ORAR EN EL MUNDO OBRERO
Cuarto Domingo de Pascua (22 de abril de 2018) Comisión Permanente HOAC
No se puede pensar que la manera de seguir a Jesús propia de los bautizados conscientes se parezca en nada a la manera gregaria y estúpida con que el rebaño de reses sigue a su pastor. Sí; ya sé que Él utilizó esta parábola, pero se refería a otros aspectos. Jesús no quiere que le sigan bestias, sino personas conscientes y libres. Estas dos palabras, conscientes y libres, me parece que marcan el sentido de «seguirle» que Jesús me pide (Rovirosa, OC, T. I. 532).
Que los pastores sepan estar ante el rebaño a fin de indicar el camino, en medio del rebaño para mantenerlo unido, detrás del rebaño para evitar que nadie se quede atrás y porque el rebaño mismo tiene, por así decirlo, el olfato de encontrar el camino. ¡El pastor debe moverse así! (Francisco, Discurso, 21.06.2013). DESDE LA VIDA
T También bié nosotros somos –cada d uno y cada d una– pastores dde un ““rebaño”, b ” acompañamos lla vida de personas y familias a las que conocemos, –las conocemos porque las acompañamos– y el estilo ha de ser también el que Jesús indica para el buen pastor. Como ella: Siempre está ahí. Acompañando, sosteniendo, cimentando... No es huracán sino brisa suave, agua fina que empapa la tierra. Ella es el lado oculto de la luna, como tantas mujeres, demasiadas, pero sin ellas no habría luna. Ella, en muchas ocasiones, no se ve, pero tiene luz propia que alumbra los acontecimientos de la vida. Es la luz de Cristo que nos ayuda a ver en las tinieblas de las condiciones de vida y trabajo de las familias obreras. Con sencillez, como nadie, día a día va haciendo posible la revolución de la ternura. Sabe, por experiencia, que como María debemos seguir dando a luz al hijo de Dios en nuestro pequeño mundo. Sabe, como madre, que esta tarea cotidiana entraña dolores de parto pero que es realmente la que merece la pena. Es constante en la oración, en las reuniones de equipo, en su compromiso en el barrio y en su parroquia obrera, en la tarea difusora, en la atención y sostén de su compañero y de su familia. ¡Ha hecho tanto esta gota de amor persistente! ¡Vaya ejemplo! Como tantas otras. ¿A quién acompaño yo? ¿Cómo es el acompañamiento que hago de las personas o familias de mi ambiente? Desde esas experiencias oro: Lo que quiero ser Quiero ser pastor que vele por los suyos; árbol frondoso que dé sombra al cansado; fuente donde beba el sediento.
Quiero ser canción que inunde los silencios; libro que descubra horizontes remotos; poema que deshiele un corazón frío; papel donde se pueda escribir una historia. 1
4º Domingo de Pascua
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Quiero ser risa en los espacios tristes, y semilla que prende en el terreno yermo. Ser carta de amor para el solitario, y grito fuerte para el sordo…
C.P.
Pastor, árbol o fuente, canción, libro o poema… Papel, risa, grito, carta, semilla… Lo que tú quieras, lo que tú pidas, lo que tú sueñes, Señor… eso quiero ser. (J.Mª. Rodriguez Olaizola)
En esa vida nos habla Dios Jn 10, 11-18.- El buen pastor da la vida por sus ovejas
Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre». Palabra del Señor
LA PALABRA, ¿A MÍ QUÉ ME DICE? No estamos ante un texto bucólico, sino en un contexto de tensión, cuyo trasfondo es el conflicto por las acusaciones de Jesús a los dirigentes judíos, tras el episodio del ciego de nacimiento al que los falsos pastores han echado fuera de la sinagoga (9, 34). En la Iglesia siempre reclamamos que nuestros dirigentes sean más evangélicos. Pero en la comunidad cristiana no hay dirigentes y dirigidos, pastores, unos, y ovejas, otros. Todos somos hermanos y a todos nos incumbe la común responsabilidad de acompañarnos. El pasaje no se refiere solo al obispo o al cura, o al responsable. Todos, de maneras complementarias, somos corresponsables (pastores) del pueblo de Dios. 2
C.P.
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4º Domingo de Pascua
El Buen Pastor es Jesús, que conoce a los que están cerca y a los que están lejos, con un conocimiento que surge del compromiso, del acompañar la vida. Se conoce a quien se acompaña. Los defiende del peligro, ni los abandona ni huye. Afronta con ellos las consecuencias de su vida. Da la vida por todos; no busca su propio provecho e interés. Ama hasta dar la vida. Reúne a los dispersos, los atrae y reconcilia, generando unidad y comunión. Acompaña en la libertad de vivir y comprometerse en la vida de los demás. Para los cristianos no puede haber otro pastor y guía que Jesús. Solo desde él aprendemos a vivir; él es la manera más humana de vivir. Nuestra vida se nos da para entregarla y crece a medida que se entrega por amor. El estilo de ser buen pastor de Jesús es una de las líneas que ha de caracterizar el proyecto comunitario de los cristianos, de la Iglesia. No caben privilegios, no podemos sentirnos dueños de las personas. Solo cabe el servicio, la corresponsabilidad, la ministerialidad que se hacen gestos de una vida entregada a favor de los demás, para que tengan vida. Pero el estilo de autoridad-servicio que nos muestra Jesús no es algo para conformar la vida eclesial simplemente, sino que es eje desde el que construir la vida social, la política, la economía, al servicio de las necesidades de las personas y del bien común, teniendo como referencia las necesidades de los más empobrecidos. Esperamos siempre la llegada de gobernantes justos, de políticos honestos, a quienes les duela el pueblo. El pasaje de Jesús, buen pastor, se convierte en una denuncia frontal de situaciones de corrupción, de la búsqueda del propio interés, en el ejercicio de la actividad política. Se convierte en una denuncia de las instituciones que oprimen, en lugar de servir a las personas. Se convierte en una denuncia de toda autoridad que se ejerce en beneficio y provecho propio, aun a costa de la vida de los pobres. Se convierte en un juicio sobre la deshumanización de nuestra vida. Y, a la vez, este pasaje nos reafirma en que Dios es, antes que nada, alguien que hace vivir, alguien que sostiene y defiende la vida, que da fuerzas para comenzar siempre de nuevo, que alimenta en nosotros la esperanza. Ser cristiano es ir descubriendo desde Jesús, día a día la manera más humana de vivir, asumir sus mismas actitudes, vivirlas con generosidad, y con creatividad propia, prosiguiendo la tarea de construir el Reino de Dios que en Él comenzó.
Estoy llamado a ser y sentirme “pastor” de mis hermanas y hermanos. ¿Qué necesito contemplar en mi proyecto de vida para crecer en ese servicio corresponsable que acompañe, cuide y acoja la vida de otros? Intento concretarlo, para que no se quede en mero deseo. 3
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OREMOS, PARA CONCLUIR Momento de amar
AHORA es momento de amar. No hay que dudarlo. Cerca de ti alguien quiere compartir la alegría de un sol que por su carne anuncia paraísos de gozo irreprimible. No hay que dudarlo, alguien, también, llora su llanto en soledad irredenta, porque cerca de sí no encuentra un hombro de ternura donde verter sus lágrimas. Ahora, ahora mismo, no esperes más, es momento de amar la luz que en tu ventana golpea con noticias de otros, lejanos, mundos, y te llama al calor de lo cercano que florece en la tierra, a tu mano y altura.
Cerca, cerca de ti, muy cerca, la vida se derrama como canto de lucha y de esperanza, que busca corazones en que prender su ritmo de inexhausta armonía, victoria del amor sobre la muerte. Ahora. Ahora, es el momento de amar: ¡la vida entera es este ahora! (Antonio López Baeza)
OFREZCAMOS NUESTRA VIDA
Señor, Jesús, te ofrecemos todo el día nuestros trabajos, nuestras luchas, nuestras alegrías y nuestras penas. María, madre de los pobres, Ruega por nosotros.
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C.P.