ISBN: 978-84-92787-43-2
Este cuaderno nos presenta textos de Guillermo Rovirosa sobre la extensión de la HOAC que señalan lo esencial de estas cuestiones: la evangelización, el camino y el estilo, la extensión como un estilo de vida y testimonio militante, el acompañamiento de la vida de las personas, la iniciación a la HOAC…
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Son textos que ayudan a situar en la perspectiva apostólica nuestro quehacer comunitario y nuestro proyecto evangelizador como militantes obreros cristianos y, a la vez, nuestra misión evangelizadora como misión eclesial. Son textos que nos ayudan a reorientar la misión evangelizadora en una Iglesia en salida.
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La extensión en la HOAC
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La extensiรณn en la HOAC
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ISBN: 978-84-92787-43-2 Depósito legal: M. 14960-2018
Preimpresión e impresión: Arias Montano Comunicación www.ariasmontano.com
Índice
Página
Presentación .............................................................................................................................................................................. 5 La evangelización, tarea eclesial y de la HOAC .................................................. 7 El camino y el estilo (de la evangelización) .............................................................. 15 La extensión de la HOAC. No el número, sino un estilo de vida; la vida de la Gracia ...................................................................................................................................................... 17 Los medios para la extensión .............................................................................................................. 25 El testimonio de vida militante, de la vida de la Gracia ........ 25 Acompañar la vida de las personas ......................................................................... 27 El testimonio de nuestras publicaciones: El ¡Tú! (El uso militante de nuestros medios) ................................................................ 28 ¡Ahora! ............................................................................................................................................................................................... 31 Otros textos. Cartas .................................................................................................................................................. 33
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Presentación
Cuando hablamos hoy de extensión en la HOAC la distinguimos de la iniciación. Siendo cuestiones relacionadas hemos descubierto la especialidad de cada una, y que son cosas distintas. La extensión no mira hacia la HOAC, sino hacia el mensaje evangélico, hacia el Reino de Dios; es más equiparable a la evangelización. Aunque de la extensión surja, como gracia de Dios, la iniciación. La extensión no busca principalmente que el número de militantes de la HOAC crezca, sino que se implante el Reino de Dios y su justicia, para lo cual un camino es que la pastoral obrera sea Pastoral Obrera de toda la Iglesia. En la época de Rovirosa, la diferencia no aparecía tan claramente pero, en sustancia, apuntaba en esta dirección, cuando se refería a la extensión de la HOAC. Este cuaderno recoge textos de Guillermo Rovirosa que señalan lo esencial de estas cuestiones: evangelización, extensión, testimonio militante, apostolado, iniciación a la HOAC… Son textos —hay más— que nos ayudan a situar en la perspectiva apostólica nuestro quehacer comunitario y nuestro proyecto evangelizador como militantes obreros cristianos y, a la vez, nuestra misión evangelizadora como misión eclesial. Son textos de actualidad, capaces de dar sentido a nuestros proyectos evangelizadores. Y, a la vez, son textos que nos ayudan a reorientar la misión evangelizadora en una Iglesia en salida. 5
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Su lectura nos puede ayudar a situar en sus claves justas las dimensiones de esta tarea misionera que sigue siendo esencial en la HOAC y en la Iglesia, en medio del mundo obrero. Las citas corresponden a los tomos correspondientes de las Obras completas, de donde se han extraĂdo los textos. Hemos respetado la literalidad de los textos de Rovirosa, por eso hay que entenderlos en su contexto. Cuando Rovirosa dice hombres, hemos de leerlo utilizando un sentido inclusivo: hombres y mujeres, si queremos ser fieles. La ComisiĂłn Permanente de la HOAC
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La evangelización, tarea eclesial y de la HOAC Dios creó al hombre con un cuerpo, un alma, y su Gracia 1 . Las Gracias —nos decía don Eugenio Merino— todas son combativas. No se nos dan simplemente para que las tengamos y poderlas presentar a la hora de rendir cuentas. Hay que hacerlas fructificar ¿Cómo? Luchando para que sobreabunde la Gracia donde sobreabunda el pecado 2 . Fidelidad a Cristo; esta es la pieza fundamental de los que viven en Gracia. Pensar que, desde toda la eternidad Dios tiene un plan maravilloso y espléndido que nos lo ha revelado con las Escrituras, que nos lo precisa con el Magisterio de la Iglesia y que nos lo manifiesta con los acontecimientos pequeños y grandes de la vida. Fidelidad a este plan grandioso de Dios. El método de encuesta, la revisión de vida obrera, la acción en equipo, todo cuanto hay en el Plan cíclico no quiere ser otra cosa que un entrenamiento para que los hoacistas puedan ser fieles, en todo momento, al plan de Dios 3 . ¿En qué consiste, fundamentalmente, el apostolado de los seglares?… principalmente en la difusión del mensaje evangélico, para que este pueda llegar a todas partes 4 .
1 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo III. Reflexión cristiana/Escritos socioeconómicos/ La construcción de la HOAC, Ediciones HOAC, 1996, p. 24. 2 Ídem, p. 27. 3 Ídem, p. 32. 4 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo II. Cooperación y comunidad, Ediciones HOAC, 1995, p. 146.
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Más papistas que el Papa, quisiéramos conquistar a los demás por real decreto. Y seguimos sin ver la mansedumbre de Jesús 5 . Si conviviéramos entre los hermanos ¡cómo cambiarían las cosas! Pero los amamos de palabra y de lejos 6 . Casi todo lo que se emprende sin Cristo o contra Cristo empieza con éxitos más o menos deslumbradores, pero después de cierto tiempo se hunde por su falta de consistencia. En cambio lo que se emprende con Cristo y por Cristo suele tener unos principios que no presagian nada bueno: contradicciones, dificultades, incomprensiones… por todas partes, hasta de las más impensadas. Pero en el momento en que menos nos lo imaginamos, el éxito. Lo mismo, lo mismo que pasó con la vida, muerte y resurrección del Salvador… y vencedor 7 . Día vendrá que los obreros llenaremos los templos. Y el amor sonreirá. Y las etiquetas caerán 8 . Todos los redimidos por la Sangre de Cristo estamos llamados a la santidad 9 . Todos gemimos y lloramos en lamentaciones de que el mundo está muy mal; pero todos estamos también seguros de que la culpa es de los otros: los malos. La verdad es que la humanidad no es, ni puede ser otra cosa, que la suma de todos los hombres, y nadie puede considerarse exento de culpa en los males que la aquejan. Unos serán por acción y otros por omisión. Si Cristo está ausente de la sociedad actual, la culpa no es de sus enemigos declarados o sin declarar, sino de los que, aburguesadamente, solamente nos sentimos responsables de pasarlo bien por toda la eternidad con el mínimo gasto y esfuerzo, después de intentar por todos los medios pasarlo estupendamente en este mundo. Cierto que yo no puedo ser responsable de todo el mundo, pero ciertísimo que yo soy responsable de mi mundo 10 .
Ídem, p. 205. Ídem, p. 206. 7 Ídem, p. 208. 8 Ídem, p. 210. 9 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo III. Reflexión cristiana/Escritos socioeconómicos/ La construcción de la HOAC, Ediciones HOAC, 1996, p. 154. 10 Ídem, p. 159. 5 6
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La tarea de dar un espíritu cristiano a este mundo fabuloso que está surgiendo ante nuestros ojos sin que nos demos cuenta, no puede ser misión, o tarea, de un grupo «especializado», por numeroso o idóneo que sea, sino que ha de ser obra de toda la Iglesia, ya que se está gestando toda una sociedad nueva 11 . Tengo la convicción firmísima de que ha llegado el tiempo, y ya estamos en él, de que el mensaje evangélico ya no hay que difundirlo principalmente entre los que tienen por misión el mandar, sino entre los que tienen por misión el servir. Esto sí que entra de lleno dentro de las palabras y de la vida del Señor 12 . Cada vez se habla más de evangelización en la HOAC, pero aún no se ha descubierto lo que se quiere significar con esa palabra. Parece que la necesidad del testimonio vivido es algo en lo que todos los miembros de los equipos y grupos están de acuerdo 13 . Evangelizar…, palabra que hay que comprender bien. Es evidente que como Cristo, será ante todo por nuestra vida, por lo que seamos nosotros, por nuestra Fe, por nuestra caridad, como evangelizaremos a nuestros camaradas, al mundo obrero, y también a los demás 14 . Sin embargo, también nos compete la evangelización por la palabra. El mundo obrero desconfía de las palabras… los errores pasados engendran prejuicios… los odios nos obligan con frecuencia al silencio. La única predicación que se acepta es nuestra vida. Recordemos lo que pasa en nuestros talleres, nuestros despachos, nuestras cantinas, las salas comunes de los hospitales, los largos viajes en tercera clase, las reuniones públicas, etc. ¿Cómo hemos podido hablar nosotros? Pero cuando sentimos que es preciso hablar, el Espíritu Santo no nos faltará si sabemos escucharle 15 .
Ídem, p. 299. Ídem, p. 300. 13 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo V. Plan cíclico/Artículos, Ediciones HOAC, 2009, p. 283. 14 Ídem, p. 287. 15 Ibídem. 11
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Aparte del testimonio personal, la presencia de los cristianos en el movimiento obrero, respetando en todo el objetivo de este, hace efectiva la evangelización. Ante todo, porque su acción, al servicio de una causa fundamentalmente justa, en equipo o en grupo con los incrédulos, contribuye a demoler los prejuicios que interceptan el camino al Mensaje cristiano, para los camaradas escandalizados por el entendimiento, real o aparente, de las gentes de la Iglesia con los opresores de la clase obrera. Luego, porque la presencia activa, dinámica, masiva, de los militantes obreros cristianos debe contribuir a purificar desde dentro el movimiento obrero y promover una sociedad más humana, más justa, más viable para los hijos de Dios, una sociedad abierta hacia su superación, hacia lo Absoluto del Amor divino 16 . La HOAC, en función misma de su papel de evangelización, tiene el derecho y el deber de exigir que todos los cristianos de todos los ambientes, clérigos y laicos, de todas las parroquias, tomen parte activa en su acción misionera 17 . Las fórmulas, las recetas, los moldes, nos encantan. Y su consecuencia necesaria: el trabajo en serie nos entusiasma. No nos faltaba más que la moda de la productividad. El máximo resultado con el mínimo esfuerzo. Creemos que esto es exactamente el progreso. Y su aplicación universal. Incluso en el apostolado. Con un «buen» reglamento apostólico, con «buenas» fórmulas apostólicas, con «buenas» instrucciones prácticas apostólicas, con «buenos» fondos económicos apostólicos, con «buenas» influencias apostólicas… nos parece (¡estamos seguros!) que podría ponerse en funcionamiento la máquina apostólica, y hasta garantizaríamos los buenos productos.
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Ibídem. Ídem, p. 285.
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El apostolado «a la medida» nos parece caro, largo y penoso y hemos optado por un apostolado «de confección»… Al valor número le hemos dado primacía sobre el valor persona. Y así nos luce el pelo 18 . El apostolado no se ve, el apostolado se vive 19 . Queremos implantar el Reino de Dios a base de «resurrecciones» —asambleas multitudinarias, congresos, concentraciones, exhibiciones e inflación religiosa— en vez de hacerlo a base de una vida íntegra y honrada… Resucitar con Cristo es para todo cristiano vivir íntegramente y en su totalidad las veinticuatro horas de cada día una vida honrada santificada por la Gracia… La lección de la Resurrección es el eje en el que han de centrarse todas las fuerzas para la implantación del Reino de Dios 20 . Cuando el mundo vea que los cristianos nos amamos, y que amamos a todos los hombres, sin tener en cuenta su religión, su credo político, su nacionalidad ni su raza, creerá que, en verdad, Cristo es el enviado del Padre. El Reino de Dios se presenta ante nosotros difícil, pero hacedero. Ir convirtiéndolo en realidad es sentir, ante la injusticia, el egoísmo y la explotación, la rebeldía santa de Jesús ante los mercaderes del templo. Rebeldía que es amor a todos los hombres. Amor que nos lanza por el camino del sacrificio y de la entrega. Amor que convierte almas. Convertir almas no es conseguir que la gente llene los templos; es lograr que se amen unos a otros hasta la muerte y muerte de cruz precisamente 21 . La comprensión es una forma de amor. Como amor, es constructivo. Hermana a los hombres 22 . Existe una forma de amor llamada comprensión. El caso más sublime de comprensión —como siempre— nos lo da Cristo encarnándose… Con la Encarnación el Hijo de Dios comprendió al hombre.
Ídem, pp. 295-296. Ídem, p. 301. 20 Ídem, p. 428. 21 Ídem, p. 479. 22 Ídem, p. 508. 18 19
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Con esta forma de amor llamada comprensión entró la Revelación en el mundo. Porque Dios comprendió al hombre, acomodándose a su manera de ser, fue posible que el hombre escuchara a Dios y lo entendiera. Solo con esta forma de amor llamada comprensión será posible extender el mensaje divino y acrecentar socialmente el Cuerpo Místico de Cristo 23 . Aspiramos muchos a fórmulas sociales maravillosas para transformar el mundo… Y, sobre todo, rápidas, porque tenemos mucha prisa… A base de «lo grande» de este mundo, ni la naturaleza ni la sobrenaturaleza pueden construir nada. El príncipe de este mundo sí: construye toda clase de injusticias… A base de lo pequeño la naturaleza construye el universo, y la sobrenaturaleza construye el Cuerpo Místico de Cristo 24 . Pero la verdad, la triste verdad, es que la principal causa de la propagación del catolicismo no estriba en la acción evangelizadora de los católicos, que casi no es perceptible, sino en lo que se podría denominar el «Método coneja». Si en cada cien personas hubiera 18 católicos que nos amáramos unos a otros como Cristo nos amó, hasta la muerte, no haría falta demasiada propaganda para que los restantes quedaran irresistiblemente prendidos en las redes del Amor. Pero todos parece que nos hemos puesto de acuerdo en culpar a la poca propaganda y a la falta de una buena organización como causantes de la poca extensión del catolicismo. Claro está que hay que incrementar por todos los medios la difusión del Evangelio entre los infieles. Pero ¿no es también cuestión de pensar seriamente en implantar el Reino de Dios y su justicia entre los fieles? 25 . Si el mundo «fermenta» tan poco con levadura cristiana, no es porque no hay suficiente cantidad de esta, sino porque ambos elementos no están mezclados íntimamente. Por otra parte bien sabido es que de la levadura,
Ídem, p. 510. Ídem, pp. 481-482. 25 Ídem, p. 497. 23 24
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lo importante no es la cantidad sino la calidad, ya que la cantidad se suple amasando más intensamente la pasta. En una masa enorme de tres medidas (cerca de cien kilos), dice el Divino Obrero, basta la escasa cantidad de levadura que reserva la mujer de su casa de la hornada anterior, para que toda la masa fermente, a condición de que se amase bien 26 . Desgraciadamente son muchos los que temen el mezclar la levadura con la masa, por temor de que la masa estropee la levadura, cuando en realidad esta última existe para fermentar y mejorar aquella. Otros también temen que la levadura toda no esté bastante formada y preparada, siendo así que la única manera de que desarrolle su poder fermentador es mezclándose íntimamente con la masa y amasándose enérgicamente con ella…. La levadura existe para la masa, y ella sola para nada sirve, ni sabe a nada, y pronto se descompone y pierde sus propiedades. Y, a pesar de estas ideas tan claras y sencillas, con grandísima frecuencia se ven en nuestras parroquias y ciudades muestras de excelente levadura colocada en lugares excelentes, pero separadas de la masa por muros de tres metros de espesor; por barreras de incomprensión, por fosos de desprecio, o por alambradas de temor… Si Jesucristo volviera, ¿qué diría? 27 .
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Ídem, p. 498. Ídem, p. 498-499.
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El camino y el estilo (de la evangelización) 1. N o debe pretender imponerse por la fuerza… aunque las circunstancias se presentaran favorables para ello. En primer lugar por fidelidad al espíritu cristiano, que es un espíritu de Amor… Después por respeto a la dignidad, a la libertad y a la responsabilidad de todos los hombres, siendo en esto hijos de nuestro Padre que está en los cielos… Ahí está la historia del cristianismo, con sus fracasos cuando ha querido apoyarse en la fuerza, y sus éxitos cuando ha sido el Amor su arma fundamental. 2. Debemos evitar limitarnos al aspecto material y de lucha contra las injusticias del capitalismo… No ha de ser una tentativa para hacer buenos a los demás como primera finalidad, sino para vivir el cristianismo como cristianos conscientes, ayudándonos mutuamente, y ayudando a todos los demás que deseen ser ayudados. 3. E l apostolado no será directo, dirigido a los otros, sino: a) Directo hacia nosotros mismos, para confirmarnos y purificarnos cada vez más en nuestra fe, a base de Amor en sus tres dimensiones vitales de pobreza, humildad y sacrificio. b) Indirecto hacia los otros, en el sentido de que no tengan que impresionarse y «convertirse» por lo que se les dice, sino por lo que vean… Cuando la gente vea en los cristianos lo mismo que oye de los cristianos, los resultados de la evangelización serán enormemente más efi-
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caces… No habrán de convencerse con razonamientos, porque lo verán con los ojos 28 . 4. Aspirar a que la vida sobrenatural (la única vida «de verdad», por ser la vida de Dios) vivifique todas las relaciones humanas 29 . Toda colaboración humana basada en el servicio a Cristo en los demás tiene el éxito asegurado 30 . Una obsesión muy corriente en los que andamos en el apostolado es la del «número». La importancia de las obras se quiere medir con un número. Número de adherentes, número de pesetas que manejan, número de centros, número, número… En realidad el número es importante. Para los materialistas es lo más importante; pero, para nosotros, no. Si en verdad nuestra acción quiere ser la obra de Dios, la primacía hay que ponerla en la fidelidad. Dios no triunfa nunca a base de numerosos bultos humanos, sino a base de la fidelidad de los fieles, aunque sean pocos, como ocurre siempre 31 . Repito, una vez más, que el número no es lo más importante; lo más importante es la fidelidad a los ideales de Cristo. Dios da el número, como añadidura, a los fieles que buscan antes que nada el Reino de Dios y su justicia 32 . Cuando los trabajadores hayamos valorizado y actualizado nuestra función como humanos y como cristianos, nos encontraremos que el «número» se nos dará por añadidura 33 .
28 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo I. Cooperación y comunidad, Ediciones HOAC, 1995, pp. 181-183. 29 Ídem, p. 184. 30 Ídem, p. 211. 31 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo II. Cooperación y comunidad, Ediciones HOAC, 1995, p. 427. 32 Ídem, p. 253. 33 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo V. Plan cíclico/Artículos, Ediciones HOAC, 2009, p. 413.
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La extensión de la HOAC. No el número, sino un estilo de vida; la vida de la gracia Obra de Dios es la HOAC. Trabajo de hombres al servicio de Dios. No de un Dios ausente, alejado o indiferente. Dios presente, con toda su esencia y poder. Con toda su omnipotencia al servicio de su Providencia. Pidiéndome, suplicándome, conquistándome de mil maneras para que yo me determine a entrar en la obra de Dios. No solamente para laborar en la obra de Dios. Más, mucho más que esto. Más que trabajar por Dios. Más que trabajar en Dios. ¡Trabajar con Dios! 34 .
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Ídem, p. 214.
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La imagen correcta de la HOAC quizá sea la del campo, en el que el Padre de Familias deposita (por intermedio de sus trabajadores, los hoacistas) la semilla del buen trigo. Al mismo tiempo que los operarios del enemigo van sembrando la cizaña (¡Cuántas veces los hoacistas somos también sembradores de cizaña! Pero esta es otra historia…) La semilla que se deposita abundante en nuestro campo no es otra que la Gracia. Y el abono para que la semilla germine, se desarrolle y dé fruto abundantemente es el Amor. Ya que: donde no hay amor, si ponemos amor, cosecharemos amor. Nuestra misión no es pues, estrictamente, construir, sino sembrar y abonar. En primer lugar, en nuestra mente y en nuestro corazón. Sabiendo, bien sabido, que la cosecha no depende ni de la siembra ni del trigo, sino de la Voluntad Altísima del que da el incremento… ¡Qué tarea tan grande: ser sembrador de Cristo! 35 . Nuestra seguridad está en el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. No puede estar en ninguna otra parte. Él es el alfa y omega, el principio y el fin 36 . Queremos una HOAC que, en todo momento, parezca lo que es: ¡instrumento de Dios! 37 . Desde que la HOAC empezó, todos hemos querido que crezca y se desarrolle. Esto es natural, pero lo que no es tan natural es que casi siempre busquemos el crecimiento dando preferencia a lo natural frente a lo sobrenatural. Y es ahí donde observo esta providencia especial, al ver cómo solamente se consolida la HOAC en los lugares y en los momentos en que su base es la fidelidad a la Gracia… Hoy hay muchos desengañados de la HOAC; eso es lo que dicen ellos. Pero, en realidad, de lo que deberían estar desengañados es de su propio engaño; se engañaron al buscar en la HOAC
Ídem, p. 217. Ídem, p. 222. 37 Ídem, p. 229. 35 36
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otra cosa que vivir la Gracia con todas sus consecuencias 38 . La HOAC va mal, pero… va. Su porvenir está en nuestras manos y depende de nuestra fidelidad a la Gracia 39 . ¿Cómo se empieza? Pues… ¡por el principio! Generalmente, UNO habrá sentido la llamada –la vocación– al apostolado OAC 40 . Y esta es, por esencia, una enfermedad contagiosa, que exige imperiosamente comunicarla a compañeros de trabajo de buena voluntad 41 . Todavía hay dirigentes en la HOAC que piensan que lo interesante es que se «apunte» gente en nuestra Obra. Creen que la importancia de su Centro se mide por el número de los que figuran en sus listas, como si en vez de estar situados en plena Obra de Dios, anduviéramos metidos en la democracia inorgánica. Muchos deseamos la extensión de la HOAC, y creemos que esta puede medirse por el número de sus militantes. Y consecuentes con este criterio construimos planes y organizamos actos con vistas a incrementar más y más el número de los militantes. Sin embargo es necesario revisar este criterio simplista 42 . Para este combate no puede confiarse en el número. El gran número no son nunca los vencedores, sino el trofeo de los vencedores, que con Cristo y como Cristo aceptaron la muerte para ello. Cuantos más seamos, mejor. Pero el número nunca debe prevalecer sobre la calidad en las vanguardias de la HOAC 43 . Con unos cuantos «siervos inútiles» así Dios transformará el mundo 44 . 38 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo III. Reflexión cristiana/Escritos socioeconómicos/ La construcción de la HOAC, Ediciones HOAC, 1996, p. 33. 39 Ídem, p. 34. 40 Obrero de Acción Católica. 41 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo IV. La construcción de la HOAC, Ediciones HOAC, 2000, p. 305. 42 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo V. Plan cíclico/Artículos, Ediciones HOAC, 2009, pp. 268-269. 43 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo III. Reflexión cristiana/Escritos socioeconómicos/ La construcción de la HOAC, Ediciones HOAC, 1996, p. 468. 44 Ídem, p. 469.
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Las finalidades de nuestra Obra en principio son dos: 1.ª Devolver al pueblo trabajador a Cristo, y 2.ª Obtención de un sano bienestar para todos. Tiene como medios para conseguirlo el hacer de los centros OAC hornos ardientes, donde los obreros, entre los obreros, por los obreros y para los obreros, nos formemos para poder aceptar libre y dignamente nuestras responsabilidades de hombres, de cristianos, y de apóstoles 45 . Los objetivos inmediatos de la HOAC no pueden ser diferentes ni independientes de su objetivo general, que es: Ganar para Cristo el mundo del trabajo. Esto no lo podemos perder nunca de vista, y debe presidir siempre todas nuestras actividades 46 . Un militante de la HOAC no es un obrero a quien se le quiera aplicar este nombre; es un obrero que, por su parte, ha comprendido la llamada de Cristo y de su Iglesia, y se entrega al apostolado obrero con todas sus consecuencias 47 . El primer objetivo del militante OAC es vivir en la presencia de Dios 48 . Doble misión del militante OAC: de dentro a fuera manifestando a Cristo sobre todo en el amor a nuestros semejantes; de fuera a dentro, captando todos los matices del ambiente (para poder ver y juzgar con lucidez) 49 . El militante de la HOAC es, por esencia, un insatisfecho. Cada nuevo día le hace más exigente consigo mismo y más exigente en su proyección social 50 .
45 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo IV. La construcción de la HOAC, Ediciones HOAC, 2000, p. 310. 46 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo III. Reflexión cristiana/Escritos socioeconómicos/ La construcción de la HOAC, Ediciones HOAC, 1996, p. 401. 47 Ídem, pág. 269 48 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo IV. La construcción de la HOAC, Ediciones HOAC, 2000, p. 334. 49 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo IV. La construcción de la HOAC, Ediciones HOAC, 2000, p. 335. 50 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo V. Plan cíclico/Artículos, Ediciones HOAC, 2009, p. 343.
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El problema que tenemos planteado no es tanto el de aumentar el número de militantes sin contenido sustancial, sino el de conseguir que los que hay puedan tener la indispensable asistencia espiritual de sus consiliarios 51 . Esto nos dice que en la HOAC tenemos bien definido un cupo, movible ciertamente, que es peligroso rebasar en cada momento: podemos tener tantos militantes cuantos puedan ser sostenidos y asistidos espiritualmente de manera adecuada por los consiliarios de la Obra 52 . Los hoacistas que carecen de «espíritu de Encuesta» (¿y cómo lo van a tener los que ni siquiera han asistido a un Cursillo Nocturno de Iniciación?) sueñan en extender y propagar mucho la HOAC, «gimiendo y llorando» por la supresión del ¡Tú!, por las incomprensiones, por las persecuciones, por las dificultades… 53 . La HOAC necesita hombres (y mujeres) con la plenitud humana que representa el ser hombres (y mujeres) de encuesta, y con la plenitud cristiana del Mandamiento Nuevo incrustado en su espíritu de equipo… en todo momento sumergido en la Gracia 54 . Bien están los técnicos, bien están los organizadores; pero quienes nos son indispensables son los santos; personas en cuyo corazón reina Dios como único soberano, que todo su esfuerzo se encamina a ser justos a los ojos de Dios. A éstos, a estos que buscan el Reino de Dios y su justicia, y no a otros, son a los que todo se les dará por añadidura 55 . Así se hace la HOAC. ¡Así se hace, Señor! A pesar de todo… A pesar de mí… ¡Con el sacrificio de la gran familia comunitaria de los hoacistas! 56 . ¿Cómo y por qué se entra en la HOAC? Ídem, p. 270. Ibídem. 53 Ídem, pp. 271-272. 54 Ídem, p. 272. 55 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo III. Reflexión cristiana/Escritos socioeconómicos/ La construcción de la HOAC, Ediciones HOAC, 1996, p. 410. 56 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo V. Plan cíclico/Artículos, Ediciones HOAC, 2009, p. 275. 51 52
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Podemos señalar dos posiciones principales: primera, la de los que padecen —ellos— alguna necesidad y esperan que en la HOAC se la remediarán —a ellos—, y segunda, la de los que «compadecen» alguna necesidad ajena y esperan que la HOAC sea el cauce para remediarla. ¿Cómo y por qué se sale de la HOAC? Los primeros salen rápidamente porque la HOAC no les puede resolver nada… La HOAC no es para ellos. Salen completamente vacíos de la HOAC. Los segundos se compenetran con la Obra (¿tres años? ¿cuatro años?) y, una vez más, llenos de HOAC, salen, si es preciso, a sufrir persecución por implantar la justicia. Todos entran y todos salen por la misma puerta. Los primeros son los del deseo, los segundos, los de la renuncia. El que no tiene trabajo no lo encontrará en la HOAC, que no se ha hecho para hacer competencia a las oficinas de colocaciones. Pero el que trabaja viene a la HOAC a renunciar a su legítimo ascenso. El que no tiene casa se equivoca si espera en las influencias de la HOAC para conseguirla. Pero el que tiene casa decente viene a la HOAC renunciando a muchos goces legítimos del hogar acogedor. El que solamente aspira a su perfección espiritual se equivoca si viene a la HOAC. Pero el que vive habitualmente en Gracia viene a la HOAC aun renunciando a los goces de las horas de visita a Jesús Sacramentado, trocándolas por los sinsabores de las visitas a Jesús Desfigurado. La HOAC no se ha hecho para los que todavía nada tienen, sino para los que saben renunciar a algo o a mucho de lo que tienen. Esto que es tan sencillo, es quizá lo que más cuesta comprender… a algunos 57 . El apóstol de la HOAC debe hablar (sobre todo con el lenguaje de las obras) a todos. Esta es su misión. En su camino encontrará que unos le comprenden (más o menos), que otros no le hacen caso y que otros lo
57 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo V. Plan cíclico/Artículos, Ediciones HOAC, 2009, p. 278.
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maltratan y persiguen. Esto es lo que Dios pone en su camino. Puro don de Dios todo 58 . Lo que puede hacer la HOAC es ni más ni menos que lo que puedan hacer sus militantes, ya que la HOAC no existe más que en sus militantes… ¿Y qué pueden hacer los militantes de la HOAC?… Ciertamente que Cristo no pide a ningún militante que lo haga todo… El Señor nos pide que hagamos todo lo que podamos 59 .
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Ibídem, p. 503. Ibídem, p. 504.
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Los medios para la extensión El testimonio de vida militante, de la vida de la Gracia — Los de la HOAC hemos sido puestos… como testimonios de Cristo en medio de los obreros escandalizados por tantos falsos testimonios. Por eso la «media tinta», la «acomodación»…, el fariseísmo, en una palabra, son nuestro peor enemigo 60 . — Necesitamos testimonios de la HOAC en todos los terrenos. Principalmente en el humano, y estos son nuestros militantes 61 . La lucha de la HOAC se encamina, en primer término, a que todo obrero recobre la conciencia de su dignidad humana y de obrero a la luz de Cristo 62 . Todo esto exige el don de sí mismo. La entrega total a la causa más sublime, sin reticencias ni cálculos interesados. Buscando únicamente el reino de Dios y su justicia de la única manera que ello puede hacerse en este mundo, que es amando prácticamente
Ibídem, p. 244. Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo III. Reflexión cristiana/Escritos socioeconómicos/ La construcción de la HOAC, Ediciones HOAC, 1996, p. 437. 62 Ibídem, p. 452. 60
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a los hombres de la misma manera que Cristo me amó y me ama: ¡hasta la muerte! 63 . — Lo que nos mueve es el amor. El grande y único amor de Cristo; y por Cristo a los hombres… La HOAC tiene su secreto, su fuerza, su mística, su material divino para construirse: es el Sacrificio 64 . Con la actividad que brota del sacrificio surge y triunfa la HOAC… Y se renueva en el ocaso de cada jornada el mismo propósito: ¡Hasta mañana! ¡Hasta el final de los tiempos trabajaré por la HOAC! 65 Esta es, en definitiva, la técnica de nuestro apostolado: el Amor 66 . — En la HOAC cada palabra, cada acto, cada escrito, cada gesto, toda actividad, toda sin excepción, lleva en sí dos elementos inseparables: lo perceptible, por una parte, que es como el cuerpo, y la Gracia, por otra, que constituye el alma de todo apostolado. La primera y fundamental fuente de Gracia es Nuestro Señor Jesucristo… Con estas miras, el apóstol hoacista se da cuenta de que nunca va solo en su apostolado 67 . — El testimonio de vida familiar, profesional, militante, en todos los aspectos de la vida y de la acción obrera convierte en actos humanos la proclamación de la Buena Nueva a los camaradas y hogares con los que estamos en contacto. Todas nuestras actuaciones tratan de ser demostración viva del cristianismo, demostración que asombra, que escandaliza, que inquieta y que atrae 68 . La única predicación que se acepta es nuestra vida 69 .
Ibídem, pp. 466-467. Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo V. Plan cíclico/Artículos, Ediciones HOAC, 2009, p. 274. 65 Ibídem, p. 275. 66 Ibídem, p. 292. 67 Ídem. p. 275. 68 Ibídem, p. 283. 69 Ibídem, p. 287. 63
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Acompañar la vida de las personas — Cada militante ha ido constituyendo su grupo de adheridos, a quienes no se les pide otra cosa que simpatía por la Obra, leer el periódico y asistir a reuniones generales. Simpatía positiva por la obra se les exige. La Iglesia no nos da la misión para que esperemos a que vengan a nosotros los que están formados, sino para que vayamos a llamar y ayudemos a formarse a todos los obreros de buena voluntad 70 . — El militante OAC ha comprendido que la obra que tiene entre manos es nada menos que la valorización del mundo, y —en primer lugar— la valorización de los hombres. Esto hace que no se separe nunca (por miedo o por soberbia) de los otros hombres. Se separa lo indispensable para verlos con claridad…, pero constantemente se sumerge en el vivir humano para conocerles concretamente, para vibrar con las confidencias de sus esperanzas y de sus fracasos, para participar en sus trabajos, para descubrir la trama más última, el drama más profundo de su vida. El militante OAC nunca debe desposeerse de esta voluntad de contacto con las cosas y con los hombres, contactos con los hombres en conflicto con las cosas. El conocimiento real del hombre se consigue poco a poco, pacientemente 71 . — El conocimiento del hombre no viene exclusivamente de fuera, sino que exige que uno se encuentre sumergido en el mismo destino, marinero del mismo equipaje 72 . Presupone haberse encontrado juntos en las luchas más confusas y más intensas, como en los momentos de
70 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo IV. La construcción de la HOAC, Ediciones HOAC, 2000, p. 337. 71 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo III. Reflexión cristiana/Escritos socioeconómicos/ La construcción de la HOAC, Ediciones HOAC, 1996, p. 495. 72 Aunque el texto original dice equipaje, posiblemente por traslación de la palabra francesa equipage, que significa equipo, el sentido de la frase ha de entenderse como miembros de la misma tripulación, quienes van en el mismo barco, miembros del mismo equipo. Hemos mantenido, no obstante, el texto literal.
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solaz y alegría inocentes. Para conocer a los hombres es preciso haber padecido hambre y sed entre los hombres; haberse jugado la vida con ellos; haber tomado parte, en cierta manera, en sus evasiones psicológicas; haber escuchado en los momentos favorables el verdadero canto que sale de lo profundo de sus almas; haberlos frecuentado dentro de la intimidad del hogar; haber vislumbrado la luz de sus ojos cuando el alma se abandona confiada, o la dureza de la mirada cuando sienten que alguien quiere penetrar en un terreno en el que no admiten a nadie más que a su odio. Es preciso haber trabajado juntos, haber provocado sus mofas, su admiración o su lástima; es menester haberles visto frente al peligro y ante la muerte; es indispensable haber cedido y haber resistido ante sus caprichos. Hay que haber tenido contactos individuales y por grupos; haberlos observado por la calle, lo mismo que en el cine y en la taberna. Es menester haber aprendido mucho de los demás, oyéndoles y viéndoles vivir 73 . — En general, el pequeño grupo que está a cargo del militante OAC lo tiene al alcance de la mano 74 .
El testimonio de nuestras publicaciones: El ¡TÚ! (El uso militante de nuestros medios) También conviene que existan testimonios impresos, y estos son nuestras publicaciones 75 . — Enterarse y discutir principalmente sobre lo que se publica en ¡Tú!
Ídem Ibídem, p. 498. 75 Ibídem, p. 437. 73 74
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— Propagar ¡Tú! Esta es más importante que la otra, con ser ambas fundamentales. Vender el periódico en el barrio, en la taberna, en el lugar de trabajo, en el club… en todas partes 76 . Vender ¡Tú! y discutir. Discutir con todos… consultar unos con otros, resolver las pegas, hasta que seamos los tres o cuatro decididos a todo. — El periódico no está destinado ni se escribe para los militantes, sino para los elementos de fuera de la Obra 77 . El primer paso para extender nuestra obra es vender el periódico. El segundo es comentarlo con quien nos lo compra, explicándole lo que es la ACO 78 . El tercero será nuestra solicitud para que entre en la organización como adherido… El cuarto, y a su tiempo, cotizar 79 . La tarea gloriosa que tenemos entre manos los hoacistas consiste en descubrir y en construir la HOAC simultáneamente. La vamos descubriendo a medida que la construimos, y la vamos construyendo a medida que la descubrimos 80 .
76 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo IV. La construcción de la HOAC, Ediciones HOAC, 2000, p. 306. 77 Ibídem, p. 311. 78 Guillermo Rovirosa usa ACO de forma genérica como Acción Católica Obrera, no para referirse al actual movimiento con dicho nombre. 79 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo IV. La construcción de la HOAC, Ediciones HOAC, 2000, p. 403. 80 Obras completas. Guillermo Rovirosa. Tomo V. Plan cíclico/Artículos, Ediciones HOAC, 2009, p. 279.
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¡Ahora! Este tiempo presente es maravilloso don de Dios. Y puedo emplearlo en obrar el bien o el mal. En obrar mi justificación o mi condenación. También puedo emplearlo estúpidamente extasiándome ante las grandes cosas que hubiera podido hacer en tiempos pasados si… las hubiera hecho cuando era tiempo, o planeando las maravillas que haré en tiempos futuros si todos me comprenden y ayudan. Y mientras tanto… el tiempo presente —el único del que se me pedirá cuenta— pasa absurdamente en la inacción y en la esterilidad. Para los negocios puramente humanos es muy comprensible la indecisión y el temor; la parsimonia y el cálculo; el no lanzarse a la acción hasta tener todos los cabos bien atados. Pero si trabajo —o quiero trabajar— para la gloria de Dios únicamente tengo que poner grandísimo cuidado en una sola cosa: en hacer Su voluntad y no la mía. Si hago en verdad la voluntad de Dios, ya no soy yo, sino Dios quien vive en mí, y entonces, ¿qué preocupaciones puedo tener? ¿Qué incertidumbres me pueden embargar? Nunca puedo fracasar, pase lo que pase. Ahora es tiempo de actuar. Ahora es el tiempo de los testimonios, y no de las apologías. Ahora es el tiempo de mirar, no lo que hago, sino cómo lo hago.
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Ahora es más importante pegar carteles en las calles para el servicio de Dios, que hacer cosas muy destacadas por mi capricho. Ahora es el tiempo que me da Dios —con su Gracia— para santificarme. Nadie puede ni podrá santificarme ni en pasados ni en futuros, sino en presentes. Ahora los obreros incrédulos necesitan ver brillar en otros obreros la antorcha de la fe. Ahora conviene que yo realice buenas obras, para que sea alabado el Padre que está en los cielos. Ahora es uno de los momentos fundamentales de la vida; el otro es el de la muerte. Por eso imploramos constantemente a Dios, para que seamos capaces de velar, orar y actuar con él y para Él. … y ahora soy responsable de la HOAC 81 .
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Ibídem, p. 626.
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Otros textos. Cartas Recogemos a continuación algunos fragmentos de la correspondencia 82 de Rovirosa que hacen referencia a la cuestión de la extensión, el crecimiento de la HOAC, y al de la presencia evangelizadora de la misma Iglesia… La HOAC no tiene por misión hacer cosas, sino hacer hombres que hagan cosas. Mientras estos hombres no estén ¿de qué serviría hacer nada? Y, cuando estos hombres estén, las cosas se harán solas. La tarea que la HOAC tiene delante es la de cambiar una mentalidad… ¡de arriba abajo! Y eso es tarea larga, dura, y paciente. Si miramos a donde vamos aún estamos lejos, pero si miramos de dónde venimos, también se ha hecho camino; mucho más del que yo me hubiera atrevido a soñar 83 . La gran dificultad para el contacto de un sacerdote y un obrero es llegar a establecer el diálogo sobre el tema religioso. Pues resulta que el obrero (o el campesino, es igual) solo sabe hablar en el lenguaje habitual de la vida ordinaria, y el cura (por estas tierras) solo sabe hablar el lenguaje eclesiástico. Y para que los dos se entiendan, es necesario, en primer lugar, que hablen un lenguaje común. En caso contrario se llega, necesariamente, a un diálogo de sordos: ¿Qué, vas a pescar? No, voy a pescar. Ah, creía que ibas a pescar…
82 Todas las citas están tomadas de las Obras completas. Guillermo Rovirosa, Tomo VI, Correspondencia. Ediciones HOAC, 2007, p. 279. 83 Carta 66.
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Para resolver esta dificultad hay dos caminos: 1. Que el obrero llegue a hablar el lenguaje escolástico. Eso es lo que intentan hacer (con el pintoresquismo de todos conocidos) esos seres estrambóticos que se llaman ratas de sacristía. 2. Que el cura vuelva a aprender el lenguaje ordinario. A mí personalmente me parece que esta segunda es la solución más oportuna. Sobre todo pensando que el Nuevo Testamento (y particularmente san Pablo) pueden ayudarle a reencontrar el lenguaje perdido. Eso, me parece, es lo que hay que hacer 84 . Junto a ello, nuestra gran responsabilidad, ya que Cristo no quiere que los hombres le conozcan directamente, apareciéndose a ellos, o mandando un arcángel, sino que quiere que los hombres lo conozcan a través de otros hombres (los cristianos) que han de aparecer en el mundo amando a los hombres como Cristo nos amó. Los hombres no conocen a Cristo (o lo conocen mal) por culpa nuestra…que no cumplimos con nuestro deber de cristianos, siendo no otros Cristos (pues no hay más que un Cristo) sino el mismo Cristo 85 . El servicio de Cristo, hermano, no puede hacerse a favor del dinero, del poder, de la influencia, de los halagos y ayudas, de los éxitos deslumbrantes… sino contra todas esas cosas. Desgraciadamente son muchos los que creen que se puede hermanar el cristianismo con la comodidad, y un número muy grande están seguros de haberlo conseguido. Ninguno de estos puede ser instrumento para extender el Reino 86 . Hemos buscado afanosamente operarios para la viña del Señor, cuando lo que se nos había mandado en primer lugar era pedirle al Señor que Él los
Carta 92. Carta 89. 86 Carta 70. 84 85
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enviara. Yo he de confesar mi culpa: por cada semana pasada «buscando» operarios, no he pasado un minuto «pidiéndolos» 87 . ¿Cuál es el móvil (último, profundo) de mi propaganda? Unas veces será salvar almas y lo cierto es que nadie me ha mandado (ni me puede mandar) salvar almas. Otras veces será: hacer crecer la HOAC, como expresión del Cuerpo Místico, pero eso tampoco me lo ha mandado nadie que lo haga externamente… la viña que yo he de trabajar es la de mi interior… cultivar dentro del corazón el Mandamiento Nuevo 88 . En cuanto al hacer, me parece que no es lo más importante; lo más importante es el ser 89 . Nada más, hermanito. Aférrate a la Fe. Esperemos ilusionados los afanes maravillosos que Nuestro Señor nos traerá… ¿Qué importa que las cosas no vayan como nosotros quisiéramos, si van como Él quiere? Un abrazo muy fuerte, y ¡Hasta el altar, mañana por la mañana! ¡De todo corazón! Rovirosa 90 .
Carta 51. Ídem. 89 Carta 114. 90 Carta 121. 87 88
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Títulos publicados
«Cuadernos Rovirosa» n Cuaderno Rovirosa n.º 1: La vivencia de la triple comunión. n Cuaderno Rovirosa n.º 2: Dialogando con Rovirosa. n Cuaderno Rovirosa n.º 3: La vivencia de la mística. n Cuaderno Rovirosa n.º 4: La cercanía al mundo obrero y del trabajo. n Cuaderno Rovirosa n.º 5: La vivencia de la Iglesia. n Cuaderno Rovirosa n.º 6: Derechos y justicia. n Cuaderno Rovirosa n.º 7: La virtud de escuchar. n Cuaderno Rovirosa n.º 8: Testimonios. n Cuaderno Rovirosa n.º 9: Cartas. n Cuaderno Rovirosa n.º 10: El amor de comunión. n Cuaderno Rovirosa n.º 11: La extensión en la HOAC. En www.edicioneshoac.es puedes acceder a los cuadernos de Guillermo Rovirosa.
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