Teotihuacan, ciudad de misterios

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TEOTIHUACAN

que nuestros esfuerzos por recuperar la historia de Teotihuacan apenas han ido más allá de una etapa de exploración inicial, a pesar del gran número de ruinas restauradas y de los numerosos objetos teotihuacanos exhibidos en los museos.

TEOTIHUACAN CIUDAD DE MISTERIOS

LAS EXPLORACIONES

GEORGE L. COWGILL Figurilla humana de cerámica. FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

Palacio de Quetzalpapálotl. FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Calle de los Muertos y Pirámide de la Luna. Arriba: Máscara con nariguera en forma de mariposa. FOTOS: ERNESTO NAVARRETE / UNIVERSUM. ARRIBA: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

s tal la cantidad de ruinas exploradas y restauradas en Teotihuacan, que sería fácil suponer que los arqueólogos tienen poco que hacer en el sitio; nada más falso: apenas comenzamos a escuchar todo lo que esta ciudad tiene que decir. ¿Cómo explicar la distancia entre lo hecho y lo que falta por hacer? En primer lugar podríamos argumentar que se ha prestado más atención a las estructuras más grandes y espectaculares del núcleo de la ciudad que a las otras. Si bien el conocimiento de esas estructuras resulta indispensable, debe complementarse con estudios más am-

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20 / ARQUEOLOGÍA MEXICANA

A pesar del gran número de edificios restaurados y objetos recuperados, la historia de Teotihuacan apenas pasa de una etapa exploratoria inicial. La discrepancia entre los trabajos realizados y todo lo que falta por hacer y conocer, obedece a varias razones, sobre las que reflexiona el autor.

plios sobre las habitaciones y las actividades de la gente común. En segundo, gran parte del trabajo en Teotihuacan fue realizado hace varias décadas; los métodos y el análisis de datos de ese tiempo no cumplen los requisitos que se demandan hoy en día, por lo cual no responden a muchas preguntas actuales. Por último, la buena arqueología es costosa y requiere de un importante apoyo para el análisis de datos que continúa por largo tiempo después de que las excavaciones han finalizado; además, los fondos necesarios para este arduo y poco lucidor trabajo son difíciles de obtener. Por todas estas razones, se puede decir

Maqueta en piedra de un templo teotihuacano. FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

El “Teotihuacan Mapping Project”, emprendido por René Millon en la década de los sesenta del siglo xx, muestra que la ciudad abarcó más o menos 20 km2 y que se extendió mucho más allá de los límites de la zona arqueológica. Millon encontró vestigios de más de 2 000 “conjuntos residenciales”, las grandes unidades multifamiliares en que vivió la mayoría de los habitantes de la ciudad. Antes de excavar alguno de estos conjuntos es poco lo que se puede ver: sólo fragmentos de cerámica, variados objetos y piedras sin labrar de las paredes colapsadas. Con frecuencia esos conjuntos se encuentran en terrenos donde se siembra maíz, magueyes, nopales y otros productos. Los ojos expertos de los arqueólogos reconocen la existencia de estos restos arqueológicos, los cuales –con razón– son ignorados por los guías de turistas. Los visitantes sólo ven las ruinas más espectaculares y ni siquiera sospechan la existencia de otras estructuras, que se cuentan por miles. Menos de 50 de esas construcciones han sido parcialmente exploradas por los arqueólogos –el 2 por ciento del total, en el mejor de los casos.

Figurilla humana de cerámica. FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

Templo de Quetzalcóatl. FOTO: CHRISTA COWRIE / RAÍCES

Felino mitológico; emerge de un gran portal ornamentado con estrellas marinas, resplandores y plumas. FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Plaza de la Luna y Pirámide del Sol. FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

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Muchas estructuras han sido exploradas sólo en parte; otras siempre destrucción, por lo cual es necesario dejar parse han excavado sin las ventajas que ofrecen los modertes de la ciudad sin excavar y suficientemente proteginos métodos de control de contextos y análisis de datos; das, para cuando se planteen nuevas problemáticas que muchas más fueron excavadas como resultado de proyecresponderán en el futuro, con nuevas técnicas, a otras tos de salvamento, ante su inminente destrucción debido preguntas. a obras modernas. Para 2003 no llegan a media docena las La excavación total es también innecesaria; se llega, que han sido excavadas extensivamente, con normas contarde o temprano, a un punto de rendimientos decrevenientes de control, así como cientes y deja de haber sorpresas. Sin embargo, aún con el estudio preciso de maestamos lejos de ese punto: cada nueva excateriales y publicación adecuavación saca a la luz descubrimientos da de los resultados. sorprendentes. Excavar minuciosamente, En el caso de las estructuras cíanalizar correctamente y puvico-ceremoniales monumentablicar los resultados costaría les localizadas en la Calle de miles de millones de pesos. los Muertos y sus alrededores Aunque esta suma resulta fanel panorama es más alentatástica, vale la pena hacer notar que dor. También lo son las excaes modesta comparada con los prevaciones extensivas de las úlsupuestos que algunas naciones, timas décadas en la Ciudadela como Estados Unidos, destinan y en el Templo de Quetzalcóatl, cada año para gastos militares. en el Complejo de la Calle de los Sin embargo, aun y cuando se Muertos y las más recientes en el Jaguar de ónix. emprendiera un proyecto de tal barrio de La Ventilla. Ocurre lo magnitud, no habría nadie con mismo con las actuales explorael tiempo o la capacidad necesarias para leer y procesar ciones en la Pirámide de la Luna, donde la apertura de tanta información. túneles ha dado lugar al hallazgo de extraordinarias ofrenPor fortuna, no es deseable ni necesario excavar todo das y ha permitido descubrir la larga secuencia de etapas Teotihuacan. No es deseable en vista de que las técniconstructivas de la pirámide, a lo largo de varios siglos, cas arqueológicas avanzan constantemente, así como la cual la convirtió de una modesta plataforma en la innuestras teorías; en consecuencia, las preguntas que nos mensa pirámide que hoy conocemos. Asimismo, los trahacemos también cambian. Las excavaciones implican bajos que se realizan ahora en el Complejo Xalla, al nor-

Figurillas humanas de piedra verde con orejeras y tocado removibles. FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

te de la Pirámide del Sol, prometen revelar datos importantes. A lo largo de la Calle de los Muertos también resta mucho por hacer. Hay estudios recientes, aún inéditos, acerca de las inmediaciones de la Pirámide del Sol y sus partes externas, pero faltan excavaciones modernas en el interior y en las partes más antiguas. Se ha reconstruido el frente de varias pirámides menores de la Calle de los Muertos, aunque las excavaciones rara vez han penetrado bajo la última y bien conservada etapa constructiva; se requieren excavaciones que penetren en las partes más antiguas para saber con exactitud cuándo fue construida la calle y cómo se veía durante las primeros periodos de la historia teotihuacana.

Vaso trípode con representaciones de la flor de cuatro pétalos, símbolo relacionado con la fertilidad. FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

LAS TÉCNICAS DE FECHAMIENTO

FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

FASES

150

a.C. 1 d.C.

PATLACHIQUE

50

100

TZACUALLI

150

200

TLAMIMILOLPA TEMPRANO / MICAOTLI

250

300

TLAMIMILOLPA TARDÍO

350

400

XOLALPAN TEMPRANO

450

500

550

XOLALPAN TARDÍO

600

METEPEC

650

700

ABANDONO

Vaso trípode de cerámica Anaranjado Delgado con una efigie de jaguar y aplicaciones de rostros humanos. FOTO: MICHEL ZABÉ/ RAÍCES

900

COYOTLATELCO

Figurillas femeninas de cerámica.

INFORMACIÓN Y VIÑETAS: TOMADAS DE RATTRAY, 2001

FOTO: MICHEL ZABÉ/ RAÍCES

La cronología cerámica de Teotihuacan, una herramienta especialmente útil para obtener fechamientos, se ha construido con el análisis de materiales documentados estratigráficamente, que incluyen tanto piezas completas como tepalcates. 22 / ARQUEOLOGÍA MEXICANA

Vaso trípode con tapa e incrustaciones de sílex. FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

Pero el panorama no siempre es desolador. Lo que sabemos sobre Teotihuacan es mucho; conocemos bastante bien los trazos arquitectónicos, los materiales y métodos usados para construir tanto las estructuras residenciales como las cívico-ceremoniales. Tenemos una cronología cerámica que nos permite fechar por intervalos, en términos bastante certeros, un periodo de más o menos dos siglos –siempre y cuando los materiales hayan sido localizados y documentados estratigráficamente. Este logro es notable, si bien la cronología resulta decepcionantemente imprecisa. Aunque los métodos de radiocarbono y de laboratorio pueden ayudar, lo hacen de manera limitada. Incluso con las mejores técnicas de laboratorio, el rango de incertidumbre estadística asociado a ella significa que raramente podemos tener más de un 95 por ciento de certeza de que la fecha real cae un siglo antes o después que la del laboratorio, a menos que recurramos al promedio de resultados de una gran suma de ejemplares que pertenezcan al mismo rango. Así, si sólo usáramos un método semejante para fechar los acontecimientos de los dos últimos siglos de la historia de México, podríamos ase-

Figurilla femenina de cerámica. FOTO: ARCHIVO SALVAMENTO ARQUEOLÓGICO

Vasija de cerámica con la representación de un personaje armado. FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Figurilla articulada de cerámica. FOTO: MICHEL ZABÉ/ RAÍCES

TEOTIHUACAN. CIUDAD DE MISTERIOS / 23


Almena de cerámica con la representación de Tláloc, dios de la lluvia. FOTO: MICHEL ZABÉ/ RAÍCES

Escultura en cerámica de Xipe-Tótec, “nuestro señor, el desollado”. FOTO: MICHEL ZABÉ/ RAÍCES

Escultura en piedra de Huehuetéotl, dios del fuego. FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Caracol con pintura al fresco que representa un glifo calendárico. FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Tapa con la representación de un búho con un escudo y flechas.

Escultura en piedra de Chalchiuhtlicue, diosa del agua.

FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

24 / ARQUEOLOGÍA MEXICANA

gurar que Benito Juárez fue posterior a Moctezuma II, pero no podríamos saber con certeza si fue anterior o posterior al padre Hidalgo, Emiliano Zapata o, incluso, a Vicente Fox. Sin un mejor control cronológico, no se podría entender la historia de México. Tenemos pocas razones para suponer que los acontecimientos sucedieron con más lentitud en los tiempos teotihuacanos. Aunque no pedimos obtener un fechamiento por año, ni siquiera por década, ayudaría mucho para comprender la historia de Teotihuacan conocer el orden de los acontecimientos cuando menos en intervalos de 50 o 100 años. En nuestros tiempos el reto es mayúsculo, pero los resultados serán tan benéficos que bien vale la pena esforzarse. Sin duda, el perfeccionamiento de los métodos de laboratorio nos ayudaría, pero para precisar la cronología se debe prestar atención a los humildes tepalcates, en los que poco se repara. Sus cambios estilísticos graduales no son espectaculares, pero si se estudian con detenimiento resultan nuestra herramienta más útil de medición cronológica.

Incensario de cerámica.

Urna de piedra con la representación de Tláloc.

Incensario de cerámica con la representación de Quetzalpapálotl.

FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

¿De qué clase de estructuras provienen?, ¿a qué periodo constructivo pertenecen?, ¿con cuáles otros objetos estuvieron asociados?, ¿en qué clase de depósitos (un entierro, una ofrenda, un basurero, un cuarto abandonado y sin alterar)? De nuevo: no hay sustitutos para las excavaciones controladas y bien documentadas que nos proporcionen un conjunto más rico de objetos procedentes de contextos conocidos.

LOS MATERIALES RECUPERADOS

LAS TAREAS PENDIENTES

Tal vez el logro más vistoso es la gran cantidad de objetos recuperados en Teotihuacan: vasijas de cerámica ricamente decoradas, figurillas de cerámica y de piedra, pinturas murales y esculturas de piedra grandes y pequeñas. Hay una gran cantidad de literatura dedicada a la interpretación del pensamiento de los teotihuacanos –iconografía, religión, ideología y cosmovisión–, pero es apenas el comienzo de lo que puede lograrse y aún queda mucho por hacer. Sin embargo, una limitante importante es la gran cantidad de bellos objetos de Teotihuacan que proviene de contextos desconocidos. Podemos afirmar con certeza que son de “algún lugar” de Teotihuacan o cercano a él, aunque casi nunca podemos agregar nada más; la escasa información que tenemos sobre sus contextos limita en gran medida lo que podemos saber de esos objetos.

A pesar de todo lo que sabemos sobre Teotihuacan, al preguntarnos qué nos resta conocer podríamos contestar, simplemente: ¡todo! No hay ningún tema importante sobre Teotihuacan acerca del cual no quisiéramos saber mucho más. Sin embargo, las generalidades son poco útiles; resulta más valioso enumerar los grandes intereses. He mencionado la necesidad de tener mejores métodos de fechamiento. Otro gran tema es la tecnología y la organización económica de la ciudad. ¿Cómo se organizaron la producción, distribución y consumo de las diversas clases de materiales? Tenemos suficientes trabajos sobre obsidiana, cerámica, textiles y lapidaria, pero en todos los casos necesitamos hacer más. Aún se debate la importancia del mercado y la naturaleza del Estado y de otras instituciones, como las comunidades de templos.

Figurilla en cerámica que representa a un noble o un sacerdote. FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

Vaso trípode de cerámica Anaranjado Delgado con tapa. FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Figura masculina de piedra verde. FOTO: MICHEL ZABÉ / RAÍCES

Vaso trípode de cerámica Anaranjado Delgado con la representación de un jaguar de lengua bífida. FOTO: CARLOS BLANCO/ RAÍCES

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Pintura mural con la representación de un dignatario con disfraz de Tláloc. FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Pintura mural con la representación de un ave con vírgulas de la palabra. FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Relieve en piedra con la representación de un ave con una vírgula de la palabra con volutas alusivas al agua.

FOTO: LEONARDO LÓPEZ L

FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Excavación del complejo palaciego llamado Xalla, posible residencia de los gobernantes de Teotihuacan. 26 / ARQUEOLOGÍA MEXICANA

Sin duda, Teotihuacan fue una comunidad multiétnica, con barrios de personas procedentes de Oaxaca, el Golfo y Occidente. Es necesario profundizar en cómo y por qué conservaron estos migrantes su identidad y cómo se acomodaron al esquema social más amplio de la ciudad. También nos resta saber más acerca de los diferentes barrios y asentamientos de la ciudad, y cómo cambiaron a lo largo del tiempo. Los datos de la investigación de Millon, analizados con el auxilio de computadoras y con métodos matemáticos de análisis espacial, han mostrado una variación considerable de estatus entre los residentes de los diferentes barrios, así como una tendencia –sólo una tendencia– a un mayor número de habitantes de estatus superior en los distritos cercanos al centro cívicoceremonial de la ciudad. Hay cierta evidencia de que las diferencias socioeconómicas de los distintos sectores aumentó a lo largo del tiempo, lo cual pudo haber incrementado la tensión interna que podría haber llevado la ciudad al colapso. Si bien el análisis estadístico de materiales de superficie es útil para elaborar inferencias, esto debe complementarse con un número mucho mayor de excavaciones en las residencias de los diferentes barrios de la ciudad. Pensando en términos más amplios, es poco lo que sabemos sobre el sistema político del Estado y la ciudad de Teotihuacan. Los teotihuacanos, a diferencia de los mayas del periodo Clásico, dejaron sólo algunos monumentos visibles en que retrataran a sus gobernantes; las pocas y breves inscripciones que se conservan aún no han podido descifrarse. Quizá los gobernantes de Teotihuacan fueran muy poderosos, incluso déspotas, pero otra posibilidad es que el gobierno fuera ejercido colectivamente, con gobernantes sujetos a fuertes restricciones. Tal vez un sistema político temprano altamente centralizado fuera remplazado posteriormente por un sistema colectivo. Aunque parece imposible contestar estas interrogantes, tal vez esto pueda hacerse mediante una

La presencia de materiales de procedencia foránea ha permitido postular que Teotihuacan fue una comunidad multiétnica, con barrios de individuos procedentes de regiones como Oaxaca, el Golfo y Occidente. Además, la metrópoli mantuvo relaciones con otras áreas, como se observa en los objetos de estilo teotihuacano que muestran algunas características propias de otras zonas mesoamericanas. FOTOS: M.A. PACHECO / RAÍCES

combinación de enfoques como el estudio de los cambios a lo largo del tiempo en las principales estructuras cívico-ceremoniales, el cuidadoso análisis de los patrones espaciales y de las asociaciones de los materiales encontrados en contexto en esas estructuras y una mejor comprensión del simbolismo y la escritura de Teotihuacan. Por toda Mesoamérica se han encontrado objetos importados de Teotihuacan o de fabricación local aunque de estilo teotihuacano. Tenemos pruebas de que individuos relacionados con Teotihuacan, si no es que teotihuacanos, intervinieron en la política de grandes centros mayas como Tikal, Copán, Kaminaljuyú y en sitios de las tierras bajas del Pacífico en Guatemala y Chiapas. Sin embargo, dichas evidencias varían de un lugar a otro y nuestra información aún es escasa. ¿Hasta dónde estas “presencias” son la imitación de elites locales autónomas del prestigiado estilo teotihuacano; hasta dónde se trata de comercio o de conquistas? Sólo las investigaciones en muchos sitios de Mesoamérica podrán reponder a estas interrogantes.

Pirámide de la Luna. FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Conjunto arquitectónico en la Calle de los Muertos. FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

Traducción: Elisa Ramírez

EL ORIGEN Y EL COLAPSO DE LA CIUDAD Asimismo, poco sabemos acerca del origen y fin de Teotihuacan. Los trabajos actuales en la Pirámide de la Luna han arrojado valiosa informa-

ción acerca de las estructuras cívicoceremoniales más tempranas de la ciudad y sobre su desarrollo posterior. Este trabajo debe reforzarse con más excavaciones en otras partes del sitio en las que las cerámicas de los periodos más tempranos abundan en la superficie. Son muchas las hipótesis para explicar el colapso del Estado teotihuacano y de la ciudad misma. Se ha hablado de problemas ambientales y cambios climáticos, de crecientes tensiones sociales dentro de la ciudad, del declive de la influencia económica y política frente a los nuevos sitios en el Centro de México y de nuevas corrientes migratorias a la región. En estos momentos, todas esas explicaciones parecen posibles y tal vez fue la combinación de varias causas lo que llevó a Teotihuacan al colapso. No es sorprendente que Teotihuacan por fin sufriera un colapso, pues ningún sistema político es eterno; lo que sí es notable es que durara tanto. Aún resta por explicar tal duración y no sólo el colapso.

Construcciones en la Plaza de la Luna. FOTO: M.A. PACHECO / RAÍCES

____________________________ George L. Cowgill. Profesor de antropología en la Arizona State University. Ha trabajado en Teotihuacan desde 1964, primero como miembro del Proyecto de Planimetría de Teotihuacan del Dr. René Millon y, posteriormente, en el Templo de Quetzalcóatl, con el arqueólogo Rubén Cabrera C. y el Dr. Saburo Sugiyama. TEOTIHUACAN. CIUDAD DE MISTERIOS / 27


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