ORAR EN EL MUNDO OBRERO
23º Domingo del Tiempo Ordinario (10 septiembre 2017) Comisión Permanente HOAC
“Cuando dos o más bautizados conscientes de su Bautismo se reúnen en nombre de Jesús, cada uno esforzándose en ser Cristo y viendo a Cristo en los demás, no hacen otra cosa que estar en la realidad, pues, después de la Encarnación, la realidad es que Cristo lo invadió todo y está en todos” (Rovirosa, OC. T.I. 153).
El verdadero misionero, que nunca deja de ser discípulo, sabe que Jesús camina con él, habla con él, respira con él, trabaja con él. Percibe a Jesús vivo con él en medio de la tarea misionera (EG 266). Mi vivir…
Después de las vacaciones, en este comienzo de curso, lo más seguro es que empiecen a acumularse reuniones en la agenda; reuniones de todo tipo: eclesiales, sociales, de trabajo, vecinales, sindicales o de partido... Es importante que sirvan y, sobre todo, si son de cristianos –el equipo, la parroquia, un grupo de vida o comunidad…– que sean reuniones cristianas. Que pongan a Cristo en el centro. Frente al individualismo, nuestra “reunión” tiene que ser otra cosa. Revisa esos ámbitos de reunión en los que transcurre parte de tu vida, cuáles han sido las situaciones y también los conflictos vividos el curso pasado, cuáles los momentos de Gracia. Cuáles han sido tus actitudes, tus aportaciones… Hazte consciente de las oportunidades que te ofrecen para crecer, caminar, compartir… Habrá cosas que cambiar y convertir. Habrá otras que agradecer e impulsar con mayor ánimo. Y con todo ello, ponte en presencia del Señor, para recordar que nuestra vocación es la comunión: ¿Si se pierde mi hermano?
Si se pierde mi hermano, si se pierde el vecino, si se pierde el compañero, si se pierde el amigo… o el enemigo, ¿qué he de hacer, Dios mío?
Si cierra su mirada a mi ternura, juntaré la ternura de dos más, y que la fuerza del amor ahogue su resistencia. Y ganaremos al hermano. Y ganaremos con él la vida.
Le llamaré y le diré: Mi corazón está roto por tu amor. Y ganaré al hermano. Y ganaré con él la vida. 1