Historia de los atlantes Por W. Scott Elliot Con prefacio de A.P. Sinnett Traducción: Federico Climent Terrer (Edición 1921 de Biblioteca Orientalista) Digitalizado por Biblioteca Upasika
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PREFACIO Los lectores que desconocen el progreso realizado en los últimos años por personas pertenecientes a la Sociedad Teosófica que se han dedicado con fervor al estudio del Ocultismo, no interpretarían quizás debidamente el sentido de lo que en este libro se expone, si no obtuviesen algunas explicaciones preliminares. La investigación histórica se ha fundado hasta ahora para la civilización occidental en anales escritos; a falta de documentos literarios, han servido algunas veces los monumentos de piedra, y también nos han proporcionado los restos fósiles seguridades inequívocas, aunque inarticuladas, acerca de la antigüedad de la raza humana; pero la cultura moderna ha perdido de vista, o ha pasado por alto las posibilidades relacionadas con la investigación de sucesos pasados independientes de los testimonios falibles que nos han transmitido los escritores antiguos; y de aquí que el mundo en general conozca hoy tan imperfectamente los recursos de las facultades humanas, que la mayor parte de las gentes rechaza desdeñosamente, burlándose de la existencia misma, aun en potencia, de los poderes psíquicos que algunos de nosotros estamos ejercitando diariamente sin darnos cuenta de ello. La situación es tristemente ridícula, desde el punto de vista de los que saben apreciar las perspectivas de la evolución, ante el espectáculo de la humanidad que de este modo rechaza obstinadamente un conocimiento tan esencial a sus progresos ulteriores. El mayor grado de cultura de que es susceptible la inteligencia humana, al no aceptar todos los recursos de su conciencia espiritual superior, no podrá traspasar jamás los límites de un proceso preparatorio, comparado con el que pudiera desarrollar si agrandase sus facultades lo bastante para entrar en relaciones conscientes con los planos o aspectos suprafísicos de la Naturaleza. Para cualquiera que tenga la paciencia de estudiar los resultados de las investigaciones psíquicas que se han publicado durante los últimos cincuenta años, debe quedar establecida en fundamentos inquebrantables la realidad de la clarividencia como un fenómeno posible de la