Gnomónica y culto ancestral
Autor: Rubén CALVINO Agradecimiento: a Paco Aceitero Sac, por su inestimable colaboración.
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Resumen
En este trabajo se pretende poner en evidencia que en el antiguo Egipto, las festividades de recibimiento de cada una de las estaciones del año, además de estar íntimamente ligadas a los estados cíclicos del río Nilo, también lo estuvieron con los fenómenos gnomónicos que permitieron asociar el alejamiento y posterior retorno trópico del Sol, con la caída y resurrección del cuerpo del faraón, por él simbolizado en días gnomónicos especiales. En resumen, intentaremos demostrar la correlación directa que existió entre los ciclos del río Nilo, el cuerpo del faraón, la gnomónica, y las celebraciones estacionales, así como también, que esta correspondencia entre ciclos de diferentes fenómenos, fue profundamente conocida por los antiguos egipcios, a partir de saber valorar diferentes señales; como ser, la aparición de Sotis (orto heliaco de Sirio) y la ocultación y / o resurgimiento del Sol y las sombras, según su altura del astro en el horizonte, conocimientos estos, que no dudamos, son muy antiguos.
Abstract
In this work it is tried to put in evidence that in the ancient Egypt, the festivities of reception of each one of the stations of the year, in addition to being intimately ligatures to the cyclical states of the Nile river, also they were it with the gnomónicos phenomena, that allowed to associate the distance and subsequent tropical return of the Sun, with the fall and resurrection of the pharaoh's body, symbolized in special gnomonic days. In summary, we will try to demonstrate the direct correlation that existed between the cycles of the Nile River, the body of the pharaoh, the gnomonic, and the seasonal celebrations, as well as, that this correspondence between cycles of different phenomena, was deeply known by the ancients Egyptians, from knowing how to value different signals; as being, the appearance of Sotis (ortho heliacal of Sirius) and the concealment and / or resurgence of the Sun and the shadows according to its height on the horizon. These knowledge, which we do not doubt, are very old.
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Introducción
Los egipcios supieron acentuar los fenómenos gnomónicos producidos en la cúspide de la Gran Pirámide (GP) durante los mediodías de los solsticios, equinoccios y días de rayos paralelos a la ladera de la (G.P), para que sean interpretados como fenómenos del acaecer trágico de la vida del faraón, al punto que para ellos, lo que acontecía con el Sol, sucedía en la vida del faraón. Así la declinación, caída y resurrección del faraón, eran las que el Sol del mediodía, representaba en la cúspide de la (GP). En tal sentido, se verifica que a la celebración del orto helíaco de Sotis (Sirio) que daba comienzo al nuevo año dentro de los días solsticiales de verano (6º) y el Sol (faraón) se encuentra en su mayor esplendor, seguía la inundación del río Nilo hasta que llegado el equinoccio de otoño (30º), se iniciaban los festejos del Opet como retirada de las aguas y bienvenida de la estación de la siembra (38º); representado esto como el retiro y desvanecimiento del Sol (faraón) tras la cúspide de la (G.P). Más tarde y en torno a los días del solsticio de invierno (54º apx), cuando el sol produce la sombra más larga y consecuentemente su caída es máxima (caída del faraón), se festejaba el Sed en el lateral Norte de la (G.P) que es justamente el costado opuesto a la incidencia del Sol y en el que la sombra solsticial de invierno alcanza su mayor valor (unos 187,5 m aprox) de proyección de la cúspide. Pasado el fenómeno solsticial, comenzaba la germinación de las semillas y el sigiloso retorno y recuperación del Sol (faraón) que por estar en ese momento del año incidiendo en un ángulo mayor a los 38º, no se alcanza a ver desde el pié lateral y opuesto de la pirámide y desde ese lugar se hace imperceptible su lento retorno. Finalmente, con anterioridad a la primavera, cuando el sol se recupera luego de su caída y alcanza nuevamente la altura correspondiente a los 38º complementariamente coincidentes con la inclinación lateral de la (G.P), se festeja el Sham, como fiesta de la resurrección del Sol (faraón) del mediodía, que nuevamente posando en la cúspide de la (G.P), da lugar al fenómeno gnomónico de rayos paralelos, al igual que en la fiesta de Opet, pero en sentido contrario, de regreso al solsticio de verano y abriendo la estación de las cosechas. Este es la lectura del calendario del antiguo Egipto, en los términos de sus fenómenos correlacionados y profundamente conocidos y utilizados por los antiguos egipcios.
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Festejos y ciclos
A partir del orto helíaco de Sotis (Sirio), el cual no siempre es coincidente con el solsticio de verano, se daba comienzo al año egipcio, luego del cual, en fechas cercanas al 24 de agosto de nuestro calendario actual, se adicionaban los 5 días epagómenos que completaban los 365 del año. Por entonces el río Nilo desbordaba y las aguas fuera de su cauce regaban las tierras durante el resto del año compuesto de 3 estaciones de 4 meses de 30 días cada una. Las estaciones eran de la inundación, de la siembra y de la cosecha (Figura 01)
Figura 01 Este período se simbolizaba en los glifos con algunas líneas paralelas que representaban el agua, una semilla para la siembra y un conjunto superpuesto de líneas aserradas para el tiempo de las cosechas. Durante los tres meses de, julio, agosto y septiembre, el río Nilo desbordaba el cauce habitual de sus aguas y consiguientemente se anegaban las tierras aledañas alcanzando en Septiembre y en días cercanos al equinoccio de invierno, su máximo nivel de crecimiento para luego, ya en Octubre, tendiente a un ángulo de incidencia solar de 38º, comenzaban el regreso a su cauce normal, por lo que durante el equinoccio de otoño, en el día 21 de Septiembre (aproximadamente) y en momentos en que el Sol incide a 30º, en plena inundación se daba comienzo a la fiesta de Opet, la cual por coincidir con la inundación y el equinoccio, la caracterizamos como una celebración acuática equinoccial y suponemos que podría finalizar cuando el Sol del mediodía, ya distanciado del equinoccio y alejándose del sitio en dirección al trópico de Capricornio, se ubica en los 38º de incidencia, que es cuando sus rayos se proyectan en paralelo a la explanada Norte de la Gran Pirámide. Durante la ceremonia, los sacerdotes de cabeza afeitada, sobre sus hombros cargaban las tres barcas sagradas que de alguna manera representan los tres estados del río Nilo y que
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admitía una cuarta representando al Sol para llevar hacia el Nilo a su representante en la tierra, el rey o faraón. Durante la ceremonia, los rayos del Sol no impactaban sobre la cara Norte de la Gran Pirámide pues con el Sol incidiendo a 38º, son paralelos a ella y en consecuencia, pasan de largo hasta impactar en el suelo del lugar, produciendo de esta manera, la ambigüedad de sombras que para quien se encontrara parado en el lugar y desprevenido del conocimiento gnomónico, podía verificar la sombra propia de poco más de las tres cuartas partes de su altura, exactamente de 0,7812856 de la altura, pero no veía sombra de la (G.P) ya que la pirámide, en ese día, no arroja sombra en momentos en que el Sol atraviesa el meridiano del lugar y la ladera, momentáneamente se oscurece destacándose la presencia del Sol en su cúspide. Este fenómeno seguramente ha provocado la admiración de quienes reunidos sobre el lado Norte, esperaban la señal de la retirada y/o resurrección del faraón en la simbología del Sol y esta iba acompañada de la presencia y/o ausencia de la sombra que los egipcios consideraban parte constitutiva de la persona1
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Sombra egipcia https://es.wikipedia.org/wiki/Sheut
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Teniendo en cuenta que los rayos solares se comportan como si ellos fuesen paralelos entre sí, cualquier persona u objeto plantado verticalmente junto a los bordes perimetrales del lado Norte, arroja la sombra correspondiente sobre el suelo pisado, pero en cambio la pirámide propiamente dicha no proyecta sombra, porque los rayos de luz solar al ser paralelos a la pendiente, pasan de largo hasta rebotar en el piso y no producen sombra. Esto significa que cuando el Sol se ubica a 38º, la Gran Pirámide no arroja sombra sobre el lado opuesto al Sol, lo cual, aunque es un fenómeno gnomónico simple, pudo deslumbrar a los antiguos egipcios durante el festejo del Opet y el Sham.
Dado que las apotemas o alturas de cada cara lateral se hallan ligeramente hundidas hacia el interior de las caras y esto hace que cada cara quede sutilmente partida en dos, le otorga a la base una forma ligeramente octogonal2, que pudo quizás, favorecer la dispersión de la luz solar provocada por la punta piramidal sobre la ensombrecida cara lateral, dando de esa manera la sensación de estar frente a un abanico de luz sobre el lado Norte de la Gran Pirámide de indudable valor mágico.
Luego de la fiesta de Opet, comenzaba la estación de la siembra y cuando el Sol se dirigía a los 52º, en fechas inmediatamente anteriores al solsticio de invierno, el día 15 de Diciembre según algunos relatos, se daba comienzo al Heb Sed o Fiesta Sed de caída y renovación real o jubileo faraónico que duraba por lo menos hasta el 27 de Diciembre. De modo que entre esas fechas tenía lugar la caída y resurrección del Sol como representación de la muerte y renovación simbólica del faraón, pues el 21 de Diciembre se produce el solsticio de invierno con su sombra más larga, que es justamente cuando el Sol se encuentra en el mayor distanciamiento del lugar y oculto tras la pirámide, comienza el regreso y que en términos gnomónicos, es el momento de máxima caída solar y resurrección.
Teniendo en cuenta este ciclo natural, la fiesta de Opet pudo comenzar en el equinoccio de Septiembre cuando el agua llegaba a su máximo nivel y el Sol incidía con un ángulo de 30º para finalizar con el retiro de las aguas de los campos anegados en momentos en 2
La gran Pirámide, Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Gran_Pir%C3%A1mide_de_Guiza Por Miquel Pérez-Sánchez, Doctor arquitecto, Antiguo Egípto XXI http://www.antiguoegiptoxxi.com/caracteristicas-conocidas/
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los que el Sol del mediodía, durante su ir y venir de trópico a trópico, se ubicaba en un ángulo de incidencia de (38º)= (90º-52º) y comenzaba la siembra. En tal situación los rayos solares no impactan sobre la superficie del lateral Norte de la Gran Pirámide de Giza porque se proyectan paralelamente a ella y en consecuencia, ellos dejan de producir la sombra que hasta ese día venían produciendo, lo cual era interpretado como la señal gnomónica del comienzo de la estación de la siembra.
En los orígenes y según distintas fuentes, estas fiestas duraban 11 días, ya que habrían datos coincidentes que indicarían que durante la dinastía XVIII, el festejo comenzaba el día 15 y finalizaba el 26 de Septiembre, de lo cual podemos deducir que originariamente, este festejo era estrictamente del tipo equinoccial, pero con el paso del tiempo y el surgimiento de nuevas necesidades ligadas a la agricultura y al río Nilo, en época de Ramsés I y de Ramsés II, llegaron a durar 24 días y más tarde, 27, lo que legítimamente nos hace sospechar que su duración se habría extendido hacia cubrir completamente el desplazamiento del Sol desde los 30º verificados durante el día del equinoccio, hasta los 38º en que los rayos solares se alineen dando lugar a lo que indudablemente es un “efecto gnomónico especial” del fin de las sombras del mediodía y entrada en la estación de la siembra. Hemos visto que se recibía a Sotis para dar comienzo al año, luego se festejaba el Opet seguido por el Sen, pero no hemos hablado del recibimiento de la primavera que los egipcios festejaban con el “Sham el Nasim” (el olor de la brisa). Esta festividad, que celebra el inicio de la primavera, coincide con el Lunes de la Pascua cristiana y al igual que esta, se relaciona con la resurrección del “señor”
Para los egipcios, este día marcaba el despertar de una nueva vida en la naturaleza, ya que era la época en la que la mayoría de las cosechas comenzaban a dar sus frutos.
La profesora de Egiptología de la Universidad Americana en El Cairo, Fayza Haikal, nos da una pista reveladora en cuanto al carácter resurrectivo del festejo, cuando en un reportaje a la agencia de noticias Efe, afirma que si bien <<no hay certezas sobre el significado de la celebración en la antigüedad y desde cuando se celebra, pero sí se sabe que, hace miles de años los antiguos egipcios celebraban la vuelta de la primavera
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y de la vida, incluida la resurrección de los seres humanos>>
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lo que significa que
siendo esta fiesta, la que se anticipaba al regreso de la primavera y el florecimiento de lo sembrado, incluida la resurrección de los seres humanos, y considerando que coincide todos los años con el día Lunes de Pascua de los cristianos coptos (ortodoxos), y estas fechas con la aproximación del sol a un ángulo de incidencia del mediodía de 38º, no cabe duda que esa resurrección era la del Faraón caído en oportunidad de la fiesta del Sen, que representado por el Sol, se volvía a asomar en la cúspide del la Gran Pirámide con sus rayos paralelos de modo igual y opuesto a cuando en el Opet, ese mismo Sol (faraón) se desvanecía para caer en el Sen.
Efectos gnomónicos especiales
Si como efectos especiales entendemos al conjunto de técnicas utilizadas para impactar la subjetividad del espectador mediante la creación de ilusiones sensoriales destinadas a magnificar y/o modificar la apreciación de los fenómenos de manera tal, que no se registran naturalmente ni pueden ser obtenidas por medios convencionales, los efectos gnomónicos del antiguo Egipto son sin lugar a dudas “efectos gnomónicos especiales”
Dicho esto, los fenómenos gnomónicos especiales de la antigüedad, para en el día gnomónico elegido, tuvieron por objeto impactar la subjetividad del espectador mediante la creación de ilusiones sensoriales destinadas a magnificar y/o modificar la apreciación de los fenómenos solares o celestiales de manera tal, que no se registraban naturalmente ni podían ser obtenidas por medios convencionales. Entre los efectos gnomónicos especiales, por ejemplo y dada su relevancia podemos mencionar el espectroscópico del paleolítico europeo o, entre otros, la elevación y bajada al inframundo de la serpiente emplumada en el templo de Kukulkán.
Si bien en rigor, todos los días son gnomónicos en tanto se verifique en ellos alguna sombra solar, no obstante que, hay algunos en los que el ángulo de incidencia solar del 3
Samar Ezzat y Francesca Cicardi. Agencia EFE https://www.efe.com/efe/espana/gente/egipto-recibe-la-primavera-como-lo-hacian-los-faraones/100073578312
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mediodía equinoccial o solsticial, durante el curso del Sol entre los trópicos, suelen proyectar sombras con particularidades gnomónicas que las hacen diferentes al resto. Estas diferencias, según surge de numerosas evidencias arqueológicas, fueron tomadas en cuenta y aplicadas técnicamente por nuestros antepasados gnomonistas. Es el caso de las sombras del mediodía equinoccial o solsticial con una longitud igual o enteramente proporcional a la altura gnomónica o a determinada postura corporal, como así también, los casos de sombras que en su relación con el gnomón que las produce, reflejan las de los catetos de alguno de los triángulos rectángulos conocidos.
Un caso particular de variadas formas, es el de aquellos días en que el Sol atraviesa el meridiano del lugar y no se producen sombra visible, pues esas sombras que siempre existen, queda oculta tras la masa material de cada gnomón que la produce; es el caso de los días llamados “sin sombra” que naturalmente suele haber dos veces al año entre los trópicos, o el de una sola vez al año y en coincidencia con el solsticio de verano sobre cada trópico y en algunos casos especiales, en las que técnicamente se logra que el ángulo de incidencia solar coincida con la pendiente propia del gnomón construido para ese lugar y que es justamente, uno de los casos que nos ocupa en la Gran Pirámide de Giza. Estas sombras particulares no pasaron desapercibidas a la curiosa mirada de nuestros ancestros y por el contrario, en términos generales, ellas
fueron de tal
consideración en la antigüedad, que hoy ante la sola detección de una particularidad gnomónica de estas características, debemos sospechar que necesariamente pudieron tener alguna significación para quienes han vivido en tal sitio y factor gnomónico determinado. son las que determinan los días gnomónicos y estos a su vez los que nos permiten inferir fechas y/o períodos dentro de los cuales se pudieron desarrollar acontecimientos ceremoniales o calendáricos importantes.
Teniendo en cuenta estas consideraciones, en el caso del antiguo Egipto y a partir de las relaciones constructivas de la Gran Pirámide de Giza, podemos inferir que han existido por lo menos dos celebraciones gnomónicas importantes y que en el diseño de la Gran Pirámide han quedado constitutivamente marcadas como claves. Esta clave tiene que ver con la inclinación de 52º, la relación entre la superficie del círculo con radio igual a la altura y la superficie de la base y el factor gnomónico del sitio. En todos estos casos nos encontramos con el valor de 1,28 que incluso, según lo afirma Luis Castaño Sanchez, se vincularía con el canon del sistema de medición antropométrico. 9
Este manejo de las técnicas gnomónicas por parte de los antiguos egipcios, indudablemente es el resultado de miles y miles de años de experimentación con las sombras solares del propio cuerpo, probablemente desde que nuestro linaje comenzó a abrirse paso en la cuna africana para más tarde llevar ese conocimiento por el mundo.
En tal sentido Pascal Cuissot y Marc Azéma afirman que el hombre prehistórico dibujaba y contaba con los conocimientos necesarios como para crear la ilusión del movimiento en las pinturas, a la manera de lo que hoy conocemos como cine.4 Estos investigadores interpretan que las pinturas de las cuevas de Chauvet, Lascaux y otros santuarios prehistóricos, ponen de manifiesto la existencia prehistórica de numerosos casos de descomposición del movimiento figurativo que luego y por efecto estroboscópico, se recompone a la manera del cine. Hay quienes hablan de un controvertido efecto relámpago en la (G.P)5 según el cual, en el amanecer equinoccial y debido a la leve subdivisión de las caras que le dan la forma de base ligeramente octogonal, sendas semi-caras del lado Oeste de ambas caras, Norte y Sur, serían iluminadas con mayor intensidad. No obstante y si bien tendría algún fundamente, no hemos hallado información confiable que lo acredite. Posibles orígenes festivos
En el periodo arcaico o dinástico temprano de Egipto, conocido también como Época Tinita (-3100/-2686) surgieron las dinastías y el Estado encabezado por el faraón, como responsable de toda la estructura social piramidal. La autoridad del faraón deriva de la consagración y proceso de endiosamiento de la primera y segunda dinastías, las cuales estaban compuestas por nueve dioses cada una. A ella le siguió una tercera que ya no eran dioses sino semidioses, tras la cual, sobrevinieron las autoridades humanas tuteladas por la divinización del faraón.
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Cuando el Homo sapiens estaba haciendo su cine.Hominidés.com. Consultado 7/5/18 https://translate.google.com.ar/translate?hl=es&sl=fr&u=http://www.hominides.com/html/documentaire/q uand-homo-sapiens-faisait-son-cinema-0987.php&prev=search 5
Gustavo Blettler. A.E.A. “El efecto relámpago en la GP”. Consultado el 7/5/18 http://astroentrerios.com.ar/web/el-efecto-relmpago-en-la-gran-pirmide-de-giza/ Wikipedia, “Las ocho caras de la Gran Pirámide” https://es.wikipedia.org/wiki/Gran_Pir%C3%A1mide_de_Guiza
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El distanciamiento y extrañación que en la subjetividad produce el paso del tiempo, fue quizás el catalizador que agigantó y supo endiosar a algunos hombres y a lo creado por ellos, al extremo de convertir la obra creada, en su propio contrario creador. En tales circunstancias, ya no es el hombre quien crea dioses sino ellos a los hombres y estos comienzan a ver dioses creadores, donde solo había liderazgos oportunamente reconocidos y ahistorizados (consagración). Esos hombres que agigantaron a sus líderes históricos hasta convertirlos en dioses creadores y eternos, los recrearon en la piedra, en el rito y en las ceremonias, para de esa manera intentar dilatar el tiempo de vida hasta la eternidad, llegando hasta nosotros.
Como hemos dicho más arriba, los días gnomónicos elegidos para festejar el jubileo, fueron los dos del año en que el Sol del mediodía, pasa por una incidencia de 52º Sur, de manera que para presenciar el fenómeno de muerte y resurrección del Sol ocultándose tras la pirámide, el pueblo debió ubicarse convenientemente del lado Norte que es, sin dudas, el lugar de proyección de las sombras y desde donde se podía observar y disfrutar de la espectacularidad gnomónica.
A tal efecto y conforme surge del análisis gnomónico del rito, del lado norte se tuvo que haber dispuesto de un corredor rectangular no menor a 73mx230m aproximadamente, que son las medidas cuadrangulares de las sombra del mediodía solsticial de invierno (calculado para el trópico actual), sobre el lado Norte y que el propio faraón en alguna celebración habría marcado con un falo-gnomón ceremonial conocido como “djed” para dar lugar a un espacio casi tan ancho como la base piramidal y donde desde nuestra mirada gnomónica, entendemos que se habrá disfrutado del espectáculo solar. El largo de 73m es estimado en base a la ubicación actual del Trópico de Cáncer
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y
determinado por la diferencia entre el largo total de la sombra solsticial de invierno producida por la altura de 146,6m para una tangente de 52º, menos el lugar que ocupa la semi/base de la pirámide, o sea, 115m.
Altura GP x tg 52º = 147 x 1,28 = 188 m 6
Desplazamiento de los Trópicos https://productforums.google.com/forum/#!topic/gec-geology-moderated/CMXesn-SROc Dato concreto: Año 7170 AC - 24º13`47``= 24,23º -------extremo alto Dato concreto: Año 4000 AC - 24º06`17``= 24,015º------extremo bajo
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Luego: 188 m – 115m = 73m
El faraón era oficialmente imbuido de su divinidad en la ceremonia de coronación y si bien al principio, esa consagración duraba 30 años, el debilitamiento del poder político, los llevó a recurrir con mayor frecuencia a la realización de la fiesta de renovación y jubileo o Heb-sed, eligiendo fechas gnomónicas en las que el Sol del mediodía, por estar sobre el Trópico de Capricornio, no se alcazaba a ver desde el espacio de sombras del lado Norte dado que permanecía eclipsado por la (G.P.) en tanto que lentamente, luego de llegar al fin de su carrera espacial, vuelve a recuperar altura en tanto emprende el regreso hacia el Trópico de Cáncer. La caída del Sol en el solsticio de invierno produciendo la sombra más larga, debidamente marcada por el faraón, era interpretada como el debilitamiento máximo a que llegaba el mismo faraón y la recuperación de la altura solar con el consiguiente y paulatino acortamiento de la sombra, era la recuperación del Sol y el faraón que, al llegar a los 38º la incidencia solar, volvía a la vida plena.; a los 38º comenzaba la fiesta de la resurrección del Sol (faraón) con la fiesta Sham, en el que el Sol superando la altura proyectaba sus rayos paralelos a la ladera Norte de la (G.P).
Este fenómeno de eclipsamiento del Sol tras la cúspide piramidal, como hemos dicho, ocurre dos veces al año, la primera cuando el Sol se aleja del sitio hacia el trópico de Capricornio, y la otra, cuando está de vuelta hacia el trópico de Cáncer y en ambos casos, el alejamiento y el retorno se festejan con el Opet y el Sham respectivamente, como debilitamiento y recuperación de la autoridad del rey, mientras que en su punto extremo del solsticio de invierno sobre el Trópico de Capricornio y mediando entre ambos festejos, se celebraba el Sam o jubileo en el que el Sol y el rey, al mismo tiempo que caía, se levantaba para emprender el regreso..
En este sentido, Paco Aceitero Sac, nos dice que << La fiesta del Sed esconde estos conocimientos atribuibles a un ritual de renovación. Como en las tradiciones prehelénicas sobre "el rey del año" en que se renovaba la titularidad del gobernante consorte de la diosa...Aquí aparece un trasfondo más elaborado en la renovación de la titularidad de faraón para otro tanto tiempo...Es para mí, casi seguro, que durante esta fiesta egipcia, el sol se escondía al sur de la pirámide durante tres dias en el intervalo de duración del "eclipse" producido por la pirámide...Esto es imitar de forma artificial 12
un fenómeno natural y astronómico que ya conocían las culturas chamánicas de Siberia. >>
En base a las cíclicas inundaciones del río Nilo y el recorrido trópico del Sol, los egipcios dividieron el año en doce meses y asignaron treinta días a cada mes, en tanto que los cinco días restantes, se añadieron como “días por encima del año” y eran conocidos como días epagómenos. El año lo dividieron en tres estaciones de cuatro meses cada una que se relacionan en primer lugar con los tiempos impuestos por las crecidas del río Nilo y correlativamente con el río, los posicionamientos del Sol en el ida y vuelta del recorrido trópico: akhet, inundación, verano; peret, siembra, invierno; y shemu, siega, primavera.
El propósito de la fiesta del jubileo era, por un lado, mantener en el pueblo la creencia del carácter divino del faraón, y por el otro, renovar su energía (poder político) y actitud para contribuir a esa creencia y conservar el poder. Para ello se valieron de los fenómenos solares conocidos con anterioridad, recurriendo a un conjunto de técnicas con el propósito de impactar la subjetividad del pueblo espectador, mediante la creación de ilusiones sensoriales destinadas a magnificar y/o modificar la apreciación de los fenómenos solares o celestiales en torno a las pirámides, y lo hacían de manera tal, que no se podían lograr en la vida cotidiana ni tampoco eran comparables con los observados durante miles de años en torno a la práctica gnomónica con el compromiso del propio cuerpo como gnomón solar. En cuanto al nombre “Sed” para referirse a la fiesta, posiblemente derive de la fonética usada para “Ast” que era el nombre de Isis en griego y que significaba el trono, representado por el jeroglífico que portaba sobre su cabeza.
Se festejaba dentro del período comprendido en la última quincena de Diciembre, posiblemente entre los meses de Kolahk y Tobe.
Mes IV, cuarto de Ajet, entre fechas próximas al 2/11 y 26/12 Mes V, Primero de Peret, entre fechas del 27/12 y 26/01
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Según consta en las tablillas del Rey Den -quinto faraón de la dinastía I de Egipto (-2914/2867) y primero en decirse rey del Alto y Bajo Egipto- la fiesta "Sed" o HebSed o fiesta del jubileo, ya se practicaba en el Imperio Antiguo, lo cual sugiere que con anterioridad a las grandes construcciones, debió de practicarse dentro de la primitiva precariedad material. Incluso, con solo el cuerpo como instrumento.
La mayoría de los relatos aseguran que estas fiestas se llevaban a cabo en el Gran patio ritual sur del complejo funerario Zosr ideado por Imhotep, en Sagarah, Menfis, capital del estado- Pero conforme surge de la aguda observación gnomónica, para poder percibir con claridad el fenómeno de muerte y resurrección del Sol en los términos de crecimiento, acortamiento y desaparición de la sombra, tanto por el ocultamiento y posterior salida del Sol detrás de la pirámide, los antiguos egipcios debieron hacerlo ubicándose sobre el lado Norte y no Sur, de modo que coincidiendo con esta mirada, suponemos que los relatos que refieren a los festejos sobre el lado Sur, no aludían específicamente al fenómeno gnomónico sino a los rituales concomitantes y/o complementarios del festejo, motivo por el cual, como lo indicamos en la figura, el efecto gnomónico especial era indudablemente parte de la fiesta y se tuvo que realizar necesariamente en el patio Norte.
La ceremonia como hemos dicho, es muy antigua y aunque algunos investigadores se debaten entre los orígenes con raíces en el calcolítico o neolítico, nosotros, desde la mirada gnomónica estimamos que en lo esencial, la antigüedad del rito puede ser aún mayor a lo que se debate y posiblemente proveniente del paleolítico superior, dado que el hombre, desde tiempos remotos ya era un consumado experimentador gnomónico que seguía a sus presas no solo por sus rastros sino también, por el comportamiento de estas en su relación con el Sol.7
Si bien no habría certeza en cuanto a la fecha de inicio y finalización, la celebración de Heb Sed o Jubileo, se la suele ubicar entre el mes Ka-Ho-Ka de (Tybi griego) – estación Ajet y Tob (Tobi grigo) estación de Peret, momentos en los que el Sol se dirige para dar lugar al fenómeno conocido como solsticio de invierno.
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Carl Sagán, El viento levanta polvo. Consultado el 7/5/18 https://aulacads.files.wordpress.com/2015/07/1-carl-sagan-el-mundo-y-sus-demonioscap18-y-22.pdf
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Una vez llegado el Sol al extremo declinatorio del hemisferio Sur, se estaciona en el trópico de Capricornio, en ese lugar produce el fenómeno del solsticio de Verano del hemisferio Sur y simultáneamente el de invierno para el hemisferio Norte. Luego, en su retorno hacia el Hemisferio Norte, el Sol vuelve en la misma dirección pero en sentido contrario, e iluminando nuevamente la explanada lateral Sur y proyectando la sombra sobre el lado Norte. En ambas situaciones, al pasar por la incidencia solar de 32º, el Sol queda temporalmente eclipsado tras la cúspide de la Gran Pirámide, solo que en tanto se dirige al trópico de Capricornio, se sumerge, y cuando lo hace hacia el trópico de Cáncer, resurge.
Queda claro que desde tiempos remotos y en la misma cuna continental de la humanidad, lo que el sol experimentó en los cielos, el hombre gnomónico mediante sus diferentes ritos, primero lo vivenció con su cuerpo, luego materialmente y siempre, lo representó con las sombras en el suelo de cada lugar de la tierra que pisaba. Se sabe además, que Amenofis III realizó tres fiestas Sed, mientras que Ramsés II habría hecho 14. La causa de este aumento en la frecuencia del rito habría que buscarla por el lado de la inestabilidad política que le cupo vivir a cada uno de ellos y a los acontecimientos que por entonces tuvieron que sortear. Habría evidencias de que durante las festividades, cuando el Sol se dirigía camino al hemisferio Sur, reproduciendo la fenomenología solar se enterraban viejas estatuas caídas sobre su lado izquierdo como manera de indicar simbólicamente el decaimiento del poder faraónico, y por el contrario, cuando el Sol volvía y emergía de las sombras en sentido contrario, se plantaban nuevos pilares. También hay datos que aseguran que los festejos duraban no menos de cinco días y que era el propio faraón quien llevaba a cabo la "erección del pilar djed", acto que aludía fálicamente a la resurrección de Osiris y procuraba un reinado estable. De la misma manera que el faraón plantaba su propio símbolo falo/gnomónico, como ya señalamos, durante el curso de la ceremonia, el rey también realizaba una carrera entre dos montículos de piedra que podrían estar señalando los límites trópicos del Sol por el lado celestial y los del reino como límite terrenal. En línea con estas correspondencias entre las celebraciones y la gnomónica, debemos agregar que llamativamente, el 25 de Diciembre del año Juliano, los egipcios conmemoraban el nacimiento del dios Horus. 15
No se encuentra información confiable en torno a cómo los antiguos egipcios festejaban la llegada de la cosecha, no obstante actualmente los egipcios celebran el “Sham el Nesim”, que es la fiesta faraónica de la primavera, la cual habría pervivido hasta la actualidad conservando algunos de sus principales costumbres; como la de comer pescado y huevos, que son alimentos típicamente de la Pascua cristiana que simbolizan el resurgir de la vida después del invierno y el comienzo de la nueva estación. Es decir muchos de los ritos de la cristiandad habrían tenido origen en el antiguo Egípto. Actualmente, la celebración del Sham el Nesim comienza a bordo de algún barco, donde los más jóvenes bailan dando la bienvenida a la primavera. Pocos saben que esta tradición es milenaria y data de la época de los faraones. La profesora de Egiptología Fayza Haikal, no duda de la antigüedad del Sham el Nesim, pero a su vez confiesa que no hay certezas sobre el significado de la celebración en la antigüedad y desde cuando se celebra, ante lo cual, nosotros pensamos que posiblemente haya una mirada reduccionista que haciendo centro en Plutarco de Querona, todo se lo relaciona solamente con el río Nilo, y en verdad, hay ciclos que con esta mirada se descuiden, por lo que no hay que perder de vista las correlaciones que el río guarda con los ciclos solares. Sí se sabe, que el festejo es milenario y que celebraban la vuelta de la primavera, la resurrección de la vida y de los dotes del faraón simbólicamente representado, todo por el huevo, de manera semejante a otros muchos mitos de la creación de distintas culturas (Mito Pelasgo), pero el huevo y la resurrección, tienen un paralelismo con el Sol emergiendo detrás de la cúspide piramidal. Entre ellos, por su similitud, vale mencionar el Mito Pelasgo, el cual pudo derivar de este festejo. En el pasado, la fiesta estaba ligada a la cosecha y la fertilidad, y curiosamente en la actualidad se celebra el día después de la Pascua cristiana ortodoxa.
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Hierograma de la Gran Pirámide Figura 01
Gnomónica, cuerpo, ciclos del Nilo y festejos
Antes de saber sobre el comportamiento de las sombras, el hombre comenzó jugando con ellas de manera semejante a como seguramente y con mucha anterioridad, lo supieron hacer otras variantes humanas y distintos animales; solo que ha sido el hombre quien se diferenció, porque jugó hasta que las entendió y pudo reproducirlas a voluntad con el compromiso y dominio de su propio cuerpo.
El hombre moderno aprendió a controlar las sombras de su cuerpo mediante el ensayo y error de posturas diversas y de ese modo convirtió la inevitabilidad de la presencia cíclica del Sol y las sombras, en su propio divertimento y ceremonia, abriéndose camino hacia la práctica de producir sombras a voluntad y transformar el atávico sacrificio del macho alfa o rey, en el rito solar de caída y resurgimiento mediante el jubileo faraónico; 17
festejo durante el cual, la demarcación territorial que llevan a cabo la casi la totalidad de las especies animales, el faraón la ejecutaba plantando los pilares djed 8 a la manera de verdaderos mojones falo-gnomónicos territoriales, los cuales simbólicamente, eran los que delimitaban el reino y el faraón lo realizaba mediante ostentosas carreras para evidenciar su renovado buen estado físico.
Así en general, las tragedias de la vida humana fueron convertidas en comedias ceremoniales y festejos, en tanto que aquellos que particularmente manejaron la práctica gnomónica, lo hicieron dentro del más cerrado secreto ritual de sus sacerdotes y sabios.
Los gnomonistas egipcios, entre otros logros, hicieron que el rey, en lugar de morir como antes lo hacían y siguen haciendo otras especies animales, para renovar los atributos del poder político, sexual y territorial, renovaban los “mojones” demarcatorios del territorio (“djed”) alcanzado por las sombras de la pirámide mediante la carrera del rey entre los simbólicos trópicos Norte/Sur y/o los laterales del corredor Este/Oeste.
En tanto algunos investigadores señalan que el pilar djed pudo ser un Fetiche de Árbol que remitiría a la importancia de la importación de árboles por parte de Egipto desde Siria, hay que señalar sin embargo, que este pilar parece haber gravitado pesadamente en la vida del Egipto antiguo, por lo que tuvo que ser mucho más que solo eso, y si bien en un principio estaba asociado con Seker, el dios halcón de la necrópolis de Menfis, luego y curiosamente, se asoció fuertemente con Ptah, quien era el dios patrono de los artesanos y albañiles que marcaban los terrenos y construían las pirámides. Esto necesariamente lo vincula con las cuerdas con nudos usadas en la construcción, y la soga a su vez, se relaciona con la gnomónica que se aplicaba para orientar estas cuerdas con nudos, según la meridiana del lugar. En definitiva, desde lo estrictamente gnomónico, el djed en sus orígenes pudo ser simplemente un mojón demarcatorio de sombras en general y muy particularmente de la solsticial de invierno, la cual es la sombras más larga y que año tras año, los antiguos gnomonistas egipcios debieron medir y comparar con anteriores mediciones e intuyendo quizás, lo que hoy conocemos como corrimiento de los trópicos.
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Pilar djed https://es.wikipedia.org/wiki/Pilar_Dyed
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Este mojón milenario en medio del ceremonioso trato, se habría hecho tan importante con el paso del tiempo, que envuelto en la atmósfera de misterio creada por los arquitectos y sabios egipcios, se convirtió en el símbolo hierológico de carácter fálicognomónico que debía ser plantado como muestra de la virilidad del faraón. De esa manera los pilares djed, cual "agujas" de madera, piedra o metal, fueron fálicos pilares que se clavaron en la tierra para unirla a "la carne celeste de los cielos", con el hilo viboreante de la sombra solar que cada uno de ellos sobre el suelo proyectaba.
Gnomónicamente, el ángulo de 52º equivale a la relación gnomón/sombra entre la altura de un gnomón de 32 unidades y una sombra de 25 unidades, de modo que la tangente nos da un valor sin unidad de 1,28 que justamente es el del factor gnomónico del sitio en aquellos tiempos en que el trópico de Cáncer, se hallaba un poco más alejado del Ecuador y cercano a los 24º. Este ángulo de 52º equivalente a la relación gnomónica de 32/25=1,28, durante el renacimiento encontró su expresión en dos figuras humanas básicamente iguales, pero dispuestas en posiciones diferentes, una de “Hombre en I” ("HI"=1,28) y la otra en posición ("HT"= 1) como “Hombre en T”i.
Proporciones humanas y Gran Pirámide Figura 02
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Recordemos que en el antiguo Egipto, las relaciones gnomónicas eran medidas y marcadas en el terreno mediante el uso de sogas de 12 nudos
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y que lo que hoy
nosotros en términos teóricos llamamos “factor gnomónico”10, entendido como concepto que refiere a la diferencia algebraica entre las sombras solsticiales extremas medidas en los términos de la altura del gnomón solar, ellos la conocían empíricamente a partir de medir sus propias sombras corporales y calcular la diferencias en los términos de la propia altura del experimentador, el cual corporalmente, se comportaba como instrumento gnomónico vertical.
Pilar Djeb, culto y verticalidad corporal
¿Cómo relacionar la carrera del faraón en el jubileo o las flechas dirigidas a los cuatro puntos cardinales en el Opet sin una función espacial de mojón territorial del djed?;
¿Acaso la verticalidad del rewe mapuche, del djed y de los obelisco, como así también de las pirámides… en lugar de asociarla a tantas cuestiones mediatas, no es menos rebuscado, más fácil e inmediato asociarla con la verticalidad del cuerpo humano que cada uno de esos símbolos hierognomónicos representan?.
En todo caso y desde la mirada gnomónica, todos estos símbolos de forma erguida sobre el suelo, no son otra cosa que distintas instrumentaciones gnomónicas, con las que el ser humano supo sustituir el uso de su propio cuerpo como gnomón solar y de esa manera logró emanciparse de/sí exteriorizando materialmente fuera de/sí la verticalidad requerida para la experimentación gnomónica.
9
BabIni Jose- - De la Ciencia y de la Técnica -Centro Editor-Buenos Aires, primera edición 1973, Pág 40
10
Pérez Enriquez Raúl, Universidad de Sonora, Dto de física, El Factor gnomónico y las Unidades de
Longitud del Sistema Inglés. Consultado el 29/04/2018 http://api.ning.com/files/bM1pkdMsPurtDNemYfKNOBvb6hpLP6ssyJSxYjC4qOfmByiOH5uSr*qaKa07dPja0Ah036q0K6VOj1egRWFeJYKSCtvE*o4/Pie_Ingles_CNF02.pdf
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En cuanto a las particularidades gnomónicas del djed habría elementos comopara sospechar que los anillados superiores en relación con el cuerpo troncal, pudo servir de indicador del valor aritmético de la sombra solsticial. En
definitiva,
el
djed
es
para
nuestra
mirada
gnomónica,
un
símbolo
hiero/falo/gnomónico de aplicación territorial demarcatoria que a su vez, se pudo prestar como indicador de la magnitud de sombras.
El culto a los muertos, generalmente considerado como el más antiguo, es en verdad la consecuencia directa del culto que todo ser vivo hace de la propia integridad corporal, y que muy particularmente en el humano, trasciende al cuerpo una vez muerto.
Esta actitud, indudablemente nos diferencia del resto de los animales, y aunque haya registros en algunas especies de comportamientos parecidos, en el humano, como en ningún otro animal, se verifica tomando a la verticalidad corporal y su sombra, como signo de vida y trascendencia que en nuestro tiempo, retoma Carl Gustav Jung 11 para referirse a los aspectos más ocultos de la personalidad.
Es que << La sombra y el cuerpo, aunque de naturalezas aparentemente diferentes, son fenómenos o cosas concomitantes, unidas entre sí de tal forma, que siempre donde está una de estas manifestaciones, está la otra, donde está el cuerpo está la sombra y … sii retenemos al cuerpo, retenemos a la sombra, con lo cual si hacemos que el cuerpo no se descomponga, tendremos sombra eterna. Ahora bien, si la sombra es provocada por el Sol que nos ilumina y da vida, “la sombra es vida” y si eternizamos la sombra de un cuerpo, le damos a ese cuerpo vida eterna. -Este es el razonamiento que pudo prevalecer en aquellos primeros hombres>> 12
En ese contexto el pilar djed, si bien pudo ser lo que de este pilar suele decirse, como ser: una representación simbólica de la importación de árboles, el símbolo de árbol, la columna vertebral de Osiris, la exaltación de la estabilidad, fertilidad y virilidad del rey,
11
Jung Carl Gustav, El hombre y sus símbolos. Caralt Editor.1984. Pág.170
12
Rubén Calvino, “El Hombre –gnomón zoológico”. Editorial Utopías 2014. https://books.google.com.ar/books/about/EL_HOMBRE.html?id=1fQlBAAAQBAJ&redir_esc=y
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etc, también debió ser, por lo menos en sus orígenes más remotos, un mojón demarcatorio de sombras sustitutivo del cuerpo.
Conclusión
El seguimiento cíclico de las variaciones del río Nilo, de las posturas corporales relacionadas con el ángulo de inclinación, el valor del factor gnomónico del sitio, los fenómenos gnomónicos y las festividades estacionales, en tanto revelan el saber profundo de los antiguos egipcios, también pone de relieve que la construcción de las pirámides en general y muy particularmente la de Guiza (giza, Keops o Jufu), materialmente
representa
la
coronación
de
un
proceso
de
aprendizaje
y
experimentación, de ensayo y error, que puede ser tan milenario como la propia especie y que aquello que se conoció observando y experimentando pacientemente con el propio cuerpo como instrumento en tiempos predinásticos, fue llevado de a poco a la madera y a la piedra, de forma tal que mientras el Sol representaba al faraón en los cielos y el djed lo hacía en la tierra bañada cíclicamente por el Nilo, los festejos estacionales de Opet, Sed y Sham, calibraban y ponían en fase los tiempos de la sucesión de estaciones a partir de la proyección de rayos paralelos a la ladera Norte de la G.P. De esta manera, vemos que en las celebraciones estacionales queda evidenciado que los antiguos egipcios, supieron del correlato entre las cíclicas crecidas del Nilo, las apariciones de Sotis (Sirio) cercano al solsticio de verano, las estaciones de inundación, siembra y cosecha, la gnomónica y la antropometría. Finalmente podemos concluir, en que todo lo realizado por los egipcios en lo concerniente a sus festejos y credos, como así también a las construcciones faraónicas en general, que les sirvieron de amplificadores, ya estaba ensayado a partir de la experimentación con el propio cuerpo. Muy particularmente lo concerniente al recorrido trópico del Sol, y a los conocimientos que dieron lugar a lo que hemos llamado efectos gnomónicos especiales.
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i
(Castaño Sánchez Luís. “Metrología histórica”.Terra Antiqvae.)
https://terraeantiqvae.com/profiles/blogs/metrologia-historica-canon-original-y-gran-piramide#.V5MxntKLRM.
consultado el
-
Publicado el 23/07/17 y verificado el 20/04/2018-
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