ORAR EN EL MUNDO OBRERO
Sexto Domingo de Pascua (6 de mayo de 2018) Comisión Permanente HOAC
Antes de Jesucristo el amor era algo que se alababa y se recomendaba. Pero no podía pasarse más allá de amar al prójimo como así mismo, pues el amor no pasaba, ni podía pasar, de ser una cosa. Pero desde Jesucristo para acá (para los cristianos) el amor ya no es una cosa, sino una Persona: el mismo Cristo. Y la regla ya no es amar al prójimo como a sí mismo, sino amarnos los unos a los otros como cristo nos amó y nos ama. Esta, y no otra, es la señal que distingue a los verdaderos seguidores de cristo en este mundo, y la que los distinguirá en el juicio final (Rovirosa, OC, T. I. 121).
Dice la Palabra de Dios que «quien aborrece a su hermano está en las tinieblas» (1 Jn 2,11), «permanece en la muerte» (1 Jn 3,14) y «no ha conocido a Dios» (1 Jn 4,8). Mi predecesor Benedicto XVI ha dicho que «cerrar los ojos ante el prójimo nos convierte también en ciegos ante Dios», y que el amor es en el fondo la única luz que «ilumina constantemente a un mundo oscuro». Solo «si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud» (1 Jn 4,12) (AL 316). MIRANDO LA VIDA
distinto Qué disti t nto es amar como lo expresa y vive ti viv vi ive este mundo, mundo de amar como somos amados por Dios, y permanecer en ese amor. Amar y permanecer. Pese a todo, amando en todo. Hemos trivializado tanto el amor en este mundo que resulta complicado identificar el amor verdadero. Para volver a reconocerlo, hemos de descubrir cómo sigue realizándose la entrega de Jesús, sin medida, cada día, en tantas vidas:
Juan y Eli, hicieron el regalo de su familia a Jon, cuando lo adoptaron, convencidos de que era lo que Dios quería para ellos. A pesar de las dificultades con las que se han ido encontrando han sabido estar, permanecer, entre risas y lágrimas, entre miedos y esperanzas, amando sin medida, esperando, pacientemente, sin llevar cuentas del mal, esperando siempre, devolviendo bien por mal, ahogando en amor cualquier desconfianza. Han bajado con Jon a profundidades insospechadas de la vida, y con él van ascendiendo a los lugares luminosos del amor.
Luis dejó sus posibilidades laborales a un lado cuando le pidieron que, por amor, prestara un servicio necesario a la comunidad de sus compañeros de trabajo desde el comité de empresa, durante unos años. No tuvo que pensarlo mucho. Era la manera de devolver en lo concreto el amor recibido de Dios. Su proyecto de vida no pasaba por su “currículo”, sino por la fraternidad. Igual que hizo Juan en su servicio a sus vecinos, a través de la asociación de vecinos del barrio.
Pedro se experimentó más amado que nunca cuando tuvo la posibilidad de renunciar a determinadas tareas para servir, desde su sacerdocio, a la Iglesia presente en el mundo obrero, por amor. A pesar de las circunstancias, a veces duras y complicadas, en tantos años de sacerdocio nunca se había sentido tan feliz y tan libre. Y se lo notaban. 1
6º Domingo de Pascua
ORAR EN EL MUNDO OBRERO
C.P.
Seguro que en tu vida no faltan gestos, detalles de amor, recibido y ofrecido. Reconócelos, agradécelos, como un don gratuito. Ama lo que quieras
AMA. Ama lo que quieras. Un árbol, Una mujer. Una quimera. Pero ama de veras. Pero ama todo con todas tus fuerzas. No temas no querer a Dios porque a otros quieras. En toda sincera entrega alcanza el hombre su estatura venidera. A ser como Dios llega quien por amor crea. Quien por amor, contra la muerte cierta, la propia vida defender no intenta. Ama. Ama lo que quieras. ¡Sólo en amor Dios y Hombre se encuentran! (A López Baeza)
En esa vida nos habla Dios Jn 15, 9-17.- Permaneced en mi amor
Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud. Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros. Palabra del Señor PARA AYUDARTE A ACOGER LA PALABRA
Ser de la comunidad de Jesús es cuestión de amor. Hemos de mantenernos en ese amor suyo que se traduce en amistad y elección por su parte, que antecede y motiva nuestro vivir y actuar como una acción de gracias. La vida agradecida por lo gratuitamente amados que somos cada uno de nosotros es la manera de permanecer en su amor. Nuestra relación con Él, y nuestra relación con los demás ha de ser a ejemplo de la que tiene con el Padre. No cabe otra manera de 2
C.P.
ORAR EN EL MUNDO OBRERO
6º Domingo de Pascua
relacionarnos con Dios que no sea por amor; por un amor que es respuesta al suyo. Un amor capaz de dar la vida por aquellos a quienes se ama, para que tengan vida. La misión de la comunidad cristiana adquiere así una nueva dimensión. La vida de nuestros equipos encuentra así un sentido profundo: no estamos contratados para realizar un trabajo, una misión, sino para reproducir en nosotros, en nuestra relación ese modo de amar, esa Vida Nueva que nace del Mandamiento Nuevo. Compartimos la alegría de una tarea común: vivir en el amor. Todo comienza en el amor de Dios. De él es siempre la iniciativa. Nos “primerea en el amor”, como dice el papa Francisco. Gratuitamente. Es su amor lo que nos da identidad y misión. Somos los amados de Dios. Él nos ha elegido, y nos ha destinado a dar fruto. Un amor de Dios que tiene, para nosotros, un rostro visible y humano en Jesucristo. Un amor que se hace donación absoluta de la propia vida. El recorrido del amor recibido no termina en su acogida. Se hace acogida, precisamente, en la expansión que supone traducirlo en amor cotidiano, operante, creador de fraternidad y comunión, de vida social y humana, sin medida. Jesús nos propone un amor en el horizonte de Dios. Dios es Amor. Por eso su amor tiene una sola y única condición: como yo os he amado; es decir, dando la vida por los amigos. Este amor es el fundamento constitutivo de la comunidad cristiana y, a la vez, fundamento de la misión. Donde no existe comunidad de amor mutuo no puede existir la misión de Jesús. Y donde no hay apertura a la misión, por amor, no puede haber comunidad cristiana. La razón de ser del equipo está en construir una vida nueva, y esa vida nueva es la que se expresa en el compromiso, en la misión evangelizadora, en la celebración de la Fe y en la formación. El Amor en el que hemos de permanecer se manifiesta en la capacidad de ser pobre, humilde, y de sacrificarse, y todo ello por el otro. Porque no hay amor si no hay a quien amar. La forma en que Dios ha elegido existir es la que debe configurar nuestra vida personal y comunitaria. Si el Amor preside la vida de nuestros equipos, la vida del equipo presidirá la vida de cada uno de sus miembros. Desde ahí podemos vivir en profunda alegría y continuar el dinamismo iniciado por Jesús. Somos una misión.
Vivir y permanecer en el Amor es una actitud profundamente política. Vivir para los demás, en la entrega por amor, genera comunión, también en los ámbitos sociales y políticos en que se desenvuelve nuestra vida. ¿Qué pasos puedes dar para ir perfilando la dimensión política y social de tu vida por Amor? Tras orar, procura responderte y concretarlo en tu proyecto de vida. 3
6º Domingo de Pascua
ORAR EN EL MUNDO OBRERO
C.P.
RECOGE TODO LO REFLEXIONADO Y ORADO Hay que tener confianza en Dios, hermana, pues él ha confiado en nosotros. Hay que tener fe en Dios, pues él ha creído en nosotros. Hay que dar crédito a Dios, que nos ha dado crédito a nosotros. ¡Y qué crédito! ¡Todo el crédito! Hay que poner nuestra esperanza en Dios puesto que Él la ha puesto en nosotros. Singular misterio, el más misterioso: ¡Dios nos ha cogido la delantera!
Así es Él, hermana, así es Él. Se le desborda la ternura por los poros, nos alza hasta sus ojos, nos besa, nos hace mimos, cosquillas y guiños, y sueña esperanzas para nosotros más que las madres más buenas y apasionadas.
Dios ha puesto su esperanza en nosotros. El comenzó. El esperó que el más pecador y fariseo de nosotros trabajara al menos un poco por sus hermanos. El esperó en nosotros, ¿y nosotros no vamos a esperar en Él? Dios nos confió a su Hijo, nos confió su hacienda, su Buena Noticia, y aun su esperanza misma, ¿y no vamos a poner nosotros nuestra esperanza en Él?
OFRECEMOS NUESTRA VIDA
Hay que tener confianza en la vida a pesar de lo mal que vemos que está todo. Hay que tener esperanza en las personas. Hay que confiar más en Dios y echarnos en sus brazos.
Señor, Jesús, te ofrecemos todo el día nuestros trabajos, nuestras luchas, nuestras alegrías y nuestras penas.
Hay que esperar en Dios. Mejor: hay que esperar a Dios Y si todo esto ya lo haces y gozas, una cosa te falta todavía: ¡Hay que esperar con Dios!
María, madre de los pobres, Ruega por nosotros.
(adaptada de F. Ulibarri)
4