Orientaciones universitarias 49 by Archivo Histórico Javeriano

Orientaciones Universitarias 85 aĂąos del restablecimiento de la Universidad

Orientaciones Universitarias Publicación periódica de la Rectoría de la Pontificia Universidad Javeriana Nº 49 85 años del restablecimiento de la Universidad Director

Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J. Rector Pontificia Universidad Javeriana

Compilación y Coordinación editorial

Jairo Humberto Cifuentes Madrid Secretario General

Preprensa e impresión

Carlos Julio Cuartas Chacón Asesor del Secretario General Fundación Cultural Javeriana de Artes Gráficas – JAVEGRAF

Bogotá, D.C., noviembre de 2015

CONTENIDO Presentación Jorge Humberto Peláez, S.J., Rector de la Universidad Celebración Eucarística en el Día de la Universidad Jorge Humberto Peláez, S.J. Almuerzo ofrecido a los miembros de la Orden Universidad Javeriana y a los Profesores Titulares Jorge Humberto Peláez, S.J. Inauguración de la Exposición “Historias javerianas en 85 objetos” Carlos Julio Cuartas Oscar Hernández Concierto ofrecido en el Teatro Colón Jorge Humberto Peláez, S.J. Sentido del orgullo javeriano Jairo Humberto Cifuentes Inauguración del edificio Gerardo Arango, S.J., sede de la Facultad de Artes Carlos Mery Jorge Humberto Peláez, S.J. Presentación Separata Hoy en la Javeria na Luis Alfonso Castellanos, S.J.

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ORIENTACIONES UNIVERSITARIAS Nยบ 49

Con la mirada puesta en el porvenir Jorge Humberto Pelรกez, S.J.

EXPOSICIร N HISTORIAS JAVERIANAS EN 85 OBJETOS Registro grรกfico

PRESENTACIÓN

Con una serie de actos realizados entre el 1º y el 13 octubre de 2015, celebramos los 85 años del restablecimiento de la Universidad, feliz iniciativa que en 1935 surgió en los jesuitas de la joven Provincia colombiana, entonces bajo la dirección del P. Jesús María Fernández, S.J. Así sean grandes los cambios que se han dado en el país y en el mundo durante este periodo, y también haya sido notable el crecimiento y desarrollo de la Javeriana, nuestra finalidad continúa siendo la misma, servir a Colombia, como institución católica de Educación Superior que sigue los principios educativos y las orientaciones de la Compañía de Jesús. En los textos de esta nueva edición de Orientaciones Universitarias, quisimos recoger las intervenciones que tuvieron lugar en los seis actos programados con motivo de este aniversario de la Javeriana, siendo el primero de ellos, la Eucaristía en el Día de la Universidad, que anualmente celebramos el 1º de octubre. El viernes siguiente, se ofreció un almuerzo a los miembros de la Orden Universidad Javeriana y a los Profesores Titulares; y en horas de la tarde tuvo lugar la inauguración de la exposición “Historias Javerianas en 85 objetos”, que fue ubicada en distintos lugares del campus, en 17 exhibidores de cinco caras cada uno. El martes 6 de octubre se realizó el Concierto de Gala en el Teatro Colón, y dos días después, en un mismo acto, el lanzamiento del proyecto “Ethos: la palabra del profesor” y la presentación de la publicación La Javeriana: construyendo futuros… desde 1930 – Legado de Profesores Titulares. La programación concluyó el 13 de octubre, cuando nos reunimos para la inauguración del edificio Gerardo Arango Puerta, S.J., nueva sede de la Facultad de Artes. De esta forma, a propósito de la mencionada efeméride, efectuamos en esos días una reflexión sobre la Universidad, un reconocimiento de su realidad, en el marco de un pasado que nos enorgullece y un porvenir que nos desafía. Son seis textos en total, que permitirán al lector apreciar tanto el camino recorrido, así como el horizonte institucional.

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Ahora bien, por tratarse de asuntos relacionados estrechamente con los temas anteriores, decidimos incluir la presentación de la Separata que circuló con la edición de septiembre de Hoy en la Javeriana, lo mismo que el editorial de la Revista Javeriana del mes de octubre. En una segunda parte de esta edición de Orientaciones Universitarias, que corresponde a las últimas veinte páginas de la publicación, aparece el registro fotográfico de las 85 imágenes que hicieron parte de la exposición mencionada, cada una con su texto explicativo, que da cuenta de la procedencia y localización del objeto. Estas fotografías nos ofrecen una perspectiva diferente de la celebración, que evoca el ayer de nuestra Universidad con una novedosa mirada. Antes de terminar esta presentación, debemos extender una invitación a los lectores para que conozcan los testimonios extraordinarios de ese grupo de profesores de la Javeriana que participaron en la primera versión del proyecto “Ethos: la palabra del profesor”. Se trata de veintiún cortos audiovisuales, que están disponibles en el Archivo Histórico Javeriano, con los perfiles de un grupo de hombres y mujeres que han tenido un especial rol en la construcción de la Universidad. De la misma manera, los animamos a leer los textos que conforman la publicación La Javeriana: construyendo futuros… desde 1930 – Legado de Profesores Titulares; se trata de otro grupo selecto de cuarenta y siete universitarios que aceptaron compartir una reflexión personal acerca de su Alma Mater. De esta forma, la memoria de la celebración que ha tenido lugar en 2015, queda recogida en estas páginas, en palabras y en imágenes, que más allá de personajes, objetos y hechos que con sobradas razones han sido evocados, nos hablan de valores y sentimientos, de causas compartidas por la comunidad universitaria que da vida hoy a una institución que se destaca en el panorama educativo de Colombia. Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J. Rector

CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA EN EL DÍA DE LA UNIVERSIDAD Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J.*

Hoy es el Día de la Universidad. Conmemoramos los 85 años de Restauración de este hermoso sueño javeriano, que se vio bruscamente interrumpido en 1767 por la arbitraria decisión del absolutismo de la época, que se sentía amenazado por las semillas de libertad y espíritu crítico que sembraban los jesuitas. Esa pequeña planta que nuestros antecesores sembraron en 1930, en un contexto político agitado, se ha convertido hoy en una formidable ceiba que suscita la admiración –y también la envidia– de muchos. Lo que somos hoy se lo debemos a las generaciones que nos precedieron. No permitamos que sus

Homilía del Rector de la Pontificia Universidad Javeriana. Capilla San Francisco Javier, 1° de octubre de 2015.

nombres se pierdan en la noche del tiempo. En este día rendimos homenaje a todos nuestros compañeros javerianos que ya no están en medio de nosotros, cuyo legado hemos recibido, custodiamos celosamente y deseamos consolidar. Esta celebración de los 85 años de la Restauración coincide con la elaboración de un nuevo capítulo de nuestra Planeación Institucional. Con los aportes de toda la comunidad educativa, estamos diseñando la hoja de ruta que nos conducirá al puerto del 2021. En este contexto de celebración, los invito a que el ejercicio de Planeación se caracterice por su fidelidad creativa: Fidelidad a la identidad institucional, fidelidad al Proyecto Educativo, fidelidad a los elementos

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constitutivos de la pedagogía ignaciana.

Creativa en cuanto debemos reinventarnos continuamente en un país que vive profundas transiciones; debemos ser creativos en cuanto a las nuevas competencias que debemos promover en nuestros estudiantes; creativos en las prácticas pedagógicas en una sociedad digital.

Como texto evangélico, escogí la parábola del Sembrador, porque es una imagen profundamente inspiradora para nuestro quehacer universitario:

¿Qué hacemos como educadores? Sembramos semillas de curiosidad, de conocimientos, de metodología, de espíritu crítico, de autonomía, de valores éticos, de participación ciudadana, de justicia social; sembramos la semilla del conocimiento de Jesucristo. Nuestra siembra es a largo plazo. No pretendamos que los resultados de este proceso de crecimiento y maduración puedan ser medidos por los resultados de unas pruebas Saber Pro o por el salario de enganche que obtienen nuestros egresados. Nuestra mirada se extiende en el tiempo.

Como curtidos sembradores, sabemos que nuestras semillas caen en suelos muy diversos. ¿Cómo analizamos esa variedad de condiciones? No la vemos como una fatalidad que aceptamos con resignación, sino como un hermoso desafío. Acompañamos a cada uno de nuestros alumnos para que desarrolle al máximo sus

potencialidades, de manera que haya una clara diferencia entre el adolescente que recibimos en el primer semestre y el adulto que le entregamos a la sociedad el día del grado. Como experimentados sembradores, tenemos la responsabilidad de verificar la calidad de las semillas que sembramos. Este control de calidad tiene que ver con la transparencia de nuestros comportamientos que se hace manifiesta en nuestras palabras y acciones, la seriedad de los conocimientos que compartimos, y su actualización y pertinencia, las evaluaciones que hacemos, el acompañamiento que ofrecemos. Igualmente, como sembradores tenemos la responsabilidad de cuidar un eco-sistema que permita que la semilla sembrada produzca una abundante cosecha. Y en la Javeriana, ese eco-sistema se llama el Medio Universitario, que es responsabilidad de todos y no de unos pocos. Que esta eucaristía que celebramos con motivo de los 85 años de la Restauración de la Universidad sea acción de gracias por las bendiciones recibidas, sea también reconocimiento al trabajo de tantos hombres y mujeres que hicieron de la Javeriana su proyecto de vida, y sea petición al Señor para que nos acompañe en este gratificantes servicio de sembradores de valores, de ciencia, de preguntas, de procesos, de sensibilidad social y estética. En último término, el resultado de nuestro trabajo es fruto de la acción del Espíritu en cada uno de los miembros de la comunidad educativa.

ALMUERZO OFRECIDO A LOS MIEMBROS DE LA ORDEN UNIVERSIDAD JAVERIANA Y A LOS PROFESORES TITULARES Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J.*

Bienvenidos a este almuerzo, que es una de las celebraciones dentro de la variada agenda de los 85 años de la Restauración.

quienes hemos hecho de la Javeriana nuestro segundo hogar, y conversar sobre el pasado, el presente y el futuro de nuestra Universidad.

Estamos reunidos el Consejo de Regentes, el Consejo Directivo, los Decanos, un grupo de compañeros jesuitas que trabajamos en la Universidad, la Comunidad de Honor de la Orden Javeriana y los Profesores Titulares de la Universidad.

En este solemne aniversario, queremos rendir un homenaje especial a los Profesores Titulares, quienes tienen responsabilidades muy serias dentro de la vida académica. Esta comunidad de los titulares, formada por 109 docentes, constituye una Selección de clase mundial por sus altas credenciales académicas, su reconocida trayectoria y a quienes la comunidad universitaria considera como maestros que han creado y siguen creando escuela.

Este aniversario y los eventos culturales que están programados para la inauguración del Edificio Gerardo Arango, sede de la Facultad de Artes, nos ofrecen una estupenda oportunidad para encontrarnos *

Rector de la Pontificia Universidad Javeriana. Auditorio Félix Restrepo, S.J., 2 de octubre de 2015.

Apreciados profesores titulares: ustedes son los portadores más calificados de la identidad javeriana, la cual se construye en las dinámicas

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curriculares. Ustedes son la vanguardia de la fidelidad creadora, que nos permite reinventarnos todos los días sin perder nuestra identidad original; ustedes han hecho carne de su carne y sangre de su sangre los valores javerianos, son inspiración para sus colegas y acompañan a los estudiantes de pregrado y posgrado en el desarrollo de sus capacidades personales y profesionales para responder a los retos de un futuro cuyos rasgos desconocemos

El fortalecimiento de una sólida comunidad educativa, formada por profesores y estudiantes, personal administrativo y egresados, nos permitirá hacer realidad los sueños de una Colombia en paz, justa, tolerante e incluyente. Para terminar, quiero agradecer el profesionalismo y la amabilidad con que siempre nos atiende el personal de los Servicios de Alimentación de la Universidad, quienes nos acompañan en las diversas actividades de nuestra compleja y diversificada agenda javeriana.

HISTORIAS JAVERIANAS Carlos Julio Cuartas Chacón* “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla.” He querido iniciar estas palabras, que gracias a la amable solicitud del Padre Rector, tengo el honor de pronunciar ahora, en este acto inaugural de la exposición “Historias javerianas en 85 objetos”, con esa hermosa frase del Nobel García Márquez, que destaca precisamente la importancia del recuerdo. La conmemoración de los 85 años del restablecimiento de nuestra Universidad, es ocasión en verdad propicia para el ejercicio del recuerdo y la narración de historias javeria*

Asesor del Secretario General de la Pontificia Universidad Javeriana. Palabras pronunciadas en el acto inaugural de la exposición “Historias Javerianas en 85 objetos”, Bogotá, Edificio Gerardo Arango, S.J., 2 de octubre de 2015.

nas que por lo general, recogemos en una apretada lista de hechos y fechas que encuentran su lugar en esa línea de tiempo que hunde sus raíces en las primeras décadas del siglo XVII, y desde entonces se mueve y avanza sin cesar. ¿Cómo recordamos para contarla, esta riquísima historia de nuestra Universidad? Lo hemos hecho y lo podemos hacer de distintas maneras, una de ellas, a partir de los edificios, del más antiguo, el Emilio Arango, conocido por todos como el Central, -a donde llegamos en 1952, luego de dos décadas de vida institucional en esa vieja edificación ubicada en la esquina de la plaza de Bolívar-; al más reciente, el Gerardo Arango, donde nos hallamos, que será inaugurado en pocos días. Entre estos

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dos puntos del campus, con estilos arquitectónicos que nos hablan de épocas diferentes, se podría trazar un recorrido histórico que da cuenta de la expansión, el crecimiento y el progreso de la Javeriana. Es necesario recordar que en 1957 la Universidad tenía tres sedes: la de las Facultades Civiles, en la calle 40; la de las Facultades Femeninas, en la 45, en el extremo norte del campus, separadas estratégicamente de las primeras, por los predios paradisíacos de Cataluña; y la de las Facultades Eclesiásticas, en ese maravilloso edificio levantado en toda una manzana de Chapinero. A estos lugares se uniría años después, el hermoso campus de la Seccional en Cali. Ahora bien, si nos detenemos en los nombres de los edificios, en los de sus auditorios y sus salas, podríamos también identificar el paso de personas que han dejado huella indeleble en la institución, entre ellas, por supuesto, Félix Retrepo, el gran Rector de los años 40, fallecido hace cinco décadas. Hoy su nombre lo llevan, no solo edificio y auditorio, sino también una medalla; y su busto, en bronce, preside la emblemática plazoleta de banderas. También podría servirnos de guía para una mirada histórica de la Universidad, la lista de rectores, que va del primero, el P. José Salvador Restrepo, al actual, el P. Jorge Humberto Peláez, insigne egresado de la Javeriana. Se trata de 15 jesuitas, –a 9 he tenido el privilegio de conocer personalmente–, entre los cuales menciono los seis antecesores del Padre Peláez: Alfonso

Borrero, Roberto Caro, Jorge Hoyos, Gerardo Arango, Gerardo Remolina y Joaquín Sánchez. Otra lista igualmente valiosa, la integran los Decanos. Encabezada por el P. Jesús María Fernández, S.J., el primero, en ella sobresalen personajes como el P. Gabriel Giraldo, en Ciencias Jurídicas; Hernando Arellano Ángel, en Estudios Interdisciplinarios y Ciencias; Inés Triana de Bote, en Enfermería; y Consuelo Uribe, en Ciencias Sociales, primera mujer en ser nombrada Vicerrectora en la Universidad y además, en ser encargada de la Rectoría. Esta lista la honran hoy un grupo notable de Decanas: Concepción Puerta, en Ciencias; Marisol Cano, en Comunicación y Lenguaje; Fabiola Castellanos, en Enfermería; Mary Bermúdez, en Medicina; Sandra Romero, en Psicología; y la de más reciente posesión, María Adelaida Farah, en Estudios Ambientales y Rurales. También podríamos fijar la mirada en los profesores, entre ellos Carlos Márquez Villegas, de Medicina, y Luis Felipe Silva Garavito, de Ingeniería; los Padres Jaime Hoyos en Filosofía, y Marino Troncoso, en Literatura; y por supuesto, el actual Decano del Cuerpo profesoral, Bernardo Gaitán Mahecha, figura emblemática de Ciencias Jurídicas. Otra alternativa nos la ofrecen los empleados administrativos, entre ellos esos grandes señores Félix Padilla, Uladislao González y Guillermo Castro, el inolvidable Don Guillermo. Junto a ellos, cómo no recordar al P. Jaime Bernal y la Hermana Ana Gertrudis, ángel custodio de las Femeninas. Y también a personajes

HISTORIAS JAVERIANAS

que hoy en día son ejemplo de amor y fidelidad a la Universidad: secretarias como Cony Sotelo, en Derecho; operarios como Isauro Gómez, entre andamios y trasteos; conserjes como Rosa Ríos, en el aseo y cuidado de las capillas; y funcionarios como Carlos Prieto en las fotografías, y Miguel Ángel Poveda en publicaciones, para hablar de apenas unos pocos.

restablecimiento de la Universidad, se quedaría corto para enumerar tantas mujeres y hombres que han hecho honor al Alma Mater, y en realidad, sería difícil hacer una selección. Yo sé el riesgo que implica nombrar personas, por las omisiones involuntarias en que uno puede incurrir, pero en este caso tuve que asumirlo.

Y qué decir de los egresados, desde Francisco González Torres, el primero, graduado en la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas en 1936, a Juan Diego Mojica Restrepo, ese brillante y joven abogado, graduado hace apenas ocho días con todos los honores. Se podrían mencionar muchos otros nombres, sin duda alguna; sin embargo, solo añadiré el de Mariana Parrado, la maravillosa Maestra en Música que nos enseñó el poder que resulta al unir tenacidad y dulzura.

Ahora bien, monumentos y obras de arte, documentos, aparatos e instrumentos, los objetos, también nos ofrecen un camino para repasar la historia de la Javeriana, aunque no todo está tan a la vista, como la escultura monumental de Javier, obra de Montañés, o la de Negret, denominada La Deidad. Y sin embargo, algunas llegan a fundirse dentro del paisaje y se hacen invisibles para el transeúnte, como ha ocurrido, por ejemplo, con El Laocoonte, en la Biblioteca Alfonso Borrero, S.J.

Sí, la historia de la Javeriana pasa por las personas, por la Comunidad Educativa que es el gran pilar de esta Universidad. Así la recordamos para contarla. En este contexto se entiende mejor por qué en nuestro campus el amor también ha hecho de las suyas. Para la muestra un botón, el que nos ofrece Catalina Martínez de Rozo, Vicerrectora Administrativa, quien conoció aquí, en estos predios, en sus años de estudiante, a su príncipe azul, otro alumno de Ingeniería. Con él formaría un hogar bonito que ya tiene casi cuatro décadas. Esa es una de tantas historias javerianas.

Hay que reconocer que cada vez miramos menos, contemplamos menos, porque la cabeza, con su carga de afanes y preocupaciones, no nos deja ver; situación que se ha visto agravada por el acoso de una publicidad despiadada y el magnetismo de las pantallas de los celulares que cierran aún más el diafragma de nuestra mirada y la reducen tristemente. ¡De cuánto nos perdemos! ¡Y cuántos porrazos también se podrían evitar!

Así las cosas, el número 85, el de los años transcurridos desde el

Con los 85 objetos asociados a historias javerianas hemos querido entonces, en una forma novedosa, atraer la vista hacia el pasado, para reconocer el tramo recorrido y proyectarlo con fuerza hacia el futuro.

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Voy a terminar mi intervención, y algunos se preguntarán si puedo hacerlo sin citar al Papa Francisco. Pues no. Ese maravilloso jesuita que hoy es Obispo de Roma, afirmó hace unos días en Filadelfia, lo siguiente:

Nos ayuda mucho recordar nuestro pasado. Un pueblo que tiene memoria no repite los errores del pasado; en cambio, afronta con confianza los retos del presente y del futuro. La memoria salva el alma de un pueblo de aquello o de aquellos que quieren dominarlo o quieren utilizarlo para sus propios intereses.

La exposición que hoy se inaugura, de la cual nos hablará en detalle el Maestro Óscar Hernández, –él asumió con gran diligencia la coordinación general–, que se ha realizado

con el auspicio del Padre Rector y el decidido empeño del Secretario General, –sin su interés no hubiera llegado esta iniciativa a feliz término–, está orientada precisamente hacia el alma de la Universidad, que en nuestro caso, por fortuna, no está amenazada, sino todo lo contrario, protegida y resguardada, no solo en el campus, en sus muros y edificios, plazoletas y playitas, en archivos y gavetas, sino también en las personas que son su verdadero y seguro fortín. Estas personas con sus sueños y desvelos, con sus sonrisas y también con sus lágrimas, han abonado este campus universitario donde no cesan de brotar y florecer nuevas historias javerianas que sirven de alimento a la esperanza.

EXPOSICIÓN “HISTORIAS JAVERIANAS EN 85 OBJETOS” Óscar Hernández Salgar*

Voy a referirme muy brevemente a cómo fue el proceso que nos llevó a esta exposición. Hacia el 20 de abril pasado, el doctor Jairo Cifuentes convocó a una reunión para explorar la idea de una exposición con motivo de los 85 años del Restablecimiento. A esa reunión asistimos el ingeniero Cuartas, el decano de la Facultad de Artes Carlos Mery, la directora del Centro de Gestión Cultural, Carolina Gómez, el Director de Artes Visuales, Diego Benavides, y yo, como Asistente para Creación Artística. *

Asistente para la Creación Artística Vicerrectoría de Investigación de la Pontificia Universidad Javeriana. Palabras pronunciadas en el acto inaugural de la exposición “Historias Javerianas en 85 objetos”, Bogotá, Edificio Gerardo Arango, S.J., 2 de octubre de 2015.

Inicialmente se pensó en hacer una exposición que convocara a estudiantes o a profesores, pero queríamos que fuera algo que involucrara a toda la Universidad y no solamente a una unidad. También se pensó en resaltar las obras artísticas que hay en el campus, pero esto ya se había hecho de alguna manera en el Encuentro de Arte y Creatividad y el Catálogo de Obras Artísticas. Además queríamos algo que tocara de manera más cercana a la comunidad universitaria en general. Por ello se propuso centrar la exposición en objetos que dieran cuenta del transcurrir de estos 85 años. Objetos que al haber tenido un uso cotidiano hubieran dejado huella en las personas que lo usaron como parte de su actividad académica, investigativa o del medio.

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Fue así como empezamos a pensar en lanzar una convocatoria para que fueran las mismas unidades las que postularan los objetos más relevantes para ellas. Pero desde el principio tuvimos claro que no se trataba simplemente de mostrar los objetos, sino de darles una mirada estética a través del lente de fotógrafos artistas profesionales. Por eso debía haber un comité curatorial que se encargara de escoger los objetos que, además de su relevancia histórica y simbólica para la unidad, tuvieran características que facilitaran entrar en el juego de la mirada artística. Igualmente tenía que haber un equipo de fotógrafos que pudieran hacer ese tránsito entre lo efímero de la imagen cotidiana y el aura del objeto estético. El equipo curatorial estuvo conformado por el Doctor Cifuentes, el Ingeniero Cuartas, el Maestro Benavides, el maestro Mateo Pérez y quien les habla. El equipo de fotógrafos estuvo conformado por los maestros Mateo Pérez y Eliana Ximena Velásquez, profesores de planta de la Facultad de Artes. Una vez lanzada la convocatoria, tuvimos postulaciones de un poco más de 120 objetos por parte de 12 facultades y cuatro vicerrectorías, además del Archivo Histórico y la Emisora Javeriana Estéreo. Posteriormente se hicieron varias reuniones para empezar a seleccionar los que quedarían finalmente en la muestra. En esta selección se trató de reducir al mínimo la presencia de documentos, fotografías o textos. Como

mencioné anteriormente, la idea era poder jugar con las posibilidades visuales y eso era más fácil con objetos tridimensionales. También se buscó que se tratara de objetos que hubieran tenido un uso cotidiano, real por parte de la comunidad universitaria. Y en tercer lugar, se buscó que hubiera una representación lo más amplia posible de las diferentes unidades de la Universidad. Por eso el comité decidió no limitarse a los objetos que habían sido postulados, sino que propuso a su vez otros que por diferentes razones se pensó que no podían quedar por fuera. Así, finalmente se llegó a la definición de los 85 objetos y durante agosto y septiembre se hizo la toma de fotografías, para lo cual contamos con un apoyo muy valioso por parte de las unidades. La exposición está distribuida en 17 módulos con cinco fotografías cada uno. Estos módulos están repartidos por todo el campus. Para definir la ubicación tuvimos en cuenta dos criterios: en primer lugar, que las fotos se localizaran en lugares apartados de sus unidades de origen. Esto, con el fin de permitir que la comunidad se acerque a la cultura material de otras unidades distintas a la suya. En segundo lugar, se buscó que en cada módulo hubiera una representación de diferentes unidades, temáticas o disciplinas y también de diferentes tipos de objetos. Esto con el fin de darle una mayor variedad a la muestra. Al mismo tiempo, la exposición se encuentra alojada como una exhibición especial en el Catálogo de Obras Artísticas (que lanzamos

EXPOSICIÓN “HISTORIAS JAVERIANAS EN 85 OBJETOS”

la semana pasada en el Congreso de Investigación), de manera que las imágenes y los textos pueden ser apreciados desde cualquier dispositivo con conexión, Aunque, es importante decir que la calidad y el tamaño de las imágenes que se montaron en los módulos, hacen que valga la pena darse una vuelta por todo el campus. Para algunos puede parecer extraño que la colección se haya subido al Catálogo de Obras Artísticas, ya que estos objetos no son obras de arte en sentido estricto, o al menos no todos ellos. Sin embargo, quiero llamar la atención sobre dos cosas: en primer lugar, si bien los objetos en su mayoría no fueron concebidos como arte, las fotografías que han buscado darles una mirada estética, sí son obras por derecho propio -y en esto hay que reconocer el papel que han tenido Mateo y XimenaPero además, el arte nunca reside en el artefacto que normalmente identificamos con la obra. El objeto estético es más que lo tangible y tiene que ver con las relaciones que se construyen a lo largo del tiempo entre esos artefactos aparentemente inútiles, pero al mismo tiempo novedosos y llamativos y la gente que los contempla y construye su sentido. En el arte más valioso esa relación está llena de caminos posibles. No es una relación unívoca, sino que abre la puerta a la multiplicidad

de significados. Y esa apertura es lo que permite que el afecto fluya libremente, dando lugar a ese carácter visceral que tiene la experiencia estética. Una tarjeta de registro de matrícula puede ser un objeto muy simplón. Pero la imagen magnificada del registro de matrícula de Luis Carlos Galán de 1961, con su fotografía de estudiante y con las anotaciones posteriores que hablan sobre su trabajo y su horrible muerte, Esa es una imagen que merece ser mirada una y otra vez, porque en cada vuelta nos puede cuestionar, nos puede asombrar y nos puede conectar con el ser y la misión de la Universidad, de una manera más íntima y efectiva que cualquier cátedra. Eso es lo que ocurre cuando la imagen se vuelve estética, es decir, cuando apunta a sí misma y exige ser mirada: el mundo se abre y aparece un atisbo de las conexiones infinitas que habitamos. En resumen, lo que hemos querido con esta exposición es que al darle una mirada diferente a estos objetos cotidianos podamos repoblar de afecto nuestra vida universitaria, lo cual no es un fin menor. Por eso les agradezco mucho su presencia y los invito a que recorran el campus y descubran que puede haber mucha magia detrás de los objetos que inundan nuestra vida cotidiana.

CONCIERTO OFRECIDO EN EL TEATRO COLÓN Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J.*

Muy cerca de este clásico y bellísimo recinto de la antigua Bogotá, el Teatro Colón que hoy nos acoge, hace 85 años, un pequeño grupo de jesuitas reunido en el Colegio de San Bartolomé, acordó abrir de nuevo los estudios universitarios que la Compañía de Jesús había tenido en esta ciudad, durante el período de la Colonia. Su decisión fue consignada en un breve documento firmado el 1º de octubre de 1930, fecha que hoy conmemoramos con júbilo y entusiasmo. Mil gracias a todos Ustedes por haber aceptado nuestra invitación para venir a celebrar este importante acontecimiento de la historia educativa y cultural de nuestro país. Es muy grato contar con su presencia.

Rector de la Pontificia Universidad Javeriana. Teatro Colón, 6 de octubre de 2015.

Saludo de manera especial a los miembros del Consejo de Regentes y del Consejo Directivo Universitario, a los miembros de la comunidad de honor de la Orden Javeriana y a los egresados representantes del Gobierno Nacional, así como también a los miembros de la Orquesta Sinfónica Javeriana y del Coro de la Carrera de Estudios Musicales, a sus Directores, Luis Guillermo Vicaría y Ana Paulina Álvarez, a quienes agradecemos su participación en este evento. Lo que hicieron hace 85 años, el Padre Provincial, Jesús María Fernández, S.J., el Rector del Colegio, José Salvador Restrepo, S.J., y los consultores de Provincia y del Colegio, fue en verdad un acto de osadía, pues se atrevieron a incursionar en el entonces estrecho mundo universitario de la capital colombiana, en dos campos particulares del saber, el Derecho y la Economía, en una modalidad muy novedosa para la

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época que hoy se conoce como el doble programa. El ofrecimiento que así se hizo a la juventud colombiana, y al que respondieron noventa y siete muchachos que se matricularon e iniciaron clases en el año siguiente, llevaba la impronta de la educación jesuítica que de tiempo atrás había merecido reconocimiento en diversas partes del mundo y también en nuestra nación. La iniciativa de aquellos jesuitas fue acogida con entusiasmo por un grupo muy distinguido de laicos que se unieron en esta experiencia, y dieron forma a un proyecto que poco a poco se fue haciendo realidad. De esta manera, nació la Universidad Javeriana, que sería reconocida por el Estado colombiano en 1933, y cuatro años más tarde, en 1937, recibiría aprobación canónica y sería distinguida con el título de Pontificia. Así empezó a configurarse institucionalmente esta “obra de patriotismo y de cultura”, como dijera en 1950, en este mismo teatro, el entonces Profesor Rafael Maya, cuando se celebraron las primeras dos décadas de existencia de la Javeriana. Ciertamente, el compromiso con el país y con la cultura ha definido el horizonte de nuestro trabajo. A la osadía de esos intrépidos visionarios, se unió la confianza en el porvenir, el esfuerzo y la perseverancia que hacen posible la realización de grandes ideales. Sin duda alguna, su ejemplo ha sido referente a lo largo de estos lustros, en los cuales ha tenido lugar el natural relevo de generaciones, manteniéndose incólume nuestro compromiso de servir a Colombia, desde el quehacer propio de una institución universitaria, y

guiados por los valores que proclama el Evangelio. Nuestro fin ha sido y seguirá siendo, como lo señala el Proyecto Educativo, el ser humano porque “en él reconocemos el sentido y la finalidad de la ciencia”. Este es el humanismo javeriano que constituye el factor diferenciador de la labor que realizamos aquí en Bogotá, en la Sede Central, en la Seccional de Cali y en tantos lugares de Colombia en donde también desarrollamos nuestra actividad. Nosotros entendemos la Universidad como Comunidad Educativa, una expresión rica en significado porque nos habla, por una parte, de reunión de esfuerzos y voluntades alrededor de objetivos y valores compartidos, y por otra, de la diversidad de las personas, de sus talentos, convicciones y creencias. De esta forma, todos tenemos cabida en una institución que defiende las libertades y el pluralismo, dentro del respeto que merece todo ser humano y la consideración sincera de la identidad institucional. Esta concepción del hombre y del mundo ha orientado el quehacer de una Universidad que ha crecido con responsabilidad, se ha consolidado, y hoy sobresale en el panorama de la Educación Superior, no solo de nuestro país, sino de América Latina. Nuestro compromiso indeclinable con la excelencia nos obliga a estar atentos al contexto en que desarrollamos nuestras actividades. La hora que vive Colombia y los desafíos que enfrenta la sociedad contemporánea, también nos invitan hoy, a nosotros, a ser osados, a tomar tal vez el camino menos transitado. En estos 85 años, el

CONCIERTO OFRECIDO EN EL TEATRO COLÓN

mundo ha sufrido cambios radicales en medio de una sucesión interminable de conflictos bélicos que han causado la muerte de millones de seres humanos, así como también han originado masivas migraciones. En contraste, ha sido impresionante el desarrollo en las artes y las letras, los avances en la ciencia y la tecnología, especialmente en el campo de las comunicaciones, lo cual ha facilitado el reconocimiento de otros pueblos y culturas como parte de ese valioso patrimonio de la humanidad. Nadie puede desconocer en la actualidad el fenómeno de la globalización que nos hace profundamente interdependientes y que, sin embargo, acentúa la vulnerabilidad de los más débiles. Tampoco se puede ignorar la grave situación de pobreza que afecta a tantas y tantas personas, así como el impresionante deterioro del medio ambiente, en buena medida producto de un desarrollo irresponsable. En el ámbito particular de Colombia, territorio de riqueza extraordinaria en recursos naturales, debemos reconocer que el país ha progresado mucho en estos años y hoy ocupa un lugar destacado en la comunidad internacional. Sin embargo, no hemos logrado superar las violencias, con su secuela de desplazamientos, y tampoco la pobreza que afecta a millones de conciudadanos. Además, somos un país con graves deficiencias en su andamiaje institucional y con serios cuestionamientos a su clase dirigente. En cuanto a la juventud, en la que siempre contemplamos el porvenir del país, es claro que también su situación es muy distinta; y esto nos plantea especiales desafíos en

materia educativa y en el ejercicio de la función docente, para la cual contamos con mayores y asombrosos recursos que nos ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación. Las nuevas generaciones de jóvenes que llegan cada semestre a la Universidad vienen con la impronta de un entorno donde abundan celulares y tabletas de última tecnología, asediados por una sociedad de consumo, todo esto dentro de una nueva realidad de las familias. Estos jóvenes conservan la pasión y su profunda convicción de estar llamados a cambiar el mundo. Nuestro deber es acompañarlos, considerando sus condiciones más que las nuestras, para que asuman el nuevo rol que tendrán años después en la sociedad. De esta forma, reconocemos el contexto de nuestra labor, de una institución que cambia y se renueva, que aprende, dentro de un proceso riguroso de planeación universitaria, para poder estar a la altura de los tiempos y de las nuevas circunstancias, una Universidad que aspira a que sus egresados sean los mejores profesionales para el mundo, artífices de esperanza y de trasformación social. Sea esta la ocasión para hacer un vehemente llamado a todos los javerianos, los que nos encontramos a diario en el campus universitario y los que allá, en los rincones apartados de la patria, ayudan a construir “una sociedad más civilizada, más culta y más justa”, según el mandato estatutario. Sí, nosotros, y especialmente nuestros egresados, hoy más que nunca, debemos dar testimonio, no sólo de competen-

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cia profesional y académica, sino también de comportamiento ético y responsabilidad social, en particular si se trata del servicio público y la actividad política. En el trabajo, y también en el hogar debe brillar en todo momento la calidad humana propia del ser javeriano. Para concluir, deseo reiterar nuestra gratitud y reconocimiento a los jesuitas y laicos que dieron vida a la Universidad hace 85 años, así como a todos los que siguiendo sus pasos, muchos otros jesuitas y laicos, mujeres y hombres, profesores y empleados administrativos, han dado continuidad a esta gran obra educativa. De igual manera, compartimos estos sentimientos con los 135.000 egresados que con su labor han dado testimonio de fidelidad a las enseñanzas recibidas en el Alma Mater. Invito a todos los miembros de la comunidad javeriana a que enarbolemos la bandera de la osadía que nos legaron quienes restauraron el sueño javeriano hace 85 años. Tengamos la osadía de romper

viejos paradigmas pedagógicos; que la innovación sea un elemento que inspire las investigaciones que realizamos, vayamos a las fronteras de las prácticas pedagógicas en una sociedad digital, propongamos maestrías y doctorados diferentes que jalonen el desarrollo del país. Tengamos la osadía de proponer políticas públicas que nos permitan avanzar en la construcción de ese país incluyente, tolerante y democrático con el que todos soñamos. Finalmente, una palabra de agradecimiento a todas aquellas personas de la universidad que han hecho posible la celebración de este evento, cuya logística ha sido muy compleja: A la Vicerrectoría de Extensión y Relaciones Interinstitucionales, especialmente a la Dirección de Relaciones con Egresados, a la Vicerrectoría del Medio Universitario y a la Facultad de Artes. Mil gracias a nuestra egresada Inés María Zabarain, quien está apoyándonos en la presentación de este evento. ¡Gracias a todos por su profesionalismo y dedicación!

SENTIDO DEL ORGULLO JAVERIANO Jairo H. Cifuentes Madrid*

Le agradezco al Rector de la Universidad, Padre Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J., su deferencia al designarme para hablar ante Ustedes en este acto de lanzamiento de la publicación: “La Javeriana: construyendo futuros desde 1930 – Legado de Profesores Titulares” y del proyecto: “Ethos: La palabra del Profesor”, en el marco de la conmemoración de los 85 años del restablecimiento de la Universidad. En primer lugar debo expresar mi profunda convicción sobre el positivo aporte que ha realizado y realiza nuestra Universidad al desarrollo de *

Secretario General de la Pontificia Universidad Javeriana. Lanzamiento del proyecto “Ethos: la palabra del profesor” y presentación de la publicación “La Javeriana: construyendo futuros… desde 1930 – Legado de Profesores Titulares”, Auditorio Félix Retrepo, S.J., 8 de octubre de 2015.

la sociedad, y el reconocimiento del rol definitivo que en ella cumplen nuestros profesores javerianos. Dos razones me llevan a esta convicción: La primera se origina en una de las más importantes lecciones que ha dejado el actual ejercicio de planeación universitaria, en el que estamos profundamente implicados: la necesidad que tenemos de reconocer y valorar nuestros aportes y nuestros logros; de sentirnos orgullosos de lo que hacemos; de superar definitivamente ese modo de proceder en el que somos prontos para expresar lo negativo, lo que nos falta, lo que debemos impulsar, pero lentos, muy lentos, para reconocer lo positivo, lo logrado, lo alcanzado. La segunda razón nace - como ha sido ya reconocido - de la comprobación que a lo largo de la historia, en los peores tiempos de las guerras,

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de la pobreza y de la incapacidad para crear futuro, las universidades se enfrentaron al dilema de callar ante la torpeza y la injusticia, o decir su palabra, la que saben decir y la que les compete como comunidades académicas dedicadas al oficio de la formación de las personas y de la generación de saber y de cultura. Cuando las universidades callaron, la vida fue más dura y brutal para los más pobres, para los que no tuvieron a nadie que oyera su relato y escuchara sus sueños; faltaron las voces que pusieran en términos de la inteligencia, la sustancia misma de la historia, esa que nos dice que la vida no es otra cosa que la búsqueda incesante de la realización integral de la persona, fundada en la solidaridad. Y, por el contrario, cuando las universidades dijeron su palabra, las sociedades y los pueblos tuvieron algo de luz para recorrer con esperanza su camino. Estas son las razones que motivan el evento que nos ha convocado en esta tarde: estamos empeñados en reconocer y guardar en la memoria, el testimonio y la palabra de extraordinarios maestros javerianos, quienes han signado con excelencia personal y académica nuestro quehacer universitario, quienes nos ofrecen su luz para recorrer con esperanza nuestro futuro. Precisamente, para la conmemoración de estos 85 años del restablecimiento de la Universidad, consideramos que sería de gran valor conocer el pensamiento de nuestros

Profesores Titulares acerca de dos temas en particular: El primero de ellos es “La Universidad y el País, de 1930 a 2015, en términos de su apreciación sobre las transformaciones que han tenido lugar en este periodo, y el papel que ha desempeñado la Universidad”; y el segundo, “Los tres lustros que siguen, de 2015 a 2030, en orden a identificar tanto lo que es posible vislumbrar disciplinariamente, así como los principales desafíos para el país y para la Universidad que se pueden reconocer”. Al hacerlo de esta forma, reflexionamos, por una parte, desde la perspectiva histórica, fijando nuestra mirada en lo que ha sucedido en los años transcurridos desde 1930, y por otra, en clave de futuro, señalamos el horizonte que hoy se abre para nosotros, en búsqueda, desde ya, del año en que la Universidad celebrará el centenario de su restablecimiento. Este ejercicio académico, basado en los textos preparados por nuestros Profesores Titulares, quienes escribieron, en forma personal y con una extensión limitada, sobre uno de los temas enunciados, o si lo desearon así, sobre los dos, se recogen entonces en esta publicación que entregaremos al finalizar estas palabras, y que tiene como apropiado título: “la Javeriana, construyendo futuros desde 1930 – Legador de profesores Titulares”. Los invito muy especialmente a su lectura. Sin duda, la disfrutarán inmensamente, tanto por la riqueza y profundidad de su contenido, como

SENTIDO DEL ORGULLO JAVERIANO

por el espíritu de afecto y compromiso con que fueron escritos los textos de nuestros profesores. Aspiramos a que estas reflexiones sean la base de un trabajo académico posterior, siempre orientado a la construcción de una Universidad de excelencia por su calidad y pertinencia de su proyecto educativo. En esta tarde, presentamos también, con especial afecto, los primeros resultados de una de las tres líneas del Proyecto Memoria, iniciativa gestada y dirigida por el Archivo Histórico Javeriano y el Centro ATICO, cuya finalidad es la recuperación de la memoria audiovisual de la Pontificia Universidad Javeriana, y que incluye: 1º La catalogación, la migración a formato digital y la edición para consulta del material audiovisual análogo de carácter institucional conservado en el Archivo Histórico Javeriano; 2º La grabación y edición para consulta de eventos académicos significativos de carácter académico e institucional, realizados por la Rectoría, las cinco Vicerrectorías y las 18 Facultades de la Universidad, y 3º Ethos, que nos convoca esta tarde. Ethos, como Ustedes bien saben, significa el conjunto de rasgos y modos de comportamiento que conforman el carácter o la identidad de una persona, de una comunidad o de una institución (DRAEL, 23ra. edición). Parafraseando esta definición, con Ethos buscamos identificar los rasgos que han conformado la identidad, el carácter, el ADN de

nuestra Universidad, a través de la imagen y la palabra de destacados y admirados miembros de su Comunidad Educativa. Esta primera entrega recoge el testimonio de 21 profesores muy queridos, que fueron propuestos por sus facultades, por su real y determinante influjo tanto personal como académico en la vida de la Javeriana. Ethos, con un impecable trabajo audiovisual, en pocos minutos, penetra en lo esencial de nuestros profesores; en su vida, en su experiencia, en sus visiones y en sus enseñanzas fundamentales; en otras palabras, en sus muy ricas y extraordinarias historias personales. Al fin y al cabo, el profesor es ejemplo, en la totalidad de su persona; es como la “ciudad edificada sobre la colina”, frase que nos recordaba con frecuencia el P. Peter Hans Kolvenback. Estos primeros 21 perfiles nos traen la palabra de Alfonso Solano de Francisco y del P. Tulio Aristizábal, S.J., de la Facultad de Arquitectura y Diseño; de los maestros Alejandro Zuleta y Guillermo Gaviria de la Facultad de Artes; de la doctora Elizabeth Hodson de Jaramillo de la Facultad de Ciencias; del doctor Bernardo Gaitán Mahecha de la Facultad de Ciencias Jurídicas; del doctor Rodrigo Losada Lora de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales; del profesor Cristo Figueroa de la Facultad de Ciencias Sociales; del doctor Rafael Campo Vásquez de la Facultad de Educación; de Martha López de la Facultad de Enfermería y de Edelmira Pérez Correa de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales; del P. Fabio

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Ramírez Muñoz, S.J. de la Facultad de Filosofía; de Francisco Viveros Moreno e Ignacio Acevedo Gordo de la Facultad de Ingeniería; de los doctores Francisco Henao Pérez y Jaime Bernal Villegas, de la Facultad de Medicina; de Alejandro Zapata Barreto y Benjamín Herazo Acuña, de la Facultad de Odontología, de Arnoldo Aristizábal de la Facultad de Psicología y de los padres Alberto Parra Mora, S.J. y Rodolfo De Roux S.J., de la Facultad de Teología.

Ellos han determinado de manera significativa nuestro proyecto educativo javeriano. A ellos debemos nuestro reconocimiento y nuestra profunda gratitud. Dejémonos interpelar por su palabra sabia. Gracias a todos por su presencia en este acto que renueva el sentido del orgullo javeriano que a todos nos embarga y emociona.

INAUGURACIÓN DEL EDIFICIO GERARDO ARANGO, S.J. SEDE DE LA FACULTAD DE ARTES Carlos Mery Concha*

Escuchan en el fondo el canto de un Sinsonte. En nahualt, la antigua lengua mesoamericana de los aztecas, Cenzontl, es el pájaro de las cuatrocientas voces. Capaz de imitar y transformar en su canto, las voces de otros pájaros; el canto del sinsonte es el eco vivo de su entorno sonoro, compuesto con la riqueza propia de un creador que improvisa. Así como el Sinsonte, este edificio que inauguramos ahora, es el recinto que acoge muchas voces y cantos. Aquellas que se hunden en un tiempo de navegantes y buscadores *

Decano de la Facultad de Artes de la Pontificia Universidad Javeriana. Edificio Gerardo Arango, S.J.,13 de octubre de 2015.

de fronteras, que hablan del amor de la tradición jesuita por las artes y por el conocimiento. Voces más recientes de los soñadores empecinados y visionarios, que pensaron que una universidad como la Javeriana no estaba completa sin la Facultad de Artes, capaz de formar y conmover al país con los logros más altos de la sensibilidad y del talento. Recinto para las voces de los profesores que encarnan la intuición y la autoridad del saber, además de la experiencia enriquecida por los hechos, con la habilidad para crear espacios donde las conversaciones sean significativas. Voces nuevas que llegan con cada semestre a esta universidad que abre sus puertas a los jóvenes; voces que quieren aprender y que en el centro mismo de su vocación, seguramente

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anhelan transformar una realidad que no acaba por ajustarse, que es problemática, que demanda retos, cambios y movimiento. Y claro, la voz del arte y de la cultura, una voz que orbita desde la tradición y las vanguardias, que se afirma y niega a sí misma, que elabora frases que se encadenan entre sí en textos largos y de fibras entrecruzadas. Voz que relaciona con habilidad planos simultáneos, históricos, estéticos, filosóficos, estilísticos, que bordean lo complejo o que manifiestan con sencilla lucidez, la imagen y los reflejos que nos regalan fracciones de infinito. Así pues, este nuevo edificio es un pájaro de muchas voces y es también una casa mejorada. La casa es fundamental. El nido es fundamental. Sin la seguridad del cobijo, del abrigo para el hacer y el pensar, para acumular y prosperar, ningún logro trascendental es posible. El nido recordemos, es la fortaleza para que el vuelo de los más jóvenes tome forma. Es claro que el arte se alimenta de la vida, de los riesgos, del movimiento y del devenir de los cambios, pero necesita tres elementos estructurales al menos para su cohesión: nutrición, tiempo y protección. La casa, nuestra nueva casa, es ese ámbito cierto en el que se puede continuar la labor que durante muchos años se ha realizado, con

un espacio perfeccionado en el que es posible profundizar, investigar, intercambiar, practicar y estar atento para depurar el dominio sobre la materia expresiva que como todo lo valioso en la vida, demanda una dosis importante de terca persistencia. Una máxima muy importante del arte es que la forma es contenido y el contenido es forma: ¿Cuál es la forma de esta casa? ¿Qué contenidos expresa con su realización? Claramente en un primer momento lo que expresa es el gesto arquitectónico de su creador. Esta casa afirma ideas con su presencia y con la plasticidad de sus elementos; en sus líneas, en sus volúmenes. En la escogencia de sus materiales hay una selección que dialoga compositivamente con la función, con la sensación y establece una conversación abierta con el entorno y con la ciudad. Por otra parte ha sido diseñada y pensada para ser habitada, recorrida, disfrutada. Existe para que extienda su vuelo más allá de su presencia y su materialidad, es una casa para el arte que concentra y amplifica la fuerza impulsora de la vida imaginativa y que puede, y si se quiere, debe, por virtud de su habilidad simbólica y de su acción transformadora, escuchar y hablar con la vida corriente, la de todos los días para proponer en imágenes, sonidos y movimientos, diversas formas de sentido.

INAUGURACIÓN DEL EDIFICIO GERARDO ARANGO, S.J. ...

La formación de artistas en la Universidad es un voto por una sociedad libre y autónoma, capaz de asimilar y ejercer el sentido crítico para darle forma a las luces y sombras que la constituyen. La formación artística junto con otros campos de saber, tiene la fuerza que enaltece el conocer sobre el consumir, y que puede poner en su justo equilibrio, los atributos que sopesan calidad y cantidad. Es, si se quiere, un antídoto contra la fórmula perversa que reduce a las personas para medirlas como una incidencia irrelevante en las relaciones costo – beneficio de una sociedad, que con insistencia ciega, no pone límites al deseo de lucro, a la expoliación inconsciente del planeta y al embargo que ponemos sobre los hombros de los más débiles. Es por estas razones que esta casa es en sí misma, un manifiesto, la declaración consciente y generosa que enuncia la Javeriana en pro de la formación integral que postula en su Proyecto Educativo, reconociendo sin ambages que el arte es una de las fuerzas transformadoras más necesarias y pertinentes para construir país, para atraer un mejor futuro. Al Sinsonte y a la casa, los abrazan la luz y el viento Luz para la creación plástica, para el dibujo, el grabado, la ilustración y la fotografía. Luz para la conexión vibrante, necesaria, para pintar el paisaje de una ciudad que ruge banal y agre-

siva ante unos cerros que la miran desde el tiempo. Viento que baja de la montaña, que cruza el Parque Nacional entre las ramas de los árboles y que entra generoso por las puertas y terrazas. Viento que transmite ahora, con claro retorno, la belleza del canto, la vibración precisa de un instrumento, la melodía, el ritmo y se detiene para dignificar el silencio. Nuevos vientos que habitan en los salones de la creciente Carrera de Artes Escénicas que gira los cuerpos rítmicamente, los dobla, los levanta con gracilidad y elegancia. Y es un viento que viene a renovar y a plantear preguntas interesantes para la vida de sus hermanas, la Música y las Artes Visuales y para transformar con su enfoque novedoso este campo en el país. Cuando se está en medio del campo sin el ruido insistente de la ciudad el viento trae las palabras, trae mensajes que salvan distancias. Quiero enviar un mensaje con mi voz que recoja lo hecho, que celebre lo logrado y reconozca el mérito inmenso del trabajo realizado por los profesores, administrativos y directivos que con entrega y generosidad, han dejado la huella de sus vidas en esta escuela durante más de dos décadas. La formación es un ejercicio que demanda altruismo, disposición y gestión, es una tarea que se hace todos los días, que se renueva y pide actualización constante para poder atender al individuo y a los grupos

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humanos cuyos intereses no necesariamente están siempre alineados. Esta condición es especialmente sensible y demanda habilidades sobresalientes, claridad de propósito y de servicio para mantener un equilibrio sano. En esta dirección el apoyo institucional ha sido y es absolutamente fundamental y por eso quiero agradecer el soporte que la Facultad ha recibido desde años atrás: Al Padre Rector Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J. y a todo el equipo de Rectoría, a su predecesor Padre Joaquín Sánchez, S.J.; a cada uno de los Vicerrectores: Ingeniera Catalina Martínez, Vicerrectora Administrativa; doctora Consuelo Uribe Mallarino, Vicerrectora de Investigación, Ingeniero Luis David Prieto, Vicerrector Académico, Padre Luis Fernando Álvarez Londoño, S.J.,Vicerrector de Extensión y Relaciones Interinstitucionales, Padre Luis Alfonso Castellanos Ramírez, S.J., Vicerrector del Medio Universitario y a sus equipos de trabajo; a la Dirección de Recursos Físicos y su director, Ingeniero Javier Forero, y a todo su equipo de trabajo, a ellos una mención especial por ser nuestros aliados incondicionales, comprensivos, quienes desde el día cero han estado a nuestro lado escuchándonos en cada petición, en cada detalle; a la Oficina de Comunicaciones en cabeza de Arritokieta Pimentel, un apoyo importante para la difusión y presentación del Edificio Gerardo Arango en los medios, al Centro

Ático, a su subdirector Germán Franco y sus colaboradores quienes nos ayudaron a poner en imágenes magníficas la amalgama de nuestras artes y muy afectuosamente, a cada uno de los miembros de nuestra Facultad, personas íntegras que con entusiasmo y trabajo sostenido, han contribuido a la materialización de nuestros sueños. No puedo dejar de mencionar a los Decanos que me antecedieron, especialmente a la maestra Leonor Convers, quien hombro a hombro con los directivos de la Facultad, configuró este proyecto y de quién recibí la nobleza, impulso y pasión por los logros que hoy estamos cosechando. Por supuesto a los Decanos del Medio Universitario en su momento, el Ingeniero Carlos Julio Cuartas Chacón y al Padre Jairo Bernal Parra, S.J., consejero incondicional y un oído siempre atento, y a los maestros y Decanos Académicos Juan Antonio Cuéllar y Guillermo Gaviria sin cuya intuición, inteligencia sobresaliente y trabajo denodado, la Facultad no habría consolidado su calidad y franco desarrollo. Con estas últimas palabras quisiera volver al canto del Sinsonte para dejar al viento tres preguntas: ¿Para quién canta el Sinsonte? ¿Qué celebra con su canto? ¿Qué dice entre sus notas?

INAUGURACIÓN DEL EDIFICIO GERARDO ARANGO, S.J. SEDE DE LA FACULTAD DE ARTES Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J.*

Hoy nos hemos reunido para inaugurar un nuevo edificio de la Javeriana, que, por sus dimensiones y diseño, lo mismo que por su ubicación y finalidad, ha logrado ya destacarse en el campus universitario. Se trata de una extraordinaria obra, donde la Arquitectura y la Ingeniería, apoyadas en tecnologías de punta, se han unido para dar respuesta a las necesidades de infraestructura física de nuestra joven y vigorosa Facultad de Artes, así como también para estimular su desarrollo. Todo se hizo con la más alta calidad, de acuerdo con las exigencias que hoy se plantean cuando se habla de sonido, acústica, video e iluminación para la labor académica relacionada con las Artes Escénicas, las Artes *

Palabras del Rector de la Pontificia Universidad Javeriana. Edificio Gerardo Arango, S.J., 13 de octubre de 2015.

Visuales y la Música. No podía ser de otra manera, pues en estos espacios, maestros y alumnos, hombres y mujeres, dan rienda suelta a la creatividad, encuentran inspiración para la expresión artística y enriquecen la cultura de la humanidad. A todos los que hicieron posible la realización de este ambicioso proyecto, expresamos nuestra sincera gratitud y reconocimiento. De manera especial transmitimos estos sentimientos al anterior Rector de la Universidad, el Padre Joaquín Sánchez, quien no nos puede acompañar por razones de salud, a la Vicerrectora Administrativa, Ingeniera Catalina Martínez de Rozo, y a su predecesor, el Ingeniero Roberto Enrique Montoya; al Director de Recursos Físicos, Ingeniero Javier Forero, a todos los miembros de su equipo. El diseño del edificio es

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del arquitecto javeriano Ricardo LaRotta; en la construcción intervinieron Pórticos SA, AIA, Construcciones Acústicas, Ventanar, SEEL, Dismec, Honeywell, High Lights, Iluminar; y la interventoría, fue de Restrepo y Uribe. Quiero hacer público reconocimiento del apoyo incondicional que hemos recibido de Findeter, entidad del Gobierno Nacional que promueve el desarrollo de la infraestructura física y tecnológica en el sector educativo. Concede préstamos de fomento en las mejores condiciones. Findeter ha sido un aliado extraordinario para construir el edifico Ático, que es un centro muy sofisticado de tecnologías de la información y la comunicación; el Bioterio, que nos permite realizar investigaciones muy avanzadas en la Facultad de Ciencias; el edificio que se está levantando sobre la carrera séptima que ustedes pueden apreciar cuando transitan por esta vía y que albergará la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, y este edificio Gerardo Arango, sede de la Facultad de Artes; la inversión en este edificio que hoy inauguramos es de 78.000 millones de pesos, y el préstamo de fomento de Findeter ha sido de 29.288 millones. Este apoyo del Ministerio de Educación Nacional y de Findeter nos está permitiendo desarrollar una infraestructura de clase mundial, porque estas construcciones que acabo de mencionar, destinadas a la investigación y la docencia, cumplen con los más altos estándares internacionales. Han transcurrido tres años y seis meses desde cuando comenzó

la construcción de este edificio. En un lote de 4 mil metros cuadrados, de situación privilegiada, con ese entorno natural que nos ofrecen los Cerros Orientales y el Parque Nacional, uno a uno fueron apareciendo sus ocho pisos, hasta completar un área total de 17.800 metros cuadrados. El video que nos han proyectado nos da una idea de la magnitud del proyecto; y después de este acto protocolario, todos ustedes tendrán la posibilidad de hacer una visita en compañía de profesores y funcionarios de la Universidad, que les permitirá apreciar la Facultad en plena actividad. Esta obra es en verdad impactante. Por una parte, se levanta con singular elegancia, en medio de los edificios Barón, Maldonado y Giraldo, que forman una media luna que se abre hacia el sur de la ciudad. Desde la distancia, podemos apreciar su moderna e innovadora arquitectura que rompe esquemas, lo mismo que establece una amable transición entre el campus universitario y la ciudad que se asoma más allá de una vegetación exuberante; un edificio que, en la oscuridad de las noches, atrae nuestra mirada con una iluminación que nos sorprende. Ciertamente, es una obra de arte, una gran escultura, apropiada para ser la sede de la Facultad de Artes de la Javeriana. Por otra parte, el interior del edificio es igualmente impresionante. Ese inmenso espacio de paredes de cristal, un anillo amplio en área y altura, rodeado por una gran plancha de prados, cautiva con facilidad al visitante. En otros niveles se encuentran

INAUGURACIÓN DEL EDIFICIO GERARDO ARANGO, S.J. ...

los salones, 82 en total, con todas las facilidades y recursos que nos ofrece la tecnología de hoy en día, espacios que nos permiten apreciar el ejercicio cotidiano de maestros y alumnos de Artes Escénicas, Artes Visuales y Música. En el edificio, sobresale esta maravillosa Aula Múltiple –aula muy sofisticada y no auditorio– que hoy sirve de escenario a este importante acto. Un área destacada dentro del edificio ha sido destinada a las oficinas de los profesores y los empleados administrativos de la Facultad, que sin duda alguna contarán, a partir de ahora, con mejores condiciones locativas para su labor. Esta inversión de la Universidad, que alcanza una suma de 78 mil millones de pesos, reafirma la relevancia que en la Javeriana tienen las Artes y pone en evidencia una apuesta institucional que hicimos ayer, y que hoy renovamos:

nosotros creemos que una institución de Educación Superior es mejor, es más universidad, si cuenta entre sus facultades, con una que esté dedicada a las artes, con la más alta calidad;

creemos también que la construcción de un mundo mejor, donde la paz pueda arraigarse y la justicia encuentre sus caminos, necesita del concurso de las artes, de estos saberes que expresan y consolidan la nobleza del ser humano. Las artes, que se basan en el aprecio y el desarrollo del talento de hombres y mujeres, nos abren al reconocimiento de la dignidad de todo ser humano, sin importar su condición social.

¡Las artes son una ventana a la igualdad!;

queremos que esta Facultad de Artes sea un lugar de encuentro de la vida cultural de la ciudad y fuente de inspiración para que, a través de las artes, encaucemos la creatividad de los jóvenes hacia la música, las artes visuales y escénicas, expresiones sublimes del espíritu humano. El arte será una ayuda preciosa para formar mujeres y hombres nuevos en un país que avanza hacia la reconciliación.

Ahora bien, el corazón de la obra educativa de la Compañía de Jesús, desde su fundación en 1540, ha sido la formación humanística, que comprende el cultivo del alma y del cuerpo. Por este motivo, en todos los colegios y universidades se ha enfatizado la parte artística. Los jesuitas fueron unos pioneros en la incorporación de la música y el teatro en los colegios. En los primeros colegios franceses y alemanes se utilizó la música como un medio para la catequesis y otras formas de evangelización. Y cómo no recordar lo sucedido en las Américas. En las misiones se utilizaron la música y los autos sacramentales para la evangelización de los indígenas. El arte fue la forma de acercar a los españoles, criollos e indígenas con Dios, tal como ocurrió en las misiones de los Llanos del Casanare y el Meta, y en las de Chiquitos, donde los jesuitas forjaron escuelas de música para los indígenas. Hoy pervive esta tradición, y el mundo entero aprecia la música barroca interpretada por aquellas comunidades, con instru-

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mentos elaborados por sus propios artesanos. En cuanto a la Javeriana, debemos recordar que las artes han tenido un espacio desde hace muchas décadas. Cómo no hacer referencia a un pionero en este campo, el Padre Eduardo Ospina, autor de números escritos publicados en Revista Javeriana a partir de 1934, entre ellos la llamada “Página artística”. A propósito de ese otro insigne artista jesuita, el Padre Santiago Páramo, muy destacado pintor bogotano, el Padre Ospina nos habló del “alma de artista”, de la importancia capital que para él tiene la imaginación, “carácter de los caracteres”, que es el sello de cada persona en particular. Pues bien, en la década de los 40, dentro de las Facultades Femeninas, esa innovadora unidad académica que concibió el Padre Félix Restrepo, se ofreció junto a los programas de las Facultades de Derecho y de Filosofía y Letras, el Curso de Arte y Decoración. Pasarían los años, y en esta célebre Facultad, la de Filosofía y Letras, -que fue matriz de tantas Facultades en la Javeriana-, nacería en 1959, como uno de sus diez departamentos, el de Arte. Tres años después, encontramos en ese Departamento “una serie de actividades extracátedra, tales como exposiciones de Pintura y Dibujo, Recitales, Teatro, Cine-Forum,… el Club de Estudiantes Cantores Javerianos… una publicación semestral “Notas sobre arte”… y los cursos libres de Extensión Cultural”. Sin embargo, ese Departamento, “hasta cierto punto, tuvo vida independiente en la Facultad”… y llegó a tener

“un programa de especialización en Arte a nivel de Licenciatura” (así lo registró Hernando Arellano en una crónica de la Universidad, de 1976). Ya en la rectoría del Padre Gerardo Arango, en 1990, en la Facultad de Ciencias Sociales y Educación nació el Departamento de Música, y un año después, fue aprobada la Carrera de Estudios Musicales. Fruto del trabajo conjunto que realizaron estas unidades con el Departamento de Arte, surgió la Facultad de Artes, creada el 10 de mayo de 1995, hace ya dos décadas. El Acuerdo del Consejo Directivo Universitario, que lleva la firma del Padre Arango y refleja el extraordinario apoyo brindado por él a la naciente Facultad, recoge en cuatro considerandos la correspondiente exposición de motivos. Su primer Decano Académico fue el Maestro Guillermo Gaviria, quien había sido Director del Coro Universitario, Coordinador del programa de Estudios Musicales y luego Director del Departamento de Música. A Usted, Maestro Gaviria, nuestro reconocimiento. Todos conocemos su interés y su dedicación al desarrollo de la Facultad. A su lado estuvieron figuras como Sergio Meza, quien ayudó especialmente en la definición del proyecto, así como un grupo de profesores que sobresalen en la historia de estos años: Alejandro Zuleta, Radostina Petkova, Carlos Posada, Helena Barreto, María Iovino, Diana Castellanos, Clemencia Poveda, Mauricio Durán, Jainer León, Yezid Vergara, Elena Sterenberg, Bobby Rosenberg, y el inolvidable Maestro Svetoslav Manolov.

INAUGURACIÓN DEL EDIFICIO GERARDO ARANGO, S.J. ...

A la Facultad se le asignó como sede el edificio Pablo VI, una obra emblemática en el campus javeriano, y desde entonces los predios de la antigua Cataluña llevaron la impronta de los estudiantes de Artes, entre los cuales sobresalen los del Programa Infantil y Juvenil. Con todos ellos, se enriqueció profundamente la Comunidad Educativa Javeriana. El desarrollo de la Facultad planteó importantes desafíos en materia de infraestructura, que fueron tenidos en cuenta en la formulación del Plan Maestro y de Desarrollo Urbanístico y Arquitectónico de su Planta Física, con visión prospectiva a 20 años, contados a partir de 2008. Expuesto todo lo anterior, era evidente que si un nombre era apropiado para el edificio que sería sede de la Facultad de Artes de la Javeriana, era el del Padre Gerardo Arango, ese inolvidable y dinámico jesuita, que tuvo a su cargo el gobierno general de la Universidad entre 1989 y 1998, que falleció inesperadamente hace tres años y es recordado por todos con inmenso cariño. Bajo su liderazgo, la vida de la Universidad se agitó con intensidad, teniendo como columna vertebral el proceso de Planeación Estratégica Institucional, cuyo inicio anunció el Padre Arango el 23 de abril de 1990. Todos reconocemos los profundos cambios que desde entonces ha vivido la Universidad, en su organización e infraestructura. Ahora bien, es interesante destacar una feliz coincidencia: el Padre Arango, entre muchas otras cosas, dio impulso especial al desarrollo en la zona sur de la Universidad, con los

edificios José Gabriel Maldonado, Gabriel Giraldo y Fernando Barón, precisamente los tres que rodean este edificio, el que ahora lleva su nombre, un honor que le tributamos a él, no menor que el recibido por nuestra Facultad de Artes. No puedo entrar en más detalles sobre la labor o la vida de este ser extraordinario que fue conocido por su carismático liderazgo y el poder de convocatoria para lograr la unión de voluntades en torno a propósitos concretos. Solamente añadiré lo siguiente. Entre sus muchos talentos, es especialmente apropiado destacar en esta tarde su capacidad de soñar y de forjar nuevas realidades. Para fortuna de todos, una de sus más conocidas frases ha quedado registrada en una hermosa placa que se encuentra en el edificio Fernando Barón. Se trata de una bienaventuranza que, como él alguna vez dijo, se podría adicionar a las enunciadas por Jesús en el Sermón de la montaña: “Felices aquellos que sueñan sueños y están listos a pagar el precio para que se conviertan en realidad”. Señoras y señores: Hoy nos hemos reunido para reconocer una nueva realidad universitaria, la de nuestra muy consolidada Facultad de Artes, –luego de cuatro lustros de labores–, y la de su nueva sede, en esta magnífica construcción. Hace unos años, no había nada más que sueños y proyectos. Sí, tenemos que “soñar sueños”, como nos lo indicó el Padre Arango, dejar volar nuestra imaginación y fijarnos altas metas; y al mismo tiempo debemos poner todo nuestro empeño para su reali-

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zación, para encontrar los recursos necesarios y poder “pagar el precio” que nos pidan para hacerlo. Este es el camino irrenunciable de la excelencia, el único que nos permite

cumplir nuestro objetivo de servir al país, contribuir a su progreso y a la transformación de una sociedad que no puede dejar de tener sueños y de intentar hacerlos realidad.

PRESENTACIÓN SEPARATA HOY EN LA JAVERIANA Luis Alfonso Castellanos Ramírez, S.J.*

“Expuestas, por el R.P. Provincial las razones en pro y en contra, todos fueron de parecer que estas últimas eran de fácil solución, y que era urgente, por las razones expuestas, dar comienzo a los estudios universitarios.” Acta de restablecimiento P.U.J. Los seres humanos nos damos por bien servidos al llegar a la madurez con 85 años de existencia. Monto y cifra que en gracia nos llega como regalo si viene acompañada de salud, bienestar y lucidez. Conocer la Javeriana en la celebración de su octogésimo quinto aniversario, es un privilegio. Pues en las instituciones estos 85 años son lozanos y juveniles. Es una gracia poder conocer esta Alma Mater en su variedad de *

Vicerrector del Medio Universitario de la Pontificia Universidad Javeriana. Hoy en la Javeriana N° 1.311, septiembre de 2015.

personas, iniciativas, compromisos y proyectos. ¡Un goce mayor! Porque esta fecha es un llamado a saborear y reconocer en detalle las cualidades y valores de la Universidad que conformamos. Un año en el cual muy recientemente participábamos del XIII Congreso de Investigación, firmábamos o renovábamos acuerdos con importantes universidades internacionales, año de la inauguración de la Escuela Javeriana de Gobierno y Etica pública; año para la reacreditación de varios programas académicos y el nacimiento de otros como el Doctorado en Epidemiología Clínica. Año en que el CEU, Comité Estudiantil Universitario, encarna múltiples iniciativas y trabaja por su consolidación. Un año que nos brinda como evento central la inauguración del Edificio Gerardo Arango, espacio universitario de las artes y de la integración javeriana, y de la apertura de nuestra Universidad a la ciudad.

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Un año en que pudimos celebrar el fin de la primera cohorte de Cardoner, sentido javeriano. Programa que conjuntamente con las múltiples acciones para apropiarnos la reforma de estatutos nos hace a todos más conscientes de nuestra tarea para construir javerianidad. Compromisos que ratifican la apropiación de nuestro Proyecto Educativo, no como la imagen idílica o bucólica del pasado sino ante todo como el proyecto vital que, enraizado desde la gratuidad de estos 85 años, desea seguir construyendo con pasión el futuro académico y universitario que Colombia y nuestra universidad merecen. Igualmente confirmo desde los compromisos y encuentros ordinarios de nuestra Comunidad Javeriana, que hoy al igual que ayer, frente a los retos y desafíos de la

Universidad contemporánea y los contextos nacionales -de manera especial el marco del posconflictosabremos ver que las razones en contra son de fácil solución, pues la urgencia de un mejor servicio desde nuestra tradición y sueños nos son apremiantes. Muchas gracias a los actuales javerianos: docentes, estudiantes, personal administrativo y egresados; de igual modo este momento de memoria nos es propicio para reconocer el gran aporte que han brindado en esta obra nuestros jubilados, profesores eméritos y socios estratégicos. Gracias a todos ellos podremos seguir mirando con confianza el compromiso del nuestra restauración firmada el 1 de octubre de 1930.

CON LA MIRADA PUESTA EN EL PORVENIR Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J.*

Para la celebración de un aniversario se tienen siempre tres perspectivas. La primera consiste en mirar al pasado, recordar hechos destacados en la historia y hacer elogio de las personas que ayer fueron los protagonistas. Otra forma de celebrar puede hacer énfasis en el presente, en la valoración de los recursos con que hoy se cuenta, en el reconocimiento de los hombres y mujeres que en la actualidad desarrollan la labor que da continuidad al esfuerzo emprendido muchos años o décadas atrás. Una tercera opción, a diferencia de las anteriores, nos enfrenta al mañana, a los desafíos que tenemos y el camino que se abre en el horizonte, con sus oportunidades y peligros, que nos exige, por supuesto, preparación, *

Rector de la Pontificia Universidad Javeriana. Editorial de Revista Javeriana N° 819 de octubre de 2015.

prudencia y arrojo, si es alta nuestra apuesta. En estos párrafos hemos querido hacer énfasis en esta última perspectiva, porque si bien es fundamental aprender del pasado y reflexionar sobre el presente, estamos empeñados en proyectarnos hacia el futuro con vigor y ansias de renovación. Nuestra Universidad completa ahora 85 años de labores, en esta segunda etapa de vida institucional, iniciada el 1º de octubre de 1930, cuando se decidió el restablecimiento de los estudios universitarios que habían existido entre 1623 y 1767, en la época colonial. Nuestra sede en Bogotá y la Seccional en Cali permiten apreciar con claridad lo que somos y lo que le ofrecemos al mundo, en especial a la sociedad colombiana. Hemos conformado una comunidad educativa que se fortalece cada vez más, que cuenta

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con una sólida organización y una adecuada infraestructura física y tecnológica para desarrollar las funciones propias de un centro de Educación Superior que ha sido acreditado por su alta calidad, y sin duda alguna, se destaca en el panorama de la cultura nacional. Ahora bien, es muy distinto el entorno en el cual se desarrolla la actividad de las universidades hoy en día. Los avances tecnológicos han acelerado el conocido e inevitable proceso de globalización que nos enfrenta a la realidad de ‘una casa común’, donde, por una parte, lo que ocurre en un determinado lugar, lo bueno y lo malo, puede afectar a otros, incluso muy lejos de los territorios vecinos; y por otra, donde ‘el mundo al instante’ tiene lugar, porque todo sucede en vivo y en directo, ‘en tiempo real’. Se trata de un contexto muy dinámico que invita a la velocidad y los cambios rápidos, que nos obliga a ser flexibles; un contexto altamente competitivo, en el cual las comparaciones se dan con recurrencia, y el mayor riesgo que se presenta es la pérdida de identidad. Con cierta frecuencia, los medios de comunicación divulgan información sobre los rankings universitarios y en ocasiones, emiten juicios de valor muy discutibles, porque no consideran las particularidades de una institución, el factor diferenciador. También la sociedad es muy distinta, la vida familiar tiene otras formas, y la juventud, en especial, se mueve en un medio dominado por las tecnologías de la comunicación y unos criterios de consumo que dan culto a la transitoriedad y el gozo del

momento presente, con una dosis fuerte de egocentrismo y aislamiento, a pesar del tiempo dedicado a las redes sociales. En el aula de clase, el profesor se encuentra con un alumno que poco o nada se parece al que décadas atrás compartió con él sus años de estudiante, y que sin embargo, cuenta con unos recursos extraordinarios para aprender y crecer como persona. No es pequeño el reto que hoy tiene el docente universitario frente a un grupo de muchachos armados con teléfonos celulares y tabletas que amenazan permanentemente su concentración, que sin embargo, están urgidos de guía y comprensión, de acogida y acompañamiento personal. Por otra parte, estos hombres y mujeres jóvenes, seguramente tendrán la oportunidad de realizar experiencias de formación fuera del campus y también fuera del país. La movilidad de estudiantes y de profesores se ha facilitado enormemente y dejó de ser el privilegio de unas minorías. Debemos recordar que vivimos en ‘la era de la información’, que ya lleva varias décadas, una época que está marcada por la llamada ‘sociedad del conocimiento’. En verdad es impresionante la disponibilidad de información, el acceso a ella, las bases de datos y los buscadores que están a la mano del estudioso y del investigador; lo mismo que el avance en las ciencias y las artes, en todas las disciplinas y profesiones, con variedad inmensa de especializaciones que plantean serios desafíos al ejercicio de la interdisciplinariedad. En efecto, la articulación de saberes se hace más necesaria en la medida en que se profundiza en cada as-

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pecto del conocimiento y aumenta la complejidad de los problemas de la humanidad. A ese mundo, con las condiciones específicas que hemos señalado, damos respuesta desde aquello que tenemos en común con todas las universidades del país y del exterior, con un quehacer académico que gira alrededor de la docencia, la investigación y la extensión; y también desde aquello que nos diferencia de otras instituciones de educación superior, y que constituye nuestra identidad. Al respecto, debemos destacar nuestra condición de universidad católica, fundada y regentada por la Compañía de Jesús, lo cual nos ubica dentro de una tradición educativa que cuenta con varios siglos de experiencia. Este marco de referencia nos señala, en primer lugar, el servicio que debemos prestar a la sociedad, orientado a su transformación, que tenga impacto, especialmente en términos de la realización de la justicia; por otra parte, nos indica un camino, el del humanismo, como criterio, que lleva nuestra mirada hacia la persona y su dignidad, reconociendo su dimensión espiritual y trascendente, sus valores y creencias. Estos son los pilares del Proyecto Educativo Javeriano y del medio universitario que propiciamos para su cabal realización. Se trata de procurar una fidelidad creativa, que lejos de promover el regreso al pasado o impedir la marcha hacia adelante, impulse los cambios que nos permitan estar a la altura de los tiempos que vivimos. Uno de los retos más importantes que enfrentamos tiene que ver con

nuestra oferta académica, tanto en lo relacionado con el aseguramiento de la calidad de todos los programas existentes, como con su renovación a partir de novedosas alternativas y propuestas. En cuanto a la calidad, se debe destacar la reciente creación del Centro de Enseñanza, Aprendizaje y Evaluación, que tiene como propósito acompañar al cuerpo profesoral en la revisión de sus prácticas pedagógicas, con un apoyo especial en las nuevas tecnologías. Esto explica su estrecha vinculación al Centro Ático, ese gran proyecto que en los últimos años ha venido consolidándose para impulsar precisamente la cultura digital dentro de la Universidad. En el inmediato futuro su labor deberá tener importantes efectos sobre el quehacer académico de todas las Facultades en la Javeriana. Por supuesto, todo este trabajo tiene el horizonte de la innovación y el emprendimiento, de la interculturalidad y la interdisciplinariedad. En este último aspecto, la experiencia de Estudios Ambientales y Rurales nos ofrece un ejemplo extraordinario del encuentro de saberes con miras a la atención de uno de los asuntos más complejos y delicados que merecen la atención de toda la humanidad. Sin lugar a dudas, en los próximos años la Universidad deberá orientar recursos para fortalecer el quehacer académico en este campo del conocimiento, y en otros que requieran de igual forma el concurso de distintitas disciplinas y profesiones, en especial de la Filosofía, la Teología y, por supuesto, la Educación. Tenemos que lograr que su participación y articulación para la ejecución del

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Proyecto Educativo Javeriano sea cada vez más fluida y armoniosa, y de mayor impacto. Ahora bien, la labor que desarrollemos en relación con la oferta académica, debe responder al criterio de un crecimiento responsable y sostenible de la Universidad. En cuanto a la planta física, continuaremos con la ejecución del plan maestro. Este año quedará entregado el edificio Gerardo Arango, S.J., sede de la Facultad de Artes, que expresa esta apuesta de la Universidad por un área del saber que merece especial atención en la cultura del país. Música, artes visuales y artes escénicas cuentan desde ahora con unos recursos muy valiosos que les permitirán progresos muy notables. De igual forma, la construcción del edificio Jorge Hoyos, S.J., que avanza a buen paso, nos permitirá definir una mejor relación entre la Universidad y la ciudad, creará un nuevo entorno en ese tramo de la séptima que lleva al costado suroccidental del campus universitario. De esta forma, el sector formado por estos dos nuevos edificios, alrededor de Ático y el edificio Gabriel Giraldo, S.J., se constituye en un centro de la dinámica institucional. Por su parte, con una nueva sede de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, en el edificio Jorge Hoyos, S.J., tendremos la posibilidad de prestar un mejor servicio a esta unidad que congrega una parte numerosa de la Comunidad Educativa Javeriana. Al pensar en los años por venir, un desafío mayor lo encontramos en relación con el país, que vive una época de importantes transiciones,

en que las conversaciones de paz han alcanzado unos niveles de desarrollo que hacen pensar en un punto de no retorno. La pregunta que surge es sobre la contribución que puede y debe hacer la Universidad, de acuerdo con su naturaleza, y con base en esos dos puntos focales de actividad, constituidos por su Sede Central, en Bogotá, y esa vigorosa Seccional en Cali, que se ha forjado en las últimas cuatro décadas. Promover la reflexión sobre los problemas del país, servir de foro abierto y objetivo, sin otro interés que el de la nación, es uno de los frentes de trabajo que venimos desarrollando y que debe ser fortalecido, con miras a influir en las políticas públicas. Al país le hacen falta voces críticas que sin entrar en el juego partidista de la oposición, las divisiones y polarizaciones, muy notorias en el pasado reciente, permitan confrontar ideas y propuestas, de cara solamente al bien común. Al respecto, debe tenerse presente el contexto regional, el del Caribe y América Latina, donde a los problemas sociales que se expresan en la violencia y la pobreza, se une la corrupción, con efectos que no se pueden subestimar en las relaciones internacionales. Nuestros países comparten problemas, es cierto, pero sobre todo, hacen parte de pueblos hermanos que necesitan soluciones que los acerquen y no que los aparten. Además de los debates y el trabajo de investigación, la Universidad deberá acompañar especialmente a sus egresados en el fortalecimiento de los valores y principios que orientan su

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ejercicio profesional, y también en la renovación de su compromiso de servicio al país. Esta es una tarea que exigirá especial atención en los próximos años. El panorama así descrito nos plantea un camino que debemos planear y construir en los años por venir, y que recorreremos nosotros y quienes nos sucedan en este empeño de servir al país. Celebremos

entonces estos 85 años del restablecimiento de la Javeriana, expresando nuestra gratitud y reconocimiento a los que han hecho posible esta obra enmarcada por los intereses de la patria y los ideales de la cultura; y también renovando nuestro compromiso con la excelencia de tal forma que en coherencia con los principios y valores que guían nuestros pasos, entre todos hagamos realidad los sueños que nos hemos propuesto.

EXPOSICIÓN

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1. Meteorito encontrado en Santa Rosa de Viterbo, perteneciente al fondo Instituto Geofísico de los Andes Colombianos. Encontrado en 1942. Dimensiones: 26 x 23 x 26 cms. 2. Más que un edificio, el Centro Ático, abierto desde 2010, es un proyecto de cultura digital de la Universidad para la sociedad, que apoya los procesos de formación audiovisual y la generación de estrategias digitales de las diversas Facultades 3. En este tablero se iniciaron las clases que dieron origen a la Facultad de Artes. Fue fabricado en los talleres de la Universidad. Se instaló en un garaje del Edificio Cataluña, improvisado como salón de clases. Allí, en 1985, nueve estudiantes y un profesor iniciaron la aventura del conocimiento de las artes. 4. En el museo de Ingeniería Electrónica se conservan equipos como un computador analógico EAI-1000 (1950-1978), un computador Apple II (1977), calculadoras antiguas y equipos de radioaficionados utilizados por el Radio Club de la Facultad de Ingeniería. 5. En los predios de la Facultad de Arquitectura y Diseño, muy cerca de la capilla Nuestra Señora del Camino, se levanta un viejo eucalipto que ha sido testigo del desarrollo de la Universidad. Se dice que la tierra en que fue sembrado provenía de distintos lugares de Colombia.

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6. Plancha tipográfica del diploma en latín otorgado por la Pontificia Universidad Javeriana. Sin fecha. Dimensiones 28 x 40 x 2 cms. 7. Regla de cálculo usada antes de la aparición de computadores y las calculadoras. Tiene escalas numéricas que facilita la realización de operaciones aritméticas. Este objeto se conserva en la Facultad de Ingeniería. 8. El 8 de mayo de 1973 circuló el sello postal emitido en Colombia, con dos denominaciones, para conmemorar los 350 años de la Universidad. Fue ilustrado con catorce íconos relativos a igual número de áreas del conocimiento, y el logotipo con las letras UJ. 9. En uno de los muros del edificio Fernando Barón, S.J., terminado en 1996, se conserva una frase sobre la importancia de soñar, del Rector Gerardo Arango, S.J., la huella de sus manos y las de algunos miembros del equipo responsable de la obra. 10. Jeringuillas hipodérmicas de uso dental y otros instrumentos utilizados a principios del siglo XX. Hace parte de la colección donada por el Dr. Carlos Pérez Martínez al museo de la Facultad de Odontología.

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11. El escudo pontificio, en bronce, no podía faltar en los mosaicos, esos cuadros elaborados con las fotos de los graduandos, los profesores y directivos de la Universidad, que se realizaban como parte del rito de la graduación. 12. Bocetos elaborados por Le Corbusier para el Arq. Carlos Arbeláez Camacho en una reunión en el antiguo Hotel Continental. Exhibidos en la sala del Consejo de la Facultad de Arquitectura y Diseño. 13. Libro de Actas No. 1 de la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas, primera Facultad inaugurada una vez restablecida la Universidad. Cubre el período del 2 de agosto de 1931 al 21 de septiembre de 1951. 14. La 9100 fue la primera calculadora de Hewlett-Packard. Tenía memoria interna magnética, un sistema de tarjetas y un display de tubo de rayos catódicos. Pesaba cerca de 20 kg y era 100% analógica. Un ejemplar se encuentra en el museo de Ingeniería Electrónica. 15. En el primer piso del edificio Emilio Arango, S.J., conocido como El Central, se encuentra la capilla El Arca, donde se celebra diariamente la Eucaristía. Con la luz del día, se aprecian los colores del vitral que se encuentra en una de las paredes laterales.

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16. Reloj exacto ULYSSE Nardin perteneciente al fondo Instituto Geofísico de los Andes Colombianos. 1960. Dimensiones 35 x 19 x 19 cms. 17. Mapa del Golfo de Coquibacoa con los límites marítimos y territoriales entre Colombia y Venezuela. Donado a la Universidad por el doctor Alfredo Vásquez Carrizosa, quien fuera ministro de Relaciones Exteriores entre 1970 y 1974. 18. Primer número de la revista Vniversitas, fundada en 1951 por el Padre Gabriel Giraldo. Es una de las principales fuentes para la historia del derecho nacional y de la Universidad Colombiana. Hoy en día supera los 129 números y se encuentra en varios índices internacionales. 19. Cámara de cine Profesional, adquirida en Roma por el profesor Carlos Santa en 1987. Posteriormente el cineasta Felipe Solarte quien también fuera profesor de la Facultad de Artes, se la compró a Santa y se la vendió a la Facultad por lo que le costó. 20. La publicación Hoy en la Javeriana, que circuló por primera vez el 21 de marzo de 1961, con el paso de los años, se convirtió en un cuadernillo mensual impreso totalmente a color. En las páginas de sus 1.310 números se puede repasar la historia de la Universidad.

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21. Acuarela pintada por Alfonso Borrero Cabal S.J. en 1953. Conservada actualmente en el Archivo Histórico Juan Manuel Pacheco S.J. 22. Reproducciones en yeso importadas por el Padre Ospina y el maestro Gabriel Pizano en los años 50. Se utilizaban como modelos de representación para las clases de dibujo de los estudiantes de arquitectura. Actualmente reposan en la facultad de Arquitectura y Diseño. 23. Mazo de la Justicia usado por el abogado javeriano Indalecio Liévano Aguirre, como Presidente de la trigésima tercera sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 1978. 24. La cámara de Gessell, usada para la observación con personas, está conformada por dos espacios divididos por un espejo unidireccional, lo cual permite observar de un lado lo que sucede en el otro lado sin interferir con el proceso que se lleva a cabo. 25. Guillotina Polar 92 adquirida por el antiguo Departamento de Publicaciones en 1981. Abajo: guillotina Colter &Peterson de 115 cms. de luz. Tiene mayor capacidad y fue adquirida en 2013 por la Fundación Cultural Javeriana de Artes Gráficas - JAVEGRAF.

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26. Maleta perteneciente a Juan Manuel Pacheco, S.J. Abajo, barómetro aneroide compensado regalado por el padre Carlos Ortiz, S.J. al Colegio de San Bartolomé. Actualmente ambos objetos reposan en el Archivo Histórico. 27. Esta es la maqueta del nuevo Edificio de la Facultad de Artes Gerardo Arango S.J. Su diseño fue el ganador del concurso realizado en el año 2010 entre los egresados javerianos. El área del proyecto es de 15700 m2. Su autor es el Arquitecto Ricardo La Rotta. 28. Libro “Memorias Ambientales de las Provincias de Norte y Gutiérrez, Boyacá (19901996)”. Resultado del proyecto “Desarrollo Forestal Integrado en la Cuenca Media del Río Chicamocha (Proyecto Chicamocha)”, uno de los primeros realizados por el IDEADE, con financiación de la Unión Europea. 29. En la capilla San Ignacio de Loyola se encuentra un vitral circular que cuelga de la pequeña cúpula, y que exhibe el anagrama IHS, abreviatura del nombre de Jesús, distintivo de las obras e instituciones de los jesuitas. 30. El Sistema de Ensayo triaxial automático GSD es un equipo que se encuentra a la vanguardia en la caracterización de suelos bajo condiciones de carga o desplazamiento monotónicas y cíclicas. Se encuentra en la Facultad de Ingeniería.

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31. Desde 1931, cuando se matricularon los primeros alumnos de la Universidad en el siglo XX, el registro correspondiente quedaba consignado en una tarjeta amarilla que se diligenciaba a mano y que tenía un espacio para la foto. Esta corresponde a Luis Carlos Galán. 32. Diomedes es uno de los esqueletos que ha acompañado como modelo las clases de anatomía de los estudiantes de dibujo durante muchos años. Su disposición y vocación de servicio no tienen igual en la Universidad. 33. El ‘sello seco’ de la Universidad, con diseño que se remonta a los años 30, se ha utilizado para autenticar los documentos oficiales de la Javeriana, entre ellos los diplomas. Su custodia corresponde al Secretario General, cargo que ejerció por muchos lustros el P. Jaime Bernal, S.J. 34. En distintas ocasiones el Gobierno de Colombia ha emitido estampillas con motivos relacionados con la Universidad. Este homenaje lo han recibido Claver, Moreno y Escandón, Liévano, Pastrana, Gómez y Galán, todos egresados de la Javeriana, así como también el Rector Félix Restrepo, S.J. y el Decano Rafael Maya. 35. Bandejas entregadas por la Fundación San Isidro de Boyacá a la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales, en agradecimiento por 20 años de labor en favor del campo colombiano. Fechadas el 23 de agosto de 1999.

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36. Desde 1931, cuando se matricularon los primeros alumnos de la Universidad en el siglo XX, el registro correspondiente quedaba consignado en una tarjeta amarilla que se diligenciaba a mano y que tenía un espacio para la foto. Esta corresponde a Nohemí Sanín. 37. Mosaico de estudiantes y profesores de la Facultad de Filosofía y Letras, 1939. En el aparecen los profesores Cayetano Betancur y Rafael Carrillo, considerados como los principales “fundadores” de la filosofía en Colombia, entre otras figuras relevantes. 38. La caja de Skinner se utilizó para realizar investigaciones del comportamiento en pequeños roedores, con el objetivo de extrapolar los hallazgos al comportamiento de los seres humanos. Hoy en día ha sido reemplazada por versiones computarizadas como el laberinto radial. 39. El documento sobre la organización de la Javeriana, del 31 de julio de 1967, que lleva la firma del P. Alfonso Borrero, S.J, entonces Decano de Estudiantes de la División de Arte y Arquitectura, fue ilustrado con diagramas inconfundibles de ese insigne jesuita que poco después sería Rector. 40. Medallón de San Ignacio de Loyola, de autor anónimo. Se encuentra a la entrada de la Sala San Ignacio, lugar en donde se reúne el Consejo Directivo de la Universidad.

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41. Desde 1931, cuando se matricularon los primeros alumnos de la Universidad en el siglo XX, el registro correspondiente quedaba consignado en una tarjeta amarilla que se diligenciaba a mano y que tenía un espacio para la foto. Esta corresponde a Álvaro Gómez. 42. Los discos de surco ancho funcionaban a 78 revoluciones por minuto y almacenaban menos de cinco minutos por cada lado. Al terminar la segunda guerra mundial se popularizaron los discos de microsurco, de 33 ½ revoluciones por minuto, que por sus características se llamaron “de larga duración”. 43. Computador Digital Didáctico, CODIDAC, primer computador desarrollado totalmente en Colombia y primer proyecto financiado por Colciencias en la Universidad Javeriana. Fue resultado de la primera “tesis laureada” en Ingeniería Electrónica, la del ingeniero Francisco Viveros Moreno. 44. En la Vicerrectoría Académica se conservan copias de los reglamentos del Área Académica y de cada una de las Facultades de la Javeriana. Con la reforma del cuerpo jurídico de la Universidad, iniciada en 1992, desparecieron este tipo de reglamentos particulares. 45. Colecciones biológicas de la Facultad de Ciencias. Conformada por especímenes de aves, mamíferos, peces, anfibios, reptiles, artrópodos, plantas y microorganismos. Constituye un instrumento privilegiado para la investigación y la docencia.

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46. Desde 1931, cuando se matricularon los primeros alumnos de la Universidad en el siglo XX, el registro correspondiente quedaba consignado en una tarjeta amarilla que se diligenciaba a mano y que tenía un espacio para la foto. Esta corresponde a Misael Pastrana. 47. La Universidad recibió un diploma firmado por el Presidente de la República y una pequeña obra escultórica, con ocasión de la Acreditación Institucional de Alta Calidad. En la pieza se puede apreciar la letra griega θ, tradicionalmente asociada al Sabio neogranadino Francisco José de Caldas. 48. Busto de San Francisco Javier, de autor anónimo, fechado en 1922. Se encuentra a la entrada de la Capilla San Francisco Javier. 49. La primera piedra del Edificio Pablo VI, tiene una cita del evangelio: “estuve enfermo y me visitasteis” que se refiere al trabajo de las enfermeras, quienes fueron las primeras en ocupar el Edificio. En el costado está la fecha de la bendición (29 de septiembre de 1964). 50. Los estudiantes de dibujo entran en pánico, es un reto condensar las infinitas facetas que conforman este rostro,es un reto construir esta cabeza llenándola de esos múltiples tonos que la componen, tonos que se vuelven infinitos.

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51. Moneda acuñada en 1980 con ocasión de los 50 años del Restablecimiento de la Universidad. 52. Colecciones biológicas de la Facultad de Ciencias. Conformada por especímenes de aves, mamíferos, peces, anfibios, reptiles, artrópodos, plantas y microorganismos. Constituye un instrumento privilegiado para la investigación y la docencia. 53. El Centro de Cómputo administrado por la Dirección de Tecnologías de Información, cuenta con 461 servidores físicos y virtuales, sistemas de almacenamiento con capacidad de 184 TB y sistemas de respaldo de información. Fue inaugurado el 12 de octubre de 2008. 54. La capilla San Francisco Javier transmite un ambiente de recogimiento y oración, en parte gracias a las cruces y peces, los dos más importantes símbolos de Jesucristo, que aquí aparecen elaborados en madera y metal martillado. 55. Estas diapositivas de ejemplos arquitectónicos fueron traidas de Europa en la década de 1920 por el padre Eduardo Ospina S.J. como parte del material pedagógico que se usaba con los jesuitas de Santa Rosa de Viterbo.

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56. Colecciones biológicas de la Facultad de Ciencias. Conformada por especímenes de aves, mamíferos, peces, anfibios, reptiles, artrópodos, plantas y microorganismos. Constituye un instrumento privilegiado para la investigación y la docencia. 57. Muestra de la colección de fotografías de la profesora Edelmira Pérez, que registra algunos de los hechos más relevantes en la historia de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales. 58. El “carnet estudiantil” del alumno de Ingeniería Civil Jaime Cabrera Tejada, con una cubierta plástica donde aparecen estampados el escudo pontificio y la leyenda “Universidad Javeriana”. Fue diligenciado manualmente en febrero de 1960 por el Decano Alberto Campillo, S.J., entonces Secretario de la Facultad. 59. Afiches de los congresos de investigación de 1990 a 2015. Muestran información textual y visual relevante sobre las transformaciones que ha tenido la actividad investigativa en la Universidad. La colección se encuentra en el cuarto piso del Edificio Emilio Arango. 60. Además de ser un gran arquitecto, Aníbal Moreno se esmeraba por incluir en sus edificios piezas de arte que dieran vida a la construcción, como este relieve del edificio Pablo VI que representa una embarcación de los Dong-Son, un pueblo vietnamita de la edad de bronce.

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61. Colección de orquideas de la Facultad de Ciencias. Cuenta con 3688 ejemplares distribuidos en 515 especies. La colección general del herbario incluye 101 ejemplares Tipo, de los cuales 47 son primeros registros descritos por el Padre Pedro Ortiz-Valdivieso, S.J. 62. Altorrelieve rectangular con la virgen y el niño, realizado por Inés Amaya de Moreno. Fue donado a la Escuela de Enfermería y se conserva en la capilla San Francisco Javier. 63. Electrocardiógrafo portátil desarrollado por Cambridge Instrument Co. en los años 30. Pesa cerca de 30 lbs, consta de una caja de madera con tres compartimientos que tienen un galvanómetro de cuerda, un tambor metálico para imprimir el registro electrocardiográfico y un compartimiento para cables y electrodos. 64. El Instituto Geofísico de los Andes Colombianos, centro de investigación fundado el 27 de septiembre de 1941, contó con una serie de valiosos sismógrafos. En estos aparatos, según palabras de su director, el P. Jesús Emilio Ramírez, S.J., “la madre tierra nos deja registrada su propia firma”. 65. Revista Pesquisa, principal medio para la divulgación del conocimiento producido por los investigadores javerianos. Circula con los principales diarios del país y tiene un tiraje superior a los 125.000 ejemplares.

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66. Microscopios de la Facultad de Ciencias. El microscopio monocular data de 1920 y se usó desde 1942, año en que se creó la carrera de Bacteriología en las Escuelas Femeninas. Actualmente se cuenta con más de 200 microscopios binoculares con tecnología LED. 67. Foto de Enfermeras atendiendo a sus pacientes (ca. 1958). Imposición de Tocas a las alumnas de primer año en la Capilla de las Facultades Femeninas (1963). 68. “Torreones” es el nombre que se le da a estos salones escalonados con las sillas en distribución semicircular, cuya construcción se remonta a los inicios del campus actual. En la actualidad la Facultad de Medicina cuenta con dos de ellos: torreón norte y torreón sur, ubicados en el edificio Rafael Barrientos, Departamento de Morfología. 69. En una misma tarjeta de formato oficio, impresa en cartulina amarilla, fueron registradas a mano la matrícula de Francisco González Torres, el primer javeriano graduado en el siglo XX; las actividades y las calificaciones, incluidas las de evaluaciones parciales, de cada una de las asignaturas de la carrera. 70. Pintura sobre madera de San Francisco Javier, pintado por Alfonso Alvarez, a petición del Padre Antonio José Sarmiento, S.J., en julio de 2006. Se encuentra en el despacho del Vicerrector del Medio Universitario. Dimensiones: 38 x 30 cms.

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71. Sapientia Aedificavit Sibi Domum (La sabiduría se construyó una casa) es el lema que aún permanece grabado en el pórtico de la Casa de Aulas, sede colonial de la Universidad, y que ahora se encuentra en una placa a la entrada del Edificio Pablo VI. 72. Estas jeringas fueron utilizadas por profesoras y estudiantes de la Facultad de Enfermería hasta los años 60 en las prácticas de inyectología. Cada una tenía un estuche marcado con su nombre, que además de ser usado con los pacientes, constituía un elemento de su identidad como enfermera. 73. Duodenoscopio flexible de fibra, fabricado por Richard Wolf y rectosigmoidoscopio rígido de American Cystoscope Makers. Ambos objetos se exhiben en la sala de espera de la Unidad de Gastroenterología del Hospital Universitario San Ignacio. 74. Impresora Heidelberg SORM, de origen alemán, adquirida por Javegraf en 1996. Tiene tecnología de mojado por molleton y su tintero es de clavijas. Cuenta con una sola torre y puede imprimir hasta en cuatro colores, aunque en la actualidad solo se utiliza para imprimir texto en blanco y negro. 75. La entrada original de la sede de las Facultades Femeninas estaba sobre la carrera séptima, diseñada con el estilo propio de los años 50. Este edificio, que recibió el nombre de Félix Restrepo, S.J., marca el extremo noroccidental del campus universitario.

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76. El carrete abierto fue el formato dominante para grabación y reproducción de sonido desde finales de los años cuarenta hasta comienzos de los ochenta. Esta grabadora, que se conserva en Javeriana Estéreo, permitía transferir sonido grabado entre rollos de carrete abierto y los nuevos casetes de audio. 77. Esta prensa de grabado, perteneció a Iván Martelo quien fuera profesor de la Facultad de Artes, luego de morir, su amiga y también profesora de la Universidad Diana Castellanos, gestionó su donación a la Facultad. 78. Autoclave Prometheus para la esterilización de instrumental, fabricado en 1945. Abajo: elementos para restauración. Hacen parte del museo de la Facultad de Odontología. 79. Camisetas del programa Misión País Colombia. Son un símbolo de la entrega y el compromiso con la transformación social y humana, de los Javerianos que han servido y lo siguen haciendo en diversas comunidades con desafíos sociales del país. 80. Alma negra. Árbol de la familia de las magnoliáceas. Es originario del Macizo Antioqueño y solamente quedan 12 ejemplares en buen estado. Fue diezmado por la calidad de la madera y la restricción de su hábitat por la apertura de tierras para ganadería.

HISTORIAS JAVERIANAS EN 85 OBJETOS

81. El Friso, representa una historia de la palabra, desde los ideogramas primitivos hasta que la palabra se revela en Cristo como Palabra de Dios: “Verbo caro factum est” (la Palabra se hizo carne). El autor es el arquitecto Aníbal Moreno. 82. Balanza de laboratorio clínico, 1950. Usada para las prácticas de laboratorio con los estudiantes en la Facultad de Ciencias. Actualmente se cuenta con balanzas mecánicas y digitales para las prácticas de laboratorio, realización de ensayos y desarrollo de proyectos con mayor fidelidad. 83. Álbum de fotos que registra diferentes momentos de la historia de la Facultad de Comunicación y Lenguaje. Pertenece a la profesora Ángela de Toro, antigua Directora del Departamento de Lenguas. 84. Este tubo fue el primer aparato de rayos X que tuvo un plantel dental en Colombia. Comprado por el Instituto Dental Colombiano a la clínica de Pompilio Martínez en 1926. Abajo: máquina de escribir Hammond usada en 1885 por el profesor Sebastián Carrasquilla Hernández. 85. Jesús resucitado. Ensamble escultórico de Armando Villegas ubicado en la capilla San Francisco Javier. Está en perfecto estado y desde hace años viene acompañando la vida de los javerianos en eucaristías, oraciones y actividades que allí se realizan.