ORAR EN EL MUNDO OBRERO
4º Domingo de Cuaresma (11 de marzo de 2018) PARA DISPONERTE
Comisión Permanente HOAC
Cuando haya grupos de cristianos de todo estado y condición que tomen como santa regla de su vida nada más (y nada menos) que los compromisos contraídos en el Bautismo, no tomados como algo intrascendente que hay que decir en el sábado santo, sino como la realidad más tremenda de la propia vida, entonces sí que el mundo creerá que Jesús es el enviado del Padre. y entonces la tierra será (como está destinada a ser) la incoación del cielo. Y todo se irá recapitulando en cristo (Rovirosa, OC, T.II, 379).
No hay sistemas que anulen por completo la apertura al bien, a la verdad y a la belleza, ni la capacidad de reacción que Dios sigue alentando desde lo profundo de los corazones humanos. A cada persona de este mundo le pido que no olvide esa dignidad suya que nadie tiene derecho a quitarle (LS 205). UNA MIRADA A LA VIDA
El pasado 8 de marzo celebrábamos el Día de la Mujer Trabajadora. Hoy volvemos a poner nuestra mirada sobre ese rostro de mujer de la precariedad y la pobreza para iniciar nuestra oración, con esperanza. Ponemos nuestra mirada sobre una situación de sombras porque en ella queremos hacer luz: Las mujeres cobramos entre un 20 y un 25% menos que los hombres.
Las mujeres cobramos menos en la mayoría de sectores, en todos los niveles educativos, con cualquier tipo de contrato y de jornada.
Se reconocen de forma distinta empleos que tienen igual valor, según estén realizados por hombres o por mujeres
El 72% de las jornadas parciales en España lo ocupamos mujeres y la mayoría –el 58%– no lo ha elegido, sino que no ha encontrado otra opción. Casi el 80% de los contratos firmados por mujeres son temporales.
Las Kellys –“las que limpian los hoteles”– han tenido éxito a la hora de denunciar esta situación por la que han visto descender sus salarios y aumentar horas de trabajo en peores condiciones. Hemos visto sus bolsos llenos de pastillas para poder seguir el ritmo de un trabajo infernal que sufren en sus cuerpos doloridos. Si eres mujer y migrante, tienes muchas posibilidades de estar en lo más bajo de la escala social. 18
C.P.
ORAR EN EL MUNDO OBRERO
Cuaresma 2018
Desde esta realidad oramos:
Atiende a mi clamor, que ya no puedo más. Invocaré al Señor con toda mi voz, con toda mi voz suplicaré al Señor; expondré mi queja ante él, expresaré mi angustia en su presencia. Ya se me acaba el aliento, pero tú conoces mi camino: en la senda por donde voy me han ocultado una trampa.
Miro a la derecha, observo, y no hay nadie que se ocupe de mí; ya no tengo dónde refugiarme, nadie se interesa por mi vida.
Por eso clamo a ti, Señor, y te digo: “Tú eres mi refugio, mi herencia en la tierra de los vivientes”.
Atiende a mi clamor, porque estoy en la miseria; líbrame de mis perseguidores, porque son más fuertes que yo. Sácame de la prisión, y daré gracias a tu Nombre: porque los justos esperan que me concedas tu favor.
(Salmo 141)
ESCUCHAMOS LA PALABRA DEL SEÑOR… Jn 3, 14-21: Que todo el que cree en él tenga vida eterna Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios. Este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios». Palabra del Señor 19
Cuaresma 2018
ORAR EN EL MUNDO OBRERO
INTERIORIZAMOS ESTA PALABRA
C.P.
Este texto corresponde al diálogo de Jesús con Nicodemo Nicodemo. Él es un fa ffariseo r seo observa ri observante v nte de va la ley, que acude a Jesús de noche, quizá buscando luz, y escucha de Jesús estas palabras: tanto amó Dios al mundo… el que obra la verdad se acerca a la luz… para que el mundo se salve… Es un diálogo de fe, y sobre la fe. Tanto amó Dios al mundo. Este es el centro y el eje de la fe cristiana y de la Buena Noticia. Con frecuencia olvidamos que el amor de Dios es universal, que Dios es amor, que busca amarnos, que lo hace con desmesura, exageradamente. Con frecuencia olvidamos que el propósito de su amor es que el mundo tenga vida auténtica, y que la tengamos cada uno de nosotros. La principal cuestión que hoy debemos afrontar quienes nos decimos creyentes es que seamos capaces de descubrir y afrontar nuestra fe como fuente de vida auténtica, y no nos contentemos con “sobrevivir”, o que no confundamos nuestras ideas e ideologías con esa vida auténtica, porque esas no salvan, no humanizan, no sirven para amar. A Nicodemo le dirá Jesús que para entender y vivir esto de verdad hay que nacer de nuevo. No valen los apaños, los remiendos, ni las componendas que solemos hacer. Solo sirve dejarnos rehacer por entero desde la raíz por ese Amor tan desmesurado que realmente nos humaniza. Pero para eso tenemos que convencernos de que creer en Jesucristo es tener vida eterna, es comenzar a vivir ya algo nuevo y definitivo. Ser creyente es sentirse amado y llamado a vivir con plenitud, sin dejarnos llevar por el pesimismo, la desesperanza, en este mundo cargado de violencia e injusticia, de intolerancia y explotación. Este evangelio nos recuerda que solo puede romper ese pesimismo, esa desesperanza, esa sinrazón, el amor de Dios al mundo y cada uno de nosotros, que se cumple en la entrega de su Hijo; que ha salvado ya al mundo. La Cruz es la confirmación de ese amor. La Cruz es la garantía de esa salvación ya realizada. Tendremos que decidir qué preferimos: ¿la luz o seguir en la tiniebla? Cuando los cristianos adoramos la cruz no ensalzamos el sufrimiento; al contrario, denunciamos todo sufrimiento injusto, cargado sobre el inocente, sobre el pobre y el débil, y ensalzamos el amor solidario y entrañable de Dios que ha querido compartir nuestra vida, nuestro dolor y nuestra muerte hasta el fondo. Ser fiel al Crucificado –siempre, en toda circunstancia– es acercarse a quienes sufren, solidarizándose con ellos hasta sus últimas consecuencias, pero sólo si es el Amor –recibido de Dios y hecho eje de nuestra vida– el que nos mueve. Descubrir la grandeza de la Cruz es percibir la fuerza liberadora del mal, transformadora de nuestra existencia, capaz de construir una nueva humanidad cuando vivimos el amor en toda su profundidad. Nuestros compromisos, nuestras luchas, nuestros esfuerzos no pueden surgir ni tener otro fundamento que el amor de Dios manifestado en nuestras vidas, ni otra base que la Cruz, de donde nos llega el gesto máximo de amor por todos y cada uno de los hijos de Dios. Solo por Amor, y solo para amar. Todo lo que no sea esto no es cristiano, por revolucionario que parezca, por “antisistema” que suene, por radical que resulte. Porque solo con amor podemos acercarnos a las personas que sufren y acompañar sus vidas para que en medio de las tinieblas de sus vidas, se haga la Luz. Solo el amor abre el horizonte de esperanza que este mundo necesita. 20
C.P.
ORAR EN EL MUNDO OBRERO
Cuaresma 2018
Pide al Señor el don de la fe, el don de una vida sostenida por su amor. Este es tiempo de nacer de nuevo, por hecha que esté ya nuestra vida. Celebrar el sacramento de la reconciliación puede ser un signo adecuado. Plantearte en tu proyecto de vida lo que has de cambiar, es la manera de que no se quede todo en deseos. Tú nos salvas
No has venido a juzgar nuestros fallos y tonterías, sino a buscar a quien anda extraviado, defender a quien está acusado, liberar a quien está aprisionado, curar a quien está herido, acoger a quien está desamparado, lavar a quien está manchado, sanar a quien está enfermo, levantar a quien ha caído, salvar a quien se siente culpable, devolver la dignidad a quien la ha perdido. Tú, que crees en nosotros, Tú, que esperas de nosotros, Tú, que nos amas más que nosotros mismos, Tú, que eres mayor que todos nuestros pecados, recréanos y danos un futuro nuevo y mejor.
Y, COMO SIEMPRE, OFRECE TU VIDA AL SEÑOR
Señor, Jesús, te ofrecemos todo el día…
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