2º Domingo de Cuaresma

Page 1

ORAR EN EL MUNDO OBRERO

2º Domingo de Cuaresma (25 de febrero de 2018) PARA DISPONERTE

Comisión Permanente HOAC

Cuando un bautizado consciente valora el progreso como un medio para manifestar y realizar el amor de Cristo en su Mandamiento nuevo, necesariamente lo amará, y no sólo lo impulsará, sino que lo transfigurará. O lo debería transfigurar, que no es lo mismo. Porque lo que es hoy (dejando de lado las excepciones, que son demasiado «excepcionales») el progreso y todo lo demás se valora solamente bajo el signo utilitario (cegador del amor), incluso entre los bautizados (Rovirosa, OC, T.III, 89).

Jesús quiere evangelizadores que anuncien la Buena Noticia no sólo con palabras sino sobre todo con una vida que se ha transfigurado en la presencia de Dios (EG 259).

UNA MIRADA A LA VIDA A veces la vida se hace dura, y tenemos que tomar cierta distancia, para reordenar las cosas, y poder situarnos de nuevo en ella con la capacidad de reconocer el paso de Dios por nuestra vida. Si no lo hacemos así, corremos el riesgo de ceder a la tentación del pesimismo.

Parte hoy de los conflictos; de las situaciones conflictivas que vives, en las que te ves inmerso en la vida cotidiana y militante. Toma conciencia de las dificultades, de los fracasos, de la dureza de los compromisos y presencias, de las relaciones difíciles… de la aparente inutilidad de muchas tareas que, al final, te llevan de nuevo a recomenzar… ¿cómo las vives? Aunque parece que en el fracaso y la dureza solo hay eso… también lo habita Dios. Después, con toda esa vida, ora:

Hay que subir, subir a la montaña y olvidar ya los tristes sentimientos. Tenemos que rezar. Serán momentos de encender esas luces que no engañan.

Y el monte se encendió: de sus entrañas, la luz y el fuego, la palabra, el viento, la nube de la gloria, con tormento de ese Dios que te quema y que no daña.

La presencia de Dios, su cercanía, el roce electrizante de su gloria; la noche convertida en mediodía y lo eterno rozando nuestra historia; el gozo y el temblor, ¡teofanía!, y una voz resonando en la memoria.

10


C.P.

ORAR EN EL MUNDO OBRERO

Cuaresma 2018

ESCUCHAMOS LA PALABRA DEL SEÑOR… Mc 9, 1-9: Este es mi hijo amado; escuchadlo Y añadió: «En verdad os digo que algunos de los aquí presentes no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios en toda su potencia». Seis días más tarde Jesús toma consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, sube aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». No sabía qué decir, pues estaban asustados. Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo». De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.

Palabra del Señor

11


Cuaresma 2018

ORAR EN EL MUNDO OBRERO

INTERIORIZAMOS ESTA PALABRA

C.P.

Tras la crisis experimentada por Jesús, respecto de su identidad y su práctica, y la de los discípulos, que siguen sin entender un Mesías no triunfal, es Dios mismo quien habla para confirmar a Jesús en el camino de su vida. Este texto narra la manifestación de Dios, epifanía, también para los discípulos. La montaña es el lugar de la revelación de Dios: donde los ojos se aclaran, la vista alcanza más lejos, lo vulgar de lo cotidiano aparece nuevo y transfigurado, donde se recibe el don de ver la historia y las personas con la mirada de Dios. No tiene mucho sentido preguntarse por la historicidad de este relato simbólico, pero nos manifiesta que, en algunos momentos de su vida, los discípulos que llegaron a mayor intimidad con Jesús, debieron captar en él una hondura que iba más allá de su condición humana. Cuando empieza el camino a Jerusalén y los discípulos acaban de recibir la enseñanza de la Cruz, se les otorga el privilegio de una experiencia singular que ilumina y alienta ese camino que parece una necedad. Nosotros necesitamos aprender a ver, en el camino de nuestra vida, la transfiguración. En el corazón de la vida misma, cargada de incertidumbre y de cruz, el discípulo ha de reconocer a Jesús, reconocerse a sí mismo, y reconocer la historia con toda su posibilidad de vida y resurrección. Es en medio de la vida cotidiana, en medio de los conflictos y del llevar cada día su cruz, que se nos hace patente toda la hondura del Hijo de Dios. Para seguir a Jesús y captar la buena nueva tenemos que bajar de la montaña y retomar, de nuevo, el camino a Jerusalén. Cuando a pesar de las dudas, en las dificultades, en los conflictos, en la dureza y el cansancio, te dejas coger y guiar por Jesús, acompañándole en ese camino a Jerusalén, empieza a brillar en ti la luz de Dios, y sientes su presencia capaz de llenar de sentido tu vida y tu camino. Puedes percibir que Dios te acompaña, y que confirma también tu camino. Son esos momentos en que te olvidas de ti mismo; cuando te has agotado en el servicio a otros; cuando vences la tentación de apegarte a las cosas y la tentación de los resultados fáciles; cuando compartes lo que necesitabas; cuando ayudas a alguien a salir de su infierno; cuando aprendes a perder; cuando aceptas el sufrimiento por acompañar el camino de liberación de otras personas; cuando el conflicto te toca, al querer vivir humanamente, humanizando; cuando oras desde el corazón del mundo obrero; cuando ofreces tu vida y pones tu voluntad y tu querer en manos de Dios… viene la transfiguración, aunque parezca que se hace esperar. Pero, ¡ojo! el Tabor es un don de Dios enteramente gratuito. No te instales en la lógica mercantilista con Dios. Un don que fortalece tu fe, que aviva la esperanza y enciende el amor, que te prepara para poder afrontar el conflicto, que te mueve a la generosidad solidaria, para que puedas caminar con y consolar a tus hermanos, para que reconozcas la acción de Dios en la historia, para que gustes las primicias del Reino. Porque lo esencial de la transfiguración es lo que escuchas: ¡Este es mi hijo amado… Escuchadle! Ya dice el texto que al alzar los ojos solo vieron a Jesús. Nosotros, como los discípulos podemos vernos sumergidos en el desánimo o el desaliento al revisar nuestro propio proyecto personal de vida militante, o al ver cómo la Iglesia avanza muchas veces con lentitud desesperante, deshaciendo caminos… o como la sociedad parece que retrocede a lugares de la historia que creíamos olvidados…; la desilusión y el abatimiento –y la tentación de huir– están en la atmósfera y la cultura de nuestra sociedad. 12


C.P.

ORAR EN EL MUNDO OBRERO

Cuaresma 2018

Tras la crisis experimentada por Hoy es preciso, es bueno, y es necesario subir a la montaña del encuentro con Dios, para luego bajar al camino y reemprender la tarea con ánimo. Solo puede avanzar en el reino de Dios quien ama la tierra y a Dios en el mismo aliento; quien va poniendo su vida en sintonía con Dios y con los empobrecidos. Pide al Señor el don de la transfiguración, para reconocer esa presencia de Dios en la historia, en lo concreto de la vida donde se desarrolla tu proyecto de vida. ¿Cómo acoger ese don? ¿Qué te tienes que plantear en tu proyecto personal para ello? Puedes proponerte celebrar el sacramento de la reconciliación esta Cuaresma.

TERMINA PONIÉNDOTE, DE NUEVO, ANTE EL SEÑOR Escucha los sonidos de tu cauce donde se gesta, pueblo, tu esperanza, llevas en tu interior incienso de llanura y de sierra y de río, y desierto que lucha por encontrar su oasis. Elimina la adormidera que van sembrando en tus orillas, corta el hilacho que deshace tus ilusiones. Estrega de tu frente el sudor que te marca día a día, y sigue el ánimo comprometido que le ha dado a tu vida el metal del crisol y el fuego. Camina por la tierra a la que estás unido, y aunque la codicia de algunos asfixie tus derechos, defiende con coraje tu dignidad Un desánimo gris te inhibe si tus manos se agrietan como barro sin agua, pero en la sequedad cansada de tus venas, hay un eco primario que te nombra cuando el silencio duerme en noches apagadas, dolientes y sin sueños, y en tus poros ya tarda la inquietud por responder.

Libera el rictus de renuncia que se graba en tu rostro triste, y sal de la rutina, que es mucho más grande tu afán diamantino, y resiste adversidades desde ese azogue azul que pone en la pupila toda tu historia, pues nuevos horizontes nos despiertan complicidad para no ser vencidos.

Y, COMO SIEMPRE, OFRECE TU VIDA AL SEÑOR

Señor, Jesús, te ofrecemos todo el día…

13

Presen Pérez


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.