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Orar en el mundo obrero
2º domingo Cuaresma
ORAR EN EL MUNDO OBRERO 2ª SEMANA DE CUARESMA (20 marzo 2011) Jesús humano, enamorado de la dignidad y belleza de la vida, portador de salud, amor y resurrección. Jesús humano en el dolor, la injusticia y la muerte, peajes de la maravillosa y ardua tarea de amar. Vida de Jesús, vidas humanas, vidas cristianas, transfiguradas en el amor de Dios y de la humanidad. ¡Solo el amor es digno de fe!
TESTIMONIOS “Seguimos adelante con la decisión de vivir con un solo suelo (800 euros) porque no queremos que críen a nuestros hijos otros, porque pensamos que vivir con menos dinero y sin gastar mucho nos educa y nos posibilita prestar atención a las cosas realmente importantes, ser más solidarios y austeros. En definitiva, educa en valores obreros y cristianos que, al fin y al cabo, es en los valores que queremos vivir y educarnos junto a nuestros hijos” (Lola e Israel, en iniciación en la HOAC de Ciudad Real).
«No hay dinero que pague tener a mi lado a mi mujer y a mis hijas» (L. de la Mata, Diario de León 20/2/11) José Antonio Parra había perdido casi todo con el alcohol. Mide 1,70 metros de estatura y llegó a pesar menos de 40 kilos; en casa su mujer ya no le miraba, ni dormía con él. Estuvo treinta años bebiendo y hace diez que dijo adiós al alcohol, poco después de jubilarse de la mina por dos hernias discales. «Me ayudó mucho la familia. Yo no lo quería reconocer. Pensaba que se bebía por vicio y no que es una enfermedad, una droga...» Y no dice que sea fácil: «Es muy duro, se necesita esfuerzo, voluntad y sacrificio». Ahora es voluntario de Arabi, asociación que funciona en Bembibre desde 1989 y en la que él mismo se rehabilitó… ¿Lo que ha ganado? «Mucho. Mi familia estaba perdida. Vivíamos en un mismo hogar, pero divididos. No se paga con dinero tener a mi lado a mi mujer y a mis hijas. Se vuelcan conmigo. No hay palabras para decir lo que se siente».
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… Le espanta ver a «niños entre 14 y 16 años que cogen unas borracheras impresionantes los fines de semana» y no puede dejar de asombrarse ante la «permisividad de las familias»: «No es lógico que se les permita llegar a las seis o las siete de la mañana. Y que luego miren para otro lado y digan que su hijo no bebe. A quien más daño están haciendo es a su propio hijo», advierte. Mirémonos en estas vidas: la primera, caracterizada por la priorización del cuidado de la vida familiar y del bien de los demás, por encima de deseos de dinero; la segunda, una vida rehecha y reconvertida al servicio de los demás. Son vidas transfiguradas por el amor de Dios y el amor de las personas. Oremos desde nuestra opción personal.
ORACIÓN Jesús:
Jesús:
Jesús:
Tú eres el Hijo amado, manifestación y expresión del Padre que nos ama; solamente en Ti, unidos a Ti, amados por Ti, podemos nosotros conocer al Padre y amarle como hijos e hijas. Tú eres el Hermano de todos, cercano, amigo, solidario; solamente en Ti, unidos a Ti, amados por Ti, podemos abrazar y compartir la vida de todas las personas como herman@s. Tú nos has servido y nos sigues sirviendo la vida, hecha de perdón, amor, libertad, justicia, paz; Tú nos has dado la vida dando tu vida, dándonos tu misma vida, partiéndonos tu Cuerpo y derramándonos tu Sangre; resucitando y resucitándonos en la fuerza del amor hasta el extremo, que lo supera todo y lo transforma todo, incluida la muerte.
Jesús Liberador: vinculados a Ti, como miembros de tu Cuerpo, e inspirados por tu Espíritu, podemos sentir, pensar, vivir y ser como Tú, porque eres Tú quien vive, siente, piensa, habla y actúa en nosotros. Jesús Liberador: nos liberas de los apegos y dependencias, nos ahuyentas las preocupaciones y los miedos, nos sacas de nosotros mismos para prestar atención a los demás, nos haces servidores, amigos y hermanos de las personas empobrecidas. ¡Es sencillo y maravilloso: encontrarnos contigo, identificarnos contigo, 2
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dejarte entrar en nosotros y en nuestra vida, ser tu imagen y tu reflejo, ser tu corazón, tus ojos, tus manos, tus palabras, ser Tú mismo, Jesús !
PALABRA DE DIOS Mateo 19, 1-6 Seis días después cogió Jesús a Pedro, Santiago y a su hermano Juan y subió con ellos a una montaña alta y apartada. Allí se transfiguró delante de ellos: su rostro brillaba como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. De pronto se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Entonces intervino Pedro y le dijo a Jesús: -Señor, viene muy bien que estemos aquí nosotros; si quieres, hago aquí tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió, y dijo una voz desde la nube: -Este es mi Hijo, a quien yo quiero, mi predilecto. Escuchadlo. Al oírla cayeron los discípulos de bruces espantados. Jesús se acercó y los tocó diciéndoles: -Levantaos, no tengáis miedo. Alzaron los ojos y no vieron más que a Jesús solo. Mientras bajaban de la montaña, Jesús les mandó: -No contéis a nadie la visión. Esperad a que este Hombre resucite de la muerte.
PARA ENTENDER EL TEXTO La escena de la transfiguración de Jesús podemos entenderla como una experiencia mística de revelación/iluminación: Jesús es confirmado como el verdadero Mesías (Hijo, predilecto); pero, no a través de una carrera de éxitos mundanos, sino a través de la entrega de su vida en la muerte: Jesús habla con Moisés y Elías de su éxodo que iba a completar en Jerusalén (Lc 9, 31). Se desarrolla la misma revelación del bautismo. Entonces se trataba de la experiencia del propio Jesús de reconocimiento de su vocación mesiánica; ahora es una experiencia compartida de Jesús con sus discípulos, en la que el Padre ratifica ante ellos la identidad
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y misión mesiánica de Jesús y les insta directamente a su aceptación y acogida: ¡Escuchadlo! Esta experiencia “extra-ordinaria” viene a iluminar la situación de crisis que, en aquellos momentos, padecían los discípulos. No eran capaces de entender y aceptar el camino mesiánico de resurrección, pasando por la muerte (pascua), anunciado por el mismo Jesús en la escena inmediata anterior; y la implicación que ello suponía para los mismos discípulos de recorrer ese mismo camino de liberación: El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque si uno quiere salvar su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por mí, la conservará (Mt 16, 2425). Del mesianismo triunfal, los discípulos pasan a quedar colgados del gozo intimista de aquella experiencia mística entusiasmante. Quieren aposentarse allí en una especie de goce privilegiado y exclusivo, alejados de la situación de crisis que padecían y de la controvertida acción evangelizadora en las realidades de la vida de la gente y los conflictos que arreciaban. Los discípulos oscilan sobre dos extremos opuestos de vida y de evangelización: -
la acción “invasiva”, desde el poder, del compromiso total en la transformación y configuración de la sociedad y la vida de la gente; y el repliegue intra-comunitario y espiritualista, ajeno a la implicación transformadora en la realidad política, social, cultural y de encarnación en la vida de los empobrecidos.
La clave de comprensión y la intención última del relato es la resurrección de Jesús: la liberación mesiánica de Jesús es un proceso marcado por la incomprensión, la persecución y la muerte injusta, pero desde ya está preñado de vida (libertad, justicia, amor solidario), que culminará en la pascua de la vida plenamente florecida del grano de trigo muerto y sepultado: Esperad a que este Hombre resucite de la muerte. Identifiquémonos con los discípulos, que querían compaginar lo incompatible de pretender a la vez el triunfo humano, “su” éxito entre las personas, y la liberación y humanización de las mismas por “obra y gracia” del amor de Dios. Identifiquémonos con Jesús, el Hijo-Servidor, que solamente sabía amar, y amar del todo, sin reserva.
ACTUALIZACIÓN DE LA PALABRA La identidad y misión mesiánica de Jesús de donación de vida de libertad y amor, es también nuestra identidad y misión de liberación y renovación/resurrección propia y ajena, hecha de disponibilidad, servicio, entrega, comunión de vida/bienes/acción. Éste es mi Hijo… Escuchadlo. ¿Quién nos acompaña en la vida? ¿A quién seguimos? ¿Quién nos habla? ¿A quién escuchamos? ¿Quién nos libera y nos renueva? ¿Con quién nos identificamos? ¿Quién llena y transforma nuestras vidas? ¿A quién amamos? Fácilmente tendemos a instalarnos en nosotros mismos, en nuestra propia satisfacción.
“Las teofanías o manifestaciones de Dios, las experiencias espirituales (o místicas) no son para separarnos de lo real, sino para ayudarnos a discernir y afrontar la historia en toda su profundidad, para ayudarnos a seguir a Jesús y proseguir su causa” (Fl. Ulibarri, Conocer, gustar y vivir la Palabra, ciclo A, p.96). “Hay que bajar del 4
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monte, llegar donde está la gente y luchar contra las fuerzas que oprimen a las personas” (Id., p. 97). ¿Cuál es la trayectoria de mi historia personal de salvación? ¿Cuál ha sido y es el proceso de mi misión evangelizadora? Es muy fácil caer en un mesianismo egocéntrico, en la sobrevaloración de ideologías y mediaciones, en el activismo… a expensas de la experiencia del encuentro vivo y constante con Jesucristo, de la identificación con Él y con su forma de ver, tratar y actuar con las personas, especialmente con las excluidas y empobrecidas. Y resulta también muy fácil caer en el extremo opuesto de refugiarse en la propia intimidad “espiritual” o en la vivencia grupal o comunitaria para satisfacer principalmente las necesidades personales de reconocimiento y comunicación, a expensas de la práctica de la “caridad política, la promoción de la dignidad de las personas y del bien común, la acción cultural y política en la transformación de los ambientes y las estructuras. Puedo pararme a ver si y cómo reconozco a Dios presente en el corazón del mundo. Puedo contemplar a Jesús en su relación con las personas, especialmente con las empobrecidas, y ver a la luz de Jesús mi dedicación a la gente, la comunicación interpersonal, la cercanía y la encarnación en sus vidas y situaciones, la disponibilidad, la comunión de vida/bienes/acción con el mundo obrero empobrecido.
2ª Propuesta de Vida y Acción (Acuerdos XII AG): Continuar construyendo… un Proyecto de vida que responda a nuestras necesidades humanas y a las dimensiones que la configuran.
2ª Línea de Trabajo: Todos los militantes, durante los próximos años, deberán concretar su PPVM desde la Plantilla que nos aporta el nuevo Plan de Formación Inicial, contemplado desde las respuestas a las necesidades humanas –materiales, culturales y espirituales- y las dimensiones que nos configuran (personal, eclesial, familiar, político-social, laboral-creativa). ¡Buen momento para revisar, en oración, nuestro PPVM, como aspecto muy concreto de nuestra conversión cuaresmal!
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“Buscaré tu rostro en los perseguidos, y veré en las arenas del desierto las huellas de una familia que huye. Buscaré tu rostro en los sin techo, y vendrá a mí la memoria del Hombre que no tuvo donde reclinar la cabeza. Buscaré tu rostro en las angustias de los amenazados, y un sudor de sangre empapará la tierra. Buscaré tu rostro en las víctimas de la codiciosa envidia, y el escalofrío de un beso de hielo recorrerá mi espalda. Buscaré tu rostro entre los olivos, y a la luz de la luna contemplaré la rendida voluntad del Hijo. Buscaré tu rostro en los desheredados, y un grito de abandono, rompiendo los cielos, abrirá camino a la justicia” (Isabel Guerra, cisterciense, en Hoy… estoy a tu puerta y llamo, Caritas E., 78).
El sacerdote, don de Dios... (Carta Pastoral con motivo del Día del Seminario, de A. Ceballos, obispo de Cádiz y Ceuta) “El lema escogido para este año 2011 reza así: “El sacerdote don de Dios para el mundo”. La vocación es don de Dios, es una experiencia de amor, el amor de predilección de Jesucristo que compromete una respuesta de fidelidad en la misma línea. El sacerdocio es don, es vocación de generosidad a Cristo, a la Iglesia y a los hombres, necesitados en este mundo de la misericordia de Dios; es participar en el mismo género de vida de donación de Jesús. La cruz, cumbre del sacerdocio de Cristo, es cumbre de fidelidad en el amor a Dios y a la humanidad entera, es centro de atracción y de reconciliación, plenitud del evangelio. “Está cumplido” (Jn 19,30). Solamente desde una entrega sin condiciones ni reservas egoístas resulta posible la misión del sacerdote como don y regalo para el mundo. Se trata de una entrega de fidelidad a los tesoros del amor que Dios deposita en cada uno de los llamados al sacerdocio ministerial de su Hijo: el evangelio, el cuerpo y la sangre, el ministerio de la reconciliación, el representar a los hombres en todo lo que mire a Dios...”
El amor sin dolor (V. Verdú, El País 19/2/2011) “Esta receta de ‘no padecer’, imposible de imaginar hace unos años, se halla hoy casi en cualquier avance tecnológico o, más aún, de todas las disciplinas que, desde la medicina a la acupuntura, desde la acupuntura a la epidural y desde la epidural al coma inducido, tratan de dejar el cuerpo en paz. Rehuyendo el dolor se han anestesiado los duelos, se han desarraigado las fuertes pertenencias locales, se ha diluido el peso de la vocación y se ha vaciado de plomo la gravedad de las ideologías. Toda revolución, egipcia o de su estilo, viene a ser una fiesta. Toda agitación contra el tirano parte de un ciberespacio invisible y se dirige hacia un destino sin resolución.
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La extirpación constante de lo que duele o pesa, da dolor o da pesar ha llevado a la pedagogía del aprender jugando, a la penitenciaría de reinsertarse aprendiendo, a la política del nada de nada, el talante sin talento y la indolencia en la decisión. Pero, además, lejos de que alguien solicite alguna norma para reconstituir el pasado, lejos de aceptar cualquier prohibición que duela (desde la ley del tabaco al cinturón de seguridad, desde las multas incesantes a la persecución del drogata o su suministrador) las leyes caen o son recibidas como torturas”. ¡Necedad y locura de la sabiduría del amor sufriente y crucificado, frente a una cultura totalmente alérgica al mínimo malestar o insatisfacción! Necesitamos foguearnos y arder en el fuego del amor apasionado de Jesús. Contemplemos con este amor a nuestro mundo, a las víctimas de la injusticia, a los herman@s del mundo obrero empobrecido y deshumanizado.
Etty Hillessum -joven judía, muerta en un campo de concentración- (VN 2.295/2001) “Si amo a los seres humanos con tanto ardor es porque en cada uno de ellos amo una parcela de ti, Dios mío. E intento sacarte a luz en los corazones de los otros, Dios mío”. “… no eres tú quien puede ayudarnos, sino nosotros quienes podemos ayudarte a ti y, al hacerlo, ayudarnos a nosotros mismos. Esto es todo lo que podemos salvar en esta época, y también lo único que cuenta: un poco de ti en nosotros, Dios mío. Quizás también, nosotros podamos contribuir a sacarte a la luz en los corazones devastados de los otros”. “… he roto mi cuerpo como pan y lo he repartido entre los hombres, pues estaban hambrientos y venían de largas privaciones”. “Dios mío, tú que me has enriquecido tanto, permíteme también que dé a manos llenas. Mi vida se ha convertido en un diálogo ininterrumpido contigo. Dios mío, un largo diálogo. Cuando me encuentro en un rincón del campo, con los pies plantados en tu tierra y los ojos elevados hacia tu cielo, el rostro se me inunda a menudo de lágrimas, único exutorio de toda mi emoción interior y de mi gratitud. También por la noche, cuando acostada en mi litera me recojo en ti, Dios mío, lágrimas de gratitud inundan a veces mi rostro y eso es mi oración”. Oremos saboreando, haciendo nuestra y repitiendo la oración de esta joven testigo del total y desvalido amor de Dios.
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POEMA-ORACIÓN (Fl Ulibarri, Conocer, gustar y vivir la Palabra, ciclo C, 98-99)
TABOR DE CADA DÍA Cuando te has olvidado de ti mismo, cuando te has agotado en el servicio a los últimos, cuando has vencido la tentación de cualquier apego, cuando has aceptado el sufrimiento como compañero, cuando has sabido perder, cuando ya no pretendes ganar, cuando has compartido lo que tú necesitabas, cuando te has arriesgado por el pobre, cuando has enjugado las lágrimas del inocente, cuando has rescatado a alguien de su infierno, cuando te has introducido en el corazón del mundo, cuando has puesto tu voluntad en las manos de Dios, cuando te has purificado de tu orgullo, cuando te has vaciado de tanto acopio superfluo, cuando te sientes herido… brilla en ti, gratis, la luz de Dios, sientes su presencia irradiando frescura primaveral, y su perfume te envuelve y reanima Ya no necesitas otros tesoros. Dios te acompaña, te habla, te protege. Te sientes esponjado en un mar de dicha… Y si no estás en las nubes, es un Tabor que se te ofrece gratis, para que disfrutes ya lo presente y camines firme y sin temores. “Nos entusiasma el resplandor de la resurrección, y nos encoge el corazón de la Cruz. Pero lo uno no va nunca sin lo otro; ni espere nunca el discípulo ser más que el Maestro. El éxito “verdad”, en este mundo y en el otro, es el trofeo de los que entregaron LIBREMENTE su libertad a Cristo, que entonces nos resucita y NOS HACE LIBRES”. (G. Rovirosa, Bol. Dir. 26/1949)
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