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ORAR EN EL MUNDO OBRERO BAUTISMO DE JESÚS (8 de enero 2012)
Nosotros, por gracia de Dios, por nuestro bautismo y nuestra praxis solidaria, somos la presencia de Jesús para los empobrecidos del M.O. ¡Esta es nuestra bendita responsabilidad! Que la economía debe estar al servicio de todas las personas, empezando por las más débiles, teniendo en cuenta las necesidades de la sociedad y los límites de la biosfera… ¿no es algo requetesabido? Más bien diríamos requeteescrito. Pero, además, no basta con que sea una cosa sabida, pues de lo que se trata es de realizarla en la realidad social. Por otra parte, ¿cuál está siendo el empeño sostenido por nosotros los obreros cristianos y por el movimiento de los trabajadores? ¿Cómo no extrañarnos de los recortes actuales, la degradación de los derechos sociales y las contrarreformas laborales? La salida a la crisis que nos han propuesto los gobiernos a instancia de los “mercachifles” provocó cinco millones de parados en nuestro país y 200 millones en todo el mundo, y además amenaza con desmantelar el Estado del Bienestar… ¿Qué ha sucedido para que se haya permitido tamaño fraude democrático? ¿Cómo es posible que las financias sigan campando por sus respetos? ¿Hasta cuándo vamos a seguir con esta desfachatez? ¿Para cuándo el Tribunal internacional de los derechos sociales? ¿Seguiremos impávidos viendo cómo se maneja la deuda soberana de los Estados periféricos por parte de los mercados financieros? ¿Qué clase de políticos europeos tenemos? ¿Qué clase de ciudadanía? ¿Qué clase de cristianos? ¿Y nosotros, qué? Ahora más que nunca necesitamos cristianos obreros formados, que quieran dedicarse con todas sus fuerzas a la evangelización del mundo obrero, y revertir de raíz este capitalismo impúdico, que ha penetrado la conciencia de tantos trabajadores… ¿No es esta nuestra bendita misión? Lo dialogamos con Jesús. ** **
¡Ay mis entrañas, mis entrañas! Me duelen las paredes del corazón, me palpitan con fuerza, no puedo callar ante la situación de los empobrecidos: Recorte tras recorte todo ha sido devastado, en un instante, en un momento, arrasaron el sistema social… Miro hacia abajo: gente en el paro. Miro hacia arriba: salarios indecentes. Miro a la derecha: gente sin derechos. Miro a la izquierda: jóvenes olvidados. Miro: y no hay ni un hombre, ni una mujer. Miro: y sólo veo... ¡pobres sin malicia!
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El Señor me instruyó, y comprendí, me explicó todas las intrigas de los malvados: El pueblo, como manso cordero, era llevado al matadero, ¡sin creerse los planes que urdían contra él!
EVANGELIO (Mc 1,7-11) «En aquel tiempo proclamaba Juan: “Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo y no merezco agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo”. Y sucedió que por aquellos días llegó Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse los cielos y al Espíritu que bajaba hacia él como una paloma. Se oyó una voz desde los cielos: “Tú eres mi hijo amado, en ti me complazco”. Pequeñita ayuda exegética: La nueva alianza de Jr 31,31-33; la efusión del Espíritu de Jl 3,2, prometidas para la etapa final de la historia, vinieron con Jesús. Esta época se abre con la predicación de Juan, el Precursor, que anuncia al que llega y el Espíritu que será infundido por él. La llegada de Jesús se relata con toda sencillez: Marcos presenta a Jesús como un hombre hasta el momento desconocido y sin relieve en la sociedad, ¡uno de tantos obreros que se ganan la vida trabajando con sus manos! Con el bautismo todo cambió para Jesús. Jesús procede «de Galilea», no de Judea, en contra de lo que se esperaba del Mesías. Al acudir al pregón de Juan, reconoce Jesús la misión divina de éste y muestra su solidaridad con el movimiento suscitado por él; refrenda su actuación, que ha despertado la conciencia de la masa, y confirma la necesidad de ruptura con la injusticia dominante. La gente al bautizarse, manifestaba abiertamente su ruptura con la injustica en la esfera personal (los pecados) y se comprometía a ponerle fin (enmienda). Esto significa, en primer lugar, una autocrítica, es decir, una toma de conciencia de la propia responsabilidad respecto a la situación injusta; al mismo tiempo manifestaba el propósito de acabar con tal situación en cuanto dependiera de cada uno. La confesión de la propia complicidad con el mal, y el bautismo, que simbolizaba la ruptura definitiva con él, expresaba públicamente el deseo de una sociedad justa. ¿No podríamos los cristianos, en este domingo del Bautismo del Señor, manifestar públicamente nuestra ruptura con este sistema capitalista de casino? Jesús recibe el bautismo de Juan, símbolo y compromiso de muerte, pero en su caso no se trata de una muerte al pasado (a los pecados), ni es expresión de enmienda (no se declara cómplice de la injusticia); es, en cambio, un símbolo de muerte en el futuro; su bautismo expresa su disposición a la entrega total. Es decir, Jesús se 7# #
!"#$%&'()%)*%#######################+&(&#%)#%,#'-)./#/0&%&/########################1(-*23'/#.%,#4%5/&# compromete a cumplir su misión a favor de los hombres, y para llevar adelante esta empresa está dispuesto a no escatimar ni su propia vida. También nosotros, al bautizarnos, asumimos este compromiso: ¡ser cristianos con todas las consecuencias! ¿Somos conscientes los militantes de lo que prometimos? Al subir Jesús desde el río, una vez expresado su compromiso, se produce inmediatamente la respuesta celeste. El compromiso de Jesús «rasga el cielo», rompe las fronteras entre Dios y el hombre: Dios va a comunicarse de una manera nueva, directa y continua, que lo hará cognoscible y accesible a la humanidad entera. Jesús, el que se entrega por amor a los hombres, es el Hombre del Espíritu, el Hombre-Dios. Para llevar a cabo su misión, Jesús alcanza la plenitud de la condición humana, que incluye la condición divina. No otro ha de ser el objetivo de la Formación hoacista, si queremos que los obreros llevemos a cabo nuestra misión, que no puede ser otra que la misma de Jesús. Es decir, nuestra Formación nos ha de llevar a ser plenamente humanos y plenamente divinos (mandamiento nuevo, bienaventuranzas, etc.), si no, no será una formación cristiana. ¿No es esto una locura? Sí, para los hombres, pero no para Dios. La bajada del Espíritu sobre Jesús remite a varios textos proféticos: Is 42, 1-4 presenta al Servidor de Dios, portador de su Espíritu, como el que ha de anunciar y hacer triunfar el derecho (la justicia social); pero no será demagogo ni violento, sino respetuoso con la libertad y paciente; Is 61,1s identifica al Espíritu con la Unción: la misión del Ungido se realiza a favor de los pobres, cautivos y oprimidos; Miq 3,8: “Yo, en cambio, estoy lleno de fuerza por el Espíritu del Señor, de justicia y valentía para anunciar sus culpas a Jacob, sus pecados a Israel”. Jesús, en quien Dios (el Padre) está presente y habla, es, por su persona y actividad, la presencia misma de Dios en la historia. De igual modo nosotros, por gracia de Dios, por nuestro bautismo y nuestra praxis solidaria, somos la presencia de Jesús para los empobrecidos del M.O. ¡Esta es nuestra bendita responsabilidad! Jesús es el “Hijo”. En el contexto semítico “hijo” significa, ante todo, el que actúa y se comporta como su padre. La entrega de Jesús a favor de los hombres va a ser, por tanto, la revelación del amor de Dios por la humanidad. En Jesús se ve lo que es Dios. Y en nosotros (“hijos de Dios”), es decir, en nuestro comportamiento, se ha de ver lo que es Jesús. El Bautismo de Jesús es el prototipo del “bautismo con Espíritu Santo”. Supuesta la ruptura con la injusticia (bautismo de Juan), muestra el compromiso positivo que a todos toca hacer: la adhesión a Jesús, con la entrega de sí mismo a una misión como la suya, colaborando con él en la salvación de la humanidad. Este es el camino del Mesías y de sus seguidores mesiánicos.
Así actuaban los primeros cristianos 8# #
!"#$%&'()%)*%#######################+&(&#%)#%,#'-)./#/0&%&/########################1(-*23'/#.%,#4%5/&# «Se aman unos a otros y no desprecian a las viudas y libran al huérfano de quien lo trata con violencia; y el que tiene, da sin envidia al que no tiene. Apenas ven un forastero, lo introducen en sus propias casas y se alegran por él como por un verdadero hermano; porque los llaman hermanos, no según su cuerpo, sino en el espíritu y en Dios. Apenas también alguno de los pobres pasa de este mundo y alguno de ellos lo ve, se encarga, según sus fuerzas, de darle sepultura; y si se enteran que alguno de ellos está encarcelado o es oprimido por causa del nombre de su Cristo, todos están solícitos de su necesidad, y si es posible libertarlo, lo libertan. Y si entre ellos hay alguno que esté pobre o necesitado y ellos no tienen abundancia de medios, ayunan dos o tres días para satisfacer la falta de sustento necesario en los necesitados» (Apología de Aristides, cap 16, nº 7-9).
ORACIÓN Porque lo que es Jesús, eso eres tú !aunque aún no lo sepas!, en ello comprometió su vida, para ello nos dio su Espíritu… ¿No sabes que al ser bautizado fuiste bautizado en la muerte de Jesús? Te crucificaron con Cristo, para que fuera destruido el cuerpo de pecado, y, de este modo, dejaras de servir al egoísmo; ¡Anda, pues, en la vida nueva que ha sido puesta a tu alcance! ¡Considérate, de una vez, muerto al pecado y vivo para Dios en Cristo Jesús! Estando bajo la gracia, ponte al servicio del amor, y no te dejes someter ¡nunca más! a los deseos de la despreciable injusticia. Lo puedes hacer, porque estás bajo la gracia. ¡Vive la novedad del Espíritu! Lo que nos era imposible, estando bajo la Ley del Egoísmo, lo ha hecho Dios posible por medio de Jesús: Ahora podemos actuar de acuerdo con su Espíritu… Y sabemos que sólo los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, esos son sus hijos, y pueden clamar: ¡Abba, Padre! ¡Hijos de Dios, templo del Espíritu, hermanos de Cristo! ¡Eso somos, en ello comprometió su vida Jesús, por eso nos dio su Espíritu, en ello está la máxima alegría del Padre!
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