Egipto. Tomo 1 (1882)

Page 1


*

J




POB

JORGE EBERS TRADUCCION DIRECTA DEL ALEMAN

POR EL

EXCMO. SR.

D.

ANTONIO BERGNES DE LAS CASAS REVISADA Y CORREGIDA POR

DOS CAYETANO VIDAL DE VALENCIANO LETRAS DE LA HISTORIA DE ESPAÑA E N LA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y CATEDRATICO QUE HA SIDO DE GEOGRAFÍA HISTÓRICA V HOY DE UNIVERSIDAD DE BARCELONA

EDICION

MONUMENTAL

ENRIQUECIDA CON 2 CARIAS ILUSTRADA CON 63 O GRABADOS INTERCALADOS EN EL TEXTO Y Y 2 4 MAGNÍFICAS IMITACIONES DE LAS GEOGRÁFICAS TIRADAS Á TRES TINTAS, I PORTADA EN COLORES ARTÍSTICAS ACUARELAS DEL REPUTADO PINTOR

CARLOS WERNER

TOMO PRIMERO

UNIVERSITARIA V

SEVILLA _ .

BARCELONA

ESPASA Y COMPAÑÍA, EDITORES 223,

CALLE DE LAS CORTES, 223

1


La traducción de

esta obra es propiedad de Espasa y Compañía, editores. Queda Lecho el depósito que previene la ley,

7

se reservan todos los derechos que la

misma concede.


-

%

'

*

i

•



Ol

e dónde proviene

el

poderoso atractivo que encierra

el

antiguo imperio

¿Cómo se explica que su nombre, su historia, su v sus monumentos nos interesen de una manera muy

de los Faraones?

modo

dé ser

distinta

No sino también los entero, conoce

Antes que

el

que

los de otras naciones de la antigüedad”?

sólo la parte instruida y culta de los pueblos occidentales,

hombres todos, sea

la

que se quiera su condición, es decir,

el

mundo

Egipto y los antiquísimos caractéres que de los demás países le distinguen. niño conozca el nombre del rey ó del príncipe de su país, ha oido hablar, y no el

poco, del Faraón bueno y del malo; ántes que haya encomendado á la memoria los nombres de los ríos que cruzan su patria, oyó hablar del Nilo, en cuyas riberas, cubiertas de cañaverales,

fué encontrado por la compasiva princesa el cestito de juncos,

tierno Moisés.

edades de

la vida,

su salvación

Pero

la

¿Quién no conoce va desde niño

la

del virtuoso

la

historia,

que encerraba

al

embelesadora para todas las

y prudente José, y aquel venerable Egipto, en que encontró

Madre de Dios con su

hijo

Jesús?

Sagrada Escritura, que nos habla especialmente del

valle del Nilo,

nada nos dice

de las Pirámides, ni de las otras obras humanas, que con estar sujetas á destrucción

como


PRÓLOGO

VIII

las

demás cosas

permanecer eternamente.

dijérase haber sido levantadas para

terrestres,

hablar de aquellos monumentos á los sin embargo, ¿quién, ya de niño también, no ha oido del mundo » cuales aplicaron los griegos el pretensioso dictado de «maravillas

Y

i

menudo en la naturaleza un cuerpo matemático que lleva el nombre de «pirámismo nombre recibieron los monumentos egipcios que afectan dicha forma;

Preséntase á

mide», v este

árdua, y por demas «laberíntico» llamamos nosotros á todo lo revuelto y enmarañado, y «jeroglífico» se la salida del palacio real que edificaron los reyes egipcios;

enrevesada era

llama también entre nosotros, según

No

velado por su forma mística.

la

antigua escritura de los egipcios, todo pensamiento

pasa dia ni hora en que, sin advertirlo, directa ó indirec-

tamente, no nos refiramos á algo que tenga que ver con la tierra de los Faraones, ó con

sus representaciones v objetos. K1 papel sobre la

mente

el

cual se escriben estas palabras, íetiae a

papirus egipcio, que también se llamaba

el

biblos,

y de biblo^ saheion

la

palabia

griega biblos, libro, y por antonomasia nuestra Biblia. Cientos de palabras é ideas parecidas pudiéramos citar, que en Egipto tuvieron su origen y si nos fuera lícito ahondar la materia ,

evidenciaríamos la necesidad y del saber del Occidente profundizar en esta de- volver una y otra vez sobre Egipto. Mas no es propio de este sitio

y exponer

las raíces de las artes

,

cuestión.

Nosotros invitamos sencillamente

historia,

misma manera que en

mismo

el

como en

bres, así

apénas

si

más

la

cosas raras y notables

clima de Egipto tiene condiciones extraordinarias; que

el

y que sus habidemas hombres, en costum-

leyes.

El Nilo, con sus fecundantes otras

Rodeado

tiempos del padre de

país se diferencia, por su naturaleza, de todos los otros rios;

tantes se diferencian también, casi bajo todos conceptos, de los

como

los

que, como es sabido, dice del valle del Nilo, que encierra

que otra región alguna; que rio del

á que nos .siga al Egipto de hoy dia.

al lector

de inmensos atractivos subsiste de la

muchas

ha podido

cosas, el

son

los

inundaciones regulares;

mismos que nos

tiempo arrebatar

al

el

clima de aquella región así

describe Herodoto, y hasta hoy dia

Egipto ninguna de sus propiedades naturales.

completamente, y sólo al investigador y las costumbres han cambiado atento es dado encontrar en los actuales usos y costumbres restos y reminiscencias del tiempo

En cambio

las leyes

antiguo.

A la

la

dominación

del Islam, que, sin consideración ni piedad, trastorna cuanto encuentra. Cierto

que actual-

época faraónica siguió

mente ocupa

el

la

griega; á ésta la

la

cultura europea

1 ;

y á

y á ésta

mas no debe perderse de

casquivana hija de la cultura de Occidente,

calles

cristiana,

trono de Egipto un soberano que, no sin éxito procura introducir en su

pueblo mahometano

con su odio á

romana y

la

vista que la acicalada y llamada civilización, ha penetrado en Egipto

roba á las y característico; y con su desatentado afan igualatario, en las aldeas y en las ciudades, el encanto que desde la antigüedad les

lo original

las plazas,

i Ismail-Bajá. Puede decirse que su afición á las cosas europeas fué el pretexto para la conjuración que lo arrojó del trono, en cual pusieron los descontentos al que hoy le ocupa, con el nombre de Tewfik-Bajá.

el


PRÓLOGO

IX

era propio; y al suelo su estilo oriental, y á las casas la antigua y grandiosa división del espacio, estableciendo en cambio la fría y calculadora utilización del terreno; y despoja á los

hombres de

las

mujeres

el

la magnificencia de sus vestiduras y de sus armas; é introduce entre anhelo de las galas, que apenas saben vestir, de sus envidiadas hermanas

europeas. El silbido de diríasé

locomotora que cruza volando las tierras labradas y el desierto, la fuerza del sufrido y dócil camello y de la febril rapidez del

la

que hace escarnio de

caballo árabe dentales.

:

el

uniforme de los soldados vá pareciéndose cada dia más

Verdad que

grandes ciudades empieza á ahuyentar

al

de las tropas occi-

han conservado su carácter propio; pero en

las fiestas populares

las

coche á los jinetes, y las bandas militares egipcias tocan piezas de Ricardo Wagner y de Verdi. En las casas árabes acomodadas, los sofáes y las cómodas de Europa van ocupando el lugar de los divanes y otros muebles orientales

hermosamente labrados: ya no

se

el

toma

el

café en el Jingan de metal ricamente cincelado,

sino en tazas de porcelana debidas á la industria de Alemania.

Todas

las

particularidades de Oriente , así las grandes

como

las

pequeñas, vanse eclip-

sando y arrinconando y aun corren peligro de desaparecer completamente dentro de algunos años: con todo, ninguna de ellas se ha borrado completamente: todavía encuentra el ojo del artista,

en ciudades y aldeas; en

las calles

y en

las casas; debajo del azulado cielo

y en

la

tienda; entre los grandes, los mercaderes, los industriales, los campesinos y los hijos del

en los regocijos, en los duelos, en las fiestas religiosas; en el trabajo y en el descanso de los habitantes del valle del Nilo, las formas antiguas bizarras, pintorescas, desierto;

atractivas y bellas en su género: todavía se conservan en Egipto los magníficos restosde tres grandes épocas artísticas, la antigua egipcia, la griega y la arábiga. Estas últimas,,

indudablemente

,

pueden contar con mayor estabilidad

habrá desaparecido una gran parte

,

lo

más

típico

;

pero de lo peculiar á la vida oriental

dentro de un decenio, y no poco dentro-

,

de un lustro; y todo quizás cuando empiece el nuevo siglo. Por esto se encargó el que con mucho placer escribe estos renglones, y que ama y conoce el Egipto oriental, de reunir,

para enseñanza de los hombres de nuestro tiempo y de los venideros, todo lo bello y veneque se ve en el antiguo y nuevo Egipto, pudiendo

rable, lo pintoresco, peculiar é interesante

añadir que les servirá cuando ménos de instructivo entretenimiento

el libro

para su estudio

redactado, ya que las pinturas é imágenes que llenan sus páginas, tienen, en su género,

un

Nuestros artistas más distinguidos y más profundos Oriente ofrece digno de la pintura, nos las han facilitado gus-

mérito no sobrepujado hasta ahora.

conocedores de todo

lo

tosos, y de aquí que

es y

como

lo

que

el

podamos presentar nosotros

reproduce

el

el

Egipto en esta obra, no sólo

aparato del fotógrafo, sino también cual se refleja en

el

como

alma

del

artista.

Para

la descripción

de las fiestas que celebran los habitantes del Cairo y la reproducción

de los cuentos que narran, nos ha proporcionado cario del Jetife, sus apreciabilísimos trabajos:

el

doctor Spitta, de Hildesheim, bibliote-

además

el

doctor J. Goldzihir, de Buda-Pest,

sabio bien conocido de todos los orientalistas, que fué otro de los estudiantes de El Azhar, ** EGIPTO. TOMO I.


PKÓLOGO

X

escribiendo para* esta obra un hermoso universidad del Cairo, nos ha favorecido también, mahometana en el Cairo.» capítulo sobre «las fuentes de la vida y de la ciencia estas imágenes y cuadros, siquiera El que conozca el Egipto volverá á encontrar en mismo terreno: el que se proponga trasfigurado por la magia del genio lo que él vio en el ,

visitar

más

adelante

el valle del

Nilo, puede aprender en esta obra lo que ha de ver y

cómo

ha-

los venerables sitios de la de verlo: y los que sin poder salir de sus hogares deseen conocer las Mil y una noches; el de cuentos los de teatro el profanar! como sagrada historia, así verán satisfecho su anhelo de arte v la magia de Oriente v el ser y la vida de los orientales

«.O

saber, gozando al par

,

un

placer puro y desinteresado.

JORGE EBERS


EL JETIFE TEWFIK




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ALEJANDRÍA ANTIGUA El

habitante del Norte y del Occidente que

visita el Egipto, el

empieza generalmente por pisar

suelo de Alejandría. Cansado del largo viaje •

por

mar y de

las

imágenes sui generxs que se

mente en aquella extraña

lian ofrecido á su

región, procura ante todo aprovechar

canso que

le

el

des-

ofrece el silencio de la noche, y cierra los ojos

pensando en su hogar

mas

;

á deshora interrumpe aquella

solemne calma una voz robusta y penetrante que se difunde por la inmensidad de los espacios. Es la voz del muezin que llama á los

fieles

á

la oración;

es

el

hombre,

al dilatarse

corazón de los que

campana

tañido de la

de los orientales que puesta por la naturaleza en

el

pecho del

en sonoras vibraciones, resuena en la

oyen: es

el

el

muezin que con sones

retumbantes y profundos envia sus palabras á la ciudad dormida que se extiende á sus pies. «Más vale la oración que el al desvelado, y resuena potente y estremece— dora su voz, cuando una vez y otra y otra repite: «No hay más Dios que Dios,» ó la bellísima plegaria que empieza con

sueño,» grita

estas palabras:

«¡Oh Señor, Señor. Señor!»

Antes de levantarnos

del lecho

para estudiar

la

actual

Alejandría, umbral europeo del valle del Nilo, volvamos el FARO DE ALEJANDRIA

ciudad griega de Egipto, EGIPTO.

TOMO

I.

sitio el

pensamiento atrás y tratemos de bosquejar una imágen de la más famoso de la antigüedad y el ménos distante de nosotros. I


ALEJANDRIA ANTIGUA

2

Fué Alejandría una de

más

brillantes

las ciudades

y grandiosas.

La

de su comercio allá se van con

hace

el

más

de las grandes ciudades del

esplendoroso florecimiento de los dones

al

saber, no hay ciudad alguna que con

¿Debe acaso

ella

antiguo,

par que una de las

al

más

pero, por lo que

Nuevo Mundo;

preciados de

la

humanidad,

el arte

el

y

pueda parangóname.

gran ciudad comercial y

la

mundo

bellas del

población y rapidez de su crecimiento, la importancia de su

su rápido desenvolvimiento a su

literaria

feliz

situación? se hace deducirlo, juzgando por el resultado

Arduo

que produce

la

primera ojeada que

sobre ella se dirige.

La

tiene de bello; y si bien las costa del Egipto septentrional es llana, uniforme, y nada no se presentan aquí ménos azuladas que en las riberas que acari-

olas del

mar Mediterráneo

cian las auras que

embalsaman con sus aromas

bosques de naranjos de Sorrento y del

los

soleado golfo de Málaga, no son pocos, en cambio,

que ofrecen

los peligros

al

navegante, los

escollos que existen en el puerto de Alejandría.

A pesar es

de los rayos luminosos que despide á gran distancia

hoy posible á ninguna embarcación entrar de noche en artificial, abierto

canal de

Mahmud

los pozos,

La

faro de

el

Ras-et-Tm, no ese

puerto alejandrino.

le

allí

de por Mohamed-Alí fundador del viremato, al cual dio el nombre ningún brazo en obsequio del sultán que reinaba por aquel tiempo; pero puede buscar en término de la ciudad, ni da agua potable, la que tampoco se

un canal

del Nilo riega el

el

por ser salobre

,

el

suelo de Egipto.

meses de invierno; y el cielo, cu\o limpio azul no ménos revuelto en invierno que

costa alejandrina es borrascosa en los

aquí tan raras veces está velado en el Cairo, se presenta

en

las penínsulas de

la

Europa meridional. Además,

levantar una ciudad que entregase

al

comercio del

sitio

el

mundo

que

eligió

Alejandro para

los productos de Egipto

y

los

colocó al extremo noroeste de la costa de la tesoros y portentos de la Arabia y de la India, se la ruta que siguen las caravanas que enlade apartado muy sólo por consiguiente, no Delta,

zan

el

y Egipto con la Siria, sino también de

la

que siguen

las

que marchan hácia

el

mar

Rojo.

único Y. sin embargo, el sitio exigirse para la ciudad que aquel moen Egipto que reunia todas las condiciones que debian importantes del mundo, y á la cual narca fundó con el intento de que fuera una de las más elegido por

la

penetrante mirada del gran Alejandro, es

el

forma que juzgó más conveniente al efecto. reunir en gran ciudad greco— egipcia habia de llenar, en su sentir, estos dos objetos: procedentes del Sur por el mar puerto las producciones del valle del Nilo y las mercancías

dio en consecuencia, la

Una

su

Rojo, para entregarlas desde verso: y avivar en el

allí

dorosa. Alejandro habia hallado seculares.

En

por

el

intermedio de traficantes helenos

nuevo emporio y en

Alejandría

el

debia

era indispensable quebrantar

el

v hacer del estado bárbaro de

el

al

antiguo reino de los Faraones tan yerto

encontrar

comercio del uni-

Egipto, la vida helénica tan floreciente y esplen-

el

espíritu

como sus momias

griego una nueva patria: para ello

yugo que durante miles de años habia oprimido aquella región,

las riberas

del Nilo,

un miembro

inteligente y activo para el


EL ÜUEZIN



ALEJANDRIA ANTIGUA

o

robusto cuerpo de aquel

griego

imperio

cuyo

establecimiento miraba

Alejandro como objeto principal de su heroica

carrera

Al costa

Oriente egipcia

situados

de

la

estaban

antiguos

los

Perusio y

puertos de

Tanis, á orillas de los brazos del Nilo del mis-

mo nombre la

;

mas no

para fundar-

los eligió

nueva ciudad griega,

pues no se ocultó á su mirada,

penetrante

á la de los sabios le

acompañaban

la

corriente

Oriente

Este del

al

que

,

que

ó

que

,

del

mar

Mediterráneo, lava sin cesar la costa egipcia, arrastra consigo el cieno que, en su inundación anual, conduce

Nilo al mar, cegando los puertos situados

De que en

más

el

á levante.

esto no se equivocó es testimonio el tiempo; pues en

tanto que al presente llegan todos los años miles de buques á la rada

de Alejandría, hace largos siglos que están cegados por portanto

inutilizados,

los

famosos

puertos

de

el cieno, y Perusio y Ascalon,

Sidon y Tiro.

En

el

año 332 ántes de Cristo fundó Alejandro

la

ciudad, y según

no faltaron sueños y presagios que le alentaran en su propósito, y prometieran á la nueva ciudad un porvenir brillante.

la tradición,

En

frente del puerto egipcio de Rhakotis, al Norte de la antigua

aldea egipcia, y en las inmediaciones de la costa, estaba situada la isla

de Faro, famosa desde

la

más remota

su lado meridional, extendíase

brazo occidental del Nilo por medio de canales

mar que separaba EGIPTO.

TOMO

la isla del I.

el

antigüedad: detrás de ella, por

lago Mareótico, que estaba unido al

artificiales fáciles

de ensanchar.

El brazo del

continente, tenia suficiente capacidad para proporcionar abrigo á 2


.

ALEJANDRIA ANTIGUA numerosos buques; v en

el

ciudad levantada entre

lago podían encontrar la

isla

cómodo fondeadero miles de

lago reunía, pues, las mejores

el

botes del Kilo.

condenes

as,

para

y belén, ca pudo desencomo para el de exportación, y la vida el comercio de importación importante era la poblacon ménos cuanto desembarazadamente, volverse aquí tanto más

Una

reemplazai egipcia que estaba llamada á (a, 354-3oo). habia dicho ya en La Odisea:

Homero

Nr^oc

fc'-'á

'ZKg

Bañada por

el

mar

Frente al Egipto

Según

1

ivi tÓ'/tü),

Jgcz

iwpouápoiB*

os s vj.'xAy,c¿olc-v.

de innúmeras o'leadas, álzase

una isla.— Faro

Alejandro tradición antiquísima, hallándose

que se bras de boca de un venerable anciano,

le

es su

nomúre.

en Rhakotis, oyó en sueños estas pala-

a apareció en tanto se hallaba entregado

descanso.

RUINAS DE LAS MURALLAS DE ALEJANDRIA

Dinócrates recibió el encargo medición y examen del terreno, y el arquitecto griego, ó inmediatamente dió á éste la figura de un manto ó escudo habían de seguir las calles y la que dirección la determinar Para obra. 5e p UJj mano á la esparciendo plazas, trazáronse los lincamientos sembrando y figura que debian afectar las concluyera del suelo en el terreno llano; mas como ésta se

Ordenóse levantar

:lc

la

un plano;

blanca creta sobre la superficie

dispuestos para los echando mano de los grandes acopios de harina se habia echado la harina en el suelo, apenas que tradición la cuenta Aquí jornaleros. bandadas de pájaros para gozar de aquel regalo, y vinieron por los aires innumerables rápido los huéspedes alados como feliz agüero del de aparición la saludó que Alejandro suplióse

su

falta

riquezas de la ciudad. florecimiento y de las futuras *

Asi llama

Homero

al Kilo.

Hesiodo fué

el

primero que

le dió el

nombre que

lleva actualmente .- (Nota del Traductor).


EGIPCIA SACANDO

AGUA DE UN POZO



ALEJANDRIA ANTIGUA

^

cn afreto:

asi

como

9

se abatieron los pájaros sobre la harina, acudieron también,

inme-

diatamente, a aquel sitio, de todas las comarcas de Grecia, numerosos emigrados ganosos de trabajar, mercaderes y prófugos de Siria y de Judea, y jornaleros del Egipto; de manera que cuando el aguerrido general de Alejandro, Tolomeo, hijo de Lago, conocido en la historia con el nombre de Sóter ( Salvador), como virey al principio, más adelante como soberano, y

estableció aquí su residencia: cuando sus inmediatos sucesores Filadelfo y

como su

antecesor de gran talento, no sólo dieron

y á su comercio y riquezas, sino que se afanaron

en

mayor impulso al

al

Evergeles,

dotados

poder exterior de Egipto

propio tiempo en convertir á Alejandría

foco de toda la vida espiritual de su tiempo, vióse afluir á aquel centro á los sabios del

Oriente y del Occidente rapidísimamente.

,

v

al

comercio v á

la ciencia rivalizar

en emulación v desarrollarse

EL FARO NUEVO DE ALEJANDRÍA

De ninguna sin

y

ciudad de los tiempos antiguos poseemos tantas noticias

embargo, de ninguna de

En vano buscaríamos una

ellas

han quedado menos

como de

Alejandría;

vestigios.

sola de las islas existentes en otros siglos delante de la ciudad,

con todo y subsistir aún la isla de Faro. Los Tolomeos la habían unido á tierra firme por medio de un dique de piedra

sillar;

y como este puente inmensísimo media siete estadios l recibió el nombre de Heptastádion. Sobre él pasaban los acueductos que conducian el agua á la isla, y el mismo dividía el puerto ,

en dos cuencas, existentes aún, de

las

cuales

inservible, se conoció en la antigüedad con el

llamada

al

presente Puerto

el actual virey de Egipto

viejo,

1

la

oriental.

Puerto nuevo

.

.

actualmente la occidental,

cual aporta el viajero procedente de Europa, v que

ha ensanchado considerablemente, llevaba en

nombre de Puerto de Eunosto

el

en

la

nombre de Puerto Mayor: y

— que era

el

del

marido de

la hija

los

tiempos griegos

que Tolomeo Sóter habia

El estadio griego vale 125 pasos. — (Xotci del Traductor).

EGIPTO.

TOMO

I.

O


ALEJANDRIA ANTIGUA

10

tenido de Thais,

el

cual conservó durante

mucho

tiempo, pues se tenia por de buen augur w,

ya que tanto vale como: ¡Felá regreso! los cuales se le\ untaban

Los dos puertos estaban enlazados por medio de diques sobre diversos puentes, obstruidos hace

bamiento de aquellos, tales

mucho tiempo por

de los puentes levantados por la

el

derrumbamientos acrecentados por

artificiales,

han dado lugar á

La mayor

el

la

cieno y los escombros:

mano

del

hombre, y

los arrastres del oleaje, al par

derrum-

el

los restos

de

que por otros medios

formación de una ancha lengua de tierra.

moderna Alejandría

parte de las casas de la

se hallan emplazadas en el sitio

CATACUMBAS DE ALEJANDRÍA

en que se levantaba

el

antiguo Heptastádion

,

siendo su

suelo

el

primero que pisa

el

extranjero que aquí desembarca, ya que junto á su orilla occidental fondean los grandes

vapores procedentes de las regiones del Mediodía.

La

isla

de Faro constituye pues

la

lengua de tierra que termina por

nueva especie. En

el

extremo occidental de

esta península de

un

faro de construcción

los

tiempos antiguos, cuyo nombre, que es

para señales nocturnas, opuesta de

que

les

la isla.

moderna: en cuanto

le

pro venia del

al

misma

erigido por Sóstrato, de tanta celebridad en

mismo que damos á

sitio

la parte del Norte,

se levanta al presente

nuestras torres marítimas

en que se levantaba, hallábase en

Dicho monumento tenia por objeto indicar á los navegantes

importaba seguir para evitar

del puerto, y filé

el

la

comprendido en

el

y

el

choque contra

las rocas

catálogo de las maravillas,

SLYHi.A

que dificultaban

la parte

el

camino

la

entrada

no sólo de Alejandría sino


ALEJANDRIA ANTIGUA también de

la

y sm embargo, merced actual, con ser

alcanzaba ántes

mandólo

Sn

antigüedad.

á los medios que

mucho más la

labrar de

altura era superior en

que se encendía en

mármol blanco por

á la de la pirámide de Cheops;

hoy nos proporciona

baja, extiéndese á distancia

del fuego

11

mucho

la

cima

luciente estuco, sobre

el

idea de que cuando con

quedara

la

Tolomeo

del antiguo.

la torre

Filadelfo

El célebre arquitecto

piedra, seguido de una inscripción, y cubrió el conjunto

cual trazó el

de

aquella á que

Sustrato de Ivnidos, y lo consagró á sus padres,

deificados después de su muerte según la ridicula costumbre gentílica.

grabó su nombre sobre

la luz

la física,

mucho mayor que

el del ilustre

de

soberano, procediendo de esta suerte con la

transcurso de los años viniera

al

suelo la débil capa de revoque,

descubierto su nombre, v

al

patente con

ello

á las futuras gene-

raciones.

Y

ahora volvamos á

busquemos

tierra firme

principales, de las calles tantes, de los edificios

El barrio entre los

más

el

más impor-

más

rico

suntuosos.

y más

muchos en que

ciudad, era

y

los vestigios de los barrios

bello,

se dividía la

Bruchium, que bañaban

las olas del gran puerto, se unia á la

parte

más

antigua de la ciudad llamada

Rhakotis, y era en la antigüedad el sitio donde se abrigaban las embarcaciones.

Este barrio estuvo siempre

habitado casi exclusivamente por egipcios, y por lo tanto ya se deja comprender que no podía faltarle su necrópolis.

MUJER SENTADA SOBRE LAS RUINAS DE LA ANTIGUA ALEJANDRIA

Hallábase ésta situada casi en su extremo occidental: pues así como

de su diurna carrera, desaparece por

el

ocaso,

peregrinación terrenal, deben desvanecerse hácia vida, se dilata sin término, y en

el

cual se halla

el el

el

sol

después

de la propia suerte las almas, tras su

lugar donde

imperio de

la

el

desierto,

Á

muerte.

egipcios, los colonizadores sepultaron también aquí sus muertos hasta

enemigo de toda imitación de los

época cristiana, y el que al presente visita las cercanías de la columna de Pompeyo y vagando á lo largo de la playa se adelanta hácia occidente, encuentra grutas abiertas en los peñascos de la costa, y

más

léjos,

penetrando en

el

interior,

catacumbas de gran magnitud.

procedencia egipcia embalsamaban sus muertos,

costumbre de su país, procedían á

Los judíos

la

al

la

Los habitantes de

paso que los griegos observando

la

cremación de sus cadáveres.

vivían en la parte oriental del

Bruchium, en un barrio

ó cuartel especial y

sostenian estrechas relaciones con sus hermanos de Palestina: distinguíanse por sus riquezas


ALEJANDRÍA ANTIGUA y por su

verdadero motivo, tuvieron que sufrir crueles persecuciones. de calles, á Estos barrios estaban enlazados entre sí por medio de una red cuales discurrían principales que

se

con

carruajes y jinetes

entrecruzaban.

dirigía desde la ciudad de los

y no sin

clases de la población; pero en ocasiones,

demás

influjo de todas las

La más

muertos hasta

toda

larga, el

lo

largo de las

comodidad, afluyendo á otras dos vías

que iba del sudoeste

al

nordeste, se

barrio de los judíos, y terminaba á levante

cerca de la puerta Ivanópica, que en

en

el dia lleva el

nombre de puerta

de Roseta: la otra, que la cortaba estaba situada

en ángulo recto,

entre dos puertas, la del Sol y la de la

Luna. Cierta capa de humus ó que se ha encontrado

tierra vegetal

recientemente debajo de los restos

un empedrado parece indicar que estaba adornada de plantade

,

Ambas

ciones.

anchura,

eran de insólita

— catorce metros de un lado á

bellas sobre todo encarecimiento.

pedrado de granito

desahogadamente,

liso,

el

em-

podían circular libre y

al lado

ricos, los carromatos en

otro,

Sobre

de los trenes de los

que se hacia

el tráfico,

regresaban y los escuadrones de caballería que del hipódromo por la puerta Kanópica; y en caso de que molestaran los rayos del sol ó cayeran fuertes chaparrones, los pedestres encontraban sombra protectora ó abrigo contra

la

inclemencia en las anchas

aceras porticadas y embellecidas con numerosas estatuas. Al presente, hace ya muchísimo tiempo que desaparecieron así la

puerta del Sol

v nuevas capas de

tierra

cubren

el

como

la

de la Luna: las columnas yacen derribadas,

antiguo empedrado: en cambio los conductos que corren

debajo del mismo, con gasto insignificante, habría sido posible, hace pocos años, devolverlos

De

á su antiguo destino. conservado: con todo,

el

las

casas de los antiguos moradores, poquísimo es lo que se ha

que se toma

la

pena de buscar, con que

se aleje de los barrios

que

europeos acomodados, y se dirija á los que habitan los egipcios al occidente de la ciudad, como siga la ribera del mar, ó salga á campo raso por la puerta de Roseta, ve

ocupan

los

recompensado su trabajo con abundantes vestigios de casas antiguas ó de construcciones

no menos importantes.

Para

se afanaría en vano quien se

mas en cambio

ello

basta con tener los ojos abiertos.

Dicho se está que

empeñara en descubrir monumentos de notable valor

artístico;

es frecuente tropezar con cisternas de tiempos remotísimos, con paredones de


JOVEN EGIPCIA

EGIPTO.

TOMO

I

4


-


ALEJANDRIA ANTIGUA

15

templos y de palacios, con jambas y dinteles de puertas, con fragmentos de arquitrabes de mármol; en el interior de las mezquitas, con columnas lindamente labradas, procedentes de destruidos templos griegos; y en las encrucijadas y junto á los caminos, con restos de preciosos sarcófagos convertidos en abrevaderos en los cuales apaga su sed el pacífico

jumento, ó con fustes y capiteles de estriadas columnas que sirven de asiento á la humilde madre árabe para amamantar á su hijo, en tanto descansa en medio de la hierba del desierto.

La

vida comercial de los alejandrinos agitábase entre

mar, yendo y viniendo incesantemente. principales al Bruchium, donde estaban

encerraba

el

los

los

palacios

dias

Mareó tico y

puerto del lago

el

de los reyes, con

cadáver de Alejandro

el

Grande;

el

Circo y el Teatro,

con su pista de forma meándrica, y otros muchos

Museo y su Soma, que

el

Gimnasio,

el

edificios públicos

el

ganosa de placeres y diversiones. Teócrito nos hace asistir casi como testigos presenciales á

muchedumbre que

Dos amigas, Gorgo y Praxínoa,

se estrujaba

en

Hipódromo

á los cuales acudían con

afan los altos funcionarios, los doctos y los artistas, la espléndida juventud y

ofrece el espectáculo de la

el

por las calles

dirigíanse

festivos,

bellos de los dioses griegos; el Mausoleo, llamado

más

biblioteca; los templos

En

la fiesta

las calles

la

multitud

de Adonis, y nos

en

el

dia referido.

consortes de dos siracusanos establecidos en Alejandría, se

dirigen á la fiesta y según se expresan no parece sino que nacieron

,

no en

el

siglo tercero

ántes de Jesucristo, sino en este en que vivimos.

Llega Gorgo, y Praxínoa dice á la criada Trae una silla, Eunoa. ¡Vivo! ponle una almohada.» :

«

Gorgo se

— ¡Ay!

«

pues viene muy cansada, y luego exclama: corazón! ¡cuánta fatiga para llegar hasta aquí huyendo, amiga

sienta, resollando apenas,

¡cómo

me

late el

mia, del gentío y de los vehículos! Sólo he visto hombres que calzan botas y visten uniformes ¡Ay! ¡cuánto he tenido que andar! ¿Pero por qué vivimos tan lejos una de otra?» Quéjase Praxínoa del gaznápiro de su marido que ha alquilado tan modesta habitación

militares.

«al extremo del

«

mundo.» (Quizás en

Pero

Por

vecindad de

la

puerta del Sol).

Gorgo

la

aconseja

tales

muchacho

el

Bien sabido

«

la

términos del padre en presencia del niño, y dice en alta voz á éste: Ove, Zopirion, querido hijo, no hablo de tu padre.»

que no hable en

fin.

es

muy

y la tía Gorgo juzga del caso añadir: duda; bueno, muy bueno es papá.»

listo,

lo tienes sin

Praxínoa acaba de vestirse con ayuda de su doncella, que no por esto se libra

de sus regaños, y prorumpe Gorgo en estas palabras: « ¡Que bien te sienta esta túnica! ¡lindo broche, elegantes pliegues!

Praxínoa,

tal

¿A

cuánto

te sale,

cual está?»

su amiga 1 de plata contante y sonante 0 q U iero pensarlo! Por más me sale de dos minas costura.» con los adornos; sin contar que me he estado desojando en la

Á

lo cual contesta ,j\t

i

Moneda de

oro griega que valia

muy

cerca de 18 pesos fuertes .- (Nota del Traductor).


ALEJANDRIA ANTIGUA

16

luego encargando el niño esto se hace traer la manteleta y el precioso sombrerillo; y que hagan entrar el perro á casa, que cierren bien la puerta, y sale corriendo

En

manda

al aya,

con su amiga á

camino

la calle,

Bruchium junto

del

al palacio íeal.

mismo: pero aquí Sin novedad llegan entrambas, á pesar del gentío, hasta la puerta del son mucho mayores

la

confusión y

las apreturas, tanto

que Praxínoa

grita:

Eunoa, cógete de Eutiquis y no la sueltes ni te separes de nosotras si no quieres extraviarte! Entremos todas juntas. No te separes, Eunoa. ¡Ay de mí. me han rasgado el velo, Gorgo! Por Júpiter, si no quieres experimentar desgracia^ arrogante mancebo, haz por no estropear mi manteleta.»

«-¡Dame

la

mano, Gorgo, y

tú,

El gálan así interpelado pide mil perdones, y en cuanto ha penetrado

Eunoa

interior, «

— Magnífico,

Sigamos á

al fin

y dice: estamos dentro, como dice

las siracusanas

por

el

oriente del puerto, á la izquierda del al

Sur

los

el

que encierra á

Lágidas, esto es,

Museo

el

la

desposada.»

Preciosos jardines rodeaban las

que hoy apenas se distingue.

del cabo Lochias,

Si nuestras siracusanas

más

célebre de la dinastía

con su biblioteca, situado á continuación de

habían partido realmente de

hácia levante por la calle de Ivanopa.

las

mismas.

las cercanías de la puerta del Sol,

él dirigirse

después durante breve espacio

Después tomando una

calle á la izquierda, llegarían á

debieron por fuerza atravesar el mercado, y desde

las

el

Bruchium, y por el palacio real. Levantábase éste al sitio donde se eleva actualmente la aguja de Cleopatra,

habitaciones de los Tolomeos, las cuales contenían la fundación

de

comitiva en

la

se echa á reir

inmediaciones del Circo del anfiteatro, donde se

les ofrecerían

tarjetas

con

el

programa

de las piezas que se habían de representar, y billetes escritos sobre cuerno ó marfil para la

Empero

función.

situados en la

resistieron

montaña

semejante tentación, prefiriendo descansar en

El cadáver del gran fundador de la ciudad había sido llevado

primer Tolomeo, que

encerró en un sarcófago de oro, en

lo

soberano degenerado

de

la

los jardines

Soma, mausoleo de Alejandro.

artificial del

de

dinastía

los

Lágidas,

el

allí

desde Babilonia por

cual permaneció hasta que

mandó

fundir

precioso

el

el

un

metal,

sustituyendo aquel por una caja de vidrio.

Las siracusanas se dirigirían probablemente por través del

vamente á

Bruchium conducía desde los cortesanos.

el

por cuanto

la acera,

Llamábase Via Real, era amplia y espaciosa y ,

indudablemente Euclides cuando instado por Tolomeo Sóter para que

que

le

permitiera comprender

«En matemáticas no

la

más

calzada que á

palacio real á la gran vía, estaba destinada exclusi-

fácilmente sus teoremas,

le

le

á ella se referia

indicara

un medio

contestó ingeniosamente:

existe via real.»

El Gimnasio, situado á la derecha de la via, estaba desierto en aquel momento, por la sencillísima razón de estar de vacación la juventud alejandrina con motivo de la festividad del dia.

También reinaba

invitado á su

En

mesa

el

silencio en los patios y salones del Museo, por cuanto el rey había

á los habitantes

más

distinguidos.

cuanto á nuestras siracusanas penetrarían hasta

el

vestíbulo

del

palacio,

donde,


ALEJANDRIA ANTIGUA

17

rodeado de preciosos jardines, descansaba la estatua de Adonis sobre un lecho de plata, ° t0 de ma 8 m'ficos tapices, viéndose la graciosa Venus en un lecho no menos espléndido y suntuoso.

^

mno fesTÍ '° de noble cantora que en el año anterior habia lucido di\ino arte; pero hubieron de retirarse temprano á casa, por cuanto

^ "

o de Goi & o se hallaba todavía en ayunas, y según dice ella, «Diocleidas en ayunas

un verdadero Así como mujeres síacas ,

al

basilisco.»

la fiesta

de Adonis atraía á las la llamada las Dioni-

Bruchium,

que era

la

más

notable de las fiestas

que se celebraban en Alejandría, llevaba á todos los hombres á las cercanías del palacio i

cal

,

sima

donde con mayor regocijo, con muchí-

mas suntuosidad,

menos

sentido estético

pero también con

que en Atenas,

se

celebraban las fiestas consagradas á Baco.

Los Tolomeos hacian en sus abundantes riquezas culto a los

ellas ostentación de

y cuantos prestaban placeres de la vida v á los goces ,

do

la

ni

consideración alguna

sensualidad podian entregarse sin freno á

los

más

actos

tumultuosos é inmundos, seguros do que no habían de encontrar quien en la

mano,

allí

donde

la

ello les fuera

sensatez y

eran consideradas como crimen, y

chium

se convertía en teatro de

la

á

sobriedad

la

Bru-

el

disolución

m ás monstruosa Sólo la parte

más

distinguida de

la

pobla-

ción podia asistir á los espléndidos banquetes

que se daban en la celebración

el

palacio real: pero durante

de las grandes fiestas,

el

pueblo

todo, sin distinción de clases, participaba de la

ostentosa munificencia de los Tolomeos.

Lo que de dichas fiestas nos refiere Calixeno como testigo ocular, con parecer cuento de hadas merece entero crédito, siquiera deba acaso rebajarse un tanto en las cifras que consigna.

Las representaciones que constituían

procesión tenían por asunto

el

mito de Baco,

bien que con dejos v reminiscencias de costumbres y espectáculos egipcios.

El séquito de

la

los pasos mitológicos debía ser interminable: EGIPTO,

TOMO

I.

pues ante

los ojos

de

lo

absorta y admirada 5


ALEJANDRIA ANTIGUA

18

muchedumbre, desfilaban unas en pos de otras, como en tiempo de los reyes nacionales, las de los habitantes las imágenes de los diosos v de los faraones egipcios, \ en pos de ellas del Olimpo,

las de los príncipes

y

Con

hijo Filadelfo.

propósito

el

macedonios Alejandro de aumentar

Grande, Tolomeo Sóter, y su

el

regocijo

el

y

animación, celebrábanse

la

juegos y justas de destreza en las cuales se galardonaba á los vencedores y hasta al mismo rey con coronas de oro. De ocho á doce millones de pesetas gastaron los Tolomeos en un solo dia, con ocasión de

una do

estas fiestas.

De

aquí puede deducirse

invertir en el sosten de sus flotas

sumas que debían

,

anclados ochocientos bajeles del Vilo, ricamente exornados, del

Museo v de

— de

su ejército, de

córte,

la

la

de los Lagidas, especialmente

época de los primeros Tolomeos.

la

Tolomeo Sóter,

al principio

como

virey ó gobernador de Alejandro

calidad de soberano independiente, fué

el

II,

más

tarde en su

iniciador de los magníficos edificios del

Bruchium,

En el adorno de su buena la máxima que profesaba

parte de los cuales completó ó terminó su hijo Filadelfo.

mayor

palacio fué parco sobre todo encarecimiento, haciendo con ello

de que, ántes que á

propio, debe

á los demás.

un rey enriquecer

sobrio é inteligente, pudiendo decirse de

v

las

dinastía alguna de aquellos tiempos que en abundancia de riquezas, y en saber

No hav

la

enorme de

la Biblioteca.

emplear con provecho sus tesoros pueda compararse con durante

lo

sólo en el lago Mareotico tenían

él

de cuantos edificios habían de contribuir á

las bases

circunstancia de haberse transmitido hasta á los

más

Era un soberano enérgico,

los cimientos de todas las instituciones

que echó

la

grandeza de Alejandría, con

la

abyectos y depravados de sus sucesores

aquella su ingénita inclinación á fomentar las ciencias y las artes.

Secundando religiosas,

las

los

y

conseguido, y

miras de Alejandro, dejó á

mantuvo en

si

no

espíritu helénicos,

él,

si

la

los egipcios sus antiguas leyes

sus descendientes, despertar en todo

con

la

y sus creencias

obediencia por medio de colonias militares; y acaso habría

mira de mantener pura

la

el valle

del Nilo la vida

y

el

sangre de los colonos, no hubiese

privado del derecho de ciudadanía á los hijos provenientes de casamientos mixtos. Ello es que

con existir en Alejandría muchísimas familias no griegas, es decir, de origen bárbaro,

asamblea del pueblo era invariablemente llamada con Pero en

lo

que Sóter puso especial atención fué en

el

la

nombre de «Varones macedónicos.»

el

fomento del comercio.

A este

efecto

ensanchó y mejoró los puertos de la ciudad; llamó de la Fenicia ocho mil constructores de buques, é importó muchísimos cedros del Líbano para emplearlos en las construcciones

La

navales. egipcios,

falta de

moneda, elemento mercantil completamente desconocido de

que saldaban sus transacciones dando

propósito, desapareció le

los

ofrecían

monedas de del trabajo

que en

merced

al

al

acuerdo del soberano que, inspirándose en

diversos estados de la metrópoli helénica,

y de

la ejecución, especialmente las de

campean,

ejemplo que

el

mandó acuñar en

oro, de plata y de cobre, tan acabadas y tan perfectas bajo

ellas

los antiguos

peso anillos de oro fundidos á este

el

Alejandría

punto de vista

metales preciosos, que por los bustos

retratos acabadísimos todos ellos, puede decirse que

conocemos á

los


ALEJANDRIA ANTIGUA miembios de

la ilustie dinastía

pertenecieion

el

19

Lágida. Al círculo de sabios que reunió Sóter en torno suyo,

matemático Euclides; los médicos Erasistrato y Herófilo;

Demedio Falo eo, al cual llamó el rey á su consejo en mds tai d° confeiido el encargo de reunir una

colección de libros.

historia de las guerras de Alejandro,

desgraciadamente se ha perdido.

ateniense

el

calidad de jurisconsulto, habiéndole

El

mismo compuso una

que

De

los

que durante su tiempo y bajo su dirección trabajaron en Alejandría,

artistas

citaremos únicamente á Apeles v á su rival el escultor Antifilo.

Mucho había que construir en lanueva ciudad; mucho que beneficiar y gozar en aquel mercado al cual afluían incesantemente los productos y tesoros de todo

mundo

el

MONEDA DE TOLOMEO SÓTER

¡Qué mucho,

conocido.

pues, que Alejandría atrajese artistas de todas partes y en todos los géneros, los griegos, maestros en

si

arte de edi-

el

y ganosos de goces y de provecho,

ficar

veian que en aquel punto en que

el

tendían

la

Oriente v

el

Occidente

se

ti

mano,

los

primeros en

reyes eran los

su apoyo, y la córte, á su

facilitarles todo

ejemplo, hacia cuanto estaba en su

en

lo tocante

á rodear

la

mano

vida de

todo

aquello que ofrecía atractivos ó belleza

La primera mujer hetaira

de Sóter fué la

Thais; fué su segunda esposa

1

macedónica Doren ico

la

2

aprendieron las Alejandrinas distinguía á los Griegos, con

el

el

arte de

hermanar

el

sentimiento delicado de

lo bello,

que

gusto por la magnificencia y la ostentación que caracterizaba

á los pueblos orientales. Las joyas

1

MONEDA DE ALEJANDRO EL GRANDE

de las cuales

,

más

preciosas que hasta nosotros lian llegado son las

entre La palabra hetaira (cortesana) expresaba generalmente

los áticos lo contrario de

mujer casada, esto

es, querida,

y

así fué

manceba, barragana, hasta rebajarse á prostituta y á lo que tan sentido moral, vino á significar concubina, locuciones filies de joie y füles folies de leur corps. £1 estado de !a vida doméstica y tróficamente expresa la lengua francesa con las entre los atenienses no envolviese la palabra hetaira ninguna idea injuriosa. matrimonial de aquel tiendo hizo, sin embargo, que no dejaron de influir en política, y sirvieron de modelo á los más célebres Hubo entre ellas mujeres hermosísimas y de gran talento que (Afrodita, hija de la espuma del mar, según la tradición;. Las más célebres fueron escultores para representar la diosa del amor, Vénus Teodota, y sobre todo Friné de Tespia, que sirvió de modelo á Praxiteles para sus incomAspasia Tais, Mirrina Lamia, Lais, Leaina, (A ota del traductor). parables representaciones de la madre de Cupido. formado las lenguas romanas los vocablos barniz, cast.: cernice , ital.; cernís, fran. y cat. La lengua ,

como defendiendo

el

.

.

De alemana

en

palabra Berenice han tiene procedente de la misma

la

,

,

la

voz Bernstein, con la cual expresa lo que la castellana con los de

ambar

-V

ó succino,

.


ALEJANDRIA ANTIGUA

20

la época de los Tolomeos; y de las fábricas de Cos procedían aquellos delicados cendales de gasa trasparente (bombijx) con que las hermosas

que se labraron para las mujeres de

alejandrinas, sin ocultarlas, velaban sus formas bellísimas y seductoras.

Dejaremos para lugar más oportuno Sótcr, limitándonos

tiempos de su reinado, asocióse en

importante de

ciudad, faltando únicamente,

la

decirse, lo accesorio y de

fuera; pues dotado de

mera ornamentación.

ménos

la

entusiasta de de

1

donde no

ciencia,

la

existia,

se

le

á

puede

así

si

Y avino

bien que así

lo

que era propio de

gracia

la

belleza, el discípulo de Estrato y de Fílelas, el

inclinaciones era el

y esplendor

últimos

los

energía que su padre, bien que con

grandes condiciones para todo elegancia v

que en

gobierno á Filadelfo, que

el

Encontré) éste casi terminada la parte

había tenido en Berenice.

más

hablar de las guerras de

el

presente á consignar

al

que carecía de fuerza para sacar

merced

á

hombre que

sus conocimientos sé necesitaba para

lo

,

la

amigo grande

1

y especiales

comunicar

brillo

que se distinguía ya por su grandeza. De aquí que

lo

haya comparado con Salomón,

así

ú su padre con David. La comparación Durante su reinado llegó Alejandría

como

se había

es de las al

más

parangonado

felices.

apogeo de su grandeza.

Excepción hecha de Cleopatra, no ha habido individuo alguno

de

1

su familia que haya alcanzado mayor renombre, debiéndose éste ALEJANDRINA

más que

CON TÚNICA DE SEDA TRASPARENTE

á

sus empresas bélicas, á las provechosas obras de paz que

llevó á cabo en el dilatado período de treinta y tres años que duró

su reinado, para

cual le ofrecieron medios bastantes los exorbitantes tesoros que afluían á

lo

sus arcas. Según se cuenta, en su tiempo se llevó á cabo conocida con la tradición

distintos,

el

nombre de Versión de

los

la

traducción

Setenta , perteneciendo

al

al

griego de

dominio de

la Biblia,

leyenda

la

de los setenta intérpretes que, á pesar de trabajar aisladamente y en lugares

entregaron traducciones enteramente idénticas.

importante por sus consecuencias, que atención que puso en

el

registra,

la

El hecho

historia

más grande,

de su tiempo, es

engrandecimiento del Museo, que ya en sus dias llegó

ál

y

más

la

especial

más

elevado

punto de esplendor. El grandioso edificio

en

cual tenían acogida los sabios

más eminentes de

época,

al

objeto de que, libres do

todo cuidado material, juntos y á solas pudieran consagrarse á

la

enseñanza y

de

al

cultivo

Componíase de una vasta percibiéndose en

el

el

la

ciencia, estaba situado en. el barrio de los palacios reales.

série de patios á los cuales

centro de

la

ellos el

daban sombra árboles frondosísimos,

murmurio de juguetonas

fuentes.

En

los

anchurosos

pórticos que flanqueaban una larga avenida descubierta, guarecíanse contra la intemperie las

eminencias que en ellos se congregaban, habiendo en los mismos espacio suficiente para

disertar,

discutir

y aleccionar á

sus numerosos discípulos.

En

otro

edificio

no ménos


ALEJANDRIA ANTIGUA

21

grandioso hallábanse constantemente dispuestas en un vasto salón abundantes y regaladas mesas, junto á las cuales se echaban para comer. pues los griegos comían echados,

los

miembros de aquel

permanecía junto

sabio instituto, agrupándose por escuelas: de suerte que

al aristotélico,

y

el

platónico se juntaba con

el

platónico.

el aristotélico

Cada grupo

debía nombrar su presidente, y éstos reunidos constituían un senado, cuyas sesiones dirigía un pontífice neutral nombrado por el gobierno.

El edificio era inmenso: rico y artístico el mueblaje de sus salas y patios; y tal la independencia de que disfrutaban los sabios que en el mismo se alojaban, que les era dable

ensenar ó estudiar en

Durante

la vida

y en

el

silencio

de Filadelfo fué

el

Museo

el retiro

más el

completos.

foco al cual convergían todos los rayos de la

vida intelectual, y se explica perfectamente, pues en parte alguna existían los elementos

que

rey había puesto á disposición de los sabios.

el

biblioteca fundada

por su padre, prodigando á este

apropiados á su ordenación, tanto que

Filadelfo se afanó en fin

en

No hay

la

caudal de aquel riquísimo depósito, vino á ser

el

con justicia celebrado por sus 400,000 manuscritos, como biblioteca de toda la antigüedad.

aumentar

medios más conducentes y

los

para que decir que

la la

primera y más aventajada se fué enriqueciendo

misma

sucesivo, existiendo motivos fundados para suponer que en tiempo de César, en el

lo

cual estos tesoros, debidos á la aplicación y á la constancia de tantos sabios alejandrinos, fueron pasto de las llamas, la biblioteca de los Tolomeos se componía de 900,000 manuscritos.

Todos pero

los

ramos

del saber fueron en el

más importante y

lo

cultivados; impulsadas todas las disciplinas:

Museo

trascendental; lo que tuvo mayores consecuencias, fué lo que se

campo de la gramática; de la filología, tal cual hoy comprendemos esta rama A los esfuerzos y vigilias de los alejandrinos somos las ciencias naturales. de saber, y griega, no teniendo porque encadeudores de la conservación de los tesoros de la literatura del

hizo en

el

recer

grandísimo influjo que

el

la

misma ha

ejercido en la cultura del Occidente.

Por

lo

que

desconocer que el brillante desarrollo que en concierne á las ciencias naturales, no cabe gran parte á las tradiciones y sobre todo al en debido es alcanzado, han tiempo nuestro

método establecido por no ha

los sabios de Alejandría.

sido en rigor otra cosa

más que

la

En suma,

la restauración

de las ciencias

restauración de los cánones alejandrinos.

los eruditos, y esforzábanse en reunir en los Tolomeos en el trato con en saber que existían en aquellos tiempos. Se han á todos los hombres superiores célebre poeta cómico de Atenas, Menandro, yá diferentes cartas atribuidas al

el

Gozábanse

Museo

conservado

de ello. Una existe en la cual el poeta se expresa en su querida, que dan testimonio rey de Egipto, varias misivas, por medio de las Tolomeo, de recibido estos términos: «He me ofrece montes de. oro, y me invita, con mucho encarecicuales con regia liberalidad, Filemon. Éste hará lo que mejor le parezca; por lo que á miento lo mismo que á mi amigo siempre, sólo tú, Glicera mia, has de ser ahora, como has sido Glicera

toca

,

á nadie pido consejo: todo.» areopagita, mi Heliea, mi

mi consejo

EGIPTO.

TOMO

I.

A

cuyas frases contestó Glicera:

«En

cuanto


ALEJANDRIA ANTIGUA

22

llegó á

mis manos en Kalligeneia, en cuyo templo

enviaste, díme á leerla con verdadero afan:

el

me

me

hallo ahora, la carta del rey, que tú

gozo que su lectura

me

proporcionaba era tan

intenso que á duras penas lograba ocultarlo á los presentes.

Conmigo estaban mi madre, mi

hermana segunda Eufronita, y una amiguita mia á quien

tú conoces, las cuales viendo

pintado

el

que por

esta

mis mejillas y radiantes mis ojos de alegría, exclamaron: «¿Qué dicha es puertas se te ha entrado, querida Glicerita, que no parece sino que te estás

júbilo en las

bañando en agua de rosas, tanta

ménos que

la

Menandro á que

cual contesté: «El

y

le

ofrece poco

Tales palabras prenunciólas en alta y sonora voz, á fin de

mitad de su reino.

mi corazón, y poniendo luego de manifiesto,

allí

la carta,

se encontraban, estrechando contra

autorizada con

el sello real.»

suponiendo apócrifas dichas cartas, revelan, cuando ménos,

eran recibidas por los griegos

lo

se traslade á su córte,

que pudieran comprenderlas perfectamente cuantos

Aun

A

satisfacción brilla en tu semblante?»

rey de Egipto Tolomeo invita á mi

más

el

entusiasmo con que

distinguidos de aquel tiempo las invitaciones para

Museo. En cuanto á Menandro no pudo

salir de

el

Atenas; pero en cambio no faltaron poetas

y sabios que, aceptando la invitación de Tolomeo, encontraron en la ciudad de Alejandría una nueva patria que, no sólo entonces, sino también mucho tiempo después de haberse extinguido

el

esplendor de la casa de los Lágidas, les dispensó la

más

grata y entusiasta

acogida.

Á por

Sóter y á Filadelfo sucedió

el hijo

de éste Evergetes, que con sus guerras ensanchó

de Oriente los límites de Egipto, y tuvo al

la parte

voluntad bastantes para que no perdiera Alejandría

mismo tiempo

monopolio de

el

fuerza, espacio

las artes, del

y

comercio

y del saber.

Perdida por los Egipcios de

romano de dia

más

la tutela del rey.

sensible

el

influjo

reinado de Evergetes MONEDA DE TOLOMEO

V,

EPIFANES

la batalla

de Paneas, y siendo

menor edad Tolomeo V, Epifanes, encargóse

II

Desde

este

momento

el

senado

hízose cada

romano en Alejandría, hasta

(Fiscon), cuya

mano

el

criminal, ente-

reza de carácter v alta capacidad, lograron contener, bien que * 1 '

sólo por breve tiempo, la completa ruina de su dinastía dege-

nerada.

En

los últimos tiempos, relativamente tranquilos, de su

comunicar nueva vida por completo

lo

al

tormentoso reinado, logró

comercio de Alejandría; pero sus inmediatos sucesores destruyeron

que todavía podía haberse salvado. El romano Pompeyo fué nombrado tutor

de Cleopatra y de su

hermano y marido Tolomeo XIII, y después de

murió asesinado por orden de su regio pupilo, junto á dias, aportó César en Egipto, apoderóse del

la batalla

las playas egipcias.

Bruchium, en

el

de Farsalia

Pasados breves

cual se hizo fuerte contra

un

enemigo mucho más poderoso, y con la ayuda de Mitridates logró derrotar completamente á sus adversarios egipcios. En un combate librado contra los romanos, en uno de los brazos de la Delta del Xilo,

entonces

el

pereció

Tolomeo ahogado en

el

interior del

Egipto y la Alejandría pertenecieron á los

buque que montaba, y desde

Romanos por más que

Cleopatra y su


ALEJANDRIA ANTIGUA

hermano que con

ella

cuando contaba apena*

la

23

— del cual aquella se deshizo cabo de -poco edad de doce anos, — siguieran ciñendo doble corona

compartía

el cetro.

al

tiempo

del Egipto

la

superior é inferior.

Recoi demos aliena que en tanto que César se defendía en

el Bruchium, Cleopatra que anos, habíase hecho introducir en el palacio real envuelta en una alfombia usada, a espalda* de un esclavo, cual si fuera un bulto de mercancías; que con

tenia entonces diez y

u

l 1(

im °suia

\

,

siete

pihilegiado talento supo cautivar en poco tiempo el corazón del gran que, éste en lugar de dar al olvido, enajenado por las caricias

Romano, y digamos también

de esta mujer sus deberes y su nombradla, cual hiciera

más

tarde Antonio entregado por

completo á los goces y á los placeres, jamás mostró mejor sus dotes militares y el esfuerzo de su ánimo que en la defensa del palacio de Alejandría. En esos dias aciagos fue pasto de las llamas la biblioteca del

Museo. Más adelante procuró Cleopatra reparar en parte aquella

pérdida, recabando de Antonio autorización para trasladar á Alejandría los 200,000 critos de la biblioteca de

Pérgamo, con

lo cual, así

como con

manus-

otros actos llevados por ella á

cabo, continuó las tradiciones de su familia, encaminadas á la protección de las ciencias y á la

de aquellos que á su cultivo se dedicaban.

médico Dioscórides, y

el

Durante su reinado escribió sus obras

astrónomo alejandrino Sosígenes, profundo conocedor de

el

famoso

la división


ALEJANDRIA ANTIGUA

24

del

año egipcio, cooperó con César en

nosotros con

pueblo

la

el

la

obra de

la

nombre de Juliano.

Más

Roma, pudo contemplar

el

faro de Alejandría; y una reproducción del de los conjurados, puñal el bajo sucumbía Dictador ambicioso

magnífica estatua que representa

el Nilo,

y cuando tres años después el Cleopatra habitaba con Cesarion, hijo de ambos,

márgenes

introducción del calendado que conocemos

Al entrar César triunfante en

la

magnífica quinta que

le

pertenecía en las

del Tibor.

tarde, es decir,

después de

la batatalla

de Filipos, Cleopatra, que contaba entonces

comertiilo veinticinco años, logró con sus encantos fascinar á Antonio, que debía juzgarla, y

cuyos en esclavo sumiso y obediente; y aprisionándolo con los lazos de un amor novelesco, volvieron efectos experimentó ella misma, indújole á seguirla á Alejandría, con cuyo motivo regocijos. á brillar para Bruchium los antiguos tiempos de sus espléndidas fiestas y animados

CLEOPATRA EX EL RIO CYDNO YENDO AL ENCUENTRO DE ANTONIO

La deslumbradora magnificencia de remontara

la

la

chalupa en que

la

encantadora soberana del Nilo

corriente del Cydno, para salir al encuentro del general

romano;

la irresistible

seducción de sus encantos y de su belleza, y la sin par cultura de aquella mujer, que podia hablar en su idioma respectivo con los guerreros de las naciones más distintas debieron de ,

ejercer verdadera fascinación, si

hemos.de creer á Plutarco, que menudamente

lo

puntualiza

en una descripción tan brillante y acabada, que Shakespeare, para pintar la primera entrevista de los célebres amantes, consideró que no debía hacer más que transcribir literal-

mente

la

narración del historiador.

La navecilla que

la llevaba, cual solio refulgente dijérase arder sobre las

aguas. La popa era de oro batido; de púrpura

perfumes, que

el

mismo ambiente

el

velamen, y tan impregnado de Los remos

parecía enagenado de amor.

argentados movíanse acompasadamente

al

son de dulces flautas, y obligaban al

agua, por ellos azotada, á que marchara en su seguimiento con mayor rapidez,

como enamorada de sus

golpes.

deficiente: recostada bajo

En cuanto

á Cleopatra, toda descripción seria

holgado pabellón de oro y sederías; más bella que

la


ALEJANDRIA ANTIGUA

25

CLEOPATRA INTRODUCIDA EN EL PALACIO REAL

EGIPTO,

TOMO

I

7


ALEJANDRIA ANTIGUA

26

famosa estatua de Yénus en excede á la

“belleza.

A

la cual

podemos contemplar cuanto

imaginación

la

cada uno de sus lados, cual otros tantos Traviesos Cupi-

el erguíanse hermosos rapaces armados de abanicos de mil colores; y por ellos despertado inflamaba las delicadas mejillas que pretendía

dillos,

blando

céfiro

refrigerar, deshaciendo así la obra en

que se empleaba, bus damas todas atavia-

das de Nereidas, cual otras tantas sirenas, prontas á obedecer á la

menor

señal,

en la servían de ornamento al buque con las graciosas curvas de su cuerpo: veíase una sirena que aparentaba gobernar. Las séricas estofas crujían

popa

bajo la suave presión de las

cumplían su

oficio.

De

la

cuyos efluvios inundaban

manos semejantes

á flores, que con toda perfección

lancha desprendíase embriagador, sin par perfume, los

muelles adyacentes. La ciudad envió fuera de las

puertas, delante de ella, sus habitantes todos, en tanto que Antonio sobre su trono,

permanecía abandonado en medio de

la plaza del

Mercado.

La vida de deleites que llevaron Antonio y Cleopatra ha pasado á ser proverbial lo que derrochó esa enamorada pareja en proporcionarse no imaginados placeres, en la invención en la realización de prodigalidades inauditas, excede á cuanto de goces siempre nuevos :

y buenamente puede encarecerse: no sensualidad. Las mesas de

existe otro ejemplo de tan insaciable afan de lujuria

los festines alzábanse sobre

un mar de hojas de

y

rosa: invertíanse

millones en vasos de excepcional rareza y en

manjares exquisitos, y no satisfechos con desenfrenadas orgías de que eran testigo

las los

lechos del palacio, recorrían disfrazados á la luz de aromáticas antorchas las calles silenciosas

de la ciudad que vacia entregada al descanso.

En

los juegos,

en

las

orgías, en las cacerías,

en los paseos en coche, todo era músicas, cantos, costosos perfumes.

Los tesoros de que

disponian parecían inagotables. el

imaginó disolver en

una

hasta el último

punto

disipación, juzgó

podía demostrarse VASIJA ALEJANDRINA

él

cpie ,

el

Cleopatra fué la

valor do

primera que, para elevar

un

brebaje,

perla, y llevando

refinamiento de la

modo mejor

de ningún

que gastando sumas enormes

en perfumes costosísimos, ya que

si

las

cosas

todas tienen por su permanencia un valor relativo, las esencias de subido precio que se han

empleado en lavarse

las

manos, nada dejan cuando

se

ha desvanecido en

el

aire el último

átomo de su aroma. El despertar de aquella loca embriaguez fue terrible. naval de Accio, abandonó cobardemente

el

poderosa infantería, dando completamente

campo de al

Antonio, vencido en

el

combate

batalla, sin llevar siquiera á la pelea su

olvido el valor de que tantas pruebas tenia



ALEJANDRIA ANTIGUA

29

dadas, encerrándose después de tan vergonzosa fuga en cierta torre que se levantaba en una

lengua de tierra lamida por

Timonium, nombre

del

las

aguas del gran puerto de Alejandría, á

misántropo ateniense acerca del cual

de Alejandría, Callímaco, habia compuesto

En medio

el

reino de la muerte?

la

más

poeta

cual apellidó su

célebre del

Musco

siguiente epigrama:

el

Timón, tú que vives muerto, habla:

O bien

el

¿.Qué detestas más, la vida

Este.

La noche contiene no pocos de

vosotros.

de tanta desdicha, Antonio, solo, abandonado, entregóse con Cleopatra á

la

más

depravada disolución. Hubo un momento en que en un combate contra Octavio dió muestras de su antiguo valor; mas

el

El vencedor sólo pudo

destino acabó con él y con su amada.

apoderarse de los cadáveres

ambos amantes:

de

él

mano

echando

de

la

espada,

ella

haciéndose morder por una serpiente venenosa, se sustrajeron á las pruebas de un porvenir desprovisto de toda esperanza.

Cuando Octavio subió

al

trono de los emperadores,

el

Egipto depuso su cetro sin la

Los Césares que

quedando convertido en provincia romana.

resistencia,

le

menor

sucedieron

fueron apellidados por los sacerdotes autócratas ó soberanos absolutos y recibieron los honores divinos de los faraones hasta en los santuarios más recónditos de la Catarata y do los Oasis del desierto.

En

la

llanura situada al oeste de Alejandría, en

Antonio fué vencido por Augusto, fundó éste

romanos que de

le

el

lugar en que

sucedieron, continuaron embelleciendo con suntuosos edificios

Los alejandrinos edificaron en honor de Tiberio

Egipto.

el

arrabal de Nicópolis, y los emperadores

Sebasteion, junto al gran puerto, en el sitio

de Cleopatra, que

la

mismo en que

ciudad de Trieste pretende poseer.

se levanta

la

capital

monumento llamado hoy la llamada Aguja

el

El otro obelisco, que durante largos

años yació derribado, háse de levantar en Londres, no habiendo llegado al Támesis sino después de una larga y peligrosa navegación del extraño buque que á este efecto se mandó

Pero ninguno de estos obeliscos tuvo nunca que ver cosa alguna con Cleopatra: tampoco que esta reina mandase levantar el Sebasteion en honor de César

construir.

no siendo

cierto

después del nacimiento de Cesarion. la sencilla la

El obelisco de que se trata ha tomado su nombre

razón de ser éste uno de los pocos de

memoria de

las

la

pol-

antigüedad que se han conservado en

generaciones posteriores, las cuales los han enlazado con las grandiosas

obras de tiempos que fueron. El famoso obelisco se sacó de

de compañero de

él

de

Sebasteion.

la

antigua Heliópolis (ciudad del Sol), para que sirviese

Mide ÍZ6 metros de

para siempre, pues Mahomed-Alí se

las orillas del

en

al

la la

Támesis, como en otro tiempo

Concordia de París. época

revistiendo de

magnifican

de

El rey Thutmosis

esplendor

del

Egipto,

altura y su

hermano, gemelo separado

lo regaló á los ingleses, se levantará

se levantó el obelisco de

III fué

mandó

una plancha de plata dorada de su nombre.

la

quien, en labrar

la

el siglo

un

Luksor en

xví ántes de Jesucristo,

llamada Aguja de Cleopatra,

cúspide de la

misma y

los jeroglíficos

la gloria

EGIPTO,

TOMO

I.

dia en

la plaza

8

que


ALEJANDRIA ANTIGUA

30

Estos monumentos, cuyo granito y planchas de oro pulimentado reflejaron en otro tiempo los rayos solares, estaban consagrados á Ra, dios del Sol. Junto al Sebasteion, delante do

cuyas puertas se levantaban, extendíanse bellísimos jardines y vastas columnatas adornadas de pinturas y estatuas. En una revuelta de los gentiles contra los cristianos, acaecida el

año 366, fue dicho

edificio pasto de las llamas: reedificóse

más

tarde, pero nos es imposible

consignar en qué circunstancias y por quién se llevó á cabo su definitiva ruina. Al presento un picapedrero tiene establecido allí su taller: el silbido de las locomotoras que recorren la

cercana

vi a

monumento

férrea de Ramleli,

que

los objetos

distrae

viajero

al

que

lo

examina:

el

obelisco, venerable

de un pasado que no existe, no produce efecto alguno, degradado le

rodean, y sólo contemplándolo desde

el

mar

como

está por

recobra su pintoresco atractivo

y recuerda la desvanecida grandeza de la ciudad griega.

La

vista de la

famosa columna de Pompevo nos traslada también á

emperadores romanos. Hállase situada

al suroeste

la

Alejandría de los

de la ciudad, y señala

el sitio

en

el

cual

se levantó el Serapeion en el punto de unión de la Necrópolis y el barrio egipcio de Rakotis.

No

era solamente

una divinidad ante

como

la

Serapeion

el

llevaron á Egipto, con

lo

el

el

templo consagrado á Serapis por los Tolomeos, que

propósito de que

el

pueblo mixto sobro

el

cual imperaban, tuviera

cual pudieran postrarse con idéntica devoción así la raza indígena

los representantes de la nacionalidad griega: era

también, val propio tiempo, uno de

Tenia diferentes anexos, y andando los años fue uno de los centros en que se alimentó el misticismo de las diferentes comunidades religiosas, por demás los centros del saber.

abundantes en Alejandría, en

la

época de los emperadores.

primer lugar después del Capitolio romano.

Por su magnificencia ocupaba

rodeaba: una ancha via, perfectamente pavimentada, permitía llegar en carruaje

le

el

Descollaba singularmente sobre todo cuanto

mismo, y una escalinata de cien peldaños, que se ensanchaban aproximaban á la base, facilitaba el ascenso á los pedestres. Llegábase del

al al

al pié

compás que se pórtico después

de haber pasado debajo de una cúpula que sostenian cuatro columnas y al cabo se llegaba al templo propiamente dicho, en el cual se veian obeliscos, fuentes, cámaras habitaciones subterráneas;

una

biblioteca

que

y volúmenes, y salas y columnas y aún desde el mar. La magnificencia de las

encerraba

gigantescas que se distinguían ya de léjos

300,000

pinturas y el brillo y esplendor de los metales preciosos y do la pedrería, deslumbraban las

atónitas

penetraba en la

miradas del espectador, que se sentía poseido de fervor piadoso en cuanto el

Sancta Sancionan, en

estatua de la divinidad.

el

cual, esculpida acaso por Rrvaxis, se ostentaba

Labrada de madera, desaparecia ésta completamente debajo de

planchas de ricos metales, que dispuestas con gran arte, de los pies á ceñía sus sienes veíase echado

el

la

cabeza la cubrían:

kalathos y á sus plantas, que con sus anillos rodeaba una culebra,

un Cancerbero con

triple

cabeza de león, de lobo y de perro. Merced á una

abertura hábilmente calculada, en medio de la senrí oscuridad del santuario, penetraba en interior del

en

mismo un rayo

los labios.

En

de luz que caia sobre la boca del dios, cual

tiempo de Marco Aurelio fué

el

Serapium presa de

si

el

quisiera besarlo

las llamas, salvándose


ALEJANDRIA ANTIGUA ^in

embargo

tiempo, con

la estatua

más

y

la biblioteca: lo destruido fué

esplendor

si

con todo reedificado

31 al

cabo de breve

cabe; pues Alejandría mostrábase orgullosa con llamarse ciudad

COLUMNA DE POMPEYO

de Serapis, y esta divinidad, como la egipcia en todas las del vastísimo imperio romano.

En

Isis,

había tenido sacerdotes y adoradores casi

tiempo de Aureliano (273 años después de Jesucristo), fué completamente destruido


ALEJANDRIA ANTIGUA

32 el

Bruchium y con

Museo: con

los edificios del

él

punto de reunión de

Más

gente docta.

la

tempranas y hondas raíces en Egipto, amenazó promulgado su edicto contra las imágenes de

cristianismo,

el

Nada más sorprendente que

la

Teodosio hubo y en cuanto paganas, dheofilo, arzobispo

las divinidades

mismo, disponiéndose

ejecución del

la

demolición del Serapium, y con ella

la

de la estatua de

la

el

cuerpo sagrado de

divinidad, cielos y tierra saltarían de su asiento:

la

por

ella

empuñando una poderosa hacha de armas. La sangre

temerario.

la

cristianos

no

las

todas

tenían

no

faltó, sin

muchedumbre

consigo viendo

uno de

y como

el

los

decisión

del

la

un tremendo

estampido del trueno, ni conmovió

el

valiente continuara descargando

la estatua, precipitáronla al

suelo los

como

la tierra el si tal

cosa.

hachazo tras hachazo, á cada

planchas, y deshechos en astillas los

volaban á pedazos las metálicas

los cuales

miembros de

venas de

abrió los ojos y aguzó el oido, ni vio que cruzara el firmamento

fragor del terremoto, y en cambio el sol continuó brillando tan tranquilo lo cual,

embargo,

de la estatua que vino al suelo con tremendo estrépito: pero por

el rostro

relámpago alguno, ni escuchó retumbar

Por todo

mismos que ántes temblaban de pavura,

por las calles con grande algazara, hasta dar con y echándole una soga, arrastráronla

en

el

Anfiteatro, donde

De

aquella

derribados por

la

suelo,

ella

arrojaron á las llamas.

nada más queda que rotos fragmentos que yacen

fábrica suntuosísima el

la

,

se heló en las

Éste, en cambio, no bien se halló á conveniente altura asestó

hachazo contra

más que

los

pueblo

una escalera y trepar

del valor indispensable para arrimar á la estatua

espectadores y hasta

el

sacrilega osara ponerse sobre el

mano

creencia de que en

un soldado dotado

divinidad.

la

Abrigaba

historia de semejante destrucción.

punto y hora en que una

Serapium en

el

que había echado

del dios:

el culto

de Alejandría, procedió con frenético entusiasmo á

en consecuencia

motivo convirtióse

este

adelante

y

la

célebre

columna de Pompeyo que

se

mantiene erguida en

medio de tanta ruina. Las tumbas y sepulcros de un cementerio árabe cubren hoy el terreno en que se levantara el magnífico edificio, y los que con duelo en el corazón y palmas en las manos visitan el lugar donde reposan sus deudos y amigos, comunicándose mútuamente el

pesar que embarga sus corazones,

no paran mientes en

los

que sus suspiros

ecos

despiertan, los cuales repiten una vez y otra que todo es perecedero sobre la superficie de la tierra.

de Pompeyo, postrer testigo de

La columna

v solitaria sobre

el

la

cultura clásica, dibújase

aún enhiesta

fondo azul del firmamento: las injurias del tiempo apenas han hecho

mella en las diferentes partes que

la

constituyen

,

pudiendo decirse que es

la

única obra de

gusto genuinamente griego, cuya grandeza puede competir con los titánicos trabajos de

época de los faraones, proporción.

Labrada en

sobre que apea y

el

con ser

un acabado modelo

sienita, ó granito rojo de la

capitel corintio

;

la

una verdadera obra maestra de

primera catarata, con

el

zócalo cuadrado

medio destruido, ó acaso nunca terminado que forma ,

su remate, y que en otro tiempo sirvió de pedestal á una estatua; mide 31’8 metros, debiendo su nombre no al gran Pompeyo que en virtud de orden dictada por su pupilo Tolomeo fué sacrificado en las playas egipcias, sino á

un

prefecto

romano

del propio

nombre, que según


EGIPTO,

TOMO

9 I



ALEJANDRIA ANTIGUA expíela

la inscripción

Dioeleeiano,

que en

la

35

misma campea, mandóla

en honor del emperador

erigir

Genio tutelar de la ciudad, para demostrarle su gratitud por

el

el trigo

con que

socorriera á los de Alejandría.

Otio

monumento

levantaron los alejandrinos en obsequio del propio emperador:

de bronce de un caballo,

al

la

cual tenían con efecto porqué mostrarse agradecidos.

estatua

Un

tal

Aquileo &e alzó en rebelión, proclamándose emperador contra Dioeleeiano: los alejandrinos se pusieron de su parte el legítimo emperador vióse precisado á poner sitio á la ciudad de la :

,

cual sólo logró apoderarse al cabo de ocho meses, y cuando habia muerto ya Aquileo. Para castigar á los rebeldes ordenó el César que se fueran degollando vencidos hasta tanto que su

sangie

llegara

á las

adelantó montado dio

un

corvas

de

su

lugar del suplicio

al

en rigor cumplida: púsose término perpetuar sus sentimientos de

en tiempo de Caracalla. alejandrinos;

mas como

la

los

las rodillas.

al degüello,

la

matanza;

el caballo

La

emperador se

el

un cadáver,

á la vista de

sentencia del emperador quedaba

los alejandrinos, agradecidos, quisieron

y

Xo

manera que dejamos consignada.

escaparon tan bien

Éste fué perfectamente recibido y soberbiamente festejado por los llegaran á sus oidos ciertos cueniecillos y chistes epigramáticos

que contra su persona se permitieron

dominaba, invitó á

mas asustándose

manchó de sangre

bote, cayó, y se

Comenzóse

caballo. ;

los

ancianos á un

magnates de

la ciudad,

disimulando

reunió á los jóvenes en

festín;

la ira

que

le

Gimnasio; y

el

haciéndolos atacar traidoramente, no se dió por satisfecho hasta después de tres dias de

saqueo y de matanza. La sangre enrojeció las aguas del puerto, y el número de las víctimas fué tal, que no atreviéndose el emperador á revelárselo al Senado, en la misiva que le remitió dándole cuenta del hecho, limitábase á decirle, con falaz hipocresía, que habia pasado aquellos dias en ejercicios de devoción, habiendo ofrecido en ellos á los dioses sacrificios de

hombres con

las víctimas ordinarias.

Después hizo construir á

No

dejaron recuerdos tan

Césares.

desagradables

Adriano se dignó discutir con

gratitud con las frases

más

las

visitas

la

propia

flor era

mano en

producto de la sangre de un león el

ciudad una

le

demostraron por

lisonjeras, haciéndole el poeta Pancrates presente de

de loto, roja, de singular rareza, acompañada de una dedicatoria, en

que dicha

la

obediencia pasiva.

hechas anteriormente por otros

Museo, que

los sabios del

de

lo largo

robusta muralla provista de torres, á fin de reducir á los habitantes á

desierto de Libia.

,

la cual se

que habia muerto

el

ello

una

su

flor

consignaba:

emperador por su

Cierto que por aquel tiempo las plazas del

Museo

habíanse convertido en verdaderas prebendas, que disfrutaban por punto general individualidades indignas, sin otros méritos que el ser rebuscadores de curiosidades ó negociantes

en fruslerías; mas mérito como

el

al

lado de ellas se encontraban también algunos

gramático

Apolonio

sistema planetario prevaleció durante

que en

el

Díscolo,

más

y

el

de mil años, lo

musulmán. Ni desaparecieron completamente

de manera que Alejandría continuó siendo

Ateneo, por

lo

mismo que sus

astrónomo

el

hombres de verdadero

Claudio

mismo en

el

Tolomeo, cuvo

mundo

cristiano

los doctos en los tiempos posteriores;

lugar apropiado para

el

florecimiento

del

individuos estaban al corriente de todas las agudezas y de


ALEJANDRIA ANTIGUA

36

todas las anécdotas de

la

mismo causar sorpresa alguna

antigüedad, no debiendo por lo

que un hombre tan ingenioso y tan profundo conocedor del corazón humano cómo era Luciano, encontrara en él pasto abundante para cultivar su vena satírica.

el

La vida

del espíritu circuló, pues, potente y vigorosa hasta por las venas de los últimos

alejandrinos, pudiendo decirse que

sol de

el

helénica, sedienta siempre de innovaciones, políticas

v

vertiginoso

sociales;

de

el

espíritu

riquezas;

la

de

aquí con mayor rapidez:

latía

de

la

lozanía

movilidad

degeneró en afan insaciable de revoluciones

empresa, en audaz temeridad;

agudeza

pompa y

Egipto hace desarrollar con

cuanto es capaz de crecimiento. La sangre griega

ingenio,

manía

en

en afan

actividad,

la

para

irresistible

la

satira

desvergonzada y liviana, que no pocas veces fue castigada sangrientamente. A pesar de esto las fuentes de la riqueza pública, incesantemente puestas á prueba por sus señores, en especial por los orillas del

Y

sin

romanos, parecían verdaderamente inagotables, hasta

Tíber se pretendía que los alejandrinos poseían

embargo nada había de extraordinario en

como en Occidente,

del Nilo. procedía de sus fabricas: las

punto de que en las

esta riqueza extraordinaria. Disponían para la

exportación de los variados productos del Egipto, verdadero granero de papel se consumía así en Oriente

el

secreto de fabricar el oro.

el

el

la

antigüedad: cuanto

cual se fabricaba con

mercancías del África

interior, tales

el

como

papiros marfil,

ébano, plumas de avestruz, y pintadas pieles de bestias feroces desembarcábanse en el puerto interior del lago Mareótico, desde el cual, ora eran trasladadas en buques por el canal, al

puerto de Eunosto, ora por tierra conducidas

al

mercado

del

Gran Puerto. El comercio

Arabia, riquísima en aromas y especias; con las costas de los Somalí; con Ceylan; con con los puertos del Malabar y de la India, de donde procedían los preciados artículos por los cuales daban los caprichosos romanos cantidades fabulosas, proporcionaban ganancias la

por demás pingües á aquellos activos é inteligentes mercaderes. Lo que mayor estima tenia eran los diamantes; en pos de ellos apreciábanse las perlas: la seda se pagaba á peso de de oro. En la época en que eran las noches más largas abandonaban las flotas las aguas

Mvos-Hormos en

el

Mar

Rojo, para no volver hasta

el

mes

de diciembre: desembarcaban

mercancías en Bereniee, y por medio de convoyes de acémilas las trasladaban á Koptos á orillas del Nilo. v desde dicho punto, en buques, á lo largo del rio, á Alejandría, en cuya las

ciudad esperaban su llegada comerciantes de todos los países y especialmente de El movimiento comercial en los puertos del lago Mareótico era superior los puertos

á

la

marítimos, pues en aquellos

la

exportación excedía en

al

Roma.

que se hacia por

mucho en

valor y cantidad

importación.

Ni era menor

ni

ménos productiva

la actividad industrial.

De

ella

podemos formarnos

idea por una carta que durante su permanencia en Alejandría escribió Adriano á Serviano,

en

la

cual se encuentran datos de gran importancia.

Por

la

misma venimos en conocimiento

de que los cristianos, que no sabia distinguir aún de los adoradores de Serapis, empezaban Después, trazando un fiel retrato de la actividad de los á ejercer gran influencia. alejandrinos, á los cuales pinta

el

emperador como un pueblo

ligero,

frívolo,

amigo

del


37

ALEJANDRIA ANTIGUA regodeo, pendenciero, insustancial y maldiciente, añade:

Ȏ industriosa: todo

el

»allá se teje el lino.

»así

mundo

Todo aquí

como hay pedicuros y

se convierte en industria,

quiragristas

,

al dios

Mammón

1 ,

mas

oficio; }

Aquí no

se presta culto á otra divinidad

por igual judíos y cristianos. Lástima grande que degradada: sin ello, por su importancia y su grandeza,

digna de figurar como capital de todo

menos fundada que sus

se elabora el papel:

al cual sacrifican

»esta ciudad se halle tan corrompida y » seria

allí

no hay quien no tenga

encuéntranse también ciegos y gotosos que ganan su

» subsistencia en el ejercicio de tal ó cual ocupación.

»que

«La

trabaja: aquí se fabrica el vidrio:

ciudad de Alejandría es rica

Con razón

elogios.

el

Egipto.» La censura del emperador no es

dice, pues,

Gibbon de

los alejandrinos,

que

NOCHE Á ORILLAS DEL MAR ROJO

unian

la

vanidad y versatilidad helénicas á

la

superstición y terquedad

propias de los

egipcios.

Con

ocasiones gozó la ciudad el posterioridad á los primeros Tolomeos, en contadas mas con la difusión del cristianismo desapareció por completo,

beneficio de la paz interior;

revuelta ó conmoción popular en aquel pueblo abigarrado y va que para determinar una por su mano una venganza cruel é implacable, eran motivo tomar á di-puerto siempre en los artículos de primera necesidad, la omisión de un poderoso una pasajera escasez que de derecho le era debido, una falta de lo que podríamos llamar saludo á quien juzgaba en los baños públicos, ó una simple disputa sobre asuntos religiosos.

cuestión de etiqueta

1

Voz

riqueza* dinero. siriaca que significa

EGIPTO,

TOMO

(

N. del T. ,

^ I-


ALEJANDRIA ANTIGUA

38

Con

más aún

sorprende

tales antecedentes

lo

que adelantó en

todos los ramos de la industria este pueblo impresionable

,

tornadizo *

y supersticioso. Y cuenta que no hablamos aquí de los prodigios de mecánica que en la paz del Museo llevaron á cabo un Ivtesibio v un Heron

construyendo

licos

autómatas, complicados

ingeniosos

clepsidras ó relojes de agua,

bombas

inapetentes, órganos hidráu-

v otros mecanismos á estos parecidos.

llegó á serles conocida la fuerza del vapor

gozaban merecida fama en todo las groseras

mantas para

que avaloraban

artísticos

el

mundo

Prescindiendo de que

como

potencia mecánica,

sus diversos tejidos, desde

los caballos, hasta los preciosos tapices

bordados representando figuras y paisajes;

desde los finísimos tejidos de algodón, hasta las ricas estofas de sedería, de los

más

El arte de las construcciones

vivos colores.

navales habia llegado en sus

manos

al

colmo de

la perfección

:

i

los

carruajes de lujo, de los cuales se servian los alejandrinos en sus

paseos por

el

interior de la ciudad,

mismo que sus obras

thuya con piés de marfil, por sestercios,

No

gozaban fama universal,

de tablajería.

lo

Mesa hubo, de madera de

la cual se

pagaron hasta 1.400,000

que equivalen á 237,500 pesetas de nuestra moneda.

tenian rival en

el

arte de cincelar los metales, así viles

como

preciosos, pudiendo asegurarse que entre los camafeos que nos ha

legado

la

antigüedad, ningunos son

de fábrica alejandrina. lujo, llegaron

En

más

bellos que los procedentes

joyería, en orfebrería,

donde nadie hasta

ellos.

en armería de

Lo mismo puede

VASO EGIPCIO

decirse,

i

JOYA CON LOS RETRATOS DE TOLOMEO FILADELFO Y

DE ARSINOE, HIJA DE LISÍMACO

t


39

ALEJANDRIA ANTIGUA y más aún

si

cabe, en

el arte

de fabricar

el

vidrio que los italianos tomaron de los de

Alejandría: pues labraban espejos, vidrieras, mosaicos de variados colores

fueron ya conocidos por los egipcios

,

y

artísticos vasos de cristal

,

por medio de graciosas formas y elegantes motivos de ornamentación. dejando para más adelante el ocuparnos de los escultores egipcios,

Y

( millefiori),

que

que procuraban embellecer

así

como de

la

daremos aquí punto á nuestra rápida excursión por la Alejandría pagana, magnífico sepulcro del grande conquistador que al fundarla le legó su nombre.

fabricación del papiro,




G

I

PT O

Las pirámides de Giséh


MUCHACHA COPTA

EGIPTO,

TCMO

I.

1


i

i

! .

i

\ \ -

•%

*


ALEJANDRÍA MODERNA mediados

del sigdo anterior, el viajero

que visitaba por vez primera jandría, comparábala á al

la

un huérfano

más hubiese quedado

cual nada

Norder

ciudad de Aledesvalido, del pingüe

patrimonio de su padre, que un nombre ilustre.

Al presente

el

que aporta á esta rada donde

pululan los vapores de todos los países, con-

templando

las

inmensas construcciones de

puertos nuevos; los

el

los

magnífico barrio franco

lujosos carruajes

y

que' durante la tarde,

se dirigen al campo, saliendo por la puerta de Roseta, antiguamente puerta Kanópica, acaso calificara de inexacta,

Y

por no decir dura,

la calificación,

vez se sentiría inclinado á sospechar que

el pobre huérfano, además del nombre, logró conservar no poco de la herencia de su acaudalado padre. sin embargo,

Y

Norden

tenia

razón: en su tiempo la ciudad contaba

escasamente por centenares,

el

número de habitantes

que en otros siglos había contado por miles:

el comercio único de los puertos en que los europeos estaban autorizados para anclar, ofrecía tan pocas condiciones de seguridad, y se hallaba por otra parte tan descuidado, que habiendo sobrevenido un mediano temporal, en la época en que Volney

decrecía de un día para otro:

visitó el Egipto, hieiéronse

el

pedazos contra los muros de los muelles

más

de veinte buques',


ALEJANDRIA MODERNA

44

=iendo

común

puerto por el

primera.

vez

barcos penetraban en de embarrancar, cuantos

peligro que corrían

el

nombre de Puerto

En

cuanto

al

otro, precisamente

el

que hoy se conoce con

el

tenían el privilegio de fondear, estaba Viejo, en el cual sólo los turcos á la proverbial incuria musulmana que gracias lejano,

llamado & cegarse en un porvenir no consentía á.los capitanes arrojar en

El estado de

agua potable,

si

la

en

él el lastre.

de todo, carecía hasta de población era tan miserable, que por carecer llenado el canal que lo época de la inundación del Nilo no se había la

en su mercado Las casas eran bajas y de mezquina apariencia: ciertos panes redondo» de acopios escasos dátiles de puestos y no se veian más que contados montones de escombros á tortas: las calles veíanse obstruidas por y achatados semejantes buho del graznido el noche y el aullar de los la el silencio de y de basura: turbaban podían encontrarse media docena de chacales: y en las abandonadas murallas apenas si Alejandría, en otros tiempos tan cañones en estado de prestar servicio. La ciudad de al comenzar el presente siglo. Al consunción miseria de perecía poderosa, pujante y y recobrado aquella su salud y su presente, en que éste ha entrado en su último cuarto, ha

enlazaba con la ciudad.

,

un enfermo que convalece

robustez: cierto que es un enfermo aún; pero es

y con gran rapidez. Examinemos ahora el árbol lozano,

sin alternativas

de circunstancias que influyeron en que perdiera sus flores

la serie

para que brotaran las que hoy ostenta. y cuáles han sobrevenido

Ya

en

primero después del nacimiento del Salvador,

siglo

el

difundióse rápidamente

Xo

Alejandría.

el

predicó en dichas regiones se

antigüedad

la

la

,

el

el valle

del Xilo y por

evangelista San

Marcos

nueva doctrina, para cuya aceptación

más bien

hallaban los egipcios

alguno de

cristianismo por

quien dice que

falta

por

lo

dispuestos que

otro

pueblo

mismo que desde épocas remo-

tísimas habíanse acostumbrado á conceder importancia principalí-

sima á

los

asuntos de

la

muerte considerando

la tierra

como mera

,

pasada, y como morada verdaderamente que existe más allá. Los iniciados de entre los

hospedería ó lugar de

digna del hombre,

lo

sacerdotes, veneraban al Dios Único que manifestaban al pueblo I

bajo

nombres y formas múltiples. Simbolizaban el curso de la medio de un mito bellísimo, cuyo héroe triunfaba de

existencia por isis

cox nono

amamantando

de Isis la muerte, de las tinieblas y del pecado: sus imágenes á su tierno hijo Horo, constituyen las primeras representaciones conocidas penitencia, ni sus obras eran para ellos cosa

Nulo:

ni

la

nueva ó desconocida; tanto que en

la

misma

de una Madre de Dios con

el

dependientes del templo de Serapis

,

en

Alejandría encontrábanse aisladas celdas,

las cuales piadosos

solitarios

desencantados del

vida y sus placeres; y un satírico romano hace blanco de sus burlas á las devotas de Isis, que cumplían, sin replicar, las penitencias

mundo, encerrábanse huyendo

la batalla

de

la


ALEJANDRIA MODERNA

45

impuestas por los sacerdotes, aunque fuesen éstas tan duras como sumergirse en

en medio de

los rigores del invierno, para

embargo, semejante docilidad, que tan ridicula poderosísimo para que

israelita

en

existente

mosáico de

la

la

la

Buena Nueva, sazonado

ciudad de Alejandro,

gentil, era

sin

elemento

por

numerosa comunidad

terreno en la lo

mismo que

el

deismo

inflexible

maridaje

feliz

la griega, y no usado por sus maestros los griegos. Fundióse,

que se entregaran sus jefes espirituales, educados á

hablando ni escribiendo otro idioma que en

romano

colonia hebrea, habíase paulatinamente relajado merced á las investigaciones

filosófico—religiosas á

pues,

pareció al

cristianismo hiciera no pocos prosélitos en las márgenes del

el

También encontró

Nilo.

le

Y,

faltas de sensualidad.

purgar veniales

Nilo

el

la

el

Oriente

de

religión

con

la

occidental:

filosofía

la

nueva

doctrina, procedente de la Palestina, fué acogida en las márgenes del Nilo con los brazos abiertos, y sus fugitivas tradiciones, llegadas á Alejandría, la ciudad de los filósofos pensadores y de los intérpretes, sostenedores del método, fueron vaciadas en un molde definitivo y establecidas sobre fundamentos tan sólidos, que el mismo Occidente se dejó vencer por

su encanto, persuadido de que no cabia en manera alguna

Puede

decirse, pues, que el cristianismo nacido

la refutación.

en Palestina, tuvo en Alejandría su

educación v desenvolvimiento.

No tenemos

porqué

tremendas batallas que

referir las

dría debió reñir con sus señores paganos: cristianos, conócense en la historia con el

los

católica, sufrieron su suplicio en Alejandría.

v

si

mueve

comunidad

nombre de época de

de los que vertieron su sangre para dar testimonio de su

el cristianismo á la

la

dias de persecución

fe

en

cristiana de Alejan-

que atravesaron los

los mártires; las

y más de uno

verdades de la Iglesia

Justo es consignar, sin embargo, que elevado

dignidad de religión de Estado, tuvo también sus mártires

á compasión la dulce figura de santa Catalina, no

el

paganismo;

conmueve menos

de la

la

cándida poetisa griega Hypatia, muerta á palos por los fanáticos monjes que obedecieron ciegos las órdenes del obispo Cirilo.

Ya

en

el

siglo tercero el patriarca

iglesia dedicada á la

Virgen María.

vanamente para devolver á

los

Theonas, juzgó conveniente consagrar en

En

dioses

cuarto,

el el

lugar

muerto

el

que ántes ocuparan,

se sometió al cristianismo; empero la doctrina de paz del Salvador del

á calmar el

ardor

el espíritu

de

su

ella

una

apóstata Juliano, que trabajara el

Egipto

mundo no

entero

fué bastante

turbulento y levantisco del abigarrado pueblo alejandrino, ni á enfriar

sangre

bullidora.

El

instinto

comercial

de

aquellos

ciudadanos

tan

impresionables y tan propensos á arrebatarse, falto de objetivo, encontró en el terreno de la fe asunto apropiado para nuevas perturbaciones; y así como en otros tiempos se lanzaban

á la calle con fútiles pretextos y por cuestiones de no nada, cuando se trató de discutir sobre opiniones dogmáticas, empuñaron las armas con el mismo ardimiento y con idéntica decisión.

No

emplearan en

faltaban en la ciudad razonadores, críticos, rebuscadores de palabras que se la

obra de analizar y discutir le naturaleza de Cristo, á la manera que en exámen detenido y minucioso los sistemas filosóficos, las

otro tiempo habian sometido á EGIPTO, TOMO I.

12


ALEJANDRIA MODERNA

4o

ofrece este pueblo,

Espectáculo al par sublime y lamentable, el que incontrovertible hasta qué punto en ya que demuestra de una manera

aquel tiempo estaba

la

históricos. formas gramaticales y los datos

De

tales

vida penetrada y

controversias las

más

como poseida

del sentimiento religioso.

célebres é importantes, las que

más

trascendentales

cuestión encaminada á averiguar si Jesús consecuencias encerraban fueron las relativas á la substancia; si debía creerse en dos naturalezas en Cristo, era semejante ó igual á Dios en creencia en una sola naturaleza, defendida por Eutiques, ó bien en una sola, la divina. La do Alejandría , y por todos sus diocesanos, peí o fue patriarca Dióscoro, por adoptada fué

COPTO

anatematizada por herética en

dominaban entonces combatieron

el

el

el

concilio de Calcedonia.

Los emperadores de Bizancio que

Egipto, y se habian sometido á las decisiones del concilio indicado,

error de la doctrina monofisita

,

es decir, de los que veian

una

sola naturaleza

en Cristo: pero los egipcios se aferraron en su creencia, y no contentos con esto todavía, motejaron á los partidarios de la fe ortodoxa llamándolos melikitas, como si dijéramos «criados del rey.»

nombre de Coptos

Al presente

los cristianos egipcios, indígenas,

ó Koptos, continúan perteneciendo á la

Los funcionarios públicos y

que conocemos con

el

comunión monofisita.

las tropas del César ortodoxo trataron

con gran dureza á los

súbditos heterodoxos: éstos se opusieron al cambio y deposición de sus obispos y de aquí




ALEJANDRIA MODERNA

49

resultaran combates sangrientos, de que fueron teatro las calles, en los cuales los legionarios solían

llevar

mejor parte, resultando de

la

ellos

diezmada

población de Alejandría.

la

Encerraba ésta por aquel tiempo un nuevo elemento de discordia, no menos turbulento y dispuesto á arriesgar la existencia en defensa de sus creencias: tal era el verdadero ejército de monjes y anacoretas procedentes de todas las regiones del Egipto, que. desde fines del siglo cuarto, era el país

más abundante en conventos y monasterios.

Podría imaginarse en vista de religioso había cedido su puesto,

menos que

lo

expuesto, que en la época que nos ocupa,

en

la

comunidad

cristiana, á la

manía

el

principio

dogma. Nada

del

que hay es, quedos historiadores contemporáneos á quienes tan vasto asunto ofrecían para su narración las grandiosas fundaciones y conversiones: los mártires; las visiones y las luchas en defensa de la fe, sostenidas con la palabra y con la espada, no esto: lo

tuvieron en sus libros espacio suficiente para describir la vida interior de la casa y de la familia cristiana, ó para pintarnos la condición del eremita y del penitente que sometían

su cuerpo á todas las privaciones, se abandonaban á todas las exaltaciones del espíritu,

buscaban en

calma y en

la

la rectitud

de su conciencia

la

salvación del

alma v su redención «J

y con frecuencia daban al mundo adiós eterno para hundirse en las soledades del yermo, abandonando sus riquezas á los indigentes, puesto el pensamiento en ganar el

en

la otra vida,

paraíso celestial á fuerza de plegarias y mortificaciones.

La ortodoxa Roma; pues no

Bizancio fué

más

fatal

para Alejandría de

sólo exigió de sus ciudadanos

que

le

lo

que

lo

había sido

la

pagana

dieran sus vidas v sus haciendas, sino '

*j

que procuró sustituirla literario

que constituyera

como el

más

centro

científico

del

mundo, y despojarla

preciado de sus títulos de gloria.

en Alejandría habían vivido en tiempo de nismo: Clemente, Atanasio, Orígenes; mas

los Césares, las la

esplendor

del

Sin hablar de los paganos,

mayores lumbreras

del cristia-

vida del espíritu y la aspiración á las elevadas

regiones del pensamiento fueron extinguiéndose paulatinamente.

Todas

las

calamidades pesaron sobre

la

ciudad de Alejandro. Las guarniciones bizantinas,

sobrado escasas para hacer frente á las acometidas de las tribus del desierto, no podían impedir las depredaciones provenientes de su ingénita rapacidad, en tanto que los gobermás atentos á su propio interés que al del país que les estaba encomendado, tenian

nadores,

abandonados todos en

los servicios, especialmente el riego, de lo cual resultó notable

y como consecuencia precisa, reducción en industrial. Para colmo de males presentóse

las cosechas,

completa. en la

desnudez: vino

la

peste

en pos de

alzamientos de las clases menesterosas

la el

hambre en toda su espantosa

y como resultado de la misma sediciones v exasperadas por las privaciones contra las familias

ella, ,

acomodadas. Ni eran muchas en número

.

las

que habían logrado conservar

al cristianismo,

patrimonio

el

de sus mayores: entre ellas debe hacerse, sin embargo, especial mención de

Urbib, convertido

disminución

vida mercantil y paralización

la del

judío

que con liberalidad de príncipe mitigó con su fortuna los

padecimientos de sus compatricios.

Según dejamos expuesto, de Bizancio, EGIPTO,

TOMO

I.

es decir, de los melilotas, tenian recibidos los T

^


)

ALEJANDRIA MODERNA

50

o e inva sorprendernos pues, que habiendo alejandrinos los mayores agravios: no debe una de las huestes que Mahoma, de muerte la de después tiempo valle del Nllo, poco >

egipcios, el conquistador los enseña del Profeta, hicieran causa común con se sometieran al general Benjamín, obispo su de consejo el siguiendo que eran monofisitas, y denominación griega. del Califa, para poner término á la odiada quien el Egipto, Mukaukas, fue El gobernador que en nombre del César administraba escrito por el emperador le reconviniera por dio mal ejemplo á sus correligionarios; y como siquiera conducir contra haberse sometido á pagar tributo al vencedor, sin haber intentado disponía, contestóle con el que de hombres mil cien los á batalla, darles para árabes, los

tremolaban

la

estos árabes, vive Dios, con ser pocos, valen

mayor cinismo: «Porque

»que nosotros con ser muchos: porque cada uno de »pues buscan ajustó con

la

el

egipcio; pero

muerte que tienen en más que

vale por ciento de nosotros,

En

virtud del tratado de paz que

la vida. »

general del Califa, obligóse á pagar dos denares

con

mas y pueden más

ellos

1

cada

de capitación poi

con condición expresa de que en adelante no podia haber paz

la

lors

propiedades declaiadas griegos, en tanto no se hallaran todos reducidos á esclavitud, y sus única considei ación la decía, ésta, era que ya presa, buena tal botin de guerra y como obstante título merecían. Cumple consignar, sin embargo, que los griegos, no vergonzosa defección de los coptos, opusieron valerosa resistencia, singularmente en Alejandría que se hallaba defendida por una robusta muralla flanqueada de torres que se

que á justo la

Pero

protegían mútuamente.

Moharram

del

la

al

cabo

ciudad cayó en poder de los arabes

la

el sitio

de

la

ciudad

Entre

deramente sorprendentes por

lo

elevadas

israelitas

mil judíos que escaparon de

y doscientos mil griegos: cifras verda-

no siéndolo ménos

,

de algunos egipcios ricos de aquella época.

haber revelado á

1.

tocara á su término, contaba todavía seiscientos mil habitantes.

que sobrevivieron habia cuarenta mil

la fortuna

el

Hegira (10 de Diciembre del año 611).

las crónicas la población, sin contar setenta

Según

ántes de que los

año 20 de

sumas que

constituían

copto, á quien se acusa de

puntos débiles de las posiciones musulmanas, se dice que

los griegos los

poseia trece millones de denares

las de las

De un

;

siendo de doce millones de

la

propia

moneda

la

fortuna

de otro llamado Petras.

En

lo

vencidos.

que no cabe dudar es en que Amr, general del

La

Alejandría,

especie, repetida hasta la saciedad, de

fueron

calentados,

«Ó

posterior;

con moderación á los

los cuatro mil

se hallan en contradicción con

caso son perjudiciales, ó de acuerdo con

muy

Califa, trató

baños públicos de

durante seis meses consecutivos, con los libros de

bibliotecas, por haber dicho Ornar:

de época

que

pues cuando

la

el

mismo, y por tanto

el

Coran y en

inútiles,» es

una

sus este

tradición

ciudad fué tomada por los árabes, hacia ya

mucho

tiempo que las grandes bibliotecas públicas estaban deshechas, por haber sido trasladados á Constantinopla los libros

De denarius, monedilla de

moneda.

(

N. del T.

oro,

más

preciosos.

que valia 25 denarios de plata ó 100 sestercios, y tenia un valor equivalente a 24 reales de nuestra


ALEJANDRIA MODERNA

51

Constantino ántes de resignarse á la pérdida completa de Egipto y Alejandría, intentó un último esfuerzo, enviando una flota á la embocadura del Nilo. No falta quien sostiene

qne los griegos

la

reclamaron á consecuencia de haber contestado

magistrado de una de

las ciudades,

Amr

que preguntaba á cuánto ascendería

lo

siguiente, al

la capitación

que

PATIO DE OXA CASA EGIPCIA DEL TIEMPO DE LOS CALIFAS

se Ies exigía. »iglesia,

«Aun cuando me

dieras, dijo

Amr,

un monton de monedas de oro que desde

indicándole

una de

las

paredes de una

los cimientos se elevara hasta el techo,

»no diría basta. Vosotros sois nuestro tesoro: cuando necesitamos mucho dinero tomamos »mucho; cuando hemos? menester poco, tomamos poco.» Trabóse, pues, la pelea cerca de Nakjus, y aun cuando

el

árabe alcanzó

la victoria,

sólo fue después de haber vertido


ALEJANDRIA MODERNA

51

Constantino ántes de resignarse á la pérdida completa de Egipto y Alejandría, intentó un último esfuerzo, enviando una flota á la embocadura del Nilo. No falta quien sostiene

qne los griegos

la

reclamaron á consecuencia de haber contestado

magistrado de una de

las ciudades,

Amr

que preguntaba á cuánto ascendería

lo

siguiente, al

la capitación

que

PATIO DE OXA CASA EGIPCIA DEL TIEMPO DE LOS CALIFAS

se Ies exigía. »iglesia,

«Aun cuando me

dieras, dijo

Amr,

un monton de monedas de oro que desde

indicándole

una de

las

paredes de una

los cimientos se elevara hasta el techo,

»no diría basta. Vosotros sois nuestro tesoro: cuando necesitamos mucho dinero tomamos »mucho; cuando hemos? menester poco, tomamos poco.» Trabóse, pues, la pelea cerca de Nakjus, y aun cuando

el

árabe alcanzó

la victoria,

sólo fue después de haber vertido


ALEJANDRIA MODERNA

52

de la ciudad, cuyos

apoderarse no poca sangre; mas al cabo logré hecho, de dejar para cumplir el juramento que tenia

como

vil prostituta.

casa de

Desde aquel momento en

él

muros mandé derrabar

lados á Alejandría accesible por todos

el

^ los árabes, penetran o Egipto quedó completamente sometido á

profundamente en aquel una nueva cultura que, arraigando

suelo, creció y desarrollóse

con gran rapidez.

.

del Islam tiempo brevísimo que invertieron los sectarios pocas fueron no que Cierto característicos del país conquistado.

Causa verdadera maravilla ver en asimilarse

los

elementos

el

su antigua fe con una obstinación comunidades coptas que permanecieron fieles á escasas las que adoptaron las máximas verdaderamente egipcia; pero tampoco fueron cenobios y las capillas, y los esbeltos alminares religiosas del Profeta. Cayeron con esto los

las

que ostentaban

la

brevemente por comercio y

la

de Europa los de

tal

media luna, descollaron sobre

los países

difundiéndose

las enhiestas torres cristianas, el arte y robusta vida:

musulmanes una nueva

la ciencia, el

y

á influir en el modo de ser industria cobraron nueva animación, llegando aquella civilización original, grandes progresos realizados en esa época por efectos se sienten

manera que sus

envidiable privilegio de marchar á

aún hoy

dia.

Cupo una vez más

al

Egipto

el

concercabeza de las otras naciones orientales, en lo Alejandría el espíritu; siquiera no fuese ya la ciudad de

la

niente á los fines más elevados del su poder. centro donde se encontraban su fuerza y de Amr (Fostat) había brotado tienda la rodeó que campamento

el

Cairo,

Del

y Omar

á su juicio la turbulenta colonia griega impropia habla pronunciado su sentencia contra por los califas, nombrados valíes Los Egipto. de señor un la residencia de

para constituir

y aún

los califas

mismos, establecieron, pues, su córte en

desde aquel lugar de descanso las caravanas que

momento

el Cairo,

y en

el

Cairo teman

se consagraran al comercio de

del comercio Alejandría, sin embargo, continuó siendo el imperio

Oriente y de Occidente.

los nuevos mercados árabes, y los puertos del marítimo del Norte y del Mediodía, siquiera que en poco tiempo habían alcanzado Venecia, Genova y Mediterráneo, especialmente

grandísima importancia,

en

los beneficios.

le

adjudicara arrebataran la parte del león, que hasta entonces se encontró se cual lo con Esperanza, Buena de el cabo

Doblado más tarde

americano, disminuyó en gran y descubierto el continente buques que frecuentaban sus puertos semi destruidos, y los otro la insolente nobleza mamelucá, después de la beyes de Turquía por un lado, y por imperio otomano, la redujeron á tal 'extremo, que era incorporación del Egipto al vastísimo

nuevo camino para

manera

el

sólo pálida

las Indias,

número de

sombra de

los

lo

que fue en otros siglos, cuando desembarcó en

ella

el

ejército

de las Pirámides la importante victoria que le hizo francés. Bonaparte alcanzó delante francesa cerca de las riberas dueño del Egipto, y Nelson destruyó la poderosa escuadra Aboukir. orientales de dominación francesa, con tan buenos Conocidos son los hechos de la breve época de la auspicios

comenzada,

como desgraciadamente concluida.

Aun

así

fué

de

provechosos


ALEJANDRIA MODERNA resultados; pues no sólo la

empujó por nuevos senderos

53

los destinos de Egipto, sino

que llamó

atención de los sabios de la culta Europa sobre la antigua patria de los faraones, y

sobre los

monumentos gigantescos que, contando numerosos

siglos de existencia, podían

proporcionar elementos valiosísimos para estudiar bajo todos sus aspectos, en todas sus manifestaciones, y según sus tendencias todas una de las civilizaciones

que en su historia registra

más

antiguas ó importantes

humanidad, despertándola á nueva vida cual

la

pudiera hacerse con un hombre sepultado vivo.

PLAZA DE MOHAMED-ALÍ

Entre los

oficiales

subalternos enviados en

1802 por los turcos contra los franceses,

encontrábase un hombre cuya actividad prodigiosa, cuya decisión exenta de contemplaciones y cuyas excepcionales dotes de hombre de Estado bastaron para que

experimentara una transformación completa. los franceses, ó

que registra pertenece

el

el

Mohamed-Alí, según presente

le

valle

como

apellidan los alemanes,. es uno de los

Conocido es como fundador de

siglo.

el

El nombre de Mehemet-Alí,

la

del le

Nilo

llaman

más famosos

noble dinastía á que

virev Ismail-Bajá, no habiendo quien ignore lo que habría sido del trono de

los sultanes de Constantinopla ,

merced

de las potencias europeas; pero EGIPTO,

TOMO

lo

al arrojo

de este héroe, sin

que saben pocos es

lo

la

oficiosa intervención

mucho que

hizo

en pro del

I. ]

4


ALEJANDRIA XODERNA

54

El

desenvolvimiento interior de Egipto.

país

le

es deudor del

gusto por todas las in-

bu riqueza Providencia, constituyen ai picante novaciones que como una bendición de la especialmente le debe cuanto es, y Alejandría porvenir. para lo v forman sus esperanzas podía de gratitud, de que en justicia no no ha hecho más que manifestarle un testimonio ecue&ti e la magnifica estatua su con embelleciendo dispensarse bautizando con su nombre y ,

,

,

plaza del barrio franco, tan rica

en hermosas

calles.

á cumplida

imposible llevar Mohamed-Alí comprendió que había de serle completamente infatigable, sin api o\ echai&e de genio su agitaban que proyectos grandiosos realización los la civilización occidental

que la y de los medios de acción

misma

le ofrecía.

Apresuróse,

PUERTO VIEJO DE ALEJANDRÍA

europeos, puesta la mente en que se pues, á llamar en su auxilio ingenieros y arquitectos el Puerto Viejo, abierto de nuevo á los robustecer ensanchar profundizar, de trataba y técnicos pudo llevar adelante buques de todas las naciones. Con el auxilio de distinguidos convenciéndole la experiencia, al gobernaba que país del al riego encaminados sus planes, el vuelo que él mismo deseaba, cabo de breve tiempo, de que para que Alejandría tomara por medio de un canal que la potables, aguas abundantes era indispensable surtirla de ,

enlazara con

el

Xilo.

Señor de vidas y haciendas en á

los

el

terreno que gobernaba, hizo un llamamiento general

aldeanos de las diferentes comarcas de Egipto, y con

un -canal

el

concurso de los mismos abrió

navegable, que, describiendo una ancha curva rodeaba

el

lago de

Edku, enlazándose


ORILLA DEL CANAL DE MOHAMED


V'

*

> .

.

'

/

¿é


ALEJANDRIA MODERNA

Fum—el-Mahmudije

cerca de

concurrieron a

la realización

con

o

brazo de Roseta.

el

i

Doscientos cincuenta mil felahes

de semejante empresa, y

si

bien es digna de compasión

la

muerte de esos desgraciados, que por falta de alimento y exceso de fatiga murieron á miles,

no cabe desconocer

importancia de

la

la

obra por ellos realizada, ni olvidar que con

la

misma

se alcanzó el fin apetecido, consistente en que penetraran de nuevo en el puerto de Alejandría las

producciones de Egipto

habitantes

en que desapareciera

;

más importante

el

Recorriendo

la

aridez del suelo

y en que tuvieran sus

,

de todos los medios de subsistencia.

presente las orillas del canal, parece imposible que hayan transcurrido

al

apenas cincuenta anos desde que se dio

primer golpe de piqueta.

el

á corta distancia de

las

egipcios,

erguidas sombrosas

levántanse

orillas,

en que atracan unos

En

las colinas situadas

lado de otros

al

numerosos botes

pal-

meras; y en las cercanías de la ciudad, en el en que al lado de los barcos achatados carac-

sitio

de aquella comarca, se ven fondeadas

terísticos

en que realizan los poten-

las lujosas dahabijes

barcazas

tados sus viajes de recreo,

llenas

de

mercancías y remolcadores de vapor; distínguense magníficos palacios, y lindísimas y numerosas quintas, la

mayor parte rodeadas de

los cuales crecen

jardines, en

las plantas

y florecen

de todas

las zonas.

Las pingües riquezas proporcionadas por canal

á la ciudad,

tarde punto

un tiempo poderosa

menos que reducida

y

este

más

á la indigencia,

todavía se aprecian mejor cuando saliendo á las

primeras horas de Roseta,

se

tarde por

la

marcha

á

lo

puerta de

la

sus

largo de

orillas. RIEGO DE LAS GALLES

El viernes y

el

domingo especialmente,

dias

de descanso para los árabes y para los cristianos respectivamente, pulula por las calles

regadas por jornaleros negros, y á pesar de esto siempre polvorientas, un gentío inmenso, ávido

En

de diversiones,

tales dias

entre el cual

se

distinguen

arrogantes jinetes y lujosos carruajes.

v en semejantes horas los atajados cocheros piden, y

por sus lindos coches de plaza, doble y triple alquiler que

demás, v los sais ó andarines,

marchan corriendo ante

los

cuando los fogosos troncos que ocupan

descalzos,

trenes

marchen

de al

los carruajes, visten á la

los

pero arreados millonarios,

galope detrás de

europea, del

con

sin ellos.

lo

que es más obtienen,

fijado

el

sus

en

la tarifa

más

para los

lujosos trajes,

parar y sin fatigarse,

Las damas y

mismo modo que

aun

los caballeros

los pedestres;

pero

el

consiste en un casquete tarbux árabe más comunmente conocido con el nombre de fez, que borla negra, hace la competencia al sombrerito de fieltro. rojo adornado con una larga EGIPTO,

TOMO

I-

X

5


ALEJANDRIA MODERNA

58

Los que usan lugar de dejar

primero jamás se

el

la

saludo levantando

calva al

un poco

lo

descubierto

la

mano

quitan de la cabeza, ni aun para saludar; pues en para semejante menester, dirigen al conocido un

derecha.

oro y los diamantes y mácense sitios en que se exhiben al público las bellas alejandrinas.

Cruje la seda, brillan

el

las. flores

Ni

faltan

cuyos maridos, sin mavor inconveniente, pueden encargar á París

y las plumas en los entre ellas algunas los

ricos

que

trajes

lucen sus esposas; á Viena ó á Milán los lujosos coches en

que pasean

,

y aun tomar palco funciones de

asistir á las

para

ópera italiana que se dan en el teatro Zizinia.

que

La verdad

es

guerra de América creó

la

aquí fortunas inmensas

hov mismo

el

pero

,

comercio marí-

timo proporciona pingües beneficios á los entendidos comerciantes que aquí residen,

como

prueba

lo

hecho de

el

puerto de

haber visitado

el

Alejandría en

estos

últimos

años, nada menos que tres mil

por

buques,

La

término

medio.

exportación de una mercan-

cía,

relativamente

nueva,

el

algodón, constituye una de las

bases más importantes comercio, y no

lo

las operaciones de

del

son ménos

banca lleva-

das á cabo por las sociedades SAIS EL

huerfanillo

ANDARIN

ha reconquistado su

perdida

y riqueza,

proviene principalmente de los manantiales

En

este

el

los particulares.

bienestar

y que llenaron

el

tesoro

de sus antepasados.

mercado, totalmente desprovisto en tiempo de Norden, encuéntrase

cuanto puede apetecer

el

más exigente europeo y

el oriental

más

El mísero

que hoy experimenta,

sibarítico.

al

presente

Los vendedores

entre los de frutas y verduras son por punto general de procedencia egipcia: en cambio faltando una no condiciones, clases europeos de todas pocos no distínguense compradores y

que otra siniestra

ama

de casa, elegante y rica,

sombra su criado ,

más negro que

de blanca y rosada tez, á el

mismísimo ébano.

la

cual sigue

como


ALEJANDRIA MODERNA Excepción hecha, de Abbas-Bajá, cuyo carácter era de

Mohamed-Alí han seguido

en provecho de Alejandría,

empeño en

especial

con

el

el

ejemplo que les diera

las conquistas realizadas

fomento de cuanto podía

el

59

hostil á los extranjeros, lo el

fundador de

por

facilitar

la

sucesores

la dinastía, utilizando

cultura europea, y poniendo

sus comunicaciones con Europa y

resto de Egipto.

Said-Bajá

predecesor de Ismail, hizo limpiar y dar mayor profundidad al canal de se había obstruido, facilitando la corriente de sus aguas por medio de grandes obras de fábrica; terminó la Via férrea de Alejandría al Cairo, ,

Mahmudijeh, que

y emprendió

construcción de

el

la

red de caminos de hierro, cuyas mallas estrechándose de dia en cha cubren

aproximan

la Delta,

Suez

la

gran puerto

al

de.

puerto del Mediterráneo, y

acercan unas á otras las ciudades

más

importantes de dicha región.

Sai d—Bajá residió casi siempre en

Alejandría, por cuya ciudad sentía predilección especial desde la época en

que,

viviendo aún su

más que

Desde su

cia.

padre,

no era

almirante de la escuadra egipde Gabari,

castillo

rodeado ántes de jardines y convertido hoy en ruina informe, situado en el

extremo occidental de

la

ciudad, en

el

lugar en que se hallaba ántes la neeró— poli,

y en

realizan

punto

el

hoy

mismo en que

se

las carreras de caballos á

europea, ese príncipe derrochador,

la

pero no desprovisto

de

talento,

solia DAMA ALEJANDRINA CON SU CRIADO NEGRO

presenciar los ejercicios de sus tropas.

Todavía se distinguen los vestigios del podium de hierro que mandó construir para poder el polvo le molestara, las maniobras militares y el alarde de sus fuerzas, aquí añadiremos por nuestra cuenta, que éstas sufrirían no poco, debiendo marchar

presenciar, sin que

—y

con sus charoladas botas de ordenanza, sobre ese suelo caldeado por un

También mandó enlazar su

sol abrasador.

palacio de verano, llamado Marjut, con Alejandría, por medio

de un ferro-carril, destinado á atender á las necesidades del ejército acampado en las cercanías de aquél: pero dicha via, que media cinco kilómetros y atravesaba un espacio

completamente

desierto,

quedó

al

cabo sin aplicación.

Tales extravagancias y otras á ellas

parecidas, que revelan su carácter caprichoso y amante de

embargo inconveniente, para que las

el

la

prodigalidad, no fueron sin

aprovechado discípulo de Koenig-Bev,

enseñanzas de su maestro habíase puesto

al

corriente de

— que merced á

cuanto han producido de


ALEJANDRIA MODERNA

60

fuera accesible a los pensamiento» y la cultura europea,— proyectos sólo acogió con aplauso los no que jamás olvidará no más elevados. comunicación, en poner de fin á Suez, de istmo de M. de Lesseps, encaminados á romper el segundó las del Mediterráneo, sino que por medio de un canal, las aguas del Mar Rojo con lo> medios proporcionándole francés, la perseverancia del emprendedor el entusiasmo

importante y elevado

La

la civilización

historia

y indispensables para llevar adelante

su

hasta la terminación de una obra que

atrevido pensamiento.

Después de una breve y dolorosa enfermedad

Alejandría.

No

lo

fue concedido

su tanto debia influir en la vida mercantil de falleció

en

el

mmi

amada

mes de mcio

d(

donde linda mezquita de la propia ciudad, 1863. y sus restos fueron sepultados en una cercanos, mas parientes sus á cuanto En fieles. los visitan solamente algunos amigos ejercido, en virtud de la absinda ningún derecho tenían á la dignidad de virey que él había liase' afortunadamente, y en tiempos más cercanos, ley de sucesión que entonces regia y que Ismail-Baja, el glorioso de hijo Ismail, Mohamed-Alí, nieto de el abolido. Fue su sucesor vencedor de Nezib.

de

Alejandría Ismail, jetife o Nie\ ha hecho menos que sus predecesores en favor de poltítulo al soberano del Nilo, dicho reconocido fué le año cuyo en Egipto desde 1867,

la

Puerta Otomana. Por

No

á este

él le

aludir designaremos también nosotros cuantas veces debamos

exento de preocupaciones, hombre cuya prudencia, perseverancia y carácter enérgico y

tan poderosamente ha influido

alcanzado

el

Egipto,

lo

mismo

en

el

sorprendente

bajo el punto

desarrollo

de vista interior

que en

que en el

breves

anos ha

concepto exterior.

idad entrar en más detalles respecto del carácter y de la actn obstáculos de toda naturaleza con nos fijaremos ahora, siquiera de paso, en los obra de reforma que emprendiera á de luchar para llevar á cumplido término la

Y dejando para más adelante del Jetife.

que hubo

fin de elevar la cultura del país.

mas como no decaigan su

No

conseguido: es esto decir que completamente lo haya

no se interpongan en su camino extrañas ha propuesto, con gran provecho para se que punto

fuerza y perseverancia, y

al influencias, llegará indudablemente

Fijémonos ahora en lo que le debe Alejandría. sus pueblos, en un porvenir no lejano. Suez. Las la abertura del istmo de Sobre todo y ante todo, la terminación de poderosallamaron canal, del inauguración la de motivo magníficas fiestas celebradas con de la cual han de reportar empresa, una de respecto entero universo del atención

mente

la

lia realizado, sino también todas las naciones inmensas ventajas no sólo el pueblo en que se atravesado las aguas del canal las hubieron cuanto En mundos. marítimas de los dos por encanto, numerosas compañías de transcomo formáronse, embarcaciones, primeras vapores austríacos, italianos, franceses, ingleses, rusos portes marítimos, y las líneas de un comercio regular: el número de los buques Alejandría con presente al v turcos sostienen Eunostos aumenta de un año para otro, siendo de que penetran en el antiguo puerto de últimamente bajo la inspiración del Jetife, harán esperar que los trabajos emprendidos breve período, uno de los primeros puertos no sólo del de la antigua abra helénica dentro de

Mediterráneo sino

del

mundo

entero.


ALEJANDRIA MODERNA Al suroeste de poi centenal

SG las

0111

la

61

ciudad, cerca de Meks, cense los inmensos talleres en que se elaboran,

de miles, los bloques destinados á estas obras, al paso que numerosos obreros

P ean cn

la

extracción de inmensos peñascos procedentes de las canteras existentes en

abruptas montañas de

de la

isla del

la orilla. El espigón que se distingue delante de la punta oeste Faro que formando ángulo obtuso se dirige hacia Meks, cn una extensión de

MEZQUITA

más de

tres

reducidísimo

kilómetros,

constituye

!>F.

SAID-BAJÁ

una obra

número de construcciones de

la

de millones de toneladas de piedra natural y

cuya importancia sobrepuja tan sólo un época faraónica: incalculable es

artificial

que en

ella

el

número

se lian empleado.

Un

segundo espigón no menos importante, siquiera su extensión no pase de un kilómetro, enlazado con el antiguo sitio destinado al paso de las caballerías: así como una línea de muelles últimamente construidos EGIPTO, TOSIO

I.

al oeste del

antiguo Heptastadion, proporcionan I

al

6

puerto


ALEJANDRIA MODERNA

62

extensión y seguridad como jamás

tales

haya tenido, ni aún en

las

misma época de

la

los

Tolomeos.

Mucho

ha hablado en Europa de

se

enormes sumas que

las

gobierno egipcio ha

el

la imprevisión invertido en los últimos diez años, con

y amor

al

realización de las obras fausto propios del carácter oriental, en la

han puesto mientes en en que nos estamos ocupando; mas no se que con el resultados los en lo costosas que son de suyo, ni en olvido los que transcurso del tiempo deben producir, echando las bellotas el que alcanza el tal decian que no es quien siembra el ca^o las encinas, con la circunstancia de que, en

que rinden

fruto

una prosperidad supei ioi

presente, aseguran aquellas a Alejandría á -

¿cómo acabará todo eso?

que pueden prometerse otras ciudades. porte en Aquí fondean con toda seguridad los buques de mayor

la

los

temporales obras robustísimas,

los ataques de los

hombres muy bien entendidas

Lm puerto qué protegen" contra

con gran inteligencia dispuestas y contra

,

,

fortificaciones. las

enlazan la ciudad comercial con aquí parten todos los ferro-carriles que

°De

no menos importantes de

ponen

el

con todo

que Cairo, Suez y Roseta, y los alambres telegráficos

el

Egipto en comunicación instantánea el

mundo

y hasta con

civilizado

Un

interior de Africa.

el

sistema completo y hábil-

mente calculado de canales y alcantarillas

sui

te

población. de aguas potables las casas todas de la

Hasta

las

más

calles

gas;

siendo únicamente

tortuosas del barrio

europea se se

del

lejanas

las

árabe

ha vencido aún

la

la

más estrechas y que de

las

hallan privadas,

centro de

alumbrado por

del

el beneficio

ciudad disfrutan

acaso

la

luz

porque no

preocupación de aquellas

gentes que contemplaron con sorpresa, no desprovista de

terror, una innovación paia ellos

maravillosa y hasta incomprensible.

más importantes vistas de

espaciosas aceras.

siasmo por jetife

la

plantación de

El gusto y entu-

árboles,

ismail parece haber heredado

Mohamed-Alí;

Las vias

ludíanse adoquinadas y pro-

que'- el

de su abuelo

IGLESIA PROTESTANTE EX ALEJANDRÍA '

ha-sido igualmente de -'gran

provecho para Alejandría, que para atender á -

-

las

necesidades- de

además con un numeroso y entendido consejo especial de sanidad. El sentimiento de caridad, que no es exclusivo de la religión

su higiene,

cuenta

cristiana, sino propio


•r

-

' -

-


ALEJANDRIA MODERNA también de

pítales, siendo dable observar, hasta

genuinamente egipcios, s0 ^°

P°i

el espíritu

en

la erección

de orden importado de Occidente, que basta á multiplicar

valor de los donativos debidos á las personas caritativas. ,

varse la cruz que remata

en

brilla

alminar de

la

agudo chapitel de

el

En

y recorriendo

las iglesias

y

la

ellos se

encuentran

ciudad puede obser-

capillas cristianas, al lado de la

cúspide del

las mezquitas.

de diferentes líos

de los establecimientos do beneficencia

el interior

ejerciendo su oficio médicos de las diferentes religiones

luna que

65

dado como consecuencia inmediata

la islamítica, lia

,

Coptos

y griegos de ambas confesiones,

romanos,

católicos

protestantes,

comuniones anglicanas y presbiterianas,

todas

las

religiones

y

creencias tienen aquí sus templos,

y hasta

los judíos se

entregan en

magníficas sinagogas á las cere-

monias de su insignificante

lestados

el

más

temor á verse

mo-

culto

por

,

sin

musulmanes,

los

cuyas mezquitas

muv

ofrecen

poco de notable.

Para

constituye

título de gloria

no sólo

verdaderamente

de su culto á

en.

el

no

ejercicio

facilitado la erec-

templos ó iglesias,

mediante

la

terrenos.

Mohamed-Alí

los católicos

hecho, de

más importante

el,

aún, de haber sus

el

los colonos de otras

creencias, sino

de

legítimo

notable,

haber molestado

ción

Moha-

los sucesores de

med— Alí,

concesión de vastos regaló á

romanos numerosos

y extensos solares

:

la

SARRAF Ó CAMBISTA

pequeña y

linda iglesia protestante construida cerca

que se levantaba

el

antiguo

Bruchium

congregación de alemanes, se eleva en Said-Bajá.

Aquí debemos

consignar

el

que

del

orilla

la

y en

,

la

cual

Puerto nuevo

emplazamiento cedido á para

los

en

,

los terrenos er

un pastor aloman predica ante una protestantes

los

no

evangelistas

pertenecen á ninguna de las sectas inglesas, se predica también en francés hospitalario templo fué consagrado EGIPTO. TOMO I.

en 1866

el

dia

cumpleaños

del

por

alemanes que no

y que el emperador Guillermo, ,


.

ALEJANDRIA MODERNA

66

de

contribuido

habia

que

no menos liberalmente que

románico, proyectado y dirigido por

estilo

M.

por los amantes del arte egipcio.

el.

Jetife

el

á la erección del edificio,

Erbkam, por demas conocido

arquitecto

Lüttke, autor del libro titulado «Los tiempos nuevos »del Egipto,» fue el primero que en él Dios,

dejó oir la palabra de

contribuido

haber

á la realización

con

legítimo

» pequeño

edificio

largueza

notoria

la

obra, de

»así decirse,

dea »

é

de la

CEMENTERIO ÁRABE

» ondas »

tananza

,

»y hasta

cual,

ocupaba en los

«La

elegancia de este

junto á y su situación

»la orilla, en el punto en que, el

la

se

orgullo

siguientes términos:

después de

con

si

puede

antiguo puerto se redon-

hincha su seno; frente por frente llanura del

mar cuyas azuladas

vense mecer hasta remota

Ion—

saludable. Más de un viajero ilustre, producen una impresión encantadora y con motivo de su visita á Alepríncipe imperial de Alemania, que

mismo

el

entrar en

»jandría hecha en 1869, se dignó

la

capilla

han experimentado

,

la

referida

de palabras de entusiasmo.» » impresión, que han expresado por medio

Según dejamos expuesto, una verdadera patria en

mueven con omnímoda el

los

pueblos de todas crecen

cual

la

libertad

,

la

material;

vida

preciso

siendo

que

siquiera nos cause pena decirlo,

barga

por completo las fuerzas

casi

de los extranjeros como país. Vivir con

idea; del

luchar

espíritu

;

ennoblecieron

el

para

la

cultivar

de

arte

y

mopolita.

a

.

campo

confesar, ésta

em-

todas así

defender

la

una

bienes

ciencia

que

entre

lo»

que

renacimiento de la ciudad cos-

al

Y

/

han encontrado en Alejandría

antigua Alejandría, sentimientos

la

son que se buscarían en vano

han presidido

el

conquista de los el

a

naturales del

los

de

propósito

las creencias

mismo en

lo

terreno de la vida religiosa, que en

de

y

se

sin

embargo

el

espectáculo

ASOMADITA Á LA VENTANA DEL HAREM

que

en cierto modo reproduce en más ciudad moderna nos encanta y maravilla, y ciudad antigua. En efecto, así como de un concepto ciertos rasgos de la fisonomía de la los bárbaros, hoy ha logrado en otro tiempo supo mantenerse griega en medio de

ofrece la

librarse

del

puntos del musulmán que da constantemente en ojos en los demás aveneuropeos de inmigración la mil años, dos hace Al presente, como

sello

valle del Nilo.


ALEJANDRIA MODERNA tureros ficante

so

,

en una ciudad cosmopolita, en

(‘pujado

i

67

especialmente griegos ó italianos, ha transformado una localidad egipcia insigni— la cual

por los elementos extranjeros:

población de Alejandría consiste en

el

hoy,

elemento indígena se halla con

mucho

como

que

entonces,

puede decirse

una abigarrada mescolanza de

la

de la Europa

tipos

meridional, á

la cual pueden aplicarse perfectamente las palabras de Adriano á Servia no «no conoce más que un solo Dios, Mammón,» (el dinero): tanto es lo que se afanan

mdS c e ^ os negociantes y mercaderes aquí establecidos, para realizar en breve tiempo una gran fortuna, siquiera para ello deban arriesgarse en empresas temerarias y l° s

^

especulaciones atrevidas, y tan poco trabajo constante y

lo

que

les

mueve una

posición modesta, hija de

un

nunca interrumpido.

PALACIO DEL JETIFE

Cierto

que no

faltan

personas dignísimas de todo aprecio y consideración, inglesas,

francesas, alemanas, suizas, griegas

mas también

y levantinas, entre

es preciso consignar que

las

que se dedican

aventurándose en los centros de

la

al

comercio;

colonia griega

de juego y de corrupción, se encuentra una población hedionda, y en sus numerosas casas corrompida, repugnante y desenfrenada, tal cual no podría encontrarse igual ó parecida

en

las ciudades

La lo

más

familia judía

desempeñó en

ricos

,

populosas.

desempeña también papel importante en

la antigua.

Entre

los individuos

que

la

la

Alejandría moderna

componen

los

,

como

hay inmensamente

pudiendo decirse que por sus manos pasa la parte más importante de los negocios. ello basta con leer la razón social de la mayor parte de las casas de

Para convencerse de


ALEJANDRIA MODERNA

68

comercio, y con echar una ojeada sobre los numerosos cambistas fSarraf) que sentados detrás de sus mesillas, en las esquinas de las calles, ofrecen sus servicios al primero que los reclama.

Pero

el

que quiera conocer

del comercio internacional,

y diríjase hacia

el

el

Oriento, no se detenga

ya que no

sud, en busca de la

halla relegado á los barrios

más

muy

poco; tanto que en su

hermosa ciudad de

lie

esta metrópoli

sus bártulos cuanto antes

los califas.

lejanos y miserables, siendo no

Aquí

el

árabe se

menos abundantes que

sus mayores. Hasta los mismos turcos significan

éstos los cementerios en que descansan

aquí

mucho tiempo en

de encontrarlo, sino

lia

mayor

parte viven en la isla del Faro en casas que

si

EUNUCO

bien de apariencia modesta, son

dominadas por ras

el

(Ras-et-Tioz)

muy cómodas

majestuoso palacio del Jetife, por Mohamed-Alí,

muy

y están

bien dispuestas,

construido sobre

el

hallándose

cabo do las Higue-

y restaurado por Ismail-Bajá. Es ésta una servil el mar, semejante edificio,

imitación del Serrallo de Constantinopla; pero apesar do bañarlo

desprovisto de estilo, el

la

apenas nos recordaría

harem que rodean frondosos

mirada de unos ojos rasgados

celosías;

mas

de

fijo

se

El

jardines.

que

hallará con

le

el

Oriente,

europeo

si

no

se

levantara cerca de

curioso podrá no

contempla á través del velo y de esos eunucos que en todas

uno de

él

encontrarse con las espesas las

casas


8

EGIPTO,

TOMO

I

1



ALEJANDRIA MODERNA

71

PALMERAS

principales

egipcias

se

emplean en

la

guarda de

las

mujeres, y que en

imperios orientales elevábanse á los mayores puestos del estado

los

antiguos

1 .

Los musulmanes que en tiempo de los primeros califas, concedieron á las mujeres un lu"ar muy distinguido en la sociedad, tomaron de los Bizantinos esta costumbre abominable. Éstos á su vez la liabian tomado de los orientales, pudiendo decirse por lo tomara. Sea como tanto, que el Oriente la devolvió con creces al Oriente de quien la quiera liacc oficial. i

mucho tiempo que

los

eunucos han sido excluido» de todo puesto de

caí actci

Pertenecen en su casi totalidad á las razas negras que habitan las comarcas baña-

La palabra eunuco

se

formó de euné, lecho: y echo, tener, guardar.— fX. del T.¡


;,

ALEJANDRIA MODERNA

72

das por vista

el

Nilo superior; y

poco recomendables,

si

bien su aspecto repugnante y soñoliento los hace á primera confesar que se distinguen por su prudencia y honra-

es justo

maravilla y que desempeñan á confia. Apenas si se encuentran en

dez,

veremos, abundan mucho en

el

régimen y dirección de

las

calles

la

casa cuyo cuidado se les

de Alejandría; pero en cambio, y según

el Cairo.

por acaso imagina

Si

viajero hallarse en

el

Oriente, en cuanto da unos pasos sale de su

cuanto

pues

ilusión;

á Europa, y esto á

mucho

la

vida

rodea

le

tal

los

últimos

vestigios de

hayan derrumbado hasta

del postrero

embargo

la

cuando

vida oriental. Cuando esto se realice; se

en

borrado

occidental habrá

Alejandría hasta

recuerda

le

extremo, que antes de

los últimos restos

quedarán sin

de sus alminares,

dos objetos que recuerden su origen:

uno perteneciente

al reino vegetal

,

la

palmera

otro al reino animal, el camello.

Imposible es pensar en Egipto sin recordar al

propio tiempo sus palmeras, esos hermosos

elegante» árboles que, cual robustas v al par

coronadas columnas, elévanse majestuosamente cimbreantes palmas, que como de gallardas y techo protector dispensan á

lo lejos

bienhechora, comunican valor á del

su sombra fertilidad

la

agradablemente la fatiy rompen ¡Cuan grato e» desierto. del monotonía

suelo,

gosa COSECHA DE DÁTILES

reposar debajo

de su

Su gracioso

sombra!

»u»

brisa, al pié de penacho se mece blandamente acariciado por la más débil encantadores bosquecillos los sitios en que crecen agrupadas formando

m la

luz

con las sombras en cambiantes á

Honrad

» suelo »

la

del

más

caprichosos.

Do

quieia

unco.

-

ha

peno

lo ha dicho. palmera: y es que el mismo Piofeta del pedie & o»o materna, tia una que y lo palmera, puesto que es para vosotros á cual má» hecho brotar una fuente abundante de done»

trado el Islam ;<

cual

ti

juguetea ,

allí

le

desierto

ha seguido

la

ha

preciado! L>

Los Mahometanos

la

misuicoidin veneran como don inestimable que Dios, en »u

arab naturalmente la mas joven, es entre los I Según se echa de ver por esta expresión de Mahoma, la tia materna, C misma palabra teta se empleara ace - a dS eta (tieta) para los catalanes; siendo más de notar aún que esta imaginar que sta de habta ¿Quién !V, 412. Riada, verse en la puede n el mismo sentido por los jonios, según e ni en otra lengua a 0 una n el catalan vulgar, que no tiene equivalente que sepamos en el castellano,

q

empleada

J^VZmara

iarte

del

repertorio clasico-homérico?

— (N. delT.)



ALEJANDRIA MODERNA infinita,

ha querido otorgar á

intencionalmente

No

ti

los fieles

una palmera

en

los lugares

en que se establecen:

maltratar

seria considerado grave delito.

en Oriente don alguno de la Providencia más útil é importante que el palmera; y de aquí que no nos sorprenda que uno de sus poetas, por medio de un ingenioso letruécano haya formulado en proverbio el incomparable valor que conceden los orientales á dichos objetos, diciendo: existe

camello y

la

1

La palma Sí,

es el camello

mei ecidas son tantas y

y

el

camello

tales alabanzas:

la

palma del

desierto.

de la raíz á la cima no tiene este árbol

parte alguna que caiezca de \erdadera utilidad. Regiones

hay en Oriente que no disponen

de otra madera de construcción que la que les proporciona

el

mismo; con su

tronco del

corteza filamentosa lábranse cuerdas y esteras; sus ramas se emplean en la construcción

camas,

de techos, de

cantidad

racimos de dátiles natural

el

y no hay para que hablar de la prodigiosa y regalado alimento que producen en otoño los pingües que brotan á raíz del penacho de sus ramas. Explícase, pues, por jaulas y cestos;

sillas,

sano

nutritivo,

esmero que ponen

los árabes

en

el

cuidado de esos árboles de sexo distinto,

conocidos ya por los antiguos egipcios con los nombres de palmera padre y palmera madre, y la atención con que auxilian artificialmente á la naturaleza, espolvoreando con el

polen de

palmera macho

la

Así como

el

tañas, de la propia suerte

cimbrear de

la

las flores de la

.

airosa

árabe se juzga desterrado cuando no distingue

el

palma.

Por eso

pudiendo vivir en su nueva patria sin traer

palmera hembra

suizo en país extraño suspira tristemente recordando sus agrestes

primer

Ommiada que

reinó

en España, no favorito, se hizo

de la Siria un tierno plantón que colocó por su propia

Ruzafa, cerca de Córdoba, dispensándole

mon-

gallardo

sombra protectora de su árbol

el

la

el

las

más

mano en su

alquería de

y no satisfecho

cariñosas atenciones;

con esto todavía, escribió en honor de su querida palmera una sentida é inspirada composición en la cual, con candorosa sencillez y amorosa ingenuidad, revela los sentimientos

que excitaba en su alma

la

contemplación del árbol predilecto de su país.

Tú también eres ¡ob palma! En este suelo extranjera. Llora, pues; mas, siendo muda,

¿Cómo has de Tú no

llorar

mis penas?

sientes, cual yo siento

le

da

A el

A

tus

hermanas de Oriente

las

tristes

palmas que

quejas el

Eufrates

Con sus claras ondas riega; Pero tú olvidas la patria

A

El martirio de la ausencia.

1

A

Mandarías

par que

me

la recuerdas;

Si tú pudieras sentir

La patria de donde Abbás

Amargo

Y

llanto vertieras.

el

hado adverso

me

alejan

comarcas de España en que se cultiva semejante operación, que practican también los labriegos, en las expresivo

nombre de machear

.

la

palmera, se

.

2 A la versión castellana que, ajustándose al texto aleman de A. F. Schack en su eruditísimo libro sobre la Poesía y Arte de los Arabes en España y Sicilia, dio, de la tierna composición del Beni-Omeya Abderrahman, nuestro respetable maestro don A. Bergnes, hemos sustituido la debida á la elegante y castiza pluma de nuestro distinguido amigo el Sr. D. JuanValera, que con


;

:

ALEJANDRIA MODERNA

76

raíz de los hermosos palmares Este árbol cantado por tan poética manera, fue tronco y en Alicante y Murcia, y especialmente España, de Mediodía del provincias las que en acariciadas por las brisas del mai E sobre todo en Elche, mecen blandamente sus ramas A nosotros los modernos, acostumbrados á contemplar el Egipto bajo el aspecto que no sabemos concebirlo sin hoy ofrece, no nos es fácil imaginarlo sin camellos, como

oriundo de las riberas del palmeras; y sin embargo, el paciente natío del desierto no es tarde. En la época faraónica no se Xilo. en cuyas comarcas no se naturalizó hasta muy

empleaba como acémila

le

,

no obstante hallarse mencionado en

los

monumentos

antiguos,

paso los afortunados conv á pesar de que debieron encontrarle frecuentemente ante su septentrional y aun en las quistadores del Asia occidental. En el mismo resto del África

que no podemos concebir sin

solitarias regiones del Sahara,

introducido hasta

mucho tiempo

en estas materias, ha demostrado que el

desierto en diferentes

la existencia del

camello, no fue

corrido de la era cristiana. El célebre Barth, tan entendido

de Cartago, cuyas caravanas cruzaban

los fenicios

cuadiúpedo. direcciones, no se valían para el tráfico del giboso

Es cosa averiguada que penetró en numerosos rebaños en

las

regiones del Nilo con

por lo obra de Schack. Esta composición era ya muy conocida en España, verdadero cariño y paciente elaboración tradujo al es pañol la los árabes José Antonio Conde en su Historia de la dominación de menos entre la gente de letras, por la traducción que dió de ella D. en los siguientes términos:

Tú también insigne palma — eres aquí forastera De Algarbe las dulces auras — tu pompa halagan y besan En fecundo suelo arraigas, — y al cielo la cima elevas; ,

,

Tristes lágrimas lloraras,

si

:

cual yo sentir pudieras. como yo, de suerte aviesa;

Tú no sientes contratiempos, — A mí de pena y dolor — continuas lluvias me anegan Con mis lágrimas regué — las palmas que el Forat (*) riega; ,

las palmas y el rio — se olvidaron de mis penas. Cuando mis infaustos hados, — y de Alabas la fiereza. Me forzaron á dejar — del alma las dulces prendas. A tí de mi patria amada — ningún recuerdo te queda: Pero yo triste no puedo — dejar de llorar por ella.

Pero

para los lectores composición no ménos sentida, que por el interés que ofrece Al propio árbol dedicó el apasionado Abderrahman otra texto de Valera: Ebers, ponemos á continuación valiéndonos del españoles, á los cuales va dirigida la presente edición de la obra de ,

En el jardín de Ruzafa, Una palma hermosa vi Que, de otras palmas ausente, Bien parecía gemir. Y la dije: «Te apartaron

De tus hermanas, y á mí De amigos y de parientes

Me aparta el hado infeliz. Muy lejos yo de los mios. Y tú en extraño país, Mi suerte es como la tuya Mi imagen eres aquí. Que inunde para borrarla La lluvia todo el jardín Que las estrellas del cielo ,

,

;

Se desplomen sobre *

tí.

El Eufrátes.

por su

todavía una palmera muy nombrada , En una huerta situada en la costa poniente á media legua de Alicante , existe forman otras tantas grueso tronco, del cual como de un eje, salen cuatro robustas ramas que reza, pues consta de un alto y e c e y produce el territorio e palmeras, cuanto En suelo. á del palmeras tan corpulentas como las vecinas que arrancan presenta, al Sur de a sobre todo, ejemplares tan robustos, productivos y lozanos, como los otros pueblos cercanos, Callosa X. ul-.l T.) significa tierra de las palmas. que Beluchistan, llamada de las patria palmeras, región cordillera del Atlas, la


,

ALEJANDRIA MODERNA los ejércitos árabes á los

tiempos modernos, demuestra

reúnen

condiciones

las

acontecido

con

después de

la

los

para su

que habiendo

tártaros,

que se naturaliza en

existencia;

las

historia de

comarcas que

siendo testimonio

emigrado con sus camellos á

la

de ello lo

Dobrutka,

guerra de Crimea, aclimatáronse tan fácilmente dichos animales en

Egipto

y para dar vueltas

á.

se sirve de él en sus cacerías;

lomo

llanuras del desierto; y

en

Galatz

el

país

carretas

hielo, arrastradas por los camellos.

el

emplea como acémila,

el

peregrino

las

como animal

de

tiro

solitarias

generoso bruto

el

dueño que de

al

visto

noria; el beduino

la

atraviesa sobre su

que M. de Kremer ha

,

cuadrúpedo se

giboso

el

primera

Danubio sobre

tártaras atravesar el

proporciona

facilidad con

la

indispensables

en que penetraban por vez

En

77

La

cuales siguió en sus expediciones al Occidente.

los

se sirve,

él

leche abundante con que nutrirse, y copioso

que puede labrar

con

pelo

tejidos

bastos y suaves que le sirven luego para

confeccionar sus vestiduras.

Muchas llo

en

veces encontraremos

excursiones

entonces

y

,

came-

el

camino durante nuestras

nuestro

ocasión

será

oportuna para ocuparnos de nuevo en

él.

Digamos pues ahora solamente, que en Alejandría

se

en cuyo punto

verano

de todos modos:

utiliza

le

que cerca de Ramlek se

propiedad

de

al este

un

levanta del

Jetife,

la

ciudad,

palacio de al

y

cual

se trasladaban los alejandrinos durante los

meses más calurosos las

brisas

del

,

á

fin

de respirar

Mediterráneo,

acampan

periódicamente ciertas tribus de beduinos que. después de esquilar

venden y á

el

allí

sus camellos,

BORDADORA DE SEDA

precioso lanaje á los mercaderes

los tejedores de las cercanías,

dedicaron, no han conservado

En tiempo explicándonos

de los Califas su

semejante

Oriente las prendas

más

que de

más que

hecho

las variadas industrias á

el arte

que en otros tiempos se

de bordar con sutiles y delicados filamentos.

habilidad en esto había alcanzado la el

que

los

príncipes

ricas de sus vestiduras. El

europeos

manto que

el

se

mayor

perfección;

proporcionaran

en

César romano germánico

usaba el dia de su coronación, el cual puede contemplarse todavía en el tesoro de Yiena. había sido labrado por obreros árabes, que no olvidaron bordar en él el tiraz- conjunto EGIPTO.

TOMO

I.

20


:

!

ALEJANDRIA MODERNA la dignidad de relieve, el nombre y dibujos contenían, puesto do arabescos cuyos artísticos trabajo. el de la persona que encargara seda. en Alejandría sus estolas de Vcnecia y Genova se proporcionaban proceres y a» i » los que en épocas las Europa, en de oro que se consumía en según donde, Oriente, de ceremonia, iprocedía trates ajes ele de ceremon t , r,nti usaban ricamente bordados s u, hullas cortado» mtestmos recubriendo preparaban después se ha averiguado, se e esta mercancta importante retorcían. El depilo mds delgadísimas, que después se ‘ ~ en con», las Alejandría en él se procuraba estaba en la isla de Chipre, y asegurar s. Sa.d-Baja, p, podemos No bordados. que habia menester para sus gala, que, con u aquí su magnífica tienda de ,

,

mandó fabricar muchos centenares de personas,

Jetife,

del

para

quiera que sea,

el tejido

y

el

á artes orientales, dedicándose flores

más

Ponemos Vibran

delicadas de

la

era

toda

de

laso

ncamente

bordado constituyen aún hoy dia que ellas lo mismo los hombres

poesía

lírica

01

perfectas de las

las

mús

las

mujcic»

árabe está dedicada á una

muchacha

tejedoia.

estrofas: á continuación las últimas

los hilos tenues,

se alargaba ¡Ob! cuando el ondulante tejido tejedor, Bajo los dedos mágicos del bello hube de compararla ¡Ob! cuántas veces, cuántas,

cuando su mano airosa

oscilación La lanzadera impulsa en rauda amante Cual del poeta vibra el corazón amor. inspirado escribe sus cánticos de ,

corazón Al destino que juega con nuestro

Cuando

A veces ai mirarla velada entre el urdimbre Un corzo perseguido se me antojó tal vez ansioso, Que huyendo de la cierva, de libertad

red h Del cazador artero cayó bajo la pertenecen á la poesía dedicada por aleman de Schack en la obra citada, vertidas por Bergnes del texto Las estrofas que preceden que hizo de la misma: del modo siguiente en la traducción pone Valeria que tejedora, Ar-Rusafl ¿ una ,

,

Olvida tus amores. dicen los amigos;

Me

es digna la muchacha De todo tu cariño. Yo siempre les respondo

No

Vuestro consejo admito; Mas seguirle no puede

Mi corazón cautivo. De su dulce mirada

Me retiene el hechizo, Y el olor que en sus labios Entre perlas respiro. Si echa la lanzadera, Brincan todos los hilos Y mi corazón brinca

Y

versos Si en

la dedico.

telar sentada,

el

Forma un

bello tejido,

parece que nuda Y. trama mi destino.

Me

Mas

si

entre las madejas

Trabajando la miro, Me parece una corza Que en la red ha caído.


ALEJANDRIA MODERNA

Los que

el

tejidos orientales

bordado, distan

79

son tenidos aún en grande estimación; y sin embargo, lo mismo de ser lo que fueron. Con todo, no debe temerse que

mucho

completamente desaparezcan

,

en tanto conserven

los

árabes su

gusto

especial

por los

pintorescos y ricos trajes y las muelles alfombras, y sus mujeres hagan como si dijéramos punto de honra, el calzar su breve pié con lindísimas babuchas, en las cuales, junto al oro, se distingue

Y

el

fulgor de nitidísima perla, ó

ahora étenos ya llegados á

ciudad semi-europea,

marchemos

resueltos

la

el brillo

refulgente de

una piedra preciosa.

puerta del misterio oriental: no es en Alejandría,

donde esa puerta debe abrirse para nosotros. Adelante pues, y á través

según expresión de un poeta,

de la Delta, brilla

el

ese

abanico de verdura,

en cuyo

Cairo cual diamante de singular valor.

remate,




G

Espasa y

Comp^

1

PT O

Editores.

Barcelona.

Un café en el Cairo


1

A TRAVÉS DE LA DELTA

¡¡¡¡¡I

a

silbato

el

máquina

de la

desliándonos sobre Sud.

el

á

la

Las casas y

derecha;

las

han expedido en tendidos junto á

almohadones sobre los billetes

los

que nos

despacho; los delgados alambres

la via,

hombre

el

el

de partida, y

marchamos hacia

quintas que distinguimos

muelles

los

la señal

férrea

permanecemos sentados;

cuales

nica

la vi a

mediante

los cuales se

comu-

gran distancia sus pensamientos,

á

de la propia suerte que los carriles aproximan sus habitaciones; la forma de las locomotoras, todo, todo es

europeo.

Sí,

hasta

los

alimentados con carbón, con

hogares de el

las

máquinas están

negro carbón que nosotros cono-

cemos, y no con fragmentos y restos de momia según les contaba hace poco á sus lectores un viajero americano! Y sin embargo

estamos en Oriente. Aquí se cimbrean allá esbeltos

alminares que ostentan

en mayor abundancia de

la

la

las

palmeras: elóvanse

media luna:

polvo que,

el

que fuera menester, penetra en

los

coches, es polvo auténtico y legítimo del desierto: el tarbux y

atezado

rostro

del

revisor

portezuela, no son en

de

billetes,

que se asoma

manera alguna europeos; y con

por

el

la

llevar

dichos billetes las indicaciones puestas en lengua francesa, tienen á su lado letras y cifras árabes. carriles ofrecen

en maderas EGIPTO.

TOMO

un aspecto

Las traviesas que sostienen

particular, debido á

el valle del Vilo,

han debido fabricarse de hierro. 2

I

los

que siendo pobre


A de

DE LA DELTA

A TRAVÉS

82 la izquierda se distingue

Mahmudijeh

salobre

paso que,

al

,

en

los

más

ellas viñedos y

«Aquí está

el

brisa,

del

centenares

de

fondeadero

de aquella Alejandría

tiempos

buenos

hemos procurado

que.

levantábanse quintas y mas quintas y entre

en tanto que sobre sus orillas

bosquejar,

la

aguas del canal

las

agítanse a la deiecha las

cuyos puertos hallaban seguro

en

Mareótico,

lago

embarcaciones,

por

acariciadas

que surcan

los barcos

velamen de

el

viñedos.

vino fásico;

más

allá

Virgilio.

blanco de Marca,» canta

el

Strabon dice

de él, celébralo Ateneo, diciendo en su elogio que cuenta por siglos su edad, y después la del topacio, su fragancia que lo ha bebido en más de un festin; que su trasparencia es

su sabor sin. igual,

exquisita,

También canta Horacio

el

y que ligero

zumo

saludable jamás se sube

y

cepas mareóticas, que, como

de las

de los más famosos vinos egipcios, crecían lozanas en los

no alcanzaban

las

aguas

limo

ni el pegajoso

la

á la

ribereños,

sitios

cabeza.

mayor allí

parte

donde

Nilo.

del

ANTIQUÍSIMA REPRESENTACION DE VENDIMIA SACADA DE UN SEPULCRO DE SALARA

En

las criptas de

podemos

En

la

venir en

representaciones por las cuales

más remota antigüedad encuéntranse

conocimiento de

que reproducimos,

sin

lo

que

perjuicio

era entre los egipcios

de

las

un grupo de vendimiadores que están cogiendo en tanto que otra sección, afianzándose en pisan aquellas para hacer

el

un

cultivo

el

de la vid.

que encontraremos más adelante, la

uva de

las cepas

vese

podadas en espaldera

barrote transversal y cogidos unos de otros,

mosto. Los jeroglíficos trazados encima dicen «cosecha de

»la uva;» y el dueño de la hacienda era

un

tal

Ptha-hotep que andaba por estos mundos

hace unos 6000 años, es decir, en tiempo de los reyes constructores de pirámides. Actual-

mente no se cultiva

la vid

en las riberas del lago Mareótico; pero aquí y allá encuéntranse

informes restos de derruidos paredones,

nombre de «prensas.» En la uva, procedente,

que es de

la

á

los

diferentes puntos

del

frutas, las

la

se cultivaban el

en

precepto

la

árabes dan

ricas y sabrosas

por

tradición

el

madura perfectamente ,

es decir de parras,

época de los Faraones; pero como se puede

del

confección de semejante líquido,

muy

los

no de menudas cepas, sino de vides espaldonadas

manera como

comprender teniendo en cuenta emplean en

cuales

resto de la Delta,

Coran, que veda sino que

se

que están en plena sazón en

el

uso del vino, no se

venden como una de tantas los

meses de junio y

julio.


A TRAVES DE LA DELTA

83

\ olamos de nuevo y no tardamos en distinguir á nuestra izquierda el anchuroso terso cristal que

y

forman

las

aguas del lago Abukir, así llamado de una

miserable aldea de pescadores, situada en una lengua de tierra dación,

oeste de Alejandría,

al

Agosto

de

de

en que

de

Inglaterra,

la

República

No

es las

aquella batalla la

escuadra

la

armada de

mandada por

el

no

oportuna

ocasión

esta

ménos

más desdichado, almirante Brueys!

si

de

vicisitudes

memoria

;

anonadó heroicamente

teniendo por teatro

la

él, el dia l.°

combate naval

el

gran Nelson, general de

exponer

para

al

guerra memorable que,

la

Egipto, se hicieron Inglaterra

el

y Francia: con todo á

efecto

presenció aquel siglo

el

francesa,

valiente, pero

lector

tuvo

1798,

más grande que titánica

v digno de recor-

como pocos, ya que delante de

vista del lago

la

Abukir retrae

aquellos sangrientos combates en que

vencidos y vencedores alcanzaron cosecha pingüe de

y tantas vidas se perdieron,

laureles inmarcesibles,

primeramente en tierra

con ocasión del

firme,

ingleses á

más

mar;

el

lugares

aldeas desaparecieron de la sobre haz de

con

la

misma

el ejército

la

y

tierra,

con que se borra por medio

rapidez

de la esponja una frase trazada

en cuanto

por los

puesto

cincuenta

Ciento

Alejandría.

en

tarde, en 1801,

sitio

sobre

británico logró

el

romper

encerado, el

dique

que, no lejos de Abukir, protegía el suelo cultivado,

aguas, cual de formi-

las salobres

aprovechándose de

dable aliado, para invadir

el

territorio

que resultaba

indefenso.

Los lagos han desaparecido: orillas

de

la

via

ostenta de

antigua

ciudad

de

griegos,

los

de

en

el

apeadero de

Hopo, la

la

cual

gobernador (Mondir) de una

,

pequeña Apolinopolis reside

fértil \

actualmente

el

dilatada pio\ineia.

una loma de mediana casas de distínguense agrupadas numerosas

Al otro lado de altura,

campiña en ambas

La locomotora se detiene Damanhur la

su alfombra de verdura.

para hacer aguada en

la

cada vez más intensa

la via,

sobre

ALMINAR DE LA MEZQUITA DE VERDAXI EN EL CAIRO


A TRAVES DE LA DELTA

86

viento y Alquilamos un bote y empujados por el con gran rapidez arrastrados por la corriente, avanzamos hacia la Delta propiamente a lo largo del brazo de Roseta, con razón el padre de dicha, cuyo suelo, como ha dicho verdadero don del Nilo. De el Viene la

es

historia,

que

un

hombre hace más de siempre del mismo modo,

aprovechándose

no

seis mil anos, bien

el

acomodándose

sino

época ha traido consigo. á las nuevas necesidades que cada Hubo un tiempo en que las derivaciones del rio abríanse plantas acuáticas paso entre marjales y macizos cubiertos de iban surgiendo al paso que trascurrían los siglos maleza y lenguas de tierra de aquellos lodazales inmensos islotes y á los variados agentes atmosmerced á la humedad :

y

que,

féricos,

cubríanse de la vegetación frondosa

que vemos representada la

cual creciendo á

más

al

y apretada,

vivo en los antiguos sepulcros,

formaba extensos setos y mejor,

plantíos, en medio de los cuales pastaban, y anchurosos cocodrilos, sin que nadie les molestara, hipopótamos y

colosales reptiles y animales de toda especie. De las regiones del sud llegaron hasta las riberas del

Nilo

al

Mandeb,

través de la Arabia y

del

estrecho

de

Bab-el-

que se diferentes pueblos de procedencia semítica, -

establecieron á

aplicaron

como colonos en la

el

se y desde luego bosques, hacer

país,

tarea de descuajar

los

feroces, navegables las corrientes, y destruir los animales á cultivo, recom— Y como los terrenos elevados, reducidos

pensaban con creces ZARZAL ANTIQUÍSIMO REPRESENTADO EN UN

SEPULCRO

13E

BENIHASAN

pantanos

y

resultaran Lira el

iraones

se

el

provechosas para

desagüe del rio estableciéronse nuevos cauces, los

que conducían sus aguas

MONEDA DEL NOMO LEONTOPOLITES

al

trabajo invertido, desecáronse

canalizaron

mar.

No

las

los

aguas

mancia

los

que

intereses del agricultoi

siendo siete,

transcurrió

de

en

la

época de los

mucho tiempo

MONEDA DEL NOMO DE MENDES

antes de




A TRAVÉS DE LA DELTA que el

se levantaran sobre estos brazos ciudades

«J

en veinticuatro nomos ó circunscripciones,

suelo

89

hermosas v al

florecientes,z

frente

de

la

cada una de las cuales se puso un Sat ó nomatra. Esta división de hasta

los

tiempos

de

conservado, que en

nomo gozaba para altivo

el

la

dominación

las

«j

administración de la

Delta subsistió

monedas que

se

han

período comprendido entre Trajano y Domiciano, cuando menos, cada derecho de acuñar moneda. Bastaría el hecho que acabamos de consignar el

comprender que era rasgo espíritu

romana, revelándonos

v se distribuvera ^

de

independencia,

distintivo

pero

en

de

cada una de

apoyo

de

ello

dichas

demarcaciones un

podemos aducir además

la

circunstancia de que tenian un ciclo especial de divinidades á las cuales tributaban culto

SEPULCRO DE UN JEQUE DEL TIEMPO DE LOS CALIFAS

sagrados que adoraban sosteniendo en sus templos ejemplares y de animales de los mismos llevábanse respetuosamente en las selectos de los mismos. Las imágenes grabaron en las monedas á guisa de timbre ó procesiones, y andando el tiempo se del cabrón sagrado, tenian impreso un mache ciudad Mendes, escudo. Así las piezas de del León, la figura del rey de las selvas, que tomara cabrío; las de Leontópolis, el nomo los enemigos de su padre Osiris, en las cercanías de Sal, el dios Horo para vencer á

singular,

la

ciudad de los leones. del cual navegamos, corresponde á la antigua boca El brazo de Roseta á lo largo de todas las corrientes que cruzaban En sus orillas, lo mismo que en las

bolbitfnica.

EGIPTO,

TOMO

I.

^ 2°


A TRAVES DE LA DELTA

90

Delta, cultivábase cuidadosamente

la

papiro, abrién-

el

dose sobre su superficie las flores del loto, ornamento

sus aguas y planta alimenticia, consumían frecuentemente los pobres,

de

la

médula ó meollo

casi

del

todo

el

Sud,

á

Egipto

encontrándose

,

cuya región

abundancia en

cocodrilos

en

también

encontraban

también de

embargo en

sin

el

ha refugiado, pues crece en

se

cercanías

las

Los

Nilo azul.

sino

Delta,

la

semilla

mismo que

ha desaparecido

papiro. Éste

del

no sólo de

todo,

cuya lo

del los

y

Nilo blanco y del hipopótamos que se

Delta en

la

tiempo

de

la

dominación árabe, han marchado en pos del papiro, siendo escasos en

que

se

misma

flor

de

acuáticas,

galas de

el alto

de

era

que constituía

la

aquella vegetación;

forma

bizarra la

que

loto,

ejemplares de aquellos

los

Egipto: hasta la

todas las

plantas

la

más

la

que había elegido

preciada de las el

joven Horo para surgir con vida de su cáliz, y cuya

ORILLAS DEL BRAZO DE ROSETA

de

número

encuentran en

reptiles

época faraónica, hase hecho por demás

sirvió veces mil

rara.

de modelo á los artistas

Encuéntranse sin embargo todavía

cercanías y en número prodigioso lotos blancos y lotos azules en los canales de las de Roseta y Rohr-bach asegura haber visto á los indígenas comer las semillas de su fruto ,

parecidas á las de la adormidera.

La Delta cambio, los

sólo

fue califas

cultivada

mediante una bien entendida el riego:

sitios

más

la

el

la

dominación bizantina.

En

cultivo,

canilizos

para

aislada existe, en aquellos

en los cuales raras veces alcanza

que dan testimonio de

de

disposición

una construcción

de

durante

imperfectamente

y sus gobernadores realzaron

planta del europeo,

la

vida y de la actividad que en ellos

reinara en los mejores tiempos del Islam.

Después de

la

caída de los Fatimitas y de

gran Saladino (Salakh-ed-din), bajo y,

más

tarde,

después de

imperio otomano,

incorporación

la

hecha por Schin,

trativa de los bajaes

y de

los

la

los sultanes

la

muerte

del

mamelucos, Egipto

del

rapacidad

al

adminis-

beyes turcos redujo de dia en

día la porción cultivada de la Delta.

Los puntos de desagüe PINTURA DECORATIVA ÁRABE

viéronse obstruidos por grandes las

masas de fango;

el

curso de

aguas encontró nuevos obstáculos, y el Nilo debió abrirse lecho nuevo y más profundo. encontró en la rama sebenítica y por Damieta una buena

El brazo oriental ó pelusíaco,


A TEAYES DE LA DELTA desembocadura: tiempo por

la

La» ramas

el

mano

occidental del

ó canópico,

hombre, y formó

principales,

existentes

deslizóse

el

91

por

la

bolbitínica,

brazo de Roseta en

en otros tiempos, han

el

en otro

abierta

cual nos encontramos.

completamente: algunas de las ramas secundarias, relativamente modernas, enriqueciéronse con el caudal de aquéllas, siendo hoy dia casi las únicas por medio de las cuales las del Nilo llegan al mar.

La

red de los canales de la Delta ha cambiado hasta

época de

los

extenderse á loto

la

es

vegetación á que daban vida,

poco lo

punto con posterioridad á

tal

ménos

que

que decimos de

la

desconocida; debiendo las

aguas: no sólo

papiro, sino también los abundantes cereales que en la comarca crecian,

el

y

Romanos, que actualmente

desaparecido

cedido su lugar á nuevas plantas, y hoy sobre aldeas y caminos proyéctase la

el

han

sombra

ALDEA DE LA DELTA

de

árboles

de

nuevas especies.

considerando que todo

ha

reconquistado

sido

familia y

tración

del

el

invadiría

jetife

el

país

por las

Ismail.

La

Debemos

sin

arrebatado al previsoras frase

de

embargo cultivo

consolarnos de tales pérdidas

por los mamelucos y los turcos,

administraciones

Bonaparte

de

de

Mohamed—Alí,

de

su

que con una buena adminis-

el desierto, y con una administración desacertada el desierto ha encontrado realización completa. Actualmente cuando se recorre

Nilo rechazaría el

en Octubre

Nilo, la

comarca vecina á Damanhur,

sorprende agradablemente

el

espectáculo

de frondosos maizales, que sembrados nueve semanas antes, ostentan ya sus doradas panojas,

en disposición de ser arrancados,

en los lugares

mismos en que

francés, en medio del desierto, experimentaba la escasez, por no decir el

el

ejército

hambre.


A TRAVÉS DE LA DELTA

g2

Una

favorable brisa del

sud hincha

en tanto que acurrucados sobre

la

la vela triangular de

nuestra modesta embarcación,

nuestras cubierta según usanza turca, deslízanse ante

que no el sentimiento de lo pintoresco, miradas campos y praderas, aldeas y lugares. Ya A cada paso que avanzamos. satisfacerse abundante con que la curiosidad encuentra pasto á nuestras miradas un grupo ofrécese rio del recodo un doblar al Sin embargo A veces

NORIA

que en

de palmeras lindamente dispuesto, ó las mujeres de una aldea allá y en todas regocijada comitiva descienden á la orilla para proveer de agua; y aquí y

de arbustos y

partes

sobre

distínguense el

cual

hombres, mujeres y muchachos ocupados en las tareas del campo, que lo baña el sol con sus primeros rayos, hasta

permanecen desde que

éstos se ocultan tras los límites del occidente lejano.

No

existen en la tierra

comarcas más

feraces que las que

hoy

dia recorremos: siendo


A TRAVÉS DE LA DELTA de

muy

lijo

aguas de

pocas las que puedan poner

más

93

prueba

á

la industria del

labrador.

Las

inundación temperan y abonan solamente una porción del suelo, que se distingue con el nombre de tierras rayah; en cuanto á los terrenos elevados (sharaki) no sólo exigen un año con otro un riego artificial, sino también que se las abone. En el Egipto superior constituya un espectáculo frecuente el del felah manejando el shaduf: la

en cambio aquí se riegan los campos por medio ciertas 'sasijas á

modo

Y se con ocen con

nombre de

el

de ruedas á las cuales hállanse fijadas

de cántaros, (scikiyeh) ó de norias radiadas, que forman depósitos,

Los búfalos y

tabut.

los camellos

ponen en movimiento

se percibe á gran distancia;

no siendo sin embargo

tales armatostes, cuy'o

monótono gruñir

caso extraordinario

que se mezclen á tan desapacible son,

el

una bomba de vapor establecida junto á la Aquí se saca el agua para regar los

orilla

L

pies

del

algodonero

correspondiente, de flores parecidas á las del rosal silvestre:

campos que cubren

trigo,

el

que es como llaman

lino

el

y

,

allí

cubierto

en

época

la

para dar tempero á los

«El padre del sueño» (abri-u-num),

indigo.

el

acompasados golpes de

los

árabes á la adormidera, matiza con sus flores blancas, rojas y purpúreas extensas porciones del terreno; y da gozo ver las doradas esferas y los verdes los

cilindros, que ruedan por el suelo

La mayor con

tres,

parte de los

en

las eras

sembradas de calabazas, pepinos y melones. al año; no siendo pocos los que dan

campos rinden dos cosechas

que se establezca verdadera rotación, y en determinados períodos se les

tal

deje en barbecho.

Al

nos aproximamos á

presente

un

lugarcillo

construido

que,

á

la

orilla,

parece

invitarnos á desembarcar.

Un muro

hecho con barro del Nilo; un techo labrado con troncos y ramas de palmera,

sobre las cuales se extiende una capa de tierra, constituye la cabaña de un felah pobre:

en cuanto á secados

los

al sol;

labradores acomodados se guarecen en casas construidas con ladrillos

y por

lo

que se

refiere

con adobes perfectamente cocidos. de

mayoría de

la

las puertas,

óvalos y espirales: platos

No

á

la

gente de pro, dispone ya de viviendas hechas

existe ventana alguna con vistas á la calle:

sencillos

aquí se ha tomado

como elemento

una combinación de

ducción del rey de los animales; en otra parte

la

allí

decorativo

una

prolija

del desierto, sirvieron

la casa,

la

la

y minuciosa repro-

de vehículo al dueño de

Meca. Tales pinturas decorativas pertenecen

decir á escuela de que forman parte los chiquillos que dibujan por inspiración, es

mamarrachera, de

la

losanges,

pintarrajeada representación del vapor ó

del camello que, á través del

á

encima

tales

de porcelana (faenzas) de vivísimos colores;

Mar Rojo y cuando hizo su peregrinación á

como

motivos de ornamentación

encontraremos abundantes ejemplares en

la cual

la

misma

capital.

Montones de inmundicias, sobre los cuales crece la hierba y se revuelven los perros que, r furiosamente, buscan huesos y piltrafas con que alimentarse, obstruyen las ladrando i

involuntariamente á Rayah, sharaki, shaduf, palabras todas que retraen

secani, catuful, en uso en la lengua catalana

EGIPTO,

TOMO

I.

.

la

memoria

las voces regar, secáno,

arcaduz,

cast.;

.

24

y regar,


A TEA YES DE LA DELTA

94 calles;

no siendo cosa rara ver en

ellas la

y cabañas hállanse diseminadas debajo el

más

bello de los

palmeras

gallardas

de

carroña de un asno en descomposición. Casas

un alminar:

cimbrean sus elegantes ramas; y

agradable perfume de sus flores desmayadas. verde;

el

Acá y

sicómoros que constituyen

En medio aldeas;

de

pero

las frondosas

acacias

las

envían

acullá se divisan

retorcido algarrobo cargado de fruto; el sont espinoso

que de pocos años á esta parte, han encontrado en

tales

los

adornos del lugar, mecen sobre los techos

y

lo

el

á

copas; las lo

lejos

el

tamarisco siempre

lebaks de la Judea,

Egipto una segunda patria.

el

su pobreza raras veces se encuentran

también seria excusado buscar en

la

ellas

miseria y la mendicidad el

debería esperarse, dadas las condiciones de este suelo feracísimo.

bienestar campestre

La mayor

en

que

parte del país

RUINAS DE SAIS

pertenece

ó

al jetife,

al bajá ó

como simple jornalero ,

las rentas si

y

al si

bey: llega

el

felah sólo labra

á ser propietario

que percibe, las gabelas que debe satisfacer:

las tierras ,

el

consume

en calidad de colono la

casi

totalidad

de

mísero aldeano se somete cual

fuera irresistible ley de la naturaleza á la terrible opresión que pesa sobre él desde la

fundación del imperio faraónico,

y esta opresión que llegó hasta su más alto punto en época de los mamelucos y de los beyes, subsiste todavía, no obstante haber el gobierno invertido millones y más millones para introducir mejoras é innovaciones, que deben redundar en beneficio de la riqueza agrícola del país. la

Llegados en

el

al

interior.

término del primero de nuestros viajes, dejamos

el buque y penetramos Poco camino recorrido, ofrécese á nuestras miradas una nueva aldea:


A TRAVÉS DE LA DELTA algo

más

ellas

un diminuto lago, en cuyas

reales

hacia

lejos,

plateadas,

el

norte,

95

verdaderas colinas de ruinas y escombros, y al pié de orillas se

que dejan que á

cigüeñas y una bandada de garzas aproximemos antes de volver la graciosa

divisan

nos

ellas

curva de su cuello y de remontarse por los aires, para nítida blancura,

hacia la región del Nilo.

dirigirse,

Sait, la magnífica residencia de los Faraones; la ciudad por

una escuela no ménos cuya mezquita

á

conserva

las ruinas,

el

las ruinas

demás docta donde

de

floreció

La mísera

célebre entre los Egipcios que entre los Griegos.

levanta junto

se

formando una nube de

Nos encontramos en medio de

aldea

nombre de Sais

pretencioso

bajo la forma de Sa, ó Sa-el-Haguer.

Hace ya algunos años, para siempre jamás de

la

intenté

reconstruir

sobre haz de la tierra,

mentalmente tal

la

antigua Sais

1

borrada

,

cual era en los tiempos de su

mayor

pujanza,

devolviendo á los templos sus sacerdotes y animales sagrados, á las calles y plazas su abigarrada muchedumbre, á sus palacios los príncipes y la grandeza. Difícil me es aquí expresar los sentimientos que asaltaron mi espíritu en el momento en que

fueme dado poner por vez primera

sumergirme en

el

muertos. Por más

la planta

sobre

suelo

el

de esta ciudad venerable,

seno de tiempos por demás remotos, barrer las ruinas y resucitar los que recorrí en todas direcciones aquellos campos de soledad; aquellos

me

no

collados de ruinas,

fué dable

descubrir

una

siquiera de aquellos edificios

sala

suntuosos; un aposento, una columna: sólo logré distinguir una de aquellas vastísimas

murallas cuyas colosales dimensiones no tenian semejante ni aún en Hállase

enormes adobes secados

construida con

esta ciudad en otro tiempo tan famosa. el

y

al

el

lago sagrado, sobre

mismo

Sobre uno de esos oteros elevaríanse

palacio de los Faraones: el estanque situado al

constituye

el

Egipto.

y ciñe los informes restos de

sol,

norte, junto á

la

el

castillo

muralla exterior,

cual, durante las primeras horas de la noche, repre-

el

sentábase encima de suntuosas barcas, con gran esplendidez, no desprovista de misterio, la historia

de Isis y Osiris. El lago era indudablemente

Neith, la madre divina,

el

representación de la Naturaleza netrable para

el hijo

una dependencia

principio femenino de la vida del ,

mundo y

del templo de

del

hombre;

es

cuya obra misteriosa debe ser constantemente arcano impe-

de la tierra. Su estatua llevaba al pié

la siguiente inscripción:

»todo, pasado, presente, porvenir: mortal alguno ha levantado jamás

el

velo que

me

«Lo soy oculta.»

Tales son las palabras que inspiraron á Schiller su bella poesía á «la velada imágen de » Sais » :

el

debajo de

joven que osó levantar

el

espeso cendal, jamás ha revelado lo que descubrió

él.

Desvanecido, inerte, anonadado Los sacerdotes al otro dia le encontraron

Cabe las plantas de la madre Isis; Mas lo que sus ojos sobre la misma vieron Jamás los labios suyos revelaron.

1

En

la obra titulada

La Hija

del

Rey de Egipto.


,

A TRAVÉS DE LA DELTA

96

Aquí, como en otros lugares, grado,

la

imagen de

la

diosa ó del animal que le estaba consa-

la

sacado de las canteras de

primera catarata, en

la

lo

hijo

consagró á

la diosa de

como

quien se llamaba hijo,

de Neith. Este gigantesco monolito, los obeliscos,

capiteles en

forma de palmeras,

testigos dignos de fe,

y los

adornaban

que los palacios reales

las

,

particulares

indica su sobrenombre de Si-nit , esfinges,

otro

M.

columnas con

las

tiempo, según manifiestan

sepulcro de

el

y

,

mismo

el

Osiris

y de

monumentos de

piedra encontrados

Mariette sólo han puesto en

en estos

y conservados en

sitios

Europa. Sabemos sin embargo por otros documentos, que

florecimiento

saisita.

Justo es pues que nos mostremos

con

agradecidos

la

número

A i

ha

que

casualidad,

el

museos de

hwwa

dinastía

la

reyes

evidencia

escultura egipcia alcanzó

la

nuevo

bajo

los

destino

los

escasos objetos dignos de mención, siendo reducido sobre todo encarecimiento

de

enorme

el

de 940,000 kilogramos,

santuario de la divinidad, han tenido

el

casas

Las excavaciones practicadas por

saisitas.

ménos

las

que en

colosos

Amasis había

sola piedra.

extremo sud de Egipto,

el

bloque de granito, cuidadosamente labrado, que no pesaría

y

una

vaca, hallábase colocada en una nave formada de

proporcionado á la colección del Vaticano

una estatua por medio de

cual

la

podemos

á los acontecimientos

más impor-

tantes de la ciudad de Sais,

durante los

asistir

dias

que siguieron á

la conquista llevada

á cabo por los persas.

acompaña nos

la

La

inscripción que

Cambises

que

revela

después de haberse apoderado de la ciudad, procedió con

mucha

benevolencia con

la

CHAPITEL DE PALMERA

sacerdotal y se hizo

clase

misterios de Neith.

que nos pinta

la

Más

tarde fué

historia.

cuando

el

iniciar

en los

hijo de Ciro se convirtió

Mucho tiempo después

de

él,

en ese loco furioso

los sabios de la escuela de Sais

continuaron gozando la elevada consideración que tenían conquistada desde

más

remota.

La más

medicina entre los egipcios, á

ellos

se

de

podemos deducir nomía,

gracias

tierra,

la

y,

por

lo

que nos

profundos conocimientos

los

á

antigüedad

la

continuada

la

debe, y á ellos debió Solon las noticias que nos

dá de la Atlántida, de ese continente desaparecido, occidentales

la

importante de las obras que han llegado hasta nosotros, sobre

observación

que existió un dia en

refiere

Platón

respecto

las

del

regiones

particular,

que aquellos tenian adquiridos en astroque

hicieron

del

firmamento.

Herodoto

instruyóse á su lado, y la tradición hace salir de Sais á Cecrops el fundador de Atenas.

Todos

los

griegos conocían á Neith

derecha á izquierda pueblos de

la

da

(A)nh©(A).

Athena y ha podido notarse que aghna

Esta diosa,

Libia, representábase

á

la

cual

prestaban

también

leído

culto

de los

llevando sobre la cabeza una lanzadera de tejedor,



A TRAVES DE LA DELTA y sabida es

y

la justa

fama que alcanzaron en

las preciosas estofas elaboradas

En

tiempo alguno alcanzó

en

la

la

99

antigüedad los tejidos de lino, los tapices

ciudad de Sais.

Egipto la prosperidad material, de que son elocuente

el

testimonio sus numerosas ciudades y su grandísima población, que en la época en fué gobernado

espectáculo

de las desiertas llanuras y de las

do quiera se dirige

la

mirada,

el

que

¿Pero y después? Ante el tristísimas ruinas que contempla el ojo

amiga de

por la dinastía saisita,

los Griegos.

corazón se llena de duelo. Durante los primeros siglos

de la era cristiana Sais tenia todavía importancia, tanto que era residencia de un obispo:

más

adelante no encontramos mención siquiera de su existencia: en cuanto á su pasado

memoria de

vivirá eternamente en la

Conducidos por

la

hombres.

los

lancha nos alejamos en dirección

Norte. El crepúsculo de la tarde

al

va tendiendo su velo sombrío, y dejando vagar la fantasía nos representamos en la imaginación aquella fiesta nocturna de la Neith de Sais, conocida con el nombre de fiesta de lámparas, durante

las

dia.

cada uno de los habitantes encendía su antorcha, y una

la cual

iluminación espléndida, en

la cual

Después de una travesía de

población,

la

hospitalaria

tomaba parte

tres

el

Egipto entero, cambiaba

horas echamos anclas en

la

noche en

puerto de una lindísima

el

Desuk. El sueño es poco grato sobre

los

duros lechos del

buque, y difícilmente puede resistirse al prematuro despertador del sol de Egipto. Los beduinos que se dirigían -al mercado de camellos habían plantado sus tiendas junto al desembarcadero, y en cuanto amaneció

su fuerza y esplendor, disipó

las

abandonaron para rezar su oración matutina

firmamento, y en cuanto el disco solar, en toda débil bruma, viniéronseme por vez primera á la memoria

vuelta la faz hácia Oriente. Enrojecíase la

el

estos sublimes versículos de la Biblia, que después he repetido tantas cuantas veces he

contemplado en estas regiones

el

El sol ha levantado su tienda sobre

comenzar

el

la luz de

un nuevo

En su

firmamento:

dia

victoriosa carrera.

un extremo

Salido de

De ella sale lo mismo que desposado De su cámara nupcial

Avanza hácia

Y regocíjase,

Llenando

cual héroe poderoso

Personas existen en

Oriente

que se entregan

que duerma mucho; pues prescribiéndoles sol, tiénese

por poco saludable que

de que las horas frescas de la

el

el

el

el

del cielo

extremo opuesto

mundo con

muy temprano

á la oración: ninguna

precepto religioso el rezar á la salida del

astro del dia bañe la frente de

mañana son indudablemente

las

más

aquí que encontremos á los árabes ocupados en su primera ablución

como

En los

dicen en su pintoresco lenguaje, pueda distinguirse este

dia

se

celebra

beduinos instalados ante

y retozando unos con

su esplendor.

«un

á

más

gratas del dia.

De

un dormilón:

mucho

antes de que,

hilo blanco de otro negro.»

en Desuk mercado semanal de camellos. Los la

otros.

aldeanos y mezquita del santón Ibrahim hacen su negocio, charlando

La majestuosa cúpula

de

la

Gama

(mezquita)

ha sido


A TRAVÉS DE LA DELTA

100

pasados de recientemente p.ntada, pees ocho dias

de Tantah, debe celebrarse con

la feria

Koran, feria anual, danzas y otros públicos regocijos, funciones religiosas, recitaciones del santón de Desuk, cuyo rela natividad (molid) del á ninguna cede, en todo

nombre

Egipto, sino a la

el

del santón Sejjid-el-Beduí de Tantah.

impreso

damente

el

genuino

mujeres que conducen

Entre las

sello oriental.

mercado hortalizas ó

volatería,

animados grupos van á proveer de agua para

ó en las

al

profun-

lleva

Cuanto aquí descubren nuestros ojos

necesidades domésticas, alguna se distingue verdala atención

deramente digna de llamar de

para

ella

en

fijarnos

realmente Desuk en

mas

la

desviamos

¿Levántase

en que en otro tiempo

sitio

el

;

pregunta:

esta

Neukratis?

se alzó

Pero ¿qué era Neukratis?

La ciudad precursora en

Egipto

de

la

cual

establecerse

permitido

de Alejandría; la única ciudad

durante

,

largos

á los Griegos,

siglos

oposición á sus operaciones mercantiles: para FUA

la

Nilo

partido de la

mented

los

una como

liga hanseática,

(Juno); los Milesios, otro á Apolo otro

continuó

con

la

á

La

Júpiter.

el

Helenion en derredor del cual ,

los

Egí-

colonia

contribuyó con su dinero á

como huéspedes á

política

y

les reunia,

relaciones mercantiles

en estrechas

metrópoli;

,

potentado

de la las construcciones públicas cibió

mútua-

Dorios y Eolios aliáronse' cada uno con. especial representación y

Elera

á

templo

del

Japón

en verdad que los helenos supieron sacar buen

un santuario común que á todos

samiotas levantaron un

netas

el

concesión que se les otorgara. Jonios,

estableciendo

todos con

Y

de Desima.

factoría [holandesa

fuéles

el valle

que fué durante mucho tiempo para

lo

,

sin y dedicarse

desterraba de

los

la

Gi ecia y

i

ciudadanos que

patria,

e

la

ofreciéndoles

pudieran una vida rodeada de atractivos cual carecia de tenerla en ella misma. Neukratis en la en la hermosura de sus flores y rival

belleza de sus

mujeres

,

entre las cuales sobre-

ANTE LAS PUERTAS DE RESCHID (ROSETA)

Rhodopis, que tomó por esposa Baraxo, hermosura alabó hermano de la poetisa Safo cuya soberana

salió

Grecia entera, y cuya

la

,

memoria celebraban aún,

al

cabo de muchos años,

la

tradición

y

los cantos populares.



A TRATES DE LA DELTA Donde

se

103

hoy Desuk, debió levantarse en otro tiempo

asienta

mas nos afanaríamos en vano buscando algún fragmento

de

nomo

al

Desuk, en

célebre Neukratis;

pasados tiempos:

un

ni

cerámica, ni una insignificante piedra en apoyo

de semejante presunción. perteneció

de los

resto

la

No

saitico;

dirección

al

cabe dudar que la colonia griega pero hallábase algo

Oeste.

Fijar

de

más

lejos

que

un modo preciso

el

punto en que se encontraba, es imposible de todo punto; pues

no existe dato alguno que sirva de base sólida á semejante hipótesis.

Adelante pues: sigamos nuestro camino marchando hácia

el

Roseta, y apresurémonos, si es que deseamos visitar (Reshid) y llegar oportunamente á Tantah, para asistir al

Norte,

comienzo de

Un

la

gran

feria.

hincha

favorable

viento

nuestras

velas:

á

la

derecha

izquierda y aseada villa de Fera, y á la de Fum— el-Mahmudijeh en cuyo punto se hallan instaladas

dejamos

la

linda

la

las

,

U'

máquinas de vapor que aspiran

CASA CON BALCON EN ROSETA

el

el

canal que enlaza Alejandría con

agua el

del rio para alimentar

Nilo.

Uno

en pos de otro

alminar, ofrécense á nuestras miradas pequeños lugares agrupados en derredor de esbelto

que desaparecen

al

cabo en medio de inmen-

sas tierras de labor perfectamente cultivadas.

A

la

calda de la tarde

pasamos delante de

Abu-Mandur, que coronan

colina de

la

gallardas

palmeras, y preséntase de improviso el puerto de Roseta cuajado de embarcaciones árabes.

La

casa del general en jefe de las fortificacio-

nes de

la costa,

quistó

un nombre

secesión),

(un americano que se conilustre

durante

la

por y al otro dia, acompañados bravo militar, visitamos las calles, las

guerra de

nos ofrece hospitalario albergue,

mezquitas y los jardines de

hijo

el

del

los bazares, la ciudad.

Numerosas columnas y pilastras griegas restan aún de la antigua Bolbitina, utilizadas unas

en

mezquitas

subsistentes

derribadas en ni

una

el

ó

casas

particulares

á campo raso,

otras

suelo; pero ni

inscripción

de

un

pié

ó

edificio,

de época anterior.

TABLA DE ROSETA

Gran número de casas de muy

bella

apariencia,

exterior casi completamente europeo, son testimonio de dos y tres pisos, con balcones y


A TRAVÉS DE LA DELTA

104

tiempos anteriores ha tenido Rojeta En efecto, en especial el trafico de los alejandrino comercio conquistar una gran parte del productos naturales del Egipto; mas al

elocuente logró

que

de la importancia

.

en

,

ceder

debió

cabo rival,

el

del canal de las

su

Mahmudijeh, restableciéronse

comunicaciones entre Alejandría y

Kilo.

La impresión que

recorriendo sus calles

un

preeminencia á

la

dia en que gracias á la apertura

,

se

el

experimenta

es la que produciría

antiguo palacio cuyas vastas habita-

ocupara

ciones familias

de

la

un reducido número de clase

media:

mucha

es

ciudad para veinte mil habitantes.

Como

quiera que sea debe convenirse en que sus jardines son deliciosos y están esmer adámente cuidados. El nombre de la ciudad

en lenguaje copto es Ti Rashit, que puede ventanas del harem

por

la

Saliendo traducirse ciudad de los regocijos.

puerta del Norte se encuentran algunas obras de defensa,

de San Julián, el cual se levanta en los

franceses,

Buchard, le

"

el

.capitán

construir

al

previniera

,

dió

punto en que, en

el

entre

otras

el

fueite

año 1799, en tiempo de

ingenieros

reducto que se

el

con

de

el

la

famosa piedra

que debía inmortalizar su nombre y co-

municar

al

de

Roseta nuevo brillo y es-

plendor. Difícilmente

persona ilustrada

existirá

que no haya oido hablar de la piedra, ó mejor de

la clave

monumento que tintas

de Roseta; del venerable lleva

inscripciones,

anticuarios europeos los

arcanos de

grabadas

tres

medio

por cuyo

dislos

han podido penetrar

la esfinge egipcia,

que per-

manecieron ocultos durante largos

siglos,

han

logrado

ó hablando en otros términos, descifrar

los jeroglíficos

de las batallas puso en

egipcios. El azar

manos de

ses esa joya inapreciable,

PUERTA DE UNA CASA ÁRABE

los ingle-

que se conserva hoy del modo debido, es

de gran valor en las galerías del Museo Británico.

Más

decir,

como

adelante, cuando nos

objeto

ocupemos


ZENAB

EGIPTO,

TOMO

I.



A TRAVÉS DE LA DELTA en

la

al

cual

descripción de otro

hanse

monumento

confirmado

plenamente

tendremos ocasión de

existente

referirle

lector

al

los

107

hoy en Bulak, cerca

resultados

por

obtenidos

de qué manera,

merced

del Cairo,

egiptólogos;

los

por medio de las inscripciones

en lengua egipcia, y de la traducción de la misma en la griega, que se encuentran en la piedra, se llegó al descubrimiento de los misterios encerrados en los jeroglíficos.

Aquí

que

únicamente,

diremos

ángulos

la

piedra

incompleta;

está

que constituiría un hallazgo de inapreciable

y

pues

valor

falta

uno

invención

la

sus

de

de

dicho

fragmento.

Pero harto nos hemos detenido en esta excursión hácia de un nuevo dia, deshagamos

el sol

tomamos

de nuevo

el

en nuestro viaje, en

vagón de

el

y pues

Norte,

brilla

ya

camino recorrido y retrocedamos á Desuk. Aquí y alcanzamos

la via férrea,

momento

el

el

en que comienza la

que nos propusiéramos

el fin

feria.

Tantah es una ciudad egipcia de mediana extensión, residencia

del

mudir ó gobernador

de una provincia importante. Delante del parador de la via férrea, ábrese una calle de

hermosas casas construidas según

un

cia de

europeo

estilo

cuartel, siendo tan espacioso

como

:

el

palacio del virey tiene toda la aparien-

feo: el polvo

está ardiendo bajo la influencia de los rayos

del sol

blanquecino que tapiza las calles

del

medio

dia.

Tomamos

por una

de las calles estrechas, frescas y sombrías que guian al interior de la ciudad, y que como todas las árabes sólo ofrecen una larga serie de paredes completamente desnudas, inter-

rumpiendo únicamente acá y acullá tanta monotonía, uno que otro muxarabieh, ó balcón la sombría pared, ó las delicadas labores de las jambas ó esto, más perfecto y abundante encontraremos no poco de puerta. Más una del arco de saledizo que se destaca sobre

en

el

Cairo.

Al cabo hemos llegado Difícil

de

todos

delante

cuales

por todo extremo

es

los

de

puntos,

uno

de

exhiben los

v los

al el

más

bazar

principal,

abrirse difícil

el

paso entre

todavía

mercado (sok) de

gran la

conquistar

á

menguados tenduchos levantados

mercaderes

sus diversos

podríamos adquirir, comparado con

lo

géneros.

la

ciudad.

apiñada muchedumbre que aflu\e fuerza

uno

Mas ¿qué

mucho y bueno que

de

junto

puños un lugai á

significa

se encuentra

en

otro, en

los

lo

que aquí

la

ciudad de

los califas?

Dejándonos llevar por la oleada de la gente, no tardamos en hallarnos ante la de sus formas mezquita nueva. Es grande y está bien conservada; pero la incorrección visitante, que convierte en cambio influye en que solo medianamente quede satisfecho el al templo, la cual constituye una placentera la mirada en la medreseh (escuela) adherida

encantadora construcción del tiempo antiguo. los pintarrajeados botes Frente por frente de aquélla, brillan los tersos cristales, y establecimiento de todo punto indispensable en una ciudad la botica,

redomas de

y un entendido farmacéutico aleman, que encierra un gran hospital. Es dueño de la misma prestado a su país mu\ hombre de instrucción no común, que ha viajado mucho y


A TRAVÉS DE LA DELTA

108

podrían tomar

Hémenos en

Muchas son las farmacias europeas que como verdadero modelo de deslumbrante pulcritud. que misma é fin de contemplar la abigarrada muchedumbre por la mañana, mañana presenciar mezquita, la interior de y naturales.

servicios á las ciencias

buenos

botica

la

instalado en

la

penetra en

el

dia

tal

referida

la

que estaremos á viernes,

solemne procesión que

á

inauguración

de

sirve

feria,

la

sepulcro del santón Sejjid—el—Beduí.

el y termina en No hay en todo

sitio.

los

peregrinos se

conocida con el

el

En

el

nombre de gran Molid,

Por supuesto que no

de Enero y del equinoccio de primavera, pero en la que tiene lugar á fines de Agosto en la cual se conmemora el natalicio del Santón,

mes

las del

cuentan por millares;

ellos se acerca

número de

concurridas que las que se celebran en este

más

Egipto romerías

Tres se realizan cada año.

á medio millón.

es

únicamente

el

que mue\ e á

el

sentimiento religioso

tale&

los que los llevan á Tantah. Las transacciones gentes: otros completamente profanos son mercantiles se realizan en gran escala duiantc la tena,

y no

necesita

se

más para comprender que ha

en romería á

la

Ateca

manes.

Aquí

llegan

no olvidan

,

que por otra parte no

interés

el

comer cial

prohibido á los

está

les

de ser

áun dirigiéndose

quienes,

poderoso incentivo para

éste

Musul-

rebaños numerosos caballos y

en

camellos, bueyes y ovejas que se ponen en venta, no siendo ménos importante el valor de las transacciones

que se hacen

en

sitios

mercados

en' artículos del país, las cuales se verifican

más importantes sino por

extraordinaria,

al industrial trabajando

ducho, por

como

determinados,

lo

el

nosotros,

entre

año,

del

contrario

muy

se da

más

los

cosa

frecuente, ver

afanosamente detrás de

mismo que

en

siendo

no

su ten-

valor á los artículos

VENDEDOR DE PAN DE DÁTILES

de primera mano, y de cuya solidez y perfección puede maestro que los elaboró. Que los figones se hallan incesantemente atestados, ellos, no hay para que decirlo; sin embargo las gentes de viso no ponen los pies en que contentándose con un pedazo de pan de dátiles, que compran á modo de golosina, y responder

el

una pasta formada con

consiste en

mente

el

más que

cuesco, al

incesante y

A

la

muy

comprador atrae á

y^

la

carne

estrujada.

las

del dátil,

Y

del

cual

se

ha quitado prévia-

aquí cumple decir que

moscas, contra

las cuales

el

pan susodicho

debe sostener

el

vendedor

recia batalla.

manera que

los rateros

prensada

las

aves de rapiña marchan en pos de las bandadas de aves viajeras,

siguen como su propia sombra á los concurrentes á

la

feria;

por cuyo motivo

deber en aconsejar á sus amigos, y dirigirles mil recomendaciones y saludables advertencias antes de que vayan á la extensa plaza en

los habitantes de

la

ciudad se hacen un


EGIPTO,

TOMO

28 I


'


.

A TRAVES DE LA DELTA que tiene lugar

el

tiempos encierra

el

mercado de

111

caballos, en la cual se ofrecen al peregrino cuantos pasa-

Oriente.

Pero no es tan sólo en dicha plaza donde están concentradas

las

diversiones:

todos

profusamente iluminados; y desde fuera se perciben los agudos música árabe que suena en su interior, un tanto apagados por el ruido de

los cafés de la ciudad están

sones de

la

y los bravos (Ya SalámJ

las castañuelas

1

de oyentes y espectadores. Aquí acuden cuantas

bailadoras, cantoras y cortesanas aderezadas y arreboladas encierra el valle del Nilo, y así se explica que encontráramos en Tantah una Ghazijeh (bailarina) que habíamos admirado

en

las

más remotas comarcas

del Nilo superior,

en

la

casa del agente consular de

Alemania

almeas y cantadoras más famosas del Cairo: mas no se crea por esto que escaseen, entre las que aquí se hallan, consumadas, artistas y mujeres de peregrina belleza. Por punto general pertenecen á una raza parresidente en Luksor.

Las únicas que no concurren son

ticular,

distinta de la egipcia

una de

las cuales,

las

propiamente dicha, y cuentan con maestras directoras, á el nombre de Machbuba— Bey. Ocasión

acaso por chanza oímos dar

tendremos de verlas más despacio y en círculo más reducido cuando nos hallemos en Said, su vestido la riqueza de sus y entonces nos ocuparemos en describir la elegancia de aderezos y la naturaleza del arte que profesan. En tanto dura la feria de Tantah doquiera convierte el viajero la mirada distingue mujeres de esta clase y además famosos bailarines ,

de mujer, charlatanes y juglares que lucen sus habilidades al aire libre, en medio de un apretado círculo de embobados espectadores, que presencian el espectáculo acurrucados en el suelo. Aquí es donde mejor que en parte alguna puede estudiarse la vestidos

sencillez é ingenuidad de los orientales.

creer sin verlo, la bondadosa complacencia con que los adultos hacen

Difícil se haría

lugar á los niños y los colocan en primera

fila

;

y los más crecidos y

los

hombi e& se

colocan en segundo y tercer lugar para que los menores y las mujeres puedan \ei mejoi saltimbanqui empuña su con el horror que se dibuja en todos los semblantes cuando el

trahecho puñal

pronuncia

el

:

profundo respeto con que todo

el

nombre

del

Omnipotente,

el

el

concurso se inclina cuando

nombre de Alá.

las

el

charlatán

ingenuas caicajadas y geneial

^ y de Ah— Kaka, siquitia sea de alma, que asistan á tales espectáculos, mujeres é-

regocijo que excitan los chistes y ocurrencias de Karagjuz

lamentar, y lo

lamentamos con toda

inocentes rapaces

3

el

.

De cuanto llevamos

dicho se desprende que no es simplemente

el

sentimiento religioso-

sin embargo, que la inmensa único que lleva á los peregrinos á Tantah: justo es confesar, al sepulcro que encierra losjunto orar deseo de ardiente su de impulsos mayoría obra á

lo

i

i

Tendría en esta palabra su origen

el

Salaa y Resalaa de Andalucía?

entre los Karamnz es entre los musulmanes, lo que el polichinela del Karagjuz, puede ver el desee más notSias sobre las representaciones .

fi

V. italianos; pero

mas

_

cínico,

_

mas

soez y

mas desenfrenado. Quien En Mondo

libro Constant inopia, de E. de Amicis, publicado en

Ilustrado que dan a luz los ed t °^ e “ ^' que ofrece CQm posicion en verso del poeta Willibald Winkler, describiendo la animación ¡er Suprimimos por inneees consignados por el autor, pierde, traducida p0 rque sobre no añadir nuevos detalles á los plaza de Tantah con motivo de eso* la rima y e condonante. comunicarle pueden que todo interés prosa, el '

la en.


A TRAVES DE LA DELTA

114

miles,

y

á

lo

largo del

escena que nos trajo á

la

canal

de

memoria

praderas apacentando sus rebaños.

Tantah tuvimos ocasión de presenciar más de una los

tiempos en que los hijos de Jacob recorrían estas


FATME (FATTMA )



i-

y

>

i


C

I

p x o

Cairo visto del Norte


COSEN visto junto á las puertas de

Quien haya Tantah,

la dilatada llanura

donde se

reúnen esos millares de peregrinos, de seguro se le habrán venido á las

mientes los campamentos de los Ju-

Exodo. Palpitantes

díos después de su

de vida se ofrecieron á nuestras miradas las figuras

más

bellas de la Biblia,

haciéndose tangibles,

si

de esta

ma-

nera podemos expresarnos, en cuanto

pudimos contemplar de cerca varones de luengas barbas, de pronunciadas facciones y mirada penetrante, ciñendo el

turbante,

descalzos

de piés y vistiendo la holgada

túnica de los pueblos orientales: pero no desprovistos

merced á una

de dignidad y soltura de movimientos, vestidura que en nada empece su libertad; yendo pende

sativos

ganado;

demás

un

lado para otro; echando

disputando entre

rápido,

ó

ayudando á

un

vistazo

al

en lenguaje breve y por las

mujeres veladas que

llevaban á abrevar los camellos.

Nos hallamos en

los límites del país de

Gosen:

las

imágenes bíblicas reviven en nuestra mente, invitándonos á recorrer venerar en EGIPTO,

TOMO

I

los

nuestros

lugares que

más

tiernos

hemos aprendido á años,

y que según


GOSEN

118

sabemos fueron concedidos por

el

Faraón á su ministro José, para que en

ellos se esta-

blecieran los suyos con sus rebaños.

Empecemos para

por tomar de nuevo

ello,

de coche por primera vez y luego hacemos

Gosen, es

país de

decir,

en

En Benha-l-Assal cambiamos

el ferro-carril.

lo

,

propio en Zagazig.

Nos hallamos ya en pleno

región oriental de la Delta. Para que de su disposición

la

pueda formarse idea, puede decirse que á afecta

lo la

que

alcanza

la

mirada,

una trompa de

figura de

caza, cuyo pabellón abierto hacia el

Oriente,

viniera á terminar

en la

caudalosa via fluvial que separa

el

Asia del África. El canal de agua ya en

dulce existente la TIENDA DE BEDUINOS

po por Mr.

lago Menzaleh

el

bañaba

Lesseps, ;

y

al

Oeste

la el

permanencia de

la

época de

los Israelitas

en

Egipto, restablecido hace poco tiemfrontera por la parte del Sud: en la del Norte existía

antiguo brazo tanítico, reducido hoy á las proporciones

de un estrecho canal.

Por grandes que sean el

país de Gosen,

Doquiera alcanza de agua dulce, al cual

la

rinde las

los

cambios que en

no ha llegado á perder la

inundación del Nilo,

el

transcurso de los siglos ha experimentado

los rasgos lo

que particularmente

mismo que

fecundidad del suelo recompensa abundantemente

más pingües

le

caracterizaban.

á lo largo de las orillas del canal el

trabajo del labrador,

cosechas: en cambio, en las partes elevadas,

hácia la parte del Oriente, extiéndense dilatadas mesetas, en las cuales crece

muy

lejos ya,

una

raquítica

vegetación, apropiada para que en ellas puedan los pastores levantar sus

tiendas al

parecer, el país

hácia

el

cuidado de sus rebaños.

Donde,

al .

ha experimentado más profundos cambios, es

mt

Norte, en la región del lago de Menzaleh: pues en rz

los

sitios

en que en otro

i!

tiempo apacentaban los pastores

Ü'i

semitas sus numerosos rebaños de bueyes, en praderas frescas las aguas amargas y hediondas de y abundantes, vense hoy los pantanos; y allí donde los pacíficos labradores acumulaban el

producto de sus cosechas en numerosas ciudades indus-

redes para que se y florecientes, tienden hoy sus sequen, delante de miserables cabañas, algunos pobres pescadores.

triosas

Por nuestra parte invitamos

al lector

á que se digne seguirnos

al través

de los campos

cultivados y de las soledades del desierto hasta los lagos del país de Gosen. Para emprender nuestra excursión tomamos como punto de partida la antigua Bubastis,

en

el

dia Zagazig,

centro mercantil para

el

comercio del algodón que se cosecha en

la


.

119

GOSEX

empleados del gobierno. Algo y aun y residencia de los principales que ver en la estación que tiene establecida la via en esta población floreciente

provincia oriental,

mucho hay Las

salas de espera, lo

mismo que

los escritorios de los comerciantes,

una pulcritud genuinamente europea; y más de un

viajero

se distinguen por

ha ohidado

el

desavunai»e,

PEREGRINO TUNECINO

absorto en la

contemplación y examen de

que se ven en

este apeadero.

van en peregrinación á

sulmán religión;

la

En primer

los extrañes tipos,

Meca, procedentes de todas

tiene el deber de visitar,

siquiera

sus compañeros de viaje,

lugar se llevan las miradas del europeo los que

una vez en

las

comarcas orientales. Cada

la vida,

mu-

los lugares santos de

han facilitado en gran manera y los vapores y los ferro-carriles

el

su

cumplimiento


121

GOSEX

entiai (Alemania), se dirige completamente sola á las Indias inglesa» paia cuanto sabe, el carácter de institutriz, cargo que le obligará á enseñar

N emsawilanda

en una casa con

y no es poco, á mozalbetes de diferentes edades! Ya se comprenderá, después de lo dicho, que la estación de Zagazig no está de»pro\i»ta

Hubo un tiempo en que semejante

de animación.

un

sitio

no era simplemente, como ahoia,

pasada, sino término de

lugar de

que atraía mayor número

viaje

de peregrinos que otro lugar alguno de todo Egipto.

A

corta distancia de la estación

se distingue

una

colina alta y es-

trecha, formada por las ruinas de la

La populosa

antigua Bubastis.

ciudad ha desaparecido de

haz de ello

la tierra

,

sobre

la

cumpliéndose con

el fatídico vaticinio del

profeta

Ezequiel. «Sus robustos mancebos

espadas, » perecerán al filo de las

y

» sus doncellas serán reducidas á es-

que

»clavitud». Las vitrificaciones

pueden observarse sobre

las ruinas

revelan elocuentemente que la ciu-

dad fué entregada á

mismo que

comedio;

su

taba en

las llamas, lo

templo que se le\an—

el

ese

templo

incomparable del cual habia dicho

que

muchos

haber

Herodoto

le

excedían en riqueza y grandor, pero ninguno que le igualase en elegancia.

árabes

Los

nombre de Bubastis.

con

designan

el

Tell Basta las ruina» oe

En medio

tramos hace

siete

de ellas encon-

años los frag-

mentos de dos estatuas de la dio»a, forma se con cabeza de gata, bajo cuya Sekhet. Represéntase en

mujer:

ella la

la hija del dios Sol,

y castiea á

los culpables

EGIPTO,

TOMO

en

que

peregrinos el padre de ios gatos en la caravana de los

la

prestaba culto con los nombres de Bast y de

irnágen de la pasión ardiente que conduce

lucha á terribles

el infierno: la

el

hombre a

hermosa

Afrodita, finalmente, que

empuñando 0

I.

la

mordiscos con los enemigos de su padre,


GOSEN

120

de semejante prescripción. Aquí afluyen

musulmanes de

tres paites

las

del

mundo. Los

de Túnez, son los que más y los moros venidos en cambio los caballeresco llaman la atención por sus blancos alquiceles y su porte llevan consigo la cafetera rusa con el tártaros cuidan más de sus comodidades, pues saben prescindir ni áun en medio de la cual preparan su té, de cuya bebida no kabylas, procedentes de la Argelia,

:

auxilio de l

ardiente sol del Africa, no dejando para nada as áridas arenas del desierto, ni debajo del

MOMIA DE GATO

ESTATUA DE SECIIET

vigilante guarda de una anciana del mundo y peludos birretes. Aquí, bajo la de dueña, pueden contemplarse las tres mujeres de un turco, que pasea receloso delante acaso imaginando siniestra, á diestra á miradas tremendas fulminando su pequeño harem,

sus altas botas

y

que se ha encontrado con

la

vuestra la de

descubierto el ligero velo turco. á sus

hermanas menos

escoltas,

libres.

la

más joven

de sus mujeres,

que deja

al

bonita y elegante contempla con curiosidad dirian éstas si supieran que esta joven sin velos, sin

Una europea Qué

y sin más amparo que

el

de sus condiciones morales, procedente de la lejana


GOSEN

122

su cetro de flores, preside los placeres del

amor y de

embriaguez y

la

los

regocijos de

representa con cabeza de de esta doble naturaleza unas veces se la las gentes en gran acudían fiestas sus zalamera, gata de la leona enfurecida, otras con las

fiestas.

En

virtud

A

en número. Herodoto habla de 700,000 personas. Amontonábanse mujeres, excediendo en ademanes

buques hombres y

los

rumor de cantor

licenciosos éstas á aquellos. El alegre

acompasadamente servian á ruido de las castañuelas y las palmadas que y músicas, y el tanto duraba la travesía, Al pasai aquellos de acompañamiento, llenaban el espacio en en gritos y vociferaciones, las poblaciones toda aquella muchedumbre prorumpia delante de

hogares, y llegados a Bubastis se insultando groseramente á los que permanecían en sus que durante el resto del año. vino más ellos en hacian grandes sacrificios, consumiendo la fiesta, refieie que los El historiador á quien somos deudores de la descripción de gatos que morian eran embalsamados, y luego enviados á Bubastis donde se les enterraba,

hemos encontrado de los gatos

No

traza alguna de los sepulcros

pero no ha desaparecido por

com-

;

pleto el recuerdo de la antigua santidad de tales

animales; pues no hace invertía

en

en

el

Cairo una

mucho tiempo aún, suma

Meca

á

la

gran caravana de

se veia invariablemente una vieja que

número de dichos anima-

llevaba consigo gran les,

se

importancia

alimentación de los gatos hambrientos;

la

v no hace diez años que en la

de

la cual se

daba por

este

de «madre de los gatos,» que sustituida por

motivo

el

nombre

al presente

un hombre que atiende

al

ha sido propio

menester. Pues bien, esta extraña costumbre debe, en nuestro concepto, su existencia al re-

cuerdo de los gatos que se llevaban á Bubastis, PLANTA DE ALGODON

Cuando

la

con motivo de

las

peregrinaciones á Oriente,

diosa está representada con cabeza de leona, los

monumentos

la

apellidan

también Astarté, y refieren que dispensaba á los pueblos del Asia especial protección. No cabe dudar que desde muy antiguo se encuentran ya semitas entre los habitantes de Bubastis. Los semitas eran

que eran contados

egipcio no tuvieran también

La

capital,

Pa

la

región oriental de la Delta: tanto es así

ya en tiempo de

que,

los faraones,

al

par que

el

nombre

un nombre semítico.

de la cual tomaba el

de José, se llamaba el territorio.

numerosos en toda

los lugares

ó Pha-ivos.

nombre

de «Gosen» la región concedida á la familia

Los hebreos llamábanla Gosen

lo

mismo que

á todo

Al presente se levantan todavía cerca de la aldea árabe llamada Fakus, diversos

montones de ruinas, entre

las cuales

hemos encontrado

el

nombre

del faraón opresor.



125

GOSEN Al presente puede llegarse á Fakus por

el

hierro: en otra ocasión hicimos

camino de

las regiones desiertasá caballo, y de este modo recorrimos las tierras cultivadas y empleados egipcios, los de casa en Delta, habiendo encontrado hospitalaria acogida

el viaje

de

la

lo

mismo que

rurales.

y entre

entre los comerciantes de algodón griegos,

Jamás olvidaremos

la

noche que pasamos en

joven, que después de haber cuidado de

los ricos propietarios

las cercanías de

Fakus con un

ingles

de las máquinas de "vapor de que

la instalación

un bey para despepitar y arreglar el algodón, permanece operaciones y atender á la reparación de los desperfectos. las dirigir para al frente de Dos años hacia que el entendido ingeniero residía en el se sirven en la propiedad de ella,

Egipto, donde

le

había acompañado .su joven y encantadora

esposa, cuidando de las plantaciones y dirigiendo

la

esplota-

cion agrícola industrial del acaudalado turco. Imposible imagi-

nar vida más

Ambos el

que

solitaria

la

de este matrimonio sin hijos.

esposos habían renunciado á los goces presentes, con

propósito de asegurarse los medios indispensables para dis-

frutar

en

Ante sus

lo porvenir,

en su patria, una vida independiente.

ojos tenían constantemente

en cuanto alcanzaran

un

solo objeto,

cantidad que la

la

misma

una

cifra:

representara,

abandonarían los inmensos plantíos que con abrumadora monotonía les rodeaban hasta perderse de vista; pero no antes. Para la

realización de semejante resultado, habíanse impuesto mil

privaciones.

En

los

anchurosos aposentos, pobremente amue-

blados, de su habitación, ficante:

jamás

pertenecían:

se vio

nunca cedieron á

el

adorno más insigni-

mantenía unidos con

la

el

mundo un

de

el

copas que

periódico inglés y

de cartas semi-destrozadas á fuerza de leídas.

das sobre

las

les

perspectiva de los encantos

viaje al Cairo ó á Alejandría;

que podía ofrecerles un les

no se veia

una gota de vino en

Yo

y un

sólo fajo

las vi esparci-

costurero de la dulce joven, cuyo contacto, cual

un réprobo, evitaban

las

mujeres árabes del

villorrio,

el

porque dejaba expuesta á

las

mira-

dijo, que no he y su rostro encantador. «Dos anos hace, me »hablado con una europea: no entiendo á las mujeres árabes y ellas me desprecian con toda »su alma.» Traía conmigo algunas botellas de vino tinto; y pasamos la mitad de la noche

das de los hombres su lindo

talle

hablando y comunicándoles yo diferentes nuevas del mundo; y al otro dia nos despedimos como verdaderos hermanos, en el momento de montar mi soberbio alazan para dirigirme portentos á través de Gosen hasta Zoan, hoy San, la ciudad en la cual realizó Moisés sus

en presencia del Faraón.

Durante la primera parte del camino atravesamos extensas mente cultivadas, v cruzadas en todas direcciones por canales de J

EGIPTO,

TOMO

tierras de labor, perfecta-

riego, que se diferenciaban

«j

1

.

32


GOSEN

126

muy

poco de las

abradores, cuyo fértiles

Roseta. Junto á las casas de que recorriéramos en nuestra excursión á dueños, tuve ocasión de ver muy aspecto revelaba el bienestar de sus

al lado de frondosas palmeras, y de huertas, con numerosos frutales de Europa, espigas me recordaron crecía el trigo egipcio, cuyas robustas

abundantes campos en que el

suelo de la lejana patria; pero al

lleno en

medio

&n concluyó tan grata perspectiva y encontróme de extremo estéril, sólo manchado acá y acullá

del desierto, terreno por todo

salinas que semejaban,

por eflorescencias

heridas por

el

sol,

una tenue capa de

lnelo.

la más completa soledad, y por vez Pasados breves instantes rodeóme por todos lados encanto del aislamiento en medio en mi vida experimenté al par el maravilloso

primera

PASTOR EN EL DESIERTO

del desierto,

á

la

y

la indescriptible

por demás se dan cita

emoción que tan fácilmente

estas tierras desnudas de vida, de

cual pueblan

se

apodera de los árabes, merced

un mundo de séres

fantásticos

y

aquí maravillosos. Aquí habitan y se congregan los duendes de todas clases; los goulos que surcan los aires en las más extrañas los djinus

v se encuentran

cabalgaduras, tales

y

como salta-montes, puerco-espines y

arañas. Los

yentes sostienen su existencia á puño cerrado, fundados en que

de su suerte.

De

ellos

hay muchos que

complácense en atormentar á

Los djinus se remontan hasta

los el

más

mismo

fervorosos cre-

profeta se preocupó

se convirtieron al Islam; otros, de perverso instinto,

hombres, siguiendo cielo

el

con

el

los consejos del

diablo

su señor.

propósito de sorprender sus impenetrables

cuyas ráfagas arcanos; pero los ángeles les impiden la entrada, y las estrellas cadentes


GOSEN

123

luminosas contempla

el viajero

revelan haber sido los

A

acampado en

el

desierto,

son

las

trazas inflamadas

que

precipitados á la tierra.

mismos rechazados y

solemnes de la oración, hiere el oido un veces, al atravesar el desierto en las horas más experto no descubre objeto alguno, y sin embargo

grito penetrante y prolongado: el ojo el

se apodera del viajero un débil temor; son se hace por instantes más agudo. Entonces rodeado de sus cercano cerro que le oculta el horizonte, y contempla

gana á toda prisa reses

Los

el solitario

el

al viento su plegaria. pastor que con toda la fuerza de sus pulmones lanza

espíritus percibirán su voz y

depondrán en su favor

el dia del

tremendo

juicio.

Encara-

acompañados por bandadas mados en sus camellos, rebujados en sus blancos albornoces, y mudos y silenciosos á la avanzar árabes viajeros esos quien contemplara á

de avestruces,

hora del crepúsculo á

lo

tomáralos sin gran largo de los callados senderos del desierto,

esfuerzo por una procesión de espectros.

Tal

es,

si

así

decirlo, la parte terrorífica del desierto;

podemos

mas

justo es confesar

adelante. Aquí la travesía en medio que tiene también sus encantos, que describiremos más fuera de uso encontrarse con otras cosa es no así de la soledad es de breve duración y áun ,

campamentos de que á nosotros toca, tres veces pasamos delante de camello» sus vigilaban y pequeño» beduinos que, descansando bajo sus achatadas tiendas, el sol ganamos la estrecha faja ponerse de antes Poco flaco. rebaños de ganado sumamente

personas. Por

de tierra

regaba

fértil

la

lo

que flanquea

parte

el

antiguo brazo tanítico del Nilo, que en

la

época de los faraones

más considerable de Gosen con mayor abundancia que en

el dia.

Ho}

lle\a

San-el-Ager. Del lado allá del agua se levantan los nombres de canal Mo-’ezz y canal de que llamamos no se presentó cabañas de pescadores de la aldea de San; pero por más las

alma viviente para guiarnos uniera en

el

del que se necesita invitó

al lado

opuesto.

camino, propúsome conducirme

para

decirlo,

pescador de una aldea \ecina que se

través de los pantanos, y en

me

ménos tiempo

fellah, agachóse y me pues sentíame dominado por un terror cuales no los hyksos de San, con las

desnudóse su luenga túnica de

á subir sobre su recia espalda.

inexplicable: parecíame que

Un

al

una de

Yo

vacilé,

las esfinges de

para que sobre ella me enea tardaremos en trabar conocimiento, hubiese resucitado sólo herencia esos pómulos abultados, ramara. ¡Cuántas generaciones se han ido trasmitiendo en

formas pronunciada», que tanto esos labios prominentes, esa robusta musculatura, esas tengase elegancia y esbeltez! tipo nacional egipcio que se distingue por su

Y

difieren del

centenares individuos cuyo aspecto en cuenta que no soy único en haber encontrado por arqueólogo que bajo los auspicios célebre el Mariette, Mr. impresión: ha producido idéntica puesto al alcance del estudio»o tantos del jetife ha sacado de la arena, y devuelto á la luz y

monumentos

sorpresa. egipcios, entre otros los de Tanis, experimentó idéntica

sobre su» descendiente de los hyksos me paso siguieion »u» palafrenero criado mi que aguas, y robustas espaldas al lado opuesto de las diestro los caballos, que ganamos huellas, llevando las sillas de montar en la cabeza, y del agua por la paite infeiioi la orilla opuesta, en seco de medio cuerpo arriba; pero chorreando

No

tengo pues para que decir que

el

,


129

GOSEN y que ya puesto shish.

el sol,

encontré albergue bajo

el

hospitalario techo del digno

Ahmed Back—

schurbe (sopa) no mal condimentada, una gallina rellena de arroz y pasas, y

Una

algo de pescado frito que

supiéronme á

gloria;

me

sirvieron

no menos que

por aquello de que á buen hambre no hay pan duro,

,

el

contenido de la última de mis botellas,

al hijo

de la

casa, el majestuoso Mustafá, el cual, á trueque de festejar y honrar debidamente á su faltó al precepto que prescribe la huésped, renunció á algunos de los goces del paraíso,

y

abstinencia del vino. Pero

si

el

refrán se cumplió en su primera parte, faltó por completo

EXCAVACIONES DE TANIS

en la segunda. teniendo

mis

en

criados

De como

pasé aquella noche vale

cuenta que la pasé

y

no

pocos

pescadores,

más no

acordarse: júzguese lo que seria,

una alfombra tendida en

sobre

y

sin

tener

á

mano mi

el

duro suelo, entre

provisión

de

polvos

En

cuanto

insecticidas.

No hav rayó

el

hijo de

pues para que decir

alba dejé

el

mi huésped á

si

saludé con placer la aparición del crepúsculo.

fementido lecho, bañóme en los restos

el

agua frígidísima

TOMO

I.

y seguí

al

de Tanis.

Al cabo de algunos minutos hallábame en medio de EGIPTO,

del Nilo,

las ruinas.

De muchas de

las ciuda-

33


GOSEN

130

quedan restos muy considerables y mucho mejor conservados; des y templos que visitaremos, que ofrezca tan pintoresco aspecto. Yo vagaba de un de ninguno un conjunto de ruinas exacto del todo, y antes de examinar á otro á fin de formarme concepto situóme sobre una pequeña loma situada al Norte, y v copiar una á una las inscripciones un jeque. Desde este sitio se dominaba me senté en el suelo junto al derruido sarcófago de

monumento

,

ruinas, y en él me coloqué una y muchas veces. cosa que no debe sorprender si se tiene en grandeza, inmensa La ciudad debió ser de

perfectamente

el

vasto

campo sembrado de

más importantes, y centro al par de la cultura y cuenta que era una de las residencias reales igual abundancia de grandes monumentos encuentra civilización del reino. Sólo en Tébas se de granito:

en cambio no existe aquí uno solo

en

estado

de

conservación

suficiente

para que por sus restos pueda restablecerse su disposición geométrica. El gran

Ramses

santuario levantado por faraón que oprimió

ha

cedido

II

,

el

pueblo de Jacob,

pesadumbre.

propia

su

á

al

Hechos pedazos y derribados en indescriptible confusión, en medio de restos

ménos importantes, vense columnas de granito con capiteles en forma de palmera, algunos colosos

y nada ménos que

Una

doce obeliscos hechos pedazos.

consigna

yenda árabe nes eran

una

varilla

gigantes

que

puede dudarse es que poder de un

pasada, que son muchos y como de

los

las

lo

más

que no

se necesitaba el

sido menester

sobrehumano para

sólo,

si

mas

gigante para levantar tales

monumentos, ha

damiento.

le-

farao-

que por medio de

mágica, levantaban

pesadas masas de piedra;

ESFINGE DE HYKSOS

los

No

un poder

reducirlos al

anona-

es esta ocasión oportuna

para describirlos uno á uno; digamos que existen que revisten verdadera im-

portancia.

Cada una de

las

épocas de

la historia

de Egipto, excepción hecha de la

más

antigua,

contemplaba á mi lado, tiene aquí su representación. Solo y sumido en tristes reflexiones, destruidos cimientos de sobre la pendiente de la colina y en medio de informes restos, los las casas particulares,

palacio^, labrados de ladrillo y adobes; á mis piés los templos y los de laboi, lo lejos, en el último término del cuadro, campos

unos sobre otros derrumbados; y á vastas praderas que excitaban en

la

mente imágenes seductoras de tiempos que

fueron.


131

GOSEX

Formando

contraste

enorme con

la tristeza

y soledad de hoy. represémoseme

el

pasado de

Tanis por demás alegre y animado.

En

Thinis, cerca de Abydos en

el

Egipto superior, desarrollóse

el

poder de los faraones.

cieció Las primeras generaciones fundaron Memfis, y la civilización del a alie del Nilo Meditei del orillas las hasta catarata primera la desde con notable rapidez y se propagó

raneo.

Tribus de procedencia semítica, venidas de las regiones del Este, estableciéronse la época de los constructores de

con carácter de permanencia en estos lugares, ya en

De

pirámides. al

presente

mar

el

ellas

unas apacentaban sus rebaños en

los lugares

pantanosos que forman esquifes

lago Menzaleh, en tanto que otras atravesando sobre ligeros

el

proceloso, mirado con horror por los Egipcios, establecían depósitos y factorías en

A

las regiones orientales del Nilo.

principios del siglo trigésimo antes de Jesucristo, los

extranjeros comenzaron á oprimir á los Egipcios, á quienes acabaron por someter

pletamente.

com-

Sus príncipes residían en Heracleópolis, á corta distancia de Tanis, en

frontera oriental del

como señores

las

nomo

la

Sethroite; se apoderaron del trono de los faraones, y rigieron

comarcas del

hasta

valle del Nilo,

el instante

en que los descendientes

de los reyes egipcios destronados consiguieron vencerlos y aniquilarlos.

A

últimos del

vigésimo sexto y principios del vigésimo quinto una familia originaria de Tébas reunió bajo su cetro el Egipto entero inclusos los dominios de esos extranjeros. Los siglo

,

frecuentes ocasiones de hablar, erigieron y Ousertesen, de quienes tendremos en Tanis soberbios santuarios en honor de los dioses egipcios, y en ellos colocaron ante

Amenemha

su trono sus propias estatuas esculpidas en dura piedra: además de esto fortificaron frontera oriental de su país; pero convencidos de su propia fuerza, consintieron

en

el

la

ingreso

Egipto á los inmigrantes semitas que les prestaban homenaje y les ofrecian presentes.

La duodécima do

el

dinastía,

después tan importante, extinguióse en cabeza de una mujer, subien-

trono de los faraones una raza

al

ménos

fuerte,

en los precisos momentos en que una

inmigración semita, procedente del Asia anterior, invadía á pié y á caballo las comarcas del Sud.

taban

;

Los Egipcios trataron de rechazar

mas

superior,

fueron vencidos

hordas salvajes que sobre ellos se precipi-

las

no quedando á sus reyes más recurso que

,

retirarse al Egipto

en tanto que los asiáticos, estableciéndose en las comarcas de

la

Delta, forti-

ficaban sólidamente á Pelusa, llamada también Avaris, y elegían á Tanis para residencia

de sus reyes. Pronto se aliaron con las gentes de su raza que hallaron instaladas en las

márgenes

del Nilo,

en virtud de

las cuales

la cual los

v costumbres del vencido, de su triunfo.

A

esos tales

príncipes de los schosu

no tardaron en experimentar

conquistadores de

ó

el

manera de

país

y se ven forzados a le

conocemos con

el

beduinos; sabiendo,

época han llegado hasta nosotros la

un

al

la

más

los efectos de la ley histórica

civilizado

deben adoptar

usos

los

sumisión como consecuencia precisa

nombre de Hyksos, que

tanto vale

como

por los escasos monumentos que de su

través de los siglos, que se asimilaron completamente

ser egipcia, hasta en aquello que concierne al arte.

propósito de representar simbólicamente su propia persona,

Como

los faiaones,

con

mandaron construir esfinges


GOSEN

132

imágenes &e modelaba tegun con cuerpo de león y cabeza de hombre: el rostro de tales \erdadei os ietiatos. lincamientos de su rostro, de suerte que pueden considerarse Cuando visité Tanis, las más bellas de esas «esfinges hyksos» habían sido ya trasladadas

los

al

medio enterradas en

Cairo: pero todavía se veian algunas

la

arena. ¡Cuánto se parecían

á las gentes que habia visto en San y junto á las orillas del lago Menzaleh! Los Hyksos continuaron durante más de cuatro siglos en posesión del poder. El odio de los vencidos, difamando su

perdonó

memoria,

haber colocado

les

con

nombre de Seth—Tyfon, divinidad

el

el

como

los pintaba

al lado

mente

detestables bandidos, y difícil-

de los antiguos dioses á su Baal, que decoraron

que después de haber sido adorada como

egipcia,

dios de la guerra y de los países extranjeros, acabó por ser perseguida

y rechazada como

fautor de todas las calamidades y contradicciones que se experimentan en la vida de la naturaoposición leza y del hombre. La religión egipcia no conocia la existencia del mal absoluto en al bien: el

mal no

modo que

la

es

estado transitorio que conduce

más que un

muerte no es más que

el

umbral de

al

bien futuro, del

puerta que conduce á

la

mismo

vida ver-

la

dadera, es decir la eterna. Seth recibía en las ciudades de los hyksos las demostraciones

más profundo

del

respeto:

diferentes porciones

su nombre fue otorgado no sólo á los reyes sino también á

territorio,

del

que reunidas constituyeron

confinaba por la parte de oriente con

En

nomo

Hyksos dominaban en

tanto que los

continuaba reinando en

una

el

Egipto superior.

el

el

nomo

Norte del valle del Nilo,

Un

Sethroico,

que

antigua dinastía

la

manuscrito sobre papiro nos revela que

insignificante disputa suscitada sobre la posesión de

dió pretexto á los faraones

el

tanítico.

un

pozo, existente en

para levantarse contra los invasores

el desierto,

con cuyo motivo

asiáticos,

comenzó una guerra de reconquista que duró muchos años y terminó con la toma de Avaris á la cual se puso sitio. Todavía pueden verse en Tell-el-Her las huellas del campamento

fortificado de los

Además

reyes.

hov mismo

los

hyksos, y en Tanis los suntuosos edificios construidos por sus

en los habitantes de la región Nordeste de la Delta pueden reconocerse rasgos característicos de sus remotos antepasados.

Los egipcios vencedores forzaron á emigrar de

la

cual una parte ganó por tierra

el

Asia;

mar de Karpatos, quedando únicamente en

la

al

grueso de la población de los hyksos,

otra

Delta

por la

mar

dirigió

se

que profesaba

á las

las artes

del

islas

de

la

paz.

El pueblo egipcio habia robustecido sus fuerzas en las guerras prolongadas que sostuvo contra

el

extranjero; y así

batadas

al

vemos á

los

faraones de

la

dinastía

XVIII, que residían en

Eufrátes sus armas vencedoras, y henchir con las riquezas arreAsia los tesoros de la ciudad de Ammon. En cuanto á los hebreos pudieron

Tébas, llevar hasta

el

continuar, sin que se les inquietara, apacentando sus rebaños en las fértiles llanuras de

Gosen que

les

concediera

un faraón agradecido. No hay quien ignore

de José, ministro del rey de Egipto, y familia

sente

de

nos

Jacob,

que

hallamos

llegó

en

el

al

el

la

pasaje de la Biblia relativo al

tierna historia

aumento de

extremo de constituir un verdadero pueblo.

teatro

en

que

tuvieron

lugar

los

la

Al

pre-

acontecimientos

que



GOSEX precedieron

inmediatamente

al

Exodo,

ó

135

salida

de

los

israelitas

de

la

tierra

de

Egipto.

Los últimos descendientes de

Ramses

giosas:

Ramses

hijo;

los arrojó

I

los

su nieto, que es

II,

hyksos malgastaron sus fuerzas en querellas

el

de sus descendientes Meneftah, que es

Podemos

Escrituras.

reli-

y sus descendientes inmediatos fueron Seti I su Sesostris de los griegos, habiendo sido el postrero

del trono,

el

faraón del

Exodo de que hablan

las

Sagradas

formarnos

cabal idea de la fisonomía especial

de los

miembros más importantes

de esta dinastía, por los bajo re-

que se con-

lieves y las estatuas

servan,

en los cuales se hallan

La conformación

reproducidos. particular

de su rostro viene en

apoyo de

la

parte

hechos,

La

su

de

por otra

hipótesis,

confirmada

por

diferentes

origen

semítico.

gloria militar de Sesostris

no

ha sido contradicha, gracias á

las

narraciones de los escritores clásicos;

cido

en cambio es ménos conolo

como constructores

que

y su padre. En Tébas tendremos ocasión de admirar los hicieron

él

inmensos

edificios

que fundaron,

y por medio de una inscripción del templo de Karnak vendremos en conocimiento de que Seti había abierto ya

un canal que ponia

Nilo en comunicación con

Rojo, ,

el

el

mar

por medio del cual regái

,

i

i

RAMSES

de la parte meridional de Gosen.

En

las cercanías de

una ciudad fundada por Ramses

las ruinas de

II

SEGUN UÑA ESTATUA DE TURIN

banse abundantemente las tierras

II.

su antiguo lecho hanse encontrado

Algo más

léjos,

cerca de Maskhuta,

un monumento de granito, tuvimos ocasión de ver un muro muy robusto cuyos adobes llevaban impreso el nombre del Faraón del Exodo. Iguales á estos encontramos en Tanis. á la cual apellidan los monumentos ciudad de Ramses, y la Biblia simplemente sin hablar de

Ramses. En

ella

la Escritura, es donde los Egipcios emplearon á los y en Pithom, dice «amargándoles la existencia por medio de una terrible

hijos de Israel en trabajos penosos,


GOSEN

136

adobes y cultivar los campos.» » servidumbre ocupándolos en amasar argamasa, labrar En cuanto á Faraón se dirigió á los capataces que vigilaban sus tareas diciéndoles: «De ,

» ninguna >>

antes,

» ellos

manera habéis ya de dar que haga

paja para

mismos

recogerla;

a

» misma cantidad de ladrillos

»nuírsela en nada; » vocean, LADRILLO QUE LLEVA EL NOMBRE DE RAMSES

diciéndose

pues

amasado con

hoy en

el

arcilla

que vayan

exigiréis de ellos la

que hasta ahora,; sin dismi— holgando

están

y por eso

II

del

1

texto que acabamos de citar la tenemos

mezclada con paja, que se encontró en

Museo de

pero

como

pueblo,

al

ladrillos;

unos á otros: Vamos á ofrecer

» sacrificio á nuestro Dios

La prueba más elocuente

los

Berlin, del cual

damos un exacto

en

adobe

el

de Gosen y se conserva

el país

dibujo. Tiene grabado el

nombre

de Ramses, que residía frecuentemente en Tanis, cuya ciudad hizo base de operaciones

TRABAJADORES FORZADOS DE RAZA SEMÍTICA QUE CONSTRUYEN LADRILLOS, SACADO DEL SEPULCRO DE RECH ,MA RA EN TÉRAS

para sus empresas bélicas, habiendo concluido en

ella la

que sostuvo, por medio de un tratado que firmó con

el

más prolongada

más

de las guerras

ilustre de sus adversarios, el

príncipe de los Khetas.

1

Exodo. V, 7 y

8.

Traducción de Torres Amat.

' ;

.

.

.

.


HALLAZGO DE MOISÉS

EGIPTO,

TOMO

I.

oo


I


139

GOSEX

Contra los pueblos semitas veíase obligado á dirigir con frecuencia sus armas: ¿debe

pues causar extrañeza que cuidara de oprimir y ocupar en penosos trabajos, á los pueblos que dejaba á sus espaldas, establecidos en la Delta? Papirus de

afines á sus enemigos,

notoria antigüedad contienen las noticias que

poniéndonos atendiendo

un inspector de

figurativas de los sepulcros tebanos nos

plena actividad.

amasan

Unos acarrean agua

otros arrancan el

el

jefes,

gobierno sobre los obreros,

par incesantemente, á su bienestar material. Los empleados hacen un entu-

al

siasta elogio de los atractivos del país de Tanis

alberca;

hebreos dirigía á sus

los

de la continua vigilancia que ejercia

al corriente

y de la ponen ante

tierra de

Gosen: y

las representaciones

los ojos las cuadrillas de

obreros en

valiéndose para ello de odres que llenan en

una

otros

arcilla;

barro; éstos fabrican ladrillos

valiéndose de moldes de madera; aqué-

de un

llevan

los

llos

sitio

en tanto que

apilan,

vara en la rostros

sino

mano

allá los

capataz con la

mucho

otros hijos del Asia que,

III

,

el

reinado de Thut-

habían sido llevados á Tébas,

según nos advierten «para que fabricaran

taurar

Sus

vigila los trabajos.

nos dicen que no son judíos,

tiempo antes, en

mosis

el

á otro en

más

cuanto están secos; los de

los

las

inscripciones,

ladrillos

almacenes de

»Ammon.» La

la

para resciudad de

leyenda puesta en

la otra

pintura dice: «Prisioneros que trajo

el

»rev, para los trabajos del templo de su » padre

Ammon.» En

otra inscripción se

hace un caluroso elogio de

la vigilancia .

súplicas á los

provisiones en abundancia.

«Empuño

la

MENEPHTAH

.

y se dirigen dioses para que recompensen

los capataces,

empleada por

Uno

de

los

al rey que se

capataces dice dirigiéndose

los hijos de Judá.

Acaso es obra suya

ciudad de necí sentado horas enteras en Tanis, la

que ayer atravesé, de

la

distribuirles vino

y

á los trabajadores:

vara, conque, no hay que ronceai..»

Imposible contemplar tales objetos sin retraer á

empleaban

ha dignado

la atribulada

el

la

mente

los

penosos trabajos en que se

derrumbado muro sobre

el

cual

perma-

Ramses; acaso en estos mismos charcos

madre de Moisés depuso

cual dormia su tierno hijo. El Faraón ante

el

la sencilla

cuna de mimbres dentro

cual realizó Moisés sus estupendos

rotundamente el Salmista: de aquí salió el grito prodigios residía en Tanis, según expresa esclavizadas; de aquí partió Menephtah con sus de rebelión en que prorumpieron las masas


GOSEN

140

carros y sus caballos en persecución de los fugitivos: hasta podemos mostrar al lector retrato del versátil monarca, que después de haber prestado su consentimiento cuando

dominaba

el

de Bulak se conserva otra representación del

son más afeminados aún que cluye

el

los rasgos de

príncipe,

Con

la

el

le

museo

cuyo rostro

partida de los judíos con-

papel que desempeñó Tanis en la historia de la humanidad. Merced á su grandeza

el siglo

la

más aún,

importancia que gozaba en Egipto:

octavo antes de la era cristiana, dió vida á una nueva dinastía, cuya existencia

embargo efímera; pero después de

fué sin

mismo

del que reproducimos.

el

pudo conservar durante mucho tiempo en

En

temor, retirólo en cuanto se creyó á cubierto de todo peligro.

el

Abandonamos bastón en la

al

cabo

el

mano empezamos

esto nada.

que ocupáramos junto á

sitio

á

tumba

la

del jeque,

y con

el

La mayor parte Ra-Harmakhis. Muchos

recorrer aquellos importantes restos.

de las inscripciones están dedicadas á los dioses

Ammon,

Pftah, ó

fueron los monumentos que llamaron poderosamente nuestra atención; pero en su mayor parte yacen sepultados bajo la arena, estando terminantemente prohibido á los guardianes,

bajo las penas

para ponerlos

más

La

feliz

tores de las excavaciones, era

cual no se habían fijado los direc-

el

un hecho demasiado reciente para que

borrado de su memoria. Dicho monumento, conocido con ó Decreto Canópico, goza ya merecida fama:

con

en

citar, la

nos ocuparemos de

se conserva y allí

como de

en una piedra granujienta parecida ofrece la singularidad de tener el

un

siguió á

á la que en otras partes se

femenino que, como

al alabastro; el torso

al

mi segunda noche pasada en la

como pocos

original

,

amazonas

labradas en

claro, tuve ocasión de observar

en

casa de mi huésped. Pro venia de la

mejor postor, cual suelen hacerlo todos

escena ofrecía era

las

las estatuas sentadas,

puestos en grandes canastos de mimbres, los peces cogidos en esta

II,

derecho; las estatuas

el

numerosos pescadores, que venidos en espaciosos barcos, con

sus costados, vendian

Ramses

colorido brillante; las capillas labradas

pecho izquierdo más turgente que

Tanis una animación desusada, frente por frente de

que

museo de Bulak

coloso, en pórfido, de

el

negras de Sekhet, con cabeza de leona, y finalmente, basalto oscuro ó granito rojo casi purpurino.

llegada de

el

cual corresponde. Contentémonos ahora

de una antigüedad superior

cual se distinguen todavía las huellas de

La mañana que

se hubiese por completo

nombre de Piedra de Tanis,

paso, la grandiosa estela de granito, semi-enterrada entre los escombros,

cual se consignan hechos

el

el

encontraremos en

lo él

consigna, pues se remontan á la época de los Hvksos; sobre

insignificante operación

casualidad que permitió descubrir á Lepsius y sus

acompañantes un monumento importantísimo, sobre

donde

más

severas, que consientan á los extranjeros la

al descubierto.

hasta

el

los

las redes tendidas á

mártes y

los viérnes,

lago Menzaleh. El cuadro

un punto que no

se borrará de

mi memoria.

Nada hay en Egipto tan genuinamente africano como los animales que habitan sus mismos peces que el Senegal: con sus cabezas achatadas,

aguas. El Nilo alimenta los

sus ojuelos imperceptibles, y sus peludas y prolongadas aletas, diríase que pertenecen á


141

GOSEX

una edad del

mundo

anterior á aquella á la cual pertenecen los lindos habitantes de nuestras

aguas dulces. Los que más abundan son pertenece

el

(Ra’ad) y otros de

la

los siluros

que llaman

ellos

karmut, á cuyo género

nombre de torpedo, manchado de negro, al cual llaman propia especie, á los cuales comunican un aspecto repugnante los

que conocemos con

el

largos filamentos que tienen en el vientre y en el lomo. El más extraño de todos es el tetrodon (fahaka) que cuando está hinchado semeja una calabaza panzuda provista de

1IALAPTERUS ELECTRICUS. SILURO ELÉCTRICO (ra’ad)

se está riendo, en la cual brillan cuatro dientecillos blancos, y de

una boquita que parece unos

ojillos

ranillo,

es

muv el

alegres

y

despiertos. El

por pertenecer á una de las especies del sollo,

kannua con su hocico semejante

oxyrrhynico de los antiguos egipcios; siendo de todos

No

(polvpterus).

mundo

ante— histórico,

es que recuerde haberlo visto

la

al

un mar—

de

más

interesante,

de los ganoídeos,

jamás representado en

pero tengo para mí que sirvió de tipo para uno de los caractéres

tetrodox hispidus (fahaka;

el

el

las pinturas,

Cocidos ó

jeroglíficos.

CABEZA DE PIMELODUS AURATUS

mucho mejores y más sustanciosos que pero el flojos. Los he comido de muchas especies; sumamente son que los del Egipto es el que llaman escrúpulo, menor el sin doy la se único que merece mi aprobación, y sabrosa, viéndose algunos individuos de grandes dimenbavád, de carne blanca, dura y son sin disputa asados, nuestros peces del Norte

siones.

La

cautivar en medio de la mayor animación; mereciendo venta se prolongó * EGIPTO,

TOMO

el interés

36

I.


GOSEX

142

de un observador europeo, tanto como

la

mercancía,

aspecto de los compradores.

el

La

que sabemos nosotros tener á raya, y los más vivos movimientos del ánimo, merced á la educación que hemos recibido y á las costumbres que nos caracterizan, por irritabilidad

lo

ménos en

la

vida pública.

— campan

aquí por su respeto sin freno ni contradicción de

ninguna

especie,

tal

y

vez

con mayor

libertad que en parte alguna, sobre todo

cuando

¡Que con

el

mente el ¡

piadoso

fin

la voz, á fin

precio

Que

interpone

se

el

interés material.

salvaje gritería la de los pescadores,

de apagarse

que pedian por

terribles

mútua-

de que no se entendiera

miradas

las

la

mercancía!

que unos á otros

se fulminaban con sus ojos negros y penetrantes! ¡Que violencia la que empleaban

en atraer

ALMONEDA DE PESCADO EN SAN

á

cuando era poco ofrecían; y cuantas veces el dignísimo

Ahmed

pececillos pasaron al canasto colocado á sus espaldas;

la

persuasión, ora echando

la

respectivos

canastos

que por su hacienda

les

para hacerlos entrar en razón, blandiendo su

palo de palmera debió decirles: «¡Ojo, ú os sacudo!»

y empleando otras

los lo

mano

Más

mas

de uno y

más

de dos lindos

valiéndose unas veces del rigor,

de las amenazas, ora acogiéndose á

blandura, evitó que las cosas llegaran á mayores. ¡Válgame Dios y los recursos de que

disponen aquellas gentes

para salir adelante

¡Que

con su intento!

inflexiones de voz, que

de

palabras

dulces

melosas para seducir

y al

que se muestra reacio ó indeciso!

dez en

el

mormyrus oxyrrhynchus (kanuma)

¡Que rapi-

diálogo, que

oportunidad en las réplicas!

»no

«¿Pero hombre,

tienes ojos en la

» frente?»

le

dice

por

ejemplo un pescador

comprador cuya

POLYPTERUS

(BISCHIR)

al

ha parecido inaceptable; y éste que se juzga injustamente maltratado contesta sin dilación: «¿Pues no los he de tener? Bien claro me están mostrando que llevas »en la cabeza un turbante de paja,» como si dijéramos: que estás loco. Aquí sigue una

contestación

oferta le

incisiva,

y

el

que es objeto de ella afirma que no se cambia por quien

le


GOSEN

144

denuesta; pero sin vacilar:

Y

el

aludido que tiene tan viva la imaginación

como

suelta la lengua,

no hay animal con joroba que no se tenga por

«Sabido es que

exclama camello.»

así á este tenor.

Terminada

la venta,

los pescadores se

empeñaron en que

les

comprara un pelicano

a

aguas del lago. Su tarea no dos hermosas tanto por sólo tienen sobre los productos un reducido les produjo grandes beneficios, pues del lago de Menzaleh, para pesca la arrendada tiene que el para resto ciento, quedando el garzas reales que

hablan cogido vivos en

las

según me dijeron, paga anualmente 1.500,000 pesetas. lago. Éste es grandísimo, está Conducido por unos pescadores de Matariyeh, visité el lengua de tierra. Su extensión sembrado de islillas y separado del mar por una estrecha la cual,

no es menor que toda especie que

la del le

ducado de Sajonia-Meningen, siendo

pueblan, que según cálculo del sabio

tal el

número de pájaros de

Brehm, no

baja de sesenta mil

han menester para alimentarse. Viéndolo, libras la cantidad de pescado que diariamente del barón de Münchhausen, de quien &e se concibe por verosímil el donoso cuentecillo por distracción dejara metida la baqueta, cual la en escopeta, cuenta que disparando su en la época de la puesta, lo mismo habia ensartado una bandada de patos. Especialmente están materialmente atestados de lago, del cañaverales los la superficie de las islas, que persiguen y se remontan por los aires dando alados habitantes que retozan, juguetean, se el bellísimo fantástico por ó por lo ménos exagerado pues gritos de alegría. No se tome ocas, cigüeñas, garzas reales, pelicanos, dibujo de Gentz que damos en el texto. Patos, donde posan, solo flamencos de pintado plumaje, de cuyos nidos y lugares Abu-moncis

y

Menzaleh, contados cazadores; gaviotas, gotienen conocimiento, entre los habitantes de verdugos de los alados negros y dorados que son londrinas de mar, águilas y aleones bandadas en ese paraíso pajaril. numerosas en reunidos encuéntranse peces, los de asesinos seguro de no gastar pólvora en salva El cazador que navega de una á otra isla puede estar por

más

tiros

que dispare, sobre todo como

rija

más

por

mismo su pequeña

barquilla. El

bajas sólo quedan cubiertas en las épocas

tiene poquísima profundidad y las islas gran cosa, son llamadas por los pesde inundación: en cuanto á las altas, con no serlo

agua

cadores, Gebel, es decir «montañas.» Indelebles imágenes de

un mundo en

el

cual se ven apenas huellas de

la

mano

del

cual pudiera serlo la hombre; representaciones encantadoras de una naturaleza exhuberante rica de vida, asaltaban mi fantasía en tanto todo en tranquila primitivas, épocas las de y conduela de aquí para que un barco pescador de Matariyeh, groseramente dispuesto, me allá sobre la superficie de ese lago,

dia acaso,

ó

mejor indudablemente,

que aún hoy dia es

el

encanto del cazador, y que un

dentro algunas docenas de años,

será reducido

a

tierras de cultivo.

No

presente por las aguas, cabe dudar que grandes espacios del mismo, cubiertos al sus rebano^. fértiles praderas en las cuales el aldeano apacentaba

fueron en otros tiempos

Hoy, no obstante y tener

el

algunas lago comunicación directa con el mar, por medio de


GOSEX

145

estrechas aberturas, va despositándose en su fondo prácticos é inteligentes

han podido formar

el

el

limo procedente del Xilo; y hombres

cálculo de lo que seria preciso invertir en la

desecación, y asegurar que con los medios que tiene á

mano

la

industria

moderna, no

sólo no serian perdidos, sino que resultarían beneficiosos los capitales que en semejante

operación se invertieran.

Muchas son

las islas

en las cuales se distinguen todavía señales de un cultivo que sólo

se extinguió por completo en

Ta-n-Isi,

es

muy

poco

lo

transcurso de

el

muchos

que se conserva en

la

siglos.

isla

De

la

antigua ciudad de

Isis,

de Tenis; sin embargo vense las

informes ruinas de vastos edificios, y los historiadores árabes cuentan que en tiempo de

BARCA DE PESCAR EX EL LAGO MENZALEH

los califas era esta la ciudad de los

damascos,

las

gasas

más

que procedían

más preciosos, de suerte que mayor primor, llamadas de Tenis

los tejidos

delicadas y las tapicerías de

el Oriente, y eran abundante venero de riqueza degradados, ganan hoy á fuerza de profundamente sucesores, cuyos para aquellos isleños, el miserable jornal en que libran su subsistrabajo, con sus redes y sus barquichuelos,

(Tinnys) gozaban legítima fama en todo

tencia.

Y

sin

estas gentes embargo, después de haber establecido relaciones con

sencillas y

ellas sin experimentar verdadera complacencia. francas, no es posible acordarse de

me

Aún

de formas atléticas que en Matariehé, sentábanse parece estar viendo á aquellos hombres EGIPTO.

TOMO

I.

°^


GOSEN

146

mi lado en derredor

hogar; á aquellas mujeres de elegante figura y aire distinguido, que lanzando plañideros lamentos acompañaban un cadáver: á aquellas gentes á

del sencillo

que, á mi parecer, constituyen la raza

en los estados todos del el

sentimiento de

más

perfecta de cuantas he visto en Egipto. Sí,

no existen tipos más varoniles, rostros que mejor reflejen

Jetife

y del valor personal que los que moran en los lugares Hyksos de quienes descienden. En un principio, en la época

propia dignidad

la

,

que un tiempo ocuparon

los

de los faraones, distinguióseles con raza semítica;

más

nombre de Amu, genérico de

el

En

adelante se les llamó Biamitas, (Pi-aum).

Merwan

de nuestra era, dieron no poco en que entender á los califas

nombre de Malakijin con que á

mismos

fieles

á

la

demás fe

y

Mamun.

egipcios aceptaron la doctrina

al

poder de los franceses,

Y sólo de algunos años acá las autoridades han conseguido que sus hijos concurran

La abertura

servicio militar.

un nuevo

Oriente

Y

del canal de

límite, si así

Suez ha

fijado al lago

En

Oeste.

el

embocadura del antiguo brazo

la

Menzaleh por

el

a.

lado de

cabe decirse, tirado á cordel.

ahora prosigamos nuestro camino hácia

(Damyat), junto á

El

ortodoxa llamándose Melkites, es

César.» Jamás llegaron á someterse

decir, «realistas ó súbditos del

noveno y décimo II

se distinguen, les viene de los tiempos en que

pertenecían á la grey cristiana; pues en tanto que los

de Eutiques, los Biamitas permanecieron

todos los asiáticos de

los siglos

cercanías de Damieta

las

hoy brazo de Damieta,

tanítico,

encontramos una comarca que con ser llana y dilatada como el resto de la Delta, ofrece muchos rasgos singulares. Desde luego el europeo puede fijar la atención en los campos en que con gran esmero se cultiva

el

arroz, cuyas principales operaciones tienen lugar

en los meses de Setiembre y Octubre. Dicho cereal no era completamente desconocido por los egipcios que vivían en los tiempos inmediatos á la época de los sucesores macedónicos de Alejandro

que

lo

el

Grande; pero su cultivo fué introducido en

llevaron al Nilo desde las

comarcas de

Poco hay que decir de Damieta, bastante altura, en no

muy buen

la

la India,

dosos jardines,

el

más

país por los árabes

entrada de cuyo puerto, que rodean edificios de

estado de conservación, hállase dificultada por una gran

barra de arena. Su bazar es de inusitada longitud: preciosísimas, procedentes de

el

de donde es originario.

más

en sus mezquitas vense columnas

antiguas construcciones: los arrabales ostentan fron-

notable de los cuales es propiedad del cónsul de Alemania, simpático

y rico levantino apellidado Surur. habitantes. los

árabes

finísimos cristianos:

Damieta cuenta en el dia unos treinta ó cuarenta mil Su celebridad era poco ménos que nula en la antigüedad, y en la época de alcanzó notoria

pieza había que no

cientas pesetas

comprenderse las

importancia merced

brocados enriquecidos con

,

lo

bajaba de

y por consiguiente

á

sus

tejidos,

principalmente

tres cientos dinares,

y teniendo en cuenta

el

que su riqueza significaba. Al prolongado

Cruzadas, que terminó con

historia.

imaginería,

la

toma

de la ciudad, debe

preciosísimas

labrados

como

si

valor de

sitio el

estofas

y

por operarios

dijéramos mil dosla

moneda

puede ,

que sufrió en tiempo de

renombre que goza en

la


GOSEX

üi

147

la* alquerías

de los alrededores de Damieta se ven robustos y frondosos sicómoros, cercanias de * as aldeas difunden su sombra protectora árboles de otras especies:

Y cn

en los jardines florecen estridente

el

melocotonero y otros frutales, y en todas partes se oye el que puestas en movimiento por los búfalos, llenan los

gruñir de las norias,

canalizos y regaderas por cuyo medio se lleva el agua á los campos. El ganado crece á maravilla: los búfalos y los bueyes, el queso y la manteca de Damieta no tienen igual en todo Egipto. El botánico que recorra esta comarca en busca de ejemplares curiosos,

puede abi igar

la seguridad de encontrar en la orilla de los canales los postreros representantes de una íamilia en otro tiempo abundante y numerosa en el Nilo, los lotos blancos y azules, cuyas pepitas, reducidas á polvo, forman parte del alimento de esos

aldeanos.

En

cuanto

al

papiro, que,

si

así

puede decirse, es

el

rey de los productos de

NORIA EN TERRITORIO DE DAMIETA

la Delta, y proporcionaba á sus habitantes inmensas riquezas, no lo ha visto aquí viajero alguno digno de fe; y sin embargo, sobre ese mismo brazo del rio que fertiliza el país,

cultivábase cuidadosamente la

más estimada

de las especies de ese Cyperus

al

cual debe

su nombre nuestro papel, y cuya médula proporcionaba no sólo al Egipto, sino también á otros pueblos civilizados del Mediterráneo, una materia excelente para la escritura. En

tiempo de los Califas, todavía existían en

gamino acabó con

el

la

Delta fábricas de papel:

más

tarde el per-

producto egipcio. Que era artículo de comercio por demás productivo,

no tenemos porque encarecerlo: basta recordar que cuando Alejandrino Firmus, sublevándose contra Adriano, se proclamó César, sacaba de sus fábricas de papel medios suficientes para

el

sosten del ejército.

del pergamino, en

un

La introducción en Europa de nuevas sustancias, y en especial más adelante del papel de trapos, influyó poderosamente

principio, y


GOSEN

143

en que cambiara

la

la Delta: en lugar de fisonomía que hasta entonces había ofrecido sin hojas, mieses fueron llamadas «bosques sin árboles, arbustos

aquellas espesuras que

»en

agua y galas de

el

hoy

arroz,

el

el

maíz,

el

los

el

habitantes de la Delta han perdido casi la

cultívanse

pantanos,»

índigo y

algodón. el

Los

recuerdo de

que cultivaron durante dilatada serie de que Strabon describe exactamente diciendo que

planta

siglos,

El «es un palo mondo, coronado por un penacho.» europeo sólo la conoce por haberla visto en los invernáculos

,

ó

riendo la Italia fijo

en

ha

las

orillas

Anapos

del

,

si

i

ccoi -

visitado la antigua Siracusa; pero de

sin acordarse de que

no pasa un

dia,

y acaso po-

ideas dríamos decir una hora, sin que crucen su mente el papiro en buscarse debe origen palabras, cuyo

y

egipcio.

Papyrus y Byblus no son más que formas de una

misma

salido nuestro (libro).

papel,

Para preparar

nuestra biblia y de la segunda el papiro dividíase en pequeñas

NYMPH.EA LOTUS. FLOR DEL LOTO

tirillas

la

distintas

palabra, de la primera de las cuales ha

médula encerrada en

el

tronco, y después

adherir por medio de la presión y luego de superponerlas en opuesto sentido, hacíaselas glaseaba. Las hojas como diríamos hoy hablando del papel, se las se las pulimentaba, ó

dándose á la á otras por uno de sus extremos, de esta suerte obtenidas, se encolaban unas irimera el

nombre de protoko-

lon, protocolo,

y

argas fojas que, ;e

así resultaban

como

comprende,

fácilmente

para

que

se

conservaran debían tenerse argolladas.

Cada uno de estos

constituía

sabido

m

es

un

libros

«rollo,» rollon, y

que

role,

vale tanto

francés, en lenguaje de bastipapel.

Los antiguos

emplearon ya para

escribir, tin-

dores,

tas

y

como

de dos distintos colores, negro rojo generalmente,

dose la primera para

empleánel

NYMPH.EA SELUMBO. FLOR DEL LOTO CON FRUTO

texto

como el rojo se llama ó cuerpo de la obra y la segunda para el título de los capítulos; y anunciamos el apunto en latín rubrus ha resultado de aquí la voz «rúbricas» con la cual


149

GOSEX de que se trata en un capítulo. Finalmente los romanos dieron al papel

charta ó caria

y de aquí resultan nuestras voces «carta,»

.

el

Varias son las clases que conocemos de papel egipcio; pues unos tomaban

en que se elaboraba, por ejemplo

del lugar

otros de

un

¡imano,

cornelicino

personaje,

verbigracia,

envolver

como

el

etc.

nombre

tanítico;

moda, como

la

á que estaba destinado,

otros del uso

para contraseñas

hicrático,

sciítico,

dijéramos á

si

nombre de

«cartapacio,» «cartón,»

teatro

ele

,

para

Hasta nosotros han llegado en perfecto estado

etc.

de conservación rollos de papiro de grandes dimensiones, siendo de advertir que semejante sustancia fué conocida y

empleada en Egipto desde tiempos se

embargo

sin

nomo, en

la

levanta hoy

junto á

cual nació

es

Alejandría.

cultivado en la

el

nomo

capital de dicho

Manes

Manethon,

ó

se

aldea, situada

una miserable

izquierda del brazo de Damieta, delante de

de

Tantah,

salido de

Mansurah para

de

la

rica

es

Mansurah fia

victoriosa)

del interior de la Delta.

más importante

capital

consumo

hizo

se

la corriente.

Después ciudad

el

historiador

el

Samanhud, que

la orilla

de las Pirámides:

ella

en que estuvo

sitio

el

cual pasamos después de haber

remontar

la

aprecio merecía era

En

remotos, tanto que

la

mayor esplendor de

los del

más

El que Sebenítico.

en que de

siglos

los

corresponden á

la

muy

remonta á una época anterior á

Dakalijeh,

provincia

á

la

Constituye la

cual ha

ingleses, gran número de europeos, especialmente algodón que en alemanes y suizos, el extenso comercio de En rigor puede decirse que es una ciudad

atraído

ella

se

hace.

ordenada poi moderna; á pesar de que su fundación kalifa la

Melek-el-Kamiel

toma de Damieta por

,

data los

del

1220,

cruzados.

En

después dicha

el

de

época

un robusto puente de piedra que del rio: hoy sólo en buque puede

existia en los alrededores

enlazaba las dos orillas

frente por frente de Mansurah, llegarse á Talkha, situada la estación de la via férrea, pero

en cuyo punto se halla existe 'el proyecto de el

construir

un puente de hierro sobre

cual deben pasar dos vías. respecto de la ciudad actual de Poco es lo que puede decirse

Mansurah;

sin

embargo

recuerdos, cuando se visita el modesto aposento en que despiértale en la mente no pocos poderosos reyes de Occidente. Ya duramente muchos años, uno de los más vivió prisionero ^ EGIPTO, TOMO

38 I.


GOSEN

150

IX de Francia, que derrotado bajo los muros de la ciudad por las tropas del joven sultán el Mo’azzam Turanschah, vióse precisado á entregarse á los infieles con su hermano Cárlos de Anjou y la flor de la caballería francesa. El sultán trató al prisionero con la mayor consideración; pero á costa de su vida que dejó en manos se comprenderá que aludimos á Luis

de sus propios soldados.

En

cuanto

rey y sus proceres recobraron la libertad el abandono de Damieta.

al

el

6

de marzo de 1250, mediante un cuantioso rescate y

Con viento favorable puede una de

Hagar,

más

bello,

cultivados,

las

en

llegarse

más importantes

que

durante esta corta travesía, distinguen á

se

ambos lados

para que

creyera

mi camino una que

tinguí en

y arrogantes

ramaje con

mados

me

los el

de

más

bien

vista de

la

del

los

acacias

Xilo,

las

del

tilos

los

gigantesco

de un

muro de

monton de escombros, único

el

de Iseum que dieron á

la

ciudad.

sauces,

los

lebcikhs,

Oriente.

el

del

á

los

siquiera

Nada

la

aldea de

Apenas allá

el

dis-

frondosos

confundiera

su

me

detuve ante los restos, levantaba

un

hermoso templo de Pa-hebit,

«el

en

cuyo

la diosa de

Como

se

si

tamariscos y los arbustos lla-

buen paso,

cerca,

resto

Egipto.

con que diera algunos pasos hacia

en cambio alzábanse aquí y

y

» lugar de la fiesta,» en el cual se prestaba culto

romanos

de

campos, que perfectamente

en Europa que en

bernuf. Al cabo de media hora de andar á

perfectamente determinados,

arruinadas

los

Desembarqué delante de

rio.

otra palmera; pero

álamos blancos,

ciudades

las

El-Vish, junto á un antiguo muelle, bastando interior

tiempo desde Mansurah á Bebhit-el-

breve

entre

en

centro

se

cuyo nombre tomaron los

el resto

del Egipto,

los edificios


G03EX destinados á morada de los dioses,

que de

las

151

las

muchos

injurias de

monton de bloques, fragmentos de columnas, las

templo

siglos.

cual puede contemplárselos, en medio del antiguo recinto del templo, semejan

del techo ó desquiciadas de

resistentes

de suerte que los restos de granito del

tienen todavía solidez suficiente para sufrir

Isis,

más

estaban construidos con materiales

habitaciones de los hombres,

Tal

un inmenso

trozos de arquitrabes, v losas desprendidas

Xada más

escalinatas.

singular que las ruinas de ese

templo, derrumbado cual á impulsos de mágico conjuro, y que de fijo no ha sucumbido á la acción lentamente destructora del tiempo, ni á la poderosa mano del hombre, sino esfuerzo superior é instantáneo de

al

que

el

un terremoto.

que se conserva viva en

laríalo la tradición,

Si

no

lo dijera

memoria de

la

su simple aspecto, reve—

los felahes; del

mismo modo

recuerdo del animal consagrado á la diosa con cabeza de vaca, que durante tanto

tiempo ha recibido aquí

el

más

culto

aún en más

respetuoso, y cuya imágen puede verse

de una de las piedras.

En

tanto descansaba junto

siguiente historia que no

la

» levantábase

»la cual, » mujer

al

derrumbado

aquí un templo magnífico

como cosa sagrada, no podia

y

en

localidad.

la

vivía

él

me

un vecino de Behbit

edificio,

hay quien ignore en

una vaca enviada por Dios, á

humana. Sucedió, pues, que una

tocar persona

que se quedó sin alimento que dar á su hijuelo, pensó aprovecharse de

»y con semejante intento penetró secretamente en » animal;

pero por

más

»sola gota de leche. » terrible

sagrado recinto á

esfuerzos que hizo no consiguió que

En

imprecación;

el

vista de esto,

desesperada

refirió

«En tiempo de Salomón

la

fin

la

postrer

al

sus ubres una

saliera de

el

animal una

palabra,

cuando se

mujer, lanzó contra

mas apenas había pronunciado

la vaca;

de ordeñar

»ovó un tremendo crujido y el edificio se derrumbó con espantoso fragor, quedando »enterrados en sus ruinas la mujer criminal y su inocente hijo. Cuando por la noche golpean las piedras,

»se »

muchas

las

gentes de

ȇ estas ruinas

percíbense claramente los sordos mugidos de la vaca,

Behbit

Hagar gamus

Magnífico debió de ser

el

que sostienen haberlos oido, razón por

(la

la

siendo

cual llaman

piedra de la vaca).»

espectáculo que ofreciera ese templo, cuando

el sol

iluminaba

grandes masas de granito oscuro y ceniciento de que estaba construido. Las inscripciones que se conservan, nos revelan que fué levantado por Tolomeo II, Filadelfo, las

(287 247 a. de J. C.); mas ningún dato existe relativo á la época de su destrucción, no habiendo tampoco esperanza de que pueda reconstruirse, siquiera su planta; pues, como suele decirse, no resta de él piedra sobre piedra. Para dar una vuelta á ese

inmenso túmulo, á cuya cima sólo puede alcanzarse trepando por montaña,

nos fué indispensable contar

terrado

bajo

interior

del

sitio

que

egipcio.

cuatrocientos

pasos.

él

cual

si

Tal vez subsista

fuera una

aún en-

una capa de arena el enlosado del patio del templo; puesto que en recinto sólo crece un poco de trigo junto á una charca existente en

ocupó probablemente

el

lago sagrado,

sitio

indispensable

en todo

el el

santuario


GOSEN

152

Antes de que cerrara fácilmente

debemos

á

las

la

noche regresé á Mansurah, desde cuyo punto puede pasarse

ruinas de Mendes, la ciudad del cordero sagrado: embargo, que no las visitamos, pues sentíamos afan por llegar Egipto. Cairo, donde late en toda su fuerza el corazón de

recien descubiertas

confesar,

á las Pirámides y

sin al



Egipto

t

.

Atoe.

'.---'.i'**'

Espasn y t'ompa

—

p,|j torcs

-

llarcelona.

Un,' CALLE EN EL CaiK, ).


.

•;


MEMPHIS

LAS PIRÁMIDES

x alas del tren nos acercamos rápidamente á la ciudad de los califas v llegar á

la

antes

estación de Kalyub,

de

vemos

dibujarse en el lejano horizonte la

im-

ponente silueta de las Pirámides, que constituyen Cairo,

el

rasgo

característico

á las cuales van enlazados los hechos

del

más an-

tiguos de la historia de una metrópoli que borrada

hoy

de la sobre haz de la tierra, tiene en la nueva ciudad

su inmediata sucesora. Antes de penetrar en

moderna, trasladémonos, pues, á á los venerables

la

monumentos que

antigua

la

ciudad

Memphis y

se levantan sobre

el

suelo de su necrópolis.

Veces mil se ha dado

nombre de ciudad de no existe en

ella

al

Cairo, y

no

sin razón, el

las pirámides: la verdad es

que

punto alguno un tanto elevado desde


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

156

cual no

el

sólo

son relaciones meramente exteriores las que existen entre

se dilata sobre

la orilla

misma

delante de la

sentara

derecha del Nilo, y los imperecederos gigantes de piedra que mismo que surgió sobre la tierra,

se levantan. El Cairo desde el dia

ha estado contemplando se

formas de tan notables construcciones; y sin embargo la populosa ciudad que

se distingan las sencillas

Pirámides que, en aquel momento, es decir antes de que

las

primera piedra de

la

contaban ya más de

ciudad,

la

cuarenta siglos de

existencia.

La capital con su pretenciosa ciudadela, que allá á gran distancia se distingue, no más que un mortal afortunado encumbrado rápidamente á prodigiosa altura, merced á caída de venerable predecesor.

Memphis cayó y de sus ruinas tomó el Cairo ni más ni ménos: tales palabras deben tomarse

y esplendor que le distinguen: letra. Al paso que iba creciendo en importancia opuesta del rio, emigraron á consigo los

llevando

viejos

ella los

edificios

la

nueva ciudad, fundada por

la

la

grandeza de

al pié

Amr

es

la

á la orilla

habitantes de la antigua residencia de los Faraones,

memphiticos, trasportando para

sus

ello

robustos

echaron los cimientos para nuevas construcciones y levantaron paredones de gran resistencia, en tanto que los monumentos de mármol y alabastro hechos con

sillares,

los cuales

pedazos arrojábanse á los hornos para ser convertidos en de las mezquitas

más

Muchas

cal.

antiguas, proceden de los destruidos templos de

de las columnas

Memphis;

la

antigua

ciudad convertíase en cantera en la cual encontrábanse en abundancia los sillares perfecta-

mente labrados, llegando á

tal

que se procedió, que con ser

extremo el

el abuso que de ello se hizo, y la imprevisión con manantial punto ménos que inagotable, sólo quedan de

la ciudad más antigua y considerable de todo el Egipto, algunos montones de escombros y escasos restos de monumentos casi completamente destruidos. Las calles, las plazas, los palacios, los templos, las escuelas, las fortificaciones donde

durante millares de años alentó, agitóse, trabajó, elevó

al cielo

sus plegarias, sobrellevó

sus amarguras, disfrutó sus placeres, negoció, pensó, consagróse á las artes de y entregóse á sangrientas luchas

La Memphis

de los vivos no existe

cual

crópolis,

si

expresión por medio de

posadas

:

:

en cambio

la

Memphis

de los muertos

la vasta

,

ne-

moran dormidos

ha conservado de un modo sorprendente. Si existe lugar alguno que confirme

Osiris, se

la

»

paz

la

pueblo de Memphis, han desaparecido completamente.

participara de la indestructibilidad de los que en ella

en

terístico del

el

la

cual pretendieron

pueblo egipcio, este es sin la

los.

sus tumbas casas de eterna duración ;

determinar

la

el

rasgo carac-

casas, dijeron,

y es que para ellos

»se reduce á peregrinación brevísima, en tanto que efecto, sus cementerios

griegos

menor duda. «Sus

son meras

la existencia

terrena

muerte es vida perdurable.»

Y

en

han sobrevivido á sus ciudades, y sus sepulcros han prolongado

su existencia hasta nosotros.

No hay cual

realmente en la tierra centro de civilización más venerable que este en el vamos á penetrar; monumentos humanos más antiguos que los que aquí se han

descubierto. Quien pretenda dirigirse á las Pirámides, debe por fuerza atravesar la necró-


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

158

Por nuestra parte arreglaremos

polis.

manera que podamos

las cosas de

modo

de tiempo ni por cuestión de conveniencia debemos proceder de este

él

territorio de

el

conducidos aportaremos á

¡Cómo

Egipto.

no,

si

la

que cruza

arrecife

el

agradable; pues al paso que

los ardores del sol, los efectos de luz al

más populosas esta llanura,

más

del

el

los

bellos de todo

mundo!

constituye

un placer por demás

cimas de

las

más

cual, durante millares

las

palmeras mitiga

que entre sus troncos pueden disfrutarse, quitan

pueda parecer á monotonía.

paisaje cuanto se

suelo sobre

el

sombra proyectada por

la

por razón

preferiremos un barco del Nilo, y por

rodean son indudablemente

sus raíces se hunden en

de años ha existido una de las ciudades

Galopar sobre

Memphis

ni

ó del de

playas de Bedrashein, populosa aldea habitada por los

las

Los frondosos palmares que

felahes. el

que atraviesa

al tren

allá,

estudiar la ciudad

como

de los vivos antes de poner la planta en la ciudad de los muertos, y

Y

cuenta que los árboles innúmeros que

bosques constituyen, semejantes á esbeltas columnas terminadas por gallardo penacho,

tales

cortadas dijérase por un

mismo

patrón, distan

mucho

de ofrecer las individuales diferencias

de nuestras hayas y de nuestras encinas.

En

pequeño puerto de Bedrashein vense grandes montones de

el

fajos de

cadas á las cimas de los troncos; siendo espectáculo por demás curioso

el

palmas, arran-

que ofrecen los

felahes trepando ligeros por los escuetos y elevados tallos con el objeto de cortar palmas,

machear

las flores ó cosechar el dulcísimo fruto de los

pingües racimos de

dátiles.

Detrás de las palmeras distínguense verdes campos perfectamente cultivados. lo alto

del

monton de ruinas más importante que

su extensión

el vasto

A

las pirámides.

de Mit-Rahineh

que queda de

más

hácia

sérvame el

cual

la

al

sud

el

el

la alquería

humildes moradas que forman

de un acaudalado armenio

;

al

sudeste lo

la aldea

árabe

más importante

más hácia el Norte, restos de sus templos magníficos; Ramses II. En una cabaña cercana á ella, con-

derribado coloso de

fragmentos más preciados entre los que descubrió M. Mariette en

existió

Desde

domínase en toda

cual existió en otros tiempos la célebre ciudad de

se distinguen las

antigua ciudad;

Sud,

el

los

;

espacio sobre

un lado

se alza en la llanura,

el sitio

sobre

antigua Memphis. Dirigiendo al Norte la mirada sólo se distinguen

la

palmares y tierras labrantías: con virtiéndola al Oeste, el ojo, que después de haber salvado que traza la cultivada llanura, pugna por abarcar completa la extensión del paisaje

el límite

hasta

el

último confin del horizonte, siéntese retenido por

se pueda imaginar.

La montaña

de calcárea amarillenta,

de ramificaciones, desnuda de vegetación, de

de imponente, de la llanura cual

perfil

menguada

panorama más seductor que

cuya suave ladera desprovista

altura para que merezca el título

harto monótono para que pueda decirse que es agradable, cierra

muro inmenso cuya extensión

donde puede alcanzar

el

la vista

se contara por millas; vese coronada hasta

de pirámides semejantes á pintorescas cúpulas ó abruptos

ventisqueros, que parecen surgidas del suelo con los peñascos donde asientan, y destinadas

á subsistir Si,

lo

como

que estos duren y permanezcan. todo parece indicarlo,

el

palacio de los reyes y la ciudadela de

Memphis


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES estuvieron situados en la cima de

159

loma en que nos encontramos, con exposición

la

poniente, es justo convenir en que no pudo imaginarse mejor emplazamiento.

notar

mismo Lepsius que

el

era este

vez

tal

único

el

sitio

desde

el

Ya

al

hizo

cual se dominaba la

ciudad en toda su extensión, y que por tanto desde él podían los regios constructores seguir paso á paso los progresos de sus respectivas pirámides: hasta el grupo más sep-

Abu-Roasch, podía desde

tentrional ó sea el de

En

se le convirtiera en ruinas.

del septentrión, las grandes pirámides, la

distinguirse perfectamente antes de que

él

sobre

la actualidad sólo se divisan

que llevan

el

el

horizonte, por la parte

nombre de pirámides de Gizeh, de

aldea que cerca de ellas se levanta, y después de éstas,

más

al

Sud, los grupos de

Arjan y de Abusir: hácia la derecha y á muy corta distancia, la orgullosa pirámide escalonada de Sahara con sus mal trechas hermanas, y algo mas al Sud el grupo Zawijet

el

de pirámides de Daschur,

pertenecientes á la especie que se conoce con

Pirámides truncadas. Las situadas más

en que nos hallamos, rigurosamente hablando,

la colina

Memphis; pero aún

de

número de

estos sorprendentes

De

en estos lugares. ó

no baja de ochenta

así,

ménos ricamente

vertientes de la

las

comprenderse

la

que practicadas en

dispuestas,

la

grandeza de

los conocidos,

pirámide de

tensión de setenta

no pertenecen á

necrópolis

la

el

mausoleos que se ven

montaña, ha sepultado

mayor de

el

nombre de

catacumbas con fachadas más

la

hay que hablar: su número es inmenso; cementerio,

el

mediodía, que no pueden columbrarse desde

al

las

arena, no

pues este en

si

él

debe

Medum, mide una ex-

FACHADA DE SEPULCROS

base segura para formarse idea aproximada de y tres kilómetros antigua Memphis y de la duración de su existencia, verdaderamente :

la

excepcional.

Según

la tradición

fundóla Alenes,

el

primero de

procurarse lugar apropiado para llevar á efecto desvió

los reyes de Egipto: su

en egipcio lugar hermoso, siendo de notar que

significa

el

rio,

dividía la

la

el

Faraón, con

el

nombre

construcción de los edificios principales,

abriendo un nuevo cauce que corriendo entre la montaña líbica v

llanura en dos partes iguales. Así se

egipcios al realizar éste su viaje en

el

Men

propósito de

lo

refirieron á

Herodoto

la

arábiga.

los sacerdotes

año 454 antes de nuestra era, según nos

refiere

Los diques de Alenes estaban cuidadosamente vigilados por los gobernadores persas, que anualmente disponían la práctica de las reparaciones necesarias. el

propio historiador.

En cuanto

el

suelo

alcanzó

el

grado

de

endurecimiento indispensable, y se hubieron

practicado las operaciones conducentes á la rectificación de los ribazos del Xilo, Alenes elevó el

un templo

alma de

ella,

al

dios Ptah, que durante los largos siglos en que subsistió la ciudad fué

si

así

podemos expresarnos, santuario que engrandecieron v exornaron

á porfía los faraones todos hasta la época de los emperadores romanos.

A

la

cabeza de las divinidades egipcias,

siendo la primera y

más antigua

de ellas.


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

160

encuéntrase

el

antiguo Ptah de Memphis, llamado

creador de los mundos:

el

el

ser del

cual proceden los gérmenes, las leyes, las condiciones de todo cuanto existe: era ya en principio,

el

y

huevo del cual

fué antes que la luz: había creado el

salieron, en cuanto lo

Luna. Ptah tanto vale como abridor. Ptah-So/rar-Osiris

abrió, el Sol y la

,

que reinaba

Memphis, y de cuyo nombre encontramos manifiesta reminiscencia en Sahara, dispensa al sol que se pone, y á los hombres que mueren las condiciones necesarias, á aquél para que reaparezca, á éstos para que nazcan á la vida eterna del en

la

necrópolis de

buey Apis era

lado allá de' la tumba. El

y en

el

el

animal consagrado á Ptah

templo de este alimentábasele cuidadosamente. Dormía sobre

mullido lecho que cerraba precioso cortinaje de riquísima estofa: eran

su alimento delicadas gachas de flor de harina de cebada, con granos de trigo mondado, cocidas en leche, y además pasteles hechos con

harina y miel; y por último tenia á su disposición un verdadero harem de vacas,

en un

ó edificio especial apropiado al

sitio

Su madre gozaba también singular

efecto.

un establo

consideración, y se la tenia en particular. El EL DIOS PTAH DE MEMPHIS

muv

número de sus

grande: mayor aún

uno de

los visitantes le ofrecía,

base que no

iria

en

un

teníase por de

por buen camino

el

de los que

el

visitaban, pues se. le atribuía la facultad de leer

se le dirigían solamente podía contestar por

sirvientes era

si

ó

el BUEY EL apis buey APIS

le

porvenir; pero á las preguntas que

lo

un

no.

Si

aceptaba

buen augurio; mas

si lo

el

alimento que

rechazaba, juzgá-

asunto que in petto habíasele consultado. El astrónomo

Eudoxo de Knidos juzgóse muerto en cuanto

el

buey, en vez de aceptar

el

alimento que

lamer su vestido, y Germánico pereció poco tiempo después de haberle sido desfavorable el oráculo del buey Apis. Además de éste adorábase una serpiente

le

ofrecía, apresuróse á

sagrada.

En

el lago,

consagradas á

la

que no podía

faltar

en templo alguno egipcio, mecíanse preciosas barcas

divinidad, y en sus orillas crecía

un frondoso bosque sagrado. Cuantos

faraones se hicieron enterrar en las pirámides, sirvieron á Ptah en su

Sam, ocupaba

el

santuario,

cuyo

grado más eminente en la gerarquía sacerdotal, tanto

gran sacerdote

el

que

en diferentes ocasiones confiaron á sus propios hijos semejante dignidad.

los reyes,

Esta sobrevivió á los hvksos, y hasta en la época de mayor esplendor de los faraones, fué desempeñada por Khamus, el heredero de Ramses el Grande, que premurió á su padre. Este poderoso príncipe,

al

con notables monumentos

comunicó

al

templo

cual dieron los griegos el la

inmensa mayoría de

las

suprema magnificencia con

nombre

de Sesostris, que embelleció

ciudades existentes á

los

enormes

colosos

orillas del Nilo,

que hizo

erigir

delante de sus puertas.

Conocemos siguiente.

el

hecho á que se debió semejante consagración, que no es otro que el el gobernador que

Al regresar Sesostris de una de sus expediciones guerreras,


VECINO DE MEMPHIS

EGIPTO,

TOMO

I

41



MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

163

dejara en Egipto, que durante su ausencia no había procedido con la

un suntuoso banquete cerca de Pelusina, en un con al

propósito, y aprovechando los

tal

edificio de

momentos en que

el

rey y los suyos se entregaban

Ramses escapó como de milagro, y para demostrar

levantar los referidos colosos junto al templo de Ptah.

monumentos que

Memphis,

restan de

boca á bajo á unos mil pasos

cuya elevación sobrepuja juego junto

La

al

después de

tiempos

muy

la

de ellos, único de los grandes ,

aldea de Mit-Rahineh. Este gigante de piedra,

la

obelisco de Alejandría.

sólo

no vio menguada su importancia con motivo de

la

residencia de los faraones

expulsión de los hyksos, sino que

la

gozando

continuó

el

Menes no

Tébas de

intento que se deja

de siete hombres, es propiedad de los ingleses, para que haga

Támesis con

ciudad de

traslación á

la

el

á los dioses su gratitud, hizo

«la ciudad de los vivos » Oukh-tui, yace derribado

sud de

al

Uno

lealtad, ofrecióle

madera que mandara construir

descanso, después de los excesos del festin, púsole fuego, con

suponer.

mayor

mayor prosperidad

la

hasta

posteriores , debiéndose esto en gran

parte á que su puerto en el Nilo, del cual se hace

frecuente mención en los textos, era el mercado al

y

cual concurrían todos los productos del país, el

centro de contratación

,

no sólo para

sacciones que se operaban en

más

En

allá.

fenicios,

en

factorías, la

él

el

tenían

mucho

especial

los

cual se hallaban establecidas sus

elevándose en

Afrodita ó

un barrio

las tran-

sino

el valle,

Venus

el

mismo

el

templo de

extranjera, Astarté-Ashera

con su correspondiente

bosque sagrado,

en

el

cual se congregaba la juventud para servir á la divinidad.

Dicho

placer: en

cambio en

barrio la

constituía

el

asilo

del

población genuinamente

egipcia vivían los vecinos tranquilos y morige-

CULEBRA SAGRADA DE URAN

rados, que se dedicaban con diligencia y atención al cultivo de las artes manuales, en tanto que la casta sacerdotal se consagraba al estudio de las ciencias. Justa celebridad alcanzaron las escuelas dependientes de los templos de Ptah, de su hijo Imhotep y de otros dioses, de algunos de cuyos alumnos han llegado hasta nosotros notables escritos. El soberano

que residía generalmente en Tébas, trasladábase de cuando en cuando

al palacio real

de

Memphis, cuva ciudadela fué siempre considerada como uno de los más inexpugnables baluartes del imperio. Los griegos la conocían perfectamente bajo el nombre egipcio de Fortificación Blanca,

y así los monumentos como los escritos de los clásicos, hacen sitio sostenido por dicha ciudadela, y de más de un asalto dado

mención de más de un

á las murallas íde la ciudad.

Los

asirios

y

los

persas no se juzgaron señores del Egipto


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

164

Fortificación Blanca, cuyo barrio militar, que completa-

en tanto no fueron dueños de

la

tamente

muy

la

rodeaba, hallábase

poblado.

Memphis no era sólo una de las ciudades más populosas del antiguo mundo sino también una de las más extensas: para formarse idea de su capacidad, basta decir que aún en los ,

tiempos de su decadencia, era indispensable una marcha de media jornada para atravesarla de Norte á Sud. Golpe inmenso recibió sin embargo la

primera piedra para

el

debia constituir, andando

el

dia en que el hijo de Filipo

establecimiento de la ciudad de Alejandría, que,

tiempo, un nuevo centro establecido en

el

puso

como sabemos

Egipto inferior,

el

al

cual debían afluir las corrientes por las cuales circulaba la vida toda del país. Posteriormente

puede decirse que recibió

golpe de gracia de

el

del valle del Niio por la fuerza de las

armas,

manos

del islamismo,

que dueño absoluto

abandonar

vio á sus jefes

las residencias de

Alejandría y de Memphis, para establecerse en la ciudad que edificaran á

en

del rio, la cual

las cercanías del

andando

los

castillo

romano

tiempos había de resultar

escasa importancia á que se redujera la

el

á

mera

el

la orilla

nombre de

opuesta

Fostat, de

Cairo, ciudad que había de concluir con

que tuvo un

la

que

de Babilonia, con

dia la de las pirámides, reduciéndola

ruina, pero ruina de grandeza singular. Siete siglos escasos van corridos desde

la visitó el sabio é infatigable

podemos formarnos idea de »extension de

la

lo

Abd-al— Latif de Bagdad, y por que vio

el

viajero árabe.

«No

lo

que de

ella dejó escrito

obstante la desmesurada

ciudad, dice, y la antigüedad remotísima á que su fundación se remonta; por que ha pasado bajo la influencia de los diferentes

» no obstante las diversas vicisitudes

han hecho

pesado yugo; no obstante los múltiples y variados han hecho, y que se han encaminado á borrar hasta para lo cual no se ha y destruir sus más pequeñas señales, sentir su

»

pueblos que

»

esfuerzos que para anonadarla se

le

»sus más ligeros vestigios,

»omitido nada absolutamente, pues se » materiales

han

de que estaba construida, se

trasladado á otros lugares las piedras y los

han devastado sus

»se han mutilado v hecho trozos las estatuas que eran su »

edificios

más

más importantes, y

preciado ornamento, no

obstante lo que ha de haber auxiliado á tantos elementos de destrucción

»de más de cuatro mil años, sus ruinas ofrecen todavía

al

el

largo transcurso

admirado ojo

del

espectador

cuento que confunden la inteligencia, y que en vano pretendería describir admiración »el hombre dotado de mejor voluntad. Cuanto más se la contempla, mayor es la »que produce, siendo cada nueva mirada que á la vasta ruina se dirige, motivo de nueva » maravillas sin

»y singular admiración.» Por nuestra parte no podemos enumerar uno por uno la

sorpresa y entusiasmo de Abd-al-Latif , por

años que dejaron de ser, á frente,

colosos,

tales

como

los

lo

los

monumentos que

mismo que muchos

excitaron

de ellos hace largos

leones que pudo contemplar levantados aún frente

serian esfinges: el extraordinario número de mutilados y que sin duda alguna entre los cuales debe contarse la estatua de Ramses II de que dejamos hecha

mención, y las ruinas y restos de murallas que literalmente cubrían todo el suelo. Que mucho si con posterioridad á los tiempos en que Abd-al-Latif hizo su viaje, apenas si hubo


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

166

quien se acordara de los restos de Alemphis. Paulatinamente fueron desapareciendo: piedra á piedra pasaron á la orilla opuesta del Nilo, y

en

paroxismo de

el

la

destrucción fué

hecha pedazos más de una estatua venerable por su significación y antigüedad. A mediados del siglo décimo quinto un emir ordenó la demolición de la «Capilla Verde,» motivo constante de admiración, por

más dura que

el

mismo

mismo que

lo

estaba labrada en una mole inmensa de peña

acero, y con todo

completamente cubierta de figuras y

esto

leyendas: la áurea estatua con ojos de piedras preciosas, custodiada en otro tiempo dentro de esta obra altamente maravillosa, consagrada tal vez á

desaparecido hacia

mucho

tiempo.

No

Khonsu,

dios de la

el

Luna, había

debe sorprendernos: Abd-al-Latif, poseído de noble

indignación, nos habla de la sed de oro que

como enfermedad

contagiosa habíase apoderado

de sus contemporáneos, consignando al efecto el hecho de que, doquiera existian ruinas, registrábanse afanosamente por

manos

profanas, que á nada

más

atendían que á propor-

cionarse escondidos tesoros, á cuya posesión se consideraban con derecho indiscutible. El furor,

que no otro nombre merece tan desordenado espíritu de

que fueron arrancadas

las lañas

pillaje, llegó

á

extremo,

tal

de cobre que unian las piedras unas á otras; arrebatados

goznes de bronce existentes en las puertas; y taladrados los colosos en cuyo interior

los

se presumía que habian de encontrarse riquezas.

en

las

hendiduras de

trándose á

lo largo

investigaciones

las

montañas como

de las aberturas,

y en su

dándose

infructuosas,

muchos que contaban con un

capital

el

Los buscadores de tesoros

frenesí invirtieron algunos cuanto poseían en

más que mediano,

á fin de que

como

lo

emplearan en costosas

suele suceder en tales casos,

que se experimentaran, olvidábanse por completo en

que venia' á coronar

los

esfuerzos

un

éxito inesperado.

ya recompensas á los muchos que las buscaron, realmente las obtuvieron,

Cuando

el

punto y hora en no brindaban

las ruinas

siendo contado

el

número de

buscador de tesoros problemáticos sucedió

al

se introducían

se deslizaban arras-

caso de que los que nada tenían arrastraran á

exploraciones en busca de tesoros imaginarios; pues las decepciones

una casa;

los ladrones en

el

los

que

labrador, que

á fuerza de afanes obtuvo del suelo de Memphis, en forma de cereales y de árboles frutales, una recompensa más merecida.

Y

sin

embargo, dirigiéndonos hácia

tumbas y de

los

campos de

ciudad que sepultó sus cadáveres en el

han las

existido.

pirámides

el

las pirámides,

más

oeste, y recorriendo la amarilla arena de las

podemos formarnos

Empecemos, pues, nuestra caminata por

más

idea de lo que debió ser la

vasto de los cementerios que en tiempo alguno

grandiosas, es decir, las que

el

Norte, y visitemos desde luego

toman su nombre de

la vecina aldea de

Gizeh, aprovechándonos de los cómodos carruajes, que marchando sobre una buena calzada,

nos conducirán á

Y

ellas

en poco

más de una

hora, desde la puerta de nuestro domicilio.

aquí cumple decir que los habitantes del Cairo, suelen visitar las pirámides

pasatiempo en los dias festivos: y hacen en ello perfectamente; pues es «paseo campestre» alguno, que ofrezca los encantos que éste y suscite en

y

tan variadas emociones.

,

difícil

el

por via de encontrar

ánimo tantas


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

En

las

primeras horas de

mañana

167

coche, arrastrado por briosos y ligeros caballos. atra\iesa rápidamente y con grande estrépito el puente de hierro que enlaza el Cairo á la lindísima isla de Gezireh, que al cabo de breves instantes queda á la espalda, lo mismo

que su

famoso y

castillo

el

la

el

brazo del rio que lame sus cimientos por

Seguimos adelante marchando á

lo largo

la

parte del Sud.

de un arrecife trazado en línea recta v perfectamente

conservado, que sombrean a uno y otro lado los frondosos lebaks, y saludamos al paso castillo y los jardines que en Gizeh tiene el Virey, que rodeados de elevadísima cerca á nuestra izquierda se distinguen. La verdura de los campos, cruzados de canalizos, regocija el

ánimo: una tenue, azulada neblina

el

flota

sobre las regiones del poniente:

fresco

el aire

y perfumado es de una pureza y trasparencia tales cual sólo en Egipto puede encontrarse en los meses de invierno. El velo de nieblas que flotan sobre el horizonte va disipándose paulatinamente y al par se ofrecen á nuestras miradas cual enormes triángulos, perfectamente determinados, las ya cercanas y majestuosas pirámides. Pasa un instante las

y nubes se cierran de nuevo; y aquí y allá contemplamos ora un rebaño de búfalos, ora una bandada de garzas reales, aquí un pelícano solitario, al cual podría derribar fácilmente una bala disparada de nuestro carruaje, allá grupos de labriegos que medio desnudos ocúpanse

en las labores del campo, más del

camino.

De

villorrios establecidos

á corta distancia

y siguiendo con

los ojos su vuelo,

demos que rayos del

las

sol,

lejos las aldeas

repente remóntanse por los aires dos águilas blancas,

y

por los azulados fragmentos que entre las nubes distinguimos, compren-

nubes

van disipando, hasta tanto que

se

en todo su esplendor,

bañan por completo

al

cabo de breves instantes los

la llanura dilatada.

Es

la

hora

aquella en que, en tiempo de los faraones, reunidos los sacerdotes ante la puerta de los

templos, entonaban himnos de reconocimiento

al dios

de la luz que aparecía bajo la forma

de Horo niño', después de haber vencido, derribado, y puesto en fuga, pero no muerto y anonadado á Set, el enemigo de su padre, la oscuridad y sus cómplices, las nubes

y

las

nieblas.

Cesaba

lucha en tanto duraba

la

el

dia,

comenzando de nuevo en

las

últimas horas de la tarde, en que terminaba, en detrimento del dios luminoso, que á su vez se retiraba al dia.

«El hijo es

el

mundo

inferior,

para alcanzar nueva victoria

al

amanecer

padre de los humanos.» El garzón Horo convirtióse en Ra,

del el

nuevo

poderoso

dios del sol.

las

El dia era esplendente y caluroso: las pirámides se ofrecían ante nosotros con todas degradaciones que han experimentado en el transcurso de millares de años. Los

caballos

moderan su rápida carrera: pues

el

camino se levanta en cuesta, cerrado á ambos

lados por elevadas paredes, nueva defensa contra tiene á sus órdenes las tinieblas: la soledad, ejerce

las

su imperio, mas donde

:

segundo poder de aquel dios que la vida.

Donde

reina

agua y el suelo verdeguea, allí imperan agua del desierto, surgen las plantas y los

brilla el

Osiris y su ciclo de dioses: doquiera alcanza el

árboles. El mito lo expresa

el

arenas del desierto enemigo de

Osiris después de haber estrechado entre sus brazos á la esposa

de Set, dejó abandonada en su lecho, la corona de verde trébol que ceñía sus sienes.


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

168

La verdad Vimos

arena.

que no obstante los muros, este trecho del camino suele estar cubierto de

es

á nuestra izquierda una posada, abandonada en la actualidad. Aquí

describe

una curva muy prolongada, que recorrieron

donos

cabo de

al

ella

Detuvímonos ante

en medio de

«maravillas del mundo.»

hay quien desconozca la

la

mayor de

la

los caballos

meseta en que se hallan

humanas que

estas obras

No tenemos

las

el

camino

rápidamente, encontrán-

pirámides

más

elevadas.

calificaba la antigüedad de

por que perder tiempo en describir su forma: no

figura geométrica que de ellas lleva el nombre, no siendo tampoco

la

presente ocasión oportuna para expresar en cifras su volumen, ya que sólo comparándolas

con otros monumentos conocidos es posible formarse idea de su inmensa grandeza. Digamos

AL PIÉ DE LA PIRÁMIDE DE CHEOPS

pues una vez para siempre, que con ser de 131 metros la

excede en 16

la

de la gran pirámide, que lleva

su cúspide, mide 147; de la

grandiosa cúpula de

cristal contiene

mayor de

pues en

lo

basílica

estar

la altura

de San Pedro de

nombre de Cheops,

Roma,

pues, restablecida

hueca dicha pirámide, podría contener debajo

romana, de

la

propia manera que una

campana de

debajo un reloj de sobremesa. Ni la iglesia de San Esteban de Vi en a-, ni

la torre del reloj la

manera que á

la

el

de Estrasburgo alcanzan la altura de dicha pirámide; pero la sobrepuja

las gallardas torres de la catedral

tocante al peso y

volumen de

que no existe construcción en

el

de Colonia. Esto en cuanto á sus dimensiones,

los materiales

mundo que

gran pirámide. Si fuese posible desmontar

el

ni

empleados, puede bien asegurarse

remotamente pueda compararse con

la

sepulcro de Cheops, con las piedras que lo


MEMPHI3. LAS PIRAMIDES

componen habría

para levantar

francesa. Disparando con

una

buen alcance desde

pistola de

sentido horizontal, la bala cae en el centro de

de

169

una pared que cerrara todas una de sus

las fronteras de

cima de

la

la

nación

pirámide, en

la

Estas y otras indicaciones

caras.

propia naturaleza van únicamente encaminadas á que los que no han visitado

la

el

Egipto puedan formarse una idea de las dimensiones de esta construcción gigantesca: para el

que contempla

la

cima desde

el

suelo arenoso sobre

el

cual se levanta, no son menester

estas ni otras explicaciones-

Apeémonos

frente por frente del lado

Norte de

la

pirámide de Cheops. de

En

triángulo

el

sombra que perfectamente

dibujado se proyecta sobre

de

el

vense algunos grupos

suelo,

mujeres que venden na-

ranjas y otros comestibles, y arrieros que están

allí

con sus

jumentillos, en tanto que los

descansan de vuelta

viajeros

de su fatigosa ascensión. Por

nuestra

no

parte

la

emprendido aún; pero

hemos difícil-

mente, áun cuando quisiéra-

mos. lograríamos sustraernos á

asustados ante

ello,

cansancio

del

do

á

pié

rostro

idea el

hemos echa-

instante en que

visto

la

pues desde

;

tierra

nos

hemos

rodeados de gentes de atezado,

cubiertas

de

nervudas y

harapos

que á

porfía nos brindan sus servicios.

Llámanse

con orgullo

«Beduinos;» pero

mún

con

los orgullosos

hijos del desierto

la

verdad es

que nada más tienen de co-

BEDUINO Y FELAH

que los defectos. Sea como quiera es no sólo

conveniente sino necesario aceptar sus servicios, por

más que

sea imposible extraviarse

punto y hora en que se ha emprendido la ascensión. Ésta comienza por el lugar en el cual la caida de las piedras que rellanaban el espacio comprendido entre una y otra grada ha dejado al descubierto el núcleo ó armazón de la pirámide. En la misma cima permaneceremos sobre una escalera de piedra pulimentada; desde

mas

el

las

gradas son desiguales y siempre de gran altura, habiéndolas que EGIPTO.

TOMO

I.

la

tienen igual á

43


MEMPHI8. LAS PIRAMIDES

170 la de un hombre.

Acompáñannos

desnudo de

y saltando con gran agilidad trepa á un peldaño, desde

mano, en tanto que

tiende la

y

el

pies,

el

tres garridos

mancebos, uno de

segundo, arrimando

como gamos,

os

que os baña

cual nos

A medias por

impulso

va ascendiendo, sin que esos picaros, ligeros

concedan un momento de reposo, áun cuando

aliento ó enjugar el sudor

el

hombro, nos impulsa hácia arriba

el

tercero cogiéndonos por debajo del brazo acaba por levantarnos.

propio, y á medias por impulso ajeno se

nos precede,

los cuales

la frente.

Además

para cobrar

pidáis

lo

de esto, en tanto dura

la

ascensión

no callan un instante solicitando con verdadera insistencia alguna propina, y esto con que no parece sino que obran con la deliberada tal importunidad y tales modos, de hacernos olvidar

intención

la

que se

gratitud

debe por

les

que

servicio

el

están

prestando.

Al cabo

se alcanza la cúspide. El vértice de la pirámide se

ha derrumbado hace mucho

manera que nos encontramos en una plataforma bastante

tiempo, de

nuestros fatigados pulmones estado normal, y nos

hemos

y

precipitado

el

latir

espaciosa.

En

cuanto

de nuestro pulso han recobrado

el

librado de los «beduinos» que nos acosan para sacarnos los

cuartos y para que les compremos antigüedades contrahechas, dirigimos al espacio nuestras miradas y cuanto más se prolonga la contemplación, y más nos dejamos subyugar por el encanto de tan maravilloso espectáculo, más se nos figura magnífico é incomparable. La fertilidad

y

la aridez, la

vida y la muerte en parte alguna se encuentran

como

aquí, juntas,

sin gradación alguna, sin solución de continuidad. Allá abajo, hácia el Este, corre espacioso el

Nilo, salpicado de blancas velas latinas que hincha

el

viento: junto á sus orillas, cual

alfombras de esmeralda, extiéndense los campos y las praderas, los jardines y los palmares: las aldeas, semejantes á nidos de pájaros escondidos entre la enramada, reposan á la sombra de las arboledas, y al pié del

Y más

monte Mokattam que en

tarde, á la puesta del sol,

rosados y violáceos,

por su

la

formidable

ciudad de los califas,

ciudadela,

este

momento

brilla

como

el

oro,

á la luz del crepúsculo vespertino se teñirá de matices

lanza

la perla del Nilo, la

espacio

al

sus

hermosa Cairo, dominada

numerosas mezquitas y

gallardos

alminares, entre los cuales descuella por su esbeltez y sus primores, que á gran distancia se perciben, el que es gala del mausoleo de Mohamed-Alí, en tanto que cual corona inmarcesible cíñela en derredor la verdura de sus jardines y arboledas. Imposible encontrar un cuadro más rico de frescura, de vida de prosperidad: los argentados hilos de los canales son cielo

como

y fecundante que brota de aquel campo de plantas lozanas. El

muéstrase completamente puro

sombras:

prodúcenlas

¡Cuán pródigo

es Dios

Los beduinos

No

la savia

llega

se

á nuestro

bandadas de

y

con todo divísanse

pájaros

en sus bondades y cuán hermoso es

han marchado. Estamos solos en oido

el

rumor más

sobre

la

llanura

pasajeras

que encuentran aquí abundante alimento. el

mundo!

esta altura.

insignificante.

La calma

Convertimos hácia

es completa. el

Oeste

la

mirada y nada más distinguimos que pirámides, tumbas y arena, arena por todas partes. Sobre este suelo ingrato no crece el más insignificante arbusto, la más pequeña brizna


SUBIDA A LAS PIRAMIDES



173

MEMPHIS. LAS PIRAMIDES de verba. Todo es amarillo, todo gris, todo negruzco, en todas partes

lo

mismo: nada

interrumpe esa monotonía. Sólo

aquí y acullá se distingue sobre la arena un punto blanco: es el esqueleto de allí cayó cediendo á la sed ó á la fatiga. Tranquilo, desolado, hostil

algún animal que

á cuanto tiene vida ábrese el desierto ante nuestros ojos.

meses serian menester á la arena que todo

contemplaban la

montaña

para alcanzar

lo sepulta. Si

hay

sitio

el

¿Dónde termina? Dias, semanas,

último límite, dado que lograra escapar

alguno en que

la

muerte reine, es aquí. Aquí

los egipcios todos los dias la desaparición del sol:

líbica,

comenzaba un mundo

cadáver para

era lo que

el

de

No

la vida.

al viajero

existe

en

el

el

hombre que

mundo

tras el

muro que forma

distinto que, respecto del fértil país de Oriente,

se agita en

cementerio

más

medio de

la

lucha y de los placeres

silencioso que este desierto: por esto

han erigido aquí tantas y tantas tumbas, y la soledad para guardar el secreto de la muerte ha tendido su velo de arena sobre cadáveres y sepulcros. Aquí se experimenta el terror de lo infinito: aquí donde empieza la eternidad á las puertas de lo que fué, no se

parece sino que

la

obra del hombre se haya sustraído á

la suerte

común de

todas las

cosas terrestres y participe de la duración eterna. «El tiempo se burla de todas las cosas; pero las pirámides se burlan del tiempo,» dice

un conocido proverbio árabe. Apartamos de

monumentos que

y las dirigimos al círculo Todos descansan sobre la dura peña,

del desierto las miradas,

se eleva en derredor de Cheops.

de que está formada esta meseta invadida por las arenas.

La

elección del sitio obedeció

un pensamiento profundo, que hicieron necesario consideraciones de un orden superior, que jamás puede perder de vista un pueblo laborioso y culto como lo era el egipcio. Por

á

un

lado era indispensable poner los cadáveres al abrigo de las aguas procedentes de la

inundación, y por otra precisaba no arrebatar

á

los vivos la parte

más

insignificante de

terreno cultivable. Semejante pensamiento se halla ya expresado en una inscripción griega

que Arriano, discípulo de Epicteto, mandó grabar sobre

la

grande Esfinge,

la

cual empieza:

«Los dioses levantaron en otro tiempo esas formas que á lo lejos se divisan Respetando con gran prudencia los campos inmensos del trigo productores.»

verdad es que no se ha encontrado en todo el /salle del Nilo una sola tumba de tiempos antiguos á la cual hayan alcanzado las aguas de la inundación. Dirigiendo ahora nuestras miradas hácia el Sudoeste, percibiremos cerca de nosotros y

los

,«T|

una pirámide cuvas dimensiones son poco menores que las de Cheop». Consérvase de manera que su vértice tiene aun los materiales de que se la ie\istió, debiéndose su cual fué el segundo construcción al rey Chefren que las inscripciones llaman Khafrá, el

tal

terminación de la colosal sucesor de Cheops v á quien, según parece, se debe también la mucho más pequeña; pirámide es tercera La Este. al más poco existe un que esfinge

materiales cuidadosamente elegidos, y sirvió de pero en cambio se halla construida con mausoleo á Mvkerinos (Men-ka-ra) de la misma dinastía que los precedentes. Las demás 44 EGIPTO, TOMO I.


MEMPfflS.

174

pirámides

mucho más pequeñas, que

Mvkerinos, encierran

los restos

se debe la construcción de los oriental de cada

una de

LAS PIRAMIDES

de nosotros y al Sud de la de mortales de los hijos é hijas de los faraones á quienes se divisan delante

monumentos cerca de

las tres

fueron templos consagrados á

los cuales se levantan. Delante de la cara

grandes pirámides, distínguense restos de

Isis,

en los cuales se hacían ofrendas á

los

edificios

que

manes de

los

reyes difuntos. Isis madre recibía en su seno la parte divina del muerto, y lo resucitaba

en Horo niño, que á su vez se desenvolvía en Osiris. El alma de cada uno de los muertos,

no volvía directamente á Dios según algunos habían sostenido; pues sólo cuando reunía las

condiciones de verdad y pureza, se fundia en la unidad del espíritu del

mundo,

del

SEGUNDA Y TERCERA PIRÁMIDES

cual procediera, y entonces tomaba

el

nombre de

divinos á las almas de los faraones convertidos

durante

la

época en que

el

la

la

existencia,

Egipto fué regido por soberanos independientes, de profetas

de Osiris-Cheops (Chufu) y de los pertenecientes por lo

Osiris: de aquí que se rindieron honores

en dios. Esto nos explica

común á

más

notables entre los constructores de pirámides, que

las familias

más

antiguas de Memphis, tenían á su cargo

celebración de las ceremonias religiosas en los templos,

hoy destruidos, de que hace

poco hemos hecho mención. Resulta de

Chefren fueron

lo

dicho que Herodoto no estuvo en lo cierto cuando sentó que Cheops y impíos y malvados que cerraron los templos, y que habiéndose

reyes


ATEMPHIS. LAS PIRAMIDES atiaido

la

animadversión

de

sus súbditos,

no

existia

1

/

5

en Egipto quien se decidiera á

pronunciar su nombre de todos odiado. x ero hora es ya de que sorteando las dificultades, hasta la necrópolis que se extiende á nuestros piés, visitemos, de los sepulcros cubiertos de * arena

que no son Xpocas, descendamos /

que

se hallan dispuestos en luengas hileras, los que estén

mejor conservados, y examinemos

las

catacumbas

abiertas en las laderas de la meseta calcárea sobre la

cual se elevan las pirámides, va que por este medio

podremos formarnos de

la época de Cheops y de sus inmediatos sucesores una idea, que influirá indudablemente en la rehabilitación más perfecta que se

pueda desear, de unos príncipes cuyo mérito ha sido injustamente vilipendiado. así

como en

Y

las pirámides

cripción, en las

aquí cumple decir, que

no se ve una sola ins-

cámaras interiores de

los sepulcros

pertenecientes á los grandes personajes de aquellos

tiempos remotísimos, acontece todo

en

lo contrario,

minos de que sus paredes se hallan materialmente cubiertas de jeroglíficos, que nos permiten reconocer los vínculos que unían al difunto con sus soberanos, sus títulos, sus téi

dignidades, en una palabra, cuanto había sido y poseído en la tierra. Pocas son las que no» oí ecen una narración tan acabada como la que de sus hechos militares encontramos i

en

la del

general Una.

No

se olvide que la época en que

se construyeron las pirámides, constituye un período de

paz y bienandanza, y esto es precisamente lo que nos revelan en conjunto las representaciones á que antes nos

hemos

referido;

pues cada uno de

sepulcros, viene á ser,

si

así

podemos

los

muros de

decirlo,

los

una página

de piedra del libro de estampas más antiguo que existe, providencialmente conservado por

Con

mano

todo,

los

la

arena que

lo

cubre.

procedimientos técnicos de que echaban

los escultores

en esos remotos tiempos, ¿tenían

la

perfección indispensable para comunicar una expresión

verdaderamente

artística á las

formas múltiples de

la

vida?

Sí, no vacilamos en contestar con tan rotunda afirmación,

añadiendo en corroboración de la escultura,

figura que en esa época primitiva, separada de nosotros por

El rostro y

ella

en las márgenes del Nilo se entiende, ha modelado

el

ademan

del rey,

del

magnate y de

los

que en tiempo alguno

más perfectamente

un lapso de cincuenta

la

siglos.

grandes dignatarios, no sólo están


MEMPHI3. LAS PIRAMIDES

176

expresados con verdad que tiene retratos.

En

más

cuanto se ha contemplado

de realista que de artística, sino que son verdaderos la estatua del

amanuense, encontrada en

la

necrópolis

Memphis y conservada actualmente en París, no cabe dudar que se está viendo el fiel trasunto del hombre que representa. Cierto que la disposición de los numerosos grupos que cubren las paredes de los sepulcros no es merecedora de elogio tan absoluto; mas de

aún

no puede desconocerse

así,

muv

mentos

tan características, limitándose para ello á

Y

no es

el arte

simplemente, es toda

tumbas, fresca, reciente, cual

en

con

ella

que tenia

la destreza

supo trazar sobre

imperfectos,

si

un

científico

los signos jeroglíficos: los trabajos

remotísimos, menciónanse ya en las tumbas:

empleábase ya por

las piedras

al

empleadas en

la

orientación perfecta de cada

con de

las

gentes:

una de

las

,

y

se el

Así nos encontramos

ha conservado hasta rollo

el

el

que

de papiro

más importantes que en

como

terreno

llevados á cabo en esos tiempos

calendario perpétuo basado en los astros

un sacerdocio

monumentos en correspondencia

cavas de tales

que no podía disponer del auxilio

el arquitecto,

aguja imantada, se ponía de acuerdo con

la

trazar.

construcción de las pirámides era debidamente medida, y la

puntos cardinales, demuestra que

los

el

^

reducido.

que encontramos en estas

instruido y perfectamente pueblo una doctrina religiosa, como pocas perfecta: cada una de

mayoría de

la

organizado enseñaba

sumamente

tintero

el

nos citan los escritos posteriores

religioso

y

relieve

mismo sistema que

el

tiempo de los romanos, según nos revelan

encontramos ya entre

que, valiéndose de instru-

la civilización egipcia la

ahora mismo se acabara de

ofreciéndonos

la escritura,

mano

la

calcárea contornos tan acabados, y formas

la

el

astrónomo antes de emprender su obra.

entero hallábase medido y dividido en distritos administrativos que tenían al frente un gobernador, el cual dependía del faraón provincias ó que reinaba no sólo como señor absoluto, por la gracia de Dios, sino como sucesor de del monarca giraba los dioses celestes é hijo é imágen humana del dios solar Ra. En torno

Hav mas aún: formando nomos

una

el

país

muv numerosa que le honraba bajo el título de Peraá, en hebreo Faraón, que como «Doble puerta,» formando parte de aquella, según se encuentra consignado textos, «consejeros secretos,» «gentiles hombres de cámara,» «tesoreros,» «intendentes

corte

tanto vale

en

los

» militares, del

» v de los

harem, de

los trabajadores, de los graneros, de los cantores, del guardaropa

baños del rey.» Los jefes superiores de

los

nomos, y

Estado, disfrutaban la dignidad hereditaria de Erpa-ha, estuviesen enlazados con la casa del soberano, por tenían

el

título

de Suten-rekh, que valia lo

éste se enlazaban

más que

mismo que

los altos dignatarios del

ó príncipe real, y con

tal

que

fuera remoto el parentesco,

parientes del rey.

Las

hijas de

con magnates de elevada jerarquía, ó altos funcionarios; habiéndolos

habido que gracias á los servicios que prestaron merecieron tan singular distinción, no muchachos lo humilde de su procedencia. Con los hijos del rey educábanse algunos

obstante

de familias de hábiles

la clase

media, á los cuales se concedían pingües pensiones, por maestros

en toda naturaleza

debía contentarse con

de disciplinas, habiéndolos hasta de natación.

una sola mujer:

sólo

una reina compartía

el

Cada egipcio

trono y después de su


MEMPHI3. LAS PIRAMIDES

muerte

tumba

la

del faraón; háblase

177

con todo de un harem, que, según parece no fue

que los musulmanes expresan con semejante palabra; sino un mujeres consagradas

época, nos sale

En

la

pareja real, y que los reyes se trasmitían de unos

La manía de

construir, que

era la pasión dominante de la

paso á cada instante en esta necrópoli, cosa que no debe causar sorpresa,

al

puesto que constituye poderosos.

de

al servicio

á otros por via de herencia.

más

ocupación

la

propia á que puedan entregarse los príncipes

una

rigor puede decirse que aquí tuvo su origen, y que luego, pasando de

á otra raza, fué trasmitiéndose á los diferentes reyes egipcios, y hasta á

miembros de

lo

en que vivían las

edificio

la familia

de los Tolomeos.

Un

muchos de

los

historiador dotado de grande ingenio ha dicho,

no recordamos donde, que no puede imaginarse símbolo material más sólido del poder de

un soberano que una construcción grandiosa. Por nuestra parte participamos de semejante opinión, pues el

mero hecho de

el

cual es indispensable

el

un

ejecución rápida de

la

edificio

más

venturosas.

mismo una como

además precioso legado que hace

personificación del soberano que la ha dispuesto, siendo

á épocas

de vastas proporciones, para

empleo de fuerzas enormes, constituye por

Los faraones que construyeron

las pirámides,

entregáronse á

mismo no debe sorprender sus cortesanos, y ménos aún

esta pasión con todo el ardor de que eran capaces, y por lo el

que concedieran á

el

que muchas de

los arquitectos

las

tumbas más

un

de honor entre

sitio

que estamos visitando pertenezcan

bellas

á

los

que

fueron arquitectos en jefe de los distintos faraones.

En muchas

de las tumbas que aquí visitaremos no existen las numerosas habitaciones

encontraremos en

funerarias que

las

que podremos examinar durante nuestro

pues no son cámaras practicadas en

Egipto superior;

la

viaje

al

peña, sino mausoleos aislados,

levantados al aire libre, á las cuales llaman los árabes mastaba (bancos). Labradas con

su base es rectangular; y

sillares,

superior,

el

Cada una de

conjunto afecta las

si

bien sus paredes se inclinan un poco en su parte

forma de pirámide, truncada á corta distancia del suelo.

la

mastabas se compone de una cámara principal y de un nicho, generalmente

tapiado,

que se llama serclab (corredor), en

difunto.

El

en

la

parte

sepultura

pozo ó

occidental del edificio

encontrado, que

el

arte de

de pirámides, de ser

encuentra en

mira á la

En

las

;

probando

en

las

casi

jambas de piedra vese puesta en

interiores

de

tales

representaciones á que antes nos la

restos

los

mastabas

del difunto, constituyendo el dintel

muros

el

cadáver,

hállase

humanos que en

que fué más tarde. Así como en éstas

monumentos hemos

aún en

estatua del

generalmente ellos

se

han

constructores

puerta de entrada se el

lado que

á guisa de adorno,

cilindrica, labrada

las

se hallan

referido,

la

los

la

siempre se halla en

la parte superior,

una piedra

á imitación del tronco de palmera, que se ve á los

cual se halla frecuentemente

embalsamar distaba mucho, en tiempo de

la cara septentrional,

oriente.

imágen

lo

el

que se despositaba

en

indudablemente

chozas de los felahes.

En

cuanto

completamente cubiertos de las

que son reproducción de escenas de

vida del difunto. Sólo á personas ricas y de gran distinción era dable hacerse construir

sepulcros tan costosos y duraderos, y esta consideración, que á cualquiera se le ocurre, EGIPTO, TOMO 1. 45


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

178

confírmanla plenamente los cuadros y las leyendas que doquiera nos ofrecen al difunto rodeado de riquezas y tal cual fué en vida. Es por demás raro encontrar una sola alusión

DEGÜELLO DE ANIMALES SACRIFICADOS

á la muerte ó al otro

en

la

del señor,

un

mundo; y

es que los individuos que, formando

mastaba, no debian en manera alguna lamentar

la

sino considerar que constituia para siempre jamás

dios al cual podía honrársele por

duelo, se reunian

el

desaparición del padre, del hermano,

uno con

es decir

Osiris,

medio de ofrendas; pero de modo alguno derramando estéril llanto.

Al que gozaba eter-

na bienaventuranza, complacíasele presentándole ofrendas procedentes

de sus heredades,

y por

lo

tanto en su obsequio se degollaban

y por medio

bueyes y gacelas,

de listas grabadas en la piedra, REBANO DE ASNOS

mas

virtud de do-

los dias del año, el catálogo de pan, carne, volatería,

legumbres, pasteles y leche con que se su obsequio,

como en

ofrecíasele

cumento solemnísimo, para cada uno de

le

quería festejar.

Pronunciábanse plegarias en

esos hombres, hijos de una época primitiva, conservaban siempre en

su memoria como grato recuerdo,

al

que en vida habia sido uno de habian estado unidos por

ellos;

con

los vínculos del

de la amistad, del reconocimiento ó de

el

cual

amor, la

de-

pendencia; y de cuya fortuna y satisfacciones habian sido partícipes. No había persona distinguida que no

riquezas no

moneda no márgen

cultivo,

del rio,

siervos que

se

tales

en

aún,

rústico:

metálico,

— sino

— pues

como

el

las especies

las la

en tierras de

plantíos de papiro

situados á

dedicaban á las diferentes ocupaciones que exigia

y animales domésticos de casi todas

otros llegaron á domesticar,

se conocía

labor, praderas,

EL SEÑOR URCHU INSPECCIONANDO SUS CAMPOS

la

fuera propietario

consistían

el

que nosotros conocemos. Algunos

antílope y la garza real, que

hoy han vuelto


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

179

estado salvaje: no conocieron el caballo ni el camello, y si bien es verdad que las ovejas eran entre ellos bastante raras, se encuentran á veces en los jeroglíficos. no se crea al

Y

que fuera reducido

el

caudal que tenia en ganados un propietario del tiempo de las pirámides:

todo lo contrario, y en prueba de ello podemos decir que en

el

sepulcro de Khafra-ankh

y de su esposa Herueka se consigna que este matrimonio poseía 835 toros, 220 bueyes

PESCA

y 740 cabras; y de un noble establecido en Sakara ganado vacuno de que era dueño, comprendidos en él los ternerillos,

sin astas, 760 asnos, 2235 antílopes

sabemos que

el

ascendía á la cifra de 5300 cabezas, guardando con cerdos,

las

él la

debida proporción las piaras de

manadas de gansos y bandadas de palomas que

se contaban por millares.


180

MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

Los cuadros

que

representan

descuajamiento del suelo,

el

el

campos empezando por

cultivo de los

el

acto de

arar y la recolección de las cosechas

hállanse en todas las tumbas.

vemos

capataz provisto de

al

En

ellos

un bastón,

que constituye su insignia de mando, vigilando á los obreros que visten ligero calzoncillo,

un

pudiéndonos formar

idea de la importancia que concedían

aquellas gentes á

agricultura, por

la

un cuadro que representa

á

un propie-

cuyo nombre fue Urchu, que

tario,

acomodado

en un

sobre dos asnos,

aparejado

sillón,

sus fincas

recorre

seguido de un dependiente que

ña

Hasta

el quitasol.

detalles se

los

empu-

más pequeños

consignan en estas gráficas

representaciones: en los viñedos con-

templamos á

los labriegos trabajando

afanados, y en los plantíos podemos distinguir á los leñadores derribando

v hasta nos es V

los troncos,z

prender

penoso de

lo

más pesadas

hacia

atención en

ñando

las

la botella se

comque

el calor, fijando

individuo

el

fácil

faenas,

la

que empu-

regala con

un trago

de agua fresca, en presencia del capataz

al

cual

consumo de rior á lo

acompaña su la

lebrel.

El

madera era muy supe-

que podríamos imaginar; pero

se comprende, en cuanto se sabe que los potentados se servían de

sólo

para

las

operaciones

buques, no

que

hoy

realizamos por medio de carros, sino

también para ficar la GRUPO DE MUJERES ORIENTALES

los

lo

que podríamos cali-

de mero pasatiempo, por ejemplo

pesca y áun la caza que se hacia en estanques, constituyendo una de


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

182

diversiones

más

propias de las gentes de distinción; y como los cañaverales limítrofes al rio estaban poblados de caza en abundancia, en cuanto á pesca no hav que hablar, las

y

difícilmente salía el señor de casa, sin volver con el

hipopótamo ó

cual cocodrilo,

tal

muy

cinegética. Tales pasatiempos son por otra parte

dependientes formaban, estaba confiado

la vidriería, los tejidos, la fabricación

en

el

rio,

la

y

que podía creerse; pues

y en

cuentas, profesión.

En

los sencillos

Y

metalurgia.

el

como

eran

al

escribir,

más

generalizado de lo

propio tiempo los encargados de llevar las

ven numerosos amanuenses ocupados en trabajos de su

se

semejante estado de cultura no pueden bastar ya para

dones de

los cuales

ebanistería, la alfarería,

la

lavado del oro, cuyas pepitas se recogían

nada decimos del arte de

los capataces

oficinas

las

de papel,

de als;un

naturales tratándose de señores cuyos

de diferentes industrias tales

el ejercicio

amen

provisto,

atractivo de la expedición

el

puede decirse, un estado dentro de otro estado, á

así

si

buque bien

que aumentaban á veces

la naturaleza:

cotidiano sustento

el

es indispensable preparar los alimentos cociéndolos,

asándolos, amasando la harina, confeccionando dulces y pasteles; y que en esto estaban muy adelantados los egipcios de aquellos tiempos, nos lo dice el extraordinario número de

nombres que tenían

tales golosinas.

rostro blanquísimo,

como

claro, al

lo

prueba

paso que los hombres

lo

En el

cuanto á las mujeres que según parece eran de

que se ven representadas con

están con

el

cutis rojizo,

gozaban

de amarillo

la tez

los

mismos derechos

y consideraciones que sus maridos: dábaseles el nombre de «amas de casa» y si les premorian sus hijos, entraban á disfrutar de la herencia, hasta el punto de que la hija del

Faraón podía sucederle en

la

corona. Los hijos

tomaban en primer lugar

el

nombre de

la

madre y después el del padre, siendo de observar que las inscripciones nos han conservado tal cual sobrenombre cariñoso destinado á celebrar el dulce afecto de la esposa. La vida de familia era por

demás íntima y digna en

la

época que nos ocupa, deponiendo de

ello la

jovialidad é ingenuidad que doquiera se ven expresadas, y hasta las frases que el capataz dirigía á los obreros y las

en que se ocupaban. cause

más

No

que éstos se dirigían mútuamente para animarse en existe en toda la historia de Egipto época alguna

grata impresión que esta en que nos estamos ocupando. Los que han llamado

á las pirámides «señales indelebles de

que inspirándose en

los

las labores

cuyo estudio

los escritos de

muchas generaciones reducidas á

la

esclavitud;»

Herodoto han fulminado toda suerte de invectivas

contra los despiadados tiranos que las levantaron, nada

más han

hecho, á nuestro parecer,

que deshacerse, en

estériles

monumentos,

de llevarse á cabo por un pueblo que se revolvía inútilmente bajo

que

le

lejos

era de paz empleó gozosa

ni

el

y vigorosa,

la

construcción de tales

un testimonio de amor á

misma. Ha acontecido con

las

pirámides

mas

yugo

y proseguida bajo que acontece en la naturaleza:

la divinidad, lo

ménos. Al principio debieron por fuerza luchar aquellos hombres con

tades técnicas;

el

que durante una dilatada

completo de sus energías en llevar á cabo una empresa casi

iniciada para dar

los auspicios de la

más

infundadas lamentaciones, ya que

oprimía, es la obra de una nación joven

sobrehumana,

ni

é

vencidas éstas,

el

las dificul-

triunfo debió ser incentivo poderoso para que se


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

más

prosiguiera con

183

ardor hasta

la

que no se cejara hasta ver rematada

consecución del

Que

la obra.

fin;

así

para

como

la

naturaleza en las edades primitivas dio vida al ictiosauro por ejemplo: y los

armónica

muros

ciclópeos precedieron á la construcción

templo griego; y en la vida del individuo, al tiempo de las concepciones atrevidas sigue la época de las prudentes del

limitaciones, en Egipto los primeros

más

fueron los

de

monumentos construidos

gigantescos que en tiempo alguno hayan salido

manos de hombres. ¿Qué duda

tiene

que

el

simple obrero

debió sufrir y no poco para levantar las pirámides?

mas creemos

estar en lo cierto sentando que los contemporáneos de

Cheops

debieron sentirse orgullosos de su participación en tan colosal

empresa.

Xo hay

de merecer las obras

el

que

soberano que no abrigue

aplauso y hasta inicia

la

el

convencimiento

colaboración de su pueblo,

son de aquellas que están llamadas á dar

si

tes-

timonio á las generaciones futuras de la pujanza y prosperidad del tiempo en que vivió. Los magnates de aquel tiempo tuvieron

buen cuidado de consignar terminantemente pirámides les merecian y

que determinaron alzarlas príncipes alcanzaban en

el

,

el

el

concepto que las

que tenian formado de

los príncipes

y no hay para que olvidar que estos ánimo de sus súbditos la considera-

ción de la divinidad. Fuerza es pues presumir, que terminado

monumento

de honor,

estuvo concluido

«bendiciendo

al

el

el

pueblo,

como

los israelitas

el

en cuanto

templo de Salomón, regresó á sus hogares

Señor, gozoso y completamente satisfecho.»

CONSTRUCCION DE LAS PIRÁMIDES


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

1S4

Apenas

existe viajero que, describiendo las pirámides,

sentimiento del dolor y de ello;

mas buscando

en

hecho de

el

no se haya dejado llevar por

explicación á semejante fenómeno,

la

el

amargura. Creemos haber demostrado que no existe motivo para

la dificultad, sino imposibilidad,

podamos asimilarnos

monumentos

la

que

presumimos haberla encontrado

existe, para

que nosotros los modernos

y sentimientos de las generaciones que llevaron á cabo esos nosotros la veneración y respeto debidos á la antigüedad se mezcla

las ideas

gigantes.

En

admiración que nos produce la obra, y en presencia de esas masas, sobre las cuales han pasado los siglos, como sobre nosotros pasan los años, enmudece toda v confunde con

la

En

impresión halagüeña ó placentera.

presencia de los gigantes es donde

de

el

más

elevada

estatura se forma concepto exacto de su pequeñez y aquí y antes de examinar el procedi-

miento seguido para

la

construcción de esas moles inmensas y de penetrar en su interior,

repetiremos gustosos las palabras de Arturo Schopenhauer, que confirman perfectamente nuestra opinión:

«Muchos de

»sentimiento de

sublime, por

>/de

lo

su antigüedad, ó por

que contemplamos despiertan en nosotros

objetos

los lo

mismo

lo dilatado

de su duración, debemos convencernos de la pequeñez

placer purísimo

»de nuestro ser, no obstante

el

»acontece con las montañas

muy

el

que, sea en virtud de su volúmen, ó á consecuencia

elevadas,

que su contemplación nos proporciona. Tal

con

las

pirámides de Egipto, con las ruinas

»colosales de los tiempos antiguos.»

En

1787, vio Goethe durante su permanencia en

restaurada por

viajero

el

francés Cassas,

Roma,

los dibujos de

una pirámide

según ciertos documentos, indicaciones monu-

mentales y diversas conjeturas. Pues bien, la contemplacion.de tales diseños arrancó al sabio aleman las siguientes palabras: «Este dibujo constituye la concepción arquitectónica

»más

colosal que en

» llegarse

más

mi

vida haya visto, con la circunstancia de que á

mi

j

uicio

no puede

allá.»

Tiémblannos todavía

las rodillas á

consecuencia de nuestra ascensión á

la

gran pirámide,

á la sombra de la misma, nos preguntamos y contemplando su cima, en tanto descansamos de qué manera y porqué medios ha sido dable levantar esa obra de gigantes. Desde luego se nos viene á la memoria la singular narración de Herodoto, según la cual h abríase comenzado la

construcción por

vista

la

cúspide, siendo lo último edificado la parte que toca al suelo.

semejante aserto parece inconcebible;

resulta tan exacta y fundada se

impone á todos

como

mas examinada

la siguiente

los espectadores: «la

la

A

pumeia

cosa con la atención debida,

afirmación, del propio autor, cuya exactitud

pirámide de Cheops ha sido construida por secciones.»

A los ingleses Perring y Wyse se deben las medidas exactas que hoy poseemos de todas v cada una de las partes de que se componen las pirámides, así como á los alemanes Lepsius v Erbkam corresponde la gloria de haber descubierto, á fuerza de prolijas invesPara tigaciones y combinaciones ingeniosas, el procedimiento observado en la construcción. facilísima de seiá Herodoto dicho de el alemanes, sabios dos los de trabajo el conozca quien comprensión, y podrá contestar satisfactoriamente á cuantas preguntas juicioso en presencia de tales

monumentos.

le dirija el

espectador


185

MEMPHI8. LAS PIRAMIDES

Merced á semejante trabajo sabemos

razón porque

la

tal

monuuna tumba mucho más

rey se hizo elevar un

mento de dimensiones gigantescas, al paso que otro se contentó con causas pequeña: porque motivo encontramos únicamente una sola pirámide sin concluir: qué cuya influveron en el ánimo de Cheops para que se decidiera á comenzar una obra para terminación no podía bastar en último resultado

que no tenia motivos para esperar que

así

le

duración media de un íeinado, siendo

la

dieran cima sus sucesores, atentos á labrar

sus tumbas correspondientes.

Es pues

el

mausoleo, que

un Faraón, principiaba á

caso, que en cuanto subia al trono al

un

principio se reducía á

edificio

edificar su

de pequeñas dimensiones, afectando

la

muerte, forma de una pirámide truncada, con caras casi verticales. En cuanto le asaltaba la una punta ó pero no antes, sobreponíase sobre esta base, núcleo ó como quiera llamarse, la obra del vértice cuyas caras ó planos prolongábanse hasta el suelo. Si terminada

que

podríamos llamar primer núcleo ó armazón, habia tiempo y fuerzas para ello, cubríase formando peldaños, y así sucesila pirámide truncada con una nueva capa de bloques

vamente

hasta el instante en que

,

mera

toda

adición, constituía por sí

misma una verdadera obra tes.

En

nar

el

de gigan-

cuanto se trataba de termi-

monumento,

siempre

era

indispensable comenzar por elevar el vértice;

después se construían los

peldaños superiores y por último se llevaban á cabo los al suelo.

más próximos

Respecto del particular nos

da gran

luz

la

llamada

pirámide

PIRÁMIDE DE DAIISIIUR

truncada de Dahshur: pues su exá—

men nos demuestra que por

la

parte inferior,

las

la

siguiente,

remate,

muy

habiendo prescindido de su conclusión

piadoso

se

el

J

por su propio peso,

argamasa.

No hav

sitio

que

le

sucedió.

En suma: no

en que se las colocaba, según puede verse por

cual nos demuestra

cabe

tan

perfectamente

para que decir que

que se conserva aún en

las

el

la figura

que semejantes bloques, cuyas vastas super

adherían perfectamente entre

1

años,

el

monarca no

las

fácilmente mantenerse en

ficies

se le puso

pirámides se terminaban de arriba abajo, y lo revela más aún la disposición piedras con que se formaban los peldaños, cuyo corte era tal. que podían

dudar que de

el

sí,

como

podian sostenerse durante miles de si

estuvieran

unidas con

la

mejor

revestimiento hecho Con losas de piedra pulimentada

pirámides de Cheops y Mykerinos, practicábase igualmente

partiendo del vértice.

Sabemos pues que de

la

la

magnitud de

vida del constructor, EGIPTO. TOMO I.

las

pirámides aumentaba

que podía terminarlas en cuanto

al

compás de

lo

tenia por conveniente,

la

47

duración


MEMPHI8. LAS PIRAMIDES

186

dejando á la piedad del heredero

el cuidado de llenar los escalones ó peldaños, habiendo motivos para presumir que en los primeros tiempos ni áun se creyó indispensable semejante operación, según puede deducirse de las pirámides de Meidum Sakkarah. «Si en el curso

y

»de

los siglos se hubiese

conservado del

mismo modo

el

conjunto de las relaciones con-

cordantes, actualmente, por

los revestimientos sucesivos de las pirámides, podríamos años en que reinaron los diferentes reyes que las construyeron, como por

» computar los

venimos en conocimiento de

vías capas concéntricas de los árboles

Lo acabado

duración de su vida.

la

de cada una de sus partes es superior á todo elogio. Herodoto pudo ya

decirnos que las grandes piedras en su construcción empleadas se extraían de las canteras situadas al otro lado del Nilo,

lanchones, se conducían

al

y que trasportadas

lugar en que

el

al

través

mismo por medio de

del

cantero las labraba á lo largo de una calzada

CANTERA DE TURRA

para cuya construcción se habían necesitado diez años. Consérvanse de restos y dado que hubiesen desaparecido

completamente

las

Turra y de Masurah, situadas al Sud del Cairo en nos revelarían que en este sitio existió en otro tiempo

teras de

baya habido.

Los arquitectos de

montes de roca numulítica

los

faraones

la dilatada el

penetraron

del lejano período terciario,

con

ella

considerables

pirámides, las inmensas can-

pueblo hasta el

cadena de Mokattam,

más las

que

constructor

entrañas de

esos

propósito de encontrar la

piedra compacta que habían menester, no pudiendo dudarse de que las extensas galerías, las

cámaras y

los vastos

aposentos en ellas practicados corresponden

al

volúmen de

las

pirámides: cuantos materiales en ellas se emplearon, escepcion hecha de las losas de granito

que constituyen su revestimento, fueron extraídas de dichas canteras. Turra en egipcio es loroue, el

nombre que sonó Troya

al

oido de los griegos: de aquí que dieron á la localidad

nombre de Troja, y como encontraron

entre

los

trabajadores,

prisioneros

de guerra


ÜEMPHIS. LAS PIRAMIDES asiáticos,

dedujeron sin más averiguaciones,

que

los

187

tales

eran

descendientes

de

los

tróvanos que abandonara Menelao á las márgenes del Xilo, cuando de vuelta á Ilion visitó el

Egipto en compañía de

la

rescatada Elena.

Actualmente se explotan aún y

si

bien es verdad que para

el

las antiguas canteras para las construcciones del

arrastre de los bloques y de las losas no emplean

Cairo,

hombres

PESO DE PIEDRAS

que tiren de carretones colocados sobre rodillos, sino caballos y locomóviles que corren sobre barras— carriles, consérvase algo todavía que nos recuerda los antiguos tiempos, por ejemplo

el

sistema empleado para pesarlos.

Entre las piedras empleadas en las pirámides, procedentes de se ven algunas completamente cuajadas de numulitos.

las canteras

de Mokattam,


.

MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

133

En

la construcción

de la de Cheops ocupáronse durante veinte, y acaso treinta anos,

que eran relevados

cien mil hombres,

acompañaba á Herodoto,

leyó

le

cada tres meses. El cicerone ó dragomán que

una inscripción en

consignaba que en rábanos,

la cual se

nada menos ajos y cebollas para la manutención de los trabajadores, habíanse gastado Cifra que hace pesetas. 10.775,000 dijéramos como si es que talentos, que seiscientos prorumpir »ascendido

al historiador

Sin creer que

la cifra

griego,

escritor

en

la

siguiente exclamación: «Si esto es cierto, ¡á cuánto habrá

coste de los útiles, herramientas, vestido

el

sea exagerada, ni

limitándonos

á

añadir

encontraba en manera alguna en

en

interior ó en

el

el

la

exterior de

que

la

participamos de

inscripción

de

impresión del

la

que hace mérito no se

pirámide, pues carecia de figuras y jeroglíficos, sino

una de

las

tumbas vecinas

á la

nuestros compañeros nos apremian, deseosos de penetrar en

Mas

los trabajadores!»

y manutención de

mucho menos,

va que las galerías y aposentos de los

demás no pueden

precauciones, que con todo no destruyen

el

al

misma. el

mausoleo de Cheops,

presente recorrerse &in

gi

ande&

peligro real que la visita trae consigo; con

la

que en su disposición pueden observarse sólo tienen En todas se nota idéntica desproporción entre la magnitud de

circunstancia de que las diferencias interés para el estudioso. la

obra y

lo

encierran; exiguo de las dimensiones que revisten los espacios utilizables que

natural en cuanto se considera que el falta de armonía que se explica, y hasta parece casi totalmente cerrado a de monumento propósito del arquitecto reducíase á construir un que debía contener. cadáver el paz en descansara que destinado difícil, á acceso pues al paso que Una visita al interior de las pirámides tiene muy poco de agradable en el interior, llegando al punto de ser inso;

el

calor

aumenta

al

compás que

portable, molesta también de

se penetra

una manera indecible

el

hedor proveniente de

los

murciélagos

hoy día inaccesibles. En que en número prodigioso habitan en las cámaras y aposentos poesías populares; pues en sus Egipto no se tiene idea de la «fresca bodega» de nuestras media del lugar en que se subterráneos se experimenta constantemente la temperatura encuentran, que en

En

el

Cairo es de

unos 21 grados Réaumui

todas las pirámides la entrada se encuentra situada en

la

cara septentrional, hallándose

sillares. Encendimos las antorchas de Cheops á la altura de la décima tercia hilada de siguiendo constantemente la interior, el en penetrando que llevábamos á prevención, y pedrusco de granito,, que misma dirección, llegamos á un punto en que se ve un enorme se habia depositado cuanto en paso, el cerrar para caer encajaba con el techo, y se dejaba

en

el

la

cadáver en

el

sarcófago.

Por nuestra parte

lo

rodeamos; pues, como

los

que un tiempo

practicaron un galería en el muro fueron en busca de tesoros no consiguieron romperlo, largo y de menguada elevación, decididos á seguir adelante. Por ella subimos á un corredor á la cámara de la rema, conduce que horizontal pasadizo un en el extremo del cual se abre lo laigo de la cual } donde comienza una galería más estrecha; pero más ele\ada, á respiiai con libeitad. La lu consiguiente por incorporados marchar perfectamente y pulimentadas piedras reflejábase perfectamente en las lisas y

las

antorchas y de las bujías


í

!

v •i ..


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

191

de Mokatam. Los diversos pedruscos están yuxtapuestos con tanta perfección que á duras

penas se perciben las junturas. Los zócalos de piedra existentes en se conservan perfectamente,

del

la

base de las paredes

mismo modo que

de forma particular que constituyen

techo.

el

las piedras

Las entalladuras

paralelas practicadas en el suelo y en las paredes, tenían por objeto facilitar el transporte del féretro. Algunos pasos más, á lo

largo de un pasadizo horizontal, que en

formando un pequeño

el

comedio se ensancha

vestíbulo, el cual está cerrado por cuatro

losas de granito que corren á lo largo de unas ranuras, y nos CAL DE ALMEJA DE MOKATAM

Dicho aposento,

el

,

encontramos en

,

camara

la

mayor y más importante de

la

...

,

.

,

del rey, el violado sarco tago de Lheops.

pirámide, y que

si

podemos expresarnos en

estos términos, constituye su corazón, ni se halla exactamente en el centro del edificio, ni se distingue

Una mediana puede comparársele respecto de su capacidad, ya que por 10 m 43 de

por sus vastas dimensiones ni por su rica ornamentación.

sala de nuestras casas

longitud mide 5 m 20 de latitud y 5 m 80 de altura.

Forman

techo diez enormes losas de granito

el

que descansan por sus extremos en

las

paredes

y como de seguro habríanse rendido peso enorme de la montaña de piedra que

laterales, .

al

sobre las evitarlo,

mismas

imaginó

la

gravita,

el

arquitecto,

para

construcción de cinco cáma-

La primera de ellas, y aquí cumple advertir que generalmente son inacceras superpuestas.

sibles, lleva el

ilustre inglés

nombre de Davison que

que

que descubrieron

la

es el del

descubrió: Perring y Vyse,

las cuatro restantes, la última

de las cuales es de forma triangular, con peor

acuerdo

les

dieron por su orden los

nombres de

Wellington, Nelson, lady Arbuthnot y coronel Campbell. Semejante descubrimiento, importante de suyo, fuélo dichas cámaras escrito

más por haberse encontrado en el

nombre de Cheops. El

hallarse

se dirigieran á otra obra, lo trazaron en la la tal

ENTRADA Á LA PIRÁMIDE DE CHEOPS

con caractéres rojos, hace presumir que los canteros, á

circunstancia de que los

de evitar que las piedras

operarios encargados de colocarlos,

sentaron los sillares de

el

época de los griegos,

modos pudo

fin

cantera, y corrobora esta presunción

nombre resulta cabeza abajo. Por supuesto que nada reveló el hecho de sobras conocido; pues no había quien ignorara, y por cierto ya desde la

manera que

que no fuera

misma

el

nombre

del

rey sepultado en la gran pirámide; pero de todos

considerarse corno testimonio fehaciente, que confirmaba lo que \a se sabia.


MEMPHI3. LAS PIRAMIDES

192

Y

por

lo

mismo que no

existe inscripción

hipótesis

más

alguna que terminantemente exprese una idea

imaginación, han podido forjarse teorías y fantasearse ó menos verosímiles respecto del maravilloso monumento de Cheops. Así Jomard y sus secuaces, con sagacidad verda-

determinada, libre y sin trabas

la

deramente finísima, teniendo en cuenta

mensiones y

el

volumen de

la

las

di-

construcción; su

orientación perfecta, correspondiente á los cuatro

puntos cardinales;

la

proyección de sus aberturas

perpendicular á la estrella polar, y otras circunstancias á estas parecidas, pretendieron demostrar

que estuvo destinado á

que

estaba enlazado con la astronomía

métrico;

:

su

objeto

de sus dimen-

un

debía verse en ella

siones concluyeron que edificio

De su

fines científicos.

concluyen

orientación

perfecta

semejante

algo

un patrón

á

indestructible de las medidas típicas antiguamente

monumento

y también un

usadas en Egipto,

astrológico-cronológico. Sin desconocer la saga-

que

de

cidad

se

ha

dado prueba

sosteniendo

semejantes hipótesis, hemos de convenir en que

no

se

teza.

ha demostrado en manera alguna su cer-

Esto no nos sorprende, pues, según dejamos

expuesto, no se sabia,

al

comenzar una pirámide,

cuales serian exactamente las dimensiones que alcanzaría.

Ni son menores en emitidas

Según

respecto

número de

objeto

del

las las

opiniones pirámides.

los árabes antiguos fueron levantadas antes

del diluvio

para que en

ellas

pudieran ponerse á

cubierto de la destrucción los tesoros del

humano

saber: los viajeros cristianos de los primeros siglos ,

que no tenían idea de

cámaras interiores,

creíanlas

lo

los

exiguo

de las

depósitos

de

trigo de José: otros las consideraron observatorios

astronómicos ó cuadrantes solares, cuya sombra-

galería de la pirámide de cheops

en

ellas

dia: y no faltaron quienes vieron no se extraviara en medio de las llanuras del se celebraban las tremebundas desierto. Algunos supusieron que en sus antros tenebrosos en los misterios ceremonias, y las pruebas porque debían pasar los sacerdotes iniciados

servia para determinar

las diferentes

indicadores seguros para

que

el

horas del

viajero


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

no debía verse en

ellas la

mano

del

hombre, sino

un

rey,

sostenía

resultado de

el

v por último otros mejor informados y sabiendo que consistía en recibir el féretro de

193

Kuhn

antes de ser definitivamente recibidos: nn señor H.

muy

serio en 1793. que

un capricho de

la

naturaleza:

verdadero destino de las pirámides

el

empeñáronse en demostrar que

la

elección de

forma piramidal para una tumba encerraba una profunda significación, y que merced á ellas resultaban tangibles los principios fundamentales de la religión y de la filosofía la

En

egipcia.

consecuencia deben ser consideradas

que asciende por grados desde

la

como

más amplia

base

el

símbolo del reino de los espíritus,

más aguda: comparada más elevada y

hasta la cima

á la escala de las ideas de Platón, que tiene su fin y remate en la idea

concluvente

que

el

hombre puede concebir; ver en

decir, el fuego, el agua, el

ellas

naturaleza de

la

los

cuatro

materia, y que se reúnen para formar un todo único, es aire y la tierra, partes componentes del mundo y de todo cuanto

elementos que divididos llenan

la

encierra, los cuales se encontraban unidos en indiferencia ó en unidad perfecta en el ser

primordial,

es decir en Dios (Osiris).

Realizada

la

creación

discordia (Tvfon) hizo pedazos la divinidad (Osiris); pero

el

el

amor

y de

principio de lucha

(Isis)

reunió los miembros

despedazados, es decir los cuatro elementos, y por medio de ellos, merced á un enlace hábil y armonioso, reconstituyó en Dios el conjunto visible del universo y de todas las

mundo y de cuantas cosas se produjeron en él: hoy como elementos, y Tvfon los separa, de donde resultan al par, por un lado creación y por otro destrucción. Las cuatro caras de una pirámide que se reúnen en su vértice, y se separan cuanto más se acercan á su base, ponen pues patentes al espíritu la forma sencilla de toda la vida cósmica, la unión y separación de los cuatro criaturas. Tal fué el principio del

entonces

Isis

elementos.

el

los cuatro

— Estas ingeniosas especulaciones, responden perfectamente

formada de

tenia

que

reúne

la ciencia

de los sacerdotes egipcios.

vértice de las pirámides tenia

hecho de encontrarse únicamente en

una

los

No

significación simbólica,

mausoleos

reales,

á la opinión que se

cabe desconocer, sin embargo,

como

lo

demuestra

el

siendo así que los particulares

hacian depositar sus cuerpos en el interior de pirámides truncadas; regla que no tiene excepción alguna, siendo muchas las pinturas que se han encontrado, en las cuales la punta Sea de de la pirámide se halla pintada de rojo, al paso que el resto lo está de negro.

nos estamos esto lo que se quiera no cabe dudar que los edificios indestructibles en que ocupando, estaban destinados á procurar larguísima conservación no sólo al cadá\ei sino también á la memoria del príncipe que en ellas se depositaba, de suerte que pertenecen ,

á aquella clase de

»que su objeto »con

ella,

v

monumentos de

real consistía

los cuales

en hablar á

ha dicho un profundo observador: «es indudable la

posteridad

más remota;

establecer, por este medio, la unidad de la conciencia

establecer relaciones

humana.

Y esto acontece

los griegos y de los romanos, con los monumentos de los indos, de los egipcios, de en los cuales, como en aquellos, »sino con otros de tiempos á los nuestros más cercanos, del cual el hombre se siente arraspuede leerse claramente ese sentimiento en virtud

»no

sólo

»

trado

á hablar con la posteridad. EGIPTO, TOMO I.

Es por consiguiente un verdadero crimen no 49

sólo el


»

MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

194

sino

» destruirlos,

el

á

deformarlos

darles

de

fin

una aplicación que nunca debieron

Atener.

Que

pirámides no han sido respetadas, y que á ellas han llegado manos criminales, decirlo. Prefectos codiciosos penetraron en su interior en tiempo de

las

no tenemos porque los

romanos: durante

cabo por

mismos

la

dominación árabe, los dueños del país se encargaron de llevar á

la violación,

con todo y que nada tenia de

y como nada más

fácil;

descubrieron que sarcófagos vacíos y cadáveres, procuraron justificarse ante sus súbditos de las sumas que habian derrochado inútilmente, difundiendo la voz de que habian encontrado

sumas que importaban exactamente

lo

Al penetrar

descubrirlo.

de Harun-er-Raschid

,

gastado en las operaciones practicadas para los operarios de

Mamun

(813

cuyo nombre han hecho popular

C.) hijo

d.

J.

las

Mil y una

noches, después de prodigiosos esfuerzos, en el interior de la pirámide de

Cheops, encontraron, según se cuenta, un tesoro y una losa de mármol, sobre la cual se leían las siguientes palabras: «El rey Soundfo, hijo del »rev Soundfo, en

el

año Soundfo, abrió esta pirámide, gastando en esto

»una gran suma. Nosotros » mas

si

le

indemnizamos

que ha hecho;

los gastos

continua en sus investigaciones, después de invertir en ello

» mucho dinero,

no alcanzará resultado alguno.» Lo

cierto es

que nadie

buscar tesoros en las pirámides; y aún cuando sea cosa corriente hablar de objetos fabulosos que aquí se han encontrado, no debe ocultarse que toda exploración practicada en las pirámides con el

ha resultado

rico de

propósito referido ha sido considerada

Los decididos

mes exploraron

é las

traron en ellas oro

siendo la tercera

,

como un crimen,

al

cual seguía

venganza, y en ocasiones hasta la muerte. infatigables ingleses, que gastando cantidades enor-

comunmente

de cerca y

la

pirámides hace

m

plata;

á la cual

pero

dan

más sí

de cuarenta años, no encon-

objetos de gran valor científico,

ios árabes el

nombre de

Ict

encai nada,

por á causa de su revestimiento de losas de granito, que Chefren, Cheops de á las superior muy es partes y lo acabado de sus

ó la roja, COFRE DE MADERA DE men-ka-p.a

la

no sólo cámaras

que más abundantemente recompensó sus afanes.

interiores, por

En

ella

encontraron

demás interesantes, sino también un saicófago de basalto madeia, la parte interior del cofre ó ataúd momiforme, de

oscuro, embutido de piedra azul, y

que había contenido

el

cadáver del rey,

el

cual en su parte superior contenia

de la cual resultaba estar Herodoto en lo cierto, al dar

Menkara) con

el

al

constructor de la

buque que

en cuanto ción la

al

lo

transportaba á Inglaterra,

el

una inscripción

nombre de Mvkerinos (en

tercer pirámide. El venerable sarcófago fuese

al

egipcio

fondo del

mar

cual naufragó cerca de las costas de España:

ataúd de madera se conserva en el

menor

el

dificultad al inteligente traductor.

Museo Dice

Británico, no ofreciendo su inscripasí:

«Osiris, rey del Egipto inferior y del Egipto superior,

Menkeorá, que gozas vida eterna,


MEMPHI3. LAS PIRAMIDES señora del cielo, y carne de

»nacido de Xut

» principio: ojalá extienda sobre

»su voluntad, rey del Egipto » eterna. »

el

madre Xut sus el

195

rey de los dioses, que fueron en un alas protectoras en su

el

vida y del Egipto superior Menkeorá que gozas restos de huesos, y fragmentos del sudario

inferior

cadáver cubierto de una

sueño de

el

mano

de betún. Aquel era de lana, diferenciándose

que se emplearon en tiempos posteriores que eran de

las tiras

en que dormía

muerte

la

formado de grandes piedras, de

está

arco

cortadas, que al unirse

algo

comunica

un aposento abovedado. otras cámaras, así

como

El aposento

él

el

más

de granito, su techo

tal

forman un

comparable

rebajado

inglés, lo cual le

lino.

cadáver de Menkara, es indudablemente

el

notable de cuantos existen en las pirámides; pues construido todo

manera

nombre do

que seas como dios que obra á impulsos de

Hanse encontrado además algunos

que envolvía en esto de

tu

Ojalá pueda concederte

» Misterio del cielo.

Seb

al

gótico

aspecto de

el

Del examen de del de

numerosos

pasadizos, que hoy se hallan obstruidos por

grandes pedruscos, se ha venido en conocimiento de que

la

pirámide que nos ocupa

debió guardar otro cuerpo además del de

Menkara

:

probablemente

y en

,

esto

se

hallan de acuerdo la historia y la tradición, el

de una mujer que fué depositada en

cenotafio

algún

tiempo

después.

el

Según

parece, apoderóse del mausoleo, terminado

hacia tocris,

mucho tiempo,

la célebre reina

de la VI dinastía,

Ni—

que en siglos CÁMARA SEPULCRAL DE MEN-KA-RA

posteriores, por sus rubios cabellos y ro-

sadas mejillas, de cuvas circunstancias teníase noticia por la tradición, llegó á confundirse griega Rhodophis, la del rostro de rosa, que, según se pretende, fué esposa

con

la célebre

del

hermano de Safo y amiga

predilecta de los faraones.

Á

Herodoto se

le dijo

ya que era

mujer cuyo cadáver vacia en la tercera pirámide, y posteriormente, tomando nuevas formas el recuerdo de aquella hermosura, la Rhodophis griega hase convertido en una

esta la

Lorelev árabe, de dentadura incomparable, que desde verse la fantasía oriental,

sus encantos.

A

esto

el

lugar donde reposa, y aquí debe

fascina al caminante del desierto que se deja deslumbrar por

responden aquellos versos de Tomás Moore: Ceñida en redor de áurea vestidura Fuerte, gentil, potente encantadora

La De

bella Rbodophe, cual canta la leyenda las pirámides orgullosa señora.

Fascina

al osado,

imprudente

viajero.


MEMPHI3. LAS PIRAMIDES

196

Además

de esta, cuentan los beduinos no pocas leyendas relacionadas con los espíritus

que moran en

las pirámides.

otro presenta la de

puesto

después de

En

el

sol:

con

noche sea osado á acercarse á

embargo,

lo

mismo

su imaginación ofrécese uno con

forma de muchacho;

la

un hombre que, quemando incienso, recorre diariamente

si

lo

las

atendemos á

tumbas,

las

cual es excusado decir que no existe beduino que de

pirámides, lo

hemos de convenir en que dicho rey

que dice fué

especialmente á

como

la historia,

un piadoso amigo de nuevo

de Mvkerinos.

la

sin

que abrió de

los dioses,

templos, y restableció

los

Y

á lo que refiere la tradición,

el

culto,

sin perjuicio de procurar que sus súbditos

pudieran consagrarse á sus antiguas ocupaciones, actos que le valieron el título de el

más

justo y venerado de los reyes, sin que

esto fuera obstáculo para que supiera apro-

de la vida, 'según

vecharse de los goces

consigna

la leyenda.

que viviría se

le

seis años,

Un

oráculo

le

predijo

después del dia en que

consultó; y en efecto, su existencia ter-

minó entrado ya

el

mas seguro

séptimo;

que tenia seis aún delante de

de

en cuanto

sí,

anochecía hacia iluminar su morada, y pa-

saba la noche bebiendo y regocijándose hasta el amanecer, con lo cual decía que el oráculo se había equivocado

que se

le

prefijaron,

haciendo de

la

noche

,

pues

los seis

años

convertíanse en doce dia.

— Ni

son ménos

entretenidos y curiosos los cuentos relativos á Rhodophis, que antes de llegar al estado

de Lorelev en que se halla,

fué. la

Cenicienta

de Egipto. Así se cuenta que bañándose un

un

dia,

bató

una de sus

del rey

la

administración de

más admirado aún por

á todas partes para que buscaran á

mujer á

pequenez

la

el

sentir de otros

respetables, el viento, arre-

Memphis,

Sorprendido

dejóla caer el

encima

monarca por

del zapatito, Gimió

cual debia pertenecer la

lo

mensajeros sandalia, y

rey que se casó con ella, y después de muerta, de sepulcro la tercera de las pirámides. misma la construir para que sirviera á existen lindísuma, que á la manera que brotan flores en derredor de las tumbas,

dando con

En

la

la justicia.

la

y según

ménos

lindas sandalias, y llevándola en la dirección de

que estaba ocupado en

extraordinario del caso, y

mandó

águila,

autores no

estatua de chefren

ella

en Naukratis, lleváronsela

al

simas leyendas referentes á estas sombrías construcciones.


MEMPHI8. LAS PIRAMIDES

198

Mas hora

es ya de que dejemos las sofocantes, tenebrosas y polvorientas

cámaras del y nos dirijamos á la segunda de las pirámides, facilísima de distinguir de las demás, no sólo por sus dimensiones, sino también por las losas de granito que en perfecto interior

estado de conservación sirven de revestimiento á la parte

debe

otro lugar dejamos dicho.

Nada hay en su

en cambio á corta distancia, hácia

en

el

superior.

segundo sucesor de Cheops, Chefren, llamado por

al

el

interior

que merezca llamar

más

M. Mariette

memoria

devotos á la el

la atención;

con

del rey,

descubrimiento de semejante

durante centenares de años había permanecido sepultado en

la

pero

objeto

el

que

edificio,

arena, siendo también este

quien determinó, podríamos decir con completa exactitud,

ilustre egiptólogo

se

según en

Sudoeste, se levanta un pequeño edificio cuadrado,

cual, según parece se reunian los

de honrar sus manes. Débese á

Su construcción

los egipcios Chafrá,

el

nombre

del

fundador, merced á la circunstancia de haber encontrado en un pozo lleno de agua, que en

su interior existia y que

al

nombre de dicho

príncipe: de ellas la mejor

museo de Bulak, en

en

el

en

diorita, de tal

escultor Drake, resistente.

La mayor

de

se

punto, que

tal

soberano.

del

comprende que

en

alto

La

el

cincel

en materia tan

Por

lo

el rostro

,

tratado de

demás,

el edificio

realista,

rasgo

el

aún tratándose de

pulimento,

tan acabado

fijamos la atención en

si

una manera bastante

no desprovista de afabilidad, que constituía

en que fueron descubiertas

Hállase construido con sillares de granito y de alabastro, y con sólo verlas

capaces de esto y derecha.

y más bien conservada ocupa lugar de distinción Digamos entre tanto que está labrada

sus labios que no sin temor ensayaría

no debe sorprendernos,

estatuas.

siete

lleva el

cual la encontraremos.

el

retrata perfectamente la severidad,

diorita,

mismas

esta circunstancia no fue obstáculo para que la obra resultara acabada

en todas sus partes, hasta

las

parte de las

dureza, que examinándola, hace algunos años, en compañía del entendido oí

Pues bien,

característico

ménos que

presente está de nuevo terraplenado, nada

estatuas de Chefren, al cual se debe la pirámide.

que

los obreros

mucho más,

las labraron,

pues,

como

y pulimentaron con gran

disposición del edificio de que se trata no por ser

grado interesante, por

lo

mismo que

diligencia, eran

mano

suele decirse, sabían donde tenían la

constituye

el

muy

sencilla deja de ser

único ejemplar de un edificio

en forma de templo que de tan remotos tiempos haya llegado hasta nosotros. El ángulo recto

impera en

él:

la

pilastra

no se separa

del

muro, de suerte que no

ofrece todavía

de la columna, y por último, no se distingue en las paredes inscripción alguna, por la cual pueda venirse en conocimiento del uso á que estaban destinadas las dos el carácter distintivo

grandes cámaras laterales en forma de T, ni los nichos ú hornacinas, semejantes á alacenas, practicadas en

el

granito y el alabastro.

en forma de cruz, de granito.

si

así

nos es

¿De qué manera,

misteriosamente en

el

él

Muchas

de las grandes losas que cubrian

la

nave

expresarnos, descansan todavía sobre las pilastras

ó mejor en qué consistían las ceremonias que se celebraban

interior

sentando cinocéfalos, que entre

en

lícito

de este edificio? la

¿De

la

invención de

esculturas

repre-

arena se han encontrado, puede deducirse que se prestaba

culto especial al dios Thot, al cual estaba consagrado el animal referido?

¿Las estatuas


MEáTPHIS. LAS PIRAMIDES

de Chefren encontradas en

el

pozo, fueron arrojadas en

199 él

á consecuencia de disturbios

paganos? ¿Fuéronlo acaso en virtud de los edictos cristianos que disponían de los ídolos? ¿Es este por ventura

el

templo de

la

esfinge,

la destrucción

de que habla una antiquí-

sima inscripción? Tales son las preguntas que se

buscando contestación á

si

y

le

ocurren

ellas dirige

al

la

concienzudo viajero que

visita estos lugares,

mirada en derredor, encuéntranse sus ojos

á coria distancia, en dirección al Noroeste, con la silueta gigantesca de la todas las formas enigmáticas: la colosal esfinge;

árabes

Abou

’1

hol, es

decir,

Como

padre del espanto.

el

guardián del desierto:

más enigmática el

que llaman

de los

el

acontece

actualmente, en los tiempos anti-

guos su cuerpo gigantesco veíase ya cubierto por sierto,

de

las

arenas del de-

hallándose tan sólo libre

ellas su- cabeza

que ciñe

el

tocado regio, y mira fijamente á la región oriental, semejando la

cabeza de un gigante sepultado.

Durante esfinge

el

presente siglo la

ha debido dejar

descu-

al

bierto en interés de la ciencia su

cuerpo de león terminado en cabeza de hombre, habiéndose con ello

en la

averiguado que está labrada

la

roca viva, y que para darle

forma que concibiera

se suplió por

tería todo aquello

ma

el artista,

medio de maniposque en

la

mis-

resultaba deficiente. Júzguese

del efecto

que habia de producir

semejante coloso, que mide hoy esfinge sacada de la arena

veinte metros desde la parte su-

perior de su cabeza hasta

el

enlosado en que descansan sus garras, en la época en que por

cuidar los empleados de la necrópolis de que no la invadieran las arenas, plársela en toda su integridad,

Innumerables han

sido,

recorrido dichas escalinatas

podía contemcon las majestuosas escalinatas que conducían hasta ella!

de seguro, los

fieles

para acercarse

al

que, en el transcurso de los siglos, han altar

construido, levantábase entre las patas del gigantesco esfinge era la

que sobre animal:

el

enlosado,

hábilmente

pues es de saber que

la

imágen de un dios poderoso. Los griegos oyéronla llamar Harmakis, en


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

200

egipcio cer,

Hor—em-khou,

con

lo cual se

es decir

Horo en

el

Horizonte, esto es

expresa que Harmakis es

la luz

abundancia triunfando de

el sol

que triunfa de

la

en

el

momento

oscuridad:

el

de apare-

alma triun-

en suma en las múltiples formas

fando de la muerte:

la

que Horo

vésele siempre vencedor de Tiphon, y en la de la esfinge se le presenta

reviste,

además como vencedor poderoso de

la esterilidad:

los rebeldes.

De manera que Harmakis en

n

« j

v-

erti-Mi: '“'.'•mi'

Sí i i í 5

; ;

i

;

ü»

¡¡rnllll

la

ciudad

.1 11

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lili ¡lili

ÍÜSÜÜ11!llIlilS

BUSTO DE ESFINGE MODERNA

Harmakis, que al amanecer de los sepulcros, representa para los muertos la resurrección: rostro hiere de lleno ofrécese á nuestra mirada bajo muy reducidas dimensiones, y cuyo el íi

[a

su

esplendente fulgor del sol que nace, recuerda á los mortales

una noche sombría; y Harmakis situado sobre la linde de esterilidad é impide á las arenas que se extiendan sobre la imágen, representada por

la

lo^

el

nuevo

campos

tierra de labor.

esfinge, haya sido llamada poi

que sucede

día

fci tiles,

De

lo» egipcio»,

._ojuz c a

aquí que

en piimei


201

MEMPHIS. LAS PIRAMIDES lugar

Hou

,

después Belhit, que significan guardián, y por

atribuido á todos los faraones

una encarnación

Agathodémon. Hase

los griegos

y de aquí que

terrestre del dios solar,

reyes eligieran con preferencia la forma de la esfinge para representar alegóricamente

Por

naturaleza divina de su sér. elevábase la

el

de la fuerza intelectual.

por resultado

la

una fuerza material ardiente

cabeza humana, se remontaba á

la

Xo puede

la

cuerpo del león poderoso y pronto á enardecerse,

espíritu hasta la concepción de

el

misma manera que por

los

la

más

concebirse pues inspiración

é irresistible: de

concepción feliz,

unión de estos dos elementos, como símbolo de un sér

más

que

elevada

que dió

la

par omnipotente

al

y omnisciente. creación de la esfinge es anterior á los tiempos de Cheops

La hasta

una

el

reinado de Chefren que la dedicó á Harmakis:

tal

por

lo

pero no se terminó

:

ménos

se desprende de

grandes dimensiones, literalmente cubierta de jeroglíficos, adosada

estela de

de la colosal escultura, que consigna además que en tiempo de los monarcas de octava dinastía (por los años 1500 antes de limpiar

el

monumento de

la

arena que

lo

la

al la

pecho

décima

era cristiana), había sido ya indispensable

cubría.

Tutmosis IV en

los

primeros tiempos

caza del león y de la gacela por aquellos alrededores, y cuando descansaba en esas cercanías, tributaba sus respetos á Harmakis, es decir, á la esfinge. En cierta ocasión en que se durmió á la sombra del gigante soñó que la divinidad

de su reinado, solia entregarse á

le

hablaba,

la

«como un padre á su

hijo,» para rogarle que la librara de la arena que le

oprimía. Al despertar no echó en olvido la súplica celeste, y en recuerdo de semejante visión y de las excavaciones practicadas á consecuencia de la

conmemorativa que

se conserva

misma,

erigió

una

estela

aún, bien que algo mutilada.

Otras inscripciones existen, de tiempos á los nuestros

más cercanos, que nos hablan

de las luchas sostenidas contra las arenas, que ora subiendo paulatinamente, ora impulsadas

por

el

Khamsin, asaltaban

el

monumento en

ardientes y densas nubes. Entre los textos

redactados en lengua griega existen algunos notables versos del historiador Arriano: de las

restantes la

mayor

parte tienden simplemente á

conmemorar

las visitas de los Césares,

y los trabajos de restauración practicados, ya en el pavimento sobre el cual descansa la esfinge, va en la pared que la ponia á cubierto de la invasión de las arenas. En los últimos tiempos no se ha levantado una

mano

siquiera

para librarla de

que esto, ó peor que esto todavía: puesto que en ejercicios de artillería, disparaban

el siglo

tomando por blanco

el

la

destrucción:

ménos

último los mamelucos, en sus

rostro del

Padre

del espanto, ese

rostro del cual dijera Abd-el-Latif que tenia impreso el sello de la belleza y de la

dulcedum-

bre, y se hallaba animado por sonrís encantador. Cuando se le preguntaba á dicho viajero qué era lo más maravilloso que había visto, contestaba sin vacilar: «Las proporciones

»armónicas de

la

cabeza de

la

esfinge.» Destruida

expresadas, esa figura 'gigante ofrece

las

el

hoy su nariz por

las

causas que dejamos

repugnante aspecto de un negro.

¿Por qué muestra el hombre tanta predilección en destruir las obras del hombre? Xi pirámides se han librado de la atrevida mano del demoledor, ó del devastador cuando EGIPTO,

TOMO

I.

51


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

202

ménos.

Príncipes

ha habido qne intentaron aprovechar en nuevas construcciones sus

robustos sillares: no han faltado quienes en su animadversión y fanatismo por cuanto fuera

imaginaron arrasarlas;

obra de paganos, de

acariciado,

volarlas

por medio de

la

y

llegaran al Cairo los efectos de la deflagración.

en estos

sitios,

ha

sido sin

si

se desistió del propósito,

muchas veces

débese únicamente

temor de que

pólvora,

La arena, enemiga

embargo su protectora: sólo

al

de las obras levantadas

aquello, sobre lo cual

denso sudario, ha llegado intacto hasta nosotros: sólo esto y

ha tendido su

la parte de la necrópolis

de

Memphis llamada Sakkara.

Y

ahora separémonos de Gizeh y dirijámonos hácia

el

Sud siguiendo por

la linde del

terreno cultivado y dejando á la izquierda los cementerios de Zaouiet-el-Arian y los

ma-

un pequeño

jestuosos grupos de las pirámides de Abusir, y en cuanto lleguemos al borde de

estanque, en torno del cual revolotean numerosas bandadas de chorlitos y reyezuelos que en

sus aguas apagan la sed, nos encontraremos con los desnudos y sinuosos ribazos que marcan

CASA DE MARIETTE BEY EN SAKKARA

el límite del desierto.

que cubre

la

arena,

Hemos el

llegado.

Pocos pasos tenemos andados á

enterrados, de blancas osamentas, de lenzuelos de

cuando nos hallamos de cuya vista regocija

la

lo

largo de

un sendero

cual se desarrolla entre pequeños montículos, y sepulcros á medias

manos

á boca con

de nuestros ojos.

árabes: el lugar de descanso,

si

así

Es

el

la

momia que

entre la arena se parecen,

mirador de una casa de sencilla apariencia

morada de Bet Mariette, como dicen

podemos expresarnos,

del

hombre

ilustre

los

que á fuerza

ha logrado arrancar á la arena de la neciomuchos de los cuales son de importancia monumentos, polis de Sakkara innumerables verdaderamente capital. Los guardianes de esta morada, árabes sumamente bondadoso», de constancia, y con valor jamás desmentido,

poi de barba gris, nos ofrecen asientos y agua filtrada, que después de nuestra caminata gloria durante el almuerzo que despachamos con verdadero la orilla del desierto, sábenos á

placer á la

Uno

sombra

del referido mirador.

de los antiguos vigilantes nos acompañó gustoso á los

monumentos que tuvimos


203

MEMPHIS. LAS PERAMTDES

en que nos hallábamos, distinguíamos periectamente la pirámide escalonada: en cambio otros muchos monumentos que debieron existir en su»

Desde

á bien indicarle.

sitio

el

no

de los cuales teníamos exacta noticia por circunstanciadas descripciones,

cercanías,

pudimos encontrarlos

auxilio de los encargados de su guarda, pues la infatigable

aún con

ni

arena de que Mariette consiguiera limpiarlos ha acabado por envolverlos nuevamente. Como dejamos dicho, desde las ruinas de Memphis habíamos ya distinguido la pirámide escalonada y deseosos de trasladarnos en dirección al Sudoeste. Compónese,

al

lugar en que se levanta, emprendimos

si

me

camino

el

es lícito expresarme en estos términos, de seis

pisos distintos, el último de los cuales, que es algo

mayor que

los otros,

mide por

si

sólo

Examinándola de cerca y con la atención debida, puede observarse que se distingue no poco de sus hermanas bajo diferentes aspectos, tales como no hallarse orientada en correspondencia con los puntos cardinales; no ser su base un cuadrado, sino 11’50 metros.

otro tiempo

un rectángulo; y haber tenido en

un muro en

puede sin exageración decirse que es completamente

derredor.

En

cuanto á su interior

original, y ateniéndonos á la descrip-

ción del general prusiano Minutoli que la exploró detenidamente,

podemos

decir,

que

al

revés de lo que se acostumbraba en construcciones de la naturaleza de la que nos ocupa,

encuéntrase practicada á la parte del Sud una de sus cuatro puertas de entrada; tiene dos

cámaras cuyas paredes

se hallan revestidas de

de placas de porcelana verde incrustadas en

con

Lo mismo

estrellas.

las

cámaras que

el

que

una especie de mosaico formado

estuco; y que sus techos se hallan adornados

los pasadizos hállanse casi del todo obstruidos

por fragmentos de vasos de mármol y alabastro, restos de sarcófagos y piedras esculpidas que se han desprendido del techo y de las paredes laterales. Un cráneo completamente dorado, un calzado, dorado también, y otros restos no las exploraciones practicadas

giéronse en

el

mar

en dicho monumento por

frente al rio Elba,

Lo que un elemento preserva

misma la

cuantas

la

que

la sustenta:

la

mano

del

del

construida en tiempo de los reyes de

una de

las partes

de

la el

los conducia.

amenazada de próxima ruina, derrumbándose sobre

la

montaña más

mayor número de

siglos

vieja de

que otra obra

hombre.

La pirámide de Ko-chomé, ó

de Mariette, durante todo

buque que

no es extraño, pues constituye

rodean, habiendo visto pasar sobre

alguna salida de

lleva

el

interesantes, procedentes de

general antes nombrado, sumer-

aniquílalo otro en provecho del tiempo destructor. Esta

orgullosa construcción, está

sólida base

con

ménos el

Toro negro, según todo parece la

indicarlo, debió ser

primera dinastía. El mismo nombre de Ko-chomé

necrópolis de Sakkara, y admitiendo como cierta la opinión tiempo del antiguo imperio, los venerables restos del buey

sagrado Apis, debieron ser depositados y conservados en las cámaras interiores de la pirámide escalonada, hecho que explicaría plausiblemente el nombre de Ko-chomé, en egipto

con

la

Ka-kham, que

quiere decir Toro negro.

No

es esta ocasión oportuna para explicar

detención debida las razones que existen en apoyo de la remotísima antigüedad

de este monumento; contentémonos pues con dejar consignado que

si

bien existen ciertos


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

204 detalles

misma

que parecen posteriores á los mausoleos de Gizeh, en cuanto á es indudablemente

mucho más

antigua que

la

pirámide en

ellos.

Cuántas dudas y dificultades surgen á nuestro paso Los antiguos nos hablan frecuensitio. Las pirámides ocupan el mismo lugar; el Serapeum se ha hallado !

¡

temente de este

en

el

punto que se determinaba en los textos, según luego veremos; los millares de años

transcurridos, no

han logrado borrar

sepulcros antiguos bajo

el

cruzaba sobre un buque la al

el

nombre de Sakkara, que

nombre de Sokari; mas ¿dónde

momia

está

encuentra en los

se el

lago

sagrado que

de Apis? ¿Dónde las verdes praderas que se extendian

Oeste del lago, y que se comparaban á los asfodélicos campos cantados por

Homero?

PIRÁMIDE DE SAKKARA

¿Dónde el santuario de la sombría Hecate y la estatua acéfala de la Justicia? ¿Dónde inmenso existieron las puertas de Cocyto y de la verdad? ¿Dónde, en fin, ese número de edificios sagrados y particulares de que nos hablan los papiros antiguo»? vinieron Aquí, en medio de las tumbas, en tiempos que fueron, millares de vivientes

á implorar

las

bondades divinas,

el

reposo del alma,

el

bienestar terrenal.

casa de Mariette, y convirtamos nuestras miradas hacia el más Serapeum, importante de los descubrimientos realizados por ese infatigable francés, el de»cribii es decir el santuario del dios Serapis, cuyo magnífico templo hemos procurado

Volvamos ahora á

en

el

la

capítulo consagrado á Alejandría antigua.

Desde

los

tiempos más remotos, enterrábanse en este

sitio,

es decir,

en Sakkara, los


>

»

,


G

I

P T

O

.

Sepulcros de los califas.


205

MEMPHI3. LAS PIRAMIDES

toros sagrados á los cuales vivos, daban los egipcios el nombre de Apis, y muertos el de Osou-Hapi, (Osiris-Apis). Adorábaseles como encarnación del alma de Osins en el mundo inferior, es decir, del principio que despierta á nueva vida cuanto dejó de ser.

Dábase

el

nombre de Sokari á

experimentaba hasta

divinidad que presidia las metamorfosis que el alma

la

de su completa absorción en

momento

el

templo de Osiris— Apis elevábase bajo

el

el

imperio de dicho dios,

al

mundo. El

espíritu del

paso que

griego procedia de una modificación del Osiris—Apis egipcio: de aquí que

el

al

Serapeum lado de lo»

sepulcros egipcios de Apis y de su templo, se erigiera más tarde un Serapeum griego. En 1850 se descubrieron diferentes esfinges en las cercanías del lugar en que se halla

Mariette

casa de

la

acontecimiento que evocó en del el

la

ilustre

memoria

egiptólogo

recuerdo de un pa-

saje de Strabon, en el

cual este geógrafo pun-

tualísimo consigna que en ESFINGE DEL SERAPEUM

Serapeum

de

edificado sobre

la

Memphis

un

sitio

necrópolis ESFINGE DEL SERAPEUM

existe

un

tan arenoso

,

que

las esfinges

yacen semi— cubiertas por

fuertes vientos los que visitan el templo corren y que en las épocas en que reinan inminente peligro de verse envueltos por los torbellinos de arena. Semejante recuerdo

el polvo,

suscitó en su

mente

del

Serapeum, en

las

excavaciones, y

el

deseo de practicar excavaciones encaminadas á descubrir los restos

los sitios

en que Fernandez desenterrara las esfinges. Emprendió pues

como no eran muy cuantiosos

los recursos de

tuvo que vencer con su energía las dificultades de todo género que

arena amontonada en

el

transcurso de los años, habíase,

así

si

que podia disponer, le salian al

podemos

paso.

La

decirlo, coagulado

v endurecido: los muros resultantes de las brechas practicadas con gran trabajo desmo-

ronábanse frecuentemente, llenando en su derrumbamiento después de grandísimos trabajos se descubrió reconocer que ponían en comunicación

en primer lugar de manifiesto v después

los sepulcros de

el

el

la calle

la

mas

excavación:

cabo,

al

de las esfinges, y entonces fué dable

Serapeum griego y

el

egipcio.

Mariette puso

santuario helénico, hoy cegado de nuevo por las arenas,

Apis que se cuentan entre

las maravillas

de Egipto, y que no

deja de visitar ninguno de los viajeros que van al Cairo. El templo, del cual dichas tumbas

no constituven en rigor más que de manera que contemplando posible imaginar siquiera

no en

sólo en tiempo de los las cercanías, EGIPTO,

TOMO

el

el

la parte

inmenso

subterránea, derrumbóse hace

tiempo,

no es

aspecto de completa desolación que presentaban estos lugares,

Tolomeos, sino también en

formando parte integrante I.

mucho

desierto que por todas partes le rodea,

el

de los Césares, en los cuales existían

del templo,

edificios distintos,

á cual 52

más


MEMPHI8. LAS PIRAMIDES

206

suntuoso, que servían de habitación á los sacerdotes de la divinidad, de diferentes jerar-

y servidores de

quías, y á los guardianes

los

animales sagrados. Habíalos también que

servían de escuelas, y para albergar á los numerosos peregrinos que aquí venían de las

comarcas más remotas en

el

del país, á los cuales ofrecian los comerciantes sus géneros,

ora

bazar, ora en sus propias tiendas; y no faltaban tampoco vastos cuarteles en los

cuales se alojaban las numerosas fuerzas de la guarnición. Finalmente, unidas al templo, existían varias celdas de humilde apariencia, y con todo esto dignas de singular mención,

por

lo

mismo que pueden

efecto, los papiros griegos

ser consideradas

como origen

en este lugar penitentes ascetas que, renunciando á

monaquismo

del

nos advierten que con anterioridad á

la

En

cristiano.

venida del Mesías, existían

los atractivos del

mundo, llevaban una

vida retirada y llena de privaciones en el interior de esas celdas labradas con adobes secados al sol,

y con barro del Nilo, más semejantes á nidos de golondrinas que á moradas humanas, más exacta la comparación, en cuanto las construían adosadas al muro del

siendo tanto

templo, donde quiera que habia espacio para ello, sin perdonar siquiera su techumbre.

Los parientes través de

les llevaban lo

un pequeño

la

vivir,

entregándoselo á

es decir, de interno iluminismo, al servicio de Serapis, y en

estado de pureza perfecta,

medio de

imprescindiblemente necesario para

ventanillo, única abertura existente en la celda, y en ella vivían en

exagerada exaltación de su espíritu arrobábanse en contemplaciones

beatíficas, ó,

según su temperamento, eran presa de visiones fantásticas y horrendas á cual más. aquel que en la tierra se consagraba al servicio de Serapis, inscribíale la divinidad en de los elegidos, creencia que tiene una antigüedad incalculable, puesto que los

más remota época nos hablan de amigos,

de

más

tierno y

conmovedor que

Taou, ambas sacerdotisas de

Isis

en

mente

se

á buscar

consumía en al Nilo,

las libaciones

el

Serapeum, de

que se hacían ante

las cuales

tenemos noticias por el

las

agua que diaria-

de Serapis, la cual debían

el altar

ir

que se hallaba á no corta distancia, en cántaros rajados, recibiendo como

recompensa á tan duro trabajo de Danaides, y aceite de

Xada

hermanas gemelas Thaué y

en proporcionar

oficio consistía

todo

monumentos

de secuaces, y de servidores de Osiris.

ciertos detalles relativos á las dos

minutas de sus propias peticiones. Su

A

el libro

kiki, entregándoseles tan

tres

mezquino

panes

al dia,

y anualmente un poco de trigo

salario con tanta irregularidad, que con

frecuencia se veian precisadas, para no perecer de hambre, á solicitar algún auxilio.

En cambio en

otras ocasiones,

aún en

los últimos tiempos,

Cuando murió Apis, en tiempo de Tolomeo Soter la

cuantiosa

suma que

se

I,

no se escaseaban

no sólo se

señalaba para su entierro,

sino

invirtió

los gastos.

completamente

también cincuenta talentos

(281,250 pesetas) que los sacerdotes pidieron prestados; y se sabe de un devoto que en tiempo de Diodoro entregó para el propio objeto cien talentos, es decir, muy cerca de

600,000 pesetas.

Trasladémonos pues á

las

tumbas en que con tanta pompa era sepultado

sabemos con que exquisito miramiento se que

le

estaba destinada en

el

le

cuidaba en

el

centro del templo de Ptha.

Apieum, es

En

ella,

decir,

el toro,

en

áa

la capilla

y á su lado, adorábase


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES de la propia manera á la vaca que

un rayo de

En

luna.

regocijos en todo del animal.

el

le diera vida,

207

á la cual según se creía había fecundado

cuanto se daba con un nuevo Apis, celebrábase

la

nueva con grandes

país, y agasajábase con dones espléndidos á los afortunados posesores

Los sacerdotes debian examinar desde luego

si

reunía todas las circunstancias

ó señales sagradas que debian caracterizarle, que al decir de

Ebano no bajaban de

pues entre otras que no enumeramos, debía ser de negro

pelaje,

triángulo blanco, en

el

y tener en

veintiocho:

la frente

lomo una figura de avestruz, y en

el

un

costado

derecho una media luna también blanca: los pelos con que terminaba debian ser de dos colores distintos, y en la boca, debajo de la lengua habia de tener una excrecencia ó protuberancia semejante á un

la cola

escarabajo sagrado.

No hay

para que decir

que era preciso celebrar ántes de encerrar

cúmulo de ceremonias

el

el

animal en

el

templo.

Cuando moría embalsamábase su cuerpo cuidadosamente, siendo portada su

ESCARABAJO ATEUGHCS SACER

momia

tras-

á las cuevas en cuya entrada nos hallamos, y cuyo

descubrimiento refiere Mariette en los siguientes términos:

«La tumba

de Apis, es

»al penetrar en

un

completamente subterráneo, debiendo confesar que

edificio

por vez primera,

él

el

dia 12 de noviembre de 1851, sentíme acometido

»por una profunda impresión de sorpresa, que después de cinco años transcurridos no se

»ha desvanecido completamente. una casualidad que no he

» Gracias á » logrado

ȇ

explicarme, espoliadores

los

»una de

habia escapado

monumento

del

cámaras de

la

tumba

»buey Apis, tapiada en

el

año 30 de

las

»Ramses

»me

II,

y por consiguiente cupo—

dicha de encontrarla intacta.

la

»Nada habia cambiado en » 3,700

del

en los

ella

años que de entonces acá van

» transcurridos, de suerte

que se dis—

»tinguian perfectamente las huellas do-

mano

»la

» piedra

egipcia que puso la última

en

el

»para tapiar

la

muro que se levantó En un mon—

entrada.

uno de

»toncito de arena existente en »los ángulos de la ,

» veíanse

» desnudos. '-i

-

marcadas

cámara mortuoria, ,

,

n

las huellas

1

Nada absolutamente

hacia cerca de cuarenta siglos

^

de pies

SEPULCRO DE APIS

se habia tocado en ese sepulcro en cuvo interior se sepultaba

un buey embalsamado. De seguro no

»ros que se horrorizarían ante

la idea

serian pocos los viaje-

de vivir durante cuatro años en un desierto, poco


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

208

»ménos que completamente

aislados: pero la verdad es que descubrimientos

como

el

de la

mortuoria de que se trata, compensan todas las incomodidades y privaciones, y que »nada igualaría en el ánimo del investigador la satisfacción que resul» cámara

taría de

frecuencia de tales descubrimientos.»

la

Nuestro anciano guia abrió

puerta que impide que la arena

la

penetre en las cámaras y pasillos. Las dos secciones los subterráneos de

más

Apis no son actualmente accesibles:

sólo puede penetrar en la última,

pulcros, siendo indudablemente la

tiempo del primer Psammético de

antiguas de el

viajero

que contiene sesenta y cuatro semás interesante. Fué labrada en

la

vigésima sexta dinastía (666-618)

Tolomeos. y ensanchada en tiempo del postrero de los Encendiéronse las antorchas de que íbamos provistos, siendo de advertir que cuando visita estos lugares

algún viajero distinguido,

ilumínanse por medio de cirios colocados en sencillos soportes de dera fijados en

la

pared, ó por medio de

una

luz de

transforma en dia clarísimo su profunda lobreguez.

que debe decirse para describir

un

lo

ma-

magnesio que

No es mucho lo Un vestíbulo,

que aquí se encierra.

EL GUARDIAN DE LA MANSION DE LOS MUERTOS

ANUBIS

largo corredor flanqueado de cámaras, en las cuales se encuentran

,

los sarcófagos; á derecha é izquierda de la entrada tres pasadizos secundarios enlazados entre sí,

los cuales se

principal de

una

unen á su vez

P

al

corredor principal, á la manera que la curva al trazo

romana. Todo esto se halla practicado por medio de excavación hecha en

la

peña viva, midiendo en

conjunto

una extensión

de

trescientos treinta metros

próximamente. En cuanto vestíbulo,

lo abrió

al

Ma-

semejábase á una ga-

riette,

lería

cuando

de

fijadas

inscripciones

,

pues

en los muros veíanse

hasta quinientas estelas, exvotos de antiguos peregrinos,

v recuerdo

que

al

hicieron

par de la visita á

esta

tumba

sagrada. Cuantos consagraban

uno de esos monumentos conmemorativos, tenian buen PUERTA DE LA MASTABA DE

el

año,

muriera

el el

TI

dado de consignar en

cui-

la piedra

mes, y aún el dia del reinado bajo el cual había nacido, fuera entronizado y Apis al cual se hacia la visita., y ya puede comprenderse que merced á semejante


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

210

circunstancia, por medio de

estos

su mayor parte, en

del

museo

el

pequeños documentos conservados cuidadosamente, en

Louvre, ha sido

fácil fijar el

orden de sucesión de muchos

faraones y además la duración de sus respectivos reinados.

Existen todavía veinticuatro sarcófagos en

sitio

el

muchos de

referido,

encuentran en las mismas cámaras en que fueron construidos.

Xo

los

cuales se

misma más hermosos, de granito rojo v propiamente dichas, como si dijéramos los ataúdes, son todos de

la

materia; pues los hay de basalto negro y éstos son los de sencilla piedra calcárea. Las cajas

son de una sola pieza y sólo en tres de

ellas se

ven inscripciones. En presencia de

transportados por arte de encantamiento al cementerio de un se

pueda formar idea de sus dimensiones y no obstante

en acudir á

la fría

ellos que, sin

Acaso entra por mucho en del viajero, la

y

el

mundo

contar su parte hueca, pese

existe

entre

la

idea

que concebimos en vista de éstos que tenemos á

mezclada de terror que excita todo

además de

ménos de 130,000

ello

y por

esto

libras.

mismo ha

cuanto

es

el

ánimo

que tenemos formada de un

nos sorprende, y á cuyo fondo nos seria posible descender. ración

de gigantes: para que

repugnancia que experimentamos

sentimiento que experimenta en estos lugares

enorme que

diferencia

la

la

expresión de las cifras tratándose de tales materias, bastará consignar

que no hay ninguno de

féretro,

tales

áun aquellos que están dotados de ménos imaginación, presumen hallarse

sarcófagos,

la

vista,

cuya capacidad

Añádase á

esto la

vene-

extraordinariamente viejo, y que

sido contemplado con piadoso respeto por

muchas

generaciones.

Mas semejantes

humana:

tumbas de Apis han sido completamente saqueadas antes de que fueran

las

consideraciones no han bastado á contener la

invadidas por la arena. Mariette encontró fuera de

encima de muchas de

un monton de

En

ellas,

tapas de los ataúdes, y colocadas

por via de escarnio y desprecio hacia la obra de los paganos,

piedras.

la parte

más

antigua de las tumbas, la cual se halla derruida, encontró Mariette

un cadáver humano que llevaba sobre y preciosísimos amuletos sobre restos de

sitio las

el

el

rostro

una máscara de

Khamouas (Ca-m-us), uno de los hijos de Ramses II, del cual Memphis, y cuyo nombre se cita más tarde como el de un

Según parece, á

le dió

fin

y multitud de

oro,

pecho. Las inscripciones permitieron reconocer en

sacerdote en piadoso.

rapacidad

de tributarle la

mayor de

las

se sabe

dijes

él los

que fué gran

príncipe

sumamente

honras que podían imaginarse, se

sepultura entre los toros sagrados.

Grande es

el

número

de

de la arena; sin embargo

tumbas existentes en Sakkara, que

podemos hacer mención de dos de

se hallan sepultadas debajo

ellas

sumamente

notables, las

mastabas de Ti y de Ptahhotep, de las cuales sólo puede ser visitada la primera, habiendo sido ambas construidas por elevados funcionarios que sirvieron en tiempo de la quinta dinastía

,

que es

la

que sucedió á los fundadores de

Desciéndese hasta

la

practicada en la arena.

las

pirámides de Gizeh.

puerta que da ingreso al mausoleo de Ti por medio de una brecha

En

las pilastras

misma, distínguese esculpida de

que se encuentran á derecha

relieve la figura

que representa

é izquierda de la

al dignatario,

apoyándose


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES en

bastón de

el

mando que

211

revela su elevada jerarquía, y revelando las inscripciones que

acompañan que sirvió á tres distintos faraones, y que no obstante no circular por sus venas sangre real, concediósele por esposa á una princesa, en consideración á hallarse la

investido de las

más

elevadas funciones sacerdotales, alabándose de haber sido amigo y

consejero de los reyes y de haber «ocupado lugar distinguido en la corte de su señor» no sólo

como

como

consejero áulico, sino también

de su soberano.

los escritos

En

cuanto á

director de todos los trabajos y de todos mujer hállase frecuentemente representada

la

junto á su marido, habiendo sido su nombre Nejer-hoteps, que quiere decir «su paz es grata

y

lo

Por

mismo lo

ella

que sus hijas se designan en todas partes como enlazadas con

demás su marido

la

honraba con

la

.

casa real.

los siguientes títulos, á los cuales considerábanse

con derecho todas las mujeres egipcias. Señora de la casa, alegría de su esposo, palma de

En medio

gracia para su marido. pilastras,

y

se

inclinados hácia

halla el

exterior

pirámide, encuéntranse

do este

el sitio

de

la

actualmente descubierta, que rodean doce

sala,

formada de muros sólidos

como

las caras de

una

pozo y el sarcófago, sienen que se reunían los parientes y los el

criados para hacer las ofrendas fúnebres.

ño corredor conducía á

las

Un

peque-

cámaras sepulcrales en *

que se hallaban

las estatuas del difunto

y de su

esposa. Todas las paredes de la mastaba están construidas

de calcárea finísima y cubiertas de bajocon contornos

relieves de extraordinaria delicadeza

,

limpios y perfectamente determinados, de suerte que si

GRULLAS

se prescinde de la incapacidad de dibujar los ob-

no puede ménos que causar profunda sorpresa

la claridad y la expresión que se pretende representar. Mejor aún y más completamente tumbas de Gizeh nos revelan las mastabas de Ti y de Ptahhotep, cuanto hacia

jetos en perspectiva,

con que se halla ejecutado

que en

las

lo

la vida á un egipcio de noble alcurnia, y cuanto podía esperar de sus descendientes después de muerto no sólo para su cuerpo sino también para la felicidad de su alma.

agradable

Bien quisiéramos recorrer una á una las paredes, y poner uno tras otro ante los ojos en los variados cuadros; mas hemos de con-

del lector los diversos asuntos representados

tentarnos con

lo

más

notable

si

queremos

evitar

prolijidad.

La

vida de los nobles

se

distribuía entre sus funciones palaciegas, la administración de sus bienes, las diversiones

y el ejercicio de la caza. Por medio de algunas palabras por dan cuenta de sus relaciones con los príncipes: en cuanto á lo que se

ó pasatiempos domésticos,

demás

sencillas,

refiere á sus propiedades

en Gizeh

,

y distracciones hállase representado por medio de figuras. Como las cabezas de que constaba la riqueza

podemos venir en conocimiento de

pecuaria del difunto, pudiendo asegurar que no existe, ni áun entre los modernos, artista

alguno capaz de delinear con más limpieza y pulcritud

el perfil

de

un

toro, de

un asno, de un


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

212

"anso ó de una grulla. Nada más animado ni dotado de mayor movimiento que las escenas asistir á la matanza de los bueyes. Además de ello, pequeñas inscripciones

que nos permiten facilitan el

que se comprenda completamente

aumentando con

ello el interés

que siente

el

el

significado de las representaciones gráficas,

espectador. Así por ejemplo se nos revela la

cantidad de grasa que producirá

el

buey que se ha muerto, cuyo nombre campea encima del guardián que lo

condujo, leyéndose algo

una

más

allá

frase de cortesía, chispeante de

gracia, dirigida por

un personaje á

otro que se halla cerca de

él.

Mu-

chos de los oficios y de los objetos representados llevan el nombre con comisionados para rebaja de TRIBUTOS

queí se les distinguía , de suerte

que

semejantes indicaciones han servido en gran manera para venir en conocimiento de la antigua lengua egipcia. Pero lo dicho es nada respecto del interés que ofrecen los cuadros, bajo

el

y por

punto de vista de

la historia

de la civilización.

mismo son más sorprendentes

lo

las

Su remota antigüedad

es indisputable,

formas determinadas que habian adquirido

relaciones todas de la vida civil en la época en que aquellos fueron trazados, y el

la escritura

empleo que se hacia de

rústica

y

empleados sumamente hábiles en

el arte

papiro en la izquierda continúan en

conducen »de se

usos

más comunes

nombre de

impuesto.»

ellos

pesaban,

actitud de las figuras que,

mas

con

el

de

la vida.

Vemos

positiva.

de escribir, que con

registro el

el

La propiedad

por ejemplo aquí á

cálamo en

la

derecha y

los súbditos de su señor,

el

que

encima: «Llamamiento de los jefes era el asunto de que

Como puede comprenderse no

negocio grato para los felahes,

impuestos que sobre la

el

los

más segura y

los jefes de las respectivas aldeas, leyéndose

las provincias para el

trata,

para

los esclavos constituían la riqueza

las

más aún

si

que satisfacían á regaña dientes

de ello nos quedara

la

los onerosos

menor duda, desvaneceríala

bastón debajo del brazo, conducen

al

contribuyente


213

MEMPHIS. LAS PIRAMIDES para que satisfaga

La

el tributo.

línea de jeroglíficos que se advierte entre los funcionarios

y los aldeanos, dice «Impuesto para

vemos representadas por medio de

el

administrador de las propiedades.»

— En

otro lugar

treinta

y seis mujeres, portadoras de productos naturales de toda especie, el pago de los impuestos correspondientes á dades de Ti la

,

las

propie-

campeando sobre su cabeza inscripción: «Pago de

siguiente

» comestibles y bebestibles de los

los

pueblos

»del Egipto superior é inferior, que perte-

»necen

al

canciller Ti,» viéndose junto á

cada una de

las

mujeres

el

nombre de

la

localidad que respectivamente representan.

imponían

al propietario,

como

Dominios tan extensos y uno de otro tan

distantes,

fácilmente se deja comprender, la obligación de atender cuida-

BUEYES QUE TRILLAN EL GRANO

dosamente á

los

medios de comunicación, y como entonces, del mismo modo que ahora, consno hay para que decir que el arte de construir buques

tituían tales vias el Nilo y los canales,

hallábase en estado

muy

floreciente.

Por medio de

las representaciones

idea de los instrumentos de que se servían los que llamaríamos así

como

podemos formarnos

hoy carpinteros de ribera,

de la forma que se daba á los buques según que se les destinaba al transporte de

EGIPTO,

TOMO

I.

54


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

214

personas ó mercancías. Empleábanse conocía

muy

el

la vela

y

el cable

con

el

cual se halaban; pero no se

un remo que manejaba un hombre

gobernalle movible, y en su lugar se empleaba

diestro.

Entonces, como ahora, los egipcios obtenían la mayor parte de sus rentas de los extensos

campos que asistir

fertilizaba el

limo del Nilo, y los cuadros que tenemos á

la vista

nos permiten

por vista de ojos á las diferentes operaciones y faenas campestres. Sólo citaremos, sin embargo el laboreo del campo por medio ,

del arado,

bueyes.

y

la trilla llevada

á cabo por los

aquel distinguimos un par de

En

bueyes que unidos bajo

el

yugo, adelantan en

el palo y las voces ademanes que expresan claramente

su carrera animados por del jayan,

las palabras

cima de

«arread fuerte,» que se leen en-

las bestias,

al

paso que no pueden

dejarnos lugar á duda respecto de las

encima

del

que empuña

el

arado á

fin

de que no salga torcido

representada la segunda, nos recuerda desde luego »

boca

al

buey que

trilla,»

y

si

la

faena

que dicen «operación de arar» puestas

el

el

surco.

La manera como

precepto bíblico que dice: «no

bien es verdad que de ello se aprovecha

el

esta

le atei& la

que marcha á

la

puede ob cabeza de todos, encima del cual se leen las palabras «Arre, bestias, arre,» también semejante piocedei vigilante, arrimándole un varapalo, trata de recordarle que

servarse que

el


:

MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

216

no

está reñido con aquella disposición.

En

otros sitios

cual se emplean rebaños de cabras que paseando la siega

podemos contemplar

campo humedecido

de las mieses por medio de pequeñas hoces:

el

la

sementera en

la

entierran la semilla

atar de las gavillas y su traslación á la

espalda de los jumentos, y hasta la operación de espigar, que nos trae á la memoprecioso idilio del libro de Ruth de la propia suerte que otro cuadro que representa un

granja á ria el

el

la

,

hato de vacas pasando á nado una charca

,

retrae á nuestra

memoria

el

sueño del faraón tan

hábilmente interpretado por Josef. La vista de un hipopótamo que se vé en un cuadro que representa una cacería, existente en la tumba de Ti, nos hizo pensar en el behemot del libro

de Job. del cual se

«como cañas de bronce son sus huesos,» y también:

lee:

Es obra maestra del dios fuerte.

Presumes jugar con

En

Y

él

cual

si

fuera

un pájaro?

tanto que para él producen hierba los montes,

todas las bestias del

campo

allí

retozan,

Él duerme á la sombra, en lo retirado del cañaveral,

Y

debajo de los sauces del arroyo.

colores See;un dejamos indicado, uno de los cuadros de la mastaba que nos ocupa, cuyos al hipopótamo. El señor se han conservado en gran parte, representa al noble Ti dando caza permanece de pié en el barco, tiene doble talla que las gentes que le acompañan, y

apoyándose en su bastón

numerosos pájaros: en hipopótamo: pero

el

:

en derredor se ve un espeso matorral de papiros en las

aguas están sosteniendo

fiero

el

cual anidan

combate un cocodulo y un

señor tiene puestos sus cinco sentidos en otro

tal,

de formas)

desme-

de robustas cuerdas, al suradas, del cual han conseguido apoderarse sus gentes por medio jabalinas. El agua pulula paso que los diestros cazadores lo acribillan á fuerza de hincarle por la pesca hecha con de peces y crustáceos y es por demás abundante el producto obtenido

redes y con

el

de arpón. Los peces en cuanto se salta á tierra son abiertos y después

limpiados se les sala. y se hacen secar. lagos, sino que Pero los nobles no se contentaban con cazar sobre la superficie de los tenían sus monterías

,

como nos

lo

indican las pinturas de

la

mastaba de Ptahhotep

,

en

las

delante de él una serie de cuales vemos representado al señor con estatura extraordinaria, y cuales se nos dan testimonio de todos sus pasatiempos y diversiones, entre los

cuadros que

juego que se ejecutaba distinguen los ejercicios gimnásticos, las luchas de atletas, y cierto que se encuentra todavía en la mayor parte de los pueblos dedos, llamado murrci,

con

los

y

del Mediterráneo

h

poi su^ Variadas y numerosas eran las especies á las cuales perseguía acompañado Aquí le vemos apoderándose de los antílopes por medio del lazo: allí bien Hasta se ve galgos, debidamente atraillados, se precipitan sobre las gacelas.

cazadores.

adiestrados

representada t

él la

la vida

doméstica de las bestias feroces, tales como

la

pantera y

el

chacal.

Un

juego de la murro, (morra). ¿Viene de En efecto en Cataluña, y más en Italia, la gente de mar y los soldados juegan aún el antiquísimo sentido recto, expresaría juga or e murro.. palabra murri usada en Cataluña, equivalente á bribón, mal educado? En tal caso, en


217

MEMPHIS. LAS PIRAMIDES león hace presa en

un

toro.

sepulcro de Ti, un ciervo.

Vense también

En

la

hiena,

el

hormiguero, y en el pájaros prendidos en las redes de

ichneumon, y

cuanto á los nombres de los

Ptahhotep, imposible consignarlos. Los cazadores vuelven á

la

el

casa señorial conduciendo

cabras monteses, tímidas gacelas y leones vivos encerrados dentro de jaulas robustas y resistentes. El criado

Khnum-hotep conduce por medio

los perros favoritos de su señor,

diversión, es decir á

modo

un cordon anudado á su muñeca

tal

concepto pueden tomar parte en los pasatiempos y

más

distinguidas sostenían para que les sirvieran de

que en

diversiones domésticas. Las familias

de

de bufones, un

mono y un

enano.

En

presencia de Ptahhotep

sentado en un sillón con garras de león, vense algunos músicos que dan muestra de su habilidad en tañer la ñauta y pulsar

ó compás.

él

arpa, en tanto que otro marca con las

El eminente egiptólogo á quien somos deudores de

EGIPTO,

TOMO

I.

la

manos

el

ritmo

reproducción de tales


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

218

escenas,

Dumichen, muéstrase muy enojado contra

el

anciano funcionario que consiente

más debió gozar que sus perros asistan á semejante concierto, y añade que en su concepto la pieza de música que con el obligado acompañamiento de sus compañeros de caza, que con á su presencia se ejecutaba.

No siempre

es posible

guardar en estas tumbas debida circunspección el

la

tal es

:

regocijo que respiran todas

esas figuras y todas esas escenas, que no parece sino

que se puso especial empeño en corresponder

deseo ex-

al

presamente manifestado por el difunto,

de no acordarse de los suyos

como no

fuera con verdadera alegría.

«Sois unos monos»:

batelero se dirige á ciertas gentes pesadas, diciéndoles:

pastor que conduce la

Aquí un

se ve á

un

cual acababa de ser echada

el

mostrándoles un capazo lleno de forraje, y

semilla,

diciéndoles:

un rebaño de cabras á un campo sobre

allí

«De

esta suerte se hace

amable

el

trabajo»:

un

remero empeñado en una regata que se está efectuando en presencia de Ti, le dice á su adversario: «Cuidado si » eres

vivo

corriendo

genio»:

de

se lee:

» garrotazos;

» consiguiente

encima de unos asnos que van

«A los diligentes,

halagos; á los perezosos,

con que á correr»: junto á unos segadores:

no

dejeis pasar la

coyuntura.»

A

«La hoz

las espigas se les dice:

está

pronta,

«Maduras

poi

estáis,»

que uno de los. estáis granadas». Se degüella un buey, y al paso y también: «Ahora si que contéstale el aludido: «Despacio,» compañero: á su dice le matarifes en son de reprensión En otra escena á «Más que voy!...»

esta

parecida,

vese á un

hombre que

un buey degollado, y tocando con sus dedos la boca de uno de

levanta la pierna de

sus camaradas

le dice:

á lo cual contesta

«Cata su sangre;»

el otro:

«Buena

Nada más encantador que

está.»

las

ban-

dadas de palomas: los egipcios se servían

ya de sente se las encuentra hasta en

las

más

ellas

como mensajeras, y

miserables chozas de

lo=>

al

pre-

felahea.

ridiculas ó grotescas; pero que Entre las escenas de caza las hay extraordinariamente pues son muchos los cuadros muerte la de acuerde se que aún así no impiden al artista el cual abien la marcha la^ en que se reproduce el cortejo fúnebre de un magnate, en ;



221

MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

plañideras, siguiendo en pos los animales destinados al sacrificio, y, después de estos, los

rocían el suelo con esencias consagradas. Junto al féretro

queman perfumes y

sacerdotes, que

vese á la viuda, v detrás de ella los hijos y dependientes, marchando en pos verdaderos ejércitos de servidores cargados de ofrendas. Ni faltan inscripciones dedicadas al guardián del infierno,

conductor de las almas en

el

no omitiéndose tampoco consignar y

la

el

el

otro

mundo, Anúbis con cabeza de

chacal;

número

naturaleza de los objetos ofrecidos á los

manes

del difunto, y las festividades

había

obligación

sobre

la

mesa ó

La mayor

de

deponer

objetos

mastaba.

altar de la

parte

en que

tales

de las tumbas de esa

inmensa necrópolis, sin exceptuar aquellas que puso

al

descubierto

ligentes, hállanse de la

arena.

el celo

de los inte-

nuevo sepultadas debajo

Según parece hay

otras

muchas

dignas de especial atención, y entre ellas

gran dignatario Thounerei, en

del

descubrió Mariette una larga

lista

la

cual

la

de nombres

de reyes, que ha prestado excelentes servicios

para

la

No

reconstitución de la historia de Egipto. es posible fijar el

número de monu-

mentos de piedra, de madera, de bronce y de otras materias que aquí se han descubierto en los últimos

A'einte

cementerio de

años.

Memphis

numerosas joyas de

En

se

esta parte del

han encontrado

oro, labradas con

suma

delicadeza, que tenían engastadas turquesas,

jaspes, lapislázuli y otras piedras preciosas.

También proceden de Sakkara algunos de

monumentos más bellos de la antigüedad más remota, que tendremos ocasión de los

examinar en

el

museo de Bulak.

exiEl estudio detenido de esta necrópolis 1 giria

no pocos

dias.

Internándose en

el

CHOZA Y COMPAÑIA DEL FELAH

de-

sierto con el propósito de visitar la notable construcción conocida con el

de Faraón, que acaso era un inmenso matadero en víctimas

ofrecidas

en Sakkara,

procedentes de los oasis de

la

el

nombre de mastaba

cual se degollarían las innumerables

no es cosa rara topar con una caravana de beduinos

Libia, que después de

un

fatigoso viaje al través del árido

desierto siente que las fuerzas le renacen con solo respirar las emanaciones del Nilo, v EGIPTO, TOMO I. -5


MEMPHIS. LAS PIRAMIDES

222

en lontananza. una vez más al reposo antes de entrar en el Cairo que ve dibujarse tiempo sin sentirlo. El sol ha Discurriendo de una á otra tumba ha trascurrido el velo de tinieblas sobre el campo inmenso desaparecido del horizonte la noche ha tendido su

se entrega

:

mastaba-far’un

las calma del desierto, el repugnante aullido de de los muertos: sólo rompe la solemne argentado velo sobre las pirámides, su tiende disco plateado su muestra y luna

hienas...

sobre

La

el desierto

sobre y sus hileras de colinas, y

la

verde alfombra de las tierras de labor.


.

>

/


C.

I

P T O


EL CAIRO SUS ORÍGENES

m aginar podemos

fácilmente el concepto que del Cairo

tienen formado los

musulmanes, recordando aquel

cuento de las Mil y una noches en que, deshaciéndose en alabanzas de Bagdad, de la cual dice un habitante de Mosul que es la Ciudad de

los

placeres y la

Madre

mundo, interrúmpele uno de los ancianos presentes, diciéndole: «Quien no ha visto el Cairo, nada ha visto: su tierra es oro en polvo;

del

mara»sus mujeres encantadores serafines; el Nilo una verdadera alabanzas hablando villa.» Aquella noche Sheherazade, deshácese en el placel

de la ciudad de las pirámides. «¿Qué vale, dice,

con » cara á cara á la mujer querida, comparado vez lo ha » contemplación del Cairo? Quien una » que

no existe en

el

mundo

» luego se piensa en la

el

de miiai

que resulta de

visto

la

convéncese de

más grato para la vista; y si aguas del Nilo han alcanzado

espectáculo

noche en que

las

labios la copa rebosante de licor, para no pensar »la altura apetecida, olvídase llevar á los sentirías tu corazón las sombrías arboledas de la isla de Rodas,

»más que en

el

agua. Ante

al Nilo, á la hora en que el sol en en trasportes de júbilo; mas en el Cairo, junto pareceríate nacer á nueva vida al envuélvele en un manto de deslumbrante fulgor,

» arrebatado

»su ocaso,

»impulso suave de

las brisas

que se deslizan á

son Diráse acaso que cuanto precede no

lo largo

de las umbrosas riberas.»

más que

palabras sonoras, con las cuales la


EL CAIRO

224

imaginación ardiente del poeta ha querido pintar los encantos de

no ménos ardientes que aquellos con que

mas

el

el

sol

que una vez siquiera ha contemplado desde

bosque de esbeltos alminares, y

las gigantescas pirámides; el

el Xilo,

y

allá

que ha recorrido sus

la

ciudad, empleando tonos

en su ocaso tiñe las regiones de Egipto; lo

alto de la ciudadela aquel frondoso

á lo lejos, en los confines del horizonte,

calles

y

callejuelas, sus mezquitas

a

sus

bazares, sus plazas y sus jardines; el que ha participado de aquella vida activa, febril, agitada, tumultuosa que llevan sus habitantes, por más que su cabeza sea indiferente a los placeres de la imaginación,

los halagos de y su pecho insensible á

la

poesía,

no podrá


EL CAIRO

226

jamás

olvidar

la

época de su permanencia en

Cairo, juzgándola

el

como tiempo pasado en

país de los encantos y de las maravillas.

el

Pasear aquí

mismo que encontrarse siempre con algo nuevo y desconocido: lo mismo que aprender. No hay quien

acaso, es lo

al

contemplación, es sinónimo de goce: observar vale

haya visitado

el

Cairo sin provecho, ni quien se haya separado de

variadas impresiones que en él recibe el viajero,

y

recuerdos que bullen en su mente, en tanto que en

una amargura, algo como que con »dice

»en

el

la

mano

fondo de su corazón siente un pesar,

ademan de

fuera este el

un amigo

agua

del

que en

el

ella

atractivo,

mora?

mucho

notable, dista

.comparada con

mejor aún

la fascinación

Difícil es decirlo;

ejercida por esta ciudad, en

porque aún fijándonos en

falda se levanta, hállase

demás ciudades de Oriente, puede considerarse

las

que ofrece: en este punto no tiene es posible distinguir elementos

pues en

rival;

numerosos de

el

es que en el Cairo «se

Todavía no nos hemos sacudido

el

la

más moderna:

la diversidad

ya en medio de una

calle espaciosa,

breve espacio de una corta caminata

dan

la

mano

las tres partes del

del

mundo

seria

mundo.»

polvo de que ha cubierto nuestros vestidos

el

viento

encontramos

cuidadosamente regada, que flanquean magníficas casas,

mejores ciudades de Europa; pero adelantamos algunos pasos, y

las

nos encontramos encajonados sombría. Ni una ventana ciones entre los que en

sólo

de aspectos

civilizaciones distintas, manifestaciones artís-

del desierto al recorrer los grandiosos restos de la ciudad de los faraones, y nos

semejantes á las de

título

el

desnuda de vegetación:

completamente diversas, contrastes naturales que en parte alguna

Y

el

que tiene de

lo

de reunir las condiciones que son menester para darle

La montaña sobre cuya

en una cosa es superior á cuantas conocemos, y ésta consiste en

posible encontrar.

del rio,

el viajero

bosques de palmeras.»

de hermosa ciudad.

ticas

si

«Quien ha bebido una vez

llamarle.

proverbio árabe, en tiempo alguno lo olvida: no se extravia impunemente

los frondosos

más

sin pesar: las múltiples

nostalgia que le atrae hácia el Nilo, cual

hiciera

¿De dónde nace ánimo

el

él

viven durante largo tiempo en los

al

entre

las

elevadas paredes de una callejuela tortuosa y

través de cuyas diáfanas vidrieras puedan establecerse rela-

el interior

ven discurrir tranquila

la

vida doméstica, y los que en

encima, debajo, y afanada: delante de nosotros, detrás de nosotros, en todas partes, balcones saledizos herméticamente -cerrados por medio de espesas celosías, la calle la llevan activa

que ocultan á ellos.

por

lo

A

la

investigadora mirada del vecino ó del paseante cuanto ocurre detrás de

través de aquellas, posa sobre nosotros sus miradas

mismo que

el

mashrebiyeh

.

(que este es

el

nombre que

más

de una mujer árabe,

llevan tales jaulas, hechas

de tablas ejecutadas según un rico modelo, y artísticamente labradas), sirve para orear las habitaciones de las mujeres, á las cuales permite ver sin ser vistas. El nombre de tales

miradores, que constituyen una de las deriva del árabe sharah i

De shcu ab, cuya pronunciación

Xarrup,

1

más

notables particularidades del Cairo antiguo,

beber, y se explica perfectamente, teniendo en cuenta que en las es Ja catalana rea,

cat.; sorbo, cast., tienen idéntico origen.

— V.

xarob, (jarope, jarabe,

cast.),

de manera que tales palabras equivalen á bebida.


EL CAIRO cavidades circulares practicadas en

el

227

suelo de dichos miradores, se colocan las goullehs

(alcarrazas) fabricadas de tierra porosa que se emplean para refrescar

el

1

agua. Tales callejas,

verdaderamente orientales, tan estrechas que á duras penas cogen dos jinetes de frente, ofrecen constantemente

al

cairota,

una som-

bra y una frescura, que se las hace

más

gratas, y con razón, que las espaciosas calles

de los barrios modernos.

Continuando nuestro paseo

una de

las principales arterias

pasar ante

la

al

de

través

de

la ciudad, al

elevada puerta de una mezquita,

observamos un grupo de musulmanes que se separaron cortesmente para dejar paso á ciertos

frailes

que según parece,

franciscanos

estaban celebrando consejo junto á la casa de Alá.

Más

más

espaciosa, en la cual pululan hombres,

desembocamos en una

adelante

callv

caballerías y carruajes: aquellos charlan ó se

llaman los

óyese continuamente

:

jumentos ó

pero jamás hiere

producido por

el

el

rebuzno de

ronquido de los camellos;

el el

oido

el

fragoroso estrépito

rodar de los carruajes, ya VENTANAS PROVISTAS DE MASCHREBIGEH

que, á diferencia de lo que se observa en las

ciudades europeas, las calles, esfuerzos

muy

regadas siempre, carecen de empedrado. Tras penosos

hemos logrado abrirnos paso

entre la apiñada

muchedumbre, y nos encontramos en

medio de una. plaza desierta y solitaria, circuida de casas semi—arruinadas , encima de las cuales revolotea una bandada de avestruces, en tanto que enjambres de perros dispútanse huesos y piltrafas. Cubren el suelo montones de escombros los cuales á duras penas crece la hierba, y estiércol sobre v á dos pasos detrás de una pared de cerca, crecen lozanas ,

las plantas de todas las latitudes,

jardin de

hermoseando

un vecino acomodado. Delante de

la

el

frondoso

puerta del

parque, un eunuco jinete en arrogante corcel, riquísimaperros callejeros

mente enjaezado,

dirige torva

mirada á unas hermosas

rostro y riéndose á carcajadas, pasan á escape en su carroza de Viena, precedida del indispensable andarín que abre paso á los caballos á través de la

europeas, que descubierto

el

muchedumbre, hasta tanto que

se detienen delante de

de Europa para *

De goullehs,

el

un magnífico almacén, en cuyos

y caprichoso han inventado las capitales adorno de la mujer: y precisamente delante de aquel, un árabe, arrastrando

escaparates se halla reunido cuanto

galledas, eat;?

más moderno


EL CAIRO

228

su mísero carretón, ofrece á sible designar

por

lo

la

venta su recio chamelote,

con un nombre especial.

mismo que

cual

una

Una

al cual es

punto menos que impo-

larga recua de camellos nos obliga á separarnos,

serie de lanchones arrastrados por

un remolcador, marchan

atados uno á otro, conduciendo voluminosos fardos á la vía férrea, confundiéndose silbido de la

locomotora con

el

profundo ronquido de

la paciente acémila.

jardines de Ezbekijeh, distinguimos la niñera negra de del

En

un rapazuelo. árabe

,

el

agudo

los magníficos

sentada

al lado

aya francesa de una niña rubia como unas candelas, en tanto que un barbilindo italiano

enciende su cigarrillo en

la

pipa de

un

hijo de la

Nubia. Al través de

las abiertas

ventanas

CARRERA POR LA CIUDAD

marcos de un salón lleno de marmóreas mesas, cuyas paredes cubren grandes espejos con dorados, llegan á nuestro oido las melodías de distinguida reunión de

damas de

la

la

música europea, que se ejecuta ante una

mejor sociedad, y

al propio

tiempo os saca del arroba-

monedas de oro que jugadores impenitentes ponen á la ruleta, en una pieza situada junto á la sala de conciertos. Desde aquí pasais á una calle lateral á la cual caen los balcones y ventanas de un harem, y en ella, miento en que aquella os ha sumido,

sentados sobre

el

el

retintín de las

duro suelo, distinguís un grupo de personajes negros y mulatos que se

regodean escuchando ante

la

puerta de un café, la gangosa narración de un' cantor popular;

pero esta cantilena simplicísima y monotóna nada grato dice á nuestro oído, y pasamos


EL CAIRO adelante sin detenernos, v nos encontramos de

229

manos

paseo de lebaks, á cuya sombra protectora nos acogemos, para á

una

á

un vapor ricamente

un frondoso

á boca en medio de salir al

cabo de breve espacio

y sin embargo llena de animación, encontrándonos al término de ella con la corriente del Xilo, cuyas aguas distinguimos á lo lejos, y con un bosque de mástiles que se alzan delante de nuestros ojos: es el puerto de Bulaq. En él, junto

latina

calleja estrecha, abigarrada,

dispuesto, vese anclada una pesada chalana de la Xubia, con su vela

hecha girones, idéntica por su forma á

los

buques que vemos pintados en

los cuadros

de la época de los faraones, que servían para conducir á Egipto los tributos del Sudan.

DOCTOR ENSIMISMADO EN EL CORAN

A

corta distancia

clasificados

de las edades

del

puerto hállase establecido un soberbio museo,

los procedimientos

según

más remotas, con

pasan delante de

él,

del

la

un cabo de

más

trescientos ó tres mil años.

Y

la

el

cual están

monumentos

circunstancia de que entre los millares de egipcios que dia al otro, apenas

sea capaz de deciros la época á que pertenecen,

semejante nombre resume toda

en

perfectos de la ciencia occidental, los

si

encontrareis uno de cada cien, que

ó de indicaros

&i

que con

Faraón,

historia de su país antes de Jebueii&to,

\i\io hace

con todo, en ocasiones se encuentra en medio de tanta el afan de saber. En el inmenso edificio de Bulaq, •

ignorancia quien se halla aquejado por

imprímense cuidadosamente por manos egipcias, y por medio de piensas eui opeas, hojas que son reproducción de eruditos escritos árabes. Dejando á la espalda la

v pliegos

EGIPTO,

TOMO

I.

5 §


EL CATEO

230

imprenta nacional y el puerto, y penetrando nuevamente en la ciudad propiamente dicha, nos encontraremos en los patios de la mezquita de El Azhar, que sirve de Universidad,

más adelante con el debido detenimiento, la cual más concurrida de las escuelas europeas. Fijé-

de la cual tendremos ocasión de hablar

cuenta mavor número de escolares que la

siquiera sea de pasada, en los sabios que con

monos ahora,

únicamente á alimentar su espíritu con

hemos

todos los dias de nuestra vida el

musulmán que

anciano

ojos, se

devana

Sí, esta

los sesos

manjar de

el

,

sentido á

el

una frugalidad

con

é identificado

oriental

;

mas

el libro

un enrevesado pasaje

ciudad sorprendente es un conjunto de contrastes:

aún su color

sin par, aspiran

y preguntémonos

ciencia,

un investigador tan absorto en su

visto

caladas las antiparras

para sacarle

la

las figuras de oriente

el

trabajo,

si

en

como

que tiene ante

los

del Coran.

fondo del cuadro conserva

van cediendo poco á poco

el

paso á las

tomando el Cairo por y quien quiera conocer la vida de estas regiones centro de sus estudios, es indispensable que se apresure, pues dentro de breves años

figuras occidentales

,

será tarde.

Síganos pues

el lector: ni el

tiempo ni

el

espacio serán óbice para nuestras especulaciones:

ante nuestro paso así se abrirán las puertas de los palacios, de las mezquitas y de las escuelas,

como

las de las

moradas más humildes y de

los aposentos

más

reservados: nuestro

propósito es estudiar la vida del habitante del Cairo, de noble estirpe, ó de baja condición,

desde

la

cuna

al

Penetraremos pues en sus casas, nos asociaremos á

sepulcro.

ellos, y cuando consideremos que amigos

tomaremos parte en sus

tareas y en sus diversiones ; y

más afortunados puedan

ser mejor recibidos que nosotros

mismos, nos despojaremos

del

papel de guias y nos convertiremos en meros acompañantes. Mas para llegar á semejante resultado, es decir, para pintar el Cairo tal cual es, es

indispensable pintarlo antes

Memphis, madre la

la

del Cairo.

tal

cual fue.

antigua capital del Egipto inferior, merece á justo título

el

nombre de

Hallábase situada, según dejamos dicho, al oeste del Nilo, en tanto que

ciudad moderna se levanta entre

v la árida arena del desierto.

el rio

y

las faldas del

La montaña

Mokatam,

entre deliciosos jardines

de piedra calcárea que corona su ciudadela,

«I

sírvele

como

de punto de apoyo, en tanto que

el

Xilo, cuyas aguas se deslizan á lo laigo

occidental, le peimiten de las cercas de los jardines v de los desembarcaderos del barrio el testimonio de su lie''. a cuales las á regiones, lejanas con activo comercio sostener un

vida y de su producción.

La

sierra

que detrás de

de toda vegetación. á Moisés en la

cumbre

descender á una de

la

Refiere

una leyenda antiquísima que

del

ellas

crecieron á fin de parecer

ciudad se levanta hállase completamente desnuda y desprovista

Sinaí,

manifestó

á todas las

el

Señor, antes de pi e^entame

montañas que

tenia

resuelto

para hablar á su elegido, con lo cual todas se encumbraron y

más

dignas de

la elección del

de ser la preferida; por cuyo motivo,

Señor, y que únicamente Sion,

la

que

encogióse y se achicó por considerarse indigna queriendo Dios premiar tanta humddad y modestia,

sirve de base á la ciudad de Jerusalen,


ESCUELA POPULAR EN EL COEAZON DEL CAIRO



EL CAIRO

233

mandó á todas las demás que le hicieran presente de su más preciado adorno. El Mokattam desprendióse, de Sion, debiéndose á esto

el

nombre que

que constituían

las galas de vegetación

pues, de toda su verdura en beneficio

que Mokattam proviene de una

lleva, toda vez

palabra árabe que significa separar.

En

tiempos en que

los

Memphis

se hallaba en todo su esplendor

,

al

lado allá del Xilo,

delante de las pirámides, sólo existían algunas insignificantísimas aldeas, situada

al

de construcción para los edificios de los egipcios el

con

el

fundada en

el

la

nombre de Ta—roue,

de Troya, componiendo

dedicaban

hecho de hallarse en

ella establecidos

muchos

más

una

allí

antigua del Cairo,

una época

Su

situación

muy

De

nordeste

al

se crea dispensado de visitar el lugar

adelante.

Finalmente,

mayor importancia, que había alcanzado notable

nombradla en aquellas remotas edades por donde

Cairo

del

el

nombre de ciudad habiendo

actual,

con

Sol,

gran

Xo hay

quien

cultura de sus habitantes.

la

existió,

del

alcanzado

de contemplar tres objetos

el fin

el mismo existen un árbol frondosísimo una piedra y una fuente que con ofrecer poco de notable á primera vista, repúlanse sin embargo por una de las maravillas

que en

muy

adelante, vino á constituir

más

esta volveremos á hablar

remota, distinguiéndose con

era

más

debiendo su origen, según se decía, á los babilonios

tercera, indudablemente la de

desarrollo en Heliópolis.

prisioneros de guerra, que se

y consistente en que eran estos los descendientes de los condujera Menelao, con la rescatada Elena después de la toma

conducidos á Egipto por Cambises. existia

los griegos

aficionados,

oficio de canteros,

al

prisioneros tróvanos que

parte

las cuales

Designábanla

según dejamos dicho, formaron

una de aquellas leyendas á que eran tan

efecto

al

antigua residencia de los faraones.

del cual,

de Ilion. Otra había, llamada Babilonia, que habiendo crecido la

una de

sud, hallábase cerca de las inmensas canteras de que se sacaban los materiales

:

;

,

de Egipto; pero áun prescindiendo de esto, difícilmente puede proporcionarse

pasatiempo que

el

una excursión á dicho

resultante de

primeras horas de

la

mañana,

sitio,

más ameno

en carruaje ó á caballo, en las

ó en las postreras de la tarde,

cuando

el sol

ha desaparecido

tras las densas gasas del crepúsculo.

En

cuanto se han dejado á

canal que lleva

masa

el

la

espalda las últimas casas de

nombre de Khalig,

del Abbasijeh

la

ciudad y se ha traspuesto

el

ofrécese á las miradas del espectador la imponente

con sus cuarteles, su observatorio astronómico y su escuela militar, el hipódromo, flanqueado de amplias tribunas de madera,

distinguiéndose á la derecha

en

el

cual, en

mes de Enero,

el

caballos ingleses con los árabes;

tienen lugar las carreras hípicas.

pero

como

las

carreras duran

Luchan en

sólo

resultan casi siempre vencedores los primeros: de seguro no alcanzarían aquellas

más prolongadas, puesto que

el corcel

africano es

más

ellas

los

algunos minutos, el

triunfo de ser

vigoroso y resistente.

Xi

puede achacarse tampoco á los jockevs, que negros ó blancos montan como centauros; pero el jockey inglés, de baja estatura, mira siempre con desden á su rival atezado de formas enjutas y generalmente mal nutrido. Xo cocheros y palafreneros, en la cual sean más vivos

hay en

EGIPTO,

TOMO

i.

el

Cairo clase alguna

los odios

como

de raza; y es que 59

la

de los

el

árabe


EL CAIRO

234

que el

ama con

verdadera pasión sus caballos,

no quiere reconocer en extranjero alguno

derecho de atender á ellos en su suelo natal: de aquí que los jockeys ingleses, llevados

á Egipto por opulentos propietarios,

hayan sido repetidas veces objeto de ataques homicidas,

de parte de sus despechados competidores.

Además

de las de caballos hay también carreras

de dromedarios, constituyendo un espectáculo por demás curioso

el

que ofrecen

las formas,

que se ha llamado «navio del desierto,» estirando sus luengas y rígidas patas, terminadas en piés planos y achatados, y encogiéndose de delante para atrás casi prehistóricas,

en

la rapidez

del

de su carrera. Sus negros jinetes los excitan á fuerza de gritos é interjecciones;

mas

á pesar de los esfuerzos de éstos y no

su natural vigor, jamás logran

obstante

superar la velocidad del caballo. su resistencia es riendo del

tal,

En cambio

que continúan cor-

mismo modo, cuando ha

ya reventado

mera hora ha resultado vencedor. dromedarios amaestrados en les distingue

caído

caballo que durante la pri-

el

con

el

A

los

la carrera se

nombre de hegin: más

adelante hablaremos de la estima en que se les tiene

y de

,

las distancias increíbles

que

recorren sin que necesiten descansar.

Apenas hemos perdido

de

vista

el

Abbasijeh, y acaricia ya nuestro rostro brisa del desierto, cuyo límite bordea

la-

camino que recorremos. Es polvoriento; tes

mas

nos cubre

la

al

sombra protectora de

los

lados,

y en

las cercanías del

mag-

propiedad del actual

jetife

cuanto llegamos á palacio,

y

cabo de breves instan-

lebaks que crecen á

nífico

el

éste ardiente

ambos

Tewfik, regocíjanse nuestras miradas ante JOCKEY BLANCO Y JOCKEY NEGRO

el

aspecto de campos cuidadosamente culti-

vados, frondosos jardines llenos de verdor y lozanos viñedos cargados de fruto. sólo Preguntadle al campesino cuándo sembró el trigo, cuyas doradas mieses aguardan la

hoz del segador; preguntadle

al

labriego que trabaja junto á la orilla del camino cuando

fueron plantados los árboles cuyas inmensas copas proyectan su sombra sobi e calzada, y

el

elegante eucalipto que se balancea detrás de

en términos á

la pol\ orienta

y os responderá sin embargo no exagera, no

la elevada cerca,

los cuales difícilmente daréis asentimiento.

Y

que no se torcieran miente: árboles que en 1869 acababan de ser plantados, y que para volví á verlos, ostentaban habían menester el auxilio del rodrigón, en 1873, en cuya época


EL CAIRO ya

el

adorno de su ancha copa.

Orientales en tiempo de

Mohamed

país, y su reproducción por

como no

sea valiéndose de

235

El lebbak (Alhjzia Lebbek) trasportado de las Indias Alí, constituye

hoy uno de

los árboles característicos del

— que no puede practicarse con otras especies, retoños muy tiernos, ó de ramas muy jóvenes, — da mejores medio de

estaca,

los

resultados áun cuando se trate de troncos de grandes dimensiones, ó de del tronco,

según nos manifiesta

Muchos de

agradables, y están

más

botánico Schweinfurth. visto durante nuestro paseo son

más

bellos,

más

bien cultivados que aquel delante del cual nos apeamos, y sin

embargo ninguno goza tanta lugar á que antes nos

el

que hemos

los jardines

ramas desgajadas

hemos

celebridad.

¿De qué proviene? ¿En qué consiste? Es

referido; el sitio, en que se encuentran

este el

uña fuente, una piedra

CARRERA DE DROMEDARIOS CERCA DE ABBASIJEH

y un árbol: pues bien, dicho árbol

ramas, según El

jetife

la tradición,

cual protege

la

Virgen con

cerca, es el sicomoro debajo cuyas

una el

niño Jesús, en su huida á Egipto.

Ismail durante su permanencia en París, en 1867, regalóselo galantemente á la

emperatriz Eugenia. el

al

descansó

sucesor de otro

Es un árbol que con ser añoso y robusto, sólo debe considerarse como viejo que habia muerto ya en 16/2, en el cual A ausleb visitaba el

más

Egipto, y, según consigna este viajero, cuya veracidad es indudable, los monjes del Cairo le María habia muerto de vejez en 1656, poniéndole en comprobación

refirieron que el árbol de

de

ello,

de manifiesto los restos del mismo, que respetuosamente conservaban como reliquias Añade, sin embargo, que los jardineros le indicaron un tronco que asegu-

preciosísimas.

raban ser resto del antiguo sicomoro.

mismo en que

creciera

el

— Según

parece,

el

árbol actual fué plantado en

antiguo, viéndose su tronco raido,

el sitio

descortezado y lleno

de


EL CAIRO

236

nombres que en su corteza han

escrito distintos viajeros.

Cerca de

él,

en

fondo de un

el

pozo, brota un hilo de agua delgada y trasparente, siendo así que la que se encuentra en las cercanías es amarga y turbia, y con ella, por medio de una doble noria se riega el jardín.

Hácese mención de

ella

en época por demás remota, añadiéndose, en virtud

de una falsa tradición, á la cual se ha dado piadoso asentimiento durante dilatados siglos,

que

si

el

sicomoro, cuya hoja compara

el italiano

Brocardi á

la

de la mejorana, creció

aquí, y sólo aquí, débese únicamente á la bienhechora influencia de esta agua.

también en

la

leyenda de María, que

Preténdese

niño Jesús fué bañado en dicha fuente, que de

el

entonces acá ha manado agua bebediza, y que María lavó en

ella los

pañales de su tierno

y que doquiera cae una gota de nace un sicomoro. Refiérese ade-

hijo, ella

más que cuando

los sicarios

despacha-

dos en persecución del niño llegaron cerca de la sagrada familia, la Virgen

y

el

Niño

se ocultaron

sicomoro, tela

delante

en un hueco del

una araña, con

su

cual tegió

del

lo cual

no fueron

descubiertos por aquellos que iban en

su busca. ¡Cuántos elementos paganos

en esta leyenda cristiana

!

En

la

que encontró en refugio

el

contra sus

tronco de

mito-

un

logía egipcia existen también,

un

dios

árbol

perseguidores,

y

sicómoros resultantes del agua con que refrigeraron la tierra los habitantes del cielo. al jardín y á sus comprendiendo en ellos

Los árabes dan alrededores, las JARDIN EN EL CAMINO DE HELIOPOLIS

tancia, el

ruinas de Heliópolis situadas esca-

samente á un cuarto de legua de dis-

nombre de Ain-Shems, que teniendo en cuenta

la existencia de

la

fuente, se

traduce generalmente por «Fuente del Sol;» pero, según parece, lo que realmente significó fué «Ojo

del

Sol.»

Este

mismo nombre

entre las ruinas de Heliópolis,

el

cual,

su destino, por más elevado que fuera, su

vista.

llevaba

según se

fuése derecho á la presencia del ídolo, lo

ídolo

gozaba

al funcionario público

Añade también que enterado de

á los canteros que

un

decía,

y

esta tradición

sin andarse

que se encontró sepultado la facultad

de hacer perder

que osaba ponerse el

sultán

al

alcance de

Achmed-ibn-Tulun,

en repulgos de empanada, ordenó

hicieran pedazos, de cuyas resultas vino á morir al cabo de diez

meses, después de una penosa enfermedad, con

lo

cual se realizó lo de perder

el

destino.


HUIDA A EGIPTO EGIPTO,

TOMO

I.

ÓO



EL CAIRO La verdad

es que

murió en

En

Siria.

cuanto

al

239 ídolo llamado

«Ojo

Sol» debió ser

del

probablemente una estatua egipcia que durante largos años permaneció en las vastas salas del santuario de Heliópolis.

El célebre templo del Sol. es

el

único que ha sido exactamente descrito por un griego,

geógrafo Strabon, y por lo mismo hay más motivos para lamentarse de que se cumpliera en todas sus partes el vaticinio del profeta Jeremías: «Romperá las estatuas del templo el

»del sol en tierra de Egipto, y abrasará con

En

el

breve período de diez minutos

el

fuego las casas de los ídolos egipcios.»

hemos

escasas ruinas de ese templo famoso,

llegado al sitio en que existen las informes y

deteniéndonos ante

soberbio

el

obelisco

que

allí

SICOMORO DE MATARIJE

subsiste,

que es

más antiguo

el

habiéndose erigido antes de su agudo remate.

como

Sol

de

de los

la invasión

monumentos de

Consignemos ahora que

divinidad:

los obeliscos eran

especie,

y

el

único que

monumentos dedicados

por consiguiente no debe causar sorpresa

Heliópolis se hallaba erizada de obeliscos

Latif. refiriéndose

esta

de los Hyksos, continua señalando al cielo con

hasta

tal

punto,

el

al

saber que la ciudad

que

el

viajero

Abd-el—

únicamente á los que existian en su tiempo, dice que eran innumera-

parte de los que los Césares trasladaron á Roma, Constantinopla y y entre ellos, la célebre aguja de Cleopatra, habíanse levantado ante las puertas del Sol, nunca aislados, sino formando parejas: y el mismo que al presente atrae nuestras miradas, tuvo su hermano que fué derribado el año 1160 de nuestra era, y no el bles.

La mayor

Alejandría,


EL CAIRO

240

1260 como sienta Makrizi. Todavía tuvieron ocasión de verlos los árabes, con las planchas de cobre que revestían sus cúspides, y las trazas de color verde claro que habían cubierto sus Los fragmentos del obelisco derribado, existen acaso

caras, naturalmente de rojo oscuro.

profundamente enterrados en

que

compañero

fue su

en que

,

faraón Osortesen

el

completamente idénticas que sencillez

debe

el

las cercanías del

de públicos regocijos. de su elevación del Ni lo, se

,

puertas

las

del

,

desde

Las inscripciones

templo.

época, conteniendo

la

el

nombre

soberano

del

al

existencia, y consignando que su erección se llevó á cabo en

Su base

ha levantado

l

m

el

dia

el

grabadas en sus cuatro caras, ofrecen los caracteres de cual

medio

se halla á gran profundidad del suelo, pues desde la época

que

nivel del terreno

el

ante

erigiólo

I

lleva

v grandiosidad propias de

monumento su

en que mantiénese erguido todavía

sitio

no obstante haber pasado más de cuatro mil años

rodea

lo

á las sucesivas inundaciones

merced

,

88, hallándose los huecos de las inscripciones ó jeroglíficos

completamente llenos de nidos de avispas. En tiempo se

de los califas,

Faraón,

La

el

le

daba

ciudad de Heliópolis, á

cios el

nombre de Au, y

hállase ya

los

mencionada en

demás remota. El templo era

el

nombre de aguja

del

cual compartía con su derruido hermano.

menos antiguo que

la

la cual

hebreos la

el

daban

los egip-

nombre de Ou,

historia en época por

del So] existente

en

ella,

no

adoración del astro del dia,

á la cual se refiere toda la doctrina teológica del valle del Nilo. REPRESENTACION DEL AVE BENNU SEGUN UN PAPIRO DE MUERTO

Ra

Harmakis, y sus dos formas principales Tum, el Sol poniente, combinadas en

Sol levante, y

el

,

Tum-Harmakis

,

era adorado en dicho lugar, y con

v á su lado varias divinidades femeninas entre las cuales merecen citarse y Nebt-Hotep. del

nomo

del de

En

En

él

Hathor Jousas

cuanto á Osiris-Sap, del cual se hace frecuente mención entre los dioses

heliopolitano,

Osarsyph que los

,

nada diríamos,

si

no creyéramos que su nombre constituye

los historiadores griegos del

remotos tiempos en que tuvieron lugar

el original

Exodo han dado á Moisés. las

guerras divinas, los dioses encontraron

Tyfon y Horo que mútuamente se habían herido, fueron gran de Heliópolis, revelándonos un manuscrito sobre cuero sala asistidos y curados en la I v su hijo que se conserva en el museo de Berlín, que fué reedificado por Amenemha que consignan que griegas egipcias autoridades faltan No y Userteses, de la décima dinastía. del quien la tierra debe la luz, despertaba al par y sostenía la fuerza luminosa va asilo en

el

templo del Sol.

el dios á

espíritu,

y que, bajo su protección,

sobrepujaba

el

florecía

una escuela de sabios sacerdotes, cuyo renombre

de los establecimientos parecidos de Sais, de

Memphis y

de Tebas.

celebra á los sabios de Heliópolis, diciendo de ellos que eran los que poseían

}

que existian en Egipto, y si bien es verdad que los echaban en cara sus fórmulas y métodos informados de profundo

abundante doctrina entre todos griegos, en general, les

Herodoto

más profunda

los


OBELISCO DEL TEMPLO DEL SOL DE LA ANTIGUA HELIOPOLI3 EGIPTO/TOMO

I.

61


:

;

P '

!


EL CAIRO

243

misticismo, en cambio hacían justicia á los vastos conocimientos que tenían en astronomía y otras

ramas

Todavía

del saber.

le

era dado entonces al curioso viajero, contemplar en la

ciudad arruinada las casas en que residieran Pitágoras, Platón y Eudoxio cuando frecuentaron las escuelas de la ciudad del Sol, cuyas aulas, según parece, sólo con grandes dificultades se abrían á los extranjeros.

Hasta nosotros han llegado

los

nombres de algunos sabios de

Heliópolis, entre ellos el del

sacerdote Putiphar de Ou, cuya hija Asnath fué concedida por esposa por

el

Faraón, á su

favorito José.

Muchas mente á

particularidades podríamos consignar

que constituían

las propiedades

los tiempos de

Ramses

tuviéramos espacio para

si

habíanse acrecentado hasta un punto inconcebible,

III,

relativa-

ello,

patrimonio del templo, que, especialmente en

el

mismo

lo

que sobre sus rentas, y sobre los árboles y animales sagrados á los cuales se prestaba culto en el nomo. Nos limitaremos pues á mencionar el buey Mnevis de pelaje blanquecino, el

las

león de reluciente piel, y singularmente

es decir, el ave singular del país de

fénix,

el

palmeras que cada quinientos años, según

mito,

el

renace de sus propias cenizas,

llevándolas después á Heliópolis; simbólica imágen de las consoladoras esperanzas innatas

en

el

corazón humano, en virtud de las cuales cuanto se marchita, muere y se extingue,

debe renacer á nuevo florecimiento, á una nueva vida,

brillar

con nueva

luz.

La

figura del

fénix, dice Horapollon, representa al viajero que vuelve á sus hogares después de dilatada

ausencia.

más hermoso de

El

los astros del hemisferio oriental,

espacio al amanecer, y que reaparece en cuanto se pone

quiso decirse

al

moribundo que

con nueva luz en medio de

Los egipcios daban

el

la

al

muy

nombre de Bennu

antiguos,

se hacían á esta ciudad; los

el

Vénus, que

brilla

la al

en

el

llevaba su nombre, con lo cual

extinguirse su vida estaba reservado á su alma

oscura noche de

habla del templo entero ó de una de sus partes de autores no

el Sol,

el brillar

muerte. ave fénix, y en

como

muchas

inscripciones se

de la casa de Bennu. Según

el

testimonio

Egipto entero tomaba parte en las peregrinaciones que

más conspicuos de

los faraones

honrábanse con

el

dictado

de «príncipe de Heliópolis,» con exclusión de todos los demás; y orgullosos conquistadores que en Memphis se limitaban á ofrecer un sacrificio al dios Ptah, sometíanse en el templo del Sol á numerosas ceremonias, y se hacían iniciar en los misterios del dios.

Amenemha

I,

el

fundador del santuario, después de haber dado comienzo

que debía terminarse en tiempo de su » transcurso de los años; ojalá

hijo Usortosen,

exclamaba: «Ojalá no

al

trabajo

destruya

lo

el

que terminado subsista siempre.» Estos votos del gran rey,

que nos han sido transmitidos por el papiro de Berlín no se han visto cumplidos del edificio que imaginaba construir para que durara una eternidad, nada más queda que el obelisco, v escasas piedras apenas dignas de mención. Acúsase injustamente á Cam bises de haber :

,

destruido

el

después de

templo y él

la

ciudad del Sol,

y decimos injustamente, porque mucho tiempo una descripción detallada, y en cuanto á la

era posible hacer del primero

segunda, hallábase en estado floreciente, siendo prueba de

ello

lo

que encontramos en


EL CAIRO

2ÍÍ

del santuario, los árabes que nos hablan todavía de restos

que hoy han desaparecido

completamente.

una pequeña ciudad, Así Abd-el-Latif nos habla de Heliópolis, Ain-Shems, como de sí, pero en pié todavía, que era fácil reconocer que habían grandes v á un templo, por lo mismo que se encontraban en su recinto

rodeada de murallas ruinosas pertenecido

miembros eran proporespantosos ídolos de piedra, de treinta codos de elevación y cuyos todavía se hallaba rabón St por descrito píleo el acaso ciudad, la de cionados. La puerta ,

intacto.

examinó Casi todas las figuras, las jambas de la puerta y los fragmentos que

ISLA

el

RODA

figuradas y de inscripciones autor que nos ocupa, hallábanse cubiertos de representaciones jeroglíficas.

Si nos

preguntamos qué ha sido de

labrada, que autores dignos de

á los nuestros,

la contestación

fe

han

la

enorme cantidad de piedra durísima delicadamente

visto

en estos

será sencilla y

sitios,

en tiempos relativamente cercanos

satisfactoria: el Cairo.

Esta ciudad

inmema

paia inmediaciones del templo del Sol las ha api o\ echado, y casas sus de palacios, sus de cimientos y de los arrancar encontrarlas seria indispensable Al presente sus mezquitas. A Heliópolis le ha cabido la misma suerte que á Memphis.

que se ha formado en

las


EL CAIRO

246

resta del antiguo Fénix:

conocemos cuanto

hora es ya de que nos fijemos en

el

joven pájaro

del Sol surgido de sus cenizas.

Regresamos

montamos no

al

es

Cairo desandando

menos

infatigable

el

camino que antes hemos recorrido. El asno que

que su conductor Ahmed,

tipo tradicional del pihuelo

Atravesamos

egipcio, del cual tendremos en adelante frecuentes ocasiones de hablar.

ciudad en toda su extensión, de Norte á Sud; cruzamos

el

Khalig que

Amr, con

de uno á otro extremo, y que, según se dice, fué abierto por enlazar

Nilo con

el

comienza

el

mar

el

Hemos

Rojo.

Llegados

al

que tienen todo

el

árabes durante los primeros siglos del Islam. través de las calles

de provincia, penetramos en

un

,

una

la

diagonalmente propósito de

el

llegado al punto donde tiene su origen.

antiguo Cairo, esta modesta madre de

un breve paseo á

la corta

Aquí

hija hermosísima, la Fostat de los

extremo meridional, y después de aspecto de una pequeña población

barrio de humilde apariencia, en el cual se conservan

la Babilonia algunos restos de muralla y una puerta fortificada de la época romana, es una de las legiones egipcia; el fuerte en el cual durante dilatados siglos estuvo de guarnición Rizancio. El que mantuvieron el Egipto bajo la obediencia de los Césares de Roma y de las aguas del Nilo, que en este punto castillo en su lado occidental hallábase bañado por una isla que afecta la forma de se separan en dos brazos, dando lugar á la formación de hallábase unida á Rabiloma tiempo otro en cual, la Roda, es silvestre: olivo del la hoja

por medio de un puente.

Los orígenes de unidos á estos

En la

el

nueva

Egipto.

la historia del

Cairo y de la dominación árabe se hallan estrechamente

sitios.

adoptado año 638 de Jesucristo, un reducido número de creyentes que habian Mahoma, conducidos por Amr-ibn-el-Asi trasladóse de la Siria al

religión de

Amr

ejército del

al frente

emperador,

,

el poderoso de cuatro mil de los suyos, cayó, cerca de Farama, sobre de que dirigia el gobernador griego Makankas, y después de un mes

lucha derrotóla completamente, merced á la ayuda que

le

prestaron los coptos, es decir, principal

El autor

de

que profesaban

la

doctrina monofisita.

semejante defección fué nada ménos que

el

arzobispo de Alejandría Benjamín; pues en

los

cristianos

indígenas,

ortodoxos que cerraban las aquellos tiempos de miserables luchas dogmáticas, los griegos exigiéndoles cuantiosas rivales sus de fortuna cenobios, destruían la iglesias,

saqueaban

los

para los monofisitas advercontribuciones, v les privaban hasta de la libertad, constituían

por

mismo que

más odiosos que los mismos musulmanes, á los cuales se abaron, para arrojar del país á veian en ellos verdaderos libertadores, con condiciones suficientes á todos aquellos que suma en empleados los y los Césares heréticos, á los sacerdotes, á griegos opresores. Después de repetidos combates los eran mirados como verdugos

sarios

y acabaron por encerrarse en Babilonia donde les

sitió

Amr,

á quien

el

lo

califa

Ornar envió

auxilios de gente y de dinero.

Los soldados árabes de

ese tiempo eran verdaderos héroes:

profundos políticos, en nada inferiores á

las

sus hombres de Estado

eminentes figuras cuyo recuerdo ha conservado


EL CAIRO

247

historia de otros

la

¿Son más

pueblos.

|

grandes los hechos de un Decio-Mus, de

un Curcio, de un Ar-

Winkel—

noldo de

que

ried,

M

llevado

el

á cabo por Zubeir,

que sacrificó su

exis-

tencia á fin de alean—

zar para los suyos la

¿Cabe ma-

victoria?

__

yor valor que

de

el

arrimar una escala á la desportillada

muralla, trepar por

con

ella la

en

el alfanje

mano, y puesto

pié

en

con todas

tar

fuerzas

el

adarve gri-

el

sus

Alá akbar

(Dios es grande), á

cuya mágica voz consus

cama-

lo cual

imagi-

testaron

radas con gran clamoreo, con

nando

los sitiados

que habían asaltado

numerosas, diéronse á

ralla fuerzas

quedando con

ello los

la

mu-

fuga,

la

árabes dueños de Babi-

lonia?

Los vencidos rompieron firme

,

y

los el

se retiraron á la isla de

puentes que

la

unían

Roda,

á la tierra

gobernador Makankas entró en

tratos con los vencederos, enviando á dos de TIENDA DE

musulmán, en

el

AMR

cual los retuvo

los

Amr

de que pudiendo hacerse cargo de

la

suyos en calidad de embajadores

v por todos conceptos digna que llevaban

los emisarios:

campo fin

disciplina y piadosos sentimientos de sus soldados,

halláronse en condiciones de referir á los suyos lo que habian visto. religiosa

al

algunos dias, tratándoles con grandes agasajos, á

La

vida estrictamente

los creyentes, hizo mella

en

el

ánimo de

v después de algunas discusiones y de insignificantes escaramuzas concluyóse


EL CAIRO

248

tratado en virtud del cual los coptos, excepción hecha de los ancianos, de las mujeres

un

los niños,

y de

cabeza.

comprometíanse á pagar anualmente una contribución de dos dinares por

Por su parte

los vencedores

renunciaban á toda pretensión sobre

los bienes

muebles,

inmuebles y dinero de los vencidos, concediendo á los griegos que no quisieran someterse al pago de la capitación estipulada el derecho de retirarse libremente. Dejamos ya consignado en

el

capítulo referente á Alejandría la

árabes, á los durísimos cargos que

manera como contestó Makankas,

En

doce mil hombres, contando como contaba con cien mil.

en esa ciudad que constituia sele sometido, sin

mayor

Aconteció esto en

el

año

punto central de

el

refiriéndose á los

emperador por no haber sabido rechazar á

le dirigió el

cuanto á

Amr

se hizo fuerte

en Egipto, después de habér-

la vida griega

esfuerzo por su parte, todos los coptos habitantes en la Delta. 614,.

Sabemos también que por

lo

que toca á Alejandría sólo se

En cuanto

entregó después de porfiada resistencia.

ó

Amr

tenia resuelto establecerse en ella, tanto que había dictado ya las

órdenes oportunas para

un

la construcción de

palacio para

y cuarteles especiales para el alojamiento de sus tropas; mas el califa, procediendo con mejor acuerdo, y convencido él,

de que la población turbulenta y levantisca del puerto, acos-

tumbrada á

las sangrientas

con paciencia

el

luchas de los partidos, no miraría

que se hiciera

la

vida que pretendía introducirse

ciudad centro de

en

el

país,

la

nueva

desaprobó

el

acuerdo, no teniendo por entonces ulteriores consecuencias los proyectos de

Amr.

Éste regresó, pues, con

tal

motivo á Babilonia, en cuyas

campamento y levantado su emprender su marcha á Alejan-

cercanías había establecido su tienda, fostcit; pues si bien al

dría había dispuesto que la abatieran

O-Vt MEDIDOR DEL

NI LO

en

órdenes primitivas diciendo: » ave inocente

que sin

ella

como

,

le

noticiaran que

había anidado una pareja de palomas, revocó las

«No permita Dios que un musulmán

temor alguno ha buscado

niegue su pioteccion

refugio bajo su techo hospitalario

al

A su

decidió la fundación a regreso encontró, pues, levantada todavía su tienda, y alojado en ella, diósele el expresados motivos los por cual, la á ciudad, establecimiento de una nueva

nombre de

Fostat, la tienda.

Al cabo de poco tiempo, distinguíase á

la

nueva ciudad con

el

nombre de Misr que era aquel con

el

cual los árabes designaban al Egipto, y aun cuando

pasados trescientos años la Kahira,

el

Cairo actual, llegó á unirse con ella, sus habitantes

continuaron dándole

el

nombre

de Misr ó Masr, no habiéndosele aplicado

el

de Cairo antiguo

moderna. hasta tanto que Fostat quedó reducido á la simple condición de arrabal de la ciudad de A'alencia que acababa de tomar parecida se cuenta de Jaime de Aragón el Conquistador, el cual al abandonar la ciudad se destruyera el nido de las como] observara que unas golondrinas habían anidado en su tienda de campaña, á fin de que no — N real. tienda la desarmar confiadas avecillas, ordenó que se dejara allí sin i

á

Una cosa

los árabes,

.


LA AGUJA DE OLEOPATEA.


}

1

EGIPTO.

TOMO

I.

TRASQUILE!)

DE LOS CAMELLOS


1

EGIPTO.

TOMO

I.

MERCADO EN DESUK


EGIPTO,

TOMO

I.

i

i

lo

O

MEZQUITA DEL SANTON IBRAHIM EN DESIJK


VIAJE EN EL DESIERTO


GOSEX

RUNAS DE TAXIS


EGIPTO,

TOMO

I

JOSÉ Y FABAON


1

GOSEN

143

CONGRESO DE AVES EN EL LAGO MENZALEH


i r

f

i

EGIPTO.

TOMO

I.


EGIPTO.

TOMO

I

MEMPHIS.

LAS

PIRAMIDE


EGIPTO.

TOMO

I.

MEMPHI3.

LAS

PIRAMIDES

K)

COLOSO DERRIBADO DE RAM S ES

II

165


1

EGIPTO.

TOMO

I.

MEMPE3S.

LAS

PIRAMIDES

181


V *1

EGIPTO,

TOMO

I.

LAMENTOS DE UNA VIUDA JUNTO AL ATAUD DE SU MARIDO


EGIPTO,

TOMO

I.

MEMPHIS.

LAS

PIRAMIDES

TEMPLO DE CHEFREN


EGIPTO.

TOMO

1.

MEMPHIS.

LAS

PIRAMIDES

Oí

MAS T ABA DE

TI


Iflilii

MEMPHIS.

LAS

PIRAMIDES

CAMPAMENTO DE BEDUINOS 215


EL SIMOUN EN EL DESIERTO

I


EGIPTO,

TOMO

I.

EL

CAIRO

Oí

VISTA

GENERAL DEL CAIRO


1

EGIPTO,

TOMO

I.

EL

CAIRO

^

MOKATTAM 245


EGIPTO,

TOMO

I.

ARBOL SAGRADO DE FATIMA


M GIPTO,

TOMO

I.

EL

CAIRO

C\

00

269

CABALLO ARABE


1

EGIPTO,

TOMO

I.

LA ESPOSA DEL SULTAN


1

EGIPTO,

TOMO

I

BAB EN-NASR


t

o 3 o TOMO

I.

EL

CAJEO

•<]

o CUIDA DELA DEL CAIlíO 301


EGIPTO,

TOMO

I.

EL

CAIKO

305

PLAZA HUMELE CON LA MEZQUITA LE HASSAN


r

EGIPTO,

TOMO

I

PUERTA DEL MORISTAN DE KALAUN

}


i

f

EL

CAIRO

LA MUERTE DEL PRIMOGÉNITO 339


EGIPTO,

TOMO

I.

EL

CAIRO

345


r

1

EL

CAIRO

351

MERCADEEIS DE TAPICES EN EL CHAN EL-CHALIL


r

1

EL

CAIRO

355


EGIPTO,

TOMO

I-

EL

CAIRO

369

ARABE NOBLE


1

EL

CAIRO

SEPULCROS DE CALIFAS 379


EL

CAIRO

387

TUMBA DE

ITN

JEQUE EN LA ISLA DE RODA


1

EGIPTO,

TOMO

1

EL

CAIRO

393

EL KARAFSH DEL CAIRO



G

I

P T O

Sepulcro del jeque Arable en MiniĂŠ]


EL CAIRO

EGIPTO.

TOMO

1

249


EL CAIRO

250

Su

desarrollo

marchó á grandes pasos bajo

dirección de cuatro inspectores de cons-

la

trucciones, y las calles y los barrios en que fueron establecidos los soldados, teniendo en

cuenta sus procedencias distintas, ocuparon

que

los

Puerta de hierro abría delante la

isla

Roda con

de

del Nilo,

la tierra firme:

cabo de poco tiempo los jardines y los campos se levantaba la fortaleza de Babilonia cuva

al

Aquí

árabes encontraron á su llegada.

allá

al

extremo

la

antigua iglesia copta de María, anterior

del puente de barcas

vez á la fundación de Fostat, en la cripta de la cual, del

árbol de Matarijeh, muéstrase todavía

el sitio

que enlazaba

mismo modo que debajo

en que descansó

la

tal

del

sagrada familia cuando

y hasta la falda misma del Mokkatam, verdeaban hermosos parques y frondosos viñedos, en medio de los cuales erguíase el Castillo de las luces, en el cual acostumbraban alojarse los emperadores griegos y romanos en sus visitas su huida á Egipto:

algo

más

lejos

á estas regiones.

El célebre nilómetro ó meldas de

Roda

transportado probablemente de

fué

á la isla situada delante de Rabilonia después de la fundación de Fostat.

un antiguo nilómetro, cuyos sucesores, restaurados y perfeccionados,

vio todavía los restos de

sirven

aún

al

Egipto entero para indicar

el

momento en que empiezan

á decrecer las aguas

de la inundación, acontecimiento que es siempre aguardado con viva ansiedad.

de los árabes su construcción databa sólo de cincuenta y seis años después de de Fostat. de

— En

manera que

cuanto el

Memphis

Makrizi (1417)

al

puente de barcas, hace

que quiere

visitar el

mucho tiempo que

monumento

no tiene más remedio que atravesar en lancha

el

y la

isla

opinión

fundación

se halla destruido;

dentro de

estrecho brazo del

En la

la

cual se levanta,

Desembárcase en

rio.

medio de un gran jardín bastante descuidado, perteneciente al heredero de Hasan-Bajá, estilo turco, Y a lgo más adelante en el comedio de la isla levántase una soberbia quinta de que no cae sobre el Nilo circuyen frondosos parrales, naranjos, limoneros, perfumes llenan la atmósfera, siendo su jazmines rosales, y otras muchas plantas, cuyos techo verdor encanto de los ojos. El mekias o mlomet.ro hallase situado en un aposento cu\o

que en

la parte

sostienen ligeras columnas de madera, con á fines del siglo anterior.

El

pilar,

superior por medio de un poste sobre

siendo de obra de albañilería

el

el

las paredes de la sala del

lumnillas angulares,

el

sumamente

el

amigo de

por medio de un canal subterráneo.

sencillas, sobre las cuales

las ciencias,

sufrido grandes desperfectos en el

importante y á la cual debe

rio,

mekias existen pequeñas hornacinas, adornadas con co-

que han llegado hasta nosotros, son el

que se destruyó

cual se ve la antigua escala de las medidas acabes,

que habían sido ya modificados á principios del

Raschid,

el edificio

estanque ó alberca cuadrangular en cuyo centro se levanta,

v hallándose en comunicación directa con

En

cual se ha sustituido

que tiene ocho caras, hállase sujetado en su parte

las

más

apean pequeños arcos rebajados,

siglo octavo.

Entre

notables las de

á quien se debe

las inscripciones cúficas

Mamun,

la reedificación del

año 814 después de Jesucristo; pero

más frecuentemente mencionada es la que llevó á cabo el nilómetro el nombre que lleva de «nuevo mekias.»

hijo de

Arun-er-

mekias, que había la

restauración

el califa

mas

Mutanakkil,


EL CAIRO

VIEJO CAIRO

251


EL CAIRO

252

Desde el

los

tiempos más remotos habían comprendido

comenzaba

instante preciso en que

los

Faraones

la

necesidad de conocer

á decrecer la inundación; tanto que existen varios

nilómetros que fueron erigidos en las remotas regiones de

Xubia por reyes

la

del antiguo

imperio, es decir, por príncipes que gobernaban con anterioridad á la época de la invasión de

los

cuando

La inundación

Hyksos. el rio

se juzgaba

provechosa,

á esta altura, los

campos situados en

de agua y la consecuencia inmediata era

este

nivel,

inferior

hambre: en cambio

el

si

excedía

mucho

á

rebasaba los diques, perjudicaba las aldeas, y no habían vuelto las aguas a

su cauce cuando llegaba el

mucho

parte alta del valle quedaban improductivos por

la

falta

cual

según testimonio de Herodoto.

alcanzaba diez y seis codos sobre su nivel ordinario: siendo en

la

época de

sementera.

la

labrador no tiene por que esperar

por que temer las heladas, ni aún los

el

En

la

comarca que nos ocupa, en

beneficio de la lluvia, pero en

la

cambio tampoco

indicaciones del udómetro permitían á los

fríos, las

sacerdotes vaticinar con toda seguridad

resultado que podía esperarse,

el

llegada la estación de las cosechas, sirviendo también á los oficiales del

rey para

la tasa

de los impuestos, que se ajustaban completamente á las

condiciones de la inundación.

durante

presentes,

alguna que

el

el

En

tiempo de

la

los

tiempos antiguos y aún en los

no se consentía en manera

crecida,

labriego pudiera examinar las indicaciones del pilar escala,

bajo pretexto de que no podían excrutarse los designios de la divinidad;

procedimiento que no debe sorprendernos, pues no se concibe

la existencia

de un soberano tan poco avisado que renuncie por propia voluntad

En

derecho de regular los impuestos á medida de sus necesidades. de los faraones eran los sacerdotes los encargados de anunciar

y á los súbditos

el

momento en que

dia hállase confiado este

debido juramento, y bajo servicio,

algo el

ESCALA DEL MEDIDOR

DEL NILO

Cuando kirats,

la vigilancia

de

la policía del Cairo,

el el

llena este

especial cuyo cero hállase situado

bajo que en el ántiguo nilómetro.

Los primeros que advirtieron

el

gobierno para

fijar

anualmente

el

máximo

de la contribución.

Nilo ha alcanzado la altura de quince codos árabes antiguos y diez y seis

— siendo la

cargo á un funcionario especial que, previo

un nilómetro

valiéndose de

soberano

fraude fueron los ingenieros de la expedición francesa, á cuyas luces

acudió el

de advertir que cada codo de esta especie equivale á 54 centímetros, y se

divide en 24 kirats,

alcanzando

más

al

aguas empezaban á decrecer: en

las

al

tiempo

— ha

sobrepujado en

más

de ocho codos

el

nivel de las

altura necesaria para temperar las partes elevadas del suelo, ó,

los árabes,

ha llegado á su kefa. El funcionario público que

inspección,

comunica

al

aguas

bajas,

como

dicen

tiene á su cargo semejante

pueblo, que aguarda ansioso, esta buena nueva, y en

instante se procede á la abertura de los diques.

el

mismo

El descenso de las aguas ha sido esperado

la misma ansiedad en todas las épocas de la historia, y hoy mismo se conservan costumbres y expresiones relativas á este acontecimiento, que se derivan en línea recta

con


SACRIFICIO

EGIPTO.

TOMO

I.

DEL XILO รณ4


i '

í

I !


EL CAIRO

tiempo de los faraones, no obstante los poderosos esfuerzos que se hicieron desde

del

momento en que

el

255

cuando

se estableció la religión cristiana, y posteriormente,

egipcio se convirtió al Islam, para extirpar y arrancar de raíz

el

pueblo

el

antiguo culto al Nilo,

con sus formas brillantes, bizarras y por demás sorprendentes. Nada tiene el hecho de extraordinario: sabido es que toda religión que se extingue, lega al nuevo culto que la sucede no pocas prácticas y creencias que viven con el carácter de supersticiones. Un documento cristiano del siglo sexto nos demuestra, que de Osiris había pasado á no sabemos

Los sacerdotes

que san Orion «el crecimiento periódico del Nilo.»

enseñaban que dias repiten

En

aún que una gota divina caída en

una

simple y

una

cauce del

mismo determina

la corriente

en medio de

la

la

inundación.

algazara y general

figura groseramente confeccionada con barro del rio, la cual se designa con

nombre de

rio

el

cuanto se rompen los diques arrójase á

regocijo el

tiempo antiguo

del

era debida á una lágrima de Isis: los egipcios de nuestros

la crecida del rio

feliz

¡a desposada,

como

práctica que,

fácilmente puede comprenderse, ‘es

reminiscencia de la que en tiempos

tierna doncella vestida con traje nupcial,

muy

una

remotos se usaba, arrojando

al

con cuyo acto se pretendía conseguir

benevolencia y protección de la divinidad. Suprimida esta costumbre, como posteriorla fundación de Fostat no alcanzaran las aguas el nivel que era menester, los

la

mente á coptos

según

,

refiere

Ibn— Avas

suplicaron

,

al

gobernador

Amr

que

les permitiera

tributar

ofrenda á que tenia derecho, á lo cual no accedió aquel en manera alguna; mas las aguas continuaban bajas, y era inminente el peligro del hambre, Amr se creyó

al rio la

como

obligado á poner en conocimiento del califa Ornar lo que estaba pasando. El mensajero de quien se sirviera para semejante menester, trájole en contestación una carta con orden tal cual se le había mandado, y aquella misma noche de los diez y seis codos. La carta del jefe de los creyentes se «Si has hallaba concebida en los siguientes términos: «Al Nilo bendición del Egipto.»

de arrojarla

las

al

rio:

aguas alcanzaron

cumplió

Amr

la altura

mas

»corrido hasta ahora á impulsos de tu sola voluntad, abandona tu curso; » dación se halla

sometida á las disposiciones del Dios Altísimo, rogamos

»que permita que

las

egipcia, del

aguas

lleguen

mismo modo que en

una ofrenda, y Makrizi

duda más cristianos el

insignificante,

el

refiere

con verdadero lujo de

que á principios del

problema de

fin

al rio

siglo

la realización periódica

un modo

antigua religión

detalles,

al rio

humanos. Lo no una joven,

que no dan lugar á

décimo cuarto de nuestra era,

una preciosa

de alcanzar una buena inundación.

tiempo, sabiéndose hoy de

la

los sacrificios

introduccicn del Islam se arrojara

acostumbraban aún arrojar

dedo de un santo, á

que

la

inun—

soberano Señor

crecimiento.» Semejante historia,

no se practicaban

la cristiana,

probable es que anteriormente á sino

á su completo

no reúne caracteres de verosimilitud, pues en

siquiera interesante,

al

si la

cajita de

Y aquí

la

los

madera que encerraba es ocasión de consignar

de las inundaciones se ha resuelto hace

mucho

positivo que es debida á las abundantes lluvias

que

todos los años, en época determinada, caen en las regiones tropicales, y á la licuación de las nieves que,

coincidiendo con aquellas, se verifica

en las montañas del país en que


EL CAIRO

256

se

forman

los dos Xilos.

perceptible;

mas

La

crecida comienza á principios de Junio de

á partir del 15 al 20 de Julio la subida de las aguas es ya

un modo apenas

muy

considerable

y extraordinariamente rápida: continua creciendo, bien que con menos intensidad, hasta fines de Setiembre, y se mantiene en el mismo nivel, y á veces hasta decrece un poco durante algunas semanas: á mediados de Octubre vuelve á

y entonces alcanza

crecer,

su mayor altura

,

en

la cual

permanece durante algunos dias,

después de los cuales

empiezan á bajar paulatina-

mente hasta alcanzar el

nivel

normal.

La nombradla que goza la isla

de

Roda débese ex-

clusivamente á su nilómetro,

puesto que en

ella,

excepción hecha de sus arboledas, algunas casas, y

una modesta tumba de jeque, nada

más

existe,

que

merezca mencionarse, que

un añoso y robusto almendro, conocido por los cairotas

con

el

nombre de hakim

kelir (gran médico) y al cual

acuden en peregrinación para curar de

la

calentura

y de otras enfermedades inflamatorias, para lo cual los enfermos se hincan de rodillas

junto á sus raíces,

en esta postura recitan pórtico DE DA mezquita de amr

rentes oraeioses. Las

y

dife-

ramas

de dicho árbol están materialmente cubiertas de prendas de vestir, ex- votos debidos unos á la

esperanza de los pacientes, y ofrendas otros, hijas de

la gratitud

de los curados. El

respeto y veneración prestados á semejante almendro son tales, que habiendo juzgado los peregrinos desacato é irreverencia el intento mostrado por 'Welsch de sacar del mismo un dibujo, fué menester para que pudiera ponerlo por obra, valerse de todos los medios que


EL CAIRO

256

se

forman

los dos Xilos.

perceptible;

mas

La

crecida comienza á principios de Junio de

á partir del 15 al 20 de Julio la subida de las aguas es ya

un modo apenas

muy

considerable

y extraordinariamente rápida: continua creciendo, bien que con menos intensidad, hasta fines de Setiembre, y se mantiene en el mismo nivel, y á veces hasta decrece un poco durante algunas semanas: á mediados de Octubre vuelve á

y entonces alcanza

crecer,

su mayor altura

,

en

la cual

permanece durante algunos dias,

después de los cuales

empiezan á bajar paulatina-

mente hasta alcanzar el

nivel

normal.

La nombradla que goza la isla

de

Roda débese ex-

clusivamente á su nilómetro,

puesto que en

ella,

excepción hecha de sus arboledas, algunas casas, y

una modesta tumba de jeque, nada

más

existe,

que

merezca mencionarse, que

un añoso y robusto almendro, conocido por los cairotas

con

el

nombre de hakim

kelir (gran médico) y al cual

acuden en peregrinación para curar de

la

calentura

y de otras enfermedades inflamatorias, para lo cual los enfermos se hincan de rodillas

junto á sus raíces,

en esta postura recitan pórtico DE DA mezquita de amr

rentes oraeioses. Las

y

dife-

ramas

de dicho árbol están materialmente cubiertas de prendas de vestir, ex- votos debidos unos á la

esperanza de los pacientes, y ofrendas otros, hijas de

la gratitud

de los curados. El

respeto y veneración prestados á semejante almendro son tales, que habiendo juzgado los peregrinos desacato é irreverencia el intento mostrado por 'Welsch de sacar del mismo un dibujo, fué menester para que pudiera ponerlo por obra, valerse de todos los medios que



259

EL CAIRO

acabado retrato de ese y hasta la fuerza: sólo así pudo conseguir un

sugirió la astucia

médico perteneciente

Según

al reino vegetal.

la tradición el

árbol que nos ocupa fué plantado por Fatima, la hija del Profeta;

más que hemos hecho, no nos ha sido dable hallar indicio de ella: Soyutr, muerto en 1506 no la menciona. En cambio hemos sido más felices en nuestras investigaciones encaminadas á averiguar la época á que se remonta la mezquita más antigua de Egipto, pero por

es decir la que se distingue con el

nombre de su fundador Amr, en

la cual

nos hallaremos

dentro de breves instantes, es decir en cuanto abandonemos la isla de Roda, para recorrer de nuevo las calles y los miserables montones de ruinas que constituyen al presente la

antigua ciudad de Fostat.

Con razón Cairo.

ha dicho de

se

El conquistador la hizo

habia establecido su tienda

el

la

mezquita que nos ocupa que es

erijir

en

el

sitio

en que, durante

la el

más importante

mercader Kuteibah, siendo sus dimensiones cincuenta codos de

longitud por treinta de latitud.

El elevado pupitre que

Amr

hizo disponer para la lectura

del Coran, fué derribado por orden del califa á quien pareció poco digno

quedaran más bajos que

el

del

asedio de Babilonia

lector.

Amr, que hace mucho tiempo ha

Delante de

la

los oyentes

que

entrada principal veíase la morada de

desaparecido, siendo

muy

pocos los restos que hasta

nosotros han llegado bajo su forma original, hecho que no debe sorprendernos, pues al

cabo de treinta años de haber sido erijido mandólo derribar lo

hizo reconstruir de nueva planta añadiendo

incendio

al

el

gobernador Maslama, que

un alminar. Devorado

á su

\ez poi

un

cabo de dos siglos, volvióse á reconstruir.

Cuando después de haber corrido las vecinas é insignificantes callejuelas, y salvado los montones de escombros y basura se encuentra el viajero ante las paredes informes y obias má» polvorientas de semejante monumento, comprende que encierran una de la& venerables v mejor concebidas de la arquitectura oriental. vasto patio de la mezquita para experimentar

En

efecto:

basta atravesar el

una impresión de sorpresa, producida por

la

grandeza del espacio que rodean los pórticos, sentimiento que se trueca luego en pena é condeindignación al considerar la indiferencia con que se mira un edificio importantísimo

que se y que luego da lugar á la admiración y al respeto haciendo cuando grande, verdaderamente es cuanto de presencia en apodera del ánimo en la mente el abstracción de las lagunas y de las partes arruinadas, se reconstruye

nado á destrucción inmediata

,

grandioso conjunto de esta construcción sin par. mezquitas, Da^e á la mezquita de Amr el nombre de «la Corona de las

que en

cierto

como porque en un

>>

calificativo

corresponde, así por su venerable antigüedad y sus grandiosas formas, solamente en ella, los fieles de todas las religiones que reconocen ella,

modo

solo Dios, se

le

y han reunido más de una vez para

dirigirle

sus oraciones en las épocas

de peligro común.

Qué

espectáculo

el

que debió ofrecer en tiempo de Mahomed-Alí cuando

guiados por sus ulemas;

los cristianos de todas las confesiones conducidos

los

musulmanes

por sus obispos


260

EL CAIRO y sacerdotes; ]os judíos dirigidos por sus lectores y rabinos penetraron en el anchuroso patio de este templo y unánimes elevaron sus preces al Altísimo! Si el único objeto de tan grandiosa procesión no se hubiese reducido simplemente á alcanzar un beneficio material, la crecida del Nilo, hablaríamos de ella con

más entusiasmo

todavía que al presente.

Un exámen edificio

detenido de

más acabada

constituye la muestra

época

de este

disposición

la

nos parece tanto más necesario, cuanto que

más antigua

constituía la mezquita en

destinado

al culto

su origen no

manera alguna un

la oración, sino

y á

del templo en la

En

del arte árabe.

un

edificio

patio abierto,

rodeado de pórticos, sostenidos por pilastras ó columnas, de los cuales los situados en dirección á la

demás por

se distinguen de los

la

En ninguna mezquita pueden

adornos.

Meca

abundancia de sus faltar los al-

minares, que son unas torres elevadísimas construidas ordinariamente

encima de

de la portada, con frecuencia

al lado

puerta, y á los cuales sube el muezin

la

para llamar á los

fieles

templo que existia en ser considerado

como

más rudimentaria

la

el

la

prueba en

palmera.

Debe tenerse en cuenta

ello,

hecho de que

como

el

que pretendamos

no hicieron grandes pro-

Mahoma, y

patria de

el

de

ello

tenemos una

las construcciones

domés-

cabo valiéndose de materiales tan

ticas se llevaban á

simples

prototipo de la mezquita en su

sencillez.

averiguar las causas de

El patio del

antes del Islam, debe

las artes plásticas, sin

además, que

gresos en

á la oración.

Meca

fango y los troncos y ramas de la célebre mezquita de la Meca

Hoy mismo

se reduce á

un gran

patio porticado en cuyo centro se

Caaba y el pozo de Zenozem. Acaso el primer alminar no fué más que un robusto tronco de levantan

palmera fieles

la

al

cual subia el sacerdote para llamar á los

á la plegaria.

Más

adelante, cuando la religión

del Profeta resolvió elevar templos, los creyentes ALMINAR DE LA GRAN MEZQUITA DE BARKUK

modaron más

ó

ménos violentamente á sus

aco-

fines los

productos del arte existentes en los países que some—


EL CAIRO

Xo

tian.

tomaron en manera alguna

se

el

261

trabajo de asimilarse lo que encontraban

más

perfecto y acabado; ni ajustar las necesidades que sentían, las obras de artistas extran-

más

jeros

inteligentes y experimentados:

la

columna con su elevado

fuste recordó al hijo del

kubba:

desierto el tronco de su palmera: en la cúpula vio su antigua tienda, les satisfacían

considerar

la

introducirla

en

el

En cambio,

prescindir.

elementos

lo

egipcia, ennobleciéndolo con el exquisito sentimiento de lo bello que

hasta

tales

mismo los aceptaron sin vacilar. Sorprende verdaderamente el manera como el genio griego modificó el modelo de la columna poligonal y por

templo dórico como miembro orgánico

animaba á aquel pueblo, del

cual

no se podia

acuerdo en esto con su religión y su carácter nacional, procedieron de otra suerte con los pueblos que reducían á su obediencia con el filo de su los árabes, de

pues empezando por arrancar, sin

cimitarra:

el

menor escrúpulo,

columnas de

las

los

templos y de los palacios que encontraban al paso, por más que fueran majestuosos, venerables y dignos de ser conservados, las emplearon en sus construcciones, sin modificar

en

ellas cosa

alguna;

tal

mucho

cual las encontraban, y sin preocuparse poco ni

del

orden

arquitectónico á que pertenecían, de las dimensiones ó espesor de sus fustes, ni de la materia

de que estaban labradas.

para

Si

el

colocándolas encima de una base de tenia

más

fin

que se proponian resultaban cortas, elevábanlas

mayor

valor ni importancia que el de

altura,

mero

ya que para ellos

soporte.

de los bizantinos, llevándola á su completa perfección.

demás

natural,

del

arco en plena cintra,

tomado

la rica

cuanto á

basamento no

cúpula tomáronla

la

metamorfosis, por

mucho tiempo en los demás monumentos. En cambio pertenéceles abso-

ornamentación de las superficies planas por medio de arabescos, habiéndola

del arte de tejer estofas

más remota

En

el

la

conocido hacia

pueblos, se manifiesta por vez primera en sus

lutamente

Respecto á

antigüedad.

Si

no

la

y tapices en el cual eran consumados maestros desde la emplearon en sus construcciones de los primeros tiempos,

débese únicamente á que no se habían tomado

el

trabajo de trasladarla del telar de que

salían sus trajes de ceremonia y las alcatifas que cubrían el suelo de la tienda ó de sus

camarines, á las superficies de

En

la

mezquita de

á constituir

la

Amr

la piedra.

no se encuentra de

ella resquicio

alguno: sólo

más

tarde llega

tónica inseparable y característica del estilo árabe, al cual pertenecen también

motivos de ornamentación de formas estalactíticas, que en vano pretenderíamos hallar

los

estilo alguno, que tan felizmente y con tanta frecuencia empleaban para enlazar y delicadamente las líneas horizontales con las verticales, y que tan bien haríamos nosotros en emplear utilizando sus fantásticas formas donde fuese posible su aplicación.

en otro

artística

Prescindiendo de esto no

uno

sólo de los objetos del

falta

á la mezquita de

apresuraremos aquí á poner ante los ojos del el

llamar su atención sobre

Amr

una

sola de sus dependencias;

menaje que encontrarémos en todas

la

tumba

lector,

las mezquitas,

dejando para lugar

y que nos

más acomodado

del fundador, las escuelas, las fuentes públicas y los

demás establecimientos de beneficencia que suelen formar parte integrante de la inmensa mayoría de tales templos. El patio, en el cual hemos reconocido la forma más antigua EGIPTO,

TOMO

X-

66


EL CAIRO

262

de los lugares consagrados entre

culto

al

musulmán, llámase sakhn-el-gama; y en su

una palmera y una acacia espinosa

por Ja ley, que generalmente está cubierta y ricamente adornada. de

Amr

tiene á sus cuatro lados espaciosos pórticos

muro de

el

mira háeia

Meca, y que en

la

el

de

Amr

y encierra

lados Norte y

Sud

sola, bien

que pareadas,

el

del patio,

santuario ó litan, y así

no

tiene

más que

la

parte interior

El lado del sakhn-el-gama, que

es el de Oriente, considérase

LIVAN Ó SANTUARIO DE DA MEZQUITA DE

los restantes,

El patio de la mezquita

con columnas, que por

cerca desprovisto de aberturas.

apoyan contra

centro,

se encuentra la fuente para las abluciones prescritas

más sagrado que

AMR

como

el

tres líneas de

pórtico correspondiente á los

columnas, y

— siendo de advertir que excepción hecha de

un

el del

par, las

Oeste una

demás

un verdadero bosque de columnas, dispuestas en ¡=eis &obeibia, largas hileras separadas por intervalos iguales, que forman en su conjunto una sala proyectan extrañas líneas de sombra sobre el suelo cubierto de losas hechas pedazo^, y constituyen en su conjunto un espectáculo imposible de olvidar, áun á quien, como nosotios, derribaron,

el

lado oriental forma


EL CAIRO ha tenido ocasión de v er

el

templo

mezquita-catedral de Córdoba.

mármol y

es de

más

rico

La mayor

263

en columnas de cuántos existen, es decir

parte de las columnas de la mezquita de

la

Amr

sus ca-

piteles pertenecen á todas

variedades imagina-

las

arte antiguo;

bles del

pues aquí se encuentran el

acanto corínteo

lado

al

de la voluta jónica, y

el

bizantino de base cúbica, al

lado del perteneciente

á la época de los Tolo-

meos, adornado de

flores

y labrado por manos griegas. Unicamente se

ven excluidas de

como

sistema,

en todos los bes,

por

él,

acontece

edificios ára-

productos del

los

antiguo arte egipcio. esas columnas

hablar

referirnos

y

procedencia,

Si

pudieran

su

de cuántos

templos y magníficas que un dia exis-

iglesias

Memphis, He—

tieron en liópolis

y

otras ciudades

antiguas cercanas

al

Cai-

ro,

que se mantenían en

pié

todavía

al

edificarse

y de las cuales no queda hoy el vestigio más Fostat,

insignificante, nos conta-

rían

detalladamente

historia!

Hoy

tiene por

un

la

acaso sosMIMBAR O CATEDRA DE LA MEZQUITA DE KAIT— BEY

lado un arco

una columna procedente

del

templo de Vénus,

al

paso que

sobre una columna que existió en una iglesia consagrada á

En

el

fondo de la sala, en un

sitio

en

el

cual

una

la

el

extremo opuesto descansa

A írgen.

luz tenue y

semi-apagada contrasta


EL CATEO

264

con

deslumbradora claridad del exterior, ábrese

la

nicho para las plegarias, mirabh ó

el

kiblah, que no falta en mezquita alguna, el cual sirve para indicar á los creyentes la dirección

de la Meca, léese desde

él el

Coran en

y con frecuencia se ofrece adornado de izquierda del mirabh vése el mimbar

los dias festivos

A

ricos mosaicos y de incrustaciones de pedrería.

la

6 púlpito, construido de madera, al cual se sube por medio de una escalera, cubierta de delicada labor de talla, ó de acabadísimos trabajos de taracea, que remata en una cúpula

en forma de cebolla, parecida á un turbante, sostenida á su vez por un ligero baldaquino A la derecha del nicho veíase el atril (kursi), hoy destruido, sobre el cual en

de madera.

todas las mezquitas está colocado

misma

columnas que

línea de

el

el

Coran durante

mimbar,

los oficios.

se levanta

Más

cerca del patio, en la

un estrado de madera,

clikkeh,

con

su balaustrada ó antepecho, comunmente sostenido por cuatro piés ó columnillas, unas veces de quita y pon, otras sólidamente fijado á las

columnas de él,

la

mezquita, y destinado á pronunciar desde Dios y del Profeta,

los viérnes, las alabanzas de

en

de lo cual están encargados los auxiliares del imán ó

á los cuales incumbe repetir los versículos del

jetife,

Coran

,

que se leen en

el

mirabh, en voz elevada, á

fin

de que pueda ser oida por los oyentes situados en los

más extremos

sitios

de la mezquita.

Abdallah, hijo del fundador de Fostat.y del templo, es el

santo que se venera en este

sitio;

situada al Noroeste del livan, llama

pero su tumba

ménos

la

atención

de los habitantes del Cairo que tres columnas existentes

en

la mezquita.

De

ellas

dos pareadas se levantan en

el

pórtico del Oeste, desgraciadamente arruinado, siendo tal la

ros creyentes.

veneración de que son objeto, que

al decir

de las

gentes sólo pueden pasar entre las mismas los verdade-

PRUEBA DE VIRTUD

La verdad

es

que

bien comido y mejor bebido, á duras penas puede el pobre, flaco y mal alimentado, puede haceilo

el rico,

pasar por este verdadero ojo de aguja; cuando

con gran barriga,

facilidad

:

así es

más

que

cuando

las cuchufletas de los flacos,

abdomen

La

un buen musulmán contempla con pena su prominente triste figura,

que poner huena cara a

paso resulta angosto de sobras para

el

lo

que á su

seria menester.

tercera de

las

columnas á que hemos aludido, y que se

peregrinos, hállase situada en del látigo del Profeta,

ó,

el livan

comenzó á construir

visita

también por

los

cerca del nicho de las plegarias: conserva las señales

según otros que saben que esta mezquita no fué construida

hasta después de la muerte de

Amr

de

no quedándole más recurso, para no hacer

el

encerrarnos en los límites de

Mahoma,

gran patio, la

las del

solicitó

que empuñara

el califa

de éste ó de aquél,

verosimilitud histórica,

Omar. En cuanto

—--digamos

del califa paia

— que se sirviera enviarle una de las


EL CAIRO columnas de

Meca. El jefe de los creyentes

la

camino de Fostat: pero por más que sitio

en que se hallaba, visto

se lo dijo

lo cual

por

265

mandó una y

á una de ellas que emprendiera

el

permaneció inmóvil en

el

otra vez

que comprendió que no tenia intención

el califa,

alguna de obedecerle, sacudióle un tremendo latigazo, conjurándola á cumplir su mandato

en nombre de Dios y del Profeta. Inmediatamente remontóse el fuste por los aires, y derecho como una saeta fué á caer en el lugar en que se realizaba la construcción. Todavía

puede notarse

efecto

el

producido por

nombre

el

caractéres blancos sobre el fondo gris del fuste.

siendo por tanto

ni relieve,

parte integrante de

naturaleza: pero

que se destaca escrito en

los caracteres

no se nota hueco

explicar su existencia en la piedra: al parecer forma

misma, debiéndose

M. Lütthe supone que una

medio de

por

la

difícil

del Profeta

Tentando

tales caractéres á

un verdadero capricho de

se obtuvo semejante resultado atacando el

la

mármol

fuerte

presión, que produjo ligeras

modificaciones debajo de su superficie.

Contadas son

las ocasio-

nes en que se llena de

fieles

mezquita de Amr:

la

en

cambio hubo un tiempo en que sus paredes hoy desnudas, estaban cubiertas de brillantes colores y de res-

so

plandecientes

dorados,

abrían

otros tantos

sobre

mil doscientos no-

atriles

venta ejemplares del Coran,

y á

la

Fi,

hora del crepúsculo

A

1>E

MUSÜLMANES QUE ESTÁN kezanZ>u

Hoy

ardían nada ménos que diez y ocho mil lámparas. columnas tan solo: antiguamente, según se dice, su del año.

Fácil es imaginar,

después de

recinto tan profusamente iluminado, en el

raban para

la

oración

,

con entusiasmo

lo

dicho,

subsisten en pié cincuenta y dos

número el

momento en que idéntico

al

era

mayor que

el

de los dias

espectáculo que debia ofrecer aquel millares de creyentes se prepa-

que podía animarles tratándose de

disponerse para una batalla.

En

las

mezquitas nadie se sienta: no se ven en

sostiene que la oración es

una

ellas

bancos ni

silla».

El

musulmán

batalla continuada contra el e»pnitu de la» tinieblas, que

hombre con Dio» y el trabaja incesantemente en crear obstáculos á las relaciones entre el De aquí que los fieles para elevar á Dios sus oraciones, se coloquen en apretadas

Profeta. filas,

diría

como un

ejército

en presencia

una hueste que marcha es que 1 ~ EGIPTO,

TOMO

1.

del al

enemigo: viéndoles en semejante disposición se

combate bajo

la

dirección de

un

jefe; el

imán, que 67


EL CAIRO

266

dirige

la

operación de ataque en esta lucha contra los espíritus infernales. Parejas de

ángeles, enviadas por

el cielo

como

en

fila,

dumbre

sin abandonarle lleva idéntico

lugar ocupado por

el

un

nombre que

imán, es decir

instante

se

El frente de la

ponen

muche-

línea de batalla de los ejércitos, esto es,

el

nicho de piedra que dejamos mencionado, llámase,

el

terminadas las abluciones, por

mismo en que

la

la raiz hcirb,

los

parte en la acción, y se colocan á el

solo punto en tanto dura la oración.

según sus teólogos, procede de

Padre nuestro de

desde

fieles,

según hemos dicho, mirabh en

el

toman

auxiliares,

derecha é izquierda de cada uno de los

saff: el

lenguaje eclesiástico de los musulmanes, palabra que,

la faíiha,

que es

que significa guerra. La oración empieza, la

primera sura del Coran, como

si

dijéramos

musulmanes, y concluye por medio de una despedida dirigida á ángeles guardianes, y debe acompañarse con movimientos y genuflexiones, rik'a, cuyo los

número es distinto según las diferentes horas del dia. El alma del fiel, por punto general permanece indiferente á las impresiones de esas fórmulas estrictamente impuestas; mas es preciso confesar que en parte alguna he visto gentes tan profundamente identificadas

en espíritu con la oración.

más asiduo

En

el

Cairo,

al templo, pasa fácilmente por

lo

mismo que en

que no son siempre motivos desinteresados los que guian no es únicamente en en

el

ella

donde ora

el

otras partes, el concurrente

hombre sumamente

creyente: no una sino

al

piadoso, siendo de advertir

muslim á

la

mezquita.

Mas

muchas veces heme encontrado

desierto con un viajero que imaginando hallarse solo con Dios, postrábase sobre

la hora de la oración, y levantaba los brazos del modo prescrito, con tan sincera piedad, con fervor tan profundo, con el mismo arrebato que podría haberle

su pequeña alfombra á

poseído á tener la dicha de ver los cielos abiertos ante sus miradas.


EL CAIRO

De

propia suerte que

la

todas partes.

Sus mezquitas se construyen

sin

no ostentan carácter sagrado alguno,

piedra;

267

muslim encuentra á su Dios en

cristiano y el israelita, el

el

que se celebre ni

se

la

colocación de la primera

consagran sus piedras

ni

paredes,

considerando que sus dimensiones serian harto mezquinas para contener al Omnipotente que tiene por trono el cielo, y hace de la tierra el escabel para sus pies. Mesgid, que es como se pronuncia la palabra de la cual hemos formado la nuestra, mezquita, significa lugar donde se venera

Señor; pero los árabes

al

nombre de gumaa, lugar de reunión. mezquita

el

viérnes, que se celebra,

el

confundirse en una sola y

mimbar proclama «No hay más Dios que alto del

»

postra el

como un

suelo,

común

el

solo

como nosotros celebramos

el

domingo, para

aspiración, y escuchar la palabra del jetib, que desde lo

esta doctrina consoladora:

Alá,

Ante cuyas palabras

profeta.»

á sus templos

en efecto, ante todo y sobre todo debe ser la lugar de reunión de los creyentes: en él se congregan el iom el guada, el dia de

reunión, es decir

la

más comunmente dan

Y

y

Mahoma

la

concurrencia se

hombre, pegado

como anonadada por

el

el

es su

rostro contra

peso de semejante

verdad.

por

La mezquita, que según más antigua después de

dada edificar por la

el

opinión unánime, pasa de

la

Amr,

man-

es la

gobernador Ahmed-ibn-Tulun,

A

cual lleva su nombre.

pesar de que al ser

habian pasado escasamente dos siglos

construida,

desde la fundación de Fostat, la vida egipcia, y teatro en el cual se realizaba, habian

una modificación

el

experimentado

Amr

radical en todas sus partes.

habia prometido á los coptos que aceptaran

Islam

el

CALLEJON ANTIGUO

y satisfacieran la capitación, iguales derechos á los que disfrutaran los creyentes, y por lo tanto no tuvieron inconveniente en aceptar religión del vencedor. los débiles

por

La

los poderosos,

cuantas calamidades pueden imaginarse,

los habitantes del valle del Nilo

terreno para

Egipto,

el

durante

la

ello

La lengua de

los egipcios

las ciudades,

''la

hemos

con que los árabes transformaron

el

visto,

la antigua,

propiamente

abundante en palabras griegas, cedió su lugar accidentes gramaticales,

muchas de

las tribus de éstos se fijaron

el

en

sus hábitos de vida nómada,

mercaderes y artesanos, sabios y artistas en que con ser el desenvolvimiento genuino de aspecto especial.

habian diezmado

dominación bizantina, preparando de esta suerte

establecimiento de los árabes:

perdiendo con

la

guerra, la peste, las rebeliones, la persecución, la opresión de

al

y agricultores en el campo, emprendieron una vida nueva,

ofrecía en todos sus detalles tales,

el

un

copto, áspera, inflexible,

árabe, dulce y flexible

como pocas en sus

tratando de Alejandría, la asombrosa rapidez

Egipto; pero así

como

la destructora

pujanza del Islam


.

EL CATEO

2tíS

cavó con todo su peso y con todos sus horrores sobre civilización árabe encontró

en

de la fuerza creadora que encerraba en

una nueva el

la

antigua ciudad helénica,

nueva Fostat un lugar acomodado para

la

aquellas informes ruinas hizo brotar

misma, y de

vida, múltiple en sus manifestaciones,

la

desenvolvimiento

el

y á propósito para enriquecer

el

mundo con

tesoro de sus bellezas.

Omar muere: Otman

perece bajo

el

puñal del asesino: á Meruan

II,

el

último de los

Abbásidas, y dos cientos años pasados desde el dia de su fundación, cede á ciudad Fostat, por su actividad y por la vida científica que en su seno palpita, no

Omniadas, suceden

los

alguna de Oriente ni de Occidente.

Mamun la

el

sabio (830), hijo y

ciudad fundada por

astronomía, para

segundo sucesor de Harun-er-Raschid,

Amr, encontró una

la cual sentía él

mismo

la teología; las ciencias naturales; la

al visitar el

Egipto y

escuela ya famosa, en la cual se cultivaban la

verdadera pasión;

gramática;

la jurisprudencia, inseparable

la filosofía; el

de

álgebra y la alquimia (química),

científica. El mismo cuyos nombres árabes conservamos aún en nuestra nomenclatura en los cuales se usaion el primer meridiano terrestre y construyó observatorios las traducciones instrumentos hasta entonces desconocidos, y á su tiempo se remontan

midió

conservación de tantas, árabes de libros griegos, latinos y hebreos, á las cuales debemos la Repaió y de la antigüedad, que sin ello habrían desaparecido completamente. obras tantas y en su con inscripciones que' todavía existen, el nilómetro de la isla de Roda, y

adornó

esplendor, bien tiempo alcanzó Fostat un elevadísimo grado de prosperidad, importancia y valiente del tiempo el hasta actual y emprendedor del Cairo límites que no llegó á los

Ahmed-ibn-T ulun de los débiles Gobernaba este hombre extraordinario el Egipto en nombre de uno prisionero de guena, Abbásidas residentes en Bagdad. Su padre, natural de Turquía y fue incorporado á la guardia del califa, que era

más

de los emperadores romanos, rompió regaló los

una corona.

una especie de tropa pretoriana, que, como la un cetro y más de una vez también

de una vez

alcanzar Merced á sus relevantes condiciones, no tardó Tulun en Ahmed-ibn-Tulun, que el palacio de su señor. Tuvo un hijo, de elevadas aspiraciones, nombiado científicos, resuelto,

primeros puestos en

dotado de grandes conocimientos

y

gobernador de Egipto, no sólo supo conducirlo por

el

camino

de pingües riquezas y de un ejército aguerrido, emprendió llevó á cabo, y fundó para él

y su

habitado, en los primeros tiempos, militar,

ensanchó

el-katija,

en

el

la

familia el

un

mandó

la

que disponiendo

conquista de la Siiia, que

sultanato independiente.

Después, de habei

palacio construido por sus predecesores en

ciudad en la dirección de

cual se

del saber, sino

la

ciudadela actual, fundando

el

el ai

banio

labal de

opamente construir una quinta magnífica: creó y dotó genei semana los cuales los viérnes de cada

numerosos establecimientos de beneficencia, en

mejoras juzgó convenientes, visitaba personalmente á los acogidos: llevó á ejecución cuantas debiendo ser entre ellas especialmente mencionada finalmente construyó

la

mezquita que todavía

la

lleva su

conducción de aguas potables, } nombre. Situada al Sudoeste del


EL CAIRO

270 sitio

sobre

cual levantóse

el

más

tarde la ciudadela, á la mitad del camino del Cairo antiguo,

hipódromo en

fue construida en las cercanías del dilatado la

cual ejercitaba sus caballos

el

nobleza árabe, sobre la fortificada colina de Kal’at— el—Kebsh

cual atribuía

Abraham

una leyenda un carácter

habia llevado á

ella

fuerte del cabrón,

,

En

especial de santidad.

á su hijo al sacrificio, debiendo su nombre

enviado por Dios para que ocupara

Pretenden otros que en su cima

haber sido

el

cabrío

el

macho

cabrío

lugar de Isaac.

aguas del diluvio detúvose

nombre

se debe á

primero de los animales que

Finalmente, dicen otros que

salió de ella.

al

el

arca de Xoé, y que su

macho

el

al bajar las

á la

según se cuenta,

efecto,

Ahmed

encontró

Ararat los restos del arca y los empleó construcción del friso de su mezquita, haciendo grabar

en Armenia sobre

en

la

en

ellos

todo

el

tituirse jefe

el

usanza oriental,

el

del rebaño, en

,

al

cons-

tomó, siguiendo la

sobrenombre de el-Kebsh,

como conductor

tanto

Acaso Ahmed-ibn-Tulun

Coran.

de una nueva dinastía,

cuyo caso

que vale el epíteto

de la mezquita se referiría á su persona.

Este príncipe bienhechor, que sintiéndose próximo á de sus súbditos que se reunieran en las altu-

morir

solicitó

ras de

Mokattam para orar por

cristianos truir

conforme

al

los

musulmanes según

una gran mezquita, para adornar

preseas otros

según

edificio grandioso, al

manifestarle

,

el

monumento debido

manera alguna despojar de sus

monumentos de épocas

refiere la tradición

nuevos,

el

el

á su piedad, no quiso en

un

él,

Pentateuco y los Salmos, y los Evangelio, cuando determinó cons-

Coran; los judíos según

no viese

la

anteriores.

Y

como,

manera de construir

no empleando más que materiales el

arquitecto griego que dirigiera la

conducción de las aguas, y al cual habia hecho encarcelar en virtud de una falsa acusación, que tenia concebido un plan para edificar una mezquita magnífica, en la cual no habría más columnas que las que indispensablemente debe

haber junto

al

nicho de las oraciones, parecióle tan bien

ORNAMENTO DE ARCO DE LA MEZQUITA

pensamiento, que desde luego determinó ponerlo por especie que ha obra, debiéndose á él el gallardo edificio, que no obstante las injurias de toda que fundadoi experimentado, subsiste aún, habiéndose con ello cumplido los \otos del DE IBN-TULUN

el

,

pidió encarecidamente al Altísimo que se salvara su mezquita,

si el

fuego ó

el

agua llegaban

á destruir la ciudad de Fostat.

Semejante

edificio

puede ser considerado como modelo perfecto de

la arquitectuia

aiabe


EL CAER O de los primeros tiempos.

en

En

cuanto

tres de los cuatro lados del patio

al

271

plan difiere poco del de

la

mezquita de Amr, pues

cuadrangular se halla rodeado de avenidas cuyo techo

de ensambladura no se apoya sobre columnas, como acontece en

la

mezquita de Amr, sino

sobre hileras de pilastras y robustas ojivas, abriéndose en cada arcuacion una pequeña ventana de herradura. Del lado de la Meca, cerca del nicho de las oraciones, existen cinco

órdenes de arcos y dos únicamente del lado opuesto. Los cuatro lados de cada pilastra llevan empotradas sendas medias columnas terminadas por capiteles bizantinos de yeso, en cuyos elementos Coste, después de él de Krenier han visto el prototipo de los hacecillos

y

LIVAN Ó SANTUARIO DE LA MEZQUITA DE IBN-TULUN

de columnas formando pilares, tan

comunes en nuestras

catedrales góticas.

No encontramos

todavía ni la espléndida ornamentación de arabescos, ni sobre la puerta los adornos de estalactitas:

pues áun cuando

y las enjutas están profusamente cubierpueden considerarse reminiscencia del gusto bizantino. Las

los capiteles, los arcos

tos de hojarasca de estilo árabe,

sentencias del Coran, trazadas á lo largo de las paredes, precisamente debajo de las cornisas, v escritas en caractéres cúficos que terminan en flores y hojarasca, pueden ya pasar por verdaderos arabescos. Las aberturas caladas existentes en la parte superior del muro,

de follaje. En cuanto á las paredes están construidas de llevan también ornamentación enlucidas con estuco, y el remate ó coronamiento de plomo, calado, ofrecocidos

adobes

y


EL CATEO

272

ciendo formas fantásticas, es verdaderamente notable, no obstante los considerables destrozos

que ha experimentado.

En

nicho de las oraciones.

El

más moderno,

cubre

A

santuario se levanta una columna bizantina á cada lado del

una restauración en

Sud y Oeste

los lados Norte,

rumores de

la calle.

tiempos, y

presente es

difícil

ánimo

el

la

mucho

época de los mamelucos bahiritas, en

En

mezquita.

á cobijar

el

el

centro del patio se eleva

la

una

cuerpo de Ibn-Tulun, v que hov

de las abluciones.

el interior los al

la

principio estuvo destinada

al

la piscina

producir en

es de nogal y marfil de exquisita labor; pero es

puesto que su ejecución es de

cual se llevó á cabo

cúpula que

el

mimbar

se levantan recios

Mucho ha

formarse una idea de

del espectador poco

alminares que flanqueaban

muros que impiden que lleguen hasta

sufrido el edificio en el transcurso de los la

profunda impresión que debia

De

tiempo después de concluido.

los cuatro

derrumbaron hace ya mucho tiempo:

el patio, los tres se

los arcos

han cegado y hase convertido en habitaciones el espacio comprendido entre las columnas, teniendo en tales casucas establecida su morada cairotas inválidos para el trabajo y mendigos se

importunos, que acosan sin cesar se

Las

al viajero.

han

salas hipóstilas que rodeaban el patio

sustituido por feos paredones con puertas y ventanas

cuadrangulares, y sólo recuerdan tan admirable las

monumento

dos,

y

los lados del livan

Junto

al

muro

alminar que puede

MEZQUITA DE IBN-TULUN

primitivo esplendor de

el

y su mutilada

crestería,

hornacinas y las rosas existentes entre los arcos tapia-

abiertos. CAPITELES DE LAS COLUMNAS DE LA

el friso

La

género.

que se han respetado y quedan occidental

exterior

considerarse ejemplar

un

elévase

único

en

torre propiamente dicha descansa sobre

maciza base cuadrada y forma tres cuerpos superpuestos, que disminuyen de

su

una

inferior á

primero circular y los dos siguientes poligonales. La cupulilla que les sirve de remate ha perdido la punta con que terminaba; pero sabemos que no era una superior, siendo

el

simple media luna, sino un receptáculo en forma de navecilla, en la cual se colocaba alimento

para los gavilanes que anidaban en la mezquita.

Lo que más llama medio de

la cual el

estado, que

la

atención en este peregrino alminar es la escalera exterior por

muezin

podía disfrutarse

la

vista de

que durante una sesión

una

se dirige de

no es posible servirse de

uno de

del

ella

mas en

más

más magníficos panoramas

los

consejo,

á otra abertura;

para llegar á la parte

ensimismóse

al

volver en

sí se

encontrara con

que se debia su preocupación

la

mirada de sus consejeros,

al intento

de construir

del Cairo.

Ahmed— ibn— Tulun

maquinalmente entreteníase arrollando en derredor de su dedo una

como

el dia se

el

halla en

tal

elevada, desde la cual

,

Se cuenta

que distraído

\

cinta de papel, y que

les dijo

para disculparle

alminar de su mezquita según

el

modelo del papel arrollado. Su construcción exigió dos años; pero parecieron tan inmensas a los cairotas las sumas en ella invertidas, que ibn-Tulun, para acallar sus murmuraciones, juzgó que era

lo

mejor que podía hacer, asegurarles que

el

descubrimiento de un tesoro


ACHMED EGIPTO.

TOMO

I.



EL CAIRO

275

les había proporcionado los recursos indispensables.

quiera,

se

ello

Dícese también que en tres ocasiones

con grandes riquezas que estaban enterradas; mas sea de esto

distintas encontróse

lo

que

que invirtió sumas fabulosas en obras públicas, no obstante haber

es

disminuido los impuestos, y perdonádolos completamente en cierta ocasión. Parece que en sueños oyó una voz amiga que le decía: «Cuando un príncipe renuncia sus derechos

»en beneficio de su pueblo,

Señor toma á su cargo

el

el

proporcionarle los recursos que

»ha menester. Este príncipe, que en su juventud había llevado una vida sencilla y casi austera, al lujo más desenfrenado en cuanto se proclamó independiente; mas no obstante

entregóse

las debilidades de

de

pesetas,

un

sostenido

que se

le

todo

y

con

acusa, dejó á su muerte

tesoro que no bajaba de 1,555.000,000

de diez mil

ejército

mamelucos con sus caballos trescientos

un

haber

y

,

para su uso

corceles

una guardia compuesta

particular;

de veinticuatro mil esclavos, y una

escuadra de cien buques de guer-

Con

ra.

lo

más importantes historia

de

muerte,

compren-

dicho puede

una de

derse que constituye

Oriente,

en

acaecida

la

y

que

su

el

mes

de

884, no obstante las con-

mayo de

empe-

tinuadas guerras en que se ñó, v su

las

de

figuras

amor

al fausto

v á las cons-

tracciones, fuera motivo de duelo

para

súbditos

innumerables

los

,

.

que tenia en

.

-i

la Siria

y

el

-|

i

DIBUJOS DEL MI MEAR DE LA MEZQUITA DE IBN-TULUN

¡

Egipto.

Siquiera se orara diariamente en las

de los Abbásidas,

v diez v

la

seis hijas,

mezquitas de Fostat para

el

bien y prosperidad

fundada era en realidad independiente: diez y siete hijos habidos en las diferentes mujeres que tenia en su harem, debieron al dinastía por

él

parecer asegurar á su descendencia una larga duración, y sin embargo, veinte y dos años después de su muerte quedaba completamente extinguida, y la dominación de los califas

abbásidas no sobrevivió en el país, á su caída, sino durante un brevísimo período.

Los

últimos gobernadores que reconocieron su autoridad antes del advenimiento de los Fatimitas, fueron el turco Mahomet-el-Ikhsxid y su esclavo negro Kofur. Éste después de haber ,

servido con una fidelidad completamente ciega á su señor y á los dos hijos imbéciles que

sucedieron, trajo

acabó por

asumir

el

gobierno á

fin

le

de hacer frente á las dificultades que

consigo una calamitosa época de hambre, peste y guerras.

Murió en 976

llorado


EL CAIRO

276

habia protegido con

los poetas á quienes

de todos, v especialmente de

mano

liberal.

La

imaginación popular herida por los contrastes que ofrecen los oscuros comienzos de su vida,

v

esplendente gloria que coronara sus dias postreros, forjó diferentes leyendas encami-

la

nadas á demostrar que refiere

una determinada casa, á

vivía en

»que

» Murió hace largos años.

»me »

dijo:

»A »

los astros,

— Escucha,

te revele

conocía á

si

afirmativamente.

lo cual contesté

cual ha de ser tu suerte?

lo cual contesté; lo único'

comunicarte algo más.

—Y

más que

llamóme y

él,

él

ella

según tu

— ¿Y esto qué es? — continuó. — Pues todavía quiero me

se los ofreciera

que puedo ofrecerte.

Serás dueño de

dia,»

estrellero

— Lo permito. — En consecuencia

y exclamó: Serás dueño en esta ciudad, y mandarás en

como

un

— ¿Y qué hace?

continuó: un dia que pasaba cerca de

Traía conmigo dos dirbem, y

»antojo.

»

¿Permites que

contempló

«llamóme á su lado y preguntóme

,

«Un

habian ya vaticinado su futura grandeza.

los adivinos

Abn-Djafar-el-Mantiki

dijo:

de esta ciudad, y áun alcanzarás los

honores más elevados: cuando esto acontezca, acuérdate de mí. Esto dicho fuime. Ahora le vi en sueños, y oí su voz que me decía: No has cumplido tu palabra.

»bien: ayer

»Deseo pues que

te

enteres de

si

ha dejado herederos. En

vista de esto

me

dirigí á

la

en que habia vivido, y supe que habia dejado dos hijas de las cuales la una está casada. á la que está soltera le » Kafur compró una casa de cuatrocientos dinares, se la regaló y » casa

»

entregó además doscientos dirhem para ayudarla á establecerse.»

el nieto

la

de su señor,

Mahometo

,

que contaba once años

,

y

Á

su muerte

los parientes se

le

sucedió

aprovecharon de

incapacidad del niño para apoderarse de su herencia.

En medio gran

de las calamidades que sufría

dificultad el hacerse

dueño del mismo

el

al

Egipto, se comprende que no habia de ofrecer

que se sintiera con condiciones para intentarlo.

Este hecho no se hizo esperar ella Diez años antes, un hombre decidido y resuelto, Obeid-Allah, que con razón ó sin uno de los descendientes de Alí, esposo de Fatima, hija del Profeta,

se hacia pasar por

habia fundado en

el

Norte del Africa un nuevo reino

schiita,

adoptando

el

nombre de Mehdi

conducido por Dios) y establecido en una de las penínsulas del golfo de Túnez la Después de repetidas floreciente residencia de Mahadiá, al presente del todo destruida.

(el

hacerse dueños de la mayor parte del África septentrional, y sus sucesores lograron hijo de Obeid-Allah, habia llevado sus armas al Egipto, Ivassim, Cerdeña. la Sicilia y

luchas

de

la

él

atacado la Alejandría y conquistado

el

Fayum. Cincuenta años más

tarde, el último de sus

todo el valle del Nilo. nietos, Mo’ezz, llamado por los emires egipcios, intentó apoderarse de En febrero de 969 envió á su general Djohar hácia el este con tropas elegidas. El visir

Ibn-el-Forat,

á

quien

apoderado de su persona

hicieron le

común, no pudo contener

traición

devolvieron la

invasión.

sus

compañeros,

la libertad,

á

fin

y

que después de haberse

de que hiciera frente al enemigo

Después de algunas alternativas y de

diferentes

negociaciones y hostilidades, durante las cuales los Mogrelitas iban ganando teiieno paulatinamente, trabóse una batalla decisiva en las cercanías de Gizeh. Los partidarios de la dinastía Ikhisita

fueron vencidos y apelaron á la fuga tomando diferentes direcciones.


*

i

%

?

i

»

-

'

- y


EL CAIRO Djohar vencedor, atravesó sitio

279

Xilo y estableció su campamento

el

en que más adelante debía fundar

el

Xorte de Fostat, en

el

ciudad ordenó ensancharla por

el

al

Cairo actual.

Al cabo de algunos meses de haber penetrado en

la

lado del Xorte, fundando

una población nueva, que debía juntarse con el barrio de Kadija fundado por Ahmed-ibn-Tulun y servir de habitación á los soldados de Djohar, así como

á la corte de los Fatimitas.

Siguiendo

golpe de piqueta en

momento en que

el

preciso

el

consejo de

Victorioso) pasaba por el meridiano de Fostat;

señalóse previamente

el

sitio

en

el

el

astrólogos,

los

dióse

Planeta Marte, en árabe

añadiendo algunos, que

cual debía elevarse la nueva ciudad

el

el

primer

Kahir

(el

partí conseguirlo, ,

por medio de un

ALMINAR Y PÓRTICO DE LA MEZQUITA DE IBN-TULUN

cordon del cual pendian gran número de campanillas, cuyo ioque debia ser

que á una emprendieran tecto,

los operarios

que esperaba una seña del astrólogo, diera

se posaron sobre las cuerdas, con lo cual

emprendieron su tarea en

el

preciso

la señal

su faena; pero aconteció que antes de que la

el

para

arqui-

orden convenida, las aves de rapiña

comenzaron á sonar

momento en que

el

de la nueva ciudad, á la cual, por este motivo, se dió

las campanillas,

planeta pasaba por el

y el

los obreros

meridiano

nombre de Misr-el-Kahirá,

Egipto victorioso.

Una

estrella de

buen augurio había

brillado en el preciso instante de su

comunicándole su poderío militar, y Djohar quiso asegurarle

la

victoria

nacimiento,

no sólo en

los


EL CAIRO

280

campos de

batalla sino en las serenas regiones del espíritu,

á cuyo fin

no

se limitó

á

construir templos y palacios en la ciudad nueva, sino que dispuso desde luego la creación

de una verdadera universidad, construyendo al efecto la mezquita de Azhar, que es aún el

centro de la vida intelectual de todo

el

Oriente.

.


4

I

i

i

*

;


G

I

P T O.

Orillas del Nilo cerca de Achmim. •


EL CAIRO BAJO

LOS FATIMITAS Y LOS EYUBITAS :stas

tenemos

rimentado

transformaciones que ha expe-

las

la

ciudad de los califas

fundación. Al presente que ríodo

más

hemos

brillante de su historia

,

desde

nos sentimos

tentados á interrumpir la exposición cronológica que

comenzado, para describir desde luego

la

su

llegado al pe-

mezquita

el

hemos Azhar,

poniendo ante los ojos del lector sus deslumbrantes maravillas,

por

lo

mismo que habiendo

sido, desde

su fundación

por Djohar hasta nuestros dias, la fuente de donde ha brotado, y brota aún, toda la vida intelectual y religiosa de los

habitantes del Cairo, merece á justo título

corazón de

la

ciudad de los

delante de su puerta sin penetrar en ella, y

cuando no debamos abrigar aquel

al

el

temor de interrumpir

cuidado de un guia indígena que

monumento. En cuanto atendió con

mano

á Djohar

de

no sólo dotó abundantemente y

al

ella

I.

embargo adelante,

narración, confiaremos á

la

interior de tan

el

célebre

nueva escuela, sino que

la

con sus predecesores, cuyos restos hiciera trasladar

sus inmediatos sucesores deben, pues, TOMO

más

sostenimiento de los escolares.

el

Egipto y

alcanzaron, merced á la prudencia y cuidados que pusieron en EGIPTO,

de cabeza y sin

füé fundada la ciudad, el califa Mo’ezz hizo edificar en ella su palacio;

v tres años después fué enterrado en

A

el hilo

acompañará por

liberal á la dotación de los profesores

Tan pronto como 4 Egipto.

le

el

Pasaremos

califas.

el

el

Cairo

el

esplendor que

gobierno de un imperio 7

1


,

EL CAIRO

282

por demás dilatado, v que por medio de nuevas

vi as

abrieron

al

comercio de

la

India y de

Las caravanas partian de Tánger, situada en las inmediaciones de los Estados mauritanos de España, atravesaban por el Kairuan y Trípoli el Xorte de África, y conducían incalculables cantidades de mercancías a los Khanes del Cairo, que en brevísimo tiempo había llegado á ser la ciudad más importante de Oriente. Desde dicho las regiones del centro del Africa.

el Egipto y la Siria, en tanto que en los puertos de Chvsma y de Aidab, situados en el mar Rojo, se cambiaban los géneros destinados á ser conducidos por el mar, con los que de Ultramar procedian. Los fatimitas,

punto otros convoyes de camellos ponian en comunicación

amantes

en palacios magníficamente dispuestos, y á

del lujo y de la ostentación, vivían

imitación suva los cortesanos y potentados luciéronse construir magníficas habitaciones, en los árabes. las cuales tuvo ocasiones frecuentes de exhibirse el gusto artístico de

La

sura quinta del Coran prohíbe á los creyentes

formas vivas y

los juegos de azar.

el

Esto explica que ni

uso del vino,

la

representación de las

la escul-

tura ni la pintura figurativa hayan hecho progresos notables entre los árabes, alcanzando

de artes no-

la consideración

bles; pero en el Cairo, durante

la

dominación fatimita,

pasóse por encima de lo pre-

ceptuado en tapices

el

Coran, y en

de exquisita labor

podían contemplarse los retratos de los soberanos y de

personajes ilustres del isla-

mismo. En VASO ANTIGUO EGIPCIO

la capital existian VASO ANTIGUO EGIPCIO

talleres en los cuales se cons-

de ornato principal truian muebles artísticos de toda especie, y de los cuales salian objetos gacelas y mente para la mesa y en especial figurillas hábilmente modeladas representando de porcelana vitrileones, elefantes y girafas, teniéndose por incomparables ciertos vasos animales. Este género de cerámica había sobre soportes de hombres ficada,

que descansaban

y

sido ya cultivado por los antiguos egipcios; mas, fatimita excedieron en

mucho á

según parece,

los pintores de la época

los decoradores de la faraónica, que, por lo

mismo que

objetos que desconocían las leyes de la perspectiva, no lograron jamás dar relieve á los Téba» pint representaban. Sin tales elementos érale imposible al artista de Memphis ó de que. penetraba por ejemplo, una bailarina que materialmente parecia desprenderse del muro, ó ,

en tiempo de los fatimitas, Ibn—Aziza y Komi de retratos de eximios poetas, pintados en también según manifiesta Makrizi. Háblase el fondo de la cisterna, la época que nos ocupa, y de un cuadro representando á José en cuanto á la escultura En atención. la poderosamente llamaba color, que por su vigoroso

en

él,

como

lo

hicieron en el Cairo,


HAREM DE UNA CASA EN TIEMPO DE LOS CALIFAS


%

,

!


285

EL CAIRO

no sólo producían los que la cultivaban objetos de ornamentación, y figuras de animales caballeros armados de todas más ó ménos fantásticos, sino también formas humanas y

piezas.

Los árabes habían abandonado muy en sus comienzos el sencillísimo arreo de sus antepa especialmente sados por los espléndidos trajes usados por los pueblos que llegaron á someter, prendas por los Persas: en la corte de los califas de Bagdad invertíanse sumas inmensas en de vestir hechas de riquísimas estofas, y como los fatimitas trataron de igualar en este punto á los abbásidas, estableciéronse en

el

Cairo grandes talleres en los cuales

se labraban exquisitos bordados sobre finísimas sederías,

de oro, trajes de cey se construían turbantes bordados remonia en los cuales se veian los nunogramas de los califas (tiraz) y vestidos de mujer adornados con inscripciones. Makrizi refiere sobre el particular curiosísimas noticias, y da cuenta además de las hermosas muestras de artísticas labores árabes que se conservaban en el tesoro de los fatimitas. Los trajes de ceremonia, adorna-

dos con

el tiraz,

llegaron á representar papel tan impor-

en tiempo de los sucesores de Mo’ezz

tante

intendente del Tiraz acabó

más

cargos

No

el

elevados de la corte.

fueron

las piezas de

que ,

por constituir uno de los

ménos notables

armaduras. Los

los trabajos de orfebrería y orífices así

labraban joyas

para las mujeres como para los hombres, puesto que uno

ALABARDA Y LANZA PARA LA CAZA DEL LEON Acero con ambatilos de plata del tiempo

de los Fatimitas la ostentación de collares y y otro sexo competian en brazaletes: mujeres habia, según refieren las crónicas, que se cargaban hasta tal punto de

joyas y pedrería, que se veian en la imposibilidad de andar como no fuera apoyándose en otra persona: v en cuanto á los hombres consumían tesoros inmensos en armas preciosa-

mente labradas. En

el

adorno de

las casas

empleábase cuanto producía

el arte

contemporáneo;

paso que en estucados muros resaltaban magníficos arabescos de oro y colores, tapices riquísimos y esmaltadas porcelanas, en los suelos podian contemplarse mosaicos

pues

al

EGIPTO,

TOMO

I.


EL CAIRO

286

diminutos de prolija labor, ó mullidas y perfumadas alfombras. Háblase de un tapiz, de la época de Mo’ezz, que tenia representadas las ciudades más importantes del mundo, al lado de cada

una de

las cuales

había un texto

explicativo con caracteres de oro y de plata, que

había costado

nada menos que 22,200 dinares

(165,000 pesetas). Los ebanistas agotaban todos los recursos del arte

taraceados

,

en la fabricación de muelles

para los cuales empleaban ricas

ma-

deras de color oscuro sobre cuyo fondo resaltaban

á maravilla las complicadas labores realizadas con

maderas de color más

otras

claro,^ con nácar

v «j

con marfil; y jamás se han visto fundas más bellas para cojines y almohadones, que las que

tejidos DAMASCO DE SEDA ARABE DEL SIGLO De un

las

estofas

En

otro lugar

de Damieta:

en

Museo

ellas

Germánico

figuras de animales diversos, así

en aquella sazón en Egipto.

hemos hablado de

II

vestido de Enrique el Santo en Bamberga.

con los preciosos damascos

confeccionaban

se

como en

veíanse hábilmente reproducidas caprichosas

las recias estofas

llamadas diback veíanse flores

de cuya riqueza y perfección podemos formarnos idea por las vestiduras sacerdotales, especialmente capas pluviales, que usan todavía los ministros del

de mil diversos colores,

culto católico.

Los obreros más hábiles eran

los

cristianos coptos de la Delta y de Siut en el Egipto

superior, en cuyos puntos se fabricaban tejidos para

muebles de rojo púrpuro (carmesí). utensilios

como

más

sencillos del

Hasta

menaje casero,

los tales

objetos de alfarería y de latón presentaban

y estaban adornados con diminutas labores taoushir, siendo de ello testimoformas graciosísimas

nio fehaciente los jarros y palanganas de que se

servían para lavarse las

manos después de

las

comidas, las lámparas y faroles por medio de los cuales se iluminaban los patios y aposentos, los platos,

suma

las

fuentes,

los

vasos,

botellas,

las

en

y los botes, frascos y demás cachivaches en que guardaban las esencias, perfumes y aguas de olor, de que hacían todas

las

piezas

de

vajilla,

,

conservada en

el

TELA ARABE Museo germánico de Nuremberg; fondo rojo doradas

costuras amarillas y gran consumo, y á los cuales tan aficionado ha- subido y hoja gris, alternando las bíase mostrado el Profeta, y hasta las golosinas, confituras, jarabes y sorbetes, en cuya

confección son aún hoy dia maestros los cairotas, que saben confeccionarlos de mil

maneras


EL CAIRO distintas, revelaban el

Ya

corte de los fatimitas.

287

extremo á que había llegado se

el

refinamiento del lujo en la suntuosa

comprende que no podían quedar

atrás los placeres de la

mesa,

y para convencerse de ello bastará sentar que con frecuencia inspiraron á los poetas, y

que en

las relaciones

hechas por antiguos viajeros se hace especial mención del número

de cocinas que funcionaban al aire libre, y de los que con su horno portátil iban de acá para allá, fijándose en la primer esquina que hallaban al paso.

Así Sebastian Frank se

expresa

en

estos

términos:

«También existen

allí

quince

»mil cocinas comunes en las »

cuales se preparan diaria-

» mente

muchas

suertes de

manjares cocidos y asados; »pues los habitantes guisan >>

»muv

poco en sus casas, por

»cuyo motivo

que se de-

los

» dican al oficio de cocineros

»van de aquí para

»un aparato que » cabeza

»un

allá

con

llevan en la

en cuyo centro hay

hornillo y en derredor

» diferentes

manjares ya pre—

» parados,

y los que quieren

» comerlos

no tienen más que

» bajar á la calle,

donde por

»poco dinero y según su » gusto, el que ha dispuesto »el guiso, les proporciona lo

»que han menester presente se ven aún

1

Al

nume-

rosos figones en V..UL las esquí— xas ñas i, y recorren las calles de la

un

ESPOSA DEL JEQUE DE KOECHE

ciudad numerosos vende-

dores de comestibles. libro

muy

confeccionaban

Un

historiador del tiempo de Saladino

voluminoso para consignar una por una :

pudiendo formarse idea de

de aquella época, por

la

la

sienta

las golosinas

manera como

que seria menester que en Egipto se

vivían los príncipes y

fórmula que da menudamente de un cierto pastel

magnates

al cual

según

parece eran bastante aficionados. Para ello empezaban por tomar treinta libras de flor de

harina que amasaban con cinco libras y media de aceite de sésamo:

hecha

la

masa,

1 Xo sabemos lo que hoy acontece; pero no hace todavía muchos años que en Valencia acontecía algo 4 esto parecido, va que en inmensa mayoría de las casas no se guisaba, llevándose al horno los platos que la familia debía consumir. V.

la


EL CAIRO

288

dividíanla en dos porciones iguales y de ellas batian la

una hasta

dejarla reducida á

una

destinado á este objeto, provisto torta muy delgada que colocaban en un utensilio de cobre un picadillo de carne de ternera de asas muy resistentes. Encima de aquélla extendíase rellenos á su vez de sobre la cual descansaban los cuerpos de treinta corderillos asados, gengibre, canela, macigo, carne picada aromatizada con alfóncigos molidos, pimienta,

cardamomo y nuez moscada, rociándose el conjunto con agua de io»a» que dejaban los corderillos y entre uno y otro colocábanse pollas, con más cincuenta pajarillos tales como codornices, tantas otras y

coriandro, comino,

En

v almizcle. veinte pollos

los espacios

alondras, etc., rellenos unos de carne y rebozados en

vino dulce ó en ojaldrados

,

zumo

de limón.

yema

de huevo; cocidos otros en

Servian de complemento á todo este aparato, pastelillos

rellenos unos de carne, otros de sabrosas

confituras,

y á veces de quesos

Dispuestos tales elementos en forma de cúpula vertíase aceite aromatizado con v la otra mitad de la masa del esencia de rosas, almizcle y polvo de aloes, y preparándose que la primera, cubríase el todo de manera que no quedara resquicio natillas.

mismo modo

situación se introducía en el homo. por donde pudieran escapar los vapores, y en tal se conocía por el tinte dorado que cual lo punto, su en estaba masa la En cuanto

tomaba, sacábase de

él,

enjugábase

la

grasa con una esponja, rociábase de nuevo con

de ser servida á los reyes y á esencia de rosas y almizcle, y se juzgaba en disposición partidas de campo, ó en las expediciones venalos grandes señores, especialmente en las torias.

no

trasportarse fácilmente, pues sobre contener tantos y tan diversos manjares podía buen aspecto y más grato sabor y tardaba mucho en enfriarse.

se rompía, ofrecía

La más

Persia

regiones de Andalucía producian la esencia de rosas y más tarde las Armenia la más rica esencia el más afamado aceite de palma; la la esencia de violetas, y el Egipto ó clavo de especia

preciada; Basara

de cinamomo; Kufa

el

y

clavillo

mas con

el

suave perfume del

la

época de los Faraones dábase

lirio;

la

todo esto,

lo

mismo durante

preferencia á los

los calificas

aromas procedentes de

la

que en Arabia

El consumo que debió hacerse de perfumes es incalculable; pero puede formarse musulmán Egipto del en los tiempos de esplendor precepto religioso los musulmanes debían idea de ello considerando que en virtud de un en aceites odoríferos; que perfumarse todos los viernes; que los cadáveres se bañaban con esencias vegetales; que la moda los sorbetes y los platos de dulce se perfumaban embalsamado, \ que se peí fuma exigía que en las casas ricas se respirara un ambiente las los regalos que se hacían unas a otras el papel en que se escribían las cartas y se daban hombres los perfumada, agua en bañaban se personas conocidas. Las mujeres otros empleaban para su en la barba y cabellos con pomadas de suave olor, y unos y las grandes festividades se En verdes. amarillos rosados, y aseo jaboncillos olorosos hasta los vecinos quemaban perfumes en todas las calles de la ciudad, á fin de que meridional y de

más

la

costa de

los

Somalí.

una sensación de placidez y pobres, respirando tan grato ambiente, experimentaran

bienestar.


EL CAIEO Dicho se

289

que no habian de serles desconocidos

y á más del opio que se elaboraba en Siut, en cuyos campos, según dejamos indicado, crecían abundantes las está

adormideras

jaxjax

(

1

los narcóticos,

hacian uso tan frecuente del hasduich

A

creyó obligado á dictar repetidos edictos prohibiéndolo.

que

el

los árabes se

sultán Bibars se

debe

el

descubri-

miento del alcohol, y si bien es verdad que en tiempo de los califas se fabricaba áun la cerveza, que como sabemos era una de las bebidas fermentadas de que más consumo se hacia en

el

antiguo Egipto, los musulmanes, no obstante las prescripciones del Coran diéronle

preferencia al

zumo

de la cepa, del cual sólo se abstenian los sinceros creyentes.

la

Musulmanes

hubo, y no pocos, especialmente de los de los primeros tiempos, que negaron que el Profeta hubiese prohibido el uso del vino, y á juzgar por los muchos cantares báquicos que de sus

más eximios

poetas

En un

de consignar admiremos algunos textos.

«El Profeta,

hemos de deducir que eran

hasta nosotros han llegado,

adoradores y admiradores entusiastas del jugo de

fervientes

testimonio de lo que acabamos

antiguo manuscrito de Tha’abili, se

bendición del Señor sea siempre con

la

En

la vid.

él,

ha dicho que

el

lee:

vino puede beberse

»y que podemos beberlo para fortalecernos después de la comida y antes de ponernos en camino, y para quitarnos de encima el peso de las amarguras y de los cuidados.» En otra

»

parte se dice:

«Sólo un alma villana puede prohibir

«ha por fuerza de consentir su bebida: »el ladrón

son

el

únicos capaces de vituperarlo:

los

vino: quien tenga nobles sentimientos

el

generoso y

el

magnánimo

mas no

lo alaban: el

avaro y

os entreguéis á la embria-

»guez que deshonra y envilece.» Al vino se le da el nombre de «alquimia del regocijo» «El mundo es una querida, y el y «don el más grato con que el mundo se regocija.» »vino la dulce humedad de su preciosa boca 3 .» Lno de los más inspirados poetas árabes

escribió Deja

Y

al

— ya tardío, ya veloz — de la cepa en el licor. —

tiempo que discurra

tus pesares ahoga

guarda bien tu corazón; Mas si tres veces bebiste No te escape la alegría y reste sólo el dolor.

— de toda humana aflicción; mejor. es Sigue, pues, este consejo, — que te Deja al tiempo que allá corra, — en su varia mutación; es peor Si es propicio, bebe fuerte; — y mucho más Es

el

vino panacea

el

fio

4.

si

Burlándose de

mañana

el

los

preceptos

religiosos

que ordenan á

los

creyentes la oración de la

poeta Al-Motadid finge otro precepto que prescribe á los fieles beber á

la

misma

hora, expresándose en los siguientes términos:

V. El nombre catalan de la adormidera cascall recuerda perfectamente el árabe. V. Xarcótico que se prepara con el zumo de las hojas del cáñamo. En alsrunas tabernas de Andalucía se leen rótulos muy característicos, tales como los siguientes que en este momento recordamos: Nota del Traductor. Establecimiento de buenas costumbres.» Saca-penas. «Quita pesares. 4 La traducción en verso de esta composición, hecha sobre la alemana de Schack en la obra antes citada, se debe á D. Juan Font y '

2

3

Guitart.

— Nota del Traductor. EGIPTO,

TOMO í.

73


;

!

EL CAIEO

290

¡Mirad como

En

el

los

Está

huerto resplandecen

El

Olvida sus penas todas

Quien por

la

mañana

Y

bebe.

Finalmente, Ibn-Hazmun se burla así de No Poco

es

un crimen beber

el

precepto

me

la mañana mandado al creyente; tiempo es húmedo y frió.

Que beba por

jazmines

calentarse conviene.

la hipocresía

La

vino;

de los anacoretas y derviches:

g-arg-anta se les seca

Con tanta oración nocturna,

asusta;

Hasta los mismos derviches

Y

Lo beben y disimulan.

Vino en abundancia apuran.

Mi casa

á fin de

que

se refresque

es cual sus ermitas

Lindas muchachas figmran Los muecines; y los vasos, No las lámparas me alumbran h

Para formarse idea

del

consumo que

nos referimos, bastará consignar que mil dinares en un dia.

Los monjes

el

se hacia de vino en Egipto, en la época á la cual

impuesto que

satisfacía dicho licor llegó

cristianos lo bebían también, y el poeta

vivía en la época de los fatimitas describe con alegres toques

con sus camaradas en un monasterio de

Sicilia,

á producir

Ibn-Hamdis que

una noche que pasó bebiendo

en cuya tierra se dan los mejores moscateles

mundo, y en la cual por una moneda de plata le dieron «oro líquido.» Los príncipes y los magnates tenian en sus palacios vajillas de oro y de plata, de cuales formaban parte fuentes de ónice y de otras piedras no ménos ricas. Los mangos de del

las los

cubiertos y cuchillos eran de jaspe y de cornalina; los vasos de cristal de roca, y muchos y variados los objetos de vidrio tallado y de diferentes colores. Pero al paso que las piezas de

harem deslumbraban por su

recibo,

mandara y

la calle

estaban dispuestas con gran sencillez

el

que inspiraban

la codicia

mente durante

el

do los príncipes y

;

la

lujo, las habitaciones

y es que

la desconfianza

,

que correspondían á los celos

y

el

temor

envidiosa mirada de los transeúntes, especial-

reinado de los últimos sultanes, ponían á los ricos en

el

caso de no hacer

pública ostentación de sus tesoros.

Los jardines eran también objeto de singulares cuidados, resultando de aquí que los el particular los más entendidos en el arreglo y disposición de los mismos.

árabes fueran en

Los poetas y viajero

los prosistas de aquel

Abn Beker

el-Heraví,

muchas veces su nombre sobre

tiempo hacen grandes elogios de su magnificencia:

el

conocido entre los árabes por Kiselak por haber puesto los

monumentos,

entre las plantas que dice haber visto en los

jardines egipcios, nos habla de rosas de tres distintos colores, de dos especies de jazmines y llores de loto, de mirtos,

de junquillos, de crisantemas, de violetas blancas de suavísimo olor,

de alelíes y claveles, citando entre los árboles que en los mismos se cultivaban la palmera que ofrecía sus frutos en diferentes estados de madurez, los bananos,

el

limonero,

el

sicomoro,

la cepa,» puede 1 Quien quiera más noticias, y más composiciones sobre el aprecio en que los musulmanes tenian «el grato licor de consultar la obra referida, en la acabada traducción debida á la pluma, del Excmo. Sr. D. Juan Valera.


JARDIN REAL DEL CAIRO


.

.

-

-

.

.


EL CAIRO

293

fecundas parras de las cuales pendian racimos blancos y rojos, las higueras, los almendros, coriandros, melones, pepinos é innumerable variedad de legumbres y hortalizas, entre los las

cuales debe hacerse mención del sabroso espárrago de Egipto

Según

antiguos.

.

famoso ya en

además de

otro escritor los jardines del califa,

tiempos más

los

las plantas raras

que se

encuentran en nuestros jardines, tenían palmeras, cuyo tronco hallábase revestido de planchas de metal dorado, y debajo de las cuales se ocultaban ciertos tubos por los cuales salían aguas cristalinas

que parecían brotar del árbol.

Con

las flores

samente dispuestas y recortadas se trazaban adornos glorietas, dispuestos para tomar el

que crecían en los acirates, cuidado-

é inscripciones,

y en los cenadores ó

rumor de

fresco, acariciaba el oido el

pequeños surtidores y el trinar de pintados pajarillos que anidaban en los canastillos

pendientes de

la

techum-

bre, en tanto que cruzaban las avenidas

pavos reales y otras aves de hermoso

Muchas de

plumaje.

las

plantas que

hoy poseemos proceden de Oriente, habiendo llegado á nosotros, mejoradas, por

el

suma,

intermedio de los árabes

mundo

el

:

en

legendario de este

pueblo seria inconcebible sin

la

exis-

tencia de los jardines, ya que sólo en ellos

puede contemplar

el cielo,

descu-

bierta la faz, el rostro bellísimo de las

hermosas, que son preciado ornamento

harem: razón por

del

la cual

su interior

está fuera del alcance de las miradas del transeúnte,

medio de

ellas

Hasta

los

que podría entablar por

amores

secretos.

mismos templos, por más que en su

interior ofrecieran tesoros de magnificencia,

en su exterior eran pobres y hasta humildes, debiendo fijarnos exclusivamente en la puerta principal, en los frisos, en los alminares y en los bellísimos adornos que revisten la cúpula, si

queremos formarnos idea de

durante

la

la habilidad que distinguía á los arquitectos y escultoi’es, que época dejos fatimitas habian conseguido emplear en las paredes de las mezquitas

y de los palacios los complicados arabescos y las gallardas inscripciones que durante mucho tiempo aplicaron á los tejidos, sacando de ellos, para las superficies planas un sistema ,

de decoración que

v «J

al

al

par hablaba á la imaginación y

al

sentimiento artístico, á la reflexión

deseo de instruirse.

Escasos son los restos que se conservan de los edificios construidos en dicha época, EGIPTO, TOMO 7A I.


EL

294

CAffiO

siendo verdaderamente una pérdida irreparable; mas, como por fortuna nos quedan no pocos libros

en los cuales se describe detalladamente

puede consignarse sin

la

menor

arquitectura árabe, de los cuales,

el

esplendor do

muchos de

vacilación, que

la corte

de los fatimitas,

los elementos característicos á la

siquiera tomándolos de

monumentos

pertenecientes á

épocas posteriores, ofreceremos ejemplares, alcanzaron ya completo desenvolvimiento en

tiempo de dichos príncipes.

Cuanto acabamos de decir tiene aplicación completa en

lo

que se

llaman estalactitas, y cuyo origen háse creído encontrar, equivocadamente, en las formas fantásticas que ofrece la naturaleza en el interior de las grutas, de cuyo techo se destila el

agua gota á

No, no son

gota.

tales imitaciones, y

«una formación arquitectónica de un género »

pasar por un elemento de construcción,

»y

en opinión de Ivuvler, debe verse en ellas

particular,

cuya extraña apariencia

como por un elemento

orgánico, en

el

así

puede

sentido ideal

propio tiempo decorativo.

al

»

Dicho elemento encuéntrase

»

empleado ya, ora como medio

»de transición, ora para pasar á »los accidentes que sobresalen;

»por ejemplo, para llenar los » ángulos

cuando se levanta una

» cúpula sobre

una cámara cua-

y aún en ciertos distintos unos de

»drangular, » casos

muy

» otros,

para que hagan las veces

»dc arcos torales v de bovedi»llas.

BALCON CONSOLA DEL ALMINAR DE LA MEZQUITA DE EZBEK

»cn

las

»que

el

remate de

la

» ménsulas

y diminutas liorna—

el

»cinas, que sirven de estribos á » arquillos

apuntados que apean

ménsula superior descansa

las partes

tres clases: árabes,

los

al

lado y

CAPITEL PERSA TURCO DE ESTALACTITAS

encima unos de

casi sobro la

cima de

la

otros, de suerte

hornacina central,

superiores sobresalen á manera de candelas pendientes.» Técnica-

las estalactitas sirven

Schmoranz, uno de

especial do

cual pequeñas

en

ménsulas, vense colocados regularmente

»de suerte que

mente

Es un sistema

» casetones

para disponer las partes de

que más profundamente han conocido

modo que vayan el arte árabe, las

ascendiendo.

ha dividido en

persas y moriscas; teniendo en cuenta que cada una de ellas ofrece manera de tratar los materiales

caractéres singulares que las distinguen, especialmente en la

empleados en su construcción, madera, yeso, tierra cocida ó piedra.

Las

estalactitas

no

pintadas, en las cuales el efecto procede exclusivamente de los contrastes resultantes de la luz, difieren

completamente por su forma de

las

que están pintadas de diferentes colores.

Del palacio construido por Djohar para sus señores, nada queda absolutamente, pero


EL CAIRO podemos formarnos de

Al-Man sur de

Bujía, en Argel, que pertenece a la

«Siglo tras siglo háse deslizado

un

» levantado

295

idea de lo qnc seria, por la poética descripción que hace

el

tiempo sobre

el

misma

país de los griegos, sin que en él se

»cámaras de techo clavadísimo, en sus salas que ofrecen » permites gozar,

Omnipotente Señor, anticipadas

» crecen los creyentes

en

la práctica

»los umbrales de la otra vida,

fresco y

las delicias del

En

edificio.

haya sus

perfumado ambiente, nos Edén. Contemplándolo se

de las buenas obras; pues comprenden que

han de encontrarse con jardines mucho más

»E1 pecador que logra verlos abandona

del

época:

que en magnificencia pueda compararse á este

palacio

Ibn-Hamdis

al

franquear

bellos todavía.

extraviada senda, se arrepiente de las faltas

la

»cometidas y se hace digno de la celeste misericordia. Cuando los esclavos abren sus puertas »los ángeles hacen llegar » dulce

al

oido del que entra

un

y arrobador «bien venido seas;» y hasta

»los leones que tascan junto á la puerta los acera-

«Alah es

»dos eslabones, rugiendo dicen: »nipotente.»

» sobre el recien llegado

dazarle,

para

el

Om-

que se disponen á saltar

Diríase

castigar

con

su

el

intento de despe-

osadía en

penetrar

»donde no fué llamado... Las marmóreas losas »del palacio semejan delicadas tapicerías, sobre las » cuales se hubiese

sembrado alcanfor molido; en

»sus intersticios brillan nacaradas perlas, y ya » desde gran distancia se perciben los perfumados »efluvios de su ambiente impregnado del

»del almizcle. ¡

» tienda la

noche

» deslumbrante

»por

sí solo

Qué importa que el

el sol

aroma

se oculte y

velo de sus tinieblas,

si

el

resplandor de este palacio basta

para disipar la oscuridad

más densa!» MEZQUITA EL HAKIM

Refiriéndose luego al elegante surtidor de di-

cho

edificio, dice

que estaba rodeado de leones que arrojaban chorros de agua que rujido temeroso del rey de las selvas; y que en

de sus fauces imitaba

el

recipiente donde caia el

agua

se elevaba

un árbol de

el

al

brotar

centro del

tan maravillosa estructura, que con ser

de metal parecía recien arrancado de un jardín, y que los numerosos pajarillos que en sus

ramas estaban posados despedían por sus picos

hilos de agua, sobre los cuales jugueteaba el

en mil cambiantes de color, y que de sus hojas caia incesantemente menuda lluvia. Hasta las puertas y los techos de tan suntuosa morada hace Ibn-Hamdis objeto de sus

sol

ntusiasías descripciones, diciendo de aquéllas que estaban adornadas con esculturas y clavazón de oro, y de los segundos que ostentaban sorprendentes pinturas representando únenos jardines y escenas de caza, tan bien hechas y acabadas, que para encarecer el mérito


EL CAIRO

296

que

del artista

»esas figuras y El edificio

las llevó á ejecución follajes,

más importante

mezquita debida

al

no vacila en decir: «Para comunicar tanta luz á todas

por fuerza debió mojar sus pinceles en construido en

el

mismísimo

sol.»

época de los fatimitas, es

la

segundo de los sucesores de Mo’ezz. Medio derruido, no son muchos

los

del Cairo,

la

objetos que conserva verdaderamente dignos de atención; pero cuando se sabe lo que fue la

vida de su fundador

Hakim, es

fuerza convenir en que dicho califa, que subió al trono á la

edad de once años, constituye una de

las figuras

de aquellas cuya personalidad resulta

más incomprensible,

rios aspectos

que ofrece

Para que de

.

ella se

más

singulares que ofrece

la historia,

y una

á consecuencia de los contradicto-

forme idea bastará consignar que durante

los

años postreros de su existencia imaginó ser dios, y esta presunción se generalizó en tales términos, que la secta de los Drusos, que cuenta todavía numerosos prosélitos en la Siria, le tiene por

una encarnación

distinciones, y por lo

creyendo que desapareció para volver un dia y al Cairo no le es deudor de grandes

En cuanto

entero.

que toca á sus habitantes fueron tratados de diferentes maneras según

momentánea disposición de su

era la

tuvieron que sufrir todo les

del Altísimo,

mundo

recibir la adoración del

el

espíritu.

Los coptos y

los

cristianos

unas veces

rigor de sus persecuciones; pero en cambio en ocasiones distintas

concedió los beneficios de la libertad

más completa, y hasta

consintió que volvieran á su

primitiva creencia aquellos que, por temor á sus rigores, habían adoptado los preceptos del

más humildes

El pueblo, es decir, las clases

Islam.

entre las cuales habíase complacido

en orar en los primeros años de su juventud, y cuya voluntad inagotable liberalidad, le

amaba con

Su nombre pronunciado en

odiaban.

le

había ganado merced á su

pasión: en cambio las clases superiores el

harem de

los ricos producía

nación, pues no sólo prohibía en absoluto á las mujeres

que pusieran

el

le

temían y

le

una verdadera consterlos piés

en

la calle,

sino que tenia vedado el que entraran en las casas hasta á los vendedores de comestibles.

Grandeza de alma y pequeñez de espíritu; severidad desordenada y bondadosa dulzura; afabilidad v orgullo elevado hasta la más alta infatuación \ devoción estrecha é intolerable r

hasta

el

último extremo respecto de la doctrina chiita; y completa aversión á las creencias

de sus padres: todas estas tendencias contradictorias pasaron y se sucedieron una á otra en

su pecho voluble y su alma tornadiza.

como

Hoy

se

presentaba en las calles seguido de un

numeroso y esplendente, y mañana recorría

cortejo el

más humilde de sus

la

ciudad montado en pacífico jumento

súbditos, ó permanecía dias enteros metido en

el

interior de

aposentos herméticamente cerrados, cuyas tinieblas disipaba por medio de antorchas y luces artificiales:

hasta en cierta ocasión, cual

el

César romano, puso fuego con sus propias manos

á su regia morada. Al fin acabó de desaparecer sin dejar huellas de su paso, en uno de sus paseos nocturnos sobre las vertientes del Mokatam.

de asesinos; pero Tres son llevaba su

las

ello es

Lo

verosímil es que pereciera á

manos

que los drusos aguardan todavía su reaparición.

mezquitas que

nombre, se vino

al

mandó

más notable, que era la que un terremoto. El majestuoso edificio

construir, y de ellas la

suelo á consecuencia de

terminado por un alminar que nada tiene de notable, como no sea

el

hallarse en bastante


!

-

j!

í

J


EL CAIRO buen estado de conservación, adosado

al

el

cual,

299

durante su reinado sirvió de observatorio, hállase

presente á la muralla Nordeste de la ciudad, y se encuentra entre las dos puertas del Cairo, Bab-en-Nasr, la puerta de la Victoria, Bab-el-Futukh,

más importantes concluida por el

el

y

poderoso visir Bedr el-Gamali, en tiempo del segundo sucesor de Hakim.

débil el-Mustansir.

Bab-en-Nasr es una obra importantísima de

la

mejor época del arte

BAB-EL-FUTUKH

árabe, y los inteligentes admiran en ella, con razón, su notoria solidez y la perfección con que la constituyen. En cuanto á Bab-el-Futukh, con sus torres

fueron labrados los sillares que

circulares perfectamente dispuestas

y admirablemente conservadas, es merecedora de idéntico

El que en la actualidad, recorriendo los arrabales, se llega á dichas puertas y á la mezquita de Hakim, puede distinguir á su izquierda un pequeño cementerio, en el cual, entre elogio.


EL CAIRO

300

los

musulmanes, cuyo

país y

costumbres estaba estudiando, descansa

escritor de viajes de los tiempos

modernos,

el

sapientísimo

Las puertas que dejamos mencionadas fueron construidas por califas

que gobernaban en

un hecho sumamente ejercieron de cada vez fatimita,

más concienzudo no por

los visires,

los

tiempo en que se edificaron, circunstancia que constituye

significativo.

En

efecto:

mayor influencia en

desde

tiempo de Mustansir los visires

el

los destinos de Egipto, del Cairo y de la dinastía

que habiendo contado todavía ocho príncipes después de Hakim, acabó por extin-

un modo tan miserable como

guirse de

Egipto recibió victorias

el

el

L. Burckhardt.

J.

el

brillantes habían sido sus principios.

golpe mortal en tiempo del degradado Adid,

que alcanzaron sobre los últimos representantes de

ménos por

El califato de

resultado de las

la dinastía fatimita las

armas

triunfantes de la primera cruzada, que por los celos y ambiciones de los altos dignatarios del

Estado, los visires, continuamente en lucha unos con otros.

Schaur, con

el

De

ellos,

Nur

propósito de consolidar su situación, pidió auxilio á

uno de

los últimos,

ed-din, príncipe de

Alepo, y abrió las puertas de Egipto á los mercenarios kurdos del príncipe siriaco, que mandaban Shirkuh y su joven sobrino el célebre Salakh ed-din (Saladino) hijo de Evub.

Después de numerosas

vicisitudes,

y no obstante haber el visir, sin el menor escrúpulo, manos de los kurdos. Muerto Shirkuh, tomó

solicitado el auxilio de los cruzados, pereció á

Saladino

el

mando,

al principio

á

nombre

del último fatimita

en un palacio en compañía de sus mujeres; pero muerto diente, bien que sin

tomar

el

nombre de

califa,

para

lo

éste,

Adid,

al

cual tenia encerrado

en calidad de sultán indepen-

cual tuvo en cuenta la circunstancia

de ser sumsita, y juzgar, en consecuencia, que ofrecia mayores garantías de seguridad para su persona, que en las mezquitas del Cairo se orara para el príncipe abbasida, cuyas creencias eran las suyas. dinastía, la de los

A

partir de este

Las hazañas llevadas á cabo por ralidad y esplendidez le

más

hecho presidió

los destinos del Egipto

Eyu bitas, que tomó su nombre de Evub, padre de éste; su carácter

bondadoso y caballeresco, y su libe-

han valido un puesto de honor en

la poesía

elevado indudablemente que en las de los orientales.

excitar la liberalidad de los

nimo

Saladino, y al decir

sitio especial

en

el círculo

una nueva

Saladino.

y en

la

leyenda europeas,

Gualtero de Vogelweide para

alemanes prorumpia en estas palabras: «Acordaos del magná-

magnánimo

quiero decir franco y liberal.» Dante

en que se encuentran los paganos

«Y

solo, á

un

más

le

concede un

distinguidos

lado, yo vi á Saladino.»

Finalmente, Lessing y Walter-Scott han contribuido á que se mantuviera viva en la memoria del hijo de Evub. Su valor y su pericia determinaron la pérdida de

Occidente Jerusalen

;

mas

esto

no fué obstáculo para que

grandes prendas de carácter, hasta

el

en Saladino

la caballería cristiana reconociera

punto de considerarle uno de

los

suyos

:

la

leyenda

pretende que su madre era cristiana, y que se hizo armar caballero de la orden del Temple por su prisionero Hugo de Tiberiades. Xo es esto decir que no se encuentren lunares en su vida; pero con todo esto fué

un verdadero héroe y un cumplido

caballero, el único de su


EL CAIRO Habíase cometido en él

consternada

la

el

Cairo

ciudad.

303

un robo de mucha monta,

Ivarakush

les

tanto que estaba á consecuencia de

preguntó á los robados

medio de una puerta, según era costumbre en

si

su calle estaba cerrada por

los últimos tiempos, á lo cual contestaron

PUERTA DEL CALLEJON SAKKARIJE

afirmativamente. Dispuso entonces que tantes de la calle.

atentamente, y dijo:

«Dice

la

al

Hízose

así,

le

trajeran la puerta, y con ella á todos los habi-

aplicó el oido contra la

cabo de un rato separándose de

puerta que el ladrón luce una

la

pluma en

madera, en ademan de escuchar

puerta y dirigiéndose á los presentes el

turbante.»

Con

lo cual el culpable.


EL CAIRO

304 llevó involuntariamente su

mano

á la cabeza y se denunció

como

ladrón.

Muchos de

los

hechos y dichos que se atribuyen á Karakush merecen el calificativo de groseros; pero la confianza que constantemente le dispensó Saladino, depone en favor de sus buenas cualidades

A

la

1 .

nueva

fortaleza diéronle los árabes el

nombre de

«Castillo de la

montaña:» pero

los

PUERTA DE MAMELUCOS EN LA CIUDADELA DEL CAIRO

habitantes del Cairo la llaman, para abreviar, el

una

KaVaa,

el

Fuerte. Para subir á ella existe

carretera, si bien tortuosa, perfectamente conservada, hallándose

buen estado junto á

la

el

camino antiguo, abierto á

llamada puerta de Azab ó de los Mamelucos, en recuerdo de

Respecto del significado y representación del Karakush en de Tantah. V. 1

además en bastante

pico, flanqueado de elevadas paredes,

el

teatro oriental, recuérdese lo que

la

que termina

sangrienta tragedia

hemos dicho

al

hablar de

la leria


EL CAIRO

306

que tuvo lugar en sus cercanías,

en virtud de

Mahomed-Alí

cual

la

aniquiló

á esos

orgullosos magnates.

En cuanto

palacio

al

Saladino, quedó

en

el

cual durante

largos

siglos

residieron

los

sucesores

de

cabo completamente abandonado, bien que en determinados dias y con motivo de grandes solemnidades se abren algunos de sus más importantes salones, decorados

según

al

gusto oriental, hoy dominante en Turquía.

el

Después de

la

toma

del Cairo

en 1515,

mandó desmontar las más bellas columnas de mármol y las remitió á Constantinopla con los objetos más preciosos de los que constituían el mueblaje, por todo lo cual nos seria Selim

asaz

difícil

formarnos idea del aspecto que ofrecía en aquel tiempo un palacio árabe, y hasta el interior del mismo se agitaba, si no tuviéramos á mano la crónica de

de la vida que en

Guillermo de Tyro en los califas del Cairo la

«Como

la

muy

la cual se refiere

al

pormenor

la

manera como

fue recibida por

embajada de los cruzados.

mansión de

este príncipe, dice, ofrece singularidades especialísimas, distintas

hemos presenciado hasta ahora, referiremos circunstanciadamente cuanto » sabemos, según detalladamente nos lo han referido los que han penetrado en la habitación »de

cuanto

»de este gran príncipe, sobre su esplendor, sus incomparables riquezas, y su magnificencia » extraordinaria; pues presumimos que no ha de desagradar el tener algunas noticias » circunstanciadas respecto de estos particulares.

»Hugo

de Cesárea y

el

»les confiara para con

con

» conoce

el

caballero del el

En

el

Temple Godofredo,

momento en que

llegaron al Cairo

á fin de cumplir la embajada que se

sultán, fueron conducidos al palacio, que en el idioma del país se

nombre de Kasr (Alcázar), precedidos de gran número de personas que

»llevaban grandes espadas, á través de estrechos pasadizos y de aposentos oscuros, junto

»á cuyas puertas veíanse tropas etíopes, que vitoreaban

al

sultán con gran entusiasmo.

primera y la segunda guardia, llegaron á unos » patios más anchos y espaciosos, en los cuales penetraba ya el sol, viéndose en ellos ;» hermosos pórticos destinados á pasear á cubierto de los rayos del sol, cuyos arcos sostenían

»Despues de haber dejado á

» hermosas

la

espalda

la

columnas de mármol, siendo sus techos dorados, de diversos colores su pavi-

»mento, y teniendo por adorno objetos preciosísimos, de manera que todo respiraba » magnificencia y esplendor. Todo lo que veian los embajadores era tan hermoso y tan »rico, así por los materiales »

como por

la labor,

que no sabían apartar

los ojos de lo

que

estaban contemplando; pues por su perfección excedía á cuanto hasta entonces habían

»visto.

» vistoso

mármol llenos de agua pura y cristalina; y pájaros de todas no conocidos entre nosotros, de cantos diversos, de formas extrañas y de muy

Allí habia viveros de

» especies,

plumaje, entre los cuales uno particularmente les llamó

»y peregrino. Desde aquí »á

los últimos

» contemplar

los

acompañaron

en magnificencia,

admirable

como

los

ensueños de

la

atención por lo hermoso

éstos excedian á los anteriores, y en ellos pudieron

muchedumbre de cuadrúpedos,

tales

como

«caprichoso pincel del pintor, la ardiente fantasía del poeta, ó » bizarros

la

eunucos á otros aposentos que sobrepujaban

sólo puede concebirlos el

el espíritu,

abandonado á

los

noche, los cuales procedían de las regiones del Mediodía y del


EL CAIRO »Oriente, sin que se vean jamás en

el

307

Occidente, que sólo de tarde en tarde oye hablar

»de ellos.»

«Después de muchas vueltas y rodeos »al que

más

al

través de infinitas cámaras, capaces de detener

prisa tuviera, llegaron al palacio real propiamente dicho, en el cual lo

numeroso

»de las tropas y la inmensa muchedumbre de servidores lujosamente arreados, revelaban la » incomparable magnificencia de su señor, así como la esplendidez, que por todas partes se _

» \eia,

denunciaban

las

inmensas riquezas de que era dueño. En cuanto fueron admitidos é

» introducidos al interior del palacio, el sultán prestó á

su señor el acostumbrado homenaje, una y otra vez hasta tocar el suelo con la frente, honrándole v áun »adoi ándole como no se ve en parte alguna con persona humana. Al humillarse por tercera.

» humillándose

»vez, deponiendo

al

par

la

espada que del cuello

le

pendía, descorriéronse las cortinas de oro

»\ preciosísimas perlas bordadas, y dejaron de manifiesto el trono erigido en el comedio de »la sala, ocupado por el califa, que con el rostro descubierto, y vistiendo un traje mejor

»que

el

Una

más

del

» teniendo á

ostentoso soberano,

su rededor un reducido

vez

más

permanecía sentado en un

palabra escrita ha excedido en duración á

la

sillón

de oro macizo,

número de eunucos.» piedra y al metal.

la

ciudadela del Cairo ofrece todavía algunas partes cuya antigüedad remonta á

fundador:

mas

á su lado se ven nuevas construcciones, antiguas unas, otras

contemporáneas, que han exigido

la

ruina de las anteriores. El

la

La

época del

modernas, otras

castillo ofrece

un

laberinto

fantástico de patios,

de pasadizos meándricos, de cuarteles y de palacios, de paredones inmensos cortados á pico y de rincones oscuros y temerosos, en los cuales háse cometido

más de un

homicidio.

Es indispensable considerarlo como un

todo,

y sin embargo se hace

imposible indicar cuáles son los elementos de que este todo se halla formado, y de qué manera se hallan enlazadas estas partes tan distintas y desemejantes. Aquí los alminares

más

esbeltos y elevados que existen en el Cairo, y que en la apariencia se remontan hasta las nubes; á su pié el pozo más profundo que pueda imaginarse puesto que se hunde hasta bajo el

nivel del Afilo:

una antigua muralla, medio derruida, para cuya construcción se echó mano

de las piedras de las pirámides, al lado de una pared fabricada de alabastro, que cierra los patios

y

recinto

el

de una mezquita de moderna

levántase orgulloso junto á

construcción:

un templo medio derruido: más

convertida hoy en almacén de granos

:

un

ala de

un

lejos

un

palacio

espléndido-

una antigua mezquita

palacio decorado en otro tiempo con

singular riqueza sirve hoy de cuartel.

Al

salir

de una calleja estrecha en la cual difícilmente se puede respirar, se penetra en un

espacio que llena

el aire

direcciones hasta la

dumbre sobre al

la

puro del desierto, desde

más remota

lontananza.

el

cual puede espaciarse la mirada en todas

nuestros piés se agita una densa

espaciosa plaza de Ruínele, en la cual desemboca

presente plaza de Mahoméd-Alí.

plaza, cuenta

A

próximamente dos

Saladillo congréganse

el

muche-

antiguo Karameidan,

La magnífica mezquita de Hassan que domina dicha menos que la ciudadela; pero desde los tiempos de

siglos

en dicho espacio grandes y pequeños para entregarse á toda suerte de


EL CAIEO

308

regocijos, y asistir durante el

peregrinación á la Meca.

mes de shaual á

Dirigiendo

la vista

marcha de

la

gran caravana que va en

la

por encima de esta muchedumbre compacta y

movediza, y por entre las mezquitas que en medio de ella se levantan, se ofrecerá á nuestras la vastísima ciudad que se extiende á lo léjos hacia el Norte y hácia el Occidente; pudiendo distinguir numerosas figuras humanas y prendas flotantes sobre los techos de

miradas

plana superficie, en los cuales se distinguen ciertas aberturas, semejantes á los cobertizos

que protegen

las escaleras

que conducen á los pisos existentes debajo de

la

cubierta de los

Dichos cobertizos, de madera, llamados mulkufs, forman una pequeña ciudad

buques h

encima de

la otra,

pero

el ojo

no puede detenerse mucho tiempo en su contemplación; pues

se halla solicitado por los esbeltos alminares cuyas siluetas se dibujan por centenares en

todas direcciones do quiera se dirige la mirada.

de las encaladas paredes, ciegan casi tiene

más

Los rayos

del sol

y

el brillo

deslumbrador

espectador que dirige sus miradas á la ciudad; y no

al

recurso que bajar los ojos y convertir su atención hácia

el

Oeste, á lo léjos, donde

se divisan la tersa superficie del Nilo, las tierras de labor las pirámides

mino

que sus aguas

que se dibujan en

fertilizan, el

último

y

tér-

del horizonte, junto á la línea del árido

desierto, y al pié de las estribaciones de la

montaña Cairo

lo

líbica.

que

el

Las pirámides son para

tituyen su rasgo característico,

que

si

de manera

por acaso apesar de vivir en medio de

los productos de la civilización egipcia,

vertimos

el

pensamiento á

la lejana patria,

de los faraones.

encontramos en

la tierra

Sud á nuestros

piés, las colinas

,

escombros sólo logran

fijar

El

el

Vesubio para Nápoles: cons-

con-

basta su presencia para recordarnos que nos

Mokatam

hácia

el

Occidente, y á la parte del

coronadas de molinos de viento y los inmensos montones de por un momento nuestras miradas: en cambio el extraño aspecto

de la necrópolis del Cairo nos llama poderosamente la atención

,

puesto que en

el

suelo

arenoso se levantan numerosos grupos de construcciones que constituyen otros tantos cementerios, detrás de los cuales se distinguen mausoleos que terminan en cúpulas, siendo de ellos los al

Sud y

más

notables los pertenecientes, á los mamelucos, situados debajo de nosotros,

los de los califas al

Nordeste de

la ciudadela.

Mas para contemplar este magnífico panorama en toda su indescriptible belleza no es el momento más apropósito aquel en que lo inundan de luz los rayos del Sol; puesto que en tal el caso sólo se distingue un conjunto de colores en que dominan y contrastan el gris y el ceniciento, resaltando acá y acullá algunas manchas el blanco deslumbrador,

amarillo,

y

poderosamente la 1 Compréndese perfectamente que la disposición de las casas orientales con sus azoteas y sus tragaluces, llame tan ellos la nieve, ni .e atención de un habitante del Norte, acostumbrado é los techos de pizarra dispuestos de modo que ni se detenga en comuniquen con el interior. V.


EL CAIRO de verde que apagan

horas de

líbica, ofrece tales

ha logrado espaciar sobre verdadero

mar

309

En cambio

la distancia.

mañana, ó antes de que

la

montaña

polvo y

el

contemplándole en las primeras

astro del dia haya traspuesto las

el

cumbres de

la

encantos que difícilmente puede olvidarlos quien una vez siquiera ellos

mirada. Los agudos alminares levántanse sobre un

la

de flotantes nubecillas rosadas y trasparentes;

la corriente del

campos con sus plantas y sus montes cubiertos de una

tersa superficie de oro reluciente: los

alfombra de Persia; y los lejanos

tinta violácea oscura, se destacan sobre el

manto

Nilo semeja

flores preciosísima

purpu-

real

rino tendido á lo largo del horizonte.

Para sustraerse á

la

fascinación que produce semejante es-

pectáculo es indispensable

un verdadero esfuerzo: mas fuerza

es penetrar en los patios interiores de la ciudadela antes de

que extienda

la

noche sus

En

tinieblas.

ellos existen dos

muy

construcciones de la época de Saladino, situadas

una de

la otra

:

una mezquita de gusto bizantino

,

cerca

la

poco ménos

que completamente arruinada, y un pozo, por más de un conDesignan los árabes el último con el

cepto digno de mención.

nombre de «pozo de por

el

Josef, » y pretenden que fue construido

hijo de Jacob, ministro del faraón; pero la

verdad es

que debe su nombre á Saladino, cuyo verdadero nombre era Salakh ed-din Yustif y sabido es que Yusuf vale tanto como Abd-el-Latif, contemporáneo del gran sultán, á quien

José.

había conocido personalmente, habla ya de semejante pozo, que ha descrito exactamente Makrizi Mide 88 m 30 el agua se saca por

y medio de dos norias movidas por bueyes; una

que desde

fondo

.

el

la

eleva hasta la mitad de la altura, y otra

que desde

depósito establecido en dicho punto

el

la saca á la superficie.

Semejante medio, cuya

importancia para la época en que se construyó

ha desaparecido desde

es imposible desconocer, el

bombas de vapor.

ARCADUZ DEL POZO DE JOSÉ

biéndose

-i

la

lo

demás

*

1

1

según sienta Makrizi, á una de

ello,

viendo que

Por

el

Cairo las

el

agua

del OBRA HIDRAULICA DEL POZO DE JOSE

t t pozo de José tiene un dejo desagradable, den

las

i

t

muchas

abertura en un principio practicada no daba

agua, bien que clara otra

dia en que se introdujeron en

muy

delgada,

mandóla ensanchar, con

más gruesa que echó

á perder la primera.

lo

genialidades de Ivarakush, que

más que una pequeña

cantidad de

cual dió lugar á que con ella se

Respecto á

la

mez-

mezquita cuyos elevados

y esbeltos alminares se distinguen sobre la ciudadela desde gran distancia, fué obra de ella diremos cuanto juzguemos oportuno al ocuparnos de dicho príncipe.

Mahomed-Alí, y de EGIPTO.

TOMO

I.

78


EL CAJEO

310

Saladino antes de morir firmó paces con los cruzados.

En

cuanto á sus hijos

— dejó diez

recibieron en herencia el Egipto, la Siria, la Arabia y una varones y una hembra, parte de la Mesopotamia. Ya en vida distribuyó tan ricos estados entre los tres primeros de

y

siete

sus hijos, concediendo á los demás diferentes ciudades y provincias que gobernaban en calidad de príncipes.

A

su hijo Melik el-Aziz, sucedióle Melik el-Adil, hermano de Saladino,

regente de su sobrino, que se hallaba en la

menor edad: más

al principio

como

y después de haber depuesto á su pupilo, que contaba sólo diez años, como sultán independiente. Al nombre que llevaba antes de subir al trono,

unió

el

monedas, y otro tanto hicieron algunos de el del califa

Difíciles

después de

de Seif ed-din Abu-Bekr, estampando en sus los

miembros de su

abbásida, incapaz, cuya soberanía reconocía.

que campea en una de los antiguos

las

monumentos

tarde,

familia, al lado de su

nombre,

El águila heráldica de dos cabezas

que reproducimos á continuación, se distingue en algunos de

del Cairo.

tiempos sobrevinieron á los pueblos musulmanes del Asia oriental y de la Siria, muerte de Melik el-Adil; pues los príncipes de la dinastía de Eyub estuvieron

la

MONEDAS DE MELIK EL-ADIL

(SEIF

ED-DIN ABU-BEKR, HIJO DE EYUB). LA INSCRIPCION LE NOMBRA «REY JUSTICIERO»

envueltos en perpetuas luchas que

mútuamente

sostenían:

el

Egipto tuvo que sufrir

el

ataque de los cruzados; Damieta cayó en sus manos, Melik es— Salekh, nieto de Saladino, venció y guardó prisionero en

Mansurah á Luis IX de Francia;

invasión hasta dinastía de

subido

al

el

corazón de Europa; y cuando

Eyub, Melik es-Salekh,

trono

— resolvió

el

el

los

mogoles destruyeron los

China, y llevaron su destructora penúltimo de los representantes de la

antiguos estados del continente asiático, sometieron

la

último fue asesinado pocos meses después de haber

formar una guardia valiente y decidida, y completamente adicta a

su persona, semejante á la que habían tenido sus antecesores de facilitaron por todo los

extremo

la realización

la

dinastía abbásida,

de su proyecto las empresas llevadas á cabo por

mogoles, toda vez que muchas de las tropas vencidas, especialmente las turcas y las

carizmias, emigraron á otros países con objeto de alistarse en las

filas

de los ejércitos

no faltando tampoco esclavos turcos, prisioneros de guerra á quienes nadie mejor soberano de Egipto podía ofrecer muy buenos gajes. La medida, sin embargo, distaba

respectivos,

que

el

ser política, y así cuidó de advertírselo á Melik es-Salekh, á quien no vacila en llamar príncipe bondadoso y justo, cierto poeta que expresó sus temores en estos término». «Hoy contemplamos á los hijos del alto Saladino dirigiéndose á los mercaderes en busca de

mucho de

» esclavos:

mas no

pasará

mucho tiempo antes de que

»mercado para venderlos como

tales á

los esclavos los

quien quiera comprarlos.»

conduzcan á su lez

al


EL CAIRO

La presunción y temores

311

demás fundados

Melik es-Salekh cometió

la

locura de llamar á su casa á los avestruces, autorizándolos para que se establecieran en

el

del poeta eran por

nido del águila, y esos genízaros que se distinguían con (esclavos),

el

:

humilde nombre de mamelucos

que en un principio constituyeron las fuerzas más aguerridas de que su jefe

podía disponer contra sus enemigos y contra los ejércitos de los cruzados, acabaron por imponerse á los descendientes de es-Salekh, el último de los cuales pereció bajo sus puñales asesinos.

Podría presumirse á primera vista, teniendo en cuenta que

la

guerra constituía la

ocupación principal de aquellos tiempos, que las artes de la paz debían permanecer sino

dormidas por

mente en

lo

ménos

aletargadas; pero sucedía precisamente todo lo contrario, singular-

Cairo, en cuyas escuelas y universidades se estudiaban las diferentes disciplinas,

el

en tanto que se cultivaba

la poesía

no

sólo junto al solio de los príncipes

en

las

casas

también en

las calles

Los autores de

y

de los magnates sino

la

y en las plazas.

época de los Eyubi-

tas así se distinguen por el contenido

de sus obras bilidad que

como por

el arte

emplearon en

y

la

ha-

escribirlas.

El secretario de Melik es-Salekh, Bohá ed-din Tohar, gozaba fama merecida de diestro pendolista, siendo al

par poeta de gran mérito y hombre de agradabilísimo trato. Sus poesías, que

hace poco ha dado á luz con encomiástico elogio E. H. Palmer,

que revelan

el

al

paso

extremo á que había

llegado en aquella sociedad

el

escepti-

VASO DE CRISTAL ESMALTADO DE ANTIGUA FABRICA ARABE

cismo y la falta de creencias, nos ponen de manifiesto la molicie en que vivían las clases superiores.

hermosas mujeres, el

las fiestas

en los jardines, las excursiones á

vino, los placeres forman el fondo de las poesías de

de discreción, ingenio y cortesía.

amigos que como

él

Príncipes poderosos,

lo largo del Nilo, el

amor,

Bohá, que por su forma eran modelo

Véase en qué términos se

dirigía á

uno de sus muchos

vivia en el Cairo: «Si á

mi

casa, tú llegaras

Rebosara de gozo

Y cuando

el

como amigo,

pecho mió.

de ella al cabo te alejaras,

Buscaría yo excusa á tu desvío.»

A

otro

amigo de quien tenia recibida una carta,

le

contestaba en los siguientes términos:


EL CAIEO

312

Cuanto pude desear tu carta encierra. ¡Qué mucho

si

en tanto

la escribías,

Mi corazón, que en el tuyo penetrara, Su frase cariñosa iba dictando!

Nada más ingenioso que preceptos contenidos en

la

manera como, jugando

Coran, dándose á

el

propio

amor. Dicho se está con esto que había de ser

comprenda bastará recordar, que dirigiéndole en

del vocablo, torcía el concepto de los

el título

satírico de

de Profeta de la juventud y del primera fuerza, y para que se

cierta ocasión

porque no comprendía sus argumentos, contestóle con

el

un

filosofastro cargos terribles

mayor desenfado: «Que

le

hemos

»de hacer, como no soy ningún Salomón, no entiendo á los animales.»

Su contemporáneo Ibn-Kalikan, obra titulada Vidas de

los

hombres

que’ al propio tiempo fue su biógrafo, al cual se debe la

ilustres,

consigna que nació en

la

Meca, ó en un pueblo

de sus cercanías, y que estuvo en relaciones íntimas con su protector Melik es-Salekh, relaciones que así

conoció en

el

honran

al príncipe protector

como

al

poeta protegido, añadiendo que

le

Cairo donde habitualmente residía. «Goza, dice, de gran influencia para con su

» señor, que á nadie

más

en su casa de

»que á

más

lia

él confia

sus

sa-

la cual

raras veces.

Al cabo

íntimos pensamientos;

de nueve años sucumbió

»pero jamás ha abusado

á los estragos de la peste

»de ella, y sólo la ha em»pleado para favorecer á

que diezmaba

»

» aquellos de sus

amigos

»que ha juzgado dignos

po fué

sepultado

Karafeh, que era

»de su protección.» Des-

crópolis

pués de la muerte del

junto

sultán (1249)

imán

encerróse

la

pobla-

ción del Cairo, y su cuer-

al

en la

el

ne-

de la ciudad,

mausoleo

Shafe’i.

del



I

Espasa y

Comp a

P T O

Editores

.

Barcelona

Barbería en Achmim


¡Mil

m

J

Ilji

EMIR MAMELUCO

EGIPTO,

TOMO

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EL CAIRO BAJO

LOS SULTANES MAMELUCOS

o resultaron vanos los vaticinios que se-

gún acabamos de los

ver, hiciera el poeta:

que un dia fueron comprados como

esclavos,

vendieron como esclavos á

sus dueños. Extinguida la dinastía que

fundara

el

magnánimo

Saladino, apo-

deróse del gobierno uno de los

mame-

lucos que guarnecian la isla de Roda,

Eibeg, dando con

ello

lugar

al

estable-

cimiento de una nueva dinastía, que

-

derramó torrentes de sangre, trabajó mucho en favor Egipto, y se distinguió con la

nombre de

el

del

dinastía Bcihirita por

razón indicada, puesto que esta palabra, formada de bahr,

rio, tanto vale

como gentes

del rio.

Los principios de su dominación fueron señalados por crímenes abominables. Establecieron su residencia en

y en

cio de la ciudadela,

una de sus mujeres, su cargo

la

fundador de

venganza otra de

asesinó á su rival, la ciudadela,

el

ella pereció,

mandando

las

asesinado en

la dinastía,

mujeres de

el

el

pala-

baño por

Eibeg.

Tomó

la víctima,

á

que

arrojar su cadáver á los fosos de

donde permaneció insepulto por espacio de muchos dias, alcanzando á cuantos

se juzgaron sospechosos de complicidad en el crimen, la suerte de esta desventurada.


EL CATEO

316

Los muros y aposentos de la ciudadela fueron durante largo tiempo testigos impasibles de matanzas no ménos atroces, que se extendieron á los descendientes de los abbásidas. Una horda mogólica que bajo al

mando de Hulagú,

el

último de los califas legítimos, y con

habíase apoderado de Bagdad, (1258) asesinó

mayor

á sus dos hijos y á la

él

parte de sus

más

próximos parientes. Al subir ni

un

al

trono de Egipto por medio de

mas

solo califa;

como pocos

éste,

reinado seria efímero,

si

un asesinato

el

mameluco Bibars, no

existia

va

astuto y perspicaz, comprendió desde luego que su

no tenia de su parte á

los schiitas

y á

extinguidas dinastías abbásida y evubita, que eran no pocos en

los partidarios de las

Siria

la

y en

el

Egipto,

resultado que sólo podría alcanzar dando á su intrusión una apariencia siquiera de legiti-

midad, y cuando ménos, una como vislumbre de consagración religiosa. Fué, pues, para él motivo de grandísima satisfacción la noticia de haber escapado á la espada de los mogoles

uno de

miembros de

los

la familia

abbásida, un descendiente del Profeta, que se decía hijo

Resolvió, pues, llamarle desde luego al Cairo, y

del califa Sahir.

recibióle con gran

pompa y

como acudiera

en

los palacios de la ciudadela,

cual no sólo

el

le

reconoció

como

en virtud de su

califa,

legítima procedencia, prestándole en consecuencia pleito homenaje, sino que

como

jefe de los creyentes,

recibiendo en cambio

la

pueblos sometidos ó que en adelante se sometieran

concedió

el

á su ruego,

ostentación, y lo alojó cual á su rango correspondía, en uno de

le

juró fidelidad

investidura de regente de todos los al

Islam.

El

por su parte

califa

turbante negro bordado de oro, la túnica de color violeta,

collar de oro

el

y

le

las

babuchas, alfanje y escudo, emblemas de su elevado cargo, y desde aquel momento pudo considerarse jefe de los ejércitos abbásidas cuyos estandartes tremolaban sobre su cabeza, cada vez que rigiendo

el

blanco corcel de batalla, paramentado de negro, que era el color de

la dinastía, ejercía las funciones

propias de su nuevo estado.

El sultán, que concediera la

más amplia

libertad á este soberano

que

él

mismo había

creado, pereció en una batalla dada á los mogoles, en la cual dió pruebas de valor y arrojo,

cargando contra para que

dad como

el

enemigo

ciado, y todos los sultanes

Osmanli

,

de una de las alas del ejército, y

miembro

jefe de los creyentes, sino

encerrado como prisionero.

el

al frente

sucediera á un nuevo

le

de

la familia

si

abbásida, no sólo

bien Bibars llamó

le

negó toda autori-

que más bien que como soberano túvolo en

La misma

la

ciudadela

suerte alcanzó á los descendientes de este desgra-

mamelucos gobernaron en su nombre, hasta

después de haber conquistado

el

Egipto y con

él el

tanto que Selim

I

Cairo, obligó al postrero

de esos califas en apariencia y esclavos en realidad, á renunciar en su persona su título, su dignidad y sus derechos. En esta forzada cesión fundan los sultanes turcos de Constantinopla el derecho á llamarse jefes de los creyentes, derecho que no han reconocido jamás los

sumnitas instruidos, por los cuales

á quien apellidan

La

lo

ménos en

lo

que se

refiere á los asuntos espirituales, respecto de

juzgan que no hay más representante legítimo que el

el

gran cherife de

la

Meca,

Imán.

historia de los sultanes

mamelucos que reinaron en

Egipto, está débilmente enlazada



EL CAIRO con

la

manchas de sangre. Justo

salpicadas de

cabo por esa raza de soldados casi

siempre por medio de

valor, y

319

de los estados europeos: las páginas en que está escrita hállanse frecuentemente

,

la

es confesar, sin embargo, que los crímenes llevados á

que acabó por lanzar á espada,

no como se practicaba en

el

lo cual,

los cruzados de la Palestina

cuando no otra cosa, revela

antiguo Egipto,

al

cierto

fuéronlo

,

grado de

cual distinguieron ya los griegos con

CEÑIDOR DEL MORISTAN DE KALAUN

nombre de «país del veneno,» y como se realizaba aún en tiempo de los Tolomeos, que para llevar á ejecución las venganzas resultantes de sus bajas ambiciones, dieron siempre la el

preferencia á la cobarde ponzoña. del Nilo

como meros

Entre esos sultanes, muchos de los cuales llegaron

esclavos, existen algunas figuras interesantes: la

mayor

al valle

parte de ellos,

y esto constituye para los mismos un verdadero título de honor, protegieron con verdadero entusiasmo las artes y las ciencias, siendo de ello testimonio irrefutable la mayor parte de los monumentos que, escapando á las injurias del tiempo y á las de los hombres, han llegado

CEÑIDOR DEL MORISTAN DE KALAUN

hasta nosotros.

conocen, y

en

el

la

El moristan de Kalaun, uno de los establecimientos

mezquita de Hassan, indudablemente

la

más

más importantes que

bella de las

mamelucos

Cairo, fueron construidos por sultanes de la dinastía bahirita; y á los

circasianos se deben, al par que no pocas de las mezquitas

mausoleos conocidos bajo

el

nombre de

sepulcros de los califas.

se

mezquitas que existen

hoy existentes,

los célebres

Dichas dinastías,

la bahirita


EL CAIRO

320

y

la circasiana,

desde

la

ciudadela del Cairo dominaron sobre

dilatado período de casi tres siglos,

sucedió en 1290

los

falta

A

151/.

al

el

Bibars

triunfos sobre los mogoles, así

mameluco Kalaun, que alcanzó grandes

los cruzados, siendo

riador de los califas no puede

su

durante

valle del Nilo

el

años 1250

los

grandes los elogios que de su virtud y amor á la justicia autores que escribieron durante el reinado de su hijo: mas con todo esto, el histo-

como sobre hacen

el

comprendidos entre

de

fe

en

menos que censurar

los tratados;

terriblemente, y con sobrado fundamento, pues ni palabras ni juramentos eran óbice al cumplimiento de los

mismos,

lastimados

si

sus

de

ól

habían de resultar

Por

intereses.

lo

que

respeta á los egipcios, no sólo respi-

raron con

más

libertad

que en tiempo

de su antecesor Bibars, sino que partici-

paron de

los beneficios

que

los príncipes

victoriosos suelen otorgar á sus pueblos.

Su extraordinaria

que había

belleza,

producido 1,000 diñares

al

mercader que

Turquestan,

le

ganó no pocos

lo trajo del

corazones, contribuyendo no poco á ello la

grandiosa construcción que

renombre de bienhechor do

le

valió el

los

pobres y

el

hospital

de los afligidos.

Dicha

construcción es

(moristan) que lleva su nombre,

el cual

se halla situado en la parte Nordeste de la

ciudad

,

cerca del bazar de los latone-

ros, á cuyos operarios puede verse tra-

bajar en las cámaras desiertas de tan

vasto edificio, amenazado al presente de

próxima ruina. perfectamente á

En cambio la

se atiende

conservación del se-

pulcro del fundador, bellísima construcVENTANA DEL MAUSOLEO DE KALAUN

ción de efecto sorprendente, en la cual

hallaban establecidos en otro tiempo cincuenta lectores del Coran. Los enfermos acuden á visitar las reliquias del sultán, y á curar, por medio del contacto de su turbante, los •dolores de cabeza, y por medio del cañan, sus fiebres intermitentes. En los jueves de •se

cada semana suelen visitar este

con

el

sitio las

jóvenes y las madres acompañadas de sus hijas, el nicho de las plegarias, masculina

propósito de pedir, puestas de hinojos ante

sucesión, asunto de no poca sólo tiene hijas,

monta para

las

mujeres musulmanas; pues

corre gran peligro de verse repudiada.

la

estérd ó la que

El que logra sorprender á las


INTERIOR DE LA MEZQUITA DE KALAUN

EGIPTO,

TOMO

1

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3


EL CATEO

323

mujeres entregadas á semejante acto de devoción, disfruta un espectáculo que jamás habría podido imaginar; pues despojadas de su ropaje exterior, y cubierto el rostro con ambas manos, comienzan á saltar de un lado para otro hasta tanto que caen rendidas de fatiga, no siendo raro verlas permanecer tendidas en

han adquirido fuerzas

Muchas madres que «se

el

suelo sobre

traen aquí sus pequeñuelos

les suelte la

lengua,» para

sobre

el

la superficie

color rojo que le

zumo

á las pobres criaturas hasta una

una de

las

ventanas de

la

enorme

derecha, sobre el

la

cual se extiende

más pequeña, y en cuanto el ácido ha tomado el mineral ferruginoso, se obliga á los pequeñuelos á lamerlo.

por medio de una piedra

comunica

el

de ser agradable, aumentando

más no poder

sintiendo

el

madres

al

regocijo de las

el

de sus hijuelos; pues cuanto

el llanto

permanecen hasta tanto que

de limones verdes que se traen ya á prevención,

Naturalmente, los pequeñuelos lloran á

mucho

cual

áun antes de que sepan andar, con objeto de

lo cual se lleva

piedra lisa de color sombrío, existente al lado de cual se deja caer

el

suficientes para levantarse.

mayor

sabor de un jugo que dista

compás que

es el berrinche que

es

más amargo

toman y más desesperados

sus gritos y chillidos, mayores motivos hay para creer que se les va soltando la lengua.

También

se atribuyen propiedades misteriosas á las

columnas

del

nicho de las plegarias: sus fustes en la parte inferior, están cubiertos de

una patina que

comunica un aspecto poco agrada-

les

ble, patina

que procede del jugo de limón que han dejado con su

lengüecita

los

hemos

visto

Estas curiosas

rapazuelos.

descritas

vigilancia sobre los que

en parte alguna,

persona

muy

las

la religión

musulmana:

al arquitecto

Schmoranz,

no pertenecen á

nosotros somos deudores de su noticia

ceremonias no

pues se ejerce gran

fidedigna y gran conocedora del arte oriental, que

roseta de una escuela del pueblo DEL CAIRO

gracias á conocer perfectamente la disposición del mausoleo de

Kalaun,

pillóles las vueltas,

como

suele decirse, á los eunucos, que

le

sorprendieron contem-

plándolas, y no sólo pudo observarlas detenidamente, sino también sacar los magníficos

dibujos que embellecen estas páginas.

Además

de las jóvenes y de las madres acuden también al panteón de Kalaun, con el han perdido su fortuna. No sabemos si ven

objeto de solicitar que mejore su estado, los que

satisfechos sus deseos; pero sí puede asegurarse que no existe fundación piadosa alguna

que

haya calmado más dolores y amarguras. Además del mausoleo contenia el moristan una escuela v un hospital de dimensiones enormes que tenia salas especiales para cada enfermedad. v cama especial en ellas para cada enfermo. Las mujeres tenian departamento ,

separado y distinto del de los hombres, y pobres ó ricos eran atendidos del mismo modo y Gratuitamente. Además de las salas para los enfermos, habia laboratorios, farmacias, cocinas,

baños y hasta un

anfiteatro,

prácticas de clínica médica.

consumo que de

en

el

cual

el

protomédico del establecimiento daba lecciones

Los almacenes de víveres eran enormes, y tan extraordinario

ellos se hacia,

el

que para atender á su adquisición y distribución se necesitaba


EL CAIKO

324

un verdadero

ejército de

empleados, los cuales se ocupaban exclusivamente en

la adquisición

de los artículos necesarios y en la contabilidad de las sumas fabulosas que para ello estaban presupuestadas. La escuela, dependiente del hospital, además de estar magníficamente dotada,

tenia su

biblioteca

un pensionado para niños en

particular y

el

cual se daba

habitación, vestido y alimento á diez y seis huérfanos pobres.

El recuerdo de

pues aún

al

la

fundación de Kalaun fué

más duradero que

presente merece las bendiciones del

el

de sus hazañas bélicas,

musulmán, que abriga como pocos en su

corazón la virtud de la caridad, ya que cuanto hace el creyente en favor del prójimo, lo hace por amor de Dios y cree firmamente que sus obras serán tanto más estimables á los ojos del Altísimo, cuanto más profunda sea la fé que las haya dictado. No es esto decir que el

musulmán tenga

del espíritu de caridad la idea

que se ha formado

alcanza á la humanidad entera;

mas

el

el

cristianismo, idea que

creyente sabe que debe

profesar amor á sus hermanos, los sectarios del Islam, y que ha de ser para con ellos caritativo y liberal, perdonando sus injurias y sufriendo con paciencia los agravios que se le dirijan. Entre los cinco

preceptos impuestos por

primero

el

la

oración y

ellos manifiesta

su

fé,

el

segundo

y por

como

el

moristan

humanitarismo,

ni

de

la

ciudad que constituía en

un establecimiento

cuya grandiosa concepción fué

que se encuentren actualmente instituciones á

parecidás, no sólo en

una de

,

la práctica

no debe sorprendernos que

por las más elevadas consideraciones del más puro

dictada

ella

limosna: con

centro de la religión islamita,

el

de beneficencia

Profeta á los creyentes, es

la-

lo tanto

un príncipe musulmán elevara en aquel tiempo

el

las ciudades

el

Cairo, sino también en todas y cada

más importantes de

Oriente.

Ni tampoco es esto decir que escaseen

los

mendigos en

la

FUENTE PÚBLICA

ciudad de los Califas: los hay; pero esos desgraciados, por punto

general ciegos, unos guiados por lazarillos, otros recorriendo las calles con sorprendente seguridad, sin

más guia que un mal

palo, raras veces producen la impresión de la miseria

opresora y repugnante. Imploran la caridad pública con la convicción íntima de ejercer un derecho, y tanto es así, que con las palabras que dirigen al viandante, no tanto pretenden •excitar

su conmiseración,

necesitado de lo que á

ganarlo, para pedir por

como

él le

recordarle

sobra, y

amor de Dios

boca del mendigo estas sentencias:

»generoso y magnífico,» con

lo

cual

el

el

el

deber que tiene

derecho que asiste

al

el rico

«el salario de su indigencia.»

«Soy

de hacer partícipe

al

que de otra suerte no puede

De aquí que

se oigan en

huésped del Señor y del Profeta, oh Dios que socorre su necesidad sabe que en este mero hecho el

se convierte en acreedor del Omnipotente; ó «Pido á Dios

el valor de un pan,» y entrega sabe que tiene derecho á esperar del Altísimo una recompensa parecida.

el

que se

lo

A nuestros

ricos deberia causarles vergüenza el compararse, respecto del particular, con los habitantes


i

I

EL CAIRO

EGIPTO,

TOMO

I.

325

82


EL CAIRO

326

acomodados

que invierten anualmente sumas fabulosas en obras de caridad, y no muy pingües y de mil distintas

del Cairo,

quiera, sino en fundaciones piadosas (aoukaf)

como

así

formas, establecidas sobre garantías positivas, y administradas por funcionarios probos y Por punto general van anexas á las mezquitas, y sirven para el sosten de escuelas

diligentes.

públicas y gratuitas, medresehs, ó fuentes de vecindad situadas comunmente en las cercanías de los templos; y tales donaciones, llamadas sebil, destinadas á dar de beber al sediento,

son de grandísima utilidad en una región en escasa de aguas potables.

No hay

la cual

apenas llueve, y en una ciudad por demás la bienhechora costumbre de construir

para qué decir que

cisterna para el público, que deriva indudablemente de la época en que los árabes,

una

haciendo todavía

de los pueblos

la vida

nómadas recorrían ,

la

vasta extensión del desierto

,

es

de grandísima utilidad para los que viven en la ciudad, especialmente para las clases

menesterosas que ó bien tendrían que invertir cantidades de importancia en satisfacer

aguador que buscar

Y ni

les surtiera de

agua, ó no tendrían

al

sed, que irla á

Nilo, perdiendo para ello no poco tiempo y debiendo soportar fatiga no escasa.

al

no existiendo

así podrían remediarse,

en general tan

del Nilo,

más remedio, para apagar su

de las aguas

rica,

diciendo de ella los árabes que

,

que estamos hablando; pues

las fuentes de

el

agua

que Champolion no tuvo inconveniente en llamarla champagne si

Mahoma

la

hubiese probado

,

habría deseado

eternamente, se enturbia, y adquiere un sabor tan desagradable, que quita las ganas de bebería, cuando se acerca el período de la inundación. Dicho se está, pues, que miéntras dura vivir

ésta, es

numerosa

la

concurrencia que á todas horas rodea tales fuentes.

De

ellas las

hay en

gran número rodeadas de verjas de bronce ó de empalizadas de madera con delicadas labores, cubriéndolas un techo voladizo que proporciona sombra bienhechora al sediento bebedor que para alcanzar

al

tubo por donde

escalerilla dispuesta al efecto,

la

mana

el

refrigerante

líquido,

debe encaramarse á

la

cual no sólo permite llegar al caño, sino también á la

puertecita del depósito en que se halla el repartidor.

Poéticas inscripciones en letras doradas consignan

debe

la fuente, sebil, ó

que para los

el creyente,

más bien

sebil Alcth,

que es

lo

el

nombre

mismo que

dar de comer al hambriento y dar de beber

del

si

al

bienhechor á quien se

dijera sendero de Dios,

va

que tiene sed, constituyen

caminos más seguros y más cortos para gozar de la vista de Dios después de la vida Así se explica que los aguadores callejeros que se anuncian á los transeúntes

presente.

dejando oir odres, no

el

oficio, griten

De

fijo

regocijado retintín de sus albogues, para ponderarles

por intervalos:

debió ser en

el

el

contenido de sus

su y encarecerles lo que hay de misericordia en «El caminito de Dios, beba quien tenga sed.» desierto donde por vez primera se oyeron tales palabras. Las

menores que un gran

pellejo

de los piadosas frases: «perdone Dios tus pecados, aguador,» ó «tenga Dios misericordia propósito de » tuyos,» adquieren un acento particular en boca del sakka, cuando con el realzar el esplendor de

agua

al pueblo,

una

fiesta, se le

que después de apurar

colma de alabanzas por el

distribuir gratuitamente el

contenido del vaso, contesta

Amin (Amen)

aquella fórmula piadosa, manifestando así su gratitud, y que en cuanto ve exhausto

el

á

odre,


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Espasa y

Comp*

Editores

Barcelona

Bazar en Girgéh.


EL CAIRO reclama

bendición de Dios, y desea importe de la bebida.

Ya

la

se

la gloria del

327

paraíso para aquel que ha satisfecho

comprende que no obstante cuanto dejamos dicho,

la

importancia en la ciudad situada á las márgenes del Xilo, que á

fuente debe tener

la orilla

ménos

de los caminos que

FUENTES Y ESCUELAS

cruzan

el

desierto:

de aquí que

la

institución, cual si con ella quisiera

piedad

musulmana haya añadido

á los sebils

otra

poner de manifiesto cuanto tiene de humanitario ese

Islam tan menospreciado, y considerado frecuentemente como conjunto de fórmulas desprovistas de verdadero sentido.

La mayor

parte de las fuentes públicas se hallan establecidas

en edificios compuestos de dos altos pisos, de los cuales

el

el

superior está dividido en varios


EL CAIRO

328

aposentos en los cuales se encuentran instaladas escuelas públicas, sostenidas á expensas del fundador, que para ello arbitró las rentas necesarias, y destinadas por punto general á sin familia, de suerte que el fundador de una fuente, es al propio tiempo

muchachos

bienhechor y amparo de los huérfanos; siendo de advertir que algunas de dichas fundaciones

CALLE DEL CAIRO

se remontan á

una época en

hubiese ocurrido

el

Muchas son, en siendo de éstos hijos de

el

la cual

-

no había en Europa persona alguna á

la cual se le

establecimiento de un orfelinato. efecto, las fuentes

que en

el

Kalaun, Nasiy, que es

y escuelas procedentes

del tiempo de los

mamelucos,

particular se lleva indudablemente la palma, el último de los el

que más trabajó en

el

embellecimiento y mejora del Cairo.


EL CAIRO

329

MENDIGO CIEGO

EGIPTO.

TOMO

I

8


EL CAIRO

330

temprana edad de nueve años; pero depuesto en virtud de una conspiración

al trono á la

tramada por emires ambiciosos, ocupólo segunda vez, y después de haber llevado á cabo grandes y brillantes empresas abdicó voluntariamente, retirándose al palacio de la ciudadela donde concluyó su dilatado reinado de cuarenta y tres años. Fué un príncipe inteligente, pero desconfiado; laborioso y hábil, pero ávido de placeres, y desgraciadamente inclinado á toda Durante el segundo período de su gobierno derrotó á los

especie de dispendiosas fantasías.

caballeros del Temple, arrojó á los cristianos de Arad, y llevó á ejecución la obra

importante

de

su vida:

la

completa destrucción de los mogoles en

es-Soffar, aniquilando completamente su ejército compuesto de

Los habitantes naron

en

vastos

apagaron su sed victoria.

al efect

y

olevantaron un soberbio

recipientes, veíanse

las tropas

verdaderos lagos

mamelucas que regresaban á su

Los propietarios de

las casas situadas

en

más

playa de Merdj

de cien mil hombres.

del Cairo para manifestarle su regocijo por la victoria alcanzada,

recibirle cual merecía,

contenidos

más

la

edificio,

determi-

á cuyo derredor,

de limonada,

en los cuales

patria ciñendo los laureles de la

las calles

que debia recorrer

el cortejo

innumerables y mediante precios elevadísimos, á los extranjeros que de todas partes habían acudido al Cairo con el propósito de presencial dicha solemnidad. Para que se pueda formar idea de lo que debieron ser tales fiestas, bastará triunfal alquiláronlas por breves horas

consignar que habiendo ocurrido la

caída de numerosos

al

edificios,

cabo de algún tiempo un fuerte terremoto, que determinó

bajo cuyas ruinas

perecieron sepultados muchísimos

castigar sus habitantes, consideróse que era un azote enviado por Dios, para entregado. había se que devaneos los á pueblo apoderara del

Por

lo

y que dice relación

al

(el

de

güilo que se

elemento cristiano de dicho pueblo, esperábanle dias de

terribles pruebas, bien que por causas

desde los tiempos de Hakiln

el 01

muy

distintas.

Víctimas ya de grandísimas vejaciones

Hombre-Dios) debieron someterse a

la fuerza

á las

más

para con ellos, hasta el día duras humillaciones. Nasir se mostró en cierto modo tolerante del sultán de Marruecos, con un en que, habiéndose cruzado en su camino el enviado cristiano que

no sólo no se apeó de su caballo, sino que

miramientos de costumbre, quejóse

el

ofendido

parecer no guardó á su escolta los

al

moro de

la arrogancia

y

falta

de respeto del

prescripciones que bajo penas severísimas infiel, moviendo al Sultán á que renovara las los judíos debían llevarlo negro imponían á los cristianos el deber de usar turbante azul, de los musulmanes. Las mujeres distinguírseles pudiese vista primera con el objeto de que á sobre el pecho una prenda ó coloi cristianas, lo mismo que las judías, debían ostentar en caballos, y áun valiéndose de asnos, especial: á los hombres se les prohibió cabalgar que en los dias de fiesta se tocaran las también debían montar á mujeriegas. Prohibióse

campanas y que

cristiano alguno pudiera tener esclavos

musulmanes

ni

emplear en servicio

No hay para qué decir que propio á los creyentes como se tratara de trabajos penosos. tuviera carácter oficial. no podían desempeñar el más insignificante cargo público, como dar pábulo al odio que el para que sirvieron más nada para Tan vejatorias disposiciones en consecuencia, Evangelio, populacho musulmán profesaba á los que acataban las leyes del


EL CAIRO

331

creyóse con derecho para maltratar á los infieles y saquear las iglesias y sinagogas, de suerte

que para poner término á

tales

desmanes fué indispensable

la

intervención de los príncipes

cristianos.

Durante su postrer reinado, consagróse Xasir

al

embellecimiento del Cairo

con

un

entusiasmo y largueza que rayaba en locura y prodigalidad. Dícese que sólo en construcciones invertía 8,000 dinares al dia, debiendo advertirse que dicha cantidad no se empleaba en pagar

salarios, sino

en

la

manutención de

los obreros,

pueblo, que venia á ello obligado en virtud de

la

pues los operarios procedían del

prestación personal, y del contingente de

esclavos enviados por los emires, para

que trabajaran en calidad de albañiles

y peones. Los arquitectos se

servia,

sirios de

que

atendían al sostenimiento

Un

de sus trabajadores.

canal que

antes había existido y á cuva repara1 «J

«j

cion atendió con preferencia, permitióle

convertir en magníficos jardines

vastas extensiones del árido desierto:

mandó

elevar suntuosísimos palacios

para

sus hijos y sus mujeres; y sus el ejemplo, edi-

sí,

emires, movidos por

ficaron magníficas quintas y casas de

recreo, que á la vuelta de breve tiem-

po convirtieron en amenísimo jardín los alrededores de la ciudad.

De su

tiempo datan aún más de treinta mezquitas y

numerosos baños, sepulcros

de refugio, y los gobernadores de las provincias siguieron su ejemplo

y

sitios

con

tal celo

y entusiasmo, que el de derribar no pocas

ENTRE CASAS ANTIGUAS

Damasco mandó casas viejas, con

el

objeto de ensanchar las calles de la ciudad, embelleciéndolas con nuevas

v elegantes construcciones. Xasir tenia verdadera pasión por los caballos, y á este efecto sostenía entre los beduinos no tenían más obligación que la de adquirir los ejemplares más

diferentes empleados, que perfectos:

ningún precio

llegó á satisfacer hasta las

sumas que en

le

parecía bastante para pagar

un millón por un

esto invirtió,

un buen

corcel,

caballo de bellísima estampa.

que llegaron á

influir

y,

según se

dice,

Fueron tan cuantiosas

en que se corrompieran no poco las

carreras sencillas costumbres de aquellas gentes. Tomaba parte personalmente en las

poma gran empeño en que

sus caballos resultaran “sencedores.

,

y


EL CATEO

332

Amante de

pasatiempos caballerescos, no obstante su pequeña estatura y de cojear un tanto, sentía extraordinaria afición por las cacerías y especialmente por la caza de aves,

siempre

muy

los

productiva en un país

como

aquel, tan abundante en pájaros de toda especie,

que acaso por este motivo constituyó siempre una de

Á ORILLAS DEL

árabe.

y

las diversiones predilectas de la

nobleza

VIEJO CANAL DEL CAIRO

Tratándose de halcones de pura raza debidamente amaestrados, no regateaba jamás, sus halcones gozaban gran influencia en el mero hecho

los jefes de sus caballerizas y de

de serlo.

Por

lo

casi

la era un buen administrador, y áun podríamos decir que fomentaba además de tomar con empeño abrir nuevos canales de riego, ocupábase

demás

agricultura; pues

con pasión en

el

mejoramiento de los carneros y de

las ocas.


^

EL CAIRO

La benevolencia que dispensó Abu'l Feda á

dignidad de sultán de

la

prerogativas que á

der del hermano

él

mismo

mayor de

le

333

á los sabios de su tiempo iué tanta que elevó al historiador

Hama.

confiriéndole

además todos

los

honores y

correspondían: cierto que Abu'l Feda se alababa de descen-

Saladino.

gracia al aprecio que el padre

le

Perdonó muchos actos infames

merecía.

de Kazmini en

al hijo

Desgraciadamente este príncipe, que tenia tan

levantados pensamientos y que se entregaba en cuerpo y alma á los ejercicios

abandonábase con más frecuencia aún

á

más

violentos,

Gustábale

pasatiempos insignificantes.

estar

constantemente rodeado de esclavos de los dos sexos procedentes de todos los países, y para descansar de ocupaciones por demás fatigosas, celebraba brillantes fiestas en las cuales se

CARRERA DE CABALLOS (STEEPLE-CHASE)

fué larga y dolorosa: después de muerto su memoria, y este hombre, que tan amante fuera de la pompa y de la ostentación y que tanto se había distinguido por sus relevantes prendas, apenas tuvo quien acompañara su cuerpo al ser conducido al sepulcro. Fué sepul-

entregaba á toda suerte de excesos.

Su agonía

fueron contados los que se mantuvieron

tado en la

fieles á

tumba de su padre Kalaun.

Les emires habían jurado permanecer de

ella

más

representante que

<

una

apoderaron de su trono y obligaron á los como instrumentos dóciles para sus fines, EGIPTO,

TOMO

I.

fieles

á la casa de éste, áun cuando no quedara

hija ciega;» califas,

mas en cuanto Xasir

cerró los ojos, se

— que tenían encerrados

que se prestaran á

los

en

la ciudadela,

manejos de

la

84

consa-


EL CATEO

334

No

gracion religiosa.

de otra suerte había procedido Xasir al aprovecharse de su abbásida

para sus particulares fines, llegando

emires adjudicaron

el

sultanato,

entre esos príncipes de

un

dia ni

al

extremo de conducirle á

unos en pos de

uno

los

campos de

batalla.

Los

otros, á diferentes nietos de Ivalaun; pero

siquiera, incluso

el

mismo Shaban,

hijo de

En-Xasir,

que nos ha dejado excelentes modelos de caligrafía y de ornamentación árabe, pudo conseguir el sostenerse en el poder. En seis años el trono cambió seis veces de dueño, hasta que uno de los hijos de Xasir, conocido bajo

once años, y obligado

al

el

nombre de

sultán Hasan, llegó á ocuparlo á la edad de

cabo de cuatro á devolver, á pesar de sus lágrimas y resistencia, á

CAZA DE LA GARZA REAL

los tornadizos

nobles la autoridad que

verse restablecido en sus derechos.

le

hablan prestado, logró

mamelucos y semejante parcialidad le atrajo la contaba cuando por huir las asechanzas de su enemigo,

jefes

Yelboga, intentó asesinado.

la

fuga;

mas hecho

al

cabo de breve tiempo

empleados egipcios y árabes á los antipatía de los emires: veinticinco anos

Entonces prefirió

prisionero,

los

el

bravo y hábil intendente de palacio, su casa donde murió

encerrósele en

Catorce años separan su advenimiento y su muerte: tan corto intervalo fue el Cairo y por la terminación de una

señalado por una calamidad espantosa que cayó sobre

obra admirable

,

que aún hoy pasa por

el

,

más importante ornamento de

la

ciudad de los


EL CAIRO

EXTERIOR DE LA MEZQUITA DEL SULTAN HASAX

335


EL CAIRO

336

Aquélla fue

califas.

la

horrible peste que diezmó

Hasan en Siryakous, donde permaneció desde enero de 1349. Es esta

la

el

Egipto, huyendo la cual, refugióse

principios de noviembre de 1348 á fines de

epidemia más espantosa que registran las historias: distinguiósela

ORNaTÓ de una puerta derruida en la mezquita de scha’aban

con.

el

nombre de

peste negra: á su influjo

sucumbian

las víctimas por millares

cada día, y

se propagó desde Constantinopla á Italia,

devastado la Siria

y

el

Alemania, Francia y España, después de haber China, donde, según parece, se engendró; la Tartaria, la Mesopotamia, la

Egipto. Sus efectos eran tan terribles, tan espantosa su influencia, que no sólo los

RUINAS DEL TIEMPO DE LOS SULTANES MAMELUCOS EN UNA FUENTE NUEVA

hombres, sino cuanto tenia vida, hasta bubones se manifestaron no sólo en las liebres perecian atacadas

los

las

plantas,

cedian á

su maléfico

animales domésticos sino también en

por la enfermedad: en las aguas del

influjo.

Los

los silvestres:

Afilo flotaban

á miles los


EL CAIRO peces muertos á consecuencia de llenaban de asquerosos gusanos.

900,000 cadáveres; fué

tal la

la

misma: hasta

En

337 los dátiles pendientes de las

dos meses se enterraron en

el

palmeras se

Cairo y en Fostat

mortandad, que según se dice, hubo no una, sino muchas

propiedades que en tan breve espacio cambiaron de dueño por via de herencia siete y

ocho veces.

Cuando

se lee la descripción

involuntariamente

la

que hace Makrizi de tan espantosa epidemia, recuérdase

horrible peste que sufrió el pueblo faraónico antes de que salieran de

Egipto los hijos de Israel.

mismo

El

ángel exterminado:’ que tocó con su espada á los

primogénitos de las familias, voló de una á otra casa por las dos orillas del Niló: de aquí que

creamos que es este

el

lugar

más oportuno para poner de

manifiesto á nuestros lectores

el

FRISO DE LA MEZQUITA DEL SULTAN HASAN

Alma-Tadema, que representa á una madre

inspirado cuadro de

moribundo, durante

la

egipcia y á su hijo

última de esas calamidades.

Difícilmente puede comprenderse, pues, que pasados esos dias de espanto, durante los

cuales abandonóse completamente sin aguadores la ciudad, sin

muebles la

los

particular,

que el

los

el cultivo

de los campos, las casas quedaron sin sirvientes,

que encontraran quienes confeccionaran trajes ó construyeran

habían menester, y completamente despreciada la pública riqueza y Hasan tuviera medios y energía suficiente para llevar á cabo la

sultán

construcción de un templo que con razón se considera

acabado de

la

arquitectura árabe.

como

esfuerzo

el

Es excusado consignar que para

no pocos obstáculos, cosa que fácilmente se comprende exigió tres años, v en que se gastaban nada EGIPTO, TOMO I.

ménos que

si

se

ello

fija la

veinte mil

más poderoso y

debió hacer frente á

atención en que la obra

dracmas de plata cada 85

dia;


EL CAIRO

338

pero venciólos denodadamente, y á los que intentaban disuadirle de su propósito, poniéndole de manifiesto lo enorme de las sumas que en su realización se invertían, contestábales invariablemente que no quería dar á nadie derecho para que dijera que un soberano de

Egipto habia carecido de medios para levantar á Dios una morada cual merecia. Cuéntase

que terminada

la

mezquita hizo cortar

no pudiera construir otra obra á disposición de todas las

que

la concibió,

una

ella

el

que

al arquitecto

El edificio

la dirigiera,

á fin de que

esencialmente por su

difiere

demás mezquitas que conocemos pudiéndose asegurar que

el artista

,

la influencia,

que en

debieron ejercer los

él

Europa, y especialmente los del arte italiano. Sin embargo, no falta que constituían las partes esenciales é indispensables de un templo

sola de las

musulmán. El demás,

manos

semejante.

no supo librarse completamente de

edificios religiosos de

en

las

ella

patio,

hosh el-Gcima, constituye en

mezquita de Hasan, como en todas

la

corazón del edificio; pero es de dimensiones

más

las

reducidas que en la generalidad,

y en lugar de estar rodeado de arcadas, está flanqueado por sus cuatro costados de sendas salas sobre las cuales se levanta un arco de bellísimo efecto, disposición que,

puede comprender, comunica griega.

Cuanto rodea

al

magnifican

asi

se experimenta la

debida á diversos ORNATO DEL GRAN NICHO DE ENTRADA DE LA MEZQUITA DEL SULTAN HASAN

la

fácilmente se la

cruz

inundado por rau-

patio,

una impresión por demás profunda,

espectador es grave, majestuoso, armónico; y

examinan

atenta v detenidamente se

que

como

conjunto la forma de

Es imposible penetrar en dicho

dales de luz, sin experimentar

cion,

al

más

el

santuario

los detalles de

como

la

si

ornamenta-

cámara

sepulcral,

grata satisfacción que pueda imaginarse,

riqueza y suavidad que ofrecen las líneas de mil enlazadas, y á las formas elegantes é ingeniosas

modos

que presentan

las figuras

que constituyen

el

motivo de

la

orna-

mentación, y que van reproduciéndose á espacios regulares, sirviendo de fondo á gallardos caractéres por medio de los cuales se reproducen diferentes sentencias del Coran, que al par instruyen al creyente y le recuerdan de un modo agradable

cuyo cumplimiento está obligado. Nada más caprichoso y enigmático á primera vista que esta rica ornamentación que cubre los detalles más importantes del arbitral 10, edificio: mas cuando se fija en ella la atención se observa que nada hay en ella los preceptos á

que su clausulado obedece á leyes y reglas

fijas

y constantes

,

y que sirve perfectamente

máximas y sentencias destinadas á recoger el espíritu y elevar los corazones. Como el musulmán no puede emplear imágen alguna para dar vida á las desnudas paredes de sus templos, no tiene más recurso que valerse del empleo de las líneas; mas en esto no tiene rival y la manera como las combina y entrelaza, de modo que pueda

para encuadrar las

engarzar en

mover

el

ellas, si así

podemos expresarnos,

fervor de los creyentes, revela

lozanía de su imaginación inagotable.

las palabras

por medio de las cuales trata de

abundantemente su fantasía, su ingenio,

la

perenne

Esta fábrica importantísima se halla desgraciadamente


EL CAIRO

340

abandonada

v

áun maltratada en muchas de sus

partes: pero basta levantar grandes arcos apuntados, que cual gigantescas puertas cierran el pórtico de

los ojos á los

la mezquita v que corona una sencilla ornamentación, para que se magnificencia y esplendor que en sus buenos tiempos debían carac-

sostienen los robustos paredones

comprenda toda

la

terizarla.

El patio está pa\imentado con losas de él

dos fuentes de distintas dimensiones,

la

mármol de mayor

diversos colores, viéndose en medio de

de las cuales está destinada á las abluciones

de los egipcios. é&ta íemata en una cúpula pintada de azul, que afecta terráqueo, y

la

forma de un globo

además de ostentar una

media luna en

la parte superior, está

adornada con una

faja

ó zona que

contiene una inscripción en letras de oro.

La más pequeña en un

princi-

pio estuvo destinada exclusivamente

á los turcos.

En

el

dicho patio ábrese

lado sudeste de

el

santuario pro-

piamente dicho, cuya bóveda tiene

una abertura de veintiún metros, v '

en de

él sé

mobiliario de

cuenta la

al lector

que hemos dado

tratando del livan de

mezquita de Amr. El púlpito se por

halla sostenido

columnitas de

piedra: Hasan, que durante

po

«j

encuentran todos los objetos

el

tiem-

que estuvo destronado dedicóse

con especial atención á

los estudios

teológicos, ocupólo en distintas oca-

siones para dirigir la palabra al pueblo congregado en el santuario, que

durante halla iluminado por multitud de lámparas pendientes del techo. halla en el fondo del

fundador de la sala

la

mismo, á

mezquita.

la

cuadrangular en cuyo centro se encuentra

que mide cincuenta ycinco metros de elevación,

largo de las paredes corre

A

el clásico

un arrimadero

de adorno á su parte superior caracteres.

un

de la tarde se

El nicho de las plegarias se

entrada del maksurah, es decir, del mausoleo destinado

Imposible formarse idea de

apea en los ángulos mediante

las oraciones

friso

pesar de hallarse no

el

la

sepulcro: ciérrala también

la cual,

una cúpula

arrancando de los lados de

la sala,

procedimiento de las pechinas de estalactitas. fabricado de

al

impresión de majestad que produce

mármoles de

A

lo

diferentes colores, y sirve

formado por sentencias del Coran escritas en grandes ,

menos abandonada que

las

demás

esta parte de

la


341

EL CAIRO

UrT?“Trf

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ARCO DE ENTRADA DE LA A EZ QUITA DEL SULTAN HA SAN EGIPTO,

TOMO

I

86


EL CAIRO

342

mezquita, los habitantes del Cairo acuden en gran número á visitar bien que ignoran que no reposan en

él los

el

sepulcro de Hasan,

restos del fundador, por la razón sencillísima de

que jamás se ha encontrado su cadáver. Tratándose de asuntos de interés general, suelen congregarse en las grandes salas; pero cuando

determinadas dolencias, acuden á

que contiene

la

lo

que

el

mueve

les

es el deseo de sanar de

sepulcro del sultán, persuadidos de que

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'

1

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r.

-te

V.'r''

ORNATO DEL GRAN ARCO DE ENTRADA DE LA MEZQUITA DEL SULTAN HASAN

para librarse del catarro, por ejemplo, rojiza

un

que se obtiene mojando

ladrillo

les basta

con humedecerse

la

lengua con cierta agua

mausoleo, y frotando contra él mismo milagroso que se guarda cuidadosamente para semejante efecto. También gozan

fama de milagreras

las dos

el

dintel de pórfido del

columnas la

laterales

:

basta para

de la derecha para curar

según se pretende, con lamer que padecen

los

á las mujeres que desean tener hijos les basta

ictericia:

chupar

ello,

como por ensalmo

el

zumo

con

de un limón que previamente se haya frotado

contra la superficie de la otra.

De

fijo

ticiosas

no se acordaba poco ni mucho de esas gentes supers-

el

artista

que concibió y construyó después

el

gran

arco del Norte, al cual se llega por medio de algunos peldaños,

desde cuyo nivel se levanta á una altura de veinte metros. Ciérralo por su parte superior

apea en un paramento de

una media cúpula acanalada que

estalactitas.

Sus paredes hállanse

adornadas interiormente de riquísimos arabescos, coronando ORNATO DEL GRAN ARCO DE ENTRADA DE LA MEZQUITA DEL SULTAN HASAN

toda la mezquita.

En

por una série de elegantes hornacinas que corren

al

dicha fachada se encuentra la entrada principal del templo.

cúpula, ligeramente acebollada, se enlaza al cubo que la sostiene por medio de octogonal.

la

ornamentación de tan rica fachada una ancha cornisa sostenida

El mayor de sus dos alminares no tiene en

el

Cairo otro que

rededor do

La enorme

un basamento le

iguale en

elevación: mide ochenta y seis metros: cuanto se diga para encarecer su solidez es poco,

bastando para

ello

con

fijar la

mirada en

las

columnas empotradas en

los ángulos del

mismo.



G

I

P

TO

LOS TEMPLOS DE LUQSOR


EL CATEO Su gemelo se

tenia por desgracia

derrumbara

una fuente y

343

débiles cimientos que lo

cabo de poco tiempo de construido

al la

más

demás

ocasionando su caída

,

de la escuela establecida por Hasan junto á

la

y de aquí que

del edificio,,

destrucción de

la

mezquita, en

la

cual se

educaban á sus expensas trescientos huérfanos, que perecieron todos, sin salvarse uno

sólo,

aplastados por la inmensa mole que determinó la ruina.

Mucho nos hemos

como

Existen algunos de ellos en

el

más

el

bello é importante de los

centro de la ciudad; pero abundan

formando verdaderos grupos que se conocen con mausoleos de

los

mas no debe

detenido en la descripción de dicho edificio:

puesto que se considera

los

más en su

parte oecidental,

nombres de sepulcros de

mamelucos. Los últimos se extienden hasta

el

extrañarse,

mausoleos con cúpula.

Sud de

los califas la

ó

ciudadela,

MEZQUITA SEL U LEU AL LE BABKUK

ignorándose qué príncipes son los que en ellos reposan; en cambio, las inscripciones, perfec-

tamente conservadas, que se leen en

manera alguna dicho nombre. En

las

tumbas de

efecto,

los califas, revelan

sucesores de los mamelucos bahiritas á cuya dinastía perteneciera

nombre de mamelucos

nóseles, sin embargo, con el

Burs-bey, el

Inal,

les

cuadra en

Hasan

borgitas ó circasianos:

(1361).

Desig-

Barkuk, Farag,

Kait-bev, el-Ashraf, en suma, todos los sepulcros cuyas cúpulas constituyen

más acabado ornamento de

nombrada

que no

en su mayor parte fueron construidos por los

las

llamadas tumbas de los

califas,

pertenecen á príncipes de

la

dinastía.

Estos aventureros sin ley ejercieron su dominio en 1517, siendo de advertir que

muchos de

ellos llegaron á

el valle del

Egipto

Xilo desde 1382 hasta

como simples

esclavos, y que


EL CAIRO

344 el

nombre de Borgitas con que

se les distinguió desde el tiempo de Kalaun, procedía de haber

éste acuartelado á los circasianos de su guardia en el interior de la ciudadela,

dijéramos,

dentro de

sus puertas (borg),

como si además con un uniforme de su

vistiéndoles

invención.

Esclavo había sido Barkuk, que fué

primero que logró apoderarse del gobierno, v

el

después de haber derrotado á los ma-

melucos bahiritas, supo sostenerse en

el

trono durante diez y siete años.

Enérgico, astuto, valiente pero cruel ,

y desconfiado, no cejaba en tanto no había realizado siera;

mas no

el fin

que se propu-

obstante la sangre que

hizo derramar en copiosa abundanORNATO DE LA MEZQUITA DE BARKUK

CIU,

íi

pCSUC

fifí

IOS tO 141161005

aplicación era pródigo

jamás desmintió

la

pasión que

le

CU CUVU

como

ORNATO DE LA MEZQUITA DE BARKUK

pocos,

inspiraban las ciencias y las artes.

El gran historiador

Ibn-Kaldun, contemporáneo suyo, á quien dispensó grandísima confianza, nunca logró, sin embargo, decidirle á que tomara enérgicas medidas contra Osmalis, que conducidos como estaban por

el

poder cada dia creciente de los

el

conquistador Timur, consideraba, y con razón,

más

temibles y peligrosos que los

mismos mogoles. El recuerdo de Barkuk

en

vive

el

Cairo,

merced

entre otros motivos, á la bella

mandó

quita que

construir

mez-

al

lado

de su sepulcro: á la que edificó para

su harem:

al

pozo y á

la escuela

que

construyó con habitaciones destinadas á los estudiantes, los maestros y los

empleados

mente

dicho.

del santuario propia-

Dos

las cuales sirve la

sepulcro

que

lindas cúpulas, de

una de cubierta

al

de los hombres en tanto

la otra

desempeña

idéntico oficio

para aquélla en que están enterradas

FUENTE JUNTO A LA MEZQUITA SEPULCRAL DE BARKUK

y dos alminares gemeen que levantó su mausoleo el

las mujeres,

los

coronan

el edificio,

que se levanta en

las cercanías del sitio

sultán Farag, hijo y sucesor de Barkuk.

Xo cansaremos

al

lector con la reseña de las

matanzas y rebeliones de que fué teatro

el

innumerables y sangrientas luchas,

Cairo con motivo de

la

las

posesión del trono,


EL CAIRO

346

durante

amor á

la

dominación de los mamelucos circasianos.

la patria, ni el sacrificio del interés

Y

téngase en cuenta que no eran

que impulsaban á esos extranjeros advenedizos: nada ménos que

esto. Codiciosos

inverosimilitud, su objeto se reducía á hacer suyo «el tesoro de la tierra,» «la

bienestar,» que es

como llaman

el

personal en provecho del bien común, los móviles

hasta

madre

la

del

Egipto los historiadores árabes, y puestos en esta

al

pendiente todo les parecía poco para saciar su miserable ambición; su siempre creciente sed

Se dirá acaso, no se concibe entonces que invirtieran

de riquezas.

que suponen los soberbios monumentos que en

mas en

obedecían

ello sólo

al

las

enormes sumas

tiempo de su dominación se levantaron;

el

deseo de demostrar á sus contemporáneos y á las generaciones

venideras la inmensidad de su poder y la de los tesoros de que disponían.

Una

de las mezquitas de

mayor magnificencia

del Cairo es la debida al

segundo sucesor

de Farag, Schech el-Mu’aijad, que á la edad de doce años había sido llevado á Egipto

de trocarla en mezquita

levantando un

edificio

si

un

dia llegaba al poder; y en efecto, cumpliólo cual lo había dicho,

como pocos suntuoso, que además de su mausoleo, contiene

en cuya construcción empleó

familia,

como

Aherrojado en una cárcel por sus enemigos, hizo juramento durante su cautividad

esclavo.

la

enorme suma de cuatrocientos mil

el

de su

dinares, y de cuya

magnificencia puede formarse cabal idea merced á la atinada restauración que se acaba de

Y

practicar.

sin

embargo, no debe olvidarse que para

una simple ojeada basta para comprobar

la certeza,

ello,

según sientan

los historiadores, y

apoderóse violentamente de

las

columnas

existentes en edificios particulares, y en palacios y mezquitas en tiempos anteriores cons-

De

truidos.

cuantos

monumentos

existen en la ciudad, es este acaso

espléndido: en su fábrica trabajaron durante

muchos años

el

más suntuoso y

treinta pulimentadores y cien

mas

el

deseo, por parte del sultán, de que no existiera otro que lo igualase, dio

resultado que

el

exceso de

alarifes;

ignoraba,

Olvidó, ó

la

ornamentación cediera en perjuicio de

la elegancia

y

como

la sencillez.

que cuando se trata de obtener un conjunto armonioso, resultante

de la belleza, la nobleza y la perfección de las formas, entre las partes y el todo arquitectónico, jamás debe cederse al afan de deslumbrar al espectador por medio del brillo de los colores, la riqueza de los materiales las

empleados y

mezquitas de tiempos anteriores,

el

patio

y

la

exuberancia de

la fuente

la decoración.

Como en

se hallan rodeados de arcadas,

siendo de estilo corintio, y por consiguiente labradas por artistas griegos y romanos, muchas de las columnas que sostienen aquéllas, y que, según dejamos indicado, procedian de edificios anteriores.

En

cuanto

al

santuario propiamente dicho, con su techo dividido en comparti-

mentos, v sus artesones pintados de vivos colores que realza

el

oro,

produce un efecto

soberbio, siquiera no resulte éste de la nobleza y sencillez de las líneas, sino del brillo de la

materia y del atractivo del color. Tanto es así, que pasada la primera impresión y cuando del conjunto se desciende á los detalles, el ojo ménos experimentado observa que la inspiración artística

aún en

desaparece bajo una ornamentación prolija y en cierto

el

modo

fantasmagórica, que

concepto de ejecución deja no poco que desear. Schech el-Alu’aijad contando con las

elevadas dotes militares de su hijo, alcanzó grandes triunfos en los campos de batalla de


347

EL CAIRO Siria,

v como orador, poeta y músico, conquistó merecida fama entre sus contemporáneos; más fríamente, aún reconociendo sus grandes condiciones, no

pero la posteridad, que juzga

mancha de hipócrita, cruel y codicioso. Viajeros musulmanes han dicho de su mezquita que es «una rica colección de bellezas arquitectónicas,» no faltando en quienes, dejándose arrebatar por el entusiasmo del momento, no han tenido inconveniente

puede

entusiastas

librarle de la

añadir que «la solidez de las columnas revela perfectamente en su fundador

el

príncipe de los

NICHO EE LAS ORACIONES EN LA MEZQUITA DEL SULTAN MU’AIJAD

» reyes

el trono de de su tiempo; que comparado con este edificio, es cosa de pequeño valor nombre que dan los musulmanes á la reina de Sabá); y que apénas

» Belkis (este es el » merece

mencionarse

el

» hiperbólicas alabanzas.»

antiguo palacio de los reyes de Persia, objeto de tantas y tan

La verdad

es que tres años después de la

muerte de Muaijad

alminares se había inclinado, amenazando ruina, y con este motivo cuenta que por efecto de semejante se celebró una junta de arquitectos que, teniendo en habíanse desprendido algunas piedras que causaron la muerte á diferentes

advirtióse que

inclinación,

uno de

los


EL CATEO

348

En

personas, opinaron unánimes en que debía procederse inmediatamente á su derribo.

virtud de ello la puerta de la mezquita permaneció cerrada durante treinta dias, y los poetas del Cairo se despacharon á su gusto lanzando

Mahomed

el-Burghi.

miradas de

los

desocupados, que pasaban

á medio hacer; á ese pretendido

hasta

el

furibundos epigramas contra

Por supuesto que no dejó de achacarse

presente, pretende

«mal de

tiempo contemplando

el

ojo,» contra

la

misma

laya.

En

cuanto á

DETALLE DE LA PUERTA DE LA MEZQUITA DE

refiérese

las residencias favoritas de

generalmente admitida, mora por

lo

común

el

más

de ser

más

la

boca,

eficaz),

(si la

la

época de los faraones

bajo

el

la superstición

techo de

fantástico que,

la

Caaba en

este tal,

el

arrancada es

arrojándola donde mejor

maderamen de

la le

muela

la

doliente,

la

fama

rabioso dolor de muelas, para lo cual

que hacer, que hincar un clavo en

cualquiera de

obra cuando estaba sólo

del Cairo,

Bab es— Zueléh cercana

Kutb, sér

humana. Goza

suele presentarse á los creyentes en forma

tiene

arquitecto

MU AHAD

especialmente á esta mezquita y á la puerta de

curar en un periquete

la

desde

el cual,

el

accidente á las envidiosas

pueblo precaverse por medio de amuletos, conjuros, fórmulas

el

mágicas y otros preservativos de

Considérase ésta una de

el

el

á ella.

según opimon

Meca,

muy

el

cual

extendida de

paciente nada

más

puerta, ó arrancarse una pieza

presumimos que

el

remedio ha

parezca, al tiempo de pasar debajo del arco.


349

EL CAIRO Al sultán Schech Mu’aijad sucedióle su hijo:

falleció

Su

trono á su primogénito, que contaba sólo diez años.

pasados tres meses, y dejó el Burs— bey, en otro tiempo

tutor

esclavo, sobreponiéndose á su inocente pupilo, usurpó sus derechos. se encuentra entre las tumbas de los

califas.

años de reinado. Entre los hechos principales llevados á cabo por haber llevado prisionero

Cairo

al

al

El mausoleo de éste

Murió de muerte natural á él

seis

los diez \

mismo, cuéntase

el

rey de Chipre Juan, protector de los piratas que en su

tiempo eran azote del comercio del Mediterráneo; arrojado de Egipto á los mogoles, siquiera á costa de un tratado que nada tenia de honroso, y haber conquistado el valioso título de protector de la Meca, á consecuencia de haberse apoderado de la ciudad santa y del puerto de

Djeddah perteneciente á

misma. Merced á

la

esto el comercio de dicha plaza

extraordinario, puesto que los bastimentos procedentes de la India y de

tomó un

'suelo

Persia, que

la

acostumbraban aportar á Aden, á partir de 1422 se dirigieron á Djeddah, evitándose de esta

Yemen. De

suerte tener que satisfacer los onerosos impuestos exigidos por el príncipe del

que serian éstos y del desarrollo que tomó el tráfico en el puerto de formarse idea considerando que así como la primera vez que llegó al mismo lo

con cargamento de Calcuta, llevaba un sólo buque,

la

segunda

lo

Meca, puede

la

el piloto

Ibrahim

hizo ya al frente de

una

compuesta de catorce bajeles henchidos de riquísimas mercancías, que en la26, ano, a contábanse ya por docenas los buques que en el mismo fondeaban, en el peí iodo de un

flota

que con ser módicos

los

derechos de aduana, comparados con los que se satisfacían en Aden, cifra lo que pagarían los innumerables

no bajaban de 70,000 dinares. Júzguese por esta peregrinos que acudían á este éste fuera inconveniente para

con

sitio,

el

aprovechar

propósito de visitar el sepulcro del Profeta, sin que la

coyuntura que se

manos para

les venia á las

la

realización de sus negocios mercantiles.

La importancia que en

este concepto adquirió

Djeddah no ha desaparecido aún: de suerte

reunión á todo» lo» pueblo» que la feria que anualmente se celebra en ella, sirve de punto de historiando no habla otra que profesan las doctrinas del Islam. En la época que estamos

que los

la excediera.

Y

mamelucos, en

se

el

comprende:

camino por

siendo digno de mención

el

el

el

mar Rojo

habíase convertido, durante

peregrino documento enviado por

por medio de embajadores

al

el

gobierno de

cual se hacia todo el comercio entre la India y Europa,

efecto

diputados,

al

sultán

el

príncipe «infiel» de Eeilan,

Kalaun, con

el

propósito de

Dárnoslo á continuación para que nuestros lectoie» puedan procedia en asuntos de tanta formarse idea de la sencillez con que en aquellos siglos se es Ceilan. Deseo que un trascendencia. «Ceilan es Egipto, escribía el príncipe, y Egipto el otro se establezca enviado egipcio acompañe á uno de los mios á su regreso, y que

establecer tratados de comercio.

»

» perennemente

en Aden.

Soy dueño de cantidades enormes de piedras preciosas y do perlas

clases, á cual más rica »macníficas. Tengo elefantes, bajeles, muselinas y estofas de todas las mercancías distintas que á ese país madera de sándalo, canela,

más

y mercaderes de por acá. Mis tierras producen madera propia para labrar astas buques cargados de ella cada »de lanza en tanta abundancia, que si el sultán me pide veinte

»v

preciosa:

» conducen los

EGIPTO,

TOMO

I.


EL CAIRO

350 »aíio, »

me

hallo en estado de proporcionárselos.

pueden venir á

»en

ellos la

» propósito

Sin esto, los negociantes de sus estados

mios para sus negocios mercantiles, en

los

menor

la

seguridad de que no hallarán

molestia, pues al enviado del príncipe del

Yemen, que vino con

de establecer conmigo un tratado de alianza, helo despedido mirando á

»en que estimo

el

Egipto.

Poseo veinte y

siete palacios

lo

el

mucho

cuyos tesoros están colmados de

ESCLAVA ABISÍXICA

» piedras preciosas;

»y me

Ni paró aquí nietos de

hacia

y en cuanto á

las pesquerías de perlas

pertenece exclusivamente cuanto las el

renombre que

Kalaun, llegaron

mucho tiempo en

el

los

forman parte de mis dominios,

mismas producen.»

mamelucos alcanzaron: en

el

reinado del hijo y de los

empleábanse Cairo enviados chinos, cuyos enormes juncos época, aquella de historiadores tráfico del Océano índico. Los al


EL CAJEO

352

acostumbrados á ver en sumisión

al

bondad de

las

embajadas procedentes de regiones desconocidas, una

los principios religiosos

había influido no

inesperada demanda del soberano del extremo Oriente.

ménos que el interés mercantil en la «Los embajadores del rey de Catay,

»dice Makrizi, llegaron al Cairo el año 743 de la egira, habiendo salido de su país en » portadores de cartas

que fué

» fakir

para

el

sultán

Mahomed Ibn-Kalaun. En

»por

los

que prestaban

Llegó esto á noticia del rey que, en consecuencia,

fe.

argumentos

del misionero se hizo

lo

el

739,

consignaba que un

libros

sus súbditos las prácticas del Islam.

naciente y convertirlos

al sol

mandó

musulmán; y muerto

jadores á Egipto en demanda de algunos » enseñar á

ellas se

donde permaneció durante largo tiempo, había trabajado asídua-

al Catay,

» mente á fin de separar á los habitantes del culto

ȇ su

tácita

imperio del Islam, complacíanse en sostener, acaso equivocadamente, que la

el

teológicos y de

llamar, y convencido apóstol envió

emba-

un doctor capaz de

El sultán acogió perfectamente á los

orden para que se las regalaran ricos trajes de ceremonia, y les hizo remitir »una colección de obras selectas en las cuales pudieran encontrar sólida instrucción.» El

» enviados, dio

sumamente provechoso para

beneficio temporal de tales misiones fué

ña ciudad de Koceir adquirió durante algún tiempo, bajo la

importancia que alcanzara en

las caravanas,

por medio de

la

la

el

el

Egipto.

La peque-

dominio de los mamelucos,

época de los Tolomeos; pues

cual se hallaba enlazada con

la

ruta

que llevaban

Nilo, vióse desde luego

el

cubierta materialmente de convoyes de camellos que conducían pesados fardos, y en

el

punto de llegada que primero fué Keft y más adelante Kus, apenas podían contarse las embarcaciones que cargaban y descargaban. Dícese que no bajaban de treinta y seis mil las que surcaban las aguas del Nilo, y el florentino Frescobaldi asegura que en su tiempo (1384) so veian

más buques en

el

las

La misma

puerto del Cairo que en Génova, Veneciá ó Ancona.

Alejandría, en la época de los

mamelucos

Europeos

tenia el privilegio de proporcionar á los

mercancías procedentes del Este que para sus necesidades habían menester.

Todos

los

pueblos, todas las ciudades mercantiles, tenian establecidos allá sus corresponsales, de suerte

que podía juzgarse de por

el

número de

la

importancia que bajo

los representantes

venecianos ocupaban

el

primer lugar:

sultán Kalaun y su hijo Chalil,

animado

el

el

punto de vista del comercio tenia un pueblo,

domiciliados en aquella ciudad. los

fundador de Chan el-Chalil,

del Cairo, debiéndose á ellos el privilegio,

el hierro;

pues sin

pérdidas tan frecuentes

un

la

los

el

el

más

mar

del Norte les

egipcios.

El valle del

Norte

la

madera de cons-

importación de tales artículos de primera necesidad,

le

habría

Ésta había ocasionado á los occidentales sensibles: una gran parte del oro y de la plata acunados en

solo

como

barrio comerciante

mercados

Nilo, tan pobre en bosques y en metales, se proporcionaba en

sido imposible construir

el

que como señores del

fué concedido, de surtir de esclavos griegos y circasianos los

trucción v

Según parece,

genoveses concluyeron diferentes tratados con

buque para su

flota.

se infieles de Oriente. El tráfico de esclavos, entre los cuales justamente encontraban no pocos cristianos y cristianas cautivados en Europa, habia de ser a anatematizado por la Iglesia, y de aquí que los pontífices prohibieran en repetidas ocasiones

Europa, pasaba á manos de los


353

EL CAIRO los

marinos europeos

el

comercio con Egipto, conminándoles con penas temporales y espirial provecho material que á la salvación de sus almas,

mercaderes, más atentos

tuales: pero los

prosiguieron en la explotación de

un negocio que

les rendía

muy

pingües beneficios, y que

era parte para que prescindieran de toda otra consideración, siquiera fuese de

más

elevada

naturaleza.

A juzgar por

una nota de precios debida á uno de

que se halla inserta en adjudicaba

sultán,

el

adquiridas en

la

la relación

era

los

que acompañaron á Vasco de Gama,

de su viaje, la parte que en este comercio enorme se

verdaderamente

India, tenían en el Cairo

la

parte del león.

En

efecto;

mercancías

las

un valor cinco veces más grande, debiéndose

éste

exclusivamente á las gabelas impuestas sobre las mismas por los soberanos de Egipto; gabelas

que proporcionaron á los mamelucos las sumas exorbitantes que gastaron, áun los que entre ellos

pasan por más económicos. Burs-bev así como sus antecesores y sucesores gozan fama más ricos de la tierra, y realmente es imposible formarse idea de

de haber sido los príncipes las

cantidades que invirtieron en objetos de

anualmente no pocos millones: importaba

riqueza de

la

un

la

mero

lujo: sólo

en caballos de

silla

despilfarraban

construcción de mezquitas, palacios y edificios públicos

reino: su fastuosa corte, de la cual formaban paite lo»

haiems

v colmados de innumerables esposas, concubinas y eunucos; esclavas circasiana», griegas cantadoras, exigía abisinias, de las cuales las había que costaban una fortuna; danzarinas y

la inversión de

sumas, de

las cuales ni

áun puede formarse

idea.

La servidumbre u»aba

ti

aje»

del sultán no se de seda que realzaban preciosos bordados de oro: las esposas y las favoritas precio subidaban por satisfechas como no pudieran ostentar piedras preciosas y perlas de

en las liteia» en la» dísimo, no sólo en su persona, sino en los muebles de que se servian y eunucos, acompañaban á su señor á los palacios de recreo. escoltadas por esclavos cuales,

y

El Oriente es

la tierra clásica de los regalos:

no pasaba un dia sin que de

las

mano»

del

oro, esclavo», caballos, soberano pasaran á las de sus súbditos objetos de elevado valor,

indudablemente la joyas, trajes de ceremonia. Cierto que esta tierra,

más

fértil

del

mundo,

vejaciones é impuestos daba de sí no pocos recursos, que se hacían mayores á fuerza de veneros habrían acabado por exigidos á veces por medio de la fuerza; mas tan abundantes agotarse, con grave perjuicio para lidad de saldar el déficit

que bastaba por

el

tesoro del sultán, que se habría visto en la imposibi-

que resultara de tanto despilfarro y prodigalidad, sin

el

comercio,

solo para colmar las exhaustas arcas del tesoro.

prohibió terminanteBurs-bey, que era águila en materia de proporcionarse recursos, de la India, y juzgo que era procedentes mercancías las de tráfico el particulares mente á los teniendo quien para su intento monopolizarlo exclusivamente, con lo cual, no

más

socorrido

pudiera hacerle competencia, vendíalas

al precio

que á

él se le

antojaba.

Para

ello tenia

codicia, que sólo adquirían las casas establecidos sus agentes; pero llegó á tal extremo su puramente indispensables, y los representantes del c-omereio de otros pueblos las cantidades sultán con romper con él toda venecianos enviaron á Alejandría una flota amenazando al un tanto en sus pretensiones mjustificaclase de relaciones. Ante tan resuelta actitud aflojó EGIPTO,

TOMO

1.

89


EL CATEO

354

das y además absurdas; pero áun así reservóse el monopolio del azúcar y la pimienta, y para hacerlo efectivo no sólo prohibió que pudieran vender tales artículos los comerciantes, sino

que

los despojó de las existencias

dejó completamente arruinados.

bey,

que,

además de

los

que tenían, indemnizándoles de tan mala manera, que los

En suma:

artículos

las desacertadas

medidas económicas de Burs-

expresados, habíase reservado

el

monopolio de otras

mercancías, que hacia vender exclusivamente por sus representantes, produjeron tan general descontento, que sus súbditos se amotinaron no pocas veces, y los venecianos, del

modo que

los

soberanos de Aragón y

Castilla,

egipcios que se po-nian al alcance de sus bajeles.

desatentada podemos formarnos idea por

mismo

apelaron al recurso de apoderarse de los buques

lo

De

los perjuicios

que dice Makrizi,

que produjo su codicia

según cuyo testimonio

quedaron despobladas muchas regiones de

Después de su muerte, en

el

la Siria y el Egipto. breve espacio de treinta anos, ocuparon

el

trono nada

ménos

CASA DE CAMPO CON NORIA CERCA DEL CAIRO

que ocho sultanes circasianos, que consintieron en que los turcos se apoderaran de Constanel tinopia en 1453. A la caída del último de ellos, Timurboga, logró apoderarse del mando

mameluco Kait-bev, que habia comprado Burs-bey por cincuenta

dinares. Habíase distin-

guido este advenedizo en su juventud por su singular destreza en manejar

semejante habilidad que á

él

la lanza, valiéndole

acudieran los maestros de armas que, entonces como hoy, hacen

ostentación de su saber, á la partida de la caravana para la Meca.

frecuentes ocasiones para dar pruebas de su valor, mostróse

Ya

sultán ofreciéronsele

hombre de Estado

perfecto,

la miseria. hábil é infatigable en cuanto se refiere al gobierno: pero violento y avaro hasta

Con motivo de

la

Mahometo II afortunada resistencia que opuso á los turcos dirigidos por Ezbekijeh, que es el general Ezbek, que dio su nombre á la plaza de

v Bayazeto, distinguióse la

mayor y más importante

del Cairo.

Habia este eminente guerrero llegado á Egipto como


EL CAIRO

356

esclavo; pero merced á su laboriosidad había logrado elevarse á los primeros puestos y crearse una fortuna. Con el propósito de apacentar sus camellos, había adquirido una parte del terreno en que se halla al presente la plaza que lleva su nombre, v que con ser, cuando lo

compró, un

erial cubierto de escombros, vióse al cabo de poco tiempo sembrado de jardines y hermosas casas de campo. Otros personajes á imitación suya hicieron lo mismo, resultando

de

que no se tenia por persona

ello

de valer

que no tenia una casa en

la

Ezbekijeh.

Murió de edad muy La bella mezquita que

avanzada.

su nombre es un

lleva

monumento

digno del hombre extraordinario en

cuyo honor fué construida: su riqueza y

el

gusto con que está decorada

merecen

más

los

desinteresados elo-

gios de parte de los

amantes

del arte

árabe, debiendo hacerse especial

mención de

la

escuela á ella unida.

La

el

Esbekijeh ha experi-

plaza de

mentado no pocas de que lo es

hoy,

el

esplendor y

la belleza

mundo

presente ostenta y que todo

el

Después de haber recorrido

los soberbios jar-

al

noce.

como

centro de la vida franca,

el

y adquirir

que

vicisitudes antes

Cairo llegara á ser,

el

dines que

la

le

reco-

embellecen, paseado ante las magníficas

fondas, edificios públicos, y casas particulares que

por todas partes la rodean, y que no tienen igual en otra ciudad alguna de

asentimiento á

lo

Europa, difícilmente se presta

que sienta respecto de

exactísimo Prokesch-Osten, esto

que

la visitó,

es,

ella

el

que en 1827 en

permaneciera sumergida en

el

agua

la

mitad del año, v utilizada como tierra de labor dudetalle arquitectónico de la escuela de la MEZQUITA DE EZBEK

rante la

otra,

mitad.

La mavor «

parte de los edificios 1

que en otro tiempo se levantaban en dicha todo extremo importante,

quedaban en esplendor.».

plaza, por

vacian destruidos ó estaban próximos á arruinarse: los que

pié pertenecían al estilo morisco y

Al presente seria

difícil

«conservaban impreso

encontrar una sola piedra de

la

el sello

de su antiguo

época de los mamelucos.

en los Ivait-bey murió á la edad de ochenta y cinco años, habiéndose visto obligado postreros instantes de su vida á abdicar en favor de su hijo, que contaba catorce, siendo


357

EL CAIEO

MEZQUITA DE EZBEK EGIPTO,

TOMO

1

90


EL CAIEO

358

mandó

sepultado en la mezquita que se

siguiendo

sores, mientras formaba parte del

mundo

de los

Hállase entre los llamados sepulcros de los

vivos.

Al

califas.

salir

de la ciudad con objeto de visi-

debe pasarse por delante de otro magnífico

tarla,

que por corrupción de ouakkalijeh lleva Ivait— bey, el cual fue cons-

edificio el

construir,

por sus predece-

la práctica establecida

nombre de okel de

truido por el propio sultán.

modo que en

la

Oriente, existia

mayor

En

el Cairo, del

mismo

parte de las ciudades de

un número inmenso de

tales oleéis

ó khans, los cuales estaban destinados, y conti-

núan prestando

el

servicio, para

mismo

que en

guarecieran los mercaderes con sus géne-

ellos se

Compónense por punto general de un

ros.

rodeado de

edificios,

patio

en cuyos pisos inferiores se

encuentran almacenes abovedados, hallándose los superiores destinados á habitaciones y graneros.

La mayor

parte de los okels, y, según Lañe, no

bajan de doscientos los que existen todavía en Cairo, llevan

el

nombre de

la

el

persona que cons-

truyó tales establecimientos de tanta utilidad, así «J

para

mo

comercio en

el

sí,

como para

los

que

al

mis-

Éntrase en ellos por una puerta,

se dedican.

que permanece cerrada durante guiéndose lindos adornos en

Así acontece en

la

la

noche, distin-

la clave de

su bóveda.

puerta del okel de Kait-bev,

desgraciadamente bastante maltratada.

Que

referido sultán disponía de escultores

el

y

arquitectos excelentes, lo revela desde luego su sepulcro, que

cuantos de los

lo

más

han

ha causado profunda admiración en visto, tanto que Coste, que es uno

inteligentes conocedores del arte árabe

en Egipto, no vacila en consignar que es quita

más

efecto, la gracia de su cúpula,

delicado ALMINAR

-DE

LA MEZQUITA DE KAIT— BEY

la

mez-

bella de cuantas encierra el Cairo.

encaje

En

que semejante á

de piedra, osténtase sobre una

delicada red de cintas lindamente entrelazadas, sólo

puede tener igual en

la

forma y decorado del


359

EL CAIRO gallardo alminar, y en los encantos de su puerta de entrada como pocas original. Sírvele de vestíbulo una vasta sala,

circundada por almenado muro, que á semejanza de acontecía con los aposentos análogos de las

durante

que

lo

demás mezquitas

dominación de los sultanes anteriores, parece

la

haberse destinado desde

el

tiempo de Kait— bey para

las

re-

cepciones solemnes de personajes de alto rango, para dar audiencias en las grandes festividades y para dispensar desde ella la justicia.

de piedra sobre ellos

A

ambos lados de

el

tomaban asiento

fondo veíase erigido

la

puerta corre un banco

cual se extendian muelles tapices, y en

En

los altos dignatarios del Estado.

el

trono del sultán, sobre

un

el

estrado al

cual conducían diferentes gradas que guardaban dos hileras

de mamelucos provistos de

La

relucientes armas.

dis-

posición arquitectónica del

conjunto, recuerda la de la

mezquita de Hasan: un detalle

em-

debe notarse sin

bargo

que no existe en

,

aquella , y que consiste en

una linterna de madera que cubría

el

patio central,

de cuyos ingenio-

al través

ADORNOS ANGULARES DE LA MEZQUITA SEPULCRAL DE KAIT— BEY

sos calados penetraba en el interior

una luz tenue y suave y un

mado. Desgraciadamente se vino

mas aún

al

puro y embalsa-

aire

suelo hace algunos años;

careciendo de tan bello remate, es

de perfecta

armonía resultante de

la

tal la

impresión

bien hallada proporción

de las cámaras interiores, que la mezquita que nos ocupa viene á ser uno de esos sitios singularmente agradables, que

no basta con examinar una vez el

mayor

placer dos y tres

sola, sino

y más

que se visitan con

veces, impulsados por

el

deseo de contemplar la forma elegante de sus arcos y de sus bóvedas, la suavidad de sus líneas lo elegante y fantástico de ,

una ornamentación simplicísima,

sin relieves,

y que con estar

reducida á superficies planas cautiva poderosamente pesar de lo dicho pocas veces se ve á un vador.

A

dillado sobre el

marmóreo pavimento de

la

al

obser-

fiel

mezquita

:

arrosi

por


EL CATEO

360

acaso penetra en

movido por uno,

y

el

ella

algún habitante del Cairo , puede tenerse

seguridad de que

la

lo

hace

deseo de adorar dos enormes pedruscos de mala manera dispuestos, gris

el

el

otro encarnado, de los cuales aquel tiene impresas las huellas de los piés del Profeta,

el

segundo

la

de una sola de las plantas del enviado de Dios.

Dichas piedras fueron

llevadas al Cairo por Kait-bey, de vuelta de su peregrinación á la Meca: pues dicho sultán era

amigo de

y de emplear gran parte del tiempo en excursiones y cacerías, como lo haber visitado los santos lugares de Hebron y Jerusalen. Cuéntase que de

viajar,

demuestra

el

vuelta de sus viajes fué recibido con gran

Ezbek,

el

fundador del Ezbekijeh,

le

dió

pompa por

los habitantes del Cairo:

que

el

atageb

una magnífica comida en Matarijeh; y que al entrar

las calles cubiertas y alfombradas de magníficas tapicerías. A su comitiva se agregaron numerosos cantores y bailarinas, y hasta aquellos mismos emires que pasados nueve años habían de obligar al anciano moribundo á que abdicara en favor de su

en su capital encontró

hijo, hiciéronle riquísimos presentes al

poner su pié en

Bajo las dos dinastías de los mamelucos

el

el

umbral de

la ciudadela.

dominio del Egipto fué invariablemente

conquistado por un advenedizo resuelto, ó transmitido y adjudicado por al

más joven

después

el

de los hijos del sultán reinante.

Al fantasma del

la levantisca

califa

nobleza

abbásida, quedaba

cargo de confirmar y proclamar al nuevo príncipe. Mahometo, había nacido de una esclava circasiana cuando su padre

El hijo de Kait-bey,

contaba ya setenta y dos años. Durante los tres que duró su reinado manchó su nombre por medio de una crueldad extraordinaria y un desenfreno brutal. Los contados actos de valor personal y de liberalidad de que nos hablan los historiadores, desaparecen ante los numerosos hechos infames que llevó á cabo. El que tenia la desgracia de topar con él durante sus expediciones nocturnas, podia darse por bien librado

pues

común

lo

era perder algún

miembro

si

no

la

si

escapaba con una paliza horrenda,

cabeza: pasábase las noches enteras en

el

Kilo acompañado de cantadores y cantadoras; penetraba á la fuerza en las casas de sus con auxilio de sus seides se apoderaba de las mujeres que más bellas le parecían, súbditos,

y

y á

fin

de que no tuviera que andar á oscuras por las desiertas calles de la ciudad, obligaba á las casas

faroles y linternas durante la noche delante de y grupo de emires y mamelucos conjurados, saliéndole al paso en una de sus infames excursiones, cosióle á puñaladas y dejó su cuerpo abandonado en mitad de la calle como el de un perro rabioso. Mandólo recoger y darle sepultura uno de sus tios que fué

los vecinos

tiendas.

ú tener encendidos

,

las

Un

le sucedió en el trono. Éste cambió cuatro veces de dueño en ménos de seis años, pasados los cuales ocupólo el-Ghuri, que logró mantenerse en él durante tres lustros. Había sido esclavo de

quien

Kansuwe

Kait-bey; descendía de familia real y contaba sesenta años al apoderarse del sultanato, monumentos estaba dotado de grandes cualidades y el Cairo conserva todavía bellísimos al pueblo erigidos en su tiempo, para lo cual le fué preciso crear nuevos impuestos, y oprimir la con duras extorsiones. Sin contar otros templos ménos importantes, débenle su existencia

mezquita que

lleva

su nombre en

la calle

de el—Ghurijeh y la fuente escuela situada enfrente


INTERIOR DE LA MEZQUITA SEPULCRAL DE KAIT-BEY

EGIPTO,

TOMO

1

91


&

:

.V

-


EL CAIRO

363

de posadas de la misma: además mandó abrir nuevas cisternas y establecer mayor número edificio» en nue\os levantó Meca; la á ir para peregrinos los en el camino que llevaban colina sobre derredor de la ciudadela del Cairo, y construyó un magnífico jardín al pié de la flores traídos árboles prodigiosa, abundancia en ostentábanse cual y el la cual se levanta, en ellos coman de la Siria sin escasear gastos. Su traje v sus armas eran de gran precio: con lo rico \ todo á afición tal su era silla, de caballos sus de paramentos arneses parejas los y y »ultan Na»ii aparatoso que jamás comía como no fuese en vajilla de oro. Los hijo» del hermosa de su habían ya colmado de riquezas á Anjak, que era la cantadora más célebre y favorita de tres sultanes tiempo, y que por su talento y gracias excepcionales mereció ser la

CANTORA FAVORITA DEL SULTAN

su turbante los hijos de Nasir, repre sucesivos: las perlas y pedrería con que engalanaran

sentaban un valor de cien mil dinares. á los cantadores y En cuanto á Kansuwe el-Ghuri, era también pródigo en galardonar jamás se cerraban las puertas de la cantadoras, músicos y poetas. Según opinión general, los cuales ofrecían pasto abundante para sus casa del sultán á los narradores populares, á los sucesos que en aquella época se concepciones, que embellecia su prodigiosa imaginación, mañana encontrábase en el colmo la á noche la de que tales realizaban en Egipto, que eran en el último grado de la miseria, y se sucedían con tal de la fortuna el que un dia antes yacía semejaban variables cuadros de un kaleidoscopo. El rapidez que más que sucesos humanos, príncipe, gemía el dia siguiente encerrado en oscura que ostentaba ayer toda la majestad del


.4

EL CAIRO

364

mazmorra; en tanto que trono,

mandando

afortunada

;

el

mozalbete esclavo

un simple

servicio prestado al sultán

que ayer pedia limosna, y como se reducido á

la

la víspera,

sentábase

á su antojo y disponiendo de tesoros inagotables.

le

AJIMEZ DE

operación mercantil

bastaban para convertir en potentado

antojara á un. magnate,

miseria en un abrir y cerrar de ojos.

la Persia, las fantásticas descripciones

,

dia siguiente en el

el

Una

el

al

mercader acomodado veíase

Las maravillas de

la India, los palacios

de

GAMA EL-GHURI

de la remota China llegaban á noticia de los sultanes

mamelucos, tanto ó más que por medio de

los libros,

por

lo

que referian

los

marineros, los

conductores de caravanas y los mercaderes de esclavos.

Cuanto puede fantasear

el espíritu

más

sensual, respecto á riquezas, placeres,

magnificencia, en suma, á cuanto puede halagar los sentidos, poseíanlo hasta

pompa y el

exceso


EL CAIRO

365

NARRADOR DE CUENTOS

EGIPTO,

TOMO

I

92


366

EL CAIRO

algunas contadas individualidades que moraban en

el Cairo; y el que, ora cantando, ora narrando, quería superar dicha realidad, no tenia más remedio que acudir al país de los

sueños y las quimeras. Imagínese ahora el interés que debían ofrecer para un pueblo vejado, oprimido, exhausto de bienes, desprovisto de los medios indispensables para proporcionarse

'

.

_

=2T

JOVEN NARRADOR DE CUENTOS DE HOY DIA

cosa, algunas comodidades, esas narraciones fantásticas y maravillosas que, cuando no otra olvidar ofrecian elementos bastantes para que, siquiera durante algunos instantes, pudiera

le el

Lo que según los cuentos aunóle a lo& al más desafortunado de esperara, cuando ménos lo Aladino, ¿no podia acontecerle, azar de la mortales? ¿No podia el más pobre de los hombres verse en un momento y por un estado de triste abyección á que se hallaba reducido.


EL fortuna, del Cairo

mente á

encumbrado á

lo

más

alto del

367

CAIEC)

templo de las riquezas?

En

la

mente de

los vecinos

imágenes de seres y de hechos que correspondían perfectapersonajes mencionados en los cuentos que oyera narrar, á los y para que la imaginación oriental fundiera en el crisol de su ingenio el

permanecían vivas

las

los acontecimientos

no necesitándose más

contenido de las antiguas historias para que de

En

animadas.

el

reinado de

Kansuwe

él

salieran nuevas formas

más

seductoras y

el— Ghuri llegó á su apogeo el gusto por los cuentos

orientales, pudiéndose suponer, con notorio fundamento, que data de dicha época la trans-

Mil y una noches, que en su mayoría hacia unas á otras generaciones por medio de la tradición oral.

cripción ó recopilación de las narraciones de las

mucho tiempo

se transmitían de

Por medio de dichas narraciones habían en un

principio las tribus errantes del desierto

y el tedio del descanso: más adelante de las ciudades echaron mano de ellas para olvidar las amarguras de la vida; y por último empleáronse para interrumpir la monotonía de los placeres en el interior del harem. Los narradores de historias ó cuentos pueden dar libre expansión al vuelo de su fantasía en e^to

amenizado

los habitantes

las fatigas de la peregrinación

.

no hav quien

vaya á

les

la

mano

;

pero al propio tiempo han de reunir grandes condiciones?

para desenlazar por manera ingeniosa,. siquier fantástica, los mil y mil incidentes con que han en la misma la narración y envolver en deleitosa poesía la lección filosófica que han encerrado. Se ha dicho, con tanta profundidad como ingenio, que la poesía de los árabes?

complicado

,

plásticas, y

en

sentencias del Coran se ponen á los ojos del creyente en

los?

puede compararse perfectamente á efecto, así

como

las

máximas y

las obras

que han producido sus artes

en que frisos de las mezquitas, sobre los ingeniosos y bellísimos entrelazados encienan, espieciso, fueron aquellos artistas, las lecciones de conducta que en los cuentos se de la más para que se acepten con agrado, que vayan envueltas en los dulces atractivos tan fecundo?-

7

bella poesía.

Es indudable que

los cuentos orientales

así nos es lícito expresarnos, y los arabescos son, si por lo misino son digno? del mayor apiecio, y

impalpables formas de aquella lozana fantasía; cual acontece en todo aquello que en

el

7

campo de

la belleza

perfección. La y á la madurez de su religión árabe rechaza las imágenes y los símbolos; n- conoce misterio alguno, v á su frió deísmo responden las desnudas

ha llegado á

la plenitud

paredes de las mezquitas levantadas durante los primeros siglos del Islam.

producen en

el

Completamente desprovistas de todo adorno,

ánimo un

efecto parecido al

que resulta de

la

contemplación de un país cuy os montes carecen de todo vestigio de vegetación; pero al cabo de poco tiempo, sin que7

brantar por esto las prescripciones religiosas, tratóse, y se consiguió por felicísima manera, de comunicar vida á la

ORNATO DEL MÍMBAR DE LA MEZQUITA DE EL—GHURI

e esas narracioue? en para c piedra y de disimular su rudeza y pesadez, echando mano sus muros, y de los cuales arabescos, de esas poesías en colores, de que se hallan cubiertos


el CAIRO

368

decia

un ingenioso

petrificado.»

viajero

que «semejan impetuoso juego de aguas que de repente se hubiese

Líneas, palmas, estrellas, flores, caractéres significativos intervienen en aquel

clausulado que va repitiéndose en ritmo cadencioso, y acaba por ejercer una fascinación irresistible

en

el

ánimo

del espectador,

se afana en vano para encontrar la

armónica de

los órganos, la

que acostumbrado á

la

regularidad del arte occidental,

mútua correspondencia de

proporción correspondiente entre

el

las partes,

la

estructura

soporte y la carga, la ley

MAUSOLEO DE KANSUWE EL— GHURI

en cuya virtud se sostiene

la atrevida cornisa,

y en especial

lo

que debe constituir

la solidez

del edificio.

La mezquita

de

Kansuwe

el— Ghuri es la última que debe ocuparnos, entre las que se

edificaron en la época del último renacimiento posible negarle cierto esplendor

ménos

real

atención puede observarse hasta en los detalles halla en decadencia.

de

la

arquitectura egipcio-árabe. INo es

que aparente; pues por poco que en

más

ella se fije la

insignificantes que la pureza del estilo se

El mausoleo de el— Ghuri consiste en una sencilla cubba, cerrada por


EL CAIRO

370

una elegante cúpula; mas no yace en ella el sultán que la mandó edificar para que le sirviera de postrer morada, ya que habiendo sucumbido en 1516 en la Siria, en una batalla contra los osmanes, fuéle cortada la cabeza y remitida al sultán Selim, que al cabo de un año puso término á

la

independencia del Egipto.

El comercio sostenido por los árabes con la India, que, según dejamos expuesto, durante largos siglos proporcionó los

un golpe mortal en tiempo

tesoros á los señores del Egipto, recibió también

más pingües

del postrero de los sultanes

en 1497 doblado Vasco de

Gama

oriental de Africa, encontró

un

el

mamelucos, á consecuencia de haber

cabo de Buena Esperanza.

piloto árabe

que

lo

En

condujo á Malabar

Melinda, sobre al través

la costa

de mares que

jamás habia surcado nave alguna europea, y por medio de los cuales sosteníase hacia muchos siglos un comercio sumamente animado con la China y el Japón, que habia proporcionado á los

musulmanes verdaderos montes de

los inconvenientes

oro.

El-Ghuri no se hizo ilusión alguna respecto do

que habían de resultar para los intereses materiales de su país

,

del

descu-

brimiento realizado por los portugueses, y, aconsejado por los venecianos, envió una

imponente á las

los

mares de

naves orientales en

el

la India, dirigida

vengó á su

hijo

el

flota

emir kurdo Husein. La victoria favoreció

primer encuentro que tuvo con las de Occidente, bien que com-

prándola á costa de no poca sangre: sólo

por

mas en

el

año 1509

el

gran Francisco de Almeida, no

Lorenzo, que sucumbiera en lucha gloriosa con los egipcios, sino que

la escuadra de Husein. Dióse esta batalla en aguas de Diu, y merced portugueses dueños del comercio de la India y aniquilada para en ejercido adelante la influencia y casi podríamos decir el monopolio que la marina árabe habia pretendieron en el Oriente. Cierto que andando el tiempo, y dueños los osmanes de Egipto,

destruyó completamente

á

ella

quedaron

los

apoderarse de la ciudad de Diu;

mas

sus esfuerzos fueron completamente inútiles y

pabellón turco no ha conseguido ya reconquistar

el

predominio que un tiempo ejerció en los

el

puertos de la India.

en el Los portugueses vencedores acariciaron por un momento el propósito de perseguí! mameluco, atribuyéndose a uno de sus héroes, Albui-

interior del Egipto los restos del poder

Rojo poi medio querque, el proyecto gigantesco de poner el Nilo en comunicación con el mar del valle, en el de un canal que debía terminar en Koceir, y arruinar así la parte más rica no realizaron, centro de la cual estaba establecido el Cairo. Mas lo que los portugueses de Selim I, lleváronlo á cabo poco tiempo después, por medio de las armas, los turcos cuanto apoderándose por completo del Egipto, y utilizando en provecho propio ó destruyendo ¡=e debe en encerraba el país de grande, de bello ó susceptible de desenvolvimiento. El fracaso parte á el-Ghuri, que no se resolvió á entrar en lucha en

después como un valiente en dieron los cairotas

digno del

el

mismo por

el

campo de

batalla.

nombre de Melik el-Aschraf, la

el

momento oportuno, peieciendo

Sucedióle su esclavo Juman-bey, el

rey

al

cual

más honrado, habiéndose hecho

grandeza de ánimo de que dió pruebas en

el infortunio.

Ascendió

al

pusieion á coi a trono el dia 17 de octubre de 1516, y los vencedores de su predecesor se ejéieitos en distancia del Cairo el día 20 del siguiente enero, llegando á las manos ambos i


371

EL CAIRO

Una

Heliópolis en las inmediaciones del lago de los Peregrinos: Birket—el—Hcigg.

Pión

di\

parte dando la del ejército otomano atacó el grueso de las fuerzas egipcias, en tanto que otra lo» héioe* vuelta al Mokattam embestia por el flanco á Toman-bey. Éste peleó como uno de soldado* de puñado un emires dos de seguido pues Islam del y de los buenos tiempos enemiga*, valientes y decididos habia logrado penetrar hasta el mismo corazón de las fuerza* apoderarse de la tienda del sultán Selim y derribar los jefes que en ella se encontiaban, cuando llegó á sus oidos la nueva de que su ejército, completamente desmoralizado, huia á la :

en desbandada. Las trincheras dispuestas por los egipcios, tras las cuales estaba puesta gracias a la batería su artillería formidable, cayeron en poder de las huestes osmanidas,

mamelucos albaneses, que entregaron á un bajá turco, su compatriota, el plan Toman— bey, indicándole además las ocultas trinchera* y la posición

traición de dos

de batalla imaginado por

que en

ellas

ocupaban

Vencido

las piezas.

quedábales todavía á los mamelucos

el

el

grueso del ejército egipcio por lo* otomano*,

recurso de la

que habrían podido volver

artillería,

pero ésta consistía en viejas bombardas de hierro, montadas sobie de metal, en cureñas desprovistas de ruedas, construidas con postes revestidos de abrazaderas manejar Así que los turcos disponían de cañones sumamente ligeros y muy fáciles de contra sus enemigos

;

.

tanto

uno

se explica que Kurt-bey,

los vencedores, contestara

su

» naturaleza

que con

ella

de Toman-bev, hecho prisionero por

arrogantemente á Selim que

artillería lo

el

preguntaba qué habia sido de su

le

fondo de mi corazón.

deben, que no á su valor; pues

otomanos han

Si los

la artillería es

pudiera una débil mujer vencer á los hombres

» su invención á los infieles,

» creen en Dios v en

más bravos emires

«Consérvolo íntegro en

antiguo ardimiento: » vencido, á

de los

más

arma de

tal

valerosos: debida

jamás debe emplearla un musulmán para combatir á los que En cuanto al sultán de Egipto, se puso en salvo escapando

Profeta.»

el

Las huestes de

de la ciudadela. á Turah, en tanto que los turcos se apoderaban del Cairo y

a esto y á la matanza, debiéndose lograra reconquistar la perdida que Toman-bey, por medio de un atrevido golpe de mano, a tomar fuerzas para sostenerse en ella, los turcos la volvieron

Selim embriagadas por

ciudad;

mas

careciendo de

tras lucha porfiada,

término á

triunfo entregáronse al saqueo

el

la

que exigió que

misma

el

la

ganaran de nuevo casa á casa y

abandonaban las armas: unos ochocientos cedieron á las ofertas del vencedor, se entregaron,

Rumeleh,

apoderáronse de

ellos los soldados del sultán

donde fueron decapitados.

matanza y

el

Lo que comenzaran

perecieron durante aquellos dias espantosos.

medio de

la

dieron.

los

el

y

condujeron á el

la plaza

la

de

engaño, concluyólo la

número de

los

camotas que

cuanto á Toman-bev, obligado segunda

enemigo, intentó reconquistar

si

mas en cuanto

uz

independencia del Egipto poi

una jornada entera peleó con un desprecio de la vida que rayaba muros de Gizeh; pero careciendo de fuerzas para sostenerse y emprenarrastrado por los suyos en la fuga que desordenadamente

lucha: durante

en heroísmo junto á continuar

al

En

y

la astucia

incendio; haciéndose subir á cincuenta mil

á abandonar su capital

Para poner

calle á calle.

olvido sultán Selim ofreció á los que juzgaba rebeldes perdón y

los

la pelea, vióse

Vendido por

los beduinos,

los vencedores, fué conducido á y entregado á

la

presencia


EL CAIRO

372

de Selim, que después de un cautiverio de diez y siete dias dispuso que fuese colgado de un garfio de hierro, que todavía existe, sobre la puerta de Ez-Zueléh.

arrepintió

más

Asegúrase que

turco se

un

mayor heroismo

la

adversario cuyo

único crimen eonsistia en haber defendido con

el

independencia de su patria, y que para expiar públicamente su arrebatado la

el

tarde y lamentó de todas veras haber condenado á tan afrentosa muerte á

mezquita de Mu’aijad, cercana

al sitio

donde fuera ejecutado

el

fallo,

trasladóse á

último de los mamelucos, y

después de haberse hincado de rodillas, vertió abundantes lágrimas. Tal fué

el

término de

la

dominación de

los

El postrer califa abbásida, Mutawakkil, salvó transmitido sin la

mamelucos, y

el

comienzo del gobierno turco.

después de haber reconocido, y menor resistencia todos sus derechos, honores y distinciones al reprela existencia

sentante de la dinastía de los osmanes, dejando dos hijos que murieron en la oscuridad. familia abbásida fué desapareciendo lenta y vergonzosamente, cual tronco carcomido

pasto de las llamas: en cambio la série de los sultanes

de una antorcha que

al

par aviva y consume

el

mamelucos extinguióse como

huracán.

La

que es

la

llama


r

J*r

>

L

.

t-í


G

I

P T O.

Los colosos de Memnon.


EL CAIRO SU DECADENCIA: SUS SEPULCROS

partir de este instante, el Cairo

más que una regida por

ya no es

provincia del imperio otomano,

un gobernador enviado de Consun

tantinopla, que reside en la ciudad, y

general del ejército turco, á quien está confiada la

autoridad militar, que ocupa la ciudadela. funcionarios tenían á su lado

un cuerpo

Dichos

consultivo,

especie de Consejo de Estado, compuesto de militares, tinción,

hombres de y á

fin

ciencia v

mamelucos de

dis-

de impedir que llegaran á ejercer

influencia en los habitantes del valle del Nilo, sólo

desempeñaban aquellos sus cargos durante un año, con

lo cual,

como

fácilmente puede comprenderse,

únicamente atendían á redondear su fortuna en DERVISES Y OTROS SANTONES PARTICULARES

breve plazo que habia de durar

el

desempeño

el

del

poder supremo en dicha región. Terminado éste, regresaban á Constantinopla con su botín, vendo á parar también á la metrópoli todas las rentas del país que los empleados lograban

Tan desenfrenado saqueo

sustraer al tesoro público. tiales

de la riqueza: pues

sumas enormes, EGIPTO,

al

TOMO .1.

si

cabo v

iba agotando poco á poco los

manan-

bien es cierto que los advenedizos mamelucos despilfarraron al fin,

con

el

impulso que dieron

al

comercio, determinaron

94


EL CAIRO

374

ingresos fabulosos que compensaban en cierto

modo

las ruinosas exacciones

con que vejaban

á sus súbditos, al paso que lo que los turcos sacaban del Egipto no sólo no servia para

fomentar

la

vida de las regiones del Xilo, sino que salía de ellas para pasar al extranjero.

Consecuencia legítima de semejante estado de cosas fue que

la miseria,

con todas sus conse-

cuencias, asomara su faz en aquellas regiones, en otro tiempo tan prósperas y abundantes,

yendo

los negocios de Egipto

trativa,

cada vez de mal á peor, hasta tanto que

de las manos de los empleados del sultán, cada dia

á veinticuatro beyes que

mandaron á su antojo en

más

las provincias

la gestión

adminis-

débiles y corrompidos, pasó

cuyo gobierno se

les

había

DELANTE DE LOS MUROS DE MASR EL-KAHIRA

confiado, no reconociendo en el bajá enviado de Constantinopla

más derecho que

el

de

Poi supuesto que el percibir los impuestos que anualmente se encargaban de recaudar. puesto que, como remedio fué si cabe peor que la enfermedad que con él se pretendía curar; el nombre de sheikh con superior, jefe ó un ellos entre de nombrar en convinieron los beyes propósito para el desempeño el-beled, ó señor del país, todos se juzgaban con condiciones á del

mismo, naciendo de aquí luchas y

las rivalidades que ensangrentaron con frecuencia

calles del Cairo, teatro ordinario de tales excesos.

A

mediados del

siglo precedente,

un hombre

al resuelto y decidido, Ali-bey, consiguió


EL CAIRO

375

cabo establecer como sheikh el-beled su dominio sobre todo

número

el

Egipto, después de

disminuyó

el

ganado

voluntad del pueblo con estas y otras medidas, tomó

enviar

la el

de genízaros, aumentó

el

lo cual

de sus mamelucos, y después de haberse la heroica resolución de

gobernador á Constantinopla, y no satisfecho con esto todavía desafió á la misma le condenara á muerte, haciéndose nombrar sultán por el Xerife de la Meca en ,

Puerta que 1771, y de

fijo

se habria apoderado de la Siria,

de los turcos que

Murat— bey

é

le

dieron muerte.

Ibrahim-bev con

y material apoyo

al

las

armas en

la

no

traición

si la

Después de

le

disputáronse

él,

mano, y

si

hubiese puesto en manos el

gobierno Ismail-bey,

bien la Puerta prestó su influencia

último, los dos restantes lograron hacerse señores del valle del Nilo y de

MEZQUITA DE IBN-TULUN EN SU ESTADO RUINOSO

su

capital,

y conquistar un nombre glorioso defendiendo

el

Egipto de las armas francesas

guiadas por Bonaparte.

Durante tan dilatado período no se realiza en mención: todo

lo contrario; si se llegó

califas; si desapareció

á eclipsar

Cairo obra alguna que sea digna de

el el

antiguo esplendor de la ciudad de los

por completo cuanto existia de grande y de bello en esa civilización márgenes del Xilo tan opimos frutos produjera, culpa fué

original que implantada en las

exclusivamente de los turcos y de

la

mala administración de sus gobernadores.

Si así

puede

y esplendor, y sólo recordando que en la ciudad ejercieron dominio durante mucho tiempo puede explicarse que sean tantas para embellecer la las ruinas hacinadas en el Cairo; que hoy mismo en que tanto se hace decirse, fueron éstos los sepultureros de la antigua grandeza

residencia del Jetife, no hayan escapado á

una

total

ruina los

más

notables edificios del


EL CAIEO

376

tiempo de los

califas:

que en

escombros y que delante de ,

el

exterior de la ciudad se sucedan unos á otros los

las puertas

montones de

entre los restos de suntuosos sepulcros y esplén-

,

didos palacios de recreo, los buitres y los perros, sin que nadie les moleste, devoren las repugnantes carroñas de animales muertos y abandonados. Cierto que tan lamentable estado de decadencia se debe principalmente á las causas

que con anterioridad á la conquista francesa y al gobierno de Mohameden cuya época comenzaron á lucir de nuevo para Egipto mejores dias, los jefes del

políticas, toda vez

Alí,

Estado, durante tres siglos consecutivos,

habían puesto exclusivamente su atención en

devastar y saquear, y en manera alguna en reparar

gran parte de

alcanza también,

ello

— según

lo

antiguo ó crear algo nuevo

mas una

;

opinión fundadísima del moderno orientalista

Ignacio Goldziher, con quien repetidas veces he tratado semejante cuestión, que ha desarrollado satisfactoriamente en

á su

falta

una memoria todavía

inédita

al carácter del

pueblo musulmán,

absoluta de sentido histórico y á la negligencia y escasez de conocimientos técnicos

de los arquitectos de

la

prematura ruina de

los

época de los

califas,

más importantes

á cuyas circunstancias se debe principalmente la

edificios religiosos

y

civiles.

El escrito antes citado, pretende sincerar también á los cairotas del cargo de irreligiosidad

que se

les

ha

dirigido por parte de diferentes escritores que

achacan á esta causa

el

abandono

y ruina en que yace la mayor parte de los monumentos más venerables. Como á mí le ha causado profunda extrañeza el encontrar á cada paso en el mayor abandono y en estado ruinoso los edificios destinados al culto de una religión todavía viva y floreciente y que sintetiza por sí sola el principio y el fin, el conjunto

que ha sido capaz

el

Egipto asociado

al

Islam.

Do

y

de mezquitas célebres, de escuelas,

restos y ruinas

los detalles de todo el

entusiasmo de

quiera se dirija la mirada distínguense de

sepulcros,

mencionados por

la

cuya grandiosidad y magnificencia revelan su pasado esplendor y singular belleza. Pero áun así no hay razón para deducir de ello que el musulmán de Egipto sea indiferente

historia,

al contrario,

en materias de religión: ración de poseer en su

abundantes que

algo

si

hay que mueva su

amado Cairo manantiales

la ciudad, residencia

puede luchar sin desventaja con todas

de los califas en tiempo de las

orgullo, es la conside-

de vida y saber religioso tan copiosos \

demás ciudades

cairota es religioso, pero es mahometano; devoto, pero

la

decadencia musulmana,

del Oriente antiguo

mahometano de

y moderno. El

los piés á la cabeza,

observador profundo de los preceptos del Islam, y por consiguiente sabe que Mahoma ha manera establecido como precepto fundamental de su religión que « el Islamismo no es en »

alguna un sistema monacal:» que

Dios, v que en la

vida asceta.

la

palabra Islam tanto vale

manera alguna pretende expresarse con Por una vez que

el

muslim

ella la

como abandono de tendencia

más

mismo a

insignificante á

egipcio piense asustado en «el espantoso conjunto

Coran» y en el siniestro lujo de horrores que rodea á los castigos del verlo todo infierno, recréase veces mil con las delicias que le esperan en el paraíso. Léjos de

»de

los terrores del

teñido de los

más

lo» siniestros colores, siéntese por naturaleza inclinado á pintarse todos

objetos de color de rosa.

Su

-e religión le concede en abundancia los goces materiales, }


EL CATEO aprovecha de

377

entusiasmo y toda la fe de su corazón, ávido de emociones. antiguo escritor árabe, que estableció una comparación entre las cualidades físicas y

Un

morales de

con todo

ellos

el

los cairotas. atribú/

veles fundadamente la volubili-

dad de

v

veleta

la

el

afan del

«J

fija

en

su existencia mundana, en

la

placer: el cristiano

manera

ligera, y

que se

podríamos aña-

con que conciben

dir frívola,

existencia y

el

mundo

la

entero,

un

difícilmente puede creer en .

fervor religioso que es, sin

em-

bargo, general, y del cual sólo

carecen los musulmanes solutos. ble

más

Su temperamento

y tornadizo que es

di-

varia-

propio

el

,

de los pueblos que llevan mezcla de sangre en sus venas;

la

ins-

han heredado de

tabilidad que

sus nómadas antecesores, deben

cuando se

contarse por algo,

pretende explicar las razones en

cuya virtud, después de haber acometido

ficios, los el

empresa de levan-

la

ediy tan notables

tantos

tar

han abandonado hasta

extremo de que no produzca

en ellos

la

impresión

nificante el ver

nas.

Es que nunca

erigir

más

insig-

que caen en

rui-

se les ocurrió

monumentos

sólidos des-

uñados á gozar vida eterna: euanto edificaron lleva impreso el

sello de lo instable

se diria

que

y pasajero: no les

la civilización

ha hecho olvidar desierto, esta

FAMILIA ÁRABE ENTRE RUINAS

tienda del

morada que levantaban sus padres en

momento, para

el

suelo donde se establecían por

abatirla luego y trasladarse con ella á otro lugar.

esplendor de los EGIPTO,

la

TOMO

califas, 1.

púsose en

la elección

Ni en

el

un

tiempo de mayor

de materiales y en la construcción de los


EL CAIEO

378

cuidado que causa nuestra admiración en las obras realizadas por los antiguos

edificios el

El afan de goces,

egipcios.

la frivolidad de la

cuya fragilidad

pasión por todo

la

se oculta bajo

«Á

variados v deslumbrantes.

musulmanes y

» los sepulcros

lo

ostentoso y brillante, la fantasía volandera y

edad media egipcia, tienen su manifestación

un

exterior sorprendente

más

perfecta en esos edificios

de líneas combinadas y colores

su manera, dice un escritor francés, son verdaderas maravillas las

mezquitas del Cairo.

El plano ha sido trazado sobre

el

con arte por todo extremo sorprendente: llevados á ejecución fueron encantadores

» papel

es que merece

» durante dos siglos,

si

»albayalde y arrebol:

mas

al

nombre de encantador un

el

presente no son

más que

rostro cubierto de

innobles ruinas, montones informes de

»vigas, alcayatas y arcilla que revelan la ligereza y superficialidad del constructor.» Semejante más duro que completamente exacto; pero áun así, no puede ocultarse que los únicos

juicio es

edificios árabes

cieron

que subsisten bien conservados, son aquellos precisamente que no recono-

como fundamento

Constantinopla

columnas de

;

la

causa del Islam

la

la influencia extranjera.

,

ó aquellos otros en que intervino directamente

Bizantinos fueron los que edificaron

de la iglesia de

San Juan resultó

la

templo de Santa Sofía de

el

mezquita principal de Damasco: las

mezquita de Amr, procedian, según hemos dicho, de

edificios gentílicos

ó

mausoleo de Ibn-Tulun fue construido por un arquitecto griego; y en el de cristianos; Hasan vese manifiesta la influencia italiana. Una de las partes de éste, puramente árabe, derrumbóse al cabo de poco tiempo, y según hemos visto, lo propio aconteció con la el

mezquita de Mu'aijad.

No hay

descripción alguna que iguale en entusiasmo á las que nos han dejado

historiadores

y

puede decirse

el brillo y esplendor de la novedad: elevado de los conceptos y lo hiperbólico de la expresión corren parejas con los sin embargo, el musulmán, que en virtud de los preceptos de su que se refieren.

guiente se ofrecían á sus miradas en todo

que por

lo

edificios á

religión,

Y

debe dirigir

la

mirada de su conciencia íntima á cuanto

v elevado, no siente nada absolutamente ante antigüedad. le

se

el

más grande

existe de

espectáculo de los

monumentos

de la

El lenguaje vulgar los confunde todos en la expresión de Kufri, paganos, y no

inspiran ni admiración ni simpatía, siéndole indiferentes hasta

toma de desdeñarlos. En

clásicas de Makrizi y

v otros

los

poetas árabes respecto de edificios que vieron terminar, y que por consi-

Abd

el-Latif,

encuéntranse descripciones de

tales obras

monumentos; pero

tal

punto, que ni

las historias relativas al Egipto, especialmente

son del dominio de

antigüedad faraónica no han producido mella en

la

el

muy

cuando nos hallemos en

el

el

trabajo

las

obras

pocos, y los restos de la

conciencia de este pueblo

curso de su vida se hayan tomado

Gizeh. montados en sus asnos, con

el

las pirámides, las esfinges,

Podría afirmarse sin temor alguno de caer en error, que no existen en

musulmanes que durante

en

el

musulmán. el

Cairo mil

trabajo de dirigirse á

propósito de contemplar las pirámides y las esfinges; y

Egipto superior tendremos ocasión de hablar de monumentos

calcinados importantísimos que piedra á piedra han ido á parar á las caleras y que han sido viajero v demolidos para levantar con sus materiales nuevas fábricas y palacios nuevos. Ln


EL CAIRO

380

musulmán

de

Damasco

que no carecia de instrucción

artística y pasaba por uno de los más conspicuos teólogos de su tiempo, emprendió, hace ciento setenta años, una peregrinación á la ,

Meca, pasando por Palestina, Egipto y la Arabia; y habiendo permanecido en el Cairo durante algunas semanas, describió, ó mejor, contó, sin omitir una sola, las tumbas de los santones

teeli

que

le

fué dado visitar en el interior

y en

las cercanías de la ciudad.

a pesar de que no puede desconocerse que estaba dotado de sionable, no se encuentra en su obra la efecto

bien,

insignificante de las pirámides, ni del

que su vista produjo en su corazón de poeta. El propietario musulmán que embarcado

en una dahabjeh se traslada

más

mención más

Pues

un sentimiento muy impre-

bien,

nunca

Egipto superior con objeto de visitar sus fincas, difícilmente, ó

al

siente el antojo de hacer

una excursión

contemplar por vista de ojos esas columnas de

ganosos de saber, y

viaje para los occidentales

si

que se equivocaría quien considerara

venerable barniz de antigüedad que los años

ficación histórica de

al oriental

le

Lo

deseo de

la

conservador por naturaleza: no, sólo siquiera se presente

viejo,

han comunicado, no

algo que pueda prestarle utilidad:

él

el

término del

sus ojos tropiezan casualmente con algunos

toda la extensión de la palabra.

alguno como no vea en

el

ánimo han producido diciendo: Fantasía.

fugitiva impresión que en su

Y es

movido por

que constituyen

mismos una mirada desdeñosa y expresa

restos de pasadas civilizaciones, dirige á los

es utilitario en

al interior,

la eternidad

un monumento no son en su concepto

el

con

el

inspira sentimiento

le

valor artístico ó la signi-

títulos bastantes

para justificar su

existencia: la primera condición que deben reunir estriba en la utilidad que

pueden prestar.

Fáltale también, y esto lo explica todo, el sentido histórico, sin el cual no existe interés en

conservar

lo

que ha sido,

llegado hasta nosotros.

todo lo contrario,

su

No

ni tendencia

alguna en restituir exactamente

el

valor de lo que ha

es esto decir que carezcan los árabes de historiadores distinguidos:

y la historia constituyen una de las ramas más importantes de por completo de cuanto constituye para el europeo el fundamento

la filosofía

literatura; pero carecen

de toda educación formal,

la

facultad de imaginarse lo presente

como ya pasado, y de De aquí que el

reconocer por este medio cada una de las fases de su desenvolvimiento. oriental

no experimente pesar alguno viendo derruirse

que borre indiferentemente

el

los

monumentos

recuerdo de los mismos del libro de

de otras edades, y

la vida.

Las

historias le

agradan porque recrean su espíritu y estimulan su inteligencia, que por otra parte jamás se toma el trabajo de fijar en la mente la memoria de hechos verdaderos ó falsos; la historia, tal cual nosotros la concebimos y la cultivamos,

destinada á ennoblecer nuestras almas

sublimar nuestra energía, es completamente desconocida para

el oriental,

que sólo ve en

y

ella

algo semejante á lo que nosotros encontramos en los libros de recreo ó simple entreteni-

miento.

En

los

tiempos anteriores sólo existe un historiador, desconocido por los orientales,

v recientemente descubierto por del califato por los mogoles,

de iniciar á

la

juventud en

instrucción pública en

el

la crítica

y escribió el

alemana, el-Fakhri,

el relato

el

cual presenció la destrucción

de tales hechos, que insista en la necesidad

estudio de la historia: al presente los reformadores de la

Egipto moderno, trabajan con afan en

el cultivo

de la

literatura


EL CAIRO histórica, y en hacerlo apreciar por sus alumnos.

seguro favorables resultados en

en cuanto á deber

la

la presente carece

laudables tentativas producirán de

el carácter y el espíritu de las generaciones venideras; pues por completo del sentimiento en virtud del cual se mira como

monumentos que

conservación de los

381

Tan

generación de nuestros dias, para

han legado. No

otros tiempos nos

porvenir es un don que Dios

la cual el

le

es que la

ha concedido

independientemente de su voluntad y lo pasado nada significa, trabaje conscientemente en demolición de lo existente: pero en cambio no siente la necesidad de conservarlo: pues ruina de

lo

la la

que durante siglos enteros se ha

juzgado por su santidad objeto de veneración

no

le

causa

el

dolor

más

insignificante.

Lo

que carece de utilidad práctica no importa

que se derrumbe:

dijérase que

eminentemente conservador do egipcios: el

espíritu

el

los antiguos

empeño singular y hasta apasio-

nado que ponian en que subsistiera cuanto levantaran con sus propias

manos

heredado de sus predecesores,

tamente extinguido en

han venido en pos de

el

ó habían

liase

ánimo de

ellos,

mezclas que han resultado de

complelos

merced á la

mente en

deleite lo

las

fusión de

diferentes razas. Prefieren levantar de

buscando

que

nuevo

para sus sentidos, precisa-

que tiene carácter de novedad, y lo que el tiempo ha

abandonan á su destino

convertido en caduco é inservible.

Desgraciadamente cuanto se ha edificado con posterioridad á

la

conquista de Egipto por los turcos, no sólo

carece de solidez, sino que no lleva impreso siquiera

el

sello

de

encantadora originalidad que podemos observar en todas partes, inclusas las ruinas y los mutilados restos arquitectónicos de la época

AVES nocturnas

de los califas.

Y

sin

embargo,

casi

hay motivo para alegrarse de

que en esos tiempos de decadencia no se haya pensado en restaurar los monumentos antiguos, ya que el único ensayo llevado á cabo con tal propósito no puede ser más lamentable.

Las mezquitas

del Cairo están construidas generalmente de sillares

que forman

alternativamente fajas rojizas y amarillentas: semejante procedimiento se puede observarlo mismo en nuestra arquitectura que en la oriental, y la Toscana nos ofrece de ello repetidos ejemplos. Pues bien,

como

el

color rojo había palidecido con el transcurso del tiempo, creyóse

que debía hacerse algo para recibir dignamente á los personajes que invitara el Jetife con motivo de la apertura del Itsmo de Suez y al efecto se juzgó lo más acertado devolver EGIPTO.

TOMO

I.


EL CAIRO

382

artificialmente á las mezquitas y alminares

aspecto que en otro tiempo ofrecieron , para lo

el

cual se creyó que bastaba con fiar la realización del pensamiento á simples jabelgadores que

encomendarse á Dios

sin

con sus manos pecadoras chafarinaron de rojo rabioso

ni al diablo,

Xo puede

v amarillo chillón los muros exteriores de aquellos monumentos venerandos.

formarse idea del desastroso efecto que producen al presente, metidos en un

traje

ó arlequín, esos edificios cuyos constructores aprendieran de los antiguos egipcios

casar los colores, y de extender y suavizar los tonos.

de payaso el arte

Las obras arquitectónicas de

la

de

época

turca son feas en sus formas, y se hallan sobrecargadas de adornos pesados, y embadurnadas,

más

bien que pintadas con sentimiento artístico.

mucho tiempo

herir durante

mirada del

la

ciones de duración que las otras, ya que,

Afortunadamente no están destinadas á

artista; si

así

pues todavía encierran menores condi-

podemos expresarnos, fueron construidas

para satisfacer necesidades del momento: la posteridad, de

la

cual para nada se acordaron los

que i

illli

\\SÍ!

il.li

ll¡!

!

'!

las construyeran, se

de ellas condenándolas

Mili M|

i

vengará

al olvido.

Lo mismo que en sus

iüí

obras,

refléjanse en su historia la versatilidad é instabilidad de espíritu

de los orientales.

y

los reinos se

Las dinastías

suceden con ra-

pidez verdaderamente vertiginosas,

de

manera que

vano buscar en

los

seria en

anales de

Oriente aquellas séries de reyes de una '

'

j

misma

familia de que tan

C /- í"

abundantes ejemplos nos ofrece FRAGMENTOS DE COLUMNAS

la

nos estados de Europa. El tiempo, que en raudo torbellino todo

en su carrera desatentada y vertiginosa,

antigüedad y áun los moderlo arrastra y lo envuelve todo

tiempo, ed-dahher, ó

el

como dicen

los árabes, ¡a

pronun-

sucesión de las noches, todo lo destruye. Esta palabra fatídica en parte alguna puede

más

ciarse con

«Xo

olvides,

del árabe

las

oh alma, que en

pagano Lebid,

Islam, que

en

exactitud, y en

al

no

la

introducciones eternidad

instabilidad que descubren

terrenas.

este

valióle el

mundo

todo es perecedero excepto Alah.» Esta

honor de ser incluido en

el

máxima

catálogo de los poetas del

cabo abrazó en los postreros años de su vida. Los historiadores, por su parte,

artificiosas

vivísimos,

ninguna región se oye con más frecuencia que en Oriente:

de

que se

sus

refleja

obras,

en

en todas partes,

la

preferencia

y

con colores

en cuanto se paran á considerar

El pueblo mismo, que no ceja jamás en

atribuve frecuentemente, según

pintan con

fortuna varia de los pueblos,

la tarea

hemos consignado en

sino la

las cosas

de forjarse fábulas y quimeras, á los edificios

distintas ocasiones,

sagrados y á las reliquias, efectos milagrosos y maravillosas leyendas que no han de tener


EL CAIRO

DARB EL -ACHATAR

383


EL CAIRO

384

más

vida que los objetos á los cuales se refieren: pues

edificio se arruina,

bórrase la leyenda en

por desvanecerse enteramente, por

en cuanto exista

lo

mismo que

si

desaparecen ó

las reliquias

pueblo, se metamorfosea

el

y acaba

,

tradiciones y leyendas sólo pueden subsistir

Muchas son las mas algunas subsisten;

objeto ó el lugar que les sirven de punto de apoyo.

el

han extinguido con

tradiciones que se

el espíritu del

los edificios de otras edades;

pero en su mayor parte tan ridiculas y monstruosas, que su repetición sólo puede ser

Con todo

soportable á quien sea capaz de darles crédito.

ménos estúpidas y

dos de las

referir

conocedor de

disparatadas.

en

es decir,

período comprendido entre 1820 y 1840,

el

superstición, entre los habitantes

más

animales, y con

ella

mucho,

un nombre

le

los genios, de los cuales

más renombre

la

sabemos que

Una

el

gato saltaba de

la

,

misma cama,

bien que

al

al otro

hombre llamar

á la puerta de su casa, y con

cama, abría

ventana, y preguntaba quién

voz desconocida dijo desde

extraño: «El dj ¿un » añadiendo:

un gato negro

del Cairo, tenia

dejaba sitio para dormir en su

Cierta noche oyó nuestro

gran sorpresa suya vio que que llamaba.

poder de

sitios desiertos

los sabios de

tanto que

lado del mosquitero.

el

y lugares sombríos, toman á veces la forma de se ponen en contacto con los hombres. Es, pues, el caso, que el jeque

uno de

Chalil el Medabighi,

el

trabajo de

instruidos de la gran ciudad.

Las Mil y una noches nos han familiarizado con

aún cuando suelen habitar en

era

el

fueron referidas al profundo

vida del Cairo, Lañe, bastando por sí solas para comprender cuán alto rayaba

la

en su tiempo,

cual quería

tomaremos

esto nos

Ambas

«Abre

la

la

— «Soy fulano» — y pronunció puerta.» — «Hase pronunciado nombre la calle:

el

y no tengo poder para ello.» «Entonces, repuso el de abajo, échame un par de panes desde la ventana.» «Hase pronunciado el nombre de Dios de Dios junto á

la cerradura, dijo el gato,

junto á la abertura y no tengo poder para ello.»

«Hase pronunciado

el

nombre de Dios sobre

jante situación preguntábase

el

de hambre y de sed, cuando

mismo á

ella dióle

propio tiempo

el

gato

lo

la alcarraza

el

del

un poquito de oro.» Mas

el

En

seme-

que seria de su persona, pereciendo como estaba

le dijo

que pasara á

humilde guiso con que

siguiente discurso:

dáme un sorbo de agua.»

y no tengo poder para ello.»

limosna á costa del vecino. Al otro dia

un pequeño bocado al

mendigo

— — «Entonces

«Ay,

solia

la casa del lado, el

y trasladándose

él

jeque en lugar de dar á su gatito

desayunarse, dióle

gatito mió, bien sabes

la

mitad, dirigiéndole

cuán pobre estoy: tráeme

gato en vez de contestar, fuese y no volvió.

quiere historia, que acabamos de narrar, conocióla Lañe, mediante

La

conseja, ó

la relación

que de

si

se

ella le

hiciera la persona á quien sucedió.

En

cuanto á

la

autenticidad de la que

vamos

á referir, fuéle testificada por numerosas

personas, dignas de crédito, y forma parte de una especie de ciclo legendario que se refiere á la

puerta de Ez-Zueleh ó el-Mutaueli, de que

hemos hecho mención, y que goza fama extraorcomo de servir en

dinaria de insigne y portentosa para la curación de enfermedades, así

ocasiones de lugar de residencia al jefe misterioso de todos los ouelis ó santones.

vida, el

Entre los

de transmitir á los hombres sencillos y de buena todo ó parte de sus virtudes milagrosas, convirtiendo en ouelis á aquellos á quienes

privilegios de

que goza

el

Kutb, cuéntase

el


EL CAIRO

385

confia el cumplimiento de determinadas funciones, y los poderes necesarios para llevar a cabo la realización

de sus nuevos deberes. Tales delegados ejercen sobre una ciudad ó un barrio de

misma una

especie de autoridad semi-espiritual, semi-temporal, que en ocasiones les acarrea

la

graves pesares. Ejemplo de

ello es el

piadoso especiero del Cairo. Era éste un pobre hombre,

dotado de piadosos sentimientos, que tenia un verdadero deseo de ser admitido en de los ouelis, v para conseguirlo se dirigió á un

hombre que gozaba fama de

el

número

santo, con

el

HAMIDA, JOVEN DEL CAIRO

objeto de que

le

proporcionara una entrevista con

el

Kutb. Después de habéisele sometido á

deseos, encargándosele que varias pruebas de diferente naturaleza, prometiósele acceder á sus

primero que viera salir de la mezquita de se fuera á la puerta de Ez-Zueleh y detuviera al presentósele cercana á la misma. Nuestro especiero obedeció al pié de la letra: El-Mu’aijad,

forma de un anciano venerable; accedió á su petición, y le ordenó que tomara puerta, con la calle llamada Darb-elbajo su protección el distrito situado al sud de la el

Kutb, bajo

EGIPTO.

la

TOMO

I.

Ó7


EL CAJEO

386

Ahmar

El especiero experimentó inmediatamente un cambio en su interior; comprendió

.

que realmente se habia convertido en oueli, y con no poca sorpresa pudo convencerse de que penetraba ciertas interioridades que para el resto de los hombres eran verdaderos secretos. Llegado

al distrito

que se

le

confiara, vio á

un mercader que

más

cocidas, que vendía á los transeúntes, y sin meterse en

un golpe

hizo pedazos de

mió, sin que piara

el ollon,

ni chistara.

En

tenia

un gran puchero de habas

averiguaciones cogió una piedra,

recibiendo en cambio una paliza de padre y

cuanto

muy

señor

vendedor de habas, no bien hubo desahogado

al

su coragina, dióse á recoger los restos de su perdida hacienda, y con gran sorpresa encontró entre los fragmentos del puchero una serpiente muy venenosa. Entonces comprendió que el

que tan despiadadamente moliera á palos era un oueli que vendiera una mercancía que hubiese costado asaltándole en consecuencia

,

cuyo sabio proceder habia impedido

la vida á

no pocos de sus favorecedores,

un profundo remordimiento. Al

convertido ya en santón, fuese renqueando al sitio que se

le

otro dia nuestro especiero,

confiara, y sin acordarse de la

tremenda paliza que pocas horas antes habíasele propinado, hizo pedazos una gran jarra de leche que, destinada á la venta, se hallaba en el interior de del propietario

suceso de

que en

la víspera,

El tercer dia

hueso sano, á

sacudir no diera reposo á la

no hubiesen

los restos de la jarra

muerto.

el

que no

le

tienda.

si los

Nueva

paliza de parte

transeúntes, recordando

el

diera más. Entonces buscaron entre

nada ménos que un perro y en el fondo de la misma encontraron el santón se trasladó como pudo, pues con las dos palizas no tenia

esquina de

la

influido para

una

mano,

la calle

en que desempeñaba su

oficio,

y vió á un criado portador

de una gran bandeja llena de frutas y manjares exquisitos, que debían servirse en una comida dispuesta en una casa de campo. El santón arrojó su palo entre las piernas del

cargado doméstico que tropezando vino al suelo con cuanto llevaba, quedando hecho una pura lástima. Mas no se habia levantado áun y se cobraba ya, anticipadamente, en las espaldas del pobre oueli la paliza que esperaba recibir de su amo en pago de su torpeza, en ,

tanto que los perros de la calle se lanzaban sobre los restos de los desparramados manjaies,

mas en cuanto exánimes. De

los ello

dieron para con

el

tiesos } y después de un breve pataleo quedaban dedujeron los presentes que los manjares estaban envenenados, é interceoueli á fin de que el criado no le pegara más. El santo varón levantóse

comían caían redondos

,

como pudo, y comprendiendo que no le traia cuenta penetrar en lo que permanecía oculto á peso de la los demás mortales, suplicó encarecidamente á Dios y al Kutb, que lo libraran del santidad, que lo volvieran al estado de ignorancia y á la humilde condición en que antes se el el cielo apiadado de sus lamentos accedió á su ruego, con lo cual

hallaba, y habiéndose

ex-oueli vióse de nuevo convertido en simple especiero sin que en adelante tuviese que sufrir

nuevos vapuleos.

Por

los

años de 1835, vivía en

collar de hierro, y

en opinión de

el

Cairo

un devoto que

las gentes,

llevaba ceñido á la garganta

un

hacia treinta años que permanecía encadenado

en un rincón de su morada. Cuando quería dormir envolvíase en una manta permaneciendo menos así lo creía el vulgo de las gentes; mas no faltó

debajo de ella horas enteras: por lo


EL CAIRO

388

manta, y entonces se vio que no había debajo encadenado ni cosa que lo valga. De otro santón acusado de un crimen, cuéntase que fué decapitado, y que su cabeza quien tirara de

la

separada del tronco abría los labios para protestar de su inocencia.

también de un santón, conocido comunmente con primeros años fué mameluco de Kait—bey.

nombre

venerable, para que en su

le

Por último, háblase

nombre de Piedra

el

Según parece, envióle un

ele

que en sus

hierro,

dia su señor á

entregara un pingüe regalo en dinero.

un jeque

El santón,

después de haber rehusado aceptarlo, concluyó por admitirlo, y estrechando en la mano las monedas que aquel le entregara trocáronse en sangre, con lo cual abriendo la mano dirigióse al portador, diciéndole:

«Mira, hijo mió,

semejante espectáculo, quedóse

al

lo

que es tu oro.» El mameluco se aterrorizó ante

como

lado del oueli

una

discípulo, y acabó por fundar

orden de derviches, siendo todavía venerada su memoria en

el

Cairo, y existiendo varias

leyendas relacionadas con su sepulcro.

Ya hemos ciales:

visto

que existen muchas reliquias á

también se cree que existen varios

mezquita llamada

Gama

el-Benat,

mezquita de

doncellas,

las

propiedad de hacer casaderas á las jóvenes ya madurillas.

mezquitas, se reúnen todos los viérnes numerosos asistir á las oraciones.

Pues bien,

padres, no ha conseguido entrar tiene

que hacer más, según

cuya hora tiene lugar

que

el

la

la

á

cual

la

atribuye la

se

como en

ella,

deseosos de escuchar

las

el

demás

sermón y

joven que á pesar de los esfuerzos realizados por sus

la tradición,

alta

fieles,

En

como dueña en un harem, y que desea encontrar marido, no

más solemne de

imán pronuncia en

espe-

las cuales se atribuyen virtudes

que poseen fuerzas portentosas. Hay una

edificios

que

asistir

á la mezquita

las oraciones de toda la

voz las palabras

Alah ah bar

el

viérnes al medio dia, en

semana, y en

— Dios

momento en

el

es grande,

— en

el

cual

primera vez, y humillan su frente hasta tocar las esteras que pavimento, debe recorrer yendo y viniendo el espacio que separa dos hileras de

los creyentes se arrodillan por

cubren fieles,

el

en

seguridad de que dentro del

la

gozará las delicias de

La mayor cuales,

como

la vida

mismo año habrá encontrado un buen esposo y

conyugal.

parte de las leyendas piadosas se refieren á las

mismos, dáse también

á los santones

el

tumbas de

nombre de

los

oueli.

santones

,

á las

Su número

es

verdaderamente extraordinario, y su recinto puede considerarse como el centro de la vida religiosa de los habitantes del Cairo. Las más antiguas de ellas no están peor conservadas

que

las

demás construcciones

de las mezquitas que llevan

del

tiempo de

el

nombre

los califas:

á veces se encuentran en

Forma

ocasiones constituyen edificios del todo independientes.

su cubierta una cúpula, y en

su estrecho recinto se encierra como objeto principal, oculto bajo un tapiz, contiene los restos del santón, al cual prestan los concurrentes

Esas cubbas se elevan ordinariamente en mortales guardan, tenia establecida anacoreta.

el

la celda

Encuéntranse á cada paso en todas

considerable

el

número de

los

el interior

del santón que yace sepultado en ellas: en otras

mismo

sitio

el

en que

el

féretro

que

tributo de sus oraciones. el

santón, cuyos restos

ó zaquizamí (zaouijah) en que hacia vida de las regiones del Oriente,

hombres cuya tumba

se

pues es por demás

ha convertido en centro de un culto


389

EL CAIRO

ménos numerosas

piadoso, no siendo

las leyendas fantásticas

que

creencia popular ha

No haya miedo que un musulmán

forjado con relación á los sitios donde reposa.

una plegaria siquiera, de

jamás delante de una de dichas tumbas,

sin elevar

corazón, invocando para sus negocios

auxilio del piadoso oueli.

el

la

Por

lo

lo

devoto pase

íntimo de su

demás, ya sabemos

sin ambajes lo á qué debemos atenernos respecto de tales santos y tales sepulcros, pues

hemos

Ahmed

dicho, describiendo el molid del santón

á consecuencia de haber llevado á cabo

Cuando

excursión que ha exigido

más tiempo que

el

Seiyd el—Beduaí existente én Tantali.

una

de costum-

bre, penétrase de noche en el Cairo, llega á los oidos del

viajero

una salmodia monótona, que en nada

al canto,

se parece

formada por una série de sentencias árabes,

interrumpida á intervalos por un grito agudo y penetrante, brotado del pecho de un hombre arrebatado por el

éxtasis en

el

y ménos áun

del viajero,

apodera

Imposible es des-

fervor de la oración.

que semejante rumor produce en

cribir el efecto

el

el

ánimo

piadoso terror que de

él se

perdidos en la sombra de una no-

al distinguir,

che tranquila, los vagos contornos de los derviches que se

aprovechan del silencio que reina en

las altas

horas de

noche para realizar en derredor del sepulcro de un

la

oueli,

sus extravagantes ceremonias y recitar bajo la bóveda del cielo su místico zikr. lector

cuando que

el

pueda le

asistir

Ocasión se ofrecerá para que

el

á una ceremonia de este género, las fiestas del Cairo; puesto

acompañemos á

extranjero que visita la ciudad de los califas puede presenciar en todo tiempo esas

prácticas religiosas de

un género

especial,

con sólo tomarse

el

trabajo de

ir

a una hora

determinada á cualquier convento de derviches, tekieh. Éstos, es decir, los tekiehs, se hallan edificados

por punto general en

relaciones con

Todos

la

orden á

los jueves

á

la

la caída

lugar en que residió un oueli que mantenía estrechas

de

la

el

convento.

tarde vese

una tropa de derviches, cubierta

la

cabeza con

desfilan en procesión á y con linternas en la mano, que callejones sin largo de la calle de Abdin y que después de haber recorrido los infectos en barrio griego, se dirigen á una mezquita que raras veces visitan los extranjeros,

sendos birretes cónicos, de lo

el

cual pertenece

fieltro gris,

salida del

pasan la noche entera rezando su zikr junto al sepulcro del santón sepultado en ella, únicamente las no faltando devotos que les acompañen en sus piadosos ejercicios. T no son los milagros que gentes del vulgo las que concurren á los sepulcros de los ouelis al olor de posición, suelen también frecuenles atribuyen: muchos habitantes del Cairo, de elevada

la cual

se

tarlos.

cosa que no debe extrañarse, por lo

dominio de

EGIPTO,

mismo

que, perteneciendo tales portentos al

medicina, no pueden ménos que ejercer poderosa influencia en

TOMO

I.

el

ánimo de

98


EL CATEO

390

cuantos padecen enfermedades.

A

aún en

principios del siglo anterior existia

las cercanías

dicha ciudad una cubba á la cual prestaba su sombra un robusto sicomoro,

gozaba el

la virtud de

sanar

al

do

cuyo polvo

animal que padecía un achaque, con sólo espolvorearle con aquél

miembro enfermo. Tumbas de santones

existen á las cuales van las gentes en la seguridad

de que encontrarán consuelo en sus aflicciones,

no faltando algunas que

gozan fama de proporcionar posteridad al que no teniéndola la desea.

En en

Za’ka

,

que es una aldea situada

la frontera

de la Siria,

que separa

no

léjos

Egipto

el

de Arish,

existe el sepulcro del jeque beduino Zueijid,

cuya puerta jamás se

cierra,

porque se cree que los tesoros en contenidos no pueden ser roba-

ella

dos por ladrón alguno, y que

en

la

misma

persecución de los que

Y

el

que

se refugia, escapa á la le

siguen.

no¿sólo gozan idéntica celebridad

é igual consideración las

tumbas de

los santones milagreros, sino

tam-

bién aquellas en que yacen los

hom-

bres

que más directamente influ-

yeron en

el

desarrollo

habiéndose hecho con

Islam,

del

motivo

tal

dignos de eterno recuerdo, y especialmente las que encierran los restos de los amigos, es decir, los

personajes que han conocido perso-

nalmente

En

al Profeta.

el

número

de éstos van incluidos los soldados

que fueron á Egipto bajo de DERVICHES EN ÉXTASIS DÁNDOSE DE PUÑALADAS Y ALFILERAZOS

imagine qUC

tal

Ó

CUÍl l

cierra los restos de

para que se lo

más

le

concedan

las

mismas consideraciones que

singular es que á veces la

tumba de un mismo

las

Amr, bastando que

al

sepulcro de

t

órdenes

el

pueblo

!1 IT)

bU

uno de

CU—

ellos,

un santón. Pero

arrugo, se venera al par

en cinco ó

seis

lugares distintos, sin que nadie se percate de la imposibilidad que para ello existe: tanta es tenacidad con que

el

pueblo se aferra á semejantes tradiciones.

La mayor

la

parte de las que


391

EL CAIEO

subsisten al presente en Egipto, se refieren á las desventuras de la familia del califa Alí,

cuyo origen se remonta á

hermana de residencia

,

la

dinastía de los fatimitas, que deriva su tronco de Fatima,

Alí, predilecta é hija favorita del Profeta, la cual elevó la ciudad del Cairo, su

á capital del califato, durante la dominación de

la familia chiita.

Actualmente, no

EN LA ESQUINA DE UNA CALLE ANTIGUA

el Cairo, con justo título, centro del saber sunnita, subsisten y se ejemplo, la gran fiesta de mantienen con verdadera obstinación tales leyendas. Así, por moharram, primer mes del año \-hura. de origen judío, que debe comenzar el dia diez de

obstante considerarse

entre los

musulmanes, es para

los cairotas,

grandes amigos de Alí, un dia de duelo y de

referido terminó la dominación de los Alidas, y penitencia: y es que recuerdan que en el dia


EL CAIRO

392

de aquél, Hassan y Husein, sufrieron el martirio; motivo por el cual, no obstante la terminante prohibición de los sunnitas, se celebra con públicas demostraciones de dolor, y ceremonias fúnebres y conmovedoras. La mezquita El-Hasanein es aquella en que tienen los hijos

lugar tales fantasías,

que en su mayor parte ofrecen un carácter completamente

teatral.

SEPULCRO DE UN MAMELUCO

Según opinión

muv

generalizada, encierra la cabeza de Hussein, que

puede comprender, después de

lo

que llevamos dicho, es uno de

como

fácilmente se

los santones

que más

veneran los cairotas, y como el rasgo característico de los mismos es lanzar un juramento por un quítame allá las pajas, no hay juramento más frecuente que el de: Por vida de nuestro señor Hussein.

/

O na— hay at sid—na

Houssein!


EL CAIRO

394

En ninguna que en

el

parte puede apreciarse mejor el culto que profesan los cairotas á los sepulcros

Karafeh, que

es, sin

duda alguna,

el

más

vasto de los cementerios orientales, con la

circunstancia de que pueden observarse en las ceremonias que en los

musulmanes

tiempo de los faraones.

el

mismo

se practican por

y reminiscencias de la religión egipcia del Algo de esto hemos visto describiendo en otro capítulo las ceremo-

del valle del Nilo,

vestigios

nias que tienen lugar en Tantah, con motivo de las fiestas del santón

Achmed

el-Beduí; y

Pues

después, hablando de las que se celebran cuando el crecimiento de las aguas del Nilo. bien, todavía recuerda

más

dichas reminiscencias de tradiciones egipcias, la creencia, propia

exclusivamente del Cairo, y no admitida en parte alguna del Oriente islamítico, de que detrás de las habitaciones de los vivos, se extiende interminable la morada de la muerte y del reposo

formada de sepulcros y mausoleos. Recorriendo la necrópolis de Memphis, hemos tenido ocasión de demostrar que, en tiempo de los faraones, dichos recintos se emplazaban al oeste de las ciudades en virtud de principios que tenían su fundamento en la religión y en lamitología; y por consiguiente acaso se deba á

musulmán forme una extensa parte oriental, en

el

una causa

fortuita el

línea de sepulcros, agrupados

que

como

la necrópolis del Cairo

otras tantas aldeas, en la

último término de la ciudad y apoyada en las pendientes inferiores del é izquierda de la cindadela, elévanse las magníficas

Mokkatam. En dicho punto, á derecha

cúpulas de que tenemos hecha mención, habiéndonos ocupado en

la

descripción de las

bellas al narrar la vida de sus respectivos fundadores; y al pié de los

grandes, se extienden luengas hileras de innumerables tumbas,

más modestas, que

en una sencilla piedra ó en una pequeña cubba simplemente jalbegada. usado por los egipcios,

el

cementerio se distingue con

el

más

mausoleos de los

En

consisten

el dialecto

nombre de karafeh; pero

éste,

árabe

en su

origen sólo se aplicaba á las partes que se extendian al pié de los sepulcros pertenecientes á

v á los mamelucos. El karafeh de que hablamos, constituye hace muchos siglos el cementerio de los musulmanes cairotas, siendo lugar de peregrinación, no sólo por parte de objeto de los indígenas devotos, sino también por los extranjeros que se dirigen al Cairo con

los califas

visitar los sepulcros de los santones i

y de los hombres piadosos, y de orar fervorosamente el Karafeh los viernes, ántes de la puesta

unto á los mismos. El pueblo generalmente visita

del sol. v

además en determinados

semejantes ocasiones una

dias ó festividades, entre otras la llamada

muchedumbre inmensa compuesta

El—Id. En

de hombres, mujeres y niños

cubre materialmente las vias que conducen á los cementerios, y á la paz que reina casi siempre en la mansión de los muertos, sustituyen el ruido y la animación: deposítanse sobre las

tumbas ramas de palmera; distribúyense dátiles pan y limosnas en dinero á ,

se rezan largas plegarias invocando los

manes de

los

que

allí

reposan.

En

los pobres,

y

presencia de

semejante espectáculo podemos preguntarnos: ¿nos hallamos ante un pueblo musulmán, que

medio de una población que

practica el culto á los

profesa la creencia en

un

antepasados? Ante

espectáculo que se ofrece á nuestras miradas se explica perfectamente

el

solo Dios

,

ó en

los vehhabitas, aquellos musulmanes reformados de la Arabia y de la India, descargaran su fanatismo sobre las tumbas de los santones, destruyendo hasta sus cimientos todas aquellas

que


395

EL CAIRO que encontraban

como

paso, por considerar

al

el culto

que se prestaba á

fuente de corrupción del principio monoteista.

La verdad

los

que en

ellas pacían,

es que en el Karafeh,

menos

&e

omnipotente é infinito Alah, que á los que yacen en las tumbas. Los miembros de todas las sectas encuentran aquí el sepulcro de los jefes más importantes del ritualismo que aquí, debajo las bóvedas de un mausoleo suntuoso, a ese el particularmente profesan: adora

al

y

sarcófago que contiene los restos mortales del

derecho canónico,

el

en Egipto ántes de

venerado

la

jefe del rito á

Shafei

,

el

fundador de la ciencia del el

que prevalecía

dominación turca. El espíritu egipcio, siempre pronto á crear nue\a^

ATAUD DE

tradiciones,

Imán

que diera su nombre, que era

ha circundado con una

ISMAIL- BAJÁ

bella corona de leyendas la vida y la persona del

hombie

hasta respecto de su kubba hanse imaginado las más peregrinas y del sabio extraordinario, y su puerta está siempre dispuesta á concepciones. Así creen los cairotas á pié juntillas que permanece siempre cerrada ante el cambio en que pero creyente un á paso dar para ; abrirse añadiéndose que esta ha dejado penetrar en su corazón el torcedor de la duda,

impío que propiedad milagrosa de la puerta que conduce

desenmascarado á más de un Shafei.

Los extranjeros

hipócrita.

visitan

al

Una gran

sepulcro del sabio y santo varón, parte del cementerio lleva el

ha

nombre de

también con preferencia, entre otras que no citarnos,

la


EL CAIRO

396

mezquita funeraria de Hosh

el

de los

la familia

Bastía, de

vi reyes,

en

la cual se

encuentra

bellísimo sarcófago de Ibrahim—Bajá, padre del Jetife Ismaií , junto al cual se recita

de la

mañana

á la noche.

Atribúyense virtudes de

los

milagros,

muy

el cual,

singulares

Refiere

librara del peligro

tiempo ante

la

tumba

del

el

sepulcro de este oueli, pidiéndole ardientemente

en que se veia, y que después de haber permanecido durante mucho santón

absorto por

,

fervor y el pesar, vino á quedarse dormido,

el

«No temas, buen hombre, cuando

en cuyo estado apareciósele aquél diciéndole: » apodérate de lo

gran sorpresa

encima de

vio

la

tumba un pajarraco que estaba exhibiólo en las calles de la

recitando

el

Coran según las siete lecciones: apoderóse de

ciudad, y

la

fama de su saber alcanzó

verlo y lo

compró á su propietario pagándoselo tan espléndidamente, que no que

facer á sus acreedores, sino

En cambio

le

tal

quedó

«Te

amaneció, quiso

tomado la

participo el

mi

que

era

el

mismo gobernador

quiso

pudo

satis-

sólo

para vivir con holgura durante

lo suficiente

el resto

gobernador no pudo regocijarse durante mucho tiempo con su

el

el

espíritu

imán

el

se

le

apareció en sueños

en tu casa.»

enjaulado

halla

se

En

cuanto

contemplar á su sabio prisionero alado; pero éste habia

gobernador

las de Villadiego:

él,

renombre, que hasta

nueva adquisición; puesto que aquella misma noche diciéndole:

despiertes

que encontrarás encima de mi sepulcro.» El pobre diablo, oyendo tales

palabras, abrió los ojos y con

de su existencia.

Padre

el

leyenda que un hombre á quien perseguían sus

la

acreedores, refugióse en cierta ocasión en le

sepulcro del imán Ibn-Sad, apellidado

al

según parece, hócelos más portentosos aún, después de muerto,

que cuando gozaba de vida.

que

el

Coran

el

sacar de pena al afligido devoto, habia tomado

imán que para

forma de pájaro.

También son dignas de mención

las

tumbas de

los

Sadat al-Bekrijeh, es

decir, de los

superiores de las órdenes de los derviches egipcios, que descienden en línea recta del califa

Abu-Bekr; cuya dignidad ha gozado hasta nuestros que

la

disfruta,

importancia en las

extraordinaria

tumbas se encuentran también en elevada que importante, es

un rico

En

este sitio.

dias la

más

fiestas

populares y religiosas.

cuanto

en

el Cairo, la

posesor de esta dignidad,

que

limitan á las expresadas sus obsequiosas atenciones los extranjeros distinguidos

donde existe su árbol genealógico los

,

que

más

hermosa y venerable habitación, acaso

lleva

más profundamente impreso

de otros tiempos, y su selecta biblioteca, riquísima en curiosidades bibliográficas.

acompañar a

el

Dichas

maneras distinguidas, que con amabilidad

propietario de

exquisita, enseña á los extranjeros que le visitan su

entre las antiguas que existen

al

elevada consideración, y

le

;

pues por

visitan

que se remonta á

la

al

lo

común

se

toma

la

el sello

Y

no se

pena de

sepulcro de sus antepasados,

época de

la

conquista de Egipto por

musulmanes.

La tumba que

excita

mayor respeto y veneración

autor de la Canción del vino,

musulmanes. Es alguna

el

éste

jugo real de

ese cantar de

un poema alegórico en la vid

y su acción, sino

es la del jeque Ornar Ibn el-Farid,

los cantares del el el

amor

el

místico de Dios á los

cual lo que se celebra no es en

manera

éxtasis del creyente embriagado en el

amor


lOO EGIPTO,

TOMO

1


*


EL CAIRO de Dios, que ha bebido

el espirituoso licor del

amor

individualidad corporal con la de su celestial amado.

399

divino, confundiéndose con ello su

Generalmente, junto á la tumba del

jeque Ornar, recítanse estrofas de este inspirado poema,

que producen en los asistentes

verdaderos arrebatos de entusiasmo, dando lugar á esos zikr, de que tenemos hecha

y sobre los cuales todavía diremos algo más adelante. Largo espacio hemos consagrado á las ruinas y á las tumbas:

men-

ción,

lo

merecía;

mas puesto que hemos concedido

su importancia

,

al

la

verdad es que

el

asunto

Cairo antiguo toda la consideración que exige

la ciudad moderna y rejuvenecida, de sus habitantes y de concurso de pilotos extranjeros, no sólo ha evitado el total

ocupémonos ya de

la familia real que,

mediante

el

naufragio del Egipto, sino que lo ha elevado y puesto en condiciones favorables para realización de los

más

elevados destinos.

la


=—|t-43n

FIN DEL

TOMO

I


INDICE DE GRABADOS Pág.

Pág.

vi

Ismail-Bajá

Cabecera del prólogo Inicial

D

del prólogo

El

jetife

Muchacha copta

VII

Cabecera del capítulo segundo

XI

Tewfik

Alejandría antigua (cabecera del capítulo primero). Antiguo faro de Alejandría

1

El Muezin Busto de Alejandro Ruinas de las murallas de Alejandría Egipcia sacando agua de un pozo El faro nuevo de Alejandría Catacumbas de Alejandría Mujer seutada sobre las ruinas de

3

1

5

6 7 9 10

Jarras dionisíacas

A)

.

Riego de Sais

el

las calles

andarín

17 19 19

Cementerio árabe Asomadita á la ventana del harem

Antonio Cleopatra introducida en

24

.

el palacio real.

.

Vasija alejandrina La aguja de Cleopatra Columna de Pompeyo Cementerio árabe •

Filadelfo

'

'

alejandrina con su criado negro

Joven descendiente del Profeta Sarraf ó cambista

20 22 23

.....

i.

(Inicial

13

Alejandrina con túnica de seda transparente. Moneda de Tolomeo V, Epifanes. El padre Nilo en el Bracio nuevo del Vaticano. Cleopatra en el rio Cydno yendo al encuentro de

tomo

Coran.

con Horo Copto Las palmeras, planta característica del Oriente. Patio de una casa egipcia del tiempo de los califas. Plaza de Mehemet-Alí Puerto viejo de Alejandría Orilla del canal de Mehemet

Dama 12

Moneda de Tolomeo Sóter Moneda de Alejandro el Grande

EGIPTO,

el

.

y de 38

.... .

.

.

.

Palacio del jetife

Eunuco

La joya 25 26 27 31 33 37 38

.

Isis

Mezquita de Said Bajá ¿Cómo acabará todo eso?. Iglesia protestante en Alejandría

11

Joven egipcia

Arsinoe, hija de Lisímaco

Pupitre para

primero).

•_

antigua

la

Alejandría Mujer griega de Alejandría

Noche á orillas del mar Rojo Vaso egipcio Joya con los retratos de Tolomeo

(final del capítulo

VII

X

Final del prólogo

Cabeza de Serapis

del

harem

Palmeras Cosecha de dátiles Trasquileo de los camellos

Bordadora de seda Babuchas bordadas (fin del capítulo segundo) Cabecera para el tercer capítulo

.

.

Nargileh. (Inicial D) Antiquísima representación de la vendimia sacada de un sepulcro de Sahara Alminar de la mezquita de Verdani en el Cairo. .

IOI

39 41 43 43

44 46 47 51

53 54 55 57 58 59 61 62 62 63 65 66 66 67 68 69 71 72 73 77 79 81 81

82 83


INDICE DE GRABADOS

402

Pág.

Pág.

orando sobre la tumba del que fué su esposo Dique en la Delta en la época de la inundación. Zarzal antiquísimo representado en un sepulcro de

Viuda

.

84 85

.

Beni-Hasan

Moneda Moneda

del del

86 86 86 87 89 90 90 91 92 94 96 96 97 100 100 101 103 103 104 104

nomo Leontopolites nomo de Mendes

El piloto Ornar Sepulcro de un jeque del tiempo de

los califas.

.

Orillas del brazo de Roseta Pintura decorativa árabe

Aldea de la Delta Noria Ruinas de Sais Capitel de palmera La diosa Neith de Sais Mercado en Desuck

Fuá

....

Ante las puertas de Reschid (Roseta). Mezquita del santón Ibrahim, en Desuck. Casa con balcón en Roseta Tabla de Roseta Ventanas del harem Puerta de una casa árabe

.

.

.

Zenab Vendedor de pan de dátiles El mercado en Tantah Instrumentos de música

Fatime Cabecera para

(fin

105 108 del capítulo tercero).

el capítulo cuarto

Letra inicial del capítulo cuarto Tienda de beduinos Mujer turca Peregrino tunecino Estatua de Sechet. Momia de Gato El padre de los gatos en la caravana de los pere-

109 114 115 117 117 118 118 119 120 121

grinos

122 123 125 126 127 129

Planta de algodón Viaje en el desierto

Trigo egipcio Pastor en el desierto

Ruinas de Tanis Excavaciones de Tanis Esfinge de Hyksos. José y Faraón. Ramsés II, según una estatua de Turin. Ladrillo que lleva el nombre de Ramsés

Noria en territorio de Damieta. Nymphsea lotus. Flor del loto Nymphsea nelumbo. Flor del loto con fruto. Arbusto del papiro Paredones de la orilla en el brazo de Damieta.

.

.

.

.

II.

.

.

130 133 135 136

.

.

.

.

ITn habitante del Nilo (final del capítulo cuarto).

El Nilo antes de dividirse Cabecera para el capítulo quinto Memphis. (Inicial L) La aldea de Bedrashein Fachada de sepulcros El dios Ptah de Memphis. El buey Apis Vecino de Memphis Culebra sagrada de Uran Coloso derribado de Ramsés Al pié de la pirámide de Cheops Beduino y felah Subida á las pirámides Segunda y tercera pirámides Puerta de unos sepulcros de Gizé Escribiente. (Estatua conservada en el Louvre).

.

.

.

H

Degüello de animales Rebaño de asnos El señor Urchu inspeccionando sus campos.

.

.

Corta de árboles

Pesca Cocodrilo é hipopótamo en el Nilo Grupo de mujeres orientales Las dos pirámides mayores en

la

época de

la

181 183 185 186 187

inundación. Construcción de las pirámides

Pirámide de Dahshur Cantera de Turra Peso de piedras Lamentos de una viuda junto al ataúd de marido Calcárea numulítica de Mokatam Entrada á la pirámide de Cheops Galería de la pirámide de Cheops Cofre de madera de Men-ka-ra Cámara sepulcral de Men-ka-ra.

su

Estatua de Chefren Templo de Chefren Esfinge sacada de la arena

Busto de esfinge moderna Casa de Mariette Bey, en Sakkara Pirámide de Sakkara Esfinge del Serapeum

,

Ma-ra en Tébas Hallazgo de Moisés

Meneptah Malapterus electricus. Siluro eléctrico (Ra’ad). Tetrodon hispidus (Fahaka) Cabeza de pimelodus aura tus Almoneda de pescado en San Mormyrus oxyrrhynchus (kanuma) Polypterus (bischir)

Congreso de aves en el lago Menzaleh Barca de pescar en el lago Menzaleh

.

....

136 137 139 141 141 141 142 142 142 143 145

Escarabajo Ateuchus sacer Sepulcro de Apis Anúbis, el guardián de la mansión de Puerta de la mastaba de Ti

Mastaba de Ti Grullas

Comisionados para rebaja de tributos Arquitectura naval

Arados

Bueyes que trillan el grano Ganado vacuno pasando el agua

189 191 191 192

194 195 196 197 199 200 202

204

Esfinge del Serapeum

Trabajadores forzados de raza semítica que construyen ladrillos sacado del sepulcro de Rech

147 148 148 149 150 152 153 155 155 157 159 160 161 163 165 168 169 171 174 175 175 178 178 178 179 179 179 180

los muertos.

205 205 207 207 208 208 209 211 212 212 213 213 213


INDICE DE GE ABAD OS

403 Pág.

Pág.

214 214 214 215 217 217 217 218 218 218 219 221 222 222 223 223 224 225 227 227 228 229 231 234 235 236 237 239

Pasatiempos en el agna Salazón de pescado Ejercicios gimnásticos.

.

-

Campamento de beduinos Ejercicios acrobáticos

y juego de

la

morra.

Eecreo de la caza Animales monteses enjaulados Pasatiempo musical Palomas Banda de palomas El Simoun en el desierto Choza y compañía del Felab Mastaba-Far’un Final del capítulo quinto

Cabecera del capítulo sexto Inicial I del capítulo sexto

Calle del cuartel de los coptos Vista general del Cairo

Ventanas provistas de Maschrebigeh Perros callejeros Carrera por la ciudad Doctor ensimismado en la lectura del Coran. Escuela popular en el Cairo Jockey blanco y jockey negro

.

Carrera de dromedarios cerca de Abbasijeh. Jardín en el camino de Heliópolis Huida á Egipto Sicomoro de Matarijeb Eepresentacion del ave bennú, según un papiro del libro de los muertos Obelisco del templo del Sol de la antigua Helió.

polis

Boda Mokattam

Isla de

Tienda de Amr Nilometro Antigua casa árabe

El antiguo Cairo Escala del Nilometro Sacrificio del Nilo

Pórtico de la mezquita de

Ami

Arbol sagrado de Fatima Alminar de la gran mezquita de Barkuk. Livan ó santuario de la mezquita de Amr Mimbar ó cátedra de la mezquita de Kait-bey. .

.

Prueba de virtud Fila de musulmanes que están rezando. La oración de la mañana del Beduino Callejón antiguo Caballo árabe

Ornamento de arco de la mezquita de Ibn-Tulun Livan ó santuario de la mezquita de Ibn-Tulun Capiteles de las columnas de la mezquita de Ibn.

.

.

Tulun

Achmed Dibujos del mimbar de la mezquita de Ibn-Tulun La esposa del sultán Alminar y pórtico de la mezquita de Ibn-Tulun. Final del capítulo sexto Cabecera del capítulo séptimo

.

Inicial

V

281 282

del capítulo séptimo

Vaso antiguo egipcio de una casa en tiempo de

Harem

los califas.

283 285

.

Cuatro sellos: (Abu bekr Ornar, Othman, Alí) Alabarda y lanza para la caza del león. Arma repujada de plata del tiempo de los Fati.

.

285

mitas

H. De un vestido Santo en Bamberga. Museo

Damasco de seda árabe de Enrique

el

del siglo

286

Germánico Tela árabe conservada en

el

Museo Germánico de

y hoja gris, alternando las costuras amarillas y doradas.

Nuremberg; fondo

rojo subido

286 287 291 293 294 294 295 297 299 301 303 304 305 308 309 309 310 311 312 313 315 315

.

Esposa del jeque de Koeche Jardín real del Cairo Jardín en el camino de Heliópolis Mirador del alminar de la mezquita de Ezbek Capitel de estalacticas

Mezquita el Hakim Bab en nasr Bab-el-Futuk Ciudadela del Cairo Puerta del Callejón Sakkarije. Puerta de Mamelucos en la ciudadela del Cairo. Plaza Eumele con la mezquita de Hasan.

....

.

.

.

.

240

Malkaf Arcaduz del pozo de José Obra hidráulica del pozo de José Monedas de Melik el-Adil Vaso de cristal esmaltado de antigua fábrica árabe.

241

Lámpara de mezquita Emir mameluco

244 245 247 248 249 251 252 253 256 257 260 262 263 264 265 266 267 269 270 271 272 273 275 277 279 380 281

*

Cabecera para Inicial

N

(final del capítulo

el capítulo

séptimo)

.

octavo

del capítulo octavo

Puerta del Moristan de Kalaun Ceñidor del Moristan de Kalaun Ceñidor del Moristan de Kalaun Ventana del Mausoleo de Kalaun Interior de la mezquita de Kalaun Eoseta de una escuela del pueblo del Cairo. Fuente pública Pórtico del Moristan de Kalaun

.

Fuentes y escuelas Calle del Cairo

Mendigo ciego Entre casas antiguas.

A

.

orillas del viejo canal del Cairo

Carrera de caballos (Steeple- Chase) Caza de la garza real Interior de la mezquita del sultán Hasan. Ornato de una puerta derruida en la mezquita de .

.

Scha’Aban Kuinas del tiempo de los sultanes mamelucos en una fuente nueva Friso de la mezquita del sultán Hasan. Ornato del gran nicho de entrada de la mezquita del sultán Hasan

La muerte

del primogénito

Nicho de las oraciones Arco de entrada de la mezquita del sultán Hasan

.

317 319 319 320 321 323 324 325 327 328 329 331 332 333

334 335 336 336 337 338 339 340 341


INDICE

404

DE GEABADOS

Pag.

Ornato del gran arco de entrada del sultán

de la mezquita

Hasan

342

Ornato del gran arco de entrada de la mezquita del sultán

Hasan

Mezquita sepulcral de Barkuk Ornato de la mezquita de Barkuk Ornato de la mezquita de Barkuk Fuente junto á la mezquita sepulcral de Barkuk. La ciudad de los muertos al pié de la ciudadela. Nicho de las oraciones en la mezquita del sultán .

.

Mu’aijad Detalle de la puerta de la mezquita de Mu’aijad.

.

Esclava abisínica Mercaderes de tapices en el Chan el-Chalil. Casa de campo con noria cerca del Cairo. Esposa del sultán trasladándose á la casa de .

.

...

campo Detalle

arquitectónico de

quita de

la

Armas 342 343 344 344 344 345

Ezbek

Kait-bey. Espada árabe de ceremonia Interior de la mezquita sepulcral de Kait-bey. .

Cantora favorita del sultán Ajimez de Gama el-Ghuri Narrador de cuentos Joven narrador de cuentos de boy dia. Ornato del mímbar de la mezquita de el-Ghuri. .

.

.

.

.

(final del capítulo octavo)

Cabecera y letra inicial (A) del capítulo noveno. Delante de los muros de Masr el-Kaliira. Mezquita de Ibn-Tulun en su estado ruinoso. Familia árabe entre ruinas .

.

.

.

.

.

Sepulcros de califas

Aves nocturnas Fragmentos de columnas Darb el-Achmar

347 348 350 351 354

isla de Eoda. Sepulcro de Ibrabim-aga Derviches en éxtasis dándose de puñaladas y al-

355

En

Ha mida, joven del Cairo Tumba de un jeque en la

.

.

.

la esquina de

una

calle antigua

Sepulcro de un mameluco

356 357 358

El Karafeb del Cairo

Ataúd de Ismail-Bajá

En

casa del jeque Sadat

Ornamento en madera sacado de un mímbar en 359 359 361 363 364 365 366 367

el

Cairo (final del capítulo noveno)

Fin del tomo 1 Cabecera para Final del

el índice

368 369 373 373 374 375 377 379 381 382 383 385 387 389 390 391 392 393 395 397

filerazos

escuela de la mez-

Mezquita de Ezbek Alminar de la mezquita de Kait-bey Adornos angulares de la mezquita sepulcral de

Pág-

Mausoleo de Kansmve el-Ghuri Arabe noble

de grabados

mismo

Cabecera del índice de materias Final del mismo

Ornamento alcoránico de la época de Sch’aaban. Cabecera y final de la pauta de láminas.

.

...

399 400 401 404 405 408 409 411


INDICE DE MATERIAS

ALEJANDRIA ANTIGUA Situación de Alejandría, su importancia para el co-

mercio del mundo, página p. 5.

La

— Su rápido

isla

y

la

2.

— Fundación

desarrollo bajo los Tolomeos, p.

torre de Faros, p.

la fiesta

9.

— Ojeada

puertas

barrios de Alejandría antigua:

pales, el Bruchium, p. 11.

en

de la ciudad,

y

9.

sobre los

calles

princi-

—Las siracusanas de Teócrito —Las Dionisíacas, 17.

de Adonis, p. 15.

p.

Magnificencia y esplendor de la ciudad en tiempo de los primeros Tolomeos. Tolomeo Sóter (323-284), p. 18. Estado del comercio del arte y de las ciencias en tiempo

de éste, p.

19.— Su

Alejandría en

el

hijo

Filadelfo (280-246),

apogeo de su grandeza:

de 3a vida del espíritu en estado floreciente de filología

y de

las

época:

p.

20.—

Museo centro la

biblioteca:

ciencias, especialmente

de la

naturales, p. 20 y siguientes.

las ciencias

—Evergetes (246-221),

esta

el

p. 22.

Tolomeo

J

(204-181), último p. 22.

p.

22.

de

período

Evergetes II Physcon (169-116): esplendor del comercio

— —

alejandrino,

Asesinato de Pompeyo, 48 años antes de J. C.;

César y Cleopatra; progreso de la influencia romana, Antonio y Incendio de la Biblioteca, p. 23. p. 23.

Cleopatra (42-30 antes de J. C. ), p. 24.

Octaviano:

el

Egipto provincia romana, 30 años antes de J. C., (362 después de J. C. ),

p.

29.

Nicópolis, el Sebasteion, p.

— Fundación

arrabal de

29.— El Serapeum,

Su

biblioteca, su destrucción;

p.

32.

p. 35.

del

la

30.—

p.

columna de Pompeyo,

—Diocleciano (284-305); Caracalla (211-217), —Adriano (117-138); su carta á Serviano 35. — El comercio y ciencias

relati-

vamente á Alejandría,

las

p.

continúan floreciendo en Alejandría durante la dominación

romana,

p. 36.

— La industria en Alejandría,

p. 38.

Ej»ifo,nes

ALEJANDRIA MODERNA Empobrecimiento de siglos hasta los comienzos p.

43.— En

el

la

ciudad durante los últimos

del reinado del Jetife Ismail,

primer siglo de nuestra era

el cristianismo

favorable, naciente encuentra en Alejandría un terreno p.

44 .—Persecuciones contra EGIPTO, TOMO 1.

los

cristianos

y más ade-

lante

,

en virtud de un cambio á primera vista incomSanta Ca-

prensible, persecuciones contra los paganos. talina

é Hipatia, p. 45.

anacoretas, p. 46 dría

y

—Argucias dogmáticas, sectas, — Rivalidad entre Alejan-

siguientes.

y Bizancio. Los coptos se someten voluntariamente 102


INDICE DE MATERIAS

406 á

—El canal

árabes en odio á sus opresores greco-bizantinos,

los

— Obstinada resistencia

de los griegos,

p. 50.-

Alejandría

,

lo

50.—

p.

de aguas potables

propio que el resto del Egipto pasa desde

50.

— Fundación

y desarrollo

sale de

canal Mahmoudijeh

p. 53.

,

52.

p.

—Mebemet-Alí

Prosperidad actual,

mercio y el lujo de Alejandría, p. 57.

— Said-Bajá,

Oriente

el

y

co-

el

hospi-

,

ofrece toda-

de

su postración hasta principios del presente

siglo: la invasión francesa,

—Alejandría

demás ciudades (musulmanas) de Egipto: comerciantes El todos los países, todo por el dinero, p. 66.

de Alejandría como gran mercado comercial, p. 52.

No

— Conducción

iluminación por medio del gas

vía hoy un sello especial que la distingue de todas las

decadencia

del Cairo:

,

tales, iglesias cristianas, p. 62.

entonces (641 después de J. C.) á ser dominio del Islam, p.

de Suez: Ismail-Bajá, Jetife desde 1863 á

1879: terminación del canal de Suez, p. 60.

p.

68.

se retira de Alejandría; harems y eunucos, —Palmeras y camellos, pág. 72.— Bordados y

estofas, pág. 77.

p. 59.

A TRAVES DE LA DELTA En

una aldea egipcia,

camino de hierro á través de la Delta, p. 81.

—Viñedos, —EINilo, tierras,

p.

82.— Aboukir, p. 83. Damahhour, p. Una punta en el interior de p. 85. 85. La civilización en la Delta desde

p.

Dessouk:

las

Piedra

los

Dessouk á Tantah,

tiempos más antiguos, bajo los Faraones, los Romanos, p. 86. p.

—El

papiro,

p.

90.

—Los

Bizantinos,

hasta nuestros dias, p. 91.

90 y

—Ruinas

de Sais, p. 95.

p.

—Reshid (Roseta).

10'3.— Regreso á

de Roseta, p.

grinación

sepulcro de Ahmed-el-Bedui,

al

de

Dessouk;

107.—Feria de Tantah y p.

pere-

108.

Historia de Ahmed-el-Bedui, p. 112.

Islam,

el

la

92.

p.

antigua Naukratis, p. 99.

83.

Fertilidad del suelo:

GOSEN De Tantah de Gosen

;

á Zagazig

p. 117.

,

—Naturaleza

se dirigen á la

peregrinos que

estación de Zagazig, p. 118.

— Bubastis

Hyksos,

del país

Meca en

—Venta

125. y terrores respecto del mismo, p. Travesía del canal de Mo-ezz á espaldas de un descenRuinas de Tanis, p. 130. diente de los Hyksos, p. 128.

fantasías

la

de

ciudad

Ramsés,

131.

p.

Los

32.— Seti I y Rajases II 135.—Los

de pescado, p.

el

decreto de Canope, p. 140.

141.—Paseo en buque por

alrededores,

Damieta

y sus

papel, p.

147.—Mansurah,

hoy Behbit el-Hagar,

(unos 1400 años

judíos en Egipto, p. 133.

Menzaleh; fabulosa muchedumbre

de

3

—La inscripción de Tanis ó

lugar de pere-

grinación para los devotos de la Afroditis egipcia, p. 121. Fakous, p. 122.— Caminata á través del desierto:

— Historia

p.

antes de J. C.), p.

la

p.

p.

de

aves,

p.

el

lago

141.

146.— El papiro y el 149.—Los restos de Feum, p.

150.

,

MEMPHIS.— LAS PIRAMIDES su necrópoli:

Memphis; sus ruinas, p.

155.

— Mit-Rahineh;

el

Bedresheint,

conjunto de los

cementerios

existentes en derredor de las pirámides, p. 158.

dación de Memphis; p.

159.— El

Menes,

el

templo de Ptah; Hap,

Memphis

esplendor de

Fun-

se prolonga durante

La duración del período tebano, p. 173. de Alejandría, y posteriormente la del Cairo determinan la muerte de Memphis: sus ruinas según Abd-el-Latif,

la

p.

164.—Excursión desde

Gizeh,

p.

166.

— Sus

el

Cairo á las pirámides de

vastas proporciones,

Subida á la de Cheops, p. cima se descubre, p. 170.

fundación

p.

— Chefren y Mykerinos,

p.

esculturas

p75.

su

p. 173.

de las siringes

—Permiten

y de

penetrar en lo más

las

mastabas,

intenso

de

la

de los procivilización egipcia, p. 177.— Las mastabas sus egipcios, p. 177.— Las esculturas revelan ceres

cuantiosas riquezas, rústicas, p.

especialmente en ganados y fincas

179.—Vida

de familia en esas remotas eda-

para que pueda des; las pirámides no constituyen motivo contia los considerarse que se procedía despóticamente de las Construcción esclavos, p. 180 y siguientes.

pirámides

168.

169.—Panorama que desde

—Las

Coste

,

p.

184.— Materiales

de las mismas, p.

Cheops,

p.

188.

188.

— Significación

empleados,

— Tisita

al

de la forma

p.

186.—

interior

de

piramidal,.


p. 192.

—Profanación y

experimentado las pirámides,

P-

Chefren

,

— La

198.

p.

Esfinge,

199.

Visita

Construcción de buques, cultivo de los campos, p. 211. Los juegos; cacerías de los antiguos egipcios, p. 212. La música; inscripciones el mundo animal, p. 214.

á

La pirámide la casa de Mariette, p. 202. escalonada de Sakkarah, p. 203.— El Serapeum: comienJesucristo, zos del monafuismo antes del nacimiento de

Los espíritus de sarcófago de Mykerinos, P- 194. el de la las pirámides; el Mykerinos de la historia y La pirámide de leyenda; conseja de Rhodopis, P- 195. del

p.

204 y siguientes. Los bueyes Apis y sus tumbas, La mastaba de Ti, p. 210. Cuadros de género p. 206. representando la vida egipcia, existentes en sus muros; p.

Descubrimiento

194.

407

DE MATERIAS

INDICE

en época reciente han

despojo <pie

mastaba de Faraoun,

La

218.

que acompañan tales pinturas, p.

ingénuas

Sakkarah y á

p. 211.

i

EL CAIRO.— ORIGENES DE LA CIUDAD Aprecio en que tienen

al

Cairo los orientales, p. 223.

—Atractivos

que la ciudad ofrece al europeo, p. 226. Memphis madre del Cairo: Troja y Babilonia, situadas hoy se levanta el delante de Memphis en el lugar donde Excursión á las ruinas de Heliópolis, 233. Cairo,

de la tienda de Amr, p. 248.

—Medida de misma p. 956.

p. 233.

— El sicomoro

de María y su leyenda, p. 235.

empleados en la edificación del y sus materiales antiguo ó Fostat, y siguientes. El Cairo Egipto conquisBabilonia, la isla de Roda, p. 246.—El

p.

247.

sumisión de los

de la Delta,

coptos

—Mezquitas

de

árabe, p. 260.

columnas de la mezquita de Amr, Rápido pro-

tres célebres

—La

pág. 259.

la arquitectura

oración en el Islam, p. 265.

Florecimiento greso de los árabes en Egipto p. 267 de las ciencias bajo el gobierno de Mamoiin (813-833) Ibn-Touloun (870-884) p. 268.— Su mezquita, .

bises,

tado por el Islam

más antigua de

,

de CamEl templo fué destruido mucho tiempo después

Cairo, p. 243

—Las p. 264.

236. del sol en Heliópolis; sus obeliscos, p. El fénix ó bennon, p. 243. Culto antiguo, p. 240.

Templo

la época

250.

y prácticas que á la Arbol de Fatima en Roda,

— — La mezquita de Amr,

se refieren, p. 252.

,

p.

—Nilómetro de Roda, p.

del Hilo

la elevación

y Ahmed

Moezz (969-975) p. 274. — Obeid-Allah y su —Djohar, general de Moezz, conquista Egipto y funda nieto

p. 270.

el

el Cairo al

nordeste de Fostat

,

p. 275.

,

—Fundación

de una ciudad nueva en derredor

EYUBITAS EL CAIRO BAJO LOS FATIMITAS Y LOS de la

Principios

tiempo de Mo’ezz

281.

el-Azhar, p.

—El

sucesores de Mo’ezz, p.

tronómicos,

(969-1171)

fatimita

comercio

artes

las

y

282.—Lujo persa:

285.— Perfumes,

p.

dinastía

en

Djohar funda la mezquita-universidad

:

bajo

placeres gas-

hachich,

opio,

los

vino,

ornamenJardines p. 293.— Los edificios y su p. 287. Hakim Mezquita de Hakim, p. 296. tación, p. 294. ¡

Los

sultanes .

ales del gobierno de los

1277-1290), p.

(1250-1380):

mamelucos -bahiritas

caracteres ^gene-

—Bibars (1260-1277): mamelucos

320.— Su

,

p.

hospital, P-

319.

Kalaun

323.— Mendigos, si-

fuentes, p. 324 y undaciones piadosas, escuelas y 328.-Su segundo lentes.—En-Nasir (1293-1341), PMogoles; los cristianos ultanado su victoria sobre los durante Embellecimiento del Cairo lerseguidos p. 330.— ,

,

Eyubitas

los

(1169-1193) y

(1171-1250),

p.

300 y

El eunuco siguientes.— La ciudadela del Cairo, p. 302.— los Karakoush ó Karagheus, p. 302. El palacio de elMelik 309 El pozo de José, p. califas, p. 306.

.

Adil (1193-1218) Melik es-Salekh (1240-1249) 311. Los mamelucos; el poeta Boha ed-din, p.

p. 310.

EL CAIRO BAJO LOS SULTANES

qijeb; p. 315

Saladino-

(995-1020). Influencia de los visires, p. 300.

MAMELUCOS 331.— Su pasión por los 332.— Protege á los sabios

el

gobierno de Nasir, p.

y

las

cacerías, p.

su

Feda); sultán

entusiasmo

Hassan

p_ 33g_

por las

mujeres,

(1346-1361), p. 334.

—La mezquita de

Hassan,

La

p.

caballos

(Abou’l

333.

El

peste de 1348,

p. 337.

Sepulcros de

Los sultanes (1382Borgitas ó Circasianos (1382-1517); Barkov.k mezquita. su MidoAjad 344. Farag ; y 1399), p.

los

califas

y de

los

mamelucos,

p.

343.


INDICE DE MATERIAS

408

Bours-Bey (1422-1438)

p. 346.

cuyo puerto, Djedda, con

protector de la Meca,

de Alejandría, constituyen el

el

mercado principal del comercio indo-europeo, Riqueza p. 353. p. 354.

— Okel

,

349.

p.

y prodigalidades en tiempo de Bours-Bey, KoÁt Bey (1468-1496), y su general Ezbek, lujo

— La mezquita de Ezbek y

y de su hijo

la

el

mezquita de Kait Bey,

Mahomed,

p.

360.

Ezbekijeh, p. 356. p. 358. Crímenes

Kansov.eh el-GTiouri

(1501-1506), p. 360 y siguientes. Los cuentos árabes en su mayor grado de esplendor; redacción de Jas Mil

y una noches,

p.

el-Ghuri, p. 368.

de

la

364 y siguientes. La mezquita de Los portugueses abaten el comercio

Arabia con la India

;

conquista del Egipto por los

Osmanlis (1517), después de una brillante resistencia por parte

del último sultán mameluco,

Toman-hey Melih el-Ashraf.

p.

el

desgraciado

370 y siguientes.

EL CAIRO.— SU DECADENCIA, SUS SEPULCROS

— —

Los gobernadores turcos, p. 373. Los beyes y sus mamelucos: Aly-ley (1771), p. 374. Decadencia del antiguo esplendor; causas que siguientes.

p.

la

— Carácter religioso de

Indiferencia

con

que miran

377.— Completa

— Construcciones

los

produjeron, los cairotas,

p.

375 y

p. 376.

monumentos antiguos,

carencia de sentido histórico, p. 380.

de la época de los Turcos, p. 381.

Leyendas referentes á

los antiguos

edificios,

Virtudes que se atribuyen á algunos de

los

p.

384.

mismos,

—Danzas

p.

388.

—Los

de

los

derviches en derredor de las tumbas, p. 389.

sepulcros de los Ouelis, p. 388.

Sepulcros de los compañeros del Profeta, p. 390.

que se profesa á las tumbas en

el

Karafeh, p.

— Culto 394.—

Sepulcro de Leilh ibn Sa’d y las leyendas que al mismo Sepulcros de los superiores de las se refieren, p. 396.

diferentes

órdenes de derviches,

el-Farid, p. 399.

p.

396.

— Sepulcro de


j

EGIPTO,

TOMO

I I

O

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1


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1

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4

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.5

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'


PARA LA COLOCACION DE LAS LAMINAS DEL TOMO PRIMERO

j

I

I

1 I

II

Portada.

Mapa

.

del Bajo Egipto

1 .

.

41

Las pirámides de Giséh.

Un

81

café en el Cairo.

Cairo visto del Norte.

Una

calle

en

el Cairo.

117 .

153 .

205

Sepulcros de los Califas. Orillas del Nilo cerca de Beni-Suef-

223 -

Sepulcro del jeque Ababde en Miniéb. Orilla del Nilo cerca

de Acbmim.

.

281 313

Barbería en Achmim.

Bazar en Girgéli Los templos en Luqsor.

249

327

.

Los colosos de Memnon.

343 .

373

/

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Universidad de Sevilla

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