ORAR EN EL MUNDO OBRERO
Fiesta de la Sagrada Familia (31 de diciembre de 2017) Comisión Permanente HOAC
La familia humana, entre nosotros, no es algo efímero y circunstancial, sino permanente y bien definido. La unión familiar descansa fundamentalmente en el amor; cuando éste no existe, de poco sirven las consanguinidades (Rovirosa, OC.T. I, 199).
La fuerza de la familia reside esencialmente en su capacidad de amar y enseñar a amar (AL 53). UNA MIRADA A MI VIDA FAMILIAR, A LA VIDA FAMILIAR DEL MUNDO OBRERO
Desde proyecto plantear D d ell pr t ffamiliar ililil r que tte hhayas ppodido did pl t r y rrevisar i r a comienzo i z dde curso, r este t día, último del año, puede ser buena ocasión para contemplar con gratitud y agradecimiento tu familia, tu vida familiar. Para valorar cada pequeño paso de comunión que se da, y para ser consciente de aquello que aún queda por construir. Pon tu familia, sin prisas, a cada uno, en presencia del Señor. Y mira también con misericordia la vida de las familias del mundo obrero que conoces: sus esperanzas, sus dificultades, sus alegrías y penas… Acógelas. Hazte, con tu oración, camino de esperanza para ellas. Y, luego, ora:
Oración a la Sagrada Familia
Jesús, María y José en vosotros contemplamos el esplendor del verdadero amor, a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret, haz también de nuestras familias lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret, que nunca más haya en las familias episodios de violencia, de cerrazón y división; que quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado. Santa Familia de Nazaret, haz tomar conciencia a todos del carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios. Jesús, María y José, escuchad, acoged nuestra súplica. Amén. Papa Francisco
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Fiesta de la Sagrada Familia
ORAR EN EL MUNDO OBRERO
C.P.
Escuchamos la Palabra del Señor; mejor si lo hacemos en familia Lc 2, 22-40: Luz para alumbrar a las naciones
Cuando se cumplieron los días de su purificación, según la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones». Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel». Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción –y a ti misma una espada te traspasará el alma–, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones». Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él. Palabra del Señor 2
C.P.
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PARA INTERIORIZAR ESTA PALABRA Lo que nos cuenta este texto son escenas normales en la vida de la familia del tiempo de Jesús: cumplir con los ritos tras el nacimiento, mantener la fidelidad a la ley. En el fondo es mostrar la vuelta a la realidad cotidiana, a la normalidad de Nazaret, a ese lugar privilegiado para vivir la gracia y el amor de Dios que es la familia. Una vida cotidiana y familiar que también se llena de sorpresas, como expresa el encuentro con Ana y Simeón, que en el encuentro con la familia de Nazaret halla motivos de alabanza y acción de gracias a Dios. También nosotros hemos de descubrir en la vida normal y corriente de nuestras familias los signos cotidianos y sencillos de la presencia liberadora de Dios. El Evangelio empieza a ser buena noticia cuando somos capaces de percibir la cercanía de Dios y el cumplimiento de las promesas en lo que acontece a nuestro alrededor. Por eso, en la última asamblea general de la HOAC, nos decíamos cosas como éstas: La aceleración de los ritmos de trabajo y de la vida nos roba el sosiego y el tiempo vital para la familia, para la amistad, para el descanso y el ocio, para la formación y el cultivo de la espiritualidad. Por ello, hemos de empeñarnos en construir un clima cultural en la HOAC, en la Iglesia, en nuestras familias… que nos haga posible responder a la necesidad de seguridad que tenemos desde el compartir; a la necesidad de construir relaciones de igualdad; a la necesidad de reconocimiento desde el servicio y desde la voluntad de poner a los pobres delante de nuestro interés; y a la necesidad de disfrute desde el desarrollo personal que se sustenta en la construcción del Reino de Dios y su Justicia. Necesitamos generar experiencias de comunión de bienes, de vida y de acción entre nosotros y con las personas del mundo obrero más cercano. Experiencias que nos sigan haciendo crecer como una comunidad que sigue a Jesucristo que por amor vive desde la pobreza, la humildad y el sacrificio. Queremos vivir la comunión en nuestro hogar y familia como camino para configurar y construir un proyecto de vida militante cristiano profundamente humano y encarnado en la debilidad del mundo obrero. Avanzamos en vida militante cristiana también en la medida que nuestras familias van dando pasos en un proyecto comunitario de vida compartido. Queremos concretar y dialogar un proyecto de vida familiar que nos ayude a vivir la comunión de bienes, de vida y de acción. Ante la diversidad de situaciones en el ámbito familiar, necesitamos que la HOAC, a través de los equipos y de las diócesis, acompañe a militantes y a sus familias. Desde la experiencia de algunos militantes, hay experiencias en que la familia también puede vivirse como un ámbito en el que, aun no siendo creyentes todos sus componentes, se impulsen valores comunitarios y la triple comunión, sin que necesariamente se definan como cristianos o como miembros de la HOAC. La vida de la HOAC debe estar abierta a la vida de las familias de los y las militantes y debe ofrecer, con cariño y confianza, nuestra vida comunitaria a las mismas. 3
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ORAR EN EL MUNDO OBRERO
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Vuelve, de nuevo tu mirada, a tu proyecto familiar. ¿Qué pasos puedes proponer para que en tu familia se viva la experiencia cotidiana del amor y la comunión, y para poder compartirla con las familias empobrecidas del mundo obrero? El año nuevo que estrenaremos, te ofrece posibilidades y bendiciones en la vida familiar. ¿Qué tal si os lo decís en familia, unos a otros, con esta oración?
BENDICIÓN PARA EL AÑO NUEVO
Que tu mirada gane en hondura y detalle para que puedas ver más claramente tu propio viaje con toda la humanidad como un viaje de paz, unidad y esperanza. Que seas consciente de todos los lugares por los que caminas y vas a caminar en el nuevo año, y que conozcas, por experiencia, qué bellos son los pies del mensajero que anuncia la buena noticia. Que no tengas miedo a las preguntas que oprimen tu corazón y tu mente; que las acojas serenamente y aprendas a vivir con ellas hasta el día en que todo quede al descubierto. Que des la bienvenida con una sonrisa a todos los que estrechan tu mano: las manos extendidas forman redes de solidaridad que alegran y enriquecen con su presencia protectora. Que sea tuyo el regalo de todas las cosas creadas; que sepas disfrutarlas a todas las horas del día; y que te enfrentes, con valentía y entusiasmo, a la responsabilidad de cuidar la tierra entera. Que el manantial de la ternura y la compasión mane sin parar dentro de ti, noche y día, hasta que puedas probar los gozos y las lágrimas de quienes caminan junto a ti, hermanos y hermanas. Que despiertes cada mañana sereno y con brío, con la acción de gracias en tus labios y en tu corazón, y que tus palabras y tus hechos, pequeños o grandes, proclamen que todo es gracia, que todo es don. Que tu espíritu esté abierto y alerta para descubrir el querer de Dios en todo momento; y que tu oración sea encuentro de vida, de sabiduría, y de entendimiento de los caminos de Dios para ti. Que tu vida este año, cual levadura evangélica, se mezcle sin miedo con la masa y haga fermentar este mundo que vivimos, para que sea realmente nuevo y tierno. Y que la bendición del Dios que sale a t encuentro, que es tu roca, tu refugio, tu fuerza, tu consuelo y tu apoyo en todo momento, lo invoques o no, descienda sobre ti y te guarde de todo mal. Y, COMO SIEMPRE, OFRECED, VUESTRA VIDA AL SEÑOR
Señor, S ñ J Jesús, ú t te ofrecemos f m t todo d ell dí día… 4