invirtieron algunos cuanto poseían en
más que mediano,
á fin de que
como
lo
emplearan en costosas
suele suceder en tales casos,
que se experimentaran, olvidábanse por completo en
que venia' á coronar
los
esfuerzos
un
éxito inesperado.
ya recompensas á los muchos que las buscaron, realmente las obtuvieron,
Cuando
el
punto y hora en no brindaban
las ruinas
siendo contado
el
número de
buscador de tesoros problemáticos sucedió
al
se introducían
se deslizaban arras-
caso de que los que nada tenían arrastraran á
exploraciones en busca de tesoros imaginarios; pues las decepciones
una casa;
los ladrones en
el
los
que
labrador, que
á fuerza de afanes obtuvo del suelo de Memphis, en forma de cereales y de árboles frutales, una recompensa más merecida.
Y
sin
embargo, dirigiéndonos hácia
tumbas y de
los
campos de
ciudad que sepultó sus cadáveres en el
han las
existido.
pirámides
el
las pirámides,
más
oeste, y recorriendo la amarilla arena de las
podemos formarnos
Empecemos, pues, nuestra caminata por
más
idea de lo que debió ser la
vasto de los cementerios que en tiempo alguno
grandiosas, es decir, las que
el
Norte, y visitemos desde luego
toman su nombre de
la vecina aldea de
Gizeh, aprovechándonos de los cómodos carruajes, que marchando sobre una buena calzada,
nos conducirán á
Y
ellas
en poco
más de una
hora, desde la puerta de nuestro domicilio.
aquí cumple decir que los habitantes del Cairo, suelen visitar las pirámides
pasatiempo en los dias festivos: y hacen en ello perfectamente; pues es «paseo campestre» alguno, que ofrezca los encantos que éste y suscite en
y
tan variadas emociones.
,
difícil
el
por via de encontrar
ánimo tantas
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
En
las
primeras horas de
mañana
167
coche, arrastrado por briosos y ligeros caballos. atra\iesa rápidamente y con grande estrépito el puente de hierro que enlaza el Cairo á la lindísima isla de Gezireh, que al cabo de breves instantes queda á la espalda, lo mismo
que su
famoso y
castillo
el
la
el
brazo del rio que lame sus cimientos por
Seguimos adelante marchando á
lo largo
la
parte del Sud.
de un arrecife trazado en línea recta v perfectamente
conservado, que sombrean a uno y otro lado los frondosos lebaks, y saludamos al paso castillo y los jardines que en Gizeh tiene el Virey, que rodeados de elevadísima cerca á nuestra izquierda se distinguen. La verdura de los campos, cruzados de canalizos, regocija el
ánimo: una tenue, azulada neblina
el
flota
sobre las regiones del poniente:
fresco
el aire
y perfumado es de una pureza y trasparencia tales cual sólo en Egipto puede encontrarse en los meses de invierno. El velo de nieblas que flotan sobre el horizonte va disipándose paulatinamente y al par se ofrecen á nuestras miradas cual enormes triángulos, perfectamente determinados, las ya cercanas y majestuosas pirámides. Pasa un instante las
y nubes se cierran de nuevo; y aquí y allá contemplamos ora un rebaño de búfalos, ora una bandada de garzas reales, aquí un pelícano solitario, al cual podría derribar fácilmente una bala disparada de nuestro carruaje, allá grupos de labriegos que medio desnudos ocúpanse
en las labores del campo, más del
camino.
De
villorrios establecidos
á corta distancia
y siguiendo con
los ojos su vuelo,
demos que rayos del
las
sol,
lejos las aldeas
repente remóntanse por los aires dos águilas blancas,
y
por los azulados fragmentos que entre las nubes distinguimos, compren-
nubes
van disipando, hasta tanto que
se
en todo su esplendor,
bañan por completo
al
cabo de breves instantes los
la llanura dilatada.
Es
la
hora
aquella en que, en tiempo de los faraones, reunidos los sacerdotes ante la puerta de los
templos, entonaban himnos de reconocimiento
al dios
de la luz que aparecía bajo la forma
de Horo niño', después de haber vencido, derribado, y puesto en fuga, pero no muerto y anonadado á Set, el enemigo de su padre, la oscuridad y sus cómplices, las nubes
y
las
nieblas.
Cesaba
lucha en tanto duraba
la
el
dia,
comenzando de nuevo en
las
últimas horas de la tarde, en que terminaba, en detrimento del dios luminoso, que á su vez se retiraba al dia.
«El hijo es
el
mundo
inferior,
para alcanzar nueva victoria
al
amanecer
padre de los humanos.» El garzón Horo convirtióse en Ra,
del el
nuevo
poderoso
dios del sol.
las
El dia era esplendente y caluroso: las pirámides se ofrecían ante nosotros con todas degradaciones que han experimentado en el transcurso de millares de años. Los
caballos
moderan su rápida carrera: pues
el
camino se levanta en cuesta, cerrado á ambos
lados por elevadas paredes, nueva defensa contra tiene á sus órdenes las tinieblas: la soledad, ejerce
las
su imperio, mas donde
:
segundo poder de aquel dios que la vida.
Donde
reina
agua y el suelo verdeguea, allí imperan agua del desierto, surgen las plantas y los
brilla el
Osiris y su ciclo de dioses: doquiera alcanza el
árboles. El mito lo expresa
el
arenas del desierto enemigo de
Osiris después de haber estrechado entre sus brazos á la esposa
de Set, dejó abandonada en su lecho, la corona de verde trébol que ceñía sus sienes.
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
168
La verdad Vimos
arena.
que no obstante los muros, este trecho del camino suele estar cubierto de
es
á nuestra izquierda una posada, abandonada en la actualidad. Aquí
describe
una curva muy prolongada, que recorrieron
donos
cabo de
al
ella
Detuvímonos ante
en medio de
«maravillas del mundo.»
hay quien desconozca la
la
mayor de
la
los caballos
meseta en que se hallan
humanas que
estas obras
No tenemos
las
el
camino
rápidamente, encontrán-
pirámides
más
elevadas.
calificaba la antigüedad de
por que perder tiempo en describir su forma: no
figura geométrica que de ellas lleva el nombre, no siendo tampoco
la
presente ocasión oportuna para expresar en cifras su volumen, ya que sólo comparándolas
con otros monumentos conocidos es posible formarse idea de su inmensa grandeza. Digamos
AL PIÉ DE LA PIRÁMIDE DE CHEOPS
pues una vez para siempre, que con ser de 131 metros la
excede en 16
la
de la gran pirámide, que lleva
su cúspide, mide 147; de la
grandiosa cúpula de
cristal contiene
mayor de
pues en
lo
basílica
estar
la altura
de San Pedro de
nombre de Cheops,
Roma,
pues, restablecida
hueca dicha pirámide, podría contener debajo
romana, de
la
propia manera que una
campana de
debajo un reloj de sobremesa. Ni la iglesia de San Esteban de Vi en a-, ni
la torre del reloj la
manera que á
la
el
de Estrasburgo alcanzan la altura de dicha pirámide; pero la sobrepuja
las gallardas torres de la catedral
tocante al peso y
volumen de
que no existe construcción en
el
de Colonia. Esto en cuanto á sus dimensiones,
los materiales
mundo que
gran pirámide. Si fuese posible desmontar
el
ni
empleados, puede bien asegurarse
remotamente pueda compararse con
la
sepulcro de Cheops, con las piedras que lo
MEMPHI3. LAS PIRAMIDES
componen habría
para levantar
francesa. Disparando con
una
buen alcance desde
pistola de
sentido horizontal, la bala cae en el centro de
de
169
una pared que cerrara todas una de sus
las fronteras de
cima de
la
la
nación
pirámide, en
la
Estas y otras indicaciones
caras.
propia naturaleza van únicamente encaminadas á que los que no han visitado
la
el
Egipto puedan formarse una idea de las dimensiones de esta construcción gigantesca: para el
que contempla
la
cima desde
el
suelo arenoso sobre
el
cual se levanta, no son menester
estas ni otras explicaciones-
Apeémonos
frente por frente del lado
Norte de
la
pirámide de Cheops. de
En
triángulo
el
sombra que perfectamente
dibujado se proyecta sobre
de
el
vense algunos grupos
suelo,
mujeres que venden na-
ranjas y otros comestibles, y arrieros que están
allí
con sus
jumentillos, en tanto que los
descansan de vuelta
viajeros
de su fatigosa ascensión. Por
nuestra
no
parte
la
emprendido aún; pero
hemos difícil-
mente, áun cuando quisiéra-
mos. lograríamos sustraernos á
asustados ante
ello,
cansancio
del
do
á
pié
rostro
idea el
hemos echa-
instante en que
visto
la
pues desde
;
tierra
nos
hemos
rodeados de gentes de atezado,
cubiertas
de
nervudas y
harapos
que á
porfía nos brindan sus servicios.
Llámanse
con orgullo
«Beduinos;» pero
mún
con
los orgullosos
hijos del desierto
la
verdad es
que nada más tienen de co-
BEDUINO Y FELAH
que los defectos. Sea como quiera es no sólo
conveniente sino necesario aceptar sus servicios, por
más que
sea imposible extraviarse
punto y hora en que se ha emprendido la ascensión. Ésta comienza por el lugar en el cual la caida de las piedras que rellanaban el espacio comprendido entre una y otra grada ha dejado al descubierto el núcleo ó armazón de la pirámide. En la misma cima permaneceremos sobre una escalera de piedra pulimentada; desde
mas
el
las
gradas son desiguales y siempre de gran altura, habiéndolas que EGIPTO.
TOMO
I.
la
tienen igual á
43
MEMPHI8. LAS PIRAMIDES
170 la de un hombre.
Acompáñannos
desnudo de
y saltando con gran agilidad trepa á un peldaño, desde
mano, en tanto que
tiende la
y
el
pies,
el
tres garridos
mancebos, uno de
segundo, arrimando
como gamos,
os
que os baña
cual nos
A medias por
impulso
va ascendiendo, sin que esos picaros, ligeros
concedan un momento de reposo, áun cuando
aliento ó enjugar el sudor
el
hombro, nos impulsa hácia arriba
el
tercero cogiéndonos por debajo del brazo acaba por levantarnos.
propio, y á medias por impulso ajeno se
nos precede,
los cuales
la frente.
Además
para cobrar
pidáis
lo
de esto, en tanto dura
la
ascensión
no callan un instante solicitando con verdadera insistencia alguna propina, y esto con que no parece sino que obran con la deliberada tal importunidad y tales modos, de hacernos olvidar
intención
la
que se
gratitud
debe por
les
que
servicio
el
están
prestando.
Al cabo
se alcanza la cúspide. El vértice de la pirámide se
ha derrumbado hace mucho
manera que nos encontramos en una plataforma bastante
tiempo, de
nuestros fatigados pulmones estado normal, y nos
hemos
y
precipitado
el
latir
espaciosa.
En
cuanto
de nuestro pulso han recobrado
el
librado de los «beduinos» que nos acosan para sacarnos los
cuartos y para que les compremos antigüedades contrahechas, dirigimos al espacio nuestras miradas y cuanto más se prolonga la contemplación, y más nos dejamos subyugar por el encanto de tan maravilloso espectáculo, más se nos figura magnífico é incomparable. La fertilidad
y
la aridez, la
vida y la muerte en parte alguna se encuentran
como
aquí, juntas,
sin gradación alguna, sin solución de continuidad. Allá abajo, hácia el Este, corre espacioso el
Nilo, salpicado de blancas velas latinas que hincha
el
viento: junto á sus orillas, cual
alfombras de esmeralda, extiéndense los campos y las praderas, los jardines y los palmares: las aldeas, semejantes á nidos de pájaros escondidos entre la enramada, reposan á la sombra de las arboledas, y al pié del
Y más
monte Mokattam que en
tarde, á la puesta del sol,
rosados y violáceos,
por su
la
formidable
ciudad de los califas,
ciudadela,
este
momento
brilla
como
el
oro,
á la luz del crepúsculo vespertino se teñirá de matices
lanza
la perla del Nilo, la
espacio
al
sus
hermosa Cairo, dominada
numerosas mezquitas y
gallardos
alminares, entre los cuales descuella por su esbeltez y sus primores, que á gran distancia se perciben, el que es gala del mausoleo de Mohamed-Alí, en tanto que cual corona inmarcesible cíñela en derredor la verdura de sus jardines y arboledas. Imposible encontrar un cuadro más rico de frescura, de vida de prosperidad: los argentados hilos de los canales son cielo
como
y fecundante que brota de aquel campo de plantas lozanas. El
muéstrase completamente puro
sombras:
prodúcenlas
¡Cuán pródigo
es Dios
Los beduinos
No
la savia
llega
se
á nuestro
bandadas de
y
con todo divísanse
pájaros
en sus bondades y cuán hermoso es
han marchado. Estamos solos en oido
el
rumor más
sobre
la
llanura
pasajeras
que encuentran aquí abundante alimento. el
mundo!
esta altura.
insignificante.
La calma
Convertimos hácia
es completa. el
Oeste
la
mirada y nada más distinguimos que pirámides, tumbas y arena, arena por todas partes. Sobre este suelo ingrato no crece el más insignificante arbusto, la más pequeña brizna
SUBIDA A LAS PIRAMIDES
173
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES de verba. Todo es amarillo, todo gris, todo negruzco, en todas partes
lo
mismo: nada
interrumpe esa monotonía. Sólo
aquí y acullá se distingue sobre la arena un punto blanco: es el esqueleto de allí cayó cediendo á la sed ó á la fatiga. Tranquilo, desolado, hostil
algún animal que
á cuanto tiene vida ábrese el desierto ante nuestros ojos.
meses serian menester á la arena que todo
contemplaban la
montaña
para alcanzar
lo sepulta. Si
hay
sitio
el
¿Dónde termina? Dias, semanas,
último límite, dado que lograra escapar
alguno en que
la
muerte reine, es aquí. Aquí
los egipcios todos los dias la desaparición del sol:
líbica,
comenzaba un mundo
cadáver para
era lo que
el
de
No
la vida.
al viajero
existe
en
el
el
hombre que
mundo
tras el
muro que forma
distinto que, respecto del fértil país de Oriente,
se agita en
cementerio
más
medio de
la
lucha y de los placeres
silencioso que este desierto: por esto
han erigido aquí tantas y tantas tumbas, y la soledad para guardar el secreto de la muerte ha tendido su velo de arena sobre cadáveres y sepulcros. Aquí se experimenta el terror de lo infinito: aquí donde empieza la eternidad á las puertas de lo que fué, no se
parece sino que
la
obra del hombre se haya sustraído á
la suerte
común de
todas las
cosas terrestres y participe de la duración eterna. «El tiempo se burla de todas las cosas; pero las pirámides se burlan del tiempo,» dice
un conocido proverbio árabe. Apartamos de
monumentos que
y las dirigimos al círculo Todos descansan sobre la dura peña,
del desierto las miradas,
se eleva en derredor de Cheops.
de que está formada esta meseta invadida por las arenas.
La
elección del sitio obedeció
un pensamiento profundo, que hicieron necesario consideraciones de un orden superior, que jamás puede perder de vista un pueblo laborioso y culto como lo era el egipcio. Por
á
un
lado era indispensable poner los cadáveres al abrigo de las aguas procedentes de la
inundación, y por otra precisaba no arrebatar
á
los vivos la parte
más
insignificante de
terreno cultivable. Semejante pensamiento se halla ya expresado en una inscripción griega
que Arriano, discípulo de Epicteto, mandó grabar sobre
la
grande Esfinge,
la
cual empieza:
«Los dioses levantaron en otro tiempo esas formas que á lo lejos se divisan Respetando con gran prudencia los campos inmensos del trigo productores.»
verdad es que no se ha encontrado en todo el /salle del Nilo una sola tumba de tiempos antiguos á la cual hayan alcanzado las aguas de la inundación. Dirigiendo ahora nuestras miradas hácia el Sudoeste, percibiremos cerca de nosotros y
los
,«T|
una pirámide cuvas dimensiones son poco menores que las de Cheop». Consérvase de manera que su vértice tiene aun los materiales de que se la ie\istió, debiéndose su cual fué el segundo construcción al rey Chefren que las inscripciones llaman Khafrá, el
tal
terminación de la colosal sucesor de Cheops v á quien, según parece, se debe también la mucho más pequeña; pirámide es tercera La Este. al más poco existe un que esfinge
materiales cuidadosamente elegidos, y sirvió de pero en cambio se halla construida con mausoleo á Mvkerinos (Men-ka-ra) de la misma dinastía que los precedentes. Las demás 44 EGIPTO, TOMO I.
MEMPfflS.
174
pirámides
mucho más pequeñas, que
Mvkerinos, encierran
los restos
se debe la construcción de los oriental de cada
una de
LAS PIRAMIDES
de nosotros y al Sud de la de mortales de los hijos é hijas de los faraones á quienes se divisan delante
monumentos cerca de
las tres
fueron templos consagrados á
los cuales se levantan. Delante de la cara
grandes pirámides, distínguense restos de
Isis,
en los cuales se hacían ofrendas á
los
edificios
que
manes de
los
reyes difuntos. Isis madre recibía en su seno la parte divina del muerto, y lo resucitaba
en Horo niño, que á su vez se desenvolvía en Osiris. El alma de cada uno de los muertos,
no volvía directamente á Dios según algunos habían sostenido; pues sólo cuando reunía las
condiciones de verdad y pureza, se fundia en la unidad del espíritu del
mundo,
del
SEGUNDA Y TERCERA PIRÁMIDES
cual procediera, y entonces tomaba
el
nombre de
divinos á las almas de los faraones convertidos
durante
la
época en que
el
la
la
existencia,
Egipto fué regido por soberanos independientes, de profetas
de Osiris-Cheops (Chufu) y de los pertenecientes por lo
Osiris: de aquí que se rindieron honores
en dios. Esto nos explica
común á
más
notables entre los constructores de pirámides, que
las familias
más
antiguas de Memphis, tenían á su cargo
celebración de las ceremonias religiosas en los templos,
hoy destruidos, de que hace
poco hemos hecho mención. Resulta de
Chefren fueron
lo
dicho que Herodoto no estuvo en lo cierto cuando sentó que Cheops y impíos y malvados que cerraron los templos, y que habiéndose
reyes
ATEMPHIS. LAS PIRAMIDES atiaido
la
animadversión
de
sus súbditos,
no
existia
1
/
5
en Egipto quien se decidiera á
pronunciar su nombre de todos odiado. x ero hora es ya de que sorteando las dificultades, hasta la necrópolis que se extiende á nuestros piés, visitemos, de los sepulcros cubiertos de * arena
que no son Xpocas, descendamos /
que
se hallan dispuestos en luengas hileras, los que estén
mejor conservados, y examinemos
las
catacumbas
abiertas en las laderas de la meseta calcárea sobre la
cual se elevan las pirámides, va que por este medio
podremos formarnos de
la época de Cheops y de sus inmediatos sucesores una idea, que influirá indudablemente en la rehabilitación más perfecta que se
pueda desear, de unos príncipes cuyo mérito ha sido injustamente vilipendiado. así
como en
Y
las pirámides
cripción, en las
aquí cumple decir, que
no se ve una sola ins-
cámaras interiores de
los sepulcros
pertenecientes á los grandes personajes de aquellos
tiempos remotísimos, acontece todo
en
lo contrario,
minos de que sus paredes se hallan materialmente cubiertas de jeroglíficos, que nos permiten reconocer los vínculos que unían al difunto con sus soberanos, sus títulos, sus téi
dignidades, en una palabra, cuanto había sido y poseído en la tierra. Pocas son las que no» oí ecen una narración tan acabada como la que de sus hechos militares encontramos i
en
la del
general Una.
No
se olvide que la época en que
se construyeron las pirámides, constituye un período de
paz y bienandanza, y esto es precisamente lo que nos revelan en conjunto las representaciones á que antes nos
hemos
referido;
pues cada uno de
sepulcros, viene á ser,
si
así
podemos
los
muros de
decirlo,
los
una página
de piedra del libro de estampas más antiguo que existe, providencialmente conservado por
Con
mano
todo,
los
la
arena que
lo
cubre.
procedimientos técnicos de que echaban
los escultores
en esos remotos tiempos, ¿tenían
la
perfección indispensable para comunicar una expresión
verdaderamente
artística á las
formas múltiples de
la
vida?
Sí, no vacilamos en contestar con tan rotunda afirmación,
añadiendo en corroboración de la escultura,
figura que en esa época primitiva, separada de nosotros por
El rostro y
ella
en las márgenes del Nilo se entiende, ha modelado
el
ademan
del rey,
del
magnate y de
los
que en tiempo alguno
más perfectamente
un lapso de cincuenta
la
siglos.
grandes dignatarios, no sólo están
MEMPHI3. LAS PIRAMIDES
176
expresados con verdad que tiene retratos.
En
más
cuanto se ha contemplado
de realista que de artística, sino que son verdaderos la estatua del
amanuense, encontrada en
la
necrópolis
Memphis y conservada actualmente en París, no cabe dudar que se está viendo el fiel trasunto del hombre que representa. Cierto que la disposición de los numerosos grupos que cubren las paredes de los sepulcros no es merecedora de elogio tan absoluto; mas de
aún
no puede desconocerse
así,
muv
mentos
tan características, limitándose para ello á
Y
no es
el arte
simplemente, es toda
tumbas, fresca, reciente, cual
en
con
ella
que tenia
la destreza
supo trazar sobre
imperfectos,
si
un
científico
los signos jeroglíficos: los trabajos
remotísimos, menciónanse ya en las tumbas:
empleábase ya por
las piedras
al
empleadas en
la
orientación perfecta de cada
con de
las
gentes:
una de
las
,
y
se el
Así nos encontramos
ha conservado hasta rollo
el
el
que
de papiro
más importantes que en
como
terreno
llevados á cabo en esos tiempos
calendario perpétuo basado en los astros
un sacerdocio
monumentos en correspondencia
cavas de tales
que no podía disponer del auxilio
el arquitecto,
aguja imantada, se ponía de acuerdo con
la
trazar.
construcción de las pirámides era debidamente medida, y la
puntos cardinales, demuestra que
los
el
^
reducido.
que encontramos en estas
instruido y perfectamente pueblo una doctrina religiosa, como pocas perfecta: cada una de
mayoría de
la
organizado enseñaba
sumamente
tintero
el
nos citan los escritos posteriores
religioso
y
relieve
mismo sistema que
el
tiempo de los romanos, según nos revelan
encontramos ya entre
que, valiéndose de instru-
la civilización egipcia la
ahora mismo se acabara de
ofreciéndonos
la escritura,
mano
la
calcárea contornos tan acabados, y formas
la
el
astrónomo antes de emprender su obra.
entero hallábase medido y dividido en distritos administrativos que tenían al frente un gobernador, el cual dependía del faraón provincias ó que reinaba no sólo como señor absoluto, por la gracia de Dios, sino como sucesor de del monarca giraba los dioses celestes é hijo é imágen humana del dios solar Ra. En torno
Hav mas aún: formando nomos
una
el
país
muv numerosa que le honraba bajo el título de Peraá, en hebreo Faraón, que como «Doble puerta,» formando parte de aquella, según se encuentra consignado textos, «consejeros secretos,» «gentiles hombres de cámara,» «tesoreros,» «intendentes
corte
tanto vale
en
los
» militares, del
» v de los
harem, de
los trabajadores, de los graneros, de los cantores, del guardaropa
baños del rey.» Los jefes superiores de
los
nomos, y
Estado, disfrutaban la dignidad hereditaria de Erpa-ha, estuviesen enlazados con la casa del soberano, por tenían
el
título
de Suten-rekh, que valia lo
éste se enlazaban
más que
mismo que
los altos dignatarios del
ó príncipe real, y con
tal
que
fuera remoto el parentesco,
parientes del rey.
Las
hijas de
con magnates de elevada jerarquía, ó altos funcionarios; habiéndolos
habido que gracias á los servicios que prestaron merecieron tan singular distinción, no muchachos lo humilde de su procedencia. Con los hijos del rey educábanse algunos
obstante
de familias de hábiles
la clase
media, á los cuales se concedían pingües pensiones, por maestros
en toda naturaleza
debía contentarse con
de disciplinas, habiéndolos hasta de natación.
una sola mujer:
sólo
una reina compartía
el
Cada egipcio
trono y después de su
MEMPHI3. LAS PIRAMIDES
muerte
tumba
la
del faraón; háblase
177
con todo de un harem, que, según parece no fue
que los musulmanes expresan con semejante palabra; sino un mujeres consagradas
época, nos sale
En
la
pareja real, y que los reyes se trasmitían de unos
La manía de
construir, que
era la pasión dominante de la
paso á cada instante en esta necrópoli, cosa que no debe causar sorpresa,
al
puesto que constituye poderosos.
de
al servicio
á otros por via de herencia.
más
ocupación
la
propia á que puedan entregarse los príncipes
una
rigor puede decirse que aquí tuvo su origen, y que luego, pasando de
á otra raza, fué trasmitiéndose á los diferentes reyes egipcios, y hasta á
miembros de
lo
en que vivían las
edificio
la familia
de los Tolomeos.
Un
muchos de
los
historiador dotado de grande ingenio ha dicho,
no recordamos donde, que no puede imaginarse símbolo material más sólido del poder de
un soberano que una construcción grandiosa. Por nuestra parte participamos de semejante opinión, pues el
mero hecho de
el
cual es indispensable
el
un
ejecución rápida de
la
edificio
más
venturosas.
mismo una como
sí
además precioso legado que hace
personificación del soberano que la ha dispuesto, siendo
á épocas
de vastas proporciones, para
empleo de fuerzas enormes, constituye por
Los faraones que construyeron
las pirámides,
entregáronse á
mismo no debe sorprender sus cortesanos, y ménos aún
esta pasión con todo el ardor de que eran capaces, y por lo el
que concedieran á
el
que muchas de
los arquitectos
las
tumbas más
un
de honor entre
sitio
que estamos visitando pertenezcan
bellas
á
los
que
fueron arquitectos en jefe de los distintos faraones.
En muchas
de las tumbas que aquí visitaremos no existen las numerosas habitaciones
encontraremos en
funerarias que
las
que podremos examinar durante nuestro
pues no son cámaras practicadas en
Egipto superior;
la
viaje
al
peña, sino mausoleos aislados,
levantados al aire libre, á las cuales llaman los árabes mastaba (bancos). Labradas con
su base es rectangular; y
sillares,
superior,
el
Cada una de
conjunto afecta las
si
bien sus paredes se inclinan un poco en su parte
forma de pirámide, truncada á corta distancia del suelo.
la
mastabas se compone de una cámara principal y de un nicho, generalmente
tapiado,
que se llama serclab (corredor), en
difunto.
El
en
la
parte
sepultura
pozo ó
occidental del edificio
encontrado, que
el
arte de
de pirámides, de ser
encuentra en
mira á la
En
las
;
probando
en
las
casi
jambas de piedra vese puesta en
interiores
de
tales
representaciones á que antes nos la
restos
los
mastabas
del difunto, constituyendo el dintel
muros
el
cadáver,
hállase
humanos que en
que fué más tarde. Así como en éstas
monumentos hemos
aún en
estatua del
generalmente ellos
se
han
constructores
puerta de entrada se el
lado que
á guisa de adorno,
cilindrica, labrada
las
se hallan
referido,
la
los
la
siempre se halla en
la parte superior,
una piedra
á imitación del tronco de palmera, que se ve á los
cual se halla frecuentemente
embalsamar distaba mucho, en tiempo de
la cara septentrional,
oriente.
imágen
lo
el
que se despositaba
en
indudablemente
chozas de los felahes.
En
cuanto
completamente cubiertos de las
que son reproducción de escenas de
vida del difunto. Sólo á personas ricas y de gran distinción era dable hacerse construir
sepulcros tan costosos y duraderos, y esta consideración, que á cualquiera se le ocurre, EGIPTO, TOMO 1. 45
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
178
confírmanla plenamente los cuadros y las leyendas que doquiera nos ofrecen al difunto rodeado de riquezas y tal cual fué en vida. Es por demás raro encontrar una sola alusión
DEGÜELLO DE ANIMALES SACRIFICADOS
á la muerte ó al otro
en
la
del señor,
un
mundo; y
es que los individuos que, formando
mastaba, no debian en manera alguna lamentar
la
sino considerar que constituia para siempre jamás
dios al cual podía honrársele por
duelo, se reunian
el
desaparición del padre, del hermano,
uno con
es decir
Osiris,
medio de ofrendas; pero de modo alguno derramando estéril llanto.
Al que gozaba eter-
na bienaventuranza, complacíasele presentándole ofrendas procedentes
de sus heredades,
y por
lo
tanto en su obsequio se degollaban
y por medio
bueyes y gacelas,
de listas grabadas en la piedra, REBANO DE ASNOS
mas
virtud de do-
los dias del año, el catálogo de pan, carne, volatería,
legumbres, pasteles y leche con que se su obsequio,
como en
ofrecíasele
cumento solemnísimo, para cada uno de
le
quería festejar.
Pronunciábanse plegarias en
esos hombres, hijos de una época primitiva, conservaban siempre en
su memoria como grato recuerdo,
al
que en vida habia sido uno de habian estado unidos por
ellos;
con
los vínculos del
de la amistad, del reconocimiento ó de
el
cual
amor, la
de-
pendencia; y de cuya fortuna y satisfacciones habian sido partícipes. No había persona distinguida que no
riquezas no
moneda no márgen
cultivo,
del rio,
siervos que
se
tales
en
aún,
rústico:
metálico,
— sino
— pues
como
el
las especies
las la
en tierras de
plantíos de papiro
situados á
dedicaban á las diferentes ocupaciones que exigia
y animales domésticos de casi todas
otros llegaron á domesticar,
se conocía
labor, praderas,
EL SEÑOR URCHU INSPECCIONANDO SUS CAMPOS
la
fuera propietario
consistían
el
que nosotros conocemos. Algunos
antílope y la garza real, que
hoy han vuelto
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
179
estado salvaje: no conocieron el caballo ni el camello, y si bien es verdad que las ovejas eran entre ellos bastante raras, se encuentran á veces en los jeroglíficos. no se crea al
Y
que fuera reducido
el
caudal que tenia en ganados un propietario del tiempo de las pirámides:
todo lo contrario, y en prueba de ello podemos decir que en
el
sepulcro de Khafra-ankh
y de su esposa Herueka se consigna que este matrimonio poseía 835 toros, 220 bueyes
PESCA
y 740 cabras; y de un noble establecido en Sakara ganado vacuno de que era dueño, comprendidos en él los ternerillos,
sin astas, 760 asnos, 2235 antílopes
sabemos que
el
ascendía á la cifra de 5300 cabezas, guardando con cerdos,
las
él la
debida proporción las piaras de
manadas de gansos y bandadas de palomas que
se contaban por millares.
180
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
Los cuadros
que
representan
descuajamiento del suelo,
el
el
campos empezando por
cultivo de los
el
acto de
arar y la recolección de las cosechas
hállanse en todas las tumbas.
vemos
capataz provisto de
al
En
ellos
un bastón,
que constituye su insignia de mando, vigilando á los obreros que visten ligero calzoncillo,
un
pudiéndonos formar
idea de la importancia que concedían
aquellas gentes á
agricultura, por
la
un cuadro que representa
á
un propie-
cuyo nombre fue Urchu, que
tario,
acomodado
en un
sobre dos asnos,
aparejado
sillón,
sus fincas
recorre
seguido de un dependiente que
ña
Hasta
el quitasol.
detalles se
los
empu-
más pequeños
consignan en estas gráficas
representaciones: en los viñedos con-
templamos á
los labriegos trabajando
afanados, y en los plantíos podemos distinguir á los leñadores derribando
v hasta nos es V
los troncos,z
prender
penoso de
lo
más pesadas
hacia
atención en
ñando
las
la botella se
comque
el calor, fijando
individuo
el
fácil
faenas,
la
que empu-
regala con
un trago
de agua fresca, en presencia del capataz
al
cual
consumo de rior á lo
acompaña su la
lebrel.
El
madera era muy supe-
que podríamos imaginar; pero
se comprende, en cuanto se sabe que los potentados se servían de
sólo
para
las
operaciones
buques, no
que
hoy
realizamos por medio de carros, sino
también para ficar la GRUPO DE MUJERES ORIENTALES
los
lo
que podríamos cali-
de mero pasatiempo, por ejemplo
pesca y áun la caza que se hacia en estanques, constituyendo una de
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
182
diversiones
más
propias de las gentes de distinción; y como los cañaverales limítrofes al rio estaban poblados de caza en abundancia, en cuanto á pesca no hav que hablar, las
y
difícilmente salía el señor de casa, sin volver con el
hipopótamo ó
cual cocodrilo,
tal
muy
cinegética. Tales pasatiempos son por otra parte
dependientes formaban, estaba confiado
la vidriería, los tejidos, la fabricación
en
el
rio,
la
y
que podía creerse; pues
y en
cuentas, profesión.
En
los sencillos
Y
metalurgia.
el
como
eran
al
escribir,
más
generalizado de lo
propio tiempo los encargados de llevar las
ven numerosos amanuenses ocupados en trabajos de su
se
semejante estado de cultura no pueden bastar ya para
dones de
los cuales
ebanistería, la alfarería,
la
lavado del oro, cuyas pepitas se recogían
nada decimos del arte de
los capataces
oficinas
las
de papel,
de als;un
naturales tratándose de señores cuyos
de diferentes industrias tales
el ejercicio
amen
provisto,
atractivo de la expedición
el
puede decirse, un estado dentro de otro estado, á
así
si
buque bien
que aumentaban á veces
la naturaleza:
cotidiano sustento
el
es indispensable preparar los alimentos cociéndolos,
asándolos, amasando la harina, confeccionando dulces y pasteles; y que en esto estaban muy adelantados los egipcios de aquellos tiempos, nos lo dice el extraordinario número de
nombres que tenían
tales golosinas.
rostro blanquísimo,
como
claro, al
lo
prueba
paso que los hombres
lo
En el
cuanto á las mujeres que según parece eran de
que se ven representadas con
están con
el
cutis rojizo,
gozaban
de amarillo
la tez
los
mismos derechos
y consideraciones que sus maridos: dábaseles el nombre de «amas de casa» y si les premorian sus hijos, entraban á disfrutar de la herencia, hasta el punto de que la hija del
Faraón podía sucederle en
la
corona. Los hijos
tomaban en primer lugar
el
nombre de
la
madre y después el del padre, siendo de observar que las inscripciones nos han conservado tal cual sobrenombre cariñoso destinado á celebrar el dulce afecto de la esposa. La vida de familia era por
demás íntima y digna en
la
época que nos ocupa, deponiendo de
ello la
jovialidad é ingenuidad que doquiera se ven expresadas, y hasta las frases que el capataz dirigía á los obreros y las
en que se ocupaban. cause
más
No
que éstos se dirigían mútuamente para animarse en existe en toda la historia de Egipto época alguna
grata impresión que esta en que nos estamos ocupando. Los que han llamado
á las pirámides «señales indelebles de
que inspirándose en
los
las labores
cuyo estudio
los escritos de
muchas generaciones reducidas á
la
esclavitud;»
Herodoto han fulminado toda suerte de invectivas
contra los despiadados tiranos que las levantaron, nada
más han
hecho, á nuestro parecer,
que deshacerse, en
estériles
monumentos,
de llevarse á cabo por un pueblo que se revolvía inútilmente bajo
que
le
lejos
era de paz empleó gozosa
ni
el
y vigorosa,
la
construcción de tales
un testimonio de amor á
misma. Ha acontecido con
las
pirámides
mas
yugo
y proseguida bajo que acontece en la naturaleza:
la divinidad, lo
ménos. Al principio debieron por fuerza luchar aquellos hombres con
tades técnicas;
el
que durante una dilatada
completo de sus energías en llevar á cabo una empresa casi
iniciada para dar
los auspicios de la
más
infundadas lamentaciones, ya que
oprimía, es la obra de una nación joven
sobrehumana,
ni
é
vencidas éstas,
el
las dificul-
triunfo debió ser incentivo poderoso para que se
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
más
prosiguiera con
183
ardor hasta
la
que no se cejara hasta ver rematada
consecución del
Que
la obra.
fin;
así
para
como
la
naturaleza en las edades primitivas dio vida al ictiosauro por ejemplo: y los
armónica
muros
ciclópeos precedieron á la construcción
templo griego; y en la vida del individuo, al tiempo de las concepciones atrevidas sigue la época de las prudentes del
limitaciones, en Egipto los primeros
más
fueron los
de
monumentos construidos
gigantescos que en tiempo alguno hayan salido
manos de hombres. ¿Qué duda
tiene
que
el
simple obrero
debió sufrir y no poco para levantar las pirámides?
mas creemos
estar en lo cierto sentando que los contemporáneos de
Cheops
debieron sentirse orgullosos de su participación en tan colosal
empresa.
Xo hay
de merecer las obras
el
que
soberano que no abrigue
aplauso y hasta inicia
la
el
convencimiento
colaboración de su pueblo,
son de aquellas que están llamadas á dar
si
tes-
timonio á las generaciones futuras de la pujanza y prosperidad del tiempo en que vivió. Los magnates de aquel tiempo tuvieron
buen cuidado de consignar terminantemente pirámides les merecian y
que determinaron alzarlas príncipes alcanzaban en
el
,
el
el
concepto que las
que tenian formado de
los príncipes
y no hay para que olvidar que estos ánimo de sus súbditos la considera-
ción de la divinidad. Fuerza es pues presumir, que terminado
monumento
de honor,
estuvo concluido
«bendiciendo
al
el
el
pueblo,
como
los israelitas
el
en cuanto
templo de Salomón, regresó á sus hogares
Señor, gozoso y completamente satisfecho.»
CONSTRUCCION DE LAS PIRÁMIDES
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
1S4
Apenas
existe viajero que, describiendo las pirámides,
sentimiento del dolor y de ello;
mas buscando
en
hecho de
el
no se haya dejado llevar por
explicación á semejante fenómeno,
la
el
amargura. Creemos haber demostrado que no existe motivo para
la dificultad, sino imposibilidad,
podamos asimilarnos
monumentos
la
que
presumimos haberla encontrado
existe, para
que nosotros los modernos
y sentimientos de las generaciones que llevaron á cabo esos nosotros la veneración y respeto debidos á la antigüedad se mezcla
las ideas
gigantes.
En
admiración que nos produce la obra, y en presencia de esas masas, sobre las cuales han pasado los siglos, como sobre nosotros pasan los años, enmudece toda v confunde con
la
En
impresión halagüeña ó placentera.
presencia de los gigantes es donde
de
el
más
elevada
estatura se forma concepto exacto de su pequeñez y aquí y antes de examinar el procedi-
miento seguido para
la
construcción de esas moles inmensas y de penetrar en su interior,
repetiremos gustosos las palabras de Arturo Schopenhauer, que confirman perfectamente nuestra opinión:
«Muchos de
»sentimiento de
sublime, por
>/de
lo
su antigüedad, ó por
que contemplamos despiertan en nosotros
objetos
los lo
mismo
lo dilatado
de su duración, debemos convencernos de la pequeñez
placer purísimo
»de nuestro ser, no obstante
el
»acontece con las montañas
muy
el
que, sea en virtud de su volúmen, ó á consecuencia
elevadas,
que su contemplación nos proporciona. Tal
con
las
pirámides de Egipto, con las ruinas
»colosales de los tiempos antiguos.»
En
1787, vio Goethe durante su permanencia en
restaurada por
viajero
el
francés Cassas,
Roma,
los dibujos de
una pirámide
según ciertos documentos, indicaciones monu-
mentales y diversas conjeturas. Pues bien, la contemplacion.de tales diseños arrancó al sabio aleman las siguientes palabras: «Este dibujo constituye la concepción arquitectónica
»más
colosal que en
» llegarse
más
mi
vida haya visto, con la circunstancia de que á
mi
j
uicio
no puede
allá.»
Tiémblannos todavía
las rodillas á
consecuencia de nuestra ascensión á
la
gran pirámide,
á la sombra de la misma, nos preguntamos y contemplando su cima, en tanto descansamos de qué manera y porqué medios ha sido dable levantar esa obra de gigantes. Desde luego se nos viene á la memoria la singular narración de Herodoto, según la cual h abríase comenzado la
construcción por
vista
la
cúspide, siendo lo último edificado la parte que toca al suelo.
semejante aserto parece inconcebible;
resulta tan exacta y fundada se
impone á todos
como
mas examinada
la siguiente
los espectadores: «la
la
A
pumeia
cosa con la atención debida,
afirmación, del propio autor, cuya exactitud
pirámide de Cheops ha sido construida por secciones.»
A los ingleses Perring y Wyse se deben las medidas exactas que hoy poseemos de todas v cada una de las partes de que se componen las pirámides, así como á los alemanes Lepsius v Erbkam corresponde la gloria de haber descubierto, á fuerza de prolijas invesPara tigaciones y combinaciones ingeniosas, el procedimiento observado en la construcción. facilísima de seiá Herodoto dicho de el alemanes, sabios dos los de trabajo el conozca quien comprensión, y podrá contestar satisfactoriamente á cuantas preguntas juicioso en presencia de tales
monumentos.
le dirija el
espectador
185
MEMPHI8. LAS PIRAMIDES
Merced á semejante trabajo sabemos
razón porque
la
tal
monuuna tumba mucho más
rey se hizo elevar un
mento de dimensiones gigantescas, al paso que otro se contentó con causas pequeña: porque motivo encontramos únicamente una sola pirámide sin concluir: qué cuya influveron en el ánimo de Cheops para que se decidiera á comenzar una obra para terminación no podía bastar en último resultado
que no tenia motivos para esperar que
así
le
duración media de un íeinado, siendo
la
dieran cima sus sucesores, atentos á labrar
sus tumbas correspondientes.
Es pues
el
mausoleo, que
un Faraón, principiaba á
caso, que en cuanto subia al trono al
un
principio se reducía á
edificio
edificar su
de pequeñas dimensiones, afectando
la
muerte, forma de una pirámide truncada, con caras casi verticales. En cuanto le asaltaba la una punta ó pero no antes, sobreponíase sobre esta base, núcleo ó como quiera llamarse, la obra del vértice cuyas caras ó planos prolongábanse hasta el suelo. Si terminada
que
podríamos llamar primer núcleo ó armazón, habia tiempo y fuerzas para ello, cubríase formando peldaños, y así sucesila pirámide truncada con una nueva capa de bloques
vamente
hasta el instante en que
,
mera
toda
adición, constituía por sí
misma una verdadera obra tes.
En
nar
el
de gigan-
cuanto se trataba de termi-
monumento,
siempre
era
indispensable comenzar por elevar el vértice;
después se construían los
peldaños superiores y por último se llevaban á cabo los al suelo.
más próximos
Respecto del particular nos
da gran
luz
la
llamada
pirámide
PIRÁMIDE DE DAIISIIUR
truncada de Dahshur: pues su exá—
men nos demuestra que por
la
parte inferior,
las
la
siguiente,
remate,
muy
habiendo prescindido de su conclusión
piadoso
se
el
J
por su propio peso,
argamasa.
No hav
sitio
que
le
sucedió.
En suma: no
en que se las colocaba, según puede verse por
cual nos demuestra
cabe
tan
perfectamente
para que decir que
que se conserva aún en
las
el
la figura
que semejantes bloques, cuyas vastas super
adherían perfectamente entre
1
años,
el
monarca no
las
fácilmente mantenerse en
ficies
se le puso
pirámides se terminaban de arriba abajo, y lo revela más aún la disposición piedras con que se formaban los peldaños, cuyo corte era tal. que podían
dudar que de
el
sí,
como
podian sostenerse durante miles de si
estuvieran
unidas con
la
mejor
revestimiento hecho Con losas de piedra pulimentada
pirámides de Cheops y Mykerinos, practicábase igualmente
partiendo del vértice.
Sabemos pues que de
la
la
magnitud de
vida del constructor, EGIPTO. TOMO I.
las
pirámides aumentaba
que podía terminarlas en cuanto
al
compás de
lo
tenia por conveniente,
la
47
duración
MEMPHI8. LAS PIRAMIDES
186
dejando á la piedad del heredero
el cuidado de llenar los escalones ó peldaños, habiendo motivos para presumir que en los primeros tiempos ni áun se creyó indispensable semejante operación, según puede deducirse de las pirámides de Meidum Sakkarah. «Si en el curso
y
»de
los siglos se hubiese
conservado del
mismo modo
el
conjunto de las relaciones con-
cordantes, actualmente, por
los revestimientos sucesivos de las pirámides, podríamos años en que reinaron los diferentes reyes que las construyeron, como por
» computar los
venimos en conocimiento de
vías capas concéntricas de los árboles
Lo acabado
duración de su vida.
la
de cada una de sus partes es superior á todo elogio. Herodoto pudo ya
decirnos que las grandes piedras en su construcción empleadas se extraían de las canteras situadas al otro lado del Nilo,
lanchones, se conducían
al
y que trasportadas
lugar en que
el
al
través
mismo por medio de
del
cantero las labraba á lo largo de una calzada
CANTERA DE TURRA
para cuya construcción se habían necesitado diez años. Consérvanse de restos y dado que hubiesen desaparecido
completamente
las
Turra y de Masurah, situadas al Sud del Cairo en nos revelarían que en este sitio existió en otro tiempo
teras de
baya habido.
Los arquitectos de
montes de roca numulítica
los
faraones
la dilatada el
penetraron
del lejano período terciario,
con
ella
considerables
pirámides, las inmensas can-
pueblo hasta el
cadena de Mokattam,
más las
que
constructor
entrañas de
esos
propósito de encontrar la
piedra compacta que habían menester, no pudiendo dudarse de que las extensas galerías, las
cámaras y
los vastos
aposentos en ellas practicados corresponden
al
volúmen de
las
pirámides: cuantos materiales en ellas se emplearon, escepcion hecha de las losas de granito
que constituyen su revestimento, fueron extraídas de dichas canteras. Turra en egipcio es loroue, el
nombre que sonó Troya
al
oido de los griegos: de aquí que dieron á la localidad
nombre de Troja, y como encontraron
entre
los
trabajadores,
prisioneros
de guerra
ÜEMPHIS. LAS PIRAMIDES asiáticos,
dedujeron sin más averiguaciones,
que
los
187
tales
eran
descendientes
de
los
tróvanos que abandonara Menelao á las márgenes del Xilo, cuando de vuelta á Ilion visitó el
Egipto en compañía de
la
rescatada Elena.
Actualmente se explotan aún y
si
bien es verdad que para
el
las antiguas canteras para las construcciones del
arrastre de los bloques y de las losas no emplean
Cairo,
hombres
PESO DE PIEDRAS
que tiren de carretones colocados sobre rodillos, sino caballos y locomóviles que corren sobre barras— carriles, consérvase algo todavía que nos recuerda los antiguos tiempos, por ejemplo
el
sistema empleado para pesarlos.
Entre las piedras empleadas en las pirámides, procedentes de se ven algunas completamente cuajadas de numulitos.
las canteras
de Mokattam,
.
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
133
En
la construcción
de la de Cheops ocupáronse durante veinte, y acaso treinta anos,
que eran relevados
cien mil hombres,
acompañaba á Herodoto,
leyó
le
cada tres meses. El cicerone ó dragomán que
una inscripción en
consignaba que en rábanos,
la cual se
nada menos ajos y cebollas para la manutención de los trabajadores, habíanse gastado Cifra que hace pesetas. 10.775,000 dijéramos como si es que talentos, que seiscientos prorumpir »ascendido
al historiador
Sin creer que
la cifra
griego,
escritor
en
la
siguiente exclamación: «Si esto es cierto, ¡á cuánto habrá
coste de los útiles, herramientas, vestido
el
sea exagerada, ni
limitándonos
á
añadir
encontraba en manera alguna en
en
interior ó en
el
el
la
exterior de
que
la
participamos de
inscripción
de
impresión del
la
que hace mérito no se
pirámide, pues carecia de figuras y jeroglíficos, sino
una de
las
tumbas vecinas
á la
nuestros compañeros nos apremian, deseosos de penetrar en
Mas
los trabajadores!»
y manutención de
mucho menos,
va que las galerías y aposentos de los
demás no pueden
precauciones, que con todo no destruyen
el
al
misma. el
mausoleo de Cheops,
presente recorrerse &in
gi
ande&
peligro real que la visita trae consigo; con
la
que en su disposición pueden observarse sólo tienen En todas se nota idéntica desproporción entre la magnitud de
circunstancia de que las diferencias interés para el estudioso. la
obra y
lo
encierran; exiguo de las dimensiones que revisten los espacios utilizables que
natural en cuanto se considera que el falta de armonía que se explica, y hasta parece casi totalmente cerrado a de monumento propósito del arquitecto reducíase á construir un que debía contener. cadáver el paz en descansara que destinado difícil, á acceso pues al paso que Una visita al interior de las pirámides tiene muy poco de agradable en el interior, llegando al punto de ser inso;
el
calor
aumenta
al
compás que
portable, molesta también de
se penetra
una manera indecible
el
hedor proveniente de
los
murciélagos
hoy día inaccesibles. En que en número prodigioso habitan en las cámaras y aposentos poesías populares; pues en sus Egipto no se tiene idea de la «fresca bodega» de nuestras media del lugar en que se subterráneos se experimenta constantemente la temperatura encuentran, que en
En
el
Cairo es de
unos 21 grados Réaumui
todas las pirámides la entrada se encuentra situada en
la
cara septentrional, hallándose
sillares. Encendimos las antorchas de Cheops á la altura de la décima tercia hilada de siguiendo constantemente la interior, el en penetrando que llevábamos á prevención, y pedrusco de granito,, que misma dirección, llegamos á un punto en que se ve un enorme se habia depositado cuanto en paso, el cerrar para caer encajaba con el techo, y se dejaba
en
el
la
cadáver en
el
sarcófago.
Por nuestra parte
lo
rodeamos; pues, como
los
que un tiempo
practicaron un galería en el muro fueron en busca de tesoros no consiguieron romperlo, largo y de menguada elevación, decididos á seguir adelante. Por ella subimos á un corredor á la cámara de la rema, conduce que horizontal pasadizo un en el extremo del cual se abre lo laigo de la cual } donde comienza una galería más estrecha; pero más ele\ada, á respiiai con libeitad. La lu consiguiente por incorporados marchar perfectamente y pulimentadas piedras reflejábase perfectamente en las lisas y
las
antorchas y de las bujías
í
!
v •i ..
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
191
de Mokatam. Los diversos pedruscos están yuxtapuestos con tanta perfección que á duras
penas se perciben las junturas. Los zócalos de piedra existentes en se conservan perfectamente,
del
la
base de las paredes
mismo modo que
de forma particular que constituyen
techo.
el
las piedras
Las entalladuras
paralelas practicadas en el suelo y en las paredes, tenían por objeto facilitar el transporte del féretro. Algunos pasos más, á lo
largo de un pasadizo horizontal, que en
formando un pequeño
el
comedio se ensancha
vestíbulo, el cual está cerrado por cuatro
losas de granito que corren á lo largo de unas ranuras, y nos CAL DE ALMEJA DE MOKATAM
Dicho aposento,
el
,
encontramos en
,
camara
la
mayor y más importante de
la
...
,
.
,
del rey, el violado sarco tago de Lheops.
pirámide, y que
si
podemos expresarnos en
estos términos, constituye su corazón, ni se halla exactamente en el centro del edificio, ni se distingue
Una mediana puede comparársele respecto de su capacidad, ya que por 10 m 43 de
por sus vastas dimensiones ni por su rica ornamentación.
sala de nuestras casas
longitud mide 5 m 20 de latitud y 5 m 80 de altura.
Forman
techo diez enormes losas de granito
el
que descansan por sus extremos en
las
paredes
y como de seguro habríanse rendido peso enorme de la montaña de piedra que
laterales, .
al
sobre las evitarlo,
mismas
imaginó
la
gravita,
el
arquitecto,
para
construcción de cinco cáma-
La primera de ellas, y aquí cumple advertir que generalmente son inacceras superpuestas.
sibles, lleva el
ilustre inglés
nombre de Davison que
que
que descubrieron
la
es el del
descubrió: Perring y Vyse,
las cuatro restantes, la última
de las cuales es de forma triangular, con peor
acuerdo
les
dieron por su orden los
nombres de
Wellington, Nelson, lady Arbuthnot y coronel Campbell. Semejante descubrimiento, importante de suyo, fuélo dichas cámaras escrito
más por haberse encontrado en el
nombre de Cheops. El
hallarse
se dirigieran á otra obra, lo trazaron en la la tal
ENTRADA Á LA PIRÁMIDE DE CHEOPS
con caractéres rojos, hace presumir que los canteros, á
circunstancia de que los
de evitar que las piedras
operarios encargados de colocarlos,
sentaron los sillares de
el
época de los griegos,
modos pudo
fin
cantera, y corrobora esta presunción
nombre resulta cabeza abajo. Por supuesto que nada reveló el hecho de sobras conocido; pues no había quien ignorara, y por cierto ya desde la
manera que
que no fuera
misma
el
nombre
del
rey sepultado en la gran pirámide; pero de todos
considerarse corno testimonio fehaciente, que confirmaba lo que \a se sabia.
MEMPHI3. LAS PIRAMIDES
192
Y
por
lo
mismo que no
existe inscripción
hipótesis
más
alguna que terminantemente exprese una idea
imaginación, han podido forjarse teorías y fantasearse ó menos verosímiles respecto del maravilloso monumento de Cheops. Así Jomard y sus secuaces, con sagacidad verda-
determinada, libre y sin trabas
la
deramente finísima, teniendo en cuenta
mensiones y
el
volumen de
la
las
di-
construcción; su
orientación perfecta, correspondiente á los cuatro
puntos cardinales;
la
proyección de sus aberturas
perpendicular á la estrella polar, y otras circunstancias á estas parecidas, pretendieron demostrar
que estuvo destinado á
que
estaba enlazado con la astronomía
métrico;
:
su
objeto
de sus dimen-
un
debía verse en ella
siones concluyeron que edificio
De su
fines científicos.
concluyen
orientación
perfecta
semejante
algo
un patrón
á
indestructible de las medidas típicas antiguamente
monumento
y también un
usadas en Egipto,
astrológico-cronológico. Sin desconocer la saga-
que
de
cidad
se
ha
dado prueba
sosteniendo
semejantes hipótesis, hemos de convenir en que
no
se
teza.
ha demostrado en manera alguna su cer-
Esto no nos sorprende, pues, según dejamos
expuesto, no se sabia,
al
comenzar una pirámide,
cuales serian exactamente las dimensiones que alcanzaría.
Ni son menores en emitidas
Según
respecto
número de
objeto
del
las las
opiniones pirámides.
los árabes antiguos fueron levantadas antes
del diluvio
para que en
ellas
pudieran ponerse á
cubierto de la destrucción los tesoros del
humano
saber: los viajeros cristianos de los primeros siglos ,
que no tenían idea de
cámaras interiores,
creíanlas
lo
los
exiguo
de las
depósitos
de
trigo de José: otros las consideraron observatorios
astronómicos ó cuadrantes solares, cuya sombra-
galería de la pirámide de cheops
en
ellas
dia: y no faltaron quienes vieron no se extraviara en medio de las llanuras del se celebraban las tremebundas desierto. Algunos supusieron que en sus antros tenebrosos en los misterios ceremonias, y las pruebas porque debían pasar los sacerdotes iniciados
servia para determinar
las diferentes
indicadores seguros para
que
el
horas del
viajero
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
no debía verse en
ellas la
mano
del
hombre, sino
un
rey,
sostenía
resultado de
el
v por último otros mejor informados y sabiendo que consistía en recibir el féretro de
193
Kuhn
antes de ser definitivamente recibidos: nn señor H.
muy
serio en 1793. que
un capricho de
la
naturaleza:
verdadero destino de las pirámides
el
empeñáronse en demostrar que
la
elección de
forma piramidal para una tumba encerraba una profunda significación, y que merced á ellas resultaban tangibles los principios fundamentales de la religión y de la filosofía la
En
egipcia.
consecuencia deben ser consideradas
que asciende por grados desde
la
como
más amplia
base
el
símbolo del reino de los espíritus,
más aguda: comparada más elevada y
hasta la cima
á la escala de las ideas de Platón, que tiene su fin y remate en la idea
concluvente
que
el
hombre puede concebir; ver en
decir, el fuego, el agua, el
ellas
naturaleza de
la
los
cuatro
materia, y que se reúnen para formar un todo único, es aire y la tierra, partes componentes del mundo y de todo cuanto
elementos que divididos llenan
la
encierra, los cuales se encontraban unidos en indiferencia ó en unidad perfecta en el ser
primordial,
es decir en Dios (Osiris).
Realizada
la
creación
discordia (Tvfon) hizo pedazos la divinidad (Osiris); pero
el
el
amor
y de
principio de lucha
(Isis)
reunió los miembros
despedazados, es decir los cuatro elementos, y por medio de ellos, merced á un enlace hábil y armonioso, reconstituyó en Dios el conjunto visible del universo y de todas las
mundo y de cuantas cosas se produjeron en él: hoy como elementos, y Tvfon los separa, de donde resultan al par, por un lado creación y por otro destrucción. Las cuatro caras de una pirámide que se reúnen en su vértice, y se separan cuanto más se acercan á su base, ponen pues patentes al espíritu la forma sencilla de toda la vida cósmica, la unión y separación de los cuatro criaturas. Tal fué el principio del
entonces
Isis
elementos.
el
los cuatro
— Estas ingeniosas especulaciones, responden perfectamente
formada de
tenia
que
reúne
la ciencia
de los sacerdotes egipcios.
vértice de las pirámides tenia
hecho de encontrarse únicamente en
una
los
No
significación simbólica,
mausoleos
reales,
á la opinión que se
cabe desconocer, sin embargo,
como
lo
demuestra
el
siendo así que los particulares
hacian depositar sus cuerpos en el interior de pirámides truncadas; regla que no tiene excepción alguna, siendo muchas las pinturas que se han encontrado, en las cuales la punta Sea de de la pirámide se halla pintada de rojo, al paso que el resto lo está de negro.
nos estamos esto lo que se quiera no cabe dudar que los edificios indestructibles en que ocupando, estaban destinados á procurar larguísima conservación no sólo al cadá\ei sino también á la memoria del príncipe que en ellas se depositaba, de suerte que pertenecen ,
á aquella clase de
»que su objeto »con
ella,
v
monumentos de
real consistía
los cuales
en hablar á
ha dicho un profundo observador: «es indudable la
posteridad
más remota;
establecer, por este medio, la unidad de la conciencia
establecer relaciones
humana.
Y esto acontece
los griegos y de los romanos, con los monumentos de los indos, de los egipcios, de en los cuales, como en aquellos, »sino con otros de tiempos á los nuestros más cercanos, del cual el hombre se siente arraspuede leerse claramente ese sentimiento en virtud
»no
sólo
»
trado
á hablar con la posteridad. EGIPTO, TOMO I.
Es por consiguiente un verdadero crimen no 49
sólo el
»
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
194
sino
» destruirlos,
el
á
deformarlos
darles
de
fin
una aplicación que nunca debieron
Atener.
Que
pirámides no han sido respetadas, y que á ellas han llegado manos criminales, decirlo. Prefectos codiciosos penetraron en su interior en tiempo de
las
no tenemos porque los
romanos: durante
cabo por
sí
mismos
la
dominación árabe, los dueños del país se encargaron de llevar á
la violación,
con todo y que nada tenia de
y como nada más
fácil;
descubrieron que sarcófagos vacíos y cadáveres, procuraron justificarse ante sus súbditos de las sumas que habian derrochado inútilmente, difundiendo la voz de que habian encontrado
sumas que importaban exactamente
lo
Al penetrar
descubrirlo.
de Harun-er-Raschid
,
gastado en las operaciones practicadas para los operarios de
Mamun
(813
cuyo nombre han hecho popular
C.) hijo
d.
J.
las
Mil y una
noches, después de prodigiosos esfuerzos, en el interior de la pirámide de
Cheops, encontraron, según se cuenta, un tesoro y una losa de mármol, sobre la cual se leían las siguientes palabras: «El rey Soundfo, hijo del »rev Soundfo, en
el
año Soundfo, abrió esta pirámide, gastando en esto
»una gran suma. Nosotros » mas
si
le
indemnizamos
que ha hecho;
los gastos
continua en sus investigaciones, después de invertir en ello
» mucho dinero,
no alcanzará resultado alguno.» Lo
cierto es
que nadie
buscar tesoros en las pirámides; y aún cuando sea cosa corriente hablar de objetos fabulosos que aquí se han encontrado, no debe ocultarse que toda exploración practicada en las pirámides con el
ha resultado
rico de
propósito referido ha sido considerada
Los decididos
mes exploraron
é las
traron en ellas oro
siendo la tercera
,
como un crimen,
al
cual seguía
venganza, y en ocasiones hasta la muerte. infatigables ingleses, que gastando cantidades enor-
comunmente
de cerca y
la
pirámides hace
m
plata;
á la cual
pero
dan
más sí
de cuarenta años, no encon-
objetos de gran valor científico,
ios árabes el
nombre de
Ict
encai nada,
por á causa de su revestimiento de losas de granito, que Chefren, Cheops de á las superior muy es partes y lo acabado de sus
ó la roja, COFRE DE MADERA DE men-ka-p.a
la
no sólo cámaras
que más abundantemente recompensó sus afanes.
interiores, por
En
ella
encontraron
demás interesantes, sino también un saicófago de basalto madeia, la parte interior del cofre ó ataúd momiforme, de
oscuro, embutido de piedra azul, y
que había contenido
el
cadáver del rey,
el
cual en su parte superior contenia
de la cual resultaba estar Herodoto en lo cierto, al dar
Menkara) con
el
al
constructor de la
buque que
en cuanto ción la
al
lo
transportaba á Inglaterra,
el
una inscripción
nombre de Mvkerinos (en
tercer pirámide. El venerable sarcófago fuese
al
egipcio
fondo del
mar
cual naufragó cerca de las costas de España:
ataúd de madera se conserva en el
menor
el
dificultad al inteligente traductor.
Museo Dice
Británico, no ofreciendo su inscripasí:
«Osiris, rey del Egipto inferior y del Egipto superior,
Menkeorá, que gozas vida eterna,
MEMPHI3. LAS PIRAMIDES señora del cielo, y carne de
»nacido de Xut
» principio: ojalá extienda sobre
»su voluntad, rey del Egipto » eterna. »
el
madre Xut sus el
195
rey de los dioses, que fueron en un alas protectoras en su
el
vida y del Egipto superior Menkeorá que gozas restos de huesos, y fragmentos del sudario
inferior
cadáver cubierto de una
sueño de
el
mano
de betún. Aquel era de lana, diferenciándose
que se emplearon en tiempos posteriores que eran de
las tiras
en que dormía
muerte
la
formado de grandes piedras, de
está
arco
cortadas, que al unirse
algo
comunica
un aposento abovedado. otras cámaras, así
como
El aposento
él
el
más
de granito, su techo
tal
forman un
comparable
rebajado
inglés, lo cual le
lino.
cadáver de Menkara, es indudablemente
el
notable de cuantos existen en las pirámides; pues construido todo
manera
nombre do
que seas como dios que obra á impulsos de
Hanse encontrado además algunos
que envolvía en esto de
tu
tí
Ojalá pueda concederte
» Misterio del cielo.
Seb
al
gótico
aspecto de
el
Del examen de del de
numerosos
pasadizos, que hoy se hallan obstruidos por
grandes pedruscos, se ha venido en conocimiento de que
la
pirámide que nos ocupa
debió guardar otro cuerpo además del de
Menkara
:
probablemente
y en
,
esto
se
hallan de acuerdo la historia y la tradición, el
de una mujer que fué depositada en
cenotafio
algún
tiempo
después.
el
Según
parece, apoderóse del mausoleo, terminado
hacia tocris,
mucho tiempo,
la célebre reina
de la VI dinastía,
Ni—
que en siglos CÁMARA SEPULCRAL DE MEN-KA-RA
posteriores, por sus rubios cabellos y ro-
sadas mejillas, de cuvas circunstancias teníase noticia por la tradición, llegó á confundirse griega Rhodophis, la del rostro de rosa, que, según se pretende, fué esposa
con
la célebre
del
hermano de Safo y amiga
predilecta de los faraones.
Á
Herodoto se
le dijo
ya que era
mujer cuyo cadáver vacia en la tercera pirámide, y posteriormente, tomando nuevas formas el recuerdo de aquella hermosura, la Rhodophis griega hase convertido en una
esta la
Lorelev árabe, de dentadura incomparable, que desde verse la fantasía oriental,
sus encantos.
A
esto
el
lugar donde reposa, y aquí debe
fascina al caminante del desierto que se deja deslumbrar por
responden aquellos versos de Tomás Moore: Ceñida en redor de áurea vestidura Fuerte, gentil, potente encantadora
La De
bella Rbodophe, cual canta la leyenda las pirámides orgullosa señora.
Fascina
al osado,
imprudente
viajero.
MEMPHI3. LAS PIRAMIDES
196
Además
de esta, cuentan los beduinos no pocas leyendas relacionadas con los espíritus
que moran en
las pirámides.
otro presenta la de
puesto
después de
En
el
sol:
con
noche sea osado á acercarse á
embargo,
lo
mismo
su imaginación ofrécese uno con
forma de muchacho;
la
un hombre que, quemando incienso, recorre diariamente
si
lo
las
atendemos á
tumbas,
las
cual es excusado decir que no existe beduino que de
pirámides, lo
hemos de convenir en que dicho rey
que dice fué
especialmente á
como
la historia,
un piadoso amigo de nuevo
de Mvkerinos.
la
sin
que abrió de
los dioses,
templos, y restableció
los
Y
á lo que refiere la tradición,
el
culto,
sin perjuicio de procurar que sus súbditos
pudieran consagrarse á sus antiguas ocupaciones, actos que le valieron el título de el
más
justo y venerado de los reyes, sin que
esto fuera obstáculo para que supiera apro-
de la vida, 'según
vecharse de los goces
consigna
la leyenda.
que viviría se
le
seis años,
Un
oráculo
le
predijo
después del dia en que
consultó; y en efecto, su existencia ter-
minó entrado ya
el
mas seguro
séptimo;
que tenia seis aún delante de
de
en cuanto
sí,
anochecía hacia iluminar su morada, y pa-
saba la noche bebiendo y regocijándose hasta el amanecer, con lo cual decía que el oráculo se había equivocado
que se
le
prefijaron,
haciendo de
la
noche
,
pues
los seis
años
convertíanse en doce dia.
— Ni
son ménos
entretenidos y curiosos los cuentos relativos á Rhodophis, que antes de llegar al estado
de Lorelev en que se halla,
fué. la
Cenicienta
de Egipto. Así se cuenta que bañándose un
un
dia,
bató
una de sus
del rey
la
administración de
más admirado aún por
á todas partes para que buscaran á
mujer á
pequenez
la
el
sentir de otros
respetables, el viento, arre-
Memphis,
Sorprendido
dejóla caer el
encima
monarca por
del zapatito, Gimió
cual debia pertenecer la
lo
mensajeros sandalia, y
rey que se casó con ella, y después de muerta, de sepulcro la tercera de las pirámides. misma la construir para que sirviera á existen lindísuma, que á la manera que brotan flores en derredor de las tumbas,
dando con
En
la
la justicia.
la
y según
ménos
lindas sandalias, y llevándola en la dirección de
que estaba ocupado en
extraordinario del caso, y
mandó
águila,
autores no
estatua de chefren
ella
en Naukratis, lleváronsela
al
simas leyendas referentes á estas sombrías construcciones.
MEMPHI8. LAS PIRAMIDES
198
Mas hora
es ya de que dejemos las sofocantes, tenebrosas y polvorientas
cámaras del y nos dirijamos á la segunda de las pirámides, facilísima de distinguir de las demás, no sólo por sus dimensiones, sino también por las losas de granito que en perfecto interior
estado de conservación sirven de revestimiento á la parte
debe
otro lugar dejamos dicho.
Nada hay en su
en cambio á corta distancia, hácia
en
el
superior.
segundo sucesor de Cheops, Chefren, llamado por
al
el
interior
que merezca llamar
más
M. Mariette
memoria
devotos á la el
la atención;
con
del rey,
descubrimiento de semejante
durante centenares de años había permanecido sepultado en
la
pero
objeto
el
que
edificio,
arena, siendo también este
quien determinó, podríamos decir con completa exactitud,
ilustre egiptólogo
se
según en
Sudoeste, se levanta un pequeño edificio cuadrado,
cual, según parece se reunian los
de honrar sus manes. Débese á
Su construcción
los egipcios Chafrá,
el
nombre
del
fundador, merced á la circunstancia de haber encontrado en un pozo lleno de agua, que en
su interior existia y que
al
nombre de dicho
príncipe: de ellas la mejor
museo de Bulak, en
en
el
en
diorita, de tal
escultor Drake, resistente.
La mayor
de
se
punto, que
tal
soberano.
del
comprende que
en
alto
La
el
cincel
en materia tan
Por
lo
el rostro
,
tratado de
demás,
el edificio
realista,
rasgo
el
aún tratándose de
pulimento,
tan acabado
fijamos la atención en
si
una manera bastante
no desprovista de afabilidad, que constituía
en que fueron descubiertas
Hállase construido con sillares de granito y de alabastro, y con sólo verlas
capaces de esto y derecha.
y más bien conservada ocupa lugar de distinción Digamos entre tanto que está labrada
sus labios que no sin temor ensayaría
no debe sorprendernos,
estatuas.
siete
lleva el
cual la encontraremos.
el
retrata perfectamente la severidad,
diorita,
mismas
esta circunstancia no fue obstáculo para que la obra resultara acabada
en todas sus partes, hasta
las
parte de las
dureza, que examinándola, hace algunos años, en compañía del entendido oí
Pues bien,
característico
ménos que
presente está de nuevo terraplenado, nada
estatuas de Chefren, al cual se debe la pirámide.
que
los obreros
mucho más,
las labraron,
pues,
como
y pulimentaron con gran
disposición del edificio de que se trata no por ser
grado interesante, por
lo
mismo que
diligencia, eran
mano
suele decirse, sabían donde tenían la
constituye
el
muy
sencilla deja de ser
único ejemplar de un edificio
en forma de templo que de tan remotos tiempos haya llegado hasta nosotros. El ángulo recto
impera en
él:
la
pilastra
no se separa
del
muro, de suerte que no
ofrece todavía
de la columna, y por último, no se distingue en las paredes inscripción alguna, por la cual pueda venirse en conocimiento del uso á que estaban destinadas las dos el carácter distintivo
grandes cámaras laterales en forma de T, ni los nichos ú hornacinas, semejantes á alacenas, practicadas en
el
granito y el alabastro.
en forma de cruz, de granito.
si
así
nos es
¿De qué manera,
misteriosamente en
el
él
Muchas
de las grandes losas que cubrian
la
nave
expresarnos, descansan todavía sobre las pilastras
ó mejor en qué consistían las ceremonias que se celebraban
interior
sentando cinocéfalos, que entre
en
lícito
de este edificio? la
¿De
la
invención de
esculturas
repre-
arena se han encontrado, puede deducirse que se prestaba
culto especial al dios Thot, al cual estaba consagrado el animal referido?
¿Las estatuas
MEáTPHIS. LAS PIRAMIDES
de Chefren encontradas en
el
pozo, fueron arrojadas en
199 él
á consecuencia de disturbios
paganos? ¿Fuéronlo acaso en virtud de los edictos cristianos que disponían de los ídolos? ¿Es este por ventura
el
templo de
la
esfinge,
la destrucción
de que habla una antiquí-
sima inscripción? Tales son las preguntas que se
buscando contestación á
si
y
le
ocurren
ellas dirige
al
la
concienzudo viajero que
visita estos lugares,
mirada en derredor, encuéntranse sus ojos
á coria distancia, en dirección al Noroeste, con la silueta gigantesca de la todas las formas enigmáticas: la colosal esfinge;
árabes
Abou
’1
hol, es
decir,
Como
padre del espanto.
el
guardián del desierto:
más enigmática el
que llaman
de los
el
acontece
actualmente, en los tiempos anti-
guos su cuerpo gigantesco veíase ya cubierto por sierto,
de
las
arenas del de-
hallándose tan sólo libre
ellas su- cabeza
que ciñe
el
tocado regio, y mira fijamente á la región oriental, semejando la
cabeza de un gigante sepultado.
Durante esfinge
el
presente siglo la
ha debido dejar
descu-
al
bierto en interés de la ciencia su
cuerpo de león terminado en cabeza de hombre, habiéndose con ello
en la
averiguado que está labrada
la
roca viva, y que para darle
forma que concibiera
se suplió por
tería todo aquello
ma
el artista,
medio de maniposque en
la
mis-
resultaba deficiente. Júzguese
del efecto
que habia de producir
semejante coloso, que mide hoy esfinge sacada de la arena
veinte metros desde la parte su-
perior de su cabeza hasta
el
enlosado en que descansan sus garras, en la época en que por
cuidar los empleados de la necrópolis de que no la invadieran las arenas, plársela en toda su integridad,
Innumerables han
sido,
recorrido dichas escalinatas
podía contemcon las majestuosas escalinatas que conducían hasta ella!
de seguro, los
fieles
para acercarse
al
que, en el transcurso de los siglos, han altar
construido, levantábase entre las patas del gigantesco esfinge era la
que sobre animal:
el
enlosado,
hábilmente
pues es de saber que
la
imágen de un dios poderoso. Los griegos oyéronla llamar Harmakis, en
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
200
egipcio cer,
Hor—em-khou,
con
lo cual se
es decir
Horo en
el
Horizonte, esto es
expresa que Harmakis es
la luz
abundancia triunfando de
el sol
que triunfa de
la
en
el
momento
oscuridad:
el
de apare-
alma triun-
en suma en las múltiples formas
fando de la muerte:
la
que Horo
vésele siempre vencedor de Tiphon, y en la de la esfinge se le presenta
reviste,
además como vencedor poderoso de
la esterilidad:
los rebeldes.
De manera que Harmakis en
n
« j
v-
erti-Mi: '“'.'•mi'
Sí i i í 5
•
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la
ciudad
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lillUJlHIHi
ÍÍÜU!
•Üli!
lili ¡lili
ÍÜSÜÜ11!llIlilS
BUSTO DE ESFINGE MODERNA
Harmakis, que al amanecer de los sepulcros, representa para los muertos la resurrección: rostro hiere de lleno ofrécese á nuestra mirada bajo muy reducidas dimensiones, y cuyo el íi
[a
su
esplendente fulgor del sol que nace, recuerda á los mortales
una noche sombría; y Harmakis situado sobre la linde de esterilidad é impide á las arenas que se extiendan sobre la imágen, representada por
la
lo^
el
nuevo
campos
tierra de labor.
esfinge, haya sido llamada poi
que sucede
día
fci tiles,
De
lo» egipcio»,
._ojuz c a
aquí que
en piimei
201
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES lugar
Hou
,
después Belhit, que significan guardián, y por
atribuido á todos los faraones
una encarnación
Agathodémon. Hase
los griegos
y de aquí que
terrestre del dios solar,
reyes eligieran con preferencia la forma de la esfinge para representar alegóricamente
Por
naturaleza divina de su sér. elevábase la
el
de la fuerza intelectual.
por resultado
la
una fuerza material ardiente
cabeza humana, se remontaba á
la
Xo puede
la
cuerpo del león poderoso y pronto á enardecerse,
espíritu hasta la concepción de
el
misma manera que por
los
la
más
concebirse pues inspiración
é irresistible: de
concepción feliz,
unión de estos dos elementos, como símbolo de un sér
más
que
elevada
que dió
la
par omnipotente
al
y omnisciente. creación de la esfinge es anterior á los tiempos de Cheops
La hasta
una
el
reinado de Chefren que la dedicó á Harmakis:
tal
por
lo
pero no se terminó
:
ménos
se desprende de
grandes dimensiones, literalmente cubierta de jeroglíficos, adosada
estela de
de la colosal escultura, que consigna además que en tiempo de los monarcas de octava dinastía (por los años 1500 antes de limpiar
el
monumento de
la
arena que
lo
la
al la
pecho
décima
era cristiana), había sido ya indispensable
cubría.
Tutmosis IV en
los
primeros tiempos
caza del león y de la gacela por aquellos alrededores, y cuando descansaba en esas cercanías, tributaba sus respetos á Harmakis, es decir, á la esfinge. En cierta ocasión en que se durmió á la sombra del gigante soñó que la divinidad
de su reinado, solia entregarse á
le
hablaba,
la
«como un padre á su
hijo,» para rogarle que la librara de la arena que le
oprimía. Al despertar no echó en olvido la súplica celeste, y en recuerdo de semejante visión y de las excavaciones practicadas á consecuencia de la
conmemorativa que
se conserva
misma,
erigió
una
estela
aún, bien que algo mutilada.
Otras inscripciones existen, de tiempos á los nuestros
más cercanos, que nos hablan
de las luchas sostenidas contra las arenas, que ora subiendo paulatinamente, ora impulsadas
por
el
Khamsin, asaltaban
el
monumento en
ardientes y densas nubes. Entre los textos
redactados en lengua griega existen algunos notables versos del historiador Arriano: de las
restantes la
mayor
parte tienden simplemente á
conmemorar
las visitas de los Césares,
y los trabajos de restauración practicados, ya en el pavimento sobre el cual descansa la esfinge, va en la pared que la ponia á cubierto de la invasión de las arenas. En los últimos tiempos no se ha levantado una
mano
siquiera
para librarla de
que esto, ó peor que esto todavía: puesto que en ejercicios de artillería, disparaban
el siglo
tomando por blanco
el
la
destrucción:
ménos
último los mamelucos, en sus
rostro del
Padre
del espanto, ese
rostro del cual dijera Abd-el-Latif que tenia impreso el sello de la belleza y de la
dulcedum-
bre, y se hallaba animado por sonrís encantador. Cuando se le preguntaba á dicho viajero qué era lo más maravilloso que había visto, contestaba sin vacilar: «Las proporciones
»armónicas de
la
cabeza de
la
esfinge.» Destruida
expresadas, esa figura 'gigante ofrece
las
el
hoy su nariz por
las
causas que dejamos
repugnante aspecto de un negro.
¿Por qué muestra el hombre tanta predilección en destruir las obras del hombre? Xi pirámides se han librado de la atrevida mano del demoledor, ó del devastador cuando EGIPTO,
TOMO
I.
51
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
202
ménos.
Príncipes
ha habido qne intentaron aprovechar en nuevas construcciones sus
robustos sillares: no han faltado quienes en su animadversión y fanatismo por cuanto fuera
imaginaron arrasarlas;
obra de paganos, de
acariciado,
volarlas
por medio de
la
y
llegaran al Cairo los efectos de la deflagración.
en estos
sitios,
ha
sido sin
si
se desistió del propósito,
muchas veces
débese únicamente
temor de que
pólvora,
La arena, enemiga
embargo su protectora: sólo
al
de las obras levantadas
aquello, sobre lo cual
denso sudario, ha llegado intacto hasta nosotros: sólo esto y
ha tendido su
la parte de la necrópolis
de
Memphis llamada Sakkara.
Y
ahora separémonos de Gizeh y dirijámonos hácia
el
Sud siguiendo por
la linde del
terreno cultivado y dejando á la izquierda los cementerios de Zaouiet-el-Arian y los
ma-
un pequeño
jestuosos grupos de las pirámides de Abusir, y en cuanto lleguemos al borde de
estanque, en torno del cual revolotean numerosas bandadas de chorlitos y reyezuelos que en
sus aguas apagan la sed, nos encontraremos con los desnudos y sinuosos ribazos que marcan
CASA DE MARIETTE BEY EN SAKKARA
el límite del desierto.
que cubre
la
arena,
Hemos el
llegado.
Pocos pasos tenemos andados á
enterrados, de blancas osamentas, de lenzuelos de
cuando nos hallamos de cuya vista regocija
la
lo
largo de
un sendero
cual se desarrolla entre pequeños montículos, y sepulcros á medias
manos
á boca con
de nuestros ojos.
árabes: el lugar de descanso,
si
así
Es
el
la
momia que
entre la arena se parecen,
mirador de una casa de sencilla apariencia
morada de Bet Mariette, como dicen
podemos expresarnos,
del
hombre
ilustre
los
que á fuerza
ha logrado arrancar á la arena de la neciomuchos de los cuales son de importancia monumentos, polis de Sakkara innumerables verdaderamente capital. Los guardianes de esta morada, árabes sumamente bondadoso», de constancia, y con valor jamás desmentido,
poi de barba gris, nos ofrecen asientos y agua filtrada, que después de nuestra caminata gloria durante el almuerzo que despachamos con verdadero la orilla del desierto, sábenos á
placer á la
Uno
sombra
del referido mirador.
de los antiguos vigilantes nos acompañó gustoso á los
monumentos que tuvimos
203
MEMPHIS. LAS PERAMTDES
en que nos hallábamos, distinguíamos periectamente la pirámide escalonada: en cambio otros muchos monumentos que debieron existir en su»
Desde
á bien indicarle.
sitio
el
no
de los cuales teníamos exacta noticia por circunstanciadas descripciones,
cercanías,
pudimos encontrarlos
auxilio de los encargados de su guarda, pues la infatigable
aún con
ni
arena de que Mariette consiguiera limpiarlos ha acabado por envolverlos nuevamente. Como dejamos dicho, desde las ruinas de Memphis habíamos ya distinguido la pirámide escalonada y deseosos de trasladarnos en dirección al Sudoeste. Compónese,
al
lugar en que se levanta, emprendimos
si
me
camino
el
es lícito expresarme en estos términos, de seis
pisos distintos, el último de los cuales, que es algo
mayor que
los otros,
mide por
si
sólo
Examinándola de cerca y con la atención debida, puede observarse que se distingue no poco de sus hermanas bajo diferentes aspectos, tales como no hallarse orientada en correspondencia con los puntos cardinales; no ser su base un cuadrado, sino 11’50 metros.
otro tiempo
un rectángulo; y haber tenido en
un muro en
puede sin exageración decirse que es completamente
derredor.
En
cuanto á su interior
original, y ateniéndonos á la descrip-
ción del general prusiano Minutoli que la exploró detenidamente,
podemos
decir,
que
al
revés de lo que se acostumbraba en construcciones de la naturaleza de la que nos ocupa,
encuéntrase practicada á la parte del Sud una de sus cuatro puertas de entrada; tiene dos
cámaras cuyas paredes
se hallan revestidas de
de placas de porcelana verde incrustadas en
con
Lo mismo
estrellas.
las
cámaras que
el
que
una especie de mosaico formado
estuco; y que sus techos se hallan adornados
los pasadizos hállanse casi del todo obstruidos
por fragmentos de vasos de mármol y alabastro, restos de sarcófagos y piedras esculpidas que se han desprendido del techo y de las paredes laterales. Un cráneo completamente dorado, un calzado, dorado también, y otros restos no las exploraciones practicadas
giéronse en
el
mar
en dicho monumento por
frente al rio Elba,
Lo que un elemento preserva
misma la
cuantas
la
que
la sustenta:
la
mano
del
del
construida en tiempo de los reyes de
una de
las partes
de
la el
los conducia.
amenazada de próxima ruina, derrumbándose sobre
sí
la
montaña más
mayor número de
siglos
vieja de
que otra obra
hombre.
La pirámide de Ko-chomé, ó
de Mariette, durante todo
buque que
no es extraño, pues constituye
rodean, habiendo visto pasar sobre
alguna salida de
lleva
el
interesantes, procedentes de
general antes nombrado, sumer-
aniquílalo otro en provecho del tiempo destructor. Esta
orgullosa construcción, está
sólida base
con
ménos el
Toro negro, según todo parece la
indicarlo, debió ser
primera dinastía. El mismo nombre de Ko-chomé
necrópolis de Sakkara, y admitiendo como cierta la opinión tiempo del antiguo imperio, los venerables restos del buey
sagrado Apis, debieron ser depositados y conservados en las cámaras interiores de la pirámide escalonada, hecho que explicaría plausiblemente el nombre de Ko-chomé, en egipto
con
la
Ka-kham, que
quiere decir Toro negro.
No
es esta ocasión oportuna para explicar
detención debida las razones que existen en apoyo de la remotísima antigüedad
de este monumento; contentémonos pues con dejar consignado que
si
bien existen ciertos
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
204 detalles
misma
que parecen posteriores á los mausoleos de Gizeh, en cuanto á es indudablemente
mucho más
antigua que
la
pirámide en
sí
ellos.
Cuántas dudas y dificultades surgen á nuestro paso Los antiguos nos hablan frecuensitio. Las pirámides ocupan el mismo lugar; el Serapeum se ha hallado !
¡
temente de este
en
el
punto que se determinaba en los textos, según luego veremos; los millares de años
transcurridos, no
han logrado borrar
sepulcros antiguos bajo
el
cruzaba sobre un buque la al
el
nombre de Sakkara, que
nombre de Sokari; mas ¿dónde
momia
está
encuentra en los
se el
lago
sagrado que
de Apis? ¿Dónde las verdes praderas que se extendian
Oeste del lago, y que se comparaban á los asfodélicos campos cantados por
Homero?
PIRÁMIDE DE SAKKARA
¿Dónde el santuario de la sombría Hecate y la estatua acéfala de la Justicia? ¿Dónde inmenso existieron las puertas de Cocyto y de la verdad? ¿Dónde, en fin, ese número de edificios sagrados y particulares de que nos hablan los papiros antiguo»? vinieron Aquí, en medio de las tumbas, en tiempos que fueron, millares de vivientes
á implorar
las
bondades divinas,
el
reposo del alma,
el
bienestar terrenal.
casa de Mariette, y convirtamos nuestras miradas hacia el más Serapeum, importante de los descubrimientos realizados por ese infatigable francés, el de»cribii es decir el santuario del dios Serapis, cuyo magnífico templo hemos procurado
Volvamos ahora á
en
el
la
capítulo consagrado á Alejandría antigua.
Desde
los
tiempos más remotos, enterrábanse en este
sitio,
es decir,
en Sakkara, los
>
»
,
G
I
P T
O
.
Sepulcros de los califas.
205
MEMPHI3. LAS PIRAMIDES
toros sagrados á los cuales vivos, daban los egipcios el nombre de Apis, y muertos el de Osou-Hapi, (Osiris-Apis). Adorábaseles como encarnación del alma de Osins en el mundo inferior, es decir, del principio que despierta á nueva vida cuanto dejó de ser.
Dábase
el
nombre de Sokari á
experimentaba hasta
divinidad que presidia las metamorfosis que el alma
la
de su completa absorción en
momento
el
templo de Osiris— Apis elevábase bajo
el
el
imperio de dicho dios,
al
mundo. El
espíritu del
paso que
griego procedia de una modificación del Osiris—Apis egipcio: de aquí que
el
al
Serapeum lado de lo»
sepulcros egipcios de Apis y de su templo, se erigiera más tarde un Serapeum griego. En 1850 se descubrieron diferentes esfinges en las cercanías del lugar en que se halla
Mariette
casa de
la
acontecimiento que evocó en del el
la
ilustre
memoria
egiptólogo
recuerdo de un pa-
saje de Strabon, en el
cual este geógrafo pun-
tualísimo consigna que en ESFINGE DEL SERAPEUM
Serapeum
de
edificado sobre
la
Memphis
un
sitio
necrópolis ESFINGE DEL SERAPEUM
existe
un
tan arenoso
,
que
las esfinges
yacen semi— cubiertas por
fuertes vientos los que visitan el templo corren y que en las épocas en que reinan inminente peligro de verse envueltos por los torbellinos de arena. Semejante recuerdo
el polvo,
suscitó en su
mente
del
Serapeum, en
las
excavaciones, y
el
deseo de practicar excavaciones encaminadas á descubrir los restos
los sitios
en que Fernandez desenterrara las esfinges. Emprendió pues
como no eran muy cuantiosos
los recursos de
tuvo que vencer con su energía las dificultades de todo género que
arena amontonada en
el
transcurso de los años, habíase,
así
si
que podia disponer, le salian al
podemos
paso.
La
decirlo, coagulado
v endurecido: los muros resultantes de las brechas practicadas con gran trabajo desmo-
ronábanse frecuentemente, llenando en su derrumbamiento después de grandísimos trabajos se descubrió reconocer que ponían en comunicación
en primer lugar de manifiesto v después
los sepulcros de
el
el
la calle
la
mas
excavación:
cabo,
al
de las esfinges, y entonces fué dable
Serapeum griego y
el
egipcio.
Mariette puso
santuario helénico, hoy cegado de nuevo por las arenas,
Apis que se cuentan entre
las maravillas
de Egipto, y que no
deja de visitar ninguno de los viajeros que van al Cairo. El templo, del cual dichas tumbas
no constituven en rigor más que de manera que contemplando posible imaginar siquiera
no en
sólo en tiempo de los las cercanías, EGIPTO,
TOMO
el
el
la parte
inmenso
subterránea, derrumbóse hace
tiempo,
no es
aspecto de completa desolación que presentaban estos lugares,
Tolomeos, sino también en
formando parte integrante I.
mucho
desierto que por todas partes le rodea,
el
de los Césares, en los cuales existían
del templo,
edificios distintos,
á cual 52
más
MEMPHI8. LAS PIRAMIDES
206
suntuoso, que servían de habitación á los sacerdotes de la divinidad, de diferentes jerar-
y servidores de
quías, y á los guardianes
los
animales sagrados. Habíalos también que
servían de escuelas, y para albergar á los numerosos peregrinos que aquí venían de las
comarcas más remotas en
el
del país, á los cuales ofrecian los comerciantes sus géneros,
ora
bazar, ora en sus propias tiendas; y no faltaban tampoco vastos cuarteles en los
cuales se alojaban las numerosas fuerzas de la guarnición. Finalmente, unidas al templo, existían varias celdas de humilde apariencia, y con todo esto dignas de singular mención,
por
lo
mismo que pueden
efecto, los papiros griegos
ser consideradas
como origen
en este lugar penitentes ascetas que, renunciando á
monaquismo
del
nos advierten que con anterioridad á
la
En
cristiano.
venida del Mesías, existían
los atractivos del
mundo, llevaban una
vida retirada y llena de privaciones en el interior de esas celdas labradas con adobes secados al sol,
y con barro del Nilo, más semejantes á nidos de golondrinas que á moradas humanas, más exacta la comparación, en cuanto las construían adosadas al muro del
siendo tanto
templo, donde quiera que habia espacio para ello, sin perdonar siquiera su techumbre.
Los parientes través de
les llevaban lo
un pequeño
la
vivir,
entregándoselo á
es decir, de interno iluminismo, al servicio de Serapis, y en
estado de pureza perfecta,
medio de
imprescindiblemente necesario para
ventanillo, única abertura existente en la celda, y en ella vivían en
exagerada exaltación de su espíritu arrobábanse en contemplaciones
beatíficas, ó,
según su temperamento, eran presa de visiones fantásticas y horrendas á cual más. aquel que en la tierra se consagraba al servicio de Serapis, inscribíale la divinidad en de los elegidos, creencia que tiene una antigüedad incalculable, puesto que los
más remota época nos hablan de amigos,
de
más
tierno y
conmovedor que
Taou, ambas sacerdotisas de
Isis
en
mente
se
á buscar
consumía en al Nilo,
las libaciones
el
Serapeum, de
que se hacían ante
las cuales
tenemos noticias por el
las
agua que diaria-
de Serapis, la cual debían
el altar
ir
que se hallaba á no corta distancia, en cántaros rajados, recibiendo como
recompensa á tan duro trabajo de Danaides, y aceite de
Xada
hermanas gemelas Thaué y
en proporcionar
oficio consistía
todo
monumentos
de secuaces, y de servidores de Osiris.
ciertos detalles relativos á las dos
minutas de sus propias peticiones. Su
A
el libro
kiki, entregándoseles tan
tres
mezquino
panes
al dia,
y anualmente un poco de trigo
salario con tanta irregularidad, que con
frecuencia se veian precisadas, para no perecer de hambre, á solicitar algún auxilio.
En cambio en
otras ocasiones,
aún en
los últimos tiempos,
Cuando murió Apis, en tiempo de Tolomeo Soter la
cuantiosa
suma que
se
I,
no se escaseaban
no sólo se
señalaba para su entierro,
sino
invirtió
los gastos.
completamente
también cincuenta talentos
(281,250 pesetas) que los sacerdotes pidieron prestados; y se sabe de un devoto que en tiempo de Diodoro entregó para el propio objeto cien talentos, es decir, muy cerca de
600,000 pesetas.
Trasladémonos pues á
las
tumbas en que con tanta pompa era sepultado
sabemos con que exquisito miramiento se que
le
estaba destinada en
el
le
cuidaba en
el
centro del templo de Ptha.
Apieum, es
En
ella,
decir,
el toro,
en
áa
la capilla
y á su lado, adorábase
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES de la propia manera á la vaca que
un rayo de
En
luna.
regocijos en todo del animal.
el
le diera vida,
207
á la cual según se creía había fecundado
cuanto se daba con un nuevo Apis, celebrábase
la
nueva con grandes
país, y agasajábase con dones espléndidos á los afortunados posesores
Los sacerdotes debian examinar desde luego
si
reunía todas las circunstancias
ó señales sagradas que debian caracterizarle, que al decir de
Ebano no bajaban de
pues entre otras que no enumeramos, debía ser de negro
pelaje,
triángulo blanco, en
el
y tener en
veintiocho:
la frente
lomo una figura de avestruz, y en
el
un
costado
derecho una media luna también blanca: los pelos con que terminaba debian ser de dos colores distintos, y en la boca, debajo de la lengua habia de tener una excrecencia ó protuberancia semejante á un
la cola
escarabajo sagrado.
No hay
para que decir
que era preciso celebrar ántes de encerrar
cúmulo de ceremonias
el
el
animal en
el
templo.
Cuando moría embalsamábase su cuerpo cuidadosamente, siendo portada su
ESCARABAJO ATEUGHCS SACER
momia
tras-
á las cuevas en cuya entrada nos hallamos, y cuyo
descubrimiento refiere Mariette en los siguientes términos:
«La tumba
de Apis, es
»al penetrar en
un
completamente subterráneo, debiendo confesar que
edificio
por vez primera,
él
el
dia 12 de noviembre de 1851, sentíme acometido
»por una profunda impresión de sorpresa, que después de cinco años transcurridos no se
»ha desvanecido completamente. una casualidad que no he
» Gracias á » logrado
ȇ
explicarme, espoliadores
los
»una de
habia escapado
monumento
del
cámaras de
la
tumba
»buey Apis, tapiada en
el
año 30 de
las
»Ramses
»me
II,
y por consiguiente cupo—
dicha de encontrarla intacta.
la
»Nada habia cambiado en » 3,700
del
en los
ella
años que de entonces acá van
» transcurridos, de suerte
que se dis—
»tinguian perfectamente las huellas do-
mano
»la
» piedra
egipcia que puso la última
en
el
»para tapiar
la
muro que se levantó En un mon—
entrada.
uno de
»toncito de arena existente en »los ángulos de la ,
» veíanse
» desnudos. '-i
-
marcadas
cámara mortuoria, ,
,
n
las huellas
1
Nada absolutamente
hacia cerca de cuarenta siglos
•
^
de pies
SEPULCRO DE APIS
se habia tocado en ese sepulcro en cuvo interior se sepultaba
un buey embalsamado. De seguro no
»ros que se horrorizarían ante
la idea
serian pocos los viaje-
de vivir durante cuatro años en un desierto, poco
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
208
»ménos que completamente
aislados: pero la verdad es que descubrimientos
como
el
de la
mortuoria de que se trata, compensan todas las incomodidades y privaciones, y que »nada igualaría en el ánimo del investigador la satisfacción que resul» cámara
taría de
frecuencia de tales descubrimientos.»
la
Nuestro anciano guia abrió
puerta que impide que la arena
la
penetre en las cámaras y pasillos. Las dos secciones los subterráneos de
más
Apis no son actualmente accesibles:
sólo puede penetrar en la última,
pulcros, siendo indudablemente la
tiempo del primer Psammético de
antiguas de el
viajero
que contiene sesenta y cuatro semás interesante. Fué labrada en
la
vigésima sexta dinastía (666-618)
Tolomeos. y ensanchada en tiempo del postrero de los Encendiéronse las antorchas de que íbamos provistos, siendo de advertir que cuando visita estos lugares
algún viajero distinguido,
ilumínanse por medio de cirios colocados en sencillos soportes de dera fijados en
la
pared, ó por medio de
una
luz de
transforma en dia clarísimo su profunda lobreguez.
que debe decirse para describir
un
lo
ma-
magnesio que
No es mucho lo Un vestíbulo,
que aquí se encierra.
EL GUARDIAN DE LA MANSION DE LOS MUERTOS
ANUBIS
largo corredor flanqueado de cámaras, en las cuales se encuentran
,
los sarcófagos; á derecha é izquierda de la entrada tres pasadizos secundarios enlazados entre sí,
los cuales se
principal de
una
unen á su vez
P
al
corredor principal, á la manera que la curva al trazo
romana. Todo esto se halla practicado por medio de excavación hecha en
la
peña viva, midiendo en
conjunto
una extensión
de
trescientos treinta metros
próximamente. En cuanto vestíbulo,
lo abrió
al
Ma-
semejábase á una ga-
riette,
lería
cuando
de
fijadas
inscripciones
,
pues
en los muros veíanse
hasta quinientas estelas, exvotos de antiguos peregrinos,
v recuerdo
que
al
hicieron
par de la visita á
esta
tumba
sagrada. Cuantos consagraban
uno de esos monumentos conmemorativos, tenian buen PUERTA DE LA MASTABA DE
el
año,
muriera
el el
TI
dado de consignar en
cui-
la piedra
mes, y aún el dia del reinado bajo el cual había nacido, fuera entronizado y Apis al cual se hacia la visita., y ya puede comprenderse que merced á semejante
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
210
circunstancia, por medio de
estos
su mayor parte, en
del
museo
el
pequeños documentos conservados cuidadosamente, en
Louvre, ha sido
fácil fijar el
orden de sucesión de muchos
faraones y además la duración de sus respectivos reinados.
Existen todavía veinticuatro sarcófagos en
sitio
el
muchos de
referido,
encuentran en las mismas cámaras en que fueron construidos.
Xo
los
cuales se
misma más hermosos, de granito rojo v propiamente dichas, como si dijéramos los ataúdes, son todos de
la
materia; pues los hay de basalto negro y éstos son los de sencilla piedra calcárea. Las cajas
son de una sola pieza y sólo en tres de
ellas se
ven inscripciones. En presencia de
transportados por arte de encantamiento al cementerio de un se
pueda formar idea de sus dimensiones y no obstante
en acudir á
la fría
ellos que, sin
Acaso entra por mucho en del viajero, la
y
el
mundo
contar su parte hueca, pese
existe
entre
la
idea
que concebimos en vista de éstos que tenemos á
mezclada de terror que excita todo
además de
ménos de 130,000
ello
y por
esto
libras.
mismo ha
cuanto
es
el
ánimo
que tenemos formada de un
nos sorprende, y á cuyo fondo nos seria posible descender. ración
de gigantes: para que
repugnancia que experimentamos
sentimiento que experimenta en estos lugares
enorme que
diferencia
la
la
expresión de las cifras tratándose de tales materias, bastará consignar
que no hay ninguno de
féretro,
tales
áun aquellos que están dotados de ménos imaginación, presumen hallarse
sarcófagos,
la
vista,
cuya capacidad
Añádase á
esto la
vene-
extraordinariamente viejo, y que
sido contemplado con piadoso respeto por
muchas
generaciones.
Mas semejantes
humana:
tumbas de Apis han sido completamente saqueadas antes de que fueran
las
consideraciones no han bastado á contener la
invadidas por la arena. Mariette encontró fuera de
encima de muchas de
un monton de
En
ellas,
tapas de los ataúdes, y colocadas
por via de escarnio y desprecio hacia la obra de los paganos,
piedras.
la parte
más
antigua de las tumbas, la cual se halla derruida, encontró Mariette
un cadáver humano que llevaba sobre y preciosísimos amuletos sobre restos de
sitio las
el
el
rostro
una máscara de
Khamouas (Ca-m-us), uno de los hijos de Ramses II, del cual Memphis, y cuyo nombre se cita más tarde como el de un
Según parece, á
le dió
fin
y multitud de
oro,
pecho. Las inscripciones permitieron reconocer en
sacerdote en piadoso.
rapacidad
de tributarle la
mayor de
las
se sabe
dijes
él los
que fué gran
príncipe
sumamente
honras que podían imaginarse, se
sepultura entre los toros sagrados.
Grande es
el
número
de
de la arena; sin embargo
tumbas existentes en Sakkara, que
podemos hacer mención de dos de
se hallan sepultadas debajo
ellas
sumamente
notables, las
mastabas de Ti y de Ptahhotep, de las cuales sólo puede ser visitada la primera, habiendo sido ambas construidas por elevados funcionarios que sirvieron en tiempo de la quinta dinastía
,
que es
la
que sucedió á los fundadores de
Desciéndese hasta
la
practicada en la arena.
las
pirámides de Gizeh.
puerta que da ingreso al mausoleo de Ti por medio de una brecha
En
las pilastras
misma, distínguese esculpida de
que se encuentran á derecha
relieve la figura
que representa
é izquierda de la
al dignatario,
apoyándose
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES en
bastón de
el
mando que
211
revela su elevada jerarquía, y revelando las inscripciones que
acompañan que sirvió á tres distintos faraones, y que no obstante no circular por sus venas sangre real, concediósele por esposa á una princesa, en consideración á hallarse la
investido de las
más
elevadas funciones sacerdotales, alabándose de haber sido amigo y
consejero de los reyes y de haber «ocupado lugar distinguido en la corte de su señor» no sólo
como
como
consejero áulico, sino también
de su soberano.
los escritos
En
cuanto á
director de todos los trabajos y de todos mujer hállase frecuentemente representada
la
junto á su marido, habiendo sido su nombre Nejer-hoteps, que quiere decir «su paz es grata
y
lo
Por
mismo lo
ella
que sus hijas se designan en todas partes como enlazadas con
demás su marido
la
honraba con
la
.
casa real.
los siguientes títulos, á los cuales considerábanse
con derecho todas las mujeres egipcias. Señora de la casa, alegría de su esposo, palma de
En medio
gracia para su marido. pilastras,
y
se
inclinados hácia
halla el
exterior
pirámide, encuéntranse
do este
el sitio
de
la
actualmente descubierta, que rodean doce
sala,
formada de muros sólidos
como
las caras de
una
pozo y el sarcófago, sienen que se reunían los parientes y los el
criados para hacer las ofrendas fúnebres.
ño corredor conducía á
las
Un
peque-
cámaras sepulcrales en *
que se hallaban
las estatuas del difunto
y de su
esposa. Todas las paredes de la mastaba están construidas
de calcárea finísima y cubiertas de bajocon contornos
relieves de extraordinaria delicadeza
,
limpios y perfectamente determinados, de suerte que si
GRULLAS
se prescinde de la incapacidad de dibujar los ob-
no puede ménos que causar profunda sorpresa
la claridad y la expresión que se pretende representar. Mejor aún y más completamente tumbas de Gizeh nos revelan las mastabas de Ti y de Ptahhotep, cuanto hacia
jetos en perspectiva,
con que se halla ejecutado
que en
las
lo
la vida á un egipcio de noble alcurnia, y cuanto podía esperar de sus descendientes después de muerto no sólo para su cuerpo sino también para la felicidad de su alma.
agradable
Bien quisiéramos recorrer una á una las paredes, y poner uno tras otro ante los ojos en los variados cuadros; mas hemos de con-
del lector los diversos asuntos representados
tentarnos con
lo
más
notable
si
queremos
evitar
prolijidad.
La
vida de los nobles
se
distribuía entre sus funciones palaciegas, la administración de sus bienes, las diversiones
y el ejercicio de la caza. Por medio de algunas palabras por dan cuenta de sus relaciones con los príncipes: en cuanto á lo que se
ó pasatiempos domésticos,
demás
sencillas,
refiere á sus propiedades
en Gizeh
,
y distracciones hállase representado por medio de figuras. Como las cabezas de que constaba la riqueza
podemos venir en conocimiento de
pecuaria del difunto, pudiendo asegurar que no existe, ni áun entre los modernos, artista
alguno capaz de delinear con más limpieza y pulcritud
el perfil
de
un
toro, de
un asno, de un
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
212
"anso ó de una grulla. Nada más animado ni dotado de mayor movimiento que las escenas asistir á la matanza de los bueyes. Además de ello, pequeñas inscripciones
que nos permiten facilitan el
que se comprenda completamente
aumentando con
ello el interés
que siente
el
el
significado de las representaciones gráficas,
espectador. Así por ejemplo se nos revela la
cantidad de grasa que producirá
el
buey que se ha muerto, cuyo nombre campea encima del guardián que lo
condujo, leyéndose algo
una
más
allá
frase de cortesía, chispeante de
gracia, dirigida por
un personaje á
otro que se halla cerca de
él.
Mu-
chos de los oficios y de los objetos representados llevan el nombre con comisionados para rebaja de TRIBUTOS
queí se les distinguía , de suerte
que
semejantes indicaciones han servido en gran manera para venir en conocimiento de la antigua lengua egipcia. Pero lo dicho es nada respecto del interés que ofrecen los cuadros, bajo
el
y por
punto de vista de
la historia
de la civilización.
mismo son más sorprendentes
lo
las
Su remota antigüedad
es indisputable,
formas determinadas que habian adquirido
relaciones todas de la vida civil en la época en que aquellos fueron trazados, y el
la escritura
empleo que se hacia de
rústica
y
empleados sumamente hábiles en
el arte
papiro en la izquierda continúan en
conducen »de se
usos
más comunes
nombre de
impuesto.»
ellos
pesaban,
actitud de las figuras que,
mas
con
el
de
la vida.
Vemos
positiva.
de escribir, que con
registro el
el
La propiedad
por ejemplo aquí á
cálamo en
la
derecha y
los súbditos de su señor,
el
que
encima: «Llamamiento de los jefes era el asunto de que
Como puede comprenderse no
negocio grato para los felahes,
impuestos que sobre la
el
los
más segura y
los jefes de las respectivas aldeas, leyéndose
las provincias para el
trata,
para
los esclavos constituían la riqueza
las
más aún
si
que satisfacían á regaña dientes
de ello nos quedara
la
los onerosos
menor duda, desvaneceríala
bastón debajo del brazo, conducen
al
contribuyente
213
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES para que satisfaga
La
el tributo.
línea de jeroglíficos que se advierte entre los funcionarios
y los aldeanos, dice «Impuesto para
vemos representadas por medio de
el
administrador de las propiedades.»
— En
otro lugar
treinta
y seis mujeres, portadoras de productos naturales de toda especie, el pago de los impuestos correspondientes á dades de Ti la
,
las
propie-
campeando sobre su cabeza inscripción: «Pago de
siguiente
» comestibles y bebestibles de los
los
pueblos
»del Egipto superior é inferior, que perte-
»necen
al
canciller Ti,» viéndose junto á
cada una de
las
mujeres
el
nombre de
la
localidad que respectivamente representan.
imponían
al propietario,
como
Dominios tan extensos y uno de otro tan
distantes,
fácilmente se deja comprender, la obligación de atender cuida-
BUEYES QUE TRILLAN EL GRANO
dosamente á
los
medios de comunicación, y como entonces, del mismo modo que ahora, consno hay para que decir que el arte de construir buques
tituían tales vias el Nilo y los canales,
hallábase en estado
muy
floreciente.
Por medio de
las representaciones
idea de los instrumentos de que se servían los que llamaríamos así
como
podemos formarnos
hoy carpinteros de ribera,
de la forma que se daba á los buques según que se les destinaba al transporte de
EGIPTO,
TOMO
I.
54
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
214
personas ó mercancías. Empleábanse conocía
muy
el
la vela
y
el cable
con
el
cual se halaban; pero no se
un remo que manejaba un hombre
gobernalle movible, y en su lugar se empleaba
diestro.
Entonces, como ahora, los egipcios obtenían la mayor parte de sus rentas de los extensos
campos que asistir
fertilizaba el
limo del Nilo, y los cuadros que tenemos á
la vista
nos permiten
por vista de ojos á las diferentes operaciones y faenas campestres. Sólo citaremos, sin embargo el laboreo del campo por medio ,
del arado,
bueyes.
y
la trilla llevada
á cabo por los
aquel distinguimos un par de
En
bueyes que unidos bajo
el
yugo, adelantan en
el palo y las voces ademanes que expresan claramente
su carrera animados por del jayan,
las palabras
cima de
«arread fuerte,» que se leen en-
las bestias,
al
paso que no pueden
dejarnos lugar á duda respecto de las
encima
del
que empuña
el
arado á
fin
de que no salga torcido
representada la segunda, nos recuerda desde luego »
boca
al
buey que
trilla,»
y
si
la
faena
que dicen «operación de arar» puestas
el
el
surco.
La manera como
precepto bíblico que dice: «no
bien es verdad que de ello se aprovecha
el
esta
le atei& la
que marcha á
la
puede ob cabeza de todos, encima del cual se leen las palabras «Arre, bestias, arre,» también semejante piocedei vigilante, arrimándole un varapalo, trata de recordarle que
servarse que
el
:
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
216
no
está reñido con aquella disposición.
En
otros sitios
cual se emplean rebaños de cabras que paseando la siega
podemos contemplar
campo humedecido
de las mieses por medio de pequeñas hoces:
el
la
sementera en
la
entierran la semilla
atar de las gavillas y su traslación á la
espalda de los jumentos, y hasta la operación de espigar, que nos trae á la memoprecioso idilio del libro de Ruth de la propia suerte que otro cuadro que representa un
granja á ria el
el
la
,
hato de vacas pasando á nado una charca
,
retrae á nuestra
memoria
el
sueño del faraón tan
hábilmente interpretado por Josef. La vista de un hipopótamo que se vé en un cuadro que representa una cacería, existente en la tumba de Ti, nos hizo pensar en el behemot del libro
de Job. del cual se
«como cañas de bronce son sus huesos,» y también:
lee:
Es obra maestra del dios fuerte.
Presumes jugar con
En
Y
él
cual
si
fuera
un pájaro?
tanto que para él producen hierba los montes,
todas las bestias del
campo
allí
retozan,
Él duerme á la sombra, en lo retirado del cañaveral,
Y
debajo de los sauces del arroyo.
colores See;un dejamos indicado, uno de los cuadros de la mastaba que nos ocupa, cuyos al hipopótamo. El señor se han conservado en gran parte, representa al noble Ti dando caza permanece de pié en el barco, tiene doble talla que las gentes que le acompañan, y
apoyándose en su bastón
numerosos pájaros: en hipopótamo: pero
el
:
en derredor se ve un espeso matorral de papiros en las
aguas están sosteniendo
fiero
el
cual anidan
combate un cocodulo y un
señor tiene puestos sus cinco sentidos en otro
tal,
de formas)
desme-
de robustas cuerdas, al suradas, del cual han conseguido apoderarse sus gentes por medio jabalinas. El agua pulula paso que los diestros cazadores lo acribillan á fuerza de hincarle por la pesca hecha con de peces y crustáceos y es por demás abundante el producto obtenido
redes y con
el
de arpón. Los peces en cuanto se salta á tierra son abiertos y después
limpiados se les sala. y se hacen secar. lagos, sino que Pero los nobles no se contentaban con cazar sobre la superficie de los tenían sus monterías
,
como nos
lo
indican las pinturas de
la
mastaba de Ptahhotep
,
en
las
delante de él una serie de cuales vemos representado al señor con estatura extraordinaria, y cuales se nos dan testimonio de todos sus pasatiempos y diversiones, entre los
cuadros que
juego que se ejecutaba distinguen los ejercicios gimnásticos, las luchas de atletas, y cierto que se encuentra todavía en la mayor parte de los pueblos dedos, llamado murrci,
con
los
y
del Mediterráneo
h
poi su^ Variadas y numerosas eran las especies á las cuales perseguía acompañado Aquí le vemos apoderándose de los antílopes por medio del lazo: allí bien Hasta se ve galgos, debidamente atraillados, se precipitan sobre las gacelas.
cazadores.
adiestrados
representada t
él la
la vida
doméstica de las bestias feroces, tales como
la
pantera y
el
chacal.
Un
juego de la murro, (morra). ¿Viene de En efecto en Cataluña, y más en Italia, la gente de mar y los soldados juegan aún el antiquísimo sentido recto, expresaría juga or e murro.. palabra murri usada en Cataluña, equivalente á bribón, mal educado? En tal caso, en
217
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES león hace presa en
un
toro.
sepulcro de Ti, un ciervo.
Vense también
En
la
hiena,
el
hormiguero, y en el pájaros prendidos en las redes de
ichneumon, y
cuanto á los nombres de los
Ptahhotep, imposible consignarlos. Los cazadores vuelven á
la
el
casa señorial conduciendo
cabras monteses, tímidas gacelas y leones vivos encerrados dentro de jaulas robustas y resistentes. El criado
Khnum-hotep conduce por medio
los perros favoritos de su señor,
diversión, es decir á
modo
un cordon anudado á su muñeca
tal
concepto pueden tomar parte en los pasatiempos y
más
distinguidas sostenían para que les sirvieran de
que en
diversiones domésticas. Las familias
de
de bufones, un
mono y un
enano.
En
presencia de Ptahhotep
sentado en un sillón con garras de león, vense algunos músicos que dan muestra de su habilidad en tañer la ñauta y pulsar
ó compás.
él
arpa, en tanto que otro marca con las
El eminente egiptólogo á quien somos deudores de
EGIPTO,
TOMO
I.
la
manos
el
ritmo
reproducción de tales
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
218
escenas,
Dumichen, muéstrase muy enojado contra
el
anciano funcionario que consiente
más debió gozar que sus perros asistan á semejante concierto, y añade que en su concepto la pieza de música que con el obligado acompañamiento de sus compañeros de caza, que con á su presencia se ejecutaba.
No siempre
es posible
guardar en estas tumbas debida circunspección el
la
tal es
:
regocijo que respiran todas
esas figuras y todas esas escenas, que no parece sino
que se puso especial empeño en corresponder
deseo ex-
al
presamente manifestado por el difunto,
de no acordarse de los suyos
como no
fuera con verdadera alegría.
«Sois unos monos»:
batelero se dirige á ciertas gentes pesadas, diciéndoles:
pastor que conduce la
Aquí un
se ve á
un
cual acababa de ser echada
el
mostrándoles un capazo lleno de forraje, y
semilla,
diciéndoles:
un rebaño de cabras á un campo sobre
allí
«De
esta suerte se hace
amable
el
trabajo»:
un
remero empeñado en una regata que se está efectuando en presencia de Ti, le dice á su adversario: «Cuidado si » eres
vivo
corriendo
genio»:
de
se lee:
» garrotazos;
» consiguiente
encima de unos asnos que van
«A los diligentes,
halagos; á los perezosos,
con que á correr»: junto á unos segadores:
no
dejeis pasar la
coyuntura.»
A
«La hoz
las espigas se les dice:
está
pronta,
«Maduras
poi
estáis,»
que uno de los. estáis granadas». Se degüella un buey, y al paso y también: «Ahora si que contéstale el aludido: «Despacio,» compañero: á su dice le matarifes en son de reprensión En otra escena á «Más que voy!...»
—
esta
parecida,
vese á un
hombre que
un buey degollado, y tocando con sus dedos la boca de uno de
levanta la pierna de
sus camaradas
le dice:
á lo cual contesta
«Cata su sangre;»
el otro:
«Buena
Nada más encantador que
está.»
las
ban-
dadas de palomas: los egipcios se servían
ya de sente se las encuentra hasta en
las
más
ellas
como mensajeras, y
miserables chozas de
lo=>
al
pre-
felahea.
ridiculas ó grotescas; pero que Entre las escenas de caza las hay extraordinariamente pues son muchos los cuadros muerte la de acuerde se que aún así no impiden al artista el cual abien la marcha la^ en que se reproduce el cortejo fúnebre de un magnate, en ;
221
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
plañideras, siguiendo en pos los animales destinados al sacrificio, y, después de estos, los
rocían el suelo con esencias consagradas. Junto al féretro
queman perfumes y
sacerdotes, que
vese á la viuda, v detrás de ella los hijos y dependientes, marchando en pos verdaderos ejércitos de servidores cargados de ofrendas. Ni faltan inscripciones dedicadas al guardián del infierno,
conductor de las almas en
el
no omitiéndose tampoco consignar y
la
el
el
otro
mundo, Anúbis con cabeza de
chacal;
número
naturaleza de los objetos ofrecidos á los
manes
del difunto, y las festividades
había
obligación
sobre
la
mesa ó
La mayor
de
deponer
objetos
mastaba.
altar de la
parte
en que
tales
de las tumbas de esa
inmensa necrópolis, sin exceptuar aquellas que puso
al
descubierto
ligentes, hállanse de la
arena.
el celo
de los inte-
nuevo sepultadas debajo
Según parece hay
otras
muchas
dignas de especial atención, y entre ellas
gran dignatario Thounerei, en
del
descubrió Mariette una larga
lista
la
cual
la
de nombres
de reyes, que ha prestado excelentes servicios
para
la
No
reconstitución de la historia de Egipto. es posible fijar el
número de monu-
mentos de piedra, de madera, de bronce y de otras materias que aquí se han descubierto en los últimos
A'einte
cementerio de
años.
Memphis
numerosas joyas de
En
se
esta parte del
han encontrado
oro, labradas con
suma
delicadeza, que tenían engastadas turquesas,
jaspes, lapislázuli y otras piedras preciosas.
También proceden de Sakkara algunos de
monumentos más bellos de la antigüedad más remota, que tendremos ocasión de los
examinar en
el
museo de Bulak.
exiEl estudio detenido de esta necrópolis 1 giria
no pocos
dias.
Internándose en
el
CHOZA Y COMPAÑIA DEL FELAH
de-
sierto con el propósito de visitar la notable construcción conocida con el
de Faraón, que acaso era un inmenso matadero en víctimas
ofrecidas
en Sakkara,
procedentes de los oasis de
la
el
nombre de mastaba
cual se degollarían las innumerables
no es cosa rara topar con una caravana de beduinos
Libia, que después de
un
fatigoso viaje al través del árido
desierto siente que las fuerzas le renacen con solo respirar las emanaciones del Nilo, v EGIPTO, TOMO I. -5
MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
222
en lontananza. una vez más al reposo antes de entrar en el Cairo que ve dibujarse tiempo sin sentirlo. El sol ha Discurriendo de una á otra tumba ha trascurrido el velo de tinieblas sobre el campo inmenso desaparecido del horizonte la noche ha tendido su
se entrega
:
mastaba-far’un
las calma del desierto, el repugnante aullido de de los muertos: sólo rompe la solemne argentado velo sobre las pirámides, su tiende disco plateado su muestra y luna
hienas...
sobre
La
el desierto
sobre y sus hileras de colinas, y
la
verde alfombra de las tierras de labor.
.
>
/
C.
I
P T O
EL CAIRO SUS ORÍGENES
m aginar podemos
fácilmente el concepto que del Cairo
tienen formado los
musulmanes, recordando aquel
cuento de las Mil y una noches en que, deshaciéndose en alabanzas de Bagdad, de la cual dice un habitante de Mosul que es la Ciudad de
los
placeres y la
Madre
mundo, interrúmpele uno de los ancianos presentes, diciéndole: «Quien no ha visto el Cairo, nada ha visto: su tierra es oro en polvo;
del
mara»sus mujeres encantadores serafines; el Nilo una verdadera alabanzas hablando villa.» Aquella noche Sheherazade, deshácese en el placel
de la ciudad de las pirámides. «¿Qué vale, dice,
con » cara á cara á la mujer querida, comparado vez lo ha » contemplación del Cairo? Quien una » que
no existe en
el
mundo
» luego se piensa en la
el
de miiai
que resulta de
visto
la
convéncese de
más grato para la vista; y si aguas del Nilo han alcanzado
espectáculo
noche en que
las
labios la copa rebosante de licor, para no pensar »la altura apetecida, olvídase llevar á los sentirías tu corazón las sombrías arboledas de la isla de Rodas,
»más que en
el
agua. Ante
al Nilo, á la hora en que el sol en en trasportes de júbilo; mas en el Cairo, junto pareceríate nacer á nueva vida al envuélvele en un manto de deslumbrante fulgor,
» arrebatado
»su ocaso,
»impulso suave de
las brisas
que se deslizan á
son Diráse acaso que cuanto precede no
lo largo
de las umbrosas riberas.»
más que
palabras sonoras, con las cuales la
EL CAIRO
224
imaginación ardiente del poeta ha querido pintar los encantos de
no ménos ardientes que aquellos con que
mas
el
el
sol
que una vez siquiera ha contemplado desde
bosque de esbeltos alminares, y
las gigantescas pirámides; el
el Xilo,
y
allá
que ha recorrido sus
la
ciudad, empleando tonos
en su ocaso tiñe las regiones de Egipto; lo
alto de la ciudadela aquel frondoso
á lo lejos, en los confines del horizonte,
calles
y
callejuelas, sus mezquitas
a
sus
bazares, sus plazas y sus jardines; el que ha participado de aquella vida activa, febril, agitada, tumultuosa que llevan sus habitantes, por más que su cabeza sea indiferente a los placeres de la imaginación,
los halagos de y su pecho insensible á
la
poesía,
no podrá
EL CAIRO
226
jamás
olvidar
la
época de su permanencia en
Cairo, juzgándola
el
como tiempo pasado en
país de los encantos y de las maravillas.
el
Pasear aquí
mismo que encontrarse siempre con algo nuevo y desconocido: lo mismo que aprender. No hay quien
acaso, es lo
al
contemplación, es sinónimo de goce: observar vale
haya visitado
el
Cairo sin provecho, ni quien se haya separado de
variadas impresiones que en él recibe el viajero,
y
recuerdos que bullen en su mente, en tanto que en
una amargura, algo como que con »dice
»en
el
la
mano
fondo de su corazón siente un pesar,
ademan de
fuera este el
un amigo
agua
del
que en
el
ella
atractivo,
mora?
mucho
notable, dista
.comparada con
mejor aún
la fascinación
Difícil es decirlo;
ejercida por esta ciudad, en
porque aún fijándonos en
falda se levanta, hállase
demás ciudades de Oriente, puede considerarse
las
que ofrece: en este punto no tiene es posible distinguir elementos
pues en
rival;
numerosos de
el
es que en el Cairo «se
Todavía no nos hemos sacudido
el
la
más moderna:
la diversidad
ya en medio de una
calle espaciosa,
breve espacio de una corta caminata
dan
la
mano
las tres partes del
del
mundo
seria
mundo.»
polvo de que ha cubierto nuestros vestidos
el
viento
encontramos
cuidadosamente regada, que flanquean magníficas casas,
mejores ciudades de Europa; pero adelantamos algunos pasos, y
las
nos encontramos encajonados sombría. Ni una ventana ciones entre los que en
sólo
de aspectos
civilizaciones distintas, manifestaciones artís-
del desierto al recorrer los grandiosos restos de la ciudad de los faraones, y nos
semejantes á las de
título
el
desnuda de vegetación:
completamente diversas, contrastes naturales que en parte alguna
Y
el
que tiene de
lo
de reunir las condiciones que son menester para darle
La montaña sobre cuya
en una cosa es superior á cuantas conocemos, y ésta consiste en
posible encontrar.
del rio,
el viajero
bosques de palmeras.»
de hermosa ciudad.
ticas
si
«Quien ha bebido una vez
llamarle.
proverbio árabe, en tiempo alguno lo olvida: no se extravia impunemente
los frondosos
más
sin pesar: las múltiples
nostalgia que le atrae hácia el Nilo, cual
hiciera
¿De dónde nace ánimo
el
él
viven durante largo tiempo en los
al
entre
las
elevadas paredes de una callejuela tortuosa y
través de cuyas diáfanas vidrieras puedan establecerse rela-
el interior
ven discurrir tranquila
la
vida doméstica, y los que en
encima, debajo, y afanada: delante de nosotros, detrás de nosotros, en todas partes, balcones saledizos herméticamente -cerrados por medio de espesas celosías, la calle la llevan activa
que ocultan á ellos.
por
lo
A
la
investigadora mirada del vecino ó del paseante cuanto ocurre detrás de
través de aquellas, posa sobre nosotros sus miradas
mismo que
el
mashrebiyeh
.
(que este es
el
nombre que
más
de una mujer árabe,
llevan tales jaulas, hechas
de tablas ejecutadas según un rico modelo, y artísticamente labradas), sirve para orear las habitaciones de las mujeres, á las cuales permite ver sin ser vistas. El nombre de tales
miradores, que constituyen una de las deriva del árabe sharah i
De shcu ab, cuya pronunciación
Xarrup,
1
más
notables particularidades del Cairo antiguo,
beber, y se explica perfectamente, teniendo en cuenta que en las es Ja catalana rea,
cat.; sorbo, cast., tienen idéntico origen.
— V.
xarob, (jarope, jarabe,
cast.),
de manera que tales palabras equivalen á bebida.
EL CAIRO cavidades circulares practicadas en
el
227
suelo de dichos miradores, se colocan las goullehs
(alcarrazas) fabricadas de tierra porosa que se emplean para refrescar
el
1
agua. Tales callejas,
verdaderamente orientales, tan estrechas que á duras penas cogen dos jinetes de frente, ofrecen constantemente
al
cairota,
una som-
bra y una frescura, que se las hace
más
gratas, y con razón, que las espaciosas calles
de los barrios modernos.
Continuando nuestro paseo
una de
las principales arterias
pasar ante
la
al
de
través
de
la ciudad, al
elevada puerta de una mezquita,
observamos un grupo de musulmanes que se separaron cortesmente para dejar paso á ciertos
frailes
que según parece,
franciscanos
estaban celebrando consejo junto á la casa de Alá.
Más
más
espaciosa, en la cual pululan hombres,
desembocamos en una
adelante
callv
caballerías y carruajes: aquellos charlan ó se
llaman los
óyese continuamente
:
jumentos ó
pero jamás hiere
producido por
el
el
rebuzno de
ronquido de los camellos;
el el
oido
el
fragoroso estrépito
rodar de los carruajes, ya VENTANAS PROVISTAS DE MASCHREBIGEH
que, á diferencia de lo que se observa en las
ciudades europeas, las calles, esfuerzos
muy
regadas siempre, carecen de empedrado. Tras penosos
hemos logrado abrirnos paso
entre la apiñada
muchedumbre, y nos encontramos en
medio de una. plaza desierta y solitaria, circuida de casas semi—arruinadas , encima de las cuales revolotea una bandada de avestruces, en tanto que enjambres de perros dispútanse huesos y piltrafas. Cubren el suelo montones de escombros los cuales á duras penas crece la hierba, y estiércol sobre v á dos pasos detrás de una pared de cerca, crecen lozanas ,
las plantas de todas las latitudes,
jardin de
hermoseando
un vecino acomodado. Delante de
la
el
frondoso
puerta del
parque, un eunuco jinete en arrogante corcel, riquísimaperros callejeros
mente enjaezado,
dirige torva
mirada á unas hermosas
rostro y riéndose á carcajadas, pasan á escape en su carroza de Viena, precedida del indispensable andarín que abre paso á los caballos á través de la
europeas, que descubierto
el
muchedumbre, hasta tanto que
se detienen delante de
de Europa para *
De goullehs,
el
un magnífico almacén, en cuyos
y caprichoso han inventado las capitales adorno de la mujer: y precisamente delante de aquel, un árabe, arrastrando
escaparates se halla reunido cuanto
galledas, eat;?
más moderno
EL CAIRO
228
su mísero carretón, ofrece á sible designar
por
lo
la
venta su recio chamelote,
con un nombre especial.
mismo que
cual
una
Una
al cual es
punto menos que impo-
larga recua de camellos nos obliga á separarnos,
serie de lanchones arrastrados por
un remolcador, marchan
atados uno á otro, conduciendo voluminosos fardos á la vía férrea, confundiéndose silbido de la
locomotora con
el
profundo ronquido de
la paciente acémila.
jardines de Ezbekijeh, distinguimos la niñera negra de del
En
un rapazuelo. árabe
,
el
agudo
los magníficos
sentada
al lado
aya francesa de una niña rubia como unas candelas, en tanto que un barbilindo italiano
enciende su cigarrillo en
la
pipa de
un
hijo de la
Nubia. Al través de
las abiertas
ventanas
CARRERA POR LA CIUDAD
marcos de un salón lleno de marmóreas mesas, cuyas paredes cubren grandes espejos con dorados, llegan á nuestro oido las melodías de distinguida reunión de
damas de
la
la
música europea, que se ejecuta ante una
mejor sociedad, y
al propio
tiempo os saca del arroba-
monedas de oro que jugadores impenitentes ponen á la ruleta, en una pieza situada junto á la sala de conciertos. Desde aquí pasais á una calle lateral á la cual caen los balcones y ventanas de un harem, y en ella, miento en que aquella os ha sumido,
sentados sobre
el
el
retintín de las
duro suelo, distinguís un grupo de personajes negros y mulatos que se
regodean escuchando ante
la
puerta de un café, la gangosa narración de un' cantor popular;
pero esta cantilena simplicísima y monotóna nada grato dice á nuestro oído, y pasamos
EL CAIRO adelante sin detenernos, v nos encontramos de
229
manos
paseo de lebaks, á cuya sombra protectora nos acogemos, para á
una
á
un vapor ricamente
un frondoso
á boca en medio de salir al
cabo de breve espacio
y sin embargo llena de animación, encontrándonos al término de ella con la corriente del Xilo, cuyas aguas distinguimos á lo lejos, y con un bosque de mástiles que se alzan delante de nuestros ojos: es el puerto de Bulaq. En él, junto
latina
calleja estrecha, abigarrada,
dispuesto, vese anclada una pesada chalana de la Xubia, con su vela
hecha girones, idéntica por su forma á
los
buques que vemos pintados en
los cuadros
de la época de los faraones, que servían para conducir á Egipto los tributos del Sudan.
DOCTOR ENSIMISMADO EN EL CORAN
A
corta distancia
clasificados
de las edades
del
puerto hállase establecido un soberbio museo,
los procedimientos
según
más remotas, con
pasan delante de
él,
del
la
un cabo de
más
trescientos ó tres mil años.
Y
la
el
cual están
monumentos
circunstancia de que entre los millares de egipcios que dia al otro, apenas
sea capaz de deciros la época á que pertenecen,
semejante nombre resume toda
en
perfectos de la ciencia occidental, los
si
encontrareis uno de cada cien, que
ó de indicaros
&i
que con
Faraón,
historia de su país antes de Jebueii&to,
\i\io hace
con todo, en ocasiones se encuentra en medio de tanta el afan de saber. En el inmenso edificio de Bulaq, •
ignorancia quien se halla aquejado por
imprímense cuidadosamente por manos egipcias, y por medio de piensas eui opeas, hojas que son reproducción de eruditos escritos árabes. Dejando á la espalda la
v pliegos
EGIPTO,
TOMO
I.
5 §
EL CATEO
230
imprenta nacional y el puerto, y penetrando nuevamente en la ciudad propiamente dicha, nos encontraremos en los patios de la mezquita de El Azhar, que sirve de Universidad,
más adelante con el debido detenimiento, la cual más concurrida de las escuelas europeas. Fijé-
de la cual tendremos ocasión de hablar
cuenta mavor número de escolares que la
siquiera sea de pasada, en los sabios que con
monos ahora,
únicamente á alimentar su espíritu con
hemos
todos los dias de nuestra vida el
musulmán que
anciano
ojos, se
devana
Sí, esta
los sesos
manjar de
el
,
sentido á
el
una frugalidad
con
é identificado
oriental
;
mas
el libro
un enrevesado pasaje
ciudad sorprendente es un conjunto de contrastes:
aún su color
sin par, aspiran
y preguntémonos
ciencia,
un investigador tan absorto en su
visto
caladas las antiparras
para sacarle
la
las figuras de oriente
el
trabajo,
si
en
como
que tiene ante
los
del Coran.
fondo del cuadro conserva
van cediendo poco á poco
el
paso á las
tomando el Cairo por y quien quiera conocer la vida de estas regiones centro de sus estudios, es indispensable que se apresure, pues dentro de breves años
figuras occidentales
,
será tarde.
Síganos pues
el lector: ni el
tiempo ni
el
espacio serán óbice para nuestras especulaciones:
ante nuestro paso así se abrirán las puertas de los palacios, de las mezquitas y de las escuelas,
como
las de las
moradas más humildes y de
los aposentos
más
reservados: nuestro
propósito es estudiar la vida del habitante del Cairo, de noble estirpe, ó de baja condición,
desde
la
cuna
al
Penetraremos pues en sus casas, nos asociaremos á
sepulcro.
ellos, y cuando consideremos que amigos
tomaremos parte en sus
tareas y en sus diversiones ; y
más afortunados puedan
ser mejor recibidos que nosotros
mismos, nos despojaremos
del
papel de guias y nos convertiremos en meros acompañantes. Mas para llegar á semejante resultado, es decir, para pintar el Cairo tal cual es, es
indispensable pintarlo antes
Memphis, madre la
la
del Cairo.
tal
cual fue.
antigua capital del Egipto inferior, merece á justo título
el
nombre de
Hallábase situada, según dejamos dicho, al oeste del Nilo, en tanto que
ciudad moderna se levanta entre
v la árida arena del desierto.
el rio
y
las faldas del
La montaña
Mokatam,
entre deliciosos jardines
de piedra calcárea que corona su ciudadela,
«I
sírvele
como
de punto de apoyo, en tanto que
el
Xilo, cuyas aguas se deslizan á lo laigo
occidental, le peimiten de las cercas de los jardines v de los desembarcaderos del barrio el testimonio de su lie''. a cuales las á regiones, lejanas con activo comercio sostener un
vida y de su producción.
La
sierra
que detrás de
de toda vegetación. á Moisés en la
cumbre
descender á una de
la
Refiere
una leyenda antiquísima que
del
ellas
crecieron á fin de parecer
ciudad se levanta hállase completamente desnuda y desprovista
Sinaí,
manifestó
á todas las
el
Señor, antes de pi e^entame
montañas que
tenia
resuelto
para hablar á su elegido, con lo cual todas se encumbraron y
más
dignas de
la elección del
de ser la preferida; por cuyo motivo,
Señor, y que únicamente Sion,
la
que
encogióse y se achicó por considerarse indigna queriendo Dios premiar tanta humddad y modestia,
sirve de base á la ciudad de Jerusalen,
ESCUELA POPULAR EN EL COEAZON DEL CAIRO
EL CAIRO
233
mandó á todas las demás que le hicieran presente de su más preciado adorno. El Mokattam desprendióse, de Sion, debiéndose á esto
el
nombre que
que constituían
las galas de vegetación
pues, de toda su verdura en beneficio
que Mokattam proviene de una
lleva, toda vez
palabra árabe que significa separar.
En
tiempos en que
los
Memphis
se hallaba en todo su esplendor
,
al
lado allá del Xilo,
delante de las pirámides, sólo existían algunas insignificantísimas aldeas, situada
al
de construcción para los edificios de los egipcios el
con
el
fundada en
el
la
nombre de Ta—roue,
de Troya, componiendo
dedicaban
hecho de hallarse en
ella establecidos
muchos
más
una
allí
antigua del Cairo,
una época
Su
situación
muy
De
nordeste
al
se crea dispensado de visitar el lugar
adelante.
Finalmente,
mayor importancia, que había alcanzado notable
nombradla en aquellas remotas edades por donde
Cairo
del
el
nombre de ciudad habiendo
actual,
con
Sol,
gran
Xo hay
quien
cultura de sus habitantes.
la
existió,
del
alcanzado
de contemplar tres objetos
el fin
el mismo existen un árbol frondosísimo una piedra y una fuente que con ofrecer poco de notable á primera vista, repúlanse sin embargo por una de las maravillas
que en
muy
adelante, vino á constituir
más
esta volveremos á hablar
remota, distinguiéndose con
era
más
debiendo su origen, según se decía, á los babilonios
tercera, indudablemente la de
desarrollo en Heliópolis.
prisioneros de guerra, que se
y consistente en que eran estos los descendientes de los condujera Menelao, con la rescatada Elena después de la toma
conducidos á Egipto por Cambises. existia
los griegos
aficionados,
oficio de canteros,
al
prisioneros tróvanos que
parte
las cuales
Designábanla
según dejamos dicho, formaron
una de aquellas leyendas á que eran tan
efecto
al
antigua residencia de los faraones.
del cual,
de Ilion. Otra había, llamada Babilonia, que habiendo crecido la
una de
sud, hallábase cerca de las inmensas canteras de que se sacaban los materiales
:
;
,
de Egipto; pero áun prescindiendo de esto, difícilmente puede proporcionarse
pasatiempo que
el
una excursión á dicho
resultante de
primeras horas de
la
mañana,
sitio,
más ameno
en carruaje ó á caballo, en las
ó en las postreras de la tarde,
cuando
el sol
ha desaparecido
tras las densas gasas del crepúsculo.
En
cuanto se han dejado á
canal que lleva
masa
el
la
espalda las últimas casas de
nombre de Khalig,
del Abbasijeh
la
ciudad y se ha traspuesto
el
ofrécese á las miradas del espectador la imponente
con sus cuarteles, su observatorio astronómico y su escuela militar, el hipódromo, flanqueado de amplias tribunas de madera,
distinguiéndose á la derecha
en
el
cual, en
mes de Enero,
el
caballos ingleses con los árabes;
tienen lugar las carreras hípicas.
pero
como
las
carreras duran
Luchan en
sólo
resultan casi siempre vencedores los primeros: de seguro no alcanzarían aquellas
más prolongadas, puesto que
el corcel
africano es
más
ellas
los
algunos minutos, el
triunfo de ser
vigoroso y resistente.
Xi
puede achacarse tampoco á los jockevs, que negros ó blancos montan como centauros; pero el jockey inglés, de baja estatura, mira siempre con desden á su rival atezado de formas enjutas y generalmente mal nutrido. Xo cocheros y palafreneros, en la cual sean más vivos
hay en
EGIPTO,
TOMO
i.
el
Cairo clase alguna
los odios
como
de raza; y es que 59
la
de los
el
árabe
EL CAIRO
234
que el
ama con
verdadera pasión sus caballos,
no quiere reconocer en extranjero alguno
derecho de atender á ellos en su suelo natal: de aquí que los jockeys ingleses, llevados
á Egipto por opulentos propietarios,
hayan sido repetidas veces objeto de ataques homicidas,
de parte de sus despechados competidores.
Además
de las de caballos hay también carreras
de dromedarios, constituyendo un espectáculo por demás curioso
el
que ofrecen
las formas,
que se ha llamado «navio del desierto,» estirando sus luengas y rígidas patas, terminadas en piés planos y achatados, y encogiéndose de delante para atrás casi prehistóricas,
en
la rapidez
del
de su carrera. Sus negros jinetes los excitan á fuerza de gritos é interjecciones;
mas
á pesar de los esfuerzos de éstos y no
su natural vigor, jamás logran
obstante
superar la velocidad del caballo. su resistencia es riendo del
tal,
En cambio
que continúan cor-
mismo modo, cuando ha
ya reventado
mera hora ha resultado vencedor. dromedarios amaestrados en les distingue
caído
caballo que durante la pri-
el
con
el
A
los
la carrera se
nombre de hegin: más
adelante hablaremos de la estima en que se les tiene
y de
,
las distancias increíbles
que
recorren sin que necesiten descansar.
Apenas hemos perdido
de
vista
el
Abbasijeh, y acaricia ya nuestro rostro brisa del desierto, cuyo límite bordea
la-
camino que recorremos. Es polvoriento; tes
mas
nos cubre
la
al
sombra protectora de
los
lados,
y en
las cercanías del
mag-
propiedad del actual
jetife
cuanto llegamos á palacio,
y
cabo de breves instan-
lebaks que crecen á
nífico
el
éste ardiente
ambos
Tewfik, regocíjanse nuestras miradas ante JOCKEY BLANCO Y JOCKEY NEGRO
el
aspecto de campos cuidadosamente culti-
vados, frondosos jardines llenos de verdor y lozanos viñedos cargados de fruto. sólo Preguntadle al campesino cuándo sembró el trigo, cuyas doradas mieses aguardan la
hoz del segador; preguntadle
al
labriego que trabaja junto á la orilla del camino cuando
fueron plantados los árboles cuyas inmensas copas proyectan su sombra sobi e calzada, y
el
elegante eucalipto que se balancea detrás de
en términos á
la pol\ orienta
y os responderá sin embargo no exagera, no
la elevada cerca,
los cuales difícilmente daréis asentimiento.
Y
que no se torcieran miente: árboles que en 1869 acababan de ser plantados, y que para volví á verlos, ostentaban habían menester el auxilio del rodrigón, en 1873, en cuya época
EL CAIRO ya
el
adorno de su ancha copa.
Orientales en tiempo de
Mohamed
país, y su reproducción por
como no
sea valiéndose de
235
El lebbak (Alhjzia Lebbek) trasportado de las Indias Alí, constituye
hoy uno de
los árboles característicos del
— que no puede practicarse con otras especies, retoños muy tiernos, ó de ramas muy jóvenes, — da mejores medio de
estaca,
los
resultados áun cuando se trate de troncos de grandes dimensiones, ó de del tronco,
según nos manifiesta
Muchos de
agradables, y están
más
botánico Schweinfurth. visto durante nuestro paseo son
más
bellos,
más
bien cultivados que aquel delante del cual nos apeamos, y sin
embargo ninguno goza tanta lugar á que antes nos
el
que hemos
los jardines
ramas desgajadas
hemos
celebridad.
¿De qué proviene? ¿En qué consiste? Es
referido; el sitio, en que se encuentran
este el
uña fuente, una piedra
CARRERA DE DROMEDARIOS CERCA DE ABBASIJEH
y un árbol: pues bien, dicho árbol
ramas, según El
jetife
la tradición,
cual protege
la
Virgen con
cerca, es el sicomoro debajo cuyas
una el
niño Jesús, en su huida á Egipto.
Ismail durante su permanencia en París, en 1867, regalóselo galantemente á la
emperatriz Eugenia. el
al
descansó
sucesor de otro
Es un árbol que con ser añoso y robusto, sólo debe considerarse como viejo que habia muerto ya en 16/2, en el cual A ausleb visitaba el
más
Egipto, y, según consigna este viajero, cuya veracidad es indudable, los monjes del Cairo le María habia muerto de vejez en 1656, poniéndole en comprobación
refirieron que el árbol de
de
ello,
de manifiesto los restos del mismo, que respetuosamente conservaban como reliquias Añade, sin embargo, que los jardineros le indicaron un tronco que asegu-
preciosísimas.
raban ser resto del antiguo sicomoro.
mismo en que
creciera
el
— Según
parece,
el
árbol actual fué plantado en
antiguo, viéndose su tronco raido,
el sitio
descortezado y lleno
de
EL CAIRO
236
nombres que en su corteza han
escrito distintos viajeros.
Cerca de
él,
en
fondo de un
el
pozo, brota un hilo de agua delgada y trasparente, siendo así que la que se encuentra en las cercanías es amarga y turbia, y con ella, por medio de una doble noria se riega el jardín.
Hácese mención de
ella
en época por demás remota, añadiéndose, en virtud
de una falsa tradición, á la cual se ha dado piadoso asentimiento durante dilatados siglos,
que
si
el
sicomoro, cuya hoja compara
el italiano
Brocardi á
la
de la mejorana, creció
aquí, y sólo aquí, débese únicamente á la bienhechora influencia de esta agua.
también en
la
leyenda de María, que
Preténdese
niño Jesús fué bañado en dicha fuente, que de
el
entonces acá ha manado agua bebediza, y que María lavó en
ella los
pañales de su tierno
y que doquiera cae una gota de nace un sicomoro. Refiérese ade-
hijo, ella
más que cuando
los sicarios
despacha-
dos en persecución del niño llegaron cerca de la sagrada familia, la Virgen
y
el
Niño
se ocultaron
sicomoro, tela
delante
en un hueco del
una araña, con
su
cual tegió
del
lo cual
no fueron
descubiertos por aquellos que iban en
su busca. ¡Cuántos elementos paganos
en esta leyenda cristiana
!
En
la
que encontró en refugio
el
contra sus
tronco de
mito-
un
logía egipcia existen también,
un
dios
árbol
perseguidores,
y
sicómoros resultantes del agua con que refrigeraron la tierra los habitantes del cielo. al jardín y á sus comprendiendo en ellos
Los árabes dan alrededores, las JARDIN EN EL CAMINO DE HELIOPOLIS
tancia, el
ruinas de Heliópolis situadas esca-
samente á un cuarto de legua de dis-
nombre de Ain-Shems, que teniendo en cuenta
la existencia de
la
fuente, se
traduce generalmente por «Fuente del Sol;» pero, según parece, lo que realmente significó fué «Ojo
del
Sol.»
Este
mismo nombre
entre las ruinas de Heliópolis,
el
cual,
su destino, por más elevado que fuera, su
vista.
llevaba
según se
fuése derecho á la presencia del ídolo, lo
ídolo
gozaba
al funcionario público
Añade también que enterado de
á los canteros que
un
decía,
y
esta tradición
sin andarse
que se encontró sepultado la facultad
de hacer perder
que osaba ponerse el
sultán
al
alcance de
Achmed-ibn-Tulun,
en repulgos de empanada, ordenó
hicieran pedazos, de cuyas resultas vino á morir al cabo de diez
meses, después de una penosa enfermedad, con
lo
cual se realizó lo de perder
el
destino.
HUIDA A EGIPTO EGIPTO,
TOMO
I.
Ã&#x201C;O
EL CAIRO La verdad
es que
murió en
En
Siria.
cuanto
al
239 ídolo llamado
«Ojo
Sol» debió ser
del
probablemente una estatua egipcia que durante largos años permaneció en las vastas salas del santuario de Heliópolis.
El célebre templo del Sol. es
el
único que ha sido exactamente descrito por un griego,
geógrafo Strabon, y por lo mismo hay más motivos para lamentarse de que se cumpliera en todas sus partes el vaticinio del profeta Jeremías: «Romperá las estatuas del templo el
»del sol en tierra de Egipto, y abrasará con
En
el
breve período de diez minutos
el
fuego las casas de los ídolos egipcios.»
hemos
escasas ruinas de ese templo famoso,
llegado al sitio en que existen las informes y
deteniéndonos ante
soberbio
el
obelisco
que
allí
SICOMORO DE MATARIJE
subsiste,
que es
más antiguo
el
habiéndose erigido antes de su agudo remate.
como
Sol
de
de los
la invasión
monumentos de
Consignemos ahora que
divinidad:
los obeliscos eran
especie,
y
el
único que
monumentos dedicados
por consiguiente no debe causar sorpresa
Heliópolis se hallaba erizada de obeliscos
Latif. refiriéndose
esta
de los Hyksos, continua señalando al cielo con
hasta
tal
punto,
el
al
saber que la ciudad
que
el
viajero
Abd-el—
únicamente á los que existian en su tiempo, dice que eran innumera-
parte de los que los Césares trasladaron á Roma, Constantinopla y y entre ellos, la célebre aguja de Cleopatra, habíanse levantado ante las puertas del Sol, nunca aislados, sino formando parejas: y el mismo que al presente atrae nuestras miradas, tuvo su hermano que fué derribado el año 1160 de nuestra era, y no el bles.
La mayor
Alejandría,
EL CAIRO
240
1260 como sienta Makrizi. Todavía tuvieron ocasión de verlos los árabes, con las planchas de cobre que revestían sus cúspides, y las trazas de color verde claro que habían cubierto sus Los fragmentos del obelisco derribado, existen acaso
caras, naturalmente de rojo oscuro.
profundamente enterrados en
que
compañero
fue su
en que
,
faraón Osortesen
el
completamente idénticas que sencillez
debe
el
las cercanías del
de públicos regocijos. de su elevación del Ni lo, se
,
puertas
las
del
,
desde
Las inscripciones
templo.
época, conteniendo
la
el
nombre
soberano
del
al
existencia, y consignando que su erección se llevó á cabo en
Su base
ha levantado
l
m
el
dia
el
grabadas en sus cuatro caras, ofrecen los caracteres de cual
medio
se halla á gran profundidad del suelo, pues desde la época
que
nivel del terreno
el
ante
erigiólo
I
lleva
v grandiosidad propias de
monumento su
en que mantiénese erguido todavía
sitio
no obstante haber pasado más de cuatro mil años
rodea
lo
á las sucesivas inundaciones
merced
,
88, hallándose los huecos de las inscripciones ó jeroglíficos
completamente llenos de nidos de avispas. En tiempo se
de los califas,
Faraón,
La
el
le
daba
ciudad de Heliópolis, á
cios el
nombre de Au, y
hállase ya
los
mencionada en
demás remota. El templo era
el
nombre de aguja
del
cual compartía con su derruido hermano.
menos antiguo que
la
la cual
hebreos la
el
daban
los egip-
nombre de Ou,
historia en época por
del So] existente
en
ella,
no
adoración del astro del dia,
á la cual se refiere toda la doctrina teológica del valle del Nilo. REPRESENTACION DEL AVE BENNU SEGUN UN PAPIRO DE MUERTO
Ra
Harmakis, y sus dos formas principales Tum, el Sol poniente, combinadas en
Sol levante, y
el
,
Tum-Harmakis
,
era adorado en dicho lugar, y con
v á su lado varias divinidades femeninas entre las cuales merecen citarse y Nebt-Hotep. del
nomo
del de
En
En
él
Hathor Jousas
cuanto á Osiris-Sap, del cual se hace frecuente mención entre los dioses
heliopolitano,
Osarsyph que los
,
nada diríamos,
si
no creyéramos que su nombre constituye
los historiadores griegos del
remotos tiempos en que tuvieron lugar
el original
Exodo han dado á Moisés. las
guerras divinas, los dioses encontraron
Tyfon y Horo que mútuamente se habían herido, fueron gran de Heliópolis, revelándonos un manuscrito sobre cuero sala asistidos y curados en la I v su hijo que se conserva en el museo de Berlín, que fué reedificado por Amenemha que consignan que griegas egipcias autoridades faltan No y Userteses, de la décima dinastía. del quien la tierra debe la luz, despertaba al par y sostenía la fuerza luminosa va asilo en
el
templo del Sol.
el dios á
espíritu,
y que, bajo su protección,
sobrepujaba
el
florecía
una escuela de sabios sacerdotes, cuyo renombre
de los establecimientos parecidos de Sais, de
Memphis y
de Tebas.
celebra á los sabios de Heliópolis, diciendo de ellos que eran los que poseían
}
que existian en Egipto, y si bien es verdad que los echaban en cara sus fórmulas y métodos informados de profundo
abundante doctrina entre todos griegos, en general, les
Herodoto
más profunda
los
OBELISCO DEL TEMPLO DEL SOL DE LA ANTIGUA HELIOPOLI3 EGIPTO/TOMO
I.
61
:
;
P '
!
EL CAIRO
243
misticismo, en cambio hacían justicia á los vastos conocimientos que tenían en astronomía y otras
ramas
Todavía
del saber.
le
era dado entonces al curioso viajero, contemplar en la
ciudad arruinada las casas en que residieran Pitágoras, Platón y Eudoxio cuando frecuentaron las escuelas de la ciudad del Sol, cuyas aulas, según parece, sólo con grandes dificultades se abrían á los extranjeros.
Hasta nosotros han llegado
los
nombres de algunos sabios de
Heliópolis, entre ellos el del
sacerdote Putiphar de Ou, cuya hija Asnath fué concedida por esposa por
el
Faraón, á su
favorito José.
Muchas mente á
particularidades podríamos consignar
que constituían
las propiedades
los tiempos de
Ramses
tuviéramos espacio para
si
habíanse acrecentado hasta un punto inconcebible,
III,
relativa-
ello,
patrimonio del templo, que, especialmente en
el
mismo
lo
que sobre sus rentas, y sobre los árboles y animales sagrados á los cuales se prestaba culto en el nomo. Nos limitaremos pues á mencionar el buey Mnevis de pelaje blanquecino, el
las
león de reluciente piel, y singularmente
es decir, el ave singular del país de
fénix,
el
palmeras que cada quinientos años, según
mito,
el
renace de sus propias cenizas,
llevándolas después á Heliópolis; simbólica imágen de las consoladoras esperanzas innatas
en
el
corazón humano, en virtud de las cuales cuanto se marchita, muere y se extingue,
debe renacer á nuevo florecimiento, á una nueva vida,
brillar
con nueva
luz.
La
figura del
fénix, dice Horapollon, representa al viajero que vuelve á sus hogares después de dilatada
ausencia.
más hermoso de
El
los astros del hemisferio oriental,
espacio al amanecer, y que reaparece en cuanto se pone
quiso decirse
al
moribundo que
con nueva luz en medio de
Los egipcios daban
el
la
al
muy
nombre de Bennu
antiguos,
se hacían á esta ciudad; los
el
Vénus, que
brilla
la al
en
el
llevaba su nombre, con lo cual
extinguirse su vida estaba reservado á su alma
oscura noche de
habla del templo entero ó de una de sus partes de autores no
el Sol,
el brillar
muerte. ave fénix, y en
como
muchas
inscripciones se
de la casa de Bennu. Según
el
testimonio
Egipto entero tomaba parte en las peregrinaciones que
más conspicuos de
los faraones
honrábanse con
el
dictado
de «príncipe de Heliópolis,» con exclusión de todos los demás; y orgullosos conquistadores que en Memphis se limitaban á ofrecer un sacrificio al dios Ptah, sometíanse en el templo del Sol á numerosas ceremonias, y se hacían iniciar en los misterios del dios.
Amenemha
I,
el
fundador del santuario, después de haber dado comienzo
que debía terminarse en tiempo de su » transcurso de los años; ojalá
hijo Usortosen,
exclamaba: «Ojalá no
al
trabajo
destruya
lo
el
que terminado subsista siempre.» Estos votos del gran rey,
que nos han sido transmitidos por el papiro de Berlín no se han visto cumplidos del edificio que imaginaba construir para que durara una eternidad, nada más queda que el obelisco, v escasas piedras apenas dignas de mención. Acúsase injustamente á Cam bises de haber :
,
destruido
el
después de
templo y él
la
ciudad del Sol,
y decimos injustamente, porque mucho tiempo una descripción detallada, y en cuanto á la
era posible hacer del primero
segunda, hallábase en estado floreciente, siendo prueba de
ello
lo
que encontramos en
EL CAIRO
2ÍÍ
del santuario, los árabes que nos hablan todavía de restos
que hoy han desaparecido
completamente.
una pequeña ciudad, Así Abd-el-Latif nos habla de Heliópolis, Ain-Shems, como de sí, pero en pié todavía, que era fácil reconocer que habían grandes v á un templo, por lo mismo que se encontraban en su recinto
rodeada de murallas ruinosas pertenecido
miembros eran proporespantosos ídolos de piedra, de treinta codos de elevación y cuyos todavía se hallaba rabón St por descrito píleo el acaso ciudad, la de cionados. La puerta ,
intacto.
examinó Casi todas las figuras, las jambas de la puerta y los fragmentos que
ISLA
el
RODA
figuradas y de inscripciones autor que nos ocupa, hallábanse cubiertos de representaciones jeroglíficas.
Si nos
preguntamos qué ha sido de
labrada, que autores dignos de
á los nuestros,
la contestación
fe
han
la
enorme cantidad de piedra durísima delicadamente
visto
en estos
será sencilla y
sitios,
en tiempos relativamente cercanos
satisfactoria: el Cairo.
Esta ciudad
inmema
paia inmediaciones del templo del Sol las ha api o\ echado, y casas sus de palacios, sus de cimientos y de los arrancar encontrarlas seria indispensable Al presente sus mezquitas. A Heliópolis le ha cabido la misma suerte que á Memphis.
que se ha formado en
las
EL CAIRO
246
resta del antiguo Fénix:
conocemos cuanto
hora es ya de que nos fijemos en
el
joven pájaro
del Sol surgido de sus cenizas.
Regresamos
montamos no
al
es
Cairo desandando
menos
infatigable
el
camino que antes hemos recorrido. El asno que
que su conductor Ahmed,
tipo tradicional del pihuelo
Atravesamos
egipcio, del cual tendremos en adelante frecuentes ocasiones de hablar.
ciudad en toda su extensión, de Norte á Sud; cruzamos
el
Khalig que
Amr, con
de uno á otro extremo, y que, según se dice, fué abierto por enlazar
Nilo con
el
comienza
el
mar
el
Hemos
Rojo.
Llegados
al
que tienen todo
el
árabes durante los primeros siglos del Islam. través de las calles
de provincia, penetramos en
un
,
una
la
diagonalmente propósito de
el
llegado al punto donde tiene su origen.
antiguo Cairo, esta modesta madre de
un breve paseo á
la corta
Aquí
hija hermosísima, la Fostat de los
extremo meridional, y después de aspecto de una pequeña población
barrio de humilde apariencia, en el cual se conservan
la Babilonia algunos restos de muralla y una puerta fortificada de la época romana, es una de las legiones egipcia; el fuerte en el cual durante dilatados siglos estuvo de guarnición Rizancio. El que mantuvieron el Egipto bajo la obediencia de los Césares de Roma y de las aguas del Nilo, que en este punto castillo en su lado occidental hallábase bañado por una isla que afecta la forma de se separan en dos brazos, dando lugar á la formación de hallábase unida á Rabiloma tiempo otro en cual, la Roda, es silvestre: olivo del la hoja
por medio de un puente.
Los orígenes de unidos á estos
En la
el
nueva
Egipto.
la historia del
Cairo y de la dominación árabe se hallan estrechamente
sitios.
adoptado año 638 de Jesucristo, un reducido número de creyentes que habian Mahoma, conducidos por Amr-ibn-el-Asi trasladóse de la Siria al
religión de
Amr
ejército del
al frente
emperador,
,
el poderoso de cuatro mil de los suyos, cayó, cerca de Farama, sobre de que dirigia el gobernador griego Makankas, y después de un mes
lucha derrotóla completamente, merced á la ayuda que
le
prestaron los coptos, es decir, principal
El autor
de
que profesaban
la
doctrina monofisita.
semejante defección fué nada ménos que
el
arzobispo de Alejandría Benjamín; pues en
los
cristianos
indígenas,
ortodoxos que cerraban las aquellos tiempos de miserables luchas dogmáticas, los griegos exigiéndoles cuantiosas rivales sus de fortuna cenobios, destruían la iglesias,
saqueaban
los
para los monofisitas advercontribuciones, v les privaban hasta de la libertad, constituían
por
mismo que
más odiosos que los mismos musulmanes, á los cuales se abaron, para arrojar del país á veian en ellos verdaderos libertadores, con condiciones suficientes á todos aquellos que suma en empleados los y los Césares heréticos, á los sacerdotes, á griegos opresores. Después de repetidos combates los eran mirados como verdugos
sarios
y acabaron por encerrarse en Babilonia donde les
sitió
Amr,
á quien
el
lo
califa
Ornar envió
auxilios de gente y de dinero.
Los soldados árabes de
ese tiempo eran verdaderos héroes:
profundos políticos, en nada inferiores á
las
sus hombres de Estado
eminentes figuras cuyo recuerdo ha conservado
EL CAIRO
247
historia de otros
la
¿Son más
pueblos.
|
grandes los hechos de un Decio-Mus, de
un Curcio, de un Ar-
Winkel—
noldo de
que
ried,
M
llevado
el
á cabo por Zubeir,
que sacrificó su
exis-
tencia á fin de alean—
zar para los suyos la
¿Cabe ma-
victoria?
__
yor valor que
de
el
arrimar una escala á la desportillada
muralla, trepar por
con
ella la
en
el alfanje
mano, y puesto
pié
en
con todas
tar
fuerzas
el
adarve gri-
el
sus
Alá akbar
(Dios es grande), á
cuya mágica voz consus
cama-
lo cual
imagi-
testaron
radas con gran clamoreo, con
nando
los sitiados
que habían asaltado
numerosas, diéronse á
ralla fuerzas
quedando con
ello los
la
mu-
fuga,
la
árabes dueños de Babi-
lonia?
Los vencidos rompieron firme
,
y
los el
se retiraron á la isla de
puentes que
la
unían
Roda,
á la tierra
gobernador Makankas entró en
tratos con los vencederos, enviando á dos de TIENDA DE
musulmán, en
el
AMR
cual los retuvo
los
Amr
de que pudiendo hacerse cargo de
la
suyos en calidad de embajadores
v por todos conceptos digna que llevaban
los emisarios:
campo fin
disciplina y piadosos sentimientos de sus soldados,
halláronse en condiciones de referir á los suyos lo que habian visto. religiosa
al
algunos dias, tratándoles con grandes agasajos, á
La
vida estrictamente
los creyentes, hizo mella
en
el
ánimo de
v después de algunas discusiones y de insignificantes escaramuzas concluyóse
EL CAIRO
248
tratado en virtud del cual los coptos, excepción hecha de los ancianos, de las mujeres
un
los niños,
y de
cabeza.
comprometíanse á pagar anualmente una contribución de dos dinares por
Por su parte
los vencedores
renunciaban á toda pretensión sobre
los bienes
muebles,
inmuebles y dinero de los vencidos, concediendo á los griegos que no quisieran someterse al pago de la capitación estipulada el derecho de retirarse libremente. Dejamos ya consignado en
el
capítulo referente á Alejandría la
árabes, á los durísimos cargos que
manera como contestó Makankas,
En
doce mil hombres, contando como contaba con cien mil.
en esa ciudad que constituia sele sometido, sin
mayor
Aconteció esto en
el
año
punto central de
el
refiriéndose á los
emperador por no haber sabido rechazar á
le dirigió el
cuanto á
Amr
se hizo fuerte
en Egipto, después de habér-
la vida griega
esfuerzo por su parte, todos los coptos habitantes en la Delta. 614,.
Sabemos también que por
lo
que toca á Alejandría sólo se
En cuanto
entregó después de porfiada resistencia.
ó
Amr
tenia resuelto establecerse en ella, tanto que había dictado ya las
órdenes oportunas para
un
la construcción de
palacio para
y cuarteles especiales para el alojamiento de sus tropas; mas el califa, procediendo con mejor acuerdo, y convencido él,
de que la población turbulenta y levantisca del puerto, acos-
tumbrada á
las sangrientas
con paciencia
el
luchas de los partidos, no miraría
que se hiciera
la
vida que pretendía introducirse
ciudad centro de
en
el
país,
la
nueva
desaprobó
el
acuerdo, no teniendo por entonces ulteriores consecuencias los proyectos de
Amr.
Éste regresó, pues, con
tal
motivo á Babilonia, en cuyas
campamento y levantado su emprender su marcha á Alejan-
cercanías había establecido su tienda, fostcit; pues si bien al
dría había dispuesto que la abatieran
O-Vt MEDIDOR DEL
NI LO
en
órdenes primitivas diciendo: » ave inocente
que sin
ella
como
,
le
noticiaran que
había anidado una pareja de palomas, revocó las
«No permita Dios que un musulmán
temor alguno ha buscado
niegue su pioteccion
refugio bajo su techo hospitalario
h»
al
A su
decidió la fundación a regreso encontró, pues, levantada todavía su tienda, y alojado en ella, diósele el expresados motivos los por cual, la á ciudad, establecimiento de una nueva
nombre de
Fostat, la tienda.
Al cabo de poco tiempo, distinguíase á
la
nueva ciudad con
el
nombre de Misr que era aquel con
el
cual los árabes designaban al Egipto, y aun cuando
pasados trescientos años la Kahira,
el
Cairo actual, llegó á unirse con ella, sus habitantes
continuaron dándole
el
nombre
de Misr ó Masr, no habiéndosele aplicado
el
de Cairo antiguo
moderna. hasta tanto que Fostat quedó reducido á la simple condición de arrabal de la ciudad de A'alencia que acababa de tomar parecida se cuenta de Jaime de Aragón el Conquistador, el cual al abandonar la ciudad se destruyera el nido de las como] observara que unas golondrinas habían anidado en su tienda de campaña, á fin de que no — N real. tienda la desarmar confiadas avecillas, ordenó que se dejara allí sin i
á
Una cosa
los árabes,
.
LA AGUJA DE OLEOPATEA.
}
1
EGIPTO.
TOMO
I.
TRASQUILE!)
DE LOS CAMELLOS
1
EGIPTO.
TOMO
I.
MERCADO EN DESUK
EGIPTO,
TOMO
I.
i
i
lo
O
MEZQUITA DEL SANTON IBRAHIM EN DESIJK
VIAJE EN EL DESIERTO
GOSEX
RUNAS DE TAXIS
EGIPTO,
TOMO
I
JOSÃ&#x2030; Y FABAON
1
GOSEN
143
CONGRESO DE AVES EN EL LAGO MENZALEH
i r
f
i
EGIPTO.
TOMO
I.
EGIPTO.
TOMO
I
MEMPHIS.
LAS
PIRAMIDE
EGIPTO.
TOMO
I.
MEMPHI3.
LAS
PIRAMIDES
K)
COLOSO DERRIBADO DE RAM S ES
II
165
1
EGIPTO.
TOMO
I.
MEMPE3S.
LAS
PIRAMIDES
181
V *1
EGIPTO,
TOMO
I.
LAMENTOS DE UNA VIUDA JUNTO AL ATAUD DE SU MARIDO
EGIPTO,
TOMO
I.
MEMPHIS.
LAS
PIRAMIDES
TEMPLO DE CHEFREN
EGIPTO.
TOMO
1.
MEMPHIS.
LAS
PIRAMIDES
OÃ
MAS T ABA DE
TI
Iflilii
MEMPHIS.
LAS
PIRAMIDES
CAMPAMENTO DE BEDUINOS 215
EL SIMOUN EN EL DESIERTO
I
EGIPTO,
TOMO
I.
EL
CAIRO
OÃ
VISTA
GENERAL DEL CAIRO
1
EGIPTO,
TOMO
I.
EL
CAIRO
^
MOKATTAM 245
EGIPTO,
TOMO
I.
ARBOL SAGRADO DE FATIMA
M GIPTO,
TOMO
I.
EL
CAIRO
C\
00
269
CABALLO ARABE
1
EGIPTO,
TOMO
I.
LA ESPOSA DEL SULTAN
1
EGIPTO,
TOMO
I
BAB EN-NASR
t
o 3 o TOMO
I.
EL
CAJEO
•<]
o CUIDA DELA DEL CAIlíO 301
EGIPTO,
TOMO
I.
EL
CAIKO
305
PLAZA HUMELE CON LA MEZQUITA LE HASSAN
r
EGIPTO,
TOMO
I
PUERTA DEL MORISTAN DE KALAUN
}
i
f
EL
CAIRO
LA MUERTE DEL PRIMOGÃ&#x2030;NITO 339
EGIPTO,
TOMO
I.
EL
CAIRO
345
r
1
EL
CAIRO
351
MERCADEEIS DE TAPICES EN EL CHAN EL-CHALIL
r
1
EL
CAIRO
355
EGIPTO,
TOMO
I-
EL
CAIRO
369
ARABE NOBLE
1
EL
CAIRO
SEPULCROS DE CALIFAS 379
EL
CAIRO
387
TUMBA DE
ITN
JEQUE EN LA ISLA DE RODA
1
EGIPTO,
TOMO
1
EL
CAIRO
393
EL KARAFSH DEL CAIRO
G
I
P T O
Sepulcro del jeque Arable en MiniĂŠ]
EL CAIRO
EGIPTO.
TOMO
1
249
EL CAIRO
250
Su
desarrollo
marchó á grandes pasos bajo
dirección de cuatro inspectores de cons-
la
trucciones, y las calles y los barrios en que fueron establecidos los soldados, teniendo en
cuenta sus procedencias distintas, ocuparon
que
los
Puerta de hierro abría delante la
isla
Roda con
de
del Nilo,
la tierra firme:
cabo de poco tiempo los jardines y los campos se levantaba la fortaleza de Babilonia cuva
al
Aquí
árabes encontraron á su llegada.
allá
al
extremo
la
antigua iglesia copta de María, anterior
del puente de barcas
vez á la fundación de Fostat, en la cripta de la cual, del
árbol de Matarijeh, muéstrase todavía
el sitio
que enlazaba
mismo modo que debajo
en que descansó
la
tal
del
sagrada familia cuando
y hasta la falda misma del Mokkatam, verdeaban hermosos parques y frondosos viñedos, en medio de los cuales erguíase el Castillo de las luces, en el cual acostumbraban alojarse los emperadores griegos y romanos en sus visitas su huida á Egipto:
algo
más
lejos
á estas regiones.
El célebre nilómetro ó meldas de
Roda
transportado probablemente de
fué
á la isla situada delante de Rabilonia después de la fundación de Fostat.
un antiguo nilómetro, cuyos sucesores, restaurados y perfeccionados,
vio todavía los restos de
sirven
aún
al
Egipto entero para indicar
el
momento en que empiezan
á decrecer las aguas
de la inundación, acontecimiento que es siempre aguardado con viva ansiedad.
de los árabes su construcción databa sólo de cincuenta y seis años después de de Fostat. de
— En
manera que
cuanto el
Memphis
Makrizi (1417)
al
puente de barcas, hace
que quiere
visitar el
mucho tiempo que
monumento
no tiene más remedio que atravesar en lancha
el
y la
isla
opinión
fundación
se halla destruido;
dentro de
estrecho brazo del
En la
la
cual se levanta,
Desembárcase en
rio.
medio de un gran jardín bastante descuidado, perteneciente al heredero de Hasan-Bajá, estilo turco, Y a lgo más adelante en el comedio de la isla levántase una soberbia quinta de que no cae sobre el Nilo circuyen frondosos parrales, naranjos, limoneros, perfumes llenan la atmósfera, siendo su jazmines rosales, y otras muchas plantas, cuyos techo verdor encanto de los ojos. El mekias o mlomet.ro hallase situado en un aposento cu\o
que en
la parte
sostienen ligeras columnas de madera, con á fines del siglo anterior.
El
pilar,
superior por medio de un poste sobre
siendo de obra de albañilería
el
el
las paredes de la sala del
lumnillas angulares,
el
sumamente
el
amigo de
por medio de un canal subterráneo.
sencillas, sobre las cuales
las ciencias,
sufrido grandes desperfectos en el
importante y á la cual debe
rio,
mekias existen pequeñas hornacinas, adornadas con co-
que han llegado hasta nosotros, son el
que se destruyó
cual se ve la antigua escala de las medidas acabes,
que habían sido ya modificados á principios del
Raschid,
el edificio
estanque ó alberca cuadrangular en cuyo centro se levanta,
v hallándose en comunicación directa con
En
cual se ha sustituido
que tiene ocho caras, hállase sujetado en su parte
las
más
apean pequeños arcos rebajados,
siglo octavo.
Entre
notables las de
á quien se debe
las inscripciones cúficas
Mamun,
la reedificación del
año 814 después de Jesucristo; pero
más frecuentemente mencionada es la que llevó á cabo el nilómetro el nombre que lleva de «nuevo mekias.»
hijo de
Arun-er-
mekias, que había la
restauración
el califa
mas
Mutanakkil,
EL CAIRO
VIEJO CAIRO
251
EL CAIRO
252
Desde el
los
tiempos más remotos habían comprendido
comenzaba
instante preciso en que
los
Faraones
la
necesidad de conocer
á decrecer la inundación; tanto que existen varios
nilómetros que fueron erigidos en las remotas regiones de
Xubia por reyes
la
del antiguo
imperio, es decir, por príncipes que gobernaban con anterioridad á la época de la invasión de
los
cuando
La inundación
Hyksos. el rio
se juzgaba
provechosa,
á esta altura, los
campos situados en
de agua y la consecuencia inmediata era
este
nivel,
inferior
hambre: en cambio
el
si
excedía
mucho
á
rebasaba los diques, perjudicaba las aldeas, y no habían vuelto las aguas a
su cauce cuando llegaba el
mucho
parte alta del valle quedaban improductivos por
la
falta
cual
según testimonio de Herodoto.
alcanzaba diez y seis codos sobre su nivel ordinario: siendo en
la
época de
sementera.
la
labrador no tiene por que esperar
por que temer las heladas, ni aún los
el
En
la
comarca que nos ocupa, en
beneficio de la lluvia, pero en
la
cambio tampoco
indicaciones del udómetro permitían á los
fríos, las
sacerdotes vaticinar con toda seguridad
resultado que podía esperarse,
el
llegada la estación de las cosechas, sirviendo también á los oficiales del
rey para
la tasa
de los impuestos, que se ajustaban completamente á las
condiciones de la inundación.
durante
presentes,
alguna que
el
el
En
tiempo de
la
los
tiempos antiguos y aún en los
no se consentía en manera
crecida,
labriego pudiera examinar las indicaciones del pilar escala,
bajo pretexto de que no podían excrutarse los designios de la divinidad;
procedimiento que no debe sorprendernos, pues no se concibe
la existencia
de un soberano tan poco avisado que renuncie por propia voluntad
En
derecho de regular los impuestos á medida de sus necesidades. de los faraones eran los sacerdotes los encargados de anunciar
y á los súbditos
el
momento en que
dia hállase confiado este
debido juramento, y bajo servicio,
algo el
ESCALA DEL MEDIDOR
DEL NILO
Cuando kirats,
la vigilancia
de
la policía del Cairo,
el el
llena este
especial cuyo cero hállase situado
bajo que en el ántiguo nilómetro.
Los primeros que advirtieron
el
gobierno para
fijar
anualmente
el
máximo
de la contribución.
Nilo ha alcanzado la altura de quince codos árabes antiguos y diez y seis
— siendo la
cargo á un funcionario especial que, previo
un nilómetro
valiéndose de
soberano
fraude fueron los ingenieros de la expedición francesa, á cuyas luces
acudió el
de advertir que cada codo de esta especie equivale á 54 centímetros, y se
divide en 24 kirats,
alcanzando
más
al
aguas empezaban á decrecer: en
las
al
tiempo
— ha
sobrepujado en
más
de ocho codos
el
nivel de las
altura necesaria para temperar las partes elevadas del suelo, ó,
los árabes,
ha llegado á su kefa. El funcionario público que
inspección,
comunica
al
aguas
bajas,
como
dicen
tiene á su cargo semejante
pueblo, que aguarda ansioso, esta buena nueva, y en
instante se procede á la abertura de los diques.
el
mismo
El descenso de las aguas ha sido esperado
la misma ansiedad en todas las épocas de la historia, y hoy mismo se conservan costumbres y expresiones relativas á este acontecimiento, que se derivan en línea recta
con
SACRIFICIO
EGIPTO.
TOMO
I.
DEL XILO รณ4
i '
Ã
I !
EL CAIRO
tiempo de los faraones, no obstante los poderosos esfuerzos que se hicieron desde
del
momento en que
el
255
cuando
se estableció la religión cristiana, y posteriormente,
egipcio se convirtió al Islam, para extirpar y arrancar de raíz
el
pueblo
el
antiguo culto al Nilo,
con sus formas brillantes, bizarras y por demás sorprendentes. Nada tiene el hecho de extraordinario: sabido es que toda religión que se extingue, lega al nuevo culto que la sucede no pocas prácticas y creencias que viven con el carácter de supersticiones. Un documento cristiano del siglo sexto nos demuestra, que de Osiris había pasado á no sabemos
Los sacerdotes
que san Orion «el crecimiento periódico del Nilo.»
enseñaban que dias repiten
En
aún que una gota divina caída en
una
simple y
una
cauce del
mismo determina
la corriente
en medio de
la
la
inundación.
algazara y general
figura groseramente confeccionada con barro del rio, la cual se designa con
nombre de
rio
el
cuanto se rompen los diques arrójase á
regocijo el
tiempo antiguo
del
era debida á una lágrima de Isis: los egipcios de nuestros
la crecida del rio
feliz
¡a desposada,
como
práctica que,
fácilmente puede comprenderse, ‘es
reminiscencia de la que en tiempos
tierna doncella vestida con traje nupcial,
muy
una
remotos se usaba, arrojando
al
con cuyo acto se pretendía conseguir
benevolencia y protección de la divinidad. Suprimida esta costumbre, como posteriorla fundación de Fostat no alcanzaran las aguas el nivel que era menester, los
la
mente á coptos
según
,
refiere
Ibn— Avas
suplicaron
,
al
gobernador
Amr
que
les permitiera
tributar
ofrenda á que tenia derecho, á lo cual no accedió aquel en manera alguna; mas las aguas continuaban bajas, y era inminente el peligro del hambre, Amr se creyó
al rio la
como
obligado á poner en conocimiento del califa Ornar lo que estaba pasando. El mensajero de quien se sirviera para semejante menester, trájole en contestación una carta con orden tal cual se le había mandado, y aquella misma noche de los diez y seis codos. La carta del jefe de los creyentes se «Si has hallaba concebida en los siguientes términos: «Al Nilo bendición del Egipto.»
de arrojarla
las
al
rio:
aguas alcanzaron
cumplió
Amr
la altura
—
mas
»corrido hasta ahora á impulsos de tu sola voluntad, abandona tu curso; » dación se halla
sometida á las disposiciones del Dios Altísimo, rogamos
»que permita que
las
egipcia, del
aguas
lleguen
mismo modo que en
una ofrenda, y Makrizi
duda más cristianos el
insignificante,
el
refiere
con verdadero lujo de
que á principios del
problema de
fin
al rio
siglo
la realización periódica
un modo
antigua religión
detalles,
al rio
humanos. Lo no una joven,
que no dan lugar á
décimo cuarto de nuestra era,
una preciosa
de alcanzar una buena inundación.
tiempo, sabiéndose hoy de
la
los sacrificios
introduccicn del Islam se arrojara
acostumbraban aún arrojar
dedo de un santo, á
que
la
inun—
soberano Señor
crecimiento.» Semejante historia,
no se practicaban
la cristiana,
probable es que anteriormente á sino
á su completo
no reúne caracteres de verosimilitud, pues en
siquiera interesante,
al
si la
cajita de
Y aquí
la
los
madera que encerraba es ocasión de consignar
de las inundaciones se ha resuelto hace
mucho
positivo que es debida á las abundantes lluvias
que
todos los años, en época determinada, caen en las regiones tropicales, y á la licuación de las nieves que,
coincidiendo con aquellas, se verifica
en las montañas del país en que
EL CAIRO
256
se
forman
los dos Xilos.
perceptible;
mas
La
crecida comienza á principios de Junio de
á partir del 15 al 20 de Julio la subida de las aguas es ya
un modo apenas
muy
considerable
y extraordinariamente rápida: continua creciendo, bien que con menos intensidad, hasta fines de Setiembre, y se mantiene en el mismo nivel, y á veces hasta decrece un poco durante algunas semanas: á mediados de Octubre vuelve á
y entonces alcanza
crecer,
su mayor altura
,
en
la cual
permanece durante algunos dias,
después de los cuales
empiezan á bajar paulatina-
mente hasta alcanzar el
nivel
normal.
La nombradla que goza la isla
de
Roda débese ex-
clusivamente á su nilómetro,
puesto que en
ella,
excepción hecha de sus arboledas, algunas casas, y
una modesta tumba de jeque, nada
más
existe,
que
merezca mencionarse, que
un añoso y robusto almendro, conocido por los cairotas
con
el
nombre de hakim
kelir (gran médico) y al cual
acuden en peregrinación para curar de
la
calentura
y de otras enfermedades inflamatorias, para lo cual los enfermos se hincan de rodillas
junto á sus raíces,
en esta postura recitan pórtico DE DA mezquita de amr
rentes oraeioses. Las
y
dife-
ramas
de dicho árbol están materialmente cubiertas de prendas de vestir, ex- votos debidos unos á la
esperanza de los pacientes, y ofrendas otros, hijas de
la gratitud
de los curados. El
respeto y veneración prestados á semejante almendro son tales, que habiendo juzgado los peregrinos desacato é irreverencia el intento mostrado por 'Welsch de sacar del mismo un dibujo, fué menester para que pudiera ponerlo por obra, valerse de todos los medios que
EL CAIRO
256
se
forman
los dos Xilos.
perceptible;
mas
La
crecida comienza á principios de Junio de
á partir del 15 al 20 de Julio la subida de las aguas es ya
un modo apenas
muy
considerable
y extraordinariamente rápida: continua creciendo, bien que con menos intensidad, hasta fines de Setiembre, y se mantiene en el mismo nivel, y á veces hasta decrece un poco durante algunas semanas: á mediados de Octubre vuelve á
y entonces alcanza
crecer,
su mayor altura
,
en
la cual
permanece durante algunos dias,
después de los cuales
empiezan á bajar paulatina-
mente hasta alcanzar el
nivel
normal.
La nombradla que goza la isla
de
Roda débese ex-
clusivamente á su nilómetro,
puesto que en
ella,
excepción hecha de sus arboledas, algunas casas, y
una modesta tumba de jeque, nada
más
existe,
que
merezca mencionarse, que
un añoso y robusto almendro, conocido por los cairotas
con
el
nombre de hakim
kelir (gran médico) y al cual
acuden en peregrinación para curar de
la
calentura
y de otras enfermedades inflamatorias, para lo cual los enfermos se hincan de rodillas
junto á sus raíces,
en esta postura recitan pórtico DE DA mezquita de amr
rentes oraeioses. Las
y
dife-
ramas
de dicho árbol están materialmente cubiertas de prendas de vestir, ex- votos debidos unos á la
esperanza de los pacientes, y ofrendas otros, hijas de
la gratitud
de los curados. El
respeto y veneración prestados á semejante almendro son tales, que habiendo juzgado los peregrinos desacato é irreverencia el intento mostrado por 'Welsch de sacar del mismo un dibujo, fué menester para que pudiera ponerlo por obra, valerse de todos los medios que
259
EL CAIRO
acabado retrato de ese y hasta la fuerza: sólo así pudo conseguir un
sugirió la astucia
médico perteneciente
Según
al reino vegetal.
la tradición el
árbol que nos ocupa fué plantado por Fatima, la hija del Profeta;
más que hemos hecho, no nos ha sido dable hallar indicio de ella: Soyutr, muerto en 1506 no la menciona. En cambio hemos sido más felices en nuestras investigaciones encaminadas á averiguar la época á que se remonta la mezquita más antigua de Egipto, pero por
es decir la que se distingue con el
nombre de su fundador Amr, en
la cual
nos hallaremos
dentro de breves instantes, es decir en cuanto abandonemos la isla de Roda, para recorrer de nuevo las calles y los miserables montones de ruinas que constituyen al presente la
antigua ciudad de Fostat.
Con razón Cairo.
ha dicho de
se
El conquistador la hizo
habia establecido su tienda
el
la
mezquita que nos ocupa que es
erijir
en
el
sitio
en que, durante
la el
más importante
mercader Kuteibah, siendo sus dimensiones cincuenta codos de
longitud por treinta de latitud.
El elevado pupitre que
Amr
hizo disponer para la lectura
del Coran, fué derribado por orden del califa á quien pareció poco digno
quedaran más bajos que
el
del
asedio de Babilonia
lector.
Amr, que hace mucho tiempo ha
Delante de
la
los oyentes
que
entrada principal veíase la morada de
desaparecido, siendo
muy
pocos los restos que hasta
nosotros han llegado bajo su forma original, hecho que no debe sorprendernos, pues al
cabo de treinta años de haber sido erijido mandólo derribar lo
hizo reconstruir de nueva planta añadiendo
incendio
al
el
gobernador Maslama, que
un alminar. Devorado
á su
\ez poi
un
cabo de dos siglos, volvióse á reconstruir.
Cuando después de haber corrido las vecinas é insignificantes callejuelas, y salvado los montones de escombros y basura se encuentra el viajero ante las paredes informes y obias má» polvorientas de semejante monumento, comprende que encierran una de la& venerables v mejor concebidas de la arquitectura oriental. vasto patio de la mezquita para experimentar
En
efecto:
basta atravesar el
una impresión de sorpresa, producida por
la
grandeza del espacio que rodean los pórticos, sentimiento que se trueca luego en pena é condeindignación al considerar la indiferencia con que se mira un edificio importantísimo
que se y que luego da lugar á la admiración y al respeto haciendo cuando grande, verdaderamente es cuanto de presencia en apodera del ánimo en la mente el abstracción de las lagunas y de las partes arruinadas, se reconstruye
nado á destrucción inmediata
,
grandioso conjunto de esta construcción sin par. mezquitas, Da^e á la mezquita de Amr el nombre de «la Corona de las
que en
cierto
como porque en un
>>
calificativo
corresponde, así por su venerable antigüedad y sus grandiosas formas, solamente en ella, los fieles de todas las religiones que reconocen ella,
modo
solo Dios, se
le
y han reunido más de una vez para
dirigirle
sus oraciones en las épocas
de peligro común.
Qué
espectáculo
el
que debió ofrecer en tiempo de Mahomed-Alí cuando
guiados por sus ulemas;
los cristianos de todas las confesiones conducidos
los
musulmanes
por sus obispos
260
EL CAIRO y sacerdotes; ]os judíos dirigidos por sus lectores y rabinos penetraron en el anchuroso patio de este templo y unánimes elevaron sus preces al Altísimo! Si el único objeto de tan grandiosa procesión no se hubiese reducido simplemente á alcanzar un beneficio material, la crecida del Nilo, hablaríamos de ella con
más entusiasmo
todavía que al presente.
Un exámen edificio
detenido de
más acabada
constituye la muestra
época
de este
disposición
la
nos parece tanto más necesario, cuanto que
más antigua
constituía la mezquita en
destinado
al culto
su origen no
manera alguna un
la oración, sino
y á
del templo en la
En
del arte árabe.
un
edificio
patio abierto,
rodeado de pórticos, sostenidos por pilastras ó columnas, de los cuales los situados en dirección á la
demás por
se distinguen de los
la
En ninguna mezquita pueden
adornos.
Meca
abundancia de sus faltar los al-
minares, que son unas torres elevadísimas construidas ordinariamente
encima de
de la portada, con frecuencia
al lado
puerta, y á los cuales sube el muezin
la
para llamar á los
fieles
templo que existia en ser considerado
como
más rudimentaria
la
el
la
prueba en
palmera.
Debe tenerse en cuenta
ello,
hecho de que
como
el
que pretendamos
no hicieron grandes pro-
Mahoma, y
patria de
el
de
ello
tenemos una
las construcciones
domés-
cabo valiéndose de materiales tan
ticas se llevaban á
simples
prototipo de la mezquita en su
sencillez.
averiguar las causas de
El patio del
antes del Islam, debe
las artes plásticas, sin
además, que
gresos en
á la oración.
Meca
fango y los troncos y ramas de la célebre mezquita de la Meca
Hoy mismo
se reduce á
un gran
patio porticado en cuyo centro se
Caaba y el pozo de Zenozem. Acaso el primer alminar no fué más que un robusto tronco de levantan
palmera fieles
la
al
cual subia el sacerdote para llamar á los
á la plegaria.
Más
adelante, cuando la religión
del Profeta resolvió elevar templos, los creyentes ALMINAR DE LA GRAN MEZQUITA DE BARKUK
modaron más
ó
ménos violentamente á sus
aco-
fines los
productos del arte existentes en los países que some—
EL CAIRO
Xo
tian.
tomaron en manera alguna
se
el
261
trabajo de asimilarse lo que encontraban
más
perfecto y acabado; ni ajustar las necesidades que sentían, las obras de artistas extran-
más
jeros
inteligentes y experimentados:
la
columna con su elevado
fuste recordó al hijo del
kubba:
desierto el tronco de su palmera: en la cúpula vio su antigua tienda, les satisfacían
considerar
la
introducirla
en
el
En cambio,
prescindir.
elementos
lo
egipcia, ennobleciéndolo con el exquisito sentimiento de lo bello que
hasta
tales
mismo los aceptaron sin vacilar. Sorprende verdaderamente el manera como el genio griego modificó el modelo de la columna poligonal y por
templo dórico como miembro orgánico
animaba á aquel pueblo, del
cual
no se podia
acuerdo en esto con su religión y su carácter nacional, procedieron de otra suerte con los pueblos que reducían á su obediencia con el filo de su los árabes, de
pues empezando por arrancar, sin
cimitarra:
el
menor escrúpulo,
columnas de
las
los
templos y de los palacios que encontraban al paso, por más que fueran majestuosos, venerables y dignos de ser conservados, las emplearon en sus construcciones, sin modificar
en
ellas cosa
alguna;
tal
mucho
cual las encontraban, y sin preocuparse poco ni
del
orden
arquitectónico á que pertenecían, de las dimensiones ó espesor de sus fustes, ni de la materia
de que estaban labradas.
para
Si
el
colocándolas encima de una base de tenia
más
fin
que se proponian resultaban cortas, elevábanlas
mayor
valor ni importancia que el de
altura,
mero
ya que para ellos
soporte.
de los bizantinos, llevándola á su completa perfección.
demás
natural,
del
arco en plena cintra,
tomado
la rica
cuanto á
basamento no
cúpula tomáronla
la
metamorfosis, por
mucho tiempo en los demás monumentos. En cambio pertenéceles abso-
ornamentación de las superficies planas por medio de arabescos, habiéndola
del arte de tejer estofas
más remota
En
el
la
conocido hacia
pueblos, se manifiesta por vez primera en sus
lutamente
Respecto á
antigüedad.
Si
no
la
y tapices en el cual eran consumados maestros desde la emplearon en sus construcciones de los primeros tiempos,
débese únicamente á que no se habían tomado
el
trabajo de trasladarla del telar de que
salían sus trajes de ceremonia y las alcatifas que cubrían el suelo de la tienda ó de sus
camarines, á las superficies de
En
la
mezquita de
á constituir
la
Amr
la piedra.
no se encuentra de
ella resquicio
alguno: sólo
más
tarde llega
tónica inseparable y característica del estilo árabe, al cual pertenecen también
motivos de ornamentación de formas estalactíticas, que en vano pretenderíamos hallar
los
estilo alguno, que tan felizmente y con tanta frecuencia empleaban para enlazar y delicadamente las líneas horizontales con las verticales, y que tan bien haríamos nosotros en emplear utilizando sus fantásticas formas donde fuese posible su aplicación.
en otro
artística
Prescindiendo de esto no
uno
sólo de los objetos del
falta
á la mezquita de
apresuraremos aquí á poner ante los ojos del el
llamar su atención sobre
Amr
una
sola de sus dependencias;
menaje que encontrarémos en todas
la
tumba
lector,
las mezquitas,
dejando para lugar
y que nos
más acomodado
del fundador, las escuelas, las fuentes públicas y los
demás establecimientos de beneficencia que suelen formar parte integrante de la inmensa mayoría de tales templos. El patio, en el cual hemos reconocido la forma más antigua EGIPTO,
TOMO
X-
66
EL CAIRO
262
de los lugares consagrados entre
culto
al
musulmán, llámase sakhn-el-gama; y en su
una palmera y una acacia espinosa
por Ja ley, que generalmente está cubierta y ricamente adornada. de
Amr
tiene á sus cuatro lados espaciosos pórticos
muro de
el
mira háeia
Meca, y que en
la
el
de
Amr
y encierra
lados Norte y
Sud
sola, bien
que pareadas,
—
el
del patio,
santuario ó litan, y así
no
tiene
más que
la
parte interior
El lado del sakhn-el-gama, que
es el de Oriente, considérase
LIVAN Ó SANTUARIO DE DA MEZQUITA DE
los restantes,
El patio de la mezquita
con columnas, que por
cerca desprovisto de aberturas.
apoyan contra
centro,
se encuentra la fuente para las abluciones prescritas
más sagrado que
AMR
como
el
tres líneas de
pórtico correspondiente á los
columnas, y
— siendo de advertir que excepción hecha de
un
el del
par, las
Oeste una
demás
un verdadero bosque de columnas, dispuestas en ¡=eis &obeibia, largas hileras separadas por intervalos iguales, que forman en su conjunto una sala proyectan extrañas líneas de sombra sobre el suelo cubierto de losas hechas pedazo^, y constituyen en su conjunto un espectáculo imposible de olvidar, áun á quien, como nosotios, derribaron,
el
lado oriental forma
EL CAIRO ha tenido ocasión de v er
el
templo
mezquita-catedral de Córdoba.
mármol y
es de
más
rico
La mayor
263
en columnas de cuántos existen, es decir
parte de las columnas de la mezquita de
la
Amr
sus ca-
piteles pertenecen á todas
variedades imagina-
las
arte antiguo;
bles del
pues aquí se encuentran el
acanto corínteo
lado
al
de la voluta jónica, y
el
bizantino de base cúbica, al
lado del perteneciente
á la época de los Tolo-
meos, adornado de
flores
y labrado por manos griegas. Unicamente se
ven excluidas de
como
sistema,
en todos los bes,
por
él,
acontece
edificios ára-
productos del
los
antiguo arte egipcio. esas columnas
hablar
referirnos
y
procedencia,
Si
pudieran
su
de cuántos
templos y magníficas que un dia exis-
iglesias
Memphis, He—
tieron en liópolis
y
otras ciudades
antiguas cercanas
al
Cai-
ro,
que se mantenían en
pié
todavía
al
edificarse
y de las cuales no queda hoy el vestigio más Fostat,
insignificante, nos conta-
rían
detalladamente
historia!
Hoy
tiene por
un
la
acaso sosMIMBAR O CATEDRA DE LA MEZQUITA DE KAIT— BEY
lado un arco
una columna procedente
del
templo de Vénus,
al
paso que
sobre una columna que existió en una iglesia consagrada á
En
el
fondo de la sala, en un
sitio
en
el
cual
una
la
el
extremo opuesto descansa
A írgen.
luz tenue y
semi-apagada contrasta
EL CATEO
264
con
deslumbradora claridad del exterior, ábrese
la
nicho para las plegarias, mirabh ó
el
kiblah, que no falta en mezquita alguna, el cual sirve para indicar á los creyentes la dirección
de la Meca, léese desde
él el
Coran en
y con frecuencia se ofrece adornado de izquierda del mirabh vése el mimbar
los dias festivos
A
ricos mosaicos y de incrustaciones de pedrería.
la
6 púlpito, construido de madera, al cual se sube por medio de una escalera, cubierta de delicada labor de talla, ó de acabadísimos trabajos de taracea, que remata en una cúpula
en forma de cebolla, parecida á un turbante, sostenida á su vez por un ligero baldaquino A la derecha del nicho veíase el atril (kursi), hoy destruido, sobre el cual en
de madera.
todas las mezquitas está colocado
misma
columnas que
línea de
el
el
Coran durante
mimbar,
los oficios.
se levanta
Más
cerca del patio, en la
un estrado de madera,
clikkeh,
con
su balaustrada ó antepecho, comunmente sostenido por cuatro piés ó columnillas, unas veces de quita y pon, otras sólidamente fijado á las
columnas de él,
la
mezquita, y destinado á pronunciar desde Dios y del Profeta,
los viérnes, las alabanzas de
en
de lo cual están encargados los auxiliares del imán ó
á los cuales incumbe repetir los versículos del
jetife,
Coran
,
que se leen en
el
mirabh, en voz elevada, á
fin
de que pueda ser oida por los oyentes situados en los
más extremos
sitios
de la mezquita.
Abdallah, hijo del fundador de Fostat.y del templo, es el
santo que se venera en este
sitio;
situada al Noroeste del livan, llama
pero su tumba
ménos
la
atención
de los habitantes del Cairo que tres columnas existentes
en
la mezquita.
De
ellas
dos pareadas se levantan en
el
pórtico del Oeste, desgraciadamente arruinado, siendo tal la
ros creyentes.
veneración de que son objeto, que
al decir
de las
gentes sólo pueden pasar entre las mismas los verdade-
PRUEBA DE VIRTUD
La verdad
es
que
bien comido y mejor bebido, á duras penas puede el pobre, flaco y mal alimentado, puede haceilo
el rico,
pasar por este verdadero ojo de aguja; cuando
con gran barriga,
facilidad
:
así es
más
que
cuando
las cuchufletas de los flacos,
abdomen
La
un buen musulmán contempla con pena su prominente triste figura,
que poner huena cara a
paso resulta angosto de sobras para
el
lo
que á su
seria menester.
tercera de
las
columnas á que hemos aludido, y que se
peregrinos, hállase situada en del látigo del Profeta,
ó,
el livan
comenzó á construir
visita
también por
los
cerca del nicho de las plegarias: conserva las señales
según otros que saben que esta mezquita no fué construida
hasta después de la muerte de
Amr
de
no quedándole más recurso, para no hacer
el
encerrarnos en los límites de
Mahoma,
gran patio, la
las del
solicitó
que empuñara
el califa
de éste ó de aquél,
verosimilitud histórica,
Omar. En cuanto
—--digamos
del califa paia
— que se sirviera enviarle una de las
EL CAIRO columnas de
Meca. El jefe de los creyentes
la
camino de Fostat: pero por más que sitio
en que se hallaba, visto
se lo dijo
lo cual
por
265
mandó una y
á una de ellas que emprendiera
el
permaneció inmóvil en
el
otra vez
que comprendió que no tenia intención
el califa,
alguna de obedecerle, sacudióle un tremendo latigazo, conjurándola á cumplir su mandato
en nombre de Dios y del Profeta. Inmediatamente remontóse el fuste por los aires, y derecho como una saeta fué á caer en el lugar en que se realizaba la construcción. Todavía
puede notarse
efecto
el
producido por
nombre
el
caractéres blancos sobre el fondo gris del fuste.
siendo por tanto
ni relieve,
parte integrante de
naturaleza: pero
que se destaca escrito en
los caracteres
no se nota hueco
explicar su existencia en la piedra: al parecer forma
misma, debiéndose
M. Lütthe supone que una
medio de
por
la
difícil
del Profeta
Tentando
tales caractéres á
un verdadero capricho de
se obtuvo semejante resultado atacando el
la
mármol
fuerte
presión, que produjo ligeras
modificaciones debajo de su superficie.
Contadas son
las ocasio-
nes en que se llena de
fieles
mezquita de Amr:
la
en
cambio hubo un tiempo en que sus paredes hoy desnudas, estaban cubiertas de brillantes colores y de res-
so
plandecientes
dorados,
abrían
otros tantos
sobre
mil doscientos no-
atriles
venta ejemplares del Coran,
y á
la
Fi,
hora del crepúsculo
A
1>E
MUSÜLMANES QUE ESTÁN kezanZ>u
Hoy
ardían nada ménos que diez y ocho mil lámparas. columnas tan solo: antiguamente, según se dice, su del año.
Fácil es imaginar,
después de
recinto tan profusamente iluminado, en el
raban para
la
oración
,
con entusiasmo
lo
dicho,
subsisten en pié cincuenta y dos
número el
momento en que idéntico
al
era
mayor que
el
de los dias
espectáculo que debia ofrecer aquel millares de creyentes se prepa-
que podía animarles tratándose de
disponerse para una batalla.
En
las
mezquitas nadie se sienta: no se ven en
sostiene que la oración es
una
ellas
bancos ni
silla».
El
musulmán
batalla continuada contra el e»pnitu de la» tinieblas, que
hombre con Dio» y el trabaja incesantemente en crear obstáculos á las relaciones entre el De aquí que los fieles para elevar á Dios sus oraciones, se coloquen en apretadas
Profeta. filas,
diría
como un
ejército
en presencia
una hueste que marcha es que 1 ~ EGIPTO,
TOMO
1.
del al
enemigo: viéndoles en semejante disposición se
combate bajo
la
dirección de
un
jefe; el
imán, que 67
EL CAIRO
266
dirige
la
operación de ataque en esta lucha contra los espíritus infernales. Parejas de
ángeles, enviadas por
el cielo
como
en
fila,
dumbre
sin abandonarle lleva idéntico
lugar ocupado por
el
un
nombre que
imán, es decir
instante
se
El frente de la
ponen
muche-
línea de batalla de los ejércitos, esto es,
el
nicho de piedra que dejamos mencionado, llámase,
el
terminadas las abluciones, por
mismo en que
la
la raiz hcirb,
los
parte en la acción, y se colocan á el
solo punto en tanto dura la oración.
según sus teólogos, procede de
Padre nuestro de
desde
fieles,
según hemos dicho, mirabh en
el
toman
auxiliares,
derecha é izquierda de cada uno de los
saff: el
lenguaje eclesiástico de los musulmanes, palabra que,
la faíiha,
que es
que significa guerra. La oración empieza, la
primera sura del Coran, como
si
dijéramos
musulmanes, y concluye por medio de una despedida dirigida á ángeles guardianes, y debe acompañarse con movimientos y genuflexiones, rik'a, cuyo los
número es distinto según las diferentes horas del dia. El alma del fiel, por punto general permanece indiferente á las impresiones de esas fórmulas estrictamente impuestas; mas es preciso confesar que en parte alguna he visto gentes tan profundamente identificadas
en espíritu con la oración.
más asiduo
En
el
Cairo,
al templo, pasa fácilmente por
lo
mismo que en
que no son siempre motivos desinteresados los que guian no es únicamente en en
el
ella
donde ora
el
otras partes, el concurrente
hombre sumamente
creyente: no una sino
al
piadoso, siendo de advertir
muslim á
la
mezquita.
Mas
muchas veces heme encontrado
desierto con un viajero que imaginando hallarse solo con Dios, postrábase sobre
la hora de la oración, y levantaba los brazos del modo prescrito, con tan sincera piedad, con fervor tan profundo, con el mismo arrebato que podría haberle
su pequeña alfombra á
poseído á tener la dicha de ver los cielos abiertos ante sus miradas.
EL CAIRO
De
propia suerte que
la
todas partes.
Sus mezquitas se construyen
sin
no ostentan carácter sagrado alguno,
piedra;
267
muslim encuentra á su Dios en
cristiano y el israelita, el
el
que se celebre ni
se
la
colocación de la primera
consagran sus piedras
ni
paredes,
considerando que sus dimensiones serian harto mezquinas para contener al Omnipotente que tiene por trono el cielo, y hace de la tierra el escabel para sus pies. Mesgid, que es como se pronuncia la palabra de la cual hemos formado la nuestra, mezquita, significa lugar donde se venera
Señor; pero los árabes
al
nombre de gumaa, lugar de reunión. mezquita
el
viérnes, que se celebra,
el
confundirse en una sola y
mimbar proclama «No hay más Dios que alto del
»
postra el
como un
suelo,
común
el
solo
como nosotros celebramos
el
domingo, para
aspiración, y escuchar la palabra del jetib, que desde lo
esta doctrina consoladora:
Alá,
Ante cuyas palabras
profeta.»
á sus templos
en efecto, ante todo y sobre todo debe ser la lugar de reunión de los creyentes: en él se congregan el iom el guada, el dia de
reunión, es decir
la
más comunmente dan
Y
y
Mahoma
la
concurrencia se
hombre, pegado
como anonadada por
el
el
es su
rostro contra
peso de semejante
verdad.
por
La mezquita, que según más antigua después de
dada edificar por la
el
opinión unánime, pasa de
la
Amr,
man-
es la
gobernador Ahmed-ibn-Tulun,
A
cual lleva su nombre.
pesar de que al ser
habian pasado escasamente dos siglos
construida,
desde la fundación de Fostat, la vida egipcia, y teatro en el cual se realizaba, habian
una modificación
el
experimentado
Amr
radical en todas sus partes.
habia prometido á los coptos que aceptaran
Islam
el
CALLEJON ANTIGUO
y satisfacieran la capitación, iguales derechos á los que disfrutaran los creyentes, y por lo tanto no tuvieron inconveniente en aceptar religión del vencedor. los débiles
por
La
los poderosos,
cuantas calamidades pueden imaginarse,
los habitantes del valle del Nilo
terreno para
Egipto,
el
durante
la
ello
La lengua de
los egipcios
las ciudades,
''la
hemos
con que los árabes transformaron
el
visto,
la antigua,
propiamente
abundante en palabras griegas, cedió su lugar accidentes gramaticales,
muchas de
las tribus de éstos se fijaron
el
en
sus hábitos de vida nómada,
mercaderes y artesanos, sabios y artistas en que con ser el desenvolvimiento genuino de aspecto especial.
habian diezmado
dominación bizantina, preparando de esta suerte
establecimiento de los árabes:
perdiendo con
la
guerra, la peste, las rebeliones, la persecución, la opresión de
al
y agricultores en el campo, emprendieron una vida nueva,
ofrecía en todos sus detalles tales,
el
un
copto, áspera, inflexible,
árabe, dulce y flexible
como pocas en sus
tratando de Alejandría, la asombrosa rapidez
Egipto; pero así
como
la destructora
pujanza del Islam
.
EL CATEO
2tíS
cavó con todo su peso y con todos sus horrores sobre civilización árabe encontró
en
de la fuerza creadora que encerraba en
una nueva el
la
antigua ciudad helénica,
nueva Fostat un lugar acomodado para
la
sí
aquellas informes ruinas hizo brotar
misma, y de
vida, múltiple en sus manifestaciones,
la
desenvolvimiento
el
y á propósito para enriquecer
el
mundo con
tesoro de sus bellezas.
Omar muere: Otman
perece bajo
el
puñal del asesino: á Meruan
II,
el
último de los
Abbásidas, y dos cientos años pasados desde el dia de su fundación, cede á ciudad Fostat, por su actividad y por la vida científica que en su seno palpita, no
Omniadas, suceden
los
alguna de Oriente ni de Occidente.
Mamun la
el
sabio (830), hijo y
ciudad fundada por
astronomía, para
segundo sucesor de Harun-er-Raschid,
Amr, encontró una
la cual sentía él
mismo
la teología; las ciencias naturales; la
al visitar el
Egipto y
escuela ya famosa, en la cual se cultivaban la
verdadera pasión;
gramática;
la jurisprudencia, inseparable
la filosofía; el
de
álgebra y la alquimia (química),
científica. El mismo cuyos nombres árabes conservamos aún en nuestra nomenclatura en los cuales se usaion el primer meridiano terrestre y construyó observatorios las traducciones instrumentos hasta entonces desconocidos, y á su tiempo se remontan
midió
conservación de tantas, árabes de libros griegos, latinos y hebreos, á las cuales debemos la Repaió y de la antigüedad, que sin ello habrían desaparecido completamente. obras tantas y en su con inscripciones que' todavía existen, el nilómetro de la isla de Roda, y
adornó
esplendor, bien tiempo alcanzó Fostat un elevadísimo grado de prosperidad, importancia y valiente del tiempo el hasta actual y emprendedor del Cairo límites que no llegó á los
Ahmed-ibn-T ulun de los débiles Gobernaba este hombre extraordinario el Egipto en nombre de uno prisionero de guena, Abbásidas residentes en Bagdad. Su padre, natural de Turquía y fue incorporado á la guardia del califa, que era
más
de los emperadores romanos, rompió regaló los
una corona.
una especie de tropa pretoriana, que, como la un cetro y más de una vez también
de una vez
alcanzar Merced á sus relevantes condiciones, no tardó Tulun en Ahmed-ibn-Tulun, que el palacio de su señor. Tuvo un hijo, de elevadas aspiraciones, nombiado científicos, resuelto,
primeros puestos en
dotado de grandes conocimientos
y
gobernador de Egipto, no sólo supo conducirlo por
el
camino
de pingües riquezas y de un ejército aguerrido, emprendió llevó á cabo, y fundó para él
y su
habitado, en los primeros tiempos, militar,
ensanchó
el-katija,
en
el
la
familia el
un
mandó
la
que disponiendo
conquista de la Siiia, que
sultanato independiente.
Después, de habei
palacio construido por sus predecesores en
ciudad en la dirección de
cual se
del saber, sino
la
ciudadela actual, fundando
el
el ai
banio
labal de
opamente construir una quinta magnífica: creó y dotó genei semana los cuales los viérnes de cada
numerosos establecimientos de beneficencia, en
mejoras juzgó convenientes, visitaba personalmente á los acogidos: llevó á ejecución cuantas debiendo ser entre ellas especialmente mencionada finalmente construyó
la
mezquita que todavía
la
lleva su
conducción de aguas potables, } nombre. Situada al Sudoeste del
EL CAIRO
270 sitio
sobre
cual levantóse
el
más
tarde la ciudadela, á la mitad del camino del Cairo antiguo,
hipódromo en
fue construida en las cercanías del dilatado la
cual ejercitaba sus caballos
el
nobleza árabe, sobre la fortificada colina de Kal’at— el—Kebsh
cual atribuía
Abraham
una leyenda un carácter
habia llevado á
ella
fuerte del cabrón,
,
En
especial de santidad.
á su hijo al sacrificio, debiendo su nombre
enviado por Dios para que ocupara
Pretenden otros que en su cima
haber sido
el
cabrío
el
macho
cabrío
lugar de Isaac.
aguas del diluvio detúvose
nombre
se debe á
primero de los animales que
Finalmente, dicen otros que
salió de ella.
al
el
arca de Xoé, y que su
macho
el
al bajar las
á la
según se cuenta,
efecto,
Ahmed
encontró
Ararat los restos del arca y los empleó construcción del friso de su mezquita, haciendo grabar
en Armenia sobre
en
la
en
ellos
todo
el
tituirse jefe
el
usanza oriental,
el
del rebaño, en
,
al
cons-
tomó, siguiendo la
sobrenombre de el-Kebsh,
como conductor
tanto
Acaso Ahmed-ibn-Tulun
Coran.
de una nueva dinastía,
cuyo caso
que vale el epíteto
de la mezquita se referiría á su persona.
Este príncipe bienhechor, que sintiéndose próximo á de sus súbditos que se reunieran en las altu-
morir
solicitó
ras de
Mokattam para orar por
cristianos truir
conforme
al
los
musulmanes según
una gran mezquita, para adornar
preseas otros
según
edificio grandioso, al
manifestarle
,
el
monumento debido
manera alguna despojar de sus
monumentos de épocas
refiere la tradición
nuevos,
el
el
á su piedad, no quiso en
un
él,
Pentateuco y los Salmos, y los Evangelio, cuando determinó cons-
Coran; los judíos según
no viese
la
anteriores.
Y
como,
manera de construir
no empleando más que materiales el
arquitecto griego que dirigiera la
conducción de las aguas, y al cual habia hecho encarcelar en virtud de una falsa acusación, que tenia concebido un plan para edificar una mezquita magnífica, en la cual no habría más columnas que las que indispensablemente debe
haber junto
al
nicho de las oraciones, parecióle tan bien
ORNAMENTO DE ARCO DE LA MEZQUITA
pensamiento, que desde luego determinó ponerlo por especie que ha obra, debiéndose á él el gallardo edificio, que no obstante las injurias de toda que fundadoi experimentado, subsiste aún, habiéndose con ello cumplido los \otos del DE IBN-TULUN
el
,
pidió encarecidamente al Altísimo que se salvara su mezquita,
si el
fuego ó
el
agua llegaban
á destruir la ciudad de Fostat.
Semejante
edificio
puede ser considerado como modelo perfecto de
la arquitectuia
aiabe
EL CAER O de los primeros tiempos.
en
En
cuanto
tres de los cuatro lados del patio
al
271
plan difiere poco del de
la
mezquita de Amr, pues
cuadrangular se halla rodeado de avenidas cuyo techo
de ensambladura no se apoya sobre columnas, como acontece en
la
mezquita de Amr, sino
sobre hileras de pilastras y robustas ojivas, abriéndose en cada arcuacion una pequeña ventana de herradura. Del lado de la Meca, cerca del nicho de las oraciones, existen cinco
órdenes de arcos y dos únicamente del lado opuesto. Los cuatro lados de cada pilastra llevan empotradas sendas medias columnas terminadas por capiteles bizantinos de yeso, en cuyos elementos Coste, después de él de Krenier han visto el prototipo de los hacecillos
y
LIVAN Ó SANTUARIO DE LA MEZQUITA DE IBN-TULUN
de columnas formando pilares, tan
comunes en nuestras
catedrales góticas.
No encontramos
todavía ni la espléndida ornamentación de arabescos, ni sobre la puerta los adornos de estalactitas:
pues áun cuando
y las enjutas están profusamente cubierpueden considerarse reminiscencia del gusto bizantino. Las
los capiteles, los arcos
tos de hojarasca de estilo árabe,
sentencias del Coran, trazadas á lo largo de las paredes, precisamente debajo de las cornisas, v escritas en caractéres cúficos que terminan en flores y hojarasca, pueden ya pasar por verdaderos arabescos. Las aberturas caladas existentes en la parte superior del muro,
de follaje. En cuanto á las paredes están construidas de llevan también ornamentación enlucidas con estuco, y el remate ó coronamiento de plomo, calado, ofrecocidos
adobes
y
EL CATEO
272
ciendo formas fantásticas, es verdaderamente notable, no obstante los considerables destrozos
que ha experimentado.
En
nicho de las oraciones.
El
más moderno,
cubre
A
santuario se levanta una columna bizantina á cada lado del
una restauración en
Sud y Oeste
los lados Norte,
rumores de
la calle.
tiempos, y
presente es
difícil
ánimo
el
la
mucho
época de los mamelucos bahiritas, en
En
mezquita.
á cobijar
el
el
centro del patio se eleva
la
una
cuerpo de Ibn-Tulun, v que hov
de las abluciones.
el interior los al
la
principio estuvo destinada
al
la piscina
producir en
es de nogal y marfil de exquisita labor; pero es
puesto que su ejecución es de
cual se llevó á cabo
cúpula que
el
mimbar
se levantan recios
Mucho ha
formarse una idea de
del espectador poco
alminares que flanqueaban
muros que impiden que lleguen hasta
sufrido el edificio en el transcurso de los la
profunda impresión que debia
De
tiempo después de concluido.
los cuatro
derrumbaron hace ya mucho tiempo:
el patio, los tres se
los arcos
han cegado y hase convertido en habitaciones el espacio comprendido entre las columnas, teniendo en tales casucas establecida su morada cairotas inválidos para el trabajo y mendigos se
importunos, que acosan sin cesar se
Las
al viajero.
han
salas hipóstilas que rodeaban el patio
sustituido por feos paredones con puertas y ventanas
cuadrangulares, y sólo recuerdan tan admirable las
monumento
dos,
y
los lados del livan
Junto
al
muro
alminar que puede
MEZQUITA DE IBN-TULUN
primitivo esplendor de
el
y su mutilada
crestería,
hornacinas y las rosas existentes entre los arcos tapia-
abiertos. CAPITELES DE LAS COLUMNAS DE LA
el friso
La
género.
que se han respetado y quedan occidental
exterior
considerarse ejemplar
un
elévase
único
en
torre propiamente dicha descansa sobre
maciza base cuadrada y forma tres cuerpos superpuestos, que disminuyen de
su
una
inferior á
primero circular y los dos siguientes poligonales. La cupulilla que les sirve de remate ha perdido la punta con que terminaba; pero sabemos que no era una superior, siendo
el
simple media luna, sino un receptáculo en forma de navecilla, en la cual se colocaba alimento
para los gavilanes que anidaban en la mezquita.
Lo que más llama medio de
la cual el
estado, que
la
atención en este peregrino alminar es la escalera exterior por
muezin
podía disfrutarse
la
vista de
que durante una sesión
una
se dirige de
no es posible servirse de
uno de
del
ella
mas en
más
más magníficos panoramas
los
consejo,
á otra abertura;
para llegar á la parte
ensimismóse
al
volver en
sí se
encontrara con
que se debia su preocupación
la
mirada de sus consejeros,
al intento
de construir
del Cairo.
Ahmed— ibn— Tulun
maquinalmente entreteníase arrollando en derredor de su dedo una
como
el dia se
el
halla en
tal
elevada, desde la cual
,
Se cuenta
que distraído
\
cinta de papel, y que
les dijo
para disculparle
alminar de su mezquita según
el
modelo del papel arrollado. Su construcción exigió dos años; pero parecieron tan inmensas a los cairotas las sumas en ella invertidas, que ibn-Tulun, para acallar sus murmuraciones, juzgó que era
lo
mejor que podía hacer, asegurarles que
el
descubrimiento de un tesoro
ACHMED EGIPTO.
TOMO
I.
EL CAIRO
275
les había proporcionado los recursos indispensables.
quiera,
se
ello
Dícese también que en tres ocasiones
con grandes riquezas que estaban enterradas; mas sea de esto
distintas encontróse
lo
que
que invirtió sumas fabulosas en obras públicas, no obstante haber
es
disminuido los impuestos, y perdonádolos completamente en cierta ocasión. Parece que en sueños oyó una voz amiga que le decía: «Cuando un príncipe renuncia sus derechos
»en beneficio de su pueblo,
Señor toma á su cargo
el
el
proporcionarle los recursos que
»ha menester. Este príncipe, que en su juventud había llevado una vida sencilla y casi austera, al lujo más desenfrenado en cuanto se proclamó independiente; mas no obstante
entregóse
las debilidades de
de
pesetas,
un
sostenido
que se
le
todo
y
con
acusa, dejó á su muerte
tesoro que no bajaba de 1,555.000,000
de diez mil
ejército
mamelucos con sus caballos trescientos
un
haber
y
,
para su uso
corceles
una guardia compuesta
particular;
de veinticuatro mil esclavos, y una
escuadra de cien buques de guer-
Con
ra.
lo
más importantes historia
de
muerte,
compren-
dicho puede
una de
derse que constituye
Oriente,
en
acaecida
la
y
que
su
el
mes
de
884, no obstante las con-
mayo de
empe-
tinuadas guerras en que se ñó, v su
las
de
figuras
amor
al fausto
v á las cons-
tracciones, fuera motivo de duelo
para
súbditos
innumerables
los
,
.
que tenia en
.
-i
la Siria
y
el
—
-|
i
•
DIBUJOS DEL MI MEAR DE LA MEZQUITA DE IBN-TULUN
¡
Egipto.
Siquiera se orara diariamente en las
de los Abbásidas,
v diez v
la
seis hijas,
mezquitas de Fostat para
el
bien y prosperidad
fundada era en realidad independiente: diez y siete hijos habidos en las diferentes mujeres que tenia en su harem, debieron al dinastía por
él
parecer asegurar á su descendencia una larga duración, y sin embargo, veinte y dos años después de su muerte quedaba completamente extinguida, y la dominación de los califas
abbásidas no sobrevivió en el país, á su caída, sino durante un brevísimo período.
Los
últimos gobernadores que reconocieron su autoridad antes del advenimiento de los Fatimitas, fueron el turco Mahomet-el-Ikhsxid y su esclavo negro Kofur. Éste después de haber ,
servido con una fidelidad completamente ciega á su señor y á los dos hijos imbéciles que
sucedieron, trajo
acabó por
asumir
el
gobierno á
fin
le
de hacer frente á las dificultades que
consigo una calamitosa época de hambre, peste y guerras.
Murió en 976
llorado
—
EL CAIRO
276
habia protegido con
los poetas á quienes
de todos, v especialmente de
mano
liberal.
La
imaginación popular herida por los contrastes que ofrecen los oscuros comienzos de su vida,
v
esplendente gloria que coronara sus dias postreros, forjó diferentes leyendas encami-
la
nadas á demostrar que refiere
una determinada casa, á
vivía en
»que
» Murió hace largos años.
»me »
dijo:
»A »
los astros,
— Escucha,
te revele
conocía á
si
afirmativamente.
lo cual contesté
cual ha de ser tu suerte?
lo cual contesté; lo único'
comunicarte algo más.
—Y
más que
llamóme y
él,
él
ella
según tu
— ¿Y esto qué es? — continuó. — Pues todavía quiero me
se los ofreciera
que puedo ofrecerte.
Serás dueño de
dia,»
estrellero
— Lo permito. — En consecuencia
y exclamó: Serás dueño en esta ciudad, y mandarás en
como
un
— ¿Y qué hace?
continuó: un dia que pasaba cerca de
Traía conmigo dos dirbem, y
»antojo.
»
¿Permites que
contempló
«llamóme á su lado y preguntóme
,
«Un
habian ya vaticinado su futura grandeza.
los adivinos
Abn-Djafar-el-Mantiki
dijo:
de esta ciudad, y áun alcanzarás los
honores más elevados: cuando esto acontezca, acuérdate de mí. Esto dicho fuime. Ahora le vi en sueños, y oí su voz que me decía: No has cumplido tu palabra.
»bien: ayer
»Deseo pues que
te
enteres de
si
ha dejado herederos. En
vista de esto
me
dirigí á
la
en que habia vivido, y supe que habia dejado dos hijas de las cuales la una está casada. á la que está soltera le » Kafur compró una casa de cuatrocientos dinares, se la regaló y » casa
»
entregó además doscientos dirhem para ayudarla á establecerse.»
el nieto
la
de su señor,
Mahometo
,
que contaba once años
,
y
Á
su muerte
los parientes se
le
sucedió
aprovecharon de
incapacidad del niño para apoderarse de su herencia.
En medio gran
de las calamidades que sufría
dificultad el hacerse
dueño del mismo
el
al
Egipto, se comprende que no habia de ofrecer
que se sintiera con condiciones para intentarlo.
Este hecho no se hizo esperar ella Diez años antes, un hombre decidido y resuelto, Obeid-Allah, que con razón ó sin uno de los descendientes de Alí, esposo de Fatima, hija del Profeta,
se hacia pasar por
habia fundado en
el
Norte del Africa un nuevo reino
schiita,
adoptando
el
nombre de Mehdi
conducido por Dios) y establecido en una de las penínsulas del golfo de Túnez la Después de repetidas floreciente residencia de Mahadiá, al presente del todo destruida.
(el
hacerse dueños de la mayor parte del África septentrional, y sus sucesores lograron hijo de Obeid-Allah, habia llevado sus armas al Egipto, Ivassim, Cerdeña. la Sicilia y
luchas
de
la
él
atacado la Alejandría y conquistado
el
Fayum. Cincuenta años más
tarde, el último de sus
todo el valle del Nilo. nietos, Mo’ezz, llamado por los emires egipcios, intentó apoderarse de En febrero de 969 envió á su general Djohar hácia el este con tropas elegidas. El visir
Ibn-el-Forat,
á
quien
apoderado de su persona
hicieron le
común, no pudo contener
traición
devolvieron la
invasión.
sus
compañeros,
la libertad,
á
fin
y
que después de haberse
de que hiciera frente al enemigo
Después de algunas alternativas y de
diferentes
negociaciones y hostilidades, durante las cuales los Mogrelitas iban ganando teiieno paulatinamente, trabóse una batalla decisiva en las cercanías de Gizeh. Los partidarios de la dinastía Ikhisita
fueron vencidos y apelaron á la fuga tomando diferentes direcciones.
*
i
%
?
i
»
-
'
- y
EL CAIRO Djohar vencedor, atravesó sitio
279
Xilo y estableció su campamento
el
en que más adelante debía fundar
el
Xorte de Fostat, en
el
ciudad ordenó ensancharla por
el
al
Cairo actual.
Al cabo de algunos meses de haber penetrado en
la
lado del Xorte, fundando
una población nueva, que debía juntarse con el barrio de Kadija fundado por Ahmed-ibn-Tulun y servir de habitación á los soldados de Djohar, así como
á la corte de los Fatimitas.
Siguiendo
golpe de piqueta en
momento en que
el
preciso
el
consejo de
Victorioso) pasaba por el meridiano de Fostat;
señalóse previamente
el
sitio
en
el
el
astrólogos,
los
dióse
Planeta Marte, en árabe
añadiendo algunos, que
cual debía elevarse la nueva ciudad
el
el
primer
Kahir
(el
partí conseguirlo, ,
por medio de un
ALMINAR Y PÓRTICO DE LA MEZQUITA DE IBN-TULUN
cordon del cual pendian gran número de campanillas, cuyo ioque debia ser
que á una emprendieran tecto,
los operarios
que esperaba una seña del astrólogo, diera
se posaron sobre las cuerdas, con lo cual
emprendieron su tarea en
el
preciso
la señal
su faena; pero aconteció que antes de que la
el
para
arqui-
orden convenida, las aves de rapiña
comenzaron á sonar
momento en que
el
de la nueva ciudad, á la cual, por este motivo, se dió
las campanillas,
planeta pasaba por el
y el
los obreros
meridiano
nombre de Misr-el-Kahirá,
Egipto victorioso.
Una
estrella de
buen augurio había
brillado en el preciso instante de su
comunicándole su poderío militar, y Djohar quiso asegurarle
la
victoria
nacimiento,
no sólo en
los
EL CAIRO
280
campos de
batalla sino en las serenas regiones del espíritu,
á cuyo fin
no
se limitó
á
construir templos y palacios en la ciudad nueva, sino que dispuso desde luego la creación
de una verdadera universidad, construyendo al efecto la mezquita de Azhar, que es aún el
centro de la vida intelectual de todo
el
Oriente.
.
4
I
i
i
*
;
G
I
P T O.
Orillas del Nilo cerca de Achmim. â&#x20AC;˘
EL CAIRO BAJO
LOS FATIMITAS Y LOS EYUBITAS :stas
tenemos
rimentado
transformaciones que ha expe-
las
la
ciudad de los califas
fundación. Al presente que ríodo
más
hemos
brillante de su historia
,
desde
nos sentimos
tentados á interrumpir la exposición cronológica que
comenzado, para describir desde luego
la
su
llegado al pe-
mezquita
el
hemos Azhar,
poniendo ante los ojos del lector sus deslumbrantes maravillas,
por
lo
mismo que habiendo
sido, desde
su fundación
por Djohar hasta nuestros dias, la fuente de donde ha brotado, y brota aún, toda la vida intelectual y religiosa de los
habitantes del Cairo, merece á justo título
corazón de
la
ciudad de los
delante de su puerta sin penetrar en ella, y
cuando no debamos abrigar aquel
al
el
temor de interrumpir
cuidado de un guia indígena que
monumento. En cuanto atendió con
mano
á Djohar
de
no sólo dotó abundantemente y
al
ella
I.
embargo adelante,
narración, confiaremos á
la
interior de tan
el
célebre
nueva escuela, sino que
la
con sus predecesores, cuyos restos hiciera trasladar
sus inmediatos sucesores deben, pues, TOMO
más
sostenimiento de los escolares.
el
Egipto y
alcanzaron, merced á la prudencia y cuidados que pusieron en EGIPTO,
de cabeza y sin
füé fundada la ciudad, el califa Mo’ezz hizo edificar en ella su palacio;
v tres años después fué enterrado en
A
el hilo
acompañará por
liberal á la dotación de los profesores
Tan pronto como 4 Egipto.
le
el
Pasaremos
califas.
el
el
Cairo
el
esplendor que
gobierno de un imperio 7
1
,
EL CAIRO
282
por demás dilatado, v que por medio de nuevas
vi as
abrieron
al
comercio de
la
India y de
Las caravanas partian de Tánger, situada en las inmediaciones de los Estados mauritanos de España, atravesaban por el Kairuan y Trípoli el Xorte de África, y conducían incalculables cantidades de mercancías a los Khanes del Cairo, que en brevísimo tiempo había llegado á ser la ciudad más importante de Oriente. Desde dicho las regiones del centro del Africa.
el Egipto y la Siria, en tanto que en los puertos de Chvsma y de Aidab, situados en el mar Rojo, se cambiaban los géneros destinados á ser conducidos por el mar, con los que de Ultramar procedian. Los fatimitas,
punto otros convoyes de camellos ponian en comunicación
amantes
en palacios magníficamente dispuestos, y á
del lujo y de la ostentación, vivían
imitación suva los cortesanos y potentados luciéronse construir magníficas habitaciones, en los árabes. las cuales tuvo ocasiones frecuentes de exhibirse el gusto artístico de
La
sura quinta del Coran prohíbe á los creyentes
formas vivas y
los juegos de azar.
el
Esto explica que ni
uso del vino,
la
representación de las
la escul-
tura ni la pintura figurativa hayan hecho progresos notables entre los árabes, alcanzando
de artes no-
la consideración
bles; pero en el Cairo, durante
la
dominación fatimita,
pasóse por encima de lo pre-
ceptuado en tapices
el
Coran, y en
de exquisita labor
podían contemplarse los retratos de los soberanos y de
personajes ilustres del isla-
mismo. En VASO ANTIGUO EGIPCIO
la capital existian VASO ANTIGUO EGIPCIO
talleres en los cuales se cons-
de ornato principal truian muebles artísticos de toda especie, y de los cuales salian objetos gacelas y mente para la mesa y en especial figurillas hábilmente modeladas representando de porcelana vitrileones, elefantes y girafas, teniéndose por incomparables ciertos vasos animales. Este género de cerámica había sobre soportes de hombres ficada,
que descansaban
y
sido ya cultivado por los antiguos egipcios; mas, fatimita excedieron en
mucho á
según parece,
los pintores de la época
los decoradores de la faraónica, que, por lo
mismo que
objetos que desconocían las leyes de la perspectiva, no lograron jamás dar relieve á los Téba» pint representaban. Sin tales elementos érale imposible al artista de Memphis ó de que. penetraba por ejemplo, una bailarina que materialmente parecia desprenderse del muro, ó ,
en tiempo de los fatimitas, Ibn—Aziza y Komi de retratos de eximios poetas, pintados en también según manifiesta Makrizi. Háblase el fondo de la cisterna, la época que nos ocupa, y de un cuadro representando á José en cuanto á la escultura En atención. la poderosamente llamaba color, que por su vigoroso
en
él,
como
lo
hicieron en el Cairo,
HAREM DE UNA CASA EN TIEMPO DE LOS CALIFAS
%
,
!
285
EL CAIRO
no sólo producían los que la cultivaban objetos de ornamentación, y figuras de animales caballeros armados de todas más ó ménos fantásticos, sino también formas humanas y
piezas.
Los árabes habían abandonado muy en sus comienzos el sencillísimo arreo de sus antepa especialmente sados por los espléndidos trajes usados por los pueblos que llegaron á someter, prendas por los Persas: en la corte de los califas de Bagdad invertíanse sumas inmensas en de vestir hechas de riquísimas estofas, y como los fatimitas trataron de igualar en este punto á los abbásidas, estableciéronse en
el
Cairo grandes talleres en los cuales
se labraban exquisitos bordados sobre finísimas sederías,
de oro, trajes de cey se construían turbantes bordados remonia en los cuales se veian los nunogramas de los califas (tiraz) y vestidos de mujer adornados con inscripciones. Makrizi refiere sobre el particular curiosísimas noticias, y da cuenta además de las hermosas muestras de artísticas labores árabes que se conservaban en el tesoro de los fatimitas. Los trajes de ceremonia, adorna-
dos con
el tiraz,
llegaron á representar papel tan impor-
en tiempo de los sucesores de Mo’ezz
tante
intendente del Tiraz acabó
más
cargos
No
el
elevados de la corte.
fueron
las piezas de
que ,
por constituir uno de los
ménos notables
armaduras. Los
los trabajos de orfebrería y orífices así
labraban joyas
para las mujeres como para los hombres, puesto que uno
ALABARDA Y LANZA PARA LA CAZA DEL LEON Acero con ambatilos de plata del tiempo
de los Fatimitas la ostentación de collares y y otro sexo competian en brazaletes: mujeres habia, según refieren las crónicas, que se cargaban hasta tal punto de
joyas y pedrería, que se veian en la imposibilidad de andar como no fuera apoyándose en otra persona: v en cuanto á los hombres consumían tesoros inmensos en armas preciosa-
mente labradas. En
el
adorno de
las casas
empleábase cuanto producía
el arte
contemporáneo;
paso que en estucados muros resaltaban magníficos arabescos de oro y colores, tapices riquísimos y esmaltadas porcelanas, en los suelos podian contemplarse mosaicos
pues
al
EGIPTO,
TOMO
I.
EL CAIRO
286
diminutos de prolija labor, ó mullidas y perfumadas alfombras. Háblase de un tapiz, de la época de Mo’ezz, que tenia representadas las ciudades más importantes del mundo, al lado de cada
una de
las cuales
había un texto
explicativo con caracteres de oro y de plata, que
había costado
nada menos que 22,200 dinares
(165,000 pesetas). Los ebanistas agotaban todos los recursos del arte
taraceados
,
en la fabricación de muelles
para los cuales empleaban ricas
ma-
deras de color oscuro sobre cuyo fondo resaltaban
á maravilla las complicadas labores realizadas con
maderas de color más
otras
claro,^ con nácar
v «j
con marfil; y jamás se han visto fundas más bellas para cojines y almohadones, que las que
tejidos DAMASCO DE SEDA ARABE DEL SIGLO De un
las
estofas
En
otro lugar
de Damieta:
en
Museo
ellas
Germánico
figuras de animales diversos, así
en aquella sazón en Egipto.
hemos hablado de
II
vestido de Enrique el Santo en Bamberga.
con los preciosos damascos
confeccionaban
se
como en
veíanse hábilmente reproducidas caprichosas
las recias estofas
llamadas diback veíanse flores
de cuya riqueza y perfección podemos formarnos idea por las vestiduras sacerdotales, especialmente capas pluviales, que usan todavía los ministros del
de mil diversos colores,
culto católico.
Los obreros más hábiles eran
los
cristianos coptos de la Delta y de Siut en el Egipto
superior, en cuyos puntos se fabricaban tejidos para
muebles de rojo púrpuro (carmesí). utensilios
como
más
sencillos del
Hasta
menaje casero,
los tales
objetos de alfarería y de latón presentaban
y estaban adornados con diminutas labores taoushir, siendo de ello testimoformas graciosísimas
nio fehaciente los jarros y palanganas de que se
servían para lavarse las
manos después de
las
comidas, las lámparas y faroles por medio de los cuales se iluminaban los patios y aposentos, los platos,
suma
las
fuentes,
los
vasos,
botellas,
las
en
y los botes, frascos y demás cachivaches en que guardaban las esencias, perfumes y aguas de olor, de que hacían todas
las
piezas
de
vajilla,
,
conservada en
el
TELA ARABE Museo germánico de Nuremberg; fondo rojo doradas
costuras amarillas y gran consumo, y á los cuales tan aficionado ha- subido y hoja gris, alternando las bíase mostrado el Profeta, y hasta las golosinas, confituras, jarabes y sorbetes, en cuya
confección son aún hoy dia maestros los cairotas, que saben confeccionarlos de mil
maneras
EL CAIRO distintas, revelaban el
Ya
corte de los fatimitas.
287
extremo á que había llegado se
el
refinamiento del lujo en la suntuosa
comprende que no podían quedar
atrás los placeres de la
mesa,
y para convencerse de ello bastará sentar que con frecuencia inspiraron á los poetas, y
que en
las relaciones
hechas por antiguos viajeros se hace especial mención del número
de cocinas que funcionaban al aire libre, y de los que con su horno portátil iban de acá para allá, fijándose en la primer esquina que hallaban al paso.
Así Sebastian Frank se
expresa
en
estos
términos:
«También existen
allí
quince
»mil cocinas comunes en las »
cuales se preparan diaria-
» mente
muchas
suertes de
manjares cocidos y asados; »pues los habitantes guisan >>
»muv
poco en sus casas, por
»cuyo motivo
que se de-
los
» dican al oficio de cocineros
»van de aquí para
»un aparato que » cabeza
»un
allá
con
llevan en la
en cuyo centro hay
hornillo y en derredor
» diferentes
manjares ya pre—
» parados,
y los que quieren
» comerlos
no tienen más que
» bajar á la calle,
donde por
»poco dinero y según su » gusto, el que ha dispuesto »el guiso, les proporciona lo
»que han menester presente se ven aún
1
.»
Al
nume-
rosos figones en V..UL las esquí— xas ñas i, y recorren las calles de la
un
ESPOSA DEL JEQUE DE KOECHE
ciudad numerosos vende-
dores de comestibles. libro
muy
confeccionaban
Un
historiador del tiempo de Saladino
voluminoso para consignar una por una :
pudiendo formarse idea de
de aquella época, por
la
la
sienta
las golosinas
manera como
que seria menester que en Egipto se
vivían los príncipes y
fórmula que da menudamente de un cierto pastel
magnates
al cual
según
parece eran bastante aficionados. Para ello empezaban por tomar treinta libras de flor de
harina que amasaban con cinco libras y media de aceite de sésamo:
hecha
la
masa,
1 Xo sabemos lo que hoy acontece; pero no hace todavía muchos años que en Valencia acontecía algo 4 esto parecido, va que en inmensa mayoría de las casas no se guisaba, llevándose al horno los platos que la familia debía consumir. V.
—
la
EL CAIRO
288
dividíanla en dos porciones iguales y de ellas batian la
una hasta
dejarla reducida á
una
destinado á este objeto, provisto torta muy delgada que colocaban en un utensilio de cobre un picadillo de carne de ternera de asas muy resistentes. Encima de aquélla extendíase rellenos á su vez de sobre la cual descansaban los cuerpos de treinta corderillos asados, gengibre, canela, macigo, carne picada aromatizada con alfóncigos molidos, pimienta,
cardamomo y nuez moscada, rociándose el conjunto con agua de io»a» que dejaban los corderillos y entre uno y otro colocábanse pollas, con más cincuenta pajarillos tales como codornices, tantas otras y
coriandro, comino,
En
v almizcle. veinte pollos
los espacios
alondras, etc., rellenos unos de carne y rebozados en
vino dulce ó en ojaldrados
,
zumo
de limón.
yema
de huevo; cocidos otros en
Servian de complemento á todo este aparato, pastelillos
rellenos unos de carne, otros de sabrosas
confituras,
y á veces de quesos
Dispuestos tales elementos en forma de cúpula vertíase aceite aromatizado con v la otra mitad de la masa del esencia de rosas, almizcle y polvo de aloes, y preparándose que la primera, cubríase el todo de manera que no quedara resquicio natillas.
mismo modo
situación se introducía en el homo. por donde pudieran escapar los vapores, y en tal se conocía por el tinte dorado que cual lo punto, su en estaba masa la En cuanto
tomaba, sacábase de
él,
enjugábase
la
grasa con una esponja, rociábase de nuevo con
de ser servida á los reyes y á esencia de rosas y almizcle, y se juzgaba en disposición partidas de campo, ó en las expediciones venalos grandes señores, especialmente en las torias.
no
trasportarse fácilmente, pues sobre contener tantos y tan diversos manjares podía buen aspecto y más grato sabor y tardaba mucho en enfriarse.
se rompía, ofrecía
La más
Persia
regiones de Andalucía producian la esencia de rosas y más tarde las Armenia la más rica esencia el más afamado aceite de palma; la la esencia de violetas, y el Egipto ó clavo de especia
preciada; Basara
de cinamomo; Kufa
el
y
clavillo
mas con
el
suave perfume del
la
época de los Faraones dábase
lirio;
la
todo esto,
lo
mismo durante
preferencia á los
los calificas
aromas procedentes de
la
que en Arabia
El consumo que debió hacerse de perfumes es incalculable; pero puede formarse musulmán Egipto del en los tiempos de esplendor precepto religioso los musulmanes debían idea de ello considerando que en virtud de un en aceites odoríferos; que perfumarse todos los viernes; que los cadáveres se bañaban con esencias vegetales; que la moda los sorbetes y los platos de dulce se perfumaban embalsamado, \ que se peí fuma exigía que en las casas ricas se respirara un ambiente las los regalos que se hacían unas a otras el papel en que se escribían las cartas y se daban hombres los perfumada, agua en bañaban se personas conocidas. Las mujeres otros empleaban para su en la barba y cabellos con pomadas de suave olor, y unos y las grandes festividades se En verdes. amarillos rosados, y aseo jaboncillos olorosos hasta los vecinos quemaban perfumes en todas las calles de la ciudad, á fin de que meridional y de
más
la
costa de
los
Somalí.
una sensación de placidez y pobres, respirando tan grato ambiente, experimentaran
bienestar.
EL CAIEO Dicho se
289
que no habian de serles desconocidos
y á más del opio que se elaboraba en Siut, en cuyos campos, según dejamos indicado, crecían abundantes las está
adormideras
jaxjax
(
1
los narcóticos,
hacian uso tan frecuente del hasduich
A
creyó obligado á dictar repetidos edictos prohibiéndolo.
que
el
los árabes se
sultán Bibars se
debe
el
descubri-
miento del alcohol, y si bien es verdad que en tiempo de los califas se fabricaba áun la cerveza, que como sabemos era una de las bebidas fermentadas de que más consumo se hacia en
el
antiguo Egipto, los musulmanes, no obstante las prescripciones del Coran diéronle
preferencia al
zumo
de la cepa, del cual sólo se abstenian los sinceros creyentes.
la
Musulmanes
hubo, y no pocos, especialmente de los de los primeros tiempos, que negaron que el Profeta hubiese prohibido el uso del vino, y á juzgar por los muchos cantares báquicos que de sus
más eximios
poetas
En un
de consignar admiremos algunos textos.
«El Profeta,
hemos de deducir que eran
hasta nosotros han llegado,
adoradores y admiradores entusiastas del jugo de
fervientes
testimonio de lo que acabamos
antiguo manuscrito de Tha’abili, se
bendición del Señor sea siempre con
la
En
la vid.
él,
ha dicho que
el
lee:
vino puede beberse
»y que podemos beberlo para fortalecernos después de la comida y antes de ponernos en camino, y para quitarnos de encima el peso de las amarguras y de los cuidados.» En otra
»
parte se dice:
«Sólo un alma villana puede prohibir
«ha por fuerza de consentir su bebida: »el ladrón
son
el
únicos capaces de vituperarlo:
los
vino: quien tenga nobles sentimientos
el
generoso y
el
magnánimo
mas no
lo alaban: el
avaro y
os entreguéis á la embria-
»guez que deshonra y envilece.» Al vino se le da el nombre de «alquimia del regocijo» «El mundo es una querida, y el y «don el más grato con que el mundo se regocija.» »vino la dulce humedad de su preciosa boca 3 .» Lno de los más inspirados poetas árabes
—
escribió Deja
Y
al
— ya tardío, ya veloz — de la cepa en el licor. —
tiempo que discurra
tus pesares ahoga
guarda bien tu corazón; Mas si tres veces bebiste No te escape la alegría y reste sólo el dolor.
—
— de toda humana aflicción; mejor. es Sigue, pues, este consejo, — que te Deja al tiempo que allá corra, — en su varia mutación; es peor Si es propicio, bebe fuerte; — y mucho más Es
el
vino panacea
el
fio
4.
si
Burlándose de
mañana
el
los
preceptos
religiosos
que ordenan á
los
creyentes la oración de la
poeta Al-Motadid finge otro precepto que prescribe á los fieles beber á
la
misma
hora, expresándose en los siguientes términos:
—
V. El nombre catalan de la adormidera cascall recuerda perfectamente el árabe. V. Xarcótico que se prepara con el zumo de las hojas del cáñamo. En alsrunas tabernas de Andalucía se leen rótulos muy característicos, tales como los siguientes que en este momento recordamos: Nota del Traductor. Establecimiento de buenas costumbres.» Saca-penas. «Quita pesares. 4 La traducción en verso de esta composición, hecha sobre la alemana de Schack en la obra antes citada, se debe á D. Juan Font y '
—
2
3
—
—
Guitart.
—
— Nota del Traductor. EGIPTO,
TOMO í.
73
;
!
EL CAIEO
290
¡Mirad como
En
el
los
Está
huerto resplandecen
El
Olvida sus penas todas
Quien por
la
mañana
Y
bebe.
Finalmente, Ibn-Hazmun se burla así de No Poco
es
un crimen beber
el
precepto
me
la mañana mandado al creyente; tiempo es húmedo y frió.
Que beba por
jazmines
calentarse conviene.
la hipocresía
La
vino;
de los anacoretas y derviches:
g-arg-anta se les seca
Con tanta oración nocturna,
asusta;
Hasta los mismos derviches
Y
Lo beben y disimulan.
Vino en abundancia apuran.
Mi casa
á fin de
que
se refresque
es cual sus ermitas
Lindas muchachas figmran Los muecines; y los vasos, No las lámparas me alumbran h
Para formarse idea
del
consumo que
nos referimos, bastará consignar que mil dinares en un dia.
Los monjes
el
se hacia de vino en Egipto, en la época á la cual
impuesto que
satisfacía dicho licor llegó
cristianos lo bebían también, y el poeta
vivía en la época de los fatimitas describe con alegres toques
con sus camaradas en un monasterio de
Sicilia,
á producir
Ibn-Hamdis que
una noche que pasó bebiendo
en cuya tierra se dan los mejores moscateles
mundo, y en la cual por una moneda de plata le dieron «oro líquido.» Los príncipes y los magnates tenian en sus palacios vajillas de oro y de plata, de cuales formaban parte fuentes de ónice y de otras piedras no ménos ricas. Los mangos de del
las los
cubiertos y cuchillos eran de jaspe y de cornalina; los vasos de cristal de roca, y muchos y variados los objetos de vidrio tallado y de diferentes colores. Pero al paso que las piezas de
harem deslumbraban por su
recibo,
mandara y
la calle
estaban dispuestas con gran sencillez
el
que inspiraban
la codicia
mente durante
el
do los príncipes y
;
la
lujo, las habitaciones
y es que
la desconfianza
,
que correspondían á los celos
y
el
temor
envidiosa mirada de los transeúntes, especial-
reinado de los últimos sultanes, ponían á los ricos en
el
caso de no hacer
pública ostentación de sus tesoros.
Los jardines eran también objeto de singulares cuidados, resultando de aquí que los el particular los más entendidos en el arreglo y disposición de los mismos.
árabes fueran en
Los poetas y viajero
los prosistas de aquel
Abn Beker
el-Heraví,
muchas veces su nombre sobre
tiempo hacen grandes elogios de su magnificencia:
el
conocido entre los árabes por Kiselak por haber puesto los
monumentos,
entre las plantas que dice haber visto en los
jardines egipcios, nos habla de rosas de tres distintos colores, de dos especies de jazmines y llores de loto, de mirtos,
de junquillos, de crisantemas, de violetas blancas de suavísimo olor,
de alelíes y claveles, citando entre los árboles que en los mismos se cultivaban la palmera que ofrecía sus frutos en diferentes estados de madurez, los bananos,
el
limonero,
el
sicomoro,
la cepa,» puede 1 Quien quiera más noticias, y más composiciones sobre el aprecio en que los musulmanes tenian «el grato licor de consultar la obra referida, en la acabada traducción debida á la pluma, del Excmo. Sr. D. Juan Valera.
JARDIN REAL DEL CAIRO
.
.
’
-
-
.
’
.
EL CAIRO
293
fecundas parras de las cuales pendian racimos blancos y rojos, las higueras, los almendros, coriandros, melones, pepinos é innumerable variedad de legumbres y hortalizas, entre los las
cuales debe hacerse mención del sabroso espárrago de Egipto
Según
antiguos.
.
famoso ya en
además de
otro escritor los jardines del califa,
tiempos más
los
las plantas raras
que se
encuentran en nuestros jardines, tenían palmeras, cuyo tronco hallábase revestido de planchas de metal dorado, y debajo de las cuales se ocultaban ciertos tubos por los cuales salían aguas cristalinas
que parecían brotar del árbol.
Con
las flores
samente dispuestas y recortadas se trazaban adornos glorietas, dispuestos para tomar el
que crecían en los acirates, cuidado-
é inscripciones,
y en los cenadores ó
rumor de
fresco, acariciaba el oido el
pequeños surtidores y el trinar de pintados pajarillos que anidaban en los canastillos
pendientes de
la
techum-
bre, en tanto que cruzaban las avenidas
pavos reales y otras aves de hermoso
Muchas de
plumaje.
las
plantas que
hoy poseemos proceden de Oriente, habiendo llegado á nosotros, mejoradas, por
el
suma,
intermedio de los árabes
mundo
el
:
en
legendario de este
pueblo seria inconcebible sin
la
exis-
tencia de los jardines, ya que sólo en ellos
puede contemplar
el cielo,
descu-
bierta la faz, el rostro bellísimo de las
hermosas, que son preciado ornamento
harem: razón por
del
la cual
su interior
está fuera del alcance de las miradas del transeúnte,
medio de
ellas
Hasta
los
que podría entablar por
amores
secretos.
mismos templos, por más que en su
interior ofrecieran tesoros de magnificencia,
en su exterior eran pobres y hasta humildes, debiendo fijarnos exclusivamente en la puerta principal, en los frisos, en los alminares y en los bellísimos adornos que revisten la cúpula, si
queremos formarnos idea de
durante
la
la habilidad que distinguía á los arquitectos y escultoi’es, que época dejos fatimitas habian conseguido emplear en las paredes de las mezquitas
y de los palacios los complicados arabescos y las gallardas inscripciones que durante mucho tiempo aplicaron á los tejidos, sacando de ellos, para las superficies planas un sistema ,
de decoración que
v «J
al
al
par hablaba á la imaginación y
al
sentimiento artístico, á la reflexión
deseo de instruirse.
Escasos son los restos que se conservan de los edificios construidos en dicha época, EGIPTO, TOMO 7A I.
EL
294
CAffiO
siendo verdaderamente una pérdida irreparable; mas, como por fortuna nos quedan no pocos libros
en los cuales se describe detalladamente
puede consignarse sin
la
menor
arquitectura árabe, de los cuales,
el
esplendor do
muchos de
vacilación, que
la corte
de los fatimitas,
los elementos característicos á la
siquiera tomándolos de
monumentos
pertenecientes á
épocas posteriores, ofreceremos ejemplares, alcanzaron ya completo desenvolvimiento en
tiempo de dichos príncipes.
Cuanto acabamos de decir tiene aplicación completa en
lo
que se
llaman estalactitas, y cuyo origen háse creído encontrar, equivocadamente, en las formas fantásticas que ofrece la naturaleza en el interior de las grutas, de cuyo techo se destila el
agua gota á
No, no son
gota.
tales imitaciones, y
«una formación arquitectónica de un género »
pasar por un elemento de construcción,
»y
en opinión de Ivuvler, debe verse en ellas
particular,
cuya extraña apariencia
como por un elemento
orgánico, en
el
así
puede
sentido ideal
propio tiempo decorativo.
al
»
Dicho elemento encuéntrase
»
empleado ya, ora como medio
»de transición, ora para pasar á »los accidentes que sobresalen;
»por ejemplo, para llenar los » ángulos
cuando se levanta una
» cúpula sobre
una cámara cua-
y aún en ciertos distintos unos de
»drangular, » casos
muy
» otros,
para que hagan las veces
»dc arcos torales v de bovedi»llas.
BALCON CONSOLA DEL ALMINAR DE LA MEZQUITA DE EZBEK
»cn
las
»que
el
remate de
la
» ménsulas
y diminutas liorna—
el
»cinas, que sirven de estribos á » arquillos
apuntados que apean
ménsula superior descansa
las partes
tres clases: árabes,
los
al
lado y
CAPITEL PERSA TURCO DE ESTALACTITAS
encima unos de
casi sobro la
cima de
la
otros, de suerte
hornacina central,
superiores sobresalen á manera de candelas pendientes.» Técnica-
las estalactitas sirven
Schmoranz, uno de
especial do
cual pequeñas
en
ménsulas, vense colocados regularmente
»de suerte que
mente
Es un sistema
» casetones
para disponer las partes de
que más profundamente han conocido
modo que vayan el arte árabe, las
ascendiendo.
ha dividido en
persas y moriscas; teniendo en cuenta que cada una de ellas ofrece manera de tratar los materiales
caractéres singulares que las distinguen, especialmente en la
empleados en su construcción, madera, yeso, tierra cocida ó piedra.
Las
estalactitas
no
pintadas, en las cuales el efecto procede exclusivamente de los contrastes resultantes de la luz, difieren
completamente por su forma de
las
que están pintadas de diferentes colores.
Del palacio construido por Djohar para sus señores, nada queda absolutamente, pero
EL CAIRO podemos formarnos de
Al-Man sur de
Bujía, en Argel, que pertenece a la
«Siglo tras siglo háse deslizado
un
» levantado
295
idea de lo qnc seria, por la poética descripción que hace
el
tiempo sobre
el
misma
país de los griegos, sin que en él se
»cámaras de techo clavadísimo, en sus salas que ofrecen » permites gozar,
Omnipotente Señor, anticipadas
» crecen los creyentes
en
la práctica
»los umbrales de la otra vida,
fresco y
las delicias del
En
edificio.
haya sus
perfumado ambiente, nos Edén. Contemplándolo se
de las buenas obras; pues comprenden que
han de encontrarse con jardines mucho más
»E1 pecador que logra verlos abandona
del
época:
que en magnificencia pueda compararse á este
palacio
Ibn-Hamdis
al
franquear
bellos todavía.
extraviada senda, se arrepiente de las faltas
la
»cometidas y se hace digno de la celeste misericordia. Cuando los esclavos abren sus puertas »los ángeles hacen llegar » dulce
al
oido del que entra
un
y arrobador «bien venido seas;» y hasta
»los leones que tascan junto á la puerta los acera-
«Alah es
»dos eslabones, rugiendo dicen: »nipotente.»
» sobre el recien llegado
dazarle,
para
el
Om-
que se disponen á saltar
Diríase
castigar
con
su
el
intento de despe-
osadía en
penetrar
»donde no fué llamado... Las marmóreas losas »del palacio semejan delicadas tapicerías, sobre las » cuales se hubiese
sembrado alcanfor molido; en
»sus intersticios brillan nacaradas perlas, y ya » desde gran distancia se perciben los perfumados »efluvios de su ambiente impregnado del
»del almizcle. ¡
» tienda la
noche
» deslumbrante
»por
sí solo
Qué importa que el
el sol
aroma
se oculte y
velo de sus tinieblas,
si
el
resplandor de este palacio basta
para disipar la oscuridad
más densa!» MEZQUITA EL HAKIM
Refiriéndose luego al elegante surtidor de di-
cho
edificio, dice
que estaba rodeado de leones que arrojaban chorros de agua que rujido temeroso del rey de las selvas; y que en
de sus fauces imitaba
el
recipiente donde caia el
agua
se elevaba
un árbol de
el
al
brotar
centro del
tan maravillosa estructura, que con ser
de metal parecía recien arrancado de un jardín, y que los numerosos pajarillos que en sus
ramas estaban posados despedían por sus picos
hilos de agua, sobre los cuales jugueteaba el
en mil cambiantes de color, y que de sus hojas caia incesantemente menuda lluvia. Hasta las puertas y los techos de tan suntuosa morada hace Ibn-Hamdis objeto de sus
sol
ntusiasías descripciones, diciendo de aquéllas que estaban adornadas con esculturas y clavazón de oro, y de los segundos que ostentaban sorprendentes pinturas representando únenos jardines y escenas de caza, tan bien hechas y acabadas, que para encarecer el mérito
EL CAIRO
296
que
del artista
»esas figuras y El edificio
las llevó á ejecución follajes,
más importante
mezquita debida
al
no vacila en decir: «Para comunicar tanta luz á todas
por fuerza debió mojar sus pinceles en construido en
el
mismísimo
sol.»
época de los fatimitas, es
la
segundo de los sucesores de Mo’ezz. Medio derruido, no son muchos
los
del Cairo,
la
objetos que conserva verdaderamente dignos de atención; pero cuando se sabe lo que fue la
vida de su fundador
Hakim, es
fuerza convenir en que dicho califa, que subió al trono á la
edad de once años, constituye una de
las figuras
de aquellas cuya personalidad resulta
más incomprensible,
rios aspectos
que ofrece
Para que de
.
ella se
más
singulares que ofrece
la historia,
y una
á consecuencia de los contradicto-
forme idea bastará consignar que durante
los
años postreros de su existencia imaginó ser dios, y esta presunción se generalizó en tales términos, que la secta de los Drusos, que cuenta todavía numerosos prosélitos en la Siria, le tiene por
una encarnación
distinciones, y por lo
creyendo que desapareció para volver un dia y al Cairo no le es deudor de grandes
En cuanto
entero.
que toca á sus habitantes fueron tratados de diferentes maneras según
momentánea disposición de su
era la
tuvieron que sufrir todo les
del Altísimo,
mundo
recibir la adoración del
el
espíritu.
Los coptos y
los
cristianos
unas veces
rigor de sus persecuciones; pero en cambio en ocasiones distintas
concedió los beneficios de la libertad
más completa, y hasta
consintió que volvieran á su
primitiva creencia aquellos que, por temor á sus rigores, habían adoptado los preceptos del
más humildes
El pueblo, es decir, las clases
Islam.
entre las cuales habíase complacido
en orar en los primeros años de su juventud, y cuya voluntad inagotable liberalidad, le
amaba con
Su nombre pronunciado en
odiaban.
le
había ganado merced á su
pasión: en cambio las clases superiores el
harem de
los ricos producía
nación, pues no sólo prohibía en absoluto á las mujeres
que pusieran
el
le
temían y
le
una verdadera consterlos piés
en
la calle,
sino que tenia vedado el que entraran en las casas hasta á los vendedores de comestibles.
Grandeza de alma y pequeñez de espíritu; severidad desordenada y bondadosa dulzura; afabilidad v orgullo elevado hasta la más alta infatuación \ devoción estrecha é intolerable r
hasta
el
último extremo respecto de la doctrina chiita; y completa aversión á las creencias
de sus padres: todas estas tendencias contradictorias pasaron y se sucedieron una á otra en
su pecho voluble y su alma tornadiza.
como
Hoy
se
presentaba en las calles seguido de un
numeroso y esplendente, y mañana recorría
cortejo el
más humilde de sus
la
ciudad montado en pacífico jumento
súbditos, ó permanecía dias enteros metido en
el
interior de
aposentos herméticamente cerrados, cuyas tinieblas disipaba por medio de antorchas y luces artificiales:
hasta en cierta ocasión, cual
el
César romano, puso fuego con sus propias manos
á su regia morada. Al fin acabó de desaparecer sin dejar huellas de su paso, en uno de sus paseos nocturnos sobre las vertientes del Mokatam.
de asesinos; pero Tres son llevaba su
las
ello es
Lo
verosímil es que pereciera á
manos
que los drusos aguardan todavía su reaparición.
mezquitas que
nombre, se vino
al
mandó
más notable, que era la que un terremoto. El majestuoso edificio
construir, y de ellas la
suelo á consecuencia de
terminado por un alminar que nada tiene de notable, como no sea
el
hallarse en bastante
!
-
j!
•
í
J
EL CAIRO buen estado de conservación, adosado
al
el
cual,
299
durante su reinado sirvió de observatorio, hállase
presente á la muralla Nordeste de la ciudad, y se encuentra entre las dos puertas del Cairo, Bab-en-Nasr, la puerta de la Victoria, Bab-el-Futukh,
más importantes concluida por el
el
y
poderoso visir Bedr el-Gamali, en tiempo del segundo sucesor de Hakim.
débil el-Mustansir.
Bab-en-Nasr es una obra importantísima de
la
mejor época del arte
BAB-EL-FUTUKH
árabe, y los inteligentes admiran en ella, con razón, su notoria solidez y la perfección con que la constituyen. En cuanto á Bab-el-Futukh, con sus torres
fueron labrados los sillares que
circulares perfectamente dispuestas
y admirablemente conservadas, es merecedora de idéntico
El que en la actualidad, recorriendo los arrabales, se llega á dichas puertas y á la mezquita de Hakim, puede distinguir á su izquierda un pequeño cementerio, en el cual, entre elogio.
EL CAIRO
300
los
musulmanes, cuyo
país y
costumbres estaba estudiando, descansa
escritor de viajes de los tiempos
modernos,
el
sapientísimo
Las puertas que dejamos mencionadas fueron construidas por califas
que gobernaban en
un hecho sumamente ejercieron de cada vez fatimita,
más concienzudo no por
los visires,
los
tiempo en que se edificaron, circunstancia que constituye
significativo.
En
efecto:
mayor influencia en
desde
tiempo de Mustansir los visires
el
los destinos de Egipto, del Cairo y de la dinastía
que habiendo contado todavía ocho príncipes después de Hakim, acabó por extin-
un modo tan miserable como
guirse de
Egipto recibió victorias
el
el
L. Burckhardt.
J.
el
brillantes habían sido sus principios.
golpe mortal en tiempo del degradado Adid,
que alcanzaron sobre los últimos representantes de
ménos por
El califato de
resultado de las
la dinastía fatimita las
armas
triunfantes de la primera cruzada, que por los celos y ambiciones de los altos dignatarios del
Estado, los visires, continuamente en lucha unos con otros.
Schaur, con
el
De
ellos,
Nur
propósito de consolidar su situación, pidió auxilio á
uno de
los últimos,
ed-din, príncipe de
Alepo, y abrió las puertas de Egipto á los mercenarios kurdos del príncipe siriaco, que mandaban Shirkuh y su joven sobrino el célebre Salakh ed-din (Saladino) hijo de Evub.
Después de numerosas
vicisitudes,
y no obstante haber el visir, sin el menor escrúpulo, manos de los kurdos. Muerto Shirkuh, tomó
solicitado el auxilio de los cruzados, pereció á
Saladino
el
mando,
al principio
á
nombre
del último fatimita
en un palacio en compañía de sus mujeres; pero muerto diente, bien que sin
tomar
el
nombre de
califa,
para
lo
éste,
Adid,
al
cual tenia encerrado
en calidad de sultán indepen-
cual tuvo en cuenta la circunstancia
de ser sumsita, y juzgar, en consecuencia, que ofrecia mayores garantías de seguridad para su persona, que en las mezquitas del Cairo se orara para el príncipe abbasida, cuyas creencias eran las suyas. dinastía, la de los
A
partir de este
Las hazañas llevadas á cabo por ralidad y esplendidez le
más
hecho presidió
los destinos del Egipto
Eyu bitas, que tomó su nombre de Evub, padre de éste; su carácter
bondadoso y caballeresco, y su libe-
han valido un puesto de honor en
la poesía
elevado indudablemente que en las de los orientales.
excitar la liberalidad de los
nimo
Saladino, y al decir
sitio especial
en
el círculo
una nueva
Saladino.
y en
la
leyenda europeas,
Gualtero de Vogelweide para
alemanes prorumpia en estas palabras: «Acordaos del magná-
magnánimo
quiero decir franco y liberal.» Dante
en que se encuentran los paganos
«Y
solo, á
un
más
le
concede un
distinguidos
lado, yo vi á Saladino.»
Finalmente, Lessing y Walter-Scott han contribuido á que se mantuviera viva en la memoria del hijo de Evub. Su valor y su pericia determinaron la pérdida de
Occidente Jerusalen
;
mas
esto
no fué obstáculo para que
grandes prendas de carácter, hasta
el
en Saladino
la caballería cristiana reconociera
punto de considerarle uno de
los
suyos
:
la
leyenda
pretende que su madre era cristiana, y que se hizo armar caballero de la orden del Temple por su prisionero Hugo de Tiberiades. Xo es esto decir que no se encuentren lunares en su vida; pero con todo esto fué
un verdadero héroe y un cumplido
caballero, el único de su
EL CAIRO Habíase cometido en él
consternada
la
el
Cairo
ciudad.
303
un robo de mucha monta,
Ivarakush
les
tanto que estaba á consecuencia de
preguntó á los robados
medio de una puerta, según era costumbre en
si
su calle estaba cerrada por
los últimos tiempos, á lo cual contestaron
PUERTA DEL CALLEJON SAKKARIJE
afirmativamente. Dispuso entonces que tantes de la calle.
atentamente, y dijo:
«Dice
la
al
Hízose
así,
le
trajeran la puerta, y con ella á todos los habi-
aplicó el oido contra la
cabo de un rato separándose de
puerta que el ladrón luce una
la
pluma en
madera, en ademan de escuchar
puerta y dirigiéndose á los presentes el
turbante.»
Con
lo cual el culpable.
EL CAIRO
304 llevó involuntariamente su
mano
á la cabeza y se denunció
como
ladrón.
Muchos de
los
hechos y dichos que se atribuyen á Karakush merecen el calificativo de groseros; pero la confianza que constantemente le dispensó Saladino, depone en favor de sus buenas cualidades
A
la
1 .
nueva
fortaleza diéronle los árabes el
nombre de
«Castillo de la
montaña:» pero
los
PUERTA DE MAMELUCOS EN LA CIUDADELA DEL CAIRO
habitantes del Cairo la llaman, para abreviar, el
una
KaVaa,
el
Fuerte. Para subir á ella existe
carretera, si bien tortuosa, perfectamente conservada, hallándose
buen estado junto á
la
el
camino antiguo, abierto á
llamada puerta de Azab ó de los Mamelucos, en recuerdo de
Respecto del significado y representación del Karakush en de Tantah. V. 1
—
además en bastante
pico, flanqueado de elevadas paredes,
el
teatro oriental, recuérdese lo que
la
que termina
sangrienta tragedia
hemos dicho
al
hablar de
la leria
EL CAIRO
306
que tuvo lugar en sus cercanías,
en virtud de
Mahomed-Alí
cual
la
aniquiló
á esos
orgullosos magnates.
En cuanto
palacio
al
Saladino, quedó
en
el
cual durante
largos
siglos
residieron
los
sucesores
de
cabo completamente abandonado, bien que en determinados dias y con motivo de grandes solemnidades se abren algunos de sus más importantes salones, decorados
según
al
gusto oriental, hoy dominante en Turquía.
el
Después de
la
toma
del Cairo
en 1515,
mandó desmontar las más bellas columnas de mármol y las remitió á Constantinopla con los objetos más preciosos de los que constituían el mueblaje, por todo lo cual nos seria Selim
asaz
difícil
formarnos idea del aspecto que ofrecía en aquel tiempo un palacio árabe, y hasta el interior del mismo se agitaba, si no tuviéramos á mano la crónica de
de la vida que en
Guillermo de Tyro en los califas del Cairo la
«Como
la
muy
la cual se refiere
al
pormenor
la
manera como
fue recibida por
embajada de los cruzados.
mansión de
este príncipe, dice, ofrece singularidades especialísimas, distintas
hemos presenciado hasta ahora, referiremos circunstanciadamente cuanto » sabemos, según detalladamente nos lo han referido los que han penetrado en la habitación »de
cuanto
»de este gran príncipe, sobre su esplendor, sus incomparables riquezas, y su magnificencia » extraordinaria; pues presumimos que no ha de desagradar el tener algunas noticias » circunstanciadas respecto de estos particulares.
»Hugo
de Cesárea y
el
»les confiara para con
con
» conoce
el
caballero del el
En
el
Temple Godofredo,
momento en que
llegaron al Cairo
á fin de cumplir la embajada que se
sultán, fueron conducidos al palacio, que en el idioma del país se
nombre de Kasr (Alcázar), precedidos de gran número de personas que
»llevaban grandes espadas, á través de estrechos pasadizos y de aposentos oscuros, junto
»á cuyas puertas veíanse tropas etíopes, que vitoreaban
al
sultán con gran entusiasmo.
primera y la segunda guardia, llegaron á unos » patios más anchos y espaciosos, en los cuales penetraba ya el sol, viéndose en ellos ;» hermosos pórticos destinados á pasear á cubierto de los rayos del sol, cuyos arcos sostenían
»Despues de haber dejado á
» hermosas
la
espalda
la
columnas de mármol, siendo sus techos dorados, de diversos colores su pavi-
»mento, y teniendo por adorno objetos preciosísimos, de manera que todo respiraba » magnificencia y esplendor. Todo lo que veian los embajadores era tan hermoso y tan »rico, así por los materiales »
como por
la labor,
que no sabían apartar
los ojos de lo
que
estaban contemplando; pues por su perfección excedía á cuanto hasta entonces habían
»visto.
» vistoso
mármol llenos de agua pura y cristalina; y pájaros de todas no conocidos entre nosotros, de cantos diversos, de formas extrañas y de muy
Allí habia viveros de
» especies,
plumaje, entre los cuales uno particularmente les llamó
»y peregrino. Desde aquí »á
los últimos
» contemplar
los
acompañaron
en magnificencia,
admirable
como
los
ensueños de
la
atención por lo hermoso
éstos excedian á los anteriores, y en ellos pudieron
muchedumbre de cuadrúpedos,
tales
como
«caprichoso pincel del pintor, la ardiente fantasía del poeta, ó » bizarros
la
eunucos á otros aposentos que sobrepujaban
sólo puede concebirlos el
el espíritu,
abandonado á
los
noche, los cuales procedían de las regiones del Mediodía y del
EL CAIRO »Oriente, sin que se vean jamás en
el
307
Occidente, que sólo de tarde en tarde oye hablar
»de ellos.»
«Después de muchas vueltas y rodeos »al que
más
al
través de infinitas cámaras, capaces de detener
prisa tuviera, llegaron al palacio real propiamente dicho, en el cual lo
numeroso
»de las tropas y la inmensa muchedumbre de servidores lujosamente arreados, revelaban la » incomparable magnificencia de su señor, así como la esplendidez, que por todas partes se _
» \eia,
denunciaban
las
inmensas riquezas de que era dueño. En cuanto fueron admitidos é
» introducidos al interior del palacio, el sultán prestó á
su señor el acostumbrado homenaje, una y otra vez hasta tocar el suelo con la frente, honrándole v áun »adoi ándole como no se ve en parte alguna con persona humana. Al humillarse por tercera.
» humillándose
»vez, deponiendo
al
par
la
espada que del cuello
le
pendía, descorriéronse las cortinas de oro
»\ preciosísimas perlas bordadas, y dejaron de manifiesto el trono erigido en el comedio de »la sala, ocupado por el califa, que con el rostro descubierto, y vistiendo un traje mejor
»que
el
Una
más
del
» teniendo á
ostentoso soberano,
su rededor un reducido
vez
más
permanecía sentado en un
palabra escrita ha excedido en duración á
la
sillón
de oro macizo,
número de eunucos.» piedra y al metal.
la
ciudadela del Cairo ofrece todavía algunas partes cuya antigüedad remonta á
fundador:
mas
á su lado se ven nuevas construcciones, antiguas unas, otras
contemporáneas, que han exigido
la
ruina de las anteriores. El
la
La
época del
modernas, otras
castillo ofrece
un
laberinto
fantástico de patios,
de pasadizos meándricos, de cuarteles y de palacios, de paredones inmensos cortados á pico y de rincones oscuros y temerosos, en los cuales háse cometido
más de un
homicidio.
Es indispensable considerarlo como un
todo,
y sin embargo se hace
imposible indicar cuáles son los elementos de que este todo se halla formado, y de qué manera se hallan enlazadas estas partes tan distintas y desemejantes. Aquí los alminares
más
esbeltos y elevados que existen en el Cairo, y que en la apariencia se remontan hasta las nubes; á su pié el pozo más profundo que pueda imaginarse puesto que se hunde hasta bajo el
nivel del Afilo:
una antigua muralla, medio derruida, para cuya construcción se echó mano
de las piedras de las pirámides, al lado de una pared fabricada de alabastro, que cierra los patios
y
recinto
el
de una mezquita de moderna
levántase orgulloso junto á
construcción:
un templo medio derruido: más
convertida hoy en almacén de granos
:
un
ala de
un
lejos
un
palacio
espléndido-
una antigua mezquita
palacio decorado en otro tiempo con
singular riqueza sirve hoy de cuartel.
Al
salir
de una calleja estrecha en la cual difícilmente se puede respirar, se penetra en un
espacio que llena
el aire
direcciones hasta la
dumbre sobre al
la
puro del desierto, desde
más remota
lontananza.
el
cual puede espaciarse la mirada en todas
nuestros piés se agita una densa
espaciosa plaza de Ruínele, en la cual desemboca
presente plaza de Mahoméd-Alí.
plaza, cuenta
A
próximamente dos
Saladillo congréganse
el
muche-
antiguo Karameidan,
La magnífica mezquita de Hassan que domina dicha menos que la ciudadela; pero desde los tiempos de
siglos
en dicho espacio grandes y pequeños para entregarse á toda suerte de
EL CAIEO
308
regocijos, y asistir durante el
peregrinación á la Meca.
mes de shaual á
Dirigiendo
la vista
marcha de
la
gran caravana que va en
la
por encima de esta muchedumbre compacta y
movediza, y por entre las mezquitas que en medio de ella se levantan, se ofrecerá á nuestras la vastísima ciudad que se extiende á lo léjos hacia el Norte y hácia el Occidente; pudiendo distinguir numerosas figuras humanas y prendas flotantes sobre los techos de
miradas
plana superficie, en los cuales se distinguen ciertas aberturas, semejantes á los cobertizos
que protegen
las escaleras
que conducen á los pisos existentes debajo de
la
cubierta de los
Dichos cobertizos, de madera, llamados mulkufs, forman una pequeña ciudad
buques h
encima de
la otra,
pero
el ojo
no puede detenerse mucho tiempo en su contemplación; pues
se halla solicitado por los esbeltos alminares cuyas siluetas se dibujan por centenares en
todas direcciones do quiera se dirige la mirada.
de las encaladas paredes, ciegan casi tiene
más
Los rayos
del sol
y
el brillo
deslumbrador
espectador que dirige sus miradas á la ciudad; y no
al
recurso que bajar los ojos y convertir su atención hácia
el
Oeste, á lo léjos, donde
se divisan la tersa superficie del Nilo, las tierras de labor las pirámides
mino
que sus aguas
que se dibujan en
fertilizan, el
último
y
tér-
del horizonte, junto á la línea del árido
desierto, y al pié de las estribaciones de la
montaña Cairo
lo
líbica.
que
el
Las pirámides son para
tituyen su rasgo característico,
que
si
de manera
por acaso apesar de vivir en medio de
los productos de la civilización egipcia,
vertimos
el
pensamiento á
la lejana patria,
de los faraones.
encontramos en
la tierra
Sud á nuestros
piés, las colinas
,
escombros sólo logran
fijar
El
el
Vesubio para Nápoles: cons-
con-
basta su presencia para recordarnos que nos
Mokatam
hácia
el
Occidente, y á la parte del
coronadas de molinos de viento y los inmensos montones de por un momento nuestras miradas: en cambio el extraño aspecto
de la necrópolis del Cairo nos llama poderosamente la atención
,
puesto que en
el
suelo
arenoso se levantan numerosos grupos de construcciones que constituyen otros tantos cementerios, detrás de los cuales se distinguen mausoleos que terminan en cúpulas, siendo de ellos los al
Sud y
más
notables los pertenecientes, á los mamelucos, situados debajo de nosotros,
los de los califas al
Nordeste de
la ciudadela.
Mas para contemplar este magnífico panorama en toda su indescriptible belleza no es el momento más apropósito aquel en que lo inundan de luz los rayos del Sol; puesto que en tal el caso sólo se distingue un conjunto de colores en que dominan y contrastan el gris y el ceniciento, resaltando acá y acullá algunas manchas el blanco deslumbrador,
amarillo,
y
poderosamente la 1 Compréndese perfectamente que la disposición de las casas orientales con sus azoteas y sus tragaluces, llame tan ellos la nieve, ni .e atención de un habitante del Norte, acostumbrado é los techos de pizarra dispuestos de modo que ni se detenga en comuniquen con el interior. V.
—
EL CAIRO de verde que apagan
horas de
líbica, ofrece tales
ha logrado espaciar sobre verdadero
mar
309
En cambio
la distancia.
mañana, ó antes de que
la
montaña
polvo y
el
contemplándole en las primeras
astro del dia haya traspuesto las
el
cumbres de
la
encantos que difícilmente puede olvidarlos quien una vez siquiera ellos
mirada. Los agudos alminares levántanse sobre un
la
de flotantes nubecillas rosadas y trasparentes;
la corriente del
campos con sus plantas y sus montes cubiertos de una
tersa superficie de oro reluciente: los
alfombra de Persia; y los lejanos
tinta violácea oscura, se destacan sobre el
manto
Nilo semeja
flores preciosísima
purpu-
real
rino tendido á lo largo del horizonte.
Para sustraerse á
la
fascinación que produce semejante es-
pectáculo es indispensable
un verdadero esfuerzo: mas fuerza
es penetrar en los patios interiores de la ciudadela antes de
que extienda
la
noche sus
En
tinieblas.
ellos existen dos
muy
construcciones de la época de Saladino, situadas
una de
la otra
:
una mezquita de gusto bizantino
,
cerca
la
poco ménos
que completamente arruinada, y un pozo, por más de un conDesignan los árabes el último con el
cepto digno de mención.
nombre de «pozo de por
el
Josef, » y pretenden que fue construido
hijo de Jacob, ministro del faraón; pero la
verdad es
que debe su nombre á Saladino, cuyo verdadero nombre era Salakh ed-din Yustif y sabido es que Yusuf vale tanto como Abd-el-Latif, contemporáneo del gran sultán, á quien
José.
había conocido personalmente, habla ya de semejante pozo, que ha descrito exactamente Makrizi Mide 88 m 30 el agua se saca por
y medio de dos norias movidas por bueyes; una
que desde
fondo
.
el
la
eleva hasta la mitad de la altura, y otra
que desde
depósito establecido en dicho punto
el
la saca á la superficie.
Semejante medio, cuya
importancia para la época en que se construyó
ha desaparecido desde
es imposible desconocer, el
bombas de vapor.
ARCADUZ DEL POZO DE JOSÉ
biéndose
-i
la
lo
demás
*
1
1
según sienta Makrizi, á una de
ello,
viendo que
Por
el
Cairo las
el
agua
del OBRA HIDRAULICA DEL POZO DE JOSE
t t pozo de José tiene un dejo desagradable, den
las
i
t
muchas
abertura en un principio practicada no daba
agua, bien que clara otra
dia en que se introdujeron en
muy
delgada,
mandóla ensanchar, con
más gruesa que echó
á perder la primera.
lo
genialidades de Ivarakush, que
más que una pequeña
cantidad de
cual dió lugar á que con ella se
Respecto á
la
mez-
mezquita cuyos elevados
y esbeltos alminares se distinguen sobre la ciudadela desde gran distancia, fué obra de ella diremos cuanto juzguemos oportuno al ocuparnos de dicho príncipe.
Mahomed-Alí, y de EGIPTO.
TOMO
I.
78
EL CAJEO
310
Saladino antes de morir firmó paces con los cruzados.
En
cuanto á sus hijos
— dejó diez
—
recibieron en herencia el Egipto, la Siria, la Arabia y una varones y una hembra, parte de la Mesopotamia. Ya en vida distribuyó tan ricos estados entre los tres primeros de
y
siete
sus hijos, concediendo á los demás diferentes ciudades y provincias que gobernaban en calidad de príncipes.
A
su hijo Melik el-Aziz, sucedióle Melik el-Adil, hermano de Saladino,
regente de su sobrino, que se hallaba en la
menor edad: más
al principio
como
y después de haber depuesto á su pupilo, que contaba sólo diez años, como sultán independiente. Al nombre que llevaba antes de subir al trono,
unió
el
monedas, y otro tanto hicieron algunos de el del califa
Difíciles
después de
de Seif ed-din Abu-Bekr, estampando en sus los
miembros de su
abbásida, incapaz, cuya soberanía reconocía.
que campea en una de los antiguos
las
monumentos
tarde,
familia, al lado de su
nombre,
El águila heráldica de dos cabezas
que reproducimos á continuación, se distingue en algunos de
del Cairo.
tiempos sobrevinieron á los pueblos musulmanes del Asia oriental y de la Siria, muerte de Melik el-Adil; pues los príncipes de la dinastía de Eyub estuvieron
la
MONEDAS DE MELIK EL-ADIL
(SEIF
ED-DIN ABU-BEKR, HIJO DE EYUB). LA INSCRIPCION LE NOMBRA «REY JUSTICIERO»
envueltos en perpetuas luchas que
mútuamente
sostenían:
el
Egipto tuvo que sufrir
el
ataque de los cruzados; Damieta cayó en sus manos, Melik es— Salekh, nieto de Saladino, venció y guardó prisionero en
Mansurah á Luis IX de Francia;
invasión hasta dinastía de
subido
al
el
corazón de Europa; y cuando
Eyub, Melik es-Salekh,
trono
— resolvió
—
el
el
los
mogoles destruyeron los
China, y llevaron su destructora penúltimo de los representantes de la
antiguos estados del continente asiático, sometieron
la
último fue asesinado pocos meses después de haber
formar una guardia valiente y decidida, y completamente adicta a
su persona, semejante á la que habían tenido sus antecesores de facilitaron por todo los
extremo
la realización
la
dinastía abbásida,
de su proyecto las empresas llevadas á cabo por
mogoles, toda vez que muchas de las tropas vencidas, especialmente las turcas y las
carizmias, emigraron á otros países con objeto de alistarse en las
filas
de los ejércitos
no faltando tampoco esclavos turcos, prisioneros de guerra á quienes nadie mejor soberano de Egipto podía ofrecer muy buenos gajes. La medida, sin embargo, distaba
respectivos,
que
el
ser política, y así cuidó de advertírselo á Melik es-Salekh, á quien no vacila en llamar príncipe bondadoso y justo, cierto poeta que expresó sus temores en estos término». «Hoy contemplamos á los hijos del alto Saladino dirigiéndose á los mercaderes en busca de
mucho de
» esclavos:
mas no
pasará
mucho tiempo antes de que
»mercado para venderlos como
tales á
los esclavos los
quien quiera comprarlos.»
conduzcan á su lez
al
EL CAIRO
La presunción y temores
311
demás fundados
Melik es-Salekh cometió
la
locura de llamar á su casa á los avestruces, autorizándolos para que se establecieran en
el
del poeta eran por
nido del águila, y esos genízaros que se distinguían con (esclavos),
el
:
humilde nombre de mamelucos
que en un principio constituyeron las fuerzas más aguerridas de que su jefe
podía disponer contra sus enemigos y contra los ejércitos de los cruzados, acabaron por imponerse á los descendientes de es-Salekh, el último de los cuales pereció bajo sus puñales asesinos.
Podría presumirse á primera vista, teniendo en cuenta que
la
guerra constituía la
ocupación principal de aquellos tiempos, que las artes de la paz debían permanecer sino
dormidas por
mente en
lo
ménos
aletargadas; pero sucedía precisamente todo lo contrario, singular-
Cairo, en cuyas escuelas y universidades se estudiaban las diferentes disciplinas,
el
en tanto que se cultivaba
la poesía
no
sólo junto al solio de los príncipes
en
las
casas
también en
las calles
Los autores de
y
de los magnates sino
la
y en las plazas.
época de los Eyubi-
tas así se distinguen por el contenido
de sus obras bilidad que
como por
el arte
emplearon en
y
la
ha-
escribirlas.
El secretario de Melik es-Salekh, Bohá ed-din Tohar, gozaba fama merecida de diestro pendolista, siendo al
par poeta de gran mérito y hombre de agradabilísimo trato. Sus poesías, que
hace poco ha dado á luz con encomiástico elogio E. H. Palmer,
que revelan
el
al
paso
extremo á que había
llegado en aquella sociedad
el
escepti-
VASO DE CRISTAL ESMALTADO DE ANTIGUA FABRICA ARABE
cismo y la falta de creencias, nos ponen de manifiesto la molicie en que vivían las clases superiores.
hermosas mujeres, el
las fiestas
en los jardines, las excursiones á
vino, los placeres forman el fondo de las poesías de
de discreción, ingenio y cortesía.
amigos que como
él
Príncipes poderosos,
lo largo del Nilo, el
amor,
Bohá, que por su forma eran modelo
Véase en qué términos se
dirigía á
uno de sus muchos
vivia en el Cairo: «Si á
mi
casa, tú llegaras
Rebosara de gozo
Y cuando
el
como amigo,
pecho mió.
de ella al cabo te alejaras,
Buscaría yo excusa á tu desvío.»
A
otro
amigo de quien tenia recibida una carta,
le
contestaba en los siguientes términos:
EL CAIEO
312
Cuanto pude desear tu carta encierra. ¡Qué mucho
si
en tanto
la escribías,
Mi corazón, que en el tuyo penetrara, Su frase cariñosa iba dictando!
Nada más ingenioso que preceptos contenidos en
la
manera como, jugando
Coran, dándose á
el
sí
propio
amor. Dicho se está con esto que había de ser
comprenda bastará recordar, que dirigiéndole en
del vocablo, torcía el concepto de los
el título
satírico de
de Profeta de la juventud y del primera fuerza, y para que se
cierta ocasión
porque no comprendía sus argumentos, contestóle con
el
un
filosofastro cargos terribles
mayor desenfado: «Que
le
hemos
»de hacer, como no soy ningún Salomón, no entiendo á los animales.»
Su contemporáneo Ibn-Kalikan, obra titulada Vidas de
los
hombres
que’ al propio tiempo fue su biógrafo, al cual se debe la
ilustres,
consigna que nació en
la
Meca, ó en un pueblo
de sus cercanías, y que estuvo en relaciones íntimas con su protector Melik es-Salekh, relaciones que así
conoció en
el
honran
al príncipe protector
como
al
poeta protegido, añadiendo que
le
Cairo donde habitualmente residía. «Goza, dice, de gran influencia para con su
» señor, que á nadie
más
en su casa de
»que á
más
lia
él confia
sus
sa-
la cual
raras veces.
Al cabo
íntimos pensamientos;
de nueve años sucumbió
»pero jamás ha abusado
á los estragos de la peste
»de ella, y sólo la ha em»pleado para favorecer á
que diezmaba
»
» aquellos de sus
amigos
»que ha juzgado dignos
po fué
sepultado
Karafeh, que era
»de su protección.» Des-
crópolis
pués de la muerte del
junto
sultán (1249)
imán
encerróse
la
pobla-
ción del Cairo, y su cuer-
al
en la
el
ne-
de la ciudad,
mausoleo
Shafe’i.
del
I
Espasa y
Comp a
—
P T O
Editores
—
.
Barcelona
Barbería en Achmim
¡Mil
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J
Ilji
mí
EMIR MAMELUCO
EGIPTO,
TOMO
I
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.
EL CAIRO BAJO
LOS SULTANES MAMELUCOS
o resultaron vanos los vaticinios que se-
gún acabamos de los
ver, hiciera el poeta:
que un dia fueron comprados como
esclavos,
vendieron como esclavos á
sus dueños. Extinguida la dinastía que
fundara
el
magnánimo
Saladino, apo-
deróse del gobierno uno de los
mame-
lucos que guarnecian la isla de Roda,
Eibeg, dando con
ello
lugar
al
estable-
cimiento de una nueva dinastía, que
-
derramó torrentes de sangre, trabajó mucho en favor Egipto, y se distinguió con la
nombre de
el
del
dinastía Bcihirita por
razón indicada, puesto que esta palabra, formada de bahr,
rio, tanto vale
como gentes
del rio.
Los principios de su dominación fueron señalados por crímenes abominables. Establecieron su residencia en
y en
cio de la ciudadela,
una de sus mujeres, su cargo
la
fundador de
venganza otra de
asesinó á su rival, la ciudadela,
el
ella pereció,
mandando
las
asesinado en
la dinastía,
mujeres de
el
el
pala-
baño por
Eibeg.
Tomó
la víctima,
á
que
arrojar su cadáver á los fosos de
donde permaneció insepulto por espacio de muchos dias, alcanzando á cuantos
se juzgaron sospechosos de complicidad en el crimen, la suerte de esta desventurada.
EL CATEO
316
Los muros y aposentos de la ciudadela fueron durante largo tiempo testigos impasibles de matanzas no ménos atroces, que se extendieron á los descendientes de los abbásidas. Una horda mogólica que bajo al
mando de Hulagú,
el
último de los califas legítimos, y con
habíase apoderado de Bagdad, (1258) asesinó
mayor
á sus dos hijos y á la
él
parte de sus
más
próximos parientes. Al subir ni
un
al
trono de Egipto por medio de
mas
solo califa;
como pocos
éste,
reinado seria efímero,
si
un asesinato
el
mameluco Bibars, no
existia
va
astuto y perspicaz, comprendió desde luego que su
no tenia de su parte á
los schiitas
y á
extinguidas dinastías abbásida y evubita, que eran no pocos en
los partidarios de las
Siria
la
y en
el
Egipto,
resultado que sólo podría alcanzar dando á su intrusión una apariencia siquiera de legiti-
midad, y cuando ménos, una como vislumbre de consagración religiosa. Fué, pues, para él motivo de grandísima satisfacción la noticia de haber escapado á la espada de los mogoles
uno de
miembros de
los
la familia
abbásida, un descendiente del Profeta, que se decía hijo
Resolvió, pues, llamarle desde luego al Cairo, y
del califa Sahir.
recibióle con gran
pompa y
como acudiera
en
los palacios de la ciudadela,
cual no sólo
el
le
reconoció
como
en virtud de su
califa,
legítima procedencia, prestándole en consecuencia pleito homenaje, sino que
como
jefe de los creyentes,
recibiendo en cambio
la
pueblos sometidos ó que en adelante se sometieran
concedió
el
á su ruego,
ostentación, y lo alojó cual á su rango correspondía, en uno de
le
juró fidelidad
investidura de regente de todos los al
Islam.
El
por su parte
califa
turbante negro bordado de oro, la túnica de color violeta,
collar de oro
el
y
le
las
babuchas, alfanje y escudo, emblemas de su elevado cargo, y desde aquel momento pudo considerarse jefe de los ejércitos abbásidas cuyos estandartes tremolaban sobre su cabeza, cada vez que rigiendo
el
blanco corcel de batalla, paramentado de negro, que era el color de
la dinastía, ejercía las funciones
propias de su nuevo estado.
El sultán, que concediera la
más amplia
libertad á este soberano
que
él
mismo había
creado, pereció en una batalla dada á los mogoles, en la cual dió pruebas de valor y arrojo,
cargando contra para que
dad como
el
enemigo
ciado, y todos los sultanes
Osmanli
,
de una de las alas del ejército, y
miembro
jefe de los creyentes, sino
encerrado como prisionero.
el
al frente
sucediera á un nuevo
le
de
la familia
si
abbásida, no sólo
bien Bibars llamó
le
negó toda autori-
que más bien que como soberano túvolo en
La misma
la
ciudadela
suerte alcanzó á los descendientes de este desgra-
mamelucos gobernaron en su nombre, hasta
después de haber conquistado
el
Egipto y con
él el
tanto que Selim
I
Cairo, obligó al postrero
de esos califas en apariencia y esclavos en realidad, á renunciar en su persona su título, su dignidad y sus derechos. En esta forzada cesión fundan los sultanes turcos de Constantinopla el derecho á llamarse jefes de los creyentes, derecho que no han reconocido jamás los
sumnitas instruidos, por los cuales
á quien apellidan
La
lo
ménos en
lo
que se
refiere á los asuntos espirituales, respecto de
juzgan que no hay más representante legítimo que el
el
gran cherife de
la
Meca,
Imán.
historia de los sultanes
mamelucos que reinaron en
Egipto, está débilmente enlazada
EL CAIRO con
la
manchas de sangre. Justo
salpicadas de
cabo por esa raza de soldados casi
siempre por medio de
valor, y
319
de los estados europeos: las páginas en que está escrita hállanse frecuentemente
,
la
es confesar, sin embargo, que los crímenes llevados á
que acabó por lanzar á espada,
no como se practicaba en
el
lo cual,
los cruzados de la Palestina
cuando no otra cosa, revela
antiguo Egipto,
al
cierto
fuéronlo
,
grado de
cual distinguieron ya los griegos con
CEÑIDOR DEL MORISTAN DE KALAUN
nombre de «país del veneno,» y como se realizaba aún en tiempo de los Tolomeos, que para llevar á ejecución las venganzas resultantes de sus bajas ambiciones, dieron siempre la el
preferencia á la cobarde ponzoña. del Nilo
como meros
Entre esos sultanes, muchos de los cuales llegaron
esclavos, existen algunas figuras interesantes: la
mayor
al valle
parte de ellos,
y esto constituye para los mismos un verdadero título de honor, protegieron con verdadero entusiasmo las artes y las ciencias, siendo de ello testimonio irrefutable la mayor parte de los monumentos que, escapando á las injurias del tiempo y á las de los hombres, han llegado
CEÑIDOR DEL MORISTAN DE KALAUN
hasta nosotros.
conocen, y
en
el
la
El moristan de Kalaun, uno de los establecimientos
mezquita de Hassan, indudablemente
la
más
más importantes que
bella de las
mamelucos
Cairo, fueron construidos por sultanes de la dinastía bahirita; y á los
circasianos se deben, al par que no pocas de las mezquitas
mausoleos conocidos bajo
el
nombre de
sepulcros de los califas.
se
mezquitas que existen
hoy existentes,
los célebres
Dichas dinastías,
la bahirita
EL CAIRO
320
y
la circasiana,
desde
la
ciudadela del Cairo dominaron sobre
dilatado período de casi tres siglos,
sucedió en 1290
los
falta
A
151/.
al
el
Bibars
triunfos sobre los mogoles, así
mameluco Kalaun, que alcanzó grandes
los cruzados, siendo
riador de los califas no puede
su
durante
valle del Nilo
el
años 1250
los
grandes los elogios que de su virtud y amor á la justicia autores que escribieron durante el reinado de su hijo: mas con todo esto, el histo-
como sobre hacen
el
comprendidos entre
de
fe
en
menos que censurar
los tratados;
terriblemente, y con sobrado fundamento, pues ni palabras ni juramentos eran óbice al cumplimiento de los
mismos,
lastimados
si
sus
de
ól
habían de resultar
Por
intereses.
lo
que
respeta á los egipcios, no sólo respi-
raron con
más
libertad
que en tiempo
de su antecesor Bibars, sino que partici-
paron de
los beneficios
que
los príncipes
victoriosos suelen otorgar á sus pueblos.
Su extraordinaria
que había
belleza,
producido 1,000 diñares
al
mercader que
Turquestan,
le
ganó no pocos
lo trajo del
corazones, contribuyendo no poco á ello la
grandiosa construcción que
renombre de bienhechor do
le
valió el
los
pobres y
el
hospital
de los afligidos.
Dicha
construcción es
(moristan) que lleva su nombre,
el cual
se halla situado en la parte Nordeste de la
ciudad
,
cerca del bazar de los latone-
ros, á cuyos operarios puede verse tra-
bajar en las cámaras desiertas de tan
vasto edificio, amenazado al presente de
próxima ruina. perfectamente á
En cambio la
se atiende
conservación del se-
pulcro del fundador, bellísima construcVENTANA DEL MAUSOLEO DE KALAUN
ción de efecto sorprendente, en la cual
hallaban establecidos en otro tiempo cincuenta lectores del Coran. Los enfermos acuden á visitar las reliquias del sultán, y á curar, por medio del contacto de su turbante, los •dolores de cabeza, y por medio del cañan, sus fiebres intermitentes. En los jueves de •se
cada semana suelen visitar este
con
el
sitio las
jóvenes y las madres acompañadas de sus hijas, el nicho de las plegarias, masculina
propósito de pedir, puestas de hinojos ante
sucesión, asunto de no poca sólo tiene hijas,
monta para
las
mujeres musulmanas; pues
corre gran peligro de verse repudiada.
la
estérd ó la que
El que logra sorprender á las
INTERIOR DE LA MEZQUITA DE KALAUN
EGIPTO,
TOMO
1
8
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3
EL CATEO
323
mujeres entregadas á semejante acto de devoción, disfruta un espectáculo que jamás habría podido imaginar; pues despojadas de su ropaje exterior, y cubierto el rostro con ambas manos, comienzan á saltar de un lado para otro hasta tanto que caen rendidas de fatiga, no siendo raro verlas permanecer tendidas en
han adquirido fuerzas
Muchas madres que «se
el
suelo sobre
traen aquí sus pequeñuelos
les suelte la
lengua,» para
sobre
el
la superficie
color rojo que le
zumo
á las pobres criaturas hasta una
una de
las
ventanas de
la
enorme
derecha, sobre el
la
cual se extiende
más pequeña, y en cuanto el ácido ha tomado el mineral ferruginoso, se obliga á los pequeñuelos á lamerlo.
por medio de una piedra
comunica
el
de ser agradable, aumentando
más no poder
sintiendo
el
madres
al
regocijo de las
el
de sus hijuelos; pues cuanto
el llanto
permanecen hasta tanto que
de limones verdes que se traen ya á prevención,
Naturalmente, los pequeñuelos lloran á
mucho
cual
áun antes de que sepan andar, con objeto de
lo cual se lleva
piedra lisa de color sombrío, existente al lado de cual se deja caer
el
suficientes para levantarse.
mayor
sabor de un jugo que dista
compás que
es el berrinche que
es
más amargo
toman y más desesperados
sus gritos y chillidos, mayores motivos hay para creer que se les va soltando la lengua.
También
se atribuyen propiedades misteriosas á las
columnas
del
nicho de las plegarias: sus fustes en la parte inferior, están cubiertos de
una patina que
comunica un aspecto poco agrada-
les
ble, patina
que procede del jugo de limón que han dejado con su
lengüecita
los
hemos
visto
Estas curiosas
rapazuelos.
descritas
vigilancia sobre los que
en parte alguna,
persona
muy
las
la religión
musulmana:
al arquitecto
Schmoranz,
no pertenecen á
nosotros somos deudores de su noticia
ceremonias no
pues se ejerce gran
fidedigna y gran conocedora del arte oriental, que
roseta de una escuela del pueblo DEL CAIRO
gracias á conocer perfectamente la disposición del mausoleo de
Kalaun,
pillóles las vueltas,
como
suele decirse, á los eunucos, que
le
sorprendieron contem-
plándolas, y no sólo pudo observarlas detenidamente, sino también sacar los magníficos
dibujos que embellecen estas páginas.
Además
de las jóvenes y de las madres acuden también al panteón de Kalaun, con el han perdido su fortuna. No sabemos si ven
objeto de solicitar que mejore su estado, los que
satisfechos sus deseos; pero sí puede asegurarse que no existe fundación piadosa alguna
que
haya calmado más dolores y amarguras. Además del mausoleo contenia el moristan una escuela v un hospital de dimensiones enormes que tenia salas especiales para cada enfermedad. v cama especial en ellas para cada enfermo. Las mujeres tenian departamento ,
separado y distinto del de los hombres, y pobres ó ricos eran atendidos del mismo modo y Gratuitamente. Además de las salas para los enfermos, habia laboratorios, farmacias, cocinas,
baños y hasta un
anfiteatro,
prácticas de clínica médica.
consumo que de
en
el
cual
el
protomédico del establecimiento daba lecciones
Los almacenes de víveres eran enormes, y tan extraordinario
ellos se hacia,
el
que para atender á su adquisición y distribución se necesitaba
EL CAIKO
324
un verdadero
ejército de
empleados, los cuales se ocupaban exclusivamente en
la adquisición
de los artículos necesarios y en la contabilidad de las sumas fabulosas que para ello estaban presupuestadas. La escuela, dependiente del hospital, además de estar magníficamente dotada,
tenia su
biblioteca
un pensionado para niños en
particular y
el
cual se daba
habitación, vestido y alimento á diez y seis huérfanos pobres.
El recuerdo de
pues aún
al
la
fundación de Kalaun fué
más duradero que
presente merece las bendiciones del
el
de sus hazañas bélicas,
musulmán, que abriga como pocos en su
corazón la virtud de la caridad, ya que cuanto hace el creyente en favor del prójimo, lo hace por amor de Dios y cree firmamente que sus obras serán tanto más estimables á los ojos del Altísimo, cuanto más profunda sea la fé que las haya dictado. No es esto decir que el
musulmán tenga
del espíritu de caridad la idea
que se ha formado
alcanza á la humanidad entera;
mas
el
el
cristianismo, idea que
creyente sabe que debe
profesar amor á sus hermanos, los sectarios del Islam, y que ha de ser para con ellos caritativo y liberal, perdonando sus injurias y sufriendo con paciencia los agravios que se le dirijan. Entre los cinco
preceptos impuestos por
primero
el
la
oración y
ellos manifiesta
su
fé,
el
segundo
y por
como
el
moristan
humanitarismo,
ni
de
la
ciudad que constituía en
un establecimiento
cuya grandiosa concepción fué
que se encuentren actualmente instituciones á
parecidás, no sólo en
una de
,
la práctica
no debe sorprendernos que
por las más elevadas consideraciones del más puro
dictada
ella
limosna: con
centro de la religión islamita,
el
de beneficencia
Profeta á los creyentes, es
la-
lo tanto
un príncipe musulmán elevara en aquel tiempo
el
las ciudades
el
Cairo, sino también en todas y cada
más importantes de
Oriente.
Ni tampoco es esto decir que escaseen
los
mendigos en
la
FUENTE PÚBLICA
ciudad de los Califas: los hay; pero esos desgraciados, por punto
general ciegos, unos guiados por lazarillos, otros recorriendo las calles con sorprendente seguridad, sin
más guia que un mal
palo, raras veces producen la impresión de la miseria
opresora y repugnante. Imploran la caridad pública con la convicción íntima de ejercer un derecho, y tanto es así, que con las palabras que dirigen al viandante, no tanto pretenden •excitar
su conmiseración,
necesitado de lo que á
ganarlo, para pedir por
como
él le
recordarle
sobra, y
amor de Dios
boca del mendigo estas sentencias:
»generoso y magnífico,» con
lo
cual
el
el
el
deber que tiene
derecho que asiste
al
el rico
«el salario de su indigencia.»
«Soy
de hacer partícipe
al
que de otra suerte no puede
De aquí que
se oigan en
huésped del Señor y del Profeta, oh Dios que socorre su necesidad sabe que en este mero hecho el
se convierte en acreedor del Omnipotente; ó «Pido á Dios
el valor de un pan,» y entrega sabe que tiene derecho á esperar del Altísimo una recompensa parecida.
el
que se
lo
A nuestros
ricos deberia causarles vergüenza el compararse, respecto del particular, con los habitantes
i
I
EL CAIRO
EGIPTO,
TOMO
I.
325
82
EL CAIRO
326
acomodados
que invierten anualmente sumas fabulosas en obras de caridad, y no muy pingües y de mil distintas
del Cairo,
quiera, sino en fundaciones piadosas (aoukaf)
como
así
formas, establecidas sobre garantías positivas, y administradas por funcionarios probos y Por punto general van anexas á las mezquitas, y sirven para el sosten de escuelas
diligentes.
públicas y gratuitas, medresehs, ó fuentes de vecindad situadas comunmente en las cercanías de los templos; y tales donaciones, llamadas sebil, destinadas á dar de beber al sediento,
son de grandísima utilidad en una región en escasa de aguas potables.
No hay
la cual
apenas llueve, y en una ciudad por demás la bienhechora costumbre de construir
para qué decir que
cisterna para el público, que deriva indudablemente de la época en que los árabes,
una
haciendo todavía
de los pueblos
la vida
nómadas recorrían ,
la
vasta extensión del desierto
,
es
de grandísima utilidad para los que viven en la ciudad, especialmente para las clases
menesterosas que ó bien tendrían que invertir cantidades de importancia en satisfacer
aguador que buscar
Y ni
les surtiera de
agua, ó no tendrían
al
sed, que irla á
Nilo, perdiendo para ello no poco tiempo y debiendo soportar fatiga no escasa.
al
no existiendo
así podrían remediarse,
en general tan
del Nilo,
más remedio, para apagar su
de las aguas
rica,
diciendo de ella los árabes que
,
que estamos hablando; pues
las fuentes de
el
agua
que Champolion no tuvo inconveniente en llamarla champagne si
Mahoma
la
hubiese probado
,
habría deseado
eternamente, se enturbia, y adquiere un sabor tan desagradable, que quita las ganas de bebería, cuando se acerca el período de la inundación. Dicho se está, pues, que miéntras dura vivir
ésta, es
numerosa
la
concurrencia que á todas horas rodea tales fuentes.
De
ellas las
hay en
gran número rodeadas de verjas de bronce ó de empalizadas de madera con delicadas labores, cubriéndolas un techo voladizo que proporciona sombra bienhechora al sediento bebedor que para alcanzar
al
tubo por donde
escalerilla dispuesta al efecto,
la
mana
el
refrigerante
líquido,
debe encaramarse á
la
cual no sólo permite llegar al caño, sino también á la
puertecita del depósito en que se halla el repartidor.
Poéticas inscripciones en letras doradas consignan
debe
la fuente, sebil, ó
que para los
el creyente,
más bien
sebil Alcth,
que es
lo
el
nombre
mismo que
dar de comer al hambriento y dar de beber
del
si
al
bienhechor á quien se
dijera sendero de Dios,
va
que tiene sed, constituyen
caminos más seguros y más cortos para gozar de la vista de Dios después de la vida Así se explica que los aguadores callejeros que se anuncian á los transeúntes
presente.
dejando oir odres, no
el
oficio, griten
De
fijo
regocijado retintín de sus albogues, para ponderarles
por intervalos:
debió ser en
el
el
contenido de sus
su y encarecerles lo que hay de misericordia en «El caminito de Dios, beba quien tenga sed.» desierto donde por vez primera se oyeron tales palabras. Las
menores que un gran
pellejo
de los piadosas frases: «perdone Dios tus pecados, aguador,» ó «tenga Dios misericordia propósito de » tuyos,» adquieren un acento particular en boca del sakka, cuando con el realzar el esplendor de
agua
al pueblo,
una
fiesta, se le
que después de apurar
colma de alabanzas por el
distribuir gratuitamente el
contenido del vaso, contesta
Amin (Amen)
aquella fórmula piadosa, manifestando así su gratitud, y que en cuanto ve exhausto
el
á
odre,
i l
t
Espasa y
Comp*
—
Editores
—
Barcelona
Bazar en Girgéh.
EL CAIRO reclama
bendición de Dios, y desea importe de la bebida.
Ya
la
se
la gloria del
327
paraíso para aquel que ha satisfecho
comprende que no obstante cuanto dejamos dicho,
la
importancia en la ciudad situada á las márgenes del Xilo, que á
fuente debe tener
la orilla
ménos
de los caminos que
FUENTES Y ESCUELAS
cruzan
el
desierto:
de aquí que
la
institución, cual si con ella quisiera
piedad
musulmana haya añadido
á los sebils
otra
poner de manifiesto cuanto tiene de humanitario ese
Islam tan menospreciado, y considerado frecuentemente como conjunto de fórmulas desprovistas de verdadero sentido.
La mayor
parte de las fuentes públicas se hallan establecidas
en edificios compuestos de dos altos pisos, de los cuales
el
el
superior está dividido en varios
EL CAIRO
328
aposentos en los cuales se encuentran instaladas escuelas públicas, sostenidas á expensas del fundador, que para ello arbitró las rentas necesarias, y destinadas por punto general á sin familia, de suerte que el fundador de una fuente, es al propio tiempo
muchachos
bienhechor y amparo de los huérfanos; siendo de advertir que algunas de dichas fundaciones
CALLE DEL CAIRO
se remontan á
una época en
hubiese ocurrido
el
Muchas son, en siendo de éstos hijos de
el
la cual
-
no había en Europa persona alguna á
la cual se le
establecimiento de un orfelinato. efecto, las fuentes
que en
el
Kalaun, Nasiy, que es
y escuelas procedentes
del tiempo de los
mamelucos,
particular se lleva indudablemente la palma, el último de los el
que más trabajó en
el
embellecimiento y mejora del Cairo.
EL CAIRO
329
MENDIGO CIEGO
EGIPTO.
TOMO
I
8
EL CAIRO
330
temprana edad de nueve años; pero depuesto en virtud de una conspiración
al trono á la
tramada por emires ambiciosos, ocupólo segunda vez, y después de haber llevado á cabo grandes y brillantes empresas abdicó voluntariamente, retirándose al palacio de la ciudadela donde concluyó su dilatado reinado de cuarenta y tres años. Fué un príncipe inteligente, pero desconfiado; laborioso y hábil, pero ávido de placeres, y desgraciadamente inclinado á toda Durante el segundo período de su gobierno derrotó á los
especie de dispendiosas fantasías.
caballeros del Temple, arrojó á los cristianos de Arad, y llevó á ejecución la obra
importante
de
su vida:
la
completa destrucción de los mogoles en
es-Soffar, aniquilando completamente su ejército compuesto de
Los habitantes naron
en
vastos
apagaron su sed victoria.
al efect
y
olevantaron un soberbio
recipientes, veíanse
las tropas
verdaderos lagos
mamelucas que regresaban á su
Los propietarios de
las casas situadas
en
más
playa de Merdj
de cien mil hombres.
del Cairo para manifestarle su regocijo por la victoria alcanzada,
recibirle cual merecía,
contenidos
más
la
edificio,
determi-
á cuyo derredor,
de limonada,
en los cuales
patria ciñendo los laureles de la
las calles
que debia recorrer
el cortejo
innumerables y mediante precios elevadísimos, á los extranjeros que de todas partes habían acudido al Cairo con el propósito de presencial dicha solemnidad. Para que se pueda formar idea de lo que debieron ser tales fiestas, bastará triunfal alquiláronlas por breves horas
consignar que habiendo ocurrido la
caída de numerosos
al
edificios,
cabo de algún tiempo un fuerte terremoto, que determinó
bajo cuyas ruinas
perecieron sepultados muchísimos
castigar sus habitantes, consideróse que era un azote enviado por Dios, para entregado. había se que devaneos los á pueblo apoderara del
Por
lo
y que dice relación
al
(el
de
güilo que se
elemento cristiano de dicho pueblo, esperábanle dias de
terribles pruebas, bien que por causas
desde los tiempos de Hakiln
el 01
muy
distintas.
Víctimas ya de grandísimas vejaciones
Hombre-Dios) debieron someterse a
la fuerza
á las
más
para con ellos, hasta el día duras humillaciones. Nasir se mostró en cierto modo tolerante del sultán de Marruecos, con un en que, habiéndose cruzado en su camino el enviado cristiano que
no sólo no se apeó de su caballo, sino que
miramientos de costumbre, quejóse
el
ofendido
parecer no guardó á su escolta los
al
moro de
la arrogancia
y
falta
de respeto del
prescripciones que bajo penas severísimas infiel, moviendo al Sultán á que renovara las los judíos debían llevarlo negro imponían á los cristianos el deber de usar turbante azul, de los musulmanes. Las mujeres distinguírseles pudiese vista primera con el objeto de que á sobre el pecho una prenda ó coloi cristianas, lo mismo que las judías, debían ostentar en caballos, y áun valiéndose de asnos, especial: á los hombres se les prohibió cabalgar que en los dias de fiesta se tocaran las también debían montar á mujeriegas. Prohibióse
—
—
campanas y que
cristiano alguno pudiera tener esclavos
musulmanes
ni
emplear en servicio
No hay para qué decir que propio á los creyentes como se tratara de trabajos penosos. tuviera carácter oficial. no podían desempeñar el más insignificante cargo público, como dar pábulo al odio que el para que sirvieron más nada para Tan vejatorias disposiciones en consecuencia, Evangelio, populacho musulmán profesaba á los que acataban las leyes del
EL CAIRO
331
creyóse con derecho para maltratar á los infieles y saquear las iglesias y sinagogas, de suerte
que para poner término á
tales
desmanes fué indispensable
la
intervención de los príncipes
cristianos.
Durante su postrer reinado, consagróse Xasir
al
embellecimiento del Cairo
con
un
entusiasmo y largueza que rayaba en locura y prodigalidad. Dícese que sólo en construcciones invertía 8,000 dinares al dia, debiendo advertirse que dicha cantidad no se empleaba en pagar
salarios, sino
en
la
manutención de
los obreros,
pueblo, que venia á ello obligado en virtud de
la
pues los operarios procedían del
prestación personal, y del contingente de
esclavos enviados por los emires, para
que trabajaran en calidad de albañiles
y peones. Los arquitectos se
servia,
sirios de
que
atendían al sostenimiento
Un
de sus trabajadores.
canal que
antes había existido y á cuva repara1 «J
«j
cion atendió con preferencia, permitióle
convertir en magníficos jardines
vastas extensiones del árido desierto:
mandó
elevar suntuosísimos palacios
para
sus hijos y sus mujeres; y sus el ejemplo, edi-
sí,
emires, movidos por
ficaron magníficas quintas y casas de
recreo, que á la vuelta de breve tiem-
po convirtieron en amenísimo jardín los alrededores de la ciudad.
De su
tiempo datan aún más de treinta mezquitas y
numerosos baños, sepulcros
de refugio, y los gobernadores de las provincias siguieron su ejemplo
y
sitios
con
tal celo
y entusiasmo, que el de derribar no pocas
ENTRE CASAS ANTIGUAS
Damasco mandó casas viejas, con
el
objeto de ensanchar las calles de la ciudad, embelleciéndolas con nuevas
v elegantes construcciones. Xasir tenia verdadera pasión por los caballos, y á este efecto sostenía entre los beduinos no tenían más obligación que la de adquirir los ejemplares más
diferentes empleados, que perfectos:
ningún precio
llegó á satisfacer hasta las
sumas que en
le
parecía bastante para pagar
un millón por un
esto invirtió,
un buen
corcel,
caballo de bellísima estampa.
que llegaron á
influir
y,
según se
dice,
Fueron tan cuantiosas
en que se corrompieran no poco las
carreras sencillas costumbres de aquellas gentes. Tomaba parte personalmente en las
poma gran empeño en que
sus caballos resultaran “sencedores.
,
y
EL CATEO
332
Amante de
pasatiempos caballerescos, no obstante su pequeña estatura y de cojear un tanto, sentía extraordinaria afición por las cacerías y especialmente por la caza de aves,
siempre
muy
los
productiva en un país
como
aquel, tan abundante en pájaros de toda especie,
que acaso por este motivo constituyó siempre una de
Á ORILLAS DEL
árabe.
y
las diversiones predilectas de la
nobleza
VIEJO CANAL DEL CAIRO
Tratándose de halcones de pura raza debidamente amaestrados, no regateaba jamás, sus halcones gozaban gran influencia en el mero hecho
los jefes de sus caballerizas y de
de serlo.
Por
lo
casi
la era un buen administrador, y áun podríamos decir que fomentaba además de tomar con empeño abrir nuevos canales de riego, ocupábase
demás
agricultura; pues
con pasión en
el
mejoramiento de los carneros y de
las ocas.
^
EL CAIRO
La benevolencia que dispensó Abu'l Feda á
dignidad de sultán de
la
prerogativas que á
der del hermano
él
mismo
mayor de
le
333
á los sabios de su tiempo iué tanta que elevó al historiador
Hama.
confiriéndole
además todos
los
honores y
correspondían: cierto que Abu'l Feda se alababa de descen-
Saladino.
gracia al aprecio que el padre
le
Perdonó muchos actos infames
merecía.
de Kazmini en
al hijo
Desgraciadamente este príncipe, que tenia tan
levantados pensamientos y que se entregaba en cuerpo y alma á los ejercicios
abandonábase con más frecuencia aún
á
más
violentos,
Gustábale
pasatiempos insignificantes.
estar
constantemente rodeado de esclavos de los dos sexos procedentes de todos los países, y para descansar de ocupaciones por demás fatigosas, celebraba brillantes fiestas en las cuales se
CARRERA DE CABALLOS (STEEPLE-CHASE)
fué larga y dolorosa: después de muerto su memoria, y este hombre, que tan amante fuera de la pompa y de la ostentación y que tanto se había distinguido por sus relevantes prendas, apenas tuvo quien acompañara su cuerpo al ser conducido al sepulcro. Fué sepul-
entregaba á toda suerte de excesos.
Su agonía
fueron contados los que se mantuvieron
tado en la
fieles á
tumba de su padre Kalaun.
Les emires habían jurado permanecer de
ella
más
representante que
<
una
apoderaron de su trono y obligaron á los como instrumentos dóciles para sus fines, EGIPTO,
TOMO
I.
fieles
á la casa de éste, áun cuando no quedara
hija ciega;» califas,
—
mas en cuanto Xasir
cerró los ojos, se
— que tenían encerrados
que se prestaran á
los
en
la ciudadela,
manejos de
la
84
consa-
EL CATEO
334
No
gracion religiosa.
de otra suerte había procedido Xasir al aprovecharse de su abbásida
para sus particulares fines, llegando
emires adjudicaron
el
sultanato,
entre esos príncipes de
un
dia ni
al
extremo de conducirle á
unos en pos de
uno
los
campos de
batalla.
Los
otros, á diferentes nietos de Ivalaun; pero
siquiera, incluso
el
mismo Shaban,
hijo de
En-Xasir,
que nos ha dejado excelentes modelos de caligrafía y de ornamentación árabe, pudo conseguir el sostenerse en el poder. En seis años el trono cambió seis veces de dueño, hasta que uno de los hijos de Xasir, conocido bajo
once años, y obligado
al
el
nombre de
sultán Hasan, llegó á ocuparlo á la edad de
cabo de cuatro á devolver, á pesar de sus lágrimas y resistencia, á
CAZA DE LA GARZA REAL
los tornadizos
nobles la autoridad que
verse restablecido en sus derechos.
le
hablan prestado, logró
mamelucos y semejante parcialidad le atrajo la contaba cuando por huir las asechanzas de su enemigo,
jefes
Yelboga, intentó asesinado.
la
fuga;
mas hecho
al
cabo de breve tiempo
empleados egipcios y árabes á los antipatía de los emires: veinticinco anos
Entonces prefirió
prisionero,
los
el
bravo y hábil intendente de palacio, su casa donde murió
encerrósele en
Catorce años separan su advenimiento y su muerte: tan corto intervalo fue el Cairo y por la terminación de una
señalado por una calamidad espantosa que cayó sobre
obra admirable
,
que aún hoy pasa por
el
,
más importante ornamento de
la
ciudad de los
EL CAIRO
EXTERIOR DE LA MEZQUITA DEL SULTAN HASAX
335
EL CAIRO
336
Aquélla fue
califas.
la
horrible peste que diezmó
Hasan en Siryakous, donde permaneció desde enero de 1349. Es esta
la
el
Egipto, huyendo la cual, refugióse
principios de noviembre de 1348 á fines de
epidemia más espantosa que registran las historias: distinguiósela
ORNaTÓ de una puerta derruida en la mezquita de scha’aban
con.
el
nombre de
peste negra: á su influjo
sucumbian
las víctimas por millares
cada día, y
se propagó desde Constantinopla á Italia,
devastado la Siria
y
el
Alemania, Francia y España, después de haber China, donde, según parece, se engendró; la Tartaria, la Mesopotamia, la
Egipto. Sus efectos eran tan terribles, tan espantosa su influencia, que no sólo los
RUINAS DEL TIEMPO DE LOS SULTANES MAMELUCOS EN UNA FUENTE NUEVA
hombres, sino cuanto tenia vida, hasta bubones se manifestaron no sólo en las liebres perecian atacadas
los
las
plantas,
cedian á
su maléfico
animales domésticos sino también en
por la enfermedad: en las aguas del
influjo.
Los
los silvestres:
Afilo flotaban
á miles los
EL CAIRO peces muertos á consecuencia de llenaban de asquerosos gusanos.
900,000 cadáveres; fué
tal la
la
misma: hasta
En
337 los dátiles pendientes de las
dos meses se enterraron en
el
palmeras se
Cairo y en Fostat
mortandad, que según se dice, hubo no una, sino muchas
propiedades que en tan breve espacio cambiaron de dueño por via de herencia siete y
ocho veces.
Cuando
se lee la descripción
involuntariamente
la
que hace Makrizi de tan espantosa epidemia, recuérdase
horrible peste que sufrió el pueblo faraónico antes de que salieran de
Egipto los hijos de Israel.
mismo
El
ángel exterminado:’ que tocó con su espada á los
primogénitos de las familias, voló de una á otra casa por las dos orillas del Niló: de aquí que
creamos que es este
el
lugar
más oportuno para poner de
manifiesto á nuestros lectores
el
FRISO DE LA MEZQUITA DEL SULTAN HASAN
Alma-Tadema, que representa á una madre
inspirado cuadro de
moribundo, durante
la
egipcia y á su hijo
última de esas calamidades.
Difícilmente puede comprenderse, pues, que pasados esos dias de espanto, durante los
cuales abandonóse completamente sin aguadores la ciudad, sin
muebles la
los
particular,
que el
los
el cultivo
de los campos, las casas quedaron sin sirvientes,
que encontraran quienes confeccionaran trajes ó construyeran
habían menester, y completamente despreciada la pública riqueza y Hasan tuviera medios y energía suficiente para llevar á cabo la
sultán
construcción de un templo que con razón se considera
acabado de
la
arquitectura árabe.
como
esfuerzo
el
Es excusado consignar que para
no pocos obstáculos, cosa que fácilmente se comprende exigió tres años, v en que se gastaban nada EGIPTO, TOMO I.
ménos que
si
se
ello
fija la
veinte mil
más poderoso y
debió hacer frente á
atención en que la obra
dracmas de plata cada 85
dia;
EL CAIRO
338
pero venciólos denodadamente, y á los que intentaban disuadirle de su propósito, poniéndole de manifiesto lo enorme de las sumas que en su realización se invertían, contestábales invariablemente que no quería dar á nadie derecho para que dijera que un soberano de
Egipto habia carecido de medios para levantar á Dios una morada cual merecia. Cuéntase
que terminada
la
mezquita hizo cortar
no pudiera construir otra obra á disposición de todas las
que
la concibió,
una
ella
el
que
al arquitecto
El edificio
la dirigiera,
á fin de que
esencialmente por su
difiere
demás mezquitas que conocemos pudiéndose asegurar que
el artista
,
la influencia,
que en
debieron ejercer los
él
Europa, y especialmente los del arte italiano. Sin embargo, no falta que constituían las partes esenciales é indispensables de un templo
sola de las
musulmán. El demás,
manos
semejante.
no supo librarse completamente de
edificios religiosos de
en
las
ella
patio,
hosh el-Gcima, constituye en
mezquita de Hasan, como en todas
la
corazón del edificio; pero es de dimensiones
más
las
reducidas que en la generalidad,
y en lugar de estar rodeado de arcadas, está flanqueado por sus cuatro costados de sendas salas sobre las cuales se levanta un arco de bellísimo efecto, disposición que,
puede comprender, comunica griega.
Cuanto rodea
al
magnifican
asi
se experimenta la
debida á diversos ORNATO DEL GRAN NICHO DE ENTRADA DE LA MEZQUITA DEL SULTAN HASAN
la
fácilmente se la
cruz
inundado por rau-
patio,
una impresión por demás profunda,
espectador es grave, majestuoso, armónico; y
examinan
atenta v detenidamente se
que
como
conjunto la forma de
Es imposible penetrar en dicho
dales de luz, sin experimentar
cion,
al
más
el
santuario
los detalles de
como
la
si
ornamenta-
cámara
sepulcral,
grata satisfacción que pueda imaginarse,
riqueza y suavidad que ofrecen las líneas de mil enlazadas, y á las formas elegantes é ingeniosas
modos
que presentan
las figuras
que constituyen
el
motivo de
la
orna-
mentación, y que van reproduciéndose á espacios regulares, sirviendo de fondo á gallardos caractéres por medio de los cuales se reproducen diferentes sentencias del Coran, que al par instruyen al creyente y le recuerdan de un modo agradable
cuyo cumplimiento está obligado. Nada más caprichoso y enigmático á primera vista que esta rica ornamentación que cubre los detalles más importantes del arbitral 10, edificio: mas cuando se fija en ella la atención se observa que nada hay en ella los preceptos á
que su clausulado obedece á leyes y reglas
fijas
y constantes
,
y que sirve perfectamente
máximas y sentencias destinadas á recoger el espíritu y elevar los corazones. Como el musulmán no puede emplear imágen alguna para dar vida á las desnudas paredes de sus templos, no tiene más recurso que valerse del empleo de las líneas; mas en esto no tiene rival y la manera como las combina y entrelaza, de modo que pueda
para encuadrar las
engarzar en
mover
el
ellas, si así
podemos expresarnos,
fervor de los creyentes, revela
lozanía de su imaginación inagotable.
las palabras
por medio de las cuales trata de
abundantemente su fantasía, su ingenio,
la
perenne
Esta fábrica importantísima se halla desgraciadamente
EL CAIRO
340
abandonada
v
áun maltratada en muchas de sus
partes: pero basta levantar grandes arcos apuntados, que cual gigantescas puertas cierran el pórtico de
los ojos á los
la mezquita v que corona una sencilla ornamentación, para que se magnificencia y esplendor que en sus buenos tiempos debían carac-
sostienen los robustos paredones
comprenda toda
la
terizarla.
El patio está pa\imentado con losas de él
dos fuentes de distintas dimensiones,
la
mármol de mayor
diversos colores, viéndose en medio de
de las cuales está destinada á las abluciones
de los egipcios. é&ta íemata en una cúpula pintada de azul, que afecta terráqueo, y
la
forma de un globo
además de ostentar una
media luna en
la parte superior, está
adornada con una
faja
ó zona que
contiene una inscripción en letras de oro.
La más pequeña en un
princi-
pio estuvo destinada exclusivamente
á los turcos.
En
el
dicho patio ábrese
lado sudeste de
el
santuario pro-
piamente dicho, cuya bóveda tiene
una abertura de veintiún metros, v '
en de
él sé
mobiliario de
cuenta la
al lector
que hemos dado
tratando del livan de
mezquita de Amr. El púlpito se por
halla sostenido
columnitas de
piedra: Hasan, que durante
po
«j
encuentran todos los objetos
el
tiem-
que estuvo destronado dedicóse
con especial atención á
los estudios
teológicos, ocupólo en distintas oca-
siones para dirigir la palabra al pueblo congregado en el santuario, que
durante halla iluminado por multitud de lámparas pendientes del techo. halla en el fondo del
fundador de la sala
la
mismo, á
mezquita.
la
cuadrangular en cuyo centro se encuentra
que mide cincuenta ycinco metros de elevación,
largo de las paredes corre
A
el clásico
un arrimadero
de adorno á su parte superior caracteres.
un
de la tarde se
El nicho de las plegarias se
entrada del maksurah, es decir, del mausoleo destinado
Imposible formarse idea de
apea en los ángulos mediante
las oraciones
friso
pesar de hallarse no
el
la
sepulcro: ciérrala también
la cual,
una cúpula
arrancando de los lados de
la sala,
procedimiento de las pechinas de estalactitas. fabricado de
al
impresión de majestad que produce
mármoles de
A
lo
diferentes colores, y sirve
formado por sentencias del Coran escritas en grandes ,
menos abandonada que
las
demás
esta parte de
la
341
EL CAIRO
UrT?“Trf
-1
IE
-.
|
.
"?
—L •
—
niiiiiS® l.ft
ARCO DE ENTRADA DE LA A EZ QUITA DEL SULTAN HA SAN EGIPTO,
TOMO
I
86
EL CAIRO
342
mezquita, los habitantes del Cairo acuden en gran número á visitar bien que ignoran que no reposan en
él los
el
sepulcro de Hasan,
restos del fundador, por la razón sencillísima de
que jamás se ha encontrado su cadáver. Tratándose de asuntos de interés general, suelen congregarse en las grandes salas; pero cuando
determinadas dolencias, acuden á
que contiene
la
lo
que
el
mueve
les
es el deseo de sanar de
sepulcro del sultán, persuadidos de que
mm 'vV
'
1
-vi v\'V
r.
-te
V.'r''
ORNATO DEL GRAN ARCO DE ENTRADA DE LA MEZQUITA DEL SULTAN HASAN
para librarse del catarro, por ejemplo, rojiza
un
que se obtiene mojando
ladrillo
les basta
con humedecerse
la
lengua con cierta agua
mausoleo, y frotando contra él mismo milagroso que se guarda cuidadosamente para semejante efecto. También gozan
fama de milagreras
las dos
el
dintel de pórfido del
columnas la
laterales
:
basta para
de la derecha para curar
según se pretende, con lamer que padecen
los
á las mujeres que desean tener hijos les basta
ictericia:
chupar
ello,
como por ensalmo
el
zumo
con
de un limón que previamente se haya frotado
contra la superficie de la otra.
De
fijo
ticiosas
no se acordaba poco ni mucho de esas gentes supers-
el
artista
que concibió y construyó después
el
gran
arco del Norte, al cual se llega por medio de algunos peldaños,
desde cuyo nivel se levanta á una altura de veinte metros. Ciérralo por su parte superior
apea en un paramento de
una media cúpula acanalada que
estalactitas.
Sus paredes hállanse
adornadas interiormente de riquísimos arabescos, coronando ORNATO DEL GRAN ARCO DE ENTRADA DE LA MEZQUITA DEL SULTAN HASAN
toda la mezquita.
En
por una série de elegantes hornacinas que corren
al
dicha fachada se encuentra la entrada principal del templo.
cúpula, ligeramente acebollada, se enlaza al cubo que la sostiene por medio de octogonal.
la
ornamentación de tan rica fachada una ancha cornisa sostenida
El mayor de sus dos alminares no tiene en
el
Cairo otro que
rededor do
La enorme
un basamento le
iguale en
elevación: mide ochenta y seis metros: cuanto se diga para encarecer su solidez es poco,
bastando para
ello
con
fijar la
mirada en
las
columnas empotradas en
los ángulos del
mismo.
G
I
P
TO
LOS TEMPLOS DE LUQSOR
EL CATEO Su gemelo se
tenia por desgracia
derrumbara
una fuente y
343
débiles cimientos que lo
cabo de poco tiempo de construido
al la
más
demás
ocasionando su caída
,
de la escuela establecida por Hasan junto á
la
y de aquí que
del edificio,,
destrucción de
la
mezquita, en
la
cual se
educaban á sus expensas trescientos huérfanos, que perecieron todos, sin salvarse uno
sólo,
aplastados por la inmensa mole que determinó la ruina.
Mucho nos hemos
como
Existen algunos de ellos en
el
más
el
bello é importante de los
centro de la ciudad; pero abundan
formando verdaderos grupos que se conocen con mausoleos de
los
mas no debe
detenido en la descripción de dicho edificio:
puesto que se considera
los
más en su
parte oecidental,
nombres de sepulcros de
mamelucos. Los últimos se extienden hasta
el
extrañarse,
mausoleos con cúpula.
Sud de
los califas la
ó
ciudadela,
MEZQUITA SEL U LEU AL LE BABKUK
ignorándose qué príncipes son los que en ellos reposan; en cambio, las inscripciones, perfec-
tamente conservadas, que se leen en
manera alguna dicho nombre. En
las
tumbas de
efecto,
los califas, revelan
sucesores de los mamelucos bahiritas á cuya dinastía perteneciera
nombre de mamelucos
nóseles, sin embargo, con el
Burs-bey, el
Inal,
les
cuadra en
Hasan
borgitas ó circasianos:
(1361).
Desig-
Barkuk, Farag,
Kait-bev, el-Ashraf, en suma, todos los sepulcros cuyas cúpulas constituyen
más acabado ornamento de
nombrada
que no
en su mayor parte fueron construidos por los
las
llamadas tumbas de los
califas,
pertenecen á príncipes de
la
dinastía.
Estos aventureros sin ley ejercieron su dominio en 1517, siendo de advertir que
muchos de
ellos llegaron á
el valle del
Egipto
Xilo desde 1382 hasta
como simples
esclavos, y que
EL CAIRO
344 el
nombre de Borgitas con que
se les distinguió desde el tiempo de Kalaun, procedía de haber
éste acuartelado á los circasianos de su guardia en el interior de la ciudadela,
dijéramos,
dentro de
sus puertas (borg),
como si además con un uniforme de su
vistiéndoles
invención.
Esclavo había sido Barkuk, que fué
primero que logró apoderarse del gobierno, v
el
después de haber derrotado á los ma-
melucos bahiritas, supo sostenerse en
el
trono durante diez y siete años.
Enérgico, astuto, valiente pero cruel ,
y desconfiado, no cejaba en tanto no había realizado siera;
mas no
el fin
que se propu-
obstante la sangre que
hizo derramar en copiosa abundanORNATO DE LA MEZQUITA DE BARKUK
CIU,
íi
pCSUC
fifí
IOS tO 141161005
aplicación era pródigo
jamás desmintió
la
pasión que
le
CU CUVU
como
ORNATO DE LA MEZQUITA DE BARKUK
pocos,
inspiraban las ciencias y las artes.
El gran historiador
Ibn-Kaldun, contemporáneo suyo, á quien dispensó grandísima confianza, nunca logró, sin embargo, decidirle á que tomara enérgicas medidas contra Osmalis, que conducidos como estaban por
el
poder cada dia creciente de los
el
conquistador Timur, consideraba, y con razón,
más
temibles y peligrosos que los
mismos mogoles. El recuerdo de Barkuk
en
vive
el
Cairo,
merced
entre otros motivos, á la bella
mandó
quita que
construir
mez-
al
lado
de su sepulcro: á la que edificó para
su harem:
al
pozo y á
la escuela
que
construyó con habitaciones destinadas á los estudiantes, los maestros y los
empleados
mente
dicho.
del santuario propia-
Dos
las cuales sirve la
sepulcro
que
lindas cúpulas, de
una de cubierta
al
de los hombres en tanto
la otra
desempeña
idéntico oficio
para aquélla en que están enterradas
FUENTE JUNTO A LA MEZQUITA SEPULCRAL DE BARKUK
y dos alminares gemeen que levantó su mausoleo el
las mujeres,
los
coronan
el edificio,
que se levanta en
las cercanías del sitio
sultán Farag, hijo y sucesor de Barkuk.
Xo cansaremos
al
lector con la reseña de las
matanzas y rebeliones de que fué teatro
el
innumerables y sangrientas luchas,
Cairo con motivo de
la
las
posesión del trono,
EL CAIRO
346
durante
amor á
la
dominación de los mamelucos circasianos.
la patria, ni el sacrificio del interés
Y
téngase en cuenta que no eran
que impulsaban á esos extranjeros advenedizos: nada ménos que
esto. Codiciosos
inverosimilitud, su objeto se reducía á hacer suyo «el tesoro de la tierra,» «la
bienestar,» que es
como llaman
el
personal en provecho del bien común, los móviles
hasta
madre
la
del
Egipto los historiadores árabes, y puestos en esta
al
pendiente todo les parecía poco para saciar su miserable ambición; su siempre creciente sed
Se dirá acaso, no se concibe entonces que invirtieran
de riquezas.
que suponen los soberbios monumentos que en
mas en
obedecían
ello sólo
al
las
enormes sumas
tiempo de su dominación se levantaron;
el
deseo de demostrar á sus contemporáneos y á las generaciones
venideras la inmensidad de su poder y la de los tesoros de que disponían.
Una
de las mezquitas de
mayor magnificencia
del Cairo es la debida al
segundo sucesor
de Farag, Schech el-Mu’aijad, que á la edad de doce años había sido llevado á Egipto
de trocarla en mezquita
levantando un
edificio
si
un
dia llegaba al poder; y en efecto, cumpliólo cual lo había dicho,
como pocos suntuoso, que además de su mausoleo, contiene
en cuya construcción empleó
familia,
como
Aherrojado en una cárcel por sus enemigos, hizo juramento durante su cautividad
esclavo.
la
enorme suma de cuatrocientos mil
el
de su
dinares, y de cuya
magnificencia puede formarse cabal idea merced á la atinada restauración que se acaba de
Y
practicar.
sin
embargo, no debe olvidarse que para
una simple ojeada basta para comprobar
la certeza,
ello,
según sientan
los historiadores, y
apoderóse violentamente de
las
columnas
existentes en edificios particulares, y en palacios y mezquitas en tiempos anteriores cons-
De
truidos.
cuantos
monumentos
existen en la ciudad, es este acaso
espléndido: en su fábrica trabajaron durante
muchos años
el
más suntuoso y
treinta pulimentadores y cien
mas
el
deseo, por parte del sultán, de que no existiera otro que lo igualase, dio
resultado que
el
exceso de
alarifes;
ignoraba,
Olvidó, ó
la
ornamentación cediera en perjuicio de
la elegancia
y
como
la sencillez.
que cuando se trata de obtener un conjunto armonioso, resultante
de la belleza, la nobleza y la perfección de las formas, entre las partes y el todo arquitectónico, jamás debe cederse al afan de deslumbrar al espectador por medio del brillo de los colores, la riqueza de los materiales las
empleados y
mezquitas de tiempos anteriores,
el
patio
y
la
exuberancia de
la fuente
la decoración.
Como en
se hallan rodeados de arcadas,
siendo de estilo corintio, y por consiguiente labradas por artistas griegos y romanos, muchas de las columnas que sostienen aquéllas, y que, según dejamos indicado, procedian de edificios anteriores.
En
cuanto
al
santuario propiamente dicho, con su techo dividido en comparti-
mentos, v sus artesones pintados de vivos colores que realza
el
oro,
produce un efecto
soberbio, siquiera no resulte éste de la nobleza y sencillez de las líneas, sino del brillo de la
materia y del atractivo del color. Tanto es así, que pasada la primera impresión y cuando del conjunto se desciende á los detalles, el ojo ménos experimentado observa que la inspiración artística
aún en
desaparece bajo una ornamentación prolija y en cierto
el
modo
fantasmagórica, que
concepto de ejecución deja no poco que desear. Schech el-Alu’aijad contando con las
elevadas dotes militares de su hijo, alcanzó grandes triunfos en los campos de batalla de
347
EL CAIRO Siria,
v como orador, poeta y músico, conquistó merecida fama entre sus contemporáneos; más fríamente, aún reconociendo sus grandes condiciones, no
pero la posteridad, que juzga
mancha de hipócrita, cruel y codicioso. Viajeros musulmanes han dicho de su mezquita que es «una rica colección de bellezas arquitectónicas,» no faltando en quienes, dejándose arrebatar por el entusiasmo del momento, no han tenido inconveniente
puede
entusiastas
librarle de la
añadir que «la solidez de las columnas revela perfectamente en su fundador
el
príncipe de los
NICHO EE LAS ORACIONES EN LA MEZQUITA DEL SULTAN MU’AIJAD
» reyes
el trono de de su tiempo; que comparado con este edificio, es cosa de pequeño valor nombre que dan los musulmanes á la reina de Sabá); y que apénas
» Belkis (este es el » merece
mencionarse
el
» hiperbólicas alabanzas.»
antiguo palacio de los reyes de Persia, objeto de tantas y tan
La verdad
es que tres años después de la
muerte de Muaijad
alminares se había inclinado, amenazando ruina, y con este motivo cuenta que por efecto de semejante se celebró una junta de arquitectos que, teniendo en habíanse desprendido algunas piedras que causaron la muerte á diferentes
advirtióse que
inclinación,
uno de
los
EL CATEO
348
En
personas, opinaron unánimes en que debía procederse inmediatamente á su derribo.
virtud de ello la puerta de la mezquita permaneció cerrada durante treinta dias, y los poetas del Cairo se despacharon á su gusto lanzando
Mahomed
el-Burghi.
miradas de
los
desocupados, que pasaban
á medio hacer; á ese pretendido
hasta
el
furibundos epigramas contra
Por supuesto que no dejó de achacarse
presente, pretende
«mal de
tiempo contemplando
el
ojo,» contra
la
misma
laya.
En
cuanto á
DETALLE DE LA PUERTA DE LA MEZQUITA DE
refiérese
las residencias favoritas de
generalmente admitida, mora por
lo
común
el
más
de ser
más
la
boca,
eficaz),
(si la
la
época de los faraones
bajo
el
la superstición
techo de
fantástico que,
la
Caaba en
este tal,
el
arrancada es
arrojándola donde mejor
maderamen de
la le
muela
la
doliente,
la
fama
rabioso dolor de muelas, para lo cual
que hacer, que hincar un clavo en
cualquiera de
obra cuando estaba sólo
del Cairo,
Bab es— Zueléh cercana
Kutb, sér
humana. Goza
suele presentarse á los creyentes en forma
tiene
arquitecto
MU AHAD
especialmente á esta mezquita y á la puerta de
curar en un periquete
la
desde
el cual,
el
accidente á las envidiosas
pueblo precaverse por medio de amuletos, conjuros, fórmulas
el
mágicas y otros preservativos de
Considérase ésta una de
el
el
á ella.
según opimon
Meca,
muy
el
cual
extendida de
paciente nada
más
puerta, ó arrancarse una pieza
presumimos que
el
remedio ha
parezca, al tiempo de pasar debajo del arco.
349
EL CAIRO Al sultán Schech Mu’aijad sucedióle su hijo:
falleció
Su
trono á su primogénito, que contaba sólo diez años.
pasados tres meses, y dejó el Burs— bey, en otro tiempo
tutor
esclavo, sobreponiéndose á su inocente pupilo, usurpó sus derechos. se encuentra entre las tumbas de los
califas.
años de reinado. Entre los hechos principales llevados á cabo por haber llevado prisionero
Cairo
al
al
El mausoleo de éste
Murió de muerte natural á él
seis
los diez \
mismo, cuéntase
el
rey de Chipre Juan, protector de los piratas que en su
tiempo eran azote del comercio del Mediterráneo; arrojado de Egipto á los mogoles, siquiera á costa de un tratado que nada tenia de honroso, y haber conquistado el valioso título de protector de la Meca, á consecuencia de haberse apoderado de la ciudad santa y del puerto de
Djeddah perteneciente á
misma. Merced á
la
esto el comercio de dicha plaza
extraordinario, puesto que los bastimentos procedentes de la India y de
tomó un
'suelo
Persia, que
la
acostumbraban aportar á Aden, á partir de 1422 se dirigieron á Djeddah, evitándose de esta
Yemen. De
suerte tener que satisfacer los onerosos impuestos exigidos por el príncipe del
que serian éstos y del desarrollo que tomó el tráfico en el puerto de formarse idea considerando que así como la primera vez que llegó al mismo lo
con cargamento de Calcuta, llevaba un sólo buque,
la
segunda
lo
Meca, puede
la
el piloto
Ibrahim
hizo ya al frente de
una
compuesta de catorce bajeles henchidos de riquísimas mercancías, que en la26, ano, a contábanse ya por docenas los buques que en el mismo fondeaban, en el peí iodo de un
flota
que con ser módicos
los
derechos de aduana, comparados con los que se satisfacían en Aden, cifra lo que pagarían los innumerables
no bajaban de 70,000 dinares. Júzguese por esta peregrinos que acudían á este éste fuera inconveniente para
con
sitio,
el
aprovechar
propósito de visitar el sepulcro del Profeta, sin que la
coyuntura que se
manos para
les venia á las
la
realización de sus negocios mercantiles.
La importancia que en
este concepto adquirió
Djeddah no ha desaparecido aún: de suerte
reunión á todo» lo» pueblo» que la feria que anualmente se celebra en ella, sirve de punto de historiando no habla otra que profesan las doctrinas del Islam. En la época que estamos
que los
la excediera.
Y
mamelucos, en
se
el
comprende:
camino por
siendo digno de mención
el
el
el
mar Rojo
habíase convertido, durante
peregrino documento enviado por
por medio de embajadores
al
el
gobierno de
cual se hacia todo el comercio entre la India y Europa,
efecto
diputados,
al
sultán
el
príncipe «infiel» de Eeilan,
Kalaun, con
el
propósito de
Dárnoslo á continuación para que nuestros lectoie» puedan procedia en asuntos de tanta formarse idea de la sencillez con que en aquellos siglos se es Ceilan. Deseo que un trascendencia. «Ceilan es Egipto, escribía el príncipe, y Egipto el otro se establezca enviado egipcio acompañe á uno de los mios á su regreso, y que
establecer tratados de comercio.
»
» perennemente
en Aden.
Soy dueño de cantidades enormes de piedras preciosas y do perlas
clases, á cual más rica »macníficas. Tengo elefantes, bajeles, muselinas y estofas de todas las mercancías distintas que á ese país madera de sándalo, canela,
más
y mercaderes de por acá. Mis tierras producen madera propia para labrar astas buques cargados de ella cada »de lanza en tanta abundancia, que si el sultán me pide veinte
»v
preciosa:
» conducen los
EGIPTO,
TOMO
I.
EL CAIRO
350 »aíio, »
me
hallo en estado de proporcionárselos.
pueden venir á
»en
ellos la
» propósito
Sin esto, los negociantes de sus estados
mios para sus negocios mercantiles, en
los
menor
la
seguridad de que no hallarán
molestia, pues al enviado del príncipe del
Yemen, que vino con
de establecer conmigo un tratado de alianza, helo despedido mirando á
»en que estimo
el
Egipto.
Poseo veinte y
siete palacios
lo
el
mucho
cuyos tesoros están colmados de
ESCLAVA ABISÍXICA
» piedras preciosas;
»y me
Ni paró aquí nietos de
hacia
y en cuanto á
las pesquerías de perlas
pertenece exclusivamente cuanto las el
renombre que
Kalaun, llegaron
mucho tiempo en
el
los
forman parte de mis dominios,
mismas producen.»
mamelucos alcanzaron: en
el
reinado del hijo y de los
empleábanse Cairo enviados chinos, cuyos enormes juncos época, aquella de historiadores tráfico del Océano índico. Los al
EL CAJEO
352
acostumbrados á ver en sumisión
al
bondad de
las
embajadas procedentes de regiones desconocidas, una
los principios religiosos
había influido no
inesperada demanda del soberano del extremo Oriente.
ménos que el interés mercantil en la «Los embajadores del rey de Catay,
»dice Makrizi, llegaron al Cairo el año 743 de la egira, habiendo salido de su país en » portadores de cartas
que fué
» fakir
para
el
sultán
Mahomed Ibn-Kalaun. En
»por
los
que prestaban
Llegó esto á noticia del rey que, en consecuencia,
fe.
argumentos
del misionero se hizo
lo
el
739,
consignaba que un
libros
sus súbditos las prácticas del Islam.
naciente y convertirlos
al sol
mandó
musulmán; y muerto
jadores á Egipto en demanda de algunos » enseñar á
ellas se
donde permaneció durante largo tiempo, había trabajado asídua-
al Catay,
» mente á fin de separar á los habitantes del culto
ȇ su
tácita
imperio del Islam, complacíanse en sostener, acaso equivocadamente, que la
el
teológicos y de
llamar, y convencido apóstol envió
emba-
un doctor capaz de
El sultán acogió perfectamente á los
orden para que se las regalaran ricos trajes de ceremonia, y les hizo remitir »una colección de obras selectas en las cuales pudieran encontrar sólida instrucción.» El
» enviados, dio
sumamente provechoso para
beneficio temporal de tales misiones fué
ña ciudad de Koceir adquirió durante algún tiempo, bajo la
importancia que alcanzara en
las caravanas,
por medio de
la
la
el
el
Egipto.
La peque-
dominio de los mamelucos,
época de los Tolomeos; pues
cual se hallaba enlazada con
la
ruta
que llevaban
Nilo, vióse desde luego
el
cubierta materialmente de convoyes de camellos que conducían pesados fardos, y en
el
punto de llegada que primero fué Keft y más adelante Kus, apenas podían contarse las embarcaciones que cargaban y descargaban. Dícese que no bajaban de treinta y seis mil las que surcaban las aguas del Nilo, y el florentino Frescobaldi asegura que en su tiempo (1384) so veian
más buques en
el
las
La misma
puerto del Cairo que en Génova, Veneciá ó Ancona.
Alejandría, en la época de los
mamelucos
Europeos
tenia el privilegio de proporcionar á los
mercancías procedentes del Este que para sus necesidades habían menester.
Todos
los
pueblos, todas las ciudades mercantiles, tenian establecidos allá sus corresponsales, de suerte
que podía juzgarse de por
el
número de
la
importancia que bajo
los representantes
venecianos ocupaban
el
primer lugar:
sultán Kalaun y su hijo Chalil,
animado
el
el
punto de vista del comercio tenia un pueblo,
domiciliados en aquella ciudad. los
fundador de Chan el-Chalil,
del Cairo, debiéndose á ellos el privilegio,
el hierro;
pues sin
pérdidas tan frecuentes
un
la
los
el
el
más
mar
del Norte les
egipcios.
El valle del
Norte
la
madera de cons-
importación de tales artículos de primera necesidad,
le
habría
Ésta había ocasionado á los occidentales sensibles: una gran parte del oro y de la plata acunados en
solo
como
barrio comerciante
mercados
Nilo, tan pobre en bosques y en metales, se proporcionaba en
sido imposible construir
el
que como señores del
fué concedido, de surtir de esclavos griegos y circasianos los
trucción v
Según parece,
genoveses concluyeron diferentes tratados con
buque para su
flota.
se infieles de Oriente. El tráfico de esclavos, entre los cuales justamente encontraban no pocos cristianos y cristianas cautivados en Europa, habia de ser a anatematizado por la Iglesia, y de aquí que los pontífices prohibieran en repetidas ocasiones
Europa, pasaba á manos de los
353
EL CAIRO los
marinos europeos
el
comercio con Egipto, conminándoles con penas temporales y espirial provecho material que á la salvación de sus almas,
mercaderes, más atentos
tuales: pero los
prosiguieron en la explotación de
un negocio que
les rendía
muy
pingües beneficios, y que
era parte para que prescindieran de toda otra consideración, siquiera fuese de
más
elevada
naturaleza.
A juzgar por
una nota de precios debida á uno de
que se halla inserta en adjudicaba
sultán,
el
adquiridas en
la
la relación
era
los
que acompañaron á Vasco de Gama,
de su viaje, la parte que en este comercio enorme se
verdaderamente
India, tenían en el Cairo
la
parte del león.
En
efecto;
mercancías
las
un valor cinco veces más grande, debiéndose
éste
exclusivamente á las gabelas impuestas sobre las mismas por los soberanos de Egipto; gabelas
que proporcionaron á los mamelucos las sumas exorbitantes que gastaron, áun los que entre ellos
pasan por más económicos. Burs-bev así como sus antecesores y sucesores gozan fama más ricos de la tierra, y realmente es imposible formarse idea de
de haber sido los príncipes las
cantidades que invirtieron en objetos de
anualmente no pocos millones: importaba
riqueza de
la
un
la
mero
lujo: sólo
en caballos de
silla
despilfarraban
construcción de mezquitas, palacios y edificios públicos
reino: su fastuosa corte, de la cual formaban paite lo»
haiems
v colmados de innumerables esposas, concubinas y eunucos; esclavas circasiana», griegas cantadoras, exigía abisinias, de las cuales las había que costaban una fortuna; danzarinas y
la inversión de
sumas, de
las cuales ni
áun puede formarse
idea.
La servidumbre u»aba
ti
aje»
del sultán no se de seda que realzaban preciosos bordados de oro: las esposas y las favoritas precio subidaban por satisfechas como no pudieran ostentar piedras preciosas y perlas de
en las liteia» en la» dísimo, no sólo en su persona, sino en los muebles de que se servian y eunucos, acompañaban á su señor á los palacios de recreo. escoltadas por esclavos cuales,
y
El Oriente es
la tierra clásica de los regalos:
no pasaba un dia sin que de
las
mano»
del
oro, esclavo», caballos, soberano pasaran á las de sus súbditos objetos de elevado valor,
indudablemente la joyas, trajes de ceremonia. Cierto que esta tierra,
más
fértil
del
mundo,
vejaciones é impuestos daba de sí no pocos recursos, que se hacían mayores á fuerza de veneros habrían acabado por exigidos á veces por medio de la fuerza; mas tan abundantes agotarse, con grave perjuicio para lidad de saldar el déficit
que bastaba por
sí
el
tesoro del sultán, que se habría visto en la imposibi-
que resultara de tanto despilfarro y prodigalidad, sin
el
comercio,
solo para colmar las exhaustas arcas del tesoro.
prohibió terminanteBurs-bey, que era águila en materia de proporcionarse recursos, de la India, y juzgo que era procedentes mercancías las de tráfico el particulares mente á los teniendo quien para su intento monopolizarlo exclusivamente, con lo cual, no
más
socorrido
pudiera hacerle competencia, vendíalas
al precio
que á
él se le
antojaba.
Para
ello tenia
codicia, que sólo adquirían las casas establecidos sus agentes; pero llegó á tal extremo su puramente indispensables, y los representantes del c-omereio de otros pueblos las cantidades sultán con romper con él toda venecianos enviaron á Alejandría una flota amenazando al un tanto en sus pretensiones mjustificaclase de relaciones. Ante tan resuelta actitud aflojó EGIPTO,
TOMO
1.
89
EL CATEO
354
das y además absurdas; pero áun así reservóse el monopolio del azúcar y la pimienta, y para hacerlo efectivo no sólo prohibió que pudieran vender tales artículos los comerciantes, sino
que
los despojó de las existencias
dejó completamente arruinados.
bey,
que,
además de
los
que tenían, indemnizándoles de tan mala manera, que los
En suma:
artículos
las desacertadas
medidas económicas de Burs-
expresados, habíase reservado
el
monopolio de otras
mercancías, que hacia vender exclusivamente por sus representantes, produjeron tan general descontento, que sus súbditos se amotinaron no pocas veces, y los venecianos, del
modo que
los
soberanos de Aragón y
Castilla,
egipcios que se po-nian al alcance de sus bajeles.
desatentada podemos formarnos idea por
mismo
apelaron al recurso de apoderarse de los buques
lo
De
los perjuicios
que dice Makrizi,
que produjo su codicia
según cuyo testimonio
quedaron despobladas muchas regiones de
Después de su muerte, en
el
la Siria y el Egipto. breve espacio de treinta anos, ocuparon
el
trono nada
ménos
CASA DE CAMPO CON NORIA CERCA DEL CAIRO
que ocho sultanes circasianos, que consintieron en que los turcos se apoderaran de Constanel tinopia en 1453. A la caída del último de ellos, Timurboga, logró apoderarse del mando
mameluco Kait-bev, que habia comprado Burs-bey por cincuenta
dinares. Habíase distin-
guido este advenedizo en su juventud por su singular destreza en manejar
semejante habilidad que á
él
la lanza, valiéndole
acudieran los maestros de armas que, entonces como hoy, hacen
ostentación de su saber, á la partida de la caravana para la Meca.
frecuentes ocasiones para dar pruebas de su valor, mostróse
Ya
sultán ofreciéronsele
hombre de Estado
perfecto,
la miseria. hábil é infatigable en cuanto se refiere al gobierno: pero violento y avaro hasta
Con motivo de
la
Mahometo II afortunada resistencia que opuso á los turcos dirigidos por Ezbekijeh, que es el general Ezbek, que dio su nombre á la plaza de
v Bayazeto, distinguióse la
mayor y más importante
del Cairo.
Habia este eminente guerrero llegado á Egipto como
EL CAIRO
356
esclavo; pero merced á su laboriosidad había logrado elevarse á los primeros puestos y crearse una fortuna. Con el propósito de apacentar sus camellos, había adquirido una parte del terreno en que se halla al presente la plaza que lleva su nombre, v que con ser, cuando lo
compró, un
erial cubierto de escombros, vióse al cabo de poco tiempo sembrado de jardines y hermosas casas de campo. Otros personajes á imitación suya hicieron lo mismo, resultando
de
que no se tenia por persona
ello
de valer
que no tenia una casa en
la
Ezbekijeh.
Murió de edad muy La bella mezquita que
avanzada.
su nombre es un
lleva
monumento
digno del hombre extraordinario en
cuyo honor fué construida: su riqueza y
el
gusto con que está decorada
merecen
más
los
desinteresados elo-
gios de parte de los
amantes
del arte
árabe, debiendo hacerse especial
mención de
la
escuela á ella unida.
La
el
Esbekijeh ha experi-
plaza de
mentado no pocas de que lo es
hoy,
el
esplendor y
la belleza
mundo
presente ostenta y que todo
el
Después de haber recorrido
los soberbios jar-
al
noce.
como
centro de la vida franca,
el
y adquirir
que
vicisitudes antes
Cairo llegara á ser,
el
dines que
la
le
reco-
embellecen, paseado ante las magníficas
fondas, edificios públicos, y casas particulares que
por todas partes la rodean, y que no tienen igual en otra ciudad alguna de
asentimiento á
lo
Europa, difícilmente se presta
que sienta respecto de
exactísimo Prokesch-Osten, esto
que
la visitó,
es,
ella
el
que en 1827 en
permaneciera sumergida en
el
agua
la
mitad del año, v utilizada como tierra de labor dudetalle arquitectónico de la escuela de la MEZQUITA DE EZBEK
rante la
otra,
mitad.
La mavor «
parte de los edificios 1
que en otro tiempo se levantaban en dicha todo extremo importante,
quedaban en esplendor.».
plaza, por
vacian destruidos ó estaban próximos á arruinarse: los que
pié pertenecían al estilo morisco y
Al presente seria
difícil
«conservaban impreso
encontrar una sola piedra de
la
el sello
de su antiguo
época de los mamelucos.
en los Ivait-bey murió á la edad de ochenta y cinco años, habiéndose visto obligado postreros instantes de su vida á abdicar en favor de su hijo, que contaba catorce, siendo
357
EL CAIEO
MEZQUITA DE EZBEK EGIPTO,
TOMO
1
90
EL CAIEO
358
mandó
sepultado en la mezquita que se
siguiendo
sores, mientras formaba parte del
mundo
de los
Hállase entre los llamados sepulcros de los
vivos.
Al
califas.
salir
de la ciudad con objeto de visi-
debe pasarse por delante de otro magnífico
tarla,
que por corrupción de ouakkalijeh lleva Ivait— bey, el cual fue cons-
edificio el
construir,
por sus predece-
la práctica establecida
nombre de okel de
truido por el propio sultán.
modo que en
la
Oriente, existia
mayor
En
el Cairo, del
mismo
parte de las ciudades de
un número inmenso de
tales oleéis
ó khans, los cuales estaban destinados, y conti-
núan prestando
el
servicio, para
mismo
que en
guarecieran los mercaderes con sus géne-
ellos se
Compónense por punto general de un
ros.
rodeado de
edificios,
patio
en cuyos pisos inferiores se
encuentran almacenes abovedados, hallándose los superiores destinados á habitaciones y graneros.
La mayor
parte de los okels, y, según Lañe, no
bajan de doscientos los que existen todavía en Cairo, llevan
el
nombre de
la
el
persona que cons-
truyó tales establecimientos de tanta utilidad, así «J
para
mo
comercio en
el
sí,
como para
los
que
al
mis-
Éntrase en ellos por una puerta,
se dedican.
que permanece cerrada durante guiéndose lindos adornos en
Así acontece en
la
la
noche, distin-
la clave de
su bóveda.
puerta del okel de Kait-bev,
desgraciadamente bastante maltratada.
Que
referido sultán disponía de escultores
el
y
arquitectos excelentes, lo revela desde luego su sepulcro, que
cuantos de los
lo
más
han
ha causado profunda admiración en visto, tanto que Coste, que es uno
inteligentes conocedores del arte árabe
en Egipto, no vacila en consignar que es quita
más
efecto, la gracia de su cúpula,
delicado ALMINAR
-DE
LA MEZQUITA DE KAIT— BEY
la
mez-
bella de cuantas encierra el Cairo.
encaje
En
que semejante á
de piedra, osténtase sobre una
delicada red de cintas lindamente entrelazadas, sólo
puede tener igual en
la
forma y decorado del
359
EL CAIRO gallardo alminar, y en los encantos de su puerta de entrada como pocas original. Sírvele de vestíbulo una vasta sala,
circundada por almenado muro, que á semejanza de acontecía con los aposentos análogos de las
durante
que
lo
demás mezquitas
dominación de los sultanes anteriores, parece
la
haberse destinado desde
el
tiempo de Kait— bey para
las
re-
cepciones solemnes de personajes de alto rango, para dar audiencias en las grandes festividades y para dispensar desde ella la justicia.
de piedra sobre ellos
A
ambos lados de
el
tomaban asiento
fondo veíase erigido
la
puerta corre un banco
cual se extendian muelles tapices, y en
En
los altos dignatarios del Estado.
el
trono del sultán, sobre
un
el
estrado al
cual conducían diferentes gradas que guardaban dos hileras
de mamelucos provistos de
La
relucientes armas.
dis-
posición arquitectónica del
conjunto, recuerda la de la
mezquita de Hasan: un detalle
em-
debe notarse sin
bargo
que no existe en
,
aquella , y que consiste en
una linterna de madera que cubría
el
patio central,
de cuyos ingenio-
al través
ADORNOS ANGULARES DE LA MEZQUITA SEPULCRAL DE KAIT— BEY
sos calados penetraba en el interior
una luz tenue y suave y un
mado. Desgraciadamente se vino
mas aún
al
puro y embalsa-
aire
suelo hace algunos años;
careciendo de tan bello remate, es
de perfecta
armonía resultante de
la
tal la
impresión
bien hallada proporción
de las cámaras interiores, que la mezquita que nos ocupa viene á ser uno de esos sitios singularmente agradables, que
no basta con examinar una vez el
mayor
placer dos y tres
sola, sino
y más
que se visitan con
veces, impulsados por
el
deseo de contemplar la forma elegante de sus arcos y de sus bóvedas, la suavidad de sus líneas lo elegante y fantástico de ,
una ornamentación simplicísima,
sin relieves,
y que con estar
reducida á superficies planas cautiva poderosamente pesar de lo dicho pocas veces se ve á un vador.
A
dillado sobre el
marmóreo pavimento de
la
al
obser-
fiel
mezquita
:
arrosi
por
EL CATEO
360
acaso penetra en
movido por uno,
y
el
ella
algún habitante del Cairo , puede tenerse
seguridad de que
la
lo
hace
deseo de adorar dos enormes pedruscos de mala manera dispuestos, gris
el
el
otro encarnado, de los cuales aquel tiene impresas las huellas de los piés del Profeta,
el
segundo
la
de una sola de las plantas del enviado de Dios.
Dichas piedras fueron
llevadas al Cairo por Kait-bey, de vuelta de su peregrinación á la Meca: pues dicho sultán era
amigo de
y de emplear gran parte del tiempo en excursiones y cacerías, como lo haber visitado los santos lugares de Hebron y Jerusalen. Cuéntase que de
viajar,
demuestra
el
vuelta de sus viajes fué recibido con gran
Ezbek,
el
fundador del Ezbekijeh,
le
dió
pompa por
los habitantes del Cairo:
que
el
atageb
una magnífica comida en Matarijeh; y que al entrar
las calles cubiertas y alfombradas de magníficas tapicerías. A su comitiva se agregaron numerosos cantores y bailarinas, y hasta aquellos mismos emires que pasados nueve años habían de obligar al anciano moribundo á que abdicara en favor de su
en su capital encontró
hijo, hiciéronle riquísimos presentes al
poner su pié en
Bajo las dos dinastías de los mamelucos
el
el
umbral de
la ciudadela.
dominio del Egipto fué invariablemente
conquistado por un advenedizo resuelto, ó transmitido y adjudicado por al
más joven
después
el
de los hijos del sultán reinante.
Al fantasma del
la levantisca
califa
nobleza
abbásida, quedaba
cargo de confirmar y proclamar al nuevo príncipe. Mahometo, había nacido de una esclava circasiana cuando su padre
El hijo de Kait-bey,
contaba ya setenta y dos años. Durante los tres que duró su reinado manchó su nombre por medio de una crueldad extraordinaria y un desenfreno brutal. Los contados actos de valor personal y de liberalidad de que nos hablan los historiadores, desaparecen ante los numerosos hechos infames que llevó á cabo. El que tenia la desgracia de topar con él durante sus expediciones nocturnas, podia darse por bien librado
pues
común
lo
era perder algún
miembro
si
no
la
si
escapaba con una paliza horrenda,
cabeza: pasábase las noches enteras en
el
Kilo acompañado de cantadores y cantadoras; penetraba á la fuerza en las casas de sus con auxilio de sus seides se apoderaba de las mujeres que más bellas le parecían, súbditos,
y
y á
fin
de que no tuviera que andar á oscuras por las desiertas calles de la ciudad, obligaba á las casas
faroles y linternas durante la noche delante de y grupo de emires y mamelucos conjurados, saliéndole al paso en una de sus infames excursiones, cosióle á puñaladas y dejó su cuerpo abandonado en mitad de la calle como el de un perro rabioso. Mandólo recoger y darle sepultura uno de sus tios que fué
los vecinos
tiendas.
ú tener encendidos
,
las
Un
le sucedió en el trono. Éste cambió cuatro veces de dueño en ménos de seis años, pasados los cuales ocupólo el-Ghuri, que logró mantenerse en él durante tres lustros. Había sido esclavo de
quien
Kansuwe
Kait-bey; descendía de familia real y contaba sesenta años al apoderarse del sultanato, monumentos estaba dotado de grandes cualidades y el Cairo conserva todavía bellísimos al pueblo erigidos en su tiempo, para lo cual le fué preciso crear nuevos impuestos, y oprimir la con duras extorsiones. Sin contar otros templos ménos importantes, débenle su existencia
mezquita que
lleva
su nombre en
la calle
de el—Ghurijeh y la fuente escuela situada enfrente
INTERIOR DE LA MEZQUITA SEPULCRAL DE KAIT-BEY
EGIPTO,
TOMO
1
91
&
:
.V
-
EL CAIRO
363
de posadas de la misma: además mandó abrir nuevas cisternas y establecer mayor número edificio» en nue\os levantó Meca; la á ir para peregrinos los en el camino que llevaban colina sobre derredor de la ciudadela del Cairo, y construyó un magnífico jardín al pié de la flores traídos árboles prodigiosa, abundancia en ostentábanse cual y el la cual se levanta, en ellos coman de la Siria sin escasear gastos. Su traje v sus armas eran de gran precio: con lo rico \ todo á afición tal su era silla, de caballos sus de paramentos arneses parejas los y y »ultan Na»ii aparatoso que jamás comía como no fuese en vajilla de oro. Los hijo» del hermosa de su habían ya colmado de riquezas á Anjak, que era la cantadora más célebre y favorita de tres sultanes tiempo, y que por su talento y gracias excepcionales mereció ser la
CANTORA FAVORITA DEL SULTAN
su turbante los hijos de Nasir, repre sucesivos: las perlas y pedrería con que engalanaran
sentaban un valor de cien mil dinares. á los cantadores y En cuanto á Kansuwe el-Ghuri, era también pródigo en galardonar jamás se cerraban las puertas de la cantadoras, músicos y poetas. Según opinión general, los cuales ofrecían pasto abundante para sus casa del sultán á los narradores populares, á los sucesos que en aquella época se concepciones, que embellecia su prodigiosa imaginación, mañana encontrábase en el colmo la á noche la de que tales realizaban en Egipto, que eran en el último grado de la miseria, y se sucedían con tal de la fortuna el que un dia antes yacía semejaban variables cuadros de un kaleidoscopo. El rapidez que más que sucesos humanos, príncipe, gemía el dia siguiente encerrado en oscura que ostentaba ayer toda la majestad del
.4
EL CAIRO
364
mazmorra; en tanto que trono,
mandando
afortunada
;
el
mozalbete esclavo
un simple
servicio prestado al sultán
que ayer pedia limosna, y como se reducido á
la
la víspera,
sentábase
á su antojo y disponiendo de tesoros inagotables.
le
AJIMEZ DE
operación mercantil
bastaban para convertir en potentado
antojara á un. magnate,
miseria en un abrir y cerrar de ojos.
la Persia, las fantásticas descripciones
,
dia siguiente en el
el
Una
el
al
mercader acomodado veíase
Las maravillas de
la India, los palacios
de
GAMA EL-GHURI
de la remota China llegaban á noticia de los sultanes
mamelucos, tanto ó más que por medio de
los libros,
por
lo
que referian
los
marineros, los
conductores de caravanas y los mercaderes de esclavos.
Cuanto puede fantasear
el espíritu
más
sensual, respecto á riquezas, placeres,
magnificencia, en suma, á cuanto puede halagar los sentidos, poseíanlo hasta
pompa y el
exceso
EL CAIRO
365
NARRADOR DE CUENTOS
EGIPTO,
TOMO
I
92
366
EL CAIRO
algunas contadas individualidades que moraban en
el Cairo; y el que, ora cantando, ora narrando, quería superar dicha realidad, no tenia más remedio que acudir al país de los
sueños y las quimeras. Imagínese ahora el interés que debían ofrecer para un pueblo vejado, oprimido, exhausto de bienes, desprovisto de los medios indispensables para proporcionarse
'
.
_
=2T
JOVEN NARRADOR DE CUENTOS DE HOY DIA
cosa, algunas comodidades, esas narraciones fantásticas y maravillosas que, cuando no otra olvidar ofrecian elementos bastantes para que, siquiera durante algunos instantes, pudiera
le el
Lo que según los cuentos aunóle a lo& al más desafortunado de esperara, cuando ménos lo Aladino, ¿no podia acontecerle, azar de la mortales? ¿No podia el más pobre de los hombres verse en un momento y por un estado de triste abyección á que se hallaba reducido.
EL fortuna, del Cairo
mente á
encumbrado á
lo
más
alto del
367
CAIEC)
templo de las riquezas?
En
la
mente de
los vecinos
imágenes de seres y de hechos que correspondían perfectapersonajes mencionados en los cuentos que oyera narrar, á los y para que la imaginación oriental fundiera en el crisol de su ingenio el
permanecían vivas
las
los acontecimientos
no necesitándose más
contenido de las antiguas historias para que de
En
animadas.
el
reinado de
Kansuwe
él
salieran nuevas formas
más
seductoras y
el— Ghuri llegó á su apogeo el gusto por los cuentos
orientales, pudiéndose suponer, con notorio fundamento, que data de dicha época la trans-
Mil y una noches, que en su mayoría hacia unas á otras generaciones por medio de la tradición oral.
cripción ó recopilación de las narraciones de las
mucho tiempo
se transmitían de
Por medio de dichas narraciones habían en un
principio las tribus errantes del desierto
y el tedio del descanso: más adelante de las ciudades echaron mano de ellas para olvidar las amarguras de la vida; y por último empleáronse para interrumpir la monotonía de los placeres en el interior del harem. Los narradores de historias ó cuentos pueden dar libre expansión al vuelo de su fantasía en e^to
amenizado
los habitantes
las fatigas de la peregrinación
.
no hav quien
vaya á
les
la
mano
;
pero al propio tiempo han de reunir grandes condiciones?
para desenlazar por manera ingeniosa,. siquier fantástica, los mil y mil incidentes con que han en la misma la narración y envolver en deleitosa poesía la lección filosófica que han encerrado. Se ha dicho, con tanta profundidad como ingenio, que la poesía de los árabes?
complicado
,
plásticas, y
en
sentencias del Coran se ponen á los ojos del creyente en
los?
puede compararse perfectamente á efecto, así
como
las
máximas y
las obras
que han producido sus artes
en que frisos de las mezquitas, sobre los ingeniosos y bellísimos entrelazados encienan, espieciso, fueron aquellos artistas, las lecciones de conducta que en los cuentos se de la más para que se acepten con agrado, que vayan envueltas en los dulces atractivos tan fecundo?-
7
bella poesía.
Es indudable que
los cuentos orientales
así nos es lícito expresarnos, y los arabescos son, si por lo misino son digno? del mayor apiecio, y
impalpables formas de aquella lozana fantasía; cual acontece en todo aquello que en
el
7
campo de
la belleza
perfección. La y á la madurez de su religión árabe rechaza las imágenes y los símbolos; n- conoce misterio alguno, v á su frió deísmo responden las desnudas
ha llegado á
la plenitud
paredes de las mezquitas levantadas durante los primeros siglos del Islam.
producen en
el
Completamente desprovistas de todo adorno,
ánimo un
efecto parecido al
que resulta de
la
contemplación de un país cuy os montes carecen de todo vestigio de vegetación; pero al cabo de poco tiempo, sin que7
brantar por esto las prescripciones religiosas, tratóse, y se consiguió por felicísima manera, de comunicar vida á la
ORNATO DEL MÍMBAR DE LA MEZQUITA DE EL—GHURI
e esas narracioue? en para c piedra y de disimular su rudeza y pesadez, echando mano sus muros, y de los cuales arabescos, de esas poesías en colores, de que se hallan cubiertos
el CAIRO
368
decia
un ingenioso
petrificado.»
viajero
que «semejan impetuoso juego de aguas que de repente se hubiese
Líneas, palmas, estrellas, flores, caractéres significativos intervienen en aquel
clausulado que va repitiéndose en ritmo cadencioso, y acaba por ejercer una fascinación irresistible
en
el
ánimo
del espectador,
se afana en vano para encontrar la
armónica de
los órganos, la
que acostumbrado á
la
regularidad del arte occidental,
mútua correspondencia de
proporción correspondiente entre
el
las partes,
la
estructura
soporte y la carga, la ley
MAUSOLEO DE KANSUWE EL— GHURI
en cuya virtud se sostiene
la atrevida cornisa,
y en especial
lo
que debe constituir
la solidez
del edificio.
La mezquita
de
Kansuwe
el— Ghuri es la última que debe ocuparnos, entre las que se
edificaron en la época del último renacimiento posible negarle cierto esplendor
ménos
real
atención puede observarse hasta en los detalles halla en decadencia.
de
la
arquitectura egipcio-árabe. INo es
que aparente; pues por poco que en
más
ella se fije la
insignificantes que la pureza del estilo se
El mausoleo de el— Ghuri consiste en una sencilla cubba, cerrada por
EL CAIRO
370
una elegante cúpula; mas no yace en ella el sultán que la mandó edificar para que le sirviera de postrer morada, ya que habiendo sucumbido en 1516 en la Siria, en una batalla contra los osmanes, fuéle cortada la cabeza y remitida al sultán Selim, que al cabo de un año puso término á
la
independencia del Egipto.
El comercio sostenido por los árabes con la India, que, según dejamos expuesto, durante largos siglos proporcionó los
un golpe mortal en tiempo
tesoros á los señores del Egipto, recibió también
más pingües
del postrero de los sultanes
en 1497 doblado Vasco de
Gama
oriental de Africa, encontró
un
el
mamelucos, á consecuencia de haber
cabo de Buena Esperanza.
piloto árabe
que
lo
En
condujo á Malabar
Melinda, sobre al través
la costa
de mares que
jamás habia surcado nave alguna europea, y por medio de los cuales sosteníase hacia muchos siglos un comercio sumamente animado con la China y el Japón, que habia proporcionado á los
musulmanes verdaderos montes de
los inconvenientes
oro.
El-Ghuri no se hizo ilusión alguna respecto do
que habían de resultar para los intereses materiales de su país
,
del
descu-
brimiento realizado por los portugueses, y, aconsejado por los venecianos, envió una
imponente á las
los
mares de
naves orientales en
el
la India, dirigida
vengó á su
hijo
el
flota
emir kurdo Husein. La victoria favoreció
primer encuentro que tuvo con las de Occidente, bien que com-
prándola á costa de no poca sangre: sólo
por
mas en
el
año 1509
el
gran Francisco de Almeida, no
Lorenzo, que sucumbiera en lucha gloriosa con los egipcios, sino que
la escuadra de Husein. Dióse esta batalla en aguas de Diu, y merced portugueses dueños del comercio de la India y aniquilada para en ejercido adelante la influencia y casi podríamos decir el monopolio que la marina árabe habia pretendieron en el Oriente. Cierto que andando el tiempo, y dueños los osmanes de Egipto,
destruyó completamente
á
ella
quedaron
los
apoderarse de la ciudad de Diu;
mas
sus esfuerzos fueron completamente inútiles y
pabellón turco no ha conseguido ya reconquistar
el
predominio que un tiempo ejerció en los
el
puertos de la India.
en el Los portugueses vencedores acariciaron por un momento el propósito de perseguí! mameluco, atribuyéndose a uno de sus héroes, Albui-
interior del Egipto los restos del poder
Rojo poi medio querque, el proyecto gigantesco de poner el Nilo en comunicación con el mar del valle, en el de un canal que debía terminar en Koceir, y arruinar así la parte más rica no realizaron, centro de la cual estaba establecido el Cairo. Mas lo que los portugueses de Selim I, lleváronlo á cabo poco tiempo después, por medio de las armas, los turcos cuanto apoderándose por completo del Egipto, y utilizando en provecho propio ó destruyendo ¡=e debe en encerraba el país de grande, de bello ó susceptible de desenvolvimiento. El fracaso parte á el-Ghuri, que no se resolvió á entrar en lucha en
después como un valiente en dieron los cairotas
digno del
el
mismo por
el
campo de
batalla.
nombre de Melik el-Aschraf, la
el
momento oportuno, peieciendo
Sucedióle su esclavo Juman-bey, el
rey
al
cual
más honrado, habiéndose hecho
grandeza de ánimo de que dió pruebas en
el infortunio.
Ascendió
al
pusieion á coi a trono el dia 17 de octubre de 1516, y los vencedores de su predecesor se ejéieitos en distancia del Cairo el día 20 del siguiente enero, llegando á las manos ambos i
371
EL CAIRO
Una
Heliópolis en las inmediaciones del lago de los Peregrinos: Birket—el—Hcigg.
Pión
di\
parte dando la del ejército otomano atacó el grueso de las fuerzas egipcias, en tanto que otra lo» héioe* vuelta al Mokattam embestia por el flanco á Toman-bey. Éste peleó como uno de soldado* de puñado un emires dos de seguido pues Islam del y de los buenos tiempos enemiga*, valientes y decididos habia logrado penetrar hasta el mismo corazón de las fuerza* apoderarse de la tienda del sultán Selim y derribar los jefes que en ella se encontiaban, cuando llegó á sus oidos la nueva de que su ejército, completamente desmoralizado, huia á la :
en desbandada. Las trincheras dispuestas por los egipcios, tras las cuales estaba puesta gracias a la batería su artillería formidable, cayeron en poder de las huestes osmanidas,
mamelucos albaneses, que entregaron á un bajá turco, su compatriota, el plan Toman— bey, indicándole además las ocultas trinchera* y la posición
traición de dos
de batalla imaginado por
que en
ellas
ocupaban
Vencido
las piezas.
quedábales todavía á los mamelucos
el
el
grueso del ejército egipcio por lo* otomano*,
recurso de la
que habrían podido volver
artillería,
pero ésta consistía en viejas bombardas de hierro, montadas sobie de metal, en cureñas desprovistas de ruedas, construidas con postes revestidos de abrazaderas manejar Así que los turcos disponían de cañones sumamente ligeros y muy fáciles de contra sus enemigos
;
.
tanto
uno
se explica que Kurt-bey,
los vencedores, contestara
su
» naturaleza
que con
ella
de Toman-bev, hecho prisionero por
arrogantemente á Selim que
artillería lo
el
preguntaba qué habia sido de su
le
fondo de mi corazón.
deben, que no á su valor; pues
otomanos han
Si los
la artillería es
pudiera una débil mujer vencer á los hombres
» su invención á los infieles,
» creen en Dios v en
más bravos emires
«Consérvolo íntegro en
antiguo ardimiento: » vencido, á
de los
más
arma de
tal
valerosos: debida
jamás debe emplearla un musulmán para combatir á los que En cuanto al sultán de Egipto, se puso en salvo escapando
Profeta.»
el
Las huestes de
de la ciudadela. á Turah, en tanto que los turcos se apoderaban del Cairo y
a esto y á la matanza, debiéndose lograra reconquistar la perdida que Toman-bey, por medio de un atrevido golpe de mano, a tomar fuerzas para sostenerse en ella, los turcos la volvieron
Selim embriagadas por
ciudad;
mas
careciendo de
tras lucha porfiada,
término á
triunfo entregáronse al saqueo
el
la
que exigió que
misma
el
la
ganaran de nuevo casa á casa y
abandonaban las armas: unos ochocientos cedieron á las ofertas del vencedor, se entregaron,
Rumeleh,
apoderáronse de
ellos los soldados del sultán
donde fueron decapitados.
matanza y
el
Lo que comenzaran
perecieron durante aquellos dias espantosos.
medio de
la
dieron.
los
el
y
condujeron á el
la plaza
la
de
engaño, concluyólo la
número de
los
camotas que
cuanto á Toman-bev, obligado segunda
enemigo, intentó reconquistar
si
mas en cuanto
uz
independencia del Egipto poi
una jornada entera peleó con un desprecio de la vida que rayaba muros de Gizeh; pero careciendo de fuerzas para sostenerse y emprenarrastrado por los suyos en la fuga que desordenadamente
lucha: durante
en heroísmo junto á continuar
al
En
y
la astucia
incendio; haciéndose subir á cincuenta mil
á abandonar su capital
Para poner
calle á calle.
olvido sultán Selim ofreció á los que juzgaba rebeldes perdón y
los
la pelea, vióse
Vendido por
los beduinos,
los vencedores, fué conducido á y entregado á
la
presencia
EL CAIRO
372
de Selim, que después de un cautiverio de diez y siete dias dispuso que fuese colgado de un garfio de hierro, que todavía existe, sobre la puerta de Ez-Zueléh.
arrepintió
más
Asegúrase que
turco se
un
mayor heroismo
la
adversario cuyo
único crimen eonsistia en haber defendido con
el
independencia de su patria, y que para expiar públicamente su arrebatado la
el
tarde y lamentó de todas veras haber condenado á tan afrentosa muerte á
mezquita de Mu’aijad, cercana
al sitio
donde fuera ejecutado
el
fallo,
trasladóse á
último de los mamelucos, y
después de haberse hincado de rodillas, vertió abundantes lágrimas. Tal fué
el
término de
la
dominación de
los
El postrer califa abbásida, Mutawakkil, salvó transmitido sin la
mamelucos, y
el
comienzo del gobierno turco.
después de haber reconocido, y menor resistencia todos sus derechos, honores y distinciones al reprela existencia
sentante de la dinastía de los osmanes, dejando dos hijos que murieron en la oscuridad. familia abbásida fué desapareciendo lenta y vergonzosamente, cual tronco carcomido
pasto de las llamas: en cambio la série de los sultanes
de una antorcha que
al
par aviva y consume
el
mamelucos extinguióse como
huracán.
La
que es
la
llama
r
J*r
>
L
.
t-Ã
G
I
P T O.
Los colosos de Memnon.
EL CAIRO SU DECADENCIA: SUS SEPULCROS
partir de este instante, el Cairo
más que una regida por
ya no es
provincia del imperio otomano,
un gobernador enviado de Consun
tantinopla, que reside en la ciudad, y
general del ejército turco, á quien está confiada la
autoridad militar, que ocupa la ciudadela. funcionarios tenían á su lado
un cuerpo
Dichos
consultivo,
especie de Consejo de Estado, compuesto de militares, tinción,
hombres de y á
fin
ciencia v
mamelucos de
dis-
de impedir que llegaran á ejercer
influencia en los habitantes del valle del Nilo, sólo
desempeñaban aquellos sus cargos durante un año, con
lo cual,
como
fácilmente puede comprenderse,
únicamente atendían á redondear su fortuna en DERVISES Y OTROS SANTONES PARTICULARES
breve plazo que habia de durar
el
desempeño
el
del
poder supremo en dicha región. Terminado éste, regresaban á Constantinopla con su botín, vendo á parar también á la metrópoli todas las rentas del país que los empleados lograban
Tan desenfrenado saqueo
sustraer al tesoro público. tiales
de la riqueza: pues
sumas enormes, EGIPTO,
al
TOMO .1.
si
cabo v
iba agotando poco á poco los
manan-
bien es cierto que los advenedizos mamelucos despilfarraron al fin,
con
el
impulso que dieron
al
comercio, determinaron
94
EL CAIRO
374
ingresos fabulosos que compensaban en cierto
modo
las ruinosas exacciones
con que vejaban
á sus súbditos, al paso que lo que los turcos sacaban del Egipto no sólo no servia para
fomentar
la
vida de las regiones del Xilo, sino que salía de ellas para pasar al extranjero.
Consecuencia legítima de semejante estado de cosas fue que
la miseria,
con todas sus conse-
cuencias, asomara su faz en aquellas regiones, en otro tiempo tan prósperas y abundantes,
yendo
los negocios de Egipto
trativa,
cada vez de mal á peor, hasta tanto que
de las manos de los empleados del sultán, cada dia
á veinticuatro beyes que
mandaron á su antojo en
más
las provincias
la gestión
adminis-
débiles y corrompidos, pasó
cuyo gobierno se
les
había
DELANTE DE LOS MUROS DE MASR EL-KAHIRA
confiado, no reconociendo en el bajá enviado de Constantinopla
más derecho que
el
de
Poi supuesto que el percibir los impuestos que anualmente se encargaban de recaudar. puesto que, como remedio fué si cabe peor que la enfermedad que con él se pretendía curar; el nombre de sheikh con superior, jefe ó un ellos entre de nombrar en convinieron los beyes propósito para el desempeño el-beled, ó señor del país, todos se juzgaban con condiciones á del
mismo, naciendo de aquí luchas y
las rivalidades que ensangrentaron con frecuencia
calles del Cairo, teatro ordinario de tales excesos.
A
mediados del
siglo precedente,
un hombre
al resuelto y decidido, Ali-bey, consiguió
EL CAIRO
375
cabo establecer como sheikh el-beled su dominio sobre todo
número
el
Egipto, después de
disminuyó
el
ganado
voluntad del pueblo con estas y otras medidas, tomó
enviar
la el
de genízaros, aumentó
el
lo cual
de sus mamelucos, y después de haberse la heroica resolución de
gobernador á Constantinopla, y no satisfecho con esto todavía desafió á la misma le condenara á muerte, haciéndose nombrar sultán por el Xerife de la Meca en ,
Puerta que 1771, y de
fijo
se habria apoderado de la Siria,
de los turcos que
Murat— bey
é
le
dieron muerte.
Ibrahim-bev con
y material apoyo
al
las
armas en
la
no
traición
si la
Después de
le
disputáronse
él,
mano, y
si
hubiese puesto en manos el
gobierno Ismail-bey,
bien la Puerta prestó su influencia
último, los dos restantes lograron hacerse señores del valle del Nilo y de
MEZQUITA DE IBN-TULUN EN SU ESTADO RUINOSO
su
capital,
y conquistar un nombre glorioso defendiendo
el
Egipto de las armas francesas
guiadas por Bonaparte.
Durante tan dilatado período no se realiza en mención: todo
lo contrario; si se llegó
califas; si desapareció
á eclipsar
Cairo obra alguna que sea digna de
el el
antiguo esplendor de la ciudad de los
por completo cuanto existia de grande y de bello en esa civilización márgenes del Xilo tan opimos frutos produjera, culpa fué
original que implantada en las
exclusivamente de los turcos y de
la
mala administración de sus gobernadores.
Si así
puede
y esplendor, y sólo recordando que en la ciudad ejercieron dominio durante mucho tiempo puede explicarse que sean tantas para embellecer la las ruinas hacinadas en el Cairo; que hoy mismo en que tanto se hace decirse, fueron éstos los sepultureros de la antigua grandeza
residencia del Jetife, no hayan escapado á
una
total
ruina los
más
notables edificios del
EL CAIEO
376
tiempo de los
califas:
que en
escombros y que delante de ,
el
exterior de la ciudad se sucedan unos á otros los
las puertas
montones de
entre los restos de suntuosos sepulcros y esplén-
,
didos palacios de recreo, los buitres y los perros, sin que nadie les moleste, devoren las repugnantes carroñas de animales muertos y abandonados. Cierto que tan lamentable estado de decadencia se debe principalmente á las causas
que con anterioridad á la conquista francesa y al gobierno de Mohameden cuya época comenzaron á lucir de nuevo para Egipto mejores dias, los jefes del
políticas, toda vez
Alí,
Estado, durante tres siglos consecutivos,
habían puesto exclusivamente su atención en
devastar y saquear, y en manera alguna en reparar
gran parte de
alcanza también,
ello
— según
lo
antiguo ó crear algo nuevo
mas una
;
opinión fundadísima del moderno orientalista
Ignacio Goldziher, con quien repetidas veces he tratado semejante cuestión, que ha desarrollado satisfactoriamente en
á su
falta
una memoria todavía
inédita
—
al carácter del
pueblo musulmán,
absoluta de sentido histórico y á la negligencia y escasez de conocimientos técnicos
de los arquitectos de
la
prematura ruina de
los
época de los
califas,
más importantes
á cuyas circunstancias se debe principalmente la
edificios religiosos
y
civiles.
El escrito antes citado, pretende sincerar también á los cairotas del cargo de irreligiosidad
que se
les
ha
dirigido por parte de diferentes escritores que
achacan á esta causa
el
abandono
y ruina en que yace la mayor parte de los monumentos más venerables. Como á mí le ha causado profunda extrañeza el encontrar á cada paso en el mayor abandono y en estado ruinoso los edificios destinados al culto de una religión todavía viva y floreciente y que sintetiza por sí sola el principio y el fin, el conjunto
que ha sido capaz
el
Egipto asociado
al
Islam.
Do
y
de mezquitas célebres, de escuelas,
restos y ruinas
los detalles de todo el
entusiasmo de
quiera se dirija la mirada distínguense de
sepulcros,
mencionados por
la
cuya grandiosidad y magnificencia revelan su pasado esplendor y singular belleza. Pero áun así no hay razón para deducir de ello que el musulmán de Egipto sea indiferente
historia,
al contrario,
en materias de religión: ración de poseer en su
abundantes que
algo
si
hay que mueva su
amado Cairo manantiales
la ciudad, residencia
puede luchar sin desventaja con todas
de los califas en tiempo de las
orgullo, es la conside-
de vida y saber religioso tan copiosos \
demás ciudades
cairota es religioso, pero es mahometano; devoto, pero
la
decadencia musulmana,
del Oriente antiguo
mahometano de
y moderno. El
los piés á la cabeza,
observador profundo de los preceptos del Islam, y por consiguiente sabe que Mahoma ha manera establecido como precepto fundamental de su religión que « el Islamismo no es en »
alguna un sistema monacal:» que
Dios, v que en la
vida asceta.
la
palabra Islam tanto vale
manera alguna pretende expresarse con Por una vez que
el
muslim
ella la
como abandono de tendencia
más
sí
mismo a
insignificante á
egipcio piense asustado en «el espantoso conjunto
Coran» y en el siniestro lujo de horrores que rodea á los castigos del verlo todo infierno, recréase veces mil con las delicias que le esperan en el paraíso. Léjos de
»de
los terrores del
teñido de los
más
lo» siniestros colores, siéntese por naturaleza inclinado á pintarse todos
objetos de color de rosa.
Su
-e religión le concede en abundancia los goces materiales, }
EL CATEO aprovecha de
377
entusiasmo y toda la fe de su corazón, ávido de emociones. antiguo escritor árabe, que estableció una comparación entre las cualidades físicas y
Un
morales de
con todo
ellos
el
los cairotas. atribú/
veles fundadamente la volubili-
dad de
v
veleta
la
el
afan del
«J
fija
en
su existencia mundana, en
la
placer: el cristiano
manera
ligera, y
que se
podríamos aña-
con que conciben
dir frívola,
existencia y
el
mundo
la
entero,
un
difícilmente puede creer en .
fervor religioso que es, sin
em-
bargo, general, y del cual sólo
carecen los musulmanes solutos. ble
más
Su temperamento
y tornadizo que es
di-
varia-
propio
el
,
de los pueblos que llevan mezcla de sangre en sus venas;
la
ins-
han heredado de
tabilidad que
sus nómadas antecesores, deben
cuando se
contarse por algo,
pretende explicar las razones en
cuya virtud, después de haber acometido
ficios, los el
empresa de levan-
la
ediy tan notables
tantos
tar
han abandonado hasta
extremo de que no produzca
en ellos
la
impresión
nificante el ver
nas.
Es que nunca
erigir
más
insig-
que caen en
rui-
se les ocurrió
monumentos
sólidos des-
uñados á gozar vida eterna: euanto edificaron lleva impreso el
sello de lo instable
se diria
que
y pasajero: no les
la civilización
ha hecho olvidar desierto, esta
FAMILIA ÁRABE ENTRE RUINAS
tienda del
morada que levantaban sus padres en
momento, para
el
suelo donde se establecían por
abatirla luego y trasladarse con ella á otro lugar.
esplendor de los EGIPTO,
la
TOMO
califas, 1.
púsose en
la elección
Ni en
el
un
tiempo de mayor
de materiales y en la construcción de los
EL CAIEO
378
cuidado que causa nuestra admiración en las obras realizadas por los antiguos
edificios el
El afan de goces,
egipcios.
la frivolidad de la
cuya fragilidad
pasión por todo
la
se oculta bajo
«Á
variados v deslumbrantes.
musulmanes y
» los sepulcros
lo
ostentoso y brillante, la fantasía volandera y
edad media egipcia, tienen su manifestación
un
exterior sorprendente
más
perfecta en esos edificios
de líneas combinadas y colores
su manera, dice un escritor francés, son verdaderas maravillas las
mezquitas del Cairo.
El plano ha sido trazado sobre
el
con arte por todo extremo sorprendente: llevados á ejecución fueron encantadores
» papel
es que merece
» durante dos siglos,
si
»albayalde y arrebol:
mas
al
nombre de encantador un
el
presente no son
más que
rostro cubierto de
innobles ruinas, montones informes de
»vigas, alcayatas y arcilla que revelan la ligereza y superficialidad del constructor.» Semejante más duro que completamente exacto; pero áun así, no puede ocultarse que los únicos
juicio es
edificios árabes
cieron
que subsisten bien conservados, son aquellos precisamente que no recono-
como fundamento
Constantinopla
columnas de
;
la
causa del Islam
la
la influencia extranjera.
,
ó aquellos otros en que intervino directamente
Bizantinos fueron los que edificaron
de la iglesia de
San Juan resultó
la
templo de Santa Sofía de
el
mezquita principal de Damasco: las
mezquita de Amr, procedian, según hemos dicho, de
edificios gentílicos
ó
mausoleo de Ibn-Tulun fue construido por un arquitecto griego; y en el de cristianos; Hasan vese manifiesta la influencia italiana. Una de las partes de éste, puramente árabe, derrumbóse al cabo de poco tiempo, y según hemos visto, lo propio aconteció con la el
mezquita de Mu'aijad.
No hay
descripción alguna que iguale en entusiasmo á las que nos han dejado
historiadores
y
puede decirse
el brillo y esplendor de la novedad: elevado de los conceptos y lo hiperbólico de la expresión corren parejas con los sin embargo, el musulmán, que en virtud de los preceptos de su que se refieren.
guiente se ofrecían á sus miradas en todo
que por
lo
edificios á
religión,
Y
debe dirigir
la
mirada de su conciencia íntima á cuanto
v elevado, no siente nada absolutamente ante antigüedad. le
se
el
más grande
existe de
espectáculo de los
monumentos
de la
El lenguaje vulgar los confunde todos en la expresión de Kufri, paganos, y no
inspiran ni admiración ni simpatía, siéndole indiferentes hasta
toma de desdeñarlos. En
clásicas de Makrizi y
v otros
los
poetas árabes respecto de edificios que vieron terminar, y que por consi-
Abd
el-Latif,
encuéntranse descripciones de
tales obras
monumentos; pero
tal
punto, que ni
las historias relativas al Egipto, especialmente
son del dominio de
antigüedad faraónica no han producido mella en
la
el
muy
cuando nos hallemos en
el
el
trabajo
las
obras
pocos, y los restos de la
conciencia de este pueblo
curso de su vida se hayan tomado
Gizeh. montados en sus asnos, con
el
las pirámides, las esfinges,
Podría afirmarse sin temor alguno de caer en error, que no existen en
musulmanes que durante
en
el
musulmán. el
Cairo mil
trabajo de dirigirse á
propósito de contemplar las pirámides y las esfinges; y
Egipto superior tendremos ocasión de hablar de monumentos
calcinados importantísimos que piedra á piedra han ido á parar á las caleras y que han sido viajero v demolidos para levantar con sus materiales nuevas fábricas y palacios nuevos. Ln
EL CAIRO
380
musulmán
de
Damasco
que no carecia de instrucción
artística y pasaba por uno de los más conspicuos teólogos de su tiempo, emprendió, hace ciento setenta años, una peregrinación á la ,
Meca, pasando por Palestina, Egipto y la Arabia; y habiendo permanecido en el Cairo durante algunas semanas, describió, ó mejor, contó, sin omitir una sola, las tumbas de los santones
teeli
que
le
fué dado visitar en el interior
y en
las cercanías de la ciudad.
a pesar de que no puede desconocerse que estaba dotado de sionable, no se encuentra en su obra la efecto
bien,
insignificante de las pirámides, ni del
que su vista produjo en su corazón de poeta. El propietario musulmán que embarcado
en una dahabjeh se traslada
más
mención más
Pues
un sentimiento muy impre-
bien,
nunca
Egipto superior con objeto de visitar sus fincas, difícilmente, ó
al
siente el antojo de hacer
una excursión
contemplar por vista de ojos esas columnas de
ganosos de saber, y
viaje para los occidentales
si
que se equivocaría quien considerara
venerable barniz de antigüedad que los años
ficación histórica de
al oriental
le
Lo
deseo de
la
conservador por naturaleza: no, sólo siquiera se presente
viejo,
han comunicado, no
algo que pueda prestarle utilidad:
él
el
término del
sus ojos tropiezan casualmente con algunos
toda la extensión de la palabra.
alguno como no vea en
el
ánimo han producido diciendo: Fantasía.
fugitiva impresión que en su
Y es
movido por
que constituyen
mismos una mirada desdeñosa y expresa
restos de pasadas civilizaciones, dirige á los
es utilitario en
al interior,
la eternidad
un monumento no son en su concepto
el
con
el
inspira sentimiento
le
valor artístico ó la signi-
títulos bastantes
para justificar su
existencia: la primera condición que deben reunir estriba en la utilidad que
pueden prestar.
Fáltale también, y esto lo explica todo, el sentido histórico, sin el cual no existe interés en
conservar
lo
que ha sido,
llegado hasta nosotros.
todo lo contrario,
su
No
ni tendencia
alguna en restituir exactamente
el
valor de lo que ha
es esto decir que carezcan los árabes de historiadores distinguidos:
y la historia constituyen una de las ramas más importantes de por completo de cuanto constituye para el europeo el fundamento
la filosofía
literatura; pero carecen
de toda educación formal,
la
facultad de imaginarse lo presente
como ya pasado, y de De aquí que el
reconocer por este medio cada una de las fases de su desenvolvimiento. oriental
no experimente pesar alguno viendo derruirse
que borre indiferentemente
el
los
monumentos
recuerdo de los mismos del libro de
de otras edades, y
la vida.
Las
historias le
agradan porque recrean su espíritu y estimulan su inteligencia, que por otra parte jamás se toma el trabajo de fijar en la mente la memoria de hechos verdaderos ó falsos; la historia, tal cual nosotros la concebimos y la cultivamos,
destinada á ennoblecer nuestras almas
sublimar nuestra energía, es completamente desconocida para
el oriental,
que sólo ve en
y
ella
algo semejante á lo que nosotros encontramos en los libros de recreo ó simple entreteni-
miento.
En
los
tiempos anteriores sólo existe un historiador, desconocido por los orientales,
v recientemente descubierto por del califato por los mogoles,
de iniciar á
la
juventud en
instrucción pública en
el
la crítica
y escribió el
alemana, el-Fakhri,
el relato
el
cual presenció la destrucción
de tales hechos, que insista en la necesidad
estudio de la historia: al presente los reformadores de la
Egipto moderno, trabajan con afan en
el cultivo
de la
literatura
EL CAIRO histórica, y en hacerlo apreciar por sus alumnos.
seguro favorables resultados en
en cuanto á deber
la
la presente carece
laudables tentativas producirán de
el carácter y el espíritu de las generaciones venideras; pues por completo del sentimiento en virtud del cual se mira como
monumentos que
conservación de los
381
Tan
generación de nuestros dias, para
han legado. No
otros tiempos nos
porvenir es un don que Dios
la cual el
le
es que la
ha concedido
independientemente de su voluntad y lo pasado nada significa, trabaje conscientemente en demolición de lo existente: pero en cambio no siente la necesidad de conservarlo: pues ruina de
lo
la la
que durante siglos enteros se ha
juzgado por su santidad objeto de veneración
no
le
causa
el
dolor
más
insignificante.
Lo
que carece de utilidad práctica no importa
que se derrumbe:
dijérase que
eminentemente conservador do egipcios: el
espíritu
el
los antiguos
empeño singular y hasta apasio-
nado que ponian en que subsistiera cuanto levantaran con sus propias
manos
heredado de sus predecesores,
tamente extinguido en
han venido en pos de
el
ó habían
liase
ánimo de
ellos,
mezclas que han resultado de
complelos
merced á la
mente en
deleite lo
las
fusión de
diferentes razas. Prefieren levantar de
buscando
que
nuevo
para sus sentidos, precisa-
que tiene carácter de novedad, y lo que el tiempo ha
abandonan á su destino
convertido en caduco é inservible.
Desgraciadamente cuanto se ha edificado con posterioridad á
la
conquista de Egipto por los turcos, no sólo
carece de solidez, sino que no lleva impreso siquiera
el
sello
de
encantadora originalidad que podemos observar en todas partes, inclusas las ruinas y los mutilados restos arquitectónicos de la época
AVES nocturnas
de los califas.
Y
sin
embargo,
casi
hay motivo para alegrarse de
que en esos tiempos de decadencia no se haya pensado en restaurar los monumentos antiguos, ya que el único ensayo llevado á cabo con tal propósito no puede ser más lamentable.
Las mezquitas
del Cairo están construidas generalmente de sillares
que forman
alternativamente fajas rojizas y amarillentas: semejante procedimiento se puede observarlo mismo en nuestra arquitectura que en la oriental, y la Toscana nos ofrece de ello repetidos ejemplos. Pues bien,
como
el
color rojo había palidecido con el transcurso del tiempo, creyóse
que debía hacerse algo para recibir dignamente á los personajes que invitara el Jetife con motivo de la apertura del Itsmo de Suez y al efecto se juzgó lo más acertado devolver EGIPTO.
TOMO
I.
EL CAIRO
382
artificialmente á las mezquitas y alminares
aspecto que en otro tiempo ofrecieron , para lo
el
cual se creyó que bastaba con fiar la realización del pensamiento á simples jabelgadores que
encomendarse á Dios
sin
con sus manos pecadoras chafarinaron de rojo rabioso
ni al diablo,
Xo puede
v amarillo chillón los muros exteriores de aquellos monumentos venerandos.
formarse idea del desastroso efecto que producen al presente, metidos en un
traje
ó arlequín, esos edificios cuyos constructores aprendieran de los antiguos egipcios
casar los colores, y de extender y suavizar los tonos.
de payaso el arte
Las obras arquitectónicas de
la
de
época
turca son feas en sus formas, y se hallan sobrecargadas de adornos pesados, y embadurnadas,
más
bien que pintadas con sentimiento artístico.
mucho tiempo
herir durante
mirada del
la
ciones de duración que las otras, ya que,
Afortunadamente no están destinadas á
artista; si
así
pues todavía encierran menores condi-
podemos expresarnos, fueron construidas
para satisfacer necesidades del momento: la posteridad, de
la
cual para nada se acordaron los
que i
illli
\\SÍ!
il.li
ll¡!
!
'!
las construyeran, se
de ellas condenándolas
Mili M|
i
vengará
al olvido.
Lo mismo que en sus
iüí
obras,
refléjanse en su historia la versatilidad é instabilidad de espíritu
de los orientales.
y
los reinos se
Las dinastías
suceden con ra-
pidez verdaderamente vertiginosas,
de
manera que
vano buscar en
los
seria en
anales de
Oriente aquellas séries de reyes de una '
'
j
misma
familia de que tan
C /- í"
abundantes ejemplos nos ofrece FRAGMENTOS DE COLUMNAS
la
nos estados de Europa. El tiempo, que en raudo torbellino todo
en su carrera desatentada y vertiginosa,
antigüedad y áun los moderlo arrastra y lo envuelve todo
tiempo, ed-dahher, ó
el
como dicen
los árabes, ¡a
pronun-
sucesión de las noches, todo lo destruye. Esta palabra fatídica en parte alguna puede
más
ciarse con
«Xo
olvides,
del árabe
las
oh alma, que en
pagano Lebid,
Islam, que
en
exactitud, y en
al
no
la
introducciones eternidad
instabilidad que descubren
terrenas.
este
valióle el
mundo
todo es perecedero excepto Alah.» Esta
honor de ser incluido en
el
máxima
catálogo de los poetas del
cabo abrazó en los postreros años de su vida. Los historiadores, por su parte,
artificiosas
vivísimos,
ninguna región se oye con más frecuencia que en Oriente:
de
que se
sus
refleja
obras,
en
en todas partes,
la
preferencia
y
con colores
en cuanto se paran á considerar
El pueblo mismo, que no ceja jamás en
atribuve frecuentemente, según
pintan con
fortuna varia de los pueblos,
la tarea
hemos consignado en
sino la
las cosas
de forjarse fábulas y quimeras, á los edificios
distintas ocasiones,
sagrados y á las reliquias, efectos milagrosos y maravillosas leyendas que no han de tener
EL CAIRO
DARB EL -ACHATAR
383
EL CAIRO
384
más
vida que los objetos á los cuales se refieren: pues
edificio se arruina,
bórrase la leyenda en
por desvanecerse enteramente, por
en cuanto exista
lo
mismo que
si
desaparecen ó
las reliquias
pueblo, se metamorfosea
el
y acaba
,
tradiciones y leyendas sólo pueden subsistir
Muchas son las mas algunas subsisten;
objeto ó el lugar que les sirven de punto de apoyo.
el
han extinguido con
tradiciones que se
el espíritu del
los edificios de otras edades;
pero en su mayor parte tan ridiculas y monstruosas, que su repetición sólo puede ser
Con todo
soportable á quien sea capaz de darles crédito.
ménos estúpidas y
dos de las
referir
conocedor de
disparatadas.
en
es decir,
período comprendido entre 1820 y 1840,
el
superstición, entre los habitantes
más
animales, y con
ella
mucho,
un nombre
le
los genios, de los cuales
más renombre
la
sabemos que
Una
el
gato saltaba de
la
,
misma cama,
bien que
al
al otro
hombre llamar
á la puerta de su casa, y con
cama, abría
ventana, y preguntaba quién
voz desconocida dijo desde
extraño: «El dj ¿un » añadiendo:
un gato negro
del Cairo, tenia
dejaba sitio para dormir en su
Cierta noche oyó nuestro
gran sorpresa suya vio que que llamaba.
poder de
sitios desiertos
los sabios de
tanto que
lado del mosquitero.
el
y lugares sombríos, toman á veces la forma de se ponen en contacto con los hombres. Es, pues, el caso, que el jeque
uno de
Chalil el Medabighi,
el
trabajo de
instruidos de la gran ciudad.
Las Mil y una noches nos han familiarizado con
aún cuando suelen habitar en
era
el
fueron referidas al profundo
vida del Cairo, Lañe, bastando por sí solas para comprender cuán alto rayaba
la
en su tiempo,
cual quería
tomaremos
esto nos
Ambas
«Abre
la
la
— «Soy fulano» — y pronunció puerta.» — «Hase pronunciado nombre la calle:
el
—
y no tengo poder para ello.» «Entonces, repuso el de abajo, échame un par de panes desde la ventana.» «Hase pronunciado el nombre de Dios de Dios junto á
la cerradura, dijo el gato,
junto á la abertura y no tengo poder para ello.»
«Hase pronunciado
el
nombre de Dios sobre
jante situación preguntábase
el
de hambre y de sed, cuando
mismo á
ella dióle
propio tiempo
el
gato
lo
la alcarraza
el
del
un poquito de oro.» Mas
el
En
seme-
que seria de su persona, pereciendo como estaba
le dijo
que pasara á
humilde guiso con que
siguiente discurso:
dáme un sorbo de agua.»
y no tengo poder para ello.»
limosna á costa del vecino. Al otro dia
un pequeño bocado al
mendigo
— — «Entonces
«Ay,
solia
la casa del lado, el
y trasladándose
él
jeque en lugar de dar á su gatito
desayunarse, dióle
gatito mió, bien sabes
la
mitad, dirigiéndole
cuán pobre estoy: tráeme
gato en vez de contestar, fuese y no volvió.
quiere historia, que acabamos de narrar, conocióla Lañe, mediante
La
conseja, ó
la relación
que de
si
se
ella le
hiciera la persona á quien sucedió.
En
cuanto á
la
autenticidad de la que
vamos
á referir, fuéle testificada por numerosas
personas, dignas de crédito, y forma parte de una especie de ciclo legendario que se refiere á la
puerta de Ez-Zueleh ó el-Mutaueli, de que
hemos hecho mención, y que goza fama extraorcomo de servir en
dinaria de insigne y portentosa para la curación de enfermedades, así
ocasiones de lugar de residencia al jefe misterioso de todos los ouelis ó santones.
vida, el
Entre los
de transmitir á los hombres sencillos y de buena todo ó parte de sus virtudes milagrosas, convirtiendo en ouelis á aquellos á quienes
privilegios de
que goza
el
Kutb, cuéntase
el
EL CAIRO
385
confia el cumplimiento de determinadas funciones, y los poderes necesarios para llevar a cabo la realización
de sus nuevos deberes. Tales delegados ejercen sobre una ciudad ó un barrio de
misma una
especie de autoridad semi-espiritual, semi-temporal, que en ocasiones les acarrea
la
graves pesares. Ejemplo de
ello es el
piadoso especiero del Cairo. Era éste un pobre hombre,
dotado de piadosos sentimientos, que tenia un verdadero deseo de ser admitido en de los ouelis, v para conseguirlo se dirigió á un
hombre que gozaba fama de
el
número
santo, con
el
HAMIDA, JOVEN DEL CAIRO
objeto de que
le
proporcionara una entrevista con
el
Kutb. Después de habéisele sometido á
deseos, encargándosele que varias pruebas de diferente naturaleza, prometiósele acceder á sus
primero que viera salir de la mezquita de se fuera á la puerta de Ez-Zueleh y detuviera al presentósele cercana á la misma. Nuestro especiero obedeció al pié de la letra: El-Mu’aijad,
forma de un anciano venerable; accedió á su petición, y le ordenó que tomara puerta, con la calle llamada Darb-elbajo su protección el distrito situado al sud de la el
Kutb, bajo
EGIPTO.
la
TOMO
I.
Ó7
EL CAJEO
386
Ahmar
El especiero experimentó inmediatamente un cambio en su interior; comprendió
.
que realmente se habia convertido en oueli, y con no poca sorpresa pudo convencerse de que penetraba ciertas interioridades que para el resto de los hombres eran verdaderos secretos. Llegado
al distrito
que se
le
confiara, vio á
un mercader que
más
cocidas, que vendía á los transeúntes, y sin meterse en
un golpe
hizo pedazos de
mió, sin que piara
el ollon,
ni chistara.
En
tenia
un gran puchero de habas
averiguaciones cogió una piedra,
recibiendo en cambio una paliza de padre y
cuanto
muy
señor
vendedor de habas, no bien hubo desahogado
al
su coragina, dióse á recoger los restos de su perdida hacienda, y con gran sorpresa encontró entre los fragmentos del puchero una serpiente muy venenosa. Entonces comprendió que el
que tan despiadadamente moliera á palos era un oueli que vendiera una mercancía que hubiese costado asaltándole en consecuencia
,
cuyo sabio proceder habia impedido
la vida á
no pocos de sus favorecedores,
un profundo remordimiento. Al
convertido ya en santón, fuese renqueando al sitio que se
le
otro dia nuestro especiero,
confiara, y sin acordarse de la
tremenda paliza que pocas horas antes habíasele propinado, hizo pedazos una gran jarra de leche que, destinada á la venta, se hallaba en el interior de del propietario
suceso de
que en
la víspera,
El tercer dia
hueso sano, á
sacudir no diera reposo á la
no hubiesen
los restos de la jarra
muerto.
el
que no
le
tienda.
si los
Nueva
paliza de parte
transeúntes, recordando
el
diera más. Entonces buscaron entre
nada ménos que un perro y en el fondo de la misma encontraron el santón se trasladó como pudo, pues con las dos palizas no tenia
esquina de
la
influido para
una
mano,
la calle
en que desempeñaba su
oficio,
y vió á un criado portador
de una gran bandeja llena de frutas y manjares exquisitos, que debían servirse en una comida dispuesta en una casa de campo. El santón arrojó su palo entre las piernas del
cargado doméstico que tropezando vino al suelo con cuanto llevaba, quedando hecho una pura lástima. Mas no se habia levantado áun y se cobraba ya, anticipadamente, en las espaldas del pobre oueli la paliza que esperaba recibir de su amo en pago de su torpeza, en ,
tanto que los perros de la calle se lanzaban sobre los restos de los desparramados manjaies,
mas en cuanto exánimes. De
los ello
dieron para con
el
tiesos } y después de un breve pataleo quedaban dedujeron los presentes que los manjares estaban envenenados, é interceoueli á fin de que el criado no le pegara más. El santo varón levantóse
comían caían redondos
,
como pudo, y comprendiendo que no le traia cuenta penetrar en lo que permanecía oculto á peso de la los demás mortales, suplicó encarecidamente á Dios y al Kutb, que lo libraran del santidad, que lo volvieran al estado de ignorancia y á la humilde condición en que antes se el el cielo apiadado de sus lamentos accedió á su ruego, con lo cual
hallaba, y habiéndose
ex-oueli vióse de nuevo convertido en simple especiero sin que en adelante tuviese que sufrir
nuevos vapuleos.
Por
los
años de 1835, vivía en
collar de hierro, y
en opinión de
el
Cairo
un devoto que
las gentes,
llevaba ceñido á la garganta
un
hacia treinta años que permanecía encadenado
en un rincón de su morada. Cuando quería dormir envolvíase en una manta permaneciendo menos así lo creía el vulgo de las gentes; mas no faltó
debajo de ella horas enteras: por lo
EL CAIRO
388
manta, y entonces se vio que no había debajo encadenado ni cosa que lo valga. De otro santón acusado de un crimen, cuéntase que fué decapitado, y que su cabeza quien tirara de
la
separada del tronco abría los labios para protestar de su inocencia.
también de un santón, conocido comunmente con primeros años fué mameluco de Kait—bey.
nombre
venerable, para que en su
le
Por último, háblase
nombre de Piedra
el
Según parece, envióle un
ele
que en sus
hierro,
dia su señor á
entregara un pingüe regalo en dinero.
un jeque
El santón,
después de haber rehusado aceptarlo, concluyó por admitirlo, y estrechando en la mano las monedas que aquel le entregara trocáronse en sangre, con lo cual abriendo la mano dirigióse al portador, diciéndole:
«Mira, hijo mió,
semejante espectáculo, quedóse
al
lo
que es tu oro.» El mameluco se aterrorizó ante
como
lado del oueli
una
discípulo, y acabó por fundar
orden de derviches, siendo todavía venerada su memoria en
el
Cairo, y existiendo varias
leyendas relacionadas con su sepulcro.
Ya hemos ciales:
visto
que existen muchas reliquias á
también se cree que existen varios
mezquita llamada
Gama
el-Benat,
mezquita de
doncellas,
las
propiedad de hacer casaderas á las jóvenes ya madurillas.
mezquitas, se reúnen todos los viérnes numerosos asistir á las oraciones.
Pues bien,
padres, no ha conseguido entrar tiene
que hacer más, según
cuya hora tiene lugar
que
el
la
la
á
cual
la
atribuye la
se
como en
ella,
deseosos de escuchar
las
el
demás
sermón y
joven que á pesar de los esfuerzos realizados por sus
la tradición,
alta
fieles,
En
como dueña en un harem, y que desea encontrar marido, no
más solemne de
imán pronuncia en
espe-
las cuales se atribuyen virtudes
que poseen fuerzas portentosas. Hay una
edificios
que
asistir
á la mezquita
las oraciones de toda la
voz las palabras
Alah ah bar
el
viérnes al medio dia, en
semana, y en
— Dios
momento en
el
es grande,
— en
el
cual
primera vez, y humillan su frente hasta tocar las esteras que pavimento, debe recorrer yendo y viniendo el espacio que separa dos hileras de
los creyentes se arrodillan por
cubren fieles,
el
en
seguridad de que dentro del
la
gozará las delicias de
La mayor cuales,
como
la vida
mismo año habrá encontrado un buen esposo y
conyugal.
parte de las leyendas piadosas se refieren á las
mismos, dáse también
á los santones
el
tumbas de
nombre de
los
oueli.
santones
,
á las
Su número
es
verdaderamente extraordinario, y su recinto puede considerarse como el centro de la vida religiosa de los habitantes del Cairo. Las más antiguas de ellas no están peor conservadas
que
las
demás construcciones
de las mezquitas que llevan
del
tiempo de
el
nombre
los califas:
á veces se encuentran en
Forma
ocasiones constituyen edificios del todo independientes.
su cubierta una cúpula, y en
su estrecho recinto se encierra como objeto principal, oculto bajo un tapiz, contiene los restos del santón, al cual prestan los concurrentes
Esas cubbas se elevan ordinariamente en mortales guardan, tenia establecida anacoreta.
el
la celda
Encuéntranse á cada paso en todas
considerable
el
número de
los
el interior
del santón que yace sepultado en ellas: en otras
mismo
sitio
el
en que
el
féretro
que
tributo de sus oraciones. el
santón, cuyos restos
ó zaquizamí (zaouijah) en que hacia vida de las regiones del Oriente,
hombres cuya tumba
se
pues es por demás
ha convertido en centro de un culto
389
EL CAIRO
ménos numerosas
piadoso, no siendo
las leyendas fantásticas
que
creencia popular ha
No haya miedo que un musulmán
forjado con relación á los sitios donde reposa.
una plegaria siquiera, de
jamás delante de una de dichas tumbas,
sin elevar
corazón, invocando para sus negocios
auxilio del piadoso oueli.
el
la
Por
lo
lo
devoto pase
íntimo de su
demás, ya sabemos
sin ambajes lo á qué debemos atenernos respecto de tales santos y tales sepulcros, pues
hemos
Ahmed
dicho, describiendo el molid del santón
á consecuencia de haber llevado á cabo
Cuando
excursión que ha exigido
más tiempo que
el
Seiyd el—Beduaí existente én Tantali.
una
de costum-
bre, penétrase de noche en el Cairo, llega á los oidos del
viajero
una salmodia monótona, que en nada
al canto,
se parece
formada por una série de sentencias árabes,
interrumpida á intervalos por un grito agudo y penetrante, brotado del pecho de un hombre arrebatado por el
éxtasis en
el
y ménos áun
del viajero,
apodera
Imposible es des-
fervor de la oración.
que semejante rumor produce en
cribir el efecto
el
el
ánimo
piadoso terror que de
él se
perdidos en la sombra de una no-
al distinguir,
che tranquila, los vagos contornos de los derviches que se
aprovechan del silencio que reina en
las altas
horas de
noche para realizar en derredor del sepulcro de un
la
oueli,
sus extravagantes ceremonias y recitar bajo la bóveda del cielo su místico zikr. lector
cuando que
el
pueda le
asistir
Ocasión se ofrecerá para que
el
á una ceremonia de este género, las fiestas del Cairo; puesto
acompañemos á
extranjero que visita la ciudad de los califas puede presenciar en todo tiempo esas
prácticas religiosas de
un género
especial,
con sólo tomarse
el
trabajo de
ir
a una hora
determinada á cualquier convento de derviches, tekieh. Éstos, es decir, los tekiehs, se hallan edificados
por punto general en
relaciones con
Todos
la
orden á
los jueves
á
la
la caída
lugar en que residió un oueli que mantenía estrechas
de
la
el
convento.
tarde vese
una tropa de derviches, cubierta
la
cabeza con
desfilan en procesión á y con linternas en la mano, que callejones sin largo de la calle de Abdin y que después de haber recorrido los infectos en barrio griego, se dirigen á una mezquita que raras veces visitan los extranjeros,
sendos birretes cónicos, de lo
el
cual pertenece
fieltro gris,
salida del
pasan la noche entera rezando su zikr junto al sepulcro del santón sepultado en ella, únicamente las no faltando devotos que les acompañen en sus piadosos ejercicios. T no son los milagros que gentes del vulgo las que concurren á los sepulcros de los ouelis al olor de posición, suelen también frecuenles atribuyen: muchos habitantes del Cairo, de elevada
la cual
se
tarlos.
cosa que no debe extrañarse, por lo
dominio de
lá
EGIPTO,
mismo
que, perteneciendo tales portentos al
medicina, no pueden ménos que ejercer poderosa influencia en
TOMO
I.
el
ánimo de
98
EL CATEO
390
cuantos padecen enfermedades.
A
aún en
principios del siglo anterior existia
las cercanías
dicha ciudad una cubba á la cual prestaba su sombra un robusto sicomoro,
gozaba el
la virtud de
sanar
al
do
cuyo polvo
animal que padecía un achaque, con sólo espolvorearle con aquél
miembro enfermo. Tumbas de santones
existen á las cuales van las gentes en la seguridad
de que encontrarán consuelo en sus aflicciones,
no faltando algunas que
gozan fama de proporcionar posteridad al que no teniéndola la desea.
En en
Za’ka
,
que es una aldea situada
la frontera
de la Siria,
que separa
no
léjos
Egipto
el
de Arish,
existe el sepulcro del jeque beduino Zueijid,
cuya puerta jamás se
cierra,
porque se cree que los tesoros en contenidos no pueden ser roba-
ella
dos por ladrón alguno, y que
en
la
misma
persecución de los que
Y
el
que
se refugia, escapa á la le
siguen.
no¿sólo gozan idéntica celebridad
é igual consideración las
tumbas de
los santones milagreros, sino
tam-
bién aquellas en que yacen los
hom-
bres
que más directamente influ-
yeron en
el
desarrollo
habiéndose hecho con
Islam,
del
motivo
tal
dignos de eterno recuerdo, y especialmente las que encierran los restos de los amigos, es decir, los
personajes que han conocido perso-
nalmente
En
al Profeta.
el
número
de éstos van incluidos los soldados
que fueron á Egipto bajo de DERVICHES EN ÉXTASIS DÁNDOSE DE PUÑALADAS Y ALFILERAZOS
imagine qUC
tal
Ó
CUÍl l
cierra los restos de
para que se lo
más
le
concedan
las
mismas consideraciones que
singular es que á veces la
tumba de un mismo
las
Amr, bastando que
al
sepulcro de
t
órdenes
el
pueblo
!1 IT)
bU
uno de
CU—
ellos,
un santón. Pero
arrugo, se venera al par
en cinco ó
seis
lugares distintos, sin que nadie se percate de la imposibilidad que para ello existe: tanta es tenacidad con que
el
pueblo se aferra á semejantes tradiciones.
La mayor
la
parte de las que
391
EL CAIEO
subsisten al presente en Egipto, se refieren á las desventuras de la familia del califa Alí,
cuyo origen se remonta á
hermana de residencia
,
la
dinastía de los fatimitas, que deriva su tronco de Fatima,
Alí, predilecta é hija favorita del Profeta, la cual elevó la ciudad del Cairo, su
á capital del califato, durante la dominación de
la familia chiita.
Actualmente, no
EN LA ESQUINA DE UNA CALLE ANTIGUA
el Cairo, con justo título, centro del saber sunnita, subsisten y se ejemplo, la gran fiesta de mantienen con verdadera obstinación tales leyendas. Así, por moharram, primer mes del año \-hura. de origen judío, que debe comenzar el dia diez de
obstante considerarse
entre los
musulmanes, es para
los cairotas,
grandes amigos de Alí, un dia de duelo y de
referido terminó la dominación de los Alidas, y penitencia: y es que recuerdan que en el dia
EL CAIRO
392
de aquél, Hassan y Husein, sufrieron el martirio; motivo por el cual, no obstante la terminante prohibición de los sunnitas, se celebra con públicas demostraciones de dolor, y ceremonias fúnebres y conmovedoras. La mezquita El-Hasanein es aquella en que tienen los hijos
lugar tales fantasías,
que en su mayor parte ofrecen un carácter completamente
teatral.
SEPULCRO DE UN MAMELUCO
Según opinión
muv
generalizada, encierra la cabeza de Hussein, que
puede comprender, después de
lo
que llevamos dicho, es uno de
como
fácilmente se
los santones
que más
veneran los cairotas, y como el rasgo característico de los mismos es lanzar un juramento por un quítame allá las pajas, no hay juramento más frecuente que el de: Por vida de nuestro señor Hussein.
—
/
O na— hay at sid—na
Houssein!
EL CAIRO
394
En ninguna que en
el
parte puede apreciarse mejor el culto que profesan los cairotas á los sepulcros
Karafeh, que
es, sin
duda alguna,
el
más
vasto de los cementerios orientales, con la
circunstancia de que pueden observarse en las ceremonias que en los
musulmanes
tiempo de los faraones.
el
mismo
se practican por
y reminiscencias de la religión egipcia del Algo de esto hemos visto describiendo en otro capítulo las ceremo-
del valle del Nilo,
vestigios
nias que tienen lugar en Tantah, con motivo de las fiestas del santón
Achmed
el-Beduí; y
Pues
después, hablando de las que se celebran cuando el crecimiento de las aguas del Nilo. bien, todavía recuerda
más
dichas reminiscencias de tradiciones egipcias, la creencia, propia
exclusivamente del Cairo, y no admitida en parte alguna del Oriente islamítico, de que detrás de las habitaciones de los vivos, se extiende interminable la morada de la muerte y del reposo
formada de sepulcros y mausoleos. Recorriendo la necrópolis de Memphis, hemos tenido ocasión de demostrar que, en tiempo de los faraones, dichos recintos se emplazaban al oeste de las ciudades en virtud de principios que tenían su fundamento en la religión y en lamitología; y por consiguiente acaso se deba á
musulmán forme una extensa parte oriental, en
el
una causa
fortuita el
línea de sepulcros, agrupados
que
como
la necrópolis del Cairo
otras tantas aldeas, en la
último término de la ciudad y apoyada en las pendientes inferiores del é izquierda de la cindadela, elévanse las magníficas
Mokkatam. En dicho punto, á derecha
cúpulas de que tenemos hecha mención, habiéndonos ocupado en
la
descripción de las
bellas al narrar la vida de sus respectivos fundadores; y al pié de los
grandes, se extienden luengas hileras de innumerables tumbas,
más modestas, que
en una sencilla piedra ó en una pequeña cubba simplemente jalbegada. usado por los egipcios,
el
cementerio se distingue con
el
más
mausoleos de los
En
consisten
el dialecto
nombre de karafeh; pero
éste,
árabe
en su
origen sólo se aplicaba á las partes que se extendian al pié de los sepulcros pertenecientes á
v á los mamelucos. El karafeh de que hablamos, constituye hace muchos siglos el cementerio de los musulmanes cairotas, siendo lugar de peregrinación, no sólo por parte de objeto de los indígenas devotos, sino también por los extranjeros que se dirigen al Cairo con
los califas
visitar los sepulcros de los santones i
y de los hombres piadosos, y de orar fervorosamente el Karafeh los viernes, ántes de la puesta
unto á los mismos. El pueblo generalmente visita
del sol. v
además en determinados
semejantes ocasiones una
dias ó festividades, entre otras la llamada
muchedumbre inmensa compuesta
El—Id. En
de hombres, mujeres y niños
cubre materialmente las vias que conducen á los cementerios, y á la paz que reina casi siempre en la mansión de los muertos, sustituyen el ruido y la animación: deposítanse sobre las
tumbas ramas de palmera; distribúyense dátiles pan y limosnas en dinero á ,
se rezan largas plegarias invocando los
manes de
los
que
allí
reposan.
En
los pobres,
y
presencia de
semejante espectáculo podemos preguntarnos: ¿nos hallamos ante un pueblo musulmán, que
medio de una población que
practica el culto á los
profesa la creencia en
un
antepasados? Ante
espectáculo que se ofrece á nuestras miradas se explica perfectamente
el
solo Dios
,
ó en
los vehhabitas, aquellos musulmanes reformados de la Arabia y de la India, descargaran su fanatismo sobre las tumbas de los santones, destruyendo hasta sus cimientos todas aquellas
que
395
EL CAIRO que encontraban
como
paso, por considerar
al
el culto
que se prestaba á
fuente de corrupción del principio monoteista.
La verdad
los
que en
ellas pacían,
es que en el Karafeh,
menos
&e
omnipotente é infinito Alah, que á los que yacen en las tumbas. Los miembros de todas las sectas encuentran aquí el sepulcro de los jefes más importantes del ritualismo que aquí, debajo las bóvedas de un mausoleo suntuoso, a ese el particularmente profesan: adora
al
y
sarcófago que contiene los restos mortales del
derecho canónico,
el
en Egipto ántes de
venerado
la
jefe del rito á
Shafei
,
el
fundador de la ciencia del el
que prevalecía
dominación turca. El espíritu egipcio, siempre pronto á crear nue\a^
ATAUD DE
tradiciones,
Imán
que diera su nombre, que era
ha circundado con una
ISMAIL- BAJÁ
bella corona de leyendas la vida y la persona del
hombie
hasta respecto de su kubba hanse imaginado las más peregrinas y del sabio extraordinario, y su puerta está siempre dispuesta á concepciones. Así creen los cairotas á pié juntillas que permanece siempre cerrada ante el cambio en que pero creyente un á paso dar para ; abrirse añadiéndose que esta ha dejado penetrar en su corazón el torcedor de la duda,
impío que propiedad milagrosa de la puerta que conduce
desenmascarado á más de un Shafei.
Los extranjeros
hipócrita.
visitan
al
Una gran
sepulcro del sabio y santo varón, parte del cementerio lleva el
ha
nombre de
también con preferencia, entre otras que no citarnos,
la
EL CAIRO
396
mezquita funeraria de Hosh
el
de los
la familia
Bastía, de
vi reyes,
en
la cual se
encuentra
bellísimo sarcófago de Ibrahim—Bajá, padre del Jetife Ismaií , junto al cual se recita
de la
mañana
á la noche.
Atribúyense virtudes de
los
milagros,
muy
el cual,
singulares
Refiere
librara del peligro
tiempo ante
la
tumba
del
el
sepulcro de este oueli, pidiéndole ardientemente
en que se veia, y que después de haber permanecido durante mucho santón
absorto por
,
fervor y el pesar, vino á quedarse dormido,
el
«No temas, buen hombre, cuando
en cuyo estado apareciósele aquél diciéndole: » apodérate de lo
gran sorpresa
encima de
vio
la
tumba un pajarraco que estaba exhibiólo en las calles de la
recitando
el
Coran según las siete lecciones: apoderóse de
ciudad, y
la
fama de su saber alcanzó
verlo y lo
compró á su propietario pagándoselo tan espléndidamente, que no que
facer á sus acreedores, sino
En cambio
le
tal
quedó
«Te
amaneció, quiso
tomado la
participo el
mi
que
era
el
mismo gobernador
quiso
pudo
satis-
sólo
para vivir con holgura durante
lo suficiente
el resto
gobernador no pudo regocijarse durante mucho tiempo con su
el
el
espíritu
imán
el
se
le
apareció en sueños
en tu casa.»
enjaulado
halla
se
En
cuanto
contemplar á su sabio prisionero alado; pero éste habia
gobernador
las de Villadiego:
él,
renombre, que hasta
nueva adquisición; puesto que aquella misma noche diciéndole:
despiertes
que encontrarás encima de mi sepulcro.» El pobre diablo, oyendo tales
palabras, abrió los ojos y con
de su existencia.
Padre
el
leyenda que un hombre á quien perseguían sus
la
acreedores, refugióse en cierta ocasión en le
sepulcro del imán Ibn-Sad, apellidado
al
según parece, hócelos más portentosos aún, después de muerto,
que cuando gozaba de vida.
que
el
Coran
el
sacar de pena al afligido devoto, habia tomado
imán que para
forma de pájaro.
También son dignas de mención
las
tumbas de
los
Sadat al-Bekrijeh, es
decir, de los
superiores de las órdenes de los derviches egipcios, que descienden en línea recta del califa
Abu-Bekr; cuya dignidad ha gozado hasta nuestros que
la
disfruta,
importancia en las
extraordinaria
tumbas se encuentran también en elevada que importante, es
un rico
En
este sitio.
dias la
más
fiestas
populares y religiosas.
cuanto
en
el Cairo, la
posesor de esta dignidad,
que
limitan á las expresadas sus obsequiosas atenciones los extranjeros distinguidos
donde existe su árbol genealógico los
,
que
más
hermosa y venerable habitación, acaso
lleva
más profundamente impreso
de otros tiempos, y su selecta biblioteca, riquísima en curiosidades bibliográficas.
acompañar a
el
Dichas
maneras distinguidas, que con amabilidad
propietario de
exquisita, enseña á los extranjeros que le visitan su
entre las antiguas que existen
al
elevada consideración, y
le
;
pues por
visitan
que se remonta á
la
al
lo
común
se
toma
la
el sello
Y
no se
pena de
sepulcro de sus antepasados,
época de
la
conquista de Egipto por
musulmanes.
La tumba que
excita
mayor respeto y veneración
autor de la Canción del vino,
musulmanes. Es alguna
el
éste
jugo real de
ese cantar de
un poema alegórico en la vid
y su acción, sino
es la del jeque Ornar Ibn el-Farid,
los cantares del el el
amor
el
místico de Dios á los
cual lo que se celebra no es en
manera
éxtasis del creyente embriagado en el
amor
lOO EGIPTO,
TOMO
1
*
EL CAIRO de Dios, que ha bebido
el espirituoso licor del
amor
individualidad corporal con la de su celestial amado.
399
divino, confundiéndose con ello su
Generalmente, junto á la tumba del
jeque Ornar, recítanse estrofas de este inspirado poema,
que producen en los asistentes
verdaderos arrebatos de entusiasmo, dando lugar á esos zikr, de que tenemos hecha
y sobre los cuales todavía diremos algo más adelante. Largo espacio hemos consagrado á las ruinas y á las tumbas:
men-
ción,
lo
merecía;
mas puesto que hemos concedido
su importancia
,
al
la
verdad es que
el
asunto
Cairo antiguo toda la consideración que exige
la ciudad moderna y rejuvenecida, de sus habitantes y de concurso de pilotos extranjeros, no sólo ha evitado el total
ocupémonos ya de
la familia real que,
mediante
el
naufragio del Egipto, sino que lo ha elevado y puesto en condiciones favorables para realización de los
más
elevados destinos.
la
=â&#x20AC;&#x201D;|t-43n
FIN DEL
TOMO
I
INDICE DE GRABADOS Pág.
Pág.
vi
Ismail-Bajá
Cabecera del prólogo Inicial
D
del prólogo
El
jetife
Muchacha copta
VII
Cabecera del capítulo segundo
XI
Tewfik
Alejandría antigua (cabecera del capítulo primero). Antiguo faro de Alejandría
1
El Muezin Busto de Alejandro Ruinas de las murallas de Alejandría Egipcia sacando agua de un pozo El faro nuevo de Alejandría Catacumbas de Alejandría Mujer seutada sobre las ruinas de
3
1
5
6 7 9 10
Jarras dionisíacas
A)
.
Riego de Sais
el
las calles
andarín
17 19 19
Cementerio árabe Asomadita á la ventana del harem
Antonio Cleopatra introducida en
24
.
el palacio real.
.
Vasija alejandrina La aguja de Cleopatra Columna de Pompeyo Cementerio árabe •
Filadelfo
'
'
alejandrina con su criado negro
Joven descendiente del Profeta Sarraf ó cambista
20 22 23
.....
i.
(Inicial
13
Alejandrina con túnica de seda transparente. Moneda de Tolomeo V, Epifanes. El padre Nilo en el Bracio nuevo del Vaticano. Cleopatra en el rio Cydno yendo al encuentro de
tomo
Coran.
con Horo Copto Las palmeras, planta característica del Oriente. Patio de una casa egipcia del tiempo de los califas. Plaza de Mehemet-Alí Puerto viejo de Alejandría Orilla del canal de Mehemet
Dama 12
Moneda de Tolomeo Sóter Moneda de Alejandro el Grande
EGIPTO,
el
.
y de 38
.... .
.
.
.
Palacio del jetife
Eunuco
La joya 25 26 27 31 33 37 38
.
Isis
Mezquita de Said Bajá ¿Cómo acabará todo eso?. Iglesia protestante en Alejandría
11
Joven egipcia
Arsinoe, hija de Lisímaco
Pupitre para
primero).
•_
antigua
la
Alejandría Mujer griega de Alejandría
Noche á orillas del mar Rojo Vaso egipcio Joya con los retratos de Tolomeo
(final del capítulo
VII
X
Final del prólogo
Cabeza de Serapis
del
harem
Palmeras Cosecha de dátiles Trasquileo de los camellos
Bordadora de seda Babuchas bordadas (fin del capítulo segundo) Cabecera para el tercer capítulo
.
.
Nargileh. (Inicial D) Antiquísima representación de la vendimia sacada de un sepulcro de Sahara Alminar de la mezquita de Verdani en el Cairo. .
IOI
39 41 43 43
44 46 47 51
53 54 55 57 58 59 61 62 62 63 65 66 66 67 68 69 71 72 73 77 79 81 81
82 83
INDICE DE GRABADOS
402
Pág.
Pág.
orando sobre la tumba del que fué su esposo Dique en la Delta en la época de la inundación. Zarzal antiquísimo representado en un sepulcro de
Viuda
.
84 85
.
Beni-Hasan
Moneda Moneda
del del
86 86 86 87 89 90 90 91 92 94 96 96 97 100 100 101 103 103 104 104
nomo Leontopolites nomo de Mendes
El piloto Ornar Sepulcro de un jeque del tiempo de
los califas.
.
Orillas del brazo de Roseta Pintura decorativa árabe
Aldea de la Delta Noria Ruinas de Sais Capitel de palmera La diosa Neith de Sais Mercado en Desuck
Fuá
....
Ante las puertas de Reschid (Roseta). Mezquita del santón Ibrahim, en Desuck. Casa con balcón en Roseta Tabla de Roseta Ventanas del harem Puerta de una casa árabe
.
.
.
Zenab Vendedor de pan de dátiles El mercado en Tantah Instrumentos de música
Fatime Cabecera para
(fin
105 108 del capítulo tercero).
el capítulo cuarto
Letra inicial del capítulo cuarto Tienda de beduinos Mujer turca Peregrino tunecino Estatua de Sechet. Momia de Gato El padre de los gatos en la caravana de los pere-
—
109 114 115 117 117 118 118 119 120 121
grinos
122 123 125 126 127 129
Planta de algodón Viaje en el desierto
Trigo egipcio Pastor en el desierto
Ruinas de Tanis Excavaciones de Tanis Esfinge de Hyksos. José y Faraón. Ramsés II, según una estatua de Turin. Ladrillo que lleva el nombre de Ramsés
Noria en territorio de Damieta. Nymphsea lotus. Flor del loto Nymphsea nelumbo. Flor del loto con fruto. Arbusto del papiro Paredones de la orilla en el brazo de Damieta.
.
.
.
.
II.
.
.
130 133 135 136
.
.
.
.
ITn habitante del Nilo (final del capítulo cuarto).
El Nilo antes de dividirse Cabecera para el capítulo quinto Memphis. (Inicial L) La aldea de Bedrashein Fachada de sepulcros El dios Ptah de Memphis. El buey Apis Vecino de Memphis Culebra sagrada de Uran Coloso derribado de Ramsés Al pié de la pirámide de Cheops Beduino y felah Subida á las pirámides Segunda y tercera pirámides Puerta de unos sepulcros de Gizé Escribiente. (Estatua conservada en el Louvre).
—
.
.
.
H
Degüello de animales Rebaño de asnos El señor Urchu inspeccionando sus campos.
.
.
Corta de árboles
Pesca Cocodrilo é hipopótamo en el Nilo Grupo de mujeres orientales Las dos pirámides mayores en
la
época de
la
181 183 185 186 187
inundación. Construcción de las pirámides
Pirámide de Dahshur Cantera de Turra Peso de piedras Lamentos de una viuda junto al ataúd de marido Calcárea numulítica de Mokatam Entrada á la pirámide de Cheops Galería de la pirámide de Cheops Cofre de madera de Men-ka-ra Cámara sepulcral de Men-ka-ra.
su
Estatua de Chefren Templo de Chefren Esfinge sacada de la arena
Busto de esfinge moderna Casa de Mariette Bey, en Sakkara Pirámide de Sakkara Esfinge del Serapeum
,
Ma-ra en Tébas Hallazgo de Moisés
Meneptah Malapterus electricus. Siluro eléctrico (Ra’ad). Tetrodon hispidus (Fahaka) Cabeza de pimelodus aura tus Almoneda de pescado en San Mormyrus oxyrrhynchus (kanuma) Polypterus (bischir)
Congreso de aves en el lago Menzaleh Barca de pescar en el lago Menzaleh
.
....
136 137 139 141 141 141 142 142 142 143 145
Escarabajo Ateuchus sacer Sepulcro de Apis Anúbis, el guardián de la mansión de Puerta de la mastaba de Ti
Mastaba de Ti Grullas
Comisionados para rebaja de tributos Arquitectura naval
Arados
Bueyes que trillan el grano Ganado vacuno pasando el agua
189 191 191 192
194 195 196 197 199 200 202
204
Esfinge del Serapeum
Trabajadores forzados de raza semítica que construyen ladrillos sacado del sepulcro de Rech
147 148 148 149 150 152 153 155 155 157 159 160 161 163 165 168 169 171 174 175 175 178 178 178 179 179 179 180
los muertos.
205 205 207 207 208 208 209 211 212 212 213 213 213
INDICE DE GE ABAD OS
403 Pág.
Pág.
214 214 214 215 217 217 217 218 218 218 219 221 222 222 223 223 224 225 227 227 228 229 231 234 235 236 237 239
Pasatiempos en el agna Salazón de pescado Ejercicios gimnásticos.
.
-
Campamento de beduinos Ejercicios acrobáticos
y juego de
la
morra.
Eecreo de la caza Animales monteses enjaulados Pasatiempo musical Palomas Banda de palomas El Simoun en el desierto Choza y compañía del Felab Mastaba-Far’un Final del capítulo quinto
Cabecera del capítulo sexto Inicial I del capítulo sexto
Calle del cuartel de los coptos Vista general del Cairo
Ventanas provistas de Maschrebigeh Perros callejeros Carrera por la ciudad Doctor ensimismado en la lectura del Coran. Escuela popular en el Cairo Jockey blanco y jockey negro
.
Carrera de dromedarios cerca de Abbasijeh. Jardín en el camino de Heliópolis Huida á Egipto Sicomoro de Matarijeb Eepresentacion del ave bennú, según un papiro del libro de los muertos Obelisco del templo del Sol de la antigua Helió.
polis
Boda Mokattam
Isla de
Tienda de Amr Nilometro Antigua casa árabe
El antiguo Cairo Escala del Nilometro Sacrificio del Nilo
Pórtico de la mezquita de
Ami
Arbol sagrado de Fatima Alminar de la gran mezquita de Barkuk. Livan ó santuario de la mezquita de Amr Mimbar ó cátedra de la mezquita de Kait-bey. .
.
Prueba de virtud Fila de musulmanes que están rezando. La oración de la mañana del Beduino Callejón antiguo Caballo árabe
Ornamento de arco de la mezquita de Ibn-Tulun Livan ó santuario de la mezquita de Ibn-Tulun Capiteles de las columnas de la mezquita de Ibn.
.
.
Tulun
Achmed Dibujos del mimbar de la mezquita de Ibn-Tulun La esposa del sultán Alminar y pórtico de la mezquita de Ibn-Tulun. Final del capítulo sexto Cabecera del capítulo séptimo
.
Inicial
V
281 282
del capítulo séptimo
Vaso antiguo egipcio de una casa en tiempo de
Harem
los califas.
283 285
.
Cuatro sellos: (Abu bekr Ornar, Othman, Alí) Alabarda y lanza para la caza del león. Arma repujada de plata del tiempo de los Fati.
.
285
mitas
H. De un vestido Santo en Bamberga. Museo
Damasco de seda árabe de Enrique
el
del siglo
286
Germánico Tela árabe conservada en
el
Museo Germánico de
y hoja gris, alternando las costuras amarillas y doradas.
Nuremberg; fondo
rojo subido
286 287 291 293 294 294 295 297 299 301 303 304 305 308 309 309 310 311 312 313 315 315
.
Esposa del jeque de Koeche Jardín real del Cairo Jardín en el camino de Heliópolis Mirador del alminar de la mezquita de Ezbek Capitel de estalacticas
Mezquita el Hakim Bab en nasr Bab-el-Futuk Ciudadela del Cairo Puerta del Callejón Sakkarije. Puerta de Mamelucos en la ciudadela del Cairo. Plaza Eumele con la mezquita de Hasan.
....
.
.
.
.
240
Malkaf Arcaduz del pozo de José Obra hidráulica del pozo de José Monedas de Melik el-Adil Vaso de cristal esmaltado de antigua fábrica árabe.
241
Lámpara de mezquita Emir mameluco
244 245 247 248 249 251 252 253 256 257 260 262 263 264 265 266 267 269 270 271 272 273 275 277 279 380 281
*
Cabecera para Inicial
N
(final del capítulo
el capítulo
séptimo)
.
octavo
del capítulo octavo
Puerta del Moristan de Kalaun Ceñidor del Moristan de Kalaun Ceñidor del Moristan de Kalaun Ventana del Mausoleo de Kalaun Interior de la mezquita de Kalaun Eoseta de una escuela del pueblo del Cairo. Fuente pública Pórtico del Moristan de Kalaun
.
Fuentes y escuelas Calle del Cairo
Mendigo ciego Entre casas antiguas.
A
.
orillas del viejo canal del Cairo
Carrera de caballos (Steeple- Chase) Caza de la garza real Interior de la mezquita del sultán Hasan. Ornato de una puerta derruida en la mezquita de .
.
Scha’Aban Kuinas del tiempo de los sultanes mamelucos en una fuente nueva Friso de la mezquita del sultán Hasan. Ornato del gran nicho de entrada de la mezquita del sultán Hasan
La muerte
del primogénito
Nicho de las oraciones Arco de entrada de la mezquita del sultán Hasan
.
317 319 319 320 321 323 324 325 327 328 329 331 332 333
334 335 336 336 337 338 339 340 341
INDICE
404
DE GEABADOS
Pag.
Ornato del gran arco de entrada del sultán
de la mezquita
Hasan
342
Ornato del gran arco de entrada de la mezquita del sultán
Hasan
Mezquita sepulcral de Barkuk Ornato de la mezquita de Barkuk Ornato de la mezquita de Barkuk Fuente junto á la mezquita sepulcral de Barkuk. La ciudad de los muertos al pié de la ciudadela. Nicho de las oraciones en la mezquita del sultán .
.
Mu’aijad Detalle de la puerta de la mezquita de Mu’aijad.
.
Esclava abisínica Mercaderes de tapices en el Chan el-Chalil. Casa de campo con noria cerca del Cairo. Esposa del sultán trasladándose á la casa de .
.
...
campo Detalle
arquitectónico de
quita de
la
Armas 342 343 344 344 344 345
Ezbek
Kait-bey. Espada árabe de ceremonia Interior de la mezquita sepulcral de Kait-bey. .
Cantora favorita del sultán Ajimez de Gama el-Ghuri Narrador de cuentos Joven narrador de cuentos de boy dia. Ornato del mímbar de la mezquita de el-Ghuri. .
.
.
.
.
(final del capítulo octavo)
Cabecera y letra inicial (A) del capítulo noveno. Delante de los muros de Masr el-Kaliira. Mezquita de Ibn-Tulun en su estado ruinoso. Familia árabe entre ruinas .
.
.
.
.
.
Sepulcros de califas
Aves nocturnas Fragmentos de columnas Darb el-Achmar
347 348 350 351 354
isla de Eoda. Sepulcro de Ibrabim-aga Derviches en éxtasis dándose de puñaladas y al-
355
En
Ha mida, joven del Cairo Tumba de un jeque en la
.
.
.
la esquina de
una
calle antigua
Sepulcro de un mameluco
356 357 358
El Karafeb del Cairo
Ataúd de Ismail-Bajá
En
casa del jeque Sadat
Ornamento en madera sacado de un mímbar en 359 359 361 363 364 365 366 367
el
Cairo (final del capítulo noveno)
Fin del tomo 1 Cabecera para Final del
el índice
368 369 373 373 374 375 377 379 381 382 383 385 387 389 390 391 392 393 395 397
filerazos
escuela de la mez-
Mezquita de Ezbek Alminar de la mezquita de Kait-bey Adornos angulares de la mezquita sepulcral de
Pág-
Mausoleo de Kansmve el-Ghuri Arabe noble
de grabados
mismo
Cabecera del índice de materias Final del mismo
Ornamento alcoránico de la época de Sch’aaban. Cabecera y final de la pauta de láminas.
.
...
399 400 401 404 405 408 409 411
INDICE DE MATERIAS
ALEJANDRIA ANTIGUA Situación de Alejandría, su importancia para el co-
mercio del mundo, página p. 5.
La
— Su rápido
isla
y
la
2.
— Fundación
desarrollo bajo los Tolomeos, p.
torre de Faros, p.
la fiesta
9.
— Ojeada
puertas
barrios de Alejandría antigua:
pales, el Bruchium, p. 11.
en
de la ciudad,
y
9.
sobre los
calles
princi-
—Las siracusanas de Teócrito —Las Dionisíacas, 17.
de Adonis, p. 15.
p.
—
Magnificencia y esplendor de la ciudad en tiempo de los primeros Tolomeos. Tolomeo Sóter (323-284), p. 18. Estado del comercio del arte y de las ciencias en tiempo
—
de éste, p.
19.— Su
Alejandría en
el
hijo
Filadelfo (280-246),
apogeo de su grandeza:
de 3a vida del espíritu en estado floreciente de filología
y de
las
época:
p.
20.—
Museo centro la
biblioteca:
ciencias, especialmente
de la
naturales, p. 20 y siguientes.
las ciencias
—Evergetes (246-221),
esta
el
p. 22.
Tolomeo
J
(204-181), último p. 22.
p.
22.
de
período
Evergetes II Physcon (169-116): esplendor del comercio
— —
alejandrino,
Asesinato de Pompeyo, 48 años antes de J. C.;
César y Cleopatra; progreso de la influencia romana, Antonio y Incendio de la Biblioteca, p. 23. p. 23.
—
Cleopatra (42-30 antes de J. C. ), p. 24.
Octaviano:
el
Egipto provincia romana, 30 años antes de J. C., (362 después de J. C. ),
p.
29.
Nicópolis, el Sebasteion, p.
— Fundación
arrabal de
29.— El Serapeum,
Su
biblioteca, su destrucción;
p.
32.
p. 35.
del
la
30.—
p.
columna de Pompeyo,
—Diocleciano (284-305); Caracalla (211-217), —Adriano (117-138); su carta á Serviano 35. — El comercio y ciencias
relati-
vamente á Alejandría,
las
p.
continúan floreciendo en Alejandría durante la dominación
romana,
p. 36.
— La industria en Alejandría,
p. 38.
Ej»ifo,nes
ALEJANDRIA MODERNA Empobrecimiento de siglos hasta los comienzos p.
43.— En
el
la
ciudad durante los últimos
del reinado del Jetife Ismail,
primer siglo de nuestra era
el cristianismo
favorable, naciente encuentra en Alejandría un terreno p.
44 .—Persecuciones contra EGIPTO, TOMO 1.
los
cristianos
y más ade-
lante
,
en virtud de un cambio á primera vista incomSanta Ca-
prensible, persecuciones contra los paganos. talina
é Hipatia, p. 45.
anacoretas, p. 46 dría
y
—Argucias dogmáticas, sectas, — Rivalidad entre Alejan-
siguientes.
y Bizancio. Los coptos se someten voluntariamente 102
INDICE DE MATERIAS
406 á
—El canal
árabes en odio á sus opresores greco-bizantinos,
los
— Obstinada resistencia
de los griegos,
p. 50.-
Alejandría
,
lo
50.—
p.
de aguas potables
propio que el resto del Egipto pasa desde
50.
— Fundación
y desarrollo
sale de
canal Mahmoudijeh
p. 53.
,
52.
p.
—
—Mebemet-Alí
Prosperidad actual,
mercio y el lujo de Alejandría, p. 57.
— Said-Bajá,
—
Oriente
el
y
co-
el
hospi-
,
ofrece toda-
de
su postración hasta principios del presente
siglo: la invasión francesa,
—Alejandría
demás ciudades (musulmanas) de Egipto: comerciantes El todos los países, todo por el dinero, p. 66.
de Alejandría como gran mercado comercial, p. 52.
No
— Conducción
iluminación por medio del gas
vía hoy un sello especial que la distingue de todas las
decadencia
del Cairo:
,
tales, iglesias cristianas, p. 62.
entonces (641 después de J. C.) á ser dominio del Islam, p.
de Suez: Ismail-Bajá, Jetife desde 1863 á
1879: terminación del canal de Suez, p. 60.
p.
68.
se retira de Alejandría; harems y eunucos, —Palmeras y camellos, pág. 72.— Bordados y
estofas, pág. 77.
p. 59.
A TRAVES DE LA DELTA En
una aldea egipcia,
camino de hierro á través de la Delta, p. 81.
—Viñedos, —EINilo, tierras,
p.
—
82.— Aboukir, p. 83. Damahhour, p. Una punta en el interior de p. 85. 85. La civilización en la Delta desde
p.
Dessouk:
las
Piedra
los
Dessouk á Tantah,
—
—
tiempos más antiguos, bajo los Faraones, los Romanos, p. 86. p.
—El
papiro,
p.
90.
—Los
Bizantinos,
hasta nuestros dias, p. 91.
90 y
—
—Ruinas
de Sais, p. 95.
p.
—Reshid (Roseta).
10'3.— Regreso á
de Roseta, p.
grinación
sepulcro de Ahmed-el-Bedui,
al
de
Dessouk;
107.—Feria de Tantah y p.
pere-
108.
Historia de Ahmed-el-Bedui, p. 112.
Islam,
el
la
92.
p.
antigua Naukratis, p. 99.
83.
Fertilidad del suelo:
GOSEN De Tantah de Gosen
;
á Zagazig
p. 117.
,
—Naturaleza
se dirigen á la
peregrinos que
estación de Zagazig, p. 118.
— Bubastis
Hyksos,
del país
Meca en
—Venta
125. y terrores respecto del mismo, p. Travesía del canal de Mo-ezz á espaldas de un descenRuinas de Tanis, p. 130. diente de los Hyksos, p. 128.
fantasías
—
la
de
ciudad
Ramsés,
131.
p.
Los
32.— Seti I y Rajases II 135.—Los
de pescado, p.
el
decreto de Canope, p. 140.
141.—Paseo en buque por
alrededores,
Damieta
y sus
papel, p.
147.—Mansurah,
hoy Behbit el-Hagar,
(unos 1400 años
judíos en Egipto, p. 133.
Menzaleh; fabulosa muchedumbre
—
de
3
—La inscripción de Tanis ó
lugar de pere-
grinación para los devotos de la Afroditis egipcia, p. 121. Fakous, p. 122.— Caminata á través del desierto:
— Historia
p.
antes de J. C.), p.
la
p.
p.
de
aves,
p.
el
lago
141.
146.— El papiro y el 149.—Los restos de Feum, p.
150.
,
MEMPHIS.— LAS PIRAMIDES su necrópoli:
Memphis; sus ruinas, p.
155.
— Mit-Rahineh;
el
Bedresheint,
conjunto de los
cementerios
existentes en derredor de las pirámides, p. 158.
dación de Memphis; p.
159.— El
Menes,
el
templo de Ptah; Hap,
Memphis
esplendor de
Fun-
se prolonga durante
—
La duración del período tebano, p. 173. de Alejandría, y posteriormente la del Cairo determinan la muerte de Memphis: sus ruinas según Abd-el-Latif,
la
p.
164.—Excursión desde
Gizeh,
p.
166.
— Sus
el
Cairo á las pirámides de
vastas proporciones,
Subida á la de Cheops, p. cima se descubre, p. 170.
fundación
p.
— Chefren y Mykerinos,
p.
esculturas
p75.
su
p. 173.
de las siringes
—Permiten
y de
penetrar en lo más
las
mastabas,
intenso
de
la
de los procivilización egipcia, p. 177.— Las mastabas sus egipcios, p. 177.— Las esculturas revelan ceres
cuantiosas riquezas, rústicas, p.
especialmente en ganados y fincas
179.—Vida
de familia en esas remotas eda-
para que pueda des; las pirámides no constituyen motivo contia los considerarse que se procedía despóticamente de las Construcción esclavos, p. 180 y siguientes.
—
pirámides
168.
169.—Panorama que desde
—Las
Coste
,
p.
184.— Materiales
de las mismas, p.
Cheops,
p.
188.
188.
— Significación
empleados,
— Tisita
al
de la forma
p.
186.—
interior
de
piramidal,.
p. 192.
—Profanación y
experimentado las pirámides,
P-
Chefren
,
— La
198.
p.
Esfinge,
199.
Visita
—
Construcción de buques, cultivo de los campos, p. 211. Los juegos; cacerías de los antiguos egipcios, p. 212. La música; inscripciones el mundo animal, p. 214.
—
—
á
La pirámide la casa de Mariette, p. 202. escalonada de Sakkarah, p. 203.— El Serapeum: comienJesucristo, zos del monafuismo antes del nacimiento de
—
—
Los espíritus de sarcófago de Mykerinos, P- 194. el de la las pirámides; el Mykerinos de la historia y La pirámide de leyenda; conseja de Rhodopis, P- 195. del
p.
—
204 y siguientes. Los bueyes Apis y sus tumbas, La mastaba de Ti, p. 210. Cuadros de género p. 206. representando la vida egipcia, existentes en sus muros; p.
Descubrimiento
194.
407
DE MATERIAS
INDICE
en época reciente han
despojo <pie
mastaba de Faraoun,
La
218.
que acompañan tales pinturas, p.
ingénuas
Sakkarah y á
p. 211.
i
EL CAIRO.— ORIGENES DE LA CIUDAD Aprecio en que tienen
al
Cairo los orientales, p. 223.
—Atractivos
que la ciudad ofrece al europeo, p. 226. Memphis madre del Cairo: Troja y Babilonia, situadas hoy se levanta el delante de Memphis en el lugar donde Excursión á las ruinas de Heliópolis, 233. Cairo,
de la tienda de Amr, p. 248.
—Medida de misma p. 956.
—
p. 233.
— El sicomoro
de María y su leyenda, p. 235.
—
empleados en la edificación del y sus materiales antiguo ó Fostat, y siguientes. El Cairo Egipto conquisBabilonia, la isla de Roda, p. 246.—El
—
p.
247.
sumisión de los
de la Delta,
coptos
—Mezquitas
de
árabe, p. 260.
columnas de la mezquita de Amr, Rápido pro-
tres célebres
—La
pág. 259.
la arquitectura
oración en el Islam, p. 265.
—
Florecimiento greso de los árabes en Egipto p. 267 de las ciencias bajo el gobierno de Mamoiin (813-833) Ibn-Touloun (870-884) p. 268.— Su mezquita, .
bises,
tado por el Islam
más antigua de
,
de CamEl templo fué destruido mucho tiempo después
Cairo, p. 243
—Las p. 264.
236. del sol en Heliópolis; sus obeliscos, p. El fénix ó bennon, p. 243. Culto antiguo, p. 240.
Templo
la época
250.
y prácticas que á la Arbol de Fatima en Roda,
— — La mezquita de Amr,
se refieren, p. 252.
,
p.
—Nilómetro de Roda, p.
del Hilo
la elevación
y Ahmed
Moezz (969-975) p. 274. — Obeid-Allah y su —Djohar, general de Moezz, conquista Egipto y funda nieto
p. 270.
el
el Cairo al
nordeste de Fostat
,
p. 275.
,
—Fundación
de una ciudad nueva en derredor
EYUBITAS EL CAIRO BAJO LOS FATIMITAS Y LOS de la
Principios
tiempo de Mo’ezz
281.
el-Azhar, p.
—El
sucesores de Mo’ezz, p.
tronómicos,
(969-1171)
fatimita
comercio
artes
las
y
282.—Lujo persa:
285.— Perfumes,
p.
—
dinastía
en
Djohar funda la mezquita-universidad
:
bajo
placeres gas-
hachich,
opio,
los
vino,
ornamenJardines p. 293.— Los edificios y su p. 287. Hakim Mezquita de Hakim, p. 296. tación, p. 294. ¡
—
Los
sultanes .
ales del gobierno de los
1277-1290), p.
(1250-1380):
mamelucos -bahiritas
caracteres ^gene-
—Bibars (1260-1277): mamelucos
320.— Su
,
p.
hospital, P-
319.
Kalaun
323.— Mendigos, si-
fuentes, p. 324 y undaciones piadosas, escuelas y 328.-Su segundo lentes.—En-Nasir (1293-1341), PMogoles; los cristianos ultanado su victoria sobre los durante Embellecimiento del Cairo lerseguidos p. 330.— ,
,
Eyubitas
los
(1169-1193) y
(1171-1250),
p.
300 y
El eunuco siguientes.— La ciudadela del Cairo, p. 302.— los Karakoush ó Karagheus, p. 302. El palacio de elMelik 309 El pozo de José, p. califas, p. 306.
—
—
.
—
Adil (1193-1218) Melik es-Salekh (1240-1249) 311. Los mamelucos; el poeta Boha ed-din, p.
p. 310.
—
EL CAIRO BAJO LOS SULTANES
qijeb; p. 315
Saladino-
(995-1020). Influencia de los visires, p. 300.
MAMELUCOS 331.— Su pasión por los 332.— Protege á los sabios
el
gobierno de Nasir, p.
y
las
cacerías, p.
su
Feda); sultán
entusiasmo
Hassan
p_ 33g_
por las
mujeres,
(1346-1361), p. 334.
—La mezquita de
Hassan,
La
p.
caballos
(Abou’l
333.
El
peste de 1348,
p. 337.
—
Sepulcros de
Los sultanes (1382Borgitas ó Circasianos (1382-1517); Barkov.k mezquita. su MidoAjad 344. Farag ; y 1399), p.
los
califas
y de
los
mamelucos,
p.
343.
INDICE DE MATERIAS
408
Bours-Bey (1422-1438)
p. 346.
cuyo puerto, Djedda, con
protector de la Meca,
de Alejandría, constituyen el
el
mercado principal del comercio indo-europeo, Riqueza p. 353. p. 354.
— Okel
,
349.
p.
y prodigalidades en tiempo de Bours-Bey, KoÁt Bey (1468-1496), y su general Ezbek, lujo
— La mezquita de Ezbek y
y de su hijo
la
el
mezquita de Kait Bey,
Mahomed,
p.
360.
Ezbekijeh, p. 356. p. 358. Crímenes
—
Kansov.eh el-GTiouri
—
(1501-1506), p. 360 y siguientes. Los cuentos árabes en su mayor grado de esplendor; redacción de Jas Mil
y una noches,
p.
el-Ghuri, p. 368.
de
la
—
364 y siguientes. La mezquita de Los portugueses abaten el comercio
—
Arabia con la India
;
conquista del Egipto por los
Osmanlis (1517), después de una brillante resistencia por parte
del último sultán mameluco,
Toman-hey Melih el-Ashraf.
p.
el
desgraciado
370 y siguientes.
EL CAIRO.— SU DECADENCIA, SUS SEPULCROS
— —
Los gobernadores turcos, p. 373. Los beyes y sus mamelucos: Aly-ley (1771), p. 374. Decadencia del antiguo esplendor; causas que siguientes.
p.
la
— Carácter religioso de
Indiferencia
con
que miran
377.— Completa
— Construcciones
los
produjeron, los cairotas,
p.
375 y
p. 376.
monumentos antiguos,
carencia de sentido histórico, p. 380.
de la época de los Turcos, p. 381.
Leyendas referentes á
los antiguos
edificios,
Virtudes que se atribuyen á algunos de
los
p.
384.
mismos,
—Danzas
p.
388.
—Los
de
los
derviches en derredor de las tumbas, p. 389.
sepulcros de los Ouelis, p. 388.
Sepulcros de los compañeros del Profeta, p. 390.
que se profesa á las tumbas en
el
Karafeh, p.
— Culto 394.—
Sepulcro de Leilh ibn Sa’d y las leyendas que al mismo Sepulcros de los superiores de las se refieren, p. 396.
—
diferentes
órdenes de derviches,
el-Farid, p. 399.
p.
396.
— Sepulcro de
j
EGIPTO,
TOMO
I I
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PARA LA COLOCACION DE LAS LAMINAS DEL TOMO PRIMERO
j
I
I
1 I
II
Portada.
Mapa
.
del Bajo Egipto
1 .
.
41
Las pirámides de Giséh.
Un
81
café en el Cairo.
Cairo visto del Norte.
Una
calle
en
el Cairo.
117 .
153 .
205
Sepulcros de los Califas. Orillas del Nilo cerca de Beni-Suef-
223 -
Sepulcro del jeque Ababde en Miniéb. Orilla del Nilo cerca
de Acbmim.
.
281 313
Barbería en Achmim.
Bazar en Girgéli Los templos en Luqsor.
249
327
.
Los colosos de Memnon.
343 .
373
/
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la
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